COMPENDIO DERECHO CIVIL IV Unidad III
COMPENDIO DERECHO CIVIL IV Unidad III
COMPENDIO DERECHO CIVIL IV Unidad III
DERECHO CIVIL IV
Compendio de la Unidad 3
3 créditos
Docente:
María Fernanda Linzán, Abogada.
Titulaciones Semestre
DERECHO QUINTO
Tutorías: El nombre, competencias y demás datos del profesor tutor asignado se publicarán
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La Compraventa ............................................................................................. 3
La Permuta ...................................................................................................... 8
La Compraventa.
“Contrato de compraventa, comercio de antigüedades o de cosas usadas”.
Con mayor precisión define al contrato de compraventa y a sus clases, el Diccionario
Jurídico Elemental de Guillermo Cabanellas de Torres.
Existen varios conceptos sobre la promesa de compraventa, de los cuales citare los de
mayor importancia: El concepto más exacto de la compraventa incluye las obligaciones
reciprocas de las dos partes contratantes, de transferir la propiedad de la cosa y del pago
de su precio. Se trata, pues, de una entrega de algo cuyo dominio o propiedad se quiere
transferir. De aquí que no hay compraventa en la mera cesión de un derecho parcial sobre
la cosa, como la facultad de usarla por un cierto tiempo (arrendamiento), o de disfrutar de
ella y sus frutos (usufructo), pero sin transferir el dominio ni comprometerse a ello. (Larrea
Holguín, 2001) El contrato de compra-venta es aquel contrato bilateral en el que una de
las partes (vendedora) se obliga a la entrega de una cosa determinada y la otra
(compradora) a pagar por ella un cierto precio, en dinero o signo que lo represente.
Es un contrato en que una de las partes se obliga a dar una cosa, y la otra a pagarle en
dinero. El que contrae la obligación de dar la cosa se llama vendedor, y el que contrae la
de pagar el dinero, comprador. El dinero que el comprador se obliga a dar por la cosa
vendida se llama precio (León, 2008, pág. 173).
El doctor Aníbal Cornejo Manríquez, dice: "Es un contrato en que una de las partes se
obliga a dar una cosa y la otra a pagarla en dinero" (Cornejo Manriquez, pág. 161)
Por otra parte, la compraventa constituye el medio primordial de adquirir el dominio. Las
formas de adquisición del dominio están representadas por el contrato, la herencia, la
prescripción, la ocupación, la accesión, la adjudicación y la ley. El contrato es en el derecho
moderno la forma principal de adquirir la propiedad dentro de los contratos traslativos de
dominio.
Que para perfeccionarlo solo falte la entrega de la cosa o las formalidades legales. Debe
indicarse en la promesa cuál será la notaría donde se suscribirá la escritura de
compraventa. El contenido de la promesa de compraventa puede sintetizarse en las
siguientes estipulaciones:
Identificación de los contratantes, estipulación de la obligación recíproca del promitente
vendedor de enajenar y del promitente comprador de adquirir el inmueble objeto del
contrato; descripción detallada del inmueble objeto del contrato, así como la mención de
si éste se promete en venta como cuerpo cierto o por cabida.
Las obligaciones nacen ya del concurso real, de las voluntades de dos o más personas,
como en los contratos o convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona que se
obliga, como en la aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya
a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los
delitos; ya por disposición de la Ley, como entre los padres y los hijos de familia. (Código
Civil Ecuatoriano, 2013).
Guarda también una gran semejanza con la dación en pago, pero esta figura jurídica tiene
por objeto extinguir una obligación, mientras que la permuta origina recíprocas
obligaciones entre las partes: de transferirse el dominio.
por la más costosa. Además, no cabe que se pague una cantidad superior al valor
de la cosa de mayor precio y además se entregue por ella otro objeto. Pero habría
sido preferible que la ley lo dijera expresamente: si lo que se paga en dinero supera
el valor de la cosa de menor valor, es compraventa, y si la cosa que se entrega
tiene mayor valor que lo que se paga en dinero, hay permuta.
Según la doctrina y las disposiciones de muchos códigos, la permuta sigue en casi todo el
régimen de la compraventa, tanto que con frecuencia las leyes simplemente se remiten a
las disposiciones de este último contrato.
Generalmente se enumeran los aspectos en los que las normas de la compraventa se
trasladan para la permuta: las relativas a la forma, la capacidad de las partes, los objetos
que pueden ser contratados, la lesión enorme, los vicios redhibitorios, la evicción y las
acciones que derivan de todo ello.
También las prohibiciones especiales o incapacidades especiales, a padre de familia,
guardadores, mandatarios, empleados o funcionarios judiciales, etc. se aplican a la
permuta lo mismo que a la compraventa. La prohibición de contratos entre los cónyuges,
que ha figurado tradicionalmente en el derecho, abarca también este contrat07, aunque
en algunos países como México se permite el cambio entre cónyuges que tengan
régimen de separación de bines y con autorización judicial. En el Ecuador, después de
las reformas al Código Civil de la ley 88, del año 1989, prácticamente pueden realizar
los cónyuges cualesquiera contratos a través de las capitulaciones matrimoniales que se
admiten en todo tiempo.
En cuanto a la forma del contrato, no cabe duda de que vale cualquier manera de expresar
el consentimiento de una y otra partes; pero, si una o ambas cosas que se cambian es un
inmueble o derechos de sucesión hereditaria, para la perfección del contrato se requiere
escritura pública, como lo ordena expresamente el artículo 1865. No olvidemos, además,
que para que realice el efecto de la permuta, esto es la transferencia del dominio, se
deberá inscribir la escritura pública, ya que esta inscripción en el Registro
d e Propiedad.
D. Civ il IV Tercera Unidad 11
Una sentencia de la Corte afirmó que "la promesa de permutar semosåentes por bienes
raíces, debía constar por escritura pública Por lo mismo, no constando la promesa en tal
forma, las partes tenían derecho a ser restituidas de todo lo que entregaron en concepto
del contrato. Para estas restituciones no son necesarias ni la previa demanda ni la
resolución de nulidad del contrato, que no ha existido según la ley. Si el documento
privado de la promesa de la referida permuta es ineficaz para la perfección del contrato,
es válido para exigir el cumplimiento de las obligaciones que las partes se hubiesen
impuesto para el evento de no celebrarse la respectiva escritura pública. Si una de tales
obligaciones es la de pagar las mejoras realizadas en el predio, debe condenarse al pago
de ellas." En voto salvado, el Dr. Adolfo Páez sostiene, sin embargo, que la nulidad
absoluta impide que se pueda dar ese efecto al contrato y se ordene el pago de mejoras;
y parece más acertada esta opinión, si bien la Corte podía más bien por equidad ordenar
el pago de las mejoras, dejando así satisfecho el debido respeto a la voluntad de las partes
y a la necesidad de evitar el enriquecimiento injusto.
"No pueden cambiarse las cosas que no pueden venderse", de donde se deduce que se
acepta la posibilidad de que una de las cosas permutadas sea ajena a quien se
compromete a entregarla, ya que nuestro sistema admite la venta de cosa ajena. El
comprometerse a entregar, a título de venta o de permuta, algo ajeno, implica la
obligación de adquirir legalmente la cosa, para cumplir el contrato y que realmente
produzca sus efectos normales el trueque.
Si se produce el incumplimiento por una de las partes, la que si ha cumplido tiene -como
en la compraventa-, el derecho de exigir la entrega de la cosa debida, o bien, puede optar
por demandar la resolUción del contrato; en ambos casos, podrá exigir indemnización de
los perjuicios que se hayan producido y logre probar.
AGUILAR A, Juan Pablo. Caducidad de ofertas. Revista de Derecho II, Nº.3, pp.
131-136. Quito, 1998.
BORJA, Luis Felipe. Manifiesto ante la Corte Suprema (sobre contratos a plazos).
Revista Forense, IX, 63, pp. 1952. Quito, 1920.