Contencioso Administrativo

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Contencioso Administrativo (16)

Es un litigio entre el estado (en sentido amplio, cualquier persona jurídica estatal) y el ciudadano
(o un grupo de ellos). Se torna efectivo el control judicial en la actividad administrativa.

Clasificación dada por el Derecho Comparado La ubicación del órgano controlador puede ser:
➔ En el poder judicial o judicialista: lo pueden realizar jueces especiales o jueces comunes. Los
jueces comunes actúan en lugares como Estados Unidos, sin haber una distribución de esta
competencia por materia. En Argentina luego de agotar la instancia administrativa uno puede
acudir al Poder Judicial, y el control lo ejercerán jueces especiales.
➔ En la administración: un ejemplo podría ser el control de Francia. En ese país lo realiza el
Consejo del Estado, formado con un objetivo de imparcialidad.
➔ Mixto: se realiza en Italia, ocupándose tanto la administración como el Poder Judicial,
dependiendo de si se afecta un derecho legítimo o uno subjetivo.

La amplitud del control puede ser:


➔ Sistema de lista: se enumeran los temas que son objeto de la competencia administrativa. Es el
caso de España.
➔ Cláusula general: es el caso de nuestro país, donde no existe dicha lista de temas
administrativos. Todos los actos de la administración, sin identificación, son controlables por un
juez. Ejemplo: Argentina.

La estructura puede ser el juicio:


➔ Al acto: es el caso de Francia. Se necesita una decisión plasmada en un acto
administrativo.
➔ De pretensiones: hay varios supuestos en los que se puede llegar a la instancia judicial sin la
existencia de un acto. Es el caso de nuestro país.

Demandabilidad del Estado Los jueces de la Corte determinaron que el estado no podía ser
demandado en el fallo

“Seste y Seguich”

El argumento fue que el estado es soberano y no podía ser arrastrado; no podría un juez
ordenarle un mandato al presidente. A su vez, un juicio se define por su condena y estas
suelen ser una suma de dinero. Si se fallara contra el estado entonces eso significaría una
modificación del presupuesto, el cual es materia del Congreso. Luego de este fallo hubo un
periodo, regulado por la ley 675, en el que el Congreso dictaba leyes individuales
autorizando o rechazando reclamos contra el estado, o intimando al estado a ejecutar un
acto.
Luego pasó la Ley de Demandas Contra la Nación en el año 1900, intentando solventar este
caos generado por la ley previa. Esto sería el antecedente del artículo 31 de la Ley de PA.
Primero se debía acudir ante la sede administrativa para poder después imponer una
demanda ante un juez.

Reclamación administrativa y prescripción de la acción judicial Después del reclamo previo, el


particular queda habilitado para iniciar la acción judicial. Se debe distinguir: 1. Si hay resolución
expresa del reclamo impugnando un acto el particular tiene 90 días desde la notificación
para iniciar la acción pues nos encontramos ante el caso del inc. A de dicho artículo (actos
de alcance particular). 2. Si no hay resolución expresa, si hay silencio, no hay plazo para iniciar la
acción, como no sea el de prescripción. La “denegatoria tácita” se tendrá por producida en
el momento en que se interponga la demanda.

Ley 3.952: una ley general autoriza en algún punto a demandar al estado previa vía
administrativa. Luego de esta ley surgen distintas normas, lo que luego se pule y unifica en
la Ley de Procedimiento Administrativo (ley 19.549) la cual en su título IV contiene toda la
regulación sobre como llegar hacia el estado

Fallo Seste y Seguich En ocasión de la guerra que la Provincia de Buenos Aires sostuvo y ganó
contra el Gobierno del Paraná, Vicente Seste y Antonio Seguich se engancharon como
personeros de guardias nacionales, siendo destinados á la Legión Militar.

Concluida la guerra y dados de baja en Agosto de 1863, esos individuos se presentaron al


Gobierno Nacional pidiendo una indemnización por el mayor tiempo que habían servido.
Decían ellos que el enganche y el premio recibido habían sido estipulados por el tiempo que
durase la guerra ; que la guerra había concluido con la batalla de Pavón: que sin embargo
ellos habían sido retenidos en el servicio militar hasta el mes de Agosto de 1863; que por
consiguiente tenían derecho á una compensación ó aumento de premio.

Rechazó el Gobierno Nacional dicha solicitud, y los solicitantes lo demandaron ante el


Juzgado para la indemnización mencionada, agregando a lo expuesto anteriormente que
habían sido contratados como personeros de guardias nacionales; que el tiempo de su
servicio no podía ser por consiguiente sino él de estos ; que sin embargo los guardias
nacionales fueron licenciados en Diciembre de 1861, mientras ellos sirvieron hasta Agosto
de 1863, por lo que debía abonárseles un aumento proporcional del premio recibido por el
enganche.

El procurador fiscal contestó que los demandantes sentaron plaza en el Ejército por el
tiempo de la guerra: que si esta duraba aún. o no, correspondía al Gobierno Nacional el
juzgarlo; que la permanencia de ejércitos todavía en campaña manifestaba que la guerra no
había aún concluido: que por consiguiente no habían sido retenidos en servicio por más
tiempo del estipulado en el contrato de enganche. Que además el Gobierno era la autoridad
única para el arreglo de los haberes militares que están regidos solamente por sus Decretos
y no por leyes preexistentes, y único Juez en el caso, desde que interpreta y aplica sus
propias disposiciones.

Sentencia CSJN: 1. Que el Poder Ejecutivo Nacional es soberano en su esfera, y administra con
independencia de los otros dos poderes que participan del Gobierno de la República, pues por el
artículo ochenta y seis de la Constitución, se declara, que es el Jefe Supremo de la Nación, y quien
tiene á su cargo la administración del país.
2. Que es uno de los atributos de la Soberanía, reconocido universalmente, que, el que la inviste,
no pueda ser arrastrado ante Tribunales de otro fuero, sin su expreso consentimiento, por
particulares, á responder de sus actos, y ser apremiado al cumplimiento de las obligaciones que de
ellos puedan resultarle, cuyo cumplimiento está sujeto á reglas especiales, y tiene por garantía su
buena fé.
3. Que la facultad de juzgar supone la de emplear los medios de hacer obedecer las resoluciones
que se dicten; y los Tribunales Nacionales ningunos tienen eficaces para someter al Jefe de la
Nación á la obediencia de sus mandatos.
4. Que aun prescindiendo de esta consideración, la facultad de los Tribunales para hacer
comparecer ante si al Poder Ejecutivo, siempre que fuese demandado, á dar cuenta de sus actos,
imponerle restricciones, y condenarlo a pagos y reparaciones civiles, daría al Poder Judicial una
superioridad inconciliable con la supremacía que el artículo constitucional citado acuerda al Jefe
de la Nación, y el derecho de arreglar el pago de deudas públicas exclusivamente cometido al
Congreso por el artículo sesenta y siete en su inciso sesto.
5. Que la jurisprudencia de los Estados-Unidos de Norteamérica, que debe servirnos de guía
para interpretar nuestra Constitución, reconoce como principio, que el Gobierno Nacional no
puede ser demandado ante los Tribunales, y que la cláusula del artículo tercero, sección
segunda de la Constitución de aquella República, que corresponde á la del artículo cien de la
nuestra, que describiendo los casos á que se extiende la Justicia Federal, dice ser uno de
ellos, los asuntos en que la Nación sea parte, solamente se refiere á los pleitos en que es
parte demandante ; por estos fundamentos que concurren con los del auto apelado, de
foja veinte, vuelta á justificar su parte dispositiva, que no hace lugar á la demanda, y los
expuestos por el Procurador General para sostenerlo, se confirma con costas, y
satisfechas, devuélvanse, previa reposición de los sellos.

Conclusión de las sentencias: el Gobierno de la Nación no puede ser demandado sin su


consentimiento ante los Tribunales Nacionales. Interpretación del artículo 100 de la
Constitución Nacional.

Fallo Gorordo Se analiza qué pasa con una denuncia de ilegitimidad (recurso presentado fuera de
plazo) en el ámbito judicial. La administración tiene el deber de resolver el recurso aunque sea
fuera de plazo pero luego de esto, no se podrá ir a sede judicial ya que no se agotó la vía
administrativa y por lo tanto no se cumplen los presupuestos de admisibilidad. En este fallo
también queda claro (antes se hacía pero no estaba determinado) que el juez deberá
controlar los presupuestos de admisibilidad de oficio.
Conclusión: la corte dijo que el rechazo en sede administrativa de una denuncia de
ilegitimidad no puede ser objeto de impugnación judicial y concluyó diciendo que sería
claramente irrazonable otorgar el mismo efecto a la denuncia de ilegitimidad que a un
recurso deducido en término

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