EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS. TOMO II - Stoger, Alois
EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS. TOMO II - Stoger, Alois
EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS. TOMO II - Stoger, Alois
El Evangelio
según
san Lucas
herdei
EL NUEVO TESTAMENTO ALOIS STÓGER
Y SU MENSAJE
Comentario para la lectura espiritual
EL EVANGELIO
Serie dirigida por
WOLFGANG TRILLING
SEGÚN SAN LUCAS
TOMO SEGUNDO
en colaboración con
KARL HRMANN SCHELKLE y HEINZ SCHÜRMANN
3/2 BARCELONA
EDITORIAL HERDER
EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1979
Versión castellana de ALEJANDRO ESTEBAN LATOR ROS, de la obra de
ALOIS STÓGER, Das Evangelium nach Lukas, 2. Tei!,
dentro de la serie «Geistliche Schriftlesung»
Patmos-Verlag, Dusseldorf
SUMARIO
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2. Condiciones para entrar en el reino (18,9-30). b) Preparación de la cena (22,7-13).
a) El fariseo y el publicano (18,9-14). 2. La cena (22,14-20).
b) Actitud del niño (18,15-17). a) Antigua cena pascual (22,14-18).
c) El hombre rico (18,18-30). b) Cena eucarística (22,19-20).
3. Al encuentro del reino de Dios (18,31-19,27). 3. Palabras de despedida (22,21-38).
a) Tercer anuncio de la pasión (18,31-34). a) El traidor (22.21-23).
b) Curación de u n ciego (18,35-43). h) Discusión por la primacía (22,24-30).
c) Zaqueo (19,1-10). <•) Simón Pedro (22,31-34).
d) Parábola de las diez minas (19,11-27). d) Exhortación a los discípulos (22,35-38).
II. Entregado a los judíos (22,39-71).
PARTE CUARTA: E N JERUSALÉN (19,28-21,38). 1. Oración en el huerto de los Olivos (22,39-46).
I. Últimas actividades de Jesús en público (19,28-48). 2. La captura (22,47-53).
1. Entrada triunfal (19,28-40). 3. Negado y escarnecido (22,54-65).
2. Lamentación sobre Jerusalén (19,41-44). a) Negado por Pedro (22,54-62).
3. Purificación del templo (19,45-48). />) Escarnecido por la guardia (22,63-65).
II. El Señor de la Iglesia naciente (20,1-26). 4. Ante el sanedrín (22,66-71).
1. Autoridad de Jesús (20,1-8). III. Entregado a los gentiles (23,1-25).
2. F i n del poder del sanedrín (20,9-19). 1. Ante Pilato (23,1-5).
3. El poder del César (20,20-26). 2. Ante Heredes (23,6-12).
III. Verdades fundamentales de la vida cristiana (20,27-21,4). 3. Condenado (23,13-25).
1. Resurrección de los muertos (20,27-40). IV. La muerte de Jesús (23,26-56).
2. El Mesías, hijo de David (20,41-44). 1. Via dolorosa (23,26-32).
3. La viuda pobre (20,45-21,4). 2. En el Calvario (23,33-43).
IV. Discurso escatológico (21,5-38). a) Crucificado (23,33-34).
1. Predicciones cumplidas (21,5-24). b) Escarnecido (23,35-38).
a) Preguntas acuciantes (21,5-9). c) El ladrón arrepentido (23,39-43).
b) Señales precursoras (21,10-11). 3. Muere Jesús (23,44-49).
c) La persecución de la Iglesia (21,12-19). a) Señales divinas (23,44-45).
d) La destrucción de Jerusalén (21,20-24). b) La muerte (23,46).
2. La venida del Hijo del hombre (21,25-28). c) Manifestación de la gloria (23,47-49).
a) Señales en el universo (21,25-26). 4. Sepultura (24,1-53).
b) Aparece el Hijo del hombre (21,27-28). V. Glorificación de Jesús (24,1-53).
3. Actitudes escatológicas (21,29-36). 1. El mensaje pascual (24,1-12).
a) N o dejarse desorientar (21,29-33). 2. El Resucitado, reconocido (24,13-35).
b) Vigilancia y sobriedad (21,34-36). 3. Encargo y despedida del Resucitado (24,36-53).
V. Ultimas actividades de Jesús (21,37-38). a) El cuerpo de Jesús resucitado (24,36-43).
b) Testamento del Señor a su partida (24,44-49).
PARTE QUINTA: P O R LA PASIÓN A LA GLORIA (22,1-24,53). c) Ascensión de Jesús (24,50-53).
I. Cena pascual (22,1-38).
1. La gran hora se acerca (22,1-13).
a) Traición de Judas (22,1-6).
6 7
TEXTO Y COMENTARIO
Parte tercera
CAMINO DE JERUSALÉN
(Continuación)
11
dades hasta llegar a Cesárea» (Act 8,40). Sobre todo Pablo
II. EN EL CAMINO (13,22-17,10). es, según los Hechos de los apóstoles, el viajero infatigable.
La aparición de Jesús en Israel indica la futura misión de
la Iglesia y es su presupuesto histórico. La meta de la
1. HACIA JERUSALÉN (13,22-35). marcha de Jesús es Jerusalén (9,51). Allí le aguarda la «ele-
vación» : pasión y glorificación, muerte y ascensión al cielo.
a) La ciudad de la glorificación (13,22-30). El término de su peregrinación es el cielo; los apóstoles
le miraban mientras «se iba» al cielo (Act 1,10). Lo que
22
Y atravesaba ciudades y aldeas, enseñando y siguiendo Jesús experimenta y enseña en su marcha indica a los
su camino a Jerusalén. discípulos el camino de la resurrección personal y de la
salvación. Los apóstoles son «siervos del Dios Altísimo,
Jesús está en camino. Su viaje es viaje de misión, su que anuncian el camino de salvación» (Act 16,17). «Confir-
caminar es acción, su acción es enseñar \ Enseña que las man los ánimos de los discípulos, exhortándolos a perma-
promesas divinas de salvación, contenidas en la Escritura, necer en la fe y diciéndoles que por muchas tribulaciones
se están cumpliendo ahora por medio de él (4,21); enseña tenemos que pasar para entrar en el reino de Dios» (Act
el camino de Dios (20,21), la forma de vida que aguarda 14,22).
Dios de los hombres; enseña los caminos de salvación
(Act 16,17), lo que es necesario para alcanzar la salvación 2i
Uno le preguntó: Señor, ¿son pocos los que se salvan?
eterna (cf. 13,23).
Expone su doctrina en ciudades y aldeas; a todos se ¿Quién se salva? ¿Quién va al cielo? ¿Quién entra en
ofrece la salvación que él anuncia. Todos son llamados el reino de Dios? Éstas son preguntas candentes que se pre-
a tomar una decisión, a optar por la voluntad de Dios o sentan en el camino de la vida. ¿A quién no le escuece
contra ella en este tiempo de salvación, que se inaugura. en el alma la cuestión de la salvación y de la salud? Uno
Los dos escritos de Lucas están llenos de una dinámica le pregunta por el número de los que se salvan. ¿Son
apostólica sin reposo, impuesta por la necesidad de la mi- pocos? Aquel hombre se dirige a Jesús como al Señor.
sión divina (13,33), la voluntad salvadora de Dios. Jesús, Para él es Jesús una autoridad destacada en cuestiones de
que camina de un lugar a otro, es modelo de los apóstoles la salvación al final de los tiempos. Le hacían estas pre-
itinerantes, su camino prepara el testimonio apostólico. guntas: «¿Qué haría yo para heredar la vida eterna?»
De los apóstoles se dice: «Después de dar pleno testimonio (18,18), «¿Cuándo vendrá el reino de Dios?» (17,20), «Se-
y de predicar la palabra del Señor... iban evangelizando ñor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel?»
muchas aldeas de samaritanos» (Act 8,25). «Felipe se en- (Act 1,6). Como Señor que es, dispone del reino, porque
contró en Azoto y de paso iba evangelizando todas las ciu- el Padre se lo ha confiado (22,28).
La doctrina de los fariseos dominante en la época de
1. Cf. 4,15.31; 5,3.17; 6,6; 13,10; 19,47; 20,1.21; 21,37; 23,5. Jesús decía: «Todo Israel tiene participación en el mundo
12 13
venidero» 2. En otros círculos se pensaba en forma más los caminos del Altísimo, «el haber combatido en dura
pesimista: «Sólo a pocos traerá alivio el mundo venidero, pelea para sofocar la malicia ingénita, de modo que ésta
a muchísimos, en cambio, fatiga» (4Esd 5,47). ¿Qué decir? no los lleve de la vida a la muerte» (4Esd 7,92). Jesús
Jesús no zanja la cuestión, no quiere zanjarla. ¿Por qué mismo combatió de esta manera en el huerto de los Olivos
pregunta el hombre por el número? ¿No busca ocultamente y poniendo en tensión todas sus fuerzas tomó en su mano
seguridad en el número? Si todo Israel se ha de salvar, el cáliz de la pasión y la muerte que le estaba reservada
entonces está uno seguro. Si el número es pequeño, ¿para (22,44). Para llegar a su elevación al cielo tiene que pasar
qué, pues, molestarse? Los números son un impedimento por esta tensión y por este forcejeo. El camino de la sal-
para lo que quiere Jesús con su predicación. Jesús llama vación es el seguimiento de Jesús por el camino de Getse-
a tomar partido por el actual ofrecimiento de Dios. Esto maní y del Calvario, por la aceptación de la muerte y por
es lo que importa, no saber el número... la muerte misma (9,57-62). De estos esfuerzos y de este
combate escribe Pablo: «Combate el buen combate de la fe,
22k
Él les contestó. ^Esforzaos por entrar por la puerta conquista la vida eterna, para la que fuiste llamado y cuya
estrecha; que muchos — os lo digo yo — intentarán entrar, profesión hiciste en una hermosa confesión ante muchos
pero no lo conseguirán. testigos» (ITim 6,12). Y otra vez: «He combatido el buen
combate, he realizado plenamente la carrera, he guardado
La salvación al final de los tiempos se asemeja a un la fe. Y ahora está ya preparada para mí la corona de
banquete que se celebra en una sala cuya puerta es estrecha. justicia, con la que me retribuirá en aquel día el Señor, el
Hay que imaginársela muy estrecha. Con una imagen un juez justo, y no sólo a mí, sino también a todos los que
tanto atrevida dice Jesús en una ocasión que es más fácil hayan mirado con amor su aparición» (2Tim 4,7s).
a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico La puerta estrecha sólo está abierta por cierto tiempo.
entrar en el reino de Dios (18,25). Delante de la puerta Desde que Jesús anunció el tiempo de salvación, está abier-
se produce gran aglomeración. Todos quieren entrar y par- ta la puerta (4,21). El plazo vencerá cuando venga el Señor
ticipar en el banquete. Sólo el que emplea la fuerza puede a juzgar. ¿Cuándo será esta hora? ¿Cuándo se cerrará
abrirse paso entre la multitud apiñada. Sólo el que se la puerta? Nadie lo sabe. Aun cuando el tiempo se «ex-
impone las fatigas de una competición puede lograr entrar. tienda» hasta el fin, permanece incierto el momento en
El deportista pone en juego en los últimos minutos que se ha de cerrar la puerta. Se ha inaugurado el tiempo
todas las fuerzas que han de decidir la victoria. Para de salvación, ahora es el tiempo final. El llamamiento de
salvarse es necesario emplear todas las fuerzas. Jesús invita: Jesús impele a tomar una decisión, que no se puede diferir.
Esforzaos. Los escritos apocalípticos, que por los días de Muchos... no lo conseguirán. Los discípulos, a quienes
Jesús hablaban mucho del tiempo final y de la gloria, con- el Padre ha tenido a bien dar el reino, son sólo un pequeño
taban entre las mayores satisfaciones de los que iban por rebaño (12,32). «Es estrecha la puerta y angosto el camino
que lleva a la vida, y son pocos los que dan con ella»
Mislina, Sanhedrín 10,1. (Mt 7,14). Así pues, Jesús, con estas palabras, ¿indica,
14 15
con todo, un número y resuelve la cuestión de aquel hom-
cuerdan la comunidad de maestro y discípulos: en nuestras
bre innominado con el pesimismo del libro cuarto de Es- plazas enseñaste. El Señor había entrado con ellos en la
dras? Jesús no quiere indicar ningún número; lo que sí comunión del dar y recibir. Había vivido en su pueblo, ha-
quiere es poner en guardia, urgir, estimular a emplear todas bía ejercido su actividad en medio de ellos. Todas las in-
las fuerzas, llamar a una decisión. vocaciones de esta comunidad son ahora en vano. Su pa-
25
labra no fue tomada en serio, no se procedió según la vo-
Después que el amo de casa se haya levantado a cerrar luntad de Dios por él anunciada. Son ejecutores de injusticia.
la puerta, vosotros os quedaréis juera y comenzaréis a llamar Es voluntad de Dios que se oiga y se ponga en práctica
a la puerta, diciendo: Señor, ábrenos. Pero él os responderá: el llamamiento de Jesús, que se siga su doctrina, que se
No sé de dónde sois vosotros. acepte el ofrecimiento hecho por Dios por medio de él.
No aprovecha el haber sido del mismo pueblo que Jesús,
La situación ha cambiado. El amo de casa se ha levan- y ni siquiera el haber sido discípulo suyo, si no se pone
tado, el banquete comienza, se cierra la puerta. El que no en práctica lo que él proclama. «No todo el que dice:
haya entrado todavía tendrá que quedarse fuera. Los que ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos, sino el
están fuera llaman. Por un agujero de la puerta hablan que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los
con el amo de casa. Él había enseñado por sus calles. Ellos cielos» (Mt 7,21).
eran sus contemporáneos. El amo de casa es Jesús. Todo No salva la comunidad de mesa con Jesús y el bautis-
llamar y todo rogar (11,9s) resulta inútil. No se utilizó mo, ni el haber oído su palabra como discípulo, si todo
la puerta que estaba abierta. Se ha perdido definitivamente esto no va unido con la obediencia de obra a las palabras de
el «ahora» para entrar. La llamada de Jesús no consiente Jesús, con la decisión personal en su favor. Aunque nos-
dilaciones; es la llamada del profeta que prepara para el otros, cristianos, tengamos comunidad de mesa con Jesús
tiempo final, es la llamada de última hora. Una vez que que mora entre nosotros, aunque oigamos su palabra en
ha pasado el tiempo de salvación, sólo queda el juicio. la liturgia y aunque comamos su carne y bebamos su
El que no aceptó la salvación ofrecida, queda excluido y no sangre, todo esto no nos salva si no le obedecemos, si no
es reconocido por Jesús, amo de la casa (cf. 12,9). cumplimos la voluntad de Dios anunciada por él, si no nos
decidimos por él (cf. ICor 10,1-11).
lb
Entonces os pondréis a decir: Hemos comido y bebido
en tu presencia, y en nuestras plazas enseñaste. 21Pero él 2H
Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando
os repetirá: No sé de dónde sois; alejaos de mí todos los veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas
ejecutores de injusticia. en el reino de Dios y vosotros echados fuera. 29En cambio,
habrá quienes vengan de oriente y de occidente, del norte
Los que quedan excluidos recuerdan al amo de la casa y del sur, a ponerse a la mesa en el reino de Dios. 30Porque
sus pasadas relaciones con él. Le recuerdan la comunidad mirad que hay últimos que serán primeros, y hay primeros
de mesa: Hemos comido y bebido en tu presencia; le re- que serán últimos.
16 17
Allí, delante de la puerta cerrada, habrá llanto y rechinar
de dientes. Es el conocido dolor de la desesperación, tantas enjugará el Señor las lágrimas de todos los rostros, y ale-
veces expresado 3 . Los que se han quedado fuera, los jará el oprobio de su pueblo, lejos de toda la tierra»
que han sido excluidos, descubren que rechazaron a la (Is 25,6-8). Los que se hayan salvado cantarán el cántico
ligera la gracia de Dios y que ahora están irremisiblemente de acción de gracias a que aluden las palabras del texto:
perdidos. Lloran. El remordimiento desesperado sacude De oriente y de occidente, del norte y del sur: «Alabad a
todo su ser, su alma y su cuerpo, les rechinan los dientes. Yahveh, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Ellos mismos se atormentan pensando que no aprovecha- Digan así los rescatados de Yahveh, los que él redimió de
ron el momento oportuno ni pusieron en juego todas sus mano del enemigo, y los que reunió de entre las tierras
fuerzas para alcanzar la salvación ofrecida. de oriente y de occidente, del aquilón y del austro» (Sal
106,1-3).
Su dolor y los reproches que se hacen son tanto ma-
yores, por cuanto ven en los patriarcas y projetas la esplén- Los últimos tiempos invierten las condiciones presentes:
dida salvación que también para ellos estaba preparada, que Hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán
últimos. Hay paganos que entrarán en el reino de Dios,
les estaba destinada especialmente, porque Abraham, Isaac
y judíos que serán excluidos de él. Los judíos habían sido
y Jacob eran sus patriarcas e intercesores, porque ellos tenían
privilegiados en la historia de la salvación. Por sus ante-
la enseñanza de los profetas, que conduce a la salvación.
pasados habían recibido las promesas llenas de bendiciones
«Lanzan gritos los pecadores cuando ven cómo resplandecen
de Dios, y por los profetas la palabra y la guía de Dios;
aquéllos (los justos)» (Henoc 108,15). Les es especialmente
pero esta posición privilegiada no basta para salvarlos.
doloroso ver la recompensa que está reservada a los que Los gentiles estaban privados de los privilegios del pueblo
creyeron en los testimonios del Altísimo (4Esd 7,83). Jesús de Dios, pero son admitidos en la celebración del banquete
habla de las suertes eseatológicas en el estilo de la apoca- que es imagen del reino de Dios. Se salva el que acepta
líptica de la época, pero lo nuevo de su predicación está el mensaje de Jesús, se decide por él y le sigue.
en que la decisión sobre salvación o perdición se pronun- En el tiempo de salvación, que se ha inaugurado con
cia en razón del cumplimiento de su palabra, del seguimiento Jesús, ofrece Dios a los judíos como a los gentiles la sal-
de Jesús, de la decisión personal en su favor. vación, de la que se decide según la posición adoptada
Nadie puede culpar a Dios si no logra salvarse, pues frente a Jesús. Su palabra exige esfuerzo y lucha, segui-
hasta los gentiles pueden entrar en el reino de Dios. Ahora miento en el camino de Jerusalén, donde le aguarda la
se cumple la predicción profética de la peregrinación esca- muerte y la ascensión al cielo. ¿Serán sólo pocos los que
tológica a la montaña de Dios: «Yahveh Sebaot preparará se salven? Nadie puede hacer valer derecho alguno a la
a todos los pueblos, sobre este monte, un festín de vinos salvación, pero en Jesús ha ofrecido Dios la salvación
generosos, de manjares grasos y tiernos, de vinos selectos a todos.
y clarificados... Y destruirá a la muerte para siempre, y
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18
zorro, astuto y cobarde. Los zorros sólo salen de noche
b) La ciudad de la muerte (13,31-35). y secretamente para sus rapiñas; cuando la luz crea peligro,
se esconden en sus madrigueras (Ez 43,4s). Quiere desen-
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En aquel momento se le acercaron unos fariseos para tenderse de Jesús con ardides, sin tomar partido por él o
decirle: Sal y vete de aquí, que Herodes quiere matarte. contra él. Algunos fariseos están identificados con él. Jesús
exige decisión.
Jesús pasaba por el territorio de Herodes Antipas Herodes presume de poder disponer de la vida de Jesús.
(4 a.C. — 39 d.C), que comprendía Galilea y Perea (al Pero no son hombres los que determinan su acción, sino
este del Jordán). Los fariseos que se dirigen a Jesús pa- Dios. Con poder divino expulsa Jesús demonios y realiza
recen actuar por encargo de Herodes. Al tetrarca le inquieta curaciones. «Dios ungió a Jesús con Espíritu Santo y po-
la actividad de Jesús (9,7ss). Teme a él y teme el alboroto der; Jesús pasó haciendo el bien y sanando a todos los
que puede suscitar en el pueblo. Por eso quiere verlo lejos oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él» (Act
de su tierra. Si proyectaba efectivamente matarlo, es cosa 10,38). Quien es señor que domina a los malos espíritus
de que se puede dudar; en efecto, la ejecución del Bautista y libra de las enfermedades no sucumbe a la malicia de un
hubo que obtenerla de él con astucia (Me 6,24-26) y todavía zorro, de un homúnculo como era Herodes. La vida y la
no pudo olvidarlo durante largo tiempo (9,9). Ni siquiera acción de Jesús sólo dependen de la voluntad de Dios.
aprovechó la oportunidad legal de matar a Jesús (23,15). Hoy y mañana realiza Jesús curaciones y al tercer día
El mensaje llevado a Jesús parece haber sido solamente habrá terminado. Poco tiempo le queda ya para obrar. Su
una «falsa alarma», un tiro al aire con el fin de echar del palabra es una advertencia para los que le advierten a él,
país al hombre molesto e inquietante. Que se tomara en pues también los fariseos contribuirán a su muerte (6,11;
consideración y se expresara la idea de matar a Jesús, pro- 11,53). Jesús sabe que le aguarda la muerte. No esquiva
yecta luz sobre la situación en que él se halla. Jesús se su muerte, pues ésta es voluntad de Dios que debe cum-
encamina a Jerusalén, donde le aguarda la muerte. plirse. Ni su muerte destruye su trabajo, sino que lo corona
y lleva a término su obra (12,50; Jn 19,30). La Iglesia se
32
Pero él les contestó: Id y decid a ese zorro: Yo expulso propaga, pese a todas las resistencias; Pablo llega a Roma,
demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer meta de su misión, pese a la conspiración de todos los pode-
día tendré terminada mi obra. nSin embargo, hoy, mañana res (2Cor 11,23-33).
y pasado tengo que seguir mi camino, porque no cabe que Con misteriosas palabras dice Jesús: hoy, mañana y al
un profeta pierda la vida fuera de Jerusalén. tercer día. En el profeta Oseas se hallan estas palabras:
«Él nos dará vida a los dos días, y al tercero nos levantará
El camino de Jesús no lo determinan los poderes de y viviremos ante él» (Os 6,2). Proviene de un cántico de pe-
este mundo. Herodes interpreta la actividad de Jesús como nitencia, que el profeta pone en boca de los dos pueblos
peligro político y causa de desorden, por lo cual quiere hermanos, Efraím y Judá. En el infortunio nacional que
alejarlo de su territorio sin hacer uso de la fuerza. Es un ha pesado sobre ellos ve el profeta la mano de Dios que cas-
20 21
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tiga, pero tiene también la firme seguridad de que Dios ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y
volverá a reanimar a los dos pueblos. Con sus misteriosas apedrea a los que fueron enviados a ella! ¡Cuántas veces
palabras parece Jesús aludir a este dicho del profeta y quise reunir a tus hijos como la gallina a sus polluelos bajo
anunciar su resurrección 4 . Su muerte, a la que sale al sus alas! Pero vosotros no quisisteis. 35 Mirad que vuestra
encuentro en Jerusalén, no es su fin; seguirá su revivifica- casa se quedará para vosotros. Pero yo os digo: Ya no me
ción y su glorificación. La palabra del profeta y la historia veréis hasta que llegue el momento en que digáis: ¡Bendito
del pueblo de Dios aguardan este «tercer día» como día el que viene en el nombre del Señor!
de la salvación. La marcha de Jesús hacia Jerusalén, donde
le aguardan muerte y resurrección, cumple todas las pro- El profeta, Jesús mismo, ejecuta la lamentación sobre
mesas de la historia de nuestra salvación. Jerusalén. Los enviados de Dios en los tiempos pretéritos
Dado que Jesús se reconoce como profeta, sabe también ofrecieron de parte de Dios la salvación a esta ciudad, pero
que le ha de tocar la suerte de los profetas 5 . El profeta Jerusalén los mató y los apedreó como a blasfemos. La
no puede perder la vida fuera de Jerusalén. Los judíos no historia del repudio de Dios alcanza ahora su punto culmi-
son sólo «hijos de los profetas» (Act 3,25), sino también nante. La palabra de Jesús es la última palabra de Dios,
hijos de los asesinos de los profetas (6,23; ll,47s). «¿A llamamiento a la decisión de los últimos tiempos.
quién de entre los profetas no persiguieron vuestros padres? Todo el amor de la acción salvadora de Dios en la histo-
Hasta dieron muerte a los que preanunciaban la venida del ria está recogida en la misión y predicación de Jesús. En
Justo, de quien vosotros ahora os habéis hecho traidores todo tiempo se había dejado oír ya en el Antiguo Testamen-
y asesinos» (Act 7,52). Una antigua queja se encierra en to la palabra relativa al ave que cuida de sus polluelos
estas palabras de san Esteban. El profeta Jeremías formula y los protege, pero nunca con tanta ternura como en las
contra su pueblo la queja: «La espada ha devorado a vues- palabras de Jesús. Dios «halló a su pueblo en tierra desier-
tros profetas como devora el león» (Jer 2,30). Nehemías ta, en región inculta, entre aullidos de soledad; lo rodeó
reprocha a su pueblo: «Mataron a tus profetas, que los y le enseñó, lo guardó como a la niña de sus ojos. Como
reprendían para convertirlos a ti» (Neh 9,26) e . En Jerusalén el águila que incita a su nidada, revolotea sobre sus po-
se tocan las gracias de la proximidad de Dios y la obstinada lluelos, así él extendió sus alas y los cogió, y los llevó
rebelión contra la voluntad de Dios. El curso de la historia sobre sus plumas» (Dt 32,10s). «Como las aves que revo-
de la salud llega también a su término en el hecho de mar- lotean, así protegerá Yahveh Sebaot a Jerusalén, protegien-
char Jesús hacia Jerusalén: la máxima gracia de la proxi- do, librando, preservando, salvando» (Is 31,5). «¡Cuan
midad de Dios, la recusación hasta la ejecución de aquel magnífica es, oh Yahveh, tu misericordia; ampáranse los
en quien Dios visita a su pueblo (7,16). hombres a la sombra de tus alas!» (Sal 3,8) 7 .
Jesús quería recoger a los hijos de Jerusalén, a todo
4. El tercer día es muy significativo en la historia de Israel: Éx 19,10-11;
Jos 1,11; Gen 22,4; Est 4,15-5,3; 13,8-15,15. Israel, ponerlos bajo la protección de Dios, cobijarlos en
5. Especialmente en Lucas aparece Jesús frecuentemente como profeta:
7,16-39; 24,19; Act 3,22s; 7,37; cf. Jn 4,19; 6,14; 7,40; 9,17.
6. Cf. también Jer 26,20-23; 2'Cró 24,21; lRe 19,10.14. 7. Cf. también Sal 17(16),8; 57(58),-'; 61(60),5; 63(62),8; 91(90),4.
22 23
su amor, conducirlos a la salvación. Pero la oferta de sal- viene, que viene por encargo de Dios que otorga la salva-
vación de Dios hecha por Jesús fue desechada. Vosotros ción, el Mesías. Jerusalén, la ciudad de la muerte, es tam-
no quisisteis. Esta ciudad, confiando soberbiamente en lo bién la ciudad de su glorificación. La muerte que allí se
que es y tiene, repudia al que quiere traerle una nueva le prepara terminará en su exaltación, en su venida como
palabra de Dios. Se siente segura. Dios no tiene ya más Hijo del hombre con poder y gloria (cf. 22,69) 8 .
que pedirle. La historia del amor de Dios y la historia del El misterio de esta ciudad es el hecho de morar Dios
pecado, en el que el hombre se afirma contra Dios, halla en ella. Jerusalén ha sido condenada a la ruina, pero aún
su término, que acaba en catástrofe, en la marcha de Jesús brilla un rayo de esperanza. Los habitantes de su ciudad
hacia Jerusalén (Mt 21,33-39). dirán: Bendito el que viene en el nombre del Señor. Antes
Jerusalén sucumbirá por haberse sustraído al llama- de que Jesús venga en gloria, Israel se convertirá y luego
miento y a la guía de los mensajeros de Dios. La ciudad prestará homenaje a Jesús en su venida. «El encanecimiento
es grande y espléndida porque Dios la había elegido para ha sobrevenido a Israel parcialmente, hasta que la totalidad
su morada. Esto se ha consumado con Jesús, pues con de los gentiles haya entrado. Y entonces todo Israel será
Jesús ha aparecido la gloria de Dios en el templo (2,21-37). salvo» (Rom ll,25s). La Iglesia perseguida no es una Igle-
Pero cuando Jesús sea entregado a muerte en esta ciudad, sia amargada; no se retira al ghetto abandonando el mundo
descargará sobre ella la catástrofe. Se le retirará la protec- a sí mismo y a los poderes demoníacos, sino que «murien-
ción y el cuidado de Dios, quedará entregada a sus propias do» actúa todavía, porque cree en la promesa de triunfo
gentes, y su fin será la destrucción. Se cumplen las pala- y de gloria hecha por Dios y en su voluntad salvadora.
bras del profeta Jeremías: «He desamparado mi casa, he
abandonado mi heredad, he entregado lo que más amaba
en manos de enemigos» (Jer 12,7). Las amenazas de ruina 2. COMIDA EN CASA DE UN FARISEO (14,1-24).
fulminadas por los profetas son asumidas y llevadas a cum-
plimiento por Jesús: «Yo exterminaré a Israel de la tierra El tema «comer» sirve de nexo para reunir cuatro escenas en
que le he dado y echaré lejos de delante de mí esta casa, que una unidad de composición: la historia de una curación en sábado
he consagrado a mi nombre, e Israel será el sarcasmo (v. 1-6), dos sentencias relativas a la mesa (vv. 7-11, 12-14) y la
parábola de la gran cena. Lucas entretejió con arte conforme a un
y la burla de todos los pueblos. Y esta casa será una ruina, plan literario estos diferentes fragmentos de tradición. Las dos
y cuantos pasen cerca de ella se quedarán pasmados y sil- piezas narrativas en que se enmarca el relato se mantienen en
barán» (IRe 9,7s). El fin de Jesús en Jerusalén es también cohesión mediante el tema mismo de comer. Los dos fragmentos
el fin de Jerusalén. centrales tienen la misma estructura: introducción, formulación
negativa y positiva de las reglas de la mesa, perspectiva escatológica
La muerte que aguarda a Jesús en Jerusalén no es su
fin. Viene un tiempo en que será saludado con la bendición
8. El v. 35¡> es obscuro; algunos quieren referir la aclamación a la
con que se saluda a los peregrinos al final de su peregri- entrada de Jesús en Jerusalén antes de su pasión (19,38); pero parece que
nación en la montaña del templo: Bendito el que viene en las palabras «Ya no me veréis hasta que llegue el momento en que digáis...»
se deben referir a la muerte; en este caso la aclamación habrá de referirse
el nombre del Señor (Sal 118,[117],26). Jesús es el que a la segunda venida.
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(logia antitéticos con versículo escatológico de conclusión). El Era sábado. En este día suelen los judíos comer de fiesta.
último fragmento está ligado con las reglas que preceden, me- Los días de la semana se comía dos veces; los sábados, tres.
diante la enumeración de los mismos comensales (v. 13,21). Aun-
La comida principal — al mediodía — seguía al culto de la
que sólo se da la palabra a uno de los comensales y, por lo demás,
sólo Jesús dirige la conversación, se tiene la impresión de que sinagoga. «Los días de fiesta se debe comer o beber o reti-
todos intervienen en ella, la cual da animación a la escena. En rarse a estudiar.» Para celebrar la fiesta con alegría se
efecto, en las parábolas hablan el amo de casa, los criados y los tenían invitados, a los que se obsequiaba abundantemente.
invitados. Se interesa a todos los que toman parte en la comida: A pobres, huérfanos y forasteros se les debía hacer bien y
invitados, anfitrión, un comensal. Como Platón y otros pensadores
saciar su hambre.
de la antigüedad dejaron consignados en un banquete los más
profundos pensamientos en forma de conversación, así también El sábado era un día en que se conmemoraban los
Lucas reunió en este symposion diferentes palabras del Señor. Situó grandes favores de Dios: la creación (Éx 20,8-11) y la libe-
en el mundo helenístico el Evangelio transmitido por tradición, ración de la servidumbre de Egipto (Dt 5,12-15). Sobre
con lo cual, adaptándolo sin falsificarlo, le prestó un importante el sábado flotaba una atmósfera de fiesta que nacía de la
servicio. Jesús da impronta y brillo a la comida del sábado; de-
vuelve la salud a un enfermo, para todos tiene una palabra. La
fe en la elección de Israel por Dios: «El Señor bendijo
comida hace referencia a la comida de los últimos tiempos, en el sábado; pero no consagró a ningún pueblo ni a ninguna
la que se representa el reino de Dios. Cuando los cristianos se nación para la celebración del sábado, sino a Israel; sólo
reúnen el domingo para celebrar la «cena del Señor», hacen me- a él le permitió comer y beber y celebrar el sábado en la
moria de estas comidas en común con él, de su presencia salvífica tierra. Y el Altísimo bendijo este día, que creó para ben-
y del futuro tiempo de salvación.
dición, consagración y gloria con preferencia a todos los
demás días» (Jubileos 2,3 ls). El sábado era signo de la
a) Curación en sábado (14,1-6). fidelidad de Dios a la alianza. En él debía reconocerse que
Dios es su Señor, que lo santifica (Éx 31,13). La gloria
1
Un sábado entró él a comer en casa de uno de los eterna se concebía como un sábado sin fin (Heb 4,9). En
jefes de los fariseos, y éstos lo estaban acechando. 2 Pre-' la comida del sábado había un ambiente de recuerdo de las
cisamente había un hidrópico delante de él. grandes gestas de Dios, de esperanza del mundo venidero y
de la participación en el reposo sabático de Dios. A tal
Jesús va a las ciudades y aldeas, a las sinagogas y a las comida fue invitado Jesús en casa de un fariseo. Jesús quiere
casas para proclamar su doctrina. Ni siquiera esquiva las in- llevar a término las grandes gestas de Dios en la historia
vitaciones de sus contrarios, pues ha venido para ofrecer de la salvación.
a todos la salvación. El anfitrión que lo invita a la mesa, El invitado de honor en la comida era Jesús. Es invi-
es jefe de los fariseos, un jefe de la sinagoga del partido tado como doctor de la ley. Era costumbre hacer que en
de los fariseos (8,41) o quizá incluso miembro del sanedrín el culto de la sinagoga hablasen doctores renombrados de
en Jerusalén (23,13.35; Jn 3,1). La casa en que entra la ley e invitarlos a continuación a comer. La noticia de Je-
Jesús rebosa devoción a la ley y un estilo de tradición ri- sús se había extendido por todo el país (7,17). El pueblo
gurosamente observado. lo tenía por un gran profeta (7,16). También los fariseos
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se planteaban la cuestión de quién podía ser Jesús (7,39). más saber que toda enfermedad es castigo de una vida
Lo observaban. Cada vez que Jesús era huésped de un inmoral; más aún, creen poder señalar qué vicio se oculta
fariseo, se le observaba y se le examinaba y calibraba con- en cada enfermedad. La hidropesía es señal de lascivia.
forme a la norma de la religiosidad farisaica. El fariseo Todos los ojos están fijos en Jesús y en el hidrópico.
Simón se forma un juicio de él conforme a su trato con la
3
pecadora; el fariseo innominado (11,37-53), conforme a su Y tomando Jesús la palabra, dijo a los doctores de la
descuido de las prescripciones de pureza legal. Ahora va ley y a los fariseos: ¿Es lícito curar en sábado? 4 Ellos per-
a ser enjuiciado conforme a su concepto de la santifica- manecieron callados. Tomó entonces al hidrópico de la
ción del sábado. El resultado es éste: No puede ser un mano, lo curó y lo despidió.
profeta de Dios. No habla la palabra de Dios. Los fariseos
constituyen su propia exposición de la ley en norma y Jesús procede como quien tiene autoridad, y toma la
medida de la voluntad y palabra de Dios. No creen que palabra. Su pregunta es una pregunta de escuela de los doc-
Jesús obre y hable por encargo de Dios, porque no res- tores de la ley. Hacía tiempo que ellos habían contestado
ponde a sus expectativas y a su doctrina. ya a aquella pregunta: Si alguien está enfermo y en peligro
Estaban invitados doctores de la ley, fariseos, hombres de muerte, se le puede socorrer aunque haya que infringir
del mismo espíritu que el anfitrión. Jesús también se inte- la ley del sábado. Pero si no hay grave peligro de muerte,
resa por ellos. No se ha consumado la ruptura. Las pala- hay que dejar que pase el sábado antes de hacer nada
bras conminatorias dirigidas contra ellos son en Mateo por el enfermo. El peligro de muerte del hidrópico no era
(cap. 23) una sentencia condenatoria; en Lucas (11,42-52), grave. La pregunta de Jesús no puede menos de ser una
son invitación a la penitencia y a la conversión. Al excluir provocación. Jesús fuerza a repensar en nueva forma la
a los pecadores de la comunidad del pueblo, al observar ley, a no contentarse con la «tradición de los antepasados»
meticulosamente las prescripciones de pureza legal y al (Me 7,5).
preocuparse por la santificación del sábado, querían pre- Jesús reivindica el derecho de interpretar y reno-
sentar a Dios un pueblo santo. Consideraban su camino, su var la ley en su calidad de profeta, en nombre de Dios
exposición de la ley, sus tradiciones, como el camino que- (Mt 5,17-48). Los fariseos se callaron; no querían disputar
rido por Dios. Estaban tan seguros de ello, que ni siquiera con Jesús, puesto que la doctrina de ellos era intangible.
se les ocurría pensar que Dios pudiera seguir un nuevo ¿Quién podía con ellos?
camino para santificar a su pueblo. Con ello se cierran el Jesús toma al hidrópico de la mano, lo atrae a su co-
acceso a Jesús, que anuncia y trae un nuevo orden de munión, lo cura y lo despide. La curación es un signo; en
salvación. efecto, testimonia que Dios está con él y que él obra con
Había todavía un huésped, que no había sido invitado, la virtud y autoridad de Dios (Act 10,38), que él explica
un «mirón», que sólo había ido para ver al huésped de también con autoridad divina la ley del sábado, que se ha
honor (cf. 7,37; 19,3). Sorprende verlo allí. Mira: es un inaugurado el tiempo de salvación y el tiempo final, que
hidrópico. Los fariseos y los doctores de la ley creen ade- comienza a surtir sus efectos el reposo sabático de Dios y
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que el renovado mundo venidero, «la restauración de todas en juego su propio interés. Al hijo, y también al buey, hay
las cosas» (Act 3,21), comienza ya a anunciarse. que salvarlo, ¡sin el menor escrúpulo! La exposición fari-
El reposo sabático cobra el sentido que tiene por vo- saica de la ley no otorga al prójimo lo que se otorga a sí
luntad de Dios. Los doctores de la ley dan la mayor impor- misma. Jesús exige: «Amarás a tu prójimo como a ti
tancia a la discusión sobre el reposo del sábado, pero mismo» (10,27). Lo que Jesús hubo de reprochar a Simón
olvidan la voluntad divina de salvación y de amor, que da el fariseo, hay que reprocharlo también a los fariseos que
la tónica a este día. Jesús, en cambio, vuelve a penetrarlo fueron testigos de la curación del hidrópico en sábado:
de la misericordia y del amor de Dios. El hidrópico es Aman poco (7,47). La ley no quiere poner límites al amor,
atraído a Jesús, es curado por él y despedido por él. Jesús pues tampoco el amor de Dios conoce límites. El reino
ss presenta con autoridad, domina la situación. Se halla de Dios que anuncia Jesús, es el reinado de la misericordia
en el centro del sábado y le da su impronta. El sábado se divina.
convierte en «día del Señor» (Ap 1,10). Por él es Dios el Jesús pone el reposo sabático al servicio del hombre
Dios de la misericordia y de la bondad para todos los po- (13,15s). Las obras maravillosas que lleva Jesús a cabo en
bres, el sábado es día de auxilio salvador, día de la consu- sábado son señales de que se ha inaugurado el tiempo de la
mación del universo. salud y que ha comenzado el reposo sabático' del tiempo
final. Dios se glorifica ahora a sí mismo con su misericordia.
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Luego les dijo: ¿Quién de vosotros, si se le cae a un El reposo del sábado significa para Jesús la revelación de
pozo un hijo o un buey, no lo saca en seguida, aunque sea la benevolencia divina con sus criaturas: paz y salvación.
sábado? 6 Y nada pudieron responderle a esto. Ahora se glorifica Dios a sí mismo en Jesús, que de palabra
y obra lo anuncia como Dios de gracia y de amor, como
El documento de Damasco de las gentes de Qumrán Dios que da y perdona, como Dios de los pobres y de los
prescribía: «Si un animal cae en una cisterna o en un foso, afligidos, para los que se proclama un año de gracia (4,18s).
no se lo ha de sacar en día de sábado.» Según la opinión El gozo de que está penetrado el sábado del tiempo final
más severa de los doctores de la ley, a tal animal sólo se lo es el júbilo por las grandes gestas de la misericordia divina.
podía alimentar en sábado, de modo que pudiera subsistir La curación del hidrópico introduce la comida de sábado
hasta el día siguiente; según la otra opinión más benigna, en casa del fariseo en la atmósfera gozosa del tiempo de
aunque no se podía sacar al animal, se le podía dar la salvación. En el centro del sábado cristiano se halla de pa-
posibilidad de salir por sí mismo echándole mantas y co- labra y de obra la acción redentora de Jesucristo, el gran
jines. Jesús no condena esta interpretación más benigna, hecho de la misericordia divina, que por Jesús es perpetuado
sino que la apoya y, basándose en ella, va todavía más en el día del Señor: el sagrado banquete de la eucaristía.
lejos. Al animal — a l buey — se lo debe salvar. ¡Cuánto Ésta debe darnos una nueva impronta para que represente-
más al hijo! ¿Se ha de rehusar la salvación a la persona mos el amor de Dios entre los hombres.
enferma? Con una reflexión muy llana razona Jesús su proceder
Los fariseos interpretan la ley humanamente cuando está en día de sábado: la ley de Dios no puede exigir que en día
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de sábado se deje perecer al propio hijo o al propio buey, los judíos y la comida de los últimos tiempos en el reino
si tienen necesidad de salvación. La ley piensa humani- de Dios. El Señor está siempre presente y reparte sus dones
tariamente. El reposo sabático fue establecido por la ley salvadores.
con miras humanitarias y sociales, en consideración de la
familia, de la servidumbre y hasta del ganado del amo (Éx
23,12; Dt 5,14s). Reglas sencillas de vida se convierten en b) No ambicionar los primeros puestos (14,7-11).
reglas fundamentales para la entrada en el reino de Dios
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(14,7-14). Jesús proclama la voluntad del Dios creador Al notar cómo los invitados escogían los primeros
y legislador sin la menor desfiguración humana. Los doc- puestos, les proponía una parábola: 8 Cuando seas invitado
tores de la ley no sabían qué oponer a las consideraciones por alguien a un banquete de bodas, no te pongas en el
de Jesús, que concuerdan con la prudencia y sabiduría primer puesto, no sea que otro más importante que tú haya
humanas. La sabiduría de la enseñanza de Jesús sobrepasa sido invitado por él, 9 y cuando llegue el que te invitó a ti y
la sabiduría de los doctores de la ley. Jesús es el maestro al otro, te tenga que decir: Déjale el sitio a éste; y entonces,
de los hombres enviado por Dios, y habla como alguien que lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
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tiene autoridad, no como los doctores de la ley (Mt 7,29). Al contrario, cuando estés invitado, ve a ponerte en el
Dos veces se ha hablado ya de curaciones en sábado 9 , y último lugar, de suerte que, cuando llegue el que te invitó,
además del conflicto sabático, cuando se refirió cómo los te tenga que decir: Amigo, sube más arriba. Entonces que-
discípulos cogían y desgranaban las espigas (6,1-5). Lucas darás muy honrado delante de todos los comensales. J1 Por-
no gusta de tratar dos veces la misma materia, nc- le gustan que todo el que se ensalza será humillado, y todo el que se
los duplicados. ¿Por qué, pues, no temió aquí la repeti- humilla será ensalzado.
ción? La cuestión del sábado había dejado ya de ser ac-
tual en las comunidades cristianas a las que se dirigía. La La comida de fiesta de los fariseos doctores de la ley
comunidad primitiva había comenzado ya a celebrar el está condimentada con discursos que conducen al debido
domingo como día del Señor (Act 20,7) con el banquete conocimiento de Dios. Jesús habla como uno de ellos, no
del Señor y la fracción del pan. ¿Cómo entendía Jesús el en el estilo de una amonestación profética. Sus palabras son
descanso sabático y la celebración del sábado? Importaba discursos figurados, con moraleja, son parábolas. En ellos
saber esto, pues con aquel nuevo espíritu había que celebrar late su objetivo, su mensaje y su doctrina, el reino de
el día del Señor. La comida del sábado en casa del fariseo Dios. Lo que él observa le sirve de imagen para exponer
dirigente hace referencia a la comida de los últimos tiem- su doctrina de salvación.
pos en el «reposo sabático... de Dios» (Heb 4,9ss). La Los invitados llegan y se sientan a la mesa. En ello hay
comida, en cambio, que celebran los cristianos el día del que observar rigurosamente las precedencias. Según antigua
Señor se halla en el medio entre la comida de sábado de usanza, se eligen los puestos no por razón de la edad, sino
conforme a la dignidad y categoría de los invitados. Cada
9. 6,6-11; 13,15s. cual elige su puesto conforme a su rango, que él mismo
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ST. Le II. 3
se asigna. Jesús ve cómo los invitados se precipitan a los sus derechos delante de Dios, Dios mismo lo excluye de su
primeros puestos. Los fariseos cuidaban mucho de su honra, reino; al pequeño, que no se tiene por digno de los dones
gustaban de ocupar los primeros puestos en las sinagogas de Dios, le hace Dios entrar en su reino. «Dios revela su
y procuraban que se les saludase en las plazas públicas 10. secreto a los pequeños» (Eclo 3,20). Ser pequeño es la
Reivindicaban su precedencia, pues estaban convencidos de primera condición para ser uno admitido en el reino de
tener derecho a los primeros puestos. Con la misma segu- Dios (6,20). Con la misma sentencia se cierra también el re-
ridad con que ocupaban los primeros puestos en la mesa lato del fariseo y del publicano en el templo. Allí reivindica
juzgando que les correspondían como propios, creían tam- el fariseo el primer puesto delante de Dios, como aquí en
bién saber cuál es su puesto en la mesa de Dios. Estaban la comida; el publicano, en cambio, que no se estima digno
seguros del reino de Dios. ¿Con derecho? del primer puesto, queda justificado delante de Dios.
Lo que en esta circunstancia observa Jesús le da pie El comportamiento en la comida descubre también quién
para el diálogo. Comienza con una regla de urbanidad. En puede participar en el banquete del reino de Dios. Para
ella late un viejo aforismo: «No te alabes en presencia los cristianos no hay sólo reglas de pura urbanidad o de
del rey y no te sientes en la silla de los grandes. Pues conveniencias cortesanas; para ellos, incluso el comporta-
mejor es que te digan: Sube acá, que tener que ceder tu miento en una comida corriente está significativamente en-
puesto a otro más grande» (Prov 25,6s). También los doc- vuelto en la sombra del misterio del reino de Dios. El
tores de la ley conocen esta regla de prudencia: «Mantente reino de Dios lo abarca todo: el hombre, su comida, su
alejado dos o tres asientos del puesto (que te corresponde), comportamiento en la mesa, todas las esferas de su vida y de
hasta que te digan: ¡Ven más arriba!, en lugar de decirte: su ser. Dios lo es todo en todo. Nada se le puede sustraer;
¡Más abajo, más abajo!» Para los doctores de la ley eran el Evangelio del reino reclama conversión.
estas palabras no sólo reglas de prudencia con que librarse Durante la última cena surge una disputa entre los dis-
del bochorno; describen además una actitud que es fruto de cípulos acerca de las precedencias. «Surgió entre ellos una
sentimientos morales. discusión sobre cuál de ellos debía ser tenido por mayor»
La regla dada por Jesús no es de pura cortesía y de (22,24). Jesús exige que uno se haga pequeño: «El mayor
prudencia mundana, no es una exhortación moral general a entre vosotros pórtese como el menor; y el que manda,
ser modestos, sino una parábola sugerida por la búsqueda como quien sirve» (22,26). Jesús mismo se convierte en
ansiosa de los primeros puestos y que expresa una verdad servidor: «¿Quién es mayor: el que está a la mesa o el que
concerniente al reino de Dios: quien quiera entrar en el sirve? ¿Acaso no lo es el que está a la mesa? Sin embargo,
reino de Dios, ha de ser pequeño, ha de hacerse pequeño, yo estoy entre vosotros como quien sirve» (22,27). La
no debe formular falsas pretensiones teniéndose por justo. celebración de la eucaristía se efectúa en el marco de servir
La sentencia final da la clave: Dios humillará al que se y ser pequeño. De nuevo se tiende un arco que va del
ensalce. Al que se tiene por justo, que quiere hacer valer banquete terreno al banquete de los últimos tiempos, y entre
ambos está el banquete sagrado de la comunidad. El arco
10. 11,43; 20,46; Mt 23,6; Me 12,38. que reúne a los tres es la actitud de ser pequeño: el Se-
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ñor que se ha hecho servidor, Jesús en camino hacia vecinos ricos? Jesús, con sus palabras, quiere hacer reflexio-
Jerusalén, donde él, sirviendo, dará su vida como rescate nar. Con amigos se está a gusto; los hermanos y los pa-
por los muchos, esperando la exaltación. El camino de la rientes pertenecen a la gran familia, y con su invitación
salvación es el de hacerse pequeños. «todo queda en casa». De los vecinos ricos se espera abun-
dante compensación. La invitación está regida por el amor
al propio yo. «Si amáis a los que os aman, ¿Qué gracia te-
c) La elección de invitados (14,12-14). néis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si hacéis
bien a los que bien os hacen, ¿qué gracia tenéis? También
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Decía también al que lo había invitado: Cuando des los pecadores hacen lo mismo» (6,32s). El distintivo del
una comida o una cena, no convides a tus amigos, ni a tus amor de los discípulos es: sin esperar nada a cambio (6,35).
hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea Su amor no debe ser sólo un amor que espera ser corres-
que también ellos a su vez te inviten, y ello te sirva de pondido. Jesús no se contenta con un comportamiento ba-
recompensa. n Al contrario, cuando des un banquete, invi- sado en conveniencias o en esperanza de compensación.
ta a pobres, tullidos, cojos, ciegos. u Dichoso tú entonces, Hay que invitar a los más pobres entre los pobres: los
pues ellos no tienen con qué recompensarte, y así tendrás tullidos, los cojos, los ciegos. De ellos no hay nada que es-
tu recompensa en la resurrección de los justos. perar. No pueden invitar por su parte, no acarrean acre-
centamiento del honor o de la influencia. Tampoco es un
También el anfitrión, el que había invitado a la comida placer comer con ellos. Nadie los ve a gusto. En la comu-
es implicado en el diálogo. Las palabras que se le dirigen nidad de Qumrán no se admitían tullidos de pies o manos,
no pueden considerarse una parábola. Jesús formula una cojos, sordos o mudos. El sordomudo, el ciego y el idiota
verdad de vigencia perpetua mediante un imperativo apli- no podían, en determinados sacrificios en el templo, poner
cable a un determinado caso de la vida. La alocución diri- sus manos sobre la cabeza de la víctima; a estas gentes
gida al anfitrión quiere ser obligatoria. Jesús quiere que se las excluía del culto oficial del templo. Precisamente a
se cumpla lo que él dice, pero no sólo esto, sino algo más, éstos es a los que hay que invitar, a fin de que se borre
como apunta él mismo. toda idea de compensación. En el sermón de la Montaña
La palabra dirigida al anfitrión está adaptada a él. In- se pide todavía más a los discípulos: el amor de los ene-
vitar es cuidado del anfitrión. Jesús no habla de esta comida migos. El amor a los enemigos no supone la menor esperan-
presente, sino de una comida o de una cena, que éstas eran za de contracambio y compensación. «Amad a vuestros
las dos refecciones del día. A la comida durante Ja cual enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada» (6,35).
está hablando Jesús, están invitados no sólo amigos, her- Quien está penetrado de tal desinterés y altruismo, ten-
manos, parientes y vecinos ricos, sino también Jesús y quizá drá participación en el reino de Dios. Dios le dará la
sus discípulos. La exhortación profética se expresa con compensación. El que en sus obras sólo busca a Dios, re-
consideraciones y afabilidad. cibirá de él gracia, agradecimiento y recompensa. «Tened
¿Por qué son invitados amigos, hermanos, parientes, cuidado de no hacer vuestras buenas obras delante de la
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gente para que os vean; de lo contrario, no tendréis recom- una mirada sobre los acontecimientos del fin de los tiempos,
pensa ante vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 6,1). En aquella se prometía la exaltación, aquí la resurrección
En la comida que se celebró en casa del fariseo se hizo de los justos. Allí el camino pasaba por el abajamiento, aquí
manifiesta la bondad munífica de Dios cuando el hidró- por el desinterés. Servir con amor desinteresado, dándolo
pico obtuvo la curación en sábado. Dios se glorificó a sí todo, sin esperar nada: esto constituye al verdadero dis-
mismo haciendo bien al más pobre. «Es bueno aun con cípulo, que sigue a Jesús en el camino hacia Jerusalén, donde
los desagradecidos y malvados» (6,35). En la parábola del le aguarda la «elevación».
gran banquete dirige Dios mismo su invitación a los tulli- Jesús habla de retribución y recompensa. La idea de
dos, a los ciegos y a los cojos (14,21). El discípulo represen- la recompensa no es la que determina la acción del discípulo,
ta la imagen de Dios. «Sed misericordiosos, como (y porque) sino el Padre que está en los cielos. Quien así proceda,
vuestro Padre es misericordioso» (6,36); el discípulo da sin será recompensado misericordiosamente con la comunión
esperar compensación, su pensamiento está puesto en Dios. con Dios en el reino de Dios. La recompensa se dará en
Dios se le revela (cf. Mt 5,16). la resurrección de los justos. No sólo los justos, sino tam-
Las reglas del convite se convierten en reglas del ban- bién los pecadores han de resucitar (Act 24,15). La suerte
quete celestial del reino de Dios. La Iglesia primitiva de Tiro y de Sidón en el juicio será más llevadera que
puso empeño en que la regla de la invitación se viviera la de las ciudades galileas, que rehusaron la fe a Jesús
también en el banquete del Señor. ¿Lo logró? Pablo se (10,14; 11,31). Resucitarán para el juicio. «Los que hicieron
queja de la comunidad de Corinto que se reúne para el el bien saldrán para resurrección de vida; los que hicie-
banquete del Señor, de que cada uno toma anticipadamente ron el mal, para resurrección de condena» (Jn 5,29). La
su comida, que uno no tiene hambre y otro está ebrio: resurrección quiere ser promesa de felicidad, quiere cimentar
«¿Tenéis en tan poco las asambleas de Dios, que avergon- bienaventuranzas.
záis a los que no tienen?» (ICor 11.20-22). En la carta de
Santiago se lee: «Suponed que en vuestra asamblea entra
un hombre con anillo de oro y con vestido elegante, y que d) La gran cena (14,15-24).
entra también un pobre con vestido sucio. Si atendéis al
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que lleva el vestido elegante y le decís: Tú siéntate aquí Cuando oyó esto uno de los comensales, le dijo: Di-
en lugar preferente; y al pobre le decís: Tú quédate allí de choso el que participe en el banquete del reino de Dios.
pie, o siéntate bajo mi escabel, ¿no juzgáis con parcialidad
en vuestro interior y os hacéis jueces de pensamientos ini- Uno de los comensales toma la palabra y formula lo
cuos?» (Sant 2,2-4). ¿Dónde es más grande la gracia que que se cierne tácitamente sobre estas conversaciones: el
se da, que en la mesa de la eucaristía? ¿Dónde es el hom- banquete del reino de Dios. El banquete en la tierra es
bre más mendigo que en esta mesa, en la que se le da imagen del banquete futuro, con el que se representa la
comida y bebida «para perdón de los pecados» (Mt 26,28)? consumación final, el reino de Dios (13,28). El comensal
Como la parábola, también el imperativo termina con llama dichoso al que pueda participar en aquel banquete.
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La esperanza y el anhelo de Israel gira en torno a este no era fácil y sólo se podía observar con gran renuncia,
banquete. Es el banquete de la redención, que no ha de el hombre religioso se sentía fortalecer con la mirada a la
tener fin. Los escritos apocalípticos lo describieron con los bienaventuranza con que Dios recompensaría su servicio.
colores más vivos: «En la última venida sacará (Dios) a ¡Qué bien les irá a los que estén invitados al banquete que
Adán y a los patriarcas y los conducirá aquí (al paraíso Dios prepara para los justos, cuando sea revelado su
del Edén), para que se regocijen, como una persona trae reino! El fariseo está convencido de que él estará presente,
a los que ama para que se sienten a la mesa con él, y esos pues se reconoce por «hijo del reino» (Mt 8,12).
que han venido, hablan ante el palacio de ese hombre,
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esperando con gozo su banquete, el disfrute del bien y de la Entonces él le contestó: Un hombre preparaba un
riqueza inconmensurable, y gozo y alegría en la luz y en gran banquete e invitó a mucha gente; 17 y envió a su criado
la vida eterna» (Henoc eslavo 42,5). La antigua Iglesia a la hora del banquete para decir a [os invitados: Venid,
repite la felicitación del comensal, cuando piensa en la vida que ya está preparado.
futura: «Bienaventurados los invitados al banquete de las
bodas del Cordero» (Ap 19,9). Confluyen las imágenes del Jesús no se detiene en la felicitación del comensal, sino
banquete escatológico y de las bodas escatológicas. Dejan que habla del comportamiento de los invitados. Siempre
entrever el gozo que aporta el tiempo final. Cuando la co- evitó describir la magnificencia del banquete de los últimos
munidad primitiva de Jerusalén se reunía para «partir el tiempos; el reino de Dios sobrepuja toda representación
pan», se sentía penetrada de gozo por lo que iba a venir humana. Jesús pasa de la felicitación a la decisión personal
y de júbilo por la salvación (Act 2,46). El banquete que que se requiere para tomar parte en el banquete (cf. 13,23s).
se celebraba orientaba la mirada hacia la salvación consu- Era necesario hacer vacilar la falsa seguridad en sí mismo
mada. El «partir el pan» del banquete eucarístico hacía y debía aceptarse su llamamiento a la conversión.
esperar confiadamente el banquete del fin de los tiempos. Los grandes banquetes tienen lugar por la noche. Aquí
Jesús mismo, en la última cena, hizo mención del banquete se trata de un gran banquete, pues son muchos los invitados.
futuro en el reino de Dios (22,16.18.29). «Bienaventurado Primero se hace una invitación previa, con la que se anun-
el que coma el pan en el reino de Dios.» La mirada pasa cia el banquete. Todavía no se indica la hora exacta. Poco
de la comida del sábado al banquete eucarístico, y de éste antes de comenzar envía el anfitrión a un criado para que
al banquete en el reino de Dios. los invitados que habían aceptado la invitación se acuerden
Al fariseo que pronunció las palabras de parabién no de que ya es hora, que todo está preparado. Con esta
le cabía duda de que él participaría en el banquete de la forma de invitación observa el anfitrión una práctica de
bienaventuranza. Para tener parte en la vida futura que cortesía que se había hecho corriente en los ambientes
libra de toda angustia, lleva él con gusto el peso de la ley distinguidos de Jerusalén. «En Jerusalén no acudía nadie a
y se preocupa ansiosamente por cumplir con todas sus le- un banquete si no había sido invitado dos veces.» Cuando
tras, y edifica con artificio una valla alrededor de la ley tenía lugar la segunda invitación, la cortesía exigía que
para impedir que sufra la menor violación. Si la obediencia se cumplimentase.
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Pero todos, sin excepción, comenzaron a excusarse.
El banquete está preparado. El amo de casa no tiene
El primero le dijo: He comprado un campo y necesariamente
la menor idea de suspenderlo. Quiere brindar la alegría del
tengo que ir a verlo; te ruego que me dispenses. 19 Otro dijo:
banquete. Así pues, hay que buscar a otros que sustituyan
He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a ir a pro-
a los primeros invitados. A la primera invitación no halla
barlas; te ruego que me dispenses. 20 Y otro contestó: Me
suficientes comensales como para llenar la sala. Se envía
acabo de casar, y por eso no puedo ir. 21a Se presentó, pues,
por segunda vez al criado que hace las invitaciones. El
el criado y refirió estas cosas a su señor.
anfitrión es generoso y magnánimo. La magnanimidad
del anfitrión contrasta con la mezquindad de los primeros
Ser invitado a un banquete es un honor y una alegría.
invitados. Aquí se diseña la imagen de Dios. Dios es amor
Como si se hubiesen puesto de acuerdo, todos los invi-
que da, que se da, que se muestra condescendiente.
tados se excusan, aunque ya habían aceptado la invitación.
Primeramente se invita a los pobres que se hallan por
Todos sin excepción: el hecho es grave. Rechazar la invita-
las calles y plazas. No tienen casa, pero por lo menos
ción, sobre todo en el último momento, se tiene por una
viven resguardados por los muros de la ciudad. Los tullidos,
ofensa. La manera como fue rechazada hubo de disgustar al
los cegos y los cojos son excluidos de la comunidad cultual
anfitrión". El primero habla todavía de necesidad, de
por los judíos (14,13). Los nuevos comensales no han de
fuerza mayor, y se excusa. El segundo se contenta ya con
ser sencillamente invitados: hay que traerlos. No les cabe
decir: Voy..., y también se excusa. El tercero ni siquiera
en la cabeza que puedan ser invitados a un banquete, ni
se excusa ya. La propiedad, las ocupaciones, la esposa son
siquiera se atreven a ir cuando oyen la invitación; es pre-
los impedimentos para cumplimentar la invitación, para
ciso llevarlos. Hay que darse prisa, pues el tiempo apremia,
decidirse a responder al llamamiento: son cosas que hacen
el banquete está preparado.
perder todo el interés por la invitación.
La segunda invitación va dirigida a los que vagan por
21b los caminos en los alrededores de la ciudad. Los caminos
Entonces el amo de casa se enfureció y dijo a su
del campo están limitados por cercas. Los extraños que
criado: Sal inmediatamente por las plazas y las calles de
acampan por allá, que no tienen derecho de ciudadanía en
la ciudad, y trae aquí los pobres, los tullidos, los ciegos y
la ciudad, tienen que ser traídos a la fuerza. Según la corte-
los cojos. 21 Luego le dijo el criado: Señor, se ha hecho lo
sía oriental, hasta los más pobres deben resistirse a toda
que has mandado, pero todavía queda sitio. 23 Entonces el
invitación hasta que tomados de la mano y con suave
señor dijo al criado: Pues sal a los caminos y cercados,
violencia (24,29) se los introduzca en la casa. Esas gentes,
y obliga a la gente a entrar, hasta que mi casa se llene.
que andan vagando fuera de la ciudad, ¿podrán ahora ir
a la ciudad, a un «gran banquete»? Les parece increíble.
No se creen dignos.
11. La forma actual de la parábola ve en las palabras de los invitados
una negativa total, no sólo una excusa por acudir más tarde (cf. E. LINNE-
MANN, Gieichnisse Jesu, -1962, p. 95.159-161).
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24
Porque os digo que ninguno de aquellos que estaban
palabra de Dios: «Lo que cayó entre zarzas son los que
invitados ha de probar mi banquete.
oyeron; pero con las preocupaciones, las riquezas y los
placeres de la vida, se van ahogando y no llegan a madurar»
Estas últimas palabras de la parábola no las dice ya (8,14). A la propiedad y al amor de la mujer se opone en
el amo de casa, sino Jesús. Es como si saliera al proscenio san Mateo el llamamiento a la pobreza y a la virginidad
y hablara al público 12 . La parábola va avanzando cada (Mt 19,21.1 ls), llamamiento que no va dirigido a todos.
vez más hacia Jesús. Primero se habla de «un hombre»
La parábola es una invitación a entrar dentro de sí,
(v. 16), luego se dice «el amo de casa» (v. 2\b), y final-
a convertirse. Se pone en contingencia la entrada al ban-
mente se lo llama «señor» (v. 23). Jesús mismo pronuncia
quete del reino de Dios, si no se oye y se pone en práctica
las palabras conminatorias de la exclusión de los primeros
la palabra de Jesús. Los tres invitados rechazan la invi-
invitados que habían despreciado su invitación.
tación porque los negocios de la tierra, los asuntos de la
El fariseo que durante la comida había pronunciado vida, los placeres y su satisfacción tienen para ellos más
su «bienaventuranza», estaba persuadido de que tomaría importancia que el llamamiento de Jesús y la predicación
parte en el banquete del fin de los tiempos. ¿Puede estar de la Iglesia, que lleva a los hombres esta invitación de
tan seguro? Desde luego, todo Israel fue invitado por Jesús. Se animan quizá por un momento —como los in-
Dios a lo largo de la historia de la salvación. Ahora tiene vitados a la primera invitación—, pero no toman una
lugar el llamamiento último y decisivo, la invitación defi- decisión seria y definitiva que se traduce en obras; quieren
nitiva : por Jesús. Se ha iniciado la hora más decisiva de la alcanzar bienestar y disfrutarlo.
historia de la salud. «Ahora es el tiempo favorable; ahora
Dos clases de hombres son llevados al banquete y ocu-
es el día de salvación» (2Cor 6,2; Is 49,8; Le 4,21). Ahora
pan los puestos de los primeros invitados. También sobre
hay que dirigirse a Jesús y hay que escuchar su invitación
esto conviene reflexionar. Son precisamente los mismos
(13,24.25s). ¿Qué es lo que sucede? Se rechaza su invita-
que son excluidos del reino de Dios por los fariseos: los
ción. El desenlace: «Ninguno de aquellos que estaban in-
pobres (tullidos, cojos, ciegos) y los gentiles. No pertenecen
vitados ha de probar mi banquete.» ¿Qué decir ahora de
a la sagrada comunidad de Israel y no pueden esperar
la seguridad del fariseo?
gozar de la comunidad de mesa en el reino de Dios. Jesús
Las razones que dan los invitados para excusarse están
juzga diferentemente. Precisamente a los pobres y a los
desarrolladas tan ampliamente por Lucas 13 que merecen
paganos despeja Jesús el camino del banquete en el reino.
ser examinadas. La propiedad (un campo), los negocios
En ellos halla eso que él mismo anuncia como condición
y las faenas (los bueyes), la mujer (contraer matrimonio)
fundamental para entrar en el reino. Los pobres y los pa-
son los impedimentos para cumplimentar la invitación. Tres
ganos que aceptan la invitación no se atreven a creer que
motivos parecidos impiden que se desarrolle y dé fruto la
se les ha invitado a ellos; tienen que ser llevados y forzados
12. Análogamente también 11,8; 15,7; 16,9; 18,8.14; 19,26.
a entrar. Se reconocen pobres delante de Dios y se tienen
13. Mateo, en la parábola paralela, aduce sólo dos razones: el campo por indignos, como la pecadora en casa del fariseo (7,36),
el negocio (Mt 22,5); esta forma más sucinta parece ser la más original.
el jefe de publícanos, Zaqueo (19,1), el publicano en el
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templo (18,8), el hijo pródigo (15,11), el ladrón crucificado
juntamente con Jesús (23,41). 3. ABNEGACIÓN CRISTIANA (14,25-35).
La parábola del gran banquete cierra el symposion
lucano. De ella se proyecta luz sobre el banquete que cele- Para entrar en el reino de Dios es necesario seguir el llama-
bran las comunidades cristianas el domingo. ¿Quiénes son, miento de Jesús. Ya en la parábola del gran banquete ha aparecido
pues, los que allí se congregan? Pablo hace la presenta- claro que hay impedimentos para aceptar este llamamiento. En una
nueva unidad literaria, en la que se combinan dichos de Jesús
ción ás la comunidad de Corinto: «Fijaos, hermanos, quié-
transmitidos por tradición, se muestran las condiciones del segui-
nes habéis sido llamados: no hay entre vosotros muchos miento más radical de Jesús: renuncia al abrigo y seguridad en
sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos de la familia y prontitud para dar la vida (v. 25-27), serena pondera-
noble cuna; todo lo contrario: lo que para el mundo es ción y consideración de si se ha de tomar la decisión de seguir
necio, lo escogió Dios para avergonzar a los sabios, y lo a Jesús de esta forma tan radical (v. 28-32), desapego de toda
propiedad (v. 33). Sólo así se logra vivir el verdadero sentido del
que para el mundo es débil, lo escogió Dios para aver-
seguimiento de Jesús en calidad de discípulo y de la entrega total
gonzar a lo fuerte, y lo plebeyo del mundo y lo despreciable, a Jesús, y estar a la altura de la responsabilidad que esto implica
lo que no cuenta, lo escogió Dios» (ICor 1,26-28). ¿Por (v. 34). En la comunidad hay personas que viven voluntariamente
qué así? En la comida de un príncipe de los fariseos — en en virginidad y pobreza (ICor 7,8; Act 4,37). ¿Qué hay que decir
una comida festiva de sábado— sólo uno halló la salud sobre esto?
y salvación: el pobre hidrópico despreciado...
Sobre el symposion se extiende la luz, el resplandor
a) Renuncia del disápulo de Cristo (14,25-27).
del amor generoso, misericordioso, de Dios, que se goza
de darlo todo a los que no tienen nada: al hidrópico, a los 25
Grandes multitudes iban caminando con él, y volvién-
tullidos, cojos y ciegos — y a los gentiles que viven fuera
dose hacia ellas, les dijo:...
del abrigo de la ciudad de Dios —; todos éstos son saciados
porque tienen hambre y no poseen nada. Los que se jactan La gran muchedumbre del pueblo quieren ser discípulos
de poseer, salen con las manos vacías (1,53). Esta fe, esta de Jesús. Van tras él. ¿Sabe la multitud lo que esto significa
convicción de que lo más grande que puede esperar el y lo que exige? Jesús camina hacia Jerusalén, donde le
hombre es don y gracia, es lo que crea la verdadera comu- aguarda la glorificación, pero también la pasión y la muer-
nidad, que congrega a las gentes en el banquete del Señor. te...» ya se han dejado oír algunas exigencias formuladas
El saber que la adhesión al Señor es lo decisivo en el ca- a los discípulos, ya se han mencionado algunas condiciones
mino de la salud, esto es lo que proporciona el verdadero de la glorificación: «Esforzaos por entrar por la puerta
fruto de la eucaristía: participación en la muerte del Señor estrecha» (13,24). Quien quiera entrar al gran banquete,
hasta que él venga (22,20; ICor 11,23-25). El symposion debe seguir inmediatamente el llamamiento y la invitación
se celebra camino de Jerusalén. y diferir la visita de su campo, la prueba de las yuntas de
bueyes, el tomar esposa (14,18-20). ¿Qué quiere decir
caminar con él? ¿Llegar a la «elevación»?
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La multitud del pueblo camina tras Jesús; él tenía que vida deben pasar a segundo término delante de Jesús. La
volverse cuando quería dirigirle la palabra. Se ha dado adhesión a Jesús (en algún sentido) es condición ineludible
el primer paso en el seguimiento de Jesús. El pueblo ha para alcanzar el reino de Dios, el más alto de todos los
tomado conocimiento de Jesús, se le ha adherido no obs- valores. Por lo menos en caso de conflicto hay que poner
tante la contradicción de muchos, le sigue y oye su palabra. a Jesús por encima de todo lo demás y desligarse de
Lo que salva es sólo la adhesión a Jesús. ¿Pero basta con cualquier otro vínculo.
ir tras él? ¿Qué significa seguir a Jesús? De Leví, padre y patriarca de los levitas que sirven en
el templo se dice que dijo así acerca del padre y de la
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SI alguno viene a mí y no odia a su padre y a madre: «No los conozco», que no consideró a sus her-
su madre, a la mujer y a los hijos, a los hermanos y herma- manos y desconoció a sus hijos (Dt 33,9), Leví se siente
nas, y más aún, incluso a sí mismo, no puede ser mi ligado incondicionalmente al templo, a la ley, y a la alianza
discípulo. de Dios; por razón de este vínculo deja en segundo lugar
todas las obligaciones con su familia. Para Leví, consagrado
El que viene a Jesús para ser su discípulo tiene que a Dios, la ley de Dios y la alianza son las realidades incon-
poner a Jesús por encima de todo, poner todo lo demás en dicionales que hay que anteponer a todo lo demás. Para
segundo lugar. Lo que esto significa, lo formuló Jesús con los discípulos de Jesús es Jesús la realidad incondicional,
una palabra tremendamente dura, extremada, imposible de exclusiva, que no admite comparación. Él es la ley, el nuevo
pasar inadvertida, provocativa: odiar. Odiar todo lo que orden salvífico, la revelación de Dios, la verdad (Jn 14,6)
amamos y tenemos el deber de amar: las personas que es- y la realidad, en cuya comparación todo lo demás no es
tán unidas con nosotros con los vínculos más fuertes, la sino sombra. Sólo en él está la salvación (Act 4,12).
familia, que asegura protección y abrigo —la expresión
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presupone la gran familia—, la propia vida... Sólo Jesús Quien no lleva su cruz y viene tras mí, no puede ser
se propone como el único objeto de amor, como el único mi discípulo.
refugio, como dispensador de vida.
Jesús ha predicado el amor, no el odio. Ni tampoco Estas palabras se pronuncian en camino hacia Jerusalén,
pensó en dejar sin vigor el cuarto mandamiento (18,19s). donde aguarda a Jesús la muerte de cruz. Quien quiera
Según la manera de hablar semítica, odiar significa poner seguirle, tiene que estar dispuesto a llevar su cruz. Jesús
en segundo lugar, posponer 14. Mateo explica lo que quiere va delante en el camino del Calvario. En la antigüedad, el
decir Lucas, con estas palabras: «El que ama a su padre que era crucificado debía arrastrar hasta el lugar de la
ó a su madre más que a mí» (Mt 10,37). «Odiarse» a si ejecución la viga transversal. La palabra de Jesús es una
mismo significa lo mismo que negarse a sí mismo (9,23). palabra figurada, una imagen15. La muerte en cruz es
Padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas, la propia 15. No está resuelto si al hablar Jesús de llevar la cruz hace una pre-
dicción de su muerte o bien emplea un giro popular. ¿De dónde provendría
éste? ¿De Ez 9,4-6: Se salvará el que lleve marcada la T (+1? ¿De Gen 22.6,
14. Cí. Gen 29,30.31.33; Dt 21.15ss; Jue 14,16. donde Isaac lleva su haz de leña para el sacrificio?
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NT, Le I I , 4
castigo de los infames, de los desertores y de los esclavos. cavó un lagar y construyó una torre» (Me 12,1). Esta torre
El que lleva la cruz pierde la vida, la honra, y está con- en una viña tenía una doble finalidad. En temporadas de
denado a la destrucción total; se dioe: «Maldito el que mucho trabajo servía de habitación; en todos los casos
está colgado de un madero» (cf. Gal 3,13). El que se re- servía para vigilar, pues desde el terrado plano se divisaba
suelve a seguir a Jesús, debe estar pronto a tomar sobre sí todo sin dificultad y se podía observar si se acercaban la-
todo lo que está incluido en esta gama, pero que repugna drones o animales. Todo viñador soñaría con poseer, en
al hombre hasta lo más hondo de su ser. Jesús, Maestro lugar de una cabana de follaje, una verdadera torre en me-
y Señor, lleva la cruz y es un crucificado; éste es su camino dio de su viña. Aquí comienza la parábola de Jesús. Si uno
hacia la «elevación». de vosotros, que posee una viña, quiere edificar en ella una
¿Qué significa seguir a Jesús? Los muchos que caminan torre de vigía, no llamará sin más a los albañiles y apron-
con Jesús hacia Jerusalén ¿están dispuestos a ponerlo por tará el material de construcción, sino que primero reflexio-
encima de todo, a tomar sobre sí su suerte, a cargar con la nará para ver si los medios de que dispone le permiten llevar
cruz, a exponer su vida si Dios lo exige en el seguimiento a cabo la construcción. Se sienta, hace cálculos con la
de Jesús? Tales exigencias se fundan en la palabra y lla- pluma en la mano, se toma tiempo para reflexionar. Se com-
mamiento de Jesús. paran los gastos de construcción y el capital disponible.
Sólo cuando consta que es suficiente el capital se comienzan
las obras. El que se ahorra estas reflexiones y, un día, cuando
b) Decisión deliberada (14,28-32). le viene la idea, manda comenzar las obras, se expone a
graves riesgos. Podría suceder que viniera a gastarse todo
28
Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una el capital cuando apenas se hubieran echado los cimientos.
torre, no se sienta antes a calcular los gastos, a ver si ¿Qué hacer entonces? Habrá que suspender las obras, él
tiene para terminarla? 29 No vaya a ser que, si después de habrá despilfarrado su dinero y todos los que vean la
poner los cimientos no puede acabarla, todos los que la obra sin acabar se le reirán tratándole de charlatán y
vean empiecen a burlarse de él 30 diciendo: Este hombre fanfarrón, de hombre irreflexivo. Jesús quiere decir, y en
comenzó a edificar, pero no pudo terminar. ello todos le dan la razón: nadie de vosotros querrá ha-
cer semejante tentativa, sino que reflexionará y calculará
La parábola empieza en estilo semítico. El que la oye, diligentemente y sólo dará la orden de edificar cuando esté
puede y debe juzgar por sí mismo. Se pone el caso de uno seguro de que tiene medios suficientes para llevar a tér-
que quiere edificar una torre. ¿Un edifiicio de varias plan- mino su proyecto. De lo contrario, vale más dejar el asunto.
tas? ¿Una fortaleza? ¿Un gran edificio mercantil? Ahora
bien, los oyentes de Jesús son por lo regular gentes sencillas, 31
¿O qué rey, teniendo que salir a campaña contra otro
labradores, viñadores. A ellos se dirige Jesús: ¿Quién de rey, no se sienta antes a reflexionar si será capaz de en-
vosotros...? En la parábola de los viñadores homicidas se frentarse con diez mil hombres al que viene contra él con
dice: «Un hombre plantó una viña y la rodeó de una cerca. veinte mil? 32 De lo contrario, mientras el otro está todavía
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lejos, le envía una embajada para pedirle condiciones de paz. el centro de ambas parábolas se dice: «no se sienta antes»,
«a calcular», «a reflexionar». ¿Pero esto es todo? ¿No se
La segunda imagen no está ya tomada de la vida de las trata en las parábolas de una elección: construir la torre
gentes sencillas, sino de la alta política. Por eso no se co- o no construirla; emprender la guerra o someterse? Si resulta
mienza aquí, como antes, con las palabras «¿Quién de que los medios son insuficientes, vale más renunciar senci-
vosotros?», sino que se dice: «¿Qué rey?» Se pone el caso llamente a la empresa. En la parábola del rey que trata
de un rey que quiere guerrear contra otro rey. Este otro de guerrear, se dice esto expresamente. En la otra parábola
rey ha emprendido ya la marcha. ¿Qué hará el rey que se se hace referencia a los perjuicios que acarrea un proceder
ve agredido? ¿Salir precipitadamente al encuentro del inconsiderado: en lugar de ventajas, sobrevienen inconve-
enemigo, con su ejército reclutado de prisa con trompetas y nientes. Las parábolas dobles ilustran la misma idea, pero
tambores, sin considerar antes cuál es la proporción de las no de la misma forma. Con la idea principal se asocian
fuerzas? Sabe que el rey enemigo avanza contra él con las dos ideas secundarias mencionadas. La doble parábola
veinte mil hombres y que él mismo sólo dispone de diez quiere decir: primero pensar, luego osar; mejor no co-
mil hombres en condiciones de combatir. ¿Vale verdade- menzar en absoluto una cosa, que lanzarse a ella con medios
ramente la pena oponer resistencia? Por lo regular es insuficientes para acabar en un fracaso. Con estas ideas
imposible derrotar a un enemigo que cuenta con doble con- no quiere Jesús dar reglas de prudencia para la vida coti-
tingente de fuerzas. Cuando las circunstancias ayudan, no diana; Lucas encuadra las dos parábolas en la doctrina
todo depende del número. Por ejemplo, Judas Macabeo, el de las graves exigencias que implica el seguir a Jesús. La
año 165 a.C, derrotó al general sirio Lisias sólo con diez gran empresa es seguir a Jesús, hacerse su discípulo. Quien
mil hombres, mientras que el ejército sirio contaba sesen- se sienta inclinado a seguir a Jesús y a ser su discípulo debe
ta mil hombres, más 5000 de a caballo (IMac 4,28-35). Hay comenzar por reflexionar y considerar bien si tiene también
que considerar y estimar no sólo el número de los soldados, la voluntad seria y resuelta y las fuerzas que se requieren,
sino también su armamento, su moral de guerra, la pericia no sólo para hacerse discípulo de Jesús, sino para serlo
de los oficiales, las cualidades del general en jefe. El rey de veras y perseverar como tal. Quien no se sienta a la
se sienta y se pone a considerar. Sólo se lanza al combate altura de este quehacer, vale más que lo deje. En efecto, el
si el resultado de sus reflexiones le permite esperar un fracaso pone en peligro la salvación.
desenlace favorable. De lo contrario, pide condiciones de
Así interpretadas, las dos parábolas plantean una difí-
paz y se rinde sin más.
cil cuestión: ¿Dejó, pues, Jesús al arbitrio de cada uno
La doble parábola expresa la misma idea con dos
el asunto de que habla? Seguir a Cristo ¿no es necesario a
ejemplos diametralmente opuestos: condiciones grandes y
todos para la salvación? ¿Quiere Jesús que los que tratan de
pequeñas, un pequeño labrador, un gran rey. ¿Qué idea
seguirle se pregunten si quieren seguirle de veras y, si no,
se trataba de representar gráficamente? Evidentemente ésta:
que lo dejen? Su llamamiento a seguirle ha decidido ya
el que emprende algo grande examina antes cuidadosamente
acerca de este «si». Pues si ello es así, ¿qué quieren decir
si tiene medios y fuerzas suficientes para tal empresa. En
todavía las parábolas?
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El seguimiento de Cristo puede efectuarse de diferentes
maneras. Sigue a Jesús quien oye y pone en práctica su c) El verdadero discípulo (14,33-35).
llamamiento a la conversión y a la fe en su mensaje. Pero
los Evangelios conocen también un seguimiento que consiste 33
Igualmente, pues, ninguno de vosotros que no renuncie
en la adhesión permanente a Jesús, abandonando por con- a todos sus bienes, puede ser mi discípulo.
siguiente casa, profesión y familia. De esta manera siguieron
a Jesús los apóstoles. No a todos los que le siguen exige Al discípulo se le exige optar «incondicionalmente»
Jesús que renuncien al matrimonio, sino únicamente a aque- por Jesús; las personas queridas, la propia vida, el honor
llos a quienes es dado por Dios comprender esta palabra deben posponerse a Jesús. También la propiedad. Una sen-
(Mt 19,12). Ni tampoco exige a todos que renuncien total- tencia particular exige el abandono de la propiedad por
mente al dinero y a los bienes. El publicano Zaqueo no parte de los compañeros y colaboradores estables de Jesús.
renunció a todos sus bienes después de su conversión Todos sus pensamientos e intenciones deben estar orienta-
(19,1-10). Las mujeres galileas que seguían a Jesús no se dos a lo que concierne al reino de Dios. La propiedad
privaron de todo lo que poseían (8,3). Cuando Jesús habla domina al hombre, tiene absorbido su pensar y su vida,
de las graves exigencias de su seguimiento, se refiere, según lo somete a su hechizo. «No podéis servir a Dios y a Ma-
este pasaje de san Lucas, al seguimiento más estricto. Para món» (16,13). El llamamiento de Pedro y de los dos hijos
esto no basta mero entusiasmo, un fervor momentáneo. del Zebedeo se cierra con estas palabras: «Dejándola todo,
Lleva consigo una renuncia radical, incluso a lo que parece lo siguieron» (5,11). Del publicano Leví se refiere: «De-
ser imprescindible para la vida. Esto es lo que requiere jándolo todo, lo seguía» (5,28). Pero, como portavoz de
reflexión madura antes de emprender tal seguimiento de los doce, puede decir que lo han dejado todo (18,28). Sin
Cristo (cf. 9,57s). Jesús quería impedir que se le unieran embargo, no a todos los que en alguna manera quieren
entusiastas que comienzan con ardor, pero que luego se seguir a Jesús se les exige que renuncien a todo lo que
hastían de la vida fatigosa y acaban incluso por perder la poseen. En la primitiva Iglesia de Jerusalén muchos se
fe (Jn 6,60-71). despojaron de sus bienes (Act 4,36-5,11), pero se podía
Es posible que la elección de las imágenes de las pará- pertenecer a la Iglesia sin renunciar a todas las posesiones
bolas se refiera al seguimiento de Jesús tal como lo practican (Act 5,4).
los apóstoles: edificación de una torre y guerra. Edificación
y combate están encomendados a los apóstoles (Rom 15,20; 34
Buena es ciertamente la sal; pero, si también la sal
Flp 2,25). Uno y otro exigen decisión, reflexión, entrega pierde su sabor, ¿con qué se le devolverá? 35 Ya no sirve
total. Gloria y paz coronarán estas obras; se verá domi- ni para la tierra ni para el estercolero; la tiran juera. El
nada la ignominia y la cruel servidumbre. La salvación me- que tenga oídos para oír, que oiga.
siánica es gloria y paz.
La sal es buena y provechosa: para condimentar los
alimentos, para conservar pescados y pieles de animales,
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hasta para el culto sagrado del sacrificio (Lev 2,13). El de Cristo se hagan cargo de que por encima de toda
mundo no puede subsistir sin sal. Pero la sal puede perder posesión de la tierra están el reino de Dios y sus bienes,
su virtud de salar. En Palestina se obtiene del mar Muerto; y de que todos deben estar de tal manera desapegados de la
está mezclada con otras muchas materias, por lo cual puede propiedad y de todo lo demás, que practiquen el despren-
«echarse a perder». Entonces pierde su sabor y se vuelve dimiento incluso materialmente, exteriormente cuando la
sosa e insípida. ¿Para qué sirve entonces? Ni siquiera sirve decisión lo exija, que ellos mismos entreguen la vida por
para el campo ni para el estercolero, al que se echa todo la causa, cuando tengan que perder la vida con el martirio
lo que no sirve para nada. La sal quita la fertilidad al por confesar a Jesús. En estos discípulos de Jesús se echa
suelo. Lo convierte en una tierra desierta y árida, suelo de ver lo que significa seguir a Jesús en su sesudo más
salino e inhabitable (Jer 17,16). «Todo lugar en que se en- profundo. El discurso de Jesús acerca de las serias exigencias
cuentra sal es estéril y no produce nada», es una convicción de su seguimiento como discípulos va dirigido a las multi-
de la antigüedad. La sal es buena mientras conserva la tudes. Éstas deben saber lo que en definitiva significa se-
virtud de salar. El discípulo de Jesús es bueno si tiene el guir a Jesús. Estas palabras no incluyen una exigencia in-
espíritu de verdadero discípulo, si Jesús es todo para él, si condicional para todos. «No todos son capaces de aceptar
hace pasar a segundo término todo lo que estorba en su esta doctrina» (Mt 19,11). Sin embargo, a todos muestra
camino hacia Jesús, si se desprende radicalmente de todo este discurso cuan serio es ser discípulo de Jesús.
para poder entregarse entera y radicalmente al seguimiento
de Jesús, siguiéndole «a dondequiera que vaya» (9,57). Si
el discípulo de Jesús, que se ha decidido a seguirle muy de 4. ACOGIDA A LOS PECADORES (15,1-32).
cerca, no realiza radicalmente este propósito, entonces se
asemeja a la sal que ha perdido su sabor. No es apto para Para ser discípulo de Cristo se requiere fundamentalmente la
servir al mundo y se grava con culpa (Mt 5,13). Las pala- conversión, la fe en la palabra de Jesús (Me 1,15) y la adhesión
bras relativas a la suerte de la sal que se ha hecho inservible a él. La vida anterior de quien quiere seguir a Jesús no es impe-
dimento para seguirle y salvarse, con tal que se efectúe la con-
son tan detalladas, que invitan a recapacitar; son un aviso versión. Esto se muestra por medio de las parábolas de la oveja
y una amenaza. perdida, de la dracma perdida (v. 3-10) y del hijo pródigo (v. 11-32).
Lo que dice Jesús sobre la sal tiene un sentido oculto. El amor de Dios a los pecadores proclamado en esta página evan-
Para comprenderlo hay que tener oídos abiertos, hay que gélica tiene la mayor importancia para la predicación misionera
entre los paganos. La tradición que utilizó Lucas refiere que Jesús,
reflexionar y estar dispuestos a aceptarlo. El que verdadera-
en su proclamación del amor misericordioso de Dios a los peca-
mente oye la palabra y le obedece, recibe fuerza de Dios dores, tuvo que defenderse contra las objeciones de los fariseos.
para salvarse. La palabra es también invitación. «El que Es posible que en las comunidades cristianas primitivas afloraran
sea capaz de entenderlo, que lo entienda» (Mt 19,12). No ideas parecidas a las de los fariseos cuando se acercaban pecadores
todos son capaces de practicar el seguimiento radical de al bautismo y asistían juntamente con los «santos» al banquete
común.
Jesús. En la Iglesia hay siempre necesidad de personas que
renuncien radicalmente a todo, a fin de que los discípulos
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de todo corazón, yo me mostraré a vosotros... y trocaré
a) El escándalo (15,1-2). vuestra suerte, y os reuniré de entre todos los pueblos y de
todos los lugares a que os arrojé... y os haré volver a este
1
íbanse acercando a él. para escucharlo, todos los pu- lugar del que os eché» (Jer 29,12ss).
blícanos y pecadores. 2 Y tanto los fariseos como los escribas Los fariseos y los escribas hablan despectivamente de
murmuraban, diciendo: ¡Este hombre acoge a los pecadores Jesús: Este hombre. Lo observan en toda ocasión, pues
y come con ellos! se sienten responsables de la santidad del pueblo. Descon-
tentos, murmuran: Tolera que se le acerquen los pecadores,
Grandes multitudes del pueblo acompañan a Jesús, pero los acoge y se sienta con ellos a la mesa (5,29). Con tal
también se le acercan todos los publícanos y pecadores. manera de proceder hace vano el empeño que tienen por
Los publícanos se cuentan entre la gente más despreciable. la santidad del pueblo escogido.
Se enumeran juntos: el publicano y el ladrón; el publicano Su lema es: «El hombre no debe mezclarse con los
y el bandido; el publicano y el gentil; cambistas y publí- impíos.» Hay que aislar a los transgresores de la ley y a
canos; publícanos y meretrices; bandidos, engañadores, adúl- los pecadores. Hay que expulsarlos de la comunidad del
teros y publícanos; asesinos, bandidos y publícanos. Son pueblo santo de Dios. Así es como se ha de castigar el
designados como pecadores todos aquellos cuya vida inmo- pecado, estigmatizar el vicio, proscribir al pecador, restaurar
ral es notoria y los que ejercen una profesión nada honora- el orden y conservar la santidad. Lo que hace Jesús debe
ble o que induce a faltar a la honradez, como los jugadores parecer necesariamente escandaloso. Además él se presenta
de dados, los usureros, los pastores, arrieros, buhoneros, como profeta que pretende obrar y hablar en nombre de
curtidores. También pasa por pecador el que no conoce la Dios.
interpretación farisea de la ley, pues si no conoce la inter- Jesús responde a los fariseos con una trilogía de pará-
pretación de la ley, tampoco la observa. bolas. Las dos primeras responden al reproche de que acoge
Jesús es profeta, poderoso en obras y palabras (24,19). a los pecadores; la tercera, que culmina en el banquete
Los publícanos y los pecadores han visto sus obras y le festivo, responde al reproche de que Jesús come con ellos.
han visto a él. Vienen a él para escucharlo. Lo que han Jesús tiene conciencia de proclamar el mensaje de Dios
visto se hace comprensible por la palabra. Jesús ofrece la y no tiene nada de qué retractarse. Los pobres reciben
salud y exige conversión, reforma de las costumbres. Escu- la buena nueva, el Evangelio, y entre los pobres se cuentan
char es el comienzo de la fe, y la fe es el comienzo de la también los pecadores que están dispuestos a convertirse.
conversión y del perdón. La coronación del hecho de escu-
char es la obediencia que se cifra en la fe, y la fe que se
cifra en obedecer. Los pecadores se acercan a Jesús y por b) Gozo por hallar al extraviado (15,3-10).
él, el profeta, a Dios. El profeta es portador del oráculo
3
de Dios. Se acercan para oir a Dios. De ellos se puede Entonces les propuso esta parábola: 4 ¿Quién de vos-
decir: «Buscadme y me hallaréis. Sí, cuando me busquéis otros, teniendo cien ovejas y habiendo perdido una de ellas,
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no abandona las noventa y nueve en el desierto, y va en Su alegría es tan grande que no puede guardarla para
busca de la que se le ha perdido, hasta encontrarla? 5 Y sí. La anuncia a los amigos y vecinos. Una y otra vez tiene
cuando la encuentra, se la pone sobre los hombros, lleno que repetir: Ya encontré la oveja que se me había perdido.
de alegría, 6 y apenas llega a casa, reúne a los amigos y ve- Como se alegra el pastor por una única oveja que se
cinos, y les dice: Alegraos conmigo, que ya encontré la había perdido y se ha vuelto a encontrar, así se alegra
oveja que se me había perdido. 7 Os digo que igualmente Dios por uno solo que era pecador y se convierte. Así
habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se es Dios. Ni un solo pecador le es indiferente. No se consuela
convierte, que por noventa y nueve justos que no tienen con los muchos justos. Busca al pecador; también éste es
necesidad de conversión. suyo; nunca lo abandona. Le causa preocupación y dolor,
aun cuando va por caminos extraviados.
Palestina es una tierra en que abundan los rebaños de Cuando el pecador extraviado se convierte y se deja
ovejas y de cabras. Todo el mundo conoce al pastor y su encontrar, no le aguardan reproches, recelos ni duras pres-
género de vida. Lo que Jesús enfoca e ilustra en el ejemplo cripciones. Dios salva, perdona, recibe en casa con alegría
del pastor es su solicitud por el rebaño y su amor a los y con toda clase de demostraciones de amor. «Tanto amó
animales. Desde antiguo, en el pueblo de Israel, es presen- Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que
tado Dios bajo la imagen del pastor por profetas, poetas el que cree en él no perezca, sino que tenga la vida eterna»
y sabios " . (Jn 3,16). Habrá alegría en el cielo, cerca de Dios. La ale-
La parábola comienza con una pregunta (cf. 14,28.31). gría se pone en futuro. Dios se alegrará en el juicio final
El que la oye juzgará por su propia experiencia. El pastor cuando a uno de los más pequeños notifique su sentencia
obra como dice Jesús. Toma sobre sí toda solicitud y fatiga de absolución. Dios se goza en perdonar, no en condenar.
por cada animal descarriado de su rebaño, como si no La historia de la salvación hasta el juicio final está pe-
tuviera otro, como si no contaran los otros noventa y nueve. netrada de la misericordia de Dios.
Ninguno le es indiferente, no quiere perder ni uno solo. Más alegría habrá por un solo pecador que se convierta
Que le queden noventa y nueve no le resarce de la pérdida que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad
de uno. El pastor pone sobre sus hombros la oveja hallada. de conversión. También los doctores judíos contraponen a
Esto está observado de la vida misma. Cuando la oveja los «hombres de la conversión» (que hacen penitencia y se
se extravía del rebaño, va corriendo sin meta de una parte convierten) los «justos perfectos». Unos y otros pueden
a otra, se echa al suelo sin fuerzas y es preciso cargar decir: «Bien haya el que no ha pecado y aquel a quien se ha
con ella. El pastor la trata con más delicadeza que a las perdonado el pecado.» Jesús dice más. También el Antiguo
otras. Sin embargo, la búsqueda por un terreno montañoso Testamento sabe que Dios no se complace en la muerte del
y pedregoso le impone esfuerzos y fatigas. Pero todo lo pecador, sino más bien en que se convierta y viva (Ez 18,23).
olvida cuando recobra la oveja perdida. Jesús se esfuerza por hallar palabras cuando quiere des-
cribir el amor de Dios que perdona y que salva. Los hom-
bres hablamos de mayor alegría cuando ésta viene de donde
16. Is 40,11; 40,10; Zac 10,8; Sal 13,1-4; 78,52; Eclo 18,13.
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no se esperaba. El pecador se había perdido y ha sido timonio (Dt 19,15). El inaudito amor de Dios a los peca-
encontrado. Grande, serio, incomprensible es el amor de dores es verdad, no es exageración, no es un error. Lo que
Dios, su voluntad de perdonar. La mayor alegría celebra se ha dicho se ve ahora confirmado. El que recita dos veces
la omnipotencia creadora del amor cuando éste pone un los mismos versos los graba más hondamente en el oyente,
nuevo comienzo. induce a recapacitar. Las canciones repiten el tema en
Dado que a Dios causa alegría perdonar a los pecado- diferentes estrofas. Dios es con toda seguridad tal como
res y volverlos al hogar, también Jesús debe cuidarse de Jesús lo pinta. No como creen saberlo y lo dicen los
los pecadores y sentarse a la mesa con ellos. El tiempo piadosos, los doctores de la ley, los sabios de Israel. Una
de salvación que él anuncia es tiempo de misericordia y de dracma tiene el valor de un denario de plata, que es el
alegría. Dios se alegra cuando perdona, los pecadores se jornal de un trabajador (Mt 20,2). Diez dracmas no re-
alegran cuando son perdonados; ¿habrán de murmurar presentan un capital, pero para la pobre mujer eran mucho.
los «buenos»? ¿Repudiarán ellos cuando Dios busca? ¿Se La mujer no dispone de dinero para los gastos de la casa,
amargarán cuando alborea el tiempo de júbilo? Jesús justi- pues el que compra es el hombre. Quizá tenía cariño a
fica su amor a los pecadores al justificar el amor que les aquella moneda porque formaba parte de las arras de su
tiene Dios. Defensa paradójica: tener que defender al Dios boda, que durante largos años llevaba cosidas en una
santo contra los reproches de los hombres... Sólo el que especie de turbante para no perderlas. Ahora se le ha
cree que se ha inaugurado el reino de Dios y que Dios reina perdido una dracma.
por su misericordia, puede creer que el amor a los peca- La mujír busca con gran diligencia. Faena difícil en
dores puede santificar al pueblo. Los fariseos no compren- una casa de Palestina. En una habitación estaba reunido
den que ha llegado la gran mutación de los tiempos, porque todo. Había poca luz. La mujer enciende una lámpara,
no aceptan el mensaje de Jesús. alumbra todos los rincones, barre la casa, busca por todas
partes hasta que aparece la moneda. La alegría es grande
s
¿O qué mujer que tenga diez dracmas, si se le pierde y no se puede contener: tiene que comunicarse. Los que
una, no enciende una lámpara y barre la casa, y la busca han participado de su aflicción tienen también que conocer
cuidadosamente hasta encontrarla? 9 Y cuando la encuen- su alegría. Una y otra vez repite la mujer lo que en aquel
tra, reúne a las amigas y vecinas y les dice: Alegraos con- momento la emociona: «Ya encontré la dracma que se me
migo, que ya encontré la dracma que se me había perdido. había perdido.»
10
Igualmente —os digo— hay gran alegría entre los án- Así se alegra Dios por un pecador que se convierte.
geles del cielo por un solo pecador que se convierte. La alegría de Dios se hace visible en la alegría de los
ángeles, en el gozo de la corte celestial. Su alegría es el
Hay un cambio de escena. Al lado del hombre aparece reflejo de la alegría de Dios. En la primera parábola se
la mujer, al lado del que posee bienes, la pobre. Así piensa decía: Habrá alegría en el cielo; ahora se dice: Hay
y obra el ser humano, ya sea hombre o mujer, rico o pobre. alegría entre los ángeles. No se pronuncia el nombre de
Dos testigos confirman la verdad cuando concuerda su tes- Dios. Las palabras de Jesús sobre la alegría de Dios por
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los pecadores que se convierten, son atrevidas y al mismo había perdido.» «En esto consiste el amor: no en que nos-
tiempo reservadas, revelan y velan a la vez. El amor mise- otros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y
ricordioso de Dios no ha de borrar la soberana santidad envió a su Hijo como sacrificio de purificación por nuestros
de Dios... pecados... Nosotros amamos porque él fue el primero en
En las dos parábolas se dice que Dios se alegra por amarnos» (Un 4,10.19). El pecador no puede volver por
el pecador que se convierte. No se suprime la distinción sí mismo, sino que Dios debe volverlo al hogar (Jer 24,7).
entre pecador y justo, no se pasa expresamente por alto, y
menos aún se trata irónicamente, Jesús no habló nunca
como si el pecado no fuera pecado. Él también, como los c) El hijo pródigo (15,11-32).
profetas, reclama conversión y penitencia. La exige más
11
radicalmente que cualquier profeta de los que le prece- Añadió luego: Un hombre tenía dos hijos. 12 Y el
dieron. Llamar a la conversión lo considera como la razón más joven de ellos dijo al padre: Padre, dame la parte de
de su misión: «El reino de Dios está cerca, haced peniten- la hacienda que me corresponde. Entonces el padre les
cia» (Me 1,15). Todos deben hacer penitencia, porque todos repartió los bienes. n No muchos días después, el hijo más
son pecadores delante de Dios. Al llamar a penitencia y joven lo reunió todo, se fue a un país lejano y allí despil-
conversión amenaza con el juicio y la perdición. También farró su hacienda, viviendo licenciosamente.
la predicación del amor de Dios a los pecadores es pre-
dicación de conversión, predicación de salud y predica- Las dos parábolas relativas a la búsqueda de lo que
ción de penitencia. se había perdido han puesto de manifiesto el proceder de
Jesús anuncia el alborear del tiempo de salvación: «El Dios con los pecadores; la parábola del hijo pródigo mos-
reino de Dios está cerca.» De este reino de Dios que se trará también lo que pasa en el que se ha perdido. Antes
inicia forma parte la gozosa misericordia de Dios con todos se habían perdido una oveja y una moneda, aquí se ha
los que se vuelven a su gracia salvadora. El rasgo más perdido el hijo... Anteriormente se ha hablado de retorno1,
original e incomparable del anuncio del reino de Dios por de conversión, pero sin decir lo que ésta significa. Ahora
Jesús es la revelación del amor que Dios tiene a los se descubre el sentido de esta palabra. En ambos casos se
pecadores. trata de defender Jesús el proceder misericordioso de Dios
Los doctores de la ley pretenden saber que el pecador con los pecadores.
no era amado por Dios antes de su conversión. Sólo cuando El hombre que tiene dos hijos es un labrador hacen-
ha abandonado las malas obras y las ha reparado, le otorga dado: tiene muchos jornaleros, a los que no les falta nada
Dios su amor. «Convertios, y os acogeré... Si una persona (v. 17) y criados (v. 22); tiene inmediatamente a su dispo-
se convierte perfectamente, entonces le perdona Dios.» sición un becerro cebado (v. 23). Los dos hijos son sol-
Jesús habla de otra manera: La iniciativa parte de Dios. El teros, aún no han cumplido veinte años. El padre mismo
pastor va en busca de la oveja perdida, la mujer busca la explota su granja. El hijo menor ruega —así habrá que
moneda. La alegría se expresa así: «Encontré lo que se me entender el imperativo después de la cordial interpelación
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\ T . Le II, 5
como «padre» — que le sea entregada la parte de la heren- de los ciudadanos de aquella región, que lo mandó a sus
cia que le corresponde por la ley. La granja misma, siendo campos para apacentar puercos. 16 Y ansiaba llenar su estó-
bien inmueble, era inalienable y debía recaer en el hijo ma- mago siquiera de algunas algarrobas que comían los puercos,
yor (Lev 25,23ss). De los bienes muebles recibe el pri- pero nadie se las daba.
mogénito dos terceras partes, el resto, por partes iguales,
los demás (Dt 21,17). En esta narración el hijo menor pidió En períodos de hambre y de carestía lo pasa mal incluso
la tercera parte de los bienes muebles. Aunque la parte de quien posee capital. ¿Qué decir del que no tiene nada?
los bienes que correspondía a cada uno se transmitía ya ¿Qué haría el hijo que se lo había gastado todo y no le
en vida del padre, esto no implica, sin embargo — además quedaba ya nada? Los doctores judíos de la ley dirían que
del derecho de propiedad —, derecho de disposición y de debía andar hasta destrozarse los pies para llegar a la
usufructo. El padre otorga la petición. Reparte el capital próxima comunidad judía e implorar allí ayuda y trabajo.
entre los hijos. El mayor es designado como propietario ¿Qué hace, en cambio, el «hijo pródigo». Lo más insopor-
futuro absoluto (v. 31), pero el padre ejerce el usufructo table para un judío piadoso. Se presenta a un ciudadano de
(v. 22s.29). El hijo menor pide la propiedad y el derecho aquel país pagano y se agarra a él como un pordiosero
de disponer, pues quiere ser independiente. Ambos derechos importuno. Quiere trabajar para poder vivir, quiere hacer
le son otorgados. El padre no lo trata ya como menor de todo lo posible para no perecer, quiere sacrificarlo todo
edad. Es un riesgo que se afronta. para poder siquiera «ir tirando», y nada más. Se halla en
La vida en la casa paterna, con sus reglamentos y obli- una tierra pagana, en la que no existe el reposo sabático,
gaciones, ha venido a ser una carga para el hijo, que aspira no hay comidas rituales, no se observan leyes de pureza.
a la autonomía y quiere vivir a su arbitrio. Pocos días des- Vive en medio de pecadores y de gentes sin ley. El trabajo
pués el hijo menor lo reúne todo, lo liquida y se va al que asume es intolerable para un judío piadoso: «Maldito
extranjero, a la tierra al este del Jordán. Palestina no el hombre que cría puercos.» Tiene que tratar constante-
podía alimentar a sus habitantes. Quien quisiera prosperar, mente con animales impuros (Lev 11,7), con lo cual reniega
tenía que abandonar el país. En la diáspora vivían cuatro de su religión. El hijo pródigo se vuelve pecador, apóstata,
millones de judíos, en la patria, en Palestina, medio millón. impío. ¿Qué le queda ya?
La patria es una atadura, el extranjero promete una liber- En el hijo pródigo se demuestra la verdad del proverbio:
tad e independencia que seduce. En el extranjero acaba «El bebedor y el comilón empobrecerán» (Prov 23,21). Se
pronto por gastarse el capital en una vida de libertinaje y ve privado de todo lo que necesita el hombre para poder
despilfarro. «El que ama la sabiduría alegra a su padre, vivir como hombre. Pasa hambre. La comida que se le da
el que frecuenta rameras pierde su hacienda» (Prov 29,3). es tan escasa, que suspira por el pienso de los puercos.
Ansiaba llenarse el estómago con las algarrobas a medio
14 madurar que se daban a los puercos. Él vale menos que los
Después de haberlo malgastado todo, sobrevino un
hambre muy grande por toda aquella región, y él comenzó animales; nadie le da de ese pienso; es un forastero. Tiene
a sufrir privaciones. 1S Y fue a ponerse al servicio de uno que vivir como bajo la maldición de Dios... «El Altísimo
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aborrece a los pecadores y les hará experimentar su ven- reconocida la justicia de tus palabras y seas vencedor en
ganza» (Eclo 12,6). ¿Los odia Dios siempre y para siempre? el juicio» (Sal 51,6). El recuerdo de la casa paterna, de su
abundancia, de su vida religiosa — y el recuerdo del que
17
Entrando entonces dentro de sí mismo, se dijo.- ¡Cuán- está por encima de todo, el padre — le hace acordarse de
tos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, mientras Dios, despierta en él la conciencia del pecado y le mueve
yo estoy aquí muñéndome de hambre! 18 Ahora mismo iré a volverse a Dios.
a casa de mi padre, y le diré: Padre, pequé contra el cielo La imagen del padre amoroso hace nacer en él la segu-
y contra ti; ,9 ya no soy digno de llamarme hijo tuyo; trá- ridad del perdón. De lo contrario, ¿cómo se resolvería a em-
tame como a uno de tus jornaleros. prender la marcha hacia su padre? A través de la imagen
de su padre se le ofrece la imagen de Dios. «Vuelve, após-
Los judíos tienen un refrán que dice: «Cuando los is- tata Israel, palabra de Yahveh, que quiero dejar de mos-
raelitas tienen necesidad de algarrobas, entonces se vuelven trarte rostro airado, porque soy misericordioso..., que no
(a Dios).» En el hijo pródigo se verifica el refrán. Entra es eterna mi cólera, siempre que reconozcas tu maldad al
dentro de sí mismo, recapacita. Todo lo que se arremolinaba pecar contra Yahveh» (Jer 3,12s). El hijo pródigo se da
en torno a él, se le ha escapado. Su miseria le trae a la cuenta de su culpa y reconoce que con su modo de vivir ha
memoria la casa paterna con su abundancia. Las algarro- perdido sus derechos de hijo. Sólo quiere ser tratado como
bas de los puercos le hacen pensar en el pan de los jorna- uno de los jornaleros.
leros, el extranjero tan poco acogedor le traslada a la casa
20
de su padre. No quiere consumirse, sino vivir. Ni Dios ni Partió, pues, y volvió a la casa de su padre. Todavía
su padre ocupan el centro de sus reflexiones, sino en primer estaba lejos, cuando su padre lo vio venir y, hondamente
lugar salir con vida del hambre que padece en país extran- conmovido, corrió a abrazarse a su cuello y lo besó repeti-
jero. «Si el impío entra dentro de sí» — hacen decir a Dios damente. 21 El hija le dijo entonces: Padre, pequé contra
los doctores judíos de la ley— «le ceñiré una corona a la el cielo y contra ti; ya no soy digno de llamarme hijo tuyo.
hora de la muerte (la corona de la vida eterna)... Si el
impío entra dentro de sí, podrá entrar cada vez más (en La reflexión se traduce en acción. La conversión inte-
la proximidad del Santo).» El camino de' que entra dentro rior reclama «frutos de penitencia», ruptura con la vida
de sí conduce a Dios... pasada, retorno a Dios. El padre sale al encuentro a su
El hijo pródigo entra dentro de sí, se vuelve a su padre hijo. El amor y la nostalgia del hijo aguza su vista. Se
y va a acabar en Dios. Las palabras de su conversión están siente hondamente conmovido cuando ve su miseria. Corre
inspiradas en la Sagrada Escritura: «El faraón llamó en a su encuentro, cosa nada corriente e indigna para los an-
seguida a Moisés y Aarón, y dijo: He pecado contra Yah- tiguos orientales. El padre olvida su dignidad y le prodiga
veh, vuestro Dios, y contra vosotros» (Éx 10,16). Y en los todas las muestras de su amor paterno. Besándolo en la
Salmos se hallan estas palabras: «Contra ti, sólo contra mejilla lo acoge como hijo antes de que él haya podido pro-
ti he pecado, he hecho lo malo a tus ojos para que sea nunciar sus palabras de arrepentimiento. Comienza la «fra-
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secita» de confesión, pero no la termina. El padre no Evangelio de la alegría. Jesús salva de la perdición y de la
aguarda para perdonar a que se cumplan todos los requi- muerte, puesto que vino para «iluminar a los que yacen
sitos de la penitencia. A través de la imagen de este padre en tinieblas y sombra de muerte» (1,79). Las palabras
se nos presenta la imagen del Padre celestial, que nos ama cierran como un estribillo la primera y la segunda parte de
anticipadamente. la parábola, a saber: la narración de la magnanimidad amo-
rosa del padre y la narración de la severidad sin piedad
22 y de la estrechez de espíritu del hijo mayor. Dios es como
Pero el padre ordenó a sus criados: Inmediatamente,
traed el vestido más rico y ponédselo; ponedle también un el primero, el fariseo como el segundo. «Sed misericordiosos,
anillo en su mano y sandalias en sus pies. 23 Luego traed como misericordioso es vuestro Padre» (6,36).
el becerro cebado, motadlo, y vamos a comer y a celebrar
25
alegremente la fiesta. 24 Porque este hijo mío estaba muerto Pero el hijo mayor estaba en el campo. Y al volver,
y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado. Y co- cuando se acercó a la casa, oyó música y danzas, 26y lla-
menzaron a celebrar la fiesta con alegría. mando a uno de los criados le preguntó qué significaba
aquello. 21 El criado le respondió: Es que ha vuelto tu
Hasta aquí había guardado silencio el padre. Ahora hermana, y tu padre, como lo ha recobrado sano y salvo,
comienza él a hablar. Antes había estado lleno de solicitud ha mandado matar el becerro cebado. 28a Entonces él se
vigilante y amorosa, ahora estallan sus palabras rebosantes enfadó y no quería entrar.
de alegría. No pide cuentas, no pone condiciones, no fija
período alguno de prueba. No se pronuncian palabras de El hijo mayor es fiel en el servicio, día tras día. Ahora
perdón, pero más significativas que estas palabras son las vuelve a casa del trabajo del campo. El banquete ha ter-
obras de perdón. El padre restituye al hijo pródigo sus minado, y ha comenzado la alegre danza. Desde fuera
derechos de hijo. El vestido más rico lo constituye en hués- se oye la música y el zapateo de la danza. El hijo que se
ped de honor, el anillo lo capacita de nuevo para proceder dedica al cumplimiento escrupuloso del deber se ve envuelto
como hijo. Las sandalias lo declaran hombre libre; es otra en el júbilo festivo y en la algazara. El criado que le explica
vez hijo libre de un labrador libre, no uno de los jorna- la razón del júbilo, ve sólo lo exterior: el regreso del
leros que van con los pies descalzos. Sacrificando el becerro hermano, el sacrificio del becerro cebado, la salud del que
cebado se inicia una fiesta de alegría; el hijo es admitido ha vuelto a casa. Pero ¿cómo podía ver también lo que ha-
de nuevo en la comunidad de mesa de la casa paterna. bía sucedido en el interior del padre y del hijo vuelto al
La alegría festiva en el corazón del padre no puede con- hogar? Este drama del retorno, de la conversión, la trans-
tenerse y llena toda la casa. formación que había tenido lugar, la resurrección del muer-
La alegría de la fiesta desborda de las palabras: «Este to... ¡cuántas cosas habían sucedido! La penitencia es un
hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido comienzo de los acontecimientos escatológicos. Lo que allí
y ha sido hallado.» Este júbilo festivo es el júbilo del sucede entre el hombre y Dios es imagen del acontecimien-
tiempo de salvación. El Evangelio de la misericordia es el to que abarca al mundo entero, que se había aguardado
70 71
y que ahora se produce. El tiempo de salvación es tiempo y «matar para él el becerro cebado». También la miseri-
de alegría. cordia de Dios y su amor son misterios que no se pueden
Lo que siente el hijo mayor tiene también lugar en apreciar con criterios humanos. Jesús anuncia el reino de
los fariseos. Su imagen es la imagen de los piadosos de Dios que se acerca, que trae perdón y salvación, y lo
Israel. Enfadado se revela contra el proceder de su padre, anuncia revelando a Dios como Padre misericordioso.
protesta contra el peligro en que se pone el orden moral,
31
murmura contra esta increíble misericordia. El día de Dios, Pero el padre le contestó: Hijo, tú siempre estás
en el que se erigirá el reino de Dios, es sin embargo «día conmigo, y todas mis cosas son tuyas; 32 pero había que
de ira», en el que los transgresores de la ley recibirán su hacer fiesta y alegrarse, porque ese hermano tuyo estaba
castigo. ¿Entrar en la sala del festín? Esto sería entrar en muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido
comunión con un pecador, sentarse a la mesa con uno que hallado.
se ha contaminado con meretrices, con paganos y con
puercos... El hijo mayor se comporta como los «justos», los El padre se justifica. ¿Ha considerado el mayor lo que
piadosos, los fariseos... «Este hombre acoge a los peca- tiene recibido de su padre? Es para él un hijo querido
dores y come con ellos» (15,2). — «hijito» se dice en el texto original—, ha gozado siem-
pre del amor del padre, ha vivido en comunión con él.
28b
Pero su padre salió para llamarlo. 29 Él contestó Él no pierde nada de la parte que le corresponde, se le
a su padre: De modo que hace ya tantos años que te vengo ratifica la propiedad de lo que era de su padre. ¿Se le hace
sirviendo, sin haber quebrantado jamás ninguna ardan tuya, acaso injusticia porque el padre sea bondadoso con el otro
y nunca me diste un cabrito para que yo celebrara ale- hijo? (Mt 20,15) ¿Pierde él acaso algo con esta bondad?
gremente una fiesta con mis amigos; 30 pero, cuando llega Por los tres bienes que enumera el padre se deja entre-
ese hijo tuyo que ha devorado tus bienes con meretrices, ver la alianza de Dios con su pueblo: hijo mío, pueblo mío;
has mandado matar para él el becerro cebado. yo contigo, tú conmigo; comunidad de bienes. La nueva
economía de la salud que trae Jesús vuelve a restaurar la
El padre sale a ver a su hijo mayor; éste no le es indi- primera, ahondándola y perfeccionándola. Su sangre esta-
ferente. Le habla con ruegos y exhortaciones. Sin embargo, blece la nueva alianza (22,20) que confiere el perdón de
del alma del hijo mayor irrumpe como una corriente impe- los pecados: «Les perdonaré sus maldades, de las que no
tuosa que ha roto la presa que la contenía. Lo que está me acordaré más» (Jer 31,34).
sucediendo en casa le parece provocador: el justo es pre- La voluntad de Dios exige que se celebre la fiesta con
terido, el pecador desencadena la alegría. A sus ojos se júbilo. Se trata del hermano. El mayor sólo se preocupa
contraponen «tantos años» de servicio fiel y «devorar tus por la ley, pero carece de amor fraterno. Ahora bien,
bienes»; «no haber quebrantado jamás ninguna orden» y según el mensaje de Jesús, este amor es el núcleo de la
despilfarrar «con meretrices»; «nunca me diste un cabrito ley y de la voluntad de Dios. Una vez más vuelve a emer-
para celebrar alegremente una fiesta con mis amigos» ger lo que habían descubierto ya los conflictos sabáticos
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(14,5). Los fariseos guardan el reposo sabático, pero des- para celebrar el banquete eucarístico hace memoria de la
cuidan el amor fraterno. Dios, en cambio se glorifica con acción salvadora y perdonadora de Dios por Jesús (22,10;
las obras de misericordia y de amor. ICor 11,26) en el júbilo de la salvación (Act 2,46). La
Si se perdona demasiado fácilmente el pecado, ¿no se comunidad era una vez «no pueblo», ahora en cambio
impondrá éste como una oleada que todo lo inunda? El es pueblo de Dios; una vez estaba sin gracia, ahora en
anuncio del gozo del Señor por la conversión del pecador cambio está agraciada (IPe 2,10). En el banquete del Señor
¿no será una catástrofe para la moralidad? ¿No es cierto se da la sangre del Señor «para el perdón de los pecados»
que la predicación de Jesús que proclama la misericordia (Mt 26,28) y con gozosa acción de gracias se celebra la
de Dios con los pecadores representa una amenaza para el nueva economía salvadora y la reintegración en la filiación
orden moral? En las palabras de Jesús se muestran dos divina.
poderes de orden: la conversión y el amor fraterno. El La narración de la parábola se interrumpe sin decir lo
hijo pródigo efectúa la conversión, el retorno al pa- que piensa hacer el padre con el hijo mayor. Jesús no
dre; el hijo mayor es conducido al amor fraterno. En la celebra juicio, sino que ofrece la salvación. Quiere también
conversión y en el amor fraterno se revela el comienzo salvar a los fariseos. Todos tienen necesidad de conver-
del reino de Dios y del tiempo de la salud. La predicación sión, los pecadores y también los que se tienen por justos
de los apóstoles, bajo el impulso del Espíritu Santo, lleva (18,9-14). «Todos estamos bajo pecado» (Rom 3,9).
a la conversión e incorpora a la comunidad de los que están
congregados en el nombre de Jesús y forman un solo co-
razón y una sola alma (cf. Act 2,37-47). La conversión
5. HIJOS DE ESTE MUNDO (16,1-17-10).
a Dios y el amor fraterno son las fuerzas fundamentales
del orden moral.
También la antigua Iglesia hubo de preocuparse por El pecado no impide salvarse, supuesto que se efectúe la con-
versión. ¿Cuáles son, pues, los obstáculos para salvarse? Esta sec-
esta cuestión: ¿Cómo hay que tratar a los pecadores en el ción parece dar la respuesta a esta pregunta. Se divide en dos
santo pueblo de Dios? En el Evangelio de Mateo hay un subsecciones de análoga estructura: 16,1-18 y 16,19-17,10. Cada
orden de este procedimiento, que es de naturaleza jurídica: subsección comienza con un relato seguido de aplicaciones. La pri-
corrección fraterna en privado, presentación de testigos, mera subsección se cierra con palabras dirigidas a los fariseos,
juicio ante la comunidad reunida, exclusión de la comu- que exigen un cumplimiento radical de la ley (16,14-18); la segun-
da termina con palabras dirigidas a los apóstoles relativas a la fe
nidad (Mt 18,15-17). Lucas muestra el camino de la mi- (17,5-10). El primero de los dos relatos muestra cómo puede el
sericordia y de la bondad con amor. Ambos caminos tienen hombre servirse de sus bienes para la salvación, la segunda mues-
en común que se remontan a Jesús, ambos están arraiga- tra cómo con los mismos puede acarrearse la ruina. En cada uno
dos en la proclamación del alborear del reino de Dios. La de los dos aparecen tres figuras. En la primera el terrateniente,
el administrador y los deudores; en la segunda el rico, el pobre y
realeza de Dios es juicio y misericordia.
Abraham. En la primera, el administrador da, y de esta manera
En la parábola del hijo pródigo se menciona tres veces se prepara un porvenir; en la segunda, el rico no da, y así se
el banquete festivo. Cuando la comunidad se congrega acarrea la ruina.
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lb
La propiedad y el hecho de tomar esposa impidieron a los Había un hombre rico que tenía un administrador,
invitados acudir al gran banquete a la hora señalada. El segui- el cual fue denunciado ante su dueño como malversador
miento radical de Jesús es renuncia a la propiedad y a la familia de sus bienes. 2 Lo llamó, pues, y le dijo: ¿Qué es lo que
(14,25-34). Sin embargo, no a todos se exige este seguimiento radical. estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu gestión, porque
De todos modos, sin renunciar a algo es imposible ser verdadero
ya no podrás seguir administrando mis bienes.
discípulo de Cristo. Esta nueva sección doctrinal puede llevar por
título: Hijos de este mundo (16,8), ya que se trata de la cuestión:
¿Cómo puede el discípulo de Jesús — cuyos pensamientos deben El rico es terrateniente, probablemente extranjero. Ex-
estar en lo alto, donde reina Cristo (Col 3,1)— defenderse contra plota sus bienes por medio de un administrador nativo,
los asaltos del mundo, que quiere apararlo totalmente? «Todo lo que está autorizado a obrar con gran margen de autono-
que hay en el mundo — los deseos de la carne, los deseos de los
mía, pero que tiene que rendir cuentas al dueño. A este
ojos y el alarde de la opulencia (la ilusión de creer que toda
salvación depende solamente del hombre) — no proviene del administrador lo han denunciado — con razón o sin ella —
Padre, sino que procede del mundo» (Un 2,16). A estas tres cosas ante su señor como malversador de sus bienes. Para el
se opone el orden en la administración de los propios bienes (los señor es esta denuncia más que razón suficiente para pedirle
dos relatos con sus aplicaciones), la nueva ordenación de la ley del cuentas al administrador. Hay que entregar documentos,
matrimonio (16,18), la humildad (17,10). Una composición análoga
recibos, facturas, pues entonces no se conocía una conta-
se halla también en Mateo (19,2-20). Allí tenemos el mismo pro-
blema, la misma manera de tratarlo y la misma conclusión: La bilidad en regla. Al mismo tiempo se notifica su cese al
salvación es don de Dios, al que el hombre no tiene derecho administrador. La pregunta que le dirige el dueño da
alguno, aun cuando haya cumplido con lo exterior; en ambos claramente a entender que está muy disgustado y que ha
casos se emplea diferente material de tradición. decidido despedirlo. Al administrador se le presenta una
situación nada halagüeña.
3
a) El administrador infiel (16,1-13). El administrador dijo entonces para sí: ¿Qué voy
a hacer, ahora que mi señor me quita la administración?
la
Decía también a los discípulos:... Para cavar, ya no tengo fuerzas; pedir limosna, me da ver-
güenza. 4 Ya sé lo que tengo que hacer, para que, cuando
En presencia de los fariseos y de los escribas (15,2) se quede destituido de la administración, las gentes me reciban
habla del gozo de Dios por el retorno y conversión de los en sus casas.
pecadores. Los publícanos y los pecadores oyen esta buena
nueva. Están presentes también muchos que marchan con El diálogo que entabla el administrador consigo mismo
Jesús. Ahora se dirige Jesús a los discípulos, a los que están revela el apuro en que se halla. Ha perdido el buen nom-
resueltos a aceptar su palabra y a seguirla. También éstos bre. No puede ni pensar en «una buena colocación». Para
tienen necesidad de instrucción que les penga en claro lo trabajos pesados le faltan ya las fuerzas, el decoro no le
que es necesario para alcanzar la gloria que se halla al final permite mendigar. Se pone a considerar como el que quería
de la marcha. construir la torre y como el rey amenazado por una guerra.
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Decide «perdonar», y así le darán buen trato a él. ¿Qué que el administrador quiere asegurarse un largo porvenir,
hay que hacer para asegurarse el porvenir? La gran cues- no puede contentarse con poco, tiene que atreverse a mucho.
tión en la peregrinación de la vida.
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Al administrador no le atormentan escrúpulos de con- Y alabó al señor administrador infiel, por haber obrado
ciencia. Todavía tiene en la mano la posibilidad de crearse con tanta sensatez. Pues los hijos de este mundo son más
amigos que le queden obligados, que le ofrezcan albergue. sensatos en el trato con los suyos que los hijos de la luz.
Todavía es administrador, que puede negociar con lo que
se le había confiado. Sólo le preocupa salvar su existencia ¿Quién es el señor que alaba al administrador? ¿El te-
futura. rrateniente? ¿Será éste tan poco egoísta, será capaz de
No pierde un minuto; el momento crítico impone tanto humorismo que se permita alabar la sagacidad del
una acción rápida. La proclamación del tiempo final pone administrador infiel? El señor es Jesús (7,6; 11,39). Ahora
el sello a la parábola. bien, ¿cómo puede Jesús alabar por su sagacidad a este
estafador tan redomado y tan ladino? La narración no es
5
Y llamando uno por uno a los deudores de su señor, una historia, sino una parábola, ¿Dónde está su quid,
preguntó al primero: ¿Cuánto debes a mi señor? 6 Éste su moraleja?
contestó: Cien medidas de aceite. Entonces le dijo él: Pues El objeto de la alabanza no es la taimada pillería y la
toma tu recibo, siéntate ahí y escribe en seguida que son desvergüenza del estafador, sino la audacia y la resolución
cincuenta. 7 Después preguntó a otro: Y tú, ¿cuánto debes? con que se saca partido del presente con vistas al futuro;
Éste contestó: Cien medidas de trigo. Él le dice: Toma tu no lo es el fraude en cuanto "tal, sino la ponderada previ-
recibo y escribe que son ochenta. sión para el futuro, mientras todavía hay tiempo. Al admi-
nistrador se le llama administrador «infiel», administrador
Los deudores son mayoristas, que tienen facturas atra- fraudulento, injusto, sin conciencia. Las parábolas tratan
sadas. En la parábola sólo se presenta a dos deudores. El de despertar la atención, de forzar a plantearse problemas.
trigo y el aceite eran los principales productos de la tierra Es sensato el discípulo que cuenta con que el Señor ha
en Palestina. Cien medidas (bat, en el texto original) de de venir y ha de pedir cuentas (12,42-46), el que no vive
aceite eran la cosecha de 140-160 olivos, una cantidad sencillamente al día, sino que conoce el imperativo del
de unos 365 litros. Cien medidas (cor) de trigo se pueden momento, el que procede con valor y decisión a fin de poder
cosechar poco más o menos en 42 hectáreas de tierra, es triunfar al fin, el que perdona a fin de poderse asegurar
decir, unos 360 hectolitros. Al primero le rebaja el admi- el porvenir. La parábola es un llamamiento escatológico:
nistrador el 50 % de la deuda, al segundo el 20 %. En sé prevenido, y en esta última hora piensa en tu futuro del
cuanto al valor, la suma es bastante parecida, unos 500 tiempo final.
denarios. El denario de plata era el jornal ordinario de un Como una acusación suenan las palabras de Jesús cuan-
trabajador del campo (Mt 20,2-13). El estilo narrativo do declara: Los hijos de este mundo son más sensatos que
oriental tiene preferencia por los grandes números. Dado los hijos de la luz. «Este mundo» está bajo la influencia y el
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dominio de Satán, príncipe (Jn 12,31) y dios de este mundo reconocen el mundo futuro. Sagaz, tal como lo entiende
(2Cor 4,4). Los hijos de este mundo sólo se dejan guiar Cristo, sólo es aquel que no se sumerge de tal modo en la
por los principios y los intereses de los hombres distancia- existencia terrena que olvide que se acerca el reino de
dos de Dios. No se preocupan de Dios y de su voluntad, Dios. Es sagaz «el criado a quien su señor, al volver, lo
ni de sus promesas y amenazas para el futuro. Para ellos encuentra haciendo así» (es decir, dedicado fielmente a su
la vida no tiene más objeto que este mundo. Se ponen bajo servicio) (12,42ss).
el influjo de Satán y constituyen su séquito y su reino. En
9
cambio, los hijos de la luz se dejan guiar por la luz en su Y yo os digo: mediante el Mamón injusto procuraos
modo de pensar y de obrar. «Mientras tenéis luz, creed amigos, para que, cuando éste deje de existir, os reciban
en la luz, para que seáis hijos de la luz» (Jn 12,36). Luz en las tiendas eternas.
es Dios (Un 1,5), luz es Cristo (Jn 8,12), luz es la gloria
de Dios (Mt 17,2). Los cristianos son hijos de la luz. El administrador infiel se aprovecha de los bienes que
«Todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. No administra para hacerse amigos que se interesen por él
somos de la noche ni de las tinieblas» (lTes 5,5). «En otro cuando ya no pueda ser administrador. El discípulo de
tiempo erais tinieblas; mas ahora, luz en el Señor» Cristo debe también, como el administrador, procurar, con
(Ef 5,8). El administrador infiel es un hijo de este mundo. sus bienes, ganar amigos que intervengan en su favor a la
Se deja guiar por el cuidado de su existencia terrena. Con hora de la muerte, en la cual los bienes de la tierra pierden
valor, con resolución y sin escrúpulos aprovecha lo que su valor (12,20). Gana amigos, con sus bienes, el que los
le puede proporcionar ventaja para su vida de la tierra. emplea para hacer limosnas. «Vended vuestros bienes para
Los hijos de la luz tienen ojos que ven lo que es la vida, darlos en limosna. Haceos de bolsas que no se desgastan,
el hombre, el mundo delante de Dios. En la fe en la palabra de un tesoro inagotable en los cielos, donde no hay ladrón
de Dios reconocen el mundo futuro que se descubre tras el que se acerque ni polilla que corroa» (12,33). Las limosnas
presente, el reino de Dios con todas sus promesas, la vida y las obras de caridad son intercesores cerca de Dios, ha-
eterna. En cambio, los hijos de la luz, comparados con los cen al hombre digno de ver la faz de Dios y dan partici-
hijos de este mundo, son irresolutos y flojos en su acción pación en el mundo futuro. Así se pensaba en el pueblo
cuando se trata de cuidar de su espléndido futuro. Jesús de Jesús.
tiene razón de quejarse. La riqueza se llama Mamón («lo que es seguro y da
No en todos los sentidos son los hijos de este mundo seguridad») *. Los hombres creen que con el dinero y los
más sensatos que los hijos de la luz. Son más sensatos... bienes pueden asegurar su existencia (12,15s). Pero la
en el trato con los suyos, con la generación que es la suya, riqueza no cumple lo que promete. Jesús la llama «Ma-
en la esfera de los asuntos de la tierra, en la vida económi- món injusto» también (16,11). Con frecuencia su adqui-
ca y de los negocios, dondequiera que se trate de procu- sición y su empleo van acompañados de injusticia. «Entre
rarse una vida vivible. En una cosa no son sagaces: su
* Cf. H. HAAG - A. VAN DEV BORW - S. DE AUSRJO, Diccionario de ¡a Biblia,
mirada no se extiende más allá de lo de la tierra, no Herder, Barcelona *1967, col. l l S l s . Nota del traductor.
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NT, Le I I , 6
el comprar y el vender se hinca el pecado» (Eclo 27,2). auténtico, en lo que podemos basarnos y apoyarnos, lo ve-
Para adquirir las posesiones y para aumentarlas se perju- nidero, la participación en el reino de Dios, la vida nueva,
dica al otro. El que confía en las posesiones se hace su eterna. Los bienes de la tierra son sólo poco; no pueden
esclavo y no puede ya servir a Dios (Mt 6,24), incurre en asegurar verdaderamente la vida. No pueden impedir la
«injusticia», en pecado. muerte (12,22-31), ni siquiera añadir lo más insignificante
Dios recibe en las tiendas o tabernáculos eternos a los a la duración de la vida y a la estatura (12,25). Sólo al
que practican el bien. «En casa del Padre celestial hay que sabe administrar debidamente lo poco, se le confía
muchas moradas» (Jn 14,2). Cuando habla Jesús de la lo mucho. Si no sois fieles en lo pequeño, ¿quién os dará lo
vida del más allá se expresa con frecuencia en el lenguaje grande? (cf. Mt 25,21). Dios da los futuros bienes celes-
de su ambiente, en el que también se decía: «Vi otra tiales sólo al que administra fielmente los bienes de la
visión: las moradas de los justos y los lugares de reposo tierra conforme a su voluntad.
de los santos. Aquí vi yo con mis propios ojos sus moradas El Mamón es lo ajeno; el reino de Dios, la nueva vida,
con sus ángeles justos y sus lugares de reposo con los es lo nuestro17. Nosotros los hombres, que sólo existimos
santos, y éstos imploraban, intercedían y oraban por una vez, no confiamos lo nuestro, a lo que está apegado
los hombres» (Henoc 39,4s). nuestro corazón, y lo que nos es'caro y precioso, a un
hombre que ni siquiera sabe administrar lo extraño, que
10
El que es fiel en lo poco, también lo es en lo mucho, no tiene profunda relación con nosotros. Si Dios nos da su
y el que es infiel en lo poco, también lo es en lo mu- reino y participación en su vida, nos da de lo suyo, en lo
cho. n Si, pues, no habéis sido fieles en el Mamón injusto, que él mismo, para hablar de Dios en términos humanos,
¿quién os confiará el verdadero bien? 12 Y si no habéis sido está interesado. El Mamón le es ajeno, no tiene con él
fieles en lo ajeno, ¿quién os dará lo nuestro? ninguna relación personal. Si nosotros no administramos
fielmente lo ajeno, ¿cómo nos confiará Dios lo nuestro,
Al administrador se le exige que sea fiel (12,42; ICor como él lo llama? Mediante la fidelidad en la administración
4,2). El administrador de la parábola no era fiel, sino de los bienes terrenos se prueba al discípulo, para ver si
injusto. Despilfarró los bienes que le había confiado su es apto para recibir los bienes del mundo futuro.
señor y los utilizó para sus propios fines con perjuicio de
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su dueño. El Señor no alaba la infidelidad del administra- Ningún criado puede servir a dos señores; porque
dor, como si tal proceder rufianesco fuera sensato. El que o aborrecerá al uno y amará al otro, o se interesará por el
tiene posesiones no es en todo caso más que administrador, primero y menospreciará al segundo. No podéis servir a
puesto que el propietario de nuestros bienes es Dios. Los Dios y a Mamón.
bienes que nos han sido encomendados deben administrarse
17. Hay manuscritos en que se lee «lo mío», otros «lo vuestro»; lo mío es
fielmente, conforme a la voluntad de Dios. lo que pertenece a Jesús y lo que él da, el reino de Dios (22,28s); lo vuestro
Los bienes de la tierra no son el don supremo que Dios es también el reino de Dios, la vida eterna, que verdaderamente nos pertenece
a nosotros, cuando Dios nos lo da; estos dones son, en efecto, inamisibles
nos confía. Es solamente lo poco, no mucho. Mucho es lo (vida «eterna»).
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El discurso sobre el reino y el capital se cierra con una en cosa tan insegura como la riqueza, sino en Dios, que
palabra de amonestación. El servicio de Dios y el culto a la nos provee de todo espléndidamente para nuestra satisfac-
riqueza son dos cosas incompatibles. Dios y las riquezas ción; que practiquen el bien, que se hagan ricos en buenas
reclaman al hombre entero, cada uno por su lado. Dios obras, que sean generosos, dadivosos, atesorando así para
quiere ser amado «con todo tu corazón, con toda tu alma, sí mismos un buen capital para el futuro, hasta lograr la
con todas tus fuerzas y con toda tu mente» (10,27). Como auténtica vida» (ITim 6,17ss).
muestra la experiencia, también la riqueza absorbe al
hombre entero. Dinero, propiedad, ganancia encadenan
al hombre, absorben sus fuerzas, lo dominan. ¿Cómo se b) Los fariseos aficionados al dinero (16,14-18).
puede conciliar tal servicio a dos señores, cada uno de los
cuales exige entrega completa? ¿Puede un esclavo servir 14
Estaban oyendo todo esto los fariseos, qué son afi-
como esclavo a dos amos? Cada uno de los dos amos puede cionados al dinero, y se burlaban de él. 15 Pero él les dijo:
a cada momento exigir un servicio total. Nadie es capaz Vosotros os presentáis como justos delante de los hombres,
de prestar tal servicio simultáneo a dos señores. Las pa- pero Dios conoce vuestro corazón; porque aquello que es
labras de Jesús tienen por imposible un compromiso doble: alto entre los hombres, es abominación ante Dios.
servir a Dios y servir a Mamón; exigen una decisión; servir
a Dios o servir a Mamón. Los fariseos pasaban por aficionados al dinero. Jesús
¿Qué elección se ha de hacer, qué decisión se ha de les echa en cara que devoran las casas de las viudas (20,47).
tomar? Dios es una realidad que no admite concurrencia. El En la secta de Qumrán se los llama «gente embustera,
que se halla ante la alternativa de decidirse por Dios o por que tiene puesta la mira en pasarlo bien y vivir en la
el Mamón, debe decidir entre estas dos cosas: amar a abundancia». Del doctor de la ley Jokcanán (t 287) se ha
Dios u odiarlo, despreciarlo o adherirse a él. Ahora bien, transmitido esta sentencia: «Los miembros dependen del
¿quién querrá postergar a Dios, despreciarlo, odiarlo? Las corazón, el corazón depende de la bolsa.» Entre los fariseos,
palabras de Jesús invitan a reflexionar, causan inquietud, la pobreza es mirada como una maldición. La riqueza es
quitan la «bienaventuranza» de poseer. En el poseer hay premio de la religiosidad, la pobreza es castigo1 por el
peligro de que esto quite al hombre la libertad de seguir pecado. «Riquezas, honra y (larga) vida son premio de la
la llamada y la palabra de Dios: «Lo que cayó en zarzas humildad y del temor de Yahveh» (Prov 22,4). Quien
son los que oyeron; pero con las preocupaciones y las ri- impugna la riqueza de los fariseos, pone también en duda
quezas y los placeres de la vida, se van ahogando y no su fidelidad a la ley y su moralidad. Jesús osa hacerlo y
llegan a madurar» (8,14). trastorna su doctrina. Él va de una parte a otra como pobre
Lo que Jesús dijo sobre la administración de los bienes (8,1), predica la renuncia a las posesiones y declara bien-
y de las posesiones halla eco y explicación en las palabras aventurados a los pobres, mientras que lanza conminaciones
de la primera carta a Timoteo: «A los ricos de este mundo, — «¡ay de vosotros!» — contra los ricos. En favor de ellos
recomiéndales que no sean altivos, ni pongan su esperanza hay una larga tradición. Se burlan de él y lo desprecian.
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Los fariseos, aficionados al dinero, aseguran su vida llegado el tiempo de la realización; con Jesús está presente
mediante las riquezas, y su existencia delante de Dios me- la salvación prometida. Jesús saca a la luz la nueva época
diante «obras de justicia»: no olvidan la ley y hacen buenas (4,16ss).
obras. Se tienen por justos y están convencidos de que Todos se esfuerzan por entrar en el reino de Dios y
también Dios aprueba este dictamen. Por sus riquezas cada cual emplea todas sus fuerzas para salvarse. Aquí
reconocen que Dios confirma su parecer. Jesús, en cambio, asoma de nuevo la imagen del combate (13,24). En el espí-
desbarata este juicio y este modo de pensar, destruye su ritu de su obra histórica ve Lucas cómo una gran muche-
seguridad, reduce a escombros su construcción religiosa, dumbre de gentes aceptan la buena nueva y se esfuerzan por
tras la que se atrincheran. Dios mira al corazón, a las inten- alcanzar la salvación pese a las angustias y a las persecu-
ciones de que proceden las obras. No buscan a Dios, sino su ciones. Su evangelio muestra cómo el pueblo, los publícanos
honra, se buscan a sí mismos (Mt 16,1-18). Al que Dios y los pecadores se lanzan por este camino que está abierto
hace justo, ese es justo en verdad. Ahora bien, Dios sólo a todos, en oposición contra los dirigentes del pueblo. Los
hace justo al que es pequeño ante Dios. Lo que es alto entre Hechos de los apóstoles estarán precisamente penetrados
los hombres, es abominación ante Dios, impuro y repug- de la idea de que la hora de salvación ha sido comprendida
nante como un ídolo. «El hombre será humillado, abatidos y aprovechada por los gentiles, por todos y cada uno. El
los varones, y bajados los ojos altivos» (Is 15,5). Por Jesús entusiasmo y el júbilo que resuena en este «cada uno»
invierte Dios el juicio de los fariseos: «Gloríese el hermano muestra que no hay barreras que cierren el camino de la
humilde en su exaltación, y el rico en su humillación, porque salvación. Pero, con todo, no se debe silenciar que es
pasará como flor de heno» (Sant l,9s). La primera bien- necesario esforzarse por entrar, que sólo a viva fuerza
aventuranza del sermón de la montaña resuena en estas se puede entrar en el reino de Dios. El radicalismo de Jesús
palabras: «Bienaventurados los pobres» (6,20), «Bienaven- tiene sentido porque se ha iniciado el tiempo decisivo.
turados los pobres en el espíritu» (Mt 5,3). Nadie puede hurtar el cuerpo a la decisión por la doctrina
de Jesús. Cada uno se ve en la necesidad de imponerse es-
16
La ley y los profetas llegan hasta Juan; desde entonces fuerzos con resolución. También el fariseo, pese a que
se anuncia el Evangelio del reino de Dios, y cada uno entra éi se tiene por justo, debe obedecer al imperativo de esta
en él a viva fuerza. 17 Pero es más fácil que pasen el cielo sentencia.
y la tierra, que una tilde de la ley caiga. Los fariseos se tienen por justos. Están convencidos de
que conocen y observan exactamente la ley. ¿Está justifi-
Los fariseos se mofan de la novedad de la predicación cada esta idea que se forman de sí mismos? Su celo por
de Jesús. No reconocen la hora de la historia de la salva- la ley ¿no los autoriza a burlarse del radicalismo de Jesús?
ción que ha sonado con él. El primer período de esta ¿Qué sé les puede reprochar? El mundo del reino de Dios
historia, el tiempo de la ley y de los profetas, el tiempo y su presencia por Jesús no abroga la ley. El cielo y la
de la promesa, terminó con Juan Bautista. Ahora se pro- tierra, lo más permanente que conoce el hombre, pasarán
clama el reino de Dios como buena nueva y victoria. Ha antes de que cese la ley de Dios y pierda su vigor la volun-
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tad de Dios contenida en ella. Era necesario repetir esto marido, y ésta luego no le agrada, porque ha notado en
contra aquellos que, llenos de entusiasmo por el alborear ella algo de torpe, le escribirá el libelo de repudio, y ponién-
de los tiempos nuevos, querían deshacerse de todas las doselo en la mano, la mandará a su casa» (Dt 24,1). Cuan-
ataduras. do existía el motivo de divorcio — algo torpe — y se había
Por el hecho de tomar Dios posesión de su reino, se entregado el libelo de repudio, quedaban libres ambos,
cumple la voluntad de Dios contenida y expresada en la el hombre y la mujer, y ambos podían casarse de nuevo.
ley. Ésta se realiza ahora tan radicalmente, que no se des- Una escuela de doctores de la ley en tiempos de Jesús
cuida el menor detalle (la tilde es el adorno más pequeño había interpretado tan ampliamente el motivo de divorcio,
que acompaña a diferentes letras hebreas). En el reino de que por aquellos días todo matrimonio podía ser disuelto.
Dios se impone plenamente la voluntad de Dios, pero En efecto, «un motivo cualquiera» era suficiente para el
también se exigen los mayores esfuerzos para que se cumpla divorcio (cf. Mt 19,3).
completamente. La mutación, el paso decisivo del tiempo Jesús, en cambio, proclama la indisolubilidad del ma-
de las promesas al tiempo de la realidad es también la mu- trimonio. Aunque se entregue el libelo de repudio, éste
tación decisiva en la entrega a la voluntad de Dios. El ha perdido su fuerza jurídica, y el matrimonio sigue exis-
hombre no puede conservar ni reservarse para sí la más tiendo. Por consiguiente, el nuevo matrimonio de los di-
pequeña parte de su ser: todo, hasta las profundidades vorciados se equipara al adulterio. Ambos hombres incurren
de su personalidad (corazón) debe estar disponible para la en culpa: el que toma una nueva esposa, y el que toma por
voluntad de Dios. esposa a la mujer divorciada. Ambos obran contra la san-
La ley bien entendida se mantiene en vigor, es superada tidad del matrimonio.
por Jesús y se incorpora a la gracia del reino de Dios, que Los fariseos se tienen por justos porque observan la
actúa omnipotentemente. Por eso puede también decir Je- ley de Dios. Dios, sin embargo, exige una justicia que es
sús: «Si vuestra justicia no supera a la de los escribas y mayor que la de los escribas y fariseos (Mt 5,20). Jesús
fariseos, no entraréis en el reino de los cielos» (Mt 5,20). les echa en cara que abandonan el precepto de Dios para
conservar tradiciones de los hombres (Me 7,8). Además, la
18 ley del Antiguo Testamento no es la expresión acabada de
Todo el que despide a su mujer y se casa con otra,
comete adulterio, y el que se casa con la despedida por la voluntad de Dios. Jesús es quien, al anunciar el reino
su marido, comete adulterio. de Dios, pone también de manifiesto la voluntad de la ley.
Dado que ha sonado la hora escatológica, interviene Jesús,
La ley veterotestamentaria no se suprime, sino que la sin cuidarse de las condiciones y dificultades de este mun-
apremia el alborear del tiempo de la salud. La voluntad do, sin consideraciones con la flaqueza humana en relación
de Dios contenida en ella se hace valer sin concesiones con la voluntad de Dios, y presenta las exigencias de Dios
a la flaqueza humana. en toda su integridad, exentas de todo compromiso.
El Antiguo Testamento conoce la posibilidad del di- El mensaje de Jesús va hasta la raíz de las exigencias
vorcio: «Si un hombre toma una mujer y llega a ser su de la ley. Él eliminó las concesiones a la flaqueza humana,
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como en el caso del juramento (Mt 5,33-37), y con más geles lo llevaron al sena de Abraham. Pero murió también
consecuencias en el caso del divorcio (Mt 5, 31s), y en la el rico, y fue sepultado. 23 Y en el abismo, estando en me-
forma más tajante cuando se trata de no tomar represalias dio de tormentos, levantó los ojos y vio desde lejos a
(Mt 5, 38-42) y del amor a los enemigos (Mt 5,43-48). De Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces gritó: Pa-
entre todos estos imperativos destaca Lucas únicamente la dre Abraham, ten compasión de mí, y envía a Lázaro para
indisolubilidad del matrimonio. ¿Qué es lo que le mueve que, mojando en agua la punta del dedo, venga a refres-
a ello? Los hombres que habían sido invitados al banquete carme la lengua; que estoy sufriendo horrores en estas
no acudieron por causa de los bienes y de la mujer (14,20). llamas. 2S Pero Abraham le contestó: Hijo, acuérdate de
Debido a la dureza de corazón de los judíos había tolerado que ya recibiste tus bienes en tu vida, mientras Lázaro, en
Dios la disolución del matrimonio en el Antiguo Testamento cambio, los mates; ahora, pues, él tiene aquí el consuelo,
(Mt 19,8). El apego a los bienes y el apego a la mujer mientras tú el tormento. 26 Y además de todo esto, entre
son un obstáculo para la docilidad del corazón humano nosotros y vosotros ha quedado establecido un inmenso
frente a la llamada de Dios. Esta docilidad se ha de lograr vacío, de suerte que los que quieren pasar de aquí a vos-
radicalmente gracias a la pobreza y a la virginidad (Mt otros, no puedan; ni tampoco atravesar de ahí a nosotros.
19,12.21). El estadio que precede al desprendimiento total
de la propiedad y del matrimonio por razón del reino de Se ha alcanzado ya la primera cima de la narración.
Dios es la fiel administración de los bienes por medio de Con una imagen de gran dramatismo se representa lo que
limosnas y la observancia de la indisolubilidad del matri- significan las conminaciones lanzadas a los ricos que están
monio. Ambas cosas, el hacer el bien y el matrimonio indi- hartos y que ríen, así como las bienaventuranzas de los
soluble son distintivos de los discípulos de Jesús. Así entra desheredados, de los que tienen hambre y de los que
el discípulo a viva fuerza en el reino de Dios. De esta lloran (6,20ss). Lo que aquí se relata es una amonestación
manera debe cada día dar de nuevo prueba de sí mismo y a los ricos y un consuelo para los pobres. Para el rico
optar por el llamamiento de Dios, nunca puede decir que cada día es una fiesta regocijada, un espléndido banquete.
lo ha hecho ya todo. Todos los días se viste de fiesta: la indumentaria exterior
es de lana adornada de púrpura fenicia, la interior, de lino
finísimo importado de Egipto a Palestina. Las comidas son
c) El rico epulón (16,19-17,4). de fiesta. Este rico puede permitirse aquello con que soñaba
para el futuro el rico labrador: «Descansa, come, bebe, y
19 pásalo bien» (12,19).
Había un hombre rico^ que se vestía de púrpura y lino
finísimo, y todos los días celebraba espléndidos banquetes. El reverso de la medalla, la contrapartida, es el pobre.
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A su puerta yacía un pobre, llamado Lázaro, lleno de Cubierto de llagas está echado a la puerta que lleva al
llagas, 21 el cual deseaba saciarse con lo que caía de la palacio del rico; allá es llevado todos los días. El hambre
mesa del rico, y hasta los perros se acercaban para lamerle lo atormenta. En las casas acomodadas se utilizan en la
las llagas. 22 Sucedió, pues, que el pobre murió, y ¡os án- comida las migajas para limpiarse las manos y luego se tiran
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debajo de la mesa. El pobre suspira por ellas con avidez, tringe a la vida de la tierra, sino que perdura todavía
pero nadie se las da. Los perros medio salvajes que vagan después de la muerte. La historia narrada traza las líneas
por las calles le lamen las llagas, sin que el pobre hombre que van del ahora al entonces, indicando lo que significa
pueda impedirlo. El nombre del pobre es Lázaro, el-azar, lo presente para el futuro. Hay todavía algo más que el
que quiere decir: Dios ayuda. Es uno de esos pobres que bienestar de la vida de la tierra.
llevan su miseria con paciencia y confianza en Dios, que El rico se halla en el lugar del tormento, Lázaro sentado
sólo pueden soportar su existencia porque se fían de Dios; a la mesa del banquete celestial, en el seno de Abraham
es uno de esos que en los salmos y en las palabras de los (se comía recostado), en el lugar de la felicidad y bienaven-
profetas son consolados con las promesas de Dios, de esos turanza. «Tras el juicio aparece el foso de los tormentos,
a quienes van dirigidas las bienaventuranzas del sermón y enfrente el lugar de refrigerio, se hace visible el horno
de la montaña. del infierno, y enfrente la dicha del Edén (del Paraíso)»,
El rico vive como si no existiera Dios. Lo tiene todo. así se expresa el cuarto libro de Esdras (7,36). De un lugar
¿Qué falta le hace Dios? No ve a Dios, no ve al pobre. al otro se pueden ver y hablar los unos con los otros.
Vive a sus anchas, nadando en el placer y en la abundancia. En el mundo inferior puede el rico levantar los ojos y ver a
No está contra Dios, ni tampoco oprime al pobre. Única- Abraham desde lejos. Según el libro mencionado, las almas
mente está ciego para no ver a Dios, al pobre, «a Moisés de los reprobos se ven atormentadas porque observan
y a los profetas». cómo hay ángeles que en profundo silencio guardan las
El relato hace hincapié en lo que viene después de la moradas de las otras almas (4Esd 7,85). Lo que dice Jesús
muerte. Ambos mueren, el rico y el pobre. Del pobre y del en esta narración acerca de la vida de ultratumba se ins-
rico se dice la misma palabra; «murió»; esto es común pira en las ideas de su ambiente. No quiere decir que el
a los dos. En la muerte son los dos iguales. Sigue el entierro. otro mundo sea así en realidad. La historia del rico epulón
Todavía una última diferencia. El rico es sepultado con no es una «guía de viaje» del más allá. Jesús utiliza las
pompa y fasto. El entierro del pobre no se cuenta, ni se imágenes tradicionales para anunciar su doctrina de forma
menciona, porque ni siquiera era digno de mención. Sin más gráfica y penetrante.
embargo, ha comenzado ya la gran mutación. Los ángeles El pobre está sentado a la mesa del banquete; el rico,
se lo llevan. «Cuando un justo pasa de este mundo al otro, lejos, está atormentado; el pobre goza del puesto de honor,
le salen al encuentro tres coros de ángeles puestos a su servi- el rico sufre una sed terrible; el pobre está harto, el rico
cio.» Llevan al pobre al banquete celestial. Allí recibe un ansia poder humedecer su lengua seca con un poco de agua.
puesto honorífico a la derecha del padre de familia, Abra- A los impíos les aguardan «sed y tormentos» (4Esd 8,59).
ham (Mt 8,11). El rico va después de su muerte al mundo El que sufrió en su vida terrena es consolado; el que gozó
inferior (el hades), que aquí se entiende como lugar de es atormentado. Esto suena como si en el más allá todo
castigo y de tormento. Los muertos se hallan en lugares se,redujera a un reajuste de las suertes de la tierra. Ahora
diferentes, según que en su vida terrena cumplieran o no bien, ¿por qué es atormentado el rico? ¿Sólo porque fue
la voluntad de Dios. La existencia del hombre no se res- rico? ¿Por qué es dichoso el pobre? ¿Sólo porque fue po-
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bre? La primera parte de la narración necesita ser com- tienen el corazón abierto a Dios, siguen las bienaventuran-
pletada. La primera cima reclama la segunda. zas de los que son accesibles a los hombres y a su miseria
La suerte del rico en el más allá es desesperada. Los (cf. Mt 5,3-6; 5,7-10). Lázaro, que en su aflicción pone
judíos estaban convencidos de que su padre Abraham podía su esperanza en Dios, es admitido en el banquete del reino.
con su intercesión librarlos incluso del infierno. «Los que La riqueza encierra peligros...
caminan por el valle de lágrimas son los que en esa hora En Moisés y en los profetas, en la Sagrada Escritura,
son juzgados en el Gehinnon (el infierno); luego viene nues- Dios nos dejó consignada su palabra, que quiere amones-
tro padre Abraham, los hace subir y los acoge.» El rico tarnos, apercibirnos, iluminarnos y guiarnos para que no
avariento clama en su tormento a su padre Abraham. ¡En vayamos a dar en el lugar de los tormentos. «Y tenemos
vano! Entre el lugar del tormento y el lugar de la bien- así más confirmada la palabra profética, a la que hacéis
aventuranza hay un foso infranqueable: no hay intercesión bien en prestar atención, como a lámpara que brilla en
que salve, no se puede esperar cambio de morada. Está lugar oscuro, hasta que despunte el día y salga el lucero
desbaratada toda esperanza. de la mañana en vuestro corazón» (2Pe 1,19). Esta palabra
lleva a reformar los pensamientos conforme a los pensa-
27
El rico respondió: Ruégoíe siquiera, padre, que lo mientos de Dios, es el comienzo del retorno a Dios y a la
envíes a casa de mi padre — 28 porque tengo cinco herma- penitencia. El contenido de la Escritura es Jesucristo, su
nos —, con el fin de prevenirlos, para que ellos no vengan muerte y su resurrección (24,27.46). El que oye la palabra
también a este lugar de tormento. 29 Pero Abraham le re- de Jesús y la sigue es preservado de la suerte del rico, ya
plica: Ya tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen. que el fruto del anuncio de la muerte y de la resurrección
30 de Jesús es la penitencia y la conversión (Act 2,37s).
Éi insistió: No, padre Abraham; si, en cambio, se presen-
ta a ellos alguno de entre los muertos, se convertirán. El que no escucha la Sagrada Escritura, tampoco se
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Pero Abraham le dijo: Si no escuchan a Moisés y a los deja convencer aunque venga un mensajero del otro mundo.
profetas, ni aunque resucite uno de entre los muertos se Incluso el mayor milagro, la resurrección de un muerto,
dejarán persuadir. sería en vano. Lázaro de Betania fue resucitado, y con
ello se consumó el endurecimiento de los judíos hostiles
Ahora aparece claro por qué es atormentado el rico. a Cristo (Jn ll,46ss). Dios satisfizo el deseo del rico resu-
Disfrutó de la riqueza, se sentía seguro, no tenía órgano citando a Jesús de entre los muertos. En él dio a los doc-
para percibir la constancia y el consuelo que se nos da tores de la ley y a los fariseos la señal que exigían al igual
por la Escritura (Rom 15,4), era sordo a la palabra de Dios que el rico: «Esta generación perversa y adúltera reclama
y a su llamamiento. La riqueza y la vida en la abundancia una señal, pero no se le dará más señal que la del profeta
habían vuelto ciego al rico, ciego para no ver a Dios, ciego Jonás. Porque así como estuvo Jonás en el vientre del
para no ver al pobre, ciego para la otra vida; lo hicieron monstruo marino tres días y tres noches, así estará el
refractario al otro mundo. A las bienaventuranzas de los Hijo del hombre en las entrañas de la tierra tres días y
que por su aflicción ponen su esperanza en Dios y por ello tres noches» (Mt 12,39s).
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El rico, que está en peligro de apoyarse en su riqueza sano y pingüe... En vano, pues, he conservado limpio mi
y de fiarse de ella, tiene que cambiar de dirección y buscar corazón y he lavado mis manos en la inocencia... Púseme
la voluntad de Dios. Fruto genuino de tal cambio de direc- a pensar para poder entender esto, pues era ciertamente
ción y de tal retorno a Dios es el amor al prójimo con cosa ardua a mis ojos; hasta que penetré en el secreto de
obras (3,10s): «¿Sabéis qué ayuno quiero yo?, dice el Dios y puse atención a las postrimerías de éstos» (Sal 73).
Señor, Yahveh: Romper las ataduras de iniquidad, des- Tampoco en la antigua Iglesia fueron siempre tratados
hacer los haces opresores, dejar ir libres a los oprimidos y los pobres como los elegidos de Dios, como los alabados
quebrantar todo yugo; partir tu pan con el hambriento, en la predicación del Evangelio (cf. Sant 2,5.12s). Pablo
albergar al pobre sin abrigo, vestir al desnudo y no volver tuvo que escribir a la comunidad de Corinto: «Así pues,
tu rostro ante tu hermano» (Is 58,6s). La comunidad en la cuando os congregáis en común, eso no es comer la cena
que pensaba ante todo Lucas tenía necesidad de la amo- del Señor; pues cada cual se adelanta a comer su propia
nestación, como la consignó Santiago en una situación se- cena, y hay quien pasa hambre, y hay quien se embriaga...
mejante: «Escuchad, hermanos míos queridos: ¿No escogió ¿Tenéis en tan poco las asambleas del Señor, que avergon-
Dios a los pobres según el mundo, pero ricos en la fe y záis a los que no tienen?» (ICor 11,20-22). El rico sin
herederos del reino que prometió a los que le aman? ¡Y vos- piedad es un escándalo para los pobres. El discípulo de
otros habéis afrentado al pobre!... Hablad y actuad como Jesús, el cristiano, debe ponerse en guardia para no dar
quienes han de ser juzgados por una ley de libertad. Pues escándalo.
habrá un juicio sin misericordia para quien no practicó El escándalo se siente como un poder personal, que
misericordia» (Sant 2,5.6.12s). pone obstáculos a la fe e induce a la apostasía. Los escán-
dalos son hijos del demonio (Mt 13,38.41). El que se atiene
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•' Luego dijo a sus discípulos: Es imposible que no firmemente a la fe en Cristo y cumple la voluntad de Dios
haya escándalos. Pero ¡ay de aquel por quien vienen! proclamada por él, debe para ello resistir a los escándalos
2
Más le convendría que le ataran alrededor del cuello una (Mt 7,23). Es imposible que no vengan los escándalos, pues
rueda de molino y lo arrojaran al mar, que escandalizar forman parte del plan de Dios, por lo cual son necesarios
a uno solo de estos pequeñuelos. 3a ¡Tened, pues, cuidado (Mt 18,7). La predicación del Evangelio acarrea también
de vosotros mismos! escándalos. Sólo el tiempo de la consumación los des-
arraigará (Mt 13,41).
En el Antiguo Testamento se sintió vivamente el pro- Los escándalos se sirven del hombre para lograr su
blema de que al rico que no se cuida de la ley de Dios le va fin. Vienen por él cuando él se les ofrece como instrumento.
bien, mientras que el pobre que pone su esperanza en Sobre tal hombre se pronuncia el ¡ay! de conminaciones
Dios lleva una existencia miserable. «Estaban ya desli- proféticas. Su fin es la perdición eterna. El delito de que
zándose mis pies, casi me había resbalado. Porque miré se hace reo el que se constituye en instrumento del escán-
con envidia a los impíos, viendo la prosperidad de los dalo, es enormemente grande. Su gravedad se muestra en
malos. Pues no hay para ellos dolores; su vientre está el castigo excogitado para el seductor: Debe ser arrojado
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\'T. I r II. 7
al mar con una rueda de molino al cuello. La profundidad nestación inducirá al hermano a corregirse. Si éste reconoce
tenebrosa y sin fondo es una imagen del infierno. Hay que su culpa y se convierte, entonces debe el hermano perdonar
impedir que el escándalo se insinúe entre los hombres, hay al hermano.
que cortarle el camino. La comunidad de los discípulos se santifica cuando un
Más conviene eliminar al escandaloso, que permitir que hermano perdona al otro, le perdona una y otra vez a pesar
se escandalice a uno solo de los pequeñuelos. La salvación de las recaídas, siete veces al día, siempre que haga falta,
de estos pequeños está en peligro. Estos pequeños no son sin límite alguno. Si el discípulo perdona a su hermano,
los niños, sino los pobres, los desheredados, los despre- también Dios le perdonará a él su propia culpa (11,4). Con
ciados, tal como se los representa en la figura del pobre la solicitud de todos por la salvación del hermano y con
Lázaro. Precisamente a éstos ha elegido Dios y les ha el perdón de todas las ofensas personales y de todos los
preparado su reino (6,20ss). Ante Dios, cada uno de estos agravios experimentados viene a ser el pueblo de Dios un
pequeños en particular tiene un valor supremo, puesto que pueblo santo. También aquí, como en el caso del perdón
su voluntad es que no se pierda ninguno de estos peque- de Dios, el arrepentimiento y conversión es la base de todo.
ños (Mt 18,14).
3b
Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente d) Bienaventurado el pobre (17,5-10).
perdónalo. 4 Y si peca contra ti siete veces al día, y siete
5
veces vuelve hacia ti para decirte: Me arrepiento, lo has de Los apóstoles dijeron al Señor: Auméntanos la je.
6
perdonar. Respondió el Señor: Si tenéis una je del tamaño de un
granito de mostaza, podéis decir a este sicómoro: Des-
¿Cómo se ha de restablecer y mantener la paz? Los arraígate y plántate en el mar, y os obedecerá.
discípulos son una comunidad de hermanos. Si tu hermano
peca... Hermanos se llamaban los compatriotas y correligio- ¿Quién puede cumplir las exigencias radicales de Jesús?
narios judíos; este título pasó a los cristianos. Deben ¿Su exposición y superación de la ley? ¿La decisión radical
proceder como hermanos que tienen solicitud por la santi- en favor de Dios contra el asalto del Mamón? Una vez
ficación de los hermanos. La comunidad fraterna de los que Jesús, en otra ocasión, expuso sus exigencias radicales,
discípulos no es una comunidad de santos exenta de faltas. dijeron sus oyentes: «¿y quién podrá salvarse?» Pero él
Cuando peca el hermano, cuando peca contra el hermano, explicó que lo que es imposible al hombre es posible a
éste no debe permanecer impasible; se trata, en efecto, de Dios (18,26). Ahora hablan los apóstoles. Han comprendido
la salvación del hermano. Lo primero que hay que hacer que a su fe hay que añadirle fe si han de cumplir lo que
es reprenderlo. El que lo deja obrar a su talante sin preo- exige Jesús. Aguardan de Jesús la fuerza de cumplir lo
cuparse de su pecado, se hace culpable: «No odies en tu que él les pide. Jesús anuncia la salvación y también sus
corazón a tu hermano, pero repréndelo para no cargarte condiciones, y da la fuerza para cumplirlas. Él es poderoso
tú por él con un pecado» (Lev 19,17). La palabra de amo- en obras y en palabras.
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El don salvífico fundamental es la fe. Con la fe se do- Al igual que este labrador procederían todos aquellos
mina lo más difícil; a la fe se ha prometido la salvación. de los que habla Jesús. El criado trabaja en el campo, con-
El grano de mostaza es la más pequeña de todas las semi- tratado por un año. Por ello tiene el labrador derecho a
llas (Me 4,31),' apenas tan grande como una cabeza de toda su capacidad de trabajo. El criado tiene que arar,
alfiler. cuidar del ganado y desempeñar en la casa todos los servi-
La fuerza de las raíces del sicómoro negro es tan cios, ocuparse de la cocina y de la mesa. Las exigencias
grande que este árbol puede estar en pie en la tierra 600 del labrador, que por cierto es de los pequeños —sólo
años, pese a todas las inclemencias del tiempo. Sin embargo, tiene un criado para todas las labores—, son irritantes. El
una sola palabra proferida con el mínimo de verdadera criado ha trabajado en el campo, mientras el labrador se
confianza en Dios podría hacer que tal árbol se arrancara estaba en casa; el criado vuelve a casa fatigado, y el la-
y se transplantara al mar. Por mar se entiende aquí el lago brador está a la mesa y se deja servir por él; el criado tiene
de Genesaret. Dios da fuerza divina para cumplir los im- hambre tras una jornada de trabajo, pero tiene que aguardar
perativos de Jesús, si el que sigue a Jesús cree que con hasta que haya comido su amo. El labrador no le da las
él se ha inaugurado el tiempo de salvación y si pone toda gracias; hace sencillamente valer sus derechos. En efecto,
su confianza en lo que él anuncia. Jesús anuncia el reino mi- el criado es eso, criado, y tiene que hacer lo que se le
sericordioso de Dios. mande. Jesús no se pronuncia sobre esta situación social,
Quien reconoce su propia pobreza e incapacidad me- irritante para nuestro modo de sentir; la toma sencilla-
diante una confianza sin límites en la obra salvífica de mente como imagen para una parábola.
Dios por Jesús, alcanza algo sobrehumano, la nueva vida.
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En él se glorifica Dios. Lázaro, el pobre mendigo que, con Pues igualmente vosotros, cuando hayáis hecho tedo
su nombre, anuncia la misericordia de Dios, descansa en el lo que se os ha mandado, decid: Siervos inútiles somos; he-
seno de Abraham. La fe da participación en la poderosa mos hecho lo que teníamos que hacer.
vida de Dios, la cual no tiene límites. Si el discípulo ha
de perdonar siete veces al días, esto es efecto de la infinita La parábola no trata de ofrecer un retrato de Dios,
misericordia de su amor que perdona, representado por sino únicamente hablar de la actitud del hombre ante
las parábolas relativas al amor de Dios, a los pecadores. Dios. El servicio de Dios es un servicio de criados. Dios
da el encargo, el hombre tiene que cumplirlo. El deber pesa
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¿Quién de vosotros que tenga un criado arando o sobre el hombre como la responsabilidad civil sobre el
guardando el ganado, le dirá al llegar éste del campo: Anda, deudor. Dios no le debe nada, él lo debe todo a Dios. Él
ponte en seguida a la mesa, 8 y no le dirá más bien: Pre- no tiene exigencias que formular a Dios; Dios no le debe
párame de cenar, y disponte a servirme hasta que yo coma la menor recompensa, ni siquiera gratitud. Incluso si el cria-
y beba; que luego comerás y beberás tú? 9 ¿Acaso tiene que do ha hecho todo lo que se le había encargado, no ha
dar las gracias al criado, por haber hecho éste lo que se hecho sino cumplir su deber. El criado es, en efecto, eso,
le mandó? criado, pobre criado, que no sirve para otra cosa sino
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para ser su criado, simple criado y nada más. El discurso para mí motivo de gloria; es necesidad que pesa sobre
profético de Jesús sostiene sin miramientos los derechos mí. ¡Y ay de mí si no anuncio el Evangelio!» (ICor 9,16).
de Dios, aunque se ve rebajado casi hasta la nada aquel a El cristiano que cree haberlo hecho todo, no tiene derecho
quien afectan estos derechos. Así, el hombre viene a ser a formular exigencias a Dios. La actitud que pinta Jesús
precisamente libre, vaciándose y dilatándose, para que Dios conserva la paz en la comunidad, pese a todas las diferen-
le otorgue los bienes del reino. Bienaventurados los pobres, cias entre las personas (Rom 15,1-2).
pues de ellos es el reino de Dios.
Los doctores de la ley entre los fariseos conciben la
relación entre Dios y el hombre como una relación con-
tractual: yo doy para que tú des, prestación por presta- III. ÚLTIMAS ETAPAS DEL VIAJE (17,11-19,27).
ción. Si se cumple la ley, si se hace lo que Dios tiene encar-
gado, entonces debe Dios recompensa. La parábola de
Jesús descarta tal mentalidad. Dios no debe nada, ni si- 1. PERSPECTIVA DE LA GLORIFICACIÓN (17,11-18,8).
quiera las gracias. El hombre no es sino un simple criado.
En Lucas va dirigida la parábola a los apóstoles. Lo han
a) El samaritano agradecido (17,11-19).
dejado todo y han seguido a Jesús (5,11), han cumplido
con sus exigencias radicales. ¿Pueden hacer valer su pres- 11
tación? ¿Pueden invocar derechos ante Dios? Según san Y mientras él iba de camino a Jerusalén, atravesaba
Mateo, san Pedro dirige a Jesús la pregunta: «Mira: nos- por Samaría y Galilea.
otros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué
habrá, pues, para nosotros?» (Mt 19,27). Pedro aguarda su Jesús va de camino; una vez más vuelve a recordarse la
recompensa. Este pensar en la recompensa se descarta marcha (9,51; 13,22). La meta de la marcha es Jerusalén.
mediante la parábola de los trabajadores de la viña (Mt El camino va por Samaría y Galilea. Jesús venía de Galilea,
20,1-16). La recompensa de Dios no corresponde a la pasaba por Samaría y continuaba hacia Jerusalén. Sólo
prestación del hombre. Lo que nosotros llamamos recom- quien, como Lucas, mira hacia atrás al camino, puede
pensa es don de la bondad divina. Lucas cierra su compo- escribir así: Por Samaría y Galilea. La marcha y la acción
sición relativa a las exigencias radicales de Jesús con esta están tan dominadas por Jerusalén, que sólo desde aquí se
parábola del pobre criado. Los apóstoles que lo han dejado puede ver el camino. Sólo en función de Jerusalén, donde
todo sólo pueden decir: Sólo hemos hecho lo que teníamos aguarda la elevación de Jesús, puede comprenderse su ca-
que hacer. Son criados de Dios que erige su reino, otorga mino, su marcha y su acción 18 .
su misericordia proclamándola, hace visible por ellos su
magnificencia. En este servicio no pasan ellos nunca de 18. Las palabras «por Samaría y Galilea» crean desde antiguo dificul-
tades para su explicación, como lo muestran l j tradición manuscrita y las
ser simples criados, que sólo hacen aquello a que están tentativas de explicación. «Por Samaría y Galijea» se explica con frecuencia:
«entre Samaría y Galilea», por la zona limítrofe de estas dos fajas de tierra
obligados. Pablo escribe: «Anunciar el Evangelio no es (cf. Me 10,1; Mt 19,1). Hay quien, haciendo historia, lo explica así: «Jesús,
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El relato había comenzado con un hecho acontecido en esperaban ayuda en su desamparo (8,24). A esta interpe-
Samaría; otro hecho que trae a la memoria a Samaría inicia lación añaden los leprosos una invocación implorando mi-
la última parte de la marcha. Samaría es el puente por sericordia.
el que la palabra de Dios va de Galilea a Jerusalén, y Jesús es maestro de la ley, lleno de poder y de
por el que va de Jerusalén a los gentiles. El encargo del misericordia. En él ha amanecido el reino de Dios, que se
Resucitado era de este tenor: «Seréis testigos míos en revela en poder y misericordia a todos los hombres.
Jerusalén, y en toda Judea y Samaría, y hasta en los con- A los leprosos dirige Jesús la instrucción de cumplir
fines de la tierra» (Act 1,8). En el camino de Jesús está la ley relativa a la purificación de la lepra, todavía antes
diseñado el camino de su Iglesia; su camino es fruto de de que hayan quedado limpios. «Esta será la ley del le-
los caminos de Jesús. proso para el día de su purificación» (Lev 14,2). En la
obediencia a la ley, que les indica Jesús, hallarán salvación
12
Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro los leprosos. El que oye a Moisés y a los profetas, se salva
diez leprosos, que se detuvieron a distancia, n y levantaron (16,29). También el samaritano, que es un extraño para
la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten compasión de nos- los judíos, halla la salvación por este camino. Por Jesús
otros! 14 Cuando él los vio, les dijo: Id a presentaros a los viene de los judíos al samaritano la salud (Jn 4,22).
sacerdotes. Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios.
15
Entonces uno de ellos, al verse curado, volvió atrás,
También ahora va el camino de ciudad en ciudad y de glorificando a Dios a grandes voces, 16 y se postró ante los
aldea en aldea (13,22). La enfermedad y la miseria reúnen pies de Jesús, para darle las gracias. Precisamente éste
a los hombres y hacen olvidar los odios nacionales entre era samaritano.
judíos y samaritanos (9,53; Jn 4,4-9). A los leprosos les
estaba permitido entrar en aldeas, pero no en ciudades Probablemente se efectúa la curación mientras los le-
amuralladas, no digamos en la santa ciudad de Jerusalén. prosos estaban todavía en camino hacia el sacerdote. Uno
«El leproso, manchado de lepra, llevará rasgadas sus vesti- de los curados regresa de inmediato. Glorifica a Dios
duras, desnuda la cabeza, y cubrirá su barba, e irá cla- alabándolo y dándole gracias. Dios actúa por Jesús. El
mando: ¡Inmundo, inmundo! Todo el tiempo que le dure curado pronuncia su alabanza de Dios delante de Jesús,
la lepra será inmundo. Es inmundo y habitará solo; fuera postrándose a sus pies. Dios causa la salvación por Jesús.
del campamento tendrá su morada» (Lev 13,45s). La gracia de Dios apareció en él. Esto se reconoce mediante
Jesús es llamado Maestro. Hasta ahora sólo le habían la acción de gracias.
hablado así los apóstoles, subyugados por su poder (5,5; La proximidad de Dios causa profunda emoción. Quien
9,49), llenos de asombro por su gloria (9,33), o cuando experimenta la proximidad de Dios clama a grandes veces:
los demonios (4,33; 8,28), el pueblo a la entrada de Jesús
viniendo del oeste, caminaría algún tiempo siguiendo la línea divisoria entre en Jerusalén (19,37), Jesús mismo al morir (23,23; cf. Act
Galilea y Samaría, para llegar al Jordán; río abajo iba el camino directo hacia
Jerusalén» (F. ZEHRER, Synoptischer Kommentar m , 1964, 305).
7,60). Igualmente se postra de hinojos ante Jesús quien
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rinde homenaje a Dios presente en él: el padre de la hija Dios. El camino de la salvación está abkrto a todos, in-
moribunda (8,41); el leproso que implora su curación (5,12). cluso a los extranjeros, a los pecadores, a los gentiles. Lo
En Jesús se hace visible el poder y la misericordia de Dios. que salva es la fe, la decisión y entrega a la palabra de
Jesús es la epifanía de Dios. En él está presente el reino Jesús y a la acción salvífica de Dios a través de él.
de Dios.
El curado que vuelve a Jesús es un samaritano. Como
el samaritano compasivo estaba en el camino del Evange- b) La venida del reino de Dios y del Hijo del hombre
lio y del reino de Dios con sus buenos servicios llenos de (17,20-37).
compasión, así también lo está este samaritano por medio
de su gratitud. La sencillez y los nobles sentimientos huma- Cuestiones relativas al tiempo final sirven de introducción a ia
segunda parte del relato del viaje (13,22ss). También las hallamos
nos son un camino hacia la salvación si van unidos a la fe
al comienzo de la tercera parte. En el camino hacia la meta asedian
en la palabra de Jesús, en la que se encierran la ley y los el corazón las preguntas relativas al fin. A los fariseos se les
profetas. La palabra da fruto si se acoge en un «corazón habla de la venida del reino de Dios (17,20-21), a los discípulos, de
noble y generoso» (8,15). En el samaritano se diseña el la venida del Hijo del hombre. El reino de Dios está ya presente,
camino del Evangelio hacia los paganos. el Hijo del hombre tiene todavía que venir. Este discurso combina
una serie de frases de la tradición especial del tercer evangelio
17
con otras que se hallan también en Mt 24s. El discurso tiene una
Y Jesús replicó: ¿Pues no han quedado limpios los estructura fácil de reconocer: Introducción (v. 22), la venida del
diez? ¿Dónde están los otros nueve? 18 ¿No ha habido quien Hijo dsl hombre como acontecimiento que no puede pasar inadver-
volviera a dar gloria a Dios sino sólo este extranjero? tido (v. 23s), necesidad de que antes padezca el Hijo del hombre
19 (v. 25), la manifestación del Hijo del hombre, que sorprenderá
Luego le dijo: Levántate y vete; tu fe te ha salvado.
a la generación sumida en los asuntos terrenos (v. 26-30), exhor-
tación a estar preparados (v. 31-33), división de los hombres en el
Jesús había esperado que volvieran todos y dieran momento del retorno (v. 34ss), conclusión (v. 37).
gloria a Dios, por él. Por él vienen las gracias de Dios,
20
por él se da gloria a Dios. «No hay salvación en otro hom- Preguntado por los fariseos cuándo había de llegar el
bre» (Act 4,12). Sólo el extranjero regresa. El samaritano, reino de Dics, él contestó: El reino de Dios no ha de venir
que, como extranjero, no cuenta entre los hijos de Israel, aparatosamente; 2i ni se dirá: Míralo aquí, o allí. Porque
no osa formular exigencias a Dios. Lo que recibe lo toma mirad: el reino de Dios ya está en medio de vosotros.
como presente de la gracia de Dios y da gracias. Los judíos
no dan gracias porque son judíos y consideran como debidos En el reino de Dios está reunido en una sola palabra
los dones de Dios. Reciben del enviado de Dios lo que, todo lo que Israel aguarda para el futuro. Cuando Dios tome
según ellos, les corresponde. Les falta la actitud funda- posesión de su reino, todo estará en regla. La pregunta
mental necesaria para recibir la salvación. En el extran- de cuándo se verá satisfecha esta gran esperanza y expec-
jero se hallan actitudes que facilitan el acceso a ella: gra- tación preocupaba a todos los ambientes: a los fariseos, a
titud, alabanza, confesión de la propia pobreza delante de los apocalípticos y a los discípulos de Jesús (19,11; 21,7;
106 107
Act 1,6). Desde los tiempos del profeta Daniel se habían es- reino de Dios. Con Jesús se ha iniciado ya el tiempo de
tablecido cómputos para escudriñar este misterioso cuándo. salvación prometido. ¿Qué se veía de él? ¿Cuáles de los
Setenta años hubo de vivir Israel en la cautividad de Ba- grandes acontecimientos que se esperaban se han producido
bilonia (Jer 25,11; 29,10) antes de verse libre de ella; setenta ya? ¿No son también éstas nuestras preguntas? Nosotros
semanas de años había ahora que aguardar la aparición vivimos en el tiempo de salvación. El reino de Dios pre-
del reino de Dios (Dan 9,2ss). Insurrecciones, guerras, pes- sente es «misterio» (Me 4,11; Le 8,10) que sólo se puede
tes, hambres, carestías, trastornos del orden moral, ca- captar con la fe en la palabra de Jesús. Para el creyente
tástrofes de la naturaleza se consideraban como señales del está «visible» la presencia del reino de Dios en la acción
tiempo mesiánico; en efecto, el tiempo de salvación irá del Espíritu Santo (24,49), al que Cristo exaltado envió
precedido de grandes tribulaciones (Dan 12,1); el nuevo a su Iglesia (Act 1,4).
tiempo nacerá del antiguo bajo «dolores de parto» (Me La palabra de Jesús habla sólo de la presencia del reino
13,8). Jesús anuncia el reino de Dios; tiene que responder de Dios en medio de sus contemporáneos, pero no de que
a la pregunta de cuándo vendrá. Su respuesta les deja des- él mismo lo trae, de que está presente en él. Jesús desem-
concertados. La aproximación del reino de Dios no puede peña la función de profeta de la salvación de los últimos
observarse. Viene de tal forma que nadie puede decir: tiempos, de pregonero de la misma, que conoce el misterio
«Míralo aquí» o «Míralo allí». Los vaticinios y los cálcu- del reino de Dios. Sin embargo, él es más que esto. Él
los salen fallidos. El reino de Dios ya está en medio de expulsa los demonios con el dedo de Dios (11,20). Dios
vosotros, ya está presente 19. le ha dado su poder; por él reina Dios. Los fariseos debían
Que el reino de Dios ha aparecido ya, se muestra en quedarse pensativos al oir las palabras de Jesús...
la acción de Jesús. Jesús expulsa los demonios con el dedo
22
de Dios (11,20). Satán ha quedado sin fuerza (10,18), por- Luego dijo a los discípulos: Tiempo llegará en que
que ya se ha inaugurado la soberanía de Dios. La ley y los desearéis ver siquiera uno de los días del Hijo del hom-
profetas llegaban hasta Juan, desde entonoes se anuncia bre, y no lo veréis.
el reino de Dios como buena nueva de victoria (16,16;
4,21). Jesús satisface las esperanzas de Israel tocante al A los fariseos ha hablado Jesús del reino de Dios que
ya está presente; a los discípulos les habla del Hijo del
19. De Le 17,21 s3 dan principalmente dos traducciones y explicaciones: hombre, que ha de venir. Los discípulos son iniciados en
1) El reino de L.lios está en vosotros, en vuestro interior (en el corazón);
2) el reino de Dios está entre vosotros, en medio de vosotros. La mayoría de
el misterio que rodea al Hijo del hombre. Los días del
loj aurores modernos optan con razón por esta segunda explicación, por ser la Hijo del hombre se iniciarán cuando él aparezca en su
única conciliable con las demás aserciones de Jesús relativas al reino de Dios.
Esta traducción se interpreta de des maneras: a) Cuando aparezca el reino
esplendor regio (cf. 23,43), cuando se revele el poder divino
d^ Dios, vendrá de repente (de golpe), sin que anteriormente se note nada de que ha sido transmitido al Hijo del hombre (Dan 7,13),
su venida; b) el reino de Dios está ahora ya entre vosotros. Esta interpreta-
ción parece preferible, pues no se habla de la venida repentina y de golpe;
cuando se revele Cristo en su gloria como el elegido de
la respuesta de Jesús a las preguntas trata de mostrar que no tiene razón Dios, cuando se acerque la redención (21,28). El Hijo del
de ser observar el momento de la aparición del reino de Dios, o calcularlo,
y buscar el lugar en que ha de aparecer. hombre es Jesús mismo (12,8s). Con su acción se ha
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inaugurado el reino de Dios, pero todavía se aguardan los e intérpretes de los signos. Anuncian que el Hijo del hom-
«días del Hijo del hombre». bre y Salvador ya está aquí. Desde la Iglesia primitiva hasta
Tiempo llegará... Así hablan los profetas que anuncian nuestros tiempos no han faltado tales profetas, que anun-
ruina 20. Jesús anuncia días de terror. La tribulación será cian ya como presente el final victorioso y beatificante que
tan grande que los discípulos mirarán con gran ansia hacia se acerca. Pero el discípulo de Jesús no debe dejarse engañar.
los días del Hijo del hombre y aguardarán ardientemente Cuando venga el Hijo del hombre, el hecho no pasará
la venida del Mesías. Vivir uno solo de estos días les daría inadvertido ni dejará lugar a duda. Este imponente acon-
fuerza y consuelo; pero tienen que aguardar y perseverar con tecimiento es en sí mismo luz, que no podrá menos de
paciencia. El tiempo de la tribulación se extiende de la verse. Cuando venga el Señor en su gloria, no hará falta
ascensión de Jesús a los cielos hasta su segunda manifes- que nadie se lo haga notar al otro. Todos verán y sabrán:
tación. Los discípulos de Jesús andan desalentados con la Está aquí.
cabeza baja (21,28); son perseguidos y duramente probados.
25
Lo que en este tiempo de la Iglesia levanta los ánimos es la Sin embargo, primero es necesario que él padezca
esperanza de la manifestación del Hijo del hombre. mucho y sea reprobado por esta generación.
La historia sagrada de Israel desemboca en el tiempo
final. Este tiempo ha comenzado con Jesús; por él se ha Jesús camina hacia Jerusalén. Cuando llegue al término
cumplido el pasado, el fin ha comenzado ya a alborear. de su camino ¿establecerá poderosamente el reino de Dios
Sin embargo, todavía se aguarda la consumación defini- y se revelará en gloria como el Hijo del hombre? Así
tiva. El reino de Dios ha llegado ya, pero al Hijo del habían creído los discípulos. «Cuando estaba ya cerca de
hombre hay todavía que aguardarlo. El discípulo de Jesús Jerusalén, pensaban ellos que el reino de Dios iba a ma-
vive en tensión entre lo que ya está presente y lo que nifestarse inmediatamente» (19,11). Es designio y voluntad
todavía no se ha manifestado. Así pues, la vida de la Igle- de Dios que Jesús llegue a la gloria pasando por la re-
sia se desenvuelve entre realización y expectativa, entre probación y la muerte. Tiene que sufrir mucho de parte
posesión y esperanza, entre gozo y temor, «gozosos en la de sus contemporáneos y ser condenado en juicio. El Hijo
esperanza» (Rom 12,12). del hombre experimenta la suerte del siervo de Dios, que
fue despreciado y abandonado por los hombres, varón de
23
Entonces os dirán: Míralo allí, míralo aquí; pero dolores y familiarizado con la enfermedad, como uno ante
no vayáis ni corráis detrás. 24 Porque, como el relámpago quien hay que cubrirse el rostro (Is 53,3ss). En el camino
fulgurante brilla de un extremo a otro del horizonte, así de Jesús se diseña también el camino de sus discípulos,
sucederá con el Hijo del hombre en su día. el camino de la Iglesia. La Iglesia experimenta el sufri-
miento y la tribulación, necesarios por designio divino,
En un tiempo tan atribulado es fácil prestar oído a antes de alcanzar su gloria.
todas las voces que anuncian redención. Surgen profetas
20. Jer 32; «,24; 16,14; 19,6; 23,5.7; Am 4,2 y passim.
110 111
26 lo grave de esta situación: lo que sucedió a los contem-
Y como ocurrió en los tiempos de Noé, así sucederá
también en los días del Hijo del hombre: 21 comían y be- poráneos de Noé y de Lot (Gen 6,11-13; 18,20ss). La gene-
bían, se casaban ellos y daban a ellas en matrimonio, hasta ración del diluvio y los habitantes de Sodorna quedaron
el día en que Noé entró en el arca, y llegó el diluvio, y excluidos del mundo futuro 23. No se dejaron mover a creer
acabó con todos. 28 Igualmente sucedió en los tiempos de en el juicio venidero y a convertirse, por el testimonio
Lot: comían y bebían, compraban y vendían, plantaban de Noé, «predicador de justicia» (2Pe 2,7), y por «el
y edificaban; 29 pero, el día en que salió Lot de Sodorna, justo Lot, que vivía entre ellos y día tras día se afligía en su
llovió del cielo juego y azufre y acabó con todos.30 Lo mis- alma justa por las malas obras que veía y oía». La
mo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste. sentencia cayó repentinamente sobre ellos. Un estribillo
preñado de amenazas cierra la exhortación bíblica: «Y aca-
Los días del Hijo del hombre comenzarán cuando el bó con todos.»
Hijo del hombre salga de su ocultamiento en el cielo La catástrofe sobreviene por medio de fuego y agua.
(Col 3,3), se descubra y se manifieste 21. Entonces tendrá Estos dos elementos enseñan al hombre cuan poca consis-
lugar la redención y la condenación, pues el Hijo del hom- tencia tiene todo aquello en que se apoyan, cuan repen-
bre es juez 22 . tinamente se disipa lo que poseen. En ambos elementos
La venida del Hijo del hombre es una promesa con- se representa el juicio de Dios. «Al afirmar esto se les
fortante (17,22) y una amenaza inquietante. Todavía no escapa que en otro tiempo hubo cielos y hubo tierra, salida
se ve y se hace esperar. Así pues, no se cuenta todavía del agua, que en medio del agua tomó consistencia por la
con ella en la vida, no hay por qué preocuparse ni moles- palabra de Dios. Por ella, el mundo de entonces pereció
tarse. La vida sigue su curso normal, se satisfacen las en el diluvio. Pero los cielos y la tierra de ahora están
necesidades suscitadas por el hambre, la sed y el instinto guardados por la misma palabra, reservados para el fuego
sexual, se practica lo que asegura la existencia: negocios, en el día del juicio y de la destrucción de los impíos»
trabajo, construcción de viviendas. No se concibe lo serio (2Pe 3,5-7).
de la situación que supone la repentina venida del Hijo del
31
hombre; no se toma en consideración que viene a juzgar; En aquel día, el que esté en la terraza y tenga en
que la vida futura depende de su decisión es cosa que no la cusa sus cesas, no baje a recogerlas; e igualmente, el
entra en los cálculos. que esté en el campo, no vuelva hacia atrás. 32 Acordaos
Dos acontecimientos de la historia sagrada descubren de la mujer de Lot. 33 El que pretenda conservar su vida,
lu perderá; y el que la pierda, la conservará.
21. Cf. lCor 1,7; 2Tes 1,7; IPe 1,7.13.
22. Mt 25,31-46. «La verdadera función escatológica del Hijo del hom- ¿Qué tendrá consistencia y valor aquel día, el día en
bre en su segunda venida es, como en los textos judíos tardíos, sobre todo
en el Henoc etiópico, la de juzgar... La función de juez, que en el Nuevo que el Hijo del hombre aparezca en la gloria de su reino,
Testamento se atribuye también con frecuencia a Dios, está directamente rela-
cionada con la representación del Hijo del hombre» (O. CULLMANN, Die Christo- J3. l>t 32,32; Is 1,10; Jer 23,14; Ez 16,45-59; 2Pe 2,6s; Jd 7: tipos
logie des Neiten Testaments, Tubinga 1957, 160). de los pecadores.
112 113
NT. Le II. 8
en el que se ejecute el juicio sobre los hombres? Aun las se inspira en el modo cómo los discípulos siguieron al Jesús
cosas más imprescindibles habrán de abandonarse: los histórico.
utensilios de la casa, los aperos e instrumentos para el
34
cultivo del campo. Lo único importante y decisivo será en Yo os lo digo? en aquella noche, dos estarán a la
aquel día la venida del Señor. Todo se desvaloriza cuando misma mesa: el uno será tomado y el otro dejado; 35dos
se hace visible el verdadero valor, que consiste en poder mujeres estarán moliendo juntas: la una será tomada y la
salir airoso del juicio del Señor (21,36). Tal actitud esca- otra dejada.
tológica debe marcar la vida entera del discípulo de
Cristo. Sólo así se puede alcanzar la vida propiamente dicha, Según la creencia judía, el Mesías vendrá en la noche
la vida en el reino de Dios, la salvación. Aquel cuyo cora- pascual. Esta noche en que ha de venir aportará el juicio.
zón esté tan apegado a lo terreno, que no logre despren- Éste comenzará con la separación de los justos y de los
derse resueltamente de ello, incurrirá en la perdición. injustos (Mt 25,32). Los justos serán conducidos al Señor
La mujer de Lot puede servir de escarmiento. Cierto (ITes 4,16s), los otros serán entregados a la perdición
que salió de la ciudad de Sodoma cuando sobrevino el (Mt 13,48). La sentencia se pronuncia sobre todos, sobre
castigo de Dios, pero, como seguía aficionada a lo que hombres y mujeres; los sorprende en medio de su trabajo
dejaba detrás, miró atrás y quedó petrificada, convertida cotidiano. Dos hombres estarán sentados a la misma mesa,
en estatua de sal, como monumento «de un alma incrédula» dos mujeres estarán moliendo juntas. La sentencia será
(Sab 10,7). Sólo logra la verdadera vida quien está pronto muy diferente para ambos. ¿Qué es lo que determinará
a perder la vida terrena y el disfrute de esta vida cuando la sentencia? La vida del uno se pasa en comidas y cenas, la
no hay otro medio de cumplir la palabra de Dios. La del otro en la espera de la venida del Hijo del hombre. Los
muerte engendra la vida. El Hijo del hombre tiene que unos están dormidos en su interior, los otros están en vela
padeoer y ser reprobado antes de entrar en su gloria. aguardando la gran promesa. Para unos la vida no va
Aquel para quien la venida del Hijo del hombre haya más allá del tiempo presente, otros tienen puesta la mira
de ser para su bien, para su salvación, debe estar ani- en una vida que comienza con la venida de Cristo. La
mado de los mismos sentimientos que el discípulo que decisión versa sobre la confesión de Jesús, sobre la obe-
quiere seguir a Jesús. De éste se dice: «El que quiera diencia a su palabra (13,26ss).
venir en pos de mí, niegúese a sí mismo, cargue cada día
con su cruz y sígame. Pues quien quiera poner a salvo 37
Entonces le preguntan: ¿Dónde, Señor? Él les con-
su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, la testó: Donde esté el cadáver, allí también se reunirán los
pondrá a salvo» (9,23s). Y luego: «Ninguno que ha echado buitres.
la mano al arado y mira hacia atrás, es apto para el reino
de Dios.» Seguir a Jesús en el tiempo de la Iglesia es tener La pregunta por el cuándo abre el discurso sobre el
puesta la mira en el Hijo del hombre que ha de venir. tiempo final, la pregunta por el dónde, lo cierra. Preguntas
Esta manera de mirar al Hijo del hombre y de aguardarlo curiosas, superficiales, distraen de lo esencial. El reino de
114 115
Dios está presente. Viene el Hijo del hombre. La promesa hombre, incluso cuando parece que la oración no es escu-
está ya cumplida, pero todavía no en forma acabada. ¿Qué chada y cuando la fatiga y el hastío pueden inducir a
se desprende de esto? suspenderla.
Los cadáveres atraen a los buitres. Esto lo saben todos.
2
Como los buitres son atraídos por los cadáveres, así será En una ciudad había un juez que no temía a Dios
atraído por los hombres pecadores el juicio que condena. ni tenía consideración alguna con los hombres. 3 Había
Lo importante no es la pregunta por el lugar del juicio, también en aquella ciudad una viuda, que acudía a él para
sino la cuestión de la liberación del pecado, la cuestión decirle: Hazme justicia contra mi adversario. 4 Pero él no
de la conversión. Cuando Jesús anuncia el tiempo final, quiso durante mucho tiempo. Sin embargo, luego pensó
exhorta a la conversión y a la penitencia. Proclama el reino para sus adentros: Aunque no temo a Dios ni tengo consi-
de Dios de la misericordia, a fin de que la venida del deración alguna con los hombres, 5 por estar esta viuda
Hijo del hombre no redunde en perdición. molestándome le haré justicia, para que no me fastidie
más con tanto venir.
116 117
bres. La viuda está convencida de que se dará sentencia siempre sin cansarse nunca. Dios hace justicia a sus elegi-
en su favor, con tal que se celebre el proceso. Pero ¿cómo dos que día y noche claman a él. «El que sirve al Señor
inducir a ello al juez? Ella no tiene para dar regalos. ¿Qué devotamente halla acogida, y su oración subirá hasta las
otra solución le queda, sino volver una y otra vez, presentar nubes. La oración del pobre traspasa las nubes y no des-
su solicitud insistentemente y con perseverancia? Así lo cansa hasta llegar a Dios, ni se retira hasta que el Altísimo
hace, hasta que el juez acaba por hastiarse. fija en ella su mirada, y el justo juez le hace justicia»
El monólogo del juez descubre sus pensamientos. No (Eclo 35,20s).
le importan lo que se dice de él: así es él y así quiere ser. La Iglesia oprimida puede esperar con toda seguridad
Lo que le mueve a hacer justicia a la viuda es de lo más que su oración será escuchada. Ella es, en efecto, la comu-
bajo que se puede imaginar: quiere que lo deje en paz, nidad de los elegidos de Dios. Acerca de ellos ha demostra-
estar tranquilo. Comprende que la mujer no tiene intención do ya Dios su misericordia, pues precisamente eligió a los
de ceder y al fin se harta de verse molestado continuamente. que menos títulos podían invocar para ello (14,16-24). En
Al fin me va a hacer una de las suyas, «me echará los ellos ama la imagen de su Hijo, el elegido (9,35), el ungido
perros a la cara», se dice irónicamente. Lo que le mueve de Dios, elegido (23,35). Aunque la oración de los elegidos
a obrar no es el temor, sino el deseo de acabar con tanta no sea escuchada inmediatamente y ellos tengan que perse-
importunidad y con tanta molestia. verar soportando la opresión y el sufrimiento, pueden
cobrar nuevos ánimos pensando en la suerte del elegido,
6
Entonces dijo el Señor: Considerad bien lo que decía del Hijo y ungido de Dios. Jesús no recibe sin la cruz el
este juez inicua. 7 Y Dios ¿no hará justicia a sus elegidos título de elegido. Es manifestado como elegido, cuando en
que claman a él día y noche, aunque les haga esperar? la transfiguración se proclama su camino de la gloria a
8a
Yo os digo: les hará justicia prontamente. través de la cruz; con este título es motejado Cristo en
la cruz, porque a los judíos les parece imposible que el
La explicación empalma con las palabras del juez inicuo, elegido sea un crucificado (23,35). Jesús es el elegido por-
no con los ruegos perseverantes de la viuda. El quid, la que por la pasión va a la gloria. El camino del elegido
moraleja de la parábola, no es la perseverancia de la viuda, deben seguirlo también los elegidos.
sino la certeza de ser escuchados. Si un hombre tan impío La oración perseverante de los elegidos oprimidos no
y tan sin consideraciones como este juez, por puro egoísmo, deja de ser escuchada. Dios les hace justicia prontamente,
para que lo dejen en paz, se deja mover a hacer justicia sin dilación; por los elegidos abrevia Dios los días difíciles
por los ruegos de la viuda, ¿cuánto más escuchará el Señor (Me 13,20-23). No se demora en prestar ayuda a sus ele-
los gritos de socorro de sus elegidos? Al fin y al cabo gidos 2*. Llega la acción salvadora de Dios, la cual con-
Dios es muy distinto del juez impío.
24. Los v. 7b y 8 ofrecen dificultades de explicación. ¿Se ha de leer el
El evangelista desplaza el acento; se fija ante todo en v. 7b como respuesta a la pregunta de 7a? En este caso, el párrafo se cerraría
los ruegos insistentes de la viuda. Ya en la introducción con una afirmación («y hasta será magnánimo con ellos», es decir, con los
elegidos, difiriendo el juicio sólo por compasión con su flaqueza). Si 7b se
de la parábola se dejaba oir este motivo: Hay que orar inserta todavía en la pregunta, ¿e podrá traducir: ¿Es que Dios no hará
118 119
siste en la nueva presencia de Jesús. No carece de sentido definitivo de Dios? La respuesta a estas preguntas se da en tres
relatos: la parábola del fariseo y el publicano (18,9-14), el relato
el que la Iglesia ore infinitas veces y sin desfallecer: «Venga
de la amable acogida dispensada a los niños (18,15-17), y el en-
a nosotros tu reino», el que cada año celebre el Adviento, el cuentro con un hombre rico que no tuvo valor para seguir a Jesús
que se mantenga en vela en la celebración de la eucaristía, (18,18-30). En el trasfondo de los tres relatos se halla la pobreza
hasta qu Él venga (ICor 11,26). como condición para entrar en el reino de Dios. El publicano
se siente pobre en lo religioso y moral, el rico tiene que hacerse
8b pobre en sentido económico, el niño es pobre en todos los sentidos,
Sin embargo, cuando venga el Hijo del hombre, ¿en-
tiene que contar absolutamente con los mayores. Vuelven otra
contrará acaso la fe sobre la tierra? vez las bienaventuranzas y las condiciones formuladas al comienzo
del sermón de la Montaña. Mateo, que habla de los pobres «en
La Iglesia, en sus aprietos, invoca la venida del Hijo el espíritu», se fija principalmente en la actitud moral y religiosa.
del hombre. Él vendrá; la oración es escuchada. Con la Lucas habla de la pobreza material. «Es posible que Jesús dirigiera
su llamamiento a la salvación a determinados sectores del pueblo,
venida del Hijo del hombre se aguarda la redención. Que pero no por razón de su situación inferior, sino por la apertura
esta venida sea para salvación o para perdición, dependerá religiosa y la buena disposición moral que halló en ellos. Para
de la fe que el Hijo del hombre halle en los hombres Mateo, estos sectores encarnan la actitud moral y religiosa que
cuando venga. La gran tentación en el tiempo de la tribu- se exige a todos, también a los futuros creyentes en Cristo; para
Lucas, en cambio, son en gran parte el recuerdo vivo del mensa-
lación es la de apostatar de la fe; esta tentación amenaza
je salvífico de Jesús dirigido a los pobres, y de las amenazas diri-
también a los elegidos. La elección no comunica una se- gidas a los ricos que no quieren convertirse» 25 .
guridad perezosa, sino que exige constantemente que se
vuelva a tomar partido por el Dios que elige. Pablo aguarda
con segura confianza la muerte y el juicio porque sabe que
a) El fariseo y el publicano (18,9-14).
ha conservado la fe (2Tim 4,7). La palabra con que se
cierra la exposición de la parábola es una pregunta seria 9
Dijo también, para algunos que presumían de ser
dirigida a nosotros: Por Dios no queda, pero ¿y vosotros?
justos y menospreciaban a los demás, esta parábola:
Viene la salvación, pero no se otorga sin dura lucha (13,24),
sin el mayor esfuerzo, sin perseverante fidelidad.
Los rasgos con que se caracteriza a «algunos» que
confían en sí mismos, están tomados del retrato de los
fariseos. Los fariseos han pasado ya a la historia; no se
2. CONDICIONES PARA ENTRAR EN EL REINO (18,9-30).
los menciona; sin embargo, también en la Iglesia existe la
propensión velada a presentar a Dios los propios méritos
¿En qué casos será saludable la venida del Hijo del hombre?
¿Quién saldrá triunfante en el juicio? ¿Quién entrará en el reino
en el cumplimiento de la ley, a invocar las propias obras y
a afirmar los propios derechos frente a Dios.
justicia... y mostrará longanimidad con ellos (los elegidos)? O bien, como
arrib* «¿...aunque les haga esperar?» En el v. 8a «prontamente» puede inter-
La seguridad con que los fariseos pretenden ser justos,
pretarse también «de improviso» (los acontecimientos finales se harán esperar
todavía largo tiempo). 25. R. SCHNACKENBURG.
120 121
agradar a Dios y dar por descontada su entrada en el reino En su acción de gracias se hace patente la confianza,
de Dios, se basa en el propio rendimiento, en la confianza en su propia justicia y su desprecio de los otros. Yo no soy
en sí mismos. Quien así piensa, menosprecia a los que no como los demás hombres. El fariseo no es ladrón, injusto,
pueden invocar tales méritos. El fariseo desprecia al pueblo adúltero, observa la ley. Va más allá de la ley y hace
ordinario, porque no cumple la ley, dado que no conoce buenas obras, obras de supererogación. La ley impone
la ley y no tiene idea de su interpretación (Jn 7,49). La el ayuno sólo el día de la expiación (Lev 16,29); el fariseo
propia justicia se constituye en medida y criterio para ayuna dos veces por semana, el lunes y el jueves, a fin de
examinar a los otros, para exhortarlos, alabarlos, despre- expiar por las transgresiones de la ley por el pueblo. Ni
ciarlos y reprobarlos. La condena de los otros se convierte siquiera viola la «cerca de la ley»; por eso da el diezmo
en condena de uno mismo (6,37). de todo lo que posee (Mt 23,23), aunque no está obligado
a pagar diezmo por la compra de trigo, mosto y aceite;
10
Dos hombres subieron al templo para orar: el uno los que estaban obligados eran los cultivadores (Dt 12,17).
era fariseo y el otro publicana. n El fariseo, erguido, oraba Quiere estar seguro de no hacer nada que le exponga a
así en su interior: ¡Oh Dios! Gracias te doy, porque no traspasar los límites de la ley. Hubo también salmistas
soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; devotos que enumeraron en la oración sus buenas obras
ni tampoco como ese publicano. n Ayuno dos veces por (Sal 17[16],2-5); pero en la oración del fariseo pasa pronto
semana; doy el diezmo de todas las cosas que poseo. Dios a segundo término: el fariseo lo olvida; lo que im-
porta es el yo: Yo no soy como los demás hombres, yo
Hay un craso contraste entre estos dos hombres que ayuno, yo pago el diezmo... Los demás hombres son el
suben al templo. Los dos tienen una misma meta: el tem- fondo oscuro del espléndido autorretrato. En esta oración
plo; una misma voluntad: la de orar; un mismo deseo se revela uno que se tiene por justo y menosprecia a los
profundo: ser justificados en el juicio de Dios, poder salir otros.
airosos del juicio de Dios. Y sin embargo, ¡qué contraste
13
tan grande! En cambio, el publicano, quedándose a distancia, no
Los dos oran. Oran en su interior, a media voz (cf. quería levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el
ISam 1,13). Lo que expresan en la oración, lo dicen con pecho diciendo: ¡Oh Dios! Ten misericordia de mí, que
plena convicción. El orante está delante de Dios, que todo soy pecador.
lo sabe (Mt 6,8). El fariseo está erguido; en el judaismo
se ora de pie (Me 11,25). Ora en su interior, para sí, como Quien se llama fariseo se constituye orgullosamente en
cuchicheando, no a grandes voces delante de los hombres, un ser aparte: «Yo te doy gracias, Señor, Dios mío, por-
con alguna exageración. Lo que dice revela su estado de que me has dado participación entre los que se sientan en
ánimo interior. La oración judia es ante todo acción de gra- la casa de la doctrina (en la sinagoga), y no con los que
cias y alabanza; su oración es tal como lo exige su doc- andan por los rincones de las calles... Yo corro, y ellos
trina. El fariseo es «justo». corren; yo corro con vistas a la obra del mundo futu-
122 123
ro, y ellos corren con vistas al pozo del foso.» También el publicano a la del fariseo? ¿O es que Jesús va más hondo ?
publicano es un ser aparte, es un segregado, esquivado y ¿Rehusa acaso absolutamente ai fariseo la justicia que atri-
repudiado como pecador por los buenos. Se queda lejos, buye al publicano? Ya el primer juicio seria bastante escan-
pues no merece presentarse entre las personas religiosas. daloso, pues esto querría decir que Dios se complace más
No osa levantar los ojos a Dios, pues el que no es santo en el pecador arrepentido que en el justo con sus muchos
no soporta la mirada del Dios santo. Se golpea el pecho, méritos y su seguridad de sí mismo. Pero si rehusa la
donde tiene la sede su conciencia, pues se lamenta de su justicia al fariseo, este juicio sólo puede aterrorizar. ¿De
propia culpa. Su oración consta de muy pocas palabras, qué sirven entonces los méritos adquiridos? Cristo entendió
de la invocación «¡Oh Dios!», de la súplica «Ten miseri- así sus palabras. «Aquello que es alto entre los hombres,
cordia de mí» — que recuerda el salmo miserere (Sal 51 - es abominación ante Dios» (16,15). El hombre alcanza
[50],3) — y de la confesión de que es pecador. La situación la justicia no por su propio esfuerzo, sino por un don de
del publicano era desesperada. Según las enseñanzas de Dios. El hambre y sed de justicia es saciado por el don
los fariseos, debía restituir lo que había adquirido injus- del reino de Dios (Mt 5,3). ¡Qué frágil es, pues, toda jus-
tamente, y además dar un quinto de la propiedad, si quería ticia y santidad humana (Mt 5,20) si no interviene Dios y
esperar perdón. El publicano sólo podía esperar que Dios cicrga su justicia! Quien se hace cargo de esto deja de
aceptara su «corazón contrito» (Sal 51,19) y por su mise- despreciar a los demás.
ricordia le perdonara su pecado. La parábola del fariseo y del publicano se cierra con
una sentencia que aparece en el Evangelio una vez aquí,
14 otra vez allá (14,11; Mt 23,12). El hombre que pone su
Yo os digo que éste descendió a su casa justificado,
y aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, confianza en sí mismo, se ensalza; el juicio de Cristo, que
pero el que se humilla será ensalzado. anticipa el juicio definitivo de Dios, lo humilla. El que
se humilla, reconoce su insuficiencia y se pone por debajo
¿Quién es justo en el juicio de Dios? El fariseo es de de los demás, es ensalzado por el juicio de Jesús. Dios
una exactitud escrupulosa en el cumplimiento de los mu- mismo lo justifica cuando sobreviene el juicio.
chos y difíciles preceptos de la ley, el publicano es colabo-
rador con los enemigos del pueblo y engañadores. Jesús
conoce el juicio de sus oyentes y le contrapone su juicio b) Actitud del niño (18,15-17).
sorprendente, desconcertante e inaudito: Yo os digo. Él
15
es profeta de Dios. Su juicio es juicio de Dios. El publi- Le presentaron también unos niños para que los
cano es declarado justo delante de Dios, y así, justificado, tocara; pero los discípulos, al verlos, los reprendían.
se va a su casa.
¿Y el fariseo? El publicano se va a casa, justificado, Se acercan a Jesús madres, o hermanas mayores, tra-
no como aquél. ¿Es que con esto se compara la justicia yéndole niños, niños pequeños. Los pequeñuelos son seres
del fariseo y la del publicano y se antepone la justicia del desvalidos; no pueden hacer nada y dependen de los ma-
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yores, les están entregados sin remisión. Los traen para digencia con súplicas. En el niño se muestra como estado de
que los toque Jesús, no superficialmente, sino para que naturaleza lo que se exige en sentido moral a los que
les imponga las manos, para que les comunique su fuerza quieren entrar en el reino de Dios. Quien no lo acepte a la
y su bendición.. Los niños piden la bendición a los padres, manera de un niño indefenso, no podrá entrar en él. El
los discípulos piden la bendición al maestro. El padre de que se cree justo, el que invoca sus propios méritos, queda
familia bendice el sábado a los niños antes de la cena, para excluido.
lo cual les impone las manos. El que pide la bendición, El reino de Dios es, en efecto, gracia y don. Dios
confiesa su insuficiencia, se pone bajo el poder de uno más quiere darlo a los pobres que todo lo esperan de él y que
fuerte, no se basta él mismo. reconocen su insuficiencia.
Los doctores de la ley no tratan con niños: «El sueño
por la mañana, el vino al mediodía, charlar con niños y
acudir a lugares de reunión de gentes del pueblo bajo son c) El hombre rico (18,18-30).
cosas que rebajan.» Los discípulos quieren impedir que se
18
lleven niños a Jesús. Los reprendían, es decir, estaban ten- Uno de los jefes le preguntó: Maestro bueno, ¿qué
tados de reprenderlos, pero no lo hicieron (no como en debo hacer para heredar la vida eterna? 19 Jesús le con-
Me 10,13: «los reprendieron»). Los «santos» apóstoles no testó: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino
reprenden a los niños. La Iglesia de después de pascua uno: Dios.
comprendió a Jesús.
Este «jefe» sería, sin duda, miembro principal de un con-
16 sejo, de un sanedrín, o de una sinagoga. En todo caso, es un
Entonces Jesús los llamó junto a sí diciendo: Dejad
que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis; pues el hombre destacado, que encarna el espíritu del judaismo.
reino de Dios es de los que son como ellos. ll Os aseguro Hace la pregunta típica del judío piadoso: ¿Qué debo
que quien no recibe como un niño el reino de Dios-no hacer? ¿Cómo hay que traducir la ley en la práctica? Quizá
entrará en él. pensaba en alguna prestación especial. Quería alcanzar la
vida eterna y asegurarse, incluso con esfuerzo (13,24), aun-
Jesús, sin disgustarse por el proceder de los discípulos que tuviera que hacerse violencia (16,16). El personaje tiene
(Me 10,14), llama a los niños junto a sí. Los aprecia y hambre de salvación y muestra buenas disposiciones.
estima sin idealizarlos, sin exaltar la inocencia infantil, La pregunta por la vida eterna es acuciante (10,25).
pues también conoce sus travesuras (Mt 11,16). Su ojo, que Quien recibe la vida eterna posee la plenitud de lo que
está atento para descubrir todo lo que puede recordar el tiene prometido Dios. La posesión de la vida eterna es
reino de Dios, ve en los niños rasgos que son condición herencia. Dios prometió la tierra de Canaán como herencia
para que entre el hombre en el reino de Dios: el ser a los padres del pueblo israelita; había de poseerla perpe-
pequeño y la necesidad de ayuda. El niño es un símil. No tuamente, como don de Dios. La tierra prometida de Pales-
puede hacer valer sus méritos; sólo puede mostrar su in- tina hace referencia a una posesión más espléndida: «Los
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malvados serán exterminados, pero los que esperan en Quien quiera entrar en el reino de Dios y poseer la vida
Yahveh poseerán la tierra. Los humillados poseerán la eterna, debe observar la ley (16,17.29). La ley básica del
tierra y gozarán de gran paz... Conoce Yahveh los días Antiguo Testamento son los diez mandamientos (Éx 20,13-
del justo, y su posesión será eterna» (Sal 36,9-18). La tierra 16; Dt 5,17-20). Conforme a la idea del Antiguo Testa-
prometida es imagen de la salvación. La herencia es el mento, los diez mandamientos se reparten en dos grandes
reino de Dios (Mt 5,5), la vida eterna (10,25). grupos iguales, cada uno de cinco mandamientos. Los cinco
La vida en sentido pleno es vida indispensable. Tal primeros se refieren a Dios, los otros cinco al prójimo.
vida es propia de Dios. Él es el Dios viviente (Mt 16,16). Jesús cita cuatro mandamientos del segundo grupo, del
Una vida que está sujeta a la muerte no merece llamarse primero el respeto a los padres. Este mandamiento' se
vida. La verdadera vida es otorgada por Dios como bien cuenta en el primer grupo, porque el honor testimoniado
del tiempo final. Esta vida es vida eterna. El que entra en a los padres es un honor tributado a Dios: Dios es quien
el reino de Dios recibe vida eterna. Cuando Dios tome da la vida, los padres sirven a Dios transmitiéndola. El
plenamente posesión de su reino, quedará vencida la muerte comportamiento con el prójimo se antepone aquí al com-
y alboreará la vida eterna. portamiento con Dios, porque con el amor al prójimo se
Jesús se deja llamar maestro, doctor de la ley, pero re- muestra que se ama verdaderamente a Dios. Jesús se remite
chaza la calificación de «bueno». Los doctores judíos de la a los profetas y pone estas palabras en boca de Dios:
ley cuidaban ávidamente de su honor. «El respeto a los «Misericordia quiero, y no sacrificio» (Os 6,6; Mt 9,13).
doctores ha de frisar con el temor de Dios», ha de superar El personaje asegura haber cumplido la ley desde la
el respeto a los padres, puesto que los padres traen al juventud. Está convencido de que se puede cumplir la ley
hombre solamente al mundo, pero el doctor lleva al cielo. con todos sus imperativos. Los doctores de la ley lo confir-
Jesús no busca su honor, sino la gloria de Dios (Jn 8,50). man en su convicción: «Señor del mundo, he recorrido los
Al negarse Jesús a ser celebrado como bueno, ensalza la 248 miembros que tú formaste en mí y no he hallado
bondad divina. Uno solo es bueno: Dios. Los fariseos se haberte irritado con uno solo de ellos.» Dado que el judío
tienen por buenos, porque observan la ley y practican obras sabe por la ley lo que tiene que hacer, y puede hacer lo
de supererogación. Ahora bien, el hombre sólo es bueno que ha reconocido como justo, por eso sabe también que ha
si Dios lo hace bueno. La nueva alianza prometida con- cumplido la voluntad de Dios y que es justo. El jefe habló
tiene la garantía de que Dios mismo quiere otorgar a su por convicción, por lo cual también Jesús tomó en serio
pueblo todo bien (Jer 32,39ss). Sólo el que reconoce que su palabra.
no es bueno se vuelve bueno y se salva. ¿No podía el jefe hablar con tanta seguridad sólo por
el hecho de haber hallado la voluntad de Dios fijada en
20
Ya conoces los mandamientos: No cometerás adulte- la letra de la ley? Conforme a la exigencia de la letra de la
rio, no matarás, no robarás, no levantarás falso testimonio, ley quizá puede el hombre decir todavía: «He hecho todo
honra a tu padre y a tu madre. 21 Él contestó: Todas esas lo que está mandado.» ¿Puede también decirlo conforme
cosas las he cumplido desde la juventud. a la exigencia del Dios viviente, del Dios- que es bueno,
128 129
NT, Le II, 9
que es el único bueno, que toma posesión del reino, que no se concilla ya con la propiedad, con el Mamón, que
quiere serlo todo en todo? ¿Quién ha cumplido lo que Je- reclama el servicio del hombre y hace imposible la entrega
sús anuncia como imperativo de Dios: «Sed misericor- total al servicio de Dios (16,13). La renuncia a los bienes
diosos, como misericordioso es vuestro Padre» (6,36)? lo deja libre para seguir a Jesús. Ante todo quiere Dios que
se adhiera a Jesús, que le siga. Así se cumple la ley y los
22
Cuando Jesús lo oyó, le dijo: Todavía te queda una profetas, así se cumple la voluntad de Dios. Con esto
cosa: vende todo cuanto tienes y distribuyelo a los pobres, queda dada la respuesta decisiva a la pregunta por la
que así tendrás un tesoro en los cielos; ven luego y sigúeme. posesión de la vida. La renuncia total a la propiedad no es
23
Pero cuando oyó esto, se puso muy triste, pues era una ley valedera para todos (10,38ss). Sin embargo, a todos
extremadamente rico. y a cada uno se exige tanta renuncia interior y exterior
cuanta sea necesaria para que se anteponga Dios a todas
Las palabras de Jesús no quieren añadir una nueva las cosas (12,31) 2e . En el caso de este hombre rico, lo
prescripción a las ya existentes en la ley; van mucho más que le afecta es quizá otra exigencia que la de separarse
hondo. Dios anuncia al jefe la voluntad del Dios viviente, de la propiedad. La tristeza le invade. Quedó profunda-
para aquí y para ahora, para él personalmente, la exigencia mente desilusionado, pues era extremadamente rico. La ri-
que Dios le formula a él en particular. Debe separarse queza lo ata, el Mamón no lo deja libre. No es capaz de
de todo lo que posee. El precio de las posesiones vendidas renunciar a la seguridad terrena y de optar únicamente por
debe emplearlo en limosnas y en obras de caridad. Y lo Dios en el seguimiento de Jesús. La invitación a renunciar
que es decisivo: debe ser discípulo de Jesús, seguirle a él; a todo le pone de manifiesto su situación interior. Había
él revela lo que quiere Dios y lo que conduce a la vida. creído cumplir totalmente la voluntad de Dios porque
Las limosnas y las obras de caridad proporcionan un desde su juventud había observado la ley. Ahora en cambio
tesoro en el cielo, cuyos intereses disfruta el hombre en descubre que rechaza la voluntad de Dios y se le niega.
este mundo, mientras que el capital le queda reservado para Había acudido a Jesús para asegurarse la vida y ahora
el mundo futuro. Jesús no exige sólo que el jefe dé limos- comprende que sólo estará seguro si se entrega plena--
nas, sino que le exige también que renuncie a todo lo que mente a Dios: «Si alguno viene a mí y no aborrece... a sí
posee, y con ello, para el futuro, que renuncie incluso a la mismo, no puede ser mi discípulo» (14,26). Sólo el en-
posibilidad de dar limosnas y de granjearse un tesoro en cuentro con Jesús revela la voluntad de Dios.
el cielo. No es la limosna la razón por la cual el rico ha
de renunciar a lo que posee, sino que Jesús se limita a 24
Al verlo Jesús, dijo: ¡Qué difícilmente entran en el
indicar, para el hombre, una buena manera de desprenderse reino de Dios los que tienen riquezas! 25 Porque es más
de lo que posee. fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que
Jesús exige a su interlocutor el desprendimiento de los un rico entre en el reino de Dios.
bienes, porque se trata de seguirle a él a dondequiera que
vaya. Tal seguimiento radical, al que es llamado el rico, 26. Cf. p. 355 del primer tomo de este comentario a Le.
130 131
Jesús no habla ya a su interlocutor, sino que anuncia a que por sí mismo no tiene la menor esperanza de salvarse,
todos su mensaje. El que tiene posesiones entra difícilmente tiene que percatarse de que no hay escapatoria posible,
en el reino de Dios. Se habla del reino en términos de antes de ponerse en el camino que Dios todavía le muestra.
viaje, y precisamente en el relato del viaje a Jerusalén. Sólo al borde del abismo podemos echar mano de esta se-
La vida es una marcha, un viaje, una peregrinación, cuyo gunda palabra.
término es el reino de Dios. Jesús, en su viaje hacia Jeru- Para Dios es posible que el hombre se salve. No se
salén, es maestro, que enseña el camino de la vida. trata de una manera fácil y barata de levantar los ánimos,
Una imagen hiperbólica encarece todavía la dificultad. no se trata de una referencia explícita a la gracia, que lo
Todo un camello, con su alta giba, no puede en modo arreglará todo. Jesús ha dejado sentado bien claro que
alguno pasar por el diminuto ojo de una aguja. El rico exige los mayores esfuerzos (13,24; 16,16; 14,25ss). No
no puede entrar en el reino de Dios. Con la imagen no retira nada de lo dicho anteriormente. Ahora bien, cuando
se quiere convertir la dificultad en imposibilidad, pero sí se el hombre reconoce y comprende atemorizado que por sí
quiere subrayar la dificultad. Se trata de despertar a los mismo no puede en modo alguno alcanzar la salvación, ha
oyentes, de forzarlos a reflexionar, de inquietarlos. La alcanzado la convicción fundamental en su camino: se
riqueza en cuanto tal no es una cosa anodina, sino una ha hecho pobre. Para Dios es posible. La palabra lo libra
fuerza que pone en peligro la salvación, porque absorbe del temor y lo levanta a una seguridad confiada. El reino
al hombre y no lo deja libre para dedicarse a Dios (16,13). de Dios es misericordia para quien pone toda su esperanza
en Dios.
26
Los que lo estaban oyendo dijeron: ¿Y quién podrá
salvarse? 21 Él contestó: Lo que es imposible para los hom- 28
Pedro dijo entonces: Pues mira: nosotros hemos de-
bres, es posible para Dios. jado nuestras cosas y te hemos seguido.
La salvación, la entrada en el reino de Dios, la vida: Aquello a que no se resolvió aquel personaje, los após-
he aquí cuestiones candentes que se plantean en el camino toles lo hicieron. Dejaron lo que poseían: las redes y la
de la vida. El personaje ha fallado ante la exigencia de barca (5,11), el puesto de cobrador de impuestos (5,28),
Jesús. Entonces, ¿quién podrá todavía esperar salvarse? todo lo que tenían (5,11.28). Según Marcos, dijo Pedro
También los oyentes se ven asaltados por la desilusión y que lo habían dejado «todo»; según Lucas, sus «cosas», la
la tristeza. Jesús no trata de tranquilizarlos, como hacen los prcp'cdad, aquello a que tenían derecho, de que disponían,
hombres cuando notan que han asustado con sus pala- lo que podían considerar como suyo, incluso sus realiza-
bras. Para los hombres es imposible. No se debería pasarse ciones, su actividad. Nada consideraban ya como propio de
rápidamente de largo esta palabra, para consolarse y tran- ellos, de nada podían ya jactarse.
quilizarse con la que sigue. Hay que comenzar por sen- ¿Qué quiere decir Pedro? Según Mateo presenta su
tirse tambalear, por perder pie, antes de pasar a esta acción como un título, como un derecho a la recompensa:
segunda palabra. Primero tiene el hombre que confesar «Nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué
132
133
habrá, pues, para nosotros?» (Mt 19,27). Vuelve a levan- de Dios que está viniendo, Jesús que lo proclama y lo
tarse una nueva defensa, una nueva seguridad que no es trae, la predicación del Evangelio, todo esto está en estrecha
Dios. En la redacción de Mateo sigue la parábola de los conexión. Quien se pone al servicio de la proclamación
obreros de la viña (19,30-20,16). Lo que hace entrar en el de la palabra, forma parte de los que siguen a Jesús y se
reino de los cielos no es el derecho que pueda hacer valer hace accesible al reino de Dios, debe estar bien convencido
el hombre, sino la bondad divina operante en Jesús. Lucas de que ya no está apegado a la propiedad; Jesús camina
no escribió la pregunta de Pedro: «¿Qué habrá, pues, para hacia Jerusalén, donde le aguarda la muerte, pero tam-
nosotros?» Jesús añade más bien a la palabra de Pedro la bién la elevación.
promesa de vida eterna. Pedro y los apóstoles han realizado El curso del mundo está dividido en época presente y
la palabra dirigida por Jesús al personaje rico. Están de- mundo futuro, tiempo de salvación. El mundo futuro está
lante de la Iglesia como los grandes indicadores en el penetrando ya en el presente. El reino de Dios está en
camino de la salvación. medio de vosotros (17,20). En el mundo presente recibe el
discípulo mucho más de lo que ha dejado: en la comunidad
29
Él les contestó: Os lo aseguro: nadie que haya dejado de los hermanos y hermanas creyentes (Act 11,1; Rom
por el reino de Dios casa, o mujer, o hermanos, o padres, 16,1), por razón de la comunidad de bienes (Act 2,14),
o hijos, 30 dejará de recibir mucho más en este mundo, y en de la hospitalidad (ITim 5,10; IPe 4,9) y del amor le están
el mundo venidero, vida eterna. abiertas todas las casas. En el mundo venidero recibirá
vida eterna.
Los apóstoles habían dejado la propiedad: dinero, cam-
pos, bienes. No sólo esto. Dejaron también aquello a que
está apegado el corazón: el hogar, la familia. ¿Cuándo 3. A L ENCUENTRO DEL REINO DE DIOS (18,31-19,27).
puede el hombre decir que lo ha dejado todo? Vuelven
aquí de nuevo las exigencias que había formulado Jesús Comienza la última etapa del camino hacia Jerusalén. ¿Qué
a los que querían ser sus discípulos, cuando comenzó su significa esta marcha en la historia de la salvación? ¿Qué no sig-
marcha hacia Jerusalén (9,57-62). La tradición textual en nifica? El camino de Jerusalén es marcha hacia la muerte, pero
también hacia la resurrección y ascensión a los cielos (9,50), como
Marcos (10,29) no habla de dejar la mujer. En la parábola
lo indica el tercer anuncio de la pasión (18,31-34). Jesús se dirige
de la invitación al gran banquete es también la mujer un a Jerusalén como Hijo de David y como salvador, con la curación
impedimento para que el invitado acuda al banquete (14,20). del ciego y la salvación de Zaqueo se hace visible al comienzo
La pobreza y la vida de celibato de los apóstoles son de la última etapa del camino lo que significa para la historia
constantemente para la Iglesia la llamada de Jesús a des- de la.salud lo que sucederá en Jerusalén (18,35-43; 19,1-10). La
marcha hacia Jerusalén no aporta todavía la espléndida manifes-
prenderse de todo para poder responder libremente al llama- tación de la soberanía regia, la erección del reino; la gloria y es-
miento y a las exigencias de Dios. La propiedad se aban- plendor del reino le aguardan a Jesús para después de su partida;
dona por causa del reino de Dios (18,29), por el Evangelio luego vendrá de nuevo en poder y gloria. El tiempo que va de
(Me 10,29) y por el nombre de Jesús (Mt 19,29). El reino la ascensión al cielo a su venida con poder es para los discípulos
134 135
tiempo de prueba en la labor misionera y en la persecución (19,11- padeciera esas cosas para entrar en su gloria?» (24,26). El
27). Su entrada, que para Lucas es entrada en el templo, sienta sufrimiento es la entrada en la gloria y el fundamento para
los fundamentos de la Iglesia, que se desenvuelve entre el tiempo congregar la Iglesia.
de salvación, de Jesús, y su segunda venida en gloria.
Ahora se cumple lo que habían escrito los profetas.
En la transfiguración hablaban Moisés y Elias de la muerte
a) Tercer anuncio de la pasión (18,31-34). que había de sufrir Jesús en Jerusalén (9,31). A lo largo
de todas las Escrituras se presenta el camino de Cristo
31
Tomando luego consigo a los doce, les dijo: Mirad como camino que por la pasión conduce a la gloria (24,25-
que subimos a Jerusalén, y se van a cumplir en el Hijo del 27; 24,44). Este acontecimiento de la muerte y glorificación
hombre todas las cosas que fueron escritas por los pro- de Cristo es el sentido de la historia de la salud (IPe
jetas. l,10s). En Jerusalén se cumple, se lleva a término el desig-
nio salvínco de Dios, se satisface el ansia de Jesús de ver
La muerte de cruz, que aguarda a Jesús en Jerusalén, este cumplimiento (12,50), de ver realizado lo que se le
fue incluso para los creyentes desilusión y pesada carga, había encargado (13,32; 22,37). Allí puede pronunciar la
para muchos fue una sentencia de destrucción válida y de- palabra registrada por san Juan: «Todo se ha cumplido»
finitiva. Sólo a los doce que le habían acompañado en todos (Jn 19,30).
sus caminos les impone Jesús esta carga, a ellos que ha- 32
bían renunciado a todo les confía lo que significa para él Porque será entregado a los gentiles, y se verá bur-
la entrada en Jerusalén, a ellos quiere mostrarles qué rum- lado, insultado y escupido, 33 y después de azotarlo, lo ma-
bo sigue el camino hacia la gloria. Este camino lo han tarán; pero al tercer día resucitará.
de seguir y anunciar ellos como camino de la vida.
Jerusalén pasa ahora por su gran hora de la historia Este anuncio lleva el sello de la historia lucana de la
de la salvación. El Hijo del hombre hace su entrada en la pasión. No se habla de una vista de la causa ante el tri-
ciudad. Allí sufre los dolores del Siervo de Dios, como lo bunal judío. Los judíos entregarán el Hijo del hombre a los
había profetizado Isaías, allí será elevado al poder de Dios, gentiles. Pedro les echa más tarde en cara: «Vosotros
como lo había anunciado Daniel acerca del Hijo del hom- lo entregasteis y negasteis en presencia de Pilato» (Act
bre 27. En Jerusalén va el siervo de Yahveh, por la pasión 3,13s). «Vosotros lo entregasteis según el plan definido y
y la muerte, a la gloria. «¿No era necesario que el Mesías el previo designio de Dios, crucificándolo por manos de in-
fieles» (Act 2,23). En él son culpables judíos e infieles
27. Acerca del Hijo del hombre se hacen tres grupos de aserciones: 1) Es
un ser supramundano, que ha venido a la tierra y está dotado de los mayores (Act 4,27-29).
poderes: 5,24; 6,5; 7,34; 9,56; 12,53; 19,10. 2) Está sujeto al sufrimiento Los gentiles se burlarán de Jesús y le escupirán. Con
y a la muerte: 9,22ss; 9,44; 9,58; 18,31; 22,22; 22,48; 24,7; lleva los rasgos
del siervo de Yahveh (Is 53). S) Como Hijo del hombre que ha de venir, es él se divertirán insolentemente. Con sentimientos impíos se
soberano, salvador y juez en los últimos tiempos: 11,30; 12,8.40; 17,22-30; 18,8; desmandan con el santo Hijo de Dios, al que Dios mismo
21,27.36; 22,69; Act 7,56; en esto se asemeja al Hijo del hombre de Daniel
(Dan 7). había ungido como rey Mesías (Act 4,27; Is 53; Sal 2;
136 137
Act 10,38). Esta humillación llega a su límite en la ejecu-
ción en la cruz. Según el derecho penal romano, van b) Curación de un ciego (18,35-43).
asociadas la flagelación y la pena de muerte en cruz. Jesús
35
es condenado a la muerte más ignominiosa que conoce el Al acercarse él a Jericó, había un ciego sentado junto
mundo pagano. Es sencillamente aniquilado. al camino, que estaba pidiendo limosna. 36 Cuando oyó el
Este aniquilamiento no es el fin, sino el comienzo de ruido de la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello.
37
su glorificación. Jesús está, sí, en una misma línea con los Le contestaren que estaba pasando por allí Jesús de Na-
mensajeros de Dios del Antiguo Testamento y con su zaret. 38 Entonces el ciego se puso a gritar: ¡Jesús, Hijo
suerte, pero, como Hijo del hombre que es, marcha a de David, ten compasión de mí! 39 Los que iban delante le
través de la muerte. No «será» meramente «resucitado» reprendían para que callara; pero él gritaba todavía más
(así Mt 20,19, traducido literalmente), sino que resucitará fuerte: ¡Hijo de David, ten compasión de mí!
él mismo. En el hecho pascual no sólo Dios obra en Jesús,
sino que el Hijo del hombre tiene el poder de levantarse, En tiempos de Jesús estaba situada Jericó al sur de
de resurgir por sí mismo de la muerte. Al hecho de ser los antiguos límites de Israel. Herodes el Grande y Ar-
entregado y a la ejecución en la cruz se contrapone la ac- quelao la adornaron con lujosos edificios de estilo romano
ción soberana del Resucitado. helenístico. Jesús se acerca a la ciudad 2S. El pueblo le rodea;
a lo que parece, camina en una caravana de peregrinos que
34
Sin embargo, ellos nada de esto comprendieron; pues se dirigen a Jerusalén para la fiesta de pascua. De nuevo
estas cosas les resultaban ininteligibles, y no captaban el vemos a Jesús caminando. En Jericó comienza la subida a
sentido de lo que les había dicho. la ciudad, que es la meta de su viaje.
Junto a la puerta de la ciudad se hallan los mendigos.
El camino de Jesús es para los apóstoles desde el prin- Entre ellos hay un ciego. Oye cómo pasa la gente. ¿Por
cipio hasta el fin un misterio incomprensible. No compren- qué tal alboroto? La respuesta es muy sencilla: Jesús de
dieron ni captaron que fuera posible lo que expresan estas Nazaret. Nada más. Sin embargo, este ciego confiesa: Jesús
palabras. El camino que tiene que seguir Judas es para es el Hijo de David, el Mesías rey, que procede de la estirpe
el pensar humano incomprensible, inescrutable, «ininteli- de David y que viene a restablecer el reino de David
gible», oculto. Ni siquiera la Sagrada Escritura, en cuyo (l,32s). El Mesías fue anunciado por los profetas como
centro está este misterio, es capaz de esclarecerlo; sólo salvador de los ciegos: «Los ciegos ven» (Is 35,5s); es en-
cuando el Resucitado descubre a los discípulos el sentido viado y ha sido ungido para restituir la vista a los ciegos
de las Escrituras, cuando él mismo levanta el velo, se hace (4,18; cf. Is 61,1), para anunciar a los pordioseros la buena
comprensible este misterio. La misma fe, el mismo hecho
28. Cf. Me 10,4f.: «A! salir él de jericó...» (también Mt ¿0,¿'J). No hay
de creer que Jesús entra en la gloria a través de la muerte, necesidad de sutiles y rebuscadas tentativas de armonización; Lucas, per razo-
es también fruto de este camino (cf. 24,25-35). ne.; lilerarias, modificó s.i modelo M a r c o : la historis de Zaqueo había que
incluirla todavía en Jericó; cierto que aún no acaba de explicarse poi-
qué procedió así.
138 139
nueva (4,18). Jesús es el salvador prometido. El ciego grita lén: «Se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta
su confesión de fe y pide socorro a los oídos de todos. la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual, Dios a su vez lo
El grito del ciego turba el silencio en que marcha el exaltó y le concedió el nombre que está sobre todo nombre,
pueblo, en santa peregrinación. Aunque reprenden al ciego, para que... toda lengua confiese que Jesucristo es Se-
él grita todavía más fuerte. Su clamor se parece al clamor ñor, para gloria de Dios Padre» (Flp 2,8-11).
de los profetas, que son impulsados por la fuerza del espí- 42
ritu de Dios (Am 3,8). La fe en la filiación davídica de Y Jesús le respondió: Pues recobra la vista; tu je
Jesús es debida a iluminación de Dios (cf. Mt 16,17), que te ha salvado. 43 E inmediatamente recobró la vista y lo
no puede quedar oculta. ¡El ciego ve! Muchos vieron las seguía, glorificando a Dios. Y todo el puebla, al ver esto,
obras de Jesús y, sin embargo, permanecieron ciegos para prorrumpió en alabanzas a Dios.
no ver lo que es Jesús. Dios dispone esta confesión de
Jesús cuando él se dispone a marchar a la muerte. El ciego, La curación maravillosa confirma la confesión mesiá-
que ha recobrado la vista interior, introduce y caracteriza la nica del ciego. Lo que había hecho Dios en él interiormente,
última etapa del camino y la entrada en Jerusalén. se muestra al exterior. La fe en él salva. Sigue a Jesús. Para
seguir a Jesús como discípulo hay que empezar por la
40 profesión de fe, confesar que Cristo es el Señor. El camino
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran delante.
hacia Jerusalén debe ser recorrido por causa del pueblo
Cuando el ciego se acercó, le preguntó Jesús: 41 ¿Qué quie-
ciego. «Vamos palpando como el ciego a lo largo del muro,
res que te haga? Él contestó: ¡Señor, que yo vea!
y andamos a tientas, como quien no tiene ojos. Tropezamos
en pleno día como si fuera de noche; estamos a oscuras,
El título de «Hijo de David» es el que más cargado
como muertos» (Is 59,10). «Vendrá a vernos la aurora de
está de esperanzas políticas nacionales. Ahora lo soporta
lo alto, para iluminar a los que yacen en tinieblas y som-
Jesús y lo reconoce, aunque antes lo había prohibido (cf.
bra de muerte» (1,79).
Mt 9,30). Su camino hacia Jerusalén destruye estas esperan-
El ciego cree, aunque no ve a Jesús, la multitud le
zas y manifiesta otra imagen del Mesías, una imagen que
amenaza: con sus gritos se trastorna el orden sagrado de la
responde al plan salvífico de Dios. El ciego interpela
procesión. En el camino hacia Jerusalén, donde se consu-
ahora a Jesús como Señor (Marcos: Rabbuni, Maestro).
mará la historia de la salud con la muerte y resurrección
Señor es el título augusto de Jesús en las comunidades he-
de Cristo, recibe el ciego la luz de los ojos; el ciego, que
lenísticas; él es soberano, al que se ha dado poder divino.
por los judíos era tenido por muerto, es resucitado a la
Jesús de Nazaret es Hijo de David (Mesías, Cristo) y Señor
vida; el que era excluido de la comunidad cultual se con-
(Kyrios). Lo que ve el ciego en el camino de Jerusalén, lo
vierte en discípulo de Jesús. También Jesús, que en su
anunciaron los ángeles acerca de Jesús recién nacido: un
camino ha predicho su pasión, en el mismo camino de la
salvador (Jesús), que es el Mesías (el Hijo de David), el
pasión halla discípulos.
Señor (2,11). La Iglesia de los creyentes expresará en un
Las obras de Jesús suscitan las alabanzas de Dios.
himno esta confesión como fruto del camino hacia Jerusa-
141
140
El ciego sigue a Jesús, glorificando a Dios. Gracias a él, del Bautista recibieron de Jesús el encargo: «Id a contar
el pueblo entero da gloria a Dios. El ciego, con su fe, reúne a Juan lo que habéis visto y oído» (7,22). Como el ciego
una nueva comunidad cultual. La imagen de la Iglesia se tiene que superar el obstáculo de la multitud que acom-
hace visible. A la elevación de Jesús sigue la alabanza de paña a Jesús, así también el jefe de publícanos. El cie-
Dios por la Iglesia naciente (24,53). go grita, el publicano trepa al árbol, que tiene sus ramas
extendidas. Zaqueo no se cuida de su dignidad, no teme
el ridículo de su parapeto ni las miradas sarcásticas y hos-
c) Zaqueo (19,1-10). tiles de los que lo conocen. Entrar en contacto con Jesús
le importa ante todo.
1
Entró en Jericó y atravesaba la ciudad. 2 Y había allí
5
un hombre, llamado Zaqueo, que era jefe de publicónos Cuando llegó Jesús a aquel sitio, miró hacia arriba y le
y muy rico, 3 el cual trataba de ver quién era Jesús, pero dijo: Zaqueo, baja de prisa; porque conviene que hoy me
no podía por causa de la multitud, ya que él era pequeño quede en tu casa. 6 Bajó de prisa, y lo recibió en su casa
de estatura. 4 Y echó a correr hacia delante y se subió a un muy contento.
sicómoro para ver a Jesús, pues tenía que pasar por allí.
Jesús, como profeta que es, conoce los corazones. Co-
Jesús va por la ciudad. Hay gran aglomeración. Un noce también el deseo de Zaqueo. Mientras Jesús le mira
hombre de estatura pequeña, al que nadie hace sitio, se hacia arriba, alborea para él el gran hoy de historia de la
abre paso por entre la multitud. Echa a correr delante salvación. Hoy se cumple para él la Escritura que promete
de la gente. Trepa a un sicómoro que se halla junto al la buena nueva a los pobres y a los indigentes (4,18), hoy
camino. El hombrecillo se llama Zaqueo («Dios se ha acor- se le ha acercado el Salvador (2,11), hoy se encuentra en
dado» = Zacarías). El hombre era jefe de publicónos. Jesús con la acción paradójica de Dios, que obtiene resul-
Tiene arrendados los impuestos de la aduana y del mercado tado allí donde humanamente no se esperaba (5,26).
y los recauda por medio de ayudantes. Jericó era ciudad El publicano es llamado por su nombre. Ahora se cum-
aduanera lindante con la provincia de Arabia, era ciu- ple en él lo que este nombre significa; Dios se acuerda de él
dad exportadora de bálsamo. En su calidad de publica- y se compadece. Ha tomado bajo su amparo a su siervo,
no, era Zaqueo, para los judíos, pecador; como rico que acordándose de su misericordia (1,55). En él se realiza
era, presentaba también un «caso difícil» para el mensaje lo que conviene, lo que ha sido decretado por la voluntad
de Jesús (18,24). salvífica de Dios, que Jesús tiene que cumplir. Todo acon-
En este hombre, que aparentemente sólo vive para el tece con rapidez; la visita de Dios tiene que realizarse a su
dinero, que ha prostituido su fidelidad al pueblo de Dios tiempo (1,39). La prisa, Jesús como huésped, la buena
y su honor de pertenecerle, arde el deseo de ver a Jesús. hospitalidad dispensada en casa del pecador, la alegría, la
El ciego quiere oír, el publicano quiere ver. Por la vista y inesperada elección de Dios, el hacerse pequeño el grande...
por el oído llega la salvación al hombre. Los mensajeros todo esto es indicio de lo que ha de aportar la subida
142 143
a Jerusalén. Cuando Jesús sea «elevado», exaltado, se dicado a alguien con extorsión, que era el pecado^ de los
multiplicará lo que ahora tiene lugar en Jericó. Los após- publícanos. Como él ha oído interiormente el mensaje de
toles lo experimentarán constantemente en sus marchas la salvación, pone en práctica lo que exige la ley y todavía
apostólicas. más. Como el amor de Dios le ha alcanzado en Jesús, re-
basa él lo que exige la ley y lo que quiere la exposición
7
Al ver esto, todos murmuraban, comentando que de la ley. Dios santifica a su pueblo cuando Jesús se inte-
había ido a hospedarse en casa de un pecador. 8 Pero Za- íesa por los pecadores.
queo se levantó y dijo al Señor: Mira, Señor; voy a dar
9
a los pobres la mitad de mis bienes, y si en algo he defrau- Entonces le dije Jesús: Hoy ha llegado la salvación a
dado a alguien, le devolveré cuatro veces más. esta casa; pues tumbién éste es hijo de Abraham. 10 Porque
el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que esta-
El judío piadoso no se sienta a la mesa con publíca- ba perdido.
nos y pecadores públicos (15,2). Todos se escandalizan
y murmuran (5,30; 15,2). Israel murmura en el desierto Hoy ha llegado la salvación a la casa de Zaqueo. Lo
cuando Dios no responde a sus exigencias. La voluntad que en el nacimiento de Jesús fue anunciado a los pastores,
salvífica de Dios tropieza con incomprensión y murmura- que entre la gente piadosa eran tenidos por pecadores, se
ción. Jesús cumple la voluntad de Dios y pasa por encima realiza en el jefe de los publícanos por la palabra de
de las murmuraciones de los hombres. «Bienaventurado Jesús. En efecto; allí se dijo: «Hoy os ha nacido un Sal-
aquel que en mí no encuentre ocasión de tropiezo» (7,23); vador» (2,11). En el camino hacia Jerusalén se lleva a cabo
conviene recordarlo, cuando él no procede como se había lo que se había anunciado en el comienzo del tiempo de
esperado. salvación. Al publicano no se le reconocía ya que era hijo
El publicano captó el «hoy» del tiempo de la salvación, de Abraham, pero su fe y su acogida por Jesús lo ha
con su oferta divina (Dt 30,15-20), y se convirtió. Su sin- acreditado como verdadero hijo de Abraham. Él «espera
ceridad se manifiesta en su voluntad de cumplir radical- contra teda esperanza» cuando le alcanza la oferta salvadora
mente las prescripciones de la ley. No sólo restituyó el de Dios (Rom 4,18ss). La descendencia de Abraham es
120 % del valor que ha adquirido injustamente (Lev 5,20- ampliada, de modo que tengan participación en las pro*
26), sino que además piensa dar una compensación del cua- mesas de Abraham incluso los que no son de su sangre.
druplo (cf. Éx 21,37). Los doctores de la ley exigen que se La misión de Jesús se cumple mediante la acogida de
dé también una cierta suma de dinero a los pobres si el los pecadores. Dios lo envió para que aportara salvación,
arrepentimiento ha de mostrarse sincero. Ellos proponían no perdición; salud, no condenación; vida, no muerte. «Cris-
un quinto del capital como primera prestación y la misma to vino al mundo para salvar a los pecadores» (ITim 1,15).
proporción de los ingresos anuales como prestación suce- Por él se cumple lo que el profeta había anunciado acerca
siva (cf. Núm 5,6s). También esto tiene intención de cumplir del tiempo de salvación: «Buscaré la oveja perdida, traeré
el publicano. Esto ante todo, pues no consta si ha perju- la extraviada, vendaré la perniquebrada y curaré la enfer-
144 145
NT, Le II, 10
ma; guardaré y apacentaré con justicia las justas y robustas» confesado a Jesús por Hijo de David y Jesús no ha recha-
(Ez 34,16). En Jesús sale Dios al encuentro a su pueblo zado el título; ante Zaqueo se ha dado a conocer como el
como buen pastor: «Yo mismo iré a buscar a mis ovejas Pastor mesiánico prometido. Después de la muerte de Jesús ,
y las reuniré» (Ez 34,11). Lo que se significó en las pará- confiesan los discípulos que habían esperado que había de
bolas relativas al amor a los pecadores, se efectúa en redimir a Israel (24,21) y establecer el reino (cf. Act 1,6).
la realidad de la vida. Jesús es el salvador de los que En esta situación resulta comprensible la pregunta: ¿Va
estaban perdidos. a manifestarse inmediatamente el reino de Dios? Esta pre-
En el relato de la conversión de Zaqueo están reunidas gunta está viva también en los primeros tiempos de la
todas las palabras y conceptos preferidos del Evangelio Iglesia. En algunos ambientes se espera la pronta venida
de los pobres: hoy, salvación; para salvar lo que estaba del Señor 29 . Sin embargo, el Señor se hizo esperar. No
perdido; pequeño, pecador, publicano; él «convenía» de la faltan burlones que dicen: «¿Dónde está la promesa de su
voluntad salvadora de Dios, la prisa, la acogida en la casa, parusía? Desde que murieron los padres, todo sigue como
la alegría. Gracia rebosante de Dios y buena voluntad re- desde le principio de la creación» (2Pe 3,4). La parábola
bosante del hombre se manifiestan en Jericó, ciudad sobre de las minas pone freno a la entusiástica espera de la pronta
la que pesaba una antigua maldición (Jos 6,26), en casa venida del Señor, y a la vez alimenta la esperanza esca-
del jefe de los publícanos y pecador, que es rico. Jericó es tológica.
la ciudad de donde Jesús emprende la subida a Jerusalén,
12
es como la puerta para la ciudad en la que aguarda la Dijo, pues: Un hombre de familia noble se fue a un
consumación de la historia de la salud, de la que proviene país lejano, para recibir la investidura del reino y volver
la salvación. luego. n Llamó a diez criados suyos, les dio diez minas
y les dijo: Negociad hasta que yo vuelva. 14 Pero sus compa-
triotas lo aborrecían, y enviaron tras él una embajada que
d) Parábola de las diez minas (19,11-27). dijera: No queremos que sea éste nuestro rey.
11
Mientras ellos escuchaban estas cosas, Jesús añadió Jericó, donde se cuenta la parábola, es ciudad de Ar-
una parábola, porque estaba ya cerca de Jerusalén y por- quelao. Conforme al testamento de Herodes, se habían de
que ellos pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse repartir su territorio sus tres hijos, Herodes Antipas, Filipo
inmediatamente. y Arquelao. Arquelao había de recibir la región de Judea
con el título de rey. Sin embargo, tuvo que negociar para
Jesús sube a Jerusalén en el tiempo de la fiesta de pas- obtener este título del emperador romano Augusto. A este
cua. Grandes caravanas de peregrinos afluyen para celebrar
29. ITes 4,15ss; ICor 7,29ss; 10,11; Ro.n 13,lis; Flp 4,5; Ap 1,3; 3,
juntos en la ciudad santa la salvación de Israel de la escla- 11, etc. Cf. Lexicón für Theologit und Kirche vil, Herder, Friburgo de Bris-
vitud de Egipto. Están despiertas todas las grandes espe- govia : 1962, 777s, art. Naherwartitnt/ (R. SCHNACKENBURG) ; cf. también
X. LÉON-DUFOUR, Vocabulario de teología bíblica, Herder, Barcelona *1967,
ranzas de restauración del reino davídico. El ciego ha p. 582ss, art. Pan.
146 147
15
fin se dirigió a Roma. Una embajada de cincuenta judíos Cuando volvió, investido ya de la dignidad real, man-
logró que no se cumpliera el deseo del soberano. Augusto dó llamar a aquellos criados a quienes había entregado el
le otorgó sólo el título de etnarca en espera de que hiciera dinero, pura saber cuánto había ganado cada uno.
méritos. La parábola parece inspirarse en la historia de
la época. El hombre de familia noble que va a un país El pretendiente tiene éxito en su viaje. Vuelve con el
lejano, es Arquelao. En la parábola, el hombre de familia título de rey. Los criados son llamados para rendir cuentas.
noble que pretende la corona hace referencia a Jesús, que Hay que ver quiénes y cómo han negociado. Sólo se le
está subiendo a Jerusalén. No va a recibir inmediatamente puede confiar mucho al que ha dado buena prueba en lo
el reino, sino que primero tiene que ir a un país lejano, al peco (16,11). Jesús, a su retorno, exigirá cuentas de la ad-
cielo a través de la muerte; de allí volverá con poder y dig- ministración (12,41ss).
nidad regia.
16
Para el tiempo de la ausencia, el pretendiente a la corona Se presentó, pues, el primero, diciendo: Señor, tu
confía dinero a sus «criados», para que lo empleen en mina ha producido diez minas. ll Muy bien, criado bueno,
negocios. El número de diez de estos funcionarios parece le dijo. Puesto que has sido fiel en lo poco, tendrás autoridad
que no tiene otra finalidad sino encarecer la dignidad del sobre diez ciudades. 18 Llegó el segundo, que dijo: Tu mina,
aristócrata. La mina que recibs cada uno, no es una can- señor, me ha producido cinco minas. 19 Díjole también a
tidad extraordinaria; un jornalero podía ganarla en un éste: También tú estarás al frente de cinco ciudades.
trimestre. Los «criados» han de demostrar su fidelidad en lo
poco (16,10). Mientras Jesús está ausente de los suyos, Sólo se presenta a tres de los diez criados. El arte de
confía a sus discípulos la administración de sus bienes. la narración no consiente que aparezcan los diez. Las pará-
«¿Quién es, pues, el administrador fiel y sensato, a quien bolas quieren hacer impacto, no aburrir. Los dos primeros
el señor pondrá al frente de sus criados, para darles la criados han negociado con éxito. Con modestia no hablan
ración de trigo a su debido tiempo?» (12,42). El tiempo de su propio esfuerzo. Las minas han proporcionado la ga-
que va de la ascensión de Jesús al cielo a su segunda ma- nancia. «Dios es el que produce el crecimiento» (ICor 3,6s).
nifestación en gloria, es tiempo de trabajo, tiempo de misión. La aprobación se refiere a la fidelidad en lo poco. Los
Al pretendiente a la corona le odian sus conciudadanos; criados reciben un encargo mayor, son puestos como go-
no quieren que sea su rey. En el tiempo de la ausencia de bernadores al frente de algunas ciudades, proporcional-
Cristo no descansan sus enemigos. Hacen todo lo posible mente a la ganancia que han reportado. Los discípulos que
para que no sea reconocida la realeza de Cristo. El tiempo sean fieles en servir al Señor reinarán juntamente con
de la Iglesia es tiempo de persecución, en la que se prueba Cristo (12,43; 22,30).
la fidelidad y la perseverancia (17,22; 21,12ss). Jesús viene
20
en el esplendor de la realeza, pero no viene «inmediata- Llegó luego el otro, que dijo: Señor, aquí está tu
mente». mina, que tenía guardada en un pañuelo: 21 pues tenía
miedo de ti, porque eres hombre severo: te llevas lo que no
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depositaste y cosechas lo que no sembraste. 22Él le con- sino que estimula a la acción. Si paraliza, es que se ha
testa: Criado malo, por tus propias palabras te juzgo. Sa- entendido mal.
bías que yo soy hombre severo: que me llevo lo que no
deposité y cosecho lo que no sembré. 23 ¿Por qué, entonces, 24
Y mandó a los que estaban presentes: Quitadle la
no pusiste mi dinero en el banco? Así yo, a mi vuelta, lo mina y dádsela al que ya tiene diez. 25 Ellos le dijeron:
habría retirado con sus intereses. Señor, que ya tiene diez minas. 26 Yo os digo que a todo el
que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que
El tercer criado no había emprendido nada con su di- tiene se le quitará.
nero, lo había guardado y custodiado en un pañuelo como
los que se llevan al cuello para protegerse contra el ardor Cuando viene el rey, celebra juicio. La mina que toda-
del sol. Los amargos reproches contra su señor vienen de su vía tiene en la mano el mal criado, se le quita. En cambio
mala conciencia. Se acusa al señor: se le trata de déspota se da al emprendedor, al animoso que más ha ganado.
cruel, de negociante avaro y rapaz, de egoísta sin consi- Esto sorprende, anima. La seguridad no está en guardar,
deraciones. Él tiene la culpa de que le faltaran ánimos sino en osar y en ganar. Tampoco en la vida de los dis-
al criado y de que el miedo lo paralizara. El criado quiere cípulos hay capital en reposo, haberes inactivos. El que
estar seguro y por eso no se arriesga. Quizá se trasluce quiere conservar tranquilamente lo poseído, pierde incluso
aquí el sentido originario de la parábola, que quería al- lo que posee.
canzar a los fariseos. Éstos sólo conciben a Dios como
alguien que exige sin misericordia. Observan con ansiedad 27
En cuanto a aquellos enemigos míos que no querían
la letra de la ley, levantan una cerca alrededor de la ley, que yo fuera su rey, traedlos aquí y degolladlos en mi
a fin de que no pueda ser violada; observan, pero no se presencia.
arriesgan. Jesús, en cambio, concibe a Dios como el que
da y el que ama. Exige más de lo que exige la ley, pero El rey procede con sus enemigos como un soberano
enseña que la justicia es don de Dios; que su reino lo oriental, sin gracia ni misericordia. Cuando regresó Arque-
exige todo, porque lo da todo. lao —aunque sin la dignidad que había esperado— se
El pretendiente a la corona no se contenta con que le vengó sangrientamente de sus adversarios. Cristo obra a su
sea simplemente restituido el dinero confiado. Mantiene retorno como juez. Al criado malo se le quita lo que
su encargo: Negociad. El criado perezoso no lo ha cumpli- tiene; los enemigos son aniquilados. El juicio responde al
do. Ha impedido incluso que el dinero mismo, sin trabajo grado de la culpa (12,46-48). Una sentencia mucho más
por su parte, reportara ganancia en el banco. Lo que dura que la de los criados indolentes se pronuncia contra
exige el Señor es fidelidad en la administración, valor para los enemigos. La venida de Cristo está por encima de la
obrar, trabajo discreto. La auténtica actitud escatológica vida, la acción, la persecución y las suertes de la Iglesia.
no es una espera inactiva, llena de temor. La espera del
Señor que ha de venir, que ha de pedir cuentas, no paraliza,
150 151
29
Al acercarse a Betfagé y Betania, junto al monte lla-
mado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, 30 di-
Parte cuarta ciendo: Id a esa aldea que está enfrente, y, al entrar en
ella, encontraréis atado un pollino, en el cual no se ha
EN JERUSALÉN montado nunca nadie; desatadlo y traedlo. nY si alguien
os preguntara: ¿Por qué lo desatáis?, responderéis: Porque
19,28-21,38
el Señor lo necesita. n Fueron, pues, los enviados y en-
contraron conforme Jesús les había indicado. 33 Mientras
ellos estaban desatando el pollino, les preguntaron los
I. ÚLTIMAS ACTIVIDADES DE JESÚS EN PÚBLICO dueños: ¿Por qué lo desatáis? H Ellos respondieron: Por-
(19,28-48). que el Señor lo necesita.
Jesús entra en Jerusalén como rey Mesías (19,28-40); pero Betfagé («casa de la higuera») estaba situada en la ver-
como la ciudad rechaza la oferta salvífica de Dios, le predice su tiente occidental del monte de los Olivos; Betania («casa
ruina (19,41-44). En la ciudad toma Jesús posesión del templo y lo de la tribulación») está sobre la vertiente sudoeste del
constituye en centro de su actividad y del nuevo pueblo de Dios
mismo. Quien viaja de Jericó a Jerusalén llega primero a
(19,45-48). Se echan los cimientos para la Iglesia primitiva en
Jerusalén (cf. Act 2,41-47; 4,32-37). Betania, luego a Betfagé. Una vez más se mira el camino
desde Jerusalén (17,11), el viaje se enjuicia en función de
la meta; sólo así se puede comprender debidamente la
1. ENTRADA TRIUNFAL (19,28-40). marcha.
En Betfagé se someten los peregrinos a los ritos de
28
Cuando acabó de decir estas cosas, caminaba delante, la purificación, antes de hacer su entrada en la ciudad
subiendo a Jerusalén. santa. Se preparan. También Jesús se prepara para su en-
trada en Jerusalén. Envía una pareja de discípulos, como
Se disipa el equívoco acerca de lo que iba a suceder: había enviado por parejas a sus precursores (10,1). Esta
La entrada en Jerusalén no erige todavía el esplendoroso vez no habían de preparar su llegada con la palabra, sino
reinado del Mesías. La marcha continúa. El profeta, «po- trayendo lo que era necesario para su entrada triunfal
deroso en obras y en palabras», camina en medio de sus como rey. El oficio de aquellos consiste siempre en pre-
discípulos, el Hijo de David se dirige a la fiesta de la parar para la venida del Mesías.
redención de Israel. Muchos de los que caminan con él Jesús tiene necesidad de una cabalgadura; ésta tiene
eran testigos de sus obras y de sus palabras. Todos están que ser el pollino de una asna.. Los guerreros montan a
convencidos de que se acerca la hora en que se cumpla caballo; el asno es la cabalgadura de los pobres y de las
lo que se había prometido a Israel. Pero no se comprende gentes de paz. Aquí se cumple lo que había predicho el
cómo ha de suceder esto (18,34). profeta Zacarías: «Alégrate con alegría grande, hija de
152 153
Sión. Salta de júbilo, hija de Jerusalén. Mira que viene a ti profeta, le ungirán rey de Israel, y tocaréis las trompetas,
tu rey, justo y salvador, montado en un asno, en un pollino gritando: ¡Viva el rey Salomón! Después volveréis a subir
hijo de asna. Extirpará los carros de guerra de Efraím, tras él y se sentará en mi trono para que reine en mi lugar,
y los caballos de Jerusalén, y será roto el arco de guerra, y pues a él k instituyo jefe de Israel y de Judá» (IRe 1,33-
promulgará a las gentes la paz, y se extenderá de mar 35). El ciego de Jericó proclamó a Jesús Hijo de David;
a mar su señorío y desde el río hasta los confines de la como hijo real de David, como príncipe de la paz, entra
tierra» (Zac 9,9s) 30 . Se elige un pollino porque todavía no Jesús en Jerusalén. También el hecho de extender los
ha servido a nadie. Como el animal sacrificado no debe vestidos como una alfombra al paso de Jesús forma parte
usarse para ningún trabajo corriente, pues está reservado del ceremonial de la coronación de los reyes. Cuando Jehú
a Dios, así también la cabalgadura de Jesús, el rey Me- fue aclamado rey «tomaron todos sus mantos y los pusieron
sías, ha de ser un pollino en que todavía no haya montado debajo de él en las gradas, y, haciendo sonar las trom-
nadie 31. petas, gritaron: ¡Jehú, rey!» (2Re 9,13). Lo que hacen
Jesús sabe a ciencia cierta dónde se ha de hallar este los discípulos responde al plan salvífico de Dios; tributan
pollino y dispone que le sea entregado por sus dueños. homenaje a Jesús como a rey Mesías.
Tiene ciencia sobrehumana y señorío sobre los señores. En
él se manifiestan santidad divina, saber divino y poder di- 37
Acercándose ya a la bajada del monte de los Olivos,
vino, y le acompañan en su camino incomprensible para toda la multitud de los discípulos, llenos de alegría, co-
los hombres. menzaron a alabar a Dios a grandes voces por todos los
prodigios que habían visto,38 y exclamaban: ¡Bendito el que
35
Lo llevaron, pues, ante Jesús y echando encima del viene, el rey, en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y
pollino sus mantos, hicieron que Jesús se montara en él. gloria en las alturas!
36
Mientras él caminaba, las gentes extendían sus mantos
por el camino. Quien desde Betania va acercándose a la pendiente del
monte de los Olivos ve a Jerusalén delante de sí. A la
Hicieron que se montara. Estas palabras usadas esta vez, vista de la magnificencia del templo y de la ciudad se llena
y sólo esta, en el Nuevo Testamento, evocan un hecho de fe entusiástica la multitud que acompaña a Jesús. Del
memorable del Antiguo Testamento, en el que se usan las lado del monte de los Olivos es esperada la entrada del Me-
mismas palabras: «Cuando estuvieron en presencia del rey sías (Zac 14,4). El pueblo se acuerda de las obras de poder
(el sacerdote Sadoc, el profeta Natán y Banayas, hijo de que había visto durante el tiempo de la actividad de Jesús,
Jcyada), el rey les dijo: Tomad con vosotros a los servido- «cómo Dios lo ungió con Espíritu Santo y poder, y pasó
res de vuestro señor, montad a mi hijo Salomón sobre mi haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el
muía y bajadle a Gihón. Allí el sacerdote Sadoc y Natán, diablo, porque Dios estaba con él» (Act 10,38). Dios mis-
30. Cf. Mt 21,5; Zac 9,9; Jn 12,15; Zac 9,9 e Is 40,9.
mo ha visitado en Jesús a su pueblo, aportándole la sal-
31. Dt 21,3; Núm 19,2. vación.
154 155
él contestó: Yo os digo, que si éstos se callan, gritarán las
En una aclamación de homenaje se condensa todo lo
piedras.
que llena de alegría a la multitud. A los peregrinos que
se dirigen al templo les gritan los sacerdotes desde el inte-
Entre la multitud que rinde homenaje a Jesús se hallan
rior del santuario las palabras de bendición: «¡Bendito el
también fariseos. Antes habían puesto ya a Jesús en guar-
que viene en el nombre del Señor!» (Sal 118,26). Estas
dia contra Herodes (13,31), ahora vuelven a advertirlo.
palabras de bendición ss convierten en aclamación de ho-
LG que aquí se desarrolla es acción de alta política. ¿Qué
menaje a Jesús. Él es rey, al que Dios ha dado misión y
va a decir la potencia romana de ocupación? Con mucho
poder. Dios lo ha bendecido, y el pueblo lo bendice, el pue-
retintín lo llaman maestro; maestro con autoridad puede
blo que lo recibe como rey, lo saluda y lo acompaña a la
llamarse si quiere, pero también rey y Mesías. Le insinúan
ciudad real, Jerusalén. El rey Mesías entra en Jerusalén: se
que mande guardar silencio. ¡Cuántas veces se lo impuso
cumplen las promesas de Dios.
también él a sus discípulos! Pero ahora ha pasado ya el
Ha alboreado una gran hora en la historia de la salva-
tkmpo de callar. Dios quiere que se deje aclamar como
ción. El pueblo que acompaña a Jesús se hace cargo de
rey Mesías.
lo que tal hora entraña en sí. Su grito de aclamación lo
Jesús aprueba la aclamación y la confesión por Mesías
expresa: ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas! Aquí
de sus discípulos, como en Jericó había aprobado el gri-
resuena lo que los ángeles habían anunciado la noche de
to de socorro del ciego que lo aclamaba como Hijo de
navidad (2,14). El rey Mesías, rey de paz, entra en Jerusalén
David. La confesión tiene que pronunciarse. Un probervio,
y toma posesión del reino; esto es señal de que Dios
que es un eco del profeta Habacuc, confirma esta nece-
procura la paz a los hombres y se glorifica como Dios.
sidad: «Chilla en el muro la piedra y le responde en el
Por el momento hay paz y gloria en el cielo. Lo que sucede
enmaderado la viga» (Hab 2,11). La frase suena a pro-
en el cielo tendrá efecto en la tierra. En efecto, se formula
verbio: Si se hace callar a sus discípulos porque la realeza
una oración que dice: «La paz reina en las alturas, quieras
de Jesús es rechazada por su pueblo, entonces las ruinas de
procurarnos paz a nosotros y a todo el pueblo de Israel.»
Jerusalén destruida gritarán testimoniando que se ha recha-
La entrada de Jesús, rey de paz, en Jerusalén, no trae
zado injustamente la reivindicación mesiánica de Jesús.
todavía el reino de la paz; primero tiene todavía que
Jerusalén se convertirá en un montón de escombros, no
morir él y ser elevado al cielo. Cuando él vuelva a venir,
perqué sea peligrosa la confesión mesiánica, sino porque
vendrá la paz a la tierra (19,11). Se han reunido tres jalo-
Jesús es rechazado como rey, no se reconoce la hora de la
nes de la historia de la salvación: El nacimiento del rey
historia de la salvación y no se acepta la oferta salvífica
de la paz, su entrada en Jerusalén para la pasión y la glori-
de Dios.
ficación, y su retorno para la erección definitiva del reino
de Dios.
39
Algunos de los fariseos que estaban entre la multi-
tud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos. 40 Pero
156 157
para Jerusalén, la «ciudad de paz», y lo que imploraron
2. LAMENTACIÓN SOBRE JERUSALÉN (19,41-44). las oraciones del pueblo de Dios, había de ser otorgado
ahora: la paz, la suspirada salud mesiánica 32 . Pero Jeru-
41
Cuando se acercó, al contemplar la ciudad, lloró por salén tenía únicamente que reconocer que Jesús es el
ella, 42 diciendo: ¡Ah, si tú también hubieras comprendido príncipe de la paz de los últimos tiempos enviado por
en este día el mensaje de paz! Pero ¡ay! queda oculto a tus Dios, como lo expresaron los discípulos en su aclamación,
ojos. como lo reconocieron en Jericó el ciego y el jefe de los
publícanos, Zaqueo. Jerusalén se niega a reconocerlo; mató
Jerusalén se ofrece a los ojos de Jesús en todo su es- a los profetas y apredreó a los que Dios había enviado
plendor. Jesús sabe que la ciudad será reprobada y des- (13,34). El pueblo de Jerusalén se cierra a la palabra de
truida. Lo que dijo Dios a Jeremías se cumple ahora en Dios: «Es gente sin consejo, no tienen conocimiento»
Jesús: «Diles, pues, así (a los falsos profetas): Mis ojos (Dt 32.28).
lágrimas derraman día y noche sin cesar, pues la virgen La ciudad no acepta la oferta de paz hecha por Dios.
hija de mi pueblo ha sido quebrantada con gran quebranto, En lugar de rendir tributo a Jesús como Mesías, lo re-
herida con gravísima plaga» (Jer 14,17). Jesús llora por la probará y lo llevará a la cruz. Lo que significa esta hora
ciudad. de la entrada en Jerusalén, está oculta a sus ojos por Dios.
El castigo viene sobre ella. Jesús no lo puede ya des- La incredulidad de Jerusalén y su empedernido repudio de
viar. Ya sólo puede decir: 5/ hubieras comprendido lo que Jesús forma parte de lo que debe suceder por designio
es para tu paz. Las lágrimas revelan su impotencia. Ha divino, al igual que su muerte. Pero esto no impide que
expulsado demonios, curado enfermos, resucitado muertos, la lamentación de Jesús sea auténtica lamentación y que la
convertido a publícanos y pecadores. En esta ciudad tro- culpa de Jerusalén sea auténtica culpa. Jesús, en su llanto
pieza su poder con barreras y resistencias. Su llanto de por Jerusalén, por la perdición de la ciudad, reconoce a
impotencia encierra un profundo misterio. En la antigua Dios como Dios y le da razón. Cuando en su actividad
Iglesia pareció a algunos tan enigmático y escandaloso para de predicación vio que los sabios se hacían refractarios a
la fe en el poder de Cristo, que no querían tenerlo por sus palabras y que los pequeños creían, dijo: «Yo te ben-
verdadero. Dios oculta su poder en el amor y en la debilidad digo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
salvadora de Jesús. Toma tan en serio la libre decisión del ocultado estas cosas a sabios y entendidos y las has reve-
hombre, que prefiere llorar de impotencia en Jesús antes que
32. La paz es un concepto central de la predicación profética, en particu-
privar al hombre de su libertad. El llanto de Jesús es el lar en las profecías de Jeremías y Ezequiet; es un tema de la promesa salví-
último llamamiento a la conversión dirigido a la ciudad rica del tiempo mesiánico (Is 57,19; 66,12; Jer 33,6; Ez 34,25; 37,26). El
Mesías, con el título de Príncipe de la paz, aporta la paz perfecta y eterna
endurecida. (Is 9,7; 32,17s; Sal 72,7). El creyente implora la paz como don de Dios
Este día de la entrada de Jesús como Mesías en Jeru- (Is 26,12; Sal 35,27; 85,9ss; 122,6ss). Lexicón fiir Theologie uncí Kirche iv,
Herder, Friburgo de Brisgovia 21960, 2, 367, art. Friede (E. S C H I C K ) ; cf. tam-
salén pone término a la larga historia de la oferta de sal- bién X. LÍON-DUFOUK, o.c, p. 465ss, art. Mesías, NT i (P.É. BONNARD y
vación por Dios a la ciudad. Lo que los profetas predijeron P. GRELOT).
158 159
lado a la gente sencilla. Sí, Padre; así lo has querido tú» rescate... por las entrañas misericordiosas de nuestro Dios,
(10,21). por las cuales vendrá a vernos la aurora de lo alto (el
Jerusalén no reconoció a Jesús como Mesías, y por Mesías), para iluminar a los que yacen en tinieblas y
eso ha sido herida de ceguera espiritual, que hace irreali- sombras de muerte, para enderezar nuestros pasos por la
zable el deseo de Jesús. La sentencia se ha fallado ya. senda de la paz» (1,68-79). En el punto culminante de la ac-
El plazo de gracia ha vencido, el castigo está en curso. tividad de Jesús en Galilea confiesa el pueblo que Dios
Jesús sólo puede ya decir: Si hubieras comprendido. Lo que lo ha visitado misericordiosamente (7,16). Jerusalén, en
Dios dijo en otro tiempo a Jeremías se cumple también cambio, se hace refractaria al reconocimiento de esta visita
ahora: «Tú me dejaste a mí y me volviste la espalda; y yo misericordiosa de Dios, que se le otorgó con la entrada del
voy a extender contra ti mi mano y te abatiré sin duelo» principa de la paz. Jesús es signo y objeto de la decisión.
(Jer 15,5).
43 3. (19,45-48).
Porque días llegarán sobre ti, en que tus enemigos PURIFICACIÓN DEL TEMPLO
160 161
NT. Le I I . 11
también la salvación: «Entonces agradará a Yahveh el se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas (2,46s).
sacrificio de Judá y de Jerusalén, como en los días pa- Ahora enseña él mismo en el templo. Entonces se mostró
sados y como en los años antiguos» (Mal 3,4). su gran seguridad de sí: «¿No sabíais que tenía que estar
La purificación del templo se refiere con muy pocas en la casa de mi Padre?» (2,49); ahora actúa con la auto-
palabras. No se describe a Jesús con fuertes sentimientos. ridad del Mesías e Hijo de Dios (20,44). Lo que Jesús
La poderosa acción profética resuena también a través de comenzó en el templo, lo continuarán los apóstoles después
las breves palabras: «Comenzó a expulsar a los vendedo- de su ascensión al cielo; enseñarán en el templo 3S . Se tiende
res.» Bastaba con el comienzo... Los negocios desdicen un arco de la ida del niño Jesús al templo a la entrada de
de la casa de Dios. El templo es casa de oración (Is 56,7); Jesús como rey antes de su pasión y glorificación, y final-
los vendedores, y tras ellos la autoridad judía, que toleraba mente a la actividad docente de los apóstoles en el templo
aquel tráfico y se lucraba con él, lo han convertido en una después de la venida del Espíritu Santo. Los grandes mo-
«guarida de ladrones» (Jer 7,11). Jesús continúa la acción mentos de la Iglesia naciente son la encarnación, la muerte
de los profetas, no sólo de palabra, sino todavía más de y glorificación, y la venida del Espíritu Santo. La infan-
obra. Se cumple lo que se espera del tiempo mesiánico: cia y la venida del Espíritu Santo deben considerarse en
«No habrá aquel día más mercader en la casa de Yahveh función de la muerte y la glorificación.
Sebaot» (Zac 14,21). El culto de Dios se restaura contra Antes de ser destruido el templo, logra su plenitud y su
el culto de Mamón. Según Marcos, el templo es llamado total esplendor. El Mesías enseña en él y congrega a su pue-
«casa de oración para todas las naciones» (Me 11,17). blo. En tanto el judaismo no había repudiado definitiva-
Lucas no escribe acerca de este destino mundial. El tem- mente el Evangelio, el antiguo lugar del culto no perdió
plo no será ya lugar de oración para las naciones paganas, todavía todo enlace con el nuevo culto fundado por Jesús.
pero la Iglesia naciente de Jerusalén se reunirá allí para Este enlace debía representar el puente entre el antiguo Is-
la oración 37. Para ella consagra Jesús el templo con su rael y la Iglesia de los gentiles. Sin embargo, san Esteban,
presencia y su acción mesiánica, antes de que sea destruido. con su intervención en favor del culto espiritual, hizo pre-
La Iglesia de Jesús está ligada con Israel, el pueblo de sentir la desaparición del santuario construido por manos
Dios veterotestamentario. La historia de la salvación se de hombres (Act 7,48ss). Pero sus palabras fueron con-
realiza en un proceso conducido por Dios a su término. sideradas como blasfemia, lo que dio lugar a su ejecución.
Algunos años después, la ruina de Jerusalén selló el endu-
47a
Todos los días estaba enseñando en el templo. recimiento del judaismo. Éste había excluido a los cristianos
de sus filas y había roto así con la Iglesia 39 .
Jesús, que a los doce años se quedó en Jerusalén, fue
hallado en el templo en medio de los doctores de la ley,
oyéndolos y haciéndoles preguntas; todos los que lo oían,
38. Act 5,12; 5,20.25.42.
í'i. X. LÍONDUFOU*, Vocabulario de teología bíblica, Herder, Barcelona
37. Act -'.46; 3.1; 5,20.21.25.42; 21,16. M967, 778.
162 163
47b pero ¡os sumos sacerdotes, los escribas y los princi- Por temor al pueblo no osa el sanedrín proceder abierta-
pales del pueblo intentaban acabar con él; 48 sin embargo, mente y con violencia contra Jesús (cf. Act 5,26). En
no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo Jesús, Señor de la Iglesia naciente, ve la Iglesia su pro-
estaba pendiente de sus labios. pio destino.
164 165
cación trae el cumplimiento de las grandes promesas de enjuicia el consejo supremo la actitud de Juan, su misión
Dios? y su proclamación? La respuesta a la pregunta sobre la
Cuando la suprema autoridad de los judíos — que está autoridad del Bautista proyectará luz sobre la autoridad
constituida por el sumo sacerdote en funciones y la aristo- de Jesús. Al fin y al cabo, Juan preparó los caminos para
cracia sacerdotal, los doctores de la ley y los ancianos del Jesús.
pueblo (la nobleza secular) — plantea a Jesús la pregunta
5
sobre la autoridad, obra legítimamente. De la misma ma- Pero ellos razonaron entre sí, diciendo: Si responde-
nera interroga a Juan Bautista (Jn 1,19ss) e interrogará mos: Del cielo, dirá: ¿Por qué no creísteis en él? 6Pero
más tarde a los discípulos de Jesús (Act 4,5ss). Jesús se si respondemos: De los hombres, todo el pueblo nos va
presenta como doctor y maestro; pero nunca ha frecuen- a apedrear, porque está convencido de que Juan era un
tado la escuela de los doctores de la ley ni ha visto con- profeta. 7 Y respondieron que no sabían de dónde era.
firmada su formación y su ciencia mediante la imposición
de las manos. Pasa ante el pueblo por profeta, pero formu- Los sanedritas no buscan la verdad de Dios, sino que
la reivindicaciones más altas que las de los profetas. En se buscan a sí mismos. Por eso no toman ninguna deci-
el fondo del problema de la autoridad late la cuestión de sión. En cualquier decisión que tomaran, estarían perdidos.
su mesianidad. El consejo supremo soslaya esta cuestión Si declaran divino el origen del bautismo de Juan, entonces
hasta que llega un momento en que ya no es posible sos- tienen que creer, y consiguientemente perderse, entregán-
layarla (22,70). dose a Dios; si en cambio lo declaran humano, entonces
se ve amenazada su vida por el pueblo, que cree en la
3 misión divina del Bautista y linchará a los incrédulos sa-
Él les respondió: Yo también os voy a hacer una
pregunta; contestadme. 4 El bautismo de Juan ¿era del nedritas como blasfemos. Ahora bien, si los sanedritas no
cielo o era de tos hombres? están ya por la verdad de Dios ni la sostienen, ¿cómo
pueden guiar al pueblo en nombre de Dios? Así pues, des-
La disputa, tal como la practican los doctores judíos, truyen su propia autoridad.
está constituida por preguntas y contrapreguntas. Jesús no
8
esquiva la pregunta del consejo supremo ni le discute el Entonces Jesús les contestó: Pues tampoco yo os digo
derecho de plantearle la cuestión de la autoridad. Con su con qué autoridad hago esas cosas.
contrapregunta no quiere hurtar el cuerpo ni forzar a sus
adversarios a defenderse. Sólo quiere hacer recapacitar. Jesús les contesta que tampoco él les dirá con qué
Juan llamó a la conversión en el Jordán, bautizó y anunció autoridad obra. La réplica de Jesús había sido una in-
la proximidad del reino de Dios. Con él se inauguró algo vitación a la conversión y a la fe en su proclamación de
nuevo en Israel. Jesús reasumió la actividad del Bautista, que ya había alboreado el tiempo de la sajud, como lo
aunque no bautizó (Jn 4,2), pero sí llamó a la conversión había sido el bautismo de Juan. Se presenta a la memoria
y proclamó la buena nueva del alborear de la salud. ¿Cómo el camino desde el bautismo de Juan hasta aquí (Act 10,37-
166 167
39). Este camino muestra que Dios está con él (Act 10,38). saret y gran parte de Galilea estaba formada por lati-
Los hombres del consejo supremo se niegan a reconocer que fundios pertenecientes a hombres extraños al país. Éstos
el Bautista había sido enviado para preparar el tiempo de vivían en el extranjero, lejos de sus posesiones. Sus arren-
salvación que se inaugura con Jesús; se niegan a reconocer datarios eran labradores del país. El propietario se va de
que Dios está con Jesús; por eso no son tampoco capaces viaje por largo tiempo y deja que los viñadores campen
de comprender con qué autoridad enseña Jesús, anuncia por sus respetos, pues les entrega toda su confianza. Los
la buena nueva y se presenta en el templo con autoridad. arrendatarios representan a los dirigentes del pueblo. El
Jesús, sin embargo, da la respuesta al rehusarla. Pero el relato de la parábola indica la historia de Dios con su pue-
modo como la da muestra que no es aceptada por sus blo; ésta es una serie de rebeliones de los dirigentes res-
adversarios. El testimonio del Bautista, enviado de Dios, ponsables de Israel contra las exigencias formuladas por
sobre Jesús no pierde en la Iglesia su actualidad. En él se Dios a su pueblo.
compendia el testimonio del Antiguo Testamento. En la
10
autoridad de Jesús se funda la convicción que tiene la Iglesia A su tiempo envió un criado a sus viñadores, para
de ser el nuevo pueblo de Dios. que le dieran el fruto de la viña que le correspondía; pero
los viñadores lo apalearon y lo despidieron con las manos
vacías. n Volvió luego a mandarles otro criado; pero tam-
2. F I N DEL PODER DEL SANEDRÍN (20,9-19). bién a éste lo apalearon, lo llenaron de ultrajes y lo des-
pidieren con las manos vacías. 12 Todavía volvió a mandar
9
Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un un tercero; pero también a éste lo hirieron y lo arrojaron
hombre plantó una viña, la arrendó a unos viñadores y se fuera.
fue lejos a su tierra por largo tiempo.
Según la ley, la renta se cobra el quinto año (Lev
Se produce la separación entre el pueblo y sus diri- 19,23-25). El fruto de la viña no es sólo vino, pues en ella
gentes, los hombres del consejo supremo. Jesús habla al se plantan también con frecuencia árboles frutales y a veces
pueblo; este pueblo de buena voluntad representa al pue- también cereales. Los arrendatarios se comportan cada vez
blo de Dios del Antiguo Testamento; en él se esboza ya con mayor injusticia y bajeza. Los dos primeros criados
también el pueblo de Dios de la nueva alianza. Jesús asume son despedidos, el tercero es arrojado. El primero es apa-
su dirección. La viña vino a ser imagen de Israel a partir leado, el segundo se ve además lleno de ultrajes, al tercero
del profeta Isaías *2. El hombre que planta la viña es Dios. lo hirieron. En Galilea reinaban entre los arrendatarios
El hombre arrienda la viña a unos viñadores. La tierra de sentimientos revolucionarios. El partido de los zelotas y los
la cuenca superior del Jordán, probablemente también la partisanos atizaban la resistencia de los labradores contra
de la ribera septentrional y occidental del lago de Gene- los propietarios extranjeros, tanto más que entre los lati-
fundistas se contaban también algunos de los aborrecidos
42. Is 5,lss; J e r 12,20; cf. Mt 20,lss; 21,28ss. romanos. El propietario procede con una longanimidad sin
168 169
límites, inconcebible. ¿Por qué se limita a enviar continua- También los arrendatarios deliberan entre sí sobre lo
mente criados? ¿Por qué no recurre a la fuerza? La pará- que han de hacer cuando ven al hijo. Suponen que ha
bola se aparta de la realidad de la vida para pintar en muerto el propietario y que el hijo viene para tomar pose-
forma llamativa la longanimidad de Dios. Los hombres no sión de la herencia. Si lo matan, será la viña un bien sin
son así; Dios, sí. Tan magnánimo, tan deseoso de salvar poseedor. Como ellos son los primeros ocupantes, podrán
a los hombres. Los criados significan los profetas enviados posesionarse de ella. Se asocian la legalidad y la bajeza, cosa
por Dios a los dirigentes del pueblo, las suertes de los que podrá sorprender, pero que también tiene lugar en la
criados significan las suertes de los profetas. muerte de Jesús. Jesús es entregado a la muerte por los
mismos que velan por el cumplimiento de la ley.
13
El dueño de la viña dijo entonces: ¿Qué voy u hacer? El hijo es arrojado fuera de la viña, y allí, fuera de la
Les voy a mandar a mi hijo muy querido; quizá lo res- viña, se le da muerte. Aquí se inserta ya la interpretación
petarán. 14 Cuando los viñadores lo vieron, deliberaron en la parábola misma. A Jesús se le dio muerte fuera de la
entre sí, diciéndose unos a otros: Éste es el heredero; ciudad de Jerusalén 43 . Jesús sabe lo que le aguarda. Hasta
vamos a matarlo, para que la heredad sea nuestra. 15a Y arro- ahora sólo había hablado de su muerte a los apóstoles
jándolo juera de la viña, lo mataron. (18,31), ahora la predice, aunque velada bajo la forma de
parábola, también delante del pueblo. Los hombres del
Lo que se va a hacer ahora se prepara mediante una consejo supremo serán los homicidas del Mesías, porque
deliberación. Hay que enviar al propio hijo. Pero es el úni- no quieren entregar el fruto de la viña esperado por Dios,
co, el hijo querido, el heredero... Se siente preocupación que en la historia de la salvación ha aprovisionado y guiado
y temor... Sin embargo, la esperanza de que la brutalidad a su pueblo y espera de él que reconozca al Mesías que
tenga también sus límites vence los temores. Quizá no se les envía, que es su Hijo. Ellos niegan a Jesús este reco-
atrevan... En todo caso se trata de un empeño arriesgado. nocimiento porque, egoístas, quieren tener para sí la viña
Esta última tentativa pondrá notablemente al descubierto y no quieren someterse al señorío de Jesús (Me 15,10).
la villanía de los arrendatarios. Aquí la parábola sigue
15b
apartándose de la realidad de la vida. El propietario, que ¿Qué hará, por consiguiente, con ellos el dueño de
se lo tiene un hijo, ¿cómo va a exponerlo al fanatismo la viña? 16 Volverá, acabará con aquellos viñadores y arren-
de los arrendatarios? Aunque hubiera alguna esperanza de dará la viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron:
que respetarían a su hijo, no asumiría tal riesgo tras las ¡No lo quiera Dios!
tristes experiencias anteriores. Su duda —expresada por
el «quizá» — hace pensar que se trata de algo inconcebible. La paciencia y la longanimidad del propietario se han
Dios envió a aquel que es su Hijo (3,22), su Hijo único, agotado. Jesús mismo anuncia la sentencia de castigo. Dios
el elegido (9,35). Lo que Dios hace por la salud de su acabará con los titulares de la autoridad en el pueblo judío
pueblo es algo que rebasa todo obrar humano y capacidad
humana de comprensión. 43. Jn 19,17; Heb 13,12ss.
170 171
(Mt 23,30-33). El pueblo de Dios será traspasado a otros, la piedra. El consejo supremo lo reprueba y lo desecha
a los nuevos pastores del pueblo de Dios renovado. come piedra inservible y lo entrega a la muerte. Dios lo
El pueblo, que oye estas palabras de Jesús, está aterro- resucita y lo exalta. Jesús es edificador y consumador de un
rizado. Espantado rechaza la posibilidad de tal juicio de nuevo edificio de Dios, que es la Iglesia (Me 14,58). Los
Dios. El consejo supremo gozaba de la estima del pueblo edificadores del pueblo de Dios no son los sanedritas, sino
y era tratado por él con respeto. Todavía hubo de pasar Jesús, mediante su muerte y su resurrección (Act 4,11).
largo tiempo antes de que el pueblo que seguía a Cristo
18
abandonara las antiguas instituciones. La historia de la Todo el que caga sobre esta piedra se hará añicos;
primitiva Iglesia da testimonio de ello (Act 1-15). La y aquel sobre quien ella caiga, quedará aplastado.
Iglesia naciente está todavía estrechamente ligada al orden
social y religioso del judaismo. Pedro, llevado delante del El profeta dice de Dios: «Él será piedra de escándalo
tribunal, interpela al consejo supremo con estas palabras: y piedra de tropiezo para las dos casas de Israel, lazo y red
«Jefes del pueblo y ancianos» (Act 4,9). para los habitantes de Jerusalén. Y muchos de ellos trope-
zarán, caerán y serán quebrantados, y se enredarán en el
17 lazo y quedarán cogidos» (Is 8,14s). Daniel habla de un
Pero él, jijando en ellos los ojos, les dijo: ¿Qué
significa, pues, aquello que está escrito: La piedra que reino que hará añicos a todos los demás reinos, mientras
desecharon los constructores, ésa vino a ser piedra angular? que él permanecerá eternamente (Dan 2,44s); este reino
es representado por una pkdra: «Eso es lo que significa
Jesús comprende el espanto del pueblo, pero la cosa la piedra que viste desprenderse del monte sin ayuda de
es como él ha dicho. El designio de Dios se mantiene. Lo mano, que desmenuzó el hierro, el brones, el barro, la plata
que Jesús ha dicho en la parábola se ve confirmado por y el ero» (Dan 2,45). La piedra es Cristo. Cristo es objeto
la palabra de la Escritura. El Salmo 118(117),22, con cuyo de decisión y de contradicción (2,34). De él parten la ruina
saludo de bendición aclamó el pueblo a Jesús reconocién- y la salvación. Quien corre centra él, se desmenuza en él.
dolo como Mesías, habla de la piedra que desecharon los Cuando vuelva como juez lo «hará añicos». Jesús reivin-
constructores, pero que vino a ser la piedra angular 44 de un dica la soberanía sobre Israel como Mesías, como Hijo del
nuevo edificio. Los miembros del consejo supremo se con- hombre, como Hijo de Dios (cf. 22,67ss).
sideraban a sí mismos como los constructores de Jerusalén :
19
«El edificador de Jerusalén es el gran sanedrín.» Jesús es Los escribas y los sumos sacerdotes intentaron echarle
mano en aquel mismo momento, porque se habían dado
44. La interpretación oscila entre «clave de bóveda» y «piedra angular».
Sol>re la primera interpretación, cf. Testamento de Salomón 22,7: «Ahora cuenta de que por ellos había dicho esa parábola; pero
estaba Jerusalén edificada, el templo acabado. Todavía había allí una gran tuvieron miedo al pueblo.
piedra de bóveda; yo quería, a.! terminar la construcción del templo, utilizarla
como remate, como clave de bóveda. Entonces se reunieron tcdos los construc-
tores y todos los demonios que habían colaborado, y querían elevar esta piedra Los escribas y los altos dignatarios del sacerdocio — esta
al pináculo del templo, !>ero no pudieron moverla de su sitio.» (Cf. Theoloffisches
Wórlsrbuch i, 792s (J. TEKEMIAS). vez no se habla de la nobleza secular — ven en la parábola
172 173
descubiertos sus manejos inspirados por el odio. Como se Los espías simulan hipócritamente un problema de con-
han cerrado herméticamente a la palabra de Jesús, se inten- ciencia. Se dirigen a Jesús como a doctor de la ley: «Maes-
sifica su odio. Sólo el miedo al pueblo les impide llegar tro.» Encarecen su connanza en él: «Hablas y enseñas
al extremo. con rectitud.» Reconocen su objetividad insobornable: «No
Una fisura atraviesa el judaismo: el pueblo y sus diri- aceptas las apariencias de una persona», no tienes los me-
gentes están divididos. El primer tiempo de la Iglesia se nores miramientos con las autoridades políticas, no te dejas
hallará bajo el mismo signo (Act 5,24s). ¿Cuánto tiempo impresionar por temores o favores. Alaban su temor de
podrá todavía el pueblo impedir que estalle el odio en los Dios: Enseñas realmente el camino de Dios, la conducta
sanedritas? El pueblo no se hace cargo del alcance de lo moral exigida por Dios. Jesús es un maestro, tal como se
que está sucediendo. Su respuesta a la parábola lo deja describe a sí mismo el maestro de sabiduría: «Todos mis
entrever. dichos son conformes a la justicia; nada hay en ellos de
tortuoso y perverso. Todos son rectos para la persona
inteligente y razonables para el que tiene la sabiduría»
3. E L PODER DEL CÉSAR (20,20-26). (Prov 8,8s).
En este terreno así preparado echan los espías su pre-
20 gunta capciosa. El gobernador de Siria Quirinio llevó a
¡Mego ellos se pusieron a acecharlo y le enviaron es-
pías que jingieran ser hombres virtuosos, para sorprenderlo cabo el año 6 d.C. un censo de la tributación y reorganizó
en alguna palabra, con el fin de entregarlo al poder y auto- los impuestos y aduanas en Palestina. Las contribuciones
ridad del procurador. y las tarifas corresponden al emperador. La reacción en
el país fue violenta. El partido ultranacionalista de los ze-
Los escribas y los sumos sacerdotes (20,19) están re- lotas hizo un llamamiento, invitando a negarse a pagar los
sueltos a acabar con Jesús. Esto debía llevarse a cabo a impuestos por motivos religiosos. Hay que oponer resisten-
espaldas del pueblo. Hay que implicar a Jesús en un con- cia al dominio extranjero, porque Dios sólo está dispuesto
flicto con la autoridad romana, representada por el procura- a ayudar cuando los hombres hacen todo lo que está en
dor Poncio Pilato (26-36). Los sanedritas se mantienen su mano. Es posible que muchos se preguntaran incluso si
ocultos y actúan por medio de espías que simulan querer el mero ceder pacientemente a la dominación extranjera no
cumplir escrupulosamente la ley. Se prepara ya el proceso significa ya apostatar de Dios, si no reconoce la soberanía
de Jesús y también las dificultades, en medio de las cuales pagana sobre el pueblo de Dios quien paga los impuestos
habrá de dar prueba de sí la Iglesia naciente. al emperador romano. Ahora bien, los que enviaban a los
espías eran políticos realistas y no veían ningún motivo
21
Hiciéronle, pues, esta pregunta: Maestro, sabemos que para hacer resistencia, y así pagaban los impuestos sin
hablas y enseñas con rectitud, y no aceptas las apariencias escrúpulos de conciencia.
de una persona, sino que enseñas realmente el camino de
Dios. ¿Nos es lícito pagar el impuesta al César: sí o no?
174 175
23
Pero él, dándose cuenta de su astucia, les dijo: 24 En- lestial. El espía, tan celoso de la ley lleva consigo esta mo-
señadme un denario. ¿De quién es la figura y la inscripción neda con todos los símbolos de la divinización del poder
que tiene? Ellos respondieron: Del César. 25 Él les dije: romano.
Pues, por consiguiente, pagad lo del César al César, y lo En el mundo antiguo grecorromano, como también en el
de Dios a Dios. judío, tiene vigor este principio: la zona de soberanía de
un rey se extiende al área de validez de sus monedas. Quien
Los manejos de los espías proceden de astucia, hipocre- acepta y utiliza una moneda reconoce la soberanía del que
sía (Me 12,15) y malicia (Mt 22,18). Bajo las apariencias la ha mandado acuñar. Si los judíos utilizan la moneda del
de una crisis de conciencia ponen a Jesús una trampa de la emperador, reconocen también su soberanía, y consiguien-
que creen que no podrá librarse. Precisamente en los días temente su deber de pagar impuestos. Así pues, ellos mismos
festivos — se acerca la pascua — se encendían las pasiones han resuelto ya de antemano la cuestión que plantean a
políticas. Las multitudes que han aclamado a Jesús, veían Jesús. Jesús saca la conclusión: «Pues, por consiguiente»,
en el Mesías al libertador de la presión política (24,21). pagad al César lo que le corresponde y a lo que tiene de-
Los romanos vigilan lo que sucede. Comoquiera que res- recho, según como entonces se entendía el derecho. Se
ponda Jesús a la pregunta que se le plantea como decisiva, somete a la soberanía política del emperador.
su respuesta tiene que ser para él fatal. Si reconoce que Tan pronto como pronuncia Jesús estas palabras, vuel-
es lícito pagar los impuestos, entonces está amenazado por ven a quedar en segundo término. El gran tema de su pre-
el terror de los zelotas y se expone a verse abandonado dicación es la soberanía de Dios, la única preocupación
por el pueblo; si dice que no es lícito, entonces tomará de sus discípulos se formula así: «Buscad su reino» (12,31).
medidas contra él el gobernador. En todo caso, los que En sus palabras y en sus obras está presente el reino de
envían a los espías saldrán ganando. Dios. Sus adversarios preguntan con aparente preocupación
A la pregunta no se da ninguna respuesta docta. Los por el honor de Dios y por la verdadera justicia: ¿Se
adversarios mismos han cooperado para que se halle una puede pagar tributo al César? Pero se olvidan absoluta-
solución. Jesús pide que le enseñen un denario, con lo cual mente de que Dios mismo está presente en aquel a quien
se descubre ya que los escrupulosos consultantes llevan interrogan y formula una exigencia mucho más importante
consigo denarios. La moneda de plata lleva en el anverso y apremiante que aquella que de momento les preocupa.
el busto del emperador Tiberio (14-27 d.C), adornado Pagad a Dos lo que es de Dios. Dios formula ahora en
con una guirnalda de laurel que indica su dignidad divina, medio del mundo la reivindicación de su soberanía, que
acompañado de la siguiente inscripción: «Tiberio César restringe también los derechos del Estado y los hace des-
Augusto, hijo del divino Augusto.» En el reverso aparece cender del primer puesto.
el pontifex maximus y la imagen de la madre del empe-
26
rador sentada en un trono de dioses, llevando en la derecha Y no pudieron sorprenderlo en palabra alguna delante
el cetro olímpico y en la izquierda un ramo de olivo, que del pueblo, sino que, admirados por su respuesta, se callaron.
la hace aparecer como encarnación terrena de la paz ce-
176 177
NT. Le II, 12
La red se había tendido en vano. Los que habían plan- Los saduceos eran, más que un partido, un grupo aristo-
teado la cuestión enmudecen. La respuesta es objeto de crático, político-religioso; entre ellos se contaban las ricas
admiración. Lucas tomó esta discusión de Marcos, pero familias patricias y la nobleza sacerdotal; nunca pudieron
elaboró notoriamente el comienzo y el fin. Para él tenía ganarse al pueblo sencillo. En teología representan la ten-
importancia la pregunta, pues la Iglesia naciente se hallaba dencia conservadora, que no participó en la evolución
situada ante un dilema: confesión de la soberanía de Dios de la religión judaica iniciada en el siglo II d.C. Sólo reco-
en Cristo o reconocimiento del Estado romano. Los judíos nocen la Escritura y rechazan la «tradición de los mayores».
incrédulos intentan hacer sospechosos políticamente a los Se distinguen marcadamente de los fariseos y demás par-
cristianos (Act 17,5; 18,12; 24,1). Los cristianos deben estar tidarios de una religiosidad como la de los doctores de la
capacitados para instruir a las autoridades romanas sobre el ley, pues niegan la resurrección 45 .
verdadero estado de las cosas: como Jesús, se comportan Jesús comparte con los fariseos y con el pueblo' la con-
con lealtad frente al Estado; su primero y gran objetivo es vicción de que hay una resurrección de los muertos. Por
religioso. eso quieren ponerlo en ridículo algunos de los saduceos.
Quieren demostrar con la Escritura que es absurda la creen-
cia en la resurrección. La ley del levirato reza así: «Cuando
dos hermanos habitan uno junto al otro y uno de los dos
III. VERDADES FUNDAMENTALES DE LA VIDA
muere sin dejar hijos, la mujer del muerto no se casará
CRISTIANA (20,27-21,4)
fuera con un extraño; su cuñado irá a ella y la tomará
por mujer, y el primogénito que de ella tenga llevará el
Jesús, después de haberse manifestado como Señor de la nombre del hermano muerto, para que su nombre no des-
Iglesia naciente, inicia al pueblo, que le presta su adhesión, en las aparezca de Israel» (Dt 25,5s). ¿Qué se deduce de esta ley
principales doctrinas que profesa el nuevo pueblo de Dios: en la
respecto a la resurrección de los muertos?
verdad de la resurrección de los muertos (v. 27-40), en la con-
fesión de la realeza de Jesús (v. 41-44), en la entrega a Dios
29
(20,45-21,4). Pues bien, eran siete hermanos: el primero tomó
mujer y murió sin hijos. 30 Y el segundo 31 y el tercero la
tomaron, y así también los siete, que no dejaron hijos y
1. RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS (20,27-40). murieron. 32 Finalmente, murió también la mujer. 33 Ahora
bien, esta mujer, en la resurrección, ¿de cuál de ellos será
27
Acercáronse luego algunos de los saduceos —quienes mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer.
niegan que haya resurrección —, y le preguntaron: 28 Maes-
tro, Moisés nos dejó escrito que, si un hermano muere La ley no cuenta con la resurrección de los muertos,
teniendo mujer, pero sin hijos, otro hermano suyo debe pues al fin y al cabo no puede dar lugar a ese caso grotesco
tomar esa mujer, para dar sucesión al hermano difunto.
45. Cf. también Act 4,ls; 23,6ss.
178 179
de que hablan los saduceos. Según la ley, en la que habla También el Nuevo Testamento utiliza esta concepción de
Dios, no puede haber resurrección. Pero también se puede la historia. Los hijos de este mundo están sujetos al peca-
entender mal la ley y abusar de ella. Su clave es Jesús: do y a la caducidad; en cambio, los hombres que por
él y su palabra. elección de Dios y por su gracia pertenecen al otro mundo,
reciben vida eterna y la resurrección de los muertos 46 .
34
Y Jesús les contestó: Las hijos de este mundo se El matrimonio pertenece al mundo presente. En el mun-
cusan ellos, y ellas son dadas en matrimonio. 35 Pero los do venidero no será ya necesario, puesto que en él tienen
que logren ser dignos de aquel mundo y de la resurrección los hombres la facultad de no morir ya nunca. La procrea-
de los muertos, ni ellos se casarán ni ellas serán dadas en ción de los hombres es la que da sentido al matrimonio
matrimonio; 36 porque no pueden ya morir, pues serán (Gen 1,28). Ahora bien, cuando los hombres sean inmorta-
semejantes a los ángeles, y san hijos de Dios, pues son hijos les, no habrá ya necesidad del matrimonio. La argumen-
de la resurrección. tación de los saduceos no da en el blanco. El matrimonio
se acaba con el mundo presiente.
La creencia de los judíos en la resurrección suponía que Los hombres del mundo venidero son inmortales, porque
los resucitados continuaban la vida de la tierra, aunque son semejantes a los ángeles. Tienen el modo de ser de los
provista de todo en abundancia, de todo lo que uno puede ángeles. Éstos lo tienen porque son hijos de Dios. Los án-
desear. Un renombrado doctor de la ley decía: «Entonces geles son designados en la Escritura como «hijos de Dios»
(después de la resurrección) dará a luz la mujer todos los (por ejemplo: Job 1,6; 2,1). Tienen participación en la
días»; el gozo de tener un niño será colmado con creces. gloria de Dios, en su poder y en su esplendor (Act 12,7).
Contra esta idea de la resurrección se dirige la argumenta- Los resucitados reciben la filiación divina (Un 3,2; Rom
ción de los saduceos. Jesús no comparte con los judíos 8,21), la gloria (Rom 8,18), un «cuerpo espiritual» (ICor
esta creencia acerca de la resurrección. Quien resucite de 15,44). «Así también será la resurrección de los muertos:
entre los muertos no se casará ni (la mujer) será tomada se siembra en corrupción, se resucita en incorrupción; se
por esposa. La vida de los resucitados no continúa la siembra en vileza, se resucita en gloria; se siembra en de-
vida de la tierra. bilidad, se resucita en fortaleza; se siembra cuerpo pura-
Los resucitados no pertenecen ya a este mundo terreno, mente humano, se resucita cuerpo espiritual» (ICor 15,42ss).
sino al nuevo y venidero. En la concepción de la historia Los resucitados tienen el poder de no volver a morir.
de los autores apocalípticos se habla de dos eones, mundos Lo que los piadosos entre los griegos paganos de entonces
o eras del mundo: de este mundo y del otro. A este mundo anhelaban y esperaban alcanzar mediante los cultos mis-
de la injusticia, de las tribulaciones, de la caducidad y de téricos o mediante el conocimiento (gnosis), era una vida
la corrupción del pecado sigue el futuro, sin fin, un mundo bienaventurada en un estado de deificación, que no estaba
nuevo, del que estará desterrada la corrupción, expulsado
el desenfreno, borrada la incredulidad, mientras que la 46. Cí. Mt 12,32; Le 16,8; 20.34: «este mundo»; Le 20,35: «aquel mun-
do»; Me 10,30; Le 18,30: «mundo venidero»; -\lt 12,32: «mundo futuro».
justicia será practicada y en él tendrá su asiento la verdad. No i>:irece h=}l>er utilizado este.-, conceptos Jesús mismo.
180 181
amenazado por la muerte. Pero no veían lo que era deseable Dios es Dios de los vivos, porque para él todos viven,
en la resurrección de los cuerpos; en efecto, el cuerpo era son hijos de la resurrección. También el que ha muerto,
sentido como una carga, como una cárcel y un sepulcro del vive; el Dios de los vivos no se rodea de muertos. El hom-
alma. La resurrección no es sólo inmortalidad; los muertos bre vive para Dios; su ser se cifra en estar destinado a
resucitarán en un estado de incorruptibilidad, y nosotros servir y glorificar a Dios. Dado que Dios lo ha llamado
«seremos transformados» (ICor 15,52); no sólo vivirá el así a la vida, por eso quiere también que viva. Con estas
alma, sino el hombre entero en cuerpo y alma. palabras no se da luz acerca de cómo vive el hombre tras
El que resucita ha llegado a ser digno del mundo veni- la muerte y a pesar de la muerte, de cómo vive en el
dero. La resurrección es un don divino de gracia, inmere- período intermedio entre la muerte y la resurrección, de
cido, como lo es el reino de Dios (2Tes 1,5). Pero no sólo qué naturaleza será su inmortalidad: pervivencia, revivifi-
resucitarán los elegidos y hechos dignos por Dios, sino cación del cuerpo... Sólo se dice una cosa fundamental:
todos, pecadores y justos. Pablo conoce esta esperanza de para él todos viven; viven porque para él existen. Vive
que habrá una resurrección de los justos y de los injustos quien vive para Dios...
(Act 24,15). Sólo para los justos redundará la resurrección
39
en gloria (14,14). En la resurrección de éstos se piensa Entonces, algunos escribas le respondieron: Maestro,
cuando se dice que son dignos del mundo venidero. has hablado bien. *° Por lo mismo, ya no se atrevían a pre-
guntarle nada más.
37
Y que los muertos resucitan, ya Moisés lo dio a
entender en aquello de la zarza, cuando llama Señor al Jesús es un Maestro que habla bien; los doctores de
Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob; 38 él no la ley le dan este testimonio. Los saduceos no osan ya
es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos hacer más preguntas; los doctores de la ley (fariseos) reco-
viven. nocen la sabiduría de su enseñanza. Jesús es un maestro
ante el que se inclinan los maestros más consumados. Se
También Jesús recurre, como los saduceos, a un texto presenta como el gran maestro ante el pueblo, ante la Igle-
de la Escritura en la discusión sobre el problema de la re- sia. De él tiene la Iglesia la doctrina sobre la resurrección
surrección. En el relato de la zarza ardiente descubre Moi- de los muertos. Esta doctrina distingue a cristianos y fa-
sés a Dios como el que dice: «Yo soy el Dios de Abraham, riseos, a cristianos y saduceos, a cristianos y gentiles. La
el Dios de Isaac y el Dios de Jacob» (Éx 3,6). Dios se da predicación cristiana anuncia el mensaje de «Jesús y la re-
a conocer a Moisés en primer lugar como al que habían surrección» (Act 17,18).
venerado los patriarcas. Jesús comprende estas palabras de
la Escritura en sentido más profundo. Al designarse Dios
como el Dios de los patriarcas, quiere con ello decir que
los patriarcas siguen venerándolo todavía como Dios. Viven,
por tanto, pues de lo contrario no podrían venerarlo.
182
su trono, previendo el futuro habló de la resurrección de
2. E L MESÍAS, HIJO DE DAVID (20,41-44). Cristo... A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros
tomos testigos de ello. Elevado a la diestra de Dios y
41 recibida del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derra-
Pero Jesús les preguntó: ¿Cómo dicen que el Mesías
es hijo de David? 42 Porque David mismo dice en el libro mado lo que vosotros estáis viendo y oyendo. Porque David
de los Salmos: Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi no ascendió a los cielos, y sin embargo dice: Dijo el
diestra, 43 hasta que ponga a tus enemigos por escabel de Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga
tus pies. ** David, pues, lo llama Señor, y entonces ¿cómo a tus enemigos por escabel de tus pies. Sepa, por tanto,
puede ser hijo suyo? con absoluta seguridad toda la casa de Israel que Dios
ha hecho Señor y Mesías a este Jesús a quien vosotros
Esta vez Jesús mismo pasa al ataque. El salmo 110, que crucificasteis» (Act 2,29-36; cf. 4,25ss). Al comienzo de la
se atribuye a David y se entiende del Mesías venidero, carta a los Romanos, Pablo confiesa, según un antiguo him-
entraña un enigma. Las palabras de Dios referidas en el no, que él es apóstol del Evangelio «que previamente había
salmo («dijo el Señor») llama Señor de David al hijo de prometido Dios por medio de sus profetas, en las Sagradas
David (al Mesías). Es cosa que da qué pensar. Escrituras, acerca de su Hijo — nacido del linaje de David
El Mesías es hijo de David. Así lo predice y lo promete según la carne, constituido Hijo de Dios con poder, según
el Antiguo Testamenta: «Brotará una vara del tronco de el espíritu santificador. a partir de su resurrección de entre
Jesé... Sobre él reposará el espíritu de Yahveh» (Is ll.ls). los muertos—, Jesucristo nuestro Señor» (Rom 1,1-4). La
Por él ruega Israel: «Haz... que vuelva a surgir su rey, Iglesia se basa en esta confesión de fe: «Jesucristo (Hijo
el hijo de David» (Salmos de Salomón 17,23). Como Hijo de David) es Señor» (Flp 2,11).
de David lo aclama el ciego de Jericó y lo confiesa por
Mesías (18,38). ¿Está encerrado en este título todo lo que
es el Mesías? 3. LA VIUDA POBRE (20,45-21,4).
Las palabras enigmáticas del salmo lo llaman Señor de
David. El Mesías aventaja a David. Es Señor de los señores Palabras contra los fariseos y un breve relato acerca de una
(Ap 17,14). Dios mismo lo hace sentar a su diestra y le da viuda pobre: ambas cosas forman marcado contraste. Se quiere
participación en su dominio del mundo. Hace de sus ene- mostrar en forma negativa y positiva la fundamental actitud reli-
migos el escabel en que se apoyan sus pies, le da la vic- giosa y moral de la Iglesia naciente.
toria y desbarata la contradicción que se le hace.
45
Pero utiliza esta imagen del Mesías en su predicación Dijo luego a los discípulos, oyéndolo todo el pueblo:
46
y, al mismo tiempo, la interpreta: «Séame permitido de- Tened cuidado con los escribas, que se complacen en
ciros resueltamente acerca del patriarca David que... siendo pasearse con amplias vestiduras, y les gusta acaparar ¡os
como era profeta, y sabiendo que Dios le había asegurado saludas en las plazas y ocupar los primeros asientos en
con juramento que un descendiente suyo se sentaría sobre las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; 47 que
184 185
devoran las casas de las viudas mientras fingen entregarse a la galería del tesoro, que era accesible a todos los que
a largos rezos. Éstos tendrán condenación más severa. acudían al templo, había trece cepillos en forma de trom-
peta. En ellos se recogían las contribuciones impuestas por
Los discípulos son interpelados ante el pueblo, el pue- la ley, y también aportaciones voluntarias. Allí está sentado
blo de Dios. Ellos han de ocupar el puesto de los doctores también Jesús. Está sentado como maestro que es. Levanta
de la ley. Se ponen los fundamentos del nuevo pueblo de la vista y ve cómo las gentes echan su óbolo en los cepillos.
Dios. Éstos se entregan al sacerdote que desempeña el ministerio.
Los escribas son ambiciosos y codiciosos. Todo lo que Dicho sacerdote pregunta por el montante de la oferta y
debe basarse en espíritu religioso y en temor de Dios por su finalidad, comprueba el dinero y, según la finalidad,
— indumentaria de oficio, servicio sinagogal — se utiliza indica el lugar en que se debe depositar. Jesús observa
para satisfacer las ansias ambiciosas de reconocimiento lo que sucede. Ve a ricos que llevan sus ofrendas y tam-
humano. Todo lo que debía practicarse en comunión de bién a una pobre viuda que sólo deposita dos piezas de
amor — el saludo y la mesa — sirve a la aspiración a ser moneda, de las más pequeñas.
los primeros. La codicia emponzoña lo que se hace como
servicio y acto religioso. Los escribas, que están versados ' Y dijo: Os digo de verdad que esta viuda pobre echó
en el derecho, ofrecen su asesoramiento jurídico ante el más que todos. 4 Porque todos ellos echaron para las ofren-
tribunal a viudas, que sin marido están desamparadas ju- das de lo que les sobraba; pero ésta, de su pobreza, echó
rídicamente (Éx 22,21); pero para ello aceptan presentes y todo lo que tenía para vivir.
de esta manera devoran las casas de esas pobres mujeres.
El egoísmo sin freno de los doctores los extravía, indu- La viuda que llega a depositar su óbolo era pobre y por
ciéndolos a rechazar a Jesús, cuya existencia es la que da consiguiente despreciada, como aquella pobre mujer de la
vida a los otros (Me 10,45). que se refiere que sólo pudo aportar un puñado de harina
Los escribas serán objeto de condenación más severa para el sacrificio, por lo cual tuvo que oír palabras de des-
que los otros hombres. Por su conocimiento de la ley precio del sacerdote que desempeñaba su ministerio 47. Se-
conocen mejor la voluntad de Dios, y como maestros de gún el juicio de Jesús, la viuda pobre dio más que los
justicia que son, son responsables de los otros. Dios los ricos. Su óbolo es pequeño, pero al mismo tiempo grande.
reprueba. Otros maestros ocuparán su puesto cuando se Ha dado todo lo que tenía. Pone su vida en manos de
edifique el nuevo pueblo de Dios. Dios sin preocuparse ansiosamente (12,22-31). Forma parte
de aquellos que son llamados bienaventurados (6,10) y que
21 1
- Levantó luego la vista y vio a los ricos que iban viven de las palabras de Jesús: «Buscad su reino (de Dios),
echando s-us ofrendas en el tesoro. 2 Vio también a una y estas cosas (los medios de subsistencia) se os darán por
pobre viuda que echó dos monedas muy pequeñas. añadidura» (12,31). En ella está representado el pueblo de
En el atrio del templo destinado a las mujeres, frente 47. J. JEREMÍAS, Jernsalctn zar Zeit Jesu, Gotinga 31962, 124.
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Dios, del que se dice: «No temas, pequeño rebaño; que para él un hecho histórico en la fecha en que escribía el Evan-
ha tenido a bien vuestro Padre daros el reino.» (12,32). gelio. Hoy día aumenta el número de los que suponen que Lucas
escribió su Evangelio después del año 70 d.C. 4S. «Marcos mira
El pueblo de Dios es pobre y carece de apoyo jurídico, pero
en su Evangelio al que viene, lo describe como vino porque el que
da lo poco que tiene. No se apoya en los bienes y en el estaba presente así se lo reveló.» Esta frase se puede también
poder, sino en el Padre. Así vive la Iglesia primitiva en invertir. «Marcos describe al que ya ha venido como el que viene»,
Jerusalén: «Y todos los creyentes a una tenían todas las y finalmente así: «Marcos da testimonio del que está presente mi-
cosas en común, y vendían sus posesiones y sus bienes, rando a su parusía, y emprende su exposición con medios que
tienen su origen en el que ya ha venido» 4!).
y las repartían entre todos según las necesidades de cada El evangelista Marcos no conoce una verdadera sucesión en
cual. Diariamente perseveraban unánimes en el templo, el sentido de un transcurso histórico. No así Lucas. Mira retrospec-
partían el pan por las casas y tomaban juntos el alimento tivamente al cumplimiento de ciertas predicciones (v. 5-24). Todavía
con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y tenían hay que esperar la venida del Hijo del hombre (v. 25-28). En
el favor de todo el pueblo» (Act 2,44-47). el período que va de la ascensión a esta venida, en el tiempo de la
iglesia se prepara ésta para la venida de Jesús (v. 29-36). Lucas
De tres verdades fundamentales vive la Iglesia. Jesús Ice su fuente de Marcos 13 con los ojos de quien está ya ilu-
se las proporciona en su camino a través de los tiempos: minado por los acontecimientos históricos, y la interpreta a base
Hay una resurrección de los muertos, Jesús es Cristo y Se- de sus experiencias de un tiempo posterior. Los hechos pasados
ñor, la Iglesia es la comunidad de los pequeños, pobres y le demuestran que Jesús había visto certeramente y que se han
cumplido sus predicciones. Esto ofrece una garantía de que tam-
despreciados, pero que son grandes delante de Dios, porque
bién se verificará lo que todavía está por venir. En esta esperanza
lo dan todo con humildad y ocultamente, y ponen su con- escatológica vive también la Iglesia de hoy, y así debe vivir.
fianza en Dios.
188 189
El templo, en cuya construcción se trabajaba (20/19 a.C. los tiempos?» (Mt 24,3). La destrucción de Jerusalén, la
— 63 d.C.) todavía en la época de Jesús, contaba entre las venida del Hijo del hombre y el fin de este mundo están
siete maravillas de la antigüedad. Espléndidamente brillan enlazados entre sí. Lucas deshace el enlace. La destrucción
blancos bloques de mármol; el templo está adornado con de Jerusalén no forma parte de los acontecimientos del
magníficos ex votos, sobre todo con la vid de oro sobre la tiempo final. Se ha efectuado ya cuando Lucas escribe su
puerta del santuario. Solía decirse: «Quien no ha visto a Evangelio. El fin del mundo, en cambio, no ha llegado
Jerusalén en su magnificencia, no ha experimentado gozo todavía. Toda predicción es oscura hasta que se cumple.
en sus días. Quien no ha visto el santuario con su ornato, Nosotros leemos el discurso escatológico como lo leía Lucas.
no ha visto una ciudad bella.» También para nosotros se ha cumplido una parte de sus
A los que expresan su admiración entre el pueblo res- predicciones, pero todavía aguardamos el cumplimiento de
ponde Jesús con predicciones de ruina: El templo será la otra parte.
destruido (19,43). Dios no mira a las hermosas piedras y
a los preciosos ex votos, sino que busca un pueblo en que 8
Él contestó: Mirad que no os dejéis engañar. Porque
se eche de ver que Dios mora en medio de él. Ahora se muchos vendrán amparándose en mi nombre, y dirán: Soy
repite y se cumple la amenaza de los profetas: «Oid, pues, yo, y también: El tiempo está cerca. No vayáis tras ellos.
9
cabezas de la casa de Jacob y jefes de la casa de Israel, Y cuando oigáis fragores de guerras y de revoluciones, no
que aborrecéis lo justo y torcéis lo derecho... Sus jueces os alarméis; porque eso tiene que suceder primero, pero
sentencian por cohecho; sus sacerdotes enseñan por salario; no llegará tan pronto el fin.
sus profetas profetizan por dinero y se apoyan sobre
Yahveh diciendo: ¿No está entre nosotros Yahveh? No nos La pregunta por el tiempo y las señales de la ruina de
sobrevendrá la desventura. Por eso, por vosotros será Sión Jerusalén queda sin respuesta. A los cristianos que aguardan
arada como un campo, y Jerusalén será un montón de con ansia la venida de Cristo se les dirigen palabras de
ruinas, y el monte del templo será un breñal» 50. instrucción, pues el deseo impaciente de ver satisfecho este
anhelo induce a prestar oídos a falsos rumores. También
7
Luego le preguntaron: Maestro, ¿cuándo, pues, suce- Pablo tuvo que amonestar y precaver a los cristianos de
derá esto, y cuál será la señal de que estas cosas se van a Tesalónica: «Y ahora, hermanos, a propósito de la parusía
realizar? de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él,
os hacemos un ruego: no os desconcertéis tan pronto per-
Sólo se pregunta por el fin del templo. En Marcos se diendo el buen sentido, no os alarméis, sea con motivo
pregunta cuándo vendrá el fin del mundo (13,4). Mateo de una inspiración, o de una declaración, o de una carta
formula más concretamente la pregunta: «¿Cuándo suce- que se nos atribuya, sobre la inminencia del día del Señor.
derá esto y cuál será la señal de tu parusía y del final de Que nadie os engañe de ninguna manera» (2Tes 2,lss).
Vendrán muchos que reivindiquen para sí el nombre
50. Miq 3,9-12, cf. Jer 7,14; 26,18; Ez 24,21.
de Mesías y digan por su cuenta la palabra con que solía
190 191
revelarse: soy yo61. Con ello querrán decir que ellos son pueblo, reino contra reino» (4Esd 11 [13] 29-32). Es posible
el salvador definitivo enviado por Dios, que prepara la que los profetas de la próxima venida interpretaran acon-
consumación del mundo. En tiempo del procurador romano tecimientos de la época como tales señales del fin. A la
Cuspio Fado (44-46 d.C.) surgió Teudas y «se hizo pasar muerte de Nerón siguieron las revueltas romanas bajo
por alguien» (Act 5,36). Después apareció Judas de Galilea Galba, Otón y Vitelio (68-69 d.C). La guerra judía comenzó
y arrastró a cantidad de gente detrás de sí (Act 5,37). Las el año 66. Contra los anunciadores del fin próximo está
palabras de Jesús desenmascaran a estos falsos redentores. la palabra de Jesús. Las guerras y revoluciones no son mo-
Otros proclaman: El tiempo final ha llegado ya. También tivo para angustiarse por razón del fin próximo. Estos terri-
éstos disfrazan su mensaje con palabras de Jesús (Me 1,15). bles azotes de la humanidad forman también parte del
Hay que poner freno a una expectativa demasiado entu- designio divino. Pasarán con el tiempo presente y han de
siástica de la venida de Cristo y del fin de este mundo: «El tener en vela para el venidero e inducir a la conversión
Señor tarda en llegar» (12,45). El pretendiente al trono (Ap 16,11). Las guerras y revoluciones no son indicios de
viaja a un país lejano para recibir la investidura del reino que va a llegar en seguida el fin. Con estas palabras se
(19,11). minan los fundamentos de todas las doctrinas de sectas
No es fácil ver claro en estos mensajes sensacionales. adventistas.
Son numerosos los que los anuncian; su multitud contagia
y sugestiona. Se disfrazan con las palabras de Jesús. Su
mensaje suena como el de él: «Soy yo»; «se acerca el b) Señales precursoras (21,10-11),
tiempo». Reúnen, como él, discípulos a su alrededor. Estos
discípulos los siguen. En este juego desconcertante del 10
Entonces les añadió: Se levantará nación contra na-
fraude brilla con su amonestación la palabra del Señor. Estas ción v reino contra reino; n habrá grandes terremotos, pestes
gentes son impostores y acaban en apostasía y perdición. y hambres en diversos lugares; se darán fenómenos ate-
Las palabras de Jesús comienzan y terminan con una rradores y grandes señales en el cielo.
gravedad que pone en guardia: No os dejéis engañar, no
vayáis tras ellos. Se reanuda el discurso. Anuncia señales. Las palabras
En la literatura apocalíptica de los judíos se predicen están envueltas en oscuridad. Lucas, a lo que parece, las in-
para el tiempo final guerras, revoluciones y rumores des- terpreta como señales de la destrucción de Jerusalén y del
concertantes a este respecto: «Vienen días, en los que yo, el templo. Mira retrospectivamente a los acontecimientos y
Altísimo, quiero rescatar a los que están en la tierra. En- sabe que la catástrofe estuvo precedida de señales. Se ha
tonces serán presa de enorme excitación los habitantes de la cumplido la palabra de Jesús que anunciaba señales.
tierra, hasta el punto de tramar guerras unos con otros, Las señales afectan a todo lo que rodea al hombre. Todo
ciudad contra ciudad, lugar contra lugar, pueblo contra lo que asegura su vida comienza a tambalearse. El orden
pacífico entre los pueblos se ve destruido por guerras, la
51. Me 6,50; con frecuencia en Juan; cf. Éx 3,14; Is 43,10s; 52,6. solidez de la tierra se ve sacudida por terremotos, la vida
192 193
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se ve amenazada por hambres y epidemias, el orden de los A los acontecimientos que presagian la destrucción de
cuerpos celestes se ve trastornado por fenómenos terrorífi- Jerusalén, preceden las persecuciones (le los discípulos. Los
cos. No sabemos en qué acontecimientos de la historia de acontecimientos se ordenan históricamente: primeramente
la época vio Lucas cumplida esta predicción. ¿Pensaba en es perseguida la Iglesia, de lo cual hablan los Hechos de
las guerras que llevaron consigo las revueltas de Roma? los apóstoles; siguen luego los acontecimientos que preceden
¿O en la situación confusa en Palestina antes de que esta- a la destrucción de Jerusalén, los cuales son interpretados
llara la guerra judía? ¿En temblores de tierra que, según como signos precursores; finalmente viene la guerra judía
se narra, tuvieron lugar en Frigia en aquella época? Lucas y la ruina de Jerusalén y del templo.
sabe que reinó el hambre bajo el emperador Claudio (Act Los discípulos de Jesús son perseguidos por las autori-
11,28). Según la tradición judía, el año 66 apareció en el dades judías y paganas. «Mientras Pedro y Juan estaban
cielo de Jerusalén un meteoro en forma de espada; durante hablando al pueblo, se les presentaron los sacerdotes, el
todo el año se vio un cometa en el cielo. Seis días después jefe de la guardia del templo y los saduceos... Les echaron
de estallar la guerra judía parece como si cruzaran el cielo mano y los pusieron bajo custodia hasta el amanecer»
carros de guerra. La noche de pentecostés del mismo año (Act 4,1-3; cf. 5,18; 8,3; 12,4). Los pretores de Filipos
oyen los sacerdotes en el templo una voz que dice: «Mar- «despojaron a Pablo y a Silas de sus vestiduras y los man-
chémonos de aquí.» Marcos vio en estos presagios «el co- daron azotar con varas; después de darles muchos golpes,
mienzo de los dolores de parto», precursores de la «rege- los metieron en la cárcel» (Act 16,22s). Pablo comparece
neración» del mundo (Mt 19,28). Aunque Lucas leyó esto ante el tribunal del rey Agripa n (Act 26,1), del procurador
en su fuente, no lo menciona; él interpretó estas señales Galión en Corinto (Act 18,12), de Félix (Act 24, ls) y de
no como comienzo de las tribulaciones del tiempo final, sino Festo (Act 25,1) en Cesárea marítima. Las palabras de la
como señales precursoras de la ruina de Jerusalén, y expli- predicción son confirmadas por los hechos de la historia.
có la predicción con los hechos históricos. El curso de la Lo que la hora histórica aporta al discípulo de Cristo no
historia no es determinado únicamente por causas ultra- debe éste tomarlo como destino oscuro y oprimente; lo
mundanas, sino por el designio divino. Aun considerada así, que le sucede lo sabía anticipadamente el Señor y lo inserta
encierra muchos misterios. en el plan salvador de Dios.
Los discípulos soportan por el nombre de Jesús la per-
secución, las condenas y los castigos. En el nombre del
c) Persecución de la Iglesia (21,12-19). Señor Jesús recibieron el bautismo (Act 8,16) después de
haber confesado que Jesús es el Señor. En aquella hora
12
Pero, antes de todo eso, se apoderarán de vosotros fueron reunidos con «los que invocan el nombre del Se-
y os perseguirán: os entregarán a las sinagogas y os meterán ñor» (Act 9,14). Invocando este nombre curó Pedro en-
en las cárceles; os harán comparecer ante reyes y goberna- fermos (Act 3,6). «No hay otro nombre bajo el cielo dado
dores por causa de mi nombre. a los hombres, por el cual hayamos de ser salvos» (Act
4,12). La predicación apostólica anuncia y enseña el nom-
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ore de Jesucristo (Act 4,17s; 5,28; 8,12). Por razón de preparar ningún discurso para no dejar en mal lugar a
esta predicación son vejados los apóstoles, pero «salían Cristo ante el tribunal; Cristo mismo les dará lenguaje y
gozosos de la presencia del sanedrín, porque habían sido sabiduría. Como Dios prometió a Moisés que estaría con
dignos de padecer afrentas por el nombre de Jesús» (Act él y le enseñaría lo que tenía que decir (Éx 4,12), así
5,41). El nombre de Jesús representa la presencia activa también Jesús pertrechará a sus discípulos para la confe-
de Cristo glorificado. sión y el testimonio delante de sus adversarios. No están
abandonados a retóricas y sabidurías humanas, sino que
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Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. u Por sus palabras estarán dotadas de virtud y sabiduría divina.
consiguiente, fijad bien en vuestro corazón que no debéis El Espíritu Santo les enseñará en aquella hora lo que tie-
preocuparos de cómo os podréis defender; 15 Porque yo nen que decir (12,12). La historia ha demostrado la ver-
os daré un lenguaje y una sabiduría que no podrá resistir dad de esta promesa. Cuando los miembros del sanedrín
ni contradecir ninguno de vuestros adversarios. observaron el franco y valeroso comportamiento de Pedro
y de Juan y notaron que eran personas sin cultura, se
La gran preocupación y el empeño acuciante de los admiraron (Act 4,13). Los judíos helenistas que disputaban
discípulos de Jesús es la proclamación del nombre de Je- con Esteban se sentían inferiores a la sabiduría y al es-
sús. Mediante la persecución se abren puertas para dar píritu con que hablaba Esteban (Act 6,10). No se logra
testimonio en favor de Cristo. Los cristianos de la co- hacer callar a los discípulos de Jesús, sino que son sus
munidad primitiva de Jerusalén, que se ven forzados a adversarios los que tienen que enmudecer. Las palabras
abandonar la ciudad para salvar sus vidas, llevan el Evan- de la predicción están penetradas del optimismo que des-
gelio a las zonas de Judea y Samaría (Act 8,1-4), a Fe- encadenó la carrera triunfal del Evangelio.
nicia, Chipre y Antioquía (Act 11,19; 15,3). Pedro, Juan y
16
Esteban comparecen ante el sanedrín, Pablo ante los pro- Seréis entregados incluso por padres, hermanos, pa-
curadores, y llevan el mensaje de Cristo a lugares donde rientes y amigos, y darán muerte a algunos de vosotros;
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de otra manera se le habían mostrado refractarias las gen- y seréis odiados por todos a causa de mi nombre.
tes 52. Pablo comunica a los filipenses que su prisión sirve
para el progreso del Evangelio: «En todo el pretorio y Familiares, parientes y amigos se convierten en trai-
entre todos los demás se ha puesto de manifiesto que mis dores contra los discípulos de Cristo. Ni siquiera los círcu-
cadenas son por Cristo» (Flp l,12s). los de amigos y la familia les ofrecen protección. Su con-
Los discípulos reciben una palabra que deben grabar en fesión tiene que contar únicamente con la fe en Cristo.
su mente y tener presente en el tiempo de la persecución. Lucas reproduce la predicción: «les darán muerte» Me
No deben preocuparse por lo que han de decir en su pro- 13,12), iluminada por su cumplimiento: «Darán muerte a
pia defensa ante los tribunales, no tienen necesidad de algunos de vosotros.» Cuando él escribe, habían ya dado
algunos la vida por su fe: Esteban (Act 7,54-60) y Santiago
52. Act 4,8ss; 7,lss; 25-26. (Act 12,2).
196 197
La fidelidad a Cristo pone a los discípulos en contra- El tiempo de la Iglesia es tiempo de persecución. Este
dicción con judíos y gentiles, con el Estado romano, con tiempo se prolonga. La redención total se inicia con la
la sociedad y las costumbres. Son odiados por todos. Los venida del Hijo del hombre; pero esto no tiene lugar inme-
cristianos vinieron a ser objeto de «odio del género hu- diatamente. Se requiere paciencia, constancia y perseveran-
mano»; así compendia el historiador romano Tácito el cia, sumisión a lo que impone la persecución y ha sido
juicio sobre los cristianos. El odio alcanza a los cristianos decretado por Dios. Lo que aporta la salvación y hace
por el nombre de Jesús. El cristiano cree en la predica- alcanzar la vida no es una violencia arrolladura y apasiona-
ción «sobre el reino de Dios y el nombre de Jesucristo» da, ni tampoco la apostasía, sino la paciencia perseverante.
(Act 8,12). Por el hecho de ser repudiado Cristo y su «Quien va destinado a cautividad, a cautividad vaya. Quien
palabra, es también repudiado el cristiano. «Si el mundo mata a espada, a espada muera. Aquí está la constancia y
os odia, sabed que antes que a vosotros me ha odiado a la fe del pueblo santo» (Ap 13,10). Dios no permite que
mí» (Jn 15,18). Pero en la confesión del discípulo es glo- nada deje de redundar en bien de los suyos (Rom 8,28).
rificado Dios (Flp 2,11). El martirio es culto tributado a
Dios (Flp 2,17s).
d) La destrucción de Jerusalén (21,20-24).
18
Pero ni siquiera un cabello de vuestra cabeza se
perderá. 19 A fuerza de constancia poseeréis vuestras vidas. 20
Cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed
entonces que está cerca su devastación. 21 Entonces, los
Los discípulos perseguidos no están a merced de sus que estén en Judea, huyan a los montes; los que estén
perseguidores: no están abandonados a su poder y a su dentro de la ciudad, aléjense de ella; los que estén en los
arbitrio. Dios mira por la Iglesia perseguida y extiende so- campos, no entren en la ciudad; 21 que éstos son días de
bre ella su mano. También aquí se aplica lo que dice el venganza, en que ha de cumplirse todo lo que está es-
refrán: «No se perderá ni un cabello de vuestra cabeza» crito.
(ISam 14,45). Se quita a algunos la vida, pero gracias a
la providencia protectora de Dios, muchos salen ilesos de Lucas había leído en Marcos: «Cuando veáis la abo-
los casos más difíciles. Pedro es librado milagrosamente minación de la desolación, que ha sido instalada donde
de la cárcel (Act 12,6ss), y Pablo, pese a múltiples hostili- no debe..., entonces, los que estén en Judea huyan a los
dades y persecuciones, lleva adelante su imponente obra mentes» (Me 13,14). Los acontecimientos finales comenza-
misionera (Act 13ss; 2Cor 11,23-31). Cuando Esteban fue rán a realizarse cuando se instale la abominación de la
apedreado, «comenzó una gran persecución contra la igle- desolación. Fuerzas de choque enviadas por Antíoco Epí-
sia de Jerusalén, y todos se dispersaron por los lugares de fanes (175-164 a.C.) habían profanado el santuario en
Judea y de Samaría, a excepción de los apóstoles... Los Jerusalén y ocupado la ciudadela, habían suprimido el
que se habían dispersado iban por todas partes anunciando sacrificio perpetuo y habían instalado la abominación de
el Evangelio» (Act 8,1-4). la desolación (Dan 11,31), una estatua o un altar del dios
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Zeus. También antes de que se inicie el tiempo final se será esto para los cristianos la señal divina de que está
instalará donde no debe una abominación de la desola- inminente el juicio de Dios sobre ella. Ya no habrá sal-
ción. Ignoramos cuál sea tal abominación: es un enigma. vación posible, la resistencia será inútil; porque la ciudad
Quien lee, debe hacer uso de su inteligencia. Un texto será entregada a los enemigos. Los cristianos no deben
paulino trata de resolver así el problema: «Que nadie os pereoer juntamente con la ciudad, sino que deben salvarse
engañe de ninguna forma. Porque primero ha de venir la mediante la huida. El que viva en Jerusalén, que aban-
apostasía y aparecer el hombre de impiedad, el hijo de done la ciudad al acercarse las huestes. Por lo regular,
perdición, el que se rebela y se alza contra todo lo que los que viven en el campo se refugian en la ciudad forti-
lleva nombre de Dios o es objeto de culto, llegando hasta ficada; esto no sirve para nada en el caso presente, pues
sentarse en el templo de Dios, exhibiéndose a sí mismo Jerusalén ha de caer. También el campo que rodea a la
como si fuera Dios...» (2Tes 2,3s). El Apocalipsis diseña ciudad está amenazado como la ciudad misma. Lo único,
una análoga previsión escatológica en el símbolo de los que aprovecha es huir a los montes; allí hay escondrijos,
dos monstruos. La primera bestia es un poder político que barrancos y grutas inaccesibles. En este derrumbamiento
blasfema de Dios, se hace adorar y persigue a los verda- general del pueblo judío, la palabra de predicción de Jesús
deros creyentes (Ap 13,1-10). La segunda bestia es una salva a los discípulos que creen en él.
realidad religiosa: lucha contra el cordero (Cristo), realiza El tiempo de la venganza y del castigo descargará so-
milagros capciosos y seduce a los hombres para que ado- bre la ciudad, el tiempo de gracia habrá pasado. Los in-
ren a la primera bestia (Ap 13,11-18). Este poder es el fortunios con que los profetas habían amenazado a la
«Anticristo» (cf. Un 2,22). ciudad, se cumplirán entonces 53 . Para la Sagrada Escri-
También Lucas, que separa la destrucción de Jerusalén tura, la ruina de Jerusalén no es sólo acontecimiento polí-
y el acontecimiento del final de los tiempos, trata de escru- tico, sino juicio y castigo de Dios.
tar la enigmática abominación de la desolación y la inter-
23
preta basándose en los hechos históricos. El ejército roma- ¡Ay de las que estén encinta y de las que estén crian-
no que asedia a Jerusalén es la abominación que lleva a do en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad
la desolación. Es posible que esto no reproduzca de forma sobre la tierra, y la ira pesará sobre este pueblo. 24 Caerán
exhaustiva la misteriosa expresión de Marcos; el Apoca- al jilo de la espada y serán llevados cautivos a todas las
lipsis de Juan abre otra perspectiva en sentido del poderío naciones; Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta
romano sobre el mundo entero y de sus emperadores, que que los tiempos de los gentiles se cumplan.
se ponen en lugar de Dios. La lucha de las dos bestias
contra el Cordero se refiere también con palabras veladas Gran calamidad descarga sobre la ciudad, se ejecuta el
a la situación en que se hallaba la Iglesia de Juan, que, castigo de Dios sobre el pueblo de esta tierra. Lo que
perseguida por el imperio romano, estaba sujeta a duro por lo regular se recibe con placer, es ahora amargo infor-
combate.
Cuando el ejército romano cerque la ciudad (19,43s) 53. IRe 9,6-8; Miq 3,12; cf. Dan 9,26.
200 201
tunio. Las madres que estén embarazadas o criando, ex- nos ha sido dada para consuelo, advertencia y amones-
perimentan aflicción y desamparo. Con la imagen de las tación (ICor 10,11).
mujeres embarazadas y lactantes pinta Jesús los apuros La duración del tiempo en que Jerusalén está entregada
del juicio de Dios que va a descargar, pero también el en manos de los gentiles, es determinado y limitado por
dolor que él mismo sufre por esta ciudad (19,42ss). Ni Dios. Cuando se cumplan los tiempos de los gentiles, ven-
siquiera como profeta de infortunio es Jesús un celador drá el juicio final y la plena soberanía de Dios. Entre la
fanático que haya perdido todo sentimiento y compasión destrucción de Jerusalén y la venida del Hijo del hombre
con los que perecen, sino hermano de las víctimas, que al final de los tiempos, se insertan los tiempos de las na-
con obediencia se somete al designio y a la palabra de ciones gentiles. El curso de la historia muestra que durante
Dios. este tiempo van entrando en la Iglesia las naciones gen-
Lo profetizado por Jesús se verifica en la guerra ju- tiles. Los tiempos en que Jerusalén es pisoteada por las
día (66-70 d.C). La predicción es interpretada a base de naciones gentiles son también los tiempos en que Dios
los acontecimientos históricos y se reproduce completada. ofrece a los gentiles la salvación que había prometido a
Confirma su cumplimiento el historiador de la guerra ju- Israel.
día, Flavio Josefo. Según sus cifras, no exentas totalmente Pablo, en su calidad de elegido que tiene especial pe-
de exageración, se dio muerte a 1 100000 judíos, 97 000 netración en el proceso histórico de la salvación de Dios
fusron llevados cautivos, la ciudad fue devastada, el tem- y en la finalidad de Dios en la historia, escribe: «No
plo incendiado, el país ocupado por los conquistadores. quiero, hermanos, para que no presumáis de vosotros mis-
Cuando Lucas escribe su Evangelio, todavía dura la ocu- mos, que ignoréis este misterio: que el encanecimiento ha
pación. Jerusalén es pisoteada por los pueblos gentiles. sobrevenido a Israel parcialmente, hasta que la totalidad
Las palabras de la predicción enlazan con los tér- de los gentiles haya entrado. Y entonces todo Israel será
minos proféticos. Los habitantes de Jerusalén caerán al salvo» (Rom ll,25s). A esta esperanza parece que aluden
filo de la espada, palabras que son un eco de Jeremías: también las palabras: Jerusalén será pisoteada hasta que
«Cabrán ante la espada del enemigo... entregaré a todo se cumplan los tiempos de los gentiles (cf. 13,35). La
Judá en manos del rey de Babilonia, adonde los llevará fidelidad de Dios se mantiene en vigor aun por encima de
cautivos y los hará morir a espada» (Jer 20,4). Jerusalén la reprobación.
es pisoteada por las naciones gentiles, como había dicho
Daniel: «¿Hasta cuándo va a durar esta visión de la su-
presión del sacrificio perpetuo, de la asoladora prevari- 2. LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE (21,25-28).
cación y de la profanación del santuario?» (Dan 8,13). La
palabra del profeta, la caída de Jerusalén en manos de los a) Señales en el universo (21,25-26).
babilonios preparan su caída definitiva. Se ha agotado la
25
longanimidad de Dios. Ahora se cumple lo que se había Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estre-
amenazado en la parábola de los viñadores. La Escritura llas. Y en la tierra, las naciones serán presa de angustia
202 203
por los bramidos del mar y el embate de las olas, 26 y guras? El suelo se hunde bajo los pies. Los hombres se
quedarán los hombres sin diento por el miedo y la ansie- preguntan qué significa esto, de qué es señal. El discípulo
dad de lo que están viendo venir sobre la tierra. Porque de Cristo conoce el significado de estos acontecimientos
el mundo de los astros se desquiciará. por la palabra de Cristo. Son señales del que ha de venir.
El horizonte de las palabras se extiende al mundo entero.
De las predicciones, cuyo cumplimiento se ha experi- La humanidad está dividida en dos grandes campos: el
mentado ya, pasa el discurso a los acontecimientos del uno — los «hombres» — se consume de pánico, el otro
tiempo final, que todavía están pendientes de realización. — los discípulos— afronta esta hora con gozosa expecta-
Se distingue claramente la ruina de Jerusalén y el tiempo tiva. Sin Cristo, ansiedad; con Cristo, esperanza inque-
final. Pero no se dice nada acerca de lo que han de durar brantable.
los tiempos de los gentiles. Las señales se presentan en palabras que tienen una
El tiempo final se anuncia con grandes acontecimientos antigua tradición; en una predicción sobre la ruina de Ba-
cósmicos. Antes de que venga el Hijo del hombre, se pro- bilonia se dice: «Ved que se acerca el día de Yahveh,
ducirá un trastorno en el universo. Se verán sacudidos sus implacable, cólera y furor ardiente, para hacer de la tie-
tres grandes ámbitos, conforme a la idea de la época, que rra un desierto y exterminar a los pecadores. Las estrellas
concebía el mundo dividido en tres pisos. En el firma- del cielo y sus luceros no darán su luz, el sol se oscurecerá
mento se producen signos en el sol, en la luna y en las en naciendo, y la luna no hará brillar su luz» (Is 13,9s).
estrellas. Como se ve, Lucas no tiene gran interés en des- En la sentencia pronunciada sobre Edom dice el mismo
cribir detalladamente estas señales, como lo hace Marcos: profeta: «La milicia de los cielos se disuelve, se enrollan
el sol se oscurecerá, la luna no dará ya luz, las estrellas los cielos como se enrolla un libro, y todo su ejército cae
caerán del cielo (Me 13,24). En la tierra se verán las gen- como caen las hojas de la vid, como caen las hojas de la
tes presa de angustia y de desconcierto. El mar, sujeto higuera. La espada de Yahveh se embriaga en los cielos
por el poder de Dios (Job 38,10s), quedará abandonado y va a caer sobre Edom, sobre el pueblo que ha destinado
a sus impulsos caóticos. Según la concepción de la antigüe- al exterminio» (Is 34,4s). Y en un oráculo de infortunio
dad, el universo es tenido a raya, ordenado y dirigido por sobre Egipto se dice: «Al apagar tu luz velaré los cielos y
potencias espirituales que tienen su morada en el espacio oscureceré las estrellas. Cubriré de nubes el sol, y la luna
celeste. Las potencias del cielo se verán sacudidas, por no resplandecerá; todos los astros que brillan en los cie-
ello irrumpirá el caos sobre el universo. los se vestirán de luto por ti, y se extenderán las tinieblas
Las naciones, los paganos, los hombres serán presa de sobre la tierra» (Ez 32,7s). La intervención punitiva de
angustia, quedarán sin aliento y desconcertados por el mie- Dios en la historia de las ciudades y de las naciones se
do y la ansiedad. «Cuando el pánico se apodere de los encuadra en el marco de grandes trastornos cósmicos. És-
habitantes de la tierra, ss hallarán en muchos apuros, en tos parecen ser únicamente una representación figurada
enormes aflicciones» (ApBar 25,3). ¿En qué podrá uno del poder y de la grandeza de Dios que viene a juzgar.
todavía apoyarse cuando se tambaleen las leyes más se- Tiembla el universo cuando se levanta Dios y visita" la tie-
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rra. El sacudimiento del universo a la venida del Hijo del lidad de su manifestación terrena, sino en la grandeza y
hombre sirve seguramente sólo para la representación del gloria de su exaltación. Pero ¿quién podrá hablar de ella
Hijo del hombre, al que Dios ha dado todo poder en el en forma adecuada?
cielo y sobre la tierra. Cuando en su venida atraviese los
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espacios del universo, temblarán los poderes del cielo Cuando comience a suceder todo esto, tened ánimo
de respeto • y sobrecogimiento. Pero las predicciones son y levantad la cabeza, porque vuestra liberación se acerca.
oscuras hasta que se cumplen. ¿Quién se aventurará a
darles una interpretación definitiva? La Iglesia marcha encorvada como un hombre que tie-
ne que llevar una carga pesada. Va como con la cabeza
baja, como un hombre que se ve odiado, perseguido y sin
b) Aparece el Hijo del hombre (21,27-28). honra. Cuando se inicie lo que preparará los acontecimien-
tos finales, entonces podrán tener ánimo los creyentes. Lo
27 que para los otros es amenaza de destrucción, para ellos
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube
con poderío y majestad. significa exaltación. Sólo entonces, cuando aparezca el
Hijo del hombre, cesará la Iglesia de ser una Iglesia opri-
El Hijo del hombre se hará visible. Se le podrá con- mida, tentada, encorvada.
templar con los ojos. Nadie podrá sustraerse a este aconte- La liberación se acerca cuando aparece el Hijo del hom-
cimiento. Además, todos los que lo vean estarán seguros bre glorificado. Cesan la persecución y los peligros. Se ve
de que es él. cumplida la esperanza antes ridiculizada y escarnecida. La
La manifestación del Hijo del hombre se pinta con Iglesia sufriente se convierte en Iglesia exultante. Lo que
imágenes procedentes de la tradición: «Vi venir en las cantó el padre del Bautista cuando se acercaba el tiempo
nubes del cielo a un como hijo de hombre, que se llegó de salvación, puede cantarse ahora como realizado: «Ben-
al anciano de muchos días y fue presentado a éste. Fuele dito el Señor Dios de Israel, porque ha venido a ver a su
dado el señorío, la gloria y el imperio, y todos los pueblos, pueblo y a traerle el rescate» (1,68).
naciones y lenguas le sirvieron, y su dominio es dominio La venida del Hijo del hombre es el día de la recolec-
eterno que no acabará nunca, y su imperio, imperio que ción para la Iglesia. Según Marcos, el Hijo del hombre
nunca desaparecerá» (Dan 7,13s). El Hijo del hombre vie- enviará a los ángeles para que reúnan a sus escogidos des-
ne sobre una nube; la nube es el carro de Dios. Dios mis- de los cuatro vientos (Me 13,27). De ello no dice nada
mo se manifiesta con poderío y majestad. El Hijo del Lucas. El tiempo de la Iglesia entre la ascensión y la se-
hombre tiene participación en el señorío de Dios. Las gunda venida era tiempo de misión, tiempo de recogida de
imágenes transmitidas por tradición tienen por objeto re- los pueblos; ahora es el tiempo en el que la Iglesia reuni-
presentar la majestad divina de Cristo. Todas las imágenes da recibe su forma plena y su liberación definitiva.
son sencillamente un débil balbuceo en comparación con
lo inefable de su grandeza. Jesús no viene ya en la debi-
206 207
32
Os aseguro que no. pasará esta generación sin que
3. ACTITUDES ESCATOLÓGICAS (21,29-36). todo suceda. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis pa-
labras jamás pasarán.
a) No dejarse desorientar (21,29-33).
Por mucho que se extienda el período que va de la
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Y les propuso una parábola: Fijaos en la higuera y ascensión a la venida de Jesús, esta generación, el género
en los demás árboles: 30 cuando veis que ya retoñan, os humano experimentará todo lo que entraña la plena rea-
dais cuenta de que ya está cerca el verano. 31 Igualmente lización del plan divino, la manifestación del Hijo del
vosotros también, cuando veáis que suceden estas cosas, hombre, la plena liberación y redención y el perfecto rei-
daos cuenta de que el reina de Dios está cerca. nado de Dios. Todo se cumplirá sin género de duda. Las
palabras tan encarecidas de Jesús no pretenden fijar un
tiempo, sino asegurar el cumplimiento de su predicción.
Cuando en la última crisis del mundo venga el Hijo
Cuando se designa a todo el género humano como esta ge-
del hombre, levantarán la cabeza los creyentes. Entonces
neración, quiere con ello recordarse que es mala y que
se podrá decir con razón que el reino de Dios está cerca.
no puede sostener el juicio de Dios. Tiene necesidad de
El que ose decirlo antes, es un embustero (21,8) y no
recapacitar sobre la venida de los acontecimientos finales.
dios verdad. Entonces no harán ya falta mensajeros que
La proclamación escatológica es también en todo caso
anuncien la proximidad del reino; todos podrán reconocer-
predicación de penitencia y conversión " .
lo claramente por su mismo acercamiento. Una breve pará-
bola ilustra esta idea. Cuando la higuera y los demás A veces podría parecer que las promesas de Dios son
árboles retoñan, nota cualquiera que ha pasado eí invierno meras palabras de consuelo. En todo tiempo se han que-
y se acerca el verano. En Palestina no hay primavera: el jado los creyentes de que Dios hace esperar su ayuda.
verano sucede al invierno. Nadie que esté en sus cabales ¿No habrá que decir lo mismo de esta promesa, la mayor
tiene necesidad del testimonio de nadie para ver que se de todas? Se hace duro perseverar con paciencia cuando la
acerca el verano cuando retoñan los árboles. espera no tiene fin. Centra toda apariencia de inseguridad,
La aparición del Hijo del hombre, la liberación y el de cosa poco de fiar, está la seguridad de las palabras de
reino de Dios están entrelazados entre sí. «Después, será promesa de Jesús. El universo, que parece imperecedero,
el final: cuando (Cristo) entregue el reino a Dios Padre, parecerá, todo pasará; las palabras de Jesús conservan su
y destruya todo principado y toda potestad y poder (con- vigencia. Vienen los acontecimientos finales. Éstos ilumi-
trario a Dios). Porque él tiene que reinar, hasta que ponga nan nuestra vida presente. Es indiferente cuándo han de
a todos los enemigos bajo sus pies... En efecto: Todas las venir, pero no lo es el hecho de que han de venir.
cosas las sometió bajo sus pies... Y cuando se le hayan 54. «Esta generación» lleva con frecuencia atributos peyorativos: adúltera
sometido todas las cosas, entonces también se someterá el (Me 8,38), perversa (Mt 12,45; Le 11,29), perversa y adúltera (Mt 12,39;
16,4), incrédula y pervertida (Mt 17,17), incrédula (Le 9,41); «esta geno-
mismo Hijo al que se lo sometió todo; para que Dios lo ración... implica siempre un sentido accesorio de condenación»: Theaogisches
sea todo en todos» (ICor 15,24-28). Worterbuch I, 661 (BÜCHSEL).
208 209
NT, Le I I , 14
habitantes de la tierra. Las descripciones pormenorizadas
despiertan la atención. Con tales palabras anuncia el pro-
b) Vigilancia y sobriedad (21,34-36). feta Jeremías la universalidad del juicio: «Si yo, al desatar
el mal, he comenzado por la ciudad en que se invoca mi
34
Tened cuidado de vosotros mismos, no sea que vues- nombre, ¿ibais a quedar vosotros impunes? No quedaréis,
tro corazón se embote por la crápula, la embriaguez y las no, puesto que llamaré a la espada contra todos los mora-
preocupaciones de la vida, y caiga de improviso sobre dores de la tierra» (Jer 25,29). El cristiano no puede
vosotros aquel día 35 como un lazo; pues ha de llegar para decir: Yo soy discípulo de Cristo, ese día no puede per-
todos los habitantes de la faz de la tierra. judicarme. El juicio ejecutado sobre Jerusalén nos ad-
vierte del juicio final y nos pone en guardia.
El Hijo del hombre ha de venir, aunque su venida no
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sea próxima y aunque se difiera el tiempo en que ha de Velad, pues, orando en todo tiempo, para que logréis
venir. No se puede hacer como el criado infiel que decía escapar de todas estas cosas que han de sobrevenir, y para
para sí: «Mi señor está tardando en llegar» (12,45). Ven- comparecer seguros ante el Hijo del hombre.
drá de improviso, rápida e inesperadamente, como un
lazo en el que cae un pájaro desprevenido y demasiado El Hijo del hombre ha de venir con toda seguridad.
confiado. Es necesario tener cuidado. Aquel día en que Cuando venga pedirá cuentas a los criados fieles y a los
vendrá el Señor, es día de juicio (17,31). En él se decide el infieles (12,41-48), a los que negociaron con las minas que
destino final. Ese día es a la vez día de liberación y día les habían sido confiadas y las multiplicaron, y a los que,
de condenación. Hay que estar prevenidos. inactivos, las guardaron sin hacerlas fructificar (19,12-27).
La crápula y la embriaguez embotan el corazón del El cristiano debe velar a fin de estar preparado para la
hombre, distrayéndolo de los acontecimientos venideros; llegada del Señor. El Hijo del hombre ha de venir, pero
la excesiva preocupación por comer y beber enturbia la nadie sabe el día ni la hora en que vendrá. «Velad, pues,
vista para no ver lo que nos aguarda. El corazón, del porque no sabéis en qué día va a llegar vuestro Señor»
que provienen las decisiones morales y religiosas, tiene que (Mt 24,42). El discípulo que tiene presentes los decisivos
mantenerse disponible para los acontecimientos finales. El acontecimientos finales, no puede adormecerse. Su vida
que sólo se interesa por la vida terrena y sus placeres, no debe estar caracterizada por la vigilancia en espera del
tiene espacio ni voluntad para pensar en «aquel día». «La Señor y por la prontitud para recibirlo. La exhortación a
noche está muy avanzada, el día se acerca. Despojémonos, estar prontos y en vela brota de lo más original, caracte-
pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de las rístico y decisivo del mensaje de Jesús.
armas de la luz. Como en pleno día, caminemos con de- A la vigilancia se asocia la oración. El que ora, está
cencia: no en orgías y borracheras; no en fornicaciones ni en vela para Dios, y el que esa en vela religiosamente, ora.
lujurias; no en discordias ni envidias» (Rom 13,12s). «Orad en toda ocasión en el Espíritu, y velad unánime-
El día del juicio viene para todos. Alcanza a todos los mente con toda constancia» (Ef 6,18). En todo tiempo es
210 211
necesario orar, pues nadie conoce el día y la hora 55 en que
vendrá el Señor. La Iglesia primitiva asoció la vigilancia
y la oración con la celebración del banquete eucarístico: V. ÚLTIMAS ACTIVIDADES DE JESÚS (21,37-38)
«Perseverad en la oración, velando en ella en la acción de
gracias» (Col 4,2). En esta exhortación están reunidas las 37
Así pues, durante el día enseñaba en el templo; pero
tres cosas: oración, vigilancia, banquete eucarístico. En salía a pasar las noches al aire libre, en el monte llamado
estas vigilias del culto cristiano se realiza la vigilancia cris-
de los Olivos. 38 Y todo el pueblo madrugaba para acudir
tiana y se imita lo que Cristo mismo hizo cuando celebró
a él y escucharlo en el templo.
la noche pascual (22,15).
Cristo viene como juez. ¿Podremos escapar de todas La actividad de Jesús en Jerusalén está enmarcada en
estas cosas que han de sobrevenir? ¿Podremos librarnos dos relatos parecidos (cf. 19,47s). Jesús lleva a término
de la existencia condenatoria? ¿Podremos comparecer se- lo que ha comenzado. Nada podía retraerle de su activi-
guros ante el Hijo del hombre? ¿Lograremos hallar en él dad. Todos los días estaba enseñando en el templo. Su
un abogado. Mediante la vigilancia y la oración podremos actividad consistía en enseñar. Jesús desplegaba una acti-
afrontar el inminente juicio y comparecer seguros ante vidad infatigable. Con su enseñanza hace del templo la
el juez.
sede del Dios salvador en medio de su pueblo.
Termina el último discurso que pronunció Jesús ante Las noches las pasaba Jesús fuera de la ciudad, en el
el pueblo en el templo. Las últimas palabras son: el Hijo monte de los Olivos. En lugar de esto se dijo anteriormen-
del hombre. Se dirige a su pasión, pero volverá en calidad te: «Los sumos sacerdotes, los escribas y los principales
de Hijo del hombre. En las últimas palabras que pronuncie del pueblo intentaban acabar con él» (19,47). Jesús per-
delante del sanedrín dirá: «Pero desde ahora, el Hijo del nocta fuera de la ciudad para escapar de sus enemigos.
hombre estará sentado a la diestra del Poder de Dios» Su acción se lleva a cabo en contradicción con los pode-
(22,69). La venida de Jesús como Hijo del hombre, al que rosos y ante el apremio de las tinieblas. Todavía no ha
Dios ha transmitido todo poder, es señal de que su rei- llegado la hora en que Jesús, conforme a la voluntad de
vindicación era justa, su mensaje verdadero, de que están su Padre, ha de ser entregado a estos poderes.
garantizadas sus promesas y sus amenazas. El camino va El pueblo está de parte de Jesús. Todo el pueblo.
del pueblo en el templo y de sus adversarios en el sanedrín Nuevamente aparece éste como pueblo de Dios. En él se
a la pasión y a la muerte, pero ésta conduce a la gloria del delinea la futura Iglesia. «Todo el pueblo estaba pendien-
Hijo del hombre. El hijo del hombre tiene la última pa- te de sus labios» (19,48). Por la mañana temprano acudía
labra. ya a él — y lo hacía con alegría y perseverancia— para
55. Orar en todo tiempo: 18,1; 24,53; cf. Rom l,9s; ICor 1,4; Ef 5,20; escucharlo. El nuevo pueblo de Dios tiene su centro en
FIp l,3s; Col 1,3; 4,12; lTes l,2s; 2Tes 1,3.11; 2,13; Flm 4; Heb 7,25; Jesús; pende de él, se deja guiar por su enseñanza, junto
orar sin interrupción; lTes 5,17; cf. ITes 2,13; 2Tim 1,3; no ceso de orar:
Ef 1,16; Col 1,9; noche y día: lTes 3,10; ITim 5,5; 2Tim 1,3; cf. Le 2,37; a él se reúne y escucha su palabra. Todo esto, pese a la
18,7; Ap 4,8; 7,15. hostilidad de los poderosos contra Jesús...
212 213
los tabernáculos, una de las tres fiestas en que se peregri-
naba a Jerusalén, un punto culminante del año. Recuerda
el éxodo de Egipto, el máximo acontecimiento de la his-
toria de Israel. En aquella ocasión hirió Dios a Egipto y
Parte quinta perdonó a su pueblo (Éx 12,26s). El recuerdo de la libe-
ración de Egipto mantuvo viva la esperanza de la libera-
POR LA PASIÓN A LA GLORIA ción futura. Por ello, fue frecuente que con motivo de la
22,1-24,53 celebración de la pascua estallaran movimientos políticos
(13,lss) o se encendieran pasiones religiosas. Se aguardaba
del Mesías la futura liberación; se creía que él vendría en
una noche de pascua. En las etapas más importantes de
La situación de la Iglesia en el mundo está marcada por la
persecución. ¿Cómo es posible soportarla hasta el fin? En virtud la historia de Israel se hacía el pueblo cargo del sentido
del camino de Jesús hacia la gloria a través de la pasión y la de esta fiesta, de la liberación y del éxodo, que se actua-
muerte. Jesús está presente en la Iglesia en el nuevo banquete pas- lizaba en la celebración anual de la pascua: en el tiempo
cual, que él mismo lo dejó como legado, como memorial (22,1-38). de permanencia en el Sinaí (Núm 9) y de la marcha hacia
Ante los tribunales delante de judíos y gentiles, en su camino
doloroso y en su muerte, Jesús es para la Iglesia modelo en el Canaán (Jos 5); en tiempos de la reforma de Ezequías,
martirio (cap. 23), y está junto a ella como resucitado y glorificado hacia el 716 (2Cró 30) y de Josías, hacia el 622 (2Re 23,
(cap. 24). 21 ss); cuando la reconstrucción después de la cautividad
de Babilonia, hacia el 515 (Esd 6,19-22). El retorno de la
cautividad está descrito como un nuevo éxodo en la se-
I. CENA PASCUAL (22,1-38). gunda parte del libro de Isaías (cf. Is 63,7-64,11), y la
reunión de los dispersos (Is 49,6) se considera como obra
del Siervo de Yahveh (Is 53,7), que, juntamente con el
1. LA GRAN HORA SE ACERCA (22,1-13). cordero pascual serviría de representación anticipada del
Mesías que había de venir. Ahora se encamina la historia
a) Traición de Judas (22,1-6). de la salvación hacia su máximo acontecimiento.
Los acontecimientos que comienza a narrar el evange-
1
Acercábase la fiesta de los ázimos, llamada pascua. lista dan nuevo contenido y nuevo sentido a la antigua
fiesta de la pascua. Comienza un nuevo éxodo del país
La fiesta de los ázimos — panes sin levadura —, llama- de la esclavitud y una nueva entrada en la tierra prometi-
da pascua r,e, era, juntamente con pentecostés y la fiesta de da. Cristo mismo es el nuevo Cordero pascual (ICor 5,7).
56. Ei Antiguo Testamento distingue entre la pascua (celebración de la mera y duraba una semana; en el judaismo tardío, en el habla popular se
I-ascua), qre tenía lugar la noche del 14 al 15 de nisán (marz^/abril), y la fiesta designaron ambas fiestas juntamente como fiesta de pascua, designación predo-
de los í'zinios (Lev 23.5s; Nt'mt 28,16s), que seguía inmediatamente a la pri- minante también en el Nuevo Testamento (22,1; Mt 26,2, etc.).
214 215
Los bautizados se asemejan al pueblo de Dios redimido cribas. Se ha decidido acabar con Jesús. Lo que impide
por la sangre del Cordero inmaculado y sin tacha y que, eliminarlo por la fuerza es el pueblo, que desde el día de
haldas en cinta, se dispone a emprender la marcha. Vuelve la entrada de Jesús en Jerusalén ha dado a conocer cada
a instituirse la cena pascual bajo la forma de cena eu- vez más su simpatía por él. La tentativa de introducir una
carística, que apunta al banquete escatológico. Ha llegado cuña entre Jesús y el pueblo no ha dado resultado. Hay
la plenitud de los tiempos. que deliberar para ver cómo se puede acabar con Jesús
Desde la era apostólica celebra la Iglesia cada año una sin inquietar al pueblo.
pascua cristiana. La celebración pascual de la Iglesia pri- Desde el comienzo de la actividad de Jesús el pueblo,
mitiva comenzaba al mismo tiempo que la judía. El judais- hambriento de salvación, se adhiere a su mensaje (6,17),
mo había aguardado ya la venida del Mesías en la noche escucha todas sus palabras (7,1), reconoce que Jesús es un
de pascua; en la pascua cristiana primitiva ocupaba com- gran profeta y que por medio de él ha visitado Dios mi-
pletamente el centro la parusía o segunda venida de Cristo. sericordiosamente a su pueblo (7,16), y alaba a Dios cuan-
La cena pascual judía fue reemplazada por la vigilia pas- do Jesús cura al ciego (18,43). Incluso cuando los hom-
cual; se ayunaba, se leía el relato del éxodo (Éx 12) y se bres dirigentes de Israel se pronunciaron contra Jesús,
interpretaba el Cordero pascual en sentido de Cristo. Al siguió el pueblo mostrándole su adhesión y escuchándolo
canto del gallo se celebraba la sagrada Cena, que unía (19,49). El comportamiento del pueblo es tal, que los sane-
con el Señor. La muerte y la resurrección abarcan el en- dritas no pueden en modo alguno atentar abiertamente con-
tero misterio de la redención. La solemnidad pascual era tra Jesús. Temen al pueblo y los espanta p;nsar que en
sin duda la forma intensificada y solemne de la celebra- una explosión de furia pueda apedrearlos si se permiten
ción eucarística, que daba su nota al día del Señor, el discutir la misión divina del Bautista (20,6). El pueblo ha
domingo. El domingo es una pequeña fiesta pascual... El comprendido la acción de Jesús. Por eso es tanto más
relato de la pasión y de la resurrección hace remontar al terrible que sus pastores le quiten a su verdadero pastor
origen de la solemnidad cristiana del domingo y de pas- y salvador (Mt 9,36).
cua. La manera cómo está escrito este relato está influida
por la celebración pascual de los cristianos. «Acercá- 3
Entonces Satán entró en Judas, el que se llamaba is-
base la fiesta de los ázimos, llamada pascua»: esta frase cariote, que era del número de los doce. 4 Éste fue a tratar
proyecta luz sobre todo lo que se va a narrar; a esta luz con los sumos sacerdotes y los oficiales de la guardia acer-
debe también entenderse todo. ca de cómo podría entregárselo. 5 Ellos se alegraron y
convinieron en darle dinero. 6 Él aceptó, y andaba bus-
2
Los sumos sacerdotes andaban buscando de qué mcfr cando una ocasión oportuna para entregárselo a escondi-
ñera podrían eliminarlo, porque tenían miedo al pueblo. das del pueblo.
Comienza el drama de la muerte de Jesús. Las fuerzas Después de la tentación en el desierto, el demonio se
que traman su muerte son los sumos sacerdotes y los es- retiró de Jesús durante el tiempo que había sido fijado
216 217
por Dios (4,13). Ahora ha pasado ese tiempo en que Satán a Jesús sin temer ya al pueblo. Se alegraron. Cuando nació
estaba atado, y de nuevo se le ha dado poder. La pasión Jesús se oyeron estas palabras: «Os traigo una buena no-
está bajo la influencia de Satán. El instrumento de éste es ticia que será de grande alegría para todo el pueblo. Hoy...
Judas, el hombre de Cariot; por su procedencia se lo dis- os ha nacido un salvador» (2,1 Os). Cuando va a realizarse
tingue de su homónimo, el apóstol Judas, por sobrenombre el plan de acabar con Jesús se dice: Se alegraron. La
Tadeo (Lebeo). alegría de Dios no es la de los hombres.
Judas era del número de los doce (6-16); uno de los Se concluye un pacto con Judas. Convinieron en darle
íntimos de Jesús, que estaba al corriente de su vida, era dinero. Judas entrega a Jesús, a cambio recibe dinero. La
utilizable para los planes de sus adversarios; uno del es- avidez de dinero hace a Judas accesible a la traición (Jn
trecho círculo de Jesús, al que él había elegido (un enig- 12,6) y lo lleva hasta la vileza de hacer de la traición un
ma); uno que contaba entre los patriarcas del nuevo pue- negocio. «La raíz de todos los males es la afición al dine-
blo de Dios, que había sido elegido después que Jesús ro, y, por el afán de conseguirlo, algunos se desviaron de
había pasado una noche entera en oración (6,13): un es- la fe y se vieron sumergidos en muchas preocupaciones
cándalo para la fe. Lucas se explica este misterio por la angustiosas» (ITim 6,10).
intervención de Satán, seductor de los hombres y rival El traidor, al servicio de los que le han dado el en-
de Dios 57 . cargo, pone manos a la obra con fría deliberación. Andaba
Los que negocian con Judas son los sumos sacerdotes y buscando una ocasión oportuna. Judas está bajo el influjo
los oficiales que tienen a sus órdenes la guardia del tem- de Satán, pero obra con deliberación y autonomía. Pro-
plo. Desde que Jesús había entrado en el templo y lo había yecta el comienzo de la historia de la pasión de Jesús y
limpiado de traficantes indignos, se le habían enemistado de la Iglesia. Su divisa es entregarlo. Judas entrega a Je-
los príncipes de los sacerdotes y se habían convertido en sús a las autoridades judías (22,4.6.21s.48), el sanedrín lo
sus adversarios los que ejercían la suprema autoridad entrega a Pilato (24,20; cf. 18,32), Pilato lo entrega a la
entre los judíos. Los sumos sacerdotes y los jefes de la masa de los judíos (23,25). Es entregado a los soldados
guardia del templo serán también los que dirijan la lucha para ser ajusticiado (Me 15,15). Como Jesús, también sus
contra la Iglesia naciente en Jerusalén (Act 4,1-5,24). discípulos son entregados a los tribunales por sus más
¿Cómo se puede entregar a Jesús a las autoridades allegados (21,12). Pablo es entregado a los gentiles (Act
judías a espaldas de las masas? La solución de este proble- 21,11; 28,17). En la palabra está registrada la historia
ma forma la materia de las negociaciones. Con la oferta de la pasión y su interpretación. Jesús fue entregado por
de Judas queda resuelto el problema, se pone fin a la per- nuestros pecados (Rom 4,25). La entrega no es sólo ac-
plejidad, se puede ejecutar la resolución de dar muerte ción de hombres, sino, en último término, obra del Dios,
que proyecta y procura la salvación. En la pasión de
57. La investigación de les moíivos humanos no va más allá de conjeturas. Cristo, que es obra de hombres, tras la que se ocultan los
¿Era un zelota (kariot = sicario) que quería forzar a Jesús a obrar? ¿Lo manejos de Satán, se realiza el designio salvador de Dios.
traicionó por desilusión y exasperación al ver que no realizaba las esperanzas
mesiánicas políticas? ¿Lo atrajo únicamente el dinero (Jn 12,6)?
218 219
Jesús toma la iniciativa (no así en Me 14,12) y envía
b) Preparación de la cena (22,7-13). a dos discípulos para que preparen todo lo necesario para
la cena pascual. Con autoridad mesiánica hace él posible
7
Llegó el día de tos ázimos, en que había que sacrifi- esta cena y la organiza. También dará nuevo contenido a
car el cordero pascual. 8 Envió a Pedro y a Juan, dicien- la pascua del Antiguo Testamento. Los dos apóstoles en-
do: Id a prepararnos la pascua, para que la comamos. viados por Jesús son Pedro y Juan. Éstos desplegarán la
' Ellos le preguntaron: ¿Dónde quieres que la preparemos? más intensa actividad después de pentecostés M . Tienen un
10
Él les respondió: Mirad: al entrar vosotros en la ciudad, puesto especial en les comienzos de la Iglesia, de la pro-
os encontraréis con un hombre que lleva un cántaro de clamación de la palabra y de la celebración de la cena.
aguu; seguidle hasta la cusa en que entre. n Y diréis al La cena pascual debía comerse dentro de los muros
amo de la casa: El Maestro pregunta: ¿Dónde está la sala de la ciudad. Las casas de la ciudad de Jerusalén tenían
en la que voy a comer la pascua con mis discípulos? n Él la obligación de procurar que los peregrinos que acudieran
os mostrará una gran sala en el piso de arriba, arregladla para la fiesta tuvieran a su disposición el local necesario si
ya con almohadones; preparadla allí. l} Fueron, pues, y querían celebrar allí la cena pascual. El amo de la casa
hallaron conforme les había dicho él, y prepararon la recibía en compensación la piel del cordero sacrificado.
pascua. Como el Mesías, a su entrada en Jerusalén, sabe dónde
se halla la cabalgadura que ha de montar y dispone de
día con autoridad, también ahora sabe dónde está dis-
El orden de la fiesta exigía que el primer día de la
puesta la sala para su celebración de la pascua y la redama
fiesta de la pascua se sacrificara el cordero pascual. Esto
con su autoridad. La cena pascual que se prepara está
se llevaba a cabo en el templo después del sacrificio ves-
iluminada por la autoridad de Jesús y por el conoci-
pertino (hacia las dos y media de la tarde). Al anochecer
miento que tiene de lo que ha de venir.
se comía en la solemne cena pascual. La cena de que se
habla aquí forma parte de la celebración de la pascua 58 .
cuales (Jn 19,36). Otros han dado la razón a Juan. Según ellos, los sinóp-
ticos habrían anticipado un día la fiesta de !s pascua, j.ci-que Jesús, con propia
58. Todavía se discute si Jesús celebró la cena pascual ritual o única-
autoridad, quería celebrar ya la pascua el jueves por razón de su. muerte el
mente una cena de despedida con sus discípulos. Si sólo tuviéramos los Evan-
viernes. Otros han tratado de medrar que la cena i ascual ritual pedía en
gelios sinópticos, apenas si podríamos dudar de que la cena de despedida
determinados casos celebrarse el 13, 14 ó 15 de nisán. Finalmente, basándose
de Jesús fuera la cena pascual de los judíos. En efecto, la celebró el mismo
en un calendario sacerdotal, que habría estado en uso en Qumrán, han pro-
día en que debía celebrarse la cena pascual. La celebración tuvo Jugar en
puesto algunos una solución según la cual Jesús celebraría ya la pascua el
Jerusalén, y no en Betania, donde solía pernoctar Jesús. La cena se tuvo por
martes par la noche, mientras que la mayoría de Jos judíos lo hacían el vier-
la neche, los comensales estaban recostados en almohadones. La cosa varía en
nes, siguiendo el calendario oficial. Sin embargo, también esta solución tiene
san Juan. La mañana del viernes no quisieron los judíos entrar en el pretorio
sus dificultades. En todo caso, la última cena de Jesús estuvo sumergida en
para no contaminarse y poder tedavía comer la pascua (Jn 18,28). De aquí
la atmósfera de la fiesta pascual judía. Fu? una cena solamente en memoria
resulta claro que el año de la muerte de Jesús se celebró .'a pascua la noche
de la pascua, quizá sin cordero pascual. De manera análoga celebraban la cena
del viernes, y no la del jueves. Se han hecho numerosas tentativas de resolver
pascual las gentes de Qumrán, los disidentes, los judíos de la diáspora que
esta contradicción entre los sinópticos y Juan, No faltan quienes han dado
no podían viajar a Jerusalén, y más tarde los judíos después de la destrucción
la razón a les sinópticos y han supireüto que Juan aplazó un día la cena de
del templo. Cf. J. BLINZLEK, Der Prozess Jesu, Ratisbona a1960, 78-84.
pascua por razones teológicas, porque Jesús debía morir como verdadero Cordero
59. Act 3,ls; 4,19; 8,14ss.
pascual a la hora mienta en que se inmolaban en e] templo los corderos pas-
220 221
El recinto destinado a la cena es una sala en el piso ha adoptado la forma de un banquete helenístico solemne.
de arriba, que estaba destinada a los huéspedes. Está ador- Los doce apóstoles (6,13) son los comensales de Jesús.
nada de fiesta. Los que participaban en la cena solemne En la cena pascual no debe haber menos de diez ni más
estaban recostados sobre cojines, a la manera de hombres de veinte comensales. Jesús actúa en esta comunidad como
libres, no como esclavos. En esta solemnidad se muestra el padre de familia. El señor está presente cuando se cele-
la alegría por la liberación. La sala superior con ilumina- bra la cena pascual y forma el centro de la comunidad
ción de fiesta era también en las comunidades cristianas de los comensales.
de la antigua Iglesia el espacio destinado a la celebra-
15
ción de la nueva pascua (Act 20,6s). Y les dijo: Con ardiente deseo he deseado comer
esta pascua con vosotros antes de padecer; I6 porque os
digo que ya no la voy a comer más hasta que se cumpla
2. LA CENA (22,14-20). en el reino de Dios.
Lucas nos legó un artístico díptico, en cuya doble imagen se La antigua cena pascual se esboza solamente con unos
contraponen la cena cristiana (v. 19-20) y la judía (v. 14-18). El pocos rasgos; se indica lo esencial: el cordero pascual y
cordero pascual y la copa de vino del viejo rito ceden el puesto la copa de vino. El cuadro lleva el sello de la futura ce-
al pan y a la copa del nuevo.
lebración eucarística61.
223
222
Era la haggada de pascua. En estas palabras de explicación debía actividad estaba siempre presente a sus ojos, ha llegado
por lo menos recordarse la pascua («porque Dios pasó de largo ahora. «Fuego vine a echac sobre la tierra. ¡Y cuánto
las casas de nuestros padres en Egipto»), el pan sin levadura desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo un bautismo
(«porque fueron liberados tan rápidamente, que su masa de pan no
con que he de ser bautizado. ¡Y cuánta es mi angustia
tuvo tiempo de fermentar») y las hierbas amargas («porque los
egipcios habían amargado la vida a nuestros padres en Egipto»). hasta que esto se cumpla!» (12,49s). «Yo expulso demo-
Tras estas palabras se cantaba la primera parte del hallel (Sal 113s). nios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día
Se terminaba con el himno pascual: «Al salir Israel de Egipto, tendré terminada mi obra» (13,32). Su obra no quedará
la casa de Jacob se libró de un pueblo extraño, fue Judá su terminada hasta que él haya pasado por la muerte. Con
santuario; Israel, su tierra de dominio» (Sal 114-ls). Entonces se la última cena comienza su pasión y su gloria, se sientan
bebía la segunda copa.
las bases del bautismo y del envío del Espíritu Santo.
Acto seguido se lavaban los comensales las manos y comen-
zaba la parte principal de la cena. El padre de familia tomaba Su muerte está envuelta en la claridad de pascua, de Pen-
pan sin levadura y pronunciaba sobre él la acción de gracias: tecostés y de los acontecimientos escatológicos; su muer-
«Bendito seas, Yahveh, Dios nuestro, rey del mundo, que haces te trae la salvación a los muchos. La antigua Iglesia cele-
brotar pan de la tierra.» Luego partía el pan en pedazos y lo daba bra el banquete eucarístico con profundos sentimientos
a los comensales, que lo comían con hierbas amargas y zumo de escatológicos (Act 2,46). La cena que Jesús se dispone
frutas. Después se comía el cordero pascual. Una vez terminada
la cena, pronunciaba el padre de familia sobre la tercera copa a celebrar con los suyos, los doce, que están con él, es
(«copa de bendición») la acción de gracias de la comida; en ella cena de despedida. Sus palabras remiten a la muerte pró-
se manifiesta la esperanza mesiánica: «Señor, Dios nuestro, a ti xima: «...antes de padecer». El recuerdo de esta cena de
se dirigen nuestros ojos; pues Dios eres tú, rey de misericordia despedida quedará siempre ligado a la marcha de Jesús
y gracia. El misericordioso. Su soberanía sea sobre nosotros siem- hacia la muerte.
pre y eternamente. El misericordioso. Envíenos al profeta Elias,
que nos traiga el Evangelio, ayuda y consuelo. El misericordioso. La mirada de Jesús se dirige, como siempre, al reino
Otorgúenos los días del Mesías y la vida del mundo venidero, él, de Dios. Su muerte no es su fin. El momento presente, con
que magnifica la salvación de su rey y hace gracia a su ungido, la oscuridad que cae sobre él, es situado ya a la luz del
a David y a su descendencia eternamente.» Después de beber esta futuro. El hecho de comer el cordero pascual despierta la
copa se cantaba la segunda parte del hallel (Sal 114/5-118). En
él se decía: «Prendido me habían los lazos de la muerte, habían- esperanza de la venida del Mesías y de la vida en el mun-
me sorprendido las ansiedades del sepulcro, todo era angustia y do venidero. Ahora se cumple una profecía. Primeramente
afán para mí, e invoqué el nombre de Yahveh: Salva, ¡oh Yah- se cumple en la Iglesia mediante el banquete eucarístico,
veh!, mi alma. Yahveh es misericordioso y justo; sí, nuestro Dios definitivamente se cumplirá en la participación en el reino
es piadoso. Protege Yahveh a los desvalidos: yo era un mísero de Dios, que es representado como banquete (22,30).
y él me socorrió... ¿Qué podré yo dar a Yahveh por todos los
beneficios que me ha hecho? Elevaré la copa del socorro invocando
17
el nombre de Yahveh» (Sal 116,3-6.12s). Tomó luego una copa; y recitando la acción de gra-
cias, dijo: Tomad esto y repartidlo entre vosotros; i» pQ^
La cena pascual recibe consagración y sentido. Jesús que os digo que, desde ahora, ya no beberé del producto de
la había deseado con ardiente deseo. Lo que durante su la vid hasta que llegue al reino de Dios.
225
224
NT, Le II, 15
Una vez que se ha comido el cordero pascual, se beba la Se instituye la nueva pascua. El puesto del cordero
«copa de la bendición». A ello va asociada la oración de pascual viene a ocuparlo el cuerpo de Jssús, el puesto de la
acción de gracias. Jesús da la copa a los comensales y los copa pascual llena de vino viene a ocuparlo la sangre
invita a beber. Él mismo no beba; de lo contrario, habría de Jesús. No se borran todos los vestigios de la antigua
sido superfluo invitarlos a beber. Cuando bebía el padre de pascua. Como bloques erráticos de tiempos pasados ha-
familia, era señal para que bebieran también los comen- llamos las palabras acción de gracias y después de haber
sales. Con la copa les da también gozo y bendición. cenado. Después de comer el cordero pascual utilizó Je-
También la copa de vino remite más allá de la hora sús la tercera copa, la «copa de la bendición» (ICor
presente. Jesús la beberá de nuevo. A su muerte sigue la 10,16), para su nuevo don. Las palabras sobre la acción
gloria en el reino de Dios. En la antigua Iglesia hacían de gracias están situadas al comienzo mismo del banquete
los cristianos memoria de las palabras de Jesús sobre el cucarístico, aunque habrían tenido su puesto histórico an-
cordero pascual y sobre la copa pascual cuando se reu- tes de la copa. La acción de gracias es algo así como el
nían para la cena sin la presencia corporal del Señor. título. La cena pascual, instituida en nueva forma por
Estas palabras mantenían viva la esperanza de que había de Jesús, es la gran acción de gracias de la Iglesia con Cristo,
inaugurarse el reino de Dios y de que los que esperaban la eucaristía. De todo esto resulta también claro que el
participarían en el banquete de que habla el Señor. relato de la institución de la cena eucarística no pretende
A la luz de las palabras de Jesús, pronunciadas sobre ser un relato escrupulosamente histórico de lo que enton-
la antigua pascua, la nueva comida y la nueva bebida que ces tuvo lugar en la última cena. El relato está más bien
él va a dar es regalo de despedida del Señor que va a la compuesto y configurado de tal modo que sirva de ins-
muerte, celebración conmemorativa de nueva redención, trucción y de norma para la sagrada oena de los cristianos.
comunidad de mesa con el Resucitado, promesa de nueva Lo que aquí sucede tiene su origen en Jesús (cf. ICor
comida plena y de nueva vida en el reino de Dios. 11.23)03.
226 227
El centro de la nueva pascua es Jesús. De él vienen Estas palabras aplican a los discípulos lo que aporta para
don, acción y palabra. Él toma el pan en su mano después muchos la muerte expiatoria del siervo de Yahveh. El
de haberse levantado del almohadón en que estaba re- siervo de Yahveh es un varón de dolores, familiarizado
costado, pronuncia la bendición, lo parte y lo distribuye con el sufrimiento (Is 53,3). Él lleva nuestro sufrimiento,
entre los comensales. Análogamente procede con la copa, cargó con nuestros dolores, fue herido por nuestros pe-
que contiene vino mezclado con agua. Las palabras que cados, molido por nuestras iniquidades; para nuestra sa-
pronuncia Jesús y que acompañan su acción, hacen com- lud pesa sobre él el castigo; por sus llagas nos viene la
prensible su don, lo presentan como don salvador, que curación; el Señor carga sobre él la deuda de los pecados
tiene su razón de ser en su muerte. de todos nosotros (Is 53,4-6). Jesús es el siervo de Yahveh,
El don que entrega Jesús es su cuerpo y su sangre. que se ofrece en sacrificio en expiación por los hombres ei-
El cuerpo es su cuerpo vivo, él mismo; la sangre es sede Su muerte es muerte sacrificial expiatoria.
de la vida, su vida, él mismo. El cuerpo y la sangre están La copa que da Jesús es «la nueva alianza en mi san-
representados separadamente por estos dos dones. Así gre». Contiene la sangre, con cuyo derramamiento se con-
hacen referencia a la muerte. Jesús se da a los suyos como cluye la nueva alianza. La antigua alianza, que concluyó
memorial de su muerte. «Cada vez que coméis de este pan Dios con su pueblo en el Sinaí, ha caducado, porque el
y bebéis de esta copa, estáis anunciando la muerte del Se- pueblo de Dios ha faltado a la fidelidad. El Dios fiel y
ñor, hasta que él venga» (ICor 11,26). misericordioso le prometió perdón y un nuevo orden di-
Las palabras con que dio Jesús comienzo a la cena, vino : «Vienen días en que yo haré una alianza nueva con
llenan la noche con el pensamiento de su fin violento. Los la casa de Israel y la casa de Judá; no como la alianza que
dones que imparte Jesús son su cuerpo, que es entregado, hice con sus padres, cuando tomándolos de la mano los
su sangre, que es derramada. El cuerpo es entregado, la saqué de la tierra de Egipto; ellos quebrantaron mi alian-
sangre es derramada... en la muerte. Jesús toma esta muer- za y yo los rechacé. Ésta será la alianza que yo haré con
te sobre sí por los discípulos, a los que imparte sus dones. la casa de Israel en aquellos días: Yo pondré mi ley en
El pan es partido y entregado... por vosotros. La sangre es ellos y la escribiré en su corazón, y será su Dios y ellos
derramada... por vosotros. La muerte de Jesús redunda serán mi pueblo. No tendrán ya que enseñarse unos a
en su bien, es para ellos muerte salvadora. Como el mártir otros ni exhortarse unos a otros, diciendo: Conoced a
con su muerte procura al pueblo gracia y purificación de Yahveh, sino que todos me conocerán, desde los peque-
los pecados, porque la providencia divina quiere por esta ños a los grandes; porque les perdonaré sus maldades y
muerte expiatoria salvar a Israel oprimido (4Mac 6,28s; no me acordaré más de sus pecados» (Jer 31,31-34). Con
17,22), así también Jesús, con su muerte, proporciona ex- su sangre otorga Jesús los bienes del nuevo orden divino,
piación y perdón. Su muerte es martirio expiatorio. Su
í¡4. En la función del siervo de Yahveh, que sufre en forma vicaria
sangre da expiación (Lev 17,11). por el pecado de Israel, «por muchos», vio Jesús el sentido asignado por
Por vosotros. Estas palabras van dirigidas a los discí- Dios a su muerte, tanto más que la idea de la representación vicaria y del
.mentido expiatorio de los sufrimientos del justo, era corriente desde la época
pulos, a los que se dan el cuerpo y la sangre de Jesús. de los Mácateos. Cf. 22,37; Me 8,31; 9,31; 10,33; 10,45; Mt 8,17; 12,18-21.
228 229
la anticipación de la salud de los últimos tiempos: íntima asimila ya únicamente en la fe, sino mediante la recepción
comunión con Dios, reconciliación con él, perdón de la de la comida y de la bebida en el cuerpo. Por muy grande
culpa. que sea la cualidad de signo del pan y del vino, no es
Con la copa de salvación se da Jesús como mediador suficiente para reproducir el sentido contenido en la eu-
de la nueva alianza. Por él, el siervo de Yahveh, que inter- caristía. «La insistencia en describir la acción de dar re-
viene expiando por muchos y da su vida, se inaugura el clama una comprensión realista.» Jesús efectúa esta ac-
nuevo orden divino: «Yo, Yahveh, te he llamado en la ción a la sombra de la cena pascual. Se come el cordero
justicia y te he tomado de la mano. Yo te he formado y pascual sacrificado. Al sacrificio sigue la comida sacrifi-
te he puesto por alianza para mi pueblo y para luz de las cial (Éx 24,11).
gentes, para abrir los ojos de los ciegos, para sacar de la A la palabra relativa al pan se añade un encargo de
cárcel a los presos, del fondo del calabozo a los que mo- repetir lo hecho: Haced esto en memoria mía. También
ran en tinieblas» (Is 42,6s). «Al tiempo de la gracia te se aplica al cáliz (ICor ll,24s). La entera acción de la
escuché, el día de la salvación vine en tu ayuda. Yo te for- cena, tal como la efectuó Jesús sobre el pan y el vino, de-
mé y te puse por alianza de mi pueblo, para restablecer ben hacerla los discípulos en memoria de él. Cuando-
la tierra y repartir las heredades devastadas. Para decir a quiera que hagan esto, estará presente Jesús, que con su
los presos: Salid; y a los que moran en tinieblas: Venid muerte pene en vigor el nuevo orden divino. También la
a la luz. En todos los caminos serán apacentados, habrá antigua cena pascual es más que mero recuerdo en el mar-
pastos en todas las laderas. No padecerán hambre ni sed, co de una fiesta familiar. En ella, la pasada acción salvífica
calor ni viento solano que los aflija. Porque los guiará el del éxodo viene a ser presencia de gracia para los que par-
que de ellos se ha compadecido y los llevará a aguas ma- ticipan en la cena; al mismo tiempo se funda en ella la
nantiales. Yo tornaré todos los montes en caminos y es- esperanza de que también tendrán participación en la fu-
tarán preparadas las vías. Vienen de lejos: éstos, del norte tura salvación. Jesús debía sentirse interesado personal-
y del poniente; aquéllos, de la tierra de Sinim. Cantad, mente en la liberación de Israel: «En cada generación está
cielos; tierra, salta de gozo; montes, que resuenen vues- el hombre obligado a considerarse como si él mismo hu-
tros cánticos, porque ha consolado Yahveh a su pueblo, biese salido de Egipto, por esto tenemos la obligación de
ha tenido compasión de sus males» (Is 49,8-13). Lo que dar gracias, de alabar, de bendecir... al que hizo estas
había anunciado Jesús en Nazaret al comienzo de su acti- maravillas a nuestros padres y a todos nosotros, al que
vidad, halla realización y acabamiento en la sagrada cena nos sacó de la esclavitud a la libertad, de la aflicción a la
(4,17-20). Lo que él anunció de palabra, se realiza en su alegría, del luto a la fiesta, de la oscuridad a la gran
cuerpo y sangre y se imparte en la cena. luz y de la opresión a la liberación, y ante él cantaremos
Jesús no se limita a expresar la fuerza salvífica de su Aleluya.» Estos sentimientos se experimentaban cuando se
muerte, sino que la da como alimento en su cuerpo y celebraba la fiesta conmemorativa de la pascua. Así pien-
sangre: «Partió el pan y lo dio a ellos.» De la misma ma- san ios discípulos de Jesús en la cena de despedida, que el
nera también la copa. El fruto de su muerte salvífica no se Señor pone a la luz de la cena pascual. La nueva pascua,
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dejada por Jesús como institución, no va en zaga a la
antigua. Su obra salvífica está presente cuando se cele- a) El traidor (22,21-23).
bra el banquete conmemorativo. El encargo de repetir
21
esta cena, dado por Jesús a los apóstoles, da a la Iglesia Sin embargo, aquí está conmigo sobre la mesa la
fuerza y vida, y la ley de su obrar. Jesús realiza la pascua, mano del que me va a entregar.
o tránsito, de la cruz a la resurrección, en su misma per-
sona; en la eucaristía hace que todos los que toman el Se interrumpe el discurso relativo al gran legado de
pan y el vino con fe, pasen cada vez más de la muerte Jesús («sin embargo»). Se va a proferir algo inesperado e
del pecado a su nueva vida. incomprensible. Uno de los que se sientan a la mesa con
Jesús va a traicionar a Jesús y entregarlo a sus enemi-
gos. Pese a esta infidelidad, el Señor no se desalienta ni
renuncia a confiar a la Iglesia su legado, en él está pre-
3. PALABRAS DE DESPEDIDA (22,21-38). sente su obra salvadora. «El Señor Jesús, la noche en que
era entregado, tomó pan...» (ICor 11,23). Así comienza
A la cena siguen palabras de despedida, compiladas con material el antiguo relato de la institución, que Pablo trae a la
de tradición. La literatura helenística, la del Antiguo Testamento memoria a la comunidad de Corinto, a fin de que no tole-
y la del antiguo judaismo transmitieron las últimas palabras de ren en la comunidad nada que no sea compatible con el
grandes hombres. Platón escribió el testamento espiritual de Só-
memorial de la muerte de Jesús.
crates como palabras de despedida. El libro del Deuteronomio
suena como un último legado de Moisés. En el libro de Tobías se La comunidad de mesa es comunidad de fidelidad y de
leen exhortaciones del viejo Tobías moribundo a su hijo. A esta amistad. David se queja de su infiel compañero de mesa:
tradición pertenecen las palabras de despedida de Jesús en los «Aun el que tenía paz conmigo, aquel a quien yo me con-
evangelios de Lucas y de Juan. fiaba y comía mi pan, alzó contra mí su calcañal» (Sal
Nos hallamos ante cuatro fragmentos cuya composición obedece
41[40]10). En las palabras de Jesús se oye como un eco
a un orden riguroso: la predicción relativa al traidor (v. 21-23),
exhortación y promesa a los discípulos (v. 24-30), la predicción de esta queja. Lo que ocurre a Jesús forma parte del de-
de la caída de Pedro (v. 31-34), y una nueva exhortación y pro- signio de Dios, que se expresa an las palabras de la Es-
mesa a los discípulos (v. 35-38). Se ha pensado en el primero critura. La comunidad de mesa con Jesús, que se realiza
y en el último de las listas de los apóstoles y también en los también en la celebración eucarística, obliga a la fidelidad
apóstoles mismos. En los doce que toman parte en la última cena
al señor de la mesa, que es Jesús. Desertar de la Iglesia
se ve la Iglesia, que se congrega para cumplir el encargo del
Señor. El pasado ideal del tiempo de Jesús ofrece también la es cometer infidelidad con el Señor y con su comunidad
norma para el futuro culto de la Iglesia. de mesa.
11
Porque el Hijo del hombre sigue su camino confor-
me a lo que está determinado; pero ¡ay de ese hombre
per quien va a ser entregado!
232 233
Jesús conoce al traidor y no se ve sorprendido por la
traición. Judas le va a entregar. Esta traición es sólo el b) Discusión por la primacía (22,24-30).
primer plano de su pasión y de su muerte. Dios es quien
24
inscribe también en la vida de Jesús esta traición perpetra- Luego surgió también una discusión sobre cuál de
da por uno que está con él y la predetermina. Ello está ellos debía ser tenido por mayor. 2S Pero él les dijo: Los
conexo con la misión del Hijo del hombre, que por su reyes de las naciones dominan sobre ellas, y los que ejercen
pasión y muerte entra en la gloria. Porque fue obediente, esta autoridad son llamados bienhechores. 26 Pero vosotros
por eso está sentado a la diestra del Poder de Dios (22,69). no habéis de ser así; al contrario, el mayor entre vos-
El designio divino no suprime la responsabilidad del otros pórtese como el menor; y el que manda, como el
traidor. ¡Ay de ese hombre! Este ¡ay! amenazador anun- que sirve.
cia la reprobación en el juicio. El Hijo del hombre es juez.
Las tentativas de disculpar a Judas no pueden sostenerse La discusión de los discípulos por la primacía tiene
ante la palabra de Jesús. La comunidad de mesa y el per- lugar en la atmósfera de la última cena, en la inminencia
tenecer a la comunidad de discípulos de Jesús no bastan de la partida del Hijo del hombre, en la perspectiva de su
para garantizar la salvación. Jesús exige decisión personal muerte salvífica. En este marco ha de enjuiciarse. Nuestra
por su palabra y por su persona (13,26s). La conmemora- vida está en el campo de luz y de fuerzas de la presencia
ción del Señor, la fidelidad y la salvación, la infidelidad y de Jesús, de su muerte salvadora y de su obra expiatoria, de
el juicio condenatorio son cosas que pueden hallarse jun- la última cena y de la cena venidera del tiempo final"'.
tas (ICor 11,23-34). La celebración eucarística nos sitúa La jerarquía en la comunidad de los discípulos de
ante decisiones personales. Jesús tiene otro sentido que la jerarquía entre los gentiles
incrédulos. El que tiene fuerza para despojar del poder,
23
Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros despoja, a fin de tener él solo el poder y hallarse así en
quién podía ser de entre ellos el que había de hacer eso. condicicnes de dominar sin restricciones. Es una ironía
el que estos dominadores se llamen todavía bienhechores.
El asombro y las preguntas de los discípulos pintan lo Les emperadores romanos desde Augusto llevaban el título
reprobable de la traición, su incomprensibilidad y el es- de «salvador y bienhechor del orbe de la tierra». El ansia
panto de los leales. Los discípulos se examinan con sus de dominar se disfraza con la máscara de amistad y bene-
preguntas. El que come de la sagrada mesa debe exami- ficencia. La conciencia descubre lo que exige el orden social.
na/ se a sí mismo. «Que cada uno se examine a sí mismo, y En el grupo de los discípulos, la categoría y la grandeza
así coma del pan y beba de la copa; porque el que come exige servicio. El mayor, el menor, el que manda, el que
y beba indignamente, come y bebe su propia condena, por sirve son designaciones que hacen referencia a la organi-
no discernir el cuerpo del Señor (distinguiéndolo de la zación de la comunidad, a la escala de dignidad, a la
comida corriente)» (ICor ll,28s). Lo santo para los santos.
65. l'f. Me 10,41-45; I.c 12,39s; 42-46.47¿.
234 235
El orden en el servicio de Dios es orden en la comuni-
«jerarquía». Jesús no proyecta una Iglesia sin distinción
dad y en la vida. La ley de servir, que afecta a cuantos
de grados, sin superiores e inferiores. El que tiene un
disponen de poder —saber, talento, bienes, influencia —
puesto elevado en la comunidad, debe saber que no es señor,
recibe de la cena eucarística vigor y obligatoriedad. Esta
sino servidor. El reino de Dios está alboreando; todos los
ley imprime su sello en la vida cristiana comunitaria: co-
criterios que se basan en medidas humanas son invertidos,
munidad de mesa, comunidad familiar, comunidad de tra-
todos los valores cambian de valor.
bajo, comunidad en el Estado, comunidad entre las nacio-
27 nes. Pablo hace esta exhortación: «Si hay, pues, algún
Porque ¿quién es mayor: el que está a la mesa o el
estímulo en Cristo, algún aliento de amor, alguna comu-
que sirve? ¿Acaso no lo es el que está a la mesa? Sin
nicación de Espíritu, algo de entrañable ternura y compa-
embargo, yo estoy entre vosotros como quien sirve.
sión (si todo esto significa algo entre vosotros), colmad
mi alegría siendo del mismo sentir, teniendo el mismo
Jesús sirve en la última cena. Como fiel administrador
amor, una sola alma, un solo sentir. No hagáis nada por
da la comida a los suyos a su debido tiempo (12,42). Él
rivalidad ni por vanagloria, sino más bien, con humildad,
mismo se da en manjar y bebida, va por los suyos a la
teniéndoos recíprocamente unos a otros por superiores; no
muerte y es «rescate por muchos» (Me 10,45). Ha prometi-
atendiendo cada uno solamente a lo suyo, sino también
do que en el banquete venidero del tiempo final se ceñirá
a lo de los otros» (Flp 2,1-5). Luego aduce un antiguo
y hará que los discípulos que aguardan vigilantes su venida,
himno de la cena, que canta cómo Jesús en la encarnación
se sienten a la mesa y les servirá (12,37). Jesús, dispensador
y en la muerte se despojó de sí mismo y asumió la con-
y Señor del banquete, es, en una extraña inversión de
dición de esclavo (Flp 2,6-11). En Cristo, el poder es
funciones, también el servidor que sirve a la mesa.
servicio.
En la Iglesia de Jerusalén hay un período, en el que
los doce atienden a la mesa de los pobres (Act 6,2). Des- 28
Vosotros sois los que constantemente habéis perma-
pués asumen este servicio de las mesas siete hombres, a
necido conmigo en mis pruebas; 29 por eso, igual que mi
los que los apóstoles les imponen las manos en un rito
Padre dispuso en favor mío de un reino, yo también dis-
acompañado de oración (6,6). Los jefes de la comunidad
pongo de él en favor vuestro, 30 a fin de que, en mi reino,
y presidentes de las mesas atienden en la comida a los
comáis y bebáis a mi mesa y estéis sentados sobre tronos,
pobres y necesitados. Es posible que en su servicio tengan
para juzgar a las doce tribus de Israel.
presente la imagen de Jesús, que cuando da de comer mi-
lagrosamente en el desierto, dice a los apóstoles: «Dadles
Jesús, en la cena de despedida, dirige un mirada retros-
vosotros de comer» (Me 6,37) y hace que ellos preparen y
pectiva a su vida. Su actividad va acompañada de incom-
repartan la comida (Me 6,39-41); que envía a Pedro y a Juan
prensión por parte de sus discípulos, de incredulidad y
para que preparen la última cena, y que habla incluso de
equívoco por parte del pueblo, de odio y persecución por
su servicio a los suyos que están sentados a la mesa. El ser-
parte de los grandes; ahora le aguarda la reprobación y la
vidor de Dios es servidor de los hombres.
237
236
condenación a muerte. Durante toda su vida había sido una Al celebrar la eucaristía ponemos la mira en la comu-
«señal... objeto de contradicción» (2,34). Moisés y Elias, nidad de mesa y en el reino venideros, pero al mismo tiempo
las dos grandes figuras dolorosas del Antiguo Testamento se nes hace presente que el reino venidero sólo se otorgará
y libertadores del pueblo de Dios, aparecen con él en la a quien, pese a los asaltos contra la fe, haya seguido fiel-
montaña de la transfiguración (9,30). Con ellos, como con mente a Cristo en la vida. La celebración de la eucaristía,
todos los hombres de Dios, comparte él la vida de prueba el seguimiento en la pasión y la participación en el reino de
en un destino de sufrimiento. ¿Por qué la causa de Dios Cristo: estas tres cosas están íntimamente enlazadas por
y su misión no se acredita con poder, sino con impotencia? el «conmigo». La sagrada cena nos une con él, la perseve-
¿Por qué se manifiesta el reino de Dios en el desvali- rancia en su destino de sufrimiento debe unirnos con él,
miento del que sufre, es perseguido y crucificado? Esto el acontecimiento del final de los tiempos nos hará partici-
escandaliza a los discípulos y es causa de la deserción del par con él en el reino de Dios. En un himno a Cristo de
pueblo. Los doce, en cambio, perseveraron y se le mantuvie- la Iglesia primitiva, que se cantaba quizá también en el
ron fieles, aunque ellos también participaron de sus pruebas. banquete eucarístico, se dice: «Si con él morimos, tam-
Después que muchos le abandonaron, preguntó Jesús a los bién con él viviremos; si resistimos, también con él reina-
doce: «¿Acaso también vosotros queréis iros? Simón remos; si de él renegamos, también él renegará de nos-
Pedro le respondió: Señor, ¿a quién vamos a ir? ¡Tú tienes otros; si le somos infieles, él sigue siendo fiel, pues no
palabras de vida eterna!» (Jn 6,67). puede renegar de sí mismo» (2Tim 2,1 ls).
El camino doloroso de Jesús remata en la gloria del
reino, que le da el Padre. Jesús conoce los designios
del Padre y sabe por la Escritura que él ha de llegar a la c) Simón Pedro (22,31-34).
gloria a través del sufrimiento (24,26), sabe que el Padre
31
le ha destinado y prometido el reino y la soberanía. A los Simón, Simón, mira que Salan os ha reclamado para
amargos días de la pasión sigue el banquete de alegría, zarandearos como al trigo; n pero yo he orudo por ti, a fin
que es imagen del reino de Dios (14,15ss); a la reprobación de que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando luego te hayas
y al aniquilamiento sigue la elevación al trono, que represen- vuelto, confirma a tus hermanos.
ta el poder real y judicial (Mt 25,31). Por haber perseverado
los apóstoles con él en sus pruebas, también ellos reciben de La palabra de Jesús es definitiva, es intangible e inalte-
él el título jurídico de participar en su gloria. El «conmigo» rable. La repetición del nombre de Pedro da fuerza y se-
determina su vida en la tierra, y también caracterizará su guridad a la palabra, por sorprendente y desconcertante
futuro. Jesús es por su muerte mediador de la alianza que sea («mira») lo que con ella se expresa. La tentación
(diaiheke), él transmite (diatithemai) el fruto de la perfecta de apostasía no perdona ni a los mismos apóstoles. ¿Quién
y acabada alianza de Dios. Los apóstoles, por haber per- podrá, pues, tenerse por seguro?
manecido adheridos fielmente al Crucificado, son comensa- Satán se presenta ante Dios como acusador de los hom-
les de Jesús en la gloria y jueces del pueblo de Dios. bres. Hace, ante Dios, las funciones de «fiscal». Acerca de
238 239
Job, al que Dios reconoce como piadoso y justo, co- le reveló que Jesús es el Mesías (Mt 16,17), así tampoco
mo temeroso de Dios y alejado del mal, dice el demonio es mantenido en la fe por poder humano, sino por el don
a Dios: «¿Acaso teme Job a Dios en balde? ¿No le has de Dios, que Jesús implora para él. Lo que Jesús pide
rodeado de un vallado protector a él, a su casa y a al Padre para Pedro no es ni más ni menos que su perseve-
todo cuanto tiene? Has bendecido el trabajo de sus manos rancia en la fe. La fe en Jesús es lo decisivo en la obra
y ha crecido así su hacienda sobre la tierra. Pero, anda, de salvación. Sobre la fe de Pedro está edificada la fe de la
extiende tu mano y tócalo en lo suyo, a ver si no te vuelve Iglesia.
la espalda» (Job 1,9-11). Satán es el adversario del amoroso El privilegio que se otorga a Simón con preferencia a
designio salvífico de Dios con Israel (Zac 3,1-5). Tampoco los otros discípulos, se le da, no para él, sino para los de-
faltará cuando Jesús quiera realizar su designio amoroso más, para los hermanos, para la fraternidad de la Iglesia
con el nuevo pueblo de Dios. El poder de Satán está ligado. (Mt 18,15-17), para los apóstoles y los fieles. Pedro ha
Tiene que pedir a Dios que le permita desplegar su poder. de confirmarse mediante la palabra de la fe —que pro-
El ataque de Satán va dirigido contra los apóstoles. cede de la fe y conduce a la fe—, cuando se vean ame-
Hay que hacer que se tambalee su fe en Jesús. Los discípu- nazados en su fe, y la cruz de Jesús, causada y explotada
los son zarandeados como trigo por el demonio. Para que satánicamente, pueda ser para ellos piedra de escándalo.
el grano sea purificado de la paja, son sacudidos de una También Pedro se desviará del camino recto y negará
parte a otra como en un cedazo, por todas partes son aco- al Señor. Necesita volverse, pues ha llegado hasta el borde
sados, presa de la mayor inquietud. Cuando descargue de la apostasía. Sólo porque la oración de Jesús es escu-
sobre Jesús la pasión y se dé a Satán poder sobre él y los chada no ha perdido la fe. La fe lo induce a «volverse», a
suyos, se verán los discípulos expuestos por todos los la- convertirse, y una vez convertido hará, amorosa y fiel-
dos a apremiantes tentaciones de apostasía. Satán aguarda mente que los hermanos vuelvan (2Sam 15,20) a la fe.
a que fallen los discípulos para poder acusarlos delante de Los jefes de las comunidades tienen el deber de confirmar
Dios. Dios no exime a los apóstoles y a la Iglesia, de las a los hermanos en la fe: «Mirad por vosotros mismos
persecuciones y tentaciones. No los saca del «mundo» y por toda la grey, en la cual el Espíritu Santo os ha
(Jn 17,15). constituido inspectores, para pastorear la Iglesia de Dios
Contra las maquinaciones del demonio está la inter- que él se adquirió con su propia sangre» (Act 20,28)oe. El
cesión de Jesús. La voluntad de Satán se estrella contra el lugar de estas exhortaciones sería preferentemente el culto
poder de su oración. Jesús es el abogado de sus discípulos. de la Iglesia primitiva. Jesús interviene en favor de la
Jesús ora sólo por Pedro, no por los demás discípulos, aun- comunidad como su sumo sacerdote y víctima, pero los
que todos se ven en el mismo peligro. Simón se ve destacado rectores de la comunidades deben considerar como un
de los doce; él es jefe y portavoz de los doce y de la co- deber la solicitud por la fe de los hermanos. Las palabras
munidad primitiva (Act 1-12), y ha de ser el apoyo de su de despedida que siguen a la última cena, son un ritual
fe. Jesús ora para que no desfallezca la fe de Pedro. Como
no fue «la carne y la sangre», el poder humano, lo que 66. Cf. ITes 4,12; 2Tim 4,2ss; Heb 13,17; IPe 5,1-4.
240 241
NT, Le I I , 16
para la celebración de la cena en la comunidad. La euca- veces su firmeza, a pesar de las palabras de Jesús; en
ristía forma parte de la estructura viva de la Iglesia. Lucas sólo una vez. Marcos habla de renegar a Jesús, Lucas
dice sólo de negar «haberme conocido». En Marcos, los
33
Díjole entonces Pedro: Señor, dispuesto estoy a ir otros discípulos se expresan en forma análoga a Pedro; Lu-
contigo incluso a la cárcel y a la muerte. lt,Pero él con- cas silencia esto. Lucas, en cambio — n o Marcos— hace
testó: Pedro, yo te digo que hoy no cantará el gallo sin decir a Pedro que está dispuesto a ir con Jesús a la cárcel y
que hayas negado por tres veces haberme conocido. a la muerte, porque en realidad lo hizo más tarde (Act
12,3ss). Es una ventaja poseer también el texto de Marcos,
Pedro no puede soportar que se ponga en tela de juicio por el que sabemos que también Pedro es muy accesible a
su fidelidad: «Cuando te hayas vuelto...» Pedro protesta la flaqueza, al pecado y a la apostasía, y que lo único que lo
su veneración por Jesús: Señor, que dispone y debe disponer sostiene es la oración de Jesús. Cuando el triunfalismo co-
de mí. Declara su resolución: Dispuesto estoy... Hace hin- noce esta realidad, deja de ser en serio triunfalismo.
capié en su fuerza y su fidelidad y quiere llegar hasta lo
último: cárcel y muerte. En sus palabras resuena la fidelidad
del amor: contigo. Pero no prestó atención a la palabra de d) Exhortación a los discípulos (22,35-38).
Jesús, según la cual sólo la oración del Señor lo retiene
35
al borde del abismo y lo salva impidiendo que se hunda. Después les dijo: Cuando os envié sin bolsa ni alfor-
La predicción de Jesús hace patente lo que será de la ja ni sandalias ¿acaso llegó a faltaros algo? Ellos respon-
fidelidad, tan encarecida, en las próximas horas del día dieron: Nada. Él les añadió: Pues ahora, el que tenga
que comienza. Pedro negará tres veces que conoce al Señor. bolsa, que la lleve consigo, y lo mismo el que tenga una
¿Dónde se quedará, pues, todo lo que ha dicho con tanto alforja, y el que no tenga espada, que venda su manto y
encarecimiento: Señor... contigo... a la muerte? Quien la compre.
exhorta en la comunidad, sólo puede hacerlo si se hace
cargo de su propia flaqueza. «Hermano, aun en el caso en Pobres y sin recursos envió Jesús a los apóstoles (10,4),
que alguno fuera sorprendido en alguna falta, vosotros pero nada les faltó. El «año de gracia» del Señor (4,19) les
los espirituales, con espíritu de mansedumbre, procurad daba abrigo, protección y amor de los hombres (8,2; 10,7);
que se levante, mirándote a ti mismo, no sea que tú tam- alegres regresaron entonces de su misión (10,17). Ahora,
bién seas tentado» (Gal 6,1). «El que crea estar seguro, en cambio, se han mudado los tiempos. Todo ha cambiado.
mire no caiga» (ICor 10,12). Ni siquiera la sagrada cena Ha pasado ya la paz bajo la protección de Dios. La exis-
nos asegura contra la infidelidad. tencia resguardada de los discípulos llega a su fin. Ellos
Pedro es el primero en el colegio apostólico. Con difi- mismos tienen que mirar por sí y protegerse. Ya n o se
cultad soportamos que sus valores humanos no respondan abren puertas hospitalarias. Los discípulos y su palabra se
a su posición. Lucas retocó y atenuó el retrato de Pedro ven repudiados. Ataques hostiles les aguardan. Comienza
que halló en Marcos. Pedro, según Marcos, recalca dos el tiempo de la Iglesia, tal como se describe en los Hechos
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de los apóstoles. Empieza con la pasión de Jesús, en cuya a determinación divina, no a disposición de los hombres.
perspectiva se profieren estas palabras. Ahora se permite Jesús la toma sobre sí obedientemente como voluntad de
a Satán desplegar su hostilidad. El apóstol se halla en Dios. La predicción abre una perspectiva no sólo de sufri-
medio de tentaciones y luchas, y estas luchas perdurarán mientos y de muerte, sino también de victoria, tras dura
hasta que venga el Hijo del hombre (21,28). prueba. La vida de Jesús ¡lega a su fin: con ello se cumple
Los pertrechos de los apóstoles cambian al desaparecer lo que para él es voluntad y encargo de Dios. Su vida
la paz de Jesús. Ahora necesitan la espada. Les es tan alcanza su coronamiento, está inminente su elevación al
necesaria, que si no tienen espada, han de vender hasta lo cielo (Jn 19,30).
más necesario para poder adquirirla: el manto, que de día Los discípulos no entienden las palabras de Jesús. Él
sirve de vestido y de noche de manta. Con esto se diseña habla de persecución y de martirio, mientras que ellos
el tiempo con una imagen, aunque no se invita a combatir piensan en un combate en que se lucha con espadas. Los
con las armas ni a la guerra mesiánica de los zelotas. Jesús galileos llevan consigo puñales, pues son amigos de la li-
se opone a que se le defienda con la espada (22,49ss). bertad y les gusta la lucha. Sus frases cortadas suenan a
La Iglesia que vive en estrechez y combate, debe armarse resolución excitada y a belicosidad. ¿Para qué han de
con armas espirituales: con la perseverancia, la prontitud servir ahora las espadas?
para morir, la oración'17. Estas armas se deben adquirir La palabra con que Jesús corta el diálogo es enigmática.
a cualquier precio. Está envuelta en la tristeza del que se siente incompren-
dido y se halla solo. La palabra suena casi a ironía. Sin em-
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Porque yo os digo que ha de cumplirse en mí esto bargo, marca más la melancolía por la incomprensión y por
que está escrito, a saber: Y fue contado entre los malhe- el triste desenlace que se acerca para los discípulos. Que
chores; pues todo lo que a mí se refiere, ya está tocando el camino del Mesías conduce a la gloria a través de la
a su fin. 38 Ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. pasión, no deja de ser un misterio inescrutable. A ello hizo
Pero él les contestó: Basta ya. también referencia el profeta en su canto de siervo de
Yahveh doliente: «Como de él se pasmaron muchos — tan
La hostilidad contra los apóstoles sigue a la reprobación desfigurado estaba su rostro, que no parecía ser de hom-
de Cristo. Porque él es perseguido, también ellos son per- bre—•, así se admirarán de él las gentes, y los reyes
seguidos (Jn 15,20). Jesús es declarado criminal, y como cerrarán ante él su boca al ver lo que jamás vieron, al
a criminal se le condena. Sobre él pesa el destino del siervo entender lo que jamás habían oído ¿Quién creerá lo que
sufriente de Dios (Is 53,10), que no combate, sino que hemos oído? ¿A quién fue revelado el brazo de Yahveh?»
soporta con paciencia el sufrimiento, y por el sufrimiento (Is 52,14-53,1).
triunfa. La voluntad de Dios, que está revelada en la Sa- Con las palabras sobre las espadas se cierran los dis-
grada Escritura, debe cumplirse en él. Su pasión se debe cursos de despedida y la última cena. La institución, el
memorial que deja Jesús, armará para el tiempo de lucha
67. 6,22; 11,49; 12,4-12; 14,25ss; 21,12-19. que se inicia. Él se marcha y deja a sus discípulos, pero
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confía a su Iglesia para todo tiempo el fruto de su acción:
su presencia, la nueva economía de la alianza divina, el
perdón de los pecados... Todo está compendiado en esta II. ENTREGADO A LOS JUDÍOS (22,39-71).
cena. Mediante la institución que deja al despedirse queda
él mismo unido a su comunidad de discípulos hasta la rea- Jesús predice a sus discípulos: «...Se apoderarán de vosotros
lización final de la comunidad de mesa, y constantemente y os perseguirán: os entregarán a las sinagogas y os meterán
le aplica el fruto salvífico de su muerte cruenta. El camino en las cárceles; os harán comparecer ante reyes y gobernadores
que lleva al reino de Dios es la apropiación de este fruto por causa de mi nombre» (21-12). Estas palabras se cumplen pri-
de la pasión de Jesús. meramente en Jesús. Él es el arquetipo de la Iglesia perseguida.
En el testimonio que él da, halla la Iglesia la forma cómo ha de
El manjar eucarístico se da a la Iglesia para un tiempo dar prueba de sí en el martirio. Pablo escribe a Timoteo: «En
que está Heno de tentaciones. Con este banquete dio Cristo la presencia de Dios, que da vida a todos los seres, y de Cristo
a su Iglesia un orden de comunidad y de vida. Él mismo Jesús, que proclamó su hermosa confesión ante Poncio Pilato, te
está en ella presente como el que intercede por quien es encargo solemnemente que guardes el mandamiento» (ITim 6,13).
cabeza de la Iglesia, a fin de que pueda confirmar a sus her-
manos. En este banquete ofrece él por medio de quienes
lo presiden su palabra de exhortación y de fuerza. 1. ORACIÓN EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS (22,39-46).
En el tiempo de la Iglesia se concede a Satán desplegar
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su poder en la medida que lo quiere y lo permite Dios. Pero Salió, pues, y fue, según su costumbre, al monte de
Dios contrapone a la presencia de Satán la presencia de los Olivos; también sus discípulos lo siguieron.
Cristo y el fruto de su obra. Satán se estrella ante el sumo
sacerdocio de Jesús. Cristo que ora y se sacrifica en el Desde que Jesús entró en Jerusalén, enseña todos los
hecho de la cena eucarística, no exime de los esfuerzos y días en el templo, y por la noche sale de la ciudad para
de las tentaciones, ni de la perseverancia en el seguimien- pernoctar en el monte de los Olivos. Esta vez ha celebrado
to de Jesús, pero garantiza la victoria a los que combaten la cena en la sala superior que le ha sido ofrecida, y ha
perseverantemente con él. pronunciado sus palabras de despedida. En el templo y en
La comunidad de mesa es el centro de la vida religiosa las casas se reúne la primera comunidad cristiana de Jeru-
de la Iglesia, refuerzo para el camino, fuente de su júbilo salén (Act 2,46). La Iglesia halla en la acción de Jesús la
escatológico y ley de su vida. El banquete eucarístico ofrece ley de su obrar. Jesús no cambia ni siquiera esta vez su
el fruto permanente de la acción de Jesús por los suyos, costumbre de pasar la noche en el monte de los Olivos,
ahora que él parte y los deja. En el tiempo de las tenta- aunque sabe lo que le aguarda. No esquiva la hora (22,53)
ciones no estarán solos los discípulos. Jesús está sentado que le ha fijado su Padre para el comienzo de su camino
como juez a la derecha del Padre, los discípulos recibirán hacia la muerte, sino que está resuelto a tomar sobre sí la
el Espíritu y tienen la sagrada cena. pasión (9,51). La muerte no viene sobre él como un hado,
como una fuerza que descargan los hombres sobre él y de
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la que no puede escapar, sino como la voluntad del Padre, Mileto para emprender el camino de Jerusalén, donde le
que él cumple obedientemente (Jn 10,18). aguardan sufrimientos y prisión (Act 21,1). Jesús es la
También los discípulos le siguen. Todavía dan prueba pauta para sus discípulos que se encaminan al martirio.
de ser verdaderos discípulos, que van tras su maestro a El Señor ora solo delante del Padre. Se aleja como un
dondequiera que vaya (9,57). tiro de piedra, distancia que se puede alcanzar con la vista;
conviene que los discípulos puedan oírle y verle, y que
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Una vez llegado a aquel lugar, les dijo: Orad, para él pueda llamarlos. En esta hora de extrema gravedad ora él
que no entréis en tentación. de rodillas, mientras que por lo regular se ora de pie
(18,11). Como Jesús en el huerto de los Olivos ora tam-
En el huerto de los Olivos busca Jesús el lugar que ha- bién Esteban durante su lapidación, puesto de rodillas
bía buscado siempre en las noches pasadas, y que también (Act 7,60), Pedro antes de resucitar a Tabita (Act 9,40),
Judas conoce. Entregado a la voluntad de Dios, se en- Pablo, antes de despedirse de los presbíteros de Éfeso, des-
frenta con el peligro. Está preocupado por sus discípulos. pués de haberles dicho que no volverían ya a ver su rostro
Ahora se inicia la hora de la tentación, pues va a ser (Act 20,36), y de nuevo el mismo apóstol con sus compa-
detenido, y los enemigos van a apoderarse de él. Todo esto ñeros en la playa de Tiro, cuando los discípulos, en virtud
los desconcertará y pondrá en peligro su fe. Satán hará del Espíritu, dicen a Pablo que no suba a Jerusalén (Act
todo lo que esté en su mano para inducirlos a la deserción. 21,5). Todos ellos oran de rodillas a la vista del poder de
La tentación se abre ante los discípulos como un foso, al la muerte; el martirio no se puede superar sino con la
que uno es atraído a la perdición, como un lazo en que se oración. Jesús es modelo de los mártires.
verá uno enredado. La oración comienza con la invocación Padre. Todas las
Para que los discípulos no caigan en la tentación se oraciones de Jesús comienzan con esta palabra filial, íntima,
requiere la ayuda de Dios, la cual se otorga a la oración. llena de confianza. Incluso cuando ora Jesús con palabras
Ahora hay que pronunciar lo que Jesús enseñó a pedir en el de los Salmos (23,46), las acompaña con la invocación del
padrenuestro: «No nos lleves a la tentación» (11,4). Padre, y esas palabras ajenas las incorpora a su singular
relación con el Padre, que él expresa con la palabra abba
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Entonces él, como a la fuerza, se arrancó de su lado (Me 14,36). El Padre amante lo sitúa ante la pasión y la
como a un tiro de piedra y, puesto de rodillas, oraba n así: muerte de martirio.
¡Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz! Sin embargo, La oración de Jesús es una oración auténticamente hu-
no se haga mi voluntad, sino la tuya. mana. Pide que se aparte de él el cáliz, símbolo de la pa-
sión y del martirio "8, señal del castigo de Dios. Dios
Como impelido por una fuerza, Jesús se arranca de los presenta a Jesús el cáliz, del que debe beber en forma vi-
discípulos. La fuerza es el plan de Dios, la necesidad que caria el castigo de Dios (cf. Is 51,22). Jesús es el Siervo
éste le impone. La misma palabra encontramos en el relato 68. Cf. Martirio de Isaías 5,13: «Id a la región de Tiro y de Sidón;
en que se dice que Pablo se arrancó de los presbíteros en porque sólo para mí ha mezclado Dios la copa (del martirio).»
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de Yahveh, mártir que toma sobre sí la pasión y la muerte celestial como respuesta de Dios a su oración: en el bau-
en forma vicaria y como expiación por las naciones. tismo, en la transfiguración y en el huerto de los Olivos.
La naturaleza humana tiembla ante la muerte violenta, Estos tres acontecimientos marcan horas decisivas en la vida
pero Jesús se somete a la voluntad del Padre y pide que de Jesús. Están en conexión con la pasión y la glorifica-
no se haga sino la voluntad de Dios. La oración está encua- ción. Estas respuestas fortalecen a Jesús, el elegido, el
drada en palabras de entrega. Comienza con palabras de amado de Dios, para que ejecute su plan salvífico, que
entrega, de conformidad: «Si quieres». Termina con el contiene la necesidad de la pasión y de la muerte, y me-
ruego de que se cumpla la voluntad de Dios. Una vez más diante combate y muerte llegue a la gloria.
se oye el eco del padrenuestro, aunque Lucas no halló en Los ángeles levantan los ánimos de los mártires y los
su fuente de tradición la petición: «Hágase tu voluntad» confortan para el combate de la muerte, A los jóvenes en
(Mt 6,10). Como Cristo se expresa también el cristiano en el horno de Babilonia los socorre el ángel del Señor: «El
su oración: Padre, abba, hágase tu voluntad, no nos lleves ángel del Señor había descendido al horno con Azarías y sus
a la tentación. El padrenuestro es oración de Jesús, oración compañeros y apartaba del horno las llamas del fuego y
de los mártires, oración de los discípulos de Jesús, ora- hacía que el interior del horno estuviera como si en él
ción en la hora de la muerte, oración en las grandes deci- soplara un viento fresco» (Dan 3,49s). Cuando Daniel
siones de la vida. aprenda por revelación lo que sobrevendrá a su pueblo en
los últimos días, debe ser fortalecido por un ángel: «En-
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Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que tonces me tocó de nuevo la figura que tenía el aspecto de
lo confortaba. 44 Y en medio de la angustia, seguía orando un hombre y me confortó. Entonces me dijo: No temas,
más intensamente. Y su sudor era como gruesas gotas de varón predilecto, sea contigo la paz. ¡Ánimo, valor! Y en
sangre, que iban cayendo hasta la tierra69. hablándome, recobré mis fuerzas y dije: Hable mi señor,
pues me has fortalecido» (cf. Dn 10,1-19). Jesús debe
La oración de Jesús es escuchada, pero no de forma que realizar los designios de Dios con los hombres; pero sólo
le sea apartado el cáliz, sino más bien en el sentido de un puede hacerlo con la fuerza del Padre. Dios se la da por
refuerzo para seguir orando insistentemente y tomar en la medio del ángel; ángeles le sirven en su obra (2,19;
mano el cáliz que se le presenta. Dios escucha nuestra Act l,9s).
oración en los sufrimientos; la escucha reforzándonos Jesús, fortalecido, se dirige al combate decisivo. Lo
para que nos apropiemos su voluntad, y preparándonos para que le oprime no es el temor de la muerte, sino la ansiedad
aceptar con fe sus planes salvíficos. por la victoria. De este combate decisivo depende la salud
Tres veces en la vida de Jesús se refiere una notificación del mundo. El combate es duro, Después de la tentación
se retiró Satán por algún tiempo (4,13). Ahora, en cambio,
69. Los versículos faltan en muchos testigos, por cierto muy seguros,
del texto, pero el estilo es lucano y su ausencia se explica por reparos dog- vuelve, a apretarle de nuevo para desviarlo de su camino,
máticos. Se borraron por falsa escrupulosidad en las luchas con 2as herejías, que le ha sido indicado por el Padre.
iwrque Cristo aparece aquí demasiado humano. No se puede dudar de su
autenticidad. Recogiendo todas sus fuerzas, derribando todas las re-
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sistencias, da Jesús un «sí» a la voluntad del Padre. El que se le aparte el cáliz. Lucas sólo habla de una oración
esfuerzo hace que salga el sudor por los poros. Su sudor y de una exhortación a los discípulos. Marcos no dice que
caía hasta la tierra como gotas de sangre 70. la oración fue escuchada, en Lucas se le da respuesta
mediante la aparición del ángel. Aun en esta hora tan
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Luego se levantó de la oración, fue hacia los discípu- difícil conserva Jesús la grandeza humana. El gran solitario
los y los encontró dormidos por causa de la tristeza, ^ y les cobra fuerzas de la oración al Padre. A pesar de su angustia
dijo: ¿Cómo es que estáis durmiendo? Levantaos y orad, se cuida de los discípulos y les muestra la mayor com-
para que no entréis en tentación. prensión humana. Lucas destaca a Jesús en medio de la
situación única y sin segunda del huerto de los Olivos y lo
Los discípulos son la primera y la última preocupación presenta como arquetipo de los mártires y de todos los que
de Jesús en el huerto de los Olivos: en su decisión por en momentos difíciles deben decidirse por la voluntad de
el cáliz de la pasión, en la hora decisiva en que él obtiene Dios con responsabilidad por otros.
la salvación para el mundo. Los halla dormidos. Como
excusa se añaden estas palabras: por causa de la tristeza.
Se entregan pasivamente a todo lo que va a sobrevenir, y se 2. LA CAPTURA (22,47-53).
duermen. Jesús no los reprende, sino que tiene solicitud
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por ellos; les sirve. ¿Cómo es que estáis durmiendo?, ahora, Todavía estaba él hablando, cuando llegó un tropel
en este momento, en que se acercan la tentación y los de gente, y al frente de ellos iba el llamado Judas, uno de
aprietos... Jesús repite la exhortación a la plegaria. Es los doce, que se acercó a Jesús para besarlo. 48 Jesús le
necesario orar siempre sin desfallecer. La oración perpetua dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?
arma a la Iglesia contra todos los ataques a que está
expuesta en el tiempo que va hasta la parusía de Jesús. De repente aparece un grupo de gente, no ya una aglo-
Marcos describió con las expresiones más fuertes la meración abigarrada sin orden ni concierto, sino un desta-
lucha de Jesús en el huerto de los Olivos. Lucas, en cam- camento de los órganos judiciales con encargo del sanedrín
bio, omite lo tremendo y terrorífico. No habla de temor y al mando de los oficiales de la guardia del templo. Están
y hastío, ni de sus tristezas de muerte. Según Marcos, al servicio de las autoridades judías, practican arrestos,
Jesús cayó en tierra. Lucas lo suaviza: se puso de rodi- conducen a los acusados ante el tribunal, vigilan a los pre-
llas. Su ruego es más tranquilo; sólo pregunta si es posible sos y ejecutan las sentencias pronunciadas por el tribunal
judío. Mientras Jesús está todavía hablando con los dis-
70. Como gotas de sangre; el «como» puede indicar una comparación, cípulos, cambia totalmente la escena. Los enemigos lo ro-
pero también puede significar, sin comparación, «en forma de». Si se supone dean y lo ponen en el mayor aprieto. Tal será la situación
que se trata de una comparación, no se ve fácilmente dónde pueda estar el
punto de comparación. ¿Puede ser éste realmente la cantidad o la magnitud de de la Iglesia en el mundo. La hora de las tinieblas está
las gotas? En definitiva parece, pues, deberse preferir la interpretación que siempre en acecho aguardando que se le dé poder.
excluye la comparación: El sudor caía a la tierra en forma de gotas de sangre.
El sudor de sangre parece poderse explicar incluso sin milagro. Al frente del grupo va Judas. ¡Uno de los doce! Está
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al corriente y conoce a Jesús. La entrega de Jesús comienza ros judíos, que quieren poner fin con las armas a la domi-
por su círculo más allegado (cf. 21,26). Judas se acerca nación extranjera; no tiene nada que ver con medios polí-
para besarlo. Antes de que haya dado el beso, estigmatiza ticos y guerreros. Él utiliza su poder para sanar a los
Jesús la ignominiosa tentativa. Con sus palabras quiere abatidos, para hacer bien a los enemigos. Jesús es Señor
también invitar al traidor a entrar dentro de sí y a con- y Salvador, Señor aun en esta hora de las tinieblas, Salva-
vertirse. Lo llama por su nombre: Judas; por este nombre dor también de sus adversarios.
lo llamó al grupo de sus apóstoles. El beso es señal del
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respeto y veneración del discípulo al maestro; Judas lo utili- Dijo luego Jesús a los sumos sacerdotes, a los oficiales
za como señal de la traición (Me 14,44). Judas entrega de la guardia del templo y a los ancianos, que habían ve-
al Hijo del hombre; aquel a quien traiciona es el que le nido contra él: ¿Cómo contra un ladrón habéis salido con
ha de juzgar (22,22). Jesús, en su bondad y grandeza, es la espadas y palos? 53 Mientras día tras día estaba yo entre
figura dominante cuando los enemigos se echan sobre él. vosotros en el templa, no extendisteis las manos contra
mí. Pero ésta es vuestra hora: el poder de las tinieblas.
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Viendo los que estaban con Jesús lo que iba a suce-
der, le preguntaron: Señor, ¿herimos con la espada? 50 Y uno La cuadrilla que quiere arrestar a Jesús tiene encargo
de ellos hirió a un criado del sumo sacerdote y le quitó la del consejo supremo. Los miembros de éste son enumera-
oreja derecha. 51 Pero Jesús contestó: ¡Dejadlo! ¡Basta ya! dos solemnemente. Constituyen una selección representativa
Y tocando la oreja, lo curó. del pueblo, a la que están confiados los bienes más altos
que éste posee: la ley. el templo, el pueblo de Dios. Todo
Se oye el eco de las palabras de Jesús acerca de las esto tiene por meta a Cristo, y a Cristo mandan ellos
espadas (22,35-38). Los discípulos no habían captado su arrestar. La culpa de la muerte de Jesús recae sobre los
sentido, ni tampoco comprenden lo que está sucediendo dirigentes judíos. Este judaismo se priva así de sentido y
ahora. Aun para su círculo más allegado, para los que se destruye a sí mismo (20,8).
estaban con él, es el desarme de Jesús un misterio y un Jesús se opone a ser tratado como un ladrón común " ,
enigma incomprensible. Hacen profesión de su fidelidad, como un criminal que rehuye la luz, como un hombre vio-
hacen patente su veneración y obediencia y lo llaman Señor, lento al que hay que arrestar con espadas y palos. El
pero no pueden comprender que el camino del Señor lleve objetivo de Jesús era el mismo que tenían los sanedritas:
a la gloria pasando por la cruz. En la caricatura de su la verdad de Dios, el cumplimiento de la ley, el servicio
defensa se echa de ver su buena voluntad, pero también en el templo. Jesús era maestro en cuestiones religiosas.
la insuficiencia de su fe. Al discípulo de Jesús se le exige Sus adversarios podían convencerse en cualquier momento
algo más que fidelidad humana (14,26s). de que él no perseguía otra cosa, puesto que enseñaba a la
Se prohibe utilizar las espadas. Jesús no tiene nada
71. El término «ladrón» podría significar también «combatiente por la
que ver con el movimiento de los zelotas, que quieren im- independencia»; desde luego, el ser combatiente por la independencia no tenía
plantar con violencia el reino de Dios, ni con los guerrille- nada de deshonroso a los ojos de los contemporáneos de Jesús.
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vista de todos en el templo. Los sanedritas lo dejaban Caifas, en la que celebra su sesión el consejo supremo 72.
tranquilo y discutían con él sobre temas religiosos contro- El evangelista se contenta con esta indicación imprecisa.
vertidos. Esta declaración solemne era importante para la Más que el trasfondo histórico le importa el comportamiento
Iglesia, pues tampoco ella es una asociación secreta que de Jesús, su palabra y su silencio, lo que se dioe del Señor
tiene por meta la división religiosa y la subversión polí- ante las autoridades supremas, y lo que éstas dicen de él.
tica; no reprueba nada de lo que Dios ha operado en la Cuando Jesús fue al huerto de los Olivos, obraba to-
historia de la salvación, sino que le da perfección y acaba- davía por su voluntad: él salió, él fue al huerto de los
miento, por Jesús. Olivos, y sus discípulos le seguían. Ahora es conducido,
Los sanedritas no tendrían poder sobre Jesús, si no se introducido en la casa de sus enemigos, sólo Pedro lo sigue
lo hubiese dado Dios. Aquí está oculta la mano de Dios. de lejos. Pedro se mantiene todavía firme en su resolución,
Que haya llegado esta hora — su hora —, no depende de sólo él; él sigue de lejos. La negación se está preparando,
ellos, sino de la permisión divina. Aquí intervienen ellos ha comenzado ya la deserción.
como instrumentos, no como instrumentos de Dios, sino
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como instrumentos del demonio. La hora en que ellos Como habían encendido juega en medio del patio
realizan sus planes, es hora en que puede desplegarse el y se habían sentado alrededor, Pedro se sentó entre ellos.
poder de las tinieblas, el poder de Satán. Las tinieblas son
el reino de Satán. El consejo supremo no cree en Jesús Las noches de primavera son frías en Palestina. Los
y cae bajo el dominio de Satán; no entra al servicio de guardias que habían llevado a Jesús se calientan al fuego.
Jesús, y cae en el servicio del diablo. Pedro sigue a Jesús hasta el patio del palacio. Está sentado
entre el grupo de gente que sólo saben de Jesús lo que
les han referido sus enemigos. Pedro está entre ellos, en
3. NEGADO Y ESCARNECIDO (22,54-65). medio del peligro. La tentación lo rodea como la oscuridad
rodea la luz del fuego.
a) Negado por Pedro (22,54-62).
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Pero una criada, al verlo sentado a la lumbre, fijan-
54
Después de prenderlo, lo llevaron e introdujeron en do en él la vista, dijo: También éste andaba con él. 51 Pero
la casa del sumo sacerdote. Pedro lo iba siguiendo de lejos. él lo negó: No lo conozco, mujer. 58 Poco después dijo
Ya no obra Jesús, sino que se obra con él. Lo prenden, 12. Se ha tratado de conciliar Le 22,54 y Jn 18,13: Jesús t'ue conducido
a casa de Anas, que había sido el último sumo sacerdote. Sin embargo, Lucas
lo llevan, lo introducen. Él ha tomado en su mano el cáliz, no se sirve de una fuente especial que tenga añnidad con Juan, sino que
Dios lo ha entregado a él en manos de sus enemigos; el sigue a Marcos, según el cual Jesús fue conducido a! palacio de Caifas. En
la literatura rabínica no parece haber pruebas de que el sanedrín tuviera sus
poder de las tinieblas y sus instrumentos llevan adelante su sesiones en el palacio del sumo sacerdote; los datos de los sinópticos no obligan
a suponer que en el proceso de Jesús se hiciera una excepción y que en este
obra; él obedece, es entregado, abandonado. caso se reuniera el consejo supremo en la casa particular de Caifas (cf. Me
Jesús es introducido en la casa del sumo sacerdote 14,53).
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NT. Le I I . 17
60b
otro al verlo: Tú también eres uno de ellos. Pero Pedro E inmediatamente, mientras él estaba todavía ha-
contestó: ¡No, hombre; no lo soy! 59 Transcurrida aproxi- blando, cantó un gallo. 61 Y volviéndose el Señor, dirigió
madamente una hora, insistió otra, diciendo: En realidad, una mirada a Pedro. Pedro se acordó entonces de las pala-
también éste andaba con él; pues también es galileo. 60a Pero bras que el Señor le había dicho: Antes que el gallo cante
Pedro contestó: Hombre, no sé lo que estás diciendo. hoy, tres veces me habrás negado tú. 62 Y saliendo afuera,
lloró amargamente.
Del grupo que rodea a Pedro salen tres tentadores: una
mujer y dos hombres. Los asaltos se suceden rápidamente. El día comienza a despuntar mientras Pedro niega al
Hay una hora de tranquilidad, a la que sigue un asalto Señor por tercera vez. Y canta el gallo. Jesús es conducido
tanto más fuerte. Se refuerza la insistencia de los tentado- por el patio; dirige una mirada a Pedro. Pedro «se vuelve»
res: «También éste andaba con él.» «Tú también eres uno (cf. 22,32), se convierte. Ha sido escuchada la oración de
de ellos.» «En realidad también éste andaba con él.» Pri- Jesús.
mero se habla de él, luego se le ataca personalmente, final- El canto del gallo, que trae a la memoria la predicción
mente se moviliza contra él la caterva entera. Primero se de Jesús; la mirada, que da confianza y seguridad a Pedro;
le mira, luego se le habla, finalmente se le reconoce y se le el recuerdo de la palabra de Jesús, que se ha visto confir-
descubre como galileo. La palabra «galileo» suena como mada, mueven a la conversión. Todo lo dirige el Señor.
una acusación: zelota, rebelde. La red en que ha sido cogido Dos veces se le menciona. Jesús es el Señor; también en
Pedro lo envuelve cada vez más. Pedro es un escarmiento estas tinieblas. Contactos con él; en las señales del cosmos,
para todo discípulo de la Iglesia. en la palabra del Señor, en las obras que se hacen en me-
Tres veces se ve atacado lo que Pedro había protestado moria suya (la sagrada cena, los sacramentos), todo esto
apasionadamente en la sala de la cena: el «contigo» conduce a la l u z " .
(22,33). Para esto llamó Jesús a Pedro y a los apóstoles, El tiempo de la Iglesia está amenazado por oscuros
para que estuvieran con él (Me 3,14). Este «con él» deba poderes. Pero la Iglesia debe saber que el Señor está por
iluminar al apóstol. El seguimiento es una fe ostentativa, encima de todos los peligros y debilidades humanas. Hasta
un oír demostrativo; tiene función de signo; de ello sólo la segunda venida del Señor será la Iglesia una Iglesia
es una parte el trabajo, la colaboración de los discípulos, amenazada; por tanto, será siempre también una Iglesia
que predican la fe y la confirman (22,28). Todo discípulo de de pecadores; pero al mismo tiempo ella sabe que el Señor
Cristo tiene participación en este «con él», en este «uno es el sumo sacerdote que ruega por ella, con tal que tenga
de ellos». En esto se ve precisamente tentado el discípulo. consciencia de la presencia del Señor, de su palabra y del
La negación va subiendo de tono: No lo conozco; no convertido Pedro.
lo soy; no sé lo que estás diciendo. Pedro no quiere tener
73. El v. 62 parece haber pasado ya tempranamente de Mt 26,75 al texto
nada que ver con Jesús, ni con sus discípulos, ni con su de Lucas.
causa. La separación se va acentuando. Pedro se aleja cada
vez más, cada vez abandona más el «con él».
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el sanedrín, porque por razones apologéticas quería cargar unila-
teralmente con la responsabilidad de la muerte de Jesús a las
b) Escarnecido por la guardia (22,63-65).
autoridades judías, y en cambio descargar a las romanas, aunque
de hecho el sanedrín se limitó a mandar arrestar a Jesús, a inte-
63
Entre tanta, los hombres que tenían preso a Jesús se rrogarlo brevemente y a remitirlo luego al procurador para que
burlaban de él y lo golpeaban, M y después de taparle la lo hiciera ejecutar como reo de alta traición 71. Esta reconstruc-
cara, le preguntaban: Haz de projeta: ¿Quién es el que ción de la historia falla ya sencillamente porque no es posible
comprobar que Lucas utilizara una fuente particular divergente
te ha pegado? 65 Y proferían contra él otros muchos insultos.
de la tradición de Marcos. Su exposición (22,54-71) se explica
suficientemente como trabajo redaccional sobre el texto de Marcos.
Se pone a prueba y se ridiculiza la reivindicación pro- Lucas quiere referir la fase final del proceso ante el sanedrín,
jética de Jesús. Vuelve la tentación del demonio: «Si eres que sin duda alguna ha de situarse por la mañana, y destacar
Hijo de Dios...» (4,3.9). de él únicamente la cuestión del Mesías y la confesión mesiánica.
Convenía representar a Jesús como modelo del cristiano, confesor
Lucas no habla de las demás humillaciones de Jesús (Me
del Mesías y mártir (ITim 6,12s). Para formarse una idea exacta
14,6); ama la mesura y vela lo inhumano. Todo lo que allí sobre el proceso de Jesús hay que partir del texto de Marcos
tucede lo estigmatiza como insultos. Jesús es más que pro- y tener en cuenta que tampoco éste habla de dos sesiones (una
feta (9,20s). Es manifestación de Dios (5,8); en él visita nocturna y otra matutina), sino de una, la cual se ve interrumpida
Dios mismo a su pueblo (7,16). La experiencia de los in- por el relato de la negación de Pedro. Con este artificio literario
quería Marcos poner de relieve la simultaneidad de la confesión
sultos forma parte del destino doloroso de la Iglesia. «Co- de Jesús y de la negación de Pedro y hacer resaltar más el con-
nozco tu tribulación: la pobreza — sin embargo, eres rico — traste. Lucas, que tiene interés en dar un relato seguido, dispuso
y la maledicencia que proviene de los que se dicen ser los hechos diferentemente 76.
judíos y no son sino sinagoga de Satán» (Ap 2,9) 7 \
66
Cuando se hizo de día, se reunió el consejo de ancia-
nos del pueblo: sumos sacerdotes y escribas, y lo condujeron
4. ANTE EL SANEDRÍN (22,66-71). ante su sanedrín.
La exposición de Lucas difiere de la de Marcos, al que sigue El consejo supremo o sanedrín es presentado para los
también Mateo. Lo más sorprendente es que Lucas pone la vista lectores griegos como «consejo de los ancianos del pueblo».
de la causa por la mañana, hacia el amanecer, y que el juicio no
tiene la menor apariencia de juicio, pues falta el interrogatorio de Como el consejo de los ancianos en las ciudades griegas,
los testigos, la adjuración del sumo sacerdote y la condena. Jesús el sanedrín se divide en senado y colegio judicial (sumos
es interrogado únicamente sobre su mesianidad. No pocos erudi- sacerdotes y escribas). La guardia conduce a Jesús a la
tos quieren deducir de aquí que Lucas se sirvió de una fuente asamblea al despuntar el día. Lo que aquí sucede fortalecerá
especial, según la cual no habría habido proceso ante el sanedrín
judío ni condenación por las autoridades judías; añaden que la
tradición que siguen Marcos y Mateo introdujo un proceso ante 75. Cf. E. LOHSE, Die Geschkhie des Letdens und Sterbens Jesu Chrisa,
Gütersloh 1964, 71-88.
76. Sobre esta y otras cuestiones históricas del proceso de Jesús, cf. prin-
74. Cf. ICor 4,13; IPe 4,4; Act 13,45; 18,16. cipalmente J. BLINZLEK, Der Prozess Jesu, Ratishona "1960.
260 261
a la Iglesia naciente y a sus mensajeros de la fe cuando que arroje del país a la potencia romana ocupante y que
comparezcan ante el consejo de los ancianos de las ciudades restablezca la libertad política. ¿Para qué ha de profesarse
griegas para ser interrogados por él sobre su predicación Jesús ante ellos como el Mesías, si ellos no quieren creer,
y su profesión de fe (Act 16,20; 17,6). sino únicamente utilizar su profesión para entregarlo a
las autoridades romanas? Para poder reconocer a Jesús de
67
Y le dijeron: Si tú eres el ungido, dínoslo. Él les Nazaret por Mesías, el salvador enviado por Dios, es neoe-
respondió: Si os lo digo, no creeréis, 68 y si os pregunto, no sario creer en él. Ahora bien, sólo llega a la fe en Cristo
responderéis. 69 Pero desde ahora, el Hijo del hombre estará el que se plantea la pregunta acerca de Cristo con un deseo
sentado a la diestra del poder de Dios. sincero de salvarse. Sin la buena voluntad de aceptar la
palabra de Cristo y de marchar por su camino, no puede
El consejo de los ancianos formula a Jesús la pregunta tampoco hallarse un camino para la fe. Al que plantea
decisiva que interesa a todo el pueblo, al pueblo de Dios: la cuestión de Cristo para entregarlo y acusarlo, o única-
¿Es Jesús de Nazaret el ungido, el Cristo, el Mesías enviado mente por mero deseo de saber, pero no para seguirlo
por Dios, al que mira la historia de la salvación, del que y dejarse guiar por él, se le cierra el camino que lleva a la
depende la salvación de Israel y de las naciones? Él «pasó verdadera fe.
haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el Jesús había intentado inducir a los sanedritas a responder
diablo» (Act 10,38); habló como un profeta poderoso. a la pregunta que ellos mismos le plantean. Él había plan-
¿Cómo se ha de explicar esto? El pueblo lo aclamó como teado la pregunta acerca de la autoridad del Bautista
Hijo de David, lo vitoreó como salvador de los últimos y con ello quería llevarlos a comprender su propia misión
tiempos. ¿Quién es, pues? ¿Qué dioe él de sí mismo? Lo (20,1-8). Él mismo planteó la cuestión acerca del sentido
que pregunta el consejo de los ancianos del pueblo es de las palabras misteriosas del Salmo: «Dijo el Señor a mi
algo que no puede pasar por alto, que no puede menos de Señor...» (20,41-44), y trató de introducirlos en el sentido
preguntarse Israel, el mundo y quienquiera que haya tenido de la filiación davídica y de su relación con Dios, pero
noticia del mensaje de Jesús y de la historia de la salvación, ellos no dieron respuesta alguna. No porque no pudieran
quienquiera que crea que Dios no ha dejado al hombre dar respuesta a la pregunta, sino porque no querían reco-
abandonado a sí mismo. nocer lo que entrañaba la respuesta a su pregunta. La
Jesús no responde negativamente a la pregunta de los cuestión de Cristo se dirige al hombre entero, no sólo
sanedritas, pero tampoco afirmativamente. No quiere con- a su inteligencia, sino también a su voluntad. Significa
testar a la pregunta porque los que la formulan no tienen para el hombre un cambio en su vida; es una pregunta
intención de creer. Si os lo digo, no creeréis. El consejo de existencial. Quien quiera dar a la pregunta una respuesta
los ancianos formula la pregunta, no por ansia de salvarse, como la exige Cristo, tiene que estar dispuesto a dar
sino porque quiere obtener un motivo de acusación para marcha atrás, a convertirse, a negarse a sí mismo, a seguir
un proceso político ante Pilato. El título de ungido (Mesías) a Cristo.
tenía resonancias políticas nacionales: del Mesías se espera ¿Quién es Jesús, que en calidad de preso comparece
262 263
ante el consejo supremo? A la pregunta que se le formula y viniendo entre las nubes del cielo» (Me 14,62). Lucas
responde con una palabra de la revelación: Desde ahora, omite «veréis»; los sanedritas no lo verán; el Cristo exaltado
el Hijo del hombre estará sentado a la diestra del poder no será visible a todos, y la venida del Exaltado no es ya
de Dios. Jesús habla del Hijo del hombre de la visión de tan inminente, que la hayan de ver los sanedritas. Lucas
Daniel: «Seguía yo mirando en la visión nocturna, y vi venir omite también «viniendo entre las nubes del cielo». La
en las nubes del cielo a un como hijo de hombre... Fuele Iglesia perseguida y martirizada no sólo necesita saber que
dado el señorío, la gloria y el imperio» (Dan 7,13s). Este Cristo vendrá, sino sobre todo recapacitar que él, en su
Hijo del hombre se sentará a la diestra del poder de calidad de Exaltado, está dotado del poder de Dios y reina
Dios, a la diestra de Dios, que viene designado como poder juntamente con Dios. A este Cristo mira Esteban, el
(Me 14,62). Con las palabras de Daniel sobre el Hijo del mártir, y de él recibe fuerza para soportar la muerte de már-
hombre se asocian las del Salmo 110 (109) 1: «Dijo el tir: «Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está
Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra.» Desde ahora, el a la diestra de Dios» (Act 7,56).
Hijo del hombre tendrá participación en la gloria de Dios.
70
¿Qué quieren significar estas palabras misteriosas, reser- Todos dijeron: Por consiguiente, ¿tú eres el Hijo de
vadas, sobre el Hijo del hombre? ¿Por qué habla Jesús l)ic\i? Él les respondió: Pues sí, yo lo soy.71 Ellos exclama-
de él en el momento en que los judíos le plantean la pre- ron: ¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio? ¡Nosotros
gunta de si es él el Mesías? Él mismo se profesa Hijo del mismos lo hemos oído de su boca!
hombre. Cuando hablaba de su futura pasión y muerte,
hablaba siempre del Hijo del hombre 77. Desde ahora, que Los judíos han comprendido que Jesús habla de sí
está él ante el tribunal y va a ser condenado a muerte, mismo. Se llama a sí mismo Hijo del hombre y participa
entra en la gloria de Dios. Jesús reivindica la dignidad de del poder y realeza de Dios. Sus adversarios sacan la con-
Mesías, y Dios mismo legitimará esta reivindicación cuando clusión y preguntan: Por consiguiente, ¿tú eres el Hijo
lo eleve al rango de Hijo del hombre. Todo escándalo a de Dios? Los judíos utilizaban el título de Hijo de Dios
que dé pie el abatimiento de Cristo y que hará imposible en el sentido de una investidura de un cargo y de una
a los judíos reconocerlo como Mesías, sobre todo el escán- transmisión de soberanía. Lo que formuló Jesús con pala-
dalo que proviene de su pasión y muerte de cruz, es elimi- bras de Daniel y del Salmo: «Fuele dado el señorío, la
nado con esta palabra de la revelación. Jesús es el Mesías, gloria y el imperio» y «Siéntate a mi diestra», lo com-
pero no el Mesías como se lo imagina el sanedrín, sino pendian los sanedritas en la palabra «Hijo de Dios» T8.
el Mesías que recibirá poder y gloria divina cuando haya Antes de responder Jesús a la pregunta recuerda que
recorrido el camino de la condena y de la muerte. la convicción de los judíos proviene de su propia palabra
Marcos refiere la confesión de Jesús con estas palabras: 78. El título de «Hijo de Dios» se emplea aquí en el sentido de investi-
«Veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder dura de cargo y transmisión de soberanía, no en el sentido de la naturaleza
divina; cf. R. SCHNACKENBURG, en: Lexicón für Theolooie und Kirche, Fribur-
K<> de Brisgovia 2 1%4, t. 9, 851; F. HAHN, Christologische Hohetitel, Go-
77. Me 8,31; 9,31; 10,33s (Le 18,32s); Le 17,25. tmi;a 1964, 281-287; J. BUNZLEK, o.c., 106S.
264 265
reveladora. Lo que no habían hecho antes en la discusión eso lo llamaban Hijo de Dios (hijo adoptivo). Antiguos
con él acerca de su autoridad y de su exposición del Sal- textos de la Iglesia veían también en primer lugar esta
mo 110(109), lo expresan ahora. La pregunta sobre la participación de Jesús en la gloria de Dios cuando lo lla-
filiación divina sustrae la mesianidad de Jesús a la atmós- maban Hijo de Dios. «Dios suscitó a Jesús, como ya esta-
fera política y la sitúa en la religiosa. «Cristo» (Mesías o ba escrito en el salmo segundo: Hijo mío eres tú; yo te
ungido) es expresión que podía tener resonancia política, he engendrado hoy» (Act 13,33). Dios hizo a Jesús, des-
puesto que los reyes eran ungidos *, mientras que el título pués de la resurrección de los muertos, Hijo de Dios. En
de «Hijo de Dios» permanece, incluso para el mundo pa- una confesión de Cristo, que Pablo puso al comienzo de
gano, dentro de la esfera religiosa. Por esto da Jesús un la carta a los Romanos, se dice: Dios constituyó a Jesús
testimonio inconcluso: Yo lo soy. La palabra que él pro- «Hijo de Dios con poder... a partir de su resurrección de
fiere era también la fórmula de la revelación de Dios en entre los muertos» (Rom 1,4). Pero esto no era todo. En
la zarza ardiente (Éx 3,13)79. Para la predicación ante la antigua Iglesia se reconoció que Jesús era Hijo de Dios
judíos y gentiles tenía importancia quitar al título de también durante su existencia terrena. La palabra de Dios
Cristo las implicaciones políticas y nacionales. en el bautismo y en la transfiguración da testimonio de
Según Marcos, la pregunta del sumo sacerdote rezaba ello (3,22; 9,35). Jesús, desde el primer momento de su
así: «¿Eres tú el ungido, el Hijo del Bendito?» (Me existencia terrena, desde su concepción en el seno materno
14,61). Lucas deshizo en dos la pregunta única, aunque por el Espíritu Santo, es Hijo de Dios: «Por eso, el que
sin establecer entre los dos títulos una diferencia esencial, nacerá será santo, será llamado Hijo de Dios» (1,35). Dios
ungido e Hijo metafísico (esencial) de Dios. Para el sumo ha introducido gradualmente a la Iglesia en el profundo
sacerdote y también para Lucas, los títulos «ungido» e misterio de la filiación divina de Jesús. Con esta penetra-
«Hijo de Dios» son conceptos equivalentes. Pablo predica ción gradual, por tanteos, en la persona de Jesús, ¿no se
en la sinagoga de Damasco sobre Jesús: «Éste es el Hijo nos muestra con mayor claridad la grandeza de su persona
de Dios» (Act 9,20); hablando de esto los Hechos de los y de su misión, que cuando decimos a manera de fórmula:
apóstoles, pueden decir también: Afirmaba que «éste era «Creo en Jesucristo, su único Hijo»? ¡Qué profundidades
el ungido» (9,22). El título de «Hijo de Dios» explica el se encierran en estas palabras: «Hijo único de Dios»!
de Cristo, Mesías. Son tres los títulos que Cristo reconoce: ungido, (Cristo
Cuando los hombres del consejo supremo formularon o Mesías), Hijo del hombre, Hijo de Dios, Jesús no ss
a Jesús la pregunta de si era Hijo de Dios, no podían atribuye directamente ni el título de Mesías, ni el de Hijo
todavía darse plena cuenta de las profundidades de este de Dios. Sólo se llama Hijo del hombre, y esto sólo vela-
título. Pensaban que Dios da al Mesías la investidura de damente, como si hablara de otro. Con el título de Hijo
cosoberano y la participación en su poder y soberanía; por del hombre asocia el camino de la pasión a la gloria. Esto
es lo más propio y primigenio de la revelación que nos
* Cf. el artículo Unción en, J. DHEILLY, Diccionario bíblico, Herder,
Barcelona 1970, ji. 1249. Nota dsl traductor. hace de sí mismo, a saber, que él, a través de la muerte,
79. Cf. Is 43,10; Jn 8,58s; 13,19. se eleva a la gloria de reinar junto a Dios.
266 267
La confesión de Cristo ante el sanedrín es un compen- cesos capitales y fallar sentencias de muerte. Sin embargo, la eje-
dio de cristología. Tiene su fuente en la confesión de Jesús. cución de estas sentencias de muerte era, como, según parece, en
Lo que dijo Jesús a sus apóstoles en el camino de Jerusa- todas las provincias romanas, competencia exclusiva de la autoridad
romana (según Jn 18,31, dijeron los judíos ante el tribunal de
lén, lo que enseñó en el templo delante del pueblo, lo
Pilato: «Nosotros no estamos autorizados para dar muerte a na-
proclama ahora con toda publicidad ante la representación die»). Si los sanedritas querían que fuera ejecutada la sentencia
oficial del pueblo. A los discípulos había dicho en presen- de muerte que habían fallado contra Jesús, tenían que recurrir
cia de las multitudes: «Todo lo que dijisteis en la oscu- al procurador romano.
ridad, será oído a plena luz, y todo lo que hablasteis al El procurador, en su calidad de juez supremo, podía o bien
reconocer sencillamente la sentencia del sanedrín y ejecutarla,
oído, en las habitaciones más escondidas, será proclamado
o bien entablar de nuevo el proceso. El sanedrín constituía un
desde las terrazas» (12,3). También en él se cumple esto colegio judicial; en cambio, el procurador romano era juez único.
cuando hace su profesión delante del sanedrín. Jesús da Los asesores y acompañantes que se le asignaban por lo regular,
su testimonio ante el tribunal del consejo supremo. Para no tenían prerrogativas judiciales y sólo actuaban como consejeros
siempre será en la Iglesia el modelo del mártir. «Se apo- jurídicos. El proceso era por principio público. Se iniciaba con la
acusación. La prueba testifical no estaba sometida a formalidad
derarán de vosotros y os perseguirán: os entregarán a las
alguna. Las pruebas eran las deposiciones del acusado y de los
sinagogas y os meterán en las cárceles... Esto os servirá testigos. Tras deliberación con los asesores promulgaba el juez
de ocasión para dar testimonio» (21,12s). la sentencia desde el tribunal, a lo cual seguía inmediatamente la
Los sanedritas confirman que la palabra de Jesús era ejecución,
testimonio para ellos: «¿Qué necesidad tenemos ya de tes- Los Evangelios sólo reproducen fragmentos del proceso de
Jesús 80 . Sobre todo, no dicen expresamente que Pilato pronun-
timonio?» En la profesión de que Jesús es Hijo de Dios
ciara una sentencia formal de muerte. De aquí se ha querido
ven confirmado que él es el Mesías. La profesión de Me- concluir que su decisión no formulaba una sentencia en sentido
sías la toman ellos en sentido político. Se ha logrado el estrictamente jurídico, sino que fue o bien una sentencia de ejecu-
fin. La entrega a las autoridades romanas está legitimada ción tras reconocimiento de la sentencia del sanedrín, o bien una
y promete éxito. El testimonio sobre Cristo es una espada entrega, sin forma, del acusado a los judíos. Es entender errónea-
mente los Evangelios y pedirles demasiado si se busca en ellos una
de dos filos: «Porque aroma de Cristo somos para Dios, relación protocolar del proceso. Lo que pretenden los Evangelios
tanto en los que se salvan, como en los que se pierden: en es mostrar qué significa el proceso de Jesús desde el punto de vista
éstos, fragancia que lleva de muerte a muerte; en aquéllos de la historia de nuestra salvación.
fragancia que lleva de vida a vida» (2Cor 2,15s). El juez es Poncio Pilato, procurador de Judea y Samaría
(26-36 d.C). Las fuentes judías contemporáneas (Filón y Flavio
Josefo) trazan de Pilato un retrato nada halagüeño. Su carácter
es presentado como inflexible y sin consideraciones. Se dice que
III. ENTREGADO A LOS GENTILES (23,1-25). cubrió de infamia el ejercicio de su cargo con sobornos, violen-
cias, rapiñas, malos tratos, amenazas, frecuentes homicidios sin
Los romanos dejaban a los pueblos sometidos su propia legis- sentencia judicial y crueldades intolerables81. Los Evangelios lo
lación, su jurisprudencia y su administración. Los judíos disfruta-
ban de privilegios especiales. En tiempos de los procuradores 80. Ci. J. BLINZLER, O.C, 196-198.
(desde el año 6 d.C.) podía el sanedrín de Jerusalén celebrar pro- 81. FILÓN, Lega.io ad Gaiwm 38.
268 269
pintan de manera completamente distinta: Pilato aparece pensando Según el estilo judío de Palestina, en los asuntos ofi-
jurídicamente, se esfuerza porque se haga justicia frente al odio ciales aparece siempre ante las autoridades romanas un
de los judíos, se muestra condescendiente, demasiado condescen-
contingente masivo de dignatarios. Se quiere hacer presión
diente con los judíos. De estos pareceres contradictorios se ha
querido concluir que la exposición de los Evangelios es completa- en Pilato. Algo análogo sucede a Pablo en Corinto: «Era
mente «ahistórica» (Klausner). Este juicio es insostenible. El cuadro entonces procónsul de Acaya, Galión. Y amotinados los
trazado por el escritor judío es seguramente unilateral, hostil, está judíos contra Pablo, lo condujeron al tribunal, diciendo:
basado en hechos que presentan al procurador bajo un aspecto Este hombre anda incitando a todos a dar culto a Dios en
desfavorable. Pilato mismo hubo de evolucionar bajo la presión
forma contraria a la ley» (Act 18,12). La pasión de Cristo
de los acontecimientos históricos. Cuando llegó a Palestina, el om-
nipotente prefecto de la guardia de Tiberio, Seyano, le confió, ha de levantar los ánimos de los cristianos: si son perse-
como a antisemita, la administración del país. Sin embargo, cuando guidos como Jesús, no les sucede nada extraño.
el año 31 cayó Seyano, y Tiberio trató con más consideraciones En las grandes fiestas, el procurador, que reside en
a los judíos, se vio Pilato forzado a seguir otra táctica. Tenía Cesárea marítima, va a Jerusalén y se aloja en el palacio
necesidad de amigos en Jerusalén, en Tiberíades (cerca de Herodes
Antipas) y en Roma. Los Evangelios retocaron sin duda el retrato
de Herodes, en el ángulo nordeste de la ciudad 82 . Allí
de Pilato, porque querían mostrar que también el procurador parece haber sido conducido también Jesús. Al tribunal ro-
romano había reconocido que Jesús no era peligroso políticamente mano no le interesan cuestiones religiosas ss . Por esto, la
y que fueron los sanedritas los que maquinaron la muerte de Jesús. acusación contra Jesús debe formularse políticamente, y
En Lucas es en quien más marcada está esta tendencia apologética, las reivindicaciones religiosas de Jesús deben interpretarse
porque escribe para un ambiente en el que el Estado romano
ejerce su autoridad, y redacta su Evangelio en una época en la también políticamente: su predicación ambulante se ex-
que puede mirar ya a no pocas experiencias pasadas, y piensa plica como subversión del pueblo, su reivindicación de
con una visión de la historia que presupone que la Iglesia debe mesianidad (Mesías, Cristo, ungido), como alta traición con-
establecerse en este mundo y en sus condiciones reales, entre las tra el emperador romano, que en Oriente es denominado
cuales se cuenta, no en último término, el Estado romano. El proce- rey. Con estos manejos nacionalistas que se echan en
so ante Pilato levanta los ánimos de la Iglesia de dos maneras:
muestra al mártir cómo da su testimonio ante las autoridades ro- cara a Jesús, se le hace aparecer marcado con el sello de
manas; el proceso es una apología del cristianismo ante el Estado afiliado al movimiento de los zelotas. Por esta razón debe
romano. también, por motivos religiosos, oponerse a que se pague
el tributo al César, aunque de palabra hubiera respondido
en otro sentido a esta cuestión. Lo que Jesús había evita-
1. ANTE PILATO (23,1-5). do constantemente, no se le toma en cuenta; se le echa en
cara aquello a que se había opuesto. La acusación se basa
1
Se levantó, pues, toda la asamblea en pleno, y lo lle- en sofismas y en embustes. Como ahora «toda la asam-
varon ante Pilato. 2 Y comenzaron a acusarlo: Hemos en-
contrado a este hombre pervirtiendo a nuestro pueblo, 82. Varían las opiniones acerca del lugar donde Jesús compareció ante
prohibiendo pagar los tributos al César y diciendo que él el tribunal romano: en el palacio de Herodes o en la torre Antonia (donde
comienza tradicionalmente ja calle de la amargura).
es rey, el Mesías. 83. Act 18,14s; 23,29; 25,18ss.
270 271
blea» de los sanedritas incita al procurador contra Jesús, «Tú lo dices» no quiere negar totalmente el título de rey.
así también más tarde los manejos calumniosos de los Jesús es el ungido, el Cristo, el Mesías, es el rey, pero... en
judíos incrédulos inducirán a las autoridades a proceder otro sentido. Entró en Jerusalén como rey mesiánico, monta-
judicialmente contra los cristianos. «Los judíos instigaron do sobre un asno. Viene a Jerusalén, pero no ocupa la ciu-
a las mujeres devotas y distinguidas y a los principales de dad, sino el templo. Ejerce su soberanía con autoridad,
la ciudad, y levantaron una persecución contra Pablo y Ber- pero enseñando. En Lucas está insinuado lo que la defensa
nabé, arrojándolos de sus confines» (Act 13,50)8*. La Igle- áz Jesús formula explícitamente en Juan: «Mi reino no
sia carga con la suerte de Cristo, y esto le comunica es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis
alientos. guardias habrían luchado para que no fuera yo entregado a
los judíos; pero mi reino no es de aquí... Tú dices que
3 yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido
Entonces Pilato le preguntó: ¿Eres tú el rey de los ju-
díos? Él contestó: Tú lo dices. ul mundo: para ser testigo de la verdad» (Jn 18,36s).
4
El procurador instituye un interrogatorio (23,14); de Dijo luego Pilato a ¡os sumos sacerdotes y al pue-
las tres acusaciones elige la fundamental: Jesús es rey. hlo: Yo no encuentro delito alguno en este hombre. 5Pero
Pilato formula la pregunta como corresponde al procurador ellos insistían con más ahínco: Está amotinando al pueblo
romano y como se la han insinuado los acusadores: en c(tn lo que enseña por toda Judea, desde que comenzó
sentido político, secularizada. Se evita la palabra Mesías \H.T Galilea hasta llegar aquí.
(ungido, Cristo). ¿Jesús, rey de los judíos ?¿Rey en sentido
político? ¿Rey en el sentido de los zelotas, que querían Los principales acusadores de Jesús son los sumos
sacudir por la fuerza la dominación romana? Si Jesús sacerdotes, los sacerdotes influyentes del sanedrín; a ellos
formula la pretensión de ser rey político de los judíos, les siguen las gentes del pueblo, una masa que se había
entonces, tarde o temprano, él y sus adeptos acabarán por reunido para asistir al proceso. Pilato declara a Jesús ino-
rebelarse contra Roma y negarse a pagar los impuestos. cente del delito de que se le acusa. Recela de la fidelidad
Todos los que después de Jesús formularon pretensio- (L ios judíos al emperador, y por el interrogatorio de
nes mesiánicas siguieron personalmente este camino o in- Jesús comprende que son ajenas a él las miras políticas;
dujeron a seguirlo a sus adeptos. ¿Pero la pretensión me- se hizo sin duda cargo de la esfera religiosa, en la que
siánica tiene sólo sentido político? Jesús esquiva dar una lenía sus raíces la acusación (cf. Jn 18,38). No quiere
respuesta clara: Tú lo dices, no yo. Estas palabras quie- mezclarse en asuntos y disputas religiosas (cf. Act 18,14s).
ren hacer reflexionar. El procurador romano piensa sólo Se intensifica la presión sobre Pilato mediante la masa
políticamente, entiende el título de Cristo sólo en sentido y con la tenaz repetición de las acusaciones. Con una
político. En este sentido no es Jesús rey de ¡os judíos. técnica semejante se había ya una vez ablandado a Pí-
lalo y se le había forzado a ceder. Ahora se pone en pri-
84. Cf. también Act 14,19; 17,5-8; 17,13; 18,12s; 24,1. mer término la subversión del pueblo. Se ha tocado direc-
272 273
S I , l.t 11, 18
tamente la esfera de poder del procurador y del Estado que había ofendido al insignificante príncipe semita, que
romano: Judea. Los intentos comenzaron en el foco de los gozaba del favor del emperador. El Evangelio no investiga
disturbios políticos, en Galilea. Allí estalló también la las razones políticas y psicológicas de esta medida, limi-
revuelta de Judas el Galileo (6 d.C). Entonces desempeñó tándose a señalarla por su significado en la historia de
un importante papel el censo de la población ordenado con nuestra salvación. En tiempo de persecuciones oraba así
vistas al pago de los impuestos (cf. Act 5,37). Jesús no a Dios la Iglesia de Jerusalén: «Señor, tú eres el que hizo
es una figura anodina. Viene del país de los rebeldes. el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto en ellos hay.
Fascina a las gentes por toda Palestina, hasta el territorio Tú, el que en el Espíritu Santo, por boca de nuestro padre y
de la jurisdicción de Pilato. El éxito religioso de Jesús siervo tuyo David, dijiste: ¿Por qué se amotinaron las na-
se presenta, con todos los medios, como éxito político, a ciones y los pueblos maquinaron cosas vanas? Se han jun-
fin de que se acabe con él. tado los reyes de la tierra y los príncipes se han confa-
bulado contra el Señor y contra su ungido. Porque en ver-
dad se confabularon en esta ciudad contra tu santo siervo
2. ANTE HERODES (23,6-12). Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato con los
gentiles y tribus de Israel, para hacer lo que tu mano y tu
6
Al oír esto Pilato, preguntó si aquel hombre era ga- designio tenía predeterminado que sucediera. Ahora, pues,
lileo, 7 y cuando se enteró de que pertenecía a la juris- Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos anunciar
dicción de Herodes, lo mandó a Herodes, que también con toda entereza tu palabra, alargando tu mano para que
estaba en Jerusalén por aquellos días. se hagan curaciones, señales y prodigios mediante el nom-
bre de tu santo siervo Jesús» (Act 4,24-30). Herodes y
Herodes Antipas, tetrarca de Galilea, era príncipe va- Pilato, judíos y gentiles son culpables respecto a Jesús,
sallo de Roma y gozaba de autoridad judicial soberana. Señor del mundo. Sin embargo, no pueden eliminar a Je-
Jesús, que procedía de Galilea y que además había inicia- sús, sino que tienen que cooperar para que Dios le dé el
do allí, por lo menos en parte, el «delito» que se le echa- señorío del mundo. La Iglesia amenazada y perseguida
ba en cara podía ser remitido al tribunal del señor de su cobra fuerzas de la pasión de Jesús. En el discurso esca-
región por el procurador de Judea. Entonces Herodes, por tológico se predice que los discípulos serán llevados por el
razón de la fiesta de pascua, se hallaba en Jerusalén. Solía nombre de Jesús ante reyes y gobernadores (21,12); Jesús
alojarse en el palacio de los Asmoneos, al oeste del tem- pasó anteriormente por ello. La Iglesia perseguida lleva
plo. Allá es remitido el acusado. La nueva vista de la consigo la persecución de Jesús. Su martirio tiene su razón
causa daría lugar por lo menos a que se pronunciase un de ser en el designio de Dios por el que también se hace
dictamen judicial o a que se fallase una sentencia decisiva comprensible el martirio de Jesús. Los cristianos, los sier-
(Act 25,13ss). Pilato quería desentenderse de aquel proceso vos de Dios, están asociados con el santo siervo de Dios,
molesto. Quizá esperaba también con este gesto de reco- Jesús, el que Dios ungió; están asociados con él, en la
nocimiento de Herodes reparar algunas provocaciones con persecución y en la gloria.
274 275
*Al ver Heredes a Jesús, se alegró mucho; porque las manos vacías (9,9; 8,19ss). Quien reclama signos no
desde hacía bastante tiempo estaba deseando verlo por lo recibe otro que la predicación de conversión y penitencia
que habla oído acerca de él, y hasta esperaba verlo hacer (ll,29ss).
algún milagro. 9 Hízole, pues, muchas preguntas; pero él El silencio de Jesús es señal del siervo de Yahveh:
nada le respondió. «Como cordero llevado al matadero, como oveja muda
ante los trasquiladores» (Is 53,7). El silencio es para los
El tetrarca de Galilea es caprichoso, condescendiente griegos signo de la divinidad: el silencio, símbolo de Dios.
con jovialidad, religiosamente indiferente, hombre de mun- Bajo este silencio no se oculta la impotencia, que aguar-
do, amigo de construcciones fastuosas y de banquetes opí- da el día de la venganza, sino la callada obediencia a los
paros, un hombre que quiere vivir tranquilo, diplomático designios de Dios.
astuto que va en busca de sensación, algo así como son
caracterizados los atenienses: «Los atenienses... no se 10
Entre tanto, los sumos sacerdotes y los escribas esta-
ocupan en otra cosa que en decir u oír la última novedad» ban allí, acusándolo con vehemencia. ll Entonces Herodes,
(Act 17,21). con su escolta, después de tratarlo con desprecio y de bur-
Herodes se alegra al ver a Jesús. Espera ver algún larse de él, mandó ponerle una vestidura espléndida y lo
milagro del taumaturgo. Los prestidigitadores entretie- devolvió a Piloto.
nen al público de la corte con sus juegos de manos.
Jesús proporcionará a Herodes un cosquilleo divertido... Los sanedritas de JerusaLén podían temer que el prín-
Pablo experimentará algo parecido en el Areópago por cipe galileo interviniera en favor del galileo Jesús y des-
parte de los filósofos epicúreos y estoicos: «Tú traes algo baratara sus planes de acabar con él. El tetrarca gustaba
que suena extraño a nuestros oídos. Nos gustaría saber ya de oir en otro tiempo al Bautista (Me 6,20) y se había
lo que esto quiere decir» (Act 17,19s). Los más santos interesado por Jesús (9,9). Las acusaciones se hacen vio-
designios de Dios se rebajan al nivel de sensaciones. Tam- lentas. La fuerza persuasiva que falta se suple con tena-
bién esto es persecución... cidad y obstinación. También la sesión ante Herodes se
Jesús no responde con palabras ni con obras. Sus mi- cierra con sentencia absolutoria. Jesús es más ridículo
lagros son signos del reino de Dios que se inicia. Su pala- que peligroso, más un soñador ajeno a la realidad, que
bra es mensaje profético que llama a la decisión de fe y un rebelde político; candidato a la carona, pero no rey; un
sitúa ante la alternativa de salvación o ruina, de vida o quijote, pero no un revolucionario. Herodes manda po-
muerte. El poder de hacer milagros y la palabra no se han ner a Jesús una vestidura espléndida, una toga candida.
dado a Jesús para su propia utilidad. Contra tal oferta del Jesús lleva ahora la vestidura de pretendiente. Es declara-
tentador se decidió también Jesús al comienzo de su acti- do candidato ridículo al trono, y como tal es ridiculizado.
vidad (4,1-13). Tampoco ahora cae en la tentación, ahora La reivindicación de realeza de Jesús, que n o se
que se halla ante la decisión por la libertad o la condenación. acredita con poder y esplendor regio (cf. Jn 18,36), como
Quien pide signos, por el mero gusto de ver, se marcha con piensan los hombres, no se toma en serio, es ridiculizada,
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caricaturizada. Un pobre loco... Un idealista ajeno a la tampcco Herodes, por lo cual nos lo ha devuelto. Por con-
realidad... Escándalo para los judíos, locura para los gen- siguiente, ya veis que no ha hecho nada que merezca la
tiles... (ICor 1,23). muerte. 16 Así que le daré un escarmiente y lo pondré en
libertad.
12
Y aquel mismo día, Herodes y Pílala, que antes es-
taban enemistados entre sí, se hicieron amigos. La masa ante la cual celebra el proceso Pilato ha au-
mentado aún más. Pilato ha convocado a los sumos sacer-
Pilato había hecho colocar escudos votivos en su pala- dotes, a los jefes y al pueblo. En un principio estaba la
cio de Jerusalén. Los judíos veían en ello una provoca- entera asamblea de los sanedritas (y la guardia, 23-1),
dora profanación de la ciudad santa mediante signos pa- luego los sumos sacerdotes y el pueblo (2,4), ahora los su-
ganos. Una embajada judía se presentó en Roma ante el mos sacerdotes y los jefes (los ancianos o miembros restan-
emperador Tiberio con quejas contra Pilato. En esta em- tes del sanedrín, descontando sacerdotes y el pueblo — pue-
bajada había tomado parte también Herodes Antipas. blo de Dios—, que hasta ahora estaba del lado de Jesús.
Ésta pudo ser una razón de la enemistad. Remitiendo a El entero pueblo judío tiene que habérselas con Jesús.
Jesús al tribnal de Herodes reconoce Pilato públicamente Se halla ante su gran decisión histórica. Herodes y Pilato
la soberanía de Herodes y entabla así de nuevo relaciones se confabulan con los gentiles y el pueblo de Israel para
normales con el tetrarca. El Evangelio ve en esta reconci- hacer lo que ha prefijado la mano de Dios y su poderoso
liación aspectos de historia de la salud. Herodes y Pilato, designio.
judíos y paganos, se reúnen en Jerusalén contra el santo Pilato proclama el resultado del proceso. La acusa-
siervo de Yahveh, al que Dios ha ungido como Mesías. ción se compendia en un punto: agitación del pueblo contra
Judíos y paganos declaran su inocencia, pero al mismo el Estado romano. La investigación ha conducido a la
tiempo se hacen culpables contra él. Comienza ya la gran conclusión de que la acusación no está justificada. La vista
obra de la unión, que se consuma cuando Jesús es exalta- de la causa se ha efectuado ante el pueblo con plena pu-
do y glorificado (cf. Is 49,7-13). Jesús «es nuestra paz» blicidad. Todos podían convencerse de que Pilato no ha-
(Ef 2,14). bía obrado ilegalmente. La sentencia de Pilato se ve
confirmada también por la de Herodes. El veredicto reza
así: Jesús no ha cometido ningún delito digno de muerte.
3. CONDENADO (23,13-25). La inculpabilidad política de Jesús indica que la causa
que sostiene no va contra los intereses del Estado. La sen-
13
Entonces Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a tencia era de importancia fundamental para la Iglesia que
los jefes y al pueblo, H y les dijo: Me habéis traído a este se iba propagando en el imperio romano. El Estado roma-
hombre como agitador del pueblo; pero ya veis que yo, no conoce y reconoce lo inofensivo de la acción y del men-
tras haber hecho la investigación delante de vosotros, no saje de Jesús. El juez conoce los sentimientos y la volun-
encontré en él delito alguno de esos que le acusáis. 15 Ni tad de los sumos sacerdotes y de la masa que los sigue.
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Se declara pronto a hacer una concesión. Antes de dejar en voltoso y homicida y se exige que se elimine violenta-
libertad a Jesús, será sometido a la pena de azotes (Me mente a Jesús. Después de la resurrección dirá Pedro a
15,15). La flagelación se efectúa de una manera bárbara. los judíos: «El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el
Se despoja de los vestidos al reo, se lo ata a un poste o a Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús,
una columna, o se lo tendía en el suelo, y luego era azo- a quien vosotros entregasteis y negasteis en presencia de
tado por varios verdugos hasta que estos se cansaban, o Pilato, mientras éste se inclinaba a dejarlo en libertad.
colgaba la carne en jirones del cuerpo ensangrentado. Por Vosotros, pues, negasteis al santo y al justo, y pedisteis
lo regular acompañaba la flagelación a la crucifixión (Me que se os hiciera gracia de un asesino» (Act 3,13s). Los
15,15). Pilatos quiere ordenarla como castigo separado marcados contrastes son tremendamente trágicos. El pue-
(Jn 19,1-5). Lucas evita la palabra «azotar», tampoco ha- blo se decide contra el santo y justo en favor de un re-
bla de la ejecución de este castigo. Tiene consideración con voltoso sin escrúpulos; contra el autor de la vida que guía
los romanos. Pilato sucumbe a la obstinación de la masa a la vida, en favor de uno que destruye la vida.
y se lanza así por un camino fatal. Se convierte en ins-
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trumento del sanedrín, que quiere acabar con Jesús. El Pilato, deseoso de poner en libertad a Jesús, les di-
sanedrín tiene mayor culpa que Pilato (Jn 19,11). rigió de nuevo la palabra. 21 Pero ellos seguían gritando:
¡Crucifícalo, crucifícalo! 22 Insistió Pilato por tercera vez:
17
En cada fiesta tenía que soltarles un preso. uPero ¿Pues qué mal ha hecho éste? Yo no he encontrado en él
ellos comenzaron a gritar todos en masa: ¡Fuera con él! ningún delito de muerte; así que le daré un escarmiento
¡Suéltanos a Barrabás! 19 A éste lo habían metido en la y lo pondré en libertad.
cárcel por un motín ocurrido en la ciudad y por un
homicidio. Desde la acusación de alta traición está la pena de
muerte en el trasfondo del proceso, se reclama luego abier-
El procurador tenía que libertar un preso en la fiesta tamente (23,18), y al final se determina bajo la forma
de la pascua. Esto se debía, sin duda, a un privilegio que de crucifixión (23,21). En el derecho romano se conside-
los romanos habían otorgado a los judíos 85 . La masa lanza raba la alta traición como delito capital y se castigaba
el nombre de Barrabás en medio del proceso. Este hom- según los casos con la cruz, con la entrega a las fieras en
bre había combatido por la independencia, había amoti- el circo o con la deportación a una isla. Los miembros
nado al pueblo y en una revuelta había cometido un homi- dirigentes del consejo supremo de los judíos traman para
cidio. Es culpable precisamente de eso de que los sanedri- Jesús la muerte en cruz. Hay que acabar absolutamente
tas acusan a Jesús. Sin embargo se pide la libertad del re- con él. El que muere crucificado pierde la vida, la honra,
la existencia delante de Dios. La Escritura dice: «Es mal-
85. Se puede discutir la autenticidad del v. 17; seguramente se tomaría
dito el que está colgado» (Dt 21,23; cf. Gal 3,13).
de Me 15,6, y se insertarla aquí para mejor inteligencia del hecho. Diversas Por tercera vez reconoce Pilato la inocencia de Jesús
indicaciones en el Talmud y en textos jurídicos paralelos confirman este uso
transmitido en los Evangelios (cf. J. BLINZLER, o.c, 232-235). (23,4.13-16.22). Las declaraciones de inculpabilidad van
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in crescendo: la primera es el resultado de la investiga- Pilato sucumbe ante el griterío fanático de las masas.
ción de Pilato, la segunda es además apoyada por Here- Los acusadores lo dominaban con su griterío; él sucum-
des, la tercera tiene lugar en presencia del rebelde y homi- bió a sus fanáticas exigencias. Su griterío se impuso. El
cida. Así aparece un hombre que ha perpetrado eso por lo furioso gritar aparece casi despersonalizado. En este gri-
cual es acusado Jesús... ¿Pues qué mal ha hecho éste, terío confuso actúa el poder de las tinieblas. Tras la masa
Jesús? Ecce homo (Jn 19,5). del pueblo y sus dirigentes combate el poder de las tinie-
Cada vez que Pilato declara la inocencia e inculpa- blas contra el Señor de la gloria (22,53; cf. ICor 2,6ss).
bilidad de Jesús se endurece la actitud de la muchedumbre.
24
Los sumos sacerdotes y el pueblo persisten en la resisten- Por fin, Pilato decretó que se ejecutara lo que ellos
cia (22,5), el pueblo entero grita (sin interrupción): ¡Cru- pedían. 25 Puso, pues, en libertad al que ellos reclamaban,
cifícalo! (22,18). Ininterrumpidamente gritan a lo que dice al que había s'do encarcelado por motín y homicidio, y
Pilato: ¡Crucifícalo, crucifícalo! Tres veces intenta Pilato a Jesús lo entregó al arbitrio de ellos.
ganarlos para su sentencia. Lo remite al tribunal de He-
rodes (22,7); quiere escarmentarlo (22,16); repite esta cruel Las palabras no contienen una sentencia expresa de
solución de compromiso (22,22). No los jueces romanos, muerte del juez Pilato. Indicios no faltan de que tal sen-
sino las multitudes de los judíos, que acusan a Jesús ante tencia fue fallada de hecho. Pilato se sentó en el tribunal
su tribunal, son las que empujan a la muerte a Jesús. Lu- para dictar la sentencia (Jn 19,13). La tabla en que se noti-
cas no sitúa en el campo visual la débil condescendencia, ficaba la culpa indica que Jesús fue condenado por alta
la deficiencia e injusticia de Pilato, sino la creciente obs- traición (23,38). La ejecución de la condena fue llevada a
tinación de los enemigos de Cristo. Ahora se colma la cabo por soldados romanos (23,47). ¿Por qué se expresa
medida de la oposición a Dios. Dando una mirada retros- Lucas de una manera tan velada: «Pilato lo entregó al ar-
pectiva a la historia del proceder de Dios con su pueblo, bitrio de ellos»? La voluntad de los judíos que estaban an-
saca Esteban la siguiente conclusión en su discurso ante el te el tribunal de Pilato era que Jesús fuera crucificado.
consejo supremo: «¡Gentes de dura cerviz e incircuncisos Pedro declara en su primer sermón el día de pentecostés:
de corazón y de oídos! Siempre estáis resistiendo al Espí- «Hombres de Israel, oíd estas palabras: a Jesús de Na-
ritu Santo. Como vuestros padres, igual vosotros. ¿A quién zaret, hombre acreditado por Dios ante vosotros con mi-
de entre los profetas no persiguieron vuestros padres? Has- lagros, prodigios y señales que por él realizó Dios entre
ta dieron muerte a los que preanunciaban la venida del vosotros, como bien sabéis; a éste, entregado según el plan
Justo, de quien vosotros ahora os habéis hecho traidores definido y el previo designio de Dios, vosotros, crucificán-
y asesinos» (Act 7,5ls). dolo por manos de paganos, lo quitasteis de en medio»
(Act 2,22s)8". La culpa más profunda de la crucifixión
23
Pero ellos insistían, pidiendo a grandes voces que de Jesús recae sobre los dirigentes judíos y el pueblo de
juera crucificado, y su griterío se hacía cada vez más
violento. st,. Cf. también Act 2,36; 3.15; 5,30; 7,52; 13,27=; ITes 2,14ss.
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Jerusalén, que con su griterío se prestó como instrumento tratado por Pilato. Para no implicarse en dificultades polí-
al odio de aquéllos. No se puede hablar de culpa colectiva ticas se entrega a Jesús, como más tarde los procuradores
de todos los judíos. En la parábola de los viñadores mal- romanos Félix y Festo estarán a punto de sacrificar a
vados patentiza Jesús la culpa de los escribas y pontífices Pablo, entregándolo a sus fanáticos adversarios (Act 24,
en su muerte (20,16.19). A los habitantes de Jerusalén se 25ss; 25,9). El tiempo de la Iglesia es esencialmente tiempo
predice la destrucción de su ciudad, porque ésta no ha de pasión, cuyos aprietos y tentaciones sólo cesarán cuan-
aceptado y reconocido la misericordiosa visita de Dios por do venga el Hijo del hombre. El Señor conforta a su
medio de Jesús (19,43ss). La voluntad de los judíos que Iglesia, porque él fue el primero en experimentar el destino
estaban delante de Pilato era que Jesús fuera crucificado. de ser condenado por alta traición y como causante de
El procurador romano entrega a Jesús. Había hecho desórdenes, mientras que se dio libertad al verdadero reo
todo lo imaginable por establecer la inculpabilidad políti- de alta traición y homicida.
ca de Jesús. La masa de pueblo judía, bajo la guía de los La resolución de condenarle a muerte, adoptada por los
sanedritas, lo forzó con todos los medios a condescender. sanedritas, puede realizarse. La historia de cómo se realizó
Pilato queda en gran manera descargado. Al evangelista, comenzó con la promesa de entregárselo hecha por Judas.
al hacer su exposición, no le interesa precisamente investi- Termina con las palabras «y a Jesús lo entregó (Pilato)
gar la culpa por la ejecución de Jesús y repartirla equita- al arbitrio de ellos». La palabra «entregar» caracteriza
tivamente. Para la misión de la Iglesia era más importante no sólo al principio y al fin del proceso de Jesús, sino a la
poner a plena luz el testimonio del juez romano, a saber, pasión entera; según las actas judías de procesos y de
que Jesús y su causa no son sospechosos políticamente ni martirios, se entrega al mártir en manos de los que han
peligrosos para el Estado. El Estado romano no tiene mo- de atormentarlo y matarlo 87 . La palabra «entregar» ex-
tivo alguno para perseguir a la Iglesia, puesto que por presa, juntamente con el acontecimiento histórico, también
razón de su fundador no tiene veleidades ni aspiraciones su interpretación. La entrega no es sólo obra de hombres,
de influencia política. Las autoridades romanas no deben sino en último término obra de Dios. El Señor lo entregó
dejarse influenciar y engañar por las calumnias judías por nuestros pecados (Is 53,12). En la entrega de Jesús
contra los apóstoles de Cristo, propaladas por todas las a la voluntad de los judíos se cumplió la propia voluntad
ciudades del imperio romano, ni deben dar crédito a tales de Dios revelada en la Escritura (24,26s) 88 . En el mar-
patrañas. tirio no sólo se desencadena poder humano; se trata tam-
Para la Iglesia es siempre el proceso de Jesús un do- bién de un drama salvífico divino.
cumento que le muestra cómo debe comportarse frente
al Estado. Es también un documento por el que puede
ver el Estado cómo ha de entender debidamente a la
Iglesia. Lo que experimentó Jesús ante el tribunal de Pilato
levanta los ánimos de la Iglesia cuando ésta se ve tratada 87. Cí. también Act 21,11; 28,17.
por los poderosos y jueces de la tierra como Jesús fue 88. Act 2,23; 3,18; 13,27; 26,23.
284 285
lo aguardaba, clavado en tierra, en el lugar de la ejecu-
ción. El evangelista no habla de todo lo que estaba impli-
IV. LA MUERTE DE JESÚS (23,26-56). cado en este sencillo «lo conducían». Sólo pone de relieve
lo que sirve para animar a los mártires cristianos.
En el camino echan mano de Simón de drene para
que lleve la cruz de Jesús. Lucas elige un término civil
El camino de Jesús hacia la muerte y su muerte misma
en lugar del militar empleado por Marcos (15,21): «lo
se presentan de tal modo que Jesús aparece ante la Igle-
obligaron». Las tropas romanas de ocupación tienen dere-
sia como mártir. En el martirio se da conocimiento a la
cho a enrolar a cualquiera para servicios públicos. Lucas
misión y la vida de Jesús. El triunfo del martirio se mani-
tiene consideración con los romanos; la ejecución de Je-
fiesta ya antes de que Jesús haya expirado. La Iglesia
sús no aparece como obra de los soldados romanos. Simón
perseguida experimenta con Jesús el poder en la impotencia
vuelve del campo, de su terreno que había comprado qui-
de la muerte en el martirio.
zá para cavar un sepulcro. Era judío de la diáspora, que
venía de Cirene —quizá para prepararse para la vida fu-
tura en la proximidad del templo; se creía, en efecto, que la
1. VÍA DOLOROSA (23,26-32).
resurrección de los muertos comenzaría en el monte de
26 Sión. Simón lleva la cruz detrás de Jesús; con ello cumple
Cuando lo conducían, echaron mano de un tal Simón
lo que exige Jesús a sus discípulos: «El que quiere venir en
de drene, que volvía del campo, y lo cargaron con la
pos de mí (ser mi discípulo), niegúese a sí mismo, cargue
cruz, para que la llevara detrás de Jesús.
cada día con su cruz y sígame» (9,23). «Quien no lleve su
cruz y viene tras de mí, no puede ser mi discípulo» (14,27).
Por lo regular, la sentencia se ejecutaba inmediata-
El sentido del martirio cristiano consiste en llevar cada
mente después de su promulgación. De la ejecución se en-
uno su propia cruz juntamente con Cristo que lleva la cruz.
cargaba la guardia del procurador cuando imponía Pilato
También la cruz cotidiana, impuesta por la vida cristiana
un castigo militar. Lo conducían. Lucas no hace mención
con los imperativos del día —la Iglesia es Iglesia perse-
de los soldados romanos. Tampoco contó cómo se habían
guida— forma parte del llevar la cruz de Jesús.
burlado de Jesús (Me 15,16s). No son los romanos los
que cargan con la culpa de los tormentos y de la ejecución
27
de Jesús, por lo menos no cargan con la culpa principal Una gran muchedumbre de pueblo lo seguía, y tam-
(Jn 19,11). El camino del palacio de Herodes hasta el lu- bién mujeres, las cuales iban llorando y lamentándose por
gar de la ejecución fuera de las murallas de la ciudad (Mt él. 28 Vuelto Jesús hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén,
28,11; Jn 19,20) era de unos 300 metros. Pasaba por ca- no lloréis por mí; llorad, más bien, por vosotras y por
lles animadas, pues la pena de crucifixión debía servir de vuestros hijos. 29"Porque se acercan días en que se dirá:
escarmiento. Jesús llevaba, como era corriente, el palo ¡Dichosas las estériles! ¡Bienaventurados los senos que no
transversal de la cruz. El palo largo, el madero vertical, engendraron y los pechos que no criaron! 30 Entonces se
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pondrán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a rad por vosotras y por vuestros hijos. La ciudad, que en
los collados: Sepultadnos. 31 Porque, si esto hacen con el todo tiempo resistió a los profetas y les dio muerte, que
leño verde, ¿qué no se hará con el seco? con lo que ahora sucede colma la medida del empederni-
miento, esta ciudad recibirá su castigo 89 . Le sobreven-
El «pueblo», el pueblo de Dios, vuelve a aparecer drán cosas intolerables. Lo que regularmente es la mayor
aquí, y también las mujeres que en los entierros judíos felicidad, se convertirá en infortunio. Entonces se felici-
suelen encargarse de las lamentaciones por el difunto tará a las madres que no tengan hijos. La vida será tan
(8,52). El círculo de las plañideras y de los que se lamen- insoportable que será preferida la muerte. El juicio y cas-
tan se amplía hasta convertirse en un duelo del pueblo, tigo de Jerusalén es el remate de una historia milenaria de
cuando se trata de la muerte de personalidades destacadas. infidelidad y rebeldía contra Dios. Es al mismo tiempo mo-
Los judíos no permiten que se hagan lamentaciones en delo y símbolo del juicio universal sobre todo lo malo,
público por los que mueren en el patíbulo (Dt 21,22s). Je- sobre todos los repudios de las ofertas de gracia hechas
sús, sin embargo, es objeto de tales lamentaciones — las por Dios y sobre todos los poderes hostiles a Dios.
mujeres se golpeaban el pecho y lloraban — en el camino Jesús piensa, más que en su desgracia, en la triste
hacia el lugar de la ejecución. A él se le hacen como a suerte de Jerusalén y de sus habitantes. Llorad por vos-
maestro, profeta y rey de su pueblo. Las mujeres que se otras y por vuestros hijos. Su palabra profética exhorta
lamentan dan un testimonio valeroso de que Jesús no era a la conversión y a la penitencia. La vista de la ciudad
un criminal. Hombres temerosos de Dios guardaron también (19,41) y el contacto con sus habitantes, que tienen buenos
gran luto por el mártir Esteban (Act 8,2). sentimientos para con él, le impele a revelar el fin de esta
A las mujeres que se lamentan habla Jesús como pro- ciudad y el amor que le tiene. Su camino a la cruz realiza
jeta, lleno de soberanía y de grandeza. Sus palabras están todos los planes de Dios. Con la lamentación sobre Jeru-
revestidas del lenguaje de los profetas de infortunio: «Hi- salén entra él en la ciudad de su muerte y de su repudio
jas de Jerusalén» (Is 3,16), «Se acercan días» (Am 4,2), y reprobación; en presencia de las mujeres que se lamen-
«Dirán a los montes: Caed sobre nosotros...» (Os 10,8). tan y que deben llorar por la ciudad, la abandona para
Jesús había actuado como profeta, y como profeta lleva a sufrir la muerte que ella le tiene preparada. No ha reco-
término su obra. Por parte de la ciudad que asesina a los nocido Jerusalén lo que había de proporcionarle la paz.
profetas, sufre ahora el destino de muerte de todos los Lo grave de la hora se dibuja en la marcha misma
profetas (13,34). Jesús es fiel hasta el fin. La constancia y de Jesús hacia la muerte. El juicio comienza por él, el
perseverancia es su grandeza, y también la grandeza de Justo. Él es el Siervo de Dios, que en forma vicaria sufre
los cristianos, porque el tiempo de la Iglesia es tiempo de por los muchos, pero con ello no queda sin vigor la sen-
persecución (21,19). tencia sobre aquellos por quienes él sufre. Lo que sucede
El camino, la marcha de Jesús hacia la muerte es más con Jesús es advertencia y llamamiento a la conversión.
que una lamentable catástrofe personal. No lloréis por mí.
Su ejecución atrae sobre Jerusalén el castigo de Dios. Llo- 89. ll,50s; 13,34s; 19,11-27.41-44; 20,9-19; 21,20-24.
288 289
NT. Le I I , 19
Si el juicio de Dios le alcanza en forma tan dura a él, el
inocente, ¿qué sucederá a aquellos que no carecen de cul- 2. E N EL CALVARIO (23,33-43).
pa? Jesús se sirve de un proverbio: «Si el fuego ataca
al leño verde, ¿qué han de hacer los que están secos?» a) Crucificado (23,33-34).
El mártir que expía por los otros quiere sacudir los áni-
mos. De la Iglesia de los mártires dice Pedro: «Porque 33
Cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera,
es ya el tiempo de que comience el juicio por la casa de lo crucificaron allí a él y a los malhechores: uno a la de-
Dios. Y si empieza por nosotros, ¿cuál será el final de los recha y otro a la izquierda. M Jesús decía: Padre, perdó-
que se rebelan contra, el Evangelio de Dios? Y si el justo a nalos, porque no saben lo que hacen. Luego se repartieron
duras penas se salva, ¿dónde podrá presentarse el impío y sus vestidos echando suertes.
pecador?» (IPe 4,17s).
290 291
por el hecho de ser Jesús computado entre los criminales Con esto no se niega la culpa. Si no hubiese habido culpa,
en su calidad de mártir y Siervo de Dios, surge una espe- habría estado de sobra la intercesión de Jesús. El proceso
ranza luminosa: «Por eso yo le daré por parte suya mu- ha demostrado que sus adversarios no han escatimado
chedumbres, y recibirá muchedumbres por botín; por ha- mentiras ni odios, obstinación y presión sobre el juez, con
berse entregado a la muerte y haber sido contado entre los objeto de lograr su intento.
pecadores» (Is 53,12). La imagen de Cristo levanta los Pero ¿tienen plena conciencia de lo que significa su
ánimos de los cristianos cuando también ellos son ejecu- suplicio? Están crucificando a Cristo, al Hijo de Dios, al
tados como criminales por el nombre de Jesús. Hijo del hombre (22,66ss). Conocemos las palabras de
Jesús ruega por sus enemigos y por los que lo atormen- Pedro, que censuró a los judíos de Jerusalén primeramente
tan 90 . Los tormentos y la injusticia no pueden retraerlo con estas palabras: Vosotros «disteis muerte al autor de la
del amor. En su derrota sais victorioso. Lo que enseñó, lo vida», pero inmediatamente añade: «Ahora bien, herma-
vive. Él mismo predicó el amor a los enemigos: ahora nos, yo sé que obrasteis por ignorancia, como asimismo
él también ora por sus enemigos, como lo había exigido vuestros jefes» (Act 3,15.17). Pablo concuerda con él en el
(6,35). Se mantiene fiel a su palabra, aun en las horas tene- discurso que pronunció ante los judíos en Antioquía de
brosas. Trata de hacer entrar dentro de sí a Judas en el Pisidia: «Porque los habitantes de Jerusalén y sus jefes,
momento mismo en que lo entrega; sana la oreja del criado al condenarlo, cumplieron, sin saberlo, las palabras de los
herido, que había acudido para participar en su captura; profetas que se leen cada sábado» (Act 13,27). Tampoco
ora por sus enemigos mientras lo crucifican. El Crucifi- Pedro y Pablo absolvieron a los judíos de toda culpa; en
cado es la ilustración de la predicación de Jesús, arquetipo efecto, la ignorancia y el no reconocer no se limitan a la
de vida cristiana, de oración y de sufrimiento. «Para esto esfera del conocimiento, sino que tienen también que ver
fuisteis llamados. Porque también Cristo sufrió por vos- con la decisión de la voluntad. «El no reconocer no es
otros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas» simplemente no estar uno orientado, lo cual, en cuanto
(IPe 2,21). tal, se puede excusar, sino que es también un delito sujeto
Con su oración se constituye Jesús en abogado y sumo a la ira de Dios y tiene necesidad de perdón.» Sin embargo,
sacerdote (Heb 7,25; Un 2,1) por sus «traidores y ase- sólo después de la resurrección de Jesús es inexcusable
sinos» (Act 7,52). Para obtener lo que va a implorar pone el no haber creído en su mesianidad. Hasta entonces no
Jesús en juego toda la intimidad que lo une con Dios y a tomó Dios en cuenta los «tiempos de la ignorancia», no
Dios con él, y que se expresa con la palabra Padre (abba, los castigó como correspondía; ahora, después de la resu-
más bien «papá»). Además, excusa todavía lo que están rrección, se produce una mutación (Act 17,30). La oración
.haciendo los que lo atormentan y los que los apoyan, sus del perdón y del amor a los enemigos ilumina los tiempos
adversarios entre los judíos. «No saben lo que hacen.» de persecución de la Iglesia. El protomártir Esteban, bajo
las pedradas mortíferas, cae de rodillas y clama con fuerte
90. El v. 34 falta en toda una serie de antiguos e impor.antes manus- voz: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado» (Act
critos. La palabra parece haber resultado molesta para la polémica contra
los judíos y su culpa en la muerte de Jesús (cf. 22,43s). 7,60). Se dirige al Cristo glorificado, al que Dios ha trans-
292 293
mitido el poder de juzgar, y ora con su espíritu. Jesús es nales; los vestidos, como derecho de sus verdugos. Todo
modelo y fortaleza de los mártires. lo entregó para hacer bien a los que le odian. Sólo una
Jesús deja muy atrás a los mártires judíos. Sus figuras cosa le ha quedado: el Padre, abba. Él quiere enriquecer
son veneradas. No puede uno menos de conmoverse al a los pobres, como lo anuncia el Salmo de pasión que aca-
leer el martirio de los hermanos Macabeos y de su heroica ba de insinuarse: «De ti parten mis loores en la gran
madre (2Mac 7). ¿Cómo se comportan con sus enemigos? asamblea, ante los que te temen cumpliré yo mis prome-
Amenazan al rey que los manda atormentar: «Pero tú sas. Los pobres comerán hasta saciarse, los que buscan al
no creas que quedarás impune por haber osado luchar Señor le alabarán: su corazón ha de vivir para siempre.
contra Dios» (2Mac 7,19). Insultan a sus enemigos, los Recordarán y volverán hacia el Señor todos los confines de
escarnecen y excitan su furor, los anatematizan y les anun- la tierra: ante él se postrarán las familias todas de las
cian terribles castigos (4Mac 9,15). Jesús perdona, excusa, gentes.
ora por el perdón de sus adversarios. El reino es del Señor y él es el que domina en las
Los judíos aguardan de los ajusticiados una confesión naciones. Sólo a él han de adorar los satisfechos de la
de culpabilidad. El ladrón arrepentido hizo tal confesión tierra, ante él se inclinarán los que bajan al polvo... Su
(23,41). Jesús es el Santo y Justo, pero carga con la culpa descendencia ha de servirle, del Señor se cantará por las
de todos, y ora por ellos, particularmente y en primer lu- generaciones. A medida que vengan, dirán de su justicia,
gar por los que se han desmandado contra él. Antes de a las gentes que nazcan, lo que ha hecho» (Sal 22[21],26-31).
morir cumple toda justicia, la justicia que él mismo exi-
gía; porque es misericordioso como es misericordioso el
Padre que está en los cielos (cf. 6,36). b) Escarnecido (23,35-38).
Los vestidos y los pocos efectos de los ajusticiados, que
eran crucificados desnudos, pertenecen a los verdugos. Para 35
El pueblo estaba allí mirando. Y también los jefes
decidir lo que corresponde a cada uno, se echan suertes. arrugaban la nariz, diciendo: Ha salvado a otros; pues
El sorteo de las vestiduras de Jesús se refiere con las pa- que se salve u sí mismo, si él es el ungido de Dios, el
labras del Salmo 22(21), 19. El designio y plan salvífico de elegido.
Dios quiere que Jesús muera en la mayor pobreza y des-
honra. En el camino hacia su «elevación» habló Jesús con Se hace distinción entre el pueblo (pueblo de Dios)
frecuencia e insistentemente de la pobreza y del hacerse y sus jefes. El pueblo se ha quedado allí y está mirando.
pobre; ahora se le quita todo lo que posee, y él lo da da El pueblo lo había escuchado en el templo, nunca aparece
buena gana, porque así lo quiere Dios. Cuando entró Jesús activo en el proceso; ahora está otra vez presente. Tam-
en este mundo fue envuelto en pañales por María; antes bién el pueblo arrugaba la nariz, como los jefes. Lo que
de salir de la vida, son repartidos sus vestidos. ve y experimenta bajo la cruz es superior a él. La muerte
Todo lo que tenia se le ha quitado: la libertad con en cruz de Jesús es la gran prueba de la fe, que constan-
la crucifixión; la honra, al ser contado entre los crimi- temente se debe intentar superar. ¿Puede este crucificado
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ser el salvador, el Mesías, si él mismo no se puede sal- el Salmo: «En mi sed me abrevaron con vinagre» (Sal
var? El pueblo no dice nada ni participa activamente en 69[68],22). Jesús se ve atormentado en su angustia.
las burlas de Jesús, pero interiormente no acaba de vencer El título de rey de los judíos ocupaba el centro del
el escándalo que le ocasiona la muerte en cruz del Mesías. proceso. Este título es la culpa de Jesús. ¿Qué clase de
¿No intervendrá Dios cuando se ve aniquilado su ungido, rey es éste? Impotente y colgado de la cruz, un auténtico
su elegido, cuando perece el mártir miserablemente? rey de los judíos, sometidos a los romanos. El rey de los
Los jefes del pueblo «arrugan la nariz», tuercen los judíos no puede salvarse: menos podrá salvar a su pue-
labios, desprecian a Jesús y se creen legitimados para ello. blo. El Mesías rey crucificado es escándalo para los judíos,
Las mofas compendian lo que está contenido en los títulos necedad para los gentiles (ICor 1,23).
de Jesús: salvador, ungido de Dios y Mesías (9,35), elegido, Cuando los delincuentes se dirigen al lugar del supli-
siervo de Dios (9,35; Is 42,1) e Hijo de Dios. Si Jesús es cio, llevan colgada al cuello una tabla blanca o se lleva
todo eso que dicen estos títulos y tiene el poder que en ésta delante de ellos. En la tabla va escrita la culpa con
ellos se expresa, ahora es cuando tiene que demostrar este grandes letras negras o rojas. También la inscripción en
poder y salvarse... Con semejante tentación comenzó su la tabla que se clavará sobre la cruz servirá para ridiculi-
obra (4,3), la misma se le ofrece en Nazaret, su ciudad zar la realeza de Jesús. Ahí está éste, el crucificado... el
paterna (4,23); la misma concluye también su camino por rey de los judíos... Pilato y los soldados se burlan de
la tierra y se le plantea como objeto de decisión antes de Jesús como el sanedrín se burla de los judíos. Judíos y
ser glorificado. Que la impotencia haya de demostrar el gentiles se confabulan para ridiculizar la realeza de Jesús.
poder de Jesús, es cosa que no se puede comprender. Este Las mofas contra Jesús alcanzan también a su Iglesia,
hecho paradójico sólo se comprende por la Escritura, y a su pueblo, a sus testigos y mártires.
resuena en las palabras de la Escritura: «arrugan la nariz».
«Pero yo soy un gusano, no un hombre; el oprobio de los
hombres y el desprecio del pueblo. Búrlanse de mí cuantos c) El ladrón arrepentido (23,39-43).
me ven, tuercen los labios y mueven la cabeza» (Sal 22
39
[21],8). Uno de ¡os malhechores crucificados lo insultaba:
¿No eres tú el ungido? Pues sálvate a ti mismo y a nos-
36 otros. *°Pero, respondiendo el otro, lo reprendía y le
También se burlaban de él los soldados, que se acer-
caban para ofrecerle vinagre 3 7 y le decían: Si tú eres el decía: ¿Ni siquiera tú temes a Dios, tú que estás en el mis-
rey de los judíos, sálvate a ti mismo. ™ Había también mo suplicio? 41 Para nosotros, al fin y al cabo, esto es de
sobre él" una inscripción: Éste es el rey de los judíos. justicia; pues estamos recibiendo lo merecido por nuestras
fechorías. Pero éste nada malo ha hecho. 42 Y añadía:
También los soldados romanos — hasta aquí no ha ha- ¡Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino! 43 Él le
blado nunca de ellos el evangelista — se burlan de Jesús. contestó: Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el
Ofrecen vinagre al sediento. Aquí resuena en lontananza paraíso.
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«En aquella noche (de la venida del Señor), dos estarán porque sigue este camino de la cruz (22,29s). Jesús da el
a la misma mesa: el uno será tomado, y el otro dejado» reino a los que hacen suyo su camino (22,29). El ladrón
(17,34). Junto a la cruz de Jesús se diseña ya esta hora pone su destino futuro en manos de Jesús. En el Antiguo
final. Los dos ladrones, que estaban crucificados con Jesús, Testamento, quien se halla en grave aprieto y tentación
penden de la cruz como él —junto con Jesús—, y sin invoca a Dios para que se acuerde de su acción salvífica,
embargo es muy diferente el desenlace de su vida. Ambos de su alianza que él otorga, de los patriarcas, a los que
están con él, pero uno sólo exteriormente, el otro también había hecho sus promesas °2. El ladrón ora a Jesús pidién-
interiormente, con la fe. Ni siquiera el estar con él apro- dole que se acuerde de él.
vecha, si falta la decisión personal en su favor (13,26s). Dios puso en manos de Jesús todo lo que él hace para
El uno toma parte en las burlas. Si Jesús fuese el Cris- la salvación. En el desamparo de la cruz tiene su origen
to, el ungido de Dios, el Mesías, se salvaría y salvaría a la oración a Jesús.
sus dos compañeros de suplicio. Exige que Jesús aporte la Aquí comienza ya la glorificación de Jesús. La ora-
prueba de su mesianidad mediante la salvación. Sus pala- ción a Jesús no enmudecerá ya. Esteban ora: «Señor Je-
bras son una blasfemia, puesto que hacen befa de los planes sús, recibe mi espíritu» (Act 7,59), y Pablo: «Aspiro a
salvíficos de Dios, que se realizan en Jesús. El otro mal- irme y estar con Cristo» (Flp 1,23; cf. ITes 4,17).
hechor sigue el camino de la fe, que comienza con el temor La súplica del ladrón es acogida por Jesús. El hoy con
y veneración de Dios, se somete al designio y a la sabi- la promesa de salvación empieza en aquel mismo instante.
duría de Dios, en la que cree, y reconoce también al Cru- Jesús, después de su muerte, penetra en el paraíso; el Pa-
cificado como al Mesías. dre le otorga el reino, el poder y la gloria (el banquete
El que se convierte, reconoce su culpa y la justicia del de 22,30). El ladrón arrepentido está con él. Dios otorga
castigo con que Dios lo visita. El ladrón arrepentido con- el paraíso a Jesús, y él lo da a los suyos. La promesa hecha
sidera su crucifixión como castigo que ha merecido con sus al ladrón creyente y convertido sienta las bases de la parti-
fechorías. Llega a reconocer su culpa gracias a la mirada cipación en el paraíso de Jesús. Estar con él es el paraíso
de Jesús, del que está convencido de que pende de la cruz mismo. Esteban exclamará: «Señor Jesús, acoge mi espí-
injustamente. A él se le perdonan los pecados, porque da ritu» (Act 5,59), y Pablo: «Aspiro a irme y estar con
gloria a Dios, renuncia a justificarse, muriendo reconoce Cristo» (Flp 1,23; cf. ITes 4,17).
por justo el juicio de Dios, y acepta la muerte con obedien- Jesús es hasta la muerte el libertador y salvador de los
cia a la voluntad de Dios y como compañero de Jesús. pecadores. Como en casa del fariseo salió en defensa de
Una penitencia y conversión constructiva suponen la la pecadora, ahora, cuando se promete al ladrón la salva-
confianza y seguridad de que Dios está dispuesto a perdo- ción en la última hora, halla remate y coronamiento lo
nar. El ladrón arrepentido cifra su esperanza en Jesús. En día de tu salvación». Con el pensar de Lucas concuerda mejor que ninguna
él ve al salvador. Cree que el Padre da el reino a Jesús 91 , otra la variante que hemos adoptado en nuestra versión, pues Lucas con-
sidera el reino como realidad celestial. El paraíso o el mundo venidero es
91. En lugar de las palabras: «Cuando llegues a tu reino», se dan tam- concebido en la teología rabínica como un lugar supraterrestre (4Esd 7,11).
bién otras lecciones: «Cuando llegues (a reinar) en Ja gloria del rey» y: «El 92. Gen 9,15; Éx 2,24; Sal 104,8; 110,5, etc.
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que Jesús contó en las parábolas (oveja perdida, hijo del hombre irá precedido de trastornos cósmicos, así tam-
pródigo, dracma perdida), así como la bondadosa acogida bién al morir Jesús muestra su participación el cosmos,
que dispensó al jefe de los publicanos, Zaqueo. Lo más representado por el sol, con su brillo y su fuerza vivifi-
hondo de la misericordia divina se revela en la cruz de cadora y ordenadora. Cuando Dios oscurezca el sol, será
Cristo, que da la vida en forma vicaria por los muchos. esto señal del juicio que se aproxima. También Jesús re-
En los relatos de martirios del judaismo tardío se repite cuerda el juicio venidero a las mujeres que lloran y se
con frecuencia la observación de que un pagano convertido lamentan (23,27s). En la muerte de Jesús quiere Dios indu-
que participa en la suerte del mártir, recibe también parti- cir al mundo a la conversión9*.
cipación en la recompensa del mártir. Jesús es Siervo de El lugar santísimo, el sancta sanctorum del templo, es-
Dios y mártir. taba separado y dividido del santuario, del lugar santo, por
un velo. Sólo una vez al año podía entrar allí el sumo
sacerdote cuando celebraba el rito propio del día de la
3. MUERE JESÚS (23,44-49). expiación. Por intervención de Dios, el velo del templo
se rasga a la muerte de Jesús; el acceso al lugar santísimo,
a) Señales divinas (23,44-45). que estaba guardado, se abre, el lugar de la manifestación
de Dios en el Antiguo Testamento queda profanado y Dios
**Era ya alrededor de la hora sexta, cuando quedó lo abandona; cesan el antiguo templo y sus instituciones.
en tinieblas toda aquella tierra hasta la hora nona, 45 por El mundo antiguo y la antigua economía de salvación
haberse eclipsado el sol. Y el velo del templo se rasgó desaparecen con la muerte de Jesús; surge una nueva eco-
por medio. nomía de la salud y un nuevo orden del mundo.
300 301
morir. En todo caso, los crucificados se acaban tras lento Padre: «¿No sabíais que tenía que estar en la casa de mi
agotamiento y pérdida de la conciencia. La «voz potente» Padre?» (2,49). La última palabra que pronuncia hace de
de Jesús en la cruz da qué pensar. ¿Es señal de que hasta nuevo mención del Padre, en cuyas manos encomienda su
el último momento tiene Jesús a su disposición una fuerza espíritu, porque él tiene que estar con el Padre.
sobrehumana, de que entrega su vida voluntariamente? El mártir san Esteban abandona este mundo con las
(Jn 10,17s). palabras: «Señor Jesús, recibe mi espíritu» (Act 7,59). La
Jesús concluye su vida con una oración. Jesús ora cuan- oración a Dios, al Padre, se ha convertido en él en una ora-
do en su vida se encuentran la muerte y la glorificación: ción a Jesús. El Padre ha dado a Jesús todo poder. En él
en el bautismo (3,21), en la transfiguración (9,28), aho- está la salvación. El mártir Esteban muere imitando al
ra, en el momento en que por la muerte va a entrar en la Señor maestro del martirio. Pedro escribe a los cristianos:
gloria. Las palabras de su oración las toma del gran libro «Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por criminal,
de oraciones dado por Dios a su pueblo: los Salmos o por ladrón, o por malhechor, o por entrometido. Pero si
(Sal 30[31],6). Como siempre, introduce también estas pa- es por cristiano, no se avergüence, sino dé gloria a Dios
labras del Salmo con la invocación Padre (abba). El per- por este nombre... Así pues, también los que sufren según
seguido sin culpa confía su vida al poder de Dios, al amor la voluntad de Dios, pónganse en manos del Creador fiel,
del Padre. Jesús entrega al Padre el espíritu, que es por- practicando el bien» (IPe 4,15-19).
tador de vida; se lo entrega totalmente. Éste pasa a la Después de la oración exhala Jesús el espíritu: muere.
esfera de poder y de propiedad del Padre. Dios es un La fuerza vital abandona al cuerpo en la muerte. El yo
Dios fiel, de fiar, Padre; en sus manos y en su bondad propiamente dicho, el alma, sobrevive a la muerte. Las
paterna está bien asegurada su alma. Él no la pierde, sino almas de los justos son guardadas por Dios en el paraíso
que quiere guardarla y salvarla. Jesús acaba su vida con para el día de la resurrección (23,43) 9 \
entrega, obediencia y confianza. Al poner Jesús su vida
en manos de Dios, alaba a Dios como a quien se la ha
dado y de quien de nuevo la ha de recibir. c) Manifestación de la gloria (23,47-49).
Los judíos recitan estas palabras como oración vesper-
41
tina. A las tres de la tarde anuncian las trompetas del Cuando el centurión vio lo sucedido, glorificaba a
templo la hora de la oración vespertina. El Crucificado Dios, diciendo: Realmente, este hombre era un justo.
del Calvario la pronuncia con su pueblo. La dice con voz
potente, como lo exigía la usanza piadosa. Probablemente El centurión o capitán de la guardia que custodiaba a
pronunciaría Jesús esta oración vespertina desde los días Jesús fue testigo del gran drama que se desarrollaba en el
de su infancia. La oración de la infancia es su oración de Calvario. Gritos de rabia y de dolor de las desgraciadas
la muerte. víctimas, maldiciones y explosiones de su desesperación
La primera palabra de la revelación de sí mismo
y de la revelación de Dios fue una palabra acerca del 95. Cf. Mt ¿7,50; Jn 19,30; cf. ThWb VI, 377,4ss (SJOBEJÍG).
302 303
dan un aspecto horroroso a la ejecución de la pena de la justicia. Es el Mesías quien cumple perfectamente la vo-
crucifixión. Jesús no maldice a sus verdugos, sino que pide luntad de Dios. Es el santo y justo (Act 3,13). La vista del
perdón por ellos, no se desespera, sino que se encomienda Crucificado no retrae de la confesión del Mesías, sino que
confiadamente al Dios Padre, no maldice a los que se le lleva a ella.
burlan, sino que calla. Lo que aquí sucede supera las La confesión del centurión pagano es una acusación
fuerzas humanas. El centurión está convencido de que aquí contra los judíos que no creyeron a Jesús. Esteban formu-
está actuando Dios. En Jesús obra Dios: el centurión la este reproche: «¡Gentes de dura cerviz e incircuncisos
glorifica a Dios. Cuando nació Jesús, glorificaron a Dios de corazón y de oídos! Siempre estáis resistiendo al Espí-
los pastores (2,20). El pueblo lo glorifica cuando Jesús se ritu Santo. Como vuestros padres, igual vosotros. ¿A quién
muestra poderoso en obras y en palabras (13,13; 17,15; de entre los profetas no persiguieron vuestros padres?
18,43). Al final de su vida se une también a este coro de Hasta dieron muerte a los que preanunciaban la venida del
glorificación de Dios la voz del centurión pagano. Se ha Justo, de quien vosotros ahora os habéis hecho traidores
cumplido lo que a la entrada de Jesús en este mundo, como y asesinos» (Act 7,5 ls).
también a su entrada en Jerusalén, es proclamado por án- La muerte del mártir salva al que es condenado con él
geles y hombres: Gloria a Dios en las alturas (2,14; 19,38). y hasta a su mismo verdugo. Los Hechos de los apóstoles
Dios se glorifica en Jesús. En su vida, en su acción y en asociaron muy estrechamente el nombre de Esteban y el
su muerte se manifiesta el «Dios de la gloria» (Act 6,2), su de Saulo, «que estaba de acuerdo con aquella muerte»
omnipotencia y grandeza, su santidad y sabiduría. (Act 8,1). Ante el sanedrín se presentan contra Esteban
El drama del Calvario demuestra al centurión que Jesús iguales testigos falsos con igual acusación (Act 6,14) que
es inocente. Es un justo. Así lo llamó también la mujer en el proceso contra el Señor (Me 14,56s). Palabras acerca
de Pilato (Mt 27,19); de ello estaba convencido Pilato de la gloria del Hijo del hombre se hallan en el relato de
cuando decía: «Soy inocente de la sangre de este justo» la pasión de los sinópticos (Me 14,62s) igualmente que en
(Mt 27,24). La antigua Iglesia percibió en estas palabras el martirio de san Esteban (Act 7,55s). Esteban es arrojado
del centurión más que un testimonio de inculpabilidad; fuera de la ciudad (Act 7,58), como el Señor y con él los
para ella, «el Justo» era un título del Mesías. Pablo recibe creyentes 90 . En los mártires está viva la fuerza del mar-
este encargo: «El Dios de nuestros padres te ha designado tirio de Jesús, la gloria de Dios.
de antemano para conocer su voluntad, y ver al justo, y
48
oír la palabra de su boca, porque le serás testigo ante todos Y toda la multitud que se había reunido allí ante
los hombres de lo que has visto y oído» (Act 22,14s). Los aquel espectáculo, al ver las cosas que habían pasado,
profetas anunciaron la venida del Justo (Act 7,51s). Jere- regresaba golpeándose el pecho. 49 Todos sus conocidos y
mías dice: «He aquí que vienen días en que yo suscitaré algunas mujeres que lo habían seguido desde Galilea esta-
a David un vastago de justicia, que, como verdadero rey, ban allí, mirando estas cosas desde lejos.
reinará prudentemente, y hará derecho y justicia en la tie-
rra» (Jer 23,5). El distintivo del tiempo mesiánico es la 96. Mt 21,39; Le 20,15; Jn 19,17; Heb 13,12s.
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NT. Le I I . 20
El martirio es un espectáculo. El relato está influido después del envío del Espíritu habrá muchos que se con-
por el estilo de los relatos de martirios: «La multitud de vertirán (2,37s).
la ciudad afluyó al triste espectáculo» (3Mac 5,24). Las Todos los conocidos de Jesús se habían alejado de él
multitudes se golpean el pecho en señal de dolor y de arre- cuando fue detenido y condenado... y Dios no salió en su
pentimiento (18,13). Las palabras del relato recuerdan a defensa. Se cumple un dicho profético; como lo hace casi
Zacarías: «Derramaré sobre la casa de David y sobre los siempre, Lucas se limita a insinuarlo: «Has alejado de
moradores de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración, mí a mis conocidos, me has hecho para ellos abominable»
y alzarán sus ojos a mí; y a aquel a quien traspasaron, le (Sal 88[87],9). «Mis amigos y mis compañeros se alejan
llorarán como se llora al unigénito, y se lamentarán por él por mis llagas, y mis vecinos se quedan lejos» (Sal 38[37],
como se lamenta por el primogénito» (Zac 12,10). Esta 12). Ahora están todavía lejos, pero allí se han situado y
figura admirable, a la que se ha llamado «mártir de Dios», allí permanecen. Vuelven a hallarse con el Crucificado
es el arquetipo del buen pastor (Zac 11,4-14); es herido y gracias a él. El mártir los anima y los recoge.
por la espada conforme al propio designio de Dios (Zac También las mujeres que lo habían seguido desde Ga-
13,7-9). Mas ahora sucede lo maravilloso: el abatido y lilea, sus discípulos (8,2), se hallan allí para ver aquellas
traspasado por el pueblo (Zac 12,10) es ahora llorado por cosas. También ellas se sitúan allí y permanecen en pie.
él con la más amarga lamentación. ¿Por qué esta lamen- Los conocidos y las mujeres son testigos de su muerte,
tación fúnebre? Es arrepentimiento por la propia culpa en como habían sido testigos de su vida. Comienza a reunirse
la muerte del mártir, y dolor por el infortunio que esta la Iglesia, como se lee en el cántico del Siervo doliente de
muerte acarreará sobre el pueblo de Dios (Zac 13,7-9). Dios: «Librada su alma de los tormentos verá, y lo que
Esta lamentación fúnebre tiene lugar sobre un fondo lumi- verá colmará sus deseos. El Justo, mi siervo, justificará
noso; es fruto de la recepción de espíritu divino y comienzo a muchos y cargará con las iniquidades de ellos» (Is
de una vida renovada: «Aquel día habrá una fuente abierta 53,1 ls). El núcleo inicial de la Iglesia lo forman los once
para la casa de David y para los habitantes de Jerusa- apóstoles, las mujeres (que lo habían seguido desde Gali-
lén, para la purificación del pecado y de la inmundicia» lea) y María, la madre de Jesús, y sus hermanos (los «co-
(Zac 13,1). Jesús, el Hijo de David ajusticiado por su pue- nocidos») (Act 1,13s).
blo conforme al designio divino, el buen pastor y rey de
Israel, que al mismo tiempo es, en sentido muy particular,
el único amado y el primogénito, es llorado por las mul- 4. LA SEPULTURA (23,50-56).
titudes de Jerusalén, porque se han hecho culpables de la
muerte de Cristo. Para la lamentación fúnebre de las mu- 50
Un hombre llamado José, que era miembro del con-
jeres puso Jesús en el primer plano el juicio que amenaza sejo, hombre bueno y recto 5 1 —éste no había dado su
a Jerusalén (23,28ss). En esta lamentación fúnebre de las voto a lo decretado y ejecutado por los demás —, natural
multitudes de Jerusalén se anuncia ya la efusión del Espí- de Arimalea, ciudad de Judea, el cual esperaba el reino de
ritu. Con la proclamación de la muerte y de la resurrección Dios, 52 se presentó ante Piloto y le pidió el cuerpo de Je-
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sus; 53 3; después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una Jesús. No está convencido de la culpabilidad de Jesús que
sábana y lo puso en un sepulcro excavado en piedra, donde le achaca el sanedrín, por lo cual no da su aprobación a la
m;die había sido puesto todavía. resolución y el proceder del consejo.
De los dos que están crucificados con Jesús, le trae Dios
El que es ajusticiado según el derecho romano, pierde un discípulo que está con él en el paraíso, de entre los
los honores de la sepultura. Su cuerpo debe permanecer soldados paganos un confesor, que glorifica su justicia
insepulto, hasta que, devorado por los animales y por las como obra de Dios, del sanedrín que lo condena, un hom-
aves de rapiña, sólo queden de él los huesos. El que por su bre que lo reconoce como portador del reino de Dios y
propia cuenta retira el cadáver de un ajusticiado, se hace que, cuando está pasando de la muerte a la gloria, le
punible. El derecho judío, en cambio, no tolera que el tributa reconocimiento y fe. Dios no pregunta por la pro-
ajusticiado quede por la noche suspendido del leño: «Cuan- cedencia de los que él llama. Dondequiera que halla una
do uno que cometió un crimen digno de muerte sea muerto persona que con hermoso y buen corazón se abre a Dios,
colgado de un madero, su cadáver no quedará en el madero que no se cree justa, sino que pone su confianza en la
durante la noche, no dejarás de enterrarle el día mismo, venida del reino de Dios, la acoge en la comunidad de los
porque el ahorcado es maldición de Dios, y no has de discípulos de Jesús, que es la comunidad de la salvación.
manchar la tierra que Yahveh, tu Dios, te da en here- José tiene que procurarse de las autoridades romanas,
dad» (Dt 21,22s). En estos casos prohiben los judíos in- de Pilato, el permiso para sepultar a Jesús. El derecho
cluso la lamentación fúnebre. Permiten el sepelio. Pero el romano ordena que los ajusticiados por los romanos no
ajusticiado se entierra en un terreno especial. Los pecado- sean sepultados sino con permiso de las autoridades com-
res no deben reposar al lado de los justos, a fin de que petentes. Si José quiere obtener este permiso para dar
éstos no se vean afectados de deshonor. Las autoridades sepultura a Jesús, tiene que superar dos dificultades: José
judías se encargan de que Jesús no quede colgado en la no es pariente de Jesús, Jesús ha sido condenado por de-
cruz (Jn 19,32). ¿Pero había de ser Jesús enterrado como lito de lesa majestad. Pilato da el permiso, pues está con-
un criminal en el cementerio de los criminales? vencido de la inocencia de Jesús, tanto más que un hombre
Alguien interviene inesperadamente. Un miembro del del consejo supremo se presenta como su garante. El Evan-
consejo, que quizá pertenecía al grupo de los ancianos (la gelio piensa en sentido de historia de la salvación. No
nobleza laica), se cuida del cadáver de Jesús. A este hom- obstante las dificultades jurídicas, Jesús recibe una sepul-
bre erige el Evangelio un monumento egregio. El hombre tura honorable, pues su glorificación comienza ya después
se llama José. La ciudad en que vive, o de la que procede, de su muerte. Así se cumple el oráculo del profeta: «Dis-
es Arimatea, una ciudad judía en la llanura costera (Ra- puesta estaba entre los impíos su sepultura, mas con un
matain junto a Lida). Es bueno y justo, un hombre gene- rico tuvo parte después de su muerte» (Is 53,9) 97 . El
roso, en el que la palabra de Dios lleva fruto (cf. 8,15).
Aguarda el advenimiento del reino de Dios; esta esperanza 97. Así reza el versículo ¿egún el texto hebraico y según diferentes ma-
nuscritos griegos; oíros traducen: «Y fue en la muerte igualado a los mal-
y este anhelo lo hace accesible y atento al mensaje de hechores.»
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mártir es reconocido y glorificado. También a Esteban le cómo quedaba colocado el cuerpo de Jesús; x luego regre-
dan sepultura hombres temerosos de Dios (probablemente saron para preparar sustancias aromáticas y perfumes. Pero
judíos que admiran a Esteban) y celebran una gran lamen- guardaron el descanso del sábado según la ley.
tación fúnebre por él (Act 8,2).
Se cumple todo lo que exige una digna sepultura. El El viernes es preparación para el sábado. Cuando se
cadáver es descendido de la cruz (lavado: cf. Act 9,37), deposita el cadáver en el sepulcro, está terminando este
envuelto en lienzos y sepultado en un sepulcro cavado en día de preparación. Ya se anuncia el sábado. El lucero
la roca. Allí yace en una cámara sepulcral sobre un banco vespertino comienza a brillar, y en las casas se encienden
de piedra o en una cavidad practicada en la roca. En el las antorchas que anuncian el día de reposo para glorifi-
sepulcro de Jesús no había sido puesto todavía nadie. cación de Dios. Comienza a brillar luz sobre las tinieblas
Jesús entra en Jerusalén en una cabalgadura en la que no del viernes santo. Sobre el sepulcro de Jesús no se extiende
había montado nunca nadie (19,30). Al santo le compete una noche sin esperanza, sino que comienza a irradiar
reverencia; está extraído de la esfera profana y segregado vida, luz y gloria. El viernes santo, al sábado del reposo
de los pecadores (Heb 7,26). En la muerte y en la sepul-
en el sepulcro y el domingo de pascua forman una uni-
tura se le reconoce como el santo y justo, cosa que le ha-
dad en la celebración pascual cristiana.
bían negado los judíos al elegir a Barrabás (Act 3,14).
Las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea
En la más antigua profesión de fe se halla también el (8,2) y son junto a la cruz testigos de la muerte, son tam-
artículo: Jesús fue sepultado. «Porque os he transmitido, bién testigos de la sepultura. Ven el sepulcro y observan
en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió cómo es depositado el cuerpo de Jesús. Serán también las
por nuestros pecados según las Escrituras; que fue sepul-
primeras testigos después de la resurrección de Jesús. Aun-
tado y que al tercer día fue resucitado según las Escrituras»
que su testimonio sea tenido en menos por algunos, aunque
(ICor 15,3s). «Los habitantes de Jerusalén y sus jefes, al
sea rebajado y calificado de «delirio», de vanas habladu-
condenarlo, cumplieron, sin saberlo, las palabras de los
rías (24,11; cf. Jn 4,42), sin embargo, también su testimo-
profetas que se leen cada sábado; y sin encontrar causa
nio merece toda consideración. Se está preparando la labor
alguna de muerte, pidieron a Pilato que lo quitara de en-
misionera de las mujeres.
medio. Cuando hubieron realizado todo lo que de él estaba
Debido al reposo sabático, no se pueden ya tributar al
escrito, bajándolo de la cruz, lo pusieron en un sepulcro»
amado difunto los honores del embalsamamiento. Sin em-
(Act 13,27ss). El sepelio confirma que estaba muerto. El
bargo, se prepara ya todo lo necesario, a fin de cumplir el
sepulcro es fin y comienzo, monumento de la muerte y de
la resurrección, de la humillación y de la exaltación. domingo muy de madrugada lo que antes no ha sido po-
sible. El sábado que separa la muerte y la resurrección de
54 Jesús es el gran día de reposo. Las mujeres se reposan,
Era el día de la parasceve y despuntaba ya el sá-
Jerusalén se reposa de su trabajo. El cadáver de Jesús re-
bado. 55 Las mujeres que habían acompañado a Jesús des-
posa en el sepulcro, el alma de Jesús en las manos del
de Galilea, siguieron de cerca y observaron el sepulcro y
Padre. «El séptimo día descansó Dios de cuanto había
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hecho» (Gen 2,2). Se ha hecho una profunda fisura en la
Hay tres grupos de testigos que presencian los acontecimientos
historia de la salvación. Todo contiene la respiración antes pascuales: las mujeres de Galilea (v. 1-12), dos del grupo de los
de que comience lo nuevo. Todo está ya dispuesto y pre- que rodean a los apóstoles (v. 13-35), y los once (v. 36-53). La
parado para esto nuevo: las mujeres con sus ungüentos, Iglesia entera (Act 1,13s) proclama el mensaje pascual; vive y actúa
las testigos del primer mensaje de la resurrección, el res- en virtud del hecho pascual, es Iglesia pascual.
plandor lleno de esperanza del sábado que no tendrá fin
(Heb 4,lss).
1. El. MENSAJE PASCUAL (24,1-12).
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respuesta a esta pregunta y están desconcertadas, sin saber rrección de Jesús es mensaje de Dios. No se obtiene del
qué hacer. No piensan en la resurrección ni en un posible sepulcro vacío, sino por revelación de Dios. Ahora bien,
robo del cadáver, que es como en círculos judíos se que- el sepulcro vacío confirma este mensaje de Dios.
ría impugnar la predicación pascual de los apóstoles Lo que han dicho los mensajeros venidos de la esfera
(Mt 27,62-66; 28,11-15). divina, se ve asegurado por la palabra profética de Jesús.
De manera sorprendente se les da la explicación de los Cuando todavía moraba en Galilea, predijo su muerte de
dos hechos que han observado. cruz y su resurrección al tercer día (9,22.44). La entrega
en manos de los pecadores, la crucifixión y la resurrección
4 radican en la necesidad impuesta por el plan salvífico de
Y mientras ellas estaban desconcertadas por esto, se
les presentaron de pronto dos hombres con vestiduras des- Dios. Este plan salvífico, anunciado por Jesús, el mayor
lumbrantes. 5 Ellas se asustaron y bajaron la vista hacia y más poderoso de todos los profetas, se cumple en su
el suelo; pero ellos les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los resurrección. La última y más profunda garantía de la se-
muertos al que está vivo? 6 No está aquí, sino que ha re- guridad de nuestra fe pascual, no es el sepulcro vacío, ni
sucitado. Acordaos de cómo os anunció, cuando estaba la aparición celestial de los mensajeros de Dios, sino la
todavía en Galilea, 7 que el Hijo del hombre había de ser palabra profética, la palabra de Dios, proferida última-
entregado en manos de hombres pecadores y había de mente y de manera acabada por su Hijo (Heb 1,2). A esta
ser crucificado, pera que al tercer día había de resucitar. palabra remite el cielo mismo: las mujeres deben recordar
8
Entonces ellas recordaron sus palabras. 9 Regresaron, la predicción de Jesús durante su vida terrestre.
pues, del sepulcro y anunciaron todo esto a los once y a Las mujeres, recordando las palabras proféticas de
todos los demás. Jesús, ven confirmado el mensaje pascual enviado del cielo,
y ellas mismas se convierten en pregoneras. Según Marcos
Las vestiduras resplandecientes, deslumbrantes, desig- (16,7s) reciben el encargo de anunciar el mensaje pascual
nan a las dos figuras como mensajeros de Dios. El resplan- a los discípulos y a Pedro, pero no lo anuncian; según Lu-
dor de la gloria de Dios los envuelve (2,9). Lo que aquí cas, son anunciadoras sin tener necesidad de encargo.
se anuncia es mensaje de Dios. También la aparición re- Quien ha percibido la buena nueva, se vuelve apóstol de
pentina los acredita como enviados del cielo (2,9; Act 12,7): la misma (2,18; 2,38). El temor y el espanto causado por
avanzaron hacia las mujeres desde el fondo de lo invisible lo inaudito no cierra a las mujeres la boca (Me 16,8), sino
(2,9; Act 12,7). Se distinguen como dos hombres; su tes- que la alegría que lleva consigo el mensaje pascual, las
timonio es valedero (Dt 19,15). El mensaje que anuncian impele a anunciarlo. Comienza el tiempo de la Iglesia mi-
es el mensaje pascual de la Iglesia: Dios ha resucitado a sionera.
Jesús, al que se había depositado en el sepulcro. Jesús
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vive. Uno que vive no mora entre los muertos; no hay que Eran éstas María Magdalena, Juana y María la de
buscarlo en el sepulcro; no está aquí. Una verdad trivial, Santiago; ellas y tas demás que las acompañaban referían
expresada en forma de proverbio. El mensaje de la resu- estas cosas a los apóstoles. n Pero a ellos les parecieron
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csíus palabras como un delirio; por eso no les daban no está en el sepulcro el cadáver de Jesús y que no hay
crédito. que buscarlo allí. Jesús resucita con el cuerpo.
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Jesús mismo se les acercó y caminaba con ellos. 16 Pero les contestó: ¿Qué? Lo de Jesús Nazareno —le respon-
sus ojos estaban como imposibilitados para reconocerlo. dieron ellos—, un hombre que fue profeta poderoso en
obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo; 20 y cómo
Los dos hombres, que el día de pascua caminan de Je- nuestros sumos sacerdotes y jefes lo entregaron a la pena
rusalén a Emaús (el-qubebe, 11 kilómetros al noroeste de de muerte y lo crucificaron. 21 Nosotros esperábamos que
Jerusalén), forman parte del grupo que rodea a los once. él iba a ser quien libertara a Israel; pero con todo eso,
Su pensar, sus palabras, sus discusiones giran en torno a ya es el tercer día desde que esto sucedió. 22 Verdad es
Jesús; en esto se muestran ser sus discípulos. Jesús, que que algunas mujeres de nuestro grupo nos han alarmado:
los sigue sin hacerse notar, los alcanza. Camina con ellos. fueron muy de madrugada al sepulcro 2i y, no habiendo
Todo el evangelio de Lucas ha pintado a Jesús como ca- encontrado su cuerpo, volvieron diciendo que incluso ha-
minante. La Iglesia es Iglesia en marcha, Iglesia peregri- bían visto una aparición de ángeles, los cuales aseguran
nante, y Jesús camina con ella. que él está vivo. 24 También fueron al sepulcro algunos
Los dos discípulos no reconocen a Jesús, como tampoco de los nuestros y lo encontraron todo exactamente como
lo reconoce María Magdalena cuando se le aparece (Jn habían dicho las mujeres. Pero a él no le vieron.
21,14). La fuerza que tiene vendados los ojos de los dis-
cípulos es lo increíble del mensaje pascual: un cadáver no La suerte de Jesús resulta inexplicable para los dos
recobra la vida y no sale del sepulcro. Jesús resucita con discípulos. Se habla por una parte y por otra. Con discusio-
la intervención y el poder de Dios. Es un presente de Dios nes humanas no se consigue nada. En el semblante triste
que el Resucitado aparezca a una persona y se le haga visi- se pinta la esperanza decepcionada, el desconcierto ago-
ble: «A éste, Dios lo resucitó al tercer día y le concedió biante y la tristeza que paraliza. Tal era el estado de áni-
hacerse públicamente visible, no a todo el pueblo, sino a los mo que había causado el viernes santo en los discípulos
testigos señalados de antemano por Dios, a nosotros que estremecidos.
comimos y bebimos con él» (Act 10,40s). La vida del En las palabras del discípulo que lleva la conversación,
Resucitado no continúa sin más su vida terrestre. Es tam- Cleofás, se diseña la imagen del Jesús de Nazaret anterior
bién gracia de Dios que el aparecido y hecho visible a pascua. Era poderosa en obras y palabras. Su obrar pro-
sea reconocido como Jesús resucitado. Los hechos de la duce fuerza y se dirige contra los poderes demoníacos del
historia de la salvación son causados por Dios, y son mundo. En sus palabras habla por la boca de la omnipo-
también explicados, interpretados por Dios. tencia y domina la esfera de influencia de los poderes del
mal, que se imponen con enfermedades, pecado y muerte.
17
Él les preguntó: ¿Qué cuestiones son esas que venís Tras la curación de un poseso dice el pueblo: «¿Qué pa-
discutiendo entre vosotros por el camino? Ellos se detu- labra es ésta que manda con autoridad y fuerza a los
vieron con semblante triste. 18 Y uno de ellos, llamado espíritus inmundos, y salen? (4,36). «Y una fuerza del
Cleojás, le respondió: ¿Pero eres tú el único forastero en Señor le asistía para curar» (5,17). Dios lo ungió con
Jerusalén que no sabe lo sucedido allí en estos días? 19 Él Espíritu Santo y virtud; por eso pasó haciendo el bien
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y sanando a los que estaban dominados por el demonio absoluta seguridad toda la casa de Israel que Dios ha
(Act 10,38). Dios lo acreditó con obras de poder, milagros hecho Señor y Cristo (Mesías) a este Jesús a quien vos-
y prodigios que Dios realizaba por él (Act 2,22). Jesús es otros crucificasteis» (Act 2,36). El colofón de la predica-
profeta como Moisés, que era «poderoso en sus palabras y ción sobre Cristo es el anuncio de que ha resucitado: «Si
obras» (Act 7,22). Como tal fue acreditado por Dios y re- Cristo no ha resucitado, vana es vuestra fe; aún estáis en
conocido por los hombres (Le 7,16). Aun después del vuestros pecados» (ICor 15,17).
viernes santo no cabe a Cleofás la menor duda de que Los dos discípulos conocen el mensaje de la resurrec-
Jesús de Nazaret era profeta. ción de Jesús. Saben, por su predicción, que al tercer día
En Jerusalén ha sucedido algo que ha puesto en conmo- tiene que resucitar (24,6; 9,22). Han oído el mensaje de
ción a toda la ciudad (cf. 24,18). Los sumos sacerdotes y las mujeres. Han visto el sepulcro vacío. Todo esto no
dirigentes del pueblo, del pueblo a que pertenece Cleofás, basta para convencerlos. A él no le han visto. Las aparicio-
hicieron entrega de Jesús a Pilato para que lo condenara nes del Resucitado confirman el mensaje pascual. ¿Pero
a muerte; ellos fueron los que crucificaron a Jesús. Con son suficientes las apariciones? Jesús camina con los discí-
este fin de Jesús se puso también fin a la esperanza de los pulos, y ellos no lo reconocen. ¿Cómo se llega a la fe de
dos discípulos en Jesús. Jesús les parecía ser más que un que Jesús vive? ¿De que está con nosotros?
profeta dotado de poder; esperaban que él realizaría la
gran esperanza de Israel y lo salvaría de las manos de todos 25
Entonces ¡es dijo él: ¡Oh, torpes y tardos de corazón
los que lo odian (1,68.71; 2,38). Lo que se había dicho para creer todo lo que anunciaron los profetas! 26 ¿Acaso
proféticamente sobre el niño Jesús, parecía cumplirse con no era necesario que el Mesías padeciera esas cosas para
su vida y su acción; las multitudes que habían visto las entrar en su gloria? 21 Y comenzando por Moisés, y con-
poderosas obras de Jesús lo aclamaron como rey Mesías tinuando por todos los projetas, les fue interpretando todos
(19,37) y aguardaban que ahora erigiera en Jerusalén el los pasajes de la Escritura referentes a él.
reino de Dios (19,11). Que el Mesías hubiera de acabar
su vida en la cruz sufriendo miserablemente, que hubiera ¿Por qué se muestran los discípulos refractarios al men-
de morir como un criminal, arrojado fuera de la ciudad saje pascual? Su inteligencia está aherrojada, y su corazón,
santa, era cosa que contradecía todas las expectativas me- centro de las decisiones religiosas, está embotado y pere-
siánicas de los judíos. ¿Cómo iba a salvar a Israel de las zoso. Dios hizo que sus profetas anunciaran el mensaje
manos de sus enemigos, si él mismo sucumbió a sus manos? pascual. Quien acepta sus oráculos con fe, no ve ya de-
La predicación apostólica sobre Jesús de Nazaret co- fraudada por la muerte de Jesús en cruz la esperanza que
mienza con la acción de Jesús y habla de su entrega a la tenía depositada en él. La fe requiere también comprensión
muerte, pero luego siguen las frases triunfales: «A éste, para con Dios y un corazón abierto a su mensaje. Como
Dios lo resucitó al tercer día y le concedió hacerse públi- los ojos de los discípulos están impedidos para no ver al
camente visible... Éste es constituido por Dios juez de Resucitado que camina con ellos, así también su corazón
vivos y muertos» (Act 10,40-42). «Sepa, por tanto, con está totalmente cerrado para que no comprendan los di-
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NT I / . TT 51
chos de los profetas. Para la fe pascual es preciso que se la inteligencia de la Sagrada Escritura. La clave de la
acabe con la cerrazón del corazón. Sagrada Escritura es Cristo resucitado; de él dan testimo-
Según el designio de Dios, el camino de la glorifica- nio las Escrituras (Jn 5,39-47). «Los profetas investigaban
ción del Mesías pasa por la pasión y la muerte. «Dios cum- a qué tiempo y a qué circunstancias se refería el espíritu
plió así lo que ya tenía anunciado por boca de todos los de Cristo que estaba en ellos y que testificaba de antemano
profetas: que su Mesías había de padecer» (Act 3,18). los padecimientos reservados a Cristo y la gloria que a
«Éste fue entregado según el plan definido y el previo de- estos seguiría» (IPe 1,11). Quien no conoce la Escritura,
signio de Dios, y crucificado por manos de paganos» tampoco conoce a Cristo; quien no conoce a Cristo, tampoco
(Act 2,23). Este camino del Mesías hacia la gloria a tra- conoce la Escritura. Sólo quien se ha «convertido al Señor»,
vés del sufrimiento es una necesidad impuesta por el plan quien capta con fe que Jesús de Nazaret es el Mesías e Hijo
de Dios, que abarca ambas cosas: para esta vida la cruz, de Dios anunciado por Dios, que es el Resucitado y glorifi-
para la otra la gloria. cado, capta el sentido de las Escrituras. «Hasta el día de
Cristo entró en su gloria a través de la pasión. La glo- hoy», dice Pablo, «en la lectura del Antiguo Testamento, si-
ria es poder divino, esplendor divino, modo divino de ser. gue sin descorrerse el mismo velo (de los ojos de los judíos),
Lo que en la transfiguración se hizo visible por breves porque éste sólo en Cristo queda destruido. Hasta hoy,
momentos (9,32), lo ha recibido ahora Jesús para siempre pues, cuantas veces se lee a Moisés, permanece el velo sobre
por medio de su pasión; en esta gloria se ha de manifestar sus corazones; pero cuantas veces uno se vuelve al Señor,
visiblemente: «Verán al Hijo del hombre venir en una se quita el velo» (2Cor 3,14-16).
nube con poderío y gran majestad» (21,27). La transfigu-
28
ración es la anticipación del tiempo final; en el tiempo in- Cuando se acercaren a la aldea adonde iban, él hizo
termedio está todavía oculta la gloria del Hijo del hombre, ademán de continuar su camino adelante. 29 Pero ellos
aun cuando Jesús la posee ya. Como Jesús, después de lo obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros;
su muerte, entra en su reino (23,42), así entra también que es tarde y el día se acabó ya. Entró, pues, para que-
en su gloria. El Padre le ha destinado esta gloria, porque darse con ellos. 30 Y estando con ellos a la mesa, tomó
él ha recorrido el camino de las pruebas y de los sufri- el pan, recitó la bendición, lo partió y se lo dio. 31 Por fin
mientos (22,29). «Dios ha hecho Señor y Mesías a Jesús, se les abrieron los ojos y lo reconocieron; pero él desapa-
a quien crucificaron los judíos» (Act 2,36). reció de su vista. n Entonces se dijeron el uno al otro:
El Resucitado interpreta a los discípulos la Sagrada ¿Verdad que dentro de nosotros ardía nuestro, corazón
Escritura. En la Escritura se habla abundantemente de él. cuando nos venta hablando y nos explicaba las Escrituras?
En la ley y en los libros proféticos, en todas las Escrituras,
en todos los libros de los profetas. De lo que habla la Se ha alcanzado la meta de la marcha: la casa de uno
Sagrada Escritura es de Cristo, de su pasión y de su glo- de los dos discípulos. Jesús es invitado y rogado: quieren
rificación. El Resucitado da a los discípulos, y por ellos que se quede con ellos. El que acepta la invitación debe,
a la Iglesia, la más importante regla hermenéutica para conforme a la usanza oriental, hacerse de rogar y ser
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forzado amablemente (14,23). El caminante que explica a de los discípulos de Emaús no es sólo una anécdota edifi-
los discípulos la Escritura y les descubre el misterio del cante, sino que contiene una verdad importante. La Sagra-
Mesías doliente y glorificado, es recibido como huésped da Escritura da testimonio del Cristo resucitado, y la euca-
con gran ansia y satisfacción. En los apóstoles itinerantes, ristía da al Resucitado mismo vivo y presente. La eucaris-
que descubren la inteligencia de la Escritura por medio del tía es el gran signo de la resurrección del Señor, el signo
Resucitado, viene el Resucitado mismo (Mt 10,40ss). en que se reconoce que el Señor vive y está presente. La
Jesús se sienta a la mesa con los dos discípulos y asu- eucaristía no es sólo memorial de la muerte del Señor, sino
me la función que le corresponde como a invitado, la también memorial de la resurrección. La muerte y la re-
fracción del pan, gesto propio' del padre de familia. La surrección están unidas entre sí inseparablemente. La cele-
comida de los judíos comenzaba con la bendición y frac- bración eucarística hace presente no sólo el sacrificio de la
ción del pan. Lo que aquella noche sucedió en Emaús cruz, sino también la resurrección de aquel que vive. Es
pudo ser, considerado históricamente, una comida co- signo, por el que reconocemos que Jesús resucitó verda-
rriente. Lucas, sin embargo, lo sitúa en una perspectiva deramente. Mediante ella se obtiene la, capacidad de reco-
más alta. Lo pinta con los colores del banquete eucarís- nocer al Señor.
tico. La relación" de la cena en Emaús en la tarde de Pas- ¿Es acaso accidental, casual, el que tres veces se hable
cua, la percibimos, no de la boca de Cleofás, sino de las de permanecer con los discípulos? Éstos ruegan a Jesús:
palabras de Lucas. Tal como él entendió esta comida, «Quédate con nosotros»; él entra en la casa «para que-
«partir el pan» es para él celebrar la eucaristía (Act 2,42. darse con ellos»; se sienta con ellos a la mesa. Jesús, en
46; 20,7). Las palabras de la celebración de la eucaristía su condición de resucitado, está con sus discípulos hasta el
dan también la impronta a las palabras de la cena en fin del mundo (Mt 28,20). En la eucaristía se realiza esta
Emaús: «Tomó el pan y, recitando la acción de gracias, permanencia del Resucitado con su Iglesia. Juan, con quien
lo partió y se lo dio a ellos» (cf. 22,19). Al anochecer, Lucas coincide no raras veces, designa como fruto precioso
cuando terminaba el día, comió Jesús con los discípulos la de la eucaristía la permanencia con Jesús: «El que come
última cena, en la que instituyó la cena pascual en forma mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él»
de cena eucarística; al anochecer se reunían también los (Jn 6,56). Esta permanencia del Resucitado no es mera
cristianos para la cena eucarística (Act 20,8s)". El relato presencia, sino acción salvífica. Parte de esta acción está
constituida por el don del conocimiento del Resucitado. Se
99. El relato de los discípulos de Emaús tiene la misma estructura que
el de Act 8,26-40: les abren los ojos y reconocen a Jesús.
324 325
Tan pronto como los discípulos reconocen a Jesús, 33
Y en aquel mismo momento se levantaron y regresa-
desaparece él de su vista. La entera narración tiene puesta ran a Jerusalén, donde hallaron reunidos a los once y a
la mira en el reconocimiento del Resucitado. Lo que no los que estaban con ellos, 34 que decían: ¡Es verdad! El
logró la aparición del Resucitado, lo que tampoco consi- Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón. 35 Enton-
guió la interpretación de las Escrituras y su inteligencia, ces ellos refirieron lo que les había sucedido en el camino
sino que únicamente lo preparó, eso se realiza en la cele- y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
bración de la eucaristía. Una vez se logró el objetivo de
la aparición, se hizo Jesús invisible. Jesús no mora ya
Después de la gran vivencia en que los discípulos ha-
entre los hombres como en el tiempo anterior a pascua:
bían reconocido en el Resucitado la acción salvífica de
ha entrado en la gloria de Dios (cf. 24,26), que «habita
Dios, regresan a Jerusalén, donde se hallaban reunidos los
en la región inaccesible de la luz, a quien ningún hombre
once y «los que estaban con ellos». Regresan 10 °, como
vio ni pudo ver» (ITim 6,16). A los que Dios designa como
todos los que han experimentado la visita misericordiosa
testigos del Resucitado, les otorga el don de serles visible
de Dios: los pastores (2,20), Jesús mismo (4,1.14), los
(Act 10,40), aunque normalmente es invisible. A esta invi-
apóstoles (9,10), los setenta discípulos (10,17), el leproso
sibilidad vuelve de nuevo Jesús una vez reconocido.
curado (17,15), el pueblo que había sido testigo de la
Ahora comprenden también los discípulos lo que les crucifixión de Jesús (23,48). Regresan «para alabar y glo-
sucedía cuando Jesús les explicaba las Escrituras en el cami- rificar a Dios por todo lo que habían oído y visto», para
no. Su corazón ardía. Quizá se acuerdan de las palabras referir y para proclamar lo que ha obrado Dios, para reco-
del salmo de lamentación: «Hundido en el silencio, callado nocer lo que hasta entonces no habían reconocido. Los dos
ante la suerte, mi dolor se exacerbaba. Me ardía el co- discípulos regresan en el mismo momento, porque la ala-
razón dentro del pecho; se encendía el fuego en mi medi- banza y proclamación de Dios es cosa que urge (1,39;
tación» (Sal 39[38].3s). Con este corazón abrasado lucha 2,16; 19,5). El mensaje del Resucitado debe llevarse a
el orante implorando esperanza y socorro en su vida que le Jerusalén, porque de allí ha de partir al mundo entero
aparece vacía y sin sentido. Con la interpretación de la (24,47; Act 1,8).
Escritura por el Resucitado despierta de nuevo la esperan-
Los once y los que se hallan con ellos están ya con-
za; en la celebración de la eucaristía adquieren los discí-
vencidos de que Jesús vive, pues el Resucitado se ha apa-
pulos la certeza de que Jesús vive y de que el caminante
recido a Simón Pedro. La primera aparición fue concedida
es el Resucitado. Ambas cosas son necesarias: la Escritura
a Pedro (ICor 15,4s; cf. Jn 20,2). Pedro tiene el encargo
y la eucaristía. La Escritura inflama el corazón tardo, la
de confirmar a sus hermanos (22,32). La Iglesia se edifica
eucaristía quita la falta de comprensión (cf. 24,25). Me-
mediante la fe en el Resucitado. Lo que los dos discípu-
diante la Escritura interpretada en sentido pascual y me-
los habían vivido en el camino de Emaús y en la fracción
diante el banquete de la eucaristía aparece en la concien-
del pan, concuerda con el mensaje pascual de la Iglesia
cia fiel la presencia del Resucitado, hace que el corazón
se inflame y conozca. 100. Una palabra preferida por Lucas: 37 veces en el Nuevo Testamento,
de ellas, 21 en el Evangelio de Lucas, 12 en los Hechos de los apóstoles.
326 327
primitiva; ésta edifica su fe pascual sobre la fe de los once,
y ésta se confirma con la aparición del Resucitado, que
3. ENCARGO Y DESPEDIDA DEL RESUCITADO (24,36-53).
fue otorgada a Simón Pedro.
Lucas se interesa por tradiciones particulares que se El día de Pascua de Jesús se cierra con una aparición del
hallan al margen de la tradición apostólica. Habla de la Resucitado a todos los discípulos. En este caso se presenta la rea-
misión de los setenta (10,1 ss), refiere recuerdos que le con- lidad del cuerpo resucitado de tal manera que quede disipada
toda duda (v. 36-43), se da una nueva inteligencia de la Escritura
taron las mujeres con las que se encontró el Señor 101, y
y el encargo de la misión mundial (v. 44-49), y se narra la des-
sabe también — quizá por Cleofás — de los discípulos a pedida de Jesús de sus discípulos (v. 50-53).
los que el Señor resucitado apareció en el camino. Los
testigos secundarios no dejan de ser tenidos por fidedignos, a) El cuerpo de Jesús resucitado (24,36-43).
pero la fe de la Iglesia no se edifica sobre su testimonio;
ésta reposa sobre el fundamento de los apóstoles, cuya for- La exposición de Lucas hace patente su objetivo apologético.
taleza es Pedro. Lo que presenciaron los testigos secunda- En ciertos círculos no se quería admitir que Jesús había resuci-
tado con su cuerpo. Contra éstos se trata ahora de poner de relieve
rios queda confirmado por el testimonio de los once.
la corporeidad de la resurrección.
La Sagrada Escritura, la celebración de la eucaristía y
la profesión de fe de la Iglesia son los pilares sobre los 36
Mientras estaban cementando estas cosas, él mismo
que se apoya la certeza (1,4) de nuestra fe en la resurrec-
se presentó en medio de ellos y les dijo: La paz esté con
ción de Jesús. La narración de los discípulos que se encon-
vosoiros. 37 Aterrados y llenos de miedo, creían ver un
traron con el Resucitado en el camino de Emaús, se cierra
espíritu. ,8 Pera él les dijo: ¿Por qué estáis turbados y por
en forma significativa con estas palabras: Lo habían reco-
qué surgen dudas en vuestro corazón? 39 Mirad mis manos
nocido al partir el pan. En la celebración de la eucaristía
y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y vedme, porque un
se congrega la comunidad creyente para leer la Sagrada
espíritu no tiene carne y huesos, como estáis viendo que
Escritura, para hacer la profesión de fe y para partir el pan.
les tengo yo. 40 Dicho esto, mostróles las manos y los pies.
Por medio del Señor presente en la fracción del pan le
comunica Dios el don de reconocer al Resucitado. Así la
Como había desaparecido repentinamente de la vista
fe no sólo produce el efecto de descubrir a los hombres el
de los discípulos de Emaús, también ahora se presenta
misterio pascual, sino que ella misma es ya una irradiación
Jesús repentinamente en medio de los once y de los que
de este misterio. Es un efecto de la acción de Dios en la
están con ellos. Jesús no está ya sometido a las leyes del
resurrección de Cristo. Es causa y efecto a la vez, causando
espacio y del movimiento en el espacio. El modo de exis-
y presuponiendo a la vez el contacto con la resurrección.
tir del Resucitado no es ya el modo de existir del Jesús
terrestre, del Jesús del viernes santo. La aparición repen-
tina, inesperada e inexplicable del Resucitado causa mie-
do y terror. La resurrección de Jesús y su aparición en
101. 8,1; 7,llss; 3óis; 10,38ss; 23,27ss. figura corporal es cosa que sobrepasa la capacidad de
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comprensión humana y la expectativa humana. Ni siquiera
la alegría les impide todavía creer. El mensaje de la resu-
viendo y oyendo su saludo de paz logran los discípulos
rrección de Jesús es demsiado bello para ser verdadero. Al
convencerse de que es él; sin embargo, habían llegado ya
fin y al cabo, su resurrección y aparición ¿no es producto
a la fe en la resurrección (24,34).
del ansia humana, creación de los discípulos, que habían
Los discípulos ven la aparición, pero la interpretan
estado con el Señor, habían puesto en él toda su espe-
como la de un espíritu sin cuerpo, como un fantasma;
ranza y lo consideraban como el gran logro de su vida?
según otra antigua lectura, como producto de la fantasía,
Toda la esperanza de los cristianos se concentra en la
como artilugio del diablo. En las dudas y falsas interpre-
verdad de la resurrección de Jesús. Debe, pues, fundamen-
taciones de los discípulos se anticipan ya dudas e inter-
tarse sólidamente. La alegría de los discípulos tiene su
pretaciones erróneas de posteriores adversarios del mensaje
razón de ser. Se ofrece una nueva prueba de la verdad de
de la resurrección. En la exposición de Lucas se reflejan
la resurrección y de la corporeidad del Resucitado. Jesús
las polémicas de la misión cristiana. Las apariciones del
come delante de sus discípulos un trozo de pescado asado.
Resucitado no son producto de la fantasía, no son meras
Para prevenir toda volatización del cuerpo resucitado y
visiones internas.
toda transformación en algo espiritual, la predicación de
Lo que ven los discípulos es Jesús mismo. La aparición
la Iglesia primitiva se remitió a las comidas en común del
es idéntica con él. Soy yo mismo. De ello dan testimonio
Resucitado con los discípulos: «A éste, Dios lo resucitó
las manos y los pies, que llevan las marcas de los clavos
al tercer día y le concedió hacerse públicamente visible...
(Jn 20,25.27). Jesús aparece con verdadera corporeidad.
a nosotros que comimos y bebimos con él después de haber
Los discípulos pueden tocar el cuerpo del Señor. La apa-
resucitado él de entre los muertos» (Act 10,40s). Jesús,
rición tiene carne y huesos, que son la armazón de la carne.
en su condición de resucitado, no tiene ya necesidad de
Aunque pudiera engañarse la vista, el sentido del tacto
alimento, pues ha entrado ya en la vida eterna (24,26). Se
no se engaña, pues es el sentido más objetivo de todos.
demuestra como el que vive, asumiendo paradójicamente
Jesús muestra a los discípudos sus manos y sus pies.
en sí las señales de quien está sujeto a la muerte. De este
¿Tienen ya la prueba? Tras sus palabras es ya más que
modo de existir del cuerpo resucitado sólo se puede hablar
suficiente.
con imágenes menguadas e insuficientes (ICor 15,35-49).
41 El crucificado y sepultado, pero resucitado de entre
No acabando ellos de creer aún de pura alegría y
los muertos muestra un modo característico de existir.
llenos de admiración, les preguntó: ¿Tenéis aquí algo que
Aparece en una corporeidad visible, audible y tangible. No
comer? 42 Ellos le presentaron un trozo de pescado asado.
43 es un fantasma, sino un ser humano de carne y hueso,
Él lo tomó y comió delante de todos.
que se declara dispuesto a dejarse tocar para disipar las
dudas acerca de su corporeidad, que está delante de los
Al miedo y al terror sigue la alegría. Las palabras y la
ojos de los que le sirven la comida. Sin embargo, Jesús
convincente oferta de Jesús no conducen todavía a la fe,
es distinto de como era antes de su muerte; se muestra
sino solamente a la admiración. El evangelista los excusa;
libre de todo condicionamiento propio de la existencia
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corporal y dispone libremente de su forma variable de ellos; entonces también tendrán término las apariciones
aparecerse (Me 16,12). Con todo lo que se insiste en la del Resucitado y la Iglesia aguardará su venida (17,22).
corporeidad del Resucitado, sin embargo, la realidad de Para este tiempo se nos han dejado como precioso legado
ésta suscita dudas, causa terror y no deja creer por la las palabras del Jesús terreno y la vista de sus acciones.
alegría. El Resucitado aparece y desaparece, sin que se La vida de Cristo se ve como hecho histórico, al que la
note su venida y su partida. Para reconocerlo se requie- Iglesia mira retrospectivamente y que influye en la fe y
ren ojos abiertos por Dios. De la pasión y de la existencia en la vida de la actualidad.
terrenal, ha pasado ya a la gloria de Dios y, sin embargo,
La actividad terrena de Jesús está dominada por la
se adapta todavía a lo terrestre, y en este sentido es im-
aserción del cumplimiento de las Escrituras. Al comienzo
perfecto. El modo de existencia del Resucitado no se pue-
de su actividad pública se dice: «Hoy se ha cumplido
de describir plenamente; apenas si se puede insinuar en
este pasaje de la Escritura escuchado por vosotros» (4,21).
fórmulas llenas de contradicciones.
Antes de elevarse al cielo, recuerda que había dicho: De-
be cumplirse todo lo que está escrito. La Escritura entera
con todas sus partes: ley, profetas, salmos (ketubim), ha-
b) Testamento del Señor a su partida (24,44-49).
bla de Cristo. Jesús trae el cumplimiento de la Ley (16,17s),
En las últimas palabras que el Resucitado dirige a los após- la realización de las profecías (4,21), el culto de alabanza
toles les da nueva inteligencia de la Escritura (v. 44s), los instruye por las grandes obras que Dios llevó a cabo por Jesús. El
sobre el universalismo de la voluntad salvífica de Dios (v. 46s) tiempo de Jesús es el tiempo de la realización de las
y les promete el Espíritu Santo (v. 48s).
promesas.
44 Aunque Jesús, en su vida terrena explicó la Escritura a
Después les dijo: Éstas son las palabras que yo os
los discípulos, cuya inteligencia siguió cerrada a la com-
dije cuando todavía estaba con vosotros: tiene que cum-
prensión de la Escritura, todavía no creían que Jesús es
plirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de
el Mesías, todavía les estaba oculta la verdadera imagen del
Moisés, en los projetas y en los salmos. 45 Entonces les
Mesías. La Escritura habla del Mesías, del Resucitado de
abrió la mente para que entendieran las Escrituras.
entre los muertos. Esto no lo podían ellos comprender
(18,31-34). El Resucitado, al que Dios, mediante la resu-
El Señor dejó a los apóstoles y a la Iglesia sus pala-
rrección, acreditó como Mesías, abre la inteligencia para
bras, que él pronunció en su vida terrena, así como la tra-
la comprensión de la Escritura. La fe en Jesús es obra del
dición de las acciones que realizó. Junto a su presencia
Resucitado, como también la nueva inteligencia de la Es-
personal, que para la Iglesia es invisible e inaudible, se
critura. Sólo si la Escritura del Antiguo Testamento se
halla la tradición de su obrar, el recuerdo del tiempo de
entiende a la luz de pascua, conduce al conocimiento de
Cristo. Este tiempo se caracteriza como el tiempo en que
Jesús, salvador de Israel y del mundo. Después de la resu-
Jesús estaba todavía con sus apóstoles visible, exparimen-
rrección, la ignorancia de la Escritura se convierte en culpa
table. Se acerca el tiempo en que partirá y se alejará de
(Act 3,17s). Para el judío incrédulo es la Escritura una
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acusación; para la Iglesia, que creyendo en la resurrección profética que Jesús cumple en su acción, es hecha por
la entiende rectamente, es salud y salvación. los apóstoles a todos los pueblos: «...libertad a los cauti-
vos y recuperación de la vista a los ciegos» (4,18; Is 61,1;
46
Y les dijo: Así está escrito: que el Mesías tenía que 42,7). Según Mateo, el Resucitado da el encargo: Bauti-
padecer, que al tercer día había de resucitar de entre los zad a todos los pueblos (28,19). El bautismo presupone
muertos 47 y que en su nombre había de predicarse la con- penitencia y conversión y sella una y otra.
versión para el perdón de los pecados a todas las nacio- Se ha realizado la predicción del Antiguo Testamento
nes, comenzando por Jerusalén. acerca de la salud para todos los pueblos y el mensaje de
salvación. Los Hechos de los apóstoles dan testimonio
La Escritura anuncia la salvación para todos los pue- de ello. Los apóstoles anuncian a Jesús de Nazaret como
blos. Ésta es su sustancia y su verdadero objetivo. La salud Cristo (Mesías), su muerte salvífica — muerto por los
se basa en la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Se pecados— y la resurrección; ofrecen penitencia y perdón
proclama en nombre de Jesús, por encargo suyo, bajo su de los pecados. En uno de los primeros sermones de san
acción. En este nombre hay salvación (Act 4,12). El nom- Pedro se dice: «Nosotros somos testigos de todas las co-
bre de Jesús es su presencia activa. Cuando los apóstoles sas que hizo en la región de los judíos y en Jerusalén, al
predican en nombre de Jesús, cuentan con la promesa: cual incluso mataron, colgándolo de un madero. A éste,
«Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del Dios lo resucitó al tercer día y le concedió hacerse públi-
mundo» (Mt 28,20). A todas las naciones se predica la camente visible... Y nos ordenó predicar al pueblo y dar
salvación; también aquí se cumple la Escritura; la profecía testimonio de que él es el constituido por Dios en juez
universalista del segundo Isaías se cumple en la predicación de vivos y muertos. Todos los profetas le dan testimonio
del Bautista: «Todos han de ver la salvación de Dios» de que por su nombre obtiene la remisión de los pecados
(3,6; Is 40,5), en el cántico de alabanza de Simeón: «Luz todo el que cree en él» (Act 10,39-43). La predicación
para iluminar a las naciones» (2,32; Is 42,6), en la predi- comienza en Jerusalén, va a Judea y Samaría y hasta los
cación de Jesús: «Vendrán de oriente y de occidente» confines de la tierra (Act 1,8).
(13,28ss; Is 49,12). La salvación comienza a predicarse en Lo que Mateo presenta como manifiesto y encargo del
Jerusalén. Viene de los judíos (Jn 4,22). En Abraham son Resucitado (8,18-20), lo propone Lucas en forma de pre-
benditas todas las generaciones de la tierra (Act 3,25; Gen dicción. La predicación a todas las naciones se pone, como
12,3). Se anuncia conversión y perdón de los pecados. La cumplimiento de la Escritura, en una misma línea con la
conversión (penitencia) es presupuesto para el perdón de pasión y la resurrección. Al tiempo de las promesas sigue
los pecados; a esto sigue la vida. Cristo glorificado es el el tiempo de Jesús como centro y punto medio del tiem-
«autor de la vida» (Act 3,15), pero también de la conver- po; después de la ascensión viene el tiempo de la Iglesia,
sión y del perdón: «A éste ha exaltado Dios a su diestra tiempo del testimonio y de la misión.
como príncipe y salvador, para dar a Israel arrepenti-
miento y perdón de los pecados» (Act 5,31). La promesa
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48
Vosotros sois testigos de esto. 49 Y mirad: Yo voy también: permanecer reflexionando y meditando (10,39).
a enviar sobre vosotros lo prometido por mi Padre. Vos- Se refiere que los apóstoles, después de la ascensión de
otros, pues, permaneced en la ciudad hasta que seáis Jesús a los cielos, perseveraban unánimes en la oración
revestidos de la fuerza de lo alto. con las mujeres y con María, la madre de Jesús, y sus
hermanos (Act 1,14). La ciudad es Jerusalén; es el centro
Se expresa el hecho y el encargo: los apóstoles son de la obra histórica lucana, la ciudad de la muerte de
testigos de aquello en que se han cumplido las prediccio- Jesús, la ciudad del Resucitado, la ciudad de la venida del
nes, testigos de la muerte y de la resurrección de Jesús, Espíritu Santo, la ciudad contra la que se cumple el jui-
testigos de su encargo misionero y de la predicación de la cio de Dios porque no ha reconocido sus misericordiosas
salud extendida al mundo entero. Ellos habían estado con visitas.
Jesús, desde su bautismo en el Jordán hasta su ascensión En Jerusalén serán los apóstoles revestidos de la fuerza
al cielo (Act 1,21). Ellos aportan lo que se exige a los de lo alto. La fuerza de lo alto es el Espíritu Santo. La
testigos. El mensaje de los apóstoles no es especulación fuerza y el Espíritu están íntimamente ligados entre sí. En
y sabiduría humana —en forma mística, si se quiere—, la fuerza del Espíritu regresa Jesús a Galilea después de
sino hecho histórico, y su interpretación divina sobre la haber vencido al tentador, para empezar allí su obra y
base de la Escritura. proclamar el suspirado año de salvación (4,14). La fuerza
Cristo por su parte ofrece a los apóstoles el apoyo del Espíritu se da a los apóstoles después que Jesús ha
del Espíritu Santo para su mensaje salvínco. Sus palabras vencido al tentador en su pasión y muerte y ha sido ele-
de promesa van encabezadas por su yo, el yo de quien vado al cielo. En la fuerza del Espíritu continúan la obra
tiene autoridad y derecho de libre disposición, como se de Jesús entre todas las naciones. «Y con gran fortaleza,
lee en Mateo: «Se me ha dado todo poder en el cielo y los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor
en la tierra» (Mt 28,18). Tan pronto como haya ido al Jesús y gozaban todos ellos de gran estimación» (Act
Padre y haya sido glorificado (Jn 15,26) enviará la promesa 4,33). No hacen los milagros con su propia fuerza (Act 3,
del Padre, el Espíritu Santo, al que Dios había prometido 10), sino en virtud y en nombre de Jesucristo (Act 4,7.10).
para el tiempo de salvación (Jl 3,1-5; Act 2,16-21). El El tiempo de Jesús comienza con la «aurora de lo alto»
Espíritu Santo, con el que Jesús mismo fue ungido para (1,78); el tiempo de la Iglesia, con la «fuerza de lo alto».
su acción (Act 10,38), se da también a los apóstoles. El Los apóstoles son revestidos de esta fuerza, como Jesús fue
tiempo de la Iglesia es el tiempo del Espíritu Santo. «Ele- ungido con el Espíritu Santo y fuerza (Act 10,38). El traje
vado a la diestra de Dios y recibida del Padre la promesa de ceremonia de los apóstoles es la fuerza de lo alto; ésta
del Espíritu Santo, ha derramado lo que vosotros estáis les da poderes divinos, como los tenía Jesús. «Ellos (los
viendo y oyendo» (Act 2,33). apóstoles) fueron a predicar por todas partes, cooperando
el Señor con ellos y confirmando su palabra con las señales
Primeramente tienen los apóstoles que esperar el Es-
que la acompañaban» (Me 16,20).
píritu Santo; tienen que establecerse en la ciudad y per-
Al comienzo del tiempo de Cristo se halla el mensaje
manecer en ella; en estas palabras se da quizá a entender
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NT, Le II, 2¿
de gracia: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder 50
Después los llevó hasta cerca de Betania y, levantando
del Altísimo te envolverá en su sombra» (1,35), Al comien-
las manos, los bendijo. 5l Y mientras los bendecía, se apar-
zo del tiempo de la Iglesia se halla la promesa de Cristo,
tó de ellos y era llevado al cielo.
de que enviará la promesa del Padre, el Espíritu Santo, a
los apóstoles y a los que están con ellos, y los pertrechará
con la fuerza de lo alto. El Espíritu Santo suscita desde el «Hasta cerca de Betania» quiere decir la región sobre
seno de María al Santo, al Hijo de Dios (1,35); el Espíritu el monte de los Olivos próxima a Jerusalén (19,28s; Act
Santo produce mediante la Iglesia los santos, los hijos de 1,12). Desde allí había avanzado como rey Mesías hacia
Dios, como se llama a los cristianos. La fecundidad de Ma- Jerusalén (19,28-38). En ningún otro lugar podía comenzar
ría, como la fecundidad de la Iglesia, viene por la fuerza su marcha para entrar •en la gloria después de llevada a cabo
de lo alto. María es figura de la Iglesia. su obra. Betania está situada en el camino del desierto a
Jerusalén. El comienzo del tiempo de salvación se anuncia
con estas palabras: «Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor... y todos han de ver la sal-
c) Ascensión de Jesús (24,50-53). vación de Dios» (3,4ss). En este camino del desierto a Je-
rusalén se despide Jesús de los discípulos, y es elevado al
Esta sección discrepa algo de Act 1,3-11. Según los Hechos cielo; de allí envía el Espíritu Santo; comienza el tiempo
de los apóstoles, Jesús, «con numerosas pruebas se les mostró vivo de la Iglesia. Sobre la acción de los apóstoles se dice al final
(a los discípulos) después de su pasión, dejándose ver de ellos por
de los Hechos: «Sabed, pues, que a los gentiles ha sido ya
espac.o de cuarenta días y hablándoles del reino de Dios» (Act 1,3).
Según el Evangelio, parece que todo lo que narra Lucas en el
transferida esta salvación de Dios, y ellos escucharán»
capítulo 24 tuvo lugar el día de pascua, que el testamento del (Act 28,28).
Señor que partía de este mundo (v. 44-49) y su ascensión (v. 50-53) El que todavía no había bendecido nunca a sus após-
se sitúan inmediatamente después de la aparición la noche del día toles, les da ahora solemnemente la bendición. El acto de
de pascua. A lo que parece, Lucas, en su exposición del día de
pascua, se dejó guiar por intenciones litúrgicas: cada domingo
levantar las manos muestra a Jesús como sacerdote que
de la comunidad es un día de pascua. Conforme a su concepción bendice. Quizá debe esta escena traer a la memoria las pa-
teológico-literaria, anticipó también el relato de la muerte del labras del Eclesiástico, donde se dice del sumo sacerdote
Bautista (3,8ss) sin atenerse a la sucesión histórica de los hechos; Simón: «Entonces Simón, bajando, levanta sus manos sobre
así también, el sermón de Jesús en Nazaret, lo sitúa programá- la congregación de los hijos de Israel para dar con sus
ticamente al comienzo de su actividad (4,14-30), aunque históri-
camente hay que situarlo seguramente más tarde. Numerosas
labios la bendición de parte de Dios y gloriarse en su nom-
relaciones entre el Evangelio y los Hechos de los apóstoles mues- bre. De nuevo se postraban en tierra para recibir de él
tran que Lucas tenía ya planeada la concepción de los Hechos la bendición» (Eclo 50,22s). Jesús, que se despide para ir
cuando escribió el Evangelio; por eso no se puede suponer que al cielo, hace patente la bendición que se da en él mismo:
quisiera corregir el Evangelio, por ejemplo, con los datos de los
en él serán benditas todas las naciones de la tierra (Act
Hechos de los apóstoles sobre la ascensión. Lucas no se deja
guiar por intenciones de biografía histórica.
3,25). El Evangelio de Lucas comienza con un sacerdote
que, después de ofrecer el sacrificio, no pudo bendecir a
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causa de su duda (1,22). El ministerio de Zacarías era en una liturgia solemne. La Iglesia se congrega en presen-
una liturgia inacabada. Al final del Evangelio aparece de cia del sumo sacerdote que bendice. Es posible que estas
nuevo un sacerdote, que da remate a su obra con su ben- palabras de adoración pasaran del libro del Sirácida al
dición. Evangelio — no todos los manuscritos contienen esta lec-
La liturgia ha llegado a su término. Toda la fuerza tura — y que Lucas escribiera más sencillamente. Lo que
de bendición del Crucificado y glorificado viene sobre los sigue, lo presenta sobriamente y en forma contenida, se
apóstoles. limita prácticamente a indicar lo que hace la comunidad
Mientras les daba la bendición se aparta Jesús de los apostólica después de la partida del Señor. Vuelve a Jeru-
suyos. Aunque esté lejos de ellos, su bendición queda con salén, con lo cual cumple obedientemente el último encar-
ellos. Se apartó de ellos. ¿Se apartó de ellos como se apar- go del Señor.
tó de los discípulos de Emaús? ¿Se hizo invisible a los llenos de inmenso gozo. ¿Cómo pueden alegrarse los
ojos? Lo que aquí se dice quiere significar otra cosa. La apóstoles cuando se aleja de ellos Jesús? La ascensión de
palabra está rodeada por el marco de la despedida. Así, Jesús al cielo pone fin a su estancia en la tierra, pero da
con el fin de disipar toda duda, hasta en importantes ma- remate y coronamiento a su resurrección. Se ha dado
nuscritos se añadió: «Y era llevado al cielo» (cf. Act 1,9). un paso más adelante, hasta que lleguen los tiempos del
En la ascensión se aparta Jesús de los suyos; lo que aquí refrigerio y envíe Dios al preelegido Cristo Jesús; en efecto,
se quiere acentuar es la despedida, no precisamente la «el cielo debe retenerlo hasta los tiempos de la restaura-
ascensión al cielo. Los días de las apariciones del Resuci- ción de todas las cosas de que habló Dios por boca de
tado han llegado a su fin. Los benéficos días de Jesús en sus santos profetas desde antiguo» (Act 3,20s). La alegría
la tierra han terminado. Se ha alcanzado la meta de todas de los testigos de la ascensión es el comienzo del gran
las peregrinaciones de Jesús; ahora es elevado (9,51). El júbilo de la consumación final. Una vez más vuelven a
tiempo de Cristo, desde el bautismo hasta la ascensión, ha reunirse el comienzo y el final del Evangelio. Cuando se
concluido. Ahora no viene ya ningún día que se iguale a anunció el nacimiento de Juan Bautista, se dijo al sacer-
estos días. El Resucitado vive ahora a una distancia ab- dote Zacarías: «Para ti será motivo de gozo y de alegría,
soluta 102 hasta que venga de nuevo. y muchos se alegrarán de su nacimiento» (1,14). El naci-
miento de Jesús va acompañado de este mensaje: «Mirad:
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Ellos, después de adorarlo, se volvieron a Jerusalén, os traigo una buena noticia que será de grande alegría
llenos de inmenso gozo. 53 Y estaban continuamente en el para todo el pueblo» (2,10). El Evangelio es buena nueva,
templo, bendiciendo a Dios. desde el principio hasta el fin.
A su entrada en Jerusalén Jesús, con autoridad, tomó
Como en la bendición del sumo sacerdote la comunidad posesión del templo para sí y para su pueblo (19,45ss).
se postra en adoración, así también los apóstoles se pos- Allí echó los cimientos de su Iglesia. El templo fue conti-
tran ante el Señor que se aleja. La ascensión se efectúa nuamente, a las horas de oración, lugar de reunión de la
102. Cf. la palabra gritga dieste: se apartó de ellos. comunidad de la ascensión y por mucho tiempo fue toda-
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vía lugar de reunión de la comunidad de pentecostés 103 .
Otra vez vuelven a enlazarse el comienzo y el fin del
Evangelio. Los dos puntos culminantes de la historia de
la infancia están constituidos por la doble aparición del
niño Jesús en el templo 104; éste es también el lugar de
los que «esperan la liberación de Israel» (2,38).
En el templo resuena la alabanza de Dios por la Igle-
sia. Dios bendijo a la Iglesia de la ascensión por medio del
sumo sacerdote Cristo; ella bendice a Dios, le tributa ala-
banza y acción de gracias en oraciones e himnos. Cuando
nació el Bautista, dijo Zacarías alabando a Dios: «Bendito
sea el Señor Dios de Israel» (1,64.68). Simeón toma al
niño Jesús en los brazos y alaba a Dios con el himno:
«Mis ojos vieron tu salvación, la que tú preparaste a la
vista de todos los pueblos» (2,28.30). Ahora comienza
a realizarse lo que expresó este himno de alabanza. La
salvación está preparada, alabando a Dios se ofrece a los
pueblos. Se inicia la liturgia de la alabanza perpetua
de Dios.
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