Suelo
Suelo
Suelo
Factores climáticos: La roca madre se va fragmentando por acción del agua que
golpea sobre ella o que arrastra sus fragmentos quebrándolos. El agua también se
introduce entre las grietas y, por la noche, cuando la temperatura es muy baja, se
transforma en hielo dilatándose, al dilatase agranda estas grietas. Además, va
disolviéndolas lentamente.
Los vientos fuertes arrastran partículas de arena que al chocar contra las rocas
van puliéndolas.
La extensión de cada uno de los horizontes varía según los factores climáticos
que actúan, así como también según la diversidad de seres vivos presente.
En los suelos arenosos, donde las partículas que predominan son grandes,
los poros que quedan entre ellas son de mayor tamaño. Por eso en este tipo de suelo
el agua fluye y se infiltra con rapidez.
En los suelos arcillosos, como las partículas son más pequeñas y sus bordes
encastran mejor que las de los suelos arenosos, quedan diminutos poros que dificultan
el drenaje de agua.
Los espacios o poros entre las partículas permiten que el agua y el aire se
desplacen a través del suelo. Cuando hay pocos o ningún espacio, las raíces de las
plantas no disponen de suficiente agua y aire. Si los espacios, en cambio, son muy
grandes, el agua escurre o se infiltra rápidamente hacia el horizonte inferior.
La facilidad con la que el agua y el aire se desplazan entre los poros del
suelo se denomina permeabilidad.
1) Sólido
Está constituido por una parte orgánica, que procede de los restos de seres
vivos (restos de hojas, ramas, excrementos, cadáveres, etc.) en distintos estados de
descomposición, y es lo que se conoce como humus.
2) Líquido
La fase líquida del suelo está constituida por el agua y las sustancias que se
encuentran disueltas en ella.
Se encuentra en los poros del mismo. Un suelo donde todos sus poros se
encuentren saturados por agua no contendrá fase gaseosa mientras no se drene el agua
que los ocupa.
En un suelo ideal, el 50% está ocupado por el componente sólido, el 25% por
el gaseoso y el otro 25% por el líquido.
También forman parte del suelo los seres vivos como hongos, bacterias,
insectos, etc. que viven en él e intervienen en la descomposición de de los restos orgánicos
a sales minerales, forma en la que pueden ser aprovechadas por las plantas. Las
lombrices, grillos topo, termitas, etc. cavan el suelo cumpliendo una función semejante a
la del arado, lo que favorece la aireación y la mezcla de sus componentes.