21-La Epifanía Del Señor
21-La Epifanía Del Señor
21-La Epifanía Del Señor
LA FIESTA DE EPIFANÍA
LA MANIFESTACIÓN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN EL JORDÁN
EL PARAMÓN
LAS HORAS REALES
HORA PRIMERA
Sacerdote: Bendito sea Dios nuestro, en todo tiempo, Ahora y siempre y
por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
El que preside: Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti. ¡Rey Celestial, Consola-
dor, Espíritu de la Verdad; Que estás en todas partes y todo lo llenas; Te-
soro de todo lo bueno y Dador de la Vida; ven y mora en nosotros, puri-
fícanos de toda mancha y salva Tú, oh Bondadoso, nuestras almas!
Lector: En Presencia del señor Obispo:
¡Por muchos años de vida, Monseñor! Sino directamente:
- Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
- Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, perdona nuestros
pecados; Soberano, sobrepasa nuestras transgresiones; Santo, mira y sa-
na nuestras dolencias, por Tu Santo Nombre.
- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
- Padre Nuestro, que estás en los Cielos; santificado sea Tu Nombre,
venga a nosotros Tu Reino, hágase Tu Voluntad, así en la tierra como en
el cielo. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy; Y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; Y no nos
dejes caer en la tentación, más líbranos del mal.
Sacerdote: Porque Tuyo es el Reino, el Poder, y la Gloria; Padre, Hijo y Es-
píritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén. Señor, ten piedad. (Doce Veces)
Lector: Venid, adoremos y prosternémonos ante nuestro Rey y nuestro
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
Dios. Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo, nuestro Rey y
nuestro Dios. Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo, Él es nues-
tro Rey, Señor y Dios.
Mientras que el lector lee los siguientes Salmos, el Sacerdote o el Diácono, inciensa el Santo Altar, sale
de la Puerta Norte, inciensa al señor Obispo o al trono, al Iconostasio y a los fieles.
SALMO “5”
2Escucha mi palabra, Señor, repara en mi plegaria, 3atento a mis gritos
de auxilio, Rey mío y Dios mío. ¡A ti te suplico, 4Señor! Por la mañana
escuchas mi voz, por la mañana me preparo para Ti y quedo a la espera.
5No eres un Dios que ame el mal, ni es Tu huésped el malvado; 6no resis-
salos, que están llenos de crímenes, que se han rebelado contra ti. 12Se
alegrarán los que se acogen a ti, gritarán alborozados por siempre; Tú los
protegerás, en Ti disfrutarán los que aman Tu Nombre. 13Tú bendices al
inocente, Señor, lo rodea como escudo Tu Favor.
SALMO 22 ‘23’
1El Señor es mi Pastor, nada me falta. 2En verdes pastos me hace repo-
lle una guerra contra mí, sigo confiando. 4Una cosa pido al Señor, es lo
que ando buscando: morar en la Casa del Señor todos los días de mi vida,
admirar la belleza del Señor contemplando Su Templo. 5Me dará cobijo
en Su Cabaña el día de la desgracia; me ocultará en lo oculto de Su Tien-
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
da, me encumbrará en una roca. 6Entonces levantará mi cabeza ante el
enemigo que me hostiga; y yo ofreceré en Su Tienda sacrificios de victo-
ria. Cantaré, tocaré para el Señor. 7Escucha, Señor, el clamor de mi voz,
¡ten piedad de mí, respóndeme! 8Digo para mis adentros: “Busca Su Ros-
tro”. Sí, Señor, Tu Rostro busco: 9no me ocultes Tu Rostro. No rechaces
con ira a Tu siervo, que Tú eres mi auxilio. No me abandones, no me de-
jes, Dios de mi salvación. 10Si mi padre y mi madre me abandonan, El
Señor me acogerá. 11Señálame, Señor, Tu Camino, guíame por senda lla-
na, pues tengo enemigos. 12No me entregues al ardor de mis rivales, pues
se alzan contra mí testigos falsos, testigos violentos además. 13Creo que
gozaré de la Bondad del Señor en el país de la vida. 14Espera en el Señor,
sé fuerte, ten ánimo, espera en el Señor. Y concluye con
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya. Gloria sea a Ti, Oh Dios.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Tropario para la Preparación - Tono Cuarto
El Río Jordán volvió anteriormente, retrocediéndose, por el manto
de Eliseo, cuando Elías había subido al cielo; Y las aguas se dividieron en
este lado y aquél, y lo húmedo se convirtió en camino seco ante él. Esto
ha sido, en verdad, una figura del bautismo por el cual sobrepasamos el
curso de esta vida perecedera. Cristo apareció en el Jordán para santificar
las aguas.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. - Para la Soberana
¿Cómo podemos llamarte, Llena de gracia? ¿Cielo? Porque hiciste
brillar el Sol de la Justicia. ¿Paraíso? Porque has brotado la Flor de la in-
corruptibilidad. ¿Virgen? Porque permaneciste sin corrupción. ¿Madre
Pura? Porque llevaste en tus Brazos Santos, un Hijo, el Dios de todos. In-
tercede ante Él, que salve nuestras almas.
Y las siguientes Idiomálatas - Tono Octavo - Por Sofronio Patriarca de Jerusalén
Hoy la naturaleza de las aguas se santifica, el Jordán se parte en dos
y las corrientes de sus aguas se detienen, al contemplar al Señor, laván-
dose en el.
Se repite sin Stíjo
“Hoy la naturaleza de las aguas se santifica…”
(Stíjo) Por eso te recuerdo, desde el Jordán y el Hermón a ti, montaña humilde. (Salmo 41’42’: 7b)
¡Cristo Rey! Tú que como un hombre viniste hacia el río; como un
siervo, por Tu Bondad, Te apresuraste, Amante de la humanidad, para
recibir el bautismo de las manos del Precursor, a causa de nuestros peca-
dos.
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
(Stíjo) Te vieron, Oh Dios, las aguas, las aguas Te vieron y temblaron. (Salmo ‘76’ 77: 17a)
Se repite
“¡Cristo Rey! Tú que como un hombre viniste hacia el río...”
Tono Octavo
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Hacia ‘la voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del
Señor’ (Marcos 1: 3) has venido, Señor, tomando la forma de un siervo (Filipenses 2:
7), y Tú, que no conoces pecado pides el bautismo. Las aguas Te vieron y
temblaron (Salmo 76: 17); y el Precursor se tembló y clamó diciendo: “¿Cómo
la Luz se iluminará de la lámpara? ¿Cómo el siervo pondrá su mano so-
bre el Soberano? ¡Santifícame junto a las aguas oh Salvador, Tú que qui-
tas los pecados del mundo!
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Se repite
“Hacia ‘la voz del que clama en el desierto…”
crituras de los profetas que se leen cada sábado; 28sin hallar en Él ningún
motivo de muerte pidieron a Pilato que le hiciera morir. 29Y cuando hu-
bieron cumplido todo lo que referente a Él estaba escrito, Le bajaron del
madero, y Le pusieron en el sepulcro. 30Pero Dios Le resucitó de entre los
muertos. 31Él se apareció durante muchos días a los que habían subido
con Él de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos Suyos ante el pue-
blo. 32“También nosotros os anunciamos la Buena Nueva de que la Pro-
mesa hecha a los padres 33Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al
resucitar a Jesús.
Sacerdote ó el que preside: La Paz a ti, lector.
Coro: Aleluya, aleluya, aleluya.
EL EVANGELIO
Sacerdote ó Diácono: ¡Sabiduría! ¡Estemos de pie! Escuchemos el santo Evan-
gelio.
La Paz sea con todos vosotros.
Sacerdote ó el que preside:
Coro: Y con tu espíritu.
Sacerdote: (Desde la Puerta Real) Lectura de la Buena Nueva según el Santo Dis-
cípulo y puro Evangelista Mateo.
Coro: ¡Gloria a ti Señor, gloria a Ti!
Sacerdote ó Diácono: Atendamos. Y lee [Mateo 3: 1 - 6]
1Por aquellos días se presenta Juan el Bautista, proclamando en el de-
el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. 4Tenía Juan su
vestido hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero a su cintura,
y su comida eran langostas y miel silvestre. 5Acudía entonces a él Jerusa-
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
lén, toda Judea y toda la región del Jordán, 6y eran bautizados por él en
el río Jordán, confesando sus pecados.
Coro: ¡Gloria a ti Señor, gloria a Ti!
Lector o el que preside: *Afirma mis pasos en Tu Promesa, que no me domine
ningún mal. Rescátame de la opresión humana, y Tus Ordenanzas guar-
daré.* Haz brillar Tu Rostro sobre Tu siervo, y enséñame Tus Preceptos.
(Salmo 118 ‘119’: 133 - 135) Mi boca rebosa de Tu Alabanza, de Tu Elogio todo el
día. (Salmo 70 ‘71’: 8)
En presencia del señor Obispo:
Lector:
¡Por muchos años de vida, Monseñor! Sino directamente:
“Santo Dios… hasta el Padrenuestro.”
Sacerdote: Porque Tuyo es el Reino, el Poder, y la Gloria; Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Y el
Kontakión de la Preparación
Hoy el Señor se presentó en las corrientes del Jordán, exclamando a
Juan y diciendo: “No temas bautizarme; Porque si he venido es para sal-
var al primer creado Adán”.
- Señor, ten piedad. (Cuarenta veces)
Y esta Oración al Señor
- Ten misericordia de nosotros y sálvanos, ¡Hijo Unigénito de Dios! Tú
que, en todo tiempo y a toda hora en el cielo y en la tierra, eres Adorado
y Glorificado, Cristo Dios; que eres muy Paciente, Misericordioso y
Compasivo. Que amas a los justos y tienes piedad de los pecadores; que
llamas a todos a la Salvación por la promesa de los bienes futuros. Tú,
¡Señor!, recibe en esta hora nuestras súplicas y dirige nuestra vida en las
sendas de tus Mandamientos. Santifica nuestras almas; purifica nuestros
cuerpos; guía nuestros pensamientos; limpia nuestras intenciones; líbra-
nos de toda aflicción, maldad y dolencia; rodéanos con tus Santos Ánge-
les para que con su poder, seamos guiados y protegidos, a fin de llegar a
la unidad de la fe y al conocimiento de tu Gloria Inaccesible, porque Tú
eres Bendito y Glorificado por los siglos de los siglos. Amén.
- Señor, ten piedad. (Tres veces)
- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
- Más Honorable que los Querubines, e incomparablemente más Glo-
riosa que los Serafines! Tú que sin corrupción, has dado a luz al Verbo
Dios; verdaderamente eres la Madre de Dios y a Ti magnificamos.
Y directamente:
- En el Nombre del Señor, ¡Bendice, padre! Y en presencia del Señor Obispo:
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
¡Bendice, Monseñor!
El que preside: Que Dios se apiade de nosotros y nos bendiga, resplandezca
la luz de Su Rostro sobre nosotros y nos tenga misericordia.
Y la siguiente Oración:
- ¡Cristo, Luz Verdadera! Que iluminas y santificas a toda persona que
viene al mundo; Que la luz de Tu Rostro se manifieste sobre nosotros,
para que veamos, por medio de ella, la Luz Inaccesible. Guía nuestros
pasos hacia el cumplimiento de Tus Mandamientos, por las intercesiones
de Tu Purísima Madre y de todos Tus Santos.
Coro: Amén.
H O R A T ER C ER A
Venid, adoremos y prosternémonos ante nuestro Rey y nuestro
Lector:
Dios. Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo, nuestro Rey y
nuestro Dios. Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo, Él es nues-
tro Rey, Señor y Dios.
Mientras que el lector lee los siguientes Salmos, el Sacerdote o el Diácono, inciensa el Santo Altar, sale de la
Puerta Norte, inciensa al señor Obispo o al trono, al Iconostasio y a los fieles.
SALMO 28 ‘29’
1¡Rendid al Señor, hijos de Dios, rendid al Señor gloria y poder!
2Rendid al Señor la gloria de Su Nombre, postraos ante el Señor en el
atrio sagrado. 3La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de la Gloria
truena, ¡es Señor sobre las aguas caudalosas! 4La voz del Señor con fuer-
za, la voz del Señor con majestad. 5La voz del Señor desgaja los cedros,
desgaja el Señor los cedros del Líbano, 6hace brincar como novillo al Lí-
bano, al Sarión como cría de búfalo. 7La voz del Señor afila llamaradas.
8La voz del Señor estremece la estepa, estremece el Señor el desierto de
Cades. 9La voz del Señor retuerce las encinas, deja desnudas las selvas.
Todo en Su Templo grita: ¡Gloria! 10El Señor se sentó sobre el diluvio, el
Señor se sienta como rey eterno. 11El Señor da poder a su pueblo, el Se-
ñor bendice a Su pueblo con la paz.
SALMO 41 ‘42’ (42 ‘43’)
2Como anhela la cierva los arroyos, así Te anhela mi ser, Dios mío. 3Mi
ser tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo podré ir a ver el Rostro de
Dios? 4Son mis lágrimas mi pan de día y de noche, cuando me dicen todo
el día: “¿Dónde está tu Dios?”. 5El recuerdo me llena de nostalgia: cuan-
do entraba en la Tienda Admirable y llegaba hasta la Casa de Dios, entre
gritos de acción de gracias y el júbilo de los grupos de romeros. 6¿Por
qué desfallezco ahora y me siento tan azorado? Espero en Dios, aún Lo
alabaré: ¡Salvación de mi rostro, 7Dios mío! Me siento desfallecer, por eso
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
Te recuerdo, desde el Jordán y el Hermón a ti, montaña humilde. 8Un
abismo llama a otro abismo en medio del fragor de Tus cascadas, todas
Tus olas y Tus crestas han pasado sobre mí. 9De día enviará el Señor Su
Amor, y el canto que me inspire por la noche será oración al Dios de mi
vida. 10Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué me olvidas?, ¿por qué he de andar
sombrío por la opresión del enemigo? 11Me rompen todos los huesos los
insultos de mis adversarios, todo el día repitiéndome: ¿Dónde está tu
Dios? 12¿Por qué desfallezco ahora y me siento tan azorado? Espero en
Dios, aún lo alabaré: ¡Salvación de mi rostro, Dios mío!
SALMO 50 ‘51’
3Piedad de mí, Oh Dios, por Tu Bondad, por Tu Inmensa Ternura bo-
contra Ti solo pequé, lo malo a Tus Ojos cometí. Por que seas Justo cuan-
do hablas e Irreprochable cuando juzgas. 7Mira que nací culpable, peca-
dor me concibió mi madre. 8Y Tú amas la verdad en lo íntimo del ser, en
mi interior me inculcas sabiduría. 9Rocíame con hisopo hasta quedar
limpio, lávame hasta blanquear más que la nieve. 10Devuélveme el son
del gozo y la alegría, se alegren los huesos que Tú machacaste. 11Aparta
Tu Vista de mis yerros y borra todas mis culpas. 12Crea en mí, Oh Dios,
un corazón puro, renueva en mi interior un espíritu firme; 13no me re-
chaces lejos de Tu Rostro, no retires de mí Tu Santo Espíritu.
14Devuélveme el gozo de Tu Salvación, afiánzame con espíritu generoso;
15enseñaré a los rebeldes Tus Caminos y los pecadores volverán a Ti.
16Líbrame de la sangre, Oh Dios, Dios salvador mío, y aclamará mi len-
biéndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y
se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. 7Eran en total unos doce
hombres. 8Entró en la sinagoga y durante tres meses hablaba con valen-
tía, discutiendo acerca del Reino de Dios e intentando convencerles.
Sacerdote ó el que preside: La Paz a ti, lector.
Coro: Aleluya, aleluya, aleluya.
EL EVANGELIO
Sacerdote ó Diácono: ¡Sabiduría! ¡Estemos de pie! Escuchemos el santo Evan-
gelio.
La Paz sea con todos vosotros.
Sacerdote ó el que preside:
Coro: Y con tu espíritu.
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
Sacerdote: (Desde la Puerta Real) Lectura de la Buena Nueva según el Santo Dis-
cípulo y puro Evangelista Marcos.
Coro: ¡Gloria a ti Señor, gloria a Ti!
Sacerdote ó Diácono: Atendamos. Y lee [Marcos 1: 1 - 8]
1Comienzo del Evangelio de Jesús, el Cristo, Hijo de Dios. 2Conforme
está escrito en Isaías el profeta: Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que
ha de preparar tu camino. 3Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino
del Señor, enderezad sus sendas, 4apareció Juan bautizando en el desierto,
proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados.
5Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y
HORA SEXTA
Venid, adoremos y prosternémonos ante nuestro Rey y nuestro
Lector:
Dios. Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo, nuestro Rey y
nuestro Dios. Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo, Él es nues-
tro Rey, Señor y Dios.
Mientras que el lector lee los siguientes Salmos, el Sacerdote o el Diácono, inciensa el Santo Altar, sale
de la Puerta Norte, inciensa al señor Obispo o al trono, al Iconostasio y a los fieles.
SALMO 73 ‘74’
1¿Por
qué nos rechazas, Oh Dios, para siempre, y humea Tu Cólera
contra el rebaño que apacientas? 2Piensa en la comunidad que antaño
adquiriste, la que Tú rescataste, tribu de Tu propiedad, y del monte Sión,
donde pusiste Tu Morada. 3Guía Tus Pasos a estas ruinas perpetuas: al
Santuario devastado por el enemigo. 4Rugían Tus adversarios en Tu
Asamblea, colocaban como señal sus enseñas; 5destrozaban como quien
va penetrando con hachas en la espesura del bosque. 6Cercenaron todas
juntas sus jambas, con hacha y martillo desgajaban. 7Prendieron fuego a
tu santuario, profanaron por tierra Tu Gloriosa Mansión. 8Decían para sí:
“Destruyamos a todos, quememos las Asambleas de Dios en el país”.
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
9No vemos nuestras enseñas, ya no tenemos profetas, nadie que sepa
hasta cuándo. 10¿Hasta cuándo, Dios, provocará el adversario, ultrajará
Tu Nombre por siempre el enemigo? 11¿Por qué retienes Tu Mano y en
Tu Seno escondes Tu Diestra? 12Tú eres, Oh Dios, mi Rey desde el prin-
cipio, autor de hazañas en medio de la tierra. 13Tú hendiste el Mar con Tu
Poder, quebraste las cabezas de monstruos marinos, 14machacaste las ca-
bezas de Leviatán y las echaste como pasto a las fieras. 15Tú abriste ma-
nantiales y torrentes, secaste ríos inagotables. 16Tuyo es el día, tuya la no-
che, Tú la luna y el sol estableciste; 17Tú trazaste las fronteras de la tierra,
el verano y el invierno Tú formaste. 18Recuérda, Señor, que el enemigo
Te ultraja, que un pueblo necio desprecia Tu Nombre. 19No des al depre-
dador la vida de Tu tórtola, la vida de Tus pobres no olvides jamás.
20Piensa en la alianza, que están repletos los rincones del país de focos de
gustia busco al Señor, tiendo por la noche mi mano sin descanso, mi ser
se resiste a dejarse consolar. 4Me acuerdo de Dios entre gemidos, medito,
y mi espíritu desmaya. 5Retienes los párpados de mis ojos, turbado estoy,
sin poder hablar. 6Pienso en los días de antaño, los años remotos
7recuerdo; por la noche musito en mi interior, medito y se pregunta mi
Shaddai, (Dios del Cielo) 2diga al Señor: “Refugio, Baluarte mío, mi Dios, en
quien confío”. 3Pues Él te libra de la red del cazador, de la peste funesta;
4con Sus Plumas te protege, bajo Sus Alas hallas refugio: escudo y arma-
nará a Sus Ángeles que te guarden en todos tus caminos. 12Te llevarán
ellos en sus manos, para que en piedra no tropiece tu pie; 13pisarás sobre
el león y la víbora, hollarás al leoncillo y al dragón. 14Puesto que Me ama,
lo salvaré, lo protegeré, pues Me reconoce. 15Me llamará y le responderé,
estaré a su lado en la desgracia, lo salvaré y lo honraré. 16Lo saciaré de
larga vida, haré que vea mi salvación.
Y concluye con
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya, Aleluya, Aleluya. Gloria sea a Ti, Oh Dios.
Señor, ten piedad. (Tres veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Tropario para la Preparación - Tono Cuarto
El Río Jordán volvió anteriormente, retrocediéndose, por el manto
de Eliseo, cuando Elías había subido al cielo; Y las aguas se dividieron en
este lado y aquél, y lo húmedo se convirtió en camino seco ante él. Esto
ha sido, en verdad, una figura del bautismo por el cual sobrepasamos el
curso de esta vida perecedera. Cristo apareció en el Jordán para santificar
las aguas.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. - Para la Soberana
Al no tener favores por la multitud de nuestros pecados, rogad, Vir-
gen Madre de Dios, a Aquél que nació de Ti; porque las súplicas de la
madre tienen gran poder para con los favores del Soberano. No despre-
cies, Venerabilísima, las súplicas de los pecadores. Porque Aquél que
aceptó sufrir por nosotros, es Misericordioso y Capaz de salvarnos.
Y la siguiente Estijíras Idiomálatas - Tono Octavo
Así habló el Señor a Juan: “Ven y bautízame, Profeta, a mí Quién te
ha creado. Pues, por la Gracia, yo ilumino y limpio a todos los hombres.
Toca Mi Cabeza Divina y no seas dudoso, Profeta. No te dejes llevar por
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
las preocupaciones; Porque yo he venido a cumplir toda justicia. No du-
des en absoluto; Porque yo he venido apresurándome para aniquilar al
enemigo, el príncipe de las tinieblas, escondido en las aguas; liberando al
mundo de sus trampas y concediendo la vida eterna siendo Amante de
la humanidad.”
Se repite sin Stíjo
“Así habló el Señor a Juan: “Ven y bautízame, Profeta…”
(Stíjo) Por eso te recuerdo, desde el Jordán y el Hermón a ti, montaña humilde. (Salmo 41’42’: 7b)
Tono Sexto
Hoy, rápidamente se acerca a su plenitud la Profecía de los Salmos:
“El mar lo vio y huyó: El Jordán retrocedió, antes la faz del Señor, antes
de la faz del Dios de Jacob, (Salmo ‘113’ 114: 3, 7) Él que viene a recibir el bautis-
mo de Su siervo. Que al limpiarnos de la inmundicia de la idolatría, por
Él, nuestras almas serán iluminadas.
(Stíjo) Te vieron, Oh Dios, las aguas, las aguas Te vieron y temblaron. (Salmo ‘76’ 77: 17a)
Se repite
“Hoy, rápidamente se acerca a su plenitud...”
Tono Quinto
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
¿Jordán, por qué retrocedes tus aguas? ¿Por qué detienes tus corrien-
tes, y por qué no procedes en tu curso natural? “Yo no puedo soportar”,
dijo él, “El Fuego que me consume; ¡Me maravillo y estoy con miedo an-
te Su Extrema Condescendencia! Porque yo no me acostumbré a lavar lo
que está limpio, tampoco aprendí a purificar al Exento del pecado, sino a
limpiar las vasijas adanes. Porque Cristo, que en mí es bautizado, me en-
seña a quemar las espinas del pecado. Y Juan, la voz del Verbo, conmigo
da testimonio exclamando: ‘He aquí el Cordero de Dios, que quita el pe-
cado del mundo’ (Juan 1: 29)” Exclamémosle, fieles, diciendo: “¡Dios, que pa-
ra nuestra salvación Te manifestaste, gloria a Ti!”
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Se repite
“¿Jordán, por qué retrocedes tus aguas? …”
LAS LECTURAS SAGRADAS
EL PROKÍMENON - Tono Cuarto
Sacerdote o Diácono: Atendamos.
Lector: La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de gloria truena ¡Es el
Señor, sobre las aguas caudalosas! (Salmo 28 ‘29’:3) (Stíjo) ¡Rendid a Yahvé,
hijos de Dios, rendid a Yahvé gloria y poder! (Ídem.: 1)
Sacerdote o Diácono: Sabiduría.
Lector: Lectura de la Profecía del Isaías.
Sacerdote o Diácono: Atendamos con Sabiduría.
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
Lector: Lee [Isaías
12: 3 - 6] Oráculo el Señor: 3Sacaréis agua con gozo
de los hontanares de salvación, 4y diréis aquel día: “Dad gracias al Señor,
aclamad Su Nombre, divulgad entre los pueblos Sus Hazañas, pregonad
que es sublime Su Nombre. 5Cantad al Señor, porque ha hecho algo su-
blime, que es digno de saberse en toda la tierra. 6Dad gritos de gozo y de
júbilo, moradores de Sión, que grande es en medio de ti el Santo de Is-
rael.”
LA EPÍSTOLA
Sacerdote o Diácono:Atendamos.
Lector: Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos.
Sacerdote o Diácono: Atendamos con Sabiduría.
Lector: Lee [Romanos 6: 3 - 11] Hermanos, 3-nosotros que fuimos bauti-
zados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte- 4Fuimos, pues,
con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que
Cristo resucitó de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así
también nosotros vivamos una vida nueva. 5Porque si nos hemos injer-
tado en él por una muerte semejante a la suya, también lo estaremos por
una resurrección semejante; 6sabiendo que nuestro hombre viejo fue cru-
cificado con él, a fin de que fuera destruido el cuerpo de pecado y cesá-
ramos de ser esclavos del pecado. 7Pues el que está muerto, queda libre
del pecado. 8Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también vivire-
mos con él, 9sabiendo que Cristo, una vez resucitado de entre los muer-
tos, ya no muere más, y que la muerte no tiene ya señorío sobre él. 10Su
muerte fue un morir al pecado, de una vez para siempre; mas su vida, es
un vivir para Dios. 11Así también vosotros, consideraos como muertos al
pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
Sacerdote ó el que preside: La Paz a ti, lector.
Coro: Aleluya, aleluya, aleluya.
EL EVANGELIO
Sacerdote ó Diácono: ¡Sabiduría! ¡Estemos de pie! Escuchemos el santo Evan-
gelio.
La Paz sea con todos vosotros.
Sacerdote ó el que preside:
Coro: Y con tu espíritu.
Sacerdote: (Desde la Puerta Real) Lectura de la Buena Nueva según el Santo Dis-
cípulo y puro Evangelista Marcos.
Coro: ¡Gloria a ti Señor, gloria a Ti!
Sacerdote ó Diácono: Atendamos. Y lee [Marcos 1: 9 - 11]
9Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea,
y fue bautizado por Juan en el Jordán. 10En cuanto salió del agua vio que
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los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él.
11Y se oyó una voz que venía de los cielos: “Tú eres mi Hijo amado, en Ti
me complazco.”
Coro: ¡Gloria a Ti Señor, gloria a Ti!
El que preside: *¡Que tu ternura, llegue pronto a nosotros, pues estamos
muy abatidos. *Ayúdanos, Dios Salvador nuestro, por amor de la Gloria
de Tu Nombre; líbranos, borra nuestros pecados, por respeto a Tu Nom-
bre. (Salmo 78: 8b - 9)
En presencia del señor Obispo:
Lector:
¡Por muchos años de vida, Monseñor! Sino directamente:
“Santo Dios… hasta el Padrenuestro.”
Sacerdote: Porque Tuyo es el Reino, el Poder, y la Gloria; Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Lector: Amén. Y el
Kontakión de la Preparación
Hoy el Señor se presentó en las corrientes del Jordán, exclamando a
Juan y diciendo: “No temas bautizarme; Porque si he venido es para sal-
var al primer creado Adán”.
- Señor, ten piedad. (Cuarenta veces)
Y esta Oración al Señor
- Ten misericordia de nosotros y sálvanos, ¡Hijo Unigénito de Dios! Tú
que, en todo tiempo y a toda hora en el cielo y en la tierra, eres Adorado
y Glorificado, Cristo Dios; que eres muy Paciente, Misericordioso y
Compasivo. Que amas a los justos y tienes piedad de los pecadores; que
llamas a todos a la Salvación por la promesa de los bienes futuros. Tú,
¡Señor!, recibe en esta hora nuestras súplicas y dirige nuestra vida en las
sendas de tus Mandamientos. Santifica nuestras almas; purifica nuestros
cuerpos; guía nuestros pensamientos; limpia nuestras intenciones; líbra-
nos de toda aflicción, maldad y dolencia; rodéanos con tus Santos Ánge-
les para que con su poder, seamos guiados y protegidos, a fin de llegar a
la unidad de la fe y al conocimiento de tu Gloria Inaccesible, porque Tú
eres Bendito y Glorificado por los siglos de los siglos. Amén.
- Señor, ten piedad. (Tres veces)
- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
- Tú que eres más Honorable que los Querubines e incomparablemen-
te, más Gloriosa que los Serafines! Que sin corrupción, has dado a luz al
Verbo Dios; verdaderamente eres la Madre de Dios y a Ti magnificamos.
Y directamente:
- En el Nombre del Señor, ¡Bendice, padre! Y en presencia del Señor Obispo:
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
¡Bendice, Monseñor!
Que Dios se apiade de nosotros y nos bendiga, resplandezca
El que preside:
la luz de Su Rostro sobre nosotros y nos tenga misericordia.
Y la siguiente Oración:
- ¡Dios, Señor de las Potestades y Autor de toda la Creación! Tú que,
por la compasión de Tu Inefable Misericordia, enviaste a Tu Hijo Unigé-
nito, nuestro Señor Jesucristo, para la salvación de nuestra raza; y que,
por medio de Su Venerable Cruz, rompiste el quirógrafo de nuestros pe-
cados; y por Ella triunfaste sobre los príncipes y poderes de las tinieblas.
Tú, Soberano Amante de la humanidad, acepta de nosotros pecadores
estas oraciones de acción de gracias y nuestras súplicas, y líbranos de to-
da caída mortal y transgresión oscura y de todos los enemigos visibles e
invisibles que intentan dañarnos. Clava nuestra carne con Tu Temor y no
dejes que se incline nuestro corazón a palabras y pensamientos malos;
mas hiere nuestras almas con Tu Amor. De modo que contemplándote
en todo tiempo y guiados por la luz que de Ti procede, Te miramos a Ti,
Luz Eterna e Inaccesible, y sin cesar te ofrecemos la confesión y acción de
gracias; Padre Eterno con Tu Hijo Unigénito y Tu Santísimo, Bueno y Vi-
vificador Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
H O R A N O V EN A
Venid, adoremos y prosternémonos ante nuestro Rey y nuestro
Lector:
Dios. Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo, nuestro Rey y
nuestro Dios. Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo, Él es nues-
tro Rey, Señor y Dios.
Mientras que el lector lee los siguientes Salmos, el Sacerdote o el Diácono, inciensa el Santo Altar, sale
de la Puerta Norte, inciensa al señor Obispo o al trono, al Iconostasio y a los fieles.
SALMO 92 ‘93’
1Reina el Señor, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de po-
der, y así el orbe está seguro, no vacila. 2Tu Trono está firme desde anta-
ño, desde la eternidad existes Tú. 3Levantan los ríos, Señor, levantan los
ríos su voz, los ríos levantan su bramido; 4más que el ruido de aguas
caudalosas, más imponente que las olas del mar, es imponente el Señor
en las alturas. 5Son firmes del todo Tus Dictámenes, la santidad es el or-
nato de Tu Casa, Oh Señor, por días sin término.
SALMO 113A ‘114’, 113B ‘115’
1Al salir Israel de Egipto, Jacob de un pueblo extranjero, 2Judá fue su
santuario, Israel fue su dominio. 3El mar Lo vio y huyó, el Jordán retro-
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6 DE ENERO - EPIFANÍA - EL PARAMÓN - LAS HORAS REALES
cedió, 4los montes brincaron como carneros, las colinas igual que corde-
ros. 5Mar, ¿qué te pasa que huyes, y tú, Jordán, que retrocedes, 6montes,
que brincáis como carneros, colinas igual que corderos? 7La tierra tiem-
bla en presencia del Dueño, en presencia del Dios de Jacob, 8El que cam-
bia la peña en estanque y hace del pedernal una fuente.
1¡No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a Tu Nombre da gloria, por
EL EVANGELIO
Sacerdote ó Diácono: ¡Sabiduría! ¡Estemos de pie! Escuchemos el santo Evan-
gelio.
La Paz sea con todos vosotros.
Sacerdote ó el que preside:
Coro: Y con tu espíritu.
Sacerdote: (Desde la Puerta Real) Lectura de la Buena Nueva según el Santo Dis-
cípulo y puro Evangelista Lucas.
Coro: ¡Gloria a ti Señor, gloria a Ti!
Sacerdote ó Diácono: Atendamos. Y lee [Lucas 3: 1 - 18]
1En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato
LA TÍPICA
El Sacerdote o Diácono inciensa, tal como al inicio de cada una de las Horas, mientras tanto que el lector lee las
Bienaventuranzas:
SALMO 102 ‘103’
1Bendice, alma mía, al Señor, el fondo de mi ser, a Su Santo Nombre.
2Bendice, alma mía, al Señor, nunca olvides Sus Beneficios. 3El que tus
- 9Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán lla-
mados hijos de Dios.
- 10Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de
ellos es el Reino de los Cielos.
- 11Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan
con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
- 12Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en
los cielos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
- Acuérdate de nosotros, Señor, Cuando vengas en Tu Reino.
- Acuérdate de nosotros, Soberano, Cuando vengas en Tu Reino
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- Acuérdate de nosotros, Santo, Cuando vengas en Tu Reino
- Las Potestades Celestiales Te alaban y dicen: “Santo, Santo, Santo,
Señor del Sebaot, llenos están los Cielos y la Tierra de Tu Gloria”.
Acercaos de Él e iluminaos y que no se avergüencen vuestras caras
- Las Potestades Celestiales Te alaban y dicen: “Santo, Santo, Santo,
Señor del Sebaot, llenos están los Cielos y la Tierra de Tu Gloria”.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
- Los Rangos de los santos Ángeles y Arcángeles, con todos los poderes
celestiales, Te alaban y dicen: “Santo, Santo, Santo, Señor del Sebaot, lle-
nos están los Cielos y la Tierra de Tu Gloria”.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
EL CREDO
Creo en un solo Dios Padre, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la
Tierra, de todo lo visible e invisible. Y en un solo Señor, Jesucristo, Hijo
Unigénito de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos; Luz de
Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadero; nacido, no creado; Consubstan-
cial al Padre, por Quien todo fue hecho. Quien por nosotros, los hom-
bres, y para nuestra salvación, descendió de los cielos, y se encarnó del
Espíritu Santo y de María Virgen y se hizo hombre. Crucificado también
por nosotros bajo Poncio Piloto, padeció y fue sepultado. Y resucitó al
tercer día conforme a las Escrituras. Y subió a los Cielos y está sentado a
la Diestra del Padre. Y otra vez ha de venir con gloria, a juzgar a los vi-
vos y a los muertos y Su Reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Se-
ñor Vivificador, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es jun-
tamente adorado y glorificado, y que habló por los profetas. En la Iglesia
que es Una, Santa, Católica y Apostólica. Confieso un solo bautismo para
la remisión de los pecados. Espero la resurrección de los muertos. Y la
vida del mundo venidero. Amén.
El que preside:¡Señor! Perdone, remita y absuelva nuestras faltas volunta-
rias e involuntarias; las cometidas por palabras o por obras, por conoci-
miento o por ignorancia; de noche o de día, por pensamiento o por sen-
timiento; porque Tú eres Bondadoso y Amante de la humanidad.
Lector: Padre Nuestro que estás en los Cielos, santificado sea Tu Nom-
bre; venga a nosotros Tu Reino; Hágase Tu Voluntad, así en la tierra co-
mo en el Cielo; El pan nuestro de cada día dánoslo hoy; y perdónanos
nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y
no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal.
Sacerdote: Porque Tuyo es el Reino, el Poder, y la Gloria; Padre, Hijo y Es-
píritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
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Lector: Amén. Y el
Kontakión de la Preparación
Hoy el Señor se presentó en las corrientes del Jordán, exclamando a
Juan y diciendo: “No temas bautizarme; Porque si he venido es para sal-
var al primer creado Adán”.
- Señor, ten piedad. (Doce veces)
El que preside: ¡Santísima Trinidad, Poder Consubstancial, Reino Indivisible
y Causa de todo lo bueno! Acéptame, a mí también, yo pecador, afirma
mi corazón y otórgale entendimiento; aparta de mí toda impureza e ilu-
mina mi corazón, para que siempre glorifique, adore y alabe diciendo:
“Un Solo Santo, Un Solo Señor, Jesucristo en la Gloria de Dios Padre.
Amén”.
Lector: Bendito sea el Nombre del Señor, desde ahora y hasta el fin de los
siglos. (Tres veces)
Y si se celebra la Divina Liturgia se dice:
- Verdaderamente es digno y debido que Te celebremos, Oh Madre de
Dios, Siempre Bienaventurada y exenta de toda mancha, la Madre de
nuestro Dios. Y seguimos con
- ¡Tú que eres más Honorable que los Querubines e incomparablemen-
te, más Gloriosa que los Serafines! Que sin corrupción, has dado a luz al
Verbo Dios; verdaderamente eres la Madre de Dios y a Ti magnificamos.
Y directamente:
- En el Nombre del Señor, bendice padre.
EL APÓLISIS
Sacerdote: Gloria a Ti, Dios nuestro y Esperanza nuestra, gloria a Ti. Cris-
to, nuestro Verdadero Dios, que está por ser bautizado por Juan, en el
Jordán, para nuestra Salvación, por las intercesiones de Tu Santísima,
Purísima Madre la Exenta de toda mancha; Los santos honorables y ala-
badísimos Apóstoles; de San/Santa (Nombre) Patrono/Patrona de esta
Santo Templo; Los Justos antepasados de Cristo Dios: San Joaquín y San-
ta Ana; San/Santa (Nombre) cuya conmemoración celebramos hoy y por
todos Tus santos, ten piedad de nosotros y sálvanos, porque eres Bonda-
doso y Amante de la humanidad.
Aquí, en presencia de un Obispo
A nuestro Pastor y (Patriarca, Metropolita, Arzobispo o Obispo) Mu-
Coro:
chos años de vida, Señor otórgale a Él. Y repite Muchos años de vida, Mon-
señor. (Tres veces)
Y el sacerdote concluye
Sacerdote: Por las Oraciones de nuestro Santo Padre, Señor Jesucristo, ten
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piedad de nosotros y sálvanos.
Sino directamente:
- Por las Oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, ten
piedad de nosotros y sálvanos.
Coro y pueblo: Amén.
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