Trastornos de Personalidad

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCION

FACULTAD DE FILOSOFÍA
CARRERA DE PSICOLOGÍA

UNIDAD III
PSICOPATOLOGIA Y PSICOTERAPIA

GUIA DE ESTUDIOS

TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

Los trastornos de personalidad son un conjunto de


perturbaciones o anormalidades que se dan en las
dimensiones emocionales, afectivas, motivacionales
y de relación social de los individuos.
Fundamentación

A diferencia de la dimensión cognitiva (percepciones,


memoria, atención, inteligencia, creatividad,
lenguaje), al hablar de personalidad se les da
preferencia a los procesos emotivos y tendenciales
del individuo, aunque los diferentes factores ejercen
una influencia directa entre sí.

Los desajustes o trastornos son un producto de


diferentes causas biológicas o medioambientales y
aunque haya que hacer clasificaciones según ciertas
causas biológicas o medioambientales y aunque haya
que hacer clasificaciones según ciertas categorías
comúnmente aceptadas el diagnóstico debe hacerse
de forma individual.

Hay que tener presente que la misma causa puede


tener síndromes diferentes y un síndrome
determinado puede ser la manifestación de causas
diversas, condicionada por la constitución biológica y
el medio familiar, escolar y social en el que el
individuo se encuentre.

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Los trastornos de personalidad hay que limitarlos,
por tanto, a problemas emocionales, afectivos y
sociales.

SINTOMAS

Los síntomas varían ampliamente dependiendo del


tipo específico de trastorno de la personalidad.

Las personas con trastornos de la personalidad


tienen dificultad para hacerle frente a los problemas
y el estrés cotidiano y a menudo tienen relaciones
tormentosas con otros. Estas afecciones varían
desde leves hasta severas.

TRATAMIENTO

Las personas con estos trastornos usualmente no


buscan tratamiento por su cuenta. Ellos tienden a
buscar ayuda una vez que su comportamiento ha
causado problemas severos en sus relaciones
personales o en sus trabajos o cuando les
diagnostican otro problema psiquiátrico, como un
trastorno del estado anímico o drogadicción.

Aunque los trastornos de personalidad son difíciles


de tratar, hay evidencia creciente que tanto
medicamentos como algunas formas de psicoterapia
pueden ayudar a muchas personas.

EXPECTATIVAS DE DIAGNÓSTICO

El diagnóstico es variable. Algunos trastornos de la


personalidad pueden disminuir durante la mediana
edad, mientras otros persisten a lo largo de la vida, a
pesar del tratamiento.
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COMPLICACIONES

Problemas con las relaciones interpersonales


Problemas con la profesión
Otros trastornos psiquiátricos

LISTA DE TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

A.- TRASTORNOS RAROS O EXENTRICOS

Este grupo de trastornos se caracteriza por un patrón


penetrante de cognicion sospecha), expresión (ej.
Lenguaje extrano) y relación con otros anormales
(ej, aislamiento).

 Trastorno paranoide de la personalidad,


personalidad paranoide.

 Trastorno esquizoide de la personalidad,


personalidad esquizoide.

 Trastorno esquizotípico de la personalidad

A.1. TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD,


PERSONALIDAD PARANOIDE

La característica esencial de este trastorno es un


patrón de desconfianza y suspicacia general hacia los
otros, de forma que las intenciones de estos son
interpretadas como maliciosas. Este patrón empieza
al principio de la edad adulta y aparece en diversos
contextos.

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Los individuos con trastorno paranoide d la
personalidad piensan que los demás se van a
aprovechar de ellos. Si alguien, por ejemplo saluda a
una persona con este problema, inmediatamente
éste pensará que el que le saluda quiere o trama
algo. Tienen dudas injustificadas sobre la lealtad de
sus amigos o de la fidelidad de su pareja, y les
cuesta aceptar que se equivocan.

Aparentan ser fríos, pero en realidad sólo es un


intento de evitar que los demás conozcan sus puntos
débiles y puedan aprovecharse de ello, son muy
rencorosos y nunca olvidan un insulto o crítica.

Las personas paranoides tienen escasas relaciones


sociales, en parte por su desconfianza hacia las
personas, pero también se debe a que suelen
provocar rechazo en los demás, debido a su
comportamiento hostil. De todos modos se
desenvuelven bien en la vida ya que no les gusta que
otros se ocupen de sus asuntos.

Otros síntomas comunes incluyen,


Preocupación porque los demás tienen motivos
ocultos
Expectativa de ser explotado por otros
Incapacidad para trabajar junto a otros
Imagen pobre de sí mismo
Aislamiento social
Desapego
Hostilidad

TRATAMIENTO
El tratamiento es difícil debido a que estas personas
a menudo sienten extrema desconfianza de los
médicos. En caso de ser aceptados, tanto los
medicamentos como la psicoterapia pueden ser
efectivos.

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A.2.- TRASTORNO ESQUIZOIDE DE LA
PERSONALIDAD

Los individuos que lo padecen tienen un gran


distanciamiento de las relaciones sociales y una
restricción de la expresión emocional. Puede
aparecer durante la infancia o la adolescencia,
aunque se suele diagnosticar en la edad adulta. Su
prevalencia se estima en menos del 1% de la
población.

Este trastorno puede estar asociado con


esquizofrenia y comparte con ésta muchos de los
mismos factores de riesgo. Sin embargo, este
trastorno no es tan incapacitante como la
esquizofrenia, ya que no causa alucinaciones, delirios
ni desconexión completa de la realidad que se
presenta en los casos de esquizofrenia.

SINTOMAS
Se manifiesta distante y desconectada
No desean ni disfrutan las relaciones interpersonales
Realizan actividades solitarias
Disfrutan haciendo pocas o ninguna actividad
Hay pocos amigos íntimos o de confianza
Existe una indiferencia tanto a los halagos como a las
críticas

Hay una frialdad emocional, distanciamiento o


aplanamiento afectivo
Dedican gran parte de su tiempo a divagar en sus
propios pensamientos
Están llenos de ideas abstractas
Muchos sufren de insomnio
En ocasiones muestran u ocultan un comportamiento

TRATAMIENTO
Las personas con este trastorno rara vez buscan
tratamiento y se sabe muy poco acerca de cuáles
tratamientos funcionan.
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PRONOSTICO
Este trastorno es una enfermedad crónica con un
pronóstico desalentador. El aislamiento social
característico de este trastorno a menudo impide que
la persona busque la ayuda o el apoyo que podría
mejorar el tratamiento.

A.3.- TRASTORNO ESQUIZOTÍPICO DE LA


PERSONALIDAD

DEFINICIÓN

Es una afección psiquiátrica en la cual una persona


tiene un patrón de déficit social o interpersonal con
una gran disminución de la capacidad para las
relaciones personales. Además, tienen distorsiones
cognitivas y de pensamiento y un comportamiento
excéntrico.

CAUSAS, INCIDENCIAS Y FACTORES DE RIESGO


Los trastornos de personalidad son patrones de
relaciones y comportamientos crónicos que
interfieren con la vida de una persona durante
muchos anos.

SINTOMAS
Poseen ideas de referencia
Creencias raras, pensamiento mágico
Experiencias perceptivas inhabituales
Pensamiento y lenguaje raro
Suspicacia e ideación paranoide
Afectividad inapropiada o restringida
Comportamiento raro, excéntrico, peculiar
Falta de amigos íntimos

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TRATAMIENTO
Rara vez buscan tratamiento.

PRONOSTICO
El aislamiento social característico de este trastorno
a menudo impide que la persona busque la ayuda o
el apoyo que podría mejorar el pronóstico.

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2.- TRASTORNOS DRAMÁTICOS, EMOCIONALES O


ERRÁTICOS

 Trastorno antisocial de la personalidad,


personalidad antisocial

 Trastorno límite de la personalidad, personalidad


borderline

 Trastorno histriónico de la personalidad,


personalidad histriónica

 Trastorno narcisista de la personalidad,


personalidad narcisista

2.1.- TRASTORNO ANTISOCIAL, PERSONALIDAD


ANTISOCIAL

La sociopatía, también conocida como trastorno de


personalidad antisocial, es una patología de índole
psíquico que deriva en que las personas que la
padecen pierden la noción de la importancia de las
normas sociales, como son las leyes y los derechos
individuales. Si bien, generalmente, puede ser
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detectada a partir de los 18 anos de edad, se estima
que los síntomas y características vienen
desarrollándose con anterioridad.

SINTOMAS
Quebranta la ley constantemente
Miente, roba y a menudo se involucra en rinas
Descuida su propia seguridad y la de los demás
No muestra ninguna culpa
Ausencia de empatia y remordimiento
Autoestima distorsionada
Constante búsqueda de nuevas sensaciones
Deshumanización de la víctima
Falta de preocupación de las consecuencias
Egocentrismo
Megalomanía
Altos niveles de impulsividad
Motivaciones para experimentar sensaciones de
control o de poder

SIGNOS Y EXAMENES
Para hacer un diagnóstico del trastorno de
personalidad antisocial, una persona tiene que haber
mostrado comportamiento de trastorno de conducta
durante la ninez.

Las personas pueden tener los siguientes signos,

Ira y arrogancia
Capaz de actuar gracioso y encantador
Bueno para adular y manipular las emociones de
otros
Problemas legales y drogadicción

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TRATAMIENTO
Las personas con trastorno de personalidad
antisocial no logran admitir que están frente a un
problema que debe ser tratado. Es por ello que es
fundamental que exista un estímulo externo que les
permita aceptar dicha condición. Puede venir desde
la propia familia o desde la justicia que le ordene un
tratamiento en vistas de los problemas que le puede
acarrear.

Este trastorno puede agravarse, en algunos casos,


especialmente cuando la persona a tratar tiene como
hábito el consumo de drogas. Muchos tipos de
terapia pueden colaborar a sobrellevar de mejor
modo la enfermedad.

La terapia grupal puede ser clave para hacer


entender a la persona que puede interactuar con los
demás sin necesidad de violencia o desprecio.

La terapia de comportamiento cognitivo y la terapia


de modificación pueden contribuir a alterar los
patrones problemáticos de pensamiento que el
paciente posee y a estimular los comportamientos
positivos en sociedad.

Los medicamentos se usan para combatir síntomas


específicos como la agresividad y la irritabilidad.
Si bien se presupone que el TPA es una enfermedad
crónica, algunos síntomas especialmente el
comportamiento criminal, pueden ir disminuyendo
con lentitud con el paso del tiempo y un tratamiento
adecuado.

PRONÓSTICO
Los síntomas tienden a alcanzar su punto máximo
durante los últimos anos de la adolescencia y
comienzos de los 20 y pueden mejorar por sí solos
cuando la persona llega a los 40 anos.
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2.2.- TRASTORNO LÍMITE O PERSONALIDAD
BORDERLINE

Trastorno fronterizo de la personalidad

Es un padecimiento en el cual la persona realiza


acciones impulsivas y tiene un estado de ánimo
inestable al igual que relaciones interpersonales
caóticas.

CAUSA, INCIDENCIA, FACTORES DE RIESGO

La causa del trastorno de personalidad límite se


desconoce, la persona que padece de este trastorno
se comporta de manera impulsiva en áreas que
tienen un potencial de autoinfligirse dano, como el
consumo de drogas, el alcoholismo y otros
comportamientos de riesgo.

Entre los factores de riesgo para este trastorno


están,
Abandono en la ninez y adolescencia
Vida familiar disociada
Comunicación deficiente en la familia
Abuso sexual

Este trastorno de la personalidad tiende a ocurrir


más a menudo en las mujeres y entre pacientes
psiquiátricos hospitalizados.

SINTOMAS

Las relaciones con otras personas son intensas e


inestables, oscilando bruscamente de amor a odio y
de nuevo amor. Las personas con personalidad límite
tratarán de evitar frenéticamente el abandono real o
imaginario.

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Pueden también presentar incertidumbre acerca de
su identidad o imagen propia y tienden a ver las
cosas en términos extremos, o todo es bueno o todo
es malo. Estas `personas igualmente se ven a sí
mismas como víctimas de las circunstancias y
asumen poca responsabilidad por ellos mismos y por
sus problemas.

Otros síntomas abarcan

Sentimiento de vacio y aburrimiento


Manifestaciones frecuentes de ira inapropiada
Impulsividad con el dinero, el consumo de
sustancias, las relaciones sexuales, el apetito
desenfrenado y el hurto en tiendas.
Intolerancia a la soledad
Desregulación emocional
Pensamiento extremadamente polarizado
Relaciones interpersonales caóticas
Inestabilidad generalizada del estado de ánimo
Inestabilidad de la autoimagen y la conducta

CURSO Y PRONOSTICO

Es un trastorno de inicio temprano y de curso


crónico. Se puede manifestar ya en las primeras
etapas de la infancia, en la adolescencia o en el inicio
de la edad adulta. De cualquier forma, ha de
manifestarse antes de los 25 anos. Los casos en los
que aparece más precozmente suelen tener peor
pronóstico sobre todo si van acompañados durante la
adolescencia de abuso de sustancias, conductas
suicidas y auto destructivas. Los anos de mayor
virulencia del trastorno suele ser entre los 20 y 35
anos, justo en el periodo en que el individuo tiene
que hacerse adulto e independiente y marcarse unas
líneas de vida y unas metas.

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En la mayoría de los casos se va produciendo una
estabilización a partir de los 35 ´40 anos,
suavizándose algunos síntomas, sobre todo la
impulsividad. Pero esta mejora no se produce de
forma automática, ni de la misma forma en todos los
casos y depende mucho del deterioro que la persona
haya ido acumulando a lo largo de los anos,

TRATAMIENTO PSICOTERAPEUTICO

Aunque tradicionalmente se ha observado de forma


escéptica el tratamiento psicológico, en los últimos
se han comprobado algunos tipos específicos de
psicoterapia para el trastorno límite de personalidad,
Una simple terapia de soporte, por sí sola puede
mejorar la autoestima y movilizar las fuerzas
existentes en los individuos con este trastorno.

La terapia de grupo puede ayudar en el aprendizaje y


la práctica de habilidades interpersonales y
autoconciencia, aunque las tasas de abandono
pueden ser problemáticas,

La terapia de modificación de conducta puede ser


importante.

La psicoterapia centrada en temas emocionales


estimula cambios generales.

2.3.- TRASTORNO NARCISISTA DE LA


PERSONALIDAD

Este trastorno posee un patrón de grandiosidad,


fantasías de éxito, tienen necesidad de admiración,
falta de empatía. Esperan reconocimiento, poder,
brillantez, belleza o amor.
Exigen admiración excesiva.
Para diagnosticar, deben cumplir por lo menos con
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cinco de los siguientes ítems,
Grandioso sentido de la autoimportancia, por
ejemplo espera ser reconocido como superior sin
unos logros proporcionados,
Reocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder,
brillantez, belleza o amor imaginarios.
Cree que es especial y único, y que solo puede ser
comprendido por personas que son especiales o de
alto status,
Exige una admiración excesiva,
Es muy pretencioso, ejemplo recibir trato especial o
que se cumplan automáticamente sus expectativas,
Interpersonalmente explotador, saca provecho de los
demás para alcanzar sus propias metas,
Carece de empatía, reacio a reconocer o identificarse
con los sentimientos y necesidades de los demás,

Frecuentemente envidia a los demás o cree que los


demás le envidian a él,
Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o
soberbios.
Reacciona a la crítica con rabia, vergüenza o
humillación,
Tiene sentimientos de prepotencia,
Exagera sus logros y talentos,
Persigue principalmente metas egoístas,

Tratamiento

LA PSICOTERAPIA PUEDE AYUDAR A LA PERSONA


AFECTADA A RELACIONARSE CON OTROS EN UNA
FORMA MÁS POSITIVA Y COMPASIVA,

Complicaciones
Problemas en las relaciones interpersonales y
familiares
Dependencia del alcohol y las drogas

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2.4.- TRASTORNO DE PERSONALIDAD HISTRIÓNICA

El trastorno de personalidad histriónica (histérica,


generalmente comienza en la primera infancia y
aunque las causas se desconocen, se presenta con
mayor frecuencia en las mujeres que en los hombres,
debido a que llamar la atención y tomar la iniciativa
sexual es socialmente menos aceptable para el
género femenino.

SINTOMAS

Las personas con este trastorno generalmente están


en capacidad de desempeñarse a alto nivel y pueden
ser exitosos tanto a nivel social como laboral.

Los síntomas abarcan:

Actuar o lucir exageradamente seductor

Dejarse influenciar fácilmente por otras personas

Estar demasiado preocupados por la apariencia física

Ser exageradamente dramáticos y emocionales

Ser demasiado sensibles ante las críticas o la


desaprobación

Creer que las relaciones personales son más íntimas


de lo que realmente es

Culpar a otras personas de sus fracasos o


decepciones

Buscar constantemente confianza o aprobación

Tener baja tolerancia ante la frustración o la demora


en la gratificación

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Necesidad de ser el centro de la atención
(egocentrismo)

Estados emocionales rápidamente cambiantes que


pueden parecer superficiales para otros.

PRUEBAS Y EXÁMENES
Puede diagnosticarse el trastorno de personalidad
histriónica observando,
Comportamiento
Historia clínica
Apariencia general
Evaluación psicológica

TRATAMIENTO
Las personas con esta afección a menudo buscan
tratamiento cuando experimentan depresión por
relaciones sentimentales fallidas. Los medicamentos
pueden ayudar con síntomas como la depresión.

PRONÓSTICO
Este trastorno generalmente no afecta la capacidad
para desempeñarse en el trabajo o en ambientes
sociales. Sin embargo, los problemas a menudo se
originan en relaciones más íntimas, donde hay
compromisos más profundos.

COMPLICACIONES
El trastorno puede afectar las relaciones sociales o
sentimentales o la capacidad para hacer frente a las
pérdidas y fracasos. Se puede cambiar de trabajo,
frecuentemente, ya que se aburre con facilidad y
tiene dificultades para hacer frente a la frustración.

Debido a que se tiende a anhelar cosas nuevas y la


exitación, se puede involucrar en situaciones
arriesgadas. Todos estos factores pueden llevar a un
mayor riesgo de depresión.
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3.- Trastorno de la personalidad por evitación

Características diagnósticas. La característica esencial del


trastorno de la personalidad por evitación es un patrón
general de inhibición social, unos sentimientos de
inadecuación y una hipersensibilidad a la evaluación
negativa que comienzan al principio de la edad adulta y que
se dan en diversos contextos.

Los sujetos con trastorno de la personalidad por evitación


evitan trabajos o actividades escolares que impliquen un
contacto interpersonal importante, porque tienen miedo de
las críticas, la desaprobación o el rechazo. Pueden declinar
las ofertas de promoción laboral debido a que las nuevas
responsabilidades ocasionarían críticas de los compañeros.
Estos individuos evitan hacer nuevos amigos a no ser que
estén seguros de que van a ser apreciados y aceptados sin
críticas. Hasta que no superan pruebas muy exigentes que
demuestren lo contrario, se considera que los demás son
críticos y les rechazan. Las personas con este trastorno no
participan en actividades de grupo a no ser que reciban
ofertas repetidas y generosas de apoyo y protección. La
intimidad personal suele ser difícil para ellos, aunque son
capaces de establecer relaciones íntimas cuando hay
seguridad de una aceptación acrítica. Pueden actuar con
represión, tener dificultades para hablar de sí mismos y
tener sentimientos íntimos de temor a ser comprometidos,
ridiculizados o avergonzados.

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Los sujetos con este trastorno, puesto que les preocupa la
posibilidad de ser criticados o rechazados en las situaciones
sociales, tienen el umbral para detectar estas reacciones
exageradamente bajo. Pueden sentirse extremadamente
ofendidos si alguien se muestra crítico o incluso levemente
en contra. Tienden a ser tímidos, callados, inhibidos e
«invisibles» por temor a que la atención vaya a comportar
la humillación o el rechazo. Piensan que digan lo que digan
los demás lo van a encontrar «equivocado» y que, por
tanto, es mejor no decir nada. Reaccionan mal a las bromas
sutiles que son sugerentes de ridículo o burla. A pesar de
sus ansias de participación activa en la vida social, temen
poner su bienestar en manos de los demás. Los sujetos con
trastorno de la personalidad por evitación están inhibidos en
las situaciones interpersonales nuevas porque se sienten
inferiores y tienen una baja autoestima. Las dudas respecto
a su aptitud social y su interés personal se hacen
especialmente manifiestas en las situaciones que implican
interacciones con extraños. Estos sujetos se creen a sí
mismos socialmente ineptos, personalmente poco
interesante o inferiores a los demás. Normalmente son
reacios a asumir riesgos personales o a involucrarse en
nuevas actividades, ya que esto puede ponerles en aprietos.
Son propensos a exagerar el peligro potencial de las
situaciones ordinarias, y de su necesidad de certeza y
seguridad puede surgir un estilo de vida restrictivo. Los
sujetos con este trastorno son capaces de anular una
entrevista laboral por temor a encontrarse en aprietos por
no vestir adecuadamente. Los síntomas somáticos
secundarios u otros problemas pueden ser una razón
suficiente para evitar nuevas actividades.

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Síntomas y trastornos asociados. Los mayores problemas
asociados a este trastorno se presentan en la actividad
social y laboral. La baja autoestima y la hipersensibilidad al
rechazo están asociadas a la restricción de contactos
interpersonales. Estos sujetos llegan a estar relativamente
aislados y normalmente no tienen una gran red de apoyo
social que les ayude en los momentos de crisis. Desean
afecto y aceptación y pueden tener fantasías sobre
relaciones idealizadas con otros. Los comportamientos de
evitación también afectan adversamente la actividad
laboral, porque estas personas tratan de eludir los tipos de
situaciones que pueden ser importantes para alcanzar las
demandas básicas de trabajo o para promocionarse.

Otros trastornos que normalmente se diagnostican


asociados al trastorno de la personalidad por evitación son
los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad
(especialmente la fobia social de tipo generalizado). El
trastorno de la personalidad por evitación se diagnostica a
menudo junto con el trastorno de la personalidad por
dependencia, porque los sujetos con trastorno de la
personalidad por evitación acaban estando muy ligados y
siendo muy dependientes de las personas de quienes son
amigos.

Prevalencia. El trastorno de la personalidad por evitación


parece ser tan frecuente en varones como en mujeres. En la
población general está entre el 0,5 y el 1%. El trastorno de
la personalidad por evitación se ha descrito en el 10% de los
pacientes ambulatorios vistos en las clínicas de salud
mental.

Curso. El comportamiento de evitación suele comenzar en


la infancia o la niñez con vergüenza, aislamiento y temor a
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los extraños y a las situaciones nuevas. Aunque la
vergüenza en la niñez sea un precursor habitual del
trastorno de la personalidad por evitación, en muchos
sujetos tiende a desaparecer gradualmente a medida que se
hacen mayores. Por el contrario, los individuos que van a
desarrollar trastorno de la personalidad por evitación se
vuelven cada vez más vergonzosos y evitadores a lo largo de
la adolescencia y el principio de la edad adulta, cuando las
relaciones sociales con gente nueva se hacen especialmente
importantes. Hay algunas pruebas de que el trastorno de la
personalidad por evitación en los adultos tiende a hacerse
menos evidente o a remitir con la edad.

3.1.- Trastorno de la personalidad por dependencia

Características diagnósticas. La característica esencial del


trastorno de la personalidad por dependencia es una
necesidad general y excesiva de que se ocupen de uno, que
ocasiona un comportamiento de sumisión y adhesión y
temores de separación. Este patrón empieza al principio de
la edad adulta y se da en diversos contextos. Los
comportamientos dependientes y sumisos están destinados
a provocar atenciones y surgen de una percepción de uno
mismo como incapaz de funcionar adecuadamente sin la
ayuda de los demás.

Los sujetos con trastorno de la personalidad por


dependencia tienen grandes dificultades para tomar las
decisiones cotidianas (por ejemplo, qué color de camisa
escoger para ir a trabajar o si llevar paraguas o no), si no
cuentan con un excesivo aconsejamiento y reafirmación por
parte de los demás. Estos individuos tienden a ser pasivos y
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a permitir que los demás (frecuentemente una sola persona)
tomen las iniciativas y asuman la responsabilidad en las
principales parcelas de su vida. Es típico que los adultos con
este trastorno dependan de un progenitor o del cónyuge
para decidir dónde deben vivir, qué tipo de trabajo han de
tener y de quién tienen que ser amigos. Los adolescentes
con este trastorno permitirán que sus padres decidan qué
ropa ponerse, con quién tienen que ir, cómo tienen que
emplear su tiempo libre y a qué escuela o colegio han de ir.
Esta necesidad de que los demás asuman las
responsabilidades va más allá de lo que es apropiado para la
edad o para la situación en cuanto a pedir ayuda a los
demás (por ejemplo, las necesidades específicas de los
niños, las personas mayores y los minusválidos). El
trastorno de la personalidad por dependencia puede darse
en un sujeto con una enfermedad médica o una incapacidad
grave, pero en estos casos la dificultad para asumir
responsabilidades debe ir más lejos de lo que normalmente
se asocia a esa enfermedad o incapacidad.

Los sujetos con trastorno de la personalidad por


dependencia suelen tener dificultades para expresar el
desacuerdo con los demás, sobre todo con aquellos de
quienes dependen, porque tienen miedo de perder su apoyo
o su aprobación. El comportamiento no se debe considerar
indicador de trastorno de la personalidad por dependencia si
las preocupaciones por las consecuencias de expresar el
desacuerdo son realistas (por ejemplo, temores realistas de
venganza por parte de un cónyuge agresivo).

A los sujetos con este trastorno les es difícil iniciar


proyectos o hacer las cosas con independencia. Les falta
confianza en sí mismos y creen que necesitan ayuda para

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empezar y llevar a cabo las tareas. Esperarán a que los
demás empiecen a hacer las cosas, porque piensan que, por
regla general, lo hacen mejor que ellos. Estas personas
están convencidas de que son incapaces de funcionar de
forma independiente y se ven a sí mismos como ineptos y
necesitados de ayuda constante. Sin embargo, pueden
funcionar adecuadamente si se les da la seguridad de que
alguien más les está supervisando y les aprueba.

Los sujetos con trastorno de la personalidad por


dependencia pueden ir demasiado lejos llevados por su
deseo de lograr protección y apoyo de los demás, hasta el
punto de presentarse voluntarios para tareas desagradables
si estos comportamientos les van a proporcionar los
cuidados que necesitan. Pueden hacer sacrificios
extraordinarios o tolerar malos tratos verbales, físicos o
sexuales (debe tenerse en cuenta que este comportamiento
sólo debe considerarse indicador de trastorno de la
personalidad por dependencia cuando quede claramente
demostrado que el sujeto dispone de otras posibilidades).
Los sujetos con este trastorno se sienten incómodos o
desamparados cuando están solos debido a sus temores
exagerados a ser incapaces de cuidar de sí mismos. Pueden
ir «pegados» a otros únicamente para evitar estar solos,
aun cuando no estén interesados o involucrados en lo que
está sucediendo.

Cuando termina una relación importante (por ejemplo, la


ruptura con un amante o la muerte de alguien que se
ocupaba de ellos), los individuos con trastorno de la
personalidad por dependencia buscan urgentemente otra
relación que les proporcione el cuidado y el apoyo que
necesitan. Su creencia de que son incapaces de funcionar en

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ausencia de una relación estrecha con alguien motiva el que
estos sujetos acaben, rápida e indiscriminadamente, ligados
a otra persona. Los sujetos con este trastorno suelen estar
preocupados por el miedo a que les abandonen y tengan que
cuidar de sí mismos. Se ven a sí mismos tan dependientes
del consejo y la ayuda de otra persona importante, que les
preocupa ser abandonados por dicha persona aunque no
haya fundamento alguno que justifique esos temores. Para
ser considerados indicadores de este criterio, los temores
deben de ser excesivos y no realistas.

Síntomas y trastornos asociados. Los sujetos con trastorno


de la personalidad por dependencia se caracterizan por el
pesimismo y la inseguridad en sí mismos, tienden a
minimizar sus capacidades y sus valores y pueden referirse
constantemente a sí mismos como «estúpidos». Toman las
críticas y la desaprobación como pruebas de su inutilidad y
pierden la fe en sí mismos.. Las relaciones sociales tienden a
limitarse a las pocas personas de quienes el sujeto es
dependiente. Puede haber un riesgo elevado de trastornos
del estado de ánimo, trastornos de ansiedad y trastornos
adaptativos. El trastorno de la personalidad por dependencia
se asocia frecuentemente a otros trastornos de la
personalidad, en especial a los trastornos de la personalidad
límite, por evitación e histriónico. Puede predisponer a
desarrollar este trastorno el que el sujeto haya presentado
una enfermedad médica crónica o un trastorno de ansiedad
por separación en la infancia o la adolescencia.

Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo. El


grado en que los comportamientos dependientes se
consideran adecuados varía sustancialmente según la edad
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y los grupos socioculturales. La edad y los factores
culturales han de ser tenidos en cuenta para evaluar el
umbral diagnóstico de cada criterio. El comportamiento
dependiente sólo debe considerarse característico del
trastorno cuando sea claramente excesivo para las normas
culturales del sujeto o refleje preocupaciones no realistas.
En algunas sociedades es característico poner énfasis en la
pasividad, la cortesía y el trato respetuoso, lo que puede ser
malinterpretado como rasgos de trastorno de la
personalidad por dependencia. Del mismo modo, la sociedad
puede promover o desalentar el comportamiento
dependiente de una forma diferente en varones y mujeres.
En los niños y adolescentes este diagnóstico debe utilizarse
con precaución, si es que se utiliza, ya que el
comportamiento dependiente puede ser apropiado en el
proceso de desarrollo. En el marco clínico, el trastorno se ha
diagnosticado con mayor frecuencia en mujeres; sin
embargo, la proporción según el sexo de este trastorno no
es significativamente diferente que la proporción en el
marco clínico. Por otra parte, algunos estudios que han
utilizado evaluaciones estructuradas describen unas tasas
de prevalencia similares en varones y mujeres.

Prevalencia. El trastorno de la personalidad por


dependencia está entre los trastornos de la personalidad
encontrados con más frecuencia en las clínicas de salud
mental.

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3.2.- Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad

Características diagnósticas. La característica esencial del


trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad es una
preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control
mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la
espontaneidad y la eficiencia. Este patrón empieza al
principio de la edad adulta y se da en diversos contextos.

Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la


personalidad intentan mantener la sensación de control
mediante una atención esmerada a las reglas, los detalles
triviales, los protocolos, las listas, los horarios o las
formalidades hasta el punto de perder de vista el objetivo
principal de la actividad. Son excesivamente cuidadosos y
propensos a las repeticiones, a prestar una atención
extraordinaria a los detalles y a comprobar repetidamente
los posibles errores. No son conscientes del hecho de que
las demás personas acostumbran a enfadarse por los
retrasos y los inconvenientes que derivan de ese
comportamiento. Por ejemplo, cuando estos individuos
pierden una lista de las cosas que hay que hacer, son
capaces de invertir una gran cantidad de tiempo buscándola,
en lugar de emplear unos minutos en volver a
confeccionarla de memoria y ponerse a hacer las tareas de
que se trate. El tiempo se distribuye mal y las tareas más
importantes se dejan para el último momento. El
perfeccionismo y los altos niveles de rendimiento que se
autoimponen causan a estos sujetos una disfunción y un
malestar significativos. Pueden estar tan interesados en
llevar a cabo con absoluta perfección cualquier detalle de un
proyecto, que éste no se acabe nunca. Por ejemplo, se
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retrasa la finalización de un informe escrito debido al tiempo
que se pierde en reescribirlo repetidas veces hasta que todo
quede prácticamente «perfecto». Los objetivos se pierden y
los aspectos que no constituyen el objetivo actual de la
actividad pueden caer en el desorden.

Muestran una dedicación excesiva al trabajo y a la


productividad, con exclusión de las actividades de ocio y las
amistades. Este comportamiento no está motivado por
necesidades económicas. Piensan muy a menudo que no
tienen tiempo para tomarse una tarde o un fin de semana
para salir o simplemente relajarse. Van posponiendo una
actividad placentera, como son unas vacaciones, de manera
que nunca la llegan a realizar. Cuando dedican algún tiempo
a las actividades de ocio o a las vacaciones, se sienten muy
incómodos, a no ser que hayan llevado consigo algo de
trabajo, de forma que no estén «perdiendo el tiempo».
Puede haber una gran concentración en el trabajo doméstico
(por ejemplo, haciendo limpieza repetidamente, de manera
que «hasta se podría comer en el suelo»). Si pasan un
tiempo con amigos, es probable que sea en algún tipo de
actividad organizada (por ejemplo, deportes). Se toman las
aficiones o las actividades recreativas como tareas serias
que exigen una cuidadosa organización y un duro esfuerzo
para hacerlas bien. Lo que importa es que la ejecución sea
perfecta. Estos sujetos convierten el juego en una tarea
estructurada (por ejemplo, corrigiendo a un niño por no
ensartar los aros en los postes en el orden correcto,
diciendo a un niño que aún está aprendiendo a andar que
conduzca su triciclo en línea recta, convirtiendo un partido
de pelota en una pesada «lección»).

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Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad pueden ser demasiado tercos, escrupulosos e
inflexibles en temas de moral, ética o valores. Pueden
forzarse a sí mismos y a los demás a seguir unos principios
morales rígidos y unas normas de comportamiento muy
estrictas. También son críticos despiadados de sus propios
errores. Los sujetos con este trastorno son rígidamente
respetuosos con la autoridad y las normas, e insisten en su
cumplimiento al pie de la letra, sin saltarse ninguna norma
por circunstancias atenuantes. Por ejemplo, el sujeto no
dejaría dinero para llamar por teléfono a un amigo, porque
«nadie tiene que pedir ni tomar nada prestado» o porque
«sería perjudicial para el carácter de esa persona». Estas
características no deben ser explicables por la identificación
cultural o religiosa de la persona.

Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la


personalidad son reacios a delegar tareas o trabajo en otros.
Insisten obstinada e irrazonablemente en que todo se haga
a su manera y en que la gente se adapte a su forma de hacer
las cosas. Con frecuencia, dan instrucciones muy detalladas
sobre cómo se tiene que hacer todo (por ejemplo, hay una
única forma de segar el césped, de lavar los platos o de
hacer una caseta para el perro) y se sorprenden e irritan si
los demás sugieren otras alternativas posibles. Otras veces
rechazarán ofertas de ayuda, aunque sea de una forma
programada, porque piensan que nadie más lo puede hacer
bien.

Los individuos con este trastorno pueden ser tacaños y


avaros, y llevar un nivel de vida muy inferior al que pueden
permitirse debido a su creencia de que los gastos tienen que
controlarse mucho para prevenir catástrofes futuras. Los

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sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad se caracterizan por la rigidez y la obstinación.
Están tan preocupados por hacer las cosas de la única forma
correcta, que les cuesta estar de acuerdo con las ideas de
nadie más. Estas personas planifican meticulosamente
cualquier detalle y son reacios a considerar la posibilidad de
un cambio. Puesto que están inmersos en su propia
perspectiva, tienen dificultades para acusar recibo de los
puntos de vista de los demás. Los amigos y colegas acaban
frustrados por esa continua rigidez. Los sujetos con
trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, aunque
reconozcan que el hecho de transigir puede ir en beneficio
propio, se negarán a ello obstinadamente, argumentando
que se mantienen «por principios».

Síntomas y trastornos asociados. Cuando las normas y los


protocolos establecidos no dictan la respuesta correcta, la
toma de decisiones se convierte en un proceso de larga
duración y a menudo doloroso. Los sujetos con trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad tienen tantas
dificultades para decidir qué tareas son prioritarias o cuál es
la mejor forma de hacer alguna cosa concreta, que puede
ser que nunca empiecen a hacer nada. Tienen tendencia a
trastornarse o enfadarse en las situaciones en las que no
son capaces de mantener el control de su entorno físico o

interpersonal, si bien es típico que la ira no se exprese de


manera abierta. Por ejemplo, una persona puede enfadarse
si el servicio de un restaurante es malo, pero, en lugar de
quejarse a la dirección, meditará sobre cuánto va a dejar de
propina. En otras ocasiones, la ira puede expresarse con una
indignación justiciera por lo que aparenta ser una cuestión
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secundaria. Las personas con este trastorno están
especialmente atentas a su status respecto a las relaciones
de dominio-sumisión y muestran una deferencia exagerada
a una autoridad a la que respetan y una resistencia
exagerada a una autoridad que no respetan.

Los individuos con este trastorno suelen expresar afecto de


forma muy controlada o muy ampulosa y se sienten muy
incómodos en presencia de otras personas emocionalmente
expresivas. Sus relaciones cotidianas son serias y formales,
y pueden estar serios en situaciones en que los demás ríen y
están contentos (por ejemplo, al dar la bienvenida a la novia
en el aeropuerto). Se contienen cautelosamente hasta estar
seguros de que lo que van a decir es perfecto. Pueden estar
preocupados por lo lógico y lo intelectual y ser intolerantes
con el comportamiento afectivo de los demás. Es frecuente
que les cueste expresar sentimientos de ternura y es raro
que hagan halagos. Los sujetos con este trastorno pueden
experimentar dificultades y malestar laborales,
especialmente al enfrentarse a situaciones nuevas que
exijan flexibilidad y transigencia.

Aunque algunos estudios sugieren una asociación con el


trastorno obsesivo-compulsivo, parece que la mayoría de las
personas con un trastorno obsesivo-compulsivo no tienen un
patrón de comportamiento que cumpla los criterios para el
trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. Muchos
de los rasgos del trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad se solapan con las características de la
personalidad «tipo A» (por ejemplo: hostilidad,
competitividad y sensación de urgencia), y estas
características pueden darse en la gente con riesgo de sufrir
un infarto de miocardio. Puede haber una asociación entre el

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trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad y los
trastornos del estado de ánimo y de ansiedad.

Prevalencia. Los estudios que han utilizado evaluaciones


sistemáticas sugieren una prevalencia estimada del
trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
aproximadamente del 1% en las muestras de población
general y del 3-10% en los individuos que acuden a clínicas
de salud mental.

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