Caras y Caretas Buenos Aires 1 2 1936 N o 1 948

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Fríoiw/o.

—"La máquina está


bien preparada y ajustada; pe-
ro ¡cuidado, amigo Ortiss, con
los "cambios"; no me vayan a
dejar en ía vía . . . muerta!
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u. 1
CAüAtvCÁÜETAI
ENTRE LAS DOS INVASIONES INGLESAS .

Indios, ingleses, españoles y criollos


Donde se pasa de la más apacible rutina al fiero drama de los tiempos
Por ARTURO CAPDEVILA

U N alma nueva — esto era evidente —


se había apoderado de la ciudad. El
color de los tiempos habíase vuelto
inesperadas que Plasta la posibilidad de la
independencia (pero esto en susurradas pa-
labras) cabía conjeturar como final del con-
flicto. Efi todo caso, era evidente quq la na-
enteramente otro. Hasta el andar de la gen-
te, distinto. La vida toda caminaba, a decir ción tomaba otra postura; que la había to-
verdad, de otro modo. ¡Y allá era nada el mado ya. Triunfara o no la. ciudad sobre el
cambio! De haber vivido en la más apacible inglés, podía tenerse por seguro que el pa-
rutina, a vivir en la más dramática incerti- sado quedaba totalmente concluido. Cerca-
dumbre de la historia; de haber vivido en no, reciente, pero imposible, era ya en mu-
los términos de una mezquina ve- chos nostalgia.
cindad de comerciantes a vivir Y como casi siempre sucede
resueltamente para el mundo con nuestras naciones occidenta-
Con recios músculos en les, eco de tambores y gri-
tensión: así había que vi to de clarines anunciaban
vir en lo sucesivo. Aque el alba del nuevo día. Di-
líos buques ingle- ríase que éste es un
ses, siempre a la signo inconfundible
vista, no dejaban del Occidente: que
lugar para recaer dianas militares se-
en la pasada exis- ñalen cada una de
tencia sin cuidados. las nuevas jorna-
¡ A l e r t a ! ¡Alerta! das. Que nos plaz-
clamaban los centi- ca, que no, es así. Y
nelas con una voz acaso convenga a la
henchida de trágica índole de nuestra
verdad. ¡ A l e r t a ! civilización que así
i Alerta ! De esta sea. Es posible que
suerte, se vivía de de no ser de este
"na manera -nueva, y se modo, se estancaran los
hablaba de otro modo y de tiempos en el Occidente al
otras cosas; de tantas y tan igual que se estancaron en
2 CARAJ" Y C A R E T A S
tantas naciones orientales. Pero la cosa es " os tenemos ofrecidos cuantos auxilios y
aún más clara. Si es grito de justicia el grito "recursos nos acompañan".
del clarín, en buena hora suena. Y grito de Suspensos y maravillados estaban de oír
justicia era el de los clarines de Buenos Aires tal discurso los alcaldes y los regidores así
en aquella hora: el más elemental y pro- como el caballero síndico.
fundo de los gritos del alma. En él notifi- El cacique prosiguió:'
caba al mundo un pueblo entero su santo — " Hemos querido conoceros por nues-
derecho de ser fiel a sí mismo. En otras pa- ' tros ojos y llevamos el gusto de haberlo
labras, su vocación a la perennidad. ¿Pre- ' conseguido; y pues reunidos en esta gran-
tendía el inglés abatir este derecho sacro- ' de habitación donde igualmente vemos a
santo? Había que pelear con el inglés. ' nuestros reyes, en su presencia y no satis-
' fechos de las embajadas que os tenemos
' hechas, os ofrecemos nuevamente reuni-
H ASTA las tiendas del desierto llegó el
estremecimiento de la patria: ¡cuál
sería su profundidad vital! Todo el de-
sierto se conmovió, a las voces de Buenos
' dos todos los grandes caciques que veis,
'hasta el número de veinte mil de nuestros
' subditos, todos gente de guerra y cada cual
Aires, hasta lo más lejano de sus tolderías. ' con cinco caballos. Queremos sean los pri-
Y comenzaron a llegar a la ciudad extrañas ' meros en embestir a esos colorados que
comitivas de indios. Vienen del Sur envia- ' parece aun os quieren incomodar. Nada os
dos por sus naciones bárbaras a ofrecer su ' pedimos por todo esto y más que haremos
alianza contra el invasor. Morenos, ateza- 'en vuestro obsequio: todo os es debido,
dos, tirando al color del barro, eran los au- 'pues que nos ha libertado; que tras de vos-
tóctonos, los indiscutibles hijos de la tierra, ' otros siguieran en nuestra busca. Tendre-
y traían su voz. Vestían unos extravagantes ' mos mucha vigilancia para rechazarlos por
ropajes; andaban de una manera particu- ' nuestras costas, donde contamos con ma-
lar; hablaban con unos sonidos raros y fie- ' yor número de gente que el que os lle-
ros; marchaban en grupo de un lugar a otro, ' vamos ofrecido."
y por momentos, bajo los porches del Cabil- Y soslayando el discurso hacia muy ati-
do o la Recova tenían algo de coro antiguo. nadas consideraciones económicas, aquel es-
A 15 de septiembre, el^acique pampa Ca- tadista del remoto Sur siguió diciendo:
temilla se apersona ante el Cabildo con el —-"Nuestro reconocimiento en la buena
indio Felipe, y expone por medio de lengua- " acogida que dais a nuestros frutos y per-
raz, que sólo con el objeto de proteger a los " miso libre con que sacamos lo que necesi-
cristianos contra los Colorados habían he- " tamos es lo bastante a recompensaros con
cho paces los suyos con los ranqueles. A nom- " este pequeño servicio".
bre de dieciséis caciques ofrecía gente y ca- Y terminó:
ballos. Sus gentes guardarían la costa del — " Mandad, pues, sin recelo, ocupad la
Sur hasta Patagones, y los ranqueles las "sinceridad de nuestros corazones, "y ésta
llanuras de las Salinas hasta JVlendoza. Na- " será la mayor prueba y consuelo que ten-
die sería osado de insultar por aquella parte " dremos: así esperamos lo ejecutaréis, y
a los cristianos. "perpetuo será vuestro nombre en lo más
El 22 de diciembre diez caciques también ".remoto de nuestros subditos, que a una
pampas, guiados por don José Mármol, su- " voz claman por vuestra felicidad que desea-
plican permiso para llegar hasta el Cabil- " mos eterna en la unión que os juramos".
do. Los anuncia el ujier, y ellos penetran so- Así habló; y concluida la arenga, cada uno
lemnemente. Con profunda gravedad salu- de los cabildantes fué abrazando a cada uno
dan y toman asiento. Uno de ellos, puesto de de los caciques, "como a fieles hermanos".
pie, dispónese al punto a la arenga de cir- Pero la cosa no podía terminar ahí. El se-
cunstancias, y la pronuncia en un castella- ñor alcalde de primer voto don Francisco de
no que va tomando giros y contornos ines- Lezíca debió ponerse de pie y corresponder
perados : al discurso, desechando con la mayor corte-
— " A los hijos del Sol: a los que tan lar- sía la incierta y peligrosa alianza...
" gas noticias tenemos de lo que han ejecu- De modo que don Francisco habló así:
" tado en mantener estos Reinos; a los que — " E l Cabildo ha oído con indecible go-
" gloriosamente habéis echado a esos colo- "zo el afecto y reconocimiento que merece
" rados de vuestra casa, que lograron tomar " a los grandes caciques que tiene a la vista.
"por una desgracia; a vosotros que sois los "Si hasta hoy han conocido cuánto se ha es-
" Padres de la Patria, venimos personalmsn- " merado en contribuir a su prosperidad en
" te a manifestaros nuestra gratitud, no obs- " cumplimiento de las disposiciones de sus
" tante. que por nuestros diferentes enviados " Soberanos, que tanto los aman y reco-
CARAJ" Y C A . R C T A ^ 3
."liendan, ahora con mayor razón deben " a los de nuestro cacique hermano Epug-
esperar se aumente la protección que les " ner".
, dispensa, por la fidelidad con que se ofre- Así traep sus lanzas los caciques del Sur
_cen gustosos a defender sus dominios. Es- y así ofrecen sus corceles veloces como el
_ 6 cuerpo admite la unión que le juráis, y rayo.
.,f^ prueba de ello os abraza como a fieles Y aunque sin duda todo esto les parece
"ármanos, no dudando ni por un momento admirable a los prudentes señores capitula-
^cumpiirgjg con exactitud cuanto le habéis res, mucho se cuidan de servirse de tales
^ Ofrecido siempre que la necesidad exija fantasmas. Pero tampoco los ofenden con
, ^^pstro servicio, en cuyo caso se os dará manifiesto desdén. Al fin y al cabo, vienen
_^viso por quien corresponda. Por ahora no del fondo de la pampa, como surgidos de
nay motivo para que os incomodéis. La fi- las octavas reales de Ercilla. Los había que
"^^lidad, amor y patriotismo de las nume- estaban en guerra, horda contra horda, y que
^ rosas y esforzadas tropas que en cuerpos concertaron la paz a la vista del nuevo pe-
,, ss hallan formadas, aseguran la defensa ligro. Nada de esto se debe desdeñar. Y no
, 'Je esta hermosa Capital, y por lo mismo se desdeña. Se trata únicamente de colocarse
_solo os recomienda hoy el celo y vigilan- en el justo término medio, en cuya virtud
cia de nuestras costas"... a éstos como a todos sus hermanos de raza
* tras las debidas frases de acatamiento a se les recomienda no más que el celo y vi-
los5^ más benignos Soberanos del mundo, el gilancia -de las costas, no sin darles un buen
señor alcalde de primer voto terminó: tianquete de despedida y a cada cual un
„ "El Altísimo os mantenga en iguales escudo con las armas de Buenos Aires.
j^ sentimientos para que de este modo seáis
siempre felices".
Parecida escena, pero más rica en tona-
lidad de barbarie, se desarrolló el 29 de
O TRA es la fisonomía de la ciudad. Con
un rigor que da recelo, comisiones de
empadronadores recorren los distintos
f^quel mismo diciembre. Se diría que estos barrios, levantando el censo de todas las
héroes vienen de la propia Araucana. No hay personas. No hay cosa que pueda callarse:
'^"a palabra en la arenga de estos otros ni edad, ni bienes, ni procedencia. La ciudad
guerreros que no responda a los más puros quiere saber quién es cada uno, qué posee
'iiodelos épicos. y en qué podrá servir. Porque de esto se
He aquí el discurso del aborigen: trata: de que todos sirvan para algo. Gentes
"~-"Epugner, Errepuento y Turuñamquu, tranquilas, caseras, pacatas, pachorrudas, de-
^ caciques, capitanes principales de Pitul- bían lanzarse ahora a la actividad sin des-
^ quen, Valdivia y Chile en la costa del cabo canso, al ajetreo febril de la preparación
^ de Hornos, con noticia que nos han dado guerrera. Gentes tranquilas — digo —, ca-
_los caciques pampas Negro, Chulilaguini, seras — repito —, pacatas y pachorrudas;
^Paylaguán, Cateremilla, y por los caciques gentes de aquellas mismas del estribillo de
Marciús, Lorenzo, Guaycolam, Peñascal, Góngora, persuadidas, por él o sin él de "que
^ Luna, Quintuy del mucho agasajo que ha no hay tal andar como estar en casa — qué
hecho este Cabildo a sus personas y agra- no hay tal andar como en casa estar" tenían
do con que habéis ofrecido sus ofertas, que salir nolens volens a los trajines de la
queremos manifestaros del mismo modo alborotada calle.
los deseos que tenemos de ayudaros con- Y era entonces el maldecir a Sobremonte
tra los colorados e ingleses". y el refunfuñar como en desquite:
Y entrando ya a ofrecer dijo todas estas Un quintal de hipocresía,
larguezas: veinte y dos de fanfarrón
— " Así os ofrezco yo, cacique Epugner, y cincuenta de ladrón .
2862 de mis soldados, gente de guerra con quince de fantasía;
bien armada de chuza, espada, bolas y hon- dos mil de collonería,
da con sus coletos de toro, que mantengo mezcladas bien, y después
sn la Cabeza del Buey, lugar de mi resi- en un gran caldero inglés
dencia, pues quiero pelear hermanable- con gallinas y capones,
mente con los Vuestros". extractarás los blasones
Y poniéndose de pie junto a Epugner sus del más indigno marqués.
'hermanos Errepuento y Turuñanquu, el prí- La mujer, a su vez, lo hallaba todo nuevo
"lero dijo: en su redor; veía rotos los moldes de la vida
„ —"Y nosotros — Errepuento y Turuñan- habitual; desquiciadas sus horas. Ya no ca-
,, quu, caciques capitanes de Tapalquén — bría su curriculum vitae en la bostezada
contamos hasta siete mil soldados iguales copla:
CARAy Y CARETA/
Nosotras sólo sabemos detonante rudeza de su o r t o g r a f í a . . .
oír la misa y rezar, •• "Compañeros: en el día estamos bendi-
componer naceros vestidgs " dos. Por ningún pertexto permitamos que
y zurcir y remendar. " dentro" Sobremonte ha gobernar esta plaza
Ellas también,' también ellas, tuvieron que " porque de lo contrario somos perdidos.
formar comisiones, recorrer la ciudad de " La Haudiencia está empeñada en que den-
puerta en puerta, procurando fondos. Y cla- '" tre a gobernar, pero no hay que almitirlo.
ro está que según vayan siendo más graves " Estamos todos acordes para pedir todos
los acontecimientos, más y más se les irá " a una voz a nuestro General don Santiago
reclamando para la acción. De casa en casa " Liniers y ninguno más, y en particular a
circula una nota del Gobierno en que se ins- " vosotros, patricios, que sois los amos de
ta a las señoras para cada una según sus " este suelo, os pido el fabor que hagáis
facultades y disposiciones de piedad concu- " todo esfuerzo a pedir lo que os digo y que
rra para la suministración de vendajes, hilas, "gritéis en alto: ¡Viva nuestro General, de
colchones, sábanas, almohadas, frazadas... "los ingleses terror!. .. Alabado sea el San-
Y el caballero síndico procurador, don Be- " tísimo Sacramento del altar".
nito Iglesias recibe encargo de organizar Cuervos ayer, que devoraban los ojos de
estos servicios femeninos. la pobre gente; lechuzas hoy de siniestro
Otros, confiando más en el poder 'de las pronóstico, el pasquín había cambiado de
devociones y en la intercesión de los santos, graznido pero no de alma. Ayer asesinaba
tenían por bien no olvidarlos. Y así no fal- honras, hoy amagaba ^lerdición o amenazaba
taba nunca algún vecino, buen patriota y traiciones en no sabida tiniebla.
buen creyente, que hiciera imprimir a sus Y de pronto se deslizaba por la rendija
expensas tal cual recomendable novena o de una puerta el inconfundible pasquín, que
plegaria. Sabemos precisamente que por todo traía cosas como éstas:
Buenos Aires se repartió una hoja pía en "¡Camaradas! ¡A las armas, y que mue-
alabanza de San Martín, patrono, que empe- ran Sobremonte, Gallegos y sus secuaces!
zaba así sus fervorosas ansias: "A tí, glorio- "¡Señores del ilustrísimo Cabildo! ¡Alerta
so Martín, modelo y ejemplar de militares que estamos rodeados de traidores!"
cristianos"... Bajo el signo de los pasquines patrióticos
Y, mientras tanto, no se pasaba semana — fuerza será llamarlos así — cobra tam-
sin que pífanos y tambores, saliendo de la bién el horizonte del porvenir una pers-
Fortaleza a la Plaza, anunciaran algún nue- pectiva inquietante. La sombra está poblada
vo bando. Y a cada nuevo bando, un viento de incertidurabres y los hombres públicos
de novedades echaba a soplar sobre el ve- se muestran como enigmáticos seres. Ex-
cindario acabando de revolver la vida. traños juegos de nieblas y sombras, y no
hay más sobre el telón de lo venidero.

H ASTA ios anónimos — tan vernáculos, La vida toda ha cambiado; lleva otro
tan típicos, — visto que no podían des- rumbo y se ajusta a otro andar; ha cam-
aparecer, habían cambiado de sentido biado por fuera y por dentro. Nadie es el
y de dirección. Se habían vuelto patrióticos... que era. Nadie cumple las faenas habituales.
No la vida privada sino la vida pública cons- Pacíficos vecinos de ayer — tenderos o bar-
tituirá en lo sucesivo su blanco. Descanse beros — ahí andaban ahora cargando es-
la honra, duerma en paz la modestia; no pada y luciendo arreos de guerra, y como
pasen cuidado los defectos físicos; no se por guardar simetría, en la pauta de lo des-
duela de sus pocas prendas la pobreza; no usado, militares de los de Sobremonte ves-
se atemorice el dichoso por su buena estre- tían de simples paisanos, tristes juramen-
lla; por mucho tiempo transcurrirán las ter- tados del día de la rendición.
tulias sin "noticias individuales de los su- Y nada había que estuviese en su anti-
jetos que más chocan en la ciudad". Ni a guo quicio: ni el horario de las tiendas ni
éste le llamarán el majo, ni al otro el fan- la hora de los oficios en los templos; y se
tasmón, ni saldrán a relucir las tocas de la iban la mañanas, las tardes y las noches
Fulana ni los botones de la Perengana. entre cuidados nuevos y militar disciplina;
¡Pero tiemble el Go- y de veras aue nadie
bierno ! hubiera reconocido a la
Véase por el siguien- s o ñ o l i e n t a y plácida
te dechado cómo es cier- Buenos Aires anterior
to que hasta los pasqui- ^ a Beresford, según es-
nes se habían vuelto • taba hecha una Esparta
heroicos, incluso por la • ^ D I B U J O DE F A B E B aquella Arcadia.
C A R A ^ Y CARETAJ*

J^ PARTE de los POBRES...


E .
N el pequeño departamento sin lujo,
pero elegante, de jóvenes esposos que
no nadan en oro, Yvonne Luteíl se
"ta para cenar frente a Fernando.
Por FREDERIC BOUTET

~-¿Nada de nuevo hoy, querido? —


P'^^gunta ella.
"Nada de particular, querida. En este
f^^'^to. como lo sabes, hay apuro a cau-
de nuestra partida a fin de mes. Yo tomo
is dispo-sicíones para estar completamente
^ibre en agosto,
^•bsperó luego a que la mucama saliera
del
comedor, y prosiguió:
j ^s preciso que los negocios no sufran
wnte mis vacaciones, como tú compren-
^' pues no son de suyo muy brillantes en
«sta época... En fin, me defiendo. ¿Y tú,
'l^enda, nada de nuevo?
_ Salidas a las tiendas — dijo Yvonne
"• indolencia, mientras las sirvienta lle-
^°a Un plato. — Yo también preparo
^lístras vacaciones. He encontrado pichin-

tlla esperó a su turno que estuvieran


Oles, y continuó con airecillo misterioso: no pensaste en llevar eso a la comisaría
- "He encontrado otra cosa también. . . policial?
¿Adivina qué? — No. •
'^l hizo un gesto de ignorancia. — Cierto que ya era tarde. E n fin: irás
' ~7 ¿Cómo quieres que adivine, nena? mañana por la mañana.
¿VUé has encontrado? Yvonne no respondió en seguida. Luego
~— Plata, en un taxímetro. Yo llevaba alzó los hombros,
jipuchos paquetitos. Al salir de una tienda — No llevaré nada. ¿Cómo, al mo-
llamé a un taxi; subí a él, y luego vi en el mento de las vacaciones, cuando yo tengo
piso del coche una cartera negra, usada, necesidad de mil cosas que no puedo com-
casi escondida bajo el asiento. La levanté, prarme por economía, tengo la suerte de
hacer este hallazgo, y tú quienes que lo
•^ abrí. Había en ella mil trecientos fran-
devuelva? ¿Pero, a quién, antes que todo?
'-ps: dos billetes de quinientos y tres de
No hay ningún nombre. Es plata perfecta-
"«n. Es todo. mente anónima. Si hubiera un nombre
. ¿Ningún nombre, ninguna dirección, sería otra cosa, no lo niego. ¿Pero llevar
">ngún papel? -— preguntó Fernando. esto a una comisaría policial? ¿Para qué?
~~Nada más que la plata. ¿Para que lo pongan en la lista de objetos
~-- ¿Y qué has hecho? • perdidos y nadie lo reclame?. . .
1 vonne pareció sorprendida. — T ú no lo sabes. En todo caso, dentro
"~~- ¿Cómo? ¿Qué he hecho? Pues he de un a ñ o . . .
guardado el dinero. Míralo. — ¡Dentro de un año, no me importa!
Yvonne mostraba una cartera negra, usa- Y luego, ¿tú piensas en que sí otra perso-
a, de imitación cuero. Fernando la tomó, na hubiera encontrado ésto, lo llevaría a
a abrió y vio la existencia de los billetes los policiales?
.^ DancD mencionados. Y la devolvió a la — No es ello una razón. . .
•'"Ven señora. — ¡Sí que lo es! Y, mira: una vez que
, ¿No has pensado en devolverla al yo perdí cincuenta francos, el año pasado,
chofer?
¿Para que guarde la plata? N o ; ¿me los devolvió alguien?
eso
no. — No es la misma cosa.
1 ~~- Tú eres desconfiada. Hay gentes — Exactamente la misma. Y tu herma-
"^nradas. . . En fin, admitamos. ¿Pero na Antonieta, cuando encontró yendo pa-
C A R A / Y CARCTAT

ra Normandía, en la Pascua, un anillo en se a la mesa cuando la mucama anunció


un vagón. . . ¿Lo llevó a la prefectura? que un hombre deseaba hablar con la seño-
— Era un anillo falso, que no valía diez ra Luteil.
céntimos. — ¿Qué es? ¿Qué quiere? — Pregun-
— Era tal vez un recuerdo para la per- tó Fernando.
sona que lo perdió. Y tu hermana no lo — Parece un conductor de automó-Ziles,
devolvió. . . Nadie devuelve lo que en- señor. v
cuentra cuando no hay nombre ni dirección. — Hágalo entrar.
Nadie, te lo aseguro. Eso no se hace. . . La mucama introdujo al visitante y se
— ¿Entonces, cuentas con quedarte con retiró. Este dijo:
la cartera? — Les pido perdón por molestarlos,
Yvonne miró frente a frente a su marido. señor y señora. La portera me ha dado
— ¡Si! La he encontrado. No hay nom- el nombre de usted,' señora, según mi des-
bre del dueño. Esta plata me llega opor- cripción. Porque soy yo quien lá trajo a
tunamente en estos momentos. Así no es- usted a su casa hace diez días con sus pa-
taré obHgada a llorar miseria. Yo la guardo. quetes. Me di cuenta de que había perdido
No te ocupes de nada. Esto no te importa. mi cartera, probablemente en mi coche,
•Si lo hubiera sabido, pues nada te habría que yo había limpiado en la calle justa-
dicho. mente poco antes de que usted me llamara.
— ¡Oh! Pero mira, Yvonne. . . La cartera se encontraba en mi bolsillo de-
— T ú pareces querer siempre dar lec- lantero y debió caer así. Es una cartera
ciones. Yo soy tan honrada como tú; no negra, usada, vieja, en la que yo había
lo olvides. Pero entre la honradez y la puesto mil trescientos francos para el hos-
zoncera hay un margen. pital de mi hija, que la tengo enferma desde
La voz de la joven se había hecho agria hace dieciocho meses. Y como usted ve,
y la irritación contraía su lindo rostro. esa suma es un capital para mí. Y si por
De tal suerte que Fernando vio el comienzo casualidad usted, señora, ha visto esa car-
de una escena desagradable, como casi nun- tera, negra, usada, vieja. Tenía dos bille-
ca las tenían, y esto le desolaba. Y luego, tes de quinientos francos y tres de cien...
Yvonne iba a tener tanto agrado en gastar Yo no he podido venir a verla a usted
esa plata que consideraba como suya. El antes, porque he tenido mala suerte com-
esposo se sintió incómodo; pero no insis- pleta. Después de haberla dejado a usted
tió. Además, sabía por experiencia que aquí en su casa, tuve un accidente donde •
cuando Yvonne había decidido algo, era me herí.
vano insistir. El hombre hablaba con una sinceridad
Yvonne reflexionó luego, y sus reflexio- evidente.
nes la indujeron a ciertos actos que expu- — Mi esposa ha encontrado, efectiva-
so cuatro días después a su marido. mente, la cartera — dijo Fernando. —
— En lo de la cartera, he aquí lo que Y no ha tenido aún tiempo para llevarla
hice: he pensado, según lo que tú me ha- a la policía, a la lista de objetos perdidos.
bías dicho, que guardar todo no era co- E hizo una señal a Yvonne. Esta salió
rrecto, aunque realmente me perteneciera. del salón con su esposo y le entregó la
De modo que he enviado anónimamente cartera que se encontraba en la alcoba.
trescientos francos a la Asistencia Pública, Teniendo, por casualidad, dos billetes de
para los pobres. . . quinientos francos y tres de cien, los co-
— ¿Y el resto? locó en la cartera. Y volviendo al salón,
— Me compré unos zapatitos muy lin- entregó el todo al hombre, que muy agra-
dos y varios vestidos de playa. Te los voy decido, partió luego.
a enseñar. Así, los mil francos han volado. — ¡Ya ves la plata anónima! — dijo
Pero envié trescientos francos a los pobres. Fernando a su esposa, cuando quedaron
Ella esperaba felicitaciones., Fernando la solos.
felicitó. Le había complacido que Yvonne — ¡Oh, déjame tranquila! — gritó co-
hubiera tenido en cuenta su opinión, aun- léricamente. — Cuando yo pienso en que
que muy parcialmente, acordándola con su con tus escrúpulos idiotas me has hecho
parecer. enviar trescientos francos a los pobres. . .
Varios días pasaron aun en los alegres Y ella p'ensaba en todo lo que hubiera
preparativos de la parti- podido comprar aun con
da, cuya fecha se acercaba. FREDERÍC BOUTET los mil trescientos fran-
cos que se había llevado
Una noche Yvonne y T r a d u c c i ó n de E . E.
Fernando ibají a sentat- D I B U J O DE S A V O I R
el pobre chofer.
CARAJ- Y C A R E T A S

^ £ 1 PAÍS DE LA JUNGLA
D UDYARD Kipling, en su
^maravilloso cuento " T o o -
""31 el de los elefantes", nos ha
Pintado_ la graciosa figura de
°s diminutos cornacas, conduc-
ores de elefantes, que compiten
.^°n los hombres al dirigir los
pasos del gigantesco paquidei-
!S°- Aquí vemos a uno de los
loomai, trabajando para un
™m británico, con el elefante
^^bu, del maharajá de Mysore.

S IR Bhompal Deo Bahadur,^maharajá de Karauli, posee dos magníficos tigres leales,


que le acompañan, inofensivos y cariñosos, como puede verse en la fotografía. Para
que, jugando, no destrocen la tica alfombra, les ponen sendos pedestales de madera.
C A R A ^ Y CARETAS

JVLadrugddd en
la finca AtalivaPorHerrera
Eargij, a largo del cerro
DéSpéSsfise en cascada.
Cumbre abajo,
Las majadas
D e nubes
Chascas.
E n el corral
m u g e n las vacas
^ j * A l hambriento ternero,
Que aprisionado en el chiquero clama.
Las lecheras sumisas
T r a e n sobre las ancas
H ú m e d a s de rocío
U n resto de alba.
L a ordeñadora
Saca
E l ^quido, oloroso
A hierbas junto al ag^ua:
chor^DS blancos, versos virgüianos,
el cántaro cantan.,
ios los vasos coronados
e "apoyo", bienamada!
ensombrecidos, nuestros ojos
fon avidez de espacio se derraman
Sobre el paisaje nuevo
D e la m a ñ a n a ;
Y en u n ensueño claro
Nuestras almas
• Hacia las cumbres,
Jiintas se alzan
Dásde el lago del ciénago, fragante
D i los "pájaros-bobos" y "pichanas",
• E n el vuelo apacible
.- De dos garzas.
C A R A / Y CARETA/

D umds

p93 hu^r^al
la pequeña cíuc
CÜssón para d í - « ^
a la aldea de San C r i ?
Pin y se hub' ' " '
nido sobre
la mi
la
M o L a ^ hubiese
otra part'o^gK
-' Un extraño y o ^ f
ginal espectáculo. ^
En la dirección don-
°2 sus ojos hubieran
buscado la aldea, pt
dida entre los árbol
"abría visto en n:
de Un h o r i z o n t
sombreado por
Púsculo, tres o v^
columnas de h
^ue aisladas en su ba-
^^; juntándose y alar-
gándose, se balancea-
ban por un insta/te,
^°nio una cúpulajfu
nida y cediendoMan-
lamente a la b r i i de.
°^5te. se confundían
"^pn las nubes de un
j'^lo bajo y sombrío.
S"ego hubiese visto
^°nio aquella masa de
Uttio se encendía y
^^mo del techo de las
asas brotaban lenguas
10 CARAy Y CARETAy

de fuego que serpenteaban en el aire con un ru- natural era conocida de todo el ejército, que en
mor sordo, ya torciéndose en espirales, ya encor- un día de batalla le había visto hundir un cas-
vándose y volviéndose a levantar. Después hubie- co hasta la coraza, y en un día de parada
ra observado cómo las ventanas se abrían para había visto cómo ahogaba entre sus piernas a
vomitar grandes llamaradas de fuego; cómo de un caballo desbocado.
vez en cuando se hundían los techos y cómo a Este hombre no debía vivir mucho más tiem-
la luz de un volcán, en que resplandecían milla- po que Mar^eau; pero menos feliz que él, su
res de chispas, brillaban las armas de un sinnú- destino era morir envenenado por mandato
mero de soldados que reían y gritaban y que de un rey.
le hubieran hecho exclamar: " ¡ O mucho me Era mi padre, el general Alejandro Dumas.
engaño, o lo que veo es un ejército que se — ¿Quién te trajo esta orden? — preguntó
calienta en el incendio de una aldea!" a Marjeau.
Y efectivamente: una brigada republicana, — Delmar, el representante del pueblo.
formada por unos mil doscientos o mil quinien- — Está bien. ¿Dónde deben reunirse esos
tos hombres, había encontrado la aldea de San desdichados?
Crispín abandonada, y la había incendiado. — En un bosque, a media legua de este
Aquello no era una crueldad: era ,un medio sitio. Consulta el mapa: aquí está, ¿ves?. . .
de guerra, un plan de campaña como cualquier — Ciertamente; pero en el mapa no están
otro y que la experiencia probó que era el único los valles, las montañas, los barrancos, los ár-
bueno. boles cortados y los mil inconvenientes que
Sin embargo, veíase una casa que no ardía, obstruyen el verdadero camino y en el cual has-
y hasta parecía que se hubieran tomado las nece- ta de día no se pueden reconocer nuestros hom-
sarias precauciones para que el fuego no llegase bres... ¡Vaya un país del infierno!... ¡Sin contar
hasta ella. Velaban en su puerta dos centine- con que hace en él un frío insoportable!
las y a cada instante oficiales del estado mayor •—-Pues, mira — dijo Marcean, abriendo la
entraban y salían, como para recibir y llevar puerta de la choza y mostrándole el incendio
órdenes. que devoraba la aldea; sal afuera y podrás ca-
Quien daba esas órdenes era un joven de unos lentarte . . .
veinte a veintidós años, de largos y rubios ca- En ese momento un grupo de soldados ha-
bellos, que partían de su frente cayendo en dos bía descubierto en una especie de gazapera, cer-
mitades sobre sus flacas y pálidas mejillas, y ca de la choza donde estaban los dos generales,
cuyo rostro se distinguía por ese sello de fatal a un labriego vendeano, el cual parecía ta.a
de tristeza, que caracteriza a los que están desti- beodo, que probablemente no había podido se-
nados a morir muy jóv-nes. Su capa entreabierta guir en su fuga a los_ habitantes de la aldea.
dejaba ver sobre sus hombros las charreteras de Era un jayán de semblante estúpido; con
general, charreteras que eran de lana, pues los un gran sombrero, cabellos largos y blusa de
generales republicanos habían hecho a la Con- color gris; un ser que semejaba el boceto de un
vención la ofrenda del oro que adornaba su hombre, un animal descendido al grado de bes-
uniforme. tia, pues no parecía sino que a aquella masa
Este joven se hallaba frente a una mesa, en- de carne le faltaba hasta el instinto.
cima de la que se yeía un mapa, en el cual tra- Mergeau le dirigió algunas preguntas; pero
zaba — con un lápiz y al resplandor de una el pafots y el vino hicieron ininteligibles sus
lámpara que palidecía con el del incendio — el respuestas. Iba a dejarlo a merced de sus sol-
camino que debían seguir sus soldados. Era el dados, cuando el general Dumas dio orden para
general Margeau, que tres años más tarde había que se evacuara la choza y se encerrase en ella
de morir en Altenkirchén. al prisionero; un soldado le empujó hacia su
— ¡Alejandro! — exclamó incorporándose interior. Iba tambaleando, a apoyarse en la
a medias. . . ¡Alejandro! ¡eterno dormilón! pared, cuando vaciló y cayó de bruces en el
¿sueñas tal vez con Santo Domingo para dpr- suelo, donde quedó sin movimiento. El centi-
mir tanto tiempo i" nela que había en la puerta ni siquiera se tomó
— ¿Qué ocurre? — dijo levantándose so- la molestia de cerrar la ventana.
bresaltado el hombre a quien la interpelación — Dentro de una hora podremos empren-
se dirigía y cuya cabeza llegó casi a rozar el der la marcha ^— dijo el general Dumas; ya
techo de la choza; ¿qué ocurre? ¿Viene ei tenemos un guía.
enemigo? . . . _ ¿Cuál?
•—-No — dijo Margeau; — pero nos ha — Ese labriego.
llegado una orden de Westermann, nuestro ge- — Ciertamente, si queremos marchar maña-
neral en jefe. na. Con lo que ha bebido ese animal, necesita
Mientras el que acababa de despertar leía veinticuatro horas para dormir la mona.
esta orden, Mar^eau contemplaba con cierta El general Dumas sonrió.
curiosidad las musculares formas del Hércules — Ven — dijo a Mat^eau.
mulato que tenía ante sus ojos. Y le condujo a la gazapera donde se había
Era éste un hombre de veintiocho años, de dado con el labriego. Un simple tabique la
cabellos cortos y encrespados, tez morena, fren- separaba del interior de la cabana y estaba llena
te ancha, dientes blancos, y cuya fuerza sobre- de grietas que permitían ver y oír lo que un
C A R A / Y CARET/v/ 11

"'^s'? ^^^^^ hablaban nuestros dos generales, soldados se hallaban distraídos, y entonces acer-
ma jy^"'^ — 1^ '^'jo 3 Margeau el general Du- cándose a la ventana, y cuando no estaba de
cía'" ^'^^'^isndo al ascendiente que en él ejer- ella más que a tres pies de distancia, encogió el
del ' \ ? ' ^ ' S O ' Marcean observó por las rendijas cuerpo, sacó un arma que llevaba oculta en su
án , 'í'^^ ^^ prisionero, que había caído en el pecho y dando un brinco digno de un jaguar,
guio más obscuro de la choza y donde con- se lanzó fuera de la choza.
t'nuaba inmóvil. Margeau lanzó un grito de sorpresa. No ha-
Vlargeau se volvió entonces para buscar a su bía tenido tiempo de evitar ni de prever su fuga.
'parada; pero éste se había eclipsado. El vendeano, al caer fuera de la ventana, .$e
H»! í^^° 'solvió a fijar los ojos en las rendijas encontró con el general Dumas, a quien quiso
tabique, le pareció que el aldeano había he- herir con su cuchillo; pero éste, tomándole el
o Un ligero movimiento y que su cabeza se puño, lo apretó contra su pecho.
laba colocada en una dirección que le per- — Y bien, Margeau — dijo el general Du-
j /'•','' examinar todo el interior de la choza. El mas, — te había prometido un ,guí,a y aquí
riego abrió sus ojos bostezando prolonga- lo tienes; por cierto que es muy listo.
mente, como el hombre que despierta de un Y dirigiéndose al labriego, añadió:
go sueño, y vio que estaba solo. Un resplan- — Podría mandar que te fusilasen ahora mis-
r de alegría e inteligencia cruzó visible por mo; pero me conviene que vivas. Oíste nuestra
™ rostro. conversación, pero te prometo que no darás
. .^'^'•'onces Margeau comprendió que hubiera noticia de ella a los que te han enviado. Ciuda-
^° víctima de su astucia, si una mirada más danos — prosiguió, dirigiéndose a los soldados,
"^'^ra que h suya no lo hubiese adivinado y a quienes esta curiosa escena había reunido en
°mprendido todo. El general siguió examinan- torno del general: — que dos de vosotros aga-
P Con más atención al labriego: sus ojos vol- rren de la mano a ese picaro y lo pongan al
Wron a cerrarse y sus movimientos íucron los frente de la columna. Será nuestro guía; pero
SI hombre que vuelve a tomar el sueño; en uno cuando sospechéis,que os engaña, al primer mo-
^ ellos acercó el pie a la mesa donde estaba el vimiento que haga para emprender la fuga, fal-
apa y la orden del general Westermann, que cedle saltar los sesos.
larjeau había dejado sobre ella, y dándole.un Después, algunas órdenes dadas en voz baja,
'Wpujón la hizo caer al suelo. El centinela en- devolvieron la agitación a aquella línea rota de
feabrió la puerta, adelantó su cabeza en el in- soldados, que se extendía alrededor de las ceni-
erior de la estancia, y dijo riendo a uno de zas que habían constituido una aldea. Los pe-
^•if camaradas: "Es el ciudadano que está dur- lotones se convirtieron en compañías, éstas se
"'lendo su mona". soldaron unas a otras, y se formó una gran
. til labriego oyó estas frases, entreabrió sus líne;r"que bajó la hondonada que separa San
JOS, lanzó al soldado una amenazadora y ful- Crispín de Montfaucón; y cuando algunos mi-
gurante mirada y luego, haciendo un rápido nutos después la luna, apareciendo entre dos nu-
"Movimiento, se lanzó sobre el papel y se lo bes, iluminó aquella cinta de bayonetas que se
°<^ultó rápidamente en el pecho. deslizaba sin producir rumor alguno, se hubiese
Ayudándose luego con el codo y las rodillas, creído ver deslizándose en la sombra una in-
avanzó con lentitud, arrastrándose como un rep- mensa serpiente negra, con grandes escamas
Ü hacia la puerta de la choza; vio que los de acero.

I I

N ADA hay tan triste para un ejército como


una marcha de noche. La guerra es her-
mosa cuando se hace a la luz del día,
guando el cielo contempla la pelea, cuando los
pueblos, reuniéndose en torno ai campo de ba-
bes y dejaba ver a la cabeza de la columna al
aldeano que servía de guía, con el oído atento
al más pequeño rumor y siempre vigilado por
los dos soldados que iban a su lado. Al menor
ruido la columna se detenía y muchas voces
talla, como alrededor de un circo, aplauden a gritaban:
los vencedores; cuando los estridentes sonidos — ¡Quién vive!
p los instrumentos de cobre hacen palpitar las Nadie respondía, y entonces el aldeano ex-
loras del corazón; cuando amigos y enemigos clamaba:
^stan allí para presenciar como morís ditjna- — ¡Es que ha saltado una liebre!
"Mente. De día la guerra es sublime; ¡pero de De pronto, en una vuelta del camino, vieron
Oche! . . . ¡No, ver cómo se os ataca, ni siquie- levantarse ante ellos dos hombres. Uno de ios
a cómo os defendéis; caer sin ver quién os íiiere soldados cayó al suelo sin proferir un grito; el
i de dónde parte el golpe; sentir cómo los que otro vaciló sobre sus pies y sólo tuvo tiempo
^^u están en pie os huellan y os aplastan. . . para gritar: "¡A mí, compañerosl" Los do.<!
'°n> es horrible! habían muerto.
He ahí por qué aquel ejército marchaba triste Salieron veinte tiros; a su resplandor vióss
^.fP' silencio. De cuando en cuando, según ya huir a tres hombres: el guía y los que habían
'.Utnos, un rayo de luna filtraba entre dos nu- muerto a los soldados.
12 CARAY Y CARETA/

frases a cada descarga de los vendeanos: "¡Ce-


rrad las filas! ¡Cerrad las filas!"
El sacerdote no había concluido aún de cele-
brar la misa y seguía oficiando; su auditorio
parecía extraño a lo que ocurría en torno suyo
y permanecía de rodillas.
Los republicanos seguían avanzando. Cuando
se hallaron a treinta pasos del enemigo, la pri-
mera fila se puso de rodillas y tres hileras v-ie
fusiles se bajaron como espigas que hace encor-
var la brisa.
Oyóse la descarga; clareáronse las filas de los
vendeanos y algunas balas cruzando entre ellos
fueron hasta el pie del altar matando algunos
niños y mujeres. Hubo un instante de tumulto
en que se oyeron algunos gritos. El sacerdote
levantó la hostia, las cabezas se inclinaron y
todo volvió a quedar en silencio. .
Mar?eau se convirtió en guía del ejército. El Los republicanos hicieron otra descarga, a
estudio que había hecho de la localidad se lo diez pasos, con la calma que pudieran usar ea
permitía. Y efectivamente: a los quince minutos un simulacro y como si tuviesen por blanco
de marcha, se apercibió la negra masa del bos- una criba. Los vendeanos contestaron, y en
que. En éste, según aviso recibido por los repu- seguida ni unos ni otros tuvieron tiempo de
blicanos, habían de reunirse para oír misa los volver a cargas sus fusiles. Había llegado el tur-
habitantes de algunas aldeas y los restos de al- no a la bayoneta. La ventaja era para los re-
unes ejércitos realistas, formando un conjunto publicanos, toda vez que se hallaban mejor
de unos mil ochocientos hombres. armados. El sacerdote seguía oficiando.
Los dos generales dividieron sus fuerzas en Los vendeanos retrocedieron y cayeron de
varias columnas, con orden de tomar las prin- ellos filas enteras, sin otro rumor que el de
cipales avenidas del bosque y dirigirse por ellas algunas maldiciones. Se apagaron las antor-
hacia el centro. Calculóse que para tomar estas chas y el combate siguió a obscuras, convirtién-
posiciones bastaría media hora. Oyóse por un dose en una escena de carnicería y de desorden
instante el rumor cadencioso de sus pasos, hasta en que todo el mundo hería sin ver y moría
que concluyó por extinguirse. La media hora con rabia y sin pedir cuartel, cuartel que ca.-íi
que precede a un combate es siempre corta. Ape- siempre se niega cuando es pedido en el mis-
nas si el soldado tiene tiempo para preparar i>u mo idioma.
fusil y decir a su compañero: "Tengo treinta Sin embargo, a los pies del general Mar-
o cuarenta francos en un rincón de la mochila: ^eau, alguien a quien iba a herir en ese momen-
si muero, envíalos a mi madre." to, gritó con una voz conmovedora: ¡Perdón!
Oyóse la voz de ¡en marcha!, y todo el mun- ¡Perdón!
do se estremeció como si no la aguardase. Era un joven vendeano, que estaba desarma-
A medida que avanzaban, parecía a los sol- do y que pugnaba por salir de aquel combate
dados que el centro de la selva estaba iluminado; horrible.
al internarse en ella distinguieron algunas an- — ¡Perdón! Perdón! — gritaba; — ¡salvad-
torchas que ardían; pronto los objetos se hicie- me! ¡en nombre de vuestra madre!
ron más distintos, y un espectáculo extraño apa- El general lo arrastró a algunos pasos del
reció ante sus ojos. campo de batalla para sustraerle a los ojos d;
Sobre un altar groseramente representado por sus soldados; pero luego se vio forzado a dete-
algunas piedras amontonadas, el cura de Santa nerse porque el muchacho se había desmayado.
María de Hhé celebraba una misa; algunos an- Ese exceso de terror en un soldado lo sorprendió,
cianos con una antorcha en la mano rodeaban pero no por eso dejó de prestarle auxilio.
aquel altar y en torno de ellos multitud de niños Abrió su uniforme con objeto de que pudie-
y mujeres oraban de rodillas. se respirar el aire con más fuerza y entonces st
Entre este grupo y los soldados republicanos lo explicó todo: aquel joven era una mujer.
había una multitud de hombres en línea de ba- •No había que perder tiempo; las órdenes de
talla, dispuestos a la lucha y entre ellos el guia la Convención no podían ser más terminantes:
que había escapado a los republicanos, que no todo vendeano agarrado con las armas en la
era un labriego, sino un soldado vendeano con mano o formando parte de un tumulto debía
su uniforme completo. morir, fuera cual fuera su sexo.
Los vendeanos no aguardaron a que se les Dejó a la joven al pie de un árbol y corrió
atacase: habían esparcido sus tiradores en el al campo de batalla. Entre los muertos vio a
bosque y empezaron el tiroteo. un joven oficial de su ejército, cuya talla era
Los republicanos avanzaron arma al brazo, a corta diferencia la de la desconocida; quitóle
sin disparar un tiro, sin responder al fuego reite- su uniforme y su sombrero y volvió al árbol
rado del enemigo y sin proferir más que estas cerca del cual había dejado a la joven. El fresco
CAJiyW Y CAlUiiAJ' 13

se„(^ ^°'^^^ la hizo recobrar muy pronto los

vañtT ' , '^'^^ ' ^ ' ' ° ' i padre mío! — exclamó, Ue-
sus 'A '"anos a su frente como para fijar

a r r ' ' • ^dre mío! ¡padre mío!. . . — volvió


gritar. ¡Oh! esto es horrible; ¡y yo estaba
°" el y lo he abandonado! ¡Oh! ¡desdichada
"}'! jSin duda habrá muerto!. , .
No, señorita Blanca —• dijo un cabeza
^ e asomó de repente detrás del árbol, el mar-
Httes de Beaulieu vive; se halla en salvo. ¡Viva
el rey!
an .,°fnbre que pronunció estas frases des-
apareció como una sombra, pero no tan pron-
que Marceau no reconociese en él al labriego
"*' San Crispín.
¡Tinguy! ¡Tinguy! •— exclamó la joven
"ndiendo hacia él sus brazos. frente a un espejo para convencerse de que
jSilencio! Vais a denunciaros vos mis- era ella y no soñaba. Ni por un momento pensó
^' y yo no podría salvaros — dijo Marceau; — que podía morir en el patíbulo. Marjeau le ha-
poneos este traje y este sombrero y esperadme. bía clicho yo os salvaré, y eso le bastaba.
El general volvió al campo de batalla; ordenó Además, ¿por qué había de morir? Siendo
(Os soldados que se retiraran hacia Chollet; tan joven, tan inofensiva, tan hermosa, ¿por
^ J o al general Dumas al mando de sus tropas qué pedirían los hombres su cabeza? Apenas si
y Volvió al lado de la vendeana. creía correr algún riesgo; la vida se le ofrecía
esta se hallaba ya pronta para seguirlo. Am- hermosa y veía un porvenir risueño. La guerra
os se dirigieron hacia el camino real que cruza se concluiría pronto, y el castillo de su padre
^u ' flonde el criado de Marjeau espe- se abriría de nuevo para recibir a sus huéspedes.
wba con dos caballos. Cierto día, un joven fatigado pediría en él
. 1 emía éste que su joven compañera no su- hospitalidad; contaría veinticuatro o veinticin-
P'^ra montar a caballo y que no tuviera fuer- co años; tendría la voz dulce, rubios los cabe-
.^s para andar a pie, mas luego vio que mane- llos, vestiría el uniforme de general y perma-
jaba el corcel, si bien con menos fuerza, con lá necería allí mucho tiempo. jQué sueños tan
• e^treza y gracia de un jinete consumado. La hermosos!. . .
•joven notó la sorpresa que esto le ocasionaba. Hay una edad en la juventud en que la des-
Cuando me conozcáis — le dijo — esto gracia es tan extraña a la existencia que no se
" ° os sorprenderá tanto. Entonces sabréis por puede aclimatar en ella; por triste que sea una
"^^ los ejercicios a que el hombre se dedica me idea, siempre acaba con un sonrisa. No se ve la
°n tan familiares; me parecéis tan bueno que vida más que por un lado, porque lo pasado
^ Contaré los principales sucesos de mí vida, no ha hecho aún dudar del porvenir.
1*16 no por ser tan corta ha dejado de ser tor- Marceau también soñaba; pero veía más cla-
mentosa. ro en la vida. Conocía los odios políticos, las
•~~Bien, bien — dijo Margeau; — ya me exigencias de una revolución y trataba de sal-
^ontaréis eso más tarde: ahora lo que debemos var a Blanca.
3cer es^ ganar Chollet lo más pronto posible. Sólo se le ofrecía un medio: conducirla a
?*antenéos, pues, firme en la silla y empren- Nantes donde vivía su familia. Hacía tres años
damos el galope. que no había visto a su madre ni a sus herma-
~ ^ Como gustéis — dijo la vendeana. nas y sólo distaba de aquella ciudad unas le-
Tres cuartos de hora después llegaban a Cho- guas. Parecióle, por consiguiente, muy natural
j * ! ' ; el general en 4efe se hallaba en la Alcaldía, pedir licencia para visitarlas aprovechando su
lardean subió a su despacho, dejando a la jo- proximidad. El joven acarició durante toda la
^11 y a su criado en la puerta. Dio en algunas noche esa idea, y en cuanto amaneció se dirigió
^ ases cuenta de su misión y volvió con su es- a casa del general Westermann, que le concedió
2^'ta a buscar una cama en el mesón de los cuanto pedía. Pero no le pudo extender en el
^^^^nisados, inscripción que había reempla- acto la licencia, porque tenía que llevar la firma
VQI •'-''' ^^ "^^'^ Nicolás" que antes de la re- del representante del pueblo, Delmar.
"ción se leía en su puerta. Al entrar en el mesón encontró al general
^^Marjeau alquiló dos cuartos y llevó a la jo- Dumas, que lo buscaba. Los dos amigos no se
Ve )-• j ^'^° '^^ éstos, invitándola a que se echara guardaban secretos, y Dumas supo lo que en la
'da sobre el lecho para descansar un instante, noche anterior había ocurrido. Mientras se pre-
lile pensó primeramente en su padre y paraba el almuerzo, el joven general subió al
y go en aquel general republicano, tan joven cuarto de su prisionera y le anunció la visita
üti ^ '^^•^ ^^'^ dulce. Todo aquello le parecía de su camarada, que no tardó mucho en pre-
^'^eno. Caminaba por el cuarto y se detenía sentarse. Sus primeras palabras tranquilizaron a
14 C A R A / Y CARETA/

Blanca, y después de un momento de conversa- — ¡Oh! ¡Desgraciados! . . . — exclamó


ción no sintió ya esa violencia natural e inheren- Blanca.
te a su situación de mujer joven entre dos hom- Delmar dejó sobre la mesa el vaso que iba
bres que no conoce. a llevar a sus labios y volviéndose con lentitud
Iban a sentarse a la mesa, cuando se abrió hacia ella, dijo:
la puerta del cuarto y Delmar apareció en el — ¡Esto sí que está bien!. . . Si los solda-
umbral. dos tiemblan como mujeres, será necesario ves-
Era este personaje uno de esos hombres que tir a las mujeres de soldados. Es verdad que
Robespierre colocaba como un brazo al extremo eres muy joven — añadió mirándola de hito
del suyo para alcanzar hasta las provincias; un en hito, — pero ya te irás acostumbrando a
hombre que creía haber comprendido su regene- estas escenas.
rador sistema, por que le había dicho: "Hay que — ¡Nunca! ¡nunca! — gritó Blanca sin pen-
regenerar", y entre cuyos manos la guillotina sar en el riesgo que corría; — ¡nunca me ha-
era mucho más activa que inteligente. bituaré a esos horrores!
— ¡Ah! ¡ahí — dijo aquél a Mar^eau, — — Oye, joven •— replicó Delmar; — ¿crees
¿con que quieres dejarnos, ciudadano generali" que se puede regenerar una nación sin quitarle
T e has portado tan bien esta noche, que no se sangre, y reprimir las facciones sin levantar ca-
te puede rehusar nada. Sin embargo, siento que dalsos? ¿Viste jamás una revolución que pasara
hayas dejado escapar al marqués de Beaulieu: sobre todo un pueblo sin derribar muchas ca-
haljía prometido a la Convención que le envia- bezas? ¡Desgraciados entonces de los revolu-
ría su cabeza. cionarios, porque serían medidos con la vara
Blanca se hallaba en pie, pálida, temblorosa, de Tarquino!
como una estatua del terror. Disimuladamente, Guardó un instante de silencio y en seguida
Margeau se colocó delante de ella para ocultarla. añadió:
— Pero lo que no se alcanza hoy se alcanza — Por lo demás, ¿qué es la muerte? Un
mañana — prosiguió el representante del pue- sueño sin despertar. ¿Qué es la sangre? Un licor
pueblo; los galgos republicanos tienen muy rojo, semejante, poco más o menos, al que
isuen olfato y están sobre su pista. Aquí tienes contiene esta botella y que sólo produce efecto
tu licencia; se halla en regla y podrás marchar en nuestro ánimo por la importancia que se ha
cuando te plazca. Vengo para almorzar conti- querido darle. Sombereil bebió de ella. ¡Co-
go: no he querido dejar partir a un valiente rno! . . . ¿guardas silencio? ¿No se te ocurre
como tú, sin brindar por la república y por la algún filantrópico argumento? En tu lugar cual-
exterminación de los bandidos. quier girondino nos echaría un discurso.
En la situación en que ambos generales se Blanca obligada a continuar esta plática, dijo
hallaban, esta prueba de aprecio no les era muy temblando;
grata. La joven, sin embargo, había recobrado — ¡Ah! ¿y estáis cierto de que Dios os ha
un poco su serenidad. autorizado para herir de este modo?
Pusiéronse a la mesa, y Blanca, para no ha- — ¿No hiere él mismo?
llarse frente a frente de Delmar, se colocó a su — Sí; pero él ve más allá de la vida; mien-
lado, pero sentándose algo lejos de él. tras el hombre, cuando mata, no sabe lo que
Viendo que el representante del pueblo no se da ni lo que quita.
ocupaba de ella, sino del almuerzo, concluyó — Mira, joven, te quiero dar un consejo:
por tranquilizarse. guarda tus reflexiones filosóficas y tus argu-
Sin embargo, de vez en cuando dejaba esca- mentos de colegio para defender tu propia vida,
par algunas frases sangrientas que la hacían es- cuando caigas en manos de Charetteo de Ber-
tremecer de los pies a la cabeza. Por lo demás, nardo de Marlgny, pues ellos no te perdonarán
el peligro iba pasando, y los dos generales cre- más de lo que yo he perdonado a sus soldados.
yeron que Delmar se levantaría de la mesa sin Por lo que a mí se refiere, si otra vez los re-
dirigirla tan siquiera una palabra. El deseo de pitieras en mi presencia, quizá te arrepentirías.
emprender su marcha era para Marceau un pre- Con que. . . . ¡ a b u r ! . . .
texto para que concluyese pronto el almuerzo. Delmar salió. Hubo un momento de silencio.
Este se hallaba a su fin y todo el mundo empe- Margeau desarmó sus pistolas que había amar-
zaba a respirar libremente, cuando de pronto tillado.
se oyó una descarga en la plaza de la ciudad, a •—• ¡Oh! — dijo, señalando a Delmar con
la que daba frente el mesón. el dedo: —- jamás hombre alguno ha estado
Los generales corrieron a tomar sus armas; tan cerca de la muerte. Si hubiera dejado esca-
pero Delmar, soltando una carcajada y balan- par una frase, si hubiera hecho un gesto que
ceándose en su silla, les dijo: me indicara que os reconocía, lo habría muerto
— ¡Bravo! . . . ¡bien! . . . sois unos valientes en el acto!
y_me complazco en ver cómo estáis siempre La joven no le escuchaba; sólo pensaba en
sobre aviso; pero volved a sentaros: nada no- que aquel hombre estaba encargado de perseguir
table ocurre. los restos del ejército que mandaba su padre.
— ¿Qué es, pues, lo que sucede? — pregun- — ¡ Ah! ¡Dios mío! — decía sollozando; —
tó Marceau. ¡y pensar que mi padre puede caer en las ma-
— Nada: se fusila a los que han caído pri- nos de ese tigre!. . . ¡Que si hubiese caído pri-
sioneros esta noche. sionero esta noche era casi seguro que ya le
C A R A / Y CARETA/ IS

ble I ^^ '^^silado!. . . ¡Esto es atroz, es horri-


ble!. anunciar que los caballos estaban prontos.
¡No hay piedad en este mundo!. . — ¡En nombre del cielo, marchemos! — -
diri giendos. . perdonad, caballero — prosiguió
- ' iio- añadió Blanca; en el aire que aquí se respira
deb, e a Margeau: ¿quién más que yo hay sangre!
Din! ^^í"^"^ ' ° contrarío?. . . ¡Oh! ¡Dios mío. — ¡Marchemos! — repuso el general Mar-
geau.
••tin aquel momento entró el criado para Y los tres abandonaron aquel cuarto. ,

I I I
JS^ ^"^ puerta del mesón el joven halló un las masas existe el hábito del servilismo? ¿Por
^CjS^'^Estacamento de treinta hombres que el ventura el pueblo, según dice Shakespeare, no
. . ^ g e n e r a l en jefe le enviaba para que le conoce más medio para premiar al asesino de
'•Viese de escolta hasta Nantes. César que haciéndolo también César? He ahí
al t] '"''^ 1^ acompañó un buen trecho; pero por qué hay tiranos de la libertad, como los hay
j . , ^gar a una legua de Chollet, su amigo iiisis- de la monarquía.
para que se volviera, con tanto más motivo La sangre corría por las calles de Nantes, y
anto era peligroso andar solo por aquellos Carrier, que era a Robespierre lo que la hiena es
al tigre y el chacal al león, se embriagaba en
'\.despidió, pues, de los dos jóvenes y em- aquella sangre.
Xí el galope desapareció a sus ojos. Había inventado nuevos medios de matanza.
M.ar^eau deseaba estar solo con la joven que La guillotina se embotaba muy pronto. Imaginó
debja contarle su historia, y en su concepto ésta los "baños" que hicieron célebre su nombre. Para
debla ser interesante. Acercó su corcel al de ello se construyeron naves a propósito. Todo el
Bl;^_^a y le dijo: mundo iba a verlas en el astillero. Tenían vál-
, Ahora que nos hallamos tranquilos y que vulas de veinte pies que se abrían en el fondo
ínios andar mucho, hablemos de vos un de sus quillas para echar al mar a los infelices
j ^°' Decid: ¿por qué os hallabais en la reunión que se destinaba a este suplicio. El día en que
'Os yendeanos? ¿Por qué tenéis la costumbre se verificó su ensayo, había en la playa tanta
f ^sstir el traje de hombre? Hablad: contadme gente como aquel en que se hace el lanzamiento
So de VQ5 de vuestra juventud, de vuestra de una nave, con un gran ramillete en el paio
"ifancia. mayor y banderas y gallardetes en sus vergas.
Djanca entonces le contó su historia; cómo Pero, volvamos a Margeau y a su familia.
nao aún niña había fallecido su madre, de- El solo nombre de Mar^eau, que gozaba de
J^ndola al cuidado del marqués de Beaulieu; fama de un republicanismo tan puro, la prote-
Wo éste la había familiarizado con los ejer- gía contra Carrier, y rfadie hubiera osado hacer
cíos Varoniles, los cuales al estallar la revolu- recaer ni la más leve sospecha sobre su madre
on le habían sido muy útiles, puesto que le o sus hermanas, una de las cuales, que tenía
abian permitido seguir siempre a su padre. .dieciséis años, estaba por casarse cuando su
ontole los hechos principales de aquella gue- hermano y Blanca llegaron a Nantes.
Ja, desde la sublevación de San Florentín hasta Blanca fué entregada a las dos jóvenes, quie-
^ombate en que Marcean la había salvado. nes, como sucede generalmente a esa edad, se
olanca habló durante mucho tiempo, y Mar- hicieron sus amigas desde el primer momento, y
le proporcionaron un traje de mujer; viéndose
í'^au la escuchaba con delicia. '
obligada a aceptar el vestido de la una y el
^•. ^' momento en que concluía su relato,
chai de la otra, para no descontentar a ningún.
lose en lontananza la ciudad de Nantes, cuyas
Cuando Mar^eau la vio aparecer así vestida, se
'^~ resplandecían entre la bruma de la noche. quedó extasiado.
. '^l pequeño ejército cruzó el Loire y unos
Bajo el traje de hombre, apenas si había ob-
staates después Margeau estaba en brazos de
servado sus gracias y atractivos, que recobró en
?>adre, a quien presentó su joven compañera.
todo su brillo ta:i;i pronto como vistió de mujer.
*-omo Blanca manifestara el deseo de vestir
Tainbién es cierto que había hecho lo necesario
traje de su sexo, las dos hermanas de Mar- para mostrarse hermosa y que al colocarse fren-
, 1 se disputaron la dicha de convertirse en sus te al espejo había olvidado por un momento
'^'^^ellas. la guerra, la Vendée y las matanzas.
Cantes agonizaba, a la sazón, bajo el terrible Margeau quiso hablarla y no supo decir nada.
°.^°nsulado de Carrier. Blanca le tendió su mano, alegre y sonriendo,
sj '^^traño espectáculo el de una ciudad en- pues comprendió que el joven la encontraba
(jg ^rentada y destrozada por las mordeduras tan hermosa como ella quería aparecer ante
don 1^ ^?'° hombre!. . . Uno se pregunta de sus ojos.
niij . 'vi^ue esa,fuerza que domina a ochenta Blanca se sentía dichosa. Lo único que la
SQU ^'í'dadanos y por qué cuando un hombre entristecía era el pensar en su padre. Marcean
taj,. , "-^ ¡yo quiero! los demás hombres no gri- la distraía con la historia de sus primeras cam-
ipues nosotros no queremos! ¿Seta que en
16 C A R A y y CA.KETAJ"

pañas; a los quince años, de simple colegial se "¿Qué puedo hacer por vos, amigo mío, por
había convertido en soldado, a los diecisiete vos, que tanto habéis hecho por mí?"
era oficial, coronel a los diecinueve y general Agitados por estos sentimientos que adqui-
a los veintiuno. rían cada día nueva fuerza, Blanca y Margeau
Blanca le hacía repetir con frecuencia su his- pasaron algunos días en Nantes.
toria, porque en ella no había ni un solo epi- Por fin llegó aquel en que se debía celebrar
sodio de amor. el matrimonio de la hermana del joven.
Y, sin embargo, Margeau había amado, había Mar^eau eligió, entre las joyas que había
amado con toda la fuerza de su alma; por lo mandado buscar con ese motivo, un precioso
menos así lo creía él. Pero había sido engañado, aderezo que ofreció a Blanca.
burlado, y el desprecio se había apoderado de Esta lo miró al principio con coquetería,
él con tanta energía, que su corazón no tenía pero luego volvió a encerrarlo en su estuche,
ya pasiones. La sangre que ardía en sus venas diciendo:
se había enfriado lentamente; la melancolía ha- — Dada mi situación, ¿puedo aceptar joya
bía reemplazado a la exaltación. Margeau, en alguna? ¡Cómo he de aceptarla, si quizá mi
fin, antes de conocer a Blanca, no era más que padre anda de granja en granja, mendigando
un enfermo, privado — por la ausencia súbita un pedazo de pan y una cama en que descan-
de la fiebre — de la energía y de la fuerza sar!. . . ¿Olvidáis, además, que yo estoy pros-
que sólo debía recobrar al conocerla. crita? N o : que mi sencillez me- oculte a los
Blanca, por su parte, sintiéndose arrastrada ojos de todos; pensad en que puedo ser re-
hacia el joven por un sentimiento de gratitud, conocida . . .
atribuía a éste las varias emociones que la agi- Margeau insistió; pero ella sólo quiso acep-
taban. tar una rosa artificial que había entre las joyas.
¿No era natural que deseara constantemente Como las iglesias estaban cerradas, el matri-
la presencia del hombre que le había salvado la monio se tuvo que verificar ante el alcalde. La
vida, y que lo escuchara con agrado? Su rostro, ceremonia fué triste y breve; las doncellas echa-
que se distinguía por un sello de honda melan- ban de menos el altar adornado con cirios y
colía, ¿por qué no había de despertar en su co- flores, el veló con que se cubría a los esposos,
razón tiernas emociones? Y cuando le oía sus- y la bendición del sacerdote.
pirar mirándola, por qué, no había de decirle: En" la puerta de la casa consistorial había un
CARAy Y CARETAJ- 17

cuv^°
cuyo marineros. Uno de aquellos hombres, No habían transcurrido dos horas, cuando
sostp í°^'''-° '*° ^fa desconocido para Mar^eau Margeau recibió orden para unirse inmediata-
dos ramilletes: dio uno de ellos a la mente al ejército del Oeste y ponerse al frente
f^cién
tnii-- .'"^^^da; y entregó el otro a Blanca de su brigada.
'f^dola con fijeza. T a n súbita orden no pudo menos que sor-
¿e¿J^¡'ringuy! ¡Tinguy! — dijo Blanca pali- prenderle y creyó que tenía relación con la
_^do. — ¿Dónde está mi padre? escena que acababa de ocurrir, pues su licencia
^j"~~ '^'i San Florencio — respondió el mari- no expiraba sino a los quince días. Corrió a
^ j . . ' • En el ramillete hallaréis una carta. casa de Delmar para pedirle explicaciones; pero
'OS, señorita: ¡viva el Rey! éste había salido de Nantes.
Earl *• ^'^^^'^ quiso detenerle, hablarle, interro- No había más remedio que obedecer la orden.
• pero Tinguy había desaparecido. Vacilar, era perderse. En aquella época los ge-
Qü ^'•^^f'^ reconoció al guía y no pudo menos nerales estaban sometidos al poder de los re-
admirar su celo, su audacia y su destreza, presentantes del pueblo enviados por la Conven-
'anca leyó con ansiedad la carta, ción, y si a veces la impericia de éstos ocasionó
j ^ os vendeanos sufrían derrota tras derrota: desastres, también sucedió que muchas victo-
gente emigraba de las poblaciones retrocedien- rias se debieron a la alternativa en que se ha-
^"^^^ el hambre y el incendio. El resto de la llaban los generales de vencer o dar su cabeza
} ^ se hallaba dedicado a consignar el agrade- a la guillotina.
lo ,° "^^ su padre por Mer^eau; el marqués Cuando recibió aquella orden, Margeau se
^^¿í.^ todo, gracias a la vigilancia ejercida encontraba al lado de Blanca. Aturdido por el
P *• T^inguy. Blanca se puso muy triste. -Esa golpe, no tenía valor para anunciarle una mar-
'a la había lanzado en los horrores de la cha que la dejaba sola y sin defensa en una
°^ erra. Se apoyaba en el brazo del general con ciudad que todos los días se veía regada con la
as fuerza que de costumbre y le hablaba con sangre de sus paisanos.
voz La joven observó su inquietud y, dominando
"^5^ más dulce.
su timidez, se acercó al general con la ansiosa
tó durante la ceremonia, un extranjero pregun- mirada de la mujer que ama, que sabe que tiene
, por Margeau. Se le introdujo en el salón
j°nde estaba éste con Blanca. Al verlo, la joven derecho a preguntar y que pregunta. Margeau
nzo un grito: en el extranjero acababa de re- le mostró la orden que acababa de recibir. Blan-
^onocgj a Delmar. ca no pudo menos que comprender el riesgo a
. *^l representante del pueblo se acercó a ella que se exponía si dejaba de cumplirla, y aun-
ntamente con los ojos fijos en sus ojos y la que sentía partírsele el corazón, tuvo Bastante
•U^ en los labios. valor para aconsejarle que marchase oín pér-
Marcean, bañada en sudor la frente, le mi- dida de tiempo.
"a avanzar como don Juan vio avanzar la es- El general la miró con tristeza y dijo:
«tua del Comendador. — ¿Y vos, también, Blanca, vos me ordi-
" •_ ¿Tienes un hermano, ciudadana? —- pre- náis que me aleje?... Al fin y al cabo — añadió
Sintó Delmar a la joven. levantándose, — ¿por qué había de creer lo con-
tsta balbuceó algunas palabras ininteligibles trario? ¡Qué insensatez la mía, pensar que este
y no le faltó mucho para que cayese desmayada. viaje le costaría algunas lágrimas!. . .
LJelmar prosiguió: Pero, volviéndose, vio que dos lágrimas co-
^ Si mi memoria no me es infiel, tú y yo rrían por las mejillas de la joven.
^'motzamos en ChoUet. ¿Cómo es que desde — ¡Oh!. . . perdonadme, Blanca, perdonad-
entonces no te he visto en las filas del ejército me; soy muy desgraciado y la desgrada hace
republicano? al hombre desconfiado. Cerca de vos me pare-
, Blanca sentía que las fuerzas la abandona- cía que mi vida estaba mezclada a la vuestra;
an; el ojo penetrante de aquel hombre seguía ¿cómo separar mis horas de vuestras horas y
°s progresos de su turbación,- e iba a caer fas- mis días de vuestros días? Todo lo había olvri-
mada por su mirada, cuando Delmar se volvió dado; yo creía que esta dicha sería eterna. . .
' miró a Margeau. El representante del pueblo ¡Oh! ¡Qué desgraciado soy! Estaba soñando y
'^ pudo menos que estremecerse. he despertado. . . Blanca — prosiguió el joven
, El joven general apretaba convulso el puño con tristeza, — la guerra que nos hacemos es
e su espada. El rostro de Delmar tomó de cruel; es posible que no volvamos a vernos
Pfonto su habitual expresión; fingió que olvi- jamás. . . Tengo el presentimiento de que mi
aba lo que acababa de decir, tomó a Marjeau vida será muy breve; pues bien: prometedme
el brazo, lo llevó a una ventana y allí le habló que de vez en cuando os acordaréis de mí, que
'a situación de la Vendée, manifestándole pronunciaréis mi nombre, y yo, Blanca mía,
A e había llegado a Nantes para adoptar con os prometo que si entre mi vida y mi muerte,
- "^"-¡er las medidas de rigor que se hacían ne- cuando lance mi postrer suspiro, tengo tiempo
ta 'v.''^^ P^'^'' sujetar a los revoltosos. Le anunció de pronunciar algún nombre, ¡ese nombre será
jj^r\°ién que el general Dumas había sido Ua- el vuestro!
^ ao a París; y al dejarle, cruzó enfrente de Blanca se sentía ahogada por las lágrimas;
tie '^^'' ** ^^ '^'^ saludó, dirigiéndole al mismo pero en sus ojos había mil promesas mucho más
^ P o Una sonrisa de equívoco sentido. tiernas que las que Margeau exigía. Estrechó
18 CAR>V Y CARETAS

con una de sus manos la de Margeau y con la luego de haberse detenido un instante para ase-
otra le mostró la rosa artificial de color en- gurarse de que no se engañaba, había espoleado
carnado que adornaba su cabeza, murmurando: su corcel para juntársele.
— ¡Siempre!. . . ¡Siempre!. . . Este jinete era el general Dumas.
La joven no pudo decir más porque cayó Los dos amigos echaron pie a tierra y se
desmayada. estrecharon en sus brazos.
Los gritos de Marceau atrajeron a su madre En aquel mismo instante, un hombre con la
y sus hermanas. El joven creía que Blanca ha- frente bañada por el sudor, el rostro ensangren •
bía muerto. Todo en amor se exagera: el temor tado, la ropa hecha jirones, saltó por entre
y la esperanza. Aquel soldado no era más que unos matorrales y fué a caer sin voz y sin fuer-
un niño. zas a los pies de ambos amigos, pronunciando
Blanca abrió por fin los ojos y dirigiéndose nada más que esta palabra:
a Margeau que estaba a sus pies, le dijo: — ¡Arrestada!. . .
— ¡Partís. . . tal vez para batiros con mi Era Tinguy.
p a d r e ! . . . Si llega a caer en vuestras manos. . . — ¡Arrestada! ¿Quién? ¿Blanca?—pregun-
¡ah! ¡perdonadle! porque yo moriría de dolor... tó Margeau.
— y luego añadió en voz más baja: — ya veis, El aldeano hizo un gesto afirmativo.
no he pensado -en mi padre sino después de El desgraciado no podía hablar. Había corri-
haber pensado en vos. . . do cinco leguas sin parar a través de campos y
Después, reuniendo todo su valor, insistió bosques, de sembrados y malezas; quizás hubie-
para que marchase. Margeau comprendió que de- se corrido una o dos leguas más para alcanzar
bía hacerlo y no resistió sus súplicas ni las de al general; pero habiéndole alcanzado había caí-
su madre. Se dieron las órdenes necesarias y una do al suelo extenuado.
hora respués se despedía de Blanca y de su — ¡Arrestada! ¡Blanca, arrestada! — grita-
familia. ba fuera de sí Marcean, mientras su amigo apli-
Margeau seguía el mismo camino que había caba una bota de vino a los labios del labriego;
recorrido con la joven. Cada localidad traía a su — h e ahí por qué se quiso alejarme de Nantes.
memoria algunas frases de la historia de Blanca. Sigúeme, Alejandro, porque mí dicha, mi porve-
El riesgo en que la dejaba le parecía mucho ma- nir, mi vida, todo está allí. . . ¡Yo la amo con
yor que el que había corrido hasta entonces. todas las fuerzas de mi alma, mi existencia no
Cada frase de Delmar resonaba lúgubremente a es posible sin ella, quiero morir o salvarla! . . .
su oído; a cada instante se sentía dispuesto a Y dirigiéndose a Tinguy, que empezaba a
retroceder para dirigirse a Nantes. Fué indispen- volver en sí, le preguntó:
sable que hiciese toda clase de esfuerzos para no — ¿A dónde la han llevado?
ceder a su deseo de volver a ver a su amada. — A la cárcel de Bouffays — murmuró éste.
Sí no se hubiese hallado tan preocupado en Todavía no había concluido de decirlo, cuan-
sus pensamientos, hubiese percibido al extremo do los dos amigos partían a escape por el ca-
del camino y dirigiéndose hacia él, un jinete que mino de Nantes.

I V
ron inmediatamente las puertas de esta última,

N
o había que perder un instante. Las dos
amigos se dirigieron al domicilio de Ca- y ordenó al carcelero que le guiase al calabozo
^ rríer, que vivía en la plaza de Cours. donde Blanca se encontraba. El carcelero vaciló
Cuando llegaron a ella, Margeau se lanzó de su un instante, pero como Marcean reiterara su or-
caballo, tomó sus pistolas, las ocultó debajo de den con acento imperativo, obedeció haciendo
su uniforme y subió a la habitación del que un signo para que le siguiera.
tenía en sus manos el destino de Blanca. — No está: sola — dijo aquel hombre,
Su amigo le siguió con más calma, pero dis- abriendo la puerta baja y cintrada de un cala-
puesto a defenderle y a arriesgar por él la vida bozo cuya obscuridad hizo estremecer al joven;
en caso necesario. — pero no tardará mucho en hallarse desem-
Mas el diputado de la montaña era excesiva- barazada de su compañero, al cual se guilloti-
mente desconfiado, y ni con súplicas ni con nará hoy mismo; y suplicando a Margeau que
amenazas se pudo obtener que recibiese a los dos abreviara una entrevista que podía comprome-
generales. terle, se retiró volviendo a cerrar la puerta del
Margeau dejó aquella casa con más tranquili- calabozo.
dad de lo que su amigo esperaba. Desde hacía un Cegado el joven por la brusca transición de
instante había concebido un plan que maduraba la luz a las tinieblas, extendía sus brazos en el
rápidamente. Rogó al general Dumas que fuese vacío, cuando oyó un grito y sintió que alguien
inmediatamente a buscar una silla de postas y le caía en sus brazos.
aguardara con ella a la puerta de la cárcel de Era la joven que, habituada ya a las tinie-
Bouffays, adonde él se dirigió. blas, lo había reconocido.
El grado y el nombre de Marjeau le abrie- Se había arrojado en sus brazos, porque no
CARAy Y CARETAT- 19

su j ^ .'•'^^^''ón de salvar el pudor que debía a de la muerte en el patíbulo, del verdugo, de la


vid^ y a su sexo, sino que se trataba de su carreta, de la guillotina. . .
nán^f ° ^^ ^" muerte. Se abrazó a él como un — ¡Oh! ¡piedad! ¡piedad! ¡eso es horrible!...
ina t'^^° ^^ abraza a una roca, lanzando gritos ¿Pero no comprendes que si el título de esposa
aciculados y estrechándolo con fuerza, no me salva, tú te perderás conmigo?
jj. "~^¡-"-h! ¡ah! — exclamaba; — ¿con que no — ¿Y esto te hace rechazar el único medio
la ^ ^^'^^'fiáis?... Se me arrastró aquí; entre que tienes para salvar tu existencia? Pues bien;
Ij "^?'-,"^dumbre que me seguía vi a Tinguy y escucha, Blanca, porque yo a mi vez debo ha-
üafj!'^" "i^aríeauJ jMarseauI" y al oír estas certe confesiones: al verte te amé en seguida;
jo H '^^^^PS'^^ció. . . ¡Oh! ¡estaba muy le- este amor se ha convertido en pasión, vivo de
aou' ^°^P^"^har que volvería a veros! Pero heos él como de mi propia vida, mi existencia es la
i w ' '•' ^^ ^'^ ™^ dejaréis, ¿no es cierto? Me tuya y mi suerte está confundida en ella; dicha
to?^R^i^ con vos... ya no me dejaréis, ¿no es cier- o cadalso, yo lo partiré todo contigo, no te de-
Me llevaréis con vos. . . ¡No permitiréis jaré, ningún poder humano podrá separarnos;
•l^^iga en esta cárcel!.. . o bien si yo te dejo, no tendré más que gritar
j " ~ ~ : Quisiera arrancaros de aquí aun a costa ¡viva el Rey! para que se vuelva a abrir esta
"6 mi sangre; pero. . . cárcel y yo salga de ella contigo. Pues bien,
• r i Ved este calabozo!. . . [ved esta paja sea: se trata nada más que de pasar una noche
'•'3.. . . Vos que sois general no podríais. . . juntos en este calabozo, de hacer el mismo tra-
, " ^ aquí lo que yo puedo, Blanca: llamar yecto en la carreta, de morir juntos en el pa-
ab ? P'^^'^ta. matar al carcelero que vendrá a tíbulo. . .
air arrastraros al patio, haceros respirar el — ¡Oh! ¡no! ¡nol Vete. Déjame sola. ¡En
def ^ •T^'' ^^ '''^'° y ^'^ seguida hacerme matar nombre del cielo te suplico que me abandones!
cndiéndoos; pero cuando yo haya muerto se — ¡Que te a b a n d o n e ! . . . si yo salgo de aquí
j^ Conducirá otra vez a este calabozo y no ha- sin que seas mía, sin que me hayas concedido
^n la tierra un hombre que pueda salvaros. el derecho de defenderte, iré a buscar a tu padre,
• ¿Pero vos me salvaréis!' en el cual tú no piensas y que a no dudarlo
"~~Tal vez. . . está llorando por ti, y le diré: " T u hija podía
' ¿Muy pronto? salvarse, pobre anciano, pero no lo quiso; pre-
gl"~" Dentro de dos días. Sólo pido dos días, firió que tus últimos días se deslizaran entre el
tef^'j^' ^^'•P contestadme a vuestra vez, con- llanto y el desconsuelo y que su sangre salpicara
cadrne a una pregunta de la cual depende mi tus blancos cabellos. ¡Llora, llora, pobre ancia-
. a y la vuestra. Contestadme lo mismo que no! no porque tu hija haya muerto, sino por-
<^ontestaseis a Dios; ¿me amas, Blanca? que no te amaba lo bastante para vivir!. . .
-j^ No creo que sea éste, momento ni sitio ¡Ah! ¡por piedad! ¡por lo que hay de más sa-
adecuado p a r a . . . grado en el mundo, Blanca, consiente en ser
"Sí, éste es el momento, Blanca; porque mí esposa! Es necesario: ¡tú debes hacerlo!. . .
Vos y yo nos hallamos colocados entre la vida — Sí, amiga mía, debes hacerlo — interrum-
y el sepulcro, entre la existencia y la eternidad.- pió en aquel momento una voz extraña que
presura te a contestar; cada instante nos arre- hizo estremecer a los dos jóvenes: — debes ha-
,^ * Un día; cada hora un año. . . Blanca, ¿me cerlo porque es el único medio que te queda para
amas? salvgr una vida que apenas comienza: ¡la reli-
^ ¡Sí, sí, sí! gión te lo ordena y yo estoy dispuesto a bende-
bstas palabras salieron ardientes y espontá- cir vuestro enlace!
eas del corazón de la joven, que olvidando que Margeau s?"'volvió sorprendido y se encon-
° se podía notar su rubor, ocultó su cabeza en- tró frente a frente del cura de Santa María de
« los brazos de Margeau. Rhé, el mismo que había celebrado la misa oída
'Pues bien, Blanca — dijo este último; — por los vendeanos en el bosque donde Blanca
necesario que en seguida me aceptes como había sido hecha prisionera. Era el compañero
*^^Poso. de cárcel de la joven, a quien había aludido
*-a joven se estremeció. el llavero cuando dijo que el preso que estaba
* "~~ ¿Por qué? — preguntó. con Blanca iría muy pronto a la guillotina.
•^ ^Porque quiero arrancarte a la muerte. ¡Ya — ¡Oh! ¡padre mío! — exclamó el joven
j ^ ' ^ o s si se atreven a mandar al cadalso a la tomándole ambas manos; — ¡oh, padre mío!
Posa de un general republicano! ¡alcanzad de ella que no renuncie a la vida!
Cea •'°'^en comprendió entonces lo que Mar- — Blanca de Beaulieu — dijo entonces el
j J'- Se proponía y se estremeció ante el riesgo sacerdote con voz solemne; — en nombre de
xnj por salvarla se exponía. Su amor no pudo tu padre, a quien mi edad y la amistad que con
nos que agigantarse; pero haciendo un Ha- él me unía me da derecho a representar, te con-
''liento a su valor, exclamó con firmeza: juro á que cedas a las instancias de este joven;
II ¡Lo que pedís es imposible! pues si tu padre estuviese aquí, te aconsejaría
i Imposible! — replicó Margeau; lo mismo.
lev ''^^'•° ^^^^^ •'°''''' '•'^^^ obstáculo puede Blanca se sentía agitada por mil sentimientos
bla '^'^'•^^ entre nosotros si me amas? No, no, encontrados. Por fin se echó en brazos de
'^'^a; se trata de la vida o la muerte; se trata Margeau.
20 C A R A y Y CARETAS

con una pistola en cada mano. Los soldados al


verle retrocedieron.
LOS CONQUISTADORES — Tranquilizaos, general — dijo el cura;
— esos hombres vienen por mí; yo soy quien
Este es Pizarro... el de la faz altiva,
pómulos secos y el cabello endrino; va a morir.
y este Almagro, soldado levantino Y luego prosiguió, dirigiéndose a Marjean
con- arrojos de fiera combativa, y a Blanca:
— ¡De rodillas, hijos míos, de rodillas! Yo,
Y aquel de la mirada inquisitiva, con un pie en la tumba, os envío mi postrer
Alvarado, consorte del Destino, bendición, y la bendición de un moribundo es
a quien todas las zarzas del camino sagrada.
le han dejado los pies en carne viva.
Sorprendidos los soldados guardaron silencio.
Valdivia el otro de perfil cenceño; El sacerdote sacó de su pecho un crucifijo
y a su lado Cortés, el extremo; que guardaba oculto, y lo tendió hacia los dos
uno y otro confunden su rudeza. jóvenes.
Y pasan en tal ráfaga sombría, Hubo un instante de silencio durante el cual
como si estremeciesen todavía todo el mundo creyó en Dios.
a través de los siglos su grandeza... Luego el sacerdote se dirigió a los soldados
y les dijo:
P R I M I T I V O H E R R E R A • — ¡Vamos!
La gente de armas le rodeó; la puerta del ca-
labozo se cerró tras él y todo desapareció como
si no hubiera sido más que una visión nocturna.
— ¡No tengo ya fuerzas para resistir más
tiempo! ¡Te amo y desde este momento soy — ¡Oh! — exclamó Blanca, — si tú me de-
tu esposa! jas, ¿qué haré yo si me vienen a buscar de ese
Sus labios se unieron, y por un momento ol- modo? ¿Qué haré cuando cruce esta puerta para
vidaron todo; la voz del sacerdote les arrancó ir al patíbulo? ¿Cómo podrás responder a mis
de su éxtasis. lágrimas si te encuentras lejos? ¡Ah! no te va-
— No perdáis el tiempo, hijos míos — dijo; yas. Me echaré a los pies de mis verdugos, les
— los instantes son preciosos y si tardáis mu- diré que soy inocente, les pediré que me dejen
cho, sólo podré bendeciros desde el cielo. aquí contigo toda mi vida y les colmaré de
Los dos jóvenes se estremecieron; aquella voz bendiciones! ¡No me dejes!. . . ¡No me dejes!...
les recordaba su situación. — Estoy cierto de que podré salvarte, Blanca
Blanca paseó en torno suyo una mirada ex- — dijo el joven; — respondo de tu vida: en
traviada. menos de dos días regresaré aquí con tu indulto
•—¡Oh! ¡amigo mío! — exclamó llorando, y entonces no pasaremos la vida en una cárcel,
— ¡qué momentos elegimos para unir nuestros respiraremos el aire, gozaremos de nuestra feli-
destinos! ¡qué templo para un himeneo!. . . cidad, nuestra vida se deslizará entre la libertad
¿Crees que un enlace consagrado bajo estas bó- y el amor.
vedas sombrías puede ser afortunado y dura- La puerta se abrió y se presentó el carcelero.
dero? Blanca estrechó con más fuerza que nunca
Marceau sentía a su vez un terror supers- a Mar5eau entre sus brazos. No quería dejarle
ticioso. y sin embargo los instantes no podían ser más
Arrastró a Blanca a un sitio donde la luz del preciosos. El joven se arrancó al fin de su lado
día filtraba por entre los barrotes de la cárcel, y le prometió que antes de dos días estaría de
y allí cayeron de rodillas aguardando la bendi- vuelta.
ción del sacerdote. Este alargó sus brazos y pro- — ¡Ámame siempre! — le dijo echándose
nunció las frases sacramentales. Casi en aquel fuera del calabozo.
mismo instante se oyó el rumor de armas y sol- — ¡Siempre! — exclamó la joven, mostrán-
dados. Blanca, se echó en brazos de su esposo, dole en sus cabellos la rosa encarnada que le
— ¡Ah! ¡Dios mío! — exclamó, — ¿vienen había dado.
ya a buscarme? ¡Oh! ¡qué horrible sería morir La puerta se cerró de nuevo, como si fuese
en estos m o m e n t o s ! . . . una puerta del infierno, y Blanca cayó al suelo*
El joven general se dirigió hacia la puerta sin fuerzas.

V
H ARCEAU encontró al general Dumas que
le aguardaba abajo en la pieza del con-
serje.
Pidió papel y tintero.
cándole el papel de las manos; — le amenazas y
olvidas que te hallas en sus garras. ¿No des-
obedeciste la orden que te dio para que te unie-
ses al ejército? ¿Crees que si te teme dará im-
— ¿Qué vas a hacer? — le preguntó su ami- portancia a tus pretextos? Antes de una hora
go al notar su agitación. serás arrestado, y ¿quién defenderá a Blanca.'
— Escribiré a Carríer pidiéndole dos días y Créeme: que tu silencio ocasione su olvido,
le diré que su vida me responde de la de Blanca. pues únicamente éste puede salvarla.
— ¡Desgraciado! — exclamó Dumas arraa- La cabeza de Marceau cayó entre sus manos
CAÜ-AJ' y C A l U i U \ J 21

___-p. "^^^lexionafa p r o f u n d a m e n t e . para reprimir en el interior, y vencido en la


Ptont ^^^^^ wzón — exclamó, irguiéndose de frontera, pedía que se anulase un poder que era
ya inútil, a fin de que más tarde no se hiciera
h a í a T ^ ' ' ' ° hacia la calle a su amigo. En ella más peligroso, la revolución lo había destruido
^omb "'^'^ ^ilía de postas que rodeaban algunos y él quería asentar la obra de ésta ea un terreno
ti • mucho más firme.
Dn,.: J^^.^n se lanzó al interior de la silla de Estas tres facciones se dividían en marzo del
''"«as gritando al cochero: 94 — época de nuestra historia — el gobierno
p " i A París! de la Convención.
°s caballos partieron a todo correr. Robespierre acusaba a Hebert de ateísmo y a
tuvoT^^" derramó el oro a manos llenas y ob- Dantón de venalidad; y éstos a su vez le consi-
Zaba '' ^'•°™^^a en los sitios por donde cru- deraban como un ambicioso y aspirante a la
telev ^^%-^^ '^'^ siguiente hallaría caballos de dictadura.
_ > a fin de que nada se opusiese a su regreso, Tal era el estado de las cosas cuando Mar-
cóm "'^f"'^, ^^ '^iaje. el general Dumas le contó ceau, según ya dijimos, víó por primera vez a
gue° , '^'^ presentado su dimisión, pidiendo Dantón, que había conyfertido en tribuna los
2jérc> T?^^''"*"^^ como simple soldado a otro . sillones de la orquesta, fascinando a cuantos k
(j; ^ ?'. En consecuencia, se le había puesto a rodeaban con su magnífica palabra.
fiT°^^<^'ón del comité de salud pública y se di- En ese momento se levantó el telón y todo
g a a Nantes cuando encontró a Marceau en el mundo quedó silencioso para escuchar la ex-
«1 camino. posición de La Muerte de César, que es una
ban ''¿°';h° '^^ ^a noche los dos generales ilega- de las peores que en el teatro existen.
Pla? i ^i'''^' ^ P°'"° '^espu^s de separaban en la A pesar de este silencio era evidente que nin-
- .a del Palacio Igualdad. Marcean se dirigió guno de los conjurados había olvidado el moti-
la d^ c^"^ '^ "^1^= <^« San Honorato, bajó hasta vo que le había traído al teatro; a medida que se
e ban Roque, se detuvo en el número 366 y acercaba el pasaje en que la manifestación debía
I ! p'° -P""^ Robespierre. estallar, multiplicábanse las ojeadas y las señas.
Pond'' '^ ^"í ^^ teatro de la Nación — le res- Por fin la tragedia llegó al punto convenido,
___ ' ° '^'^a joven de dieciséis a dieciocho años, cuando los actores dijeron:
ani '^j''° ^' '•^' ciudadano general, vuelves de "Esperamos de tu augusta clemencia, ¡oh,
- 1 . .°p ^°''^^' 1° hallarás en casa. César!, uno de los más justos y preciados fa-
., ¡Robespierre en el teatro de la Nación!... vores.
. 1 ^ engañas?. . . CÉSAR. — ¿Qué deseáis?
____No, ciudadano. ClMBER. — ¡La libertad!
Volv - 5f,hien: iré allí, y si no lo encuentro, Sonaron tres salvas de aplausos.
bla 1^''^' "í"^ ^^ general Margeau desea ha- — Esto va bien — dijo Dantón.
Y casi se levantó de su asiento.
(.„ "teatro Francés se acababa de dividir en dos Taima dijo entonces:
Tal '^'^ •''' ^"^ ""'^ '^^ ^l^s^s, dirigida por "Sí; ¡que César sea grande, pero que Roma
djj.-"}?' había ido al Odeón. Margeau. pues, se sea libre!"
que^íf ^ ^^^ teatro sorprendido de que tuviese Dantón concluyó por levantarse, echando eu
Uscar en él al austero miembro del comitt torno suyo una mirada como la pudiese echar
^alvación pública. el general de un ejército que quiere asegurarse
cj^j^^P'^'^sentábase La Muerte de César. La fun- de que todo el mundo se halla en su puesto;
Una ^'^- ^'^}^M empezado. En el público reinaba mas de pronto, sus ojos se detuvieron en un
biah ''^"•'"5'°''' extraña. -De todas partes se cam - punto del teatro, acababa de abrirse un paico
Palm '^ ''^^^^ ^ señales de inteligencia, princi- y en él asomó la puntiaguda y pálida cabeza
(.(, ^'^'e en un grupo de espectadores situado de Robespierre.
teat orquesta. Este grupo dominaba al Los ojos de ambos enemigos se encontraron;
Oanf^^ '^n hombre dominaba a este grupo: era en los de Robespierre se leía toda la ironía del
'aitón, triunfo, toda la audacia de la seguridad. Por la
Haba ^'^ ^^'^° hablaban cuando él callaba y ca- primera vez Dantón sintió que un sudor frío
su ^J\ cuando él hablaba, Camilo Desmoulins, invadía su cuerpo; olvidó la señal que debía
ctoix ^hillippaus, Herault de Sechelles y La dar a los conjurados; el pasaje de la tragedia
sus apóstoles. fué oído sin aplausos ni murmullos. La puerta
Era la del palco volvió a cerrarse poco después y todo
Mi:rabe; primera vez que Marceau veía a aquel
señ-,1 J^^ '^^^ pueblo. Aunque no se lo hubieran quedó terminado. Los guillotinadores triunfa-
,bu"alado lo lo habría
V„í.,i, reconocido
,„.„„„.;^„ en
„„ su
„„ voz
„„.. ro-
,„. ban de los setembrlstas; 93, fascinaba a 92.
sta. ^P- sus gestos imperiosos,' en su frente
doiT,7 Marcean, que en todo pensaba menos en la
^gmadora. tragedia, fué quizá el único que presenció sin
de la "vif"'' ^^ nombre del partido moderado comprenderla aquella escena, la cual no duró
'svolii • °"''^^''' pedía la cesación del gobierno más que unos segundos. T u v o sin embargo
Por 'r>'''°nario:
Ucionj---- '-'•'>•••
Éi "-•
Viejo Francisco, , .
redactado,
tiempo bastante para reconocer a Robespierre.
tid, ilc
HJ amilo Desmoulins, era el órgano del par- Se lanzó fuera de la platea y encontró en el co-
?• ,~*,
d,' El eomité de salvación pública, es decir, rredor al enemigo de Dantón.
^'ctadura, no había sido, según él, creado sino -Estaba frío y sereno como si nada hubiese
22 CARAT- Y CARETA/

ocurrido. Margeau se presentó a él y le dio su — Y bien, Robespierre — dijo el general;


nombre. Robespierre le tendió su mano; pero el — ¿concedes el indulto a mi esposa?
joven, cediendo a un primer movimiento, retiró El dictador tomó una hoja de pape! en blanco.
la suya. — ¿Cómo se llama?
El futuro dictador sonrió con amargura y — ¿Para qué?
tristeza. — Es indispensable que conste su identidad.
— ¿Qué se te ofrece? preguntó a Mat- — Blanca de Beaulieu.
jeau. — Robespierre dejó caer la pluma.
— Quisiera hablarte. — ¿La hija del marqués de Beaulieu, del jefe
— ¿Aquí o en mi casa? de los vendeanos, de esos bandidos? — exclamó.
— En tu casa. — Sí, Blanca de Beaulieu, hija del marqués
— Ven conmigo. de Beaulieu.
Aquellos dos hombres, agitados por tan di- — ¿ y cómo es tu esposa?
ferentes emociones, echaron a andar uno al lado Margeau se lo contó todo.
del otro: Robespierre indiferente y tranquilo; — ¡Ah! ¡loco!. . . ¡joven insensato!. . . —'
Margeau vivamente agitado. Pensaba que estaba dijo Robespierre; tú debías. . ,
al lado del hombre que tenía entre sus manos, Margeau lo interrumpió diciendo:
la vida de Blanca, del hombre de quien había — No te pido injurias ni consejos; lo que te
oído hablar tanto, cuya incorruptibilidad era pido es su indulto: ¿quieres concedérmelo?
tan evidente, pero cuya popularidad era un — Permite ante todo que te haga una pre-
problema. gunta, Margeau: ¿la influencia del amor, los la-
Porque en efecto: Robespierre, para ser que- zos de la familia, no te obligarán jamás a hacec
rido del pueblo, no había empleado ninguno de traición a la república?
los medios usados por sus antecesores. No tenía — i Jamás!
la arrebatadora elocuencia de Mirabeau, la pa- — ¿Y si te encontrases con las armas en la
ternal firmeza de Báilly, la fogosidad sublime mano frente a frente del marqués de Beaulieu?
de Dantón, ni la asquerosa fecundidad de He- — Lucharía contra él como ya lo hice.
bert; trabajaba por el pueblo de una manera — ¿Y si cayera en tus manos?
sorda y sin que diese a aquél cuenta de lo que El joven reflexionó un instante.
hacía en su obsequio. — Lo enviaría a ti para que tú lo juzgases.
En el nivelamiento general del lenguaje y del — ¿"Me lo juras?
traje, había conservado una palabra culta y una — Te doy mi palabra de caballero.
manera de vestir elegante. Así como otros se es- Robespierre tomó la pluma.
forzaban en confundirse con el vulgo, el hacía Luego dijo:
lo necesario para mantenerse sobre el mismo. Al — Tú, Margeau, has tenido la fortuna d.'
primer golpe de vista se comprendía que aquel conservarte puro ante mis ojosf hacía ya mu-
hombre extraño no podía ser para la muche- cho tiempo que oía hablar de ti y deseaba co-
nocerte.
dumbre sino un ídolo o una víctima: fué lo uno
y lo otro. Al observar la impaciencia del general escri-
Llegaron a su casa; una estrecha escalera los bió las tres primeras letras de su nombre y en
condujo a una habitación del tercer piso. Robes- seguida añadió:
pierre la abrió e introdujo a Margeau en su des- — Escucha: no te pido más que cinco minu-
pacho: un busto de Rousseau, una mesa donde tos; por tan breve tiempo te concedo una exis-
se veía el Contrato Social y el Emilio, una có- tencia: me parece que no es cara.
moda y algunas sillas formaban su menaje. En Margeau hizo un signo para manifestar que
el cuarto reinaba la más escrupulosa limpieza. ya escuchaba,
Robespierre observó el efecto que la modestia Robespierre continuó:
de aquel mueblaje producía en Margeau. — Se me ha calumniado ante ti, Margeau, y
— Aquí tienes el palacio de César — dijo como te estimo, quiero justificarme a tus ojos.
sonriendo; — ¿qué quieres del dictador i" Atiende, pues: los destinos de Francia han sido
— El indulto de mi esposa, condenada por guiados por tres asambleas y cada una de estas
Catrier. tres asambleas se ha resumido en un solo hom-
— ¿Tu esposa condenada por Carrier? ¡La bre: la Constituyente, que hizo vacilar al tro-
esposa de Margeau, del republicano de los tiem- no, en Mirabeau; la Legislativa, que lo ha de-
pos antiguos, del soldado de Esparta!. . . ¿Qué rribado, en Dantón. La obra de Convención es
hace, pues, Carrier en Nantes? inmensa, pues tiene que acabar de destruir y de
— Barbaridades. edificar a un mismo tiempo. Yo he concebido
El joven trazó el cuadro de lo que ocurría en un gran pensamiento: yo reasumiré-esta época,
Nantes y que nosotros describimos al lector an- a la manera como Mirabeau y Dantón reasu-
teriormente. Mientras hablaba, Robespierre se mieron la suya. En la historia del pueblo fran-
agitaba en su sillón, pero sin interrumpirle. cés habrá tres hombres representados por tres
— ¡He aquí cómo se me comprende! — ex- números: 1791, 1792, 1793. Si el Ser Supre-
clamó con voz ronca, luego que aquél hubo ter- mo me concede el tiempo necesario para con-
minado: — ¡allí donde mis ojos no ven ni mis cluir mí obra, mi nombre estará por encima de
manos llegan, se emprende una carnicería in- todos los nombres: yo habré hecho más que
útil! . . . Numa en Roma, más que Washington en Amé-
CARAJ- Y C A R t l A , / •;í23/

v,jj ' Pyj^^ esos hombres sólo tenían que guiat cortó de un sablazo los tiros que sujetaban a la
i'egen "^^ciente, que mientras yo tengo que silla de postas a uno de los caballos, subió en
tij ^'•^'^ a una sociedad vieja. Si caigo antes de él rápidamente, ganó otro relevo, tomó otro
j tnprr' í^' nombre que representará una obra caballo y prosiguió su camino con más ardor
que hZ ''^^' conservará la mancha sangrienta y rapidez que nunca.
la re 1 ^^' ^°"^^° ^^ o^i^a mitad de mi obra: Por fin llegó a Ingrande, alcanzó Varades.
(.j[ °:'^'^ión caerá conmigo y ambos seremos y dejó tras sí Anemi. Su caballo destilaba el
Mar °^ • • • He ahí lo que deseaba decirte, sudor y la sangre. Percibió San Donaciano y
gUaf-ff^^' ^^^^ quiero que haya hombres que en seguida Nantes. ¡Nantes, donde se enceixab?.
y tú u '^'^^° ^ ^^^° ^'^ nombre en su corazón, su alma, su porvenir, su vida, todo!. . .
p' •'^argeau, eres uno de esos hombres. Unos instantes más y se encontraría en la ciu-
Renunciadas estas frases, escribió en el papel. dad. Por fin su corcel cayó reventado frente a
de ~~"
tu Aquí tienes — añadió luego — el indulto la puerta de la cárcel de Bouffays. ¿Qué impor-
esposa... Si quieres, puedes marchar en taba? Había llegado al término de su caniino.
^sguida
p , sin que ni siquiera estreches mi mano, — ¡Blanca! ¡Blanca! — gritó el joven al pa-
jo
joven se la tomó y se la apretó con fuer- sar el umbral de la cárcel.
za;
su ^r^~^^° hablar, pero las lágrimas ahogaban — Acaban de salir dos carretas ahora mis-
Voz. mo — dijo el carcelero: — ella va en la pri-
Entonces Robespierre le dijo: mera.
^ebes partir: no hay que perder un ins- — ¡Maldición! — gritó Margeau.
tante Y,se lanzó a pie por entre la muchedumbre
L .El joven se precipitó por la escalera. Cuando que se dirigía a la plaza Mayor, sitio de las
••jaba, subía.
R a , el general Dumas subía, ejecuciones.
f. ~7" ¡Tengo
^ engo su
su indulto!
indulto! —
— exclamó
exclamó precipi-
precipi- Alcanzó la última de las dos carretas.
"ndose Een brazos
' de su amigo: -— ¡Blanca está Uno de los condenados que iban en ella re-
salvada!, conoció a Margeau.
3 "T" Felicítame también a mí — le replicó su — ¡Salvadla, general, salvadla! — gritó; —
ief ^.^'i ^— acabo de ser nombrado general en lo intenté, no pude y caí preso. . . ¡Viva el
„ ^ y^^ ejército de los Alpes y vengo a dar las Rey!
*««as a Robespierre. Era Tinguy, el fiel Tinguy, que a punto de
Ambos generales se abrazaron. Marjeau se morir, olvidaba su propia situación y sólo pen-
echó saba en ese momento supremo en salvar a la
do 'ri^ ''^^^^ ^ corrió hasta el Palacio-Igualdad,
ele le esperaba su coche dispuesto para mar- hija de su amo.
nid'' ''°^ ^^ misma rapidez con que había ve-. —-¡Sí! ¡Sí! —balbuceó Margeau,
Y continuó abriéndose paso entre la «¿inte
lyue "alivio
di ii^~r corazón!,. . . ¡Cuánta
" " ' " sentía su corazón; que lo ahogaba, lo estrechaba y lo oprimía.
Du- j aguardaba!. . , ¡Cuánta felicidad des- La desesperación de Margeau duplicaba sus
i'ues de tanta amargura!. . . fuerzas, y su violencia era tal, que iba dejando
Su imaginación se extasiaba en el porvenir; tras de sí en aquella compacta masa humana,
aba en el momento en que desde el umbral una estela que marcaba su paso.
j-1 ^^ calabozo gritaría a su. esposa: "¡Estás Por fin llegó a la plaza Mayor, y se dirigió
^'•^' blanca; ven, abrázame: que tu amor y hacia el patíbulo agitando en una mano el in-
besos me paguen la vida que me debes!" dulto de su esposa y gritando;
e cuando en cuando, sin embargo, cierta — ¡El p e r d ó n ! . . . ¡el p e r d ó n ! . . .
^aga inquietud cruzaba su espíritu, un estreme- En aquel momento el verdugo tomaba por
an''^'"'° ^^cía palpitar su corazón. Entonces su hermosa y larga cabellera la cabeza de una
les "^^ ^ 1°^ postillones, les ofrecía su oro y joven que ofreció a los ojos del-pueblo.
temK"i°'^^"''^ mucho más; la silla de postas hacia Este, tan acostumbrado ya a, esas lúgubres es-
esn • ^^ camino; los caballos devoraban el cenas, apartó sin embargo horrorizado sus ojos
ad 1^'° ^ a pesar de esto al joven le parecía que de aquel horrible espectáculo, pues creyó ver
(j. , ^"'''''an muy poco. En todas partes encon- producirse un milagro: de la boca de la joven
tod ^ relevos dispuestos. No había retardos; parecían salir oleadas de sangre.
ato P^'^'-'cipaba de la agitación de que se sentía De en medio de aquella silenciosa muchedum''
Ve "^f'•''do. En algunas horas dejó tras sí a bre salió un grito desgarrador, en el cual pare-
«salles, Chartres, La Mans, La Fleche y cían extinguirse las humanas fuerzas.
^ngers. ' Aquel grito era dado por Margeau, que aca-
ttxi-.^ Pronto sintió un horrible choque: el ca- baba de reconocer aquella cabeza, ¡entre cuyos
je Volcó y quedó roto, dientes asomaba la rosa encarnada que había re-
joven se levantó lastimado y maltrecho, galado a la joven vendeana!...

E N D R O D U M
D I B U J O S DE B A T L L E

^^^ en el número próximo: Henry Morgan, caballero, ladrón y corsario;


asombró al mundo con sus fantásticas aventuras de piratería.
24 CAILAJLY..CARET:A4

Ei corone/ Lawrence^ ¿wenture


habría sido asesinado
- del servicio di
Estaba "encadenado" al prisionero y destronado hijo de Menelik, ll
balazos por la hermosa Nina, herm^
LAWRENCE PENSABA INSURRECCIONAR LAS POBLACIÓN!
A LIDJ YASSOU VERDADERO "NEGl|
Un sensacional relato de espiolnaj
' P o r E R O I
Una de las pocas fo-
tos del coronel Law-
. rence, f a n t á s t i c o o vamos a hacer una
p e r s o n a j e Uamado biografía de la discutida
El Rey de los E s -
p í a s . Fué t o m a d a y extraordinaria perso-
bafce poco en Abisi-
nia.- nalidad del coronel Lawrence,
pues harto conocidas son sus
múltiples andanzas en los más sen-
sacionales asuntos de espionaje de
los últimos años; sólo bosquejare-
mos algunos de los rasgos más sa-
lientes del hombre que en más
de una ocasión polarizó la
atención mundial y su nom-
bre en letras de molde ocu-
pó la primera plana de to-
dos los diarios del mundo.
Se asegura que el coronel
Lawrence era inglés, pues
siempre estuvo al servicio
de la Gran Bretaña; empe-
ro hay quien dice que era
oriental, y se ncentúa esta
creencia si se tiene en cuenta
el acendrado anti-europeísmo que
siempre profesó.
Pocos le conocían en verdad y sobre
él se habían tejido las más extrava-
gantes historias. Tan pronto se le .
daba como prisionero de I
los indios blancos del Mat- •.
to Grosso brasileño, o en-
tre los beduinos nómades
del desierto de Sahara, co-
mo en las estepas siberia-
nas, refugiado entre los ru- .
sos blancos.
En varias ocasiones fué '
dado por muerto; pero no-
ticias posteriores desmen- -
tían la primera versión. Lo
CARAy Y CARETA/ 23

^spia^ fundador de reinos e imperios^


^bisinia por una mujer
espionaje italiano
son, en las montañas de Gara Moulata, y allí fué ultimado de dos
^a hábil espía francesa I K - 1 2 2 .
DE ABISINIA PARA IMÍ>ONER EN EL TRONO
"ÜL U L T I M O I M P E R I O N E G R O
ai Miargen de la guerra italo-etiope
PICOLA SIRI
Este ¿leo, debido aí pintor íng'lés James Me.
^nico cierto es que era un Bey, nos presenta los rasgos fisonómicoa de
fiambre de una voluntad ex- Lawrence, que con tanta energía como sagacidad
conmovía reinos e imperios con sus intrigas.
traordinaria y que tenía gran
°fcendencia entre los nativos
«e África.
•^ favor de los sirios y los
»/nsos lachó contra Francia;
junto a los rifeños y sahari-
"°« peleó contra España; y
Quizás más de una vez lo hizo
^°"^t/a la misma Inglaterra...
'-'^mámente estaba en Etio-
^í« levantando la Abisinia
contra Italia, cuando la ver-
ladera muerte, a manos de
""« espía italiana, puso fin a
^" azarosa vida y truncó su
Y^eo de destronar a Hailé Se-
•^^'s' e imponer en el trono,
'^udado por los musulmanes,
^^ príncipe Lidj Yassou, hijo
. Y'- Sran Menelik y verdade-
;? heredero del trono abi-

L
jj
o que voy a referir me
lo narró como cosa cier-
ta y perfectamente pro-
a> un aventurero inglés
^^zador de fieras en la jungla
en^R^' ^"^ estaba a la sazón
^^ Buenos Aires. Había veni-
3 entregar una partida de
"males a nuestro Zoológico,
^'iquiridos por dicho Jardín
Una compañía inglesa ca-
S ^ a de fieras en Sud
'^trica.
2G CARA,/'Y CARETA/

La espía francesa IK-122 cimos los tres grandes camaradas; mi des-


preocupación por los asuntos de política in-
— La conocí en Marruecos — comenzó ternacional me hizo aparecer gi'ato a ambas
diciéndome el cazador de la jungla, — había hermanas, y en cambio ellas me instaban en
nacido ep una aldea que ni ella misma re- todo momento a que les contara mis extra-
cordaba; su madre era italiana y su padre ordinarias aventuras cazando fieras en~el
francés, oficial de la Legión Extranjera; en corazón umbrío de las selvas africanas.
consecuencia había adoptado a Luego nos separamos y al cabo
Francia como su patria de t-;- .Tíos - hace de
verdadera. LIIO '^el^ meses —
: Cuando la • '^ '.ni imos a
c o n o c í en tP.i ri'rar en
Marruecos, i.iM mise-
ya era I 'ble al-
una
d e
los

más Eri-
há- trea
biles ita-
algentes '% liana; y
del Servi- "c- . ' o , .
Os, '•'•I.
en la obli-
cio Internacio- gada tertulia
nal de Espionaje '^íoula
ta ha
Abisinia de una noche tropi-
ta que «"»''>°'
francés; y precisamen- cal me contó Nina la
te estaba en el desempeño de terrible historia de cómo ha-
una delicada misión relacionada con bía dado muerte con sus propias ma-
el robo de unos importantes planos de las nos al famoso coronel Charles Lawrence.
fortificaciones francesas del Sahara. "—Hice un favor a Italia y a Europa" —
La llamaban Louisette, pues el apellido me dijo, como el más sensato justificativo
no lo manifestó nunca a nadie; su cédula a su crimen frío y despiadado.
de identidad como agente secreto estaba ba- Como la noticia me pareció por demás
jo la característica de IK-122. extraordinaria, me interesó vivamente lo
Tenía una hermana menor, hermosa mu- que contaba Nina; quien al notar el inte-
chacha que era igualmente espía pero al rés mío y de su hermana, prosiguió su
servicio de Italia. Se llamaba Nina. Nos hi- relato refiriéndonos las alternativas de
CARAX Y CARETAS 27

/ aventura que epilogó con la muerte de haber renegado de la religión de su dinastía.


'^awrence. "Lidj Yassou se mofó de todos y no se
sabe si instado por agentes británicos, se ca-
=•» misterioso emperador Lidj só con una joven musulmana, y para colmo
cambió la bandera de Abisinia, quitándole
Yassou atributos y haciéndole colocar la leyenda:
_ —Antes, es necesario que les diga "Alá es el único Dios y Maihoma su Pro-
4Uien es el Emperador Loco Lidj feta".
" Esto ocasionó una vio-
,, — Un hijo d lenta revolución en
J^^nelik ¿ver- toda E t i o p í a ;
dad? - inte- Lidj Yassou
fué destro-
nado y
" Eso
^eslo
que

no I a
s e for-
Sabe; taleza
^mipero imperial
se asegura de la mon-
^"e es hijo da taña de Gara
^^^ princesa y pri- M o u l a t a . El ras
'-' O" Adua . Aquí ve.""^ Tafari, primo del Prín-
J^o d^l i"as Taffari, ac-
3 1 Emperador de Abisinia. cipe Loco, ocupó el trono de-
^ trono lo ocupó con la muerte de nominándose Hailé Selasié, reinando
enelik; pero siendo un príncipe calavera, hasta el presente.
Y'"lado y loco, apenas subió al trono Lidj " Lawrence era amigo y consejero de
^^ssou^ renegó de su religión copta y se Lidj Yassou, pero debido a las locuras co-
j^.°clamó musulmán, devolviendo a éstos los metidas por el príncipe, estaban disgusta-
.enes de que los había despojado el gran dos y Lawrence apoyaba al ras Tafari.
''lenelik. — ¿Y los musulmanes de Abisinia no
apa -^ ^"^titud del Emperador Loco trajo apoyaron en el trono a quien los había
(¡Q ""^J^íia controversias con los diplomáti- protegido temporariamente?
extranjeros, quienes le recriminaron el "—Parece que entonces entró en juego
CJKKJ^J- Y CARETAJ'
la habilidad del "Intellgence Serviée", po-
derosa asociación de espionaje al servicio
de una potencia aliada hoy del Negus, y
se consiguió dominar la pretensión musul-
mana de libertar al Emperador prisionero. ,
La extraña leyenda
Nina interrumpió su relato por breves
instantes, pidió un nuevo whisky con soda
y tras de beber un par de sorbos continuó:
"— El ras Tafari y Lawrence tuvieron
un excelente i^iotivo para dominar la sorda
insurrección de los musulmanes. Pueblo
fácilmente impresionable y supersticioso,
no les costó gran trabajo difundir la ver-
sión, por la que se decía que de acuerdo
a un oráculo, Lidj Yassou sería libertado
por una mujer; apoyado por los musul-
manes derrotaría al usurpador de su trono
y luego volvería a reinar en toda Etiopía
convirtiéndola en un vasto Imperio Mu-
sulmán.
• " En consecuencia los cabecillas musul-
manes aguardaron la llegada de la mujer
que el oráculo vaticinaba para salvar al
Emperador Misterioso, preso en la forta-
leza de Gara Moulata. ^
Lídj Yassou, el Emperador Misterioso,
hijo de Menelik, que tuvo un efímero rei-
nado, pues fué destronado por el actual El plan de Lawrence
Negus.
" A todo esto, y siempre debido a las
actividades del "Inteligence Service", se
El Príncipe Loco cuando estudiaba,siendo comenzó a incubar los prolegómenos de la
pequeño en la escuela Imperial de Addis
Abeba. actual contienda ítalo - etíope. Los agen-
tes secretos tenían interés en la contienda
del Negus con los peninsulares, pues así su '
gobierno podía cimentar las no disimula-
das pretensiones que tuvo siempre sobre
los enormes plantíos algodoneros o abrir-
se camino hacia las ricas regiones bañadas
por el delta del Nilo Azul... ¡Entretelones
de la política internacional!...
" A poco de invadir Italia el territorio
abisinio, Lawrence se disgustó con el Em-
perador; pues éste, por apoyar a su poten-
cia aliada, desbarató ciertos planes del Rey
de los espías.
" Lawrence disimuló su enojo, pero de
inmediato trató de volver a congraciarse la
amistad del Emperador prisionero en las
montañas.
"El plan de Lawrence era el siguiente:
Insurreccionaría las hordas y tribus musul-
manas de Abisinia; el Negus ocupado en
su ofensiva contra Italia nada podría con-,
tra él. Pondría en libertad a Lidj Yassou
y lo exaltaría en el trono. Reinante el Prín-
cipe Loco, haría una llamada de coalición
a todas las tribus musulmanas de Abisinia
y~con su apoyo formidable y el de cierta'
Dotencia extranjera — omitimos aquí sü
CARyv/' Y 0 \ R E T A . J 29
nombre — desalojaría la Somalia Italiana
y francesa ampliando así las fronteras del
?'"° del futuro emperador. Solamente In-
l'aterra tendría colonias y posesiones en
'^oísinia.
IK ' ^ " ^ ^'^" monstruoso! — apuntó

^ ^^ golpe de gracia para mi país —


^^ntestó la espía italiana — y por eso yo
^ ate de salvar a mi patria, y creo que lo he
"seguido — asintió Nina con terrible
orgullo.
Como mwrió el Rey de las Espías
~f'*'''ence había logrado" convencer al
^ s Taf^j.j ^g ^^^^ j^.^j Yassou debía ser
fe^íi '^° más estrechamente que hasta la
mismo se ofreció para ser su
rcelero. Ajeno el Negus a los maquiavé-
s planes del coronel Lawrence, consin-
tió enen PT,
ello y en consecuencia ;ia el
el Rey
Rey de los
jgj?'^^ ^ué encadenado al EmperadorEmperadoi Mis-
en su prisión del Atlas africano.
17-¿Encadenado?
^^' "encadenado" a su prisionero, de
cad ° ^ •'^ bárbara ley abisinia que en-
sin ^"^ ^^ acreedor con el deudor, al ase- Histói-ica fotografía de Addis Abeba, adornada
^ 0 con los parientes de la víctima, al 1^- con motivo de la coronación del r a s Taffari co-
mo Negus de Etiopía, al usurpar el trono al ver-
^ con el despojado, etc., etc. dadero eniperador Lidj Yassou.
„_J^*';bara ley — apunté yo!
Q Ubicado Lawrence en la prisión de Hallé Selasié, que, ayudado por Lawrence, a r r e -
te '"^ ^"^^ta, impartió órdenes a sus agen- bató el trono al bijo de Menelik, a quien sepul-
tó para siempre en una mazmorra de la forta-
Oe que comenzaran a insurrecionar a leza de Gara Moulata, donde falleció lia poco.
Pr '!"^^"'™^nes, mientras él hacía com-
L - ^'' ^"^ planes al Príncipe Loco, al que
de'^H^^ ^"os de encierro y la gran cantidad
drogas ingeridas lo habían reducido a
sa I ^^ ^^^^^ humana. Tanto mejor — pien-
dp ^^y''^"ce; así el verdadero Emperador
"e_ Abisinia será él.
Uno de los agentes de Lawrence cayó
" poder del coronel B., jefe del Servicio
?rt *? '^^ ""^^'ia en Etiopía, quien lo obli-
,,^p confesar"...
g Esa noche fui llamada por el coronel
tnK^ ^" 'iespacho, situado en una simulada
líg J"^. Italiana en Barassoli, en la Soma-
allana; y en pocas palabras me p —
, antecedentes del plan de Lawrence.
el cu • P^*''''^ espera de usted, señorita,
gj ^"iplimiento de la misión que le confío.
miiB^^f^^^" podría significar para usted la
•'Üí^.p- ¿ ^ ^ entiende?"
..___ ¡\^i'fectamente, mi coronel!
mis ' i K ^ " ' •^'^"' *'^"® ^"^ documentos y
jUj "Itimas instrucciones. Esta noche mis-
"algu"^'^*»* para Harrar; allí la esperará
ehar ^^ ^" ' '"^'^^ más!; puede ya mar-
canzó ^^ ^^^''^ ^^^° ^^ coronel B. me al-
"na pistola automática de doce tiros.
30 C A R A / Y CARETA^
"—Dos días después llegaba a Harrar instante, como oyera que el guarda se
donde me esperaba "alguien" — el agente acercaba; me incliné sobre el cadáver de
secreto'Z. H. - 104 — que me entregó un Lawrence y lo besé en la boca. — "Perdó-
pasaporte firmado por el Emperador para name, mi patria me lo ha exigido" — mur-
que el gobernador de la fortaleza de Gara muré, y me pareció que sus labios me
Moulata me permitiera hablar con Lawren- sonreían...
ce a quien yo debía de imponer la marcha
del conflicto ítalo-etíope. Como supondrá, "—Así murió pues, Lawrence el Rey de
ese documento era fraguado por nuestros los Espías; el más temido y peligroso de
agentes y la firma del Emperador igual- todos — dijo Nina tras un penoso suspiro.
mente falsa. — Sé que muchos negarán aun de que
"Veinticuatro horas después descendía Lawrence haya muerto de verdad; pero
de un vagón del F. C. de Dijibuti. en- la ca- d e s g r a c i a d a o felizmente, ¡yo maté a
pital del Imperio: Addis Abeba. Lawrence!
" Ese mismo día, acompañada de un "—¿Y qué sucedió con el Emperador
guía, me interné en las montañas del At- Misterioso, compañero de "cadena" de
las de Gara Moulata y llegué a la prisión Lawrence ?
al dar las diez de la noche. Llovía torren- "— Allí quedó en la prisión de Gara
cialmente y la prisión estaba en la penum- Moulata. Puede de que antes de que esta- •
bra; un guarda me acompañó hasta el des- He la guerra con Italia ya haya muerto. Al
pacho del comandante de la fortaleza a ras Tafari no le interesa que viva... — y
quien hice entrega de la orden que traía. tras de beber otro sorbo de whisky. Nina
" Inmediatamente fui conducida a la es- terminó su sombrío relato.
trecha celda que ocupaba el Emperador y — Magnífica hazaña de espionaje —
el coronel Lawrence. El Príncipe Loco ya- agregó IK-I22. — Si yo fuera el Jefe
cía tirado sobre el pavimento de la celda del Servicio Secreto te condecoraría con la
completamente beodo; Lawrence dormía Gran Cruz de Honor y luego... te haría
plácidamente en un catre de campaña. fusilar... ¡Digno epílogo para tan digno
" Hice señas al guarda de que nos deja- liedho!"
ra solo, lo que hizo después de colocar el Y esa misma noche nos separamos, yo
farol que nos alumbraba en un gancho que me marchaba para Krugger, al sur de
colgaba de la puerta de la celda. África para iniciar una larga cacería. Nina
"Presa de una gran nerviosidad, escuché y IK- 122 se dirigían al Cairo para luego
los pasos del centinela que se alejaba y em'barcar para Marsella, y hasta la fecha
rápida, con una agilidad y aplomo que ja- no he tenido más noticias de las dos her-
más soñé poseer, me acerqué al catre don- manas espías. Puede que el Negus las ha-
de dormía confiado el Rey de los Espías. ya hecho fusilar. ¡Es tan peligrosa la mi-
" Afuera llovía torrencialmente; las mon- sión de espía!
tañas de Gara Moulata parecían que se Al llegar a Natal me enteré de que el
resquebrajaban por efecto de las descar- vaticinio de Nina se había cumplido. La
gas eléctricas. El momento era decisivo; guerra había estallado y el hijo de Mene-
extraje de mi seno la pistola que me había lik, el fastuoso y loco Lidj Yassou, había
dado el coronel B., la empuñé con firmeza muerto y el Negus ordenaba solemnes fu-
y coloqué el cañón de lannisma a dos cen- nerales por el legítimo Rey de Abisinia.
tímetros del corazón de Lawrence... ¡Triste destino el de este Rey Negro!"
" En ese instante un trueno horroroso Y el cazador de fieras enmudeció pro-
conmovió las serranías seguido de un es- fundamente al terminar de contarme la
trépito infernal. Con la mano derecha hi- sensacional narración que le hizo Nina, la
ce la señal de la cruz, mientras que con la bella y audaz espía, que puso fin a la exis-
izquierda apretaba el gatillo de la pistola tencia extraordinaria y azarosa del coronel
dos veces consecutivas... ¡nada más que Charles Lawrence, llamado fantásticamen-
dos veces!... te en todo el mundo el Rey de los Espías.
" . . . Ni yo misma oí el estrépito; sólo un
chorro de sangre tibia brotó con violencia
del pecho de mi víctima y me empapó el
arma y la m a n o . . .
"Arrojé con horror la pistola y en ese
Lea en el número próximo: Henry Morgan, caballero, ladrón y corsario}
asombró al mundo con sus fantásticas aventuras de piratería.
Salud,FuErza,Viqor
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Salud física y mental,
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bienestar general y para
vivir tranquilo, se con-
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32 CARAy Y CARETAJ"

Para embellecer
el h o g a r W^WmM^^M¡-&^-¿^^^ -íí^'^- A *; ii-\^l ..ji- iZie

T ODO lo que sea embe-


llecer el hogar resulta
agradable para el espíri-
tu, como para los ojos. No se
E N muchas casas hay objetos de plata cuyo cui-
dado y limpieza constituyen una de las pre-
ocupaciones de la señora propietaria. Es un
trabajo que requiere prolijidad, pero que se ve com-
necesita lujo, ni detalles costo- pensado por el aspecto, a la vez, suntuoso y alegre
sos, pues el buen gusto suple que adquiere, cuando está bien limpio el objeto de
a menudo dichas cosas. La co- plata. Antes que nada, es necesario preparar agua
quetería femenina encuentra la
manera de inventar mil noveda- jabonosa caliente; se colocarán en ella todos los
des que constituyen el verdade- objetos frotándolos cuidadosamente con un cepillito.
ro confort interior de la casa. Se enjuagarán luego con agua tibia y se dejarán se-
Con un espejo antiguo de car bien. Se repasarán después con un paño suave,
aquellos enormemente grandes y cuando se tenga la seguridad de que están comple-
puede instalarse un "tocador" tamente secos, se dispondrán para ser pulidos. Hay
precioso. algunas pastas que se venden ya preparadas y que
•Substituyase el marco del es- resultan prácticas y completamente inofensivas, a di-
pejo (que generalmente eran ferencia del polvo, que si no está bien mezclado con
dorados o de felpa roja) por el alcohol, puede raspar. El lustre final se saca con
tina sencilla varilla de madera, una gamuza flexible de buena calidad, que no se la-
que no necesita ser de precio, vará después de usada, porque cuanto más se use
sino una simple moldura de un
la moda; no quedará tampoco para ese menester, mejor brillo sacará a la plata.
color obscuro, corno lo impone Para sacar la pasta que haya quedado en los inters-
mal en color claro, si la casa ticios, se utilizará un cepillito fino y flexible. Nunca,
en que se vive es de las ultra- en ningún caso, se hará uso de alfileres u objetos de
modernas, donde todo es blanco metal puntiagudos para limpiar los adornos. Una
y lustroso. Si el estilo de la ha- vez bien pulida la vajilla convendrá destinarla a un
bitación es muy puro, deberá lugar seco, pues para la platería, no hay nada peor
seguirse en el marco del espejo que la humedad. La torna opaca y obliga a una lim-
la línea general de los muebles pieza continuada.
del aposento; si se trata de una
habitación sin pretensiones, el
marco podrá ser liso.
Al pie de este espejo se co- liSECRETOS DE^ BELLEZA-
locará una jardinera formada
por un cajón de madera pinta-
da o lustrada, o barnisada del
mismo color del marco del es-
UNQUE parezca un poco extraño, no hay facción
pejo, y que contendrá un de-
pósito interior de hoja de lata
en el que puedan ponerse plan-
tas naturales; esta jardinera lle-
A más fácil de mejorar que la nariz, cuando la
modificación se efectúa en la niñez; pero no
siempre las mamas se ocupan de corregir desde tem-
na de geranios, de margaritas prano los defectos faciales de sus hijitas, a quienes
enanas, de jacintos o de la flor pueden embellecer con muy poca tarea. Es sabido que
de la estación, será una precio- los cartílagos de la nariz son factibles de reformar y
sidad, y la habitación habrá co- que cuando más tiernos son, más fácil será intentar el
brado un aspecto bello y sun- cambio de esta facción que a veces desfigura una cara
iuoso, gracias a esta ornamen- bonita. Para tratar por medio del masaje la nariz de
tación. una niña, lo que puede hacerse desde que ésta tiene
cinco años, se coloca la cabeza de la chiquilla sobre
Para completar este espejo, las rodillas de la madre, tal como se procede con las
se colocarán a ambos lados del personas mayores. Se toma una pomada, la más simple,
marco dos bracitos de madera y se hace un masaje suave, de la base a la punta de
lomeada a manera de cande- la nariz, tratando de afinarla o enderezarla, según sea
labros, con bombitas de lus el defecto. Luego se efectúa la misma operación desde
eléctrica para alumbrar a la la punta a la base, siguiendo hasta la mejilla, siempre
que haya de usar este "toilette". con una extraordinaria suavidad, pues este masaje, que
Un par de pantallitas de perga- bien dado es excelente, mal aplicado puede desfigurar
mino, o de tela, según sea el para siempre la carita de la niña. Este cuidado deberá
estilo de la habitación, coloca- tenerse a diario, cuando la niña se levanta, acostum-
das sobre las bombitas, darán brándola además a sonarse debidamente la nariz, para
una nota de "chich" indiscuti- no imprimirle un movimiento feo.
ble al conjunto de la habitación.
¿? eminente soprano ensayando con el famoso
«rector André Kostelanetz, que fuá llevado es-
^«cialtnente a Hollywood para que intervinie-
* «n la primera película de la gran cantante.

ons
estrella cinematográfica
U
tan?®"^ Edward Manville y señora, represen-
en t ^f*^® los 400 millonarios de Nueva York,
Po '*^*"osa recepción que se le hizo a Lily
"s con motivo de m debut cinematográfico.
i, m n m n •( m 1 1 m -I t n

^ara el baño
y para
después del baño
L as playas están repletas de ba~
ñístas, y las más extravagantes
combinaciones son admitidas en to-
das partes. Pero nada más bonito
que la sencillez. Aquí tenemos dos
modelos: uno combinado en jersey
negro para los pantalones, y satén
fantasía para el corpino; el rayado
es delicioso, con su trajecito a basto-
nes verde y "beige", y con un saco
al borde del pantalón, que presta
una gracia muy juvenil al conjunto.

Fotos WürfUT fíros. y fox

*t«»4rf'
Ü

•^'^
'^^-^

•í. •"5%;-
Para las

nocturnas

En gruesa seda
opaca ha sido rea-
lizado este sencillo
modelo, adornado
con dos crisante-
mos de terciopelo.
Acompaña u n a
chaquetilla de
nutria.

Inspirado en la lí-
nea griega, se ha
creado este traje
en tela combinada
con hilos metálicos.

i ^ * ^
Un piyama de satén, de
amplios pantalones que
figuran faldas, y una blu-
sa de la misma tela, unida
al pantalón por medio de
un cinturón de gamuza
blanca. Las sandalias son
de gam.uza.
Sobre el piyama de sa-
tén, resulta preciosa esta
chaqueta de igual tela, en
forma recta, con amplias
mongas, y bolsillos estilo
"robe de chambre". Es un
modelo de gran elegancia.

Fotos Fox
En primer término,
las señoritas Nor-
ma Lateo y Bella
Castelli.

Señorita B e a t r i z
R. Macklin.
Aspecto de una de las
piletas del club a la hora
del baño matinal.

Señoritas Chela
Dartiguelongue,
Elena P e r n a y ,
Esther Ricardi y
Alicia Lisie.
Ana María T e i s s e i r e ,
Mercedes E. Castex y te-
nientes Pérez y Quiroz.

purante la fir- Dora Cortón, Inés Spi-


ma de los con- nelli, teniente Buenaño,
currentes en el Horacio VituUo y tenien-
álbum. te Cruz Ghersy.

Retribuyó atenciones la
delegación venezolana
Lola Robio Pa- Un grupo de damas ro-
checo, Hugo Al- dea al ministro de Vene-
deréte y su se- zuela durante la recep-
ñora, y doctor ción, realizada en el City
Juan F. R. Be- Hotel.
jarano.

Beatriz V a r a n g o t de
Ouschnik con el capitán
de fragata Felipe Larra-
zábal y el teniente de na-
vio Juvunal J. Bono.
41
C A R A / Y CARETA/

Otra vez; vuelven las p l u m a s . . .


L AS plumas de avestruz, las preciosas plumas de avestruz, su-
prema realización de lo vaporoso y de lo bello, vuelven a
asarse con verdadero frenesí. ¡Alegrémonos!. . . Hubo un momen-
'^o en que pareció que las mujeres habían cerrado los ojos a lo bello,
negándose a usar plumas y adornos flexibles en sus sombreros, que
ínás parecían atributos masculinos que coquetos tocados de mujer.
Las plumas sedosas y llenas de elegancia, con esa caída armonio-
ff y de indiscutible
chic", vuelven a ocu-
par el sitio que por un
"tomento les arrebata-
ran los fieltros lisos y
Jos "bonetes" pelados,
No solamente adornan
^^s plumas sombreros
grandes, de a m p l i a s
^'as, sino que sirven
para envolver por
completo las "cloches"
y sombreritos que has-
ta ayer se llevaron sin
adornos. Los hilos de
^as plumas volverán,
pues, a dar a los ros- Otra vez,
tros juveniles el en-
canto de su ductilidad a/uzclcoó a la mujer Argentina
y de su a r m o n i o s o <?^más ¡abón Palmolive se vendió en 1935
"^ovimiento. Al so- que en cualquier otro «ño.
plar la brisa, volverc- E$ asombroso, porque hoy existen más
niosa ver lascabecitas marcas de jabones que nunca. Pero milla-
res de mujeres de la Argentina no
«meninas aureoladas Hecho arriesgan su culis con cualquier ja-
^e colores, y brillarán con bón, cuyo contenido desconocen.

°ajo los rayos del sol aceite Palmolive está hecho con aceites de
de oliva palma y oliva. Es tan puro que 2 0 . 0 0 0
°2 la tarde, en los pa- para especialistas de belleía lo recomiendan a
^^os, las plumas de conservar su clientela.
colores vivos en ador- su cutis El baño de bclleía Palmolive
Jjos sobrios de cocar- hermoso
Diariamente dése un suave masaje con
das, "flores de nieve" agua tibia y la rica espuma de Palmolive,
^ 'bandeaux" de fan- no sólo en la cara, el cuello y los hom-
bros, sino en todo su cutis. Luego enjua-
tasía. Para trajes de gúese con agua (ría. Pruébelo. Compre 3
Risita o de casamiento, ,pastillas y pronto notará cuan fresco y
juvenil aparece todo su cutis
las plumas se llevarán
"^as amplias, como Teatro Palmolive del A i r e
para que se pueda ad- Sintonice "Rosas y Espinas"*
"^irar su hermosura en los miércoles a las SI horas,

^odo el esplendor de por LR 4 Radio Spiendid.

"n adorno suntuoso.


42 CARAy Y CARETAJ

Corvina negra a la criolla


Abrase una corvina negra y grande. Lim-
píese. Sazónese con sal, pimienta y zumo de
Jimón. Coloqúese abierta y untada con aceite
.sobre una fuente. Piqúese bien fino una ce-
bolla mediana, un pimiento encarnado, dos
tomates, un diente de ajo, un poco de perejil,
una hoja de laurel, un poco de orégano, un
poco de ají molido, sal y una cucharada de
vinagre. Mézclese todo bien; cúbrase con
esto la corvina, colocándole por encima seis
rodajas finas de limón sin corteza, salpicán-
dole un poco de miga de pan rallado y rocia-
do en aceite. Póngase a dorar al horno.

RÍÑONES de NOVILLO
con CEBOLLIN
Se cortan dos ríñones de novillo por la
mitad y se les quita la parte grasosa. Se corla
ésta en rebanadas finas y se ponen en la sar- UN COPETÍN
tén sobre el fuego con manteca; cuando em-
pieza a dorarse, se echan dentro los ríñones,
haciéndolos cocer vivamente a fin de que no Forget-me-not
saiga su jugo. Cuando están a mitad de coc-
ción, se agrega un buen puñado de cebollín
Esto L ^ i ' u " " ?°=° "í^l «"is^o paño.
con la cuarta parte de perejil, todo picado
- as I f .'n^ * ! ? " *^'.'"P° "n ^^ de copas
bien fino; se añade una cucharada de hari- - as del copetín sería en lo presente -
na, sal, pimienta y una copa de vino blanco;
en el momento de servirse se agrega un pe- de not^h ^'^"?^"°= MetaUo; bailables
ther^íZ f""'=,'^dores que han sido
dazo de manteca fresca y un poco de zumo miserablemente relegados por "Cuando
de limón,

BUDÍN cí^ BATATA


y en lo mas intimo de mas recuerdos Vak
Se cuecen cuatro batatas al horno con la y^coctó, fácUes de "ejecutar", v t ^ l ' í
piel; luego se parten en dos y con la cuchara
se les quita la pulpa para pasarla por el ta- Hielo picado. Dos cucharadas de azú-
miz; se deslíe con medio litro de leche, aña- car impalpable. Una clara de huevo. Ba-
diéndole ciento cincuenta gramos de azúcar tir bien Luego, jugo de medio limón. Un
en. polvo y ocho yemas de huevo, incorpo- chorro de marrasqumo. Una copa de co-
"^¿- Y ° J ^ / ^ ^^*": P^íectamente. Colar
rándole por último cinco claras batidas a Es bebida apropiada para la mañana y
nieve. Se unta una budinera cubriendo su la soha esconder el as de copas d e ' l a
fondo con un poco de caramelo, y se vierte referencia para curar el "malestómago",
el compuesto en ella. Se cuece a baño de por decirlo asi. Yo la he probado sólo una
vez. Me pareció muy buena", tal como
María al horno; se sirve rociado con jarabe al ex gobernador Aldao, de Santa Fe, las
a la vainilla. cataratas del Iguazú.
V.
43
CARA./- Y CARETA/

La Talasoterapia en San Sebastián


grandes cónclaves interna- Guipúzcoa, la provincia
E anunció para el úl- más breve de España, es
timo verano europeo cionales se reúnen siempre
en parajes de singular be- también la que mayores
la celebración de un atracciones reúne, constitu-
importante C o n g r e s o de lleza siguiendo el ejemplo
yendo un original parque
* alasoterapia, con asisten- inicial de la Sociedad de las veraniego entre el Pirineo y
"3 de los más destacados Naciones.
el mar, donde las espléndi-
especialistas del mundo en- Y en eso no hay ciudad
das carreteras remontan-al-
'^ero. El mar y sus influen- que iguale a San Sebastián turas de bellos panoramas.
cias de distinto orden en la y su provincia.
terapéutica f u e r o n objeto
?e autorizadas ponencias e
interesantes deba tes.
El Congreso celebróse en
^an Sebastián. ¿Por tratar-
ÍM
le precisamente del mar? Y
por tratarse de San Sebas-
tián.
En San Sebastián, en
efecto, se han reunido asam-
PARA LOS
bleas internacionales de tan-
^^ resonancia como la So-
ciedad de las Naciones y la
CALLOS
^ficina Internacional del
1 rabajo. Y en la bella ciu-
aad donostiarra se. han ce- El callo es una dureza que
lebrado siempre los más se forma en los pies por roce o
diversos congresos: de me- presión de un c u e r p o extraño.
dicina, de derecho, de Ro-
'^?tios, de Cajas de Ahorros, Para extirpar un callo, con su nú-
siendo curioso observar que cleo central duro, no es necesario
hasta los congresos celebra- usar navajas ni tijeras, basta se-
dos en Biarritz suelen tras- guir un corto tratamiento con
^^dar un día sus sesiones al
"^ismo San Sebastián, co-
^ o t^ecientemente hizo el
^-pngreso Internacional de
lingüistas.
. Se explican estas referen-
f^írtíS^
SALES S A N A T I V A S
?^s por varias razones. San
ebastián cuenta con nume-
rosos edificios adecuados y Los baños de pies con Tarborats
suntuosos para todo género ablandan los callos hasta tal punto
p asambleas, hasta el pun- que pueden arrancarse con la uña,
? de que se pensó en con- sin peligro de herirse.
tinuar allí la celebración de
«sConstituyentes. Es muy conveniente darse, de vez
/ o r otra parte su situa- en cuando, b a ñ o s de pies con
lon y sus comunicaciones Tarborats para evitar la forma-
, Convierten en punto de ción de callos y durezas.
cottioda convergencia para
T s cuatro [$ 1.90 en todas las farmacias y
países latinos'. e n la
¿alia, Francia, España y
k
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LA MAYOR DBIi UUNOO
Pero lo que todo con- klfawy
Sresista busca con prefe- , Sarmiento y Florida Buenas Aires
ncia es precisamente aquel
^^ca.nto por el cual los
44 C A R A / Y CARETAy

Cutís Impecable ^ R OM A S
La Crema Rugol, cuya fórmula se
debe a la doctora Leguy, es in-
substituible para embellecer la piel.
0>n su uso se notan los siguientes
resultados:
con la VIDA
1' Elimina las a r r u g a s y protege
la piel contra los estragos del
tiempo.
2? Destruye y limpia las impurezas y
la excesiva grasitud de la piel.
3 ' Corrige los poros dilatados y su- B R E V E com-
. prime los barritos y puntos negros. pendio de la vi-
4 ' Quita las manchas, rojeces, paños da : en e l l a el
y pecas, dejando el cutis limpio, hombre r e s p i r a ,
suave y con nueva lozanía. a s p i r a , conspira,
S» Refresca, tonifica, y suaviza el cutis. suspira, t r a n s p i r a
La Dra. Leguy ofrece mil dólares a qtiien
y . . . expira.
pueda probar que ella no posee ocho meda-
llas de oro ganadas en diversas exposiciones
por su maravilloso preparado de belleza. E S u n reloj en
La Dra. Leguy pagará también mil dólares el cual las h o r a s
a la persona que pruebe que sus certifica- de la tarde corren
dos de cura no son e&pontáneos y auténticos. con más prisa que
En venta: Farmacia Franco Ingriesa, Sarmiento las de la m a ñ a n a .
y Florida, Buenos Aires. — En Rosario: Farmacia
"El Cóndor", Córdoba 864. — En Córdoba: M.
Munté (hijo), San Jerónimo 247, y en todas las La vida vale muy poco E S la única ba-
farmacias y perfumerías. para esta muchacha quCí talla al cabo de
ante la angustia del públi~
cOf recibe alrededor de szt la cual, el que cae,
cuerpo los cuchillos que le

THiaoi, arroja la certera mano de está seguro de re-


su compañero. cibir la cruz.

E S un fardo que crece con la edad.

E S u n a condena a muerte.

S E parece al río P a r a n á , es demasiado


larga.

E S el último hábi:o que debemos perder,


ya que fué el p r i m e r o que tomamos.

R E S U L T A muy difícil saber qué es lo


que se debe hacer en este m u n d o : si se
duerme, no se vive, y si se permanece des-
pierto, se vive mal.
V d . mismo puede esmaltar su a u t o de-
jándolo como "recién salido de fábrica". REFLEXIÓN DE UN OCTOGENA-
R I O : " Y o he vivido muy bien, no contéis
Con el E s m a l t e F A N A L es fácil hacerlo
mis ochenta años, es preciso doblarlos, pues
debido al caucho que contiene, se empareja
he vivido también de noche".
solo y n o deja m a r c a s del pincel. Tiene lus-
t r e natural, n o h a y que pulir y ima m a n o
basta. N o cuartea, n o salta y es de g r a n
duración. Seca de un día p a r a otro.
Equipo A, para auto pe- f) f^
Elija de es-
tos colores: qnefio $ Oa>_
n e s r O' Equipa B, para auto me- | f E;O
blanco, diano.
azul oscu-
ro y claro, S U P E R A C A B A D O
verde oscu-
ro y claro, Menos vale p a r a
rojo, m a -
rrón, g r i s
oscuro y
claro, ama-
rilla, e t c .
PAHAL
ESIMALTE A BASE DE CAUCHO
En venta en las casas del ramo.
este trapecista que
a gran altura, con
sus dientes muerde
un trozo de cable.
Aquí, sí: una son-
risa equivaldría a
Donáe nú se consiga diri¡aM9 al la muerte...
F A N A L S o c . Re»p. L t d a . - P e n i 1 3 9 - 8 . . A».
C A R A / Y CARETA/ 45

Para Eczema y
Enfermedades de la piel
Tome la determinación de proporcionar a su
epidermis la manera de sanarse.
Obtenga en la farmacia un frasco original del
Aceite Esmeralda Moone que por estar muy
concentrado dura muchos dias.
La primera aplicación de ese aceite lé aliviará
y después de varias aplicaciones se convencerá
usted de que su piel recobrará pronto su estado
nojimal.
Tenga presente que el Aceite Esmeralda
Moone es un antiséptico eficaz, penetrante, que
no mancha,ni deja residuos grasicntos asi como
que le dará satisfactorios resultados.

Y con d H U M O • • • REVOLVERES
dd CIGARRILLO
^ ^ / G O DEL FUMADOR
,'•'•• !• — El tabaco es un veneno.
TONQUE
{NUNCA
FALLANt

Ijj'^'^'^- II. — ¡Muchas gracias! — Art.


{• ' ^"7" Entre otras virtudes, el tabaco
dW^ .^ otorgar al fumador una gran-
no ? ^ •^dulgencia que no posee el que
En venta en todas las buenas casas del ramo.
sus ^"^^" ^^ efecto, el fumador deja a Si no puede adquirirlo en su localidad^ escriba al
^. .^onteniporáneos toda la libertad y ÚNICO R E P R E S E N T A N T E DEPOSITARIO
oio se lamenta es de que la gente no LEANDRO REDAELLI, SALTA 1071-Bs. As
má ^A^^ -^^ presencia; pero, es mucho
cin ^"'•^l encontrar idéntica indulgen-
CQ ^^ ^^ ^ue desconoce el sabor del taba- Antes pesaba 105 kilos
¿r' ~~7 -Art. IV. — Tienes todo el dere-
R e t a j ó 10 kilos con dos frascos de Kruschen
nii u *^^"^ ^ " " fumador que fuma
a °- • • si lo hace con tu tabaco. —
Ahora se ata los zapatos sin sofocarse.
11 ' ^• -— No fumes nunca los cigarrí-
f ^^ tu amigo y digas que porque Si su peso es excesivo y usted quiere rebajarlo,
^t ^ poco no los llevas encima. (5a- ahora no es necesario seguir una dieta drástica. He
•™ Guífry). aquí una carta de un hombre que poco a poco está
perdiendo su peso, y sin embargo come lo qt;e quie-
re. Está tomando Sales Kruschen, y nos dice que
CAZONES MORALES dcspiiés de halxír tomado solamente dos fra.scos,
*^ntre otras, el cigarrillo tiene dos: jKsa 10 kilos menos. El escribe:
aesf'°^los ociosos les da la ilusión de "Después de consumir dos frascos de Sales
que Kruschen, he reducido mi peso de IOS kilos a 95.
j^ ?0 haciendo algo y, a los que tra- He modificado mi dieta muy poco. He dejado de
J''n. la de atenuar la fatiga con una comer únicajjiiente pan blanco y papas, y _ como
' ° ^ ^ inútil. ahora pan integral. Como cuatro veces al día. La
rebaja de mi peso ha sido, tan benéfica, que ahora
puedo atarme los zapatos sin sofocarme y resoplar
^^ ANÉCDOTA después dol esfuerzo. Espero poder escribirles den-
^. '^ Máximo Gorki los médicos le ha- tro de poce, para informarles que he recuperado
el peso normal de una persona de SS aiíos de
jj^'^ prohibido el cigarrillo. Un día Ma- edad". — P. W. L.
j -^ndreievna, al ver que tosía y tosía, Kruschen es una combinación de seis sales mi-
Preguntó; nerales, que se encuentran en las aguas de esos
""~- ¿Por qué fumas? íamo'sos manantiales europeos que -han sido em-
pleados ixjr generaciones excesivamente gordas, pa-
„I ~~~ ¿Y tú, por qué vives? — replicó ra reducir su i>eso. Antes de terminar el primer
^^critor. frasco de Kruschen, la gordura empieza a desapa-
e<¡f .^" ^°s cines de Buenos Aires no recer. Luego, mes tras nies, la balanza dice la mis-
ma historia, unos cuantos kilos menos de grasa
Viviera prohibido fumar, la concu- suiperflua que sobrecargan el cuerpo.
^.^icia masculina se multiplicaría por Las Sales Kruschen se venden en todas las
farmacias a $ 2.20 el frasco, y duran mucho tiempo.
16 CARAJ- Y CARET/^r

GRANDES REPORTAJES

niSOIA DE LA
contada por los que han
Un rato de conversación con el vicealmirante Enrique G. Fliess.—
Vor E. CARRAS^lUILLA
do tuvo muchos encantos
y muchas distinciones y,
a la postre, se alejan de
él, como para navega-
ción transoceánica en la
que muy poco — o nada
— interesa la idea del
puerto a donde se va. ..
El vicealmirante Fliess
me resulta de los más
accesibles, comprensivos
y agradables personajes
de los t a n t o s que he
entrevistado en mi ca-
rrera. Su rasgo- carac-
terístico me parece el de
una rápida comprensión.
Es un hombre sin amba-
ges ni palabras perdidas.
Yo me lo figuro como
gran jefe en sus coman-
dos. Gran jefe, por la ma-
nera con que guarda su
línea personal marcial y
por la atención que pone
El vicealmirante Fliess conver- en el espíritu de -quien le
sando con Carrasquilla-Mallarino, habla. Sabe decir con cla-
ridad lo que piensa y sa-
be oír con penetración.
XACTO cumplimiento ¿Se quiere un secreto más propicio en la
de la cita por ambas vida de un hombre directivo? Y todo ello
partes. Lo digo en con sencillez, campechanamente, con noble-
honor del periodis- za natural. ¿Queréis un dato decisivo? Hace
ta, pues la hora fi- cerca de medio siglo que este marino, siem-
jada por el s e ñ o r pre juvenil y vibrante, pertenece a la es-
v i c e a l m i r a n t e en cuadra. Es un trabajador. Sabe manejar a
persona hubiera po- los hombres y a las cosas. Nunca desempe-
dido grabarse en pie- ñó un cargo en que no se destacara. Su ac-
dra. . . tuación en el extranjero: ya sea en Austria-
El gran marino, simpático y abierto, me Hungría, en Alemania, en Rusia, en Was-
recibe en su estudio, como a un viejo ami- hington, fué siempre tan atinada como pa-
go. Se ve al hombre de mundo. Pero un triótica. Por eso su viaje (el décimo) co-
hombre optimista y enemigo de la solem- mandando la "Sarmiento", lo acreditó con-
nidad. No uno de aquellos caballeros es- firmativamente coma argentino de los me-
cépticos y fríos p a r a q u i e n e s ©1 mun- jores, como navegador de los seguros, co-
C A R A . / Y CARETAS 47

^E "CARAS Y CARETAS"

ffAGATA smm
^^do sus comandantes
h* Verdadera dipl omacía de la amistad entre pueblos hermanos.

u ^ L L A R I K O
f. ^diplomático de los
ga ° r ^" biografía es lar-
Cfvñ^ "^ catorce grandes Los recuerdos más gratos que conservo del viaje
jncleooraciones, El Ja-
la A ^'•ancia, Alemania, de la "Sarmiento" efectuado el año 1910, bajo mi
EsD ~ " Bretaña, Chile,
comando, son: La navegación, desde Veracruz hasta
pana, Suecia, Dinamar-
ell'as *'^" ^distinguido con La Habana hecha con la fragata "Benjamín Cons-
tant"; el haber podido celebrar el centenario de la
Independencia de Chile en la ciudad de Méjico, y
E L itinerario del
pécimo viaje de
la «c'"**''"*="ón d e
la visita del presidente Taft a la "Sarmievto", por
ser ésa la primera vez que un presidente de los Esta-
ft„-r*''««Jento", bajo
s^J'^ndo, fué intere- dos Unidos visitaba un buque de guerra extranjíto.
Buenos Aires, 14-1-936,
ros i'*"**" '°« nume-
jj os detalles de aque
navegación, de una
ftia « e r a
Hay que c o m p l e t a ,
decir, ante

*r
todr»
"» que se t r a b a j ó
ciót ^"'^^^'^ ^^ conversa-
etiv '^^^'^^^''^'^ el marino El vicealmirante Fliess ha escrito para "Caras y
Gc<!",^"'^ <7«e visito en su Caretas" estas recordaciones sobre la "Sarmiento".
•"^'0. Libros de mar,
fot
°Srafías y notas de
rtiar u ^
íro " ^^^'^ ^^0 ^'í una ventana un baróme- puntas de serpentinas de recuerdos... y,
cón^ " " ^^'''Tiómetro que recuerdan el rin- tras las primeras volutas de humo azulino,
'dnt ^^ ^"' P"^"^^ ^^ mando. El vícealmi- se opera el grato milagro de la evocación.
/Q ^ Pliess no quiere perder contacto con Yo, mientras tanto, he hojeado rápida-
^^ementos ni con la utilería marinera. mente algunas páginas de la colección de
- • Pero, le haré algunos recuerdos "El Sarmiento", i Qué es "El Sarmiento"?
•ne manifiesta — de aquel viaje en Pues el diario, muy bien impreso y con gra-
5U
fj!* » como dije, se trabajó bien en la bados, que se publicó a bordo durante el
jj ^*ta escuela. Se trabajó; y bajo el décimo viaje. Iba, así, un simbólico y de-
>ía • *^® vista de nuestra propaganda mostrativo exponente de la prensa nacional
^ *onal se hizo obra de amistad y de en aquella navegación patriótica.
5j^, '"'^amiento con grandes centros de "Nave gentil, que gallarda surcas la in-
ttra y de poder mundiales. mensidad de los mares, llevando a todas par-
í¡jj ' vicecdmirante saca un cigarrillo (yo tes, tremolantes y victorioso, el pabellón sa-
Id .'"o y me excuso), levanta un instante grado". De esta manera comenzaba el edi-
^'•^ta, como para agarrar en el espacio torial del número primero del diario alta-
48 CAILAy Y CARETAJ-

marino. Poemas, anécdotas, concursos lite- compañía de desembarcp, que figura-


rarios, cuentos, comedias. "El Sarmiento" ba en los festejos de la brava nación
confirmó la voluntad de cultura de este jefe azteca, pudiera formar el 18 frente a
argentino. Y, como si el diario quisiera ex- nuestro común alojamiento, con el fin
cusarse de alguna suposición ligera, advier- de honrar la efemérides del otro gran
te bajo su título: "Aparece cuando puede" pueblo amigo, vecino y fraternal.
vale decir que a bordo lo primero es estu- Así se cumplió; y el cape-
diar y trabajar sustantivamente. Simpático llán de la "Sarmiento'
"El Sarmiento", digna su labor, benéfico su el padre Podestá,
cometido. dijo una mi-
— El Centenario de la Independen- sa con
cia de Méjico ocupó un tiempo impor- ser-
tante de nuestro viaje, prosigue el vi-
cealmirante. Ya en camino recibí
el nombramiento como dele-
gado especial a la magna
celebración del gran
país amigo y
hermano
Fui-

Kl pii.sini.li*,, Po'tirio Díaz des-


filando en su coche de gala por
la avenida de Chapultepec, en la
capital de Méjico.

m.on, en nuestro palacio. A tal misa


asistió especialmente el delegado de
E&paña, general Polavieja.
— Decir en detalle los agasajos de
que fuimos objeto en la capital meji-
E¿i»^ cana, sería casi imposible — manifies-
ta el vicealmirante. — Pero lo que sí
Ríos alojados, en la capital mejicana, se puede afirmar es que fiestas y reu-
juntamente con los miembros de la de- niones como la que evoco, méjico-ar-
legación chilena. El centenario de Mé- gentino-chilena, sientan bases precio-
jico cumplíase el 16 de septiembre de sas para la amistad de nuestra Améri-
1910; y como el 18, dos días después, ca. El célebre general Porfirio Díaz, en-
también se cumplía el centenario de tonces presidente mejicano, tuvo aten-
Chile, yo pedí permiso para que mi ciones personales para los argentinos.
CARAV Y CARETAJ- 49

Tomando una variante, mi interlocutor plaza de Veracruz que anteriormente había


dice:
rendido honores de despedida al señor co-
~- Después de los festejos mejicanos, nos mandante Fliess, en su calidad de Enviado
^icontramos en el puerto de Veracruz (Gol- Extraordinario de la República Argentina
fo de Méjico) con la fragata escuela brasile- ante el gobierno de Méjico.
ña "Benjamín Constan^', y desde el Durante los días que duró tan placentero
primer momento del encuentro se viaje, el "Benjamín Constant" tuvo la defe-
• estableció entre ambas na- rencia de seguir a la "Sarmiento", navegan-
ves la más franca ca- do por la aleta de babor, a una distancia de
maradería. E I cuatrocientos metros, cruzándose diariamen-
coman- te los más afectuosos radiogramas de salu-
dan- taciones y recuerdos".
La crónica termina: "Tan amena travesía
no podía ser duradera, y en la maiíana del
3 de octubre los cerros de la Habana
n.)- .'iiD.-i non que la hora de
1.1 dLS,vJiJa se aproxi-
maba. A n t e s de
separarnos,
el co-

La delegación argentina al Cen


^nario de la Independencia de
'"éjico. Sentado: el hoy vice-
almirante Fliess.

*^ de la "Constanf era Fílino Perry.


Pero veamos algunos párrafos de la cró-
íiica respectiva del flamante "El Sarmiento":
"Cuando llegó el comento de partir de
Veracruz, teniendo en cuenta los comandan-
tes argentino y brasileño que sus respecti-
vas fragatas debían llevar aproximadamente
^1 mismo rumbo, convinieron en navegar mandante del "Benjamín Constant" envió al
unidos hasta la entrada de la Habana, des- de la "Sarmiento" el siguiente radiograma;
^e donde cada barco seguiría su itinerario "Comandante Fliess: Tenho pezar em ver
Prefijado. " chegar o momento em que perderei a sua
"El 29 de septiembre el "Benjamín Cons- " companhia. Muito grato fico pelo concurso
tant" y la "Sarmiento" abandonaron las pla- "da sua experiencia e diregao. Repito íera
5'as mejicanas, después de haber saludado la " para mim urna das melhores recordapoes a
so C A R A / Y CARETA/

" destas viagem, em que juntos as fizemos — Estando la "Sarmiento" en Fila-


" passear a nossas oandeiras". El comandan- delfia (Estados Unidos del Norte) me
te brasileño terminó así, vaticinador y noble: dice el vicealmirante Fliess, por indi-
" Assim estejam sempre na vida enteira cación del señor almirante Domecq
" unidas e fortes para a defeza das fracos e García, que dirigía la construcción de
" da justicia". los acorazados "Moreno" y "Rivada-
El comandante Flíess respondió: via", el encargado de negocios argen-
"Mil gracias por su telegramaf, y crea tino, señor Villegas, obtuvo que el pre-
que, con los mismos sentimientos de sidente de los Estados Unidos, mister
amistad y placenteros recuerdos para Taft, visitara la "Sarmiento". Para
ustedes, sentimos v e m o s obligados a ello la fragata remontó el pintoresco
seguir nuestro itinerario, teniendo que río Potomac hasta Washington.
dejar su valioso consejo de experi- En tales condiciones, el 25 de octubre, lu-
mentado navegante; pero nos alienta ciendo la fragata argentina sus mejores ga-

Retrato del presidente norteamericano William Taft, de-


dicado al entonces capitán de fragata Enrique G. Fliess.

la esperanza de que, como en el Golfo las y transformada literalmente en un jardín,


de Méjico, nuestras dos banderas fla- recibió la visita de aquel gran presidente a
mearán siempre juntas y compañeras, quien acompañaron en el almuerzo que se
en bien de la civilización y de la jus- ofreció a bordo, el secretario de Estado se-
ticia". ñor Knox, los subsecretarios de Guerra y
. Momentos después, arriaron las fragatas Marina, señores Shaw Oliver y Bekman Win-
sendos botes y cambiáronse fotografías y thorp, el jefe de Estado Mayor del Ejército,
cartas. Luego se separaron. general Leonardo Wood, el almirante Ma-
nuel Domecq García y el señor Villegas, en-
-Tk j uestra libre conversación evocadora cargado de negocios de nuestro país.
J\J pasa luego por varios asuntos, hasta — De la conversación que siguió a
llegar a otro recuerdo importante: {Continúa en lo página 98)
C/VRA/ Y CARETAS ^ Bl

La muerte del Barrio Latino


L A parte más vieja del Barrio Latino de París, que contempló en sus tiempos
las actividades de los estudiantes, va a ser derribada, para construir en los sola-
res resultantes edificios modernos con higiene y "confort".
-lista parte de París data de varios centenares de años, y siempre ha sido lugar en
*1"^ '^abitaban y se reunían los estudiantes, pues sus calles tortuosas, amontonadas
ere los barrios de Saint-Germain y Saint-Michel, y cerca de la colina sobre la que
«ualmente se alza la Sorbona, se prestaban muy bien para albergar a toda la mu-
lada bohemia, alocada y generosa que formaba la grey estudiantil.
^ e los primeros edificios
ya no queda en pie casi nin-
guno, a no ser los viejos só-
^anos sobre los que se al?a-
jjpn otros hace dos sigíos.
'^n la "rué" de la Harpe hay
gunos de estos sótanos, que
^^ dice han sido utilizados
.Para hacer desaparecer los
'"deseables en el siglo XII,
^ '.°s propietarios de estas
'ejas casas enseñan con or-
^pilo lo que dicen que eran
'ejos calabozos de tormen-
j^° y de reunión de los tri-
" n a l e s revolucionarios, y
""Uestran, con una mezcla de
^ocarronería y misterio, el
". pasaje secreto que cruza
^ Sena por debajo de su le-
° y termina en una casa
*' otro lado del río.
-c-n verdad que el Barrio
atuio, aparte las leyendas,
I'ene recuerdos como los de
a taberna que en tiempos de más bonita
L-ms XII
se hizo famosa por
Us buenas comidas y vinos,
que nunca
^"e cantaron los poetas. En i Q u é mujer no desea oír esta
stas pequeñas casas se al- frase de los labios del hombre q
Jergaron^ en los siglos XH
despierta su interés? El polvo
7 -^111, los copistas, cuya la-
, •" de paciencia ha permiti- facial Atkinsons dará a su cutis
0 que el mundo entero co- esa delicada tersura juvenil que CiSUE GRATIS con cada
^°=íca muchas obras clási- los hombres admiran. Es trans-
caja: $ 0.50 y $ 0.90.
_^^s, que gracias a ellos se parente y se adhiere d u r a n t e
J-onservan; los miniaturistas horas, evitando el antiestético Colonit Medalla de Oro • La
°<=upaban otra calle y reali- brillo de la piel. Perfumado con Colonia nuiSs fina elaborada
ajan verdaderos primores, la fragancia Atkinsons, viene en desde el año 1799. ' Para
:^ore todo en la ilustración die:: tonalidades encantadoras. todas las ocasiones.
'^. manuscritos; y un poco Loción Colonia Russe • Perfume
Elija entre ellas la que acentúe delicioso, Ideal para reunio-
as allá se alzaba un semi- más la belleza de su piel. nes, fiestas y bailes.
nario, construido por "mai-
1^-^ Gervais, canónigo de
[^otre Dame, médico de Car- Polvo Facial
t-, y astrónomo.
g ^on la desaparición del
. ^'•'"io Latino se van varias
Pocas y muchos recuerdos
""adicionales.
ATKINSONS
Demos el adiós al Barrio No.24
,^tmo, sin derramar abun- DUlrtbuidores: Mayon. Buenos Aires • Monlenidee
"^ntes lágrimas.
52 CARAT" Y CARETA./

De 1

."•'f"i'

•tf

-•'fc

— ¿Por que ha faltado usted dos días, señorita Elena?


— Anteayer el despetador no sonó y como era muy
tarde no rne animé a venir.
0W
* -•-
— ¿Y ayer?
— ¿Ayer? Me pasé todo ei día buscando una excusa...
El astro del cine. — Me g u s t a . . . pero, ¿SI me caigo
(De Simpl, Praga) de la cama?

vC^

Mate moscas
con FLIT
antes que ellas maten a Ud.
t< ^
E^°^^L
POLVO FLIT
Mata chinches, hormíeas, cu-
carachas, pulgas, piólos, ote.
Poseo todo el poder mortífero
del famoso Fllt pulverizado.

i É^ PLIT
USAR IMITACIONES ES INÚTIL MALGASTO
CARAy y C:AKETA^' S'

E L escritor Chaves Nogales relata una interesante anécdota del hu-


morista español Julio Camba.
Camba es enemigo del protocolo y se burla constantemente de las
solemnidades; pero, quiso la casualidad que se encontrara en Lima
piecisamente para los festejos del centenario de la independencia. Humo-
rista y malhumorado es una misma cosa y así andaba el escritor, rehu-
yendo banquetes y recepciones. Se vengaba escribiendo sangrientas dia-
tribas contra la deplorable costumbre de los personajes oficiales, quienes
para dar un paso necesitan del frac y de la levita. Así y todo, en
determinado momento, debió concurrir a una recepción que el Presi-
dente de la República daba a los escritores y, por la fuerza, vistió de
Julio frac, no sin decir antes:
— Conste que si el Presidente me pide un café se lo sirven ustedes. . .
La popularidad de Camba es grande y, por consiguiente, vetase ase-
diado por los eternos pedigüeños de autógrafos. El humorista recogía
les álbumes y los depositaba en el fondo de una butaca.
Camba — Jamás he escrito una sola línea de balde — decía. — ¿Cómo
quieren que venga al Perú a alterar una de mis más saludables cos-
tumbres? . . .
Una mañana le preguntó al camarero, un morocho con sus veleidades
y sus literarias:
—-_ ¿Entiendes de literatura?. . .
— Soy aficionadito na más — repuso el negro ruborizándose.
— ¿A que has escrito versos?
autógrafos — ¿Quiere el señor que le lea algunos? — dijo el negrito.
— ¡No! Pero me vas a escribir unos pensamientos.
El camarero lo hizo y con gran sorpresa del escritor, evidenció talento
y gracia. Camba no aguardó más. Lo abrazó y, depositándole entre los
brazos los álbumes de sus admiradores, le recomendó;
— Toma. Llévatelos a tu cuarto y pon en cada uno un pensamiento
de los tuyos. Luego firmas: Julio Camba.
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Por ADOLFO A. GABARRET

D E S A R R O L L O DEL REMATE

L os aficionados que han seguido la serie


de notas que he publicado sobre el sis-
tema de, "los Cuatro Ases'', así como
aquellos que se hayan puesto al dia en el sis-
premio sino en forma potencial y en conse-
cuencia debemos esforzarnos para que el cum-
plimiento de esa clase de contratos sea lo más
seguro posible.
J
í

*• tema Culbertson, que en su resumen de 1935 Esto nos lleva a considerar un primer prin- i
ha cambiado fundamentalmente muchos de sus cipio teórico referente a los "scores" parcia- |
conceptos ya anticuados y ha adoptado, aun- les: el del Punió de Detención. El mejor pun-
que sin reconocerlo, los principios sustentados to de detención cuando se prevé que no es
por los primeros, están en condiciones de apre- posible alcanzar un "game", es un contrato de
ciar debidamente la Teoría del Desarrollo del "Dos" a palo o de "Ün" Sin Triunfo. "Uno"
Remate, que constituirá el tema de esta nota en un palo sería también satisfactorio si la ex-
y de otras futuras. Lo mismo podría decir de periencia no nos enseñara que 40 ó 60 puntos
los que hayan tenido la ocasión de leer la obra debajo de la línea, tienen una importancia mu-
deAlbarran y de Nexon, "Notre Méthode de cho mayor que 20 ó 30. "Tres" de palo menor
" Bridge", recientemente aparecida. es también un buen punto de detención, pues-
Hasta ahora hemos visto cuáles son las con- to que con un contrato así, aun estaremos dos
sideraciones que debe tener en cuenta un ju- bazas abajo de "game". Los contratos más al-
gador para resolverse a iniciar el remate y tos, como 2 S. T., 3 de palo mayor o 4 de palo
cuáles han de. pesar sobre la decisión de su menor, nos colocan a una baza del "game";
compañero para responder. En este asunto do- si hemos llegado a un contrato semejante me-
minan toda la teoría dos principios fundamn- diante un remate lógico y preciso, debemos
tales: el de Seguridad y el que los "Cuatro pensar que con un poco de suerte podremos
Ases" y los citados autores franceses llaman ganar una baza más y convendrá arriesgar el
de Anticipación y que Culbertson denomina "game". Sólo nos detendremos en una baza
de Preparación, cuyo alcance e importancia menos que "game" en caso de que creamos que
conocen los lectores de esta página. Con este ese contrato es ya demasiado alto para las po-
bagaje de conocimientos podemos pasar a tra- sibilidades de las manos combinadas.
tar la Teoría del Desarrollo del Remate. El segundo principio se refiere al desarrollo
Hemos analizado las diferentes maneras de del remate cuando un jugador, después de re-
iniciar el remate y la primera respuesta del cibir una respuesta del compañero, declara un
compañero del abridor. Las combinaciones de segundo palo; lo denominaremos la Regla del
estos anuncios, siempre sin intervención del Retorno. Cuando una mano contiene dos palos
bando contrario, pueden originar situaciones que se desea anunciar, su poseedor debe de-
muy distintas que deben ser consideradas con clararlos en un orden previamente determina-
respecto al desarrollo ulterior del remate, aun- do de manera a facilitar la respuesta del com-
que siempre que se haya seguido el Principio pañero y a informarlo sobre la fuerza de su
de Anticipación, las declaraciones subsiguien- juego. Este debe presumir que el primer palo
tes surgirán tan claras y lógicas que el afi- nombrado es por lo menos tan bueno como el
cionado no tendrá dificultad alguna para dar- segundo — aunque en ciertos casos convieiÉ
se cuenta de cómo llega a alcanzarse un "slam", declarar el más débil antes — y es esencial
un "game" o un seguro "score" parcial. que retorne del segundo al primero si tiene
Debe destacarse que en lo que antecede, la igual apoyo para los dos. Debe tenerse pre-
seguridad, es decir, la falta de riesgo, sólo sente que al hacer este retorno no se está mos-
se refiere al "score" parcial y no a los "ga- trando valores adicionales, sino simplemente ,:
mes" o "slams". En efecto, el cumplimiento diciendo al compañero que se está tan bien
de contratos de estos dos últimos tipos, está preparado para sostenerlo en uno como en otro
recompensado por un importante premio, de color, cosa que él debe tener bien en cuenta.
modo que cuando la combinación de cartas Consideremos una mano con dos palos de-
puestas en evidencia durante el remate, ofre- clarables. Anunciamos uno de ellos y sobre
ce posibilidades razonables, conviene arriesgar una respuesta del compañero declaramos el
su declaración, y en esos casos el principio de otro. Esto se denomina un Cambio, de los cuar
seguridad sólo debe referirse a la ausencia de les hay dos tipos: el Cambio a' Nivel y el
una multa severa. En cambio, cuando nos de- Cambio a Alto Nivel. Supongamos, por ejem-
tenemos en un "score" parcial, no recibimos plo, que abrimos con 1 <^, el compañero con-
' A R A J - Y CARETAS 65

últi^ ^ ^ y nosotros anunciamos 2 9? ; esta Además, cuando su segunda declaración cons-


vi,["'^_ declaración constituye un Cambio a Ni- tituye solamente un Cambio a Nivel, su com-
iiiv ¡^"'^l^e permite el retorno a é al mismo pañero no debe contar con que tenga más de
'nis ' ^^ .^2cir, sin encarecer el contrato. Asi- cuatro cartas en cada uno de los colores anun-
1 ^ ° ' si abrimos con 1 * , el compañero ciados. Si hace uno a Alto Nivel, el compa-
Q , . y nosotros 1 A , también hacemos un ñero debe suponer que el primero de los nom-
torn '° ^ Nivel, puesto que invitamos a un re- brados consta de cinco cartas por lo menos.
gj ? ^' primer palo, anunciando 2 • que es Cuando se decide hacer un Cambio a Alto Ni-
red 'i "^^^ '''^•'° "^^ "^"^ hubiéramos podido vel con dos palos de cuatro cartas, debe po-
nes^ dicho color. Pero si las declaracio- seerse una gran fuerza en cartas altas para
____ se hubieran sucedido asi: 1 ly? — 2 * compensar la distribución.
CamK- ^^'^ último anuncio representaría un El tercer principio que debemos enunciar es
a <!9 "° ^ Alto Nivel porque invita a volver el "sign-off" o señal de detención. Es indu-
ciar ^ ^^ nivel más elevado (habría que de- dable que el mejor "sign-off" es el pase. Sin
nej. ^ ^ 'Ví^ el que hubiéramos podido mante- embargo, hay casos en que uno se da cuenta de
• eon una simple redeclaración de dicho palo, que pasando, el remate va a detenerse en un
pre "^°^''"'ir dos palos, un jugador debe tener punto evidentemente poco satisfactorio y que
plic ^^^ ^^^ aunque un Cambio a Nivel no im- declarando puede obtenerse un contrato me-
adir' "^'-^^^'"'^mente la posesión de valores jor. Si tal declaración puede ser interpretada
siem '^^'^^' " " Cambio a Alto Nivel debe por el compañero como un "sign-off"' es con-
fuer ^^ ser considerado como un anuncio de veniente hacerla.
fy ^ e indica una mano por lo menos tan La definición del "sign-off" es casi impo-
ciar ^•5°'"° '3. que podría autorizar una rede- sible. Sin embargo, cuando se redeclara un
I A^'°" ^" salto del primer palo anunciado: mismo palo en forma mínima (sin salto), el
(-a • ~" 2 ^ — 3<>, gaita un nivel y tiene compañero debe estar alerta, porque si la pri-
^ ' el misino significado que 1 <|k — 2 ^ mera redeclaración puede ser o no una señal
de detención, la segunda lo es sin duda alguna.
Al 1
mer ^^^'"^ ^' P^'° ^"e ha de anunciar pri- Del mismo modo, cuando un jugador hace un
rgj ' ^n buen jugador siempre anticipa la simple retorno, es muy posible que esté recu-
,-,g sta de su compañero y con una mano rriendo al "sign-off".
obli ^^f íuerte, prefiere aquel que no ha de
Sarlo a hacer un Cambio a Alto Nivel. (Continuará)

JUEGO DE DEFENSA
pg,. .'"S-no que sigue es un ejemplo sencillo poseía A-J y que pensaba hacer una "finesse"
real '"^'•^'^'^'^o de descarte engañoso, y fué contra el K; era asimismo obvio que la ma-
(Ig ií^^'^e jugada por míster Travis White, niobra iba a dar el resultado buscado y que su
de '^^^ York, quien, al frustrar el contrato bando no podría ganar baza alguna en triunfo
^u adversario, vio su astucia ampliamente mediante un juego normal. Entonces, sin titu-
'•ecoft,
""pensada. bear. Este jugó el K sobre el 4.
No lo hizo asi para' afirmar alguna carta
A Q-J-7-6-2¡ del juego de su compañero porque no había
^ Q-9-4 distribución posible que diera ventaja por el
0 A-8 hecho de poner el K sobre el 4. No lo hizo
4i 10-9-5 tampoco porque de todas maneras su K estu-
viera perdido, porque al no jugarlo siempre
4 K-8 mantendría en la duda al declarante. Lo hiso
N A 10-5-4
en la esperanza de salvar su 10.
O 8-5-3- ^ K-10
J-lO-S-4-3 0 E 0 Q-9-7-6 Este imaginó que su compañero podría te-
i^-Q-J S « 7-6-3-2 ner tres triunfos chicos. De ser así, al jugar
el K, quería inducir a Sur a creer que Oeste
A A-9-2 tuviera cuatro encabezados por el 10, en cuyo
<^ A-J-7-6-2 , caso, para evitar la pérdida de una baza ss
0 K-2 vería obligado a hacer una "finesse" contra
4i> A-8-4 dicha carta en la baza siguiente, puesto que el
muerto sólo tenía tres triunfos.
^«st'^ í'íega 4 'v'. El juego es iniciado por El declarante, natural y correctamente, su-
\i¡^ '^on el K de * y el declarante gana la puso tal distribución y al salir de su mano
% ',^"tra al muerto con el As de O y sale jugó el 9 del muerto, permitiendo a Este hacer
'o q 'í de triunfo. Era claro para Este, pues- su 10 y frustrar el contrato, porque después
^% ® 'a preciosa entrada del muerto había no fué posible evitar la pérdida de dos bazas
^'^stada para jugar un ^ chico, que Sur en • y una en A . ,-
56
C A R A ^ Y CARETA/

Ahora viajan los más


famosos cuadros de
REMBRANDT
E L gobierno italiano, con los magníficos
envíos que hizo para las exhibiciones de
arte antiguo realizadas hace meses en Pa-
rís y Londres, ha puesto en boga este excelente
sistema de enviar embajadas de arte constituidas
por obras de los grandes pintores, Esta vez ha
sido la ciudad de Amsterdam la que, con motivo
de la celebración del cincuentenario del Museo
del Estado, vio llegar, mejor retornar, a no
pocas de las más preciadas obras de Rembrandt.
Los museos oficiales de Europa y los Estados
Unidos, así como los coleccionistas rivalizaron.
El Museo del Louvre envió su tesoro máximo:
hoi peregrinos de Emaus. El coleccionista Knoe-
dler, de Nueva York, la popular tela José y la esposa de Putifar. El museo de
Chicago, Una mujer en traje holandés, en la que algunos entendidos reconocen
a Jendrickje Stoffels, que sirvió al artista en 1645. El Kaiser Friedrich Museum,
de Berlín, remitió dos escenas bíblicas, Jacob luchando con el ángel y Moisés
rompiendo las tablas de piedra. El de Núremberg, El apóstol Pablo en la prisión.
Figuró, también, procedente de los Estados Unidos, El hombre de la espada, que
aquí reproducimos. Lo más representativo del gran artista fué enviado a Holanda
en efectiva embajada de arte. Ejemplo que debiera cundir.

fMplores/L(?ah ^ZCL

CACHETS FUCUS
Neuralgias LIQUIDO
INSUPERABLE
PARA EXTIRPAR
CACHETS FUCUS CALLOS
S A B A Ñ O N E S M.4t»
p e - ñeb re Y VERRUCiAS

CACHETS FUCUS I [AllDSIN


UNUfVAr MEJOR
Oídos, Muelas,M POMADA
CAILICIDA
CACHETS FUCUS
DE VENTA EN TODAS
LAS FARMACIAS
^m (OHCUPSO fUTBOLISTICO
cleCAR A S y CARETAS-^
y \ym^aé Gran Aperitivo
Comunicamos a nuestros lectores que en el liú-
snero de «CARAS Y CARETAS" de la semana
I>i*óxlma, que aparecerá el 5 del mes de f etorero,
daremos a conocer la nómina de las personas
^íie han obtenido premios en el Sorteo corres-
pondiente a la finalización del Campeonato de
''ütbol, temporada 1935, que se realizó en la
Sala del TEATRO NATIONAL el sábado 2 5 de
filero de 1936 a las 14 horas, cuyo acto fué
laicalizado por el escribano señor Claudio de
^ateo, un representante de la Asociación del
Foot-Ball Argentino y el cronista deportivo de
«CARAS Y CARETAS"
Los premios sorteados son los siguientes:

^^ premio de $ 1 » 0 0 0 m/ti. dé "Caras y Caretas"


^v ..« _ti .»7 1^m-^^-^M^^w
.000 „)) „„ *Tmerar'
^^ ^^ "Caras y Caretas
„ „ „ 2 0 0 „ ,, "PineraP
También se sortearon:
Cien
premios adicionales consistentes en:
Cft pelotas de fútbol marca "Cereseto" o pares de botines dé
w U fútbol marca "Profesional", a elección, que fabrica la cono-
cida casa de artículos de sport C. J. PROTTI, Braé.
MITRE 3949, Buenos Aires.
C n Espléndidos relojes de pulsera de la acreditada JOYERÍA
OU MIGUEL SANTARELLI, cuya única dirección es
_ fLORIDA 360, Buenos Aires.
*~*» estuches conteniendo una botella de
"PINERAL", Gran Aperitivo.
tíQ
CARAJ- Y CARETAS

^ I S P E R ^ S
A p e d i d o de «<Caras y Caretas", el d o c t o r
actualidad pobtica argentiiia, especialmente para
La
abstención radical
DESDE que la revolución del 6 de Septiembre dio
a la Nación un gobierno surgido de la ilegalidad,
se planteó el problema de saber si en el futuro vol-
verían a realizarse elecciones libres, que permitie-
ran a los partidos populares restablecer los prin-
cipios de la Constitución y situar otra vez la fuente
originaria del poder en la soberanía del pueblo.
Las intenciones de la facción gobernante de-
., bieron ponerse a prueba en 1934, en la primera
lenovacion legislativa, dada la enorme importancia que tiene perder o
conservar la mayoría de la Cámara de Diputados. El problema se aplazó
a causa de la abstención del Partido Radical — a mi juicio funesta, — y
1T r-ln-t f"^°Tp"^° ^^^^^ ^^ '"J° ^^ respetar a las mayorías socialista de
la v^apital y demócrata progresista de Santa Fe,,cuyo triunfo no amena-
^aoa su predommio en la Cámara de Diputados, manteniendo, como iba
d mantener, las mayorías de Buenos Aires, Córdoba y la minCría de la
A-apital a consecuencia de la abstención radical.

I^as e l e c c i o n e s de m a r z o
ción ^^^'^^^^^s a^os, el problema vuelve a presentarse en la próxima elec-
on aei i de marzo. Si ella se practicara legalmente, las distintas frac-
uones que mtegran la concordancia oficialista — y cuentan en la actua-
aaa con 45 diputados — sólo podrían obtener 21 bancas más, con lo que
dJcanzanan a sumar apenas 66 votos en la futura cámara, cuyo quorum
nL ; -Producido ese cambio, se haría insostenible el débil andamiaje
ble ^°"^^^"y° ^^ dictadura en los comicios fraudulentos del 8 de noviem-
Tno-, f ^^^^^' ^, "adié podría impedir que en la elección presidencial de
^937 la mayoría auténtica del pueblo diera la solución.
Quieren conservar de cualquier modo la mayoría
niendn nof^J^"/^ oficialista se propone conjurar ese gran peligro, mante-
lína vez í n f '^''''' """^'^ ^^^^^*° ^^ "^^^^^'^ ^^ ^^ Cámara de Diputados,
donde le fnerl "^^•''' ^^ ^l'^'^^^ ^ ^^ violencia para ganar las elecciones
d o s i e r B t n o A ; r L ' " " c ^ d \ " ' ^ ' t r ^ - r " " ^ ^ ' ^ ^^ ^^"^^^^"^ ^^P"^^"
asegurarían la m t v o H a ^ n 1 ^ """^ ' ^ ' ^ ' ^ ° ' ' ' " ^ ° ' ^'P^°"^''^^ ^^1^^^"°^
tendría escrúnnW^ \ ^ ' sesiones preparatorias, y esa mayoría no
TL::::::X ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^^^^^^^s y en ¿chazar,
Se podría impedir el funcionamiento del Congreso

' P^^"i«ina el debate sobre el decreto inicuo de inteV-


CA-RAX Y CARETA^ S9

SOLEMNES
I-lSANDRO DE LA TORRE ha escrito sobre la
^sta revista, el artículo que damos a continuación
' 5"ción a Santa Fe, y podría, si se creyera conveniente, impedir el fun-
cionamiento del Congreso en todo el período de 1936.
Por qué no se convoca a elecciones en Santa Fe
"ara poner en práctica ese plan se necesita la complicidad del P. E.,
por la razón de que los diputados oficialistas actuales están amenazados
6 Convertirse en minoría en las sesiones preparatorias, y sólo en el caso
"^ que el P. E. se prestara a dejar sin representación a Santa Fe, no con-
vocando a elecciones, y tolerara eFfraude en las otras provincias, se ale-
jaría el peligro de ver triunfante a la legalidad.
^ a n t a Fe elige ló diputados, y los pronósticos más verosímiles los
^judican en su totalidad a la oposición. De ahí la enorme importancia,
•A "rí^^isiva importancia, podría decir, de la participación que se asigna al
• ^- en la preparación del gran escándalo por el solo hecho de prestarse
^ no convocar a elecciones. * ,'>
La actitud del Poder Ejecutivo
Ail presidente de la República carece en absoluto de razones para auto-
^8-r al interventor en Santa Fe a que no convoque a elecciones naciona-
• ^ s falso que los padrones den lugar al más pequeño reparo y sería,
^ ^ttiás, ilícito violar la ley que dispone la convocatoria para el i ' de marzo
^ ^^ a ser cumplida en la Capital y en las 13 provincias restantes, salvo
.fuellas en que no corresponde renovación. Si en esas condiciones el pre-
j" ,'|te de la República dispusiera arrebatar a Santa Fe su representación
^g'i'-ima en el Congreso Nacional, después de haberle arrebatado su auto-
omia de estado federal, pondría en evidencia su participación en el plan
' Que acabo de referirme, que tiende a la constitución de una mayoría
^3-Udulenta en la Cámara de Diputados.
•Los "nuevos rumbos", tan celebrados por la opinión pública, se esfu-
"^arían totalmente.
. J-o desearía que nada de esto sucediera, pero ¿acaso es posible cerrar
os ojos a la evidencia? Si el nuevo atentado consistente en no realizar;
j. acciones nacionales en Santa Fe,-tan impúdico o más que el de no rea-
^'^} elecciones provinciales, se cometiera, no podría encontrársele expli-
ación sino en las maquinaciones de hampa política que acabo de bosquejar.

ti "•o 25
60
CARAoT Y CARETAJ-

E I I en guaje
E s interesante a veces sorprender una conversación y observar las modali-
dades del lenguaje de cada uno de los interlocutores. En general, y salvo
excepciones muy honrosas, por cierto, la gente habla mal; formula frases
incorrectas, da una entonación falsa a sus palabras y emplea expresiones cuyo
significado nada tiene que ver con el caso a que se aplica. Hay personas, por
ejemplo, para quienes es "coloso" desde la casa en que habita hasta la torta
que come; desde la alhaja que compró hasta el cuadro que acaba de admirar.
Un "coloso" no es más
que un coloso y no se
puede ni se debe emplear
esa palabra para clasificar
cualquier cosa. Un coloso
es algo muy grande, y su
definición exacta, según
el diccionario es: "estatu-
ra de una magnitud que
excede mucho a la nata-
ral. Persona o estatua de
gigantesca forma, de ex-
traordinaria y de desco-
munales proporciones".
Otra palabra que se aplica
en las conversaciones, sin
ton ni son, es "fantásti-
co". Fantástico es el se-
ñor a quien se acaba de
conocer, fantástico es el
automóvil que maneja el
amigo; fantástico, es el
plato de comida exquisito,
que preparó el nuevo
"cheff", y fantástico, es el
festejante y el sacerdote
orador, y también la es-
trella cinematográfica. . .
Y para definir también la
palabra, de acuerdo con el
Hay en la vida de cada hombre diccionario y de acuerdo
tina mujer cuyo cariño premia
sus afanes. Piense en esa mujer
con la lógica, recordare^
que lo espera; no olvide que la mos que "fantástico" no .
elegancia en los detalles es muy es más que lo quimérico,
importante a los ojos femeninos. La Lo- lo ilusorio, lo imaginario,
ción Colonia Atkínsons, perfume varo-
nil, ^suave y fresco, discreto y tenaz, no real, no efectivo, y pro-
dará a su personalidad ese sello de cedente de la fantasía. Es-
distinción que las mujeres admiran. V tas y otras palabras son
adema's, dejará su cabello sedoso, dó-
cil y bien peinado. En Frascos de $ 0.70,
aplicadas en las conversa-
$ 2.60, $ 3.80, y $ 6.95. ciones que oímos o man-
tenemos, y se unen a
Loción Colonia "brutal", "bestial" y
otras peores que se utili-

ATKINSONS zan para todo, venga o no


venga a! caso. ¿Y qué di-
remos sobre los que tienen
Etiqueta Roja el estribillo de "¡Qué pla-
isttibuiiotis: Mayo», Buena Aires • Montevidea tol"?
i*
61
C A R A ^ Y CARETAS"

el que algún día será Rey de /os Reyes


I ^ ESDE la época del viejo Menelik, todos los príncipes herederos
*~~^ de Etiopía han realizado sus estudios y perfeccionado sus
Cocimientos en Europa, llevando luego a su país maestros y con-
ejeros. El atrabiliario Lidj Yasou, recluido después de haber sido
esalojado del poder por el actual emperador Hailc Selasié, estudió
^ las universidades europeas y hasta se dejó influenciar poderosa-
"^ente por p o l í t i c o s
ÍS^sulmanes. El ras APRENDA
POR UNA PROFESIÓN LUCRAT&VA
^^fari, antes de llegar EN t A U N I V E R S I D A D
a la regencia y en lo CLaOEscuela
R Rmás EO POPUtAR SUDAMERICANA
períecla y económica de enseñanza por CORREO a
J^e ésta duró, visitó cargo de profesores nacionales que dictan ios sig^uicntcs cursos.
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^^ bijo careciera de los RIVAOAVIA X4AS Buenos Aires
"^^s m o d e r n o s que
existen. REGIO CONJUNTO DE 1 9 PIEZAS, ESTILO
tin Europa, prime- MODERNO, TALLADO EN RELIEVE, A MANO
AÍ T ^^°^^ ^n Addis
^°eba, el príncipe he-
^j^ero, el que quizá
^Igun día alcance a
°cüpar el trono del
^^amado Rey de los Re-
yes, cuenta con profc-
res europeos que le
^Piestran en las cien-
;^S' en las artes y, na-

^^- El jefe de todos


los es un joven pro- Compuesto de GHAM ROPERO TRES CUERPOS con amplias comodlda.
deB en mi interior; TOILETTE PEINADOR con luna central. Uos MESAS
o7°t francés, Louis de L U Z ; CAMA DE DOS PLAZAS ELÁSTICO I M P E R I A L ; BAN-
QUETA; SelB PERCHAS; PERCHERO. TOHALLERO y un CENI-
J ^ ^ o b , al c u i d a d o CERO DE PIE. APARADOR con vitrina central de cristal: O n P *
MESA de booe con tabla de extensión para 8/10 personas 4 , J f 5 « "
y eeia SILLAS rony refori.. tapizadaa en cuero legítimo, $
otr ^"^^ también están EL MISMO, con coma de bronce $ 33S.—
. ,;Jos niños de la no- AL INTERIOR CATALOGO ILUSTRADO GRATIS
^^'^a etíope.
Este príncipe ha-
bl •¡xmmaEammm
lÍ2; ^°5 teléfono, uti-
too ,^/"iaras cinema- CORRIENTES-1134 "****•
g^graficas, boxea, y...
GUIA DE
a L j ^ ^^ fondo, pese
'•Ocio
L A CL/I^VE D E L I X I T O rEUGIDADJ
y con todo, un Si no tiene suerte, si tiena anhelo* y desea alcanzar la I
'ebeld DICHA, pldn este libro qtn la indicará el camino deil
^ de toda do- ÉXITO. m e d i B t t t s «I domlaio del DESTINO. Ramita |
^ina'"^ción blanca. $ 0.20 en estaupillaa y «a dlr«cci¿n al
Sr. PAUL MERY - San Martín 3 5 3 1 . ROSARIO ( S . Fa) I
62 C A R A y Y CARETA^

C ELÉBRANSE aún en alguna de las suntuo-


sas residencias porteñas comidas y al-
muerzos de gran tono, con motivo de la
llegada de extranjeros ilustres, a los que aga.>a-
ocupan a sus organizadores, que nos anuncian
ya, confidencialmente, las visitas de las perso-
nalidades ilustres que han de visitar a Buenos
Aires con motivo del Congreso Internacional
jan figuras muy brillantes de nuestra aristocra- del P. E. N . Club, a celebrarse en el mes de
cia: pero el momento es en realidad de tregua septiembre y del Segundo Congreso de la His-
y expectativa. . . En Mar del Plata se inicia toria de América, que ha de sellar este año del
tímidamente el movimiento mundano con los Señor con sesiones realmente memorables.
almuerzos en las villas aristocráticas o en el Las brillantes mundanas a las que tanto place
local del Ocean en Playa Grande, pero, por lo verse consagradas como intelectuales por los es-
general, se disfruta de la tregua mundana des- critores y conferencistas de categoría, llevan en
cansando en la molicie arrobadora que es la su "necessaire" de viaje los libros de Georges
contemplación del mar, antes de entrar de Uenj Duhamel, Francois Mauriac, de Chésterton, de
en la actividad febril característica de febrero... Cremieux o de Stephen Zweíg, en los corredo-
Las sierras se desquitan en cambio del aban- res de la estancia aromados de jazmines, a la
'dono inexplicable de los meses de invierno y vera de los estanques en los que vibra alegre el
pueblan los caminos las cabalgatas bulliciosas bullicio de los bañistas, o bajo el toldo de Playa
que recorren infatigables las viüeggiatturas a la Grande, han de saborear las páginas de los artí-
moda: golf, natación, baile a todas horas. . . fices de las letras, para poder analizar luego los
El mundo juvenil disfruta a pulmón pleno de valores de cada obra con el escritor ¡lustre al que
la alegría de vivir. se han vinculado ya espiritualmente. . . No
Sin embargo, no podemos decir — como en estaría demás que las mismas devotas del inge-
los viejos tiempos — que nuestra amada ciudad nio de los maestros de las letras extranjeras,
haya quedado desierta y adormecida... Su vida es se propusieran conocer también a algunos de los
tan intensa, que arde siempre como el fuego sa- escritores argentinos de categoría, para que iio
grado en sus múltiples manifestaciones: la; pudiera repetirse aquella penosa anécdota que tu- '
centros de vida intelectual se ven menos concu- vo por escenario la hospitalaria residencia de una
rridos, pero no por ello sufren el sortilegio del gran dama que reúne en sus salones a los círculos
sueño mágico de la Bella Durmiente, . . más encopetados de la aristocracia, tributando
Y es que los acontecimientos que se prepa- también sus demostraciones de admiración y sim-
ran para cerrar la "season" oficial venidera, pre- patía a algunas figuras eminentes de la literatura
argentina. Era su invitado de honor aquella
tarde un eminente escritor argentino, y al hacei
la presentación del literato y célebre historiador,
un grupo de jóvenes señoras, elegantísimas por
cierto, éstas recibieron con la mayor frialdad el
regalo que les ofrecía con aquella presentación.
Una de ellas preguntaba después a su marido,
caballero tan inteligente como culto: "Pero,
¿quién es ese_señor? ¿A qué venía la preocupa-
ción y empeño de la dueña de casa para que le
tributáramos una atención especial?"

L AS brillantes aves del paraíso, que dan


el tono en toda actividad mundana, su-
fren, al iniciarse cada una de las estacio'
nes del año, la necesidad imperiosa de renovar
su plumaje, pero las miseras mortales se ven
obligadas, desgraciadamente, a recurrir al arte y
a la industria ajena para renovar el abigarrado
plumaje con el que han de conquistar la admi'
ración y el homenaje de sus semejantes. . . y
aquí la observación que hacía días pasados una
interesantísima figura, sobre una nota caracte-
rística en muchos de nuestros hogares.
El "marido criollo" — decía la elegante da-
ma — no perdona a la esposa si ésta se presen-
ta mal vestida, "hecha un mamarracho", en tal
63
CARAV Y CARETA/

° euaí reunión social: su amor propio exige


<7"e la compañera de su vida, vista, sino con
Por
'^^f'nada elegancia, por lo menos con discreta LA DAMA D U E N D E
':°rrección. Pero — y aquí finca la crítica de mi
'"teresante amiga — estos maridos protestan
P°^ lo general ante el gasto que representa la breros de alto precio, su mujer debe impro-
''^novación del guardarropa femenino, o lo que visar el "trqusseau" de la nueva estación con
pernos dado en llamar, poéticamente, cambio una costurerilla al día.
"« plumaje ^ . . Esta situación, que se repite hasta el infinito,
•^a figuración elegante, por sencilla que ella ha inspirado a muchas de mis amigas, y no ha-
5^0. requiere una serie de trajes, con sus corres- blo de las millonarias — decía la documentada
Poridientes tapados, sin contar el detalle del dama — el buscar los medios, muy honora-
orrihrero, zapatos y carteras, ya que la len- bles por cierto, para poder cubrir el discreto
^«ria íntima brilla por su ausencia, todo lo cual presupuesto que su dignidad y situación social
^presenta un gasto que no se puede evitar con exigen: esposas de médicos, abogados o arqui-
'^^'pbinaciones más o menos hábiles. Y el ma- tectos, que cuentan con excelente clientela, abren
^ ° <^"oíío — hablamos en tesis general, nalu- una tiendecita de frivolidades o de flores para
Rímente. •— se hace rogar, o protesta en forma cubrir sus gastos personales y hasta usurpan
""a, cuando llega el caso de "ejecutarse y el "derecho de vivir" a mujeres realmente nece-
P'^gar esas frivolidades que considera como un sitadas cuando consiguen, merced a sus vincu-
^^'ra desusado en el presupuesto familiar. Hasta laciones mundanas o políticas, cátedras de mú-
^^fe darse el caso que la esposa no pueda dispo- sica o de idiomas, que deben reservarse para las
ner rlt, ... . . . ' . ' . , _
^J de su peculio propio, para costear los gas- que se han preparado valientemente y afrontan
.^ que requiere la figuración social aue es Dor- la lucha que les impone un situación económica
'rrnente grata a su marido. difícil. \
° «s nuevo, por desdicha, este estado de Los "maridos criollos" deben meditar sere-
irT^' ^ '^°'"o se trata de un tema que a todas namente y resolver este problema.
ob^'^^^"'•"^'^ /JO parecido oportuno anotar esta
Po^d'^'^°"°" " ' " ^ femenina, pero a la que no
eTJos poner remedio nosotras...
¿ ' ° ^« de estimular, naturalmente, el lujo
Po'"^j"^°' " ' '" ^""'dad de la que hacen gala,
'T , '^^^''^f^'^- las cabecitas atolondradas. . .
Pa° • '°^ extremos son malos! El hogar es
Par" '"f •'^?'"° " " santuario: todo sacrificio me
que'^^ . ' ' ' " " " " salvaguardar su integridad, por-
ent ^^ ^'./'"í^"" 'as rafees de la vida. Debemos
9rí'°"!f^ "'"espefarío, purificarlo, llenarlo de ale-
ta^'í-. bondad, de justicia, de lealtad", pero
¿g °'en, amigos míos, de gracia, de coquetería,
Ocüe i"""^'"- ^ ' "'^° ^'^"^ ''"^ *'^' '^"^'^° ^ ^'^
ttah- '^°^ '°^ recursos — sean éstos fruto del
o p°^° ''e su jefe, del de la compañera elegida,
dg¿""''«' heredado — parte de esas entradas
íiesi¡ H" ^"^P^eada en embellecerlo: y ¿cómo
k o '' ^" este rubro la elegante coquetería de
^stáu ^^ *' "''"'' y atractivo del hogar? Ella
ios í "^"'^a a sellar con su gusto artístico todos
/«^^"^^""es materiales de la vida diaria, y sus
nar /°"^* ^^ "sacerdotisa" le imponen encar-
tatán ^^°"" y '" elegancia personal que le pres-
'"tím'rf"^"''"^ aíractiüo, no sólo en la estricta
"hQr^>,^' ^'"° f^era del linde encantado de su
'--.. ^ ^ ,• • • Y en este caso es cuando aparece
^"•Ua^^^ °^servaba mi inteligente amiga — la
dos '^".''"'^'«rísííca de los que ella llama "mari-
es ^^'^'°":°s": que la coquetería en el vestir
«o ^¡^^'"'"^0; que si él tiene cuenta corriente
sastre de moda y compra corbatas y som-
C A R A / Y CARETAJ'

(Eduardo Alvarez, ter. premio. Lino Palacios, 2? premio. Mecha N, de Carman, 3er premio.
1000 pesos. 500 pesos. 500 pesos.

Concurso de a f í ch es del
Automóvil Club Argentino
11, jurado "ad hoc", compt-esto por cernió las cuatro re.ompciiaas del cer-

E; Jos señores Juan C. Alonso, di-


' rector de CARAS Y CARETAS ; Car-
tamen de carteles para el Gran Fretnio
Internacional Virginio F. Grego, bajo
el patrocinio de Yacimientos Petrolífe-
ros Fiscales. Las obras premiadas tie-
los P, Anasi, Miguel F. García Calles,
Teófilo Mendd y Atiiio Liberti, des- nen b r i l l a n t e s condiciones artísticas.
pués de una concienzuda selección, dis-
M a u r i c i o Castillo, mención honorífica.

Alrededor de las supues^


p^ existencias ocultas de
divisas del Reíchsbatik
EPETIDAS veces se afirmó, ante las dificultades de trasferencia por las que
R atraviesa Alemania, que tanto el Reichsbank como el banco llamado de
descuentos en oro (Golddiskcntbank) disponen de existencias de divisas
ocultas y que no se mencionan en los balances semanales y demás extractos de
cuentas. Tales afirmaciones carecen absolutamente de fundamento y solo tienden
a desorientar la opinión pública. Según comunica el Reichsbank, sus existencias
de letras extranjeras no cobertoras, se componen de letras libradas en moneda
extranjera y que vencen a los 14 días y a los tres meses. Dichas letras no repre-
sentan otra cosa que giros procedentes de mercaderías exportadas y cuyo pago
se espera en el curso de las próximas semanas y meses, desde luego en moneda
extranjera. Por consiguiente, aquí se trata solamente del asiento previo en los
libros de contabilidad de futuros ingresos de divisas. Estas letras, por la circuns-
tancia de no poderse recurrir a ellas para cubrir necesidades urgentes, están
contenidas en las existencias ordinarias de letras del Reichsbank j sólo aparecen*,
como siempre sucedió, en los informes y balances anuales del Reichsbank.
Las "existencias ocultas" de divisas en el Reichsbank y en el Golddiskont-
bank sólo tienen valor real en la imaginación calenturienta de ios que creen estar
al corriente de todo y deben registrarse sólo en los cuentos fantásticos.
^

; CARA/- Y CARETAS. 63

La Pulga d o
U N aeroplano que pesa 120 kilos; que puede construirse en casa, con un
motor de motocicleta en menos de un mes y por un costo total de 70
libras esterlinas; que desciende del cielo como un paracaídas si se para el
°iotor; que vuela 100 kilómetros en una hora, con un consumo de nueve litros
^e gasolina y que se remonta a alturas de más de 2.000 metros, con un radio
de vuelo de 300 kilómetros. ¿No es éste el desiderátum de la aviación al alcance
ael público?
El avión que reúne to-
°3s esas condiciones, ha
pasado ya de la etapa de
ja teoría a la realidad: es
}3 "Pulga Voladora" del
inventor francés Mígnet,
cuyos ensayos han causado
indescriptible sensación.
Como Bleriot, Mignet
pasó el canal de la Man-
cha en su ingeniosa má-
quina.
En las pruebas públicas
hechas en los aeródromos
°2 Shoreham y Ford, en
Inglaterra, d e s p u é s del
^nelo a través del canal
°e la Mancha, las excep-
cionales c u a l i d a d e s del
"•Parato han quedado de-
niostradas a satisfacción
°2 los espectadores que se
congregaron a presenciar-
'^s- La más espectacular de
esas pruebas fué sin duda
ía de parar el motor a una
altura de 300 metros; ex-
perimento fatal para cual-
'^'iiera de los aeropla-
nos de diseño convencio-
J^?j- Cuanto cesó el zum-
ido cJe¡ diminuto motor
..l^niotocicleta que usa la
^nlga Voladora", un es-
'^''Icfrío de emoción reco-
'"'o la enorme ola huma-
a; la emoción se convir-
^o en entusiasmo desbor-
3nte, el ver que la pulga,
,°n el motor "muerto",
^scendía en una lenta y
'nplia espiral hasta llegar
suelo, donde se posó
^'j' suavidad de pluma.
f^ignet ostenta en su
cho la Legión de Honor,
j ^ ^ el gobierno francés se
ga r^'" ^" ®' '''^^° ^^ °^°^'"
Wid ^"'•^ •'^^ hechos cum-
66 C A R A / Y CARET/-!.^

A PURA PERDIDA
Aunque hombres contra hombres
se agarren como fieras,
y se conmueva el mundo,
y se hundan las esferas,
y la miseria cunda,
y todo ande al revés;
aunque se encuentren próximas
otras conflagraciones,
y ocurran cien nanfragios,
y soplen mil ciclones,
le importa poco al hombre
que juega al ajedrez.
Si toda la energía,
si toda la paciencia,
si el tiempo y los disgustos,
el genio y la potencia
gastados en la reina,
el mate y el peón
se emplearan resolviendo
cuestiones verdaderas,
tal ves se salvarían
el hombre y las esferas,
y ya no asustarían
'•a guerra ni él ciclón.

¿NO LE P A R E C E , C H E . . .
. . . que eso de creerse capacitado para juzgar a lodo el mundo resulta ridículo en
usted? Nuestros mejores escritores son para usted una chuchería; su» colega» no
valen nada; la obra de Fulano le merece pobre concepto; tal personaje es un poroto.
¿Cuáles son sus pergaminos intelectuales para arrogarse ese derecho^ de repartidor
de valores?¿Dónde está su obra, che? Mas su crítica tampoco es abierta y franca,
sino solapada, aviesa, íemenina; y cuando se enfrenta ante uno de sus criticados,
da lástima verlo. ¿No le parece, che, que debería contener ese torrente de malevo-
lencia y comenzar por escribir alguna cosa que valga la pena, y si esto no puede
hacerlo, por lo menos guardar ese filosófico silencio tan aconsejado por los sabios?

L É X I C O C R I O L L O
Elocuencia. — Facultad de hablar en un concejo
deliberante.
Convincente. — Un billete de cien pesos.
Plato. — Adminículo que se rompe en la cabeza
de algunos maridos.
Fidelidad. — Lealtad que aun conserva el perro,
pero para el hueso.
Fruta. — Producto prohibido para los pobres.
Colectivo. — Entrevero de espinazos con caderas.
Corazón. — Pintura que llevan en los labios las
"chicas".
Tafeado de piel. — Sacrificio de quién sabe qué
animal.
CARTELERA CINEMATOGRÁFICA Amor. — Esiiecie de mermelada antigua que ac-
tualmente ha adquirido la consistencia y el brillo de
"El misterio del cuarto negro", por Fresco. la plata.
"El cascarrabias", por Pico.
"La familia Barret", por los Patrón Costas. ¿CONOCE USTED SU PAÍS?
«Cambio de monta", por Bruch«ann.
"Nacido para la gloria", por Giacobini. Timbo Viejo es un pueblo de SOOO
"El ídolo de las mujeres", por E. Dickmaim. habitantes, del departamento de Burru-
"La edad indiscreta", por Palacios. yacti, en la provincia de Tucumán.
"Mefisto o el fantasma de París", por Elpidio.
C A R A ^ Y CARETAy 67
en diversos jardines zooló- que no le causara nostalgia
gicos del mundo, eti particu- de libertad.
lar en el de la capital fran- El progreso de la higie-

éPodrá cesa, domesticar colibríes.


Una de las mayores difi-
cultades de su sostén había
ne y la facilidad de nuestros
medios actuales de calefac-
ción han permitido, en fin,
sido, hasta hoy, la referente la aclimatación del pájaro-
domesticarse a la comida. Esos lindos pa-
jaritos, como es sabido, se
mosca. No s o l a m e n t e se
puede dar a esos frágiles
alimentan casi exclusiva- pajaritos la temperatura es-
el mente con la miel de las flo-
res, con la complicación gra-
pecial que les conviene, sino
que se les puede situar, ins-
talar en la atmósfera que
ve de que esa miel la liban
les es grata.
volando... a la manera rá-
colibrí? pida y zumbante de las abe-
jas. Pero p r o c u r a r l e s el
Se trata de un resultado
muy satisfactorio para los
sabios que con asombrosa
equivalente, por medio de paciencia han llegado a cau-
bebidas azucaradas, era rea-
L A crianza de los pája-
ros-mosca, o colibríes,
En pajareras o jaulas,
lizable, y desde hace tiem-
po se había tratado de poner
en práctica este sistema ali-
tivar al colibrí. Hoy, los
ejemplares de este pajarito
que se encuentran en el jar-
dín zoológico de París, se
H'ie hasta hace poco tiempo
menticio, con más o menos muestran muy contentos; y
parecía imposible, va a lle-
&a-r a ser pronto una rea- durable éxito. Quedaba en los visitantes curiosos pue-
lidad. pie un obstáculo más impor- den así ver de cerca a un
tante que vencer: el de dar- animal que hasta hace poco
^sí p o d r í a esperarse, le al colibrí espacio en un era poco menos que invi-
puesto que se ha logrado ya medio fatalmente estrecho y sible.

orno
frescura a su
° 'fescura de su piel es un don
•naraviUoso I Cuídela I recuerde
siempre que no hay hermosura
completa sin un culis suave, lerso,
"lerciopelado. Proleja el suyo,
o cada día nueva frescura
'avándose mañana y noche con
Jabón CORYDALIS, es de fino
"ume, de espuma generosa,
echo a base de seleccionados
oceites vegetales que nutren su
f e l , le dan tersura y la mantienen
lozana ...
•^s'ienda su belleza, compre hoy
"»'smo su Jabón C O R Y D A L I S .

'pa^én de tocado'^

CORYDALIS
TODO UN TRATAMIENTO DE BELLEZA EN FORMA DE JABÓN
CARA./ Y CARETAS

<^P untes
SOBRE

BONPLAND
ORIGEN DEL A P E L L I D O
Así como la generalidad lleva el apellido de sus pa-
dres, el sabio que era hijo de Simón Jacobo Goujand
(había nacido en La Rochelle, Francia, el 25 de agosto
de 1773), lo lleva en atención a que, en el instante de
nacer, como le anunciaran el hecho a su padre que era
naturalista y estaba plantando vid, éste exclamó:
"¡Loado sea Dios! He aquí una buena planta". (Le
bon plant de la viña). Y, lo de "bon plant" habríase
convertido en sobrenombre del niño, para quedar lue-
go en el apellido Bonpland que siempre usó.
R A D I O
A U T O S EN COMPAÑÍA DE HUMBOLDT
D I B U J O
V E N D E D O R Efectuó en 1799 el primer viaje a nuestra Amé-
PROCURADOR rica. Luego de infinitas penurias, a su regreso a París,
CONSTRUCTOR llevaron un herbario de más de 60.000 ejemplares, en
ELECTRICIDAD
el que había 6.300 plantas nuevas y desconocidas.
TENEDOR DE LIBROS
CORTE Y CONFECCIÓN
FARMACIA Y QUÍMICA O T R A VEZ EN AMERICA
PERIODISMO-PUBLICIDAD
TAQUÍGRAFO- CALÍGRAFO El sabio llegó a Buenos Aires el 29 de enero de
ORTOGRAFÍA-ARITMÉTICA 1817. Trajo muchísimas plantas medicinales, frutales
AGRICULTOR - GANADERO y legumbres, 600 pies de sauces, 500 de vid y 40 es-
AVICULTOR - APICULTOR
En sus momentos libres aprenderá pecies de citrus. Fué designado profesor de historia
fácilmente por CORREO una profe- natural.
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nual de M E C A N O G R A F Í A . Regala- EL ATRÓPELO DE UN TIRANO
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equipos y, a los alumnos de Radio,
un receptor toda onda. O t o r g a m o s En el Paraguay, el torvo y sanguinario Francia,
DIPLOMA. Devolveremos su dinero
estando desconforme del primer nies era señor de vidas y haciendas. Sin reparar en fron-
de estudio. Reconocemos lo pagado
en otras escuelas, a los que ingresen teras, la noche del 3 de diciembre de 1821, asaltó la
en éstas. colonia que el sabio había establecido en Misiones,
La administración de esta r e v i s t a
diezmó a la población, la incendió y luego apresó a
certifica la seriedad de esta anticua Bonpland, llevándolo al Paraguay donde le infirió
y prestigiosa institución argentina todo género de males y mortificaciones.
de enseñanza.
sa:a<iiti^mmmmm»my0iiMmmtmimnKHaimmmm

Escuelas Sudamericanas D E S P U É S D E LA M U E R T E ,
689-Avenida MONTES DE OCA-89S
(Palacio propiedad de eslas Escuelas).
EL ENSAÑAMIENTO
Buenos Aires - República Argentina.
El sabio falleció el n de mayo de 1858. Un médi-
Nombre co brasileño de Santa Ana disponíase a embalsamar
su cuerpo, cuando penetró en el rancho un ebrio,
Dirección quien, presumiendo que Bonpland estaba con vida,
lo saludó y, al no recibir respuesta, sin más, apuña-
Localidad
leó al cadáver.
r A R A . r Y TA n r - r ^ . r 69

^ porteros de París
^stán asociados OM.ASA
Y toman represalias.
Constituyen un gremio importan-
te. Tan importante como nume-
Cerebro

Glándula pinea
Hipófisis
°so y respetado. Un portero, en cual-
^ rer parte del mundo y particularmen-
^ París, es un personaje de respeto.
tJesde hace años existe en París un
,.,aicato de porteros. Funciona, tam-
^ti. Una cámara sindical que se refiere £1 inigiiailable y mundialmente conocido tónico,
^.«s actividades de ellos y de los ser- de acción S E G U R A Y D U R A D E R A , a
'«ores anexos. Ambas instituciones han base de Iioi-irionas g-landulares asimilables.
Pjfesentado interesantes proyectos de re- Cansancio cerebral, Nerviosidad, Neurastenia,
Insomnio, A b a t i m i e n t o , Convalecencia,
6'amentaciones, de escalafón y hasta de D e c a i m i e n t o físico. Fatiga n e r v i o s a ,
Pensiones al parlamento francés; pero, O K A S A equilibra y vÍBoriza todo el orijaniamo.
"^ Una de esas omisiones en que a
Con las tabletas O K A S A , ya a los t r e s diag
m''rl^ '""Voluntariamente incurren los 11a-
.^ados representantes del pueblo, tales se nota el buen r e s u l t a d o .
'ciativas no han sido tomadas en OKASA-PLATA para hombre.
'^'íenta. OKASA-ORO para mujer.
Cajas de SO y 100 tabletas.
dec'H ?^ porteros, con mucha razón, han
Producto de la H O R M O P H A R M A Ltda.
(.j^ " ^ o vengarse y lo han hecho pre- Londres, Berlín, París.
fis^"^^"''^ con aquellos representantes del De venta: En todas las principales Farmacias y
Ios^° ^^^2 más necesitan de ellos: con Droguerías. Folletos Ilustrados Gratis, a:
recaudadores de contribución e im- Productos O I C ^ S A
P"'¿^os a la renta.
RECONQUISTA, 46 — Buenos Airss.
Rio ^^^^ resistencia pasiva, como diría-
tj '. alegan los recaudadores y, sin más,
y P'^^an con el silencio de los porteros
^iu^^^^ que se empeñan en no ser
Han ^'^^^"'os auxiliares del fisco. Ca-
y de'^°'"° " ° callaron hasta el presente
tas c "^"^^ valen ni las preguntas direc-
to» respecto a los inquilinos.

H i n d s protege
contra la dañosa ac-
ción del sol y del calor
... Suaviza... Limpia...
M e j o r a . . . porque es líquida
' " ' " p i . , , * ' ' " " • ¿"ómo ea que no recibo — y penetra mejor.
. ^ ^ « cuenta ?
'•"•o»'»" **• '^ñar. Los cobradores están En frascos desde 0.70.
con el portero.
70 CARAy Y CA.REZAJ

Señor director de "Caras y Caretas": do horas enteras, mirando el movimiento de


las olas.
Aprovechando la prosaica circunstancia de Da la casualidad de que a pocos metros
que un ser caritativo me regaló tres pares hay una balanza pública, de esas que fun-
de botines, el otro día agarré el camino de cionan echando diez centavos. ¡Qué fenó-
la costa y, caminando, caminando, vine a meno, amigo! De diez veraneantes que se
dar a Mar del Plata. Créase o no, Olegario dirigen a tomar su baño, nueve suben a la
Reinoso se encuentra desde el lañes en el balanza. Y, en la gran mayoría de los casos,
aristocrático balneario, sobre cuya vida so- apenas suben a la balanza lanzan una excla-
cial, deportiva y ruletera piensa enviarle una mación imposible de reproducir. Sólo de
serie de crónicas. cuando en cuando oigo una exclamación que
La primera correspondencia, sin embar- denote alegría.
go, estará dedicada a señalar la indignante En un principio creí que la tal balanza
injusticia que comete el público con los lu- debía estar descompuesta, pero no tardé en
gares de veraneo. Créame que a ninguna descubrir que la culpa de ese descontento
zona del planeta se le piden tantos mila- tan general y sonoro no es de la balanza si-
gros como a estos desventurados sitios. Los no de los mismos veraneantes. Ayer, en
que van a París, por ejemplo, esperan de efecto, me encontré con uno de los pocos
la ciudad cosas que la ciudad puede dar. Es- conocidos que continúan saludándome a pe-
peran encontrar sitios divertidos. Esperan sar de que ahora soy un vago. Se trata de
admirar monumentos hermosos. Esperan ver un gordo bonachón y simpático, como todos
la Torre Eiffel. Y todo eso encuentran. To-
davía no se ha dado el caso de un solo tu-
rista que no haya visto la Torre Eiffel en
París, de acuerdo a lo que esperaba. Y la
ha visto porque la Torre Eiffel está en Pa-
rís y no en Berlín. Pero con los balnearios
no ocurre lo mismo. Con los lugares de ve-
raneo no se tienen esas consideraciones. A
estos pobres sitios se les exigen cosas que no
pueden satisfacer de ninguna manera.
Se les pide imposibles, señor director,
conforme podrá ver si tiene la paciencia de
seguir leyendo.

Y o paro en un terreno baldío próximo a


la estación vieja, pero todos los días
voy a dar una vueltita por la rambla
Brístol, a contemplar el mar. Casi siempre
me apoyo en la misma columna, y allí que-
C A R A y Y CARETAS 71

los gordos. El hombre más alegre y cordial No quise escuchar más. Elevando los ojos
del mundo. Sin embargo, cuando le expresé al cielo, murmuré esta oración:
mi asombro por haberlo sorprendido dicien-
do palabras obscenas encima de la balanza,
EÑOR, Señor: ¿qué te han hecho los
el simpático gordito puso una cara de pisto-
lero que daba miedo verlo.
~ i N o me hable de ese instrumento de
S balnearios? ¿Por qué turbas el espí-
ritu de los veraneantes hasta el punto
de hacerles creer que deben confundir los
tortura, por favor! — murmuró roncamente.
— En realidad, no comprendo... — irte lugares de veraneo con el paraíso terrenal?
disculpé. ¿Es que, por siete mangos que algunos
— i Cómo no va a comprender, amigo! pagan de hotel, es justo pretender que la
^e trata de la' tragedia de gastarse una pe- localidad de Mar del Plata o de Necochea
queña fortuna para venir aquí, a rebajar de viva pendiente de los quilos o de los gramos
P^so. y salir después con que, cada vez que que cada ciudadano quiera aumentar o dis-
uno sube a la balanza... minuir?
"1 oír la palabra balanza, todas las perso- Sobre todo, ¿cómo es posible que un po-
"3s que había en veinte metros a la redon- bre balneario se las arregle para que unos
^ se acercaron a nosotros. Del lío que se engorden y otros enflaquezcan de acuerdo
^nnó sólo recuerdo estas frases aisladas: a su gusto? Porque resulta que, de mil ve-
~- Yo vine a rebajar diez quilos y resul- raneantes, cien quieren aumentar ocho qui-
^^ que sigo como antes. los; cincuenta quieren aumentar cuatro qui-
' ¡Maldito veraneo! Cada día aumento los y trescientos gramos; cuatrocientos, dis-
ochocientos gramos... minuir veinte quilos por lo menos; doscien-
He rebajado cuatro quilos. ¡Y yo vine tos, convertirse de un tonel en una flor del
^ ""eponerme! aire, en tanto que los restantes no saben lo
¿Usted rebajó? Feliz mortal. Yo au- que quieren, aunque siempre quieren algo.
snté justo una arroba. ¡ Ah, si pudiese estar Cada uno cree que el balneario debe en-
^ m o cuando llegué a este balneario! No terarse de los quilos y gramos que desea au-
pesaba más que ciento dieciocho quilos. Un mentar o disminuir. Sefior, Señor: ¿cómo
''co, una palmera, en una palabra. pretenden que el balneario no se confun-
El que estoy en la palmera soy yo. Ca- da? ¿Quién quiere que lleve la cuenta del
^ día me levanto más ñaco, y había veni- aumento o de la disminución que desea ca-
°° a engordar. da uno de los miles de veraneantes? Porque
Pues eso no es nada. Yo vine a mante- hay algunos que no se conforman con en-
^^ el peso y resulta que hay días que au- gordar, sino que quieren engordar en las
piernas. Hay otros, en cambio, que quieren
^ito y días que disminuyo. En cuanto
adelgazar, pero especialmente en la cintu-
Cierta la hora en que tenga el mismo peso ra. Y otros que desean perder cuatrocientos
" que vine, me mando a mudar a Bue- cincuenta gramos de la papada. Y otros sie-
"°s Aires. te quilos y medio de la barriga. Y otros...
Señor, Señor: ¿cómo quieren que los
balnearios no se confundan con semejante
lío? ¿Cómo pretenden que el mismo aire,
la misma agua y el mismo sol hagan aumen-
tar a unos justo hasta donde quieran y dis-
minuir a otros exactamente hasta donde di-
gan basta?
¿Quién quiere que lleve la cuenta? ¿El
intendente de Mar del Plata?
¡No, hombre, no! Todavía, si protesta-
ran como un señor que oí esta tarde. Re-
sulta que, a pesar de que todas las noches
va a la ruleta, todas las mañanas se levanta
temprano para darse su buen baño de mar.
Y, aunque todavía no ha perdido un solo
baño, que se los da larguísimos, parece que
va a volver a Buenos Aires completamen-
te seco...
OLEGARIO REINOSO
72 CARAJ" Y r - A o c T A r

Ambiente
personal
Cree su ambiente personal
con un perfume distinguido
que revele la exquisitez de
su gusto y su persona. A su
alcance están los Extractos
Le Sancy. Cada uno es una
sinfonía de fragancias.

El f r a s c o ,
con su boni-
to e s t u c h e
afelpado, se
vende a pe-
sos 3.90, en
todo el país.

^P^C^^^F^T^^:
Ig SaNc/ N.22.N=33
HsaiA
^^ E L A T A D A
POR SUS
'^-OMANDANTES

^'O que nos dice
'f iylcealmiraate
'arique G.Fliess

x.X.~-»~-*'^~-^- '/'V"'"'

H U t ó H c : fotograba de ,a ; S a r „ , i . n ^ " . - - - ^ ^ i e . ^ U ^ « a U . ^ c u e > a ^bra.U^


"Benjamín Constant". La dedicatoria dice: Al '"^l^'^^H^^Xl^, ofrece con mucha
el viaje encantador que hicimos unto, de Veracruz a ^^ •^«•'ana^
amistad y simpatía su matalote de re, hilmho rerry

^' texto correspondiente a esta


tota lo encontrará el lector en
la página 46 y siguientes.

V iceal mirante
•^nnque G. Fliess.
Lo que dice monseñor Dionisio R. Napal
L don verbal de monseñor Dionisio R. N a - cia y habilidad pedagógica no aprendida, me ore-
pal y la destreza de su dialéctica, han en- paró discretamente a la recitación de oraciones
riquecido la oratoria sagrada. y respuestas y me ejercitó en el correspondien-
Allá en los gloriosos días del Congreso Euca- te ceremonia!, para ayudar misa. Llegó el día de
rístico, cuando todos los corazones argentinos se mi estreno. Según costumbre, n o obstante la in-
h e r m a n a b a n en el recogimiento de una oración clemencia invernal de la madrugada, salimos de
ante la grandiosa cruz que abría sus brazos en casa a las cinco y media. L l e g a m o s a la iglesia
majestuoso símbolo, dominando las arboledas parroquial de Belgrano, dominando todavía las
de P a l e r m o , la palabra de monseñor Napal, sombras. Consigno de paso que esa construc-
como una cascada de agua pura y cristalina, ción monumental, aun hoy se me figura una
parecía descender del cielo para hablarles a los audaz expresión arquitectónica sin rival en Bue-
h o m b r e s en el lenguaje del Señor. nos Aires. L a rotonda produce una armónica y
H o y entrevisto al Vicario General de la Ar- magnifica sensación de grandeza.
mada, y a través de este interrogatorio de leja- " E l trayecto (kilómetro y medio) fué a pie,
nas evocaciones, encuentro al sacerdote en la pues no había otro medio de locomoción para
intimidad de su yo, entrecerrando los ojos, en quienes carecían de coche o caballo. M a r c h a m o s
la emoción del recuerdo que perfila la imagen a campo traviesa.
luminosa de seres queridos, en cuyo corazón los " Recabada del párroco la autorización perti-
años y la vida no han podido debilitar. nente, salí de la sacristía rebosando satisfacción

Como
H a b l a de sí con palabra que lleva m u y lejos.
ano SU
espiritual, portando el misal voluminoso y estu-
— P a r a contestar su pregunta necesito remon- diando mentalmente las maniobras que debería
tarme, cosa que hago con agrado, a aquella le- realizar para que semejante libro no se me vi-
jana y feliz época del vivir en que no contaba niera al suelo. D e cerca, mi padre vigilaba mis
m á s de 8 años. tareas, siguiendo el proceso de la ceremonia.
" Entrecierro los ojos y se m e aparece el paisa- También, próximo al altar, con su libro, asistía
je del viejo Belgrano, que tantas veces me ha he- a la celebración un caballero trajeado rigurosa-
cho sentir en su aspecto sentimental el amor a la mente de negro, de chaqué. E s t e señor, con-
tierra, a través de la adhesión a la patria chica. cluida la misa y de nuevo en la sacristía, vino
" Necesito referirme a mi padre. Intactas con- a mi encuentro y luego de averiguar mi n o m b r e
servó las costumbres y la orientación espiritual y edad, díjome:
que se le imprimieran en el hogar de los antepa- " — Vea, amiguito: p o r su poca edad me ha
sados, en su tierra de origen, Navarra. llamado la atención su correcto desempeño,
" Su deseo, que hallaba eco en mi espíritu, como también la buena voluntad que supone venir-
era verme realizar en la iglesia las mismas fun- se en una mañana invernal como ésta. Lo felicito.
ciones que él llevara a cabo cuando niño, allá en " Y extraj^endo de su cartera un billete que puso
el templo de su Villa de L u m b i e r . Con dihgen- en mis manos, flamante papel de un peso, añadió:
" — Se lo ha ganado usted en buena ley.
" Según lo supe, después, aquel hombre era
don Alejandro Caride. Su prestigio de patriarca
belgranense era inconmovible, pues se funda-
mentaba en una incansable realización de bue-
nas obras. E s t e español a m ó a nuestro país con
adhesión inalterable, a través de su afecto a
Belgrano. Su espíritu de católico ejemplar, des-
de la altura ha de haber asistido lleno de com-
placencia a la transformación de su quinta so-
lariega, donde la flecha de una torre coronada
por la cruz advierte a los caminantes de Cabildo-
la existencia de una iglesia, centro de un colegio.
" Como se ve, la escena, marco de mi p r i m e r
peso, se asocia a la memoria de mi padre y
maestro, del viejo templo, del Belgrano h i s t ó -
.•ico y de don Alejandro C a r i d e . . . "
Lo que dice el doctor Joaquín S. de Anchorena
L doctor Joaquín S. de Anchorena, con anularse, añorar lo perdido, significa compro-
su gentileza proverbial, presta cordial bar la incapacidad para ser feliz y abortar las
_ acogida a mi visita, pero prefiere si- nuevas energías que cada día me despiertan
enciar el recuerdo de su primer peso obtenido y me mantienen en pie de combate.
'^on el trabajo. Cierto es que el doctor An- "Intendente, senador, decano de la Facultad
chorena nació en hogar pródigo, mas las cos- de Agronomía, pa-esidente de la Asociación
tumbres eran inflexibles. No sólo se bebía del Ti-abajo, he puesto en todos los cargos que
sapiencia de los pechos de la Universidad; me ha tocado desempeñar las fuerzas de mi
necesario era hacerse hombre en las tareas espíritu y el celo de mi voluntad.
1 , ,*''''™P° o junto al hermano mayor que ya "La rueda de la fortuna me quitó bienes
liabía instalado bufete de abogado. materiales, pero no se llevó el optimismo y
Si cuando joven me hubieran dicho que la fe, que son partes de mi idiosincrasia.
l^oy, a mi edad, habría de trabajar como lo "Todos los días, desde las seis de la mañana,
hago, sufriendo los escollos de la vida, me me entrego al trabajo. Mis ocupaciones son
"ubiera sonreído. Creía entonces que ésta se- múltiples y variadas y encuentro en la reno-
'la la hora de regalo y descanso. vación constante el placer de sentirme hoy
'Fácil me fué el primer peso. distinto a ayer, renovado mañana.

primer peso...?
"Casi siempre, cuando chicos, ambicionamos
imitar al hermano que llevó pantalones largos
"A pesar de preferir la reserva de mis co-
sas, confieso que la pregunta de "Caras y Ca-
antes que nosotros. Elegí la misma carrera retas" es muy simpática, y lo único que la-
<}ue mi hermano Tomás, y a su lado, mucho mento es no poder corresponder a su simpatía
antes de finalizar los estudios universitarios, con una respuesta interesante..."
trabajé con empeño. Interesa siempre lo que se refiere al doctor
"Yo adoraba la agricultura. Cambié el es- Anchorena, quien ha ganado con justos méri-
tudio de abogado por el campo. Gustaba des- tos una personalidad destacada en nuestro mun-
pertarme y aspirar el aire mañanero, cuando do político y social.
las plantas y flores inclinaban todavía sus Con la misma elegancia con que pronuncia
. cabezas llorosas, bañadas por el rocío de la el enjundioso discurso, luce la galana flor en
noche. el ojal del chaqué, que irreprochablemente viste
"La pampa hablaba a mi espíritu con el el caballero y señor en las tardes del Hipó-
silente lenguaje de los hijos. dromo. — E. P.
"Como se pierde una vida, sentí, irremedia-
blemente, los últimos estertores de la rica
heredad familiar.
''No sé si cuesta más la lucha por la exis-
tencia cuando se tienen veinte años, o en el
medio del camino de nuestra v i d a . . .
"¿ Para qué recordar el pasado ? . . . Revivir
la felicidad que se escurrió de las manos es
VICENTE LÓPEZ
Dos náyades con sus respectivos cancerberos.
De cara al sol
frescas y son.
tientes.
O L I V O S
La gracia y Ja belleza triunfan
por sí solas.

A i a orilla del

ANCHORENA
La fotografía tiene esto de bueno:
acerca la realidad a los ojos y sa-
tura de dulce entusiasmo al misó-
gino más incorregible.

Recibiendo las c a r i c i a s del sol


antes de animarse a sumergir los
pies en la linfa color té con leche.
S, y¡Z* l í o r s e V, re? óe (5ran B r e t a ñ a
l S 6 5 Pastíl Je ¡\Uns«: 19 3 6
I

S. •m. TE6uar6o VIH


^íuevo xiY ^<^ (Bran Bretaña
Señorita Raquel Fresco Monas-
terio, contemplando el hermoso
Señora Olga Gorleri de paisaje. Señor Agustín Digier
Pagano, esposa del go- y su señora, practican-
bernador de Río Ne- do "footing" frente al
gro, en la isla Victoria, lago Nahuel Huap!.

En <!A(ahut; Huapí
iJgal-J'jyi^

El gobernador electo de Familias de Hasenbalg y


"Buenos Aires, doctor Fres- Reichart esperando el trejí
co, y el mandatario de Río en la estación San Carlos
Negro, ingeniero Adalberto de Bariloche. '.
T . Pagano.
Como todos los años, fué celebrada, alegre y graciosamente, la fiesta de Santa Catalina, patrón
de las muchachas de 25 abriles y de las "midinettes". En la revista representada en los Cannp°°
Elíseos fué muy celebrada una interpretación del Negus, a cargo de una costurera.

Jíljis ^'CATERINETTES" de PARlS


interpretaron di 7\¡eguS

Otro de los núme- Mlle. Claire ^o^^


ros de la pieza tea- ssard, elegida R*' g
tral, en el que se de las Cateriflet''¡.
r e m e m o r a r o n los durante el gran P ^^
tiempos de Mimí y le con que se cl^
de Museta. suró la fiesta-
,_ £ 1 !5\ej ^a u t u e r í o ,
.,^j ¡ V i v a el "^^ey!
s¡(j "^ ^^*o y rouy poderoso príncipe Eduardo Alberto Cristian Jorge Andrés Patricio David ha
Eduardo VIII, Rey, por la gracia de Dios, del Reino Unido de la Gran Bretaña e
y délos territorios británicos allende los mares, defensor de la fe y emperador de las Indias."
r\^ »'^'% 1 M*"-^ í
f^,|H^:,,
•fTimiii irrir"ir~T

S 'AVIF' Jsi l*^'==j^#.


•" •••• - ^ " W " ' • '•"•• " ^ '

: %í / ' t / '^'^' k¿;i


f \^t^^^%-

al salir del
El real huésped y el presidente Alvear, puerto en la carroza de gala.

E¡ 17 de agosto de 1925, desembarca P^^ primera vez en Buenos Aires


'"" el Principe ^^ Gales, hoy
Rey de Gran ^e t a ñ a
En la legación de Gran Bre- Pa'ís^"*^ su segunda visita al
taña durante la recepción Urib '^°" ®' teniente general
ofrecida en su honor, en Provisin; ^,"*°"«s presidente
compañía de la señora de rtiJT'f^}' presenciando un
Alvear y de lady Alston, "tcü de box en Ríver Píate.
esposa del ministro británico.

El que iba a ser Rey de Gran cur.=i " ° ' durante sus ex-
Bretaña, después de un vue- tre v°"^^ al aire libre, el Uus-
lo realizado sobre territorio •sitante usaba la clásica
argentino. sorra de vasco.
í-iíee jmL bxm •

E! actual rey de Gran Bretaña, en .su primera visita a la Argentina, siendo


príncipe de Gales, pasa revista a los cadetes del Colegio Militar en compañía
del entonces presidente de la República, doctor Marcelo T. de Aivear.

^
ifj'.»!»:»' * i ^ i . h-^M^'- M
psTMT»

*^^príncipe de Gales, hoy Eduardo VIH, rey de Gran Bretaña, en su visita


j Colegio Militar durante su segundo viaje a la República Argentina, en 1531.
•-o acompañan el entonces ministro de Guerra, general Medina, y el director
« del Colegio, coronel Reynolds.
El ministro de Relaciones Exteriort^
de BoHvia, doctor Tomás M. Elío, po-
niendo su firma al pie del documento.

El presidente de la delegación del


Paraguay, doctor Jerónimo Zubiza-
J^prisioneros de Bolmay Paraguay podrán ll^^^^ a sus hogares o la f
rreta, firmando el acta.

"Aspecto del Salón Blanco de la Casa Rosada durante la solemne reunión en q^f ,^5 ^^ Se ."^^ si acuerdo entre Paraguay
y Bolivia para la total devolución de los prisioneros, el mantenimiento de las med''* dipio^^?<iad y la reanudación de las
"eticas.
relaciona*
Mar del

Cuando la lectura es
interesante, lo arbi-
trario del asiento es
lo de menos.
'"'os de M aie ^

Señores Palmier y doctor R k d coa María Luisa


sus respectivas esposas y Otros veta- Raggio.
neantes. , • , ,
Ha Ilegrado a Buenos Aires
el nuevo ministro de No-
... d irección de administración del Ministerio de Instrucriñn P.-.KÍ!„ ruega en la A r g e n t i n a ,
sión del Teatro Cervantes a la Comisión Nacional d" C u l t u r r n^r l f*""? * " ? " " • señor Rolf Andvord,
del Teatro Nacional de Comedias '^ funcionamiento

El doctor Luis A. Podestá


Costa ha sido condecora-
do por el gobierno de Bél-
gica con la Orden de la
Corona.

El poeta y p e r i o d i s t a
Eduardo Blanco Amor fué
obsequiado con un "xan-
t a r " en la Casa de Gali-
cia, celebrando el éxito de
su jira por España.

En el hospital Salaberry
fué inaugurada una biblio-
teca circulante organizada
por la asociación femeni-
na Unión y Labor.

Fue ofrecido un banquete en el Alvcar


Palace Hotel al nuevo director de
tralor de la Producción FrutícoJa,
niero Adrián Ollivier, hijo.
Nos ha visitado,
en jira de confra-
ternidad i n t e l e c -
tual, el periodista
carioca doctor Al-
fredo H o r c a d o s ,
director de la re-
vista "Nacao Bra-
sileira".
Varios socios d e l
Club Albatros ex-
hibioron un p l a -
nt'adoi disefíado y
c o n s t r u i d o por
ellos mismos.
LO QUE PUDO HABER HABIDO
Si el león que se escapó d ^ circo de !a Costanera, provocando verdadero pánico, en lugar de volver a la jaula, hubiera h « h ° " " «
» l ! L « d . ^„r i L catle^ del centro ; qué hubiera ocurrido? ¡Menudo susto para los tartarines porteños! ¡Menudo lio en e ya endiablado
rl?rco c l X d a n o ! Y t a cac^^^^^^^^^^ colectivos, taxímetros y carros de reparto hubiera terminado con el león puesto en
dos patas y con las manos en alto, exclamando: "; Basta ! ¡ Me rindo ! ¡ Que me lleven otra vez a la jaula!
Don Felipe Castro, Don F. Luis Sici-
Don Alfredo Este- diputado nacional e liano, d i p u t a d o
provincial. Don Leo Italiani,
ves, senador pro- intendente. p r e s i d e n t e de la
vincial. Comisión Adminis-
tradora del Hos-
pital.
De la sociedad de
Lomas de Zamora

Señora Selika Mos-


queira de Fernán-
dez Barrio.

Señora Nelly Dick-


mann de Capece.
Edificio de la Intendencia Municipal.

LOMAS de Z A M O R A
Una bella y floreciente ciudad
pro ^^P."^^^°^ d^ ^os jesuítas y los patriarcas del pueblo. — Impulso
j.yj^^^^^sta. — La tradición de un nombre. — Periodismo y progreso
ural, — Don Antonio Mentruyt. — Damas beneficencia. —
Un hospital modelo.
EXPULSIÓN DE LOS JESUÍTAS Y " denó el Rev. P. Rector Juan de Roca, se hicie-
J~OS PATRIARCAS
Í-U6 PATRIAi DEL PUEBLO " se tocar la campana para que en su aposento
" se juntase la comunidad y haciéndolo así, con-

E
fu,
real decreto de expulsión de los jesuí-
as que ocupaban las posesiones españo-
'?«' se dio el 27 de febrero de 1767 y
"
"
"
currieron los padres jesuítas y comunicado el
objeto dijeron: que lo acataban con toda re-
signación y para constancia, lo firmaron".
agentes''"^^'^'•'•'^''^ '""^ instrucciones para que los Enumeráronse las tierras que poseía la comu-
ties en jPí°'^'^^''^'^an a la confiscación de los bie- nidad de este lado del Riachuelo o "de esta
^« ético "í*^' ^^ ^' '^^ "^"^° '^^^ '"'^'"° ^"°- banda", como dice, e igualmente de la otra
Us prn"?^'^'^° P^"^* hacer efectivo tal decreto en banda. Frente a dicho colegio de los P. P. jesuí-
ParaguJ'""f '^'' ^'° ^^ ^^ P^^'^^' Tucumán y tas, poseía la comunidad una estancia que dos
"^aballe / ' j * ^ sargento mayor del regimiento de años antes habían comprado a don Juan de Za-
^ález p Buenos Aires, don Francisco Gon- mora y que por los accidentes que caracterizaban
ción dp ^ " P'^°"der a la confisca- su suelo se le denominaba "Las
-
Siesos "2. temporalidades de los reli- /X Lomas". He aquí el origen del
jesuítas, fué labrada un acta
'^„peug;;: nombre de la ciudad que nos ocu-
"iguíp'^j.^'^'^'^ e Intimación, de la pa, de cuyas tierras fué el primer
Jientes manera:
P ID poblador don Juan de Zamora.
;; de i'^7g7"™°s Aires, a 3 de julio En el acta de venta de la estan-
'» "^'a de 1 ^^ teniente de ínfante- cia Las Lomas, al mencionado co- •
•- '^ tron '"^"^^ *^^ Forasteros, an- > legio de Belém, la ubicación de di-
•' '^^ de 1 ^ '^^'^'S^s, siendo ías cin- chas tierras se establece así: "En el?
„ Casa fi ""anana, pasaron a la paraje que llaman el Cabezudo o
„ ?. ¿g residencia de los Rev. P. Alto Verde, distante de la ciudad de
abiei-f, 1 '^'^'"Pañía de Jesús y Buenos Aires como dos leguas a la
'* 'a puerta al llamado, or- Busto del monumento
don Manuel Castro. otra banda del Riachuelo..,', etc. Al
rARA.r Y CA-RETA/
IMPULSO PROGRESISTA

A partir del año 1897, comenzó el impul-


so progresista de Lomas y este adelante
debía convertirla años después en el ini'
portante centro de actividades actual. Por ha-
llarse sólo a veinte minutos de la Capital Fede-
ral, es obvio abundar en detalles que son del
dominio público, ya que sus diversos caminos
de acceso constituyen una red atrayente. Si bien
es cierto que no ha adelantado extraordinaria-
mente en cuanto a arquitectura se refiere, en su
parte céntrica no obstante, se destacan algunos
hermosos edificios, y donde, en cambio, alcanza
el grado máximo de buen gusto arquitectónico,
en el más variado de los estilos, es en los ba-
rrios Parque, de las vecinas localidades de Bán-
field y Témperley.
Fachada de la iglesia parroquial.
Lomas no posee grandes monumentos, m
poco tiempo, pasado que hubo a posesión de la paseos públicos a excepción del bello parque de
Real Hacienda la estancia de Zamora, a pedido Santa Catalina, en cambio, su zona urbana se
de los primeros vecinos fueron subdivididas las ha extendido, el conjunto de su población es
chacras, actuando como agrimensor el Alcalde compacto y no ofrece claros. Posee en total mas
de la Santa Hermandad del partido de los Quil- de 1.600 cuadras pavimentadas hallándose en
mes y de esta suerte se adjudicaron las parcelas vísperas de ser ejecutado en hormigón el cami-
el 14 de mayo de 1821. Años más tarde, aque- no de cintura que vinculará los pueblos del oeste
llos pobladores realizaban su labor de progreso con Lomas, Quilmes, Cañuelas, etc.
y en 1853 manifestaban la necesidad de cons- La ciudad está orientada de norte a sur y la
truir un templo. El juez de paz territorial cruzan en todas direcciones una extensa red de
convocó a una comisión de vecinos para que in- ómnibus, varios de los cuales conducen a la Ca-
fluyeran en la prosperidad de Lomas de Zamora pital Federal, varios ferrocarriles atraviesan el
y hallamos con este motivo los nombres de: partido, además de los tranvías del Puerto de
Patricio Bookey, Jorge Dondar, Martín de la Buenos Aires y Eléctrico del Sur.
Serna, Francisco Pórtela, Julio Pantú, Claudio
Affloedo, P . Sánchez, Pedro Alais, etc. En 1861
las Lomas de Zamora se declararon partido, LA TRADICIÓN DE UN NOMBRE
contando ya con un templo, dos edificios para
escuelas y varias casas particulares. Aprobado
por la legislatura, se crea en 1863 el pueblo, y
su fundador, don Victorio-^Grigera, accediendo
a un pedido del general Mitre, apellida al nuevo
pueblo. La Paz, conmemorando la paz defini-
C UANDO el cronista visita una ciudad,
ávido de escrutar en su historia y en los
hechos de sus hombres principales, no
tarda en inquirir nombres y detalles, en procu-
tiva de la República, anarquizada por el despo- ra de la nota meritoria que por tal merezca ser
tismo y la barbarie. destacada en capítulo de honor. Así ahondando

Pintoresco autovía, único medio de transportí- coletlivü (juc wnt. U lottilifUJ de líaíiíitl'J t-oii VjUa
Albertina.
CARA./ Y CARETA/ 95

? '^s raíces de cuanto significa un paso hacia


l^ progreso en Lomas de Za mora, nos encon-
amos con un nombre que al hablar de la her-
mosa ciudad, no es posible silenciar.
Comienza la historia hablándonos de un bri-
dante jefe de las milicias ciudadanas en 1880
1*^^ se llamó don Manuel Castro; tomó parte
^5^iva en la causa de las instituciones y su ac-
loiv se destacó con meritorios relieves; más tai-
Qe secunda eficazmente a don Narciso Aráoz y
*"ita en las filas nacionales durante las épocas
^ Alsina, Pellegrini y Roca. En 1891, coman-
^'ite militar, luego intendente y desde esa fe-
. senador; varias veces presidente de la Muni-
"Pahdad, comisionado del Poder Ejecutivo,
"Miembro de la junta electoral tercera y reelecto
^nador hasta 1910, año de su fallecimiento. Vista parcial de la plaza Grigera.
a quedaba en ese entonces una vasta obra de
Pi^ogreso cumplida en favor de la ciudad que hoy capitulo a quienes, con acierto, rigieron y rigen
anta agradecida en una de sus plazas el bron- sus destinos desde hace más de cuarenta años.
| " e perpetúa su recuerdo.
P '^ ^sta época, casi a imposición de sus ami-
PERIODISMO Y PROGRESO CULTURAL.
ció^' ^'A^° "^^^ Felipe Castro, su hijo, la direc-
— DON ANTONIO MENTRUYT
en(f partido, continuando en la obra de
or if'^^'^™'^"'" '^^ ^^"-^ ciudad, que para su L periodismo local, cuenta con diarios y
Do^ p 9'^upa el tercer lugar en la provincia,
j- "'^^lipe Castro rige los destinos de Lomas,
dan ^^ Pfímer ejemplo de laboriosidad ciuda-
E periódicos de importancia, al frente de
los cuales se encuentran plumas de indis-
cutible valor, exponente del desarrollo alcanza-
, 5'> sencillo, llano, sinónimo de bondad, se do por la intelectualidad de sus dirigentes. De-
¿Q impuesto en el corazón de su pueblo, tenien- bemos citar entre los primeros, al prestigioso
actu ^- la corrección de sus procederes. Su colega "La Unión", fundado en 1897, dirigido
cial ^^'x^ ^^ múltiple en la Legislatura Provin- por don Luis Siciliano, secundado por un puña-
tend . ^'•^O'^al, habiendo desempeñado la In- do de periodistas avezados, que componen un
clü ^'^'"'^ '^^ Lomas durante varios períodos, in- diario digno de la importancia de la ciudad. Si-
Part '^•"^ ^^ inicia. En su actuación ha tenido gúele "La Comuna", destacado exponenle pe-
en 1 ^'^'•'^a en el plan de caminos y desagües riodístico que dirige don César Baez. Al visitar-
Prn ^'•^l'dad y actualmente es autor de un los, recibimos la frase de aliento y la expresión
cugu^^° para dotar de edifico propio a la Es- de alta estima de que goza CARAS Y CARETAS
?(•»„• /^°''wal Nacional, que funciona en la pro- entre sus colegas y hoy, al significar su agrade-
^''j;f^ localidad de Bánfield. cimiento, el cronista cumple con un grato deber.
—- a f 1^"^ ^^ Lomas, hemos creído un deber Figuran, además, varias otras publicaciones de
uer de periodistas sinceros — dedicar un importancia: "El Pieraldo", "Bronce", "Vclo-

' * <lue dUfrutsn da los beneficios que les proporciona la colonia de vacaciones que- fui><,inna
eu S a n t a Catalina,
CARA,r Y rwPTA.r

Médicos y practicantes del hospital Luisa C. de Gandulfo.

cidad", "Principios", "Lealtad", "Crónica", con que cuenta la ciudad de Lomas de Zamora.
etc. El progreso cultural en materia de ense- Otro establecimiento educacional de impor-
ñanza, forma un parejo pendant con el adelanto tancia es el colegio de la Inmaculada Concep-
de la ciudad. Lomas ha contado en todos los ción, fundado en 1905, que tiene un alumnado
tiempos con hombres entusiastas que han puesto numerosísimo, con un personal docente de t^-
sus afanes e inteligencia al servicio de su engran- ligosas y seglares educacionistas expertas, inspi-
decimiento educacional. Un nombre que perdu- radas en los principios básicos de la educación
ra en el recuerdo agradecido de los lomenses es cristiana. Sus alumnas egresan con títulos ofi'
el de don Antonio Mentruyt, fundador de la cíales expedidos por el M. de Instrucción Pú-
Escuela Instituto Popular Modelo, base de la blica, a saber: maestras normales, bachilleres y
Escuela Normal actual, también fundador y pri- los profesorados de francés, piano y violín, artej
mer presidente de la Sociedad Popular de Edu- decorativas, etc. Destácanse también los colegios
cación, una de las instituciones más meritorias Parroquial y Manuel Belgrano. Colaboran en la
de la ciudad. labor de educación popular, las bibliotecas ái
La revelación más elocuente del desarrollo la Sociedad Popular de Educación, el Centro
educacional de Lomas de Zamora es la crecida Cultural Ars y otros. Entre las instituciones
cantidad de escuelas que funcionan dentro d;l benéficas de importancia, merece ser destacad?
partido, siendo de las principales la Escuela en primer término la Escuela Profesional de
Normal Nacional, justo motivo de orgullo de Mujeres Julia Moreno de Moreno, patrocinada
la ciudad lómense; dirigida por el profesor Saúl por una comisión de damas, presidida por la
Sandes, sobresaliente figura del magisterio na- señorita Mercedes Moreno; vice, Esther T . de
cional, a quien secundan eficazmente, además de Pardo; secretaria, Rosa B. de Pórtela; tesorera,
la vicedirectora y secretaria, la señora Mana E. Josefina Predianí; vocales: Laura G. de Grasso,
Rodríguez Bustamante de Demaría, que tien? Arminda B. de Gil, María T . M. de Calderón
a su cargo la regencia del departamento de apli- de la Barca, Zulema G. de Glennon y Margarita
cación. La señora Demaría es una distingui- D. de Castro, dama esta última de extensas vin-
da educadora que posee relevantes condiciones culaciones, que se destaca en múltiples obras
de escritora, poetisa, conferenciante y autora de filantrópicas y a quien debe la institución que
numerosos trabajos pedagógicos. Es uno de los nos ocupa gran parte de su prosperidad. £ n
valores intelectuales femeninos más destacados nuestra visita a diversas instituciones de Lo-

La presidenta y la secretaria de la Comisión de Damas Aí>peclo p a r o a l de! refettono de! referido estableci-
Vicentinas y personal religioso superior acompañando miento benéüco que sostienen las damas vicentinas,
a n u e s t r a enviada en su visita al Asilo Amor Maternal. durante la hora del té.
A I? A r V r- A 111—r A r

t i n a clase de ejercicios físicos en el gimnasio de la Casa del Niño, en Bánfield.

Pens 1 ' ^ ° " ' la señora de Castro nos dis- Para terminar ,diremos que el hospital Luisa
apQ ° ' ' amabilidad de su compañía y de su C. de Gandulfo desempeña su humanitario co-
dolo ' "^"^ agradecemos una vez más, aprccián- metido bajo la eficaz dirección del doctor Anto-
niere ^^ ^^'^ grado que tan gentil dama lo nio Godoy, a quien secunda un personal técnico
joven, residente en la localidad, que alterna sus
gfjj'''^^ comisión de damas, meritoria en alto tareas con las de la Capital Federal. La presi-
Vicen't ^!J "^^ ^* Conferencia de Señoras de San dencia de la Comisión Administrativa la desem-
KalÍ7 1 ^^"^' Nuestra Señora de La Paz, que peña con todo acierto el señor Leo Italiani,
ternar- .,^°^'^"imiento del "Asilo Amor Ma- quien ha firmado el balance financiero del año
bres" '«p^°^^SÍo San Roque", "Casa de Po- 1935 con un superávit de treinta mil pesos, ci-
elogj' Cintro Catequístico", etc. No menos fra que supera a la mejor frase elogiosa.
dgj j-v?^ ^^ la acción de la comisión de señoras
"T , IfPensario Antituberculoso de Témperley.
"Ho í ^^^ •^™o"' "El Hogar Elordi" y el E N V I A D O E S P E C I A L '
^gar Bernardino Rivadavia".
vefsj ""^'? ^1 movimiento social y deportivo di-
cos A„ !?'^"iades de importancia: Clubs Atléti-
iawti 4-^^1^'^is, Bánfield y Témperley, Gazcón
Inglés I ""'^ ^^"^' ^^ Cumbre Club, Club
Don Ramón L. Cortés
gj ' Lomas Athletic, Círculo italiano, etc. U n a d m i r a b l e e j e m p l o cíe filantropía.
en ^^ "*°'vimiento mutualista es considerable y
las so •^!'^''^° realizan una pondenble acción
ptegjjí^^'^^ades: Española de Socorros Mutuos,
E L actual secretario
de Obras Públicas
de la Intendencia de
liomas, señor Ramón I*.
Cortés, que ocupa, el car-
es ajgj! ^ P""^ don Antonio Quintana, quien no go desde el primero de
entidad* í . . .'^^'^'^"t'í progreso alcanzado por la- enero, no es un impro-
visado en las funciones,
liana tT P'Sna de mención es la Sociedad Ita- ya q u e t i e n e de los
nvás, f^'^^ é Stella, fundada en 1882, y sde- asuntos comunales la ex-
periencia de muchos lus-
su poj°3 '^ diversas colectividades despliegan tros en el Concejo Deli-
LQ ^"^able acción mutualista. berante de la ciudad y
en el Senado de la Pro-
cial e •''^°'-"Pa un preponderante lugar comer- vincia, donde ocupó una
decabl "^ ^^'^rial; su población obrera es consi- banca durante un perío-
do completo.
tal L^- ^ ^'^ fábricas son numerosas. El hospi- El 31 de diciembre último finalizó su presidencia
gtesist ^"^ • '^^ Gandulfo hace honor a la pro*- en el Consejo Escolar del distrito y en ese período,
elogroV""di'd y ' no nos excederíamos ".n el se realizaron obras de progreso y asistencia social
que destacan al funcionario por su dinamismo y
v¡H(.¡j ' "ácimos que honra también a k pro- acierto. Estableció el sistema de distribuir ropas
elevad'a '^ '^^'^imiento asume proporciones muy de abrigo y calzado y procuró recursos de la co-
muna en favor de los niños menestC'rosos, a quienes
tvivo o ^'^ relación a su capacidad. El cronista no alcanzaba la acción de las copenadoras escola-
res. Fundó ima escuela en la aona de Villa Inde-
P^lden '^'^''^''"^ '^'^ recorrer sus distintas de- pendencia que funcionó en el año 1934 sin que la
^bsolut*"'^^' ''"^probando el aseo y orden más D. de Escuelas pagara local por falta de presu-
puesto; ei señor Cortés solventó dichos alquileres
dispjj, " '^omo asimismo la atención y esmero a fin de no restar un centro de enseñanza a una
l^oiatori ^'^ ^"^ preparación de recetas del la- población que lo reclamaba. Súmase a esta obra
meritoria aun otra mayor, que cierra con broche
Magdaig*^' ^^ ^^^^^^ del cual se halla la señorita de oro la actuación del señor Cortés. A su inicia-
^^''^titas^T ^'^'°'^''"°' Jif^ de farmacia, y las tiva se debe que la colonia de niños débiles que
funciona en esta ciudad, en el establecimiento San-
'^^'^tes. pi " } ^ ^^1 y Sara Mesutti como ayu- ta Catalina de la Universidad Nacional de La
^iviosjj^ |,.'^°''5lo de las mejores marcas impera Plata, sea administrada por el Consejo Escolar.
Dicha colonia es la primera instituida en la Pro-
^^ '^inco^ •^'^^"^'•°^ básicos, expendiéndose más vincia y está conceptuada como modelo en su
'trabajo /^^^ recetas mensuales, además de un género. E l señor Cortés ha puesto su infatigable
empeño en pro de esta magna obra y tal esfuerzo,
''lisniQ ^ ^^'^ mil ampollas preparadas en el es digno del más caluroso aplauso.
98 CA.VLAJ- Y C A R E T A S

HISTORIA DE LA FRAGATA "SARMIENTO" (Cominuadón de la págka


los brindis—me expresa el vicealmi- Pero, díceme, sonriendo, el navegante:
rante F l i e s s , — h a y que recordar espe- — Como no teníamos bandera repU"
cialmente esta frase del presidente blicana de Portugal. . . cuando llega'
Taft: "Me siento miuy satisfecho por hamos frente a Lisboa, por el río TaJ"»
haber sido argentina la primera nave el jefe del arsenal me mandó a
de guerra extranjera visitada por un bordo
presidente de los Estados Unidos". un ejemplar de la enseña que se aca-
Tras ese grato y significativo recuerdo, baba de adoptar.
acude otro a la merrioria de mi interlocutor Poco antes de separarme del vicealmifCi'^'
eminente: te Fliess, recibo su autógrafo, como una dS'
— Encontrándonos en Francia, en ferencia especialisima para "Caras y Care'
liantes, se produjo la revolución por- tas", ya que no le agrada escribir autóg''^'
tuguesa que derrocó la monarquía y fos. Y cuando me sale a acompañar hasta ¡-^
proclamó la república. Entonces reci- puerta, al despedirme, deténgame un ins^
bí órdenes de ir a Lisboa con el objeto tarite estrechando su mano fuerte. En la míi^
de saludar al pabellón republicano. De dijérase que palpita, misteriosa y agradeci-
suerte que la "Sarmiento", malgra- damente, la memoria de los náufragos d^
do una fuerte tempestad, de las que la barca inglesa "Golden Gate" a quienes
son clásicas en el Golfo de Vizcaya, allá en Puerto Deseado... salvara de. W
llegó a la capital portuguesa, sien- muerte el entonces comandante del "Azo-
do el primer buque extranjero de gue- pardo".
rra que honró la bandera democráti-
ca de Portugal. cj^^^jLUÍVvüL^lr/

Uno de los as-


pectos modernos
de Lomas de Za-
mora es la Sucur-
sal Lomas de La
Compañía Swiít
de La Plata des-
de donde se dis-
tribuyen d i a r i a -
mente entre los
almacenes del ra-
dio, su amplia va-
riedad de carnes,
frutas y leguin-
bres envasadas V
toda clase de em-
butidos y fiam-
bres.

L Jockey Club de
Buenos Aires ha
inaugurado reciente-
mente en San Isidro el nue-
vo hipódromo, cuyas insta-
laciones han sido construi-
das en hormigón armado,
notable obra realizada por
los ingenieros contratistas
señores Boccazzí y Cía.;
ubicados con oficinas y es-
Las tribunas protesionales, "paddock ' y popular y demás obras accesorias
tablecimiento en la calle
del notable hipódromo, dan idea de la excepcional obra realizada por los Humboldt 14S8, Buenos
ingenieros contratistas Boccazzi y Cía. Obsérvese el techo voladiza, cuya Aires.
visera dei "paddock" tiene un vuelo libro da 18.50 metros.
C A R A ^ Y CAREiAJ 99

'Caras y Caretas" en Lomas de Zamora


Una Administración Ejemplar
L OMAS de Zamora es una
ciudad moderna, a esca-
PPH ^^^ minutos de la Capital
licia ' "^"^^^ autoridades edi-
neral en los servicios de limpie-
za y alumbrado y en ios moder-
nos sistemas de transporte, sien-
do numerosas las line.-is de óm-
nibus y tranvías que la cruzan
con t ^^ ^^" preocupado de su en todas direcciones.
stante progreso, distinguién-
actM^f? ^^*^ afanoso empeño, el En el cementerio local se cris-
talizó un anhelo largamente es-
1P„~°, f "tendente Municipal, don perado, , al construirse pavimen-
dSÍ^.S-P^'-«y™q"«.cka pon- tos interiores, red general de ca-
da oh "'"*""smo, realizó íecun- ñerías de aguas corrientes, de-
"D''a publica y administrativa, pendencias para la morgue y pa-
rent, *"'^ *^" '^''eve período, las redes exteriores, todo lo cual lo
cue f =°™"nales definen su cs- ha convertido en una de las me-
tuadn ^""'"istrativa, de acen- jores necrópolis de la Provincia.
vánri^ '•fsgos evolutivos, elc- El señor Pereyra gestionó y
*ndose
805 la recaudación
1 ,;.'"• ''-^«'uuacion üde pe- obtuvo la sanción de numerosas
año 1933-^^¥2'
? ^ 1933; logrados en
a $ 1.528:881.85 en el el Intendente Municipal, seftor L0O- ordenanzas de interés general y
año 1934'_ poldo S. Pereyra. contribuyó a la radicación de
el „„:"/• y. a í 1.620.000.— en importantes industrias, con evi-
^"e termina,
^ o •
"'stración ^^itr'^ ^ ^° ''"? ^^ usual en la admi- dente beneficio para el vecindario,
se c a r ' ° " pública, 1. la acción
: Í . . del
J . , señor Pereyra
..-_.. D Orientó su acción con moderno criterio so-
aumg,^'^*®['^a por la rebaja de impuestos y el cial, francamente apoyado por el Honorable
tivo- 1 \°^ sueldos al personal administra- Concejo Deliberante, que le prestó siempre par-
la j L . .^eación de nuevos empleos exigidos por ticular apoyo. La rendición de su gestión admi-
rosas'\' comunal; la construcción de nume- dos los partidos políticos. El señor Pereyra
la'ijg °"'"^s públicas, entre las que se distinguen nistrativa fué aprobada por unanimidad por to-
linijt " ° ^ ^ avenida que une la ciudad con los actuó antes como concejal y presidente del Con-
las c u Almirante Brown y Avellaneda, por
sépt¿ Alsina y Almirante Brown; la cámara cejo por varios períodos, militando en las filas
Site ^ ^"^ *' hospital municipal; obras de desa- del Partido Demócrata Nacional desde su ju-
eti 1^'" ^^. ?ona oeste del Partido; ampliaciones ventud.
^^_6dificios públicos y un mejoramiento ge- E N V I A D O E S P E C I A L

r ^—^— ~ ^—^ ^—' ^—


^^ mano de la naturalei^a dotó al partido de Lomas
de Zamora de una//«jPSPMPiW»
maravillosa surgente
está provista de una preciosa combi-
nación de sales, que la dotan de un
extraordinario poder digestivo.
Esta surgente ha venido a echar
por tierra el prejuicio de que las
aguas m i n e r a l e s
surgían única-
mente en regio-
nes montañosas.
La demostración
en este caso no
p u e d e ser más
elocuente.
La indus"tr'ali-
zación de dicha
agua, ha dado lu-
gar a un fuerte
impulso al comer-
"íPüfe •' "*' *»C"Ji mineral "Villa Albertina . Momento que
cio local, con el
CIO el agua con un rendimiento de 8212 litros por hora. agregado de que
ahora en la mis-
li •
'Ora f ^^ •^^ O- del partido de Loimas de Za- ma Capital Federal se poe-
^Podp'^ '•''ano de la naturaleza ha manifestado de consumir a g u a m i n e r a l
jl'ida, ,/;, ^''" con un mínimo desembolso
•Ir-
•"•ida '" medio
"^cdio de
de una
una zona absolutamente con
zona absolutamente un Hinmuo uL-oc.^yw»^"
"lidarí ^ ''^"a, surge desde 88 metros de profun- del que se estaba obligado
kl, "n poderoso chorro de agua, con fuerza a p a g a r . La C o m p a ñ í a
toa t ,se eleva a considerable altura. ,Según Agua Mineral Villa Alber-
*^>Jaf"f ''acefundada
'«adrT^^"^' tiempo, ense estudios
sabe quegeológicos
la napa derea-la efecto,
tina, e suna intensa campa-
t á desarrollando al
Ha.8 fFSe dicha agua, nace en el Alto Ama!o- ña de difusión periodística y
"^ftam ^^'')- El análisis practicado por el De- radiotelefónica, que ya ha
^«nto de Higiene establece que dicha agua dado sus frutos.
100 C A R A / Y CARETAS

De L o m a s de Z a m o r a ,,—-^

Ecificio del i m p o r t a n t e Colegio de la Inmaculada C o n - M o d e r n o edificio del Colegio N ? 1.


ceoción.

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101
C A R A / Y CARETA/

Algodonera Argentina Témperley


S OBRE la avenida Necochea esquina Pi-
chincha, ocupando una vasta extensión
de terreno, rodeada de un precioso par-
lie, se levantan los edifi cios de esta impor-
tante fábrica de la localidad. Instalada con las
"maquinarias más modernas de la industria, ha
dado un gran impulso a esta zona. En sus de
pendencias hallan ocupación cientos de obre-
"^os que abundan en elogio para la firma que
•mos ocupa.
Su propietario, el señor Jorge Cobe, es un
conocido y apreciado industrial, con muchas
•vinculaciones en la Capital Federal, a quien

Los señores José Cobe y Enrique Joña con nuestra


repórter.

secunda en su dirección del establecimiento sus


hijos: José, poseedor de vastos • conocimientos
de la industria textil, y Amadeo, estudiante de
ingeniería.
La producción de hilados de la Algodonera
Argentina Témperley, es destinada para la fa-
bricación de tejidos de bonetería en general.
Fabricando también el famoso ovillo de ma-
cramé marca "Nacho".
La Algodonera Argentina Témperley abas-
tece a las más importantes tejedurías de la
'Jna parte de este establecimiento. Capital Federal.

pN HOMBRE Y
JJNA ACTUACIÓN
PONDERABLES
^ Al nombre de don E u g e n i o
^- Gandolfi lo rodea en todo
i-twnas una aureola de respeto
JosE GATTO
y estiitiacióji j u s t a m e n t e merre-
rf"- Es el premio de los que
ponen sus condiciones de bon-
° W . caballerosidad y hombría
°e_ bien ai servicio d e cuantos ie necesitan. El
»=nor Gandolfi es un admirable fUántropo y lo
"a demostrado con hechos altamente encomiables.
yesde el a ñ o 1928 al 1931 desempeñó la presi-
dencia de la comisión administrativa del hospital
EMPRESA
i ^ a l , efectuando infinidad de mejoras, por colec-
tas y donaciones gestionadas por su intermedio.
'.'Suran entre las "principales obras, k construc-
de
ción de la sala de niños, donación de la familia
°.e ^-respi; pabellón de maternidad, donación fami-
" ^ Kamlrez-Amoretti. Sala de primeros auxilios,
laboratorio y farmacia, pavimentación, etc. Lava-
CONSTRUCCIONES
^^^O; secadero, cocina y demás, proyectado y di-
^%Mlo ix>r el señor C:kindolíi.
. 'Jtro iniíportante rasgo d e su espíritu humanita-
"?' es la construcción del Dispensario Antituber-
tttoso de Témperley, y si a esto agregamos a ú n las
^ n a c i o n e s realizadas en favor del bien público, e n .
~°ntratuos la justificación del aprecio unánime de
1 ^"« goza en IxMíias el señor Eugenio B. GandoJfi.
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102 CARA^ Y CARETA/

De la gracia ajena

PRINCIPIO DE TEMPORADA D U D A CRUEL


— ¡Pues n o sabemos qué hora e s !
— ¿Pero n o te da vergüenza, desgraciado? — ¿ N o tienes las nueve?
¡Hay que ver cómo has puesto en una semana — Marcha tan mal, que n o sé si son las nue-
el abrigo que usó tu padre seis años seguidos! ve de la noche o las de la mañana. . .
(De Estampa, Madrid) (De Estampa, Madrid)

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Anuario Socialista"
D ESDE hace nueve años la editorial
Vanguardia publica un volumen, di-
rigido por los señores Juan Antonio
Solari y Ángel M. Giménez. El "Anuario
teros, Rovetta, Kirrmann, Moreau de Jus-
to, Moret, Palacín, Reynés, Chocovar, Og-
burn, Spur, Bianchetti, etc., recortes de es-
critores célebres, notas ilustrativas, datos
Socialista" es una obra cultural que honra curiosos y útiles y otras páginas novedosas
a sus autores. Cualquiera persoriá culta o hacen del "Anuario Socialista un hermoso
deseosa de instrucción encontrará en esas medio de divulgación.
páginas motivos de deleite. Aparte de t o d o c r e d o p o l í t i c o , es
Firmas com9 las. de Repetto, Dickmann, justo alabar la nueva expresión de esta
Peres, Besteiro, Berrondo, Montiel Balles- obra.

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C A R A / Y CARETA/ 103

La carrera Eantástica de Sud América


Por PEDRO FIORE
S ERÍA inútil buscar en
el historial de nuestro
automovilismo para en-
contrar una carrera automovl-
nadie los olvide: Emilio Kars-
tulovic y Virginio F. Grego.
El primero es el creador de
ca, 1121,200 kilómetros, y
de Bahía Blanca a La Plata,
por Necochca y Mar del Pla-
ta, 968 kilómetros.
la prueba, el segundo el fi-
'stica que se asemeje a la que nanciador de la misma. En total se recorren ceica
*^ disputará a mediados del El Gran Premio Internacio- de 7.000 kilómetros a través
"les de febrero. nal de 1936 comenzará en de todos los buenos y malos
Remontarse hasta los co- Buenos Aires y las etapas a caminos del país y más de mil
^lenzos de nuestro deporte realizarse son las siguientes: kilómetros en territorio chi-
^otor, sería perder el tiempo. Buenos Aires a Córdoba, por leno.
°asta con recorrer el libro de Rosario, Santa Fe, Rafaela y Se calcula que en concepto
°ro durante doce meses. Allí San Francisco, 954,700 kiló- de premios se distribuirán
^ncontrarán los lectores de metros; de Córdoba a Men- unos cien mil pesos, suma
^ARAs y CARETAS algo que doza, por la pampa de Acha- nunca igualadas en donacio-
'^ J parece. Más allá, no.- la, 703,900 kilómetros; de nes para carreras automovilís-
'• orque la que se anuncia Mendoza a Santiago de Chi- ticas de Sud América.
le por el Cristo de los Andes, La nueva fórmula técnica
dfrf T"^ P'-"°"'° ^5 ^" "^^^^^-
aa algo que tan sólo tienen 371 kilómetros; de Santiago de la prueba es desde luego
c m ' ^^ comparable con los de Chile a Temuco (Chile), muy liberal. Bastaría que di-
„ ^menes sensacionales que 788 kilómetros; de Temuco a jera que se puede correr sin
j l «an realizado en el Viejo Neuquén, cruzando nueva- lirnitaciones y con cualquier
ando, donde el automovi- mente la Cordillera de los An- tipo de coche para expresar en
ismo y en general los depor- des por el sur, 546,400 kiló- forma clara lo que será el gran .
^^ mecánicos han adquirido metros; de Neuquén a Barilo- certamen.
na fama realmente mundial, che, 493,800 kilómetros; de Para la organización del
cha K "^^^ podemos, a mu- Bariloche a Comodoro Riva- mismo se encargará nueva-
. honra, proclamar que la davia, 947,900 kilómetros; mente el Automóvil Club Ar-
^^ gentma posee la más gran- de C. Rivadavia a Bahía Blan- gentino, de allí que existe un
' '^ más fantástica carrera sello de garantía indiscutible
automovilística del continen- en este sentido.
CADENAS Los corredores argentino^.,
f ' ^' ^m duda, una de las más
«mosas del mundo entero. PARA chilenos y uruguayos se alis-
on» sólo podría recordar PANTANOS tan. Van recorriendo la ruta.
man''^ Italia, Francia y Ale- Creo que varios centenares de
aiil '-^ ^^ disputan, carreras si- pueblos que quizás jamás su-
(•í ^'•^^' pero con otro criterio piercn de cosas del motor, vi-
virán este año su día de gran
nnTu' ^' '^^^^^ Iwego, con pasión motorística. En espe-
base muy segura: los bue- cial los del sur de nuestra re-
"°s caminos, pública.
cosa^ ""estra será, pues, una
Se barajan nombres y los
j^^^ntuiada nadie le podrá ga- de los ases consagrados ocu-
tem "^ ^° ^er que nos remon- pan ya el primer puesto. . .
'os a unos 30 años ha, y pero nadie debe olvidar que en
^ q i e l T ' ' '•ecordar de esta gran carrera las probabili-
el /amoso raid que ganó dades son muy parejas para
p principe Borghese, entre todos. . . para los muy con-
' ^ ' n y París. sagrados y los que aun no lo
BUSCA son. Sobre los provincianos,
ílifir^-f^ ^ ^ ' / " síntesis, el sig- HUELLAS
Qra n • '^^^ próximo en especial, pesa una responsa-
qUe " " r e m i o Internacional bilidad muy grande. Ellos tie-
Aw°™^'izará en la avenida y T o d o lo N e c e s a r i o nen el deber de seguir la hue-
vin ^- ^ medianoche. . . y p a r a el A u t o . lla que abrió el año pasado
brer^'""'o el día 16 de fe- Arturo Kruse. Y la batalla co-
del y que finalizará el 29 menzará sin duda con el ar-
mismo mes en La Plata.
T^g*^ dije en CARAS Y C A R E -
C:GOFFREyCía. dor de siempre en plena noche.
Los italianos para estas cosas
tior».,'^j* -^ fueron los porme- PARANÁ, 720-44. tienen una frase magnífica,
Buenos Aires. que es ésta: "In bocea al
rrera ^^ .creación de esta ca-
• lupo" . . . Y yo la repito con
tior^J quiénes fueron sus pro-
SANTA FE, 1IS7-67. el augurio para todos los que
nomb'.'*''- ^ ° y ^ « " ^ ' ^ ^ «"^ Rosario.
••'es, porque es justo que van a emprender el gran viaje.
104 CARAJ- Y CARETAJ"

¿Dónde lo he perdido? ¿Do está?


¿Do? ¡Ecco il problema! Ecco Ü
problema que mi suegra no resuel-
ve, arguyendo que bien sé yo cuál
es el que me falta. Y si insisto, ms
mira de reojo, le pasa al juez unas
señitas como las del truco y de co-
mún acuerdo con el juez, el secre-
tario y el oficial mayor, me cam-
bian de tema. ¡Es el complot! ¡Lo
conozco en sus menores detalles y
lo huelo en la atmósfera! Un com-
plot cuya base es este pobre cura
y cuyo vértice superior es la tai-
mada ofidia de mi suegra. Una
verdadera confabulación, sordo-
muda y tenebrosa, que consiste en
Señor e n c a r g a d o de " Z o n a no escucharme cuando hablo y en
Neutral".
Camarada: Permítame un si-
llón para sentar una viril protesta.
Ocurre, distinguido correligio-
nario (supongo que usted también
será católico, apostólico y roma-
no; de ahí lo de la correligión),
ocurre, decía, que aprovechando
la feliz coincidencia de que este no hablarme cuando escucho. Pe-
sábado era inglés y el domingo ro, permítame que le haga la his-
subsiguiente feriado, intenté des- toria.
pachar a mi suegra con el espíritu
para el otro mundo. Y o y mi suegra siempre conge-
No le diré a usted que mis pro- niamos menos que poco. Tan es
pósitos fueran muy artísticos ni verdad lo que le digo que necesitó
que merezca, por la tentativa, la morirse mi suegro para que, por
gratitud nacional. Pero de ahí a primera y última vez, nos pusié-
que se me execre, se me sumarie ísemos de acuerdo en algo: en que
y se me encierre, va un trecho que había que enterrar a don Agustín.
no podrá recorrerse sin que yo me A la media hora de inhumar sus
levante como leche hervida. restos, aquello fué la guerra civil.
Notará que he dicho "se me su- No puedo precisar ahora lo que
marie" y "se me encierre". En efec- duró esa guerra, pero, palo va y
to; a raíz de la tentativa fracasada cascote viene, largándome ella in-
de liquidar a mi suegra, ésta, adu- directas y enderezándole yo mira-
ciendo que a mí me faltaba "el das con un homicidio en cada ojo,
juicio", resolvió iniciarme uno, del presumo que debimos andar un
cual, en primera instancia y a pe- año.
sar de las mías en contrario, he Al año, las hostilidades llega-
salido derecho al Open Dor. ron a tal punto de virulencia, que
¿Cuál es el juicio que me falta?, me encontré frente a un dilema de
105
CA.ÍLy\J-JX CARETAT

hierro: matarla o seguirla mante- escuchaba una voz. Todo eran


n-iendo. ronquidos. Al oír dar las doce en
i óngase en mi lugar, señor en- el reloj de Balvanera, me tiré de
^^rgado, y dígame si estuve o no la cama, me envolví el marote con
correcto la noche que, al encon- una funda a manera de turbante,
garía en la escalera, le atravesé un y, ciñéndome una sábana al cuer-
pie delante con el más angelical de po, me dirigí lo más suelto de ídem
jos disimulos. Pero bien dicen que a las habitaciones de mi enemiga
lerba mala nunca muere. . . Por privada n' 1. Declaro que mi úni-
^n error de cálculo me fui detrás ca intención era a s u s t a r l a . El
^ ella, y en tanto que mi suegra aneurisma se encargaría de lo de-
^^ quedaba muellemente acostada más. Pero hete aquí que cuando
11 el primer descanso, yo seguía de esperaba verla caer fulminada por
^argo hasta el ú l t i m o escalón. el susto, se me arrojó encima y me
¿Vue golpe! ¡Todo un golpe de encerró con cuatro nudos adentro
^'^to! Como que a partir de él de la sábana. Grité, mordí, pataleé,
^^ pensamientos fueron mucho pero todo fué inútil. Cuando me
"^3s rápidos y diáfanos y mi sin- destaparon, me encontré rodeado
de paredes y caras desconocidas.
Al principio quise averiguar el
misterio de ese cambio. Pero esta
gente gasta bromas un poco pesa-
das y he resuelto no insistir. No
insistir ante ellos, porque lo que
es ante el tribunal de la opiriión
pública, pienso insistir hasta que
me den la razón.
^o»- CANTAUCIO PERALTA
Por lo tanto, haga la gauchada
de servirme de intermediario.
°^zación mucho más selectiva. Suyo afectísimo.
huelga decir que con esa nueva Califato Núñez
^.^as rápida manera de pensar yo
j^^^^sacándole ventajas a todo el
te ^u' ^^^° como, de hacerse os-
^^nsible, esa diferencia podía aca-
arme muy serias complicacio-
j^^^^'J^esolví darles "soga" por las
Vad ^^"^i^^ándome a pensar pa-

"s ^1 ^^ ^^° ^^ ^^°^ ^^^^^ ^^


cha^^" ^^^ ^^ ^^ ocurrió aprovc-
cor"^ ? aneurisma de la mala pé-
Par^ ^^ señora madre política
<^asü ,^'^^^y^'^ otro homicidio tan
^al como el de la escalera.
5 ,/^ra el sábado a la noche (debo
p^.^rtirle que, desde "lo del gol-
tari' 3^^^^ <^°rno "durmiente soli-
en el apoliyadero). No se
106 C A R A / Y CARETAJ-

mina hidratado, llamado cientí-


E N la Anatolia se encuen-
tra la fuente principal que
provee de espuma de mar
ficamente "magnesita" presenta
una superficie desigual, blanco
al mundo entero. Eti una zona
circular de doce leguas en torno
de Esi-Scehir, cerca de Brusa,
Anatolia amarillenta, y posee un brillo
abundante que se realza con cera
y se pule con una tela especial.
se encuentran numerosos yaci- Esta última operación es en ex-
mientos en que trabajan no me- tremo delicada y requiere mucha
nos de 400 obreros. La espuma se
extrae más o menos como el car-
produce en destreza, especialmetite cuando se
trata de trozos de calidad supe-
bón fósil, haciendo pozos de IS rior.
a 30 metros de profundidad. En La espuma de mar no se en-
el momento de ver la luz, este
producto es de un blanco ama-
rillento y tan blando que puede
gran cantidad cuentra sólo en Anatolia, donde
las minas'pertenecen todas a un
opulento bajá; existen también
ser cortado con un cuchillo. Sus yacimientos de menor importan-
dimensiones, por lo general pe- cia en Crimea, en la isla de Ne-
queñas, no superan el máximo de
30 caitímetros cúbicos. Cuando la espuma de proponte y en Valacas, cerca de
Madrid. A veces algunos ejem-
los trozos de espuma de mar plares porosos flotan en ¡a su-
son de este tamaño, se conside- perficie del mar, y ése ha sido
ran excepcionales y se pagan en
consecuencia. LA mayor parte de
los fragmentos extraídos de los
mar el origen de su nonü>re.
La es.puma de mar se licúa di-
fícilmente; sus múltiples propie-
pozos son pequeños y casi siem- dades y la facilidad con que se
pre como una nuez. Están cu- talla hacen que se la emplee en
durecimiento es completo. Obre-
biertos de tina capa de arcilla la fabricación de hornillos para
ros especializados cortan la es-
rojiza, de la cual se los despoja pipas y de boquillas para ciga-
puma según las necesidades, la
aiites de ser secados. Esta fase rros y cigarrillos. La mayor par-
lavan en agua caliente, que vuel-
de la preiparación, es efectuada te de la producción es enviada a
ve a ablandarla un poco, y la ha-
con gran cuidado, para que la Vicna de donde, después de ha-
cen secar nuevamente sobre una
delicada substancia no se agrie- ber sido trabajada, se envía a
capa de ailgodóti. La espuma de
te. En odio o diez días su en- las cinco partes del mwido.
mar, que es un silicato de alú-

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107
C A R A / Y CARETAJ

NOTAS
del
INTERIOR

«:" ei patio del colegio normal


San José, de Quilines.

I 1 pi ictici del basquetbol ha


adquirido gran impulso en Re-
sistencia. He aquí dos cuadros
de jugadoras.

«i -^la
,5.°^^fnado
»cta 1 u " " ' ^^ Mendoza, doctor Cano, firma
"«Has ,, ""^^da al entregar el doctor Bengolea Cár-
' gobierno de la Nación la histórica capilla
del Plumerillo.
Lunch servido en el culftel de bom-
beros de Tucumán al cumplirse un
nuevo aniversario de su fundación.
108 CARAJ- Y Cy^RETAT
comí ni en l'estancia de don Ponciano.
— ¿Y cá opinión la mereció la escudell<i-,
¿La probó, busté?
— Mojé poco, pero mojé, de pasada p'al eO'
rejao ande chirriaban los chinchulines desti-
naos a la m u c h a c h a d a . D í g a m e , Rosell»
¿qu'eran esos bultos que, de trecho en trechOi
asomaban mesmo que minas en el océano de
caldo del ollón?
— Era una fhitille da pilotas, don Etenasio-
— ¿ P i l o t a s ? . . . ¿ Y eso, c h e ? . . .
— La pilota an la escudella catalana, da^'
ampeñe al mismo pepel c'al choclo an la quer-
bonade a la crioUe. Sin pilota, no hay escu-
della da lay; sin choclos, no existe querbO'
nade januinamente crioüe. ¿Ma cumpreiid^
busté F
— Caigo, noy: sin globos, nó hay parque
a llegada del aerostático.
— Pues la flutille da pilotas fué turpediade
por la muchachade dal cumité, ¡turpediadd
candidato y. el Al "Berrugue" la vi con tres d'elles, y al "Có-
rrame" con dos. An cambio, al "Nelguite" y

comité del al "Peque con Chel", profirieron las echures,


y al sacratari dal cumité, s'aspacialisó con ¡^
Por noy F É L I X L I
riñunade da tarnere y los chinchidines da cW'
darito. Quempeón: al "Peque con Chel" El^'
M A gres y contentos los noys. Ma parece ca majof

C HOCA, Rosell! Sos, sin vuelta, viejo, un


org:anizador consumao. ¡Me gusta, che
me gusta!
— ¿Ycá la parecen las bambelines del asa-
' '
mariende, no la sirvieron an Paguajó, ni do-
rante la dinastíe da Marsalino Ugarte.
— Tachuela, pone)', media botella, cuando
nario dal cumitéf muy mucho, tres cuartas levantaba del suelo.
— ¡Lindo, Rosell, lindo! Ni qu'estuviéramos — ¿Y al barret da cope da Marsalino fl"
en el escenario del Colón de Buenos Aires las saramcmies oficiales, no lo mancioit^
Seguro qu'el dotor, n u e s t r o candidato, se busté?
va'quedar con la boca abierta, como encantao, — Me había olvidao del tubo de Marcelaino,
cuando caiga a Peguajó. ¡Macanudo, noy! ¿ Y tan botija como Vichi Gallo, dentro de los
cómo se las arregló para retocar tan admira- políticos que le sobreviven. ¿ Y la banda de
blemente la galera y la pera del cuadro del m.úsica, che, noy?
general Lucio V. Mansilla, que se codea, en — Irá a l'astación farroviarie a la llegad^
la pared, con uno de Alberdi, el de Las Bases? dal tren ca conduce a nuestro qnendidato, lid'
— Muy sancülo: al barret da cope, gueler'e motivamente unifonnade, nada menos ca baf'
da felpe an idiome necional, la di tres capes da saglieri. Enoche cúmplete la hande con Cott,
pinture ranagride, y ala parilla dal raferido ja- al cumisioniste del quefé vacino a la cumase-
naral, una mica da blanc. An cuanto al barret ríe, y un chiquet racién llagado da Marcedcs-
da cope,.¿digui si no parece racién solide da la ¡Al Cott es un artiste! An Barcelona fué
sumbrararíe? ¿Y la parilla con su viica da bumberdino da la hande municipal da Sarria-
blancf ¿Cá ma dice busté? Tembién cadó erreglado al orden da los dt¡'
— ¡ Notable, Rosell, notable! cursos, ca sarán tres, an dafinilive: busté, pT^
mero, don Etenasio, an su querácter da ex adili
— Los muchachos dal cumité euxüiar, astán
discurso da bienvanide an nombre da los cu-
al die da hoy, da guerufa curride, alegres y
rraliginarios da Paguajó; al "Peque con Che-
cunienfos. Lo ca es al qnendidato, ni sueñe con
le", sagundo; y al "Barrugue", tareero.
la recepción ca la tribuierá Paguajó, an su as-
tación farroviarie. Al prugrame sa va dasarro- — ¡Caramba, noy! ¿Y el "Corroma"? ¿No
llando a padir da hoque: a la salide dal sol, era otro de los oradores que tenían que des-
bumberdiamos las ntibuls dal cielo. ¡Cuarenta cerrajar de pico?
y buit humbes! ¡Ni al aspactacular bimiber- — A la llagade dot quendidato a l'astación
deio da los Dardanells!... A mediodíe, la ma- da Paguajó, al "Corrmna" no habla: ¡ buw
riende para toda la muchachade dal cumité b;rdeia !
euxiliar.
— ¡Competentísimo el menú, che, Rosell!
Doy fe. Yo me subscribí al costillar de vaca,
y créame, que más tierno ni mejor asao, no lo -J^
Lea todas las semanas en "Caras y Caretas" la historia de la "Sarmiento"
D i b u j o de Ivon.

relatada por sus comandantes.


109
C A R A J " Y CARETAJ"'

pleta y no corras ries-

E N T R E los pa,
satiempos vera-
niegos está este
de la pesca. Indudable-
go a l g u n o . Procede
con tranquilidad y no
molestes a los vecinos,
si es que los tienes.
mente, no te faltará' Recuerda que la pesca
ni práctica ni expe-

e
es un noble esparci-
riencia, muchacho. T u miento y, en conse-
ingenio i m p r o v i s a r á cuencia, no te dediques
cuantos elementos ne- a arrojar piedras al
cesites, carias y apare- agua ni poner en prác-
jos, y no cabe la me- tica otros procedimien-
nor duda de que con tos que pueden moles-
ellos llegarás a supe- tar a tus vecinos. T a m -
rar en absoluto a los
PESCAR
P e r f e c c i o n a d o s que
poco mientas, c o m o
S'uelen hacerlo algunos
muestre cualquier ri- pescadores aficionados. Exhibe con

o
val tuyo. Ahí comienza el entrete- sencillez y sin vanidad los pescados
nimiento; en preparar tus cañas, que hayan mordido tu afortunado
aparejos y anzuelos. No descuides anzuelo; y, sobre todo, no magnifi-
nada; pero, tampoco dejes de pre- ques tu empresa asegurando, por
guntar cuáles son los lugares más ejemplo, que has visto peces de ta-
apropiados y menos peligrosos, a m a ñ o inusitado y hasta sirenas.
fin de que tu diversión sea com-

ADIVINANZA DE LA PELOTA
Piel de cordero en su cuíis, fleVcfitando en el iidlejo
LantíSi del mismo sua tripas. Está, poro ágit y lista,
No hay criada que de sus diteñOS A bofetadas y a golpes
Más malos tratos reciba. Veloxfícente vuela y brinca.

PALABRAS DE NICOLÁS AVELLANEDA


El alfabeto que deletrea el niSo en los bancos de
la escuela es el vínculo que viene a ligarlo «<>" ' ^
historia del espiritu h u m a n o , dándole la clave del
libro, que e» la memoria de la humanidad y el resu-
men de su p r o g r e s o . . . Dar un libro es casi n a d a ;
pero el libro d a d o realiza la parábola de la semilla
que los vientos a r r a s t r a r o n , que los pájaros del aire
no comieron y que, cayendo en tierras e x t r a ñ a s ,
fructificó, bajo la bendición de Dios, en fértiles
cosechas.
lio C A R y V Y CARETAS

E L H 1) N D O r'9
EX C E D € N D C ^"^^
UN FERROCARRIL EN MANOS DE NIÑOS
Cerca de Tiflis existe un parque de diversiones en él que
funciona un ferrocarril que es único en el mundo.
En efecto, ha sido construido enteramente por niños me-
nores de dieciséis años. Escolares de la ciudad, quienes en
las horas que sus estudios les dejaban libres, han montado
la locomotora y tres vagones. Ellos mismos fueron, también,
los que construyeron la línea, de una trocha de setenta y
ag¿gaa'^'^iiL*****s cinco centímetros y con una extensión de cuatrocientos rae-
tros, incluyendo vanos puentes, desvíos y estaciones.
La línea ésta a i funcionamiento desde hace unos cuatro meses y en este breve plazo lleva
transportados 65.000 pasajeros. Frente a este éxito, los pequeños ingenieros tienen el pro-
yecto de prolongar el recorrido hasta un kilómetro, aumentar el tren rodante y levantar
otras estaciones.
Si continúan en este tren (es e! caso de em:plear esta expresión), pronto superarán a las
empresas orgamzadas y dirigidas por sus mayores.
Las llamadas barran-
cas del rio Paraná termi-
nan en el parque Lezama.
Una simple observación EL ADIVINADOR
del terreno permitirá com- D E D A D O S
probar gue a partir de
este punto el trayecto que _ Es_ esta una pequeña expe-
se hace por la costa ca- riencia con la cual se puede sor-
rece de las pintorescas prender a los camaradas que s e
barrancas que existen ha- titulan "fuertes en matemáticas".
cia el norte.
Rogáis a cualquiera que tome
En el noreste de la dos dados comunes y, luego de
provincia de Entre Ríos, agitarlos en el cubilete, los arro-
• hasta hace unos años, je sobre la mesa, mientras per-
abundaron las palmeras y manecéis dándole la espalda y,
en algunos puntos se po-
día suponer que se estaba hasta si se os pide, fuera de la
en África o en la verda- habitación. Anunciáis entonces que, por medio del
dera Mesopótomia. Hoy cálculo mental, daréis el número de puntos de cada
casi no existen. Han sido uno de los dos dados. Para esto, le indicaréis a cual-
destruidas por ^ quienes quiera de las personas allí presentes que tome una
ignoraban su utilidad y hoja de papel y efectúe las siguientes operaciones:
provecho.
Tomar el número de puntos indicado por uno de los
El puerto de San Ju- dados. Doblar ese número. Al total, agregarle 5. Luego
lián es más antiguo que multiplicar el número obtenido por S. Finalmente,
la casi totalidad de los al resultado, agregarle el número de puntos corres-
pueblos y ciudades argen- pondiente al otro dado. Luego, que se diga el resultado
tinas. La gente de Maga-
llanes hizo escala en él, de la opei^ación en alta voz.
antes de descubrir el es- Supongamos que el resultado sea 88. Todo lo que
trecho. tendréis que hacer es deducir 25 de esta cantidad y,
En Alemania se acaban siendo 63 el resto, diréis:
de efectuar afortunados — Los puntos del primer dado son 6 y los del
ensayos para la propul- segundo 3.
sión de bicicletas utili- _ Gon ensayarlo se comprobará que el cálculo es
zando cohetes colocados mf alible.
en la parte trasera.

1§Í-UNA FABRICA DE GAS EN LA MANO


Para fabricar el gas de alumbrado no se necesita más que tener un
poco de hulla, otro tanto de arcilla y um pipa de barro.
Se desmenuza bien el carbón y con el polvo obtenido se ¡lena la
pipa. En segmda se tapa ésta herméticamente con una capa de arcilla
y se deja secar.
Si colocamos la pipa sobre una lámpara de alcohol Itasta lograr
que la arcilla se ponga roja, el carbón se destilará y escapará por el
tubo en forma de gas hidrógeno carbónico, el cual se puede encender
a la salida del tubo.
III
C A R A / Y CARETA/

El m a r . . . l,a inmensidad
del Atlántico y de nuestros
gigantescos ríos no suele ser
muy familiar a los niños ar-
gentinos. Desconocen mu-
chos aspectos de la vida ma-
rítima, no están familiariza-
dos con las costumbres ma-
rineras, ignoran detalles re-
ferentes a las embarcaciones
y sus maniobras. La Argen-
tina, empero, es un país que
debe mirar y confiar en el
mar. Dedicaremos, pues, se-
manalmente, una página para
nuestros pequeños lectores
sobre el mar, sus hombres y
las embarcaciones.

El hombre y elmar

LA PRIMERA EMBARCACIÓN
os primeros hombres vivían sobre la ladera de una

L colina al pie de la cual corría un río. Enormes


árboles, que se elevaban hacia el cielo formando
"na cúpula casi impenetrable a los rayos del sol, ampaía-
ban a los seres que vivían alimentándose con la carne de
ias bestias salvajes que mataban con las flechas o abatían
<^on sus pesadas hachas de sílex. < w
^'no de aquellos hombres, cierto día, fatigado, habíase
sentado al borde del río. Maquinalmente, sin pensar en
nada, seguía con la mirada la corriente y veía flotar sobre
las aguas las ramas y hojas que el viento había arrancado.
I^e pronto, aquel ser primitivo e inculto, lanzó un grito.
Con sus poderosas manos rompió algunas ramas, las ató
<^on unas lianas e inmediatamente arrojólas al agua. Aca-
lcaba de construir la primera embarcación...
Continuó ensayándose. Desf^ués de las ramas probó
<:on los troncos y una vez, con éstos, Ugándolos y for-
mando una especie de plataforma, obtuvo la primera
balsa.
Trepó a ella. Se ayudó con una rama más I.wga y, a.sí,
Impulsándola, siguió la corriente. Asombrado, vio que
por ambos lados, mientras los troncos lo llevaban encima, •
pasaban las orillas. Dejó muy atrás a su bosar, a los
^"yos, a todo cuanto corfocia. Perdió de vista ha,sia los
«levados árboles de entre los cuales había obtenido los ele-
nientos para su frágil embarcación. Experimentó cieno
^^mot. Llegó a sentirse materialmente arrastrado por la
fuerza de las aguas, sin pbdcr hacer nada, puesto que con
«1 tronco que empuñaba ya no alcanzaba al fondo.
Y, entonces, al caer la tarde, por donde el sol st
Ponía vio una franja brillante, una inmensidad vcr-
jl« y agitada, desde
•a cual llegaba un
sordo rumor y un
olor que no era el
°« los bosques ni el
^2 las praderas.
El primer nave-
Sai^te del m u n d o
había l l e g a d o al
1.
mar. . .
112 C A R A y Y CARETA:/

Llegó Rivadavia a la patria


1 cuando más intensa era la
crisis anárquica. Hasta las ca-
lles y plazas de la capital ha-
bíanse convertido en teatro de
una implacable g u e r r a civil.
Rosas, con sus colorados, el 5
de octubre del año 1820, ha-
bía restituido el poder al gene-
ral Rodríguez y éste pudo de-
dicarse a reorganizar la provin-
cia. Rivadavia f u é designado
ministro de gobierno el 19 de
julio de 1 8 2 1 .

El 26 de septiembre del mis-


2 mo año llegó a Buenos Aires
la noticia de la máxima victo-
ria de San Martín en el Perú y,
al siguiente, en la Cámara de
Representantes, al hacer la co-
rrespondiente c o m u n i c a c i ó n ,
presentó Rivadavia el texto de
la llamada Ley de Olvido, que
momentáneamente p o n d r í a un
poco de paz en el suelo patrio
y restituiría a los españoles su
condición de hermanos de raza.

Comenzó la enorme y civi-


3 lizadora labor de Rivada-
via: suprimió los cabildos, echo
las bases del Tratado del Cua-
drilátero, contrajo un emprés-
tito de tres millones de libras
con una firma de Londres, creo
el Banco de Descuentos, aten-
dió las necesidades de los cam-
pesinos y llegó a importar por
vez primera en América varios
lotes de c a r n e r o s merinos y
otros animales de gran utilidad.

Dentro del terreno religioso


4 abolió el fuero eclesiástico
así como el diezmo; suprimió
algunos conventos como los de
los betlemitas, recoletos y mer-
cedarios, cuyos bienes confiscó,
destinándolos a la e d u c a c i ó n
popular, la que recibió gran im-
pulso tanto en la ciudad como
en los alejados pueblos de la
campaña.
113
C A R A y Y C/vRETAJ"

Bn V A H Z ^ D ^ ? ^ ,
5 ^1^2 de agosto de 1821 pro-
. cedióse a la inauguración de
^« cursos en la Universidad de
"enes Aires, c u y o primitivo
oyecto de reorganización per-
l^nece a Pueyrredón. El pres-
fu' j ^°'=*°'" A n t o n i o Sáenz
p * designado rector y la im-
en *?'* ceremonia se realizó
^1 templo de San Ignacio.

^ Con el objeto de fomentar


V j * .educación femenina, Ri-
So • i * 'eslamentó y fundó la
«iéttd 1 ^ de Beneficencia, po-
ma * cargo de las damas
d - j »°tables y cultas de la ciu-

W " * " . * funcionar la filan-


PriT-j* '"«titución, s i e n d o »u
es.denta doña Mercedes de
'•*»'»U de Rigió,.

C j **'>ién en lo referente a
'^«v J* "'.elaciones exteriores,
*ent 1 '* realizó obra trascen-
A;^ , V ? provincia de Buenos
t^^^' *"é delegada por las res-
«n *í P^^^ representar al país
de,¡ extranjero. Alvear fué
dos ^^.J" Ministro en los Esta-
Oos J°» y se iniciaron algu-
E,jj . ' e ' i n j i n a r e s de paz con

O armiñado el gobierno del


lila,*.''"e«'al Rodríguez, lo reera
de^''ó L,as Heras el 9 de mayo
1824 Rivadavia fué ¡nvl
*?do
do 1 * continuar desempeñan-
ttter* "tartera en que tan útil
* al paí. Declinó el ofreci
'«nto . -
*ttvi-l a d7o entonces se le designo
extraordinario cerca
".M; eortes de Francia e In
Slftí.*'
•'ate,«•"•a.
114 C A R A r Y'CARETAS
lis
C A R A / Y CARETA/

C L C / C LIBRE D E
C ti 1 / T G L C G I / I
OCURRENCIAS
V A R I A S
Vn pibe de cinco años di-
jo fl sú mamá, a tiempo que
ésta lo acostaba:
— Yo no me asusto de la
LA C L A S E DEL obscuridad.
M A E S T R O — Así me gusta. La obs-
curidad no puede causarte
C I R U E L A •daño alguno...
— Pero ayer, cuando en-
— Bueno, la tierra da El médico, examinando la len- tré en la despensa para to-
vueltas alrededor del sol; gua del chico. •— ¡Cuidado, se-
ñora ! No aproxime la vela, que mar una galletita, tute un
iy, después, qué ocurre? está muy cargada. poco de miedo.
.— ¡Yo que sé! Me ima- — jY de qué tenías mie-
gino que no pretenderá que do?
la siga para ver dónde
va... — De que se hubieran
acabado.
•— i Por qué no te has pa-
sado,el cepillo por la ca-
beza?
— Porque no lo tengo.
— Hubieras tomado el de
tu papá... -.
— Tampoco tiene cepillo. El padre habla con su
~-Entonces, ¿con qué se hijo respecto a las maravi-
peina?
"*- Disanxe, además del cristai, llas de la ciencia moderna:
•— Con nada: es pelado. ¿ qué otro objeto transparente — Ahí tienes a ta astro-
•—Pasemos a otra cosa... conoce? nomía. Los hombres han
Un cuadrúpedo es un ani- — El ojo de ta cerradura. averiguado la distancia a
nial' con cuatro patas; un que se encuentran las estre-
bípedo tiene dos solamen- llas y la sustancia de que
t«- •. Por eso el hombre es están compuestas.
Bípedo. — Sí — repuso el pibe;
— Señor... ¿Y si el homr . — pero, lo que en verdad
bre es cojo?... me sorprende es que hayan
averiguado también el nom-
•~~ Te callas. ¡ Nada más 1 bre de todas ellas.
Estoy avergonzado de ti.
^ando yo tenía tu edad
sabía responder a todas las

u
preguntas que se me hacían.
— No lo dudo, señor. Us- , ¿Cuál es el animal más ap9'
^ tendría un profesor muy gado al hombre?
distinto del que tenemos... -— La sanguijuela.

L A V I S I T A DEL DOCTOR

— ¿Y, Garlitos? ¿Qué espe- — N o . . . Prefiero h a c e r l e una


el 9 " ' ' ' ° " ' cuando v e n g a r a s para mosti^u-le la lengua al cuarta de narices.
lo».
len,s u a*''"<=» 1« mostrará» la
. doctor 7
116 CARAJ* Y CARETAS

MBATA SdJO

El Pirata Rojo no tardó en subir al puente


1dad, ción,
Cuando el P i r a t a Rojo abandonó su embarca-
todos quedaron presa de una gran ansie-
arrimados a ia borda, contemplando el navio
2 del "Dardo", en medio de los honores debidos
a su grado, es decir, el que para engañarlos había
inglés. adoptado.

Allí, después de interrogar al fingido compa-


3 £l honrado comandante Bignall, viejo marino,
bizo a su huésped una cordial acogida y luego 4 ñero
extrañeza
de armas, no dejó de manifestarle la
que le causó encontrarle por aquellos
lo invitó a pasar a su cámara para conversar. mares. . .

El pirata cambió un poco de conversación,


5
bía
manifestando que él, también, a su vez, h a -
desconfiado del " D a r d o " cuando lo divisó a
— ¿Qué distracciones encuentra usted, Bignall,
en esta parte del mundo? — añadió, chan-
ceándose y escrutando todos los rincones, el Pirata
la distancia. Rojo.
¿Quién era el teniente A r c a ? ¿Por que el Pirata Rojo preguntó por él?
CTVRAy Y CARETA,/ 117

^ ialifileiiiMTf &open_iiNAGE

• ~ No me {altan — repuso el anciano. — Debo — Hablando de oficiales — exclamó el Pirata |


en( /^^"""atir a los enemisos de su majestad, y Rojo, — ¿sería tan amable que me dejara ver I
« 3 preocupaciones del buque y los oficiales... la l i s t a ? . . . Me agradaría encontrar algún conocido, i

xr f 'Jomandante se la entregó. El pirata, afec- •« f^ — L o s Y a r m o u t h . . ., los P o r t s m o u t h . . ., los


'^yend" 1 *"^^" naturalidad, comenzó a recorrerla, 1 v i E x m o u t h . . . ¿ Y este primer teniente, esto
" ° los nombres y la procedencia en alta voz. Henry Arca, le será muy útil en un d i l u v i o ? . . .

-^ 'S un joven al que sólo le faltan unas •| n •—Me agradaría estrechar ^u ;.:U;ÍÜ — ma-
fl_ * Trn*
• 'as fl ^ ''^ sangre noble para ponerse al frente 1 I b nifestó el P i r a t a Rojo, a la vez que deposi-
''"nte"
lotif. "'Iotas
° t a s de
de su
su majestad.
majestad. Es
És todo
todo un
un va-
va- taba en manos del comandante el estado que aca-
¿A , • • • baba de leer.
^ Participación tendrá en el desenlace de esta apasionante historia?
118 CARAy Y CARETAJ-

VN CUENTO DEL
LEJANO OESTE

Así termínáMÍ bandido

E L irlandés O'Kelly, crimkf B y los bandoleros se encontraron

dernido, había sido apresado "JílT^- con un hombre de elevada estatura, vesti-
las autoridades de la. Habana y do a lo yanqui, de aspecto sereno y severo
condenado a muerte. Mientras, angijstiadopv^'-al mismo tiempo. Era el famoso Will Jack,
aguardaba en el calabozo, recibid ^ i f 't/efg' de tos "scouts" que las autoridades
acompañado
interior del de panuna
un delgada
mensajey misügrióso^ drones pde'haciendas
bien-tem- te"hían a ^ perseguirque infectaban
a los bandidosel yoes-
la-
plada lima. En el papel, le decían: "Ocú- te del país. Hacía una semana que había
pate en limar los barrotes de la ventana. prometido dar caza al famoso O'Kelly y
Mañana por la noche te salvaré". Nada be quí que la fortuna le deparaba su en-
más. Nadie firmaba aquel mensaje, pero cuentro rodeado por toda su gavilla.
O'Kelly al punto barruntó que se trataba
de su inseparable Mertens, hombre fiel,
de confianza y valiente. L caballero, ¿quiere comer? — pre-
A la noche siguiente, en efecto, luego ^ , guntó el fondero, afectando soli-
de limar los barrotes, el condenado a muer- citud.
te se encontró con una escala próxima a — ¡ Encantado I Me muero de hambre —
la ventana. §alió de la celda y, luego de dijo Will, sentándose.
algunos dificultosos movimientos, logró O'Kelly se puso furioso al ver interrum-
quedar en salvo. Al pie de la escalera pida por aquella entrada su narración. Se
aguardaba, en efecto, Mertens. Huyeron levantó y, dirigiéndose hacia donde estaba
y, por más que los buscaron, no fueron el recién llegado, le dio una palmada bru-
hallados. tal sobre el hombre, diciéndole:
— ¿Qué tal te va, yanqui?
Will, sin levantar la mirada hacia su .

C iNCO años más tarde, en una época intempestivo interlocutor, continuó dando
jen que los cuatreros y bandidos abun- cuenta del plato de jamón con huevos que
daban en los caminos de la frontera acababan de servirle. O'Kelly, envalento-
de los Estados Unidos con Méjico, cierta nado, insistió:
noche en que el viento silbaba lúgubre- — Pregunto qué tal te va, yanqui.
mente, una docena de aventureros se había — Ya lo v e s . . . Me va muy b i e n . . .
reunido en una taberna de Río Grande del Pero, no sé para qué te interesas por mis
Norte. Eran todo oídos para escuchar las asuntos — repuso afectando modestia.
hazañas que refería el jefe, precisamente, — i Bah! Ustedfes los yanquis nunca
el siniestro O'Kelly. saben n a d a . . . Cada vez que encuentro
El irlandés, envanecido por el terror qu? uno de ustedes me dan ganas locas de
provocaban sus bravatas, designando el re- tener algún asunto... De manera que ya
vólver que no se apartaba de su cinturón, te puedes dar por enterado — alegó del
afirmó: todo desafiador.
Con éste en la mano no le temo a — ¿De manera que es un dpelo lo que
ningún hombre ya tenga la piel blanca, quieres? — dijo muy suavemente Will.
negra o roja. Mirad si n o . . . Tenía un — Pues, lo tendrás.
amigo, Mertens, quien, por haberme he- Terminó su comida. Se limpió lenta-
cho un pequeño servicio en cierta oportu- mente los labios con la servilleta y lue-
nidad, no hacía más que pedirme dinero. go, e n c a r á n d o s e con los presentes,
ÍTe amenazaba con delatarme a la policía. agregó:
Pues b i e n . . . ¿sabéis lo que h i c e ? . . . — Son ustedes testigos de que me ha
En aquel instante se abrió la puerta de provocado. En consecuencia, me corres-
C A R A y Y CARETA./" 119

ponde escoger las armas. Utilizaré dos correspondía a Willy y, dirigiéndolo hacia
revólveres, de los cuales uno solo estará el pecho de éste, apretó el gatillo. El tiro,
Cargado. Los colocaré sobre la mesa ta- tampoco salió.
pados con un pañuelo. Tiraremos a la — Señores — dijo Will, entonces. —
suerte-y el favorecido" tomará el prime- Ya sabía yo que se trataba de un cobarde
ro una de las armas y la descargará so- incapaz de respetar su palabra. Por eso
bre el pecho del otro. ¿Están bien las me cuidé muy bien de cargar los revólve-
condiciones ? res. Este O'Kelly no es más que un fan-
— i Perfectamente ! — asintieron varios farrón.
de los bandidos. El irlandés, viéndose perdido, sacó a
O'Kelly comenzó a temer, pero trató relucir una navaja y pretendió agredir a
de disimular su estado, diciéndole al rival: Wills. Una vez más, la destreza de éste lo
— Sólo a un miserable como tú se le desarmó.
ocurren tales locuras. — Bien — repuso el yanqui. — Ahora
Will ni lo miró. En cambio, el fondero, te tengo entre mis manos. Te haré pagar
aproximándosele, le expresó su deseo de tus crímenes. Una sola bala bastará...
que no pelearan en el interior de su casa. Sacó su revólver; pero, O'Kelly, rea-
El yanqui lo apartó a un rincón y allí le lizando un postrer y desesperado esfuerzo,
dijo algo al oído: consiguió escapar, montó en su caballo y
;—Bien, si es así, autorizo el duelo — salió a galope tendido, perdiéndose en la
dijo, al fin, el hombre. obscuridad de aquella noche tempestuosa.
Los adversarios se colocaron frente a Al siguiente día fué encontrado en me-
frente, separados por la mesa sobre la dio de una laguna que no había podido
cual estaban los dos revólveres cubiertos evitar en su huida de la noche anterior.
por un pañuelo. La suerte favoreció a Ahogado, había recibido de la fatalidad el
O'Keliy, quien sacó la pajita más corta. In- merecido castigo por sus vilezas.
"lediatamente, con un movimiento fulmi-
nante, se apoderó de una de las armas, la
apoyó sobre el pecho de su rival y opri-
"lió el gatillo. El tiro, empero, no salió.
Entonces, sin respetar lo pactado, conve^;
tido en una fiera, arrebató el revól
120
CA-RAJ- Y CARETAS
Cci 9 f i T o n t u r t l i t
U N A R R I M E

— 1 Hola, hola! ¿campeonato O


I de bolos tenemos para hoy? ^
— Aquí se produce el ffran zafarrancho de la temporada.

Ese tipo es un campeooazo. . . Hay qu« conde- /^ — S e me ocurre una cosa. Le voy a anotar die»
corarlo con una hoja de afeitar. •« v puntas para el campeón de las bochas.
12T

Por PERCY L. CROSBY


I«í Clilnf^filii
A C A N U D O

SCORE
v,v«^

lu-«

{w>

3 ^ . Taque le! A — ¡La pipiítal ¡Qué modo da arruinar las plantail

U S^^" 1"* macanudol Ya enconlrí O — , s e lo


P'íarra para hacer el a n o t e . . . O man tico.
122
CARAJ- Y CARETA/

El primer y últi-
mo i n v e n t o de

EDISON
T
ODA la vida, uoa de las características
de Edison ha sido la de no hablar de si
mismo. Siempre rehuyó a los reporten
y muy pocas, veces escribió articulos
ra los diarios relatando episodios de su la:
y laboriosa existencia.
Pero, si el gran sabio ha tenido una del ^
dad, ésta ha sido la de los niños. A ellos nunca
les negó nada y para ellos ha dedicado muchos
de sus afanes.
Fué, pues, un niño quien, al tener la fortuna
de encontrarlo de visita en casa de uno de los
altos empleados de sus laboratorios, logró de!
sabio una de sus más interesantes anécdotas.
— Señor Edison — le dijo el pibe, — ¿ por
qué no nos cuenta cuál ha sido su primer in-
vento ?
Y Edison, sonrienite, no se negó;
— Cuando yo no era más que un pobre ven- " Al día siguiente fui a verlo y sus cria-
dedor de diarios — comenzó, — tenia la cabeza dos me dijeron que estaba en cama. Después
llena de ideas y los bolsillos completamente va- de dar un vistazo a las cajas en que había tra-
cíos. bajado el día anterior, pasé al dormitorio del
"Un dia leí en tm periódico un an-uticio se- tnillonario.
gún el cual un conocido banquero había hecho " — ¡ Hola, amigo I — dijo al verme. — He
el triste descubrimiento de que sus cajas de probado...
hierro, a las que él había considerado inviola- " — Sí, señor — lo interruimpí. — Anoche, en
bles, se abrían como todas. En consecuencia, cuanto yo me marché, a eso de las ocho, usted
declaraba que estaba dispuesto a dar lo que se intentó abrir las cajas de hierro. . .
le pidiera con tal de obtener para ellas im me- " — Es verdad...
canismo que las hiciera inviolables. " — Y en cuanto metió la Uave en la cerra-
" — ¡Este es mi hombre I — dije para mi al dura recibió una descarga...
punto. " — En efecto...
" Instantes más tarde me hallaba en presen- " — Y Se quedó sin sentido y así estaría aún
cia del millonario, quien, entre afable y descon- si no lo hubieran auxiliado.
fiado, me preguntaba el motivo de mi visita. " — Tiene razón — asintió d banquero toda
" — He oído hablar — le dije — de la desgra- vía dolorido.
. cia que le ha ocurrido; pero, como yo he in- " — Bueno, otra vez que quiera abrir sus
ventado un mecanismo infalible, que pondrá en cajas...
sus manos al ladrón que abra " Y le expliqué lo que te-
sus cajas, vengo a ofrecérselo. nía que hacer, terminado lo
" — ¿ Cuánto pedirá por él ? cual me dio un cheque por la
" — Diez rail dólares. suma pedida".
" Le pareció mucho dinero ¡ Aquí terminó el relato de
pero, como yo demostré que Edison. Pero, el pequeño pre-
estaba dispuesto a retirarme si guntón, todavía insatisfecho,
no cerraba tra.t_o por_ aquella insistió:
cantidad, accedió al fin. — i Señor Edison, y su úl-
" Comencé mi trabajo inme- timo invento?
difltanKnte y aquella misma — Con mucho gusto — re-
noche tenía colocado mí apara- puso el maestro. — Mí más
to en todos los cofres del ban- reciente invento es la historia
quero. que acabo de narrarles.
C A R A / I CARETA/ 123

TOM, D I S C Í P U L O
de S E X T O N BLAKE
II. EPISODIO
EL LADRÓN
DE GALLINAS
Casi al mismo tiem-
po que se produjo el
. y caso de los duraznos
desaparecidos — dice
el pequeño Tom en
''"'^«f de gallina! sus memorias detectí-
vescas, — comenzaron
a preocupar al vecin-
dario los repetidos ro-
bos de gallinas y po-
llos. Mo habia galline-
ro que, noche a noche,
dejara de anotar va-
rias y valiosas bajas.
Se decía que una ban-
da de rateros, finan-
ciada por el propietario de un importante mercado
de la Capital, era la que se proveía da volátiles
en forma tan rápida y económica.
Como de costumbre, decidí proceder científica-
ímTff j " ' «"""rdián. í/o le tire, mente. Tomé mis apuntes. Recorrí los gallineros
más favorecidos por las visitas nocturnas y, en
particular, de(Uqué mi atención a uno que era un
verdadero criadero y que se hallaba bastante pró-
ximo a mi casa.
Llevé a cabo mi trabajo a eso de media noche.
Con la linterna eléctrica revisé el galpón. Todo
estaba en perfecto orden. Las puertas mostraban
los flamantes y relucientes candados que el pro-
pietario había hecho colocar. Por entre los alam-
brados, pude comprobar que las aves estaban dur-
miendo perfectamente tranquilas. Con esto el enig-
ma cobraba un nuevo aspecto y ya me retiraba
un tanto decepcionado cuando, siempre ayudán-
dome con la linterna, descubrí en el suelo, nítidas,
recientes, algunas pisadas. Eran, indudablemente,
las huellas dejadas por los ladrones.
bajan? % '"'^ compañeros tra- Ya tenia un indicio. Saqué mi lupa. Examiné las
nido '^^''°"90 que habrás te- huellas y las medí meticulosamente. Eran profun-
^ " ^ « 3 ' ¡mdoí íueñoí... da». Se veía claramente la suela y los tacos. De-
íu caí ° '" '^>'^o/ Soñaba que bía tratarse de un hombre corpulento y, al mismo
""^20 «ro uno /licdro. tiempo, que marchaba sin recelo, sabiendo lo que
hacía. Rodeaban todo el gallinero y luego...
. . . E n aquel instante, un feroz golpe en la parte
posterior de mi cuerpo, hízome lamentar por ella
y por la integridad de mi pipa de yeso, que crujió
haciéndose aíUcos. El golpe fué tan recio que caí
al interior del gallinero, después de
romper la puerta.
No perdí la-serenidad. Antes de le-
vantarme examiné el pie que había
atropellado en forma tan rotunda a
mi importante humanidad. Era enor-
me. Correspondía en un todo a las
huellas que acababa de observar. Mi-
'° deZ "«"'"I' a?"' por el asal- ré hacia arriba, dispuesto a recono-
~-Pu.T'^° ^^P^^ Limitado. cer al ladrón. No había tal delin-
•ues. Lopes... cuente. Era Clodomiro, el vigilante
del barrio.
124 C A R A / Y CARETAJ"

ENTRETENIMIENTOS INFAlSfTILES
Dibujo para colorear de acuerdo
con el modelo de la parte superior.
CARA^ i CARETAJ" 12S

Una preciosa n e n a cayó víctima


de la hidrofobia
U NA entre tres mil.
Esa es la proporción
en que el sabio mé-
miento fué en vano. Se-
gún dicen los amigos y
convecinos de la familia,
la linda niña era un en-
todo Pasteur falla. V arias
canto, por la gracia y la
Circunstancias p e r m i t e n
bondad de su carácter. T e -
^'ie la fatalidad venza, de
nía cuatro años y su vida
*3s que la más importante
alegraba el alma de sus
«consiste en los sitios del
padres, que la han visto
^^erpo donde se realiza la
desaparecer v í c t i m a de
?spantosa i n o c u l a c i ó n ,
una tragedia imprevista.
viordida en un pómulo,
Nunca serán bastantes las
g Pobrecjta Elena Nancy
precauciones y m e d i d a s
lanco ha muerto, sin que
que las autoridades muni-
1 Virus antirrábico pudie-
cipales adopten para com-
^^ contrarrestar la acción
batir el terrible peligro de
.^^1 microbio. Le fueron
la rabia, que se acentúa
Pucadas enérgicas inyec-
cada vez más.
ciones, pero todo el trata-

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PASATIEMPO/
N» 1 Ni 8
Comprimido, por Clovis L . Jehin (Bahía Blanca) Logrogrifo jeroglífico, (Doble), por " M o r o " {Villa
Ballester, F . C. O. A.)

OPERA
4 2 3 1 5
4 5 3 12
Ni" 9
Comprimido, por "Moro" (Villa Ballester, F . C. C. A.)

N9 2 (I
Comprimido, por "Vilfo" (Macachín, F . C. S.) T
/
C
B TUR u
w
N? 3
Comprimido, por "Vilfo" (Macachín, F . C. S.)
o
N« 10
N E G R O VIOM 100 yiON Comprimido, por "Falucho" (ciudad)

N? 4
Comprimido (con intercalación), por "Vilfo" Macachín.
F. O. S.)

NOTA
N? 11
N'? 5 Comprimido, por Roberto Jorge Salvo (ciudad)
Logogrifo-jeroglífico, por "Hermosita" (ciudad)
ENA FRUTA NOTA
AVE O
B A S E S
7289 6 130S4 CARAS Y CARETAS h a establecido u n concurso, men-
sual d e juegos de ingenio, para el que se otorgarán
K' 6 c u a t r o premios en la siguiente f o n n a : dos a los lec-
Comprimido, por " H e r m o s i t a " (ciudad) tores que remitan mayor número de soluciones exactas
y otros dos a aquellos a quienes se les publique mayor
n ú m e r o de juegos.. Ajustarse a las siguientes b a s e s :
O X T1 19 E n caso de empate, los premios serán adjudicados
en la forma más equitativa que resuelva )a Dirección.
2 ' E s requisito indispensable a d j u n t a r a las solucio-
N? 7 nes el cupón respectivo.
3 ' Lo3_ juegos deben estar acompañados d e firma
Comprimido, por " F a l u c h o " (ciudad) y domicilio a u n q u e se publiquen con seudónimo, como
también de las soluciones correspondientes.
4 ' E l aspirante a premios por colaboraciones puede
optar también a los premios por soluciones.
N,^ de la i?. — T o d a correspondencia p a r a esta
seoeióm debe remitirse a la sección "Pasatiempos",
CARAS Y CARETAS, Chacabuco N<í 1 5 1 .
Concurso de enero. — Se reciben Bolucionea hasta c'
16 de febrero próximo inclusive.
Concurso de febrero. — Se reciben solaoioneB hasta
el 15 de mayo próximo inclusive.

Véanse l a s bases en la CONCURSO DE f-SSSTIEM°OS


primera publicación de FEBRERO DE 1936
cada m e s (con premios) CUPÓN NV1948
CARA^ Y CAR£7AJ" 127

N o.se trata de los acadé-


micos actuales, inmortales
iti«, , ^ elección de los demás
4.316; Colbert, 4.222; Bourget,
4.202; Joífre, 3.814; Thiers,
3.764, Taine, 3.262; Lacordaire,
3.14Ó; Pétain, 3.038; Leconte de
a lista de cuarenta franceses Lisie, 3.022; Cuvier, 2.820;
sirf' ^'" '"'^^'a't'^a del Fígoro, han Bcrgson, 2.698; Berthelot, 2.662;
„ „ , seleccionados e n t r e los Dumas íMs, 2.645; Poincaré
standes varones de Francia, tne- (H.), 2.628; Barthou, 2.616;
^latite la elección hecha por los
'«acres del formidable diario,
'«ttipre que tales varones ha-
cuarenta Ampére, 2.204.
A la lista anterior, se puede
agregar la siguiente, a modo de
lista complementaria.
•* " pasado ya por la consagra-
ron de la Academia. El Fígaro Moliere, 5.820 votos; Pascal,
J preguntado, con motivo del
ciólf''! '^^"''^"ario de la fúnda-
la n de la Academia, cuáles son
inmortales 5.442; Balzac, 5.266; Descartes,
5.034; Midielet, 4.842; Flaubert,
3.788; Baudelaire, 3.S64; Dau-
det (Aliph), 3.430; Chenier,
mL*^"*''f"*^ inmortales entre los
^^ortales... Es decir cuáles 3.272; GaMieni, 2.686.
latí- ™araita que pasarán a
cesarla '^ con la depuraci ón ne- de Sobre estas listas se pueden
hacer las consideraciones que
vengan en gana, siendo de no-
tarse que las tres figuras que
Ios_ lectores han respondido
'^r minadas. Claro está que es- van a la vanguardia, son los re-
i„„^?'^^agración, es la que hacen
ün • ! ? ° ' ' ^ del Fígaro. Pero es
lista ° ^ damos en seguida la
Jp r a n c I a presentantes del roniantioi&mo,
síntoma muy intersante en un
siglo en el cual se pugna por las
renovaciones y cuando el rojiian-
R con los números de votos: ticismo ha sido ya deolarado
"-haiteanbriand, 5.748 votos; fon, 5.004; Lyautey, 4.986; bien muerto. Indicamos esto, por-
5^,^«'ne, 5.720; Víctor Hugo, France (Anatole), 4.934; Foch, que, lo decimos con toda inge-
S'^fi ^'^^suet, 5.560; Voiltaire, 4.906; Latí (Fierre), 4.654; nuidad : hay días — -y scm los
• 5 I Í , : Corneille, S.520; Racine, Vigny (De), 4.626; Feneló«i, más dd año — en que sentimos
4.436; Barres, 4.400; Clemeti- que en nuestros interioras se
tái„ 'r.^=^'^'«"r. 5.476; La Fon- mueve y predomina el romántico
'¿'ne. 5.400; __^_ ^ 5.382;
La Bruyere, ccau, 4.398; P o i n c a r é (R.),
de los buenos tiempos...
(A.ntesquieu,
«issetí Montesquieu, 5.160;
5.160;
de), S.334; B«í-
B«í-
Baileau, 4.360;
4.360; Renán,
Renán, 4.334;
4.JJ4; Rostand,
KQstano, ae JOS uueuus utuiiAja...
•'"<¿; M o - • - -'" " '
NACIONAI.. ha mejor d@I m u s i d o
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Su pedido a troladas
$ 100.000 y $ 50.000 ! - • —
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128 C A R A y Y CARETAS

Sutile¡z;as gráficas

A S O J M B R O S O
— ¿Te fijas? Agarra azul y amarillo y hace
verde.
— Si consigo engañar al Jurado, me Ikvo el — i Pschs! Mi papá agarra un revólver y hace
primer premio. blanco.
(De Abara, Madrid)

MJ^flS M^^JS^É^MX^
|etT,^ REVISTA' SEMANAL ILUSTRADA
DIRECCIÓN, EEDACCION, ADMINISTEACION Y TALLEBES SP"6
;151, CHACABUCO. 155 - BUENOS AIRES
TELÉFONOS: .ÜOÍÓB Telefónica: Administración: (38) 5982. Direccióa (38), 4±21,
EBblkidad: .(38X 2185. JaUerea: X38). ••095.
PRECIOS DBSUBSCRIECION
Capital: ÍTrimetre $ 2.50 m$n. - Semestre $ 5.— » Año $ 9.—
Interior ^ $ 3._« „ « „ $ 6.— * „ $ 11'.—
Exterior $ oro 2.— • $ oro 4.— - Año $ oro 8.—
Número ¡suelto en la capital, 20 centavos. En el interior, 25 centavos.
Número atrasado del corriente año, en la capital, ,40 centavos.,
Ea ei interior. 50 centavos.
'Botiüia, Brasil, Canadá. Chile. Colombia, Costa Rica. Cuba, República
Dominicana, Ecuador. El Salvador. España, Estados Unidos de América, Gua-,
témala, Haití, Honduras, Méjico, Nicaragua, Panamá. Paraguay, r
Perú, Uruguay y Venezuela. Año $ oro ,., ,., ,., .., ,.j ,., ,., ^ >.j ,., ,„ J . —
No se devuelven los originales ni se pagan tas colaboraciones no solicitadas por,
Dirección aunque se publiquen.
Los repórteres, fotógrafos, corredores, cobradores y agentes viajeros están provis
'de una credencial, y se ruega no atender a quien no la presente,
EL ADMINISTRADOR
C A R A / Y CARETA./ 129

PALABRAS CRUZADAS
P R O B L E M A NUMERO 33
HORIZONTALES
Reverencia o cortesía humil-
de en muestra de sumisión

lo' M " * ° ^^ '^^ coniferas (4).


• Novillo que no pasa de dos
U n ° ' ^^'^-
• LJemomos caldeos que revcs-
T;ian forma humana para ten-
14 r\^ '°^ hombres (4).
• "JOlfo llamado también de Li-
'^OMa, formado por el Báltico,
«n la costa de Latvia y Esto-
15 pl.í^)-
•^ebida refrescante compuesta
"•2 agua y anhidrido carbóni-
*^0) aromatizada con jarabe o
Ig ^'^wcia de alguna fruta (4).
,
• "istrumento en la judio
costa ademodo
Eritrea
de
17 D""'v.njar!^. 'i'e 10 cuerdas
Rojo) (4).
que contiene
'• Bahía »" 1- —-^- j rr va-
18 c ' ' .'•!'=i5 (4).
^acrríioio incruento que ofre-
e el sacerdote en memoria de
'a Pasión y Muerte de Jesu-
22, ^'.'^t° (4).
lento violentísimo que sopla
26. ¿.'^^^«s en e! Adriático (4).
"sponer eras para poner plan- Solución del problema númei-o 32.
27. ^*s en ellas (4).
^'' o amnistía que piden los
,
28. ^°^°^ -.-vcuando
j.\oruega, que forma
se someten (4) límite con Fin- ríos del culto de la antigua Grecia (5).
29, ,a-iWia *5 dey Noruega,
desembocaque en el Ártico, 402 ks. (4). 5, Perteneciente a la muela (S).
forma
~"e no ha recibido órdenes clericales (feme- 6. Sistema de escritura en el que cada sílaba
30. ""M (4). está representada por un signo propio (9),
enio que prestía ]as luchas en la antigua 8. Llano despejado de un monte (4).
^"•^cia. Los artistas griegos lo representaban 9. Instrumento que se usa para apreciar la cali-
31, po distintas formas (4). dad de los vinos (9).
*ero de plantas araliáceas, que comprende 12. ArtÍQulo determinante, género masculino, nú-
yca de 30 especies, la mayoría de ellas, pro- mero plural (3).
. P'^s de ]g^ j,Qj^^ tórrida. Su raíz se emplea con- 13. Nombre propio de mujer (3).
^ra el reumatismo. Una de sus especies e.s
jY^Pia para el papel 19. Pasión que mueve a indignación o enojo (3).
^'ainado de arroz (S). A\P A M A 20. Apócope de santo (3).
£ N 0 j] 21. Cierto licor destilado,
VERTICALES fí A 7 s E N y, especialmente, un
aguardiente de arroz
' P'^'Jla de la calle en •A
/ C 0 yv WM A T A entre los árabes (4),
22. Dar balidos (5).
°.s poblaciones, que se P A C A N A M

I•A^
23. O larga y letra últi-
^'stmgue de lo de- ma del afabeto griego
""as del piso por estar 0 R A R A L A (S).
^^losada o p r algu- 24. Pueblo de la provin-
(•;= *?''''a circunstan-
| c • rp^i cia de Almería; par-
r'jí' destinada para el • c_I A
N 0 L 1 B A D tido judicial de Can-
jáyar. Bañado por el
' (s')"*"^ '^^ peatones D A
3, 1 B 1 ó HA_ 0 río Andáfax; uva, ga-
J^amífero cuadruma-
p°' de Ceylán (5).
ersona que no era
V E L 0 •^ H A N A S 25. Nombre
\A L /
nados, minas (S).
del limonero
en Taití y en las islas
a«flntida a los miste- £ S E Marquesas (5).
L 0 A N \F[O N A 5
La solución en el próximo número.
J*°TA. _ Los números que figuran J^lZU^i^l^^pX^^'^^^os, indican la cantidad de letras de cada palabra.

^^^ todas las semanas en "Caras y Caretas" la historia de la "Sarmiento"


relatada por sus comandantes.
130 CARAy Y CARETA/

Don Ramón
en COSMOPOLIS
Por Narciso Robledal
Su segunda visita a
Méjico. — Sus malas
impresiones de Nueva
York. — Su conferen-
cia en la Universidad
de Columbia. — Dos
anécdotas que lo re-
tratan de cuerpo ente-
ro. — En la habitación
número 1024 de un ho-
tel rascacielos. — Me-
rienda con el repórter.
— Detalles de una en-
trevista mágica. — Ci-
garrillos y más ciga-
rrillos. — Maravilloso
curso de estética cine-
matográfica. — L o s
Esperpentos y la ca-
restía del papel. — Lo
extraordinario del re-
portaje. — Descanse
en paz.

dar a su exquisita sensibilidad una urbe tan de-


F INALIZABA el año 1920.
Don Ramón el Grande procedía de la
ciudad de Méjico y arribó a Nueva York,
la cosmópolis congestionada, airosamente en-
saforada — comentó un compañero.
Pero don Ramón no quiso expresar con pa-
labras sus desagradables impresiones. Se con-
tentó con un mudo desdén para los exteriores
vuelto en su capa española y tocado cotí su alu-
do chambergo negro. que observaba, encogiéndose de hombros ante
Los mejicanos le habían recibido con genti- el progreso mecanizado que le circundaba, rui-
leza y admiración, rindiendo entusiastas home- doso y atareado.
najes a tan esclarecido y castizo embajador in- A la noche siguiente, por atenta concesión de
telectual de la Madre Patria. la Universidad de Columbia, el formidable autor
Cerca de cuarenta años atrás, en su quijotesca de "Los cuernos de don Friolera" dio una con-
y eructiva mocedad, don Ramón del Valle In- ferencia en uno de los saloncillos públicos de
clán había, pisado aquellas tierras como "solda- aquel vasto edificio.
do de fortuna", a las buenas y a las malas, jac- Varios caballeros exóticos, damas de aire
tancioso, donjuanesco y confiando ya en la sutil europeo, rapados rostros norteamericanos y
penetración de su genio y en e! temple acerado abundancia de latinos mostrando semblantes
de su espíritu, las dos poderosas armas con alegres y miradas vivaces.
las que, nuevo y singular cruzado de las Bellas Don Ramón del Valle Inclán, despojado de
Letras, iba a abrirse brecha por las rutas de la su capa, mostró la enjuta y enhiesta anato-
Inmortalidad. mía de su mal revestida osamenta; acercóse a
De aquellos alardes mozos han quedado im- su asiento y se acomodó ante el auditorio con
presas las imperecederas páginas de las Sonatas. la pausada indiferencia del que asiste a su coti-
Los escasos periodistas españoles que enton- diana tertulia de café; tendió luego, semicircu-
ces residíamos en Nueva York en seguida nos larmente, su mirada por el ámbito y se mesó
enteramos de su llegada. Por cierto que, huraño las entrecanas barbas con suavidad de pedago-
y silencioso, al pasear por Broadway y la Quin- go que ha de ordenar mentalmente su lección.
ta Avenida,'sus acompañantes advirtieron noto- Y habló. Su característico ceceo, en tanto la
rios, gestos de olímpica indiferencia en su velludo voz se entonaba para adquirir un firme registro
y ascético rostro, cuando sus ojos, como_ punzo- de elocuencia, resonó en nuestros oídos con ex-
nes fulgurantes, recorrían los bloques gigantes- traña blandura, hasta que, por sobre su tonali-
cos y rampantes de aquellas estructuras arqui- dad, por sobre su peculiar dicción rotunda y
tectónicas. fustigante, los bellos pensamientos, soberbia-
— No le agrada Nueva York, No podía agra- mente envueltos en fulgurantes imágenes, res-
C A R A / Y CARETA/ 131

bal '^ en una galana sucesión de acordes ver- ginémonos las repeticiones de nombres y ape-
n S'^^.^os suspendían de sus labios. llidos y la consiguiente confusión de los llama-
azt dijo? Habló de Méjico, el país de los dos telefónicos, visitas e identificaciones a que
Dlor^-^-' '^*'^'° de ía cuestión social, de la ex- darían lugar las docenas de "Smith" y "Hender-
yotacion del indio, de arte, de literatura, de re- son" que pueblan aquellos hoteles. Por eso al
lU^S'^^es... habló de todo con magistral ga- huésped se le "cuelga" el número de la habi-
oj^"'^', señoreando los temas con una sobriedad tación que ocupa. Mister 782, por ejemplo. Aho-
tr'^°™strica" tan elocuente, que las líneas cor- ra bien; don Ramón del Valle Inclán era el nú-
n .j *"^azadas en el aire por su única y enfla- mero 1024: "Mister Thousand-twenty-four".
rúb*^- mano, de afilados dedos, constituían la Un caballero portorriqueño, admirador del
rica de sus afirmaciones, dando fe de las insigiie gallego a quien conociera en Madrid,
^ stnas con la indiscutible autoridad con que un había venido a saludarle aquella mañana, y por
s , ' ° signa y rubrica un documento... Así, amenizar la conversación le refirió tan pinto-
ivando las distancias, pudo afirmar Platón que resca costumbre.
•"'OS geometrizaba. — ¿Con que pretenden que yo sea una cifra,
Al terminar la conferencia entre clamorosos exactamente como si estuviera en el Penal de
l¿,.^"^°s, le pedimos una entrevista para los Ceuta, eh? — exclamó enfurecido. — Acompáñe-
Wes de un popular magazine. me y sírvame de intérprete.
un"~t ^^ ^' mañana podré recibir. Me siento No hubo otro remedio que obedecerle. En las
del indispuesto y acaso espere la llegada oficinas de información de la planta baja se
vapor sin levantarme de la cama, plantó don Ramón mesándose las barbas nervio-
j ° postante tan poco alentadora respuesta y samente y clavando sus "ojillos perforadores en
= evidentes señales de su fatiga, a la tarde el primer empleado que le miró interrogativa-
gemente llegábamos al hotel — el McAlpin mente.
rascacielos donde se hospedaba, — Traduzca literalmente — habló don Ramón
ai, «n taquilla de informaciones nos dijeron dirigiéndose a su acompañante: — Yo no soy
lll Mister del Vale Inclan" ocupaba la pieza una cifra ni consiento que se me llame numéri-
"«mero 1024. camente: yo soy don Ramón María del Valle
nnq /^^ de meternos en uno de los ascensores Inclán, escritor español.
niie /"'P^^^'^os con el intérprete del estableci- El empleado, al escuchar la traducción, se
JU0.5" 1 " " ^°'^^" catalán a quien ya conocía- quedó contemplando al singular y protestante
,j^ 5' el cual nos relató dos típicas anécdotas huésped.
tero 1? ^^™ón, que lo retratan de cuerpo en- — Ello facilita mucho las tareas del hotel,
ciuin ^^^"*ta que en los enormes hoteles neoyor- s e ñ o r — explicó, — y todos nuestros clientes
ñes 1^' T^ constan de mil a dos mil habitacio- aceptan el sistema, "sin excepción".
bre' A ?^®Pcdes, después de registrar su nom- Tradujo el amigo y don Ramón exclamó: -^
cij' adquieren la "categoría numeral", vale de- — Dígale que "la excepción soy yo", en este
a í a ' ' í \ ? ° " ""^ cifra, la cifra que corresponde hotel o en donde quiera que me encuentre, y que
que 1 "nación que ocupan. Exactamente igual se me reintegre mi legítima denominación.
Práct- presidiarios. Pero el sistema es muy El empleado comprobó, no sin cierta pueril
etico y sin duda evita muchos errores. Ima- sorpresa, que se podía hacer esa excepción sin
perjudicar el método de la casa, y prometió
cortésmente que en lo sucesivo el número 1024
sería para todo el mundo Don Ramón, y nada
más.
Y el glorioso autor del "Ruedo ibérico'' se
retiró muy satisfecho...
Un poeta mejicano, que le acompañara por la
capital de su país, le informó en cordial charla:
— Maestro: un amigo común oyó a don Ja-
cinto Benavente expresarse bien de usted en su
tertulia, y un tanto sorprendido y con ánimo
de pinchar al autor de "Los intereses creados",
le dijo:
" — Pues don Ramón habla mal de usted.
" A lo que replicó en el acto Benavente:
" — Quizás estemos equivocados los dos,
" — ¿Qué le parece la respuesta?
Don Ramón se mesó las barbas, clavó los
ojillos en su interlocutbr y comentó con su na-
tural desenfado:
— Digna de quien se sabe tapar con ingenio
los defectos de su personilla.
Y cambió de conversación,
OR fin nos colamos en una de las amplias

P jaulas de hierro y ascendimos hasta des-


embocar, pasillo adelante, en la puerta
numerada con el 1024.
Llamamos con discretos golpecitos.
— ¡Adelantel — sonó una voz inconfundible
Abrimos y entramos. Don Ramón hallábase
tendido sobre el lecho, fumando, y sus ojillos
132 • 0 \ R A / Y CARETAJ

inquisitivos nos perforaron apenas, con la me-


jor de las sonrisas, nos acercamos al borde del
lecho para saludarle y expresarle:
— Maestro: un breve reportaje, a su gusto,
sin molestarlo en lo más mínimo. Usted manda,
por supuesto. Es para "Cine-Mundial", revista
española muy simpática.
El tono insinuante y la expresión entre reve-
rente y cordial que nos observó sin duda in-
fluyeron para que no nos enviase al diablo con
su reconocido mal humor.
— Estoy algo indispuesto y no he tomado
nada desde muy temprano — dijo como último
reducto de su resistencia y ya con tono de
"persona tratable".
Habíamos notado que estaba vestido y en el
acto le propusimos:
— Pues entonces encantado de haber llegado
a tiempo, maestro. La tarde no está desapacible
y si usted lo permite le acompañaré y le serviré
'de guía hasta el comedor de abajo o a cual-
quier otro restaurante .cercano. Un buen caldo
de gallina, por ejemplo, le entonará. ¿Qué le
parece maestro?
Titubeó unos instantes y luego se incorporó.
Rápidamente nos apoderamos de su capa, que
vimos a los pies de la cama, y la desplegamos
con filial solicitud, colgándola de la todavía re-
sistente percha formada por sus huesudos hom-
bros. Y con la misma deferencia recogimos su
chambergo y se lo colocamos sobre su des-
peinada testa.
Don Ramón, y,a conquistado, se dejó aten-
der en silencio, pero se quitó el chambergo para
alisarse la maraña, larga y lacia, de sus rebeldes
cabellos, y luego encendió un nuevo cigarrillo,
arrojando la cajita vacía sobre el piso.
— Ahora nos proveeremos, maestro — dijimos
como para disculparle que no nos hubiese
ofrecido.
• Y salimos de la pieza y penetramos en el
ascensor para luego cruzat el "hall" y respi-
rar el aire de la calle.
— Conozco aquí, a la vuelta, un excelente
restaurante, y hasta a varias de las camareras
— le informamos gozosos.
— Bien, vamos. suspenso y atento, a la espera de sus declara-
; Y se dejó conducir con la docilidad de un ciones.
niño. Fuese por temor de contrariarle, fuese porque
En efecto; fué Rosita la que nos atendió aun no nos considerábamos expresamente auto-
sonriente. Un buen caldo, pollo frío y picado y rizados para extender las cuartillas y requerir
una ensalada de frutas comimos ambos en paz la iCstilógrafa, en funciones formales de repoi-
y en gracia de Dios, cambiando apenas algunas tearle, decidimos prescindir de tomar apuntes,
frases vulgares. No queríamos importunarle con confiando en que nuestra memoria recogería
preguntas periodísticas hasta que él se dignase con fidelidad sus declaraciones.
ofrecernos la oportunidad, y nuestros discreto Don Ramón fumaba. Por las espesas barbas
comportamiento, así como la merienda que le caracoleaban en espirales las azulencas bocana-
confortó, acabaron por despejar su taciturna das de humo que despedía sin cesar, y con las
expresión. primeras colillas encendíamos nuevos cigarrillos,
A la pequeña adición, se agregó el importe en una especie de muda y hasta solemne com-
de tres cajitas de cigarrillos rubios, y nunca el petencia por encapotarnos entre nubes.
repórter recuerda haber convidado con tanto Y habló por fin.
placer a persona alguna. — Esa revista... española, ¿se especializa en
Ya de regreso en la pieza del hotel, don a,s.unto's cinematográficos, dice usted?
Ramón con ademán suelto, arrojó el chamber- — Precisamente, maestro. Informativa, ¡itera-
go sobre el lecho. La capa se la recogimos lim- ría también, ilustrada, muy al tanto, natural-
piamente y la plegamos sobre d respaldo del mente, de los progresos del llamado séptimo
pequeño sofá. Ocupó una silla y el repórter arte •— nos apresuramos a informarle extra-
acercó otra y extrajo las cajitas de cigarrillos yendo, con rapidez de prestidigitador, un ejeni-
para tenerlas sobre el borde de la ca:ma, al al- •piar de las profundidades interiores dei abrigo.
cance de la mano. Y comenzamos a fumar en — El cinematógrafo, como creación rudimen-
silencio, don Ramón como ensimismado, los taria y pintoresca, ha tenido sus albores en Fran-
buidos ojos relampagueantes tras los gruesos cia, con Lumiére, a raiz del descubrimiento de
vidrios de miope de sus e^ejuelos; el repórter la fotografía; y cuando comenzaroa a ponerse
CA.RA/ Y CMUITAJ!' 133

PÍO "i "vistas a n i m a d a s " y los caleidosco- — N o . Pienso hacerlo en cuanto vaya d e s -
ban^' '^^^•'^as versallescas y cortesanas m a t a - apareciendo la carestía del papel. Ahora resulta
míp t"^ elegantes ocios con aquellos eutreteni- poco menos que imposible editar libros. H a b r í a
^^rentos que deleitaban el sentido de la viita, que ser millonario yanqui y no escritor a la
Per^°f ^'^''° a^^'Jos y graciosos comentarios, española — acentuó con una arrogancia de t o n o
o tue, en realidad, con las estampas cuando... en que iba implícito un g e s t o de desdén acusa-
^^i,!geramente inclinado sobre el asiento, a po- dor para todos los " m e r c a d e r e s " del raundc,
¿g" ':^"'*™etros del repórter, que absorbía el ca- yanquis y no yanquis.
nífi ri° ' "^^ ®" ilustrativa perorata, el m a g -
hi,5° • l l a m ó n nos regaló con todo «n curso

L
o extraordinario del reportaje, tan feli-s-
orÍH-e "^° y estético de la cinematografía, de sus mente reconstruido de memoria que fué
li(jK ""^^i sus balbuceos, sus progresos y posibi- traducido al inglés para ser publicado par-
^ »aes. Hablaba el artista exquisito; hablaba cialmente en la edición del magazine editado por
en c 1° '""•'aculado; hablaban, por sus labios, la misma empresa en ese idioma, consistió en la
badn*""^ i"^^^^ ^ sintéticas exposiciones de arro- estupenda lección de cinematografía que don
que elocuencia, todos los plasmados talentos R a m ó n nos había dictado para todos los lecto-
Tenl'^""'^''"^'^^"' '^°"''° graciosos y saltarines to- res, y es más que probable que haya servido de
senti^^'i^' buen decir, al buen pensar y al buen n o r m a para las sucesivas innovaciones que h a
eaca'" !i ' ° ^ espíritus elegidos y, como talas, venido experimentando la pantalla, así desde el
ne^ ^^^ °^ ^er fecundados, en sus tres dimcnsio- p u n t o de vista técnico como artístico.
trina^'°'^ *° ^*^''°' '» 2 " « " ° y 1° Verdadero, la Y a pesar de que el repórter cometiq, el atre-
obra ^P°5'^°^'s Que sonríe resplandeciente en las vimiento gramatical de iniciar el reportaje con
Plarl^ TI ^"^^ación para los que saben conlcm- un gerundio ( " H a b i e n d o llegado a esta con-
q^g ^' Hablaba el gran don R a m ó n , y habría gestionada urbe don R a m ó n María del Valle
la .g*^.'^P"*ar la duración de aquel tiempo poi Inclán, señor de la Puebla de C a r a m i ñ a l . . . " ) .
alein '^'^^ '^^ nuestros cigarrillos y porque, al y de que el jefe de redacción de "Cine Mundial",
suve'í°'^ del hotel arrullados por la magia de que era purista, protestara alarmado, t a m b i é n
eirna '^ 'lotamos que ya la noche se echaba en- fué "extraordinario" desde el punto de vista
y oi|''^°" ^"•''' espesos cortinajes, horadados, aquí pei-sonal, pues con suave insistencia alegamos el
la o, ^' ^r°^ ' ° ^ focos eléctricos que estrellaban m é r i t o intrínseco de su contenido y lo cobra-
^"perficie de c o s m ó p o l i s . . . mos a doble tarifa... lo mismo que p r e t e n d e m o s
tado '^^ abandonarle, le habíamos pregun- cobrar estos renglones evocadores del eximio es-
tilista y genial m a l h u m o r a d o que tan de frente
^ ya de pie y en actitud de m a r c h a :
y tan rajante solía reaccionar
p e , . ^ ^ l°s formidables E s p e r -
'T^ nhJ6,flú,l ^"*^ '^^ ilustres catervas de
P ^ b l S c b ' e f °;brtf'" " ° ' " ' ' :A(ardS0 VJ medianías que le salían al paso.

Nu e V a samaritanas

Sp„,,^'?3nas egresada
¡ácesaaa- r¡r i.i . , , , , . iv. j,¡ Argentina en el curso de 1935, pertenecientes a la División B.
de izquierda a derecha: Silvina F. de F. del Carril, Angélica Guisasola, Elisa Grifatong; pro-
Ptofe anatomía,
nmíí, doctor
Af\f\-r^-r Emilio
Pmilír» Bacigaluppi;
R:írioalnnni • profesor
nrnfpsnr de
fíi> puericultura,
mipricnltura. doctor
doCtor Agustín
AcUStíll E.
E . Maníglia
Manifflía:
'^iu/°"^ de higiene, doctor Ernesto V. Ponce; Alicia M. Villanueva, Manuela E. Paya y Elvira H
Abju^^^' De pie, primera fila: María A. Colombatti, Elina E. Coock, Laura S. de Peterson, Delia
6, g ° .Villanueva, Cora Nielsen, Susana Castro Almeira, Haydée A. Cueto, Ana M. Burnichon y María
squivel Huergo (auxiliar del curso). De pie, segunda fila: Sara B. de Giménez, María B. Mai-,
sonave, Dora M. Solano, Marín y Zulema D . Altuve,
134 C A R A ^ Y CARETAJ-

©
|MO ME
9 QUE en los primeros días de febrero llegarán
los restos de Carlos Gardel y que se prepara una
serie de actos para recibirlos en la forma irierecida
por nuestro inimitable cantor.
0 QUE continúa el "abastecimiento" de contra-
tos en algunas radiodifusoras.
9 QUE, según parece, un núcleo de dos o tres
estaciones se propone acaparar para sí a todos
los números de algún valor radiotelefónico.
0 QUE en esta desmesurada lucha, en la que no
se detiene a mirar para atrás, a la larga ci único
perjudicado será el artista, pues a la suba ficticia
de sus salarios sucederá una baja fulminante con
todas las consecuencias.
9 QUE las estaciones que no participan en esta
lucha, se ven obligadas a arreglárselas cr,mo pue-
den con figuras de segundo o tercer plano.
0 QUE, sin embargo, tienen un recurso y es el
de organizar búsquedas de nuevos valores, pues
una crítica imparcial debe forzosamente rccoriocer
la evidente decadencia de algunas de las e'^tiellas y
astros que con tanto afán se disputan les broad-
casters empeñados en esa lucha que podríamos
llamar "catch as catch can" radiotelefónico al
borde del precipicio.
41 Q U E una honrada búsqueda de nuevas valores
puede convertir en estériles los esfuerzo? y sacri-
ficios realizados por los rivales.
0 QUE la mencionada búsqueda de nuevos valo-
res no debe, por cierto, limitarse al campo del arte
popular, sino que debe llegar hasta las manifesta-
ciones más puras del arte clásico.

SABINA OLMOS, la popular cancionista apa-


rece aquí junto a los aparatos de control de
Radio Sténtor en una pose poco usual, pero
que no eignilica control para nadie. . . TRANSMISIONES DESDE ALEMANIA
RADIO P R I E T O transmitirá con carácter exclusi-
vo del 6 al 16 de febrero próximo los juegos olímpicos
invernalesi a realizarse en Garmisch-Pairtenkirchen
CUATRO (Alemania).
Esta transmisión se realizará en castellano y se

oooo para el
propalará a las 22 horas aproximadamente.
En el programa de juegos figuran; el ceremonial
inaugural, partidos de hockey sobre hielo; esquí, carre-
ras de descenso para competidores de ambos sexos;
TRIO FEMENINO CUCARO "skíslalom" para damas; esquí, carreras de postas de
10 kms.; recepción en Munich de los competidores;
en carreras de patinaje sobre hielo; carreras de Bob;
carreras de patrullas militares; patinaje artístico, etc.
"Cuando llora la milonga",
Radio Prieto, es además, la estación argentina que
e n transmitirá con carácter de primicia todas las infor-
maciones relacionadas con la XI Olimpíada mundial
RADIO CULTURA que se realizará en Berlín del I* al 16 de agosto
próximo.
CARA/..Y CARETAS 135

coc
^l€A, ^%»/ M^M, JSIÁ «
AUDICÍONE S
RECOMENDABLES
Comedias musicales, en Radio Spléndid,
^rí ^°^° " " elenco formado de esta m a n e r a todos los miércoles, a las 21.
darl^ " " ^ verdadera novedad y contaría, a n o du- Dickson Sisters, trío vocal americano,
°> con la simpatía de los oyentes. en Radio Excélsior, los viernes, de 17
a 19.30.
* d t ó ^^ apoya nuestra idea el hecho de qwe la
y a\ A ^^^^^ popularidad a las figuras nuevas
sagr •- ^^® modo el factor tiempo en la con- ¡QUE BUENO S E R I A ! . . .
cálcul"°'^' **° tiene m u c h a importancia en los
SI la transmisión de discos se hiciera con
carácter cultural y no comercial.
rarán 1 ^ " ®^ próximo m e s de febrero se incorpo-
tiérre ^ i^ P r o g r a m a s P r i e t o el cantor H'ago Gu- SI los cantores criollos no con {midieran el
Dai-a3 cuarteto vocal P o r n o y y la orquesta arte de cantar con el de gritar.
P^-^aguaya de Asunción Flores.
SI algunas cancionistas conwnzaran a pre-
áe K ^ - '^^•''^sdes Simone, la popular cancionista pararse para afrontar la próxima tem-
•vacilo Belgrano se halla de vacaciones. porada.
el e» 1 *** Radio Municipal actúa con buen éxito SI se creara un curso para diplomar a los
rales '^^^ concertista de guitarra T e l é m a c o M o - que actúan de graciosos en la radio.
SI los radioescuchas pudierad, como en el
poj g ^ . ^ 1 dúo de los h e r m a n o s V e r ó n actuarán teatro, aplaudir o silbar a !os que actúan
de íeb ^^ Nación durante el p r ó x i m o m e s ante el micróíono.
SI hubiera una comisión de censura para
buen,"^í ^'^ala Vera d e b u t ó en Radio Sténto»- con ciertas traíismisiones donde se violan los
="a tortuna. más eJementales principios dol buen gusto.

Ha ha ^ j ^ ' " ^ ^ ' " ' ^ Vera, la excelente estilista cric- CORREO DEL RADIOESCUCHA
Srano ^ contratada p a r a actuar en Radio Bel-
A un lector asiduo, Concepción del Uru-
gual, — Sentimos mucho que usted haya in-
tta ra/T •^'"*"'''^ Laserre, buen elemento de nues- terpretado erróneamente nuestra actitud para
de T?,jí°' participe en la audición " B r o c h a z o s " , con la broadcastinig referida. Excusamos deoir
*íadio L a Nación. que usted "ve visiones" en ese asunto^ y qii«
3o único que nos ha animado en la cuestión
«las efiVa la jazz de R a ú l M a r e n g ó , una de las
toá^^S es un generoso propósito de control, precisa-
al T>-„ aces y disciplinadas del género, vuelve mente, por tratarse de una broadca.9ting a la.
programa Prieto. cua:l había que tomar en serio.
A un porteño. Capital. — Hemos dado por
terminada la conti-oversia entre kis personas
indicadas por ustal. El match, a nuestro jui-
cio, es "draw" y a ambos contricantes ani-
maban buenos y honrados propósitos.
LA VOZ DE ESPAÑA
^"o do p'^^'^'ó" que se propala por íntenne-
anuncia que ha prepa-
^"«to •,, ^'^8'uiente programa para los mc&es de
" y lebrero:

* fien' ""'^'''^'''^•r y Viernes: Teatro breve


*ál^ T7<^"'<=. Linares Rivas, Melitón Con-
fie '¿j?- ^'•^z Quintero, etc., por el conjunto
Quii-jg '8® Paco Meana y eacabeza Rosita

^artc
^ ^ a dg^j" Cancionero popular, por Satanela,
'^'"'•«ctTo" •'^'ncióu española. "Expresiones in-
"^ • por J. Vallejo Rivera.
fii^^^^:
«aH -";i- Camc
„w*^°ies populares, por d tenor
all^i^'j). *'^P'^es)ones incorrectas", por J.

• Jotas, por el Conjunto Aragonés La mendiga callejera, a su marido. —- No desentoiK;*


asi que van a creer que es la radio.
Cauciones, por el tenor Balleater (Da "Le Eire. Parla), i
136 C A R A , / Y CAPETAS

He aquí !o que ha quedado de la casa comercial Nannini,


después del ciclón que asoló la progresista localidad santa-
fecina. •

U n v i o l e n t o ciclón
Las chapas de cinc fueron llevadas por el
aZíOtó La Vanguardia viento a varios kilómetros de distancia.

Casa en donde enco.atió la muerte el señor Pablo Un aspecto de los a l r e d e d o r e s después de la


Ciardclla. catástrofe.
137
C A R A / Y CARETA/

Notas del interior

Maesu-as egresadas

y/"8«ay en una r'-'-iMh,


^ J / " s últimas cla- 1
'^ fe puericultura
"^ la Maternidad
Municipal.

El ingeniero Alberto Casella fué objeto de un


homenaje con motivo de asumir la dirección
de "Tribuna" de Rosario.

Ccnt^"'3^iün de la nueva sede social del


<^e Empleados Públicos de Jujuy.

Almuerzo servido en honor de los


campeones de fútbol en el salón
San Francisco, de Salta.
138
C A R A . / Y CACPTAY

Doscientas mil libras


y al descenso DESDE
E STA cifra del título sería termi-
nante para señalar que estamos
concretándonos a algo que está
en absoluta contradicción con las de-
Don FEDERICO MISA, PRESIDENTE
DEL C. ARGENTINO DE Q U I L M E S

claraciones de un delegado ante el


Consejo Directivo de la Asociación del
Foot-Ball Argentino, que días pasados
D ESDE hace muchos años el nombre de
Federico Misa está muy ligado a !os des-
tinos del prestigioso Club Atlético A i -
gentino de Quilmes, y tan es así que no ha exis-
al tratarse .el asunto concerniente a los tido progreso en la mencionada entidad sin rjue
de por medio no haya figurado en gran porcen-
ascensos y descensos, se expresó con taje con su acción positiva el personaje depor-
miras opuestas a la reimplantación de tivo que nos ocupa.
ese método deportivo en la Argen- Días pasados la asamblea del Club Atléticp
tina. Argentino de Quilmes, resolvió llevar a presi-
dente del instituto al señor Misa. De este modo
El año próximo pasado el team que continuará progresando a pasos gigantescos e-1
descendió a la segunda división de la club cuyos destinos serán regidos por quien
Liga Inglesa costó a sus arcas la fa- sabe !o que son los problemas deportivos s.^
todos sus aspectos.
bulosa suma de doscientas mil libras
N o podía faltar mi aplauso desde CARAS_ '^
esterlinas. En nuestro ambiente, los CARETAS para quienes saben reconocer condicio-
que salen protestando ahora en mo- nes y es por ello que puedo declarar que los
mentos que se reconsidera el ascenso, quilmeños tendrán una cabeza directriz durante
son precisamente aquellos que ningún el período que se inicia capaz de realizar mucha
obra buena.
mérito han hecho, excepto el modesto
esfuerzo personal, en favor de que sus
respectivas instituciones m e r e z c a n
mantenerse en el círculo privilegiado de
la Asociación de Foot-Ball Argentino. O B S C U R I D A D
Es necesario convencerse que con
El referee Tejada dice que no lo vio al JU'
el interés público no se juega, y que Sador que Is dio la trompada.
precisamente entre nosotros en el mo-
El jugador Guaico dice que él no dio nin"
mento actual, el interés público es guna trompada.
enorme con respecto al fútbol.
Los del Tribunal de Penas dicen que Guai-
El ascenso conviene a muchos y el co aplicó los golpes.
descenso a pocos. Sobre el interés de
El público dice que Guaico quiso pegarle
los pocos está en forma francamente al referee.
opuesta, la necesidad de proseguir des-
arrollando nuestro deporte en forma Los jugadores de San Lorenzo dicen qus
Piriz deseó pegar al referee.
eficaz y como para lograrlo es necesa-
rio que los modestos clubs de segunda El referee insiste en que no víó a nadie.
tengan chance a engrandecerse directa- Podría aclararse lodo si fuera Piriz el agre-
mente e indirectamente engrandecer sor, porque entonces se le disculparía al te-
feree el que no lo viera en la noche.
al deporte argentino, urge tener en
cuenta que en las deliberaciones que Es tan negro como la obscuridad. . ,
se sigan efectuando para tratar el tó-
pico de referencia se posponga a toda
situación individual la del espíritu ge-
neral. V E R D A D E S

No será posible que triunfe ía teo- Los elecciones nos mostearon cosas graves.
ría de los menos capaces y sólo aque- Cada año un comprobante más, de que cuando
llos que se sientan fuertes como para se busca con tanto empeño ¡legar al puesto ds
brindar a la masa aficionada la demos- dirigente, es porque algún beneficio reportará.
tración cabal de sus fuerzas dignas de En los últimos comicios oímos hablar i cier-
mantenerse en el privilegio de las ca- tos candidatos, de gastos de varios miles de
pesos en propaganda y en fiestas para conme-
tegorías máximas lo consigan. morar los triunfos.
Esperemos, confiemos en el triunfo ¿De dónde descontarán todo e s o . . . f
auneque más no sea que por esta vez. No es por hablar mal. . . pero. ..,, ¡sí que
vamos bien. . .!
C A R A ^ Y CARETAS 139

el ALAMBRE C A R T E L E R A LO QUE NO DEBE


Por
Imparcidl
OLVIDARSE
íí,afrimonio 1936: Boca J u n í o r s - Quilmes El primer Campeonato Argentino se dispu-
(N,«Ta-Castagno). tó en el a5o 1920.
t ^J'" aventura tcansatlántica: Estudiantes de
^a Plata y Huracán.
. -Los cuatro hermanitos: R o n g o , Samanicgo, Capital se impuso a Rosario por dos a cero
^^oreno y Castillo. en el encuentro final del torneo.
p ^os tres chanchitos: Sánchez, Santamaría y
^Ualco.
^^ fantasma de la Opera: Alterío. Crocce, guardavalla do Capital, finalizó in-
^Pionaje en alta mar: Villenghi. victo su actuación.
El "e^ro que tenia el alma blanca: B e n j a m í n
rNT'
•'gado.
Y^emanos consecuentes: Villa y Coletta.
Los goles los obtuvieron en el match final.
- p°s extraviados: Troncoso y Romano. Caldas y Rofrano, formando los equipos del
y'- encanto del hogar: Wergifker. modo siguiente. Capital: Crocce; Ornar y Ba-
r ^ o que sucedió aquella noche: Peñarol-San rreto; Matozzi, Olazar y Célico; Perinetti, Za-
lorenzo. valeta, Caldas, Rofrano y Chavín. Rosario:
•^°s tres lanceros. de Italia: Stagnaro, Ortolani; Sarasivar y Molinari; Mulhall, Revi-
Scopelij lla y Perazzo; Curell, Blanco, Harris, Ennis
y Guaita.
El Hayes y Francia.
ferror vuelve: L u i s M o n t i .

CASOS RAROS COSAS RARAS PUEDE SER


Juan A r r i l l a g a , fué en Que las damas que van a
VfM- ^"''afio 'os de Newcll's
dad '^" y dicen que han qiie- Brasil una figura descollan- las canchas se convenzan al-
ti-,;° ? " y conformes del arbi- te el año próximo pasado guna vez que las palabritas
''J« de José GalJi. llegando a jugar y ser a la extrañas al léxico culto sólo
vez director técnico de los deben pronunciadas los "ca-
equipos del Fluminense de balleros".
•ocaf ^?"*«'video, los diarios Río de Janeiro. Retornó a
Urg^^t '''^«" fiue los referees Buenos Aires y en Quilmes
Que llegue el día en que
Vec« °^' son imparciales, a refirmó sus prestigios con-
quistados en base a esa cali- los referees no tengan la cul-
dad tan suya y en estos ins- pa de las derrotas de los
tantes, con pase en blanco equipos.
taj. Tigre hablan de contra- que obtuvo todavía el año
"'" jugador en 5.000 pesos. próximo pasado antes de su Que ios dirigentes se coit-
contratación por la entidad , venzan que es mejor ser es-
quilmeña, no ha sido contra- ' pectador o simple hincha
Pes^s^ de Atlanta tienen 100.000 tado por ninguno de los po-
antes que exponer el pellejo
lor«s P^i'a ^^^1 derosos i n s t i t u t o s que re-
quieren sus servicios. a la ira del asociado.
uirir grandes va-

EL MILLONARIO MONTI COINCIDENCIA

•''íü,|(••''''''« ya lo llaman "El Millonario" a Luis Una feliz coincidencia ha querido que Boca
<^n ^¡' ?', famoso e.v jugador de San Lorenzo, que Juniors y Racing en un mismo día tuviesen qu<?
''"'«nd •''"^oí italiano llegó a ser una cosa tan festejar algo importante. HaCe 25 años, Racing
y - '^omo Orsi. derrotó a Boca Juniors ascendiendo a primera
división y eso sucedió el 18 de diciembre
'^oit S? 'o llaman así porque tenga algo que ver de 1910.
Col .•^''''^••- '•"'''••• 25 años después, exactamente, el 18 de di-
*"ii¡a„ '"«"«» iiene que ver es con las liras que ya ciembre de 1935, Boca Juniors se consagraba
*"'! en"'*'"' "'"-^ del millón y que día a día ingre- Campeón de 1935.
u « ' repleta bolsa. Racing festejaba con un banquete el sensa^
""ker ' , " sabido administrar sus éxitos. Puede cional acontecimiento de un cuarto de siglo
<^ino'' '" Iranqidlo a Buenos Aires que lo antes y esa misma noche el banquete de BOCT
*'e 1,0,^ t'^'^arse ufano en un coche impresionante Juniors tenía también un gran motivo de ale-
Qtip dirá
''"•- quién fué Luis Monli en Italia. / Y lo gría. Muy diferente esa noche por cierto a la
Pu•cde
las lirasI.. de 25 años antes.
Durante una de las espectaculares
tormentas, tan frecuentes en el
actual y loco estío, cayó u n rayo
sobre la chimenea de la casa Bo-
lívar 347. Los cascotes causaron
daños materiales en u n edificio
contiguo, y leves lesiones a dos
vecinas. El susto fué formidable.

Sucesos
de la
semana
Willim Baker, que con su estatu-
r a de 1.97 batió un récord: ef
el m á s alto de los polizones. E s -
capado de u n reformatorio esta-
dounidense, vino de incógnito en
una de las bodegas del "Southern
Cross". Pronto volverá a Nueva
York.

El n i uja José Mosquera (a) Mata-


caballos, infame autor del asesinato
de un niño de ocho años. El crimen
fué cometido en Ciudadela, hace diez
meses, siendo la madre del menor
cómplice en el espantosa crimen.
Apremiado por la policía. Mosquera
ha confesado el hecho e indicado el
lugar donde arrojó e! cadáver, en el
río Las Conchas.

Efectos de u n triple choque, ocurrido


en Leandro N. Alera y Cerrito. U n
transeúnte y uno de ios conductores
resultaron heridos. Va estamos acos-
tumbrados a tales escenas.

AÑO XXXIX — N9 1948 TALLERES G R Á F I C O S


3. DE FEBRERO DE 1936 DE CARAS y C A R E T A S
CARAJ" Y CARETAJ"
• '*'**''l***"Mltltl|tlHtllll(tHIIII|ll||IIMIIIIMIIIII»(IIIIIIIIIIMtl)l(ll(M<IMtMt|IÍIIIIIl|linill«llfllll<llltlllll1llllltil<(ftllllll|llllll||ll|ll|||I|||iM^

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