Semana 2 - Inteligencia Emocional

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MAESTRÍA EN GESTIÓN PÚBLICA

Curso:
Habilidades blandas

Título del Informe Académico:


INTELIGENCIA EMOCIONAL

AUTORES:
ALVARADO MARÍN DIEGO ISMAEL
ANTICONA FAJARDO VILMA AURORA
CAVA GONZALES ROGGER GANDHI
CUSTODIO VÁSQUEZ YESMÍN MARILÚ

ASESORA:
Temoche Guevara Cecilia

CHIMBOTE– PERÚ
2024
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN..............................................................................................iii
II. DESARROLLO..................................................................................................v
2.1. Marco teórico de la Inteligencia Emocional................................................v
2.2. Tipos de Inteligencia Emocional...............................................................vii
2.2.1. Inteligencia Intrapersonal...................................................................vii
2.2.2. Inteligencia Interpersonal...................................................................vii
2.3. Componentes de la Inteligencia Emocional.............................................viii
2.3.1. Salovey y Caruso mencionan cuatro componentes...........................viii
2.3.2. Goleman menciona cinco componentes............................................viii
2.4. Inteligencia emocional y liderazgo............................................................xii
2.5. Inteligencia Emocional: Liderazgo Personal............................................xiii
2.6. Inteligencia Emocional y Liderazgo Profesional.......................................xiv
2.7. ¿Cómo desarrollar la Inteligencia Emocional?..........................................xv
2.8. Importancia de la Inteligencia Emocional.................................................xv
2.9. Descripción de la escena donde se usó la inteligencia emocional en la
Municipalidad Distrital de Conchucos.................................................................xv
2.10. Comentario del grupo...............................................................................xv
III. CONCLUSIONES........................................................................................xvi
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS..........................................................xviii
I. INTRODUCCIÓN
En la vida moderna, emociones negativas como la tristeza, la ansiedad y el
estrés impactan significativamente nuestra vida diaria. La inteligencia
emocional, que consiste en reconocer, comprender y gestionar nuestras
propias emociones y las de los demás, es crucial para afrontar estos desafíos.
Esta habilidad nos permite responder adecuadamente a nuestras
experiencias, mejorando nuestra interacción y bienestar general. Desarrollar
inteligencia emocional es fundamental para construir una vida más
satisfactoria y efectiva, especialmente en un mundo donde las habilidades
personales son cada vez más (El Peruano, 2024).
La inteligencia emocional se pone en práctica hoy en día en la gran
mayoría de las organizaciones, esto con el fin de generar liderazgo, mejor
clima organizacional y el manejo de conflictos.
Sin embargo, los modelos de cultura organizacional que tienen las
organizaciones muchas veces no son los adecuados, por lo que se denota
claramente la falta de líderes que puedan actuar con inteligencia emocional,
por lo que es importante fomentar el desarrollo del liderazgo personal y
profesional, haciendo uso de la inteligencia emocional en los colaboradores
(Goleman, 1995)
La inteligencia emocional (IE) es un concepto que ha capturado la atención
tanto de académicos como de profesionales en diversas disciplinas,
emergiendo como un factor crítico en la efectividad personal y profesional.
Originalmente conceptualizada en los trabajos académicos de los años
noventa por Peter Salovey y John D. Mayer, la IE fue definida como la
capacidad para reconocer, entender y manejar nuestras propias emociones y
las de los demás. Sin embargo, fue Daniel Goleman quien popularizó
ampliamente el término a través de su libro "Inteligencia emocional", publicado
en 1995. Goleman extendió la definición de IE para incluir habilidades como la
autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales,
argumentando que estas competencias emocionales son esenciales para el
éxito profesional y personal.
Es crucial cultivar nuestra inteligencia emocional para detectar y
contrarrestar intentos de manipulación. Con un mayor entendimiento sobre las

iii
emociones y su impacto, ganamos autoconocimiento y consciencia sobre
nuestras motivaciones. Esto nos permite tomar decisiones de manera más
consciente y proactiva, adaptando estrategias para gestionar nuestras
reacciones emocionales y evitar arrepentimientos posteriores. Además,
aprender a utilizar las emociones para beneficio propio y de los demás
fortalece nuestras relaciones interpersonales, siendo esta una razón
fundamental para priorizar el desarrollo de la inteligencia emocional en la
actualidad (Bariso, 2020).
La importancia de la inteligencia emocional radica en su vínculo con la
comunicación efectiva. Comprender y manejar nuestras emociones es
fundamental para transmitir mensajes de manera asertiva. Esto se refleja en
cómo nuestras expresiones faciales, lenguaje corporal y tono de voz
complementan nuestras palabras. al comunicarnos. La falta de comprensión
emocional puede llevar a una comunicación poco impactante y poco clara ((El
Comercio, 2022).
Este informe profundiza en la inteligencia emocional, explorando su
definición, tipos y componentes, y examina sus aplicaciones prácticas en los
ámbitos laboral y personal. A través de este análisis, se busca proporcionar un
marco práctico que pueda ser empleado para cultivar un entorno de mayor
comprensión, eficacia y bienestar emocional.
A lo largo de los años, investigadores y psicólogos han continuado
explorando la IE, destacando su impacto en diversos aspectos de la vida
cotidiana y en el rendimiento laboral. La investigación ha demostrado que las
personas con altas puntuaciones en IE tienden a ser líderes más eficaces,
mejores comunicadores y más adeptos para manejar conflictos y presiones.
Figuras como Travis Bradberry y Jean Greaves han contribuido al
entendimiento práctico de la IE con herramientas y estrategias para su
desarrollo, mientras que estudios recientes continúan explorando la
neurociencia detrás de las emociones, solidificando la base científica del
concepto.
Los antecedentes históricos de la inteligencia emocional también incluyen
contribuciones significativas de otros teóricos y estudiosos. Por ejemplo, en la
década de 1920, Edward Thorndike describió la "inteligencia social" como la

iv
habilidad para entender y manejar a las personas. Más tarde, Howard Gardner
en 1983 introdujo la idea de múltiples inteligencias, que incluía tanto la
inteligencia interpersonal como la intrapersonal, componentes que son
esenciales para la IE.
En Colombia, se observó una tendencia hacia el reconocimiento y la
valoración de las emociones de los demás como un área de mejora en
inteligencia emocional, mientras que, en Chile, la regulación emocional
emerge como un aspecto clave que requiere atención. Estas diferencias
resaltan la importancia de diseñar programas de desarrollo de habilidades
emocionales adaptados a las necesidades específicas de cada país, con el
objetivo de impulsar el éxito tanto a nivel individual como organizacional en
ambos contextos (Zárate & Matviuk, 2012).
En resumen, este informe no solo ofrece un análisis detallado de la
inteligencia emocional y sus aplicaciones, sino que también contextualiza su
evolución como un campo de estudio significativo. Se enfatiza cómo el cultivo
de habilidades emocionales puede transformar personal y colectivamente,
mejorando la calidad de vida y el rendimiento en una variedad de entornos.
II. DESARROLLO
II.1. Marco teórico de la Inteligencia Emocional
Salovey y Mayer (1990) inicialmente definieron la inteligencia emocional
como la capacidad de monitorear los sentimientos y emociones de uno mismo
y de los demás, para discriminar entre ellos y usar esta información para guiar
el pensamiento y la acción.
La inteligencia emocional relaciona la habilidad para percibir con
precisión, valorar y expresar emociones, relaciona también la habilidad para
acceder y/o generar sentimientos cuando facilitan el pensamiento, también la
habilidad para entender emoción y conocimiento emocional y la habilidad para
regular emociones que promuevan el crecimiento emocional e intelectual
(Salovey y Mayer, 1997).
Goleman (1995) extendió esta definición, enfatizando que la inteligencia
emocional incluye habilidades como el autoconocimiento, la autorregulación, la
motivación interna, la empatía y las habilidades sociales, que son cruciales
para el éxito personal y profesional.

v
Según Mayer, Salovey y Caruso (citados en Goleman & Cherniss, 2013),
aunque el término "inteligencia emocional" no fue acuñado hasta 1981, ellos
proporcionaron una definición clara de lo que implica: la capacidad de percibir y
expresar emociones, de asimilar las emociones en el pensamiento, de
comprender y razonar con las emociones, y de regular las emociones en uno
mismo y en los demás.
Según Goleman y Cherniss (2013), la inteligencia emocional (IE) es un
elemento crucial para el éxito en cualquier campo laboral, superando incluso al
coeficiente intelectual (CI) y la destreza técnica. Además, a medida que alguien
asciende en una organización, la IE se vuelve aún más crucial, ya que se
estima que es responsable del 85 al 90% del éxito de los líderes
organizacionales.
La inteligencia emocional se refiere a cómo las emociones impactan en
nuestra capacidad intelectual y viceversa, y cómo podemos manejarlas de
manera efectiva y funcional. No se trata de suprimir las emociones, sino de
gestionarlas adecuadamente en lugar de intentar evitarlas. Las emociones son
respuestas que experimentamos ante diversas situaciones, reflejando nuestros
sentimientos internos sobre lo que está sucediendo (Simonds, s.f.).
La inteligencia emocional no ofrece soluciones mágicas ni transforma
nuestras circunstancias de vida. No garantiza que un jefe grosero cambie su
comportamiento, que los conflictos personales se resuelvan fácilmente, o que
los hijos siempre obedezcan. Sin embargo, puede ayudar a mitigar el desgaste
psicológico que enfrentamos, permitiéndonos recuperar el disfrute de la vida a
pesar de los desafíos (Fernández & Ramos, 2016).
La inteligencia emocional como aquella capacidad para entender y
comprender las emociones propias y la de los demás, tomando en cuenta
procesos vinculados al autoconocimiento, así como también, la empatía y
asertividad, ya que se encuentra basada en un enfoque centrado en el
individuo y su búsqueda de independencia e interacción social. En el manejo
de conflictos, encuentra un equilibrio entre la satisfacción de necesidades como
validación y obtención de independencia (Diaz & Chavarry, 2021)
Según Bariso (2020), la inteligencia emocional implica la habilidad para
observar y comprender nuestros propios sentimientos y los de los demás,

vi
identificarlos y distinguirlos, y luego utilizar esa información para guiar nuestros
pensamientos y acciones.
Brackett (2020) sostiene que la educación en inteligencia emocional es
un aprendizaje que dura toda la vida. Según él, la clave está en abordarlo como
científicos, involucrando a las personas que nos rodean sin importar los
diferentes contextos.
El término Inteligencia Emocional (IE) es un concepto reciente que
combina la razón y la emoción. Históricamente, estos dos aspectos se han
desarrollado por separado. La inteligencia, tradicionalmente, se asociaba con la
toma de decisiones y el pensamiento cognitivo, conocida como "inteligencia
racional". En contraste, las emociones se veían como irracionales. Como
expresó Blaise Pascal en el siglo XVII, "el corazón tiene razones que la razón
no conoce". Hoy en día, se reconoce que los aspectos racionales y
emocionales no son opuestos, sino que se complementan mutuamente (López,
Pulido & Augusto, s.f.).
La inteligencia emocional implica la habilidad de las personas para
identificar sus propias emociones y gestionarlas de manera efectiva (El
Comercio, 2022).
II.2. Tipos de Inteligencia Emocional
II.2.1. Inteligencia Intrapersonal
Según Howard Gardner (1983), la inteligencia intrapersonal es la
capacidad de comprenderse a uno mismo, incluyendo la propia vida
emocional, motivaciones, estados de ánimo y deseos. Gardner considera
que esta inteligencia permite a los individuos formar una imagen precisa y
realista de sí mismos y utilizar este conocimiento para tomar decisiones y
dirigir sus vidas.
II.2.2. Inteligencia Interpersonal
Gardner (1983) también define la inteligencia interpersonal como la
capacidad de comprender y relacionarse eficazmente con los demás. Incluye
habilidades como la sensibilidad a las expresiones faciales, la voz y los
gestos, y la capacidad de responder adecuadamente a estas señales
emocionales.

vii
II.3. Componentes de la Inteligencia Emocional
II.3.1. Salovey y Caruso mencionan cuatro componentes
Mayer, Salovey y Caruso (2004) detallan los cuatro componentes de la
inteligencia emocional como la percepción emocional, la asimilación de
emociones, la comprensión emocional y la regulación de emociones, que juntas
forman lo que denominan el modelo de habilidades de la IE.

II.3.1.1. Percepción emocional


La habilidad de identificar las emociones que otras personas están
sintiendo. El autoconocimiento y la habilidad de reconocer las emociones
propias también entran en esta categoría.
II.3.1.2. Facilitación emocional del pensamiento
La habilidad de aprovechar las emociones que percibes —ya sean
las propias o las de los demás— para apoyar otros procesos cognitivos
como la resolución de problemas o la toma de decisiones.
II.3.1.3. Comprensión emocional
La habilidad de entender cómo las emociones se relacionan entre sí,
y cómo estas emociones impactan en tus acciones y las acciones de otras
personas.
II.3.1.4. Regulación emocional
La habilidad de regular las emociones en uno mismo y en otros.
Regular tus propias emociones significa mitigar o distanciarte de una
emoción para enfocarte en una situación particular. Sin embargo, esta
característica también incluye gestionar las emociones de quienes te
rodean para poder cumplir tus metas.
II.3.2. Goleman menciona cinco componentes
Goleman (1998) identifica cinco componentes prácticos de la
inteligencia emocional, aplicables especialmente en contextos
organizacionales y personales, incluyendo la autoconciencia, la
autoregulación, la motivación intrínseca, la empatía y las habilidades
sociales.
II.3.2.1. Autoconocimiento
Uno de los elementos clave de la inteligencia emocional según
Daniel Goleman es el autoconocimiento. Es importante saber cómo
viii
responder ante las cosas que me suceden. Si quiero cambiar algo, primero
tengo que saber qué es lo que hago y así poder hacer algo diferente. Si
somos conscientes de nosotros mismos, siempre conoceremos nuestras
emociones, además de la forma en la que nuestras acciones pueden
afectar a las personas que nos rodean.
La clave es comportarse con humildad. No importa cuál sea la
situación: siempre podemos elegir cómo reaccionamos ante ella.
El autoconocimiento implica comprender nuestras propias
emociones y su impacto en nuestro entorno. Es esencial para mejorar la
inteligencia emocional. Esto se logra al reconocer y entender las
emociones antes de evaluar su influencia. Conectar las tareas laborales
con los objetivos del equipo o la empresa facilita este proceso al
proporcionar una comprensión clara de la importancia del trabajo y permitir
tomar decisiones informadas (Asana, 2024).
El autoconocimiento consiste en tener conocimiento de uno mismo
(valga la redundancia), en definitiva, conocerse a sí mismo. No es lo mismo
ver las cosas desde una perspectiva interna que desde una perspectiva
externa, es decir, desde dentro o desde fuera. Las personas dotadas de
autoconocimiento tienen la capacidad de entender, conocer e identificar
sus sentimientos, así como de expresarlos sin que ello les suponga un gran
esfuerzo. A su vez, pueden identificar cómo sus emociones y sentimientos
afectan a sus acciones y a su comportamiento, lo que les proporciona una
mayor seguridad en sí mismos. Ellos conocen cómo actúan y reaccionan
ante ciertos sentimientos y circunstancias y conocen mejor que los demás
sus fortalezas y debilidades.
En resumen, el autoconocimiento refleja la capacidad de auto
evaluarse adecuadamente, así como de auto gestionarse los sentimientos,
pensamientos, acciones y rendimiento. Solo adoptando una perspectiva
desde el exterior uno es capaz de poder desarrollar el autoconocimiento,
resulta imposible poder desarrollarlo desde una perspectiva interna
(Goleman, 1998).

ix
II.3.2.2. Autorregulación
En segundo lugar, tenemos que aprender a deshacer los
automatismos de la respuesta emocional. Lo que decíamos antes de
responder en vez de reaccionar. Los buenos líderes se regulan a sí mismos
y no atacan verbalmente a los demás. Además, tampoco toman decisiones
rápidas ni emocionales, ni estereotipan a las personas o comprometen sus
valores. La autorregulación tiene que ver con mantener el control.
Según Fernández y Ramos (2016), comenta que la autorregulación
implica la habilidad de gestionar nuestras emociones de manera que nos
permita desempeñarnos en nuestras responsabilidades laborales, alcanzar
metas u obtener beneficios.
II.3.2.3. Automotivación
La inteligencia emocional también tiene en cuenta la motivación. Si
quiero cambiar algo, tengo que saber qué es lo que me impulsa a ese
cambio. ¿Qué es lo realmente importante para mí? Hay personas que
saben automatizarse y que trabajan para cumplir sus objetivos con
estándares extremadamente altos en cuanto a la calidad de su trabajo.
Cada vez que nos enfrentemos a un desafío o incluso a un fracaso
tenemos que intentar extraer algo positivo de la situación. Puede ser algo
que de primeras nos parezca poco relevante, como un contacto nuevo, o
algo con efectos a largo plazo, como una lección. ¡Siempre hay algo
positivo!
II.3.2.4. Empatía
Para los líderes, tener empatía es fundamental a la hora de
administrar un equipo u organización. O, lo que es lo mismo, contar con la
capacidad de entender las emociones del resto y ponernos en su lugar.
Tiene que ver con la capacidad de ayudar a desarrollarse a las personas
de su equipo, desafiando a quienes actúan de forma injusta o hacen
comentarios constructivos. Además, escuchan a quienes lo necesitan.
La empatía se basa en la autoconciencia; cuanta más atención
prestemos a nuestras propias emociones, mejor podremos comprender los
sentimientos de los demás. Individuos como Gary, que carecen de
conciencia emocional, se encuentran perdidos al intentar comprender los

x
sentimientos de quienes los rodean. Están desconectados
emocionalmente. Los matices emocionales que se expresan a través del
lenguaje corporal, el tono de voz o el silencio revelador, pasan
desapercibidos para ellos (Goleman, 2022).
Se trata de la capacidad de una persona de ponerse el lugar del
otro, de sintonizar con los sentimientos, preocupaciones, necesidades y
demandas de los demás. Igualmente, una persona emocionalmente
inteligente no solo identifica ese estado de ánimo del otro, sino que se
interesa por las preocupaciones del sujeto en cuestión y actúa
dependiendo de cuál sea dicho estado de ánimo para contribuir a su
bienestar.
Considerada como don social, la sensibilidad que caracteriza a la
empatía puede ser muy enriquecedora y se puede aprender mucho de ella.
El hecho de que cada persona sea diferente permitirá que la persona
empática aprenda de los demás prácticamente de forma involuntaria, sin
ser consciente (Ioannidou & Konstantikaki, 2008).
II.3.2.5. Habilidades sociales
El último elemento que compone la inteligencia emocional según
Daniel Goleman son las habilidades sociales, como comunicarse
eficazmente, influir, persuadir y gestionar conflictos.
Son el conjunto de capacidades relacionadas con uno mismo y la
interacción hacia los demás, las personas dotadas de habilidades sociales
son aquéllas que poseen habilidades notorias de interrelacionarse. En el
caso de las habilidades sociales, el sujeto desea obtener una determinada
reacción, repuesta o actitud por parte de los demás sin recurrir a la
distorsión de la verdad o justicia. Para ello, actúan bajo una buena
comunicación, siendo una fuente de inspiración para los demás, sin buscar
manipularlos (Goleman, 1998).
Son personas persuasivas, saben en qué centrarse y qué
estrategias elegir para recibir apoyo de los demás. Asimismo, saben
detectar situaciones conflictivas y las solucionarán de modo que dichos
conflictos no afecten más a algunas personas que a otras.

xi
El liderazgo es clara consecuencia de tener alta capacidad de
interrelacionarse, ya que el líder sustraerá lo mejor de cada persona, creará
espíritu de grupo y trabajará con ellos con un fin común que esperarán
lograr. También tendrá la capacidad de gestionar a las personas más
difíciles y problemáticas con paciencia, perseverancia y tacto, aportando en
soluciones que satisfagan a ambas partes (Goleman, 1998).
Por último, otra de las cualidades destacables de un líder con
habilidades sociales desarrolladas es crear espíritu de grupo, de modo que
todos se verán igualmente implicados en un caso para alcanzar una meta
que aportará beneficio común.
Ello fomenta compromiso, proactividad, cooperación y esfuerzo, algo
que todo líder aspira a conseguir en una organización por parte del equipo.
A priori, se observa que algunas de las dimensiones definidas por Goleman
coinciden o se asemejan por completo a las competencias fundamentales
de los líderes, descritas en el punto anterior, en concreto, las habilidades
sociales, el autoconocimiento y la motivación. Ello sugiere que la
inteligencia emocional es fundamental para ser un buen líder, ya que
resume algunas de las competencias imprescindibles capacidad de
motivar, habilidades sociales y autorregulación que ha de tener el mismo
(Goleman, 1998).
II.4. Inteligencia emocional y liderazgo
La inteligencia emocional es indispensable para la administración
emocional, es decir, que, a través de esta, se es capaz de identificar las
emociones positivas y las negativas, lo que puede conducir a que un
colaborador puede definirse como líder y establecer un tipo de liderazgo acorde
a su conocimiento y dominio emocional manifiestan que la inteligencia
emocional juega un papel muy importante en los niveles más altos de la
organización, donde las diferencias en las destrezas técnicas son de menor
importancia (Huerta y Rodríguez 2006).
Conforme los individuos adquieren sólido entendimiento de la
inteligencia emocional, van obteniendo una variedad de opciones de clases de
liderazgo y, finalmente, eficacia en cuanto a líderes, ya que la Inteligencia

xii
Emocional está relacionada con la solución de problemas y con el manejo de la
incertidumbre.
Liderazgo como el proceso mediante el cual una persona influye en un
grupo de individuos para lograr un objetivo común.; por lo que para lograr que
ese líder influya de forma positiva y eficaz, debe manejar correctamente su
inteligencia emocional.
Ahora bien, las aptitudes emocionales del líder son:
- Autodominio: Saber controlar las emociones con certeza.
- Confiabilidad: Mostrar lealtad e integridad. Escrupulosidad:
- Compromiso en el cumplimiento de las obligaciones.
- Adaptabilidad: Flexibilidad ante los cambios y retos.
- Innovación: Nuevas tecnologías e información (Huerta y Rodríguez,
2006).
Asimismo, Choi, Dooley & Rungtusanatham, (2001) señala que un buen
líder debe reunir cuatro condiciones:
- compromiso con la misión.
- comunicación de la visión.
- confianza en sí mismo.
- integridad personal.
Pero no solo se trata del cumplimiento rígido de condicionamientos,
también debe desempeñarse con ciertas virtudes (prudencia, templanza,
justicia y fortaleza) que lo van a guiar en la buena toma de sus decisiones.
Un líder debe manejar y regular sus emociones, para transmitir estados
de ánimos que puedan generar condiciones y respuestas positivas por parte de
quienes trabajan en la organización, con esto se quiere establecer un vínculo
de fraternidad entre sus seguidores y él, para que se pueda obtener un
ambiente agradable de trabajo, donde sea muy importante la empatía, respeto,
comprensión y responsabilidad.
II.5. Inteligencia Emocional: Liderazgo Personal
La importancia del control y la regulación de las emociones surgen,
también, de la necesidad que tiene el ser humano de no dejarse llevar por los
impulsos emocionales, ya que lo contrario tendría consecuencias muy
negativas tanto a nivel personal como social. Además, todas las personas

xiii
necesitan sentirse seguras emocionalmente, es decir, tener sentimientos de
bienestar y estabilidad emocional. El factor emocional se considera como un
elemento muy importante en la prevención y/o desarrollo de algunas
enfermedades: se está demostrando que emociones negativas como la ira, el
miedo, el estrés, la depresión, etc. tienen un efecto directo sobre la salud
(Perea, 2002).

Es decir, como señalan Cooper y Sawaf (1998) no basta con tener


sensaciones, la inteligencia emocional requiere que aprendamos a
reconocerlas y a valorarlas (en nosotros mismos y en los demás), y que
respondamos apropiadamente a ellas, aplicando eficazmente la información, y
energía de las emociones en nuestra vida diaria y en nuestro trabajo.

El término inteligencia emocional personal se refiere a la capacidad de


reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás,
motivarnos y manejar adecuadamente las 16 relaciones que sostenemos con
los demás y con nosotros mismos. Se trata de un término que engloba
habilidades muy distintas, aunque complementarias a la inteligencia
académica, la capacidad exclusivamente cognitiva medida por el cociente
intelectual (Goleman, 1998).

II.6. Inteligencia Emocional y Liderazgo Profesional


El mundo empresarial no ha sido ajeno a esta tendencia y ha encontrado
en la inteligencia emocional una herramienta inestimable para comprender la
productividad laboral de las personas, el éxito de las empresas, los
requerimientos del liderazgo y hasta la prevención de los desastres
corporativos, por lo que han implementados políticas que inducen al profesional
a desarrollar de alguna manera el liderazgo mediante el uso de la inteligencia
emocional.
El concepto de inteligencia emocional generó muchos cambios en las
empresas ya que se dio la importancia a la capacidad de interacción y
entendimiento de las emociones no solo en lo personal sino en lo empresarial y
el poder generar resultados de éxito para las organizaciones. La inteligencia
emocional implica cinco capacidades básicas, las cuales son: descubrir las

xiv
emociones y sentimientos propios, reconocerlos manejarlos, crear una
motivación propia y gestionar las relaciones personales (Goleman, 1995).
Para generar un ambiente laboral optimo, quienes los profesionales que
trabajan en las empresas deben realizar sus labores de la mejor manera, no
solo demostrando sus destrezas sino que se vea el entusiasmo y compromiso y
esto se puede evidenciar si se cuenta con las herramientas necesarias y
teniendo claro sus funciones, por otra parte es fundamental saber cómo
desarrollar sus actividades y por último que quiera hacerlo, que demuestra
interés y que ame lo que hace; pues el éxito de gerentes, líderes y trabajadores
como personas de un alto nivel de desempeño, se debe a las destrezas,
habilidades técnicas y habilidades emocionales bien desarrolladas, alcanzando
capacidad de dar sentimientos, que cada vez se hacen más competitivos y
necesarios en la familia, la gerencia y la sociedad (Goleman, 1998).
II.7. ¿Cómo desarrollar la Inteligencia Emocional?
Daniel Goleman (1998) sugiere que la IE se puede desarrollar a través
del aprendizaje y la práctica de habilidades específicas. La autoconciencia
puede mejorarse mediante la reflexión regular sobre las propias emociones y
reacciones. La autorregulación se puede cultivar aprendiendo técnicas de
manejo del estrés y la meditación.
Daniel Siegel (2012) enfatiza la importancia de la "mente plena" o
mindfulness para desarrollar la IE. Practicar mindfulness puede ayudar a las
personas a aumentar su autoconciencia y autorregulación al enfocarse en el
presente y observar sus pensamientos y emociones sin juzgarlos.
II.8. Importancia de la Inteligencia Emocional
Cherniss (2000) discute cómo la IE es crucial no solo para el éxito en las
carreras, sino también para las relaciones personales y la salud mental general.
Coleman (2011) proporciona evidencia de que la IE es un predictor más
fuerte de éxito que el cociente intelectual (IQ), especialmente en entornos
laborales.
La inteligencia emocional es crucial, especialmente para fomentar
relaciones interpersonales positivas, lo que implica la habilidad de empatizar y
comprender los sentimientos de los demás. Además, aquellos con un alto nivel

xv
de inteligencia emocional suelen tener mayores oportunidades de éxito, ya sea
en el ámbito laboral, social u otros (González, 2021).
II.9. Descripción de la escena donde se usó la inteligencia emocional
en la Municipalidad Distrital de Conchucos

II.10. Comentario del grupo


La inteligencia emocional es una habilidad crucial que influye en varios
aspectos de nuestras vidas, desde nuestras relaciones personales hasta
nuestro éxito profesional. Este informe destaca la importancia de desarrollar
nuestra inteligencia emocional para mejorar nuestra capacidad de
autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales. Al
comprender mejor nuestras emociones y las de los demás, podemos tomar
decisiones más informadas, gestionar conflictos de manera efectiva y
establecer relaciones más saludables y gratificantes. Para trabajar en nuestra
inteligencia emocional, es fundamental practicar la reflexión regular sobre
nuestras emociones, aprender técnicas de manejo del estrés y la meditación, y
cultivar la empatía y la comunicación efectiva. Además, debemos fomentar una
mentalidad de crecimiento y estar abiertos a aprender y crecer continuamente
en este aspecto. En resumen, desarrollar nuestra inteligencia emocional nos
permite navegar mejor por las complejidades de la vida, mejorar nuestras
relaciones y lograr un mayor bienestar personal y profesional.

III. CONCLUSIONES
1. En primer lugar, queda evidenciado que la inteligencia emocional no
solo implica la capacidad de reconocer y gestionar nuestras propias
emociones, sino también de comprender y responder adecuadamente
a las emociones de los demás. Este entendimiento profundo de
nuestras propias emociones y las de los demás es fundamental para
construir relaciones interpersonales saludables y exitosas, tanto en el
ámbito laboral como en el personal.
2. La conclusión más resaltante en cuanto a la inteligencia emocional es
que nuestras emociones influyen en nuestro comportamiento y en la
forma en que interactuamos con los demás; ya sea en nuestro hogar,
en nuestro centro de labores o sociedad.

xvi
3. La inteligencia emocional no solo se trata de entender y manejar
nuestras propias emociones, además a ello también debemos
comprender y adaptarnos a las normas emocionales de los que nos
rodean y esto es crucial para poder establecer y mantener relaciones
saludables y efectivas en nuestro hogar, nuestro centro de labores o
sociedad.
4. Nuestras emociones en nuestra vida juegan un rol importante, toda vez
que no son simplemente algo que nos sucede, sino que también son el
resultado de nuestras creencias y percepciones.
5. Además, se destaca que la inteligencia emocional no solo es
importante para el éxito individual, sino que también tiene un impacto
significativo en el desempeño organizacional. Los líderes y
profesionales con un alto nivel de inteligencia emocional tienden a ser
más efectivos en sus roles, ya que pueden gestionar de manera más
eficaz las relaciones interpersonales, resolver conflictos y tomar
decisiones informadas.
6. Por otro lado, se reconoce que el desarrollo de la inteligencia
emocional es un proceso continuo que requiere práctica y esfuerzo. Sin
embargo, existen diversas estrategias y técnicas que pueden utilizarse
para cultivar y fortalecer estas habilidades, como la reflexión regular, la
práctica de mindfulness y el aprendizaje de técnicas de manejo del
estrés.
7. Existe una alta relación entre la Inteligencia emocional y liderazgo,
cuánto más complejo es el trabajo, más necesaria es la inteligencia
emocional. Se deben generar espacios de capacitación para quienes
laboran en las organizaciones, donde se puede combinar la inteligencia
emocional y el liderazgo con el fin de que los líderes sepan manejar
sus emociones para que puedan entender y controlar las de sus
colaboradores.

xvii
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Asana. (2024). La importancia de la inteligencia emocional.
https://asana.com/es/resources/emotional-intelligence-skills
Bariso, J. (2020). Inteligencia emocional para la vida cotidiana.
https://www.google.com.pe/books/edition/Inteligencia_emocional_para_la
_vida_coti/PprnDwAAQBAJ?hl=es-
419&gbpv=1&dq=inteligencia+emocional&printsec=frontcover
Bar-On, R. (2006). The Bar-On model of emotional-social intelligence.
Psicothema, 18, supl., pp.13-25.
Brackett, M. (2020). Inteligencia emocional, ¿se puede enseñar en las escuelas?.
https://www.americaeconomia.com/inteligencia-emocional-se-puede-
ensenar-en-las-escuelas
Cooper, R y Sawaf, A. (1997) La Inteligencia Emocional Aplicada al Liderazgo y a
las Organizaciones. Bogotá.
Cherniss, C. (2000). Emotional Intelligence: What It Is and Why It Matters. Annual
Meeting of the Society for Industrial and Organizational Psychology, New
Orleans, LA.
Diaz, E. & Chavarry, P. (2021) Inteligencia emocional como herramienta eficaz
para la mejora del desempeño laboral en funcionarios públicos:Revista de
Investigación Apuntes Universitarios.

xviii
El Comercio. (2022). Inteligencia emocional, esencial para comunicar de forma
asertiva.
https://elcomercio-pe.cdn.ampproject.org/v/s/elcomercio.pe/bienestar/
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CAAgM%3D#amp_tf=De
%20%251%24s&aoh=17176035975856&referrer=https%3A%2F
%2Fwww.google.com&ampshare=https%3A%2F%2Felcomercio.pe
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