Los Instrumentos de La Comunicación Oral

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LOS INSTRUMENTOS DE LA COMUNICACIÓN ORAL.

Los elementos vocales: la voz, la entonación, la respiración, las pausas, las


muletillas y los rellenos. Los elementos verbales: la terminología, los ejemplos y las
imágenes. El estilo. Cualidades de la expresión oral: microhabilidades: articulación,
dicción, entonación, volumen de voz.

Los elementos vocales: la voz, la entonación, la respiración, las pausas, las


muletillas y los rellenos.
Los elementos vocales son las modulaciones que percibimos en la voz, como la entonación,
la velocidad, el volumen, el énfasis o la fuerza, el ritmo, la proyección, y la resonancia.
Mehrabian señala que: "El tono y la calidad de voz pueden determinar la efectividad del
mensaje y la credibilidad del comunicador". Sin esta habilidad vocal no lograríamos
comunicarnos de forma oral.
Voz: Nuestra voz es la materia prima de la comunicación oral y puede ser nuestra mejor
herramienta o nuestro peor enemigo, por lo tanto, con ella tenemos que trabajar para que el
impacto de nuestro mensaje sea el que queremos y para ello tendremos que empezar por
conocerla, saber cómo suena y dominarla como cualquier otra herramienta de trabajo.
Controlando la respiración, fonación y articulación, podremos dominar lo que se conoce
como las características de la voz, que son el tono, timbre, intensidad y duración, y poder
combinarlos acertadamente construyendo un mensaje oral atractivo. Para dotar de esa
belleza al mensaje y con estos conceptos dominados, recurrimos a la prosodia.

Entonación: es el grado de elocución, inflexión y expresión de la voz alcanzada para lograr


una expresión oral de la máxima calidad. La entonación es la principal característica de la
frase, depende de las variaciones de la frecuencia de vibración de las cuerdas vocales.
Abarca la totalidad de la frase y puede contribuir tanto en el cambio de su significado como
en la expresión de determinados estados psíquicos o determinados sentimientos
(satisfacción, desprecio, ira, etc.).

La Entonación puede ser: ascendente y descendente.


• La Ascendente: sugiere interrogación, indecisión, incertidumbre o suspenso.
• La Descendente: Sugiere firmeza, determinación, certeza, decisión o confianza.

Respiración: es el mecanismo que permite que los seres humanos puedan hablar. La
respiración consta de dos partes: La inspiración (toma de aire) y la espiración (expulsión
del aire) con esta última se produce la voz.
Existen dos tipos de respiración; una llamada “clavicular” y la otra “diafragmática” o
“abdominal”. La primera es la que realizamos cuando levantamos los hombros e hinchamos
la caja torácica para inhalar la mayor cantidad posible de aire, esta respiración es buena
para practicar deportes, más no así para la oratoria. En cambio, la segunda, si es apta para la
oratoria pues permite inspirar más aire y utilizar el diafragma al momento de hablar.
Cuando se habla en público es preciso poder inspirar aire rápidamente - y sin ruido- y ser
capaz de expirarlo durante 20 segundos o más. Es importante aprender a respirar durante el
habla.
Pausas: Son las interrupciones o detenciones que realizamos cuando hablamos o leemos.
Las pausas se originan por dos razones: Fisiológicas y lingüísticas. Lo ideal es que
coincidan las dos.
Fisiológicamente vienen determinadas por la necesidad de respirar y lingüísticamente
porque señalan el final de una expresión.
Las pausas sirven para puntuar los pensamientos, del mismo modo que la coma, punto y
coma y punto, sirven para separar las palabras escritas en grupos de pensamientos, las
pausas de distintas duración nos ayudan a separar las palabras habladas en unidades que
tienen un significado en conjunto.
La pausa permite fácilmente las inflexiones de la voz, el cambio de tono y ritmo y en
definitiva contribuye, si se hace buen uso de ella, a mantener más viva la atención.
Una parrafada sin pausa es una monotonía aterradora.
El uso inadecuado de las mismas, resulta tan perjudicial y confuso para el oyente, como el
uso de inadecuada puntuación en un escrito.

Muletillas: es todo sonido, palabra o frase que una persona repite por hábito vicioso en la
conversación. Es en suma, cualquier expresión que una persona reitere de forma constante,
innecesariamente.

Rellenos: son las informaciones adicionales o irrelevantes, que no son realmente necesarias
para la comprensión del tema.
Normalmente, los oradores poco expertos pierden mucho tiempo ofreciendo al principio
informaciones irrelevantes o meras erudiciones, y luego, cuando llegan a la parte más
interesante o práctica, se acaba el tiempo y se quedan a medias.

Los elementos verbales: la terminología, los ejemplos y las imágenes. El estilo.

Un discurso es claro y conciso cuando los destinatarios pueden entender sin dificultades las
palabras y las construcciones que se utilizan, y además, no sobran elementos.
Es importante adecuar la terminología a la audiencia y al conocimiento que tiene del tema,
con objeto de construir una exposición comprensible, amena y eficaz. Por ejemplo, en un
contexto académico el uso de terminología especializada suele ser un elemento
imprescindible para presentar y transferir conocimientos con rigor.
Es recomendable utilizar ejemplos y anécdotas comunes para el auditorio con el objetivo de
mantener vivo el interés sobre el tema. Se puede utilizar apoyo audiovisual, imágenes, entre
otros. Es necesario siempre revisar nuevas fuentes de información para actualizarse y
además buscar ejemplos sencillos y entendibles sobre los temas de la exposición. Un mal
ejemplo crea confusión y te entorpece la exposición. Utilizar ejemplos y casos concretos,
actuales y relacionados, de ser posible, con el ambiente en que desenvuelve el auditorio.
La utilización de material audiovisual, favorece al aprendizaje porque renueva la capacidad
de atención, posee una gran versatilidad de aplicaciones que posibilitan toda clase de
combinaciones.
Es sabido que los personas en una exposición totalmente verbal sin apoyo audiovisual
mantienen una retención de un 60% inferior a una con apoyo audiovisual. Por eso se
recomienda la utilización de material audiovisual, como videos, fotos, sonidos, etc. siempre
atendiendo a que debemos contar con el equipo necesario, adecuado y de buen
funcionamiento.
El estilo es muy importante dentro del lenguaje hablado ya que permite la mejor manera de
expresar la personalidad particular del orador. Esa "manera personal" de expresarse al
comunicar algo, se puede comparar al sistema de huellas digitales: cada persona tiene su
estilo particular. Consecuentemente, cada uno debe hablar conforme con su estilo personal.
Para un auditorio moderno, o sea, con la sensibilidad del hombre actual, sean treinta
alumnos en un aula o miles de personas en una manifestación pública, las formas o modos
retóricos, o el floreo verbal que antes parecía indispensable, ahora nadie lo tolera. La gente
no quiere que el orador haga rodeos vanos, sino que sea concreto. Alcanzando rápida y
claramente el objetivo central de la conferencia.
Para que un discurso o conferencia sea seguido y recibido por la audiencia, debe reunir
algunos requisitos en cuanto al estilo, debe utilizar un estilo claro, breve, enérgico, conciso,
dirigido a la inteligencia, pero sobre todo debe apelar a los sentimientos de la audiencia.

Cualidades de la expresión oral: microhabilidades: articulación, dicción, entonación,


volumen de voz.

A.LA ARTICULACIÓN; SU IMPORTANCIA.

Articular bien, es pronunciar adecuadamente cada uno de los fonemas y tener en las cuenta
que la lengua es el órgano que contribuye de modo más importante a la claridad de los
sonidos de las palabras, pues a pesar de que la boca tiene la apertura necesaria, los sonidos
producidos no pueden modularse si la lengua permanece inactiva o se mueve con torpeza.
Los labios también son muy importantes para una pronunciación clara, si se dejan
excesivamente relajados, el resultado es una serie de murmullos confusos, especialmente en
los sonidos P B M F, que exigen una enérgica acción labial
Articular bien, entre otras cosas, permite hacerse comprender claramente, incluso, cuando
se habla en voz baja. Al descuidar la articulación, provoca la poca comprensión de lo que se
dice, y por tanto, se pierde el interés del receptor.

CUALIDADES DE LA ARTICULACIÓN

CLARIDAD, INTENSIDAD, FLEXIBILIDAD Y ENFASIS

a.CLARIDAD: O nitidez es la primera cualidad de la articulación, debe accionarse


correctamente el maxilar inferior, la lengua y los labios para lograr una dicción bien
definida.
Ciertos hábitos viciosos que no se han corregido a tiempo, son los causantes de una
defectuosa dicción. Es preciso hablar despacio para articular con claridad.
b.INTENSIDAD: El factor que en mayor grado afecta la inteligibilidad, es probablemente
el nivel sonoro de las palabras, que depende a su vez, por una parte, de la distancia entre el
emisor y el receptor y por otra de la intensidad de los ruidos ambientales, ya que estos
pueden enmascarar o debilitar los sonidos.
Una voz llega más lejos mientras más intensa es, cuanto más aguda es, porque la frecuencia
de las vibraciones es mayor.
Existen instrumentos para medir con precisión la intensidad sonora, pero no es probable
que el orador los tenga, aunque siempre se puede apreciar por las expresiones de los
oyentes más alejados, si se está escuchando correctamente lo que se dice.
Es pues una de las responsabilidades básicas del disertante u orador, hacer el uso más
adecuado de su fuerza vocal, es decir debe hablar con intensidad suficiente para ser oído
por el auditorio.
Se debe aprender a graduar con pequeños matices diferenciales la intensidad y volumen
de la voz. Si el orador quiere dar la impresión de energía, debe aumentar la fuerza de su
voz, es decir, debe hablar con intensidad suficiente para ser oído por el auditorio,
correctamente.
Hablar en voz baja puede sugerir que el orador no está seguro de sí o que no cree
verdaderamente aquello que dice.
A veces para atraer más la atención o para provocarla, será necesario bajar mucho el
volumen de la voz, en otros casos será conveniente levantarla más, lo cual es un recurso
muy eficaz para despertar el interés cuando está languideciendo.
Es posible hacer reaccionar a una audiencia apática, si de pronto pronunciáramos una frase
con aumento de volumen, pero sin olvidar que ese efecto no se produce por el aumento
sonoro en sí mismo, sino por lo que supone de contraste con frases o palabras anteriores.
c.FLEXIBILIDAD: Un discurso puede perfectamente ser inteligible pero es posible que
deje en quien lo escucha, una nebulosa sensación, que frustre de ese modo la comunicación
al auditorio.
Esto sucede cuando la voz carece de la flexibilidad necesaria para expresar significados
finos y emocionales de los que por regla depende una pronunciación exacta y agradable.
¿Qué hacer para que las ideas centrales se destaquen sobre las demás?
Lógicamente, tener la flexibilidad necesaria y eso se logra haciendo uso de cualidades
importantísimas como la velocidad, las pausas, el ritmo y el tono, elementos necesarios
para dar claridad y vivacidad a la expresión oral.
Veamos:
VELOCIDAD: la mayor parte de los que hablan con excesiva velocidad fatigan a quienes
quisieran escucharle.
Otras en cambio, hablan con excesiva y desesperante lentitud.
¿A qué velocidad debe hablarse?
Se puede decir que se habla con mayor velocidad si se trata un tema superficial, que puede
seguirse fácilmente, por el auditorio o de un tema suficientemente conocido.
Se habla con menor velocidad, cuando los oyentes están poco familiarizados con el asunto
que se trata, o cuando el nivel intelectual de aquellos sea muy diverso.
En su mayoría, las personas hablan a una velocidad de 120 a 180 palabras por minutos,
pero no es posible hacerlo a una velocidad uniforme. Lo correcto es que la velocidad se
ajuste al tipo de sentimientos o pensamientos que el orador trata de transmitir.
La rapidez en el hablar es un obstáculo para mejorar la dicción y corregir sus defectos, pero
la lentitud por sí sola no resuelve ni si quiera la claridad. Hay que hablar lentamente, pero
con un ejercicio para frenar el impulso instintivo de correr, para acostumbrarse a utilizar
más los músculos de la boca y dominarlos mejor.
Para adquirir el hábito de silabear y vocalizar, para que no se pierda una sola palabra en el
camino. Pero una vez lograda una más clara vocalización, la velocidad ha de adecuarse al
tema, al auditorio y al valor de las ideas que quieran destacarse.

B.DICCIÓN

Es la manera de pronunciación dentro de las condiciones que imponen las reglas


gramaticales.
Demóstenes opinaba que la pronunciación es lo más importante, la misma debe ser clara y
entendible.
El desconocimiento del idioma hace que cometamos muchos errores imperdonables.
Por tanto el buen locutor y el buen orador deben profundizar en el estudio y práctica de la
ortología, que nos enseña la correcta pronunciación de las palabras.

C.ENTONACION:

Es el grado de elocución, inflexión y expresión de la voz alcanzada, para lograr una


expresión oral de máxima calidad. Se refiere al cambio de tono durante el discurso y
lecturas. Lo óptimo es que el tono tenga ascensos y descensos naturales; que la voy no
resulte monótona; es importante que se traduzca fielmente la intención de quien habla o
escribe.

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