Final Final
Final Final
Final Final
Conclusiones:
Independientemente de quién gobierne, independientemente de que se
priorice, aún cuando se usen todas las triquiñuelas enunciadas por Maquiavelo
en el príncipe, como por ejemplo, otorgar temporalmente el poder simbólico al
adversario, para demostrar al pueblo por qué no es bueno optar por otro grupo
de control, independientemente del ya clásico mexicano de, cambiar de nombre
del partido para simular el cambio, nada representará en los hechos la
transformación palpable que desaparezca la desigualdad social, sino la
supresión de la propiedad privada y con ella la supresión de la división de
clases.
No importa pues, si es el centro, la derecha confesional, o la izquierda
populista quien gobierne, porque de esta supuesta elección no es sino, un
conjunto de opciones que la burguesía permite al pueblo con tal de enmascarar
la dominación real, la decisión sobre qué se va a producir, y a quién se le
permita acceder a ello.
No son ni siquiera las leyes, ni las mentalidades quienes generan la
justicia, puesto que no son sino abstractos que se imponen mediante la fuerza
organizada, y que jamás atienden las causas de la desigualdad, el crimen y el
delito.
La supuesta alternancia, no es sino una simulación, toda vez que no
modifica las relaciones de producción, que, de forma global, y no local
permiten, al 10% de la población humana acaparar el 80% de lo producido, y
obligan al 90% de la población a subsistir con el 20% restante.
Y dado que, las fuerzas represivas del Estado no existen sino para
garantizar lo anterior, no será sino concientizando esta realidad, y organizado la
fuerza de la inmensa mayoría de la sociedad, que se pueda imponer el interés
común y se logra institucionalizar el bien de la comunidad.
Por tanto, la reforma, no es transformación sino el maquillaje con que se
intenten enmascarar la injusticia. Solo la revolución transforma y solo la
democracia es participativa y real, en tanto cuanto, las necesidades de cada
individuo estén representadas en la realidad, y garantizada su satisfacción por
el conjunto social, que tiene en sus manos y de forma colectiva los medios de
producción.