Capitulo 1 Coaching Deportivo Ar 2018

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COACHIN DEPORTIVO

Prof:Rodrigo Cauas E.

Autor: Rodrigo Cauas Esturillo


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COACHING DEPORTIVO
Parte 1

Rodrigo A. Cauas E.

Autor: Rodrigo Cauas Esturillo


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Nombre: Coaching Deportivo (parte 1)
Docente: Rodrigo A. Cauas E.
Horas Presenciales: 4 horas

Seguramente la palabra coaching la has escuchado numerosas veces, y no tan solo cuando te
refieres a tu coach o entrenador, sino que muy probablemente también cuando te has referido al
trabajo psicológico.
El coaching es una poderosa herramienta psicológica que surgió hace muchos años surgió como
una estrategia de intervención psicológica para ayudar a los deportistas, entrenadores y directivos
a potenciar las capacidades individuales y aumentar el rendimiento deportivo.

SABER CONCEPTUAL:
 Reconoce el concepto de coaching aplicado al deporte.
 Relaciona el coaching con el rendimiento deportivo.
 Distingue los distintos componentes del coaching deportivo.

SABER PROCEDIMENTAL:
 Maneja los conocimientos previos acerca del procedimiento del coaching deportivo.
 Aplica la conversación como herramienta esencial dentro del coaching.
 Ejecuta sesiones de coaching.

SABER ACTITUDINAL:
 Opina de la importancia del coaching en el deporte.
 Valora el coaching deportivo para aumentar el rendimiento deportivo.

CONTENIDOS DEL CAPÍTULO:


 Introducción al coaching deportivo.
 Origen y definiciones de coaching.
 Escuelas de coaching.

Autor: Rodrigo Cauas Esturillo


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INTRODUCCIÓN AL COACHING DEPORTIVO

Seguramente la palabra coaching la has escuchado numerosas veces, y no tan solo cuando te
refieres a tu coach o entrenador, sino que muy probablemente también cuando te has referido al
trabajo psicológico.
El coaching es una poderosa herramienta psicológica que surgió hace muchos años en el deporte
pero que curiosamente no tuvo su gran desarrollo ahí, sino que años más tarde, en el ámbito
empresarial, donde los dueños de firmas importantes, gerentes, jefes, incorporaron esta
herramienta para potenciar sus habilidades personales y grupales. Luego una vez que se estableció
como un instrumento potente en ese ámbito, volvió al deporte y en los últimos años, surgió con
mayor el coaching deportivo como una estrategia, y enérgica herramienta de intervención
psicológica para justamente potenciar la capacidad de entrenadores y deportistas.

Hace una década aproximadamente los entrenadores centraban su preparación en la habilidad


técnica y en la forma física que exigía cada deporte, pero se deja afuera el entrenamiento mental,
reforzado por la idea de que cada deportista tenía una mente con la que nacía y que era
inmodificable. Hoy sabemos gracias al aporte decidido de los neurocientíficos de que el cerebro
cambia todos los días, por lo tanto, la idea de que “no se podía hacer nada al respecto” ha quedado
en el pasado. El coaching, justamente, trabaja desde la mente, inyectando esfuerzos en la conciencia
y en la responsabilidad del deportista para el logro de sus objetivos.

Posteriormente esta herramienta, precedida del éxito que tuvo a nivel laboral, se trasladó al
deporte, y fueron los propios directores deportivos, entrenadores, deportistas y demás agentes del
ámbito deportivo quienes comenzaron a trabajar con desde esta perspectiva.

El coaching pasó un tiempo navegando entre el desconocimiento y el cuestionamiento, pero por


estos días ya está en un buen puerto, mucho más consolidado en el deporte y considerada como de
gran ayuda y utilidad no solo para los entrenadores, cada vez más asiduos a incorporar
conocimientos y habilidades para potenciar su labor como líderes, sino que además para los propios
deportistas que buscan día a día obtener la mejor versión de ellos mismos.

Desde diversas perspectivas y desde numerosas visiones el coaching ha sido considerado como
una relación profesional continuada que, en este caso, ayuda a que los deportistas produzcan
resultados extraordinarios (fuera de lo ordinario, fuera de lo común) en sus vidas, carreras
deportivas. A través de este proceso de coaching, los deportistas potencian su aprendizaje, mejoran
su desempeño y por lo tanto refuerzan en muchas ocasiones su calidad de vida.

Un adecuado proceso de coaching tiene como base una correcta formulación de metas y
objetivos porque dentro de su premisa está el ayudar a través del aprendizaje en la exploración y el
descubrimiento de nuevas creencias, buscando acortar la brecha entre el estado actual del

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deportista y el estado ideal al cual quiere llegar. Timothy Gallwey, uno de los pioneros del
coaching deportivo y auto de libros como The inner game of tennis, Inner skiing y de The inner game
of golf, destaca la importancia de liberar el potencial de las personas, para que puedan llevar su
rendimiento al máximo. Más adelante señala que la conversación en este proceso es muy
importante también y define al coaching como un arte de establecer un ambiente a través de la
conversación y de una manera de ser, que facilita el proceso por el cual una persona se moviliza de
manera exitosa para alcanzar sus metas soñadas.

Pero en lo que sí coinciden varios autores finalmente es que el coaching consiste esencialmente
en liberar el potencial de un deportista para incrementar al máximo su desempeño deportivo. Y
para ellos consiste en ayudarle a aprender en lugar de enseñarle. Dentro de esta visión cabe
destacar autores como por ejemplo John Whitmore. Bajo la misma idea pero, con otras palabras,
Talane Miedaner lo delimita como una herramienta que cubre el vacío existente entre lo que se es
ahora y lo que se desea ser, pero siempre considerando la idea fundamental de ir más allá de las
limitaciones que y realizar el potencial pleno.

Por lo tanto, el coaching es una estrategia de intervención psicológica eficaz para el desarrollo
personal deportista y una herramienta perfectamente aplicable a la mejora del desempeño de los
directores deportivos, entrenadores y personas que forman parte del ambiente inmediato del
deportista. Pero, por otro lado, el coaching también se presenta como un conjunto de habilidades
para desarrollar un potente estilo de liderazgo, con fortalezas y debilidades en su aplicación en el
ámbito deportivo, ya que, dentro de sus orígenes y desarrollo, destacan importantes contribuciones
de la psicología del deporte, como por ejemplo, métodos de motivación, formas eficaces de
comunicación, visiones y otras variables más que en su conjunto constituyen el liderazgo, sobre todo
hoy en día, donde sabemos que el liderazgo no se hereda ni viene dado, sino que es perfectamente
aprendido por una persona.

En resumen, podemos afirmar que el coaching no es una mera técnica que hay que sacar y aplicar
rápidamente según las necesidades concretas de un deportista. Es una manera de gestionar, de
trabajar con los deportistas, de pensar, de ser y estar.

Es importante repetir que el coaching es solo una de múltiples estrategias de intervención


mental, que poseemos los psicólogos deportivos para generar y optimizar el rendimiento deportivo.
Y decimos que es psicológica porque esta herramienta influye sobre las cogniciones, sobre las
emociones y finalmente termina generando cambios en el comportamiento del deportista y todo lo
que implica cambios cognitivos conductuales no deja de tener a la base principios y postulados
desde la psicología como ciencia. La diferencia y el por qué resulta eficaz trabajarla desde el deporte,
es que desde esta línea no se trabaja tanto desde el foco patológico y conflictivo (como si lo hace,
en la mayoría de las veces, la psicología clínica), sino que más bien el objetivo, como se dijo
anteriormente, es buscar cambiar el estado actual del deportista y conectarlo con los objetivos y
metas a futuro, estableciendo para ello un adecuado plan de acción para su futuro.

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En resumen, podemos decir que el coaching se centra en las posibilidades del futuro, no en los
errores del pasado.

ORIGEN Y DEFINICIONES DE COACHING

El deporte es uno de los orígenes del coaching (que en inglés significa entrenamiento).
Deportistas y equipos deportivos se colocan en manos de un coach (que en inglés significa
entrenador) para incrementar de manera significativa su desempeño (Whitmore, 2003). En este
marco, las empresas han trasladado esta herramienta deportiva al ámbito gerencial, creando un
procedimiento de intervención que la han denominado coaching (Useche, 2004). En el último
tiempo, el coaching se ha integrado en el contexto deportivo como una herramienta de trabajo o
de intervención psicológica para la mejora del desempeño profesional y el desarrollo del talento
deportivo (García-Naveira, 2009a).

El término “coach” significa al mismo tiempo entrenador y herramienta de trabajo psicológico.


La etimología de la palabra tiene que ver con la ciudad húngara de Kocs y en el siglo XV, donde los
viajeros utilizaban el término “kocsi szekér” o “carruaje de kocs”, para nombrar un tipo de carruaje
que se popularizó en esa región, al incorporar un nuevo sistema de suspensión más cómodo para
los viajeros que hacían el trayecto entre Viena y Budapest. Así, el término pasó al alemán como
“kutsche”, al italiano como “cocchio”, al inglés como “coach” y al español como “coche”. Pero
cuando el término pasa a Inglaterra, presenta una doble utilización: se sigue para nombrar el
carruaje, pero a partir de 1850 también se comienza a utilizar en las universidades inglesas para de-
signar a la figura del entrenador, apareciendo el coach o entrenador de corte académico y,
posteriormente, el coach deportivo.

Más tarde, en 1960, el término se emplea también para distinguir programas educativos, pero
hasta 1980 no se habla de coaching como una profesión con formación y credenciales específicas.
Es ahí cuando surge otra variación más del concepto, estableciéndose el de coaching ejecutivo como
una nueva y poderosa disciplina que permite aumentar los niveles de satisfacción en las
organizaciones. Hoy en día, grandes empresas e instituciones educativas de primera línea reconocen
las importantes aportaciones del coaching al desarrollo del liderazgo en todo el mundo.

Actualmente coexisten varias líneas de coaching que transitan por caminos paralelos dentro de
su propio desarrollo. Esto no significa que sean teorías totalmente independientes, de hecho, se
alimentan bidireccionalmente y se van desarrollando como nueva herramienta que toma
protagonismo y consistencia. Estas distintas líneas no difieren tanto en la práctica y en los resultados
como si en la explicación y teorización de sus propios fundamentos.

Actualmente, no existe una única y universal definición del coaching. Distintas escuelas,
profesionales y asociaciones han intentado definir el concepto basándose principalmente en los
aspectos que ellos creen que son más relevantes dentro de un proceso de coaching. Por lo general,

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estas definiciones son más complementarias que contradictorias y aportan, sin duda, una mayor
y mejor comprensión del significado del coaching. Algunos ejemplos son (Ortiz de Zárate, 2010):

 La International Coach Federation, la asociación más grande de coaches en el mundo, pone


el foco en los resultados: “el coaching es una relación profesional continuada que ayuda a
que las personas produzcan resultados extraordinarios en sus vidas, carreras, negocios u
organizaciones. A través de este proceso de coaching, los clientes ahondan en su
aprendizaje, mejoran su desempeño y refuerzan su calidad de vida”.

 La Sociedad Francesa de Coaching aporta una definición más en relación con las necesidades
del coachee: “el coaching es el acompañamiento a una persona a partir de sus necesidades
profesionales, para el desarrollo de su potencial y de su saber hacer”. En la Escuela Europea
de Coaching hacen referencia al método: “el coaching es el arte de hacer preguntas para
ayudar a otras personas, a través del aprendizaje, en la exploración y el descubrimiento de
nuevas creencias que tienen como resultado el logro de los objetivos”.

 Jim Selman (2008) lo define como: “la relación profesional continuada que ayuda a obtener
resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresas o negocios de las personas”. Tim
Galwey (2006) destaca la importancia de la conversación: “el coaching es el arte de crear un
ambiente a través de la conversación y de una manera de ser, que facilita el proceso por el
cual una persona se moviliza de manera exitosa para alcanzar sus metas soñadas”.

 La definición de John Whitmore (2003), establece un matiz interesante: “el coaching


consiste en liberar el potencial de una persona para incrementar al máximo su desempeño.
Consiste en ayudarle a aprender en lugar de enseñarle.” Quizá otra explicación menos
técnica y más cercana sea la dada por Talane Miedaner (2002): “el coaching cubre el vacío
existente entre lo que eres ahora y lo que deseas ser. Es una relación profesional con otra
persona que aceptará sólo lo mejor de ti y te aconsejará, guiará y estimulará para que vayas
más allá de las limitaciones que te impones a ti mismo y realices tu pleno potencial”.

 Finalmente revisaremos una última definición que nos entrega la Asociación Española de
Psicología y Coaching Deportivo (AEPCODE), define al coaching deportivo como una
“estrategia de intervención psicológica que consiste en una relación continuada entre el
coach (p. ej., el entrenador o psicólogo) y el coachee (p. ej. el deportista o entrenador) o un
equipo, que posibilita la mejora del rendimiento del coachee o equipo para alcanzar
resultados extraordinarios y conseguir una vida más plena y satisfactoria”.

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Desde estos puntos de vista el coaching está constituido por la escucha, comprensión y
generación de preguntas por parte del coach. Es posible que el coachee nunca se haya formulado
las preguntas, pero tiene la respuesta. El coach sirve de guía al coachee o equipo en su
autoconocimiento y puesta en acción a través del aprendizaje.

Es importante recalcar que el coaching es una estrategia de intervención psicológica (ya que
influye sobre las cogniciones, emociones y comportamiento del cliente) (García-Naveira, 2009b),
con unos principios y postulados (p.ej., Ontología del Lenguaje) (ver Echeverría, 2001) y un
procedimiento de intervención (como veremos posteriormente, posee diferentes fases) que se
desarrolla a lo largo de un número de sesiones pactadas entre las partes (p.ej., entre 4 y 8 sesiones
aproximadamente de 1 hora/sesión) (García-Naveira, 2009a). En segundo lugar, cuando se
interviene en coaching, se está interviniendo en el cambio de perspectivas (tipo de observador que
uno es) y/o la reelaboración de las creencias, juicios u opiniones que posee el coachee ante una
determinada situación a resolver o mejorar (Wolk, 2004). En esta línea surge el concepto de
“resultados extraordinarios”, en el sentido que una persona con su “esquema mental inicial”
tenderá a obtener un determinado resultado (esperable y no deseado por él, razón por lo que acude
a un coach), mientras que el cambio en estas variables psicológicas (esquema mental posterior)
posibilita la apertura a nuevos resultados (superiores a los inicialmente). Además, se habla de “una
vida más plena y satisfactoria”, debido a la satisfacción por el logro de las metas (establecidas y
deseadas por el coachee) y por actuar respecto a sus propias creencias (congruencia). En tercer
lugar, cuando hablamos de aprendizaje nos estamos refiriendo a un cambio permanente en el
comportamiento (p. ej., un nuevo modo de chutar el balón) o psicológico (p. ej., una nueva creencia
de autoeficacia) (Whitmore, 2003). Aprender, no es sólo acumular información, afecta a los
conocimientos, habilidades, actitudes y valores de la persona, es un aprendizaje transformacional.
Este cambio de perspectiva o de creencias, posibilita nuevas oportunidades (metas, progresos, etc.),
aspectos que con el repertorio inicial del coachee no tenía acceso a ellas.

En cuanto a las habilidades que aplica el coach durante un proceso de coaching se incluyen
(Zandvoort, Irwin y Morrow, 2008): diseño de una alianza de apoyo con el cliente, preguntas
poderosas de gran alcance que llevan a la reflexión, el feedback, aclaraciones, cambios de
perspectiva, reformulación de ideas y objetivos, la intuición, la defensa del esfuerzo del cliente, la
reelaboración, el reflejo de los sentimientos del cliente y el desafío del mismo para que logre sus
objetivos.

Respecto al efecto psicológico de la aplicación del coaching sobre el coachee, los resultados de
las investigaciones tienden a indicar un aumento de la autoeficacia percibida (Evers, Brouwers y
Tomic, 2006; Frode y Einar, 2009; Zandvoort, Irwin y Morrow, 2008), una mayor tranquilidad hacia
las expectativas de resultado (Evers, Brouwers y Tomic, 2006), una mejora en el establecimiento de
metas a través del cambio positivo (claridad, feedback y estrategia), un aumento de la atribución

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causal interna (estrategia y capacidad) y autodeterminación (satisfacción de las necesidades de
autonomía y de afinidad o relación con los compañeros) (Frode y Einar, 2009).

ESCUELAS DE COACHING EN EL MUNDO

Actualmente existen tres grandes escuelas que identificamos por su origen geográfico, si bien las
tres han experimentado una gran expansión por el resto del mundo: la Escuela Norteamericana,
cuyo fundador es Thomas Leonard; la Escuela Europea, a partir de Timothy Gallwey y John
Whitmore; y la Escuela Chilena u Ontológica, de Fernando Flores, Rafael Echeverría y Julio Olalla.

La Escuela Norteamericana fue fundada por Thomas Leonard, uno de los pioneros en el
desarrollo del coaching profesional en todo el mundo, trabajador incansable, que falleció en 2003.
Leonard creó las primeras asociaciones de Coaching, tanto la International Coach Federation (ICF)
como la Internacional Association of Coaching (IAC), creó la Coach University y la Graduate School
of Coaching, escribió seis libros sobre el tema, 28 programas de desarrollo personal y fue CEO de
CoachVille.com, el portal de coaching en inglés más importante del mundo. “Las personas que
solicitan un coach están razonablemente ajustadas emocionalmente, tienen familias felices y
pueden ser incluso trabajadores de éxito. No necesitan terapeutas ni psiquiatras. Lo que les hace
falta es una suerte de alter ego objetivo que escuche lo que le cuenten, ayude a ordenar las
prioridades y actúe como un buen guía en las elecciones que se escojan”, afirma Leonard. Se trata,
en fin, de agregar un puntal a la personalidad o compactar el yo en un tiempo en que es fácil la
disolución o las disgregaciones.

Leonard desarrolló una manera de hacer coaching basada en el desarrollo del modelo
autodenominado 5x15; esto es, en 5 elementos interrelacionados, cada uno de ellos compuesto por
15 ítems. A continuación, se presentan estos 5 clarificadores propuestos por Thomas Leonard:

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La escuela europea tiene sus orígenes en el norteamericano Timothy Gallwey, que elaboró el
sistema de aprendizaje que denominó el juego interior (The Inner Game). Gallwey, que
curiosamente no se considera coach, formuló la famosa frase: “Siempre hay un juego interior en tu
mente, no importa qué este sucediendo en el juego exterior”. Cuán consciente seas de este juego
podrá marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en el juego exterior. El juego interior tiene lugar
en la mente del jugador y juega contra obstáculos como el miedo o la desconfianza en uno mismo.

John Whitmore retoma la metodología del juego interior e, influenciado por la psicología
humanista, que conoce en profundidad a través de su mujer Diana Whitmore y de los estudios que
realiza en EE.UU., crea una nueva metodología. Formando equipo con David Hemery y David
Whitaker, funda Performance Consultants a primeros de la pasada década de los 80 y trabaja en la
aplicación de estas técnicas al mundo empresarial. John Whitmore comienza su libro declarando
que no existen soluciones rápidas: “El buen coaching es una habilidad, un arte quizá, que requiere
una profunda comprensión y una dilatada práctica si se pretende extraer todo su asombroso
potencial.”

Para Whitmore, el coaching consiste en liberar el potencial de una persona, para incrementar al
máximo su desempeño. Utiliza la famosa metáfora de la bellota frente al recipiente vacío: somos
más similares a una bellota, que contiene en su interior todo el potencial para convertirse en un
majestuoso roble. Esta premisa supone aceptar que, en efecto, todos tenemos un potencial que
puede ser liberado. Por eso, Whitmore cree que un coach debe ser capaz de ver a las personas no
como son sino como pueden llegar a ser.

Finalmente, a Escuela Chilena o Escuela Ontológica, también muy extendida por todo el mundo,
es una de las que más presencia a nivel mundial. Se basa en las ideas y el trabajo de Fernando Flores,
que posteriormente Rafael Echeverría desarrolló en su libro “Ontología del Lenguaje” (1994).
Fernando Flores, ingeniero civil y doctor en Filosofía, fue nombrado Ministro de Economía del

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Gobierno chileno de Salvador Allende. Tras el golpe militar de 1973 estuvo detenido tres años,
durante los cuales, como él mismo relata, reflexionó sobre las dificultades que el gobierno de
Allende había tenido para explicar su proyecto y sobre los obstáculos de comunicación que habían
surgido durante todo el proceso. Después de su liberación, emigró a EE.UU., donde desarrolló su
filosofía acerca de la comunicación, tomando como base la filosofía de Nietzsche, Heidegger, Searle,
Austin o Wittgestein y las investigaciones biológicas de Humberto Maturana y de Francisco Varela.
Junto con Rafael Echeverría y Julio Olalla, trabajó aplicando sus principios al liderazgo empresarial
durante la década de los 80. De este grupo precursor, Rafael Echeverría ha sido el autor que más ha
escrito y difundido los principios de la Ontología del Lenguaje. De hecho, fue él quien propuso el
nombre de Ontología del Lenguaje en el libro del mismo título publicado en 1994.

En el núcleo de la propuesta ontológica encontramos una serie de postulados y principios de los


que se sirve el coach ontológico para ayudar a su cliente a identificar qué tipo de observador está
siendo y le enseña a convertirse en un observador diferente que le permita afrontar de manera más
eficaz las situaciones de su día a día. Este proceso es, a fin de cuentas, un proceso de aprendizaje.
La persona que aprende a observar las cosas de una manera diferente, aprende también a actuar
diferente.

Autor: Rodrigo Cauas Esturillo


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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
Cauas, R. (2008). Psicología y deporte una experiencia chilena. Santiago. Cedep.

Dosil, J. (2004). Psicología de la actividad física y del deporte. Madrid: McGraw Hill.

Gallwey, T. (2006). El juego interior del tenis. Málaga: Editorial Sirio.

García-Naveira, A. (2011). Aproximación al empleo profesional del coaching en el deporte. Revista


Informació Psicológica, 101, 26 - 39.

Giesenow, C. (2007). Psicología de los equipos deportivos. Claves para formar equipos exitosos.
Buenos Aires: Claridad.

Knapp, M. (1997). La comunicación no verbal. México D. F.: Paidós.

Martens, R. (2002). El entrenador de éxito. Barcelona: Paidotribo.

Miedaner, T. (2002). Coaching para el éxito. Barcelona: Urano.

Mateo, J. y Valdano, J. (1999). Liderazgo. Buenos Aires: Aguilar.

Whitmore, J. (2016). Coaching. Ciudad de México: Paidós.

Wolk, L. (2003). Coaching el arte de soplar las brasas. Buenos Aires: Gran Aldea.

Autor: Rodrigo Cauas Esturillo


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