Bendicion y Consagracion
Bendicion y Consagracion
Bendicion y Consagracion
¿Qué es un maleficio?
Es hacer daño a una persona por intervención del demonio.
El medio más común para hacer maleficios es valerse de objetos con los cuales se
expresa la voluntad de hacer daño a otro y sobre los cuales se invoca a Satanás para
que les imprima su fuerza maléfica.
Esto se hace directa o indirectamente.
Un modo directo consiste en hacer beber o comer a la víctima alimentos o bebidas a las
cuales se ha mezclado aquello con lo cual se intenta producir el maleficio.
Los ingredientes que se usan con más frecuencia son: huesos de muertos, piedra de
ara, sangre de menstruación, partes de algunos animales, algunas hierbas, etc. La
eficacia maléfica no depende tanto del material que se emplee sino de la voluntad que
se tenga de perjudicar al otro con la intervención del demonio, y esto se manifiesta por
las fórmulas ocultas que se emplean cuando se hacen estos compuestos.
Bendición de la sal
Te suplicamos, Dios todopoderoso, que bendigas (+) en tu bondad esta sal, creada por
ti.
Tú mandaste al profeta Eliseo arrojarla en el agua estéril para hacerla fecunda.
Concédenos, Señor, que al recibir la aspersión de esta agua mezclada con sal nos
veamos libres de los ataques del enemigo, y la presencia del Espíritu Santo nos proteja
siempre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
(Mezcla el Caballero, Monge o Sacerdote la sal con el agua, sin decir nada, para luego
rociar con el agua bendita a los presentes y al lugar, diciendo...)
Esta es el agua que Dios ha bendecido. Que ella sea para nosotros fuente de salvación
y de vida.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén
Oremos
Imploramos humildemente tu inmensa clemencia, omnipotente y eterno Dios, para que
te dignes con tu piedad bendecir + y santificar + esta criatura de la sal que Tú creaste
para uso del género humano a fin de que se convierta en salud de alma y cuerpo para
todos los que la consuman; y para que todo aquello que sea tocado por esta sal carezca
de toda inmundicia y de toda impregnación del espíritu del mal. Por Nuestro Señor
Jesucristo.
Amén
Oremos
Oh Dios, sé propicio a nuestras súplicas e infunde la fuerza de tu bendición + a esta
agua que hemos preparado con estas purificaciones, para que esta tu criatura sirva para
alejar a los demonios, sanar las enfermedades; para que al ser derramada sobre las
casas y los hogares de los fieles, éstos queden libres de toda inmundicia y de todo mal;
que no resida allí un espíritu pestilente, se alejen todas las insidias del Enemigo y, si
hay algo que perjudique a los que habiten en ella o a su tranquilidad, por la aspersión
de esta agua huyan, para que la salud que te pedimos por invocación de tu Nombre
quede defendida de toda impugnación del Maligno, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
El Caballero, Monge o Sacerdote coloca tres veces sal en el agua a manera de cruz
diciendo:
Que esta mezcla de la sal y del agua se realice en el nombre del Padre + y del Hijo + y
del Espíritu Santo.
Amén.
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
Oremos
Oh Dios, autor de todo poder y rey insuperable de todo dominio y siempre triunfador
magnífico, que reprimes las fuerzas del dominio del mal, que superas la sevicia del
Enemigo, que poderosamente vences a las huestes enemigas: a ti, humildes, te
pedimos, Señor, que mires con bondad estas criaturas de sal y agua y las santifiques
con tu bondad, para que doquiera que sean regadas, por la invocación de tu santo
Nombre desaparezca toda infestación del espíritu inmundo, sea alejado el terror de la
serpiente infernal, y, mediante la presencia del Espíritu Santo, nos concedas benigno tu
misericordia ya que humildemente te la suplicamos.
Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén
Oremos
Bendición
Señor Dios omnipotente, delante de quien está con temor el ejército de los ángeles,
cuyo servicio espiritual conocemos, dígnate mirar, bendecir + y santificar + este aceite
con el cual mandaste ungir a los enfermos, a fin de que, una vez obtenida la salud, te
diesen gracias a ti, Dios vivo y verdadero. Te rogamos que cuantos usen este aceite
que bendecimos + en tu nombre queden libres de toda enfermedad, de todo dolor y
todas las insidias del Enemigo y asimismo se libren de toda adversidad y nunca sean
heridos por la mordedura de la antigua serpiente, ya que los has redimido con la Sangre
de tu Hijo. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo que contigo vive y reina en la unidad
del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amen.
(Se hace la aspersión con agua bendita)
Oremos
Oh Dios, que maravillosamente creaste al hombre y más maravillosamente lo
reformaste, que te has dignado socorrer con múltiples remedios las diversas
enfermedades que aquejan la mortalidad humana: atiende propicio nuestras
invocaciones y derrama desde el cielo tu santa † bendición sobre esta medicina para
que quien le tomare (quienes la tomaren) merezcan recibir la salud de las mentes y del
espíritu. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Se asperja con agua bendita.
Consagración de objetos
Que es el aceite exorcizado, el agua bendita y la sal o sea uno tiene que tener preparado
y exorcizado el agua, el aceite y tener con estos la sal, con esos tres elementos la sal,
el agua bendita y el aceite oliva exorcizados cómo se explica anteriormente se mezcla
y ese sería el óleo Santo con el cual se consagran las cosas, con ese mismo óleo se
procede hacer la señal de la cruz tres veces en cada objeto y se toque el objeto, o sea
que realmente se haga la cruz en el objeto, esta señal de la cruz es la cruz latina aquella
que sus extremidades tiene la misma distancia no la cruz cristiana, en la mente se le
pide al padre y se hace una oración que sale del corazón en eso momento de que uno
tiene que estar preparado y ya va generando toda una situación espiritual, de un nivel
más elevado de lo normal
Todas esas cosas que tienen que ver y que son especiales que se piden, se solicitan
con devoción y para finalizar se hace una oración que uno sienta profundamente en el
corazón de agradecimiento al padre por haber hecho posible que este objeto se
transformara en otra cosa.
Maestre Nath
Mariscal General Heriberto Arias
Comandante Iván Elias
España 2019