Ramas y Costumbres de Santo
Ramas y Costumbres de Santo
Ramas y Costumbres de Santo
lista de las pioneras en Cuba y la mayoría de las ramas existentes, hay muchas personas
que merecen un lugar aquí y especialmente en la memoria de generaciones por venir
Hecho un análisis a las distintas formas básicas de ciertos ritos hay que reconocer un
gran número de Iwóros que justifican su forma de practicar la religión con la expresión
oral “Por mi casa de Santo es así”. ¿Falta de homogeneidad litúrgica con su rama de
santo? La raíz original de la Regla de Osha es Matancera con sus rituales africanos y más
tarde llega a La Habana y Santiago de Cuba. Ahora hay conflicto entre lo africano y lo
afrocubano porque con el tiempo se han dado muchas modificaciones y la
interpretación del Oddún: “Okana Iroso” dice: “al país que fueres hacéis lo que vieres”,
muchas cosas han cambiado de acuerdo a la conveniencia del mayor, pero los “Obbaces”
son los responsables y deben preservar los “Tratados” de cada ceremonia.
Publicamos esta lista muy resumida de las pioneras en Cuba, hay muchas personas que
merecen un lugar aquí y especialmente en la memoria de generaciones por venir:
Lorenzo Samá “Obbadimeyi” y Timotea Albear “Ajayi Lewú Latuán” a principios del siglo
XX en el poblado de Regla unificaron los diferentes cultos yorubas en un solo Cuerpo
Litúrgico denominado “REGLA DE OSHA”.
Muchos otros Iwóros con hierarquía de Oriathé continuaron: Genaro Gómez (Ochún
Gumí) José Roche (Ochún Kayoddé) Fernando Cantero (Changó Larí) Guillermina
Castell (Ochún Laibó) Josefina Aguirre (Ochún Guere) Carmen Miró (Egüín Bi).
Las Ramas pioneras fueran “La EFUSHÉ” y “LA PIMIENTA”, después hay las llamadas
subramas: Las Tortilleras (Adoradores de Inle y Agbata), los Ewin Yimí, Los Culos Verdes
también denominada Aigoró, Los Trapitos, Los Chales y Pamelas, Los Montones y
Corales, Los Agbita, Los Ainá Yogbos, Los Efushé Atikeké, Los Efushé Warikondo, Los
Aigoró, Los Abogados (pagaban un derecho por no llevar el Chal).
*Aurora Lamar “Obbá Tolá”. Tenía hecho Shango con Oro a Aggayú, viajaba con sus
Santos metidos en bolsas de tela a lo largo y ancho de la isla con su grupo de Oloshas,
Oriathé y los Omó Aña con sus tambores de Fundamento. En esta línea los hijos de
Changó hacen Ochún y viceversa, dependiendo del signo de Itá de cada quién.
Nascida en Sabanilla-Matanzas el 13 de Febrero de 1900, se inicia en la ciudad de La
Habana en 1928. Fallecida el 19 de Septiembre de 1965.
Su Padrino fue José Urquiola “Eshu Bí” descendiente de la sub-rama Aigoró (rama La
Pimienta), en su tiempo siguió la tradición de “Los Trapitos”, respetando la costumbre de
los antiguos, en la parada del santo NO se pone el fundamento solamente los caracoles.
En la rama de la pimienta se utiliza la misma en el ituto.
También en la rama de la pimienta hay la tradición de dar “Cerdo” a Olokun en un bote
“fondeado” en el mar.
*Ño Blas Cárdenas “Obbá Nkolé” fue el último Capataz del Kabildo Lukumi “La Merced”
fundado en 1816 y en conjunto con el Sr. Mauricio en el año 1850 construyeron y
fundaron el primer juego de tambores Batá en Matanzas.
Las mujeres eran quien gobernaban los cabildos y eran las “Ayabbá Oriathé” hasta 1935:
Teresita Ariosa “Oshún Funké”, Guillermina Castel, Timotea Albear “Ajayi Lewú” conocida
por Latuán
Domingo Alberto Díaz Gómez “Shango Miguá” (falecido en 1980 ) Religioso nascido en
Cuba y residente en Puerto Rico, con Santo coronado en New York, ahijado de
Mercedes Nobles y Carlos Arguelles, el Oriathé fue Orestes Blanco “Ochún Ewé”, el
primero en hacer un santo en Venezuela (19 de Diciembre de 1970), el santo fue de
“Iroso” con ética, misticismo y amor a la Osha.
La Regla Ocha/Ifá, conocida también como Regla Lucumí es aquella donde Olorishas y
Babalawos trabajan en conjunto. El Babalawo es considerado el Mayor de la Casa (Ilé) y
se rige por los procedimientos y liturgias que están avaladas por los Signos (Odus) de Ifá,
los cuales son las guías de lo que debemos hacer en religión. En otras palabras, toda la
estructura religiosa de esta regla, está fundamentada en el Corpus de Ifá y son sus
lineamientos los que se siguen. En nuestra religión no existen templos, no por lo menos
como conoces las Iglesias. El Signo (Odu) de Ifá Ogbe Iroso, prohíbe la
institucionalización de Ifá en templos y sociedades y no admite nada parecido a un culto,
altar o medio de congregación, para que a través de la adoración, se cree un medio de
recaudación económica que le permita subsistir, ya que invariablemente Echu formará la
discordia. Tampoco tienes que pagar diezmos, ni nada parecido, solo las obras o
trabajos y ceremonias que se te hagan.
Por esto es que verás que existen “Casas” de Santo (Ilé Ocha), ya que cada Babalawo en
este caso El Mayor, mantiene una Casa que puede tener otros Babalawos menores que
él. Su posición como mayor de la “Casa” (Ilé), es en edad de consagración y no de edad
cronológica y por lo general tiene la Deidad llamada Olofin, que es con la cual ha
consagrado a sus ahijados Babalawos. También puede tener Olorishas que trabajen en la
misma, incluyendo a su esposa. El o la Olorisha Mayor de la Casa (Ilé), es el/la que se
encarga de todo lo relacionado con Ocha (Santo), lavado de collares de Santo, Diloggun
(Caracoles de Ocha), atender los Orishas, enseñar a los ahijados las cuestiones
relacionadas con Ocha y las ceremonias que sean competencia de ellos.
Las metodologías litúrgicas de estas “Casas” pueden variar en orden y van de acuerdo a
las tradiciones y costumbres de las “Ramas”. Por ejemplo, hay “Casas” donde el iniciado
recibe primero por parte del Babalawo, Guerreros, Mano de Orula (Awofakan en el
Hombre, Ikofá en la Mujer) y se le determina Ángel de la Guarda (Orisha Alagbatori),
para dejar de último la entrega de Collares (Elekes) de Ocha por parte del Olorisha
Mayor de la Casa (Ilé). En otras verás que se pueden recibir primero los collares y luego
Guerreros, Mano de Orula (Awofakan en el Hombre, Ikofá en la Mujer) y se le determina
Ángel de la Guarda (Orisha Alagbatori). De hecho, en muchas Casas (Ilé) también es
permisible determinar el Ángel de la Guarda (Orisha Alagbatori) de la persona y no
importa mucho el orden en que se reciban los primeros atributos. Son tradiciones, no
hay nada escrito en ellas, lo que si es importante es que al Neófito (Aleyo) se le hayan
hecho todas las ceremonias mencionadas, antes de ser consagrado en Santo (Ocha).
Ahora bien, la pelea de la que te hablaré a lo largo de este libro, se debe a que dentro
de nuestras tradiciones, se sabe que históricamente la expansión y conservación del
culto por la parte Lucumí, se debió básicamente a tres mujeres, que con su
conocimiento y dedicación, hicieron gran parte de lo que conocemos hoy en día como
nuestra religión, pero en términos Lucumí. De estas tres Mujeres, dos eran aliadas y una
era considerada enemiga y se fue “Exiliada” a lo que es la provincia de Matanzas en
Cuba. Estas tres grandes Iyalochas protagonizaron lo que se conoció como: La División
de La Habana, uno de los Cismas Religiosos más grandes que se conocen en nuestra
tradición.
Estas Iyalochas fueron Doña Timotea Albear, Ajayí Lewú, pero mejor conocida como
Latuán, quien se cree que era natural de Oyó, Ma Monserrate ‘‘Apóto’’ González (Obá
Tero) y Ña Rosalía Abreu (Efunshé Warikondó), de las cuales se dice que eran de la
región de Egbado de las tierras africanas. Estas tres mujeres fueron altamente estimadas
y respetadas por su posición dentro de la jerarquía religiosa y por el conocimiento que
poseyeron. Según el investigador Miguel W. Ramos, de las tres, solamente Latuán tiene
descendientes de sangre vivos e identificables.
Este cisma religioso es un poco largo de contar, pero te voy a remitir al excelente estudio
de este evento llamado: La División de la Habana: Conflicto Territorial y Hegemonía
Cultural en los seguidores de la Religión Lukumi de Oyó 1850s–1920s de Miguel W.
Ramos. Sin embargo, el resumen del asunto es que La Habana era un pueblo muy
pequeño para Latuán y Oba Tero y esta guerra por criterios religiosos entre las dos
Iyalochas, originó una división que terminó con el “exilio” de Oba Tero a Matanzas. En la
Habana se quedaron Latuán y Efunshé. Claro que para los tiempos de Latuán, Efunshé y
Obatero, existían otras prestigiosas Iyalochas, como Doña Teresita Ariosa Eni Ochún y
Doña Guillermina Castell y prestigiosos Olorishas como lo fueron Don José Roche y Don
Fernando Cantero. Para que estés claro, Ña Rosalía Abreú Efunshé, fue la que introdujo
en la isla, la consagración de otros Orishas, junto con el Ángel tutelar de la persona
(Elegguá, Obbatalá, Yemayá, Ochún y Changó), ya que antes de su llegada, se hacía
Santo de otra forma que llamábamos Pata y Cabeza, que luego te explicaré.
De esta forma, en Cuba se comienzan a expandir las Ramas genealógicas, las cuales no
se refieren directamente a las instituciones “oficiales” de organización y que en la
antigüedad eran llamadas “Cabildos”. Las Ramas se refieren de forma directa o indirecta,
a los fundadores de la misma, a menudo usando nombres africanos, signos sagrados,
sobrenombres, topónimos locales, nombres étnicos o por alusiones a eventos
idiosincráticos. Muchos nombres te parecerán graciosos, pero así se llaman y no es
mucho lo que se pueda hacer para cambiarlos. Lo cierto es que cuando rezamos,
mencionamos a todos los ancestros de nuestra rama e independientemente del nombre
de su rama, cada religioso se siente orgulloso de ella. Ahora agárrate bien, porque vas a
entrar al gran enredo de las Ramas y que son la causa de nuestro maravilloso mundo de
peleas que no acabará nunca, ya que no importan las evidencias históricas, solo
importan los Status Quo. Te advierto otra cosa: Este capítulo es Largo y Aburrido, pero
no te lo puedes saltar.
Una rama que parece haber desaparecido o se fundió en otras casas era la que la
investigadora Doña Lydia Cabrera en su libro El Monte, nos enseña que era conocida
como Las Tortilleras y todos los 24 de Octubre, se reunían a darle tributo a Inle y Abbatá.
Al parecer en aquella época, por lo mal visto que era el homosexualismo, esta se
mantenía más como una sociedad secreta y al parecer desapareció, así que solo te doy
la información para tu conocimiento general,
Cuando se hacen los análisis de traslapes entre ramas y solo basándose en los nombres
de los fundadores, vemos que el investigador Michael Mason los pudo trazar de la
siguiente forma: Efunshe (Ña Rosalía Abreu), Ainá (Doña Margarita Armenteros), Igoró
(Doña Caridad Argudín), Apotó (Doña Belén González), Ma Monserrate González (Oba
Tero), Francisca Entensa (Palmira), Obadimeyi (Octavio Samá), José “Pata de Palo”
Urquiola (Culos Verdes), Los Jimaguas del Palenque (Gumersindo y Perfecto),
Monserrate, Asiñabi y Tia Julia Samá Abonsé. Estos y sus ahijados, fueron los
responsables de fundar y hacer avanzar los principales linajes de Ocha en Cuba, que a la
sazón se ha convertido en una intrincada red de traslapes, fusiones, imposibles y en
casos extremos, excusas para darse prestigio y hasta para estafar ¿Crees que exagero?
Pues por ejemplo, en Estados Unidos un Olorisha que es “Fundador” de (mírate este
nombre) “El Movimiento de Yorubas Negro Americanos” (a lo mejor pensó que se
trataba de los Panteras Negras), dice que es cuarta generación de ancestros Oyó y según
cuenta su linaje, dice que Obadimeyi consagró a Ferminita Gómez, Ferminita Gómez
consagró a Christopher Oliana y Christopher Oliana lo consagró a él. Realmente no
sabemos en que lo consagraron, pero no fue en una tradición afrocubana. Para que
tengas una idea del tamaño de semejante exabrupto y porque tu rama es importante,
Ferminita Gómez fue consagrada en EGBADO y no en Oyó y encima la consagró OBA
TERO, quien también era EGBADÓ. Por su parte, a Obadimeyi lo consagraron las peores
enemigas de Oba Tero: Latuán que sí era Oyó y Efunshé, que era EGBADÓ. Doña
Ferminita Gómez, JAMÁS tuvo nada que ver con Obadimeyi, ya que eran dos polos
totalmente opuestos, ni mucho menos era Oyó. De hecho, Octavio Samá Obadimeyi,
solo hizo Ori Atés hombres y de esta forma despojó del cargo a lo que tradicionalmente
hacían las mujeres, tal como lo muestra la historia.
Bueno… mejor seguimos. Hoy en día, muchas de estas ramas son redundantes o se
traslapan en un momento dado, ya sea viendo la genealogía o la práctica. Unas
simplemente colapsan dentro de otras. Claro que esto causa algunas de las tan
legendarias peleas entre los religiosos, pero trataremos de mantenernos al margen y
apegados a lo que estrictamente dicen las historias orales de nuestros viejos y diversos
trabajos de campo.
Todas las ramas existentes en Cuba, partieron de lo que eran sociedades de ayuda que
fundaban los negros libertos, los cuales se llamaban Cabildos. Dentro de los que
competen a nuestra regla, los más prestigiosos se ramificaron al cierre de estos cabildos
en 1888. El más renombrado de su época fue el Cabildo Changó Tedun.
La mayoría de los Cabildos fueron fundados por mujeres que mandaban o compartían
su mandato con sus esposos Babalawos. Muchos etnólogos, incluida la prestigiosa
estudiosa Doña Natalia Bolívar Aróstegui, consideran que el Cabildo San José 80, era la
continuación del famoso Cabildo Changó Tedun fundado para los 1820’s. De cualquier
manera, este cabildo fue probablemente el más influyente en La Habana y posiblemente
de Cuba.
El Cabildo Africano Lucumí Sociedad Santa Bárbara fue otro de los derivados del
Changó Tedun. Conectados a importantes Cabildos como Cabildo Yemayá de Regla de
Adeshina/Pepa Echu Bi y La Sociedad de Protección Mutua Santa Rita de Casia y San
Lázaro de Don Silvestre Erice, conocido como Cabildo de Papa Silvestre. Las Panderetas
Lucumí, fueron inventadas en este cabildo por Don Fernando Guerra, mano derecha y
sucesor de Don Silvestre Erice (Fernando Ortiz).
Este cabildo también está vinculado a las principales casas de Ifá: Don Tata Gaitán, Don
Esteban Quiñones, Don Bonifacio Valdés, Don Pedro Pérez y Don Bernabé Menocal. Este
fue un cabildo muy influyente y esto se debía a la presencia de doña Timotea Albear
LATUAN, de quien siempre se ha sospechado que estuvo casada con Bernabé Menocal.
De este mismo se desprendieron varias Ramas y Cabildos de gran importancia, tales
como las Casas de Doña Belén González (Apoto), Doña Caridad Argudín, Doña
Margarita Armenteros (Ainá) y todo apunta a que también los Jimaguas del Palenque,
Don Gumercindo y Don Perfecto.
El Cabildo Africano Lucumí San José 80, fue fundado por Doña Margarita Armenteros,
hija de Oyá (Aina) y el nombre del cabildo se debía a su dirección física en la Habana.
Algunos dicen que este es el tronco de donde Los Yimis, La Pimienta, Los Culos Verdes y
los Trapitos, originan. Doña Margarita, así como su ahijada Doña Tiburcia Sotolongo
(Ochún Miguá) y aun las ahijadas de Doña Tiburcia, Doña Hortencia “Chenchita” Ferrer
(Ochún Guere) y Margot Fundora Sotolongo (Ochún Letí) son veneradas en todo el
Barrio Príncipe de La Habana. De estos cabildos se desprendieron las más importantes
Ramas religiosas de La Habana.
Perfecto y Gumersindo, quienes según la investigadora Doña Lydia Cabrera eran ricos y
gobernaban un “Barrio Africano” creado en 1880 en Marianao, llamado El Palenque, que
literalmente significaba comunidad de negros cimarrones y donde sus residentes eran
todos ahijados de los famosos Jimaguas. De este tronco se desprende la Rama Malaké La
Chica y en esta José “Pata de Palo” Urquiola (Echu Bi), (Creador de la rama llamada Culos
Verdes), también fungía como Ori Ate. Los Jimaguas del Palenque pudo desprenderse
del Cabildo Changó Tedun, cuando las leyes los prohibieron en 1888 y pudieron abrirse
nuevamente en la era republicana en 1900. A esta rama se le atribuye el haber
mantenido el culto de sus dos principales deidades: Baloggué Oggún y Orisha Oko.
Rama Aigoró
Doña Caridad Argudín – Omó Oshosi – fundó la subrama Aigoro o Igoró, y le “coronó
santo” a Doña Belén González – Ochún Alaigbó -. En los documentos del Cabildo
Africano Lucumí podemos ver que Doña Caridad Argudín (Aigoró) era la cabeza del
Cabildo y Doña Belén González (Apoto), era la segunda al mando. Doña Belén le hizo
“santo” a Doña Luisa La China – Ochún Miwá – quien luego se convirtió en la madrina de
Don José “Pata de Palo” Urquiola Eshú Bi. Don José, posteriormente, inició a Doña
Aurora Lamar – Obbá Tolá – a la que le decían “La China de Maximiliano”, porque tenía
tatuado su nombre en el muslo.
No se sabe con certeza si Doña Belén González (Apoto) era hija de Ochún o de Yemayá,
pero la gran mayoría piensa que era hija de Ochún, ya que muchos aducen que se
llamaba Ochún Laibó u Ochún Alaigbó y se sabe que pertenecía al Cabildo Africano
Lucumí. A su vez, Doña Belén González consagró a Luisa la China – Ochún Miwá – quien
luego consagró Don José “Pata de Palo” Urquiola, cuya subrama fue conocida como Los
Culos Verdes. Don José “Pata de Palo” Urquiola, consagró a Doña Aurora Lamar, una de
las Iyalochas más prolíferas y dejó varias ramas que llegaron a extenderse hasta Santiago
de Cuba.
Los Culos Verdes, según William Mudro, viene a sustituir lo que antes se conocía como
la rama de Don José “Pata de Palo” Urquiola (Echu Bi), quien nació en Matanzas, Cuba y
emigró a La Habana a finales del siglo XVIII. A Don José “Pata de Palo” Urquiola (Echu
Bi), se le consideraba un guajiro, o simplemente un jibarito, alguien de tierra adentro y
por ello, se asociaba al campo y su verdor, y a los guajiros se les llamaba Culo Verde, lo
cual generó el nombre de la Rama. Esta es mi rama dicho sea de paso. Como ya se dijo,
Don José “Pata de Palo” Urquiola (Echu Bi), consagró a Doña Aurora Lamar Obbá Tolá
consagrada en Changó con Oró Aggayú (1), quien funda la subrama La Pimienta y la
Rama Malaké La Grande fundada por Don Fernando Cantero.
Rama Malaké La Grande
Fundada por Don Fernando Cantero – Changó Larí -, era ahijado de José Urquiola Eshu
Bí y de esta rama también surge María Towá cuyos ahijados eran de temperamento
“algo picante”). Las subramas de Malaké La Grande y Malaké La Chica, se desarrollaron
en el barrio de Jesús María, en La Habana Vieja.
Don Polo, era ahijado de Don José “Pata de Palo” Urquiola y tal como Don José, también
era originario de Matanzas y por consiguiente, también se le llamaba Culo Verde, por lo
cual se le considera como el seguidor de dicha rama.
Rama La Pimienta
Fue fundada por Doña Aurora Lamar (Obbá Tolá), o por lo menos así se ve y esta Rama
se desprende de Don José “Pata de Palo” Urquiola, Culos Verdes. El nombre La Pimienta,
se debía a que Doña Aurora Lamar, natal de Sabanillas, provincia de Matanzas, vivía en
una casona en el Barrio Ataré. Ataré significa Pimienta Guinea en Yoruba y de allí que se
le quedara el nombre de La Pimienta. De esta rama surgieron Los Trapitos y Las Pirañas,
y se especula que fue a raíz del divorcio de Doña Aurora Lamar del Babalawo Don José
Ramón Gutiérrez. La Rama La Pimienta entonces queda a cargo de Doña Mercedes Melo
González y Los Trapitos a cargo de Doña Aurora Lamar y a su muerte en manos de Doña
Rosa Quesada Folcade (Omí Tonaddé).
Los Trapitos
Fundada por Doña Aurora Lamar, quien fuera la que introdujo las primeras
consagraciones de Santo, junto con su esposo el Babalawo Don José Ramón Gutiérrez,
entre los años 1920 y 1930, en la ciudad de Santiago de Cuba, ya que Doña Aurora,
natal de Sabanillas, provincia de Matanzas, era una Iyalocha Itinerante.
La historia nos cuenta tres versiones de como Doña Aurora “Fundó” la rama Los Trapitos,
la cual además se encargó de extender. Unos dicen que se desprendió de una
innovación ritual. La historia cuenta que durante una de las Ceremonias de Ocha, una
sopera se rompió y tuvieron que improvisar usando un trapo para contener los
fundamentos del Orisha durante el proceso de coronación. Por lo tanto, en una de las
casas provenientes de la Iyalosha Lamar, fundadora de La Pimienta, se comenzó a usar
un Trapo (Paño) para contener los fundamentos del Orisha y esto se convirtió en la
norma y de allí el nombre Los Trapitos o Pañuelitos. Otra historia nos cuenta que se le
puso así, porque Doña Aurora para viajar al interior, metía los fundamentos de los
Orishas en bolsas de trapo y de esta forma viajaba con ellos y de allí el nombre “Los
Trapitos”. Otra versión dice que seguía las enseñanzas de los mayores, como Ogdoró
Sumí, Tawuaddé y otros más, que en sus inicios así lo hacían. Esta tradición se ha ido
olvidando en algunos de sus descendientes con el transcurso de los años.
Entre una de las particularidades de esta subrama, está el poder hacer lo que para otras
es un Tabú imperdonable: Los hijos de Changó pueden consagrar hijos de Ochún y
viceversa, pero enfatizan que eso depende de lo que la persona tenga en su ceremonia
de coronación y si se lo prohíben o no. Otra de las cosas que fueron objeto de burlas por
considerarse una profanación, era que Doña Aurora Lamar, hacía las Ceremonias de
Santo a crédito a sus ahijados y les cobraba a plazos. Esto es considerado una
profanación, ya que los dogmas religiosos establecen que el dinero completo de una
consagración debe ser entregado, para hacer ciertas obras con él. Esto le ganó el
sobrenombre de “La China de los Ten Cents” o en español, La China de los Diez
Centavos. Doña Aurora, solo entregaba los fundamentos a estos ahijados, una vez que
la deuda era saldada.
Otra particularidad de esta rama, es que a raíz del divorcio de Doña Aurora y Don José
Ramón, esta no quiso trabajar con Babalawo y prescindió de los servicios de estos. Sin
embargo, esto no fue a la ligera. Doña Aurora Lamar tenía una sólida amistad con Don
Lamberto Samá, hijo del controversial Olorisha Don Octavio Samá Obadimeyi. Según los
datos históricos, para la época, los únicos con derecho al sacrificio de Animales,
incluyendo los de Cuatro Patas, eran los Babalawos y los hijos de Oggún, los cuales se
conocían como Ashogun, asunto que también está sustentado en el Corpus de Ifá.
Don Lamberto Samá (Oggún Toyé), era hijo de Oggún y por consiguiente los sacrificios
animales sin contar con el Babalawo podían realizarse en La Rama de Los Trapitos, o sea
de Doña Aurora Lamar. Esto degeneró en que cualquier Olorisha que tuviese recibido el
“Caracol de Oggún” y el Cuchillo o “Pinaldo”, podía hacer sacrificios animales, lo cual es
falso. Don Lamberto, ejecutaba los sacrificios y ejecutaba los menesteres de los
Babalawos en el Cuarto de Santo. Como se puede observar, esta fue una de las primeras
casas en crear el cisma entre Olorishas y Santeros, tal como nos lo muestran los hechos
históricos.
De la Rama Los Trapitos, quedaron sus exponentes y se derivaron otras subramas más:
Las Pirañas y los descendientes de Doña Amada Sánchez, esta última en Santiago de
Cuba. Esta genealogía, muchas veces encuentra discrepancias, pero la reconstrucción de
la misma, ha sido develada en parte, con muchos Estudios de Campo que nos permiten
trazar con bastante exactitud, donde comenzaron los cismas que han degenerado en la
gran pelea tumultuaria en la que se ha convertido nuestra religión. Muchos de estos
cismas, ocurrieron manteniendo los dogmas que eran exigidos para la época y han
llegado hasta nuestros días, pero utilizando “argucias” e interpretaciones personalizadas
de muchos que han luchado por separar la religión, solo para poder seguir oscuros
intereses comerciales o simplemente por soberbia y creerse que en nuestra religión se
puede hacer lo que a ellos les da la gana. Todavía nos falta mucho camino por recorrer
en este asunto de los Cismas, así que ni creas que hemos terminado, ya que apenas
estamos comenzando. Pero para facilitarte un poco la comprensión de estas Ramas y
Subramas que se desprendieron de estos importantes Olorishas, te lo pondré como un
Mapa, cosa que quede un poco más claro.
La tercera división del Cabildo Changó Tedun, hemos querido analizarla de último, por
ser la más intrincada de todas.
Es la Rama que se desprende de Doña Timotea Albear, Ajayí Lewú y Doña Rosalía Abreu
Efunshé Warikondo, siendo esta última la que introdujo la práctica de recibir más de un
Orisha (Elegguá, Obbatalá, Ochún, Yemayá y Changó) en las ceremonias de coronación,
la lectura doble del Diloggun y el Cuchillo de Santero o “Pinaldo”. La historia cuenta, que
fue Efunshé, la que entregó por primera vez el Cuchillo de Santero o “Pinaldo” a Octavio
Samá Obbadimeyi, como “Confirmación” de su Ceremonia de Santo, ya que se le había
Consagrado dos veces porque no se daba crédito a su primera consagración en Ochún.
Esta ceremonia de “Pinaldo” fue la que le dio el nombre de Obbadimeyi (Rey dos veces) a
Samá y el cuchillo o “Pinaldo” que se le entregó, era un símbolo de CONFIRMACIÓN que
decía que más nadie podía coronar esa cabeza. De allí, este atributo ha sufrido serias
“tergiversaciones convenientes” por quienes fueran miembros de esta rama a la muerte
de Latuán y Efunshé. De esta Rama, se desprende la sub-rama Los Mantones y Corales o
simplemente Corales, fundada por la Iyalocha Doña Susana Cantero (Omí Toké).
Los más respetados Babalawos de esta Rama, trabajaban en conjunto con estas
prestigiosas Iyalochas. Babalawos de la talla de Don Tata Gaitán, Don Esteban Quiñones,
Don Bonifacio Valdés, Don Pedro Pérez, Don Ramón Febles, Don Bernabé Menocal y
Don Bernardo Rojas, eran prominentes miembros de esta Rama.
Atikeké, era la hija de Doña Rosalía Abreu Efunshé. Tuvo su rama y de esta no se tiene
mucha información y se cree que fue absorbida por la rama que iniciara Octavio Samá
Rodríguez Obadimeyi, a la muerte de Latuán y Efunshé.
Otra de las hijas de Efunshé, que se cree fue hija de crianza. De esta rama se desprenden
la de dos ahijadas prominentes de la Iyalocha: Una es Doña Andrea Trujillo Iwin Yimí
(Los Ewin Yimí o los Yimi) y Doña Luisa Arango (Changó Lade). Doña Andrea Trujillo
que funda la rama de los Iwin Yimí, mejor conocidos como los Yimi, inicia a Doña
Susana Cantero quien Inicia la rama los Corales.
Esta Rama, fundada por Susana Cantero, y conocida también como El Coral,
descendiente de la Rama La Efushé. Tenía muchas ahijadas mulatas bonitas y
presumidas, que eran de la “vida alegre”. Se relacionaba con Senadores y gente de
posición de la época. Estas mulatas gustaban de las prendas costosas y de los corales,
por ello bautizaron su línea como la Rama del Coral.
Fundada por Doña Margarita Armenteros y Doña Tiburcia Sotolongo. Aun cuando las
ramas son distintas, hay razones socio-históricas para agrupar al cabildo San José 80 y la
Rama Efunshe, como una sola o como dos Reinas de esta rama, que desprendió
múltiples ramas que se entrelazan. Hay evidencias históricas que indican que tanto
Efunshé y sus dos hijas Ati Keke y Adewá (o Adewaró), trabajaban en conjunto con
Doña Margarita en el Cabildo San José. El Cabildo San José 80, sería la casa donde
Obadimeyi, se convertiría en el Ori Até.
Esta rama es bastante controversial dentro de nuestras tradiciones, por el hecho que
cuando coronan Ocha sacrifican un sólo carnero y no raspan la cabeza a sus iniciados,
solo les hacen una coronita. No van al río y en la iniciación Ochún u Obbatalá, sientan al
Iyawó en una silla y no en Pilón que es lo habitual. Ahora bien, queda entendido que la
“coronita” es válida para esta Rama, ya que son de ascendencia Anagó. El motivo por el
cual los Anagó no rapan la cabeza, se basa en el hecho de que para ellos esto es solo
aplicado a los delincuentes como castigo y por ello no rapaban la cabeza.
Esta es quizá la más controversial de todas las ramas. Luego de la muerte de Doña
Timotea Albear, Latuán, fue cuando Octavio Samá Obadimeyi comenzó a ganar fuerza.
Antes de este controversial Ori Até, las mujeres sostenían el poder religioso en lo que se
refería a la Regla de Ocha. Tal como lo muestra la historia, los principales Cabildos y
Ramas fueron fundados y administrados, casi exclusivamente por mujeres hasta bien
entrado el siglo XX. Invariablemente, todas trabajaban con Babalawos, asunto que debe
ser lógico, ya que por ejemplo, las mujeres no pueden tirar coco a Eggun, no pueden, no
pueden hacer Ñangareo y sobre todo, no podían sacrificar animales. Todo esto cambió a
la llegada de Obadimeyi al cargo de Ori Até y su consiguiente asenso al poder religioso.
Obadimeyi, solo adiestró hombres para el cargo de Ori Ate. De Obadimeyi se tienen
referencias históricas que apadrinó y adiestró a cuatro Ori Ates: Su propio hijo, Lamberto
Samá, Don Pablo Liberato Valdés (Ewin Leti), Don Maximiliano Ordaz (Oba Yemi), Don
Tomás Romero (Ewin Letí) y el más controversial de todos, Don Nicolás Valentín
Angarica Obba Tolá. El Reinado de las mujeres en la religión, fue relegado a funciones
secundarias dentro del cuarto de Santo, levantando toda una clase de mitos y leyendas,
que nada tenían que ver con la realidad.
Don Nicolás Angarica, fue el autor de un libro llamado Manual del Orihate Religión
Lucumí y en el trataba de institucionalizar el cargo de Ori Ate y despojaba de los trabajos
que le correspondían a los Babalawos. Luego de la muerte de Obadimeyi, de quien fuera
discípulo por tan solo un período de cuatro años, Don Nicolás se encargó de dejar por
escrito la tergiversación completa de lo que realmente era el Cuchillo del Santero o
Pinaldo, alegando razones poco creíbles, de que al recibir el “Caracol de Oggún” y el
cuchillo, el Iworo quedaba facultado a la inmolación de animales. Esto le ganó, las duras
críticas de profanador e inventor por parte de sus propios “Hermanos de religión”, que
no apadrinaban que quisiera utilizar el nombre del difunto Obadimeyi, para la
implantación de lo que a todas luces, era su propia invención, sobre todo por parte del
propio hijo del difunto Obadimeyi, Lamberto Samá, quien como hijo de Oggún y por
consiguiente Ashogún, si estaba facultado a la inmolación de animales.
Para encubrir este exabrupto, muchos descendientes de la Rama de Don Nicolás, han
llegado a decir que fue el único ahijado de Don Octavio Samá, Obadimeyi, que hasta su
muerte en 1944, siguió trabajando en conjunto con los más prestigiosos Babalawos de
la época (Bernardo Rojas, por ejemplo), según cuentan las historias que han sido
recogidas por investigadores de campo.
De hecho, el estudio de Don William Bascom, Sixteen Cowries: Yoruba Divination from
Africa to the New World y que trata sobre la Religión en Cuba y Nigeria, establecía que
Oggún no tenía caracol, ya que fue vedado del uso del mismo por el propio Obbatalá.
De hecho, este pasaje del libro de Bascom, nos muestra que Oggún ni Eggun usan el
caracol y que solo algunos Orishas fueron los que aprendieron su uso, gracias a la
intervención y persistencia de Ochún. Hasta la fecha, no se ha dado una justificación
razonable al atributo que llaman “Caracol de Oggún”, ya que como se dijo, este fue
inexistente en su lugar de origen.
Más aún, un estudio realizado por el Dr. Joseph Murphy, ofrece una narrativa de las
transmisiones culturales, que reflejan mucho del pensar popular (y académico) sobre el
importante papel del Oráculo de Ifá y el Babalawo, en el establecimiento de la religión
Lucumí en Cuba. El conocimiento de la cultura yoruba y el culto a los Orisha, dependía
del depositario más centralizado y portátil de la historia y cultura yoruba: Los Odu de Ifá.
Estos Odu estaban arraigados en la memoria Babalawos que, junto con campesinos y
realeza, fueron llevados en las bodegas de los barcos negreros. La Santería fue generada
de estos Odu y el Sacerdocio de Orunmila asumió la autoridad en un sistema
condensado de culto a los Orishas. Es a partir de Ifá, donde la estructura ceremonial de
la Santería descansa. (Murphy, 1981).
Claro que de estos tenemos muchos descendientes de prestigio, pero solo te pongo lo
más relevante, ya que un estudio de esta índole ocupa un solo libro por sí mismo y
todavía nos falta analizar a Doña Monserrate ‘‘Apóto’’ González (Obá Tero), la cual en
realidad es mucho más sencilla y fácil de trazar y con menos traslapes y fusiones dentro
de la misma.
Rama Egbadó
Como te dije en un principio, esta rama se mantuvo a partir de un gran cisma religioso
protagonizado por las más influyentes Iyalochas que existían en la Isla de Cuba.
Básicamente se dividieron en tres ramas a partir de la prestigiosa Doña Monserrate
‘‘Apóto’’ González (Obá Tero), quien consagró a tres de las más prominentes impulsoras
de esta Rama.
Doña Josefa “Pepa” Herrera Echu Bí, hija del prestigioso Babalawo y gran impulsor de Ifá
en Cuba, Don Remigio Herrera Adeshiná y quien fuera además el que introdujera a la
comunidad religiosa de Matanzas a Obatero. Doña Pepa Herrera, estableció su Cabildo
en la Comunidad de Regla en la Habana y se llamó Cabildo Yemayá. Doña Pepa fue muy
famosa por su dirección de las procesiones a la virgen de Regla, todos los siete de
septiembre. Vale la pena aclarar que Doña Susana Cantero dirigía otro Cabildo, llamado
de la misma forma.
Fue otra Ahijada que inició Doña Monserrate González Obatero y fue una de las más
prestigiosas Iyalochas que llegó a ser conocida como La Obispo de Matanzas.
El juego de cuatro Tambores de Olokun, se mantiene como mudo testigo de los bailes
realizados por el Babalawo Don Tata Gaitán a la deidad. Hoy estos tambores
lamentablemente no tocan, ya que los hijos de los mismos, los hemos perdido y más
nunca han vuelto a tocar. No tenemos tocadores Egbadó en la Isla de Cuba.
Otras Ramas
Claro que existen otras Ramas prestigiosas dentro de nuestras tradiciones y nos falta
tocar algunas otras como los Iyesha, o los Ara Takua, cuyos cultos se establecieron en
Matanzas y Palmira en Cuba. También nos hace falta nombrar muchos Olorishas de
grandes conocimientos y que han dado inicio a ramas más modernas, pero nuevamente
el espacio y tu cantidad de aburrimiento limitan este trabajo. Ramas como la de Doña
Francisca Entensa, Aratakuá, de la sociedad San Roque o Doña Guadalupe Estables de la
Sociedad El Cristo o Doña Felicia Fernández de la Sociedad Santa Bárbara, son nombres
que nos vienen a la mente, pero no tenemos espacio.
Como has podido ver, todas las ramas desde sus inicios han trabajado en conjunto con
los Babalawos y en su mayoría han sido mujeres. Es por ello que desde esta evidencia
histórica, podemos observar la gran tergiversación de atributos religiosos solo para
mantener ciertos Estatus Quo y así quitar lo que justificadamente pertenece a Ifá, sino
para mantener a las mujeres relegadas del cargo que HISTÓRICAMENTE les pertenece,
pero que ellos quieren mantener a toda costa y dejar a las mujeres colocando paños. De
hecho, no quieren revertir a lo que en Ocha legítimamente le pertenece solo a los hijos
de Oggún, tal como es el caso de los sacrificios, en caso de que no quieran trabajar con
Babalawos. Hasta eso, se quiere negar, solo para seguir INFLANDO su ego.
Por todo esto y otras cosas más, que están identificadas en el Corpus de Ifá, es que en la
Regla Ocha/Ifá no se acepta, ni la determinación de Ángel de la Guarda por Caracol (Osa
Iroso), ni los sacrificios animales por parte de los Olorishas (Oggunda Keté y otros),
aparte de otras peleas como la consagración de Ochún por un hijo de Changó y
viceversa (Obbara Ogbe), ya que todo esto está prohibido en el Corpus de Ifá, que a la
sazón, muchos de estos irrespetuosos, que tienen el descaro de decir que “adoran” a
Orunmila, sostienen que ha sido falsificado, cuando realmente más falsos son ellos, que
ejecutan por dinero y soberbia o por simple creación de divisionismos para ocultar sus
FRUSTRACIONES, algo que está prohibido dentro de nuestros dogmas y peor aún, que
estas prohibiciones tienen evidencias históricas, etnológicas y antropológicas que las
respaldan.
Creo que con esto, ya puedes ver la causa del conflicto. Cuando veas algo que no está
apegado a los dogmas establecidos en Ifá, Sin embargo, las ramas que permiten ciertos
tipos de consagraciones que a otros nos parecen extrañas, debes verlas con una
perspectiva más abierta, ya que si ves a alguien que viene de la Rama Los Trapitos y es
hija de Changó haciendo un Ochún, debes respetar sus procedimientos, porque
simplemente esa es su tradición. Si ves que alguien de la Rama los Millonarios, quiere
hacer lo mismo, entonces simplemente es un profanador de su propia tradición, que
obviamente no lo permitía, ni lo permite. Respeto es la clave, siempre y cuando sea una
tradición heredada y no un invento.
(1) Forma indirecta de consagración que se utiliza con ciertos Orishas, lo cual te
explicaré más adelante.
NUESTROS ANCESTROS SE HACEN PRESENTES, PARA DARLE A NUESTRA REVISTA EL
SENTIDO VERDADERO. HONRARLOS EN GRATITUD, EL ES CELEBRE BABALOSHA
APOLINAR GONZALEZ (OSHA WEYE) MEJOR CONOCIDO COMO “POLO ” LE
CONSAGRO OBBATALA SEGUN DATOS HISTORICOS QUE HEMOS PODIDO COTEJAR.
UNA OLOSHA QUE LLAMABAN AIDA LA SUAVE EN LA HABANA CUBA FUE FUNDADOR
DE LA RAMA DE LOS “CULOS VERDES ” Y FUE EL PADRINO DEL FAMOSO APWON Y
LAZARO ROSS ( OSHA NIWE) KINKAMSHE A ESTA GLORIA DE NUESTRA CULTURA QUE
ENGALANA CON SU PRESENCIA ESPIRITUAL Y FOTOGRAFICA NUESTRA TRIBUNA
HISTORICA IGBAE BAEN TONU BOGBO ARAONU