El Fluor
El Fluor
El Fluor
DIENTES
- Aumenta la resistencia del esmalte: Si se aplica flúor sobre los
dientes, éste reacciona con el calcio de los mismos, formando
fluoruro de calcio. En esta forma, el flúor reacciona con los cristales
del esmalte dentario (la hidroxiapatita), resultando un compuesto
que aumenta mucho la resistencia del esmalte.
También es muy útil en los adultos en los que hay pérdida de la encía por la edad o por la
existencia de enfermedad periodontal. En estos casos el flúor ayuda a prevenir o eliminar la
sensibilidad al frío y evita la aparición de caries en el cuello o en las raíces de los dientes.
Los preparados con flúor que aplica el odontólogo en la consulta pueden estar en forma de
geles, de barnices, o de soluciones (líquidos). Pero existen múltiples preparados de flúor que se
usan fuera del consultorio dental.
Un modo frecuente de usar el flúor es en solución para enjuagues (colutorios). Las soluciones
de mayor eficacia son las de Fluoruro sódico y existen dos modos básicos de usarlas:
- Fluoruro sódico al 0.2%, con el que se realizará un enjuague semanal. Esta forma se usa sobre
todo en programas de salud dental en colegios, asilos, etc.
- Fluoruro sódico al 0.05%, con el que se realizará un enjuague diario después del cepillado
antes de dormir. Esta forma se usa para la higiene dental domiciliaria.
Actualmente existen diversos preparados comerciales que incluyen el flúor en su fórmula. Así
encontramos dentífricos con flúor, flúor en pastillas o gotas y hasta chicles con flúor.
Por último, en algunas regiones se añade flúor al agua. Los niveles óptimos de flúor en el agua
son de 1 parte por millón (1 ppm), que equivale a 1 miligramo de ion flúor en 1 litro de agua.
En España existe un programa de fluoración del agua de bebida en algunas comunidades como
Andalucía y el País Vasco y en algunas ciudades como Gerona, Badajoz o la región de Lorca-
Letur en Murcia.
Fluorosis
La fluorosis se produce por una ingesta excesiva y prolongada de flúor, y produce alteraciones
óseas y dentarias.
Para minimizar el riesgo, la dosis a utilizar debe ser entre 0,05 y 0,07 mg. por kilogramo de
peso corporal y evaluar si se está recibiendo flúor por otras fuentes.
Puede existir una intoxicación aguda por ingestión accidental de insecticidas o raticidas con
sales de flúor que puede provocar la muerte.
Sin embargo, lo más frecuente es una intoxicación crónica con pequeñas cantidades de flúor,
que produce una fluorosis dental. Debido a este exceso de flúor, aparecen manchas en los
dientes.