Del Hombre Al Superhombre y Más Allá - Upasakatta
Del Hombre Al Superhombre y Más Allá - Upasakatta
Del Hombre Al Superhombre y Más Allá - Upasakatta
(Un discurso bajo los auspicios del Dona Alphina Ratnayake Lecture Trust, ofrecido en
la Universidad de Sri Lanka y administrada por el Public Trustee de Sri Lanka – 1987)
Una historia completa del devenir del superhombre se encuentra en las páginas de los
primeros textos Buddhistas llamados los Pali Nikayas. No tengo el motivo ulterior de
glorificar la escritura Buddhista al decir esto. Mi propósito es poner ante ustedes
algunos hechos hasta ahora desconocidos o ignorados, a partir de los cuales pueden
sacar sus propias conclusiones, como audiencia inteligente.
El primer asunto que deseo señalar ante ustedes es que el Buddha no se consideraba a sí
mismo como un ser humano, de hecho, negaba ser uno, de acuerdo a los Pali Nikayas.
Sé que estoy contradiciendo la opinión de muchos escritores modernos de Buddhismo,
que gustan de hacer del Buddha un ser humano u hombre. Sus esfuerzos pueden ser
bien intencionados pero los Nikayas no sustentan esa visión. El siguiente diálogo en el
Anguttara Nikaya deja este punto en claro.
El Brahmán Dona, notando las huellas inusuales del Buddha, puesto que no podrían ser
las huellas de un ser humano, interrogó al Buddha para descubrir su identidad.
” Brahmán, toda tendencia que haya, debido a la presencia de la cual, una persona
pueda ser identificada como un dios, demonio, espíritu o ser humano, todo eso ha sido
desarraigado en mí, cortado para no volver a surgir, como un muñón de palmera”
Pasajes entregando el mismo mensaje son abundantes en los Nikayas. Cuatro puntos
importantes han de ser notados en el pasaje anterior. Primero, aún físicamente el
Buddha presenta diferencias con los seres humanos ordinarios. Segundo, era diferente
en mente también. Tercero, negaba identificarse como un ser humano. Cuarto,
pertenecía a una categoría especial llamada ‘Despiertos’. Es necesario además notar que
no era de nacimiento un ‘Despierto’. Él ‘despertó’ a través de un proceso de evolución
de su conciencia. Este proceso de evolución no ocurrió inconscientemente como la
evolución biológica. La evolución de la conciencia es un proceso conciente. El
individuo participa activamente en ella.
Se dice que Asita estaba visitando el ‘mundo de los seres celestiales’ (deva loka) cuando
Siddhatta nació. Asita podía viajar en el espacio por medio de sus poderes psíquicos.
Así fue como visitó el mundo celestial en el espacio exterior. Se dice que Asita observó
conmoción en los seres celestiales y les preguntó de qué se trataba. Los devas le dijeron
que el futuro Buddha había nacido en la Tierra. Luego Asita fue por medio del poder
psíquico a verlo. Queda claro en esta historia que Asita era un ‘superhombre’.
Soy conciente, claro está, de que los eruditos modernos son bastante escépticos acerca
de la validez de tales historias y que las atribuyen a mitos. Esto es porque la idea de
‘superhombre’, como una realidad, no les es familiar. Pero una examinación cercana de
las enseñanzas de los Nikayas muestra que el Buddha no solo clama haber pasado más
allá del estado humano, sino que además enseña en detalle el cómo un hombre puede, a
través de sus esfuerzos concientes, pasar sobre el nivel humano y volverse un
‘superhombre’. De hecho, todo el mensaje del Buddha consiste en este evangelio de
evolución. El Buddhismo no es una religión de ‘fe y adoraciones’; es una técnica de
evolución conciente.
El propósito del Buddha era producir individuos extraordinarios (ariya puggala). Estos
individuos extraordinarios (ariya puggala), han evolucionado más allá del estado de
superhombre (uttari manussa). El superhombre es considerado en Buddhismo como
ordinario en entendimiento (puthujjana). ‘Superhombre’, como fue mencionado antes,
era un nivel ya logrado por el hombre cuando Siddhatta nació. Siddhatta evolucionó
más allá del estado de ‘superhombre’, al estado de ‘individuo extraordinario’ (ariya
puggala). El ‘superhombre’ tiene poderes psíquicos más allá de los del hombre
común, pero no está ‘despierto’ como el ‘individuo extraordinario’.
LA PERSPECTIVA BIOLÓGICA
La vida, es la conducta característica de una sustancia que fue formada desde materia
inanimada cuando ocurrió que coincidieron las condiciones correctas y los
constituyentes correctos en algún momento de la historia de este planeta. Esta sustancia
tenía la característica especial de ser capaz de reproducirse a sí misma. Aun cuando esta
sustancia, como cualquier otra, debía romperse y ser destruida algún día, tenía la
capacidad aparente de continuidad a través de un reemplazo continuo. En otras palabras,
pretendía volverse permanente en un mundo impermanente, aún cuando este intento era
un fracaso en realidad. Este fue el error original de la materia viviente. No hay un vivir
o un ser en realidad; solo hay un intento de vivir y de ser. No hay existencia; solo hay
una lucha por la existencia. No hay un sobrevivir tampoco para el más fuerte o el más
débil; solo hay un sobrevivir aparente. Lo que en realidad continuó, en últimas, fue solo
una lucha por la existencia y la supervivencia en realidad de nada.
Fue debido a esta lucha por la existencia y la supervivencia aparente del más fuerte, que
la evolución tomó a lugar. Aun cuando los organismos individuales no podrían
continuar por siempre, la materia viva continuó como especie a través del proceso de
reproducción. Especies enteras murieron a veces debido a condiciones desfavorables.
Los individuos que tenían la habilidad de adaptarse a nuevas condiciones, sobrevivieron
en diferentes ambientes. Por este proceso de adaptación a los medios las especies
evolucionaron. Las especies se volvieron más y más complejas como resultado.
Cuando la vida se volvió conciente, se hizo conciente de la lucha por la existencia. Esta
lucha es continuada ahora concientemente por el hombre. Temprano en la vida nos
volvemos concientes de un sí mismo, que constantemente tratamos de satisfacer y
preservar. En realidad, no existe un sí mismo o entidad que permanezca en esta siempre
cambiante actividad corporal o mental. No hay ‘ser’ o ‘existencia’, solo hay una lucha
por ‘ser’, solo una ‘lucha por existir’. Esta lucha es fútil porque existe la muerte.
Estamos concientes de que algún día moriremos. Luchamos por prevenir esta muerte, o
al menos, posponerla lo más que podamos. También buscamos placer y comodidad y
tratamos de evitar el dolor e incomodidad tanto como podamos. En otras palabras,
buscamos permanencia del placer. Nos dejamos llevar por nuestros impulsos. Incluso si
nuestra razón dice ‘no’, muy a menudo nos vemos actuando de acuerdo a nuestros
impulsos. Es difícil controlarnos a nosotros mismos. Por lo tanto, la vida conciente que
no está conciente de la verdad, está llena de ansiedad, preocupación, miedo y todas las
enfermedades mentales de la vida humana normal. Hacemos todo lo posible para
reducir la ansiedad de la vida, que es la ansiedad debida a la impermanencia.
De todos los animales, es el ser humano, debido a su cerebro más desarrollado, quien
pudo hacerse conciente del error cometido por la materia viviente desde el principio,
que fue el esfuerzo por ir en contra del principio natural de impermanencia. Es solo el
hombre también quien puede corregir este error. El hombre, dándose cuenta del error,
puede renunciar a la ilusión de la permanencia y detener la lucha por la existencia. Este
es el paso más grande que el hombre debe tomar en el proceso de la evolución. Este
proceso de evolución del hombre se llama ‘Despertar’.
Una vez que una persona haya llegado a este estado, ya no puede evolucionar más;
porque, no ‘existe’ como para evolucionar. Esta es la última etapa en la evolución.
Es por esto que la sociedad civilizada está plagada de neurosis, ansiedad, stress
problemático y otros problemas psicológicos y enfermedades psicosomáticas. El
hombre civilizado, aunque está cómodo físicamente, aún está incómodo por dentro. Por
lo tanto busca paz interna y tranquilidad. Se interesa en técnicas de manejo del stress, el
uso de drogas tranquilizantes, relajación progresiva, hipnosis, biofeedback y otros
métodos para encontrar paz interior. También se interesa en la psicoterapia moderna
como también en técnicas religiosas antiguas de meditación y misticismo.
2. El Sila (disciplina)
3. El Samadhi (tranquilidad)
4. El Pañña (entendimiento)
En el nivel saddha apreciamos lo que es bueno y verdadero. Esto puede ser expresado
en la forma de adoración de un ser perfecto, perfecto en bondad y sabiduría, cualquiera
sea el nombre con el que uno lo llame. La religión es practicada en este nivel en la
forma de devoción. Es el nivel devocional de práctica. En este nivel, el hombre se
orienta a buscar perfección interna. Comienza el viaje hacia la civilización.
Religión al nivel sila es donde uno comienza a practicar la buena vida, o buenos
principios de conducta, que son socialmente beneficiosos. Es en este nivel en el que uno
comienza a practicar mandamientos o preceptos. Este es el nivel de auto disciplina
donde uno comienza a controlar impulsos emocionales naturales y por lo tanto aprende
a controlar el en-sí-mism-amiento. En este nivel, por lo tanto, aprendemos a cultivar el
interés en otros o todos los seres. Es en este nivel en el que el hombre civilizado nace.
Este nivel sila de práctica religiosa produce al hombre civilizado.
El tercer nivel samadhi es el nivel de renuncia y meditación. En este nivel uno abandona
todo propósito mundano, placeres sensoriales y posesiones y se vuelve a la meditación.
Este puede llamarse también el nivel místico. La mayoría de los místicos descritos en
varias religiones, caen en esta categoría de práctica. En Buddhismo este nivel se llama
el nivel samadhi. Todos los jhanas y samadhis son practicados en este nivel. En este
nivel uno comienza a experimentar paz interior y felicidad superior a la de la excitación
producida por los placeres sensoriales. En este nivel uno también comienza a
experimentar poderes psíquicos por los cuales la mente tiene control sobre la materia.
Más aún, los sentidos se vuelven más agudos, y el cerebro más eficiente. Este es el nivel
en el cual el hombre se vuelve ‘superhombre’ (uttari-manussa)
Estos cuatro niveles evolutivos de la religión son niveles por los que todo individuo
debe pasar durante el curso de la evolución humana. Esta evolución es una evolución de
la conciencia o una madurez de la conciencia. Religión vista de esta manera, se trata de
los individuos, no de organizaciones o Iglesias. Cuando un individuo evoluciona de un
nivel al otro las visiones y estilos de vida cambian. Las religiones organizadas tienden a
prevenir dicho cambio y por lo tanto obstruyen el proceso evolutivo. La religión que
prefiero y que llamo religión natural, es un proceso de crecimiento. Podría también
llamarse una técnica de crecimiento por la cual un individuo conscientemente
evoluciona desde un nivel inferior a uno superior de conciencia.
Los poderes psíquicos poseídos por el superhombre son descritos en los Nikayas y se
les llama los cinco super saberes (panca abhinna). Los niveles de paz interior
experimentados por el superhombre son también descritos en los Nikayas. Se les llama
los Ocho Logros del Equilibrio (attha samapatti). Estos cinco super saberes juntos con
los ocho logros del equilibrio son considerados experiencias super humanas (uttari
mannusa dhamma) por el Buddha. Por lo tanto alguien que haya evolucionado a este
nivel de experiencia es verdaderamente un super-hombre de acuerdo a la enseñanza del
Buddha. Incluso los pensadores modernos estarían de acuerdo con que si una persona
poseyera dichos poderes debiese ser sin duda super humano. Se debe a que no creen que
los seres humanos puedan poseer dichos poderes que prefieren considerarlos como
mitos en vez de hechos. Han, sin embargo, ignorado la posibilidad del ‘superhombre’.
No pueden negar el hecho de que estas historias acerca del superhombre no son solo
historias. Son una descripción de los resultados de la práctica de una técnica de
evolución conciente que puede ser probada por cualquiera que tenga el coraje de
intentar el experimento.
3. uno que está en camino del nivel de una vez retornado (sakadagami magga)
4. La comprensión del camino que lleva al cese de la ansiedad (dukkha nirodha gamini
patipada ñana)
Esta comprensión cuádruple es vista por el Buddha, como superior a los poderes
psíquicos y a los estados de paz experimentados por el superhombre. Esto es porque
esta comprensión resulta en la solución del problema de la vida, y el final del proceso
evolutivo. Es por lo tanto el punto último en la evolución del hombre. Esta
comprensión, sin embargo, no es la comprensión de un concepto sino la libertad de todo
concepto, aunque no es una ausencia de conceptos tampoco. Es una conciencia directa
de la experiencia. “Es el ver la experiencia con sus partes constituyentes y ver cómo las
partes de la experiencia surgen y cesan momento a momento”, en palabras del Buddha.
El Despierto ya no existe más, aun cuando su cuerpo puede ser observado. Por lo tanto
el Despierto es libre de la muerte. No puede morir, porque no existe. La muerte del
cuerpo no es su muerte.
Este cesar de la existencia se llama ‘Bhava nirodha’ o ‘Nibbana’. Este es el último nivel
en la evolución de la conciencia ya que en este punto la conciencia cesa. Este hecho es
explicado en el siguiente verso del Kevatta Sutta:
En esta conciencia del Despierto donde la conciencia ordinaria cesa, toda existencia
cesa.
Una vez que la importancia de la evolución haya sido reconocida y la posibilidad de que
el hombre evolucione haya sido aceptada, y el método de evolución haya sido
entendido, el siguiente paso es hacer el esfuerzo por seguir evolucionando.
Una vez estaba yo viajando en tren desde Washington DC a New York. En el camino vi
un gran cartel en una estación. Contenía una foto de un gran chimpancé. Bajo la foto
había una línea que decía: ‘Sigue Evolucionando’.
Este debiese ser el motto de todos. Este es mi mensaje para ustedes también: ‘sigue
evolucionando’. Si siguen este consejo, no habrá duda acerca de la posibilidad de que
evolucionarán no solo al nivel de ‘superhombre’ sino también al de ‘Individuo Extra
Ordinario’.
…
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