El Arca
El Arca
El Arca
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DEDICADO A
POR
FECHA
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Capítulo I
Agradecimiento
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El Arca del Pacto
ÍNDICE
Prólogo
Pastor Gregorio Cruz
Agradecimiento ............................................................................................5
Prólogo ...........................................................................................................7
Introducción ..................................................................................................9
Capítulo siete...................................................................................................
El Arca en la Casa de Obed-Edom .......................................................... 57
Capítulo nueve................................................................................................
El Arca de Dios en tu Casa .......................................................................71
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Prólogo
El Arca del Pacto, uno de los varios nombres que le dieron a este cofre
sagrado, ordenado por instrucciones dadas por el Señor Dios Jehová,
era un símbolo de la presencia de Dios (no de un dios), es por eso que
un símbolo muestra una enseñanza, no una realidad.
Por tal motivo, el autor de este libro recopila y describe cada parte
de la que se compone el Arca. Dawin Perdomo, evangelista y maestro,
siempre apasionado por este tema, hoy nos presenta con sencillez
y profundas enseñanzas para todos los lectores, el no dejar que la
presencia de Dios que represente el Arca se mude de nuestra vida a
causa de nuestro mal carácter, enseñándonos que somos capaces de
dominar nuestra naturaleza carnal y pecaminosa siguiendo el modelo
de nuestro Señor Jesucristo.
Su contenido nos insta a dejarnos moldear por Dios, brillar, ser fuerte
como el oro, crecer como la acacia en medio del desierto, e incluso así
emanar aromas agradables permitiendo que tu perfume atraiga la
presencia de Dios a tu vida.
Pastor
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Introducción
Hablar del Arca del Pacto, Arca de la Alianza o Arca del Testimonio,
como es llamada bíblicamente, junto a otros nombres como Arca del
Convenio o Arca de Yahveh, conlleva una gran responsabilidad, pues
es hablar de la presencia misma de nuestro Elohim.
Así pues, descubrimos que uno de los requisitos que exigía el poseer
el Arca era que al representar la presencia de Dios, debía tratársele con el
más grande respeto, con la mayor reverencia y la más alta consideración,
como en su caso lo hacía Moisés, quien entregaba el señorío del pueblo a
Dios, y cada vez que el pueblo caminaba junto al Arca hacia determinado
lugar, pronunciaba alabanzas diciendo: “Levántate, oh Jehová, y sean
dispersados tus enemigos y huyan de tu presencia los que te aborrecen”.
Y cuando el Arca se detenía, decía: “Vuelve, oh Jehová, a los millares
de millares de Israel (Números 10:35-36).
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Dawin Perdomo Rodríguez
Continuando con los detalles y las partes que formaban el Arca,
podemos observar que el Propiciatorio del Arca del Pacto, el cual era la
tapa o cubierta donde se encontraban los dos querubines, también nos
remite al Señor Jesús, quien es nuestro Propiciatorio, porque su sacrificio
de amor en la cruz cubre o tapa la Ley de Dios con su misericordia,
haciendo real el hecho que al creer o tener fe en Cristo Jesús, somos
reconciliados con Dios, transformando el trono de juicio en un trono
de gracia por su sangre expiatoria rociada para el perdón de nuestros
pecados.
Así las cosas, una vez que Jesús resucitó, rasgó el velo entre el lugar
santo y el lugar Santísimo del Tabernáculo, y nos dió acceso libre a
la presencia de Dios, presencia que debemos anhelar, buscar, traer a
nuestra vida y a nuestra casa, cuidando que la misma no nos visite sino
que se quede con nosotros, convirtiéndonos en el Arca que cumpla a
cabalidad las cualidades que Dios exige para permanecer en nosotros
manifestando sus virtudes y haciendo su voluntad.
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CAPITULO I
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Capítulo I
Harás un Arca
“Harán también un Arca de madera de acacia cuya longitud será
de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, su altura de
codo y medio, y la recubrirás de oro por dentro y por fuera, y harás
sobre ella una moldura de oro alrededor”.
Éxodo 25:10-11
J
ehová ordenó a Moisés hacerle un santuario, con el propósito de
que pudiera habitar en medio de ellos, en medio de su pueblo.
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El Arca del Pacto
A pesar de ese anhelo de Dios, el de estar con sus hijos, también
nosotros —sus hijos— debemos ser idóneos para recibir su presencia,
y tal como le ordenó a Moisés, ser de dimensiones y materia prima
específica si anhelamos su presencia, su unción, su gloria, debemos
tener cualidades y virtudes desarrolladas que ya Él puso en nosotros,
pero que a veces nosotros mismos desconocemos que las tenemos;
debemos conocer nuestra identidad en Cristo para conocer nuestra
misión y valor, no dejarnos influenciar por los diseños tergiversados
del enemigo y los paradigmas del mundo que más bien alejan su
presencia de nosotros. Veamos que ya nuestro Padre envió a Jesús
como el prototipo que debemos alcanzar e imitar, siendo luz, siendo
justos, íntegros, misericordiosos, y mostrando la naturaleza de Dios
que es el amor, de manera que seamos vasijas capaces de contener su
luz para iluminar y sostener el mundo.
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Dawin Perdomo Rodríguez
portar su presencia, y nos referimos específicamente en este capítulo
a la madera de acacia y el oro.
Éxodo 25:17-22
C
uando observamos el Arca del Pacto o Arca del Testimonio,
podemos ver que tenía encima una tapa cuadrada de oro,
exactamente esa tapa es lo que se llama el Propiciatorio, era lo
que servía como la cubierta del Arca del Pacto —en hebreo su nombre es
kapporeth (que significa cubrir, hacer expiación y traer reconciliación)—.
Es decir, el Propiciatorio evoca el lugar y el acto mediante el cual el
sacrificio expiatorio hacía que Dios fuera propicio al pecador.
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El Arca del Pacto
La propiciación de los pecados indicaba que estos eran cubiertos,
lo que sucedía era que Aarón, el sacerdote, representando al pueblo
ante Dios, acudía con la sangre que había llevado allí el gran día de
la expiación (Levítico 16:1415). La sangre era imprescindible para la
expiación, y al ser vertida o rociada en el Propiciatorio, cumplía la
función de satisfacer la justicia de Dios y purgar, lavar los pecados del
pueblo.
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Dawin Perdomo Rodríguez
Si los sacrificios hubieran podido limpiar por completo, entonces
habrían dejado de ofrecerlos porque los adoradores se habrían purificado
una sola vez y para siempre, y habrían desaparecido los sentimientos
de culpa.
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El Arca del Pacto
santo, el lugar santísimo, que no es ni más ni menos, lo que llamamos
cuerpo, alma y espíritu, que conforman todo nuestro ser.
Deja que el Señor cumpla su proposito en ti, eres obra de sus manos.
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CAPITULO III
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Capítulo III
Los querubines
del Arca
“Harás también dos querubines de oro modelado a martillo, los harás en
los dos extremos del Propiciatorio”.
Éxodo 25:18
P
ara adentrarnos en el tema de los querubines, déjeme
introducirlo en el conocimiento del Ministerio angelical o de
la Angeología, que es una rama de la Teología Sistemática, la
cual nos enseña acerca de las manifestaciones de Dios a través de los
seres angelicales.
Los seres angelicales o ángeles son los mensajeros de Dios, son los que
transmiten mensajes divinos, no tienen voluntad propia, ellos no pueden
elegir qué hacer, qué no hacer, cómo hacerlo, sino que simplemente
obedecen a cabalidad únicamente lo que se les manda a hacer. Los
ángeles no tienen libre albedrio como el hombre.
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CAPITULO IV
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Capítulo IV
Contenido
del Arca
“El cual tenía el altar de oro del incienso y el Arca del Pacto cubierta toda de
oro, en la cual había una urna de oro que contenía el maná y la vara de Aarón
que retoñó y las tablas del pacto”.
Hebreos 9:4
Y dijo Moisés a Aarón: “Toma una vasija y pon en ella un gomer de maná,
y ponlo delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros descendientes.
Y Aarón lo puso delante del Testimonio para guardarlo, como Jehová lo mandó
a Moisés” (Éxodo 16:33-34).
El Maná
¿Por qué guardar alimento en el Arca del Encuentro?
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El Arca del Pacto
Maná fue el nombre que el pueblo le dio porque era como semilla
de culantro (cilantro), de color blanco con sabor a hojuelas con miel,
el cual debían recoger cada mañana según lo que habrían de comer,
pues duraba solamente un día o dos. Pero al tratarse del sexto día,
recogían una doble porción para el día de reposo, pues solamente ese
día aguantaba el mana sin heder ni agusanarse como nos relata el
siguiente texto:
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Dawin Perdomo Rodríguez
Este alimento —maná o pan del cielo— era un simbolismo de lo que
hoy representa nuestro Señor Jesucristo para nosotros: “Yo soy el pan vivo
que descendió del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan
que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida” (Juan 6:51).
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El Arca del Pacto
primeras. Después, subí al monte con las dos tablas en mi mano. Y él
escribió en las tablas lo mismo que estaba escrito en las primeras: los
diez mandamientos que el Señor les había hablado en el monte, de en
medio del fuego, el día de la asamblea. Luego, el Señor me las dio. Di
vuelta y descendí del monte, y puse las tablas en el Arca que había
hecho. Allí están, como el Señor me mandó”. Deuteronomio 10: 1-5.
Dios, quien es amor, quiere que nos amemos unos a otros y que
andemos en sus mandamientos, y el mandamiento es que andemos en
amor, como dice las escrituras en la primera epístola de Juan 3:23-24:
“Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su hijo Jesucristo y
nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado”. Y el que guarda sus
mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que
Él permanece en nosotros por el espíritu que nos ha dado.
Ninguna otra cosa nos dara mayor libertad que el vivir sometidos
a su palabra, nada le dara mayor sentido y valor a nuestra vida que el
hacer la voluntad de Dios, cumplir con la asignación a la que fuimos
enviados a esta tierra y como conoceremos esa voluntad? Inquiriendo
en las escrituras, alli encontraremos los pensamientos de nuestro Señor,
sus deseos, sus anhelos, sus planes desde la eternidad para este mundo
y para cada uno de nosotros.
“Y florecerá la vara del varón que yo escoja y haré cesar de delante de mí las
quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros. Y Moisés habló
a los hijos de Israel, y todos los príncipes de ellos le dieron varas, cada príncipe
por las casas de sus padres una vara, en total doce varas, y la vara de Aarón
estaba entre las varas de ellos. Y Moisés puso las varas delante de Jehová en
el Tabernáculo del testimonio. Y aconteció que al día siguiente vino Moisés al
Tabernáculo del testimonio y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Levi
había reverdecido, echado flores, arrojado renuevos y producido almendras.
Entonces, Moisés sacó todas las varas delante de Jehová a los hijos de Israel y
ellos lo vieron y tomaron cada uno su vara. Y Jehová dijo a Moisés: «Vuelve la
vara de Aarón delante del testimonio para que se guarde por señal a los hijos
rebeldes, y harás cesar sus quejas delante de mí para que no mueran», e hizo
Moisés como le mandó Jehová, así lo hizo”.
El Arca del Testimonio, donde Moisés llevó las doce varas, era
la misma presencia de Dios en el Tabernáculo. ¿Y por qué lleva las
varas con el nombre? Lleva las varas con nombre porque si no iban
identificadas, todos iban a querer la vara que había reverdecido.
Para que una vara pueda reverdecer, es necesario que esté sembrada,
que se encuentre dentro de la tierra recibiendo sus nutrientes, agua,
sol, abono y cuidado especial por mucho tiempo, pero en el caso del
almendro, necesita entre cinco y diez años para poder crecer, producir
flores, manojos y frutos. Sin embargo, en la presencia de Dios, una sola
noche fue suficiente para que una vara seca reverdeciera, diera renuevos
y produjera los frutos que debió haber producido en diez años.
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El Arca del Pacto
Fueron presentadas doce varas a la presencia de Dios, pero solo la
vara de Aarón reverdeció; las once varas restantes no reverdecieron, no
dieron retoños ni flores ni frutos, porque en sus príncipes y tribus había
queja y murmuración. Dios estaba viendo el corazón de los dueños de
las varas y de la gente que representaban, mientras que en el corazón
de Aarón y su pueblo había alabanza, adoración y obediencia.
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Dawin Perdomo Rodríguez
Es imposible que florezcas, si no estás en la presencia de Dios.
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CAPITULO V
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Capítulo V
El Arca en la casa
de Abinadab
V
inieron los de Quiriat-Jearim y llevaron el Arca de Jehová,
y la pusieron en casa de Abinadab, situada en el collado; y
santificaron a Eleazar, su hijo, para que guardase el Arca de
Jehová. Desde el día que llegó el Arca a Quiriat-Jearim pasaron muchos
días, veinte años, y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová.
Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro
corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de
entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y solo a él servid,
y os librará de la mano de los filisteos. Entonces, los hijos de Israel
quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron solo a Jehová. Y Samuel
dijo: Reunid a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros a Jehová.
Y se reunieron en Mizpa, y sacaron agua, y la derramaron delante
de Jehová, y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra Jehová hemos
pecado. Y juzgó Samuel a los hijos de Israel en Mizpa. Cuando oyeron
los filisteos que los hijos de Israel estaban reunidos en Mizpa, subieron
los príncipes de los filisteos contra Israel; y al oír esto los hijos de Israel,
tuvieron temor de los filisteos. Entonces dijeron los hijos de Israel a
Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para
que nos guarde de la mano de los filisteos. Y Samuel tomó un cordero
de leche y lo sacrificó entero en holocausto a Jehová; y clamó Samuel
a Jehová por Israel, y Jehová le oyó. Y aconteció que mientras Samuel
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El Arca del Pacto
sacrificaba el holocausto, los filisteos llegaron para pelear con los hijos
de Israel. Mas Jehová tronó aquel día con gran estruendo sobre los
filisteos, los atemorizó, fueron vencidos delante de Israel. Y saliendo
los hijos de Israel de Mizpa, siguieron a los filisteos, hiriéndolos hasta
abajo de Bet-Car. Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa
y Sen, y le puso por nombre EbenEzer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó
Jehová. Así fueron sometidos los filisteos, y no volvieron más a entrar
en el territorio de Israel; y la mano de Jehová estuvo contra los filisteos
todos los días de Samuel. Y fueron restituidas a los hijos de Israel las
ciudades que los filisteos habían tomado a los israelitas, desde Ecrón
hasta Gat; e Israel libró su territorio de mano de los filisteos. Y hubo paz
entre Israel y el amorreo. Y juzgó Samuel a Israel todo el tiempo que
vivió. Y todos los años iba y daba vuelta a Bet-El, a Gilgal y a Mizpa, y
juzgaba a Israel en todos estos lugares. Después, volvía a Ramá, porque
allí estaba su casa, allí juzgaba a Israel; y edificó allí un altar a Jehová”.
2 Samuel 7:1-17
Después que el Arca estuvo siete meses con los filisteos, estos la
devolvieron porque produjo estragos en medio de ellos. Luego tuvo
como locación la casa de Abinadab —que era un levita—.
¿Pero qué fue lo que sucedió si sabemos que donde llega la presencia
de Dios, donde llega el Arca hay bendición, hay prosperidad, hay
sanidad, todo es restaurado, todo lo que estaba muerto recibe vida?
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Dawin Perdomo Rodríguez
A lo largo de veinte años, la casa de Abinadab se habituó a tener el
Arca, viéndola todos los días; se familiarizaron con ella, los hijos de
Abinadab, quienes al tiempo de haber sido llevada el Arca a su casa,
eran unos niños, crecieron viendo el Arca en su casa, estaban demasiado
acostumbrados a ver el Arca de cerca. Era muy común para ellos, todos
los días veían «ese mueble», y aunque muy probablemente les dijeron
que no podían tocarla ni destaparla para ver su interior (ya que había
una orden expresa de Dios de que solo el sacerdote debía tocarla), ellos
no consideraron eso o lo olvidaron, pues habían perdido reverencia;
para ellos era un objeto más en su casa.
La familiarización no es solo acostumbrarse a las cosas buenas o
importantes, es también no percibirlas y no valorarlas; cuando estás muy
familiarizado con algo, dejas de asignarle el valor que le corresponde,
lo ignoras, todo se hace tan común a tu alrededor que no percibes
cuan bendecido o privilegiado eres por las cosas o personas que te
rodean. Incluso puedes acostumbrarte a la unción, a la presencia, a la
palabra de Dios; por poner un ejemplo: al inicio de la vida cristiana,
cada alabanza o adoración, cada mensaje, cada manifestación de Dios
te hacía vibrar; sin embargo, de un tiempo para acá ya no sientes nada,
¿por qué? Porque te familiarizaste. En este sentido, no debes confundir
lo que es la familiaridad con lo que es la intimidad, porque la intimidad
significa relación, amistad, reverencia, respeto, honra, adoración, y esta
intimidad fue lo que faltó en la casa de Abinadab.
La familiaridad produjo incredulidad en la casa de Abinadab, ellos
ya no creían en el poder del Arca, y donde no hay fe no puede haber
transformación, no puede haber milagros.
Igualmente pasó con Jesús, quien no pudo hacer muchos milagros
en el lugar donde creció debido a la incredulidad de sus conocidos,
no creyeron en Él porque lo conocían, porque lo vieron crecer, porque
conocían a sus padres, a sus hermanos, y porque estaban con Él todo
el tiempo.
Este ingrediente de familiaridad es tan dañino que provocó que
la casa de Abinadab perdiera la alegría, la novedad, el asombro, la
satisfacción de tener el Arca en casa, de tener la presencia de Dios en
medio de su familia. En consecuencia, al perder la alegría de haber sido
elegidos para tener el Arca, también llegó la falta de agradecimiento, y
donde no hay gratitud, no hay bendición.
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El Arca del Pacto
Actualmente, debemos valorar y agradecer cada bendición que Dios
nos da, no familiarizarnos con las manifestaciones del Espiritu Santo,
con los pastores, con los líderes, con la palabra, sino ser agradecidos
por la gracia derramada, agradecidos de todo cuanto tenemos, pues
gozarnos con lo que ahora tenemos es la puerta hacia la abundancia y
el agradecimiento es la puerta hacia la bendición.
No bastara con que tengas una biblia en tu casa, que tengas una
iglesia, que tengas un pastor, lo que te traera la bendición es el trato, la
honra que le des a la presencia de Dios.
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CAPITULO VI
50
Capítulo VI
La Muerte de Uza
P
usieron el Arca de Dios sobre un carro nuevo, la llevaron de la
casa de Abinadab, que estaba en el collado; Uza y Ahio, hijos
de Abinadab, guiaban el carro nuevo. Y cuando lo llevaban de
la casa de Abinadab, que estaba en el collado, con el Arca de Dios, Ahio
iba delante del Arca. David y toda la casa de Israel danzaban delante de
Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya: con arpas,
salterios, panderos, flautas y címbalos. Cuando llegaron a la era de
Nacón, Uza extendió su mano al Arca de Dios y la sostuvo porque los
bueyes tropezaban. El furor de Jehová se encendió contra Uza, lo hirió
allí Dios por aquella temeridad, cayó allí muerto junto al Arca de Dios.
David se entristeció por haber herido a Jehová y Uza, aquel lugar fue
llamado Pérez-Uza, hasta hoy. Y temiendo David a Jehová aquel día,
dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el Arca de Jehová? De modo que David
no quiso traer para sí el Arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo
llevar David a casa de Obed-Edom geteo”.
2 Samuel 6:3-10
Como mencioné en el capítulo anterior, Uza era uno de los hijos
de Abinadab, quien había crecido observando el Arca del Pacto en su
casa. Él conocía la instrucción dada por Dios de no tocar el Arca porque
era considerada una temeridad. Además, el Arca solo podían tocarla
51
El Arca del Pacto
y transportarla los ungidos de Dios, los sacerdotes, los consagrados a
Dios y sobre sus hombros;
Otro aspecto que podemos analizar es que Uza iba haciendo una
tarea que no le correspondía, pues el transportar y cuidar el Arca era
una labor encomendada por Dios a los sacerdotes, hombres maduros,
ungidos, que ya habían cumplido con ciertos requisitos, entre ellos
la consagración, la santidad, y no era una labor encomendada a un
muchacho inmaduro e irreverente al Arca del Pacto que no la respetó
durante veinte años que estuvo en el interior de su casa, pero quiso
mostrar interés en público.
52
Dawin Perdomo Rodríguez
Si no pasamos tiempo con la presencia en lo secreto de nuestra
morada, no queramos aparentar que tenemos relación con la presencia
frente a la gente; si no oramos en nuestra morada, no pretendamos
venir a orar en el pulpito de la iglesia solo para que nos vean porque
desagradamos a Dios, desobedecemos su mandato de orar en todo
tiempo, de tener intimidad, de orar en lo secreto para que Él se manifieste
en público.
Hoy en día es necesario que nuestros ojos sean abiertos para ver tanta
bendición en medio de nosotros, debemos ver que somos privilegiados
al tener la presencia de Dios con nocotros, tener autoridades espirituales
que nos respalden, nos corrijan, tener una familia espiritual a la cual
amar y servir, debemos abrir nuestros ojos para ver que lo que nos
parece tan común a nuestro alrededor es solo la expresión de su gracia,
lo cual debemos valorar y agradecer; mira la iglesia, mira tus hijos, tus
53
El Arca del Pacto
padres, tu esposo, esposa, tu llamado, quizás ya no le das el valor que
corresponde porque te has familiarizado, porque lo ves como algo
común que es parte de ti, parte de tu vida; a lo mejor te has familiarizado
con tus pastores, con la palabra, con tus dones, con los milagros y ya
nada te sorprende, ya no eres un expectante de las manifestaciones
de Dios.
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CAPITULO VII
El Arca del Pacto
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Capítulo VII
El Arca en la casa
de Obed-Edom
“Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel
lugar Pérez-Uza, hasta hoy. Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo
ha de venir a mí el Arca de Jehová? De modo que David no quiso traer para
sí el Arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo llevar David a casa de
Obed- Edom geteo. Y estuvo el Arca de Jehová en casa de Obed-Edom geteo
tres meses; y bendijo Jehová a Obed-Edom y a toda su casa”.
2 Samuel 6:8-11
S
iendo ya David rey de Israel, observó que tenia reinos, territorio,
mujeres, ejercitos, poder pero que le faltaba el Arca del Pacto,
no tenia plenitud porque la presencia de Dios no estaba en la
ciudad de David, entonces decidio ir por el Arca a la casa de Abinadab.
Este hombre supo que cuando se sirve a Dios con devoción y temor
reverente, nos bendice. De esta manera, Obed-Edom fue un ejemplo
para todo el pueblo de Israel y en especial para el rey David, ya que
luego de recibir la noticia de las bendiciónes que le estaban llegando
a Obed-Edom y a toda su familia, sintió gozo en su corazón, decidió
volver a esforzarse por trasladar el Arca hasta Jerusalén. Es así como por
medio de su ejemplo, Obed-Edom llamó al rey David al arrepentimiento
y a cumplir con las instrucciones dadas por Dios respecto del Arca.
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CAPITULOVIII
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Capítulo VIII
Que no te roben
el Arca
“Cuando los filisteos capturaron el Arca de Dios, la llevaron
desde Eben-Ezer a Asdod”.
1 Samuel 5:1
L
o más valioso que Israel tenía había sido robado, la presencia
misma del Altísimo fue robada del campamento de los
israelitas.
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CAPITULO IX
70
Capítulo IX
El Arca de Dios
en tu casa
P
ara que la presencia de Dios more en nuestra casa, debemos ser
imitadores de Obed-Edom y tomar la decisión de dejarla entrar,
limpiar, ordenar nuestra casa, debemos valorarla, agradecerla
y honrarla.
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Dawin Perdomo Rodríguez
insatisfechos porque lo único que puede llenarlo todo es la presencia
de Dios.
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