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Psicología

de la
experiencia religiosa
CONTENIDO
CAPÍTULO 1: PSICOLOGÍA Y RELIGIÓN
1. ¿Qué es Psicología?
2. Desarrollo histórico de la Psicología Moderna
a) Estructuralismo
b) Funcionalismo
c) Conductismo
d) Psicología de la Gestalt
e) Reflexología
f) Psicología Dinámica
3. ¿Qué es Religión?
4. Lo que los psicólogos dicen de la Religión
5. Lo que algunos religiosos dicen de la Psicología
a) El psicoanálisis es una forma de escapismo
b) El psicoanálisis no libera plenamente del sentimiento de culpa por los pecados
c) El psicoanálisis favorece la promiscuidad sexual y exhorta a no sentir sentimientos de culpa al
respecto.
d) El cristiano tiene que escoger entre el Evangelio y la Psicología
6. Apertura al diálogo
7. ¿Es posible una Psicología de la Experiencia Religiosa? –
a) El enfoque psicológico
b) El enfoque teológico
c) El enfoque psico–teológico
CAPÍTULO II: LO RELIGIOSO EN EL HOMBRE
1. El hombre desde el punto de vista filosófico
2. El hombre desde el punto de vista bíblico–teológico
3. El hombre como Gestalt Viviente en proceso de integración
4. El proceso de integración de la Gestalt y su necesidad de creer
a) El proceso en la descripción bíblica
b) La necesidad de creer
5. El por qué del ateísmo
a) El desarrollo de la ciencia y la tecnología
b) Tensión en la relación padre–hijo
c) Desilusión
d) Sustitución de la fe por un ídolo
e) Gratificación del yo
f) Proyección
g) Racionalización
h) Regresión
i) Educación
j) Resentimiento
CAPÍTULO III: LA CONVERSIÓN
1. Definición
2. Teología de la conversión
a) Estancamiento espiritual
b) Idolatría
3. Historia de casos
a) Pablo de Tarso
b) Juan Wesley
c) Gerardo Rivero
4. Psico–teología de la Conversión
a) Lo religioso en el hombre
b) El encuentro con Dios
CAPITULO IV: LA ORACIÓN
1. ¿Qué es la oración?
2. ¿Por qué orar?
3. La dimensión psicológica de la oración
a) Confesión de pecado y seguridad del perdón
b) integración de la personalidad
e) Dedicación y decisión
d) Renovación interior
4. ¿Cómo orar?
5. La oración y el inconsciente
CAPITULO V: LA DUDA
1. La duda en la Biblia
2. La duda como problema psicológico
3. Duda existencial y duda neurótica
4. ¿Qué hacer con nuestras dudas?
CAPÍTULO VI: LA VIDA EN CRISTO ES VIDA EN COMUNIDAD
1. Definiciones
2. La Anaquefalaiosis en Cristo en la Iglesia
a) Nuestra división actual
b) Interpretación bíblico–teológica de nuestra división actual
c) Reflexiones
1) La adolescencia de la Iglesia
2) Los extremos se tocan
3) La tarea pontifical
3. La Iglesia: Comunidad redentora y terapéutica
CAPÍTULO VII: CONCLUSIONES Y REFLEXIONES
a) Conclusiones
b) Reflexiones
1) Sobre el pecado
2) Sobre el evangelista
3) Sobre la evangelización
4) Reflexiones personales
Glosario
Índice de términos griegos
Índice de términos latinos
INTRODUCCIÓN
Este es el tomo II de una obra planeada en tres volúmenes, que tiene como propósito poner en las
manos de los cristianos las armas indispensables para el autoconocimiento, la comprensión del prójimo
y, fundamentalmente, para la comunicación del Evangelio de Jesucristo al hombre conflictuado de
nuestro siglo. Esta obra se compone de:
Tomo I “Psicología Pastoral para todos los cristianos”
Tomo II “Psicología de la experiencia religiosa”
Tomo III “La Comunicación del Evangelio en el Mundo Actual”
Este segundo volumen trata de interpretar, teológica y psicológicamente, al hombre en su
crecimiento espiritual hacia la culminación de lo humano, tal como se nos ha dado en forma arquetípica
en Jesucristo. Tanto en la experiencia individual, como en la experiencia comunitaria encontramos un
proceso dialéctico en que elementos positivos y constructivos luchan contra elementos negativos que,
contribuyen al fortalecimiento por medio de la lucha. Luego los elementos que llamamos "negativos"
también serían "positivos" por cuanto contribuyen al fortalecimiento de lo que llamamos "positivo", en
su lucha con lo "negativo". La cautividad babilónica es "negativa", por cuanto el pueblo de Dios sufrió
pero al mismo tiempo es positiva por cuanto corrigió el rumbo de la fe del pueblo. La cautividad
babilónica fue un mal dialécticamente necesario. La muerte de Jesucristo es un hecho “negativo", por
lo que significó de sufrimiento para nuestro Señor, pero es positiva en el sentido de que hace posible su
resurrección y la redención de la humanidad. En lo personal podríamos hablar de la duda como un
elemento "negativo", pero ésta puede contribuir a la fundamentación de una fe madura sobre bases
sólidas. Aunque es preciso distinguir la duda neurótica de la duda existencial. La primera suele ser
perniciosa. Afirmamos que la historia de la salvación, tanto a nivel individual como cósmico, es lineal,
es decir, tiene una meta hacia la cual se dirige, pero al mismo tiempo es dialéctica en sí misma. Hay un
movimiento circular que se proyecta en forma lineal. Como nuestro planeta que gira alrededor del sol,
pero se mueve junto con todo el sistema solar al parecer en forma lineal.
La comprensión psico–teológica de los rápidos cambios en que nos ha tocado vivir, nos ayuda en la
definición de los métodos para la comunicación del Evangelio. Este tema lo desarrollaremos en el tomo
III de esta obra.
Ahora entregamos este segundo tomo al amable lector, con la esperanza de que le sea de ayuda,
orientación y bendición.
Buenos Aires, 10 de octubre de 1972
CAPÍTULO I
PSICOLOGÍA Y RELIGIÓN
Es posible que todavía queden personas que crean que la Psicología está asociada con la magia.
Para muchos se trata sencillamente de una buena técnica para ganar amigos y saber sacar provecho de
los demás. Otros relacionan las palabras: Psicología, psicólogo, psiquiatra, etc., con enfermos mentales.
Si queremos sacar provecho de este libro creo que es indispensable que los conceptos de Psicología y
Religión estén bien claros.
1. ¿Qué es la Psicología?
Es interesante señalar que es a un reformador protestante, Felipe Melanchton, a quien se le atribuye
1
haber usado por primera vez la palabra Psicología, en el año 1550 . Sin usar ese nombre, Platón y
Aristóteles se refirieron a la Psicología. Etimológicamente, Psicología2 significa el estudio del alma o
del hombre. Una definición sencilla sería ésta: Psicología es la ciencia que estudia el comportamiento
humano. Prefiero usar la palabra comportamiento y no su sinónimo “conducta”, porque ésta podría
interpretarse en el sentido restringido, psico–fisiológico, que le confiere la doctrina conductista o
behaviorista. La conducta así concebida no sería más que una sucesión de reflejos condicionados que se
van enriqueciendo progresivamente. Desde un punto de vista más general, el comportamiento es “la
manera de ser o de reaccionar de un sujeto ante los acontecimientos habituales o en presencia de
circunstancias especiales”.3 El comportamiento es siempre el punto de partida de cualquier estudio
psicológico, ésta no se limita a actos no verbales, ya que la verbalización proporciona importantes
datos para la investigación psicológica.
En el desarrollo de la conducta encontramos tres elementos fundamentales: Herencia, maduración y aprendizaje.
Una ilustración nos ayuda a la comprensión exacta de estos tres conceptos. Supongamos que ponemos juntos un
bebé humano y un bebé chimpancé que han nacido el mismo día. Desde el punto de vista genético cada uno ha
heredado las características de sus ascendientes. Los dos comienzan a realizar aprendizajes, que resulta más
rápido en el bebé chimpancé que en el bebé humano. Pero también es más rápida la maduración. Llega el
momento en que el mono se detiene y el bebé humano sigue progresando hasta que alcanza al mono y lo pasa.
Cuando vemos que cierto tipo de conducta aparece en todos los miembros de una misma especie, más o menos
en la misma época, sin que haya habido un entrenamiento especial, podemos afirmar que la conducta es el
resultado de la maduración más que del aprendizaje. Toda criatura que tiene vida animal, tiene su propia
naturaleza según su clase, que es determinada genéticamente. Una gallina que empolle huevos de patas, para su
asombro, verá a sus “hijitos” adentrarse en la laguna. La herencia genética así lo determina. Las criaturas
inferiores obedecen una ley que está impresa en su naturaleza, no pueden pecar, no pueden desobedecer lo que
está predeterminado. Ningún animal puede actuar más allá de su naturaleza. Pero el hombre nace con capacidad

1
Bela Szekely, Diccionario Enciclopédico de la Psique, Buenos Aires, Editorial Claridad, 1966, Pág. 472.
2
Psicología viene de dos palabras griegas: Psyché y Lógos. Psyché viene del verbo Psycho que significa
respirar. Luego Psyché significa el aliento de vida, la fuerza vital que anima al cuerpo y lo muestra respirando.
En el Nuevo Testamento se usa en múltiples ocasiones para significar: Vida y también Alma, o sea el asiento de
los sentimientos y deseos, afectos y aversiones. La palabra lógos, viene del verbo légo que significa decir y se
refiere tanto a las cosas si son colocadas en el pensamiento como aquellas que después de haber sido
pensadas y reunidas en la mente, son expresadas por medio de palabras. Así lógos significa: Palabra, lo que uno
ha dicho, discurso, doctrina, narración, asunto sujeto a discusión y asunto del cual se habla, hecho, evento.
Usada con respecto a la mente significa: Razón, consideración, relación, etc.
3

A. Porot, Diccionario de Psiquiatría, Editorial Labor S.A., Barcelona, 1967.


Artículo: Conducta. Pág. 136.
para alcanzar una vida superior. Tiene la posibilidad de convertirse en algo diferente y mejor de lo que es por
naturaleza.
La herencia, la maduración y el aprendizaje varían en cada ser humano, luego el comportamiento
presenta infinitas posibilidades. La herencia, en el hombre, no se agota en lo genético. Incluye también
lo constitucional y lo esencial. (Imago Dei).
2. Desarrollo histórico de la Psicología Moderna
Con mucha razón se ha considerado a Aristóteles el psicólogo más antiguo. Muy conocida es la
ilusión perceptiva descubierta por él, que consiste en cruzar dos dedos y rodar con ellos un mango de
pluma u otro objeto pequeño; en el cerebro percibiremos las imágenes de dos objetos. En su obra: De
Anima, se refiere entre otras cosas a la naturaleza del alma. Aristóteles es un pionero en la eliminación
del crudo dualismo: Alma–Cuerpo. En esta visión panorámica del desarrollo de la Psicología,
presentamos a continuación varias escuelas que surgieron a partir del último tercio del siglo pasado.
a) Estructuralismo, escuela fundada por W. Wundt. Se conoce por estructuralismo porque sus
exponentes están fundamentalmente ocupados en el descubrimiento de la “estructura” de los procesos
conscientes. Luego el material de trabajo del estructuralismo es la conciencia. Su método es la
introspección, o sea, ver hacia dentro. Los estructuralistas llegaron a la conclusión de que todos los
procesos conscientes están constituidos por tres elementos básicos: Sensaciones, imágenes y
sentimientos. Estos elementos se combinan de maneras tan diversas, en las actividades conscientes, que
el resultado no es la simple suma de los elementos componentes, sino algo totalmente diferente.
b) Funcionalismo. Si el estructuralismo se ocupa del qué es lo que sucede. El funcionalismo centra su
atención en el por qué sucede, Se ocupa en estudiar la utilidad fundamental de la conciencia. Esta es
una escuela básicamente norteamericana. En ella encontramos psicólogos como William James, John
Dewey, Cattell, etc. La Psicología norteamericana, casi desde el principio, fue funcional y aplicada. De
este interés aplicativo surgieron: La Psicología Infantil, la Psicología Educativa y las pruebas mentales.
c) Conductismo. Esta escuela también se conoce con el nombre de Behaviorismo, del inglés behavior,
comportamiento, conducta. El fundador es John B. Watson, quien se educó a la sombra del
funcionalismo que reinaba en la Universidad de Chicago. Pero desde los comienzos mismos de su
carrera comenzó a sentir desilusión con relación al funcionalismo. Para Watson lo que tiene
importancia es la conducta y sólo la conducta. Creía que si se le daba la oportunidad de dar educación a
los niños, podría hacer de ellos la clase de adultos que deseara. Rechazaba tanto la herencia como el
instinto y las constituciones. Para él no había más que aprendizaje. Sus puntos de vista se vieron
fortalecidos por los trabajos de Ivan P. Pavlov. Watson creía que Pavlov había descubierto algunos de
los principios fundamentales del aprendizaje y se dedicó a aplicar esos principios al aprendizaje
humano. Para Watson todas las reacciones instintivas o emocionales se adquieren por medio de los
reflejos condicionados.
d) Psicología de la GESTALT. Escuela que floreció en Alemania simultáneamente con el
Conductismo norteamericano. A diferencia del Conductismo que critica tanto al estructuralismo como
al funcionalismo, por ser ambas escuelas el resultado de la subjetividad de los datos, que tienen a mano
los psicólogos, la Gestalt no objeta el procedimiento. Sencillamente se opone a la idea de que algo tan
complejo como la conciencia, pueda ser estudiada mediante el análisis de sus elementos. Porque al
hacerlo, se destruye la unidad de los fenómenos que se estudian. Un ejemplo que ha sido citado para
explicar la posición de la Psicología de la Gestalt es el de las composiciones musicales. Estas constan
de muchas notas individuales, pero resulta imposible descubrir exactamente una composición musical,
señalando el número de notas, si, re sol, etc. La composición significa mucho más que las notas
individuales. Luego la crítica fundamental de la Gestalt a la Psicología que le precedió está centrada en
su carácter atomístico. La palabra gestalt significa “forma”, “organización” o “configuración”. Diríase
que se trata de la Psicología de las Formas.
e) Reflexología. Escuela de origen ruso. El nombre le fue dado por Vladimir Michailovich Bechterew
(1857–1927), y por Ivan Petrovich Pavlov (1849–1936). Es una investigación sobre la conducta por
métodos fisiológicos. Esta escuela ha recibido el nombre de Psicología Objetiva. Se basa
fundamentalmente en los reflejos condicionados, o sea, en las respuestas adquiridas y fijadas bajo la
influencia de estímulos nuevos. Las investigaciones se hicieron primero con animales para pasar
después a aplicarlas al hombre. Pavlov logró producir en perros verdaderas neurosis experimentales
utilizando estímulos condicionados muy fuertes y provocando conflictos entre las excitaciones y las
inhibiciones. Sobre esta escuela A. Porot nos da la siguiente opinión: “La explicación reflexológica de
psicosis y neurosis no ha dejado satisfechos a todos los psiquiatras. Para H. Ey, la sola explicación que
puede darse es de inspiración mecanicista; pero, si bien es válida para un esquema tan simple como el
reflejo condicionado, es demasiado simplista para la interpretación de mecanismos psicopatológicos tan
complejos como la psicosis o las psiconeurosis”.4
f) Psicología Dinámica. Al mismo tiempo que la Psicología norteamericana se veía cada vez más
influida por el conductismo y que la Psicología de la Gestalt reinaba en Alemania, otra escuela alcanzó
gran preponderancia. La Psicología Dinámica que entre otros sistemas comprende el Psicoanálisis. Esta
escuela es más conocida y no nos vamos a explayar en ella. Como es sabido, Segismundo Freud es el
máximo exponente y creador de esta teoría de la conducta, que reúne una serie de técnicas para ser
empleadas en el tratamiento de los trastornos mentales. Los discípulos de Freud, se fueron alejando
paulatinamente de su maestro. Otros, como Karen Horney, afirman que actúan de espaldas al gigante,
atendiendo aquellos aspectos que él no pudo ver porque estaban a su espalda. Existe hoy una gran
diversidad de escuelas que tienen una deuda básica con Freud, pero que se apartan de él en algunos
aspectos. Se puede diferir de Freud, pero nadie puede negarle el título de Cristóbal Colón de la
psicoterapia moderna.
Uno a uno, los más distinguidos discípulos de Freud fueron separándose de su maestro. Alfredo
Adler (1871–1937), quien desarrolló su Psicología Individual. Carlos Gustavo Jung (1875–1959), padre
de lo que se denominó Psicología Analítica.
También se separa Wilhelm Stekel (1868–1940). Existe actualmente una gran diversidad de
escuelas psicoterapéuticas cuyo estudio haría demasiado extensa esta nota. Sólo hemos querido
presentar una visión panorámica del desarrollo moderno de la Psicología.
3. ¿Qué es la Religión?
Desde el punto de vista etimológico es posible interpretar la palabra religión de dos formas, según
el término latino de donde provenga. Si procede de religio, que viene del verbo religare (religar,
vincular, atar) religión significa: Subordinación y vinculación a la deidad. Ser religioso significaría
estar religado con Dios. Se entendería a la religión más bien como el esfuerzo del hombre por unirse a
Dios. Karl Barth, y otros teólogos después de él, afirman que el cristianismo no es una religión, porque
no se trata del esfuerzo del hombre por encontrar a Dios sino todo lo contrario. Es el esfuerzo de Dios
por darse a conocer al hombre. Por eso es común, entre los teólogos, hablar de fe cristiana, pero no de
religión cristiana.

4
A. Porot, op. cit. Art. Reflejos Condicionados. Pág. 135.
Según otra interpretación, apoyada por un pasaje de Cicerón, la palabra religión procedería de
religiosus, que es sinónimo de religens (escrupuloso) que es opuesto a negligens (negligente). Ser
religioso significaría ser escrupuloso en el cumplimiento de los deberes asignados, al hombre por Dios.
Como se ve, en esta segunda definición etimológica se acentúan los aspectos éticos. En el curso de la
historia muchos pensadores y moralistas han enfatizado el aspecto ético de la religión, a veces
absorbiendo el aspecto trascendente. Así Renán niega el carácter sobrenatural de la fe cristiana, pero
conserva su carácter ético. Erich Fromm afirma que si Segismundo Freud se opone a la religión, lo
hace en nombre de la ética, actitud que podría llamarse “religiosa”.5 Otros pensadores han sacrificado
lo ético en aras de lo trascendente.
Esta posición la encontramos en el novelista Dostoievski, cuando hace decir, en su obra: El idiota,
al príncipe Mischkin: “La esencia del sentimiento religioso no está afectada por ninguna suerte de
razonamiento o de ateísmo y no tiene nada que ver con crímenes o fecharías. Hay aquí algo más y
habrá siempre algo más, algo que los ateos escamotearán siempre, pues siempre estarán hablando de
algo distinto”.
Estos diferentes aspectos, lo ético y lo trascendente, no son incompatibles. Podemos experimentar
ese sentimiento de “dependencia absoluta” ante lo Santo y al mismo tiempo podemos intuir ciertos
valores supremos, los valores de la santidad. También podemos reconocer racionalmente los
fundamentos de la relación del individuo con Dios. Me parece que una buena imagen de la religión
cristiana la encontramos en Moisés subiendo al monte Sinaí al encuentro del Dios que ha descendido.
Creo que es válido el uso de la palabra religión porque es necesario un esfuerzo del hombre y un
esfuerzo de Dios para hacer posible el encuentro.
En mi opinión, la experiencia cristiana es una vivencia personal, sostenida por la convicción de que
Dios se nos ha revelado en la persona de Jesucristo. Esta vivencia nos conduce a la seguridad de que
estamos reconciliados con Dios. Es entonces; con la ayuda del Espíritu Santo, que comenzamos a vivir
una moral nueva, impregnada de sentimiento, gozo y paz. Pero todavía no estamos libres de los
conflictos, que resultan de la vieja vida que, muerta conscientemente, sigue viva y activa en el
inconsciente. La experiencia cristiana es dinámica pero incompleta hasta que se conviertan las capas
más profundas del inconsciente.
4. Lo que los Psicólogos dicen de la Religión
Fue en el año 1878 que el psicólogo, filósofo y fisiólogo alemán Wilhelm Wundt (1832–1920)
estableció su laboratorio psicológico en la Universidad de Leipzig, Alemania. Pero en rigor de verdad
el de Wundt no fue el primer laboratorio en su clase. El filósofo pragmatista y psicólogo
norteamericano William James (1842–1910) había fundado su laboratorio psicológico en 1874. Fue en
el laboratorio de Wundt donde comenzaron las primeras investigaciones que hicieron posible sacar a la
Psicología del terreno filosófico–especulativo para convertirla en una ciencia experimental. Por primera
vez se estudiaron conceptos tales como: voluntad, percepción, sensaciones, etc. Las experiencias se

Erich Fromm, Psychoanalysis and Religion, New Haven, Yale University Press, 1950. Pág. 20. En el capítulo 11
de esta obra, Fromm reflexiona sobre las posiciones de Jung y de Freud respecto a la Religión. Cree que Freud a
pesar de su agresividad, hace una mayor contribución que Jung, ya que la intención de Freud era poner a la
ética sobre fundamentos más sólidos y esa era una actitud religiosa.
Esta obra está traducida al castellano.
hacían con animales. Los psicólogos del tiempo de Wundt mantuvieron un absoluto silencio con
relación a la religión.
Después surge un período tormentoso en las relaciones entre Psicología y Religión. La tormenta
estalla con las posiciones antirreligiosas de Segismundo Freud y John B. Watson. En el tomo I de esta
obra: “Psicología Pastoral para todos los Cristianos”, me refiero a algunas de las obras de Freud en
que ataca a la religión como una neurosis obsesiva de origen infantil, neurosis que, según Freud,
desaparecerá. Freud, que descubrió la dinámica del inconsciente no pudo librarse él mismo de sus
efectos. En la biografía de Freud escrita por Ernest Jones encontramos algunos datos de interés, por
ejemplo: Vivió en una barriada pobre y de muchas manifestaciones sexuales. A pesar de ser judío no
creía en Dios ni en la inmortalidad. Pero hay un suceso que es muy importante; Freud vio cuando los
“cristianos” detuvieron a su padre en la calle y lo azotaron hasta hacerlo sangrar, por el sólo delito
de ser judío. No podía entender, ni nosotros tampoco, como esos llamados cristianos alemanes
perseguían y torturaban a un hombre solo por ser judío. Juró vengarse de ellos. Uno se pregunta:
¿Hasta qué punto motivaciones inconscientes impulsaron a Freud en su ataque a la religión? Acaso…
¿No es la creación del psicoanálisis (liberando al hombre del sentimiento de culpa) un despojo a la
religión de uno de sus elementos más eficaces? ¿Pudo el descubridor del inconsciente manejar sus
propias motivaciones inconscientes? o… ¿Fue más bien manejado por ellas?
Watson creía que Pavlov había descubierto algunos de los principios fundamentales del aprendizaje
y se dedicó a aplicarlos. Para Watson la religión era algo que pertenecía al pasado, que se desarrolló
debido a la vagancia del hombre, para no tener que esforzarse en encontrar la explicación de los
fenómenos que ocurren. Opinaba que la religión era una ilusión forjada, por los curas, en los seres
estúpidos. Consideró que la religión era una lapa y una enfermedad del hombre. La lapa debía ser
exterminada y la enfermedad debía ser curada.
Las posiciones extremas de Freud y Watson han dejado lugar a otras más moderadas. Por ejemplo
Erich Fromm (judío como Freud), aunque reconoce el daño que puede ocasionar una religión
autoritaria y estamos en esto de acuerdo con él, (me refiero a una obediencia ciega, a una absoluta
sumisión, tal como se practica en algunos grupos religiosos), reconoce que hay una religión verdadera
y productiva. Reconoce la necesidad religiosa en el hombre, no como una locura, ni una estupidez, sino
como una expresión normal de la existencia humana. He aquí sus palabras: “No existe nadie sin una
necesidad religiosa, la necesidad de tener un marco de orientación y un objeto de devoción está
enraizada en las condiciones de la existencia del hombre, esto parece estar ampliamente verificado
por el hecho de la ocurrencia universal de la religión en la historia”.6 Para Fromm, la religión
verdadera es aquella que incluye el amor, la justicia y la libertad de la humanidad y que apunta hacia la
liberación de la persona de los poderes que la agobian. Como resultado de esa liberación, que es
producto de la religión verdadera, el hombre se da cuenta de que no se debe a ningún otro ser mortal,
sino más bien a Dios y a sí mismo.
Pero no es necesario que aceptemos la idea de un proceso que va de la agresión violenta a un
reconocimiento de los valores de la religión. William James, el primero en fundar un laboratorio
psicológico, dictó en Edimburgo sus famosas conferencias (1901–1902), que aparecieron en 1902 en
forma de libro: “Variedades de la Experiencia Religiosa”, donde dedica un capítulo a: “La realidad
de lo no visto” (The Reality of the Unseen). Al no excluir lo trascendente James en cierta manera se
separa de los psicólogos de la religión. Quizás se debió a esta diferencia de opinión el hecho de que
6
Erich Fromm. Op. cit. Pág. 26.
James no fuera nunca invitado a escribir en la revista de los psicólogos de la religión (The American
Journal of Religious Psychology and Education), que existió de 1904–1916. Los dos primeros capítulos
de la obra son introductorios y el tercero trata de la realidad de lo no visto. Se ve claramente la
intención de James. En el libro presenta biografías de grandes creyentes y el pensamiento de James
avanza de cita en cita. Ese es su método.
Otra prueba, de que no es necesario aceptar una evolución de la agresividad a la tolerancia, la
encontramos en Anton Boisen, nacido en 1876, quien partiendo, como Freud, de la teoría conflictiva
como génesis de la experiencia religiosa, arriba a conclusiones científicas completamente diferentes.
Boisen padeció una enfermedad mental de la cual se recuperó. Fue precisamente en su experiencia
como enfermo mental que descubrió su vocación como capellán, de tiempo completo, en un hospital
para enfermos mentales. Estaba interesado en el significado de las psicosis y dedicó mucho tiempo a la
investigación de las implicaciones religiosas de las experiencias psicóticas. Partiendo de sus propias
vivencias, como enfermo mental que fue, y del estudio de otros casos arribó a la formulación de su
hipótesis de que existe una relación significativa entre la enfermedad mental aguda de tipo funcional y
la conversión religiosa, tales como la de San Pablo, George Fox, etc. Descubre Boisen elementos
comunes en la psicosis y en la conversión. Ambas surgen de conflictos interiores y desarmonías,
acompañadas por una clara comprensión de las lealtades últimas y posibilidades inalcanzables.
Comparemos ahora el punto de vista de Boisen con el de Freud. Los dos están de acuerdo en que la
experiencia religiosa tiene su origen en un conflicto. Para Freud la religión no es más que una solución
neurótica que se presenta en forma regresiva y reductiva. Por el contrario, para Boisen, la religión
ofrece una posibilidad de curación del conflicto, trabajando mediante las crisis para conducir a la
responsabilidad ética productora de mayores lealtades. Para un estudio más completo del punto de vista
de Boisen véase su obra fundamental: An Exploration of the Inner World (Una exploración del
mundo interior).
Si queremos una prueba más de la inexistencia del proceso: Agresividad–tolerancia, veamos el
punto de vista de Carlos Gustavo Jung (1875–1961). Para Jung la experiencia religiosa es un
desprendimiento del inconsciente colectivo, de energías dinámicas y símbolos de significados
atemporales y universales. Podríamos decir que Freud interpreta la religión como una experiencia
subjetiva al hacerla surgir de conflictos interiores del hombre. Por el contrario Jung más bien la
externaliza, la objetiviza. Según Jung la experiencia religiosa trasciende al individuo porque surge de
energías inconscientes que escapan a la conciencia individual. Para encontrar los símbolos comunes o
arquetipos recurrentes, Jung va de religión en religión para comprobar que, a pesar de la diferencia hay
elementos universales subyacentes en todas. Esto no significa que una cultura copie de otra,7 para Jung
esas ideas surgen espontáneamente de un substratum común.
Para probar sus teorías, Jung llega a afirmar que el dogma de la Trinidad, que es central en la fe cristiana,
aparece en el arquetipo de la triada de antiguas religiones de Babilonia, Egipto, Grecia, etc., etc. Mircea Eliade
nos muestra como la búsqueda del paraíso perdido se encuentra en lugares tan diferentes, como por ejemplo

7
Existe la teoría de la difusión cultural propagada por Grafton Elliot Smith y W. J. Perry, quienes sostenían que
los orígenes de la civilización podían encontrarse en Egipto predinástico. Las similitudes entre las diferentes
civilizaciones se debían a la difusión cultural por migración o por viajes. Así se trasladaron las creencias de un
lugar a otro, aún a grandes distancias. Esto explicaría, para los que creen en la teoría de la difusión cultural, las
similitudes entre las distintas religiones. Para Jung el origen está en el inconsciente colectivo de la humanidad.
entre los indios guaraníes y presenta la originalidad del mesianismo guaraní.8 Jung afirma que los símbolos
religiosos, que aparecen en los lugares más diversos y en culturas diferentes, no son inventados sino que han
crecido de las condiciones básicas de la naturaleza humana. Jung cree que estas condiciones básicas son las
mismas en todas partes.
Frente a la teoría colectiva de C. G. Jung surge la teoría personalista de Gordon W. Allport, nacido
en 1897. Se opone a todo colectivismo que subordine al individuo a un común denominador sean
promedios estadísticos, tipos o arquetipos. En su libro The Roots to Religion (Las raíces hacia la
religión), afirma que la religión contribuye a la integración de la personalidad, dando a la vida paz y
significado eliminando la confusión y la tragedia. El ser humano adulto descubre que necesita fe y
amor y además necesita un sistema comprensivo de creencias capaces de relacionarlo con la existencia
total. Estas ideas aparecen, ampliadas, en su obra “The Individual and His Religion” (El individuo y
su religión).
Un punto de vista muy interesante es el del Dr. Igor A. Caruso, director del Círculo Vienés de
Psicología Profunda. Caruso ha demostrado que detrás de toda neurosis se oculta un conflicto
espiritual. El neurótico, afirma Caruso, huye para no tener que dar cuenta de su responsabilidad; se
oculta a sí mismo de Dios, algunas veces oculta a Dios ante sí mismo. Muy interesante es su concepto
de herejía vital. Para él, la negación del ateo, en la neurosis como herejía vital no es una anulación
sino más bien una afirmación de Dios. En fin de cuentas no hay más que una neurosis: la herejía vital.
“Así como a una herejía dogmática corresponde no solamente una significación religiosa, sino también
una actitud falsa en el terreno vital, así a la herejía vital en la neurosis corresponde no solamente, por
supuesto, una falsa actitud “higiénica”, sino también una falsa actitud ética y metafísica”.9
El lector habrá comprobado que entre los psicólogos que podríamos llamar clásicos, hay las más diversas
actitudes y posiciones con relación a la religión. Todavía quedan psicólogos y psiquiatras que afirman que la
religión no es más que una especie de narcótico ineficaz. Hay algunos que conceden a la religión el valor de una
muleta que ayuda al hombre a conducirse en la vida. Es decir, que la religión sería de ayuda solo a personas
incapacitadas para caminar por sí mismas. Pero hay también psicólogos y psiquiatras que ellos mismos son
creyentes y reconocen los valores religiosos como ingrediente fundamental en el proceso de maduración y
realización humana. Para otros, que no son creyentes, la religión es el sueño deseado por la humanidad, siendo
este sueño la mayor esperanza. Constatan que las personas que tienen una auténtica experiencia religiosa (no los
neuróticos religiosos), poseen serenidad, lealtad, firmeza ante los escollos que presenta la vida y tienen además,
la convicción de que la vida tiene un profundo significado. Son los que admiran a los creyentes, quizás
envidiando un poco su fe, fe que ellos no han podido alcanzar.
A pesar de las diferencias hay una preocupación común por servir al hombre, tanto en el campo
psicológico como en el religioso. En el tomo 1: “Psicología Pastoral para todos los cristianos”, me
refiero a la identidad semántica y la tensión metodológica entre ambos campos. También reflexiono
sobre las contribuciones que la Psicología hace a la Teología.10
5. Lo que algunos religiosos dicen de la, Psicología
Algunos afirman que Religión y Psicología son campos contradictorios, que es necesario escoger
entre la Psicología y el Evangelio, ya que no es posible utilizar ambos a la vez. En el campo religioso
han surgido muchas sospechas sobre los valores de las técnicas psicoterapéuticas, sobre todo el
psicoanálisis ha recibido grandes ataques entre los cuales señalamos los siguientes:

8
Mircea Eliade, La búsqueda, Ediciones Megápolis, Buenos Aires, 1971. Págs. 57–66.
9
Bela Szekely, op. cit. Pág. 301.
10
3a. Edic., Págs. 31–33.
a) El psicoanálisis es una forma de escapismo. Esta es una semiverdad que es también aplicable a la
fe cristiana. Ambos campos, la Psicología y la experiencia religiosa, pueden ser utilizadas como puertas
de escape. Pero una generalización sería injusta.
b) El psicoanálisis no libera plenamente del sentimiento de culpa por los pecados. Creo que esta
crítica tiene sus fundamentos, estoy de acuerdo. Pero no veo la razón por la cual el psicoanálisis tenga
que liberar al hombre de sus pecados. Como no veo por qué tenemos que esperar de la cirugía plástica,
que puede cambiar un rostro, que cambie también la vida interior del paciente. Sería absurdo condenar
a la cirugía plástica por su incapacidad para crear un hombre nuevo interiormente. Las diferentes
corrientes teológicas, ya sean confesionales o individuales, sostienen puntos de vista diferentes sobre la
redención, la conversión, etc., pero todas están de acuerdo de que se trata de un problema teológico y
no un problema psicológico, médico o quirúrgico. Pienso que si se hiciera un cargo opuesto, es decir,
que el psicoanálisis se las se arregla para liberar al hombre del sentimiento de culpa convenciéndolo
que los pecados no son pecados, la crítica seria más contundente. Por otro lado, a veces encontramos en
el campo del asesoramiento pastoral casos de personas que tienen sentimientos de culpa neuróticos. "
… la culpa neurótica es depresiva. La depresión se manifiesta en un disgusto por la vida, una desazón,
11
un desaliento general, e impide la realización humana”. Hay creyentes que aun que aún cuando
reconocen conscientemente que sus pecados han sido perdonados, ellos mismos no son capaces de
perdonarse.12 Algunos casos escapan a las posibilidades de asesoramiento pastoral y es necesaria la
atención psiquiátrica o psicológica. “El corazón de la Psicología Pastoral y también de la
proclamación del Evangelio es la conversión de la culpa neurótica en culpa existencial”.13 Es posible
que existan psicoterapeutas que están dispuestos a absolver a sus pacientes de todas sus faltas, aún
aquellas reñidas con la moral y las buenas costumbres. Pero tenemos que reconocer que en el campo
religioso encontramos pastores en posiciones muy similares. Por ejemplo, el año pasado, la prensa de
todo el mundo publicó la sorprendente noticia de que un pastor metodista había casado a dos
homosexuales. El diario The Register de Huntington Beach en California con fecha 9 de agosto de
1971 nos da la siguiente información: “Dos hombres de 29 años, uno de ellos presidente de la
Asociación Estudiantil de la Universidad de Minnesota, fueron casados el viernes pasado por un
ministro metodista. En la licencia de matrimonio expedida en Mankato, en el Condado de Blue Earth.
Michaels Mc–Connell apareció como el novio y Jack Baker como la novia”. Tan absurdo como acusar
a todos los psicoanalistas sería acusar a todos los pastores metodistas, por los excesos que comete uno
de ellos.
c) El psicoanálisis favorece la promiscuidad sexual y exhorta a no tener sentimientos de culpa al
respecto. Esta afirmación es falsa. Hace más de 70 años que Freud refutó esa calumnia. Ninguna
persona honesta y bien informada haría semejante cargo. Por el contrario, muchas veces el
psicoanalista utiliza horas y horas intentando liberar a sus pacientes de una sexualidad compulsiva que
les conduce precisamente a la promiscuidad. Paradójicamente esto se debe, muchas veces, a una
formación deficiente en la niñez en hogares supuestamente cristianos donde el sexo es tabú. La
represión neurótica del sexo, puede llevar a una persona a una sexualidad compulsiva. La labor del

11
Ibid. 3a. Edic. Pág. 78.
12
Véase en Psicología Pastoral para todos los Cristianos, 3a. Edic. Págs. 32–33 el caso de un joven candidato al
ministerio que sabiendo que Dios le habla perdonado, inconscientemente, era incapaz de perdonarse a sí
mismo lo que había hecho cuando niño.
13
Ibid. Pág. 80.
psicoanalista, en este caso, es ayudar a descubrir los motivos impulsores de la promiscuidad sexual
para que el paciente pueda lograr su liberación. Gracias al psicoanálisis muchos han descubierto, con
sorpresa, que el sexo no es lo malo e indecente de ayer, sino una dimensión humana pura y
extraordinaria, excelsa y sublime.
d) El cristiano tiene que escoger entre el Evangelio y la Psicología. Se afirma que un creyente no
necesita de la Psicología, que para un hombre de fe, el Evangelio es suficiente. Esta afirmación es falsa.
Tomemos por ejemplo el caso de un brote psicótico. Supongamos que un joven de nuestra
congregación, repentinamente se inquieta en extremo, se siente agitado, escucha voces inexistentes, etc.
En tal caso, por lo general, se interna al enfermo. Los familiares están dispuestos a aceptar que se
encuentran en presencia de una enfermedad que necesita atención médica, exactamente como si se
tratara de una neumonía o de la fractura de una pierna. Difícilmente encontraríamos a un padre
cristiano que en semejante situación se atreviera a afirmar que era preciso escoger entre el Evangelio y
la Psicología. Claro que siempre uno se encuentra con alguien que diría: “Si hubiera tenido más fe no le
habría pasado eso”. Pero si se trata de un caso menos espectacular, por ejemplo alguien que sufre
estados depresivos, se siente desalentado, triste o desesperado, etc., es muy probable que los trastornos
sean considerados como expresiones de la falta de fe. Los estados depresivos suelen estar íntimamente
relacionados con fuertes sentimientos de culpa, aunque la vida de la persona en cuestión haya sido
irreprochable. Si se asume la actitud rígida de que hay que escoger entre la Religión y la Ciencia. Si se
le exhorta a tener una fe más profunda para resolver el conflicto, se corre el peligro de que el paciente
se sienta aún más culpable por no poder alcanzar la fe que se le exige. El médico también puede ser un
instrumento de Dios. Una persona puede ser víctima de temores irracionales. En situaciones especiales
se producen estados de pánico, ya sea los espacios abiertos o los cerrados, las multitudes, etc. El
paciente sabe perfectamente que su ansiedad es irracional, pero no puede evitarlo, hay una fuerza
tremenda que nubla su razón y no puede evitar ser presa del pánico. En tal caso el ajuste psicológico
presenta las condiciones óptimas para el crecimiento espiritual.
Quien hace un brote psicótico pierde el contacto con el mundo de la realidad. Pero eso no ocurre en
el caso de las personas sumidas en la tristeza y la depresión inexplicables; ni tampoco en el del hombre
que siente un pánico inexplicable en situaciones especiales. En ambos casos la persona no está
divorciada de su realidad. Puede razonar pero no puede dominar sus emociones. En tales casos es
común escuchar este tipo de consejos: “Domínate”, “Emplea todo el poder de tu fe”, etc. Sin embargo
no se harían exhortaciones semejantes si se tratara de un cólico nefrítico. Sin embargo hay quienes
piensan que los pacientes neuróticos pueden curarse simplemente usando la fuerza de la voluntad.
Tratan cosas pertenecientes al orden natural como si se tratara del orden moral o espiritual. La religión
no debe ser utilizada como panacea para curar todas las enfermedades. Lo cual no significa que
rechacemos el milagro como una posibilidad. Pero Dios también hace milagros a través del médico. No
tenemos el derecho de exigir a Dios que cure a nuestro gusto. Cuando se envía al psiquiatra un
enfermo, no significa que debemos dejar de orar, tanto por él como por el psiquiatra.
6. Apertura al Diálogo
Creo que las dos disciplinas pueden ayudarse mutuamente. Pero ha existido un clima de mutua
desconfianza que viene a veces de la falta de información acerca del campo que se combate. Hay
prejuicios y también ignorancia. Parecería absurdo hablar de psiquiatras ignorantes, pero los hay. Con
la Teología ocurre algo que no encontramos en ninguna otra ciencia. Un abogado o un ingeniero, por el
hecho de ser egresado de una Universidad no se creen con el derecho de hacer afirmaciones absolutas
sobre la medicina, la psiquiatría, etc., porque son conscientes de que no son especialistas, de que tienen

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