Agenda de Paz para Nariño - Versión Final

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Fecha: 2014.06.17 16:47:02 -05'00'

“Construir la paz en
Nariño es una tarea
conjunta e
impostergable”

Agenda de Paz
para Nariño
DOCUMENTO PRELIMINAR

GOBERNACIÓN DE NARIÑO
DIÓCESIS DE PASTO
DIÓCESIS DE IPIALES
DIÓCESIS DE TUMACO
Agenda de Paz para Nariño
EQUIPO DE TRABAJO EN LA ELABORACIÓN DEL DOCUMENTO

Gobernación de Nariño: Secretaría de Gobierno Departamental

Diócesis del Sur:


Pastoral Social de Pasto

Pastoral Social de Ipiales


Pastoral Social de Tumaco
Servicio de Pastoral Social Vicaria San Juan Bautista -
SEPASVI - Samaniego

Compilación, Sistematización y Jesús Alarcón Burbano


Redacción final del documento: Juan Pablo Villota Villarreal

Apoyo técnico:
PNUD Oficina Pasto
Agencia para el Desarrollo Local - ADEL
TABLA DE CONTENIDO

PRESENTACIÓN............................................................................................................................................................. 3
INTRODUCCIÓN............................................................................................................................................................. 4
1. MARCO CONCEPTUAL .................................................................................................................................. 5
1.1. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR VIOLENCIA? ....................................................................................... 5
1.2. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR PAZ? ...................................................................................................... 6
1.3. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR CONFLICTO? ...................................................................................... 7
1.4. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR CONSTRUCCIÓN DE PAZ? ............................................................ 9
2. ANALISIS DE PAZ Y CONFLICTO EN NARIÑO.................................................................................. 10
2.1. CARACTERÍSTICAS TERRITORIALES DE NARIÑO: ............................................................. 10
2.2. ANTECEDENTES Y CONTEXTUALIZACIÓN: ........................................................................... 11
2.3. CAUSAS DEL CONFLICTO SOCIAL Y ARMADO....................................................................... 12
2.4. ANÁLISIS DE ACTORES DEL CONFLICTO ARMADO............................................................ 15
2.5. DINÁMICAS NO VIOLENTAS DEL CONFLICTO: ..................................................................... 16
3. AGENDA DE PAZ PARA NARIÑO ........................................................................................................... 17
4. ESTRATEGIA REGIONAL PARA LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ ................................................... 23
ANEXO 1: PROCESO DE PAZ CON FARC Y ELN .............................................................................................. 26
BIBLIOGRAFÍA: ........................................................................................................................................................... 28
PRESENTACIÓN

El documento que Usted tiene en sus manos es un insumo que se pone en consideración a la
sociedad civil, desde todos sus ámbitos, puntos y expresiones, para que desde múltiples
espacios de diálogo, centrados en la idea de que, construir la paz en Nariño es una tarea
conjunta e impostergable, éste documento se transforme en una herramienta para la
construcción colectiva de una paz justa, estable y duradera.

La Agenda de Paz para Nariño es, hasta ahora, una propuesta preliminar. Esta versión
retoma, por un lado, las lecturas que diferentes actores hacen de la dinámica del conflicto
social y armado y sus expresiones en el territorio, y por otro, las propuestas que en ese marco,
se han dialogado en los últimos años en torno a estrategias para la construcción de paz en el
territorio nariñense.

En cuanto a su contenido, el documento ofrece, en primera medida, un marco conceptual fruto


de las reflexiones que en diversos espacios la sociedad nariñense ha ido construyendo para
que puedan servir como guía, reflexión y compromiso sobre la construcción de Paz;
igualmente contempla un breve análisis de las conflictividades presentes en la Región, los ejes
temáticos fundamentales que se desarrollarían desde la Agenda de Paz de Nariño y,
finalmente, la ruta de articulación que resulte de las dinámicas regionales de paz y la firma
definitiva de los acuerdos entre el Gobierno Nacional y la insurgencia en Colombia

Es innegable el reconocer la favorabilidad que el entorno político del país representa para la
paz: las conversaciones que se vienen adelantando en La Habana entre el Gobierno Nacional y
las FARC, la exploración de conversaciones de Paz entre el Gobierno y el ELN, la movilización
social justa y legítima de los campesinos e indígenas y la movilización ciudadana en favor del
proceso de paz, constituyen un entorno político-social favorable para el desarrollo de
estrategias de construcción de paz.

En respuesta a esta lógica, desde la Gobernación de Nariño, en coordinación con las Diócesis
de Tumaco, Ipiales y Pasto, con el apoyo técnico del PNUD y la ADEL, se ha preparado este
documento como una propuesta inicial para enriquecerla en diálogo con el mayor número de
actores sociales, políticos e institucionales representativos de Nariño.
INTRODUCCIÓN

La Agenda de Paz para Nariño parte de reconocer que en Nariño hay una historia de
procesos emancipatorios (ir en contra de…) con una amplia participación de sus habitantes,
procesos de reivindicación de causas sociales justas y de búsqueda de soluciones a sus
diferentes problemáticas. Esta rebeldía con el paso del tiempo se ha transformado en
capacidades para hacer propuestas transformadoras. Nariño es un referente para el país por
su amplia experiencia y riqueza de movilización social no-violenta para la transformación y la
construcción de paz.

La Agenda de Paz para Nariño se propone a partir de las siguientes consideraciones


fundamentales:

a. LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ ES RESPONSABILIDAD DE LA SOCIEDAD EN


GENERAL, de la pluralidad de sus actores; y sobre todo de aquellos que, incluso en
medio de la violencia, optaron por tratar de transformar positivamente los conflictos
por medios pacíficos a través de diversas estrategias y no solo una responsabilidad de
los que han hecho la guerra.

b. LA PAZ SE CONSTRUYE DESDE LOS TERRITORIOS; tanto la concepción como la


materialización de las políticas públicas para construir la paz, deberán ser fruto de la
concertación y diálogo nación – región; y el esfuerzo de la región debe incluir el
escenario de articulación y complementación con la Agenda de Paz Nacional que se
logre en el marco de los acuerdos entre el Gobierno y los grupos insurgentes.

c. El propósito que se persigue con esta iniciativa es ANIMAR UN DIÁLOGO ABIERTO


EN ESPACIOS PLURALES CON LA PARTICIPACIÓN DE MÚLTIPLES ACTORES con el
fin de visualizar al departamento de Nariño como un territorio en “construcción de
paz” y así preparar propuestas colectivas, proactivas, construidas desde las múltiples
miradas y desde el sentir de la gente que habita esta región.

d. Independientemente de si hay o no acuerdos Gobierno Nacional - FARC y con El ELN,


EL ESCENARIO DE CONSTRUCCIÓN DE PAZ ES IMPOSTERGABLE, muchos actores
de Nariño han venido trabajando de cara a la construcción de la Paz aún en medio del
conflicto. Si hay acuerdo final en las negociaciones entre el Gobierno y las FARC, desde
Nariño se acompañará y respaldará el mismo, apoyando su plena implementación.

e. Por último, es importante aclarar que este documento no busca dar respuestas a todos
los problemas de Nariño; el debate sobre cómo enfrentar estos problemas se da en el
día a día; este documento se concentra en LOS TEMAS CLAVES PARA LA
CONSTRUCCIÓN DE PAZ. Las transformaciones que se logren sobre los ejes temáticos
que se construyan, deseamos se constituyan en las bases que cimentan una paz justa,
estable y duradera para la región y para el país.
1. MARCO CONCEPTUAL

El diálogo en torno a La Agenda de Paz para Nariño, inicia con una aproximación conceptual
sobre temas que están cotidianamente relacionados con la Paz. Es necesario que, entre
quienes promueven ésta iniciativa se defina de forma conjunta y con claridad los conceptos a
los que se va a hacer especial referencia en este proceso. LA PAZ, VIOLENCIA, CONFLICTO y
CONSTRUCCIÓN DE PAZ, son temas que, si bien para las comunidades pueden ser cotidianos
tienen significados diferentes, por cuanto, no están ajenos a matices ideológicos, para unos
puede significar una cosa y para otros otra, dependiendo de la orilla ideológica desde donde
se los mire.

El marco conceptual, para este caso, no se ocupa de hacer referencia a grandes autores ni a
definiciones teóricas extensas, se parte de una aproximación conceptual en la que se intenta
recoger, lo que para la mayoría de las comunidades significa cada uno de estos temas, se trata
de fijar una posición para avanzar con claridad hacia el futuro deseado sobre la paz.

También sería una falsa paz aquella que sirva como excusa para justificar una organización
social que silencie o tranquilice a los más pobres, de manera que aquellos que gozan de los
mayores beneficios puedan sostener sus estilos de vida sin sobresaltos mientras los demás
sobreviven como pueden. Las reivindicaciones sociales que tienen que ver con la distribución del
ingreso, la inclusión social de los pobres y los derechos humanos, no pueden ser sofocados con el
pretexto de construir un consenso de escritorio o una efímera paz para una minoría feliz. La
dignidad de la persona humana y el bien común están por encima de la tranquilidad de algunos
que no quieren renunciar a sus privilegios. (Papa Francisco, Evangelli Gaudium)

1.1. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR VIOLENCIA?

Entendemos por violencia la actitud o el comportamiento que constituye una violación o una
privación al ser humano de una cosa que le es esencial como persona (integridad física,
psíquica o moral, derechos, libertades…) y que ésta no se manifiesta de una sola forma, sus
expresiones son diversas y variadas de acuerdo con las realidades de los sujetos que la
ejercen o padecen.

Observamos que la violencia puede ser ejercida por una persona, una institución o una
situación estructural y se la puede catalogar en varios tipos de violencia: directa, cultural,
estructural.

a. Violencia directa: Se manifiesta a través del comportamiento de las personas y tiene


sus raíces en la cultura de la violencia y la violencia estructural.

b. Violencia estructural: Forma parte de la estructura social que impide cubrir las
necesidades básicas, como la generada por la inequidad social, el desempleo, las
carencias nutricionales, la falta de servicios públicos y educativos básicos, etc.

c. Violencia cultural: Se refiere a aquellos aspectos del ámbito simbólico (religión,


cultura, lengua, arte, ciencias, territorio…) que se pueden utilizar para justificar o
legitimar la violencia estructural o directa, aquellas argumentaciones que nos hacen
percibir como «normales» situaciones de violencia profunda. La violencia cultural
también puede tomar el nombre de cultura de la violencia.

Las tres formas de violencia se interrelacionan y generan nuevas formas de violencia en las
cuales se conjugan, por ejemplo: la violencia basada en género.

La cultura de la violencia se expresa a través de fenómenos como: La incapacidad de


resolver pacíficamente los conflictos; búsqueda desenfrenada del poder; el dominio del saber;
militarismo y los gastos militares; cultura del patriarcado; principio de competitividad que
generan las sociedades capitalistas; etnocentrismo y la ignorancia cultural y las
interpretaciones ideológicas y religiosas excluyentes entre otros.

1.2. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR PAZ?

Percibimos que en general la sociedad entiende y tiene a la paz como un valor muy
importante, una situación deseable a la que a la sociedad le gustaría llegar. Sin embargo, al
intentar precisar las condiciones de esta situación deseable, aparece un concepto ambiguo,
emocional, difícil de definir, un ideal que no sabemos concretar.

Se trata de un concepto complejo, amplio y multidimensional que siempre es necesario


analizar y que nunca se agota.

Hay diversos conceptos de paz durante la historia que han podido marcar la concepción que
poseemos de ella, por ejemplo:

a. En la antigua Grecia se hacía referencia a la paz como un estado de tranquilidad, de


serenidad, de ausencia de hostilidades entre ciudades griegas, es decir, una armonía
en su estructura social.

b. Durante el Imperio Romano, la paz hacía referencia al respeto a lo legal, a mantener la


ley y el orden establecido. En definitiva, a velar por la ausencia de conflictos y
rebeliones violentas dentro de los límites del Imperio controlado por un poderoso
aparato militar.

c. La Paz negativa es una concepción muy limitada y manipuladora de la paz, entendida


como mera ausencia de guerra y de desórdenes internos.

d. Por otra parte la Paz positiva se entiende como un proceso de realización de la justicia
en los diferentes niveles de la relación humana. Es un concepto dinámico que nos lleva
a hacer aflorar, afrontar y resolver los conflictos de forma no violenta y el fin de la cual
es conseguir la armonía de la persona con sí misma, con la naturaleza y con las demás
personas.

Proponemos a partir de lo anterior que nos aproximemos a entender la paz desde las
siguientes perspectivas:

a. Como un concepto amplio y multidimensional, que pide una comprensión amplia y


elaborada.
b. Es mucho más que una mera ausencia de guerra.

c. Es un proceso en constante construcción.

d. No es un estado o un tiempo de paz, sino un orden social de reducida violencia y


elevada justicia.

e. Responde a la igualdad en el control y la distribución del poder y los recursos.

f. Es la ausencia de condiciones no deseadas (guerra, hambre, marginación…) y la


presencia de condiciones deseadas (trabajo, vivienda, educación…), por tanto, hay que
prepararla.

g. Definir paz en términos de condiciones y relaciones, es decir, crear unas condiciones y


establecer un determinado tipo de relaciones.

h. Requiere una educación para ella; pide tener una comprensión amplia y rica del
concepto de violencia que nos lleven por ende a resolver los conflictos de manera
positiva, creativa y no violenta.

Si queremos una paz para todas las personas, libertadora y constructora es necesario superar
el concepto generado a partir de una paz negativa y partir de una concepción más rica y
positiva de ésta.

1.3. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR CONFLICTO?

Constatamos que a menudo se tiene una percepción negativa del conflicto porque se asocia a
la violencia. El hecho que haya un conflicto no necesariamente implica que acabe en una
situación de violencia y, por tanto, no debe verse como negativo.

El conflicto es una situación de disputa o divergencia en que hay una contraposición de


intereses tangibles, necesidades y/o valores en pugna entre dos o más partes.

Pensamos que es importante emprender procesos educativos en y para el conflicto como un


reto para la construcción de la paz; Un reto que proponemos se puede concretar en tres
elementos:

1. Transformar nuestra sociedad hacia mayores niveles de justicia; que descubramos


que somos capaces de aprender a construir otros tipos de relaciones.

2. Aprender a analizar los conflictos y a descubrir su complejidad para poder resolverlos.

3. Encontrar soluciones que nos permitan afrontar los conflictos sin violencia, aprender
a afrontar y resolver los conflictos de manera constructiva y no violenta, sin destruir
las otras partes y con la fuerza necesaria para llegar a soluciones en que todos
ganemos y podamos satisfacer nuestras necesidades.
El conflicto es parte de las relaciones humanas. A menudo, de la misma interacción entre
personas surgen discrepancias debido a que tenemos intereses o necesidades diferentes;
además, el conflicto es ineludible y, por mucho que queramos cerrar los ojos o intentemos
evitarlo, una vez ha iniciado, continúa su dinámica.

Hay que identificar, por lo tanto que existe una diferencia entre violencia y conflicto: "El
conflicto es innegable en la sociedad pero no la violencia - la guerra es una de sus
manifestaciones - y, por tanto, el conflicto no tiene que finalizar necesariamente en violencia
física o verbal. El fracaso en la transformación del conflicto es lo que conduce a la violencia".
Galtung (1998).

1.3.1. Conflicto social:

El conflicto social es un proceso complejo en el cual sectores de la sociedad, perciben que sus
posiciones, intereses, objetivos, valores, creencias o necesidades son contradictorios,
creándose una situación que podría derivar en violencia. Hay que puntualizara que conflicto
será social cuando transciende lo individual y proceda de la propia estructura de la sociedad.

La complejidad de los conflictos está determinada por el número de actores que intervienen
en ellos, la diversidad cultural, económica, social y política, las formas de violencia que se
pueden presentar, o la debilidad institucional para atenderlos, entre otros elementos.

1.3.2. Conflicto armado:

Entendemos por conflicto armado todo enfrentamiento protagonizado por grupos de


diferente índole (tales como fuerzas militares regulares o irregulares, guerrillas, grupos
armados de oposición, grupos paramilitares, o comunidades étnicas o religiosas) que,
utilizando armas u otras medidas de destrucción, provocan víctimas.

La mayor parte del conflicto armado en Colombia se debe a varias causas acumuladas: la lucha
por acceder o para mantener el poder político, por el control del territorio o por la población,
por la no resolución de los conflictos sociales o porque el territorio nacional ha sido más
extenso que la capacidad del Gobierno Nacional por cumplir sus funciones. A estos factores
hay que añadir otros factores que hacen posible que el conflicto subsista como el narcotráfico,
la posibilidad de comprar armas, el reclutamiento de soldados, o la utilización de los recursos
naturales para financiar los gastos del conflicto armado.

Según el Protocolo II y el Estatuto de Roma los conflictos armados internos “Son aquellos que
tienen lugar en el territorio de un Estado cuando existe un conflicto armado prolongado entre
las autoridades gubernamentales y grupos armados organizados o entre tales grupos”. En este
sentido, el protocolo adicional II señala que esos grupos se caracterizan porque actúan “bajo
la dirección de un mando responsable, ejerzan sobre una parte de dicho territorio un control
tal que les permita realizar operaciones militares sostenidas y concertadas” (art. 1).
(Protocolo adicional II (art. 1) y el Estatuto de Roma (art. 8.2.f)

Además de las secuelas más directas de la violencia armada, como las muertes o las personas
heridas y las destrucciones de las infraestructuras, el conflicto armado interno en Colombia ha
generado grandes desplazamientos de población, ha profundiza el odio y la desconfianza
entre las comunidades que han sido afectadas directa o indirectamente.

1.4. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR CONSTRUCCIÓN DE PAZ?

Reflexionamos que no puede darse la paz si aún existen relaciones caracterizadas por el
dominio, la inequidad y la no-reciprocidad, aún que no haya ningún conflicto abierto.
Construir la paz comporta crear unas relaciones basadas en la cooperación, el apoyo mutuo, la
colaboración y la creación de condiciones de confianza mutua.

La construcción de paz tiene dos aspectos fundamentales:

a. El tipo y la calidad de las relaciones que establecemos entre las personas las cuales
tienen que partir del afecto, la empatía y la preocupación por el bienestar y la dignidad
de la otra persona.

b. Las condiciones estructurales que seamos capaces de edificar. Tenemos que crear
unas estructuras sociales fundamentadas en el desarrollo equitativo y sostenible, en el
respeto a los derechos humanos, en la gobernabilidad y toma de decisiones
democráticas, y en el hecho de evitar el riesgo que comporta el armamentismo y el
concepto militar de seguridad.

La construcción de la paz implica crear una cultura de paz, una cultura que promueve la
pacificación, una cultura que incluye estilos de vida, patrones de creencias, valores y
comportamientos que favorezcan la construcción de la paz y acompañe los cambios
institucionales que promuevan el bienestar, la igualdad, la administración equitativa de los
recursos, la seguridad para los individuos y las familias, la identidad de los grupos o de las
naciones, y sin necesidad de recurrir a la violencia.

La construcción de paz implica de igual manera el mejorar, ampliar y universalizar los


derechos humanos; desacreditar y deslegitimar la guerra y el uso de la violencia; potenciar el
conocimiento y el diálogo pluricultural; superar los patrones impuestos por el patriarcado;
satisfacer las necesidades básicas y las potencialidades de desarrollo y decisión de las
personas; atender al principio de sostenibilidad y actuar de acuerdo con la limitación de
recursos, actuar sobre las raíces de los conflictos y no solo sobre sus manifestaciones; mejorar
la gobernabilidad democrática e incrementar la participación ciudadana; dar prioridad a las
inversiones educativas por encima de las militares y ejercer una nueva mirada sobre los
conflictos y una educación sobre la forma de regularlos y transformarlos positivamente.

Concluimos esta parte del documento reconociendo que en el marco del conflicto armado que
vivimos en Nariño y en Colombia, se ha comenzado a visualizar lo que se ha llamado el
posconflicto, definido éste como la fase que viene después de la firma definitiva de los
acuerdos de negociación entre el Gobierno Nacional y la FARC y que ojalá incluyeran acuerdos
con el ELN, pero que es apenas un sentido parcial de lo que significa e implica una paz justa,
estable y duradera que requiere un esfuerzo mayor y conjunto de todas las instancias de la
sociedad colombiana para que esta se concrete.
2. ANALISIS DE PAZ Y CONFLICTO EN NARIÑO

Para analizar la paz y el conflicto en Nariño en este documento hemos recogido lo que ha
ocurrido en la región en relación a cómo se expresa el conflicto, los factores coyunturales que
lo dinamizan y las causas estructurales; se analizan las distintas miradas que desde la región
se hacen sobre el mismo.

2.1. CARACTERÍSTICAS TERRITORIALES DE NARIÑO:

De Nariño se destacan muchos aspectos, su biodiversidad y sus riquezas naturales, así como
su pluralidad cultural y diversidad étnica. De sus innumerables expresiones culturales, la
UNESCO ha reconocido como patrimonio inmaterial de la humanidad, el Carnaval del Blancos
y Negros de Pasto, así como, la música de marimba y los cantos tradicionales del pacífico sur
de Colombia.

En sus 33.093 kilómetros cuadrados, distribuidos en 64 municipios, viven un total 1.660.087


habitantes (Plan de desarrollo departamental 2012-2015); de ellos 860.638 viven en el sector
rural y 799.449 viven el sector urbano. El departamento conserva aún sus características
rurales, aunque según las estadísticas, en los últimos 50 años, se observa una transición hacia
la urbanización de sus habitantes. “En 1.964 el departamento tenía el 70% de su población en
el sector rural, frente al 48% del total nacional. Al año 2012, el 51.8% aún vive en el sector
rural y el 48.2% en las ciudades, la población rural ha disminuido en un 22%”1.

Una situación demográfica que confirma la condición de ruralidad que aún le queda al
departamento, es la siguiente: 18 de los 64 municipios tienen una población igual o inferior a
10 mil habitantes y tan solo tres municipios tienen más de 100 mil (Pasto, Tumaco e Ipiales).

La mayoría de los pobladores rurales, son campesinos quienes conservan sus propias lógicas
culturales con matices diferentes de los pueblos indígenas y afrodescendientes.

El carácter pluri-étnico está representado en la existencia de: mestizos el 74,36% (1.234.455),


afrodescendientes el 16.29% (270.433) e indígenas con el 9,35% (155.199).

En Nariño hay presencia de siete pueblos indígenas: Pastos, Ingas, Awá, Eperara- Siapidaara,
Nasa, Cofán y Quillasinga. Estos pueblos se asientan en 67 resguardos que ocupan una
extensión de 467.000 hectáreas en 24 municipios. Cada pueblo se estructura políticamente de
manera interna en Cabildos y Resguardos, pero en virtud de mejorar sus niveles de
organización social y de unidad entre los cabildos existen las asociaciones de segundo nivel
para algunos de ellos.

La población Afrodescendiente ha logrado avances significativos en el reconocimiento como


grupo étnico, a partir de los derechos que le fueron reconocidos en la constitución del 91 que
luego se materializan con la promulgación de la Ley 70, se conformaron en consejos
comunitarios y estos a su vez se han articulado en asociaciones.

1
Plan de desarrollo por “Un Nariño Mejor” 2012-2015
La población campesina en Nariño sigue representando el mayor número de habitantes y
muestra la vocación agrícola del departamento; existe una nueva dimensión de ruralidad que
exige reconocer las reivindicaciones que hace más de cincuenta años viene presentando el
sector campesino.

El campo en Nariño fue creciendo en mayores índices de vulnerabilidad en la medida que fue
creciendo el conflicto armado. Mucho se ha escrito al respecto, si lo uno es consecuencia de lo
otro o van intrínsecamente ligados o son fruto de la forma como el país se fue concibiendo en
sistemas político-económicos de exclusión, centralistas; lo cierto es que los índices de
vulnerabilidad en las zonas rurales son cada vez más crecientes y se pueden identificar en i)
aumento de la violencia: homicidios, asesinatos políticos, amenazas, desplazamientos
forzados y masacres; ii) menor capacidad económica de sus habitantes; iii) baja capacidad
institucional en los municipios pequeños con mayor nivel de ruralidad; iv) mayores índices de
analfabetismo, de desempleo, de seguridad social; v) mayores riesgos en relación con lo
ambiental; vi) más hogares con jefatura femenina, con niños menores de cinco años y con
adultos mayores de 65 años; vii) aumento de la migración económica del campo a la ciudad,
desarraigo, desapego de las nuevas generaciones por el mundo rural.

2.2. ANTECEDENTES Y CONTEXTUALIZACIÓN:

Queremos señalar a manera de breve síntesis que la historia de Nariño en cuanto al conflicto
social y armado está marcada por varios hechos, entre los cuales destacamos:

a. A finales del Siglo XV, cuando los caciques Capusigra y Tamasagra, frenaron el ímpetu
expansionista del Imperio Incaico, “es el primer hito de rebeldía en la comarca”
sostiene el historiador y humanista, el maestro Quijano Guerrero.

b. La revolución de los comuneros de Tumaco en 1781 y los del sur.

c. La rebelión de los Clavijos en 1800.

d. Posteriormente, más allá de la validez o no, de lo justificable o inexplicable de la


actitud asumida por esta región, en la época de la independencia, se registra la gesta
de Agualongo y su pueblo para defender con valentía, arrojo y sacrificio, unos
principios y unas lealtades que consideraron innegociables y la dignidad que sintieron
pisoteada y mancillada.

e. Desde mediados del siglo XIX, se libró una gran batalla política por elegir esta región,
como el décimo Estado de la República de Colombia. A partir de ahí, vino el esfuerzo
por romper el aislamiento geográfico con el resto del país, por interconectar las
distintas regiones de Nariño especialmente la Costa y la Sierra y en general por el
progreso cultural y material del nuevo Departamento.

f. Finalmente, en este breve recuento histórico del conflicto, el Departamento de Nariño,


reconocido tiempo atrás como un remanso de paz, en las últimas décadas, soporta
como pocos, las consecuencias de elevados índices de violencia, a causa de la
agudización del conflicto armado, la no resolución efectiva de los conflictos sociales
generados por el aislamiento del Estado Central y la nefasta incidencia de los cultivos
de uso ilícito y el narcotráfico.

Es demasiada alta la cuota de sacrificio que se ha pagado por el conflicto armado por quienes
han vivido en Nariño; vidas perdidas, huérfanos, viudas, familias desplazadas, personas
mutiladas, más de 300 mil víctimas ha dejado esta dramática y dolorosa realidad; 2 de igual
forma hay que entender a las víctimas no sólo desde la violencia directa sino también desde la
violencia estructural producida por la inoperancia institucional. Se ha demostrado que las
diferentes expresiones de violencia están agravadas por que las personas se están
acostumbrando a vivir de esta manera.

El conflicto armado además, se ha convertido en un gran obstáculo para aprovechar en bien


de los y las nariñenses, las inmensas potencialidades, de este departamento.

2.3. CAUSAS DEL CONFLICTO SOCIAL Y ARMADO

El análisis de las causas y consecuencias del conflicto social y armado en Nariño lo hemos
abordado desde dos perspectivas: las causas estructurales que explican los factores objetivos
asociados a la exclusión política, social, económica y cultural de la región y las causas
coyunturales o acelerantes que se asocian a los factores que potencian el escalamiento de los
conflictos.

2.3.1. Causas estructurales:

a. La ausencia histórica del Estado en la región: Presencia fragmentada del Estado; en


algunos lugares de Colombia el Estado es moderno, ofrece garantías y hace una
presencia real y efectiva, pero en territorios como el departamento de Nariño el
Estado no logra la integración territorial, es desigual y precaria, situación que también
alimenta el conflicto armado, el tamaño del Estado como garante de derechos y gestor
de oportunidades no coincide con la geografía.

b. La crisis de gobernabilidad del sistema político colombiano: Expresada en la


deficiencia notoria del cumplimiento de sus cometidos sociales consagrados en la
Constitución y la Ley.

c. La corrupción administrativa y política, expresada en el clientelismo, el despilfarro en


la administración de los recursos públicos, el tráfico de influencias, la contratación
indebida, la apropiación directa e indirecta de los bienes del Estado por parte de
algunos servidores públicos, son factores que minan la legitimidad del sistema
democrático.

d. El empobrecimiento progresivo de las comunidades debido a la falta de empleo, a la


falta de capacitación, falta, para muchos, el acceso a servicios básicos; la tasa de
desempleo en la región, es una de las más altas en el país.

2
Según lo registra el Departamento para la Prosperidad Social DPS-Unidad de Víctimas
e. La deficiente infraestructura vial, factor que obstaculiza el comercio de los productos
agrícolas e impide el crecimiento de las economías locales.

f. Una inadecuada política agraria integral: El acceso y la distribución de la tierra ha


estado históricamente ligado al conflicto armado y a las violencias en Colombia, esto
implica la importancia no solo de la política de restitución sino una reforma rural
integral.

g. En las comunidades indígenas constatamos pobreza y marginación.

h. En las comunidades afrocolombianas, observamos la discriminación, el olvido y el


abandono por parte de la acción estatal.

i. Exclusión social que genera nuevos tipos de conflictividades: Conflictos urbanos,


crecimiento de la inseguridad urbana y rural, pandillismo, bandas organizadas al
servicio del crimen, discriminación hacia grupos vulnerables y otros considerados
minoritarios, exacerbado machismo migración creciente del campo a la ciudad,
abandono y menosprecio por el campo, menosprecio por el pasado y los valores
culturales que cimentan nuestra región.

j. La falta de un mayor compromiso de la ciudadanía en el proceso de participación


ciudadana. Se observa en muchos casos apatía, indiferencia y pasividad, en el control
de lo público.

2.3.2. Causas coyunturales o acelerantes:

a. Contexto mundial y presión internacional: La guerra en Colombia no se puede


entender por fuera de un contexto global. El contexto internacional no solo ofrece
referentes ideológicos en función de justificar modelos de sociedad, sino que también
provee recursos económicos para hacer la guerra. Este contexto genera presiones que
se convierten en motores del conflicto armado como la lucha contra el comunismo, la
guerra fría, la lucha contra el narcotráfico, la lucha contra el terrorismo. Todas estas
presiones alrededor de Colombia llevan a que se tomen decisiones que repercuten en
la agudización de la crisis interna del país y por ende de nuestra región.

b. Dinámicas violentas de conflictividad: La formación y el desarrollo de guerrillas, el


origen y la expansión de grupos paramilitares, así como la respuesta del Estado
centrada en lo militar, son factores que han agudizado las dinámicas violentas que
acontecen en el territorio.

c. La ausencia de garantías para la participación política como un elemento que ha


alimentado el conflicto: A lo largo de la historia la oposición, los grupos alternativos,
los grupos disidentes a los partidos tradicionales o a la política tradicional no han
gozado de los espacios amplios de participación, y cuando estos grupos logran acceder
a nuevos espacios, los actores armados intentan cooptarlos e instrumentalizarlos,
situación que impide el desarrollo democrático del país.
d. El narcotráfico como el factor que agudiza el conflicto armado en Nariño, no se puede
desligar de la dinámica nacional. Colombia durante muchos años fue el primer país
exportador de cocaína en el mundo, situación que permitió recursos a los actores
armados para hacer la guerra, así mismo, permitió que se formaran ejércitos privados
para luchar contra la guerrilla incluso para luchar contra el propio Estado; lo cual
aumentó la expansión paramilitar, no se puede entender la expansión paramilitar sin
el narcotráfico como proveedor de recursos, pero también como un actor porque los
narcotraficantes se volvieron élites emergentes en la región, y ellos fueron los que
lideraron la contrarreforma agraria en este país y conformaron muchos de los
ejércitos que produjeron el arrasamiento en el conflicto armado.

e. El narcotráfico adquiere fuerza en Nariño hace cerca de 15 años, este es un problema


que se traslada a este departamento de las regiones vecinas del sur de Colombia,
especialmente del Putumayo y Caquetá, cuando el gobierno nacional con la
cooperación de Estados Unidos aplica con todo el rigor militar las políticas de
erradicación forzosa en el Putumayo y Caquetá. Los cultivos de coca llegan a Nariño, se
ubican en la zona costera, piedemonte costero y en los municipios de clima cálido en el
occidente y noroccidente del departamento.

f. Con la expansión de los cultivos de uso ilícito en el territorio nariñense, el conflicto


armado se escala a niveles desproporcionados, debilita el tejido social, permea las
dinámicas políticas locales (en algunos casos en Nariño se ha denunciado la
posibilidad de alianzas con líderes políticos en lo que se denomina la “parapolítica”),
desplazan la economía campesina y afectan de manera grave los factores identitarios,
especialmente en los jóvenes campesinos, indígenas y afros, los referentes culturales
ancestrales se trasgreden y cada vez, los jóvenes se fijan en otros referentes que
promueven las lógicas del mercado sustentado en las rentas ilícitas del narcotráfico y
en los falsos referentes de la guerra.

g. El narcotráfico tiene un profundo impacto cultural, socavó muchos de los elementos


de la cultura tradicional, de la cultura política, de la cultura social, crea rutas de
mecanismo de acceso social muy rápido con un proceso de erosión moral muy
profundo, la violencia se volvió un mecanismo de movilidad social a partir del
narcotráfico.

h. Crecimiento de las economías denominadas de enclave que haciendo uso de los


recursos generados por el narcotráfico se han instalado en la gran mayoría de las
poblaciones de Nariño trayendo consigo el menoscabo de las formas de economía ya
existentes, subempleo con mínimas garantías de seguridad social, entre otros factores.

i. El conflicto armado junto con el narcotráfico ha desembocado en un deterioro


creciente de la dignidad de la persona humana: Crece la anticultura de la muerte, la
resolución violenta de los conflictos cotidianos, la destrucción de los pueblos, creando
un ambiente permanente de zozobra entre los habitantes.

j. Economías basadas en la extracción de los recursos minerales que existen en la región


están trayendo consigo nuevos escenarios de conflictividad en el territorio, por el uso
de los recursos naturales, por el elemento básico que es el agua y posibles nuevos
desplazamientos a causa de estos conflictos.
k. La posibilidad de ejecución de proyectos de alta envergadura en la región y la posible
presencia de grandes intereses económicos tienen que ser analizados con
detenimiento para evitar al máximo que estos se conviertan en nuevas causas
estructurales y acelerantes de otros conflictos como los que ha hemos señalado en el
presente documento.

2.4. ANÁLISIS DE ACTORES DEL CONFLICTO ARMADO

En una reflexión profunda y sincera sobre los actores del conflicto armado en nuestra región,
nos parece importante indicar los siguientes:

a. El Estado colombiano: Al ser el máximo garante de los derechos de los ciudadanos es


un actor del conflicto por el deficiente cumplimiento de sus responsabilidades
constitucionales.

b. Fuerza pública colombiana: Representada su responsabilidad en sus miembros que


haciendo uso indebido del mandato constitucional han sido infractores por omisión,
acción individual o en alianza con grupos ilegales de los derechos y garantías de los
ciudadanos y ciudadanas.

c. Guerrilla: Presente en Nariño por más de 30 años, a través de las FARC y el ELN como
grupos insurgentes, que en distintos momentos y de distintas formas han copado el
territorio nariñense y han sido causantes del crecimiento y agudización del conflicto
armado de diversas formas y manifestaciones.

d. Paramilitares: Llegaron a Nariño por la zona norte, luego se extendieron por el


Pacífico Nariñense y otras zonas y poblaciones del departamento, incluidas las
grandes cabeceras municipales alcanzando el control militar, económico y político que
contribuyó sobremanera en no solo la agudización de la confrontación sino el
involucramiento y el señalamiento de la población civil en el mismo llegando a grados
inimaginables de horror y muerte en Nariño.

e. Narcotraficantes: en los años 90 narcotraficantes del Valle apoyados en estructuras


armadas iniciaron compra de tierras en Nariño, particularmente en los municipios de
Barbacoas, Ipiales y Tumaco. La adquisición de tierras en Tumaco e Ipiales obedece a
necesidades estratégicas del comercio de materias primas.

f. Grupos surgidos post desmovilización de las AUC: Luego de los acuerdos entre el
Gobierno Nacional del momento y las AUC en lo que se denominó el proceso de justicia
y paz, en Nariño se produjeron procesos de desmovilización y dejación de armas; sin
embargo constatamos que por una parte existen en el territorio grupos surgidos
posteriormente a esta desmovilización integrados en muchos casos por miembros de
las antiguas AUC, en muchas ocasiones ejerciendo control político, económico y
territorial en varias zonas donde antes hacían presencia bajo la misma dinámica
paramilitar y otros asociados a dinámicas exclusivamente de narcotráfico; a estos
grupos se les ha denominado como BACRIM, grupos de recomposición paramilitar,
bandas armadas que hacen control en los grandes centros urbanos de Nariño, entre
otros nombres, que de todos modos y por otra parte necesita este proceso de
desmovilización de un urgente, sincero y juicioso análisis sobre su cumplimiento,
impacto y consecuencias.

2.5. DINÁMICAS NO VIOLENTAS DEL CONFLICTO:

A estas dinámicas las vamos a asociar a actores de la construcción de paz en la región. Estos
son aquellos que usan estrategias no violentas para lograr sus objetivos políticos y promover
el cambio político, social, económico y cultural, a partir de la organización y movilización
social y de la transformación no violenta de los conflictos. Estos actores son fuerzas vivas, que
tienen expresión en lo local y en lo regional y encuentran apoyo de actores nacionales e
internacionales.

Históricamente Nariño se ha destacado por ser un pueblo “rebelde, pero pacífico”. En esta
región se han explorado caminos alternativos desde lo político, lo simbólico, lo identitario y lo
cultural. Los actores sociales y políticos han explorado el uso de medios no violentos, basada
en la movilización social, que se caracteriza por ser proactiva y propositiva, con incidencia en
el ámbito de lo público. En Nariño se visibilizan múltiples actores que aún en medio de la
confrontación armada, han venido trabajando en la construcción de condiciones de paz.

Múltiples actores locales y organizaciones regionales promueven la movilización social y


procesos de transformación social no violenta; en esta perspectiva se han logrado escenarios
de interacción y articulación en los que convergen múltiples actores, quienes activan
dinámicas de participación social y política mediante la construcción colectiva de agendas
con las que buscan incidir desde sus propios intereses y necesidades en las políticas públicas
en relación al desarrollo agrario y étnico-territorial.
3. AGENDA DE PAZ PARA NARIÑO

Hasta este punto hemos observado y analizado las dinámicas y los retos que rodean el
construir una propuesta regional de una paz justa, estable y duradera, que nos involucre a
todos, que nos toque a todos, que nos beneficie colectivamente.

Hemos visto como los conceptos y las dinámicas de la paz y el conflicto son complejos y tienen
muchas dimensiones a abordar. Si queremos transformar la cultura de la violencia en cultura
de paz, pensamos que es importante hacer una propuesta que nos guíe, nos una en la
diversidad y que, por sobre todo, nos comprometa en la construcción de la paz.

Para ello, pensamos es necesario que como nariñenses, hombres y mujeres:

a. Aprendamos a conocer nuestra realidad compleja, esto es, adquirir los instrumentos
de la comprensión que nos lleven a juicios más incluyentes y a horizontes de
reconciliación.

b. Aprendamos a hacer, para poder actuar positivamente sobre la realidad que


percibimos.

c. Aprendamos a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las
actividades cotidianas que nos convocan y nos reúnen.

d. Aprendamos a ser, como una progresión esencial que participa de los tres
aprendizajes anteriores.

Es por ello que del universo de iniciativas planteadas en diversos foros, mesas y espacios de
encuentro realizados en los últimos años en Nariño hemos identificado como las más
relevantes las siguientes, las cuales las hemos agrupado en ocho grandes ejes temáticos sobre
los cuales les proponemos trabajar, discutir y construir bajo las cuatro premisas de
aprendizajes antes descritas:

3.1. Construir paz desde la región:

Implica el reconocimiento de las realidades locales y la diversidad de los territorios que hay
en Nariño, tanto de sus habitantes como de los procesos históricos que se han llevado a cabo,
esto es sinónimo de construir Paz desde el reconocimiento del pasado y los activos de paz y
resiliencia3 de Nariño. Para lograr este propósito proponemos que es importante identificar,
fortalecer y fomentar:

 Programas y acciones para reconocer y fortalecer el tejido social y los activos de paz
de Nariño.
 Programas y acciones para reconstruir la memoria histórica.

3
El término resiliencia se refiere a la capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor
emocional y traumas. Cuando un sujeto o grupo es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia
adecuada, y puede sobreponerse a contratiempos o incluso resultar fortalecido por éstos.
 Programas y acciones para fortalecer la organización de las víctimas.
 Programas y acciones que visibilicen y fortalezcan los procesos de las comunidades
campesinas, indígenas y afrodescendientes.
 Programas y acciones que visibilicen y fortalezcan las culturas y manifestaciones
urbanas que aportan a la construcción de sociedades más equitativas e incluyentes.
 Promover mecanismos y espacios desde la región que verifiquen y hagan seguimiento
a los avances en propuestas y acuerdos que fortalezcan los procesos de paz y
reconciliación.

3.2. Construir Política Pública de paz y reconciliación:

Pensamos que la importancia de construir políticas públicas en torno a la paz y la


reconciliación implican la construcción de escenarios y condiciones para exigir el
cumplimiento y la implementación de los compromisos humanitarios por parte de los actores
en conflicto, para ello pensamos que es importante incluir las siguientes temáticas y
consideraciones:

En cuanto a los actores armados:

 Apoyar y propiciar creativamente programas y acciones en torno a la desmovilización,


desarme y reintegración comunitaria de actores armados.
 Propiciar espacios plurales de discusión sobre reformas de los cuerpos de seguridad.
 Promover y propiciar la realización de acciones integrales contra minas antipersonal,
identificación de campos y zonas minadas y desminado militar y humanitario.
 Programas y estrategias de seguridad ciudadana en zonas urbanas y rurales.
 Programas de acción afirmativa hacia hombres y mujeres jóvenes en riesgo de entrar
en nuevas dinámicas de violencia.

En cuanto a la población víctima:

 Adaptación y eficacia real de rutas de asistencia humanitaria.


 Programas para la atención psicosocial desde un enfoque de integralidad.
 Programas y acciones para promover la verdad, la justicia y la reparación como
garantía de no repetición.
 Acciones de impacto rápido, según las prioridades de cada subregión, para que las
comunidades gocen de los beneficios de la paz (en los lugares donde fue más directo el
conflicto armado).
 Fortalecer las rutas y estrategias de protección a desmovilizados,
líderes/organizaciones sociales y comunidades, en tanto que se prevé que en la fase
inmediata de posconflicto, sobre todo en un contexto tan complejo como Nariño, es
previsible pensar en una agudización de la crisis humanitaria.
 Construir garantías de reparación integral para promover condiciones dignas para las
victimas

En cuanto a las instituciones y sociedad en general:


 Impulsar desde la escuela/familia/comunidad una Cultura de reconciliación y paz.
 Acompañamiento al cumplimiento de los acuerdos por parte del gobierno.
 Generar estrategias para el acompañamiento de la sociedad civil a los procesos de
atención a víctimas
 Creación de redes departamentales que articulen los Sistemas de información que ya
existen sobre conflictos sociales, territoriales, por recursos naturales, fortalecimiento
de capacidades sociales e institucionales para la acción temprana en la gestión de
conflictos y la transformación no violenta de los mismos
 Propiciar el desarrollo institucional de estructuras, instituciones, mecanismos para la
gestión no violenta de conflictos.

3.3. Construir paz desde las garantías de acceso y goce efectivo de los
derechos para una vida digna:

Uno de los principales aspectos para garantizar una verdadera paz y reconciliación se
relaciona con el acceso de los derechos constitucionales para garantizar una vida digna que
contribuya a su vez a disminuir los niveles del conflicto social estructural que subyace en la
sociedad nariñense, esto nos parece debe incluir:

 Programas y acciones para la atención prioritaria y especial a poblaciones en mayor


vulnerabilidad y riesgo.
 Programas y acciones que garanticen el desarrollo político institucional, el desarrollo
del Estado social de derecho y el progresivo alcance de derechos humanos sociales,
económicos, culturales, políticos y ambientales.
 Construcción de escenarios para avanzar en la generación de condiciones necesarias
para la equidad.
 Incrementar significativa y efectivamente la inversión social.
 Comprometer a los actores relevantes en un Pacto fiscal y político para garantizar el
financiamiento integral de los DESCA.

3.4. Construir paz desde un Desarrollo rural con enfoque territorial:

Hablar de reforma agraria no ha dejado de ser pertinente a pesar de que muchas corrientes de
opinión han querido minimizar la discusión. En Colombia la historia del conflicto social y
armado tiene una relación indisoluble con la lucha por la tierra y el territorio. Un desarrollo
rural con enfoque territorial pensamos que no se supedita simplemente a la repartición de
tierras, sino que requiere de por lo menos los siguientes compromisos:

 Impulsar programas integrales de desarrollo rural con enfoque territorial y desarrollo


económico incluyente.
 Proponer alternativas agropecuarias sostenibles a los cultivadores de la coca y
amapola.
 Promover el acceso a tierra productiva en procesos articulados (mesa departamental
de tierras).
 Incorporar regulaciones que controlen el acceso de la tierra a grandes capitales
nacionales y extranjeros.
 Promover espacios de concertación entre comunidades indígenas, afros y campesinas
 Promover el cuidado de las semillas, centros de acopio, canales de comercialización,
capacitación y subsidios.
 Promover el fortalecimiento municipal de las instituciones de relacionadas con el
desarrollo rural.
 Fortalecer proyectos de seguridad y soberanía alimentaria y nutrición.

3.5. Construir paz desde alternativas productivas sostenibles:

A continuación hemos analizado la importancia de construir propuestas que logren construir


una economía en un escenario de post negociación con la implementación de un modelo de
desarrollo humano integral, sostenible y solidario:

 Promover un nuevo paradigma de desarrollo humano integral sostenible y solidario


basado en la sustentabilidad, el desarrollo de la biodiversidad, la adaptación al cambio
climático, la región.
 Fortalecer y aplicar políticas reales y efectivas sobre el cuidado y convivencia con el
medio ambiente.
 Articular las micros, pequeñas y medianas empresas para responder a las
potencialidades de la región con programas de estímulo para las PYMES que ayuden a
reducir la pobreza.
 Invertir en empleo de cobertura y calidad.
 Velar por ingresos y condiciones dignas, justas y estables.
 Propiciar y aplicar la reinversión del valor agregado a la calidad de vida de la
población.
 Generar una cultura que promueva las relaciones fraternas desde la base, el ahorro
solidario y las cadenas solidarias como respuesta alternativa a los modelos socio-
económicos neoliberales.

3.6. Construir paz desde una educación con calidad y cobertura para todos:

Uno de los principales factores que inciden en la construcción de una cultura de paz y
reconciliación es la educación, por medio de la cual se puede tener la capacidad de
transformar las estructuras sociales y apoyar la resolución pacífica de los conflictos que
conlleve por lo tanto a una cultura de la convivencia, respeto por las diferencias, tolerancia y
solidaridad, para ello creemos importante que se logre:

 Construir y promover una educación para la paz e Impulsar un sistema de prevención


de violencia, gestión y transformación no violenta de conflictos y nuevas
conflictividades.
 Programas y acciones para desarrollar capacidades para la construcción de paz.
 Impulsar culturas de paz y sistemas de educación para la paz y la reconciliación.
 Integrar de forma transversal los contenidos de reconciliación y paz en las
Instituciones Educativas y sus programas académicos.
 Sensibilizar y propiciar la construcción participativa de valores éticos colectivos.
 Lograr la cobertura plena en la educación con calidad y pertinencia y acceso a la
educación técnica, tecnológica y profesional para reducir la pobreza y la desigualdad.
 Comprometer de manera eficaz, pertinente y sostenible a las universidades y la
academia en la compresión, producción de nuevo conocimiento y transformación de
las dinámicas de exclusión, desigualdad y violencia.

3.7. Construir paz desde la democracia real y transparencia en el uso de los


recursos públicos:

Consideramos de radical importancia para la comunidad el fortalecer la legitimad de las


políticas públicas, del Estado, generar espacios de formación y participación ciudadana que
permitan evidenciar la existencia efectiva de la democracia real que vaya más allá de los
espacios y tiempos electorales y supere la formalidad institucional; todo ello dentro de un
marco de transparencia en el uso de los recursos públicos que conlleve a la paz con justicia,
verdad y equidad. Para lograr este eje temático consideramos fundamental tener en cuenta:

 Profundizar y fortalecer la democracia, en particular en la participación ciudadana que


aporta y fortalece la construcción de los destinos colectivos.
 Fortalecer la confianza en lo público y la construcción de la institucionalidad donde el
Estado no ha estado presente históricamente: Lucha contra la corrupción y el
clientelismo.
 Construir una estrategia de gobernanza democrática sobre el territorio, recuperación
de la legitimidad de actores institucionales: gobiernos locales, regionales, órganos de
control, representantes de la ciudadanía (JAC, Concejales, Diputados, Congresistas,
etc.)
 Fortalecer las veedurías ciudadanas y mecanismos de control social.

3.8. Construir paz desde la implementación de los acuerdos de cese al


conflicto armado y otros temas claves emanados de las post negociaciones en La
Habana y posibles diálogos con el ELN:

Invitamos a la sociedad Nariñense a que, luego de una profunda reflexión sobre los beneficios,
retos y compromisos que puedan darse a partir del cese total de la confrontación armada
entre el Gobierno Nacional y las FARC y posiblemente también con el ELN, nos encaminemos
a respaldar las negociaciones que se desarrollan en La Habana. (Ver Anexo 1).

Sabemos que esto implica un gran esfuerzo y a la vez un ejercicio que parte de la apertura de
la mente y del corazón de cada ciudadano y ciudadana que en su gran mayoría busca y anhela
una sociedad que construya y vive la paz con verdad, justicia y reparación pero que también
requiere altas dosis de esperanza, perdón y reconciliación que no se pueden dar por decreto
ni ley pero que si pueden ser fruto del esfuerzo dialogante y sincero a través de la
participación activa de la institucionalidad, los actores sociales, las víctimas del conflicto entre
muchos otros.

Construir la paz sabemos no depende solo de los diálogos entre el Gobierno Nacional y los
grupos insurgentes sino de la participación activa y constructiva de la sociedad, pero también
es cierto que el final del conflicto armado interno nos traerá una serie de nuevas posibilidades
y retos que debemos asumir y estar preparados para ello.

Las experiencias de otros países del mundo que han logrado la firma de acuerdos nos indican
que posterior al cese del conflicto armado se pueden desatar nuevos conflictos de tipo social o
afloran aquellos que se encontraban aminorados por la presencia del conflicto armado. Es por
ello que nuestra sociedad nariñense no puede estar ajena ni de espaldas al desarrollo de estos
diálogos y requiere que, desde una mirada prospectiva, nos encaminemos a soñar con la
sociedad que queremos y el cómo vamos a hacer para construirla.
4. ESTRATEGIA REGIONAL PARA LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ

Luego de haber observado y analizado la realidad y las posibilidades de construir la paz


plasmadas en la Agenda de Paz para Nariño pensamos que ello requiere de una gran
estrategia regional que apoye, movilice y haga práctica la reflexión plasmada en la Agenda.

Esta estrategia regional pensamos puede tener las siguientes herramientas y espacios para
que logre su cometido; es algo así como las tácticas necesarias para conseguir el fin último que
es el construir una paz justa, estable y duradera.

4.1. Conformación de una Mesa o Asamblea permanente por la Paz en Nariño:

Una Mesa o una Asamblea, lo que sea más pertinente y vinculante, que sea una como una
manifestación de la Unidad Regional para la implementación de la Agenda de Paz para
Nariño y los acuerdos que se produzcan en La Habana y en otros escenarios.

Proponemos que la Mesa o la Asamblea permanente por la Paz en Nariño sea un escenario en
donde la pluralidad de actores sociales, étnicos, institucionales, de cooperación internacional,
converjan en función de la paz en Nariño, al mismo tiempo esta alianza activará dinámicas
para fortalecer los procesos de desarrollo territorial, gobernabilidad y gobernanza
democrática sobre el territorio, desarrollo humano integral sostenible y solidario y la
construcción de paz.

La Mesa o Asamblea permanente podrá facilitar mecanismos de articulación y coordinación


interinstitucional para ser garante de las condiciones y acciones que se piensen implementar
e impulsar; aceptará la necesidad de actuar en el corto plazo (urgencias) pero impulsará
también enfoques transformadores de mediano y largo plazo (atender las causas
estructurales).

La Mesa o Asamblea permanente será capaz de conjugar las fortalezas diferenciadas y la


diversidad de los actores que la conforman y de movilizar una serie de recursos tangibles e
intangibles en función de resultados convergentes y el interés colectivo, en este caso la
construcción de paz.

Generará infraestructuras de apoyo a la paz y le dan una dimensión multinivel: arraigadas en


el territorio y profundamente contextualizadas en la realidad local, generan relaciones
horizontales entre actores del territorio, así como relaciones verticales con los niveles locales,
regionales, nacionales e internacionales. La construcción de ésta, recoge las iniciativas de la
sociedad civil y de la institucionalidad local, así como de los movimientos políticos que
participaron en diferentes espacios.

4.2. Espacios de Diálogo y concertación de la Agenda de Paz para Nariño:

Este documento de propuesta preliminar de una Agenda de Paz para Nariño que se pueda
volver operativa a través de escenarios como la Mesa o Asamblea permanente por la Paz
requiere del conocimiento, la participación activa y compromiso de la sociedad civil en todos
sus niveles y manifestaciones.

Es por ello que proponemos que es importante el llevar este documento a otros espacios de
discusión plurales, diversos, pero a la vez muy propositivos y de compromiso, en donde al
abordarlo se lo enriquezca y a su vez se lo apropie.

Pensamos que esos escenarios deben ser en diferentes ámbitos y con la participación de
múltiples actores:

- Económicos: Gremios económicos, comerciantes, empresarios, PYMES, entre otros.


- Sociales: Jóvenes, Mujeres, campesinos, indígenas, afrodescendientes, profesionales,
obreros, víctimas, desplazados, discapacitados, población LGBTI, líderes comunitarios,
Iglesia Católica, Confesiones religiosas, entre otros.
- Culturales: Artistas, pintores, músicos, deportistas, etc.
- Ambientales: Defensores del medio ambiente, instituciones competentes en el tema.
- Políticos: Alcaldes, concejales, diputados, congresistas, líderes políticos regionales,
entre otros.
- Institucionales
- Académicos, universidades, instituciones educativas.
- Por subregiones

A través de estos espacios se enriquecerá y se refrendará la Agenda de Paz para Nariño y a su


vez se constituirá la unidad regional por la paz que se concretará en una Mesa o Asamblea
permanente por la Paz en Nariño.

4.3. Mandato social por la paz:

Junto con la Mesa y los diálogos, pensamos que se hace necesario que la sociedad en general
sea quien refrende, añada, comprometa e indique a través de un Mandato Social el camino a
seguir en Nariño en la construcción de paz; rumbo que la Mesa permanente acatará y hará
viable y que procurará sea vinculante para los mandatarios locales a incorporarlo y asumirlo
en sus programas de gobierno.

Para ello pensamos en diferentes tácticas que se pueden discutir y sugerir otras: un voto
popular que refrende los puntos finales de la Agenda; foros y conversatorios con los
candidatos y candidatas a cargos de elección popular a nivel local, municipal y departamental,
entre otras ideas.

4.4. Compromiso público por la paz

Reflexionamos de igual manera que es necesario no solo que la sociedad comprometa a sus
dirigentes en la construcción de una paz justa, estable y duradera sino que la misma sociedad
debe asumir un papel protagónico en esta tarea impostergable para esta y para las nuevas
generaciones.
Es por ello que pensamos que se puede establecer un Compromiso público por la paz, como
una especie de acuerdo sobre valores y comportamientos éticos que todos y todas
asumiremos a través de herramientas pedagógicas de socialización, comprensión y
vinculación que pueden ser creadas para tal fin y que se difundirán en todos y cada uno de los
espacios colectivos existentes en la región.

4.5. Estrategias transversales:

Para lograr los anteriores cometidos es importante contar con unas herramientas trasversales
que apoyarán y harán posible crear ambientes favorables y proactivos para tan loable tarea
que queremos trazarnos.

Estas herramientas pueden ser las siguientes:

 Una estrategia de comunicación que vincule tantos a los medios de comunicación


existentes como a las formas de comunicación que genere la construcción de nuevos
escenarios para la paz.

 Una Estrategia pedagógica que contribuirá a crear y consolidar una cultura de paz
entre las nuevas generaciones que habitan este territorio.

 Una Estrategia cultural que involucre a los diversos actores del campo cultural y
aproveche las diversas manifestaciones existentes en una gran movilización cultural
por la paz.

 Una Campaña de comunicación masiva sobre los beneficios de la paz que ayude a
sensibilizar y mantener vigente los mensajes de la Agenda de Paz para Nariño.
ANEXO 1: PROCESO DE PAZ CON FARC Y ELN

El siguiente es el texto en el que se enmarca el Acuerdo general suscrito entre el Gobierno


Colombiano y las FARC, en el cual se establece la agenda para iniciar las negociaciones que
buscan poner fin al conflicto armado en Colombia.

“El Gobierno de la República de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias Ejército del
Pueblo FARC-EP, con la decisión mutua de poner fin al conflicto como condición esencial para
la construcción de la paz estable y duradera; atendiendo el clamor de la población por la paz, y
reconociendo que: La construcción de la paz es un asunto de la sociedad en su conjunto que
requiere de la participación de todos, sin distinción; El respeto de los derechos humanos en
todos los confines del territorio nacional es un fin del Estado que debe promoverse; El
desarrollo económico con justicia social y en armonía con el medio ambiente, es garantía de
paz y progreso.

El desarrollo social con equidad y bienestar, incluyendo las grandes mayorías, permite crecer
como país; Una Colombia en paz jugará un papel activo y soberano en la paz y el desarrollo
regional y mundial; es importante ampliar la democracia como condición para lograr bases
sólidas de la paz; con la disposición total del Gobierno Nacional y de las FARC.

Temas agenda de negociación:

1. Política de desarrollo agrario integral: El desarrollo agrario integral es determinante


para impulsar la integración de las regiones y el desarrollo social y económico equitativo del
país. En este tema se aborda:

El acceso y uso de la tierra, tierras improductivas, formalización de la propiedad, frontera


agrícola y protección de zonas de reserva, programas de desarrollo con enfoque territorial,
Infraestructura y adecuación de tierras.
Desarrollo social: salud, educación, vivienda, erradicación de la pobreza.
Estímulo a la producción agropecuaria y a la economía solidaria y cooperativa, asistencia
técnica, subsidios, crédito, generación de ingresos y sistema de seguridad alimentaria.
Mercadeo, formalización laboral.

2. Participación política
Derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política en general y en particular para
los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del Acuerdo Final y acceso a medios de
comunicación.
Mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa,
en los diferentes niveles y diversos temas.
Medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local
de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable, igualdad de condiciones y con
garantías de seguridad.
3. Fin del conflicto
Proceso integral y simultáneo que implica:
Cese al fuego de hostilidades bilateral y definitivo.
Dejación de las armas. Reincorporación de las FARC-EP a la vida civil–en lo económico, lo
social y lo político-de acuerdo a sus intereses.
El Gobierno Nacional, coordinará la revisión de la situación de las personas privadas,
procesadas o condenadas, por pertenecer o colaborar con las FARC-EP.
En forma paralela el gobierno nacional intensificará el combate para acabar la organizaciones
criminales y sus redes de apoyo, incluyendo la lucha contra la corrupción y la impunidad, en
particular contra cualquier organización responsable de homicidios y masacres o que atente
contra defensores de derechos humanos, movimientos sociales o movimientos políticos.
El Gobierno Nacional revisará y hará las reformas y los ajustes institucionales necesarios para
hacer frente a los retos de la construcción de la paz.
Garantías de seguridad.
En el marco de lo establecido en el Punto 5 (Víctimas) de este acuerdo se esclarecerá, entre
otros, el fenómeno del paramilitiarismo. La firma del Acuerdo Final inicia este proceso, el cual
debe desarrollarse en un tiempo prudencial acordado por las partes.

4. Solución al problema de las drogas ilícitas


Programas de sustitución de cultivos ilícitos. Planes integrales de desarrollo con participación
de las comunidades en el diseño, ejecución y evaluación de los programas de sustitución y
recuperación ambiental de las áreas afectadas por los cultivos ilícitos.
Programas de prevención del consumo y salud pública, solución del fenómenos de producción
del consumo y la salud pública

5. Víctimas
Resarcir a las víctimas está en el centro del acuerdo Gobierno Nacional –FARC-EP. En ese
sentido se tratarán: Derechos humanos de las víctimas, Verdad, Implementación, verificación
y refrendación.
La firma del Acuerdo Final da inicio a la implementación de todos los puntos acordados.
Mecanismos de implementación y verificación: Sistema de implementación, dándole especial
importancia a las comisiones de seguimiento y verificación, mecanismos de resolución de
diferencias.
Estos mecanismos tendrán capacidad y poder de ejecución y estarán confirmadas por
representante de las partes y de la sociedad según el caso”.
BIBLIOGRAFÍA:

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