11 - Historia Argentina Kapeluz - Unidad 11
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11. Ilegitimidad del sistema político y resistencia popular (1955-1966). Página 305.
2. LA RESISTENCIA POPULAR.
Los orígenes de la resistencia. Página 312.
Del sabotaje a los comandos de organización peronista. Página 312. Perón-Cooke y la organización de la resistencia.
Página 313.
Uturuncos: la guerrilla peronista. Página 313.
Las corrientes del movimiento obrero. Página 314.
El conflicto social y las organizaciones obreras. Página 314. La creación de las 62 Organizaciones. Página 315.
Combativos y moderados. Página 315.
La toma del frigorífico Lisandro de la Torre. Página 316.
El Plan Conintes y la normalización de la CGT. Página 316.
Las huelgas y los conflictos sindicales en el Interior. Página 317. La “Operación retorno” de Perón. Página 317.
PÁGINA 306.
1. EL GOLPE MILITAR Y LA “DESPERONIZACIÓN” DE LA SOCIEDAD.
Las Fuerzas Armadas: proscripción y tutelaje
Las Fuerzas Armadas justificaron su intervención en el golpe de Estado de 1955 mediante el argumento de que sus
acciones darían inicio a un verdadero proceso de democratización. Afirmaron, además, que luego de un breve período
de reorganización política se convocaría a elecciones, primero de constituyentes y, luego, presidenciales. Para llevar
adelante este propósito, sostuvieron como principio político la proscripción del peronismo, es decir, la prohibición de la
existencia de ese partido y, consecuentemente, su imposibilidad de presentarse a elecciones. Con ese fin, las Fuerzas
Armadas establecieron un tutelaje sobre el sistema político. Para ello, controlaron de cerca las decisiones de los
gobernantes civiles que asumieron la presidencia de la república en los años siguientes, y se opusieron a cualquier forma
de acuerdo o apertura que implicara la legalización política del peronismo.
Sin embargo, la mayor parte de la sociedad no acordaba con este proceso político. Estos sectores advirtieron que quienes
se presentaban como garantes de una nueva democracia habían accedido al gobierno mediante un golpe militar y la
proscripción del peronismo.
Nota del corrector: El texto original presenta el siguiente contenido a través de cuadro con el siguiente título
“Gobiernos de facto (1955-1958)”. Fin de la nota.
Nota del corrector: El texto original contiene la fotografía de un grupo de hombres reunidos y presenta el siguiente
epígrafe “La Marina, en la figura del almirante Rojas, y el Ejército, en la del general Aramburu, representaron a
los sectores militares con mayor peso político en la “Revolución Libertadora”. Fin de la nota.
PÁGINA 307.
Las reacciones de la sociedad argentina frente al golpe militar.
El golpe fue apoyado sin reservas por la burguesía agraria e industrial, los sectores medios, e instituciones como las
Fuerzas Armadas y la Iglesia. Estos grupos sociales fueron los más activos a la hora de planificar y ejecutar los cambios
políticos en 1955. Si bien cada sector tenía diferencias en cuanto a intereses y metas, coincidían en justificar el
derrocamiento del peronismo, al que consideraban un régimen autoritario, para dar inicio a un camino democrático.
Sin embargo, el frente de unidad antiperonista no fue homogéneo. Durante los primeros meses de gobierno, hubo
discrepancias que llevaron a la renuncia de Lonardi. La línea dura fue la gestora y conductora de la nueva etapa. El
general Aramburu, que reemplazó al renunciante Lonardi, sintetizó cabalmente el sentir de este sector de las Fuerzas
Armadas.
Por su parte, los sectores medios le dieron un apoyo fundamental a la “Revolución Libertadora”. Como afirma el
investigador Ezequiel Adamosky, los sectores medios aportaron multitudes durante los festejos realizados por los
dictadores en 1955, además de apoyar las decisiones más controvertidas del nuevo régimen, como fueron los
fusilamientos de 1956. La actitud de este grupo social resulta un caso particular, ya que se había consolidado
económicamente durante los años del peronismo. Al parecer, sus motivaciones hay que buscarlas en el fuerte rechazo a
las políticas pro obreras del peronismo, que se expresaron en la autoidentificación de los sectores medios como la “gente
decente”, en contraposición con las clases “plebeyas” de los “descamisados” y “cabecitas negras”.
Sin embargo, no toda la sociedad argentina coincidía con los argumentos de los grupos sociales privilegiados y medios.
La mayoría de los trabajadores consideraba que el derrocamiento de Perón era un retroceso para sus logros sociales y
políticos, y que la democracia se había debilitado a causa de este hecho. Por ello, fueron precisamente los obreros –en
ocasiones junto a otros sectores sociales– los que decidieron salir a dar batalla a un régimen que parecía tener en cuenta
solamente los intereses de las clases más acomodadas.
Nota del corrector: El texto original contiene la portada de un libro e incluye el siguiente epígrafe “El destacado
periodista Rodolfo Walsh relató el fusilamiento de los militantes peronistas en el basural de León Suárez en su libro
Operación Masacre”. Fin de la nota.
PÁGINA 308.
Elecciones y partidos políticos.
A inicios de 1956, el gobierno militar reestableció por decreto la Constitución de 1853, en reemplazo de la sancionada
en 1949. Para legalizar esos cambios, convocó a elecciones de constituyentes con el objeto de realizar una reforma
constitucional.
Durante esa elección constituyente, en 1957, se aplicó por primera vez la proscripción del peronismo, lo que anticipó la
crisis política que se avecinaba en el país. En este caso, los objetivos del gobierno militar no fueron acompañados por
la mayoría de los ciudadanos, quienes, de acuerdo con las directivas de Perón –que se hallaba en el exilio– no votaron
por ningún candidato. De esta manera, frente a la prohibición del peronismo para presentarse a elecciones, los votos en
blanco superaron a los votos por el Partido Radical. Estos resultados fueron una clara señal de la crisis de legitimidad
en la que se encontraba el sistema político.
Entonces se hizo evidente que la aceptación o el rechazo de las medidas proscriptivas comenzaba a separar a los partidos
políticos. En la reunión inagural de la Asamblea Constituyente, un sector de la UCR, encabezado por Oscar Alende –
denominado UCR Intransigente– denunció al gobierno militar porque entendía que no tenía legalidad para realizar esa
convocatoria. Antes de cerrar sus sesiones, la Asamblea legitimó la reimplantación de la Constitución de 1853 con sus
reformas, en la que incluyó el artículo 14 bis, que incorporaba solo una parte de los derechos laborales consagrados en
1949.
El radicalismo y el socialismo.
Los principales partidos apoyaron la destitución del peronismo y formaron parte de la “Revolución Libertadora” a través
de la llamada Junta Consultiva. Sin embargo, la cuestión de la proscripción del peronismo y las relaciones con los
militares generaron divisiones dentro de los partidos políticos. En 1956, la UCR se dividió en dos: la Unión Cívica
Radical del Pueblo (UCRP), liderada por Ricardo Balbín, que estuvo de acuerdo con la proscripción del peronismo, y
la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), encabezada por Arturo Frondizi y Oscar Alende, que sostuvo que era
necesario acercarse al peronismo para llegar a algún tipo de acuerdo.
Los socialistas se dividieron en el Partido Socialista Argentino (PSA), encabezado por Alfredo Palacios y Alicia Moreau
de Justo, y el Partido Socialista Democrático (PSD), liderado por Américo Ghioldi, más afín al gobierno. El Partido
Socialista de la Revolución Nacional (PSRN), conducido por Enrique Dickman, que nucleaba a diversos grupos de
izquierda que habían apoyado al peronismo, fue disuelto por el gobierno de facto en 1956. El Partido Comunista,
liderado por Vittorio Codovilla, aunque apoyó el golpe, no aceptó ser parte de la Junta Consultiva.
Como resultado de estos cambios, el sistema de partidos expresó la polarización en torno al peronismo. Mientras que la
UCRP y el PSD apoyaron la proscripción del peronismo, la UCRI y algunos sectores de la izquierda promovieron la
integración de esa fuerza política.
Nota del corrector: El texto original contiene una fotografía. Esta representa a dos hombres y contiene le siguiente
epígrafe “Ricardo Balbín y Arturo Frondizi, dirigentes, respectivamente, de la Unión Cívica Radical del Pueblo y la
Unión Cívica Radical Intransigente. Fin de la nota.
PÁGINA 309.
Liberalismo y política.
Durante el período posterior al golpe de 1955, el liberalismo fue una de las posiciones políticas dominantes. Aunque no
representaban específicamente a ningún partido, las ideas liberales estaban encarnadas en las grandes corporaciones
productivas, como la Sociedad Rural y la Unión Industrial, y en ocasiones eran expresadas por los militares. En el
contexto político de entonces, los liberales optaron por lo que consideraban “el mal menor”: el radicalismo del pueblo
o el desarrollismo.
Los liberales criticaban el modelo de industrialización de las décadas de 1940 y 1950, además de las prácticas sociales
y políticas asociadas al peronismo. Cuestionaban el supuesto según el cual el desarrollo industrial debía ser la actividad
principal de la Argentina y entendían que desde 1946 se había producido en el país un crecimiento notable de la
indisciplina obrera y, a la vez, una marcada ineficiencia de la burguesía industrial. Para este sector, el mercado debía
ser el escenario natural en el que se resolvía el modelo económico, basado en la producción agropecuaria y en una
apertura a los mercados internacionales.
Asimismo, consideraban que el Estado debía restringir su presencia en los aspectos económicos y remitirse a facilitar
incentivos que favorecieran la iniciativa del sector privado. El principal representante de esta posición fue el ingeniero
Álvaro Alsogaray.
Nota del corrector: El texto original contiene una fotografía con el siguiente epígrafe “El economista Álvaro
Alsogaray representó las ideas e intereses de los grandes grupos empresariales de tradición liberal”. Fin de la nota.
PÁGINA 310.
La presidencia de Frondizi.
Las elecciones para presidente se realizaron, finalmente, en febrero de 1958. Las dos fuerzas políticas de origen radical
se disputaron la elección: la UCRI, con la candidatura de Arturo Frondizi, y la UCRP, con la de Ricardo Balbín.
En este escenario electoral, las Fuerzas Armadas cumplieron el papel de tutelaje y control que previamente se habían
asignado, aunque no lo reconocieron públicamente. De los dos partidos en pugna, los militares depositaban mayores
expectativas políticas en el radicalismo de Balbín. Esta posición se explica en el antiperonismo de la UCRP y en la
coincidencia de ambos sectores en que la única forma de garantizar la estabilidad democrática era mantener la
proscripción del peronismo. En cambio, la UCRI se presentó como opositora al gobierno de facto, ya que dejó entrever
un acercamiento al peronismo y reivindicó posiciones “progresistas” que resultaron de interés para algunos adherentes
de izquierda, e incluso para algunos sectores del peronismo.
Finalmente, Frondizi obtuvo el 49% de los votos, Balbín el 29% y los votos en blanco fueron del 8,5%. Los votos de
Frondizi resultaron de la suma de los que había obtenido la UCRI y los votos en blanco de las elecciones de
constituyentes de julio de 1957.
Masivamente, el peronismo votó a Frondizi, otorgándole una amplia mayoría. Aunque los propios protagonistas lo
negaron, era sabido entonces que antes de las elecciones Frondizi y Perón habían llegado a un acuerdo por el que los
peronistas votarían al candidato de la UCRI.
Desarrollismo y ajuste económico.
Una vez en la presidencia, Frondizi tomó una serie de medidas relacionadas con sus propuestas preelectorales, entre
ellas, un aumento de salarios del 60%, aunque este porcentaje solo fue equivalente al aumento en el nivel de los precios.
En el plano económico, el gobierno llevó adelante el denominado Plan Desarrollista, elaborado por un equipo
encabezado por Rogelio Frigerio, uno de los líderes económicos de la UCRI. El objetivo principal de esta propuesta era
promover el desarrollo de la industria pesada – metalurgia, siderurgia y petroquímica– con el aporte de inversiones
extranjeras, principalmente norteamericanas. Al mismo tiempo, planteaba una modernización en el área rural, mediante
la mecanización de las tareas, que permitiría incrementar su producción. De esta manera, aumentarían los saldos
exportables y se lograría un alza en la balanza comercial.
La aplicación de este plan generó un aumento de las inversiones extranjeras y un desarrollo en la producción de acero,
petróleo y automóviles. Sin embargo, estos resultados coexistieron con una creciente inflación y dificultades en la
balanza de pagos. Para resolver estos problemas, Frondizi designó como ministro de Economía al representante del
liberalismo económico Álvaro Alsogaray, quien puso en práctica un “Plan de Estabilización”. Las medidas básicas de
este plan fueron el congelamiento de salarios y la eliminación de las regulaciones del Estado, cuya aplicación dio como
resultado bajas en los salarios de los trabajadores y desocupación. Consecuentemente, se agudizaron los conflictos
sociales.
Nota del corrector: El texto original contiene una imagen. Esta representa un afiche con la siguiente leyenda “Perón
explica por qué y cómo apoya a Frondizi” y el siguiente epígrafe “Frondizi se comprometió con Perón a normalizar
la actividad de los sindicatos y a permitir la participación política de los peronistas”. Fin de la nota.
PÁGINA 311.
La política petrolera, los debates y los capitales extranjeros.
La política petrolera de Frondizi generó polémicas que atravesaron toda su gestión de gobierno. En julio de 1956, firmó
varios contratos con empresas petroleras de origen normeamericano que operarían por cuenta de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales (YPF), con la finalidad de obtener el autoabastecimiento. Esta política se contraponía con la opinión
que había sostenido Frondizi respecto de la capacidad de autoabastecimiento de YPF, sin necesidad de inversiones
extranjeras, cuando Perón intentó firmar un contrato similar durante su segunda presidencia.
Debido a este cambio de posición respecto del tema petrolero, Frondizi perdió credibilidad social. A pesar de que al
poco tiempo aumentó notablemente la producción de petróleo, la oposición argumentó que producirlo en el país por
medio de las concesionarias resultaba más costoso que importarlo. También cuestionó que el presidente no le hubiera
dado participación al Congreso en este tema de interés nacional.
Los debates sobre la política petrolera se sumaron a las dificultades económicas y los conflictos con los trabajadores,
por lo que, a poco de iniciado el gobierno de Frondizi, se originó un clima de malestar social. Además, entre los
funcionarios del propio gobierno existieron diferencias en temas clave. Como consecuencia de estos conflictos internos,
a fines de 1958, el secretario de Relaciones Económicas Rogelio Frigerio y el vicepresidente Alejandro Gómez
renunciaron a sus cargos.
Nota del corrector: El texto original contiene una imagen. Esta representa, de forma cómica, al presidente Arturo
Frondizi e incluye el siguiente epígrafe “Caricatura en la que se lee: “¿Ves, Arturo? Esto te pasa por hablar tanto
del petróleo”, publicada en Tía Vicenta, 1957”. Fin de la nota.
1. Analicen las diferentes posiciones de los partidos políticos ante la proscripción del peronismo.
2. Relacionen y comparen la política petrolera del peronismo con la del gobierno de Frondizi.
3. Expliquen el papel de las Fuerzas Armadas a partir de la “Revolución Libertadora”.
PÁGINA 312.
2. LA RESISTENCIA POPULAR.
Los orígenes de la resistencia.
Luego del derrocamiento del peronismo en 1955, la “Revolución Libertadora” inauguró su gobierno con políticas de
represión y persecución de los militantes peronistas. Con el objetivo de erradicar al peronismo aplicó el decreto 4161
por el que no solo prohibía toda actividad política y sindical de ese partido, sino que además censuraba que se nombrase
a Perón o que se cantase la marcha partidaria.
Además de las cláusulas proscritivas, el gobierno de facto impulsó políticas que alteraron las conquistas obtenidas por
los trabajadores en años anteriores. Se estableció que los futuros acuerdos salariales entre empresarios y obreros debían
estar sujetos a los niveles de productividad, de acuerdo con una reivindicación patronal planteada desde los años del
peronismo. Al mismo tiempo, el gobierno permitió despidos masivos en las fábricas, que incluían a muchos delegados
obreros. Uno de los objetivos de las patronales era realizar reformas en las plantas y eliminar el poder de las comisiones
internas.
Al poco tiempo, estas medidas generaron numerosas acciones que dieron origen a un proceso de luchas en oposición al
nuevo gobierno militar. Sus protagonistas fueron mayoritariamente trabajadores y lo denominaron “resistencia
peronista”. Este movimiento asumió varias modalidades organizativas: desde reacciones individuales, comandos más o
menos organizados, acciones sindicales y guerrilleras, hasta un levantamiento militar, como el alzamiento de 1956.
Al mismo tiempo, comenzaron a surgir grupos organizados, de carácter clandestino, luego llamados “comandos”. Los
comandos de la resistencia peronista estaban formados mayoritariamente por obreros, aunque en numerosos barrios
estuvieron intergrados por vecinos con diferentes profesiones, como ocurrió en la localidad de Pergamino en la provincia
de Buenos Aires. Hacia 1956 se calcula que existían más de 200 comandos, de los que formaban parte más de 10.000
hombres. A fines de ese año comenzaron a utilizarse de manera intensa bombas caseras, conocidas como “caños”, con
la finalidad de atentar en sedes militares o incluso en plantas fabriles.
Nota del corrector: El texto origina contiene una caricatura con el siguiente epígrafe “Caricatura en la que se satiriza
sobre el antiperonismo del almirante Rojas, publicada en la revista Tía Vicenta, 1957”. Fin de la nota.
PÁGINA 313.
Perón-Cooke y la organización de la resistencia.
Luego del golpe de 1955, Perón debió exiliarse primero en Paraguay, posteriormente, en Centroamérica, y finalmente,
en España. Pese a este alejamiento obligado, su influencia en la política argentina fue constante.
Durante esos años, Perón designó como su delegado en la Argentina a John William Cooke, quien había sido diputado
peronista hasta 1955. Su función como delegado era establecer el nexo entre Perón y las organizaciones del movimiento
peronista, además de aportar a la coordinación de la resistencia. Conforme avanzaba este proceso, Perón se propuso
establecer lazos de mayor organicidad entre los comandos y las acciones sindicales. Por eso, Cooke se dedicó a generar
acciones para favorecer la planificación de la resistencia.
Durante esa etapa surgieron y se afianzaron un conjunto de valores políticos que se convirtieron con el tiempo en parte
de la tradición peronista, entre ellos, el rescate del espíritu de lucha solidaria, la confianza en las fuerzas propias de los
trabajadores y la reivindicación del retorno de Perón. Este alentaba este proceso, promoviendo la unidad del movimiento
peronista, e incluso la vía insurreccional violenta. Esta situación contribuyó a que los gobiernos de esta etapa tuvieran
limitada legitimidad, especialmente a partir de las continuas prohibiciones al peronismo.
La participación activa de John William Cooke en estas jornadas de resistencia contribuyó a otorgar al peronismo una
interpretación de clase, con una fuerte orientación de izquierda. El intercambio de cartas entre Perón y Cooke dio origen
a un extenso circuito de contactos con las organizaciones de base, que aspiró a planificar la rebelión civil. Luego de la
Revolucion Cubana de 1959, Cooke le propuso a Perón exiliarse en ese país, aunque esta propuesta finalmente no se
concretó. Año tras año se fue generando una expectativa, tanto entre sus seguidores como entre sus detractores, respecto
a la posible vuelta de Perón al país, hasta que este tema se convirtió en un mito.
Nota del corrector: El texto original contiene una fotografía con el siguiente epígrafe “Detención de guerrilleros del
grupo Uturuncos en el monte tucumano, 7 de noviembre de 1959”. Fin de la nota.
PÁGINA 314.
Las corrientes del movimiento obrero.
Luego de la caída de Perón, los sindicalistas, que habían sido encarcelados y que tenían intervenidos sus sindicatos por
decreto de los militares, comenzaron a reorganizarse en un nucleamiento clandestino que denominaron cgt Auténtica.
Esta organización tuvo el apoyo del propio Perón y promovió la no presentación a las elecciones sindicales convocadas
bajo el tutelaje militar.
A pesar de ello, un grupo de nuevos dirigentes, protagonistas de la resistencia, decidieron presentarse a elecciones
sindicales a mediados de 1957, aunque sus gremios estaban intervenidos por las Fuerzas Armadas. De esta manera, un
sector del sindicalismo logró recuperar los principales sindicatos industriales. Las corrientes sindicales de izquierda
triunfaron en gremios como los de la madera, la construcción y el sector de prensa. En este período, peronistas y
comunistas conformaron la denominada Comisión Intersindical que coordinó la lucha gremial y preparó la
reorganización de la central obrera. Finalmente, a mediados de 1957, se realizó el proceso de normalización de la cgt en
un acto dirigido por el interventor militar, en el que participaron sindicalistas de diferentes corrientes.
Nota del corrector: El texto original contiene la fotografía de un hombre e incluye el siguiente epígrafe “Julio
Guillán, dirigente de los telefónicos, uno de los gremios más combativos en los años de la “resistencia peronista”.
Fin de la nota.
PÁGINA 315.
La creación de las 62 Organizaciones.
El proceso de normalización dirigido por los militares en 1957 trajo como consecuencia la división dentro de las filas
sindicales. Algunos gremialistas interpretaban que había que privilegiar la lucha gremial y resguardar en lo posible las
estructuras sindicales.
Otros, por el contrario, entendían que debían profundizar la lucha política y relacionarla con la oposición a los militares.
Durante el proceso de normalización de la cgt, estas diferencias quedaron en evidencia. Como la mayoría de los
delegados eran peronistas, los sindicatos afines al gobierno de facto decidieron retirarse del proceso de normalización
sindical. Este grupo estaba conformado por 32 sindicatos; por eso, se autodenominó los “32 Sindicatos Democráticos”.
El grupo mayoritario estaba conformado por 62 sindicatos, por lo que se constituyeron como las “62 Organizaciones”.
De este sector participaban sindicalistas peronistas, entre los que se encontraba el metalúrgico José Rucci; Jorge Álvarez,
del gremio de la sanidad y Eleuterio Cardozo, del gremio de la carne. También hubo otra escisión constituida por 19
sindicatos comunistas, que se denominaron Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical (mucs). Los militares
interventores, frente al casi seguro triunfo de los sindicalistas peronistas, prefirieron entregar la conducción de la cgt a
un grupo de sindicalistas antiperonistas.
Combativos y moderados.
Al poco tiempo, dentro de las 62 Organizaciones se fueron definiendo dos posiciones. Por un lado, se consolidó una
corriente de sindicalistas duros o combativos, constituida por aquellos sindicalistas de la segunda línea sindical,
responsables de las perseguidas comisiones internas y triunfadores en las diferentes elecciones para la normalización
gremial. Entre ellos se destacó Sebastián Borro, trabajador del gremio de la carne que sobresalió como uno de los
símbolos de la resistencia al gobierno militar. En 1956, su gremio encabezó en el frigorífico Lisandro de la Torre un
proceso de huelgas y movilizaciones contrarias a las primeras políticas interventoras de la “Revolución Libertadora”.
Por otra parte, el sector moderado del sindicalismo estaba representado por viejos dirigentes que aspiraban a mantener
sus sindicatos, incluso negociando con el gobierno militar. Entendían que debían preservar sus espacios sindicales y
mínimas conquistas, aun a costa de colaborar con los interventores. Uno de los dirigentes que representó esta postura
fue Eleuterio Cardozo, perteneciente al gremio de la carne. Posteriormente, esta postura fue expresada también, aunque
con variantes, por el dirigente metalúrgico Augusto T. Vandor, por lo que esta corriente fue denominada “vandorismo”.
De esta manera se hacía referencia a una postura sindical moderada, afín a la negociación con los poderes de turno.
Durante el gobierno de Frondizi se produjeron divisiones entre los protagonistas de la “resistencia”, sobre todo porque
algunos sectores esperaban que el nuevo gobierno cumpliera con sus promesas de normalización gremial y política.
Nota del corrector: El texto original contiene una fotografía. Esta representa el retrato de un hombre e incluye el siguiente
epígrafe “Augusto T. Vandor condujo el sector sindical conocido como “vandorismo”, que, con sus prácticas
negociadoras y reticentes a la democracia sindical, dio origen a la llamada “burocracia sindical”. Fin de la nota.
PÁGINA 316.
La toma del frigorífico Lisandro de la Torre.
En enero de 1959, el presidente Frondizi, conforme al impulso de políticas de aliento al sector privado, envió al Congreso
de la Nación un proyecto de ley para privatizar el frigorífico Lisandro de la Torre, del barrio de Mataderos, en la Capital
Federal. Al enterarse de tal decisión, los trabajadores de la planta se concentraron frente a la sede del Poder Legislativo.
Pese a que obtuvieron el compromiso de que la ley no iba a ser aprobada, esta fue votada por las dos cámaras. La
respuesta obrera fue inmediata.
Los trabajadores ocuparon el frigorífico y declararon una huelga hasta que la ley fuera vetada. Unos días después, el
Ejército y la polícia asaltaron con violencia la fábrica para llevar adelante el desalojo. El gobierno de Frondizi desplegó
una inusitada fuerza represiva y se produjo un duro enfrentamiento con los trabajadores. Inmediatamente, las 62
Organizaciones peronistas declararon una huelga general, a la que se sumaron los 32 Gremios Democráticos y los
comunistas. Aunque la huelga general se extendió por tres días, el frigorífico fue privatizado y la mitad de los
trabajadores fueron despedidos.
Nota del corrector: El texto original contiene una fotografía. Esta representa la fachada de un edificio y un gran
número de trabajadores reunidos en su puerta, detrás de ellos una bandera indica “Frigorífico ocupado por sus
trabajadores”. Además, esta fotografía presenta el siguiente epígrafe “La toma del frigorífico Lisandro de la Torre
provocó el despliegue de fuerzas militares, que ingresaron a la planta violentamente para desalojar a los obreros”.
Fin de la nota.
PÁGINA 317.
Las huelgas y los conflictos sindicales en el interior.
A comienzos de la década de 1960, el conflicto sindical se extendió a todo el país, sobre todo en relación con las
economías regionales afectadas por los planes de estabilización aplicados por los gobiernos del período. Los
acontecimientos más graves ocurrieron en la región azucarera, centrada en la provincia de Tucumán, donde numerosos
ingenios suspendieron la zafra de la caña y restringieron la producción. Hacia fines de 1965 este proceso se agudizó,
ante lo cual la Federación Obrera Tucumana de los Trabajadores de la Industria del Azúcar (fotia), junto con los
pequeños productores cañeros y la cgt regional, declararon un plan de lucha. Reclamaban el pago suspendido de salarios
y el otorgamiento de créditos para los productores necesitados.
Las medidas de acción directa de los trabajadores culminaron con la toma de ingenios azucareros, bloqueos de
embarques de producción y atentados de diversa magnitud. En respuesta, el gobierno ordenó el encarcelamiento de los
líderes sindicales, entre los que se hallaba Atilio Santillán, dirigente de la FOTIA y del incipiente Movimiento Peronista
Revolucionario, y la represión del movimiento.
Nota del corrector: El texto original contiene la imagen de una mujer trabajando en un entorno rural y presenta el
siguiente epígrafe “Mujer de la zafra, grabado de Víctor Rebuffo, 1949”. Fin de la nota.
1. Analicen las causas de la llamada “resistencia peronista”.¿Qué formas organizativas asumió?
2. Identifiquen y expliquen las diferentes corrientes del sindicalismo argentino durante el período 1955-1966.
3. ¿Cuál fue la importancia política del Plan Conintes? ¿Cómo respondieron los trabajadores?
PÁGINA 318.
PÁGINA 319.
Las elecciones de 1963.
El escenario de la nueva convocatoria a elecciones para julio de 1963 no se mostraba muy estable. A la crisis militar se
le sumaba una situación económica de emergencia. El ministro de Economía Álvaro Alsogaray anunció la imposibilidad
de pagar los sueldos y aguinaldos de la administración pública, por lo que se abonarían en cuotas. Al mismo tiempo, la
CGT rechazó con huelgas y movilizaciones las medidas económicas tomadas por el gobierno.
La convocatoria a elecciones tuvo como protagonistas a los partidos tradicionales, es decir, la UCRI, la UCRP, pero
también al naciente UDELPA – Unión del Pueblo Argentino –. Con respecto al peronismo, se mantuvo su proscripcion.
Ante la habilitación por parte del gobierno de una alianza llamada Unión Popular, que en princpio iba a representar al
peronismo, resurgieron las presiones militares. Sin embargo, como esa fuerza política no llegaba a expresar a la totalidad
de sus adherentes, el peronismo, finalmente, llamó a votar en blanco. La UCRI llevó como candidato a presidente a
Oscar Alende y la UCRP lo hizo con la fórmula Arturo Illia-Juan Carlos Perette. Por su parte, un sector de derecha
impulsó la creación de la udelpa, que candidateó a Pedro Eugenio Aramburu, quien había sido presidente durante la
“Revolución Libertadora”.
Finalmente, Arturo Illia fue elegido como el nuevo presidente. Sin embargo, los resultados no parecían quebrar el clima
de ilegitimidad del sistema político ya que el nuevo presidente había sido elegido solo con el 25% de los votos, al que
seguían un elevado número de votos en blanco (19%).
Nota del corrector: El texto original presenta el siguiente contenido en un cuadro titulado “Presidentes (1958-1966)”.
Fin de la nota.
Nota del corrector: El texto original contiene la fotografía de afiches de campaña electoral. Esta imagen presenta el
siguiente epígrafe “Las elecciones de 1963 tuvieron un marco de ilegitimidad debido a la proscripción del peronismo.
Por eso, el resultado fue un gobierno débil”. Fin de la nota.
PÁGINA 320.
El gobierno de Illia.
Illia conformó su gabinete con representantes de su propia fuerza política, la UCRP, además de integrantes de la UCRI
y de la UDELPA. Los grupos que apoyaron al gobierno fueron muy diversos: representaban a sectores de la burguesía
más acomodada y a profesionales de diferentes áreas. Este gobierno adoleció de múltiples debilidades políticas, entre
ellas, su relación estrecha con el grupo de los “colorados” de las Fuerzas Armadas, en tiempos en que el sector azul
dominaba la escena militar. Por otro lado, tenía minoría en el Congreso Nacional y notables diferencias con los
sindicatos, debido ante todo a que la UCRP había apoyado activamente a la “Revolución Libertadora”.
El gobierno de Illia, desde una clara posición de debilidad, procuró gobernar con un estilo moderado y conservando
posturas cercanas a las tradiciones de su partido. Sin embargo, al mantener la prohibición del peronismo, este tema se
constituyó en uno de los principales obstáculos para intentar cualquier posible retorno a la normalidad institucional. Las
acciones sindicales de rechazo al gobierno y el reclamo por el retorno de Perón se sucedieron de manera corriente. Ante
esta situación, el gobierno decidió reprimir con dureza, pero en 1964 los sindicatos respondieron con un Plan de Lucha
de la CGT, que culminó con el encarcelamiento de más de 120 dirigentes sindicales y el embargo de sus bienes. Hacia
fines de 1965, en respuesta a nuevas manifestaciones obreras, la policía asesinó a tres obreros. Estos hechos fueron una
seria limitación para que el gobierno pudiera dar cuenta de un proceso de normalización democrática.
Las medidas económicas.
A diferencia de la UCRI, la UCRP mantuvo ciertas posiciones de tipo nacionalista, por lo que se opuso a muchas de las
medidas tomadas por el gobierno de Frondizi. En ese sentido, Illia consideraba que el Estado debía mantener su
intervención en algunos sectores clave. En febrero de 1964, el Congreso de la Nación votó una ley que permitía al Poder
Ejecutivo establecer precios máximos y mínimos, e incluso topes en las ganancias. Al mismo tiempo, creó un Consejo
de Abastecimientos con la finalidad de combatir el “mercado negro” y la especulación con los alimentos. Además, en
respuesta a los fuertes reclamos del movimiento obrero, se estableció un salario mínimo, vital y móvil. Estas medidas
no fueron las esperadas por los sectores empresariales más concentrados, quienes veían en ellas rastros del
intervencionismo estatal que le habían criticado al peronismo.
Sin embargo, estas acciones no obtuvieron los resultados esperados. El salto industrial que había pegado esta actividad
desde los años de Perón hasta el período de Frondizi estaba llegando a su fin. Entre 1962 y 1963 comenzaron a advertirse
los límites del proceso de sustitución de importaciones. Debido a esta situación, los conflictos se profundizaron,
produciéndose constantes tomas de fábricas y huelgas. Los grupos capitalistas se alarmaron ante la incapacidad del
gobierno de Illia de poner límites al avance obrero y peronista, y los serios problemas que existían para que la economía
capitalista funcionara conforme a sus necesidades.
Nota del corrector: El texto original contiene una fotografía con el siguiente epígrafe “El gobierno de Arturo Illia
fue duramente presionado y criticado por la prensa de derecha vinculada a las Fuerzas Armadas y a los partidos
liberales”. Fin de la nota.
PÁGINA 321.
La situación del sindicalismo.
En 1963, en el Congreso normalizador de la CGT, el sindicalismo peronista recuperó la mayor parte de los gremios. Las
62 Organizaciones estaban en clara mayoría respecto de los gremios no peronistas y controlaban casi todas las
regionales. Por su parte, los agrupamientos no peronistas, como los 32 Gremios Democráticos, redujeron su
representación sindical y los comunistas del MUCS quedaron restringidos a unos pocos sindicatos.
Desde 1963, la corriente “vandorista” predominó en la CGT, especialmente en los gremios tradicionales, como el
metalúrgico. Vandor pasó de plantear una fuerte oposición al régimen de 1955 a la aceptación de políticas de acuerdos
con las patronales y los gobiernos de turno. Los líderes más combativos, como Borro, Di Pascual y Jonsch, se apartaron
del comité coordinador y caracterizaron al “vandorismo” como parte de una nueva “burocracia sindical”, basada en el
pragmatismo político. Además de estas dos corrientes, en 1964 surgió un tercer sector, el de los denominados
independientes, encabezado por Armando March. Este grupo discrepaba con la estrategia de Vandor ya que entendía
que el plan de lucha debía restringirse tan solo a aspectos reivindicativos. Para los “vandoristas” de las 62
Organizaciones el Plan de Lucha de la CGT debía dar cuenta de un reclamo que involucrase aspectos políticos, como el
retorno de Perón y la legalización del peronismo. Hacia 1965, las diferencias entre los tres sectores del sindicalismo se
profundizaron. Los combativos afirmaban que Vandor quería demostrar que su sector era el único que podía controlar
al sindicalismo y, a la vez, el único interlocutor frente a los grupos de poder. Señalaban con insistencia que Vandor
aspiraba a reemplazar a Perón.
Al poco tiempo, Alonso, líder de la CGT y antiguo aliado de Vandor, impulsó la creación de otro agrupamiento que se
denominó las 62 Organizaciones de Pie Junto a Perón, que tuvo el apoyo de los gremios combativos antivandoristas.
Debido a ello, Alonso fue expulsado de su cargo de secretario general, lo que contribuyó a que se profundizaran los
enfrentamientos entre las diferentes fracciones del sindicalismo.
Nota del corrector: El texto original contiene la fotografía de un gran número de personas desarrollando una
manifestación y presenta el siguiente epígrafe “Durante el gobierno de Illia, el sector sindical tomó numerosas
medidas de fuerza, entre ellas el Plan de Lucha de 1964, que tuvo un notable alcance entre lostrabajadores”. Fin de
la nota.
PÁGINA 322.
Política exterior, organismos internacionales y alineamiento hemisférico.
Los años que comprendieron los gobiernos de Frondizi e Illia fueron sumamente intensos en materia de política exterior.
Durante su presidencia, Frondizi se propuso intensificar las relaciones con las principales potencias internacionales, para
lo cual realizó numerosos viajes al exterior, sobre todo a países de Europa y a los Estados Unidos.
Estos viajes se produjeron en el contexto de la llamada Guerra Fría, que enfrentaba a las dos grandes potencias del
momento: la URSS y los Estados Unidos. Este último país reclamaba a la región latinoamericana un alineamiento
político a cambio de acuerdos económicos y favores políticos. Por su parte, la Argentina venía de un período conflictivo
en su relación con los Estados Unidos, situación que los nuevos gobiernos, desde la “Revolución Libertadora”,
pretendían revertir.
En 1959 se produjo la Revolución Cubana que afectó de manera notable las relaciones internacionales. El alineamiento
de Cuba con el socialismo soviético y la influencia que provocó en las organizaciones guerrilleras de América latina
generaron fuertes controversias en la región. En un principio, el gobierno de Frondizi observó el proceso cubano con
cierta adhesión, lo que ocasionó un fuerte cuestionamiento por parte de las Fuerzas Armadas argentinas. Otros
acontecimientos agravaron aún más la situación, en particular, la entrevista secreta entre uno de los líderes de la
Revolución Cubana, Ernesto “Che” Guevara, y el presidente Frondizi en la Quinta de Olivos, a fines de 1961. Al tiempo,
la Argentina ratificó su posición abstencionista en la Organización de los Estados Americanos (oea), desobedeciendo el
mandato opositor que impulsaban los Estados Unidos para la región. Este conjunto de hechos provocaron serios planteos
de los militares sobre el gobierno de Frondizi.
Durante la presidencia de Illia, los efectos de la Guerra Fría se profundizaron y un nuevo conflicto se sumó a la contienda
mundial, la guerra de Vietnam. En esa guerra, los Estados Unidos se enfrentaron con los vietnamitas del Norte, de
orientación comunista. Ante estos acontecimientos, la Argentina adoptó una posición de neutralidad, que fue duramente
criticada por los sectores militares y los partidos de derecha, que acusaron al gobierno de “permisividad ante el avance
del comunismo”.
Nota del corrector: El texto original contiene la fotografía del retrato de Ernesto “Che” Guevara. Esta imagen
presenta el siguiente epígrafe “El 18 de agosto de 1961, el ministro de Industria de Cuba, Ernesto “Che” Guevara,
se entrevistó con el presidente Frondizi, luego de su paso por el Uruguay”. Fin de la nota.
PÁGINA 323.
El golpe militar de 1966: el fin de una etapa.
Al panorama económico-social crítico del gobierno de Illia se le sumaron algunas controvertidas decisiones políticas.
El gobierno modificó la Ley de Asociaciones Profesionales, por lo cual quedó limitada la participación de los sindicatos
en política. Como consecuencia de esta decisión, aumentaron las huelgas y la toma de fábricas en todo el país. Por su
parte, algunos sectores empresariales no aprobaron la Ley de Medicamentos establecida por el gobierno, que otorgaba
ventajas a las empresas locales frente a las extranjeras.
Los rumores de golpe militar comenzaron a crecer en el conjunto de la sociedad. Los militares creían que el gobierno
de Illia no representaba un freno al peronismo y a los gremios; por eso, comenzaron a hacer declaraciones públicas en
las que manifestaban su preocupación y malestar por los serios problemas que atravesaba la Argentina. Durante una
reunión con Illia, los militares le expusieron tres temas de su preocupación: la necesidad de contar con un plan político;
el avance del comunismo y la preparación de medidas para garantizar el orden. Estos encuentros se parecían a los
planteos que anticiparon el golpe militar contra Frondizi en 1962. El clima político nacional era el de un golpe inminente.
Los partidos políticos, los medios y la calle así parecían percibirlo. Finalmente, el 28 de junio de 1966, un golpe militar
encabezado por los comandantes en jefe de las tres fuerzas derrocó al gobierno de Illia y nombró al general Juan Carlos
Onganía como presidente de la Nación. Como afirma el investigador Marcelo Cavarozzi, la estrategia de los gobiernos
semi-democráticos sostenidos por los militares y los grupos económicos más concentrados llegaba a su fin. Se iniciaba
entonces otra modalidad política de dominación: el Estado burocrático-autoritario, sostenido por las Fuerzas Armadas
y la gran burguesía industrial y rural.
Nota del corrector: El texto origina presenta la portada de una revista donde una tortuga camina sobre un mapa de
la argentina. Esta imagen presenta el siguiente epígrafe “Para desprestigiar a Illia, las publicaciones opositoras lo
presentaban como una tortuga”. Fin de la nota.
1. Analicen en qué condiciones políticas asumió la presidencia Arturo Illia.
2. ¿Cómo influyeron en la Argentina las principales problemáticas de la Guerra Fría?
3. ¿Cuáles fueron los factores que provocaron el golpe de Estado contra Illia? ¿Por qué se consideraba que su
gobierno era débil?
PÁGINA 324.
EL CINE, UNA INDUSTRIA NACIONAL.
El ocaso del cine de estudios y la era del autor.
Cuando los jóvenes vienen marchando. Tras el golpe de 1955 se produjeron grandes cambios en relación con el cine
nacional. Como consecuencia de la entrada indiscriminada de películas extranjeras, la mayoría de los estudios cerraron
sus puertas. En 1957 se estrenaron 686 películas extranjeras y solo 15 argentinas.
Esta situación comenzó a revertirse con la creación del Instituto Nacional de Cinematografía en 1957, que cobró mayor
impulso durante la presidencia de Frondizi. A través de este organismo, se implementaron medidas de protección para
el cine local, créditos para la producción y premios anuales con incentivos económicos.
Durante esta etapa se inició el cine de autor, un movimiento que se alejó de la producción industrial de los grandes
estudios para mostrar la impronta de cada director. El cine de autor tuvo una fuerte vinculación con la literatura a partir
de la adaptación de obras de destacados autores contemporáneos, como Augusto Roa Bastos, David Viñas y Beatriz
Guido. Esta última escritora elaboró los guiones de algunas de las obras más destacadas del período, dirigidas por
Leopoldo Torre Nilsson, entre ellas, La casa del ángel (1957) y La mano en la trampa (1961).
La formación de los cineastas también cambió. En 1956 se creó la primera Escuela de Cine en la Universidad de La
Plata y el Instituto de Cinematografía de la Universidad del Litoral, cuyo fundador, Fernando Birri, realizó el documental
Tire dié (1958), en el que mostró la situación de los niños pobres de Santa Fe. Al mismo tiempo, se desarrollaron los
cines-club, como el Cine Club Núcleo, dirigido por Salvador Sammaritano, que difundió movimientos como la Nouvelle
Vague y exhibió películas de distintos lugares del mundo.
A partir de 1960, las nuevas generaciones de directores, englobados en el denominado Nuevo Cine Argentino, realizaron
sus primeras obras con un fuerte compromiso social. Entre sus temas más frecuentes se hallaban la falta de oportunidades
de los jóvenes, la desintegración de los lazos familiares y los cambios en el papel de la mujer. Sus obras más importantes
fueron Los jóvenes viejos (1962) y Pajarito Gómez (1965), ambas de Rodolfo Kuhn; Alias Gardelito (1961), de Lautaro
Murúa; Prisioneros de una noche (1962), de David Kohon y Circe (1964), de Manuel Antín.
Dos directores debutantes se destacaron en este período: Fernando Ayala, con El jefe (1958), y Leonardo Favio, con
Crónica de un niño solo (1965). Además, directores consagrados presentaron sus últimos trabajos con gran éxito, como
Mario Soffici con Rosaura a las diez (1958).
En 1966, el golpe de Estado de Onganía marcó el final del Nuevo Cine Argentino y el comienzo de una época dominada
por la censura.
Nota del corrector: El texto original contiene dos fotografías con los siguientes epígrafes “Leonardo Favio durante
la filmación de una de sus películas” y “La casa del ángel, dirigida por Leopoldo Torre Nilsson, es considerada una
de las mejores películas de la historia del cine argentino”. Fin de la nota.
PÁGINA 325.
Los niños viejos.
Crónica de un niño solo es la ópera prima de Leonardo Favio, estrenada el 5 de mayo de 1965, y producida por Real
Films. Fue filmada en el viejo edificio de la Facultad de Arquitectura de Buenos Aires. Obtuvo el premio Cóndor de
Plata a la mejor película, otorgado por el Instituto Nacional de Cinematografía en 1966, y el premio a la mejor película
en el Festival de Cine de Mar del Plata de 1965.
La historia está inspirada en las propias vivencias de infancia de Favio y se centra en Polín, un chico alojado en un
reformatorio, que escapa para volver a la villa miseria donde nació, para encontrarse con la misma indiferencia que en
el lugar anterior.
Leonardo Favio, que había comenzado su vinculación al cine como actor en destacadas películas como El jefe y La
mano en la trampa, logró en este, su primer filme, una cruda descripción de la infancia de un chico marginal, abandonado
por la sociedad, y expuesto siempre al maltrato y a los peligros de la calle.
El relato puede dividirse en dos partes: en primer lugar se describe la estadía de Polín en el reformatorio, un lugar de
represión y castigo que no ayuda a los chicos allí alojados, sino que, por el contrario, los vuelve más rebeldes. Polín
sueña todo el tiempo con escapar de ahí, hasta que finalmente lo logra.
La segunda parte narra las vivencias del protagonista en la villa miseria de donde provenía, marcadas por las difíciles
situaciones que producen la miseria y la marginalidad. Hasta en los momentos de mayor libertad, el niño es acechado
por el peligro.
Con un registro cercano al documental, Favio nos muestra el Desamparo de un niño al que la sociedad ha dejado de lado
y nos revela, al mismo tiempo, un Estado represivo, que iba a mostrar su lado más siniestro poco tiempo después.
Crónica de un niño solo tiene grandes méritos técnicos, desde los excelentes movimientos de cámara hasta el notable
manejo de las sombras, similar al utilizado por los directores expresionistas del cine europeo.
Nota del corrector: El texto original presenta la portada del afiche de una película titulada “Crónica de un niño
solo”. Fin de la nota.
Ficha técnica.
Título: Crónica de un niño solo. Año: 1965.
Director: Leonardo Favio. Guión: Leonardo Favio.
Intérpretes: Diego Puente, Tino Pascali, Cacho Espíndola, Leonardo Favio. Guía de análisis de la película.
1. Reflexionen acerca del sistema imperante en el reformatorio. ¿Qué relaciones pueden establecer con el avance
del autoritarismo en la sociedad argentina del período?
2. Analicen los vínculos que se originan entre los chicos del reformatorio y los objetivos que persiguen.
3. Comparen los dos ámbitos donde se desarrolla la historia de Polín y señalen similitudes y diferencias.
4. Analicen la escena en la que los niños se bañan en el río y su simbología.
5. Describan las actitudes de los adultos con respecto al protagonista.
6. Reflexionen acerca de la mirada a cámara de Polín en la última escena de la película y su significado.
PÁGINA 326.
4. MONOPOLIOS Y CAPITALES EXTRANJEROS.
La transnacionalización económica.
Las décadas de 1950 y 1960 se caracterizaron por un proceso de expansión de las empresas transnacionales,
principalmente de origen norteamericano, que controlaban de manera monopólica u oligopólica los mercados. Estas
empresas se desarrollaban tomando el excedente de capital producido para transferirlo en forma de préstamos o
inversiones de capital hacia otras regiones; por ejemplo, América latina. Las principales empresas de estas características
fueron las automotrices, las petroleras y las productoras de electrodomésticos.
En este escenario, los gobiernos argentinos desde 1955 favorecieron la radicación de estas empresas monopolistas. Bajo
el gobierno de Frondizi se implementó una legislación específica a fin de promover el ingreso de capitales extranjeros
con iguales derechos que los capitales nacionales. Se consideraban preferenciales las industrias que producían materias
primas con recursos del país y las que se fusionaran con empresas nacionales. Desde la perspectiva de los inversores
extranjeros, estas condiciones significaban el retorno a lo que consideraban una “época de oro”, como había ocurrido
entre 1935 y 1946. Hacia 1964, las inversiones de capital extranjero crecieron de manera exponencial.
Nota del corrector: El texto original contiene una fotografía. Esta representa a un grupo de camiones e incluye el
siguiente epígrafe “En 1964, en la Argentina más del 60% de las inversiones extranjeras eran de los Estados Unidos.
El 66% del total se concentró en la producción de automotores y tractores, y en la petroquímica”. Fin de la nota.
PÁGINA 327.
La organización de los grupos capitalistas.
Entre 1955 y 1966, los conflictos se manifestaron en el enfrentamiento entre los distintos sectores empresariales. Debido
a la importancia creciente que tuvieron las inversiones de capital extranjero, hacia 1966, la contradicción principal se
planteó entre los sectores capitalistas más concentrados ligados al gran capital local y multinacional – representados por
la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Cámara Argentina de Comercio (CAC)–
y el pequeño y mediano empresariado de capital local, representado por la Confederación General Económica (CGE).
Los dos gobiernos civiles del período, el de Frondizi y el de Illia, se propusieron desarrollar políticas industrialistas. Sin
embargo, la UIA los consideró una amenaza para sus intereses.
Con respecto a la CGE, Frondizi le devolvió la personería jurídica, e Illia, los fondos que el Estado le había expropiado,
además de que buscó su apoyo durante la conflictiva anulación de los contratos petroleros que había firmado Frondizi.
Después de 1955, la burguesía industrial necesitó y exigió de los gobiernos la capacidad de controlar los legados del
peronismo; por ejemplo, las altas tasas de afiliación en los sindicatos y su importante capacidad de acción colectiva. Por
estas razones, presionó fuertemente y amenazó con la desinversión en cada oportunidad que los gobiernos civiles
avanzaban en acuerdos con los gremios.
En coincidencia con Frondizi, la burguesía industrial entendía que, para lograr el desarrollo industrial, las empresas de
capital nacional necesitaban inversiones extranjeras, no solo de capitales, sino también de tecnología, y eficiencia en la
administración. Con esas metas presionaron para obtener condiciones favorables para la radicación de capitales
extranjeros. En 1958, la SRA, la UIA y la CAC se asociaron en una entidad denominada Acción Coordinadora de las
Instituciones Empresarias Libres (ACIEL), que se mantuvo hasta 1973. ACIEL sostenía un discurso de corte liberal
basado en la necesidad de reducir la presencia del Estado.
Nota del corrector: El texto original contiene una fotografía. Esta representa una cadena de producción de un
automóvil e incluye el siguiente epígrafe “El trabajo estandarizado buscó eliminar los “tiempos muertos” en las
fábricas y recuperar el control de la producción”. Fin de la nota.
PÁGINA 328.
Educación, trabajo y economía.
Los organismos internacionales postularon una relación entre educación y rendimiento económico, a partir de su
concepción de que un mayor nivel educativo implicaba una mayor calificación para el trabajo y, por lo tanto, la
posibilidad de un aumento en los ingresos y la renta social. Estas concepciones le otorgaron un valor destacado a la
planificación, ya que se partía del supuesto de que los recursos eran escasos y que su uso debía ser racionalizado para
lograr el desarrollo y la educación planificada a fin de obtener resultados más eficientes.
Estas nuevas propuestas educativas se basaron en la concepción de un sujeto individualista, racional y planificador, es
decir, una persona sin implicancias sociales ni vínculos colectivos, motivado exclusivamente por la obtención de logros
al menor costo. Este conjunto de valores y principios de carácter “desarrollista” fueron enunciados por los organismos
internaciones y atravesaron las diferentes propuestas de educación y trabajo del período. Las nociones de “capacitación
para el trabajo” y la “teoría del capital humano” se instalaron, entonces, como los vértices del campo educativo fabril.
Así, la educación dejó de ser vista como un gasto social y comenzó a ser concebida como una inversión a largo plazo.
Nota del corrector: El texto original contiene la fotografía de un gran edificio e incluye el siguiente epígrafe “La
Univeridad Tecnológica Nacional y las escuelas técnicas creadas en las empresas automotrices fueron características
del modelo educativo desarrollista”. Fin de la nota.
PÁGINA 329.
La educación técnica y la Universidad Tecnológica Nacional.
La creación del Consejo Nacional de Educación Técnica significó la adopción de un nuevo circuito pedagógico que
reemplazaba al modelo educativo peronista. Después de 1955, el gobierno militar intervino la Comisión Nacional de
Aprendizaje y Orientación Profesional (CNAOP) y la Universidad Obrera Nacional. En 1956, el CONET asumió la
responsabilidad de coordinar el campo referido a la educación y formación profesional. De esta manera se intentó
clausurar la Universidad Obrera Nacional, pero, debido a la fuerte resistencia de profesores y alumnos, solo fueron
modificados sus principios organizativos. El 15 de noviembre de 1959 se cambió su nombre por el de Universidad
Tecnológica Nacional. Como consecuencia, la Universidad Obrera como tal desapareció, así como el fuerte
protagonismo de los trabajadores en la escena educativa. En numerosas empresas –entre ellas, Siam Di Tella, Ford,
Philips y Mercedes Benz–, se implementó el modelo desarrollista de escuelas creadas como instancias de preparación
para su propio personal. Con estas reformas se logró la finalidad de “desperonizar” la educación técnica; sin embargo,
este modelo no pudo constituirse en un nuevo sistema de formación coherente y sólido para las nuevas generaciones de
trabajadores. En los años posteriores a los primeros cambios, el conet sufrió diferentes niveles de reformas que le
otorgaron una clara inorganicidad y escasa incidencia.
Nota del corrector: El texto contiene la imagen de una obra de arte e incluye el siguiente epígrafe “El mundo
prometido a Juanito Laguna, obra de Antonio Berni, 1962 (detalle)”. Fin de la nota.
PÁGINA 330.
IDEAS EN DEBATE.
Universidad, autonomía y política.
El crecimiento de la población universitaria y sus debates.
En la década de 1950 aumentó notablemente la matrícula en las universidades nacionales, en relación con la expansión
económica y social de esos años. Una parte considerable de los sectores medios lograron ingresar por primera vez a los
claustros universitarios. Al mismo tiempo, el crecimiento industrial produjo una mayor demanda de profesionales
universitarios, lo que motivó a muchos jóvenes a seguir estudiando.
Este proceso fue acompañado por cambios en los patrones socioculturales, como la masiva incorporación de las mujeres
a los estudios superiores.
Hacia principios de la década de 1960, la masividad de las universidades se constituyó para algunos sectores sociales
en una fuente de oportunidades y para otros, en un problema, ya que el libre acceso univesitario era mal visto por los
sectores vinculados a la elite tradicional que consideraban que este nivel de formación debía ser exclusivo para las clases
acomodadas.
En ese contexto se presentaron temas de discusión en torno a la universidad. Entre ellos se encontraba la actualización
del debate de los intelectuales en torno al fenómeno peronista, a partir del interrogante acerca de si era una fuerza de
derecha o de izquierda. Otro tema fuerte del período fue el de la participación del sector privado en la creación de
universidades. Finalmente, se replanteron cuestiones como la relación de la universidad con la sociedad y el significado
político de la autonomía universitaria.
Nota del corrector: El texto original contiene la portada de un libro titulado “Imperialismo y cultura”. Esta imagen
presenta el siguiente epígrafe “En 1957, Hernández Arregui publicó Imperialismo y Cultura, libro que tuvo una
fuerte influencia en los militantes de la izquierda peronista de la década de 1960”. Fin de la nota.
PÁGINA 331.
Los conflictos por una universidad “libre” o “laica”.
Durante el gobierno de Frondizi se desarrolló un fuerte debate en torno a la posibilidad de que el sector privado pudiera
crear universidades. Vastos sectores de las universidades públicas reivindicaban el carácter laico, público y gratuito de
la universidad, conquistado por la Reforma Universitaria de 1918, y cuestionaban que grupos empresarios o la Iglesia
tuvieran la facultad de organizar propuestas de educación superior.
Esta medida de corte privatista impulsada en tiempos de Frondizi tenía sus antecedentes en un decreto de la “Revolución
Libertadora” que autorizaba el funcionamiento de universidades privadas, con permiso para otorgar títulos habilitantes.
Las corrientes privatistas, predominantemente eclesiáticas y empresariales, levantaron las banderas a favor de lo que
denominaban “enseñanza libre”. Por su parte, la Federación Universitaria Argentina (fua), junto con numerosos docentes
de universidades nacionales, llevaron adelante un plan de lucha, por medio de movilizaciones y tomas de las
universidades nacionales en defensa de la universidad laica. Finalmente, el 30 de septiembre de 1958, el Congreso
Nacional aprobó la ley que dio respaldo al sector privado para crear universidades con capacidad de expedir títulos
habilitantes.
Autonomía y sociedad.
Durante la década de 1960, la Universidad argentina había logrado importantes avances científicos y académicos, como
la creación de nuevos centros de investigación, e incluso nuevas disciplinas; por ejemplo, Psicología y Ciencias de la
Educación. Además, en 1958 se formó la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA), que logró producciones
de calidad académica y elevados niveles de divulgación.
A pesar de estos logros, los sectores intelectuales peronistas y los trabajadores sindicalizados percibían que los
problemas del conjunto de la sociedad no estaban presentes en la universidad. Afirmaban que la universidad no había
participado en el proceso de resistencia a la dictadura y que se ocupaba de cuestiones alejadas de los intereses de los
trabajadores, bajo la consigna de la autonomía universitaria. Por ello, algunos sectores de la propia universidad
asumieron estas críticas y plantearon otros vínculos con las organizaciones sociales, al realizar trabajos barriales de
asistencia sanitaria y educativa, o promover investigaciones sobre las clases populares. Este debate quedó inconcluso a
fines de la década de 1960, cuando la dictadura de Onganía intervino violentamente la universidad pública.
El debate continúa.
1. ¿Cómo son las formas actuales de ingreso en las principales universidades nacionales públicas? Comparen con
la situación universitaria de la década de 1960.
2. Investiguen cuáles son las universidades privadas actuales que fueron creadas durante la década de 1950 y que
participaron del debate “Libre o Laica”.
3. ¿Cuáles eran las críticas de los intelectuales peronistas a la universidad de la década de 1960? ¿Creen que en la
actualidad ese debate continúa teniendo vigencia? ¿Por qué?
PÁGINA 332.
Cultura y sociedad: los medios y la política.
En 1955 se inició en la Argentina un proceso de silenciamiento de las mayorías populares. En nombre de la democracia
se prohibieron el uso de los símbolos partidarios del peronismo y la mención pública de los nombres de Perón y Eva
Perón. En los libros de texto escolares, e incluso en los periódicos, se incorporaron expresiones como “el tirano prófugo”
o simplemente el “dictador” para referirse a Juan D. Perón. Durante esos años, los peronistas comenzaron a popularizar
términos que sirvieron para identificar a sus adversarios, como la expresión “gorila”, utilizada para referirse a una
persona antiperonista.
A partir de 1955 fueron reeditados numerosos periódicos que por diversos motivos habían dejado de publicarse en los
años del peronismo, entre ellos La Prensa, La Razón o El Mundo. También surgieron revistas, algunas de origen
peronista como El 45, dirigida por Arturo Jauretche, o de tono nacionalista. Además, aparecieron revistas políticas, en
las que los partidos hacían circular sus ideas, entre las que se destacaron Primera Plana, Qué y Confirmado. La
publicación cordobesa Tía Vicenta ocupó un importante lugar entre las revistas de tono político humorístico. Otra
novedad del período fue la revista Claudia, dirigida al público femenino, como competidora de las ya existentes Para ti
y Vosotras. A diferencia de estas publicaciones, Claudia apareció como la revista de la mujer moderna desde un doble
discurso en el que, por un lado, se naturalizaba su papel como esposa, madre y ama de casa, y por otro, se elogiaban los
avances intelectuales y profesionales femeninos.
Mafalda y la política.
Un lugar aparte merece la publicación de la tira cómica Mafalda, creada por el historietista argentino Joaquín Lavado,
conocido como Quino. Esta historieta apareció por primera vez en 1964, en la revista Primera Plana; desde marzo de
1965 comenzó a ser publicada cotidianamente en el diario El Mundo, hasta 1967. Un año después reapareció en la
revista Siete Días, en la que se mantuvo hasta 1973.
La importancia de la historieta Mafalda radica en su relato de la vida cotidiana de una familia de clase media de la
sociedad argentina en las décadas de 1960 y 1970. En la historieta los personajes se involucran y opinan sobre temáticas
políticas de nivel local, pero también sobre problemáticas internacionales. Mafalda es el personaje central, que
representa a una niña preocupada por los problemas del mundo, como la guerra, el hambre, la superpoblación, el
enfrentamiento entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, la posibilidad de un estallido nuclear, los viajes espaciales
y la función de los organismos internacionales.
Mafalda, sus amigos –Manolito, Susanita, Miguelito, Libertad y Felipe–, sus padres y su hermano expresan un amplio
arco de personalidades y expectativas del sentir nacional, pero con inquietudes de alcance universal. Su autor aborda
con agudeza y fuerte sentido de la obsevación temas cotidianos, como el aumento de la inflación, el estudio, el trabajo
o las vacaciones.
Sin embargo, no todo es vida cotidiana en el mundo de Mafalda. Ella y los otros personajes de la historieta también
reflexionan sobre temas trascendentales, como la igualdad, la felicidad, la justicia, la dignidad, la ternura, el papel de la
mujer, el envejecimiento y el amor.
Nota del corrector: El texto original contiene una historieta de Quino narrada a través de imágenes y los diálogos de
dos personajes, Mafalda y Felipe. Esta historieta presenta el siguiente epígrafe “La historieta Mafalda tuvo una
repercusión internacional. Fue traducida a numerosos idiomas y actualmente sus libros siguen en plena vigencia”.
En este caso haré la siguiente adaptación, describir las viñetas e indicar los textos. Fin de la nota.
Viñeta 1.
Diálogos. Felipe “¡Hola!” Mafalda “¡Shhhh!... En voz baja, que tengo un enfermo en casa”
Imagen. Felipe entra a la casa de Mafalda.
Viñeta 2.
Diálogos. Felipe “¿Está enfermo tu papá?” Mafalda “No”.
Viñeta 3.
Diálogos. Felipe “¿Tu mamá entonces?” Mafalda “Tampoco”.
Viñeta 4.
Imagen. Mafalda le muestra a Felipe un glogo terráquedo acostado en una cama haciendo reposo.
PÁGINA 333.
La televisión y la sociedad.
Durante los años del peronismo, se presentó un nuevo medio de comunicación, la televisión, mediante la transmisión
de los festejos del Día de la Lealtad, el 17 de octubre de 1951. Al mes siguiente, la primera emisora, Canal 7, comenzó
a emitir programas en el horario de 14.30 a 19.30. Sin embargo, recién en la década siguiente este medio alcanzó una
gran expansión. Entre junio de 1960 y julio de 1961 se inaguraron tres nuevos canales: Canal 9, Canal 11 y Canal 13.
La industria televisiva resultó un campo de alta rentabilidad para las empresas privadas, ya que implicaba la venta de
aparatos electrónicos, equipos de transmisión, así como la inclusión de pautas publicitarias. La difusión de publicidades
aumentó la demanda de bienes de consumo, por lo que las principales marcas nacionales e internacionales se disputaron
los espacios publicitarios. Desde esa época, los programas de origen norteamericano, como filmes o series, tuvieron una
fuerte presencia en la televisión argentina.
Pero también la televisión fue vehículo de expresión de la cultura popular, representada en la aparición de reconocidos
cantantes, actores y actrices de gran arraigo popular. Los propietarios de los canales advirtieron que contar en sus
empresas con destacados actores o cantantes les brindaba una importante audiencia, que mejoraba su difusión. Así, la
televisión, con su poderosa llegada a las familias conforme crecía el consumo de televisores, se convirtió en un medio
de comunicación que, desde entonces, genera profundas controversias respecto de los modelos culturales que favorece
y difunde.
Nota del corrector: El texto original contiene la fotografía de un hombre y presenta el siguiente epígrafe “Durante
la década de 1960, los canales de televisión comenzaran a incorporar programas para la juventud. Uno de los más
exitosos fue El Club del Clan, en el que cantaba “Palito” Ortega”. Fin de la nota.
1. Identifiquen los grupos sociales dominantes en la sociedad argentina del período y expliquen sus propuestas de
desarrollo económico.
2. Comparen las diferencias y similitudes de los proyectos de educación y trabajo de los años del peronismo con
las propuestas desarrollistas.
3. Expliquen la relación entre la cultura popular y el surgimiento de la televisión.
PÁGINA 334.
En el corazón de la villa.
Juanito Laguna aparece en la pintura de Berni en la década de 1960, aunque el pintor aseguraba que lo había creado en
1958. Es un chico que vive en una villa, más precisamente en la del Bajo Flores. Para pintarlo, Berni recorrió la villa, la
fotografió, estudió sus espacios y la forma de vida de su gente.
Con Juanito Laguna, el pintor volvió a cultivar la técnica del collage, que ya había empleado en la década de 1930. La
idea era representar la cotidianidad de Juanito mediante materiales que la gran ciudad desechaba, como botellas vacías,
cartones, plásticos, diarios, latas. De esta forma, la obra se convertía en un espejo de la realidad: lo que no servía en la
gran ciudad, en la villa se convertía en algo utilizable.
Nota del corrector: El texto original contiene dos imágenes de obras de Antonio Berni. Estas presentan los siguientes
epígrafes “En esta obra de 1973, Berni contrasta la belleza colorida y limpia de la mariposa con la suciedad que
circunda la vida y los juegos de Juanito Laguna” y “Las vacaciones de Juanito Laguna, collage, 1972”. Fin de la
nota.
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La costurerita que dio el mal paso.
Antonio Berni cobró fama mundial gracias a los personajes de sus cuadros, principalmente Juanito Laguna y Ramona
Montiel. Sin embargo, el caso de Ramona es muy diferente al de Juanito, porque ella no es una niña, sino toda una
mujer.
Berni construyó el personaje de Ramona basándose en un modelo inmigratorio: la muchacha extranjera que llega a
Buenos Aires con un oficio – el de costurera –, y se convierte en prostituta por ambición. Ramona y Juanito son pobres,
pero tienen una pobreza muy distinta: la de Juanito es la pobreza material, en cambio, la de Ramona es anímica, moral.
Si bien Berni continuó explorando las virtudes del collage, con la llegada de Ramona Montiel a su vida, experimentó
también la xilografía, técnica de impresión que utiliza una plancha de madera donde se talla el dibujo para luego
impregnarlo con tinta a manera de sello. A su vez, varió los elementos con los que compuso los collages de Ramona.
Dado que imaginó que a ella le gustaba el lujo, Berni empleó sedas, telas delicadas y encajes, también objetos brillantes
que dotaban al cuadro de cierto aire de riqueza; aunque ficticia, riqueza al fin.
A través de estas dos técnicas, Berni construyó el relato de la vida de Ramona, desde Ramona costurera, de 1962, y las
distintas obras que la muestran como prostituta, junto a sus “amigos”. Estos últimos personajes constituyen la
representación del poder de distintos sectores de la sociedad, sobre los que el artista descargaba su mirada crítica.
Nota del corrector: El texto original contiene la imagen de una obra de Antonio Berni con el siguiente epígrafe “En el
collage, Ramona y la adivina, de 1976, Berni hace contrastar la vestimenta negra de la adivina, con el estilo extravagante
y provocador de la joven Ramona”. Fin de la nota.
TIC.
Ingresen al sitio www.educ.ar, donde encontrarán muchas obras de Antonio Berni. Obsérvenlas y luego analicen los
cambios que experimentó el trabajo de este artista a través de los años, especialmente entre la década de 1930 y la de
1960.
PÁGINA 336.
EN PALABRAS DE…
En palabras de un historiador.
“Esta especie de cruzada purificadora de los desvíos peronistas no podía encararse sin una efectiva reparación de los
desplazados de 1945, pero tampoco si se conservaban en sus puestos aquellos que habían sido los principales
representantes de la política de Perón. Por lo tanto, el primer paso fue la represión a los peronistas. Diez días después
de asumir Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas, la revolución dictó el decreto ley Número 3855 que disolvía el Partido
Peronista y decretó la inhabilitación de todos los dirigentes políticos y gremiales que hubieran participado en los
gobiernos peronistas. En diciembre de 1955, la represión se desencadenó contra aquellos que eran conocidos peronistas:
’[…] [Los militares] confeccionaron la lista de los nueve mil dirigentes, delegados y activistas, que colmaron las cárceles
en todo el país, crearon medios de delación; lanzaron todos los aparatos represivos contra los trabajadores; los domicilios
eran violados, las libertades cercenadas; miles de dirigentes inhabilitados, los patrones iniciaron un verdadero certamen
de represión en sus establecimientos, la representación sindical suprimida, […] todo ello para borrar los rastros de la
‘dictadura’ peronista, para devolver al país la libertad y la moralidad que nosotros habíamos mancillado”.
Ernesto Salas, La resistencia peronista: la toma del frigorífico Lisandro de la Torre, Buenos Aires, Centro Editor de
América Latina, 1990.
“La revolución realizada por la oligarquía que siempre dominaba nuestra sociedad […] está subestimando el poder y el
valor de los trabajadores […] pero ¿han pensado para qué sirve su dinero? El dinero solo tiene valor para comprar bienes
para uso y consumo. Quien hace con su energía todos, absolutamente todos, sus bienes ¡OBREROS! Ni marineros, ni
soldados, ni comerciantes hacen bienes […] ellos solo consumen […] mientras que los que producen, los obreros, nunca
ganan suficiente para poder disfrutar las mercancías que hacen […]. Perón entendía esta verdad innegable […] sabía y
sabe que ustedes son la base de todo: las casas, los rascacielos, las máquinas, los caminos, los puertos, todo esta hecho
por ustedes”.
Volante de la Agrupación Obrera de Lomas de Zamora, 1956.
En palabras de un historiador.
“También era frecuente el hostigamiento dentro de los sindicatos. Los interventores eran con frecuencia socialistas,
radicales o sindicalistas que, activos en la era anterior a 1946, ahora aprovechaban las nuevas circunstancias para ajustar
nuevas cuentas. También dentro de las fábricas, en el plano de los jefes y capataces, hubo mucho margen para la
persecución por motivos personales […].
Esta nueva relación de fuerzas en el plano del taller y la planta fue una condición vital de cumplimiento indispensable
para la aplicación de la política de productividad ideada por el gobierno. El decreto 2739 se convirtió en la Biblia de los
empleadores, que según lo autorizaba el artículo 8, procuraban eliminar los ’obtáculos de la productividad’.
Considerados individualmente, esos ‘obstáculos’ eran cuestiones de poca monta, pero acumulados representaban mucho
más. En el ánimo de los trabajadores constituyeron la decisiva piedra de toque mediante la cual podían evaluar el cambio
de circunstancia operado desde la caída de Perón y medir las consecuencias concretas que la nueva conducción política
del país significaba para su vida de trabajo. En este sentido tal vez haya sido de más importancia, para confirmar la
lealtad peronista de la mayoría de los trabajadores, que la cuestión lisa y llana de los salarios”.
Daniel James, Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora (1946- 1976), Buenos Aires,
Sudamericana, 1990.
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Actividades. Voces en diálogo.
1. a. ¿Cuáles fueron los objetivos políticos de las Fuerzas Armadas al producir el golpe de 1955? b. Relacionen
estos objetivos con el fragmento del historiador Ernesto Salas citado en la página 336. ¿Por qué las Fuerzas Armadas
tomaron esas decisiones?
2.
a. Busquen en el sitio www.educ.ar el video “La resistencia peronista” y luego respondan. a. ¿Cuales
fueron las etapas en la organización de la “resistencia peronista”?
b. Relacionen el contenido del video con el fragmento de la correspondencia Perón- Cooke citado en la
página 336. ¿Qué diagnóstico hacía Perón sobre la “resistencia peronista”?
Nota del corrector: El texto original contiene, como parte del siguiente ejercicio, una caricatura. Esta representa, de
forma cómica, a dos personas, una montada sobre una carroza y otra que tira de esta con su propia fuerza. La
persona que está montada es Frondizi y la persona que tira de la carroza es Ricardo Balbín. Fin de la nota.
3. Observen la siguiente caricatura publicada en la revista Tía Vicenta. Luego respondan: ¿por qué la caricatura
alude irónicamente a la relación entre Frondizi (canditato de la ucri) y Ricardo Balbín (candidato de la ucrp)? Para
elaborar sus respuestas, tengan en cuenta los resultados electorales de 1958.
4.
a. Describan los bloques sociales enfrentados a partir de 1955.
b. Analicen las formas que adquirió ese enfrentamiento social y relaciónenlas con el contenido del
fragmento del volante citado en la página 337.
5.
a. Realicen una red conceptual titulada “Las políticas desarrollistas”.
b. Lean el tema correspondiente en este capítulo y respondan: ¿cuáles fueron los alineamientos de la
burguesía agraria e industrial frente a estas políticas?
6. Comparen la situación económica durante el gobierno de Frondizi y el de Illia. Tengan en cuenta las siguientes
cuestiones: las medidas económicas, el papel del Estado, las relaciones con el peronismo y el vínculo con las Fuerzas
Armadas.
7.
a. Lean el texto del economista Álvaro Alsogaray citado en la página 337.
b. Expliquen qué intepretación realiza sobre el peronismo.
c. Identifiquen cuáles eran sus vínculos económicos y sociales y qué papel político desempeñó en la etapa
estudiada en este capítulo.
8. Analicen la interpretación del historiador Daniel James respecto de las relaciones entre el capital y el trabajo
citada en la página 337. ¿Cuáles fueron los cambios respecto al control de la producción en las fábricas durante el
período 1955-1966?
9.
a. Elaboren una línea de tiempo correspondiente al período 1955-1966.
b. Relean la información de este capítulo.
c. Marquen sobre la línea los períodos presidenciales y las principales medidas económicas. d.
Identifiquen cada período presidencial con dos conceptos que representen su posición en materia de
política económica, social e internacional.