1968 explicado a los jóvenes
()
Información de este libro electrónico
Relacionado con 1968 explicado a los jóvenes
Títulos en esta serie (86)
Viaje a Ixtlán: Las lecciones de don Juan Calificación: 3 de 5 estrellas3/51968 explicado a los jóvenes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria del pensamiento socialista II: Marxismo y anarquismo, 1850-1890 Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Historia del pensamiento socialista, VI: Comunismo y socialdemocracia, 1914-1931 (segunda parte) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFilosofía de la historia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna realidad aparte: Nuevas conversaciones con don Juan Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Taberna y otros lugares Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La experiencia literaria Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEscucha, yanqui: La Revolución en Cuba Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos completos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMéxico insurgente Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El ombligo como centro erótico Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las enseñanzas de don Juan: Una forma yaqui de conocimiento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHijos del Águila Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLuz poniente Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRelatos de poder Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas competencias en la educación: Un balance Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria del pensamiento socialista, I: Los precursores, 1789-1850 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las mujeres del alba Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSalambó Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPablo: con el filo de la hoja Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMariano Matamoros: El resplandor en la batalla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTemas de la lira y el bongó Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVolver a la piel Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAllegro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMonarcas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntología personal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSviyazhsk: Hombres y máquinas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl samurái de la Graflex Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Canek Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Libros electrónicos relacionados
La Revolución mexicana, 1908-1932 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl movimiento estudiantil mexicano 1958-1968: Los estudiantes de la UNAM Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Labor periodística Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJueves de Corpus Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La ideología de la Revolución Mexicana: La formación del nuevo régimen Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El 68, la tradición de la resistencia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Historias de la Revolución mexicana Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa imaginación y el poder: Una historia intelectual de 1968 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAdolfo López Mateos: Una vida dedicada a la política Calificación: 5 de 5 estrellas5/5País de un solo hombre: el México de Santa Anna, I: La ronda de los contrarios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNuevos ensayos mexicanos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria mínima de las izquierdas en México Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El linchamiento gráfico de Francisco I. Madero Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El futuro es nuestro: Historia de la izquierda en México Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMéxico (moderno) a través de sus décadas / 6 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGobernantes mexicanos, I: 1821-1910 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo sin nosotros: Los días del terremoto. 1985-2005 Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Historia de la revolución mexicana: 1934-1940: Volumen 6 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJean Meyer. De una revolución a la otra: México en la historia. Antología de textos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNación, Constitución y Reforma, 1821-1908 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe la Social a Morena: El desarrollo histórico de la izquierda mexicana Calificación: 5 de 5 estrellas5/510 de junio no se olvida: Organización estudiantil, narraciones y memoria del Halconazo de 1971 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas izquierdas en México Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria mínima Comunismo y anticomunismo en el debate mexicano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos orígenes del neoliberalismo en México: La Escuela Austriaca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMéxico en 1917: Entorno económico, político, jurídico y cultural Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria de la Revolución mexicana: 1940-1952: Volumen 7 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El cardenismo, 1932-1940 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Al filo de la patria. Los heroes masacrados Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La inteligencia rebelde: La izquierda en el debate público en México, 1968-1989 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Política para usted
Las 50 leyes del poder en El Padrino Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Lo que pasó Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Los cárteles no existen: Narcotráfico y cultura en México Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La batalla cultural: Reflexiones críticas para una Nueva Derecha Calificación: 4 de 5 estrellas4/51984 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La rebelión de las masas Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El poder: Un estratega lee a Maquiavelo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Illuminati: los amos que controlan el mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Chocolate sin grasa Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Manual de Marketing Político: Estrategias para una campaña exitosa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Psicología de las masas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¡Goza tu síntoma! Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLo pequeño es hermoso Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Categorías relacionadas
Comentarios para 1968 explicado a los jóvenes
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
1968 explicado a los jóvenes - Gilberto Guevara Niebla
COLECCIÓN POPULAR
732
1968 EXPLICADO A LOS JÓVENES
GILBERTO GUEVARA NIEBLA
1968 EXPLICADO
A LOS JÓVENES
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Primera edición, 2018
Primera edición electrónica, 2018
Diseño de forro: Laura Esponda Aguilar
Imagen de portada: Soldados conducen a manifestantes
arrestados, Tlatelolco, Ciudad de México,
2 de octubre de 1968 / Foto: Associated Press.
D. R. © 2018, Fondo de Cultura Económica
Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 Ciudad de México
Comentarios:
Tel. (55) 5227-4672
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc. son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicana e internacionales del copyright o derecho de autor.
ISBN 978-607-16-5863-0 (ePub)
Hecho en México - Made in Mexico
ÍNDICE
I. El México anterior a 1968
II. Cómo eran los jóvenes de 1968
III. Estalla la revuelta
IV. El ejército entra en escena
V. La autonomía universitaria
VI. La manifestación del rector
VII. Díaz Ordaz llama a cerrar filas
VIII. Estudiantes a la ofensiva
IX. La primera manifestación estudiantil
X. La huelga nacional
XI. Los estudiantes en el Zócalo
XII. La hora de las brigadas
XIII. El pueblo se une a los estudiantes
XIV. El movimiento era una fiesta
XV. El verano democrático
XVI. Fracaso humillante del gobierno
XVII. Persecución y terror
XVIII. La manifestación silenciosa
XIX. El ejército toma Ciudad Universitaria
XX. La masacre de Tlatelolco
XXI. Ocaso y final del movimiento
I. EL MÉXICO
ANTERIOR A 1968
EN MEDIO de la clase, un alumno, Eliseo Bravo, me preguntó:
—Maestro, ¿es posible que surja en el México actual un estallido como el de 1968?
—Imposible —respondí, sin dudar un instante.
—¿Por qué imposible? —me replicó.
—La historia no es circular —dije—, aunque así la concebía el filósofo e historiador italiano Giambattista Vico. Es difícil que un hecho histórico se repita y, cuando sucede tal repetición, como decía Karl Marx, lo que primero fue tragedia se repite después como farsa. Pero, más allá de teorías, hay que decir que el México de 1968 era un país único, dotado de circunstancias materiales y culturales que ya no existen.
—¿Por qué dice usted un país único
? —insistió Eliseo.
—Bueno, México vivía ese año un momento especial. Recordemos que a principios del siglo XX hubo en el país una revolución; una brutal guerra civil que produjo más de un millón de muertos y que trajo como resultado la instalación de un Estado presidencialista, autoritario y populista. Un resultado lógico, porque ninguna revolución armada produce sistemas democráticos. México pasó entonces a ser gobernado por militares: Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho. Al principio, el gobierno federal lanzó una serie de reformas sociales, en ámbitos como el educativo y el agrario, que beneficiaron, principalmente, a las masas campesinas; pero, desde 1940 en adelante, los sucesivos gobiernos volvieron la espalda gradualmente al campo y apoyaron el desarrollo urbano y la industrialización. Este viraje se acompañó de un endurecimiento del control político que ejercía el Estado sobre la sociedad.
En seguida, tomó la palabra Estrada, un chico muy inteligente, el más crítico de la clase.
—Maestro, explíquenos, ¿cómo era ese control político
?
—En la base de todo estaba el partido oficial, creado por los militares que gobernaban el país y que, desde 1945, tomó el nombre de Partido Revolucionario Institucional, el PRI. Era un partido de sectores corporativos y de organizaciones, no de ciudadanos. El PRI integró un sector campesino, la Confederación Nacional Campesina, la CNC; un sector obrero, la Confederación de Trabajadores de México, CTM; un sector para las clases medias, la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, CNOP; y un sector juvenil, la Confederación de Jóvenes Mexicanos, la CJM. Frente al PRI no había fuerzas políticas relevantes, porque el Partido Acción Nacional, el PAN, creado en 1939, era entonces muy débil y el partido oficial reunía bajo sus siglas, realmente, a una gran parte de la sociedad. Obsérvese bien: era un partido de organizaciones. Es decir, no agrupaba individualmente a ciudadanos, sino a sus representaciones colectivas. En otras palabras, el partido oficial era una gigantesca y poderosa maquinaria corporativa que ejercía un control político abrumador sobre la sociedad. ¿Quién era el líder de ese poder inmenso? Había un líder convencional, desde luego, pero el verdadero líder de ese partido era el presidente de la República, a quien la Constitución ya otorgaba un poder desmesurado.
Fue entonces cuando intervino Mónica Arvizu.
—Maestro, entonces ¿no había elecciones libres?
—Formalmente sí, había elecciones libres. El derecho a votar se ejercía. Lo que ocurría, sin embargo, era que en cada elección, toda vez que no tenía oponentes, el partido oficial arrasaba y obtenía invariablemente la mayoría de votos. Los pequeños partidos de oposición no la pasaban fácil. Desde los años treinta, el gobierno creó una oficina de inteligencia para reunir información sobre los opositores al gobierno, y en 1947 comenzó a operar la tristemente célebre Dirección Federal de Seguridad, que persiguió implacablemente a militantes del PAN y de otras organizaciones políticas opositoras menores, pero que tenían orientación radical, como fue el caso del Partido Comunista Mexicano. A través de esa instancia gubernamental, se persiguió igualmente a líderes y militantes de grupos sindicales, campesinos y juveniles disidentes.
—¿No había huelgas? —preguntó Bracamontes.
—Bueno —respondí—, cuando estallaba alguna huelga encabezada por líderes no priistas, es decir, independientes, y que éstos se negaban a aceptar (transar) las condiciones que ofrecían las empresas, el gobierno, sin rodeos, las reprimía utilizando no sólo la fuerza policiaca, sino también al ejército. Así ocurrió en 1958, con el movimiento ferrocarrilero que dirigió Demetrio Vallejo. En esa ocasión, la huelga fue aplastada con la intervención de miles de soldados, y su líder, encarcelado, juzgado y sentenciado a una pena de más de diez años de cárcel. En otras palabras, México no era un país democrático ni libre. Era un régimen autoritario, aunque algunos han llamado a ese régimen de autoritarismo benévolo
(Octavio Paz lo denominó ogro filantrópico
), porque era represivo al tiempo que tenía políticas sociales fuertes en materias de educación y salud, por ejemplo.
En ese momento, Estrada hizo una acotación.
—Entonces, era una dictadura.
—No, no era dictadura —respondí—. Pero, sí era un sistema autoritario. Había una libertad restringida. No obstante, cuando el gobierno enfrentaba alguna fuerza, social o política, que escapaba a su tutela, no dudaba en reprimir. La historia de la represión es extensa: en 1942 se reprimió a los obreros de la industria militar y a los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN); en 1946 se aplastó a los ferrocarrileros; en 1952, la fuerza pública reprimió una reunión de opositores que se realizaba en la Alameda; en 1956, la tropa entró al internado del IPN; entre 1958 y 1960, se reprimió a ferrocarrileros, electricistas, maestros, trabajadores postales y otros grupos de trabajadores; en 1962, el ejército asesinó al líder campesino Rubén Jaramillo; en 1964, militares fusilaron a campesinos en un pueblo remoto de Guerrero; en 1966, el ejército ocupó la Universidad Michoacana, etcétera. Se reprimía cualquier expresión colectiva que trastornara el orden.
Una nueva pregunta de Estrada dio un viraje a la conversación.
—Dejando atrás la política, díganos, ¿cómo vivían los jóvenes en 1968?
—Hay que definir primero de qué jóvenes hablamos. Si hablamos de estudiantes de educación superior, nos estamos refiriendo a hijos de la clase media, la cual, para entonces, había crecido mucho. En realidad, la economía del país vivía una época de prosperidad, el crecimiento anual era de más de seis por ciento del producto interno bruto, lo cual benefició, principalmente, a las ciudades y a las clases medias. El acceso a la educación superior había crecido también. Había instituciones excelentes; la Universidad Nacional Autónoma de México, la UNAM, inauguró la Ciudad Universitaria en 1954, y esas instalaciones se convirtieron en orgullo nacional. No perdamos de vista esto: con el crecimiento demográfico, la industrialización y la urbanización, el país estaba cambiando aceleradamente. Pero, desde entonces, era perceptible que el modelo político y cultural que se trataba de imponer desde el Estado era una camisa de fuerza para la sociedad.
—¿Cómo es eso, maestro? —preguntó Eliseo.
—Era un sistema político muy rígido, lo