18 - El Verbo
18 - El Verbo
18 - El Verbo
Caracterización morfológica
Morfológicamente, las formas finitas del verbo flexionan según dos tipos de
categorías: las propiamente verbales (tiempo, modo y aspecto) y las que reciben por
concordancia (número y persona).
1. El Tiempo
Una primera categoría morfológica propia del verbo y que no está presente en
ninguna otra clase de palabra es el TIEMPO. Toda forma verbal sitúa una acción o un
proceso en relación con otra forma verbal presente de manera implícita o explícita en
el contexto. Por eso, lo que el hablante designa como pasado, presente y futuro son,
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en realidad, relaciones temporales de simultaneidad, anterioridad y posterioridad
que se miden en relación con el hablante.
La categoría semántica de la temporalidad se realiza, fundamentalmente, a
través del tiempo gramatical (propiedad flexional obligatoria) y de los adverbios
temporales (elementos adjuntos al verbo).
A su vez, cuando hablamos de tiempo, esta palabra también designa a cada uno
de los paradigmas en que se estructuran las formas de la conjugación (simples y
compuestas) en cada modo (Indicativo, Subjuntivo, Imperativo).
Hay algo que debemos tener en cuenta para no confundir: el tiempo gramatical
no se corresponde exactamente con el tiempo físico, mensurable y representable
mediante una recta, donde se ordenan secuencialmente los eventos. Como hemos
señalado, el tiempo gramatical sitúa un evento en relación de simultaneidad,
anterioridad o posterioridad respecto de otros puntos de la línea temporal.
Hay dos tipos de tiempos verbales:
Las formas verbales conjugadas que aparecen destacadas en el fragmento son “está”,
“participaron”, “permitirá” y “alertará”, que corresponden a los tiempos verbales
Presente, Pasado o Pretérito y Futuro. Ese tiempo Presente es el tiempo de la
enunciación del hablante y alrededor de este tiempo se organizan el pretérito y el
futuro. En el ejemplo, “participaron” (que indica un acontecimiento anterior a otro) y
“alertará” (que señala un suceso posterior) están dispuestos en el texto tomando
como punto de referencia (O) el presente (“está”). Por lo tanto, “participaron”
establece una relación de anterioridad respecto de “está”, y “alertará”, una relación de
posterioridad, también respecto de “está”, como puede apreciarse en esta línea de
tiempo:
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b) Relativos o anafóricos: se orientan según otra referencia porque su señalamiento
temporal es de simultaneidad, anterioridad o posterioridad (pretérito imperfecto,
pretérito pluscuamperfecto, condicional, pretérito perfecto compuesto, pretérito
anterior, condicional compuesto y futuro compuesto). Podemos apreciar esto en el
siguiente fragmento:
O’ O
Pret. pluscuamperfecto Pret. imperfecto Condicional
(anterioridad) (simultaneidad) (posterioridad)
Había sucedido recibió (1º plano) conocería
envidiaban (2º plano) podría sonreír(les)
2. El Modo
Otra categoría morfológica propia del verbo es el MODO, que está ligado a la
categoría semántica de la modalidad, determinada por la actitud del hablante ante su
enunciado. Los modos verbales son: Indicativo, Subjuntivo e Imperativo. Por
ejemplo:
Siguió mis consejos. (Modo Indicativo)
Quizá siga mis consejos. (Modo Subjuntivo)
Seguí mis consejos. (Modo Imperativo)
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Si volvemos al primer ejemplo que analizamos, podremos ver que los verbos
están expresados en modo indicativo porque el hablante presenta cada acción
verbal como algo real, que existe de manera positiva o negativa, que se ha
realizado, se está realizando o se realizará efectivamente, tal como ocurre en las
oraciones enunciativas:
b) Modo Imperativo
El modo imperativo se emplea cuando el hablante adopta la actitud de querer
modificar o influir en la conducta del interlocutor. Este modo se usa exclusivamente en
la función apelativa del lenguaje y expresa mandato, ruego o consejo (oraciones
exhortativas), como podemos ver en los siguientes ejemplos:
Son propias del modo imperativo la segunda persona del singular y del plural
(tosé vos). La forma de tercera persona singular o plural pertenece al subjuntivo.
También suele incluirse en el modo imperativo la primera persona del plural
(cuidemos), dado que la orden que se imparte está dirigida a las segundas personas,
pero afecta también a las primeras. En el caso de usted y ustedes se emplean las
formas del presente del subjuntivo: por ejemplo, el texto podría haber dicho
“Desinfecte bien los objetos que se usan con frecuencia”.
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3. Aspecto
El aspecto está ligado al tiempo interno del evento. Esto significa que no localiza
la acción verbal en relación con el punto de habla, sino que especifica su estructura
interna (cómo ocurre o transcurre, si se repite, etc.). Veamos estos ejemplos:
Cada atardecer, salvo que el tiempo lo impidiera, salía en barca bajo patrón en jornadas
que, según la pesca, concluían al amanecer o al mediodía siguiente. Se trabajaba mucho
y se ganaba poco.
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B) Categorías morfológicas por concordancia
Persona y número
En los verbos se distinguen tres personas, que se corresponden con los
componentes del acto comunicativo:
¿Cómo aparecen en una forma verbal conjugada las categorías morfológicas que
hemos estudiado? Si analizamos, por ejemplo, la palabra saltábamos, podemos ver
que al significado léxico que aporta la raíz salt-, se le agregan significados
gramaticales a través de morfemas flexivos que se combinan con la raíz: 1ª persona
plural (-mos), tiempo pretérito, modo indicativo y aspecto imperfecto (-ba-), además de
distinguirse la vocal temática (-a-).
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Atendiendo a un criterio semántico, se ha dicho, tradicionalmente, que el verbo
hace referencia a acciones (romper, hablar); no obstante, los gramáticos han reparado
en que también alude a procesos (crecer, envejecer) y a estados (ser, estar). En
tiempos más recientes, han señalado que los verbos indican un evento, es decir, un
suceso o acontecimiento que ocurre en el tiempo (Marin, 2008).
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El modo indicativo consta de 10 tiempos; el subjuntivo, de 6 tiempos y el
imperativo, solo de uno, el presente. En 1973, la Real Academia Española incorporó al
modo indicativo dos tiempos que antes constituían el Modo Potencial: el condicional
simple y el condicional compuesto.
A su vez, en los modos indicativos y subjuntivos podemos reconocer tiempos
simples y tiempos compuestos. Los tiempos simples están formados por una sola
palabra, mientras que los tiempos compuestos están constituidos por el verbo haber
(conjugado en su forma simple) y el participio del verbo que aporta el contenido léxico
(por ejemplo, he comido).
El presente
Indica la coincidencia entre el momento del habla y el del evento. La coincidencia
puede ser exacta si el predicado tiene naturaleza puntual, actual o momentánea, como
en “El arquero ataja la pelota y la lanza al centro de la cancha” o en “Te lo prometo”.
Por lo general, el evento no es puntual, sino que se extiende a lo largo de un
intervalo, de manera que el momento del habla queda incluido en el del evento. El
presente puede describir una propiedad o un estado de personas, cosas o situaciones
(“Emilio sigue enojado con nosotros”), puede realizar una generalización que no se
restringe a un momento ni a un intervalo (“Esta especie de plantas no necesita mucha
agua”, “La vida es un largo día”), o puede hacer referencia a acciones repetidas (“Me
levanto muy temprano; mientras tomo mate, escucho la radio”).
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El pretérito imperfecto
Esta designación privilegia la perspectiva aspectual y alude al carácter no
delimitado (o no terminado) del pretérito imperfecto, en oposición al delimitado (o
terminado) del pretérito perfecto simple. Este último permite ver el evento en su
totalidad, incluido su inicio y su final, mientras que el imperfecto solo muestra un
momento de su desarrollo, como en “Cuando vimos a Manuel, cruzaba la avenida”. En
este ejemplo se focaliza un momento de una acción en curso, sin incluir el final. El
pretérito imperfecto también alude a una acción pasada que se repite o que es habitual
(“En esa época me levantaba muy temprano; mientras desayunaba, escuchaba la
radio”).
Desde una perspectiva temporal, el pretérito imperfecto es un tiempo relativo y,
como tal, se lo mide en relación con un punto de referencia, por lo general, el pretérito
perfecto simple, como en “Me juró que le gustaban esos zapatos”. Así, en las
narraciones, las acciones se expresan mediante el pretérito perfecto simple, que actúa
como punto de referencia para situar algunos contenidos en un primer plano. En
cambio, el pretérito imperfecto se emplea para las descripciones, es decir, para
presentar y describir personajes, lugares, situaciones que participan de la narración
(“El pasajero llegó tarde. Era un anciano y parecía muy cansado”). En este sentido,
esta forma verbal ubica los contenidos descriptivos en un segundo plano. Además, se
lo utiliza para indicar simultaneidad en el pasado (“Cuando él entraba al banco, yo
salía”).
El futuro simple
Este tiempo es prospectivo porque ubica el evento en un momento posterior al
momento del habla, como en “Lo visitaré el próximo fin de semana” o en “Se lo diré
cuando lo vea”. Sin embargo, en el español de América ese valor temporal se expresa
por la perífrasis de ir a + infinitivo: “Se lo voy a decir cuando lo vea”.
El condicional simple
El condicional corresponde a un “futuro en el pasado”, donde se sitúa el punto de
referencia. Por ejemplo, en “Dijo que vendría a la reunión”, el condicional simple
señala posterioridad en el pasado, es decir, la acción expresada por “vendría” es
posterior a la de “dijo”.
En el periodo hipotético, el condicional simple, restringido a la apódosis –es decir,
la idea que sigue a la condición que se enuncia–, puede indicar posibilidad (“Si
consiguiera ese libro, lo leería”). A veces también puede expresar irrealidad, como en
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“Si tuviera más tiempo, leería su última novela”: en este caso, Si tuviera más tiempo
implica ‘No lo tengo’, de manera que leería se interpreta como ‘no leeré la novela’.
El pretérito pluscuamperfecto
Este tiempo relativo, aspectualmente perfectivo, expresa anterioridad en el
pasado. Hace referencia a una acción pasada y acabada anterior a otra también
pasada, formulada en pretérito perfecto simple. Por ejemplo, en “Dijo que había salido
de su casa a las cinco”, la acción de salir de la casa es anterior a la de decir. Ese
momento no siempre es inmediatamente anterior, sino que pudo ocurrir mucho antes.
El pretérito anterior
Esta forma verbal hace referencia a una acción inmediatamente anterior a otra
expresada en pretérito perfecto simple. Por ejemplo, “Tan pronto como hubo
pronunciado el discurso, se sintió más tranquilo”. Su uso –restringido en el español
actual a la lengua literaria– se limita a las cláusulas temporales introducidas por
locuciones que indican inmediatez, es decir, una distancia mínima entre el evento y el
punto de referencia (después de que, luego de que, no bien, tan pronto como,
apenas). Los hablantes suelen reemplazarlo por el pretérito perfecto simple (“Tan
pronto como pronunció el discurso, se sintió más tranquilo”).
El futuro compuesto
A la inversa del condicional simple, este tiempo sitúa el evento como anterior al
punto de referencia, que se ubica en un momento posterior al momento del acto de
habla. En el ejemplo “Cuando llegue a casa, ya se habrán ido al cine”, el evento de ir
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al cine se sitúa como anterior al punto de referencia, que está dado por el tiempo de la
cláusula temporal Cuando llegue a casa. A su vez, este es posterior al momento del
habla.
El condicional compuesto
Este tiempo verbal expresa una acción futura en relación con un momento
pasado, pero anterior a otra acción. Por ejemplo, en “Me prometió que cuando volviera
habría estudiado”, habría estudiado es un evento posterior en relación con el primer
punto de referencia (prometió), pero es anterior respecto del segundo punto de
referencia (volviera).
El condicional compuesto presenta, también, un valor de irrealidad en la oración
principal del período hipotético (“El pintor habría terminado su obra de arte para la
muestra si hubiera tenido más tiempo”).
El presente
Por el carácter irreal del subjuntivo y eventual de las representaciones temporales
del futuro, es natural que presente y futuro se confundan en una sola forma. Por
ejemplo, “Espero que hoy Pablo llegue temprano a la oficina”.
El pretérito imperfecto
Puede utilizarse para hacer referencia a acciones presentes, pasadas o futuras,
según el contexto de aparición. Puede usarse por concordancia verbal cuando el verbo
principal está en pasado (pretérito imperfecto, pretérito perfecto simple y pretérito
pluscuamperfecto del indicativo) o en condicional (tanto simple, como compuesto). Por
ejemplo, “Lamentaba que fuera tan terco”; “Le rogó que no se fuera”. Se emplea,
incluso, para expresar la condición en el periodo hipotético (“Si quisiera, todo se
resolvería pronto”). Además, se usa en las cláusulas concesivas con valor modal de
posibilidad o irrealidad: “Aunque estuviera cansado, iría a la fiesta”; “Aunque viviera su
padre, no se sentiría tranquila”.
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El pretérito pluscuamperfecto
Señala anterioridad en el pasado dependiendo de otro verbo (en pretérito o
condicional simple) que exprese duda, temor, emoción o posibilidad: “Confié en que no
hubiera pasado nada malo”; “Me encantaría que nada hubiera cambiado”. Se emplea
en las cláusulas condicionales para indicar que la condición es imposible o irreal:
“Habríamos ido a la fiesta, si hubieses llegado a tiempo [pero no llegaste]”; “Si me lo
hubiera preguntado, se lo habría dicho [pero no me preguntó]”.
El futuro simple
Indica anterioridad o simultaneidad respecto al futuro. Está en desuso, aunque
sobrevive en frases hechas, en el lenguaje jurídico y administrativo. Por ejemplo, “Sea
lo que fuere”, “Si así no lo hiciereis, Dios y la Patria os lo demanden”. Ha sido
reemplazado por el presente o el pretérito imperfecto del subjuntivo.
El futuro compuesto
Indica anterioridad en el futuro. Su uso prácticamente ha desaparecido y solo se lo
encuentra en textos legales (“Los que se presentaren después de que hubiere
caducado el plazo no serán atendidos”). Puede ser reemplazado por el pretérito
pluscuamperfecto de subjuntivo.
Bibliografía consultada
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