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Dragón

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Para otros usos de este término, véase Dragón (desambiguación).

Un dragón alado que escupe fuego, dibujo de Friedrich Justin Bertuch, 1806.
El dragón (del latín draco, y este del griego δράκων, drákon ‘serpiente’) es un ser
mitológico que aparece de diversas formas en varias culturas de todo el mundo, con
diferentes simbolismos asociados.

Hay dos tradiciones principales sobre dragones: los dragones europeos, derivados de
las tradiciones populares europeas y de la mitología de Grecia y Oriente Próximo, y
los dragones orientales, de origen chino, coreano, japonés, vietnamita y de otros
países de Extremo Oriente. Las dos tradiciones surgieron probablemente de forma
independiente, pero en su desarrollo se han influido mutuamente.

La palabra aparece también en la tradición cristiana: el Apocalipsis se refiere a


Satanás como el gran dragón, la serpiente antigua.1

El dragón, uno de los más conocidos seres mitológicos, ha sido inspiración de


diferentes relatos y poemas, algunos de los cuales han sido llevados al cine. La
primera aparición de los dragones fueron unos amuletos de jade de la cultura
Hongshan, en China, hace aproximadamente entre 6700 y 4900 años.

Nombre
La palabra dragón deriva del griego δράκων: «serpiente, dragón», de la familia del
verbo δέρκομαι: «mirar fijamente», que se aplica a la mirada de las serpientes, las
águilas, la Gorgona y los guerreros. Se cree, pues, que en origen el término hace
referencia al poder fascinante e hipnótico de la mirada de la serpiente.23 Aunque
aplicada en un principio a serpientes reales, pronto se utilizó también para
referirse a aquellas dotadas de características imaginarias (enorme tamaño,
capacidad de arrojar fuego por la boca o rayos, agua, etc.) que aparecen en
cuentos, leyendas y mitos.

Características
La creencia en dragones se sustenta en las diversas tradiciones sobre ellos. Estos
aparecen en muchas culturas. Se ha planteado, para darle explicación a este
fenómeno, el descubrimiento de fósiles de dinosaurios o de pterosaurios que
llevaron a esas culturas a imaginar seres parecidos. A menudo, se ha creído que
estos seres seguían vivos, generalmente en lugares lejanos. Durante la época de Las
Cruzadas, era posible encontrar en los mercados y otros lugares de exposición de
Europa «restos de dragón», que en realidad eran restos de cocodrilos procedentes de
Egipto, Arabia y de países de Asia.

Funciones en las distintas culturas

Cuadro de Eugène Delacroix Apolo combatiendo con la serpiente Pithon.

En Occidente el simbolismo alrededor del dragón es esencialmente el de la lucha.4


Sin embargo, la lucha entre el dragón y un héroe o un dios tiene distintos
significados. En estos míticos combates el dragón asume dos papeles: el de
devorador y el de guardián, que tienen finalmente una sola raíz: el de un ser
cósmico en espera, cuya acción implica la muerte –o el nacimiento– de un orden
universal.4

Así, en un principio, los dragones fueron devoradores de dioses –algunos mitos se


refieren a estas criaturas como la causa de los eclipses, por ejemplo–, o sus
enemigos –caso de Apofis y Pithon, enemigos del sol–. Posteriormente los dragones
fueron fuerzas a las que se les ofrecían doncellas en sacrificio. No tardaron en
concebirse como devoradores de hombres. De todos modos, ese papel no se aleja del
de guardián, que implica la espera y el mantenimiento de un orden que preludia una
reinvención del universo o el descubrimiento de un lugar sagrado. Justamente porque
son guardianes de algo sagrado, simbolizan el puente a otro mundo o la prueba de
todo héroe.

En ocasiones se distancian las actitudes tomadas en las culturas del mundo frente a
la figura del dragón y la lucha que supone, particularmente si se compara la idea
de dragón que existe en el Extremo Oriente con la predominante en Occidente. Los
dragones chinos (long), los japoneses (ryū) y los coreanos (yong) son vistos
generalmente como seres benévolos, mientras que los europeos son en su mayoría
malévolos.

Sin embargo, los dragones malévolos no están restringidos a Europa: entre otras
culturas, esta interpretación se mantiene también en la mitología persa. El tema es
complejo. Ha variado a lo largo de la historia. Como ejemplo, entre los romanos,
típicos representantes del Occidente antiguo, el dragón era considerado un símbolo
de poder y sabiduría.

Para la cultura cristiana el dragón simboliza el mal y la destrucción, Se convierte


en un animal al que hay que eliminar. Existen varios ejemplos, como el arcángel San
Miguel luchando contra un dragón, o el dragón que se revuelve contra la lanza de
San Jorge.

Entre las distintas culturas de diversos pueblos, este animal mitológico está
cargado de significación emblemática. Por tanto, no existe un solo concepto
simbólico relacionada con el dragón. Lo cierto es que existen muchos significados
emblemáticos de gran importancia referidos a esta criatura entre los pueblos del
Extremo Oriente, especialmente entre la India y China, así como entre los japoneses
y las Filipinas. En tal sentido, en los pueblos del valle del Indo se identifica al
dragón con Agni, personificación del cielo, que con sus innumerables ojos vigila al
tiempo que protege a quien le pide ayuda; es decir, con el origen y el principio
del cielo y la Tierra.

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