Modernismo. LECTURAS
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Modernismo. LECTURAS
Literatura Latinoamericana
Modernismo
Ya tiende
La vela azul á Eolo su oriflama de raso...
¡El momento supremo!... Yo me estremezco; acaso
Sueño lo que me aguarda en los mundos no vistos?...
Nocturno III
Una noche
una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de älas,
Una noche
en que ardían en la sombra nupcial y húmeda, las luciérnagas fantásticas,
a mi lado, lentamente, contra mí ceñida, toda,
muda y pálida
como si un presentimiento de amarguras infinitas,
hasta el fondo más secreto de tus fibras te agitara,
por la senda que atraviesa la llanura florecida
caminabas,
y la luna llena
por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca,
y tu sombra
fina y lángida
y mi sombra
por los rayos de la luna proyectada
sobre las arenas tristes
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de la senda se juntaban.
Y eran una
y eran una
¡y eran una sola sombra larga!
¡y eran una sola sombra larga!
¡y eran una sola sombra larga!
Esta noche
solo, el alma
llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia, PAGE
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por el infinito negro, \*
donde nuestra voz no alcanza, MER
solo y mudo GEFO
por la senda caminaba, RMAT
y se oían los ladridos de los perros a la luna, 15
a la luna pálida
y el chillido
de las ranas,
sentí frío, era el frío que tenían en la alcoba
tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
¡entre las blancuras níveas
de las mortüorias sábanas!
Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte,
Era el frío de la nada…
Y mi sombra
por los rayos de la luna proyectada,
iba sola,
iba sola
¡iba sola por la estepa solitaria!
Y tu sombra esbelta y ágil
fina y lánguida,
como en esa noche tibia de la muerta primavera,
como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella… ¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de negruras y de
lágrimas!…
José Asunción Silva (1865 – 1896) texto publicado por primera vez en 1894.
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El ademan romano para indicar “a muerte”: el Todos los poemas de Martí son tomados de
pulgar hacia abajo. Poesías completas, Ediciones Antonio Zamora
(1970)
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XXV XXXIX
Yo pienso, cuando me alegro
Cultivo una rosa blanca
Como un escolar sencillo,
En el canario amarillo,— en junio como enero
¡Que tiene el ojo tan negro! para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Yo quiero, cuando me muera
Sin patria, pero sin amo, Y para el cruel que me arranca
Tener en mi losa un ramo el corazón con que vivo,
De flores, —¡y una bandera!
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
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Versos libres
(1880; publicados en 1913)
MIS VERSOS
ESTOS SON MIS versos. Son como son. A nadie los pedí prestados. Mientras
no pude encerrar íntegras mis visiones en una forma adecuada a ellas, dejé volar
mis visiones: ¡oh, cuánto áureo amigo que ya nunca ha vuelto! Pero la poesía tiene
su honradez, y yo he querido siempre ser honrado. Recortar versos, también sé,
pero no quiero. Así como cada hombre trae su fisonomía, cada inspiración trae su
lenguaje. Amo las sonoridades difíciles, el verso escultorico, vibrante como la
porcelana, volador como un ave, ardiente y arrollador como una lengua de lava. El PAGE
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verso ha de ser como una espada reluciente, que deja a los espectadores la memoria \*
de un guerrero que va camino al cielo, y al envainarla en el Sol, se rompe en alas. MER
Tajos son éstos de mis propias entrañas —mis guerreros—. Ninguno me ha GEFO
salido recalentado, artificioso, recompuesto, de la mente; sino como las lágrimas RMAT
salen de los ojos y la sangre sale a borbotones de la herida. 15
No zurcí de éste y aquél, sino sajé en mí mismo. Van escritos, no en tinta de
academia, sino en mi propia sangre. Lo que aquí doy a ver lo he visto antes (yo lo
he visto, yo), y he visto mucho más, que huyó sin darme tiempo a que copiara sus
rasgos. De la extrañeza, singularidad, prisa, amontonamiento, arrebato de mis
visiones, yo mismo tuve la culpa, que las he hecho surgir ante mí como las copio.
De la copia yo soy el responsable. Hallé quebrados los vestidos, y otros no y usé de
estos colores. Ya sé que no son usados. Amo las sonoridades difíciles y la
sinceridad, aunque pueda parecer brutal.
Todo lo que han de decir, ya lo sé, y me lo tengo contestado. He querido ser
leal, y si pequé, no me avergüenzo de haber pecado.
Versos sencillos
(1891)
Mis amigos saben cómo se me salieron estos versos del corazón. Fue aquel
invierno de angustia, en que por ignorancia, o por fe fanática, o por miedo, o por cortesía,
se reunieron en Washington bajo el águila temible, los pueblos hispanoamericanos.
¿Cuál de nosotros ha olvidado aquel escudo, en que el águila de Monterrey y de
Chapultepec, el águila de López y de Walker, apretaba en sus garras los pabellones todos
de América? Y la agonía en que viví, hasta que pude confirmar la cautela y el brío de
nuestros pueblos; y el horror y vergüenza en que me tuvo el temor legítimo de que
pudiéramos los cubanos, con manos parricidas, ayudar el plan insensato de apartar a
Cuba, para bien único de un de un nuevo amo disimulado, de la patria que la reclama y
en ella se completa, de la patria hispanoamericana, me quitaron las fuerzas mermadas
por dolores injustos. Me echó el médico al monte: corrían arroyos y se cerraban las
nubes: escribí versos. A veces ruge el mar, y reviente la ola, en la noche negra, contra las
rocas del castillo ensangrentado: a veces susurra la abeja, merodeando entre las flores.
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y el más fuerte de todos, don Francisco de Quevedo y Villegas. Después exclamo: ¡Shakespeare!
¡Dante! ¡Hugo!... (Y en mi interior: ¡Verlaine...!)
Luego, al despedirme: «Abuelo, preciso es decíroslo: mi esposa es de mi tierra; mi querida,
de París».
*
¿Y la cuestión métrica? ¿Y el ritmo?
Como cada palabra tiene una alma, hay en cada verso, además de la armonía verbal, una
melodía ideal. La música es sólo de la idea, muchas veces.
* PAGE
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La gritería de trescientas ocas no te impedirá, silvano, tocar tu encantadora flauta, con tal de \*
que tu amigo el ruiseñor esté contento de tu melodía. Cuando él no esté para escucharte, cierra MER
los ojos y toca para los habitantes de tu reino interior. ¡Oh pueblo de desnudas ninfas, de rosadas GEFO
reinas, de amorosas diosas! RMAT
Cae a tus pies una rosa, otra rosa, otra rosa. ¡Y besos! 15
*
Y, la primera ley, creador: crear. Bufe el eunuco; cuando una musa te dé un hijo, queden las
otras ocho encinta.
R. D.
Yo voy a decirte rimas,
Tú vas a escuchar risueña;
Si acaso algún ruiseñor
Viniese a posarse cerca,
Y a contar alguna historia
De ninfas, rosas o estrellas,
Tú no oirás notas ni trinos,
Sino, enamorada y regia,
Escucharás mis canciones
Fragmento de “Primaveral” (Azul - 1888)
Tal fue mi intento, hacer del alma pura Pasó una piedra que lanzó una honda;
mía, una estrella, una fuente sonora, pasó una flecha que aguzó un violento.
con el horror de la literatura La piedra de la honda fue a la onda,
y loco de crepúsculo y de aurora. y la flecha del odio fuese al viento.
Del crepúsculo azul que da la pauta La virtud está en ser tranquilo y fuerte;
que los celestes éxtasis inspira, con el fuego interior todo se abrasa;
bruma y tono menor —¡toda la flauta!, se triunfa del rencor y de la muerte,
y Aurora, hija del Sol— ¡toda la lira! y hacia Belén... ¡la caravana pasa!
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\*
MER
Los cisnes (Cantos de vida y esperanza – 1905) GEFO
¿Qué signo haces, oh Cisne, con tu encorvado cuello RMAT
al paso de los tristes y errantes soñadores? 15
¿Por qué tan silencioso de ser blanco y ser bello,
tiránico a las aguas e impasible a las flores?
Retorno (1909)
El retorno a la tierra natal ha sido tan
sentimental, y tan mental, y tan divino,
que aún las gotas del alba cristalinas están
en el jazmín de ensueño, de fragancia y de trino.