Ret. II 1-21
Ret. II 1-21
Ret. II 1-21
D espu ésd e e x p u e s t a s l a s b a s e s d e l o s e n t im e m a s ,
PASAMOS AL C A R Á CTER D E L O R A D O R Y A LAS PA SIO N ES
D EL OYENTE.
L a s p a s io n e s e n e l o y e n te .
άκολουθει γάρ καί ηδονή τις διά τε τούτο καί διότι διατρί-
βουσιν έν τω τιμωρεΐσθαι τη διανοία- ή ούν τότε γινόμενη
φαντασία ήδονήν έμποιεΐ, ώσπερ ή τών ενυπνίων.
De la ir a . 2
Sea la ira impulsión con pena a dar un castigo manifies
to por un desprecio manifiesto de algo que le atañe a uno
mismo o a los suyos y que no merecía tal desprecio. Si es
tal cosa la ira, es necesario que el iracundo se enoje siem
pre contra un individuo particular, por ejemplo, contra 35
Gleón, pero no contra el hombre; y porque se ha hecho o 137s j,
iba a hacer algo contra él o contra alguno de los suyos; y a
toda ira sigue cierto placer, causado por la esperanza de
vengarse; puesto que es placentero creer que se va a alcan
zar lo que se desea, nadie desea cosas que le parecen im
posibles para sí, y el iracundo desea cosas posibles para sí.
Por eso se ha dicho bien sobre la ira [II. X V I I I 109 s.]: e
E l d e s p r e c io y su s cla ses
y [II. IX 648]:
«como a un desterrado al que nadie honra»,
y [II. 1 182]:
«mas también después mantiene su ira»,
C óm o s e s ie n t e i r a .
D e LA CALMA O S E R E N ID A D . 3