2023-Arg Futura-Las - Juventudes - Argentinas - Hoy

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Las juventudes argentinas hoy:

representaciones, prácticas e implicancias políticas a


40 años del retorno democrático

Idea y dirección: Nahuel Sosa

Coordinación académica: Leandro Gamallo y Gabriela Llamosas

Producción de contenidos: Melina Alcaraz, Lucía Buchsbaum, Lara Goyburu, Wanda


Perozzo Ramírez, Graciela Ramirez y Mariana Rial.

Entrevistadores/as: Candela Barriach, Javier de la Calle, Andrea de los Reyes, Julieta


Gallardo, Gabriela Llamosas, Cecilia Moneta, Graciela Ramirez, Lucía Rizzalli, Sofía
Ruderman, Victoria Seca y Daniela Wieder.

Encuestas: Circuitos Consultora. Director: Pablo Romá

Informe final
Argentina Futura-FLACSO Argentina

2023

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Las juventudes argentinas hoy:
representaciones, prácticas e implicancias políticas a 40 años del
retorno democrático

Introducción

Este documento presenta un análisis en profundidad acerca de las percepciones,


principales sentimientos y expectativas de las juventudes en nuestro país en la actualidad. Es
el resultado del análisis que el equipo de investigación coordinado por FLACSO-Argentina y la
Unidad Ejecutora de la Jefatura de Gabinete Nacional Argentina Futura realizó a partir de la
necesidad de indagar acerca de los impactos económicos, educativos, laborales, afectivos y
políticos de la salida de la crisis generada por la pandemia de COVID 19 en la Argentina. El
objetivo de esta investigación fue comprender los principales sentimientos, percepciones y
expectativas de las juventudes de nuestro país, indagar sus significados, sus dinámicas y sus
potenciales implicancias políticas en la actualidad. Luego de haber atravesado dos años de
convivencia con la pandemia y sus impactos en la vida cotidiana, procuramos conocer los modos
en que las juventudes han organizado y expresado sus padecimientos, malestares e
incertidumbres y cómo impactan estas experiencias en las representaciones presentes acerca
de lo público, sus deseos de cambio y sus expectativas a futuro. En este sentido, buscamos
describir diversas valoraciones en relación a temas de interés como la actualidad social y
política, el funcionamiento del Estado y la legitimidad del sistema democrático así como sus
opiniones sobre los principales dirigentes políticos.

Nuestras principales hipótesis para abordar esta investigación se derivan de dos


investigaciones ya concluidas. La primera de ellas, “Análisis de la situación social y cultural de
la Argentina, con especial énfasis en las consecuencias estructurales y subjetivas de las crisis
económicas y de la pandemia” concluida en agosto de 2022; y la segunda, “Juventudes en la
post pandemia: malestares, política y futuro” presentada en diciembre de 2022. A partir de las
conclusiones de estos trabajos, definimos los principales lineamientos para dar inicio a la
investigación que aquí presentamos, acerca de las percepciones sociales actuales, de la
pandemia y de sus consecuencias políticas.

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En primer lugar, la pandemia se ha vivenciado como una experiencia traumática. Esto
implica que se vivió un período de cambios intensos, en la mayoría de los casos de temor y
estrés social, que dejó consecuencias de mediana y tal vez larga duración en prácticas,
percepciones y relaciones sociales. La experiencia traumática es multicausal (pandemia, miedo
al contagio y la muerte, encierro, pérdida de trabajo, de ingresos, de vivienda, de seres queridos)
y su impacto es multidimensional. En segundo lugar, la “pandemia” se articuló con un malestar
vinculado a procesos sociales distintos pero confluyentes como la inflación, la pérdida de poder
adquisitivo, la falta de escucha por parte de la dirigencia política, la percepción de ineficacia del
Estado, entre otros relatos. En tercer lugar, el modo en que estas experiencias se han procesado
políticamente han dado lugar al crecimiento de propuestas políticas novedosas tanto por los
diagnósticos que habilitaron como por las propuestas que circulan en la agenda pública. La
articulación de estas transformaciones ha generado un impacto inmenso sobre la idea de
comunidad y de nación. Las narrativas decadentistas (la Argentina fracasó) adquieren mayor
viso de realidad que en otras épocas y abren la puerta de nuevos fenómenos políticos,
supuestamente impulsados y protagonizados por el segmento más joven de la población.

En función de estas reflexiones, en el presente trabajo nos propusimos comprender las


representaciones juveniles en torno al Estado, sus capacidades, su legitimidad y su presencia
en la macroeconomía y en sus vidas cotidianas. A su vez, nos planteamos explorar las
percepciones sobre la política y la participación, la educación, el empleo y el futuro en general,
así como de sus expectativas personales en torno a su futuro.

Para ello, hemos adoptado una concepción sobre la juventud a partir de la cual
buscamos distanciarnos de las miradas adultocéntricas -las concepciones que se hacen de la
juventud y lo juvenil desde el mundo adulto- que homogenizan la condición juvenil y la
identifican como una etapa transitoria determinada por la edad biológica, lo cual refuerza
naturalizaciones en términos de una etapa de aplazamiento o de moratoria vital (Margulis y
Urresti, 1998). Dicho distanciamiento posibilita repensar la juventud como experiencia vital y
concebirla como categoría relacional, socio histórica y cultural, sin que esto implique desconocer
su vinculación con las edades. De este modo, concebimos y definimos a la juventud, en primer
lugar, como experiencia y proceso situado y relacional; esto es, vinculado con y desde la
amplitud de los diversos agentes que constituyen su entorno y, en segundo lugar,
reconociendo la dimensión de la conflictividad social que las atraviesa, como también de la
construcción de sensibilidades y subjetividades. Estos elementos nos permiten reconocer y

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desnaturalizar la categoría de juventud comprendiéndola en sus dimensiones socio-históricas
–significados diversos de ser sujeto joven en determinadas épocas y formas sociales- y nos
invita a lo que, autores como Rodríguez ( 2016) y Vommaro (2014 y 2021) plantean en torno a
pluralizar la noción. En este sentido, en el informe que aquí presentamos, reconocemos el
carácter multidimensional, relacional, diverso y plural de las juventudes. De manera concreta y
siguiendo lo planteado por Vommaro (2014), el abordaje de las juventudes en este informe
concibe y busca dar cuenta de:

1. Comprender a las juventudes como noción relacional, producida de manera socio-


histórica y cultural, desvinculada de su lectura exclusiva en clave etaria o biológica.

2. A partir de la comprensión de las juventudes como noción y construcción producidas


socialmente (Bourdieu 1990; Vommaro 2014 y 2021), se plantea el reconocimiento de la
configuración de un espacio conflictivo de disputas, tensiones y resistencias. Tales disputas
producidas en torno a las representaciones sobre las juventudes, implican su reconocimiento
como procesos sociales amplios, situados y atravesados por categorías diversas que tensionan
sus características y particularidades tales como lo étnico, la clase, el género, las desigualdades,
las generaciones, entre otros clivajes.

3. Concebir a las juventudes desde su producción diversa y plural, lo que permite


reconocer las heterogeneidades y singularidades de las personas jóvenes en sus múltiples
construcciones sociales, políticas y culturales.

En función de esta mirada acerca de las juventudes, elaboramos los instrumentos con
el objetivo de recabar información que nos permitiera producir los datos cuantitativos y
cualitativos necesarios para el análisis en profundidad. Por un lado, realizamos sesenta y cinco
entrevistas en profundidad semiestructuradas a jóvenes de entre 16 y 29 años de edad
distribuidas en los principales centros urbanos del país (AMBA, Córdoba, Tucumán, Mendoza,
Rosario, La Plata, Comodoro Rivadavia, Bariloche y Mar del Plata) con una representación
similar entre varones y mujeres, buscando también variaciones en términos de clase,
autoidentificación política e inserción ocupacional. Por otro lado, elaboramos los instrumentos
para realizar dos relevamientos cuantitativos realizados a cargo de la consultora “Circuitos” con
encuestas telefónicas a jóvenes de todo el país (Primera y tercera sección electoral de la
Provincia de Buenos Aires y el Interior, contemplando los tres cordones de GBA, la CABA y el
interior del país). La primera encuesta fue realizada entre el 15 y el 18 de febrero de 2023 a 845

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jóvenes de entre 16 y 35 años y la segunda entre el 18 y el 21 de junio de 2023 a 980 jóvenes de
entre 16 y 24 años.

Esta estrategia metodológica mixta fue encarada en distintas etapas, de manera que
los resultados obtenidos con una técnica de recolección de datos cualitativa (las entrevistas en
profundidad) guiaron el diseño de los instrumentos cuantitativos orientando las etapas
subsiguientes. Por esta razón también se han tomado distintas decisiones metodológicas a lo
largo de la investigación.

La primera etapa del trabajo de campo, de carácter exploratorio, se desarrolló entre julio
y agosto de 2022. Realizamos quince entrevistas semiestructuradas en profundidad a jóvenes
de entre 18 y 29 años. A partir de un guía de pautas que elaboramos como una derivación de
nuestra primera investigación “Análisis de la situación social y cultural de la Argentina, con
especial énfasis en las consecuencias estructurales y subjetivas de las crisis económicas y de la
pandemia”, aplicamos un instrumento que se dividía en tres bloques: Sentimientos, Política y
Futuro. En esta etapa buscamos indagar acerca de las consecuencias de la pandemia, las
percepciones sobre la participación política y el rol del Estado, y las perspectivas a futuro.
Asimismo, nos propusimos abordar la investigación informados teóricamente por los debates
contemporáneos en torno de la cuestión de género y al avance de los feminismos en la
sociedad. En ese sentido, apuntamos a que nuestra mirada analítica esté atravesada
transversalmente por estos debates. Luego de la puesta en común de las entrevistas en las
reuniones de equipo, definimos la conveniencia de realizar un segundo recorte etario de cara a
la realización de nuevas entrevistas, pero a su vez de modificar nuestro instrumento. En
nuestro primer análisis llegamos a dos conclusiones parciales que nos llevaron a realizar estas
modificaciones.

La primera, descubrimos que la experiencia de las personas jóvenes en relación a la


percepción acerca de la política y del rol del Estado era marcadamente distinta en el grupo más
chico (jóvenes de 16 a 23 o 24 años) con respecto al grupo más experimentado (de 24 a 29 años
aproximadamente). En muchos casos, quienes formaban parte del grupo de más edad,
recordaban haber vivido una etapa de sus vidas en la que la política y la participación habían
tenido un sentido positivo en sus vidas, que habían atravesado con ilusión y entusiasmo y
luego con el derrotero político-económico del país, y finalmente con la pandemia, se había
modificado notablemente. En el caso del grupo más joven de entrevistados y entrevistadas

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sucedía que su experiencia en relación a estos temas era distinta, ya que en su mayoría no
habían experimentado o no tenían recuerdos de alguna etapa de sus vidas que no estuviera
atravesada por la crisis económica y/o por la desilusión política. Si bien estas conclusiones
fueron parciales y producto de la etapa exploratoria, nos llevaron a hacer un recorte más
acotado de la edad: ¿Qué sentimientos experimentan las juventudes que vivieron su
adolescencia durante la pandemia?

La segunda conclusión a la que llegamos fue que había ciertos temas que preocupaban
a las juventudes, pero que no necesariamente habíamos definido como temas a abordar en las
entrevistas. A saber: i) la salud mental como problemática de época y específicamente de este
segmento jóven; ii) la educación y la formación profesional como pilares de la mirada a futuro
y de la planificación de la vida en función del trabajo; iii) El rol de las redes sociales y de los
modos en que los y las jóvenes se informan y su relación con las percepciones sobre la política
-y los políticos- así como del rol del Estado. Estos tres grandes ejes -salud mental, educación,
redes sociales- provinieron no de nuestros intereses iniciales sino de lo que nos informaba
nuestro trabajo de campo. Esta etapa también nos proporcionó información relevante acerca
de las categorías que las juventudes comparten para definir sus experiencias en relación a sus
vivencias. Más concretamente, comenzamos a diferenciar nuestras propias categorías
académicas de aquellas que utilizan las juventudes, aspirando a comprender los fenómenos que
más preocupan a este sector de la sociedad. Decidimos entonces “recoger el guante” de lo que
los y las jóvenes nos manifestaban como sus principales preocupaciones e incluirlo como temas
en las siguientes etapas de la investigación.

En función de esta primera etapa exploratoria confeccionamos dos nuevos


instrumentos: una guía para realizar las siguientes entrevistas en las que mantuvimos los tres
ejes iniciales, pero agregamos preguntas específicas sobre estos temas, apuntando
específicamente a la población de entre 16 y 21 años; y, a su vez, un cuestionario para realizar
una encuesta a nivel nacional para la franja etaria 16-35 años. Dicho cuestionario estaba
formulado en función de recabar información acerca de los siguientes ejes: interés por la
política, percepción acerca de los políticos, políticas públicas y Estado y percepción sobre el
futuro. La segunda etapa del trabajo de campo de esta investigación fue realizada entre los
meses de febrero y marzo de 2023. Realizamos cincuenta entrevistas más, divididas entre todos
los centros urbanos ya mencionados, y llevamos a cabo la primera encuesta.

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La tercera y última etapa del trabajo de campo consistió en la confección del
instrumento y aplicación de la segunda encuesta a jóvenes realizada a 980. En este caso, fue
fundamental realizar nuevamente un recorte etario para indagar específicamente acerca de las
nociones de democracia, Estado, políticas públicas, participación y futuro del sector más joven
de la población que compone nuestro universo. Fue entonces que incorporamos preguntas
específicas acerca de la valoración de la democracia en la Argentina y sobre los políticos, pero
agregamos preguntas específicas sobre educación y trabajo; y principalmente sobre cómo las
juventudes perciben a estas cuestiones asociadas, complementarias entre sí o parte de una
misma concepción teniendo en cuenta las trayectorias vitales que aspiran construir. Además,
sumamos preguntas sobre el uso de redes sociales para informarse.

El presente informe es el resultado del análisis de todo el material que elaboramos a


partir del trabajo de campo realizado. Si bien inevitablemente han quedado algunos temas para
profundizar, este trabajo es un reflejo de las discusiones que como equipo venimos teniendo
desde mediados del año 2022. Esa es una de sus principales virtudes. Dividimos el informe en
cuatro apartados: Estudios sobre juventudes en la Argentina reciente: hacia un estado del arte,
Las juventudes argentinas hoy: un mapa de sus principales preocupaciones, Consideraciones
finales, Bibliografía y Anexos.

Estudios sobre juventudes en la Argentina reciente: hacia un estado del arte

En los últimos años los estudios sobre juventudes han configurado un campo de
indagación que se consolida a finales de la segunda década del siglo XXI con la articulación de
redes de investigadores, especialistas en la temática, activistas, organismos destinados a
formular políticas públicas, entre otros ámbitos. Se puede rastrear el interés y la configuración
de estos espacios de experticia sobre las juventudes en la Argentina desde inicios de los años
ochenta a partir del proceso de transición democrática, entendida a su vez como un período de
revitalización de la movilización y participación política juvenil (Vázquez, Vommaro y Blanco,
2017), así como la formación de organismos estatales especializados en la cuestión juvenil y el
Año Internacional de la Juventud (AIJ) como un hito histórico que desde 1985 signa el interés
por la ampliación del campo de saberes sobre los y las jóvenes en la Argentina y América Latina
(Balardini, 1999 y 2004; Beretta et al., 2022).

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En el presente estado del arte nos centramos en dar cuenta de los principales avances
del conocimiento que ponen el foco en temáticas vinculadas con las juventudes y lo juvenil en
el país. De una parte, el recorte temporal más que exhaustivo se propone identificar los estudios
y enfoques más relevantes en las dos últimas décadas hasta la actualidad. De otra parte, el
recorte temático da cuenta de los principales clivajes del campo de estudios sobre las
juventudes, teniendo presente un recorte disciplinar delimitado en torno a la producción de
conocimiento –estudios, investigaciones, trabajos individuales y colectivos, informes de
situación- en el ámbito de las ciencias sociales. Cabe señalar que, más que un resumen
expositivo o de reseña de los estudios relevados, se trata de establecer un balance en
perspectiva crítica, que a modo de primer mapeo sirva de sistematización de lo avanzado en el
campo de nuestro interés.

Teniendo en cuenta que el propósito de este balance de la cuestión, tiene como principal
objetivo arrojar luces en torno al campo de saberes sobre juventudes y sus articulaciones con
la configuración de subjetividades sociales y políticas, a continuación, presentaremos por clivaje
temático los estudios relevados en función de los objetivos e intereses de la investigación en
curso. En esta línea, abordaremos los siguientes campos de saberes: 1) participación y
movilización juvenil; 2) Estado y políticas públicas; 3) educación; 4) empleo e inserción laboral y
5) avances en torno al período que abarca la pandemia y post pandemia.

Consideramos de relevancia destacar dos cuestiones. La primera, vinculada con el


enfoque sobre el abordaje de la categoría de juventudes empleada, en la que reconocemos el
consenso de su concepción como noción relacional, situada, plural, históricamente construida,
inmersa en las relaciones sociales de poder y en permanente reconfiguración atravesada por
clivajes de género, clase, etnia, entre otros (Pérez Islas, 2000; Vommaro, 2015). Una segunda
cuestión se relaciona con destacar la relevancia de contribuciones sobre los avances en el
campo de saberes sobre juventudes cuya vigencia se hace insoslayable en lo que tiene que ver
con la construcción de los informes y estados de la cuestión elaborados por Chaves (2009) y
Chaves et al. (2013), que han servido de insumo primordial para el presente documento.

1. Participación y movilización juvenil

Los procesos de subjetivación política juvenil han sido abordados desde distintos
enfoques entre los que predominan aquellos que buscan desligar a las/os jóvenes de premisas
e ideas que los vinculan con un mayor involucramiento en prácticas políticas o con mostrarse

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desafectados –desencantados- de la política (Chaves, 2009). Bajo esta perspectiva
encontramos un importante grupo de estudios sobre las relaciones entre las juventudes y la
política que buscan comprender estas vinculaciones de manera situada, es decir, de acuerdo
con los contextos que los atraviesan.

En esta línea, se encuentran los trabajos que estudian las relaciones entre las
juventudes y las prácticas de militancia político-partidaria (Grandinetti, 2015; Molinari, 2010;
Mutuverría y Galimberti, 2017; Pérez y Natalucci, 2012; Tomassini, 2013; Vázquez y Vommaro,
2012; Vázquez, 2015; Vázquez y Cozachcow, 2017), como también de las relaciones entre las
juventudes con la política electoral (Núñez y Cozachcow, 2017). Por otra parte, encontramos las
investigaciones que abordan las articulaciones entre las juventudes, la política, el trabajo y los
movimientos de desocupados (Vázquez, 2010; Vommaro, 2010) así como algunos que exploran
la participación de las/os jóvenes en espacios sindicales (Galimberti, 2016; Natalucci y
Galimberti, 2015).

También se destacan los trabajos que indagan diversos modos de participación política
juvenil por fuera de los espacios políticos tradicionales –partidos, sindicatos, entre otros-. En
este grupo de investigaciones señalamos aquellas que abordan la acción colectiva juvenil, su
participación en movimientos sociales y prácticas de participación en territorio (Natalucci, 2012;
Vázquez y Vommaro, 2008; Vázquez, 2010; Vommaro, 2010; Zibechi, 2003).

1.1 Luchas de género(s): feminismos, diversidades y disidencias

Vale mencionar en un apartado especial los estudios que en años recientes analizan las
relaciones entre las prácticas políticas, el género y las diversidades. Respecto de los avances en
torno a las luchas por el reconocimiento de las diversidades sexuales consideramos de gran
importancia los trabajos que abordan las luchas de las comunidades LGTBIQ+, colectivos
feministas y de disidencias por la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario (Ley 26.618 de
2010) y sus incidencias en la ampliación de derechos humanos, dinamización de la participación
política y ampliaciones de la democracia (Biglieri, 2012; Bimbi, 2010 y 2017; Pecheny y De La
Dehesa, 2010; Hiller, 2012 y 2013). En la misma línea, encontramos los debates y procesos de
participación de las personas jóvenes por las luchas en torno a la causa por la legalidad del
aborto –seguro y gratuito- como eje de los trabajos de Elizalde (2005, 2015, 2018 y 2021). De la
misma manera, los procesos vinculados con las diversidades sexuales, los afectos y nuevas

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sensibilidades son claves de análisis en los estudios de Blanco (2009, 2014 y 2021) y Blanco,
Flesler y Spataro (2019).

Finalmente, la diversidad de luchas, demandas y procesos de participación de los


feminismos en el país y sus resonancias en los debates y disputas en la arena pública del país
en el último quinquenio constituyen uno de los temas nodales en los estudios que abordan
desde múltiples ángulos al movimiento feminista. En esta línea, destacamos los trabajos que
profundizan los devenires en la construcción del movimiento feminista en clave de la historia
social y sus entrecruzamientos con la teoría política (Barrancos, 2020; Gago, 2019). También
señalamos los trabajos que analizan la profundización de las agendas de los colectivos
feministas desde su anclaje con los movimientos sociales (Di Marco, 2011; Jelin, 2017).

2. Estado y políticas públicas

En lo referido a la institucionalización de políticas públicas orientadas hacia las


juventudes en el país hay que señalar lo antes mencionado en relación con la celebración del
Año Internacional de la Juventud (AIJ) en 1985 como hito que funda el campo de producción e
intervención de la cuestión juvenil a nivel nacional. Coincidiendo con los planteos de Chaves
(2009), en los estudios sobre políticas destinadas a las juventudes continúa la tendencia a la
fragmentación en la indagación sobre acciones y programas sectoriales y focalizados que
abordan problemáticas diversas relacionadas con las mencionadas antes en el campo
educativo, la inserción y trayectorias laborales, la salud, entre otras, dando cuenta de la
ausencia de análisis sobre políticas de corte transversal e integral, como también de un marco
normativo –leyes o planes- en los diferentes niveles –sean nacional, provinciales, locales- que
recuperen las agendas juveniles.

No obstante, en nuestro rastreo observamos un conjunto de estudios recientes que


abordan en profundidad la creación de dispositivos estatales en sus diversos niveles –
nacionales y subnacionales- desde los cuales se ha avanzado en la intervención del Estado en
los sujetos jóvenes. En esta línea, vale la pena mencionar los estudios de Liguori y García (2017),
Liguori (2019) y Cozachcow y Liguori (2022); trabajos que desde una perspectiva socio-histórica
abordan la creación de organismos de juventud durante la década de los ochenta bajo el
contexto de la transición democrática en contrapunto con los que se encuentran en vigencia en
la actualidad. Por otra parte, consideramos relevante mencionar los trabajos de Beretta, Galano
y Laredo (2018), Beretta y Nuñez (2020) y Beretta et al. (2022), que dan cuenta de la

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exploración en torno a las reconfiguraciones de los diversos ámbitos de gestión estatal en el
campo de las juventudes tanto en el país como en perspectiva regional.

De la misma manera, se destacan también los estudios de Kriger (2014) y Vázquez


(2015), en torno a los modos en los cuales las juventudes son construidas (producidas),
interpeladas e intervenidas por parte del Estado. En este sentido, las relaciones entre la
implementación de políticas públicas destinadas a los/as jóvenes hacen parte de un modo de
intervención desde lo público-estatal que contempla acciones enfocadas a partir de programas
sociales de inclusión y acceso a derechos sociales (Llobet, 2013), derechos educativos, de
inserción al mercado laboral y desarrollos productivos (Salvia, 2008), como también
intervenciones estatales que abordan a los/as jóvenes más en clave etaria que como un sector
de población atravesado por singularidades y especificidades como es el caso de la Asignación
Universal por Hijo, los programas destinados a acceso a vivienda y/o programas de salud y
prevención –infancias y adolescencias en situación de encierro y aplicación de justicia, por
ejemplo- (Guemureman y Zajac, 2020; Medan, 2013).

Asimismo, subrayamos las exploraciones de estudios de caso sobre el desarrollo de


programas de políticas participativas (Carmona, 2012; Landau, 2008; Vázquez, 2015) que tienen
como principal objetivo impulsar y promover prácticas de participación social y formación
ciudadana.

3. Educación

En concordancia con los balances sobre la cuestión realizados por Chaves (2009), en las
últimas décadas sobresalen los trabajos sobre las incidencias de los sistemas educativos de
nivel secundario y universitario. En esta línea, se observa una prolífica producción de trabajos
en torno a los entornos educativos de los niveles secundario y universitario a partir de las
configuraciones de sociabilidades y prácticas políticas (D’Aloisio, 2015; Larrondo, 2018; Núñez,
2008); en esta línea destacan los estudios en torno a la participación juvenil en espacios
educativos –centros de estudiantes, militancia universitaria, tomas de escuelas secundarias,
bachilleratos populares- (Elisalde, 2007; Núñez, 2015).

La construcción de la ciudadanía en los ámbitos educativos también aparece como un


eje de investigación preponderante en el período en cuanto a la indagación en los sentidos,
representaciones, valoraciones y construcciones de los/as jóvenes sobre lo público y el Estado

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(Larrondo y Mayer, 2018; Núñez, 2009 y 2012; Vommaro, Cozachcow y Núñez, 2022). De otro
lado, observamos una importante producción de investigaciones que tienen como temática
central la indagación en las trayectorias de inclusión y exclusión educativa (Mayer y Cerezo,
2018; Tenti, 2007; Tiramonti, 2004).

Los trabajos que abordan las relaciones entre la formación educativa y el mundo del
trabajo constituyen uno de los campos más importantes de investigación. Prevalecen algunos
trabajos que abordan la temática articulando programas de políticas públicas (Di Piero, 2021;
Kessler, 2003), así como las investigaciones que dan cuenta de diversos entrecruzamientos en
los recorridos y trayectorias de inserción laboral de las juventudes (Filmus, 2017; Tiramonti y
Montes, 2008).

En años recientes, observamos la producción de trabajos que indagan en las


vinculaciones entre educación y tecnología. En esta línea, señalamos los estudios que desde
diversos enfoques centran la mirada en los usos de las nuevas tecnologías de la información
(TIC´s) y sus incidencias en las juventudes y en los espacios educativos (Gvirtz y Larrondo,
2007; Picarón, Linne y Núñez, 2019). Por último, consideramos relevante visibilizar trabajos que
abordan las experiencias de las juventudes en instituciones educativas durante la pandemia
(Núñez, Otero y Quinzani, 2021).

3.1 Juventudes y cultura

En lo referido a la participación e incidencia de las juventudes en ámbitos culturales cabe


señalar los trabajos de Stacchiola (2015 y 2016) en los que se indagan y analizan las
configuraciones culturales juveniles en relación a la construcción de procesos de participación
e identidades bajo prácticas de participación en espacios culturales. De otra parte, los consumos
culturales de las juventudes populares articuladas a la construcción de identidades y el clivaje
de género constituyen una dimensión de los trabajos de Silba (2018) y Salerno y Silba (2006).

Por otra parte, en lo referido a la exploración de consumos, prácticas y políticas


culturales cabe mencionar los trabajos de Wortman y Bayardo (2012) y Wortman (2018), por
último, las investigaciones de Cervellera (2019) en torno a la movilización de prácticas
autogestivas adelantadas por las y los jóvenes en Centros Culturales.

4. Empleo e inserción laboral

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Como parte de los procesos de construcción de autonomía económica, integración social
y emancipación de los y las jóvenes en las últimas décadas observamos algunas tendencias en
cuanto a este campo de estudios. Coincidiendo con el balance mencionado antes de Chaves
(2009), los procesos de vinculación de las juventudes al mundo del trabajo continúan siendo
abordados dentro de las dinámicas de las desigualdades, la exclusión y los altos niveles de
precarización en tiempos de mayor flexibilidad e inestabilidad laboral. En esta línea,
encontramos los estudios que abordan dichos entrecruzamientos en los cuales hay que
subrayar las dificultades para desarticular las experiencias de inclusión en la empleabilidad
juvenil caracterizadas por dinámicas de precarización laboral (Beccaria, 2005; Jacinto, Bessega
y Longo, 2005; Pérez, 2007; Salvia y Vera, 2015).

De manera complementaria, señalamos las investigaciones que estudian las


condiciones de desempleo y subempleo de las juventudes (Pérez, 2007), los modos en que las
amplitudes de las trayectorias educativas no tienen el correlato en las inserciones laborales de
las/os jóvenes (Lépore y Schleser, 2004; De Ibarrola, 2016; Jacinto, 2018), como también los
fenómenos de deserción educativa de las juventudes activas en el mercado de trabajo (Corica
y Otero, 2018).

Los estudios de Lépore y Schleser (2004 y 2005) y Pérez (2018) muestran también el
fenómeno de agudización del desempleo en las mujeres jóvenes y en las juventudes que tienen
a cargo a sus familias –jefes/as de hogar-, así como las mujeres jóvenes con bajos niveles
educativos (Scarano et al., 2019).

5. Pandemia y post pandemia

La pandemia por la COVID-19 constituye un acontecimiento disruptivo en las


sociedades contemporáneas, así como marco de época de profundas crisis económicas y
sociales en América Latina y el Caribe. En Argentina a partir de marzo del 2020 el contexto de
pandemia -en conjunto con las medidas adoptadas por el Estado para mitigar y prevenir los
contagios (ASPO-DISPO)- transformó la vida cotidiana de toda la sociedad. Dichas
transformaciones se evidencian aún con posterioridad a la transición de la denominada nueva
normalidad posibilitada, en gran medida, por una ingente política de vacunación –
inmunización- de la población a nivel nacional.

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Si bien los diversos efectos y consecuencias que trajo consigo la pandemia y el período
actual de post pandemia aún siguen siendo objeto de estudio, encontramos interesantes
esfuerzos, tanto en el ámbito académico como de organismos nacionales e internacionales, por
analizar y visibilizar sus impactos en las juventudes. En esta tesitura, encontramos trabajos que
abordan experiencias de las juventudes en el contexto escolar (Lago et al., 2021); estudios en
torno a las trayectorias laborales y la profundización de las condiciones de flexibilidad laboral
en las/os jóvenes con trabajos precarizados (Cruz Tolosa, 2020; Rauch, 2022; Vommaro, 2022);
estudios que centran el foco en los procesos de participación juvenil y acción colectiva en
Argentina y la región (Vázquez et al., 2021), como también los modos de representación de las
juventudes por parte de los medios de comunicación (Sidun y Rigo, 2021).

Por otra parte, hay que mencionar los informes realizados por diversas organizaciones
internacionales y/o de la sociedad civil en torno a los entrecruzamientos entre infancias,
juventudes, pandemia y salud mental en la Argentina. En este campo destacamos el “Estudio
sobre los efectos en la salud mental de niñas, niños y adolescentes por Covid-19” publicado en
2021 por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) bajo la coordinación de la
investigadora Alejandra Barcala y, por último, el informe de la encuesta nacional “Juventud en
contexto de pandemia” publicado en 2022 por el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja –
Argentina-.

Las juventudes argentinas hoy: un mapa de sus principales preocupaciones

1. Participación política y movilización

En línea con las investigaciones que buscan indagar las relaciones entre las juventudes
y la política, hemos abordado específicamente esta temática en las entrevistas en profundidad.

Esto resulta de importancia puesto que según datos de Zuban Córdoba y Asoc. (2023),
sobre el padrón nacional, para las elecciones nacionales de 2023, el 18,1% del padrón está
integrado por jóvenes de entre 16 y 25 años, y el 20,3% adultas/os jóvenes de entre 26 y 35
años.

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Esto quiere decir que un 38,4% de los votantes de estas elecciones nacionales serán
jóvenes que nacieron del año 1988 en adelante, esto es, que no fueron testigos del
funcionamiento autónomo por fuera de coaliciones electorales y/o de gobierno de los dos
partidos tradicionales sobre los que se estructuró el sistema político argentino en la vuelta a la
democracia, no son “nativos partidarios”, tampoco son afectos a las vías de comunicación e
información tradicionales sobre las que se construyeron las teorías analíticas de la política
tradicional, y tampoco los contienen las instituciones que estudiamos desde la segunda guerra
mundial, y sobre las que sacamos nuestras conclusiones respecto de la realidad política nacional
y global. Este suceso muestra que existe una combinación de naturaleza y avance científico
tecnológico que presiona desde las bases y que pone a prueba nuestros marcos teóricos
(Goyburu 2019) .

Más aún, los más adultos dentro del primer grupo (16 a 25), que implican el 18,1% de
quienes están habilitados a votar en las elecciones nacionales de 2023, sólo tenían tres años
durante la crisis política y económica más importante de la democracia argentina, por lo que
nuestras referencias teóricas y analíticas no sólo les pueden resultar ajenas, sino que muchas
veces no terminan de capturar sus intereses.

En un reciente estudio que recoge las voces de líderes y lideresas sociales y políticos
que participan en organizaciones focalizadas en la agenda de las juventudes en Centroamérica
y México (Asuntos del Sur, 2003), en el que se exploran las percepciones sobre la democracia,
el poder, el espacio cívico, la participación, la crisis política y la necesidad de formación política,
se detectó que, si bien existe un amplio consenso de preferencia por la democracia, existe un
porcentaje significativo de indiferencia e incluso, preferencia a un régimen autoritario. En este
estudio, esta tendencia puede relacionarse con las principales preocupaciones manifestadas
por las juventudes, preocupaciones que se asemejan a las recolectadas en esta investigación:
la incertidumbre por el futuro, el desempleo y la falta de oportunidades. De forma similar, en
dicho estudio y al igual que lo recolectado por esta investigación sobre juventudes en la
Argentina, las preocupaciones manifestadas conviven con el interés por participar activamente
en su país, principalmente en organizaciones no gubernamentales, estudiantiles, vecinales o a
través de un partido político, aunque las y los jóvenes consultados dan cuenta de que los temas
vigentes en las organizaciones e instituciones que les representan no responden,
necesariamente, a sus necesidades, manifestando insatisfacción por comportamientos adulto-
centristas dentro de las organizaciones y falta de escucha.

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En esta investigación local, y en línea con lo que se evidencia en la región, en reiteradas
ocasiones las y los jóvenes manifiestan tener desconfianza hacia el sistema político y sus
referentes actuales. Por un lado, en algunos casos se pone en duda que la política sea una vía
para resolver conflictos de manera efectiva ya que consideran que se encuentra lejos de los
problemas cotidianos; más sin embargo, también se encuentra presente en muchos casos una
esperanza en la política como motor de cambio de la sociedad.

Por otro lado, en su mayoría los y las jóvenes señalan poca escucha de parte la
dirigencia, indignación porque el Estado no pueda resolver cuestiones específicas teniendo a
disposición los recursos, sumado a la frustración ante la repetición de ciertos conflictos y
problemáticas de manera sistemática. En este sentido, los políticos figuran como los principales
responsables de que las cosas sigan funcionando de la misma forma. En muchos casos se
considera que son todos lo mismo o que se trata de elegir el mal menor, que son personas
corrompidas por el poder y que para ocupar esos lugares hay que ser corrupto en mayor o
menor medida.

En su mayoría son todos iguales. Todos siempre te dicen que van a hacer tal o cual
cosa y terminan haciendo lo mismo que los demás. No es ningún cambio. (...) Lo
único que hacen es tirarse palazos entre los diferentes bandos. Nunca, nunca tirar
un proyecto sobre algo (...) lo único que hacen es echarse la culpa el uno al otro.
(...) O la corrupción y esas cosas me dan bronca, siendo un país con tantos recursos
naturales, tenemos de todo menos diamantes, creo que tenemos todos los
recursos naturales y nos va como el orto. Que no inviertan, muchos negocios. Como
dije, prefiero pasar de canal y no ver más. (Entrevista 16, varón, 19 años, AMBA)

Lo que yo digo en la vida, en el día a día podés ver a cualquier político postulándose
a la presidencia y diciendo un montón de cosas, pero después que, cualquier
persona que le des un poco de poder, se transforma. (...) Si le das un montón de
poder, te llena un montón, te come la cabeza y la gente termina siendo mala, se
olvida cómo empezó. Empieza a faltarle un poco más de humildad y de acordarse
quién fui yo antes, en qué pensaba en serio. Hay que acordarse de la gente, que
hay un otro. (Entrevista 1, mujer, 18 años, CABA).

Hay que hacer un cambio generacional de la conducción política de este país. Y


estaría bueno que esos sectores y que en esos lugares que estamos necesitando

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compañeros que realmente hayan vivido o tenido contacto con la gente de los
barrios más humildes, que los ocupen los compañeros de esos barrios y que no
venga un caudillo, que no venga nadie a querer contar la historia de cómo tenemos
que solucionar el problema que tenemos en nuestro barrio. (Entrevista 2, 29 años,
varón, AMBA)

Un grupo de las y los entrevistados relatan estar cansados de “la grieta”, los extremos
y las discusiones. En el caso de este grupo consideran que eso no conduce a ningún lado y que
simplemente aleja a la política y a los políticos de las necesidades, problemáticas e intereses de
los ciudadanos.

No me gusta estar muy del extremo de la derecha, ni de la izquierda, ninguno de


los dos. Sí, no me gusta, prefiero tener mi propia idea y sacar algo bueno de cada
uno. (Entrevista 6, varón, 18 años, AMBA).

Siento que la gente está separada en dos partes, de políticos, los peronistas y los
macristas. Es lo que yo veo, siento como si fuera River y Boca. Es lo que noto.
Siento que así la Argentina nunca va a llegar a un acuerdo, porque viene un
gobierno, hace una cosa, y viene otro, hace otra cosa. Siento que nunca termina de
salir adelante el país. (Entrevista 40, mujer, 16 años, AMBA).

El punto extremo de saturación de “la grieta” es en relación al problema del diálogo,


cuando se presentan algunos testimonios que se escapan del debate y del intercambio de ideas.
Según el sociólogo Daniel Feierstein 1 esto es:

“producto de la desaparición o destrucción progresiva de los espacios de


encuentro de lo diverso, que en nuestro país fueron históricamente la escuela y
la salud públicas, el barrio, la calle, instancias donde uno se encontraba con
gente muy distinta a uno, social, económica, cultural y políticamente, y era capaz
de construir herramientas para dialogar. Eso, producto también de una serie de
transformaciones subjetivas de este momento neoliberal se ha ido destruyendo,
entonces cada uno no sabe cómo hablarle a alguien que piensa distinto. Esto
también está muy potenciado por las redes sociales, que nos ofrecen un filtro
burbuja: potencian lo que pensamos y nos hacen desaparecer del entorno toda

1 https://www.pagina12.com.ar/538983-daniel-feierstein-el-peligro-es-que-el-neofascismo-sea-gobie

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disonancia cognitiva. Entonces todos los que no piensan como nosotros son
imbéciles, y son tratados como imbéciles. Eso impide cualquier diálogo porque
nadie puede dialogar sobre la base de que el otro lo trata como un imbécil que
no entiende.”

A su vez, encontramos un grupo en el que las y los entrevistados afirman no querer


llegar a discusiones con otras personas, como un rechazo generalizado frente a la grieta y la
exacerbación de ideas y posiciones ideológicas a lo que identifican como violencias.

No pelearse todos contra todos, sino buscar una solución. Porque yo creo que
cuando hablas de temas políticos es para estar “no, porque este hizo esto, esto y
esto”. No discutir, sino buscar una solución para llegar a acuerdos, a algo. Tanto los
más, o sea los más de arriba, el presidente y eso, y las personas en sí. Cambiar el
pensamiento en general, la acción. No te voy a decir “vos a tener que pensar así o
así”, pero yo creo que todo, en una charla o algo, uno puede ir cambiando la forma
de pensar. (Entrevista 5, mujer, 17 años, AMBA)

Y creo que esa es una preocupación, hay muchas ganas de agrietar más y de decir:
“mi lado es mejor”. Por ahí la idea no es cuál es el mejor, si no que pensemos en
algo que colectivamente todos podamos tener. (Entrevista 43, 17 años, varón,
Tucumán)

Además, en la mayoría de las entrevistas el diagnóstico en relación a la situación actual


del país es negativo. Sin embargo, muchos de las y los entrevistados consideran que la política,
a través del uso de sus herramientas y recursos, tiene la capacidad de resolver dichas
problemáticas. Las vías de acción mencionadas pueden ser asociadas con distintos discursos
ideológicos; tanto desde el progresismo como desde una perspectiva más afín al
neoliberalismo.

Sí, obvio. Siento que (la política) es como LA herramienta para que sea un cambio
realmente… que dure en el tiempo y que sea un cambio real. La política primero
que es masiva. O sea que involucra a mucha gente, entonces, eso te da como otro
piso. Como esto que te digo, que el cambio sea como más sólido. Y después porque
tiene las herramientas. (...) Es el Estado el que puede venir y abrirte una escuela o
ponerte presupuesto en esto… entonces, bueno, la política es la que llega a esos
lugares. (Entrevista 37, mujer, 20 años, Mar del Plata).

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En este sentido, si bien se considera que la política permite viabilizar y motorizar el
cambio social, la mayoría de las y los entrevistados no sienten que puedan aportar
personalmente a ese cambio dentro de la militancia partidaria. Entre quienes son un poco más
grandes y han tenido alguna trayectoria de participación en experiencias militantes se escuchan
discursos de frustración y desilusión respecto de un ambiente en el cual “se usa” a los
militantes, señalando que en los ámbitos de “poder” se corrompen los ideales ligados al bien
común y se priorizan intereses particulares.

En ciertas ocasiones, frente al desencanto con el sistema político, las y los jóvenes
buscan propuestas alternativas que contribuyan a la transformación social. Suelen ser
considerados espacios de pertenencia, con una fuerte inserción barrial o territorial y, por lo
tanto, consolidan vínculos estrechos con los vecinos. Estas formas asociativas parten de
intereses específicos y responden a problemáticas concretas a través de la acción inmediata.
En contraste con el desencanto político, dicha búsqueda de alternativas y experiencias de
politización juvenil en ámbitos no institucionales, por ejemplo, coincide con lo que plantean la
mayoría de estudios que indagan en procesos de participación juvenil mencionados en el primer
apartado, en cuanto a la heterogeneidad de prácticas, espacios y problemáticas que movilizan
a las juventudes abordadas en este informe.

Los valores de este tipo de colectivos se hacen efectivos en la práctica cotidiana ya que
están respaldados en experiencias propias de los sujetos. En estos espacios las y los jóvenes
encuentran mayor horizontalidad en los vínculos y la posibilidad de ser escuchados.

Me metí en el grupo de teatro comunitario, porque yo sentía que no quería que me


pase de no seguir viendo a la política como una cuestión de transformación social,
de descreer más de eso. Un poco siento que lo que sucedió, que por eso digo que
hay una motivación que a mí se me fue perdiendo con el gobierno de Alberto, que
era eso, como que no estaba esa mística. (...) A veces la política partidaria tiene esta
cosa de cuestiones que a mí no me van. Cuestiones de ciertas estrategias que no
apuestan al encuentro con ese otro, que es tu vecino y por ahí no coinciden
políticamente, pero tu acercamiento es desde un lugar más humano, desde hacer
una creación colectiva más humana, que la política partidaria no me lo estaba
dando. (Entrevista 9, mujer, 25 años, CABA).

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En algunas entrevistas hay una referencia a una mayor participación de las mujeres
ligada a un ascenso de las luchas y preocupaciones del feminismo. Algunas jóvenes sin clivajes
ni intereses políticos manifiestos, se sienten conmovidas por las reivindicaciones de género.
También algunos varones sin ningún tipo de interés manifiesto en la política y con un gran
desconocimiento de los debates públicos actuales, identifican a compañeras involucradas en la
causa. Del lado de los varones, algunos perfiles reaccionan a esto con un “anti-feminismo”
relativo a estos avances. El feminismo aparece en parte de este grupo como a lo que hay que
tenerle “cuidado”.

No me gusta el feminismo, es parte de dos extremos. Una cosa es no ser machista…


y otra es ser feminista…Yo quiero ser NORMAL: ser equitativo, por así decirlo.
Tener el respeto. Y otra cosa son los extremos. Full feminismo de que el patriarcado
no sé qué…. Estás generalizando ahí. Lo mismo cuando un hombre dice: “son todas
feministas o feminazis”. Es como que estás generalizando. Entonces, eso tampoco
está bien. Entonces a mí no me gusta. (Entrevista 35, 19 años, varón, Mar del Plata).

Sin embargo, la encuesta realizada en la segunda etapa, con una muestra de


jóvenes entre 16 y 24 años, señala un gran porcentaje a favor de que aquellas personas
víctimas de violencia de género deben recibir asistencia de parte del Estado.

Gráfico N° 1: Asistencia de parte del Estado hacia víctimas de violencia de


género

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Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

El 80 % de las y los encuestados considera que las víctimas de violencia de género


deben recibir asistencia de parte del Estado. Solo un 5 % consideró que las víctimas de violencia
de género no deben recibir asistencia de parte del Estado, y un 15 % considera que aún no lo
sabe.

En definitiva, la relación de estos jóvenes con la política, aunque puede reflejar cierta
frustración respecto de las formas que adquiere actualmente el debate público, no implica que
la participación en sí misma sea considerada negativamente o que sean jóvenes que no aspiran
a participar en distintos espacios comunitarios, sociales o militantes. En este sentido,
consideramos que las concepciones y miradas que plantean el distanciamiento o ruptura de las
juventudes con la política no tienen en cuenta la heterogeneidad, las sensibilidades y las
problemáticas que atraviesan a estas generaciones y que dan lugar a otros modos de
politización juvenil.

1.2 La emergencia de nuevas representaciones políticas

Dentro del universo de discursos sobre la política y los políticos hay una mención
generalizada en torno a la emergencia de la figura de Javier Milei, ya sea desde una valoración
positiva o negativa. Para el grupo de las y los jóvenes entrevistados que no acompañan las
propuestas del actual diputado, esta irrupción se debe al mal desempeño de los gobiernos
anteriores, realizando una fuerte crítica a esos espacios políticos por “permitir” la llegada de
un candidato de estas características.

Y ahí te aparece un personaje nefasto como Milei, que te capta cosas desde el odio,
o la bronca capta a toda esa sociedad, a toda esa parte de la sociedad que capaz
tiene bronca (...) Entonces, esa gente que está enojada y que no está captada por
ningún lugar, te aparece un tipo que dice que son todos chorros y que la política
está mal y que hay que demoler el Banco Central y empieza a tirarte títulos, sin
explayarse mucho, garpa. (Entrevista 8, 27 años, varón, CABA)

Por otro lado, quienes valoran su imagen rescatan diversas dimensiones. Para este
grupo de jóvenes, Milei es un político que “sabe” de economía, un técnico que conoce el
funcionamiento de los mercados y tiene una estrategia para solucionar los problemas
económicos. Se considera a Milei como alguien que "tiene un plan" para bajar la inflación y que
va a resolver cuestiones como la falta de empleo o la precariedad.

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Otros, por ejemplo, te dicen: “voy a bajar la inflación o la pobreza”, y no te dicen el
por qué. Como que va a suceder por arte de magia, y el loco Milei, te lo explica como
él lo haría. No sé si resultaría, pero por lo menos tiene un plan o algo pensado.
(Entrevista 16, varón, 19 años, AMBA)

Para mí, en mi opinión, bueno, si ganara la elección Milei, más o menos tendría un
trabajo decente. Uno fijo donde trabaje en blanco yo, y tendría una vida normal.
(Entrevista 21, varón, 18 años, CABA)

Javier Milei logró construir una llegada específica a las juventudes, una audibilidad
(fundamentalmente a partir de las redes sociales) que otros políticos no tienen. Esto no se
debe a las propuestas de los otros dirigentes sino a que estos directamente no son vistos ni
escuchados por las y los jóvenes. Su figura aparece como algo novedoso en la política, un
“outsider” y con características muy distintas en relación a las y los candidatos/as de los otros
espacios políticos.

(...) Y, lo que dice, la verdad que me convence. Yo lo escucho hablar a veces, estoy
con el celular y me aparecen notas de él. Me pongo a escuchar un ratito y me
convence lo que dice. No sé. Eso es lo que me parece interesante, porque capaz
escucho de otros y no me convence tanto como a él, pero eso. (Entrevista 3, varón,
17 años, AMBA)

La presencia que él tiene es algo que hace mucho no se ve. Y las cosas que dice, es
como que las dice y las hace, por ejemplo, el sueldo que él cobra como diputado
siempre lo sortea y se lo da a alguien. Y eso lo prometió y lo hizo y eso me parece
un buen inicio. He ido a verlo cuando ha venido acá, me gusta mucho cómo habla,
o sea, te capta, te... Y no es que te endulza, no te endulza, sino que es realista el
tipo. Entonces, eso hace que me interese. (Entrevista 46, mujer, 20 años, Córdoba)

Sin embargo, la mayor identificación con Milei proviene a partir de un vínculo emocional
construido específicamente con las juventudes. Esto es valorado explícitamente ya que
priorizan esa empatía incluso por delante de las propuestas concretas, algunas con las cuales
no están de acuerdo. La afinidad es borrosa cuando les preguntamos acerca de la valoración
con respecto a ciertas medidas tales como la destrucción del Banco Central, el derecho al
aborto o cuestiones sensibles como la portación de armas.

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Yo creo que es el que más les llegó a los jóvenes, la figura de Milei creo que es la
que más llegó, porque hubo muchos memes, hubo mucha campaña en ese sentido
que nos lo hizo llegar a nosotros. Los otros políticos, tal vez los veo solamente por
publicidad y digo: “ah, uno que vi por la calle”, pero no los veo en sí. Pero Milei llegó
a un montón de adolescentes, de jóvenes. Milei se tomó el trabajo de llegar a
nosotros y contarnos qué es lo que va a hacer. Los otros, yo la verdad no sé qué
hacen. Literal no sé, no conozco nombres, no sé quiénes son, no sé qué partidos
son, no tengo idea. Pero de Milei sí, es como que llegó a mí, no sé cómo. O sea, es
como que se volvió viral en un momento y llegó, que me parece que esa es la forma
de llegar a los adolescentes hoy en día, porque nos manejamos por la tecnología,
entonces fue una estrategia muy buena. Entonces, al que le conocés es a Milei, que
habla esto de dolarizar la Argentina, y lo conozco porque me aparece en un montón
de videos de Instagram, entonces como que me llega. (Entrevista 24, mujer, 19
años, Tucumán)

Uno de los aspectos más valorados es que sea una persona sincera que dice lo que va
a hacer sin importarle las consecuencias ni buscar la corrección política (no quiere “quedar bien”
con el electorado). Se destaca que es alguien espontáneo, que “se planta” (“dice lo que hay que
decir”) ante el resto de los políticos a los cuales las y los jóvenes en general desprecian. Esta
“rebeldía” incluso provoca que para algunos Milei sea considerado un político “de izquierda”.
Milei ha logrado, siendo parte de la oferta institucionalizada de la política, ser una opción
percibida como distinta que pelea contra lo instituido, contra el statu quo.

Me convence justamente que se manifieste en contra de todo, porque no hay nadie


que haya hecho eso. Por ahí llega Macri, dice: “bueno, vamos a hacer esto, esto y
esto”, pero esto que estaban haciendo los anteriores lo vamos a dejar así. Es como
que entonces no termina siendo un cambio, porque encima ves la Cámara de
Diputados, que los mismos macristas votan lo mismo que lo que está votando el
otro partido de al lado, y el de al lado y el de al lado. Y justamente de él veo lo
contrario, como que está en contra de absolutamente todo. No hay nada en que lo
vayas a ver en que sí, está de acuerdo. No está de acuerdo con nada. (Entrevista
39, 20 años, varón, CABA)

Tengo amigos que recontra votan a Milei. (...) creo que les cuesta la política, es
como que sienten que ser liberal no es ser político, no es ser parte de la política. Y

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la política está mal. Y ser un sujeto político está mal, pero ellos después tienen ideas
liberales y están súper arraigados, porque recontra creen en eso. (Entrevista 7, 21
años, mujer, CABA)

(...) siempre miro la entrevista de Milei y me gusta mucho lo que plantea. (...)Porque
se ve que es una persona sincera y si dice lo que… Si cumple lo que promete, es lo
que la Argentina necesita, el cambio que necesitamos. (...) En general va a cambiar
mucho. Por ejemplo, él va a eliminar la inflación. También esto de que cada uno se
pueda pagar, que sea un lugar digno para vivir, que no nos tengamos que ir de acá.
Es muy importante igual, porque ahora la mayoría se quiere ir de Argentina.
(Entrevista 19, varón, 19 años, Comodo Rivadavia).

Los testimonios que simpatizan con Milei y/o espacios relacionados a la ultra derecha o
espacios libertarios mencionan que comparten las ideas, pero no se encuentran del todo de
acuerdo con algunas de las formas que tienen de comunicar y vincularse en la política ya que
las describen como agresivas. Asimismo, las y los entrevistados que simpatizan con estos
espacios e ideas mencionan que algunas de las propuestas las encuentran muy radicales (ej.
eliminar banco central/ Estado, etc.), o que no comparten el tono de confrontación que sostiene
el candidato en el debate público. Las y los entrevistados que lo identifican como un outsider
de la escena política, destacan de Milei sus conocimientos en temas de economía y consideran
que frente a los grandes problemas económicos de la Argentina actual este candidato podría
solucionarlos.

Otra cuestión a destacar es la variable de género cuando aparece la afinidad con Milei.
Ésta se pronuncia en un grupo de los varones jóvenes; en el caso de las mujeres jóvenes
entrevistadas, si bien rescatan algunos aspectos de lo que propone o de su pragmatismo (su
formación, las propuestas en materia económica, sortear su sueldo del Congreso) le escapan a
su temperamento e imagen pública, les genera más rechazo el tono de su voz, el énfasis y su
carácter. En este sentido, observamos que dentro de este grupo de jóvenes, son los varones
quienes más alineados están, tal como señalan las encuestas cuantitativas. De este modo, en
los gráficos siguientes se puede observar que solo 13 % de las mujeres encuestadas identifican
que el candidato Javier Milei es quien defiende mejor los intereses de los jóvenes, mientras que
los varones se posicionan en un 40 %. Asimismo, cabe destacar que el 52% de las mujeres que
participaron de la encuesta no identifican a un candidato o candidata que defienda mejor los
intereses de los jóvenes.

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Gráfico N° 2: Candidatos que mejor representan los intereses de las y los jóvenes según
las mujeres

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

Gráfico N° 3: Candidatos que mejor representan los intereses de las y los jóvenes según
los varones

25
Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

Ponele, tendrá algunas cosas que sí, puede ser. Pero el tipo me parece medio
loquito. Me parece… No sé, viste, ya el… (es re feo lo que voy a decir), pero ya el
aspecto te da cosa. No sé, este chabón que está todo el día a los gritos, ¿puede ser
que sea presidente acá? No sé. (Entrevista 36, mujer, 20 años, Mar del Plata)

Lo que tienen los políticos es que, y más que nada varones, no me gusta cuando
me hablan desde la prepotencia. (Entrevista 42, mujer, 19 años, Tucumán)

Para comprender la adhesión de una gran mayoría de varones jóvenes entrevistados a


las nuevas derechas y en particular a la figura de Milei tomamos palabras de Daniel Feierstein
al respecto:

“el efecto que ha generado un conjunto de injusticias y sufrimientos de varones


muy jóvenes en relación a la marea verde y el avance del feminismo. Su impacto
es tremendamente positivo en la mayoría de los planos pero ha implicado
situaciones concretas de problemáticas, sufrimientos e implementaciones
discutibles de muchas lógicas, sobre todo la del escrache entre pares en el
ámbito escolar. Esto también es ignorado y estigmatizado por distintos espacios
del campo popular, y escuchado y aprovechado por las nuevas derechas, que
montan sobre eso una salida terrible: la estigmatización de las luchas de
género.” 2

Una última cuestión es que identificamos en varios testimonios que entre quienes
siguen las propuestas o ideas de Milei hay jóvenes que aún no trabajan, donde sus padres y/o
madres los “ayudan” hasta que terminan sus estudios terciarios/universitarios. En estos relatos
aparece una concepción del Estado de poca acción y que interfiere sobre la propia libertad de
acción, en línea con un pensamiento más conservador.

Tener el derecho de tomar decisiones sin, como se dice, sin el peso del Estado. Por
ejemplo, que yo quiera hacer algo y que no haya alguien que me esté impidiendo

2 https://www.pagina12.com.ar/538983-daniel-feierstein-el-peligro-es-que-el-neofascismo-sea-gobie

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hacerlo. Por ahí, del lado de, no sé, si quiero viajar o hacer algo sin que alguien me
esté metiendo trabas y que me complique o me impida hacer eso que quiero hacer.
(Entrevista 39, 20 años, varón, CABA)

En este punto emerge una concepción más individualista y meritocrática, pero no propia
de la antipolítica. Al decir de Daniel Feierstein en el análisis de estas nuevas corrientes de
extrema derecha: “En este neofascismo del siglo XXI no se recorta la noción de comunidad, sino
que se la busca hacer implosionar directamente. Es la desaparición de la posibilidad de pensarse
como parte de una comunidad. También está la pérdida del arte del diálogo con el que es
distinto. Y esto va mucho más allá de la nueva derecha”.

2. Estado y políticas públicas

En relación al Estado y a la institucionalización de políticas públicas hacia las juventudes,


encontramos que hay una generalización de cierto desconocimiento de las políticas orientadas
a las juventudes y una idea algo difusa de lo que es el Estado. Uno de los aspectos que nos
resulta más importante a tener en cuenta es que muchos/as no tienen una concepción precisa
acerca de qué es y cómo funciona el Estado, como tampoco de cuáles son las políticas públicas
que lleva adelante. En general, las políticas públicas son asociadas a aquellas direccionadas a la
ayuda social, quedando excluidas políticas de tipo más universal como las orientadas a la salud,
al empleo y a la educación pública. Sin embargo, son recurrentes las demandas a diversas
instituciones estatales (escuela, hospitales, municipios, aspectos legislativos). Podemos leer
entonces que, desde estas miradas, el Estado (o lo que representa su encarnación, por ejemplo
sus instituciones) es responsable de la situación económica actual y a su vez acciona su faceta
más coercitiva: el encierro durante la pandemia, el cobro de impuestos, o la asignación de planes
y de diversos recursos económicos. Estas percepciones denotan intervenciones estatales
consideradas injustas que generan desigualdades y malestares (“bronca”, “injusticia”).

Espero ayuda. No, ponele, hacia mí; hacia la sociedad. Hacia la gente más… más….
pobre, por así decirlo. No puede ser... que haya un… no sé en qué porcentaje está;
pero que haya más pobres que gente normal. O que gente de clase media. El
gobierno debería ayudar. Sí. Todo. Pero no regalando plata. No regalando plata.
(Entrevista 35, varón, 19 años, Mar del Plata)

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(...) Había gente que lo necesitaba mucho y no pudo recibirlo, y gente que por ahí
no necesitaba tanto y que igual lo recibió (sobre el ATP). (Entrevista 2, varón, 29
años, AMBA)

Y… como ayuda… No sé. Ayudarlos a que puedan, no sé, estudiar o puedan darles
una oportunidad para trabajar. Pero no así, cosas de arriba, porque así cualquiera,
obviamente, nunca van a poder progresar por ellos mismos. (Entrevista 17, mujer,
16 años, AMBA)

Ante la pregunta por políticas públicas, algunos de los testimonios identifican las
consecuencias negativas a partir de la falta de continuidad y seguimiento por parte del
Estado en las políticas vinculadas a la ayuda social.

Cuando vos generás algo en un sector social como el sector popular, vos no podés
hacerlo una vez y después te vas. No podés hacer una olla popular durante un par
de días, después te vas, porque esa persona proyecta su futuro en base a eso, al
poder contar con esa herramienta. Estamos brindando un servicio, o si no un
servicio, una ayuda para la persona, para que tenga una comida garantizada, que
es lo que hacen las ollas populares en todo el país. Lo mismo pasó con el IFE. Está
bien, era de emergencia, pero esa persona notó que tenía en su cotidianeidad la
posibilidad de decir: “bueno, los próximos meses voy a poder continuar con un
ingreso, me va a permitir pagar aunque sea la pieza en la que estoy viviendo”, y
entonces se cortó eso. Y después cuando se dieron las Potenciar Trabajo, que
mucha gente pedía entrar, se vio negada esa posibilidad. Eso también generó
socialmente algo que el Estado no se dio cuenta, o no quiso abordar, digamos
(Entrevista 25, 18 años, varón, Córdoba)

Lo que le falta al Estado para entender lo que necesitan las personas es sentarse y
ver cómo viven esas personas, y ahí recién vas a poder entender qué necesitan
(Entrevista 1, 18 años, mujer, CABA).

Respecto del período de confinamiento por la pandemia de COVID-19, encontramos


entre las y los entrevistados conocimientos de la implementación de políticas estatales como
el IFE y el ATP, así como una valoración positiva de dichas políticas. No obstante, el

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desconocimiento sobre los modos de acceso, perfiles de los destinatarios y continuidades de
estas políticas aparecen como una constante en los relatos de las y los jóvenes.

Por un lado, me pareció bien porque es un apoyo que le da el gobierno en la


situación entendible de las personas que no pueden trabajar y hay algunas
personas que ganan como… por día. Y, por otra parte, creo que se la pudieron dar
a cualquier persona. Es decir, que yo conocí un caso, se la dieron a una amiga de mi
hermana y se la gastó en cualquier cosa. (Entrevista 52, 19 años, varón, Mendoza)

Del IFE supe mas no pude acceder a ella por mi edad, la ATP no sé qué hizo. Sé que
hubo algunos planes y becas que se lanzaron, pero no me metí mucho en eso
porque no estaba interesado y tampoco era muy real por la edad. (...) De mi familia
accedió mi prima y su novio, en periodos distintos. Y creo que habrá sido un soporte
de diez mil pesos cada uno, no me acuerdo. (Entrevista 51, 18 años, varón, Chaco)

En torno a la participación en espacios institucionales o de definición/opinión y gestión


de políticas públicas direccionadas a jóvenes, éstos se manifiestan con lo que denominamos
como “necesidades de la juventud para la política”: las y los entrevistados no se sienten del
todo identificados por quienes se encuentran gestionando las políticas públicas y encuentran
que estas políticas no están direccionadas a trabajar en las necesidades de la juventud. Lo
anterior se muestra reflejado ante la ausencia de espacios en los que las juventudes sean
escuchadas y la falta de una política integral destinada hacia -y con/desde- las juventudes, lo
cual cobra lugar en las percepciones y valoraciones de las y los entrevistados.

Es como que a muchos les falta ser escuchados, pero no escuchados en forma de
protesta, tipo “estoy luchando por algo y quiero que me escuchen”. Escuchados.
Siento que no todos tenemos esa fuerza de soltar algo. (Entrevista 54, 16 años,
varón, La Plata)

Creo que debería ser un espacio en el que haya otra gente joven que sean los que
actúen, los que estén escuchando las problemáticas porque son, por ahí, los que
pueden entender más lo que está pasando. Y si no hay gente joven en la que está
en el espacio, que para escuchar, para proponer lo que sea, tenga que estar
justamente informada, tanto a nivel en general como es la psicología de la gente
joven, como informada de lo que está pasando en el momento, informada de lo

29
que hace la gente joven, cómo se comunica, que consume, todo. (Entrevista 47, 19
años, mujer, Mendoza)

Y creo que la mejor forma es escuchar a los jóvenes, entonces haciendo hincapié
en el espacio de escucha, de habla y de intercambio, son la principal forma o
herramienta de tomar acción. Obviamente comprometerse también a hacer algo,
una actividad ya directamente de cara o medidas más certeras en relación a todo
lo que se escucha en estos espacios de intercambio. Sí creo que armar, traer las
instituciones, todos estos espacios de intercambio están muy buenos para tomar
medidas. Creo que es el primer paso fundamental porque termina siendo, al fin y
al cabo, un sondeo de cómo está la situación para saber que se puede hacer. (...)
Claro, a nivel pedagógico siento que hay muchas instituciones que carecen de eso.
(Entrevista 51, 18 años, varón, Chaco)

La ausencia de espacios para ser escuchados contrasta con los datos del Gráfico N° 4,
en los cuales encontramos que los espacios vinculados al ámbito educativo en cualquiera de
sus niveles se perfilan con un 37,9% como los principales entornos de participación juveniles,
seguidos de un 7,6% que refieren a los laborales y un 4,6% en los territoriales.

Gráfico N° 4: Participación de las juventudes en ámbitos y espacios de debate o


intercambio

30
Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

Las políticas públicas orientadas específicamente a las juventudes y la percepción


acerca del Estado que éstas tienen en la actualidad se encuentran fuertemente influenciadas
por lo que entendemos que es la combinación de la falta de información acerca de las políticas
existentes y de la disconformidad o desilusión con la situación actual. Por un lado, porque los
jóvenes en muchos casos no tienen un concepto preciso acerca de qué es el Estado. Y, por otro
lado, porque más allá de la existencia de políticas públicas orientadas a ese sector, la lectura
más generalizada acerca de la intervención estatal es que es insuficiente, aunque también
ineficiente en algunos casos.

No obstante, dentro del conjunto de las juventudes encuestadas y tal como lo muestra
el Gráfico N° 5 , problemáticas como el mejoramiento de la calidad educativa con un 33,3%, la
ampliación del mercado laboral (21,3%) con mejores condiciones salariales (16,6%) y programas
destinados a mejorar el acceso a la formación para el trabajo con un 12% respectivamente,
fueron valorados como las principales cuestiones a profundizar desde la órbita de políticas
estatales destinadas a las juventudes.

Gráfico N° 5: Principales necesidades mencionadas por las y los jóvenes para mejorar
su situación

31
Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

De la misma manera, en los testimonios se destaca la necesidad de la asistencia en salud


mental como uno de los principales problemas que atraviesan a las juventudes en el país.

La ansiedad, la depresión, el estrés y el no poder contar lo que te está


pasando, creo que es el mayor problema de ahora, de la juventud. (...) Yo creo
que lo mejor que podría hacer el Estado es dar más psicólogos a la juventud, ya
sea en las escuelas, en los Institutos, en la facultad, en lo que sea (Entrevista 50,
18 años, mujer, Corrientes)

Asistencia psicológica, para empezar, me parece que es lo más


importante que hay. (Entrevista 53, 18 años, mujer, Corrientes)

En resumen, respecto a la gestión de políticas públicas las juventudes estudiadas


percibieron la ausencia de políticas integrales que constituyan espacios de escucha y
contención. Pese a dicha ausencia, las y los jóvenes identificaron valorando de modo positivo
políticas de corte transversal como las impulsadas a partir de la pandemia. De otro lado, la
calidad educativa, el acceso a mejores oportunidades de empleabilidad y oferta laboral, así
como la salud mental constituyen las principales preocupaciones que consideran que desde las
acciones estatales es necesario profundizar.

Finalmente, en lo que concierne al aterrizaje de acciones y programas de políticas


públicas en los cuales las juventudes se encuentran integradas -aunque en ocasiones
segmentadas- observamos ciertas disonancias entre los testimonios y datos cuantitativos de
las y los jóvenes abordados en esta investigación y las acciones estatales activadas en el país
desde 2020. De lo anterior da cuenta el informe realizado por la OIT (2022) en el cual se
profundiza en el conjunto de medidas implementadas por el gobierno nacional para enfrentar
la crisis provocada por la pandemia, destinadas a mejorar las condiciones educativas y de
empleabilidad de las juventudes como, por ejemplo, el Programa Potenciar Inclusión Joven que
abarcó población entre los 10 a los 29 años en situación de vulnerabilidad social y económica.

En línea con el informe anteriormente mencionado, destacamos programas y medidas


que, si bien fueron implementadas de manera previa a la crisis sanitaria, se han sostenido y aún

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tienen vigencia como es el caso del Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo (PJMyMT) y el
programa Te Sumo, con el que se busca promover empleos en el ámbito de las pequeñas y
medianas empresas (PyMes) a jóvenes desempleados con estudios secundarios completos. Por
último, el informe de la OIT (2022) destaca la creación del Portal de Empleo realizada durante
el año 2021 destinada a fortalecer y apoyar la formación profesional y orientación laboral. En
este sentido, encontramos una relevante relación entre la implementación de acciones de
política pública que intervienen a las juventudes en la actualidad con el conjunto de estudios
referenciados en el estado del arte, que dan cuenta de la puesta en marcha de dispositivos,
programas y políticas destinadas a las juventudes y/o que las incluyen de modo segmentado
en las últimas décadas y, en particular, en el período que abordamos en este informe.

3. Educación

A diferencia de los puntos analizados en los apartados anteriores, el plano de la


educación no constituyó un interés en particular a ser abordado en esta investigación. Sin
embargo, la educación es una de las dimensiones que se destacan en las entrevistas. En primer
lugar, porque el periodo de pandemia manifestó diversas transformaciones en este campo que
aún se siguen debatiendo. La mayoría de las y los entrevistados señala cierta disconformidad
con la educación virtual, especialmente aquellos que la atravesaron en el nivel secundario.
Expresan que el sistema educativo no logró contener todas las necesidades de las y los alumnos
y a menudo se menciona que la pandemia les ha dificultado seguir con el ritmo y nivel
académico.

(...) Siento que realmente en la pandemia no aprendí nada, que eran trabajos de
copiar, pegar, entregar y nada más. Y, digo, “bueno, capaz es el colegio”, pero no,
a muchos amigos de otros colegios también les pasó que en la pandemia no sirvió
de absolutamente nada, bajó tanto el nivel educativo… (Entrevista 33, varón, 17
años, CABA).

No es lo mismo presencial que todo virtual. Entonces había muchas cosas que
me costaban, que no podía entender y, bueno, me ha atrasado un montón (...)
(Entrevista 17, mujer, 16 años, AMBA).

Me costó bastante estudiar virtualmente y prácticamente no estudié. Nunca fui


de llevarme materias, ni nada. Y el año de pandemia no estudié nada virtualmente
y me llevé un par de materias y fue lo que más me costó, vamos a decir (...) no

33
me atraía hacer estudiar a través de una pantalla, me costaba seguir con la clase,
me costaba unirme (...) (Entrevista 5, mujer, 17 años, Buenos Aires.)

Sin embargo, algunos pocos casos, especialmente aquellos que se encontraban


cursando estudios de nivel superior, señalan el periodo de pandemia como un tiempo para
“ponerse al día” y avanzar con la cursada principalmente debido a la reducción de algunas
actividades presenciales y a los tiempos de desplazamientos.

La cursada virtual fue, cursé dos años de mi facultad, mi vida facultativa, las pasé
en mi casa y, de repente, cursé un montón de materias, buenísimo desde la
cuestión académica. Metí un montón de materias (Entrevista 9, mujer, 25 años,
CABA).

Con la pandemia, dije “bueno, virtual, buenísimo, me lo sacó de encima con la


compu y listo”. Y, bueno, terminé el secundario. Hay gente y gente, que trató de
sacarle provecho, pero, bueno (...)Tengo muchos amigos que, no sé, metieron
más en vez de dos materias en una carrera, cinco materias (Entrevista 10, mujer,
23 años, CABA).

Otro de los aspectos relevantes sobre la dimensión educativa es que gran parte de las
y los entrevistados hacen referencia a la educación como un medio para progresar en el futuro.
Lo cual se condice en gran medida con la producción de investigaciones que articulan los
procesos de formación educativa y la inserción de las y los jóvenes al mundo laboral que
mencionamos al inicio del presente informe. Quienes se encuentran cursando o por cursar
estudios superiores mencionan como una preocupación poder estar al día con sus
responsabilidades académicas y “terminar en tiempo y forma” dichos estudios para insertarse
profesionalmente. Y es aquí donde esta variable cruza la cuestión del trabajo del próximo
apartado. De este modo, la mayoría que cursan estudios superiores se imaginan a diez años
desarrollados profesionalmente e insertados en un mercado de trabajo relacionado con su
profesión. A su vez, a través de las entrevistas se pone en evidencia la responsabilidad
individual que perciben los jóvenes en cumplir con el mandato de “ser profesional”. De esto
último pareciera depender el grado de éxito que puedan tener en un futuro.

Poder estudiar y terminar mis estudios para que el día de mañana pueda, no sé,
tener mis propias cosas. Porque por ahí ahora yo estoy de novia. Y yo le digo: “yo

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no quiero ni vivir en lo de mi mamá ni vivir en lo de tu mamá”, porque no es como
vivir uno, como tener lo propio (Entrevista 32, Mujer, 20 años, Tucumán).

La carrera. O sea, necesito... Siento que es que sin un título universitario hoy en
día no sos nada. Siento eso. Eso y de sentirme también insuficiente por no poder
lograr eso, por no poder seguir el ritmo de la carrera, debería estar terminando
tercer año y estoy terminando segundo. Y por ahí no más. O sea, todo se basa en
eso, en el título y en lo económico también. Eso es lo que más me perturba hoy
en día (Entrevista 46, Mujer, 20 años, Córdoba).

Lo que voy a estudiar, no sé si voy a poder. Me preocupa mi futuro. (...) Capaz


que estudio, pero no me va bien, y después, si no me va bien en eso, no sé qué
otra cosa puedo estudiar porque no me gusta otra cosa (Entrevista 16, Varón, 19
años, Buenos Aires).

(...) para mí lo es todo incentivar a que los jóvenes estudien, crear oportunidades
para que éstos estudien. Digamos, dándole lo que serían planes sociales, planes
de incentivo de estudio. Se le dicen becas ahora, actualmente las que puso el
gobierno. Bueno, en lo personal las valoro, me gustan. Sí creo que se me hacen,
capaz, un poco bajas, ¿no? Tengo entendido que la beca es de seis mil pesos hoy
en día, la que es para estudiantes universitarios. me preocupa, como sociedad, la
desinformación y la falta de educación. Creo que hay que incentivarlo. Creo que
hay que renovarla también. (Entrevista 45, Varón, 18 años, Córdoba).

Lo ideal para mí, sería como un sueño, estar ya trabajando, y de mi profesión. Lo


que estoy estudiando ahora. Y también trabajando, aparte de eso, en algún
proyecto que tenga que ver con lo que te digo yo de hacer algo. (Entrevista 42,
mujer, 19 años, Tucumán)

En este sentido, la educación se percibe como el modo por excelencia de lograr la


movilidad social ascendente. Por esta razón, no sorprende que los datos cuantitativos
relevados a partir de la encuesta reflejen que la dimensión educativa se presenta como la
posibilidad más mencionada para mejorar la situación actual en las y los jóvenes, incluso por
sobre la cuestión salarial, la vivienda o el trabajo.

Volviendo al último Gráfico N° 5, alrededor del 45 % de las y los encuestados señalan


que una mayor calidad educativa (33, 3%) y mejorar el acceso a la formación profesional (12 %)

35
es lo que se necesita para mejorar la situación de las juventudes. Por otro lado, el 40 % de las
y los jóvenes señalan el seguir estudiando como su expectativa para el futuro cercano en el
siguiente gráfico.

Gráfico N° 6: Principales expectativas de las juventudes en relación al futuro cercano

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

A partir de los datos relevados en la primera etapa de la encuesta a jóvenes y a las


entrevistas en profundidad donde la cuestión de la educación se presentaba como una
inquietud central en el desarrollo del presente y futuro de las y los jóvenes, se decidió ampliar
dicha cuestión en la segunda encuesta, únicamente realizada en una muestra de varones y
mujeres entre 16 y 24 años de todo el territorio nacional.

A partir de estas preguntas podemos identificar cuál es la percepción de las y los jóvenes
acerca de la educación actualmente en la Argentina, particularmente en la enseñanza media.

36
Gráfico N° 7: Consideraciones sobre la calidad educativa recibida en la escuela

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

Como se puede observar en el Gráfico N°7, que señala si la educación recibida en la


escuela te prepara para el futuro (36 %) o brinda conocimientos que luego no sirven (40%), a
continuación se encuentran los datos acerca de los conocimientos que más le interesan a las y
los jóvenes adquirir en la escuela.

37
Gráfico N° 8: Expectativas sobre el aprendizaje en la escuela

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

Más de 60 % de las respuestas se centran en la programación (24,5%), las nuevas


tecnologías (23%) y la educación financiera (14,8 %).

En conclusión, la cuestión de la educación emerge en casi la totalidad de las y los


entrevistados como una preocupación central en sus vidas y en la sociedad en general.
Independientemente de haber tenido una experiencia positiva o negativa durante la pandemia
respecto de las instituciones educativas en las que se encontraban transitando sus estudios,
para casi todos ellos la necesidad de tener acceso a la educación y de formarse representa una
de sus preocupaciones centrales y un medio para progresar económicamente en el futuro. Esto
se enlaza con el tema que abordaremos a continuación sobre inserción laboral y trabajo.

4. Trabajo e ingresos

Esta dimensión se presenta en la mayoría de las entrevistas como una de las principales
preocupaciones de las y los entrevistados. Como puede verse en el Gráfico N° 5, la segunda
necesidad más mencionada para mejorar la situación de las juventudes es la creación de más
puestos de trabajo. En las entrevistas registramos esto dado que en gran parte de los relatos

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de quienes finalizaron los estudios secundarios se menciona la dificultad de acceder a un trabajo
formal y aquellos que se encuentran estudiando en el nivel superior y medio se presenta la
preocupación de poder insertarse en el mercado laboral.

La principal preocupación sería poder tener una estabilidad económica y poder


conseguir un trabajo formal… como que son muy pocos los que llegan a tener un
empleo formal o algo más estable para poder seguir avanzando en esta etapa de
la vida, de dejar de ser adolescente y pasar a la adultez. (Entrevista 12, mujer, 23
años, AMBA)

Mis preocupaciones actualmente son conseguir trabajo. Primero porque soy


joven y te piden un montón de cosas... Primero algunos estudios terminados. En
mi caso estoy terminando el colegio, me quedan estas semanas y ya estoy. Pero,
bueno, también el hecho de que te piden experiencia laboral para trabajar en
ciertos lugares o también la cuestión de género en un montón de cosas. Si sos
mujer no te contratan por los temas de que si te embarazas, te tienen que pagar
licencia de embarazo. (Entrevista 44, mujer, 17 años, Córdoba)

Otro de los aspectos significativos que se mencionan a lo largo de las entrevistas es el


temor a no poder independizarse económicamente ya que señalan que las condiciones de
trabajo e ingresos no les permitirán proyectar en el corto y mediano plazo la posibilidad de
sostener un alquiler o la compra de una vivienda y mantenerse. Esta situación se reproduce en
los datos relevados a partir de la encuesta a jóvenes, donde cerca del 30 % tiene como
expectativa para el futuro cercano lograr independencia económica (ver Gráfico N° 6).

Conseguir un trabajo que pueda ser una persona libre, ¿entendés? que no te
tengas que matar. La mitad de mis amigos se pusieron a hacer cosas... Una onda
emprendedores, ponele, cosas así, para poder tener plata, porque laburo no
conseguís hoy en día. (...) Los derechos del trabajador están totalmente disipados
porque, lo que te digo, mis amigos van y casi todos renuncian por maltrato, por
mal ambiente laboral, por salarios bajos y no tenemos el lugar de poder reclamar
eso tampoco, porque está bien, vos te quejas, lo que fuese, pero no cambia nada.
(Entrevista 10, mujer, 23 años, CABA)

Sí, no tengo trabajo, lo que más quiero es conseguir un trabajo, bueno. Por eso
estoy buscando ahora. (...) No sé, donde pueda tener un sueldo bueno y hacer

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todo lo que más quiero, o sea, tener mi casa y todo eso, para mí y para mi nene.
(Entrevista 26, mujer, 19 años, AMBA)

A su vez, en un grupo de entrevistas, se ve reflejada cierta frustración frente a la


imposibilidad de contar con un resto económico destinado al disfrute y al ocio. Esto contrasta
con la cantidad de tiempo y energía que se le dedica al trabajo.

(...) Entonces, el empleo joven hoy en día la verdad que no está muy bien
remunerado. (...) Entonces, si te querés dar un gusto y ganas menos de 100 mil
pesos hoy no podes vivir solo, o no te podes comprar el juego de play, o no podés
salir con tus amigos. Y capaz trabajaste toda la semana. (Entrevista 8, varón, 27
años, AMBA)

El periodo de pandemia y post pandemia también afectó al segmento jóven en relación


a la tasa de empleo. El informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT,
2022) señala que la caída en los niveles de empleo juvenil durante el periodo de pandemia
estuvo estrechamente asociada al cese parcial o total de algunos sectores como el comercio, la
gastronomía y la construcción, actividades con mayor presencia de trabajadores jóvenes. Sin
embargo, la recuperación de la tasa de empleo luego del periodo de pandemia aumentó en
mayor medida en el segmento joven. No obstante, este crecimiento se encuentra
principalmente en las categorías ocupacionales asociadas a la informalidad y el
cuentapropismo. Esta tendencia en materia de empleabilidad entre las y los jóvenes coincide
con los planteos de Chaves (2009) referidos en el estado del arte, en tanto sus modos de
inserción laboral continúan entrecruzados por dinámicas que combinan las desigualdades, la
ingente precarización no sólo salarial sino también en la calidad de los empleos y la inestabilidad
laboral.

Del mismo modo, esta situación se refleja en una preocupación social sobre el
rumbo económico del país. Una de las preocupaciones más frecuentes es el problema de
la inflación y los niveles de pobreza en aumento.

Equipar una casa es la principal preocupación que puedo llegar a tener ahora.
Después, en lo macro, como yo soy militante, me preocupa también la realidad
hoy que tenemos como país, que, siendo nosotros gobierno, me duele, me
molesta bastante que la gente la esté pasando tan mal y que los primeros años
no hayamos tenido tanta… O no creo que hayamos tenido la decisión política de

40
ir por un lugar. Creo que todo se hizo muy tibio. Que si llegamos al gobierno
diciendo que nosotros prácticamente ayudamos a los que menos tienen y, hoy
en día, la gente tiene hambre. Hoy en día a nosotros, clase media, nos cuesta
llegar a fin de mes. Esa es mi preocupación ahora. (Entrevista 8, varón, 27 años,
CABA)

Y uno de los temas que se vive, como la mayoría seguramente, no es personal,


es la inflación. Qué sé yo, también vivo sólo, laburo, todo eso. Pero ahora, pronto,
aumentan los alquileres, aumentan todo, y uno lo único que quiere hacer es salir,
ganarse el pan de cada día y ya está. En la medida de lo posible, disfrutar en lo
que te queda el resto del día y saber que tenés algo en el bolsillo para poder
gastar, estar con amigos, con tu familia, con tu pareja, con quien sea (Entrevista
61, varón, 20 años, Rosario).

En este sentido, los datos de la encuesta muestran que cerca del 50 % de las y
los jóvenes identifican a la inflación como el problema que más le afecta en la actualidad.

Gráfico N° 9: Problemas que más afectan a las juventudes

41
Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

Una mirada según género de los principales problemas percibidos por las
juventudes muestra matices. Por ejemplo, a pesar de que para las mujeres la inflación es
el principal problema esgrimido, ésta tiene un peso proporcional menor que en los
varones. En este sentido, las mujeres parecen tener una valoración más positiva de las
políticas vinculadas al Estado de Bienestar, mientras que los varones se muestran más
adeptos a las políticas de libre mercado. En el Gráfico N° 11 podemos apreciar que
mientras el 54% de las mujeres jóvenes valoran la educación pública como política más
importante, sólo el 37% de los varones la mencionó quedando por debajo de la suma de
las opciones “dolarización de la economía” y “eliminación de impuestos”, opciones que
sumadas agrupan el 41% de las respuestas de los varones jóvenes. Es decir que las
opciones de libre-mercado son las más preferidas por los varones.

Gráfico N° 10: Problema que más afecta a las juventudes según género

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

42
Gráfico N° 11: Políticas de Estado mencionada como la más importante según
género

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

5. La post pandemia: consecuencias en la salud mental

Al indagar en el periodo de pandemia las y los entrevistados relatan diversas


experiencias. Algunos señalan no haberla pasado tan mal en comparación con otras personas
de su entorno. Estas personas suelen referirse a la pandemia como una oportunidad para
conectar con sí mismo, repensar el presente, encontrarse con nuevos intereses, pasar más
tiempo en familia y descansar.

La relación que tengo ahora con mis hermanos no es la misma que la que tenía
antes de la pandemia, para nada (...) Y algo bueno de la pandemia, yo creo que
nos ayudó a conocernos más a nosotros mismos. Porque por ahí uno está con un
montón de cosas y no se mira a uno mismo, entonces dice: “después veo tal
cosa”. Ahí como que la vida nos obligaba a resolver problemas que no queríamos
ver. Entonces eso creo que fue algo bueno (...) (Entrevista 24, mujer, 19 años,
Tucumán).

43
De distinto modo, otros señalan que el periodo de pandemia fue un momento difícil de
pasar. Entre estas adversidades sobresalen el aislamiento, la falta de motivación, la
presentación de episodios vinculados a la salud mental, la dificultad y/o disminución del
rendimiento académico, las preocupaciones por la situación económica personal y/o familiar,
entre otras.

Me afectó capaz más en el tema psicológico, por no poder salir, no ver a nadie,
estar acá siempre y no poder hacer nada. Y también me daba miedo por las cosas
que pasaban. Después me calmaba un toque y es eso. (...) Viste cuando estás
encerrada en pandemia y empezás a comer y subís de peso? Bueno, y se me
desarrolló como un trastorno, como un problema con la comida y es ansiedad. Y
se me desarrolló eso. (...) Y de a poco se me fue pasando. Todavía sigue ese
pensamiento, ese miedo de subir de peso y todo eso, pero creo que ahí está (...)
(Entrevista 11, Mujer, 19 años, Buenos Aires)

La salud mental aparece como un tema acuciante tanto en varones como en mujeres al
indagar en las consecuencias del periodo de la pandemia. Si bien son diversas las situaciones
de cada uno de las y los entrevistados con respecto a aquel momento de aislamiento, en la
mayoría de los casos estos mencionan su preocupación sobre amigos o familiares que
padecieron o padecen alguna consecuencia sobre la salud mental durante este periodo o
posteriormente. Muchos de las y los jóvenes vinculan los problemas de salud mental con las
dificultades en términos sociales y económicos que trajo aparejada la pandemia. Al mismo
tiempo mencionan los efectos del aislamiento, los cambios en la manera de vincularse, la
ausencia de actividades que involucran destrezas físicas, la incertidumbre y el miedo como
algunos de los factores a partir de los cuáles se desencadenaron episodios de ansiedad,
depresión, entre otros.

Eso creo que… he tenido muchos amigos, amigas… amigues que han caído en
depresión por todo el tema del encierro, que bueno, que es algo que yo soy
completamente ajeno porque a mí no… Yo estaba fenómeno. (Entrevista 15,
Varón, 28 años, CABA)

(...) surgió esto de prestarle atención a la salud mental, por lo menos en redes
sociales y en la gente. Los pibes mismos, pensar en “Che, bueno, tengo ansiedad”,
“este tiene ansiedad, tiene depresión” y empezar a considerar las enfermedades

44
de salud mental como algo en serio y que puede pasar. Y, bueno. A mí como me
pasó esto de que, ponele, que en la pandemia… introspección y qué sé yo. Creo
que a la gente que sufría de depresión o ansiedad o lo que fuese, eso profundizó
muchísimo, muchísimo. (Entrevista 7, mujer, 21 años, CABA)

En este sentido, un informe elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF, 2021) señala que el 27% de las y los jóvenes que participaron del estudio en
Latinoamérica y el Caribe expresó sentir ansiedad y un 15% depresión. La razón principal de
estas emociones es para el 30% de las y los participantes del estudio la situación económica.
En nuestro estudio las y los jóvenes no identifican políticas públicas precisas en estos
temas, como tampoco pueden visualizar la intervención del Estado y el sistema educativo en
relación a los padecimientos en materia de salud mental. Entre las afecciones son
frecuentemente mencionadas los ataques de pánico, la depresión, los trastornos de la conducta
alimentaria y el uso y abuso de drogas y alcohol. En alguno de los casos las y los entrevistados
refieren haber iniciado tratamientos terapéuticos.

En un momento sí estuve muy mal. Yo creo que, si vos me veías en ese momento,
me decías que tenía una depresión de la puta madre… A mí la psicóloga me dijo
que yo tengo principio de depresión y ansiedad, entonces… estamos tratando de
revertirlo para no llegar a ese punto. (Entrevista 36, 20 años, mujer, Mar del Plata)

Los únicos recursos o lugares donde por lo menos los jóvenes tenemos para ir y
contar lo que nos pasa con las salitas, que muchas veces esos espacios no están
garantizados por los municipios, sino que por los mismos, eh, personal de la salita
que se mueven y muchas veces es hasta sancionado por esos accionares. (...) me
parece que está muy mal ejecutado. Y después, bueno, que para pedir, o sea, sí
tenemos salud pública, pero en salud mental pedís una… un turno con un
psicólogo y te lo dan de acá a un año si es que se acuerdan después de que vos
lo agendaste. Y nunca son como… como periódicos, sino que vos vas una vez y
no te llaman nunca más. Y no es lo que necesitás. (Entrevista 18, mujer, 17 años,
Bariloche)

45
Me parece que la preocupación por la salud mental es algo que se recontra
empezó a notar y a visibilizar en los últimos años, y que me parece que es, más
que nada, por parte de mi generación, que nos damos cuenta que es algo que
hay que cuidar. Y me parece que realmente hay muchos pibes que están mal,
mucho pibe con ataque de pánico, con ansiedad, depresión. Muchas pibas,
también pibes, pero sobre pibas, con trastornos alimenticios. Y siendo el colegio
el lugar en el que estás más que en tu casa muchas veces, no puede ser que no
haya contención, no puede ser. Yo no sé cómo terminan, pero cualquier
psicopedagoga o cualquier psicóloga que esté en un colegio, le preguntás a un
pibe y te dice: “todo medio pelo”. No hay un seguimiento, no hay un cuidado, no
hay una contención. Yo no sé si mi generación está más deprimida que la tuya,
pero se visibiliza más y se problematiza más. Hay que hacer algo. Me parece que
no se les puede dejar a la buena de Dios. (Entrevista 13, mujer, 17 años, CABA)

Por último, algunos/as jóvenes mencionan el problema de la salud mental para describir
incertidumbres y dificultades que padecen en su vida cotidiana: el hecho de no tener una
motivación para realizar algunas actividades, la falta de perspectiva a futuro en relación a la
carrera que están estudiando o al trabajo al que podrán acceder cuando terminen de estudiar.
Por todo esto, muchas y muchos mencionan a la salud mental como una dimensión que es
necesario abordar desde las instituciones educativas o desde el Estado (la escuela, el hospital
o el Estado en general).

6. Visión de futuro: ¿irse del país?

Son pocos las y los entrevistados que mencionan enfáticamente la posibilidad de irse
del país a corto o mediano plazo. Sin embargo, varios hablan de amigos o personas cercanas
que tomaron la decisión de irse a buscar mejores condiciones de vida. En cambio, lo que más
prima en casi todas las entrevistas es que dan cuenta de una fuerte desmotivación con respecto
a la situación actual del país y una falta de perspectiva sobre su futuro, especialmente en
relación a las trabas que surgen en torno al desarrollo profesional y el acceso a la vivienda. En
términos concretos se percibe cierta impotencia ante el hecho de que el sueldo no alcanza. Esta
situación de desmotivación y falta de perspectiva sobre el futuro también se observa en lo

46
relevado en la encuesta. El 44 % de las y los jóvenes que participaron contestaron que su
estado de ánimo respecto al futuro es de incertidumbre.

Gráfico N° 12: Estado de ánimo de las juventudes con respecto al futuro

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Jóvenes Argentina Futura (2023)

Sí, miedo es, bueno, la situación del país, que es que no sabemos bien qué va a
pasar mañana, que cambian ministros cada dos días y que todo está muy
inestable, que no sabemos bien qué onda, cómo va a ser el futuro y sobre todo,
bueno, para nosotros que somos jóvenes. A veces nos juntamos y es tipo “che,
¿qué va a pasar en, no sé, 20 años? ¿qué vamos a estar haciendo? ¿cómo va a
salir el país adelante?”. Ese pensamiento de “¿tenemos un futuro?”. (...) lo vemos
muy lejano el tener una casa propia, a menos que tus papás tengan plata y te
puedan dejar un depto sí, pero si no es alquilar. Y los problemas con los alquileres
¿no?, pero sí, como comprar un departamento, una casa, creo que ninguno lo ve
así, como una meta accesible, por lo menos no en la brevedad, no en dos años,

47
tres. Creo que ninguno tiene un trabajo que gane tanto como para poder
comprarse una casa o un terrenito, un depto, o lo que sea. (Entrevista 7, mujer,
21 años, CABA)

(...) no tenés que estar más de cinco meses acá para darte cuenta que, para tener
una vivienda propia, tenés que estar hasta los cuarenta años trabajando. Eso es
algo que a nosotros, como jóvenes, nos frustra porque decís: “me tengo que
haber puesto a trabajar a los doce años para irme a vivir sola ahora y poder tener,
no sé, una vida así sola”. (Entrevista 1, 18 años, mujer, CABA)

Hoy en día es terminar el secundario y no saber si termino, si estudio y me va a


servir para tener un trabajo, poder vivir bien. Esa es mi preocupación de hoy en
día. Es esa: terminar el secundario, estudiar y que no me sirva, no encontrar un
buen laburo con el que pueda… Porque la verdad, mi ideal es irme de mi casa. Es
complicado, pero es irme de mi casa, y no sé si irme a otro país, pero irme de mi
casa la verdad. (Entrevista 3, 17 años, varón, AMBA)

Es medio contradictorio, porque a mí no me gusta decir que acá no se puede salir


adelante, la verdad, porque yo no me iría a ningún lado. Para mí Argentina es el
mejor país del mundo, pero hay muchas trabas, o sea, realmente, es muy difícil.
(Entrevista 10, 23 años, mujer, CABA)

Cuando se les pregunta por cómo se ven dentro de unos años, las y los jóvenes expresan
el anhelo de poder independizarse en términos de vivienda y trabajo principalmente. Como
vimos más arriba (Gráfico N° 6), la cuestión laboral es mencionada como una inquietud
relacionada al tipo de inserción laboral, tanto en relación a los ingresos como a la calidad del
trabajo (que sea formal y estable).

Yo estoy en el último año de secundaria, estamos todos preocupados por la salida


laboral. Qué vamos a hacer, qué se puede conseguir, vemos que en todos los
lugares que pasamos, el cartel de la panadería, de la carnicería, de lo que sea, para
todos necesitás experiencia. No tenés porque nadie te la da, porque todos
necesitan la experiencia y recién saliste del secundario, no podés tener experiencia.
Entonces voy a terminar o abajo de un puente o viviendo hasta que tenga
cincuenta con mi madre. Me parece que hay mucho de eso. Mucha gente
planteándose irse. (Entrevista 13, 17 años, mujer, CABA)

48
Por otro lado, ante la pregunta por el futuro imaginado para la sociedad aparecen la
expectativa de que haya menos machismo, más diálogo y mancomunión ligada a menor
conflictividad social; así como una preocupación generalizada en torno a la cuestión ambiental,
problema que es percibido como una amenaza y problema generacional.

Me parece también que estamos en un momento con el ambientalismo, muy


presente, y de repente decís: “en cinco años vamos a estar todos muertos porque
el Polo Norte se derritió”. Me parece que hay una imaginación, pero que va al caos
y a lo distópico. Si querés que no sea tan trágica, me imagino terminando la carrera,
espero que pudiendo ver una luz al final del túnel que sea ser propietaria de una
casa. Porque también es eso. Yo no me veo como propietaria de una casa, ni a
ninguno de mis amigos. Es esto, en cinco años, ojalá independizada. No lo sé, lo
veo muy poco factible. (Entrevista 13, 17 años, mujer, CABA)

Yo soy vegetariana y trato de cuidar lo más que puedo el planeta en donde vivo,
no solamente por mí, sino por las generaciones que vienen. Porque no nos vamos
a extinguir, el planeta no se va a extinguir el año que viene, ¿me entendés?
Entonces hay que pensar en el otro y en el que va a venir y dejarle un lugar lo más
ameno posible, y lo más habitable posible. (...) (Entrevista 29, 19 años, mujer, CABA)

Por último, y en línea con todo lo mencionado hasta el momento, es que en la


mayoría de los testimonios se menciona la presión social que tienen al salir del
secundario y definir qué hacer de su vida, junto a la presión familiar. Se mezcla por un
lado la presión del estudio y las dificultades que eso conlleva, en materia de aprobar
exámenes, presión familiar, concentración, con, por otro lado, la presión de la posterior
salida laboral. Se muestran como jóvenes estresados por esas situaciones.

Creo que tiene que ver muchísimo la presión de entrar a la vida adulta. Eso para mí
es lo principal. No sé si en la mayoría. Pero, sí, para mí eso es uno de los principales
factores que afecta. Porque vos salís y lo primero que tenés que hacer es: ¡qué vas
a hacer para el resto de tu vida! O sea, no es: qué vas a hacer los próximos años,
qué tenés pensado… No. Lo que vas a hacer ahora, es el resto de tu vida. ¿Cómo le
digo a mi viejo que desaprobé un parcial? A mí me pesa… una locura. Pero para mí,
en mi caso, mi problema son mis viejos. Yo la facultad la hago a mi tiempo y la voy
a hacer a mi tiempo. Pero el transmitir mi estado de la facultad a mi familia… es un

49
montón. Mi principal preocupación es sacar estas materias que tengo acá.
(Entrevista 36, 20 años, mujer, Mar del Plata)

No sé si alguna vez escuchaste a un adulto que dice: “los pendejos ya no duran


nada en las relaciones” y es porque no sabemos cuál línea seguir. No sabemos. No
tenemos la guía de cómo es el afecto hoy en día, y más con la influencia de las
redes sociales y la tecnología, de todo lo que cada vez nos aleja más del contacto
físico y propio del ser humano. Creo que esa es una de las preocupaciones. A pesar
de que suene algo como muy superficial, yo creo que me da mucha incertidumbre
saber cómo va a ser en un futuro eso. Eso y la violencia, que, bueno, van de la mano
también, a veces. (Entrevista 43, 17 años, varón, Tucumán)

En definitiva, si bien en gran parte de nuestras entrevistas nos han manifestado tener
incertidumbre respecto de cómo serán sus vidas en el futuro, también nos han planteado sus
deseos de independizarse de sus hogares de origen, de seguir estudiando, de conseguir un
trabajo vinculado a sus intereses y de lograr sus metas personales.

Conclusiones

A lo largo de este trabajo nos propusimos abordar una cuestión fundamental al


cumplirse 40 años de democracia ininterrumpida en nuestro país: cuáles son las principales
representaciones, prácticas e implicancias políticas de la población juvenil en la actualidad. Las
problemáticas que atraviesan a las juventudes en la Argentina constituyen en las últimas
décadas un prolífico y relevante campo de interés que articula diversas temáticas entre las
cuales sobresalen investigaciones en torno a los modos de politización y participación juvenil,
la producción de políticas estatales en torno a las personas jóvenes, la educación y el trabajo
como dos grandes ejes de estudio y, recientemente, las incidencias del periodo de pandemia y
de post pandemia en las y los jóvenes. De esta manera, observamos un campo de saberes
consolidado y dinámico que, desde finales de los años ochenta, dialoga de modo permanente
con saberes y experticias en otros ámbitos que ponen el foco en la cuestión juvenil, tales como
los espacios de construcción de políticas públicas, las intervenciones de organismos no
gubernamentales, entre otras. Encuadrados en este estado de situación, en el presente informe
buscamos dar cuenta de la diversidad de las expresiones juveniles y los principales temas que
las interpelan en la actualidad.

50
Las juventudes argentinas constituyen una población sumamente heterogénea. Dentro
de esta diversidad, muchos de las y los jóvenes que entrevistamos comparten una mirada crítica
hacia el pasado pandémico y un diagnóstico de disconformidad con la actualidad del país que
impacta en un sentimiento de incertidumbre con respecto a su futuro individual.

A pesar de que la pandemia es un periodo que se sigue resignificando, las entrevistas


reflejan que ciertas preocupaciones o temores han tomado mayor relevancia desde entonces,
como la salud mental, la crisis climática y la cuestión educativa. En general, la pandemia para
ellos y ellas se representa como un gran dolor, vinculado a las muertes pero sobre todo a la
pérdida de un tiempo particular. Muchos y muchas han manifestado vivir un duelo asociado a
la pérdida de un tiempo vital que no podrá recuperarse, tanto en relación a sus vínculos entre
pares y familiares y sus experiencias particulares (últimos años de secundario, viajes de
egresados, primeros años de universidad, etc.) como en lo relativo a los contenidos educativos,
aspecto que no estaba incluido en el cuestionario inicial y emergió con fuerza en los relatos de
los más adolescentes.

La escuela funciona como un espacio y actor del que las juventudes esperan más, en la
medida en que resulta ser el destinatario de diversas demandas, que se articulan en un
sentimiento de insatisfacción creciente con el sistema educativo y reclamos frente a la falta de
respuesta y/o contención sobre estos temas. Crear y gestionar políticas donde el espacio
educativo pueda abrir nuevos canales de participación que vayan más allá de lo educativo-
formativo podría dar lugar al desarrollo de mecanismos de escucha, espacios de contención y
nuevas propuestas formativas. Los testimonios desilusionados por cierto abandono por parte
de la escuela -reforzado por la educación virtual durante la pandemia- revelan que es de suma
importancia el fortalecimiento de la revinculación en la tríada escuela-familia-comunidad. Por
otro lado, varios y varias jóvenes han hecho referencia a la necesidad de fortalecer la
orientación de los contenidos educativos vinculados al mercado laboral. Una mayoría de
jóvenes afirman que mejorar la calidad educativa constituye la principal herramienta de
progreso.

Hemos registrado un malestar generalizado en relación a las condiciones actuales del


mercado de trabajo: los bajos salarios, la precarización, la falta de trabajo y la ausencia de
programas de capacitación en cuestiones específicas que podrían redundar en mayores
habilidades. Dentro de quienes son económicamente activos existen preocupaciones
vinculadas al hecho de haber perdido el empleo (específicamente durante la pandemia),

51
vislumbrar una pérdida de su poder adquisitivo o percibir que allegados han vivenciado severas
dificultades económicas. La inflación es una de las principales fuentes de fastidio;
particularmente preocupa que los ingresos no alcancen para satisfacer ciertas necesidades
básicas, no solo primarias sino también las recreativas, tan significativas en esta etapa. Dentro
de los inactivos prima un sentimiento grande de incertidumbre en relación a las posibilidades
para acceder al trabajo formal en un futuro cercano y principalmente a la vivienda más adelante.

Frente a este escenario se vuelve más contundente el miedo por el futuro, la falta de
previsibilidad y la presión individual por garantizarse ciertas condiciones de vida para ellas y
ellos y sus familias. Precisamente es allí donde ante los sentimientos de incertidumbre y falta
de oportunidades que experimenta la juventud se deben orientar políticas públicas que puedan
aportar certezas para el presente y el futuro de las personas jóvenes. A pesar de que algunos
de ellos adhieren a políticos liberales que proclaman achicar las funciones del Estado, las
demandas de las juventudes argentinas reclaman, en general, un Estado con mayor
protagonismo y presencia en los ámbitos locales, que reconozca sus necesidades y permita
resolver problemáticas estructurales como el acceso a la vivienda, la atención en salud mental
o la obtención de un trabajo digno. La implementación de dispositivos de acompañamiento en
salud mental se expresa como una de las necesidades transversales que requieren acciones
urgentes desde los distintos niveles del Estado nacional, provincial y local.

Resulta sumamente relevante que entre las y los entrevistados haya un importante
desconocimiento de las acciones y programas de política pública que tienen foco en las
juventudes, a lo cual también se suma la falta de información en cuanto a los modos de
funcionamiento del mismo Estado. En este sentido, las y los jóvenes a menudo sienten una
gran distancia respecto del Estado y del sistema político. Sienten que sus voces no se escuchan
y que el mundo burocrático-político no está al tanto de sus preocupaciones. Esto ha generado
una sensación de desconfianza hacia el sistema político y ha dificultado que las y los jóvenes
sean parte de las formas tradicionales de participación política. De este modo se evidencia una
distancia entre lo que el sistema político considera que son los intereses de las juventudes y las
preocupaciones e intereses que este segmento de la población tiene. En este sentido, es clave
construir espacios de escucha y de participación juvenil en el ámbito estatal, para poder orientar
las políticas públicas “con” los y las jóvenes y no “para” ellos y ellas.

Los partidos políticos tradicionales han perdido credibilidad ante los ojos de muchas y
muchos jóvenes que los ven como corruptos e ineficaces a la hora de dar solución a los

52
problemas que perciben como específicos de su edad. A su vez, también se refleja cierta
frustración ante la falta de escucha y contención por parte de los adultos. Frente a este
escenario, y ante la falta de respuestas o soluciones por parte del Estado, la emergencia de
referentes políticos de extrema derecha, cuyo discurso puede resultar atractivo para la
juventud por parecer disruptivo en contraste con la “política más tradicional”, han logrado
interpelar a una parte de esta población. Cada organismo gubernamental debería poder
incorporar la mirada y perspectiva de la juventud, para ser más efectivo con las acciones así
como poder visibilizar el impacto de las mismas con esa población. Frente al vacío en la
comunicación de lo hecho o por hacer, aparecen referentes políticos que no pueden ser
ubicados en ninguna de las dos principales fuerzas que gobernaron en la última década en
Argentina. Esto pareciera generar una sensación de renovación, de rebeldía frente a lo
establecido y principalmente pone de manifiesto cierto hartazgo en relación a “la grieta” que
emerge en muchos de los testimonios jóvenes. De cara al futuro y teniendo como centro de
nuestras preocupaciones la relación de los jóvenes con el sistema democratico, sostenemos que
un desafío al que se enfrenta la actual democracia es la potencialidad de que estos sentimientos
de incertidumbre, apatía y pesimismo sigan creciendo entre las juventudes pero que no
encuentren suficiente escucha ni atención por parte del Estado, y que terminen confluyendo
con posiciones políticas que atacan a la democracia como sistema de representación.

Retomando, podríamos decir que los vínculos entre la juventud y el sistema político son
complejos y multifacéticos. Por un lado, las y los jóvenes suelen ser vistos como apáticos y
desconectados de la política. Ahora bien, a pesar de estos desafíos también hay señales de que
las juventudes están preocupadas por la situación y que ven en la política una forma de
responder a la crisis. Es importante no olvidar que las y los jóvenes utilizan cada vez más las
redes sociales y otras formas de tecnología digital para conectarse entre sí y expresar sus
puntos de vista también políticos. El intercambio virtual funciona como una forma de
participación más: es por allí donde ya no solo se “cuela” el mensaje político, sino que los nuevos
actores y dirigentes políticos que emergen con fuerza les hablan directamente a ellos y ellas a
través de sus propias herramientas digitales. Tampoco debe olvidarse que gran parte de la
política tradicional llegó “tarde” a comprender que el fenómeno de interpelar a la juventud
pasaba por empezar a conversar desde sus propios medios y canales de comunicación, allí
donde la emergencia de las nuevas derechas y sectores más radicalizados supieron ver desde
el principio.

53
Concebir la participación juvenil a partir de las experiencias de las y los jóvenes en la
actualidad es una tarea insoslayable: interrogar sobre las diferentes performances
participativas que tienen, corriéndose de los esquemas tradicionales para sumergirse en las
nuevas formas vigentes y utilizadas por ellos en el presente. En este sentido es clave promover
desde el Estado el fomento de espacios participativos desde una mirada no adultocéntrica, sino
desde una perspectiva inter-generacional que construya las políticas “con” las juventudes y no
únicamente “para” las juventudes.

Para avanzar en el fortalecimiento de los valores democráticos de las juventudes en la


actualidad se deben contemplar algunos lineamientos en las propuestas de políticas públicas
como las mencionadas a lo largo de estas conclusiones y en el anexo que sigue. Consideramos
indispensable dar un enfoque propositivo al desarrollo de esta investigación en tanto hay
diferentes aristas a tener en cuenta: que las y los jóvenes no quieren irse del país; que tienen
altas expectativas con las instituciones educativas; que más allá del descontento y el malestar
con los políticos hay una fuerte valoración por los valores democráticos y el ejercicio ciudadano
de participación a nivel local, como también con otros formatos que tienen el interés de generar
y obtener más espacios de participación genuina para y por ellos y ellas mismas.

En conclusión, los vínculos entre el mundo joven y adulto y el sistema político en la


Argentina post pandemia son complejos y en constante evolución. Las y los jóvenes se
enfrentan a una serie de desafíos pero también están demostrando una gran resiliencia y
creatividad. No han sido simplemente víctimas pasivas de la pandemia, sino que están
moldeando activamente el mundo post pandémico. El sistema político en Argentina también
está atravesando un período de cambio y los jóvenes están jugando un papel clave en este
proceso. Queda por ver cómo se desarrollarán estos cambios a largo plazo, pero una cosa es
segura: las y los jóvenes seguirán siendo una fuerza a tener en cuenta en el futuro de la
Argentina.

54
Anexo: recomendaciones de política pública

Por último dejamos un listado de propuestas y recomendaciones de políticas públicas


vinculadas a fortalecer las respuestas del Estado a las demandas juveniles en virtud de
fortalecer la escucha del Estado y promover los valores democráticos de las juventudes en la
actualidad:

 Concebir la participación juvenil a partir de las experiencias de los y las jóvenes en la


actualidad, es decir, interrogar sobre las diferentes performances participativas
corriéndose de los esquemas tradicionales del binomio participación-no participación.
Comprender a la participación juvenil en un sentido amplio, con los diferentes y nuevos
formatos que la misma puede adquirir.
 El Estado debe acompañar y fortalecer a los espacios participativos juveniles, pero sin
la intención de formatearlos a sus esquemas. Para ello, se sugiere reforzar la idea de lo
"comunitario" como espacio de construcción de políticas y actores sociales de
relevancia.
 Orientar políticas que puedan aportar certezas para el presente y el futuro de las
personas jóvenes.
 Fomentar la comunicación de las políticas públicas para la sociedad y en especial para
las y los jóvenes. Orientar dicha comunicación hacia las plataformas y medios más
utilizados por las y los jóvenes, entendiendo a la territorialidad virtual como un espacio
más donde habitan y estructuran sus identidades políticas.
 Incorporar la mirada y perspectiva juvenil en cada uno de los organismos
gubernamentales con la finalidad de ser más efectivo con las acciones y poder evaluar
impacto de las mismas en esta población.
 Vincular el mundo educativo con el mundo laboral, corriéndose de la lógica de un mundo
antecesor del otro, sino como dos mundos convivientes en forma simultánea en las
juventudes. El desafío de pensar políticas públicas juveniles como estudiantes y
trabajadores a la vez.
 Promover a la escuela como un espacio y actor, no sólo en términos de formación
académica para el futuro, sino de contención y acompañamiento diario. Fortalecer los
lazos escuela-familia-comunidad.

55
 Considerar las valoraciones por parte de los jóvenes de las diferentes modalidades de
trabajo y pensar estrategias de fortalecimiento de las actividades que valoran y ya
vienen haciendo.
 Fomentar políticas de vivienda específicas para juventudes. Políticas de complejos
habitacionales para estudiantes, políticas de acompañamiento para el primer alquiler,
fomento de alquileres en co-vivienda destinados a jóvenes, residencias estudiantiles,
etc.
 Fortalecer las áreas de salud mental, incentivar la motivación, el encuentro entre pares,
propiciar espacios de formación mutua en el uso de nuevas tecnologías, ejercicio
democrático

56
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