Sociabilidad Jóvenes

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ÚLTIMA DÉCADA, N°51, JULIO 2019, PP.

3-27

JÓVENES UNIVERSITARIOS Y SOCIABILIDAD

PATRICIA WESTENDARP PALACIOS1


LUIS GREGORIO IGLESIAS SAHAGÚN2

RESUMEN

En este texto presentamos un trabajo de investigación realizado con jóvenes


universitarios de la Universidad Autónoma de Querétaro (México), con el objetivo de
conocer sus formas de sociabilidad. Preguntar por las formas de sociabilidad nos permite
comprender los espacios, actividades y dinámicas desplegados por las/los jóvenes y el
valor que dichas relaciones cobran en un contexto de desafiliación acelerada. Así,
recuperamos el papel que juega la sociabilidad en términos de las posibilidades de
relación y vínculo entre las juventudes y como espacio de encuentro y creación de
sentidos.

1
Profesora Investigadora de la Facultad de Psicología, Universidad Autónoma de
Querétaro, México. Maestra en Psicología Comunitaria, Universidad de Chile. Líneas
de trabajo: estudios socioculturales de las emociones, psicología comunitaria,
juventudes, participación, acción comunitaria. Correo electrónico:
[email protected]
2
Profesor e Investigador de tiempo completo en la Facultad de Psicología, Área de
Psicología Social, Maestría en Educación para la Ciudadanía, Maestría en Salud Mental
de la Infancia y la Adolescencia, Universidad Autónoma de Querétaro, México.
Psicólogo Social por la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México.
Miembro asociado al grupo de investigación de psicología social de la Universidad de
Oviedo. Associated fellow to Discourse Unit Manchester. Chercheur Invitée Institute
d’Etudes Politiques, Sciences Po Lyon, France. Correo electrónico: [email protected]
4 Jóvenes universitarios y sociabilidad

PALABRAS CLAVE: JUVENTUDES, PARTICIPACIÓN POLÍTICA, PRÁCTICAS DE


SOCIABILIDAD

JOVENS UNIVERSITÁRIOS E SOCIABILIDADE

RESUMO

Neste texto apresentamos um trabalho de pesquisa realizado com jovens universitários


da Universidad Autónoma de Querétaro (México) com o objetivo de conhecer suas
formas de sociabilidade. Perguntar pelas formas de sociabilidade nos permite
compreender os espaços, atividades e dinâmicas utilizadas pelos e pelas jovens e o valor
que estes relacionamentos adquirem em um contexto de desfiliação acelerada. Assim,
recuperamos o papel que tem a sociabilidade em termos das possibilidades de
relacionamento e vínculo entre as juventudes e como espaço de encontro e criação de
sentidos.

PALAVRAS-CHAVE: JUVENTUDES, PARTICIPAÇÃO POLÍTICA, PRÁTICAS DE


SOCIABILIDADE

YOUNG UNIVERSITY STUDENTS AND SOCIABILITY

ABSTRACT

In this text, we present a research work carried out with young university students from
Universidad Autónoma de Querétaro (México), aimed at gaining insight into their
sociability means. Inquiring into sociability ways allow us to understand the spaces,
activities and dynamics displayed by young male and female individuals and the value
that these relationships have in a context of accelerated disaffiliation. Thus, we retrieve
the role played by sociability in terms of relationship possibilities and the link between
youths, as well as a gather place and creation of meanings.

KEYWORDS: YOUTHS, POLITICAL PARTICIPATION, PRACTICES OF SOCIABILITY


Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 5

1. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo forma parte de una investigación más amplia de la


Facultad de Psicología, titulada «Sociabilidad en jóvenes universitarios en
Querétaro y repertorios interpretativos con los que dan sentido a la ciudadanía y
la política», a cargo del Dr. Luis Gregorio Iglesias Sahagún, en la que
colaboramos docentes, egresados y estudiantes de esta Facultad, en la
Universidad Autónoma de Querétaro.
Así, en este texto recuperamos una de las fases de este proyecto, que fue el
trabajo realizado en cuatro grupos de discusión para conocer la sociabilidad en
las/los jóvenes universitarios. Dicha estrategia metodológica nos permitió
acceder a los lugares comunes y de identificación colectiva de quienes formaron
parte de esta conversación. Participaron estudiantes de las carreras de: Ciencias
Naturales, Bellas Artes, Contaduría y Administración, Psicología, Ciencias
Políticas, Ingeniería, Filosofía; representando la mitad de las facultades de la
universidad. Como criterios de participación solicitamos que estuvieran en el
tercer año de la carrera, para contar con un tiempo considerable de vida
universitaria, y que fueran mayores de 22 años y menores de 29. El criterio de
ser mayores a los 22 años responde al hecho de que pudieron participar (o no) en
el proceso de elección presidencial de 2012, un proceso de participación política
instituida.
De esta manera, los objetivos del artículo son: presentar una breve
contextualización de las condiciones actuales de las juventudes en América
Latina, así como los abordajes teóricos desde las cuales son estudiadas.
Posteriormente, retomar la propuesta de la sociabilidad como una posibilidad de
relación y vínculo entre las juventudes, así como un espacio de creación y
encuentro de sentidos. Con ello, buscamos reconocer elementos de la política —
entendida como la forma de estar juntas/os—, que se juegan en estos encuentros
y las posibilidades de los mismos para la construcción de vínculos sociales, ante
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el contexto de individualismo, indiferencia y violencia que vivimos en la última


década en nuestro país.

2. CONDICIÓN ACTUAL DE LAS Y LOS JÓVENES EN MÉXICO

Como mencionamos anteriormente, en esta investigación trabajamos con


jóvenes de 22-29 años, siendo el dato sociodemográfico uno de los criterios
operativos para elegir esta población3. No obstante, reconocemos que dicha
perspectiva sociodemográfica, como única categoría para definir a las
juventudes, tiende a homogeneizar a las y los jóvenes (Alpízar y Bernal, 2003).
Así, es necesario mencionar que adherimos a los aportes de la sociología juvenil
propuestos por Duarte (2012), que comprende a lo juvenil y a las generaciones
como relaciones sociales que se encuentran en permanente construcción.
Siguiendo al mismo autor, lo juvenil hace referencia a las producciones culturales
que las y los jóvenes despliegan o inhiben en su vida cotidiana (Duarte, 2000);
mismas que serán distintas según los contextos y momentos históricos que se
estudien.
De acuerdo con Rossana Reguillo (2012a), a mediados de la década pasada
las juventudes en México viven un proceso de «desafiliación acelerada», donde
existe un deslizamiento numeroso de jóvenes hacia ámbitos de la informalidad.
En este sentido, habla de un creciente deterioro de las condiciones estructurales
para incorporar digna y efectivamente a los jóvenes a la sociedad, de la falta de
seguimiento por parte del Estado a las políticas sociales dirigidas a esta población
y, también, del descrédito de las juventudes por la política formal. De esto último
cabe resaltar que la Encuesta Nacional de Valores en la Juventud, realizada en
2012 por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE, 2012), menciona que
el 89,6% de las/los jóvenes no se interesan por la política y que existe una
«extendida apatía» hacia esta. Lo anterior es considerado desde una visión

3
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (2000), se
considera población joven a la comprendida entre los 15 y los 29 años de edad.
Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 7

adultocentrista, —que retomaremos más adelante—, que no considera otras


formas de hacer política que no sean la política partidista.
Así, Rivera (2013) menciona que en Latinoamérica la reestructuración de las
políticas económicas ha contribuido a que las/los jóvenes tengan nuevos riesgos
y tensiones, por lo que sus experiencias de vida son menos previsibles y más
accidentadas. Siguiendo las ideas de Reguillo, Rivera menciona que «los actores
juveniles se tienen que adaptar a la actual crisis/reestructuración de las
instituciones que otorgaban certidumbre y estabilidad, ahora muchos de ellos
saben que lo único que tienen seguro es que no hay nada seguro» (2013: 12). Por
lo que miles de jóvenes han aprendido a sobrevivir en medio de carencias.
Quienes logran tener acceso a la educación ya no tienen garantizada una
movilidad socioeconómica. Y cuando las/los jóvenes logran acceder a un empleo,
la mayoría lo hace en condiciones precarias. Respecto a la pregunta sobre
ingresos mensuales que planteó la Encuesta Nacional de Valores en la Juventud
(2012), el mayor porcentaje (46,7%) respondió que ganan entre $1.821 y $5.460
pesos (96 USD y 287 USD, respectivamente). De acuerdo con el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2016, el 41,35% de jóvenes entre
los 15 y 24 años que cuentan con un trabajo remunerado, no tiene acceso a la
seguridad social.
No obstante, Rivera (2103) menciona que en estos contextos de
exclusión/marginación, las juventudes crean un contrapeso a través de la
inclusión/participación, donde desarrollan espacios de encuentro e interacción.
Lo anterior, pocas veces es reconocido desde los mundos adultos debido a una
mirada adultocéntrica. El adultocentrismo es definido por Duarte como una:

Categoría de análisis que designa un modo de organización social que sostiene


relaciones de dominio entre aquello que es forjado como adultez, impuesto como
referencia unilateral, respecto de aquello es que es concebido como juventud
(también niñez y adultez mayor). (2016: 44)
8 Jóvenes universitarios y sociabilidad

En este sentido, las/los jóvenes son relegados de las decisiones políticas, la


producción de su trabajo les es enajenada, en los grupos familiares son relegados
a posiciones de dependencia y en otros sistemas institucionales, les son impuestos
saberes a través de la transmisión intergeneracional. Así, una mirada
adultocéntrica, de tipo telescópica, diría Duarte, solo verá a las juventudes a
través de la lente del mundo adulto. Por lo que desde esta mirada estática se
generan discursos que son: homogeneizantes, estigmatizanes, invisibilizadores
de las mujeres jóvenes y negadores de la subjetividad, de acuerdo con Alpízar y
Bernal (2003). Por lo que será necesaria una mirada caleidoscópica, como lo
sugiere Duarte (2000), para aproximarse a las juventudes desde la pluralidad y la
heterogeneidad. Esto permitirá reconocer las diferencias que viven las/los
jóvenes según sus condiciones de género, etnia, preferencia sexo-afectiva,
momentos de vida, grupos sociales, posibilidades de participar en el mercado de
producción y consumo, entre otras. En suma, una mirada que aluda a la
construcción sociocultural del concepto de juventud.
Asimismo, una mirada caleidoscópica permite comprender las diversas
formas en que las y los jóvenes se involucran en su entorno social y cultural más
íntimo y en actividades creativas, donde construyen sentido a la realidad que les
rodea y crean lazos de convivencia. En este punto, consideramos que el concepto
de sociabilidad permite dar cuenta de las relaciones, interacciones y sentidos que
las/los jóvenes dan al «estar juntos».

3. LA SOCIABILIDAD

A finales del siglo XIX, diversos autores denunciaban los cambios y efectos
que la vida moderna suscitó sobre lo social. En este sentido, Simmel acusaba la
sobrecarga de contenidos materiales y la exigencia de asuntos que esto conllevó;
a su vez, señalaba la imposibilidad de entablar relaciones sociales que no
estuviesen mediadas por el interés. Las consecuencias sociales de esta
concepción racionalista de la vida fueron: la fragmentación social, el
individualismo posesivo y la falta de solidaridad (Prestifilippo, 2016). Asimismo,
Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 9

Ferndinand Tönnies establecía la distinción entre las sociedades preindustriales


y las sociedades industriales. Donde las primeras estarían caracterizadas por
formas comunitarias de relación, basadas en el estar con los otros, como un fin
en sí mismo, siendo afectivas y experienciales; y las segundas, las formas
asociativas, serían predominantemente relaciones instrumentales en que el otro
es un medio para obtener un fin. Estas formas dan lugar a una relación interesada,
fría, contractual y racional entre las personas (Sánchez Vidal, 2007).
Así, encontramos similitudes en ambos autores al referir a las formas de
relación donde el estar con otros es un fin en sí mismo. Al respecto, consideramos
que el concepto de sociabilidad puede representar esta forma de estar con las/los
otras/os. De acuerdo con Iglesias (2017), la temática de la sociabilidad ha sido
posicionada desde los estudios sociales a partir de las humanidades, y más
específicamente, desde la historiografía. Asimismo, retoma a González (en
Iglesias, 2017), quien indica que la sociabilidad se ha convertido en una categoría
de sentido común, donde pocas veces es contextualizada o explicitada.
Al respecto, en este escrito recuperamos la definición de Simmel sobre la
sociabilidad, en palabras del autor «(…) designo la sociabilidad como la forma
lúdica de sociación (…)» (Simmel, 1917/2002: 84). La sociabilidad no tiene
finalidad material, ya que solo se persigue el estar satisfecho de ese momento.
Así, la sociabilidad es la sociación en su estado más puro y se da entre iguales;
siendo la forma más transparente y fácil de practicar de la interacción. De acuerdo
con Prestiffilipo:

Puesto que aquello a lo que alude el concepto de sociabilidad es a una finalidad


sin fin de la vida en común en la que los individuos ya no se relacionan a partir
de objetivos que son trazados antes o por fuera del vínculo, sino que su único
objetivo es el de entrar en relación con el otro. (2016: 319)

En este sentido, Iglesias y González (2018) mencionan que la sociabilidad


«(…) alude a la forma que pueden adoptar las concurrencias, la forma del “estar
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haciendo algo juntos”, las formas del “poner en común algo”, las formas del
“hacer en torno y a propósito de ese algo puesto en común”» (p. 121).
Por otra parte, Simmel recupera la dimensión estética de la sociabilidad,
ya que la sociabilidad, al igual que el arte, es una forma sublimada de las fuerzas
de la realidad, desvaneciendo su peso y convirtiéndose en el algo atractivo. Al
respecto, Fernández (1999) plantea que en la vida cotidiana, las personas
presentan un alto grado de eficiencia y utilidad, pero también, las personas
buscan producir formas donde la realidad no solo sea funcional e instrumental,
sino también bella. Al recuperar la estética de la sociabilidad, recuperamos
también los afectos que forman parte de este encuentro, del estar con los otros.
Entendiendo los afectos como la parte sustancial de los motivos, valores,
significados, aspiraciones y desilusiones de las colectividades (Fernández, 2006).
Por otra parte, Díaz, Grassi y Mainini (2011) sostienen que el concepto
de sociabilidad planteado por Simmel se encuentra vacío de contenido político y
social, ya que no apunta a la movilidad o reconstrucción de la sociedad. En
cambio, estos autores utilizan el concepto de socialidad propuesto por Jesús
Martín Barbero, quien recupera los elementos de Simmel, pero también
menciona que el estar juntos tiene una finalidad que es horadar el poder.
Contrario a lo que dicen estos autores, Prestifilippo (2016) señala que la
sociabilidad tiene un carácter democrático, ya que esta pone en suspenso las
determinaciones materiales, específicamente las diferencias de clase y de estatus,
de ahí que hable de la dimensión ético-política del concepto. Sin embargo, esto
no significa que la sociabilidad vaya a resolver las desigualdades sociales en las
sociedades capitalistas.

La sociabilidad no resuelve las desigualdades sociales que dividen a la sociedad


en clases, así como tampoco disuelve la estructura injusta de distribución de
estatus. La sociabilidad es el juego en el que «se hace como sí» todos fueran
iguales y al mismo tiempo como se hiciera honor a cada uno en particular.
(Prestifilippo, 2016: 319)
Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 11

La sociabilidad, al igual que las formas artísticas, no puede ser


identificada con la realidad, pero sí habla de ella, es una escenificación del ideal
de sociedad que los individuos y grupos aspiran en sus interacciones. «La
sociabilidad apunta a los anhelos sociales de reconciliación» (Prestifilippo, 2016:
320). En esto reside la dimensión ético-política del concepto. Así, el estar juntos
propuesto por la sociabilidad nos recuerda la definición que Hannah Arendt
plantea sobre la política: «La política trata del estar juntos y los unos con los otros
de los diversos» (Arendt, 1993: 45). Por tanto, en este texto, sostenemos el uso
de este concepto y reconocemos la dimensión ético-política que tiene y la
potencialidad para pensar las relaciones sociales y los vínculos entre las personas.

Por el contrario, si el concepto de sociabilidad es entendido como un modelo


normativo, artificial y por lo tanto, no generalizable, entonces, este concepto nos
permite cuestionar las unilateralidades en las que puede recaer el pensamiento
político contemporáneo. Pero entonces la sociabilidad no funcionaría como una
llave que permita superar el conflicto trágico entre igualdad y libertad, sino que
permitiría volver a él nuevamente. (Prestifilippo, 2016: 321)

4. ANÁLISIS DE RESULTADOS

En los grupos de discusión realizados, observamos que existe una


interdependencia entre los espacios, los temas de conversación y las personas con
las que conviven las/ los jóvenes universitarios. De esta manera, los gustos,
intereses e inquietudes que tengan, les motivan a asistir a ciertos lugares y a
establecer vínculos con ciertas personas. A su vez, los escenarios donde las
juventudes despliegan su vida cotidiana posibilitan el encuentro con
determinadas personas, así como tratar ciertos temas de conversación y, por
último, según las personas con las que conviven y la afinidad que se tenga con
12 Jóvenes universitarios y sociabilidad

ellas, determinará los espacios a los cuales asisten, así como los contenidos de
las pláticas entre las y los jóvenes.
De igual forma, la edad, el ser más o menos joven, influye en los
espacios y las prácticas de la sociabilidad. Ya que a las/los jóvenes de
menor edad se les «permite socialmente» emborracharse, tener
actitudes irresponsables, «fiestear» sin control; todos estos discursos
estereotipados que ya no son permitidos para quienes están más cerca
de abandonar la categoría de joven.
De esta manera, proponemos tres categorías para analizar la
información producida en los grupos de discusión respecto a la
sociabilidad en jóvenes universitarios: los lugares o espacios para
sociabilizar, las formas de sociabilidad y la participación política. Si
bien estos elementos se encuentran relacionados entre sí, para fines
expositivos realizamos esta diferenciación.

4.1 ESPACIOS PARA LA SOCIABILIDAD

Los espacios de sociabilidad que fueron mayormente mencionados son: las


fiestas, los antros (discotecas), los bares, salir a comer, invitar amigos a las casas,
esto último fue referido principalmente por estudiantes que son foráneos. En
menor medida, mencionaron lugares como el cine o el teatro. Lo que nos indica
también que son espacios que representan, en su mayoría, un costo significativo
para las/los estudiantes. De igual forma, comentan que participar en actividades
deportivas o artísticas, y en organizaciones de la sociedad civil posibilita la
sociabilidad entre jóvenes. La escuela y el trabajo, en el caso de las/los jóvenes
que además de estudiar, trabajan, son espacios también de sociabilidad. Si bien
ambos contienen una forma asociativa de relacionarse, por los vínculos
instrumentales que existen en estos espacios; también son desplegadas formas
Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 13

comunitarias de relacionarse, dando lugar a la sociabilidad y en el caso que


mencionamos aquí, permite vínculos de amistad.

(…) también te topas con gente en los pasillos y ahí a veces se abre un poco más
el espacio a otras cuestiones, pero dentro de ese mismo espacio académico
también pasan otras cosas muy fuertes, donde la sociabilidad pasa como a un
término mucho más personal, que es cuando empiezas a compartirle cosas que
no es solo del ámbito académico, sino es cómo te sientes, tu vida, tu historia,
cómo entiendes algunas cosas y empiezas a hacer amigos, tú no sabías que iban
a estar ahí, pero se encontraban en ese momento y, pues, se generan lazos muy
fuertes de amistad. (Estudiante hombre)

Llama la atención cómo en el ámbito de la escuela se considera que hay una


forma más libre de asociación entre las y los jóvenes que en el trabajo. Dice una
estudiante:

Sí, pues, también yo creo que, luego estás en la escuela y dices «ay, ¿qué
hacemos?, vamos a tal lado», se van al bar o se van a la casa de alguien y en el
trabajo es como «ay, ¿qué quieres hacer?, ay, pues, irme a dormir, ¿no?», o sea,
aparte lo planeas con más tiempo, o sea, en la escuela como que siempre es
espontáneo, «¿qué hacemos?, ah, pues, a casa de fulanito». Y en el trabajo es,
«¿y qué tal si dentro de quince días salimos?». (Estudiante mujer)

De esto último, el ritmo acelerado de la vida hace más difíciles los


encuentros espontáneos entre las/los jóvenes; destino que se muestra de manera
más evidente a quienes se avecinan a la adultez. Lo que implicaría ya no
pertenecer a este espacio más espontáneo representado en la vida universitaria,
para dedicarse de lleno a la actividad laboral. Lo anterior también es reforzado
por las nociones tradicionales adultocéntricas en las sociedades capitalistas, que
a decir de Duarte (2013), conciben el ser adulto —o quien está cada vez más
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cerca de serlo—, como un ser rígido, aburrido, establecido y con la sensación de


haber llegado a un punto terminal.

4.2 LAS REDES SOCIALES COMO ESPACIO PARA LA SOCIABILIDAD

En los cuatro grupos de discusión, el tema de la sociabilidad a través de las


redes sociales surgió de manera recurrente y espontánea, tanto que en uno de
estos grupos, aunque se quisiera cambiar de tópico, volvían a hablar de las redes
sociales. Así, consideramos a las redes sociales como un espacio donde son
desplegadas interacciones y relaciones entre las/los jóvenes a través de los
distintos dispositivos electrónicos, así como de sus aplicaciones.
Resalta también que pocos reconocieron pasar mucho tiempo en las redes
sociales, como si el hecho de reconocer esto fuera algo negativo. Asimismo,
señalan que cuando eran más jóvenes pasaban más tiempo haciendo uso de estas,
lo cual es considerado como algo común en los jóvenes de menor edad.
Comentan que la mayor parte del tiempo que destinan actualmente al uso de las
redes sociales es para la escuela, para hacer trabajos y compartir información
académica. Las redes que más utilizan son Facebook, Twitter y Whatsapp. Y
respecto a Tinder, que es una aplicación para conocer personas, todos la
mencionaron, pero refiriendo a que un amigo o una amiga les contaron cosas
respecto de esta aplicación; ninguno dijo haberla utilizado. Sobre esta última
aplicación, resalta el hecho de que nadie reconociera directamente su uso, e
incluso que se viera por algunas/os jóvenes como algo vergonzoso. Por lo que
resulta interesante indagar más sobre el coqueteo y la vivencia de la sexualidad
a través de estas redes sociales, aspectos que también forman parte de la
sociabilidad.
Rossana Reguillo (2012b) menciona que las «tecnologías de proximidad»
que sostienen las redes sociales generan dos efectos en las y los jóvenes: los
convierten en autores y propician el uso activo de dispositivos y contenidos. A
su vez, la autora menciona la carencia de instrumentos y la dificultad para realizar
una cartografía de estas nuevas gramáticas en la producción de sentido; no
Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 15

obstante, es importante comprender, sin emitir juicios valorativos, las nuevas


configuraciones en la interacción que las redes sociales permiten.
De esta manera, encontramos que los discursos de las/los jóvenes sobre las
redes sociales como espacio de sociabilidad se encuentran atravesados por
diversas tensiones que podríamos resumir como posibilidades y dificultades en
torno a distintos elementos que enunciamos a continuación.

a) Cercanía vs. distancia. La cercanía permite poner en contacto a personas


que se encuentran lejos geográficamente, y la distancia representa la
imposibilidad de tener un conocimiento «completo» de las personas.
Aunque existen los «emoticones» en distintas aplicaciones, hay una
mayor valoración por las interacciones cara a cara.

(…) quizás podrías conocer a alguien por internet «ah, no que no sé qué, tienes
la misma locura que yo», «ah, pues, vamos a conocernos, ¿no?», un negocio o
cualquier otra cosa, pero yo creo que la relación se define ya cuando lo ves a los
ojos y ves cómo se comporta y se ríe, cómo habla, lo que dice y lo que no dice.
(Estudiante hombre)

b) Posibilidad de conocer gente nueva vs. el riesgo y la desconfianza de


conocer gente nueva. Todas/os comentaron que agregan a sus redes solo
a personas que conocen o con las que tienen amigos en común.

c) Semejanza vs. diferencia. Comentaron que el uso de las redes es un filtro


que te permite acercarte a personas con gustos afines a ti, no obstante, lo
anterior limita también acercarte a personas que son diferentes a ti, que
no tienen tus mismas etiquetas.

Pero este, no sé, o sea, en ese caso pues está padre, las redes sociales como que
sí te pueden ayudar un poco para hacer como un filtro, ¿no?, igual con una
persona así que estás en el Facebook que pone cosas que no estás de acuerdo, o
16 Jóvenes universitarios y sociabilidad

que te molesta, o puedes ver qué tipo de música le gusta, que para mí es muy
importante, este, pues ya luego, luego, sabes por dónde sí, por dónde no.
(Estudiante hombre)

d) La relación con el tiempo y la comunicación. La inmediatez en las


comunicaciones es valorada positivamente cuando tienes poco tiempo
para comunicarte con otras personas. Por otra parte, mencionaron sentirse
obligadas/os a estar conectadas/os todo el tiempo y a responder
inmediatamente. Refieren a una saturación de comunicaciones; aunque
algunos mencionaron que hay funciones en las aplicaciones que permiten
no aparecer como disponible todo el tiempo, como vemos en la segunda
cita que presentamos a continuación:
A mí una cosa que me molesta mucho en las redes sociales es la manera
en cómo te relacionas hoy en día es que siempre tienes que estar
disponible, o sea, nunca ya no tienes ningún momento en que tú digas:
«no estoy disponible, no me llames a esta hora, no quiero recibir un
maldito mensaje tuyo.» (…) nunca puedes decir no, porque: «qué mala
onda, no me contestaste». (Estudiante mujer)

(…) de las mismas aplicaciones, tú puedes restringir el contenido que estés


viendo, entonces. Por ejemplo, no quieres que vean que dejaste en visto, puedes
desactivar eso, si tú no quieres saber que una persona está publicando cosas, tú
la puedes quitar sus publicaciones y borrar datos. O sea, creo que tú puedes en
las redes sociales, tú sí puedes restringir qué quieres y lo que no quieres, como
en la vida, ¿no? (Estudiante hombre)

e) Pertenecer vs. no pertenecer. Las redes sociales permiten la posibilidad


de pertenecer a ciertos grupos y, a la vez, el riesgo de no pertenecer. Como
dice una estudiante: «si no tienes alguna red social, es como si no
existieras (…)». Al respecto, otra estudiante comenta:
Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 17

O la sociedad te lo exige, ¿no? Por ejemplo, el otro día Javi puso: «uuuu» y yo
no entendí el «uuu». (Se ríen), «¿Por qué uuu?». Y no me dio risa, pero ahora ya
sé de qué trata el chiste cuando la gente dice: «uuu». O sea, como que te obliga
porque, si no, no entras en la conversación. «¿Qué es eso?». Hasta que entendí
el chiste pude participar y de ahí como sacar o seguir interactuando en un nivel
más relajado con determinadas personas. (Estudiante mujer)

f) Lo público vs. lo privado. Aunque en ciertas aplicaciones hay formas de


publicar contenidos a todos tus contactos (el muro de Facebook, por
ejemplo) y otras solo de manera personal (mensajes por inbox en
Facebook), refieren a las tensiones que existen entre los límites de
establecer qué es lo público y qué es lo privado.

Bueno, yo también lo veo como esta cuestión de que ahora qué es público y qué
es privado, ahora se supone, bueno yo veo una saturación de información por
todos lados, todo el tiempo, de imagen, de todo, o sea de vidas, de secretos, todo
está ahí, es como para muchos un diario personal que también es como un portal
donde sabes que alguien te lee, que alguien te está viendo, que sí eres como
importante de cierta manera. (Estudiante mujer)

g) Activar la participación política vs. desactivar la participación política.


De esto último, mencionan que las redes permiten hacer denuncias y
compartir información respecto a temas políticos relevantes, no obstante
desacreditan a los «activistas de pantalla» que no llevan a la práctica lo
que publican en sus muros, refieren a esto como algo cínico.

4.3 HACER CLICK: FORMAS DE SOCIALIZACIÓN

Las/los universitarios mencionan que la sociabilidad se da principalmente


por los intereses que tienen en común con otras/os jóvenes, esto refiere a «hacer
click».
18 Jóvenes universitarios y sociabilidad

(…) pues todo depende de la experiencia no, de la apertura que tengas con la
gente y, pues, quién sabe qué será y es realidad, pero es un click que haces con
la persona, y si haces ese click, le tienes confianza, este, puede haber amigos
hasta por internet, ¿no?, o sea, porque, así salen de repente y a veces (…) más
bien tiene que ser, así de cara a cara. (Estudiante mujer)

Esta metáfora del click alude a cuando dos piezas embonan y quedan
enlazadas, y podemos decir que está hecho de componentes afectivos, como estas
motivaciones que te mueven a estar con el otro. La sociabilidad se da también a
través de cómo nos mostramos a los otros: «hacerse atractivo»: ser cordial, ser
empática/o «tratas de ser como cordial, simpático, ¿no? Para no ser como tan
nefasto» (Estudiante mujer). Así, recuperamos lo que dice Simmel respecto a «las
cualidades personales de la amabilidad, cultura, cordialidad y capacidades de
atracción de todo tipo deciden sobre el carácter del estar juntos puramente
sociable» (Simmel, 1917/2002: 84).
Otro elemento que mencionaron como formas de sociabilidad fue el alcohol,
visto como un «lubricante social», como una bebida social que invita al
encuentro. Así, las/los jóvenes señalaron, en su mayoría, reunirse a beber en
casas, ya que es más barato. Dice un joven estudiante: «La manera en que vas a
encontrar a tu grupo, con el que vas a estar casi toda la carrera, es una peda. O
sea, los identificas y dices: “Ah, con estos voy, con estos güeyes, con estos voy
a estar”». Esto aparece como algo tan común que quien no bebe alcohol es
considerado/a como antisocial, como lo señala una estudiante que no bebe.
La conversación también es una forma de sociabilidad, como lo refiere
Simmel (1917/2002), es la forma del intercambio del hablar donde la materia ya
no es más que el soporte imprescindible para dicho intercambio, el hablar se
convierte en un fin en sí mismo. Esto no significa que los contenidos de las
conversaciones tengan que ser indiferentes, el autor menciona que deben ser
interesantes e incluso importantes; siempre y cuando dicho contenido no
constituya la finalidad en sí misma. En el caso de esta investigación, como
Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 19

mencionamos anteriormente, según las personas y el ambiente serán los temas


sobre los cuales conversan las/los jóvenes.

Yo creo que depende, ¿no?, porque también como dentro de todos tus amigos como
que los separas, ¿no? «Ay, estos son mis amigos de la carrera, estos son los de toda
la vida, estos son los de la peda’», je, o cosas así, ¿no? Entonces, dependiendo,
pues, será el tema de conversación, ¿no? Con los de la carrera igual y hablas más
cosas en torno a eso, ¿no?, lo que estás estudiando y ajá, cosas así, y los de toda la
vida, pues igual y tus problemas personales, o cosas así, yo creo. (Estudiante
mujer)

Así, los temas de conversación más comunes que mencionaron son:


experiencias y viajes, y para aquellos que son foráneos, sobre sus lugares de
origen. Nuevamente aparecen las redes sociales, es decir, lo que circula en las
redes es tema de conversación, ya sea cuando algo se hace moda y se considera
como gracioso, o temas de denuncia. En menor medida mencionaron que platican
de temas de política, y cuando estos surgen, es cuando hay confianza con las
personas que hablan, primero tratan temas superficiales y después otros de
política. Respecto a estos temas «superficiales», retomamos lo que Simmel
sostiene:

De este contexto general se desprende que también el contar historias, chistes,


anécdotas, aunque muchas veces puede ser un relleno y una muestra de pobreza
de recursos, a menudo puede mostrar un tacto sutil en el que se entonan todos
los motivos de la sociabilidad. (…) El hecho de que se lo dice y escucha no es
un fin en sí mismo, sino un puro medio para la vivacidad, para la comprensión
mutua, para la consciencia de comunidad del círculo. Se da así no sólo un
contenido en el que todos pueden participar por igual, sino además es el don de
un individuo a todo el conjunto, pero éste hace que el donante, por así decir, se
vuelva invisible detrás de aquél: la historia realmente perfecta se mantiene en el
feliz punto de equilibrio de la ética de la sociabilidad, en la que tanto lo
20 Jóvenes universitarios y sociabilidad

individual subjetivo como el contenido objetivo se han disuelto del todo para
servir a la pura forma de la sociabilidad. (1917/2002: 96)

Así, temas relacionados con la política aparecen como algo de lo que se habla
s se da, y si surge espontáneamente. Una estudiante menciona que deberíamos
estar «obligados» a hablar de política. Nos preguntamos: ¿obligados por quién y
además de qué política? Tal vez por esto aparece en menor medida este tema de
conversación, ya que al concebir la política como una obligación, hace que se
pierda el encanto de hablar de esta misma. Cabe mencionar que en la Encuesta
Nacional de Valores en la Juventud (2012), «la obligación» es la respuesta que
tiene el porcentaje más alto de razones por las cuales las/los jóvenes participarían
en la política. Esto nos hace preguntarnos por la necesidad de reencantar la
política, sacarla del plano de la obligación.

4.4 PARTICIPACIÓN POLÍTICA

Sobre la participación política, las/los jóvenes mencionaron que en


Querétaro hay distintos espacios para trabajar estos temas, como son lugares de
simpatizantes y adherentes al movimiento del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional, talleres de performance, además de lugares de encuentro de obreros y
artesanos. Estos son espacios donde participan jóvenes y adultos. Igualmente
comentan que hay carreras que se interesan más por estos temas y usualmente
son las que pertenecen al campo de las ciencias sociales y las humanidades.
Otro tema recurrente fue el individualismo, que impide que los demás se
preocupen por los otros. Como lo menciona Rivera (2013), hoy en día,

(…) hacer frente a la experiencia de la exclusión ha sido dejado en manos de


cada una de las personas, para ello estas deben de valerse de sus propios recursos
y habilidades. (…) esta situación coloca a las personas en una lógica de una
eterna competencia, creándose la percepción de que cualquier asomo de
solidaridad familiar o comunitaria resulta contraproducente o irrelevante.
(Rivera, 2013: 15)
Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 21

Cuando refieren a temas de política, son los sentimientos de disconformidad


y hartazgo los que enmarcan sus discursos. A decir de Moore (1989), sin los
fuertes sentimientos morales de indignación, los seres humanos no actuarían en
contra del orden social. En este sentido, es disconformidad y hartazgo hacia las
políticas y reformas del actual presidente del país Enrique Peña Nieto (2012-
2018), y hartazgo de que sigan sucediendo situaciones de violencia e impunidad,
como la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa4.

Creo que también es como por empatía, ¿no?, en general, pues también en mi
círculo como que sí hablamos de ese tipo de cosas. Y más que nada que, o sea,
más que ser como revolucionarios o algo así, es porque somos humanos y porque
es algo importante que igual y no te pasa a ti, pero dices, o sea, «qué mala onda
que estén pasando esas cosas». (Estudiante mujer)

También existe otra emoción que se cuela en el discurso de la participación


política y es el miedo.

Y también tengo una amiga que sí es como muy luchona, ¿no?, y como que está
muy al tanto y sí va a marchas y a meetings, pero pues también a mí me da un
poco de miedo por ella, ¿no?, porque así como están las cosas, pues quién sabe
si a ella le pueda pasar algo, ¿no? (Estudiante mujer)

Casos como la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa indignan y


movilizan pero también paralizan, dan miedo. Como lo menciona Cavarero
(2003), el miedo es una emoción que paraliza, pero que permite aún a las

4
Refiere a los hechos ocurridos el 26 de septiembre de 2014, cuando distintos sectores
de las fuerzas públicas participaron en la desaparición forzada de 43 estudiantes de la
Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de la localidad de Ayotzinapa, en el
municipio de Tixtla, estado de Guerrero.
22 Jóvenes universitarios y sociabilidad

personas movilizarse para ponerse a salvo. No obstante, a la par del miedo hablan
de una empatía que intenta sentir lo que el otro siente.

(…) yo sí siento como esa preocupación, aunque a mí no me ha pasado, que no


me han quitado mi casa, que no han matado a nadie de mi familia, yo sí siento
como esa inquietud de saber, o sea, de preguntar «oye, ¿tú qué crees que
podamos hacer?». (Estudiante mujer)

Tal vez la empatía de un interés común que mueve a encontrarse con otros
pueda ser un móvil que permita también dolernos con otros. Contra el atomismo
social del liberalismo económico, Simmel proponía un colectivismo producto de
formas ancladas en la solidaridad: en el amor y la empatía (Prestiffilipo, 2016).
A través del sentido del tacto desplegado en la sociabilidad, Simmel (1917/2002)
sostiene que este es una autorregulación que pone límites a las impulsividades
individuales y a la acentuación del yo.
Por último, también aparece la idea de la organización desde las cosas
pequeñas, desde las propias trincheras, como: trabajar con niños, cuidar el
medioambiente, tener prácticas responsables de consumo. Así, como sostiene
Rivera (2013), parece que las/los jóvenes se vuelcan sobre sus mundos y estilos
de vida «(…) de una forma más cotidiana y menos épica. En este sentido resultan
ser los creadores-generadores de nuevas sensibilidades y de nuevas identidades»
(p. 21). Es decir, generan propuestas novedosas en el nuevo mapa de la cohesión
social.

5. CONCLUSIONES

Indagar en las formas de sociabilidad entre las/los jóvenes y sus vínculos con
la participación política es un tema relevante en nuestro país, considerando la
desafiliación institucional acelerada que viven las juventudes, así como las
condiciones de violencia que se vislumbran en México a partir de finales de 2006,
con la «guerra contra el narcotráfico», emprendida por el presidente en turno
Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 23

Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012). Si bien en este texto el objetivo no es


hablar de las consecuencias sociales de esta guerra, es importante referir que
las/los jóvenes son quienes más han sufrido dichas consecuencias: asesinatos,
desapariciones forzadas, levantones para realizar trabajos forzados, entre otras.
La magnitud de estos hechos ha llevado a distintos autores a hablar de
juvenicidios (Valenzuela, 2015). En México, a nuestras/os jóvenes los están
matando.
Así, en este contexto resulta imprescindible estudiar, a través de diversos
frentes y temáticas, elementos que permitan tejer lazos entre las/los jóvenes,
recuperar elementos que permiten dar forma al «estar juntos». En un contexto
social con vínculos tan debilitados, estos temas pueden aportar pistas para
reconstruir el tejido social. Asimismo, es crucial indagar estos temas desde sus
propias perspectivas. En este sentido, como investigadores de mayor edad, y
desde la academia, debemos hacernos cargo de nuestras implicaciones y evitar
una mirada adultocéntrica que impida ver la pluralidad de experiencias de las
juventudes.
De esta manera, según los resultados producidos en esta investigación,
sugerimos algunos elementos para seguir profundizando en el tema. En primer
lugar, desde una mirada caleidoscópica (Duarte, 2000), es importante recuperar
la pluralidad de las/los universitarias/os, distinguiendo las experiencias de las
mujeres y varones jóvenes, de quienes trabajan, quienes solo estudian, quienes
son foráneos y han llegado a Querétaro a estudiar; entre otras condiciones.
Asimismo, al realizar la investigación en una institución pública de educación
superior, resulta interesante considerar la relación que existe entre la universidad
pública, el papel del conocimiento y las diferencias entre las áreas de estudio, con
las prácticas de sociabilidad y la participación política de las/los jóvenes. Estos
son temas que no fueron centrales al inicio de la investigación, pero se sugiere
que son relevantes para seguir indagando.
Igualmente, es necesario continuar estudiando la potencialidad de las
prácticas de sociabilidad que despliegan las juventudes. Generar espacios de
24 Jóvenes universitarios y sociabilidad

encuentro intergeneracionales, de cooperancia intergeneracional —como los


llama Duarte (2013)—, que permitan comprender a las/los jóvenes desde
distintos lugares. Así, en las posibilidades de reconstruir tejido social, podremos
recuperar los aportes que las/los jóvenes realizan, no como la llave del futuro,
sino como otro actor social más dentro de la sociedad.
Por otra parte, de estos mismos resultados recuperamos la importancia de la
escuela y el trabajo como espacios institucionales que permiten la asociación y
sociabilidad de las juventudes. Lo anterior implica un reto importante, ya que si
hablamos de que existe una continua y creciente desafiliación de las/los jóvenes
en estas instituciones, resulta imperante demandar la mejora de condiciones
educativas y laborales de las juventudes, así como asegurar que más jóvenes
puedan ingresar en estos espacios.
Otro elemento importante de considerar es el papel de las redes sociales en
las juventudes. Si bien, distintos estudios hablan de las posibilidades y de las
implicaciones que han tenido las redes sociales en las interacciones sociales
(Reguillo, 2012b, Iglesias y González, 2018), es necesario recuperar las voces de
las/los jóvenes respecto al uso que dan a las mismas. También, debemos realizar
este acercamiento de manera situada, sabiendo que en determinados momentos y
escenarios, las juventudes pueden asignar sentidos y significados distintos al uso
de estas. Además de las tensiones que generan las redes sociales en los discursos
presentados por las/los jóvenes universitarios en esta investigación, retomamos
lo que mencionan Iglesias y Carbajal (2018) al respecto, las redes sociales
aparecen en este caso como orientadoras de temas de conversación pública, así
como una posible extensión de la plaza pública; esto aludiendo a la posibilidad
de catalizar procesos comunicativos y colectivos.
Asimismo, dentro de las prácticas de sociabilidad, encontramos que la
conversación y la afectividad son elementos centrales para generar vínculos con
las/los otros/as. De esta forma, consideramos relevante seguir indagando por el
potencial político de la amistad, donde los fines instrumentales de las relaciones
pasan a otro término, y lo principal es el estar con las/los otros. Como lo
Patricia Westendarp Palacios, Luis Gregorio Iglesias Sahagún 25

mencionamos anteriormente, esto resulta crucial en nuestro contexto actual,


donde el miedo, el individualismo y la desconfianza se han convertido en una
forma de relación común en las interacciones sociales.

RECIBIDO: 3 DE SEPTIEMBRE DE 2018


ACEPTADO: 5 DE ABRIL DE 2019

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