4 Acciones Que

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4 ACCIONES QUE TE BENDICEN

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INTRODUCCIÓN

Quiero hablarte acerca de cuatro verbos que si los haces funcionar, te llevarán a
ser una persona bendecida.

Salmos, capítulo 4, versículo 8 dice así: “8 En paz me acostaré, y asimismo


dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”.

Yo tengo tantos problemas como tú. En este último tiempo me despertaba a la


madrugada pensando en cómo resolver ciertos inconvenientes que se han presentado,
como por ejemplo, la estructura del nuevo templo que estamos construyendo.

A predicate acerca de cosas que nos ayudarán a mejorar nuestra vida y a


mantenernos sanos. Tú y yo queremos vivir sanos, ¿verdad?

Los cuatro verbos son: creer, confiar, esperar y descansar, y si los pones en
práctica verás que tu vida será una bendición.

“8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir
confiado”. (Salmo 4:8) La confianza no viene de nuestra formación o preparación; no
viene por causa de nuestra agilidad o habilidad. La confianza viene de Dios. Es un
don de Dios, una gracia que el Señor nos da.

La Biblia dice que Jesús es el león de Judá. Una de las características que tiene
el león es que siempre está confiado, no se asusta por nada.

Si se ve amenazado por algún otro animal, sólo con su rugir lo espanta.

Cuando yo era niño me mordió un perro, y después de este hecho yo le tenía pánico a
cualquier perro que veía, tanto que hasta el ladrido de un chihuahua me asustaba.
¡Imagínate si se me presenta un león!

El león está echado tranquilo, a su alrededor se mueven toda clase de animales y


algunos hacen ruidos extraños pero éste ni se inmuta.

Una vez que el león ha comido se echa a dormir, a descansar, y no anda ansioso
pensando que le va a faltar el alimento, sabe que algo aparecerá y él lo va a
cazar.

No vive perseguido por el hambre ni tampoco por el temor que le puedan generar
otros animales. El león se echa y descansa.

La Biblia señala que Jesús es el león de Judá y yo tengo una buena noticia para ti
que no saqué del periódico porque la prensa, la mayoría de las veces nos da malas
noticias, sino que lo leí en la palabra de Dios y la buena nueva es que tú eres
hijo, eres hija del león de Judá. ¡

Los leones engendran leoncitos! La Biblia dice que los cobardes no entrarán en el
reino de los cielos; si eres cobarde entonces no eres león, pero si eres cristiano,
eres hijo del león de Judá, y como león que eres, está en tu esencia el vivir
confiado y en victoria.

CREER = FE
El primer verbo que quiero mencionar es creer y se trata de tener fe. La verdad es
que quien no tiene fe o no cree ya está derrotado de entrada porque la fe es un
poder positivo.

Jesús dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23).

La persona que cree no dice: “Yo siento que Dios se ha olvidado de mi”. Quien no
cree, confiesa negativamente.

En cambio, el que cree es como el león que vive confiado. La persona que no cree
tiene temores, y éstos se expresan como una fe negativa: “Dios se olvidó de mí”,
“Dios no me escucha”. ¡Esto no es una declaración de fe!

Un hombre me dijo: “Mi abuelo fue pobre, mi padre fue pobre y yo soy pobre a mucha
honra”. ¿Ese hombre tiene alguna chance de prosperar? ¡No!

Hoy vas a necesitar fe y debes expresarla haciendo o diciendo cosas. La fe produce


declaraciones que muestran valentía, certeza y seguridad;

pero la falta de fe te lleva decir cosas que manifiestan duda e incredulidad, por
ejemplo: “Nunca voy a llegar a nada”, “Soy un fracaso”, “No debí haber nacido”.

Esas son confesiones de personas negativas e incrédulas, temerosas de enfrentar la


vida y las circunstancias.

Pero quien tiene fe dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. ¡No importa
qué tan grande sea el problema porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece!

Para el que cree, los problemas son un ejercicio que sirve para tonificar los
músculos espirituales.

Si tú no te ejercitas, tus músculos estarán flácidos pero si lo haces, tendrás


músculos firmes.

Y los inconvenientes que se te presentan son ejercicios espirituales que te llevan


a practicar cómo enfrentar al diablo y cómo burlarte del infierno declarándoles que
contigo no pueden.

Algunos, en vez de decir: “He tenido muchos problemas, pero los he enfrentado y he
vencido”, ponen una cara como de haber sido vencidos por todos sus problemas.

Pero Dios nunca nos dijo que los creyentes no tendríamos problemas.

Yo me atrevo a decir que nosotros los creyentes tenemos problemas y más graves que
los que no son creyentes.

Los creyentes recibimos palabra de Dios y el diablo dice: “Vamos a probar si esta
persona ha creído la palabra”.

Satanás se presentó delante de Dios y le dijo: “Ese Job te ama porque tú le has
dado de todo. No te ama por lo que tú eres sino porque lo has llenado de
bendición”. Y Dios le respondió: “Quítale todo lo que tiene, sólo que no toques su
vida”. ¡Y le tocó todo! ¡La familia, los bienes, su salud! Job atravesó por una
gran prueba pero en medio de esta calamidad, él declaró: “Yo sé que mi Redentor
vive” (Job 19:25).

Una cosa es vivir con fe y otra totalmente distinta es vivir sin ella.

Si vives sin fe tienes la derrota garantizada, de lo contrario, tu victoria es un


hecho. ¡Dios te garantiza la victoria por causa de la fe!

Yo bendigo, felicito y honro a aquellos que asisten a la casa de Dios, llueva y


truene, con problemas o sin ellos, porque la Biblia dice que la fe viene por el oír
y el oír de la palabra de Dios. ¡Es en su casa donde Dios te habla y donde creces
en la fe! Si tienes fe se te nota en la cara,

CONFIAR

Una consecuencia directa de creer, la encontramos en el término confiar, y es el


segundo verbo que traigo a colación, por lo que, quien cree, confía.

Según el diccionario, la confianza es una esperanza firme que se tiene en alguna


persona o cosa.

La confianza es un ingrediente de la fe, y éstas dos tienen un condimento que se


llama certeza y seguridad.

Es lo que tiene el león, por eso está confiado. Yo confío en que Dios no me va a
abandonar. Algunos se lamentan: “Dios, ¿dónde estás?” No sé tú pero yo lo tengo
adentro.

Algunos salen a la calle de noche y sienten que algo los está persiguiendo. ¡Ni se
enteran que Dios está ahí con ellos! Otros reciben una mala noticia y se
desesperan: “¡Dios mío, no permitas eso!”

El Señor va a permitir muchas cosas para que quede demostrado que tú eres su hijo o
su Hijo

El hijo de Dios que enfrenta problemas y dificultades se fortalece y sale firme;

. Así que es que vengan las pruebas, las dificultades y problemas para que Dios,
los demonios, tu pastor, tu suegra y los que te rodean sepan que tú eres más que
vencedor por medio de aquel que te amó.

Si no vinieran pruebas a tu vida no sabremos si eres “chicha” o “limonada”.

Y el que no es creyente, cuando viene la prueba se debilita, se angustia, se enoja


con Dios y se rebela; entra en enemistad con Dios y se frustra. Por lo tanto, es
necesario vestirse con la fe y con la confianza para estar firmes en el día de la
prueba.

ESPERAR

parte de la confianza, es saber esperar. Si tú crees, tienes confianza y si


tienes confianza no te haces ningún problema si debes esperar.

Aunque quieras apurar a Dios, te darás cuenta que Él no está apresurado.

Tú quieres que Dios haga las cosas rápido porque estás apurado; quieres que lo haga
ya, porque si no, te pones ansioso. ¡El Señor no va a reventar sino tú! ¡Él no se
va a agitar, el que se agita eres tú, tampoco va a entrar en afán y ansiedad, pero
tú sí! Y cuando entras en un estado de afán y ansiedad queda claro que no tienes
confianza ni fe, porque el que tiene fe y confía, sabe esperar.

Dios le había prometido un hijo a Abraham; él tenía noventa y nueve años de edad y
su esposa era estéril. Pero Dios le había dicho que le daría una descendencia como
las estrellas de los cielos y la arena del mar. A pesar de sus limitaciones,
Abraham creyó a Dios contra esperanza. ¡Sólo Dios podía haber hecho algo así!
Abraham caminó más de cuarenta años con la promesa que le hizo Dios acerca de que
le daría descendencia,. Abrahan”. Pero creyó, tuvo paciencia, tuvo confianza,

Abraham había esperado cuarenta años. ¿Por qué? ¡Porque quien tiene fe sabe
esperar! .

¡Dios cumple lo que promete! Debemos hacer nuestra parte y esa parte es no ponernos
ansiosos ni afanosos, sino saber creer, confiar y esperar.

Vemos cómo los tres acciones van teniendo Connexxion Quien cree en Dios, confía;
quien confía, espera; y quien espera sin afán ni ansiedad, descansa. ¡Y todo esto
viene de Dios!

Para que no creas, para que no confíes, no esperes ni descanses, el diablo te manda
una cantidad de situaciones y problemas, de modo que te desenfoques, porque se ha
propuesto robarte la fe y la confianza para que no estés dispuesto a esperar.

DESCANSAR

Es importante pues, creer, confiar, esperar y descansar.

Leí recientemente en las noticias algo que ya sabíamos y se trata de que el bebé
que está en el vientre de la madre es afectado por los estados emocionales de ésta.
El artículo señala que las madres ansiosas trasmiten enfermedades al niño que está
en su vientre. Pero no sólo eso, ya que la ansiedad provoca un aumento en la
presión arterial, trastornos en tu sistema digestivo, te genera cáncer y otras
cosas más. ¡No hemos sido fabricados por Dios para vivir ansiosos!

La ansiedad no te permite rendir bien. Es como si quisieras acelerar el auto pero


sin ponerle el cambio. ¡No se va a mover nunca!

La ansiedad es como un acelerador del alma. “¿Y si no me apuro? ¿Y si no lo hago?


No puedo esperar a Dios. ¿Por qué tengo que esperar? Me siento presionado”. Y el
diablo dice : “Dale, dale, que te va a ir mal si no te apuras”. ¡Pero te apuras y
te va mal!

El afán y la ansiedad, llevan a las personas a tomar decisiones carnales y


pecaminosas. Hay cristianos que quieren agradar a Dios pero sus ansiedades no les
permits Pero tú tienes que funcionar en base a la fe.

. ¡La fe es por sobre la razón! La razón nunca va a poder razonar una visión tan
grande y extraordinaria como la que Dios revela a través de la fe. Tú quieres dar
explicaciones de por qué lo hiciste o por
Dijo el rey David: “6 Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias; Mas yo en
Jehová he esperado” (Salmo 31:6). Cuando yo era chico, había un
programa de televisión en donde aparecía una mujer muy gorda llamada Nelly Beltrán
que se aceleraba sola; en uno de los sketch que hacía, por ejemplo, estaba en un
lugar y entraba una persona que saludaba, entonces ella pensaba: “Dijo buenas
tardes, le caí bien. Me va a buscar. Yo voy a ir a la plaza y él irá detrás de mí.
Me va a comprar flores y me dirá: Necesito hablar contigo. Me dirá que me ama y yo
me voy a casar con él”. ¡La mujer comenzaba a viajar en su mente y todo porque el
hombre la había saludado!
Quiero decirte que es más importante el descanso del alma que el del cuerpo. Si tu
alma no tiene paz, si sigue corriendo aún cuando estás durmiendo, al día siguiente
te despiertas más cansado que cuando te acostaste.

. El verdadero creyente se puede reír de los problemas porque éstos no se estrellan


contra él sino contra el Dios que gobierna su vida. ¡Jehová está a mi lado como
poderoso gigante! ¡Los problemas no podrán destruirme! ¡Qué vengan de a uno que yo
les voy a demostrar quién soy! ¡Soy hijo de león! ¡Vivo confiadamente, creo, espero
y descanso en Dios!

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