Santisima Trinidad
Santisima Trinidad
Santisima Trinidad
SANTISIMA TRINIDAD
Mt. 11,27; 28,19; 2 Cor. 13,14
CEC 232-267
CBA Mensaje 35 y 36
En el lenguaje comn, misterio es algo velado, oculto, incomprensible, que despierta dudas; todo esto
nos puede llevar a una bsqueda para esclarecerlo o situarnos en una expectativa. Para otros, misterio
es algo que no interesa, que no puede existir.
Entre los cristianos hablamos de misterios, como por ejemplo, del misterio de la Santsima Trinidad, para
designar las realidades de la vida de Dios y de sus proyectos de salvacin. La intimidad de Dios y sus
planes desbordan en todos sus niveles y dimensiones: intelectuales, afectivos, sentimentales la
revelacin de los misterios divinos nos da indicios de la inmensidad y profundidad de la vida de Dios.
Los cristianos son bautizados "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo" (Mt 28,19), es decir
que la fe de todos los cristianos se cimienta en la Santsima Trinidad el misterio de la Santsima Trinidad
es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en s mismo, es la enseanza
ms fundamental y esencial en la "jerarqua de las verdades de fe", pues en toda la historia de la salvacin
Dios se revela uno y trino, fuente de todos los misterios y luz que los ilumina. Por las misiones divinas del
Hijo y del Espritu Santo, Dios Padre realiza su "designio amoroso" de creacin, de redencin, y de
santificacin
1. LA REVELACIN DE DIOS COMO TRINIDAD
El Padre revelado por el Hijo: En Israel, Dios es llamado Padre en cuanto creador del mundo (Cf. Dt 32,6;
Ml 2,10). Pues an ms, es Padre en razn de la alianza y del don de la Ley a Israel, su "primognito" (Ex
4,22). Es llamado tambin Padre del rey de Israel (cf. 2 Sam 7,14). Es muy especialmente "el Padre de los
pobres", del hurfano y de la viuda, que estn bajo su proteccin amorosa (cf. Sal 68,6). No es hombre ni
mujer, es Dios. Transciende tambin la paternidad y la maternidad humanas (con todos sus errores) (cf.
Sal 27,10). Nadie es padre como lo es Dios.
Jess ha revelado que Dios es "Padre" en un sentido nuevo: no lo es slo en cuanto creador; l es
eternamente Padre en relacin a su Hijo nico, el cual eternamente es Hijo slo en relacin a su Padre:
"Nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo
quiera revelar" (Mt 11,27). En el ao 325 la Iglesia confes, en el primer Concilio Ecumnico de Nicea que
el Hijo es "consubstancial" al Padre, es decir, un solo Dios con l.
Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espritu Santo, se nos han manifestado en sus obras: El Padre crea el mundo
y al hombre por amor y, al hacerlo, inicia su historia de amor. Dios Hijo nos prueba su amor entregndose
a la muerte, y muerte de cruz, para salvarnos de la esclavitud del pecado, Dios Espritu Santo anima a la
Iglesia y la impulsa a responder con sus obras a la misin de ser sacramento universal de salvacin que
Jesucristo le ha encomendado.
La revelacin del misterio de la Santsima Trinidad no se dio de un momento a otro. Desde el Antiguo
Testamento el pueblo de Israel fue descubriendo a Dios como autor de la vida, creador y salvador lleno de
ternura. La mxima revelacin en el Nuevo Testamento es que el misterio que antes estaba oculto nos ha
sido revelado en Jesucristo y consiste en que Dios, el Padre, nos dio a conocer su plan de salvacin, para
realizarlo en Cristo, por su Espritu.
El Padre y el Hijo revelados por el Espritu: Antes de su Pascua, Jess anuncia el envo del Espritu Santo,
para ensearnos y conducirnos hasta la verdad completa. (Cf Jn 16, 13).
El origen eterno del Espritu se revela en su misin temporal. El Espritu Santo es enviado a los Apstoles
y a la Iglesia tanto por el Padre en nombre del Hijo, como por el Hijo en persona, una vez que vuelve junto
al Padre (cf. Jn 14,26; 15,26; 16,14). El envo de la persona del Espritu tras la glorificacin de Jess (cf.
Jn 7,39), revela en plenitud el misterio de la Santa Trinidad. El Espritu Santo, que es la tercera persona
de la Trinidad, es Dios, uno e igual al Padre y al Hijo, de la misma sustancia y tambin de la misma
naturaleza, recibe una misma adoracin y gloria
La formacin del dogma trinitario: "La gracia del Seor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunin del
Espritu Santo sean con todos vosotros" (2 Co 13,13; cf. 1 Cor 12,4-6; Ef 4,4-6).
La iglesia designa Substancia (traduce esencia o por naturaleza) para designar el ser divino en su
unidad; el trmino "persona" o "hipstasis" para designar al Padre, al Hijo y al Espritu Santo en su
distincin real entre s; el trmino "relacin" para designar el hecho de que su distincin reside en la
referencia de cada uno a los otros.
La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad
consubstancial. Cada una de ellas es enteramente Dios: "El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo
mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espritu Santo, es decir, un solo Dios por
naturaleza". Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la
naturaleza divina.
Las personas divinas son realmente distintas entre s. "Dios es nico pero no solitario". "Padre", "Hijo",
Espritu Santo" no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son
realmente distintos entre s: "El que es el Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el
Espritu Santo el que es el Padre o el Hijo. Son distintos entre s por sus relaciones de origen: "El Padre es
quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espritu Santo es quien procede. La Unidad divina es
Trina.
2. LA SANTISIMA TRINIDAD Y EL HOMBRE
El hombre moderno no ha logrado construir una fraternidad universal sobre la tierra, porque busca una
fraternidad sin Dios. Vivir en la unidad, en la fraternidad, no es cosa fcil. Sin embargo, todo el que cree
en Cristo y conoce el misterio en la unidad trinitaria, est llamado a construir este mundo en unidad y
fraternidad.
La comunidad cristiana es el templo donde vive Dios. Por eso, ella est llamada a vivir la unidad, el
encuentro, la comunin con el Padre; encabezada por Cristo y vivificada en el Espritu. Estos sentimientos
y esta vida brotan de nuestro corazn, cuando confesamos con el Apstol Pablo: Hay un solo Seor, una
sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre (Ef 4,5).
Sintindonos as, familia divina, hijos del Padre, hermanos de Cristo, en compaa del Espritu recibimos la
fuerza necesaria para vivir en hermandad los unos con los otros. As nace la fraternidad universal
cristiana. Nadie tiene por qu sentirse slo, ni hurfano, pues somos hijos de un mismo Padre, pero esto
hay que vivirlo en lo cotidiano.
Nuestras relaciones con la Santsima Trinidad, a veces por nuestro desconocimiento, parecen lejanas. Sin
embargo, la oracin litrgica de la iglesia hace permanente referencia a las tres divinas personas, (cuando
nos signamos o santiguamos: en el Nombre del Padre, cuando nos persignamos: por la seal de la
Santa Cruz, cuando rezamos el gloria al Padre), para que de esa manera no perdamos de vista que
somos comunidad, templo vivo, en el que habita el Dios Uno y Trino.
La comunin con la Trinidad es, pues, una realidad concreta. La comunidad cristiana se edifica y crece
como una verdadera familia, cuyo templo es el Espritu. Ella tiene su fundamento en la presencia viva de
Cristo, del Padre y del Espritu, que van extendiendo el amor hasta hacer que se propague por el mundo
entero.
CATEQUESIS: SANTISIMA TRINIDAD
1. La Iglesia profesa su fe en el Dios nico: que es al mismo tiempo Trinidad Santsima e inefable de
Personas: Padre, Hijo y Espritu Santo. Y la Iglesia vive de esta verdad, contenida en los ms antiguos
Smbolos de la Fe, y recordada en nuestros tiempos por Pablo VI, con ocasin del 1900 aniversario del
martirio de los Santos Apstoles Pedro y Pablo (1968), en el Smbolo que l mismo present y que se
conoce universalmente como 'Credo del Pueblo de Dios'.
Slo el que se nos ha querido dar a conocer y que 'habitando en una luz inaccesible' (1 Tim 6, 16) es en S
mismo por encima de todo nombre, de todas las cosas y de toda inteligencia creada. puede darnos el
conocimiento justo y pleno de S mismo, revelndose como Padre, Hijo y Espritu Santo, a cuya eterna
vida nosotros estamos llamados, por su gracia, a participar, aqu abajo en la oscuridad de la fe y, despus
de la muerte, en la luz perpetua.(Cfr. Pablo VI, Credo.).
2. Dios, que para nosotros es incomprensible, ha querido revelarse a S mismo no slo como nico
creador y Padre omnipotente, sino tambin como Padre, Hijo y Espritu Santo. En esta revelacin la
verdad sobre Dios, que es amor, se desvela en su fuente esencial: Dios es amor en la vida interior misma
de una nica Divinidad.
Este amor se revela como una inefable comunin de Personas.
3. Este misterio -el ms profundo: el misterio de la vida ntima de Dios mismo- nos lo ha revelado
Jesucristo: 'El que est en el seno del Padre, se le ha dado a conocer' (Jn 1, 18). Segn el Evangelio de
San Mateo, las ltimas palabras, con las que Jesucristo concluye su misin terrena despus de la
resurreccin, fueron dirigidas a los Apstoles: 'Id. y ensead a todas las gentes, bautizndolas en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo'(Mt 28, 18). Estas palabras inauguraban la misin de la
Iglesia, indicndole su compromiso fundamental y constitutivo. La primera tarea de la Iglesia es ensear y
bautizar -y bautizar quiere decir 'sumergir' (por eso, se bautiza con agua)- en la vida trinitaria de Dios.
Jesucristo encierra en estas ltimas palabras todo lo que precedentemente haba enseado sobre Dios:
sobre el Padre, sobre el Hijo y sobre el Espritu Santo. Efectivamente, haba anunciado desde el principio
la verdad sobre el Dios nico, en conformidad con la tradicin de Israel. A la pregunta: 'Cul es el primero
de todos los mandamientos?', Jess haba respondido: 'El primero es: Escucha Israel: el Seor, nuestro
Dios, es el nico Seor' (Mc 12, 29). Y al mismo tiempo Jess se haba dirigido constantemente a Dios
como a 'su Padre', hasta asegurar: 'Yo y el Padre somos una sola cosa' (Jn 10, 30). Del mismo modo
haba revelado tambin al 'Espritu de verdad, que procede del Padre' y que -asegur- 'yo os enviar de
parte del Padre' (Jn 15, 26).
4. Las palabras sobre el bautismo 'en nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo', confiadas por
Jess a los Apstoles al concluir su misin terrena, tienen un significado particular, porque han
consolidado la verdad sobre la Santsima Trinidad, ponindola en la base de la vida sacramental de la
Iglesia. La vida de fe de todos los cristianos comienza en el bautismo, con la inmersin en el misterio del
Dios vivo. Lo prueban las Cartas apostlicas, ante todo las de San Pablo. Entre las frmulas trinitarias que
contienen, la ms conocida y constantemente usada en la liturgia, es la que se halla en la segunda Carta a
Autor: SS Juan Pablo II
Mircoles 9 de octubre 1985.
los Corintios: 'La gracia de nuestro Seor Jesucristo, el amor de Dios (Padre) y la comunin del Espritu
Santo est con todos vosotros' (2 Cor 13,13). Encontramos otras en la primera Carta a los Corintios; en la
de los Efesios y tambin en la primera Carta de San Pedro, al comienzo del primer captulo.
Como un reflejo, todo el desarrollo de la vida de oracin de la Iglesia ha asumido una conciencia y un
aliento trinitario: en el Espritu, por Cristo, al Padre.
5. De este modo, la fe en el Dios uno y trino entr desde el principio en la Tradicin de la vida de la Iglesia
y de los cristianos. En consecuencia, toda la liturgia ha sido -y es- por su esencia, trinitaria, en cuanto que
es la expresin de la divina economa. Hay que poner de relieve que a la comprensin de este supremo
misterio de la Santsima Trinidad ha contribuido la fe en la redencin, es decir, la fe en la obra salvfica de
Cristo. Ella manifiesta la misin del Hijo y del Espritu Santo que en el seno de la Trinidad eterna proceden
'del Padre', revelando la 'economa trinitaria' presente en la redencin y en la santificacin. La Santa
Trinidad se anuncia ante todo mediante la soteriologa, es decir, mediante el conocimiento de la 'economa
de la salvacin', que Cristo anuncia y realiza en su misin mesinica. De este conocimiento arranca el
camino para el conocimiento de la Trinidad 'inmanente', del misterio de la vida ntima de Dios.
6. En este sentido el Nuevo Testamento contiene la plenitud de la revelacin trinitaria. Dios, al revelarse en
Jesucristo, por una parte desvela quin es Dios para el hombre y, por otra, descubre quin n es Dios en S
mismo, es decir, en su vida ntima. La verdad 'Dios es amor' (1 Jn 4, 16), expresada en la primera Carta de
Juan, posee aqu el valor de clave de bveda. Si por medio de ella se descubre quin n es Dios para el
hombre, entonces se desvela tambin (en cuanto es posible que la mente humana lo capte y nuestras
palabras lo expresen), quin es El en S mismo. El es Unidad, es decir, Comunin del Padre, del Hijo y del
Espritu Santo.
7. El Antiguo Testamento no revel esta verdad de modo explcito, pero la prepar, mostrando la
Paternidad de Dios en la Alianza con el Pueblo, manifestando su accin en el mundo con la Sabidura, la
Palabra y el Espritu (Cfr., p.e., Sab. 7, 22-30; 12, 1: Prov 8, 22-30; Sal 32, 4-6; 147, 15; Is 55, 11;11, 2; Sir
48, 12). El Antiguo Testamento principalmente consolid ante todo en Israel y luego fuera de l la verdad
sobre el Dios nico, el quicio de la religin monotesta. Se debe concluir, pues, que el Nuevo Testamento
trajo la plenitud de la revelacin sobre la Santa Trinidad y que la verdad trinitaria ha estado desde el
principio en la raz de la fe viva de la comunidad cristiana, por medio del bautismo y de la liturgia.
Simultneamente iban las reglas de la fe, con las que nos encontramos abundantemente tanto en las
Cartas apostlicas, como en el testimonio del kerigma, de la catequesis y de la oracin de la Iglesia.
8. Un tema aparte es la formacin del dogma trinitario en el contexto de la defensa contra las herejas de
los primeros siglos. La verdad sobre Dios uno y trino es el ms profundo misterio de la fe y tambin el ms
difcil de Comprender: se presentaba, pues, la posibilidad de interpretaciones equivocadas, especialmente
cuando el cristianismo se puso en contacto con la cultura y la filosofa griega. Se trataba de 'inscribir'
correctamente el misterio del Dios trino y uno 'en la terminologa del ser', es decir, de expresar de manera
precisa en el lenguaje filosfico de la poca los conceptos que definan inequvocamente tanto la unidad
como la trinidad del Dios de nuestra Revelacin.
Esto sucedi ante todo en los dos grandes Concilios Ecumnicos de Nicea (325) y de Constantinopla
(381). El fruto del magisterio de estos Concilios es el 'Credo' niceno-constantinopolitano, con el que, desde
aquellos tiempos, la Iglesia expresa su fe en el Dios uno y trino: Padre, Hijo y Espritu Santo. Recordando
la obra de los Concilios, hay que nombrar a algunos telogos especialmente benemritos, sobre todo entre
los Padres de la Iglesia.
9. Del siglo V proviene el llamado Smbolo atanasiano, que comienza con la palabra 'Quicumque', y que
constituye una especie de comentario al Smbolo niceno-constantinopolitano.
El 'Credo del Pueblo de Dios' de Pablo VI confirma la fe de la Iglesia primitiva cuando proclama: 'Los
mutuos vnculos que constituyen eternamente las tres Personas, que son cada una el nico e idntico Ser
divino, son la bienaventurada vida ntima de Dios tres veces Santo, infinitamente ms all de todo lo que
nosotros podemos concebir segn la humana medida' (Pablo VI. El Credo.): realmente, "inefable y
santsima Trinidad - nico Dios!.
CATEQUESIS: LA GLORIA DE LA TRINIDAD EN LA CREACIN
Qu amables son todas sus obras! y eso que es slo una chispa lo que de ellas podemos conocer. (...)
Nada ha hecho incompleto. (...) Quin se saciar de contemplar su gloria? Mucho ms podramos decir y
nunca acabaramos; broche de mis palabras: "l lo es todo". Dnde hallar fuerza para glorificarle? l es
mucho ms grande que todas sus obras! (Si 42, 22.24-25; 43, 27-28).
Con estas palabras, llenas de estupor, un sabio bblico, el Sircida, expresaba su admiracin ante el
esplendor de la creacin, alabando a Dios. Es un pequeo retazo del hilo de contemplacin y
meditacin que recorre todas las sagradas Escrituras, desde las primeras lineas del Gnesis, cuando
en el silencio de la nada surgen las criaturas, convocadas por la Palabra eficaz del Creador.
Dijo Dios: "Haya luz", y hubo luz (Gn 1, 3). Ya en esta parte del primer relato de la creacin se ve en
accin la Palabra de Dios, - de la que san Juan dir: En el principio exista la Palabra (...) y la Palabra era
Dios. (...) Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe (Jn 1, 1. 3). San Pablo
reafirmar en el himno de la carta a los Colosenses que en l (Cristo) fueron creadas todas las cosas, en
los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles: los tronos, las dominaciones, los principados, las
potestades. Todo fue creado por l y para l; l existe con anterioridad a todo, y todo tiene en l su
consistencia (Col 1, 16-17). Pero en el instante inicial de la creacin se vislumbra tambin al Espritu: el
Espritu de Dios aleteaba por encima de las aguas (Gn 1, 2). Podemos decir, con la tradicin cristiana,
que la gloria de la Trinidad resplandece en la creacin.
En efecto, a la luz de la Revelacin, es posible ver cmo el acto creativo es apropiado ante todo al
Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de rotacin (St 1, 17). l resplandece sobre
todo el horizonte, como canta el Salmista: Oh Seor, Dios nuestro, qu admirable es tu nombre en
toda la tierra! T ensalzaste tu majestad sobre los cielos (Sal 8, 2). Dios afianz el orbe, y no se
mover (Sal 96, 10) y frente a la nada, representada simblicamente por las aguas caticas que
elevan su voz, el Creador se yergue dando consistencia y seguridad: Levantan los ros, Seor,
levantan los ros su voz, levantan los ros su fragor; pero ms que la voz de las aguas caudalosas, ms
potente que el oleaje del mar, ms potente en el cielo es el Seor (Sal 93, 3-4).
En la sagrada Escritura la creacin a menudo est vinculada tambin a la Palabra divina que irrumpe y
acta: La palabra del Seor hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejrcitos (...). l lo dijo, y existi; l
lo mand, y surgi (Sal 33, 6. 9); l enva su mensaje a la tierra; su palabra corre veloz (Sal 147,
15). En la literatura sapiencia] veterotestamentaria la Sabidura divina, personificada, es la que da
origen al cosmos, actuando el proyecto de la mente de Dios (cf. Pr 8, 22-31). Ya hemos dicho que san
Juan y san Pablo vern en la Palabra y en la Sabidura de Dios el anuncio de la accin de Cristo: del
cual proceden todas las cosas y para el cual somos (1 Co 8, 6), porque por l hizo (Dios) tambin el
mundo (Hb 1, 2).
Por ltimo, otras veces, la Escritura subraya el papel del Espritu de Dios en el acto creador: Envas tu
Espritu y son creados, y renuevas la faz de la tierra (Sal 104, 30). El mismo Espritu es representado
simblicamente por el soplo de la boca de Dios, que da vida y conciencia al hombre (cf. Gn 2, 7) y le
devuelve la vida en la resurreccin, como anuncia el profeta Ezequiel en una pgina sugestiva, donde
el Espritu acta para hacer revivir huesos ya secos (cf. Ez 37, 1-14). Ese mismo soplo domina las
aguas del mar en el xodo de Israel de Egipto (cf. Ex 15, 8. 10). Tambin el Espritu regenera a la
criatura humana, como dir Jess en el dilogo nocturno con Nicodemo: En verdad, en verdad te digo:
el que no nazca de agua y de Espritu no puede entrar en el reino d Dios. Lo nacido de la carne, es
carne; la nacido del Espritu, es espritu (Jn 3, 5-6).
Autor: SS Juan Pablo II
Mircoles 26 de enero del 2000.
Pues bien, frente a la gloria de la Trinidad en la creacin el hombre debe contemplar, cantar, volver a
sentir asombro. En la sociedad contempornea la gente se hace rida no por falta de maravillas, sino
por falta de maravilla (G.K. Chesterton). Para el creyente contemplar lo creado es tambin escuchar
un mensaje, or una voz paradjica y silenciosa, como nos sugiere el Salmo del sol: El cielo
proclama la gloria de Dios; el firmamento pregona la obra de sus manos: el da al da le pasa el
mensaje, la noche a la noche se lo susurra. Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su
voz, a toda la tierra alcanza su pregn y hasta los limites del orbe su lenguaje (Sal 19, 2-5).
Por consiguiente, la naturaleza se transforma en un evangelio que nos habla de Dios: de la grandeza y
hermosura de las criaturas se llega, por analoga, a contemplar a su Autor (Sb 13, 5). San Pablo nos
ensea que lo invisible de Dios, desde la creacin del mundo, se deja ver a la inteligencia a travs de
sus obras: su poder eterno y su divinidad (Rm 1, 20). Pero esta capacidad de contemplacin y
conocimiento, este descubrimiento de una presencia trascendente en lo creado, nos debe llevar
tambin a redescubrir nuestra fraternidad con la tierra, a la que estamos vinculados desde nuestra
misma creacin (cf. Gn 2, 7). Esta era precisamente la meta que el Antiguo Testamento recomendaba
para el jubileo judo, cuando la tierra descansaba y el hombre coga lo que de forma espontnea le
ofreca el campo (cf. Lv 25, 11-12). Si la naturaleza no es violentada y humillada, vuelve a ser hermana
del hombre.
CATEQUESIS: LA GLORIA DE LA TRINIDAD EN EL HOMBRE VIVIENTE
Cmo esta presente la Trinidad en la vida del hombre? Esta es la pregunta a la que respondi Juan
Pablo II en la audiencia general de esta maana. La conclusin del pontfice, citando a san Ireneo, fue
sugerente: el hombre que vive es gloria de Dios, pero la vida del hombre consiste en la visin de Dios
1. En este ao jubilar, nuestra catequesis se detiene con gusto en el tema de la glorificacin de la
Trinidad. Despus de haber contemplado la gloria de las tres divinas personas en la creacin, en la
historia, en el misterio de Cristo, dirigimos la mirada al hombre para apreciar los rayos luminosos de la
accin de Dios.
En su mano, Dios tiene el alma de todo ser viviente y el espritu del hombre de carne (Job 12, 10).
Esta sugerente declaracin de Job revela la relacin radical que une a los seres humanos con el
Seor que ama la vida (Sabidura 11, 26). La criatura racional lleva inscrita en s una ntima relacin
con el Creador, un vnculo profundo constituido ante todo por el don de la vida. Don que es otorgado
por la Trinidad misma y que comporta dos dimensiones principales, como ahora trataremos de ilustrar a
la luz de la Palabra de Dios.
El alma fsica e histrica
2. La primera dimensin fundamental que nos ha sido donada es la fsica e histrica, esa alma
(nefesh) y ese espritu (ruah) al que se refera Job. El Padre entra en escena como manantial de
este don en los inicios mismos de la creacin, cuando proclama con solemnidad: Hagamos al ser
humano a nuestra imagen y semejanza... Dios cre al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le
cre, hombre y mujer los cre (Gnesis 1, 26-27). Con el Catecismo de la Iglesia Catlica podemos
sacar esta consecuencia: La imagen divina est presente en todo hombre. Resplandece en la
comunin de las personas a semejanza de la unin de las personas divinas entre s (n. 1702). En la
misma comunin de amor y en la capacidad procreadora de la pareja humana se da un reflejo del
Creador. El hombre y la mujer, en el matrimonio, continan la obra creadora de Dios, participan de su
paternidad suprema, en el misterio que Pablo nos invita a contemplar cuando exclama: un solo Dios y
Padre de todos, que est sobre todos, por todos y en todos (Efesios 4, 6).
Autor: SS Juan Pablo II
7 de junio del 2000.
La presencia eficaz de Dios, que el cristiano invoca como Padre, se revela ya desde los inicios de la
vida de todo hombre, para dilatarse despus a lo largo de todos sus das. Lo testimonia una estrofa de
extraordinaria belleza del Salmo 139, que puede expresarse as, en la forma ms cercana al original:
Porque t mis vsceras has formado, me has tejido en el vientre de mi madre... mis huesos no se te
ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra. Mi embrin tus ojos
lo vean; en tu libro estaban inscritos todos los das que han sido sealados, sin que an existiera uno
solo de ellos (13. 15-16).
3. El Hijo tambin est presente junto al Padre en el momento en que nos asomamos a la existencia, l
que ha asumido nuestra misma carne (cf. Juan 1,14) hasta el punto de ser tocado por nuestras manos y
de ser escuchado por nuestros odos, visto y contemplado por nuestros ojos (cf. 1Juan 1,1). Pablo, de
hecho, nos recuerda que no hay ms que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y
para el cual somos; y un solo Seor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por el cual somos
nosotros (1 Corintios 8, 6). Toda criatura viviente, adems, es confiada tambin al soplo del Espritu de
Dios, como canta el salmista: Envas tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra (Salmo
104, 30). A la luz del Nuevo Testamento es posible leer en estas palabras un preanuncio de la Tercera
Persona de la Santsima Trinidad. En el manantial de nuestra vida, por tanto, se da una intervencin
trinitaria de amor y de bendicin.
La vida divina del hombre
4. Como he mencionado, a la criatura humana se le ofrece otra dimensin en la vida. La podemos
expresar a travs de tres categoras teolgicas del Nuevo Testamento. Ante todo est la zo ainios,
es decir, la vida eterna, celebrada por Juan (cf. 3,15-16; 17,2-3), que debe ser entendida como
participacin en la vida divina. Adems, est la kain ktisis, la nueva criatura de la que habla
san Pablo (cf. 2 Corintios 5, 17; Glatas 6, 15), producida por el Espritu que irrumpe en la criatura
humana transformndola y atribuyndole una nueva vida (cf. Romanos 6, 4; Colosenses 3,9-10;
Efesios 4, 22-24). Es la vida pascual Pues del mismo modo que en Adn mueren todos, as tambin
todos revivirn en Cristo (1 Corintios 15, 22). Por ltimo, existe la vida de los hijos de Dios, la
hyiothesa (cf. Romanos 8,15; Glatas 4, 5), que expresa nuestra comunin de amor con el Padre, en
el seguimiento de Cristo por la fuerza del Espritu Santo: La prueba de que sois hijos es que Dios ha
enviado a nuestros corazones el Espritu de su Hijo que clama: Abb, Padre! De modo que ya no eres
esclavo, sino hijo; y si hijo, tambin heredero por voluntad de Dios (Glatas 4, 6-7).
5. Esta vida trascendente infundida en nosotros por la gracia nos abre al futuro, ms all del lmite de
nuestra caducidad de criaturas. Es lo que afirma Pablo en la Carta a los Romanos, refirindose una vez
ms a la Trinidad como manantial de esa vida pascual: Si el Espritu de Aquel que resucit a Jess de
entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucit a Cristo de entre los muertos dar tambin la
vida a vuestros cuerpos mortales por su Espritu que habita en vosotros (8, 11).
Por tanto, la vida eterna es la vida misma de Dios y a la vez la vida de los hijos de Dios. Un nuevo
estupor y una gratitud sin lmites se apoderan necesariamente del creyente ante esta inesperada e
inefable verdad que nos viene de Dios en Cristo (cf. 1 Juan 3,1-2)... As alcanza su culmen la verdad
cristiana sobre la vida. Su dignidad no slo est ligada a sus orgenes, a su procedencia divina, sino
tambin a su fin, a su destino de comunin con Dios en su conocimiento y amor. A la luz de esta verdad
san Ireneo precisa y completa su exaltacin del hombre: el hombre que vive es "gloria de Dios", pero
"la vida del hombre consiste en la visin de Dios"(Evangelium vitae n. 38; cf. Ireneo, Adversus
haereses IV, 20,7).
Concluyamos nuestra reflexin con la oracin de un sabio del Antiguo Testamento dirigida al Dios vivo
que ama la vida: Amas a todos los seres y nada de lo que hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no
lo habras hecho. Y cmo habra permanecido algo si no hubieses querido? Cmo se habra
conservado lo que no hubieses llamado? Mas t con todas las cosas eres indulgente, porque son tuyas,
Seor que amas la vida (Sabidura 11, 24-12,1).
Vayan y hagan discpulos entre todos los pueblos, bautcenlos consagrndolos al padre al
hijo y al espritu santo
Mateo 28,19
GUIA PROPUESTA PARA EL CATEQUISTA No. 18:
SANTISIMA TRINIDAD
IDENTIFICAR
El hombre un ser nico capaz
de tener la unidad con la
Trinidad.
AMBIENTACIN
CANTO: En el nombre del
Padre. (se entrega a cada
nio la imagen del saludo)
Dinmica: armar un
rompecabezas
Fabula: Trabajo en equipo.
PROVOCAR:
Dinmica EL ARBOL DE LA VERDAD. En este juego se debe contestar con la verdad. Se dibuja un
rbol se le hacen hojas en papel o cartulina, que por detrs contenga una pregunta, que invite a
profundizar a cada catequizando, donde cada uno la tomar sin que nadie la vea, tomar un tiempo para
pensar, analizar y responder. Cada uno de los dems podr opinar desde su punto de vista, sobre la
pregunta. Ejemplo:
Siempre actas como piensas, o hablas? A veces haces lo que no dices o piensas o al contrario?
Por qu? Para qu?
Crees que eres igual o distinto a tus hermanos? Por qu?
Qu pasara si todos en la familia cumpliramos las labores de padres o la de los hijos?
Si todos cumplimos distintas labores, oficios en la casa dejamos de ser familia? todos ocupamos
el mismo lugar?
Es posible trabajar en equipo con los miembros de la familia?
Si alguien te dijera que te va a regalar algo, que pediras?
Qu oficios haces en tu casa? Por qu?
Cundo ves televisin o haces tareas, te molestas por que te mandan a hacer un mandado?
Has ayudado a alguna persona de tu comunidad? Quin? En qu?
Solo debo ayudar a las personas ms necesitadas que yo? Por qu?
Haces oracin cuando te levantas? Cundo te acuestas?
OBJETIVOS:
Observar la verdad de nuestra vida, en relacin conmigo, con mi familia, amigos y comunidad.
Admirar la presencia de Dios uno y trino, nica fuente de unidad y felicidad.
Luchar por hacer de nuestra vida, unidad con el Padre y con el Hijo y con el Espritu Santo, para el
crecimiento de mi unidad, personal, familiar y comunitaria.
Cundo te levantas, saludas amablemente a las personas que viven contigo?
PROFUNDIZAR
En la medida que se van respondiendo las preguntas, se deben lanzar preguntas de profundizacin:
1. Por qu actuamos as?
2. Es correcto, porque?
3. Qu consecuencias pueden traer nuestros actos?
4. Cmo actuara Dios?
CONCLUSIN
La verdad de cada persona reside en su interior, que es una unidad: su cuerpo, su mente y su espritu, que
fueron creados por un nico Dios, por amor y que a pesar de nuestros errores somos muy importantes y
esenciales, por eso cada uno de nosotros cumplimos con una funcin diferente, ocupamos un lugar en la
historia de la humanidad. Es importante analizar diariamente si nos comportamos como lo que fuimos
creados, para con nosotros, con nuestra familia y nuestra sociedad.
MENSAJE: Mt. 11,27: 28,19; 2 Cor. 13,14
1. Qu dicen las tres citas bblicas?
2. De quienes nos habla? Quines son?
3. Cmo son, como actan, porque, para qu?
4. Qu quiere Dios de m?
TRANSMISION DEL RESUMEN:
Por la gracia del bautismo, "en nombre el Padre, del Hijo y del Espritu Santo" somos llamados a participar
en la vida de la bienaventurada Trinidad, aqu y abajo en la oscuridad de la fe, y despus de la muerte, en
la luz eterna. Despus de conocer la realidad el amor de Dios que siendo uno mismo son diferentes porque
el Padre est en el Hijo, el Hijo en el Padre, como el Padre y el Hijo estn el Espritu Santo, cada uno est
en el otro, sin que cada uno sea del otro.
De igual manera somos uno solo y necesitamos atender nuestras necesidades prioritarias, entendiendo
que no siempre lo que deseamos es lo que nos conviene. Lo mismo en la familia, cada uno tiene su lugar, su
forma de ser, pero el actuar de todos debe llevar a la unidad. As como la familia, debemos preocuparnos
los unos por los otros, buscando un mismo sentir y actuar en el nico y verdadero Dios.
ACTIVIDAD DE ASIMILACIN:
Llevar una vela, el cual se debe colocar de tal manera que al encenderla forme una sola llama
Hacemos la similitud con la SANTISIMA TRINIDAD.
La cera: DIOS quien nos sostiene y lo protege todo.
Pabilo: JESUS quien se entrega por nosotros por Amor.
El fuego: EL ESPIRITU SANTO: quien nos ilumina y gua
O se lleva un huevo y la similitud seria la siguiente:
La cascara: DIOS quien nos sostiene y lo protege todo.
La yema: JESUS quien se entrega por nosotros por Amor.
La clara: EL ESPIRITU SANTO: quien nos ilumina y gua
Se hace nfasis en que si falta uno de estos elementos, no habra ni vela ni huevo, al igual que en la
Santsima Trinidad: SON TRES PERSONAS DISTINTAS Y UN SOLO DIOS VERDADERO.
Seguido se narra la historia de San Agustn:
Basta, entonces, con esta pequea comparacin para que no nos pase lo que le sucedi a San Agustn. San
Agustn fue un Sacerdote, un Santo muy importante, un Doctor de la Iglesia, muy inteligente, un gran
predicador, que estaba pensando cmo poder entender el Misterio de la Santsima Trinidad y cmo
explicarlo mejor.
Estaba caminando por una playa pensando en esto. Y entonces se encontr un niito jugando en esa playa.
Ustedes saben cmo les gusta a los nios jugar en la playa no? Y qu haca el niito? Corra del mar a la
arena, echando poquitos de agua en un huequito que haba abierto en la arena.
San Agustn se distrae de su pensamiento sobre la Santsima Trinidad y se pone a hablar con el niito,
que era muy lindo. Y le pregunta: Oye, qu ests tratando de hacer con esos poquitos de agua del mar? Y
qu se imaginan que le dice el nio? Estoy tratando de meter todo el mar en este hoyito.
San Agustn se re y le trata de explicar al nio que eso no es posible. Y el Nio le responde: Agustn eso
que trato de hacer es ms posible que lo que t ests tratando de hacer, que es meter el Misterio de la
Santsima Trinidad en tu cabeza. Ya saben quin era el Nio no?
COMPROMISO:
Elaborar una lista donde mencione los comportamientos positivos y negativos que tengo con mi familia,
amigos, vecinos, etc. y el cambio de estas actitudes. Revisar y analizar los avances o por el contrario las
lo que me hace me falta por mejorar.
ORACIN
Oramos con el Padre nuestro, colocando en manos del Seor lo que somos, lo que tenemos, nuestras
familias, nuestra comunidad, nuestra iglesia, implorando el Seor como en Jn 17,18-24
EVALUACIN
1. Cree que su forma de actuar lo lleva a la unidad con usted mismo, con su hogar, con su familia
catequstica, con su comunidad, con su iglesia? Por qu?
2. Es usted verdaderamente responsable con su vida y con la de los dems?
3. mide siempre la proporcin de sus actos, de sus palabras?
4. Siente que tiene la capacidad de juzgar a los otros? Por qu?
5. Seor catequista, si lucha por hacer lo que Juan nos dice, de ser como el Padre, el Hijo y el Espritu
Santo que son uno, cree que en sus manos esta el forjar una raza nueva, llena de amor y progreso?
6. Despus de esta catequesis como observa a sus catequizandos?
7. Qu mejorara para la prxima catequesis?
Rompecabezas:
SALUDO
FABULA:
TRABAJO EN EQUIPO
En una empresa el Len (Gerente de Selva S.A.), buscaba el mejor camino para el logro de la excelencia y
convoco a sus ejecutivos a una convencin, en la que todos participaron activamente durante 3 das.
La reunin se oriento a los "Factores de xito" por fortalecer.
El Conejo propuso que para lograr la Excelencia todos deban estar preparados para correr veloces a fin
de no ser presa del peligro.
La Ardilla propuso desarrollar la capacidad de trepar y escalar ya que desde lo alto de los rboles poda
verse todo con mas amplitud.
Un Pato indico que lo mas importante era la capacidad de nadar para atravesar los ros de Selva S.A.
El guila sealo la capacidad de Volar como el elemento clave para el desarrollo del xito.
As lo hicieron el resto de los animales sealando otros atributos sumamente importantes tales como la
capacidad de ver en la oscuridad, o tener colmillos y garras fuertes, etc.
Ante la diversidad de ideas se conformo un consejo consultivo y seleccionaron los elementos de xito:
Correr, escalar, nadar y volar.
Acto seguido el Len (Gerente) encargo a su departamento de entrenamiento para preparar al resto de
animales en el dominio de esas capacidades.
Por mas que practicaron, no lograban su cometido.
El Pato excelente en natacin tenia dificultades para correr y se quedaba fuera de hora para practicar,
como corra lentamente tenia menos tiempo para nadar y pro ultimo las patas se le hincharon y dejo de
nadar por descanso.
El Conejo, gran velocista entro en stress tras la frustracin de no poder nadar.
La Ardilla, excelente en el arte de escalar, se lesiono en las clases de vuelo y tambin saco notas muy
bajas en carrera y natacin.
Al mes se presentaron las evaluaciones y tras el desencanto el Len bastante molesto indico que todo
quedara como antes.
El Mono propuso la siguiente MORALEJA :
Aprendamos de esta experiencia, para enfrentarnos a la Nueva Era, lo mas importante es la capacidad de
trabajar en equipo, colaborando y cooperando unos con otros.
Debemos participar sumando nuestras cualidades a la de los dems, actuando cuando seamos necesarios,
tras el mismo objetivo.
Esto va a ser mas apropiado que tratar de mejor lo que hacen los dems.
1. Has el siguiente apareamiento y descubre lo que es la Santsima Trinidad
2. Junto a tus Padres lee Mt 11,27; Mt 28,19
Segn las citas bblicas de qu manera podemos conocer al Padre?
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3. Deducimos las palabras que aparecen desordenadas escribindolas una letra por guion. Luego
trasladamos las letras de los guiones numerados a las lneas inferiores. Solo hay una letra que
tendrs que adivinar.
COMPROMISO: Realizar una lista de las cosas donde me comporto de forma solitaria o individualista, y
al frente colocar la forma en que de ahora en adelante las cambiar
_______________________Firma del Padre o Acudiente
EL PADRE
Tres personas distintas y un solo Dios verdadero.
EL ESPRITU SANTO
EL HIJO Es la primera persona de la Santsima Trinidad
Dios Hijo
SANTSIMA TRINIDAD Dios Espritu Santo
ES EL CONSOLADOR Es la segunda persona de la santsima Trinidad
ES EL CREADOR Dios Padre
ES EL REDENTOR Es la tercera persona de la Santsima Trinidad
SI NUESTROS ACTOS SON REFLEJO DE UNIDAD, PODREMOS
LLEGAR A DAR TESTIMONIO DE VIDA
Unimos los punto, siguiendo los nmeros,
para descubrir que figura aparece