Economía Informal y Los Ingresos Del Estado

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Economía informal y los ingresos del estado

La Población en Edad de Trabajar (PET) del país se ha expandido a un ritmo de 2,3% anual en la
última década. El 25% de esta población es menor de 20 años, mientras que el 12% tiene más
de 60 años de edad. Alrededor de dos tercios de la PET tiene un nivel de escolaridad inferior a
la escuela secundaria. Por su parte, la Población Económicamente Activa (PEA) se expandió a
un ritmo anual de 2,4% durante la última década, 38% del cual está constituido por mujeres.
Se trata, además, de una población joven, ya que alrededor de la mitad se encuentra entre los
20 y 39 años de edad, y un 33%, entre 40 y 59. En términos educativos, un 40% ha alcanzado
solo el nivel de escolaridad primario; cerca de un 32% ha llegado al nivel secundario, mientras
que un 20,8% ha cursado estudios superiores. La tasa global de participación se ha mantenido
estable durante el periodo 2003-2012, en que ha pasado de un 54,3% a un 56,2%. Si se aplica
la diferencia según sexo, se observa que mientras los hombres pasaron de 67,7% a 68,1%, las
mujeres se incrementaron de 41,1% a 45%, lo que muestra una tendencia hacia una mayor
participación de las mujeres en el mercado laboral, no obstante se mantiene aún un rezago
significativo respecto de los hombres. Pese a los altos niveles de crecimiento económico del
país, ello no ha sido suficiente para reducir sustancialmente los niveles de desempleo. En la
década de los años noventa, la tasa anual de creación de empleo fue de 3,9%, mientras que en
la última década (2000-2010) fue de 2,4%, lo que muestra una menor elasticidad del empleo
con respecto al crecimiento del PIB. De ahí que el promedio de desempleo ampliado (incluidos
los trabajadores desalentados que han desistido de buscar empleo) en los últimos 10 años ha
sido de 15,7% de la PEA; mientras que el nivel de desempleo abierto ha sido relativamente
bajo y se ha mantenido en un promedio de 5,8% de la PEA. Esto demuestra que una parte de la
población está excluida del mercado laboral y ha desistido de buscar empleo. La baja calidad
de los empleos generados en el país también se refleja en la dinámica de los niveles salariales.
El ingreso laboral real ha mantenido una tendencia a la baja desde finales de la década de 1990
y ha persistido en la última década, de manera que ha registrado una disminución de
alrededor de 27% durante esos años. Las estadísticas sobre el mercado laboral de la República
Dominicana se obtienen fundamentalmente a través de la Encuesta Nacional de Fuerza de
Trabajo (ENFT), que desde 1991 realiza el Banco Central dos veces al año. Los antecedentes
disponibles de los sectores agropecuario, comunicaciones, comercio al por mayor y menor, y
manufacturas –que son los que más aportan al PIB– muestran insuficiencias relativas en la
generación de empleos. En 2012, dichos sectores económicos generaron el 51% del PIB, pero
su participación en el total de empleo de la economía se ha reducido o mantenido igual. Por
ejemplo, el sector de la manufactura genera el 20,6% del PIB, mientras que su participación en
la generación de empleo pasó de 17% a 11% en el periodo 2000-2012. Por su parte, las
comunicaciones constituyen la rama que mas incrementó su participación en el valor agregado
nacional, al pasar de 4,6% a 16,2% del PIB, mientras que su contribución al empleo total pasó
apenas de un 6% a 8%. Al mismo tiempo, el sector otros servicios tiene una participación en el
valor agregado de apenas un 5,6% y aporta el 25% del total de empleados.

Este sector incluye empleos informales y de baja productividad y calidad, como trabajadores
domésticos y la mayoría de los trabajadores por cuenta propia. De manera particular, es
preciso resaltar que en la Encuesta de Fuerza de Trabajo de 2012, en la clasificación por
categoría ocupacional, los trabajadores por cuenta propia representaban el 43% del total de
población ocupada. En 2006, dicha encuesta incluyó un modulo especial sobre informalidad,
que permitió obtener mayores detalles sobre las características de esta en el país. Las
estimaciones disponibles de empleo informal consideran las últimas recomendaciones
internacionales relativas a empleo y sector informal. Para este último, la ENFT permite utilizar
como criterio si la unidad de producción tiene licencia o permiso para operar; para el empleo
informal, si el puesto de trabajo le da al trabajador acceso a la seguridad social. Bajo esta
metodología, los resultados obtenidos muestran que el empleo informal, en el periodo
comprendido entre 2005 y 2010, y como proporción del empleo no agrícola, se redujo de
58,6% a 47,9%, como se presenta en el Cuadro 1. Tales resultados coinciden con los estimados
por el SIALC de la OIT para los años 2009 y 2010. Además, permiten observar que la tasa de
empleo informal no agrícola aumentó en los años siguientes: pasó de 50% en 2011 a 51,5% en
2012. Por otro lado, estos datos también inciden en el hecho de que los trabajadores
informales enfrentan condiciones de trabajo más precarias que los formales. Así, más de la
mitad trabaja en empresas con menos de cinco empleados, y un 40% de estos recibe un
ingreso laboral inferior al salario mínimo; de ahí que el nivel de pobreza sea significativamente
superior en los hogares cuyos jefes o jefas de familia son trabajadores informales. Las
actividades económicas que más empleos informales urbanos ocupan son la construcción, el
comercio minorista y el transporte. No existen importantes diferencias de género en los
niveles de informalidad. En el Cuadro 1 se puede apreciar que en 2007 se produjo la mayor
reducción del empleo informal, al pasar de 58,6%, en 2005, a 49,6% del total de la población
ocupada no agrícola.

Apoya esta tesis el hecho de que la mayor reducción del empleo informal se produce en el
sector formal, que pasa de 24,8% a 19,8% –una reducción de 5,0 puntos porcentuales de
acuerdo con el Cuadro 1–, mientras que la disminución del empleo informal en el sector
informal fue de 3,9 puntos porcentuales. Es importante resaltar que el desarrollo del régimen
contributivo de la seguridad social también tiende a contribuir a la formalización de las
empresas, puesto que la afiliación de los trabajadores presiona a las empresas a formalizarse.
Asimismo, como se ilustra en el Gráfico 1, los niveles de empleo informal se mueven en
sentido inverso al incremento de la cobertura del régimen contributivo de la seguridad social, y
de forma más notoria en 2007.

La aprobación de la Ley 87-01, que creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social en 2001,
fue el resultado de un largo proceso de debates que culminaron con acuerdos entre los
diferentes actores sociales, económicos y políticos, y de los cambios que posteriormente se
introdujeron en el proceso de su conocimiento y aprobación en el Congreso Nacional. Con esta
ley se buscaba dar respuesta al bajo nivel de aseguramiento que existía en el país.

El sistema creado se caracteriza por una arquitectura compleja y por combinar diferentes
visiones y sistemas de seguridad social. Un ejemplo claro de esto lo constituye el hecho de
que, en el ámbito de la salud y riesgos laborales, se optó por el modelo de reparto, mientras
que en materia de pensiones se adoptó la modalidad de capitalización individual. Así, tomando
en cuenta principalmente la relación de las personas con el empleo, se establecieron los
siguientes tres regímenes: - Régimen Contributivo, que cubre a los trabajadores asalariados –
públicos y privados– y a los empleadores. Se encuentra financiado por los trabajadores (30%) y
empleadores (70%), incluido el Estado en su condición de empleador. - Régimen Subsidiado,
que protege a los trabajadores por cuenta propia con ingresos inestables e inferiores al salario
mínimo nacional, así como a los desempleados e indigentes. Es financiado por el Estado
Dominicano. - Régimen Contributivo Subsidiado, que está orientado a los profesionales y
técnicos independientes y a los trabajadores por cuenta propia con ingresos promedio, iguales
o superiores a un salario mínimo nacional. Se debe financiar con aportes del trabajador y un
subsidio estatal para suplir la falta de empleador. El sistema comprende los seguros de vejez,
discapacidad y sobrevivencia, familiar de salud y de riesgos laborales. Tomando en cuenta la
complejidad de intereses, el sistema contempla nuevas instituciones para garantizar su
implementación. Esto, unido a las luchas de intereses y falta de experiencia de los actores en
estas materias, dificultó la puesta en marcha de la ley. El sistema previsional fue el primero en
iniciar sus operaciones en 2003, mientras que el régimen contributivo en salud recién se inició
en 2007, luego del mencionado complejo proceso de negociación de los diferentes actores,
para consensuar el Plan de Servicios de Salud del Seguro Familiar de Salud.

Entre los años 2003 y 2012, la cobertura efectiva de población protegida del régimen
contributivo pasó de 576.869 personas –equivalente a un 18,6% de la población ocupada– a
2.747.735 (68,7%). Esto significa que durante esos años se incorporaron al sistema 2.170.866
trabajadores, y que la cobertura del régimen contributivo aumentó un 376,3%. La mayor
limitación en la ampliación de la cobertura poblacional del sistema la constituye el hecho de no
haber puesto en marcha el régimen contributivo subsidiado. Este régimen considera un
sistema mixto de financiamiento, en el cual el trabajador cubre una parte del pago de afiliación
y el Estado financia el resto con fondos del presupuesto general de la Nación. La ley establece
que se deberán realizar estudios para definir la proporción correspondiente al Estado y a los
diferentes subsectores de trabajadores por cuenta propia. La población meta de este régimen
sobrepasa el 40% de la población ocupada, por lo que implicaría un importante subsidio
estatal. Esta es la razón fundamental del retraso en su implementación.
INGRESOS DEL ESTADO

Los ingresos del Estado son el resultado de la suma de toda la recaudación por conceptos
tributarios y no tributarios establecidos en el marco fiscal del país, además de las donaciones y
los ingresos por concepto de deuda. En 2016, los ingresos totales del Estado dominicano
ascendió a $484.620 millones de pesos; de los cuales $15,624 millones de pesos
correspondieron a los ingresos provenientes del sector minero. Para mayor información sobre
los ingresos derivados del sector minero visite la sección sobre Recaudación.

Los ingresos del Estado dominicano se clasifican como ingresos corrientes, de capital y
donaciones. Los ingresos corrientes corresponden a la recaudación que realiza el Estado de
contribuciones tributarias y no tributarias de todas las empresas, incluidas las mineras. Los
impuestos pagados por las empresas mineras a las distintas entidades recaudadoras de
gobierno tales como la Dirección General de Impuestos Internos, la Dirección General de
Aduanas, la Dirección General de Minería y la Tesorería Nacional (Vea más en sección de
Recaudación) son registrados en la cuenta de la Caja Única del Tesoro (CUT), y se ejecutan de
acuerdo a los compromisos y las programaciones plasmadas anualmente en la Ley de
Presupuesto General del Estado, aprobada por el Congreso Nacional.

La CUT es la herramienta financiera creada mediante la Ley No. 567-05 del 30 de diciembre del
2005, que centraliza todos los ingresos que percibe el Gobierno de República Dominicana en
moneda nacional o extranjera, independientemente de la fuente que los genere. Este
instrumento administra en una sola cuenta bancaria (por moneda y por banco) todos los
recursos del Estado; y se utiliza para realizar todos los pagos de las obligaciones que las
Instituciones Públicas no Financieras, sus órganos o entes hayan contraído legalmente. En la
CUT se utiliza el concepto de Subcuenta Bancaria, a través de la cual las diferentes
instituciones del Estado tienen un número de subcuenta asignada. La Caja Única es operada
por la Tesorería Nacional, ente adscrito al Ministerio de Hacienda, facultado para ejercer las
funciones de Gerencia Financiera del Estado dominicano.

Los montos recaudados los administra el gobierno, utilizándolos para cubrir los gastos
corrientes o de capital y para el servicio de la deuda pública. El sistema de gestión de las
finanzas públicas administrado a través del sistema de la CUT imposibilita el seguimiento al uso
específico de los ingresos percibidos. La CUT permite darle seguimiento a la obtención de
financiamiento para proyectos específicos donde el desembolso está sujeto a la consecución
de una actividad, y cuyos recursos están delimitados para utilizarse únicamente en los fines
previstos en el contrato de financiamiento.
Característica de la economía informal
La economía informal o economía irregular es la actividad económica que es invisible
al Estado por razones de evasión fiscal o de controles administrativos (por ejemplo, el
trabajo doméstico no declarado, la venta ambulante espontánea o la infravaloración
del precio escriturado en una compraventa inmobiliaria). Emplea a más del 60 % de la
población activa mundial. En cambio, la economía formal «es la que está dentro de los
parámetros reguladores del Estado», es decir, cumple la normativa fiscal, laboral y
medioambiental, paga impuestos, ha obtenido adecuadamente las necesarias
licencias de actividad, se ha inscrito en los registros correspondientes y abona la
seguridad social de sus trabajadores, a los que también ha inscrito.
La economía informal o irregular forma parte de la economía sumergida, al lado de las
actividades económicas ilegales (por ejemplo, la facturación falsa o falseada, el tráfico
de drogas, el tráfico de armas, la prostitución, el blanqueo de capitales, el crimen
organizado y el terrorismo).
La economía sumergida, en la medida en que se transforma en Renta Nacional y
acaba integrada en la demanda agregada, resulta incluida en el dato estadístico del
Producto Interior Bruto (PIB), como consecuencia del ajuste de los métodos
empleados para estimarlo.
Aunque la economía informal se ha asociado frecuentemente a países en desarrollo y
economías emergentes, todos los sistemas económicos, sin excepción, participan de
ella.
El daño económico que causa la economía informal al fisco no se limita a los
impuestos no recaudados, sino que se extiende al pago indebido de subvenciones,
subsidios (por ejemplo el subsidio de desempleo que se le da a una persona que
consta como parada, pero que en realidad tiene un empleo informal a tiempo
completo) o pensiones.
Asimismo, la economía informal constituye uno de los supuestos más dañinos de
competencia desleal entre los agentes económicos.
La economía sumergida en España representaba, en 2008, más del 23 % del PIB,67lo
que equivaldría a 240 000 millones de euros.

Causas[
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) «La causa esencial de la
informalidad es la incapacidad para crear suficientes puestos de trabajo en la economía
formal».
En cambio, la OIT sí señala como obstáculos:

 la corrupción política
 las deficientes infraestructuras
 la falta de confianza y seguridad al gobierno
 la falta de acceso a los mercados
 la falta de financiación de los trabajadores autónomos
 la debilidad de las administraciones del trabajo y, en particular, de la
inspección del trabajo
 regulación y burocracia excesiva
Las causas de la informalidad son múltiples y, en su mayoría, no guardan relación con la
legalidad. Por ello, sería ineficaz proceder a la formalización únicamente mediante una
reforma legislativa.
En otro documento, Principales causas de la economía informal y algunas soluciones,11 la
OIT divide las causas en:

 vía expulsión: no se pueden o no se quieren pagar los mayores gastos que


supone la formalidad.
 vía exclusión: percepción de que los servicios percibidos no compensan los
pagos efectuados.
Muchos jóvenes en países en desarrollo poseen empleos de baja calidad, con un escaso
potencial de desarrollo profesional y poca posibilidad de contribuir a sus economías. Esto
es particularmente problemático, dada la continua y significativa brecha en la productividad
laboral que existe entre las regiones en vías de desarrollo y las ya desarrolladas. La
enseñanza y formación técnica y profesional (EFTP) constituye un medio para brindar
mayores oportunidades a los jóvenes marginados, mejorando sus resultados de
empleabilidad.
Una revisión de 26 estudios realizados en Latinoamérica, el Caribe, Europa, Asia, y África
subsahariana, utilizando participantes con edades entre 15 y 24 años, concluyó que las
intervenciones de EFTP, en general, tienen un efecto pequeño, pero positivo, sobre la
empleabilidad y el empleo de los jóvenes. Asimismo, no se halló ningún modelo específico
de intervención que fuera mejor que otros. Estos resultados, sin embargo, impiden sacar
conclusiones sólidas, debido a limitaciones tanto en los estudios como en la revisión
misma. Por ello, es necesario que más intervenciones de EFTP sean evaluadas, y sus
resultados difundidos de forma eficiente.

Consecuencias
 Bajos salarios
 Baja productividad
 Aumento de la criminalidad
 Viviendas y construcciones vulnerables a desastres naturales
 Bajos ingresos del Estado por lo que queda sin recursos para proporcionar
servicios como educación o sanidad
 Falta de atención médica y de pensiones para los trabajadores
 Mayor índice de enfermedades de los trabajadores, ya sea por las condiciones
laborales insalubres, el estrés o la pobreza
 Riesgo de despido del trabajador informal sin indemnización y sin derecho
al subsidio de desempleo
 Menos formación de los trabajadores, porque proporcionar formación a sus
empleados beneficia a la empresa a largo plazo, mientras que las empresas
informales tienen un horizonte de corto plazo
 Dificultad de la empresa informal para acceder a financiación privada o ayudas
públicas
 Competencia desleal a los trabajadores y empresarios de la economía formal,
que ven mermados sus ingresos, en ocasiones hasta tal punto que no tienen
más remedio que pasarse a la informalidad

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