Fernandez 2020 TG

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Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 1

Reporte de Caso. Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) en canino mestizo de cinco

años de edad.

Jesús Eduardo Fernández Andrade

Universidad de Pamplona

3 de noviembre de 2020

Nota del Autor

Pasantías 2020-II, Docente tutor: Luis Carlos Peña Cortés, MV, MSc, PhD, Docente

Titular, Medicina Veterinaria, Universidad de Pamplona.

La correspondencia relacionada con este documento deberá ser enviada:

[email protected]
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 2

DEDICATORIA

A:

Dios por haberme permitido llegar hasta este punto y haberme dado salud para lograr

mis objetivos, además de su infinita bondad y amor.

Mi madre Eddy Elizabeth Andrade Bustacara y a mi padre José de Jesús Fernández

Colmenares por su apoyo, consejos, comprensión, amor y ayuda en los momentos difíciles. Ellos

me han dado todo lo que soy como persona, mis valores, mis principios, mi carácter, mi empeño,

mi perseverancia y mi coraje para conseguir mis objetivos.

A mi hermano Jesús Alejandro Fernández Andrade por estar conmigo a pesar de las

adversidades y apoyarme siempre en todo momento que lo necesité.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 3

Tabla de contenido

1. Introducción .............................................................................................................. 7

2. Descripción y caracterización del sitio de práctica profesional Clínica Veterinaria de


Pequeños Animales Mascovet S.A.S ......................................................................... 8

3. Actividades realizadas y presentadas en la Clínica Veterinaria Mascovet ................ 10

4. Reporte de Caso. Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) en canino mestizo de


cinco años de edad. ................................................................................................. 12

4.1 Resumen............................................................................................................. 12

4.2 Abstract .............................................................................................................. 12

4.3 Revisión de literatura .......................................................................................... 13

4.3.1 Anatomía de los Riñones............................................................................. 15

4.3.2 Enfermedad renal crónica ............................................................................ 17

4.3.3 Fisiopatología ............................................................................................. 18

4.3.4 Sintomatología ............................................................................................ 20

4.3.5 Diagnóstico ................................................................................................. 21

4.3.6 Estadificación de la enfermedad renal crónica. ............................................ 22

4.3.7 Tratamiento................................................................................................. 23

4.4 Reseña del paciente ............................................................................................ 25

4.5 Anamnesis. ......................................................................................................... 26

4.6 Examen del paciente. .......................................................................................... 26

4.7 Hallazgos clínicos. .............................................................................................. 27

4.8 Diagnóstico presuntivo ....................................................................................... 28

4.9 Diagnósticos diferenciales .................................................................................. 29


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 4

4.10 Herramientas diagnosticas .................................................................................. 31

4.11 Aproximación terapéutica. .................................................................................. 40

4.11.1Procedimiento intrahospitalario ................................................................... 40

4.12 Discusión ........................................................................................................... 42

4.13 Conclusiones ...................................................................................................... 46

5. Referencias Bibliográficas....................................................................................... 49
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 5

Índice de tablas

Tabla 1 Constantes fisiológicas ................................................................................... 27

Tabla 2 Presiones arteriales ........................................................................................ 27

Tabla 3 Cuadro hemático ............................................................................................ 31

Tabla 4 Parcial de orina. ............................................................................................ 32

Tabla 5 Bioquímica sanguínea .................................................................................... 35

Tabla 6 Tratamiento intrahospitalario ........................................................................ 41


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 6

Índice de figuras

Figura 1 Clínica veterinaria Mascovet ..........................................................................9

Figura 2 Representación esquemática de un corte transversal del riñón y de la nefrona

..................................................................................................................................... .16

Figura 3 Criterios para estadificación de la gravedad en la enfermedad renal crónica……..…

...................................................................................................................................... 23

Figura 4 Protocolos para el tratamiento de la enfermedad renal, ................................ 25

Figura 5 Ecografía abdominal realizada a paciente con diagnóstico de enfermedad

renal crónica ................................................................................................................. 39


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 7

1. Introducción

La Medicina Veterinaria surge como una necesidad prioritaria del ser humano para

desarrollar conocimientos de salud y cuidado para los animales, todo ello generó una relación

compacta entre la veterinaria y la domesticación; es por ello que hoy en día, ésta rama de la

medicina toma un camino estructurado hacia la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de

enfermedades en especies domésticas y no tradicionales que actualmente son usadas como

animales de compañía. Por anterior, la facultad de ciencias agrarias de la Universidad de

Pamplona, orienta y establece en sus actividades la formación de profesionales integrales con

compromiso social y ambiental; promoviendo así, la formación del talento humano y el

desarrollo tecnológico como pilares fundamentales en el desarrollo sustentable y el

mejoramiento de la calidad de vida de las especies domésticas y la sociedad colombiana que las

rodea.

Es de suma importancia que el estudiante en formación de ésta disciplina, logre

habilidades teóricas y prácticas que complementen el saber académico individual, por ello, la

Universidad de Pamplona contribuye a que el estudiante realice la aplicación integral de todos

los conocimientos adquiridos en cualquiera de las áreas a trabajar y que, a su vez, obtenga el

componente práctico necesario que le ayude lograr y desarrollar adecuadamente su formación

profesional.
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 8

2. Descripción y caracterización del sitio de práctica profesional Clínica Veterinaria

de Pequeños Animales Mascovet S.A.S

La clínica veterinaria de pequeños animales Mascovet S.A.S (Figura 1) se encuentra

ubicada en la Av. 1 este #3-08 Barrio Ceiba, en la ciudad de Cúcuta en el departamento de Norte

de Santander y está bajo la dirección del Dr. Ramón Parada Médico Veterinario, especialista en

Cardiología, y la Dr. Claudia Guerrero Médico Veterinario, especialista en Dermatología.

Asimismo, la clínica cuenta con un equipo médico veterinario integrado por el Dr. John Báez

quién es el encargado del área de nefrología y ecografía, la Dra. Carla González Medica

Veterinaria encargada del área de anestesiología y hospitalización, el Dr. Julián Parra Médico

Veterinario encargado del área consulta general y laboratorio Clínico, el Dr. Daniel Rangel y la

Dra. Luz Marina Montañez encargado del área de consulta general. Se cuenta con la asistencia

de médicos veterinarios ocasionalmente como los Doctores Andrés Porras y Rut Paola García al

igual que el servicio especializado de otros médicos veterinarios, como el Dr. Fernando Rojas

especialista en acupuntura, quien presta sus servicios profesionales con el fin de garantizar una

mejor atención a los pacientes.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 9

Figura 1.

Clínica veterinaria Mascovet

Fuente: Autor, (2020)

La clínica ofrece servicio al cliente las 24 horas del día, con un portafolio amplio

relacionado con medicina general, consulta externa, medicina profiláctica, dermatología,

oftalmología, cardiología, nefrología, odontología, ecografía, laboratorio clínico, cirugía de

tejidos blandos, hospitalización canina y felina, también se cuenta con servicios de recepción,

guardería, farmacia, sala de Pet shop y peluquería.

La clínica veterinaria de pequeños animales Mascovet S.A.S gracias al convenio

establecido con la Universidad de Pamplona, ofrece el apoyo para que los pasantes cuenten con
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 10

un lugar capacitado en el cual realicen sus prácticas profesionales, dando un seguimiento idóneo

y una supervisión de calidad durante la participación en cada una de las actividades diarias como

lo son la atención en consulta, el apoyo en ecografías, la hospitalización y el acompañamiento en

cirugía.

3. Actividades realizadas y presentadas en la Clínica Veterinaria Mascovet

Dentro de las funciones prácticas establecidas en el periodo de pasantías, se realizaron

actividades diarias que incluyeron como punto de partida, la asistencia a los médicos veterinarios

en las labores de toma de muestras para PCR, cuadros hemáticos, coprológicos, bioquímicas

sanguíneas, raspados de piel, uroanálisis y el hisopado en oídos para el procesamiento de éstas;

Asimismo, se extendió la asistencia y apoyo en la medición de presiones sanguíneas, pruebas de

coagulación, glicemia, tiempo parcial de tromboplastina (TPT) tiempo parcial de protrombina

(TPT) y la ayuda durante la sujeción de pacientes para las tomas de radiografías y ecografías.

La clínica presenta diversidad de áreas en atención a los pacientes, una de ellas y la más

importante es el área de hospitalización en la cual se realizaron actividades de seguimiento

evolutivo del paciente en base a pruebas diagnósticas para evaluar la frecuencia respiratoria,

frecuencia cardíaca, grado de deshidratación, color de las mucosas, apetito e ingesta de líquidos,

pesaje, producción de orina, producción de materia fecal y toma de temperatura, para así

determinar la adecuada administración de medicamentos en la recuperación exitosa del paciente.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 11
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 12

4. Reporte de Caso. Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) en canino mestizo

de cinco años de edad.

4.1 Resumen

La enfermedad renal crónica (ERC) o glomerulonefritis se considera una patología

irreversible en la que la función y/o estructura del riñón cambia y disminuye gradualmente,

siendo así una de las principales causas de pérdida de proteínas y nefropatía en perros. Ésta

conduce a la pérdida continua de nefronas funcionales y es descrita como una enfermedad

recurrente que aqueja tanto a perros como a gatos, dando presencia de proteinuria la cual genera

una inducción de un proceso inflamatorio, evidenciando así, que pueden ser el causante de

generar apoptosis de las células de los túbulos produciendo un aumento de la presión sistémica y

glomerular. En el presente informe, se evidencia el caso clínico de un paciente canino con signos

claros de daño renal crónico, como presencia de hipertensión, perdida marcada de peso y

disminución del apetito; igualmente sintomatología asociada con vómitos, estados de letargia y

cuadros de deshidratación. Para determinar un diagnóstico específico se realizó al paciente un

examen clínico, sumado a un análisis hematológico y bioquímico y pruebas específicas como

parcial de orina y ecografía, arrojando como resultado una enfermedad renal crónica. Por ello, se

determinó la instauración de un tratamiento paleativo para control de síntomas, al no tener

evolución del animal los propietarios optaron por la eutanasia.

Palabras claves: glomerulonefritis, riñón, nefropatía, hipertensión

4.2 Abstract

Chronic kidney disease (CKD) or glomerulonephritis is considered an irreversible

pathology in which the function and/or structure of the kidney changes and gradually decreases,
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 13

thus being one of the main causes of protein loss and nephropathy in dogs. This leads to the

continuous loss of functional nephrons and is described as a recurrent disease that affects both

dogs and cats, giving presence of proteinuria which generates an induction of an inflammatory

process, thus evidencing that can be the cause of generating apoptosis of tubule cells producing

an increase in systemic and glomerular pressure. In the present report, it is evidenced the clinical

case of a canine patient with clear signs of chronic renal damage, such as presence of

hypertension, marked weight loss, decrease of appetite and nausea; equally symptomatology

associated with vomiting, states of lethargy and dehydration pictures. In order to determine a

specific diagnosis, the patient was subjected to a clinical examination, in addition to a

hematological and biochemical analysis and specific tests such as partial urine analysis and

ultrasound, resulting in a chronic renal disease. Therefore, it was determined the establishment of

a palliative treatment for symptom control, as the animal had no evolution, the owners opted for

euthanasia resulting in the death of the animal.

Keywords: glomerulonephritis, kidney, nephropathy, hypertension

4.3 Revisión de literatura

La enfermedad renal crónica (ERC) o glomerulonefritis se presenta con frecuencia en

perros y se considera una patología irreversible en la que la función y / o estructura del riñón

cambia y disminuye gradualmente (Perini, Del Ángel et al, 2018). Este cambio funcional se

puede encontrar en uno o ambos riñones y tiene una prevalencia a los tres meses (González y

Plazas, 2018); asimismo, la glomerulonefritis se considera una de las principales causas de

pérdida de proteínas y nefropatía en perros, la cual conduce a la pérdida continua de nefronas

funcionales, a la par que existen manifestaciones clínicas avanzadas que conducen a uremia y
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 14

posible muerte de los animales (Pinilla, Flórez y Da Silva, 2018). Por lo anterior, se considera

que la proteinuria inmersa en la glomerulopatía es una de las exposiciones clínicas más propias

del fallo en el proceso de filtración glomerular (Esquinas, 2020).

El objetivo principal del tratamiento para la insuficiencia es retrasar el daño, no obstante,

no detiene o elimina el daño causado por la insuficiencia renal. Asimismo, éste proporciona a los

pacientes una mejor calidad de vida puesto que brinda un mejor tratamiento y manejo de los

síntomas (Barreto, 2019).

Los riñones son órganos de fundamental importancia para el adecuado funcionamiento

del organismo, encontrándose involucrados en numerosas tareas que de verse alteradas resultaría

en un grave riesgo para la salud de los seres vivos, es debido a esto que se hace necesario

reconocer tanto su funcionamiento como sus principales características, dicha trascendencia es

reconocida por Verlander (2003), quien manifiesta la importancia de los riñones en funciones

como la homeostasis y la depuración de la sangre, la cual por medio de un filtrado realizado en

dichos órganos, hace posible eliminar sustancias de desecho que podrían resultar toxicas para el

organismo, entre las cuales pueden destacarse la urea, amoniaco, ácido úrico y la creatinina; por

medio de la excreción en la orina.

De igual manera ,Pérez (2013), afirma que los riñones cumplen varias funciones

específicas para el mantenimiento de la homeostasis, mencionándose la excreción de productos

de desecho por medio de la filtración del plasma, regulación del equilibrio hídrico, siendo el

único órgano con la capacidad de regular la perdida de agua, mantenimiento del equilibrio

electrolítico, al modificar la absorción de sodio, potasio, calcio y fosforo en respuesta a las


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 15

concentraciones variables de dichos electrolitos en el organismo, mantenimiento del equilibrio

acido básico.

Ya que la nefrona unidad funcional de los riñones posee varios mecanismos exclusivos

para este cometido, también dispone de funciones metabólicas como la desaminación y

descarboxilación de aminoácidos, junto con la glucogénesis, ya que el riñón puede almacenar

hasta un 10% del glucógeno del organismo, contribuyendo con el hígado a mantener la glicemia,

por último los riñones también son acreedores de una función endocrina, al sinterizar:

eritropoyetina, calcitriol, renina y Eicosanoides. Es debido a la inmensa variedad de funciones

que cumple el sistema renal, que se hace incuestionable la trascendencia y lo perjudicial que

puede resultan una enfermedad renal.

4.3.1 Anatomía de los Riñones

Los riñones son órganos pareados, de color marrón rojizo, en forma de frijol, con una

superficie lisa, ubicados debajo de la parte superior de la cavidad abdominal, a ambos lados de la

columna vertebral y a ambos lados del peritoneo posterior (Bobis, 2017).

El riñón derecho apunta en ubicación hacia la zona más craneal de la vértebra lumbar,

inmerso bajo la treceava hasta la tercera vertebra en donde se relaciona directamente en el polo

anterior del hígado con su fosa renal del lóbulo caudado, la rama derecha del páncreas y la

glándula adrenal. Seguidamente, el riñón izquierdo se relaciona directamente con el bazo en la

inmediación de la parte inferior de la segunda hasta la quinta vértebra lumbar, en una fracción

del estómago con su curvatura mayor continuo de la porción pancreática y la glándula adrenal

relacionándose dorsal, caudal y ventralmente la musculatura sublumbar contactando así con el

colon descendente y la pieza ascendente del duodeno (Dyce, Sack, y Wensing, s.f.).
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 16

Figura 2

Representación esquemática de un corte transversal del riñón y de la nefrona.

Fuente: Pérez (2013)

En relación a la estructura funcional de los riñones en el perro, Velásquez (2012)

menciona que el parénquima renal está constituido por una porción externa de color claro,

denominada corteza renal, la cual presenta un aspecto granuloso, mientras que su porción interna

más oscura es denominada medula renal, es en esta porción donde pueden distinguirse las

pirámides renales, estas se proyectan hacia la corteza por pequeñas formaciones que se van

ramificando de forma irregular para formar los lobulillos corticales, los cuales están formados en

una porción radiada catalogada como pirámides de Ferrerin, al igual que en otras especies su

unidad estructural es la nefrona, la cual está compuesta básicamente de: corpúsculos renales

formados por los glomérulos en la porción inicial de los túbulos renales, los cuales se conforman

de dos porciones de trayecto tortuoso, el proximal y el distal, junto con una porción rectilínea

nombrada túbulo renal recto o asa de Henle localizado en la porción medular, aparato

yuxtaglomerular localizado en el polo vascular de los glomérulos, células de mesangio ubicadas


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 17

entre las arteriolas eferente y aferente del glomérulo, por último la macula densa en la porción

del túbulo contorneado distal sobre el aparato yuxtaglomerular.

4.3.2 Enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica es una de las patologías más comúnmente encontradas en la

clínica diaria de pequeñas especies, siendo una enfermedad recurrente que aqueja tanto a perros

como a gatos, esto es corroborado por Browm (2007), quien afirma que la enfermedad renal

crónica es la patológica relacionada con el sistema renal más abundantemente diagnosticada en

el gato y en el perro, siendo su prevalencia global para el gato entre 1 y 3% y para el perro entre

el 1 y el 1.5%, es aún más frecuente en pacientes geriátricos, ya que inclusive un 35% de los

gatos y un 10% de los perros considerados de edad avanzada, pueden manifestar dicha

enfermedad en disimiles estadios.

Las causas iniciales que dan origen a esta enfermedad son numerosas y pueden ser muy

variables, según Cortadellas y Fernández (2012), muchas veces se hace imposible establecer cuál

fue la causa que originó la enfermedad renal en el paciente en un comienzo, debido la

variabilidad de las mismas, entre dichas causas se pueden mencionar a grandes rasgos:

enfermedades congénitas (amiloidosis, glomerulopatía y enfermedad renal poliquistica entre

otras), enfermedades infeccionas como el adenovirus tipo 1, enfermedades metabólicas,

neoplasias, obstrucciones del tracto urinario, fármacos, tóxicos como los metales pasados y

enfermedades inmuno mediadas; sin embargo, en muchos casos el descubrimiento y el

tratamiento de la enfermedad primera, resulta de gran ayuda para retrasar de una manera más

eficaz el desarrollo de la enfermedad renal, mejorando el pronóstico del paciente.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 18

Es importante mencionar que el síntoma o la consecuencia más característica que puede

evidenciarse en las etapas finales de esta enfermedad renal es la azotemia, la cual es definida por

Cortadellas y Fernández (2012), como una acumulación de productos nitrogenados de desechos

no proteicos en la sangre, elevando los valores de creatinina y urea, existen tres tipos diferentes

de azotemia: la prerenal, la renal y la postrenal; dependiendo de la etiología de la enfermedad.

4.3.3 Fisiopatología

La fisiopatología de la enfermedad renal crónica es un proceso que conlleva una serie de

pasos y está compuesta por varios tipos. Adams (2004), manifiesta que la persistencia de una

enfermedad renal primaria independientemente de su causa inicial, cuando se prolonga por

meses o incluso años, a la larga generará una azotemia y baja densidad urinaria, esto ocurre

debido a que cuando se produce una reducción superior al 75% de la masa funcional del riñón,

este será incapaz de concentrar debidamente la orina, ocasionando el síndrome de poliuria-

polidipsia y una retención de los productos nitrogenados.

Ware (2006), menciona que en un principio cuando ocurre un daño a nivel renal

consecuentemente a la reducción del número de nefronas funcionales, hace que las que no hayan

sufrido daño se hipertrofien de manera compensatoria, sin embargo, este proceso solo es

transitorio, en algún momento estas nefronas hipertrofiadas serán también incapaces de mantener

por si solas la función renal. Estos cambios compensatorios manifestados por las nefronas

hipertrofiadas, se relacionan estrechamente con el tamaño y el largo tanto de los segmentos

glomerulares como de los tubulares, así como también con un aumento de la perfusión y la

depuración de sangre que circula por los riñones, posteriormente debido a la sobrecarga sufrida

por estas nefronas hipertrofiadas, parte de ellas dejaran de ser funcionales, recargando el trabajo
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 19

en cada vez un número más reducido de nefronas, llevando inevitablemente a una insuficiencia

renal.

Según Elliot Lefebvre (2006), los daños ocurridos en la nefrona una vez que se desarrolla

el proceso de hipertrofia, se debe al aumento crónico de la presión capilar glomerular y del

caudal plasmático glomerular, los cuales dañan significativamente el endotelio, el epitelio y el

mesangio. Además de esto factores como la producción de matriz mesangial, el depósito

glomerular de los lípidos circulantes y la trombosis capilar; intensifican las lesiones estructurales

sufridas por el glomérulo. Respecto a los daños túbulo-intersticiales, el aumento de la

amoniogenesis tubular y una mineralización de los tejidos blandos, acrecientan enormemente el

daño sufrido por la nefrona, induciendo un cambio esclerótico.

Entre otras consecuencias relacionadas con el daño que están sufriendo progresivamente

las nefronas, Tryggvason y Petterson (2003), mencionan que la proteinuria puede generar la

inducción de un proceso inflamatorio, debido a la activación de citocinas inflamatorias en el

parénquima renal, ocasionando una fibrosis túbulo-intersticial, además existe evidencia de que

estas proteínas pueden ser las causantes de generar apoptosis en las células de los túbulos. Por

otra parte Lefebvre y Toutain (2004), argumentan que debido a alteraciones en el sistema renina

angiotensina aldosterona, se produce un aumento de la presión sistémica y glomerular, que tiene

un elevado potencial de fibrosis, esto finalmente ocasionara glomérulo esclerosis, que al igual

que la proteinuria persistente, agrava considerablemente los daños túbulo-intersticiales que para

este punto serán irreversibles, todo esto en conjunto intensifica y empeora el cuadro de

enfermedad renal crónica.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 20

4.3.4 Sintomatología

Los síntomas que pueden aquejar a un paciente con enfermedad renal crónica son

variados e inespecíficos, pudiendo afectar a diferentes sistemas o ser más o menos graves

dependiendo de la condición del paciente, así lo expresa Palender (2018), quien asegura que los

perros que sufren de enfermedad renal crónica, pueden incluso llegar a ser asintomáticos y esto

es consecuencia de la enorme capacidad de reserva que poseen los riñones, es debido a esta

situación que los síntomas clínicos no aparecerán hasta que gran parte de la masa renal se haya

deteriorado, y por lo tanto la presencia o no de sintomatología dependerá del momento en que se

efectué el diagnóstico. Sellarés (s.f.), afirma que según el progreso del daño a las nefronas

avanza, tiende a disminuirse la capacidad de concentración de los riñones, lo que genera que la

diuresis se vea aumentada con el objetivo de eliminar la carga de solutos, por consiguiente, el

primer síntoma en aparecer es la poliuria-polidipsia, una vez que el filtrado glomerular se ve más

reducido, aparece el síndrome urémico con síntomas característicos como: anorexia, náuseas y

vómitos. Muchos sistemas pueden ser afectados por esta patología y manifestar sintomatologías

en concordancia, este es el caso del sistema nervioso donde puede presentarse encefalopatía

urémica; el sistema hematológico donde puede manifestarse anemia, disfunción plaquetaria y

déficit inmunitario; sistema cardiovascular con hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca

congestiva; sistema digestivo con los típicos vómitos, anorexia e hiperinsulinemia; trastornos de

los electrolitos como hiperfosforemia, hipocalcemia entre otros, en conclusión a medida que se

agrava la condición del paciente, se van comprometiendo múltiples sistemas que generaran que

los síntomas sean aún más inespecíficos. Según Thangaraj et al. (2020), los síntomas clásicos

que pueden encontrarse en perros con enfermedad renal crónica son: pérdida del apetito,

disminución de la masa muscular, letargo, anorexia y cambios en los patrones de micción,


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 21

también se debe tener en cuenta que los resultados obtenidos a partir del examen físico pueden

variar según la progresión que haya tenido la enfermedad, pudiendo presentarse mucosas pálidas,

ulceras urémicas y mal aliento, de igual forma otros síntomas que pueden ser observados son

vómitos, diarreas, debilidad y dolor en la zona sublumbar.

4.3.5 Diagnóstico

Efectuar un diagnóstico correcto y con presteza es imperativo para el pronóstico del

paciente, pero para realizarlo se debe contar con ciertas ayudas diagnosticas que lo orienten

adecuadamente, Thagaraj et al. (2020), argumenta que para llevar a cabo un diagnóstico acertado

de las enfermedades renales se deben tener en cuenta la historia clínica, signos clínicos y un

minuciosos examen físico; para posteriormente confirmar las sospechas por medio de ayudas

diagnosticas como la ecografía abdominal, hemograma, pruebas bioquímicas y análisis de orina.

Ross (2008), enaltece la trascendencia de un diagnóstico temprano, afirmando que, debido a la

prevalencia de la enfermedad renal crónica en animales geriátricos, su detección debería ser parte

de los exámenes estándar en los chequeos rutinarios, también menciona que un diagnóstico de

dicha enfermedad puede estar basado independientemente en los hallazgos físicos o de

laboratorio, si se tiene en cuenta el historial del paciente, en donde se debe evidenciar que el

paciente ha padecido de una enfermedad renal persistentemente. La combinación en que se

presentan los síntomas también resulta importante, ya que se si observan síntomas como

síndrome polidipsia-poliuria y pérdida de peso, acompañados por unos riñones anormalmente

pequeños y anemia, resultaría en un fuerte antecedente que orientaría el diagnostico hacia esta

enfermedad. En lo referente a las ayudas diagnosticas enfocada a enfermedad renal crónica

Langston (2011), afirma que las pruebas ideales para iniciar son un cuadro hemático, perfil

bioquímico y análisis de orina; el perfil bioquímico debe incluir mediciones del BUN y la
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 22

creatinina, ya que son los marcadores clásicos para la tasa de filtración glomerular, es también

recomendable realizar medición de los electrolitos, donde uno de los hallazgos más frecuentes es

la hiperfosfatemia, las medición de las presiones arteriales también juega un papel importante en

el diagnóstico de esta enfermedad, debido a que la hipertensión es un síntoma frecuentemente

observado. Otra prueba de relevancia es la ecografía, donde pueden observarse diferentes

anormalidades en los riñones, adicionalmente pero menos implementadas en la clínica diaria

pueden mencionarse el urocultivo y la biopsia renal.

4.3.6 Estadificación de la enfermedad renal crónica.

Según lo manifestado por Elliott & Watson (2008), una vez que ha sido evaluado el

paciente y se ha emitido el diagnostico de enfermedad renal crónica, es posible determinar la

severidad de dicha enfermedad según criterios establecidos por la Sociedad Internacional de

Interés Renal (IRIS), para lo cual existe una tabla de clasificación (Figura 3) que tiene en cuenta

los valores de creatinina, dimetilarginina simétrica (SDMA), proteinuria y la presión arterial;

dicha tabla consta de un total de 4 estadios, según asciende su nivel de gravedad.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 23

Figura 3

Criterios para estadificación de la gravedad en la enfermedad renal crónica.

Nota: Parámetros para la determinación de la gravedad de la enfermedad renal crónica, los

rangos establecidos en la tabla deben compararse con los valores del paciente y según su posición en la

tabla se determinará en que estadio de la enfermedad se encuentra, siendo el estadio 1 el más leve y el

4 el de mayor gravedad. Fuente: Sociedad Internacional de Interés Renal (IRIS).

Fuente: Sociedad Internacional de Interés Renal (IRIS).

4.3.7 Tratamiento.

El tratamiento de la enfermedad renal crónica no está dirigido hacia corregir el problema,

lo que realmente busca es ralentizar el daño sufrido en los riñones y de esta forma mejorar las

condiciones de vida del paciente, para poder hacer esto posible la enfermedad debe ser tratada

desde diferentes ángulos y teniendo en cuenta varios factores, Browm et al., (2003) habla del uso

de inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina, como el enalapril y el benazepril,

estos son utilizados cotidianamente en el manejo de la enfermedad renal crónica, ya que además
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 24

de controlar la presión arterial y disminuir la presión sobre el glomérulo, también reducen los

niveles de proteinuria. Además de estos existen otros fármacos que favorecen el control de las

presiones arteriales como los bloqueantes de los canales de calcio (amlodipino) y los ß-bloqueantes

(atenolol, metoprolol). Debido a que la anemia es uno de los principales inconvenientes de este

padecimiento y siendo uno de los principales responsables de la muerte del paciente, Kerl y

Langston (2008), indican que la mejor alternativa para su tratamiento es la eritropoyetina, que ha

resultado eficaz para el manejo de la enfermedad renal crónica tanto en caninos como en felinos.

La gastroenteritis urémica es un problema secundario de vital importancia en las enfermedades

renales, es por esto que Sackett, Straus y Richardson (2000), indican que los tratamientos más

utilizados para contrarrestar sus síntomas son combinaciones de antagonistas H2, inhibidores de

la bomba de protones y diferentes antieméticos.

El manejo de la dieta también cumple un papel trascendental en el tratamiento de la

enfermedad renal crónica, Allen, Polzin & Adams (2000), mencionan que las dietas renales deben

contener una menor concentración proteica, menor contenido de fosforo y sodio, pero una mayor

cantidad fibra soluble, antioxidantes, ácidos grasos W-3 y vitaminas del complejo B; en la

actualidad existen gran cantidad de opciones en dietas comerciales renales para pacientes con

enfermedades renales crónicas, que cumplen con todos los requisitos para su tratamiento.

A manera de conclusión la Sociedad Internacional de Interés Renal (IRIS), ofrece un esquema

(Figura 4) con los protocolos establecidos para el tratamiento de la enfermedad renal crónica en

concordancia con el estado en que según su criterio de estadificación se podría encontrar el

paciente.
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 25

Figura 4

Protocolos para el tratamiento de la enfermedad renal.

Nota: Una vez establecido el estadio de la enfermedad renal crónica del paciente según los

parámetros establecidos por IRIS, puede seleccionarse en esta grafica el protocolo de tratamiento

adecuado para dicho estadio en específico.

Fuente: Sociedad Internacional de Interés Renal (IRIS).

4.4 Reseña del paciente

El día 25 de agosto de 2020 llega a la Clínica Veterinaria de Pequeños Animales

Mascovet, un paciente canino macho entero que responde al nombre de Steven, de raza mestiza,

con cinco años de edad y un peso de 17,8 kg; el paciente trae historia de Insuficiencia Renal

Crónica(IRC).
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 26

4.5 Anamnesis.

Canino macho de raza mestiza de cinco años de edad, ingresa con evidente pérdida de

peso, inapetencia, decaimiento, picos febriles y el propietario informa pérdida de masa

muscular.La historia clínica evidencia que hace un año estuvo en consulta por enfermedad renal

acompañada con hipertensión. Informa el propietario que hace aproximadamente nueve meses al

paciente no se le siguió medicando; últimamente ha venido ingiriendo pasto y hojas, pero sin

presencia de vómitos.

4.6 Examen del paciente.

El día 25 de agosto de 2020 ingresa el paciente Steven al área de hospital para realizar el

examen clínico correspondiente; hecho éste, la inspección general arrojó que el paciente

presentaba un estado de decaimiento con una condición corporal de 2,5 (Escala 1 a 5), mucosas

pálidas, tiempo de llenado capilar de 3 segundos, temperatura de 39.2°C, Las constantes

fisiológicas evidenciadas al ingreso del paciente se pueden observar en la Tabla 1. A la

auscultación una frecuencia cardiaca de ciento treinta y ocho (138) latidos por minuto y una

frecuencia respiratoria de treinta y ocho (38) respiraciones por minuto porcentaje de

deshidratación (DHS%) del 6 % y con un peso de 17.8 kg; Asimismo, realizada la toma de

presiones arteriales, se evidencia que el paciente presenta hipertensión, esta información se

presenta en la Tabla 2.
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 27

Tabla 1. Constantes fisiológicas

Constantes Fisiológicas Resultados Valores Normales


Temperatura 39,2 °C 38° - 39 °C
Frecuencia Cardiaca 135 lpm 120-140 lpm
Frecuencia Respiratoria 37 rpm 16-40 rpm
Mucosas RP Rosada
Tiempo De Llenado Capilar 3 Segundos 2 Segundos
Nota: Los valores resaltados en negrilla y subrayados, son datos fuera del rango.

Fuente: Autor, (2020)

Tabla 2. Presiones arteriales.

SIST DIAST MAP RH


(155- 135) (70-90) (137) (60- 180)
1 178 116 129 86
2 180 116 126 88
3 176 114 125 84
4 184 115 128 84
5 179 113 128 86
6 178 117 127 87
7 179 117 129 87
179 115 127 86

Nota: SIST: presión sistólica 155- 135, Diast: presión diastólica 70-90, MAP: presión arterial
media 137, FC: frecuencia cardiaca 60- 180. Los valores resaltados en negrilla y subrayados, son datos
fuera del rango.

Fuente: Autor, (2020)

4.7 Hallazgos clínicos.

Se evidencia al paciente con un marcado estado de deshidratación del 6%, presencia de

anorexia, decaimiento, mucosas pálidas, hipertensión, postración continua y debilidad en los


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 28

miembros, episodios de vómitos en las horas de la tarde, pérdida de masa muscular y por ende

pérdida de peso.

Listado de problemas encontrados:

 Hipertensión
 Anorexia
 Deshidratación 6%
 Decaimiento
 Inapetencia
 Vomito
 Pérdida de masa muscular
 Mucosas pálidas

4.8 Diagnóstico presuntivo

Para el diagnóstico presuntivo se tuvieron en cuenta diversos factores como lo son: el

historial del paciente, la anamnesis y la sintomatología, con la ayuda de los cuales se logró llegar

a una conclusión, para este caso en particular el diagnóstico presuntivo fue enfermedad renal

crónica (glomerulonefritis) respectivamente. En primera instancia se tuvo en cuenta el historial

clínico del paciente, en el cual se evidenciaba ya haber sido diagnosticado con enfermedad renal

crónica anteriormente, y contar con un tratamiento médico que debía de ser suministrado

regularmente. Sin embargo, el propietario manifestó haber interrumpido el tratamiento hace 9

meses, lo cual pudo haber sido un factor predisponente para el deterioro de la condición del

paciente y un nuevo desencadenamiento de los síntomas. La sintomatología observada en el

paciente concuerda con lo mencionado por Langston (2011), quien afirma que entre los primeros

síntomas que logran detectarse en la enfermedad renal crónica, son una disminución del apetito y

nauseas, que posteriormente vendrán acompañadas por vómitos, estados de letargia y cuadros de

deshidratación; en los exámenes físicos también es fácil encontrar pérdida de peso, junto con una
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 29

pérdida del tejido muscular. Roudebush, Polzin, y Shery (2009), argumentan que la anemia es

una condición relativamente común en la enfermedad renal crónica, pudiendo incluso contribuir

al agravamiento de la enfermedad a causa de la hipoxia, siendo esto una probable explicación

para la palidez de las mucosas observas en el paciente .De igual forma Stepien y Henik (2008),

afirman que la hipertensión arterial sistémica se ha documentado extensamente en lo

concerniente a enfermedades renales, tanto en perros como en gatos, síntoma igualmente

evidenciado en este caso.

4.9 Diagnósticos diferenciales

Debido a la inespecificidad de los síntomas que pueden ser observados en el paciente, son

varias las enfermedades que pueden ser confundidas o tomadas como diagnósticos diferenciales,

entre las más destacadas puede mencionarse el hipoadrenocorticismo, también llamado

enfermedad de Addison. Según Picazo (2003), esta patología también es conocida como “el gran

simulador” ya que los hallazgos clínicos son de un carácter muy inespecífico y comúnmente

encontrados en muchas otras enfermedades, entre ellas las patologías de índole renal, los

síntomas más comunes son: letargia, anorexia, vómitos, diarrea, debilidad, perdida ponderal,

escalofríos, dolor abdominal y deshidratación; todo esto puede ser acompañado con síndrome

polidipsia-poliuria y bradicardia. Granados, Martínez y Galindo (2010), afirman que

característicamente la enfermedad de Addison cursa con anormalidades electrolíticas,

especialmente la combinación hiperkalemia-hiponatremia, sin embargo, dichas anormalidades no

fueron observadas en este caso clínico y esta patología tendió a descartarse.

Debido a que varios de los síntomas observados tienen una relación con la función

gastrointestinal, es posible orientar el diagnostico hacia patologías que involucren dicho sistema,

siendo este el caso de la enteritis crónica linfoplasmocitaria, dicho diagnóstico diferencial se

encuentra también corroborado por la cronicidad de la sintomatología observada en el paciente.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 30

MacTavish (2002), menciona que los síntomas evidenciados en esta enfermedad son variables,

sin embargo, los más comúnmente encontrados son vómitos, diarreas, pérdida de peso y la

alteración del apetito; muchas veces también acompañados de dolor abdominal, síntomas que

pueden presentarse tanto de manera conjunta como individual. Según García et al. (2006), para

un adecuado diagnóstico de este padecimiento, se debe llevar a cabo un protocolo de exclusión,

que finalizara con el hallazgo de evidencia histológica de infiltrado inflamatorio de linfocitos y

células plasmáticas en la mucosa del intestino delgado, no obstante, esto no fue necesario para

este caso, ya que esta patología no explica de manera satisfactoria varios de los síntomas

manifestados por el paciente, como lo es la hipertensión, así como tampoco concuerda con el

historial clínico del mismo.

La fiebre, el vómito y la anorexia son síntomas que pueden encontrarse conjuntamente en

disimiles tipos de patologías, siendo este el caso de la pancreatitis canina. Gascón y Aceña

(2001), mencionan que los síntomas que principalmente pueden encontrarse en esta enfermedad

son: fiebre, vomito, náuseas, diarrea y anorexia; en muchos casos el único síntoma o el motivo

de consulta es un dolor abdominal. Según Uribe (2015), para realizar el diagnostico de esta

enfermedad, uno de los métodos que muestran una mayor especificidad es la medición de la

lipasa pancreática especifica canina, la cual ayudaría a confirmar o descartar este padecimiento,

sin embargo, esta prueba no fue necesaria para este caso en particular, ya que a pesar de que el

paciente presentaba varios de los síntomas que se pueden encontrar en esta patología, carecía de

algunos muy representativos como lo es el dolor abdominal, de la misma forma, este diagnóstico

no era compatible con otros síntomas evidenciados en este caso clínico, como la hipertensión.
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 31

4.10 Herramientas diagnósticas

Se indicó al propietario practicar pruebas diagnósticas; entre ella se solicitó, cuadro

hemático. Para la evaluación de ítems como glóbulos blancos, glóbulos rojos, proteínas

plasmáticas y recuento de plaquetas (Tabla 3); parcial de orina y test de héller (Tabla 4);

bioquímica sanguínea para valorar urea, creatinina, proteínas totales, albúminas, nitrógeno ureico

en sangre (BUN) y electrolitos (Tabla 5); ecografía abdominal (Figura 7).

Tabla 3. Cuadro hemático

Hemograma Resultado Valor de referencia


Hematocrito 26 % 37-54%
Hemoglobina 8,5 gr/dl 12-18%
leucocitos 13,000 X mm3 6000-15000 x mm3
Formula diferencial Valor relativo Valor absoluto Valor relativo Valor absoluto
Neutrófilos 83% 10,790 60-75% 3500-9000
Eosinofilos 0% 0,000 2-10% 100-1500
Linfocitos 17% 2,210 12-30% 700-4500
Monocitos 0% 0,000 3-9% 180-1400
Bandas Raros Menor 700
Plaquetas 260,000 mm3 200000-390000 mm3
Glóbulos rojos: hipocromía: +

Glóbulos blancos: neutrofilia

Plaquetas :morfología normal


Proteínas plasmáticas
Proteínas plasmáticas 8,9 gr/dl Cachorros 4,0-5,8 gr/dl

Adultos : 6,0-7,8 gr/dl


Nota: Los valores resaltados en negrilla y subrayados, son datos fuera del rango.

Fuente: Mascovet, (2020)


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 32

En los resultados del cuadro hemático pueden evidenciarse varias anormalidades,

mencionándose una anemia marcada, leucocitosis leve por neutrofilia e hiperproteinemia, así

como valores bajos de hemoglobina. El aumento relativo de la concentración de las proteínas

plasmáticas en sangre es probablemente una de las consecuencias del estado de deshidratación en

que se encuentra el paciente. Según Browm (2007), en los pacientes diagnosticados con

enfermedad renal crónica, el motivo de mayor relevancia para la presentación de la anemia, es la

reducción de la capacidad para sinterizar eritropoyetina, siendo esto una consecuencia directa de

la perdida de nefronas funcionales y suele darse en casos de gravedad moderados a severa. La

evaluación de los niveles de glucosa dio como resultado 97 mg/dl, lo cual según Cook (2012), se

encuentra dentro de los rangos normales para caninos, siendo 60-100 mg/dl.

Tabla 4. Parcial de orina.

Valor 25/08/20 Valor 29/08/20 Valor 01/09/20 Valor de referencia


Bilirrubina - - - (-)
Urobilinogeno - - - (-)
Cetonas - - - (-)
Glucosa - - - (-)
Proteínas +++ +++ +++ (-)
sangre + + ++ (-)
pH 5 5 5 (5)
Nitritos - - - (-)
Leucocitos - - - (-)
Densidad 1012 1015 1020 (≥ 1030)
Ácido ascórbico - - - (-)
Test de héller + +++ + (-)
Nota: Los valores resaltados en negrilla y subrayados, son datos fuera del rango.

Fuente: Mascovet, (2020)


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 33

El análisis químico de la orina se realiza con una tira reactiva Combi Screen® VET 11

PLUS, donde dicha tira se introduce a un tubo de ensayo que contiene la orina y se deja allí 60

durante segundos, para posteriormente proceder a realizar la lectura visual de la misma,

obteniendo los resultados expresados en la Tabla 4.

Se implementaron varios exámenes de orina con el objetivo de realizar un adecuado

seguimiento al estado del paciente, en total se hicieron 3 análisis los días 25, 29 de agosto y 1 de

septiembre, los 3 exámenes mostraron resultados similares, sin un notable cambio en la

condición del paciente. El pH de la orina se mantuvo en valores de 5 a lo largo de los 3

exámenes, se hallaron entre los parámetros normales. En todos los exámenes realizados se

observaron resultados positivos para la presencia de proteínas en orina, sin una variación notable

de su proporción expresada en el test durante ninguno de los análisis. Según Elliot Y Grauer

(2007), la proteinuria es patológica cuando su aparición es persistente, y puede considerarse

como tal cuando se detecta dos veces o más a lo largo de un periodo entre 2 a 4 semanas, siendo

esto un claro marcador clínico de la existencia de enfermedad renal crónica.

De igual forma se evidenció un resultado positivo para la presencia de sangre en la orina,

con únicamente un aumento en su concentración al final del seguimiento, Fernández (2010),

argumenta que en las glomérulo-nefritis crónicas independientemente de su etiología, suelen

cursar típicamente con hematuria y proteinuria, que tienden a ir progresando una vez que el daño

ha sido instaurado. Por último, la densidad urinaria auménto proporcionalmente a lo largo del

seguimiento en base a los test de orina, arrojando como resultado del primer análisis una

densidad de 1012, del segundo 1015 y finalmente de 1020 para el ultimo test. Según Cortadellas

y Fernández (2012), en animales que presenten densidades por debajo de 1030 de manera

persistente, siempre debe sospecharse de enfermedad renal, ya que la densidad urinaria normal
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 34

en un perro debe ser mayor a 1030, y cuando se encuentra en valores entre 1012 y 1030 puede

denominarse como una orina mínimamente concentrada, lo cual indica que la función tubular

esta por lo menos parcialmente conservada, pudiéndose encontrar tales valores tanto en animales

sanos como en pacientes con enfermedad renal crónica, especialmente en aquellos que tienen

cierto grado de deshidratación. Adicionalmente Heine y Lefebvre (2007), aseguran que en

animales con enfermedad renal crónica se producirá una pérdida progresiva de la capacidad para

concentrar eficazmente la orina, esto tiende a presentarse cuando 2/3 de la masa renal funcional

se pierde, estas alteraciones de la densidad urinaria generalmente anteceden la aparición de la

azotemia.

Se implementó el test de héller un total de 3 veces en el seguimiento del paciente, dando

resultados positivos similares en todos los test efectuados. Para su realización se introdujo

aproximadamente 1 ml de ácido nítrico concentrado en un tubo de ensayo, posteriormente se

adiciono 1 ml de orina dejando que se deslice por las paredes del tubo inclinado, en caso de

haber proteínas estas formaron un anillo blanquecino algodonoso en la interface de la orina y el

ácido nítrico, la espesura del anillo dio una idea subjetiva de la cantidad de proteínas presentes

en la orina. El objetivo de la realización de este test, fue la confirmación de la proteinuria, que

como ya se mencionó anteriormente, es un signo típico de las enfermedades renales,

especialmente de las glomérulo-nefritis.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 35

Tabla 5. Bioquímica sanguínea

Analito Unidad Resultado Resultado Resultado Resultado Resultado Resultado Valor de


25/08/20 26/08/20 27/08/20 28/08/20 29/08/20 03/09/20 referencia
Crea mg/dl 9,06 9,99 8,69 7,97 7,69 16,57 0,40-1,40
Bun mg/dl 119,4 - - 140,0 189,7 255,4 9,2-29,2
Bun/crea 13,2 - - - 24,7 15,4 4,0-27
Alb mg/dl - 2,8 - - - - 2,6-4,0
Ca mg/dl - 12,7 - - - - 9,3-12.1
Na mEq/l - 149 - - - - 141-152
K mEq/l - 4,7 - - - - 3,8-5,0
CL mEq/l - 119 - - - - 102-117
Na/K - 31,7 - - - - 27,0-40,0

Nota: Resultados obtenidos a partir de la bioquímica sanguínea y medición de los electrolitos. Los valores resaltados en negrilla y

subrayados, son datos fuera del rango.

Fuente: Mascovet, (2020)


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 36

Se realizó un seguimiento diario de la condición del paciente a base de mediciones de la

bioquímica sanguínea teniendo en cuenta los valores de BUN y creatinina, a su vez se efectuó

una medición de los principales electrolitos para establecer el estado en que se encontraba el

paciente al inicio de la hospitalización. En total se evaluaron los niveles de creatinina

diariamente a lo largo de una semana, el primer día los valores fueron de 9,06 mg/dl, valor que

descendió progresivamente hasta el quinto día de hospitalización llegando a 7,69 mg/dc, sin

embargo, al sexto día los valores se vieron drásticamente elevados hasta alcanzar los 16,57

mg/dl, según Craig et al (2006), los rangos de los valores de creatinina en los perros pueden estar

entre los 0,48 a 1,82 mg/dl dependiendo del tamaño del paciente, estando los ejemplares menores

de 10 kilos en un rango entre 0,48 a 1,02 mg/dl, mientras que los perros superiores a los 45 kg

están en un rango entre los 0,88 a 1,82 mg/dl. Adicionalmente Braun, Lefebvre y Watson (2003),

aseguran que los valores de creatinina pueden verse incrementados en casos donde el paciente

presente una deshidratación mayor del 5%, pero este aumento no tiene por qué ser proporcional

al grado de deshidratación. Debido a su gran importancia en este tipo de patologías los niveles de

la creatinina pueden ser utilizados como base para la estatificación de la enfermedad renal

crónica en el paciente. Según Elliott y Watson (2008), la gravedad de la enfermedad renal

crónica puede ser determinada en base a de los criterios establecidos por Sociedad Internacional

de Interés Renal (IRIS), cuyo sistema de clasificación distingue 4 estadios según la

concentración de creatinina, para este caso en particular se atribuirá un estadio IV, siendo este el

estadio de mayor gravedad de la escala y que está reservado para los pacientes que manifiesten

valores de creatinina superiores a 5 mg/dl, generalmente estos valores están acompañados o

reflejan azotemia severa, signos clínicos en relación con la perdida de la función renal, así como

algunos síntomas extrarrenales.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 37

Como parte de la bioquímica sanguínea se realizaron mediciones periódicas del BUN, la

primera medición se realizó el primer día de hospitalización cuyo valor fue de 119,4 mg/dl,

posterior a esto se realizaron tres mediciones más los últimos 3 días de hospitalización, los

valores en el primero de estos tres días manifestaron una mejoría descendiendo a 140 mg/dl. Sin

embargo, los dos días siguientes los valores aumentaron progresivamente hasta llegar a 255,4

mg/dl. Según Cortadellas et al (2012), algunas de las posibles razones de que los niveles de urea

aumenten es la disminución de la tasa de filtración glomerular y la deshidratación, a razón de

aumentar tanto la especificidad como la sensibilidad de la función de la urea como marcador de

la tasa de filtración glomerular, es imperativo que se determine junto con los valores de

creatinina, ya que un incremento en la concentración de ambos parámetros posiblemente implica

que se ha perdido un mínimo del 75% de la masa renal funcional.

Varios electrolitos se tomaron en consideración para establecer la condición del paciente,

midiéndose los niveles de calcio, potasio, sodio y cloro, respectivamente. Los resultados

obtenidos fueron normales a excepción del calcio y el cloro, que manifestaron niveles levemente

altos, según Gerber, Hassig y Reusch (2003), el calcitriol ejerce una retroalimentación negativa

sobre la secreción de PTH, sin embargo, en pacientes de enfermedad renal crónica al presentarse

una retención patológica del fosforo, se disminuye en consecuencia la actividad de la enzima 1ª-

hidroxilasa, la cual es requerida para la hidroxilacion del 25-hidroxicolecalciferol en calcitriol,

por ende, al reducirse la concentración de calcitriol aumenta la secreción de PTH, y según

Cunningham, Locatelli y Rodriguez (2011) la consecuencia final de estas anomalías es un

aumento indiscriminado de la PTH, acompañado de una hiperplasia difusa paratiroidea, y cuando

estas condiciones son muy prolongadas aparecerán células paratiroideas monoclonales que dan

lugar a una hiperplasia nodular, en donde se presentara una marcada reducción de los receptores
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 38

de calcio y vitamina D, haciendo que la producción de PTH se genere de manera autónoma,

propiciando frecuentemente la hipercalcemia e hiperfosforemia. En lo referente al cloro,

Fernández et al. (2019), argumenta que la acidosis metabólica que generalmente acompaña a la

enfermedad renal crónica, presenta niveles de cloro normales, pero existen pacientes que en los

estadios iniciales de la enfermedad relacionados tanto con patologías túbulo-intersticiales como

glomerulares primarias, pueden presentar acidosis metabólica con hipercloremia e incluso

algunos permanecen en esta condición hasta estadios avanzados de la enfermedad renal crónica.

Como última prueba diagnóstica se realizó una ecografía abdominal (Figura 7), dicho

procedimiento resulta de vital importancia para el diagnóstico de las enfermedades renales. Los

hallazgos de mayor relevancia encontrados durante la ecografía del paciente estuvieron

estrechamente relacionados con los riñones, mencionándose de la siguiente forma; Riñón

izquierdo: tamaño adecuado; diámetro longitudinal aproximado de 6.78 cm, relación cortico

medular alterada 1: 2 (0.79: 0.39) aumento en tejido cortical y la ecogenicidad cortical, bordes

levemente irregulares. Relación nefro aortica 6.7., normo irrigado. Al Doopler color, no se

evidencian signos de hidronefrosis. Riñón Derecho: aproximado de longitud renal 7.2 cm,

relación cortico medular igualmente alterado, se evidencia aumento en la ecogenicidad y relación

cortical, no se evidencian signos de hidronefrosis. Índice de resistencia arteria arcuata 0.75.

Suarez et al. (2015), argumentan que ecográficamente en la enfermedad renal crónica, resulta

frecuente observar los riñones con tamaños pequeños o irregulares, junto con un

hiperecogenicidad cortical, y alteraciones en la distinción cortico medular, sin embargo, puede

no existir una correlación entre los hallazgos ecográficos y la disfunción renal.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 39

Figura 5.

Ecografía abdominal realizada a paciente con diagnóstico de enfermedad renal crónica.

Nota. Ecografía riñón izquierdo (A), Ecografía riñón derecho (B), visualización de Glomérulo (GM),

arteria renal (AR) y arteria aortica (AO) (C), visualización de arteria renal derecha (ARD) y arteria aortica

(AOD) (D).

Fuente: Mascovet, (2020)

Para la consolidación de un diagnóstico definitivo se tuvieron en cuenta una variedad de

factores como lo son: historial clínico, anamnesis, sintomatología y herramientas diagnosticas;

en primera instancia en el historial clínico del paciente se evidenciaba ya haber sido

diagnosticado con enfermedad renal crónica anteriormente y contar con un tratamiento previo,

sin embargo, entre los datos obtenidos durante la anamnesis se menciona que el propietario

admite haber dejado de suministrar el tratamiento al paciente, lo que pudo propiciar un deterior

del estado de salud del mismo y el desencadenamiento nuevamente de la sintomatología, que


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 40

según lo mencionado anteriormente, concuerda con un cuadro clínico de enfermedad renal

crónica.

Se realizaron pruebas diagnósticas orientadas a la confirmación de este diagnóstico y a

descartar otras posibles afecciones, el cuadro hemático arrojo como resultado una anemia

marcada, la cual corroboraba el diagnostico presuntivo, de igual forma entre los hallazgos más

representativos del análisis de orina se encontraban la proteinuria, la hematuria y anomalías en la

densidad urinaria, todos manifestaciones típicamente encontradas en la enfermedad renal

crónica, especialmente en la glomerulonefritis. Los resultados del perfil bioquímico del paciente

demostraron elevados niveles de BUN y creatinina en sangre, lo cual es un marcador

cotidianamente usado para llegar al diagnóstico mencionado, la medición de los electrolitos

mostro cambios leves en sus concentraciones, por último, los resultados obtenidos a base de una

ecografía abdominal, demostraban anomalías en la estructura de los riñones. Gracias a los datos

y resultados alcanzados en las todas pruebas diagnósticas, se logró concluir con el diagnóstico

definitivo de enfermedad renal crónica (glomérulo-nefritis).

4.11 Aproximación terapéutica.

4.11.1 Procedimiento intrahospitalario

Durante el tiempo de hospitalización, el paciente recibió tratamiento terapéutico para

brindar así la pronta recuperación del paciente, el tratamiento instaurado se observa en la Tabla

6.
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 41

Tabla 6. Tratamiento intrahospitalario

Medicamento Dosis Vía de administración Frecuencia

Omeprazol 0,7mg/kg Intravenoso 24 horas durante 7 días

Telmisartan ¼ tableta[80mg] Oral 24 horas durante 2 días

Ondansetron 0,3mg/kg Intravenoso *

Vitamina C O,5ml Intravenoso 24 horas durante 7 días

Dexametasona 0,2mg/kg Intravenoso 12 horas durante 5 días

Fluimucil 20mg/kg Intravenoso 24 horas durante 1 día

Cloruro de
2ml Intravenoso 24 horas durante 1 día
potasio

Nota. *Ondansetron se administra vía intravenosa con una frecuencia de 12 horas por presencia de

episodios de vómitos.

Fuente: Mascovet, (2020)

El día 31 de agosto de 2020 se da salida voluntaria del paciente Steven a petición del

propietario, se determinó la instauración de un tratamiento paleativo para control de síntomas,

con formula médica a base de:

1. Telmisartan tableta de 80 mg, usado como antihipertensivo, ayuda a controlar la presión


arterial alta (hipertensión) en el animal.

Administrar vía oral ¼ de tableta cada 24 horas, hasta nueva indicación medica

2. Prednisolona tabletas de 20 mg, usado como corticoide por el proceso inflamatorio que

se produce en el glomérulo

Administrar vía oral ¼ de tableta cada 12 horas por 5 días inicialmente

3. Omeprazol capsulas de 20 mg, ayuda como protector gástrico.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 42

Administrar vía oral 1 capsula cada 24 horas por 10 días inicialmente, administrar

después de comida.

El 3 de septiembre llega nuevamente el paciente Steven con un diagnostico

desfavorable, ya que no presento mejoría los propietarios recuren a la aplicación de la

eutanasia.

4.12 Discusión

Se procedió a realizar el seguimiento de un caso clínico, el cual fue el de un canino

macho llamado Steven, de raza mestiza con 5 años de edad y con un historial clínico de

enfermedad renal crónica. El paciente fue llevado a consulta debido a que había perdido mucho

peso y presentaba inapetencia. Se efectuó el examen físico, con el cual se obtuvieron ciertos

hallazgos clínicos presentados por el paciente, entre los cuales se mencionan: postración,

debilidad en los miembros, anorexia, fiebre, deshidratación, decaimiento, inapetencia, pérdida de

masa muscular, mucosas pálidas e hipertensión; todo esto acompañado con episodios de vómitos

registrados el mismo día que ingreso a consulta. Todos los síntomas concuerdan con lo

expresado por Langston (2011), quien argumenta que los primeros síntomas en presentarse en la

enfermedad renal crónica son la disminución del apetito y las náuseas, seguido de vómitos,

letargia, deshidratación, perdidas de peso y de tejido muscular, sin embargo, está en contra de lo

anunciado por Sellares (s.f.), quien asegura que el primer síntoma en aparecer es el síndrome de

poliuria-polidipsia, el cual no se manifestó en el paciente, sin descartar la posibilidad de que

haya sido pasado por alto por los propietarios en los estados menos avanzados de la enfermedad.

Un síntoma evidenciado en el paciente y que debe tener especial atención, es la hipertensión, ya

que es uno de las consecuencias principales de la enfermedad renal crónica, esto es corroborado

por Stepien y Henik (2008), quienes mencionan que la hipertensión arterial sistémica está
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 43

ampliamente referenciada en cuanto a enfermedades renales en perros, y por Sellares (s. f.),

quien afirma que entre los muchos sistemas que pueden verse afectados por esta enfermedad está

el sistema cardiovascular y su principal manifestación es la hipertensión, Thangaraj et al. (2020),

también sostiene que los síntomas clásicos de la enfermedad renal crónica son los anteriormente

mencionados y evidenciados en el paciente, pero añade que la sintomatología observada durante

los exámenes físicos puede variar según la progresión que haya tenido la enfermedad.

Teniendo en cuenta el historial, la anamnesis y el examen físico del paciente, se optó por

un diagnostico presuntivo de enfermedad renal crónica, coincidiendo con lo mencionado por

Thagaraj et al. (2020), quien argumenta que estos son los tres factores que se deben tener en

cuenta para obtener un diagnóstico rápido y acertado de esta enfermedad, que luego se

confirmára con las pruebas diagnósticas; Ross (2008), también apoya la importancia de un

diagnóstico temprano y asegura que dicha enfermedad puede ser presumiblemente diagnosticada

basándose en los hallazgos físicos cuando en el historial del paciente se evidencia que ha

padecido de una enfermedad renal persistente, como ocurre en este caso.

Para la confirmación del diagnóstico presuntivo se requirió la utilización de ayudas

diagnósticas, las cuales fueron seleccionadas de acuerdo a las conclusiones obtenidas a partir del

examen físico y el historial clínico del paciente, dichas pruebas fueron: cuadro hemático,

bioquímica sanguínea, parcial de orina, medición de electrolitos y ecografía, esto concuerda con

lo anunciado por Thagaraj et al. (2020) y Langston (2011), quienes afirman que la

implementación de estas cinco pruebas son la base para consolidar el diagnóstico de enfermedad

renal crónica. Los resultaros observados en el cuadro hemático evidenciaron una anemia

marcada, lo cual afianzo el diagnostico presuntivo, ya que esto armoniza con lo comunicado por
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 44

Browm (2007), Ross (2008) y Roudebush, Polzin, y Shery (2009), quienes coinciden en

establecer a la anemia como uno de los síntomas característicos de la enfermedad renal crónica

en estados avanzados.

El parcial de orina arrojó tres resultados reveladores que fortalecían el diagnostico

propuesto, siendo: proteinuria, baja densidad urinaria y hematuria. Elliot y Grauer (2007),

confirman que la proteinuria es un marcador claro de la enfermedad renal crónica. Fernández

(2010), coincide con esto y además añade que junto con la hematuria son signos que cursan

típicamente con las glomérulonefritis crónicas, armonizando finalmente con lo dicho por Equinas

(2020), quien sostiene que la proteinuria es una de las exposiciones clínicas más propias del fallo

en el proceso de filtración glomerular. La baja densidad urinaria fue otro hallazgo importante que

acrecentaba las bases del diagnóstico definitivo, ya que según Adams (2004), es una

consecuencia de una enfermedad renal primaria persistente, una vez que el riñón ha perdido el

75% de su capacidad y pasa a ser un problema crónico. Cortadellas y Fernández (2012),

comulgan con esta afirmación mencionando que las densidades bajas siempre deben traer

sospechas de enfermedades renales, ya que pueden presentarse tanto en animales sanos, como en

animales con enfermedades renales crónicas. Heine y Lefebvre (2007), también mencionan que

normalmente las bajas densidades urinarias anteceden a la azotemia, condición que se vió

reflejada en este caso.

De la bioquímica sanguínea se obtuvieron valores variables de BUN y creatinina, que

primero tendieron a bajar y luego aumentaron drásticamente, sin embargo, siempre estuvieron

muy por encima de los estándares normales; estos son los marcadores más típicamente usados

para el diagnóstico de las enfermedades renales y sus valores elevados son una prueba decisiva
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 45

en su dictamen, coincidiendo con lo manifestado por Langston (2011), quien argumenta que el

BUN y la creatinina son los marcadores clásicos para evaluar la tasa de filtración glomerular,

concordando con esto Elliott yWatson (2008), indican que la gravedad de la enfermedad renal

crónica puede ser determinada según los valores de creatinina de acuerdo con criterios

establecidos por Sociedad Internacional de Interés Renal (IRIS), Cortadellas et al (2012),

también menciona que los niveles de urea posiblemente aumenten por la disminución de la tasa

de filtración glomerular y que al estar aumentados tanto el valor de creatinina como de BUN,

probablemente implica que se ha perdido un mínimo del 75% de la masa renal funcional.

Respecto a los electrolitos no se vieron anormalidades realmente significativas a excepción de

valores levemente aumentados en el cloro y el calcio, coincidiendo parcialmente con lo

mencionado por Cunningham, Locatelli y Rodriguez (2011), quienes sostienen que las

enfermedades renales crónicas pueden cursar con hipercalcemias, sin embargo, también

mencionan que junto con esto habrá hiperfosforemia, electrolito que no fue evaluado en este

caso, en relación con el leve aumento del cloro Fernández et al. (2019), dice que en algunos

casos los pacientes pueden presentar hipercloremia en estados avanzados de esta enfermedad.

Los principales hallazgos encontrados en la ecografía para ambos riñones fueron: bordes

irregulares relación cortico medular alterada, aumento del tejido cortical y de la ecogenicidad

cortical; dichos hallazgos terminan de afianzar el diagnóstico de en enfermedad renal crónica,

sustentándose en lo mencionado por Suarez et al. (2015), quien menciona que, en las

enfermedades renales crónicas, con frecuencia se ven riñones con bordes irregulares,

hiperecogenicidad cortical y alteraciones de la distinción corticomedular.

Debido a la crítica condición del paciente, este debió ser ingresado y ser tratado de

manera intrahospitalaria, lo primero fue la rehidratación intravenosa del paciente utilizando


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 46

lactato de Ringer, lo que coincide con Polzin, Osborne y Ross (2005), quienes argumentan que

pacientes con alteraciones clínico-patológicas que cursan con deshidratación es imperativo la

suplementación adicional de fluidos, sin embargo, argumenta que el mejor modo de

suplementación es la administración subcutánea. Contradiciendo lo realizado en este caso,

Roudebush et al. (2010), también confirma que una buena opción es el lactato de Ringer, pero

advierte que un uso muy prolongado, podría causar hipernatrmia. Para el manejo de los síntomas

gastrointestinales se implementó el uso de ondansetron, omeprazol y sucralfato, esto se apoya

con lo dicho por Sackett, Straus y Richardson (2000), quienes indican que las combinaciones de

antagonistas H2, inhibidores de la bomba de protones y diferentes antieméticos; son el

tratamiento indicado para contrarrestar síntomas gastrointestinales. Se implementaron

antioxidantes como la vitamina c y el N-acetilcisteína, esto lo revalida Browm (2008), quien

asegura que los antioxidantes tienen efectos renoprotectores. Para el control de la hipertensión se

manejó telmisartán, Cortadellas & Fernández (2012), están de acuerdo con que los animales con

presión arterial sistólica superior o igual a 160 mmHg y presión arterial diastólica superior o

igual a 100 mmHg, como es el caso de este paciente, deben ser tratados con antihipertensivos.

Por ultimo como suplemento electrolítico se aplicó potasio, esto puede resultar controversial, ya

que estudios realizados por Segev et al. (2010), indican que hasta un 47% de los perros con

enfermedad renal crónica, pueden sufrir de episodios de hiperpotasemia, por otro lado, Polzin,

Osborne y Ross (2008), aseguran que en las enfermedades renales crónicas es importante

controlar los niveles de potasio de 3,5- a 5,5 mEq/L.

4.13 Conclusiones

Puede concluirse que cuando se habla de enfermedades renales, el examen físico y la

anamnesis adquieren una especial importancia, ya que al combinarse con el historial clínico, en
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 47

muchas ocasiones permite al profesional hacer un diagnóstico rápido y certero sobre el tipo de

patología que está experimentando el paciente, lo cual resulta invaluable en el pronóstico de la

enfermedad renal crónica, ya que entre más pronto se instaure un tratamiento adecuado, más

posibilidades tiene el paciente de recuperación, al no buscarse tanto la corrección del daño renal,

como si su ralentización.

Seleccionar las pruebas diagnósticas adecuadas según los resultados de los exámenes

generales, es una pieza fundamental que pone a prueba los criterios del profesional para

confirmar un diagnóstico correcto con el menor número de pruebas, pero que resultan más

significativas, En el caso de la enfermedad renal crónica, se deben tener muy en cuenta los

valores de creatinina y BUN, así como los resultados obtenidos en el parcial de orina, los cuales

pueden consolidar o descartar este diagnóstico.

En el tratamiento de pacientes con enfermedades renales crónicas, se debe tener presente

una gran cantidad de factores, ya que debido a esta enfermedad muchos sistemas pueden verse

alterados y por consiguiente se deben contrarrestar gran variedad de síntomas, especialmente

gastrointestinales y circulatorios. Sin embargo, la estabilización del paciente es solo una parte de

dicho tratamiento, también hay que tener en cuenta el proceso patológico que están sufriendo los

riñones, que en la mayoría de las ocasiones es irreversible, es por esto que, para mantener la

calidad de vida del paciente, se buscar prolongar lo mayor posible la funcionalidad renal.

Como conclusión final puede afirmarse que a pesar de tener un diagnóstico correcto e

implementar un tratamiento adecuado, no siempre es posible ofrecer un pronóstico favorable, ya

que en ocasiones los pacientes presentan un estado tan avanzado, que es muy poco lo que se

puede hacer para mejorar su calidad de vida, terminándose sus opciones de tratamiento. Resulta
Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 48

fundamental que los propietarios estén comprometidos con el tratamiento y cuidado del paciente,

o cualquier esfuerzo resultara en vano.


Enfermedad renal crónica (glomerulonefritis) 49

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