Las Emociones y Los Sentimientos

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Las emociones y los sentimientos

Las emociones son uno de los tipos de procesos mentales que reflejan la actitud de una
persona hacia sí misma y hacia el mundo que la rodea. Estas se encuentran estrechamente
conectadas por dos ciencias: la psicología y la biología.
Las emociones son las vivencias de una persona que se dan en un determinado momento.
La fuerza de la experiencia depende de cuán significativa sea la situación dada para la
persona.
Pero además de la experiencia, esta lleva consigo el componente mental del mismo modo
que un elemento biológico, ciertos cambios fisiológicos, ocurren en el cuerpo
paralelamente a la vivencia.
Los sentimientos son una parte muy importante de cada una de las personas.
Ayudan a comprender los verdaderos deseos, a conocerse a uno mismo. Por
microexpreciones de la cara se puede determinar, por ejemplo, si una persona está
mintiendo o no.
Antes una aclaración, no existen emociones "malas" ni "buenas". Los psicólogos no usan
tal clasificación, estas pueden ser positivos o negativos. Pero cada mínima parte de ellas es
necesaria e importante para una persona, ya que realiza una determinada función.

Reacciones emocionales y la psique de los adolescentes


La adolescencia es un período de desarrollo intensivo y cambios en el ámbito emocional.
Entre los 11 a 14 años, los cambios bruscos de humor y la excitabilidad son especialmente
característicos. En principio, todo lo que se experimentan es muy polar: todo es demasiado
bueno o malo...
Es importante prestar atención a los problemas de los chicos de estas edades, teniendo un
trato comprensivo para ayudarles a resolverlos.
Después de los 14 años, los adolescentes continúan explorando a sí mismos y al mundo,
pero su estado emocional gradualmente se calma.
Los nuevos eventos no traerán tanta tormenta de sentimientos como antes. Serán más
capaces de controlarse a sí mismos.

Consejos para ayudar a un adolescente:


Ayudar al adolescente es realmente necesario, para un buen desarrollo de este, pues no se le
debería limitar solo al ámbito educativo.
 Cuando experimenta emociones fuertes, hablar es especialmente importante

En estas situaciones es imprescindible decirle que cada vez que "pierdan los estribos", se dé
la oportunidad de calmarse y después de eso, hablar. Además, el adulto puede ayudar a
tranquilizarlo, prestando atención a lo que dice hasta entablar un dialogo que le ayude a ver
con más claridad el hecho ocurrido.
Así se le enseñará al adolescente a ser consciente de lo que está sucediendo y a resolver sus
problemas a través de la comunicación, y no a través de gritos.

 No prohibir la manifestación de emociones

Muchas veces, no se es consciente de la herida profunda que puede quedar en el niño al no


permitirle que exprese sus emociones.
Algunos adultos muy reservados nacen de niños cuyos padres no les permitieron expresar
sus sentimientos, de la misma manera sufren el resto de su vida al no poder dejar salir sus
emociones.
Las reacciones emocionales ocultas son una causa común de enfermedades psicosomáticas.
Estas son algunas frases comunes que no favorecen la manifestación de sentimientos:
“lloras como niña”, “¡tan grande, y llorón!”, "¡no llores, que esto no es doloroso!"
La mayoría de estas expresiones van dirigidas al sexo masculino en sus primeras etapas de
desarrollo infanto-juvenil, pero también se las dicen a niñas.

 Enseñar a expresar sus emociones

Invitar al adolescente a hacer un alto y hablar de forma consciente de lo está sucediendo en


el ahora, de modo que pueda comprender con quién y por qué ha brotado un sentimiento en
particular. Por ejemplo, para expresar: estoy enojado porque mi papá me prometió ir al cine
y no lo hizo, en lugar de gritar, llorar o resentirse.
También vale la pena dominar formas de expulsar energía y sentimientos negativos. El
movimiento, el deporte, la creatividad, la terapia de arte ayudan mucho, cada uno a lo suyo.
Se necesita encontrar la actividad que más ayude.

 Mirarse a sí mismo

La forma en la que los padres se comportan ante la presencia del niño, lo afecta bastante. Si
el adulto grita y constantemente se le escuchan insultos, no sería una sorpresa que en un
futuro el niño replicara los mismos hechos.
Po ello echar primero una mirada a sí mismo de cómo se expresan las emociones, facilitará
que el niño muestre lo que realmente siente.
 Hablar con los adolescentes

Para algunos, este consejo puede parecer extraño pues si a diario le preguntan al adolecente
“cómo estás, cómo van las calificaciones en la escuela” y el responde que “bien” y aquí es
donde termina el diálogo.
Es primordial pasar a otro nivel de dialogo con los chicos, uno más profundo. En el que los
padres puedan conocer más del hijo y así ofrecer ayuda en el área que más falta haga.

 Desarrollar inteligencia emocional

La inteligencia emocional necesita ser desarrollada tanto por los padres como por el hijo.
Mirar cada arrebato emocional, no desde el punto de vista de un problema, sino desde una
oportunidad a desarrollar.

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