Ficha Mercado de Trabajo
Ficha Mercado de Trabajo
Ficha Mercado de Trabajo
1.- Objetivos, usos y fuente de datos de las estadísticas sobre mercado de trabajo
Clasificación de la población
A los efectos de obtener indicadores del mercado de trabajo y según las recomendaciones de la
O.I.T. se clasifica la población a distintos niveles siguiendo diversos criterios.
En un primer nivel, la población total (P.T.) del país puede ser clasificada en dos grupos, de
acuerdo con su edad. Por lo tanto una primera distinción es entre población en edad de trabajar
(P.E.T.) y población no en edad de trabajar (P.N.E.T.).
P.T. = P.E.T. + P. N. E.T.
En Uruguay el INE estableció como límite para la PET los 14 años, es decir que la Población en
Edad de Trabajar en Uruguay son los individuos de 14 años y más. En ningún caso el
INE. ha fijado edad máxima, de modo que sin importar que tan anciana sea una persona siempre se
la considera en edad de trabajar. Otros países, respondiendo a las características propias de su
población, fijaron distintos topes. Por ejemplo la edad mínima para ser considerado en edad de
trabajar en Egipto son 6 años, en Brasil 10 años y en Suecia, Inglaterra y Estados Unidos 16 años.
Puede argumentarse que los distintos límites fijados por las oficinas estadísticas de cada
país introducen heterogeneidad en las mediciones y por ende invalidan las comparaciones
internacionales -por ejemplo para un mismo mercado laboral, un indicador que refleje el cociente
entre la población en edad de trabajar y la población total será mayor cuando menor sea la edad
mínima para ser considerado en edad activa.
.- Desprotección social
Una de las características salientes del empleo informal es la desprotección social, entendida como
la falta de acceso de los trabajadores a las prestaciones de la seguridad social, por no realizar los
aportes correspondientes. Sin embargo, y como fuera discutido en el punto anterior, la concepción
tradicional de informalidad se asocia más al tipo de establecimiento y no necesariamente implica
falta de protección social. Sin embargo, el indicador de trabajadores sin cobertura de la seguridad
social, sin importar el tamaño del establecimiento o la categoría ocupacional, es sin duda relevante
para reflejar la calidad del empleo. En muchas ocasiones este indicador se denomina también
informalidad, aunque en un sentido diferente a la concepción tradicional.
Subempleo
El desempleo
Con el objetivo de medir las diferentes categorías descritas en los apartados anteriores,
se define una serie de indicadores del mercado laboral. En esta sección se describen
estos indicadores.
.- Indicadores de oferta de mano de obra
Se denomina oferta de trabajo a las personas que están dispuestas a trabajar al salario
vigente en el mercado. Tanto los individuos que trabajan como los que buscan trabajo
integran la oferta laboral. Una persona que ofrece su fuerza laboral en el mercado está
demandando un puesto de trabajo.
Para medir el tamaño relativo del factor productivo trabajo se utilizan tasas de
participación. Si la comparación se hace entre la población económicamente activa
(P.E.A.) y la población total (P.T.), se obtiene, la tasa bruta de participación (T.B.P.):
TBP = PEA
PT *100
¿En qué medida los trabajadores con estudios universitarios presentan inserciones
laborales específicas con respecto a los trabajadores con otros niveles educativos?.
Llevar a cabo estudios universitarios implica prolongar el período de inversión en
capital humano luego de culminar secundaria, es por ello que una señal del grado de
absorción de estas calificaciones en el mercado es encontrar un premio –en término de
retribuciones- para los trabajadores con estudios universitarios respecto a los egresados
de secundaria. Los resultados del análisis realizado por Bucheli (2000) indican que los
egresados universitarios adquieren calificaciones específicas que resultan rentables en el
mercado laboral.
La revisión de la evidencia empírica reciente señala que invertir en educación es rentable y que en
particular, esta rentabilidad ha sido mayor en los años noventa que en los ochenta, ampliándose la
pirámide salarial por niveles educativos. En las épocas de crecimiento económico, las
remuneraciones de los calificados crecieron más que las de los no calificados, y en la crisis, se
redujeron en menor medida que las de los no calificados. Por otra parte, los trabajadores con nivel
universitario están afectados en menor medida por la desocupación. A modo de ejemplo, en 2006 la
tasa de desempleo global (para las localidades urbanas mayores de 5000) ascendió a 11.4%,
mientras que para los trabajadores con educación terciaria completa, la tasa de desempleo específica
es 3.6%. Estos comentarios generales sugieren que los conocimientos adquiridos por
los egresados universitarios son demandados en el mercado de trabajo.
Los profesionales universitarios trabajan en promedio 44.5 horas semanales, mientras que el
promedio de horas trabajadas por el total de ocupados asciende a 42 horas semanales. Una mayor
proporción de profesionales tiene más de un trabajo (44% frente a 10% cuando se
considera el total de ocupados). Se debe señalar que en el pluriempleo de los profesionales pesa
considerablemente la situación de los médicos. En esta profesión, la remuneración que corresponde
solamente a la ocupación principal y la remuneración total difieren considerablemente, ya que por
la naturaleza de las tareas que realizan, el pluriempleo está muy extendido.
Existen considerables diferencias entre las remuneraciones de los distintos profesionales. En ese
contexto, tanto contadores como economistas perciben las mayores remuneraciones. Ambos grupos
trabajan alrededor de 40 horas semanales en su ocupación principal, pero la tenencia de más de un
empleo está más extendida entre los economistas (54% de los economistas encuestados tiene más de
un empleo) que entre los contadores (22% posee más de un empleo). Debido a esto, los economistas
trabajan en promedio 46 horas semanales en total, mientras esta cifra es 42.6 para los contadores.
Estadísticas para Uruguay
Trabajo infantil
La Encuesta Nacional de Hogares ampliada relevada por el INE durante 2006 cuenta
con un módulo específico que busca aproximarse a la problemática del trabajo infantil
en Uruguay. En ese módulo, se releva información sobre las actividades de corte
económico que realizan los niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años, así como
sobre otra atividades que desarrollan en el contexto del hogar.
No hay una definición universalmente aceptada del concepto de trabajo infantil, las
posiciones de los investigadores e incluso de los organismos encargados de la temática
(UNICEF, OIT) sobre lo que debe considerarse trabajo infantil, difieren. Para el análisis
de la información sobre trabajo infantil relevada por el INE, se distinguió entre trabajo
infantil propiamente dicho, asociado a las actividades económicas en su sentido más
tradicional, y el trabajo intensivo dentro del hogar, con el objetivo de captar la situación
de los niños que presentan una dedicación a las tareas domésticas que potencialmente
puede poner en riesgo su desarrollo.
El trabajo infantil propiamente dicho muestra una incidencia algo superior al 5% entre
los niños de 5 a 17 años de edad y el fenómeno tiende a ser algo mayor en el interior del
país, en particular en las localidades urbanas pequeñas y el medio rural.
La mayor incidencia se observa entre los adolescentes (12 a 17 años), donde más de 9%
declara realizar algún tipo de actividad económica (Arim y Salas, 2007).
Por otro lado, la información relevada señala que 22% de los niños entre 5 y 17 años
realiza tareas dentro del hogar. Si bien es cierto que una fuerte participación en las
actividades domésticas puede tener un impacto importante sobre el bienestar infantil, la
cifra captada parece aproximarse a la proporción de menores que colaboran en la
realización de los quehaceres domésticos, pero no necesariamente implica un nivel de
dedicación excesivo con potenciales efectos nocivos sobre el desarrollo de los niños. En
efecto, las actividades que los niños desarrollan dentro del hogar están asociadas
fundamentalmente al mantenimiento del hogar así como a la realización de mandados,
tareas que deberían identificarse como una colaboración más que como trabajo.Las
horas promedio que se dedican a esas tareas no son elevadas, entre 6 y 9 horas
semanales en promedio aproximadamente (Arim y Salas, 2006).
Bibliografía
Amarante V. y Espino A. (2007). “Informalidad y protección social en Uruguay: elementos
para una discusión conceptual y metodológica”. Documento de trabajo 1/07, Instituto de
Economía, Facultad de Ciencias Económicas y de Administración.
Abramo L. y Valenzuela M. E. (2006) “Inserción laboral y brechas de equidad de género en
América Latina”. En Laís Abramo (ed.) Trabajo decente y equidad de género en
América Latina. Santiago de Chile, Oficina Internacional del Trabajo.
Amarante V. y Arim R. (2005) “El mercado laboral: Cambios estructurales y el impacto de la
crisis, 1986-2002”. En: Uruguay: empleo y protección social; de la crisis al