T. 1. Realismo y Naturalismo
T. 1. Realismo y Naturalismo
T. 1. Realismo y Naturalismo
LA POESÍA Y EL TEATRO EN LA
SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX
A mediados del siglo XIX, una nueva corriente cultural y literaria se abrió paso ante el
agotamiento del Romanticismo: el Realismo. Este movimiento sustituyó la exaltación romántica
de la libertad individual por el propósito de explicar y analizar la realidad social.
La novela, debido a su extensión, es el género literario más capacitado para cumplir los
rasgos esenciales del Realismo: observar y explicar la realidad para conseguir dar una visión
completa de la sociedad
- Didactismo y postura crítica. se alienta un propósito moral o social, puesto que mostrar la
realidad es una invitación a cambiarla
3. EL REALISMO EN EUROPA
El Realismo fue cultivado por muchísimos autores, entre los que destacamos a Charles
Dickens (Oliver Twist, Grandes esperanzas) y a las hermanas Brontë (Cumbres borrascosas,
en Inglaterra, y a Fiódor Dostoievski (Crimen y castigo) y Leon Tolstoi (Guerra y paz) en Rusia,
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4. EL NATURALISMO
Durante el último tercio del siglo XIX se desarrolla una nueva tendencia, conocida como
Naturalismo, que supone la acentuación de los rasgos realistas. Su principal impulsor fue Émile
Zola (Germinal), quien pretende que la literatura se convierta, a semejanza de las ciencias
naturales, en otra ciencia cuyo centro de estudio es el hombre en su medio social. Para ello
parte de la idea de que el hombre estaba determinado biológica y socialmente (por lo que no es en
realidad libre). Esto explica la propensión de los naturalistas por ambientes miserables, tristes y
violentos, y por personajes, tarados o embrutecidos, para demostrar la influencia determinante
de la herencia genética y del ambiente social.
5. EL REALISMO ESPAÑOL
En cuanto a la temática. Hay un gran interés por la vida urbana, sobre todo por Madrid. El
burgués es el personaje central, pero se retrata a una amplia gama de tipos sociales
Por otro lado, con respecto a la existencia de un Naturalismo español, la conclusión es que
en nuestro país (con excepciones como Blasco Ibáñez o Emilia Pardo Bazán) se dio pero no en
los aspectos ideológicos sino en los formales (recoge sus técnicas narrativas y descriptivas y
ciertos aspectos sórdidos).
· El escándalo
· El sombrero de tres picos
2. Juan Valera:
· Juanita la Larga
3. José Mª de Pereda:
· El sabor de la tierruca
· Sotileza
· La aldea perdida
· La hermana San Sulpicio
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· Los pazos de Ulloa
· Cuentos recogidos bajo el título de “El encaje roto”
· Cañas y barro
· La Regenta
· “Adiós, Cordera”
Benito Pérez Galdós (1843-1920) es la gran figura del Realismo español. Galdós define su
idea de la novela en su discurso de ingreso en la RAE, titulado “La sociedad española como
materia novelable”. En él nos indica que “imagen de la vida es la novela”, y que se ha de
reflejar en ella todos los aspectos de la sociedad española de su época,
Los Episodios nacionales se componen de cinco series de diez relatos cada una, a
excepción de la última, que quedó incompleta y solo contiene seis. Se trata, por tanto, de 46
novelas, que fueron escritas a lo largo de cuarenta años. Constituyen una visión novelada del
siglo XIX, una crónica de los acontecimientos que marcaron la historia de España desde la batalla de Trafalgar en
1805 hasta el comienzo de la Restauración en 1875.
Las “Novelas españolas contemporáneas”. Así denominó Galdós las 24 novelas en las
que describe la sociedad contemporánea. Por sus páginas desfilan las distintas clases sociales,
especialmente las clases medias madrileñas. La novela maestra de este período es Fortunata y
Jacinta (1887). Otras interesantes novelas de esta etapa son Tormento, La de Bringas, Miau y
Misericordia.
Benito Pérez Galdós como autor teatral: Galdós se dedicó al teatro a inicios del siglo XX. Comenzó
adaptando a la escena teatral algunas de sus novelas como Doña Perfecta.
El teatro galdosiano presenta un mundo de realidades vivas frente al convencionalismo
imperante en ese momento. Tanto por la temática tratada como por el lenguaje utilizado, se considera a
Galdós como un renovador de la escena española del momento.
En la segunda mitad del siglo XIX (exceptuando la obra de los posrománticos Gustavo Adolfo
Bécquer y Rosalía de Castro), se desarrollaron dos tendencias poéticas:
Los dramaturgos de esta época intentaron cultivar un nuevo Realismo que reflejara el estado de
la sociedad contemporánea. Prefirieron los temas de actualidad y un lenguaje menos retórico
a. La alta comedia, como producto de los gustos de la alta burguesía. Destaca Manuel Tamayo
b. El drama neorromántico o melodrama. Destaca José de Echegaray, que cultivó un teatro en verso
cuyos personajes sufren en un mundo tópico.
c. El drama social, en el que se presentan los conflictos de personajes no burgueses. Destaca Joaquín
Dicenta.
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