Escribir en La Escuela de Finocchio
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Finocchio
Sitio: FLACSO
Curso: Diploma Superior Lectura, Escritura y Educación (2008)
Clase: Clase 21: Escribir en la escuela. A. M. Finocchio
Impreso por: GISELLE CUFFARO
Fecha: martes, 21 de julio de 2009, 15:35
Tabla de contenidos
· Presentación
· Introducción
· I. Escenas de enseñanza y aprendizaje de la escritura
· II. Una lectura posible de las escenas
· III. Aportes que permiten repensar la enseñanza de la escritura
· IV. Algunas orientaciones para enseñar a escribir
· Cierre
· Bibliografìa citada
· Bibliografía obligatoria
· Itinerarios de lectura
Presentación
Una nueva reflexión sobre la escritura, esta vez, pensada desde su enseñanza. Luego de
haber abordado el tema desde distintas perspectivas y, también, habiéndola practicado
intensamente durante el recorrido del posgrado, se trata ahora de pensarla en el contexto
de transmisión escolar y posicionándonos explícitamente en nuestro lugar de
intervención docente.
De esas búsquedas iniciales tal vez hayamos llegado a este entusiasmo actual de
compartir con ustedes algunas reflexiones sobre la escritura y su enseñanza. Quizás se
trate de eso: de empezar por transmitir el arrebato que nos provoca la construcción lenta
y paciente de la propia voz en la palabra escrita para pensar cómo arribamos al tema de
la clase y al recorrido que proponemos.
El concepto de las "representaciones sociales" que subyacen o dan marco a las prácticas
de escritura en la escuela nos permite "leer" esas escenas en la segunda parte.
http://virtual.flacso.org.ar/file.php/370/img/Clase23
barca-3.jpg
La barca, 1997
Una profesora de lengua recibe este e-mail, en el que su sobrino, que está cursando
tercer año de la escuela secundaria en la ciudad de Buenos Aires, le solicita la
corrección de un texto explicativo-comparativo sobre el rol de la mujer en las obras
Antígona de Anhouil y Lisístrata de Aristófanes, que ha escrito para
entregarle a "ladeliteratura":
Todas estas voces hablan desde distintos lugares de una preocupación común sobre la
enseñanza y el aprendizaje de la escritura, preocupación que abre el camino para
formularnos algunos interrogantes.
Una pregunta que abre una discusión interesante es la que refiere a quién debería
hacerse cargo de la enseñanza de la escritura y a los presupuestos que por lo general
llevan a pensar que se trata de una práctica "ya adquirida" por los alumnos en el nivel
anterior a aquel en el que uno se desempeña y que, en todo caso, le corresponde a un
área del currículum, el área de lengua.
Con esta lectura nos hemos aproximado a las representaciones del escrito que supone
cada escena. Para la psicología social, la noción de representación designa imágenes,
versiones, sistemas de creencias que los sujetos construimos colectivamente sobre un
objeto y que funcionan como esquemas de percepción. Aplicado a la escritura es
posible decir que, a partir de las experiencias personales y de las tradiciones
pedagógicas en las que se inscriben esas experiencias vamos elaborando junto con otros
una representación acerca de qué implica escribir y, también, enseñar y aprender a
escribir. Pero no se trata de versiones o esquemas coincidentes; de acuerdo con la
historia que cada uno haya transitado tanto en la propia escolaridad como en los
espacios extraescolares, en la formación profesional y en la tarea docente, esas
representaciones varían e impulsan muy diversas tomas de decisiones a la hora de
enseñar a escribir.
Una de esas concepciones del escrito es la que analiza Michel Charolles cuando en
1986 explica el fracaso de los alumnos franceses en el aprendizaje de la escritura: de
acuerdo con las representaciones de alumnos y docentes, la escritura es un don de unos
pocos y, en ese sentido, no se desarrolla ni se aprende. Esta idea romántica del escribir,
asociada a la inspiración y a la producción de textos a partir del dictado de una "voz", si
bien puede parecernos algo anacrónica, está presente en muchas de las propuestas que
circulan en la escuela en la actualidad y no sólo en Francia. De hecho, la observación
del maestro sobre la carencia de fantasía e invención en las leyendas producidas por sus
alumnos de 8 años lleva implícita la idea de que tales características son innatas.
Desde estos debates, que han orientado la enseñanza de la escritura, se instaló en una
época la pedagogía de la "composición tema" según la cual se formulaba a los
alumnos propuestas referenciales o temáticas (escribir sobre las vacaciones, el fin de
semana, la madre, el mejor amigo, la mascota, sobre un tema libre en el mejor de los
casos y hasta sobre ese tema que ha generado chistes y relatos paródicos, "la vaca".
De este tipo de propuestas, reiteradas a lo largo varias generaciones de alumnos y
docentes, surgieron los "escritos escolares": textos que respondían a unos géneros de
exclusiva circulación escolar, sobre temas que despertaban escaso interés para quienes
escribían, producidos en situaciones artificiales de comunicación (pues estaban
destinados siempre a un lector, el docente), con la única finalidad de satisfacer las
expectativas de lectura de ese docente (en algunos casos, resultar original; en otros,
tener buena caligrafía; en la mayoría, respetar las convenciones gráficas). Esto es, en el
intento de "facilitar" la enseñanza, se desvinculó a los escritos del problema retórico
que siempre suponen (la adecuación a diversos destinatarios, propósitos, temas y
géneros) y cuya resolución propone verdaderos desafíos cognitivos para quienes están
aprendiendo a escribir.
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agua-y-la-tierra.jpg
Otra de las representaciones que integró el sedimento de la cultura escolar de las dos
últimas décadas es la que define el lugar de la gramática en relación con la enseñanza
de la escritura. En efecto, la gramática de enfoque estructuralista, que dominó la escena
de la enseñanza de la lengua a partir del año sesenta, privilegió la descripción del
código en detrimento de las prácticas discursivas y se consideró que esto explicaba las
bajas competencias de los alumnos que aprendieron a escribir en el contexto de esa
propuesta. Desde esta representación y en un movimiento de reacción propio del campo
de la enseñanza y de las políticas educativas, que generalmente provoca que los
docentes transiten de un enfoque a otro sin que medie un espacio para la valoración de
las propias experiencias y para el desarrollo de una capacidad crítica frente a lo viejo y
lo nuevo, el modo de enseñar lengua viró hacia el llamado enfoque
comunicativo,que relegó el lugar de la gramática a un mero instrumento de revisión
en el proceso de producción de un escrito. Sobre esta cuestión, la investigadora
Guiomar E. Ciapuscio en su trabajo acerca del lugar de la gramática en la
producción de textos ofrece algunas conclusiones para ser atendidas:
http://virtual.flacso.org.ar/file.php/370/img/Clase23/No
de-los-peces.jpg
ACTIVIDAD
Les proponemos comparar dos actividades de escritura: una
extraída de un libro de texto del año 1986 y otra tomada del sitio
http://www.chicosyescritores.org./
"Si les gustan las historias que dan miedo... entraron al lugar
perfecto. Mónica Brozon los invita a escribir con ella. Estamos en
la etapa final. Mónica está escribiendo el gran final de la historia
de miedo. Como no podía acabar la historia de sopetón, escribió 5
capítulos más. Lean el primer capítulo, el segundo capítulo, el
tecer capítulo, el cuarto capítulo, el quinto capítulo, el sexto
capítulo y el séptimo para saber cómo va esta historia y también
los nuevos: el octavo capítulo, el noveno capítulo, el décimo
capítulo, el décimo primer capítulo y el duodécimo capítulo.
En http://www.chicosyescritores.org/.
Saber qué diferencia el proceso de composición de los textos según la "madurez" de los
alumnos nos permite pensar en estrategias didácticas que habiliten el desarrollo de sus
competencias como escritores, es decir, "promover actividades de escritura
que permitan a los alumnos no sólo apropiarse del conocimiento sino
transformarlo".
Junto con estos estudios sobre los procesos de composición, la modalidad de
producción del "taller de escritura" hizo un aporte importante a la didáctica de la
escritura. Se trata de una modalidad de aprendizaje que comenzó a funcionar en la
Argentina y en otros países latinoamericanos a partir de la década de 1970 y que
privilegiaba la invención y la experimentación con la palabra. En la década de 1980 se
publicaron varias propuestas de taller destinadas a la escuela; la más significativa fue El
taller de escritura de Gloria Pampillo que proponía la creación de un espacio para la
producción literaria en la escuela. Pero, si bien esta modalidad ingresó tanto en las
prácticas de aula como en buena parte de los libros escolares, nunca pudo integrase por
completo en el dictado de la asignatura Lengua y quedó relegado al ámbito
extracurricular en algunas instituciones que la consideraron importante y en una sección
de libros escolares correspondientes al área.
http://virtual.flacso.org.ar/file.php/370/img/Clase23
red.jpg
La red, 1997
Las consignas que siguen se incluyen en libros didácticos destinados a alumnos de
diferentes niveles del sistema educativo y dan cuenta de la consideración de estos
aportes en las propuestas de escritura. Las dos primeras sitúan el aprendizaje en el
marco de las estrategias que necesita manejar cualquier escritor experto o maduro: tener
en cuenta la situación comunicativa en la que se inscribe el texto, esto es, considerar el
problema retórico: para quién se escribe, qué efectos de lectura quiere suscitar en el
lector y qué objetivo persigue, como parte fundamental del proceso de composición.
"Hagan una primera lectura del texto completo, sabiendo que tendrán
que resumirlo para informar sobre su contenido a una persona que no
leyó el texto o que desconoce el tema tratado en el mismo.
El mahatma "Gandhi"
Se llamaba Mohandas Gandhi, pero sus seguidores lo nombraron
"mahatma", que quiere decir "alma grande". Nació en 1869 en
Porbandar, en la península de Kathiawar sobre el Golfo de Omán, en
la India. Los Gandhi pertenecían a la casta de los banya, una
subdivisión de la casta de los vaisya, la tercera en orden de
importancia de las cuatro castas originarias, cuyos miembros por lo
general se dedicaban a los negocios. El padre de Mohandas, Kaba
Gandhi, había sido entre otras cosas primer ministro del príncipe de
Rajkot. La madre, Putlibai, cuarta esposa de Kaba Gandhi, era una
mujer profundamente religiosa, dedicada a severas prácticas ascéticas
y a obras de caridad. (...)"
"Es una casa muy chiquita. Está a quince cuadras de la playa. No tiene
luz eléctrica ni agua corriente, aunque se puede sacar agua de pozo
con una bomba manual. Las persianas no funcionan muy bien, de modo
que, o no se pueden abrir, o, si se abren, no se pueden cerrar después.
Por otra parte, en la casa hay un perro bastante viejo y malhumorado
que, a veces, no deja entrar a nadie, sean conocidos o no."
Organización de la tarea:
Algunas de las consignas, las vas a realizar en la escuela junto con tu
profesor. Otras deberás realizarlas en casa.
Es importante que tengas en cuenta algunos procedimientos necesarios
a la hora de escribir.
Antes de empezar:
Pensá muy bien en la consigna, es decir, en lo que se te está pidiendo
que hagas. Pensá también en la idea que querés expresar. La "escritura
espontánea" (es decir, "ir escribiendo a medida que se me va
ocurriendo") no es conveniente en este tipo de trabajos que responden
a pedidos específicos.
Por otro lado, no olvides revisar el escrito durante y después de su
producción. Esta revisión debe tener en cuenta:
-La adecuación de tu escrito a la consigna.
-La coherencia general del escrito.
-La ortografía y la puntuación.
-Las relaciones entre las partes del texto: concordancias, redundancias,
correlaciones verbales, coordinación entre los distintos elementos del
texto (frases, palabras, oraciones), etc.
Vidas perdidas
Si bien los estudios sobre los procesos y la modalidad de taller significaron avances
importantes para la didáctica de la escritura, estos aportes requieren de mayores
desarrollos en relación con la intervención docente. Más allá de que los documentos
curriculares, las propuestas editoriales y las planificaciones del trabajo en el aula los
contemplan, resulta sin duda conflictivo su traslado a la práctica del aula. ¿Cómo
resolver los problemas que genera la puesta en texto de tantos escritos producidos por
cursos numerosos y las dudas que surgen en las sucesivas revisiones? ¿Cuántas
reescrituras de un mismo texto podemos leer y cotejar los docentes? ¿Si los planes o
borradores no son corregidos ni evaluados y sólo se corrige la versión final de una
producción, verán los alumnos la necesidad de hacerlos? ¿Cómo articular la enseñanza
de la escritura desde la modalidad de taller con la enseñanza de otros saberes?
http://virtual.flacso.org.ar/file.php/370/img/Clase23/me
del-mar---1987.jpg
Ese vínculo, a partir de una práctica sostenida y renovada con la escritura nos permitirá
revisar las representaciones de la tarea de escribir y del escrito que tengamos y pensar
desde otro lugar las propuestas que generemos para nuestros alumnos.
Para que las consignas se planteen como problemas es central que la información
incluida resulte adecuada para quien tiene que resolverla. La que sigue plantea, por
ejemplo, el trabajo de evaluación final de un curso de capacitación docente destinado a
maestros de la escuela primaria:
Evaluación final
Consigna
Escriba un texto expositivo que dé respuesta a la siguiente pregunta:
¿Cómo le explicaría a un colega que no asistió al curso lo que hizo y
también, lo que aprendió durante esta capacitación en relación con sus
propias prácticas de lector y escritor y en relación con su quehacer
docente?
Junto con el texto, entregue, bajo el título "Planificación", notas,
mapas de ideas, esquemas o cualquier otro material que dé cuenta del
trabajo realizado durante el proceso de composición del escrito.
Para instalar la práctica del borrador sugerimos retornar al trabajo con el antiguo
"cuaderno borrador", para los escritos que produzcan los alumnos, ya sean ideas sueltas,
apuntes, comienzos de escritos, planificaciones realizadas a partir de esos comienzos,
resúmenes o textos escritos en respuesta a las consignas dadas por los docentes. El
propósito es que esos borradores puedan ser leídos, discutidos, comentados y
corregidos por los compañeros de curso en algunas ocasiones y por los docentes, en
otras. La apropiación de esta práctica reforzará, sin duda, en los alumnos la idea de que
la escritura comienza en el proceso de toma de notas, en la generación de ideas, en la
consulta de las lecturas hechas o de nuevas lecturas.
En todas las propuestas que se hagan en este sentido, resultará necesario que las
planificaciones y los borradores sean motivo de comentario, revisión y evaluación por
parte de los docentes. De otro modo, no serán consideradas necesarias por los alumnos.
Una última propuesta: enseñar que escribir es reescribir y enseñar a reescribir. En los
últimos años, se ha abordado uno de los procesos más problemáticos de la escritura: la
revisión y la corrección, reparación o reescritura de los textos producidos. Entre otros,
Daniel Cassany, en su obra Reparar la escritura desarrolla un análisis y, también,
una propuesta para la reescritura que puede orientar algunas reflexiones en torno a
nuestras prácticas de corrección.
Una pregunta que a veces nos hacemos los docentes es si vale la pena corregir. Tal
interrogante tiene lugar a partir de la afirmación reiterada de los docentes de que los
alumnos, por lo general, no aprovechan las correcciones, las olvidan fácilmente y
vuelven a cometer los mismos "errores". Lo que convendría preguntarse también es qué
le dicen a los alumnos de sus producciones, de sus procesos de aprendizaje y de sus
imágenes como escritores las múltiples marcaciones en rojo o en verde que se
desparraman sobre sus escritos junto a los comentarios finales del tipo "no se entiende",
"incompleto", "ortografía", "rehacer", "regular" o "revisar vocabulario". Si esas
evaluaciones de lo escrito no son comprendidas por los alumnos, es esperable que no
haya aprendizaje y que a los alumnos no les resulten "provechosas" las correcciones de
sus docentes.
Por otra parte, distintos investigadores afirman que en la escuela existe una tendencia
generalizada de los docentes a privilegiar la corrección de la superficie de las
producciones de los alumnos (la puntuación, la tildación, etc.). Este tipo de corrección
genera en los alumnos la idea de que es a esos aspectos a los que tienen que atender
especialmente al revisar su texto, porque son los que va a considerar su docente.
Además, los alumnos saben que, en general, los docentes-lectores de sus
producciones van a ir en busca de los "errores" y no de los aciertos.
Así, por ejemplo, "saben" (tal como lo evidencia la escena inicial que refiere la
conversación entre profesores de la escuela secundaria) que no reformulan
apropiadamente las ideas centrales de un texto fuente en un resumen y que desde la
perspectiva de los docentes se trata de una competencia que deberían haber adquirido
en otro nivel. Saben también que la mayoría de las veces, ni los docentes de una misma
área comparten los mismos criterios de corrección, de manera que aprenden a escribir
de acuerdo con las expectativas de lectura de cada docente en particular. Sin duda, todas
estas prácticas habituales de la corrección, que se trasladan de la escuela a otros niveles
educativos, construyen una representación cristalizada de la instancia de revisión y
reescritura, tanto en el que escribe como en el que lee los escritos de otros.
Para pensar las prácticas de lectura o revisión de las producciones de nuestros alumnos
sugerimos tener en cuenta estos cuatro criterios básicos:
· Formular las consignas de tal modo que esos aspectos estén explícitos y que sean
las mismas consignas las que orienten el comentario y la corrección (evitando el
equívoco generalizado en la escuela de solicitar a los alumnos que "sean
creativos" en sus producciones para terminar corrigiendo la ortografía y la
organización en párrafos, por ejemplo).
· Valorar tanto los logros como los aspectos en los que los alumnos tendrán que
seguir trabajando.
Sin duda, tendremos que consensuar entre los docentes de todas las áreas y de una
misma institución criterios y códigos comunes para la revisión de los escritos. Además,
tendremos que consensuar modalidades de devoluciones que fortalezcan en nuestros
alumnos la representación de que, además de necesario, es posible aprender a escribir.
Ésa es una riqueza que les debemos legar y de la que somos responsables quienes
trabajamos en la escuela y en otros niveles de los sistemas educativos.
ACTIVIDAD
Para seguir pensando, incluimos dos textos de lectura obligatoria y uno de lectura
optativa. En el primero, comentado ya durante la clase, Maite Alvarado se propone
repasar la historia de las distintas propuestas para trabajar la escritura en la escuela,
deteniéndose especialmente en las últimas dos décadas. Privilegiando las propuestas
destinadas a docentes, en la medida en que es allí donde se configuran las grandes
líneas que se plasman en enfoques para la enseñanza, procura también describir el
modo en que se redefine la escritura a la luz de las tendencias teóricas que hegemonizan
el campo durante este período.
En el segundo, esta misma autora expone un contrapunto entre las prácticas de los
escritores maduros y las de aquellos que aún no dominan con soltura los procesos de
escritura, entre ellos los alumnos de EGB3 y Polimodal. Lejos de ser un análisis
estigmatizante y de alusiones peyorativas, reflexiona sobre la necesidad de traer a esta
escena propuestas educativas responsables, que se correspondan con una concepción
más profunda de los usos de la lengua. Abrir el abanico de los géneros discursivos,
indagar en sus libertades y sus restricciones a la hora de comunicar, devolver a la
escritura su valor como herramienta de pensamiento, de crítica y de intervención, son
objetivos deseables con los que todos de algún modo estamos de acuerdo. Arribar a
ellos, no obstante, implica andar un largo y sinuoso camino que requiere de toda nuestra
atención como educadores.
Hasta entonces.
Bibliografìa citada
ALVARADO, Maite (2003) Problemas de la enseñanza de la lengua y la literatura.
Buenos Aires, Universidad de Quilmes.
ALVARADO, Maite y PAMPILLO, Gloria (1988) Talleres de escritura. Con las manos
en la masa. Buenos Aires, Libros del Quirquincho.
CARUSO, Marcelo (2001) "¿Una nave sin puerto definitivo? Antecedentes, tendencias
e interpretaciones alrededor del movimiento de la Escuela Nueva", en CARUSO,
Marcelo y DUSSEL, Inés (1999) "La escuela en edad de merecer: la táctica escolar en
el siglo XX", en La invención del aula. Buenos Aires, Santillana.
Lectura optativa
FLOWER, Linda y HAYES, John H. (1996) "La teoría de la redacción como proceso
cognitivo", en Textos en contexto 1. Lectura y vida Nº3, Año III. Buenos Aires.
Itinerarios de lectura
Si desean profundizar en la relación entre escritura y enseñanza escolar, les
recomendamos:
Laiza Otañi y María del Pilar Gaspar tratan en el tercer capítulo uno de los temas más
cuestionados de la enseñanza de la escritura, a saber: la gramática. Precisamente con el
título "Sobre la gramática", las autoras comenzarán diciendo que "hoy, en la escuela, la
gramática incomoda. Alguna vez fue bella, eficiente y nadie dudaba de su poder para
hacer escribir bien y organizar el pensamiento. La escuela le abrió las puertas y ella se
puso a su servicio". Sin embargo, las autoras problematizarán lo que pasa hoy.
Por último, Marina Cortés escribe el capítulo "Los textos. Marcos teóricos y prácticas
de enseñanza", en el que resume las cuestiones centrales que la lingüística del texto
plantea desde la perspectiva de la enseñanza de la lectura y la escritura.
Una de las tareas insoslayables del docente es corregir las redacciones de sus alumnos:
faltas de ortografía, frases perdidas, párrafos rotos, etc. Normalmente concebida como
una tediosa e inclusive inútil práctica escolar, la corrección, no obstante, es sin lugar a
dudas una de las instancias fundamentales de cualquier proceso de escritura. De
manera, tal como sostiene Cassany, se trata no tanto de esforzarse por corregir
superficial y mecánicamente los textos de los alumnos, sino de ayudarlos a mejorar su
capacidad de expresión o competencia comunicativa. Reparar la escritura es una
reflexión exhaustiva y práctica sobre esta tarea, con propuestas didácticas, ejemplos y
comentarios.
Como señala Ana María en su clase, éste es uno de los textos más importantes de los
que se publicaron en su momento en Argentina en relación con la modalidad de
producción del "taller de escritura", esto es, un aporte a la didáctica de la escritura que
empieza a poner el acento en las experiencias de juego e invención propias de la
creación literaria.
Daniel Cassany repasa en este artículo del año 2000 ciertos ejes de análisis en los que
sin duda hemos venido ahondando en clases anteriores. Las diferencias radicales entre
soporte digital y soporte analógico -según la terminología que Cassany propone para
referirse a los "sistemas de representación y transmisión de la información a través de
elementos físicos", como el texto impreso-, así como la revolución comunicativa que
los cambios tecnológicos conllevan en todos los ámbitos de la cultura, especialmente en
cuanto a los procesos involucrados en la composición escrita, son considerados acá
desde las posibilidades y limitaciones de su enseñanza en la escuela.
KREES, Gunther (2005) El alfabetismo en la era de los nuevos medios. Aljibe, Málaga.
En este libro, que les recomendamos ya en el bloque anterior, Gunther Kress considera
los efectos de la revolución que ha alterado radicalmente la relación hasta ahora
"natural" entre el modo de la escritura y el medio del libro y de la página. Kress, que
tiene en cuenta factores sociales, económicos, comunicacionales y tecnológicos, ofrece
un marco de principios para la comprensión de estos cambios y de sus efectos sobre el
presente y el futuro del alfabetismo. El autor considera los efectos sociales y culturales
de amplio alcance y argumenta que el pase a la pantalla como medio dominante de
comunicación producirá cambios importantes en las relaciones de poder y no
simplemente en el ámbito de la comunicación. Según Kress, los potenciales
democráticos y los efectos de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación tienen las más amplias consecuencias políticas, económicas, sociales,
culturales, conceptuales/cognitivas y epistemológicas imaginables. El alfabetismo en la
era de los nuevos medios de comunicación es una lectura esencial para todo aquel que
se interese por el alfabetismo y sus más amplias implicaciones políticas y culturales. En
particular, y de acuerdo con el recorte de esta clase, les proponemos leer la sección
"Alfabetismo y multimodalidad. Un marco teórico."
En este breve texto, Tomás Baiget reflexiona sobre las "nuevas escrituras" a partir de un
asombro elemental, esto es, aquel que reconoce "cómo ha cambiado la forma de
redactar y de comunicarnos debido al uso de los programas de tratamiento de texto, el
correo electrónico y hasta con los mensajes sms de teléfono móvil". Prácticas en las que
todos nosotros hemos ido incursionando, impensables años atrás, son revisadas acá en
un tono ameno y no exento de buen humor.