El Saber Filosófico

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BI el saber filosófico

1. Iniciándote en la filosofía
Estrenas asignatura. Por eso, lo primero que debemos
hacer es analizar en qué consiste la filosofía. Verás que es
una tarea apasionante. Hay una razón de que esto sea así:
la peculiaridad de este saber. Explicar, por ejemplo, en qué
consisten las matemáticas no es hacer matemáticas, pero
preguntarte qué es la filosofía ya es comenzar a filosofar.
Te proponemos, pues, que te embarques en una aventura
que se inició en los albores de nuestra cultura.

1.1. El saber buscado


La palabra filosofía procede del griego y se compone del
verbo philêin (‘amar’) y el sustantivo sophía (‘sabiduría’).
El filósofo y matemático griego Pitágoras (siglo vi a. C.)
fue el primero en usar el término filósofo para referirse
con humildad —pero también con cierta ironía— a sí
mismo: frente al sabio, aquel que ya sabe todo acerca de
todas las cosas, el filósofo sería simplemente el ‘amante o
buscador de la sabiduría’.

El filósofo griego Platón (c. 428-347 a. C.) pensaba que,


probablemente, no hay entre los humanos uno solo que
alcance el rango de sabio. La mayor parte de la gente se in-
cluye en una segunda categoría, la de los necios: aquellos
Detalle de Platón y Aristóteles de la que ignoran casi todo, pero viven satisfechos en su ignorancia, quizás
pintura La escuela de Atenas, de Rafael porque ni siquiera son conscientes de ella.
(siglo xvi). Los filósofos nunca encuentran
lo que buscan o, mejor dicho, nunca se
Finalmente, hay un tercer grupo de personas; son los filósofos. Estos
contentan con lo que encuentran.
sí experimentan a diario el asombro ante lo que los rodea. Como los
necios, no saben muchas cosas, pero —a diferencia de ellos— saben
que no saben y por eso no dejan de hacerse preguntas.

El filósofo es alguien que está siempre en camino porque no termina


El saber filosófico. Textos
nunca de poseer aquello que busca. Y no acaba nunca de poseerlo por-
de la Metafísica, de Aristóteles. que en su búsqueda llega a las regiones extremas de la realidad, allí
donde se alzan las preguntas últimas: «¿quién soy yo?», «¿qué sentido
tiene la vida?».
«Un hermoso y divino impulso te lanza
hacia estos asuntos. Profundiza en ti 1.2. Filosofamos para vivir
mismo y ejercítate lo más posible en
todo eso que parece no servir para nada En el fondo, el filósofo secunda un impulso que brota del corazón de
y que es considerado por el vulgo como todo ser humano. Como decía el pensador griego Aristóteles (384-
vana charlatanería. Hazlo así mientras 322 a. C.) en su Metafísica, «todos los hombres desean por naturaleza
todavía eres joven, pues de otro modo
saber». También es verdad que muchos —por comodidad o por cobar-
la verdad se te escapará de entre las
manos» (Platón, Parménides, 135c-d,
día— dejan que esa inquietud se vaya apagando hasta casi desvane-
Gredos, Madrid, 2002). cerse. Al vivir así, están renunciando a una dimensión fundamental de
sí mismos, pues en cierto modo estamos hechos para buscar.

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LA FILOSOFÍA: NECESIDAD Y SENTIDO

Buscamos el conocimiento para poder vivir. El ser humano necesita


pensar y encontrar algunas certidumbres acerca de sí mismo y de la En cierto sentido, todo hombre es filó-
rea­lidad, por una peculiaridad que caracteriza su vida: es un ser cons- sofo, pues no hay nadie que no tenga,
por lo menos implícitamente, un con-
titutivamente inseguro.
junto de ideas acerca de la realidad, o
sea, una filosofía. Lo malo de esa «filo-
La vida del hombre está rodeada de inseguridad. Es evidente que sofía implícita» es que suele asumirse
nadie puede responder con certeza a otra sencilla pregunta: «¿qué va acríticamente. Una de las funciones de
a ser de mí?». Son tantas las circunstancias azarosas que inciden en la filosofía, en sentido propio, es some-
nuestra vida, que estamos lejos de tener bien atado nuestro futuro. Es ter a crítica todos esos prejuicios que
más, nuestra vida puede terminar en cualquier instante. hemos asumido sin reflexionar.

Pero el hombre no está solo, sino rodeado de sus semejantes. El com-


portamiento de estos nunca es previsible al cien por cien; existe la po-
sibilidad de que desbaraten nuestros proyectos, desestabilizándonos,
a veces, profundamente. El otro escapa a nuestro control porque es
libre. Y cuando las libertades de todos interfieren y se combinan unas
con otras, la inseguridad se multiplica.

Ahora bien, el mayor factor de inseguridad es la propia libertad. Ser


libre quiere decir estar siempre forzado a elegir sin estar, al mismo
tiempo, forzado a acertar. Puedo equivocarme con esta o la otra deci-
sión; puedo equivocarme… con mi vida.

Para vivir la aventura de mi propia existencia necesito algunas con-


vicciones sobre la realidad y sobre mí mismo. Construir esa especie
de «plano del universo» es la misión de la filosofía. Así que
el hombre necesita pensar para poder proyectar, para poder
decidir, para poder vivir.

1.3. Delimitación de los ámbitos del saber


Detalle de una escultura griega (siglo
La búsqueda de conocimiento se despliega en tres direcciones iii a. C.). Es posible que la incertidumbre,
o ámbitos principales: fruto de la libertad, genere angustia,
pero también puede ser la clave para
 Conocimiento de la realidad natural, que nos permite doble- emprender nuevos desafíos.
garla y obtener de ella lo necesario para vivir, alcanzando una rela-
tiva seguridad material. A CT I VID AD ES
 Dotación de un sentido a la propia vida, pues no es suficiente vivir 1. Explica qué es la filosofía a par-
—ni siquiera vivir bien, en un sentido material—, sino que desea- tir de la etimología de la palabra.
mos saber quiénes somos y para qué vivimos. Solo así nuestra liber- 2. ¿De qué hablaba el filósofo
tad puede dar rumbo a nuestra existencia. alemán Ludwig Wittgenstein
(1889-1951) cuando afirmó que «la
 Valoración de las acciones humanas concretas con vistas a to­mar función de la filosofía es mostrar a
buenas decisiones y a encaminar nuestra vida en la dirección ade- la mosca la salida del frasco»?
cuada.
3. Comenta este antiguo adagio
El primer aspecto compete al conocimiento científico-técnico. Los latino: Primum vivere, deinde phi-
losophari (‘Primero vivir, después
otros expresan los dos objetivos últimos de la actividad filosófica y co- filosofar’).
rresponden al conocimiento metafísico y antropológico, y al conoci-
miento moral, respectivamente.

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BI el saber filosófico

2. El origen del saber filosófico


El filósofo griego Sócrates (470-
399 a. C.), maestro de Platón, creía El comienzo de la filosofía se sitúa hace unos veintiséis siglos; de él nos
que la mayéutica (del griego maieu- ocuparemos en el siguiente epígrafe. Ahora analizaremos los «resor-
tiké, ‘arte de la matrona’) debía ser el
tes» del ser humano que, desde su interior, lo lanzan a la búsqueda del
método empleado por los filósofos en
su búsqueda de la verdad. Es el proce- saber: el asombro, la duda y la conmoción existencial.
dimiento de enseñanza que se basa en
el diálogo con la intención de suscitar El asombro
interrogantes, eliminar los prejuicios
del interlocutor y «alumbrar» la verdad El asombro es la sorpresa que sentimos ante algo extraordinario o ines­
que se halla en su interior. perado. Lo asombroso se agazapa entre las cosas cotidianas ya que,
precisamente por tenerlas todos los días delante de nosotros, se han
vuelto invisibles. Pero es posible mirarlas de nuevo como si las contem-
pláramos por primera vez.

Eso es lo que hace el filósofo: deja que se despliegue ante sí el espec-


táculo de la realidad. El fruto inmediato es que su mirada se vuelve
penetrante y lo que hasta entonces, por efecto de la costumbre, parecía
evidente y carente de secretos, se llena de misterio. Entonces brotan
las preguntas.

El asombro implica tomar conciencia de que hay algo que se nos escapa
en aquello que creíamos conocer. Solo se asombra el que no sabe, pero,
al mismo tiempo, sabe que no sabe. El reconocimiento de la propia
ignorancia despierta las preguntas y la búsqueda.

La duda
La búsqueda iniciada con el asombro puede conducirnos a respues-
tas que, sin embargo, se vuelven insuficientes con el tiempo. Esto no
significa que no podamos estar seguros de nada, como defiende el es-
cepticismo, pero nos obliga a revisar las respuestas que tenemos para
determinar si hacen justicia a la realidad o no.

Dudar quiere decir, pues, someter a crítica lo que sabemos o creemos


saber con vistas a avanzar en el conocimiento y a profundizar en lo ya
conocido. Siempre que no dudemos por dudar y que no cuestionemos
El filósofo, de F. Hodler (siglo xix).
Siempre estamos en alguna situa-
lo incuestionable, la duda presta un gran servicio al saber.
ción, aunque muy pocas situaciones
son permanentes. No sucede esto en La conmoción existencial
el caso de las situaciones límite, de las
cuales no hay escapatoria posible. Por
La costumbre y una vida absorbida por metas inmediatas y pragmáti-
eso, cuando el hombre, que vivía dis- cas pueden sumirnos en una especie de anestesia en la que no cabe el
traído, es golpeado por ellas, despierta asombro ni, por tanto, los interrogantes. A veces, sin embargo, ciertos
como de un sueño y cobra conciencia acontecimientos nos sacuden y despiertan. Hablamos, entonces, de
de su condición dolorosamente. Le conmoción existencial. Es lo que sucede, por ejemplo, cuando perde-
asaltan entonces las preguntas más
mos a un ser querido o cuando una enfermedad nos enfrenta a nuestra
profundas: «¿quién soy yo?», «¿para
qué vivo?», «¿qué sentido tiene todo
propia fragilidad. El psiquiatra y filósofo alemán Karl Jaspers (1883-
esto?». 1969) se refiere a estas vivencias como situaciones límite: la muerte, el
dolor, el azar, la lucha, la culpa.

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LA FILOSOFÍA: NECESIDAD Y SENTIDO 1

3. Los comienzos de la Filosofía


Hoy en día la palabra mito tiene una
El ser humano no siempre ha buscado respuestas a través de reflexión connotación positiva, como cuando se
filosófica. Muchas se intentaban encontrar antes a través de los mitos. dice, por ejemplo, que «Maradona fue
un futbolista mítico»: se emplea como
Por eso, algunos autores han hablado de paso del mito al logos*, que equivalente a ‘fuera de lo común’. Pero
se dio en la antigua Grecia en torno al siglo vi a. C. más a menudo tiene un valor negativo,
y en ese caso mítico es sinónimo de
3.1. El mito irreal o fantasioso. Muchas veces los
mitos expresan, a través de símbolos
Para orientarse en un mundo aparentemente caótico, el hombre ne- y bellas imágenes, verdades profundas
cesitaba disponer de una imagen general que le diera coherencia. Esta acerca de la vida y del hombre. Aristó-
imagen la suministraba el mito. Con esta palabra designamos a un teles, una de las mentes más lógicas
que han existido, decía: «El amigo de la
conjunto de narraciones tradicionales que proporcionaron al ser hu- ciencia lo es también, en cierto modo,
mano las primeras explicaciones acerca del cosmos y de él mismo. de los mitos».
Estos relatos se caracterizan por ser:

 Cosmogónicos: intentan explicar el origen del cosmos y del ser


humano. Presentan una visión global del universo, pues no puede
olvidarse que lo que necesita el hombre —ayer y hoy— es orientarse
en mitad de la complejidad de la existencia.
 Imaginativos y simbólicos: narran acontecimientos remotos,
protagonizados por dioses y personajes legendarios, y están llenos
de símbolos, por lo que son fruto, más de la imaginación que de una
actividad discursiva o lógica. Por eso se expresan en un lenguaje
poético.
 Antropomórficos: personifican los fenómenos naturales, pues de-
trás de ellos se sitúa la acción de unos dioses concebidos a la manera
humana.
 Tradicionales: en ellos se acumula toda la sabiduría legada por
las generaciones anteriores. De ahí que se asuman como un valioso
tesoro heredado de los padres.
 De carácter religioso: la necesidad humana, no solo de explicar lo
que sucede, sino también de controlar la realidad, supuso la asocia-
ción de los mitos a ritos religiosos. A través de estos, los humanos Pandora. Copia de una pintura victoriana.
intentaban atraerse el favor de los dioses. El mito de Pandora explicaba, para los
griegos, la existencia de todos los males
3.2. Paso del mito al logos del mundo.

Los antiguos griegos, por razones históricas, empezaron a considerar


que la imagen del mundo que les habían proporcionado sus mitos es-
taba desfasada. Por eso, poco a poco fueron afrontando los enigmas del Logos: término griego que significa ‘ex-
mundo y de la existencia con una nueva actitud: presión’, ‘palabra’, ‘discurso’ o ‘razón’; tam-
bién quería decir ‘ley’ o ‘principio’. Para los
griegos, este concepto podía entenderse
 pelaron más al intelecto —al logos— que a la imaginación. Co-
A como el discurso inteligible o razonado
menzó a cobrar más peso la explicación racional del hombre y su —a la vez que como la razón universal—
mundo. Predominó, por tanto, el discurso conceptual, mediante el que hace posible que el mundo tenga un
que se pretendía dar razones de las cosas. orden y un sentido.

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BI el saber filosófico

AC T IVIDADES  Reflexionaron sobre las regularidades, leyes o principios que la


4. Lee el siguiente texto y res-
razón humana puede descubrir bajo las apariencias sensibles de la
ponde a las preguntas. realidad material.
«He aquí el mundo ante ti, joven, Aunque se suele afirmar que con el filósofo griego Tales de Mileto
¿y qué le falta para que tú com-
prendas? Simplemente, falta que te
(c. 639-547 a. C.) se inauguró esta nueva forma de enfocar la realidad,
admires. Para hacer el mundo más lo cierto es que el paso del mito al logos no se dio bruscamente. En
maravilloso, más habitable, solo las teorías de los presocráticos* se pueden apreciar rasgos del pensa-
falta transformar los ojos que con- miento mítico que persistieron en la naciente especulación filosófica.
templan. No es el universo el que
se esconde, ahí está: siempre ahí;
3.3. Grecia, cuna de la filosofía
silencioso, mudo, no es el universo
el que se escapa y se desnuda: es a
ti a quien se le escapa el universo»
¿Por qué la filosofía comenzó precisamente en Mileto, una antigua ciu-
(J. Guitton, Nuevo arte de pensar). dad jonia, en el siglo vi a. C.? Allí concurrieron diversas circunstancias
a) ¿Crees que conservas la capa- de índole económica, social y cultural, que pueden resumirse así:
cidad de asombro? b) ¿Te parece
que la vida se hace más intere-  A partir del siglo viii a. C. surgen ciudades-Estado independientes
sante y más rica si alimentamos la y el sistema sociopolítico de las polis griegas se democratizó. Los
capacidad de asombro? ¿Por qué?
ciudadanos van a tener los mismos derechos y obligaciones ante la
5. Busca en internet el Canto I del ley y la posibilidad de intervenir en los asuntos políticos.
Kalevala e identifica en este texto
los rasgos de la mentalidad mítica.  Los valores aristocráticos y bélicos presentes en los mitos antiguos
quedaron obsoletos. Se extendió la percepción de que la sabiduría
6. Explica mediante una
representación gráfica con co-
contenida en los mitos no era válida para los nuevos tiempos.
mentarios escritos las condiciones  Las islas y las ciudades costeras de la Hélade cobraron relevancia
históricas que favorecieron el
como lugares de intercambio de bienes con otros pueblos del Medi-
surgimiento del pensamiento filo-
sófico. terráneo. Gracias a estos contactos, los griegos adquirieron nuevos
conocimientos técnicos y geográficos y, sobre todo, descubrieron
que hay otras formas de entender la vida. No fue casualidad que
la filosofía surgiera en tierras de colonos: en Jonia (costa de Asia
Menor) y en la Magna Grecia (sur de Italia).
 La importancia que los griegos otorgaban a la educa-
Discóbolo, copia romana ción, a la formación literaria (a través de la épica, las
anónima del original griego
tragedias y las comedias) y, en general, a la calidad
de Mirón (siglo v a. C.).
El interés griego por la
moral de sus ciudadanos.
educación y la vida  El ágora era el centro cultural y político de las ciudades
pública facilitó
griegas. En ella se reunían los ciudadanos para discutir;
un gran desarrollo
de la ciencia
algunos de ellos pertenecían a las clases acomodadas y
y el arte. disponían de tiempo libre para dedicarse a una vida de
conocimiento e investigación.

En este clima social y cultural se inauguró una nueva forma de


enfocar los grandes temas de la existencia. Algunos, asombrados
por el fenómeno del cambio, se preguntaron si por debajo del cons-
tante devenir en la naturaleza, no habría algo permanente o estable.
Intuían que la realidad no era caótica ni absurda, sino que estaba atra-
vesada por una racionalidad o logos que la mente humana podía des-
cubrir.
Biografía de Tales.

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LA FILOSOFÍA: NECESIDAD Y SENTIDO 1

4. La Filosofía frente a otras formas del saber


Tras el paso del mito al logos, no hubo una línea de separación precisa Presocráticos: en la antigua Grecia, pen-
entre la filosofía y lo que ahora llamamos ciencia. Los considerados sadores y escuelas filosóficas anteriores
a Sócrates. Su característica común es la
como primeros filósofos de la historia eran también hombres de cien- preocupación por el cosmos y por su rea-
cia. Tales de Mileto, por ejemplo, era un reputado astrónomo y mate- lidad última. Por eso, también se los deno-
mático que, además, se dedicaba a reflexionar sobre lo permanente en minó sabios, físicos o fisiólogos.
la naturaleza. Jamás habría pensado que ciencia y filosofía eran dos
ámbitos distintos. El filósofo. Textos del Teeteto,
de Platón.
Será a partir de la revolución científica (siglo xvi) cuando las ciencias Fragmentos de La filosofía como una
empíricas empiecen a considerarse disciplinas plenamente indepen- de las bellas artes, de D. Innerarity.
dientes de la filosofía. Veremos a continuación qué caracteriza a la
perspectiva filosófica frente al enfoque de las ciencias, tal y como se
han configurado en la modernidad.

4.1. Características del saber filosófico


 Universal. No acota una parcela del universo para estudiarla
exhaus­tivamente, como hacen las ciencias, sino que se interesa por
la realidad en su conjunto. El filósofo adopta una perspectiva de
globalidad: trata de descubrir las conexiones de unos problemas con
otros; el objetivo último es satisfacer la necesidad humana de una
cosmovisión en el plano de la existencia.
 Riguroso. Para lograr su objetivo, la filosofía se sirve de un mé-
todo e integra armónicamente todos los recursos
cognoscitivos del ser humano: la experiencia sen-
sitiva, la abstracción intelectual, el razonamiento
lógico, la argumentación discursiva, etcétera.
 Busca las causas de las realidades que intenta
explicar. Comparte esta característica con las
ciencias, si bien el filósofo aspira a desentrañar
las causas últimas de la realidad, los principios úl-
timos de los que los seres proceden y que explican
lo que son. Esta pretensión de ultimidad nos con-
duce a la siguiente nota distintiva.
 Radical. Las ciencias no se interesan tanto por
lo que las cosas son, cuanto por cómo se compor-
tan, tratando de encontrar la legalidad que rige Persistencia de la memoria, de S. Dalí (siglo xx). «Un historiador
ese comportamiento. La filosofía estudia el qué puede preguntarse qué sucedió en un momento determinado
y el porqué de las cosas. Cómo suceden los fenó- del pasado, pero un filósofo preguntará: “¿qué es el tiempo?”.
menos es, para ella, secundario; lo fundamental Un matemático puede investigar las relaciones entre los nú-
es descubrir la esencia de los seres y si tienen un meros, pero un filósofo preguntará: “¿qué es un número?”.
[…] Cualquiera puede preguntarse si está mal colarse en el
sentido. Por eso se dice que la filosofía se ocupa de
cine sin pagar, pero el filósofo preguntará: “¿por qué una
las «cuestiones últimas», aquellas que seguirán en acción es buena o mala?”.» (Thomas Nagel, What Does it All
pie aun cuando la ciencia haya desvelado todos los Mean? Oxford University Press, Oxford, 1987, pág. 5).
enigmas acerca del funcionamiento del universo.

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BI el saber filosófico

Así pues, la filosofía podría definirse como el saber de todos


los seres acerca de sus causas últimas, saber que se adquiere
mediante la luz natural de la razón. No obstante, hay que
añadir algunos matices.

Las respuestas de la filosofía, a diferencia de las de las cien-


cias, no son definitivas. Para un problema científico siempre
habrá una solución; por el contrario, una pregunta filosófica
nunca se podrá dar por definitivamente respondida.

Esto se debe a que la realidad, hasta cuyo meollo último


quiere penetrar la filosofía, es misteriosa, adjetivo que no
ha de entenderse como sinónimo de oscura o incomprensible.
Al revés: misterio es aquello que no podemos acabar de
sondear o recorrer.

La ciencia puede solucionar los problemas a los que se en-


frenta porque, por su propio método, atiende solo aquellos
aspectos de la realidad —lo fenoménico, lo cuantificable y
mensurable— que pueden agotarse o abarcarse.
La condición humana, de R. Magritte
(siglo xx). Las obras de arte, a su modo, Por último, se suele reprochar a la filosofía su presunta inutilidad.
suponen también una búsqueda. El autor Las ciencias generan conocimientos aplicables que han hecho más fácil
de este cuadro parece preguntarnos: la vida de los hombres. Pero si lo útil es aquello que sirve como medio
¿hay algo real detrás de lo que para un determinado fin, eso quiere decir que la filosofía no es «sierva»,
percibimos? sino libre. O, en otras palabras, que ella es un fin en sí y no un medio
para otra cosa. Es lo que sucede con todas las realidades valiosas: la
belleza, el amor, la amistad, etcétera.

4.2. Otros modelos de saber


Además de la filosofía y de la ciencia empírica, hay otras formas de
acceder cognoscitivamente a la realidad. Todas ellas tienen su valor.

El arte
El arte es una forma privilegiada de expresión de vivencias y conoci-
mientos que, de otro modo, no se podrían transmitir en toda su hon-
dura. Al igual que la filosofía, la expresión artística requiere una cierta
libertad interior frente a las urgencias pragmáticas de la vida cotidiana.

En el arte se conoce a través de la intuición creadora. Esta lleva a


cabo una transfiguración de la realidad y la expresa sin límites espacio-
temporales.

Ante los ojos del artista, todo aparece cargado de asociaciones signi-
ficativas: el artista no ve los objetos diferenciados nítidamente unos
de otros, sino participando de una única fuente de la que reciben su
significado. En esto se acercan mucho la filosofía y el arte, si bien difie-
ren en los modos de expresión.

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LA FILOSOFÍA: NECESIDAD Y SENTIDO 1

De hecho, a veces el filósofo encuentra


que el artista ha expresado intuicio-
nes a las que él ha intentado dar cauce
mediante el discurso racional. Hay
poetas que reflejan en sus creaciones
pensamientos de gran calado filosófico
de forma breve e incisiva. Y, por lo gene-
ral, el artista y el literato llegan más lejos
que el filósofo en el campo de la expre-
sión de vivencias. Por esta razón, muchos
filósofos (sobre todo, los románticos ale-
manes y los existencialistas) han visto
en la poesía o en la música el culmen del
conocimiento que nos es dado alcanzar.
Fotograma de Ran, película dirigida
La teología por A. Kurosawa en 1985. La tradición
mantiene vivas nuestras costumbres y
Hay ciertas cuestiones a las que se enfrentan tanto teólogos como filó- creencias. Debemos asimilar los valores
sofos: el sentido de la vida, el bien y el mal, Dios… Esto revela que hay positivos que transmite y dejar de lado
un cierto parentesco entre ambas disciplinas. Ahora bien, la teología los que, por diversas razones, han dejado
es una reflexión de la razón a la luz de la fe, reflexión que parte del de ser válidos.
dato revelado. La razón y la fe son dos fuentes distintas de conoci-
miento, pero no se oponen, sino que se complementan. La fe cristiana,
de hecho, se presentó desde sus comienzos como apta para dialogar
con la razón y, en vez de replegarse sobre sí misma, salió al encuentro
de la cultura de su tiempo.

La relación entre fe y razón a lo largo de la historia ha sido siempre «de


A CT I VID AD ES
ida y vuelta»: las verdades de fe fueron, en buena medida, definidas me- 7. ¿Estás de acuerdo con la si-
diante conceptos tomados de la filosofía (como naturaleza, persona o guiente afirmación de Miguel de
sustancia). Y, a la inversa, la filosofía se ha beneficiado en su desarrollo Unamuno?
«La filosofía se acerca más a la
de los horizontes que le ha abierto la Revelación.
poesía que a la ciencia» (Del sen-
timiento trágico de la vida, Espasa
La tradición Calpe, Madrid, 1982, pág. 27).

La palabra tradición significa etimológicamente ‘transmisión’. Se trata 8. Escoge una obra artística y
del modo en que recibimos la visión de la vida, los conocimientos, va- explica, a partir de ella, las seme-
janzas y diferencias entre la filoso-
lores y costumbres que están vigentes en la cultura a la que pertenece- fía y el arte.
mos. Todo eso que heredamos de las generaciones anteriores también
9. Señala cuáles de las siguientes
recibe el nombre de tradición.
afirmaciones son verdaderas y
cuáles, falsas.
Con la tradición recibimos una determinada interpretación del mundo, a) La calidad del arte depende de
una hipótesis explicativa de la realidad, que proporciona un posible su capacidad para captar y reflejar
significado de las cosas sin el cual es imposible vivir. La tradición no se fielmente la naturaleza. b) La teo-
ha de asumir sin más, acríticamente. Por eso, debemos tomar en serio logía como saber religioso está
la propia tradición, haciéndola nuestra, para poder apreciar sus valores desligada del conocimiento racio-
nal. c) La tradición identifica a una
y abandonar aquello que realmente carece de valor, para liberarnos de
comunidad diferenciándola de
lo que podría corresponder a la situación de otros tiempos, no a la de otras.
los nuestros.

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