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MENAGE ROMÁNTICO
TARA CRESCENT
Traducido por
CINTA GARCÍA DE LA ROSA
Copyright © 2019 Tara Crescent
Todos los Derechos Reservados
Traducción del original de Cinta García de la Rosa
http://cintagarcia.com
Ninguna parte de este libro debe ser reproducida de ningún modo, ni por ningún
medio electrónico o mecánico incluyendo sistemas de almacenamiento y
recuperación de la información, sin el permiso por escrito de la autora. La única
excepción es cuando alguien escriba una reseña, ya que podrán citar fragmentos
cortos en sus reseñas.
Este libro es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares, e incidentes
son producto de la imaginación de la autora o han sido usados de modo ficticio.
Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, sucesos, o lugares es
pura coincidencia.
Creado con Vellum
ÍNDICE
Juegos Ardientes
1. Nina
2. Scott
3. Zane
4. Nina
5. Scott
6. Nina
7. Zane
8. Nina
9. Scott
10. Nina
11. Zane
12. Nina
13. Nina
14. Scott
15. Nina
16. Zane
17. Nina
18. Scott
19. Nina
20. Zane
21. Nina
22. Zane
23. Nina
24. Scott
25. Nina
Epílogo
Lean un Fragmento Gratis de Palabras Ardientes
Acerca del Autor
Otras Obras de Tara Crescent
JUEGOS ARDIENTES
Me equivoqué.
Todo termina.
NINA
SCOTT
ZANE
NINA
SCOTT
NINA
M
noches.
e paso la mayor parte del miércoles por la mañana
esperando a que suene el teléfono. Scott y Zane no
me dijeron cuando sería la primera de nuestras
ZANE
NINA
NO ESPERABA ENAMORARME ,
No sabía qué era el amor.
Me acurrucó como una cálida manta,
Pero tenía miedo…
Pensaba que lo sabías.
SCOTT
M
amables.
i padre me llama el viernes inesperadamente.
—He oído que han puesto tu edificio a la venta
—dice tras un breve intercambio de comentarios
a hacer.»
«Dile lo que han decidido. Dile lo que el grupo va
Si van a escribir historias ardientes sobre sus vecinos, no les den pollas
pequeñas.
Autora mala.
Por desgracia para mí, ellos encuentran la historia.
Maggie:
El Lamborghini rojo está en mi plaza de aparcamiento otra
vez.
Al parecer, si tienes un coche lujoso, no tienes que
comportarte como un ser humano civilizado.
Estoy preparada para volverme loca. «Estúpidos,
egoístas, engreídos billonarios que se creen con derecho a
todo,» murmuro para mí, irritada hasta el infinito. Mis
nuevos vecinos, Ethan Burke y Lars Johansen, puede que
fueran agradables a la vista, pero ninguna cantidad de sex-
appeal va a evitar que llame a la grúa para que se lleven el
carísimo coche deportivo italiano.
Regla de Vida Número 45: No aparquen en una plaza que
esté marcada como Reservada, a menos que realmente esté
reservada para ustedes.
Miren, no soy una cabrona. El primer día que el coche
apareció en mi plaza, puse los ojos en blanco y aparqué en el
aparcamiento grande a dos manzanas del restaurante. «Tal
vez no vieron el letrero que dice “Reservado para el China
Garden”,» pensé caritativamente. «No hagas un problema
de esto, Maggie.»
Mi paciencia vaciló la segunda vez, pero apreté los dientes
y dejé una nota bastante seca debajo de su limpiaparabrisas.
Están en mi plaza de aparcamiento. El letrero que dice
“Reservado” no es una sugerencia. ¿Puedo sugerirles que
practiquen sus habilidades de comprensión lectora?
Bueno, está bien. La nota sonaba enfadada, pero ¿pueden
culparme de verdad? Solo porque el aparcamiento de dos
billonarios esté siendo repavimentado no les da derecho a
aparcar de un modo despótico en mi plaza. Podrían haberse
comportado como buenos vecinos y pedir permiso, pero por
supuesto, no lo hicieron. Supusieron que como eran más
ricos que Dios, simplemente podían hacer lo que les viniera
en gana.
«Esta vez no, cabrones.»
Mis brazos están cargados con las bolsas de la compra y,
para empeorar las cosas, está lloviendo. La fría y húmeda
llovizna se mete bajo mi piel y me cala hasta los huesos. Se
supone que es primavera, pero el clima no parece haber
recibido el mensaje. Para cuando vuelvo a mi apartamento,
mi ropa está empapada, estoy temblando de frío, y estoy
furiosa. Por regla general no soy una persona beligerante,
pero hoy voy a llamar a la grúa para que se lleven el
Lamborghini.
Marco el número de Joe Laramie.
—Joe —le digo al policía cuando contesta al teléfono—, el
odioso coche deportivo de los billonarios está en mi plaza de
aparcamiento —mi voz sube por la frustración—. He tenido
que aparcar en el aparcamiento disuasorio del centro otra
vez. Tengo frío, me siento desgraciada, y quiero romper su
parabrisas con una piedra. Haz algo.
Joe se ríe de buen humor. El alto y grandulón policía fue al
instituto conmigo y es uno de mis mejores amigos. Incluso
fuimos juntos al baile del instituto un año. Aunque nos
besamos al final de la noche, había sido como besar a mi
hermano. Qué asco. Después de eso, nuestra relación ha
seguido siendo amistosa y cálida, pero estrictamente
platónica.
—No hace falta que dañes su propiedad, tigresa —dice
con tono divertido—. Ahora mismo voy.
Lars:
Tras un año de ser uno más de los ricos ociosos, estoy
muerto de aburrimiento y más que preparado para comenzar
una nueva aventura. Esta vez, en el mundo de las editoriales.
La idea de ReadStream es sencilla. Queremos crear
historias con la profundidad de un libro y la experiencia
interactiva de un videojuego realmente bueno. Estoy
convencido de que la siguiente oleada de innovación en el
mundo editorial implicará libros con experiencias de lectura
mejoradas, y las cinco grandes editoriales están demasiado
ocupadas protegiendo su negocio existente como para
abrazar el cambio de buen grado. Nueva York está estancada,
desesperada, y moribunda.
Lo cual me lleva a la reunión de hoy con Helena Wu.
Helena es una agente que representa a Cara Sandoval-Nez,
quien ha escrito una hermosa novela de exuberante fantasía
ambientada en una América alternativa, una no descubierta
por Cristóbal Colón.
Renee, mi Directora Editorial, nos ha estado presionando
con fuerzas para que adquiramos esta novela para que sea
nuestro primer proyecto, y tiene razón. Ahora solo tengo que
convencer a la escéptica agente de que somos la mejor
editorial para la novela de su cliente.
Estoy esperando que sea algo así como una batalla cuesta
arriba. Somos una editorial que acaba de empezar, y se dice
por ahí que tres editoriales neoyorquinas están pujando
fuerte por el libro.
Y claro, la frase inicial de Helena no es muy alentadora.
—Señor Johansen —dice, dedicándome una penetrante
mirada a través de sus gafas de montura negra—, ¿sabe
cuántas nuevas editoriales fracasan?
Frente a mí, Ethan contiene una sonrisa. Yo pensaba que
la primera pregunta de Helena sería una fácil; Ethan predijo
que la experimentada agente iría directa a la yugular. Le debo
cincuenta dólares.
—El noventa por ciento de las editoriales fracasan
durante los primeros dos años —respondo—. He
investigado, señora Wu. Déjeme decirle por qué ReadStream
es diferente y por qué creo que somos la mejor editorial para
“Una Tierra Invadida por el Canto del Cuervo”.
Íbamos bien encaminados a exponer nuestros argumentos
cuando, de repente, suena el teléfono de Ethan. Mira la
pantalla y sale de la sala con una disculpa murmurada. Lo
cual significa que la llamada es de la loca de su ex mujer,
Catalina.
Suspirando para mí, vuelvo a la presentación. Catalina
presionó mucho para conseguir el divorcio hacía dos años,
pero en cuanto la empresa se vendió por billones, había
empezado a llamar a Ethan casi todos los días. Le he dicho a
mi amigo un millón de veces que bloquee su número, pero
Ethan tiene un punto débil, y ese es la supermodelo de su ex
mujer.
Tras cuarenta y cinco minutos de discusión, creo que lo
hemos clavado. Renee y yo hemos convencido a Helena del
valor de la proposición de ReadStream y, seamos honestos, el
adelanto de medio millón de dólares que estamos dispuestos
a ofrecerle a Cara Sandoval-Nez tampoco hace daño.
—Le expondré su oferta a Cara —nos promete Helena—.
Por supuesto, ella tomará la decisión final, pero estoy segura
de que quedará impresionada por lo que ReadStream está
ofreciendo.
Estamos levantándonos para estrecharnos la mano
cuando Ethan vuelve a entrar en la sala.
—Le dejaste claro al restaurante chino de ahí enfrente que
estás aparcando allí, ¿verdad? —me pregunta.
—Sí —respondo asombrado—. Tú estabas allí cuando
hablé con Dominic la semana pasada. Nos pasamos casi una
hora hablando de coches. ¿Por qué?
Los ojos de Ethan bailotean de alegría.
—Porque la grúa se está llevando el Lambo —responde—.
Creo que deberías ir a rescatar a tu bebé, Lars.
Ethan:
Vive en Toronto.
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