Hay Otra Gente Que Está Esperando
Hay Otra Gente Que Está Esperando
Hay Otra Gente Que Está Esperando
Hay
Otra
Gente
que está
Amós 5:24
esperando
Este mensaje fue tomada de la revista de
Charity Christian Missions, Vol.6, No.1, Feb 2002.
por Weston Leibee, “The Priority of the Unreached”.
Traducido y editado por la Asoc. AMOS 5:24
Junio 3, 2002
2
Hay otra gente que está esperando
No es por nada que estamos preparando a nuestros hijos en el
hogar. No es por nada que los hijos están copiando la Biblia. Las
empresas del mundo y los ricos están esperando que les mande-
mos a nuestros hijos como obreros. Pero hay otra gente que está
esperando...
Por otro lado, allí están las nueve hectáreas. En cinco de esas hec-
táreas hay sendas donde uno que otro trabajador ha pasado a cose-
char un poco. Pero hay cuatro hectáreas donde nunca ha entrado
un obrero.
Ese obrero regresa para avisar a sus compañeros, pero ellos están
muy ocupados en esa primera hectárea. Entonces, va a consultar
con el Señor de la mies. Le pregunta si está bien ir a cosechar las
cuatro hectáreas. ¿Qué creen ustedes que va a decir el Señor?
“¡Por supuesto!”
Le dijimos, “Sí.”
Caminamos unos 200 metros por las chozas redondas donde las
mujeres estaban moliendo la masa, y los puercos corrían bajo
nuestros pies. En la sombra de dos grandes árboles llegamos a un
arenal con muchas bancas hechas de troncos. Nos sentamos allí.
Vimos que la arena estaba completamente plana, comprimida con
muchas pisadas. El joven que nos guió, nos dijo sin presunción,
“Este es el lugar que preparamos para reunirnos cuando venga un
maestro que Dios enviará.” Continuó, “Las muchas pisadas mar-
can donde mi pueblo ha danzado y pedido a Dios que mande su
palabra a nuestra aldea.”
5
Esa noche vinieron cientos de personas a Nanylinagu. Llevaron
sus tambores. Espero que eso no les ofenda, hermanos. Ellos son
paganos. Esta gente no sabe nada — absolutamente nada — de los
caminos de Dios. Danzaron desde las 8 hasta las 12 de la noche:
una danza de gozo, con cantos de celebración. A la segunda noche
nos dijeron, “Ahora les toca a ustedes danzar.”
“Sí. Dios hizo esta calabaza. En el principio hizo todas las cosas.
En el principio hizo el mundo entero. Dios hizo calabazas. Dios
los hizo a ustedes. Dios me hizo a mí.”
6
La predicación continuó, explicando que hay solo un Dios verda-
dero. También hay una sola manera de adorarlo.
Uno de los nativos dijo, “Dios nos dará fuerzas. Vamos a cambiar.
Vamos a adorar al Dios verdadero.”
7
¿Por qué van a llegar primero los hombres pagados por el gobier-
no para poner postes para la electricidad? El gobierno ha persua-
dido a esos hombres a ir para instalar la electricidad. El Señor
Jesucristo está persuadiendo a los discípulos a ir para anunciar su
Palabra.