TEMA 3. La Filosofía Moderna
TEMA 3. La Filosofía Moderna
TEMA 3. La Filosofía Moderna
Índice:
1.3.1. Platónicos
En la Florencia de los Médici, en el siglo XV, se fundó una Academia platónica. Jorge
Gemisto Pletón (1355-1452) le dio el primer impulso, destacando después Marsilio Ficino (1433-
1499) y Pico de la Mirándola (1463-1494). Gracias a ellos se llegó a conocer al auténtico Platón,
y su enseñanza despertó un gran entusiasmo. Polemizaron con los aristotélicos respecto a cuál de
las dos filosofías, la platónica o la aristotélica, se encontraban más cerca del cristianismo.
Los platónicos, que en realidad son más bien neoplatónicos, pretendían conciliar todas
las religiones –cristianismo, judaísmo, religiones orientales- en una sola. La Reforma y la
Contrarreforma consumieron sus esperanzas. El otro gran tema es el lugar central que ocupa el
hombre en el cosmos como intermediario de todas las criaturas e intérprete de la naturaleza.
1.3.2. Aristotélicos
Si los platónicos tuvieron intereses religiosos y humanistas, los aristotélicos se interesaron
por el estudio de la Naturaleza. Hubo un primer aristotelismo cristiano, enlazado con la tradición
escolástica. Pero el grupo más importante es heterodoxo y se divide, a su vez, en dos grupos,
según que se inspiren en la interpretación aristotélica de Averroes o en la de Alejandro de
Afrodisias. El centro principal de los averroístas fue Padua, en donde se creó la Escuela de Padua,
y sus representantes más notables fueron Alejandro Aquilino (+1512), Marco Antonio Zimara
(1460-1532) y Martín Nifo (1473-1546). Representantes de los alejandrinistas fueron Pedro
Pomponazzi (1462-1524), Jacobo Zabarella (1532-1589), Andrés Cesalpino (1519-1603), Cesare
Cremonini (1550-1631) y Lucilio Vianini (1685-1619), algunos de los cuales también enseñaron
en Padua.
4. LA FILOSOFÍA RACIONALISTA
4.1. DESCARTES
d) La duda metódica.
4.2.1.Vida y obras
Baruch de Spinoza nace en Amsterdam, en 1632, en
el seno de una familia judía de origen portugués afincada en
Holanda. Su padre era el jefe de la comunidad judía de la
ciudad. Formado en las tradiciones del judaísmo, pronto se
muestra crítico ante la ortodoxia de la comunidad judía. Se
relaciona con otros heterodoxos como Uriel da Costa y Juan
de Prado en el Círculo de los Libertinos. No obstante,
mantiene las formas hasta la muerte de su padre en 1654. A
partir de entonces critica el teísmo hebreo, siendo excomulgado en 1656. Sufrió un intento de
asesinato por este motivo.
Trabajará desde entonces como pulidor de lentes, viviendo en diversas ciudades
holandesas. Apoya a los republicanos y liberales (afectos a los hermanos Witt) que proponían la
disolución de los monopolios -como la Compañía de Indias- frente a los intolerantes, centralistas
y defensores de la guerra orangistas y calvinistas, apoyados por la comunidad hebrea. Es
partidario de que el Estado proteja la libertad de los individuos y sus derechos y la tolerancia –
anunciando los ideales ilustrados-. Defiende el estado democrático basado en la idea de Homo
homini Deus est que la razón descubre.
En 1670 publica Tractatus theologico-politicus como obra anónima, aunque rápidamente
le es atribuido, en la que propugna la separación entre teología y filosofía. En 1673 rechaza una
cátedra en Heidelberg. Muere en 1677 en La Haya. Ese mismo año se publican su Ética
demostrada según el orden geométrico, Tratado político, Reforma del entendimiento, etc.
4.2.3.Ética racionalista
Para Spinoza, el ser particular (individuo) es una expresión de la sustancia. Se caracteriza
por el conatus (apetito): perseverar en el ser (conservación de sí mismo) y aumento del mismo.
El deseo es el apetito consciente de sí y supone la manifestación del apetito. Tal deseo presenta
múltiples modulaciones o tonalidades (afectos), pero todas se pueden reducir a dos: alegría
(expresión o liberación de sí), que se identifica desde el punto de vista ético con lo bueno o útil
para el ser, y tristeza (repliegue, contrariedad o limitación del ser), que se identifica a nivel ético
con el mal. La alienación o extrañamiento de sí mismo viene dada por la dominación dogmática
de poderes externos al individuo, cuyas consecuencias son la tristeza en sus diferentes
modulaciones: odio, resentimiento, angustia, depresión, fanatismo, pasión descontrolada, etc., o
bien por la confusión personal del conocimiento de sí mismo (conocimiento inadecuado de
nuestra naturaleza por los excesos de la imaginación), cuyas consecuencias son la tristeza
expresada como afectividad confusa, contradictoria, ambivalente, ensoñaciones quiméricas o
depresión.
4.2.4.Política secular
El fundamento de la convivencia no es el deber ser (puesto que no hay valores ni bien
trascendentes), sino la expresión libre del ser de cada cual –su ser el mismo-. El derecho individual
se identifica con el poder. Podríamos pensar que cada cual tiene derecho hasta donde alcance su
poder. Sin embargo, todos los individuos tienen un derecho natural a ser libres y autónomos,
positivamente, a desarrollarse y, negativamente, a no estar sometidos a otro, ni por la fuerza o el
miedo, ni con engaños o favores.
El estado nace de un contrato racional, puesto que en el estado de naturaleza las diferentes
potencias individuales, solitarias y enemistadas, quieren los mismos objetos. Al descubrir
racionalmente los propios apetitos y la posibilidad de unirlas en el Estado, surge, también, la
posibilidad de aumentar el ser de cada cual, mediante la paz y la seguridad, meros medios
estatales. Paz y seguridad ciudadana, pues, son el resultado de la coacción estatal, las necesidades
humanas y la iniciativa ciudadana. El estado en tanto que unión de potencias individuales posee
más realidad y perfección que los individuos aislados. Pero su verdadero fin es la libertad.
Constituyendo un medio del que los seres humanos se valen para realizar su vida. La única función
del Estado es organizar materialmente la sociedad para que cada individuo pueda desplegarse.
Ordenar la vida colectiva conforme a la razón. Racionalizar, en suma, al poder humano. Lo cual
puede ser interpretado como el intento de defender al débil frente al fuerte, ya que todos son
expresiones de la naturaleza. A su vez, el Estado se prolongaría en una unión de estados
democráticos, necesaria para los intercambios comerciales beneficiosos entre países. Así, el
Estado es una entidad espiritual defensora del bien común.
Spinoza prefiere el estado democrático y liberal al oligárquico o al absoluto, porque ese
permite desarrollar la vida de todos los ciudadanos de un modo más perfecto, más racional. Así
la tolerancia democrática, que permite la libertad de opinión y los derechos individuales en el
seno de una sociedad que elimine los abusos de la Iglesia y de los Estados. Por eso rechaza los
credos religiosos, políticos y morales dogmáticos, que confinan al ser humano a la alienación de
la afectividad negativa (odio, resentimiento, fanatismo, etc.).
5. LA FILOSOFÍA EMPIRISTA
Este nuevo orden político dominaría todo el siglo XVIII. A partir de la segunda mitad
del siglo XVIII los avances técnicos (máquina de vapor, de hilar...) inician la transformación de
la producción agrícola inglesa; son los albores de la Revolución Industrial que colocarían a gran
Bretaña a la cabeza del mundo. Nace en esos momentos una nueva ciencia, la Economía de la
mano de Adam Smith. Hacia 1774, la insurrección de las colonias inglesas en América, vendría
a marcar la política inglesa de final del siglo por su importancia para el imperio marítimo y
colonial que este país se había propuesto construir desde el siglo anterior.
5.2.5. Ética
Para Hobbes el bien y el mal, pues, son relativos a las personas, los lugares y los tiempos.
Apetición y aversión no son voluntarios, sino generados por los objetos externos. El que desea
algo no puede menos que desear lo que desea. Cuando en el ser humano se alternan deseos
diversos y opuestos, esperanzas y temores, y se presentan las consecuencias, buenas o malas de
una acción posible, se produce la deliberación (cálculo) y el término último de la misma, es decir,
“el apetito o la aversión última a la que sigue inmediatamente la acción o la omisión de la acción”
(Leviathan), a esto es a lo que llamamos voluntad.
La voluntad pone fin temporalmente a las dudas, a las vacilaciones, a las incertidumbres,
porque el hombre no puede alcanzar un estado definitivo de descanso. Por eso, no hay fin último,
porque después de él nada sería deseado.
La libertad se reduce a libertad de acción, la que se da cuando la voluntad no está impedida
externamente. No hay libertad de querer, porque para Hobbes no se puede no querer lo que se
quiere o desea. En definitiva, deliberación y voluntad son actos generados por los movimientos
de los objetos externos.
a) Crítica al innatismo
El empirismo de Locke se caracteriza por su rechazo radical del innatismo. El innatismo
es innecesario, todas las ideas se pueden explicar recurriendo a la experiencia de los sentidos.
Para el empirismo no existen ideas ni principios innatos al entendimiento. Si así fuera, dice Locke,
las tendrían los niños, los iletrados, los retrasados mentales y las personas de otras culturas, lo
cual no ocurre. Con anterioridad a la experiencia, nuestro entendimiento es como una tabula rasa,
en la que nada hay escrito. Todo nuestro conocimiento procede de la experiencia sensible
(sensismo).
c) El lenguaje
Las ideas son signos de las cosas, pero para comunicar las ideas a los demás necesitamos
signos convencionales de las ideas: las palabras. Para Locke, la idea es independiente de la palabra
(se pueden tener ideas y pensar sin necesidad de palabras). En cuanto a las palabras generales,
Locke elabora una explicación nominalista, semejante a la de Ockham: tales palabras son signos
de ideas generales, las cuales no representan esencias universales, sino únicamente los rasgos
comunes a individuos semejantes. En consecuencia, las definiciones no expresan la esencia o
naturaleza de una cosa, sino únicamente el uso que se debe hacer de los términos.