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C. l. F.

, XIX-XX ( 1993-1994) 183-209

LA CRUX DECUSSATA Y EL MARTIRIO


DE SAN ANDRÉS APÓSTOL*

Antonio Ruiz de Elvira**


Universidad Complutense

RESUMEN. En este trabajo se estudia la expresión crux decussata, empleada por vez
primera por Justo Lipsio en 1593, pero procedente de las palabras antiguas decussis, de-
cussare y decussatio, y aplicada a la cruz en forma de X que, sólo muchos siglos después
de los Apóstoles, empezó a aparecer en representaciones iconográficas del martirio del
Apóstol San Andrés; y, asimismo, se reseñan las más importantes de esas representacio-
nes, desde Fouquet hasta nuestro siglo.

ABSTRACT In this paper the author discusses the Latin idiom crux decussata, first
used by Justus Lipsius in 1593, but coming from the ancient words decussis, decussare
and decussatio, and attibuted to the cross, in the form of X, which, only much centuries af-
ter the Apostles, began to appear on iconographic images of Apostle St. Andrew 's martyr-
dom; and, likewise, the most considerable of such images are reviewed, from Fouquet un-
ti! our century.

l. Rasgos fundamentales.

Ni decussata (crux) ni KEXLaapÉvoc;, (aTavpód, ni ninguna otra expresión que


sugiera la cruz en forma de X, están en ningún texto de los Acta Apostolorum
Apocrypha ni de ningún martirio ni pasión de San Andrés apóstol (ni de ningún otro
apóstol ni mártir), hasta 1593, en que por vez primera, en el De cruce de Justo
Lipsio, I 7, aparece, tanto la expresión crux decussata, como la indicación (acompa-
ñada de grandes dudas, y muy probablemente tomada de las representaciones icono-
gráficas que [tras dudosos precedentes en los siglos X al XIV] empiezan en Fouquet y
siguen en el libro de las Horas de Felipe el Bueno, el "maestro ... " de Freising, un
grabado anónimo con el escudo de Carlos el Temerario, una moneda del mismo, el se-
guace de van der Goes, el "Maestro de la leyenda de la Magdalena", Jean Colombe

* Recibido el 8 de junio de 1994.


**Doctor y Catedrático (jubilado) de Filología Latina en la Universidad Complutense de Madrid.
Ciudad Universitaria s/n. 28040 Madrid.

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ANTONIO RUIZ DE EL VIRA

en las Tres Riches Heures du Due de Berry, dos estatuillas de Vischer y de Stoss, un
grabado de Durero, y dos de Cranach, y quizá también en Otho Venius; v. todos los
detalles infra de que es en una cruz decussata donde se suele admitir que fue martirizado
San Andrés [la indicación, sin término decussata, y combatida, se encuentra 36 años
antes, en la Historia Gallica de Cenalis, v. infra, pp. 15 s. ]. Y, en efecto, ésa es la "cruz
de San Andrés", muy mayoritariamente aunque no siempre, en la iconografía desde 1450
hasta hoy.

2. Análisis.

A) Textos.

En E. Lodi, Los santos del calendario, Ediciones Paulinas, Madrid 1992 (traduc-
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nocedor de los problemas, certidumbres e incertidumbres de la hagiografía, se lee, p.


508: "La passio apócrifa sobre el martirio lo hace crucificar en Patrás sobre un cruz
decusata, es decir, con los brazos en forma de X (llamada de San Andrés), como se
usaba en los alfabetos trazados sobre el suelo para la dedicación de las iglesias. Esta
cruz sólo figura en la liturgia de las horas ... ". Estas afirmaciones son en parte inexac-
tas, en parte ciertas, en parte conjeturales. La passio apócrifa, conservada con varian-
tes en numerosos textos griegos y latinos, habla, en casi todos ellos, del martirio del
apóstol San Andrés en una cruz, pero absolutamente ninguno de esos numerosos tex-
tos dice, ni sugiere, que esa cruz tuviera la forma de X: ni decussata (crux), ni KEXLWT
f1Évoe (aTavpód, ni otra indicación alguna de que la cruz tuviera esa forma, aparecen
en ninguna de las JJpá (ELe publicadas por Fabricius, Dressel y Tischendorf, en ningu-
na de las JJpá (ELe, MapTúpw, Martyria, Passiones, etc. publicadas por Max Bonnet
(que son 15 textos en total, entre griegos y latinos), ni en otros 5 textos griegos nuevos
de Ehrhard, ni en Gregorio de Tours (Liber de miraculis beati Andreae apostoli, edita-
do por el mismo Max Bonnet), ni en Epifanio, ni en San Pedro Damián, ni en Sto.
Tomás, ni en Jacobo de Vorágine, ni en Vincentius, Bellovacensis, ni en Alfonso el
Sabio, ni en Mombritio ni en Lipomano ni en "Abdías" ni en Surio, ni en Ribadeneira,
ni en el Breviarium Romanum, ni en los demás textos reproducidos en Migne, PG 2,
1190-1198, 37 textos en total (incluyendo algunos de los que he mencionado y varios
otros; es especialmente interesante uno del Aquinate, de un sermón: sermo II, de Sto.
Andrea, ex editione Romana 1570, XVI sub finem, pág. 48). De entre estos últimos
hay uno, la a vT( aTpoif;ov aTaú pwm v (en un trímetro) del Martyrolo-gium metricum
Ecclesiae Graecae, ad. d. 30 Nov., en PG 2, 1193 (tomado de la edición de Siber, Lips.
1727, y cuya datación no consta), en el que podría verse un debilísimo indicio de posi-
ble decussata, pero inseguro a más no poder:

- - 1 V - 1 - 1 V - 1 vv 1 - -

avT{aTpoif;ov aTaúpwmv 'Av8pEae cpÉpEL,

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LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

traducido en Migne por

- -~ V - 1 - - 1 V-~ VV- 1 V-

antistrophae fixus cruci fuit Andreas,

que significa 'Andrés soportó una crucifixión volteada' o ' ... fue atado, o sujetado, a
una cruz volteada, o girada' (como la de San Pedro en "Abdías" y muchos otros tex-
tos, a partir de Orígenes en Eusebio Hist. Eccl. III 1, 1, Ka ni KEcpa;ti¡c;, v. infra sobre el
martirio de San Pedro en un grabado de Lucas Cranach); o bien significa (con metoni-
mia e hipálage elípticas, sobre las cuales v. infra) ' ... una crucifixión de brazos opues-
tos', y nada de eso incluye necesariamente que esa cruz fuera una decussata; la de-
cussata, X, está formada por ángulos oblicuos, dos agudos y dos obtusos, los cuatro
opuestos por el vértice; podría, desde luego, la 'crucifixión de brazos opuestos' desig-
nar esos cuatro, pero no necesariamente; también son opuestos por el vértice los cuatro ángulos
rectos de la cruz latina o immissa, t, y (si se prolonga el brazo mayor) los de la com-
missa, T, y los de la griega,+, y los, rectos u oblicuos, de cualquier otra forma de
cruz. Y puede también, por último, la a vT( aTpocpoc; aTa ú pwatc; ser una crucifixión
horizontal, v. infra, pp. 202 s.
Para el caso, improbable por lo demás, de que esa a vT( aTpocpoc; aTa ú pwaLc; significa-
se 'crucifixión volteada o invertida', es decir, con el crucificado cabeza abajo como San Pedro
(como he dicho, y siempre en cruz normal, no decussata), es muy ilustrativo un grabado de
Lucas Cranach (1472-1553), de la serie, en Berlín, Martirios de los Apóstoles, p. 279 de L. C.,
Das gesamte graphische Werk (München 1972), y número LI de L. C., Incisioni scelte
(Firenze 1970), serie, toda ella, de c. 1512. En él se representa el martirio de San
Pedro en una cruz que es precisamente una cruz volteada: al parecer la están clavando
en el suelo y enderezando, pero todavía no está vertical, sino un poco inclinada hacia
la derecha, y San Pedro está, no clavado, sino atado con cuerdas (como veremos que
está casi siempre San Andrés, pero San Pedro aquí, como siempre, en una cruz no de-
cussata, sino normal o immissa, como he dicho): cabeza abajo, sí, pero no a lo largo
del madero más largo o casi vertical, sino entre éste y uno de los brazos perpendicula-
res, el de la derecha, con lo que queda exactamente volteado, o torcido hacia la dere-
cha, es decir, no en posición supina, o praeceps, vertical, ni tampoco horizontal, sino
formando ángulo agudo con la vertical, es decir, bien torcido o sesgado, como no lo he
visto en ninguna otra representación de crucifixión alguna, y como no está nunca San
Andrés, que·, incluso en la decussata en general, y particularmente en el grabado co-
rrespondiente de la misma serie de Cranach, p. 265 de Das gesamte ... , y número LII
de Incisioni ... , está casi siempre bien erguido; vertical casi siempre; un poco inclinado
hacia delante, en el de Cranach; horizontal, per transversum, en Cíteaux y en Évreux,
v. infra inclinado, pero en cruz latina y sujeto a ella en la forma usual, en la predela de
Arcan-gelo di Cola da Camerino, v.infra.

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ANTONIO RUIZ DE EL VIRA

[Sobre la metonimia e hipálage elípticas: como loca surda 'lugares donde nada
se oye'; y "el ciego sol se estrella ... ", esto es, 'el ciego sol porque ciega, y no ya sólo
a los que lo miran, sino a cualquiera que esté expuesto a la intensísima luminosidad
que da al día estival' (v. Silva ... , pp. 89 s. de las pruebas); y "hemos pinchado" por
'una rueda se nos ha pinchado', pupugit altius 'se dio un buen pinchazo', en Apuleyo,
me t. V 23, por 'puncta est altius'; "eso vende", anglicismo hoy usual, a partir, sobre
todo, de best seller, pero ya en Horacio, epist. II 1, 75 iniuste totum ducit venditque
poema por 'versus paulo concinnior ... commendat totum poema facitque ut facile ve-
neat'; y lito raque alcyonen resonant, acalanthida dumi en Virgilio, georg. III 338 'las
playas hacen, con su eco, que se escuche el son del alción, y los matorrales espinosos
hacen, igualmente, que se escuche el canto del jilguero', siendo acusativos internos
tanto alcyonen como acalanthida; o, en intransitivos, "vuelto de América", gane with
the wind que no es 'lo que el viento se llevó', sino 'ido con el viento', esto es, 'se fue
con el viento', no distinto, como hipálage semántica, de "bien comido y bebido", ce-
natus, obesus, reversus, etc.; y como look intransitivo; y audit bene por 'de eo bene lo-
quuntur'; y evidens, que no es 'lo que ve' sino 'lo que se ve'; y piscina, 'sin peces pe-
ro para nadar como nadan los peces', ya en Séneca epist. 86, 5, y después en Plinio iun.
epist. V 6, 23 y II 17, 11, en Suetonio Nero 27, y Mart. III 44, 13; y vvKTá ).o<j;; y reverso
post Actiacam victoriamAugusto en la Vita Donatiana de Virgilio § 27; y doctus, y 'en-
tendido', 'mirado', 'considerado', "leído y escribido", y todos los demás reseñados en
el Esbozo de una nueva gramática ... de la Academia, p. 495: 19 en total además de los
que he puesto yo supra (y la lista no es completa): todos ellos son participios pasivos
de verbos transitivos con significación activa: v. también en mi artículo "Laodamía y
Protesilao", CFCNS 1, 1991, p. 152. En todos los casos se trata de metonimias léxico-
gramaticales, antitéticas, elípticas e hipalágicas.]
Lo que sucede muchas veces es que indebidamente se confunde la decussata,
X, con una cruz griega, +, sobre todo si está un poco ladeada, volteada o sesgada, X,
confusión (sobre todo en los dibujos, de muchas Enciclopedias, en que aparecen jun-
tas las diferentes formas de cruz) que proviene de descuidar la diferencia fundamen-
tal entre los ángulos oblicuos del decussis, X, y los rectos de los cancelli, X (cancelli
en Varrón rust. III 5, 4, Ovidio am. III 2, 64, Columela VIII 17, 6, 'rejillas', Vulgata
IV Reg. 1, 2 [Setenta 8ul Tov 8LKTvwToV], San Jerónimo in Ezech. XII 41, p. 501 s.,
Vulgata cant. II 9 [Setenta 8ul Twv 8LKTÚwv], Prov. VII 6, etc; cancellus en Itala exod.
XXXVIII 24 [Setenta TTEp{eEfla; Vulgata XXXVIII 4: craticulam] y XXXIX 10, y en
Dig. XLIII 24, 9, 1; cancellare en Dig. XXXVIII 4, 2, etc.; cancri en Paulo Diácono
40 Lindsay, v. el capítulo VI. 'Canciller' de mi Silva de temas clásicos y humanísti-
cos), descuido fácil y que encuentro ya en la Antigüedad, y sobre todo precisamente,
muchas veces, en los gramáticos (sobre todo en los Higinos: de limitibus constituen-
dis [Hygini gromatici Constitutio limitum sive de lim. const.], de limitibus (Hygini de
limitibus), De condicionibus agrorum (Hygini de condic. agr.), y De generibus contro-
versiarum (Hygini de gen. controv.); también en el texto gramático reproducido por
San Isidoro, v. infra), a propósito de los cardines y decumani (tanto del cardo maxi-

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LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

mus y decumanus maximus, como de todos los demás, y menores, cardines y decuma-
ni) que aparecen infinitas veces en los gramáticos (p.ej.: Hyg. gro m. p. 111, 1O
Lachmann = p 71, 16 Thulin; p 111, 16 Lachmann =p. 71, 10 Thulin; de limitivus p.
168,9Lachmann=p 133, 10Thulin,p.171, 17Lachmann=p.136, 14Thulin,p.
194, 19 Lachmann =p. 157, 20 Thulin, y p. 108, 16 Lachmann), entre cuyos textos es
especialmente interesante el que, como he dicho, aparece en San Isidoro: es Grom. p.
367, 1-4 Lachmann (en "Ratio limitum regundorum, de finibus agrorum") en San
Isidoro orig. XV 14, 4, y dice, hablando del (limes) decumanus, que se llama así por-
que produce la forma de X ("pro eo quod formam X faciat decumanus est appellatus"),
añadiendo que eso es así porque un campo dos veces dividido [se.: una: a la derecha y
a la izquierda del cardo o línea N.-S.; y la otra: a un lado y otro del decumanus o línea
E.-0.] da lugar a la figura del número diez ("Ager enim bis divisus figuram denarii
numeri efficit"). Ahora bien, el cardo y el decumanus no daban lugar a la X, porque
ésta está necesariamente formada por ángulos oblicuos, mientras que el cardo y el de-
cumanus necesariamente lo están por ángulos rectos: categóricamente en Plinio, nh
XVIII 326-331: "contra mediam faciem meridies et a vertí ce septentrio erit; qui ita li-
mes per agrum curret cardo appellabitur.... per huius [se. umbrae] mediam longitudi-
nem duci ... liniam ... conveniet ... mediamque mensuram ... circumscribi circulo
parvo, qui vocetur umbilicus .... per hunc medium [se. per mediam liniam quae est
cardo et per medium umbilicum] transversa currat alia [se. linia]: haec erit ab exortu
aequinoctiali ad occasum aequinoctialem, et limes qui ita secabit agrum decumanus
vocabitur. ducantur deinde aliae duae liniae in decussem obliquae, ita ut ab septen-
trionis dextra laevaque ad austri laevam dextramque descendant. omnes per eundem
currant umbilicum, omnes ínter se pares sint, omnium intervalla paria." La figura indi-
cada por Plinio (y que, como veremos, es en parte errónea) sería ésta:
N

~decussis (fal!lo)
1
cardo
/
decussis (fal!lo)

decussis (fal!lo)

/ cardo
decussis (falso)

S ""'
Tres cosas quedan muy claras en estos parágrafos de Plinio:
l. Que limes no siempre significa 'límite', 'linde', 'frontera' ni aun 'espacio li-
bre entre dos heredades contiguas' (como parecen dar a entender, aunque muy confu-
samente, los Diccionarios), sino que, por lo menos en el caso, frecuentísimo, de cardo

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ANTONIO RUIZ DE EL VIRA

y decumanus, que son tan limites como los que más lo sean, lejos de 'limitar' el cam-
po o heredad, lo atraviesan, y son 'líneas', 'senderos' o 'calles', pero no 'límites' ni
'lindes' entre dos heredades: muy bien también en Paulo Diácono 62, 25 Lindsay:
"Decimanus appellatur limes, qui fit ab ortu solis ad occasum; alter ex transverso cu-
rrens appellatur cardo", y 103, 6 lindsay: "Limites in agris nunc termini, nunc viae
transversae." Cf. Frontino, liber gromaticus, pp. 3 y 28, Columela IV 20, 5, III 20, 4,
XII 44, 2, y Paladio III 9, 11.
2. Que el cardo es siempre perpendicular al decumanus, es decir, forma con él
cuatro ángulos rectos.
3. Que el decussis forma siempre, con sus dos líneas, cuatro ángulos oblicuos. La
etimología de decumanus (la -a- en un hexámetro adéspoto citado por Cicerón en de
fin. II 24) es desconocida; la que hemos visto en el gramático y en San Isidoro (decu-
manus porque, según ellos, formaba un decussis) resulta absurda, tanto en la forma de
la palabra (¿qué tendrá que ver decumanus con as, aun admitiendo, lo que no pasa de
ser una conjetura de Varrón, que decussis sea, de origen, dec( em)asses?), como en el
significado, por más que el Ernout -Meillet parezca aceptarla, y por más que la acepte
Schulten en 'Decumanus' del P.-W., de 1901, a pesar de haber ofrecido, sólo dos años
antes, en 'Cardo' del mismo P.-W., un dibujo en el que sólo se ven ángulos rectos. Y
todavía más absurda, si cabe, es otra etimología, en Hygini gromatici de limitibus
constituendis p. 132 Thulin= p. 167 Lachmann, según la cual decumanus vendría de
*duodecemanus y éste de *duodedecemanus (que estaría formado a imitación de duo-
deviginti y significaría 'de ocho ases': ¡!).Que decumanus tenga que ver con el núme-
ro X no es absurdo, puesto que la formación, sobre decem, es la misma que la de septi-
manus sobre septem; pero esa misma formación a partir de decem implica ya esa
indiferencia o descuido de que vengo hablando, la de no distinguir, de los ángulos rec-
tos del decumanus con el cardo, los oblicuos del número X o decussis [Schulten, en el
citado artículo 'Decumanus' del P.-W., propone, independientemente de su aceptación
de la etimología de San Isidoro, otra, no inverosímil aunque deja, igualmente, sin ex-
plicar el final -anus, y tomada del gramático Sículo Flaco: "cum ergo omnes limites a
mensura denum actuum decimani dicti sunt ... ":y vendría, así, decumanus de haber si-
do trazados, originariamente, los limites como líneas paralelas, con una separación,
entre ellos, de 10 actos= 1200 pies. El erudito y detalladísimo artículo 'Limitatio' del
mismo P.-W., que es de Fabricius y de 1927, pp. 672-701, para la etimología remite (p.
675) a Schulten].
Ahora bien, Plinio, en el pasaje arriba transcrito, ha cometido un doble error: co-
mo bien dice Le Boeuffle (en su comentario a nh XVIII 326-339 de la edición Budé de
Le Bonniec), es erróneo que "omnes [se. liniae] inter se pares sint, omnium intervalla
paria", porque, en efecto, para que las "duae liniae" sean "in decussem obliquae" no
basta que sean oblicuas respecto del cardo y decumanus, sino que tienen que serlo
también entre sí; y, en efecto, si todos los ángulos son iguales y las líneas del decussis
son bisectrices como las del cardo y decumanus, no hay tal decussis, pues en tal caso

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esas dos "liniae obliquae" forman entre ellas ángulos rectos (como el cardo y el decu-
manus) y no son oblicuas entre sí, y por tanto no forman un decussis; pero deben for-
marlo, no sólo porque eso es lo que exige la expresión in decussem obliquae, sino
también porque, como también aclara Le Boeuffle, corresponden a los ortos y ocasos
solsticiales, que están a 23' 5 grados de una y otra parte de los puntos equinocciales, y
toda la figura debe ser un octógono irregular, no regular como resulta, según hemos
visto, en ese pasaje de Plinio. Debe ser, pues:

1
cardo

poniente inVtlmal oro inVtlmal


1
-----decuss:i3 decuss:i3
-------
o
decuss:i3

----
poniente estival oro esti.Vlll

cardo
1

Plinio también comete aquí, ya él, el mismo error (o descuido de la diferencia


entre X y X, entre cruz griega volteada y cruz decussata) que después cometen los
gramáticos y después infinitos textos hasta hoy.
El empleo riguroso de decussare está sobre todo en Marciano Capela I 37, 11
208 y VIII 823, precisando la oblicuidad de la eclíptica y de los caluros; implícita-
mente en Columela III 13, 12 (X griega); posiblemente en Quirón 113, oponiendo, al
parecer, decussatim a craticulatim. En cambio el propio Marciano Capela en I 85,
Vitruvio en X 6, 2, X 6, 1, I 6, 6, I 6, 7, I 6, 13 (decussatio etc.), y San Agustín en de
doctr. christ. 11 24, 37 no precisan si la intersección es perpendicular u oblicua.
En cuanto a la otra afirmación citada de Lodi, "como se usaba en los alfabetos
trazados sobre el suelo para la dedicación de las iglesias", se trata de una conjetura,
no absurda pero conjetura y no más, del gran Giovanni Battista de Rossi, formulada en
1881 (en Bullet. di arch. crist., 1881, pp. 128-146), y que ha gozado desde entonces de
relativamente general aceptación (v. p. ej. M. Righetti, Historia de la liturgia, BAC
1956, 11 1506 y 1156, que se resiste un poco a aceptarla; Duchesne, Orig. du culte
chr.2, pp. 402 ss.; de Puniet, 'Dédicace des églises' en el Dict. d'Archéol. Chrét. et de
Liturg. de Leclercq, IV, Paris 1920, 389 s., y cf. Leclercq en I 55-58), si bien siempre
como mera conjetura verosímil (Puniet ibid. 390: "La question, comme on le voit, est

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ANTONIO RUIZ DE EL VIRA

loin d' étre définitivement résolue"). Según ella, ya desde el siglo IX, al entrar el obis-
po en la iglesia que iba a ser solemnemente inaugurada o dedicada, se trazaba en el pa-
vimento de la iglesia (pero sólo desde el siglo IX, al parecer) una gran cruz en forma
de X, con las letras del alfabeto inscritas en ambos brazos de la cruz, simbolizando a
Cristo, tanto por la X que es la inicial de XpL uTó e;, como por el alfabeto que vendría a
ser la plenificación de su símbolo A Q del Apocalipsis (I 8, XXI 6, XXII 13); y la X
vendría también, como pervivencia, de las figuras, marcas, incisiones y líneas, todas
en forma de X, que tenemos descritas o mencionadas, en buen número de textos, con
los términos decussis, decus, decussare, decussatio y decussatim: textos del Thesaurus
(Thes. ling. Lat. Acad. qu. German.) de entre los que selecciono, por especialmente
importantes como precedentes de Lipsio, los siguientes: Cicerón Tim. 24 (v. infra),
Plinio nh. XVIII 331 (visto supra), Columela III 13, 12 (visto supra), IV 24, 8, XII 56,
1, IV 17, 6, Vitruvio I 6, 6, I 6, 7, I 6, 13, X 6, 1, X 6, 2 (mencionados supra), San
Jerónimo in Ierem. 31, 9, p. 1062 Vallarsi (v. infra), San Agustín de doctr. christ. 2, 24,
37, contra epistulamfundamenti 21, de musica 5, 12, Marciano Capela I 85, I 37, II
208, VIII 823 (mencionados supra), Pelagonio (veterinario, s. IV 2a) 236, y Zaqueo
(apologista tardío, s. V) 1, 4. Son, en cambio, poco interesantes, porque todos se refie-
ren exclusivamente a señales o marcas en forma de X hechas en piedras o árboles, pe-
ro sin otras indicaciones, los correspondientes textos de los agrimensores o gromáticos
(en los cuales se hubiera podido esperar que se apoyara de Rossi para su mencionda
conjetura): Nipso y Sículo Flaco (ambos del siglo II p. C.), y varios otros textos gra-
máticos anónimos, en no menos de doce citas, en total, en el Thesaurus; comentados
los principales, después de Mommsen en Hermes 23, 154, por Schulten en 'Decussare'
del P.-W., de 1901, IV 2354.
Pero aun hay más en la conjetura de de Rossi, aceptada, se diría que entusiástica-
mente, por Leclercq en 'Abécédaire' del Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de
liturgie, I, 1924, pp. 57 y 58, y es su insistencia (en el tomo III, de 1877, de su Roma
sotterranea cristiana, p. 704, y en Piante di Roma, pp. 9 y 12) en que los abecedarios,
griego y latino, que hemos visto que se trazaban ya desde el siglo IX (o tal vez desde el
VIII) en los brazos del decussis o X (crux decussata lo llama varias veces Leclercq,
como si la expresión fuera antigua, y ya sabemos que jamás fue usada antes de 1593),
en el suelo de la iglesia dedicanda, no son sino la supervivencia de las casae littera-
rum (en pp. I 309 s., II 235, 268, 409 s. de los Gromatici editados por Lachmann en
1848) de los agrimensores, y de los cardo [maximus] y decumanus [maximus] de
Plinio (nh. XVII 169, XVIII 326-331 y 337), Columela (XII 43, 2), etc., que en reali-
dad no pudieron nunca formar un decussis, puesto que, como hemos visto supra, el
cardo iba del Norte al Sur, y el decumanus de Este a Oeste, y se cortaban perpendicu-
larmente y no oblicuamente como en el decussis. Y no está en forma de decussis nin-
guno de los abecedarios que Leclercq reproduce en su artículo.

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LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

En resumen: no se ve relación alguna entre la cruz decussata del martirio de San


Andrés, que empieza a verse en la iconografía en 1450 (ni aun si de verdad estuviera
ya en un tropario del siglo X, v. infra), y el decussis de Plinio, Columela y Vitruvio,
por una parte, y el de los gramáticos, con sus casae litterarum, por otra.
Sigue diciendo Lodi (p. 508) que "esta cruz sólo figura en la liturgia de las ho-
ras": tambien eso es inexacto (a menos que se refiera al posible equivalente italiano
del "con aspa los aspavientos" del Himno de Laudes de la actual Liturgia de las
Horas, ed. de 1988, IV 1391; ni ese himno, ni tampoco el de Vísperas "En conocer a
Jesús", están en la Liturgia Horarum, Edición Vaticana2 (Editio Typica Altera), 1987,
IV 1379 y 1381, donde figuran sólo el Himno Captator olim piscium (de S. Pedro
Damián, v. infra), para Laudes, y el himno Exsúltet , del Común de los Apóstoles, pa-
ra Vísperas): no es esta cruz, la decussata, la que figura en las horas del 30 de no-
viembre (salvo lo dicho), sino la cruz sin más, la cruz en que fue martirizado San
Andrés, de la que ninguna peculiaridad se indica, insisto, en ningún texto anterior al
De cruce de Justo Lipsio, de 1593 (la primera edición; hay muchas posteriores); y así,
la cruz sin más, es como aparece mencionada varias veces la cruz de San Andrés en el
Breviarium Romanum, edición Vaticana de 1956 , pp. 963-968, y en el Himno latino
de Laudes en las citadas Liturgia Horarum, pp. 1376-1380 (cf. "et in passione socius"
en p. 1382), y Liturgia de las Horas ed. 1988, p. 1809, himno, por cierto, que es el pri-
mero, de dos himnos a San Andrés, de San Pedro Damián (del siglo XI; san Pedro de
Damián más propiamente), más dos estrofas que no están en Migne, PL 145, p. 942.
También en el segundo himno del mismo San Pedro Damián figura la cruz sin más:
Crucis vinctus patibulo/ laetus pendebat biduo. (Los dos himnos son ambrosianos, pe-
ro acentuales, aunque muchos de sus dímetros resultan dímetros yámbicos auténticos).
Y, del mismo modo, la cruz sin más, en el Himno de Vísperas de la misma Liturgia de
las horas, p. 1393: " ... tú le seguiste a la cruz", "predicas desde la cruz."
Sucede aquí lo mismo que acerca de la Última cena, y de la cena de Jesús en ca-
sa del fariseo, tengo varias veces comentado (sobre todo en "La herencia del mundo
clásico ... ", pp. 221 s. del libro colectivo Pautas para una seducción, Alcalá de
Henares 1990, y en "Dum vixi tacui mortua dulce cano", en CFC, NS, 2 ,1992, pp.
271 s. y 274 s. ): que la fuerza de la costumbre, y precisamente le de ver representada
una escena en pintura, escultura, etc., hace que los estudiosos, tanto de los textos como
de las imágenes, al traducir los textos, y al ponerlos en relación con las imágenes, ve-
an las imágenes y no vean que éstas discrepan de los textos, pues inconscientemente
traducen ateniéndose a la imagen, y comentan ésta como si el texto dijera lo que no di-
ce o no dijera lo que dice. Así como Lodi (y otros muchos; por ejemplo Lechner en
Lexikon der christlichen Ikonographie, V 139, v. infra, y Clugnet en el Dictionnaire
d'Histoire et de Géographie écclésiastique, v. infra) dicen que San Andrés fue crucifi-
cado en una cruz decussata, y aducen textos en los que para nada aparece esa forma de
cruz (Reáu, p. 76, v. infra, lo dice también en su resumen de la leyenda como si así es-
tuviese en las actas y Martirios de San Andrés, aunque él sabe muy bien que no lo es-

191
ANTONIO RUIZ DE EL VIRA

tá, puesto que sólo dos páginas más abajo, en p. 78, dice categóricamente, sobre la de-
cussata como cruz de San Andrés (cruz sobre la que éste habría sido crucificado; y
cruz de Borgoña, v. infra "cette tradition ne s'appuie sur aucun texte. Nulle part il
n'est question d'une croix en X"); y lo mismo que Calepino dijo que las Sirenas termi-
naban en pez, aduciendo textos en que tienen el cuerpo de pájaro; y así como en el
Mercurio y Argos de Rubens, núm. 1673 del Prado (núm. 40, p.235 de Svetlana
Alpers, The decoration of the Torre de la Parada, Corpus Rubenianum, IX, Brussels
1971), a Argos, dormido ya, no se le ve ningún ojo (mientras que sí parecen ser ojos
de Argos, en la cara y brazos, en el Argus a Mercurio iugulatur de Tempesta, 1555-
1630, grabado núm. 10 en Metamorfosean, sive Transformationum Ovidianarum Libri
Quindecim, Amstelodami, sin fecha, fig. 140 del mismo volumen del Corpus
Rubenianum), lo que no es obstáculo para que en el texto se diga, sin comentario algu-
no, "Mercury, following Jupiter's orders, kills the sleeping many-eyed monster
Argus" (y tampoco hay indicación alguna sobre esto en p. 236, sobre un esbozo del
propio Rubens sobre Mercurio y Argos, fig. 142, en Musées Royaux des Beaux-Arts
de Belgique, Bruselas); y así ad infinitum; pues así también la inmensa mayoría de los
traductores (incluyendo a Lutero y Cipriano de Valera) traducen por 'sentarse', 'estar
sentados', etc., o bien 'estando a la mesa', 'se puso a la mesa', etc. los avaKELflEVw v,
avÉ rrunv, discumbentibus, discubuit, de la Última cena, y los Ka TE KA{ er¡, KaTá KEL TaL
discubuit y accubuisset (en San Lucas 7, 36 s.) de la cena o comida en casa del fariseo
(y, avaKELf1Évov, recumbentis, en San Mateo 26, 7, y KaTaKELf1Évov, recumberet, en
San Marcos 14, 3; ELe;: r¡v EK Twv avaKELflEvwv avv avTw, unus erat ex discumbenti-
bus cum eo en San Juan 12, 2: en la escena de Betania, bastante parecida, aunque me-
nos detallada y grandiosa que la de la pecadora en San Lucas); y así también un crítico
de arte tan magnífico como Max. Rooses (1839-1914), en una de sus obras monumen-
tales sobre Rubens (Rubens, London 1904, p. 287), comentando un cuadro de Rubens
en el Ermitage de San Petersburgo, Christ in the house of Simon the Pharisee (cuadro
que no he visto en ningún otro sitio, ni reproducido ni mencionado siquiera; no lo he
visto hasta ahora en el Corpus Rubenianum de Bruselas), empieza reproduciendo to-
do el relato de San Lucas en la Re vi sed Version: " ... and sat down to meat... When she
knew that Jesus sat at meat in the Pharisee's house, brought an alabaster box ... , and
stood at his feet behind [d rr{ aw, retro; esto sí está bien en todos los traductores] him
weeping", pero después, al describir el cuadro, no hace la menor referencia a que en
éste la mujer no está detrás de Jesús, sino precisamente delante de él, que está senta-
do, pero no mirando a la mesa, sino un poco vuelto o separado de la mesa, precisa-
mente para que pueda ella besarle el pie derecho.¡ Quanto rectius Prado y Villalpando!
En uno de sus asombrosamente perfectos grabados (pp. 296 s. para la cena en casa del
fariseo; pp. 292 s. para la última cena; la explicación en pp. 289 s., todo ello en el to-
mo I del grandioso comentario a Ezequiel: In Ezechielem explanationes et apparatus
'-trbis ac templi Hierosolymitani commentariis et imaginibus illustratus, Romae 1596-
1604) Jesús está tendido, casi boca abajo, como los demás comensales, porque solo

192
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

así puede entenderse que la mujer pecadora estuviese detrás de él y le regase los pies
con sus lágrimas, y se los secase después con sus cabellos, y así, digo, es como está
precisamente, y, a la perfección, en el grabado del Prado y Villalpando; en cambio en
el cuadro de Rubens, como Jesús y los demás están sentados, la mujer tiene que estar
delante de él, enfrente de él, pero Rooses ni siquiera se ha dado cuenta.
Y lo mismo pasa, digo, con los que comentan el martirio de San Andrés relacio-
nando, pero mal, los textos con la iconografía.
Bien dice Lodi, en cambio (p. 510), que el vehemente y apasionado apóstrofe a
la cruz de la antífona de Laudes [pero del Brevarium Romanum de 1956; no está en la
Liturgia Horarum ni en la passio latina [hay que añadir: está también, con variantes,
en los textos griegos del MapTúpwv y de las JJpá[éLc;, en Epifanio, y en casi todos
los textos latinos que he mencionado supra], y que esa passio no es posterior al año
550, porque la usa San Gregorio de Tours en sus Milagros de San Andrés: en efecto,
así lo demostró Max Bonnet, por lo menos con gran probabilidad, en su óptima edi-
ción de 1885 en Mon. Germ. Hist., Scriptores rerum Merovingicarum, I 2, Gregorii
Episcopi Turonensis Miracula et opera minora, Hannoverae 1969 (=1885), esp. p.
396: " ... non potuit epistulam presbyterorum et diaconorum (Tischendorf, Act. ap.
apocr., p. 105) dicere; itaque videtur alteram passionem legisse, cuis prima verba sunt:
Conversante et docente" [publicada después por el propio Bonnet en Anal. Bolland.
XIII, 1894, pp. 374-78, y, seorsim, en Supplementum codicis apocryphi, Parisiis 1895,
pp. 66-70]; y cita a continuación el libro de Lipsio, no de Justo Lipsio, sino de R.A.
Lipsius (su después coeditor, tras Fabricio en 1703, 1719 y [póstumo] 1743 2 , y
Tischendorf en 1851, de los Acta Apostolorum Apocrypha, los de San Andrés en II 1,
Lipsiae 1898, 1-88; el primer tomo es de 1891), Die apokryphen Apostelgeschichten
und Apostellegenden, Braunschweig 1883-1890.
Sigue diciendo Lodi ibid., p. 510, que la mencionadapassio latina (la que empie-
za: Conversante et docente ... ) deriva de los "Hechos apócrifos de Andrés" y que éstos
son del siglo III. Esta datación es conjetural (de Bonnet en Byzant. Zeitsch. 1894, III
458-469, y Anal. Boll. XIII, 1894, 401), pero verosímil [y aun es posible que sean an-
teriores al año 200, como muestra, con alguna probabilidad, G. Quispel en Vigiliae
Christianae, 1956, pp. 144 s. y 148], sobre todo por las deducciones expuestas por
Amann en el Suplemento de Pirot al Dictionnaire de la Bible de Vigouroux: Suppl. I,
Paris 1928, pp. 507 y 498; cf. también L. Clugnet en 'André 1', Dictionnaire
d'Histoire et de Géographie ecclésiastique, II, Par. 1914, p. 1602.
Como tengo dicho, no he visto mención alguna de la crux decussata, con este
participio adjetival, para el martirio de San Andrés, anterior al librito De cruce de
Justo Lipsio, de 1593 (Antuerpiae 1593). Es más, ni siquiera la expresión crux decus-
sata sin referencia a ese martirio parece haber sido utilizada por nadie antes de Lipsio:
es sumamente probable que fuera él, y precisamente ahí, en De cruce, I 7, el primero

193
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA

que utilizó el participio adjetival decussata para ese tipo de cruz, puesto que dice: "de-
cussata ... Illa ... mihi dicitur, in quam duo ligna directa et aequabilia, inter se obli-
quantur". Y a continuación justifica la designación con los siguientes textos:
l. San Jerónimo in Ierem. 31: Lipsio lo da en una creo que desmemoriada cita de
memoria, porque el texto que él da ni está en ese pasaje del comentario a Jeremías, ni
lo he encontrado en todo San Jerónimo: Lipsio: "Hieronymus. Decussare est per me-
dium secare, veluti si duae regulae concurrant ad speciem littente X quae figura est
Crucis". Lo que de verdad está en San Jerónimo es: in Ier. 31, 9, p. 1062 Vallarsi: "in
mysterio crucis decussatis manibus, qui stabat ad sinistram Jacob, dextrae manus eius
suscepit benedictionem. Et qui steterat ad dexteram, sinistra benedictus, in secundum
redactus est gradum. Et quomodo Jacob Esau, sic Ephraim Manasse rapuit primogeni-
ta". Se refiere al episodio, en Gen. 48, 13 s., en que Jacob (=Israel), al bendecir a sus
nietos Efraím y Manasés, hijos de José, lo hace al revés de como quería José, y pone la
mano derecha sobre el que tenía frente a su izquierda, que era Efraím, y la izquierda
sobre el que tenía frente a su derecha, que era Manasés. Esto implica necesariamente
que cruzó los brazos formando un decussis, pero ni decussis ni decussare aparecen en
el texto latino, ni XLá(w en el griego, que tiene EvaJ...J...á f.
2. San Isidoro, Etym. I 3, 11: " ... et X littera, quae et figura crucem significat et
in numero decem monstrat." Así es; Lipsio lo cita también de memoria, pero con va-
riantes, aquí, insignificantes. Podría Lipsio haber añadido Etym. I 4, 14: "X littera ... et
digne hoc tempore [se. el tiempo de Augusto], quo Christi nomen innotuit, quod per
eam, quae crucis signum figurat, scriptitatur." Combinando ambos textos, parece claro
que San Isidoro no tenía inconveniente en admitir el decussis o signo X como si fuera,
al menos, una de las formas normales de cruz, aunque, por supuesto, sin emplear para
ello el término decussis ni, mucho menos, el participio decussata, ni ningún otro tér-
mino derivado ni expresión vicaria, que no aparecen nunca en las Etimologías. Pero
esa admisión del decussis como forma de cruz es un descuido o relajación de la misma
clase que hemos visto supra, y que le hace admitir que el decumanus produce la figura
del número diez.
3. San Justino Mártir: lxfa(Ev avn)v lv Tw TTavTi: así lo cita Lipsio: "ut Iustinus
Martyr: qui illud Platonis in Timeo Exfa(Ev avTov lv Tw TTavTi: Decussavit eum in
universo: adseveranter ad Christum et Crucem nostram retulit, quo nisi hoc aspectu?"
En realidad ni el texto del Timeo es como lo cita Justino, ni éste tiene Ext a(Ev sino
'Ext aaEv. Se trata, en efecto, de uno de los varios pasajes en que Justino (t 165) trata
de hacer ver que Platón hizo uso de la Biblia, del Génesis aquí, pero que no la enten-
dió bien. Dice así Justino: Apolog. prima pro Christianis, 60 (Migne, PG, 6, 418): Kai
TO EV TW Trapa llJ...áTúJVL TLpa{w cpvawJ...oyovpEVOV TTEpl TOV 'rvwv TOV 8tov, 'on AÉyEL
'ExfaCJEv avTov lv Tw TTavTi [es Tim. 36B, pero el texto de Platón es: Tavrrw ov n]v
CJVCJTaCJLv TTaCJav 8L TTXT]v KaTa pijKék CJXLCJac, J1ÉCJ7]V TTpoc;, pÉCJ7]V ixánpav áJ...J...¡jJ...mc;,

194
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

o[ov xú rrpoaj3aAwv KaTÉKaf.li.f;Ev Ele 'Así pues, [la divinidad] escindió en


ÉJ) KÚKAw,
dos, a lo largo, toda esta estructura, y habiendo proyectado cada una de las dos sobre
la otra por sus respectivas mitades, como la letra ji, las arqueó hasta unirlas en círcu-
lo ... ',traducido así por Cicerón (Tim. 24, 169b): hanc igitur omnem coniunctionem
duplicem in longitudinem diffidit mediamque accomodans ad mediam quasi decussa-
vit, deinde in orbem intorsit], rrapd Mwaiwc Aaj3wv Óf.lf.lOLúJC drrEv. ... 'Avayvoz.k
[se refiere a Num. XXI 9, texto bíblico que Justino dice que fue leído por Platón sin
entenderlo] JJAáTwv, Km f.lTJ áKpLj3ók iman1f.1EVOC, f.lr¡8E- vof¡aac TÚrrov dvm aTavpov,
áAAa xCaaf.1a vof¡aac, Ti¡v flETa TOV. rrpwTov 8dw 8úvaf.1LV KEXLáaem iv TW rravTi
l L TTE. Según Maran (en su edición de Justino y otros apologistas, Parisiis 1732, ad lo-
cum), Justino censura a Platón porque éste, según él, ha afirmado que el Hijo de Dios
está extendido en el mundo en la forma de la letra X, cuando en realidad, según
Justino, lo está en la forma de la cruz; y añade Maran que esa misma idea, de estar la
cruz de Cristo prefigurada en una cruz idealmente inscrita en el universo, está después
en San Basilio, en su comentario a Isaías, XI, n. 249: r¡ éfn rrpo Tov tvA[vov aTavpov
vor¡Tóc nc Tw KÓaf.lw rravT[ avvEaTaúpwTaL. En todo caso queda claro que, a dife-
rencia de lo que hemos visto en San Isidoro, para Justino la cruz nada tiene que ver
con la letra griega X (exactamente igual en la forma al decussis o equis latina, cf. San
Agustín, de doctrina christiana 2, 24, 37: una figura litterae X quae decussatim nota-
tur aliud apud Graecos, aliud apud Latinos valet), lo que implica que para Justino era
enteramente desconocida la forma de cruz decussata.
4. San Juan Damasceno, de fide orth. IV 12, y Cedreno: con referencia a la mis-
ma escena del Génesis (48, 13 s.) que hemos visto comentada por San Jerónimo en su
comentario a Jeremías (y que después veremos en Tertuliano, citado por Lipsio en úl-
timo lugar en un 'úaTEpóv rrpÓTEpov), reproduce Lipsio este texto del Damasceno
(tras decir que no puede ser otra que la del decussis la de las manos de Jacob en dicha
escena: "Iam cum transversis obliquatisque manibus benedictionem Iacobi eódem ap-
tant [se. alii Patres et Doctores nos tri]: quid nisi haec forma in oculis? Damascenus
[Lib. IIII. de Orth. cap. XII]):'fáKwj3 rrpoaKwf¡aac TO aKpov T~C paj38ov, EVTJTAAayf.lÉVaLC
Ta[c;, XEpai TOvc;, vlovc;, 'Jú5ar¡cp EÚAoyrjaac;,, Kai To ar¡f.lELov Tov aTavpov 8wypácpEL
aacpÉ aTaTa: Iacob adorans extremum virgae, alternantibus manibus liberas loseph
benedicens, etiam signum hoc Crucis describit manifestissimo. Quid XELpE(istae
Évr¡AAayf.1baL [este r!vr¡AAayf.lÉVaLc;, Ta[c;, XEpm' está tomado por el Damasceno
del É va AAá ( que vimos en los Setenta; no está, en cambio, en los Setenta, ni tampo-
co en el hebreo ni en la Vulgata, el rrpoaKvvrfaac;, TÓ aKpov ri¡c;, páj38ov] etsi non
ambiguum, tamen audiamus Cedrenum commode explicantem. '/ apa~A (idern cum
Iacobo [y así está en los Setenta]) Tac;, XELpac Jf.ldf3wv [corresponde al commutans
manus de la Vulgata], T~ v f.lE v 8EtLd v r! rri Tov vEwTÉ pov, T~ v dpuTTEpd v
8i r!rri Tov rrpEaj3vn!pov T~v KEcpaAr¡v nedc;,: Israel manus permu-

195
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA

tans, dextram quidem in iunioris, sinistram vera in senioris caput imponens." Esta cita
de Cedreno por Lipsio sí es estrictamente literal en lo que transcribe; omite, sin em-
bargo, lo que sigue inmediatamente, que es la afirmación explícita, aunque muy suma-
ria, de ser esa decussatio o commutatio manuum de Jacob una prefiguración de la cruz
de Cristo: Eic, f1Va-rrfpwv aTavpLKov TÚTTov: Cedreno, in Gen. 48, 13 s., Migne 121,
pp. 97 s. Más insistentemente aún, dice lo mismo Beda el Venerable, no citado por
Lipsio, y empleando cancellatis manibus en vez del decussatis manibus de San
Jerónimo, lo que en rigor implica la confusión, ya sea indeliberada, ya en consciente
cuasi-igualación, ya antes vista y que luego explico de nuevo infra, entre X y X: Beda
in Gen. 48, 13 s., Migne 93, p. 355: "at ille cancellatis manibus, crucis mysterium pra-
efigurans, translatam in minore dextram, maiori sinistram, figuraliter superposuit:
sicque crucis similitudo super capita eorum denotata Iudaeis scandalum, Christianis
futuram gloriam praesignavit, senioremque per crucis mysterium, sinistrum factun1 de
dextro, et iuniorem dextrum de sinistro, ... "
5. Tertuliano, de baptismo 8: " ... nepotes suos ex Joseph Ephraim et Manassem
Jacob, capitibus impositis et intermutatis manibus benedixerit, et quidem ita transver-
sim obliquantes ínter se, ut Christum deformantes, iam tune portenderent benedictio-
nem in Christum futuram." Es la misma escena del Génesis que luego comentarían
San Jerónimo, San Juan Damasceno, Beda y Cedreno, como hemos visto; tanto
Tertuliano con su ut Christum deformantes (que, como bien aclara Lipsio, "accipio
Christum crucifixum", y explica después un poco más Rigaltius [Rigault] en su edi-
ción parisina de Tertuliano, de 1634, hay que entenderlo como Cristo crucificado), co-
mo San Jerónimo con su in mysterio crucis decussatis manibus, implican, como des-
pués San Isidoro (y San Juan Damasceno con su To a7Jf1EL ov Tov aTavpov
8wypáifyEL aaif;ÉaTaTa, y Cedreno con su de, f1VaTTfpwv aTavpLKov TÚTTov); asi-
mismo Beda, insistentemente como hemos visto supra que todos ellos admiten la for-
ma de X como una al menos de las formas de la cruz (aunque sin llamarla decussata,
ni decussis, ni x La ( ó f.1 e voc;, etc., a la cruz misma), a diferencia de lo que hemos vis-
to en Justino.
Y, tras citar estos textos, formula Lipsio sus graves dudas sobre que sea la de-
cussata la cruz del martirio de San Andrés: "Haec illa est quam Andreanam hodie
dicimus, valida et satis veteri fama divum istum in ea cruciatum. Anne vera? facit
me ut ambigam Martyrologium Romanum: in quo hoc saltem legas, in Cruce sus-
pensum. et magis Hippolytus [in Abdiam 3], qui scribit Crucifixum Patris in Achaia,
ad arborem oliva e rectum. Quid magis contra fama m? Atque ha e e fixio ad
Simplicem nostram [la formada por un solo madero vertical] potius abeat, longe a
Decussata." (V. infra.)
El muy erudito mercedario Interián, en Pictor christianus eruditus ... , M a tri ti
1730, VIII 5, 6, pp. 383 s., admite la decussata (sin llamarla así) para la iconografía de

196
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

San Andrés, sin pronunciarse sobre su origen, y contradiciendo explícitamente, aun-


que sólo en parte, a Molanus. Éste (Ioannes Molanus, profesor de Teología en
Lovaina), en III 51 de su De historia ss. imaginum et picturarum, Lugduni 1619 (la
Oratio contra Iconomachos que constituye el libro I fue pronunciada en 1568: "habita
in scholis Artium Lovanii, Anno 1568"), p. 454 (III 51), critica, aunque con suavidad
(" ... constat nonnihil in eius pictura aberrare domum Burgundicam, quod tamen cum
bona eius venia dictum sit"), a la casa de Borgoña por su emblema de la figura de cruz
(decussata) de Borgoña como cruz de San Andrés, y la critica a partir de la cruz que,
como tal cruz del Apóstol, se veneraba [no sé si todavía está allí] en San Víctor de
Marsella; y para esto cita Molanus a un "Robertus Caenalis, Episcopus Arboricensis,
in libris de re Gallica" [que no es otro que Robert Ceneau o Robertus Cenalis o
Coenalis, 1483-1560, gran combatiente teórico contra los protestantes, protegido por
Francisco I, y últimamente obispo de Avranches, episcopus Avrincensis; el
Arbonicensis y el "Caenalis", "Canalis" en Interián, me hicieron acudir, como último
recurso, al Zedler, el único diccionario enciclopédico comparable, en riqueza de da-
tos, y dos siglos anterior, a nuestro Espasa, y gracias al Zedler he podido ver después
los mismos datos en el Michaud y en el propio Espasa], de quien dice Molanus que va-
rias veces hace constar que es falsa la designación, como cruz de San Andrés, que uti-
lizan los Duques de Borgoña ("Burgundiae Príncipes") para la cruz que ellos tienen
por emblema o insignia ("insigne suum crucis falso appellare S. Andreae"), en la que
[sin llamarla tampoco decussata] "intersectio fit ad angulos partim obliquos, partim
acutos"; y que Cenalis lo justifica por la cruz de San Andrés en la [célebre abadía de]
San Víctor de Marsella, cruz de la que dice que tiene la misma figura que la cruz de
Cristo [esto es, la figura de cruz latina o immissa] con el travesaño (o los travesaños)
formando ángulos rectos ("cum crux Andreae ad Sanctum Victorem Massiliae, ean-
dem cum cruce Christi figuram habeat: lignum enim ligno affixum est ad angulas rec-
tos"). [Nada dice, de esta cruz de San Andrés en Marsella, Réau en su magnífica
Iconografía de los Santos, partes III 1 y III 3 de su Iconographie de l'Art chretien, v.
infra, ni en 'San Andrés' ni en 'San Víctor de Marsella'.] Y esa larga cita de Molanus
la reproduce, por su parte (omitiendo sólo "quod tamen ... dictum sit''), pero sin pro-
nunciarse a favor ni en contra ("Hic obiter inserendum est quod de cruce S. Andreae
scribit Ioannes Molanus:"; viene a continuación la cita, y tras ella: "Haec ille"), el for-
midable polemista antiprotestante, no menos erudito que Interián y que Molanus, pero
mucho más difuso y prolijo (frente a la elegante sobriedad de Justo Lipsio), Jacobo
Gretser, S. I., en su De cruce Christi, I P, Ingolstadii 1608 (la primera edición es de
1598, sólo 5 años posterior al De Cruce de Lipsio, a quien cita con respeto), I 2, p. 7
(es el capítulo 2° del libro I de la 1a parte; habría que citar: De cruce Christi, J3 i 2, p.
7). Tengo que añadir que, tanto inmediatamente antes (p. 6) como mucho después (p.
348, I i 99), Gretser describe la escena del Génesis 48, 13 s. que tengo comentada arri-

197
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA

ba; y que al hacerlo utiliza, citando a San Juan Damasceno de fide orth. IV 12 (pero
sin dar el texto, que es el mismo que, como hemos visto supra, sí reproduce Lipsio en
griego y en latín) y a Beda el Venerable (in Gen. 48, 13, el texto que no da Lipsio y
que he puesto yo arriba), las expresiones manibus decussatis cancellatisque (en p.
348, como suya) y cum adorato virgae fastigio cancellatisque manibus crucis signum
apertissime delineavit (en p. 6, como si fuera cita literal de Beda), en las que hay una
equiparación sinonímica, en su entender, entre cancellare y decussare, entre X y X, o
un entender que Jacob pasaría fácilmente de lo uno a lo otro. Así, p. ej., las dos "cru-
ces de Borgoña" que flaquean, en Alcalá de Henares, un poco por encima y a cierta
distancia, el escudo imperial (el mejor que conozco) en la soberbia fachada de la
Universidad, obra de Rodrigo Gil de Hontañón en los años 40 del siglo XVI, tienen
los ángulos oblicuos tan poco oblicuos, que hay que mirarlos detenidamente para ase-
gurarse de que no son rectos: x. Y todo ello para demostrar prolijamente que la acción
de Jacob era una prefiguración de la cruz de Cristo aunque la decussatio manuum no
tuviera la misma figura de la cruz de Cristo, pero sí en todo caso de una cruz en gene-
ral; y que la cruz del martirio de San Andrés "generaliter saltem notione cum cruce
Dominica conveniebat, ideoque crux D. Andreae, crux Christi quodammodo erat", lo
que deja la duda, lo mismo que la manera como, según hemos visto, inmediatamente a
continuación, cita a Molanus, de si Gretser admite o no la decussata como cruz de San
Andrés.
Por el momento, esa refutación de la decussata por Cenalis en su Historia
Gallica, que es de 1557 (por supuesto que sin llamarla decussata), como cruz de San
Andrés, es la más antigua mención literaria o erudita que conozco de la decussata co-
mo cruz de San Andrés o cruz de Borgoña, más de un siglo posterior al más antiguo
testimonio iconográfico seguro, el de Fouquet, v. infra. Nueve años antes, en 1548, to-
davía habla Conrado Bruno de la cruz de San Andrés, varias veces, sin decir más que
"la cruz" sin más: D. Conradi Bruni iureconsulti ... De imaginibus, Moguntiae 1548:
" ... Andreae crucem ... appingimus" (p. 105); "Quod de Andrea Apostolo narrant his-
toriae, Is enim videns a longe crucem sibi paratam: O bona crux, inquit, diu desidera-
ta, ... Et iam pendens in cruce, cum plebs eum de cruce deponere vellet, ... " (p. 73).

B) Iconografía

Según Capponi en la Enciclopedia Universale dell 'Arte, XII, Roma 1976


(=1964), p. 204 (en 'Santi. Iconografia'), la decussata para San Andrés, no anterior a
1450, y transalpina, puede proceder del Toisón de Oro: de ser San Andrés su patrón
(así también Réau, p. 78, v. infra, y Lechner, p. 143, v. infra); pero ¿quién imaginó esa
cruz como insignia de Borgoña? Si quien la imaginó, no después de 1450, la adscribió

198
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

(o dio lugar a que se adscribiera) a la Orden del Toisón de Oro, ese mismo (¿Jean
Fouquet, 1411 o 1415-1481, cuya es la al parecer más antigua imagen de San Andrés
con la decussata, en una de sus célebres minaturas, de 1450, del Libro de Horas de
Étienne Chevalier, consejero y embajador de Carlos VII y Luis XI, en el Museo Condé
de Chantilly?), u otro, pudo, al ser San Andrés patrón de la Orden (fundada 21 años
antes, en 1429), atribuírsela a San Andrés como la cruz de su martirio. Pero todo esto
es dudosísimo y oscurísimo, como muestran, mejor que nada, las enormes dudas de
Lipsio, y como vamos a ver más en detalle.
Parece ser que San Andrés clavado en la decussata (a diferencia de casi todas
las demás representaciones iconográficas de la crucifixión de San Andrés, que [fieles
a lo que, explícitamente y con insistencia, afirman casi todos los textos de AAA,
Martirios y Pasiones de San Andrés] lo muestran atado con cuerdas: a la decussata, o
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en su caso, a una cruz 1.atmaJ esta/' en un tropano
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no, en Enciclopedia Cattolica, Vaticano 1948, I 1184). Si es así, habría que ver la lo-
calización de ese tropario, y si es verosímil algún puente entre él y Fouquet. Ahora
bien, si se trata del tropario de Autun, del siglo XI que no del X, mencionado, por
Lechner (en Lexikon der christlischen lkonographie, V, Rom-Freiburg-Basel-Wien,
1973, p. 143), como el más antiguo testimonio iconográfico de la decussata, junta-
mente con el del tríptico (predela en realidad) de la escuela de Angelo Gaddi (predela
reproducida en G. Kaftal, Iconography of the Saints in Tuscan Painting, Firenze
1986=1952, p. 42, fig. 40, y texto en p. 40), si, repito, es así (pero el tropario de Autun
es de principios del siglo XI, número 1169 de la Bibliotheque de 1' Arsenal, según L.
Réau, que también da a entender que es el más antiguo testimonio de la decussata pa-
ra San Andrés, en p. 79 de su magnífica Iconographie de l 'Art chrétien, III 1, Par.
1958; v. infra), tengo que decir que en la predela la cruz no es decussata, por lo que
cabe suponer que tampoco lo será la del tropario de Autun, puesto que Lechner (si-
guiendo, al parecer, a L. Réau en Mém. Soc. Antiq. Fr., 1932, 157 s.) los empareja di-
ciendo que en ambos (así se implica) la cruz tiene "todavía" vertical el madero central
("noch mit senkrechtem Mittelbalken"): pues bien, insisto yo ahora, en la predela (de
la escuela de Angelo Gaddi, 1333-1396; en Filadelfia, J. G. Johnson Collection) el
madero central es vertical, en efecto, y la cruz no es una decussata, sino una cruz en
forma de horca (furca), 'Po Y, esto es, en forma, más o menos, de y griega mayúscula
(también impropiamente llamada cruz en tau y cruz de ladrón), que nada tiene que ver
con la decussata, X. Por tanto dudo mucho que antes de Fouquet haya decussata algu-
na para San Andrés, mientras no vea el tropario de Autun, cuya descripción, sin repro-
ducción de las ilustraciones, es lo único que hasta ahora he conseguido ver, en el exce-
lente catálogo de la Bibliotheque de 1' Arsenal, de Henri Martín, II, Par. 1886, núm.
1169 [efectivamente], muy bien descrito en su contenido temático [poético-litúrgico,
etc.], y haciendo constar que es de entre los años 996 y 1024, que tiene 17 ilustracio-

199
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA

nes, y el contenido de los episodios, entre los cuales hay varios martirios, pero no el de
San Andrés [a menos que esté en Fol. 17 V 0 "Trois saints, pour la Toussaint"]; y mien-
tras no vea el Libro de Horas de Juan sin Miedo, 1371-1419, que según Réau ibid. p.
83 tiene también la decussata y San Andrés clavado en ella; y, asimismo, la figura, del
siglo XIII, en el Museo lapidario de la Abadía de Charroux, de San Andrés, sentado y
apretando contra el pecho una cruz "ecotada" en aspa, todo ello también según Réau,
en p. 80; y la vidriera del siglo XIII, de la catedral de Tours, de la que Réau, p. 79, di-
ce que según Mate es la más antigua representación de la decussata (pero no sé dónde
podrá decir eso M~He, pues no la cita Maleen su artículo, de 1951, "Histoire et légen-
de de 1' Apotre Saint André dans 1' Art", Revue des deux Mondes 1951, pp. 412-420); y
la miniatura del manuscrito 183 de la Bibliotheque Nationale, de principios del siglo
XIV, que es la representación, ésa sí, de la que dice Male, en p. 415 de dicho artículo,
que es la más antigua que él conoce, en el arte francés, de la cruz en X; y un tríptico de
Bruselas citado, pero no reproducido, por Kaftal en la misma p. 40 del libro citado su-
pra; y el tímpano de la portada principal de la catedral de Friburgo, de h. 1300, citado
por Lechner, ob. cit. p. 143, como si también tuviera la decussata; mientras no consiga
yo ver todos esos pretendidos precedentes de la decussata con San Andrés (o al menos
alguno de ellos en que realmente se trate de una decussata), anteriores a 1450, segui-
ré dudando de que existan, habida cuenta de todas las contradicciones, imprecisiones
y confusiones que hemos visto, y puesto que, en particular, esa confusión que hemos
visto supra, acerca de la predela de la escuela de Gaddi, entre la cruz en horca y la de-
cussata, no es la única que afecta a esta última en los tratadistas, y puesto que, ya des-
de la Antigüedad como hemos visto supra, pero también mucha veces en los siglos
XIX y actual, confunden muchas veces los tratradistas su forma con la de la cruz grie-
ga, es decir, hablan del decussis o de la X como si fuera indiferente que su forma sea
ésa de ángulos oblicuos o que sea la de ángulos rectos X (=cruz griega sesgada).
Réau, p. 79, menciona además, como "simultáneas" con la decussata de
Fouquet, una vidriera de la catedral de Rouen, un cuadro de Holbein el Viejo, "un gra-
bado de Lucas Cranach" (pero son dos en realidad, v. supra, p. 185, e infra), y la esta-
tuilla en bronce de Vischer (v. infra también). La que, en todo caso, sí es auténtica de-
cussata (apoyada en el suelo, a la derecha [para el espectador] de San Andrés, que la
sujeta con su mano izquierda, más o menos, como en muchísimos cuadros e imágenes
posteriores que luego mencionaré; y, en tamaño, muy poco más alta que el Apóstol) es
la de la miniatura anónima del Breviario de Felipe el Bueno (Duque de Borgoña de
1419 a 1467; el título usualmente utilizado para el manuscrito, que carece de él, es, en
efecto, Bréviaire de Philippe le Bon), de hacia 1455, sólo 5 años posterior a la de
Fouquet (en el libro, también de Horas, de Étienne Chevalier del Museo Condé de
Chantilly), en el ms. 9511, folio 389, de la Biblioteca Real de Bruselas, miniatura re-
producida en p. 340, fig. 307, de Prevenier-Blockmans, The Burgundian Netherlands,

200
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

Cambridge 1986: Felipe el Bueno arrodillado, a la derecha, ante San Andrés con la de-
cussata como he dicho.
Y auténtica decussata, igualmente, en composición, sólo la figura de San Andrés
con la decussata, muy parecida, y sólo unos 1O años posterior a la miniatura de
Fouquet, y 5 a la de las Horas de Felipe el Bueno, es la de una tabla, de c. 1460, de la
antigua iglesia de San Vito en Freising, obra del "maestro de las tablas de Polling",
hoy en el museo diocesano de Freising (Baviera), reproducida por Lechner en p. 142.
Decussatae auténticas son también, delante de San Andrés la primera, y a su de-
recha, sostenida por la mano derecha del Apóstol la segunda (y ambas, igualmente,
sensiblemente iguales en altura al Apóstol, que está, asimismo, de pie), dos figuras en
sendas representaciones relativas a Carlos el Temerario (hijo y sucesor, 1467-1477, de
Felipe el Bueno): la primera es una moneda, con, en el reverso, el escudo de Borgoña
y Flandes, puesto encima de una cruz griega pura [=no sesgada] cuyos cuatro extre-
mos cortan la inscripción de la cenefa u orla, referida a Carlos como conde de Flandes
(R KAROLVS: DEI: GRA': CO' FLAND'), y, en el anverso, San Andrés con la de-
cussata como he dicho, y con la inscripción, en redondo y ocupando en la cenefa todo
lo que queda a uno y otro lado de la decussata: SAHCTVS ANDREAS; reproducida
en La Bourgogne a la fin du M oyen Age, catálogo de la exposición celebrada en
Ingelheim am Rhein, en 1986, pp. 154 s., núm. 114; y la segunda está en un grabado
de la misma época, h. 1468, con el escudo de, también, Carlos el Temerario, obra del
"maestro W.A.": San Andrés, con la decussata como dije, está en la parte superior iz-
quierda de la orla, sobre una columna (en otra columna, en la parte derecha de la orla,
está San Jorge, el otro patrón del Toisón de Oro y de la Casa de Borgoña); de la decus-
sata sólo se ve el ángulo oblicuo exterior: reproducido en el mismo Catálogo, p. 130,
núm. 97; está en la Bibliotheque Royale Albert Jer de Bruselas, Cabinet des Estampes.
Y, por otra parte, parece también muy dudoso que en el tropario de Autun esté
San Andrés clavado a la cruz (como vimos que dice la Enciclopedia Cattolica), a la
vista de que Réau, op. cit. p. 80, menciona el Menologio de Basilio (del siglo XI, en la
Biblioteca Vaticana, con cruz latina: Réau p. 79) como la al parecer única pieza icono-
gráfica en que está clavado (aunque luego, en p. 83 como hemos visto, dice que está
clavado en una cruz en aspa en el Libro de Horas de Juan sin Miedo).
La cruz latina aparece también, en los siglos IX al XV, en otras trece piezas icono-
gráficas reseñadas por Réau en la misma p. 79, a las que hay que añadir una predela de
Arcangelo di Cola da Camerino, siglo XV, 1a mitad, en Módena, reproducida por Kaftal
en la misma p. 40, en la que el crucificado (que puede ser San Andrés o no serlo) está
siendo atado a una cruz latina corriente, si bien inclinada hacia la derecha del crucifica-
do, más cerca de la horizontal que de la vertical, lo que podría tener algo que ver con las
vidrieras y otras representaciones con "crucifixion horizontal" mencionadas por Lechner
en p. 146 (y que él estima que podrían provenir de un falso entendimiento de la expre-
sión per transversum, p. ej. en el Rationale divinorum officiorum de J. Beleth, t 1165, en
PL 202, p. 165, v. infra); pero también podría haberse entendido que los verdugos tienen

201
ANTONIO RUIZ DE EL VIRA

inclinada la cruz para alcanzar los brazos de la misma mientras lo están atando (sin tener
que usar las escaleras que aparecen en varios de los cuadros, grabados, etc., posteriores),
) q u': podrían luego alzar la cruz hasta ponerla vertical.
En cuanto a esas "crucifixiones horizontales" de San Andrés, hay que decir:
1°. Que el texto del Rationale divinorum officiorum de Joannes Belethus, "theo-
logus Parisiensis", no posterior a los años 1182-1190, tiene (PL 202, p. 166= ed.
Laurimanni, Lugd. 1672): "Pependit itaque integro biduo in cruce per transversum ut
nonnullis placet, positus". Ese per transversum puede significar 'horizontalmente', co-
mo también podría significarlo la expresión avduTporpov uTaúpwmv rpÉpEL que vi-
mos supra, pero ambas son imprecisas.
Y 2°. Que de esas "crucifixiones horizontales" de San Andrés menciona Réau
dos ejemplos: uno en p. 79, con uno de los travesaños hincado en el suelo: un Salterio
de Citeaux, del siglo XI, con cruz latina, y otro en p. 83: una vidriera, del siglo XIII,
en la Catedral de Évreux. Pero en pp. 80 y 78 formula Réau, a partir de ese tipo de cm-
cifixión per transversum, varias hipótesis (¡siempre hipótesis en esta enigmática cues-
tión!) sobre el origen de la decussata: o habría surgido de las cuerdas, anudadas en
forma de X alrededor de los brazos y piernas del Apóstol, en la cruz latina del capitel
de la iglesia de Besse (en Auvernia, siglo XII), o de haber puesto Felipe el Bueno, du-
que de Borgoña, bajo la protección de San Andrés (muy venerado por su tío abuelo
Juan, duque de Berry, por haber éste nacido el 30 de noviembre) su recién fundada
Orden del Toisón de Oro, y por haberle dado como insignia o emblema, al recibir de
Constantinopla, en 1433, un trozo o reliquia de la que se creía ser la cruz en que San
Andrés había sido crucificado en Patras, dicha cruz, con la forma de decussata, y que
desde entonces se llamaría cruz de San Andrés o cruz de Borgoña. Lo primero, a sa-
ber, el patronazgo de San Andrés sobre la Orden, se explicaría por la idea de que los
Burgundi procedían de Escitia (evangelizada por San Andrés según las Actas apócri-
fas de que arriba he hablado). Pero lo segundo, a saber, que ya en 1433 esa cruz esco-
gida como insignia para la Orden tuviera la forma de decussata, se queda sin explica-
ción alguna, y, una vez más. sigo pensando, dentro de esta incertidumbre, si no sería
Fouquet (aunque :-.ólo 1~ años tenía entonces) el que la imaginó y dibujó. [Y, por otra
p<trtc. dice Réau, ibid. p. 78, que la cruz en forma de X la "llamaban los Latinos crux
decu,·'.:iíu··, y esto ya he demostrado supra que no fue así ni en la Antigüedad ni en la
Edad Media, ni hasta más de siglo y medio después de 1433, exactamente hasta el De
cru, c de Justo Lipsio en 1593.]
Después de todo lo que hemos visto (Fouquet, Horas de Felipe el Bueno, tabla
de Freising, y moneda, y grabado del escudo, de Carlos el Temerario) vienen inmedia-
tamente, con la decussata, o bien crucificado en ella (por vez primera con seguridad),
ocho representaciones iconográficas de San Andrés, en Florencia, Lugano-Madrid,
Chantilly, Nuremberg, y Berlín, a saber:
l. Un maravilloso dibujo, de liacia 1480-1490, de un imitador o discípulo (se-
guace) de Rugo van der Goes Ct 1482; antes se ha atribuido a Lucas van Leyden,
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

1494-1533; también al "Maestro de Zwolle"): en los Uffizi (es el núm. 1332. E del
Gabinetto disegni estampe degli Uffizi, Inventario, 2. Disegni esposti. A cura di A.
Petrioli Tofani, Firenze 1987). San Andrés está en la decussata, muy bien dibujada, un
poco inclinada hacia atrás: parece como apoyada en una pared. Bien también las cuer-
das que lo sujetan a la cruz, que es bastante mayor que el Apóstol, sobresaliendo los
maderos tanto por arriba como por abajo como la mitad del cuerpo.
2. Cuadro del "Maestro de la leyenda de la Magdalena", del Museo Thyssen-
Bornemisza, antes en Lugano, hoy en Madrid: retrato, de c. 1480, de un hombre con la
figura de San Andrés, con una buena decussata delante del "Apóstol", de la que es vi-
sible la mitad superior: es el núm. 251 a. Es un cuadrito de 30 x 18 cm.
3. Miniatura de las Tres riches Heures du Duc de Berry (Juan de Berry, 1340-
1416, a quien he mencionado arriba como tío-abuelo de Felipe el Bueno: hijo de Juan
II el Bueno de Francia, y hermano del rey Carlos V y del Duque de Borgoña Felipe el
Atrevido, padre de Juan sin Ivíiedo el padre de Felipe el Bueno), en el folio 201 y últi-
mo (más dos en blanco) del ms. 65 del Museo Condé de Chantilly (el mismo Museo
en el que se encuentra la miniatura de Fouquet tantas veces mencionada arriba); esta
miniatura de las Muy Ricas Horas (que hay que distinguir cuidadosamente de otros
varios libros de Horas del mismo Duque de Berry) es, como todas a partir del folio 75
del manuscrito, de Jean Colombe, y de hacia 1485 (unos 65 años posteriores a todas
las de los folios 1-74 de las mismas Muy Ricas Horas, obra de los Limburgo ): San
Andrés, con túnica talar azul, está crucificado (sujeto con cuerdas, como, según vi-
mos, está, explícitamente, en la mayoría de las Actas y Martirios de San Andrés) en
una magnífica decussata, mucho mayor que él, sobre todo por la longitud de los ma-
deros, que bajan, desde los pies del Apóstol, como casi otro tanto del cuerpo del mis-
mo; parece, pues, ser la más antigua crucifixión en la decussata (por la inseguridad
de todo lo reseñado como anterior a Fouquet, y en caso de que no sea anterior el dibu-
jo del seguace reseñado en el apartado 1), y podría haber servido de modelo a Roelas
y a Rubens (v. infra), no sólo por la decussata conforme la he descrito, sino también
por los personajes a caballo, si bien aquí en las Tres riches Heures ... tanto esos perso-
najes a caballo como la numerosa multitud que presencia el suplicio miran a San
Andrés con el más admirable arrobamiento; hay también un fondo de ciudad fortifica-
da y paisaje, y todavía, debajo de ocho líneas de preces (del Salmo 138: v. 17 Mihi au-
tem nimis honorificati [ms. honorati] sunt amici tui, Deus; nimis confortatus est prin-
cipatus eorum, y v. 1 Domine, probasti me, et cognovisti me; tu cogno [ahí termina la
página y el manuscrito; habría seguido: visti sessionem meam et resurrectionem me-
am]), hay otras dos escenas de la pasión del Apóstol, anteriores a la crucifixión.
4 y 5. Las estatuas de P. Vischer (1460-1529) y de Veit Stoss (1447-1533) en el
sepulcro de San Sebaldo en Nuremberg, de h. 1508, en bronce la de Vischer, en made-
ra la de Stoss.
6. Un grabado de Durero (55 x 38 cm., en la misma, arriba dos veces citada,
Bibliotheque Royale Albert 1er de Bruxelles, y también en el mismo Cabinet des

203
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA

Estampes): es un retrato del emperador Maximiliano, de 1519, ejecutado meses des-


pués del fallecimiento del Emperador (acaecido el 12 de enero de ese año), y muy pa-
recido a los dos retratos al óleo, también de ese año, de Viena (Kunsth. Mus.) y de
Nuremberg, y a varios otros grabados (reseñados en J. Meder, Dürer-Katalog, Wien
1932, pp. 235-239, figs. 162-166), todos los cuales debieron ser realizados a partir del
dibujo (en la Albertina de Viena) que Durero hizo del natural, en el palacio imperial de
Augsburgo, durante la dieta celebrada en esa ciudad en 1518 (28 de junio). Pero en es-
te grabado de Bruselas hay detalles que no se encuentran en ninguno de esos otros re-
tratos del Emperador, sobre todo la orla o borde ornamental, atribuido a Hans Weiditz,
con dos grifos en la parte superior, a derecha e izquierda de la doble cabeza del águila
imperial (que está, naturalmente, dentro del escudo imperial, con el collar del Toisón
de Oro, y corona imperial por encima); pues bien, el grifo de la izquierda (del especta-
dor) pudiera ser [no está clara la figura en la reproducción] un gryps auritus (mencio-
nado por Plinio nh X 136), o bien un tragopan, águila con cuernos curvos en las sienes
(Plinio ibid.), o, más bien, un monstruo también mixto, pero al revés que el grifo, con
cabeza de león (con cuernos) y cuatro patas, dos de león (visible sólo la derecha) y dos
de águila (visible, igualmente, sólo la derecha); con esta pata o garra derecha de águi-
la tiene este monstruo cogida una decussata, si bien con los ángulos no muy oblicuos
(casi tan poco oblicuos como los de las dos decussatas, sin San Andrés, que he men-
cionado supra, p. 16, de la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares): grabado
reproducido en el mismo Catálogo de la exposición de Ingelheim am Rhein citado
arriba. [El monstruo de la derecha sí puede ser más bien un grifo ordinario, aunque
también con, además de dos patas de león, bien visibles aquí las dos, presumiblemen-
te otras dos de águila, sólo una visible, con la que agarra el ángulo superior derecho
del escudo imperial; lleva también, como el otro, dos cuernos, u orejas, en la región
occipital; ambos animales tienen dos enormes alas de águila cada uno. Parecidos son
los grifos, tres en total, que se encuentran, en el escudo de Felipe II, en la portada inte-
rior del célebre Theatrum Orbis Terrarum de Ortelio (Abrahamus Ortelius) en su pri-
mera adición, de 1570, con dos dísticos al pie: Regna vides Magni, ceu stemmata cla-
ra, PHILIPPI, Imperium terris qua tenet ac pelago. Iustitia, alma Pides, Pietas, et avita
vigebit Relligio, hoc salvo Príncipe; CHRISTE, fave. El escudo propiamente dicho,
con el collar del Toisón de Oro, lo sostienen, con sus dos garras anteriores cada uno,
un león a la izquierda y un grifo "aurito" a la derecha (y hay que observar que estas
orejas de todos estos grifos corresponden a la expresión pliniana, arriba reproducida,
gryphas auritos, de nh X 136, en las ediciones de la época, o al menos en las anterio-
res a la de Gelenio, 1539, según Mayhoff; los manuscritos tienen gryphas -o grypas,
etc.- aurita aduncitate rostri); pero en la parte superior de la figura, bien por encima
del campo del escudo, hay otros dos grifos también auritos, aunque con el cuello mu-
cho más largo y visibles sólo en su mitad superior; y todavía hay, coronando toda la
estampa, otra figura, enhiesta, de león al parecer, coronada ella misma y con espada en

204
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

la garra derecha y globo con cruz en la izquierda: reproducida, la doble portada, en La


imagen del mundo, 500 aFws de Cartografía, Madrid 1992, p. 55.]
7 y 8. Y el antes (p. 185) mencionado grabado de Lucas Cranach en Berlín, de
c. 1512 (p. 265 de Das gesamte graphische Werk y núm. LI de Incisioni scelte), al que
hay que añadir, del mismo Cranach, otro grabado de San Andrés (p. 250 de Das ge-
samte ... ), de otra serie de la misma época, pero en el que San Andrés está, no crucifi-
cado, sino abrazando, de pie, la decussata: con el brazo derecho entre los dos maderos
de la decussata, y la mano derecha abriendo un libro. Cranach parece haber dado de
hecho la pauta para muchas de las innumerables representaciones iconográficas poste-
riores de San Andrés en y con la decussata, entre las que menciono a continuación las
que me son conocidas, por orden cronológico aproximado:
Felipe Vigarny (o Bigarny), hacia 1513 :relieve en madera, pintado o policroma-
do no mucho después por León Picardo, en Cervera de Pisuerga, Iglesia parroqüial del
Castillo, Capilla de Santa Ana (reproducido en el Catálogo de la Exposición Reyes y
Mecenas, Toledo 1992, p. 339, y antes en F.J. Portela, La escultura del Renacimiento
en Palencia, Palencia 1977, y en L. Vandevivere, La Cathédrale de Palencia et l'égli-
se paroissiale de Cervera de Pisuerga, Bruxelles 1967): tiene una magnífica decussa-
ta delante de San Andrés, que está en pie y sujetándola con la mano derecha (la iz-
quierda la tiene sobre el hombro izquierdo de Isabel de Orenes).
Nueve cuadros reproducidos, en silueta, en diversos lugares del Répertoire de
peintures du Moyen Age et la Renaissance, París 1905-1923, de Salomón Reinach, sin
indicar fecha en casi ninguno, pero que por indicios parecen ser todos de los primeros
30 años del siglo XVI:
l. Holbein el Viejo (tl524), en Nuremberg: San Andrés crucificado en la decus-
sata; los maderos sobresalen poco de las piernas y brazos.
2. Escuela de B. Strigel (t1528), en Nuremberg: crucificado igualmente; los ma-
deros sobresalen más que en el anterior.
3. Atribuido a Gérard David (tl523)y a otros: Sán Andrés (debajo de una cruci-
fixión de Cristo) con la decussata abrazada con la mano izquierda, entre los dos made-
ros superiores, y entre San Miguel y San Francisco.
4. Maestro de Messkirch (hacia 1530): en Donaueschingen: tiene la decussata en
la mano, y rodea, con otras muchas figuras, a la Virgen (con el Niño) sobre media luna
invertida.
5. Maestro de Messkirch: en Lichtenstein: apoyado en la decussata, abrazándola
con los dos brazos, con los que, por delante, sostiene un libro que está leyendo (como
en uno de los grabados de Cranach).
6. Maestro de Messkirch: Adoración de la Trinidad por muchas figuras: a la iz-
quierda arriba: San Andrés con la decussata cogida por el centro con la mano izquier-
da; la cabeza entre los dos maderos superiores.

205
ANTONIO RUIZ DE EL VIRA

7. Escuela flamenca (Pseudo-Moslaert): en Berlín: la Virgen y el Niño con San


Andrés, que está de pie, con la decussata abrazada, por la parte alta, con la mano iz-
quierda; y con un libro en la derecha.
8. Brera: la decussata bastante separada del Apóstol y delante; con la mano dere-
cha la toca por el centro.
Y 9. Escuela alemana(?); Jesús en el huerto de los olivos, entre San Bartolomé y
San Andrés, que tiene la decussata en la mano izquierda.
Jean Belleganbe (c. 1480-1535): políptico de la Abadía de Anchin,reproducido
por L.Réau en French Painting in the XJVth ,XVth and XVJth Centuries, London etc.,
1939, lámina 56. En la tabla lateral izquierda se ve, entre otras figuras, una que debe
ser San Andrés,pues tiene, en pie, la decussata, bien visible aunque solo como en un
tercio, a su lado.
Cleve (1485-1540): San Andrés, retablo, en el Museo Wallraf-Richardtz de
Colonia, con la mano izquierda entre los dos maderos, por arriba, de la al parecer de-
cussata; puede ser de entre 1515 y 1530.
Posiblemente Miguel Ángel(1475-1564), en un precioso relieve, de mármol, de
no segura autenticidad, y, al parecer, sin datar por nadie, del Museo del Bargello de
Florencia (núm. 79 del Miguel Ángel escultor de Umberto Baldini, Noguer-Rizzoli,
1973-1977), en el que la única figura inequívoca es el crucificado en una inequívoca
decussata, pero con la peculiaridad de estar ésta a la altura de las demás figuras, y no
ser más larga ni alta que su crucificado, siendo así que lo usual en las crucifixiones, in-
cluso en éstas de San Andrés en la decussata, es que la cruz sea, por lo menos, como la
mitad más larga y alta que su crucificado.
Una talla de Alonso Berruguete (1480?-1561), de 1529, en un retablo del
Colegio de los Irlandeses de Salamanca (cf. Azcárate, Ars Hispaniae, XIII, Madrid
1958, p. 149): tiene, de pie, semiabrazada la decussata.
El Greco (1541-1614): tres cuadros que, entre no menos de 10 San Andreses del
Greco, son los únicos que tienen la decussata, aunque ninguno de los tres en crucifi-
xión, sino teniéndola el Apóstol, de pie, semiabrazada como en la tabla de Freising,
como en el segundo grabado de Cranach, y como en los retablos de Cleve y de
Berruguete. El mejor de los tres cuadros del Greco es el magnífico del Prado, en que
están juntos San Andrés y San Francisco (núm. 2819 del Catálogo del Prado, núm.
432 Camón, p. 149 Gudiol), de entre 1595 y 1600 según Camón (entre 1587 y 1597
según Gudiol). El segundo está en el Metropolitan de Nueva York, pero sólo desde
1960; no está, naturalmente, en el excelente Catálogo de Wehle, que es de 1940; es el
núm. 409 Camón (no está en Gudiol), y es posterior a 1605 (v. además pp. 594-602 de
Camón 19702). Y el tercero es el del Museo Zuloaga de Zumaya, del que casi nada
más consta (núm.86b de El Greco de T. Frati, Noguer-Rizzoli, 19733).
Los grandes frescos romanos, de hacia 1608, de Guido Reni (1575-1642) y del
Domenichino (1581-1641) en San Gregorio del Celio (y, posteriormente, de Matías
Preti, 1613-1690, en San Andrés del Valle): crucifixión en la decussata.

206
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

Roelas (1558-1625), en el Museo de Sevilla: crucifixión en la decussata, cuadro


soberbio, lleno de movimiento ,de dinámica animación; del tipo Cranach la crucifi-
xión; se diría que pudo servir de modelo a Rubens, v. infra. De alegre venecianismo y
veronesismo según Angulo, Ars Hispaniae, XV, Madrid 1971, p. 80 y lám. II. Es de
1609 al parecer.
Bernabé de Gaviria Ct 1622): talla, del Apostolado de la Catedral de Granada,
calificado como "el hermoso y original San Andrés" por Ma Elena Gómez Moreno,
Escultura del siglo XVII (Ars Hispaniae, XVI, Madrid 1963), p. 49 y fig. 25. El após-
tol está como sentado, o medio recostado, casi de frente, sobre la decussata, que está
detrás de él, y la abraza levemente, con la mano derecha en uno de los maderos, y la
izquierda en un como saliente del otro.
Rubens (1577-1640): dos cuadros: uno en el Prado (núm. 1649), no posterior a
1618, con la decussata en la mano como los que he reseñado antes, pero en éste de
Rubens sólo se ve un poco de uno de los maderos de la decussata, por arriba. Y el otro
cuadro, grandioso, de Rubens, es un San Andrés crucificado en la decussata, de c.
1638-1639, del Hospital de San Andrés de los Flamencos (hoy Fundación Carlos de
Amberes) de Madrid (el4-XI-92 está de nuevo en la Fundación, en Claudio Coello 99,
donde lo he contemplado): Hans Vlieghe, Corpus Rubenianum, VIII 1, Brussels 1972,
fig. 109, y p. 87, núm. 62. Su modelo, según Vlieghe, p. 88, fue un retablo de Venius,
de 1594-1599, en la iglesia de San Andrés de Amberes (¡digna de notarse esta casi
coincidencia, tanto cronológica como topográfica, del retablo de Venius con el De
cruce de Lipsiol). Tiene, al parecer, un suppedaneum para cada pie. Sobresalen las
partes inferiores de los maderos: los pies están como a 1'75 m. del suelo; por arriba
solo como un palmo. Está también en p. 424 de Adolf Rosenberg, P. P. Rubens. Des
Meisters Gemiilde in 551 Abbildungen (Klassiker der Kunst, V), Stuttgart und
Leipzig, 1905. Hay dos imitaciones anónimas: un dibujo en el British Museum (fig.
111 de Vlieghe), y un grabado, publicado por Dierckx (fig. 112 de Vlieghe), este últi-
mo con un expresivo dístico:
Quae mea Cruxl Si parva licet componere magnis,
Crux mea Crux nulla est, prae Cruce CHRISTE tuá.
Hay también un grabado, de P. Clouwet, en C. G. Voorhelm Schneevoogt,
Catalogue des estampes gravées d'apres P. P. Rubens, Haarlem 1873, núm. 35, en el
que el Apóstol está de pie, como apoyado con el codo izquierdo un poco por encima
del centro de la decussata.
Cinco magníficos cuadros de Ribera con la decussata (de un total de 16 San
Andreses de Ribera, contando algunas posibles imitaciones): tres en el Prado (núm.
1076: la decussata detrás, muy oscura; núm. 1078: de h. 1630, abrazando toda la de-
cussata con el brazo izquierdo por el vértice, y la mano izquierda sobre uno de los dos
maderos; núm. 1079: la decussata al fondo), uno en Nápoles (de h. 1620, de la
Quadreria dei Girolamini: la decussata frente al Apóstol, que casi toca con la mano
derecha uno de los maderos), y uno, de gran tamaño, en el Museo de Budapest (de

207
ANTONIO RUIZ DE EL VIRA

1628; el apóstol está semitendido en la decussata, muy poco levantada y apoyada so-
bre una piedra, y están empezando a atarlo). Los cinco son espléndidos por la expre-
sión del rostro del Apóstol y las actitudes de éste y, en el de Budapest, de los demás
personajes, pero crucificado sólo aparece, y sólo el inicio de la operación, en el de
Budapest. Hay que añadir, en cuadros de no segura autografía, que, en uno de Bruselas
(Musées Royaux ... ) y en tres de sus copias (en el Prado, Dresde y núm. 112 e del
Ribera de N. Spinosa de Noguer-Rizzoli), se ve un madero levemente inclinado, casi
vertical, de la decussata; y que también se ve media decussata superior en el núm. 360
de Noguer-Rizzoli.
Duquesnoy (1594-1643): es la estatua colosal, marmórea, en San Pedro de
Roma, de 1633-1640, grandiosa crucifixión en la decussata, quizá inspirada en Reni.
Cuatro cuadros de Zurbarán (1598-1664): 1) en Lisboa, de 1633 (fig. 95 del
Zurbarán de Gudiol, de 1987), con la decussata a la derecha del Apóstol, que está le-
yendo un libro que sostiene con la mano izquierda (la derecha no se ve bien); 2) en
Marchena, de 1635-1637 (fig. 120 de Gudiol; en p. 37 precisa que el cuadro está to-
mado de una estampa de J. de Gheyn según dibujo de Van Mander): la decussata está
detrás del Apóstol, pero éste sujeta con la mano derecha uno de los maderos; 3) en
Budapest, de 1631-1640 (fig. 235 de Gudiol): la decussata a la izquierda del Apóstol,
que no parece abrazarla, pues tiene, cogido con las dos manos, un libro abierto que es-
tá leyendo; y 4) en Lima (Apostolado, fig. 358 de Gudiol): abrazando los dos maderos
de la decussata, por el centro, con los dos brazos. (Y todavía hay otro Zurbarán, no re-
producido en Gudiol, núm. 293 de su Catálogo, en Zafra, en un retablo; en mal estado
según T. Frati en el Noguer-Rizzoli, 1973-74, núm. 360: la decussata se adivina más
que se ve, a la izquierda del Apóstol.)
Pereira: la estatua "pétrea" (así Tormo, antes de la guerra; no distingo desde el
suelo si es de mármol, de alabastro o de otra piedra), muy deteriorada, sin cabeza ni
brazos, de la parroquia de San Andrés de Madrid (antigua capilla de San Isidro), obra
de Manuel Pereira (1614-1667), colocada encima de la portada (saliente) antigua late-
ral, de Levante, de dicha capilla, a unos nueve metros del suelo. Parece divisarse un
trozo de decussata al costado izquierdo de la imagen. Cf. Ma Elena Gómez-Moreno,
ob. cit., p. 110. Y de Pereira era, asimismo, la imagen de San Andrés en el centro del
retablo de la misma iglesia de San Andrés, todo él de Pereira, incendiado y enteramen-
te destruido por las turbas, como casi todo lo valioso de esa iglesia, en 1936: Ma Elena
Gómez-Moreno, ibid. En la fotografía reproducida en p. 108, que es lo único que que-
da, el Apóstol parece tener la mano izquierda abrazando la parte alta de uno de los ma-
deros, casi enteramente vertical, de la al parecer decussata.
Morillo (1618-1682): en el Prado (núm. 982; 283 de Gaya Nuño, Murillo de
Noguer-Rizzoli, 1972-1978), de h. 1675-1682 según Angula, Murillo, II, Madrid
1981, p. 234, núm. 277. Deriva del Rubens de San Andrés de los Flamencos, pero no
desmerece; algunas figuras están "invertidas": p. ej., el procónsul Egeas, a caballo, es-
tá de espaldas.

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LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL

La pequeña talla en madera del santuario de San Andrés de Teixido (en el muni-
cipio de Cedeira, La Coruña): no hay datación segura; parece del s. XVII; abraza la
decussata con el brazo izquierdo.
La estatua marmórea, colosal (2' 10 metros de altura sobre pedestal de 2'66 metros,
como las de los demás apóstoles) en San Francisco el Grande, obra de Ricardo Bellver y
Ramón (1845-1924; hay hasta otros seis Bellver más, todos escultores, y todos del siglo
XIX por lo menos en la parte mayoritaria de sus vidas), realizada, al parecer, en los últi-
mos años del siglo XIX; tiene en la mano izquierda el madero superior izquierdo de la
decussata; el otro está detrás, visibles sólo los extremos, al parecer, y, al parecer tam-
bién, el extremo inferior del que tiene abrazado: así en fig. 485, p. 455 de la Historia del
Arte Hispánico del Marqués de Lozoya, V, Barcelona etc., 1949; hoy, 14-VIII-92, no he
podido comprobarlo bien in situ, pues no hay luz, entre los andamios de la obra de res-
tauración, para las estatuas de los Apóstoles, e incluso una rejilla impide acercarse del
todo a la de San Andrés. Cf. el muy favorable juicio dell\1arqués de Lozoya, ob. cit. p.
461: " ... Bellver se libra de la tiranía del ambiente y se manifiesta gran escultor religio-
so, grandilocuente y viril, a la española, en las dos estatuas de los apóstoles San
Bartolomé y San Andrés que labró para San Francisco el Grande de Madrid."
Por último la talla en madera, muy digna y acabada, de los años 60 del presente
siglo, de la mencionada parroquia de San Andrés, obra de Lázaro Gumiel, colocada en
el nuevo baldaquino de la antigua capilla de San Isidro, a la izquierda del crucifijo
central. Tiene una buena decussata, a la derecha del Apóstol, que la tiene cogida con
el brazo derecho por la parte superior del madero más delantero.
En cambio, en un cuadro anónimo del Prado (núm. 2829), de escuela aragonesa,
del último 4° del siglo XV, San Andrés tiene la cruz latina, como en el de Fra Angélico
de San Marcos de Florencia, en el de di Cola da Camerino arriba comentado, en el de
Mantegna en la Madonna della Vittoria del Louvre, en el de Fiorenzo di Lorenzo de
Perugia, y en un medallón de Luca della Robbia en la Cappella Pazzi de Florencia.
San Andrés, en casi todas las representaciones iconográficas de su martirio, está, como
dije, no clavado sino atado a la cruz, aquí sí con estricta sujeción a lo que explícitamente y
con insistencia afirman casi todos los textos de AAA, martitrios y pasiones de San Andrés.
En resumen: la decussata para San Andrés, posiblemente imaginada por Fouquet
(¿a partir del tropario de Autun?), la consagran, entre otros, la miniatura del Breviario de
Felipe el Bueno, el "maestro ... " de Freising, el seguace de van der Goes, el "maestro de
la leyenda de la Magdalena, Jean Colombe, Vischer, Stoss, Vigarny, y, sobre todo,
Cranach; y de Cranach parece pasar, sucesivamente, a Cleve, Miguel Ángel, Berruguete,
El Greco, Venius, Reni, Domenichino, Roelas, Gaviria, Rubens, Ribera, Preti,
Duquesnoy, Zurbarán, Pereira, Murillo, el ignoto autor de la talla de San Andrés de
Teixido, Bellver, y Gumiel. En la mayoría de las representaciones la decussata está, co-
mo hemos visto, al lado o detrás del Apóstol, que suele tenerla cogida; y entre las cruci-
fixiones en la decussata destacan sobre todo las del seguace de van der Goes, Colombe,
Cranach, Roelas, Rubens, Duquesnoy, y Murillo.

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