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RESUMEN. En este trabajo se estudia la expresión crux decussata, empleada por vez
primera por Justo Lipsio en 1593, pero procedente de las palabras antiguas decussis, de-
cussare y decussatio, y aplicada a la cruz en forma de X que, sólo muchos siglos después
de los Apóstoles, empezó a aparecer en representaciones iconográficas del martirio del
Apóstol San Andrés; y, asimismo, se reseñan las más importantes de esas representacio-
nes, desde Fouquet hasta nuestro siglo.
ABSTRACT In this paper the author discusses the Latin idiom crux decussata, first
used by Justus Lipsius in 1593, but coming from the ancient words decussis, decussare
and decussatio, and attibuted to the cross, in the form of X, which, only much centuries af-
ter the Apostles, began to appear on iconographic images of Apostle St. Andrew 's martyr-
dom; and, likewise, the most considerable of such images are reviewed, from Fouquet un-
ti! our century.
l. Rasgos fundamentales.
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ANTONIO RUIZ DE EL VIRA
en las Tres Riches Heures du Due de Berry, dos estatuillas de Vischer y de Stoss, un
grabado de Durero, y dos de Cranach, y quizá también en Otho Venius; v. todos los
detalles infra de que es en una cruz decussata donde se suele admitir que fue martirizado
San Andrés [la indicación, sin término decussata, y combatida, se encuentra 36 años
antes, en la Historia Gallica de Cenalis, v. infra, pp. 15 s. ]. Y, en efecto, ésa es la "cruz
de San Andrés", muy mayoritariamente aunque no siempre, en la iconografía desde 1450
hasta hoy.
2. Análisis.
A) Textos.
En E. Lodi, Los santos del calendario, Ediciones Paulinas, Madrid 1992 (traduc-
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LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL
- -~ V - 1 - - 1 V-~ VV- 1 V-
que significa 'Andrés soportó una crucifixión volteada' o ' ... fue atado, o sujetado, a
una cruz volteada, o girada' (como la de San Pedro en "Abdías" y muchos otros tex-
tos, a partir de Orígenes en Eusebio Hist. Eccl. III 1, 1, Ka ni KEcpa;ti¡c;, v. infra sobre el
martirio de San Pedro en un grabado de Lucas Cranach); o bien significa (con metoni-
mia e hipálage elípticas, sobre las cuales v. infra) ' ... una crucifixión de brazos opues-
tos', y nada de eso incluye necesariamente que esa cruz fuera una decussata; la de-
cussata, X, está formada por ángulos oblicuos, dos agudos y dos obtusos, los cuatro
opuestos por el vértice; podría, desde luego, la 'crucifixión de brazos opuestos' desig-
nar esos cuatro, pero no necesariamente; también son opuestos por el vértice los cuatro ángulos
rectos de la cruz latina o immissa, t, y (si se prolonga el brazo mayor) los de la com-
missa, T, y los de la griega,+, y los, rectos u oblicuos, de cualquier otra forma de
cruz. Y puede también, por último, la a vT( aTpocpoc; aTa ú pwatc; ser una crucifixión
horizontal, v. infra, pp. 202 s.
Para el caso, improbable por lo demás, de que esa a vT( aTpocpoc; aTa ú pwaLc; significa-
se 'crucifixión volteada o invertida', es decir, con el crucificado cabeza abajo como San Pedro
(como he dicho, y siempre en cruz normal, no decussata), es muy ilustrativo un grabado de
Lucas Cranach (1472-1553), de la serie, en Berlín, Martirios de los Apóstoles, p. 279 de L. C.,
Das gesamte graphische Werk (München 1972), y número LI de L. C., Incisioni scelte
(Firenze 1970), serie, toda ella, de c. 1512. En él se representa el martirio de San
Pedro en una cruz que es precisamente una cruz volteada: al parecer la están clavando
en el suelo y enderezando, pero todavía no está vertical, sino un poco inclinada hacia
la derecha, y San Pedro está, no clavado, sino atado con cuerdas (como veremos que
está casi siempre San Andrés, pero San Pedro aquí, como siempre, en una cruz no de-
cussata, sino normal o immissa, como he dicho): cabeza abajo, sí, pero no a lo largo
del madero más largo o casi vertical, sino entre éste y uno de los brazos perpendicula-
res, el de la derecha, con lo que queda exactamente volteado, o torcido hacia la dere-
cha, es decir, no en posición supina, o praeceps, vertical, ni tampoco horizontal, sino
formando ángulo agudo con la vertical, es decir, bien torcido o sesgado, como no lo he
visto en ninguna otra representación de crucifixión alguna, y como no está nunca San
Andrés, que·, incluso en la decussata en general, y particularmente en el grabado co-
rrespondiente de la misma serie de Cranach, p. 265 de Das gesamte ... , y número LII
de Incisioni ... , está casi siempre bien erguido; vertical casi siempre; un poco inclinado
hacia delante, en el de Cranach; horizontal, per transversum, en Cíteaux y en Évreux,
v. infra inclinado, pero en cruz latina y sujeto a ella en la forma usual, en la predela de
Arcan-gelo di Cola da Camerino, v.infra.
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ANTONIO RUIZ DE EL VIRA
[Sobre la metonimia e hipálage elípticas: como loca surda 'lugares donde nada
se oye'; y "el ciego sol se estrella ... ", esto es, 'el ciego sol porque ciega, y no ya sólo
a los que lo miran, sino a cualquiera que esté expuesto a la intensísima luminosidad
que da al día estival' (v. Silva ... , pp. 89 s. de las pruebas); y "hemos pinchado" por
'una rueda se nos ha pinchado', pupugit altius 'se dio un buen pinchazo', en Apuleyo,
me t. V 23, por 'puncta est altius'; "eso vende", anglicismo hoy usual, a partir, sobre
todo, de best seller, pero ya en Horacio, epist. II 1, 75 iniuste totum ducit venditque
poema por 'versus paulo concinnior ... commendat totum poema facitque ut facile ve-
neat'; y lito raque alcyonen resonant, acalanthida dumi en Virgilio, georg. III 338 'las
playas hacen, con su eco, que se escuche el son del alción, y los matorrales espinosos
hacen, igualmente, que se escuche el canto del jilguero', siendo acusativos internos
tanto alcyonen como acalanthida; o, en intransitivos, "vuelto de América", gane with
the wind que no es 'lo que el viento se llevó', sino 'ido con el viento', esto es, 'se fue
con el viento', no distinto, como hipálage semántica, de "bien comido y bebido", ce-
natus, obesus, reversus, etc.; y como look intransitivo; y audit bene por 'de eo bene lo-
quuntur'; y evidens, que no es 'lo que ve' sino 'lo que se ve'; y piscina, 'sin peces pe-
ro para nadar como nadan los peces', ya en Séneca epist. 86, 5, y después en Plinio iun.
epist. V 6, 23 y II 17, 11, en Suetonio Nero 27, y Mart. III 44, 13; y vvKTá ).o<j;; y reverso
post Actiacam victoriamAugusto en la Vita Donatiana de Virgilio § 27; y doctus, y 'en-
tendido', 'mirado', 'considerado', "leído y escribido", y todos los demás reseñados en
el Esbozo de una nueva gramática ... de la Academia, p. 495: 19 en total además de los
que he puesto yo supra (y la lista no es completa): todos ellos son participios pasivos
de verbos transitivos con significación activa: v. también en mi artículo "Laodamía y
Protesilao", CFCNS 1, 1991, p. 152. En todos los casos se trata de metonimias léxico-
gramaticales, antitéticas, elípticas e hipalágicas.]
Lo que sucede muchas veces es que indebidamente se confunde la decussata,
X, con una cruz griega, +, sobre todo si está un poco ladeada, volteada o sesgada, X,
confusión (sobre todo en los dibujos, de muchas Enciclopedias, en que aparecen jun-
tas las diferentes formas de cruz) que proviene de descuidar la diferencia fundamen-
tal entre los ángulos oblicuos del decussis, X, y los rectos de los cancelli, X (cancelli
en Varrón rust. III 5, 4, Ovidio am. III 2, 64, Columela VIII 17, 6, 'rejillas', Vulgata
IV Reg. 1, 2 [Setenta 8ul Tov 8LKTvwToV], San Jerónimo in Ezech. XII 41, p. 501 s.,
Vulgata cant. II 9 [Setenta 8ul Twv 8LKTÚwv], Prov. VII 6, etc; cancellus en Itala exod.
XXXVIII 24 [Setenta TTEp{eEfla; Vulgata XXXVIII 4: craticulam] y XXXIX 10, y en
Dig. XLIII 24, 9, 1; cancellare en Dig. XXXVIII 4, 2, etc.; cancri en Paulo Diácono
40 Lindsay, v. el capítulo VI. 'Canciller' de mi Silva de temas clásicos y humanísti-
cos), descuido fácil y que encuentro ya en la Antigüedad, y sobre todo precisamente,
muchas veces, en los gramáticos (sobre todo en los Higinos: de limitibus constituen-
dis [Hygini gromatici Constitutio limitum sive de lim. const.], de limitibus (Hygini de
limitibus), De condicionibus agrorum (Hygini de condic. agr.), y De generibus contro-
versiarum (Hygini de gen. controv.); también en el texto gramático reproducido por
San Isidoro, v. infra), a propósito de los cardines y decumani (tanto del cardo maxi-
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LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL
mus y decumanus maximus, como de todos los demás, y menores, cardines y decuma-
ni) que aparecen infinitas veces en los gramáticos (p.ej.: Hyg. gro m. p. 111, 1O
Lachmann = p 71, 16 Thulin; p 111, 16 Lachmann =p. 71, 10 Thulin; de limitivus p.
168,9Lachmann=p 133, 10Thulin,p.171, 17Lachmann=p.136, 14Thulin,p.
194, 19 Lachmann =p. 157, 20 Thulin, y p. 108, 16 Lachmann), entre cuyos textos es
especialmente interesante el que, como he dicho, aparece en San Isidoro: es Grom. p.
367, 1-4 Lachmann (en "Ratio limitum regundorum, de finibus agrorum") en San
Isidoro orig. XV 14, 4, y dice, hablando del (limes) decumanus, que se llama así por-
que produce la forma de X ("pro eo quod formam X faciat decumanus est appellatus"),
añadiendo que eso es así porque un campo dos veces dividido [se.: una: a la derecha y
a la izquierda del cardo o línea N.-S.; y la otra: a un lado y otro del decumanus o línea
E.-0.] da lugar a la figura del número diez ("Ager enim bis divisus figuram denarii
numeri efficit"). Ahora bien, el cardo y el decumanus no daban lugar a la X, porque
ésta está necesariamente formada por ángulos oblicuos, mientras que el cardo y el de-
cumanus necesariamente lo están por ángulos rectos: categóricamente en Plinio, nh
XVIII 326-331: "contra mediam faciem meridies et a vertí ce septentrio erit; qui ita li-
mes per agrum curret cardo appellabitur.... per huius [se. umbrae] mediam longitudi-
nem duci ... liniam ... conveniet ... mediamque mensuram ... circumscribi circulo
parvo, qui vocetur umbilicus .... per hunc medium [se. per mediam liniam quae est
cardo et per medium umbilicum] transversa currat alia [se. linia]: haec erit ab exortu
aequinoctiali ad occasum aequinoctialem, et limes qui ita secabit agrum decumanus
vocabitur. ducantur deinde aliae duae liniae in decussem obliquae, ita ut ab septen-
trionis dextra laevaque ad austri laevam dextramque descendant. omnes per eundem
currant umbilicum, omnes ínter se pares sint, omnium intervalla paria." La figura indi-
cada por Plinio (y que, como veremos, es en parte errónea) sería ésta:
N
~decussis (fal!lo)
1
cardo
/
decussis (fal!lo)
decussis (fal!lo)
/ cardo
decussis (falso)
S ""'
Tres cosas quedan muy claras en estos parágrafos de Plinio:
l. Que limes no siempre significa 'límite', 'linde', 'frontera' ni aun 'espacio li-
bre entre dos heredades contiguas' (como parecen dar a entender, aunque muy confu-
samente, los Diccionarios), sino que, por lo menos en el caso, frecuentísimo, de cardo
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ANTONIO RUIZ DE EL VIRA
y decumanus, que son tan limites como los que más lo sean, lejos de 'limitar' el cam-
po o heredad, lo atraviesan, y son 'líneas', 'senderos' o 'calles', pero no 'límites' ni
'lindes' entre dos heredades: muy bien también en Paulo Diácono 62, 25 Lindsay:
"Decimanus appellatur limes, qui fit ab ortu solis ad occasum; alter ex transverso cu-
rrens appellatur cardo", y 103, 6 lindsay: "Limites in agris nunc termini, nunc viae
transversae." Cf. Frontino, liber gromaticus, pp. 3 y 28, Columela IV 20, 5, III 20, 4,
XII 44, 2, y Paladio III 9, 11.
2. Que el cardo es siempre perpendicular al decumanus, es decir, forma con él
cuatro ángulos rectos.
3. Que el decussis forma siempre, con sus dos líneas, cuatro ángulos oblicuos. La
etimología de decumanus (la -a- en un hexámetro adéspoto citado por Cicerón en de
fin. II 24) es desconocida; la que hemos visto en el gramático y en San Isidoro (decu-
manus porque, según ellos, formaba un decussis) resulta absurda, tanto en la forma de
la palabra (¿qué tendrá que ver decumanus con as, aun admitiendo, lo que no pasa de
ser una conjetura de Varrón, que decussis sea, de origen, dec( em)asses?), como en el
significado, por más que el Ernout -Meillet parezca aceptarla, y por más que la acepte
Schulten en 'Decumanus' del P.-W., de 1901, a pesar de haber ofrecido, sólo dos años
antes, en 'Cardo' del mismo P.-W., un dibujo en el que sólo se ven ángulos rectos. Y
todavía más absurda, si cabe, es otra etimología, en Hygini gromatici de limitibus
constituendis p. 132 Thulin= p. 167 Lachmann, según la cual decumanus vendría de
*duodecemanus y éste de *duodedecemanus (que estaría formado a imitación de duo-
deviginti y significaría 'de ocho ases': ¡!).Que decumanus tenga que ver con el núme-
ro X no es absurdo, puesto que la formación, sobre decem, es la misma que la de septi-
manus sobre septem; pero esa misma formación a partir de decem implica ya esa
indiferencia o descuido de que vengo hablando, la de no distinguir, de los ángulos rec-
tos del decumanus con el cardo, los oblicuos del número X o decussis [Schulten, en el
citado artículo 'Decumanus' del P.-W., propone, independientemente de su aceptación
de la etimología de San Isidoro, otra, no inverosímil aunque deja, igualmente, sin ex-
plicar el final -anus, y tomada del gramático Sículo Flaco: "cum ergo omnes limites a
mensura denum actuum decimani dicti sunt ... ":y vendría, así, decumanus de haber si-
do trazados, originariamente, los limites como líneas paralelas, con una separación,
entre ellos, de 10 actos= 1200 pies. El erudito y detalladísimo artículo 'Limitatio' del
mismo P.-W., que es de Fabricius y de 1927, pp. 672-701, para la etimología remite (p.
675) a Schulten].
Ahora bien, Plinio, en el pasaje arriba transcrito, ha cometido un doble error: co-
mo bien dice Le Boeuffle (en su comentario a nh XVIII 326-339 de la edición Budé de
Le Bonniec), es erróneo que "omnes [se. liniae] inter se pares sint, omnium intervalla
paria", porque, en efecto, para que las "duae liniae" sean "in decussem obliquae" no
basta que sean oblicuas respecto del cardo y decumanus, sino que tienen que serlo
también entre sí; y, en efecto, si todos los ángulos son iguales y las líneas del decussis
son bisectrices como las del cardo y decumanus, no hay tal decussis, pues en tal caso
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LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL
esas dos "liniae obliquae" forman entre ellas ángulos rectos (como el cardo y el decu-
manus) y no son oblicuas entre sí, y por tanto no forman un decussis; pero deben for-
marlo, no sólo porque eso es lo que exige la expresión in decussem obliquae, sino
también porque, como también aclara Le Boeuffle, corresponden a los ortos y ocasos
solsticiales, que están a 23' 5 grados de una y otra parte de los puntos equinocciales, y
toda la figura debe ser un octógono irregular, no regular como resulta, según hemos
visto, en ese pasaje de Plinio. Debe ser, pues:
1
cardo
----
poniente estival oro esti.Vlll
cardo
1
189
ANTONIO RUIZ DE EL VIRA
loin d' étre définitivement résolue"). Según ella, ya desde el siglo IX, al entrar el obis-
po en la iglesia que iba a ser solemnemente inaugurada o dedicada, se trazaba en el pa-
vimento de la iglesia (pero sólo desde el siglo IX, al parecer) una gran cruz en forma
de X, con las letras del alfabeto inscritas en ambos brazos de la cruz, simbolizando a
Cristo, tanto por la X que es la inicial de XpL uTó e;, como por el alfabeto que vendría a
ser la plenificación de su símbolo A Q del Apocalipsis (I 8, XXI 6, XXII 13); y la X
vendría también, como pervivencia, de las figuras, marcas, incisiones y líneas, todas
en forma de X, que tenemos descritas o mencionadas, en buen número de textos, con
los términos decussis, decus, decussare, decussatio y decussatim: textos del Thesaurus
(Thes. ling. Lat. Acad. qu. German.) de entre los que selecciono, por especialmente
importantes como precedentes de Lipsio, los siguientes: Cicerón Tim. 24 (v. infra),
Plinio nh. XVIII 331 (visto supra), Columela III 13, 12 (visto supra), IV 24, 8, XII 56,
1, IV 17, 6, Vitruvio I 6, 6, I 6, 7, I 6, 13, X 6, 1, X 6, 2 (mencionados supra), San
Jerónimo in Ierem. 31, 9, p. 1062 Vallarsi (v. infra), San Agustín de doctr. christ. 2, 24,
37, contra epistulamfundamenti 21, de musica 5, 12, Marciano Capela I 85, I 37, II
208, VIII 823 (mencionados supra), Pelagonio (veterinario, s. IV 2a) 236, y Zaqueo
(apologista tardío, s. V) 1, 4. Son, en cambio, poco interesantes, porque todos se refie-
ren exclusivamente a señales o marcas en forma de X hechas en piedras o árboles, pe-
ro sin otras indicaciones, los correspondientes textos de los agrimensores o gromáticos
(en los cuales se hubiera podido esperar que se apoyara de Rossi para su mencionda
conjetura): Nipso y Sículo Flaco (ambos del siglo II p. C.), y varios otros textos gra-
máticos anónimos, en no menos de doce citas, en total, en el Thesaurus; comentados
los principales, después de Mommsen en Hermes 23, 154, por Schulten en 'Decussare'
del P.-W., de 1901, IV 2354.
Pero aun hay más en la conjetura de de Rossi, aceptada, se diría que entusiástica-
mente, por Leclercq en 'Abécédaire' del Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de
liturgie, I, 1924, pp. 57 y 58, y es su insistencia (en el tomo III, de 1877, de su Roma
sotterranea cristiana, p. 704, y en Piante di Roma, pp. 9 y 12) en que los abecedarios,
griego y latino, que hemos visto que se trazaban ya desde el siglo IX (o tal vez desde el
VIII) en los brazos del decussis o X (crux decussata lo llama varias veces Leclercq,
como si la expresión fuera antigua, y ya sabemos que jamás fue usada antes de 1593),
en el suelo de la iglesia dedicanda, no son sino la supervivencia de las casae littera-
rum (en pp. I 309 s., II 235, 268, 409 s. de los Gromatici editados por Lachmann en
1848) de los agrimensores, y de los cardo [maximus] y decumanus [maximus] de
Plinio (nh. XVII 169, XVIII 326-331 y 337), Columela (XII 43, 2), etc., que en reali-
dad no pudieron nunca formar un decussis, puesto que, como hemos visto supra, el
cardo iba del Norte al Sur, y el decumanus de Este a Oeste, y se cortaban perpendicu-
larmente y no oblicuamente como en el decussis. Y no está en forma de decussis nin-
guno de los abecedarios que Leclercq reproduce en su artículo.
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LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL
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ANTONIO RUIZ DE EL VIRA
tá, puesto que sólo dos páginas más abajo, en p. 78, dice categóricamente, sobre la de-
cussata como cruz de San Andrés (cruz sobre la que éste habría sido crucificado; y
cruz de Borgoña, v. infra "cette tradition ne s'appuie sur aucun texte. Nulle part il
n'est question d'une croix en X"); y lo mismo que Calepino dijo que las Sirenas termi-
naban en pez, aduciendo textos en que tienen el cuerpo de pájaro; y así como en el
Mercurio y Argos de Rubens, núm. 1673 del Prado (núm. 40, p.235 de Svetlana
Alpers, The decoration of the Torre de la Parada, Corpus Rubenianum, IX, Brussels
1971), a Argos, dormido ya, no se le ve ningún ojo (mientras que sí parecen ser ojos
de Argos, en la cara y brazos, en el Argus a Mercurio iugulatur de Tempesta, 1555-
1630, grabado núm. 10 en Metamorfosean, sive Transformationum Ovidianarum Libri
Quindecim, Amstelodami, sin fecha, fig. 140 del mismo volumen del Corpus
Rubenianum), lo que no es obstáculo para que en el texto se diga, sin comentario algu-
no, "Mercury, following Jupiter's orders, kills the sleeping many-eyed monster
Argus" (y tampoco hay indicación alguna sobre esto en p. 236, sobre un esbozo del
propio Rubens sobre Mercurio y Argos, fig. 142, en Musées Royaux des Beaux-Arts
de Belgique, Bruselas); y así ad infinitum; pues así también la inmensa mayoría de los
traductores (incluyendo a Lutero y Cipriano de Valera) traducen por 'sentarse', 'estar
sentados', etc., o bien 'estando a la mesa', 'se puso a la mesa', etc. los avaKELflEVw v,
avÉ rrunv, discumbentibus, discubuit, de la Última cena, y los Ka TE KA{ er¡, KaTá KEL TaL
discubuit y accubuisset (en San Lucas 7, 36 s.) de la cena o comida en casa del fariseo
(y, avaKELf1Évov, recumbentis, en San Mateo 26, 7, y KaTaKELf1Évov, recumberet, en
San Marcos 14, 3; ELe;: r¡v EK Twv avaKELflEvwv avv avTw, unus erat ex discumbenti-
bus cum eo en San Juan 12, 2: en la escena de Betania, bastante parecida, aunque me-
nos detallada y grandiosa que la de la pecadora en San Lucas); y así también un crítico
de arte tan magnífico como Max. Rooses (1839-1914), en una de sus obras monumen-
tales sobre Rubens (Rubens, London 1904, p. 287), comentando un cuadro de Rubens
en el Ermitage de San Petersburgo, Christ in the house of Simon the Pharisee (cuadro
que no he visto en ningún otro sitio, ni reproducido ni mencionado siquiera; no lo he
visto hasta ahora en el Corpus Rubenianum de Bruselas), empieza reproduciendo to-
do el relato de San Lucas en la Re vi sed Version: " ... and sat down to meat... When she
knew that Jesus sat at meat in the Pharisee's house, brought an alabaster box ... , and
stood at his feet behind [d rr{ aw, retro; esto sí está bien en todos los traductores] him
weeping", pero después, al describir el cuadro, no hace la menor referencia a que en
éste la mujer no está detrás de Jesús, sino precisamente delante de él, que está senta-
do, pero no mirando a la mesa, sino un poco vuelto o separado de la mesa, precisa-
mente para que pueda ella besarle el pie derecho.¡ Quanto rectius Prado y Villalpando!
En uno de sus asombrosamente perfectos grabados (pp. 296 s. para la cena en casa del
fariseo; pp. 292 s. para la última cena; la explicación en pp. 289 s., todo ello en el to-
mo I del grandioso comentario a Ezequiel: In Ezechielem explanationes et apparatus
'-trbis ac templi Hierosolymitani commentariis et imaginibus illustratus, Romae 1596-
1604) Jesús está tendido, casi boca abajo, como los demás comensales, porque solo
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LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL
así puede entenderse que la mujer pecadora estuviese detrás de él y le regase los pies
con sus lágrimas, y se los secase después con sus cabellos, y así, digo, es como está
precisamente, y, a la perfección, en el grabado del Prado y Villalpando; en cambio en
el cuadro de Rubens, como Jesús y los demás están sentados, la mujer tiene que estar
delante de él, enfrente de él, pero Rooses ni siquiera se ha dado cuenta.
Y lo mismo pasa, digo, con los que comentan el martirio de San Andrés relacio-
nando, pero mal, los textos con la iconografía.
Bien dice Lodi, en cambio (p. 510), que el vehemente y apasionado apóstrofe a
la cruz de la antífona de Laudes [pero del Brevarium Romanum de 1956; no está en la
Liturgia Horarum ni en la passio latina [hay que añadir: está también, con variantes,
en los textos griegos del MapTúpwv y de las JJpá[éLc;, en Epifanio, y en casi todos
los textos latinos que he mencionado supra], y que esa passio no es posterior al año
550, porque la usa San Gregorio de Tours en sus Milagros de San Andrés: en efecto,
así lo demostró Max Bonnet, por lo menos con gran probabilidad, en su óptima edi-
ción de 1885 en Mon. Germ. Hist., Scriptores rerum Merovingicarum, I 2, Gregorii
Episcopi Turonensis Miracula et opera minora, Hannoverae 1969 (=1885), esp. p.
396: " ... non potuit epistulam presbyterorum et diaconorum (Tischendorf, Act. ap.
apocr., p. 105) dicere; itaque videtur alteram passionem legisse, cuis prima verba sunt:
Conversante et docente" [publicada después por el propio Bonnet en Anal. Bolland.
XIII, 1894, pp. 374-78, y, seorsim, en Supplementum codicis apocryphi, Parisiis 1895,
pp. 66-70]; y cita a continuación el libro de Lipsio, no de Justo Lipsio, sino de R.A.
Lipsius (su después coeditor, tras Fabricio en 1703, 1719 y [póstumo] 1743 2 , y
Tischendorf en 1851, de los Acta Apostolorum Apocrypha, los de San Andrés en II 1,
Lipsiae 1898, 1-88; el primer tomo es de 1891), Die apokryphen Apostelgeschichten
und Apostellegenden, Braunschweig 1883-1890.
Sigue diciendo Lodi ibid., p. 510, que la mencionadapassio latina (la que empie-
za: Conversante et docente ... ) deriva de los "Hechos apócrifos de Andrés" y que éstos
son del siglo III. Esta datación es conjetural (de Bonnet en Byzant. Zeitsch. 1894, III
458-469, y Anal. Boll. XIII, 1894, 401), pero verosímil [y aun es posible que sean an-
teriores al año 200, como muestra, con alguna probabilidad, G. Quispel en Vigiliae
Christianae, 1956, pp. 144 s. y 148], sobre todo por las deducciones expuestas por
Amann en el Suplemento de Pirot al Dictionnaire de la Bible de Vigouroux: Suppl. I,
Paris 1928, pp. 507 y 498; cf. también L. Clugnet en 'André 1', Dictionnaire
d'Histoire et de Géographie ecclésiastique, II, Par. 1914, p. 1602.
Como tengo dicho, no he visto mención alguna de la crux decussata, con este
participio adjetival, para el martirio de San Andrés, anterior al librito De cruce de
Justo Lipsio, de 1593 (Antuerpiae 1593). Es más, ni siquiera la expresión crux decus-
sata sin referencia a ese martirio parece haber sido utilizada por nadie antes de Lipsio:
es sumamente probable que fuera él, y precisamente ahí, en De cruce, I 7, el primero
193
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA
que utilizó el participio adjetival decussata para ese tipo de cruz, puesto que dice: "de-
cussata ... Illa ... mihi dicitur, in quam duo ligna directa et aequabilia, inter se obli-
quantur". Y a continuación justifica la designación con los siguientes textos:
l. San Jerónimo in Ierem. 31: Lipsio lo da en una creo que desmemoriada cita de
memoria, porque el texto que él da ni está en ese pasaje del comentario a Jeremías, ni
lo he encontrado en todo San Jerónimo: Lipsio: "Hieronymus. Decussare est per me-
dium secare, veluti si duae regulae concurrant ad speciem littente X quae figura est
Crucis". Lo que de verdad está en San Jerónimo es: in Ier. 31, 9, p. 1062 Vallarsi: "in
mysterio crucis decussatis manibus, qui stabat ad sinistram Jacob, dextrae manus eius
suscepit benedictionem. Et qui steterat ad dexteram, sinistra benedictus, in secundum
redactus est gradum. Et quomodo Jacob Esau, sic Ephraim Manasse rapuit primogeni-
ta". Se refiere al episodio, en Gen. 48, 13 s., en que Jacob (=Israel), al bendecir a sus
nietos Efraím y Manasés, hijos de José, lo hace al revés de como quería José, y pone la
mano derecha sobre el que tenía frente a su izquierda, que era Efraím, y la izquierda
sobre el que tenía frente a su derecha, que era Manasés. Esto implica necesariamente
que cruzó los brazos formando un decussis, pero ni decussis ni decussare aparecen en
el texto latino, ni XLá(w en el griego, que tiene EvaJ...J...á f.
2. San Isidoro, Etym. I 3, 11: " ... et X littera, quae et figura crucem significat et
in numero decem monstrat." Así es; Lipsio lo cita también de memoria, pero con va-
riantes, aquí, insignificantes. Podría Lipsio haber añadido Etym. I 4, 14: "X littera ... et
digne hoc tempore [se. el tiempo de Augusto], quo Christi nomen innotuit, quod per
eam, quae crucis signum figurat, scriptitatur." Combinando ambos textos, parece claro
que San Isidoro no tenía inconveniente en admitir el decussis o signo X como si fuera,
al menos, una de las formas normales de cruz, aunque, por supuesto, sin emplear para
ello el término decussis ni, mucho menos, el participio decussata, ni ningún otro tér-
mino derivado ni expresión vicaria, que no aparecen nunca en las Etimologías. Pero
esa admisión del decussis como forma de cruz es un descuido o relajación de la misma
clase que hemos visto supra, y que le hace admitir que el decumanus produce la figura
del número diez.
3. San Justino Mártir: lxfa(Ev avn)v lv Tw TTavTi: así lo cita Lipsio: "ut Iustinus
Martyr: qui illud Platonis in Timeo Exfa(Ev avTov lv Tw TTavTi: Decussavit eum in
universo: adseveranter ad Christum et Crucem nostram retulit, quo nisi hoc aspectu?"
En realidad ni el texto del Timeo es como lo cita Justino, ni éste tiene Ext a(Ev sino
'Ext aaEv. Se trata, en efecto, de uno de los varios pasajes en que Justino (t 165) trata
de hacer ver que Platón hizo uso de la Biblia, del Génesis aquí, pero que no la enten-
dió bien. Dice así Justino: Apolog. prima pro Christianis, 60 (Migne, PG, 6, 418): Kai
TO EV TW Trapa llJ...áTúJVL TLpa{w cpvawJ...oyovpEVOV TTEpl TOV 'rvwv TOV 8tov, 'on AÉyEL
'ExfaCJEv avTov lv Tw TTavTi [es Tim. 36B, pero el texto de Platón es: Tavrrw ov n]v
CJVCJTaCJLv TTaCJav 8L TTXT]v KaTa pijKék CJXLCJac, J1ÉCJ7]V TTpoc;, pÉCJ7]V ixánpav áJ...J...¡jJ...mc;,
194
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL
195
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA
tans, dextram quidem in iunioris, sinistram vera in senioris caput imponens." Esta cita
de Cedreno por Lipsio sí es estrictamente literal en lo que transcribe; omite, sin em-
bargo, lo que sigue inmediatamente, que es la afirmación explícita, aunque muy suma-
ria, de ser esa decussatio o commutatio manuum de Jacob una prefiguración de la cruz
de Cristo: Eic, f1Va-rrfpwv aTavpLKov TÚTTov: Cedreno, in Gen. 48, 13 s., Migne 121,
pp. 97 s. Más insistentemente aún, dice lo mismo Beda el Venerable, no citado por
Lipsio, y empleando cancellatis manibus en vez del decussatis manibus de San
Jerónimo, lo que en rigor implica la confusión, ya sea indeliberada, ya en consciente
cuasi-igualación, ya antes vista y que luego explico de nuevo infra, entre X y X: Beda
in Gen. 48, 13 s., Migne 93, p. 355: "at ille cancellatis manibus, crucis mysterium pra-
efigurans, translatam in minore dextram, maiori sinistram, figuraliter superposuit:
sicque crucis similitudo super capita eorum denotata Iudaeis scandalum, Christianis
futuram gloriam praesignavit, senioremque per crucis mysterium, sinistrum factun1 de
dextro, et iuniorem dextrum de sinistro, ... "
5. Tertuliano, de baptismo 8: " ... nepotes suos ex Joseph Ephraim et Manassem
Jacob, capitibus impositis et intermutatis manibus benedixerit, et quidem ita transver-
sim obliquantes ínter se, ut Christum deformantes, iam tune portenderent benedictio-
nem in Christum futuram." Es la misma escena del Génesis que luego comentarían
San Jerónimo, San Juan Damasceno, Beda y Cedreno, como hemos visto; tanto
Tertuliano con su ut Christum deformantes (que, como bien aclara Lipsio, "accipio
Christum crucifixum", y explica después un poco más Rigaltius [Rigault] en su edi-
ción parisina de Tertuliano, de 1634, hay que entenderlo como Cristo crucificado), co-
mo San Jerónimo con su in mysterio crucis decussatis manibus, implican, como des-
pués San Isidoro (y San Juan Damasceno con su To a7Jf1EL ov Tov aTavpov
8wypáifyEL aaif;ÉaTaTa, y Cedreno con su de, f1VaTTfpwv aTavpLKov TÚTTov); asi-
mismo Beda, insistentemente como hemos visto supra que todos ellos admiten la for-
ma de X como una al menos de las formas de la cruz (aunque sin llamarla decussata,
ni decussis, ni x La ( ó f.1 e voc;, etc., a la cruz misma), a diferencia de lo que hemos vis-
to en Justino.
Y, tras citar estos textos, formula Lipsio sus graves dudas sobre que sea la de-
cussata la cruz del martirio de San Andrés: "Haec illa est quam Andreanam hodie
dicimus, valida et satis veteri fama divum istum in ea cruciatum. Anne vera? facit
me ut ambigam Martyrologium Romanum: in quo hoc saltem legas, in Cruce sus-
pensum. et magis Hippolytus [in Abdiam 3], qui scribit Crucifixum Patris in Achaia,
ad arborem oliva e rectum. Quid magis contra fama m? Atque ha e e fixio ad
Simplicem nostram [la formada por un solo madero vertical] potius abeat, longe a
Decussata." (V. infra.)
El muy erudito mercedario Interián, en Pictor christianus eruditus ... , M a tri ti
1730, VIII 5, 6, pp. 383 s., admite la decussata (sin llamarla así) para la iconografía de
196
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL
197
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA
ba; y que al hacerlo utiliza, citando a San Juan Damasceno de fide orth. IV 12 (pero
sin dar el texto, que es el mismo que, como hemos visto supra, sí reproduce Lipsio en
griego y en latín) y a Beda el Venerable (in Gen. 48, 13, el texto que no da Lipsio y
que he puesto yo arriba), las expresiones manibus decussatis cancellatisque (en p.
348, como suya) y cum adorato virgae fastigio cancellatisque manibus crucis signum
apertissime delineavit (en p. 6, como si fuera cita literal de Beda), en las que hay una
equiparación sinonímica, en su entender, entre cancellare y decussare, entre X y X, o
un entender que Jacob pasaría fácilmente de lo uno a lo otro. Así, p. ej., las dos "cru-
ces de Borgoña" que flaquean, en Alcalá de Henares, un poco por encima y a cierta
distancia, el escudo imperial (el mejor que conozco) en la soberbia fachada de la
Universidad, obra de Rodrigo Gil de Hontañón en los años 40 del siglo XVI, tienen
los ángulos oblicuos tan poco oblicuos, que hay que mirarlos detenidamente para ase-
gurarse de que no son rectos: x. Y todo ello para demostrar prolijamente que la acción
de Jacob era una prefiguración de la cruz de Cristo aunque la decussatio manuum no
tuviera la misma figura de la cruz de Cristo, pero sí en todo caso de una cruz en gene-
ral; y que la cruz del martirio de San Andrés "generaliter saltem notione cum cruce
Dominica conveniebat, ideoque crux D. Andreae, crux Christi quodammodo erat", lo
que deja la duda, lo mismo que la manera como, según hemos visto, inmediatamente a
continuación, cita a Molanus, de si Gretser admite o no la decussata como cruz de San
Andrés.
Por el momento, esa refutación de la decussata por Cenalis en su Historia
Gallica, que es de 1557 (por supuesto que sin llamarla decussata), como cruz de San
Andrés, es la más antigua mención literaria o erudita que conozco de la decussata co-
mo cruz de San Andrés o cruz de Borgoña, más de un siglo posterior al más antiguo
testimonio iconográfico seguro, el de Fouquet, v. infra. Nueve años antes, en 1548, to-
davía habla Conrado Bruno de la cruz de San Andrés, varias veces, sin decir más que
"la cruz" sin más: D. Conradi Bruni iureconsulti ... De imaginibus, Moguntiae 1548:
" ... Andreae crucem ... appingimus" (p. 105); "Quod de Andrea Apostolo narrant his-
toriae, Is enim videns a longe crucem sibi paratam: O bona crux, inquit, diu desidera-
ta, ... Et iam pendens in cruce, cum plebs eum de cruce deponere vellet, ... " (p. 73).
B) Iconografía
198
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL
(o dio lugar a que se adscribiera) a la Orden del Toisón de Oro, ese mismo (¿Jean
Fouquet, 1411 o 1415-1481, cuya es la al parecer más antigua imagen de San Andrés
con la decussata, en una de sus célebres minaturas, de 1450, del Libro de Horas de
Étienne Chevalier, consejero y embajador de Carlos VII y Luis XI, en el Museo Condé
de Chantilly?), u otro, pudo, al ser San Andrés patrón de la Orden (fundada 21 años
antes, en 1429), atribuírsela a San Andrés como la cruz de su martirio. Pero todo esto
es dudosísimo y oscurísimo, como muestran, mejor que nada, las enormes dudas de
Lipsio, y como vamos a ver más en detalle.
Parece ser que San Andrés clavado en la decussata (a diferencia de casi todas
las demás representaciones iconográficas de la crucifixión de San Andrés, que [fieles
a lo que, explícitamente y con insistencia, afirman casi todos los textos de AAA,
Martirios y Pasiones de San Andrés] lo muestran atado con cuerdas: a la decussata, o
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en su caso, a una cruz 1.atmaJ esta/' en un tropano
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A ~as1, sm otro aetaue algu-
1
no, en Enciclopedia Cattolica, Vaticano 1948, I 1184). Si es así, habría que ver la lo-
calización de ese tropario, y si es verosímil algún puente entre él y Fouquet. Ahora
bien, si se trata del tropario de Autun, del siglo XI que no del X, mencionado, por
Lechner (en Lexikon der christlischen lkonographie, V, Rom-Freiburg-Basel-Wien,
1973, p. 143), como el más antiguo testimonio iconográfico de la decussata, junta-
mente con el del tríptico (predela en realidad) de la escuela de Angelo Gaddi (predela
reproducida en G. Kaftal, Iconography of the Saints in Tuscan Painting, Firenze
1986=1952, p. 42, fig. 40, y texto en p. 40), si, repito, es así (pero el tropario de Autun
es de principios del siglo XI, número 1169 de la Bibliotheque de 1' Arsenal, según L.
Réau, que también da a entender que es el más antiguo testimonio de la decussata pa-
ra San Andrés, en p. 79 de su magnífica Iconographie de l 'Art chrétien, III 1, Par.
1958; v. infra), tengo que decir que en la predela la cruz no es decussata, por lo que
cabe suponer que tampoco lo será la del tropario de Autun, puesto que Lechner (si-
guiendo, al parecer, a L. Réau en Mém. Soc. Antiq. Fr., 1932, 157 s.) los empareja di-
ciendo que en ambos (así se implica) la cruz tiene "todavía" vertical el madero central
("noch mit senkrechtem Mittelbalken"): pues bien, insisto yo ahora, en la predela (de
la escuela de Angelo Gaddi, 1333-1396; en Filadelfia, J. G. Johnson Collection) el
madero central es vertical, en efecto, y la cruz no es una decussata, sino una cruz en
forma de horca (furca), 'Po Y, esto es, en forma, más o menos, de y griega mayúscula
(también impropiamente llamada cruz en tau y cruz de ladrón), que nada tiene que ver
con la decussata, X. Por tanto dudo mucho que antes de Fouquet haya decussata algu-
na para San Andrés, mientras no vea el tropario de Autun, cuya descripción, sin repro-
ducción de las ilustraciones, es lo único que hasta ahora he conseguido ver, en el exce-
lente catálogo de la Bibliotheque de 1' Arsenal, de Henri Martín, II, Par. 1886, núm.
1169 [efectivamente], muy bien descrito en su contenido temático [poético-litúrgico,
etc.], y haciendo constar que es de entre los años 996 y 1024, que tiene 17 ilustracio-
199
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA
nes, y el contenido de los episodios, entre los cuales hay varios martirios, pero no el de
San Andrés [a menos que esté en Fol. 17 V 0 "Trois saints, pour la Toussaint"]; y mien-
tras no vea el Libro de Horas de Juan sin Miedo, 1371-1419, que según Réau ibid. p.
83 tiene también la decussata y San Andrés clavado en ella; y, asimismo, la figura, del
siglo XIII, en el Museo lapidario de la Abadía de Charroux, de San Andrés, sentado y
apretando contra el pecho una cruz "ecotada" en aspa, todo ello también según Réau,
en p. 80; y la vidriera del siglo XIII, de la catedral de Tours, de la que Réau, p. 79, di-
ce que según Mate es la más antigua representación de la decussata (pero no sé dónde
podrá decir eso M~He, pues no la cita Maleen su artículo, de 1951, "Histoire et légen-
de de 1' Apotre Saint André dans 1' Art", Revue des deux Mondes 1951, pp. 412-420); y
la miniatura del manuscrito 183 de la Bibliotheque Nationale, de principios del siglo
XIV, que es la representación, ésa sí, de la que dice Male, en p. 415 de dicho artículo,
que es la más antigua que él conoce, en el arte francés, de la cruz en X; y un tríptico de
Bruselas citado, pero no reproducido, por Kaftal en la misma p. 40 del libro citado su-
pra; y el tímpano de la portada principal de la catedral de Friburgo, de h. 1300, citado
por Lechner, ob. cit. p. 143, como si también tuviera la decussata; mientras no consiga
yo ver todos esos pretendidos precedentes de la decussata con San Andrés (o al menos
alguno de ellos en que realmente se trate de una decussata), anteriores a 1450, segui-
ré dudando de que existan, habida cuenta de todas las contradicciones, imprecisiones
y confusiones que hemos visto, y puesto que, en particular, esa confusión que hemos
visto supra, acerca de la predela de la escuela de Gaddi, entre la cruz en horca y la de-
cussata, no es la única que afecta a esta última en los tratadistas, y puesto que, ya des-
de la Antigüedad como hemos visto supra, pero también mucha veces en los siglos
XIX y actual, confunden muchas veces los tratradistas su forma con la de la cruz grie-
ga, es decir, hablan del decussis o de la X como si fuera indiferente que su forma sea
ésa de ángulos oblicuos o que sea la de ángulos rectos X (=cruz griega sesgada).
Réau, p. 79, menciona además, como "simultáneas" con la decussata de
Fouquet, una vidriera de la catedral de Rouen, un cuadro de Holbein el Viejo, "un gra-
bado de Lucas Cranach" (pero son dos en realidad, v. supra, p. 185, e infra), y la esta-
tuilla en bronce de Vischer (v. infra también). La que, en todo caso, sí es auténtica de-
cussata (apoyada en el suelo, a la derecha [para el espectador] de San Andrés, que la
sujeta con su mano izquierda, más o menos, como en muchísimos cuadros e imágenes
posteriores que luego mencionaré; y, en tamaño, muy poco más alta que el Apóstol) es
la de la miniatura anónima del Breviario de Felipe el Bueno (Duque de Borgoña de
1419 a 1467; el título usualmente utilizado para el manuscrito, que carece de él, es, en
efecto, Bréviaire de Philippe le Bon), de hacia 1455, sólo 5 años posterior a la de
Fouquet (en el libro, también de Horas, de Étienne Chevalier del Museo Condé de
Chantilly), en el ms. 9511, folio 389, de la Biblioteca Real de Bruselas, miniatura re-
producida en p. 340, fig. 307, de Prevenier-Blockmans, The Burgundian Netherlands,
200
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL
Cambridge 1986: Felipe el Bueno arrodillado, a la derecha, ante San Andrés con la de-
cussata como he dicho.
Y auténtica decussata, igualmente, en composición, sólo la figura de San Andrés
con la decussata, muy parecida, y sólo unos 1O años posterior a la miniatura de
Fouquet, y 5 a la de las Horas de Felipe el Bueno, es la de una tabla, de c. 1460, de la
antigua iglesia de San Vito en Freising, obra del "maestro de las tablas de Polling",
hoy en el museo diocesano de Freising (Baviera), reproducida por Lechner en p. 142.
Decussatae auténticas son también, delante de San Andrés la primera, y a su de-
recha, sostenida por la mano derecha del Apóstol la segunda (y ambas, igualmente,
sensiblemente iguales en altura al Apóstol, que está, asimismo, de pie), dos figuras en
sendas representaciones relativas a Carlos el Temerario (hijo y sucesor, 1467-1477, de
Felipe el Bueno): la primera es una moneda, con, en el reverso, el escudo de Borgoña
y Flandes, puesto encima de una cruz griega pura [=no sesgada] cuyos cuatro extre-
mos cortan la inscripción de la cenefa u orla, referida a Carlos como conde de Flandes
(R KAROLVS: DEI: GRA': CO' FLAND'), y, en el anverso, San Andrés con la de-
cussata como he dicho, y con la inscripción, en redondo y ocupando en la cenefa todo
lo que queda a uno y otro lado de la decussata: SAHCTVS ANDREAS; reproducida
en La Bourgogne a la fin du M oyen Age, catálogo de la exposición celebrada en
Ingelheim am Rhein, en 1986, pp. 154 s., núm. 114; y la segunda está en un grabado
de la misma época, h. 1468, con el escudo de, también, Carlos el Temerario, obra del
"maestro W.A.": San Andrés, con la decussata como dije, está en la parte superior iz-
quierda de la orla, sobre una columna (en otra columna, en la parte derecha de la orla,
está San Jorge, el otro patrón del Toisón de Oro y de la Casa de Borgoña); de la decus-
sata sólo se ve el ángulo oblicuo exterior: reproducido en el mismo Catálogo, p. 130,
núm. 97; está en la Bibliotheque Royale Albert Jer de Bruselas, Cabinet des Estampes.
Y, por otra parte, parece también muy dudoso que en el tropario de Autun esté
San Andrés clavado a la cruz (como vimos que dice la Enciclopedia Cattolica), a la
vista de que Réau, op. cit. p. 80, menciona el Menologio de Basilio (del siglo XI, en la
Biblioteca Vaticana, con cruz latina: Réau p. 79) como la al parecer única pieza icono-
gráfica en que está clavado (aunque luego, en p. 83 como hemos visto, dice que está
clavado en una cruz en aspa en el Libro de Horas de Juan sin Miedo).
La cruz latina aparece también, en los siglos IX al XV, en otras trece piezas icono-
gráficas reseñadas por Réau en la misma p. 79, a las que hay que añadir una predela de
Arcangelo di Cola da Camerino, siglo XV, 1a mitad, en Módena, reproducida por Kaftal
en la misma p. 40, en la que el crucificado (que puede ser San Andrés o no serlo) está
siendo atado a una cruz latina corriente, si bien inclinada hacia la derecha del crucifica-
do, más cerca de la horizontal que de la vertical, lo que podría tener algo que ver con las
vidrieras y otras representaciones con "crucifixion horizontal" mencionadas por Lechner
en p. 146 (y que él estima que podrían provenir de un falso entendimiento de la expre-
sión per transversum, p. ej. en el Rationale divinorum officiorum de J. Beleth, t 1165, en
PL 202, p. 165, v. infra); pero también podría haberse entendido que los verdugos tienen
201
ANTONIO RUIZ DE EL VIRA
inclinada la cruz para alcanzar los brazos de la misma mientras lo están atando (sin tener
que usar las escaleras que aparecen en varios de los cuadros, grabados, etc., posteriores),
) q u': podrían luego alzar la cruz hasta ponerla vertical.
En cuanto a esas "crucifixiones horizontales" de San Andrés, hay que decir:
1°. Que el texto del Rationale divinorum officiorum de Joannes Belethus, "theo-
logus Parisiensis", no posterior a los años 1182-1190, tiene (PL 202, p. 166= ed.
Laurimanni, Lugd. 1672): "Pependit itaque integro biduo in cruce per transversum ut
nonnullis placet, positus". Ese per transversum puede significar 'horizontalmente', co-
mo también podría significarlo la expresión avduTporpov uTaúpwmv rpÉpEL que vi-
mos supra, pero ambas son imprecisas.
Y 2°. Que de esas "crucifixiones horizontales" de San Andrés menciona Réau
dos ejemplos: uno en p. 79, con uno de los travesaños hincado en el suelo: un Salterio
de Citeaux, del siglo XI, con cruz latina, y otro en p. 83: una vidriera, del siglo XIII,
en la Catedral de Évreux. Pero en pp. 80 y 78 formula Réau, a partir de ese tipo de cm-
cifixión per transversum, varias hipótesis (¡siempre hipótesis en esta enigmática cues-
tión!) sobre el origen de la decussata: o habría surgido de las cuerdas, anudadas en
forma de X alrededor de los brazos y piernas del Apóstol, en la cruz latina del capitel
de la iglesia de Besse (en Auvernia, siglo XII), o de haber puesto Felipe el Bueno, du-
que de Borgoña, bajo la protección de San Andrés (muy venerado por su tío abuelo
Juan, duque de Berry, por haber éste nacido el 30 de noviembre) su recién fundada
Orden del Toisón de Oro, y por haberle dado como insignia o emblema, al recibir de
Constantinopla, en 1433, un trozo o reliquia de la que se creía ser la cruz en que San
Andrés había sido crucificado en Patras, dicha cruz, con la forma de decussata, y que
desde entonces se llamaría cruz de San Andrés o cruz de Borgoña. Lo primero, a sa-
ber, el patronazgo de San Andrés sobre la Orden, se explicaría por la idea de que los
Burgundi procedían de Escitia (evangelizada por San Andrés según las Actas apócri-
fas de que arriba he hablado). Pero lo segundo, a saber, que ya en 1433 esa cruz esco-
gida como insignia para la Orden tuviera la forma de decussata, se queda sin explica-
ción alguna, y, una vez más. sigo pensando, dentro de esta incertidumbre, si no sería
Fouquet (aunque :-.ólo 1~ años tenía entonces) el que la imaginó y dibujó. [Y, por otra
p<trtc. dice Réau, ibid. p. 78, que la cruz en forma de X la "llamaban los Latinos crux
decu,·'.:iíu··, y esto ya he demostrado supra que no fue así ni en la Antigüedad ni en la
Edad Media, ni hasta más de siglo y medio después de 1433, exactamente hasta el De
cru, c de Justo Lipsio en 1593.]
Después de todo lo que hemos visto (Fouquet, Horas de Felipe el Bueno, tabla
de Freising, y moneda, y grabado del escudo, de Carlos el Temerario) vienen inmedia-
tamente, con la decussata, o bien crucificado en ella (por vez primera con seguridad),
ocho representaciones iconográficas de San Andrés, en Florencia, Lugano-Madrid,
Chantilly, Nuremberg, y Berlín, a saber:
l. Un maravilloso dibujo, de liacia 1480-1490, de un imitador o discípulo (se-
guace) de Rugo van der Goes Ct 1482; antes se ha atribuido a Lucas van Leyden,
LA "CRUX DECUSSATA" Y EL MARTIRIO DE SAN ANDRÉS APÓSTOL
1494-1533; también al "Maestro de Zwolle"): en los Uffizi (es el núm. 1332. E del
Gabinetto disegni estampe degli Uffizi, Inventario, 2. Disegni esposti. A cura di A.
Petrioli Tofani, Firenze 1987). San Andrés está en la decussata, muy bien dibujada, un
poco inclinada hacia atrás: parece como apoyada en una pared. Bien también las cuer-
das que lo sujetan a la cruz, que es bastante mayor que el Apóstol, sobresaliendo los
maderos tanto por arriba como por abajo como la mitad del cuerpo.
2. Cuadro del "Maestro de la leyenda de la Magdalena", del Museo Thyssen-
Bornemisza, antes en Lugano, hoy en Madrid: retrato, de c. 1480, de un hombre con la
figura de San Andrés, con una buena decussata delante del "Apóstol", de la que es vi-
sible la mitad superior: es el núm. 251 a. Es un cuadrito de 30 x 18 cm.
3. Miniatura de las Tres riches Heures du Duc de Berry (Juan de Berry, 1340-
1416, a quien he mencionado arriba como tío-abuelo de Felipe el Bueno: hijo de Juan
II el Bueno de Francia, y hermano del rey Carlos V y del Duque de Borgoña Felipe el
Atrevido, padre de Juan sin Ivíiedo el padre de Felipe el Bueno), en el folio 201 y últi-
mo (más dos en blanco) del ms. 65 del Museo Condé de Chantilly (el mismo Museo
en el que se encuentra la miniatura de Fouquet tantas veces mencionada arriba); esta
miniatura de las Muy Ricas Horas (que hay que distinguir cuidadosamente de otros
varios libros de Horas del mismo Duque de Berry) es, como todas a partir del folio 75
del manuscrito, de Jean Colombe, y de hacia 1485 (unos 65 años posteriores a todas
las de los folios 1-74 de las mismas Muy Ricas Horas, obra de los Limburgo ): San
Andrés, con túnica talar azul, está crucificado (sujeto con cuerdas, como, según vi-
mos, está, explícitamente, en la mayoría de las Actas y Martirios de San Andrés) en
una magnífica decussata, mucho mayor que él, sobre todo por la longitud de los ma-
deros, que bajan, desde los pies del Apóstol, como casi otro tanto del cuerpo del mis-
mo; parece, pues, ser la más antigua crucifixión en la decussata (por la inseguridad
de todo lo reseñado como anterior a Fouquet, y en caso de que no sea anterior el dibu-
jo del seguace reseñado en el apartado 1), y podría haber servido de modelo a Roelas
y a Rubens (v. infra), no sólo por la decussata conforme la he descrito, sino también
por los personajes a caballo, si bien aquí en las Tres riches Heures ... tanto esos perso-
najes a caballo como la numerosa multitud que presencia el suplicio miran a San
Andrés con el más admirable arrobamiento; hay también un fondo de ciudad fortifica-
da y paisaje, y todavía, debajo de ocho líneas de preces (del Salmo 138: v. 17 Mihi au-
tem nimis honorificati [ms. honorati] sunt amici tui, Deus; nimis confortatus est prin-
cipatus eorum, y v. 1 Domine, probasti me, et cognovisti me; tu cogno [ahí termina la
página y el manuscrito; habría seguido: visti sessionem meam et resurrectionem me-
am]), hay otras dos escenas de la pasión del Apóstol, anteriores a la crucifixión.
4 y 5. Las estatuas de P. Vischer (1460-1529) y de Veit Stoss (1447-1533) en el
sepulcro de San Sebaldo en Nuremberg, de h. 1508, en bronce la de Vischer, en made-
ra la de Stoss.
6. Un grabado de Durero (55 x 38 cm., en la misma, arriba dos veces citada,
Bibliotheque Royale Albert 1er de Bruxelles, y también en el mismo Cabinet des
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1628; el apóstol está semitendido en la decussata, muy poco levantada y apoyada so-
bre una piedra, y están empezando a atarlo). Los cinco son espléndidos por la expre-
sión del rostro del Apóstol y las actitudes de éste y, en el de Budapest, de los demás
personajes, pero crucificado sólo aparece, y sólo el inicio de la operación, en el de
Budapest. Hay que añadir, en cuadros de no segura autografía, que, en uno de Bruselas
(Musées Royaux ... ) y en tres de sus copias (en el Prado, Dresde y núm. 112 e del
Ribera de N. Spinosa de Noguer-Rizzoli), se ve un madero levemente inclinado, casi
vertical, de la decussata; y que también se ve media decussata superior en el núm. 360
de Noguer-Rizzoli.
Duquesnoy (1594-1643): es la estatua colosal, marmórea, en San Pedro de
Roma, de 1633-1640, grandiosa crucifixión en la decussata, quizá inspirada en Reni.
Cuatro cuadros de Zurbarán (1598-1664): 1) en Lisboa, de 1633 (fig. 95 del
Zurbarán de Gudiol, de 1987), con la decussata a la derecha del Apóstol, que está le-
yendo un libro que sostiene con la mano izquierda (la derecha no se ve bien); 2) en
Marchena, de 1635-1637 (fig. 120 de Gudiol; en p. 37 precisa que el cuadro está to-
mado de una estampa de J. de Gheyn según dibujo de Van Mander): la decussata está
detrás del Apóstol, pero éste sujeta con la mano derecha uno de los maderos; 3) en
Budapest, de 1631-1640 (fig. 235 de Gudiol): la decussata a la izquierda del Apóstol,
que no parece abrazarla, pues tiene, cogido con las dos manos, un libro abierto que es-
tá leyendo; y 4) en Lima (Apostolado, fig. 358 de Gudiol): abrazando los dos maderos
de la decussata, por el centro, con los dos brazos. (Y todavía hay otro Zurbarán, no re-
producido en Gudiol, núm. 293 de su Catálogo, en Zafra, en un retablo; en mal estado
según T. Frati en el Noguer-Rizzoli, 1973-74, núm. 360: la decussata se adivina más
que se ve, a la izquierda del Apóstol.)
Pereira: la estatua "pétrea" (así Tormo, antes de la guerra; no distingo desde el
suelo si es de mármol, de alabastro o de otra piedra), muy deteriorada, sin cabeza ni
brazos, de la parroquia de San Andrés de Madrid (antigua capilla de San Isidro), obra
de Manuel Pereira (1614-1667), colocada encima de la portada (saliente) antigua late-
ral, de Levante, de dicha capilla, a unos nueve metros del suelo. Parece divisarse un
trozo de decussata al costado izquierdo de la imagen. Cf. Ma Elena Gómez-Moreno,
ob. cit., p. 110. Y de Pereira era, asimismo, la imagen de San Andrés en el centro del
retablo de la misma iglesia de San Andrés, todo él de Pereira, incendiado y enteramen-
te destruido por las turbas, como casi todo lo valioso de esa iglesia, en 1936: Ma Elena
Gómez-Moreno, ibid. En la fotografía reproducida en p. 108, que es lo único que que-
da, el Apóstol parece tener la mano izquierda abrazando la parte alta de uno de los ma-
deros, casi enteramente vertical, de la al parecer decussata.
Morillo (1618-1682): en el Prado (núm. 982; 283 de Gaya Nuño, Murillo de
Noguer-Rizzoli, 1972-1978), de h. 1675-1682 según Angula, Murillo, II, Madrid
1981, p. 234, núm. 277. Deriva del Rubens de San Andrés de los Flamencos, pero no
desmerece; algunas figuras están "invertidas": p. ej., el procónsul Egeas, a caballo, es-
tá de espaldas.
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La pequeña talla en madera del santuario de San Andrés de Teixido (en el muni-
cipio de Cedeira, La Coruña): no hay datación segura; parece del s. XVII; abraza la
decussata con el brazo izquierdo.
La estatua marmórea, colosal (2' 10 metros de altura sobre pedestal de 2'66 metros,
como las de los demás apóstoles) en San Francisco el Grande, obra de Ricardo Bellver y
Ramón (1845-1924; hay hasta otros seis Bellver más, todos escultores, y todos del siglo
XIX por lo menos en la parte mayoritaria de sus vidas), realizada, al parecer, en los últi-
mos años del siglo XIX; tiene en la mano izquierda el madero superior izquierdo de la
decussata; el otro está detrás, visibles sólo los extremos, al parecer, y, al parecer tam-
bién, el extremo inferior del que tiene abrazado: así en fig. 485, p. 455 de la Historia del
Arte Hispánico del Marqués de Lozoya, V, Barcelona etc., 1949; hoy, 14-VIII-92, no he
podido comprobarlo bien in situ, pues no hay luz, entre los andamios de la obra de res-
tauración, para las estatuas de los Apóstoles, e incluso una rejilla impide acercarse del
todo a la de San Andrés. Cf. el muy favorable juicio dell\1arqués de Lozoya, ob. cit. p.
461: " ... Bellver se libra de la tiranía del ambiente y se manifiesta gran escultor religio-
so, grandilocuente y viril, a la española, en las dos estatuas de los apóstoles San
Bartolomé y San Andrés que labró para San Francisco el Grande de Madrid."
Por último la talla en madera, muy digna y acabada, de los años 60 del presente
siglo, de la mencionada parroquia de San Andrés, obra de Lázaro Gumiel, colocada en
el nuevo baldaquino de la antigua capilla de San Isidro, a la izquierda del crucifijo
central. Tiene una buena decussata, a la derecha del Apóstol, que la tiene cogida con
el brazo derecho por la parte superior del madero más delantero.
En cambio, en un cuadro anónimo del Prado (núm. 2829), de escuela aragonesa,
del último 4° del siglo XV, San Andrés tiene la cruz latina, como en el de Fra Angélico
de San Marcos de Florencia, en el de di Cola da Camerino arriba comentado, en el de
Mantegna en la Madonna della Vittoria del Louvre, en el de Fiorenzo di Lorenzo de
Perugia, y en un medallón de Luca della Robbia en la Cappella Pazzi de Florencia.
San Andrés, en casi todas las representaciones iconográficas de su martirio, está, como
dije, no clavado sino atado a la cruz, aquí sí con estricta sujeción a lo que explícitamente y
con insistencia afirman casi todos los textos de AAA, martitrios y pasiones de San Andrés.
En resumen: la decussata para San Andrés, posiblemente imaginada por Fouquet
(¿a partir del tropario de Autun?), la consagran, entre otros, la miniatura del Breviario de
Felipe el Bueno, el "maestro ... " de Freising, el seguace de van der Goes, el "maestro de
la leyenda de la Magdalena, Jean Colombe, Vischer, Stoss, Vigarny, y, sobre todo,
Cranach; y de Cranach parece pasar, sucesivamente, a Cleve, Miguel Ángel, Berruguete,
El Greco, Venius, Reni, Domenichino, Roelas, Gaviria, Rubens, Ribera, Preti,
Duquesnoy, Zurbarán, Pereira, Murillo, el ignoto autor de la talla de San Andrés de
Teixido, Bellver, y Gumiel. En la mayoría de las representaciones la decussata está, co-
mo hemos visto, al lado o detrás del Apóstol, que suele tenerla cogida; y entre las cruci-
fixiones en la decussata destacan sobre todo las del seguace de van der Goes, Colombe,
Cranach, Roelas, Rubens, Duquesnoy, y Murillo.
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