F and I No Silva Constanza 2014
F and I No Silva Constanza 2014
F and I No Silva Constanza 2014
UNIVERSIDAD LIBRE
FACULTAD DE DERECHO
INSTITUTO DE POSTGRADOS DE DERECHO
MAESTRIA EN DERECHO PENAL
BOGOTÁ D.C.
2014
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................ 5
Una de las premisas fundamentales de este sistema, está dirigida a garantizar que
el acusador y el acusado tengan a su alcance posibilidades reales y ciertas para
ejercer sus derechos y las herramientas necesarias para situarse en un equilibrio de
poderes y hacer respetar sus intereses.
Los modelos procesales penales, tal y como se conciben, pueden ser tachados de
benignos o malignos, lo cierto es que más allá de esto, la importancia que tiene un
Sistema Penal que se implementa en un Estado, es que por medio de él, se
pretende de alguna manera legitimar el poder del segundo, y a su vez, se busca
regular el comportamiento de la colectividad, teniendo de presente que ésta,
finalmente, será siempre quien apruebe o no, la instauración y duración del modelo
establecido.
Pero, ante este panorama los suscritos investigadores, queremos mostrar a través
del estudio, compilación y análisis doctrinal y jurisprudencial que el diseño del
sistema implementado hace necesario comportar la investigación integral, para
lograr la materialización de la verdad y la igualdad de oportunidades para las partes,
porque en la práctica no hemos visto el pregonado principio.
HIPOTESIS
1
COLOMBIA. Constitución Política de Colombia, 1991. Editorial Legis, 2004
Frente al nuevo modelo adversarial no se ubican trabajos que estudien el tema, aun
cuando existe jurisprudencia de la Corte Constitucional desde 2005, quien a través
de Sentencias como la C- 1194 de 2005 al resolver la demanda de inconstitucional
al artículo 344 del código de procedimiento penal, fijó su posición señalando que de
acuerdo a la lógica del nuevo sistema de tendencia acusatoria en donde el fiscal no
ejerce funciones jurisdiccionales, su competencia se circunscribe al recaudo
material de convicción necesaria para la acusación, y por ello era entonces
entendible el cambio de paradigma del hasta entonces modelo de corte inquisitivo.
Desde luego que tal posición se hizo desde una perspectiva distinta, a la que el
presente trabajo trata de señalar y mostrar, como quiera que se pretende identificar
la necesidad de incorporar el principio de investigación integral como obligación en
aras de las garantías procesales, mas no de su compatibilidad con el sistema.
Similar situación acontece con el profesor Oscar Julián Guerrero 3 quien pregona por
el total descubrimiento probatorio de evidencias a la defensa, para en esa forma
evitar colocarla en desventaja y ser sorprendida, frente al juico que se adelantará en
su contra. Dicho presupuesto conlleva la materialización de la búsqueda de la
verdad material y la constitucionalización del proceso penal.
2
BERNAL CUÉLLAR, Jaime y MONTEALEGRE LYNETT, Eduardo. El proceso penal.
Fundamentos constitucionales del nuevo sistema acusatorio. Bogotá: Editorial Universidad
Externado de Colombia. 2004.
3
GUERRERO PERALTA, Oscar Julián. Fundamentos Teórico Constitucionales del Nuevo
Proceso Penal. Bogotá: Ediciones Nueva Jurídica, 2005.
Carlos Roberto Solórzano4, se une también a esa corriente antes descrita, donde
destaca la forma en que el descubrimiento total de evidencias a la defensa,
garantiza la igualdad de armas, el equilibrio entre los actores, la objetividad, la
lealtad en la actuación y la trasparencia del proceso, en la medida en que brinda la
posibilidad a los intervinientes de elaborar o estructurar cada uno, su propia teoría
del caso.
MARCO JURIDICO
4
SOLÓRZANO, Carlos Roberto. Sistema Acusatorio y Técnicas del Juicio Oral. IV edición. Bogotá:
Ediciones Nueva Jurídica, 2010, p. 54
5
FERNÁNDEZ LEÓN, Whanda. Procedimiento penal constitucional. Bogotá: Ediciones Librería del
Profesional, 1999.
fundamentales, pues se crea un órgano de control de garantías que debe aprobar
dichas actividades. Por lo tanto en el nuevo modelo, dichas figuras de
terminación de la actuación procesal sólo se podrán decretar por parte del Juez y
en muchos casos una vez concluido el juicio.
6
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-1194 de 2005. M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra
7
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-881-2011. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva,
8
COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 906 (agosto 31) de 2004. Rama Legislativa -
Poder Público. Por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal. Diario Oficial No. 45.657, de
31 de agosto de 2004
de creación ha fortalecido sus sistemas operativos y técnicos en clara desventaja
con la defensa que en la mayoría de casos ni siquiera tiene recursos económicos
para operar, hablando de abogados de confianza o Defensoría Pública.
1. ASPECTOS PRELIMINARES
1.2 JUSTIFICACIÓN
9
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-260/11 del 6 de Abril de 2011, M.P. Jorge
Iván Palacio Palacio.
15
Resulta valioso este trabajo porque analiza los principios que rigen el sistema
adversarial de partes, concentrándonos en el de objetividad versus el de
investigación integral, y cómo el último puede ser el resultado del primero, siendo
de interés para estudiantes, usuarios del sistema penal y académicos, porque
muestra un matiz diferente en la estructura de sistema acusatorio y los resultados
que se obtendrían.
1.3 OBJETIVOS
1.4DISEÑO DE INVESTIGACIÓN
En términos de raíces significa día "a través de " y del verbo gignosko del latín
gnoscere o noscere que significa "aprender a conocer", por lo cual se puede
considerar como llegar al conocimiento de algo a trasvés de un medio o técnica.
Por lo que no se reduce a la aplicación mecánica de instrumentos o
de técnicas sino que también requiere de un proceso reflexivo para
el análisis de los resultados.
17
1.4.2 Investigación Histórica. Se trata de la experiencia pasada, describe lo que
era y representa una búsqueda crítica de la verdad que sustenta los
acontecimientos pasados. El investigador depende de fuentes primarias y
secundarias las cuales proveen la información y a las cuáles el investigador
deberá examinar cuidadosamente con el fin de determinar su confiabilidad por
medio de una crítica interna y externa. En el primer caso verifica la autenticidad de
un documento o vestigio y en el segundo, determina el significado y la validez de
los datos que contiene el documento que se considera auténtico.
18
2. ANTECEDENTES Y DESCRIPCION DEL SISTEMA ADVERSARIAL DE
PARTES
2.1 GÉNESIS
Nuestro estudio para el derecho penal debe ser orientado a la idea de que el
proceso no puede marginarse de los valores supremos que establece la Constitución
Política. El intento de que el proceso corresponda a un ejercicio del poder
moderado, proporcionado, adecuado a las exigencias democráticas y
necesariamente dignas, es y seguirá siendo la razón de ser de estos trabajos. No en
vano, al proceso penal se lo ha calificado como el “sismógrafo de la Constitución del
estado”
La tarea del legislador y de los órganos competentes para aplicar las normas
penales, destinada a prevenir o solucionar conflictos, se refleja en ponderar los
derechos fundamentales en tensión. La apreciación de estas nociones implica
admitir que la Constitución y la legislación, en tanto establece los fundamentos y
los lineamientos de la organización política de la sociedad, constituyen un
elemento orientador fundamental para valorar las relaciones y posiciones sociales.
11
AVELLA FRANCO, Pedro Oriol. Estructura del Proceso Penal Acusatorio. Fiscalía General de la
Nación, 2007.
20
Dichos bienes o intereses son el objeto de derechos, libertades o competencias
establecidas por la Constitución y la legislación. En ese orden de ideas, las
relaciones entre Constitución, derecho penal y sistema procesal penal debe ser
estrecha y, por la misma senda, la creación de normas penales, su interpretación y
aplicación deben hacerse de conformidad con la filosofía y axiología
constitucionales.
21
2.2 ANTECEDENTES EN COLOMBIA DEL SISTEMA ADVERSARIAL DE PARTES
2.2.1 La Primera Década: 1980–1990. El año 1980 se inicia con la expedición del
nuevo Código Penal, el Decreto Ley 100 de 1980. Fue expedido por el Presidente de
la República, en ejercicio de facultades extraordinarias conferidas por el Congreso.
Incluía el cambio del régimen procesal vigente desde 1971 y que pasaba por la
modificación de la normativa carcelaria y penitenciaria. Un código procesal penal,
compañero del Código Penal de 1980, fue expedido en 1981, mediante el Decreto-
ley 181 de 1981–que ya introducía instituciones como la Fiscalía General de la
Nación y el Consejo Superior de la Judicatura–, pero fue declarado inexequible por
la Corte Suprema de Justicia de la época (M.P. Medellín Forero), por lo que su vida
jurídica fue efímera, fue derogado por el artículo 1º de la Ley 2º de 1982.
De allí que, durante los primeros años de la década del 80 y de la vida del Código
Penal, coexistieron el código sustantivo renovado con un enfoque completamente
diferente al de su inmediato antecesor, el código penal de 1936 –de clara estirpe
positivista y cuyo eje central era el concepto de peligrosidad–, junto al régimen
procesal heredado desde 1971, que era una especie de mixtura entre el sistema
inquisitivo, que en su forma pura no separa las funciones de investigación y
juzgamiento, y algunas tendencias acusatorias expresadas en la figura de los jueces
de instrucción, que tenían la responsabilidad de adelantar la investigación de ciertos
22
delitos señalados taxativamente y de aquellos de conocimiento de jueces superiores
y del circuito penal.
Tal era el caso de los delitos contra la existencia y seguridad del Estado, los delitos
contra el régimen constitucional y la seguridad interior del Estado y delitos contra la
fe pública: peculado, concusión, cohecho y prevaricato, en cuantía superior a 10.000
pesos; y, sin sujeción a cuantía, los de hurto y robo de automotores y de ganado, la
extorsión y el chantaje.
Ley 2ª de 1984. Es el gran intento de la década por hacer una reforma integral a la
administración de justicia. Intentos puntuales se habían puesto en práctica desde el
momento mismo de la expedición del nuevo código penal; un ejemplo es la llamada
Ley de Emergencia Judicial (Ley 22 de septiembre de 1980), que eliminaba
conceptos previos del Ministerio Público para ciertas actuaciones procesales –antes
obligatorios–, ordenaba el archivo de expedientes en los que hubieran transcurrido
dos años sin que se identificara a un posible responsable y autorizaba
excarcelaciones por no realización de audiencia pública, dentro del año siguiente a
la formalización de la acusación correspondiente.
Los dos aspectos de mayor importancia considerados por la ley 2ª de 1984 fueron:
Primero, la asignación a las autoridades de policía de la competencia para conocer
de las lesiones personales cuya incapacidad no excediera de 30 días y de los delitos
contra el patrimonio económico en cuantía inferior a treinta mil pesos, con su
23
correspondiente procedimiento especial más corto, y la creación de los jueces
especializados junto con un procedimiento más expedito para investigar y juzgar a
los responsables de secuestro extorsivo, extorsión y terrorismo y de los delitos
conexos con estos.
Por otro lado, se introdujo la figura de los beneficios por colaboración eficaz al
disminuir una parte de la pena al partícipe del hecho punible que aportara prueba
que permitiera atribuir responsabilidad a otros implicados.
Estaban incluidos algunos de los delitos de mayor ocurrencia a lo largo de las dos
décadas: Homicidio, hurto calificado y agravado, fuga de presos, rebelión, concierto
para delinquir, peculado por apropiación, terrorismo, secuestro extorsivo y tráfico de
drogas o sustancias que produjeran dependencia física o síquica, entre otros, que se
refieren al manejo de la libertad personal y de los términos procesales en favor del
Estado, no del procesado. Los delitos objeto de jurisdicciones especiales serán, en
términos generales, aquellos relacionados con la actividad de la gran delincuencia
organizada o de la actividad subversora del orden estatal. Y para el hacinamiento
carcelario, las decisiones fluctuarán entre mayor o menor posibilidad de adelantar los
procesos sin privación de la libertad del investigado o para obtener subrogados
penales como, por ejemplo, la condena de ejecución condicional.
La tendencia a fortalecer las herramientas para la investigación del gran delito, que
incluían mecanismos de negociación de la responsabilidad y rebaja de penas por
colaboración eficaz o delación junto a fuertes poderes asignados a la policía judicial,
se acompañaron de intentos por abrir opciones para la resolución rápida de los
pequeños delitos que continuaban ocupando un importante porcentaje del volumen
total de los procesos tramitados.
Algunos meses antes de la expedición del nuevo código procesal (Decreto 2700 de
29
1991), se tramitó la Ley 23 de 1991 que pretendió apuntar, una vez más, a la
solución de la congestión judicial. La opción aquí ya no estuvo referida a limitaciones
a la entrada de sumarios al sistema –como fue el caso del requisito de tener un
posible responsable para poder abrir un sumario, en 1987–, sino, nuevamente,
acudir al cambio de competencia para tramitar los delitos llamados menores. Así
pues, delitos contemplados en el código penal de 1980, con impactos fuertes en la
congestión judicial, fueron atribuidos a las autoridades de policía. Fue el caso, otra
vez, de las lesiones personales con incapacidad que no superara los 30 días, el
hurto simple, el hurto de uso, el hurto entre condueños y la estafa, cuyas cuantías no
excedieran de 10 salarios mínimos legales mensuales.
La obligatoriedad de la queja del afectado para poder iniciar la acción penal puede
entenderse como una manera de limitar el crecimiento de expedientes, a partir de
establecer limitaciones a su entrada al sistema, mediante el requisito de
procesabilidad del querellante legítimo.
30
La ley 23 de 1991 también se encontraría con el reparo constitucional frente al
hecho de que autoridades administrativas tuvieran potestad para decidir sobre la
libertad de los ciudadanos. Esta situación presionó su modificación, algunos años
más tarde, por medio de la Ley 228 de 1995, más conocida como “Ley de Seguridad
Ciudadana”. Esta devolvió el conocimiento de los pequeños delitos –técnicamente
denominados contravenciones especiales– a los jueces penales municipales y,
nuevamente, estatuyó un procedimiento especial que no sobrepasaba los 45 días.
El punto importante en la ley 228 de 1995 es que hizo más gravosas las condiciones
del pequeño infractor, especialmente, a través de la instauración de la detención
preventiva como la regla general y prohibiendo la aplicación de subrogados penales.
La justicia de orden público, junto con los mecanismos creados para hacer muy
sólidas las atribuciones de investigación y control de los sindicados (amplias
atribuciones de policía judicial, cuerpo técnico especializado, reorganización y
fortalecimiento del Instituto de Medicina Legal, definición de la situación jurídica del
investigado como responsabilidad de la Fiscalía y sin control por el juez de
conocimiento) se mantendrán, bajo el nombre de justicia regional.
El Decreto 2700 de 1991 fue objeto de variadas reformas tal y como había ocurrido
con sus antecesores. La orientación de casi todas se dirigió a agravar o endurecer
las condiciones de los inculpados, creando nuevos delitos o agravando las penas de
los ya existentes, limitando las posibilidades para la aplicación de subrogados
penales (condena de ejecución condicional y libertad condicional), eliminando la
posibilidad de libertad provisional o asignando nuevas competencias a jueces
especiales o a la justicia sin rostro. Un hito importante del período fue la eliminación
definitiva de la institución del jurado de derecho (ley 58 de 1993), que era el último
estertor dentro del proceso de marchitamiento de la participación del jurado de
conciencia en la determinación de la responsabilidad penal en Colombia.
La reforma procesal más sistemática fue la Ley 81 de 1993 que afinó instituciones y
corrigió algunos de los problemas técnico-legales detectados en el código de 1991.
Otras reformas que merecen mencionarse son la Ley 360 de 1997 sobre delitos
contra la libertad y pudor sexual que ajustó los procedimientos al incremento de
penas, también contenido en ella, y que introdujo cambios en el código penal de
1980; y la Ley 365 de 1997, conocida como “ley para el control de la criminalidad
organizada”, que modificó tanto el código de procedimiento como el código penal,
haciendo más gravosas aun las condiciones para los delitos conexos con el orden
público y el tráfico de estupefacientes.
32
Finalmente, se profirió la Ley 504 de 1999 por medio de la cual se consolidó el
proceso de asimilación de la justicia regional por la justicia ordinaria y que suprimió o
morigeró las disposiciones más odiosas del muy criticado régimen de la denominada
“justicia sin rostro”.
Una disposición legal de gran impacto en la tendencia a aumentar las penas, propia
del período, fue el Estatuto Antisecuestro (Ley 40 de 1993), que incrementó la pena
para éste y otros delitos como el homicidio, que no podía aparecer con una
dosificación penal inferior a la del secuestro. Dicha ley estableció penas máximas de
sesenta años de prisión, el doble del límite establecido en el texto original de 1980, y
creó más tipos penales difusos, es decir, que permitían la adecuación de muy
variadas prácticas o conductas dentro de ellos.
La Ley 600 del 2000, mediante sentencia C-760 del 2001, declaró inexequible el
artículo 18 de dicha norma en que lo corresponde a la viabilidad de ser consultadas
las sentencias y providencias interlocutorias; es decir, incluidas las sentencias
condenatorias, pero las razones que dio al respecto en realidad no fueron sobre si
dicha figura vulneraba o no derechos fundamentales, sino porque su aprobación se
efectuó de manera irregular y en contravía de las normas pertinentes de la
Constitución que establecen el trámite de las leyes ante el Congreso.
Cabe recordar que el artículo 18 de la ley 600 del 2000 consignaba: “Doble
instancia. Las sentencias y providencias interlocutorias podrán ser apeladas o
consultadas, salvo las excepciones que consagre la ley. El superior no podrá
agravar la pena impuesta cuando el condenado sea apelante único. (Negrillas
fuera del texto original corresponden a los apartes declarados inexequibles por la
Corte Constitucional en la Sentencia C-760 del 18 de julio del 2001, Magistrados
Ponentes Marco Gerardo Monroy Cabra y Manuel José Cepeda Espinosa).
33
2.2.3 Tercera Década: 2000 – 2010.El Acto Legislativo número 03 de 200212,
introdujo el sistema penal con una marcada tendencia acusatoria, que si bien de una
parte tiene por objeto la protección de bienes jurídicos de alta consideración en
procura de obtener un orden social justo13, de otra, se cimienta en la protección y la
garantía de los derechos fundamentales del implicado y de la víctima.14
Este Acto Legislativo trajo cambios “en ciertos artículos de la parte orgánica más no
en la dogmática y, por tanto, se hace necesario interpretar las modificaciones por él
introducidas teniendo en cuenta el principio de unidad de la constitución” 15, lo que
equivale a que las normas del Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004),
deben comprenderse y aplicarse conforme a los derechos fundamentales y a los
principios consagrados en la Constitución. 16
12
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencias C-873 de 2003, C-996 de 2003, M. P.
Marco Gerardo Monroy Cabra, C-1200 de 2003, M. P. Manual José Cepeda Espinosa, C-1092 de
2003, M. P. Álvaro Tafur Galvis y C-013 de 2004, M. P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
13
COLOMBIA. Constitución Política. Preámbulo y artículo 2° de la C.P.
14
Ibíd., Artículo 29
15
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-091 de 2006, Magistrado Ponente: Dr.
Jaime Córdoba Triviño
16
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia SU-062 de 2001. MP. Eduardo
Montealegre Lynett, citada por la T-091/2006
17
La Constitución como norma y el Tribunal Constitucional. Editorial Cívitas 1985.
34
2.2.5 Funciones de la Fiscalía General de la Nación en el marco
constitucional18. Las variaciones que el Acto Legislativo introdujo a este artículo se
concretan en lo siguiente:
18
AVELLA FRANCO, Op. Cit, p. 88
19
Constitución Política. Arts. 250 y 66; Ley 906 de 2004. Art. 333
20
Resoluciones Nos. 0-6657 y 0-6658 del 30 de diciembre de 2004
21
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-979/05. MP. Dr. Jaime Córdoba Triviño.
35
906 de 2004, disposiciones que fueron declaradas inexequibles por las sentencias
C-730, C-799 de 2005; y C-1001 de 2005, respectivamente.
Sin embargo, la Ley 1142 de 200722, por su artículo 1º, reformó el 2º de la Ley 906
de 2004 modificando su inciso tercero, de tal manera que queda abierta la
posibilidad de captura excepcionalmente ordenada por la Fiscalía General de la
Nación al decir que en todos los casos se solicitará el control de legalidad de la
misma al juez de garantías, en el menor tiempo posible, sin superar las treinta y seis
(36) horas siguientes. Igualmente, por el artículo 21 de la mencionada ley se
restableció en el 300 de la Ley 906 de 2004, la facultad excepcional para que el
Fiscal General de la Nación o su delegado pueda expedir orden de captura, escrita y
motivada, en los eventos en que proceda la detención preventiva y en las
circunstancias particularísimas que describe la norma, en la pretensión de ajustar la
facultad de ordenar aprehensiones por parte del ente acusador, a las directrices
constitucionales plasmadas en las providencias que se citaron en el párrafo anterior.
22
COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 1142 (junio 28) de 2007. Por medio de la cual
se reforman parcialmente las Leyes 906 de 2004, 599 de 2000 y 600 de 2000 y se adoptan
medidas para la prevención y represión de la actividad delictiva de especial impacto para la
convivencia y seguridad ciudadana. Diario Oficial No. 46.673 de 28 de julio de 2007
36
Con el escrito de acusación se inicia la fase del juicio, caracterizada por la
oralidad, la contradicción, la concentración y la inmediación de las pruebas.
23
En las fases de indagación e investigación, es el juez de control de garantías quien a solicitud de
la Fiscalía, la víctima (C-209/07) o del Ministerio Público, en audiencia preliminar, tiene la potestad
de adoptar las medidas necesarias para la protección de las víctimas y los testigos (art. 154-2 de la
Ley 906 de 2004, reformado por el artículo 12 de la Ley 1142 de 2007)
37
relación con las finalidades y funciones tanto de la Fiscalía General
de la Nación como de la Defensoría del Pueblo. Se ha recordado
que el Constituyente diseñó el marco general de acción para cada
uno de estos órganos, asignó funciones y atribuciones expresas
para garantizar la efectividad de las funciones que cada uno
cumple. Esto no significa, sin embargo, que las funciones
constitucionales atribuidas a cada uno sean las únicas que pueden
desarrollar estos órganos, como quiera que de acuerdo con los
numerales 9 del artículo 250 y 8 del artículo 282 de la Carta, la ley
puede conferirles nuevas atribuciones. El análisis del artículo 282
superior lleva a la conclusión que el numeral 8° de esta disposición
señala claramente que la enumeración de las atribuciones de la
Defensoría del Pueblo realizada por el Constituyente, no es
taxativa, pues se permite al legislador otorgarle competencias
adicionales a las que allí se señalan. En tanto al Defensor del
pueblo compete orientar e instruir en el ejercicio y defensa de sus
derechos a los habitantes en el territorio colombiano y a los
colombianos en el exterior, no resulta para nada alejado del
cumplimiento de dicha función la asignación de competencias en
materia de protección de testigos y peritos que una persona
24
pretenda hacer valer para asegurar su defensa.
24
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-592 de junio 9 de 2005, M.P. Álvaro Tafur
Galvis.
25
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-1154 de 2005. M.-P. Manuel José Cepeda
Espinosa
38
2.2.6 Funciones especiales del Fiscal General de la Nación. El Acto
Legislativo introdujo en el numeral 3, modificatorio del artículo 251 de la
Constitución Política, la posibilidad de que el Fiscal General de la Nación asuma
directamente las investigaciones y procesos, sea cual fuere la etapa procesal en
que se encuentren. Le atribuyó la facultad de asignar y desplazar libremente a sus
servidores en los casos que adelanten; y, en virtud de los principios de unidad de
gestión y jerarquía, la potestad de fijar el criterio y la posición que la Fiscalía deba
asumir, sin perjuicio de la autonomía de los fiscales delegados.
Rasgos del sistema acusatorio. Los Estados históricamente han transitado por
diversos sistemas de enjuiciamiento penal, que por sus características esenciales
se han clasificado básicamente en dos modelos: el sistema acusatorio y el sistema
inquisitivo.26
Desde las antiguas Grecia y Roma, en donde tuvo sus orígenes, el sistema
26
Son estos los paradigmáticos, pero también se han catalogado otros como de carácter mixto, con
inclinaciones hacia uno u otro.
39
acusatorio se aprecia en estados democráticos, y de su condición esencial es el
hecho de que la acusación es función perfectamente diferenciada de la de
juzgamiento, y que la defensa tiene reales posibilidades de hacer efectivas sus
aspiraciones.
Para entender la estructura del sistema penal acusatorio, es necesario considerar las
características básicas de los sistemas procesales penales de origen anglosajón y
continental europeo, como quiera que varios de los institutos que lo fundamentan, se
inspiraron en ellos.
40
se debe partir de la premisa de que la estructura del mismo
adoptada mediante el Acto Legislativo 03 de 2002 no corresponde
exactamente a ningún modelo puro. La anterior aseveración
encuentra respaldo adelantando un parangón entre los modelos
acusatorios americano y continental europeo, que resalta las
características propias que presenta nuestro sistema procesal
penal, sistemas extranjeros que podrán ser tenidos en cuenta solo
como un elemento de juicio, de apoyo o de conocimiento para la
27
comprensión del nuevo sistema procesal penal.
27
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-591 de 2005.M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa
28
ROXIN, Claus. Pasado, presente y futuro del derecho procesal penal, Buenos Aires; Editorial:
Rubinzal - Culzoni Editores, 2004.
29
ROXIN, Claus. Derecho Procesal Penal. Buenos Aires: Edit. Del Puerto, 2000, p. 53.
41
sino que es su obligación “investigar las circunstancias que sirvan de
descargo”.30
e) Uno de los principios básicos del sistema acusatorio de corte europeo, es aquel
de la “igualdad de armas”, encaminado a asegurar que acusador y acusado
gocen de los mismos medios de ataque y de defensa para hacer valer sus
alegaciones y medios de prueba, es decir, “que disponga de las mismas
30
Ibíd., p. 53.
31
CORDÓN MORENO, Faustino. Las garantías constitucionales del proceso penal, Navarra, 2002,
p. 21.
32
La STPO de 1987 (Ordenanza del Proceso Penal) establece las siguientes causales de
procedencia el principio de oportunidad cuando (i) el reproche por el hecho es insignificante y no
existe interés alguno en la persecución penal; (ii) el interés en la persecución puede ser satisfecho
de otro modo; (iii) el ofendido puede llevar adelante por sí mismo la persecución penal; y (iv)
existen intereses estatales prioritarios.
42
posibilidades y cargas de alegación, prueba e impugnación”. 33
f) El juicio está regido por los principios de oralidad, publicidad y celeridad. Así,
todo lo que sucede en el proceso, bien sea el interrogatorio del testigo, la
producción de la prueba o los alegatos, deben ser llevados a cabo oralmente.
De igual manera, la etapa de juzgamiento es pública, con determinadas
restricciones, con el propósito de consolidar la confianza de la ciudadanía en
la administración de justicia; e igualmente, el juicio se debe llevar a cabo en
el menor tiempo posible, teniendo en cuenta que un proceso penal afecta
severamente los derechos fundamentales del sindicado (sic), y asimismo, la
efectividad de los medios de prueba disminuye con el transcurso del
tiempo.34
33
ESPAÑA. Tribunal Constitucional. STC 90/ 1994.
34
ROXIN, Claus, Op. cit., p. 116.
35
ALEMANIA. CÓDIGO PENAL STGB Y CÓDIGO PROCESAL PENAL STPO, Emilio Eiranova
Encinas (Coord.), Madrid, Ed. Marcial Pons, 2000, p. 186.
43
2.4SISTEMA ANGLOSAJÓN
“c) Dentro del término de 15 días se debe realizar una audiencia preliminar o
“preliminaryhearing”, cuyo objeto consiste en que el fiscal someta a consideración
del juez los cargos que considera suficientes para llevar al ciudadano a juicio. Al
36
TAPPAN, Paul W., Criminal Procedure, Boston, 1990
37
HENDLER, E. Derecho penal y procesal penal de los Estados Unidos, Buenos Aires: Ed. Ad Hoc,
1996.
38
CARP, Robert. Judicial Process in América, Universidad de Houston, 1990.
44
término de la audiencia, el funcionario judicial decide si el Estado ha satisfecho o no
el requisito de demostrar, prima facie, que existen razones para considerar al
imputado responsable del delito en cuestión, caso contrario ordenará retirar los
cargos y la inmediata libertad de aquél.”
d) Antes del juicio, la defensa tiene el derecho a requerirle al fiscal que descubra las
pruebas exculpatorias, figura conocida como “discovery” 40, con el propósito de
garantizar la vigencia del principio de igualdad de armas. De igual manera, el fiscal
puede realizar concesiones o “pleabargaining” al sindicado (sic), a cambio de la
aceptación de su responsabilidad, lo cual implica renunciar a su derecho a un juicio.
Los beneficios suelen consistir en una rebaja de pena o en la imputación de menos
cargos. Una vez acordada la negociación debe serle comunicada al juez.”
39
ESTADOS UNIDOS. Código de Procedimiento Penal. Regla 5.1(c).
40
A partir del caso Brady vs. Maryland, la cláusula constitucional del debido proceso obliga al fiscal a
revelarle a la defensa toda evidencia que tenga en su poder, así sea favorable al acusado. Ver al
respecto, Corte Suprema de los Estados Unidos, asunto Brady vs. Maryland, 373, U.S. 83 (1963).
45
en la VI Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, según la cual “en todos
los procesos criminales el acusado disfrutará del derecho a un juicio rápido y público
por un jurado imparcial del Estado y Distrito donde se haya cometido el delito”. Este
derecho se extiende no sólo al acto del juicio propiamente sino a otras etapas
procesales similares a éste;41 pero, desde hace más de un siglo ha quedado
establecido que dicha cláusula constitucional no se aplica para delitos menores o
“pettycrimes”.42
Con todo, el derecho de ser juzgado por un jurado solo aplica a la etapa del juicio
oral y no a las audiencias preliminares.
f). El juicio se inicia con los alegatos del fiscal y continúan con aquellos de la
defensa. Se trata, simplemente, de presentarles al juez y a los miembros del jurado,
el respectivo caso. Posteriormente, cada una de las partes aportará sus pruebas,
tendrá derecho a contrainterrogar o “crossexamination”, y además, de conformidad
con la Enmienda Sexta constitucional “en todos los procesos criminales el acusado
disfrutará del derecho a carearse con los testigos” 43. Cabe señalar que el juez
preside el debate, ya que se entiende que son las partes quienes deben presentar
sus pruebas y argumentaciones.
Oportuno es indicar que en juicios con jurado, es este (no el juez) el que determina
la culpabilidad o la absolución. Las reglas de procedimiento penal autorizan al juez a
anular un veredicto del jurado de culpabilidad cuando el juez determina que la
41
ESTADOS UNIDOS. CORTE SUPREMA. Asunto Waller vs. Georgia, U.S. 39, 1984.
42
CHIESA APONTE. Ernesto L. Derecho Procesal Penal de Puerto Rico y Estados Unidos, Edit.
Forum, 1995, p. 187.
43
Ver al respecto, Corte Suprema Americana, asunto Chambers vs. Mississippi, 410 U.S. 204 (1973).
44
HASTIE, Reid. La institución del jurado en los Estados Unidos, Madrid, Civitas, 1983.
46
prueba admitida en el juicio oral es insuficiente para soportar un fallo de
culpabilidad.45 Este es un poder extraordinario que los jueces usan
excepcionalmente. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha clarificado que un
veredicto se puede anular por el juez solo cuando, “después de mirar la evidencia de
la manera más favorable a la fiscalía, ningún juzgado razonablemente pudiera
encontrar los elementos esenciales del delito más allá de duda razonable.” (Jackson
v. Virginia, 443 U.S. 307, 319 1979).
45
ESTADOS UNIDOS. Código de Procedimiento Penal de, Reglas 29, 30.
46
PIZZI, William. Trials with outTruth. Why our system of criminal trials has become anexpensive
failure and what weneed to do tore buildit, Tecnos, 1999, p. 60.
47
ESTADOS UNIDOS. CORTE SUPREMA, asunto United States vs. Calandra, 414, U.S. 338 (1974).
48
ESTADOS UNIDOS Corte Suprema, asunto Nardone vs. United States, 308, U.S. 388 (1939).
49
ESTADOS UNIDOS Corte Suprema, asunto Silver thorne, 251 U.S. 385 (1920).
50
ESTADOS UNIDOS Corte Suprema, asunto Nix vs. Williams, 467 U.S. 431 (1984).
47
innecesaria del ofendido”. 51
Conclusión
51
VITALONE, Claudio. La función de acusar. Entre obligación y discrecionalidad, Nápoles, 1991,
citado por O.J. Guerrero, Fundamentos Teórico Constitucionales del nuevo proceso penal, Bogotá,
2005, p. 143.
52
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-591 de2005M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa
48
pruebas de oficio en defensa de los derechos y garantías53.
53
COLOMBIA. CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA. Cas. Julio 27 de 2007, Proceso 26468
M.P. Alfredo Gómez Quintero.
54
COLOMBIA. Sentencia.SU-159 de 2002, M.P. Dr. Manuel José Cepeda Espinosa.
55
Al afirmarse la improcedencia de la intervención de la víctima, en la práctica de la prueba,
aduciéndose que de admitirse se resquebrajaría la esencia del sistema acusatorio al constituirse
aquella en un segundo acusador, se reafirma, en nuestra manera de entenderlo ese carácter
adversarial, la definición de roles y el principio de igualdad de armas, en la sentencia C-290 de 2007.
56
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-396 de 2007.M.P. Marco Gerardo Monroy
49
revele información y evidencia relevante para el proceso, siempre
y cuando la misma no esté sujeta a una reserva específica. Entre
las decisiones más importantes en la materia figuran Money Vs
Holohan 294 U.S. 103 (1935); Brady Vs Maryland, 373 U.S. 83
(1963) y United States Vs. Agurs, 427 U.S. 97 (1976)57
Aunque este sistema ha trazado una nueva línea de objetivos para el Fiscal a la hora
de investigar, porque le es exigible una predisposición especial, toda vez que no le
es aplicable el principio de investigación integral, “el fiscal únicamente tiene la
obligación de investigar aquellas circunstancias que le permitan sostener una
acusación ante el juez penal, lo que significa que el acusador debe estar
57
GUERRERO PERALTA, Op. cit. p. 282.
58
El Testigo de Referencia en el Proceso Penal: aproximación a las soluciones angloamericanas.
Universidad de Alicante, Tirant lo blanch, Valencia, 1998.
50
absolutamente convencido de la responsabilidad penal del acusado para realizar
adecuadamente su labor y con eso sostener una acusación.
La actividad investigativa y acusadora del fiscal debe estar guiada por una serie de
principios rectores que modulan la actividad procesal como los de lealtad, objetividad
y corrección. De acuerdo al primero, “Todos los que intervienen en la actuación, sin
excepción alguna, están en el deber de obrar con absoluta lealtad y buena
fe” (Art.12 C.P.P.)
En virtud del segundo, “La Fiscalía General de la Nación (…) adecuará su actuación
a un criterio objetivo y transparente, ajustado jurídicamente para la correcta
aplicación de la Constitución y la ley” (Art.115 C.P.P.). Conforme al tercero, “En el
desarrollo de la investigación y en el proceso penal los servidores públicos se
ceñirán a criterios de necesidad, ponderación, legalidad y corrección en el
comportamiento, para evitar excesos contrarios a la función pública, especialmente a
la justicia” (Art. 27 C.P.P.). Entonces para que haya un debido, responsable, leal,
objetivo desarrollo de la actividad investigativa no se puede parcializar las pesquisas
a la recolección de evidencias que culpen al indiciado, sino debe ir más allá para
tener la certeza de su responsabilidad.
51
3. PRINCIPIOS Y GARANTIAS QUE SUSTENTAN EL SISTEMA
ADVERSARIAL DE PARTES
3.1 CONCEPTO
Los principios son, ante todo, fuente, origen y fundamento de aquello a que se
refiere. Por ellos comienza una cosa o un conocimiento.
59
BERNAL CUÉLLAR, Jaime y MONTEALEGRE LYNETT,. Eduardo Op. cit., p..234
60
GUERRERO PERALTA. Oscar Julián, Op.cit., p. 29
61
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-001 DE 1992, MP. José Gregorio Hernández
Galindo, Sentencia SU-225 DE 1998, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz y Sentencia T-406 de1992
M.P. Ciro Angarita Barón
52
Los arts. 1 a 13 del C.P. contienen con el carácter juridicopositivo de “normas
rectoras”, de nuestra legislación penal. Por su fundamental sentido rector o director
y también porque varios de esos preceptos (legalidad, tipicidad, antijuricidad y
culpabilidad) poseen el carácter de principios del derecho penal colombiano y
elementos del concepto general e institucional del delito en nuestro medio, esas
normas contienen el marco irrebasable de referencias formales y las directrices
básicas del contenido material de la teoría del delito en Colombia. La teoría del
delito, pues, comienza con los principios rectores y solo puede moverse dentro de
ellos. A su lado hay que incluir los derechos humanos internacionales, base mínima
de justicia social y seguridad jurídica (formal y material) para la legitimación de un
orden jurídico-político.62
Aunque parezca una perogrullada, se parte del axioma de que, frente a este título
inicial del Código y las normas constitucionales e internacionales que lo adoban, no
hay derecho penal ni dogmática penal por fuera de los principios rectores positivos ni
contra estos.63
62
FERNANDEZ CARRASQUILLA, J. Los Derechos humanos como barrera de contención y criterio
auto-regulador del poder punitivo, en Anales de la Cátedra Francisco Suárez nums. 26/27, 1986/87,
U. de Granada, y NFP, No. 39, Medellín, 1988, y A. BARATTA, “Requisitos mínimos del respeto de
los derechos humanos en la ley penal”, en NFP, núm. 34, págs. 421 y ss.
63
FERNANDEZ CARRASQUILLA, J. Derecho Penal Fundamental, Tomo II, Edit. Temis, 1989, págs.
1 y 2.
53
para la interpretación de las mismas. Ellos facilitan la tarea interpretativa y la dotan
de mayores inteligibilidades y armonía sistemática.
64
ALEXY, Robert. “Teoría de los Derechos Fundamentales”. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales, 1993, p. 86 y 87.
65
Ídem, Ob. cit., p. 87 - Nótese que la distinción presentada por el profesor Robert Alexy dentro de su
“Teoría de los Derecho Fundamentales”, como el bien afirma, se parece a la de Ronald Dworkin (Cfr.
DWORKIN, Ronald. “Taking Rights Seriously, 2ª edition, Londres 1978)- pero se diferencia de ella en
un punto esencial, es decir, en la caracterización de los principios como mandatos de optimización:
Para una discusión con Dworkin, Cfr. ALEXY, Robert. “Zum Begriff des Rechtsprinzips”,p.59
66
ALEXY, Robert. Ob. cit., p. 141
54
sensu, entendidos como conceptos deontológicos, expresan un deber ser y se
manifiestan bajo la forma de mandatos, prohibiciones, permisiones o derechos,
estableciendo igualmente fines pero bajo una estructura jurídica interna completa, es
decir, bajo prescripciones jurídicas que pese a ser generales, por ser normas que
establecen un deber ser más específico, suponen no sólo una delimitación política y
axiológica, sino también, una marco de interpretación tanto para el Legislador como
para el Juez Constitucional. 67
Ahora bien, pese al reconocimiento que de los “Principios” hace Alexy como
mandatos de optimización del ordenamiento jurídico y de la vida social que éste
regula. Es preciso indicar tal y como bien lo afirma el profesor Juan Fernández
Carrasquilla68, que:
67
Nótese que para Alexy la distinción entre principios y valores se reduce sólo a un punto, el
carácter deontológico y axiológico entre uno y otro postulado. Ahora, considerando que para el
derecho de lo que se trata es de lo qué es debido. Esto habla el porqué a favor del modelo de los
principios (ALEXY, Robert. Ob. cit., p. 147).
68
FERNANDEZ CARRASQUILLA, Juan. “Principios y Normas Rectoras del Derecho Penal”-
Introducción a la Teoría del Delito en el Estado Social y Democrático de Derecho. Bogotá: Leyer,
2a. edición, 1999, p. 57 y 58
69
En trabajos como “Sobre Principios y Reglas”, los profesores Manuel Atienza y Juan Ruíz
Manero, enumeran ocho (8) categorías o acepciones distintas, utilizadas comúnmente por los
juristas para el estudio de los principios jurídicos (Cfr. ATIENZA, Manuel / RUIZ MANERO, Juan.
“Sobre Principios y Reglas”, Ed.: DOXA Cuadernos de Filosofía del Derecho No. 10, 1991)
55
dichos valores
Pero tampoco este planteamiento escapa a la crítica, porque
establecer como tajante esa discriminación puede conducir a una
jerarquización de hecho de los principios que legitime el que uno
deban cumplirse estrictamente y los otros cumplirse sólo en algún
grado, sobre todo si el carácter de programático o estricto de un
principio se hace depender de su contenido de valor social:
siempre será cuestionable si, según las circunstancias, es o no es
„óptimo‟, pues sin duda una valoración distinta de las
circunstancias podría conducir a una estimación también
70
discordante
70
ATIENZA, Manuel / RUIZ MANERO, Juan. “Las Piezas del Derecho” - Teoría de los Enunciados
Jurídicos, Barcelona: Ariel Derecho, 1996, p. 33.
56
importancia” (diferencia funcional).
1. Son normas que establecen un deber ser específico del cual se deriva una
espacio de discrecionalidad legal y judicial.
2. Se refieren a la naturaleza política y organizativa del Estado y de las
relaciones entre los gobernantes y los gobernados.
3. No son ideales o fines jurídicos para el futuro, sino que por el contrario,
expresan normas jurídicas para el presente.
4. Son pautas de interpretación ineludible por ser parte de la Constitución
misma y están dotados de fuerza normativa. Sin embargo, no siempre son
suficientes por sí solos para determinar la solución necesaria en un caso
concreto, por cuanto siguen teniendo un carácter general y por lo tanto una
textura abierta, lo que, en ocasiones, limita la eficacia directa de los
mismos. Es decir, se trata de una eficacia más o menos directa de los
principios y no un asunto relacionado con su falta de fuerza normativa, por
lo cual, en cierto casos, puede necesitar de otras normas constitucionales y
legales para poder fundamentar la decisión judicial
71
CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia T-406 del 5 de junio de 1992, Exp. No. T-778, M.P.: Dr.
Ciro Angarita Barón
72
CORTE CONSTITUCIONAL – Departamento de Relatoría (Dr. Iván Humberto Escrucería Mayolo)
“Teoría y Práctica Constitucional” – Material extraído de la Jurisprudencia de la Corte Constitucional,
Temario: i) Partes de la Constitución Política; ii) Valores Constitucionales y iii) Principios
Fundamentales, p. 7
57
5. Son Principios de Derecho Penal, que tanto sustancial como adjetivamente,
han sido positivizados, es decir, están consagrados en disposiciones
normativas inmersas tanto en el Código Penal, como en el Procesal Penal.
Así pues, los encontramos en el Libro Primero: Parte General, Título I, entre
los Artículos 1 al 13 de la Ley 599 de Julio 24 de 2000; en la Ley 600 de
esta misma fecha, en una acápite denominado “Título Preliminar”,
desarrollado desde los artículos 1 al 24 respectivamente; y recientemente,
en la Ley 906 de 2004 –Nuevo Código de Procedimiento Penal– dentro del
acápite denominado: “Principios Rectores y Garantías Procesales”, entre
los artículos 1 y 27.
6. Son parámetros de orden meta-jurídico, pues guían al legislador en el
proceso de elaboración normativa, logrando así que el desarrollo de las
leyes no sean más que el desarrollo de aquellas. Por tanto, siendo de rango
superior con fuerza constitucional, se encuentra que sean “pauta de
Interpretación de la Legislación Penal, que permiten estar acordes con los
postulados de la dignidad humana, protección de bienes jurídicos y de
mínima intervención del Derecho Penal” 73
7. Son de Imperativo Cumplimiento, con lo cual se quiere significar que,
“ninguna autoridad puede dejar de aplicarlos ni desconocerlos en la
conminación, en la determinación y ejecución del sistema penal, como
momentos categoriales del Iuspuniendi”74
8. Poseen una Fuerza dual que actúa tanto negativa como positivamente;
primero, porque todo precepto o normas que la contradigan no tienen
9. validez. Y segundo, pues constituyen los postulados fundamentales de la
política estatal en lo relativo a lo criminal.
10. Constituyen el Derecho Penal Fundamental en Colombia, pues ellas son el
reflejo de la concepción ideológica y política que determinan la razón de ser
y funcionamiento del sistema penal, toda vez que la definición de un hecho
73
BERNAL ACEVEDO, Gloria., Ob. cit., p. 67
74
Ibíd., Ob. cit., p. 65
58
o una conducta catalogada como criminal, se plasma en normas penales, y
éstas son el reflejo de ellas; su validez proviene entonces de la política
criminal y no de sí misma75
75
Ibíd., Ob. cit., p. 66
76
Corte IDH, Opinión Consultiva -9/87.
59
juzgamiento que los identifican claramente, por ello presentaremos aquellos
principios que son relevantes dentro del sistema de tendencia acusatoria y que han
venido siendo decantados tanto por la doctrina como por la jurisprudencia.
77
GUERRERO PERALTA. Op. Cit., p. 38
60
Constitución, o dicho en sentido contrario, que ninguna norma o acto jurídico del
Estado o de los particulares puede contrariar las disposiciones de la Carta. Si una
de estas normas o actos jurídicos contraria la Constitución, estará llamado a
inaplicarse o a ser declarado inexequibles o nulo, según el caso. 78
Hoy día, la validez del subsistema penal y procesal penal está enteramente
condicionada a la dogmática de los derechos fundamentales que la Constitución
diseña y que la Corte Constitucional y las altas cortes han desarrollado ampliamente
en su jurisprudencia.
Autores como ARMENTA DEU, distingue de manera muy conveniente las nociones
de sistema acusatorio y principio acusatorio, considerando al sistema como un
modelo comprensivo de los principios de igualdad, contradicción y defensa,
mientras que el principio acusatorio propiamente dicho ciñe su contenido
78
BERNAL CUÉLLAR/ Eduardo Montealegre Lynett. Op., cit, p. 223.
79
Ibíd., p. 230.
61
estrictamente a la necesaria existencia y conocimiento de la acusación. La exigencia
de congruencia entre la decisión judicial final y la acusación planteada y la
prohibición de reformatio in pejus, valga decir, reiteración y formulación de la
acusación ante el juez al quem. 80
Para los constitucionalistas este principio quiere decir, que ninguna persona,
sometida a un proceso penal puede ser juzgada por un Juez que no esté
completamente, diáfanamente desligado de la investigación y como diría el Profesor
Pérez Pinzón: en igualdad de condiciones con quien le acusa, en actuación plena
oral, concentrada y continua, contradictoria, pública, y con total inmediación judicial;
y por la otra, que el juez solamente puede sentenciar a la persona concretamente
acusada y exclusivamente por el delito o delitos perfectamente determinados en la
acusación.
80
ARMENTA DEU, TERESA, La Reforma del Proceso Penal: Principios irrenunciables y opciones de
política criminal en Revista Poder Judicial, No. 58, 1999 Madrid, p. 261 -297.
81
BERNAL CUÉLLAR, Jaime, MONTEALEGRE LYNETT. Eduardo, Op. cit., p. 199
62
Juez no prevenido
Es aquel que interviene en el juicio, sin que haya actuado anteriormente dentro del
mismo proceso, a cualquier título, y haya tomado o intervenido en actuaciones
relevantes dentro del mismo. Equivale al Juez independiente de sí mismo o de él
mismo.
Juicio Público
El juicio debe ser de puertas abiertas, sobre todo para que el pueblo se entere de
cómo se administra justicia, es decir, para que materialice el derecho a ver la justicia.
Es el principio de transparencia dentro del proceso penal, que además apunta a
otras finalidades, por ejemplo: a educar a los observadores sobre temas de justicia;
a ayudar a configurar la opinión pública en materia de justicia; consolidar la creencia
y la confianza que los ciudadanos deben tener en la administración de justicia; y
82
facilitar el control social que la sociedad debe ejercer sobre quien otorga justicia.
82
PÉREZ PINZÓN Álvaro Orlando. Principio Generales del Proceso Penal. Editorial Universidad
Externado de Colombia. 2004, p. 65
83
Tribunal Penal Internacional, Investigación y Acusación Tirant lo Blanch, 2003.
63
Para el Doctor Álvaro Orlando Pérez Pinzón, este principio incorpora varios
aspectos: la legalidad de la investigación y del juicio, legalidad del delito, legalidad
de la pena, legalidad procesal, oficialidad, inmutabilidad, obligatoriedad, oficiosidad,
necesidad, no discrecionalidad, irrevocabilidad o irretractabilidad. 84
84
PÉREZ PINZÓN, Op. cit., p. 74.
64
tienen a su cargo la instrucción, ni sobre la forma en que se debe interpretar y aplicar
la ley penal frente a situaciones particulares que ya no son de competencia de
dichos fiscales. Los lineamientos, pautas y políticas que trace el Fiscal General de la
Nación deben ser, así de carácter general, como también lo deben ser aquellos
parámetros o criterios adoptados por los Directores Nacional o Seccionales de
Fiscalías en cumplimiento de sus funciones, para respetar los mandatos
constitucionales de independencia, imparcialidad y autonomía en la administración
de justicia. En el nuevo sistema el principio de jerarquía adquiere unas
connotaciones especiales, distintas a las que tenía bajo el esquema original de
1991, que no entra la Corte a precisar en esta oportunidad. 85
85
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencias C-543 de 1992 M.P.José Gregorio
Hernández Galindo; C-037 de 1996 M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.y C-558 de 1994 M.P. Carlos
Gaviria Díaz
86
Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Castillo Petruzzi vs. Perú (1999).
87
O‟DONELL, Daniel, Derecho Internacional de los derechos humanos. Normativa, jurisprudencia y
doctrina de los sistemas universal e interamericano. Oficina del Alto Comisionado de la Naciones
Unidad para Derechos Humanos. Bogotá 2004, p. 385.
65
igualmente reconocen que si bien la doctrina internacional no prescribe la
independencia orgánica o estructural de la fiscalía, sí establece que ésta debe
actuar con imparcialidad y sin injerencias. Como fundamento de esta interpretación
de disponen otros documentos internacionales de importancia como son las
directrices sobre la función de los fiscales aprobadas por las Naciones Unidad en
1990 y la propia jurisprudencia interamericana que considera estos principios como
parte integral del derecho a ser oído con independencia e imparcialidad, así como
88
reguardo de la presunción de inocencia.
Con ponencia de los doctores Luis Enrique Romero Soto, Jorge Enrique Gutiérrez
Anzola Y Alfonso Reyes Echandia, presentada dentro de las V Jornadas
Latinoamericanas de Derecho Procesal, realizada en Bogotá en junio de 1970,
elaboró el principio de la siguiente manera:
96
FERNANDEZ LEON, Op. cit.,p. 187.
68
asistencia técnica y en el debate oral dirá la última palabra.
Los deberes, en general, se desenvolverán dentro de un amplio contradictorio de las
partes.
Dentro del contexto de este principio se hallan unas limitaciones cuyo contenido se
concreta en varias garantías del investigado como por ejemplo el derecho a la
dignidad humana, debido proceso entre otros. Por otra parte, si queremos tener una
referencia constitucional de la llamada “averiguación de verdad material”, debemos
anotar que la Constitución Colombiana incorpora tal exigencia con las limitaciones
que le son propias, al establecer la obligación para la fiscalía de suministrar a la
defensa por intermedio del Juez de Conocimiento todos los elementos materiales
probatorios y las informaciones legalmente obtenidas de que tenga noticia, incluidos
los que le sean favorables al procesado. El incumplimiento de esta obligación esta
entendido por la jurisprudencia norteamericana como violación del debido proceso.
El Artículo 250 de La Carta Política dispone “La Fiscalía General de la Nación está
obligada a adelantar el ejercicio de la acción penal y realizar la investigación de los
hechos que revistan las características de un delito…”. “No podrá, en consecuencia
98
BERNAL CUÉLLAR, Op. cit, p.. 181
99
PÉREZ PINZÓN Álvaro Orlando, Principio Generales del Proceso Penal. Editorial Universidad
Externado de Colombia. 2004. Pag 78
70
– continúa la norma –, suspender, interrumpir, ni renunciar a la persecución penal,
salvo en los casos que establezca la ley para la aplicación del principio de
oportunidad regulado dentro del marco de la política criminal del Estado, el cual
estará sometido al control de legalidad por parte del juez que ejerza funciones de
control de garantías.”
100
BERNAL CUÉLLAR, Op. cit., p.. 88
101
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-591 de 2005 Clara Inés Vargas Hernández
71
Se trata de una previsión constitucional de las hipótesis en las cuales procede
archivar la investigación, las cuales serán reguladas en detalle por la ley. El
Legislador también deberá regular el alcance del control judicial de legalidad previsto
por el Acto Legislativo para las actuaciones en las que se aplique este principio, lo
cual es especialmente relevante para proteger los derechos de las víctimas a la
justicia, la verdad y la reparación” 102
72
proceso a cuál órgano judicial con existencia real le corresponde la indagación y
juzgamiento de un delito.
Otro principio que rige el sistema es el del juez natural, consagrado en el artículo 29
de la Carta Política como elemento sustancial del debido proceso y plasmado en el
19 de la Ley 906 de 2004. Constituye para el procesado garantía de que será
juzgado por la autoridad previamente determinada y revestida de competencia en la
ley, y que el término “juez” alude, no al cargo, sino a la persona. Así lo ha reconocido
la Corte: el juez natural hace referencia a la persona, no al cargo:
104
“Artículo 454. Principio de concentración. La audiencia del juicio oral deberá ser continua salvo
que se trata de situaciones sobrevinientes de manifiesta gravedad, y sin existir otra alternativa
viable, en cuyo caso podrá suspenderse por el tiempo que dure el fenómeno que ha motivado la
suspensión. El juez podrá decretar recesos, máximo por dos (2) horas cuando no comparezca un
testigo y deba hacérsele comparecer coactivamente. Si el término de suspensión incide en el
transcurso del tiempo en la memoria de lo sucedido en la audiencia y, sobre todo de los resultados
de las pruebas practicadas, esta se repetirá. Igual procedimiento se realizará si en cualquier etapa
del juicio oral se debe cambiar al juez.”
73
asistió al debate oral. El cambio en el juzgador se muestra
admisible únicamente cuando el nuevo repite el juzgamiento.
105
COLOMBIA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA Sala De Casación Penal Sentencia del 20 de enero
2010 Radicado (radicado 32.556). M.P. Augusto J. Ibáñez Guzmán
74
para solucionar esta colisión se orientan en lo general a proteger la presunción de
inocencia y la imparcialidad del juzgador, más allá del derecho del público a ser
informado sobre el desarrollo del proceso penal106 Roxin ha establecido a este
respecto no solo la necesidad de aseguramiento del proceso, sino también la
protección del derecho a la personalidad. Concretamente el autor se muestra
partidario de mantener a toda costa las normas que permiten la recusación del juez
cuando exista temor a la parcialidad (en este caso por las informaciones divulgadas
por la prensa que se constituyen en una verdadera condena anticipada al ejercer
una presión indebida sobre el juez); las prohibiciones de transmisión radial o
televisada de la audiencia oral de un juicio y las sanciones penales a la violación de
reserva o divulgación indebida de las piezas procesales.
106
ROXIN, Claus, Strafrechtliche und Strafprozessuale Probleme der Vorverurteilung. Neue
Zeitschrift Strafrecht No 4 Abril, 1991, pág. 153-208. En este ensayo el autor recalca que el problema
de las sentencias anticipadas por los medios debe discutirse en el contexto del fair trial.
107
ROXIN Claus, Gegenwartund Zukunft der Verteidigungimrechtsstaatlichen Strafverfahren.
Conferencia dictada en Godesberg; junio de 1997. Con mayores precisiones sobre la problemática
de lproceso penal alemán – Libro Homenaje a Jauch, 1990, pág. 183-196.
75
íntegro y a la posibilidad de los medios de comunicación de cubrir las audiencias
públicas, salvo las excepciones previstas en tratados internacionales.
108
GUERRERO PERALTA., Op. cvit., p. 101
76
vinculación a las leyes de la lógica y la experiencia; hay regulación probatoria del
valor de las actas y documentos introducidos en el juicio (comprobación de
falsedad); y se prohíbe tomar para efectos de la decisión el registro de sentencia
condenatoria anterior cancelada.
El nuevo numeral 4 del art 250 de la C.N., se refiere a este aspecto al establecer que
el juicio público se debe realizar con inmediación de las pruebas.
109
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencias C- 830 de 2002, M.P. Jaime Araujo
Rentaría, C- 798 de 2003, M.P. Jaime Córdoba Treviño, C-591 del 2005, M.P.: Clara Inés Vargas, y
C-1154 del 2005, M.P.: Manuel José Cepeda Espinosa.
110
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-396 del 2007, M.P.: Rodrigo Escobar Gil.
111
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-591 de 2005. En el mismo sentido, las
77
regulador de las formas procesales, sino en buscar la aplicación de una justicia
material, y sobre todo, en ser un guardián del respeto de los derechos
fundamentales del indiciado o sindicado, así como de aquellos de la víctima, en
especial, de los derechos de ésta a conocer la verdad sobre lo ocurrido, a acceder a
la justicia y a obtener una reparación integral, de conformidad con la Constitución y
con los tratados internacionales que hacen parte del bloque de
constitucionalidad”112.
113
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-396/07 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra
114
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-591 de 2005. M.P. Clara Inés Vargas
Hernández.
79
información, tales como las huellas, los rastros, las armas, los efectos
provenientes del delito, y los mensajes de datos, entre otros (…). Finalmente,
en virtud del principio de inmediación de la prueba en el juicio oral, se practicarán
las pruebas que servirán para fundamentar una sentencia.
Este concepto, en el derecho anglosajón se liga a dos apreciaciones: por una parte
el desarrollo del dueprocess of law y por otra, una referencia cultural a las nociones
de juego limpio o juego equilibrado. el desarrollo jurisprudencial de estos conceptos
en los Estados Unidos ha permitido acopiar bajo el concepto de fair trial, juicio justo,
115
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencias C-783-03 M.P. Jaime Araujo Rentería, C-
591 del 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández., C-1260 del 2005 M.P. Clara Inés Vargas
Hernández, y C-396 del 2007 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, entre otras.
116
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C- 536 de 2008 M.P. Jaime Araujo Rentería
80
aunque su traducción no es del todo acertada) una serie de salvaguardas a los
derechos constitucionales del procesado que incluyen la información precisa de los
cargos, la posibilidad de conformar un jurado que no va a decidir sobre prejuicios
frente al acusado, el derecho a contrainterrogar a los testigos de cargo, a presentar
pruebas en contra de las evidencias recolectadas por el fiscal y que tal actividad se
le facilite a la defensa tener un tiempo razonable para la preparación de defensa etc.
Todo este conjunto de derechos debe garantizarse a lo largo del proceso
permitiéndole al acusado llegar a una posición de igualdad con la defensa, a efecto
de que el proceso sea realmente limpio, equilibrado o fairness.117
117
Acopio de jurisprudencia de donde se extrae el concepto de fair trial en Estados Unidos en Gora,
Joel, Due Process of law, New York Northwestern University. 1977 pág. 147.
81
principio de igualdad de armas 118, queriendo indicar con ello que, en el marco del
proceso penal, las partes enfrentadas, esto es, la Fiscalía y la defensa, deben estar
en posibilidad de acudir ante el juez con las mismas herramientas de persuasión, los
mismos elementos de convicción, sin privilegios ni desventajas, a fin de convencerlo
de sus pretensiones procesales. El Tribunal de Defensa de la Competencia Español
(Resolución 240), ha establecido, por ejemplo, que el principio de igualdad de armas
“exige que se conceda el mismo tratamiento a las partes que intervengan en el
expediente".
118
Según la Corte Constitucional, “uno de los principios básicos del sistema acusatorio de corte
europeo, es aquel de la “igualdad de armas”, encaminado a asegurar que acusador y acusado gocen
de los mismos medios de ataque y de defensa para hacer valer sus alegaciones y medios de prueba,
es decir, „que disponga de las mismas posibilidades y cargas de alegación, prueba e
impugnación‟.”(Sentencia C-591 de 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández) En el mismo sentido,
Sentencia T-110 de 2005 M.P Humberto Sierra Porto
82
Desde otra perspectiva, el principio de igualdad de armas constituye una de las
características más sobresalientes de la metodología de investigación que impone el
entrante modelo acusatorio.
Por su parte, frente a la obligación constitucional que recaía sobre la Fiscalía y que
la obligaba a actuar diligentemente en la obtención de las pruebas exculpatorias del
procesado, éste podía permanecer inactivo en el proceso, al tanto de lo que sobre
su responsabilidad penal decidieran el fiscal y el juez de la causa. Por ello, resultaba
83
concordante con esa lógica que si la Fiscalía podía resolver autónomamente, por
ejemplo, la preclusión de la investigación, y el procesado pudiera permanecer
inactivo en el proceso, existiera una norma que obligara al ente de instrucción a
investigar también lo que resulte favorable al procesado” 119
119
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL Sentencia C-1194 de 2005. M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra
84
garantías procesales que le asisten".
Integral, vocablo equivalente a integro, total y completo, indica, dentro del contexto
del proceso penal, que el primer compromiso de la Fiscalía durante la etapa
investigativa o de verificación, es el de garantizar a las partes una actuación
imparcial, no sesgada ni de una sola vía, que conduzca a los fiscales a practicar sólo
las pruebas que les van a servir para requerir la condena del procesado, cuando por
mandato de la ley dejen el trámite como directores pero lo asuman como
acusadores.120
120
FERNANDEZ LEON, Whanda. Procedimiento Penal Constitucional. Ediciones Librería del
Profesional, p. 182.
85
El art 2 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal Español dispone: “Todas las
autoridades y funcionarios que intervengan en el proceso penal cuidarán, dentro de
los límites de su respectiva competencia, de consignar y apreciar las circunstancias
ASI ADVERSAS COMO FAVORABLES al presunto reo…”
121
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. sentencias C-695 de 2002, C-04 de 2003, C-871 de
2003, C-575 de 2006, C-370 de 2006 y C-454 de 2006.
87
acontecimientos sucedidos, las circunstancias y los motivos que
llevaron a la comisión de violaciones masivas y sistemáticas de los
derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Este
derecho implica que se preserve del olvido la memoria colectiva,
entre otras cosas para evitar que surjan tesis revisionistas y
negacionistas.
122
R. Mattarollo, “Amnistías e indultos recientes a la luz del derecho internacional”, en Procesos de
impunidad de crímenes de lesa humanidad en América Latina, 1989-1991, Bogotá, 1991, p. 404.
123
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-872 de 2003. 30 de Septiembre de
2003, M.P. Clara Inés Vargas Hernández
124
Debe recordarse que la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha dicho que el objeto de la
intervención de la víctima en el proceso penal no sólo es la búsqueda de la reparación integral sino
también de la justicia y la verdad: sentencias C-740 de 2001, C-1149 de 2001, SU-1184 de 2001,
C-228 de 2002, C-004 de 2003 y C-014 de 2004.
88
verdad”constituye una utopía, una justicia penal completamente sin verdad”
equivale a un sistema de arbitrariedad” y, agrega, “las garantías legales y
procesales, además de garantías de libertad, son también garantías de verdad”125
Así las cosas, sin que se pretenda definir cuál es la posición doctrinaria acertada, lo
cierto es que desde nuestra perspectiva constitucional es claro que sólo puede
realizarse la justicia material, cuya búsqueda hace parte de la esencia del Estado
Social de Derecho, cuando el proceso penal se dirige a encontrar la verdad fáctica o,
por lo menos, cuando la decisión judicial se acerca a ella, pues la aproximación a la
verdad es un fin, un principio y un derecho constitucional que se impone a las
autoridades y a los particulares que se encuentran en el proceso penal.
En este aspecto, resulta interesante la advertencia del penalista alemán Claus Roxin
Claus, cuando decía que si bien el Estado tiene el deber de esclarecer los hechos,
esa obligación “no rige en forma ilimitada”, pues está restringida por un número de
prohibiciones en la producción de la prueba. Así, decía:
125
FERRAJOLI, Op. cit. p. 45.
89
averiguada a cualquier precio” Página 191. Deja en claro que la
averiguación de los hechos está limitada, en forma especial, por
los derechos fundamentales y derechos humanos126
Así las cosas, es evidente que la visión del proceso penal en la Constitución no se
agota en la búsqueda de la verdad, pues el concepto de justicia en la averiguación o
aproximación a la misma, está condicionada al respeto de las garantías mínimas que
deben ser protegidas por el juez y se exigen de todas las autoridades y en todas las
situaciones, pues ni siquiera en estados de excepción pueden suspenderse (artículo
214, numeral 2º, de la Carta). De esta forma puede concluirse que la búsqueda de la
verdad en el proceso penal está subordinada al respeto por la dignidad humana, a la
eficacia de los derechos fundamentales y al cumplimiento de un conjunto de
principios rectores y reglas probatorias que racionalizan su consecución en el
proceso.
126
ROXIN, Op.cit, p. 190
127
El manual del defensor público en el sistema acusatorio define la figura del descubrimiento de
pruebas como “el acto procesal en el cual una parte informa a la otra sobre los elementos materiales
probatorios y evidencia física que pretende llevar a juicio los documentos con los que cuenta, los
testigos o peritos con los cuales los aducirá, aquellos que declaran como testigos y sus datos de
ubicación e identificación, así como las entrevistas, declaraciones o deposiciones que hubiere
practicado a los mismos, y los informes de policía o técnico obtenidos durante sus actos de
investigación”, El defensor público en el sistema acusatorio colombiano, manual del defensor público,
Bogotá, defensoría del pueblo, 2005, p. 170.
128
Explicado el concepto del descubrimiento Orlando Muñoz señala que: “se entiende por
descubrimiento la obligación de una parte, en el proceso penal, de dar a conocer, previamente al
90
En el sistema acusatorio colombiano, uno de los temas que ha generado inquietudes
es el del descubrimiento probatorio, especialmente porque el sistema mixto
consagrado en la ley 600 de 2000, pero aún más en las codificaciones anteriores era
claro que como la obligación de recoger y practicar la prueba radicaba en cabeza de
la Fiscalía General de la Nación, esa prueba recaudada era válida y la regulaba el
principio de “permanencia de la prueba”, en virtud de la cual la prueba recogida por
la fiscalía era válida y no perdía esa condición, sin que fuese necesario repetirla ante
el Juez de la causa; en el sistema acusatorio por el contrario, esto no es así, lo que
recoge la fiscalía son evidencias que no tienen la condición de pruebas, ya que solo
serán tales las que se practiquen ante el Juez de conocimiento, salvo la excepción
de la “prueba anticipada” que se practica ante el juez de control de garantías, y por
razones de urgencia justificada, como cuando un testigo de los hechos padece una
enfermedad terminal, no alcanzará a declarar ante el juez de conocimiento, situación
que exigiría en aras de evitar que se pierda la prueba, se practicara ante el juez de
control de garantías, condicionado ello, a que si se puede practicar ante el juez de
conocimiento, deba nuevamente realizarse.
Ante esta realidad distinta, propia del sistema adversarial, que exige el respeto al
principio de inmediación en virtud del cual toda la prueba se debe practicar delante
el juez de conocimiento y todos los elementos recogidos, que tienen la condición de
evidencias, deben ser llevados ante el juzgador para que este realice el proceso de
valoración probatoria, es claro que para poderlos incorporar en la audiencia de
juzgamiento, existe la obligación previa tanto para la fiscalía, y la defensa, que
consiste en el descubrimiento de las evidencias.
juicio, a la otra parte, información de las evidencias que pretende hacer valer en éste”. Así lo afirma
en el libro “Sistema Penal Acusatorio de los Estados Unidos” Legis 2005, p. 261.
91
anuncien todas la pruebas cuya práctica solicitarán para ser llevadas a cabo en el
129
juicio oral, para respaldar su teoría del caso”
129
COLOMBIA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia del 21 de febrero de 2007, radicado No.
25920, M.P. Javier Zapata Ortiz.
130
Casación 28056, auto del 29 de agosto de 2007, entre otras.
92
de la prueba, pues, como lo dispone el artículo 346 de la Ley 906 de 2004, el juez
tiene la obligación de rechazar todas aquellas evidencias o elementos probatorios
sobre los cuales se haya incumplido el deber de revelar información durante el
procedimiento de descubrimiento. Por tanto, las evidencias, medios y elementos no
descubiertos no podrán aducirse al proceso ni controvertirse dentro del mismo, ni
practicarse durante el juicio oral”. 131
131
Casación N° 25920 del 21 de febrero de 2007.
93
Se desprende de la anterior secuencia que el descubrimiento de los elementos
materiales probatorios y evidencia física se encuentra sometido a un orden metódico
y cronológico, en aras de garantizar, entre otros, los principios de igualdad,
contradicción y lealtad, y en ese sentido, el artículo 346 del Código de Procedimiento
Penal de 2004 fija al juez la obligación de rechazar los elementos probatorios y
evidencia física respecto de los cuales no se haya cumplido de manera correcta y
completa el trámite de descubrimiento probatorio.
Sin embargo, el artículo 344, inciso último, del Estatuto Procesal en mención,
reglamenta una excepción a la regla según la cual en el juicio oral únicamente
pueden evacuarse los medios de conocimiento solicitados en la audiencia
preparatoria, en cuanto dispone que “si durante el juicio alguna de las partes
encuentra un elemento material probatorio y evidencia física muy significativos que
debería ser descubierto, lo pondrá en conocimiento del juez quien, oídas las partes y
considerado el perjuicio que podría producirse al derecho de defensa y la integridad
del juicio, decidirá si es excepcionalmente admisible o si debe excluirse esa prueba”.
Se trata de una figura que tiene sus antecedentes en el derecho anglosajón y que
incluso no era inicialmente aceptada en la justicia británica. El profesor Oscar Julián
Guerrero señala que en una famosa sentencia conocida como “The King Vs Holland
de 1972, correspondiente a un caso en el cual el funcionario de la corona fue
132
COLOMBIA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Casación 39948, auto del 21 de noviembre de
2012, M.P. Luis Guillermo Salazar Otero
94
acusado de actos de corrupción cometidos en la India, una comisión especial de
investigación recopiló la información de testigos de cargo en esa colonia para
fundamentar la acusación y antes del juicio el acusado impetró una moción para
conocer el informe. Los términos en que se respondió la moción en su tiempo
hicieron carrera, toda vez que la Corte competente no se ahorró expresiones para
desacreditar la petición: “Jamás una moción como la presente no ha sido realizada y
si nosotros fuéramos a garantizarla, ellos subvertiría todo el sistema del derecho
penal…y si nosotros asumiéramos un poder discrecional de garantizar este
requerimiento ello sería en extremo peligroso y totalmente infundado como
precedente”133
Tuvieron que transcurrir más de 60 años para que las Cortes modificarán esta
postura, para que se desarrollara más que la figura de la revelación de pruebas de
cargo, la de participación del acusado en los distintos momentos del proceso,
reduciéndose de esta forma la posibilidad que pudiese ser sorprendido, llegando
incluso en algunos casos a permitirse que la defensa pudiese contrainterrogar e
igualmente recibir copias de las informes profesionales o técnicos.
El debate sobre la figura se planteó por el Juez Brennan, en el año de 1963, quien
calificó el sistema de justicia americana como una “Lucha de ciegos”. Este juez
encontró que la carencia de un descubrimiento probatorio de evidencias para la
defensa, amenazaba profundamente la búsqueda de la verdad en el proceso penal,
lo que generaba que la defensa llegará con desventajas, ya que se enteraba mucho
más tarde de lo que había recolectado en contra de su cliente, y por ello se
134
dificultaba claramente la preparación del caso.
133
FLETCHER, Robert. “Pretrial discovery in State Criminal Cases. Stanford LawReview.Vol 12 No.
1959. Pag 294., citado por Oscar Julián Guerrero en su texto “Instituciones Probatorias del Nuevo
Proceso Penal”, si se quiere profundizar léase la misma en las páginas 21 a 35.
134
BRENNAN, William J. “The Criminal prosecution: sporting eventor quest for truth?” Washington
University Law Quarterly No. 3. 1963 paginas 279-295, citado por Oscar Julián Guerrero en el texto ya
referenciado página 24 del mismo.
95
Para el mentado Doctor Solórzano, la finalidad de esta institución se concreta en la
efectivización de varios principios: 135
135
SOLORZANO Carlos Roberto. Sistema Acusatorio y Técnicas del Juicio Oral. Ediciones Nueva
Jurídica, p. 385-393
96
Así mismo relieva el descubrimiento probatorio al llevarlo a una relación directa
con los principios de: debido Proceso, Igualdad, Imparcialidad, Legalidad,
Defensa, Lealtad, Objetividad y contradicción, los cuales deben ser respetados en
el momento en que se acude a esta figura jurídica.
Por último, el inciso final del artículo 344 prevé, de manera excepcional, otro
momento para el descubrimiento probatorio, toda vez que si en el “juicio alguna
de las partes encuentra un elemento material probatorio y evidencia física muy
significativos que debería ser descubierto, lo pondrá en conocimiento del juez,
quien, oídas las partes y considerado el perjuicio que podría producirse al
derecho de defensa y la integridad del juicio, decidirá si es excepcionalmente
admisible o si debe excluirse esa prueba”.
138
GUERRERO PERALTA, Op. Cit. p. 93
99
El poder de prueba se mantiene en cabeza tanto de la Fiscalía
como del acusado y del Juez; sin embargo, el numeral 4 y el último
inciso del artículo 250 de la Carta, tal y como fueron modificados
por el Acto Legislativo, establecen cambios trascendentales en
materia probatoria. Cabe resaltar, por ejemplo, el nuevo alcance
de los principios de inmediación y de contradicción, ya que las
pruebas se han de practicar dentro de la etapa de juzgamiento
ante el juez y los jurados y, además, ofreciendo tanto a la Fiscalía
como a la defensa el derecho de contradicción”. (Se destaca).139
Uno:
…referido a que las pruebas fundamento de las decisiones de
mérito no sean recaudadas a lo largo de todo el diligenciamiento,
ni siquiera en cualquier momento del ciclo de juzgamiento, sino
únicamente, por regla general, salvo excepciones regladas sobre
el particular (v.g. prueba anticipada), de manera concentrada en la
oportunidad dispuesta para ello por el legislador dentro del debate
oral
Dos, que evita la desconcentración en el recaudo probatorio y está:
…íntimamente relacionado con el principio de inmediación, se
orienta a evitar que los medios de convicción arriben al
conocimiento del juez a quien corresponde resolver el asunto,
luego de haber sido recaudados por otros funcionarios, pues ello
crea un escollo en el conocimiento directo y objetivo, sin
intermediarios, que debe asistir al fallador sobre el asunto cuya
reconstrucción intenta a través de las pruebas.
Tres:
…en conexión con el principio de contradicción, propugna por
139
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-873 de 2003. En esta sentencia la Corte
se pronunció sobre la constitucionalidad de algunas disposiciones del Decreto 261 de 2000 “Por el
cual se modifica la estructura de la Fiscalía General de la Nación”, y sobre algunos preceptos de la
Ley 906 de 2004.
140
Sentencia de casación del 4 de marzo de 2009 (radicado 30.645).
100
conseguir que el debate librado por los sujetos procesales e
intervinientes dentro del momento establecido para ello en el juicio
respecto de la validez y aporte demostrativo de cada una de las
pruebas en las cuales apoyan sus diferentes pretensiones e
intereses, se surta delante del juez al que corresponde discernir,
como tercero imparcial, de lado de quién y en qué medida se
encuentra la razón.
Este alcance también brinda a los sujetos procesales e
intervinientes la seguridad de que los elementos de juicio de sus
contendientes serán conocidos en un momento específico definido
para ello, y será allí cuando tendrán la oportunidad de adelantar
sus estrategias conforme a sus intereses”
Cuatro:
…relacionado con el principio de oralidad, patrocina que el debate
probatorio propio del juicio, así como las alegaciones que en él
presenten los sujetos procesales e intervinientes, se realicen de
manera oral, en procura de asegurar la agilidad y fidelidad a la
actuación, “sin perjuicio de conservar registro de lo acontecido”
(artículo 9º de la Ley 906 de 2004).”
Cinco:
…congruente con el principio de continuidad, apunta a que „la
práctica de pruebas y el debate deberán realizarse de manera
continua, con preferencia en un mismo día; si ello no fuere posible
se hará en días consecutivos, sin perjuicio de que el juez que dirija
la audiencia excepcionalmente la suspenda por un término hasta
de treinta (30) días, si se presentan circunstancias especiales que
lo justifiquen‟ (artículo 17 de la Ley 906 de 2004)141”
141
Ibídem
101
142
la audiencia y en los resultados de las pruebas, el juicio deberá repetirse.
La Corte, en sentencia del 4 de marzo de 2009 143, encontró que las suspensiones
dispuestas en el juicio adelantado contra un adolescente encuadraban dentro de
esas excepciones en tanto “obedecieron a causas sobrevinientes de especial
gravedad, tales como la importantísima oportunidad de escuchar en declaración a la
víctima, en otra la inasistencia del acusado y en la siguiente la inasistencia del
defensor, todas ellas suficientes para advertir su trascendencia en el aporte
demostrativo de la conducta investigada o en la legitimidad del trámite, so pena de
acarrear su invalidación.”
Si bien la variación en la persona del juez o la extensión del juicio son situaciones,
per se, inusuales, para que se genere nulidad es preciso que, analizadas
concienzuda y detenidamente las particularidades del caso, se determine, sin
ambages, que con tal variación se afectó la estructura básica del proceso, se
trasgredieron los principios que lo rigen y/o se lesionaron los derechos de las partes.
142
COLOMBIA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala De Casación Penal Sentencia del 9 de
diciembre 2010 Radicado (radicado 33.989). M.P. Augusto J. Ibáñez Guzmán
143
Radicado 30.645. En esa ocasión el proceso adelantado bajo el sistema de responsabilidad penal
para adolescentes (Ley 1098 de 2006) fue objeto de tres suspensiones, sin que hubiese cambio en la
persona del juez.
144
GUERRERO PERALTA. Op. cit., p. 91
102
y 228 de la carta necesariamente nos llevan a concluir que deben estar proscritas
todas las actuaciones de juzgamiento que no reconozcan el derecho del acusado a
ser escuchado en sede de juicio oral, con sus correspondientes aditamentos de
presentación de pruebas de descargo y controversia probatoria.
“(a) En cuanto a las etapas del procedimiento, se mantuvo la distinción entre la fase
de investigación –encaminada a determinar si hay méritos para acusar- y la fase de
juzgamiento, pero se otorgó una clara preponderancia, bajo el nuevo sistema, a esta
última; ya se vio cómo el Constituyente derivado de 2002 caracterizó el juicio penal
como una etapa regida por la oralidad, la publicidad, la inmediación de las pruebas,
la contradicción, la concentración y el respeto por todas las garantías fundamentales.
La etapa del juicio se constituye, así, en el centro de gravedad del proceso penal
bajo el sistema instituido por el Acto Legislativo, a diferencia del sistema de 1991,
que conservó la importancia de la etapa de investigación145. En efecto, bajo el
sistema preexistente, es durante la investigación que lleva a cabo la Fiscalía que se
practican y valoran las pruebas que obran dentro del proceso, por parte de un
funcionario que ejerce funciones judiciales e investigativas al mismo tiempo. En virtud
del Acto Legislativo, el trabajo investigativo de la Fiscalía constituye más una
preparación para el juicio, que es público y oral, durante el cual (i) se practicarán y
valorarán, en forma pública y con participación directa del imputado, las pruebas que
se hayan podido recaudar, en aplicación de los principios de inmediación judicial y
contradicción de la prueba, (ii) se aplicará el principio de concentración, en virtud del
cual las pruebas serán evaluadas en su integridad y de manera global durante
una etapa procesal de corta duración que otorgue al juez… una visión de conjunto y
le permita fundamentar sus decisiones en la totalidad de las pruebas existentes, y (iii)
se adoptarán, con igual publicidad, las decisiones definitivas a las que haya lugar
respecto de la responsabilidad penal del acusado.”
145
“En este sentido, en la Exposición de Motivos del proyecto de Acto Legislativo se expresó:
„...mientras el centro de gravedad del sistema inquisitivo es la investigación, el centro de gravedad
del sistema acusatorio es el juicio público, oral, contradictorio y concentrado. Así pues, la falta de
actividad probatoria que hoy en día caracteriza la instrucción adelantada por la Fiscalía, daría un
viraje radical, pues el juicio sería el escenario apropiado para desarrollar el debate probatorio entre
la fiscalía y la acusación. (sic) Esto permitirá que el proceso penal se conciba como la contienda
entre dos sujetos procesales –defensa y acusador- ubicadas en un mismo plano de igualdad, al
final del cual, como resultado del debate oral y dinámico, el tercero imparcial que es el juez, tomará
una decisión.// Mediante el fortalecimiento del juicio público, eje central en todo sistema acusatorio,
se podrían subsanar varias de las deficiencias que presenta el sistema actual…‟.”
103
3.3.12Principio de Juzgamiento sin Dilaciones Injustificadas. El derecho a ser
juzgado sin dilaciones injustificadas proveniente de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre de1948 y del Artículo 14.3.c del PIDCP de 1966. 146,
no se opone en nada a la noción más utilizada por otros instrumentos
internacionales de plazo razonable147.
146
Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad a las
siguientes garantías mínima: c) A Ser juzgado sin dilaciones indebidas.
147
PASTOR, Daniel R. El plazo razonable en el proceso del Estado de Derecho, Ad-Hoc, Buenos
Aires, 2002, p. 47.
148
Análisis con base en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el periodo
2000-2003. Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano X, t. II, Ed. Konrad Adenauer
Stiftung, Montevideo, 2004,p. 781-787.
104
Por su parte, el artículo 228 superior prescribe que “los términos procesales se
observarán con diligencia y su incumplimiento será sancionado”. En desarrollo de
estos principios, de un lado los procesos deben tener una duración razonable y, de
otro, deben establecer mecanismos que permitan a los sujetos procesales e
intervinientes controvertir, en condiciones de igualdad, las pruebas presentadas, así
como los argumentos de hecho y de derecho que se aduzcan en su contra.
105
el principio de celeridad al que se refiere el artículo 228 superior
cuando indica que los términos procesales deben ser observados
con diligencia.149
149
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-648 de 2001. M.P.: Marco Gerardo
Monroy Cabra
150
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C- 475 de 1997. M.P.: Marco Gerardo
Monroy Cabra.
151
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-814 de 2009. Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub
106
acceso a la justicia y al debido proceso;
(iv) No existen parámetros en la Constitución a los cuales pueda referirse el
legislador o el juez constitucional para valorar si la extensión de los términos
procesales es adecuada;
(v) Por lo anterior, el legislador tiene una amplia potestad en la materia,
limitada únicamente por los principios de razonabilidad y proporcionalidad, y por el
fin que en general persiguen las formas procesales, cual es permitir la realización
del derecho sustancial;
(vi) La función del juez constitucional a la hora de examinar las leyes que
consagran términos procesales se limita a controlar los excesos, es decir a
rechazar aquellas normas que desbordando notoriamente los principios de
razonabilidad y proporcionalidad, fijen términos exageradamente largos, que
redunden en un desconocimiento del los principios de celeridad, eficacia, y
seguridad jurídica, o que, por manifiestamente cortos, impidan hacer efectivos los
derechos de defensa y contradicción probatoria.
107
152
incorporadas al proceso.
152
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-1270 de 2000 M.P. Antonio Barrera
Carbonell.
153
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-371/11 del 11 de mayo de 2011 M.P. Luis
Ernesto Vargas Silva
108
penal acusatorio, los principios de inmediación y contradicción
técnicamente despliegan su eficacia en el momento del debate
probatorio, con miras a facilitar y optimizar la actividad cognitiva
propia proceso de conocimiento que acompaña la producción de la
prueba. La actitud crítica, consciente y controlada que debe asumir
el juez que dirige el debate en el juicio oral, exige el contacto
directo con los actores que intervienen en esa fase.154
154
Ibídem
155
“Derecho de la defensa a interrogar a los testigos presentes en el tribunal y obtener la
comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos;
A interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener la comparecencia de los testigos de
descargo y que éstos sean interrogados en las mismas condiciones que los testigos de cargo”
156
“Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas: interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener la
comparecencia de los testigos de descargo y que estos sean interrogados en las mismas condiciones
que los testigos de cargo”
109
de la garantía las deficiencias profesionales del abogado que no solicita la presencia
de los testigos de descargo157, ni aquellas relativas a la decisión del juez sobre la
admisibilidad de la declaración para el juicio, siempre y cuando ésta no sea
considerada como una grave obstaculización del derecho de defensa con incidencia
claras sobre la responsabilidad del acusado. 158 Para tales efectos, la jurisprudencia
contempla el criterio de relevancia del testimonio 159 o la compleja composición de
igualdad de oportunidades dentro del proceso. O Donell resume la temática en tres
puntos: a) cuando la naturaleza de la prueba parece haber sido de crucial
importancia para la resolución de cuestiones bajo consideraciones; b) cuando existe
un patrón de denegación sistemática de las ofertas y solicitudes probatorias por
parte de la defensa, y c) cuando se pone de manifiesto un desequilibrio éntrelas
partes violatorio del principio desigualdad. 160
Conclusiones
157
Comité de Derechos Humanos, caso Collins (w) vs. Jamaica. 1991.
158
Comité de Derechos Humanos, caso Grant vs. Jamaica. 1994.
159
Comité de Derechos Humanos, caso Wrighy vs. Jamaica. 1992.
160
O DONEL, Obcit, supra nota 36 p. 425.
110
en juicio teniendo los medios de atiborrar con testigos y expertos, vencer a la
defensa. Y en ese umbral concebir que la búsqueda de la verdad material
pregonada para este procedimiento se convierta en utopía.
111
4. PARTES DEL PROCESO PENAL E INTERVINIENTES EN
EL SISTEMA ADVERSARIAL DE PARTES DESDE LA
PERSPECTIVA CONSTITUCIONAL
JUEZ
FISCALIA DEFENSOR
Victimas Ministerio Público
112
muchos autores niegan la posibilidad de que en la materia punitiva pueda hablarse
realmente de partes, o bien otros quienes admiten sólo parcialmente esa posibilidad.
Para Barrios de Angelis, por ejemplo, “son sujetos del proceso quienes lo hacen y
aquellos para quienes se hacen. Es decir, aquellas personas físicas o jurídicas que
producen los actos del proceso, así como por su vínculo especial con el objeto, dan
lugar al proceso…”.161
Los denominados sujetos procesales suelen ser clasificados desde diferentes puntos
de vista, pudiendo encontrarse denominaciones como las siguientes:
161
BARRIOS DE ANGELIS, Dante, Teoría del proceso, ed. De palma, Buenos Aires, 1979, p. 115.
162
En este sentido resulta muy importante aclarar que cuando nos referimos al acusador abarcamos
113
Eventuales o interviniente: como el coadyuvante en el caso de reunir los requisitos
legales correspondientes.
Necesarios: en función de los fines del proceso como los testigos, peritos e
intérpretes, o bien los órganos de representación, autorización o asistencia de
incapaces (padres, tutores, curadores, etc.).163
Desde una perspectiva general que deriva del desarrollo proveniente de la teoría
general del proceso civil, se dice que el concepto proviene de la raíz latina pars,
partis que significa porción de un todo y sinónimo de fracción, fragmento, miembro,
partícula o pieza, 165 lo que lleva a la comprensión de que en el todo de la relación
jurídica procesal, existen elementos, factores o componentes que mantienen un
vínculo en función de la finalidad del proceso, estos elementos son de carácter
personal y se traducen en las partes.
Esta idea, según se ha visto, en el ámbito civil suele coincidir con la idea de
relacionar la existencia de partes con la noción de derechos, obligaciones o
pretensiones de carácter subjetivo y derivadas a su vez de relaciones jurídicas
generalmente contractuales.
165
El diccionario de la Real Academia Española (RAE). Vigésima segunda edición
166
PALLARES, Eduardo, Diccionario de Derecho Procesal Civil, 2ª edic., ed. Porrúa, México, 1956, p.
487 y ss.
115
4.1.1 Concepto de parte en el Proceso Penal. Son las diferencias connaturales
existentes entre el proceso civil y el proceso penal lo que ha llevado a diversos
procesalistas a poner en duda o discutir la afirmación de que en el proceso penal
puedan existir partes propiamente dichas, al advertirse en el ámbito punitivo la
frecuente dificultad de alcanzar el llamado “nexo de identidad total” 167 entre la
vinculación formal y sustancial que caracterice a los pretensores que motivan el
proceso.
Tratando ahora de asumir una posición personal, nos manifestamos de acuerdo con
el criterio de mayoría en el sentido de que en el proceso penal debe existir al menos
una dualidad de partes, independientemente de que éstas se entiendan de acuerdo
con un criterio estrictamente procesal y por ende, desvinculado de cuestiones
sustanciales; para ello nos adherimos a la opinión de Moreno Catena, cuando al
hablar de la aplicación del concepto de parte al proceso penal sostiene que esto es
posible y define el concepto de la siguiente manera: “conforme a un análisis
estrictamente procesal, parte procesal es aquel que postula una resolución judicial
frente a otra (parte activa), y aquel contra quien se insta dicha resolución (parte
pasiva)”.169
167
SILVA SILVA, Op. cit., p. 119.
168
Ibídem.
169
MORENO CATENA, Víctor. Competencia y partes en el proceso penal español, en ZAFFARONI,
Eugenio Raúl (coordinador), El Proceso Penal. Sistema Penal y Derechos Humanos, 2ª edic., ed.
116
Por tanto, se hace indispensable distinguir entre la relación jurídica procesal en
sentido estricto y la relación jurídico sustancial que surge de la comisión del delito,
pues en este último caso suele identificarse como sujeto activo al autor de la
conducta típica y como pasivo, aquel que conforme a la propia descripción legal de
dicha conducta, se ubica en la condición de resentir el ejercicio de la propia acción
punible.
En este orden se abordara cada una de las partes e intervinientes que hacen parte
del proceso adversarial de partes implementado en el país, tal como avizora la Corte
Constitucional en sentencia del 2008:
Uno de los temas más discutidos en los últimos tiempos en el Derecho comparado
es el de la posición constitucional de la Fiscalía, Ministerio Fiscal o Ministerio
Público, como se le conoce en otros ordenamientos. En general, los estudios de
Derecho comparado sobre el tema dejan ver varias aristas problemáticas que
podemos resumir de la siguiente forma: en primer lugar, se destaca el problema de
su adscripción al órgano ejecutivo o al órgano jurisdiccional, pues de aquí se
desprenden varias consecuencias, como su relación con el poder público (órganos
parlamentarios) y las posibles influencias indebidas en el marco del ejercicio de la
administración de justicia penal, lo que remite a los problemas de independencia
interna y externa; íntimamente relacionada con este punto se encuentra la
naturaleza jurídica de los actos de que ejerce dentro del proceso penal y fuera de
este. En segundo lugar, se plantea el problema relativo a su posición y relaciones
frente a la judicatura, particularmente si la Fiscalía no se encuentra en cabeza del
poder ejecutivo.171
171
GUERRERO PERALTA. Op. cit. p. 115.
172
GOSSEL, Karl Heinz. Reflexiones sobre la situación del Ministerio Público en el procedimiento
penal de un Estado de Derecho. En doctrina penal, No 13, Ed. De Palma Buenos Aires, 1981 p. 622.
118
Si el Estado se perfila como Estado de Derecho, democrático y social, lo más
acertado es recabar en la concepción que predica que todos los fines del Estado
están proyectados hacia el criterio de justicia material y el proceso penal no puede
ser la excepción, razón por la cual la noción de procedimiento penal como ejercicio
automáticamente legitimante del Estado carece de valor. 173 Pero por esa misma
razón el criterio de la justicia material no se agota en el ejercicio de jurisdicción, sino
que, por el contrario, en él concurren los tres poderes estatales, bien en la
formulación de la ley penal (legislativo), en el cumplimiento de las decisiones
(ejecutivo), o en la aplicación de jurisdicción (judicial).
173
En este caso la referencia a la obra del sociólogo Niklas Luhmann es expresa a propósito de su
obra Legitimationdurch Verfahre
174
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL C-873 de 2003 (septiembre 30), M. P. Manuel José
Cepeda Espinosa; C-591 de 2005 (junio 9), M. P. Clara Inés Vargas Hernández; C-592 de 2005 (junio
9), M. P. Álvaro Tafur Gálvis; C-1194 de 2005 (noviembre 22), M. P. Marco Gerardo Monroy Cabra,
entre otras.
119
En el diseño constitucional del nuevo proceso penal la Fiscalía General de la Nación
no puede actuar a su arbitrio en el ejercicio de sus funciones de investigación y
acusación, ya que cuando su actuación compromete derechos fundamentales, debe
someterse a la supervisión del juez de control de garantías, a quien corresponderá
verificar si las medidas adoptadas por el ente investigador implican o no afectación
de derechos fundamentales, pues en principio toda medida de investigación que sea
restrictiva de tales derechos debe estar precedida de autorización de dicho juez 175
175
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-186/08. M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
120
juez que ejerza esas funciones de control de garantías, también con la finalidad
de evitar la evasión, conservar la prueba y proteger a la comunidad, en especial
a las víctimas.
En este punto es interesante presentar el papel que cumple la policía judicial, bajo
la dirección, coordinación y control del fiscal del caso, siendo la encargada de
materializar los actos de investigación encaminados a la recolección de la evidencia,
que permita alcanzar y fundamentar los grados de persuasión que se requieren en
cada momento procesal, inferencia razonable, probabilidad de verdad y
conocimiento más allá de toda duda razonable.
176
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-336 de 2007 (mayo 9), M. P. Jaime
Córdoba Triviño.
122
La ley 906 de 2004, contempla en el artículo 114 las atribuciones y funciones de la
Fiscalía General de la Nación:
9. Presentar la acusación ante el juez de conocimiento para dar inicio al juicio oral.
12. Solicitar ante el juez del conocimiento las medidas judiciales necesarias para la
asistencia de las víctimas, el restablecimiento del derecho y la reparación integral
de los efectos del injusto.
124
Artículo 116. Atribuciones especiales del Fiscal General de la
Nación. Corresponde al Fiscal General de la Nación en relación con el ejercicio de
la acción penal:
177
GUERRERO PERALTA. Op. cit. p. 115
125
sin que medie orden judicial precia, pero quedan sujetos a un control
judicial automático dentro de las 36 horas siguientes, para efectos de
determinar su validez en tanto pruebas. Además de la consideración
anterior cabe predicar, de acuerdo con la sentencia C-1092 de 2003, que
dicho control se extiende en sus sentidos formal y material en aras de
salvaguardar el debido proceso.
c) La investigación penal tendrá una división entre actos que requieren
autorización judicial y actos que no la requieren. La clasificación resulta
importante para efectos probatorios las consideraciones de prueba
ilícitamente obtenida o con violación del debido proceso en concordancia
con el Artículo 29 de la Constitución Nacional.
d) La Fiscalía está obligada al aseguramiento de los elementos probatorios
con la cadena de custodia. La regulación constitucional resulta importante
por los que se conoce en otras legislaciones como “prueba sobre prueba”.
178
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia 873 de 2003. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa
127
La Corte observa que en este caso la labor de control posterior en sede
judicial de garantías es examinar si las facultades judiciales ejercidas por la
Fiscalía se adecuan o no a sus fundamentos constitucionales y, en particular,
si su despliegue ha respetado o no los derechos fundamentales de los
ciudadanos.
D) LAS MEDIDAS TOMADAS EN DESARROLLO DE LA INVESTIGACION
PENAL ESTAN SOMETIDAS AL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD
En un sentido amplio el principio de proporcionalidad en la investigación penal
se pone en la que se pone a prueba el ámbito de protección que poseen los
derechos fundamentales. Este principio concebido como Máxima no Escrita
de la Constitución frente a la investigación penal puede orientar a dos
apreciaciones básicas:
1. El respeto a la esencia de los derechos fundamentales impone que
estos no puedan ser limitados más allá de lo estrictamente necesario
para la protección de intereses generales.
2. El beneficio que obtenga el interés general o la colectividad debe ser
equiparable con el perjuicio ocasionado al individuo.
179
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-536-08 M.P. Dr. Jaime Araujo Rentería:
129
legal, determinación y precisión de una regulación para la afectación; exigencia de
leyes especiales) y materiales (licitud del fin perseguido, proporcionalidad,
intangibilidad del núcleo esencial y compatibilidad con el sistema democrático).
4.3 DEFENSA
En principio no habría mucho por reflexionar sobre la defensa, pues al fin y al cabo
la garantía de tal derecho consagrada constitucionalmente sería suficiente como
para conjurar las restricciones provenientes de leyes que limitan su ejercicio, pero en
realidad las disposiciones procesales se han empreñado cada vez más en limitar la
tarea del defensor sin que se observe una clara línea de interpretación
constitucional, al menos en nuestro país, en donde la jurisprudencia deja mucho que
desear sobre tan importante tema. 180
En el área de del Derecho Internacional regulan la defensa del imputado los Arts.
14.1 del PIDCP y 10 del DUCH. Contando con algunos desarrollos jurisprudenciales
podemos observar estas características:
181
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-371/11. M.P. Luís Ernesto Vargas Silva
131
a) La jurisprudencia internacional fija el concepto de defensa adecuada, en el
sentido de considerar violatoria de las leyes internacionales la restricción a
la labor de los abogados defensores y la escasa posibilidad de presentación
de pruebas de descargo. Así, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha afirmado que la posibilidad de preparar de forma adecuada la
defensa implica tener el patrocinio del defensor, el tiempo y las condiciones
182
para comunicarse con el profesional del Derecho.
b) Un aspecto importante que complementa esta noción es la de “tiempo y
medios adecuados” para la preparación de la defensa. Al respecto el
Comité de Derechos Humanos en reiteradas decisiones ha considerado
que los conceptos de “tiempo y medios” son un aspecto importante del
principio de igualdad de armas. Aquí como en el caso del plazo razonable,
se decide la situación del tiempo suficiente en cada caso concreto. En
cuanto a los medios adecuados, la interpretación internacional anota que se
viola el principio de igualdad de armas cuando las autoridades de
persecución penal ocultan información necesaria para la defensa o no
facilitan las piezas procesales que se requieren para la labor del
abogado.183
c) El derecho a la defensa debe permanecer a lo largo del proceso –
nemoiudex sine defensione. Carrerata ha dicho que el derecho de defensa
como parte del debido proceso está compuesto por dos elementos, uno
activo y otro pasivo, según sea su ejercicio, comprendiendo aquellos actos
positivamente dirigidos a conjurar el planteamiento de una acusación penal,
como aquellas formas de resistencia pasiva que la Constitución autoriza
cuando se trata de intervenir en sus derechos fundamentales, sin que de
allí se hayan de desprender consecuencias para el investigado.
d) La Inasistencia jurídica por parte del Estado puede entrañar una violación
del principio de igualdad ante la ley reconocido también en la Convención
182
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sentencia 12 de noviembre de 1997, Caso Suarez
Rosero.
183
Comité de Derechos Humanos, caso Henry vs Jamaica, 1999.
132
en su Art 24,en la que prohíbe al Estado discriminar por razones, entre ellas
la posición económica; por lo tanto, si una persona que busca la protección
de la ley para hacer valer sus derechos que la Convención le garantiza,
encuentra que su posición económica le impide hacerlo porque no puede
pagar la asistencia legal necesaria o cubrir los costos del proceso, queda
discriminada por motivo de su posición económica y colocada en
condiciones de desigualdad ante la ley.184
e) La extensión del derecho de defensa en relación con la prueba y la
controversia probatoria: Ya hemos observado que como forma de rituar el
proceso penal el contradictorio tiene ciertas características, pero como
garantía procesal en nuestra Constitución el derecho a la prueba aparece
como un componente del derecho de defensa. GOSSEL. 185 La vulneración
al Derecho de configuraría en aquellos casos en los que la desestimación
de una prueba genere una indefensión material, en el sentido de que la
carencia de prueba sea decisiva frente al fallo, y siempre y cuando dicha
omisión no sea imputable a la defensa.
4.4 ACUSADO
184
Citado por Albanese, SUSANA, obcir. Supra nota 148 pp 39-59
185
GOSSEL, Karl Heinz, la petición de prueba en el proceso penal alemán. Cuadernos de política
criminal No. 70 Madrid Edersa 2000 pp 169-188.
133
la aplicación del principio de oportunidad.
186
ROXIN, CLAUS, Obcit, supra nota 23, pag 125-127
134
haber cometido una conducta punible, pero no cuenta con información sobre la
evidencia que contra ella recolecten las autoridades de persecución penal. En este
caso es subjetivo entrar a determinar si se ejercen ciertos actos cuando lleguen
noticias, o simplemente esperar a que se concreten las investigaciones y entrar en la
escena del procedimiento. ES objetiva, en cambio; cuando se tiene la calidad de
imputado, puesto que allí la ley ampara con una serie de garantías el papel del
imputado y por supuesto el del acusado, en la medida en que pueden existir
actuaciones que obligatoriamente los requieren.
4.5 VICTIMAS
188
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-209/2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa
137
penal con tendencia acusatoria desarrollado por la Ley 906 de 2004, pero dicha
protección no implica un traslado automático de todas las formas y esquemas de
intervención mediante los cuales la víctima ejerció sus derechos en el anterior
sistema procesal penal regulado por la Ley 600 de 2000, sino que el ejercicio de sus
derechos debe hacerse de manera compatible con los rasgos estructurales y las
características esenciales de este nuevo sistema procesal, creado por el Acto
Legislativo 03 de 2002.
Dada la importancia que tiene para la víctima la posibilidad de que el fiscal le oiga, el
139
juez deberá velar para que dicha comunicación sea efectiva, y cuando así lo solicite
el fiscal del caso, decretar un receso para facilitar dicha comunicación con el
abogado de la víctima, sin excluir su acceso directo al fiscal. En consecuencia, la
Corte Constitucional declaró exequibles los artículos 371, 378, 391, y 395 de la Ley
906 de 2004, en lo demandado y por el cargo analizado.
Conclusiones
Tiene la facultad para investigar por su propia cuenta y aportar evidencias al juicio.
Su intervención es facultativa.
El juez. El rol del juez es imparcial, sin la posibilidad de ordenar y practicar pruebas
de oficio, está sometido a las peticiones de las intervinientes, pues debe
caracterizare por ser un funcionario imparcial y actuar con ese sentido. Solamente al
juez de control de garantías le es permitido practicar pruebas de oficio, mas no al de
conocimiento
189
Casación N° 25920 del 21 de febrero de 2007. Ver también, casaciones 25007 del 13 de
septiembre de 2006, 26128 del 11 de marzo de 2007, 28212 del 10 de octubre de 2007 y 28656 del
28 de noviembre de 2007.
142
5. DE CARA A UN PROCESO SUSTANCIALMENTE GARANTISTA
Por eso el Art 5 del código penal, impone a los jueces de garantías que orienten sus
decisiones bajo el imperativo de establecer con objetividad la verdad y la justicia,
reiterando en el Art 10, la prevalencia del derecho sustancial sobre el formal, normas
estas que figuran dentro de los principios rectores y las garantías procesales.
143
El sistema adversarial de partes, instituido en nuestro país, en cuanto a su desarrollo
y evolución, los principios que lo rigen y en los cuales se soporta, así como las
partes que lo conforman y sus intervinientes, se hace importante mostrar la
necesidad de establecer como principio rector del modelo, la obligatoriedad de una
investigación integral por parte de la Fiscalía General de la Nación, y en esa forma
lograr la realización de los fines constitucionales como el debido proceso, la dignidad
humana y la justicia material.
Por qué desgastar el aparato judicial con audiencias que han demostrado de ser de
alto costo para los ciudadanos, sí la Fiscalía en la etapa de indagación puede y
tiene los medios para establecer los cómo, cuándo, dónde y quienes, perpetraron
un supuesto hecho delictivo, su logística, personal capacitado, y su instalaciones
están preparadas para lograr esa labor titánica de llegar a la verdad verdadera, o por
lo menos a una verdad procesal que permita no condenar inocente, y reparar las
victimas de manera justa.
Una vez realizadas todas las diligencias investigativas, puede suceder que los
elementos recabados sean lo suficientemente contundentes como para fundamentar
una Acusación. Este escrito contiene la pretensión pública punitiva, comprendida en
la solicitud de enjuiciamiento y posterior condena del acusado, por cuanto el
Ministerio Fiscal considera que existen fuertes probabilidades de que la persona
145
acusada sea la responsable de la comisión del hecho punible. Montero Arocca,
citado por Rionero, señala: “el verdadero enjuiciamiento sólo debe ser sufrido por el
imputado cuando existan elementos suficientes para ello, elementos que deben ser
necesariamente determinados antes de la apertura de la segunda fase” de igual
forma continua indicando el Maestro español: “el juicio sólo debe ser realizado
cuando razonablemente se haya llegado a la constatación, no de que va a obtenerse
una sentencia condenatoria, pero sí de que existen indicios suficientes de que el
hecho existió, de que es delictivo y de que de él es autor el imputado”
El artículo 332 de la Ley 906 de 2004 señala que el fiscal solicitará la PRECLUSIÓN
DE LA INVESTIGACIÓN en los siguientes casos:
1. Imposibilidad de iniciar o continuar el ejercicio de la acción penal.
2. Existencia de una causal que excluya la responsabilidad, de acuerdo
con el Código Penal.
3. Inexistencia del hecho investigado.
4. Atipicidad del hecho investigado.
5. Ausencia de intervención del imputado en el hecho investigado.
6. Imposibilidad de desvirtuar la presunción de inocencia.
7. Vencimiento del término máximo previsto en el inciso segundo del
artículo 294 del este código.
Así pues, una de las causales, la cuarta, tiene que ver con la atipicidad del hecho
146
investigado, punto en el que aparentemente pueden coincidir las causales de
preclusión de la investigación con la facultad oficiosa y autónoma que recae en la
Fiscalía para ordenar el archivo de las diligencias en los términos del artículo 79 de
la Ley 906 de 2004.
La orden de archivo de las diligencias sólo puede ocurrir antes de que un asunto
llegue a la imputación; la preclusión de la investigación puede ser declarada por el
juez antes o después de la imputación.
Consideramos que el Archivo de las actuaciones es una institución con fuerte rasgos
inquisitivos, por cuanto coloca en un estado de zozobra e incertidumbre a la persona
del imputado, teniendo sobre sus hombros una investigación dormida que en
cualquier momento puede reabrirse, o lo que es más común quedarse empolvada en
los archivadores del ente investigador.
147
3. También se habla de una absolución perentoria (Art. 442 C.P.P): Terminada la
práctica de las pruebas, el fiscal o el defensor podrán solicitar al juez la absolución
perentoria cuando resulten ostensiblemente atípicos los hechos en que se
fundamentó la acusación, y el juez resolverá sin escuchar alegatos de las partes e
intervinientes. Ahora bien, en los casos en que a pesar de la falta de certeza, no
exista razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos elementos a la
investigación, haciendo imposible la fundamentación de una acusación, el Ministerio
Fiscal tendrá que presentar la solicitud de absolución perentoria, por cuanto los
hechos son “ostensiblemente atípicos”,” Es decir, “cuando no hay tipicidad en
relación con la figura en concreto, como cuando falta el sujeto pasivo o cualquier
otro elemento de la conducta típica.
Visto estos tres escenarios, se entiende que para la rama judicial es más prolifero
que el órgano persecutor evacúe diligentemente una labor investigativa que puede
desembocar en la mayoría de los casos en cualquiera de estas figuras y no en
juicios complejos que no satisfacen las expectativas de los usuarios y en especial de
los procesados, que no vieron garantizados sus derechos, al no haber contado con
los medios, tiempo y recursos para poder controvertir el poderoso armamento de la
fiscalía.
Véase que la actividad investigativa y acusadora del fiscal debe estar guiada por una
serie de principios rectores que modulan la actividad procesal como los de lealtad,
objetividad y corrección. De acuerdo al primero, “Todos los que intervienen en la
actuación, sin excepción alguna, están en el deber de obrar con absoluta lealtad y
buena fe” (Art.12 C.P.P.) En virtud del segundo, “La Fiscalía General de la Nación
(…) adecuará su actuación a un criterio objetivo y transparente, ajustado
jurídicamente para la correcta aplicación de la Constitución y la ley” (Art.115
C.P.P.). Conforme al tercero, “En el desarrollo de la investigación y en el proceso
penal los servidores públicos se ceñirán a criterios de necesidad, ponderación,
legalidad y corrección en el comportamiento, para evitar excesos contrarios a la
función pública, especialmente a la justicia” (Art. 27 C.P.P.).
De tal manera que el órgano persecutor, está en la obligación de ser leal, objetivo y
actuar con transparencia, honestidad y ecuanimidad en el comportamiento en su
actividad investigativa y acusadora, trabajando de tal forma que se llegue a la verdad
material, lográndose así la justicia y a la correspondencia de los valores supremos
que nuestra Constitución impone.
149
LA LEALTAD, como principio consiste en ese deber informar a las partes a lo largo
de la totalidad del proceso, el objeto y el fin de la investigación, porque el proceso no
puede concebirse en función de intereses particulares. En concreto, lo que este
principio busca es la colaboración entre las partes en el cumplimiento de los fines
del proceso, se trata de un deber de cooperación en la búsqueda de la verdad para
la aplicación concreta del derecho y la solución real de la controversia que llevó a las
partes a los estrados; y una de las manifestaciones de este principio es la obligación
de decir la verdad.
151
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convivencia y seguridad ciudadana. Diario Oficial No. 46.673 de 28 de julio de
2007
Ley 906 (Agosto 31) de 2004. Rama Legislativa - Poder Público. Consultar versión
corregida de la ley 906publicada en el diario oficial no. 45.658. por la cual se
expide el código de procedimiento penal. Diario oficial No. 45.657, de 31 de agosto
de 2004
155
CORTE CONSTITUCIONAL
156
Sentencia C-013 de 2004, M. P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
Sentencia C-1194 del 22 de Noviembre de 2005 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra
Sentencia C-118 del 13 de Febrero de 2008 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra
Sentencia C-260/11 del 6 de Abril de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
Sentencia C-371/11 del 11 de mayo de 2011 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva
157
Sentencia C-591 de 2005 (junio 9), M. P. Clara Inés Vargas Hernández.
Sentencia T-406 del 5 de junio de 1992. M.P.: Dr. Ciro Angarita Barón
Sentencia T-055 del 14 de febrero de 1994 M.P. Dr. Eduardo Cifuentes Muñoz.
158
Casación Penal Sentencia del 20 de enero 2010 Radicado (radicado 32.556). M.P.
Augusto J. Ibáñez Guzmán
Casación 39948, auto del 21 de noviembre de 2012, M.P. Luis Guillermo Salazar
Otero
http://www.ramajudicial.gov.co
159