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Universidad Mariano Gálvez de Guatemala

Sede universitaria Portales


Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Curso: Derecho Procesal Penal I
Lic Elmer Elio Muchuch Pérez

LAS MEDIDAS DESJUDICIALIZADORAS COMO POLITICA CRIMINAL

Estudiante:
Sara Odely Gómez Chavarría
Carne: 9951-22-21618

Guatemala, 30 de marzo de 2024


Indice

Contenido
Introducción......................................................................................................................................1
Sustento político-criminal de las medidas desjudicializadoras........................................2
Principios que inspiran las medidas desjudicializadoras...................................................4
Clases de medidas........................................................................................................................6
Comentario...................................................................................................................................13
1

Introducción
El objetivo principal de las medidas desjudicializadoras es encontrar una solución
alterna a los conflictos que surgen entre las partes y con ello, resolverlos de una
forma expedita y eficaz que ayuda a descongestionar el recargado sistema de
administración de justicia. El criterio de oportunidad El concepto del Criterio de
Oportunidad podemos decir que es la facultad que tiene el Ministerio Publico, bajo
la orden del juez de no ejercer la acción Penal debido a su escasa Trascendencia
social o mínima afectación al bien jurídico protegido. El objetivo del Criterio De
oportunidades el que nace de la necesidad que tiene el Ministerio Publico de
seleccionar las causasen las que va a trabajar.

El fiscal no puede atender por igual a todos los casos que lleguen a su oficina por
lo cual el fiscal debe elegir aquellos casos que ameritan una investigación, esta
selección se da en todos los sistemas procesales del mundo. El Ministerio Publico
tiene por obligación evitar la entrada en el proceso penal aquellos casos que se
hayan solucionado o puedan fácilmente resolverse mediante un acuerdo entre las
partes. Casos en que procede el Criterio de Oportunidad El artículo 28 del Código
Procesal Penal no dice que los casos en que procede el criterio de oportunidad es
que el Ministerio Publico tendrá la obligación de ejercer la acción penal pública en
todos los casos en que sea procedente. No obstante, podrá abstenerse total o
parcialmente la acción penal, limitarla a alguna de las infracciones o a algunos de
los imputados en algunos casos.
2

Sustento político-criminal de las medidas desjudicializadoras


En Guatemala la Reforma procesal penal ha significado un cambio radical en la
estructura del sistema penal, que ha supuesto el traslado de un modelo de justicia
inquisitivo hacia otro que responde a los principios del modelo acusatorio. Este
modelo tiene como limites en su pretensión punitiva: el respeto a las garantías
inherentes al debido proceso. Bajo este nuevo modelo se pone énfasis en que la
persecución penal es una actividad estatal que involucra grandes recursos del
Estado y de la cual se espera un resultado concreto: la disminución de la violencia
social en su conjunto, dar respuesta a las necesidades de tutela de la víctima y
limitar la intervención del Estado sobre el ciudadano infractor.

Como es de esperar la actividad penal se ve desbordada por una cantidad de


conflictos, muchos de los cuales no conllevan la gravedad suficiente para ingresar
al sistema. Por ello, la actuación del sistema penal tiene que optimizar sus
recursos a través de un proceso de selección racional. De esta manera, la política
criminal contemplada en nuestro ordenamiento procesal penal, tiene dos
formulaciones: la primera, que el procedimiento procesal penal común está
contemplado para los conflictos más graves, en la que político criminalmente no es
viable una salida alterna pues pone en grave riesgo el efecto preventivo del
derecho penal, y la segunda.

que invita a reparar el daño material o moral causado por el delito en los delitos
leves, a manera de resolver el conflicto, abandonando la idea de que la única
respuesta a una infracción penal es la cárcel. A lo anterior hay que agregar que,
en un Estado social y democrático de derecho, el derecho penal tiene un papel
subsidiario, es decir, solo debe intervenir cuando otros mecanismos han fallado en
su labor de protección. Si la pena, como se señaló es inútil y, generalmente, no
cumple con los fines resocializadores, se debe acudir a la misma solo cuando han
fracasado otras formas de resolución de conflictos.
3

Efectos del criterio de oportunidad

Cuando pase un año desde que la aprobación del criterio de oportunidad quedo
firme sin que haya sido impugnado, se producirá la extinción de la acción por la
cual el estado ya no podrá perseguir a la persona por esos hechos. No obstante si
se incumple la reparación del daño causado quedara sin efecto el archivo
administrativo, y el ministerio público deberá ejercitar la acción penal si en caso no
hubiere transcurrido el plazo de prescripción Lo siguiente es que el Ministerio
Público podrá reiniciar la acción cuando lo considere conveniente, siempre y
cuando no haya vencido el plazo de la acción, si el imputado seda cuenta o
entiende que el fiscal no tiene elementos para abrir la acción o que está venció por
haber transcurrido el plazo podrá interponerlo ante un juez.

Momento Procesal del Criterio de Oportunidad

Podemos decir que la aplicación del Criterio de Oportunidad se podrá dar desde el
momento que se conoce el hecho delictivo hasta el comienzo del debate. Es
conveniente que el criterio de oportunidad se aplique de la manera más rápida
porque si no uno de los objetivos de esta figura como es la descarga de trabajo
para el Ministerio Publico quedara prácticamente sin efectos. La solicitud de
abstención en el ejercicio de la acción es una facultad eminentemente fiscal, esta
faculta tanto al imputado como al querellante. Procedimiento para aplicar el
Criterio de Oportunidad

1. el ministerio público hará la respectiva investigación del caso, ya sea de oficio o


a instancia de la víctima, de la cual levantará unos expedientes de diligencias, el
cual contendrá las razones por las cuales el fiscal general de la república concede
el criterio de oportunidad a dicho imputado.

2. se le notificará a la víctima con previa audiencia, sobre la aplicación del criterio


de oportunidad, el cual dará lugar al archivo administrativo
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3. se llegará a un acuerdo entre las partes para reparar los daños causados por el
imputado, si los daños no se reparan y se incurre en incumplimiento de estos, el
archivo administrativo quedará sin efecto y el Ministerio Publico deberá ejercitar la
acción penal si

Principios que inspiran las medidas desjudicializadoras


El principio de legalidad

En el derecho procesal penal guatemalteco existen mecanismos que representan


simplificación de las reglas procesales y constituyen excepciones al principio de
legalidad, vigente en leyes procesales que responden a un sistema inquisitivo. Se
ha definido al principio de legalidad como la automática e inevitable reacción del
Estado quien, frente a la hipótesis de la comisión de un hecho delictivo, se debe
presentar ante los órganos jurisdiccionales, reclamando la investigación, el
juzgamiento y, si corresponde, el castigo del delito que se hubiere logrado
comprobar. En otras palabras, el principio de legalidad significa que ante todo
hecho delictivo, el sistema penal debe poner en marcha los mecanismos del
Estado para la investigación, juzgamiento y castigo del culpable.

De esta manera, una vez promovida la persecución penal, no se puede


suspender, interrumpir o hacer cesar, sino por él y en la forma previstos en la ley
procesal. Esta interpretación del principio de legalidad ha devenido inaceptable.
Como se señaló, es imposible que el sistema penal pueda ocuparse de todos los
casos que ingresan, ello sin tomar en cuenta todos aquellos que ocurren pero que
jamás llegan a su conocimiento.

La realidad guatemalteca es la más clara evidencia de esta afirmación, de acuerdo


con el informe de labores del Ministerio Público la tasa de efectividad del año
2,000 fue de un 11.18%, es decir de cada cien casos que ingresan al sistema
penal únicamente 10 reciben algún tipo de respuesta? Por otra parte,
cuantitativamente, la mayoría de los casos que ingresan al sistema penal, son
delitos de escasa trascendencia social. Casos en los que, político criminalmente,
es irracional e innecesario seguir el camino largo, estigmatizador, costoso del
5

procedimiento común, pues el Estado debe desembolsar grandes cantidades de


dinero para solucionarlos.

Recursos que podría invertir en los casos de gran trascendencia social, en donde
si es aconsejable, una persecución penal, que conlleve todas las etapas del
procedimiento común. De esta manera, el principio de legalidad debe "ceder" a
criterios de oportunidad que permitan que la selección de los casos sea racional y
acorde con los fines del derecho penal. En este sentido se argumenta a favor del
criterio de oportunidad y los demás medios de salida al procedimiento común, que
su no regulación hace que en la práctica operen criterios de oportunidad sin
control. Como señala Barrientos en relación al sistema anterior "desde el
conocimiento del hecho delictivo por la PNC hasta los Juzgados de Paz y de
Primera Instancia, se producen arreglos de manera irregular de toda clase sin
control llega.

El Principio de Inocencia

Por otra parte, en contra de la aplicación del principio de oportunidad se


argumenta que es violatorio del principio de inocencia, indicando que el imputado
tiene derecho a demostrar su inocencia en el proces010 y en este caso ni siquiera
se solicita su consentimiento. En Guatemala, la regulación del criterio de
oportunidad, no hace referencia expresa a que el Ministerio Público al solicitar la
aplicación de un criterio de oportunidad, debe contar con la aceptación del
imputado, sí lo hace con respecto a la víctima quien debe prestarlo. En este
sentido es preciso reflexionar, si el consentimiento del imputado, significa la
aceptación de los hechos o la aceptación de su culpabilidad. Al respecto, es
necesario indicar que no es lo mismo aceptar el procedimiento que aceptar los
hechos.

El primero significaría únicamente conveniencia para poder solventar su situación


jurídica, sobre todo si se induce que del mismo, obtendrá su libertad; con respecto
al segundo, es simplemente aceptar los hechos, no es confesión de culpabilidad
Por otra parte, uno de los requisitos del criterio de oportunidad es que el imputado
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haya reparado el daño ocasionado o exista un acuerdo con el agraviado para la


reparación (artículo 25 Bis), por lo que la participación del imputado debe ser
activa en cuanto a la reparación para que el fiscal pueda considerar la aplicación
del principio en mención.

En este punto, la actuación del defensor público en defensa de los intereses de su


patrocinado es fundamental, ya que ni la prisión provisional, ni la amenaza de un
juicio, pueden funcionar como mecanismo de coacción para que un inocente
repare un daño que no causo En definitiva el argumento que sostiene que el
imputado tiene derecho a demostrar su inocencia en el proceso, es posible
responder que el imputado en ningún momento -salvo el numeral 6, testigo de
corona- se declara culpable, ni siquiera acepta los hechos, simplemente se limita a
reparar o se compromete a hacerlo. Por otro lado, dicha concepción parte del
criterio del proceso como forma de limpiar su honor -del imputado que debe ser
rechazada. Además, contra dicho argumento, debemos anotar que la aplicación
del criterio de oportunidad, requiere, un juicio de probabilidad sobre la culpabilidad
del imputado, por lo que, si eso no es posible, lo procedente es la solicitud de
sobreseimiento.

Clases de medidas
El Criterio de Oportunidad:

El Código Procesal Penal Guatemalteco en su Artículo 25 establece


El criterio de oportunidad como la facultad que tiene el Ministerio Público, bajo
el control del juez, de no ejercer la acción penal debido a su escasa trascendencia
social o mínima afectación al bien jurídico protegido, a las circunstancias
especiales en la responsabilidad del sindicado cuando el imputado sufre las
consecuencias de un delito culposo.

La mediación

Es otro mecanismo de resolución alterna de conflictos, contemplada en el Artículo


25, en la cual las partes directamente pueden acordar someter
determinados asuntos a centros de conciliación o mediación registrados
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por la Corte Suprema de Justicia. Como las otras medidas desjudicializadoras,


fue hasta la entrada en vigencia del actual Código Procesal Penal, que fue
regulada.

“La mediación busca la racionalización plena del conflicto y se basa en el diálogo


crítico entre las partes, sobre la base de la igualdad, evitando lo que lastime,
humille o amenace. Busca que los interlocutores intercambien argumentos para
una solución y cuando ésta se revele como imposible, se procura el acuerdo para
una resolución justa. Parte esta figura de que las personas en conflicto tienen sus
propios intereses, por lo que hace factible suponer que la contradicción los lleva a
encontrar una premisa que supere el conflicto de manera satisfactoria para
ambos.”

El Instituto de la Defensa Pública Penal, la define como: “el acuerdo negociado


entre el autor y víctima del delito, pero con la ayuda y participación de
facilitadores, que guían y favorecen la solución del conflicto, para que las partes
superen sus diferencias en forma pacífica, de tal manera que satisfagan sus
necesidades e intereses.”

Conversión

La transformación de un acto nulo en otro eficaz mediante la convalidación o


confirmación. Novación, cambio, modificación. Adopción de un credo religioso
considerado desde la creencia favorecida. En lo financiero, reemplazar el papel
moneda por su equivalente en metálico. Reducción del tipo de interés para valores
o títulos en curso”.

El artículo 26 del Código Procesal Penal en cuanto a la conversión establece: Las


acciones de ejercicio público podrán ser transformadas en acciones privadas,
únicamente ejercitadas por el agraviado conforme al procedimiento especial
previsto y siempre que no produzcan impacto social, en los casos siguientes:

1) Cuando se trate de los casos previstos para prescindir de la persecución penal,


conforme el criterio de oportunidad.
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2) En cualquier delito que requiera de denuncia o instancia particular, a pedido del


legitimado a instar, cuando el Ministerio Público lo autorice, porque no existe un
interés público gravemente comprometido y el agraviado garantiza una
persecución penal eficiente.

3) En los delitos contra el patrimonio, según el régimen previsto en el inciso


anterior, excepto cuando se trate de delitos de hurto y robo agravados, si en un
mismo hecho hubiere pluralidad de agraviados, será necesario el consentimiento
de todos ellos, aunque sólo uno hubiere asumido el ejercicio de la acción penal

Suspensión condicional de la persecución penal

El artículo 27 del Código Procesal Penal establece la suspensión condicional de la


persecución penal, y en ese sentido regula: “En los delitos cuya pena máxima no
exceda de cinco años de prisión, en los delitos culposos, y en los delitos contra el
orden jurídico tributario, el Ministerio Público a solicitud del interesado en gozar de
este beneficio, y previa comprobación del pago del valor de los impuestos
retenidos o defraudados, así como los recargos, multas e intereses resarcitorios,
que acreditará mediante documentación que debe expedir la autoridad tributaria,
propondrá la suspensión condicional de la persecución penal. La suspensión no
podrá otorgarse a reincidentes, ni a quien se haya condenado anteriormente por
delito doloso”.

Para los efectos de lo antes señalado, no se tomará en cuenta el aumento de los


límites a que se refiere el artículo 66 del Código Penal. El pedido contendrá:

1) Los datos que sirvan para identificar al imputado;

2) El hecho punible atribuido;

3) Los preceptos penales aplicables; y,

4) Las instrucciones o imposiciones que requiere.

La suspensión condicional de la persecución penal, es el mecanismo a través del


cual se interrumpe la persecución penal, sometiendo al imputado a una serie de
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condiciones durante un tiempo determinado, que, si se cumplen, producen la


extinción de la persecución penal. En caso contrario, se reanudará el
procedimiento penal.

El Procedimiento abreviado:
Hay que recalcar que este procedimiento no es una medida desjudicializadoras
como tal, sino meramente un proceso, sin embargo, su fin contribuye a evitar la
recarga judicial, y la celeridad procesal. “El Código Procesal Penal, en
concordancia con las tendencias político criminales más consolidadas de los
últimos tiempos, ha incorporado mecanismos de simplificación del procedimiento
penal común, que buscan revertir el grado de burocratización del proceso
heredada del anterior sistema inquisitivo. De esta forma, con la
introducción del procedimiento abreviado se busca consolidar formas procesales
menos burocráticas y orientadas a un modelo de carácter acusatorio.”

“El Código Procesal Penal también se enmarca dentro de la idea de estructurar el


juicio penal ordinario para todos los casos, pero en respuesta a las situaciones
particulares que surgen de la realidad, en el libro IV, (Artículos del 464 al 491 del
Código Procesal Penal), se contemplan otros procedimientos específicos, los
cuales se caracterizan por tener una tramitación diferente; encontrándonos con
algunos en los cuales se simplifica el proceso, atendiendo al tipo de infracción o
porque se requiere emitir decisiones en el menor tiempo posible, como en el caso
del juicio de faltas y el procedimiento abreviado…”

“El procedimiento abreviado es un procedimiento especial en el cual


el debate es sustituido por una audiencia ante el juez de primera instancia, en la
cual deben regir los principios del debate”
Recursos Conforme a lo dispuesto en el artículo 405 Código Procesal Penal,
frente a la sentencia en procedimiento abreviado se puede recurrir en apelación y
10

posteriormente en casación. Si el juez de primera instancia, antes de producirse la


audiencia, no admite - 50 - la vía del procedimiento abreviado, el Ministerio Público
podrá recurrir en reposición. Sin embargo, si la audiencia se produjo y el juez no
admitió la vía del procedimiento abreviado, no cabe ningún recurso.

Análisis de cada una de las medidas desjudicializadoras.


La práctica ha demostrado que efectivamente la aplicación de las medidas
desjudicializadoras constituyen una valiosa herramienta político criminal; sin
embargo, estas instituciones deben estar provistas de los procedimientos o
mecanismos que permitan una aplicación inmediata o con la mayor celeridad
posible. A estos procedimientos o mecanismos, el ponente los identifica como las
disposiciones normativas de carácter adjetivo, tanto de rango ordinario, como
reglamentario y puramente administrativo, que deben promover la positivización
del principio, de celeridad, continuidad y economía procesal.
Sin embargo, es importante resaltar que aun existiendo un andamiaje jurídico que
facilite la aplicación de tan importantes axiomas procesales, éstos deben ir
acompañados de un cambio profundo, serio y comprometido por los distintos
sujetos que intervienen directamente en el proceso penal, de los profesionales
encargados del gobierno judicial, y de la correspondiente sensibilización y
capacitación de la población en general. Este necesario vínculo directo entre
efectividad y celeridad entre las medidas desjudicializadoras, y su relación con la
actual estructura del proceso penal y gestión judicial.

El proceso penal debería ser la última ratio en la vía de la solución de los


conflictos y a él debería llegarse; infortunadamente, cuando agotados todos los
medios pacíficos de solución de conflictos, no quede otro camino que acudir a la
tutela estelar en reclamación de los derechos subjetivos objeto de amenazas o
quebrantamiento social. En un buen número de casos penales o hechos de
naturaleza delictiva, los métodos alternativos de resolución de conflictos permiten
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solucionar adecuadamente el conflicto que se ocasiona como consecuencia de la


comisión de un delito, por medio de procedimientos alternos al proceso penal
común. Su utilización es de suma importancia, por cuanto como es sabido, el
proceso penal, no resuelve los conflictos, sino que únicamente los redefine en
términos de menor - violencia, y muchas veces, los intereses de las partes,
especialmente los de la víctima, no son tomados necesariamente en cuenta.
Asimismo, el trámite de un proceso penal requiere una gran inversión de tiempo y
recursos económicos; de los cuales, generalmente, no disponen las partes ni las
instituciones del sector justicia de Guatemala.

Tomando en consideración la relevancia de las medidas desjudicializadoras en el


proceso penal guatemalteco, se han emitido diversas disposiciones en donde se
promueve la aplicación de las mismas, como por ejemplo la instrucción emitida por
el Fiscal General de la República y Jefe del Ministerio Público, la cual se identifica
con el número uno guion dos mil cinco, dirigida a agentes fiscales y auxiliares
fiscales I y 11 , en la cual se reglamenta la política criminal en torno a la aplicación
de mecanismos simplificadores del proceso penal.
En la justificación de esta instrucción se establece, entre otros puntos: "El proceso
penal acusatorio vigente en nuestro país desde 1994, reconoció la imposibilidad
de adjudicar una respuesta punitiva a todos los conflictos penales que ingresan al
sistema, e institucionalizó mecanismos que permiten la solución de los mismos por
otras vías sin necesidad de llegar a un juicio.

Esto con dos objetivos: por un lado, pretende darle mayor protagonismo a la
víctima en el proceso de solución de conflictos ante una eventual reparación; y por
otro lado, permite a los operadores de la justicia, en “especial al Ministerio Público,
orientar sus recursos humanos y materiales -siempre escasos" , hacia aquéllos
que causan mayor impacto social: De esta manera, de acuerdo con lo planteado
en el plan de política criminal del Ministerio Público, la racionalidad parte de tres
principios fundamentales que inspiran el derecho penal y procesal moderno:
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en primer lugar el principio de subsidiaridad reconoce que la pena no es la


respuesta adecuada a la conflictividad y violencia social, por lo que el hecho de
que ingresen casos al sistema de justicia penal ya constituye un fracaso de la
respuesta social a los conflictos, de esta manera antes de recurrir al sistema de
justicia penal, deberán privilegiarse respuestas menos violentas; el segundo
principio lo constituye el de . intervención mínima, en el sentido que la cárcel,
como respuesta central del derecho penal, siempre constituye un daño a la
persona que la padece y, por tanto, aun dentro del sistema de justicia penal,
deberán utilizarse mecanismos menos dañosos; y la tercera, se refiere al principio
de lesividad o de exclusiva protección de bienes jurídicos; es decir, que mientras
no exista una afectación a los valores fundamentales reconocidos, la intervención
punitiva será legítima.
Como consecuencia de lo establecido en el plan de política de persecución penal,
en cuanto a los beneficios que conlleva la utilización de los mecanismos
relacionados, tanto para la víctima, el imputado, el Ministerio Público y la sociedad
en general; la fiscalía considera de vital importancia incrementar la utilización de
los procedimientos de salida previstos, de manera que, descargando a los fiscales
de los casos de bajo impacto social, éstos puedan dirigir sus esfuerzos hacia los
casos graves."

Del análisis de esta instrucción se puede interpretar que la finalidad de la


utilización de los mecanismos alternos para solución de conflictos es agilizar la
solución de los hechos delictivos de poca trascendencia, conocidos como delitos
de bagatela, en cuanto a su impacto social, a la lesión del bien jurídico tutelado y
al grado de peligrosidad del delincuente; permitiendo canalizar la mayor cantidad
de recursos a los hechos que realmente ponen en peligro o afecten el interés
público o la seguridad ciudadana.
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Comentario
Las medidas desjudicializadoras son parte del proceso penal que agiliza la toma
de decisión algunos casos, El Ministerio Público no puede atender todos los casos
que ingresan al sistema, como tampoco puede darles un trato igualitario, debiendo
elegir las denuncias que ameritan una investigación, el criterio de oportunidad
orienta esta selección e impide que la persecución penal se realice de forma
irracional, utilizando los valiosos recursos del Estado en casos de insignificancia
social. La no aplicación de las medidas desjudicializadoras, en la totalidad de
casos en ' los que sí es viable su implementación, constituye una grave deficiencia
profesional de los operadores de justicia, desaprovechando la utilización
estratégica del principio de oportunidad.

La falta de celeridad en la aplicación de las medidas desjudicializadoras,


desnaturaliza el objetivo de las mismas, con lo cual se pierde la oportunidad de
concentrar esfuerzos en conflictos penales de mayor trascendencia.

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