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Olivar
CITA SUGERIDA:
Cobas Carral, A. (2013). Narrar la ausencia: Una lectura de Los topos de Félix Bruzzone
y de Diario de una Princesa Montonera de Mariana Perez. Olivar, 14 (20), 23-45. En
Memoria Académica. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.6611/pr.6611.pdf
Resumen
En el presente trabajo abordamos los textos Los topos, de Félix Bruzzone
y Diario de una Princesa Montonera, de Mariana Eva Perez para anali-
zar en ellos los modos de recuperación del pasado reciente ligado con
la última dictadura militar argentina desde la mirada de dos hijos de
desaparecidos.
Palabras clave: narrativa argentina – violencia de Estado – memoria –
posmemoria – hijos
Abstract
This paper analyzes Los topos, by Félix Bruzzone and Diario de una
Princesa Montonera, by Mariana Eva Perez to explore the modes
of recovery of the recent past ligated with Argentina’s last military
dictatorship from the perspective of two “desaparecidos”‘s children.
Keywords: Argentinian narrative – State violence – memory –
postmemory – second generation
Olivar Nº 20 (2013), 23-45, ISSN 1515-1115, CTCL, IdIHCS, FaHCE, UNLP – CONICET.
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Una joven corta en tiras la carta de su padre, separa las frases y las
dispone, sobre una mesa, cambiando su orden. La joven recorta y rearma
aquella carta que su padre desaparecido le escribe cuando es apenas una
niña y, en ese gesto, trastoca la linealidad monológica de la palabra escri-
ta con la intención de construir nuevos sentidos, de crear con el montaje
otras derivas posibles para esa voz que corre el riesgo de cristalizarse
como documento o como grito heroico que vuelve desde el más allá. Con
la narración de esa escena intensa comienza Cómo enterrar a un padre
desaparecido, libro en el que Sebastián Hacher cuenta parte de la historia
de vida de la artista plástica e integrante del Grupo de Arte Callejero Ma-
riana Corral1. Como centro de su narración, Hacher relata una pesquisa,
1
En 1977, Manuel Javier Corral, el padre de Mariana, le escribe una extensa carta
a su hija y formula el pedido expreso de que –si al él le ocurre algo– le sea entregada
cuando cumpla 15 años. Al año siguiente es secuestrado en Misiones y permanece
desaparecido. Veinte años más tarde, Mariana Corral junto con algunas compañeras
de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón forman el Grupo de Arte
Callejero y, como primera acción de arte/política, realizan en 1997 un mural en apoyo
a los docentes de la llamada “Carpa blanca” que permaneció emplazada durante 1003
días en Buenos Aires frente al Congreso Nacional. El GAC, entre otras cosas, destaca
Narrar la ausencia 25
2
Para una descripción detallada de los modos en que la narrativa argentina figura
el pasado reciente cfr. Andrea Cobas Carral (2012).
3
Para una crónica contemporánea sobre el proyecto de demolición de la Escuela
de Mecánica de la Armada y las repercusiones que produjo cfr. Javier Calvo (1998). Para
un abordaje de las llamadas “leyes de impunidad” que reseña las diversas decisiones
Narrar la ausencia 27
políticas tomadas durante los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem respecto de
los crímenes cometidos durante la dictadura cfr. Stella Maris Ageitos (2002).
4
Cfr. Ana Longoni para un certero análisis a partir del estudio de algunos textos
literarios del período que contribuyen con el armado de esa representación del héroe-
mártir al tiempo que proponen para los sobrevivientes de la represión la etiqueta de
“traidores”. Cfr. el artículo de Cecilia Lesgart (2006) para una lectura más general acerca
de las discusiones entre diversos actores sociales por la interpretación de la “violencia
política de los años 70”.
5
Durante su momento fundacional y los primeros años, la agrupación no estuvo
exenta de discusiones acerca de quiénes podían integrarla, cuáles eran los objetivos,
la función social de Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
(H.I.J.O.S.) y el tenor de las acciones a realizar. Para un abordaje de las características de
la agrupación y de los desencuentros entre las diversas filiales cfr. Pablo Bonaldi (2006)
y Santiago Cueto Rúa (2008).
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6
Para un acercamiento al tema del “escrache” cfr. especialmente “Conceptos y
prácticas de Justicia. Experiencias desde la Mesa de escrache” en GAC. Pensamientos.
Prácticas. Acciones y “Escraches de H.I.J.O.S.” y “9 hipótesis para la discusión” en Ge-
nocida en el barrio. Mesa de escrache popular.
7
Para una descripción del papel de la justicia argentina en materia de derechos
humanos y castigo a los crímenes de lesa humanidad en relación con la última dictadura
cfr. Ricardo Luis Lorenzetti y Alfredo Jorge Kraut (2011).
Narrar la ausencia 29
8
Para un recorrido exhaustivo de las articulaciones de la “memoria” como campo
de estudio durante las décadas del 80 y del 90 crf. Elizabeth Jelin. Subyacen en nuestra
lectura los rasgos que Marianne Hirsch propone para el concepto de “posmemoria”. Cfr
en especial The generation of postmemory: writing and visual culture after the Holo-
caust.
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9
En entrevista con Matías Córdoba.
10
Félix Bruzzone nace en agosto de 1976. Su padre, Félix Roque Giménez, ingresa
en 1972 como conscripto (e infiltrado del ERP) en el Comando de Comunicaciones 141
de Córdoba, Batallón que, siendo soldado de guardia una noche de febrero de 1973,
Giménez “entrega” a la célula del ERP denominada los “Decididos de Córdoba” que,
en una operación de cuatro horas, sustrae del Comando una importante cantidad de
armamento. En 1975, Giménez pasa a la clandestinidad y es desaparecido en Córdoba
en marzo del 76. Marcela Bruzzone, la madre de Félix y también militante del ERP, es
desaparecida en noviembre de 1976.
Narrar la ausencia 31
Por un lado, interesa la mirada que el texto devuelve –en este y va-
rios fragmentos– acerca de H.I.J.O.S. y su búsqueda de verdad y justicia
en tensión con otras posibles funciones políticas para la agrupación que
en la cita aparece levantando, casi deportivamente, las históricas bande-
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11
Si bien Bruzzone nunca integró H.I.J.O.S., este fragmento entra en consonancia
con algunas discusiones que se dieron en los primeros años respecto de la especifici-
dad de la agrupación en el entramado de organizaciones de Derechos Humanos: para
algunos, H.I.J.O.S. debía funcionar como una suerte de espacio de contención para sus
integrantes en el que pudieran sociabilizar experiencias comunes respecto de su condi-
ción de hijos de víctimas de la violencia de Estado. Por el contrario, otros sostenían la
necesidad de dotar a la agrupación de un perfil político preciso que, de algún modo,
retomara las acciones militantes que los padres realizaban durante los 70.
Narrar la ausencia 35
nombre, ese del que ni siquiera quedan fotos– solo puede ser recuperado
–aunque en una heroicidad claramente paródica y claudicante– cuando
la imaginación irrumpe en el relato trazando otros caminos para com-
poner la trama de la identidad:
Hacia finales de 2009, Mariana Eva Perez inicia el blog Diario de una
Princesa Montonera cuyas entradas serán la base de su libro. A través de
pequeñas narraciones, fotografías, poemas, fotomontajes, diálogos siempre
en tensión entre lo público y lo privado, entre lo testimonial y lo ficcional,
entre la expresión personal y la polifonía, el Diario exhibe el muestra-
rio de lugares comunes que componen la “militoncia”, esa síntesis entre
militar y tontear, que la “princesa militonta” va desnaturalizando en cada
fragmento. La ironía y el humor corrosivo que recorren las páginas del
Diario intensifican la aguda lucidez con la que Perez piensa la dimensión
emocional de ser hijo de desaparecidos, el lugar que ocupa en la sociedad
argentina y los usos políticos que se han hecho de su figura12.
12
Mariana Perez nace en 1977. Sus padres Juan Manuel Pérez Rojo y Patricia Julia
Roisinblit, ambos militantes de Montoneros, son desaparecidos en octubre de 1978. Su
madre, embarazada de 8 meses en el momento del secuestro, el 15 de noviembre del
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Mi primer pensamiento fue: vuelven los milicos […] se frenan los juicios.
Cae Cristina. Me voy del país […] Después pensé en los cuadros. Justo
esa imagen, gastada, demagógica. Los cuadros. Hizo bajar los cuadros.
Nos pidió perdón en nombre del Estado. En eso pensé. No en las leyes
reparatorias redactadas con el culo y nunca revisadas, ni en el uso y
abuso de las Madres, ni en el loteo clientelar de la Esma. Pensé en esos
gestos simbólicos que normalmente me envenenan, porque están bien
pero no alcanzan, y como no alcanzan son hipócritas […] Los goles se-
cuestrados marcaron el lowest point de mi relación con los Kirchner. Pero
ahora me panquequeo sin el menor escrúpulo. (Perez, 2012: 187-190)
13
El 24 de marzo de 2004, día en el que se cumplen 28 años del inicio de la última
dictadura, Néstor Kirchner encabeza un acto en el Colegio Militar de El Palomar. Allí, en
una ceremonia que no fue espontánea sino planificada y que levantó fuertes resistencias
entre los mandos militares –tanto que incluso el cuadro de Videla que se baja es una
copia ya que el original es robado unos días antes–, Kirchner ordena al Jefe del Ejército,
Roberto Bendini, que descuelgue las imágenes de Videla y Bignone, antiguos directores
del Colegio y presidentes de facto durante la dictadura. Ese mismo día, Kirchner “abre”
la ESMA y funda el Museo de la Memoria, acto en el que pronuncia el discurso que
contiene la frase a la que Perez alude: “Como Presidente de la Nación argentina vengo
a pedir perdón del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante veinte
años de democracia”.
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Tenemos los mismos padres […] Somos como hermanos […] Pasan los
años. Soy adolescente y encuentro una foto de Jose que nunca había vis-
to […] Y en esa foto, sonriendo con la boca cerrada, estoy yo. Mi versión
masculina. Mi hermano. Mi gemelo perdido. Perdido, sí. Porque ahora mi
único hermano es R*, el bebé que nació en la ESMA y que Tengo Que
Encontrar. Y no sé quién es mi padre […] Las aristas de los vidrios que
forman tu imagen siempre terminan clavadas en mi carne, escribo, már-
tir, una joven San Pantaleón de los 90, de pelo corto como mi hermano
o como mi padre, hondamente hiji antes de H.I.J.O.S. (Perez, 2012: 24-26)
14
Carlos Quieto, el papá de Lucila, es desaparecido el 20 de agosto de 1976, cuatro
meses antes de que ella naciera. En 1999, Lucila proyecta sobre una pared diversas fotos
de su papá y ella se “inserta” en esa proyección logrando la ansiada foto con el padre.
Luego, entre 1999 y 2001, varios Hijos le piden a Lucila que repita con ellos y las fotos
de sus padres el mismo “montaje”. Cfr. Jordana Blejmar para un abordaje de los recientes
collages de Quieto que repone también aquella primera experiencia.
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Bibliografía
Ageitos, Stella M aris, 2002. Historia de la impunidad. De las actas de
Videla a los indultos de Menem, Buenos Aires: Adriana Hidalgo.
Blejmar, Jordana, 2013. “La Argentina en pedazos: los collages fotográ-
ficos de Lucila Quieto”, en Instantáneas. Fotografía y dictadura en
Argentina y América Latina, Jordana Blejmar, Natalia Fortuny y Luis
Ignacio García (eds.), Buenos Aires: Libraria, 173-193.
Bonaldi, Pablo Daniel, 2006. “Hijos de desaparecidos. Entre la construc-
ción de la política y la construcción de la memoria”, en El pasado en
el futuro: los movimientos juveniles, Elizabeth Jelin y Diego Sempol
(comps.), Buenos Aires: Siglo XXI, 143-184.
Bruzzone, Félix, 2007. 76, Buenos Aires: Tamarisco.
–––––, 2008. Los topos, Buenos Aires: Mondadori.
–––––, 2012a. “Cómo limpiar de basura la memoria”, Revista Ñ, 3 de
febrero de 2012, Buenos Aires.
–––––, 2012b. “Visiones para un lugar invisible”. Comunicación popular.
En línea: http://comunicacionpopular.com.ar/arte-y-politica-el-escritor-
felix-bruzzone-habla-de-las-8000-hectareas-fantasmas-del-campo-de-
mayo/ Consulta: 13 de julio de 2013.
Calvo, Javier, 1998. “Demolerán la ESMA y colocarán un monumento por
la unión nacional”, en Clarín, Buenos Aires, 8 de enero de 1998.
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