Simón Bolívar y Manuela Sáenz: Los Géneros de La Historia/ Los Géneros de La Literatura en El Ensayo de Teresa de La Parra
Simón Bolívar y Manuela Sáenz: Los Géneros de La Historia/ Los Géneros de La Literatura en El Ensayo de Teresa de La Parra
Simón Bolívar y Manuela Sáenz: Los Géneros de La Historia/ Los Géneros de La Literatura en El Ensayo de Teresa de La Parra
1936) dedicó sus últimos años, sólo nos queda la última parte de su ensayo/
1
llama “las inspiradoras y las realizadoras”1, se cierra el ciclo femenino iniciado en la
primera parte del ensayo con las mujeres de la conquista, “las dolorosas
hispanoamericano y que la adjetive como ‘íntima’2, apunta hacia una inversión del
punto de vista del lugar de realización del héroe --el espacio público--, al lugar de
historia oficial, espacio de realización de los héroes nacionales. De modo que “ver
pues, a su juicio, “los lugares y épocas por donde pasa Bolívar son de por sí y aun
1 Teresa de la Parra, “Influencia de las mujeres en la formación del alma americana” (Parra, 2005:
148). Las citas del ensayo de Teresa de la Parra remitirán siempre a esta edición y se anotará el
número de página al final de las mismas.
2 Respecto a este proyecto, le escribe al historiador venezolano Vicente Lecuna: “De mis trabajos,
muy pocos, y lecturas de estos últimos tiempos me ha venido una idea o proyecto muy vago todavía:
el de escribir una biografía o vida íntima de Bolívar. Quisiera hacer algo: fácil, ameno, en el estilo de
la colección de vidas célebres noveladas que se publica ahora en Francia. La palabra novelada, es
naturalmente muy relativa, yo creo que una biografía de Bolívar es de por sí, sin salirse de la verdad
histórica, mejor novela que cualquiera otra que quisiera hacerse. Quisiera ocuparme más del amante
que del héroe, pero sin prescindir enteramente de la vida heroica tan mezclada a la amorosa. Es un
proyecto un poco atrevido quizás; ¡se ha escrito tanto sobre Bolívar…! La buena acogida que se le
hizo a una conferencia que sobre Bolívar dije en la Habana me ha dado la idea […] No sé qué se ha
hecho últimamente sobre el particular. Yo escribiría el libro para hacerlo quizás traducir al francés.
Para no caer en el lugar común lo mismo que para obtener datos hay que leer mucho: bueno y malo”.
Vid. “Carta a Vicente Lecuna”, 18 de mayo de 1930 (Parra, 2005: 33).
3 Vid. “Carta a Vicente Lecuna”, 12 de julio de 1930 (Parra, 2005: 35).
2
Romanticismo y el París de Napoleón, etc.”4. Esta conciencia de la necesidad de
tiende a disolver la dicotomía público/ privado para construir la vida de Bolívar como
otra parte, esa reconfiguración del contexto está más cerca de las estrategias
pero con una voluntad clara de hacer historia. “Yo detesto la novela histórica” le
Parra, se publica la biografía Bolívar (1942) con la que Emil Ludwig llena el vacío
II
de Stefan Zweig (1881-1942) y Emil Ludwig (1881–1948), referentes importantes en el cultivo del
género. Zweig publicó Verlaine (1905), Fouché, el genio tenebroso (1929), María Antonieta: una vida
involuntariamente heroica (1932). Ludwig publicó Napoleón (1906), Goethe (1920), Miguel Ángel
(1930) y Lincoln (1930). También Romain Rolland (1866-1944), con quien la autora sostuvo amistad
y correspondencia, incursionó en el género con Vida de Beethoven (1903), Vida de Miguel Ángel
(1905), Vida de Tolstoi (1911), y Gandhi (1923), entre otras. La idea de hacer la biografía íntima de
Bolívar sacando su imagen estatizada en/de la historia oficial para devolverla a su contexto, es decir,
a la mentalidad de su tiempo, al espíritu romántico que signó las independencias americanas, a su
condición humana, muestra un viraje de la ficción a la historia cuyo punto transitorio es Memorias de
Mamá Blanca (1929).
3
Sin embargo, lo que tenemos no es el proyecto truncado por la enfermedad
primera mitad del siglo XX, cuyas reflexiones corren paralelas a las del canon
mujeres 7 , con textos como el que nos ocupa, “Influencia de las mujeres en la
7 Se trata del punto número uno entre los ejes representativos considerados en ese momento para
las ensayistas de la primera mitad del siglo XX: 1. La revisión, el cuestionamiento y, en consecuencia,
la necesidad de la reconstitución de una historia desde la perspectiva de las mujeres. (Morales, 2015:
15).
4
manifiesta a la manera de presupuestos metodológicos, ni se desarrolla con
implícitos que sustentan este ensayo y que ponga de relieve el saber de su escritora,
que nos legó un ejercicio intelectual de alto vuelo y mayor trascendencia. Mientras,
modelo genérico que definirá lo histórico como sistema de valores, que se articula
5
como un campo de relación entre lo nominado, lo épico y la memoria, es decir, lo
epopeya; o para decirlo de otra forma: el tipo de material que nutre la epopeya --
registro genérico:
bello que una historia o una epopeya, y su protagonista una flor. El romance,
8 Sin embargo, de la Parra utiliza antes el término a propósito de una mujer, la reina Isabel la
Católica: “De una mujer, Isabel la Católica, nació como sabemos todos, la epopeya de la conquista.
Al adivinar a Colón, ella dirigió de España hacia las selvas de América el tumulto espléndido del
Renacimiento” (145). El caso de Isabel es particular pues se trata de una figura de poder,
insoslayable en términos históricos. Aún con este reconocimiento vale la pena detenerse en los
verbos escogidos por la ensayista: “nació”, “adivina” y “dirige”. La epopeya nace de la reina, es decir,
ella la pare, la crea, al adivinarla y la dirige. La mujer pare, crea, da vida al ser y da vida a la historia,
es decir crea la historia, y en esa medida la hace, produciendo así un desplazamiento y una dialéctica
entre nacimiento, creación e historia. Vale recordar además que, para De la Parra, “adivinar” es una
estrategia fundamental de lectura y articulación de la historia, y en especial para la interpretación
histórica del papel de la mujer, tal como lo demostró en su lectura de Bernal Díaz del Castillo a
propósito de Doña Marina. Esta metáfora revela la estrategia que le permite tejer la relación entre la
mujer y el espacio negado para ella de la Historia.
6
atienen a los límites de la verosimilitud, e historias de amor entre personajes
inexistentes,…” (Platas, 2000: s.v. novela). Género al que pertenecen las novelas
hombre/ héroe con la epopeya --en la que no tienen cabida de manera relevante
romance, género que sin excluir lo épico abarca otras esferas vitales y hace del
compleja figura de Manuela Sáenz, conocida para la historia con el epíteto que le
diera Bolívar: “la libertadora del Libertador”. Al inicio de esta última parte, De la Parra
7
de heroísmo colectivo las despierta. Movidas por él pasan en la historia
como el caudal de un río. Es una masa de ondas anónimas que camina.
Uno de estos momentos históricos el más simbólico y quizás también el
más sublime es aquel que se llamó en Venezuela La Emigración. (193-
4)
Este fragmento configura una síntesis poética y proteica de un proceso
naturaleza. Así se articula lo general, que debe apreciarse como una construcción
primera comparación es con las abejas: en la colonia (“más de tres siglos”) “habían
también al del orfebre; “en la sombra”, es decir, sin nombre, sin que se advirtiera,
se notara, ni reconociera, “su obra de cera y de miel”: la casa o la ciudad como panal
y alimento, este último dulce y proteico. El símil con las abejas no solo remite a lo
o para decirlo en sus propias palabras: “al pasar sus voces sobre el idioma le
nacional como continental, cuyo proceso evolutivo ha sido también anónimo, hijo de
8
Y es justo en ese contexto oracional y de sentido que se introduce la
efectos de las mujeres. Según la Real Academia, significa “sacrificio que alguien
religiosos o por altruismo” (DRAE, 2000: s.v.). Con algunas variantes, el Diccionario
Enciclopédico Espasa la define como: “f. Sacrificio que uno hace de su voluntad o
de sus intereses en servicio de Dios, del prójimo, de ideales, etc. SIN. Altruismo.
ANT. Egoísmo” (1995: s.v.). En el Diccionario de usos del español de María Moliner
se define como: “Cualidad o actitud del que arrostra peligros, sufre privaciones o
realiza cualquier clase de sacrificios por otras personas, por un ideal, etc.” (Moliner,
2007: s.v.). Difícil elaboración ideológica, sólo posible a través de la síntesis poética
en función del valor colectivo y del darse en los otros, De la Parra articula una
así como de su asociación con las mujeres para transformar un esquema estéril y
continente.
9
En el momento de la independencia se mantiene la acción colectiva que se
dinamiza en otra forma, la del movimiento hacia adelante en una naturaleza fluyente
las despierta” (¿de sus propios ensueños?) y “pasan en la historia como el caudal
de un río”; son una “masa de ondas anónimas que camina”: aire, agua y
Caracas siguiendo a Bolívar, y que incluye sobre todo a mujeres y niños, muy pocos
las heroínas, las que se suman a las muertes oscuras, sin nombre, que abonaron el
propósito de este dramático suceso que aparece de manera inevitable la figura del
héroe masculino, Bolívar. El término ‘influencia’, que desde el título marca el punto
centrarse en la construcción del héroe, del alma del héroe 9 . Esta última parte,
9 Richard Rosa y Doris Sommer, en su artículo “Teresa de la Parra. America’s Womanly Soul”,
asumen el término influencia en la perspectiva de Oscar Wilde retomada por Bloom: “Quoting Oscar
Wilde on the problem, Bloom worries about it: <<Because to influence a person is to give him one’s
own soul… He becomes an echo of someone else’s music, an actor of a part that has not been written
for him”. De modo que “for Teresa de la Parra, [Bolívar] was not the famous men, celebrated in
histories, who really won independence, instead, political freedom was an anonymous and collective
confection of their more modest mates”; así aparece como “a blank figure on whom others –mostly
10
entonces, dedicada a la influencia que tuvieron las mujeres en la vida de Bolívar,
las revela como formadoras, orientadoras o guías que lo impulsaron y además como
Rodríguez, maestro de Bolívar, quien --a juicio de Teresa de la Parra-- las preside
sustentaba el singular puesto que le había sido otorgado10. Ese quijotismo incluso
Sin embargo, en todas las veces que he leído o trabajado el texto, esa explicación
comprender esta presencia, así como los complejos elementos y los conocimientos
acucioso del texto que potencie sus significados a partir de una perspectiva
women—inscribe their desire, their fiction.” (Meyer, 1995: 116-118). Esta perspectiva es quizás la
que sigue Luz Horne en su artículo “La interrupción de un banquete de hombres solos: una lectura
de Teresa de la Parra como contracanon del ensayo latinoamericano”, donde afirmar que “la
identidad ya no es una determinación esencial y, por lo tanto, es posible de ser modificada como un
papel actoral”. (Horne, 2005: 17). La lectura y análisis de un corpus más amplio, en el que se
encuentran textos como “Influencia de la mujer en Iberoamérica” de Mirta Aguirre, me ha mostrado
la pertinencia del enfoque histórico, que pretendo seguir en este trabajo.
10 Richard Rosa y Doris Sommer lo perciben como “another mercurial figure whose significance
comes from presiding over those women” en una perspectiva asentada en el psicoanálisis y vinculada
a la noción de influencia que toman de Oscar Wilde (Meyer, 1995: 119).
11
se trata. La propia Teresa de la Parra al delinear a Simón Rodríguez lo presenta en
el espacio de lo utópico:
la de los socialistas utópicos en los movimientos femeninos del siglo XIX, lo que se
aviene muy bien con la obliteración de la historia de las mujeres que De la Parra
serán los ejes concentradores de los derechos por reivindicar; sino que, en una
12
pensamiento como estrategias de transformación de la sociedad. Scott ha señalado
que:
revela la contradicción y apunta a la locura genial de su figura. Así, los ideales del
Teje así un hilo que une a Rodríguez con las mujeres de Europa y de
con las mujeres y Bolívar, habría que empezar por preguntarse ¿cómo se construye
la figura del héroe? y ¿qué mujeres la construyen y qué aporta cada una de ellas?
11 Y para demostrar los alcances de esta influencia, valdrá añadir de este mismo estudio, la siguiente
cita: “Modistas y costureras estaban entre quienes respondieron al evangelio sansimoniano; estas
superaron en número a otras categorías de discípulos del movimiento obrero y participaron de forma
importante en La tribune des femmes, un periódico editado de 1832 a 1834 por las mujeres
sansimonianas” (Scott, 2004: 128).
13
Las figuras femeninas que formaron, impulsaron u orientaron de diversos modos la
Ma. Teresa Rodríguez del Toro, de quien enviuda tempranamente; su prima Fany
vida y el destino.
de Matea, la nana que se encarga del niño huérfano de madre y toma su lugar
paisaje de la patria, así como a los cuentos y las historias de los esclavos de la
hacienda, que lo ponen en contacto con creencias rurales y con una memoria
12 La lectura de este ensayo suscita varias preguntas en relación con el conocimiento que lo
sustenta y el que se pretende formular. Por ejemplo, ¿qué saber se encuentra detrás de su manera
de contar la historia?, lo que se vincula estrechamente con ¿qué sabía, qué había leído Teresa de
la Parra? En una carta a Rafael Carías del 2 de marzo de 1924, le comenta: “Tomo clases de
declamación y de dicción francesa, con Mme. Moreno una de las más atrayentes ex actrices de
Francia, voy a algunas conferencias interesantes de la Sorbonne y de la Universidad de los Anales
donde he oído a Gyp; a Colette; a Tinayre y otras celebridades masculinas y femeninas de la
literatura contemporánea. Por lo tanto creo que, de semejante combinación de elementos, algo
provechoso habrá de salir algún día” (Parra, 2005:105). Además de mostrar la activa vida que, desde
el punto de vista de la creación y el conocimiento, llevaba Teresa de la Parra en París, hay un dato
en específico que me parece relevante a los efectos de este ensayo, su interés en la Universidad o
Escuela, como se le conoce, de los Anales, por el impacto que tuvo la misma, con posterioridad, en
el desarrollo de la historiografía del siglo XX. Había leído también a Michelet, padre de la
historiografía francesa, y a otros filósofos, historiadores y pensadores. Algunos referidos en su
correspondencia y diario, otros ni siquiera mencionados, constituyen un reto para la investigación y
la comprensión de su ensayo y una muestra de su conciencia de la historia.
14
histórica, tradicional y fantasmagórica de la opresión colonial, aspecto este que
ella será el punto de partida del aprendizaje romántico–afectivo del héroe, inclusivo
del otro, que tendrá su momento clímax en esa anécdota de su entrada triunfal a
María Teresa Rodríguez del Toro representa otro aspecto de esa mentalidad
por el intenso amor de juventud, con la pronta muerte de Teresa se cumple otro
13 De la Parra explora este problema de los orígenes a partir de la figura femenina en su papel de
formadora y trasmisora de la memoria sociocultural. En esa perspectiva aprecia a la Ñusta Isabel,
madre del Inca Garcilaso de la Vega, como voz fundacional de la literatura hispanoamericana a partir
de la memoria legada al hijo. La consecuencia importante de esta propuesta reside en haber situado
en el mundo indígena derrotado y, por tanto, en su dolor la fundación de la literatura americana y en
el del héroe de la independencia el origen esclavo y africano a partir de la relación afectiva con el
símbolo materno encarnado en la Nana esclava.
15
y la impotencia ante designios que se encuentran fuera del control humano. La
Cuando Bolívar habla de su amor por Teresa del Toro asegura que de no
haber muerto ella, él no hubiera salido nunca de los límites trazados por
aquel idilio de su adolescencia. Dafnis y Cloé de los Valles de Aragua
hubieran terminado en Filemón y Baucis de la hacienda de San Mateo.
Encauzado dentro del matrimonio al final de su vida –afirma el mismo
Bolívar--, habría aspirado quizás a la alcaldía del pueblecito cercano. Hay
personas que rechazan esta suposición. A mí me gusta creerla porque
me parece verosímil y porque me parece muy dulce pensar que en la
monotonía de la vida, cuando menos lo imaginamos, pasa tal vez a
nuestro lado un alma genial a quien un profundo amor la hizo olvidarse
de sí misma y la puso a caminar dentro del gran rebaño. (204)
La documentación del propio Bolívar, aunque privada, es la que le permite
16
propósito mayor. La línea del romance, sin embargo, se sostiene, o más bien es la
común para explicar su papel en la historia, hay que entender que Bolívar es una
héroe traicionado. La ensayista parte de su relación con las mujeres para humanizar
conducen todos los orígenes. No puede hablarse del proceso independentista sin
más polémica en relación con la historia oficial y con la que cerrará el ensayo la
que Manuela Sáenz es más que una inspiradora: ella lo arrastrará con su amor y
15 Epíteto dado por Bolívar a Manuela y recogido por Perú de Lacroix en “Testimonio de Simón
Bolívar sobre el incidente del zarcillo” (Las más hermosas: 2006: 15). Lo utiliza también Bolívar en
una carta dirigida al General José María Córdova de fines de junio de 1828: “en cuanto a la amable
loca. ¿Qué quiere Ud. que yo le diga a Ud.? ….” (Las más hermosas: 2006: 152).
16 En las primeras cartas de Manuela y Bolívar se revelan las tensiones suscitadas por un amor
que se encuentra en la zona condenada del adulterio, la liberalidad de ella y las objeciones morales
17
Sáenz en este ensayo tiene importantes connotaciones políticas pues las
haber salvado los documentos de Bolívar, que sacó clandestinamente de esa Quinta
Bolívar.
responde a los documentos de la época, que sin dudas revisó. Su aporte reside en
de él. En la carta del 26 de abril de 1825 desde Ica, Bolívar se despide: “[…] soy preso de una batalla
interior entre el deber y el amor; entre tu honor y la deshonra, por ser culpable de amor. Separarnos
es lo que indica la cordura y la templanza, en justicia ¡Odio obedecer estas virtudes!”. A lo que ella
responde en carta de mayo 1 de 1825 desde Lima: “[…] no hay que huir de la felicidad cuando esta
se encuentra tan cerca. Y tan sólo debemos arrepentirnos de las cosas que no hemos hecho en esta
vida. […] Usted me habla de la moral, de la sociedad. Pues, bien sabe usted que todo eso es
hipócrita, sin otra ambición que dar cabida a la satisfacción de miserables seres egoístas que hay
en el mundo. […] Según los auspicios de lo que usted llama moral, ¿debo entonces seguir
sacrificándome porque cometí el error de creer que amaré siempre a la persona con quien me casé?
Usted, mi señor, lo pregona a cuatro vientos: <<El mundo cambia, la Europa se transforma, América
también>>… ¡Nosotros estamos en América! Todas estas circunstancias cambian también. Yo leo
fascinada sus memorias por la gloria de usted. ¿Acaso no compartimos la misma? No tolero las
habladurías, que no importunan mi sueño. Sin embargo, soy una mujer decente ante el honor de
saberme patriota y amante de usted” (Las más hermosas, 2006: 51-3).
18
Al rumor, al descrédito, al tabú que la habían rodeado y habían justificado su
hay dos aspectos que la ligan a la proyección de un futuro mundo moderno: “la
Por otra parte, desde el inicio, he venido destacando como parte de ese
de los dos términos –aunque los incluye a ambos-, sino por su negación a la
gloria.
Por esta razón, la manera en que la autora maneja los datos, en que destaca
unos sucesos sobre otros, dice mucho de la imagen que nos quiere legar. En esa
19
la epopeya. 17 Este vestuario masculino fue objeto de críticas y dio pie a la
de rebelión que ponen en jaque al gobierno, pero no logran su cometido final. Y aquí
su figura y que aporta un suave tono paródico a sus propias acciones y a su imagen
epopeya en una relación que parece indisoluble, ello explica el equilibrio que se
guerrero y el valor, así como su destreza con las armas --asociables a lo masculino-
17 El Diario de Paita impacta por la conciencia que tiene Manuela Sáenz de su papel en la historia
pero también por el escepticismo ante el destino de estos nuevos países, envueltos en guerras civiles
y luchas por el poder. Su orgullo por haber retenido los archivos y documentos más importantes de
Bolívar convive con el saber que no será reconocida: “[…] fui su mejor amiga y confidente. Para
unificar pensamientos, reunir esfuerzos, establecer estrategias. Dos para el mundo. Unidos para la
gloria, aunque la historia no lo reconozca nunca” (Las más hermosas, 2006: 190).
20
Todas estas referencias socioculturales contribuyen a construirla como un
significado complejo.
géneros humanos y literarios entre las dos figuras históricas pues --como muestra
como amorosa, pues en su edición venezolana más reciente se titula Las más
hermosas cartas de amor entre Manuela y Simón --con un largo subtítulo que detalla
histórico que le es propia por su contenido18. En primer lugar, estas cartas se editan
documentos más acerca de ellos19. Por otra parte, de las cartas clasificadas como
18 El diseño de portada de Las más hermosas cartas de amor entre Manuela y Bolívar acompañadas
de los diarios de Quito y Paita así como de otros documentos, fusiona lo íntimo y lo público, la guerra
y el amor con la imagen de una rosa roja que sale de la empuñadura de una espada tendida sobre
los pliegues de una sábana.
19 Se trata de la carta testimonio del 10 de agosto de 1850 que dirige Manuela Sáenz al general e
historiador O’Leary en la que relata el episodio del 25 de septiembre de 1828 en el que logra salvar
la vida de Bolívar (Las más hermosas, 2006: 171-177).
21
“de amor” habría que destacar su singularidad pues el tema amoroso se acompaña
etc. De todo eso y más tratan las cartas cruzadas entre ambos, de modo que la
guerra y los dramas políticos por los que atravesó Bolívar. La correspondencia
confidencialidad.
22
actividades económicas y estratégicas de su regimiento, siendo su
máxima autoridad en cuanto tenga que ver con la atención a los
hospitales, y siendo este, el último escaño de contacto de mis oficiales
con la tropa.
Cumplo así con la justicia, de dar a usted su merecimiento de la gloria
de usted, congratulándome de tenerla a mi lado como mi más querida
oficial del ejército colombiano.
Su afectísimo,
S.E. El Libertador,
Bolívar
Muchas tensiones le traería a Bolívar esta relación en la que se integraban
diciembre de 1824 dirigida a Bolívar--, genera una carta de protesta por parte de
23
de sus hombres y ordenando la inmediata degradación de Manuela 20 . A dicha
fuera la influencia por su relación con Manuela, que estaba en las habladurías de
pequeña, de las tensiones que se dieron entre dos grupos de intereses, y Bolívar
para las angustias, la propuesta de sucesor, los temores por la seguridad, las
decepciones, los traidores. Había entre ambos una confianza absoluta y ella era su
20 Se trata de la carta del 23 de enero de 1825 (Las más hermosas, 2006: 144-5).
21 Carta de Bolívar del 17 de febrero de 1825 en respuesta a Santander (Las más hermosas,
2006: 146).
24
figura en la epopeya; una vez expulsada del ámbito público se destacará su lealtad
la muerte de Mr. Thorne, su esposo, quien la hiciera su única heredera, pero “Doña
Mr. Thorne y siguió haciendo jarabes” (212). Este gesto de absoluta integridad
epopeya, pero Manuela se niega a regresar a la comedia del falso amor; queda
implica asumir las palabras de Jesús ante una mujer condenada, es también desafío
Finaliza así, no con el romance, ni con la epopeya, sino con el relato bíblico redentor,
Bibliografía
25
Las más hermosas cartas de amor entre Manuela y Simón acompañadas de los
Diarios de Quito y Paita, así como de otros documentos, Caracas, Fundación
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