Tse Tent Ay Nueve
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ETIOPATOGENIA
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con el fin de minimizar la herida que será necesaria en el
momento de tratar la fistula, lo que es preferible efectuar
en un tiempo. La técnica del drenaje no difiere del de
cualquier absceso, sólo que por su extensión habitual-
mente demanda una anestesia general o regional.
3. Postanal profundo. La presencia de un foco de
supuración entre el esfinter anal externo y el músculo ele-
vador del ano en la línea media posterior puede constituir
un desafío diagnóstico. En estos abscesos no existe habit-
ualmente ninguna manifestación visual, y el paciente se
presenta con intenso dolor y fiebre. La imposibilidad de
efectuar un tacto rectal motiva en ocasiones un erróneo
diagnóstico de fisura anal. La mala evolución y la fiebre
contribuirán a aclarar este error, y la punción en el rafe
anococcigeo, podrá recoger material purulento y confir-
mar el diagnóstico. Una variedad de estos abscesos está
Fig. 2. Drenaje quirúrgico (tomado de Loygue)
dada por el absceso isquiorrectal en herradura. El
tratamiento de esta forma particular de absceso anorrectal
es dificultoso, demanda habitualmente de una anestesia
sentada. Al examen risico se observa una zona tumefacta, general o regional, y es aconsejable la colocación de un
indurada y eritematosa, a veces fluctuante. El examen taponaje por 48 horas para evitar la recidiva.
proctológico completo suele ser imposible debido al
intenso dolor. 4. Interesfinteriano. Esta variedad se origina igual-
-Con respecto al tratamiento de estos abscesos, dado mente en una cripta, pero la infección se disemina en
que en muchas oportunidades no se palpa una zona de dirección ascendente por el plano interesfinteriano, y no
fluctuación, suele intentarse un tratamiento conservador en la submucosa. Tampoco existe una manifestación
con antibióticos, analgésicos y baños de asiento. Sin externa, el dolor puede ser su única sintornatología y la
embargo, la existencia de dolor intenso implica la presen- presencia de fiebre no es la regla. Sólo el tacto rectal per-
cia de pus, y por lo tanto la inevitable necesidad de efec- mitirá palpar una masa en la pared del recto con salida de
tuar un drenaje quirúrgico. (Fig. 2) Si éste se efectúa en pus a la expresión. El examen anoscópico y rectoscópico
un ámbito apropiado, es de preferencia realizar en forma puede ser confuso.
sincrónica el tratamiento definitivo de la fístula con el fin El tratamiento se efectúa, por supuesto, por vía endor-
de evitar un segundo procedimiento. La colocación de un rectal, resecando el absceso junto con la zona de la cripta.
anoscopio y la compresión del absceso pueden ayudar a Los bordes de la herida se suturan con fines hemostáti-
localizar la cripta enferma. cos, pero la misma debe quedar abierta.
El estudio bacteriológico del material recogido permi-
tirá no solo tener una base jobre la cual tratar un eventu- 5. Supraelevador. El absceso supraelevador representa
al progresión perineal del proceso infeccioso, sino tam- menos del 5% de todos los abscesos anorrectales, y no sólo
bién predecir la posibilidad de que se desarrolle una fístu- puede hallar su origen en una cripta infectada, habitual-
la. Si el cultivo revela el crecimiento de una escherichia mente como progresión de un absceso interesfinteriano,
coh esta probabilidad es mayor que si desarrolla un sino que en muchas ocasiones es la manifestación de un pro-
estafilococo aureus. ceso inf~cciosos que comienza en la pelvis, como una enfer-
medad de Crohn, una enfermedad inflamatoria pelviana o
2. Isquiorrectal. Estos abscesos son los segundos en fre- una diverticulitis colónica. El dolor, la fiebre y la leucocito-
cuencia luego de los perianales, y se manifiestan por la pre- sis son las manifestaciones habituales en estos enfermos.
sencia de una zona indurada y eritematosa en la región El conocimiento del mecanismo patogénico es funda-
glútea baja. Habitualmente son extremadamente dolorosos, mental para determinar la terapéutica. Los abscesos de
puede o no existir fluctuación y la presencia de fiebre y leu- origen pelviano son convenientemente drenados por vía
cocitosis es algo más habitual que en los abscesos perianales. transvaginal o transrectal, dado que caso contrario la con-
La punción aspiración constituye una maniobra útil secuencia inevitable será una fístula extraesfinteriana. Este
para localizar el sitio en el que efectuar el drenaje. Al igual drenaje debe acompañarse del tratamiento de la enfer-
que en todos los abscesos de margen de ano es aconsejable medad pelviana que lo ocasiona. Por el contrario, los que
realizar la incisión lo más cercana al ano que sea posible, derivan de una cripta deben drenarse por vía externa.
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Fig. 3. Fístula interesfinteriana (tomado de Corman) Fig. 5. Fístula supraesfinteriana (tomado de Corman)
Fig. 4. Fístula transesfinteriana (tomado de Corman) Fig. 6. Fístula extraesfinteriana (tomado de Corman)
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Regla de Goodsall
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Fig. 13. Trayecto cateterizado para efectuar fistulocomía Fig. 14. Fistulotomía efectuada
dañen el esfínter en los enfermos con algún grado de incide el trayecto, la continuidad del revestimiento
incontinencia13. epitelial confirma el destechamiento de la totalidad de la
fístula. El tejido de granulación se remueve mediante el
curetaje de la superficie del trayecto. La herida se deja
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO abierta luego del control de la hemostasia. (Fig. 13 y 14).
Las fistulas no complejas pueden manejarse en forma
El manejo de las fístulas perianales mediante el ambulatoria, con un control semanal o quincenal para
"destechamiento" del trayecto fistuloso constituye el valorar la progresión del proceso de cicatrización.
método de tratamiento más utilizado en la actualidad. La Si es necesaria la sección de una gran parte del esfínter
controversia entre realizar fistulotornía o fistulectomía externo, debe considerarse la reparación primaria del
persiste, aunque se ha demostrado que el índice de recidi- mismo, o, más comúnmente, la colocación de un sedal.
vas es similar, pero el tiempo de cicatrización es más breve En flistulas con trayecto ubicado en el hemiano anteri-
con la fistulotomía y al lesionar menos fibras esfinterianas or en pacientes del sexo femenino, debe evitarse la sección
ocasiona un menor número de incontinencias. Sin del esfinter externo, dado que en estos casos inevitable-
embargo, la exéresis de una parte del trayecto con fines de mente se produciría cierto grado de trastomo en el con-
enviarlo a estudio histopatológico, puede adquirir impor- trol esfinteriano.
tancia especialmente ante la sospecha de enfermedades Recientemente se ha propuesto la ejecución de la fistu-
inflamatorias como la enfermedad de Crolín. lotomía mediante un dispositivo de tadiofrecuencia, en
El éxito terapéutico en las fístulas perianales se evalúa de lugar de la técnica convencional. Este dispositivo no pro-
acuerdo a tres variables: recidiva, retardo en la cicatrización duce calor, al contrario del electrobisturí, por lo que el
e incontinencia anal postoperatoria. Se ha dicho que el fra- dolor postoperatorio y el tiempo de cicatrización son
caso se debe a exceso de temor o exceso de temeridad, por menores, con una incidencia de recidivas similar".
ejemplo, en casos en que se “inventa” un trayecto mediante
el pasaje forzado del estilete, y se secciona esfínter sano, no Colocación de sedal
involucrado en el proceso inflamatorio.
Las operaciones por fístula perianal deben efectuarse I.a colocación de un sedal fue descripta por Hipócrates
con electrocauterio, dado que un campo quirúrgico com- en el siglo 5 a.c. y sus conceptos siguen aplicándose en
pletamente exangüe y una correcta hemostasia facilitan la nuestros tiempos. El principio involucrado en el uso del
identificación del trayecto. sedal se puede comparar a la sección de una barra de hielo
con una soga o alambre. En teoría, el ajuste progresivo del
Tratamiento de una fístula no compleja: Fistulotomía sedal, permitiría que el esfinter se seccione gradualmente
mientras el sedal va pasando, a la vez que se produce la
Una vez identificados los orificios interno y externo se fusión de las fibras en el músculo ya cortado. Sin embar-
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go, el procedimiento es doloroso y son frecuentes los Fistulectomía y cierre del orificio interno
casos de incontinencia por sección temprana del esfínter,
por lo que este método ha sido reemplazado por el uso del El riesgo de incontinencia implícito en las técnicas que
sedal a largo plazo. Esta técnica, permite el drenaje con- seccionan el esfinter diversos proctólogos se han inclina-
tínuo de la fístula y la creación de una zona de fibrosis en do por efectuar una fistulectomía y debridamiento del
la que las fibras musculares quedan ancladas, evitando su trayecto, con o sin el cierre del orificio interno.
retracción cuando, no menos de 4 semanas después, se Esta técnica está asociada a un gran número de fracasos,
lleva al enfermo nuevamente al quirófano para, ahora sí, por lo que debe seguirse de la colocación de un colgajo
seccionar la masa muscular involucrada, y destechar por mucoso recubriendo el cierre del orificio interno, con el
completo el trayecto. Si bien la necesidad de mantener el fin de disminuir las recidivas.
sedal colocado representa una desventaja, la recidiva con
este método es menor al 4%, con un 1 % de trastornos en Tratamiento con adhesivos titulares de fibrina
la continencia6-9-16.
También se ha descripto la colocación del sedal a largo La inyección de adhesivos titulares de fibrina en el
plazo sin sección esfinteriana, es decir sin efectuar el trayecto fistuloso luego de su lavado y curetaje puede ser
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b. Quiste dermoideo presacrocoxígeo con orificio externo f. Hidrosadenitis perianal: Hay lesiones múltiples por
en horas 4 a 8 y lesión en la región presacrocoxígea, se diag- infección de glándulas sudoríparas. Ia presencia de lesiones
nostica por tacto rectal y tornografla perineal. (Fig. 2 1) en otras glándulas sudoríparas hace el diagnóstico.
c. Tuberculosis de ano: El paciente tiene antecedentes g. Acné conglobata: Por múltiples quistes sebáceos
de tuberculosis., se la busca en Rx de tórax y reacciones infectados en periano pero también hay lesiones en dorso
biológicas para esta patología, la lesión perianal es una de tórax, nuca y otras localizaciones. (Fig. 24).
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