Lectura Modelos de Diagnostico

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4.

Modelos de diagnóstico

Según Maganto (1996), un modelo es una acepción científica que hace referencia a una serie de aspectos
epistemológicos – conceptuales y metodológicos– que sirven de base a la actuación práctica en un campo determinado
con ciertas garantías científicas. Los modelos tienen gran importancia porque proporcionan guías para la acción y
conocerlos ayuda a realizar las tareas de diagnóstico de varias maneras (Martínez, 1993).

Uno de los impedimentos con el que topamos a la hora de realizar un diagnóstico psicopedagógico es la dificultad de
encontrar un modelo propio que nos dé las directrices para seguir adecuadamente el proceso. En la práctica, son
diversos los modelos que, prestados de otras disciplinas como la psicología, la sociología o la medicina, han aportado su
granito de arena, sirviéndonos de guía para llevar a cabo con mayor o menor éxito dichos procesos. Sin embargo, elegir
un modelo u otro supone compartir ciertas concepciones teóricas y adoptar determinados procedimientos, métodos y
técnicas de evaluación. Por esta razón, el marco de referencia adoptado condicionará siempre el tipo de diagnóstico a
realizar (Dueñas, 2002).

Los modelos de diagnóstico que se han utilizado en el ámbito de la pedagogía son de índole variada. Por ejemplo,
Fernández Ballesteros (1992) y Maganto (1996) hablan de cuatro modelos: modelo del rasgo o del atributo, modelo
psicodinámico, modelo conductual y modelo cognitivo.

Marí (2001) los clasifica según estén centrados en el alumno (diagnóstico neuropsicológico, tradicional, conductual,
cognitivo, pedagogía operatoria), centrados en el contexto (diagnóstico conductual, cognitivo social o interaccionista,
interacción entre iguales, análisis institucional, teorías ecológicas) y modelos centrados en el proceso de enseñanza –
aprendizaje (evaluación de centros, del profesorado, diagnóstico curricular, modelo integrador de evaluación
diagnóstica).

Finalmente, Dueñas (2002) clasifica los modelos de diagnóstico psicopedagógico teniendo en cuenta la concepción
teórica de la que se parte, el objeto de estudio, la finalidad, el método, las técnicas, el campo de aplicación y las
variables que se utilizan. A continuación, nos referiremos a cuatro de los modelos más empleados en el ámbito de la
psicopedagogía: el modelo psicométrico, el evolutivo, el conductual y el cognitivo.

4.1. Modelo psicométrico

El modelo psicométrico, conocido también como modelo del atributo, del rasgo, diferencial o tradicional, constituye uno
de los primeros modelos psicológicos de diagnóstico. Es un modelo desarrollado en categorías, cuantitativamente
descriptivas, de la capacidad o aptitud intelectual de las personas (Fierro, 1984). Tiene como objetivos fundamentales la
descripción de los rasgos personales, la clasificación según unas determinadas características (e.g., inteligencia,
aptitudes, rasgos de personalidad) y la predicción del comportamiento futuro. Los supuestos conceptuales de los que
parte este modelo (Dueñas, 2002) son:

1) La conducta del sujeto se explica y viene determinada por variables del organismo intrapsíquicas como la inteligencia,
las aptitudes, los rasgos de personalidad, etc., variables todas ellas en las que las personas difieren.

2) Las variables intrapsíquicas sólo pueden ser diagnosticadas mediante las manifestaciones externas (las conductas)
indirectas de estos constructos.

3) Los constructos internos o variables intrapsíquicas dan estabilidad y consistencia al comportamiento a lo largo del
tiempo y de las situaciones.
4) Las unidades de análisis son la medición de los rasgos, dimensiones o factores que conforman la personalidad. Estos
rasgos tienen un carácter genético y se apoyan en el supuesto de la estabilidad y consistencia de la conducta.

5) Los cambios en la conducta de un sujeto pueden ser debidos a la evolución madurativa o a un proceso patológico.

6) Las variables ambientales interesan sólo en la medida en que pueden explicar la formación o constitución de los
rasgos y los factores de la personalidad.

Las técnicas más habituales para la recogida de datos son los tests estandarizados que miden de manera indirecta el
comportamiento del sujeto, generalmente en áreas como la inteligencia, la personalidad, la motivación y los intereses. El
diagnóstico tiene, por lo tanto, un carácter normativo en el que los Introducción al diagnóstico psicopedagógico
resultados individuales se interpretan comparándolos con la norma (el grupo de referencia). Otras técnicas que también
se suelen utilizar son los tests proyectivos, los cuestionarios, las escalas, las entrevistas, etc.

En el ámbito educativo, el modelo psicométrico se utiliza con profusión tanto en orientación personal (descripción y
clasificación de los alumnos) como en orientación profesional para ayudar a la persona en la toma de decisiones a la
hora de elegir una carrera, una profesión o un puesto de trabajo.

Aun cuando este modelo es uno de los más utilizados por su economía, coherencia teórica y funcionalidad, los cambios
educativos y la evolución del concepto de diagnóstico han hecho que se hayan introducido cambios en la valoración no
sólo cuantitativa, sino también cualitativa de las pruebas utilizadas, la utilización conjunta de pruebas normativas y
criteriales, o en el uso de técnicas de observación y en análisis de tareas.

4.2. Modelo evolutivo

El modelo de diagnóstico evolutivo u operatorio parte del supuesto teórico piagetiano de la conducta humana es el
resultado de la combinación de cuatro factores: la maduración, la experiencia, la transmisión social y el equilibrio entre
el organismo y el medio. La mente humana consiste en una organización progresiva que va construyéndose a lo largo de
un proceso inacabado a través de sucesivos estadios o periodos: sensorio motor, preoperatorio, operatorio y lógico
formal.

El objetivo principal de este modelo es determinar el nivel actual de funcionamiento cognitivo. Es decir, proporcionar
información sobre las etapas del desarrollo cognitivo del alumno dentro de cada estadio. Se trata de un diagnóstico
dinámico y explicativo, no descriptivo, porque intenta explicar el tipo de organización cognitiva que hace posible la
dinámica del desarrollo.

Los supuestos teóricos en los que se basa el modelo evolutivo son:

1) El equilibrio entre el organismo y el medio se logra mediante un mecanismo de asimilación (proceso de incorporación
de objetos a los «esquemas» del sujeto) y de acomodación (adaptaciones que van produciendo modificaciones en
función de los objetos y de la influencia del medio).

2) Los «esquemas» estructuran las experiencias pasadas y facilitan la incorporación de experiencias futuras.

3) Las estructuras del pensamiento y de la conducta se desarrollan en un orden de sucesión constante. Cada nueva
estructura tiene un carácter integrador en relación a la anterior y supone una mejora respecto de éstas (Piaget, 1971).

El diagnóstico psicopedagógico, siguiendo el modelo evolutivo, se basa en una metodología clínico-experimental en la


que se combina la entrevista clínica con el método experimental. A través de la observación directa y de la interacción
entre el orientador y el alumno, se intenta conocer el estadio en el que se encuentra el sujeto y el nivel de adquisición
de los esquemas característicos de cada estadio.
Los instrumentos y técnicas de evaluación utilizados para el diagnóstico han sido construidos sobre la teoría de Piaget.
Consisten en escalas que evalúan los diversos estadios del desarrollo cognoscitivo.

4.3. Modelo conductual

El modelo conductual o funcional apareció como alternativa a las limitaciones del modelo psicométrico y se define, en
palabras de Fernández Ballesteros y Carrobles (1989), como «aquella alternativa a la evaluación psicológica a través de
la cual se trata de identificar las conductas objeto de estudio, tanto motoras como fisiológicas o cognitivas, como
también las variables ambientales o internas que las mantienen o controlan, con el objetivo de llevar a cabo un
tratamiento o cualquier tipo de intervención psicológica» (p. 64).

La finalidad del modelo conductual es el estudio del comportamiento humano observable, independientemente de su
etiología. Concretamente trata de:

• Establecer las relaciones funcionales de la conducta-problema para diseñar la intervención más conveniente en cada
caso.

• Describir, explicar y modificar determinados comportamientos.

• Predecir, instaurar y controlar o modificar la conducta a partir de la manipulación de variables independientes


(variables externas).

Los supuestos básicos de los que parte son:

1) El control y la explicación del comportamiento se llevan a cabo mediante el análisis de las variables ambientales que
afectan a la conducta.

2) Hay una interrelación entre los antecedentes o estímulos, el comportamiento y las consecuencias o refuerzos. Estos
tres elementos son funcionalmente interdependientes.

3) El modelo conductual se basa en una psicología objetiva de orientación experimental y conductista.

4) El modelo conductual parte de un enfoque en el que las conductas ya se han aprendido o van a ser aprendidas. Se
pone el énfasis en los condicionamientos ambientales, situacionales y sociales que influyen sobre la conducta. La
mayoría de las conductas pueden ser aprendidas o modificadas mediante procedimientos de aprendizaje.

5) El diagnóstico tiene un carácter funcional y consiste básicamente en determinar las características conductuales del
individuo, independientemente de su etiología.

Los métodos más utilizados para la recogida de la información son:

(1) la observación mediante técnicas como los registros narrativos, las escalas de apreciación, los códigos de conducta,
los autorregistros, los cuestionarios o inventarios y la entrevista estructurada y (2) la experimentación en la que se
manipulan las variables contextuales o ambientales para comprobar sus efectos sobre la conducta (modificación de la
conducta). Por lo tanto, en el proceso de diagnóstico, la evaluación o la modificación de la conducta seguiría los pasos
siguientes (Kirchner, Torres y Hornos, 1998: 112):

Diagnóstico psicopedagógico

1) Identificación de las variables que controlan la conducta-problema.


2) Identificación y delimitación de la conducta o de las conductas alteradas (intensidad, duración, frecuencia).
3) Identificación de las consecuencias o refuerzos de las conductas.

4) Evaluación del cambio, una vez se ha manipulado la variable independiente.

5) Evaluación del mantenimiento del cambio, pasado un cierto tiempo.

6) Evaluación de la aparición de las nuevas conductas.

El modelo conductual tiene una aplicación importante en campos tan diversos como el clínico, laboral, social o
deportivo. En el ámbito educativo, habría que destacar sus aplicaciones en los trastornos de la atención, los problemas
de lectoescritura y, en general, de aprendizaje, como también en la modificación y adquisición de técnicas y hábitos de
estudio, etc.

Este modelo tiene como aspectos positivos el pragmatismo y la estrecha relación entre la evaluación y el tratamiento.
Sin embargo, se ha cuestionado la fiabilidad y validez de los datos obtenidos a través de la observación, su visión
molecular de la persona y, lo que es más importante, el olvido o la indiferencia de los procesos mentales superiores
(pensamientos, sentimientos, creatividad, imaginación). Por estas razones, se considera un modelo «reduccionista».

.4.4. Modelo cognitivo

Frente al modelo conductual que dejaba de lado los procesos mentales superiores de las personas para centrarse
únicamente en las conductas observables, el modelo cognitivo considera al hombre un ser activo que puede desarrollar
sus potencialidades, si se trabajan variables cognitivas como, por ejemplo, el razonamiento, la comprensión, la memoria,
la atención, la percepción, el lenguaje, etc. El objetivo del paradigma cognitivista es la comprensión de los fenómenos
mentales.

El modelo cognitivo surgió para dar respuesta a las críticas que el modelo tradicional había recibido por considerar
solamente los productos del aprendizaje, pero no los que era capaz de aprender la persona. Así pues, los supuestos
básicos de este modelo son:

1) Da importancia no tanto a los resultados del funcionamiento cognitivo, sino también a los procesos y estrategias que
usa la persona para resolver problemas cognitivos.

2) Intenta obtener información precisa sobre los procesos cognitivos que se encuentran en un nivel intelectual
determinado con el objetivo de orientar la intervención.

3) Considera a la persona en su totalidad; por lo tanto, se tienen en cuenta no sólo los aspectos cognitivos, sino también
los afectivos, actitudinales y motivacionales.

4) Trata de conocer mejor los procesos de enseñanza-aprendizaje. Es decir, se preocupa por analizar las condiciones que
favorecen la adquisición, integración y neutralización de los conocimientos por parte del alumno.

5) Las deficiencias cognitivas y del aprendizaje se consideran basadas parcialmente en deficiencias cuantitativas y
cualitativas de la enseñanza formal e informal (Alonso Tapia, 1995).

6) Es posible determinar el grado en el que las deficiencias cognitivas son o no son reversibles a través del proceso de
evaluación, puesto que mediante su modificación se puede verificar en qué medida el alumno se ha beneficiado de la
intervención (Alonso Tapia, 1995).

La metodología utilizada fundamentalmente por el modelo cognitivo es experimental, aunque también combina la
metodología correlacional y observacional. Algunas de las técnicas más utilizadas son la simulación de los procesos
cognitivos humanos en el ordenador, el análisis de la duración de un proceso cognitivo determinado, los mapas
cognitivos, el pensamiento en voz alta, etc.

El modelo cognitivo considera la inteligencia como un proceso dinámico y no tanto como un producto estático. Por lo
cual, se puede decir que se ha pasado de una concepción estructural o analítica del funcionamiento cognitivo a un
concepción funcional. Se estudia cómo se procesa la información y cómo se elabora la respuesta. Sin embargo, una de
las principales críticas al modelo ha sido el uso de una terminología poco precisa y su desarrollo básicamente teórico.
Además, en el aspecto metodológico dos de los problemas que hoy por hoy tiene que afrontar son el de la objectivación
y generalización de los resultados (Maganto, 1996).

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