Trompo Editar
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Trompo Editar
Alcaldía de Valencia
Fundación para la cultura (FUNDACULTURA)
Colegio universitario de administración y mercadeo (CUAM)
Diplomado en Cultura Popular
Cuando llega la época de jugar el trompo, apréstense los chicos de toda Venezuela, afilan
puntas, solicitan clavos, piden pedazos de fuerte madera de “corazón de vera”, para resistir
en sus juegos las tremendas “mapolas” y para tener, a más de resistentes trompos
“servidores”, otros, de ágil baile, con los cuales pueda acertarse el cuerpo de los que
“sirvan”, después de haber perdido cuando se “pica la troya”.
Los niños pequeños conténtense con las inofensivas zarandas. Estas primas hermanas de los
trompos han adquirido ese nombre en Venezuela, pues el de zaranda se da a los cedazos en
otros lugares del mundo de habla hispana. Las zarandas son livianas, fabricadas con
materiales ligeros, y en la época de la máquina, han adquirido mecanismos que las vuelven
musicales. Sus cuerpos se cubren además con esbeltas líneas multicolores. Por los campos
los chiquillos y aun las personas mayores juegan, no con las pintadas zarandas de los
habitantes de las ciudades, sino con las que ellos mismos fabrican con sus totumas. Durante
la Semana Santa, por todo el país bailan sobre un largo pie de madera las zaranditas de
calabaza, con las cuales compiten en curioso juego que practican ambos sexos, hombres y
mujeres, niños y niñas.
Un investigador venezolano Walter Dupouy, realizó una curiosa encuesta sobre la “zaranda
de calabaza” y encontró que ese juego se práctica en caso todo el país, aunque existen
variantes en el modo de hacer girar la zaranda. En la mayor parte del territorio se impulsa
con una cuerda y un corto rectángulo de madera. En tal sentido, la zarandita de totuma, que
se fabrica de diversos tamaños, desde muy pequeñita hasta otra del tamaño de una gran
maraca musical, se diferencia de los trompos, para los cuales se usa, con el objeto de
impulsarlos, solamente un guaral.
La investigación sobre la zaranda realizada por Walter Dopouy, a la cual ya aludimos, nos
presenta la pregunta de su la amplia distribución del juguete en Venezuela, se debe a que
era conocido por los indígenas. Pero nada puede responderse a ello. Algunos investigadores
extranjeros como Koch Grünberg, lo han señalado en la Gran Sabana. Otros como Roth, lo
han encontrado en otras regiones guayanesas. Los etnólogos señalan que se halla en grupos
indígenas de Perú y aún más al Sur, pero nadie puede asegurar que fuese un elemento
cultural anterior al descubrimiento de América. Esta zaranda de totuma, que canta con
dulce silbido cuando su pie le permite estabilidad perfecta, podría haberse originado en
tierras no americanas. Desgraciadamente si poco sabemos de esta zaranda, tampoco
poseemos muchas noticias del trompo. Algunas menciones históricas lo sitúan en Inglaterra
ya en el siglo XIV, pero en el resto de Europa no atrajo la atención de los historiadores ni
escritores de costumbres. Un extraño silencio le rodea, cuando se habla con entusiasmo de
otros juegos infantiles. Desde luego, sabemos que el trompo nos vino de España, donde se
conocen algunas variedades con otros nombres; perinola, peonza.
Entre nosotros, como actividades de cortesía, los elementos culturales han cedido unos a
otros sus nombres y así, denominamos perinola a otro juego que nada tiene que ver con el
trompo y sobre la cual hablaremos otro día. En algunas regiones de Venezuela se juega con
lo que los españoles denominarían pequeña perinola, cubico, de madera, agudizado en el
extremo inferior y en cada una de sus caras planas se graba una letra que permite, según lo
que aparezca hacia arriba cuando cesa su giro, que no se prolonga mucho, tomar de las
apuestas que se hacen todo, o una cierta cantidad, o nada.
No sabemos cómo llego el trompo a España, si es que no se originó allí. ¿Fue transportado,
como tantas otras cosas, por los árabes? El mundo mediterráneo ha sido una marmita en
extraordinaria ebullición cultural durante milenios. Por las costas de su mar se han
trasladado rasgos de Europa a África y viceversa: de África al Oriente; desde China hasta
los países europeos. Y desde aquellos rumbos han saltado innumerables dones a América.
Los etnólogos, incansables, no se contentan con desconocer los orígenes y por eso insisten
en su pregunta: ¿De dónde llegaron el trompo y la zaranda a nuestras tierras americanas?
¿Es que existía la segunda por acá? Algunos se han atrevido a iniciar una respuesta: “Tal
vez la zaranda vino con los africanos; quizás los hombres esclavizados trajeron entre
canciones y sones de tambor, algunos juguetes. El trompo se ha conocido desde hace
mucho en África de allí podría proceder la zaranda nuestra”.
Es curioso que una palabra latina –turbo- y otra griega –rombos-, sean traducidas por
algunos autores como “trompo”. Sin embargo, hay quienes aseguren que en realidad se
refieren a algo distinto, al “zumbador”, a la “bramadera”, hermana gemela del gurrufío.
Como se sabe, este se empleaba en los misterios dionisíacos. ¿Estaría allí presente del
mismo modo el trompo? Son parientes por el pequeño rugir, por su acción de originar la
voz del viento, a voluntad. Y no sería imposible que el trompo, como la bramadera, hubiese
servido para ritos de fertilidad agraria y humana.
Resulta curioso que si aquellas dos palabras sirven, según los expertos, para designar dos
elementos emparentados, también en el lenguaje de los Andes Venezolanos se llama con un
solo término a la bramadera y el trompo: con la palabra “runche”. Alude, seguramente, al
sonido de ambos.
El trompo ideal para los jóvenes jugadores es el que “canta mucho y es liviano”. Puede ser
tomado con mucha rapidez en la mano, para empujar al trompo adversario y permite gran
puntería, para “picar la troya”. Se toma ventaja acertando en el centro o en las cercanías de
un tosco círculo que se traza en la tierra al iniciarse el juego. Y ello emparenta al trompo
también con ceremonias de tipo misterioso, con la cábala, en la cual se emplean espacios
cerrados para conjurar potencias misteriosas dela naturaleza. Y, podríamos preguntarnos:
¿Escuchan simultáneamente los sacerdotes de Dionisios el rugir dela bramadera y del
trompo? ¿Utilizaban, para secretas invocaciones de las potencias de la fertilidad, círculos
mágicos que ahora se han transformado en solo utilidad de juego?
https://www.redpatrimonio-ve.com/post/trompo-y-zaranda