Algunos Sainetes Olvidados de Ramon de La Cruz 1055178
Algunos Sainetes Olvidados de Ramon de La Cruz 1055178
Algunos Sainetes Olvidados de Ramon de La Cruz 1055178
Págs.
INTRODUCCIÓN ….…………………………………………….....……………………………………………....... 5
1. LA JUNTA DE PROPIOS Y ARBITRIOS (1761) ….…………………………………………………...............… 7
2. LA MAÑANA DE SAN JUAN (1762) ….………..……………………………………………………….………. 19
3. LAS MÁSCARAS (1765) ………………...………………..…………………………………………….......…….. 35
4. SAINETE PARA EMPEZAR TEMPORADA (1765) ..……………..………………………………………..….… 51
5. EL CABALLERO DE SIGÜENZA. DON PATRICIO LUCAS (1767) ..………………………….…...………… 62
6. LOS DESCONFIADOS (1a parte de LA ORQUESTA FEMENINA) (1774) ………………………..………… 82
7. LA ORQUESTA FEMENINA (1774) ………………………………….………………………………………..… 97
8. LOS TRES SACRISTANES (1776) ……………………………...……….…...………………………………….... 110
9. LA REFORMA DEL HONOR y dos intermedios (1777) ….……….…………………………………….….. 129
I. Intermedio primero. Primera introducción…………...………….…….…...…………………..…… 131
II. La reforma del honor………………………………………………………….…………..………..….… 135
III. Introducción ………………………………………………………………………….….……..………… 154
10. Intermedios para La espigadera: Introducción y NO HAY CANDADOS PARA AMOR CUANDO ES
BIEN CORRESPONDIDO (1778) ….……………………………………………………………………………..…... 157
I. Introducción ………………………………………………………………………………………………… 159
II. No hay candados para amor cuando es bien correspondido ………………………….……… 169
11. EL ENSAYO CON EMPEÑO (1782) ….……….………………………………………………….………….…. 185
Retrato de Ramón de la Cruz realizado por Alejandro Torres-Cuevas
I NTRODUCCIÓN
La selección de sainetes que se publican en esta edición abarca desde las primeras obras
de Ramón de la Cruz hasta los años que ven disminuir su producción, después de la
supresión del entremés en 1780. Cubre más de las dos terceras partes de su vida dedicada
al teatro y corresponde a la época más fecunda del sainetista, quien entregó más de 280
sainetes y entremeses a las dos compañías madrileñas entre 1761 (La junta de propios y
arbitrios) y 1782 (El ensayo con empeño), contra una treintena desde 1783 hasta el
estreno en 1792 de El muñuelo. Mi objetivo es dar a conocer algunas obras poco
conocidas u olvidadas, y sin embargo representativas de la trayectoria dramática de
Ramón de la Cruz.
Cuando aún me llamaba Mireille Andioc, había aprovechado en un artículo titulado
«Diecinueve sainetes desconocidos de Ramón de la Cruz» 1 los primeros resultados de
mis investigaciones para identificar, entre otros sainetes, La junta de propios y arbitrios,
La mañana de San Juan, Las máscaras, el Sainete nuevo de 1765, Los desconfiados (1a
parte de La orquesta femenina), Los tres sacristanes y El ensayo con empeño, que se
publican aquí; más tarde pude atribuir también a Cruz El caballero de Sigüenza y La
reforma del honor.
La selección que proponemos permite apreciar la evolución del dramaturgo a partir del
molde procedente de la tradición entremesil, aún perceptible en La junta de propios y
arbitrios, hacia una concepción innovadora de la representación teatral 2: la multiplicación
de los espacios escénicos en Los tres sacristanes, la repartición del diálogo entre el
interior y el tablado con el recurso a dos actores para interpretar seis papeles en No hay
candados para amor cuando es bien correspondido son buenos ejemplos de ese cambio
hacia lo espectacular o lo sorprendente.
Representan las piezas que hemos elegido los principales subgéneros que
caracterizaron la obra de Ramón de la Cruz: los sainetes de costumbres teatrales, los
cuadros de costumbres madrileñas o aldeanas con ocasión de fiestas como San Juan,
Carnaval o Navidad, que permitían ofrecer una visión contrastada de la sociedad, y las
adaptaciones del teatro francés.
Los cuatro sainetes de costumbres teatrales el Sainete para empezar temporada, Los
desconfiados y La orquesta femenina, y El ensayo con empeño son significativos de los
límites del concepto. Reflejan los problemas de los cómicos, eso sí: la abrumadora
responsabilidad del director (el «autor») en el Sainete para empezar, la deserción del
público en Los desconfiados y La orquesta femenina, la escasez de ingenios en El ensayo
con empeño. Pero también desarrollan una intriga totalmente inventada, cuyos personajes
son los actores (Los desconfiados y La orquesta femenina); en cuanto a El ensayo con
empeño, a pesar de la transposición a la realidad española, se inspira en una obra francesa.
1
Estudios escénicos, núm. 21, sept. 1976.
2
Véase al respecto el capítulo III de mi libro Le sainete à Madrid à l’époque de Don Ramón de la Cruz,
ed. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2009.
5
Es evidente pues que, si bien estaban destinados a dar parte al público de lo ocurrido en
las compañías, no hay que considerar estos sainetes como fieles reflejos de la vida teatral
de la época.
La mañana de San Juan, Las máscaras y Los tres sacristanes pertenecen al segundo
grupo que hemos definido, y hacen eco a las preocupaciones de los gobernantes del
momento, deseosos de evitar los desórdenes públicos. En La reforma del honor, aborda
Ramón de la Cruz una cuestión candente en la época: la necesidad de conseguir que los
hidalgos se dediquen a participar en la vida económica del país. Se hace pues el sainetista
el portavoz de la política de los ministros de Carlos III, insertando en sus diálogos
consideraciones moralizadoras que podían parecer a veces algo pesadas.
La junta de propios y arbitrios y El caballero de Sigüenza se imprimieron sueltos
anónimamente en la época, pero ninguno de los sainetes de nuestra selección figura en
los diez tomos del Teatro o Colección de los Saynetes y demás obras dramáticas de D.
Ramón de la Cruz y Cano, entre los Árcades Larisio 3 que dio el autor a la imprenta a
partir de 1786. Desechó Cruz los sainetes de costumbres teatrales (con excepción de El
entierro de la compañía de Ribera), y, curiosamente, los sainetes sacados de las comedias
de Molière, a pesar del éxito que tuvieron; es posible que las haya descartado a causa de
las críticas de Napoli Signorelli contra quien arremetió en el prólogo que presentaba la
edición de su Teatro.
Para terminar, diré que he adoptado el criterio de conservar los nombres de los actores
como figuran en los manuscritos, indicando en las notas el de los personajes que
interpretaban.
MIREILLE COULON
3
Madrid, Imprenta Real, 1786-1791.
6
La junta de propios y arbitrios
(1761)
Figuran las dos partes de El tío Felipe en el catálogo que entregó Ramón de la Cruz a
Sempere y Guarinos para su Ensayo de una Biblioteca española de los mejores escritores
del reynado de Carlos III 4. La primera parte, titulada también en las cuentas de los teatros
Los mayordomos de la aldea, la estrenó la compañía de Juan Ángel durante las funciones
del Corpus en 1761. En la lista de las copias que se hicieron para la misma compañía
desde el auto hasta Navidad aparecen seguidamente «el entremés de propios y arbitrios»
y el «sainete la junta de payos» 5, que escribió Cruz «para empezar la 2a temporada la
Compa de Juan Ángl», según el manuscrito autógrafo «a 21 6 de Agto de 1761» 7.
La Biblioteca Nacional de España custodia un ejemplar manuscrito de La junta de
propios y arbitrios, segunda parte de El tío Felipe; es el que publicamos aquí, después
de modernizar la ortografía bastante mala de la copia. Se imprimió (Madrid, 1791;
Barcelona, s. a.) con otro título: La cuenta de propios y arbitrios. Debió de gustar menos
que la primera parte, según los datos que proporcionan la Cartelera de la época, pues
volvió a representarse solo una vez en 1763 8.
Cuando Ramón de la Cruz empezó a escribir para el teatro, se mantenía la tradición
entremesil del alcalde de lugar 9 incapaz, ingenuo e incluso algo tonto. Miguel de Ayala,
famoso gracioso que pertenecía a la compañía de María Hidalgo, descollaba en aquellos
papeles 10 , y D. Ramón aprovechó sus dotes cómicas en El alcalde contra amor, por
ejemplo. Sin embargo, en otros sainetes como La civilización (1763, con el mismo Ayala),
El alcalde boca de verdades (1763) o Los alcaldes de Novés (1768), estrenados por la
otra compañía (María Ladvenant y Juan Ponce, respectivamente), la figura del alcalde de
aldea ya no es ridícula 11.
La junta de propios y arbitrios actualiza el tema, planteando la cuestión de la
administración de los bienes que pertenecían al municipio, es decir los propios, cuyos
ingresos habían de cubrir los gastos públicos, así como los arbitrios que gestionaban
fondos para el mismo efecto. Refleja el sainete la preocupación de los gobernantes de la
época por la situación en el campo; refiriéndose a los medios de que disponían los
municipios, Antonio Domínguez Ortiz cita «los ingresos procedentes de los bienes de
4
Madrid, Imprenta Real, 1785.
5
Biblioteca Nacional de España, Papeles de Barbieri, ms. 14016/1.
6
O 24.
7
Biblioteca Histórica de Madrid, Tea 1-166-48.
8
René Andioc y Mireille Coulon, Cartelera teatral madrileña del siglo XVIII (1708-1808), Fundación
Universitaria Española, Madrid, 2008, vol. II, p. 873.
9
Los alcaldes encontrados de Quiñones de Benavente, o La elección de los alcaldes de Daganzo, entre
muchos ejemplos.
10
Véase Mireille Coulon, Le sainete à Madrid à l’époque de Don Ramón de la Cruz, Pau, Publications
de l’Université de Pau, 1993; edición digital (corregida), Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, p. 156-
157.
11
Véase Mireille Coulon, op. cit., p. 489-490.
7
Propios, que en el siglo XVIII estaban ya muy mermados y pocas veces bastaban;
impuestos sobre artículos de primera necesidad, para lo cual los ayuntamientos solían
municipalizar tabernas, carnicerías, tiendas de aceite, etc. Este arbitrio era el más
corriente y también el más injusto, porque su peso gravitaba sobre los más pobres» 12. Una
de las medidas que se tomaron después del motín de Esquilache de 1766 fue precisamente
una reforma de los municipios. El tío Felipe, alcalde que abusa de su cargo proyectando
apropiarse los fondos públicos, reflejaba indudablemente uno de los problemas que era
necesario solucionar cambiando el funcionamiento de los concejos. El otro alcalde,
opuesto a las proposiciones del tío Felipe y consciente de sus responsabilidades,
encarnaba la honradez requerida.
La junta de propios y arbitrios es uno de los primeros sainetes que compuso Cruz, con
una estructura que abandonó pronto: dos partes materializadas, después de un cambio de
lugar y de personajes, por un cambio en la métrica, pasando de los endecasílabos (o
heptasílabos) con rimas pareadas al verso de romance con asonancia e-o.
12
Carlos III y la España de la Ilustración, Alianza Editorial, Madrid, 1989, p. 102.
8
LA JUNTA DE PROPIOS Y ARBITRIOS
SEGUNDA PARTE DEL TÍO FELIPE 13
---------------------------------------------
Salen todas las mujeres deteniendo a la Pereira, que saldrá con un vaso en la mano,
una soguilla liada al brazo, y un puñal en la mano derecha.
13
BNE, ms. 14595/7. El ejemplar impreso de la BHM (Tea 1-212-47) Saynete / intitulado / La cuenta de
Propios y Arbitrios / representado en los teatros de la corte / para ocho personas. Barcelona: en la oficina
de Pablo Nadal, Calle del Torrente de Junqueras, sin año, da la siguiente lista de personajes:
PERSONAS
Mariquita. Mariana. Paca. Tío Felipe, Alcalde.
Joaquina. El Regidor. Petra. Escribano.
En el manuscrito, hay dos alcaldes: El tío Felipe/Plasencia (Juan Plasencia, segundo barba) y otro alcalde
en lugar del regidor/Espejo (José Espejo, primer gracioso). Con Sebastiana Pereira (primera dama) en el
papel de Paca, María Ladvenant (segunda y tercera dama) en el de Mariquita; la graciosa era Petra. Mariana
(Alcázar, presumiblemente, segunda y tercera dama) era Mariana, Joaquina Moro (cuarta dama) era
Joaquina, y Juan Ladvenant (segundo galán) hacía el escribano. No sabemos quién era la graciosa, pues
Mariana Alcázar y María Ladvenant, que partían los empleos de segunda y tercera dama (que normalmente
era la graciosa) ya tenían su papel. Tampoco sabemos quién era la «María» de la lista del manuscrito, que
además no tiene texto propio en el sainete. Es posible que se haya recurrido a actores de la otra compañía
(la de María Hidalgo), como parece ser el caso de Diego Coronado, que era segundo gracioso en dicha
compañía y desempeña aquí el papel del alguacil.
9
Pereira ¡Ay, Amigas! que es hombre desgraciado.
Joaquina ¿Y no lo será más con tu atentado? 10
Pereira No, pues tendrá, quando a matarme acudo,
la fortuna siquiera de ser viudo.
Graciosa ¿Con que ha de ser tu muerte cosa de hecho?
Pereira El veneno lo diga.
Todas Buen provecho.
Pereira Mas no, que será amargo 15
(un trago tan fatal sin más descargo) 14.
Ahorcaréme con dos lazadas juntas.
Todas Nosotras tiraremos de las puntas.
Pereira Mas no es igual partido en el intento
apretar más la soga que el tormento. 20
Vaya el puñal que es muerte noble y seria;
pero puedo cortarme alguna arteria,
y que es mejor morir he discurrido,
después de haber ahorcado a mi marido.
Mariquita ¿Pues está sentenciado, o está preso? 25
Mariana Dinos ¿ha cometido algún exceso?
Joaquina ¿En un alcalde puede haber malicia?
Graciosa ¿Quién se le ha de atrever siendo Justicia?
Todas ¿Por qué de sus virtudes desconfías?
Pereira Porque él anda entre malas compañías. 30
Mariquita Mirad lo que decís, que el escribano
es mi marido.
Mariana Y mi primo hermano.
Joaquina y Graciosa También es nuestro tío el otro alcalde 15.
Pereira No os alteréis, que no es mi pena en balde.
Mariquita Pues dinos la razón, fuera de chanza, 35
o al cielo clamaremos por venganza.
Pereira Oíd: ya consta a toda la asamblea,
que en las fiestas del Corpus de esta aldea
fueron el tío Felipe y mi marido
mayordomos 16.
Mariana Es caso bien sabido. 40
Pereira Ya visteis qué función y qué placeres.
Mariquita Sin embargo de que hay sus pareceres.
Pereira Y sabéis que después en el sorteo
de alcaldes ascendieron al empleo.
Todas Es así.
Pereira Pues ahora los bribones 45
quieren subir de alcaldes a ladrones
y del caudal de propios, que no es suyo,
reemplazar lo gastado; con que arguyo
14
Este verso está sacado del impreso; imprescindible para la rima, falta en el manuscrito.
15
El alcalde encarnado por José Espejo.
16
El mayordomo de propios era «El administrador de los caudales y proprios de una Ciudad o Villa»
(Diccionario de Autoridades).
10
que al venir a tomarles residencia 17,
será la horca poca penitencia. 50
Ved, pues, si con razón me desespero.
Mariquita Remedio tiene el caso, a lo que infiero;
reducirlos a bien con el halago.
Mariana Es muy lento remedio a tal estrago:
hacerlos ver palpable su desgracia. 55
Joaquina Eso es poco; llorad con eficacia,
pues en el llanto están nuestros blasones.
Graciosa Con los hombres de bien, no con ladrones;
y es preciso buscar más alto medio.
Pereira ¿Veis si digo yo bien, que no hay remedio? 60
Mariquita ¿Cómo que no le hay, cuando yo intento
ponerles a la vista el escarmiento?
Todas ¿De qué suerte?
Mariquita Seguirme presurosas,
con silencio, festivas y gustosas;
y veréis que burlándolos, tenemos 65
remedio y diversión.
Todas Ya obedecemos
todas (a) 18 tu opinión.
Mariquita Pues por la mía
Todo ha de ser jolgorio, y alegría;
y pues hoy a concejo están citados,
por cogerlos del todo descuidados, 70
para evitar sospecha,
canto para hacer bien la desecha. 19
Vanse dando una vuelta, y tocan del concejo un cimbalillo, y salen de payos los
hombres que pudieren, y detrás Labenán de escribano, Espejo y Plasencia de alcaldes,
habiendo prevenidos bancos, y mesa.
17
Residenciar: «Tomar cuenta un juez a otro, o a otra persona que ha ejercido cargo público, de la conducta
que en su desempeño ha observado» (DRAE).
18
Así en el ejemplar impreso.
19
En el ejemplar impreso, se han añadido el siguiente diálogo, y el canto:
Todas Pues vamos sin tardar.
Paca Vamos, amigas,
que con vosotras descansan
mis fatigas.
Cantan Vaya, pues, de alegría,
Fiesta y bureo,
Y enlácese la broma
Con el intento.
Ea, muchachas,
Ánimo, que concluye
La temporada.
11
no habrá que esperarlos.
Espejo Cierto;
Alguaciles, a cerrar
la puerta, y tomar asientos. (Tocan una campanilla)
Todos Sepamos a qué venimos.
Plasencia Ahora lo sabréis; silencio: 80
súbditos afortunados
de haber alcanzado tiempo
de que os gobierne cabeza
con cinco pares de sesos;
aunque parezco bolonio 20, 85
y sólo me llama el pueblo
el tío Felipe.
Todos Por muchos
años.
Espejo Felices, y buenos.
Plasencia Ita pariter 21. Sabed
que tengo el entendimiento 90
mayor que un libro de a folio
encuadernado en pellejo;
y en prueba, sabed que a costa
de discursos y desvelos,
la piedra filosofal 95
he hallado, y a todos quiero
la felicidad alcance
con solo el conocimiento.
Espejo Compañero, vamos claros:
si directo o indirecto 100
hay pacto para ser rico,
ved que soy cristiano viejo.
Plasencia Usted será viejo, y pobre;
porque, amigo, en este tiempo
el que no trata ni contrata 105
se entierra en el cementerio.
Todos Ah, tío Felipe, la piedra
filosofal ver queremos.
Plasencia Esta es.
Todos Esa es la vara.
Plasencia ¡Ahí es nada lo que vieron! 110
¿Saben el oro que puede
valer la vara de un pueblo,
si el alcalde que la lleva
es hombre de algún manejo?
Todos ¿Cómo?
Plasencia Vamos: yo explicando, 115
y vosotros entendiendo.
¿Los caudales de los propios
20
Necio, ignorante, como los alcaldes de la tradición entremesil.
21
Igualmente.
12
no están del ayuntamiento
a disposición? Sí están.
¿Son propios? Luego son nuestros. 120
Pues si son nuestros, ¿por qué
no pagaré lo que debo
yo con aquello que es mío?
Ítem: si el caudal expuesto
es de arbitrios, y el arbitrio 125
yo para pillarlo encuentro,
¿por qué me he de estar sin él?
Ítem: todo el argumento
se reduce a dos palabras.
Este año los dos podemos 130
aprovercharnos; después
entran don Antonio y Diego:
estos nombran cuando salen
a don Lucas y a don Pedro,
así sucesivamente; 135
y los que quedan tras estos...
Espejo Puf.
Plasencia ¿Qué ha sido eso?
Espejo Escupir.
Plasencia Vuelven a elegirnos luego
a los dos; de modo que entre
los que estamos aquí dentro, 140
hoy por mí, por ti mañana,
se va quedando el dinero.
Todos Dice bien.
Espejo No dice bien.
(Aquí de todo el esfuerzo
legal) ¿Qué es hurto? ¿qué es hurto? 145
pregunta un autor moderno;
y se responde a la vuelta:
hurto es usar de lo ajeno,
sin voluntad espontánea
del libre natural dueño 150
de la cosa usual. Aquí
la atención de mi consejo:
¿de quién es este caudal,
o parte? del jornalero;
pobrecito, pobrecito 155
que lo quita del sustento
para la contribución;
hay más: ¿quién tiene el derecho
a estos bienes? ¿la obra pía,
la comunidad del pueblo, 160
el menor, cétera, et cétera.
¿Y unos y otros convinieron
al hurto intentado? Nada,
ni se les dio parte de ello;
13
pues, señor, ¿adónde estamos? 165
vaya, vaya, que el exceso
es criminal, ya lo he dicho
sin convenir en el hecho:
porque, como está gritando
una ley, que yo no entiendo, 170
facientes et consentientes
omnes puniri debent 22.
Plasencia Si usted es alcalde de letras
más gordas que ese tintero,
¿a qué es eso de la ley, 175
y decir si hay más o menos?
Espejo Porque es así; y si no, dadme
en contra más claro texto.
Plasencia La costumbre; si no, diga
el escribano lo cierto, 180
pues por práctico es quien puede
hablar en punto de enredos.
Labenán De modo es que hurtarlo todo
no lo he visto; pero eso
de tomar lo necesario, 185
los más alcaldes lo han hecho.
Plasencia Pues yo no lo quiero todo,
que de once partes contento
estaré con diez y media. 23
Espejo Contentaos con aquello 190
que es vuestro, tío Felipe,
y en profusiones no andemos.
Plasencia Cogite: si usted sabía
que es la profusión enredo,
¿por qué puso a la tarasca 24 195
cabriolé, merlín, y vuelos
de blondas 25, cuando para ella
bastaba lienzo casero?
Todos Dice bien.
Espejo Pues si lo dice,
a bien que 26 ni salgo ni entro, 200
22
«Facientes» por «hacientes», «consentientes» por «consencientes»: «que consiente alguna cosa mala»
(DRAE); se refiere la frase latina (= deben ser castigados) al refrán «hacientes y consencientes merecen
igual pena».
23
En el ejemplar impreso, la versión es algo distinta:
Pues yo no lo quiero todo,
como todos están viendo,
que de once partes y media,
estaré con diez contento,
y es harta moderación.
24
Figura de sierpe monstruosa que se saca durante la procesión del Corpus.
25
El cabriolé era una especie de capote, el marlí (palabra deformada aquí) una tela parecida a la gasa, y los
vuelos de blonda volantes de encaje de seda; eran elementos propios del atavío de las petimetras.
26
Afortunadamente.
14
ni debo responder cuando
se den cuentas del dinero.
Plasencia Sí señor, que el escribano
y yo somos tan mostrencos
que no las hemos formado 27 205
de modo que nos quedemos
con cerca de cien mil reales,
y alcanzamos otros ciento.
Todos Eso ¿cómo puede ser?
Plasencia En las cuentas lo veremos; 210
¿a dónde están, escribano?
Labenán Aquí las traigo en el pecho.
Plasencia Leer cualquiera partida.
Labenán La primera es: ochocientos
ducados para el doctor. 215
Ponce ¿Cómo, si no le tenemos
un año ha?
Plasencia Esa es la gracia:
que lo pagan, sin remedio
ni médico que le aplique.
Ponce ¿Pues no ves que han de echar menos 220
el recibo?
Plasencia ¿Que os parece
le falta ese documento?
leed, escribano.
Labenán Aquí dice,
a vueltas del libramiento:
«Recibí», Dn Gil García. 225
Espejo ¿Pues quién le firmó?
Plasencia Yo mesmo.
Espejo Eso es fraude.
Plasencia Poco a poco,
que de todo tiene el cuento:
el Dn Gil será mentira;
pero el recibí es muy cierto. 230
Espejo Vos solo habéis de firmar
y jurar la cuenta.
Plasencia Niego,
que ahí entra por no saber;
lo firmó un testigo a ruego.
Ponce ¿Pues no firmáis los recibos? 235
Plasencia De modo que no estoy diestro,
y aunque escribo cuando tomo,
se me olvida cuando entrego.
Espejo Tío Felipe, vamos claros,
eso es ser ladrón protervo 28. 240
Plasencia ¿Qué os he quitado?
27
La versión del ejemplar impreso parece mejor: «que nos las hemos forrado».
28
«Obstinado en la maldad, perverso» (DRAE).
15
Espejo A mí nada.
Plasencia Pues me lo habéis de hacer bueno:
¿Alguacil?
(Dentro) Señor, ¿qué mandáis?
Plasencia Ponerle al instante preso,
que yo no he quitado nada; 245
y aunque es verdad que lo pienso,
no le toca a él acusar
ni castigar pensamientos;
vaya a la cárcel.
Espejo Justicia,
justicia venga del cielo. 250
Sale Coronado Señores, que en el lugar
toda una audiencia tenemos,
y aquí se acerca.
Plasencia ¿Pues cómo
sin darme parte?
Salen las mujeres de golilla; la Mariquita de juez, la Paca de escribano, y las demás de
alguaciles.
29
Acotación que falta en el manuscrito.
16
Mariquita Para
venir en conocimiento.
Lee Pereira Para reparos de cárcel,
y casas de ayuntamiento 280
cuarenta y cinco mil reales.
Mariquita ¿Quién ha visto gastar esto?
Todos Nosotros no lo hemos visto.
Plasencia Mienten, que todos lo vieron.
Mariquita ¿Y quién hizo esos reparos? 285
Plasencia Yo los hice.
Mariquita ¿Qué, sois diestro?
Plasencia Sí, señor: todos los días,
cuando voy o cuando vengo,
miro o reparo 30 las casas,
y después tomo el dinero. 290
Mariquita Buen arbitrio.
Espejo El escribano
me está matando de miedo,
porque se parece mucho
a mi mujer, y le temo. 31
Mariquita Soltad a ese, y encajad 295
a este bribón en el cepo.
Pereira Mejor es que vayan juntos,
y cuantos están con ellos.
Todos ¡Zape!
Mariquita Saber es preciso
del caudal el paradero 300
antes.
Plasencia Yo confesaré.
Mariquita Diga, pues. Dejadle suelto.
Plasencia Señor, se gastó en las fiestas.
Mariquita ¿Pues qué tuvisteis de bueno?
Plasencia Mucho; pero sobre todo 305
unas muchachas.
Espejo En eso
yo soy el primero que
disculpo a mi compañero.
Todas ¿Qué habilidades tenían?
Espejo Ser hermosas lo primero, 310
y lo segundo que cantaban
con tal primor... si me acuerdo,
en lugar de hablar me río
de modo que me estremezco. 32
30
Juego con los dos sentidos de «reparar».
31
Será un aparte.
32
En lugar de estos dos últimos versos, hay en el ejemplar impreso el siguiente diálogo:
Mi compañero remeda
a la una con acierto,
y os podrá desengañar.
Mariquita Muy bien está: vamos viendo
17
Plasencia Era un primor.
Espejo Pues no es nada: 315
su rostro era tan perfecto...
Pereira ¿Qué, ya te olvidas del mío?
Pues yo veré si me acuerdo
de mis uñas.
Todas Y nosotras
también escarmentaremos 320
a esotros tunos.
Los dos Demonios,
dejarnos, que estamos muertos.
Pereira Y nos habéis de dar gracias:
que este ha sido aviso cuerdo
para evitar que otro juez 325
os mande castigar recio.
Mariquita Pues se acabó este capricho,
habiéndonos descubierto,
¿qué hacemos aquí?
Espejo Esperarse,
que ya que habéis hecho 330
tal burla, habéis de cantar.
Mariquita Las tres te obedeceremos. 33
Todos Pues afuera te esperamos.
Espejo Y supuesto que aspiramos
a divertir no molestos, 335
Todos con el perdón de las faltas
se premien nuestros deseos.
esa habilidad.
Alcalde Señor,
¿no conocéis que es enredo?
él sabe unas siguidillas
que cantaban.
Mariquita Yo no creo
a ninguno: canten ambos,
o juntos irán al cepo.
Los dos Ya no hay resistencia: vaya,
si hemos de llorar, cantemos. (Canta el regidor.)
[Mariquita] Cómo tan tarde vienes
cuando te aguardo? (Canta el alcalde.)
Porque sin mí te hallas
con más descanso.
¡Conmigo burlas! (Canta el regidor.)
¡A mí desprecios! (Canta el alcalde.)
Los dos Yo te ofrezco vengarme;
pero no puedo.
33
En lugar de este verso, pone el ejemplar impreso: Yo por todas os lo ofrezco / después, y dejadme ahora.
18
La mañana de San Juan
(1762)
34
Madrid, Imprenta Real, 1785.
35
Archivo Municipal de Madrid, Ayuntamiento, 1-361-2.
36
Mireille Andioc, Estudios escénicos n.º 21, sept. 1976, p. 139.
37
BNE, ms. 14529/16/1.
19
actúa una graciosa que no puede ser la Granadina, porque se produce una riña entre las
dos mujeres, hay personajes designados anónimamente (músico 1º, músico 2º, uno, otro,
un soldado), y actores que no aparecen ya en el reparto (José Campano y Dionisio de la
Calle, entre otros).
En el entremés se suprimieron varias secuencias (la seguidilla del principio y los
versos 94-116 con el canto de Mariquita, la vista del río y el canto de las lavanderas), pero
en cambio, se dio más importancia al papel de Chinica, que en 1763 acababa de ascender
al empleo de segundo gracioso.
Es muy probable por lo tanto que las dos partes del texto de la BHM que reproducimos
aquí correspondan a dos años distintos, siendo la primera la más antigua, la del estreno
pues.
20
Fin de fiesta
LA MAÑANA DE SAN JUAN
Para el auto del Pleito Matrimonial
Año de 1762 38
Antes de dar principio se pondrán a la vista los cuatro balconcillos que servían para la
Calabresa, de forma que se puedan asomar las figuras que se citen, y salen con
guitarras Ribas 39 Campano 40 y Labenán 41 con la Joaquina 42 de maja, y pasan cantando
este fandango:
Orilla de Manzanares
iba el tío Palomares,
de Manzanares orilla
el tío Palomares iba,
Santo Cristo de la Luz &.
Éntranse con grita y salen Juan Manuel 43 con otra guitarra, Eusebio 44 con violín y otro
con bandurria, cantando Juan Manuel esta seguidilla:
Pasan con igual grita, y se asoman a los dos balconcillos primeros las señoras
Pereira 45 y Paula 46.
38
BHM Tea 1-165-33 A; las informaciones relativas a los cómicos proceden de la obra de Cotarelo y Mori
Don Ramón de la Cruz y sus obras. Ensayo biográfico y bibliográfico, Madrid, 1899.
39
Manuel de Rivas, vejete; hace un papel de músico.
40
José Campano, parte de por medio; hace un papel de músico.
41
Juan Ladvenant, segundo galán, o más probablemente Rafael Ladvenant, parte de por medio; hace el
papel de D. Francisco, músico.
42
Joaquina Moro, cuarta dama; hace un papel de maja.
43
Juan Manuel López, segundo músico de la compañía; en el sainete, hace un papel de músico.
44
Eusebio Ribera, parte de por medio; hace un papel de músico.
45
Sebastiana Pereira, primera dama; es la vecina de doña Ana.
46
Paula Martínez Huerta, segunda dama; hace el papel de doña Ana.
21
y a no ser por las criadas,
que no han querido acostarse 5
por divertirse si pasa
estuvieran ya cerradas.
Pereira Cierto que es extraño ver
que alguna música no haya 10
una noche de San Juan
en esta calle con tantas
hermosuras como en ella
con imán para arrastrarlas.
Paula Sólo algunas musiquillas 15
de violines y guitarras
han pasado, y yo no gusto
de cosas tan ordinarias.
Pereira Yo lo creo, pero a mí (con falsedad)
aún me queda la esperanza 20
de oír alguna que esperáis.
Paula La que a vos os den aguardan
también mis oídos.
Pereira ¡Bueno!
¡Ay, querida! Las casadas
salimos de esos cuidados. 25
Paula Mucho más desocupadas
solemos estar nosotras.
Mucho don Antonio tarda (aparte)
con la música ofrecida.
47
Juan Ponce, tercer galán; vecino de doña Ana en el sainete.
48
Juan Plasencia, segundo barba; hace el papel de D. Lucas.
49
«Llaman vulgarmente al que hace professión de ser guapo y valentón» (Diccionario de Autoridades);
adjetivo que se aplicaba particularmente a los majos más arrogantes.
22
Por el otro lado sale apresurado Nicolás 50 y hace señas a la Paula y pasa con los
versos.
Salen de maja en cuerpo la señora Mariquita 51 y Espejo de usía con capa siguiéndola.
Espejo Mocita.
Mariquita Échelo del cuerpo.
Espejo Niña.
Mariquita Lo demás en plata. 70
50
Nicolás de la Calle, primer galán; en el sainete es D. Antonio.
51
María Ladvenant, tercera dama (graciosa); hace un papel de maja.
23
Espejo Vete a espacio 52.
Mariquita No quiero;
si el paso se le embaraza,
váyase por la otra cera 53,
que la calle no es poco ancha.
Espejo ¿Oyes?
Mariquita Desde que nací. 75
Espejo Escucha, no seas ingrata.
Mariquita La reconvención me gusta.
Diga usía sota de espadas,
¿qué espuerta de pesos gordos
le debo, para que vaya 80
satisfaciendo la deuda?
¡La ingratitud y su alma!
Sobre que algunas presonas
juzgan que todo lo arrastran
a título y suficiencia. 85
Espejo ¿A cómo vale la vara
de ese garbillo?
Mariquita Está ya
toda la pieza comprada;
con perdón de usía, me siento; (siéntase)
a ver si por aquí pasa 90
cierto contrabando.
Espejo Espera,
repartiremos la capa.
Mariquita Anda fuera, carro de oro.
Espejo ¡Válgame Dios, qué muchacha!
Amiga, pájara eres. 95
Mariquita Pájara soy, y canaria;
pero poca gente suena
para entrarme a mí en la jaula.
¡El demonio del endino 54!
Afuera, que aquí no campan 100
pelucas de lana churra
ni chupas de raso, vaya
a las usías que están
al balcón desocupadas
aguardando a que las digan. 105
Pereira No sea desvergonzada.
Mariquita Que si quieres manteleta,
y habrá cenado ensalada
de pepinos y agua de
la cueva.
Espejo ¡Qué bien lo parlas! 110
Mariquita Pues mejor lo canto.
52
Despacio; «aspacio» en el ejemplar A; deformación del habla popular.
53
Sic, por «acera».
54
Indigno.
24
Espejo Eso
no es mucho siendo canaria.
Mariquita Si juzga que miento, escuche
[cómo cantan estas pájaras 55]:
Corte del alma mía,
Nobleza amada,
sólo es quien os estimala
Labenana 56.
Esto es muy cierto,
pero tampoco olvido a
mis Mosqueteros 57.
Pereira Mejor es esto que cuantas
músicas pueden pasar. 115
Plasencia La picarilla es alhaja.
Nicolás No os apartéis del balcón,
hermosísima doña Ana,
que ya la música viene.
Paula Ya me canso de esperarla. 120
En muchas partes primero
debió de estar empleada.
Nicolás Por el sol que nos alumbra…
Plasencia A las dos de la mañana,
juramento es que hace fuerza. 125
Nicolás Que vos habéis de estrenarla;
voy a dar la orden.
Paula Tened;
¿y vienen clarines y flautas?
Nicolás Ochenta y cinco instrumentos
vienen, y si más hallara, 130
más trajera, y les he dado
a doblón de a ocho por barba
anticipado, además
de la cena y zarandajas. (vase)
Pereira ¿Viene a disculparse, digo, 135
de no traer la orquesta?
Paula Nada
menos que eso, antes me dice
que del balcón no me vaya.
Espejo Niña, si usted tiene miedo,
me acercaré a acompañarla. 140
Mariquita Amigo, más vale ir sola…
Espejo No acabes el refrán, calla.
55
Sobra este verso, o falta uno para la regularidad métrica; por eso lo ponemos entre corchetes y lo saltamos
en la numeración de los versos.
56
Apodo de María Ladvenant.
57
Eran los espectadores del patio, que asistían de pie a la función.
25
Por una puertecilla de las de debajo del balcón sale Francho 58 desnudo con una silla.
Apodo de Gabriel López, parte de por medio; muy popular, fue uno de los mejores graciosos de su época;
59
26
Francho ¡Qué bulla que mete el hombre!
Plasencia Silencio, que viene gente 60.
60
Verso añadido en el ejemplar A; falta en el B.
61
María Bastos, sexta dama; hace el papel de Maruja, maja, en la primera parte del sainete.
62
Blas Pereira, cuarto galán.
63
Este verso y los tres anteriores están añadidos con letra distinta.
64
¿?
65
Algarroba (fruto).
27
y agradezca a que es mañana
el día que es.
Mariquita ¿Qué mejor día
para zurrarse dos guapas?
Bastos ¿Usted sabe que he venido
a Madrid desde Granada 66 220
sólo a buscar ocasión
de darla cien bofetadas?
Mariquita ¿Y sabe usted que yo he estado
aguardando a que llegara
por ponerme en el paraje 225
de sacudirla otras tantas?
Bastos Pues ¿a qué hora las sacude?
Mariquita Al instante.
Bastos ¡Al arma!
Mariquita ¡Al arma!
Espejo Tengan; yo haré bueno el campo
y seré padrino de ambas. 230
¿Lidian con armas iguales?
Las dos Véalo si quiere probarlas
el espantajo. (zúrranle)
Espejo ¡Ay de mí,
que me ahogan, que me matan!
Blas No hay que alborotar el barrio. 235
Espejo ¡No más majas, no más majas!
Ponce ¿Habrá mayor desvergüenza?
Váyanse de ahí a la plaza
de los toros a gritar. 67
Pereira No sabían que hacían mala 240
obra y que estabais dormido.
Ponce Está la noche templada,
y el fresquillo reconcilia
66
En el ms. A: «¿Usted sabe que he salido / tan temprano de mi casa / sólo…». La versión que proponemos
es la de 1762, cuando María Bastos, que antes trabajaba en Granada, integró la compañía de Águeda de la
Calle. Cambiaron el texto cuando volvió a representarse el sainete, porque María Bastos pasó desde el año
siguiente a la compañía de María Hidalgo.
67
En el ms. A, hay un papelito pegado con los siguientes versos, que corresponden a una representación
posterior:
Váyanse las bribonazas,
no el barrio alboroten.
Paca Ea,
anda fuera media bata
el demonio de la usía
y habrá cenado ensalada
de pepinos, y agua de
la cueva.
Paula ¡Hay mayor infamia!
y ella ¿qué cena? ¿mondongo?
Paca (tachado en el ms. B >Mara) ¿Tengo yo tripa de hidalga?
yo he comido unas perdices
de cuello largo.
Plasencia ¡Caramba!
28
el sueño. (un cohete dentro)
Paula Ya está en campaña
la música.
Sale Nicolás, y detrás Calderón 68 y Niso 69, de granaderos, otro con una hacha, otro
soltando cohetes y algunos con bancos y atriles, y las señoras con instrumentos y los
hombres que puedan, y forman la orquesta al foro.
68
Felipe Calderón, primer barba.
69
Apodo de Dionisio de la Calle, supernumerario.
29
Lavenán ¿Quién sois?
Plasencia Yo.
Lavenán ¿Quién es yo?
Plasencia Un hombre de capa 280
que todo lo fía, porque
resuelve no pagar nada.
Todos ¡Vaya fuera, vaya fuera!
Campano ¿Se ha de quedar sin venganza
el chasco?
Todos No; lleve tunda. 285
Nicolás Apelemos a las plantas. (vase)
Plasencia No os apartéis del balcón,
hermosísima doña Ana,
que ochenta y cinco instrumentos
vienen ya.
Paula De avergonzada 290
me retiro; agur, vecina.
Pereira No ha sido mala matraca
la música; al río vamos,
no se pierda la mañana
ya que perdimos la noche. 295
Todos Vamos allá.
Espejo No más majas;
si no hay usías me vuelvo
al instante a la posada. (vanse)
Se descubre la vista del río en que estarán las señoras que quedan de lavanderas
cantando, Niso 70 en una mesilla de aguardiente, y los demás irán saliendo en la forma
que dirán los versos para adornar el tablado.
70
En la primera parte, era granadero: ahora es aguardentero.
71
En la primera parte del sainete, era granadero.
72
En la primera parte era músico.
30
Sale Antonio 73 ¡Agua
fresquita de Recoletos! (salen Granadina 74 y Ponce)
Ponce Maruja, ¿sabes qué digo?
Que está el paraje desierto.
¿Quiés sentarte?
Granadina Si quisiera, 305
conmigo traigo el asiento.
Ponce ¿A que me voy?
Granadina Vaya un cuarto
a quien se muda primero.
Ponce Parece que estás de tema.
Granadina ¿No es cosa de fundamento 310
haberme puesto en paraje
de perderme?
Ponce Deja eso
y siéntate aquí conmigo.
Granadina Me retorciera el pescuezo
primero que no asentarme. 315
Ponce Pues canta mientras yo duermo.
Granadina No quiero.
Ponce Canta, Maruja.
Granadina No canto yo de provecho
donde está la Telisfora.
Ponce ¿Me cantas, o te solfeo? 320
Granadina Yo no hago nada por fuerza.
Ponce Hazlo porque te lo ruego.
Yo no volveré a mirar
a la otra, y quedaremos
amigos; toca.
Granadina ¡Oh! por bien 325
me llevarán de un cabello;
escucha esta tonadilla.
Ponce Con todo gusto te atiendo.
Todos Bella noche.
Pereira Ya me pesa
no haber venido a paseo 330
mucho antes.
Ponce De ese modo
perdíamos el festejo
que a mi señora doña Ana
dio don Antonio.
Paula Dejemos
esa matraca, que aguanto 335
muy poco cuando no quiero.
Plasencia No he conocido mujer
que aguante mucho aun queriendo.
Apodo de María de la Chica, tercera dama (graciosa) en 1763; hace el papel de Maruja, que desempeñaba
74
31
Pereira Señores, razón será
que algún rato nos sentemos. 340
Paula Tended la capa, don Lucas.
Plasencia Tiéndase la de don Pedro,
que la mía habrá diez años
que me costó cuatro pesos,
y no quiero deslucirla. 345
Pereira Somos cuatro y no cabemos.
en una sola.
Plasencia Estrecharse
o sentarse sobre el suelo,
que yo si antes no le barren
muy bien, mi capa no tiendo.
Llega Espejo A tan gran necesidad
no cumplía un caballero
si no tendiera su capa,
su peluca, su sombrero, 350
chupa, justillo…
Pereira Aguardad,
que parece estáis resuelto
a quedaros indecente.
Espejo Y aún es poco si merezco
emplear en tales bellezas 355
dos pares de chicoleos,
que es estar en tales noches
ocioso gran desconsuelo.
Paula Pues allí tenéis la puente
que está todo el año entero 360
aún más ociosa que vos
y atenderá sus requiebros. 75
Espejo Desgraciado soy con mozas;
voy por ahí a ver si encuentro
otro placer que divierta 365
atrevidos pensamientos. (vase y salen Lavenán y Nicolás retirados)
Lavenán ¿Vos, don Antonio, tan solo?
Nicolás Citado a este sitio vengo
de una dama a quien he dado
de ochenta y cinco instrumentos 370
cierta música esta noche.
Venid conmigo, veremos
si está por aquí. Dios quiera (aparte)
librarme de tal encuentro.
Pereira Yo tengo una sed que rabio. 375
Paula Y yo una hambre que me pelo.
Plasencia Que no vendan aquí nada
para comer…
Calderón ¡Bollos tiernos!
75
Medio verso añadido en el ms. A:
«Chinita A mis barquillos.»
32
Campano ¡Cerezas y guindas!
Antonio ¡Agua
fresquita de Recoletos! 380
Plasencia Mirad, señoras, qué claro
anuncia el sol el lucero.
Los dos ¡Bollos, agua!
Plasencia Ved allí
el signo de Virgo opuesto
al de Capricornio.
Pereira Aquí 385
agua y fruta ya tenemos.
Plasencia También esta allí el de los
ochenta y cinco instrumentos
que os puede convidar.
Nicolás Fuerza
es llegar, que ya me vieron. 390
Paula Viva, señor don Antonio.
Todos Todos os agradecemos
el buen rato.
Nicolás Agradeced
la voluntad por lo menos.
Calderón ¡Bollos!
Campano ¡Cerezas y guindas! 395
Antonio ¡El agua de Recoletos!
Ponce Señor don Antonio, ahora
es de desquitarse tiempo.
Nicolás Fuera ofender el blasón
de tan hidalgos sujetos 400
el querer anticiparme.
Plasencia y Ponce Los dos gustosos cedemos
la acción.
Nicolás Esa siempre ha sido
de los que llegan primero.
Paula Ir con damas y porfiar 405
por no pagar, caso es nuevo.
Pereira Nunca he visto tan urbanos
y galanes caballeros.
Los que venden Pues vaya a la buena barba,
al usía se la haremos. (aparte) 410
Ponce Me conformo. (toman las señoras)
Plasencia Sea en buen hora.
Nicolás Y yo también me convengo;
don Francisco ¿tenéis ahí (a Labenán)
un peso gordo?
Lavenán No tengo.
Nicolás ¿Y una peseta?
Labenán Tampoco. 415
33
Nicolás Vengan cuartos.
Lavenán Es menguante,
y aún la luna está sin ellos.
Nicolás Dádmelo en vellón.
Lavenán No traigo,
porque hoy me quitó el barbero 420
el que tenía 76.
Nicolás Dios ponga
en vuestras tres bocas tiento.
Ponce ¿Cuánto importa todo el gasto?
Calderón Catorce cuartos y medio.
Nicolás Friolera.
Campano Pues si lo es, 425
pagadla vos, caballeros.
Nicolás Sois un voto; aún faltan dos.
Los dos Los dos votamos lo mesmo.
Nicolás Buena chanza, ustedes vayan
a burlarse a los infiernos. 430 77
Calderón No es mala chanza; en camisa
ha de quedar como luego
no nos suelte la moneda.
Los dos ¿Qué hacéis?
Nicolás Sentarme (siéntase) 78
y pues no hay otro remedio, 435
empezarme a desnudar
para pagar el refresco.
Todos ¡Vítor, vítor el usía!
Nicolás ¿Por dónde tendré más presto
salida? (huye) 79
Todos Ataja ese pabo. 440
76
Juego entre el vellón (moneda) y el vellón (lana de la oveja que se trasquila), por la barba que le ha
afeitado el barbero.
77
Entre este verso y el 435, es posible que falte uno, porque hay una ruptura en la regularidad de las
asonancias.
78
Incluimos esta acotación sacada del ejemplar A; no está en el B.
79
Véase la nota anterior.
80
Véase la misma nota.
81
En el ms. A, después de «Ataja ese pabo», se concluye el sainete así:
Espejo A prevenirles a ustedes
que callen y se estén quietos,
o se oculten para oír
a cuatro o cinco sujetos
que aquí se acercan cantando.
Ponce Pues ocultos escuchemos,
y pidamos al concurso
que perdonen nuestro yerros.
34
Las máscaras
(1765)
El sainete, nuevo también, era Las resultas de los saraos, de Ramón de la Cruz.
82
En los «gastos de tablado», así estaba apuntado el programa del 31 de diciembre de 1769 (Archivo
83
35
era usual cuando servía el texto para los ensayos y no estaba destinado a la impresión;
hemos modernizado la puntuación y la ortografía, con excepción de algunas formas
antiguas («destruillas» por ejemplo) que imponía la rima. Las informaciones relativas a
la composición de la compañía están sacadas de la obra de Emilio Cotarelo y Mori Don
Ramón de la Cruz y sus obras. Ensayo biográfico y bibliográfico (Madrid, 1899).
36
LAS MÁSCARAS 85
85
BNE, ms. 14602/29 (copia): «Sainete / Las Mascaras
de dn Ramon de la Cruz (letra y tinta distintas)»
86
Sic.
87
José Espejo, primer barba.
88
Juan Ponce, tercer galán.
89
José Ibarro, cuarto galán.
37
esta tarde los he de ahorcar a todos.
Ibarro ¿Qué nueva causa hay para ultrajalles?
Alcalde Andar enmascarados por las calles 20
dándole a la Justicia pesadumbre.
Ponce ¿No sabéis cuán antigua es la costumbre
de este lugar, y que en Carnestolendas
hay máscaras, hay bailes, y hay meriendas?
Alcalde Apruebo las meriendas y las pruebo; 25
mas los bailes y máscaras no apruebo.
¿Tapar la cara? Si aun al conocellos
no se puede averiguar uno con ellos.
No, no.
Alguacil Mirad, que es rato divertido
ver en la dama el baile y el vestido, 30
la variedad, y el gusto.
Alcalde ¿Conque lo he de tragar, justo o injusto?
Ponce Como cualquier alcalde lo ha tragado,
y si no, ya que estáis más sosegado,
sentaos, y con juicio y con refleja, 35
examinando id cada pareja
y enmendad lo que halléis que os desagrada 90.
Alcalde Pues los tres ocupemos esta grada
y que vayan llegando.
Ibarro Ya están todos mis señas esperando 40
para entrar en la Plaza.
Alcalde Cuidado que no os pongan una maza,
escribano.
Ponce Que aquí somos lebreles.
Alcalde Pues cuidado no os echen cascabeles.
¿Salen, o se me apura la paciencia? 45
Ibarro Llegad, que ya el alcalde da licencia.
Al son de tambor y pífano, salen de soldados Niso 91, Calle 92, Juan Manuel 93 y
Bartholo 94, y en llegando al medio se reparten a los cuatro bastidores, conque ocupan
las cuatro esquinas de la Plaza.
90
En lugar de «que os desagrada», decía el texto: «desarreglado».
91
Apodo de Dionisio de la Calle, segundo barba.
92
Antonio de la Calle, sexto galán. No interviene en el diálogo.
93
Juan Manuel López, octavo galán. No interviene en el diálogo.
94
Bartolomé Ibáñez, segundo gracioso.
95
Forma antigua. Caletre: «fam. Tino, discernimiento, capacidad» (DRAE).
38
Los dos Es verdad.
Alcalde ¿Y quién son?
Ibarro El pastelero,
enterrador, barbero, y carnicero.
Alcalde Vienen vestidos elegantemente, 55
que toda es de armas esa gente.
Salgan otros.
Ibarro Cuadrilla es de gitanos,
con que se os bailarán los pies y manos.
Alcalde ¿Bailar yo? ¿Que os burláis de mi entereza?
¿Soy algún hombre de infeliz cabeza 60
a quien sacan de sí las diversiones?
Ponce Muchos suelen decir esas razones
muy serios, y si un lance les avanza,
son los primeros que entran en la danza.
Alcalde Hombrecillos del siglo, que babean; 65
los hombres como yo no titubean.
Salen de gitanos Portuguesa 96, Paca 97, Guerrera 98 y Joaquina 99 con Blas 100,
Campano 101, Esteban 102 y Rafael 103.
96
Apodo de Casimira Blanco, séptima dama.
97
Francisca Ladvenant, quinta dama.
98
Manuela Guerrero, sexta dama y sobresalienta. No interviene en el diálogo.
99
Joaquina Moro, cuarta dama.
100
Blas Pereira, quinto galán.
101
José Campano, vejete. No interviene en el diálogo.
102
Juan Esteban, séptimo galán.
103
Rafael Ladvenant, noveno galán. No interviene en el diálogo.
104
Era una obligación usar un lenguaje codificado cuando los personajes eran gitanos. En 1770, Cruz no
acató la regla en Las gitanillas, y para que pudiese representarlo, le devolvieron el sainete, pidiéndole que
usara «las frases de los gitanos que llaman jerga» [véase Cotarelo y Mori, Sainetes de Don Ramón de la
Cruz, tomo II (Madrid, 1915), p. 105, nota 1].
39
Alcalde Vaya, que es el tal gitano
hombre de decir y hacer.
[Cantan Zegún unoz a otroz (bailan)
noz la pegamoz,
todoz en ezte mundo
zomoz gitanoz.
Y en eze tema
para el mundo son siempre
Carnestolendas. 105]
Blas ¿Y qué tal, zeñor alcalde? 85
Alcalde A los hombres de mi aquel
nadie a preguntar se atreve
su dictamen tal que es,
pues premiamos los obsequios
solo con condescender. 90
Paca Válgate Dioz por zeñor
alcalde, que zerio ez:
acérquese acá, que tengo
que decille a zu mercé.
Alcalde Yo bien oigo desde aquí. 95
Paca De cuando acá tal dezdén
zí zabemoz que zu genio,
ceñor alcalde, ez de miel,
zu boca jalea, y zuz
ojos de almíbar, y que 100
azí como el girazol
cigue al zol en zu correr,
traz las imágenez de Eva
ce deja ir, o ze va uzté.
Alcalde ¿Con qué conciencia levantas (levántase) 105
testimonio tan cruel?
Paca Uzté ez quien ce levantó,
que yo no he movido un pie.
Alcalde Yo te haré sentar a ti;
vaya presa esta mujer. 110
Blas ¿La razón?
Alcalde No quiero darla.
Blas Poco a poco, zeñor juez,
que el modo, y la cortezía,
ci ce llegase a perder,
ce ha de hallar en laz perzonas 115
que zon como zu mercé;
de zuerte que eza mozita,
ahí adonde uzté la ve,
canta y baila de primor,
tiene unoz ojoz de pez, 120
a onde ze pegan cuantaz
105
En lugar de un verso tachado: «todoz en ezte mundo».
40
almaz loz llegan a ver.
Ezta por lo conciguiente,
yo aunque probico también,
me acuerdo que zoy gitano 125
zi ce ofrece algo que hacer,
y echará a perder la fiezta
zi prende a uno de loz trez.
Joaquina ¿Prender? acazo el alcalde
ez corchete, o arfiler; 130
vez hay azo dama hermoza,
que ez lo que prende maz bien.
Alcalde Sin ser lo que ha dicho, a todos
he de prenderos por ver.
Paca Una vez que ha dado en ezo, 135
mejor ez prenderle a él.
Alcalde ¿A mí prenderme?
Paca ¿Qué apueztaz?
Alcalde Dos reales.
Paca Zea para bien. (cantan seguidillas)
[Canta A loz hombrez enceña
mil picardíaz
el amor, y ez un niño
no máz que azina.
Alcalde ¡Qué mal muchacho!
No hay justicia en su tierra.
Portuguesa Vamoz al cazo.
El alcalde una tarde
quizo prenderle,
y ze acogió al azilo
de doz mujerez.
Alcalde ¡Bravo reparo!
prender también a ellas.
Paca Vamoz al cazo.
Era el ceñor alcalde
muy oji alegre,
y en lugar de prenderloz
dejó prenderse.
Alcalde ¡Qué mentecato!
¿cómo hizo eso el alcalde?
Portuguesa Vamoz al cazo.
Déme uzté una manita.
Paca Y a mí la otra.
Alcalde De esta suerte se entienden
mejor las cosas.
Ponce Digo, ¡cuidado!
Alcalde No interrumpáis el cuento.
Las dos Vamoz al cazo.
Portuguesa Entregaron laz mozaz
41
al pobre alcalde
Paca Y el amor como siempre
quedó triunfante.
Alcalde Y el caso es cierto.
Las dos Venga ese real de plata,
que ya está preso.]
Alcalde (representa) ¿Cómo? ¿yo preso? Soltadme.
Paca ¿Soltar? ¿Quién le ha dicho a uzted 140
que zueltan tan fácilmente
laz manoz de la mujer?
Joaquina Ninguno mira loz lazos
antez de entrar en la red,
y esta confesión a todoz 145
zirve de poco dezpuéz.
Alcalde Me doy por vencido, y pierdo,
y soltad, que si me ven
las gentes que van llegando,
han de darme gran cordel. 150
Blas Zeñor, por eze delito
no han de eztirarle la nuez,
zino que aqueztoz zeñores
que en zerio oficio se ven
quieren que zeguemoz mientraz 155
ze divierten a la ley.
Paca Zuelto eztáz, pero déjanoz
divertir.
Alcalde Sea para bien.
Sale por un lado Chinita 106, y por otro Granadina 107, vestidos de negros, y panderos,
danzando desde el bastidor, haciendo cortesías al alcalde, y él corresponde, y cantan
después.
106
Apodo de Gabriel López, primer gracioso. Fue uno de los actores más populares de la época.
107
María de la Chica, tercera dama, famosa graciosa de la época.
42
Necios, no sabéis vosotros (al escribano)
el alcalde que tenéis.
Granadina Zi ziolo, y ci no a Congo
yegó a loz negloz a fee
y dezpachemos el pleitico 165
polque tenemoz que hacel.
Alcalde Sepamos por qué es el pleito.
Granadina Ziolo yo le infomalé.
Chinita Yo le infolmalé, Ziolo.
Granadina Yo lo zabo.
Chinita Yo también. 170
Alcalde Si está entre los dos el caso,
por fuerza ambos le sabréis:
el pleito es de matrimonio.
Los dos Zi ziolo.
Alcalde Válgate Dios
por matrimonio; siempre 175
pleitos antes y después;
¿y estáis antes de casaros
instruidos en la ley?
Los dos Zi ziolo.
Alcalde Pues ¿cuánto tiempo
ha que llegasteis?
Granadina Un mez, 180
tlez años y cuatlo díaz.
Chinita Y cuatlo nochez también.
Alcalde ¿Quién os instruyó?
Chinita A mí el cula,
y el monago a miuguer 108.
Alcalde Vaya; y ¿sobre qué es el pleito? 185
Granadina Habla tú, y yo cayalé,
que tengo mucha vilguenza.
Chinita Y yo también me ponlé
cololado; pelo vaya,
pregúnteme zu mercé. 190
Alcalde ¿No la quieres?
Chinita Zi la quelo
como la mosca a la mel.
Alcalde ¿Tú le quieres?
Granadina ¡Ay, ziolo!
me estoy muliendo pol él.
Alcalde ¿Y os queréis casar? 195
Chinita Mañana.
Granadina Azí hubiera zido ayel.
Alcalde Pues ¿por qué pleiteáis?
Chinita Pol eso,
y por divertille a uzté.
Alcalde Apartad, que llegan otros,
108
Sic, por «mi muguer».
43
que luego proseguiréis. 200
Sale por un lado Nicolás 109, y por otra 110 la Méndez 111 de peregrinos petrimetres 112 al
aire de gaita, haciendo cortesías, y baile el paspié, o minué.
109
Nicolás de la Calle, primer galán. Había de suceder en la autoría a María Ladvenant en 1765 tras la
muerte de la famosa actriz; dirigió la compañía hasta el 20 de mayo de 1767, día en que recogió la autoría
Juan Ponce. Nicolás de la Calle falleció el 29 de mayo del mismo año Véase Cotarelo y Mori, op. cit. p.
448.
110
Sic.
111
María Méndez, octava dama. No interviene en el diálogo.
112
Sic.
44
Alcalde Extraño
que pueda quien no los tiene
con fundamentos probarlo.
¡Hola! ¿Quién es esta gente 235
que sale ahora tan despacio?
Sale por un lado Mariquita 113 bizarra con un espejo, y detrás Calderón 114 con disimulo
juicioso, y por el otro, de pastor, Eusebio 115, y le sigue la Paula 116 de bata, y hablan
mientras cruzan por delante.
113
Se trata de la famosa María Ladvenant, primera dama de la compañía que dirigía.
114
Felipe Calderón, supernumerario.
115
Eusebio Ribera, segundo galán. Había de ser autor durante muchos años, desde 1772 hasta 1795.
116
Paula Martínez Huerta, segunda dama.
117
En el texto: «proprio».
118
En el texto: «corrientes».
45
Vanas nos llaman y es cierto,
tenemos en qué fundarlo, 270
pues el imperio absoluto
de todo el mundo logramos.
Del hombre era la mayor
parte, pero el mentecato,
sujetándose a nosotras 275
se quedó desheredado,
pues es posesión del dueño
la riqueza del vasallo.
¡Qué gloria!
Calderón ¡Qué vanidad!
Mas la moza me ha gustado; 280
y aunque el verla embebecida
en su belleza y su garbo
pudiera desalentarme,
la experiencia de los casos
me hacen ver que las más vanas 285
tienen los gustos más raros.
Alcalde Amigo, ¿dónde va usted?
Calderón Voy siguiendo de criado
a esta dama.
Alcalde Mejor fuera
irse a rezar el calvario, 290
y no andarse tras las mozas;
¿no ven el viejo malvado?
Mariquita Ni los viejos ni los mozos
os den conmigo cuidado,
alcalde; ¿no veis que voy 295
con mi espejo consultando
mi hermosura?
Alcalde Ya lo veo,
pero de eso, ¿qué sacamos?
Mariquita Que mientras hay presunciones
de deidad en nuestros cascos, 300
ninguno nos hace fuerza;
el riesgo es cuando acordamos
que solo somos mujeres,
y alguno lo está acechando.
Alcalde ¡Fuego de Dios!
Ponce ¿Qué decís? 305
Alcalde, ¿no es bello rato
el de las máscaras?
Alcalde Bueno;
pero tengo dos reparos
que proponer; el primero,
esta villa está a mi cargo, 310
y quiero saber qué gentes
son estas, y de qué estados;
el segundo, saber si estos
46
están bien aparejados
o no, y estando conformes, 315
a mi casa he de llevarlos
a hacer sus habilidades,
donde un pernil he de darlos,
y una fuente de chorizos
gordos, picantes y magros. 320
Afuera las mascarillas,
que ya es razón nos veamos
las caras.
Ponce Mirad, alcalde,
que es asunto temerario.
Alcalde Si no lo hacen porque quiero, 325
verán cómo se lo mando.
Mariquita Tiene razón: todo el mundo
se descubra.
Todos Obedezcamos. (descúbrense todos, menos Blas)
Alcalde Hija, toma tú la vara,
pues creo tienes más garbo 330
para mandar que no yo,
que presto se destaparon
luego que tú lo mandastes 119.
Mariquita Alcalde, vos sois un asno;
entre los hombres hay muchos 335
que respecto de sus cargos
mandan en parte, y se ven
obedecidos a ratos;
pero nosotras en todo
todas, y siempre mandamos. 340
Alcalde Pues hija, si es eso cierto,
¿por qué quiero este palo?
tómale. Yo seré solo
alguacil de tu juzgado.
Paula Ni eso, ni esto, ¿que el oficio 345
de prender quería quitarnos?
los seguros alguaciles
de los hombres son las manos
de la mujer, y los ojos.
Alcalde Pues decid, ya que me enfado: 350
¿de qué servimos los hombres
en este mundo borracho?
Granadina Yo lo diré, que aunque negra
puedo hablar entre los blancos.
De tenientes de nosotras; 355
y así, de cuantos encargos,
empleos y dignidades,
pensiones y mayorazgos
reparte la protección,
119
Sic.
47
el mérito, o el acaso, 360
es el usufructo nuestro,
y vuestro solo el trabajo.
Paula Así es; que la providencia
pobló este mundo de machos
porque llevasen la carga. 365
Granadina Y también si lo apuramos,
por reservar a otros fines
género tan delicado.
Alcalde ¿Qué me cuenta usted? ¡Mas hola!
¿por qué aún se está enmascarado 370
aquel hombre? Quitad ese
disfraz.
Blas Yo no me destapo.
Alcalde ¿Por qué?
Blas Porque soy ladrón.
Alcalde ¿Y estotros?
Blas Solo gitanos.
Alcalde ¿Y estas muchachas?
Joaquina Gitanas; 375
pero esto del garabato
en los hombres, es delito,
y en las muchachas es garbo.
Alcalde Descúbrase.
Blas Ya le he dicho
no ze hable más en el caso. 380
Alcalde Descubridle, y a la cárcel.
Blas Ya me descubro.
Alcalde Dejadlo,
que pues está descubierto,
ya ese ladrón no hará daño,
ay dad la máscara a ese 385
verde y anciano
que venía tras la moza.
Calderón ¿Y por qué es ese antusiasmo 120?
Alcalde Por quitar el mal ejemplo
que tendría el lugar, mirando 390
a los ladrones ocultos,
y a los viejos descarados.
Y ¿por qué has de llevar tú
máscara, siendo el honrado
vecino que hay en el pueblo? 395
Eusebio Salí solo.
Alcalde No lo extraño,
porque más presto se encuentran
disfraces para lo malo.
Paula Yo, porque sé que es tan bueno
iba siguiendo sus pasos. 400
120
Sic.
48
Alcalde Dadla a esta la mascarilla.
Paula ¿Por qué?
Alcalde Por enseñaros,
si queréis ser virtuosa,
que lo seáis con recato,
pues yo no creo en virtudes 405
que procuran el aplauso.
Ponce Hoy no es día de doctrinas,
alcalde, sino de chascos.
Mariquita Callad, y llevemos todos
su idea por no enojarlo. 410
Alcalde Pues si son tan majaderos,
que ya que se han empeñado
en las máscaras, disfraces
y festejos han errado;
mañana he de repartir 415
yo las máscaras, notando
quién puede andar con la cara
descubierta sin reparo
por el lugar, y quién no.
Chinita En verdad, que el punto es arduo; 420
pero poco más o menos
ya la intención penetramos.
Alcalde El amigo sacristán
a fe que había pillado
buena compaña; mas esto 425
desde ahora he de remediarlo.
Todos ¿Cómo?
Alcalde Vayan uniformes
el alguacil y escribano.
Los dos ¿Por qué?
Alcalde Porque ellos se entienden,
y uno a otro se dan la mano; 430
el sacristán y el barbero
que sigan cantando. (a Chinita y Juan Manuel)
Los dos ¿Por qué?
Alcalde Porque entrambos sois
hombres de rapiña; al cabo
el ladrón y el carnicero. 435
Callejo 121 ¿Por qué?
Alcalde Por amonestaros
de que lo propio es robar
en el monte que en poblado.
El sepulturero vaya
con el pastelero.
Bartolo Es chasco. 440
Alcalde Ambos empanáis la carne
Sic, Callo es decir Callejo (Francisco), que pertenecía a la otra compañía; el actor que interviene aquí es
121
Antonio de la Calle.
49
muerta, conque no hay agravio;
el polvorista.
Esteban Señor.
Alcalde Váyame usté cortejando
a esta dama.
Mariquita ¿La razón? 445
Alcalde Porque se ponga en los autos
de hacer castillos, y echar
discursos al aire en vano.
Señor doctor.
Nicolás Mande usted.
Alcalde Id vos con el boticario 450
ajustando vuestras cuentas;
mas no dispongáis, que vamos
antes con antes, a dar
las nuestras al otro barrio.
El viejo con la beata, 455
que se vayan engañando
uno a otro, que deseo
saber por quién queda el campo.
Eusebio Y yo ¿con quién voy?
Alcalde Conmigo,
que un hombre de bien al lado 460
del alcalde vale mucho,
y vengan acompañando
los demás.
Chinita ¡Qué disparate!
¿No veis que no van casados
hombres con mujeres?
Alcalde Vaya, 465
dejad que estén separados
por un día, que bastantes
se casan por todo el año;
niñas, a mi casa.
Joaquina En ella
las dos que se adelantaron 470
os tienen ya prevenida
una tonadilla.
Alcalde Vamos
todos de tropa delante
esas parejas marchando
como dije, y repitiendo 475
vuestras canciones en tanto
que el perdón de nuestras faltas
alienta nuestro trabajo.
50
Sainete para empezar temporada
(1765)
Las informaciones relativas a los actores están sacadas de los apéndices de la obra de Emilio Cotarelo y
122
Mori Don Ramón de la Cruz y sus obras. Ensayo biográfico y bibliográfico, Madrid, 1899.
51
Sainete Nuevo
Para la Compa de Nicolás de la Calle
Su Autor
D Ramón de la Cruz123
n
***
Sainete Nuevo
Para empezar temporada
en la compañía
de Nicolás de la Calle124
Salen cantando y bailando las señoras Joaquina 125, Paca 126, Portuguesa 127 y Méndez 128
con los cuatro que parezca, y después la señora Granadina 129, y Nicolás 130.
Coro
Vaya de alegría
de fiesta y de baile
dando gracias al tiempo
del tiempo que nos trae.
Dando festivos 5
alegres muestras
de cómo se disponen
nuestras finezas.
Nicolás Eso me parece bien,
señora graciosa, que vean 10
que usted, desde el primer día,
en los obsequios se esmera
y empieza a paladear gustos
con chites y castañuelas.
Granadina Ojalá fuera posible 15
darles tonadillas nuevas
y sainetes cada día,
123
En la portada del manuscrito BNE 14599/15; está estropeado este ejemplar, que es desgraciadamente el
único que conocemos, porque no está catalogado el sainete en la BHM. Las dos últimas páginas del texto
están rasgadas, pero se han conservado las licencias y aprobaciones de 1º, 2, 3 y 5 de abril de 1765.
124
Título que encabeza la primera página del texto.
125
Joaquina Moro, cuarta dama.
126
Francisca Ladvenant, quinta dama.
127
Casimira Blanco, sexta dama.
128
María Méndez, séptima dama.
129
María de la Chica, tercera dama, graciosa de la compañía.
130
Nicolás de la Calle era primer galán de su compañía.
52
mas se hará lo que se pueda
en cuanto esté de mi parte
porque todos se diviertan 20
pues no hubiera para esotro
conceptos, plumas, ni fuerzas.
Nicolás ¿Y el de esta tarde es bonito?
Granadina Yo creo que me agradezca
esta tarde el patio, más que 25
un sainete, una menestra
de tonadas, seguidillas
y baile, donde se vea
qué fruto puede esperarse
de las nuevas compañeras 30
que si al pueblo han de servir,
y el pueblo ha de mantenerlas,
es razón vengan a vistas
y sus circunstancias sepa.
Nicolás Bien me parece, y aun tengo 35
por prevención muy discreta
que toda tu idea fundes
en no proponer idea
para no probarla, o dar
tan en compendio las pruebas 40
como hoy sería preciso
para evitar la molestia,
porque cuatro tonadillas,
loa, una larga comedia,
seguidillas, minuet, cuatros, 45
etcétera, harían la fiesta,
además de que no es corta,
si hubiera sainete, eterna 131.
Y así, sin más detenernos,
sigue el rumbo que proyectas. 50
Granadina Ello hablando en confianza,
las dos personas supremas
de la compañía somos
tú y yo, pues que se gobierna
por mí la parte jocosa 132, 55
y por ti la parte seria.
Nicolás El ser autor, hija mía,
es una grande prebenda
descansada, y sin tener
quebraderos de cabeza. 60
Sale Ibarro 133 Señor autor, ahora acabo
131
Según un reglamento de 1753, renovado en 1763, los autores tenían que evitar los «entremeses y
saynetes molestos y dilatados, proporcionando el festejo y ciñéndole al término de tres horas quando más»
(BNE, Papeles de Barbieri, ms. 14015).
132
A la graciosa incumbía la responsabilidad del sainete de una función.
133
José Ibarro, cuarto galán.
53
de recibir una esquela
de un acreedor, y vengo
a que usted me preste a cuenta
de mi trabajo mil reales. 65
Nicolás Ya os he prestado cincuenta
doblones, pero lo haré
por sacaros de la urgencia.
Sale Eusebio 134 Autor, acuda usted presto,
que entre Chinica 135 y Pereira 136 70
hay desafío, y se matan
si usted no va, y lo remedia.
Nicolás ¿Por qué no los apaciguan
allá?
Eusebio Porque las pendencias
son gajes de la autoría. 75
Nicolás Voy.
134
Eusebio Ribera, segundo galán. Fue director de compañía durante muchos años.
135
Gabriel López, llamado «Chinita» o «Chinica», primer gracioso, muy famoso y popular en la época.
136
Sebastiana Pereira, primera dama.
137
Juan Ponce, tercer galán. Sucedió como director a Nicolás de la Calle en mayo de 1767, y desempeñó la
autoría durante varias temporadas.
138
José Campano, vejete.
139
Juan Esteban, parte de por medio.
140
Rafael Ladvenant, parte de por medio.
141
Dionisio de la Calle, llamado «Niso», segundo barba.
54
dicen, autor, que os esperan.
Sale Paula 142 ¿Se están adentro matando
y os estáis con esa flema?
¡nos hemos echado cierto 95
bravo autor!
Nicolás Si no me dejan
entrar, ¿voy a remediarlo?
142
Paula de Huerta, segunda dama.
143
José Espejo, primer barba.
144
Antonio de Rivas, parte de por medio.
55
y está con razón quejoso.
Rivas Conocieron mi flaqueza,
¿qué le hemos de hacer?
Autor, ajustad la cuenta 130
del tiempo que a que trabajo
y denme ustedes licencia
y ustedes perdonen.
Nicolás Traes
bello par de cantinelas:
¿qué trabajo es el que pides 135
si te enfadas y te quejas
de que no cuentan contigo
cuando el trabajo se empieza?
irte, que no hay más que irse.
Granadina Amigo, tenga usted flema, 140
que el año es largo, y podrá
lucirlo cuando se ofrezca.
Rivas Hoy era el crítico día
en que había de echar mi arenga
y decir muy puesto en planta 145
con valor, y con modestia...
«Ilustrísimo senado,
Imperio de la Grandeza,
Aposentos de las Luces,
Barandillas de la Ciencia, 150
Gradas de la Discreción,
Lunetas de las Lunetas,
Patio de Tutilimundi,
Cazuela... yo... la Cazuela,
Aposentos de las Luces, 155
Barandillas de la Ciencia...» 145
Ponce Recóbrate, que te turbas.
Rivas Ya lo conozco, mas sea
disculpa a mi turbación
la misma luz que me ciega, 160
contento con venerarla
mientras puedo complacerla.
Ponce Pues hombre, estúdialo bien
y después cuando lo sepas,
saldrás.
Rivas En esa esperanza 165
todo el sentimiento cesa.
Granadina Señor autor, todo aquesto
es paja; al grano, silletas
para todos, y usted vaya
145
Se dirige Rivas, alabándolos, a los diferentes sectores del teatro. En los aposentos y en la luneta (que
eran las localidades más caras), los espectadores estaban sentados; en cambio, los del patio que habían
pagado una entrada barata asistían a la función de pie; la cazuela era el sector reservado a las mujeres, que
también tenían derecho a los aposentos.
56
a sosegar la quimera 170
mientras yo saco a las niñas
que el intermedio diviertan. (Vase)
Nicolás Voy allá.
146
Blas Pereira, segundo gracioso.
147
Felipe Calderón, tercer barba, empleo desacostumbrado, pues normalmente solo había dos barbas en una
compañía (véase Cotarelo y Mori, op. cit., p. 447).
148
«Escrúpulos o reparos de muy poca importancia» (DRAE).
57
Chinita Sí haré, y cumpliendo 205
mi obligación, hoy presenta
a ti la lid, y a vosotras
la voz y la reverencia. (Hace cortesía a las damas)
Como lo dice no sé
quién en no sé qué comedia: 210
«no bien la funesta noche
con su tocado de tinieblas
los pavores desmentía
del ropaje de tinieblas...»
Ponce Hombre, di «al anochecer», 215
que es más claro, y no rodeas.
Chinita Eso es hablar castellano;
yo presumo de poeta
y no lo creerán si siempre
hablo para que me entiendan. 220
Nicolás Adelante.
Chinita Pues señores,
hablando poco y de veras,
digo que la Getruditas 149
que vestida adentro espera
de maja para cantar 225
una tonadilla nueva
dijo que aquel era el traje
más de su gusto; ya fuera
humorada, o que la chica
merece cualquier fineza, 230
fui, y me vestí de majo
por decirla dos chufletas
y ver cómo se explicaba;
venía con esta idea
yo tan ancho, y encontré 235
del mismo modo a Pereira
que la buscaba, y entrando
ambos a dos en sospechas
sobre cuál ha de llegar,
salieron como cerezas 240
las palabras, unas de otras
agarradas, y las lenguas,
libres como cimbanillo
de reloj cuando le sueltan,
hubo gritos, hubo voces, 245
y habrá, como no me ceda
la acción, mañana un difunto
en alguna callejuela.
Blas Matarte no, solamente
te sacudiré una felpa. 250
Paula Pero ella, ¿a cuál se ha inclinado
149
Sic.
58
de los dos?
Chinita Si se supiera
cesaba la oposición.
Sa Pereira Pues hay más, que salga ella
y diga cuál más le gusta 255
o a entrambos a dos si es cuerda
os envíe en hora mala.
Blas Convengo.
Chinita Sea enhorabuena.
Nicolás Ese es el modo de que
gocemos todos la fiesta. 260
¡Gertrudis!
150
Vicenta Rubert, novena dama. Era hija del famoso gracioso Francisco Rubert, llamado «Francho».
151
Sic.
59
Granadina Vamos ahora por esotra
novia.
152
Gertrudis Rubert, octava dama, hermana de Vicenta.
153
La obra principal de la función era la comedia de Calderón Dar tiempo al tiempo.
154
Gertrudis Rubert, como su hermana Vicenta, trabajaba por primera vez en un teatro de Madrid; así se
explica el temor que manifiesta; era un motivo corriente en los sainetes o las introducciones que servían
para presentar al público madrileño la composición de la compañía para el año cómico que empezaba el
domingo de Resurrección. Así escribió Cruz varios sainetes al respecto; para dar un ejemplo significativo,
podemos citar Los temores de las nuevas (1770) «Para empezar temporada la compa de Juan Ponce» (BHM,
Tea 1-183-29).
60
Gertrudis Vaya,
si es broma, seguir con ella;
diga usted quién es. (A Chinita y él se desemboza)
Chinita Un hombre.
Gertrudis Alabo la desvergüenza
con que usted miente; una copla 325
que cantaba yo en Vallecas
del caballito venía
aquí bien.
Chinita ¿Cuál es?
Gertrudis Aquella:
yo vide un escarabajo
con su capa, y su montera 330
salir a rondar de noche
por debajo de una puerta.
Y usted ¿quién es?
Blas Un perdido. 155
155
Este verso y el anterior son los últimos del folio 9/recto que se pueden leer enteros. Luego, hay un
diálogo entre Gertrudis y Chinita: «Gertrudis -Diga usted a quién le [...] / que le busque, que an [...] / se me
da que usted [...] / Chinita -Me ha visto usted [...] / Gertrudis Como hay [...] tanto que b [...] / la pregunta
[...] / le ví a [...] / Blas -Dig [...]». Queda poca cosa también del folio 9/verso, solo el final de algunos versos,
sin que se sepa quién los dice: «[...] una tonadilla nueva / [...] esperando se harán todos / [...] de que es la
primera / Tonadilla / [...] un rato, y después / [...] ??as ligeras / [...] (e)ntre tanto / [...] (com)pañera / [...]
(au)tor nuevo.» Faltan pues, además del citado trozo de diálogo, el texto de la tonadilla y las acostumbradas
fórmulas de despedida. En una de las aprobaciones (la de Nicolás González Martínez), están apuntados los
títulos de las tonadillas: El majo y la dama, El pastor celoso, La maja naranjera, El cuento de la maja. La
tonadilla que falta podría ser pues la primera: El majo y la maja.
61
El caballero de Sigüenza
Don Patricio Lucas
(1767)
156
Madrid, Imprenta Real, 1786-1791, tomo I, p. LVII. Publicó este prólogo en su edición de sainetes de
Cruz J. M. Sala Valldaurasa (Barcelona, Crítica, 1996).
157
Acto I, escena II.
158
«Monsieur de Pourceaugnac -Hé bien ! quoi ? qu'est-ce ? qu'y a-t-il ? Au diantre soit la sotte ville et les
sottes gens qui y sont ! Ne pouvoir faire un pas sans trouver des nigauds qui vous regardent et se mettent à
rire ! Hé ! messieurs les badauds, faites vos affaires, et laissez passer les personnes sans leur rire au nez.»
(acto I, escena III).
159
«Sbrigani -Votre physionomie m'a plu. / M. de Pourceaugnac -Ce m'est beaucoup d'honneur. / Sbr. -J'y
ai vu quelque chose d'honnête. / M. de Pourceaugnac -Je suis votre serviteur. / Sbrig. -Quelque chose
d'aimable. / M. de P. -Ah ! Ah ! / Sbrig. -De gracieux. / M. de P. -Ah ! Ah ! / Sbrig. -De doux. / M. de P. -
Ah ! Ah ! /Sbr. -De majestueux. / M. de P. -Ah ! Ah ! / Sbri. -De franc. / M. de P. -Ah ! Ah ! / Sbrig. -Et de
cordial. / M. de P. -Ah ! Ah ! / Sbrig. -Je vous assure que je suis tout à vous. / M. de P. -Je vous ai beaucoup
d'obligation. /Sbrig. -C'est du fond du cœur que je parle. /M. de P. -Je le crois.» (ibid.).
62
ninguna duda había de agradar mucho al público. La secuencia entre D. Elías/Callejo y
D. Patricio Lucas (v. 283-353) es asimismo una imitación muy fiel del modelo francés 160,
adaptada al contexto español; por otra parte, salvo unos detalles, los actos II y III de la
obra francesa inspiraron solamente la idea de los engaños que se urden para que el novio
inoportuno regrese a Sigüenza: las deudas inventadas y las falsas esposas del protagonista.
No es posible por ahora conocer la fecha del estreno de este sainete. En efecto, la
primera vez que aparece el título en los documentos de contabilidad de los teatros, es en
la lista de las copias (el «escrito») que se hicieron en 1768 para la compañía de María
Hidalgo en la primera temporada 161. Pero es anterior la redacción del sainete, pues entre
los actores mencionados en la obra figura Hermenegildo Caballero, que por aquellos años
trabajó en Madrid solo en 1767-1768 162. Se estrenaría por lo tanto en abril, mayo o junio
de 1767, sin que se pueda dar más precisiones, porque faltan a menudo los títulos de los
intermedios en las hojas de «gastos de tablado» que se utilizaron para la Cartelera teatral
madrileña del siglo XVIII (1708-1808) 163 . Lo cierto es que mereció los aplausos del
público, porque volvió a representarse con frecuencia, casi todos los años hasta 1798.
Esta edición se funda principalmente en el manuscrito 14594/8 de la Biblioteca
Nacional de España, y señala las variantes recogidas en los ejemplares manuscritos (Tea
1-159-6) que se conservan en la Biblioteca Histórica de Madrid 164 . Estos textos son
copias, posteriores a todas luces al año de composición del sainete, y plantean a veces
problemas formales que he procurado resolver comparando los manuscritos; tratándose
de ejemplares destinados a las compañías y no a la impresión, son los nombres de los
actores los que están indicados, y no los de los personajes que interpretaban. Por fin,
varían tanto la ortografía y la puntuación de los copistas de la época que he preferido
modernizarlas.
160
Monsieur de Pourceaugnac, acto I, escena V.
161
AMM, 1-438-2. La primera temporada iba desde Pascua de Resurrección hasta la de verano.
162
Volvió en 1770 (véase Emilio Cotarelo y Mori, Don Ramón de la Cruz y sus obras. Ensayo biográfico
y bibliográfico, Madrid, 1899, Apéndice VII).
163
Andioc, René y Coulon, Mireille, Cartelera teatral madrileña del siglo XVIII (1708-1808), Segunda
edición corregida y aumentada, Fundación universitaria española, Madrid, 2008.
164
Se imprimió en Madrid en 1791, en Valencia en 1811 (Ferrer de Orga).
63
EL CABALLERO DE SIGÜENZA
DON PATRICIO LUCAS
Salen las cuatro señoras que pareciere de criadas, con Carretero 166, Ramón 167,
Olmedo 168 y Caballero 169 bailando.
Salen las señoras Pereira 171 y Guzmana 172 conteniendo a la Granadina 173 que sacará
un puñal en la mano.
165
Título que encabeza la primera página de los manuscritos 14594/8 de la BNE y Tea 1-159-6 A de la
BHM.
166
Tomás Carretero, sobresaliente. No interviene en el diálogo.
167
Ramón Orozco, sexto galán. No interviene en el diálogo.
168
Manuel Olmedo, séptimo galán. No interviene en el diálogo.
169
Juan Caballero, octavo galán. No interviene en el diálogo.
170
Versos cantados por un coro en el ejemplar de la BHM, independientes del texto propiamente dicho.
171
Sebastiana Pereira, primera dama.
172
María de Guzmán, segunda dama.
173
María de la Chica, tercera dama, es decir graciosa. Es Dª Violante en la obra.
64
amiga, desesperada.
Granadina Es verdad, pero ¿qué extremo 15
no es menor que mi desgracia?
Pereira Pues hoy que dicen que viene
ese hidalgo a quien la fama
llama el Rico de Sigüenza,
y con quien tienes tratada 20
y aun concluida tu boda
¿te alteras así por nada?
cierto que no te entendemos.
Granadina Ay, amigas de mi alma,
que no sabéis las noticias 25
tan ciertas y tan infaustas
que tengo de ese hombre; todos
contestan que es la más rara
figura, y el mayor bruto
de los que en el mundo andan 30
con dos pies, y se distinguen
solamente por el habla.
Guzmana Si esto es cierto, y lo es también
como lo murmuran malas
lenguas, que tú a don Matías 35
estás mejor inclinada,
no extraño tus sentimientos.
Pereira Pero ¿no puede haber maña
para eximirte?
Granadina Ninguna.
Guzmana ¿Por qué el otro no te saca 40
por el vicario?
Granadina Es tan pobre,
y la ambición tan extraña
de mi padre, que ni aun ese
medio le queda a mis ansias.
Pereira Pues es fuerza que pensemos 45
alguno por donde salgas
bien, que primero eres tú.
Sale Martínez 174 Mi bien, la suerte tirana… (triste) 175
confirmó nuestras desdichas:
ahora de apearse acaba 50
en el mesón de los Huevos
tu esposo (mi vida acaba)
el señor Patricio Lucas;
y yo, sin otra esperanza
que la de morir, me voy 55
donde mis postreras ansias
me lleven, sin que los ecos
te alcancen por la distancia.
174
Manuel Martínez, primer galán; hace el papel de D. Matías, enamorado de Da Violante.
175
Acotación en el manuscrito de la BHM; no figura en el de la BNE.
65
Granadina ¡Ay, ay!
Pereira ¿Qué es esto, querida?
¿quieres un poquito de agua? 60
Granadina Yo no tengo corazón
para ver sin llorar tanta
infelicidad. 176
Callejo Amigo,
me introduje en la posada
como te dije; y he visto 65
que nuestro hombre es una brava
pieza para divertirnos,
y no es posible que te haga
mala obra, pues al punto
que el padre de esta madama 70
le vea, no hay duda que
le envíe muy noramala.
Granadina No tal, pues como mi padre
con su dinero me casa
y no con él, aunque fuera 75
más malo me violentara.
Callejo Con todo, como a mi cargo
dejéis esta ponderada
infelicidad, yo tengo
hoy mismo de remediarla 80
con el favor de este amigo.
Pereira Y en cualesquiera humorada
contad también con nosotras.
Martínez Si de este empeño me sacas,
seré tu esclavo; oyes, di, 85
¿quién es ese camarada?
Callejo No sabes tú bien lo que hay
debajo de aquella capa;
por servir a sus amigos
y cortejar las muchachas 179, 90
ha visto ya cuatro veces
las gorretas 180 coloradas
y ha hecho dos salidas por
las calles acostumbradas
en público, y ha tenido 95
176
Es distinto el texto de la BHM; después del verso 60, contestaba Granadina: «Otra cosa es la que quiero
/ pero no puedo alcanzarla», versos sustituidos por «No es el agua mi remedio / otro es de más eficacia»; y
la réplica siguiente («Yo no tengo corazón / para ver sin llorar tanta / infelicidad»), la decía Guzmana.
177
Francisco Callejo, cuarto galán. En el sainete es D. Elías.
178
Diego Coronado, segundo gracioso.
179
Ms. BHM: «madamas».
180
Ms. BHM: «birretas». Birreta: «El bonetillo colorado que da el Papa a los Cardenales al tiempo de
crearlos» (Diccionario de Autoridades); la gorreta la usaban ministros de justicia.
66
mil votos para las plazas.
Es el héroe de estos tiempos
para cualesquier hazaña
donde el talento o las uñas
deben de ser las que valgan 100
y aquí donde le veis, vive
desterrado de su patria
por no sé bien qué gloriosas
empresas que tuvo.
Coronado Basta,
señor, verdaderamente 105
se me está ardiendo la cara,
porque en mi vida he gustado
de escuchar mis alabanzas;
y si conforme usted dice
que por urdir la maraña 110
se me darán cien doblones,
hubiera de dar mi capa
encima, lo mismo fuera.
Granadina Lo que yo temo es que vaya
mi padre a encontrarle y luego 115
no llegue a tiempo la trampa.
Coronado Pues retírese cada uno
a estudiar en esta farsa
el papel que a mis influjos
don Elías le reparta, 120
que voy a empezar el mío.
Dentro López 181 ¡Hola Felipa, Tomasa!
Granadina ¡Mi padre!
Todos Vámonos todos,
y tú confía y descansa. (vanse)
181
Nicolás López, primer barba; en la obra es D. Brito de Nube Parda, padre de Da Violante.
67
y adóbate 182 bien la cara,
que doscientos mil ducados
bien merecen esta salva.
Granadina Pronta estoy a obedecerte 183;
ya voy a ponerme guapa 140
y en aplauso de mi dicha
diga otra vez la algazara.
Música Pues hoy, Himeneo &a 184 (vanse)
Descúbrese la mutación de calle; sale Ayala 185 muy bizarro y ridículo con pelucón de
nudos, rico vestido mal puesto y todos 186 mirándole y riéndose, y en diferentes trajes;
luego Coronado observando.
182
Ms. BHM: «adórnate».
183
Ms. BHM: «obedeceros».
184
Es el coro del principio (véase la nota correspondiente).
185
Miguel de Ayala, primer gracioso; en la obra es D. Patricio Lucas, el caballero de Sigüenza.
186
«todos los y las que pudieren» en la BHM.
187
Este verso y el anterior figuran en el manuscrito de la BHM, y se han omitido en el que reproducimos;
nos ha parecido conveniente recogerlos.
188
Tachado > (otra letra) Enrique. Sería Enrique Santos, vejete de la compañía.
68
Otro Mirad qué medias tan blancas 170
para ser de estopa.
Todos ¡Viva
el Parisién!
Ayala ¡Ha! ¡canalla!
Llega Coronado
189
Esta réplica está de más: demasiado corta, falsea la métrica.
69
que de vos se haya valido;
ya la dejo perdonada. 210
Coronado No en balde os cobré afición
luego que os vi esta mañana
dejar la mula, y pedir
el almuerzo, aquella gracia
con que os comisteis un pan, 215
y otro medio en rebanadas
o sopas en el caldillo…
¿eran perdices o pavas?
Ayala Callos; pero si usted viera
qué bien guisados que estaban. 220
Coronado No lo dudo; desde luego,
conociendo que usted se halla
nuevo en un país adonde
las gentes de circunstancias
no son conocidas, dije: 225
yo he de ayudarle a que haga
ruido en Madrid su venida.
Ayala Y yo os repito las gracias.
Coronado Porque esa fisonomía
me ha satisfecho y me agrada. 230
Ayala Yo os estoy agradecido.
Coronado Porque hallo yo en vuestra cara
un no sé qué dulce…
Ayala ¡Ah! ¡ah!
[Coronado amable…
Ayala ¡Ah! ¡ah!] 190
Coronado una elegancia...
Ayala ¡Ah! ¡ah!
Coronado un aire majestuoso…
Ayala ¡Ah! ¡ah! 235
Coronado un filis… una gracia…
Ayala ¡Ah! ¡ah!
Coronado que roba los corazones…
Ayala ¡Ah! ¡ah!
Coronado y el afecto arrastra. 191
Ayala Grande obligación os tengo.
Coronado Creed que os hablo sin chanza. 240
Ayala Yo lo creo. 192
Coronado Si yo tuviera la honra
de que usted bien me tratara,
conociera…
Ayala Yo lo creo.
190
El verso entre corchetes, aunque sacado textualmente de Molière, solo está transcrito en el manuscrito
de la BHM; no lo recoge el de la BNE.
191
La versificación a partir del verso 232 es muy irregular, debido a la repetición de «¡Ha! ¡Ha!» que no
siempre encaja con la métrica. Ninguna de las dos versiones es satisfactoria desde este punto de vista.
192
Réplica demasiado corta; puede ser un error del copista, y no la incluimos en la numeración de los
versos.
70
Coronado soy hombre sin patarata
Ayala Yo lo creo.
Coronado y que no gusto 245
de picardías ni estafas.
Ayala No lo dudo.
Coronado y que soy hombre
bien conocido en España,
y no diré una mentira
(sola) aunque me asaetearan. 250
Ayala No lo dudo; lo que extraño
es ver a un hombre con tantas
habilidades en cueros.
Coronado Señor, esto es por chulada;
en mi vida me ha gustado 255
la profanidad; mañana
quizás me veréis vestido
de galones de oro o plata;
pero yo soy de un país
adonde las gentes andan 260
así, y no quiero dejar
los estilos de mi patria.
Ayala Es bien hecho; pero yo
he echado por la ventana
el bodegón, una vez 265
que en Madrid me presentaba
y me he vestido decente 193;
¿encontráis alguna falta?
Coronado ¿Cómo? a ningún cortesano
le sientan tan bien las galas. 270
Ayala Eso me dijo mi sastre,
que daría campanada
en la Corte.
Coronado Yo supongo
que iréis al Sitio mañana.
Ayala Preciso será.
Coronado Ayer dicen 275
que por allá no se hablaba
de otra cosa que de vos.
Ayala Tengo una prima casada
allí, que ya no me acuerdo 194
bien si es grande, o si es mediana, 280
pero siendo prima mía
no será coja ni manca.
193
BHM: «de Corte».
194
Hemos elegido la versión de la BHM; el manuscrito de la BNE pone: «que ya no me acuerdo yo».
71
llegó la hora deseada.
¡señor don Patricio Lucas! 285
abrazadme, camarada
antiguo. Pero ¿qué es esto?
¿parece que usted me extraña?
Ayala Yo soy servidor de usted.
Callejo Pues ¿qué? ¿la memoria os falta 290
del más estimado amigo
que cuenta en toda su casta 195
la familia de los Lucas?
daos cuatro calabazadas
en esa frente, veréis 295
como caéis.
Coronado en la trampa. (aparte) 196
Ayala Usted perdone; si sé (a Coronado)
quien es, que muerto me caiga.
Callejo Ni un Lucas hay en Sigüenza
con quien yo no tenga rara 300
amistad; poneos enfrente,
miradme bien facha a facha,
¿me conocéis ahora?
Ayala Sí;
como ahora llueven albardas… (aparte)
Callejo ¿Y no os acordáis tampoco 305
de cuando con vos bajaba
a aquel paseo…?
Ayala ¿La Alameda?
Callejo Sí señor, y allá, ¡qué claras
son las noches!
Ayala Pues más claro
suele estar por las mañanas. 310
Callejo Con vuestros chistes, ¡qué breves
las horas se nos pasaban!
¿vos no os acordáis?
Ayala De todo.
Coronado ¡Cómo esas cosas se pasan
de la memoria!
Ayala A mí no, 315
que la tengo muy cerrada.
Callejo ¿Y vuestros parientes?
Ayala Buenos.
Callejo ¿Cómo está aquel que se llama…?
Ayala ¿Mi hermano el asesor?
Callejo Sí.
Ayala Ya ha tres años que es garnacha 197. 320
195
Así en la BHM; «la casa» en el ejemplar de la BNE.
196
Esta acotación no existe en los textos que hemos utilizado; la añadimos, porque parece necesaria.
197
«Vestidura talar con mangas y un sobrecuello grande, que cae desde los hombros a las espaldas. Úsanlo
los togados. 2. Persona que viste la garnacha» (DRAE); magistrado, pues.
72
Callejo Me alegro, y ¿qué tal está
mi señora vuestra hermana?
Ayala Murió.
Callejo ¿Y dejó muchos hijos?
Ayala Pues si era monja descalza,
¿qué hijos había de dejar? 325
Callejo Es que yo no preguntaba
por esa.
Ayala Si no tengo otra;
vos diréis de mi cuñada,
la del cónsul.
Callejo Esa misma.
Ayala Esa está buena, a Dios gracias. 330
¿Y conoció usted a mi abuelo?
Callejo ¿Aquel que andaba de capa
o de militar?
Ayala Él mismo;
cien años tiene y quedaba
muriéndose de viruelas. 335
Callejo ¿Y vuestra tía, aquella alta…?
Ayala No era sino chica.
Callejo Así,
ni muy chica ni muy alta.
Ayala Este hombre conoce toda
mi parentela.
Coronado No es nada, 340
la conoce como a vos.
Ayala ¿Estuvisteis en mi patria
mucho tiempo?
Callejo Unos tres años.
Ayala ¿Y estabais aquella Pascua
que reñí yo por la noche 345
con el hidalgo de Arganda
sobre el vaso de hipocrás?
Callejo Por cierto, que fue en la sala
y era de noche.
Ayala Es verdad
que valiente bofetada 350
me sacudió; pero yo
le dije cuatro palabras
bien dichas.
Callejo Seguramente,
pero aunque os he dado tantas
pruebas de amistad, mayores 355
las veréis; venid a casa
que tendréis alojamiento.
Ayala No puedo, porque me aguarda
mi suegro.
Callejo Ya lo sé todo,
y gran lástima me causa 360
73
que un hombre como vos venga
a perder hacienda y fama
por creer ligeramente
informes de malas almas;
quedad solo, que estas cosas 365
se dicen muy reservadas.
Ayala Los dos tenemos que hablar.
Amigo, yo os doy mil gracias (a Coronado) 198
y ya nos veremos.
Coronado Bien,
voy donde quizá hago falta. (vase) 370
Ayala Preñado 199 me habéis dejado
con razones tan preñadas;
explicaos.
Callejo Pues amigo… 200
Sale Martínez
198
Acotación sacada del ejemplar de la BHM, que no figura en el de la BNE.
199
Sustituido por «confuso».
200
Es la versión de la BHM; la de la BNE añade: «vuestro suegro quiere le paguéis mil trampas», frase
tachada, que de todas maneras no cuadra con la métrica.
74
ni siquiera de cien blancas 400
que son seis cuartos, y un poco.
Martínez Hacedlo, o queda embargada
la persona, y mayorazgo.
Ayala ¿Y por qué?
Martínez Porque ya es causa
vuestra, y sois parte también 405
en pérdidas y ganancias
como conjunta persona
del padre y de la muchacha.
Ayala Pues haced cuenta que ya
soy persona separada 410
porque renuncio la boda.
Martínez De esa suerte usted me tapa
la boca, pero si tal
como hoy os casáis mañana,
voy con catorce alguaciles 415
y embargo dinero, alhajas,
el suegro, novios, chiquillos,
los criados y criadas,
y cuidado que con media
vez que yo lo diga basta; 420
casaos, que la novia es linda,
pero no os saldrá barata:
sus cien mil pesos y el pico
y han de ser en oro o plata.
Ayala Por la mula que yo traigo 425
di con grande repugnancia
trescientos reales, y entrando
el albardón y la manta,
¿y daría yo por una
mujer tal exorbitancia? 430
ya voy que me estoy peinando 201.
Callejo Vos no hallaréis sino trampas
y el daros la hija, solo es
obligaros a pagarlas.
Ayala Pues no me obliga: venid 435
conmigo, veréis qué danza
armo con mi suegro. Tengo
de alborotarle la casa,
y me ha de pagar el viaje.
Callejo Ya la fiesta está entablada. 202 440
Ayala ¿Yo pagar por él? Ya voy,
que lo pague el que lo mama. (vanse)
201
¿Peinar: «Dar o dejar algo en prenda» (DRAE)?
202
Este verso es probablemente un aparte.
75
Repítese el salón, y sale López, y luego criados 203; y a su tiempo Coronado, de pelucón,
y la Guzmana de viuda con Navas 204, Hermenegildo 205 y Galván 206 de militar.
Sale Coronado
203
El manuscrito de la BHM precisa: «que en respondiendo se van».
204
Felipe de Navas, tercer galán.
205
Hermenegildo Caballero, segundo galán.
206
Pedro Álvarez Galván, segundo barba.
207
A partir de este verso, el texto de la BHM, en una página inserta en el manuscrito y de letra distinta,
parece ser una añadidura muy posterior; por eso no lo hemos incluido.
76
a mí nada me importa:
mi crédito usted lo paga.
López ¿Yo? ¿seguro está?
Coronado Sí señor.
O se casa o no se casa.
López Es que no se casará. 475
Coronado E bien yo vendré mañana
y si está casada, usted
soltará el oro y la plata. (vase)
López Si tal sucede yo os mando
que me echéis por la ventana; 480
a linda parte venía,
¡qué bien el adagio canta
que a veces donde se piensa
que hay tocinos, no hay estacas!
208
Es decir Navas, Hermenegildo y Galván. Se habrían colocado a un lado del tablado, porque según la
acotación anterior, ya habían salido; a no ser que esa contradicción proceda de las modificaciones sucesivas
del texto.
209
BHM: «señora, viuda y soltera». La relación evidente entre este verso y el sainete de Ramón de la Cruz
Doncella, viuda y casada (estrenado en 1775) es otro argumento que aboga por la autoría de El caballero
de Sigüenza. La copia que se utiliza aquí sería por lo tanto posterior a 1775, lo cual es muy posible, porque
sabemos por un reparto del manuscrito 1-159-6 B que Miguel Garrido (gracioso de la compañía de Manuel
Martínez desde 1773) hizo el papel que desempeñaba Miguel de Ayala. Según la misma fuente, Juan
Ramos, primer galán a partir de 1777, se encargó del papel de Manuel Martínez (D. Matías), sobresaliente
desde aquel año.
210
Es decir «sosegadamente». Este verso, necesario para conservar la alternancia de asonancias, falta en el
ejemplar de la BNE; lo sacamos del de la BHM.
77
tuvo aquellas confianzas
comunes…
Navas Y yo testigo.
Guzmana como el entrar en mi casa,
regalarme, y publicar 505
que era suya… cuando… ¡ay, ansias! 211
supe que por ser más rica
vuestra hija quiere engañarla
y yo os vengo a decir claro
claro que esto es una trampa. 510
Navas Y yo testigo.
Los dos Y nosotros 212
en iguales circunstancias.
López ¡Bueno va el ajo! valiente
negocio mi hija llevara.
Sale Granadina
211
Parece mejor esta lectura (BHM) que la de la BNE: «que era suya (cuando hay ansias)».
212
BHM: tachado, sustituido (otra letra) por «juramos».
213
Tachado, sustituido por «largas». BHM: «varias».
214
BHM: «bobos».
215
Carantamaula, según el DRAE: «fig. y fam. Persona mal encarada».
216
Granadina en el ejemplar de la BHM.
217
En el ms. de la BHM, sale Pereira «con las dos chicas». Por lo visto, varió el número de chicas entre las
diferentes representaciones del sainete. Generalmente, en tales casos, acudían a los hijos de los cómicos.
78
Pereira Permisione 218
donate a una disperata 530
femina que per suo marito
incomodamente vaga
il mondo ¡ah! ¡ah! ¡ma qui vedo!
¡qua sei tú! la mia venganza
arrivera con tua morte. 219 (pega con Ayala) 535
Ayala Mujer, que me despilfarras.
Guzmana ¿Pues cómo, mujer, te atreves
a un caballero que basta
que esté casado conmigo?
Ayala Esta es otra que bien baila. 540
Granadina ¿Cómo es eso? yo soy sola
su mujer, y aunque volara
todo el mundo lo he de ser.
López Estáte quieta, muchacha.
Granadina Ay, señor, que no sabéis 545
que estoy muy enamorada.
Guzmana Primero soy yo.
Pereira Primero
sono io, e aquesta 220 ragazza
sui filloli: cavaliero,
moro si lei non me impara. 550
Ándate a gata, Catina,
inclinate via la pianta
del votro pare.
Las chicas 221 Papá,
papá cantita.
Ayala ¡Qué papá
ni qué paperos! Andad, 555
hijas de la gran borracha
que os parió a hacer la caroca 222.
Pereira ¡Ah! si sapiate su gracia;
ambe sono virtuose,
ambe due cantano e bailan; 560
é, cantate al vostro pare
un dueto.
Ayala Id noramala. 223
218
Varía en algunas ocasiones el galimatías hispano-italiano inventado por la amiga de la joven Violante
para confundir al caballero de Sigüenza. No nos ha parecido imprescindible apuntar todas las diferencias
entre la copia de la BHM y la de la BNE.
219
Después de este verso, está señalada con tinta y letra distinta la intervención de «Niños: Papá, Papá»,
que no aclara por cierto el problema del número y sexo de la prole de Patricio Lucas...
220
BHM: escrito por encima: de «le due».
221
Así en los dos textos, cuando en el de la BNE no hay más que una chica, según la acotación.
222
Caroca, según el DRAE: «fig. y fam. Palabra o acción afectadamente cariñosa y lisonjera»; se usa
también en plural con el significado de halagos y caricias, plural que convendría a la versión de la BHM
(«a hacerla carocas»).
223
En el ms. de la BHM, sigue el diálogo así:
79
López Cierto, don Patricio Lucas,
que sois un hombre de mala
conciencia: así por el mundo 565
vais engañando madamas
y abandonando los hijos
después de tener mil trampas.
Ayala Vos solo sois el tramposo.
López A tener aquí la espada… 570
Ayala Pues eso ¿qué importa? andemos
a coces y a manotadas.
Chicas Pieta por il genitore 224.
80
la eché paja ni cebada.
Pereira ¡Esposo bárbaro!
Guzmana ¿Cuándo 595
me has de cumplir la palabra?
Navas Y yo testigo.
Chicas ¡Papá! 226
Ayala La cabeza se me anda
como un molino; maldita
sea la mula y la albarda 600
que me trajo; sin parar
me vuelvo a mi tierra a pata. (vase)
227
Los que ayudan Sigamos a este traidor
que nos lleva honor y fama. (vanse)
Granadina Padre, seguid a mi esposo. 605
López Déjale ir y dale gracias
a Dios que nos ha librado
de tan insolente maula;
yo buscaré un yerno pobre
que se acomode a mis mañas. 610
Martínez En ese caso, yo ha mucho
que a Violante idolatraba
y por pobre…
López Ya os entiendo;
su esposo seréis mañana
pues sé que vuestra familia 615
si no me excede me iguala
¿Querrás tú? 228
Granadina Yo siempre estoy
a tu gusto resignada.
Callejo Pues vamos a divertirnos
dando fin a esta humorada 620
porque más alegre sea
con una buena tonada.
Todos Esperando que disculpen
los prudentes nuestras faltas. 229
226
Después de esta palabra, se añade «can Jesús»; ¿qué significará?; ¡en el ejemplar de la BHM, «Papá»
está tachado, sustituido por «demonios»!
227
BHM: «Los que le acusaban».
228
En el manuscrito de la BHM Tea 1-154-6 A, falta el final.
229
Otra versión: «Suplicando al auditorio / el perdón de nuestras faltas».
81
Los desconfiados
(1a parte de La orquesta femenina)
(1774)
Tituló Cruz este sainete La capilla de cómicos en la lista que dio a Juan Sempere y
Guarinos para su Ensayo de una Biblioteca de los mejores escritores del reynado de
Carlos III 230. En efecto, la voz «capilla» con el sentido de «orquesta» está empleada
repetidamente, tanto en Los desconfiados, como en La orquesta femenina.
Lo estrenó la compañía de Eusebio Ribera, en el teatro del Príncipe, el 3 de abril de
1774, que era domingo de Resurrección, con la comedia de Calderón Casa con dos
puertas mala es de guardar. Era pues la función que abría el año cómico, con la loa Mérito
y aplicación facilitan los laureles; le pagaron 400 reales a D. Ramón por la loa, y otros
400 reales por Los desconfiados. 231
Este sainete refleja la condición precaria de los cómicos, que dependía de la asistencia
del público. Las quejas que se expresan aquí constituyen un motivo recurrente cuando
bajan los ingresos a causa de la falta de espectadores 232.
En la Biblioteca Histórica de Madrid se conserva un ejemplar (Tea 1-164-25) con un
texto que es a todas luces el más antiguo, pues los actores citados solo trabajaron juntos
durante la temporada 1774-1775. Sirvió en otras ocasiones, en particular en 1791: en
efecto, en una hoja aparte, titulada «Año de 91 pa empezar» están apuntados los nombres
de los actores de 1791 frente a los de 1774. Es de creer que esta versión había de
representarse como entremés: uno de los últimos versos («baste por primer sainete», es
decir primer intermedio) corrobora esta hipótesis, que confirma aún más el hecho de
que al año siguiente, el 13 de mayo de 1775, se representaron las dos partes en la misma
función, Los desconfiados como entremés y La orquesta femenina como sainete; y en lo
sucesivo, después de la supresión del entremés desde 1780, sirvieron para funciones
seguidas 233.
En realidad, no pudo representarse esta versión primitiva el 3 de abril de 1774, por
haber caído enferma Vicenta Antón, nueva en Madrid, a quien estaba dedicada la última
parte de la obra. Consiguientemente, hubo que revisar el programa: en la loa, se suprimió
la participación de la actriz y se añadieron estos versos recitados por Luis Navarro: «A
mí y a Vicenta Antón / mi mujer que por desgracia / de una tenaz calentura / hoy no llega
230
Imprenta Real, Madrid, 1785-1789.
231
AMM, Ayuntamiento, 1/355.
232
En mi libro Le sainete à Madrid à l'époque de Don Ramón de la Cruz (Pau, PUP, 1993), procuré poner
de realce la relación entre los sainetes de costumbres teatrales basados en este tema y las cuentas de los
teatros (véase en particular p. 235-244).
233
Véase la Cartelera teatral madrileña del siglo XVIII (1708-1808) de René Andioc y Mireille Coulon
(Fundación Universitaria Española, Madrid, 2008), p. 328 (13/05/1775), p. 358 (25 y 28/04/1780), p. 375
(18 y 22/11/1782), p. 405 (16 y 18/05/1787), por ejemplo.
82
a nuestras plantas» 234; y tuvieron los cómicos que acudir a un intermedio probablemente
previsto para más tarde 235, reformado para que pudiera servir de sainete, que sería el que
pagaron 400 reales.
Este nuevo texto es indudablemente el que conserva la Biblioteca Nacional de España
(ms. 14519/5/1), con las modificaciones exigidas por las circunstancias; es el que se
publica aquí 236 . Volvió a utilizarse posteriormente (en 1785 y en 1794 237 ) con las
enmiendas debidas a los cambios ocurridos en los repartos. En las notas se señalan las
principales modificaciones.
Tratándose de copias con diferencias ortográficas, he preferido optar por la ortografía
y la puntuación actuales, con excepción de algunas deformaciones del lenguaje popular
corrientes en la época.
Las informaciones relativas a los cómicos están sacadas del libro de Emilio Cotarelo
y Mori Don Ramón de la Cruz y sus obras. Ensayo biográfico y bibliográfico (Madrid,
1899).
234
Mérito y aplicación facilitan los laureles, manuscrito autógrafo, BHE Tea 1-184-24. Las correcciones
no son autógrafas.
235
Véase la nota 241.
236
En las notas se señalan las principales modificaciones. Tratándose de copias con diferencias ortográficas,
he preferido optar por la ortografía y la puntuación actuales.
237
Transcribe el reparto «Año de 1794», y la primera página del texto pone «Año 85».
83
LOS DESCONFIADOS 238
1a parte
La orquesta femenina es la 2a pte
Salen Espejo 239, Chinica 240 y Callejo 241, trayéndolos el primero con misterio agarrados
de los brazos.
238
BNE, ms. 14519/5/1.
239
José Espejo, primer barba.
240
Gabriel López, llamado «Chinica» o «Chinita», primer gracioso, muy popular en la época.
241
Francisco Callejo, segundo gracioso.
242
BHM: «desde que en la Pascua»; por lo visto, el intermedio no estaba previsto para empezar el año
cómico.
243
Los versos 23-26 no figuran en el ms. de la BHM.
84
lo concertado por fuerza,
han tomado su partido,
y discurrido ellos y ellas
en su modo de vivir 35
diferente.
Chinica En eso aciertan,
porque el modo con que viven
tiene muchas contingencias. 244
Espejo Y nosotros, ¿quid faciendum
en borrasca tan desecha? 40
Callejo Yo me pondré a sastre.
Chinica Yo
recogeré mis muletas 245,
y al público pediré
mis inválidos por fuerza,
que a su ejército he servido 45
y es justicia que me atienda.
Espejo Nada de eso es menester,
si me ayudáis a la idea mayor
que al ingenio humano
le sugirió la agudeza. 50
Los dos ¿Es fácil?
Espejo Lo hacen los niños.
Los dos ¿Es útil?
Espejo Por experiencia.
Callejo Pues dila, y cuenta conmigo.
Chinica Pues dila, y conmigo cuenta.
Espejo Ponernos a volatines, 55
dar por España una vuelta
a habilitarse, y volver
a Madrid por la Cuaresma 246.
Los dos ¡Jesús y qué disparate!
Espejo La cosa está ya compuesta: 60
tú Pallazo, yo Perruca,
y este hará a Purichinela 247.
Chinica Hombre, tú has perdido el juicio.
Espejo ¿Qué dificultad encuentran
ustedes? Para subir 65
y caer desde una cuerda,
¿tanto es menester?
Chinica Amigo,
¿sabe usted bien lo que pesa? 248
244
Los versos 37 y 38 no figuran en el ms. de la BHM.
245
En la loa Mérito y aplicación facilitan los laureles, representada el 3 de abril de 1774, salía Chinita,
«muerto resucitado» (son sus propias palabras), «con dos muletas», según la acotación. Cuando volvió a
representarse el sainete, ya no era actualidad el accidente de Chinita, y el texto dice «recogeré dos muletas».
246
Durante la cuaresma, los teatros ponían espectáculos de volatines en lugar de las funciones dramáticas.
247
Pagliaccio y Pulcinella son personajes de la comedia del arte. Perruca sería un volatín famoso.
248
Espejo era obeso (véase Cotarelo, op. cit., p. 504).
85
Espejo No; pero sé que Perruca
es más pesado, y voltea 70
los pesos duros sin riesgo
y con mucha ligereza.
sale Eusebio 249 Callejo, Espejo, Chinica,
¿Sabéis que todos me dejan?
Chinica ¿Y sabéis que acá también 75
se trataba esa materia?
Eusebio ¿La de dejarme?
Espejo Ipso facto.
Eusebio ¿Podéis hacerlo en conciencia?
Chinica Si eso se pensara siempre,
¡cuántas cosas no se hicieran! 80
Eusebio Yo pondré remedio.
sale Polonia 250 Agur;
sabe Dios cuánto me pesa,
señor autor de mi alma,
de que no haya sido eterna
nuestra amistad; pero al fin 85
todos echamos las cuentas
al revés de aquel adagio
que dice «comida hecha
deshace la compañía»,
pues vamos a deshacerla 90
por el temor de que dure
todo el año la Cuaresma.
Eusebio Pero es posible...
Chinica Polonia,
la verdad, ¿y qué incumbencia
has tomado tú?
Polonia Ninguna. 95
Chinica ¿Y tu marido?
Polonia La mesma.
Chinica Pues ¿qué habéis de comer?
Polonia Truchas,
manjar blanco, y pollas tiernas.
Espejo ¿Quieres cuatro pesos duros
que tengo en la faltriquera, 100
y decirme ese secreto
grande de naturaleza?
Chinica Sin trabajar tu marido,
¿lograrás vida tan bella?
Polonia ¡Qué bobos que son ustedes! 105
Para una mujer discreta,
¿hay cosa como un marido
desacomodado? Esa
es la cucaña mayor
249
Eusebio Ribera, segundo galán y autor (director) de la compañía.
250
Polonia Rochel, tercera dama, y como tal, graciosa de la compañía.
86
que en este lugar se encuentra; 110
pues todos se compadecen,
algunos dan, muchos prestan,
y nadie puede obligar
a que pague quien no pueda.
Chinica Hombre, tú que eres casado, 115
del consejo te aprovecha.
Callejo Ninguno se compadece
del marido de una vieja 251.
Eusebio Pero mujer, tú que debes
tanto al público, ¿le dejas 120
como los demás?
Polonia Acaso
cuando el público blasfema
de todos y se retira,
¿viene porque yo le vea?
no señor: yo sé lo que es 125
la vida de pretendienta.
Sale la Figueras 252 de mantilla, con algunos obsequiándola, muy petimetra y grave.
251
En 1779, Callejo estaba casado con la madre de Cristóbal Soriano, según Cotarelo (Don Ramón de la
Cruz..., op. cit., p. 491), pero no sabemos si ya lo estaba en 1774.
252
Josefa Figueras, primera dama.
253
Juan Codina, quinto galán.
254
Vicente Merino, sobresaliente, hijo del primer galán Vicente Merino.
255
Julián Quevedo, sexto galán.
256
Los versos 133 y 134 no figuran en el ms. de la BHM.
87
con título de imposible
y fama de petimetra.
Polonia ¿Y ese puede valer algo? 145
Figueras ¡Oh, amiga! si se maneja
con todo el rigor del arte,
es flota sin contingencia.
Polonia ¿Y qué tiene que hacer?
Figueras Nada,
estarse una mujer quieta 150
en su casa, recibir
a cuantas visitas vengan,
mantener siempre con todos
inmutable indiferencia
en el trato y las acciones 155
porque imposible la crean;
sonreírse, verbi gracia
por Navidad o por ferias,
con algunos, por poner
a los demás en sospechas; 160
picarlos por la codicia
o vanidad de la empresa,
sin dar a ninguno auxilio
ni esperanza; ver la guerra
con serenidad; reírse 165
de verlos cómo se empeñan,
y en el día que se cansen,
o que les falten las fuerzas,
dejarlos que se retiren
noramala, o norabuena; 170
y lucir, y regalarse
con los despojos que dejan.
Polonia ¿Y cuenta usted con lo que
la deje la competencia
de estos perillanes?
Figueras No, 175
que sé muy bien dónde llegan
sus facultades: esto es
hacer al paso una prueba
de si sostengo el carácter
con dignidad y destreza; 180
y ellos de camino ensayan
sus destinos, porque piensan
unos ser aduladores,
otros agentes de letras
corrientes y generales, 185
sean de cambio o no sean,
oficios ambos que piden
posesión de la elocuencia.
Chinica No hay remedio: en este mundo,
quien no trabaja no medra. 190
88
Salen Mariana 257 y la Cortinas 258 de limeras.
257
Mariana Alcázar, segunda dama.
258
María Josefa Cortinas, quinta dama.
259
Forma corriente en la época, por «venderlas».
89
de naide todo el lugar
y naide duerme la siesta;
lunes y martes, droguete 260, 235
domingo y Pascuas, griseta 261;
lo demás de la semana,
según como caen las pesas
y se recibe el correo;
ya de usía, ya plebeya. 240
Esto se llama vivir
sobre la faz de la tierra.
Cortinas Ahora digo que lo entiendes,
Mariana, y aunque te fueras
al fin del mundo te sigo, 245
que una muchacha que empieza
es muy fácil de engañar
y como hay Dios no quisiera.
Polonia Harás bien, y como tú
siempre te vayas tras ella, 250
no hayas miedo que te engañe
el que compre ni el que venda.
Eusebio Yo estoy aturdido.
Chinica Y yo
estoy como en una huerta.
Espejo Pues yo, hasta ser volatín 255
tendré ya la sangre inquieta.
Callejo Calle usted, hombre.
Espejo Sobre que
se me ha puesto en la cabeza.
Salen de abates y hábitos ridículos Soriano 262, Tadeo 263, Baltasar 264, Camas 265 y
Martínez Huerta 266 con un bajón.
260
«Cierto género de tela, comúnmente de lana, listada de varios colores y generalmente con flores entre
las listas» (DRAE).
261
«Cierto género de tela de seda con flores u otro dibujo de labor menuda» (DRAE).
262
Cristóbal Soriano, tercer galán.
263
Tadeo Palomino, cuarto galán.
264
Baltasar Díaz, séptimo galán.
265
Apodo de Vicente Sánchez, noveno galán, nuevo en la compañía.
266
José Martínez Huerta, segundo barba.
90
cantar mal y porfiar
donde hay gente que lo entienda.
Soriano Allá que estarán los payos
con tanta bocaza abierta 270
oyéndonos.
Martínez Allí sí
que retumbará mi orquesta,
formando dos el zumbido
con el eco de las peñas.
Baltasar Vamos a buscar el carro. 275
Polonia ¿Qué es esto, Martínez Huerta? 267
¿Ahora ha descubierto usted
esa habilidad?
Chinica Para esa,
con tener buenos carrillos,
y soplar de tal manera 280
que el aire no salga más
que por la boca, cualquiera
basta.
Espejo Y para volatín
basta tener buenas piernas.
Eusebio Señores, yo estoy confuso; 285
¿hablan ustedes de veras?
Soriano Ya está ajustada en dos pesos
toda la capilla entera;
es verdad que la comida
y el viaje es de cuenta nuestra. 290
Figueras ¡Pues ha sido lance!
Tadeo Y luego
¡las albricias que se esperan!
Soriano En oyendo el villancico
se cayó la gente muerta.
Baltasar ¡Pues el de los mayordomos! 295
Soriano ¡Qué música!
Tadeo ¡Pues qué letra!
Chinica ¿Y quién es el maestro?
Los cinco Yo.
Polonia Nos pudierais dar la muestra
de la habilidad.
Tadeo Es tarde
y la villa nos espera. 300
Soriano Sin embargo, basta que
haya sido compañera;
es preciso darla gusto.
Los cinco Pues vamos.
Tadeo ¿Y quién comienza?
Soriano Oyes, yo ya no me acuerdo. 305
Espejo Pues ¿el papel no lo reza?
267
Verso modificado conforme iba cambiando el reparto.
91
Soriano ¿Qué entendemos de papeles
nosotros?
Chinica De esa manera
cantamos Espejo y yo,
como suena, moco suena. 310
Soriano Ciertamente que a no estar
la capilla tan completa,
te llevara.
Chinica El desgraciado
siempre a todo tarde llega.
Polonia Vamos, ¿cantáis?
Soriano Una va. 315
Martínez Ustedes estén alerta,
que al entrar la voz daré
la piporrada más recia.
92
Sale Merino 268, con floretes debajo del brazo y un violinillo en la mano, y las señoras
Tordesillas 269 y Santisteban 270 de escofietas, y la María Pepa 271 y Morales 272 de beatas,
de manto, pobres. 273
268
Vicente Merino, primer galán.
269
Catalina Tordesillas, cuarta dama. En realidad, no trabajó en esta compañía, porque prefirió entrar en la
de los Sitios (véase Cotarelo, op. cit., p. 453); sería una decisión de última hora, pues figura en la lista de
actores oficial.
270
Lorenza Santisteban, sexta dama, llamada «la Navarra».
271
María Josefa Huerta, sobresalienta.
272
Francisca Morales, novena dama.
273
Esta larga secuencia, que va hasta el verso 394, fue añadida, posiblemente para que tuviera la obra,
acortada al final a causa de la enfermedad de Vicenta Antón, la extensión propia de un sainete, normalmente
más largo que un entremés, además.
93
estos dos mil memoriales,
con la prevenida arenga
de la orfandad, desamparo, 365
la vocación, la decencia,
que en Madrid hay buenas almas,
y regularmente pega.
Tordesillas ¿Y nos pegará a nosotras
el oficio? Di, Lorenza, 370
porque yo y la aguja estamos
encontradas.
Santisteban De escofietas
y batas, entre nosotras,
para poner una tienda
no hay que trabajar.
Tordesillas Si no, 375
usaremos de la treta
sabida: tomar algunas
chicas aseadas y diestras,
y recoger el dinero
de lo que trabajan ellas. 380
Chinica Supongo que todo eso
es doctrina de la escuela
de Merino.
Merino ¡Y qué trabajo
me ha costado el que la aprendan!
Chinica Mucho es, que cuando se explica 385
usted, no tartamudea.
[Mas la capilla se marcha,
voy (a) alcanzar la carreta. (vase)] 274
Mariana ¿Y usted qué hará?
Merino Yo, maestro
de bailar a la francesa, 390
y maestro de esgrima; que
son facultades diversas,
y, gracias a Dios, poseo
entrambas de igual manera.
274
[...]: Los versos 387-388 y la acotación están añadidos en el margen derecho; el primero, lo hemos
interpretado, porque se lee: «voi alcansar la carreta»; además, según la acotación, se va Chinita, pero
interviene más abajo (v. 428-430); parece difícil saber cuál fue la versión definitiva.
275
Sic. En la primera versión salían «las señoras Joaquina, Vicenta, y Navarro».
276
Joaquina Moro, séptima dama.
277
Luis Navarro, noveno galán, nuevo en la compañía, esposo de Vicenta Antón.
94
perdónenme la llaneza
y dígame en confianza
si es locura, si es jaqueca, 400
o si ha comido en la fonda
hoy la gente a costa ajena.
Eusebio Yo creo que es humorada
por probarme la paciencia,
o fiesta propia del día. 405
Todos ¿Conque usted lo toma a fiesta?
Figueras No es mala la que hay, y está
toda esta gran villa llena
de pregoneros que el hambre
y el desamparo vocean. 410
Mariana No amigo Antón Perulero,
cada uno a su oficio atienda. 278
Navarro Y mi mujer, que jamás
para nada ha sido buena,
¿qué oficio tomará?
Polonia El nuestro, 415
que es solo ser petimetra.
Navarro ¿Qué filis ha de tener
una pobre forastera? 279
Figueras El mío, que es solo dar
conversación, y estar tiesa. 420
Navarro La otra viene más humilde,
y es muy poco picotera.
Mariana Hombre, que venda naranjas
con mil demonios, y crea
que le irá bien.
Navarro Ese oficio 425
quiere su sal y pimienta,
y estotra es como una estatua.
Chinita Estatuas que pestañean
son como aquel caldo frío
que se abrasa el que le prueba. 430
Soriano Que se venga a mi capilla,
y la haremos la maestra,
supuesto que canta.
Joaquina Eso
es lo que todos desean:
oírla.
Navarro Pues ya verán 435
todos qué chasco se llevan.
Merino ¿Para qué necesitamos
ya quien cante o no, dispersa
una vez la compañía?
278
A partir de este verso, fue necesario modificar el texto a causa de la ausencia de Vicenta Antón,
suprimiendo sus réplicas o poniéndolas, un tanto transformadas, en boca de Navarro.
279
Vicenta Antón y Luis Navarro venían de Valencia.
95
Eusebio Caballeros, ¿va de veras? 440
Figueras ¿Cuándo se burlan las damas?
Mariana ¿Y más las que son tan serias
como yo?
Todos Todos nos vamos.
Polonia Eso es una ligereza;
cepos quedos, y atención, 445
que no les seré molesta.
La gente dice, y la gente
obra contra lo que piensa
o pensaba, porque ve
que engañan las apariencias. 450
Cumplamos nuestra palabra
al público sin flaqueza
por nuestra parte; veamos
si nuestros afanes premia;
si así lo hiciere, apretar; 455
si nos olvida, paciencia;
y en tal caso, cada uno
podrá echar por donde pueda.
Espejo Yo a volatín con Perruca,
aunque me rompa una pierna. 460
Todos Dice bien Polonia.
Polonia Pues
si he dicho bien, esta idea 280
********************* 281
que había de cantar, tengamos
todos conformes paciencia,
supliendo por hoy nosotras.
Y la compasión discreta 470
del Público
Todos disimule
defectos y contingencias.
280
El texto del manuscrito de la BHM seguía así:
«baste por primer sainete / y usted eche miedo fuera, / y cante su tonadilla.
Navarro -Dios te la depare buena / mujer, si te se ofrece algo, / que me avisen a la cueva. (vase)
Vicenta -Señores, concebid todos / de mi habilidad la idea / más baja, y disimulad / los defectos que
cometa.
Polonia -El silencio encargo mucho / por este rato, y tú, empieza.
Chinica -Detrás de usted estamos todos; / no recele, aunque se pierda / por aquí ahora, por allá /
tomará lo que le venga. Canta la tonadilla la nueva y se da.»
281
Faltan cuatro versos de la versión primitiva, tapados por un papelito con una versión posterior («baste
por hoy de sainete / y una tonadilla nueva / vamos a cantar que alcance / (todos) perdón de las faltas
nuestras».
96
La orquesta femenina
(1774)
Estrenó este sainete la compañía de Eusebio Ribera en el teatro del Príncipe el 7 de mayo
de 1774 con El sacrificio de Ifigenia de Cañizares. Es la segunda parte de Los
despechados estrenado el 3 de abril del mismo año; los cómicos, deseosos de cambiar de
oficio, habían formado una capilla (una orquesta) para dar representaciones fuera de
Madrid; han regresado después del fracaso rotundo del intento, contado con muchos
detalles por el regidor del primer pueblo donde actuaron. El tal regidor acude pues a las
cómicas de la compañía, contratándolas para una representación que no desemboque en
un desastre. El reparto del sainete es casi idéntico; solo falta José Martínez Huerta, y José
Espejo ya no hace de sí mismo, sino que encarna el regidor del pueblo.
En la Biblioteca Histórica de Madrid se conserva el autógrafo del sainete 282, que es el
texto que se publica aquí, y volvió a utilizarse posteriormente, con las enmiendas (de
mano distinta) que señalamos en las notas. En la Biblioteca Nacional de España se
custodian dos copias, una 283 con fecha de 1791, el reparto correspondiente y las
correcciones del texto que exigía el cambio de actores, otra 284 con fecha de 1785 y
repartos de 1787 y 1794.
Las informaciones relativas a los cómicos están sacadas del libro de Emilio Cotarelo
y Mori Don Ramón de la Cruz y sus obras. Ensayo biográfico y bibliográfico (Madrid,
1899).
Tratándose del autógrafo de D. Ramón, se han conservado la ortografía y las
abreviaturas del original; solo hemos modernizado la acentuación y la puntuación.
282
BHM, Tea 1-209-23.
283
BNE, ms. 14519/5/2.
284
BNE, ms. 14519/5/3. El texto podría ser el que sirvió en 1780 o en 1782, si nos referimos a los actores
mencionados: Aldovera (Juan) que sustituye a Soriano desde el verso 70, la Carreras (Josefa) en lugar de
la Figueras en el verso 106, aunque no cuadran otros (Callejo en particular) con la lista de aquellos años.
97
LA ORQUESTA FEMENINA
Saynete
Para la Compa de Rivera
El teatro representa la sala de casa del Autor con mesa en medio, taburetes y un
facistol de contrabajo qe sirve después.
285
Joaquina Moro, séptima dama, no era autora, pero estaba casada con el autor Eusebio Ribera.
286
Eusebio Ribera, segundo galán de la compañía que dirigía.
287
Nombre sustituido (letra y tinta distintas) por «son ya» para otra representación.
288
BNE: «la temporada muy bien».
289
«siempre».
98
Sale Merino 290 ¡Qué chisme traigo,
Amigos!
Eusebio ¿Ahora se emplea
usté en chismoso, Merino 291? 25
Merino Es que merece la pena
el chisme; y tenemos parte
en el gozo y la tragedia
qe resulta de él.
Joaquina Parece
qe gozo y pesar disuenan. 30
Merino Oýd, veréis cómo acaso
los dos afectos concuerdan.
Sale Callejo 292 ¿Queréis oír un chisme?
Eusebio ¿Otro?
trátese de otra materia,
que si empezamos con chismes 35
todas las cosas se enredan.
Merino El mío es indiferente.
Callejo El mío es cosa de fiesta.
Eusebio En siendo chisme, no oiremos
una palabra siquiera. 40
Merino Pues bien está; no diré
que todas las damas quedan
en casa de la graciosa,
adonde tiene tal gresca
qe alborotada la calle... 45
Joaquina ¡Ay, virgen, si se pelean!
Merino Di: «¡ay, virgen, si se emborrachan!»
y discurro qe lo aciertas,
por qe según la algazara
con qe gritan, cacarean, 50
cantan y rabian a un tpo 293,
sin duda beben y 294 almuerzan.
Eusebio Eso no importa.
Joaquina Aquí vienen.
Callejo Míralas qué cariserias
y disimuladas.
Merino Son 55
todas pájaras de cuenta.
290
Vicente Merino, primer galán.
291
Sustituido por «Vallés» (letra y tinta distintas) para otra representación.
292
Francisco Callejo, segundo gracioso.
293
«tiempo».
294
Antes, Cruz había escrito «o», lectura que conservaron los copistas.
295
Tachado el 8, y sustituido por 9 (letra y tinta distintas): serían 9 damas para otra representación.
99
Figueras 296 Vaya ¿qe ensayamos oy?
Merino A fee qe la entrada es buena.
Joaquina ¿Qué tal salió aquello? (aparte)
Polonia 297 Bien.
Joaquina Yo por hacer la desecha, 60
con los demás me escapé.
Polonia Una vez qe estás impuesta,
no has hecho falta.
Eusebio ¿Qué dicen?
Joaquina Que el señor es un fachenda;
ni han bebido ni almorzado. 65
Merino Pues sería pelotera 298.
Figueras No eran sino carcajadas
con los payos de la sierra
adonde fue la capilla
de Soriano y sus colegas 299. 70
Merino ¿Pues qe los han vuelto en coche?
Polonia ¿En coche? En una carreta
de bueyes, medio estropeados
y medio muertos.
Todos ¿De veras?
Mariana 300 Eso es para qe se vayan 75
con los serranos a fiestas.
Todos ¿Y dónde están?
Polonia En mi casa;
Campano 301, ve y di qe vengan,
que son graciosos.
Callejo ¿Y a qué
vienen?
Mariana A ajustar orquesta 80
y voces, qe necesitan
para otra función más regia
que hacen a la Cruz de Mayo 302.
Todos El demonio qe allá fuera.
Merinito 303 La desmembrada capilla 85
de la compañía nuestra
a pedir una limosna
296
Josefa Figueras, primera dama.
297
Polonia Rochel, tercera dama y por lo tanto graciosa.
298
«fam. Riña, contienda o revuelta, y particularmente la que se origina o sostiene entre mujeres» (DRAE).
299
Se refiere a Los despechados (La capilla de cómicos), primera parte de La orquesta femenina.
300
Mariana Alcázar, segunda dama.
301
José Campano, vejete.
302
«a la Cruz de Mayo» está tachado, sustituido por «para San Isidro» (corrección no autógrafa), porque
sirvió para otras ocasiones; en el ms. BNE 14519/5/2: «para cierto santo»; en el ms. 14519/5/3: «para cierto
santo» está puesto en lugar de «para San Isidro».
303
Apodo de Vicente Merino, sobresaliente, hijo del primer galán Vicente Merino. «Coda» (Codina) escrito
por encima de «Merto» (Merinito), con letra y tinta distintas.
100
pide para entra(r) licencia.
Polonia Aquí no reconocemos
a los qe una vez desertan. 90
Figueras Un buen corazón jamás
despide al qe humilde ruega;
diles que qe entren, y entre todos
démosles una peseta.
Merinito Entren ustedes, Amigos. 95
Todos ¡Válgame Dios, qé miseria!
Salen Soriano 304, Tadeo 305, Baltasar 306 y Camas 307 en la propria 308 idea con que
cantaron el villancico pasdo309, pero uno cojo, otro manco, otro entrapajado, y
arañadas las caras, &. 310
304
Cristóbal Soriano, tercer galán.
305
Tadeo Palomino, cuarto galán.
306
Baltasar Díaz, séptimo galán.
307
Vicente Sánchez, llamado «Camas», octavo galán; era nuevo (venía de Cádiz).
308
Forma antigua.
309
«pasado»: alude al villancico que cantaban en Los despechados.
310
Eran cinco en Los despechados; el que falta es José Martínez Huerta.
311
Son los dos primeros versos del estribillo de la famosa letrilla de Góngora En persona del marqués de
Flores de Ávila, estando enfermo: «Aprended, Flores, de mí / lo que va de ayer a hoy […]» (1621).
312
Catalina Tordesillas, cuarta dama, que normalmente trabajaba en la compañía de los Sitios (véase
Cotarelo op. cit., p. 453).
101
a los hombres, y los hombres
qe también tentar se dejan, 120
vele ahí, y luego le salen
a uno a la cara las fiestas.
Eusebio Y haora 313, ¿qué piensan hacer?
Soriano y Tadeo Curarnos.
Merino Es grande idea,
y aprovechar todo el tiempo 125
que falta de primavera.
Joaquina Y después ponerse a oficio
que a los que una vez nos dexan
no se recibe otra vez.
Soriano Dexad que bueno me vea, 130
que yo os echaré un empeño
de autoridad tan suprema
que havéis de rogarme, y darme
dinero encima.
Polonia Quisiera
saber qn es ese empeño. 135
Soriano Las damas de la Cazuela.
Merino Dilas que ya están servidas.
Eusebio Al instante.
Todos Enhorabuena.
Mariana Poco a poco, qe las damas
por pícaros no se empeñan, 140
y más quando el escarmiento
en común las interesa.
Todas Que se vayan noramala
Tadeo Soriano, eres un Babieca;
para lograr con mugeres 145
¿te vales de otras? ¿no hechas
de ver que por lo común
spre 314 están ellas contra ellas?
Soriano Pues ¿qn será empeño?
Tadeo Los
315
Señores de la Luneta , 150
por cuios méritos grandes
y cotidiana asistencia
las 316 pido qe nos perdonen
y recivan.
Mariana A la fuerza
de tal recomendación, 155
Todas puerto nuestros brazos sean
del naufragio...
313
Sic.
314
«siempre».
315
En la luneta se sentaban los espectadores más ricos.
316
Sic.
102
María Pepa 317 Poco a poco,
que aunqe el empeño merezca
qe se admitan, puede ser
qe el empeño no se extienda 160
a que a su vista abracemos
todo lo qe recomienda.
Merino Dice bien.
Sale Campano Aquí está ya
el Regidor de la Sierra,
qe el otro no estaba en casa. 165
Sale Espejo 318 Por siempre alabado sea (de serrano)
el Señor... válgame el cura
y el guisopo 319 de la Iglesia. (se asusta)
Todos ¿Qué ha sido eso?
Espejo ¿Qué queréis
de mí, músicos en pena? 170
fantasmas en solfa, idos
a descansar norabuena,
si es que puede haver descanso
donde suena vuestra orquesta.
Polonia ¿Qué es 320 esto, tío Rebollo? 175
Figueras Diga usted qé le amedrenta.
Espejo ¿Quatro muertos contra un vivo
no harán temblar a qualquiera?
¿Aún estáis en este mundo?
Soriano ¿Aún no morimos de aquella? 180
Tadeo Todavía estamos vivos.
Espejo Pues el qe aguantó tal felpa
y no se murió, bien puede
apostar a fortaleza
y a vidas con qualqr gato. 185
Soriano Reconocemos la deuda,
y no se irá usted, sin qe
la lleve en igual moneda.
Tordesillas Seguro está, por qe todas
estamos en su defensa. 190
Espejo Pues ¿acaso vengo yo
a espantar con mi trompeta
y mi voz todo el lugar,
como hicieron en mi Aldea
ellos; ¿y aquel del piporro 321, 195
dónde está? maldito sea.
Merino ¿Con que ellos lo hicieron mal?
Espejo Pues ¿no llegaron las nuebas
317
María Josefa Huerta, quinta dama.
318
José Espejo, primer barba.
319
Palabra desusada, en vez de «hisopo».
320
En el ms. autógrafo, D. Ramón se dejó el verbo en el tintero...
321
Aumentativo despectivo de «pipa», según el DRAE: designa familiarmente el fagot, especie de flauta.
103
a la Corte?
Todos No, señor.
Espejo ¿Ni se puso en la gaceta? 200
Todos No.
Espejo Pues era cosa digna
de que el Mundo lo supiera.
Eusebio ¿Pues qué hubo?
Polonia Cuéntelo Vmd.
e
Espejo Cada vez q se me acuerda
se me ponen de puntillas 205
los pelos de la cabeza.
Figueras Es mui gracioso.
Todos Contadlo.
Espejo Sucedió de esta manera.
Era un sábado en la tarde,
qe víspera de la fiesta, 210
por la devoción al santo,
toda la gente compuesta
(y gritando por la Plaza 322)
y de broma, parecía
Martes de carnestoliendas 323.
El cielo nublado daba 215
a entender qe aquella mesma
noche con llubia copiosa
nos regaría la tierra
del término; por el ayre
los pájaros a docenas 220
cruzaban, acompañando
el son de las panderetas,
queriendo qe las sacasen
a baylar nuestras mozuelas,
que las ay como trinquetes 324, 225
aunque horrorosas y puercas;
los gallos y las gallinas
representaban comedias
y entremeses a su modo
en sus corrales; las bestias 230
con relinchos y rebuznos
se alegraban. De manera
que todo era gozo, todo
bayle, regocijo y gresca,
quando étele donde viene 235
la tremebunda carreta
de los músicos. Aquí
pido a ustedes qe me atiendan.
322
Verso tachado por Cruz.
323
Sic.
324
¿«El tercer árbol hácia la parte de proa en las naves mayores, y en las menores es el segundo»
(Diccionario de Autoridades), es decir especie de palo?
104
Apenas la divisamos
quando el pueblo la rodea, 240
y con repetidos vivas,
casi en bolandas la entra
en el lugar, imitando
aquellas cosas qe cuentan
y se leen de los triunfos 245
de Roma y de Baldepeñas.
Impacientes de escuchar
todos nosotros aquella
dulzura que le hace al alma
cosquillas por las orejas, 250
les pedimos de rodillas
que nos den alguna muestra
de su gracia; y atendemos
todos con la boca abierta,
nos dicen qe sí; ¡ha, traidores! 255
y en pago de esta fineza,
desenbayna el más ceñudo
de una funda de bayeta
verde un trabuco castaño
con un pico de cigüeña 325, 260
y arbolándole, dispara
unas voces tan tremendas,
un estrépito tan ronco
que teniendo ya por cierta
la ora del juicio, el ms guapo 265
se cayó muerto en la tierra
como pudo, por no oýr
bramar la feroz trõpeta.
Su voz espantó las nubes,
frustándonos las cosechas; 270
se desmayaron los brutos;
las Aves cayeron muertas,
tembló la torre, y le dio
mal de madre a la cigüeña.
El sacristán reventó, 275
agarrado de la cuerda
de una campana; el Barbero,
por agarrar la vihuela,
cogió aturdido el gatillo 326,
y se sacó cinco muelas; 280
el boticario, al mirar
que se mueren y no enferman,
arrojó todos los botes
325
Descripción graciosa, por parte del campesino, de un instrumento que no conocía, es decir el bajón que
servía en Los desconfiados.
326
«Instrumento de hierro á modo de tenaza, con que se sacan las muelas y dientes» (Diccionario de
Autoridades).
105
y se merendó sus yervas;
no quedó gato ni perro 285
qe no huyese muchas leguas;
y entre tantos sustos, tantos
escándalos y tragedias,
solamente donde no hubo
desgracia fue en la taberna, 290
único asilo qe a todos
nos dexó la providencia.
Al fin, fuimos poco a poco
cobrándonos, pero apenas
conocimos qe era miedo 295
y no peligro de veras,
y que el trabuco era una
pipitayna 327 de madera,
le dimos tal tunda (aquí
sí qe la risa me tienta) 300
que no les ha de dar gana
de bolver, aunqe se mueran
de hambre, a cantar en su vida,
ni de ajustar otra fiesta.
Callejo Fue atrocidad.
Soriano Al primero 305
que coja de aquella tierra
le he de desollar.
Merinito 328 Y ahora,
con esa histeria tan fresca
¿qué capilla quiere usted
llevar?
Espejo Ya la tengo, y buena; 310
¿no es verdad, señoras?
Todas Mucho.
Merino ¿Que la han ajustado estas?
Espejo Va sin ajustar, por que
les he de dar quanto quieran.
Eusebio ¿Y qué capilla es? se puede 315
confiar.
Figueras Nosotras mesmas.
Eusebio ¿Ustedes?
Todas Nosotras.
Mariana Si
nuestro villancico oyeran
se havían de comer las uñas.
Figueras Y con música completa 320
de instrumentos.
Merino ¿Quién los toca?
Mariana Nosotras.
327
Pipitaña: pipiritaña, «Flautilla que suelen hacer los muchachos con las canas del alcacer» (DRAE).
328
Tachado, sustituido (letra y tinta distintas) por «Callejo», que hizo el papel otro año.
106
Soriano Un dedo diera
por oyrlas.
Tadeo ¡Y que usted
sea tan bobo qe lo crea!
María Pepa ¡Cómo qe no! Acaso ustedes 325
conocen las compañeras
qe tienen.
Cortinas Solo por que
se caygan aý de vergüenza.
le hemos (de) 329 cantar.
Todas Lo apruebo.
Polonia A bien que tenemos cerca 330
los instrumentos.
Campano Y tanto
que yo fui por ellos mientras
la disputa, por qe rabien.
Todas Que vengan.
Figueras Venga
mi contrabajo.
Polonia Poned 335
mis timbales a la izquierda.
María Pepa Mi flauta
Morales Mi flauta.
Espejo Niñas, (qe ayudará a Campo)
vean ustedes si son estas.
Mariana Yo en medio con mi vajón
me pongo de presidenta.
Figueras Repártanse los papeles. 340
Todas Ya están.
Merino ¿Y qué? ¿no se templa?
Figueras En estando bien templadas
nosotras, nada disuena.
Joaquina ¿Una va?
Polonia Vayan catorce. 345
Marianita, sopla.
Mariana Aprieta
los puños, Polonia, y que
tiemble la circunferencia.
Aquí cantan el villancico, el que se pondrá a la Letra en las copias pra la censura 330.
329
Falta en el autógrafo.
330
El manuscrito de la BNE 14519/5/2, después de la acotación «Cantan Tordesillas, Cortinas, Navarra y
Joaquina», incluye el texto del villancico:
4 Viva, viva.
Tordesillas abril hermoso / que claro y frondoso / con sus bellos días / todo es alegría, /
recreo y placer;
Tordesillas/Cortinas con sus dulces aguas / el campo florece
Navarra/Joaquina y cuando amanece / es todo reír.
Tordesillas Con sus trinos graves / gorgean las aves / pi, pi, pi, pi, pi,
Navarra las gallinitas / pitas, pitas, / ca, ca, ca, ca, ca, ca.
107
Todos ¡Viva, viva!
Espejo Este conjunto
bolverá a poner mi tierra 350
en el estado qe estaba
Merino ¿Y le volverán las muelas
a nacer al cirujano
con su vista?
Espejo No se pierda
tpo 331, señoras, los coches 355
están ya puestos y cerca;
vamos a cargar los trastos,
tomar un pisto, y arrea.
Todos Bufonada.
Figueras ¿Bufonada?
Polonia Empeñadas y resueltas, 360
veremos qn nos detiene.
Mariana Mayormente quando media
nuestra palabra.
Merino Esa es
la que solo me hace fuerza;
y más si es palabra mía, 365
qe eres tan grande embustera.
Espejo Echen delante, mocitas.
Señores, a la oveda. 332
A cada uno le traerán
un cabrito quando buelban. 370
Merinito 333 Vaya usté al infierno, que
no ay más que cargar con ellas.
Figueras Quando nosotras queramos,
¿quién lo impedirá?
Merino Prenderlas.
Todas ¡Favor al Público! (las detienen)
Eusebio Dense 375
ustedes a mi orden presas
por el Público.
Polonia A ese nombre
¿quién ha de hacer resistencia?
Todas Aquí nos tiene rēdidas.
Espejo ¿Y quién cantará en la fiesta 380
de mi lugar?
Merino Los señores
108
bolverán.
Soriano Dios me defienda.
e
Eusebio Una vez q trae dinero,
yo les buscaré una buena
capilla de profesores. 385
Espejo Pero qe ninguno sea
Abate, ni lleve trompa
gorda, por qe si la llegan
a escuchar segunda vez
en el lugar, se despuebla. 390
Eusebio Eso será a vuestro gusto.
Merino Y siga nuestra tarea;
ustedes, al punto ensayen
una tonadilla nueba
para esta tarde.
Polonia Y sirviendo 395
para saynete esta idea,
Todos si al auditorio le agrada,
serán felices las nuestras. (fin)
109
Los tres sacristanes
(1776)
334
El severo dictador y vencedor delincuente, Lucio Papirio y Quinto Fabio, comedia heroica en tres actos,
traducción de Apostolo Zeno.
335
Archivo Municipal de Madrid, Ayuntamiento, 1/438/2.
336
Véanse al respecto René Andioc y Mireille Coulon, Cartelera teatral madrileña del siglo XVIII (1708-
1808), Fundación Universitaria Española, Madrid, 2008, p. 330 y mi artículo: Mireille Andioc, «Diecinueve
sainetes desconocidos de Ramón de la Cruz», Estudios escénicos núm. 21 (septiembre de 1976), p. 145-
146, con los datos que me permitieron identificar el sainete y relacionarlo con el recibo que firmó D. Ramón
el 13 de febrero de 1776, titulándolo Los dos sacristanes.
337
BNE, ms. 14594/4.
338
BHM Tea 1-160-4; son cuatro copias, con varios repartos que corresponden a temporadas posteriores
(1786-1787 y 1797-1798 en el ejemplar D, que incluye también el guion de música).
110
SAYNETE NUEVO LOS TRES SACRISTANES
Personas 339
Esteban ... no
---------------------------------------------
339
La Raboso (Mariana Raboso, tercera dama de cantado): Petronila, mujer de Perico Guedejas ***
Nicolasa (Nicolasa Palomera, cuarta dama): moza de lugar *** La Solís (María de Solís, sobresalienta):
Da Teodoreta *** La Pérez (no habla) (Josefa Pérez, quinta dama): moza de lugar *** López (Nicolás
López, primer barba): Gil Gordo *** Ponce (Juan Ponce, sobresaliente): escribano *** Camas (Vicente
Sánchez «Camas», sexto galán: mozo de lugar *** Ferrer (no habla) (Felipe Ferrer, séptimo galán): mozo
de lugar *** Mayora (María Mayor Ordóñez «La Mayorita», tercera dama de cantado): Bastiana, hija de
Gil Gordo *** Granadina (María de la Chica «La Granadina», tercera dama de representado): prima de
Gil Gordo *** Ladvenana (Silveria de Rivas y Ladvenant, séptima dama): moza de lugar *** Coronado
(Diego Coronado, segundo gracioso): Juan Calvo *** Martínez (Manuel Martínez, primer galán):
alcalde *** Enrique (Enrique Santos, vejete): alguacil *** Rafael (no habla) (Rafael Ramos, décimo
galán): mozo de lugar *** Pedro Galván (segundo barba): tío Calzoncillos *** Guzmana (María de
Guzmán, segunda dama): Teresa, hermana de Gil Gordo *** La Pereira (Sebastiana Pereira, primera
dama): Eudoxia *** La Fuentes (Gertrudis Fuentes, sexta dama): moza de lugar *** Garrido (Miguel
Garrido, primer gracioso): Perico Guedejas *** Ramos (Juan Ramos, segundo galán): regidor ***
Vicente Galván (cuarto galán): mozo de lugar *** Raboso (no habla) (Mariano Raboso, noveno galán):
mozo de lugar *** Simón (Simón de Fuentes, tercer galán): D. Gonzalo *** Esteban ... no (se trataba de
Juan Esteban, octavo galán).
Las listas de formación de compañías las publicó Cotarelo y Mori en su libro Don Ramón de la Cruz y
sus obras. Ensayo biográfico y bibliográfico, Madrid, 1899.
340
Especie de entablado construido en el mismo escenario, que permitía crear un segundo espacio escénico;
ya había recurrido Cruz a este artificio en 1774 en Las calceteras (véase al respecto Mireille Coulon, Le
sainete à Madrid à l’époque de Don Ramón de la Cruz, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2009, p.
145 y siguientes).
111
Aguji agujita
cose pobrecita
ea, ea, ea,
la, la, la, la, la, la.
Sale Garrido por el tabladillo en chupa y calzones negros, pelón, muy sofocado.
341
Era un recurso bastante frecuente colocar a los actores entre los espectadores, en este caso en uno de los
palcos que eran un sector privilegiado del teatro.
112
de coger pájaros, negra. (riéndose)
Coronado Perico ¿vas esta noche 35
de mogiganga a la iglesia?
Garrido ¿Ahí estás tú?
Coronado Linda gala
te pones por Nochebuena.
Garrido Sí, rite, rite 342, y haz burla,
que verás lo que te esperas. 40
Coronado Pues ¿qué hay?
Garrido Una picardía,
un embrollo, una insolencia
del Gil Gordo, el sacristán
de la Ermita de las Eras.
Coronado ¿Qué dices?
Garrido Que por empeños 45
quiere dar la preferencia
a su villancico; advierte
si es posible lo consienta
quien tiene la sacristía
del Hospital a su cuenta. 50
Coronado Ni uno ni otro, siendo yo (enfadado) 343
el sacristán de la iglesia
parroquial: a la justicia
voy volando con la queja.
Garrido Ve, que yo la buscaré 55
por otra parte más cerca.
Coronado A bien que 344 tengo las llaves
del órgano y de las puertas
y en mi gallinero nadie
antes que yo cacarea. (Vase) 60
Garrido Vale un quiquiriquí mío
por cien tuyos, voz de clueca,
sacristán calvo de pelo,
y calvo de descendencia.
Raboso ¿Tú estás loco? ¿Con quién hablas, 65
que ya está de aquí dos leguas?
Garrido ¿Qué sé yo? ¡A mí disputarme
que mi villancico sea
el primero!
Raboso Y lo será,
porque tú eres un babieca 345. 70
Garrido Si lo soy, la culpa tiene
la gente que tengo cerca;
pero con los hombres soy
tan bronce como tú cera.
342
Sic.
343
Acotación que no figura en el ms. de la BNE, pero sí en el de la BHM Tea 1-160-4 A.
344
Afortunadamente.
345
«Persona floja y boba» (DRAE).
113
Raboso ¿Qué quieres? Les debo el ser. 75
Garrido Y yo se le debo a ellas,
y además el alimento
primero en el dulce néctar
que me aforró para siempre (dulce)
la garganta de jalea 346. 80
Raboso Ya se te olvidó el desaire;
hombre, no tienes cabeza.
Garrido Dices bien; daca el bonete
y un palo, que si se enreda,
los dos sacristanes legos 85
verás qué ordenados quedan. (vase)
Raboso Todos los hombres piadosos
lloren, y se compadezcan
al ver aquesta muchacha
casada con un tronera 347. (vase) 90
Calle de lugar con algún bastidor de selva y al foro, cornalizas 348, una puerta de casa y
en ellas las señoras Mayora y Guzmana de payas, mondando cascajo, y canta la
primera seguidilla.
346
Tendría buena voz Miguel Garrido; en 1779 se quejó porque cantaba diariamente (véase Cotarelo, op.
cit., p. 519).
347
«Persona desbaratada en sus acciones y palabras, y que no guarda método ni orden en ellas» (DRAE).
348
Sic, por «corralizas».
349
El 16 de agosto.
114
Mayora ¿Alquilar? ¿Pues es mi padre 105
acaso borrico o yegua?
Guzmana ¿Qué sabes tú de eso, simple?
todas las cosas ajenas
que se buscan, que se pagan,
y que solo sirven mientras 110
las necesitan, son cosas
alquiladas; de manera
que habrá día que se alquilen
las personas, que no las bestias.
Mayora ¿Y a usted no le han alquilado 115
algunas veces?
Guzmana Quinientas
para guisar en las bodas
y asistir a las enfermas.
350
«Absceso supurado» (DRAE).
351
El 3 de febrero.
115
Guzmana ¡Toma! Eso lo saben los 145
niños que van a la escuela.
López Sabéis que al que aventajase
en el tono y en la letra
por premio ofreció un cochino
de las circunstancias mesmas 150
y peso que el vencedor
entre nosotros tuviera.
Mayora Padre, buen cerdo será
el nuestro como usted venza.
López Pues ese Juanillo Calvo, 155
ese Perico Guedejas,
que todavía no saben
cuál es su solfa derecha,
y para mis monaguillos
le falta mucha bayeta, 160
quieren lucir esta noche,
y llevar la preferencia
a un hombre como soy yo. (levántase)
Dame la espada, Teresa,
que vacantes en la villa 165
han de quedar dos prebendas
esta noche.
Guzmana ¿No es mejor
una vez que esta parienta,
la mujer del escribano
y que al alcalde maneja, 170
que él lo componga?
Mayora Sí, padre,
que en premio de competencia,
un empeño vale más
que el mérito, ni la fuerza.
López Dices bien; Lucio Papirio 352 175
no dijo mayor sentencia;
voy a ver a la Rubilla,
pero a fe que como ella
no lo componga, esta noche
descompongo las cabezas 180
de cuantos se me opusieren,
porque mi mano derecha
y mi ingenio son iguales
en las armas, y las letras. (vase)
Mayora ¡Qué demonio es este padre 185
que Dios me ha dado!
Guzmana Él por buenas
es un elefante, pero
por mal es una cigüeña.
Mayora Vamos, tía, a disponer
352
Nombre de uno de los personajes de El severo dictador, del mismo D. Ramón.
116
las cosas antes que vuelva. 190
Guzmana Vamos, sacarás tú el vino,
mientras yo pongo la mesa.
Mayora ¿Se emborrachará esta noche
su merced?
Guzmana No has de ser necia;
si no se emborracha ¿cómo 195
ha de echar la voz con fuerza?
Mayora Me deshago.
Las dos Despachemos
antes que enfadado vuelva. (vanse)
Salen de mozos de lugar Camas, Rafael, Esteban, Raboso, Ferrer y Vicente Galván con
rabeles y flautillas o matracas cantando.
Todos Señoras hidalgas,
caritas de sol,
dadnos aguinaldo,
señoras, por Dios.
Así sus familias
tengan sucesión
y vean sus campos
siempre a cual mejor,
dadnos aguinalgo
por amor de Dios.
353
El texto confirma la fecha del estreno.
117
Martínez En vano me clamorean,
que no quiero bulla.
Mozas (dentro) Hi, Hi, Hi...... (gritan dentro)
Martínez ¿Pero qué bulla es aquella? 220
Ponce Las mozas.
Vicente No supliquéis,
a ver si las pone frescas 354.
Salen de mozas de lugar con panderos y zambombas de pandereta las señoras Pérez,
Nicolasa, Lavenana y Fuentes cantando.
354
Palabra tachada, sustituida por «presas» (tinta distinta).
118
que las zurren la badena 355, 245
y me las encierren mientras
dura la Pascua.
Mozos Perdón.
Martínez Son mis oídos de piedra;
me he empeñado en que ha de haber
silencio la Nochebuena. 250
Ramos Hasta media noche.
Martínez Entonces
será mayor la sosiega,
porque me he puesto de acuerdo
en que no se abra la iglesia
con el señor cura.
Ramos Eso 255
es contra costumbre.
Martínez Sea.
Ponce Y contra mi escribanía,
que sacadas las pendencias
de esta noche y las dos de
San Juan y San Pedro, fuera 260
incongrua.
Martínez No importa, como
yo evite otras congruencias.
Sale Coronado
Sale Garrido
Garrido Apelo,
que no siempre el que antes llega
se la calza.
Martínez ¿Qué pretendes?
Garrido Que a Juan Calvo me prefiera 270
en el villancico, puesto
que mi voz es clara y hueca,
y la tribuna tan grande.
Coronado Señor, Perico Guedejas
miente, que mi voz ha sido 275
más clara que una trompeta.
Garrido ¿Qué importa, si ahora pareces
gallo acatarrado?
Coronado Esa
355
Sic, por «badana». Zurrarle a uno la badana: «Darle de golpes» o «Maltratarle de palabra» (DRAE).
119
no es circunstancia.
Garrido Sí es,
o respóndante las viejas, 280
si entre los que son y fueron
hay alguna diferencia.
Martínez ¿Y a qué viene esto?
Sale López
López Señor,
Gil Gordo ante vos presenta
este memorial, y dice 285
lo que veréis en sus letras.
Martínez ¿Sabéis leer, escribano?
Ponce Letra antigua.
López Esta es moderna.
Ramos Pues esa la leerá bien
el maestro de la escuela. 290
Ponce Y yo también.
Martínez Poco a poco,
que todas las noches buenas
suele desde la oración
turbársele la calavera.
Granadina (dentro) Ay, ay, ay.
Mozos ¿Qué ruido es ese? 295
Raboso (dentro) Aguarde.
Sale Guzmana
Sale Mayora
Sale Granadina
120
Ramos Yo lo he oído por más señas:
doña Fulana, cortejo
de don Zutano, una bella 310
moza vecinita mía;
se llamaba doña Elena,
cortejo de don Juaquín
y mujer de don Bloy breva 356;
el mes que allí estuve, siempre 315
la oí llamar de esa manera.
Granadina No lo entendéis, dice que
como usted me galantea
hace cuanto yo le pido.
Raboso Y lo dice a boca llena 320
en la plaza, sí señor.
Garrido Pues cuando lo dice esta,
será verdad, que ella sabe
cuanto en el lugar se piensa.
Ponce Miente, y yo saco la cara 325
por el alcalde.
Martínez No mientas,
escribano, hasta saber
en lo que funda ese tema.
Granadina Es que te pide...
Ponce Mujer,
¿por qué al alcalde tuteas 330
delante de las gentes?
Granadina Es
que estoy de cólera ciega,
porque le he pedido a usted
que mi pariente Gil sea
el que cante el villancico 335
primero, y no es por parienta,
sino porque me intereso
y quedar airosa es fuerza.
¿Qué parece en el balcón
del coro esa caña seca 340
con bonete, y una voz
que en la boca se le queda? 357
¿Qué ha de parecer esotro,
que a la baranda no llega 358,
y cuando cante, creerán 345
sale la voz de la cueva?
Mi primo Gil Gordo sí,
que aunque canta mal lo llena
356
«El higo temprano, o la fruta primera que da la higuera» (Diccionario de Autoridades); se refiere
posiblemente a la expresión «estar más blando que una breva».
357
Está hablando de Coronado (Juan Calvo), que «era delgado, tanto que su compañera la Guzmana le
llamaba oblea» Cotarelo (op. cit., p. 498).
358
Aquí se refiere a Garrido (Perico Guedejas), que era bajito de estatura.
121
todito, y abulta por
una capilla completa. 350
Raboso Todo es envidia, porque
temen que el cochino sea
de Perico.
Coronado Libre estás
de untarte con la manteca.
Garrido Por cierto que tendría mucha 355
si lo propio que tú pesa.
Guzmana Cochino, estando mi hermano
por medio, en vano lo esperan.
Coronado Será mío.
López Será mío.
Martínez Dejemos las competencias, 360
que estamos escarmentados
de las bullas en la iglesia
y queremos desterrar
las faltas de reverencia
que suele haber.
Ramos Eso no: 365
la misa del gallo es fuerza
que la haya.
Martínez No la habrá.
Todos Será como el cura quiera.
Martínez No quiere.
359
Véanse los versos 57-60.
122
los ratones de la iglesia.
Martínez Esta noche no se abre.
Pedro No diga usted esas blasfemias. 390
360
La sobresalienta era María de Solís. Estos tres personajes no solo proclaman su apego a los valores de
otro tiempo vistiendo a la antigua, sino expresándose en hexasílabos, metro muy usado en la poesía del
siglo XV, por ejemplo.
361
En el ms. BHM Tea 1-160-4 A: dice una acotación: «Las sacan en unas orcitas, o jícaras».
123
ustedes se vuelvan,
porque yo he mandado
que cierren la iglesia, 430
que mejor cada uno
en su casa reza.
Pereira Oh, alcalde perverso,
cuánto mejor fuera
que cerrar mandaras 435
algunas tabernas,
las casas de juegos,
y las falsas puertas
por donde los mozos
hablan las doncellas. 440
Solís Y la de la rubia
a quien tú requiebras.
Pereira Que te descompones,
hermana, paciencia.
Solís Dices bien, Eudoxia, 445
Dios lo tome en cuenta
de mis muchas culpas.
Pereira Muérdete la lengua,
que el señor alcalde,
si el templo nos cierra 450
con fin malo o bueno,
a Dios dará cuenta;
bien que no se ignora
que es porque recela
que los pobres mozos, 455
cuando salen o entran,
regalen las mozas,
no por la insolencia,
sino porque a todas
las quiere y festeja. 460
Solís ¡Qué ejemplo de alcalde!
¿Qué justicia es esta?
Pereira Que te descompones,
hermana, paciencia.
Coronado ¿Voy a abrir, señor alcalde? 465
Ramos Mirad que ya se impacienta
la gente.
Martínez ¡Qué devoción
les ha dado tan de veras!
López ¿Pues en qué lugar no habrá,
en iguales noches, fiesta? 470
Pedro Dice bien.
Martínez ¿Conque la bulla
es sola la que las lleva?
Todos Es así.
Martínez Yo la permito
mas no ha de ser en la iglesia;
124
alguacil, di que en la plaza 475
algunas luces prevengan,
y allí hasta las doce todos
sin confusión se diviertan.
Los sacristanes Mi villancico es primero
en todo caso.
Martínez Paciencia; 480
¿son de conceptos que toquen
en el misterio las letras?
Los tres No, señor.
Martínez Pues a favor
de los tres doy la sentencia.
Todos ¿Cómo?
Martínez Que canten a un tiempo 485
los tres, y el que venza, venza.
Simón ¡Grande pensamiento!
¡Famosa cabeza!
no hay en toda España
justicia más recta. 490
Granadina Yo voy a cantar contigo.
López Yo te lo estimo, parienta,
pero tengo ya las cosas
como han de estar, y completas. (vase)
Granadina ¡Ah, ingrato!
Garrido Vente conmigo, 495
gozarás mejor la fiesta,
y si me llevo el lechón
te regalo la cabeza.
Raboso ¿Qué? ¿Hemos de cantar nosotras?
Garrido Siempre tuve esa flaqueza; 500
soy gallo que sin gallinas
ni chista ni cacarea. (vase)
Coronado Muchachos, acá conmigo,
que yo no campo por hembras,
veréis, y qué villancico 505
echamos por la tronera 362
del coro que hacia la plaza
cae, y está el órgano cerca.
Mozos Vamos, viva el alcalde
que da libertad y fiesta. (vanse) 510
Martínez Usted, señor don Gonzalo,
¿se irá a recoger con estas
señoras?
Ramos Naturalmente,
una vez que usted les niega
aquellas contemplaciones 515
que su devoción anhela.
Solís Habiendo funciones
362
Ventana pequeña y estrecha.
125
también; ¿qué dijeran,
si una se encerrara?
Pereira Es cristiana deuda 520
evitar las causas
a las malas lenguas,
para que mormuren,
aunque una lo sienta,
y se mortifique. 525
Simón ¡Qué hermanas tan bellas!
solo yo las puedo
hacer competencia.
Martínez Pues ya que ustedes resuelven
disfrutar toda la fiesta, 530
vengan al ayuntamiento,
que en noche tan placentera
no hay ceremonia. (vase)
Ramos La mano, (a la Pereira)
porque serviros merezca.
Pereira Dale tú la mano, 535
doña Teodoreta,
que yo como sabes
soy toda doncella,
y solo mi hermano
es el que no empuerca 540
del honesto cutis
la superdecencia.
Simón Con todo, el contacto
siempre bastardea;
evite este lienzo 545
cualquier contingencia. (vanse)
Pedro Las tales hidalgas son
las mayores embusteras
del lugar.
Ponce Tío Calzoncillos,
¿no viene usted?
Pedro De carrera 550
mi tambor es el primer
papel en todas las fiestas.
Vanse, y se descubre la plaza, suena el clarín y tambor, y el alguacil corre como dando
providencias, y luego, salvo los que entraron últimos, ocupan su lugar, y después López
con su gente sin hablar.
126
Garrido (en el tabladillo) Nosotros delante, y que
atrás se quede la orquesta. 560
Raboso Desde aquí no lucirá
la función.
Garrido ¿Por qué lo piensas?
Raboso Por dos causas: porque aquí
saldrá la voz macilenta
lo primero, y lo segundo 565
porque yo tengo vergüenza.
Garrido Pues pásate por la cara
la mano, y después aprieta.
Granadina Yo que estoy ahora de pique
con el Gordo, porque venzas 570
levantaré el tiple hasta
el globo de las estrellas.
Garrido Callad, que sale el alcalde.
Sale Martínez
363
«El que tiene fachenda», vanidad, jactancia (DRAE).
127
que huye de las hembras.
Pereira Y yo por el Gordo, 595
que tiene presencia
para hacer el héroe
de cualquier comedia.
Mayora ¡Que viva mi padre!
Camas ¡Viva
el Calvo!
Granadina ¡Viva Guedejas! 600
Garrido Como yo gane el cochino
seguro está que me muera,
que ni aun los males se atreven
a los hombres de manteca.
Coronado No le probarás.
López Ni tú. 605
Todos Alcalde, dad la sentencia.
Ramos ¿Quién llevará el premio?
Martínez Todos,
porque todo se remedia
dando a cada uno su cerdo
arreglado a lo que pesa. 610
Garrido Pobre de mí que soy chico.
Granadina No será muy mala pieza,
que abultas como la bola
del chapitel de la iglesia 364.
Todos ¡Viva!
Martínez Todos a cenar 615
a mi casa porque en esta
prosiga la diversión.
Garrido Y correrá de mi cuenta.
Coronado Y aquí, digna Compasión,
vecindad de la Nobleza, 620
Raboso aquí mi querido Patio,
Garrido aquí mi amada Cazuela,
Todos tiene fin este capricho,
perdonad las faltas nuestras.
364
Miguel Garrido era «muy bajo de estatura y obeso», según indica Cotarelo (op. cit., p. 520).
128
I. Intermedio primero a dúo
La Sra Polonia y Chinica
II. La reforma del honor
III. Introducción-sainete
(1777)
El 21 de enero de 1778, firmó Ramón de la Cruz un recibo de 2700 reales «por la fiesta
representada en el coliseo del Príncipe y compañía de Ribera en la próxima pasada
Navidad» 365. La función representada el 25 de diciembre de 1777 se componía así: «El
gianguir – introducción; tonadilla de la señora Navarra; el aria de la señora Mayora;
‘sainete es una introducción’; tonadilla de la graciosa» 366. Por otra parte, en un ejemplar
manuscrito de la comedia heroica en cinco actos El gianguir, está apuntado el programa:
«1º Acto Introdución / 2º la tona de la Lorenza / 3º Aria de la Maiora / 4º Sainete y tona
de la Polonia» 367. Se corresponden pues las informaciones de estos documentos, porque
«la señora Navarra» y «la Lorenza» eran una misma persona (Lorenza Santisteban alias
la Navarra), y la graciosa era Polonia Rochel.
Pero si reconstituimos el programa que anunciaba el primer intermedio, titulado
también Primera Introducción, vemos que después del verso 99 había de cantar Polonia
la primera tonadilla general; se suprimió dicha tonadilla, acortándose el intermedio
previsto (v. 100-102: «con aquesta friolera / pasaremos, por hacer / la función menos
molesta»): el segundo intermedio era el aria de la Mayora con su introducción 368 ; el
tercero era la tonadilla de la Navarra; y el cuarto había de ser un sainete original, La
reforma del honor a todas luces, pues los examinaron los censores, con dos tonadillas,
según los gastos de tablado del 25 de diciembre 369.
Parece que no pudo estrenarse entonces el sainete y lo retiraron, no porque lo rechazara
la censura (fue representado en 1802), sino porque lo juzgaron demasiado extenso; en
efecto, imponía el reglamento evitar los «entremeses y saynetes molestos y dilatados,
proporcionando el festejo y ciñéndole al término de tres horas quando más» 370, y los 668
versos de La reforma del honor, añadidos a los tres primeros intermedios, rebasaban
seguramente este límite. Las alusiones a esa necesidad son significativas: ya hemos citado
los versos 100-102 de la Primera introducción, y se pueden aducir también los versos 20-
365
Biblioteca Nacional de España, Papeles de Barbieri, ms. 14016/2.
366
Véase René Andioc y Mireille Coulon, Cartelera teatral madrileña del siglo XVIII (1708-1808), 2.ª
edición, Fundación universitaria española, Madrid, 2008, vol. I, p. 341.
367
Biblioteca Histórica de Madrid, Tea 1-115-5.
368
Se conserva en la BHM (Tea 1-184-1 Ň) el texto autógrafo de esta introducción, titulada Intermedio
segundo para el aria de la Sra Mayora.
369
Archivo Municipal de Madrid, Ayuntamiento, 1/371/2.
370
Precauciones que se deben tomar para la Representación de Comedias y debaxo de cuya puntual
observancia se permite el que se executen, BNE, Papeles de Barbieri, ms. 14015.
129
21, y sobre todo los versos 115-116 («un saynete chiquitito, / ya que los largos apestan»),
que explican la sustitución de La reforma del honor por otra pieza más corta.
Se puso pues a modo de sainete la Introducción que publicamos detrás de La reforma
del honor, que con sus noventa y ocho versos respondía a los requisitos de la autoridad.
Así se justifica el título «sainete es una introducción» en los documentos que utilizamos
para elaborar la Cartelera teatral 371. Y D. Ramón saca al tablado los tipos del sainete
desechado, imaginando que los siete alcaldes han tenido que huir, después del fracaso de
su proyecto de reformar «una fantasma perversa», expresión imprecisa que no remite
concretamente al objetivo de los alcaldes. De modo que el público podía ver el intermedio
sin conocer La reforma del honor.
El sainete previsto, por otra parte, reflejaba las preocupaciones de los gobernantes de
la época, a través de las críticas que Cruz dirigía a los hidalgos que se negaban a dedicar
sus esfuerzos a la labranza, a la industria o al comercio; a lo largo de la obra, se burla de
su orgullo infundado, poniéndoles nombres y títulos ridículos. Al situar la acción en un
pueblo y no en Madrid, y poniendo el proyecto de reforma en boca de un alcalde payo,
podía el autor arremeter contra el honor sin ofender abiertamente a los espectadores más
quisquillosos.
En esta edición hemos conservado la ortografía de los impresos de la época para los
autógrafos (las dos Introducciones), y la hemos modernizado para La reforma del honor,
transcripción de una copia cuya fecha ignoramos.
371
Véase más arriba.
130
I
INTERMEDIO PRIMERO A DÚO
La Sra Polonia y Chinica 372
Sale Chinica con un cordel corriendo con los primeros versos y luego le sale al paso
Polonia
372
BHM Tea 1-184-31; manuscrito autógrafo. El título que encabeza la primera página del texto es:
Primera Introducción / Para la Sra Polonia.
373
Es el cordel mencionado en la acotación.
131
cuál es su gracia derecha 30
en este lance. ¡Ay de mí!
sabiendo que en las urgencias
del teatro con la magia
se sale triunfante de ellas,
llamé a Vayalarde, a Giges, 35
a Juana, a Marta 374; ¡qué pena!
y viendo que estaban sordos,
busqué a toda diligencia
al diablo, que es el maestro
de toda esta gentezuela. 40
Pero es mi desgracia tal,
que en todo el día me dexa
quando de él huyo, y ahora
que le busco se me ausenta.
Polonia ¿Y por dónde le has buscado? 45
Chinica Le busqué en todas las piezas
del vestuario, y no está allí.
Polonia ¿Le has buscado en la cazuela?
Chinica No, que de entre las mugeres
al empezar la comedia 50
sale, para presidir
la función en la luneta;
y en acabándose, vuelve
a buscarlas a la puerta.
Polonia ¿Y qué querías del diablo? 55
Chinica Que al punto me dispusiera
catorce vuelos 375 cruzados
por la rueda y la derecha,
y una tramoya de torno
en que pudiese dar vuelta 60
yo por todo el coliseo
repartiendo a manos llenas
naranjas a las señoras,
rosquillas a las lunetas,
a la tertulia tabaco, 65
panecillos y botellas
a gradas y corredores,
bolsillos a la cazuela;
haciendo en medio del patio 376
dos fuentes: una risueña 70
de vino moscatel, y otra
de almíbares de Valencia.
Polonia Hombre, tú has perdido el juicio.
374
Se refiere a la figuras centrales de las varias partes de las comedias de magia que encantaban al público
de la época El mágico de Salerno, Pedro Vayalarde, El anillo de Giges y mágico rey de Lidia, El asombro
de Jerez, Juana la Rabicortona, y El asombro de la Francia, Marta la Romarantina.
375
Vuelo: «Tramoya de teatro en que va por el aire una persona o cosa» (DRAE).
376
Enumera los sectores del teatro que podían influir en el éxito o fracaso de la representación.
132
Chinica Primero es que le tuviera.
Polonia ¿Qué sirven diablos ni magias? 75
Atente a las hechiceras.
Chinica ¿Y esas quién son?
Polonia Yo soy una,
y todas mis compañeras
otras tantas si se ofrece;
con que aliéntate y no temas, 80
que por mil de esas tramoyas
vale una tramoya nuestra.
Chinica ¿Y están prevenidas?
Polonia Sí.
Chinica Vamos al instante a verlas
bajar y subir con todos 85
sus transparentes.
Polonia ¿Qué? ¿piensas
aspiro yo a divertir,
ni esotras, con bagatelas
a un auditorio tan serio
tratándole en esta fiesta 90
como a un papamoscas, o
como a un niño de la escuela?
Chinica ¿Pues qué quieres?
Polonia Divertirle,
a costa de las ideas,
ingenios, aplicación 95
y fatigas manifiestas,
con invenciones, saynete,
tonadas y pastorelas.
Chinica ¿Y eso de qué modo?
Polonia Ahora
[cantaré yo la primera
tonadilla general
que solo tiene de buena
el ser del tiempo. Después
nuestra amiga y compañeras] 377
con aquesta friolera 100
pasaremos, por hacer
la función menos molesta.
En el segundo intermedio
cantará una grande nueva
tonadilla general 105
la señora Santisteban.
Al intermedio tercero
nuestra Mayorita atenta
hará contigo y con otros
una introducción pequeña 110
377
Los versos entre corchetes y en negrita corresponden a la primera versión, anterior al cambio de
programa.
133
para cantar la mejor
aria que se ha oído seria;
[Luego saldrá la Navarra
con otra más grande y nueva
tonadilla, y finalmente
para coronar la fiesta] 378
después entre el quarto acto
y el quinto, saldrá a palestra
[un saynete original,
de aquellos, si tú te acuerdas,] 379
un saynete chiquitito, 115
ya que los largos apestan,
que…
Chinica Ya; yo fío que si no
tiene sal, tendrá pimienta.
Polonia A cuyo fin daldré yo
con otra tonada nueva. 120
Chinica Y según veo, saldremos
todos a las diez y media.
Polonia Amiguito, esto es poner
al Público una gran mesa
y varia, por si el deseo 125
nuestro con su gusto acierta.
Chinica ¿Puedo yo ayudarte?
Polonia Mucho.
Chinica Pues el tiempo no se pierda.
Polonia Señores.
Chinica Señoras.
Polonia Centro
de piedades y finezas, 130
Chinica y centro también de jueces
de todas las faltas nuestras,
Polonia silencio,
Chinica atención,
Los dos aplauso,
y si no mucha paciencia.
378
Véase la nota anterior.
379
El sainete original previsto, como se ha dicho, era sin ninguna duda La reforma del honor; lo retirarían
porque la función resultaba demasiado larga (véase más arriba, p. 129).
134
II
LA REFORMA DEL HONOR380
Plaza de lugar con banco de herrador y barbería; Estoracio 381 y Codina 382 de mozos
sobre dicho banco con vihuelas cantando seguidillas y las señoras Borda 383 y Silva 384,
con una tabla de pan en la cabeza la 1a y la 2a con un pastelón en la mano; Guerrero 385
y la Mayora 386 con basquiña y mantilla oyendo cantar y Aldovera 387 de militar 388
estropeado.
380
BHM Tea 1-169-9 A. Copia con aprobaciones de 30 de enero de 1810 y 9, 18 y 28 de septiembre de
1824.
381
Nicolás Estoracio, sexto galán; en el sainete es Pedro, herrador.
382
Juan Codina, décimo galán; en el sainete es Jorge, mozo.
383
Apodo de Francisca Laborda, sexta dama; en el sainete es Olalla, panadera.
384
Faustina de Silva, novena dama; en el sainete es Cayetana, panadera.
385
Manuela Guerrero, quinta dama; en el sainete es una de las hijas de dona Tiburcia.
386
María Mayor Ordóñez, llamada «la Mayora», sobresalienta de música; en el sainete es doña Tomasa,
hija de doña Tiburcia.
387
Juan Aldovera, segundo gracioso; en el sainete es el Señor Cabeza de Vaca.
388
Es decir, con una casaca (ajustada, al modo de los militares).
389
José Ibarro, supernumerario; en el sainete es el regidor.
135
¿así hacéis las diligencias
que de prisa se os encargan?
Silva Si estaba cerrado el horno. 5
Ibarro Es mentira.
Silva Aquí está Olalla
que lo dirá.
Borda La verdad
es que miente Cayetana;
pero como el herrador
está tocando y cantaba, 10
y nos gusta.
Ibarro Yo lo creo;
váyanse las holgazanas.
Borda Ya van, señor. ¿Quién serán
estas gentes convidadas?
Silva ¿Qué sabemos? (vanse las dos)
Ibarro Tú eres quien 15
alborotas las muchachas.
Estoracio Yo sentadico me estoy
a la puerta de mi casa;
si ellas vienen, las recibo,
si no, no voy a buscarlas. 20
390
Sale Joaquina Vamos a misa mayor,
que allí estarán las muchachas. 391
Mas ¿qué miro?
Mayora ¡Madre, madre!
Joaquina Solo esto ver esperaba:
os envío a misa, ¿y venís 25
a coloquios a la plaza,
insolentes? No os he dado
yo jamás esa crianza;
y usted, señor regidor,
es quien siempre me las saca 30
de sus casillas.
Ibarro ¿Yo?
Joaquina Sí;
¿no le he dicho que se cansa
en balde? Mis hijas tienen
el honor de ser hidalgas,
y no han de casar con hombre 35
que no tenga escudo de armas
en pergamino, aunque muertas
de necesidad se caigan.
Aldovera Lo propio dice mi padre,
porque tiene allí en un arca 40
ocho o diez de estos escudos,
390
Joaquina Moro, octava dama; era especialista de los papeles de madre, y aquí es doña Tiburcia, hidalga,
llamada Tía Berenguela por la gente del pueblo.
391
Había antes otro verso, tachado, ilegible: «Vamos, a ??? esta noche / hay villancito ???».
136
pero yo se los trocara
con gusto a cualquiera por
otros diez de oro o de plata.
Joaquina ¿Quién tal dice?
Aldovera Quien se acuesta 45
en cueros y con la panza
en Nochebuena lo propio
que por la Semana Santa.
Joaquina Yo daré cuenta al alcalde. (a Ibarro)
Ibarro Por Dios, no sea usted machaca, 50
tía Berenguela.
Joaquina ¿Eso más?
¿No soy sino por la gracia
de Dios, mi señora doña
Tiburcina Torres Altas,
y Cabeza de Carnero? 55
Aldovera Yo soy Cabeza de Vaca 392
también; pero ¿de qué sirve
el darnos de cabezadas
si nuestros cascos no tienen
una gota de sustancia? 60
Joaquina Vamos a misa, que luego (suena tambor y clarín de lugar)
tengo de perniquebrarlas.
Salen Tadeo 393 a caballo de alcalde hidalgo, Espejo 394 de alcalde de lugar, y Ponce 395
de escribano; pasan sin hablar palabra y quédanse todos mirando.
392
Se burla Cruz de las ínfulas de los hidalgos lugareños dándoles nombres ridículos.
393
Tadeo Palomino, cuarto galán; en el sainete es don Cirilo, alcalde hidalgo de Escopete.
394
José Espejo, primer barba; en el sainete es Tío Silvestre, el alcalde de Loranca.
395
Juan Ponce, segundo barba; hace el papel del escribano.
396
Pueblo cerca de Loranca de Tajuña.
397
Loranca de Tajuña.
137
querrá hacer el tío Silvestre.
Codina Podrá ser extravagancia,
pero no será injusticia,
porque él es hombre de chapa 398. 80
399
Guerrera Madre, vamos a informarnos
de esta novedad.
Mayora Aguarda,
que allí viene la Martita
que con todo el lugar trata,
y quizás lo sabrá.
Ibarro Digo, 85
si la vista no me engaña,
viene el alcalde de Ambite 400
detrás de ella.
398
Hombre de chapa: sesudo, formal.
399
Es María Guerrero, nombrada así en los repartos.
400
Pueblo de la Alcarria.
401
Polonia Rochel, tercera dama (graciosa de la compañía); hace el papel de Marta.
402
Vicente Merino hijo, tercer galán; en el sainete es Melenas, alcalde de Ambite.
138
de bocadillo 403, y le peina
la peluca las tres Pascuas 404. 110
Mayora Madre, como que llegamos
por un cuarto de pomada
para untarnos las narices
porque estamos resfriadas,
la sonsacaremos.
Joaquina Bien; 115
¡qué hábil es esta muchacha!
Polonia Mujer que antes de cumplir
los quince años no se casa
no es muy hábil.
Guerrera De ese modo
tú serás muy tonta, Marta. 120
Polonia Lo parece; pero en mí
ha sido solo desgracia
que me quedo por descuido,
por omisión, ni por gana.
Joaquina Cazador que sigue muchas 125
liebres a ninguna caza.
Polonia Cierto que están sus dos hijas
de usted muy adelantadas
por tenerlas en la breña
siempre como las urracas 130
garlando de hambre y de frío.
403
«Cierto lienzo desgado y poco fino», o «especie de cinta de las más angostas» (DRAE).
404
Navidad, Resurrección y Pentecostés; en las ocasiones señaladas, pues.
405
José Campano, vejete; en el sainete es el alguacil.
406
Pezuela de las Torres, pueblo la Alcarria.
139
son los de Ranera 407, Untoba 408,
y Escariche 409.
Ibarro Como se hallan
los tres lugares al paso, 145
será que uno a otro se aguardan
para hacer con solo un coche
a un tiempo los tres la entrada.
Salen Silva y Borda ¿Señor?
Borda A las doce
estará a punto la hornada 150
del pan blanco.
Silva Y bien cocido
el pastelón.
Espejo Ha, muchachas,
tengo un encargo que haceros
de gravísima importancia
Polonia Mande usted, señor alcalde. 155
Espejo Que para luego que haya
concluido el ayuntamiento
de tratar las cosas arduas
a que hoy se junta, que tengáis
una cosa preparada 160
alegre, que le divierta,
cosa del tiempo y no larga.
Polonia Déjelo usted por mi cuenta. (dentro repique de campanas)
Joaquina ¿A qué tocan las campanas?
Espejo A misa mayor, que hoy 165
he dispuesto anticiparla.
Polonia ¿Y no sabemos por qué?
Ibarro Ello sonará.
Espejo La sala
de Ayuntamiento supongo
que estará bien adornada 170
como yo mandé, compadre.
Ibarro No quedó colcha ni manta
decente en todo el lugar
que en ella no esté colgada.
Espejo Muy bien; a misa, señores. 175
Polonia ¡Qué de priesa todos andan!
Joaquina Dios quiera que no salgamos
con alguna patochada 410.
Polonia Ya tengo idea; venid,
chicas.
Espejo Si el intento cuaja, 180
desde hoy eternizo el nombre
407
Renera, pueblo cerca de Loranca de Tajuña.
408
Sic, por Hontoba, pueblo cerca de Loranca de Tajuña.
409
Pueblo cerca de Loranca de Tajuña.
410
Disparate, despropósito.
140
del alcalde de Loranca.
Vanse y queda la Plaza sola. Sale Chinita411 de alcalde en cuerpo con sombrero y
alforjas al hombro y la vara en la mano.
Salen León 414 y Robles 415 en un burro, Callejo 416 arreándole detrás, descalzo; las capas
en las alforjas y las tres varas liadas.
411
Apodo de Gabriel López, primer gracioso, uno de los más celebrados en la época; hace el alcalde de
Pezuela.
412
Fam.: burla, chasco.
413
Bienes «que tiene una ciudad, villa o lugar para satisfecer los gastos públicos» (DRAE).
414
José León, séptimo galán; en el sainete es el alcalde de Ranera o de Untoba; no lo dice claramente el
texto.
415
Antonio Robles, duodécimo galán; es el alcalde de Ranera o de Untoba (véase la nota anterior).
416
Francisco Callejo, octavo galán; hace el alcalde de Escariche.
141
Callejo ¡Qué fuerte que va Tajuña 417!
Si yo no me tiro al agua
y saco en brazos al burro 215
y a vosotros, nos llevaba
sin duda, y queda esta tierra
de justicia despoblada.
Mientras que me voy calzando,
id desliando las varas 220
vosotros.
Robles Despáchate,
buscaremos una casa
donde dejar las alforjas
y la bestia.
León Pues ¿no aguarda
el tío Silvestre a los tres? 225
Robles Sí, pero no tiene gracia
que sepa que hemos venido
los tres alternando a pata
siempre uno, y dos caballeros.
Callejo Sí, que se escandalizaran, 230
y hay hombre que va a pie y viene
desde aquí a Guadalajara.
Chinita ¡Hola, que no soy yo solo
el que economía gasta!
el caso es que ahora no puedo 235
salir hasta que se vayan 418.
Robles Digo, alcalde de Escariche,
¿sabe usted cuál es mi vara
de las tres?
Callejo ¿Eso pregunta
un hombre que tiene barbas? 240
¿qué dijeran si lo oyesen
los vecinos de Loranca?
Robles Pues bien, tome usted la suya.
Callejo A ver... No, que esta es muy larga;
esta es muy gorda: tampoco. 245
Robles Pues será la más delgada
que es esta.
León Tampoco es esta. (la coge)
Callejo ¿Qué hombres en eso se paran?
agarre una cada uno,
que si la justicia extrañan, 250
en llegando a nuestros pueblos
tiempo habrá de destrocarlas.
Chinita Esos tres alcaldes son
más tontos que yo 419.
417
Río de la provincia de Guadalajara.
418
Parece que falta una acotación: (aparte).
419
Tiene que ser otro aparte.
142
León La traza
para de repente es buena. 255
Robles Quitémonos de la Plaza,
y lleva el burro al mesón
antes que de misa salgan.
León Ya empiezan a salir.
Callejo Vamos,
no nos cojan en la trampa. (vanse los tres) 260
Chinita Gracias a Dios que por mía
ha quedado la campaña.
Ahora ¿dónde pondré yo
estas alforjas? Dejarlas
no, que valen el dinero. 265
Suplicar en una casa
que me las guarden sería
dar un hombre campanada.
Apretadillo es el lance;
¿qué haré yo de estas alfajas 420, 270
qué haré? ponerlas debajo
de la chupa a las espaldas
o al vientre, pues aunque abulten
y quede algo extraordinaria
mi figura, ¿qué me importa 275
a mí que digan las malas
lenguas que soy jorobado
o que tengo mucha panza?
La gente sale; busquemos
otra parte reservada 280
y breve, porque discurro
que la hora que señala
en sus citas el alcalde
cerca está si no es llegada.
Sala del concejo adornada de colchas de indiana 421 en los bastidores, tres al frente,
sillas, mesa con tapete y bancos; el escribano, regidor y payos arreglando todo.
420
Forma antigua de «alhaja», sustituida a «alforjas» que no respetaba la asonancia.
421
Tela de lino o algodón, pintada por un solo lado (DRAE).
143
como quisieran.
Ponce Este año 295
que hay hombre de circunstancias
por alcalde, quedarán
muchas cosas arregladas.
Codina Regidor, y este concejo
que con los alcaldes fragua 300
circunvecinos, ¿será
cosa de alguna importancia?
Ibarro Lo que fuere sonará;
vamos tomando las capas,
porque al acompañamiento 305
acaso no hagamos falta.
Ponce Ya están ahí.
Ibarro A recibirlos
bajemos pronto; despacha,
alguacil. Sube tú, Jorge,
y echa a vuelo la campana. 310
Codina Allá voy.
Campano ¡Jesús, qué prisa! (se cae)
Ibarro ¿Qué ha sido eso?
Campano No fue nada
sino un brazo roto.
Ibarro En tales
funciones siempre hay desgracias. (vase)
422
Verso demasiado corto.
144
Chinita Dale bola.
Vicente Diga usted a qué nos llama,
y luego después cada uno
meterá su cucharada.
León Yo voto lo mismo.
Espejo Pues 335
señores, aunque sea falta
de cortesía, deseo
a ustedes felices Pascuas
con muchos aumentos de
dinero, salud, y gracia. 340
Callejo Todo eso, amigo, lo pudo
usted hacer por una carta
sin precisarme a bañar
por diciembre a mí sin gana.
Espejo Esto fue solo atención. 345
Ahora oíd la más extraña
y la más preciosa idea
que me ha dictado esta vara
para remedio de las
miserias de esta comarca, 350
y restablecer en ella
la justicia y la abundancia
en este año que han de estar
a nuestro cargo las varas.
Todos ¿Cómo ha de ser?
Espejo Reformando 355
solamente una fantasma,
hija de la vanidad
y del capricho bastarda,
que trae a los más perdidos
y de que muchos se agarran 360
para vivir mal, salirse
con cuanto les da la gana,
y dejar a la justicia
tal vez las manos atadas.
Chinita Hombre, ¿qué fantasma es esa? 365
Espejo ¿Lo digo?
Chinita Sí.
Espejo En dos palabras:
el honor.
Todos Jesús María,
¡qué idea tan temeraria! (santíguanse)
Espejo Poco a poco; yo prescindo
de aquel honor, que arrebata 370
a las ilustres familias
de las ciudades pobladas
y las cortes al apoyo
y defensa de la patria,
ya estudiando en el concejo, 375
145
ya lidiando en la campaña.
No señor; para un palurdo
son esas cosas muy altas;
y vamos a la otra cosa
que solo es moneda falsa 380
y llaman honor. Por él
los hidalgos no trabajan,
por él no inclinan los ricos
sus hijos a la labranza,
las industrias y las artes; 385
por este honor no se enlazan
algunas familias pobres
con otras acomodadas.
Por él no puedo poner
en la argolla de la Plaza 390
o ahorcar a muchos sujetos
que me están echando plantas 423.
Este honor tiene perdidas
las mujeres confiadas,
unas en que por su honor 395
se disimulan sus faltas,
y otras en que si su mozo
las aborrece y se cansa,
hay justicia que le obligue
al instante que ellas claman 400
por su honor, a que las vuelvan
lo propio que les regalan.
Por este honor los vecinos
van adornando sus casas
de espejos, y desperdician 405
sus graneros y tinajas.
Por él, el lienzo que tienen
algunas mozas, le gastan
en vuelos y en escofietas
y se quedan sin enagua. 410
Finalmente, este desorden
que se cubre con la capa
de honor es el que nos tiene
perdidos, a la gente llana
rica, y la nobleza pobre; 415
este es el que yo en substancia
quiero reformar; esto es
a lo que os llamo con tanta
actividad; y si todo
os parece patarata, 420
ándese como hasta aquí
423
Fam. «Echar bravatas y amenazas» (DRAE).
146
por los lugares la gaita 424
de la locura, que yo
en arrimando la vara
y viviendo en mi casilla 425
antigua como Dios manda,
sabré reírme del mundo
y de sus extravagancias;
y cuando llegue mi hora,
estiraré en paz la pata 430
sin dejar hijos, mujeres,
bienes ajenos, ni trampas.
Dije.
Chinita Y ha dicho muy bien;
que la reforma se haga.
Robles Antes es preciso oír 435
los cinco votos que faltan.
Chinita Vaya, alcalde de Escariche,
¿qué dice usted?
Callejo ¿Quién me llama?
Espejo ¡Venirse aquí a dormir!
Callejo Como se madrugó esta mañana, 440
está el tiempo algo fresquillo,
y la relación fue larga,
me traspuse; mas por mí
no se detengan en nada,
que yo a todo digo amén. 445
Chinita Pues los ojos te se caigan.
Vicente Señor don Cirilo, a usted
por todas sus circunstancias
toca votar el primero.
Tadeo Yo en no llevando estudiada 450
la lección del asesor,
jamás hablo una palabra
en los concejos.
Espejo ¿Por qué?
Tadeo Porque sí.
Espejo ¿No tenéis alma,
señor, y aquel natural 455
conocimiento que basta
para discernir si son
las cosas buenas o malas?
Tadeo Sí señor, pero no sé
algunas por qué me enfadan, 460
ni por qué me gustan otras;
yo diré tres que me sacan
de juicio cuando las hallo
sin conocer yo la causa.
424
Ándese la gaita por el lugar: expresión que se emplea «para dar a entender la indiferencia con que uno
mira aquello que por ningún concepto le importa o interesa» (DRAE).
147
Espejo ¿Y cuáles son?
Tadeo La pintura, 465
la música, y las muchachas.
Espejo Las últimas sobre todo.
Tadeo Sí señor.
Chinita Miren qué gracia
de señorito.
Espejo Señores,
ustedes tres ¿por qué callan? 470
Robles Porque vemos que usted quiere
solo hacer una alcaldada
escandalosa en su tiempo.
León ¡Quién en reformar pensara
el honor, si conociera 475
lo que con él se adelanta!
Vicente Usted cenó demasiado
la Nochebuena. En la cama
sonó esa grande locura,
la quiere poner en planta, 480
y nos convida a nosotros
solo para autorizarla.
Los tres Disparate.
Callejo 425 Cepos quedos,
que la cosa aunque explicada
a bulto tiene bastante 485
que entender desmenuzada.
Callejo Disparate, y cien mil veces
por zancas y por barrancas 426,
disparate.
Espejo Quedaría
convencida esa eficacia 490
de oposición con algunas
pruebas muy breves y claras
de que el falso honor que digo
perjudica y embaraza
más que aprovecha.
Todos Sin duda. 495
Robles Pero es imposible darlas.
Espejo ¿Cómo imposible? Escribano,
manda tocar la campana
de concejo y entrar todos
cuantos quieran a la sala. 500
Ponce Voy volando.
Espejo ¿Cómo es eso
de volar? con que andes, basta.
Ponce ¿Por qué, señor?
Espejo Porque
425
Error manifiesto del copista, en vez de Espejo.
426
«Por zancas o por barrancas. loc. fig. y fam. Por varios y extraordinarios medios» (DRAE).
148
donde yo empuño la vara,
nadie diga que consiento 505
los escribanos con alas.
Ponce ¡Zape!... (vase)
Chinita ¡Viva el tío Silvestre!
Ibarro ¡Qué buen año nos aguarda!
427
Josefa Rubio, séptima dama; hace una moza de lugar.
149
Polonia Yo me entiendo.
Espejo Y yo también;
callen un momento, y vayan
cuatro pruebas. ¿Alguacil? 545
Campano ¿Señor?
Espejo Prevén que mañana
amanezca la horca puesta
bastante firme y bien ancha.
Ibarro ¿Y para quién?
Espejo Para un vecino
que vino aquí con la capa 550
rota, y con obligaciones
y administraciones varias
que ha tenido, sin reparo
de las justicias pasadas
se ha puesto gordo, y al pueblo 555
ha dejado sin sustancia.
Robles Bien ahorcado.
Espejo Pues usted
en su lugar no le ahorcará
ni yo le ahorcaré tampoco.
Robles ¿Por qué?
Espejo Porque está empeñada 560
toda la villa en que es hombre
de honor, y en que libre salga
a ser más ladrón, aquí
o a otra parte donde vaya.
Chinita ¡Fuego de Dios!
Espejo Adelante; 565
señor Cabeza de Vaca,
yo siento ver a su noble
familia tan atrasada,
y le quiero dar a usted
cuatro mil reales de plata 570
para emplear en un decente
comercio o una labranza,
y los volverá cuando
lo permitan las ganancias. 428
Aldovera ¿Labrador ni comerciante 575
yo? ¿sabe usted mi prosapia
y el honor de mi familia?
Robles Pues ¿qué? ¿acaso le desairan
los empleos tan precisos
como útiles a la patria 580
de manufacturas, artes,
el comercio y la labranza?
Chinita Sí señor: así va ello.
Espejo Atended, que poco falta;
428
Este verso y el anterior, añadidos en el margen derecho.
150
doña Tiburcia, ¿queréis 585
case con doña Tomasa
vuestra hija el regidor,
puesto que a las tres ampara?
Joaquina No señor, que mi hija es noble.
Ibarro Yo...
Espejo Chis, 429
toda aquesta fanfarria 590
es porque su quinto abuelo
vino aquí de la Montaña
con don, y con don sus gentes
han vivido toleradas.
Chinita Que si se apura, quizá 595
será mucho más honrada
la familia de este; pero
esto es lo que honor se llama.
Alcaldes ¡Qué bien dice!
Espejo Últimamente,
destierro de la comarca 600
treinta leguas en contorno
al herrador de la Plaza,
Pedro, por enamorado.
Borda Señor, que ha entrado en mi casa.
Rubio Señor, que ha entrado en la mía. 605
Polonia Y a mí me ha dado palabra,
y todas las noches iba
allí a tocar la guitarra.
Estoracio ¿Y qué tiene eso de malo?
yo a ninguna debo nada. 610
Las tres ¿Y qué dirán de mi honor?
Callejo Esta es otra que bien baila.
Chinita Después que se han divertido,
se acuerdan que son honradas.
Polonia En casándose, ¿qué importa? 615
Vicente Esa es otra idea falsa
del honor. Queridas mías,
figuraos una casa
el honor de una mujer,
donde como en la fachada 620
o en lo interior por descuido
alguna gotera se haga,
aunque la calafateen
en la vida se repara.
Espejo Esa es mi tema 430. Que viva 625
toda la gente aplicada,
que se premie la virtud
429
Se nota una irregularidad en la métrica de este diálogo; según parece, hay dos réplicas de más: «Yo» y
«Chis».
430
Porfía, obstinación en un propósito.
151
para que emulación haya,
que donde esté se castigue
el vicio, caiga el que caiga, 630
y se reforme este honor
que no contiene las malas
acciones y con que tanto
los necios nos descalabran.
Robles Por la insinuación se infiere 635
bastante lo que se calla;
que se reforme, y que viva
el alcalde de Loranca.
Joaquina ¿Y quién lo ha de reformar?
Tadeo Mi madre.
Chinita ¿Cómo?
Tadeo Asociada 640
con mi asesor, que al fin es
bachiller de Salamanca.
Callejo Tan grave asunto requiere
cabezas más ilustradas;
y así, soy de parecer 645
que de tanto como gastan
los lugares en traer
tamborileros y danzas,
se gaste algo en conducir
letrados con quien se haga 650
una junta, y se reforme
la cosa como Dios manda.
Espejo Pues punto final; y ahora...
a emborracharse, muchachas. 431
Polonia No quiero.
Espejo Calla, mujer, 655
que no te hará el novio falta.
Polonia Ya quiero; y todas la cosas
aquí tengo preparadas;
Espejo ¿Qué cosas?
Polonia Rosquillas, vasos,
y jarros de carraspada 432. (vanse las mujeres) 660
Chinita Señores, ¿no fuera justo
también que se reformaran
las borracheras 433?
Vicente En algo
se han de distinguir las Pascuas.
Chinita De ese modo yo también 665
echaré mi cuarto a espadas
aunque no lo bebo.
Espejo Chito y pongámonos en ala.
431
Sustituido por «haya merienda, muchachas».
432
«Bebida compuesta de vino tinto aguado, o del pie de este vino con miel y especias» (DRAE).
433
Sustituido por «las merendonas».
152
Salen las mujeres con canastillos de flores, rosquillas y jarros enramados que reparten
cantando.
434
Añadido al final (pie de página): «Chinita: Pues vamos, y todo sea / regocijo y algazara».
153
III
INTRODUCCIÓN 435
Salen los que quisieren de Pastores y Pastoras con instrumentos correspondientes baylando
qualquiera Pastorela, y detrás Merinito 436 de Alcalde Payo, e Ibarro. Plaza de lugar.
Coro &a
Merinito Vamos, descansen un rato
para acabar de dar vuelta
al lugar.
Ibarro Señor Alcalde,
no sé dónde tienen piernas.
Merinito Si habían de estarse jugando 5
todo el día en la taberna 437,
o mormurando, más vale
que baylen y se diviertan
con los disfraces del tiempo.
Dentro voces Huye, corre, sigue, vuela. 10
Merinito ¿Qué extaño alboroto es este?
Ibarro Según lo lejos que suena
no es en el lugar.
Aldovera Sin duda
será gente forastera
que andará de gallo.
Ibarro Aquí 15
precipitada se acerca.
Salen los 7 Alcaldes de la Reforma, unos con capa, otros la traen al hombro,
descompuestos.
435
BHM, Tea 1-184-1 UU. Es el «sainete chiquitito» que anunciaba la primera introducción y se
representaría en lugar de La reforma del honor; así se explica, como se ha dicho, el título en los documentos
relativos a la función en los gastos de tablado: «Sainete es una introducción» (Véase René Andioc y Mireille
Coulon, Cartelera teatral madrileña del siglo XVIII, op. cit., p. 341).
436
Vicente Merino hijo; su padre, Vicente Merino, había fallecido en diciembre de 1776.
437
Este verso sustituyó a otro, tachado: «en el mesón, o tendidos».
154
Todos Vienen detrás.
Chinita Caballeros, 25
los valientes se detengan,
que a mí los diablos me lleven
si parare hasta Valencia.
Espejo ¿Y estará uno allí seguro?
Merinito Aquí también, nada teman 30
ustedes; pero sepamos
qué novedad les inquieta.
Espejo En dos palabras, Amigo,
yo convidé por esquelas
para ayer a estos señores 35
a una general Audiencia
en que reformar pensaba
una fantasma perversa
que oculta el mayor perjuicio
con la mejor apariencia. 40
Regocijóse el lugar
al ver tanta concurrencia
de Alcaldes, todos en coches,
en caballos, y literas,
creyendo había de ser 45
todo locuras y grescas;
pero, pero...
Robles No hay más pero
aquí, ni más berengena,
sino que olieron que había
de salir de allí sentencia 50
que pillase a muchas gentes
de los pies a la cabeza,
y alborotándose el pueblo...
Vicente Las mugeres las primeras.
Robles No solo se descompuso 55
y desbarató la idea,
sino que de allí salimos
con las varas entre piernas
sin dexar de correr hasta
que llegamos a la olmeda. 60
Chinita Yo, luego que oí la bulla,
cosiéndome con la tierra,
me fui a meter en el
cañón de una chimenea.
Callejo A mí aún el corazón 65
me brinca y revolotea.
¿Hay agua?
Espejo Mejor es vino.
Chinita Usted que en reformas piensa,
¿no era mejor pensar en
reformar las borracheras? 70
Espejo Para esto estamos.
155
Merinito Señores,
echen los recelos fuera
y quédense a descansar
hoy aquí, para dar vuelta
mañana más recobrados 75
a sus pueblos.
Espejo No me pescan
a mí en semejantes días,
aunque cien años viviera,
otra vez.
Ibarro ¿Por qué?
Espejo Porque
creo que la noche buena 80
influye en ciertos humores
como las carnestolendas.
Merinito Sacristán, ves a mi casa
e ínterin que se prevenga
la comida a estos señores; 85
dispón alguna cazuela
breve con que sus disgustos
y sobresaltos diviertan.
Aldovera Todo lo tengo dispuesto
aunque detrás de mí vengan. (vase) 90
Robles Pues, señores, alegría,
que estas cosas se remiendan
con el escarmiento 438.
Espejo Mas
que se los lleve pateta 439.
Merinito Id delante, repitiendo 95
otra vez la Pastorela.
Todos van delante danzando la Pastorela y detrás los Alcaldes &a y luego sale la
señora Polonia, y empieza su tonadilla.
438
Antes, había escrito «desengaño», y lo tachó.
439
El diablo.
156
Intermedios para La espigadera:
(1778)
I. Introducción
II. No hay candados para amor cuando es bien correspondido y
petimetre escondido (comedia en un acto)
440
Archivo Municipal de Madrid, Ayuntamiento, 1/374/2. Según las tarifas de la época, le pagarían 1800
reales por la comedia (que era «de teatro», es decir con una escenografía más elaborada que la de las
comedias «sencillas»), y 1200 por los dos intermedios.
441
Théâtre et Œuvres diverses de M. Pannard, tome III, Paris, 1763.
442
Cf. los versos 1-13.
443
Cf. los versos 148 y 179-181.
157
sangre de la herida mortal por un «caldo de moras»; y dedicó una parte de la introducción
a la presentación del elemento principal de la función, es decir la comedia que acababa
de componer: La espigadera.
La reelaboración del modelo francés es aún más patente en No hay candados para
amor cuando es bien correspondido, obra que solo tiene el pensamiento tomado de otra,
expresión que usó D. Ramón para casos similares. La idea puesta en práctica por Pannard
en La pièce à deux acteurs convenció a Ramón de la Cruz porque, además de las nuevas
posibilidades escenográficas que ofrecía, le permitía aprovechar el talento de dos
actores famosos capaces de llevar a cabo tan difícil cometido, Miguel Garrido 444 y la
Granadina (María de la Chica) 445.
La ópera cómica de Pannard le proporcionó el esquema de la intriga, la
caracterización de los personajes causantes del enredo (la tía tiránica, el pretendiente
ridículo), la habilidad de los criados que consiguen introducir y esconder al galán, el juego
de manos de los versos 299-306. El texto es a veces una transcripción bastante fiel del
original (los cuatro primeros versos, el monólogo de Luisa de los versos 85-93) y Cruz
conservó el estilo redundante (pero no la letra) del pretendiente aborrecido. Por otra
parte, si bien se ciñó a su modelo en muchos detalles, logró renovarlo imponiendo su
propio sello en los aspectos cómicos, sustituyendo por ejemplo calificativos «zoológicos»
(v. 582-584) a los insultos más usuales que Pannard pone en boca de sus personajes; y la
última parte de la pieza es original.
En esta edición, hemos utilizado el manuscrito autógrafo de la Introducción que
conserva la Biblioteca Histórica de Madrid 446, escrito por lo visto a vuela pluma por D.
Ramón, si consideramos los numerosos descuidos en la redacción; y así nos hemos
tomado la libertad de renunciar a la ortografía del autor, y hemos preferido optar por la
ortografía usual en los textos impresos de la época.
Para No hay candados para amor cuando es bien correspondido, y petimetre
escondido (con la variante y capitán escondido), hemos recurrido a una copia custodiada
en la misma Biblioteca Histórica 447, y hemos modernizado la ortografía.
444
«Príncipe de los graciosos de su tiempo», para quien Cruz escribió sainetes como Garrido celoso o
¡Válgate Dios por Garrido! (véase Cotarelo y Mori Don Ramón de la Cruz y sus obras. Ensayo biográfico
y bibliográfico, Madrid, 1899, p. 519-520).
445
«Una de las más notables cómicas que tuvo nuestra escena», según Cotarelo (op. cit., p. 532).
446
BHM, Tea 1-184-44.
447
BHM, Tea 1-157 B.
158
I
Introducción
Para la fiesta de
La espigadera
en el verano del ao de 1778
Introducción Nueva
Para la compa de Martz
en la Espigadera 448
Salón corto 449 con Puertas. Sale Martínez 450 desesperado, y después de un
descompasado paseo dice:
448
Título que encabeza la primera página del texto.
449
Llamado así porque ocupaba una parte solo del escenario, lo cual permitía, detrás de una cortina o tela
pintada, cambiar el decorado de la obra principal.
450
Manuel Martínez, autor (director) de la compañía y sobresaliente. Los datos relativos a los cómicos, los
debemos al citado libro de Cotarelo y Mori.
451
Vuelo: «Tramoya de teatro en que va por el aire una persona o cosa» (DRAE).
452
¡Una azumbre equivalía a más de dos litros de líquido!
159
¡Qué función! 453 Señores, yo
salgo a vuestra vista lleno
de rubor, porque conozco 25
estáis cansados de vernos
salir a pedir quartel
siempre llorando y gimiendo
por estas casualidades;
lleve el diablo tan perverso 30
oficio.
Sale Simón 454 ¡Pobre Manuel! (llorando)
¡qué lástima que te tengo!
Martínez ¿Qué traes, amigo Simón?
habla, dime, ¿parecieron
ya Galbán 455, Briñoli 456, Robles 457, 35
Rafael 458, Paco mi yerno 459
y los demás?
Simón Ya de todos
se ha sabido el paradero,
menos de uno que murió.
Martínez ¿Cómo que murió?
Simón No puedo 40
hablar, de lástima.
Martínez ¿Quién?
no me tengas más suspenso.
Simón Los que has dicho, y otros quantos
parece que -¡quánto siento
decirlo! parece que... 45
-¡quánto siento ser correo
de malas nuevas!
Martínez En fin,
¿qué parece?
Simón Que se fueron
a merendar esta tarde
detrás de los Recoletos 50
y sobre la rebatiña 460
de una fuente de buñuelos
armaron una camorra;
y como están con el tiempo
453
En esta descripción de la función que no se puede representar, se burla Ramón de la Cruz de las comedias
de magia y de los dramas estrafalarios que ofrecían al público los «poetastros» (así le llamaban sus
enemigos) de la época.
454
Simón de Fuentes, tercer galán.
455
Vicente Galván, segundo galán; cuando sale Pedro Galván, su padre, Cruz indica el nombre del actor.
456
Sebastián Briñoli, quinto galán.
457
Antonio Robles, cuarto galán.
458
Rafael Ramos, décimo galán.
459
Francisco Ramos, séptimo galán; estaba casado con Francisca Martínez, hija mayor de Manuel Martínez,
y era hermano de Rafael.
460
Rebatiña o arrebatiña: «Acción de coger de prisa una cosa entre muchos que quieren cogerla a la vez»
(DRAE).
160
los humores alterados, 55
en tal furor se encendieron
que de las voces pasaron
a las injurias, y luego
de las injurias a golpes,
de que resultó...
Martínez Di presto 60
qué resultó.
Simón Que Vicente
dio una estocada a tu yerno
mortal.
Martínez ¿Mortal?
Simón Así dicen,
y que al punto se fue huyendo
a Málaga, según dixo, 65
para pasarse a Marruecos.
Martínez Aunque vaya a Filipinas
le alcanzará mi despecho
antes.
(Sale Granadina 461 y le detiene)
Granadina Autor de mi alma,
acudid, acudid presto. 70
Martínez ¿Pues qué hay?
Granadina Que habiendo sabido
462
Paca el desastrado cuento
de su esposo, se quedó
al principio como un hielo;
acudimos, todas prontas 75
con los comunes remedios
del agua, las ligaduras
y desahogo del pecho.
Abrió los ojos, apenas
los abrió quando la vemos 80
que furiosa se levanta
y entrando en el aposento
donde nos vestimos, echa
toda la ropa en el suelo,
la pisa, la despedaza, 85
hace añicos los espejos,
se despeyna a manotones,
y al ayre suelto el cabello,
empieza a pedir a gritos
justicia; mas la veo 90
que aquí sale. ¡Pobrecita!
Martínez Sólo me faltaba esto
para que de una vez fuese
la soga más el caldero.
461
Apodo de María de la Chica, tercera dama (graciosa, pues).
462
Francisca Martínez, segunda dama, hija de Manuel Martínez.
161
Sale la señora Paca como se ha dicho 463, y siguiéndola las señoras y hombres que
quisieren, dicen al salir:
Ahora salen, y Paca que saldrá delante se arroja a los pies de Martínez. Garrido 464
sale huyendo.
463
Desgreñada, pues.
464
Miguel Garrido, primer gracioso.
465
Se dirige a su padre, a quien no reconoce, por haber perdido el juicio.
466
Segundo barba.
162
es sin duda; entradla adentro,
y...
Granadina Callad, que se levanta.
Paca Ya he llegado a los infiernos. 130
¡Válgame Dios, quánta gente
de todas clases y empleos
aquí hay! ¡Quántos tratantes,
quántos sastres, zapateros
de moda, quántas bellezas, 135
bordadores, peluqueros,
corredores, medidores,
reposteros, cocineros,
estudiantes, comerciantes,
taberneros, panaderos, 140
mayordomos, compradores
y lacayos y cocheros,
bateros, escofieteras 467,
diamantistas y plateros,
proyectistas, modistas, 145
quántos médicos, mauleros,
cirujanos, boticarios!
Garrido El catálogo es completo.
Paca Pues digo al otro rincón:
¡quántos críticos modernos, 150
chismosos, aduladores,
quántos vecinos perversos,
amigos falsos, compadres
y parientes contrahechos,
agentes, procuradores, 155
alguaciles y porteros,
quántos hijos de familia
destruidores, quántos viejos
la mitad enamorados,
la otra mitad avarientos, 160
quántos padres, madres, tías
y quántos maridos ciegos!
¡quántos hermanos y hermanas
con corazones de hierro!
Allá ¡quántos directores, 165
y quántos ayuntamientos
con su alcalde, regidor
y su escribano completos!
¡Quántos protectores falsos,
hipócritas y fulleros, 170
quántos autores, poetas,
quántos músicos, maestros,
467
La bata y la escofieta eran dos elementos característicos del atavío de las mujeres elegantes.
163
de todas las facultades,
vagamundos sempiternos,
cómicos y baylarines, 175
quántos! y todos revueltos,
porque aquí parece que
no hay distinción de sugetos. (suspira)
Garrido Pues para ser general
a la lista, yo no creo 180
que falta mucho.
Nicolasa 468 Parece
que se sosegó un momento.
Granadina Agasajémosla, a ver.
Pérez 469 Querida mía, ¿qué es esto?
Lavenana 470 Vuelve en sí.
Simón Descansa un rato. 185
Paca Hablen ustedes más quedo,
que el asesino malvado
de mi malogrado dueño
viene con gran disimulo
a nosotros... Ya te tengo, 190
pícaro. (coge a Simón)
Simón ¡Ay, ay, ay de mí!
Paca Traidor, a tales excesos
no hay piedad. ¡Ha de la guardia,
ha de la guardia al momento!
Garrido Aquí estamos, gran señora. 195
Paca Llevad a ese hombre preso,
y que le ahorquen.
Garrido Bien está;
ya le llevamos corriendo.
Granadina Retírate de aquí, a ver
si se sosiega con eso. 200
Simón ¡El diantre de la Paquilla,
qué uñas tiene! (se retira detrás)
Paca Dulce y tierno
esposo, ya te he vengado;
y ahora me importa menos
que vuelvas acá, o no vuelvas, 205
si te hallas bien con los muertos.
Nicolasa ¿Dónde vas, amiga?
Paca Al Prado,
a recibir allí el duelo
de mi difunto marido,
para no perder el tiempo 210
de hallar otro que no sea
468
Nicolasa Palomera, cuarta dama.
469
Josefa Pérez, sexta dama.
470
Apodo de Silveria de Rivas Ladvenant, hija de la famosa María Ladvenant, llamada también así en su
tiempo.
164
tan delgado de pellejo
que un soplo me le constipe,
me le ahíte un caramelo,
y me le asuste un cangrejo. 215
Pérez y las otras Nosotras la cuidaremos. (vanse)
Granadina No la dexaré un instante.
Nicolasa Ni yo.
Martínez A las dos agadezco
la fineza; pero hijas,
antes que los sentimientos 220
es la obligación; en esta
fatal situación, ¿qué haremos?
Granadina La comedia prevenida.
Martínez ¿Cómo es posible?
Granadina Supliendo
los papeles que nos faltan. 225
Simón No es fácil: catorce pliegos
tenía solo Vicente,
Paca diez y seis y medio,
Robles ocho, y Paco trece.
Nicolasa Téngale Dios en el cielo. 230
Simón ¡Qué lástima de función!
Garrido El título desde luego
prevenía lo que pierde
en no verla todo el pueblo.
Nicolasa ¿Pues cómo era?
Martínez Prodigioso. 235
Garrido Aguarda, a ver si me acuerdo:
«La traición de la piedad
es piedad de la traición.
El Mágico Galalón
y bando de Leganés» 471.
Todos ¡Gran título!
Garrido Como que
el cartel estaba lleno
de palabras.
Simón La piedad
de la traición, ya lo entiendo; 240
es piedad de la traición,
¡qué equívoco y qué concepto!
Todos ¡Qué lástima!
Martínez ¿De qué sirve
ya la exclamación? Pensemos
en otra cosa.
Sale Robles ¿Y la Paca? 245
Martínez Ahí la encontrarás adentro,
vuelto el juicio.
471
Este título ridículo (véase la nota 453) no corresponde a la regularidad de la asonancia e-o; lo hemos
excluido de la numeración de los versos.
165
Robles Pues ¿tan cerca
había ido que ya ha vuelto?
aún se está por allá el mío
desde que le perdí.
Martínez Buenos 250
estamos para chistes.
Robles ¿Y por qué no? según eso,
no debe usted de saber
que la herida de su yerno
solo fue caldo de moras 255
que le cayó en el pañuelo,
y en juzgando que era sangre
pidió confesión de miedo,
cayó redondo. Galván,
por que le cogió el suceso 260
con un cuchillo en la mano,
escapó de allí corriendo,
nosotros nos asustamos,
mas por remate del cuento
él está sano en su casa 265
y ahora se queda vistiendo
para venir.
Martínez ¿Y Vicente?
Robles Ese es de quien no sabemos.
Martínez Pues no hay función. Además
que aunque mi Paca con esto 270
combalezca, no está ahora
para una fiesta de empeño.
Nicolasa Yo lo más que puedo hacer
por mí y a ustedes ofrezco
es una tonada nueva. 275
Simón Poco a poco, caballeros,
¿y aquella comediecilla
entre pocos, que ya creo
que estaba medio ensayada?
Martínez ¿La Espigadera?
Simón Yo creo 280
que sí; mas La Espigadera,
en título tan pequeño,
¿qué puede caber?
Robles Peor
es entrar pocos sugetos 472.
Granadina Eso no, con licencia 285
de usted, porque si yo quiero
y Garrido, entre los dos
una gran comedia hacemos.
Martínez Es mentira.
Simón Es imposible
472
La espigadera, comedia en tres actos, contaba con doce personajes.
166
tal cosa.
Granadina ¿Como que miento? 290
Garrido.
Garrido Yo pronto estoy:
en el bolsillo la tengo.
Simón A ver; ¿cómo se intitula?
Garrido Tres renglones tiene enteros.
Simón «No hay candados para amor (lee)
quando es bien correspondido
y Petimetre escondido» 473.
Personas que hablan en ella: 295
doña Jacinta Sarmiento
dama, doña Inés su tía,
Luisa criada, don Pedro
Petimetre, Juan criado,
y don Ginés Ribadeo 300
figurón.
Martínez Pues ya son seis.
Garrido ¿Y qué importa que sean ciento
si los dos solos bastamos?
Todos No lo creo, no lo creo.
Granadina ¿No? Pues ahora lo verán. 305
Ella y Garrido Hasta después, caballeros. (vanse)
Martínez Hombres, ¿si será verdad?
Simón Mui poco se pierde en verlo
y ella es corta.
Nicolasa Pues si es corta,
que pase por intermedio. 310
Martínez Y si se llevase chasco
el Auditorio, bien hecho;
a pesar mío está ya
a llevarlos por entero.
Simón Tú prevén la tonadilla, 315
Nicolasa, para luego.
Martínez Y nosotros, repartidos
por sus casas, convoquemos
a la Pereira 474, la Huerta 475,
a Juanito 476, al Barba nuevo 477, 320
a López 478, y Coronado 479,
y por fin representemos
la Espigadera esta noche.
473
El título entre comillas no corresponde a la regularidad de la asonancia e-o; lo hemos excluido de la
numeración de los versos.
474
Sebastiana Pereira, sobresalienta de damas.
475
María Josefa Huerta, primera dama.
476
Probablemente Juan Ramos, primer galán, y no Juan Esteban, décimo galán.
477
Joaquín Palomino, primer barba (con Nicolás López); antes estaba en Sevilla.
478
Nicolás López, primer barba (con Joaquín Palomino).
479
Diego Coronado, segundo gracioso.
167
Simón Es el único remedio.
Robles ¿Y qué tal es?
Martínez Solo sé 325
que es útil el argumento,
que hay diversión y extrañeza,
que se dan en ella exemplos,
al Rico de no ser Pobre,
al Pobre de ser modesto, 330
al criado de ser fiel,
y a los mocitos ligeros
de cascos, ricos y ociosos,
su lección y su escarmiento;
lo demás ello dirá. 335
Simón Pues no perdamos el tiempo.
Martínez No se pierde en suplicar
a este piadoso y discreto
Público, que quando salga
esta noche descontento 340
no obstante nuestras fatigas,
que se haga cargo a lo menos
de la aplicación constante
que manifiesta el Ingenio 480
en esta fiesta, y nosotros 345
en lograr su desempeño
Todos para merecer indultos,
si aplausos no merecemos.
480
Es decir el propio D. Ramón, autor de la función.
168
1778
II
Comedia en un acto
No hay candados para amor / cuando es bien correspondido
y / capitán escondido
Saynete
Para la comedia de la Espigadera 481
Personas
{Doña Jacinta, dama…....petimetra
Granadina {Doña Inés, su tía……….vieja
{Luisa, criada……………maja
{Don Pedro, galán……….petimetre
Garrido {Don Ginés, abogado……figurón
{Juanillo, criado de don Pedro
Salón corto, diferente del de la introducción, con dos ventanas que se suponen
cerradas, y tiradas las cortinas de damasco carmesí, y especialmente la de la derecha
del teatro; dos puertas usuales, con las mismas cortinas corridas, mesa y sillas &a;
sobre la mesa, papeles de música y libros. Al levantar el telón estarán hablando Luisa y
Juanillo.
481
BHM Tea 1-157-39 B (copia).
482
Pannard: «Salut à la fleur des soubrettes».
483
Pannard: «Honneur à la perle des valets intrigants».
169
sin más luz que esa tronera 484
que ha abierto por el tejado 20
este demontre de tía,
y condena a cal y canto
cual ves estos dos balcones.
Juanillo Es verdad, y ¡qué candados
ha puesto a la puerta!
Luisa Toma, 25
y hoy tal cual por el milagro
de que al ridículo novio
de la sobrina aguardamos,
y estar un poco indispuesta,
las llaves me ha confiado 30
por una hora, que estará
lo más metida en el baño.
Juanillo Pues hija, lo que a los dos
nos conviene es que sirvamos
a estos niños, si queremos 35
llegar después al estado
dichoso de poseer
con quietud y con descanso
en recíproco consorcio
tu mano yo, y tú mi mano. 40
Luisa ¿Y don Pedro querrá boda?
Juanillo Pues entraría en el trato
yo, si no se dirigiera
su intención a fin tan casto,
tan del servicio de Dios, 45
y utilidad del estado.
Luisa Pues siendo de esa manera,
yo soy la primera, y manos
a la obra.
Juanillo Yo discurro
debe ser el primer paso, 50
para que ajusten sus cuentas,
facilitar el que entrambos
tengan un coloquio.
Luisa Bien.
Juanillo Pues ínterin que yo llamo
a don Pedro, avisa tú 55
a la niña.
Luisa Sí, que en caso
que la tía doña Inés
pasara por este cuarto,
el hueco de esas ventanas,
cubiertas con los damascos, 60
puede ocultarle.
Juanillo Discurres
484
«Ventana pequeña y angosta por donde entra escasamente la luz» (DRAE).
170
lo mismo que un Diocleciano.
Luisa ¿Quién era ese?
Juanillo Yo no sé,
pero lo he oído, y lo encajo;
¿y qué sujeto es el tal 65
don Ginés?
Luisa Un abogado
de La Coruña muy rico,
pero muy necio, y muy vano;
ya le verás. Te aseguro
que aunque no tuviera tanto 70
interés en trabajar
por sacar de este tirano
Argel a mi señorita,
al ver tan mal empleados
sus méritos, me obligara 75
la compasión a chasquearlo.
Juanillo ¡Qué bello corazón tienes! 485
dulce y peregrino encanto,
acuérdate de que es mío,
y no se le des al gato. 80
Luisa Ve por el capitán.
Juanillo Oyes,
no te apartes de este cuarto
para recibirle. (vase)
Luisa Marcha,
dile que venga volando.
Ánimo, Luisa, que no es 85
de los más desesperados
el asunto, y contra dos
enemigos somos cuatro;
miento, somos cinco, seis;
no, siete, voy a contarlos: 90
don Pedro, doña Jacinta,
Juanillo, yo, don Pascasio,
el tutor de ella, el amor,
y el dinero 486, cuyo brazo
es para cualquier conquista 95
más fuerte que el de Alejandro;
y visto con madurez,
al fin, ¿quién son los contrarios?
un gallego y una vieja.
Sobra mucho a mi bizarro 100
corazón para salir
de esta empresa coronado
485
Pannard: «Frontin -la pitié me ferait agir pour elle; Lisette -Tu as un bon petit cœur qui me charme».
486
Pannard: «Courage, Lisette, nous n’avons que deux ennemis à combattre, et nous sommes six: Valère,
Lucile, Monsieur Richard, son tuteur, Frontin, Lisette, et l’Amour; je pourrais en mettre un septième qui
est la Raison».
171
de laureles, ni tampoco,
¿qué perjuicio es el que aguardo,
si salgo mal? que la tía 105
me despida con mil diablos.
Brava conveniencia pierdo,
pues ¿qué importa el buen salario
a una criada de rumbo,
la comida y el buen trato, 110
si no la dejan salir
al aire de cuando en cuando?
Pero ya viene don Pedro,
y Juanillo queda al paso
para avisar si llegase 115
por desgracia el abogado.
Dentro junto al bastidor dice don Pedro, y luego sale de capitán muy bizarro y decente,
con venera.
172
por minutos de avisarlos.
Pedro ¡Zape! ¡qué fina es! Yo tengo
dos, y estaré con cuidado.
Luisa Y yo ninguno. Bien dicen
que en este mundo borracho 150
todo está mal repartido,
tan poco unos, y otros tanto.
Pedro Me has convencido, Luisita;
toma, mujer, y partamos.
Luisa No señor; perdone usía. 155
Pedro Por hacerme este agasajo
siquiera.
Luisa Digo que no;
¿qué haré con este regalo
yo? ¿ni a qué viene esta alhaja
tan rica con estos trapos? 487 160
Si yo tuviera basquiña
rica de muer 488 estampado,
una buena polonesa 489,
buena hebilla, buen zapato,
y mantilla con encajes, 165
tal cual pudiera tomarlo.
Pedro Pues tómale, mientras viene
todo eso 490.
Luisa Aprieta tanto
usía la dificultad
que es preciso confesaros 170
que tenéis razón.
Pedro Avisa.
Luisa No esté usía desocupado
ínterin sale madama:
trabaje en leer ese rasgo (le alcanza de la mesa)
de elocuencia.
Pedro ¿Qué es?
Luisa Leedle, 175
que es un papel que ha enviado
a mi ama don Ginés.
Pedro ¿Mi competidor?
Luisa Andando;
ahí veréis las producciones
de su ingenio soberano. 180
Así llevan los relojes
ahora las damas de garbo. (vase)
487
Pannard: «Non, non, Monsieur, que voulez-vous que je fasse de cette montre? Avec ce bijou si charmant
il faut un accompagnement; je suis mise trop simplement […] cela ne convient nullement à l’habit que je
porte».
488
Muaré o moaré: tela «labrada o tejida de manera que forma aguas» (DRAE).
489
«Prenda de vestir de la mujer, a modo de gabán corto ceñido a la cintura y guarnecido con pieles»
(DRAE).
490
Pannard: «Prends toujours, en attendant le reste».
173
Pedro Cuando uno quiere, y aguarda
a la que quiere, ¡qué largos
son los instantes! ¿Qué diantre 185
de papel será? Veamos.
(lee) «A la señora mi señora doña Jacinta, besa los pies y las manos, y suplica
humildemente don Ginés Patricio Marcos, Nicodemus y Cristóbal de
Ribadeo, de Castro López, y Feitu Rodríguez, diciéndola que por acto en
toda solemnidad ante público escribano, la señora doña Inés Sebastiana
Pozos Bajos, su tía, a seis del presente mes de julio de este año, le ha hecho
cesión, donación con propiedad de contado perpetua de su merced, la
sobrina que llevamos citada, sin división, partición ni menoscabo en la
parte ni en el todo, según el dicho contrato, que por los dichos señores
quedará más explicado en las capitulaciones, cláusulas, citas, legados, que
se quedan extendiendo con el acuerdo de entrambos, en esta atención
suplica otra vez, dos, tres, y cuatro le deis el consentimiento que se requiere
en tal caso para tomar posesión de vuestro gran mayorazgo primeramente,
y después de vuestra persona, y cuantos anejos tenga, así muebles como
inmuebles, declarados y por declarar, según la doctrina de Abendaño, que
con el tiempo sabréis como mujer de letrado fecho ut supra, que es justicia
que pido. Don Ginés Marcos.»
(representa) Con efecto es un papel
de nuevo gusto, y bien claro
a lo menos, que publica
el talento, y el hidalgo 190
desinterés del autor 491.
(dentro) Jacinta Luisa, que está ya en el baño
mi tía.
(dentro) Luisa Ya voy, señora.
(dentro) Inés Muchacha, si me levanto…
(dentro) Luisa No puedo más, aguardarse. 195
Jacinta Ve pronto, que está rabiando, (al salir)
Luisita. ¡Señor don Pedro!
Pedro Imposible y adorado
dueño mío, ¿podré al fin
hablarte a solas un rato? 200
Jacinta Don Pedro, la confianza
que de vuestra atención hago
hoy en veros aquí, creo
baste para aseguraros
de mi amor.
Pedro Tanto confío, 205
como estoy desconfiado
de convencer vuestra tía
por razones ni agasajos
a que seáis mía, y así
vengo de hablar muy despacio 210
con vuestro tutor, quien dice
abrazará los más arduos
medios antes que consienta
491
Pannard: «Effectivement, voilà une galanterie d’un nouveau goût; cela donne une grande idée de
l’Auteur».
174
que seáis de mi contrario 492.
Jacinta No lo temáis, que primero 215
daría mi cuello a un lazo.
¿Le conocéis?
Pedro No señora,
pero he visto su retrato
en este papel.
Jacinta Me alegro
que Luisa os le haya enseñado, 220
porque veáis lo que debo
a mi tía, y con qué vano
y cruel capricho quería
a los dos sacrificarnos.
Pedro ¿Que seréis mía?
Jacinta Lo soy 225
desde que os miré.
Pedro A tan raro (la quiere tomar la mano)
favor…
Jacinta Quedo, que discurro
que oigo en la antesala pasos.
Pedro Con efecto. ¿Quién será?
Jacinta Don Ginés, que está peleando 230
con Juanillo por entrar.
Ocultaos, ocultaos
por un instante en el hueco
de esa ventana, que es ancho,
pues cruzadas las cortinas, 235
y puesto por embarazo
delante este taburete,
está bien disimulado
todo.
Pedro Despachadle presto. (se oculta)
Jacinta Por Dios, que calléis.
Pedro Ya callo. 240
Jacinta Tomad una silla chica,
porque estéis acomodado.
No, vuelta estará mejor.
Así, cuenta con el clavo
de las barras, que os podéis 245
dar un golpe al levantaros
en la cabeza. Agur, ¡que haya
venido ahora este pelmazo
de hombre! ¿Cómo no entrará?
¿Si le habrá Juanillo acaso 250
despedido? Voy a ver.
No, que allí se está paseando;
¡qué figura! Pero Luisa
Pannard: «il m’a protesté qu’il se porterait aux dernières extrémités, plutôt que de souffrir que mon rival
492
vous épouse».
175
toma el empeño de echarlo
fuera de casa. Si ya 255
antes viene como un rayo
aquí; don Pedro, callad
y oíd, que será buen rato.
Pannard: «la pauvre fille! Elle m’aime à la folie […] quand veux-tu terminer? Le cas requiert célérité;
493
176
Ginés Pues ahora 295
para que quede este lazo
indisoluble, conviene
que me des cualquiera mano,
y jures.
Jacinta Tomad, y juro
por el día en que hoy estamos: 300
no quiero, ni querré a otra (da la izquierda, y mete la derecha
persona, que a la que he dado entre la cortina)
ahora mi mano (derecha
se entiende) y que me allano
a desposarme con él 305
sin dilación, ni reparo.
Ginés Eso sí que está bien dicho,
y desde aquí voy al cuarto
de vuestra tía a firmar
y concluir los tratados. 310
Jacinta Eso había de estar hecho.
Ginés Adiós, hermoso milagro
de perfecciones; adiós,
depósito imaginario
de mi placer; adiós, orza 315
de almíbares; adiós, grano
de perla oriental, que vales
lo que pesas, y otro tanto;
con estas cuatro cositas
tan tiernas la he rematado. (vase) 320
Jacinta Pues el modito de andar
no es menos estrafalario
que su lenguaje 494. ¿Don Pedro?
Pedro ¿Qué queréis? ya lo he escuchado (oculto)
todo.
Jacinta Sacad la cabeza. 325
Pedro ¿Y qué? ¿he de estar aquí encerrado
toda la noche? (saca la cabeza, de oficial, con sombrero)
Jacinta A lo menos
hasta que nuestro contrario
esté lejos de esta casa.
Mas parece que oigo pasos; (la oculta) 330
él será que vuelve.
Pedro ¿Hay más (sin salir)
que salir de aquí, y matarlo?
Jacinta Por Dios, don Pedro, por Dios,
que no seáis temerario,
pues nuestras dichas dependen 335
de un instante afortunado,
y yo lo dispondré todo
de suerte que consigamos
494
Pannard: «Sa démarche est aussi comique que son langage».
177
nuestras decentes ideas,
sin riesgo de mi recato. 340
¿Estáis más tranquilo? ¡vaya!
¿si habrá salido del baño
ya mi tía? ¿si estará
con don Ginés altercando
en balde sobre mi boda? 345
Voy a ver si escucho algo. (va hacia la puerta por que salió)
Sale Juanillo Buena la hicimos: llevóse
toda la trampa el diablo.
Jacinta ¿Cómo?
Juanillo El comprador maldito
todo lo estuvo observando, 350
y se lo ha dicho a la tía.
Jacinta ¿Y sabes si a verla ha entrado
don Ginés?
Juanillo Creo que no,
porque ahora iba atropellando
a todos la calle arriba; 355
y habiéndole preguntado
uno dónde iba, respondió
que a sacar unos despachos
matrimoniales.
Jacinta Todo esto
parece que se va echando 360
a perder.
Juanillo Este papel
de parte de don Pascasio,
vuestro tutor, han traído;
comunicadle a mi amo,
que yo a la mira estaré 365
495
de centinela debajo
de aquella mesa cubierta
en esa pieza de paso. (vase)
Jacinta ¡Qué desgraciada soy!
predecía palpitando 370
mi corazón este riesgo 496.
Don Pedro, muy mal estamos.
Por Dios, que tengáis paciencia,
y no salgáis hasta cuando
yo os avise.
Pedro Pues sea pronto. (oculto) 375
Jacinta Ya no me queda otro amparo
que vos en cualquier lance.
Pero este papel leamos
de mi tutor, que quizá
495
Pannard: «Monsieur Richard vient de me donner cette lettre. Allez la communiquer à votre amant, tandis
que je ferai le guet».
496
Pannard: «Cruelle destinée! hélas! Un secret pressentiment m’avait avertie de ce malheur».
178
luz alguna podrá darnos 380
para salir del empeño.
Oíd.
Pedro Leed un poco alto, (oculto)
que yo, receloso de
que nos sorprendan, no salgo.
Jacinta Bien hacéis: «Jacinta mía,
yo sé la violencia que quiere hacerte doña Inés tu tía, y tu inclinación a don
Pedro, que no es menos rico, ni de menos ilustre casa; en la mía tendréis
uno y otro el más correspondiente asilo, y los demás parientes me aseguran
que volverán por vuestra causa. Yo quedo aguardando vuestra resolución,
y no me pesará que sea la de veniros a esta casa, donde convocaré la
parentela y se dispondrá todo según conviene. Queda tuyo de corazón don
Pascasio».
Sale D. Pedro Dejad que bese la tabla 385
en que de nuestro naufragio
hemos salido a la orilla.
Jacinta ¿Cómo?
Pedro Dueño idolatrado
de mi corazón, si es cierto
que me quieres, ahora aguardo 390
la mejor prueba.
Jacinta ¿Cuál es?
Pedro Haced lo que don Pascasio
previene; vete a su casa,
aguárdame allá, y salgamos
al público de una vez. 395
Jacinta ¿Qué dirán de mí en el barrio?
¿Qué dirá el mundo?
Pedro Señora,
tan público es el extraño
genio de doña Inés como
vuestra cordura y recato. 400
Jacinta En fin, aguardad, que voy
a ver en qué tono hallo
a mi tía; no salgáis
hasta que vuelva, y en tanto,
para no exponerlo todo 405
quedaréis bien encerrado. (vase, y suena la llave de la puerta por dentro)
Pedro Si me vieran mis amigos,
mis jefes y mis soldados
en esta situación, ¡qué
dirían! ¡cuántos espantos 410
harían, y exclamaciones!
sin acordarse que acaso
fue más loco cada uno
cuando estuvo enamorado; 497
--------------------------------- 415
pero dentro oigo un extraño
497
Aquí falta un verso (el 415) en esta copia, respecto a la regularidad métrica.
179
rumor.
dentro Inés ¡Pícara insolente!
Pedro Parece la tía; oigamos.
dentro Luisa Señora, escuchad.
Doña Inés No quiero.
Policarpo, Policarpo, 420
ve corriendo, y tráeme aquí
el alcalde de este barrio.
Pedro ¡Que esté cerrada la puerta!
cielos ¿qué haré? echarla abajo
a patadas; no, que puede 425
ponerse de peor estado
el lance; y aún dura el ruido,
pero se oye más lejano.
Ya abren; que sea quien fuere,
a todo estoy arrestado. 430
sale Luisa Señor don Pedro de mi alma, (de basquiña y mantilla)
ya dimos con todo el ajo
en las ascuas.
Pedro ¿Y Jacinta?
Luisa Felizmente se ha escapado
con Juanillo.
Pedro ¿De qué modo? 435
Luisa Su tía la cerró en un cuarto
con tal precipitación
que torció la llave en falso
y tomándola la vuelta,
mientras estaba cerrando 440
la puerta de la cocina,
salió, la agarró de un brazo
Juanillo, que salió entonces,
y el instante aprovechando,
se la llevó por la puerta 445
principal, y yo de un salto
voy a escaparme por una
ventana que cae al patio,
antes que la cierre.
Pedro Aguarda,
que yo te iré acompañando. 450
Luisa ¿Y qué dirán lo vecinos,
que la cabeza han sacado
cada uno por su agujero
al alboroto? es echarlo
a perder, y que confirmen 455
todo el suceso por malo.
Pedro Bien reparas.
Luisa Vuelva usted
a su escondite otro rato,
que yo me iré derechita
a casa de don Pascasio, 460
180
y él dispondrá el mejor modo
de venir aquí, y sacarnos. (ruido de llaves dentro)
Pedro ¿Qué es aquello?
Luisa Oíd la bulla
que mete con sus candados
y llaves a buena hora, 465
que una pájara ha volado
ya, y la otra pajarilla
va a volar; de esta me mato. (vase)
Pedro No hay qué hacer; la suerte hoy
contraria se ha declarado, 470
pero a bien que es inconstante,
y después de un aparato
tan espantoso, quizá
descubrirá el cielo su arco
hermoso de paz.
dentro Inés Luisilla, 475
¿dónde te me has ocultado?
no, no te me escaparás,
tengo de quebrar el palo
en tus costillas.
Pedro La vieja tiene
un genio como un diablo, 480
y en casar a su disgusto,
yo discurro que aventajó
mucha tierra, pues con eso
de tratarla nos libramos.
dentro Inés ¿Dónde andas?
Pedro Hacia aquí viene, 485
en mi escondite me zampo.
Sale Inés, de vieja decente con velo negro &a, una luz que pone sobre la mesa luego, y
un garro en la otra mano.
181
Sí, reíos, que la risa
aquí viene muy al caso.
Pedro Señora… (ríe)
Inés Reíd, reíd, 505
y ensanchad bien ese cuajo. (deja la luz)
Pícaro alborotador
de sobrinas, alabaos
de que a esta pobre mujer
confiada habéis burlado, 510
que yo daré providencia
de que estéis algunos años
en un castillo; y si ahora
un desacierto no hago,
agradecedlo al honor 515
de la chica, y al reparo
de no escandalizar; mas
nos veremos: Policarpo,
toma esa llave, abre quedo, (la tira dentro)
echa al señor con recato 520
de casa, y vuelve a cerrar.
Andad, hombre desalmado,
indigno de ese uniforme.
¿Cuándo se ha visto un soldado,
cuanto más un capitán 525
como él, que ande acechando
los descuidos de las tías
para dar tales asaltos
a las sobrinas?
Pedro Señora,
yo he sentido incomodaros, 530
perdonad, y conocedme
desde hoy por vuestro criado. (vase)
Inés Vaya usted muy noramala,
y aunque crea que no valgo
nada por ser una viuda, 535
yo aseguro que si saco
la bucha del escritorio,
haré ver que puedo algo;
con todo eso, mi señora
doña Inés, en este raro 540
suceso ¿qué haremos? ¿Qué?
echar otros dos candados
a cada puerta, y en la
que guarda a Jacinta cuatro,
y echar a la calle a una 545
criada de tan malvados
procederes, que introduce
en mi casa contrabandos.
Pero antes he discurrido
hablarla con agasajo, 550
182
para saber lo que hay cierto;
yo disimulo, y la llamo.
¡Luisa, Luisita!
sale Ginés ¿Qué Luisa,
señora, ni qué ocho cuartos?
Inés Sobrino mío, venid, 555
que no sabéis mis trabajos.
Ginés Lo que sé es vuestros embustes,
y que me la habéis pegado.
Inés ¿Cómo?
Ginés Enviando la sobrina
al tutor, con el criado 560
del otro novio; pues vaya,
que es poco público el paso,
y todos vuestros parientes
están allá convidados,
los garrafones se cruzan. 565
Inés Don Ginés, estáis borracho.
Ginés Yo he visto a doña Jacinta
a la reja, y he encontrado
al capitán petimetre
que iba hacia allá como un rayo. 570
Inés Desventurada de mí,
que sin duda me han falseado
las puertas. Mas pues a vos
es el principal agravio
como marido futuro, 575
a vos toca vengarlo.
Ginés ¿A mí? Yo renuncio.
Inés ¿Cómo, habiéndoosla yo otorgado?
Ginés Como yo me desotorgo.
Inés Eso es ser un mal hidalgo. 580
Ginés Y vos una mala tía.
Inés Vaya de ahí el renacuajo.
Ginés Vaya la sierpe.
Inés El camello.
Ginés La borrica.
Inés El dromedario.
Ginés La culpa tiene el gallego 585
que trata con castellanos. (vase)
Inés Todos me abandonáis, todos,
todos me dejan rabiando.
Aquí no hay otro remedio
que publicar que he mudado 590
de opinión, y consentir
el casamiento que tanto
desean don Pedro y Jacinta,
y holgarme con los saraos
y los banquetes que habrá 595
en la boda; confesando
183
que cuando es correspondido,
no hay para el amor candados.
Sale Garrido Chica.
Granadina ¿A qué vuelves aquí?
Garrido Solamente a que digamos 600
Los dos que aquí acaba la comedia,
y a suplicar el aplauso.
184
El ensayo con empeño
(1782)
Este sainete de costumbres teatrales figura en la lista que entregó Cruz a Sempere y
Guarinos para su Ensayo de una Biblioteca de los mejores escritores del reynado de
Carlos III 498. Lo estrenó la compañía de Juan Ponce el 19 de agosto de 1782 en el teatro
del Príncipe con La prudencia en la niñez de Antonio Pablo Fernández; como la mayoría
de las piezas de este tipo, que suelen reflejar la actualidad de la vida teatral, no volvió a
representarse.
En la mencionada lista de Sempere, no lleva la señal ¶ que caracteriza las obras «que
solo tienen el pensamiento tomado de otras», y tampoco aparece como imitación en el
catálogo que se conserva en el Archivo Histórico Nacional 499 . Sin embargo, es una
adaptación de La répétition interrompue, ou le petit-maître malgré lui, opéra-comique de
Charles-François Pannard 500. Le petit-maître malgré lui es el título de la obra ensayada.
En El ensayo con empeño, recogió D. Ramón algunos detalles del prólogo de la ópera-
cómica: el sainete que van a ensayar es muy malo, y el reparto que ha ideado el ingenio,
sin tener en cuenta los empleos de los cómicos, es un desacierto total. Se valió también
del carácter de algunos personajes: le inspiró por ejemplo la llegada del actor encargado
del papel del padre, que sale borracho y se queja de no haber tenido tiempo para vestirse.
Sin embargo, la influencia de la obra de Pannard se nota sobre todo en el desarrollo de la
acción, con las constantes interrupciones: un actor que critica la actuación de su
compañera, otro que reprende al apuntador, y sobre todo la riña entre los dos protagonistas
de la pieza ensayada, que acaba con la paciencia del ingenio, que finalmente reniega del
teatro y de los cómicos.
Por lo demás, si tomó el pensamiento de la obra francesa, supo Ramón de la Cruz
adaptarla a la realidad de la vida teatral madrileña, y el sainete voluntariamente mediocre
que se empeñan en vano en ensayar los actores de la compañía de Juan Ponce, dirigida
excepcionalmente por Eusebio Ribera, es original.
Para esta edición, hemos modernizado la ortografía y la puntuación.
498
Madrid, Imprenta Real, 1785-1789.
499
Madrid, AHN, Consejos, Impresiones, 5548-40. Este documento, titulado «Dn Ramón de Cruz y Cano
vecino de esta Corte sobre que se le conceda licencia para imprimir las piezas dramáticas que ha
compuesto», había de permitir la publicación de su Teatro o Colección de los Saynetes y demás obras
dramáticas de D. Ramón de la Cruz y Cano, entre los Árcades Larisio (Madrid, Imprenta Real, 1786-1791,
10 vols.); lo firmó Cruz el 15 de noviembre de 1785.
500
Paris, 1758; escrito a mano entre paréntesis: «par Mrs. Favart et Panard».
Por lo visto, al hacer Cruz las listas de sus obras, se le olvidaron detalles e incluso títulos, pues el catálogo
de Sempere y el del AHN no son totalmente idénticos: así por ejemplo, en el catálogo del AHN, figuran
entre las obras «que tienen el pensamiento tomado de otras» El no, La prueba feliz y La sosa, que en la lista
de Sempere no llevan la ¶; y faltan El viudo, El abate Diente Agudo, La chupa bordada (el título conocido
es El cortejo fastidioso), que tampoco aparecen como imitaciones en Sempere, cuando son adaptaciones de
proverbios de Carmontelle.
185
Sainete nuevo
Al levantar el telón estará como acomode el teatro. Pasándose por el foro de él los
hombres estarán merendando algo en un plato, frente la señora Tordesillas 502
refrescando, y Tadeo 503 a su lado; Briñoli 504 se pasea con el sainete debajo del brazo, y
la cerilla apagada en la mano. Luego que se levanta el telón hay un rato de pausa; sale
Espejo 505 en chupa de lienzo, suelta, gorro, una silla en la mano, y en la otra un
abanico de a cuarto, y dice:
501
BNE, ms. 14602/23.
502
Catalina Tordesillas, cuarta dama. Las informaciones relativas a los actores están sacadas de la obra de
Emilio Cotarelo y Mori Don Ramón de la Cruz y sus obras. Ensayo biográfico y bibliográfico, Madrid,
1899.
503
Tadeo Palomino, cuarto galán.
504
Sebastián Briñoli (o Briñole), quinto galán.
505
José Espejo, supernumerario.
506
Es María Ribera.
186
Ventura 507 No, yo no suelto (lo resiste)
el plato.
Espejo Mejor: no soy (se sienta cara a cara)
ansioso; merendaremos
así en paz como hermanitos. 25
Tordesillas Marcha, ¿qué haces aquí?
Tadeo Cuento
los bizcochos, por si hay nones.
Tordesillas Nones nones.
Tadeo Mal provecho.
Sale Eusebio 508 ¿Estamos todos, señores?
Briñoli Yo aquí estoy dando paseos 30
hasta la hora de apuntar,
que me entre en el agujero.
Eusebio ¿Y la Borda 509?
Espejo Está ocupada;
Yo la despacharé presto.
Eusebio La Paca 510 es la que yo digo. 35
Ventura Ahí estaba.
Eusebio ¡Paca! (gritando)
Sale la Borda Menos
voces; por mí ya podía
estar el ensayo hecho.
Eusebio Pero los otros…
Borda Los otros,
y otras, se están vistiendo. 40
Tadeo ¿Un ensayo de sainetes
vestidos? ¡Es lo primero
que he visto!
Borda Las cosas
que ahora, jamás se vieron.
Espejo ¡El tal autor interino 511 45
muy ridículo se ha hecho!
Eusebio No es ridiculez, que son
lecciones del escarmiento,
y en esta interinidad
se han de hacer con todo empeño 50
y seriedad los ensayos.
Tadeo ¿Y con vestidos?
Eusebio Lo mesmo
que si estuviera de gentes
atestado el coliseo.
507
Ventura Laborda, novena dama. Tenía 15 años en 1782 y era hermana de Francisca Laborda (Cotarelo,
op. cit., p. 535).
508
Eusebio Ribera, sobresaliente de segundos. Fue autor (director de compañía) de 1772 a 1778, y volvió
a serlo en 1783, hasta 1795. Véase al respecto Cotarelo y Mori (Emilio), Don Ramón de la Cruz y sus obras.
Ensayo biográfico y bibliográfico, Madrid, 1899, p. 580.
509
Francisca Laborda, segunda dama.
510
Es la misma actriz (Francisca Laborda).
511
El autor era Juan Ponce. No conocemos las circunstancias de esa interinidad.
187
Codina 512 Si la que hace la comedia 55
no fuera su hija, apuesto
a que se hacía con solo
un ensayo, mal, y presto.
Borda Mi gusto es que ha de apestar,
aunque se hagan cuatrocientos. 60
Eusebio Y ¿por qué?
Borda Porque es muy frío,
y tiene muy malos versos.
Espejo ¿Y la repartición?
Eusebio Pues
¿no es el que la hizo el ingenio
que la escribió?
Espejo Se conoce 65
que tiene discernimiento;
discurra usted: el papel
de padre de muy mal genio
se le ha dado a Vera 513, que es
una malva.
Codina Malo es eso. 70
Tadeo Pero es peor, que hoy está
en un banquete opulento
de campo, con sus amigos.
Tordesillas Adiós, buena la tenemos.
Eusebio Y si se le olvida, a bien 75
que aquí está el amigo Espejo.
Espejo Para burlarme; ahora voy
a tomar un aposento.
Eusebio No faltará barba 514, ni
a usted se le echará menos, 80
que no hay papeles de tíos
Matutes, Naides 515, ni ciegos.
Espejo Los papeles de la dama
delicada, y galán tierno
los ha dado a la Pulpillo, 85
y al sobresaliente 516; ellos
se aborrecen, y están siempre
512
Juan Codina, sexto galán.
513
Manuel de (los Santos) Vera, segundo barba. Su nombre está tachado, sustituido por el de Briñoli,
habiéndose modificado el verso así: «le ha dado a Briñoli»; pero Briñoli desde el principio está presente en
el tablado y hace de apuntador. El texto de la copia que transcribimos tiene en cuenta ese cambio, repetido
más adelante. Siendo imprescindible el personaje del apuntador, no es de descartar la posibilidad de que se
haya encargado a uno de los verdaderos apuntadores de la compañía su propio papel.
514
Esta palabra está escrita con la misma tinta que «Briñoli» en lugar de «Vera», por encima de otra ilegible.
515
Bien sabía el público a que se refería el texto, pues el tío Matute era uno de los protagonistas de Manolo,
sainete famoso del propio Cruz representado con mucha frecuencia desde 1769; y el tío Naide era un
personaje central de El tío Naide o el escarmiento del indiano que había estrenado la misma compañía poco
antes, el 7 de junio. Debió de agradar esta última obra, porque volvió a representarse varias veces.
516
Manuel García Parra, sobresaliente de galanes, nuevo en Madrid (venía de Cádiz). Cotarelo da muchas
informaciones sobre este actor en Don Ramón de la Cruz y sus obras..., op. cit., p. 516-517.
188
como los gatos y perros;
conque ved con qué interés
esforzarán los requiebros. 90
Eusebio Ellos lo harán bien.
Borda ¿Y yo?
¿Tengo edad, talle, ni gesto
de madre?
Espejo No; pero tienes
un hijo, que es más.
Borda Pequeño
como el mío, puede ser; 95
pero no puedo tenerlo
que ya le obligue el ayuno.
Eusebio Pues amiga, no hay remedio:
así el poeta lo quiso,
y según sus privilegios, 100
no se pueden disputar
en las piezas que estrenemos.
Mirad si ha venido Vera 517,
que se vista y empecemos
al instante: digo. (los llama)
Todos ¿Qué? 105
Eusebio Oíd aparte. Yo pienso
que el autor del tal sainete
está en algún aposento
o corredor 518 escondido,
con todo cuidado, oyendo 110
el ensayo, y es preciso
se haga con todo empeño
y seriedad.
Espejo Esa copla
al que entre, que yo no entro,
ni salgo, que soy mirón. 115
Todos Y nosotros mosqueteros 519.
Eusebio Pero no aquí, que el teatro
me le ha de dejar exento
para ensayar.
Tordesillas Ahora quiere
imponer estilos nuevos. (vase) 120
Eusebio Pero útiles.
Borda El demonio
del fachenda. (vase)
Tadeo ¡Si por eso
tendremos cien partes más
que partir!
Espejo Calla, Tadeo,
517
Verso sustituido por «Ved si Briñole ha venido».
518
Los aposentos y los corredores eran dos sectores del coliseo, donde los espectadores estaban sentados.
519
Los llamados «mosqueteros» eran los espectadores del patio (asistían de pie a la función).
189
¿no reparas que es autor 125
sobresaliente?
Eusebio Dejemos
bufonadas, y quien no
tenga papel, allá dentro.
Tadeo Vámonos a refrescar
o al Prado a dar un paseo. 130
Codina Dices bien.
Puchol 520 ¿No era mejor
silbar el sainete nuevo?
Codina Mejor dice este.
Tadeo Pues vamos.
Todos Adiós, señor autor. (vanse todos)
Eusebio Esto
es inaguantable.
Espejo Yo, 135
ya ve usted que callo y veo,
y que hago cuanto me manda,
menos el irme allá dentro,
que sentado a esta esquinita
me estaré.
Eusebio ¿Callando y quieto? 140
Espejo Si me gusta, sí señor.
Eusebio ¿Y si no?
Espejo Levanto el dedo,
y al palmoteo de moda 521
doy el tono, y le solfeo.
Eusebio Por Dios, que no me haga usted 145
de las suyas.
Mariquita ¿Yo me quedo,
padre?
Eusebio Lo que tú quisieres,
que ahora tienes derecho
como dama.
Briñoli Él ha perdido
522
la cabeza ; ¡pobre Eusebio! 150
Espejo Y la niña está más hueca
que pava que ha puesto un huevo
con cuatro yemas.
Eusebio Señores,
que empezamos. Caballeros, (a la orquesta)
la obertura. Apuntador, 155
vamos.
Briñoli Me voy al agujero. (se mete en él)
Espejo Nunca he visto ensayo más
formal, ni con tal empeño.
520
Mariano Puchol, octavo galán.
521
Las «palmadas de moda» era la expresión irónica del desagrado del público.
522
Palabra sustituida por «chaveta».
190
Empieza obertura fuerte; se sienta Espejo a la punta del tablado y a la opuesta Eusebio
y su hija; después de tocar una parte de obertura que haga cláusula, silba Briñoli desde
el agujero, y se muda el teatro en salón bonito.
SAINETE 523
Sale la Borda de bata negra, escofietón, &a, muy grave, y Polonia 524 de criada
alegrilla.
523
El texto del sainete ensayado está en negrita, para evidenciar las interrupciones.
524
Polonia Rochel, tercera dama, es decir graciosa.
191
y sostenido ¡ah! ¡ah, cielos!
con que corta las palabras, 195
bastan para conocerlo;
la señorita pequeña
es la que observa todo esto
mejor que yo… pero allí
viene la pícara, apuesto 200
que si la dais un marido,
no hará tantos aspavientos.
525
Juana García, sexta dama.
192
Eusebio Más simplicidad, Juanita 526, (se levanta) 235
más gracia; no hace su efecto
ese carácter, que quiere
desempeñar.
Juanita Yo no quiero
tal cosa, ni estos papeles
de niña son de mi genio; 240
denme papel de mujer,
verán si le desempeño.
Eusebio Muy bien; sigue.
Juanita Apunte usted.
Espejo ¡Qué pico tan hechicero!
Juanita «Mi hermana viene; Matilde, (sale) 245
cuidado con el convenio.
526
El nombre está tachado, sustituido por «Victoria», que sería Victoria Ibáñez, octava dama, nueva en la
compañía (venía de Cádiz); será otro cambio en el reparto, pero, a diferencia del de Vera por Briñoli, como
se verá más adelante, no afectaba al diálogo.
527
María Pulpillo, quinta dama.
193
Juanita ¡Que no sea yo la mayor!
Borda Marcha. Yo voy desde luego (vase Juana)
a llamar a don Silvestre
y a su hijo don Silverio,
para concluir esta boda, 275
y tú descubre su pecho
con maña, a ver si apuramos
la causa de sus extremos. (vase)
Polonia ¡Andad con mil sastres! Vaya,
señorita, ¿no merezco 280
yo que os confiéis de mí?
Pulpillo ¡Ay, Catuja!
Polonia Bien. Ya infiero
de ese profundo suspiro
que hay algún oculto afecto.
Pulpillo Sí.
Polonia ¿Es algún caballerito 285
petimetre, y zalamero?
Pulpillo ¿Quién te lo ha dicho, mujer?
Polonia Los ojos.
Pulpillo Pues mienten ellos.
Polonia ¿Por qué?
Pulpillo Porque aun yo lo ignoro;
y aquel que ama mi pecho 290
y yo, jamás nos hablamos
aunque alguna vez nos vemos.
Polonia ¿Por qué?
Pulpillo Si no hay ocasión;
pero si a sus ojos creo,
primero daré la vida 295
que sujetarme a otro dueño.
Polonia Pues de poco sirven los
obstáculos en teniendo
inteligencia las almas.
Bien que según dice Pedro 300
el criado de ese novio
por mi señora propuesto,
es un mozo muy galán,
acaudalado, discreto,
y amable; mas Pedro viene, 305
y todo de él lo sabremos.
Pulpillo Adiós, que toda ocupada
de mi idolatrado objeto,
están de más para mí
todos sus merecimientos, 310
que no importan, en quien
sin conocer aborrezco (vase)
Sale Aldovera 528 Mi Catuja.
Polonia Poco a poco,
que soy muy tierna, y me quiebro.
528
Juan Aldovera, primer gracioso.
194
Aldovera ¿Qué quieres? esa presencia… 315
qué sé yo… me inspira un cierto
no sé… sí… ya… ¡Ay mona mía!
¡Si vieras lo que te quiero!
Polonia Pues muda estilo, que soy
enemiga de requiebros 320
lánguidos.
Aldovera ¿De cuándo acá?
Polonia Desde que sé lo que debo
a mi honor, pues las doncellas
somos cristal que el aliento
que nos deja de ofender, 325
nos empaña por lo menos;
somos rosas que malogra
la mano que llega al tiento.
Aldovera Pues doña Rosa Cristal,
mi ánimo no es ofenderos, 330
bien que en siendo mía…
Polonia ¿Tuya?
Aldovera Sí, después lo trataremos;
y ya que...»
apunta bien claro;
«y ya que…»
apunta más recio
si quieres con dos mil diantres. 335
Briñoli Y ya que ahora te encuentro (fuerte)
sin palabras para mí,
de nuestros amos hablemos.
Aldovera ¿Y eso es apuntar? Que no
te apuntara a ti un pedrero 340
de a doce, bien atracado.
Briñoli No sea usted desatento. (en pie)
Aldovera Pues aprenda usted su oficio.
Briñoli Si salgo del agujero…
Aldovera ¿Qué harás tú?
Briñoli Desbaratarte (salta al tablado) 345
de una puñada los sesos.
Eusebio Tengan ustedes más modo.
Polonia Señores, no alborotemos.
Mariquita Basta ser la función mía (llorando)
para que suceda esto. 350
Briñoli ¡A mí! ¡Hola!
Aldovera ¡Y hola! ¡A mí!
Eusebio Vamos, vuelva usted a su puesto,
y apunte.
Briñoli Yo le aseguro
que no se quede riendo. (adentro del agujero)
Aldovera «Hablemos de nuestros amos. 355
Polonia Acá se está disponiendo
la boda para mañana.
Aldovera Pues hija, pierden el tiempo,
195
que como jamás la ha visto
mi amo, la desprecia.
Polonia El mesmo 360
trabajo tiene mi ama.
Aldovera O yo de duendes no entiendo,
o cada uno tiene el suyo
en la cabeza, impidiento
esta unión.
Polonia Lo que es mi ama, 365
no hay duda.
Aldovera Pues volavérunt 529,
que mi amo por una dama
que ve, y no trata, está muerto.
Polonia Acá es al pie de la letra.
Aldovera Si supieses los esfuerzos 370
que cuesta hacerle que venga
siquiera de cumplimiento
a verla… pero ahí está.
Polonia Yo voy a avisar corriendo
a la niña… ¡no es mal mozo! 375
Aldovera Mejor que la novia.
Polonia Puerros.»
Eusebio ¿Qué tal?
Espejo El ensayo, bien;
la pieza no vale un cuerno.
Aldovera «¿Señor?
Manuel 530 Amigo Perico,
hoy es el día que muero, 380
pues no he visto en calle, iglesia,
ni acostumbrado paseo
a mi ignorada belleza.
Aldovera Calle usted, que ahora veremos
a la suegra y a la novia. 385
Manuel Yo las haré mil desprecios
sin querer, no puedo más.
Aldovera Al fin hará conteneros
la presencia de papá
que llega… que llega...»
miento, 390
que no parece tal hombre.
Briñoli ¿Sale el padre?
Aldovera No le veo.
Eusebio ¡Vera, Vera! ¿Dónde está? 531
Dentro Vera 532 Aguárdense siglo y medio.
Eusebio Ya sale.
529
«Voz latina que se usa festivamente para significar que una cosa faltó del todo, se perdió o desapareció»
(DRAE).
530
Manuel García Parra, sobresaliente de galanes.
531
Verso corregido así: «¡Briñole! ¿adónde está?».
532
Véase la nota 513.
196
Espejo ¿A medio vestir? 395
Sale Vera a medio vestir, un comparsa le trae la peluca y bastón, alegre de ojos, y
balbuciente.
533
El diálogo de los versos 421-425 resultaba imposible con el cambio de actores. Una cruz en el margen
izquierdo parece indicar la supresión de las réplicas de Briñoli/apuntador. El nuevo texto (métricamente
irregular) recitado ahora por Briñoli/padre del novio en lugar de Vera podría ser: «Atiende consejos como
/ está muy bien; adelante».
534
Verso corregido así: «Briñole, ¿que estilo nuevo...».
197
le quedará agradecido.
Vera ¿Qué entiende el poeta de eso? 430
y si me dijera algo
su mercé, viera qué presto
caía la pieza a tierra
como yo.
«Ayúdame, Pedro,
a subir.»
Rafael 535 ¡Señor autor! (desde la tertulia) 435
Eusebio ¿Quién llama?
Rafael Señor Eusebio,
quítele usted el papel
a ese hombre, que yo le ofrezco
no escribirle otro en mi vida.
Vera Muchas gracias, caballero. (le saca, y le rompe) 440
Eusebio Y ahora, ¿quién podrá suplirle?
Rafael Ahí está el señor Espejo.
Espejo No estoy tal.
Rafael Pues que se vaya
el sainete prosiguiendo,
que voy a dar providencia.
Eusebio ¿Sigue Vera 536? (se oculta) 445
Rafael Ni por pienso.
Vera Mejor; me voy a tomar
la posta; adiós, caballeros. (vase)
Eusebio Pase usted esa escena, y
vamos a la del encuentro 450
de la dama, y el galán;
apunte usted.
Manuel «Lo primero
que hemos de ver, mi Perico,
es hallar decente medio
de dilatar esta boda. 455
Aldovera Pero vea usted a lo menos
la novia.
535
Rafael Ramos, tercer galán, o Rafael González, segundo barba.
536
Tachado y sustituido por «Briñole».
198
Los dos ¡Santos cielos!
Manuel ¡Qué felicidad!
Pulpillo ¡Qué dicha!
Manuel ¿Matilde eres?
Pulpillo ¿Tú Silverio?» (admirados)
Eusebio Por Dios, que hagáis esta escena 465
seguida, y con sus afectos, (alegre)
sin que termine en camorra
como acostumbráis hacerlo.
Pulpillo «¿Tú eres a quien me destina
mi madre?
Manuel ¿Tú eres el dueño (con viveza) 470
que me da mi padre?
Pulpillo El gozo
me embarga los movimientos.»
Manuel Más dulce el tono, señora,
y el semblante más modesto.
Pulpillo Yo sé cómo he de decirlo 475
y no necesito vuestros
auxilios para lucir.
Manuel Quizá sí.
Pulpillo Mucho antes de ellos
sabía toda la escuela
del teatro.
Manuel Yo lo creo. 480
Pulpillo ¡Qué animal!
Manuel ¡Qué presumida!
Eusebio Señores, ¡que no haya medio
de que estén juntos y en paz!
Manuel «Este honor con que me encuentro
de ser vuestro esposo excede 485
la ambición de mis deseos.
Pulpillo ¡Ah, qué feliz es mi suerte!
Manuel ¿Qué suspiro es ese?
Pulpillo Temo
que el día de ser dichosa
sea víspera de perderos. 490
Manuel Eso es hacer injusticia,
señora, a mis sentimientos,
y en vuestras hermosas manos
juro por los dos luceros…»
Pulpillo ¡Ay, ay, ay! tome… El salvaje 495
una mano me ha deshecho.
Manuel ¡A mí un bofetón! Por vida…
Pulpillo Y si se acerca, le ofrezco
con cualquiera de estas sillas
desbaratarle los sesos. 500
Manuel ¿Tengo yo la culpa?
Pulpillo ¿Y yo?
199
Eusebio No, señores; yo la tengo,
y prosígase el ensayo.
Espejo Sí, que va con todo empeño
y seriedad.
Pulpillo ¿Proseguir? 505
Muchacha, dame al momento
mi mantilla.
Manuel Anda, marmota.
Pulpillo Monstruo execrable y horrendo,
vete a…
Manuel ¿De donde tú vienes?
Sale Rafael Señores, ¿en qué va esto (y otros) 510
Espejo Víctor, víctor, ciertamente (se levanta)
que será un rato completo.
Manuel Ahí tiene usted mi papel,
y busque un actor de hierro
que le haga con esta loca. 515
Pulpillo Ahí está el mío, y le ruego
busque una muñeca, que
le haga con ese muñeco.
Rafael Lleve la trampa mis obras,
mis plumas, y mi tintero, 520
los cómicos, el teatro,
y cuantos les dan un verso,
que hagan lo que quieran, y
si más en mi vida vuelvo
por aquí, permita Dios 525
que se me tuerza el pescuezo. (vase)
Mariquita Pobre de mí, que de todos
soy sola la que padezco.
Aldovera Pierdes un adorno grande
para tu función por cierto. 530
Polonia Pues no se ha de perder todo.
Eusebio ¡Que a mí me suceda esto!
Mariquita Padre, ¿y qué? ¿no habrá sainete
para mi función?
Eusebio Veneno
habrá; ¿no ves lo que pasa? 535
Pues que me estás corrompiendo
el alma.
Mariquita Yo señor…
Eusebio Calla;
márchate de aquí, o te estrello (cruza los brazos la chica, y se va llorando)
Polonia Amigos, llegó la hora
de hacer sin tan grande empeño 540
de las nuestras.
Todos ¿Y qué es?
Polonia Saldréis de la duda presto;
y ahora si este capricho
por repentino, y por nuevo,
200
no ha disgustado,
Todos aplaudidle, 545
y si no suplid sus yerros.
201
Mireille Coulon