Ficha STP8614-2020

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TUTELA

REPORTE DE CONSULTA

RELEVANTE

SALA DE CASACIÓN PENAL - SALA DE DECISIÓN DE TUTELAS


ID : 711640
M. PONENTE : EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : T 113057
NÚMERO DE PROVIDENCIA : STP8614-2020
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Sala Penal de
Bucaramanga
CLASE DE ACTUACIÓN : ACCIÓN DE TUTELA - SEGUNDA
INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 13/10/2020
DECISIÓN : CONFIRMA CONCEDE TUTELA
ACCIONADO : DIRECCIÓN RECURRENTE Y JUEZ
COORDINADOR DEL CENTRO DE
SERVICIOS JUDICIALES DEL SISTEMA
PENAL ACUSATORIO DE
BUCARAMANGA
ACCIONANTE : JUAN PABLO COBOS ARDILA
VINCULADOS : JUZGADOS 7º Y 9º PENALES DEL
CIRCUITO CON FUNCIONES DE
CONOCIMIENTO AMBOS DE
BUCARAMANGA
ACTA n.º : 213

ASUNTO:
PROBLEMA JURÍDICO: ¿«(...)determinar si existió violación del derecho
constitucional de petición y acceso a la administración de justicia del
accionante por parte de las autoridades accionadas y vinculadas al no
otorgar de manera gratuita las copias de las piezas procesales al interior del
proceso 68001 6000 258 2009 00779 a efectos de dirigirlas a la Unidad de
Casación y Revisión de la Defensoría Pública para el estudio de una posible
acción extraordinaria»?

TEMA: DERECHO DE ACCESO A LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA -


Vulneración del derecho al autorizar a costa del peticionario, las copias del
proceso adelantado en su contra, sin tomar en cuenta que sus derechos de
locomoción y libertad se encuentran restringidos

DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA PERSONA PRIVADA DE LA


LIBERTAD - Relación de especial sujeción frente al Estado

DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA PERSONA PRIVADA DE LA


LIBERTAD - Clasificación (c. j.)

DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA PERSONA PRIVADA DE LA


LIBERTAD - Obligación del Estado de garantizar los derechos
fundamentales que no han sido suspendidos

RAMA JUDICIAL - Función jurisdiccional: principio de gratuidad en la


administración de justicia (c. j.)

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Principios rectores:


principio de gratuidad

DERECHO DE ACCESO A LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA - Derecho


a la tutela judicial efectiva: fundamento normativo internacional

DERECHO DE PETICIÓN - Solicitud de copias ante el Centro de Servicios


Judiciales del Sistema Penal Acusatorio de Bucaramanga: derecho del
accionante a obtener gratuitamente las copias de las piezas procesales,
correspondientes al expediente adelantado en su contra para allegarlas a la
Unidad de Casación y Revisión de la Defensoría del Pueblo

Tesis:
«Para el caso concreto, como atinadamente resolvió el Tribunal a quo, existe
vulneración del derecho fundamental de petición y acceso a la
administración de justicia del accionante por parte de las autoridades
vinculadas y accionadas ante la renuencia de remitirle de manera gratuita
copias de las piezas procesales que componen el proceso radicado 68001
6000 258 2009 00779 a efectos de allegarlos a la Unidad de Casación y
Revisión de la Defensoría del Pueblo para la posible estructuración de una
acción de revisión.

En este sentido, no fue objeto de reproche el hecho de que el actor mediante


el uso del derecho de petición solicitó, le fueran remitidas copias del proceso
atrás referenciado, se itera, con los audios respectivos, a efectos de acudir
ante la Defensoría Pública para la solicitud de una demanda de revisión.
No se discute además que, el Centro de Servicios Judiciales del Sistema
Penal Acusatorio de Bucaramanga atendió de cierta manera la petición del
demandante, en el sentido de autorizar las copias de las piezas procesales a
su costa por situaciones de austeridad del gasto dispuesto por la Dirección
Ejecutiva Seccional en el marco de políticas de austeridad, trazadas por esa
dependencia. Además de ponerle a disposición el expediente en las oficinas
en cierto horario para acceder a ellas de manera directa o por interpuesta
persona autoriza para el respecto.

Sin embargo, la respuesta del Centro de Servicios Judiciales del Sistema


Penal Acusatorio de Bucaramanga, no obedece a la realidad procesal en la
que en la actualidad se encuentra el demandante, de quien olvida se halla
privado de su libertad y por ende su derecho de locomoción de encuentra
restringido.

Resulta indiscutible que tratándose de población privada de la libertad se ha


determinado que ésta se encuentra en una especial sujeción frente al
Estado, así lo ha considerado la Corte Constitucional, al sostener:

«En igual sentido, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en


adelante Comisión I.D.H.) ha sostenido que la subordinación del interno
frente al Estado constituye “una relación jurídica de derecho público se
encuadra dentro de las categorías ius administrativista conocida como
relación de sujeción especial, en virtud de la cual el Estado, al privar de
libertad a una persona, se constituye en garante de todos aquellos derechos
que no quedan restringidos por el acto mismo de la privación de la libertad
(…)”.

Así, con la privación del derecho de libertad de un individuo nace una


relación de especial sujeción entre el Estado y el recluso dentro de la cual
surgen tanto derechos como deberes mutuos, fundamentándose “por un
lado, el ejercicio de la potestad punitiva y, por otro, el cumplimiento de las
funciones de la pena y el respeto por los derechos de la población carcelaria»

En esta misma providencia, se consideró que este vínculo entre interno-


Estado el cual debe atender a los criterios de razonabilidad, utilidad,
necesidad y proporcionalidad, trae consigo además de la subordinación del
interno al Estado, el cumplimiento de otros postulados tales como:

«Este régimen, en cuanto al ejercicio de la potestad disciplinaria especial y a


la limitación de los derechos fundamentales, debe ser autorizado por la
Carta Política y la ley.

Como derivación de la subordinación, surgen algunos derechos especiales,


en cuanto a las condiciones materiales de existencia en cabeza de los
internos.
El deber del Estado de respetar y garantizar el principio de eficacia de los
derechos fundamentales, en especial con el desarrollo de conductas activas.»

Dichos postulados se encuentran en consonancia con lo preceptuado por


dicha Corporación según la cual, a lo largo de sus pronunciamientos, ha
establecido que, en lo concerniente a personas privadas de la libertad,
algunos de sus derechos fundamentales son suspendidos o restringidos
mientras que otros se mantienen aún en estas condiciones. En esta línea
jurisprudencial, se estableció:

«En su jurisprudencia, la Corte Constitucional ha expresado de manera


reiterada que, si bien algunos derechos fundamentales de los reclusos son
suspendidos o restringidos desde el momento en que éstos son sometidos a
la detención preventiva o son condenados mediante sentencia, muchos otros
derechos se conservan intactos y deben ser respetados íntegramente por las
autoridades públicas que se encuentran a cargo de los presos. Así, por
ejemplo, evidentemente los derechos a la libertad física y a la libre
locomoción se encuentran suspendidos y, como consecuencia de la pena de
prisión, también los derechos políticos. Asimismo, derechos como los de la
intimidad personal y familiar, reunión, asociación, libre desarrollo de la
personalidad y libertad de expresión se encuentran restringidos, en razón
misma de las condiciones que impone la privación de la libertad. Con todo,
otro grupo de derechos, tales como la vida e integridad personal, la
dignidad, la igualdad, la libertad religiosa, el derecho al reconocimiento de la
personalidad jurídica, a la salud y al debido proceso, y el derecho de
petición, mantienen su incolumidad a pesar del encierro a que es sometido
su titular»

En este sentido y, como consecuencia de la relación especial de sujeción


existente entre el recluso y el Estado es obligación de este último la garantía
de aquellos derechos fundamentales que no son restringidos o suspendidos
tales como la vida, la dignidad humana, la igualdad y la salud, en esencia
los de rango constitucional fundamental.

Evidente es entonces, que aun cuando JUAN PABLO COBOS ARDILA se


encuentra en reclusión sus derechos constitucionales fundamentales de
petición y acceso a la administración de justicia se mantienen incólumes,
siendo obligación del Estado adoptar las medidas necesarias para su
materialización, garantizando que el recluso tenga garantía de tales
prerrogativas, sin que le sean oponibles disposiciones reglamentarias como
las que alude la Dirección Ejecutiva Seccional relacionadas con la
austeridad del gasto.

Si bien es cierto el desarrollo de las actividades de la administración de


justicia, se rigen por el manejo adecuado de los recursos, no se debe dejar
de lado que uno de los principios sobre los que se instituyó la Ley
Estatutaria de Administración de Justicia e incluso el mismo Sistema Penal
Acusatorio, es la gratuidad.
En el artículo 6º de la primera disposición normativa, se precisa que «La
administración de justicia será gratuita y su funcionamiento estará a cargo
del Estado, sin perjuicio de las agencias en derecho, costas, expensas y
aranceles judiciales que se fijen de conformidad con la ley.

Al igual que como principio rector de la Ley 906 de 2004- art. 13, se
instituyó la gratuidad, aspecto este que no se puede obviar como en
escenarios como los del demandante que por su especial sujeción a cargo
del Estado no se le puede limitar el acceso a la administración de justicia
por no contar con medios para sufragar las piezas procesales que requiere
precisamente para buscar en otros estamentos judiciales el desarrollo de los
valores sobre los que se adoptó el Estado Social de Derecho- la defensa.

Al respecto la Corte Constitucional ha señalado:

«El principio de gratuidad en la administración de justicia

1. En reiteradas oportunidades, esta Corporación ha dejado establecido que


a pesar de que la Constitución no consagra expresamente la gratuidad como
un principio de la administración de justicia, ésta se infiere de valores de
arraigo constitucional como la justicia, la convivencia, la paz, la igualdad y
el orden justo. En estos términos, ha dicho la jurisprudencia:

“De la Constitución se puede inferir el principio de gratuidad de la


circunstancia de que la justicia constituye uno de los pilares o fundamentos
esenciales para lograr la convivencia, la paz y un orden justo que haga
realidad la igualdad jurídica y material, enmarcado dentro de la filosofía y el
realismo del Estado Social de Derecho, justicia cuya aplicación, operatividad
y eficacia se hace efectiva cuando las instituciones procesales creadas como
instrumentos para asegurar su vigencia, arbitran los mecanismos idóneos
para que puedan acceder a ellas todas las personas en condiciones de
igualdad. La gratuidad es, en esencia, la condición para hacer realidad el
acceso a la justicia en condiciones de igualdad, pues la situación económica
de las partes no puede colocar a una de ellas en situación de privilegio
frente a la otra ni propiciar, por consiguiente, la discriminación.”.»

Además, que en el marco de la Convención Americana sobre Derechos


Humanos aprobado mediante la Ley 16 de 1972, se obliga a los Estados
partes a garantizar, la protección judicial en los siguientes términos:

«Artículo 25. Protección Judicial

1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier


otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos
por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
funciones oficiales.
2. Los Estados partes se comprometen:
a. a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del
Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal
recurso;
b. a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c. a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda
decisión en que se haya estimado procedente el recurso.».

Adicionalmente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en


Sentencia del 23 de junio de 2005- Caso de Yatama Vs. Nicaragua, sostuvo
que la existencia del recurso judicial efectivo no se agota con su existencia,
sino también con la supresión de prácticas que lo hagan ineficaz. Al
respecto se expuso:
«Para que el Estado cumpla lo dispuesto en el artículo 25 de la Convención
no basta con que los recursos existan formalmente, sino que los mismos
deben tener efectividad, es decir, debe brindarse a la persona la posibilidad
real de interponer un recurso, en los términos de aquel precepto. La
existencia de esta garantía “constituye uno de los pilares básicos, no sólo de
la Convención Americana, sino del propio Estado de Derecho en una
sociedad democrática en el sentido de la Convención”

El deber general del Estado de adecuar su derecho interno a las


disposiciones de dicha Convención para garantizar los derechos en ella
consagrados, establecido en el artículo 2, incluye la expedición de normas y
el desarrollo de prácticas conducentes a la observancia efectiva de los
derechos y libertades consagrados en la misma, así como la adopción de
medidas para suprimir las normas y prácticas de cualquier naturaleza que
entrañen una violación a las garantías previstas en la Convención. Este
deber general del Estado Parte implica que las medidas de derecho interno
han de ser efectivas (principio del effet utile), para lo cual el Estado debe
adaptar su actuación a la normativa de protección de la Convención."

Acompasadas dichas disposiciones al caso particular del accionante se


extrae inexorablemente que la barrera impuesta para el acceso a las piezas
procesales que precisa se constituyen en obstáculos para el acceso a la
administración de justicia, de manera que el Estado en cabeza de sus jueces
está llamado a responder por tal garantía en beneplácito del desarrollo de
los derechos humanos y fundamentales estatuidos en la Constitución
Política de ahí que se propenda por la protección de esas garantías.

Luego, las anteriores razones serán suficientes para desestimar la apelación


y de paso confirmar la acción de tutela. Además, la orden del Tribunal a quo
estuvo circunstanciada a que la Dirección Ejecutiva Seccional de
Administración Judicial otorgue el suministro oportuno de papelería y
demás elementos necesarios para materializar le entregas de las piezas
procesales de manera que no va en contraposición a las funciones legal y
constitucionalmente dispuestas a tal dependencia».

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