Balbin - Tratado de Derecho Administrativo Tomo 5
Balbin - Tratado de Derecho Administrativo Tomo 5
Balbin - Tratado de Derecho Administrativo Tomo 5
.C
DD
LA
FI
.C u
DD
Tomo V
LA
FI
.C u
DD
Tomo V
LA
FI
Carlos F. Balbín
.C
1. Derecho Administrativo. I. Título
CDD 342.06
DD
© Carlos F. Balbín, 2011
LA
Impreso en la Argentina
Printed in Argentina
Argentina
Pág.
Capítulo XXI
.C
El Contrato de Obra Pública
Pág.
III.4.5.1. El sistema denominado “Peaje a la som-
bra”.......................................................... 60
III.4.5.2. El sistema “llave en mano”..................... 61
III.4.5.3. La modalidad BOT o contratos COM.... 63
III.4.5.4. La modalidad BOO................................. 67
OM
III.4.5.5. Los llamados contratos CREMA............ 67
III.4.5.6. El leasing.................................................. 69
III.5. El financiamiento privado puro......................................... 72
III.5.1. El sistema de concesión........................................ 72
III.5.2. Project Finance....................................................... 73
III.6. Otros mecanismos alternativos de financiación de pro-
.C
yectos de infraestructura..................................................... 76
III.6.1. La emisión de títulos de deuda............................. 77
III.6.2. La constitución de fideicomisos........................... 78
III.6.2.1. El fideicomiso público. Su aplicación en
DD
el marco del financiamiento de infraes-
tructura.................................................... 80
III.7. El marco regulador del Banco Central sobre el finan-
ciamiento del sector público no financiero....................... 90
III.8. La naturaleza tributaria de los cargos específicos. El ca-
LA
rácter de “contribuciones”.................................................. 92
III.9. Los fondos de inversión...................................................... 94
III.10. La constitución de garantías............................................... 94
IV. El contrato de obra pública.............................................................. 95
IV.1. Los caracteres del contrato................................................. 97
FI
articulación.......................................................................... 115
VII.2. El marco constitucional...................................................... 129
VII.3. Los tratados internacionales y su inserción en el marco
jurídico de las obras públicas............................................. 130
VII.4. Las otras leyes del derecho público.................................... 132
VII.5. El derecho privado............................................................... 133
VII.6. Las normas de rango inferior. Los decretos y resoluciones.
Los pliegos............................................................................ 135
VII.7. El criterio de integración del bloque jurídico.................... 140
VIII. Los elementos del contrato de obra pública.................................. 142
Pág.
VIII.1. Los sujetos. Competencia estatal (comitente) y capacidad
del contratista (empresario)............................................... 143
VIII.1.1. Las partes. El comitente. El Estado central y los
entes descentralizados.......................................... 143
VIII.1.2. Los casos de los Poderes Legislativo y Judicial y
OM
el Ministerio Público............................................. 145
VIII.1.3. El caso de las formas empresariales del Estado.. 147
VIII.1.4. El caso de los fideicomisos públicos como parte
o garante de los contratos de obras públicas....... 154
VIII.1.5. La intervención de fideicomisos privados........... 160
VIII.1.6. El caso de los entes públicos no estatales............ 161
VIII.1.7. El comitente particular.......................................... 162
.C
VIII.1.8. El empresario o locador........................................ 164
VIII.1.9. El Registro Nacional de Constructores de Obras
Públicas.................................................................. 166
DD
VIII.2. El objeto contractual........................................................... 171
VIII.2.1. El objeto material................................................... 171
VIII.2.1.1. El contrato de suministro.................... 172
VIII.2.1.2. El contrato de consultoría.................... 174
VIII.2.2. Las obligaciones contractuales............................. 176
LA
Pág.
IX.7. Los sistemas de contratación y las características de las
obras..................................................................................... 223
IX.8. La responsabilidad por errores en la elección del sistema
de contratación.................................................................... 224
IX.9. El reparto de los riesgos según el sistema de contratación. 224
OM
IX.10. Los regímenes de contratación en el derecho privado..... 226
X. El procedimiento de selección del contratista............................... 229
X.1. Los principios en el procedimiento de selección............. 229
X.2. La elección del procedimiento. Licitación pública. Lici-
tación privada. Contratación directa................................. 233
X.3. La distinción entre la licitación y el concurso................... 238
.C
X.4. Las diferencias entre la LOP y el decreto delegado 1023/01
en el marco de las contrataciones directas........................ 239
X.5. Las diferencias entre los trámites de las licitaciones pú-
blicas, privadas y contrataciones directas......................... 241
DD
X.6. El llamado............................................................................ 242
X.7. La presentación de las ofertas. La garantía de mante-
nimiento de ofertas.............................................................. 247
X.8. La apertura de las ofertas. Sistemas de selección de los
oferentes y evaluación de las ofertas.................................. 253
X. 9. La preadjudicación.............................................................. 255
LA
Pág.
XI.3. La interpretación del contrato............................................ 308
XI.4. La ecuación económica financiera del contrato............... 311
XI.5. El cumplimiento de las obligaciones................................. 313
XI.5.1. Las obligaciones básicas del contratista.............. 313
XI.5.2. La constitución de la garantía de cumplimiento
OM
del contrato. El fondo de reparo........................... 322
XI.6. La cesión del contrato y la subcontratación de los traba-
jos.......................................................................................... 328
XI.7. La dirección del contrato. La representación técnica. Las
órdenes de servicio y los pedidos del contratista.............. 335
XI.8. El replanteo de las obras..................................................... 343
.C
XI.9. El inicio de los trabajos........................................................ 345
XI.9.1. La realización de los trabajos en las condiciones
y términos pactados.............................................. 345
XI.9.2. La entrega del terreno........................................... 346
DD
XI.9.3. La provisión de los materiales.............................. 346
XI.9.4. Los trabajos no previstos....................................... 348
XI.10. El plazo................................................................................. 350
XI.10.1. Consideraciones generales................................... 351
XI.10.2. El inicio de los trabajos. El retraso en el inicio de
LA
Pág.
XI.11.9.1. Los aspectos formales........................... 400
XI.11.9.2. El ejemplar negociable......................... 400
XI.11.9.3. Las características del certificado de
obra........................................................ 402
XI.11.9.4. Las clases de certificados..................... 406
OM
XI.11.9.5. El certificado final o liquidación final
de cierre de cuentas............................. 407
XI.11.9.6. La impugnación de los certificados..... 409
XI.11.9.7. La transmisibilidad de los certificados 409
XI.11.10. El pago del precio y su incumplimiento............. 411
XI.11.10.1. La tasa de interés y actualizaciones en
.C
el caso de demoras en los pagos........ 415
XI.11.10.2. El carácter de deuda corriente de los
intereses por mora.............................. 420
XI.11.10.3. La reserva por el pago de intereses.... 422
DD
XI.11.11. El costo financiero................................................ 422
XI.12. El régimen de revisión de precios en las obras públicas.. 424
XI.12.1. Los antecedentes. Los decretos 131 y 1936/93.... 424
XI.12.2. La Ley de Emergencia Económica (ley 25.561)... 428
XI.12.3. Las bases del decreto de necesidad y urgencia
LA
Pág.
XI.16. La recepción de la obra. Provisoria y definitiva. Parcial
y total. La habilitación de la obra por la Administración. 469
XII. La responsabilidad de las partes..................................................... 476
XII.1. Los defectos en el proyecto, los materiales y la ejecución
de los trabajos...................................................................... 476
OM
XII.2. La responsabilidad por los vicios y ruinas de las obras.... 488
XII.2.1. La responsabilidad por los vicios ocultos y apa-
rentes. La liberación por los vicios aparentes. El
plazo de denuncia y prescripción de las acciones
por los vicios ocultos............................................. 490
XII.2.2. La responsabilidad por la ruina de las obras....... 497
XII.3. Las consecuencias por los vicios o defectos de las obras. 502
.C
XIII. Los riesgos en la ejecución de los contratos................................... 503
XIII.1. El principio de riesgo y ventura (el riesgo empresario).
El principio del sacrificio compartido. La recomposición
DD
contractual en términos originarios................................... 503
XIII.1.1. Los distintos principios sobre distribución de los
riesgos..................................................................... 505
XIII.1.2. El criterio legislativo. El principio a aplicar. El
alcance del concepto de riesgo en el marco con-
tractual.................................................................... 509
LA
Pág.
XIII.3.3. La modificación del plazo. La prórroga del con-
trato......................................................................... 583
XIII.4. La modificación del contrato por errores e incumplimien-
tos de las obligaciones de las partes................................... 585
XIV. La extinción de los contratos........................................................... 589
OM
XIV.1. Introducción........................................................................ 589
XIV. 2. La finalización por cumplimiento del contrato................ 591
XIV.3. La resolución contractual por caso fortuito o fuerza
mayor.................................................................................... 592
XIV.4. La resolución del contrato por actos del Estado no con-
tratante (hecho del príncipe) o hechos naturales (impre-
visión)................................................................................... 603
.C
XIV.5. La revocación por razones de oportunidad, mérito o
conveniencia........................................................................ 604
XIV.6. La revocación por razones de ilegitimidad........................ 610
DD
XIV.7. La rescisión por incumplimiento de las obligaciones del
contratista............................................................................. 617
XIV.8. La rescisión del contrato por razones imputables al Esta-
do.......................................................................................... 626
XIV.9. El pacto comisorio............................................................... 632
XIV.10. Las otras causales de extinción del contrato..................... 633
LA
Capítulo XXII
Pág.
V.3. El modelo del peaje............................................................. 661
V.4. El modelo de contribución de mejoras.............................. 666
VI. Los procedimientos de contratación.............................................. 667
VII. Modalidades y plazo de concesión................................................. 668
OM
Bibliografía general............................................................................. 671
.C
DD
LA
FI
.C
dalidades de ejecución de las obras.— III. Los sistemas de finan-
ciamiento de las obras.— IV. El contrato de obra pública.— V. Los
contratos de obras públicas comprendidos en la ley 13.064.— VI. Los
contratos no alcanzados por la ley 13.064. La aplicación supletoria de
DD
la LOP.— VII. El bloque normativo de las obras públicas.— VIII. Los
elementos del contrato de obra pública.— IX. Los sistemas de con-
tratación.— X. El procedimiento de selección del contratista.— XI.
La ejecución del contrato.— XII. La responsabilidad de las partes.—
XIII. Los riesgos en la ejecución de los contratos.— XIV. La extin-
ción de los contratos.— XV. La impugnación de los contratos.— XVI.
Otros modos de resolución de los conflictos contractuales.— XVI. La
LA
trabajo o actividad (1).
(1) Entre las diversas acepciones del término obra, según el Diccionario de
la Real Academia, se encuentran las de “cosa hecha o producida por un agente”,
“cualquier producto intelectual en ciencias, letras o artes, y con particularidad
el que es de alguna importancia”, “edificio en construcción”, etc. En ocasiones,
la doctrina utiliza directamente la raíz latina “opus”, que puede traducirse, en-
tre otras acepciones, como “trabajo” o “construcción” (ver Diccionario de Latín
Vox, Barcelona, Spes, 21ª ed., 2003, p. 343). En cuanto a la regulación de la loca-
ción de obra en el marco del derecho privado (art. 1493 y ss. del Código Civil),
ésta sigue un criterio amplio respecto del objeto del contrato —esto es, cosas
muebles, inmuebles e incluso obras intelectuales—.
OM
las cosas...” (2).
.C
A su vez, el contrato de locación de obras es, en principio,
el acuerdo “por el cual una de las partes se obliga a hacer una
DD
cosa o alcanzar un resultado material o inmaterial para la
otra, y sin subordinación frente a ésta; todo mediante un pre-
cio en dinero” (4). El objeto de este contrato es aquel que descri-
bimos en los párrafos anteriores, es decir, las obras.
LA
mucho más que la obra pública. De ahí que, para este autor, un contrato puede
considerarse de obra pública aunque concluya en una obra privada. Natural-
mente, existen diferencias importantes en cuanto al régimen aplicable al ob-
jeto del contrato en uno y otro caso. Para Barra, ello “... justifica la distinción
entre obra pública en sentido estricto (de propiedad pública) y obra privada (de
propiedad privada), resultado de un trabajo público, que denominamos obra
OM
cosas o bienes. Por su parte, la locación de cosas consiste en
transferir el uso o goce de éstas y, finalmente, la locación de
servicios tiene por objeto sólo prestar servicios.
.C
En primer término, y antes de abandonar este punto, es ne-
cesario definir el concepto de obras públicas distinguiéndolo
de las obras a secas. Es cierto que las obras comprenden co-
DD
sas materiales e inmateriales (5) y su trabajo antecedente, pero
¿cuáles son los caracteres más relevantes de este concepto en
términos jurídicos que nos permite calificar las obras como
públicas y no simplemente privadas? (6)
LA
(5) La Procuración del Tesoro sostuvo que “un contrato de locación de obra
puede referirse tanto a objetos muebles como inmuebles, o cosas inmateriales:
tal, al menos, es la firme solución que se ha dado en nuestra legislación y juris-
prudencia civiles …” (Dictámenes 81:244).
(6) Mó dice que la obra pública es “una cosa mueble o inmueble cuya cons-
trucción integral o reparación está destinada a la utilidad común directa o in-
FI
ción al dominio privado del Estado” (El Contrato de Obra Pública, Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 1981, p. 11). Según R. Barra “es posible definir la obra pública
como el resultado corporal de un proceso de fabricación, instalación, montaje,
construcción o elaboración física o intelectual, solventado directa o indirec-
tamente con fondos públicos o afectados a la disposición de un ente público,
destinada a servir directa o indirectamente a un cometido público y cuya eje-
cución es de competencia de un ente público (...) el objeto inmediato del con-
trato de obra pública es la realización de un trabajo público, según un proce-
dimiento regular, establecido por la ley específica y por el régimen jurídico de
los contratos administrativos, conforme a los principios generales del derecho
administrativo (régimen jurídico exorbitante). Pero el objeto mediato, es decir,
aquel que va a ser el resultado del trabajo público, es la obra pública terminada.
Esta distinción permite adherir con mayor énfasis a la doctrina y la jurispru-
OM
tamos ¿qué es una obra privada? ¿Existen las obras privadas
estatales? ¿Es posible construir este concepto jurídico? Es de-
cir, ¿las obras sólo deben clasificarse en públicas (estatales) y
privadas (no estatales) o es plausible incorporar el criterio de
obras privadas estatales?
.C
Antes de avanzar, creemos conveniente señalar que las
obras públicas realizadas pueden ser bienes del dominio públi-
co o privado.
DD
A su vez, no todos los bienes del dominio público son obras
públicas. Así, por ejemplo, los mares, los ríos, las playas, los
lagos, las islas y los yacimientos arqueológicos no son obras
públicas.
LA
dencia nacional, en cuanto a que el objeto del contrato de obra pública puede
constituir tanto una cosa mueble como una cosa inmueble” (Contrato de Obra
FI
Pública, Buenos Aires, Abaco, 1984, t. I, ps. 67 y 228). Según A. Gordillo obra
pública “es la cosa mueble o inmueble construida para utilidad o comodidad
común, que pertenece a una entidad estatal” (“Obra Pública y Contrato de Obra
Pública”, en Lecciones y Ensayos N° 32 (1966), p. 50). Por su parte, M. Marien-
hoff sostiene que la cosa mueble también “… puede ser materia del contrato
de obra pública en los siguientes casos: a) cuando ‘físicamente’ se incorpore
OM
minio privado entonces el bien realizado debe regularse, con-
secuentemente, por el marco jurídico de éstos y no por el del
dominio público.
.C
Analicemos los distintos criterios teóricos de construcción
del concepto de obra pública por separado.
DD
A) La titularidad del Estado. ¿Quién es el titular de las obras
públicas? En principio el titular es el Estado, sin perjuicio de
que las obras y su propiedad se pueden transferir —en térmi-
nos de propiedad o uso— a los particulares. De modo que las
obras son estatales, más allá de que sea posible traspasar los
LA
OM
de obras públicas, pero no el régimen jurídico de las obras en
sí mismo. Entonces ¿cuál es el régimen jurídico de las obras?
.C
otros.
E) Por tener por objeto bienes del dominio público. Cabe re-
cordar que el artículo 2340 del Código Civil dice cuáles son los
bienes del dominio público, entre otros, calles, plazas, cami-
nos, canales, puentes y cualquier otra obra pública construida
para utilidad o comodidad común.
FI
ros o ferrocarriles que son bienes del dominio privado del Es-
tado.
OM
En nuestro criterio, las obras públicas son las calles, pla-
zas, caminos, canales, puentes, escuelas, viviendas, represas
hidroeléctricas y cualquier otra obra realizada por el Estado.
Así y en conclusión, las obras públicas pueden ser bienes del
dominio público o privado del Estado.
A esta altura de nuestro análisis cabe hacer una distinción
.C
que entendemos capital, a saber, las obras públicas son el tra-
bajo y los bienes realizados, mientras que las obras en sí son
simplemente los bienes, trátese de bienes del dominio público
DD
o privado del Estado e incluso de los particulares. Sin embar-
go, nos resta discernir el contenido y contorno de la idea de
obra pública.
obras públicas más que las obras en sí, cierto es que el artícu-
lo 1° del texto normativo define el concepto de obras públicas
y no el del contrato.
El objeto del contrato no es sólo las obras públicas (trabajos
más los bienes) sino acordar con terceros ese trabajo y su eje-
cución. Es decir, la construcción, reparación o conservación
de aquéllas. En otros términos, el contrato es más complejo
que las obras públicas por sí solas. El contrato es el trabajo, las
obras y el precio anudados entre sí.
A su vez, la ley excluye a las obras realizadas con subsidios
y a las construcciones militares que se rigen por leyes especia-
les y la ley 12.737, respectivamente. Cabe recordar que la ley
12.737 fue luego derogada por la ley 23.985.
OM
jeto de definir las obras públicas en el ámbito local (9).
(9) Toda vez que la ley 13.064 data de 1947, su cotejo con la legislación pro-
vincial —en mayor o menor medida basada en esa ley— nos permite reparar en
cuestiones que la primera no ha tratado y que sí fueron reguladas luego en las
leyes provinciales. En lo sucesivo, tomaremos como referencia leyes provincia-
.C
les de distintas Provincias y aprobadas en diferentes tiempos. Así, nos referi-
mos especialmente a las Leyes de Obras Públicas de las Provincias de Santa Fe
(del año 1960), Mendoza (1980), Buenos Aires (1995), Córdoba (1997) y San Luis
(2004). Hecha esta aclaración, veamos puntualmente el concepto de obra pública
en el marco de estas normas. Dice la ley de la Provincia de Santa Fe que “Todas
DD
las construcciones, refacciones, instalaciones, trabajos y obras en general; pro-
visión, arrendamiento, adecuación, o reparación de máquinas, aparatos, mate-
riales y elementos de trabajo, o necesarios para la actividad accesoria o comple-
mentaria de la obra que construya la Provincia o cualquiera de sus reparticiones,
por sí o por medio de personas o entidades privadas u oficiales, con fondos pro-
pios, de aportes nacionales o de particulares, se someterán a las disposiciones de
la presente ley” (art. 1º de la ley 5188). Por su parte, la ley de la Provincia de Men-
LA
doza establece que “Esta ley será aplicada a las construcciones, conservaciones,
instalaciones, modificaciones, restauraciones, servicios de industria y trabajos
en general, que realizare la Provincia y sus municipalidades, por sí o por inter-
medio de sus entes centralizados, descentralizados o autárquicos, cualquiera
sea el origen de los fondos que se inviertan y el destino de la obra, salvo conve-
nio con otros organismos estatales que establezcan otro régimen legal oficial.
FI
También será aplicada en esos casos a las sociedades anónimas de capital ma-
yoritario estatal, a las sociedades del Estado, a las sociedades de economía mix-
ta y las empresas del Estado, cuando alguna disposición legal así lo determine
o lo resuelvan sus órganos competentes” (art. 1º de la ley 4416). “Todas las cons-
trucciones, instalaciones y obras en general que ejecute la Provincia por inter-
OM
cha ley debe ser precisado para delimitar el concepto de obra
pública”. Dice luego el texto del decreto que los conceptos
construcción, trabajo o servicio de industria comprende las
siguientes actividades y tareas, cualquiera sea la autoridad
que las ejecute y el carácter civil o militar de éstas:
.C
a) construcciones: obras viales, portuarias, diques, edi-
ficios, construcciones especiales para obras y servicios
públicos, líneas telefónicas y telegráficas, aeródromos,
DD
monumentos, perforaciones, replanteos, plantaciones
y todo otro trabajo principal o suplementario inheren-
te a la materia;
b) trabajos: obras de ampliación, reparación y conserva-
ción de bienes inmuebles y dragado, balizamiento y
LA
relevamiento;
c) servicio de industria: organización e instalación de
servicios industriales (talleres, fábricas, usinas).
FI
o por terceros.
tidades de bien público, cualquiera sea el origen de los fondos que se invierten”
(art. 1º de la ley 5456 de la Provincia de San Luis). Ver también, entre otras, las
leyes de la Provincia de Catamarca (ley 2730), de la Provincia de Entre Ríos (ley
6351), de la Provincia de Formosa (ley 959), de la Provincia de Tucumán (5854).
OM
es sólo copropietario o el supuesto de sociedades anónimas
de propiedad estatal con participación de capitales privados.
.C
de los particulares, aun cuando en un primer momento el ti-
tular pueda ser el Estado.
DD
b) A su vez, el fin público no parece una nota que sirva para
definir la obra pública, dado que toda la actividad estatal debe
estar orientada en este sentido. Es decir, el fin público sí está
presente en las obras públicas pero —como ya dijimos— es
común con cualquier actividad o trabajo estatal.
LA
(10) Si bien la ley 13.064 dispone que “Los créditos acordados para obras pú-
blicas podrán afectarse por los importes que demande la adquisición del terreno
necesario para su ejecución” (art. 8º), no dice que necesariamente las obras de-
ban emplazarse en inmuebles de propiedad estatal. Las normas provinciales, en
cambio, suelen establecer ese requisito o, al menos, que el Estado tenga la pose-
sión o disponga del uso del inmueble (ver art. 4º de la ley 6021 de la Provincia de
Buenos Aires, art. 3º de la ley 8614 de Córdoba, art. 4º de la ley 4416 de Mendoza,
art. 4º de la ley 5456 de San Luis y el art. 5º de la ley 5188 de Santa Fe).
OM
muebles son obras o servicios?
.C
La obra pública es básicamente un resultado por construc-
ciones, trabajos o servicios realizados que consiste en un bien
material, público o privado, llevado a cabo con recursos pú-
DD
blicos. Ese resultado puede ser la construcción, reparación o
simplemente la conservación de bienes.
OM
a) las adquisiciones de inmuebles y medianeras;
b) las expropiaciones de inmuebles y medianeras;
c) las adquisiciones de materiales, maquinarias, mobi-
liario y elementos destinados a las construcciones, tra-
.C
bajos y servicios de industrias (es decir, contratos de
suministros accesorios de las obras públicas).
DD
Cabe preguntarse, ¿los casos descritos en los puntos (a) y
(b) se rigen por la ley 13.064 o por sus normas específicas? Así,
las expropiaciones están alcanzadas por la ley 21.499 y la ad-
quisición de inmuebles por el decreto delegado 1023/01 y el
decreto reglamentario 436/00. Entendemos que el marco a
LA
OM
principal bienes materiales y en términos accesorios bienes
inmateriales. Por ejemplo, los proyectos para la construcción
de las obras.
.C
cuyo caso debe aplicarse la ley 22.460. Así, esta ley rige la pro-
moción y contratación de servicios de consultoría entre em-
presas privadas y la Administración Pública Nacional centra-
lizada y descentralizada, las empresas y bancos del Estado, las
DD
sociedades del Estado regidas por la ley 20.705 y las sociedades
de cualquier naturaleza con participación estatal mayoritaria.
A su vez, el decreto 2345/08 prevé otro caso más específico de
locaciones de obras intelectuales y, en particular, su artículo 6º
dispone que cuando éstas se celebren a título personal, debe
LA
OM
Creemos que el criterio rector de las obras públicas (cons-
trucciones, trabajos o servicios y resultado), más allá del con-
tenido material del objeto (obras), es que éstas son realizadas
por el Estado. Ello es así, sin perjuicio de que su ejecución pue-
de llevarse a cabo por sí o por terceros (14).
.C
Por eso, el elemento subjetivo es decisivo en este camino de
búsqueda del concepto de obras públicas. Así, por ejemplo, en
DD
tal sentido las obras realizadas por las personas públicas no
estatales no constituyen obras públicas.
OM
jurídicos no en términos fiscales sino subjetivos, es decir, el
uso de los fondos del Tesoro nos permite concluir que el Esta-
do es parte contratante y, por tanto, el contrato es público.
En síntesis, definimos el concepto de obras públicas como
todo bien mueble o inmueble (cosas) obtenido por medio de
los trabajos realizados por el Estado, ejecutados por sí o por
.C
terceros, sin perjuicio del uso de los recursos públicos y el
destino final de las obras. En cualquier caso, el destino de las
obras es siempre un fin público, más allá del carácter estatal
DD
(público/privado) o privado de las obras.
(15) “El sentido que cabe darle a la expresión ‘fondos del Tesoro de la Nación’,
más que una consideración de tipo fiscalista, supone la actuación del comiten-
te —pertenezca éste a la Administración Nacional centralizada o descentraliza-
da u otros entes ajenos a ella—, actuando por cuenta y orden del Estado nacional”
(Druetta y Guglielminetti, Ley 13.064 de Obras Públicas. Comentada y anotada,
Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2008, p. 5). También y con igual criterio se ha dicho
que “la crítica tan insistente y vieja, respecto de la presunta incorrección científi-
ca del concepto contenido en la ley 13.064, es inexacta; pues es bien evidente que
bajo esa aparente noción ‘financiera’ puede encontrarse y desarrollarse, median-
te una razonable investigación, una noción jurídica clara y concreta: la de que
son contratos de obra pública todas las locaciones de obras celebradas en nom-
bre y por cuenta propia del Estado nacional, centralizado o descentralizado, con
otro sujeto de derecho” (Gordillo, “Obra pública y contrato de obra pública”, en
AA.VV., Contratos administrativos, t. I, Astrea, Buenos Aires, 1982, p. 48).
OM
pública y concesión de obra, según el objeto (16).
.C
tes.
este trabajo debe regirse por la ley 13.064 o por otras normas.
Es decir ¿la construcción de las obras por el Estado debe cum-
plir con los mandatos propios de la Ley de Obra Pública?
(16) R. Barra clasifica los sistemas de ejecución del siguiente modo, “Di-
rectos: en los que el titular de la competencia realiza por sí mismo o manda a
ejecutar por terceros una obra pública (trabajo público). Así tendremos: a) sis-
tema de ejecución por administración; b) sistema de ejecución por contrato de
obra pública propiamente dicho. Indirectos: en los que el titular de la compe-
tencia delega en un órgano o sujeto distinto el cometido de ejecutar la obra o
trabajo, ya sea por este mismo o a través de la contratación con un tercero cons-
tructor. La delegación puede ser: a) interorgánica; b) interadministrativa; c) ins-
titucional; d) transestructural. La delegación transestructural puede, a su vez,
clasificarse en: a) por contrato de obra pública; b) por concesión de servicio pú-
blico; c) por concesión de obra pública (delegación propia e impropia)” (ob. cit.,
t. I, p. 265).
OM
en el artículo 38 del texto legal. Así, cuando el Estado contra-
tante modificase en más o menos veinte por ciento del ítem
contractual de que se trate, por alteraciones del contrato o
errores en el presupuesto, las partes deben convenir un nue-
vo precio y, si no hubiese acuerdo, entonces el Estado puede
realizar por sí los trabajos. En otros términos “si no se lograra
.C
acuerdo entre los contratantes, la Administración podrá dis-
poner que los trabajos del ítem disminuido o los excedentes
del que se ha aumentado, se lleven a cabo directamente…”. Por
DD
su parte, el artículo 51 en su inciso a) dispone que “el contratis-
ta responderá por los perjuicios que sufra la Administración a
causa del nuevo contrato que celebre para la continuación de
las obras, o por la ejecución de éstas directamente” (17).
LA
OM
momento fueron encomendadas a los particulares, pero sin
establecer pautas o reglas sobre el régimen de estos trabajos.
En conclusión, cabe señalar que la aplicación de la ley
13.064 a las obras por Administración es casi jurídicamente
irrelevante porque sus mandatos resultan inaplicables por su
.C
propio contenido (18).
ciones por función para el personal obrero exclusivamente” (artículo 69). “Las
reparticiones que tengan a su cargo obras por administración efectuarán las
adquisiciones necesarias para la ejecución de las mismas por compra directa,
pedido de precios, licitación privada o licitación pública conforme a los límites
que establezca la reglamentación. Las adquisiciones podrán efectuarse sin lí-
mite por compra directa: a) cuando se trate de materiales o artículos que ten-
gan fijado precios oficiales. b) Cuando el proveedor sea una repartición oficial”
(artículo 70). “Los trabajos serán ejecutados bajo la Dirección de un profesional
de la repartición inscripto en el Registro de Profesionales de la ley respectiva”
(artículo 71). “El profesional a que se refiere el artículo anterior será el responsa-
ble de: a) Que los trabajos se efectúen cumplidamente en cuanto a forma y tiem-
po. b) La administración de los fondos que se hubieren asignado a los trabajos.
c) Efectuar las gestiones previas y la ejecución de todas las contrataciones.
d) Presentar los informes y las rendiciones de cuenta de gastos a que hubiere
lugar. A este profesional se le asignará una caja chica cuyo monto se estable-
cerá en la reglamentación” (artículo 72). Por su parte, la ley 5188 de Santa Fe
señala que “en las obras por administración la dirección y ejecución de los tra-
bajos se realizará por intermedio de las reparticiones del Ministerio de Obras
OM
por la ley 24.354 incluye en su art. 8º a las construcciones lle-
vadas a cabo por administración.
Sin embargo, la decisión de ejecutar una obra bajo esta mo-
dalidad no impide que el Estado adquiera materiales e insu-
mos de terceros e incluso emplee personas no pertenecientes
.C
al Estado, siempre que conserve el poder de dirigir y efectuar
los trabajos.
Por eso, el otro aspecto que debemos dilucidar y quizás el
DD
más relevante es definir cuál es el régimen jurídico de los con-
tratos celebrados por el Estado en el marco de las obras públi-
cas construidas por él. Es decir, ¿los contratos conexos que se
celebren con terceros están o no alcanzados por las disposicio-
nes de la Ley de Obras Públicas, por ejemplo la adquisición de
LA
Públicas, o entes autárquicos que lo integran” (artículo 14). “La locación de ser-
vicios será por tiempo determinado y en ningún caso mayor que el de duración
de los trabajos. El Ministerio de Obras Públicas y entes autárquicos que lo in-
tegran quedan facultados para proceder a la baja o alta del personal necesa-
rio” (artículo 15). “Podrán establecerse bonificaciones y/o premios al incremen-
to de producción para el personal obrero afectado a la obra” (artículo 16). “Las
reparticiones que tengan a su cargo obras por administración efectuarán las
adquisiciones necesarias para la ejecución de las mismas por compra directa,
concurso de precios, licitación privada o licitación pública, según corresponda
conforme al artículo 20 de la presente” (artículo 17).
OM
contrato de obras públicas, más allá de su objeto.
Otros operadores sostienen, en sentido concordante, que
debe aplicarse la ley 13.064 sobre las contrataciones celebra-
das en el marco de una obra por Administración simplemente
por el “carácter expansivo” de ese régimen (19).
.C
Por nuestra parte interpretamos que, tal como expresamos
anteriormente, ese carácter expansivo nace del propio man-
dato legal y reglamentario por vía analógica (20).
DD
Sin perjuicio de lo que hemos expuesto en los párrafos an-
teriores, cierto es que la ley 13.064 se extiende —casi en su in-
tegridad— sobre el contrato de obras públicas y no sobre las
obras construidas por Administración. Entonces, ¿es posible
LA
OM
nos permiten concluir que el Estado sólo puede ejecutar obras
por sí mismo en casos de excepción. Dicho en otros términos,
el Ejecutivo puede optar libremente —es decir, de modo dis-
crecional— entre llevar a cabo los trabajos directamente o ha-
cerlo por terceros por medio del contrato de obras públicas,
según su propio interés.
.C
II.2. La ejecución mediante el contrato de obra pública
DD
En este caso, la Administración encomienda la ejecución
de las obras a un contratista particular (empresario) y, por su
parte, la ley 13.064 regula básicamente este contrato, esto es,
su celebración, cumplimiento y finalmente su extinción.
LA
OM
dueño, es decir el Estado. Se generan así, en consecuencia, re-
laciones jurídicas que exceden el ámbito de la relación entre el
Estado y el concesionario (21).
.C
otorgar concesiones de obra pública cuyo objeto sea la cons-
trucción, conservación y explotación de las obras. Cabe tener
presente que dicha ley fue modificada mediante los artícu-
DD
los 57 y 58 de la Ley de Reforma del Estado (ley 23.696); artícu-
los que a su vez fueron reglamentados por el decreto 1105/89.
OM
tes. Pero, en cualquier caso, el concesionario debe construir,
mejorar o conservar las obras.
.C
jora, ampliación, mantenimiento, conservación, etc., aun de
vías preexistentes)” (22).
DD
En el marco de este contrato, el concesionario se compro-
mete a construir o conservar las obras propiedad del Estado
y éste a otorgarle al concesionario su explotación por tiempo
determinado y reconocerle consecuentemente el derecho de
cobrar el precio a terceros (usuarios o beneficiarios) en todo o
en parte.
LA
Así, el cobro puede hacerse por medio del peaje o por con-
tribución de mejoras (23). En este sentido, hemos dicho que este
contrato es “una mezcla de obra pública por un lado y conce-
sión de servicio público por el otro. Así, el contratista ejecuta
FI
OM
energía eléctrica.
Si bien es posible que el concesionario tenga la obligación
de realizar obras, ello no determina el objeto principal del
contrato —es decir, el servicio y su prestación en términos re-
gulares—. De modo que las obras llevadas a cabo por el con-
.C
cesionario en este contexto son simplemente obras ejecutadas
con el propósito de prestar el servicio público concesionado.
Son, por tanto, obras colaterales y complementarias (26).
DD
II.5. Las obras ejecutadas por los concesionarios
OM
En igual sentido, el pliego de bases y condiciones genera-
les respecto de los corredores viales establece que las normas
aplicables a la licitación son “... las leyes 17.520, con las modi-
ficaciones de la ley 23.696, y supletoriamente la ley 13.064, el
decreto 1023 del 13 de agosto de 2001, el decreto 1615 de fecha
.C
7 de octubre de 2008, el decreto 1994 de fecha 23 de septiem-
bre de 1993 y sus modificatorios”, junto con los distintos plie-
gos y el contrato (28). A su vez y en particular respecto del plan
de obra, dispone que “en lo pertinente se aplicará la ley 13.064
DD
sus normas complementarias, modificatorias, aclaratorias y
reglamentarias” (29).
(28) Ver art. 14.7 del Pliego de Bases y Condiciones Generales aprobado
mediante la resolución 1095/08 del Ministerio de Planificación Federal, Inver-
sión Pública y Servicios respecto de la contratación de corredores viales.
(29) Art. 3.8 del pliego antes citado.
OM
disminuir los riesgos del modelo de financiamiento público
tradicional porque cuanto mayor es el riesgo mayor es tam-
bién el costo de las obras (31).
.C
ma parcial o total y con distintas variantes) procurando así
reducir los riesgos, en particular, por el déficit fiscal de los
gobiernos. El financiamiento adecuado permite concluir las
DD
obras en término y de conformidad con los costos mediana-
mente previstos.
mixtos.
(30) Así, los riesgos comunes son aquellos derivados de la naturaleza o del
hecho del hombre (terceros ajenos a las partes del contrato). Por su parte, los
riesgos especiales son aquellos llamados políticos, financieros y cambiarios.
OM
Federal Solidario creado por el decreto de necesidad 206/09 (32).
En este caso, el Estado nacional financió obras en Provincias
y Municipios que contribuyesen a mejorar la infraestructura
sanitaria, educativa, hospitalaria, de vivienda o vial en ám-
bitos urbanos y rurales, con expresa prohibición de usar esas
sumas para el financiamiento de gastos corrientes (33).
.C
En el modelo mixto, las obras son financiadas en parte con
fondos públicos presupuestarios y en parte con fondos priva-
dos. En general, el particular es el que realiza las inversiones
DD
iniciales y el Estado difiere su aporte en el tiempo. Así ocurre,
por ejemplo, en el llamado “peaje a la sombra” o contratación
“llave en mano”. El caso típico es el de las asociaciones públi-
co privadas.
OM
Estos modelos tienen sus ventajas y desventajas y, a su vez,
se apoyan en distintos pilares. Por un lado, el sistema privado
y mixto depende del marco de seguridad jurídica del país y
las variables económico-financieras existentes y, además, su
carácter más o menos previsible. Por el otro, el modelo esta-
.C
tal hace hincapié en las estructuras fiscales y, en particular, el
posible déficit fiscal. Así, si el Estado debe realizar ajustes en
sus cuentas, es probable que recorte las inversiones públicas y
suspenda las obras.
DD
Otro criterio de clasificación, en sentido concordante con
el anterior, es el carácter de los fondos aportados. Es decir, fon-
dos presupuestarios o no presupuestarios. A su vez, como ya
explicamos, los recursos públicos presupuestarios pueden ser
LA
exclusivos o mixtos.
OM
III.1. El modelo clásico. El contrato de obra pública
.C
Este modelo es, según los criterios detallados en el aparta-
do anterior, público, presupuestario y, finalmente, los riesgos
son asumidos básicamente por el Estado comitente.
DD
En el marco de este contrato, el pago del precio de las obras
se lleva a cabo según el avance de los trabajos. De tal modo,
el constructor sólo debe adelantar los fondos necesarios para
ejecutar cada período o tramo de obra contractualmente es-
LA
OM
Por ello, y a diferencia de lo que sucede en los esquemas
de financiamiento privado en donde el que otorga el crédito
lo hace para financiar directamente al proyecto y por tanto
coexisten varios contratos entrelazados, aquí el vínculo con-
tractual es lineal y sólo comprende al Estado comitente y al
.C
constructor.
(38) Entre otros, las leyes de emergencia, las leyes de consolidación y las
normas presupuestarias que habilitan la posibilidad de no pago en tiempo de
las obras. Ver, Crivelli, Julio César y Vega, Susana Elena. “El problema del
financiamiento de las obras públicas: la necesidad de creación de la boleta de
deuda”, Revista del Régimen de la Administración Pública (RAP) 320, “Infraes-
tructura y Construcción: Problemas de Actualidad”, ps. 51/67.
OM
diferentes. Por un lado, la construcción de la obra y, por el otro,
la entrega de la concesión para la explotación de las obras por
un plazo.
.C
decir, tras la conclusión de las obras, el constructor-concesio-
nario debe explotar el servicio con el objeto de recuperar el
costo y obtener las ganancias del caso.
DD
Por tanto, el precio por el trabajo y servicios no es asumi-
do por el Estado comitente sino por los usuarios del servicio
(particulares) mediante el pago de las tarifas y en razón del
uso de las obras construidas (40).
LA
OM
diante el cobro del peaje o contribución de mejoras por los
usuarios o beneficiarios (43).
.C
go es puro, según la explicación que ensayamos anteriormente,
pero que recae sobre el concesionario y no sobre el Estado.
OM
fuertes inversiones comprometidas por las características de
las obras, es común que el Estado garantice de un modo u otro
y en términos parciales o totales el crédito y su recupero (46).
.C
delega en el concesionario las operaciones crediticias y, por
tanto, el verdadero deudor —más allá de las formalidades—
es el Estado propietario de las obras (47).
DD
El primer antecedente del sistema de pago mediante peaje
es del año 1863 por medio de la ley 61 sobre emisión de accio-
nes denominadas de “Puentes y Caminos” (48).
Luego, en el año 1967 se aprobó la ley 17.520 que establece
LA
OM
por ejemplo, el carácter razonable de las tarifas. Así, la renta-
bilidad no debe exceder relaciones razonables entre las inver-
siones efectivamente realizadas por el concesionario y las uti-
lidades obtenidas por éste (50).
.C
en términos de su financiamiento por las siguientes razones.
Por un lado, es difícil que el concesionario obtenga los crédi-
tos y recursos necesarios por anticipado sin contar con las ga-
DD
rantías suficientes de recupero. Por el otro, ciertas obras son
poco rentables pero necesarias y, en tal caso, el financiamien-
to es más difícil y costoso. En estos supuestos, es necesario
crear e introducir mecanismos que aseguren ciertos niveles
de rentabilidad y distribución de riesgos entre las partes.
LA
servación y explotación. Con la modificación llevada a cabo por la ley 23.696, las
modalidades se redujeron a onerosas y gratuitas.
(50) Art. 57, ley 23.696.
OM
to de obra pero no respecto del contrato de concesión de éstas
porque aquí también el constructor es quien debe obtener los
fondos necesarios y asumir los riesgos del caso.
.C
como por ejemplo, los contratos COM (construcción, opera-
ción y mantenimiento), o C.RE.MA. (construcción, rehabili-
tación o reparación y mantenimiento) no constituyen nuevas
DD
categorías sino que es plausible encuadrarlos en el marco de
los contratos de obra pública si el que paga es el Estado o de
concesión de obras si el pago corresponde a los usuarios o be-
neficiarios (51).
OM
mano, el llamado “peaje a la sombra” y el contrato CREMA,
entre otros.
.C
salvo que estuviesen subvencionadas), puede llevarse a cabo
por distintas modalidades, por ejemplo el contrato COM an-
tes mencionado.
DD
De todos modos, el rasgo común de los “modelos de finan-
ciamiento privado” es que los recursos destinados al pago del
constructor y proveedores son privados, sin perjuicio de sus
diferencias respecto del modo de repago del financiamien-
LA
OM
trato no se suscribe con el concesionario sino con otra figu-
ra llamada comúnmente “Compañía de Proyecto”. Por ello, la
garantía del financista no es el patrimonio del concesionario
sino el propio flujo del proyecto.
.C
concesión el último garante es el Estado, mientras que el “pro-
ject finance” supone mayores riesgos respecto de los inverso-
res (56).
DD
III.4. El financiamiento público - privado
parte de los financistas a los fines de asegurar de alguna manera a éstos el re-
cupero de su inversión.
(56) Sin embargo, el Estado de algún modo resguarda el repago de la in-
versión.
OM
participantes (57). Por su lado, el decreto 967/05 tampoco arrojó
buenos resultados. Sí cabe agregar que el decreto 966/05 sobre
iniciativa privada se aplicó bastante (58).
.C
sino en ciertas causas externas de carácter económico y fi-
nanciero (59).
OM
públicas.
Más puntualmente, el contratista no sólo debe construir
las obras sino, además, hacerse cargo de la financiación del
proyecto, transfiriéndose por tanto los riesgos al sector priva-
do. En algunos supuestos, también puede imponerse al cons-
.C
tructor la obligación de operar y mantener las obras.
Sin embargo, esta figura no constituye un caso de priva-
tización de actividades o servicios sino un contrato de co-
DD
operación entre el sector público y privado con el objeto de
construir obras o prestar servicios. En este contexto, tal como
adelantamos, el sector privado asume mayores riesgos.
Este modelo puede institucionalizarse por dos vías dis-
LA
OM
Pública y Servicios, respectivamente.
.C
las actividades del sector público.
En particular, por medio del decreto 966/05 se aprobó el
nuevo marco sobre las iniciativas privadas y se derogó expre-
DD
samente el decreto 635/97 que ya preveía mecanismos de par-
ticipación e integración entre el sector público y privado (63).
Por su parte, el decreto 967/05 aprobó el régimen de Aso-
ciación Público-Privada, sin perjuicio de la vigencia del decre-
LA
(61) En España tras el dictado de la Ley de Contratos del Sector Público del
año 2007 se tipificó este tipo de contratación bajo el rótulo de contrato de co-
laboración público-privada. Ver, De la Cuétara, Juan Miguel, “La Participa-
FI
ción Público-Privada en España tras la Ley de Contratos del Sector Público del
30/10/2007”, en Revista de Derecho Administrativo 65, julio/septiembre 2008,
Juan Carlos Cassagne (Director), Lexis Nexis, ps. 661-671.
El considerando del decreto 967/05 alude a la utilización exitosa de este ré-
gimen en Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos, entre otros países. Ver Gu-
glielminetti, Ana Patricia y Bensadón, Pascual, “Algunos aspectos jurídico
OM
asociación público privada como todo instrumento de coope-
ración entre el sector público y privado destinado a establecer
un vínculo entre las partes, a fin de asociarse para la ejecu-
ción y desarrollo de obras públicas, servicios públicos u otras
actividades (65). Tras estas definiciones, cabe concluir que el
modelo es sumamente flexible.
.C
Las características más importantes de este modelo son las
siguientes:
DD
1) El marco normativo. El decreto bajo análisis es regla-
mentario de la ley 17.520 (modificada por los arts. 5° y 6° de la
ley 23.696). En efecto, la ley permite al Poder Ejecutivo inte-
grar figuras asociativas y fijar desgravaciones impositivas. A
LA
OM
puesta de asociación público-privada debe presentarla ante la
Comisión de Evaluación y Desarrollo. La presentación de las
propuestas debe cumplir con ciertos requisitos mínimos (66).
La Comisión puede solicitar aclaraciones, ampliaciones y do-
cumentación y, en tal caso, el requerido debe contestar en el
término máximo de treinta días.
.C
Una vez verificados los requisitos de admisibilidad, la Co-
misión de Evaluación tiene un plazo máximo de 60 días para
DD
evaluar las propuestas de conformidad con el interés público
comprometido y elevar al Poder Ejecutivo el informe circuns-
tanciado sobre la propuesta aconsejando su elegibilidad o re-
chazo.
LA
OM
sabilidad fiscal en la celebración y ejecución de los contratos,
transparencia en los procedimientos y decisiones, sustentabi-
lidad económica de los proyectos de Asociación Público Pri-
vada, asignación de riesgos de acuerdo a la capacidad de ges-
tión de los contratantes y criterios de mayor eficiencia.
.C
asignación de los riesgos entre las partes por su amplitud, de
modo que éstas distribuyen tales riesgos sin criterios o pautas
preestablecidas.
DD
7) El objeto. Los emprendimientos comprendidos son la
ejecución, operación, y mantenimiento de obras y servicios
públicos; la ampliación de obras y servicios existentes; el pro-
yecto, financiamiento y construcción de obras y servicios pú-
LA
del Estado.
OM
lado, este régimen permite seguir diferentes modalidades de
asociación según las características de cada emprendimien-
to (67). Así, las asociaciones se pueden constituir como socie-
dades anónimas, fideicomisos o bajo cualquier otra modali-
dad que sea idónea para financiarse por medio del régimen de
.C
oferta pública previsto por la ley 17.811 (68). Es decir, el marco
normativo prevé recurrir al mercado de capitales y no sólo al
financiamiento bancario (69).
DD
10) El aporte estatal. El decreto establece los siguientes
aportes en términos simplemente enunciativos. Así, el pago
en efectivo (70); la cesión de créditos tributarios y otorgamien-
to de beneficios tributarios en los términos del artículo 6 de
la ley 17.520 (71); el otorgamiento de derechos sobre determi-
LA
OM
mas de aporte legalmente autorizadas.
.C
socios privados. Por un lado, es necesario distinguir entre el
procedimiento de selección del socio privado y, por el otro, las
normas a aplicar en el desarrollo y ejecución del contrato. A su
DD
vez, en este último marco cabe diferenciar entre las partes de
la asociación y entre éstas y terceros.
OM
y terceros. Respecto de las relaciones entre la asociación y los
terceros, éstas se rigen por el derecho que resulte aplicable se-
gún sea la forma de organización de la asociación público-pri-
vada. En particular, si tales relaciones se rigen por el derecho
público, entonces, cabe aplicar el decreto delegado 1023/01.
.C
14) La constitución de garantías. La Administración debe
solicitar al socio privado las garantías que resulten necesarias
para el cumplimiento de sus obligaciones.
DD
Por su parte, la Resolución Conjunta 527/05 y 1232/05 del
Ministerio de Economía y Producción y Ministerio de Plani-
ficación Federal, Inversión Pública y Servicios, establece los
tipos de garantías a exigir. Entre ellas, (a) la garantía por in-
LA
OM
15) La aplicación del régimen del compre nacional. El de-
creto bajo estudio establece que no es obstáculo respecto de
la aplicación del régimen de compre nacional.
.C
de controversias que puedan surgir con motivo de la ejecu-
ción, aplicación e interpretación de los contratos celebrados
bajo el régimen del decreto, los pliegos de bases y condiciones
podrán determinar la posibilidad de establecer mecanismos
DD
de avenimiento y arbitraje.
OM
concesiones.
.C
Cabe recordar que el decreto exige, entre los requisitos mí-
nimos de admisión de las propuestas, la definición de las for-
mas jurídicas de las asociaciones y, en particular, en qué con-
DD
siste la participación estatal (75).
(74) La ley 17.318 —derogada por artículo 385 de la ley 19.550— estableció
el régimen de las sociedades anónimas en las que el Estado fuese propietario
de acciones que representaban al menos el 51% del capital social. En el Mensaje
Ministerial que acompañaba el texto de ley, se señalaba que la norma tendía al
logro de un sistema que permitiese armonizar la flexibilidad y fluidez operati-
vas que caracterizan a las empresas privadas comerciales con el adecuado con-
trol que exige los intereses del Estado. Se establecían dos requisitos básicos de
aplicación: a) que el Estado, en cualquiera de sus formas, fuese propietario de
acciones que representaban por lo menos el 51% del capital social y b) que di-
chas acciones fuesen suficientes para construir por sí quórum y prevalecer en
asambleas ordinarias y extraordinarias.
(75) Artículo 11.
OM
Finalmente, el Banco Central reguló las pautas que deben
cumplir las entidades financieras con el objeto de financiar la
ejecución de proyectos de infraestructura (76). Las entidades fi-
nancieras, comprendidas sus filiales y sucursales o subsidia-
rias del exterior, no pueden refinanciar u otorgar asistencia
financiera al sector público no financiero (77), salvo a las em-
.C
presas de economía mixta, sociedades del Estado regidas por
la ley 20.705 (78) y sociedades cuyo objeto esté constituido por
actividades vinculadas al sector energético.
DD
Es decir, respecto de estos tipos societarios (empresas de
economía mixta, sociedades del Estado y sociedades cuyo ob-
jeto se vincule con el sector energético), las entidades finan-
cieras se encuentran habilitadas a otorgar asistencia con el
LA
OM
Este modelo intentó dar mayor participación a los capita-
les privados asegurando el repago de sus inversiones como
ocurre, por ejemplo, en los casos de financiamiento privado
“puro” como el sistema project finance, en las obras con po-
cos usuarios o menor rentabilidad, esto es, las infraestructu-
.C
ras sociales (así, por ejemplo, en las áreas de salud, educación,
seguridad y justicia). Cabe recordar que en los proyectos con
financiamiento privado puro, éstos deben garantizar, de con-
DD
formidad con su flujo de caja, una rentabilidad suficiente de
modo que los ingresos obtenidos permitan recuperar la inver-
sión realizada y lograr las ganancias del caso (80).
OM
3) Las entidades financieras. Estas entidades son las que
adelantan los recursos necesarios para la construcción de las
obras y su eventual operación y mantenimiento. El reintegro
de estos adelantos se realiza por los pagos que hace el Estado
luego de que finalice la obra o se habilite el servicio.
.C
4) La empresa constructora. Esta empresa es la que contra-
ta con el encargado del proyecto la realización de la obra. Ha-
bitualmente la entidad financiera exige que la obra sea reali-
zada por una empresa con conocidos antecedentes a los fines
DD
de asegurar la ejecución de los trabajos en tiempo y forma.
siguientes términos (81):
OM
obra y el encargado de proyecto se compromete a reintegrar
dichos fondos con sus intereses correspondientes, a partir del
momento en que se haga uso de la obra (mediante el pago de
los usuarios o el Estado, según el caso) cediéndole en garantía
el derecho al cobro futuro.
.C
En virtud del contrato de locación de obra, la empresa
constructora se obliga a construir la obra y, en su caso, ope-
rarla y mantenerla por un precio determinado.
DD
c) Los contratos accesorios con consultoras técnicas, para
certificar avances de obra u otras actividades y operaciones
técnicas, con los socios promotores, por el cual éstos se obli-
gan a efectuar aportes de capital (contrato de suscripción de
LA
acciones).
OM
justicia, entre otros.
.C
finalidad de la creación de este fondo fue entonces garantizar
los pagos a favor de los privados una vez que la obra haya sido
construida y, en los casos en que así corresponda, el servicio
DD
comience a ser prestado.
tes.
las obras a cambio de los pagos que recibe del Estado desde
el momento en que se haga uso de éstas. El ente contratante
puede encomendar en forma separada el estudio de factibili-
dad y diseño preliminar, la etapa final del diseño, construc-
OM
Los procedimientos de selección de los Encargados del pro-
yecto deben hacerse por licitación pública, pudiendo convo-
carse fundadamente a licitación internacional en los casos
previstos en la norma (85). Así, por ejemplo, cuando el costo de
la construcción de la obra fuese superior a los cuarenta y cin-
co millones de pesos o se tratase de obras complejas, el llama-
.C
do a licitación será de carácter nacional e internacional. Por
su parte, el decreto 964/01 establece los requisitos mínimos
que deben contener los Pliegos de Bases y Condiciones y de-
DD
más documentación licitatoria.
OM
Por otro lado, y a fin de establecer cuál es la “oferta más con-
veniente” se debe tomar en cuenta especialmente el monto de
la contraprestación y la calidad de la prestación ofrecida, sin
perjuicio de la idoneidad del oferente y demás condiciones de
acuerdo a los criterios objetivos fijados en los pliegos. Es decir,
.C
el decreto fijó las condiciones que se deben ponderar, diferen-
ciándose del marco general de las contrataciones estatales (86).
(86) Decreto 1023/01. Téngase presente que el decreto 1299/00 fue dictado
con anterioridad al Régimen General de Contrataciones, sin perjuicio de cons-
tituir, además, un marco jurídico de contrataciones específico.
(87) Ley de Fomento para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa.
OM
yecto en cuestión. También se prevé la ejecución bajo la mo-
dalidad “llave en mano”.
.C
criterio según el cual los sistemas se combinan unos con otros
dado su carácter flexible.
DD
El Encargado de Proyecto recibe una remuneración por par-
te del ente contratante por el uso de las obras y, en su caso, por
la transferencia del dominio, mantenimiento y operación de
las obras y servicios que el contrato prevé, incluyendo un ca-
non y cualquier otra suma de dinero.
LA
OM
pago directo por el Fondo Fiduciario de Desarrollo de Infra-
estructura o el pago subsidiario por éste en caso de incum-
plimiento del ente por más de 30 días. A su vez, es posible
crear garantías directas a favor del Encargado del Proyecto
contratadas con el Fondo, el Estado Nacional o las jurisdiccio-
nes adheridas con o sin recurso contra el Fondo.
.C
Por ejemplo, el pago al Encargado del Proyecto puede ser
garantizado a través del Fondo Fiduciario de Desarrollo de
Infraestructura constituido como patrimonio de afectación a
DD
dichos fines. Este Fondo es administrado por cinco miembros,
tres en representación del Poder Ejecutivo y dos a propuesta
de las Provincias. El fiduciario es el Banco de la Nación Argen-
tina con la función de administrar los recursos de conformi-
dad con las instrucciones recibidas por el Consejo de Admi-
LA
OM
las entidades que financien el proyecto. Así se contempla la
posibilidad de que el Encargado del Proyecto pueda contratar
préstamos bajo la condición de que el incumplimiento impor-
te la cesión del contrato a favor del acreedor o la cesión de los
derechos de cobro a las contraprestaciones debidas por el Ente
Contratante. También se contempla el supuesto de cesión en
.C
los casos en que el proyecto sea solventado parcialmente con
el flujo de fondos proveniente de los usuarios (90).
En este sentido, el decreto bajo estudio permite a los En-
DD
cargados del Proyecto, con el fin de poder estructurar el fi-
nanciamiento del proyecto, contratar préstamos, emitir títu-
los de deuda con o sin oferta pública, constituir fideicomisos
ordinarios o financieros que emitan títulos de deuda o certi-
ficados de participación, crear fondos comunes de inversión y
LA
OM
para resolver las controversias de índole patrimonial, técnica
e interpretación del contrato, en las relaciones entre el Ente
Contratante con los Encargados de los proyectos, sus garantes
y financistas. El régimen arbitral y, en particular, el modo de
designación de los árbitros, debe ser fijado en los pliegos lici-
.C
tatorios.
OM
del modelo de concesión de obras.
El elemento más relevante es que el pago de la obra no re-
cae sobre los usuarios de las infraestructuras como sí ocurre
en el caso de las concesiones sino que el Estado comitente se
obliga al pago de un canon por tiempo determinado y según
el número de usuarios de las obras.
.C
Es decir, el particular es quien realiza el adelanto de los
fondos para financiar el proyecto hasta su terminación. A par-
DD
tir de este momento, el Estado le paga al particular el canon
en función del número de usuarios que utilice la obra de con-
formidad con las tarifas fijadas contractualmente.
Así, cuantos más usuarios usen las obras, más rápido se
produce el recupero de las inversiones realizadas porque el
LA
OM
de los decretos 1299/00 (96) y 967/05.
.C
obra hasta su finalización sino que también es el encargado
de su financiamiento. Luego, cuando concluyen las obras, se
transfiere la propiedad al Estado y éste debe pagar el precio
DD
—trátese de un solo pago o varios—.
(96) Ver Mairal, Héctor, “La asignación de riesgos….”, cit. ps. 211-212.
(97) Reglamento para la adquisición, enajenación y contratación de bienes
y servicios del Estado Nacional.
OM
En especial, en el caso del desarrollo de las infraestruc-
turas, el decreto 1299/00 incorporó la ejecución de contratos
bajo este modo siempre que resulte compatible con el proyec-
to y se acredite el cumplimiento de las previsiones de las leyes
24.156 (Ley de Administración Financiera) y 24.354 (Ley de
.C
Inversiones Públicas) (art. 14, último párrafo, modificado por
el decreto 676/01). A su vez, si bien el decreto 967/05 no prevé
expresamente esta modalidad, cierto es que puede ser incor-
DD
porada en ese régimen en virtud de su laxitud (99).
OM
dalidades de pago por el Estado.
.C
mantenerlas y, a su vez, el aporte del capital es privado ya sea
parcial y previo (financiamiento mixto) o total (financiamien-
to privado puro).
DD
Luego, tras la amortización del capital e intereses, la obra
es transferida al Estado comitente.
OM
to privados sean mixtos o puros. En efecto, esta técnica con-
tractual puede ser utilizada con modelos de financiamiento
mixto con pagos del Estado diferidos (asociaciones público-
privadas, “peaje a la sombra” y decreto 1299/00) o bien con sis-
temas de financiamiento privado puro (concesiones y “project
.C
finance”).
OM
trucción y puesta en servicio de ampliaciones del sistema de
transporte de alta tensión (103). Es decir, en el presente caso se
debatió el carácter de un contrato entre dos particulares y,
además, las obras comprometidas afectaban al servicio públi-
co dado en concesión por el Estado Nacional (104).
.C
La Corte estableció, en el marco de dicha situación, las si-
guientes premisas. Por un lado, las ampliaciones del trans-
porte de energía eléctrica están afectadas al servicio público
DD
de transporte y se ejecutan para cumplir una finalidad que
resulta de innegable carácter público. Por otro lado, si bien
la modalidad contractual adoptada no es propiamente una
concesión estatal otorgada a un particular, pues es celebra-
da entre empresas privadas y solventadas por los beneficiarios
LA
OM
poración de estas nuevas infraestructuras al sistema de trans-
porte porque estos acuerdo son formalizados a través de un
concurso público sometido a los principios antes menciona-
dos y bajo el control del Estado que participa activamente. A
su vez, el Estado interviene en la constitución, administración
.C
y control de los fondos que son afectados al pago del canon
complementario.
(105) Fallos: 313:376, disidencia del Dr. Carlos Fayt; 316:212 y doctrina de
Fallos: 315:1883.
(106) Ver Tomo II, Capítulo XVI.
OM
do de amortización de capital e intereses, en lugar de transfe-
rirse la obra al Estado comitente como sucede en la modalidad
COM, la misma queda en propiedad de la empresa responsa-
ble del proyecto.
.C
disposiciones expresas sobre la transferencia de las obras al
Estado. Sin embargo, el artículo 24 del decreto 1299/00 prevé
el supuesto de que los inmuebles sobre los cuales se constru-
DD
yen las obras no sean de propiedad del Estado.
OM
guimiento del respectivo préstamo es realizado en forma con-
junta por la Dirección Nacional de Vialidad, el Banco Mundial
y la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Econo-
mía.
.C
tante similar a los contratos COM.
(107) Las condiciones exigibles son las características que debe tener el ca-
mino para garantizar un tránsito seguro conforme se establezca en la especifi-
caciones técnicas particulares y complementarias.
OM
el objeto de mantener las condiciones de diseño y cumplir con
las condiciones exigibles.
.C
Luego de concluidas las obras de recuperación y tras la re-
cepción provisoria sin observaciones o con observaciones me-
DD
nores, se extiende el certificado final que habilita el pago de
las obras realizadas. Cabe aclarar que el precio es una suma
alzada para las obras de recuperación y mantenimiento. En
síntesis, el pago del precio por parte del comitente al contra-
tista, una vez culminadas las obras de recuperación, se lleva a
LA
III.4.5.6. El leasing
OM
Por su parte, el “tomador” es el sujeto que va a hacer uso de
la cosa que le ha sido entregada en leasing y a quien se le reco-
noce la posibilidad de adquirirla mediante el pago de su valor.
En particular, el precio del ejercicio de la opción de compra
debe estar fijado en el contrato o ser determinable según pro-
cedimientos o pautas pactadas (109).
.C
En el derecho privado, esta figura está regulada por la ley
25.248 (110). Así, el Legislador definió este contrato como todo
DD
acuerdo en que el dador conviene transferir al tomador la te-
nencia de un bien cierto y determinado para su uso y goce
contra el pago de un canon y le confiere, además, una opción
de compra por un precio. El monto y la periodicidad del canon
se establecen convencionalmente.
LA
blicas.
OM
El comitente puede entonces, según las modalidades, ad-
quirir todo o parte de los bienes alquilados, teniéndose en
cuenta a los fines de su adquisición, los pagos realizados en
concepto de alquileres. La documentación contractual debe
establecer de manera precisa el momento a partir del cual el
comitente puede ejercer su derecho a adquirir el bien.
.C
En el ámbito del derecho público, la ley 23.696 estableció,
entre las modalidades de las privatizaciones, la locación con
DD
opción a compra por un plazo determinado, estableciéndose
previamente el valor del bien (112). Por su parte, el decreto re-
glamentario 1105/89 incorporó la posibilidad de convenirse
en dichos casos, la imputación o no de los alquileres pagados
a cuenta del precio. A su vez, el valor del precio de venta pue-
LA
OM
modo que este texto debe aplicarse en términos analógicos.
.C
de las asociaciones público-privadas en sus diferentes moda-
lidades; por ejemplo, los sistemas de peaje a la sombra o llave
en mano, entre otros) se hace uso de fondos públicos con el
DD
objeto de financiar y garantizar el proyecto, sin perjuicio de
que su integración se difiere en el tiempo, esto es, tras la fina-
lización de las obras.
Por el contrario, las modalidades de financiación privada
LA
OM
Este modelo de financiamiento se distingue de los otros
porque los costos de las obras se cubren con los ingresos que
estas mismas producen (115).
Es decir, el sistema es extrapresupuestario y con traslación
de los riesgos al sector privado, sin perjuicio de que pueda ins-
.C
trumentarse por diferentes modos, según el tipo de infraes-
tructura y demás condiciones del negocio.
En particular, el crédito necesario para la financiación de
DD
las obras no es otorgado por entidades bancarias o el merca-
do de capitales a favor de personas físicas o jurídicas (tal como
ocurre en los casos analizados anteriormente, trátese del cons-
tructor o concesionario) sino al proyecto en sí mismo porque
el financista obtiene el recupero de su inversión del producido
LA
OM
turas fiscales (fondos presupuestarios) y, por tanto, trasladar
los riesgos y ubicarlos exclusivamente en el sector privado.
.C
percibe los ingresos que éste produce. Los socios promotores
que son los accionistas de la sociedad o compañía de proyec-
to. El aporte de capital que éstos realizan (vinculando de tal
DD
modo la financiación del proyecto a su gestión) está destinado
a financiar parte del proyecto toda vez que el aporte más im-
portante está cargo de las entidades bancarias o financieras.
Si el negocio es rentable, entonces las utilidades o beneficios le
corresponden a los socios, tras el pago de las etapas de la cons-
trucción y operación de las infraestructuras. Las entidades fi-
LA
OM
res, entre otros (por ejemplo, contratos de garantías).
Este entramado de contratos puede describirse de la si-
guiente manera (116):
.C
Proyecto) que tiene a su cargo la construcción, mante-
nimiento y operación de las obras.
2) Los contratos de la Compañía de Proyecto con el fi-
DD
nancista (contrato de préstamo), la empresa construc-
tora que debe construir la obra (contrato de locación
de obra) y el proveedor de equipos (contrato de compra
de equipos). En particular, el financista por medio del
contrato de préstamo se obliga a adelantar los fondos
LA
OM
los riesgos constituye un factor decisivo en su viabilidad.
.C
puro) los riesgos son asumidos en forma preponderante o ex-
clusiva —según los casos— por los particulares.
OM
rantía o pago.
.C
las contraprestaciones y sus correspondientes garantías.
OM
967/05 sólo reconoce el camino de la oferta pública.
.C
de autoridad de aplicación está habilitada para dictar las nor-
mas reglamentarias sobre esta actividad.
Por un lado, es probable que las tasas sean más bajas, los pla-
DD
zos más largos y difícilmente los tenedores de los títulos inter-
vengan activamente en el desarrollo del proyecto, garantizán-
dose así el desenvolvimiento más racional de su ejecución. Sin
embargo, las condiciones del préstamo son demasiados rígidas
y ello hace más difícil introducir cambios en caso de que se mo-
LA
OM
A su vez, el fiduciario es responsable en términos objetivos
(art. 1113, CC) pero limitándose al valor de la cosa fideicomi-
tida (121).
.C
fiduciante y del fiduciario, con excepción de los casos de frau-
de. A su vez, los acreedores del beneficiario pueden ejercer sus
derechos sobre los frutos de los bienes fideicomitidos y subro-
DD
garse en sus derechos (122).
los bienes que son parte del fideicomiso y entregar a los acree-
dores su producido conforme el orden de privilegios previsto
en el marco de las quiebras, sin perjuicio del régimen especí-
fico a seguir en el caso de los fideicomisos financieros (123).
FI
OM
blico o privado) o afecta fondos públicos a un fiduciario con
el fin de realizar ciertos intereses públicos a favor del fideico-
misario, pudiendo ser éste una o varias personas públicas o
privadas (124).
.C
viste características específicas por la participación estatal, el
tipo de bienes y el interés público que persigue.
DD
En síntesis, la constitución del fideicomiso supone trasla-
dar los bienes estatales que son objeto del contrato al sujeto
fiduciario, conformándose así un patrimonio autónomo, aun
cuando los bienes fueren revertidos al Estado tras la finaliza-
ción del acuerdo. Habitualmente el fiduciario es una institu-
LA
OM
tos destinados a financiar infraestructuras públicas de modo
anticipado y sin sujeción a los vaivenes de los gobiernos y sus
crisis económico-financieras. Ello así porque el fideicomiso es
un patrimonio distinto y propio, cuyo objeto es afectar recur-
sos al pago de las infraestructuras, asegurando de este modo
su realización en el tiempo y formas convenidas.
.C
Es decir, los fondos fiduciarios son constituidos por el Esta-
do como garantía de pago de los trabajos de realización de las
DD
obras. Es más, como ya explicamos, estos fondos autónomos
con afectaciones específicas y sin personalidad, no son pasi-
bles de recorte por los acreedores del fiduciario y del fiducian-
te (126).
OM
contrato. Del mismo modo, la norma prevé que cuando dichos
inmuebles formen parte del dominio privado del Ente, éste pue-
da colocarlos en un fideicomiso en análogas condiciones.
.C
la constitución por parte del fiduciario de fondos específicos (128)
en relación con cada contrato en que interviene el Fondo Fi-
duciario antes citado como garante o agente de pago.
DD
El marco jurídico establece la obligación de que cada uno
de estos fondos incorpore la reserva de liquidez, así como todo
otro recurso que tenga afectación específica.
los pagos debidos bajo los contratos, y al vencimiento del plazo de duración del
fondo (30 años) el patrimonio remanente revierte al Estado Nacional y jurisdic-
ciones adheridas. Se determina que el fondo debe constituir y mantener en todo
momento una reserva de liquidez que integrará su patrimonio y cuya consti-
tución y mantenimiento estará a cargo del Ente Contratante. Por otra parte, la
normativa permite, cuando los inmuebles sobre los que se construyan las obras
no sean de propiedad del Estado y hasta tanto se produzca la transferencia de
los mismos a su esfera, su colocación en un fideicomiso bajo condiciones que
aseguren su transferencia al Estado una vez culminado el contrato (art. 24).
(128) Art. 6°.
(129) El régimen de la Comisión Nacional de Valores impide constituir fi-
deicomisos por acto unilateral, entendiendo como tal a aquellos en que coin-
OM
beneficio de quien se designe en el contrato. Generalmen-
te, es una entidad bancaria o de crédito de carácter público
o privado); c) el beneficiario (recibe el beneficio o utilidad del
fideicomiso, es decir, el destinatario del modelo. Por ejemplo,
los contratistas del Estado (130)) y d) el fideicomisario (recibe los
bienes luego de extinguido el acuerdo. El fideicomisario pue-
.C
de ser incluso el fiduciario o beneficiario).
tenido cómo en el sector público coinciden en algunos casos estos roles, seña-
lando que la solución hasta tanto se dicten otras normas sería celebrar acuerdos
sujetos a la ley 24.441 entre el fiduciario y el Estado Nacional. Ver Martorell,
Ernesto E. y Cúneo Libarona, Mariano, “Disparen sobre el fideicomiso: per-
plejidades comerciales y penales”, LA LEY, 2007-E, 955.
(130) Por ejemplo, el decreto 976/01 que constituyó el Fideicomiso de Tasa
FI
sobre Gasoil, a su vez modificado por decreto 1377/01, determinó como benefi-
ciarios a: a) los concesionarios viales de conformidad con las pautas estableci-
das en la norma; b) contratistas, concesionarios y/o encargados de proyecto de
obras y servicios de infraestructura ferroviaria; c) otros que determine el Poder
Ejecutivo a propuesta del ex Ministerio de Infraestructura y Vivienda en rela-
ción con el sistema de desarrollo de infraestructura vial.
OM
vo que el Estado los desafectase (132). Sin embargo, otros auto-
res han sostenido que sí es plausible constituir esos fondos
con tales bienes porque el dominio fiduciario constituye un
derecho real administrativo distinto de los derechos reales
propios del Código Civil (133). Así las cosas, el dominio fidu-
ciario, en su carácter de derecho real administrativo, hace
.C
posible incorporar tales bienes en el tráfico jurídico sin nece-
sidad de desafectarlos y con mayor razón cuando esos bienes
revierten en el Estado (134).
DD
y servicios de infraestructura hídrica, de recuperación de tierras productivas,
de control y mitigación de inundaciones y de protección de infraestructura vial
y ferroviaria. El producido de esta ley integra los bienes fideicomitidos del de-
creto 1381/01 en reemplazo de la Tasa de Infraestructura Hídrica.
(132) Fanelli Evans sostuvo que el hecho de que los bienes del dominio pú-
LA
blico se encuentren fuera del comercio quiere decir fuera del comercio propio
del derecho civil pero no del comercio del derecho público. Así, el Código Ci-
vil sólo puede disponer en materia de derecho privado (no sólo por su mismo
alcance sino porque el Legislador nacional carece de competencia para ha-
cerlo en materia de derecho público, cuestión no delegada por las Provincias)
la afirmación de que los bienes del dominio público se encuentran fuera del
FI
OM
incluye a los Fondos Fiduciarios integrados total o mayorita-
riamente con bienes y fondos del Estado Nacional) (137). Es ver-
dad que algunas de las normas sobre creación de los fondos
excluyen la aplicación de la ley 24.156, pero éstas han sido dic-
tadas con anterioridad a las últimas modificaciones de esta
ley (138); b) la ley 25.152 (139) que creó el Fondo Anticíclico Fiscal y
.C
estableció los criterios de administración presupuestaria, en-
tre ellos, el mandato de que los fondos fiduciarios integrados
total o parcialmente con bienes o fondos del Estado Nacional
DD
deben ser instrumentados por ley (140); c) la ley 25.152 que es-
OM
la obligación de los agentes fiduciarios de fondos integrados
total o parcialmente con bienes y/o fondos del Estado Nacio-
nal, de suministrar a la Secretaría de Hacienda dependiente
del Ministerio de Economía, la información que ésta requiera,
especialmente la relacionada con los estados presupuestarios,
contables y financieros de los fondos fiduciarios conforme los
lineamientos que determine la Secretaría (143); e) la ley 25.565
.C
de presupuesto del ejercicio 2002 que no sólo sustituyó el in-
ciso a) del artículo 5° de la ley 25.152 y el artículo 8° de la ley
24.156 (144), sino que también estableció que las modificaciones
DD
a realizar al presupuesto aprobado de los Fondos Fiduciarios
del Estado Nacional que implique la alteración con signo ne-
gativo del resultado económico o financiero o el incremento
del endeudamiento bruto autorizado, deben ser aprobados
LA
OM
obligación de remitir la documentación a la Oficina Nacional
de Presupuesto. A su vez, al finalizar el ejercicio financiero los
Fondos Fiduciarios deben informar a la Contaduría General
el cierre de cuentas de sus presupuestos (145); f) la ley 25.917
sobre el Régimen Federal de Responsabilidad Fiscal que es-
tablece que las leyes de presupuesto general tanto de la Ad-
ministración Nacional como provinciales y Ciudad de Buenos
.C
Aires deben contener autorización de la totalidad de los gastos
y previsión de todos los recursos de carácter ordinario y ex-
traordinario de los organismos centralizados, descentraliza-
DD
dos, instituciones de la seguridad social y flujos financieros
de los fondos fiduciarios (146); f) la ley 26.337 de Presupuesto de
la Administración Nacional del ejercicio 2008 que determinó
la obligación del Jefe de Gabinete de Ministros de presentar
informes trimestrales ante el Congreso sobre el flujo y uso de
LA
(145) Art. 50 de la ley 25.565, luego incorporado a la ley 11.672 (Ley Comple-
mentaria Permanente de Presupuesto - Decreto 1110/05).
(146) Art. 3°.
(147) Art. 13. Ver también la resolución 267/08 del Ministerio de Planifi-
cación Federal, Inversión Pública y Servicios, mediante la cual se sustituye el
Reglamento General para la Rendición de Cuentas de Fondos Presupuestarios
aprobado por la resolución 268/07 del citado Ministerio, incluyéndose a los fon-
dos fiduciarios.
(148) Reglamentado por el decreto 924/97.
OM
de Transporte y Distribución de Gas (decreto 180/04). Poste-
riormente, mediante resolución de la Secretaría de Energía
950/04 se creó un Fondo para atender a la Contratación de
Transporte y Adquisición de Gas Natural destinado a la ge-
neración de Energía Eléctrica y, finalmente, mediante la ley
26.095 reglamentada por el decreto 1216/06 se constituyeron
cargos específicos en carácter de aporte a los fondos de los fi-
.C
deicomisos de obras de infraestructura de servicios de gas y
electricidad (150); el Consejo Consultivo de Inversiones de los
Fondos Fiduciarios del Estado Nacional creado en el ámbito
DD
(149) En el marco del régimen del decreto de necesidad 1299/00 se han dic-
tado a su vez las siguientes normas. El modelo de contrato de fideicomiso (de-
creto 965/01); el impuesto sobre combustibles líquidos. Tasa sobre el gasoil y
viales (decreto 802/01) modificado por decreto 976/01 que constituye el Fidei-
comiso de Tasa sobre Gasoil, a su vez modificado por decreto 1377/01 (Creación
LA
OM
fideicomiso creado por decreto 976/01 (decreto 2091/08).
.C
Respecto del régimen aplicable (derecho público o privado)
se ha dicho que se rige por el derecho privado, sin perjuicio de
aplicar el derecho administrativo en su génesis (153). A su vez,
DD
en sentido contrario se sostuvo que el fideicomiso público es
regulado por el derecho administrativo en razón de la titulari-
dad estatal del patrimonio y el fin público que persigue (154).
OM
de facultades legislativas en el Poder Ejecutivo en violación de
las disposiciones de la Constitución Nacional; la ausencia de
un régimen general y homogéneo; la no aplicación de los re-
glas propias del derecho público y la falta de control legislati-
vo, sin perjuicio del mandato de la ley 24.156.
.C
Otros aspectos controversiales son la imprecisión de sus
objetivos, las anomalías contables y de información, la falta
de rendición de cuentas, el alcance de las responsabilidades
DD
y, en ciertos casos, la ambigüedad de su objeto cuando el fidu-
ciante y fiduciario son el propio Estado Nacional (155).
OM
nal destinados a obras de infraestructura.
.C
prenda de flujos futuros de cargos, impuestos o tasas que inte-
gren el activo de los fideicomisos o fondos fiduciarios.
DD
También es posible constituir garantías reales o cesiones
fiduciarias a favor de los acreedores financieros con prelación
en el orden de cobro.
OM
verificado previamente el cumplimiento de los requisitos pre-
vistos sobre las normas de “Financiamiento del sector públi-
co no financiero”. Sin perjuicio de ello, sí deben contar con
aprobación del Directorio o autoridad equivalente de la enti-
dad prestamista (159).
.C
III.8. La naturaleza tributaria de los cargos específicos. El
carácter de “contribuciones”
DD
El Poder Judicial resolvió la inconstitucionalidad parcial de
la ley 26.095 (artículos 4°, 5° y 9°, segundo párrafo) que creó un
cargo específico sobre las tarifas de gas natural destinado al
to 3.2), que incluye las siguientes operaciones: (i) tenencia de títulos públicos
LA
OM
titucional (160).
.C
ca el carácter tributario del cargo. En particular, el tribunal
interpretó que se trata de contribuciones especiales porque
constituyen prestaciones obligatorias debidas en razón de be-
DD
neficios individuales o de grupos sociales por la realización de
obras públicas o especiales actividades del Estado.
OM
III.9. Los fondos de inversión
.C
Cabe aclarar que los fondos comunes de inversión no cir-
cunscriben su objeto mientras que los fondos de inversión
para infraestructura sí, en tanto persiguen concretamente y
DD
en términos específicos llevar las inversiones hacia el finan-
ciamiento de proyectos determinados.
los seguros.
(161) CFed. Salta, sent. del 5 de mayo de 2010, “Ulloa, Alvaro (Defensor del
Pueblo) y otros c. Estado Nacional - P.E.N. - Ente Nacional Regulador del Gas”,
con nota de Bianchi, Alberto, “Objeciones regulatorias y constitucionales a
los llamados ‘Cargos Específicos’ (a propósito del caso ‘Ulloa c. Enargas’)”, en
LA LEY, Suplemento Constitucional, Dir. María Angélica Gelli, del 28 de junio
de 2010, ps. 39-54.
(162) En el marco del régimen del decreto 1299/00, el decreto 964/01 esta-
blece que los Encargados de Proyecto podrán financiarse cediendo los respec-
tivos contratos y sus garantías bajo las modalidades allí establecidas, pudiendo
dichas cesiones hacerse en garantía o pago.
OM
Hemos dicho que las obras públicas son realizadas por el
Estado, pero pueden ser construidas por éste o por terceros en
cuyo caso el instrumento jurídico a seguir es el contrato bajo
estudio.
El contrato de obra pública es el acuerdo celebrado entre el
.C
Estado y terceros por el cual aquél se compromete a pagar un
precio y éstos a realizar una obra pública, esto es, el trabajo y el
resultado consecuente (163).
DD
En primer término, debe señalarse que se trata de un con-
trato administrativo; categoría cuya validez hemos sostenido
y explicado en el capítulo de este Tratado sobre los “Contratos
Administrativos”.
LA
OM
tria, o que también provea la materia principal”.
.C
distintamente contrato de locación de obra o contrato de obra,
en tanto en el derecho público cabe denominarlo con más pro-
piedad y simplicidad como contrato de obra pública (166).
DD
Como ya explicamos la Ley de Obras Públicas (ley 13.064)
define el concepto de obras públicas (artículo 1°), pero luego
se dedica a regular el contrato de locación sobre ciertas obras
LA
dinero” (Tratado de Derecho Civil, Buenos Aires, La Ley, 9ª ed., 2008, t. II, p. 57).
R. Lorenzetti sostiene que “en la locación de obra hay un resultado determi-
nado que se produce con autonomía y al propio riesgo del empresario, para ser
entregado al dueño contra el pago de un precio” (Tratado de los contratos, 2ª ed.,
Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 2007, t. II, p. 687).
OM
pública “comprende las siguientes tareas, cualquiera sea la
autoridad o agente del servicio que las ejecute y el carácter ci-
vil o militar de las mismas” pero a su vez establece que “las
construcciones militares… se regirán por la ley 12.737 y su re-
glamentación y [sólo] supletoriamente por las disposiciones
de la presente ley”.
.C
En igual sentido, las construcciones, trabajos o servicios
de industria ejecutados con subsidios están exceptuados del
régimen de la ley 13.064 en tanto estén alcanzados por leyes
DD
especiales.
Es decir, los contratos de obras públicas están regidos por
la ley 13.064 o por otras leyes, por ejemplo, las construcciones
militares.
LA
OM
Corte ha dicho claramente que “si bien la noción de contrato
es única, común al derecho público y al derecho privado, pues
en ambos casos configura un acuerdo de voluntades genera-
dor de situaciones jurídicas subjetivas, el ‘régimen jurídico’ de
estos dos tipos es diferente. Así existen diferencias de fondo
que determinan que tengan un régimen especial y sus efectos
no sean los mismos que los de los contratos civiles. Cuando el
.C
Estado, en ejercicio de funciones públicas que le competen y
con el propósito de satisfacer necesidades del mismo carácter,
suscribe un acuerdo de voluntades, sus consecuencias serán
DD
regidas por el derecho público” (167).
(167) Ley 13.064. Por su parte, el artículo 4° del decreto 1023/01 establece
entre los contratos comprendidos en su régimen —Régimen de Contrataciones
de la Administración Nacional— al contrato de obras públicas. A su vez, el ar-
tículo 1° del decreto delegado dice que “toda contratación de la Administración
LA
OM
Un aspecto importante es si el acuerdo es simplemente fruto
del consenso o es mayormente unilateral por su contenido regla-
mentario y el despliegue de poderes exorbitantes del Estado.
¿Es posible sostener que el contrato de obra pública se en-
cuentra sometido a un régimen reglamentario preconcebido
y presenta por tanto caracteres estatutarios? (169) Creemos que
.C
no porque incluso el ejercicio de las prerrogativas del Estado,
es decir el trazo más fuerte del poder estatal en el marco con-
tractual, no nos permite rechazar el carácter consensual de
DD
éste. Es decir, el contratista decide libremente si contrata o no
con el Estado.
En apoyo de este criterio, cabe recordar que si bien la Cor-
te sostuvo que en el ámbito de los contratos administrativos
el principio de la autonomía de las personas es relativo por-
LA
de los arts. 1986 y siguientes del Cód. Civil, sino que ofrecieron una ‘garantía
de pago’, una seguridad de pago inmediato, cosa muy distinta a una obligación
subsidiaria como intenta hacerse valer. El espíritu del convenio y las normas
OM
bemos, las obligaciones que asumen las partes están prede-
terminadas de modo claro y preciso (172). Por el contrario, cabe
recordar que un contrato es aleatorio cuando la obligación de
uno o ambos contratantes está sujeta a un acontecimiento in-
cierto. Así, el artículo 2051 del Código Civil dice que el con-
trato es aleatorio “cuando sus ventajas o pérdidas para ambas
.C
partes contratantes, o solamente para una de ellas, dependen
de un acontecimiento incierto”.
DD
Las obligaciones acordadas en el marco del contrato de
obra pública no se encuentran supeditadas a un hecho alea-
torio. Es más, las contingencias que puedan presentarse luego
no lo privan de su carácter conmutativo, sino que forman par-
LA
OM
En tal sentido, el artículo 23 de la ley 13.064 veda al contra-
tista la posibilidad de transferir o ceder el contrato, así como
asociarse para su cumplimiento sin autorización y aprobación
de la autoridad competente.
Más aún, el incumplimiento de esa prescripción configura
.C
una de las causales de rescisión del contrato por la Adminis-
tración (art. 50, inc. b).
DD
g) Continuado. Según cómo se desarrolle el contrato en
el tiempo, es posible distinguir entre los contratos de cum-
plimiento instantáneo, diferido o de tracto sucesivo —conti-
nuados— (173).
El contrato de obra pública debe encuadrarse en el último
LA
OM
tivo de obra pública y éste afianzará el cumplimiento de su
compromiso mediante un depósito...”. A su vez, “los contratos
quedarán perfeccionados con el cumplimiento de los precep-
tos enunciados en los precedentes artículos, sin necesidad de
otros trámites” —artículos 21 y 24— (175).
.C
Finalmente, las formalidades tal como veremos más ade-
lante se relacionan con el procedimiento de selección del con-
tratista y su incumplimiento trae consigo la nulidad del con-
DD
trato (176).
trega de la cosa. Sin embargo, creemos que este criterio no es aplicable entre los
contratos administrativos porque éstos son formales y no reales. En tal sentido,
además de la ley 13.064, el decreto 1023 dice que “los contratos quedarán per-
feccionados en el momento de notificarse la orden de compra o de suscribirse
el instrumento respectivo”.
OM
las partes durante la ejecución del contrato de obra pública a
la luz de este principio, descalificando así las conductas in-
compatibles con la confianza creada en la otra parte (178).
.C
en la ley 13.064
responde, por otra parte, a una mera formalidad como lo insinúa el apelante
sino que traduce el plausible propósito de asegurar un trato estrictamente igua-
litario de los oferentes, procedimiento que, en última instancia, tiende a crear
FI
OM
de obra pública definido en la misma”.
.C
mentario inherente a la materia. Trabajos: Obras de amplia-
ción, reparación y/o conservación de bienes inmuebles y dra-
gado, balizamiento y relevamiento, etc. Servicio de industria:
DD
organización e instalación de servicios industriales (v.gr.: ta-
lleres, fábricas, usinas, etc.)”.
(179) El art. 1493 del Código Civil dispone que “Habrá locación, cuando dos
partes se obliguen recíprocamente, la una a conceder el uso o goce de una cosa,
o a ejecutar una obra, o prestar un servicio; y la otra a pagar por este uso, goce,
obra o servicio un precio determinado en dinero”.
OM
contratos no son obras públicas pero sí están regidos por la ley
13.064. Por ejemplo “las adquisiciones de materiales, maqui-
narias, mobiliario y elementos destinados a las construccio-
nes, trabajos y servicios de industria”. Estos acuerdos tienen
por objeto la entrega de cosas y no la realización de obras. De
todos modos debe aplicarse en parte y por expreso mandato
.C
normativo el marco jurídico de las obras públicas (ley 13.064).
En efecto, el artículo 2° del decreto 19.324/49 establece que “a
las adquisiciones y expropiaciones de inmuebles y sus media-
DD
neras, les alcanza todos los efectos correspondientes al carác-
ter y concepto de las ‘obras públicas’ como así también a las
adquisiciones de materiales, maquinarias, mobiliario y ele-
mentos destinados a las ‘construcciones’, ‘trabajos’ y ‘servi-
cios de industria’ enunciados precedentemente, hasta su ha-
LA
bilitación integral”.
OM
su monto y conforme la vieja Ley de Contabilidad, debían ser
aprobados por éste (180). En el mismo sentido, el artículo 6° de
la LOP dice que “podrá ser realizado con licitación o sin ella
el arrendamiento de inmuebles y de máquinas (implementos,
equipos, transportes, embarcaciones, dragas, grúas flotantes,
etcétera) destinados a obras públicas nacionales”.
.C
En conclusión, los contratos de obras públicas se rigen en
principio por la ley 13.064, salvo los casos de excepción que ve-
remos en el siguiente apartado. El Legislador dijo claramente
DD
que cuando “el Estado resuelva realizar obras públicas por in-
termedio de personas o entidad no oficial, procederá confor-
me con lo establecido en la presente ley”.
OM
tículo 1° prevé dos excepciones.
1- Las construcciones, trabajos o servicios de industria rea-
lizados con subsidios se rigen por leyes especiales.
En este contexto cabe recordar en sentido concordante que
.C
el criterio subjetivo que seguimos en el marco de los contra-
tos administrativos nos permite concluir que los contratos de
obras celebrados por las personas privadas o, en su caso, entes
públicos no estatales, no constituyen obras públicas alcanza-
DD
das por el régimen de la ley 13.064 incluso cuando sean reali-
zadas con subsidios del Estado.
2- Las construcciones militares, cuyo régimen es el de la
ley 12.737, aplicándose supletoriamente la ley 13.064.
LA
OM
cuando fuesen financiadas por recursos del Tesoro
Nacional. Ello es así, conforme la distribución de com-
petencias establecida en la Constitución Nacional, de
modo que el derecho público es —en principio— de
carácter local (art. 121 y sigtes.);
.C
c) las obras realizadas por el Poder Judicial, Ministerio
Público y Poder Legislativo nacional (182);
DD
d) las obras de los entes autónomos (por caso, la Universi-
dad de Buenos Aires) (183);
OM
por un tercero comitente que actúe por delegación del Esta-
do. La Corte trató este supuesto en el caso “Schirato” (187) en
el que se debatió sobre un contrato de locación de obra cele-
brado por una asociación cooperadora escolar en carácter de
delegada estatal. Sin embargo, este contrato no debe regirse
necesariamente por la ley 13.064.
.C
En este punto, el interrogante que debemos plantearnos es
el siguiente, ¿en el caso de las obras públicas regidas por otras
normas debe aplicarse supletoriamente la ley 13.064? Obvia-
DD
mente cuando el marco jurídico dice que debe aplicarse, en-
tonces, no existe conflicto. Así ocurre por ejemplo en el caso
de la ley 23.985 que establece que “las construcciones milita-
res se regirán por el régimen estatuido en la presente ley y su
reglamentación y supletoriamente por las disposiciones de la
LA
ley 13.064”.
(185) “El ropaje jurídico utilizado por el Estado —sociedades anónimas al-
canzadas por la ley 19.550— tiene por objeto excluir, respecto de tales socie-
dades, la aplicación de las normas del Derecho Público, y así se dispuso ex-
presamente en sus actos de creación” (Curso de Derecho Administrativo, t. I,
ps. 675-676).
(186) Ver punto VII.1.5.
(187) Fallos: 304:490. Volveremos sobre este precedente en el punto VI.1.
OM
13.064 cuando el régimen específico excluye a la LOP de su
ámbito de aplicación.
Otro caso de excepción ciertamente peculiar es el de las
obras construidas con préstamos otorgados por organismos in-
ternacionales. Tratándose de contratos de préstamo en virtud
.C
de los cuales ingresan recursos al Tesoro nacional, las obras
que luego se ejecuten con esos fondos están comprendidas en
principio en el art. 1° de la LOP.
DD
La ley 13.064 no comprende a las obras ejecutadas con sub-
sidios, pero este concepto es distinto de las operaciones finan-
ciadas por organismos internacionales. Es decir, los préstamos
no son asimilables a los subsidios. Además, el mandato del
art. 1° se refiere a los subsidios del Estado nacional a terceros y
LA
OM
aprobado prevé, entre otras estipulaciones, la aplicación de las
regulaciones del BIRF (188).
.C
manente de Presupuesto (t.o. 2005), el art. 60 de la ley 24.156
de Administración Financiera y la ley 26.135 sobre delegación
legislativa (189). Sin embargo, este bloque normativo no autori-
DD
za al Poder Ejecutivo a delegar el poder de regulación sobre
las contrataciones estatales.
Por un lado, es claro que el Poder Ejecutivo —en el mar-
co del inciso 1 del artículo 99, CN— no puede dictar normas
básicas sobre contrataciones estatales (leyes). Por su parte, el
LA
tamos” del BIRF, las “Normas: Contrataciones con Préstamos del BIRF y crédi-
tos de la AIF” y las “Normas: Selección y Contratación de Consultores por Pres-
tatarios del Banco Mundial” (art. 1°).
(189) Cabe aclarar que es frecuente el dictado de medidas con similar con-
tenido. Ver, por caso, el decreto 30/2009, mediante el cual se aprobó un modelo
de convenio de préstamo con el BIRF destinado a la ejecución del “Proyecto de
manejo sustentable de los recursos naturales” y el decreto 158/09 sobre un con-
trato de préstamo con el BID destinado a la ejecución del “Proyecto de integra-
ción de pequeños productores a la cadena vitivinícola”.
(190) El art. 40 de la ley 11.672 dice que “cuando convenga facilitar la mo-
vilización de capitales en el mercado interior o exterior, con el fin de establecer
o ampliar servicios públicos o actividades que directa o indirectamente estén
OM
la prórroga por tres años de “la totalidad de la delegación le-
gislativa sobre materias determinadas de administración o si-
tuaciones de emergencia pública, emitidas con anterioridad a
la reforma constitucional de 1994, cuyo objeto no se hubiese
agotado por su cumplimiento” (192). Sólo cabe aclarar que las
delegaciones previas caducaron en el año 2010.
.C
vinculadas a los servicios de ese carácter, mediante obras o explotaciones le-
galmente autorizadas, o realizar inversiones fundamentales para el desarrollo
DD
económico del país, declaradas de interés nacional por ley o por el Poder Ejecu-
tivo nacional, queda éste facultado para contratar préstamos con Organismos
Internacionales económico-financieros a los que pertenezca como miembro la
República Argentina, siempre que se ajusten a términos y condiciones usua-
les, y a las estipulaciones de los respectivos convenios básicos y reglamentacio-
nes sobre préstamos. El Poder Ejecutivo nacional queda facultado para someter
eventuales controversias con personas extranjeras a jueces de otras jurisdiccio-
LA
OM
contrataciones de los organismos internacionales. A su vez,
ciertas normas de nuestro derecho interno establecen ex-
presamente cómo deben articularse sus disposiciones con el
marco jurídico propio de los contratos celebrados con orga-
nismos internacionales.
.C
Así, por caso, el decreto delegado 1023/01 excluye de su
ámbito de aplicación, por un lado, a los contratos que se cele-
bren con estados extranjeros, con entidades de derecho públi-
DD
co internacional, con instituciones multilaterales de crédito y
los que se financien total o parcialmente con recursos prove-
nientes de esos organismos, sin perjuicio de la aplicación de
las disposiciones de este régimen cuando así lo estipulen las
partes y, por el otro, a los comprendidos en las operaciones de
LA
crédito público (193).
OM
modo de aplicar el préstamo a la adquisición de bienes no pro-
ducidos en el país y veda la aplicación de las condiciones del
acuerdo a compras no cubiertas por éste. Sin embargo, conclu-
ye que en caso de contradicción entre los recaudos precedentes
y las disposiciones de los convenios de financiación, “... preva-
lecerán estas últimas” (194).
.C
Por último, el decreto 1295/02 sobre revisión de precios es-
tablece que “los contratos que cuentan con financiación de
DD
organismos multilaterales de los cuales la Nación Argentina
forma parte, se regirán por las condiciones acordadas en los
respectivos contratos de préstamo y supletoriamente por el
presente Decreto” (art. 13) (195).
LA
OM
VII.1. La ley 13.064 y el decreto delegado 1023/01. El modo
de articulación
.C
Esta ley comprende los siguientes capítulos. De las obras pú-
blicas en general; De la licitación y adjudicación; De la forma-
DD
lización del contrato; De la ejecución de las obras; De las alte-
raciones de las condiciones del contrato; De la recepción de las
obras; De los pagos de las obras; De la rescisión del contrato y,
finalmente, de la jurisdicción contencioso-administrativa.
OM
siciones aplicables a bienes y servicios; capítulo II - obras pú-
blicas);
.C
Públicas, el decreto expone que “dado el tiempo transcurrido
sin que se alcanzara el objetivo propuesto y habida cuenta de
los propósitos que inspiraron el dictado de la ley 25.414, re-
DD
sulta procedente el dictado de una norma superadora del tex-
to contenido en el Capítulo VI de la ley de Contabilidad ade-
cuando, asimismo, el régimen de la Ley Nacional de Obras
Públicas 13.064.”
OM
Cabe advertir aquí que no se trata simplemente de la apli-
cación supletoria del decreto delegado. Es decir, aplicamos la
ley 13.064 y sólo en caso de lagunas recurrimos al texto del
decreto 1023. Por el contrario, el operador debe en el primer
paso de su razonamiento jurídico, según el mandato del Le-
gislador, mezclar e interrelacionar ambos textos.
.C
Es decir, el operador debe unir y trabajar sobre el texto or-
denado de las dos normas. En el caso de las yuxtaposiciones las
DD
reglas coinciden y, por tanto, el camino a seguir es simple.
(artículo 28).
OM
lados por la Ley 13.064, en tanto no se opongan a sus prescrip-
ciones”. En términos simples, cabe señalar que en caso de
contradicciones prevalece el marco específico (ley 13.064).
Así, en el supuesto de conflicto entre ese Título (Título I - Dis-
posiciones comunes) del decreto y la ley 13.064, se deben apli-
car las disposiciones de este último texto normativo.
.C
Cabe recordar que este Título del decreto 1023/01, que sólo
es aplicable respecto de las obras públicas siempre que no
contradiga el texto y sentido de la ley 13.064, comprende, en-
DD
tre otros aspectos: los principios generales; la programación
de las contrataciones; la normativa aplicable; las observacio-
nes al proyecto de pliego; la transparencia; la anticorrupción;
las formalidades de las actuaciones, facultades y obligaciones
de la Autoridad Administrativa; las facultades y obligaciones
LA
OM
“el nuevo precio se aplicará a la totalidad del trabajo a
realizar en el ítem, pero si se trata de aumentos, sólo se
aplicará a la cantidad de trabajo” excedente;
c) si las alteraciones fuesen —a su vez— de un veinte por
ciento o más del valor total de las obras, el empresario
tiene derecho a rescindir el contrato, con el derecho a
.C
percibir el valor de los materiales y equipos contrata-
dos y acopiados, más los gastos improductivos.
DD
Así, en supuestos de alteraciones del contrato de obra pú-
blica, ¿qué régimen debemos aplicar, el decreto 1023/01 o la
ley 13.064?
especial (ley 13.064), esto es, las alteraciones por más del vein-
te por ciento y no por el marco general (decreto 1023), en cuyo
caso cabe lisa y llanamente aplicar el régimen especial en el
camino de ordenación e integración de ambos textos.
OM
hemos intentado resolver en los capítulos sobre Parte General
del Tratado, el caso es resuelto por el Legislador de modo ex-
preso a favor de la ley especial.
.C
Públicas regulados por la ley 13.064, en tanto no se opongan a
sus prescripciones”.
OM
no se hubiera hecho oferta admisible”. Es decir, en el primer
caso sólo es plausible contratar directamente cuando resulte
desierto el segundo llamado, mientras que en el marco de la
ley 13.064, tras el primer llamado desierto, el Estado ya puede
hacerlo.
Entonces, ¿qué régimen debemos seguir respecto del pro-
.C
cedimiento de selección del contratante, particularmente en
casos de contrataciones directas? Es decir, ¿la ley 13.064 o el
decreto 1023/01 cuando se trate de caminos diversos?
DD
En tanto los casos planteados constituyen contradicciones
debe desplazarse el decreto delegado y aplicarse lisa y llana-
mente la ley 13.064. Ello es así, no porque se trate de leyes es-
peciales sobre leyes generales sino por mandato normativo
expreso. En efecto, el artículo 35 del decreto delegado 1023/01
LA
OM
Administrativa y, en particular, sus potestades exorbitantes.
Cabe aquí cotejar los textos del artículo 12 del decreto delega-
do y la ley 13.064 en extenso. ¿Cómo enderezar este entuerto?
Las lagunas deben rellenarse con los textos bajo análisis.
Así, la ley 13.064 no establece el régimen general de las potes-
.C
tades estatales, más allá del reconocimiento de ciertos pode-
res del Estado contratante en el desarrollo del contrato.
En este contexto, en tanto no existe contradicción entre
DD
normas sino simplemente lagunas (vacíos normativos), debe
aplicarse la ley 13.064 integrando su texto con el decreto de-
legado 1023/01. Es decir, el operador debe sumar unas reglas
tras otras, rellenando así los textos entre sí.
Pero, además de las yuxtaposiciones, contradicciones y
LA
OM
no reguló de modo contradictorio o dejó de regular este capí-
tulo (lagunas) sino que simplemente regló en parte el régimen
sobre las causales de rechazo de las ofertas presentadas.
.C
nes de oportunidad, mérito o conveniencia. La ley 13.064 no
incorporó de modo expreso y entre las causales de rescisión
del contrato la revocación de éste por el Estado. Así, el artícu-
DD
lo 50 dispone que “la Administración nacional tendrá derecho
a la rescisión del contrato, en los siguientes casos: a) cuando
el contratista se haga culpable de fraude o grave negligen-
cia o contravenga las obligaciones…; b) cuando el contratis-
ta proceda a la ejecución de las obras con lentitud…; c) cuan-
LA
OM
Este conflicto aparente debe resolverse por medio de la in-
tegración de los textos normativos, es decir, el régimen de res-
cisión del contrato por la Administración y, particularmente
sus causales y consecuentes jurídicos (artículo 50 de la ley
13.064) debe integrarse con el artículo 12, inciso b, del decreto
1023/01. Así, y dicho en términos más claros, el Estado puede
.C
revocar el contrato de obra pública por razones de interés pú-
blico debiendo indemnizar el daño causado.
Otra cuestión sobre ambigüedad es, por ejemplo y según
DD
nuestro criterio, el derecho del contratante de ceder el acuer-
do celebrado con el Estado.
Así, cabe recordar que el artículo 19 de la ley 13.064 dice
que “presentada una propuesta o hecha la adjudicación en la
LA
OM
1023/01 prevé una condición que no está incorporada, al me-
nos en términos expresos, en el marco de la ley 13.064, esto es,
la obligación solidaria del cedente en caso de incumplimiento
de las obligaciones del cesionario ante el Estado contratante.
.C
empresario cede el contrato, con autorización del Estado con-
tratante pero en el acto de aprobación no se dice nada respecto
de la responsabilidad del cedente en caso de incumplimien-
to de las obligaciones del cesionario. En tal caso, entendemos
DD
que aquél es igualmente responsable en términos solidarios
porque el régimen de la ley 13.064 debe completarse en térmi-
nos de integración con el decreto 1023/01 por tratarse de un
supuesto de indeterminación por vaguedad de las normas a
aplicar (ley 13.064).
LA
OM
sione, los que deberán serle certificados y abonados”.
.C
De modo que aquí no existe ambigüedad que nos lleve a
sumar e integrar los marcos normativos sino contradicción
entre los textos. Por ello, tras incorporar el artículo 12 sólo
DD
cabe rechazar el artículo 34 con ese alcance.
OM
do comitente con el propósito de ceder el contrato y la respon-
sabilidad solidaria del cedente (amalgama que nace de unir
la ley con el decreto), es razonable en tanto respeta adecuada-
mente, entre otros, los principios de igualdad y equidad entre
los oferentes (199).
.C
Sin perjuicio de las explicaciones teóricas antes desarro-
lladas, creemos que el régimen jurídico vigente resuelve cla-
ramente —más allá de los conflictos interpretativos plausi-
DD
bles en este marco jurídico— el entrecruzamiento entre la ley
13.064 y el Título I del decreto 1023/01. Veamos.
(199) En sentido contrario se ha dicho que “de seguirse, como regla, el crite-
rio previsto por el decreto 1023/2001, se vaciaría de contenido al artículo in co-
mento (art. 23 de la ley 13.064), por cuanto una cesión que mantiene la respon-
sabilidad solidaria de cedente y cesionario se asemeja en mayor medida, desde
la perspectiva del cedente, a la subcontratación, en tanto se mantienen in totum
las obligaciones de éste frente a su comitente. Es indudable que el art. 13, inc. b),
del referido decreto, en cuanto consagra la solidaridad, por el riesgo económico
que asumiría el cedente con causa en los incumplimientos del cesionario, obs-
taculizaría la cesión de los derechos y las obligaciones del contrato de obra pú-
blica. Resulta entonces incompatible con el instituto de la cesión, tal como está
concebido en el artículo en comentario, la norma consagratoria de la solidari-
dad prescripta, como regla, por el decreto 1023/2001 y en consecuencia inapli-
cable”, Druetta, ob. cit., p. 175.
Pero ¿qué ocurre respecto de los otros dos títulos del de-
creto —Títulos II y III—? ¿Deben integrarse con el texto de la
ley 13.064? ¿Cómo se resuelven los conflictos?
OM
la ley 13.064 respecto del contrato de obras públicas. Por otro
lado, el artículo 35 del decreto delegado sólo prevé el conflic-
to entre la ley 13.064 y el Título I del decreto —Disposiciones
Comunes— y no así respecto de los otros dos títulos antes ci-
tados.
.C
Corresponde, entonces, determinar qué sucede cuando la
contradicción se plantee entre la ley 13.064 y el resto del arti-
culado del decreto 1023/01 (Títulos II y III sobre Disposiciones
DD
Especiales y Finales, respectivamente).
la ley 13.064.
OM
con la ley 13.064? En este caso tampoco existe conflicto por-
que este Título sólo comprende las disposiciones finales y
transitorias, por caso, la derogación o modificación de otras
leyes (200).
.C
bito federal es básicamente la ley 13.064 y el decreto 1023/01 en
los términos que describimos en los párrafos anteriores.
DD
VII.2. El marco constitucional
nes contractuales.
(200) Así, el art. 36 del decreto 1023/01 modifica el último párrafo del
art. 7° de la ley 19.549, y prescribe que los contratos que celebren las entida-
des del Sector Público Nacional se regirán por sus respectivas leyes especiales,
sin perjuicio de la aplicación directa de las normas del Título III de la LPA, en
cuanto fuere pertinente. Por su parte, el art. 37 establece la fecha de entrada en
vigencia del decreto. Luego el art. 38 deroga distintas normas pero exceptúa ex-
presamente a la ley 13.064. El art. 39 se refiere a la reglamentación del régimen
instituido por el decreto 1023/01 por parte de los Poderes Legislativo, Judicial y
el Ministerio Público.
OM
que prevén los tratados internacionales que, conforme al pro-
pio texto constitucional, tienen rango superior a las leyes.
.C
del Estado que aseguren la publicidad, equidad y eficiencia...”
(art. III.5) (201).
DD
Por el otro, la Convención de las Naciones Unidas contra la
Corrupción, aprobada mediante la ley 26.097, que dispone en
su art. 9.1 que “cada Estado Parte, de conformidad con los prin-
cipios fundamentales de su ordenamiento jurídico, adoptará
las medidas necesarias para establecer sistemas apropiados de
contratación pública, basados en la transparencia, la compe-
LA
OM
sistema eficaz de apelación, para garantizar recursos y
soluciones legales en el caso de que no se respeten las
reglas o los procedimientos establecidos conforme al
presente párrafo;
e) cuando proceda, la adopción de medidas para regla-
.C
mentar las cuestiones relativas al personal encargado
de la contratación pública, en particular declaraciones
de interés respecto de determinadas contrataciones
públicas, procedimientos de preselección y requisitos
DD
de capacitación”.
OM
Estados Partes. Por ejemplo, se circunscriben los supuestos
de contratación directa (art. 18) y se establecen reglas para la
calificación de proveedores y prestadores (art. 19) y para los
registros de proveedores (art. 20). También, ya en el marco del
procedimiento de contratación, se prevén ciertos recaudos a
fin de asegurar la debida divulgación de la licitación (art. 22).
.C
Por ejemplo, se enumera la información mínima que deben
contener los pliegos (art. 23) y se fijan reglas para la recepción
y apertura de las ofertas (art. 24) y la adjudicación (art. 25).
DD
Finalmente, los resultados de la licitación deben ser debida-
mente publicados (art. 26).
Por otra parte, en ese mismo marco, los procedimientos
recursivos, impugnaciones y denuncias deben asegurar la
LA
OM
“observar en los procedimientos de contrataciones públicas
en los que intervengan los principios de publicidad, igualdad,
concurrencia y razonabilidad” (art. 2.h).
Finalmente, y a título de ejemplo, cabe citar la ley 17.804
que dispone que “las garantías previstas por los artículos 14,
.C
21 y 46 de la ley 13.064 podrán constituirse mediante seguros
de caución”.
En este contexto, cabe citar también el decreto de necesi-
DD
dad 1295/02 sobre redeterminación de precios en tanto tiene
rango legislativo.
Entonces, el cuadro está compuesto por la Constitución, los
tratados internacionales, las leyes específicas y las leyes com-
plementarias de derecho público.
LA
OM
Por ejemplo, el art. 1638 del Código Civil dice que el juez
puede reducir equitativamente la utilidad a reconocer al con-
tratista en caso que el comitente desista de la obra. El Tribu-
nal en el precedente “Sánchez Granel” (204) sostuvo, teniendo
en cuenta las circunstancias del caso, que “... corresponde ac-
.C
tuar con suma prudencia en la estimación del referido lucro
cesante, y no parece inadecuado recurrir, por analogía, a la
norma del art. 1638 del Código Civil, cuya última parte faculta
DD
a los jueces a establecer esa utilidad apreciándola con equi-
dad (doctrina de Fallos: 286:333, 296:729 y otros)”.
Sin embargo, en otros casos, la Corte calificó la aplicación
del citado precepto normativo como subsidiario. Así, en el ante-
cedente “Pensavalle” (205) se afirmó que “no hay en la ley 13.064
LA
guientes términos. Si bien esas normas “no han sido establecidas para apli-
carlas al derecho administrativo sino al derecho privado, nada obsta para
que representando aquéllas una construcción jurídica basada en la justicia su
aplicación se extienda al derecho administrativo cuyas normas y soluciones
también deben tender a realizar aquélla con las discriminaciones impuestas
por la naturaleza propia de lo que constituye la sustancia de esta última disci-
plina” (Fallos: 190:142). Otro ejemplo es el caso “Sánchez Granel”. Allí, la mayo-
ría de la Corte aplicó, por analogía, el art. 1638 del Código Civil con el objeto de
determinar equitativamente cuál era el perjuicio que debía resarcirse (Fallos:
306:1409).
(204) Fallos: 306:1409.
(205) Fallos: 296:729.
OM
explicamos oportunamente. Simplemente recordemos que
el camino a seguir en el derecho público, cuando intentemos
traer las reglas del derecho privado, es el sendero analógico y
no supletorio porque es necesario matizarlas con los princi-
pios del derecho público (207).
.C
En el marco de los contratos de obras públicas, además
del Código Civil, se recurrió al Código de Comercio. Así, por
ejemplo, se ponderó la conducta de las partes como pauta de
DD
interpretación del contrato, apoyándose en el art. 218 de dicho
Código (208).
(206) También se dispuso la aplicación supletoria del art. 1638 del Código
Civil en los casos “Ruiz Orrico” (Fallos: 316:1025) y “Contecsa” (Fallos: 297:252).
(207) Ver Curso, t. I, p. 187 y siguientes.
(208) Ver Fallos: 300:273; 327:4723; e “Instituto de Vivienda del Ejército c.
Indeco S.A. y Crivelli S.R.L. y otro”, Fallos: 332:674.
OM
cumplimiento del plazo de ejecución de las obras.
.C
específicas de cada contrato.
OM
creyese necesario”.
.C
general en todas las dependencias de la Administración na-
cional que ejecuten obras civiles”.
DD
Luego, mediante la resolución ministerial 2529/54 se apro-
bó el pliego “tipo” de bases y condiciones para la contratación
de obras públicas que llamaremos el Pliego Aprobado. Con-
forme su art. 1º, el Pliego Aprobado rige para la licitación, con-
tratación y construcción de las obras públicas a cargo del en-
tonces Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Nación
LA
Administración nacional.
(212) Dicho pliego fue “... actualizado por las resoluciones 245/55; 1296/60;
85/78 y 936/80, con más la reforma que a su art. 63 le introdujo el dec. 2348/76”
(Barra, ob. cit., t. II, p. 481). Si bien en el ámbito del Ministerio de Planifica-
ción Federal, Inversión Pública y Servicios se ha proyectado un nuevo Pliego de
Condiciones Generales para la Contratación de Obras Públicas que dejaría sin
efecto el aprobado mediante la resolución ministerial 2529/54 (y sobre el cual
se ha expedido la Procuración del Tesoro de la Nación, ver Dictámenes 250:97),
lo cierto es que el nuevo pliego nunca fue aprobado.
OM
verdad existe un pliego tipo aprobado por resolución minis-
terial del año 1954 y que nunca fue derogado formalmente
pero que dejó de ser aplicado por el Estado. 2) Ciertos entes
autárquicos dictaron su propio pliego tipo. Así, por ejemplo,
el OCCOVI.
.C
Quizás conviene detenernos brevemente en el modelo de
pliego usado habitualmente por el Estado con el propósito de
profundizar y comprender el contrato bajo análisis y sus múl-
tiples vericuetos. Este pliego, como ya explicamos, es común-
DD
mente utilizado por la Subsecretaría de Obras Públicas y sus
capítulos son los siguientes:
Título I. Bases de la licitación
LA
OM
contrato que se suscribe, las bases de licitación, el pliego de
condiciones, las especificaciones técnicas y demás documen-
tos de la licitación.”
Si bien los pliegos sólo deben contener simplemente los
detalles, esto es, los pormenores de la ley y el decreto en tér-
.C
minos complementarios, cierto es que a veces regulan cues-
tiones centrales —propias del Legislador y no del Ejecutivo ni
de un órgano inferior de éste—. Por ejemplo, el régimen san-
cionador en el ámbito contractual. En este punto es impor-
DD
tante señalar que el cuadro normativo, en particular la Ley de
Obras Públicas, no prevé las bases del régimen sancionador,
por tanto el pliego particular avanza sobre los pilares centra-
les y el desarrollo del marco sancionador.
LA
OM
VII.7. El criterio de integración del bloque jurídico
.C
Cabe recordar que, según el decreto 1023/01, “las contra-
taciones se regirán por las disposiciones de este régimen, por
su reglamentación, por las normas que se dicten en su conse-
DD
cuencia, por los Pliegos de Bases y Condiciones y por el con-
trato...” (art. 7º).
(214) No es éste, sin embargo, el único criterio que se adopta. Por ejemplo,
según el pliego de condiciones generales del Organo de Control de Concesiones
OM
cabe recurrir a los principios antes detallados. Finalmente
agregamos, con alcance complementario y subordinado, los
decretos reglamentarios y las resoluciones ministeriales.
De todos modos, el aspecto más controversial es cómo re-
solver los conflictos entre tales normas. Es por eso que los plie-
.C
gos comúnmente establecen cuáles son las normas aplicables
y, además, el orden de prelación entre éstas.
En caso de conflicto, debe prevalecer la norma de rango su-
DD
perior por sobre las otras.
Por ejemplo, el Pliego Aprobado dispone en su art. 3º, bajo
el título de “Normas supletorias”, que “los casos no previstos
en este Pliego se resolverán por aplicación de la Ley Nacional de
LA
OM
del principio de legalidad, “... no corresponde admitir que, por
su condición de reglamentos, las previsiones de los pliegos de
condiciones generales prevalezcan sobre lo dispuesto en nor-
mas de rango legal y, en cambio, debe en todo caso entenderse
que el sentido, la validez e incluso la eficacia de las primeras
queda subordinada a lo establecido en la legislación gene-
.C
ral aplicable al contrato, que los pliegos tienen por finalidad
reglamentar” (217).
A su vez, el pliego de condiciones particulares no puede
DD
modificar el pliego de condiciones generales que reviste el ca-
rácter de reglamento por aplicación del principio de inderoga-
bilidad singular de éstos (218).
LA
ley 19.549.
(216) CSJN, “El Rincón de los Artistas S.R.L. c. Hospital Nacional Profesor
A. Posadas y otro”, Fallos: 326:3700.
(217) CSJN, “Espacio S.A. c. Ferrocarriles Argentinos”, Fallos: 316:3157.
(218) Salvo que el propio pliego de condiciones generales prevea esa posibi-
lidad.
OM
VIII.1. Los sujetos. Competencia estatal (comitente) y capa-
cidad del contratista (empresario)
.C
En el contrato de locación de obras y, en particular, en el
contrato de obras públicas están presentes dos partes. Por un
DD
lado, aquel que paga el precio y, por el otro, el que se obliga a
ejecutar la obra. El primero es llamado locatario o comitente y
el segundo locador o empresario.
En el marco del contrato de obras públicas, el comitente
—es decir aquel que encomienda la ejecución de la obra— es
LA
OM
los casos, de la Constitución Nacional, de las leyes y de los re-
glamentos dictados en su consecuencia. Su ejercicio constitu-
ye una obligación de la autoridad o del órgano correspondien-
te y es improrrogable, a menos que la delegación o sustitución
estuvieren expresamente autorizadas.…”. Por su parte el de-
creto reglamentario establece que “los ministros, secretarios
.C
de Presidencia de la Nación y órganos directivos de entes des-
centralizados podrán dirigir o impulsar la acción de sus infe-
riores jerárquicos… delegarles facultades…”.
DD
En este contexto normativo, es razonable que el Congreso
autorice puntualmente al Poder Ejecutivo a transferir su po-
der de contratar obras públicas. Así, el artículo 2º, LOP, dice
que “las facultades y obligaciones que establece la presente
ley, podrán ser delegadas por el Poder Ejecutivo en autoridad,
LA
OM
Los otros poderes, esto es los Poderes Legislativo, Judicial
y el Ministerio Público también celebran contratos de obras
públicas que se rigen por sus propias normas.
La ley 13.064 no excluye expresamente a los Poderes Le-
.C
gislativo y Judicial, ni al Ministerio Público pero en tanto se-
guimos el criterio subjetivo cabe concluir que no cabe aplicar
este marco normativo a esos poderes de modo directo (219).
DD
Sin perjuicio de ello, es posible aplicar la ley 13.064 por re-
envío dispuesto por los respectivos poderes estatales o en tér-
minos analógicos o subsidiarios de conformidad con el marco
normativo vigente.
De todos modos, el régimen general de las contrataciones
LA
(219) R. Barra dice que “Nada obsta a que la calidad de comitente resulte
asumida por el órgano Legislativo o el Judicial —siempre con imputación jurí-
dica a la persona Estado nacional o provincial— por cuanto siempre se estará
frente a un contrato administrativo de obra pública —contratado en ejercicio
de la función legislativa o judicial, respectivamente, pero ejecutando activi-
dad administrativa— que se regirá por las normas de contratación que ‘posea’
cada órgano supremo constitucional, sin perjuicio de la aplicación analógica
o supletoria, según el caso, de la ley de Obras Públicas” (t. 1, ps. 71-72; énfasis
agregado).
(220) El art. 39 del decreto 1023/01 dispone que “Los Poderes Legislativo
y Judicial y el Ministerio Público reglamentarán el presente Régimen para su
aplicación en sus respectivas jurisdicciones y establecerán los funcionarios que
OM
tura respecto del Poder Judicial se rigen por el decreto-ley de
contabilidad 23.354/56 y el decreto reglamentario de contra-
taciones del Estado 5720/72, actualmente derogados por el
Congreso. En especial, el art. 3º del decreto 5720/72 establece
que “las contrataciones de suministros de materiales o ser-
vicios destinados a Obras Públicas nacionales se ajustarán
.C
a lo establecido por autoridad competente con arreglo a las
normas contenidas en la legislación en vigor sobre la materia
o, en su defecto, a las disposiciones del reglamento aprobado
DD
por este decreto”.
Más allá de tantas idas y vueltas, cabe destacar que en los
pliegos elaborados por la Corte y el Congreso en materia de
obras públicas se prevé la aplicación de la ley 13.064.
LA
OM
(art. 21, incs. b) y c), respectivamente).
El Ministerio Público Fiscal dictó la resolución 133/06 so-
bre el Reglamento de Contrataciones. El art. 1º establece que
“Toda compra o venta por cuenta de esta Procuración General
de la Nación, así como todo contrato sobre arrendamientos,
.C
trabajos o suministros, se hará conforme a las disposiciones
de la Ley de Contabilidad, Capítulo VI —de las Contratacio-
nes, art. 55 al 64 inclusive— y el decreto 5720 del 31 de agosto
DD
de 1972, modificatorios y complementarios”.
Por su parte el Senado dictó el decreto 632/02, mediante
el cual se aprobó el “Reglamento de Procedimientos para la
Contratación de Bienes, Obras y Servicios del Honorable Se-
nado de la Nación” —reglamentario del decreto 1023/01—.
LA
OM
empresas y sociedades del Estado son conceptualmente con-
tratos de obra siempre que esté presente el elemento objeti-
vo (obras públicas). Ello es así por dos razones, a saber, (a) los
recursos son en principio fondos del Tesoro (criterio fiscal de
conformidad con el texto de la ley 13.064) y, a su vez, (b) el su-
jeto contratante es el Estado a través de sus formas societarias
.C
(criterio subjetivo según el mandato de interpretación diná-
mico de la ley 13.064). Sin embargo, este camino (aplicación de
la ley 13.064) debe reemplazarse por otro porque el Legislador
DD
previó senderos propios, esto es, marcos jurídicos específicos en
el caso de las formas empresariales del Estado. Desde allí de-
bemos definir si aplicamos o no la LOP. En otros términos, las
normas especiales desplazan a la ley 13.064.
Entonces, en primer lugar es necesario advertir que en
LA
OM
do como personas jurídicas de derecho público.
En el caso contrario, es decir, si las sociedades hubiesen
sido creadas como personas de derecho privado, entonces, no
es posible aplicar el derecho público —puntualmente la ley
13.064—, salvo el caso de lagunas en el derecho privado, en
.C
cuyo supuesto sólo procede recurrir al derecho público por
vía analógica de segundo grado —esto es, revisar y adaptar las
normas del derecho público según los principios del derecho
privado— por tratarse de sociedades de propiedad en parte
DD
estatal. De modo que es raro y excepcional traer el marco nor-
mativo del derecho público.
La Procuración del Tesoro sostuvo que “cuando la ley
13.064 excluye de su régimen a las obras realizadas ‘con sub-
LA
(221) “Aun quienes sostienen que las personas públicas también pueden
OM
mulgada en el año 1949, establece en su artículo 1º, párrafo 2,
que “las empresas del Estado quedan sometidas: a) al derecho
privado en todo lo que se refiere a sus actividades específicas
y b) al derecho público en todo lo que atañe a sus relaciones
con la administración o al servicio público que se hallare a su
cargo”. En particular, el artículo 11 añade que “en todo cuanto
.C
no provea la presente ley, los estatutos específicos de cada em-
presa y las reglamentaciones pertinentes, serán de aplicación
la Ley de Contabilidad y la de Obras Públicas 13.064” (art. 11).
DD
Es decir, en caso de lagunas por silencio del estatuto y las re-
glamentaciones, debe aplicarse supletoriamente la ley 13.064,
salvo que se trate de sus actividades específicas.
El texto normativo bajo análisis sostiene que “en todo
LA
OM
flexibles, introduciendo en sus marcos jurídicos normas pro-
pias del derecho privado. Es así como nacieron las sociedades
anónimas con participación estatal mayoritaria y las socieda-
des del Estado (224).
La Ley de Sociedades Comerciales (ley 19.550), reguló las
.C
sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria
bajo un capítulo especial (art. 308 y siguientes), pero no incor-
poró reglas sobre contrataciones. En este contexto cabe apli-
car lisa y llanamente derecho privado. En tal sentido, cabe ad-
DD
vertir que, por un lado, el marco jurídico está inserto en leyes
de derecho privado (Ley de Sociedades Comerciales) y, por el
otro, las modificaciones introducidas por la ley 24.522 crearon
un modelo más propio del derecho privado en tanto deroga-
ron los arts. 313 y 314 de la Ley de Sociedades Comerciales,
LA
(223) Por su parte el juez Fayt consideró que “el legislador ha querido que
las Empresas del Estado queden sometidas al derecho privado en todo lo que
se refiere a sus actividades específicas, y al derecho público en todo lo que ata-
ñe a sus relaciones con la Administración o al servicio público que se hallare
a su cargo (art. 1º, ley 13.653, t. o. en 1955)... en consecuencia, por ser el dere-
cho privado la órbita jurídica propia de aquellas entidades en sus relaciones con
OM
pone que “no serán de aplicación a las sociedades del Estado
las leyes de contabilidad, de obras públicas y de procedimien-
tos administrativos” (artículo 6º). Es decir, no debe aplicarse
la ley 13.064 a pesar de que los recursos son parte del Tesoro.
En efecto, respecto de las sociedades del Estado, la Procu-
.C
ración del Tesoro tiene dicho que las decisiones “que hacen a
su actividad puramente comercial, seguirán rigiéndose por las
normas de derecho privado que por ley le corresponda” (226).
DD
Sin embargo, las obras que lleven a cabo las sociedades del
Estado —por sí o por terceros— son obras públicas y, conse-
cuentemente, deben aplicarse los principios generales pro-
pios de las contrataciones estatales, sin perjuicio del marco y
desarrollo del derecho privado (227).
LA
la Procuración del Tesoro de la Nación ha dicho que “... aún tratándose de enti-
dades predominantemente regidas por el derecho privado, deben considerarse
de aplicación a su respecto, ciertas normas y principios de derecho público no
incompatibles con las finalidades de su creación; agregándose que aún con el
más amplio grado de descentralización, en última instancia integran la organi-
zación administrativa del Estado, y que cuando se trata de entidades del Estado
constituidas bajo forma jurídica privada, se impone la superación de la perso-
nalidad del ente frente a la realidad estatal de la propiedad, el gobierno y direc-
ción de la entidad (v. Dictámenes 219:145, entre otros)” (Dictámenes 247:282).
(226) Dictámenes 263:8.
(227) Por ejemplo, Administración General de Puertos S.E. aprobó su
Reglamento de Compras y Contrataciones (resolución 81/03, disponible en
OM
cidió tomar mayor participación en el campo económico y ex-
plotar por sí mismo ciertas actividades. En este contexto esta-
tizó empresas y actividades y creó la figura de las sociedades
anónimas de propiedad estatal.
En algunos de los textos normativos de creación de tales
.C
sociedades se excluyó en términos expresos la aplicación de
la ley 13.064, entre otras normas de derecho público. Así, por
ejemplo, el decreto 721/04 sobre el Correo Oficial de la Repú-
blica Argentina S.A.; la ley 26.092 de creación de la “Empresa
DD
Argentina de Soluciones Satelitales S.A.-ARSAT” y el decreto
304/06 sobre Aguas y Saneamiento S.A.
Es más, los textos antes citados excluyen “en general, las
normas o principios de derecho administrativo”.
LA
OM
darse que el art. 7º de la ley 26.425 transfirió “en especie a la
Administración Nacional de la Seguridad Social los recursos
que integran las cuentas de capitalización individual de los
afiliados y beneficiarios al régimen de capitalización del Sis-
tema Integrado de Jubilaciones y Pensiones previsto en la Ley
24.241 y sus modificatorias, con las limitaciones que surjan
.C
de lo dispuesto por el artículo 6º de la presente ley. Dichos ac-
tivos pasarán a integrar el Fondo de Garantía de Sustentabi-
lidad del Régimen Previsional Público de Reparto creado por
el decreto 897/07”. En este marco el Estado tomó participación
DD
en diferentes sociedades privadas.
En este caso el derecho aplicable es, sin dudas, el derecho
privado y sus contrataciones se rigen claramente por las nor-
mas privadas y no públicas. En otros términos, los contratos
LA
OM
un patrimonio separado tanto del fiduciante y del fiduciario,
y afectado al destino predeterminado (228). También se ha de-
finido este instituto como el “contrato por medio del cual la
Administración, por intermedio de alguna de sus dependen-
cias facultadas y en su carácter de fideicomitente, transmite la
propiedad de bienes del dominio público o privado del Esta-
.C
do, o afecta fondos públicos, a un fiduciario, para realizar un
fin lícito, de interés público” (229).
En materia de obras públicas, cabe señalar, por ejemplo,
DD
la ley 26.095 por la cual se crearon cargos específicos para el
desarrollo de infraestructura energética (230). La ley facultó al
Poder Ejecutivo a fijar el valor de los cargos y determinar su
asignación “entre los distintos fondos fiduciarios constituidos
o a constituirse” (artículos 3º y 5º). Se trata entonces de recur-
LA
(228) Dice Pérez Hualde que el fideicomiso “es un contrato privado que ha
FI
sido usado como instrumento por el Estado para la ejecución de algunas obras
públicas con la finalidad de garantizar su cumplimiento o para asegurar mejor
el mecanismo de ejecución contractual. En todos los casos se ha perseguido la
más segura garantía del Estado hacia el contratista en lo que hace a la dispo-
nibilidad de los fondos para la ejecución completa del contrato que se inicia”,
Pérez Hualde, Alejandro, “Fideicomiso Público” en Actualidad en el Derecho
OM
con fondos fiduciarios son públicas o privadas. Es más, ¿tales
obras deben regirse por la ley 13.064?
Por un lado, debe señalarse que en general las obras se rea-
lizan con fondos del Tesoro y, en tal sentido, el marco aplica-
ble debiera ser —en principio— la ley 13.064 (criterio fiscal).
.C
Por el otro, cabe preguntarse cuál es el carácter del fondo,
es decir, si se constituyó como persona de derecho privado o
público y, en este último caso, su carácter estatal o no estatal
DD
(criterio subjetivo). De todos modos, aun cuando se tratase de
personas de derecho privado o públicas no estatales —criterio
que no compartimos— debe aplicarse el régimen de la Ley de
Obras Públicas en tanto el fondo actúe por orden del Estado
nacional porque en tal caso el que realiza las obras es este úl-
LA
timo.
Por ejemplo, la ley 24.855 de creación del Fondo Fiducia-
rio Federal de Infraestructura Regional que “no sólo crea un
‘fondo’ como nuevo sujeto de derecho, sino que origina una
FI
OM
contrataciones, con arreglo a las previsiones de la ley 13.064
o la que la sustituya. Ambos instrumentos deberán ser apro-
bados por resolución del Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios” (art. 14, inc. b).
A su vez, en el marco del Régimen para la Promoción de
.C
la Participación Privada en el Desarrollo de Infraestructura
creado por el decreto de necesidad y urgencia 1299/00 se si-
guió un criterio distinto. Así, este marco “será alternativo al de
DD
las leyes 13.064 y 17.520 en el ámbito nacional, y, en las Juris-
dicciones Adheridas, al de la legislación correlativa” (art. 32).
Veamos otro ejemplo. El programa “Fideicomisos de Gas”
por el cual se atienden inversiones en infraestructura para el
transporte y distribución de gas presenta algunas particulari-
LA
OM
cartas de intención ratificadas mediante los decretos 1658/04
y 1882/04) (233).
En particular, la contratación de las obras no se rige por la
ley 13.064, sino por un régimen aprobado por la Secretaría de
Energía (resolución 663/04).
.C
Otra de las modalidades es la realización de obras públicas
por medio del contrato de obras públicas con garantía de fi-
deicomisos públicos.
DD
Un ejemplo es, entre otros, el decreto 1299/00, modificado
luego por el decreto 676/01 que creó el Fondo Fiduciario de
Desarrollo de Infraestructura como un patrimonio de afecta-
ción en el ámbito del Ministerio de Infraestructura y Vivienda,
administrado por el Consejo de Administración. Los recursos
LA
(233) El marco jurídico permite que actúen como fiduciantes “(i) las licen-
ciatarias de los servicios de Transporte y Distribución de Gas, (ii) las cooperati-
vas y los restantes sujetos activos de la Industria del Gas conforme se lo define
en el artículo 9º de la ley 24.076”. A su vez, pueden ser beneficiarios: (i) los titu-
lares de los valores representativos de deuda o certificados de participación an-
tes mencionados, (ii) los contratistas, proveedores, prestadores de servicios y/o
encargados de proyecto por obras y servicios relativos a la expansión en trans-
porte y distribución de gas natural, (iii) los organismos o instituciones naciona-
les e internacionales con las que se acuerden programas especiales de créditos,
y (iv) otros que resulten necesarios en cada proyecto y/u obra en particular, en
función de los objetivos planteados por el art. 2º de la ley 24.076. Finalmente, los
fideicomisarios son las licenciatarias de transporte o distribución y/o los sub-
distribuidores autorizados a operar como tales, respecto de activos físicos del
fideicomiso cuya titularidad les será transferida, una vez recuperada la inver-
sión (arts. 2º, 3º y 4º de la resolución 185/04).
OM
blemente afectado a la garantía de los pagos debidos bajo los
contratos. Al vencimiento del plazo de duración del Fondo, su
patrimonio remanente revertirá al Estado Nacional y a las ju-
risdicciones adheridas, en los términos que establezca el re-
glamento del Fondo”.
.C
Por su parte, la Procuración del Tesoro dijo que “el Fondo
es de garantía de los Entes Contratantes que son el ente estatal
(...) que celebra un contrato con el Encargado del proyecto (…),
en tanto que Encargado del Proyecto son los adjudicatarios de
DD
los respectivos proyectos de selección de cada proyecto (...) a
quien el Ente Contratante encomienda el diseño, construc-
ción, financiamiento y, eventualmente, el mantenimiento y
operación, de obras de infraestructura económica o social
bajo el régimen establecido en el presente decreto” (234).
LA
OM
ter complementario que ayudan en el financiamiento de las
obras no desvirtúa el carácter público de éstas como tampoco
excluye el régimen de la ley 13.064.
Por ejemplo, en ciertos supuestos, la construcción de las
obras se instrumenta por el sistema llave en mano y alqui-
ler con opción a compra a favor del Estado Nacional, criterio
.C
que luego estudiaremos. Así, en tal contexto, el empresario se
compromete a construir las obras en un plazo determinado
desde la recepción de los terrenos que son propiedad del Esta-
DD
do y sobre los que deben construirse las obras, corriendo con
los riesgos propios del financiamiento del proyecto.
A su vez, el Estado Nacional, en su carácter de fiduciante,
constituye a favor del fiduciario (financista) el dominio fidu-
ciario de los terrenos en los que se debe asentar la obra. Por
LA
OM
obras que realicen no constituyen obras públicas sino simple-
mente obras privadas reguladas por el Derecho Civil (236).
Sin embargo, puede plantearse un caso controversial cuan-
do el ente público no estatal realice obras —por sí mismo o ter-
ceros— con recursos del Estado y por orden de éste. Si se tratase
sólo de subsidios no es posible aplicar la ley 13.064 —tal como
.C
prevé de modo expreso este texto en su artículo primero—,
pero si además de los recursos el ente actuase por orden del
Estado, entonces sí debe aplicarse la Ley de Obras Públicas.
DD
Es decir, cuando el ente actúe por cuenta y orden del Es-
tado nacional y con fondos de éste, debe aplicarse —en tales
condiciones— la ley 13.064. Este contexto también puede pre-
sentarse en relación con las personas del derecho privado y se
LA
ben en propiedad plena los frutos o los bienes fideicomitidos, siempre y cuando
cumplan en tiempo y forma sus obligaciones contractuales. d) El Beneficia-
rio de la Renta del Leasing es quien recibe en propiedad plena los Cánones y
el Valor Residual, y podrá ser sustituido de acuerdo con lo que se pacte con-
tractualmente. El Beneficiario de la Renta del Leasing será el Adjudicatario o
su cesionario; e) el Beneficiario del CPl es quien, como Tomador del Leasing,
OM
terrogante obviamente es si el contrato celebrado en tal caso
es contrato de obra pública y se rige por la LOP.
.C
tado no es el comitente pero cierto es que el particular recibe
potestades estatales y, en ejercicio de éstas, celebra el contra-
to. Creemos que en tanto esté presente el elemento subjetivo y
DD
siempre que las leyes especiales no estableciesen otro criterio,
debe aplicarse la ley 13.064. Además, en el presente caso, debe
sumarse el fin público que persigue la obra, más allá de su ti-
tularidad o propiedad.
LA
OM
bilidad por la forma de financiar la obra, por su destino y por
el contralor que ejercería de los bienes, así como por las atri-
buciones que poseía, sin que aparezca como razonable exten-
der la misma a dichas entidades en términos que exceden los
límites impuestos por las propias normas... tal conclusión se
impone, pues las asociaciones cooperadoras que adhirieran al
.C
convenio de colaboración se obligarían a realizar la fiscaliza-
ción directa de los trabajos, a confeccionar la documentación
técnica indispensable, a contratar los materiales, la mano de
DD
obra, mediante llamado a licitaciones públicas y privadas, a
la vez que responderán frente a la Dirección General de Ar-
quitectura y Trabajos Públicos de la correcta aplicación de los
fondos que se les entregaran para lo cual debían rendir men-
sualmente cuenta documentada de su gestión, sin que aquello
LA
OM
del Tesoro Nacional.
.C
Parte del Estado nacional (comitente), de modo que en este
punto corresponde definir quiénes pueden ser empresarios,
es decir, quiénes pueden contratar con el Estado con el objeto
DD
de ejecutar obras públicas.
Spota explica que “el locador de obra asume esa obligación
comprometiéndose a alcanzar el resultado a su propio ries-
go, por lo menos el riesgo técnico, ya que el riesgo económico
puede faltar en mayor o menor medida, como en el sistema
LA
OM
citadas. Los representantes legales de las sociedades compro-
barán que están facultados para contratar en su nombre”.
Además de la capacidad civil, el Pliego exige capacidad téc-
nica y financiera a los oferentes en los siguientes términos. “La
capacidad técnica se establecerá indistintamente: 1) median-
te los antecedentes que las empresas registren en el Ministe-
.C
rio; 2) por certificado que acredite que han ejecutado en forma
satisfactoria trabajos análogos a los licitados; 3) por cualquier
otro medio que la Repartición juzgue conducente”. Por otro
DD
lado, “la capacidad financiera resultará de los elementos de
juicio que obren en poder del Ministerio, de los que aporten
los mismos proponentes o de información suministrada por
establecimientos bancarios o comerciales de notoria serie-
dad”.
LA
OM
en el Registro mencionado en los párrafos precedentes. Por
eso, nos proponemos analizar el régimen de este Registro.
.C
La ley 13.064 creó el Registro Nacional de Constructores de
Obras Públicas “a los efectos de la calificación y capacitación
DD
de las empresas, el que se regirá por el reglamento que debe-
rá dictar el Poder Ejecutivo” (artículo 13). Actualmente, este
Registro está reglamentado por el decreto 1724/93 del Poder
Ejecutivo.
El objetivo básico del Registro es establecer un modelo de
LA
OM
a cargo de un Consejo del Registro, integrado por cinco miem-
bros titulares y otros tantos suplentes.
Son miembros titulares, el Director del Registro, dos miem-
bros designados entre los funcionarios superiores de los or-
ganismos de la Administración nacional que realicen obras
.C
públicas y otro nombrado por el Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires. El miembro titular restante representa a la Cá-
mara Argentina de la Construcción (240).
DD
Las facultades del Consejo son, entre otras, inscribir, cate-
gorizar y calificar a las empresas interesadas con arreglo a las
normas que dicte en este sentido. Sin embargo, sus facultades
no se circunscriben a la evaluación de los antecedentes de las
firmas interesadas sino que debe, además, “calificar el com-
LA
OM
sas, en función de su organización societaria, origen y ante-
cedentes. Así,
- Categoría “A”: Empresa Constructora Local, con ante-
cedentes en obras públicas, privadas o subcontratadas
y constituida bajo la forma societaria contemplada en
.C
el Código de Comercio y la Ley 19.550.
- Categoría “B”: Empresa Unipersonal, con anteceden-
tes en obras públicas, privadas o subcontratadas.
DD
- Categoría “C”: Empresa Local, constituida bajo alguna
forma societaria, sin antecedentes en obras.
- Categoría “D”: Empresa Unipersonal, sin antecedentes
de obras.
LA
vé restricciones y prohibiciones.
OM
El Consejo —además de las competencias descritas en los
párrafos anteriores, en particular, como titular y responsable
del Registro— ejerce también el poder sancionador sobre las
empresas constructoras.
.C
básicamente —entre otras— dar o presentar información o
documentación falsa en el Registro e incumplir con las obli-
gaciones contractuales.
DD
En tal sentido, el artículo 20 de la ley 13.064 dispone que “si
antes de resolverse la adjudicación dentro del plazo de man-
tenimiento de la propuesta, ésta fuera retirada, o invitado a
firmar el contrato no se presentara en forma y tiempo o se ne-
LA
OM
¿Las infracciones locales deben ser sancionadas por las
Autoridades locales o nacionales indistintamente? ¿Debe el
Registro aplicar sanciones cuando el empresario hubiese sido
ya sancionado por las autoridades locales?
.C
A su vez, las sanciones comprenden desde el apercibimien-
to (menores) hasta suspensiones de un año (mayores). Sin em-
bargo, el Estado puede imponer suspensiones de hasta cinco
años, pero en ese caso el Consejo simplemente propone su
DD
aplicación ante la Secretaría de Obras Públicas (244).
Finalmente, caber recordar que el Protocolo de Contra-
taciones Públicas del MERCOSUR ya mencionado, tiene por
objeto “proporcionar a los proveedores y prestadores estable-
LA
OM
habilitación requeridas que sólo pueden comprender
aspectos jurídicos, fiscales, económicos, financieros
y técnicos, de conformidad con la decisión del CMC.
Estos requisitos serán cumplidos por los oferentes ori-
ginarios de los otros Estados Partes, mediante la pre-
sentación de documentación equivalente según su le-
.C
gislación nacional y con arreglo a lo que establezca la
decisión del CMC (art. 19, en sus incisos 2 y 3). A su vez,
OM
to IV.2.), quizás convenga repasar sobre otras figuras contrac-
tuales y particularmente su objeto, así abordaremos el con-
trato de suministro y el de consultorías. Creemos que ello nos
permite aprehender con mayor claridad y desde distintos as-
pectos el objeto del contrato de obras públicas en el marco
bajo análisis, esto es, la ley 13.064.
.C
VIII.2.1.1. El contrato de suministro
DD
El punto convergente entre el contrato de obras públicas y
el de suministro es las cosas muebles y ello ocurre cuando el
contrato de obras públicas tiene por objeto estos bienes. A su
vez, si el contrato de obra tiene por objeto cosas inmuebles el
punto de encuentro desaparece.
LA
OM
De todos modos, y más allá de los criterios distintivos, cier-
to es que —muchas veces— es más o menos difuso el límite
entre el contrato de suministros y el de obras públicas cuyo
objeto sean cosas muebles.
Al respecto, la Procuración del Tesoro sostuvo que “la obli-
.C
gación de hacer es fundamental para la discriminación” y que
“en el contrato de obra pública, ‘de acuerdo con la ley, se persi-
gue un resultado y por ello es un contrato de locación de obra
(...) El contrato de obra pública tiene como presupuesto lógico
DD
que el bien en el momento de la contratación no existe y pos-
tula la exigencia jurídica que éste debe realizarse por obra
del contratista (...) el contrato de obra pública comporta una
obligación de fabricar (...) en el cual el pago de la obra supone
un control efectivo de la fabricación, mientras que en el con-
LA
OM
especificaciones detalladas que se verificarán; f) si el encargo
se refiere a una cosa determinada, que no se destina al comer-
cio en general” (246).
.C
parte esencial del contrato de obras.
OM
los contratos de consultoría (249).
Es decir, según el criterio del Legislador, la realización de
los proyectos posee un régimen normativo propio, específi-
co y distinto de las obras públicas. En cierto modo es posible
interpretarlo como un límite al poder expansivo que, según
.C
ciertos operadores, le corresponde al régimen de las obras pú-
blicas (LOP) (250). Así, el artículo 11 de la ley 22.460 establece
que “la contratación de obras que incluyan la preparación de
DD
su proyecto, sólo podrá llevarse a cabo en casos excepciona-
les, mediante resolución del Ministerio competente, que de-
berá dictarla para cada caso y previo dictamen técnico justifi-
catorio. La resolución y el dictamen deberán publicarse en el
Boletín Oficial...”.
LA
(249) Según el art. 4º de la ley, “La responsabilidad del proyecto y de los es-
tudios que le han servido de base, caen sobre el organismo que los realizó”. La
misma disposición prevé la posibilidad de “... llamar a concurso para la elabo-
ración de proyectos y acordar permisos que se consideren justos y estimulan-
tes, así como contratar los proyectos directamente en casos especiales”. Sólo en
casos excepcionales podrá autorizarse la adjudicación sobre la base de ante-
proyectos y presupuestos globales. Pero éstos tendrán carácter provisional “por
el tiempo necesario para que se preparen y aprueben los documentos definiti-
vos”.
(250) Ver Marienhoff, Tratado..., t. III-B, p. 543 y sus citas.
OM
profesionales autónomos a título personal (251). Conforme los
fundamentos del decreto, “...el nuevo régimen debe estar cir-
cunscrito a la contratación de consultores de alto nivel de
profesionalismo para la provisión de servicios de naturaleza
extraordinaria, especializada o específica materializables en
términos prefijados”.
.C
En otros términos, este decreto —además de los regímenes
propios de los contratos de obras públicas y consultorías— pre-
vé el modelo de los contratos de locación de obra intelectual
DD
prestados a título personal. En particular, el decreto dice que
estos contratos deben encuadrarse bajo los decretos 1023/01
y 436/00, sin mención de la ley 22.460.
Así, el criterio que nos permite distinguir entre el régimen
LA
OM
y el pago del precio de éstas.
.C
del contratista de modo automático (art. 35). Así, “las demoras
en la terminación de los trabajos… darán lugar a la aplicación
de multas o sanciones que serán graduadas por el Poder Eje-
cutivo… siempre que el contratista no pruebe que se debie-
DD
ron a causas justificadas y éstas sean aceptadas por autoridad
competente.” Y agrega luego que “el contratista quedará cons-
tituido en mora por el solo hecho del transcurso del o de los
plazos estipulados en el contrato…”.
LA
los cuales deben dárseles cumplimiento. Si tal estipulación faltare, podrá re-
currirse supletoriamente, en primer término, a lo establecido por otra norma
o principios administrativos —que preceptúen sobre casos análogos o semejan-
tes— y, en último supuesto, a las normas o principios del derecho privado, te-
niendo en cuenta la índole del contrato” (Marienhoff, Tratado..., t. III-B, p. 350).
En cuanto a la distinción entre plazo y término cabe señalar que “para algunos
se trata de conceptos sinónimos, mientras que otros sostienen que por término
se designa el día, cierto o incierto, en el cual se inician o concluyen los efectos de
un determinado acto jurídico, mientras que el plazo sería el lapso que va desde
el otorgamiento del acto hasta el momento del término. Por otra parte, no falta
quien identifica al plazo como la cláusula que difiere o limita en el tiempo los
efectos del acto jurídico” (Mayo, Jorge A. en Belluscio —dir.—, Código Civil co-
mentado, Buenos Aires, Astrea, 1978, comentario al art. 566, p. 821).
OM
plaza… y las derivadas del atraso en que incurra el comiten-
te… Se entenderá que ha existido atraso cuando el comitente
ha demorado los pagos o retrasado por su culpa la emisión de
los certificados en formal tal que el monto impago de éstos o,
en su caso, el de los no emitidos en término, supere el quin-
ce por ciento del valor contractual actualizado o, en caso de
.C
mora, el retardo exceda de tres meses al plazo contractual-
mente estipulado para el pago”. A su vez, el artículo 50 in fine
señala que cuando el contratista se exceda del plazo fijado “se
DD
podrá prorrogar el plazo si el contratista demuestra que la de-
mora en la iniciación de las obras se ha producido por causas
inevitables y ofrezca cumplir su compromiso.”
Por otro lado, el Legislador también reconoció el derecho
del contratista en el cumplimiento y respeto de los plazos es-
LA
OM
rácter patrimonial amparado por el art. 17 de la Constitución
Nacional” (253).
Ya hemos dicho que uno de los rasgos del contrato de obra
pública es su carácter oneroso. La ley 13.064 regula el precio
en varios de sus mandatos.
.C
Por ejemplo, el artículo 37, LOP, establece que el contratista
no puede, bajo pretexto de error u omisión de su parte, recla-
mar aumento de los precios fijados en el contrato. Sin embar-
DD
go, sí deben corregirse las equivocaciones del presupuesto “en
cuanto a su extensión o valor de las obras”.
Asimismo, el artículo 38, LOP, se refiere a la fijación de un
nuevo precio unitario, de común acuerdo entre las partes, en
el caso de aumentos o disminuciones superiores al veinte por
LA
OM
VIII.3.1. El Sistema Nacional de Inversiones Públicas
.C
organismos presupuestarios, y de las Provincias en tanto so-
liciten fondos nacionales para la realización de proyectos de
inversión. A su vez, en este marco se elabora el plan nacional
DD
de inversiones públicas que es incorporado al proyecto de Ley
de Presupuesto (254).
Este sistema fue creado por la ley 24.354 del año 1994 y sus
objetivos son la iniciación y actualización permanente de un
inventario de proyectos de inversión pública nacional y, ade-
LA
(254) http://www.mecon.gov.ar/peconomica/basehome/plan_invpub2.html
(255) El Sector Público Nacional está compuesto por “el conjunto de todas
las jurisdicciones de la administración nacional conformado por la adminis-
tración central y los organismos descentralizados, sean o no autárquicos, in-
cluyendo las instituciones de seguridad social, el Banco Central de la República
Argentina, los bancos públicos nacionales y organismos autárquicos de carác-
ter financiero del Estado Nacional; las empresas y sociedades del Estado, socie-
dades anónimas con participación estatal mayoritaria, sociedades de econo-
OM
rencias, subsidios, aportes, avales, créditos y cualquier tipo
de beneficios. En efecto, dice textualmente la ley que “esta-
rán sujetos a las disposiciones de la presente ley, de las regla-
mentaciones que de ellas deriven y de las metodologías que
se establezcan a través del Sistema Nacional de Inversiones
Públicas, todos los proyectos de inversión de los organismos
.C
integrantes del sector público nacional así como los de las or-
ganizaciones privadas o públicas que requieran para su rea-
lización de transferencias, subsidios, aportes, avales, créditos
DD
y/o cualquier tipo de beneficios que afecten en forma direc-
ta o indirecta al patrimonio público nacional, con repercu-
sión presupuestaria presente o futura, cierta o contingente”
(art. 3º).
Sin embargo, las inversiones que lleven a cabo las Provin-
LA
estudio.
Por su parte, el plan anual nacional de inversiones públicas
se proyecta cada tres años.
OM
rar que respecto de los estudios de impacto ambiental, ya no
es posible limitar su obligatoriedad a esos supuestos en razón
de lo prescripto por la Ley General del Ambiente (ley 25.675).
Así, conforme este mandato normativo, el procedimiento de
evaluación de impacto ambiental es obligatorio respecto de
cualquier obra y actividad susceptible de degradar el ambien-
.C
te (art. 11).
b) Inversión. Este módulo comprende la decisión de su in-
clusión en el plan nacional de inversiones y en el presupuesto
DD
nacional, gestión y ejecución de la inversión, control conco-
mitante o seguimiento de los avances físicos y financieros, y
puesta en marcha o aplicación de prueba de los activos en las
actividades de producción de cada jurisdicción o entidad pú-
blica.
LA
(256) Ver art. 2º del decreto 720/95. La Dirección Nacional de Inversión Pú-
blica y Financiamiento de Proyectos funciona en la órbita de la Secretaría de
Política Económica (ex Secretaría de Programación Económica) del Ministerio
de Economía y Finanzas Públicas.
OM
formulación y evaluación de los proyectos de inversión
realizados en las jurisdicciones, en cuanto al cum-
plimiento de las metodologías, pautas y procedimien-
tos establecidos;
c) elaborar anualmente el Plan Nacional de Inversiones
.C
Públicas e intervenir en la determinación de los pro-
yectos a incluir en el mencionado plan. Este debe ser
comunicado a ambas Cámaras del Congreso, en el pri-
mer año de su formulación, y con carácter previo a su
DD
inclusión en el proyecto de Presupuesto General;
d) intervenir en la determinación de los sectores priorita-
rios para el destino de las inversiones públicas y en la
búsqueda de fuentes de financiamiento para los pro-
LA
yectos de inversión;
e) organizar y mantener actualizado el inventario de
proyectos de inversión pública y desarrollar e imple-
mentar un sistema que proporcione información ade-
cuada, oportuna y confiable sobre el comportamiento
FI
OM
sarrolladas y aplicadas al respecto y asimismo brindar
apoyo técnico en los asuntos de su competencia a las
jurisdicciones y entidades que así lo soliciten;
h) difundir las ventajas del sistema y establecer canales
de comunicación y acuerdos entre el sector público
nacional, las Provincias y Municipalidad de la Ciudad
.C
de Buenos Aires;
i) establecer canales de comunicación entre el sector
público nacional y el de la actividad privada y facilitar
DD
los acuerdos entre ambos para identificar y apoyar la
preinversión de proyectos de inversión de mutua con-
veniencia y congruentes con los objetivos de la política
nacional, e
j) informar trimestralmente a ambas Cámaras del Con-
LA
(257) Art. 9º, ley 24.354. Por su parte, el art. 11 faculta a la Administración
para fijar el monto máximo del programa o proyecto de inversión que podrá ser
aprobado directamente por el organismo o ente iniciador para su inclusión en
el plan nacional de inversión pública. Dicho monto máximo no puede superar,
en ningún caso, el uno por mil del presupuesto anual de inversión pública na-
cional, correspondiente al ejercicio anual inmediato anterior.
OM
A su vez, en el trámite de confección del plan se debe soli-
citar la opinión de los gobiernos provinciales donde se realicen
las inversiones (258).
Finalmente, la Jefatura de Gabinete de Ministros y la Ofici-
na Nacional de Presupuesto, en base a proyecciones de recursos
.C
y gastos, definen el monto total previsto para inversión pública
y los techos presupuestarios para cada organismo. Luego, a par-
tir del techo establecido, los organismos realizan la selección
definitiva de los proyectos.
DD
Así, y en base a los techos presupuestarios previstos en
relación con cada organismo, éstos deben realizar la selección
definitiva de los proyectos. La ley 24.354 también prevé la po-
sibilidad de que un proyecto de inversión sea aprobado direc-
LA
OM
anticipada del impuesto al valor agregado sobre las inversio-
nes en bienes de capital nuevos destinados a la actividad in-
dustrial o realización de ciertas obras de infraestructura con
exclusión de las obras civiles.
.C
VIII.3.2. La planificación o programación de las obras
OM
de los sistemas de control público y social de las obras y, par-
ticularmente, las deficiencias en la etapa de planificación de
las obras, lo que puede derivar en inversiones inútiles, precios
más altos y contrataciones directas por razones de urgencia.
.C
ca realizada por el Ministerio de Planificación Federal, Inver-
sión Pública y Servicios” de la AGN (Resolución 39/09). Entre
otras conclusiones, el informe indica que el Ministerio de Pla-
DD
nificación Federal, Inversión Pública y Servicios no dispone
de planificación estratégica para las obras públicas a realizar
en el territorio nacional a mediano y largo plazo, que relacio-
ne las acciones que están llevando a cabo las Secretarías y los
Fondos fiduciarios de su órbita, ni tampoco “... con un sistema
LA
OM
ten saldos disponibles de créditos presupuestarios (art. 33). En
efecto, la ley 24.156 establece que “no se podrán adquirir com-
promisos para los cuales no quedan saldos disponibles de cré-
ditos presupuestarios, ni disponer de los créditos para una fina-
lidad distinta a la prevista”. Sin embargo, el mismo texto legal
reconoce al jefe de gabinete de ministros el poder de reestruc-
.C
turar las partidas presupuestarias dentro del total aprobado por
cada ley de presupuesto y faculta al Poder Ejecutivo a realizar
gastos no incluidos en la ley en casos de fuerza mayor (264).
DD
A su vez, el Poder Ejecutivo puede en casos excepcionales
exceptuar el requisito del crédito legal y su previsión siempre
art. 8º de la ley 5456 de San Luis y art. 6º de la ley 5188 de Santa Fe, entre otros.
(264) “Art. 37. La reglamentación establecerá los alcances y mecanismos
para efectuar las modificaciones a la ley de presupuesto general que resulten
necesarios durante su ejecución. Quedan reservadas al Congreso Nacional las
decisiones que afecten el monto total del presupuesto y el monto del endeuda-
miento previsto.
FI
OM
como la autorización para financiarlo” (265).
Así, el Legislador incorporó un concepto controversial en
nuestro derecho público, esto es, el silencio del Congreso con
alcance positivo y convalidación de las conductas del Ejecu-
tivo. Cabe recordar que el artículo 82 del nuevo texto consti-
.C
tucional —en el marco del Capítulo sobre la formación y san-
ción de las leyes— dice que “la voluntad de cada Cámara debe
manifestarse expresamente; se excluye, en todos los casos, la
DD
sanción tácita o ficta”.
(265) Art. 7º, ley 13.064. El art. 19 de la entonces vigente ley de contabilidad
12.961 disponía que: “El Poder Ejecutivo podrá autorizar la apertura de créditos
únicamente en las situaciones siguientes:
a) Las que mencionan los arts. 6º y 23 de la Constitución Nacional;
OM
la ejecución del presupuesto de la Administración Nacional—
establece que “toda ley que autorice o disponga gastos deberá
prever en forma expresa el financiamiento de los mismos. En
caso contrario quedará suspendida su ejecución hasta tanto
se incluyan las partidas correspondientes en el presupuesto
nacional. Todos los contratos de locación de obra y/o de ser-
.C
vicios que resulten indispensables para la cobertura de ser-
vicios esenciales, incluidos los de los entes descentralizados,
deberán tener respaldo presupuestario y ser autorizados por
DD
decreto del Poder Ejecutivo nacional, por decisión adminis-
trativa, o por resolución del ente descentralizado, en la que
constarán detalladamente los fundamentos de las contrata-
ciones, sus respectivos montos y las obligaciones que generen.
Las jurisdicciones que ejecutan proyectos con financiamiento
de créditos de organismos internacionales y/o cualquier otra
LA
OM
promueva las acciones legales por violación al artículo 248 del
Código Penal” (art. 3º, inc. b).
Entendemos que el bloque legislativo citado en los párra-
fos anteriores (leyes 24.156, 24.629 y 25.152) debe integrarse
con la ley 13.064, de modo que en principio el Estado no pue-
.C
de celebrar el contrato sin previsión del crédito legal y que, en
tal caso, el agente que hubiese autorizado o celebrado el con-
trato es personalmente responsable por los perjuicios econó-
DD
micos causados o que se pudieren causar, salvo los supuestos
de excepción en los términos de la LOP y debidamente justi-
ficados.
OM
por daños y perjuicios derivados de la extinción del proce-
dimiento de licitación pública convocado a fin de proveer a la
construcción de un nuevo crematorio en un cementerio mu-
nicipal, considerando a tal fin que el llamado a licitación sin
contar con la disponibilidad de partidas presupuestarias con-
figuraba un acto ilícito y nulo por contrariar las normas sobre
.C
el manejo de fondos públicos”.
(266) Ob. cit., p. 96. Por su parte, Barra distingue tres momentos en los
que la Administración puede dejar sin efecto el procedimiento de contratación,
con distintos efectos: a) antes de la adjudicación: la extinción se funda en razo-
OM
dos son obtenibles con posterioridad a través del trámite del
art. 7º de la ley 13.064; o en todo caso el acto es regular y sus-
ceptible de saneamiento (arts. 15 y 19 de la ley 19.549)” (268).
.C
te, A. Bianchi considera que “si los fondos no son asignados a la realización del
contrato es por dos motivos: o bien porque el Estado no los tiene o bien porque
teniéndolos no quiere invertirlos en ese contrato. En el primero de los casos la
ilicitud del llamado a licitación es evidente en tanto se produjo en contraven-
DD
ción al principio general de todo llamado y en particular del art. 4º de la ley
13.064...”. En el segundo, “... si bien la decisión (tal vez tomada por el propio
Congreso) de no remitir los fondos al órgano licitante sí ha tenido en miras un
interés público (...), por el contrario, la decisión anterior de abrir la licitación
continúa siendo ilegítima...”. Sin embargo, concluye el autor citado que “... sí
existe un caso en que la falta de fondos en una licitación pública puede deri-
var en una revocación de la misma por razones de interés público. Es el caso
LA
OM
obras públicas están integrados, según la ley, por el contrato,
las bases de la licitación, el pliego de condiciones, las especifi-
caciones técnicas y los otros documentos, más las disposicio-
nes constitucionales, los tratados, las leyes y decretos.
Finalmente, las contrataciones deben estar motivadas en
.C
los mismos términos que exige la LPA en relación con los actos
administrativos, es decir, “deberá ser motivado, expresándose
en forma concreta las razones que inducen a emitir el acto”.
DD
VIII.3.4. El Pliego de bases y condiciones
(269) El artículo 4° de la LOP dispone que “antes de sacar una obra públi-
OM
VIII.3.5. El proyecto de la obra
.C
En este marco, el proyecto es un instrumento sumamente
importante con el fin de precisar las características de la obra
y, consecuentemente, las obligaciones del empresario (272). Es
DD
decir, sin perjuicio de los pliegos generales, particulares y —en
su caso— de las especificaciones técnicas, el proyecto de obra
establece los mayores detalles a través de los planos y memo-
rias descriptivas.
LA
(271) Bezzi explica que “la documentación del proyecto de la obra se in-
tegra con los planos y pliegos de bases y condiciones. Los planos describen o
FI
OM
y presupuestos…”.
.C
planos, deberá comunicarlo al funcionario competente antes
de iniciar el trabajo”. A su vez, “el contratista es responsable
de la correcta interpretación de los planos para la realización
DD
de la obra…”.
(273) Igual criterio siguen las leyes 6021 de la Provincia de Buenos Aires
(art. 5°) y 5188 de Santa Fe, aunque la segunda prevé expresamente la respon-
sabilidad del contratista “... en cuanto a los errores o deficiencias de los planos
o del proyecto que sean advertibles con la documentación a su alcance, salvo
que sean denunciados antes de la fecha del replanteo total o parcial o de la del
acta de iniciación de los trabajos, según sea pertinente” (art. 13). Por su par-
FI
te, el art. 15 de la ley 8614 de la Provincia de Córdoba establece que “... La res-
ponsabilidad del proyecto y de los estudios realizados para una obra pública,
cuando sean las bases de su ejecución, recaerá solidariamente sobre el orga-
nismo que lo realice, los profesionales intervinientes y el contratista por lo que,
previo a realizar la oferta, deberá controlar la documentación técnica. En caso
OM
de advertirlo y si no lo hace debe, consecuentemente, respon-
der por las consecuencias dañosas. Quizás el mayor inconve-
niente es definir en qué casos el vicio debió ser advertido y en
cuáles no. Sin dudas, debe considerarse cuáles son las parti-
cularidades del caso, por ejemplo, si el defecto del proyecto es
ostensible o no y si el contratista obró con cuidado y previsión
.C
de acuerdo con las reglas del arte.
Sin perjuicio de las disposiciones legales ya comentadas, el
Pliego puede dar mayores precisiones. Así, por ejemplo, es ha-
DD
bitual que los pliegos de condiciones generales establezcan la
obligación del contratista de estudiar exhaustivamente la do-
cumentación licitatoria, e incluso de recoger en el lugar de la
OM
consigo la responsabilidad absoluta y exclusiva del contratis-
ta por vicio del suelo, salvo disposición en ese sentido en el
pliego de condiciones especiales. Todo ello, sin perjuicio de la
responsabilidad que le corresponde al comitente en los térmi-
nos del 4, LOP.
.C
A su vez, el contratista está obligado a aceptar las altera-
ciones por errores en el proyecto que conlleven aumentos o
disminuciones de costos o trabajos contratados. En el primer
DD
caso debe abonársele el valor del aumento, pero en el segundo
no tiene derecho a indemnización por los beneficios que dejó
de percibir por las reducciones de los trabajos, sin perjuicio
del reconocimiento del perjuicio causado por el acopio y con-
tratación de materiales o equipos respecto de las obras can-
celadas. Cuando esas alteraciones superen, en más o menos,
LA
VIII.4. La finalidad
OM
blicas en esas condiciones, esto es, más tecnología, menor costo
y tiempo oportuno. En este sentido, entre los antecedentes y el
debate parlamentario de la ley 13.064 se señala que ésta persi-
gue “favorecer la concurrencia de los contratistas y obtener así
mayor competencia y por consiguiente, mejores precios” (275).
.C
VIII.5. El procedimiento
DD
Si bien este elemento está relacionado con las formas, tal
como veremos en el siguiente apartado, será objeto de estudio
detallado en el punto X sobre el procedimiento de selección
del contratista.
LA
OM
de un contrato de obra pública que luego la Corte reprodujo
en otros fallos.
Así, “las quejas referentes a la omisión de formas esenciales
para la celebración del contrato conducen a dilucidar la exis-
tencia de éste. En tal sentido, es menester recordar que este
.C
tribunal ha sostenido reiteradamente que la validez y eficacia
de los contratos administrativos se supedita al cumplimien-
to de las formalidades exigidas por las disposiciones legales
pertinentes en cuanto a la forma y procedimientos de con-
DD
tratación (Fallos: 308:618; 316:382; causa M.265.XXXIII, “Más
Consultores Empresas Sociedad Anónima c. Santiago del Es-
tero, Provincia de, Ministerio de Economía s/ cobro de pesos”,
sentencia del 1 de junio de 2000).
A su vez, “en razón del carácter administrativo del contra-
LA
OM
ello debía justificarse mediante los informes pertinentes y con
una adecuada motivación de los actos administrativos que de-
terminaran la aplicación del régimen excepcional, acreditando
la real existencia de las circunstancias de emergencia”.
Entonces y a título de conclusión el Tribunal señaló que “la
.C
prueba de la existencia de un contrato administrativo se ha-
lla íntimamente vinculada con la forma en que dicho contrato
queda legalmente perfeccionado. Cuando la legislación aplica-
DD
ble exige una forma específica para su conclusión, dicha for-
ma debe ser respetada pues se trata de un requisito esencial
de su existencia” (énfasis agregado) (278). Por tanto, los agravios
de la apelante deben ser acogidos pues no es posible admitir la
acción basada en obligaciones que derivarían de un supuesto
contrato que, de haber sido celebrado, no lo habría sido con
LA
OM
para evitar que la comuna se enriquezca a expensas del patri-
monio del particular sin compensación alguna”. Por su parte,
los jueces Maqueda y Zaffaroni también resolvieron revocar
la sentencia recurrida, pero por los fundamentos expuestos
en el dictamen del Procurador Fiscal. Este sostuvo —con cita
del precedente “Ingeniería Omega”— que “… si la legislación
.C
aplicable había determinado una forma específica para la
contratación, dicha forma debía ser respetada, por tratarse de
un requisito esencial de existencia…”. En cuanto al enrique-
cimiento sin causa, el dictamen recordó que en el precedente
DD
citado, el Tribunal había descartado la aplicación de ese ins-
tituto con fundamento en el principio de congruencia, toda
vez que la actora no había hecho el planteo correspondiente
al deducir la demanda.
LA
(281) Conforme el art. 21 de la ley 13.064. Esa norma establece además que
el contrato que firmen las partes se afianzará por un 5% del monto del conve-
nio. También, que se podrá contratar con el proponente que sigue en orden de
conveniencia, cuando los primeros retirasen sus propuestas o no concurriesen
a firmar el contrato. El art. 22 dispone que una vez firmado el contrato, se entre-
gará al contratista, sin costo, una copia autorizada de los planos y presupues-
tos, y se le facilitarán los demás documentos del proyecto. El art. 23 prohíbe la
cesión del contrato sin autorización de la Administración. Finalmente, el art. 24
OM
bién establece, por caso, las garantías que debe constituir el
adjudicatario, la obligación de entregar al contratista la docu-
mentación del proyecto y la prohibición de transferir o ceder
el acuerdo. Al respecto, R. Barra observa razonablemente que
“... la entrega de la garantía contractual y de la documentación
técnica se vincula mucho más con el cumplimiento de las
.C
obligaciones asumidas por las partes que con los requisitos de
perfeccionamiento del contrato, sin perjuicio de que, al mo-
mento de formalizar la contrata, las partes se nieguen a sus-
DD
cribirla si tales requisitos no se han cumplido. En ese caso, ob-
viamente, el contrato no habrá quedado perfeccionado” (283).
OM
ser predeterminado por el Estado antes del llamado.
Por tanto, el sistema de contratación incide en el proce-
dimiento de medición de los trabajos y básicamente en el mé-
todo de formación del precio de la obra.
Luego —en el capítulo sobre el precio— veremos que es po-
.C
sible fijar pagos totales o parciales a cambio de la entrega de
las obras ya realizadas o incluso pagos a cuenta y, finalmen-
te, el pago del saldo resultante. Pero, el punto que debemos
DD
tratar aquí no es en qué términos o condiciones debe pagarse
el trabajo —por ejemplo, el plazo del pago— sino cómo debe
calcularse el precio (284).
En particular, la Ley de Obras Públicas establece que el Es-
tado comitente puede elegir el sistema de contratación y eje-
LA
OM
sigue uno u otro sendero ello es discrecional. Sin embargo, el
ejercicio de ese poder discrecional debe apoyarse en términos
razonables en las características de las obras.
.C
alzado. Este es el marco que establece el campo discrecional
del Estado.
OM
plados en la LOP.
.C
cio de las obras se establece por piezas o medidas según el
puto o valor de las obras. La ley 5456 de la Provincia de San Luis establece que
“la contratación de Obras Públicas podrá realizarse mediante: a) Contrato de
Obra Pública, que a su vez puede serlo por cualquiera de los siguientes sis-
temas: 1. por unidad de medida; 2. por ajuste alzado, 3. por coste y costas; 4.
por administración delegada, 5. por combinación de estos sistemas entre sí;
6. por otros sistemas que como excepción se puedan establecer…”. La ley 5188
de la Provincia de Santa Fe establece que “la construcción de obras por terce-
ros, se hará por uno de los siguientes sistemas de contratación: a) ajuste alza-
do; b) precio global con reconocimiento de variaciones de costos; c) unidad
de medida y precios unitarios; d) costo y costas; e) combinación de sistemas
precedentemente enunciados; f) otros sistemas de excepción cuya convenien-
cia se establezca”. Finalmente la ley 4416 de la Provincia de Mendoza ordena
que “la ejecución de las obras públicas podrá contratarse por cualquiera de
las siguientes modalidades: a) Unidad de medida; b) Ajuste alzado; c) Coste y
costas (en caso de urgencia justificada o de conveniencia comprobada y que
se encuentre en alguno de los supuestos del art. 16). d) Combinación de estos
sistemas entre sí; e) Por otros sistemas que, como excepción, podrá autorizar
el Poder Ejecutivo...” (art. 15).
avance del trabajo y no por el total de las obras. Por eso este
modelo es también conocido como precio unitario (287).
OM
lación más estrecha con los factores naturales —por caso, las
construcciones de obras hidráulicas y viales—.
.C
valor y extensión.
apartarse, desistir o romper el contrato una vez terminada una unidad y pagada
que sea esa unidad. En cambio, si se designa el número de unidades o la medida
total, ya no puede caber esa resolución, porque se trata del sistema de unidad de
medida (…) En resumen: existe unidad de medida cuando hay designación de
la cantidad a efectuar (v.gr., un edificio, un camino, una cantidad determina-
da de excavación, etc.). Cuando no existe determinación de medida, cantidad o
pieza, se está ante la unidad simple” (Tratado de locación de obra, Buenos Aires,
Depalma, 1976, vol. I. ps. 539-540).
(288) Tal como señala Bezzi en su obra El contrato de obra pública, cit., la
contratación bajo esta modalidad lleva a determinar: a) los trabajos: movimien-
to de tierra, excavaciones, mampostería; b) las unidades: m2, metro lineal, por
boca y, por último, c) las cantidades.
OM
cada unidad (trabajo o ítem) que debe ser cotizada por el ofe-
rente, incluyendo en él todos los gastos necesarios con el obje-
to de concluir con el trabajo parcial.
.C
deban realizar según el proyecto.
trabajo.
El pliego de condiciones dice que “la contratación de obras
a través del sistema de unidad de medida se realizará sobre
la base de la cantidad de unidades determinadas en el presu-
FI
OM
En el primer caso —unidades simples—, el supuesto de he-
cho del que parte el Estado es que si bien se encuentran de-
terminados los trabajos a realizar, no es posible determinar
a priori las cantidades de cada uno de esos trabajos. Por ello,
el precio unitario a fijar por cada trabajo a realizar debe de-
terminarse contando al menos con ciertos parámetros míni-
.C
mos que permitan efectuar una cotización de dichos trabajos,
como por ejemplo los medios humanos y técnicos (personal y
equipos) y el tiempo en los que los mismos deberán ser utili-
zados.
DD
En el segundo caso —unidades de medida propiamente di-
chas— que es el más común, parte de un supuesto de hecho
distinto porque el Estado sí determinó cuáles son los trabajos
a realizar y las cantidades respecto de cada trabajo.
LA
OM
unitarios por piezas o medidas que estudiamos en el apartado
anterior.
.C
Es decir, el concepto puede describirse de modo más o me-
nos sencillo en los siguientes términos, las obras en el marco
del ajuste alzado son fijas e invariables y, consecuentemente,
DD
su precio es también rígido. El razonamiento es lógico porque
no puede exigirse un precio variable si las obras son invaria-
bles.
(289) En el ámbito del derecho civil, el artículo 1633 del Código Civil es-
tablece que aunque encarezca el valor de los materiales y mano de obra, el lo-
cador bajo ningún pretexto puede pedir aumento en el precio, cuando la obra
ha sido contratada por una suma determinada, salvo lo dispuesto en el artícu-
lo 1198. Sobre la invariabilidad del precio, ver Spota, Alberto, Tratado de loca-
ción de obra, Buenos Aires, Depalma, 1976, vol. II, p. 516 y siguientes.
OM
el caso de las grandes obras y en las que puedan producirse
variantes durante su ejecución.
.C
Pensemos —además— que los elementos del contrato es-
tatal —igual que cualquier otro contrato— están relacionados
DD
unos con otros, de modo que las alteraciones de las obras, es
decir, básicamente el objeto, va a replicar sobre el plazo y el
precio del acuerdo.
este distingo?
(290) Barra señala que en tal caso, el Estado (que es en definitiva el dueño
de las obras con las cuales pretende satisfacer un interés general) asume tam-
bién un riesgo importante bajo este sistema porque es altamente probable que
el empresario invierta menos como resultado de las menores cantidades de tra-
OM
consciente de que el precio de las obras a construir es inamo-
vible durante todo el tiempo de ejecución del contrato, el pre-
cio a ofertar será considerablemente más alto porque incluirá
en su propuesta económica un valor adicional por el riesgo de
que se produzcan aumentos en los precios. Así, y según este
criterio, los precios se elevan artificialmente al momento de
.C
definirse y presentarse las ofertas; situación que se profundi-
za sustancialmente en el marco de las economías inestables y
cíclicas como ocurre en nuestro país. En este sentido, R. Lo-
DD
renzetti puso de manifiesto que este modelo es llamativo
porque contrapone el pacto rígido con circunstancias flexi-
bles. Es por ello este sistema cayó prácticamente en desuso
entre nosotros en el marco de las contrataciones estatales (291).
LA
de Bienestar Social)”, LA LEY, 1990-E, 482. Por otra parte, “en el sistema de
‘ajuste alzado absoluto’ —conocido como ‘forfait’ en el derecho francés o ‘per
aversionem’ en el derecho italiano— el empresario o locador asume el ries-
go de que el precio cotizado garantice adecuadamente sus costos y le per-
mita alcanzar las utilidades razonablemente asequibles; funcionando como
una cláusula de garantía a favor del comitente o locatario para cubrirse de
las posibles insuficiencias de la estimación o presupuestos del empresario que,
con diversas motivaciones, podría siempre encontrar causas para aumentar
los precios originarios, ya sea por el encarecimiento de los materiales o mano
de obra o, por la necesidad de nuevos trabajos no previstos (confr. Belluscio -
Zannoni, ‘Código Civil...’, t. VIII, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1999, ps. 106/107;
Gregorini Clusellas, Eduardo, ‘Locación de obra’, Ed. La Ley, Buenos Aires,
OM
rige básicamente —como ya sabemos— por la Ley de Obras
Públicas y las normas complementarias.
Así, el actual régimen de revisión de precios de los contra-
tos de obra pública creado por el decreto 1295/02 (Redetermi-
nación de Precios de las Obras Públicas), establece que este
.C
modelo de revisión debe aplicarse a los contratos de obra pú-
blica regidos por la ley 13.064, con excepción de las concesio-
nes con régimen propio y cobro directo al usuario, concesio-
nes de obra y servicios, licencias y permisos.
DD
Siguiendo entonces el mandato legal, los pliegos de con-
diciones particulares de las obras contratadas bajo este siste-
ma —ajuste alzado relativo— deben prever la aplicación del
decreto 1295/02. Sin embargo, aun cuando los pliegos guar-
LA
OM
(292) “Contratación por ajuste alzado sin presupuesto oficial detallado. Las
obras se contratarán sobre la base del monto total establecido por el adjudica-
tario en su propuesta, quedando entendido que las certificaciones parciales son
al solo efecto del pago a cuenta del importe total de la obra. Dentro del monto
del Contrato se entenderá incluido el costo de todos los trabajos que, sin estar
expresamente indicados en los documentos del contrato, sea imprescindible
.C
ejecutar o proveer para que la obra resulte, en cada parte y en su todo, conclui-
da con arreglo a su fin y a lo establecido en esos documentos. El proponente in-
cluirá en su propuesta el formulario de cotización que se detalla en el pliego de
condiciones particulares, consignando ítem por ítem, siguiendo el listado del
DD
presupuesto oficial, con indicación de cantidades, precios unitarios y totales
de los ítems. En su preparación se tendrá en cuenta, que: a) Se podrán agregar
o intercalar los ítems que a juicio del proponente pudieran faltar. b) Se manten-
drá en todos los casos el orden de los existentes y el que faltare se intercalará
en el rubro respectivo. Por errores de significación que pudieran caracterizar
determinados ítems del presupuesto, el comitente exigirá al adjudicatario su
corrección dentro de los cinco (5) días de la notificación. La corrección podrá
LA
trato se entenderá incluido el costo de todos los trabajos que, sin estar expresa-
mente indicados en los documentos del contrato, sea imprescindible ejecutar o
proveer para que la obra resulte en cada parte y en su todo concluida con arre-
glo a su fin y a lo establecido en esos documentos. No se reconocerá diferencia
a favor del contratista, entre el volumen ejecutado en obra y el consignado en el
presupuesto del Contrato, salvo que las diferencias provengan de ampliaciones
o modificaciones debidamente aprobadas por el comitente. Queda entendido
que todos los ítem del presupuesto oficial serán afectados por el porcentaje de
aumento o rebaja contractual que resulte de la comparación del monto ofertado
con el del presupuesto oficial” (artículo 7°).
(293) “Para todos los ítem a contratar por ajuste alzado, se aplicará lo con-
signado en el artículo 7° del presente Pliego. En cuanto a los ítem a contratar
OM
me el empresario es mayor porque —tal como explicamos an-
teriormente— el monto es único e invariable, en tanto en las
unidades de medidas el precio varía según la cantidad de pie-
zas o medidas efectivamente realizadas.
.C
IX.4. El sistema de coste y costas
OM
parte las costas son las utilidades del empresario.
Así, el Estado comitente debe pagar todos los costos que
insume el proceso de ejecución de las obras y —a su vez— el
empresario recibe su retribución (costas) que puede estable-
cerse bajo dos modalidades, como porcentaje respecto de los
.C
costos o por sumas fijas.
El contrato debe fijar cuáles son los costos y gastos reem-
bolsables, como así también los posibles anticipos con el ob-
DD
jeto de que el empresario compre los materiales y pague la
mano de obra y los costos de los equipos, entre otros gastos.
En general, este sistema de contratación es usado en la
realización de obras con marcadas y profundas indetermina-
ciones y, consecuentemente, en tales casos se hace práctica-
LA
OM
sos no existe un precio fijado previamente como retribución
por la ejecución de las obras. En efecto, el precio sólo puede
determinarse luego de finalizada la obra y de conformidad
con las inversiones realizadas, sin perjuicio de la posibilidad
de establecer rendiciones de cuentas parciales según el avan-
.C
ce del trabajo. Por ello, el empresario debe entregarle al comi-
tente las constancias de los gastos y éste reembolsarlos.
OM
Por último, cabe aclarar que el sistema normativo sobre re-
visión de precios —decreto 1295/02— debe aplicarse en estos
supuestos sobre cada uno de los elementos del coste, refleján-
dose luego en el valor de las costas.
.C
IX.5. Los sistemas de excepción
OM
mismo” se refiere a los contratos en que se hubiesen
fijado “precios unitarios”.
.C
total de las obras. Cuando las modificaciones sean menores al
veinte por ciento de un ítem, debe respetarse el precio origi-
nario convenido entre las partes, readecuándose el valor total
en términos relativos.
DD
Sin embargo, cuando las alteraciones sean mayores al
veinte por ciento de un ítem, las partes tienen derecho a que
se fije un nuevo precio unitario de común acuerdo. En caso de
disminución, el nuevo precio se aplicará a la totalidad del tra-
LA
OM
torias para el contratista en las condiciones que establece el
artículo siguiente, abonándose en el primer caso el importe
del aumento sin que tenga derecho en el segundo a reclamar
indemnización alguna por los beneficios que hubiese dejado
de percibir…”.
.C
A su vez, “las alteraciones a que se refiere el artículo ante-
rior deben considerarse de la siguiente forma: a) Si se hubiese
contratado por el sistema de unidad de medida e importase
en algún ítem un aumento o disminución superior al veinte
DD
por ciento (20 %) del importe del mismo, la Administración o
el contratista en su caso, tienen derecho a que se fije un nue-
vo precio unitario por análisis y de común acuerdo. En caso
de disminución, el nuevo precio se aplicará a la totalidad del
trabajo a realizar en el ítem; pero si se trata de aumento, solo
LA
OM
no llegarse a un acuerdo sobre los precios nuevos, los trabajos
deberán ser ejecutados obligatoriamente por el contratista,
a quien se le reconocerá el costo real, más los porcentajes de
gastos generales y beneficios que correspondan, todo de con-
formidad al procedimiento que establezca la documentación
contractual”. Por otro lado, “en los contratos celebrados por el
sistema de coste y costas el porcentaje a que se refiere el artícu-
.C
lo 45 se calculará sobre las cantidades de obra contratada”.
El igual sentido, establece el artículo 61 de la ley de la Pro-
DD
vincia de Santa Fe que “las modificaciones del proyecto que
produzcan aumentos o reducciones de ítem contratados o
creación de nuevos ítems, que no excedan en conjunto del
veinte por ciento del monto total del contrato, serán obliga-
torias para el contratista en las condiciones que establece el
LA
OM
el Pliego de Bases y Condiciones (art. 62) (295).
.C
que cuente con acuerdo previo del contratista, en cuyo caso no podrán superar
el treinta por ciento (30%) del total de la obra. Si en el transcurso de la cons-
trucción se resolviera introducir modificaciones que signifiquen disminución o
ampliación del proyecto originario, ello dará lugar al reajuste de precio corres-
DD
pondiente, conforme las pautas establecidas en la presente Ley. Cuando se trate
de obras a realizarse en base a precios unitarios, la propuesta deberá ajustarse
a las cantidades computadas en el presupuesto oficial, debiendo el proponente
limitarse a cotizar precios por cada uno de los trabajos individuales o ítems que
se licitan… El precio final resultará de la aplicación de los precios unitarios a las
cantidades de obras realmente ejecutadas. Por su parte, el artículo 48 dispone
que “cuando se hubiere fijado precio unitario en los presupuestos oficiales de
LA
una obra pública y hubiere lugar a las modificaciones que señalan los artícu-
los 40 y 47 de esta Ley, que importasen aumento o disminución de algún ítem su-
perior al veinte por ciento (20%) del importe del mismo, cualquiera de las partes
tendrá derecho a reclamar la fijación de un nuevo precio unitario, precio que se
fijará de común acuerdo. En caso de disminución, el nuevo precio se aplicará a
la totalidad del ítem, y si se trata de aumento, se aplicará al excedente. A falta de
acuerdo, la administración tendrá derecho a realizar directamente los trabajos
FI
del ítem modificado o formalizar un nuevo contrato para esto, sin derecho a re-
clamo alguno por parte del contratista”. Finalmente la ley dice que “en el plie-
go de condiciones se establecerá expresamente la forma como debe medirse y
pagarse toda obra o trabajo, conforme las pautas establecidas en el artículo 17
de la presente” (art. 49). Por su parte, la ley 4416 de la Provincia de Mendoza es-
tablece que “aprobadas las alteraciones de obra ….el contratista estará obligado
a aceptarlas siempre que… b) las alteraciones no representen en conjunto un
monto superior al veinte por ciento (20 %) del importe básico del contrato … En
los contratos celebrados por el sistema de coste y costas, el porcentaje se calcu-
lará sobre las cantidades de obra contratada.” Dice el artículo 50 que “será obli-
gatorio, cuando cualquiera de las partes lo solicite, la modificación de precios
básicos de uno o más ítems cuando concurran las siguientes causas: 1. Que el
aumento o disminución particular del ítem exceda el veinte por ciento (20 %) de
la cantidad prevista para el mismo. 2. Que el valor del aumento o disminución,
agregado o supresión de uno o varios ítems exceda el dos por ciento (2 %) del to-
tal de la obra contratada. Los nuevos precios se determinarán: a) Si se hubiere
contratado por unidad de medida se abonará a precio nuevo el excedente sobre
el veinte por ciento (20 %) si hubiere aumento o la totalidad del ítem en caso de
OM
Es decir, la elección del modelo tiene relación con el tipo de
obra, sus características y el proyecto respectivo.
Más puntualmente, el Estado comitente debe evaluar los
siguientes aspectos de carácter técnico:
.C
a) el tipo de obra, esto es, básicamente si se trata de obras
de arquitectura o ingeniería, como luego veremos, y
b) el proyecto y su grado de desarrollo.
DD
El criterio de unidad de medida, como ya explicamos, es
utilizado comúnmente en las obras de ingeniería por su com-
plejidad técnica y su relación con los factores naturales (por
ejemplo, las obras hidráulicas y viales). A su vez, el modelo
LA
OM
ma de contratación
.C
ganismo que los realizó.” Por su parte, el artículo 12 del mis-
mo texto legal dispone que “los planos, presupuestos, la me-
mora y demás documentación necesaria para información de
DD
los proponentes estarán a disposición de los que deseen con-
sultarlos…”. Finalmente, el artículo 22 añade que “después de
firmado el contrato, se entregará al contratista, sin costo, una
copia autorizada de los planos y presupuestos…”.
En síntesis, este cuerpo normativo (LOP) establece el prin-
LA
OM
cierto sentido más preciso que el precio total de la obra por
ajuste alzado, permite disminuir los riesgos por desajustes
entre las obras efectivamente realizadas y el precio pactado.
Por su parte, el sistema de ajuste alzado supone el máximo
nivel de asunción de riesgos por el contratista. Por último, en
.C
el sistema de coste y costas, el mayor riesgo debe ubicarse en
el propietario de las obras, es decir, el Estado, pues las costas
(materiales, maquinarias y terrenos, entre otros gastos) deben
abonarse por el comitente según las rendiciones hechas por el
DD
constructor además de las ganancias (costas).
En el caso de modificaciones en los precios por alteraciones
en el proyecto por decisión del comitente en ejercicio del ius
variandi, debe aplicarse el régimen que prevén los artícu-
LA
OM
otros. Así, el marco jurídico prevé la responsabilidad del Es-
tado comitente —en todo o en parte— por la revisión de los
precios, caso fortuito y hecho del príncipe. En tal sentido, la
ley 13.064 cuando establece el régimen del caso fortuito (ar-
tículo 39, LOP) no distingue entre los diferentes sistemas de
contratación y otro tanto ocurre con el instituto de la imprevi-
.C
sión en los términos del decreto delegado 1023/01 y el artícu-
lo 1198 del Código Civil.
A su vez, cabe preguntarse si se deben modificar los precios
DD
convenidos por unidad de medida —simples o de conjunto—
en razón de los vaivenes económicos. Evidentemente debemos
aplicar el régimen de redeterminación de precios (decreto
1295/02, más las normas reglamentarias y complementarias)
sobre el valor de las distintas unidades de medida que com-
LA
OM
por ejemplo, por kilómetro de camino. Aquí no se fija el pre-
cio total, que, empero, es también invariable como en el caso
anterior, pues resulta de multiplicar el número de unidades
encargadas por el precio fijado a cada una de ellas. Así, por
ejemplo, se contrata la construcción de un camino de cin-
cuenta kilómetros, fijándose el precio de un millón de pesos
el kilómetro. Estos contratos dejan la puerta abierta para que
.C
las partes puedan continuar la obra emprendida en las mis-
mas condiciones, si el contrato sigue siendo conveniente para
ambas. Basta en tal caso una simple orden del comitente, sin
DD
que sea necesario formalizar un nuevo contrato con nuevas y
completas estipulaciones… c) Por coste y costas. El precio de
la obra se fija teniendo en cuenta lo que ella costaría de man-
tenerse los actuales precios de los materiales y salarios; pero
se reconoce al contratista el derecho de reajustarlo de acuerdo
LA
OM
del dueño. Se caracteriza por la determinación e invariabili-
dad del sinalagma genético…, es decir, determinados con pre-
cisión la obra y el precio, no se pueden cambiar… Así, el em-
presario debe soportar las variaciones del precio, los costos no
aclarados y las unidades construidas en exceso. A su vez, el
contratante pagará más caro, ya que el empresario debe agre-
.C
gar un plus por los riesgos que asume. Sin embargo en caso
de imprevisión es posible modificar el precio de las obras. Por
su parte, el ajuste alzado relativo permite matizar el carácter
casi pétreo del modelo anterior. A su vez, el sistema de unidad
DD
de medida prevé dos casos, a) unidad de medida simple y b)
unidad de medida total. En el primero de ellos, el precio no se
fija por la totalidad de la obra sino por cada parte, tomándose
como parámetro una unidad o medida técnica (m2, etapas de
la obra, etc.)… En este sistema no hay una determinación de la
LA
OM
hay variaciones en la obra o en la cantidad de medidas, todo
ello es soportado por el dueño...”.
.C
X.1. Los principios en el procedimiento de selección
OM
condiciones propuestas pero de haberse planteado otras con-
diciones, los oferentes pudieron haber sido muchos (298).
.C
de no ser ... [en cuestiones] que, refiriéndose al fondo, no altere
los derechos y obligaciones comunes a todo licitante consigna-
dos en los pliegos. Si los alterara, introduciendo modificacio-
nes o haciendo reservas, se produciría un desnivel en aquella
DD
situación en que todos los licitantes deben ponerse para fijar
precios y competir, y no podría decirse con plena conciencia,
llegado el momento, cuál de las propuestas es la más conve-
niente, pues los precios, sean unitarios o globales, aparente-
mente más bajos pueden, en el desarrollo o ejecución de una
LA
OM
El principio de concurrencia consiste en asegurar la presen-
tación y participación de la mayor cantidad posible de oferen-
tes y, de ese modo, permitir que el Estado esté en condiciones
de celebrar el contrato en términos más favorables. De todos
modos, ello no impide que en caso de presentarse una única
.C
oferta, el Estado pueda adjudicar las obras (art. 18, LOP).
OM
dudas se debe resolver según el criterio igualitario.
.C
ción (art. III.5). Ciertamente, la publicidad no sólo compren-
de el principio instrumental de difusión de las contrataciones
—en los términos del artículo 10 de la ley 13.064 y el decreto
DD
delegado— sino también el acceso de los interesados a las ac-
tuaciones (302).
OM
dad recae y afecta la libre concurrencia y transparencia del
proceso de selección.
.C
La LOP establece el principio general a seguir, esto es, las
licitaciones públicas. Así, el artículo 9°, LOP, en su encabeza-
miento dispone que “sólo podrán adjudicarse las obras públi-
DD
cas nacionales en licitación pública”.
Sin embargo, paso seguido, establece las excepciones, en
cuyo caso el Estado puede contratar las obras por el trámite de
licitación privada o contratación directa (304).
LA
OM
de la Ley de Obras Públicas. Por su parte, el Ministerio dictó la
resolución 814/96, en donde se elevó a $ 69.000 el monto pre-
visto en el citado artículo 9° inciso a). Cabe aclarar que este
monto es el de la contratación en sí misma y no aquel que el
Estado presupuestó en el marco de las contrataciones (305).
.C
de Obras Públicas, no es razonable interpretar que derogó la
resolución 814/96 porque, entre otras razones, el artículo 33
del decreto delegado 1023 dejó en pie el inciso a) del artícu-
DD
lo anterior sobre contrataciones directas por el monto.
(305) PTN, Dictámenes 85:187. Mó, ob. cit., p. 107. En los Antecedentes y
Discusión Parlamentaria de la Ley, se señaló respecto de este precepto que “la
OM
jos no deben guardar relación con las tareas principales (308).
Este requisito (trabajo complementario no relacionado di-
rectamente con los trabajos objeto del contrato) nos permite
distinguirlo claramente de los trabajos adicionales, esto es, el
aumento de las obras ya contratadas y en curso de ejecución
en los términos del artículo 30, LOP. Estos trabajos adicio-
.C
nales son alteraciones del proyecto que producen aumentos
o reducciones de trabajos y costos y son obligatorios para el
contratista hasta el límite del veinte por ciento del valor total
de las obras.
DD
c) Los trabajos de urgencia reconocida o circunstancias im-
previstas demandaren una pronta ejecución que no dé lugar a
los trámites de la licitación pública, o para la satisfacción de
servicios de orden social de carácter impostergable.
LA
funcionario (309).
OM
Por supuesto que en este caso, como ocurre en los otros, es
necesario justificar debidamente por qué el Estado sigue este
camino de excepción.
e) Las contrataciones en las que sea determinante la capa-
cidad artística o técnico científica, la destreza o habilidad o la
.C
experiencia particular del ejecutor del trabajo o cuando éste se
halle amparado por patente o privilegios o los conocimientos
para la ejecución sean poseídos por una sola persona o enti-
DD
dad.
La contratación directa está justificada en este caso porque
existe un único sujeto capaz de realizar las obras. El precepto
bajo estudio prevé diversos supuestos, entre ellos, la capaci-
dad, destreza, habilidad o experiencia del constructor o, en su
LA
estudios técnicos, objetivos, previos y serios que califiquen como cierta ya que
de modo alguno puede quedar librado al criterio subjetivo de funcionarios cuya
apreciación exclusivamente personal podría desvirtuar el sentido de la norma
reglamentaria impuesta en defensa del interés del Estado, habiendo sostenido
también que, de otro modo podría darse por supuesta una situación de urgen-
cia inexistente, generalizándose así un régimen de excepción que debe, como
OM
Aquí la ley 13.064 se aparta claramente del criterio seguido
por el Legislador en el marco del decreto 1023/01 que prevé
como paso previo a la contratación directa la sustanciación de
una segunda licitación “modificándose los pliegos de Bases y
Condiciones Particulares. Si éste también resultare desierto o
.C
fracasare, podrá utilizarse el procedimiento de contratación
directa...” (311).
En el marco del contrato de obras públicas y en caso de
DD
fracaso de la licitación, el Estado puede —como ya dijimos—
contratar en términos directos pero debe hacerlo sobre el
mismo pliego (312).
En este punto es necesario distinguir entre las ofertas in-
admisibles e inconvenientes. Las primeras no reúnen las con-
LA
(311) Art. 25, inciso d) apartado 4 del decreto 1023/01. Respecto de esta di-
OM
régimen de contrataciones de la Administración Nacional, en
tanto no se opongan a las disposiciones del presente.
En este punto el decreto 1023 modificó el texto del artícu-
lo 9° de la ley 13.064 que decía que “quedan exceptuadas de la
solemnidad de la subasta y podrán ser licitadas privadamente
o contratadas en forma directa… g) los demás casos previstos
.C
en la Ley de Contabilidad…”.
Es cierto que el texto de la ley se refiere al “Capítulo I del
Título II”, pero en verdad es un error material porque en rea-
DD
lidad debe decir “Capítulo III del Título I”, que es donde se
encuentra ubicado el art. 25 que en su inciso d) establece los
casos de contrataciones directas.
LA
OM
en el marco de las contrataciones directas
.C
La LOP establece que procede la contratación directa
—como ya dijimos— cuando el costo de las obras no excede
el monto que establece el Poder Ejecutivo. Por su parte, el de-
creto de contrataciones dice que es posible contratar direc-
DD
tamente cuando el monto presunto del contrato no supere el
máximo que fije la reglamentación y, además, no sea posible
aplicar otro procedimiento de selección.
En el caso de las contrataciones de obras científicas, técni-
LA
les de exclusividad.
En el caso de licitaciones desiertas, en el marco del decreto
1023/01 el Estado debe modificar los pliegos y realizar un se-
gundo llamado antes de contratar en términos directos. Por
su parte, la LOP no prevé el segundo llamado.
En los supuestos de urgencias o emergencias, el decreto exi-
ge de modo expreso “circunstancias objetivas [que] impidan
la realización de otro procedimiento de selección en tiempo
OM
“excepcional e indelegable”.
La LOP establece contrataciones directas “para la satisfac-
ción de servicios de orden social de carácter impostergable”. Por
su parte, el decreto sobre el régimen general de contrataciones
dice que es posible contratar directamente en aquellos casos
en que “previo informe al Ministerio de Desarrollo Social, se
.C
celebren con personas físicas o jurídicas que se hallaren ins-
criptas en el Registro Nacional de Efectores de Desarrollo Lo-
cal y Economía Social, reciban o no financiamiento estatal”.
DD
En los casos antes mencionados deben armonizarse ambos
textos, salvo los supuestos de contracciones, en cuyo caso pre-
valece la LOP.
A su vez, el decreto delegado prevé supuestos no contem-
LA
OM
X.5. Las diferencias entre los trámites de las licitaciones pú-
blicas, privadas y contrataciones directas
.C
de selección de los contratistas en el marco de las contrata-
ciones (licitaciones públicas) y en qué casos proceden las ex-
cepciones (trátese de licitaciones privadas y contrataciones
directas). También hemos estudiado las diferencias entre los
DD
regímenes de las contrataciones directas en el marco de la
LOP y el decreto delegado 1023/01.
OM
serán abreviados [privados] cuando el llamado a participar
esté dirigido exclusivamente a proveedores que se hallaren
inscriptos en la base de datos que diseñará, implementará y
administrará el órgano rector, conforme lo determine la re-
glamentación, y serán aplicables cuando el monto estimado
de la contratación no supere al que aquélla fije al efecto. Tam-
.C
bién serán consideradas las ofertas de quienes no hubiesen
sido invitados a participar” (art. 25, apartado c).
En los puntos siguientes analizaremos en particular el trá-
DD
mite de las licitaciones públicas porque, tal como explicamos
anteriormente, ésta es la regla general en las contrataciones
estatales.
LA
X.6. El llamado
rentes (316).
(315) Ello, sin perjuicio de otros recaudos que según el caso puedan resul-
tar exigibles, como por ejemplo, la evaluación del impacto ambiental.
(316) Según A. Pérez Hualde “el llamado es el acto fundamental del proce-
dimiento licitatorio porque a través de él nace jurídicamente el procedimiento
administrativo en su faz externa a la Administración pone en vigencia toda la
normativa que, como acertadamente señala Barra, necesitaba de la publicación
para su eficacia conforme el art. 11 de la Ley de Procedimientos Administrati-
vos de la Nación (LPAN)”. “El llamado a licitación” en Contratos Administrati-
vos, Farrando (h.), Ismael (dir.), Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2002, p. 266. A
su vez, R. Barra destaca que el anuncio (invitación a ofertar): “a) ... expresa la
voluntad de contratar de la Administración, y b) es un elemento formal que po-
see la virtualidad de otorgarle vigencia reglamentaria a determinados instru-
OM
establece que la licitación debe anunciarse en el Boletín Ofi-
cial y en el “órgano análogo del gobierno provincial o del terri-
torio donde la obra haya de construirse”, sin perjuicio de las
otras formas que se estimen oportunas según las circunstan-
cias del caso. En efecto, según el artículo 10, LOP, ello es así
“sin perjuicio de anunciarla en órganos privados de publici-
.C
dad o en cualquier otra forma, en el país o en el extranjero, si
así se estimare oportuno.”
OM
El plazo de la convocatoria es establecido de acuerdo con
una escala progresiva en función del monto presupuestado y
puede ampliarse o incluso reducirse en caso de urgencias (318).
Sin embargo, el principio de publicidad exige que sólo se haga
uso de esta última posibilidad cuando resulte estrictamente
.C
necesario y de modo excepcional.
OM
este contexto, creemos necesario distinguir entre el ejercicio
legítimo e ilegítimo de esta potestad. Cuando la Administra-
ción deja sin efecto el llamado legítimamente, entonces, no
vulnera derecho subjetivo alguno de los oferentes y, en conse-
cuencia, no existe responsabilidad del Estado (320). Ello es así,
entre otras razones, porque el marco jurídico resuelve este in-
.C
terrogante de modo claro y expreso, negándole derecho algu-
no a los proponentes.
OM
zar a los oferentes en relación con el daño emergente causado
por sus conductas. Cabe aclarar de todos modos que el Estado
no debe en este contexto resarcir el lucro cesante o las chances
de los oferentes porque se trata de simples expectativas con-
dicionadas desde su inicio por el propio marco jurídico, con
excepción del daño cierto que —en el presente caso— debe
.C
limitarse a los gastos que realizó el oferente en el armado y
presentación de sus propuestas (321).
En el desarrollo de este camino argumentativo puede agre-
DD
garse que las expectativas que el Estado debe respetar en tér-
minos de interdicción de sus conductas (ilegítimas) es el sim-
ple interés del oferente de competir y eventualmente suscribir
el contrato. Es decir, el proponente no tiene un derecho a que
se lleve a cabo el trámite o se celebre el contrato, sino simple-
LA
OM
X.7. La presentación de las ofertas. La garantía de mante-
nimiento de ofertas
.C
tación necesaria para información de los proponentes deben
estar a disposición durante el plazo del llamado, tanto en sede
del organismo licitante como en la Provincia en que se deba
realizar la obra.
DD
Las ofertas deben presentarse cerradas y en pliegos firma-
dos por el proponente, junto con la constancia que acredite la
constitución de la garantía de mantenimiento de éstas (323).
Es más, las ofertas deben ser completas, claras, precisas e
LA
la oferta y otros daños emergentes que probase haber sufrido, a lo que se le su-
mará el lucro cesante pero no medido como la ganancia perdida (la que hubiese
obtenido de ejecutar el contrato) sino según el valor (prudencialmente estima-
do por el juez) de la posibilidad de resultar contratista, que fuera frustrada por
la conducta de la Administración licitante” (ob. cit., t. II, p. 651). El autor cita, en
ese sentido, el caso “Confitería El Zoológico S.R.L. c. Municipalidad de la Ciu-
dad de Buenos Aires”, LA LEY, 1977-D, 114.
(323) Art. 15, ley 13.064.
(324) Ver Farrando (h.), Ismael, “La oferta” en Farrando (dir.), Contratos
Administrativos, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2002, p. 295 y siguientes.
(325) Art. 21, párrafo 3, ley 13.064. Por su parte, la Corte sostuvo que “la ley
de la licitación o ley del contrato está constituida por el pliego donde se especi-
OM
Esta garantía es luego devuelta a los proponentes porque
una vez adjudicado el contrato pierde su razón de ser. En el
caso del oferente que resulte adjudicatario, el depósito debe
serle reintegrado después de celebrado el contrato.
.C
De todos modos, en el caso de las licitaciones o contrata-
ciones directas cuyo monto no fuese superior a $ 69.000, no
es necesario constituir previamente la garantía, pero el solo
hecho de ofertar conlleva la obligación de hacerlo en caso de
DD
que el organismo licitante así lo requiera (327).
los oferentes y del adjudicatario, con las notas de aclaración o reserva que en el
caso correspondan y resulten aceptadas por las partes al perfeccionarse el con-
trato”. “Radeljak c. Administración General de Puertos”, Fallos: 311:2831.
(326) Generalmente, las legislaciones provinciales también exigen una ga-
rantía de mantenimiento de oferta equivalente al 1% del presupuesto oficial de
la obra. Ver el art. 16 de la ley 6021 de la Provincia de Buenos Aires, art. 22 de la
ley 8614 de Córdoba, art. 21, inc. a) de la ley 4416 de Mendoza, art. 13 de la ley
5456 de San Luis y art. 26 de la ley 5188 de Santa Fe.
(327) Art. 14 de la ley 13.064.
(328) Las condiciones mínimas que deben reunir esos seguros se estable-
cen en el art. 1° del decreto 411/69, reglamentario de la ley citada.
Art. 1°: “Las pólizas de seguro de caución admitidas por ley 17.804 para
constituir las garantías previstas por los arts. 14, 21 y 46 de la ley 13.064 deberán
reunir las siguientes condiciones básicas:
a) Instituir al respectivo ente estatal como ‘asegurado’.
b) Cubrir o participar a prorrata en concurrencia con otros garantes hasta
el importe total de la garantía que se exija, y mantener su vigencia mientras no
se extingan las obligaciones cuyo cumplimiento se cubre;
OM
puede ser reemplazado por fianza bancaria prevista en el
art. 21 del mismo texto legal.
Por su parte, el art. 1° de la ley 14.000 dispone que “todo lo
determinado por la ley 13.064 de obras públicas, respecto al
afianzamiento con títulos o bonos nacionales, de las propues-
.C
tas o del cumplimiento de los contratos, es extensivo con las
mismas formalidades y alcance a los títulos y bonos provin-
ciales o municipales, siempre que tales valores tengan cotiza-
ción oficial en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires”.
DD
A su vez, en caso de que la garantía se constituya median-
te seguro, es habitual que los pliegos impongan al oferente la
pante en una licitación o adjudicatario de una obra, que actúe como tomador
de la póliza, no afectarán en ningún caso los derechos del asegurado frente al
asegurador;
d) Determinar que el asegurador responderá con los mismos alcances y
en la misma medida en que, de acuerdo con la ley y el contrato respectivo, co-
rresponda afectar total o parcialmente las garantías a que hacen referencia los
arts. 14, 21 y 46 de la ley 13.064;
FI
e) Establecer que una vez firme la resolución dictada dentro del ámbito in-
terno del ente estatal asegurado, que establezca la responsabilidad del partici-
pante o adjudicatario por el incumplimiento de las obligaciones a su cargo, el
asegurado tendrá derecho a exigir al asegurador el pago pertinente, luego de
haber resultado infructuosa intimación extrajudicial de pago hecha a aquél, no
siendo necesaria ninguna otra interpelación ni acción previa contra sus bie-
nes;
f) Estipular que el siniestro quedará configurado —reunidos los recaudos
del inciso anterior— al cumplirse el plazo que el asegurado establezca en la in-
timación de pago hecha al participante o adjudicatario, sin que se haya satisfe-
cho tal requerimiento, y que el asegurador deberá abonar la suma correspon-
diente dentro de los 15 días de serle requerida;
g) Fijar que la prescripción de las acciones contra el asegurador se produ-
cirá cuando prescriban las acciones del asegurado contra el participante en la
licitación o adjudicatario del contrato, según el caso, de acuerdo con las dispo-
siciones legales o contractuales aplicables”.
Finalmente, debe tenerse presente la normativa sobre el punto de la Super-
intendencia de Seguros de la Nación (resolución 17.047/82).
OM
En caso de no constituirse la garantía, las ofertas deben ser
lisa y llanamente rechazadas. En igual sentido, “la falta de
cumplimiento en el plazo que se fije para la constitución del
depósito será causal para desestimar la oferta” (art. 14, último
párrafo).
.C
Como ya adelantamos, las garantías permiten asegurar
la seriedad de las propuestas presentadas y básicamente res-
guardar los intereses del Estado.
DD
Los oferentes tienen la obligación de mantener las ofertas
“durante el plazo fijado en las bases de la licitación” (330). Los
pliegos de condiciones generales que habitualmente se utili-
OM
tes se retracten por escrito, con la antelación que se fije a tal
efecto.
.C
se que se extienden las garantías en el tiempo? Sí, salvo que,
como ya dijimos, el oferente se retracte.
OM
temente, cuando las ofertas se presenten luego de la fecha y
hora señaladas “para el acto de la licitación” deben ser recha-
zadas sin más trámite. Es decir, las ofertas extemporáneas son
inadmisibles porque en este contexto no rige el principio del
informalismo a favor del particular, sino el de igualdad entre
los proponentes (333).
.C
Dice la ley que “las propuestas cerradas se presentarán
hasta la fecha y hora señaladas para el acto de la licitación...”
(art. 15 LOP). Y, por su parte, el artículo 16, LOP, añade que “en
DD
el lugar, día y hora señalados en los avisos, se dará comienzo
al acto de la licitación”.
Este principio rector —igualdad entre los oferentes— impide
también la posibilidad de que éstos modifiquen sus propues-
LA
OM
En igual sentido, pueden “considerarse [con posterioridad
al acto] aclaraciones que no alteren sustancialmente la pro-
puesta original, ni modifiquen las bases de la licitación pú-
blica ni el principio de igualdad entre todas las propuestas”
(art. 17, LOP).
.C
X.8. La apertura de las ofertas. Sistemas de selección de los
oferentes y evaluación de las ofertas
DD
El acto de la licitación debe realizarse en el lugar, día y hora
señalados en los anuncios. Es cierto que —tal como explica-
mos en los párrafos anteriores— los interesados pueden en
ciertos casos solicitar explicaciones o formular aclaraciones.
LA
difiquen las bases de la licitación pública ni el principio de igualdad (art. 17). Sin
FI
OM
puesto en que la comparación de las ofertas y las cualidades
de los oferentes se lleva a cabo en un mismo acto; pero tam-
bién es posible dividir este proceso en etapas múltiples.
.C
luación (338). Esto último ocurre en el sistema de “doble sobre”,
bajo el cual la oferta se divide en dos partes. El primer sobre
contiene los antecedentes jurídicos, técnicos y económico-fi-
nancieros de los presentantes. En el segundo, se debe acom-
DD
pañar la oferta propiamente dicha.
X.9. La preadjudicación
OM
La preadjudicación es el acto por el cual el órgano técnico,
generalmente una comisión de carácter permanente o ad hoc,
evalúa las ofertas ya abiertas y da una recomendación sobre
cómo debe resolverse el proceso de contratación a favor de
uno de los oferentes (340).
La Corte definió la precalificación como “una etapa que
.C
tiene por fin posibilitar el control de los restantes oferentes en
orden a la obtención de la oferta más conveniente” (341).
Esta recomendación no es vinculante para el órgano que
DD
debe resolver y no es, además, un acto administrativo porque
no produce efectos jurídicos directos e inmediatos sobre los
oferentes (342). Es más, la preadjudicación no es tampoco un re-
quisito esencial del contrato de obra pública y por ello no está
previsto en el texto de la LOP.
LA
OM
Pero, más allá de su calificación en términos jurídicos,
cierto es que tales observaciones pueden aportar elementos
relevantes en el debate y consecuentemente enriquecer la de-
cisión del órgano licitante sobre cuál es la oferta más conve-
niente.
.C
Finalmente, cabe señalar que en principio no es necesario
impugnar formalmente la preadjudicación, salvo que el pliego
respectivo así lo establezca, en cuyo caso debe cuestionarse el
DD
dictamen de evaluación (trátese de procesos de etapa única o
múltiple). En este último caso tras la apertura del primer y se-
gundo sobre.
OM
competente dictará el acto administrativo de preselección,
resolviendo además las impugnaciones que se hubieren for-
mulado. Dictado el acto de preselección y notificado a todos
los proponentes, en la fecha prevista se procederá a la apertu-
ra del resto de los sobres de los proponentes preseleccionados.
Posteriormente la Comisión Evaluadora deberá emitir su dic-
tamen de evaluación de las propuestas, considerando la oferta
.C
más conveniente y se expedirá aconsejando la adjudicación…
El dictamen podrá ser impugnado dentro de los cinco (5) días
posteriores a la comunicación efectuada a través de los me-
DD
dios citados en el párrafo precedente. Durante ese término el
expediente se pondrá a disposición de los proponentes para
su vista, sin que ello de lugar a la suspensión de los trámites
o demoras en el procedimiento. Si se hubieran formulado im-
pugnaciones, éstas serán resueltas en el mismo acto que dis-
LA
X.10. La adjudicación
OM
las calidades que debe reunir el contratista (347).
En este sentido, los pliegos de condiciones generales co-
múnmente establecen que para la determinación de la ofer-
ta más conveniente se debe evaluar, además de la propuesta
económica, la capacidad de contratación del oferente, los an-
.C
tecedentes y cualquier otra información tendiente a asegurar
las mejores condiciones para la ejecución de la obra (348).
A su vez, en caso de haberse presentado impugnaciones
DD
contra el dictamen de evaluación (preadjudicación), éstas
serán resueltas en principio en el mismo acto que dispone la
adjudicación. Si los pliegos no regulan este aspecto, entonces
el interesado debe impugnar directamente el acto de adjudi-
cación.
LA
(346) Por su parte, M. Marienhoff sostiene que “Desde que todos los li-
citadores son moralmente idóneos y, además, poseedores de la adecuada sol-
vencia técnica y financiera, pues de lo contrario no habrían sido inscriptos en
el respectivo registro, y menos aún con relación al tipo particular de contrata-
FI
ción a realizar, el criterio que debe guiar a la autoridad pública para efectuar la
adjudicación es el de considerar como la mejor oferta, como la más ventajosa,
aquella que, respetando escrupulosamente los requisitos, exigencias o especi-
ficaciones del pliego de condiciones, tenga el ‘precio’ más conveniente”. Tratado
de Derecho Administrativo, t. III-A, p. 248.
(347) Vale aclarar que la sola inscripción en el Registro Nacional de Cons-
OM
ren los daños causados.
Otra hipótesis de desistimiento ocurre cuando los demás
oferentes impugnen el acto de adjudicación y, consecuente-
mente, el Estado resuelva revocar el trámite.
.C
Entonces, hasta el momento de perfeccionamiento del con-
trato, el Estado puede dejar sin efecto la licitación y, además,
no tiene la obligación de responder frente a los oferentes y al
adjudicatario, salvo por los daños causados y siempre que su
DD
conducta fuese intempestiva, irrazonable o arbitraria.
De todos modos, si el Estado decide contratar debe hacerlo
necesariamente con el oferente adjudicatario, sin embargo no
es plausible deducir de este presupuesto el derecho a celebrar
LA
OM
Así, el Capítulo 3 “De la formalización del contrato” (arts. 21 a
24, LOP) establece que el acuerdo queda perfeccionado cuan-
do se formaliza el contrato entre las partes. Por caso, el ar-
tículo 21, LOP, dispone que “entre la Administración Pública
y el adjudicatario se firmará el contrato…”. En igual sentido,
el decreto delegado 1023/01 señala que “los contratos queda-
.C
rán perfeccionados en el momento de notificarse la orden de
compra o de suscribirse el instrumento respectivo, en los pla-
zos y con las modalidades que determine la reglamentación”
(art. 20, párrafo 1).
DD
Este punto es sumamente relevante porque el Estado co-
mitente puede dejar sin efecto el trámite de contratación en
cualquier momento antes del perfeccionamiento, sin lugar a
indemnización a favor del adjudicatario, con las excepciones
LA
OM
hacerlo por medio de escritura pública, sin perjuicio de que el
contrato constituye por sí mismo un instrumento público.
¿Qué ocurre en caso de silencio del Estado comitente luego
del acto de adjudicación? Si los pliegos no prevén plazo, cabe
aplicar el término de diez días que establece la LPA como pla-
.C
zo general. Vencido este término, las partes pueden igualmente
celebrar el contrato por medio del instrumento respectivo o, en
su caso, el adjudicatario desistir sin consecuencias dañosas. De
todos modos, éste puede esperar o instar la decisión estatal.
DD
Si en este estado del trámite, el Estado desiste de modo ex-
preso o por el vencimiento del plazo, entonces debe indemni-
zar los daños, además de la devolución de las garantías.
Por su parte, si quien desiste es el adjudicatario, éste “per-
LA
OM
cuando los primeros retiraran las propuestas o no concurrie-
sen a firmar el contrato” (art. 21, segundo párrafo, LOP).
Respecto de las garantías de cumplimiento del contrato, el
artículo 21, LOP, dice que el adjudicatario debe afianzar “el
cumplimiento de su compromiso mediante un depósito en
.C
el Banco de la Nación Argentina por un cinco por ciento del
monto del convenio, en dinero o en títulos o en bonos nacio-
nales, al valor corriente en plaza, o bien mediante una fianza
bancaria equivalente, a satisfacción de la autoridad compe-
DD
tente”.
Si el adjudicatario no afianza el cumplimiento de sus obli-
gaciones, entonces el Estado comitente no debe suscribir el
respectivo contrato. De todos modos, si a pesar de ello el Es-
LA
OM
debido de materiales, sistemas de construcción o im-
plementos patentados (art. 27, LOP);
3) el contratista debe responder por las demoras en la ter-
minación de los trabajos, en cuyo caso se le aplicarán
las multas o sanciones del caso, pudiéndose afectar la
.C
fianza rendida (art. 35, LOP);
4) por último, en caso de rescisión del contrato por los
incumplimientos del empresario, éste debe responder
DD
por “los perjuicios que sufra la Administración a causa
del nuevo contrato… o por la ejecución de éstas [obras]
directamente”, es decir, el comitente puede deducir los
daños causados del valor de las fianzas (art. 51, inc. a,
LOP).
LA
OM
gaciones por sus incumplimientos con la sola pérdida de las
fianzas sino que debe reparar en términos integrales por los
daños causados por sus conductas.
.C
o bonos nacionales o fianzas bancarias.
OM
con la recepción definitiva que “se llevará a cabo tan pronto
expire el plazo de la garantía. Así, el artículo 44, LOP, estable-
ce que “no se cancelará la fianza al contratista hasta que no se
apruebe la recepción definitiva y justifique haber satisfecho
la indemnización de los daños y perjuicios que corran por su
cuenta”.
.C
Finalmente, cabe recordar que “en los casos de recepcio-
nes parciales definitivas, el contratista tendrá derecho a que se
DD
le devuelva o libere la parte proporcional de la fianza” (art. 42,
LOP) y, por su parte, “los pliegos de condiciones graduarán la
imposición y liberación de garantías correspondientes a las li-
quidaciones parciales de los trabajos” (art. 46, LOP).
LA
(355) En los autos “La Buenos Aires Compañía de Seguros S.A. c. Petro-
química Bahía Blanca S.A.”, Fallos: 311:755, la Corte se pronunció respecto del
derecho de vista que asistía a una oferente respecto de la oferta presentada por
quien resultó contratante en una licitación convocada por una sociedad anó-
OM
las actuaciones hasta la extinción del contrato, exceptuando
la etapa de evaluación de las ofertas. La negativa infundada a
dar vista de las actuaciones se considerará falta grave por par-
te del funcionario o agente al que corresponda otorgarla. La
vista del expediente no interrumpirá los plazos” (art. 19). Este
mandato debe completarse con el decreto reglamentario de la
LPA y el decreto 1172/03.
.C
Por su parte, la LOP pone a disposición “los planos y presu-
puestos, la memoria y demás documentación necesaria para
DD
información de los proponentes... durante el término del lla-
mado” (art. 12), pero sin embargo no dice nada sobre el acceso
a la información en el desarrollo del trámite (356).
nima con participación estatal mayoritaria. El Tribunal sostuvo que una de las
consecuencias del sistema republicano de gobierno “... es la publicidad de sus
actos para aguzar el control de la comunidad y, en especial, de los posibles in-
teresados directos, quienes podrán efectuar las impugnaciones que el orde-
namiento permita”.
(356) Ello, sin perjuicio del derecho de pedir explicaciones o formular
aclaraciones en el acto de la licitación o la lectura de las propuestas en esa opor-
tunidad (art. 16).
(357) Así, J. Comadira sostiene que “esta exclusión provisional del acceso
de los participantes a las actuaciones tramitadas para la evaluación no compro-
OM
dos para pedir vista de las actuaciones. Por un lado, el decre-
to delegado 1023/01 establece que “toda persona que acredite
fehacientemente algún interés, podrá en cualquier momento
tomar vista de las actuaciones referidas a la contratación” y,
por el otro, el decreto 1172/03 dice que “toda persona física o
jurídica, pública o privada, tiene derecho a solicitar, acceder
.C
y recibir información, no siendo necesario acreditar derecho
subjetivo, interés legítimo ni contar con patrocinio letrado”
(art. 6º del Anexo VII). En tal contexto, creemos que debe dar-
DD
se el criterio interpretativo más amplio de conformidad con
los principios de las contrataciones estatales.
mete, en modo alguno, el derecho al debido proceso adjetivo que a ellos les asis-
te, en tanto concluida la etapa de evaluación mediante la emisión del acto que
la instrumente se reabrirá, con toda amplitud, la participación de los oferentes,
quienes, después de ese acto y con pleno conocimiento, entonces sí, de todo lo
actuado podrán deducir, si lo consideran atinente, las impugnaciones habilita-
das por el ordenamiento” (ob. cit., ps. 112-113).
(358) Barra, ob. cit., t. II, p. 526. Este autor considera que “el impugnante
deberá manifestar, juntamente con la impugnación, su voluntad de participar
en el procedimiento de selección de que se trate”.
OM
tas asociaciones quienes estarán legitimadas para el recurso
sin que les competa en absoluto participar en la licitación” (359).
Compartimos estas ideas.
.C
seguirse el criterio de los derechos colectivos que incluye el
concepto de intereses legítimos.
b) La impugnación de los pliegos. En primer término, debe-
DD
mos recordar que según nuestro criterio, los pliegos de condi-
ciones generales son actos de alcance general y, por su parte,
los pliegos de condiciones particulares constituyen actos par-
ticulares.
LA
OM
sintió las reglas propias del trámite de las contrataciones (361).
c) La impugnación del acto de preadjudicación. El acto de
preadjudicación, es decir el acto de recomendación del ór-
gano técnico respecto de la adjudicación del contrato, es co-
múnmente el inicio de una etapa de observaciones de los ofe-
rentes.
.C
Sin embargo no corresponde en términos teóricos califi-
car a estas presentaciones como impugnaciones formales del
DD
acto administrativo porque justamente la preadjudicación no
reúne los caracteres propios de éste, salvo cuando produjese
efectos jurídicos directos (362). A su vez, los oferentes excluidos
o mal calificados pueden impugnar luego el acto de adjudica-
ción, salvo que el pliego respectivo estableciese otro criterio
—más allá de su legalidad—, en cuyo caso debe impugnarse
LA
naciones a las previsiones contenidas en los Pliegos, debe entenderse que las
conocía en todos sus términos, las aceptó y consintió, lo que excluye en conse-
cuencia la posibilidad de su posterior impugnación —Dictámenes 251:147—. Y
también es doctrina reiterada y sostenida que el voluntario sometimiento a un
régimen jurídico, sin reservas expresas, comporta el inequívoco acatamiento
que determina la improcedencia de ulterior impugnación con base constitucio-
nal (v. Dictámenes 233:94; 234:452; 241:199)”. Dictámenes 265:105.
(362) En ese supuesto “... la teoría de la calificación jurídica debe llevar a
considerar a esas presuntas preadjudicaciones como verdaderos actos admi-
nistrativos, con todas las consecuencias que de ello se derivan, en especial en
el plano de los medios impugnatorios”. J. Comadira, “Algunos aspectos de la
teoría del acto administrativo”, JA, 1996-IV-750.
OM
bien, para determinar el alcance de la revisión judicial, es nece-
sario detenerse en las características del acto de adjudicación. Al
respecto, algunos operadores entienden que es un acto discre-
cional y otros que es un concepto jurídico indeterminado (364).
.C
pítulo respectivo— que los conceptos jurídicos indetermina-
dos se subsumen en las categorías de las potestades regladas o
discrecionales y que el control del acto de adjudicación —igual
que cualquier otro— debe hacerse en razón de la densidad de
DD
las reglas aplicables (365).
OM
dicación “caerá siempre sobre la [propuesta] más convenien-
te, siendo conforme con las condiciones establecidas para la
licitación” (368).
En síntesis, la integración del concepto de oferta más con-
veniente no debe hacerse preponderantemente por medio
de aspectos discrecionales sino de acuerdo con las pautas de
.C
evaluación explicitadas en los pliegos, aun cuando en ciertos
casos el margen de discrecionalidad es mayor. La determi-
nación y definición de pautas y criterios detallados y precisos
DD
de modo previo a la presentación y evaluación de las ofertas
—ampliando así el campo reglado— favorece la transparen-
cia y regularidad del procedimiento de contratación. Es decir,
en tanto el Estado contratante explicite cuáles son los crite-
rios de ponderación de las propuestas, se permite el control de
los oferentes sobre la regularidad del trámite en términos más
LA
ciertos y precisos.
e) El régimen de impugnación de los actos. A su vez, es fun-
damental establecer si el oferente supuestamente perjudicado
debe impugnar cada uno de los actos dictados por la Adminis-
FI
OM
En este punto, cabe tener presente que la existencia de vías
de impugnación adecuadas es imprescindible para asegurar
el debido proceso. Ciertamente, la cuestión trasciende el in-
terés del particular, pues como se ha dicho éste “... no sólo se
defiende frente al accionar de la Administración pues tam-
bién colabora con ella —incluso cuando recurre— en la ges-
.C
tión pública a través de su participación en procedimientos
garantizadores no sólo de su propio interés, sino también de la
legalidad y eficacia del accionar administrativo” (370).
DD
f) La constitución de garantía como condición para la im-
pugnación. En ciertas ocasiones, los pliegos exigen la consti-
tución de una garantía como requisito de impugnación de los
trámites de contratación (371).
LA
precedente vive así como una doble vida: interesa por sí mismo, pero siempre
dentro del procedimiento y como referencia al acto final, al cual se incorpora,
cumpliendo así con su destino natural. Es acto separable y es acto incorpora-
do, ésta es la originalidad del procedimiento administrativo. Por esa razón es
preferible... hablar de actos coligados...”. Y agrega luego que “el efecto jurídico
FI
OM
perjuicios para la normal actividad administrativa, que puede
verse detenida a raíz de impugnaciones improcedentes” (372).
La Procuración del Tesoro sostuvo que la inclusión de estas
garantías en los pliegos afectaría “el carácter gratuito del pro-
cedimiento administrativo, que se diferencia del oneroso del
.C
proceso judicial, en el cual los litigantes deben integrar una
tasa de justicia para obtener el acceso a los estrados judiciales,
salvo supuesto de pobreza demostrada a través del beneficio
de litigar sin gastos (...) la cláusula en cuestión carece de la
DD
explicación que ofrecen los casos de las garantías o compra
de pliegos, no cupiendo fundarla en el desaliento de impug-
naciones dilatorias, atento el efecto no suspensivo de éstas”.
Y agregó, en particular respecto de la cláusula que motivó el
dictamen, que “el reintegro del depósito al impugnante que-
LA
OM
por el órgano cuyo acto se impugna...” (373).
.C
zo de caducidad de noventa días hábiles judiciales que fija el
art. 25, LPA —cuestión que explicamos en detalle en los capí-
tulos respectivos—.
DD
Sin embargo, esta regla tiene excepciones, entre ellas, la
acción de amparo. En efecto, del art. 43, CN, se desprende que
esta garantía procesal —principal instrumento de tutela judi-
cial rápida y efectiva de los derechos fundamentales— no exi-
ge el previo agotamiento de las vías administrativas.
LA
OM
blico sobre la actividad desplegada en el caso por la deman-
dada y, eventualmente, la razonabilidad de los motivos dados
para sustentar la medida cuestionada; circunstancias que re-
quieren mayor debate y no pueden ser valoradas, por tanto, en
la vía excepcional del amparo” (375).
.C
que el juez se pronuncie sobre el fondo del asunto puede inter-
pretarse que el acto ha quedado firme ante la ausencia de im-
pugnación en sede administrativa. Sin embargo, entendemos
DD
que la acción de amparo —aun cuando no fuese la vía idónea
en términos procesales— interrumpe el plazo de impugna-
ción en sede administrativa.
Sobre los alcances del control judicial, nos remitimos a los
capítulos pertinentes de este Tratado. Sólo cabe agregar aquí
LA
(375) “Universal S.R.L. c. Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires y otra
y Buenos Aires Visión S.A. c. Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires” (Fallos:
310:1548).
OM
trato.
Las medidas cautelares también pueden presentarse como
medios idóneos para resguardar los derechos de los oferentes
en aquellos casos en que el tiempo que demande la sustancia-
ción del proceso judicial torne o pudiese tornar las pretensio-
.C
nes del recurrente como de difícil o imposible cumplimien-
to. Ahora bien, para el análisis de estas medidas, es necesario
que reparemos brevemente en algunas notas propias y típicas
DD
de las contrataciones estatales, es decir, el interés colectivo en
este contexto particular.
(376) Fallos: 214:1206. Por su parte, con motivo de una medida cautelar
solicitada en el marco de una licitación pública, la Cámara de Apelaciones
Contencioso Administrativa federal sostuvo —por mayoría— que “aun cuan-
do, en principio, existe verosimilitud en el derecho invocado por el actor por
las razones ya expuestas por el juez de grado, lo que evidencia un compor-
tamiento administrativo que podría calificarse, prima facie, como irregular,
lo cierto es que no podrían obviarse los graves inconvenientes que ocasiona-
ría al normal funcionamiento del organismo, el no contar con el servicio de
limpieza y desinfección de sus instalaciones... Por lo que resulta indudable que,
en el caso, el interés público se vería seriamente comprometido si se diera pre-
ponderancia al interés particular de la empresa”. “Limperco S.R.L.”, del 27 de
abril de 1999, citado por Vallefín, Carlos, Protección cautelar frente al Estado,
Buenos Aires, Lexis Nexis, 2002, p. 107.
OM
obra pública. De ahí, pues, que a los requisitos ordinariamen-
te exigibles para la admisión de toda media cautelar, cuando
se trate de una semejante a la ordenada en autos deba agre-
garse la acreditación del peligro irreparable en la demora y,
además, la ineludible consideración del interés público (Fa-
llos: 210:48; 303:625; 307:2267)”.
.C
Creemos, sin embargo, que el interés público no es un con-
cepto que puede analizarse descontextualizado de los otros
aspectos, es decir, el peligro en la demora y las apariencias
DD
respecto del derecho cuestionado. Así, el juez debe estudiar el
interés colectivo (los otros derechos), el derecho del particular
(su verosimilitud) y el peligro o daño sobre esos intereses (el
daño y su reparación en sentido amplio).
LA
OM
a) Por un lado, en la contratación de los materiales se
debe respetar la preferencia a favor de los bienes de
origen nacional, conforme las pautas que establece la
ley 25.551 (379).
(378) Conforme el art. 1.a).III del Anexo del decreto 1600/02. Cabe men-
.C
cionar que la Ley de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires establece
preferencias para las empresas radicadas en el territorio argentino —con prio-
ridad para las bonaerenses—, que se articulan con disposiciones de fomento
a las pequeñas y medianas empresas. “En todas aquellas licitaciones de cons-
DD
trucciones, trabajos, instalaciones y obras en general, la adjudicación se regirá
por el principio de prioridad de las empresas radicadas en el territorio argenti-
no, de capital nacional y constituidas por personas físicas o jurídicas nacionales,
siempre y cuando se configuren similares condiciones de calidad con respecto a
ofertas realizadas por personas y/o jurídicas extranjeras y/o con capital de origen
extranjero y cuya diferencia de precios no supere a los porcentajes indicados en
el presente artículo. A igualdad de calidad en la oferta, el Poder Ejecutivo adju-
LA
últimas no podrá ser inferior al treinta (30) por ciento del monto total de la oferta,
debiendo especificarse el detalle de las tareas y obras a realizar por ellas. Dicha
asociación, que podrá materializarse a través de Uniones Transitorias de Empre-
sas o de Subcontratos Nominados, deberá estar formalizada al momento de la
presente, debiendo las empresas que constituyan este tipo de asociación estar
inscriptas en el Registro de Licitadores y cumplimentar con todos los requisitos
legales establecidos para el desarrollo de la actividad. La incorporación de em-
presas subcontratistas no eximirá a la contratista de su responsabilidad contrac-
tual, debiendo efectuarse todas las notificaciones en forma exclusiva a la empresa
contratista. Un subcontratista nominado sólo podrá ser sustituido por causa de-
bidamente fundada y con previa conformidad del comitente” (art. 9º ter).
(379) “Se entiende que un bien es de origen nacional, cuando ha sido pro-
ducido o extraído en la Nación Argentina, siempre que el costo de las materias
OM
uniones transitorias de empresas u otras figuras de colabora-
ción empresaria cuando la totalidad de sus integrantes cum-
plan con la condición de empresas locales (381).
La contratación de empresas del exterior para la construc-
ción de obras sólo procede por excepción dispuesta en forma
.C
previa y por resolución del ministerio competente, debiendo
plantearse razones valederas en este sentido (382).
Cabe preguntarse si en estos casos de excepción debe ob-
DD
servarse la preferencia que el régimen acuerda en relación con
los materiales de obra de origen local. Creemos que sí, porque
la norma citada prevé las excepciones respecto de la obliga-
ción de contratar con “empresas locales”, pero nada dice sobre
los bienes que deban utilizarse, en cuyo caso debe aplicarse el
LA
régimen de preferencias.
años anteriores a la contratación. Las empresas que no cumplan con los requi-
sitos indicados, serán consideradas empresas del exterior” (art. 7º, ley 18.875).
(381) Resolución 287/05 de la Secretaría de Industria, Comercio y de la Pe-
queña y Mediana Empresa.
(382) “La construcción de obras y la provisión de servicios, salvo casos ex-
cepcionales y aprobados previamente por una Resolución del Ministerio com-
petente, en los que se demuestren razones valederas para la licitación o con-
tratación internacional, se contratará exclusivamente con empresas locales. El
Poder Ejecutivo podrá imponer condiciones de antigüedad a dichas empresas,
en atención a la importancia y a las características de las obras, y restricciones
a la cesión o transferencia de los derechos adquiridos en virtud de esta ley” (ar-
tículo 8º, párrafo 1º, ley 18.875).
OM
ro, sino que exige la adquisición de bienes nacionales siempre
que el precio sea razonable.
A su vez, como ya explicamos en el capítulo respectivo, el
régimen prevé mecanismos de impugnación en caso de vio-
lación del presente régimen. Así, la ley 25.551 establece que
.C
“quienes aleguen un derecho subjetivo, un interés legítimo, o
un interés difuso o un derecho colectivo, podrán recurrir con-
tra los actos que reputen violatorios de lo establecido en la pre-
DD
sente ley, dentro de los cinco (5) días hábiles contados desde
que tomaron o hubiesen podido tomar conocimiento del acto
presuntamente lesivo”. Si bien se reconoce una legitimación
amplia, a renglón seguido la norma condiciona el recurso a la
presentación de una oferta en firme junto con una garantía de
oferta, cuando el agravio consista en restricciones a la partici-
LA
(383) Art. 6º, ley 25.551. A su vez, “la presentación de los recursos adminis-
trativos deberá ajustarse a las formalidades y recaudos previstos en el Reglamen-
to de Procedimientos Administrativos. Decreto 1759/72 (t.o. 1991), en lo que fuere
pertinente, indicándose de manera concreta, la conducta o acto que el recurren-
te estimare como lesiva para sus derechos o intereses, así como el daño causa-
do. Advertida alguna deficiencia formal, el recurrente será intimado a subsanar-
la dentro del término perentorio de cinco (5) días hábiles administrativos, bajo
apercibimiento de desestimarse el recurso” (art. 8º, Anexo I, decreto 1600/02).
OM
investigación antidumping prevista en el Código Aduanero,
o por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia,
respecto a los bienes que hubieren estado en trámite de ad-
judicación y/o contratación o haber sido favorecidos por la
decisión impugnada” (384).
.C
X.14. El proceso de selección en los contratos financiados
con organismos internacionales de crédito y demás normas
concordantes
DD
Los contratos de préstamo acordados con organismos in-
ternacionales se rigen por sus propias cláusulas. En particu-
lar, los contratos cuyo objeto sea la realización de obras públi-
cas con recursos de tales organismos (385).
LA
(384) Art. 9º, ley 25.551. A su vez, “cuando se compruebe que en un con-
trato celebrado por sociedades privadas prestadoras, licenciatarias, concesio-
narias o permisionarias de obras y de servicios públicos o sus subcontratan-
tes directos obligados por la presente ley, hayan violado sus disposiciones, el
FI
OM
nen la facultad de declarar su negocio jurídico como autosufi-
ciente y sometido a sus propias disposiciones (386).
.C
tes en el desarrollo de ambos regímenes.
Las Normas del BIRF establecen las reglas que rigen la con-
tratación de bienes, obras y servicios conexos —distintos de
los servicios de consultoría que son regulados en otros do-
cumentos— en relación con los proyectos financiados por el
Banco.
OM
Los requisitos básicos que prevé el régimen de contratacio-
nes del BIRF son:
.C
b) el interés del Banco en dar a todos los licitantes elegi-
bles, tanto de países desarrollados como en desarrollo,
la misma información e igual oportunidad de compe-
DD
tir en el suministro de bienes y ejecución de obras fi-
nanciados por él;
OM
ciados por él. Puntualmente, las condiciones de participación
son “... aquellas que sean esenciales para asegurar la capacidad
de la empresa de cumplir con el contrato en cuestión” (393).
Otra de las reglas es que el Banco debe rechazar cualquier
propuesta de adjudicación cuando el licitante seleccionado
haya participado en prácticas corruptas, fraudulentas, de co-
.C
lusión, coercitivas o de obstrucción de la competencia en el
marco de las contrataciones. En igual sentido, el Banco debe
anular el préstamo —en términos totales o parciales— si, en
DD
caso de irregularidades, considerase que el prestatario no
tomó medidas oportunas y apropiadas. Es más, el BIRF debe
excluir como contratistas a aquellas firmas o personas que
hayan participado en tales prácticas.
Finalmente, el Banco tiene derecho a exigir que en los con-
LA
en términos pormenorizados (395).
OM
derecho público interno.
Así, el postulado de igualdad está expresamente previsto
en el punto 1.2.b y de modo implícito en el mandato según el
cual las limitaciones en la precalificación de los oferentes sólo
pueden apoyarse en la capacidad y recursos de los postulan-
.C
tes (396). A su vez, y de conformidad con las normas del BIRF, no
es posible modificar las ofertas después de vencido el plazo de
recepción de éstas (397).
DD
Con relación al principio de concurrencia, el marco norma-
tivo del Banco dice que “la libre competencia es la base de la
eficiencia de las contrataciones públicas” (398). Por ello, las con-
trataciones directas sólo proceden cuando estén presentes
circunstancias especiales, detalladas en las Normas del BIRF
LA
nal limitada (por invitación directa y sin anuncio público), la licitación pública
nacional, la comparación de precios (con un mínimo de tres cotizaciones) y la
contratación directa. Es interesante observar que la construcción por adminis-
OM
tas (401). Asimismo, se le asigna carácter público al acto de aper-
tura de las ofertas (402).
Respecto de las garantías a constituir por los oferentes, se
admite la posibilidad de exigir una “garantía de seriedad de la
oferta” y en su caso, garantías de cumplimiento (403).
.C
Las Normas del BIRF también procuran reducir el mar-
gen de discrecionalidad del órgano competente en la evalua-
ción de las propuestas. Así, la oferta que resulte “con el costo
DD
evaluado más bajo” no es necesariamente aquella que hubie-
se cotizado con el menor precio, pero se exige que los docu-
mentos aclaren cuáles son los factores que se deben ponderar
además del precio (404). En igual sentido, las normas exigen que
el órgano competente prepare un informe detallado sobre la
LA
OM
preferencia en relación con las industrias nacionales, aunque
sólo respecto de contrataciones sustanciadas mediante licita-
ción pública internacional. Por ejemplo, en el caso de adqui-
sición de bienes y bajo determinadas condiciones el margen
de preferencia puede ser igual al quince por ciento del precio.
Por su lado, tratándose de obras, se admite un margen de pre-
.C
ferencia del 7,5% cuando se comparen ofertas de contratistas
nacionales con extranjeros, siempre que en esos países miem-
bros el producto nacional bruto per cápita esté por debajo del
nivel que fije anualmente el Banco (406).
DD
El BIRF tiene atribuciones para examinar ciertas decisio-
nes estatales sobre contrataciones. Inclusive antes de las ne-
gociaciones del préstamo, debe someterse al Banco para su
aprobación, un plan de contrataciones relativo a los contratos
LA
OM
taciones oportunamente aprobado, no se encuentren sujetos a
examen previo por el BIRF, el prestatario debe conservar toda
la documentación correspondiente hasta los dos años poste-
riores a la fecha de cierre del convenio de préstamo (407).
.C
los plazos:
1) los plazos y condiciones de los contratos no pueden
diferir sustancialmente de lo establecido en los docu-
DD
mentos de licitación o precalificación, y
2) las prórrogas sustanciales del plazo de ejecución del
contrato y las modificaciones que eleven su monto en
más del quince por ciento, exigen la no objeción del
LA
Banco.
OM
tro, instalaciones de bienes y llave en mano deben incorporar-
se “mecanismos tales como juntas de examinadores de dife-
rencias o conciliadores, a quienes se designa con el objeto de
permitir una solución más rápida de las diferencias” (411).
.C
ciativa Privada
OM
presentación” y eleva al Poder Ejecutivo un informe circuns-
tanciado sobre la elegibilidad de la propuesta (414). El Poder Eje-
cutivo es quien decide si corresponde calificar la propuesta de
interés público e incluirla en el Régimen de Iniciativa Priva-
da (415).
.C
ciativa Privada, el Ministerio de Planificación Federal, In-
versión Pública y Servicios determina la modalidad de con-
tratación, a cuyo efecto opta entre la licitación pública o el
DD
concurso de proyectos integrales. En el primer caso, los plie-
gos son confeccionados por el citado Ministerio, quien debe
convocar a licitación pública dentro de los sesenta días desde
la fecha de la resolución que adopte esa modalidad de selec-
ción. En el segundo, el iniciador es quien debe presentar los
LA
OM
posibilidad de que en los pliegos y la documentación referida
al concurso de proyectos integrales se prevea la posibilidad de
establecer “mecanismos de avenimiento y/o arbitraje” para
todas las controversias que se susciten con motivo de la ejecu-
ción, aplicación e interpretación de los contratos celebrados
bajo este régimen (419).
.C
Sin embargo, creemos que no es posible crear mecanismos
alternativos de arbitraje por medio de un decreto del Poder
Ejecutivo, sino que ello es facultad del Congreso.
DD
Es más, respecto de los contratos de obras públicas, la LOP
dispone que “todas las cuestiones a que dé lugar la aplicación
e interpretación de los contratos de obras públicas… deberán
debatirse ante la jurisdicción contencioso administrativa, re-
LA
OM
principio de legalidad, de acuerdo con las previsiones de la
ley 13.064 y la distribución constitucional de competencias”.
.C
XI.1. Las prerrogativas estatales en el desarrollo y cum-
plimiento del contrato
DD
XI.1.1. Las ideas generales. Las cláusulas implícitas
OM
General de los Contratos.
.C
gado 1023/01, dice de modo expreso cuáles son las prerroga-
tivas del Estado en el cumplimiento de los contratos estatales
de modo sistematizado (art. 12). Por su parte, la LOP también
DD
describe los poderes exorbitantes pero no en términos siste-
máticos sino en el desarrollo de su texto. Por ejemplo, el po-
der de dirección e inspección de las obras (art. 28), el ejercicio
del ius variandi (art. 30), el poder sancionador (art. 35) y la fa-
cultad de rescisión contractual (art. 50), entre otros. Es decir,
LA
OM
Comencemos por el análisis de la ley 13.064. Veamos cuá-
les son las cláusulas exorbitantes que previó el Legislador en
el marco de la LOP y que completaremos con el decreto de-
legado 1023/01. A su vez, trazaremos las líneas comparativas
con el derecho privado porque —como ya explicamos— el de-
.C
recho público es exorbitante si lo contraponemos con aquél.
a) El Estado tiene el poder de controlar, inspeccionar y diri-
gir las obras. ¿De dónde surge el reconocimiento normativo de
DD
este poder estatal? Repasemos el texto de la LOP.
Dice el artículo 28, LOP, que “el contratista no podrá re-
cusar al técnico que la autoridad competente haya designado
para la dirección, inspección o tasación de las obras” y luego
añade que “si tuviese causas justificadas, las expondrá para
LA
que dicha autoridad las resuelva, sin que esto sea motivo para
que se suspendan los trabajos”. Asimismo, “la realización del
trabajo se sujetará a lo establecido en los pliegos de condicio-
nes generales y especiales…” (art. 25, LOP). Así, el Estado debe
FI
dirigir las obras por medio del Director designado por él.
Por su parte, el constructor debe ajustarse al proyecto,
cumplir con las órdenes e indicaciones dadas por el Director y
OM
estatal por los vicios de las obras en razón de su papel de di-
rector.
Por último, en el marco del derecho civil, el artículo 1632,
CC, dispone que “a falta de ajuste sobre el modo de hacer la
obra, y no habiendo medida, plano o instrucciones, el empre-
.C
sario debe hacer la obra según la costumbre del lugar, o ser
decidida la diferencia entre locador y locatario, en considera-
ción al precio estipulado”.
DD
b) A su vez, la ley reconoce el poder del Estado contratante
de modificar unilateralmente el contrato. Este poder es cono-
cido como el ius variandi.
Así, el comitente puede aumentar o reducir los trabajos
contratados, siempre que no altere el valor total de las obras en
LA
OM
presario tiene derecho a rescindir el acuerdo.
Además, el Estado no puede en ningún caso alterar la sus-
tancia del contrato, esto es, transformar el acuerdo, y debe
preservar especialmente los principios de las contrataciones
y los derechos de los otros oferentes e interesados.
.C
Por su parte, el constructor no puede modificar o alterar el
contrato por sí mismo. El artículo 31, LOP, dice que “no podrá
el contratista por sí, bajo ningún pretexto, hacer trabajo algu-
DD
no, sino con estricta sujeción al contrato, y si lo hiciere no le será
abonado...”. En igual sentido, el artículo 37 agrega que “el con-
tratista no podrá, bajo pretexto de error u omisión de su parte,
reclamar aumento de los precios fijados en el contrato”.
La Corte en el precedente “Pradera del Sol” afirmó que “di-
LA
OM
o función pública y en cualquier otro contrato administrativo,
en la medida que no se traduzca, como ya quedó expresado,
en una reducción sustancial de las remuneraciones” (422). A su
vez, “… la modificación unilateral de lo convenido por las par-
tes llevada a cabo por la Administración con independencia
de la voluntad de la contratista, no puede justificarse a la luz
.C
de lo expresamente dispuesto por el art. 1197 del Código Civil,
sin que la posibilidad reconocida a la Administración Pública
de poder alterar los términos del contrato en función del ius
DD
variandi pueda extenderse a supuestos como el de autos, en el
que no se ha alegado y menos aún ha sido materia de demos-
tración, cuál es el interés público que resultaría comprometi-
do en caso de no accederse a la pretensión de la comitente de
hacer prevalecer su voluntad por sobre la clara manifestación
en contrario puesta de manifiesto por la adjudicataria” (423).
LA
(422) CSJN, “Vilela, Julio y otros c. Estado Nacional”, sent. del 11 de di-
ciembre de 1990, Fallos: 313:1371.
(423) CSJN, “Marocco y Cía. c. Dirección Nacional de Vialidad”, sent. del 9
de febrero de 1989, Fallos: 312:84.
OM
refiere el artículo 30, o por cualquier otra causa, se juzgase ne-
cesario suspender el todo o parte de las obras contratadas, será
requisito indispensable para la validez de la resolución, comu-
nicar al contratista la orden correspondiente por escrito, pro-
cediéndose a la medición de la obra ejecutada, en la parte que
alcance la suspensión y a extender acta de resultado…”. Asimis-
.C
mo, “el contratista tendrá derecho, en ese caso, a que se le in-
demnice por todos los gastos y perjuicios que la suspensión le
ocasione, los que deberán serle certificados y abonados”.
DD
A su vez, el inciso b) del artículo 53, LOP, establece cuál es
el límite del poder estatal de suspender los trabajos en tanto
dice que “el contratista tendrá derecho a rescindir el contra-
to … cuando la Administración Pública suspenda por más de
tres meses la ejecución de las obras”.
LA
OM
cutivo de acuerdo con la importancia del atraso, siempre que
el contratista no pruebe que se debieron a causas justificadas
y éstas sean aceptadas por autoridad competente”.
En sentido concordante, la ley agrega que “el contratista
quedará constituido en mora por el solo hecho del transcur-
.C
so del o de los plazos estipulados en el contrato y obligado al
pago de la multa aplicada, pudiéndosele descontar de los certi-
ficados a su favor, de las retenciones para reparo o bien afectar
la fianza rendida” (art. 35), sin perjuicio de responder por los
DD
daños y perjuicios causados en los términos del art. 51, LOP.
En el caso del derecho civil, es posible aplicar sanciones si
ello está previsto en el contrato. Así, se ha dicho que “son fre-
cuentes y válidas las cláusulas penales que se aplican frente
LA
OM
del precio, no puede dudarse de su derecho a hacerlo…” (425).
.C
tratista responderá por los perjuicios que sufra la Adminis-
tración… por la ejecución de éstas [las obras] directamente”
(art. 51, inc. a).
DD
El artículo 51, inciso b), dispone que “la Administración to-
mará, si lo cree conveniente y previa valuación convencional,
sin aumento de ninguna especie, los equipos y materiales ne-
cesarios para la continuación de la obra…”.
LA
OM
del art. 630. Es claro que si la obra está en poder del empre-
sario, el dueño no puede hacer justicia por su propia mano y
debe reclamar previamente la entrega por la vía judicial. Pero
este recurso no podrá autorizarse si la obra ha sido encargada
teniendo en mira las cualidades personales del empresario;
tal como ocurriría con el retrato encargado a un pintor. El em-
.C
presario no sólo estará obligado a indemnizar el justo precio
pagado al tercero, sino también los otros daños y perjuicios
derivados del incumplimiento, tal como los trastornos y gas-
DD
tos derivados del retardo en la ejecución, etcétera” (427).
f) El Estado puede rescindir el contrato en los términos del
artículo 50, LOP, es decir, por causas imputables al contratista,
con las consecuencias jurídicas que establecen los artículos 51
y 52, LOP. Así, en caso de que el contratista se haga culpable
LA
(427) Borda, Guillermo A., Tratado de derecho civil - Contratos, t. II, Abe-
ledo-Perrot, Buenos Aires, 1999, ps. 69/71.
OM
ta en todo contrato administrativo (Fallos: 322:3139)” (428).
.C
todos sus gastos, trabajo y utilidad que pudiera obte-
ner por el contrato. Empero, los jueces podrán reducir
equitativamente la utilidad a reconocer si la aplicación
estricta de la norma condujera a una notoria injusti-
DD
cia” (art. 1638);
OM
Cabe recordar que, según la LPA, el acto irregular que es-
tuviese firme y consentido y que hubiere generado derechos
subjetivos que se estén cumpliendo (art. 17) y el acto regu-
lar notificado del que hubiesen nacido derechos subjetivos
(art. 18) no pueden ser revocados en sede administrativa, sal-
.C
vo que el interesado hubiese conocido el vicio, si favorece al
particular y no causase perjuicios a terceros y si el derecho se
hubiere otorgado expresa y válidamente a título precario. Es
decir, tras el perfeccionamiento del contrato, el Estado comi-
DD
tente sólo puede declarar su nulidad si el contratista conocie-
se el vicio. En caso contrario, debe recurrir ante el Poder Ju-
dicial.
OM
consid. 8° y sus citas; 319:1899, consid. 3°). En efecto, desde Fa-
llos: 175:368 esta Corte estableció como criterio general ‘... que
los actos administrativos firmes que provienen de autoridad
competente, llenan todos los requisitos de forma y se han ex-
pedido sin grave error de derecho, en uso regular de faculta-
des regladas, no pueden ser anulados por la autoridad que los
.C
dictó...” y que “...esa estabilidad cede cuando la decisión ado-
lece de vicios formales o sustanciales, o ha sido dictada sobre
la base de presupuestos fácticos manifiestamente irregulares,
DD
reconocidos o fehacientemente comprobados (Fallos: 265:349;
277:205; 303:1684)” (ver Fallos: 311:160)” (429).
En el marco del derecho civil las partes sólo pueden solici-
tar la nulidad del contrato ante el juez (Título IV, Libro II, Sec-
ción II “De la nulidad de los actos jurídicos”).
LA
OM
13.064; en ciertos casos con igual alcance y en otros con ma-
tices más o menos profundos. Nacen, entonces, los siguientes
escenarios y sus consecuentes interrogantes.
.C
no plantean conflicto interpretativo alguno sobre su alcance
y aplicación en los contratos de obras públicas.
2) En el caso de las potestades exorbitantes reguladas con
DD
alcance contradictorio, debemos aplicar el régimen específi-
co, esto es, la LOP.
Por ejemplo, el poder de alterar el contrato. Por un lado, la
LOP (marco específico) dice que el Estado comitente puede
LA
OM
¿Cuáles son éstas puntualmente? El poder estatal de revo-
car, modificar o sustituir los contratos por razones de oportu-
nidad, mérito o conveniencia, en cuyo caso —dice el decre-
to— el acto estatal “no generará derecho a indemnización en
concepto de lucro cesante”.
.C
Es decir, si repasamos los distintos puntos del artículo 12
del decreto delegado 1023/01 y los contrastamos con la LOP,
advertimos que el único poder del Estado contratante previs-
to en el decreto y no así en el texto de la ley 13.064 es el inci-
DD
so b) que en su segundo párrafo establece textualmente que
“la Autoridad Administrativa tendrá las facultades y obliga-
ciones establecidas en el presente régimen, sin perjuicio de las
que estuvieren previstas en la legislación específica, en sus re-
glamentos, en los pliegos de bases condiciones, o en la restan-
LA
exige dar a cada uno lo suyo. Los jueces echan mano de ella
para atenuar el rigor de una disposición legal, para hacer im-
perar el equilibrio en las relaciones contractuales, para suplir
el silencio de la ley dictando una sentencia que resuelva los
intereses en juego conforme lo haría una conciencia honrada
OM
y ecuánime” (430).
Los artículos 515, 907 y 954 del Código Civil hacen referen-
cia a la equidad. Así, “las obligaciones son civiles o meramen-
te naturales. Civiles son aquellas que dan derecho a exigir su
cumplimiento. Naturales son las que, fundadas sólo en el de-
recho natural y en la equidad, no confieren acción para exi-
.C
gir su cumplimiento…” (art. 515). El artículo 907 autoriza a los
jueces a disponer un resarcimiento a favor de la víctima de un
acto involuntario, fundado en razones de equidad, teniendo
DD
en cuenta la importancia del patrimonio del autor del hecho
involuntario y la situación de la víctima.
(430) Borda, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Parte General, 13ª ed.,
actualizado por Borda, Guillermo J., La Ley, Buenos Aires, 2008, ps. 106/107.
OM
voluntad, aunque se haya empezado, indemnizando al loca-
dor todos sus gastos, trabajo y utilidad que pudiera obtener
por el contrato”. Luego el Legislador agregó que “empero, los
jueces podrán reducir equitativamente la utilidad a reconocer
si la aplicación estricta de la norma condujera a una notoria
injusticia”.
.C
Pero, ¿cómo incide el criterio de equidad en los contratos
administrativos? ¿Debe ser éste el criterio rector en el cum-
plimiento de los contratos estatales? ¿Este principio es discor-
DD
dante con el concepto de riesgo y ventura?
Finalmente cabe preguntarse si la equidad repercute de
modo particular en el marco del contrato bajo análisis.
LA
OM
terpretativo.
.C
contratos administrativos (Fallos: 305:1011, considerando 9 y
sus citas; 326:3135, entre otros). Por ser ello así, es dable exigir
a los contratantes un comportamiento coherente, ajeno a los
DD
cambios de conducta perjudiciales, y debe desestimarse toda
actuación que implique un obrar incompatible con la con-
fianza que —merced a sus actos anteriores— se ha suscitado
en la otra parte (Fallos: 315:890)” (431).
LA
OM
en caso de silencio, deben aplicarse los principios generales
del Derecho Administrativo”.
.C
Especiales” (art. 34). Por su parte, los pliegos utilizados habi-
tualmente en las contrataciones públicas dicen que “en caso
de aparecer discrepancias o contradicciones entre las dife-
DD
rentes partes del contrato, se procederá como sigue: 1) si es
evidente un error será corregido donde se encuentre; 2) si no
es aplicable ese procedimiento, los documentos primarán en
el siguiente orden:
a.- Contrata.
LA
los generales, debe respetarse este orden. Por último, las notas
y observaciones en los planos y planillas, prevalecen sobre las
demás indicaciones consignadas en los mismos (432).
Finalmente, nos remitimos al capítulo sobre interpretación
de los contratos en el marco de la Teoría General que desarro-
OM
llamos anteriormente.
.C
contrato estatal es el riesgo y ventura del empresario de modo
que éste debe hacerse cargo de los avatares económicos en el
desarrollo contractual —trátese de beneficios o perjuicios que
se produjeren durante su ejecución—.
DD
Sin embargo, este postulado debe ser matizado en térmi-
nos conceptuales por el principio del equilibrio económico fi-
nanciero del acuerdo. Este último principio parece oponerse
al otro. Es decir, por un lado, el empresario debe cargar con
LA
integrado por la presente ley y sus decretos reglamentarios, por las bases del
llamado a licitación, por los pliegos de condiciones y especificaciones técnicas,
por los planos generales y de detalle, por la propuesta del contratista, por las
aclaraciones válidas que las partes hubieren admitido, por el acto de adjudica-
ción y por la contratación. En caso de contradicción entre las disposiciones de
esta ley y las contenidas en la documentación contractual, tendrán prevalencia
las primeras. El orden de prelación de la documentación contractual será esta-
blecido en la reglamentación”. Por último, la Ley de San Luis ordena que “cuan-
do una cuestión no pueda resolverse ni por la palabra ni por el espíritu de la Ley,
se atenderá a los principios de leyes análogas, los principios generales del dere-
cho administrativo y supletoriamente, a las normas del derecho común (art. 5º)
y que “el orden de prelación de la documentación contractual será establecido
en la reglamentación” (art. 24).
OM
deben repartirse equitativamente entre las partes (433).
.C
lación entre las partes y sus respectivas obligaciones debe
mantenerse en términos equilibrados. Cabe agregar que este
equilibrio debe mantenerse en los términos en que se plan-
DD
teó el vínculo original, es decir, al momento de celebrarse el
contrato. En otros términos, las obligaciones pueden modi-
ficarse por causas externas o internas pero el equilibrio debe
subsistir (434).
La razón principal de por qué es necesario mitigar el prin-
LA
(433) Esta teoría nació del Consejo de Estado francés en tanto sostuvo que
“es de esencia misma de todo contrato de concesión el buscar y realizar, en la
FI
medida de lo posible, una igualdad entre las ventajas que se conceden al conce-
sionario y las obligaciones que le son impuestas. Las ventajas y las obligaciones
deben compensarse para formar la contrapartida entre los beneficios probables
y pérdidas previsibles. En todo contrato de concesión está implicada, como un
cálculo, la honesta equivalencia entre lo que se concede al concesionario y lo
que se exige”. Arrét Cie Francaise des Tramways, del 11 de marzo de 1910 cita-
OM
contrato, pero mencionemos a título de ejemplo y con el pro-
pósito de dar mayor claridad sobre este aspecto, ciertos ries-
gos. Así, por ejemplo, las ruinas totales o parciales, los vicios
de las obras, el carácter más oneroso de las prestaciones por
hechos ajenos a las partes y el caso fortuito o fuerza mayor.
.C
En conclusión, tal como explicaremos luego el principio es
el riesgo empresario, pero el Legislador introdujo el criterio
del riesgo compartido con el propósito de mantener el equili-
DD
brio contractual.
OM
sujeción al contrato”. Es más, si lo hiciere “no le será abonado”.
En otros términos, el empresario debe cumplir con el objeto
propio del contrato y no puede hacer ni más ni menos.
.C
al contratista como si los hubiese ejecutado con los materia-
les especificados. Los trabajos que no estuviesen conformes
con las órdenes de servicio comunicadas al contratista, o que
DD
no respondiesen a las especificaciones técnicas podrán ser re-
chazados, aunque fuesen de mayor valor que los estipulados,
y en este caso, aquél los demolerá y reconstruirá de acuerdo
con lo estipulado en el contrato estando a su cargo los gastos
provocados por esta causa” (art. 60).
LA
OM
trato de locación es básicamente el resultado esperado por las
partes. Por su parte, las reglas del arte fijan estándares comu-
nes y regulares.
.C
ser decidida entre el locador y el locatario, en consideración al
precio estipulado” (art. 1632, CC).
DD
Cabe aclarar que el proyecto y los estudios que le sirven
de base son responsabilidad del “organismo que los realizó”
(art. 4º, LOP), sin embargo, el empresario tiene los siguientes
deberes con sus consecuentes responsabilidades.
OM
apercibimiento de aplicarle multa por falta de comunicación
de los errores del proyecto” (art. 33).
.C
incurrió para la refacción de un conducto subterráneo que ha-
bía construido para Obras Sanitarias y que colapsó al día si-
guiente de ser llenado. El Tribunal rechazó los agravios sobre
las deficiencias en los materiales y su aplicación por el actor.
DD
Sin embargo, señaló que “... asiste razón a la apelante en cuan-
to sostiene que la empresa contratista incurrió en negligencia
en lo relativo al proyecto de obra, en especial en lo referente a la
deficiencia en el grado de pendiente y el sistema de ventilación
previstos. La propia actora reconoce que esos elementos fueron
LA
OM
propios del proyecto puede ser excluyente del Estado o com-
partida entre el Estado y el proyectista, según el caso. El Esta-
do es responsable en su condición de proyectista (art. 4º, LOP)
y en los términos de los artículos 37, 38 y 53, inciso a), LOP.
.C
tió sobre los errores, pudiéndolo hacer si hubiese obrado dili-
gentemente en su condición de profesional. Pero en este punto
de nuestro análisis es necesario distinguir entre, por un lado,
DD
el proyecto y sus errores y, por el otro, su interpretación.
cepción final”. Por otro lado, el pliego dice que “si en la inter-
pretación del contrato bajo su faz técnica surgieran divergen-
cias, éstas serán resueltas por la Repartición, cuyas decisiones
serán definitivas respecto a la calidad de los materiales, la so-
lidez y eficiente ejecución de las estructuras y a la interpreta-
FI
OM
surgieran divergencias, éstas serán resueltas por el comitente,
cuyas decisiones serán definitivas respecto a la calidad de los
materiales y de la ejecución de la obra (436).
.C
su representante técnico son responsables de la correcta interpretación de los
planos y especificaciones para la realización de la obra.” Por su parte, la Ley de
Obras Públicas de Mendoza establece que “antes de la firma de la contrata, el
contratista presentará a la repartición respectiva para la aprobación, el plan de
trabajo, el programa de inversión y el plan de acopio detallados, a los que debe-
DD
rá ajustarse la ejecución. La repartición sólo podrá modificar esos planes cuan-
do técnicamente pudieren perjudicar a la obra, interrumpir cualquier servicio
público o alterar el desarrollo de los trabajos. La mora en la presentación de los
planes y programas antes mencionados será multada…” (art. 35). En particular,
el art. 43 agrega que “la Administración será responsable de los estudios y pro-
yectos que hubieren servido como base para la contratación, con excepción de
aquellos estudios, proyectos, ensayos o verificaciones que los pliegos pusieren
LA
OM
Es más, la dirección de las obras por el Estado en los térmi-
nos de la LOP —por acciones u omisiones— no exime de res-
ponsabilidad al empresario, salvo que éste hubiese advertido
debidamente al Estado comitente. Dice el artículo 26, LOP,
que “el contratista… responderá de los defectos que puedan
producirse durante la ejecución y conservación de la misma
.C
hasta la recepción final…”.
OM
vez, la inspección establecerá cuándo corresponda corregir
un trabajo defectuoso, debiendo la corrección realizarse a su
satisfacción.
.C
para evitar daños a las obras que ejecute, a las personas que
dependan de él, a las de la Repartición e Inspección destaca-
das en la obra, a terceros y a las propiedades o cosas del Estado
DD
o de terceros, así pudieran provenir esos daños de maniobras
del obrador, de la acción de los elementos o de causas even-
tuales. El resarcimiento de los perjuicios que, no obstante se
produjeran, correrá por cuenta exclusiva del contratista, salvo
en los casos previstos en el artículo 39 de la Ley”.
LA
sión del contrato por culpa del contratista y en todos los casos,
impedirá el trámite y el pago de los certificados de obras”.
OM
en vigor, debiendo entenderse que dichos salarios se liquidarán
por la jornada legal de trabajo… La violación de los expresados
deberes hará pasible al Contratista de una multa” (art. 41).
Finalmente, los pliegos usados habitualmente dicen que el
contratista abonará a todo su personal salarios iguales o su-
.C
periores a los establecidos por las convenciones en vigencia
aprobadas por autoridad competente y dará cumplimiento a
todas las obligaciones legales o emergentes de esas conven-
ciones en materia de cargas sociales (438).
DD
Acreditar mensualmente ante el comitente el pago de los se-
guros en tiempo y forma e informar cuando se produzca algún
accidente, hecho o siniestro que provoque daño o reclamo de
terceros o dependientes del contratista y subcontratistas.
LA
(438) La ley de la Provincia de Córdoba dice que “el contratista debe man-
FI
tener al día el pago del personal que emplee en la obra, y sólo hará aquellas
deducciones exigidas por disposiciones legales. Está obligado al estricto cum-
plimiento de las leyes previsionales, sociales y de higiene y seguridad en el tra-
bajo incluyendo la contratación de los seguros del personal y los seguros contra
los riesgos que las obras o trabajos pudieran ocasionar a terceros” (art. 45). Por
OM
contrato. El fondo de reparo
.C
garantía de cumplimiento de las obligaciones contractuales
—en su condición de adjudicatario—.
Respecto de este último compromiso, la LOP establece que
DD
“entre la Administración Pública y el adjudicatario se firmará
el contrato administrativo de obra pública y éste afianzará el
cumplimiento de su compromiso mediante un depósito… por
un cinco por ciento del monto del convenio, en dinero o en tí-
tulos o en bonos nacionales, al valor corriente en plazo, o bien
LA
OM
tudiadas las propuestas por la oficina competente y en caso de
aconsejarse la adjudicación a empresas que ofrezcan esta cla-
se de garantía, se deberá elevar, juntamente con la informa-
ción respectiva, un detalle y tasación de los bienes a afectar,
de acuerdo a las normas precedentemente expuestas…”.
.C
Por su parte, el modelo de pliego utilizado habitualmen-
te por el Estado en sus contrataciones señala que simultánea-
mente con la firma del contrato, el adjudicatario debe afian-
zar su cumplimiento mediante una garantía por el cinco por
DD
ciento del importe total del contrato. Si el adjudicatario no in-
tegrase la garantía de cumplimiento del contrato, el comiten-
te podrá rescindirlo, en cuyo caso el adjudicatario perderá la
garantía de mantenimiento de oferta. El comitente puede res-
cindir el acuerdo u otorgar un plazo adicional para integrar la
LA
por ciento (3%) y el seis por ciento (6%) del monto de la obra, conforme lo esta-
blezca el pliego de condiciones. La misma se podrá formar integrando la ga-
rantía de oferta...” (art. 31). La ley de Mendoza dispone que “resuelta la adju-
dicación se comunicará al Registro de Constructores a todos los oferentes y se
notificará fehacientemente al adjudicatario, en la forma y plazo que establez-
can los pliegos, quedando así perfeccionado el contrato, debiendo devolverse
a los no adjudicatarios que lo soliciten, los depósitos de garantía. Dentro de los
diez (10) días, corridos de efectuada la notificación se firmará el instrumento de
la contratación. Previamente el adjudicatario constituirá una garantía mínima,
de cumplimiento de contrato del cinco por ciento (5 %) del monto del mismo,
cuyo importe podrá ser mayor en casos especiales y siempre que ello se fije en
los pliegos, en la forma que se establezca por reglamentación, garantía que se
retendrá hasta la recepción provisoria de la obra…” (art. 29). La ley de la Provin-
OM
cepciones parciales definitivas, el contratista tendrá derecho
a que se le devuelva o libere la parte proporcional de la fianza
y de la garantía de reparo” (art. 42). Finalmente “no se cance-
lará la fianza al contratista hasta que no se apruebe la recep-
ción definitiva y justifique haber satisfecho la indemnización
de los daños y perjuicios que corran por su cuenta” (art. 44).
.C
Por otro lado, el fondo de reparos es otra garantía que se
constituye por medio de retenciones sobre los certificados que
se liquidan y abonan al contratista con el objeto de responder
DD
frente al organismo comitente por las eventuales deficiencias
en la ejecución de las obras.
cia de San Luis señala que “la adjudicación se comunicará a todos los oferen-
tes y formalmente al adjudicatario en el plazo y condiciones que establezca la
FI
OM
dos que debe retenerse por este concepto, limitándose a seña-
lar que “los pliegos de condiciones graduarán la imposición y
liberación de garantías correspondientes a las liquidaciones
parciales de los trabajos” (art. 46) (442).
En verdad, la LOP sólo prevé expresamente la garantía de
.C
cumplimiento del contrato al momento de celebrarse el acuer-
do respectivo (art. 21, LOP) y se refiere al fondo de reparo sólo
en el artículo 42 cuando dice que “en los casos de recepciones
parciales definitivas, el contratista tendrá derecho a que se le
DD
devuelva o libere la parte proporcional de la fianza y de la ga-
rantía de reparo...”.
Así, el artículo 46, LOP, confiere un amplio margen con el
objeto de que el fondo de reparos se adecue a las característi-
LA
nitiva. Sin embargo, este autor agrega que “... la interpretación más acorde con
el régimen contractual analizado indica que ambas garantías se suman —in-
dependientemente de ser objeto de devolución en diferentes momentos, lo que
no ocurre en todas las legislaciones, entre ellas, la nacional— respondiendo las
dos a la finalidad garantizadora de la totalidad de las obligaciones contractua-
les” (Contrato de obra pública, cit., t. 3, ps. 920-921).
(441) CSJN, “Stamei S.R.L. c. Universidad Nacional de Buenos Aires”, Fa-
llos: 310:2278.
(442) Entre los antecedentes y discusión parlamentaria de la ley 13.064 se
señala que “a fin de considerarse cada caso práctico, la administración debe
tener la libertad de graduar la imposición de esa nueva garantía y a ese objeto
responde el presente artículo de la ley”.
OM
en que la obligación ha quedado satisfecha” (art. 64) (443).
(443) Por su parte, las normas provinciales generalmente fijan un piso del
5% sobre el monto de los certificados para la constitución del fondo de repa-
ro y, a su vez, admiten la sustitución de la retención por otras formas de ga-
rantía. En ciertos casos, la falta de reposición del monto que hubiese sido
.C
afectado en razón de incumplimientos del contratista es causal de rescisión
del contrato. Así, el artículo 42 de la ley 6021 de la Provincia de Buenos Aires
dice que “del importe de cada certificado se deducirá el cinco por ciento (5%)
como mínimo, que se retendrá hasta la recepción provisoria como garan-
tía de obra. Este depósito podrá ser reemplazado por su equivalente en títu-
DD
los provinciales, por fianza bancaria o póliza de seguro, previa autorización ..
Estas retenciones, así como las garantías del contrato podrán ser afecta-
das al pago de las multas y a las devoluciones que por cualquier otro con-
cepto debiera efectuar el contratista en caso de que el monto de los cer-
tificados fuera insuficiente debiendo el contratista reponer la suma
afectada en el perentorio plazo de diez (10) días hábiles, bajo apercibimien-
to de rescisión del contrato”. La Ley de Obras Públicas de la Provincia de
LA
OM
juicio de la garantía de cumplimiento del contrato. A su vez,
los pliegos dicen comúnmente que el fondo debe retenerse
al contratista hasta la recepción definitiva de las obras como
afianzamiento del correcto cumplimiento de los trabajos y
con el propósito de hacer frente a las reparaciones que fueran
necesarias hacer y que el contratista no hiciese aun cuando le
hubiese sido ordenado.
.C
Es común que los pliegos establezcan que en ningún caso
el Estado pagará intereses por las retenciones realizadas por
DD
dicho concepto.
garantía de ejecución de la obra o fondo de reparo. Este depósito podrá ser sus-
tituido hasta el cincuenta por ciento (50%) por los demás medios que prevea la
reglamentación, salvo casos excepcionales que disponga el Poder Ejecutivo. En
caso de ser afectado al pago de multas o devoluciones que por cualquier con-
cepto debiera efectuar el contratista, corresponderá al mismo reponer la suma
afectada en el plazo perentorio de doce (12) días corridos bajo apercibimiento
de rescisión del contrato; igualmente se procederá cuando la afectación esté re-
ferida a la garantía del contrato”.
(444) En sentido concordante el artículo 42 de la ley dice que “en los casos
de recepciones parciales definitivas, el contratista tendrá derecho a que se le
devuelva o libere la parte proporcional de la fianza y de la garantía para reparo,
con arreglo a lo dispuesto en los artículos 20, 44 y 46”.
OM
XI.6. La cesión del contrato y la subcontratación de los tra-
bajos
.C
zado por otro (cesionario), manteniéndose igual locatario (el
Estado propietario de las obras).
Y, luego, el artículo 626, CC, dice que “el hecho podrá ser
ejecutado por otro que el obligado, a no ser que la persona
del deudor hubiese sido elegida para hacerlo por su industria,
arte o cualidades personales”. Es decir, los contratos persona-
OM
Es decir, el contratista es personalmente responsable por la
ejecución de las obras y por ello no puede —según el manda-
to legal— transferir o ceder el contrato, salvo autorización en
tal sentido. Así, el artículo 49, LOP, establece que “en caso de
muerte… del contratista, quedará rescindido el contrato…”.
.C
Es más, la LOP también prohíbe que el contratista se asocie
con terceros “para su cumplimiento, sin autorización y apro-
bación de autoridad competente” (art. 23). Cabe recordar que
DD
el proponente o adjudicatario tampoco puede transferir sus
derechos, en todo o en parte, sin el consentimiento de las au-
toridades competentes (art. 19, primer parte, LOP).
OM
de las obras por los herederos del empresario.
.C
tente.
OM
vo consentimiento expreso de la autoridad administrativa, en
cuyo caso el cocontratante cedente continuará obligado soli-
dariamente con el cesionario por los compromisos emergen-
tes del contrato” (art. 13, inciso b).
¿Es posible en el marco del contrato de obra pública ceder
.C
el contrato y desvincular al empresario cedente, eximiéndolo
de responsabilidad? Tal exención de responsabilidad ¿com-
prende también el caso de ruina total y parcial por las obras
ejecutadas por el empresario cesionario? También cabe pre-
DD
guntarse si el contratista cesionario debe o no responder por
las obras ya ejecutadas por el cedente.
Creemos que el cedente y el cesionario responden en tér-
minos solidarios ante el Estado comitente. El cedente respon-
LA
OM
rescindir el contrato si el empresario subcontrata “sin previa
autorización de la Administración.”
.C
El pliego habitual establece que “el contratista solamen-
te podrá subcontratar parte de sus trabajos si media la auto-
rización previa del comitente. La subcontratación no exime
DD
al contratista de sus obligaciones con relación al comitente”.
OM
go… pone de manifiesto que el contratista, para subcontra-
tar con terceros parte de la obra adjudicada, debía obtener la
previa conformidad de la repartición (art. 50 del pliego). Lo
mismo surge de los artículos 23 y 50 de la ley 13.064, este últi-
mo de particular interés, pues califica al caso del subcontrato
no autorizado por la Administración como causal de rescisión
.C
del contrato por culpa del contratista principal… Las partes
conocían estas disposiciones como surge expresamente de los
DD
(448) La ley de Mendoza establece que “el contratista podrá subcontratar
parcialmente la obra, previa autorización de la Administración, lo que no le exi-
mirá de sus responsabilidades tanto contractuales como laborales, impositi-
vas y previsionales, ni establecerá relación directa entre los subcontratistas y la
Administración, salvo lo dispuesto en el párrafo anterior. En los casos que por
sus características los considere conveniente, la Administración podrá exigir
en los pliegos que determinados subcontratistas estén inscriptos en el Registro
LA
OM
realización de todo o parte de la obra, precisa de la previa con-
formidad de la repartición lo que tiende a evitar que se bur-
le … los principios de publicidad, igualdad y competencia… Al
denegar entonces la Administración General de Puertos la au-
torización para subcontratar parte de las obras, quedó impe-
dido el cumplimiento del contrato definitivo… y extinguidas
las obligaciones recíprocas”. Finalmente, el Tribunal conclu-
.C
yó que “cabe tener entonces el contrato firmado por las partes
como resuelto por causas no imputables a ninguna de aqué-
llas, sino por el cumplimiento de una condición resolutoria a
DD
la que estaba sometida su vigencia definitiva” (449).
(449) CSJN, “Copimex C.A.C. c. ALESIA”, sent. del 27 de agosto de 1991, Fa-
llos: 314:899.
(450) Sin embargo, Druetta y Guglielminetti sostienen que “la PTN ha
reconocido que el subcontrato crea relaciones jurídicas contractuales entre co-
mitente y subcontratista… Agrega asimismo el órgano asesor que “la circuns-
tancia de que en ciertos casos se generen relaciones jurídicas contractuales en-
tre el subcontratista y la Administración... no libera al contratista principal de
las obligaciones que para con el Estado emergen de su contrato, así como tam-
poco significa alterar las relaciones contractuales entre el subcontratista y el
contratista principal…”, ob. cit., p. 76.
OM
pueden ejercer todos los derechos y acciones de su deudor, con
excepción de los que sean inherentes a su persona”.
Sin embargo, creemos que en el marco del derecho público
el criterio es otro porque la LOP (art. 47) sólo prevé el embar-
go de las sumas que adeude el Estado comitente al contratista
.C
por los “obreros empleados en la construcción o personas a
quienes se deban servicios, trabajos o materiales por ella”. Es
decir, los acreedores tienen acción contra el empresario, pero
DD
no así en relación con el comitente, según el texto de la LOP,
salvo el supuesto de excepción del art. 47.
(451) Por ejemplo, la ley 6021 de la Provincia de Buenos Aires dispone que
“la repartición encomendará la inspección de la obra a un profesional univer-
OM
esta obligación, o los actos de cualquier índole que perturben
la marcha de la obra, harán pasible al culpable de su inmedia-
ta expulsión del recinto de los trabajos (art. 37).
Por su parte, el pliego usado habitualmente por el Estado
establece respecto de la inspección de las obras que ello es-
.C
tará a cargo de quien designe el comitente, esto es, el Inspec-
tor o una Supervisión de Obra integrada por un profesional o
grupo de profesionales. A su vez, el contratista debe cumplir
con las instrucciones y órdenes impartidas por el Inspector de
DD
Obra (art. 62).
Pero, ¿cuál es el alcance del poder de dirección? Este com-
prende el poder de impulsar, guiar, ordenar, enderezar y con-
LA
sitario, quien será responsable del correcto cumplimiento del contrato y de las
cláusulas de la presente ley a cuyos efectos la reglamentación dictará las normas
pertinentes” (art. 31). Por su parte, el artículo 30 establece que el equipo mínimo
previsto por el Pliego de Bases y Condiciones debe ser aprobado por la inspección
y que el inspector de obra podrá recabar el auxilio de la fuerza pública para impe-
dir el retiro del equipo. La ley de Obras Públicas de Santa Fe —ley 5188— dispo-
FI
jo, para tener derecho al cobro de las compensaciones que se declararen proce-
dentes. El contratista se conformará con las modificaciones en los trabajos que
les fueren ordenados por funcionarios autorizados, siempre que esas órdenes le
sean dadas por escrito y no alteren las bases del contrato. Y el artículo 56 agrega
que “la ejecución de la obra se realizará bajo la inspección de la autoridad com-
petente.” Por otro lado, la ley de la Provincia de Mendoza —ley 4416— establece
que “la Administración ejercerá por sí o por terceros la dirección de las obras y a
través de un servicio de inspección supervisará y controlará los trabajos y provi-
siones. Esta dirección e inspección serán ejercidas por profesionales o técnicos
habilitados según las características de la obra…” (art. 39). Finalmente la ley de
San Luis dispone en su artículo 28 que “la vigilancia y contralor de los trabajos o
provisiones estará a cargo de la Administración y deberá ser encomendada a pro-
fesionales universitarios o a personal técnico debidamente habilitado”.
OM
El inspector es el representante técnico del comitente y en
tal carácter debe dirigir y controlar que las obras cumplan con
el proyecto y el plan de trabajos oportunamente aprobado, en
particular, la cantidad y calidad de los materiales empleados,
el factor humano y el método de trabajo, entre otros aspectos.
.C
A su vez, debe medir el avance de las obras, suscribir los certi-
ficados y aceptar las recepciones (453).
Por ejemplo, el pliego usual establece que el contratista
DD
debe dar aviso escrito a la Inspección con una anticipación
mínima de cuarenta y ocho horas al comienzo de todo traba-
jo cuya correcta ejecución no pudiera ser verificada después
de ejecutado. Si se omitiese el cumplimiento de este requisito,
entonces, los gastos para verificar la correcta ejecución de los
LA
(452) R. Barra señala que “también la inspección se hará sobre los ma-
teriales a utilizar, para lo cual podrá inspeccionar el obrador, los almacenes y
depósitos del contratista, como asimismo los talleres donde se construyen ele-
mentos para las obras, a fin de controlar la calidad y los trabajos en el lugar don-
de se ejecuten. Estas tareas de control y vigilancia que realiza la comitente a tra-
vés de su dependiente, no libera al contratista de eventuales responsabilidades
por el suministro incorrecto de los materiales o la prestación inadecuada de los
trabajos… para facilitar la tarea del inspector de obra suelen incorporarse a los
pliegos de condiciones exigencias a los contratistas, como la de suministrar por
su cuenta un local con mobiliario para instalar su oficina, proporcionar instru-
mentos para efectuar replanteos…”, ob. cit., p. 710.
(453) La Ley de Obras Públicas de la Provincia de Mendoza dispone en su
artículo 39 que “la inspección tendrá libre acceso a los obradores, talleres, labo-
ratorios, campamentos y oficinas del contratista y de terceros a quienes éste les
hubiere encomendado trabajos o provisiones relacionados con la obra”.
OM
sabilidad por los “defectos que puedan producirse durante la
ejecución y conservación” de las obras por las conductas del
inspector —trátese de acciones u omisiones—, salvo casos de
excepción y por órdenes expresas del comitente con adverten-
cia del empresario sobre los defectos y daños consecuentes.
.C
Es que, más allá del poder de dirección y su ejercicio, el
empresario es el principal responsable por las obras y su cum-
plimiento y, obviamente, debe responder cuando contraviene
las obligaciones y condiciones estipuladas en el contrato —sin
DD
perjuicio de que el incumplimiento de otras obligaciones, por
ejemplo sus deberes labores, constituyen causal de rescisión
del acuerdo—.
En otros términos, el empresario es quien debe primaria-
LA
OM
embargo, ello no produce la suspensión de las obras. Claro
que las razones que plantee el empresario con el propósito de
apartar al inspector son las causales de recusación que esta-
blece la LPA.
.C
supone por sí solo su desplazamiento del cargo, sin perjui-
cio de que el comitente puede suspenderlo preventivamente
si considerase que ello es conveniente o necesario, según las
circunstancias del caso. Por su parte, si el inspector estuviese
DD
incurso en cualquiera de las causales que prevé la LPA —con
remisión al Código Procesal— debe excusarse de intervenir
en la dirección y control de las obras (455).
Finalmente, el director de obra ejerce su poder de dirección
LA
inspección y tasación de las obras, pero si tuviere causas justificadas, las ex-
pondrá para que dicha autoridad las resuelva, sin que esto sea motivo para que
se suspendan los trabajos” (art. 56). Por su parte la ley de Mendoza dispone que
“el contratista, con causa justificada, podrá solicitar la separación del personal
afectado a la inspección de la obra… En ninguno de ambos supuestos se po-
drán suspender los trabajos o disminuir el ritmo de los mismos” (art. 39). La ley
de Córdoba ordena que “el contratista podrá recusar al técnico designado por
la autoridad competente para la dirección, inspección o tasación de las obras,
solamente por causas justificadas, que la autoridad las examinará, aceptando o
rechazando la recusación sin que ello sea motivo en ningún caso, para suspen-
der los trabajos” (art. 39). Por su parte, la ley de San Luis dice que “el contratista
puede impugnar al personal técnico de la misma, por causa justificada, resol-
viendo la Administración su aceptación o rechazo dentro del plazo máximo de
treinta (30) días corridos, vencido el cual sin que la Administración se pronun-
cie, su representante será reemplazado provisionalmente hasta tanto se dicte la
resolución correspondiente. Todo esto no será motivo de suspensión o amplia-
ción de los plazos contractuales no dando lugar a reclamar gastos improducti-
vos” (art. 28).
OM
gos respectivos. Claro que el efecto suspensivo es razonable
siempre que se trate de un plazo corto que, consecuentemen-
te, no perjudique el avance de las obras. De todos modos, si el
pliego no dice nada, debemos aplicar la LPA que establece el
carácter no suspensivo de los recursos (456).
Además, el director puede notificar a través de tales órde-
.C
nes las resoluciones del Estado comitente, como por ejemplo
las alteraciones del proyecto y la imposición de sanciones. A
su vez, las órdenes deben registrarse formalmente en un libro
DD
especial que se debe llevar a ese efecto.
Según el Pliego Aprobado, las órdenes de servicio deben
ser consignadas cronológicamente en un libro foliado, sellado
y rubricado que es guardado en la obra.
LA
OM
Por otro lado, el pliego añade que “la observación del con-
tratista, opuesta a cualquier orden de servicio, no lo eximirá
de la obligación de cumplirla si ella fuera reiterada. En caso
de incumplimiento, se hará pasible de una multa… la Repar-
tición puede además mandar ejecutar en cualquier momento,
a costa del contratista, los trabajos ordenados, deduciéndose
.C
su importe del primer certificado que se le extienda y, en caso
necesario, del fondo de reparos” (art. 38).
OM
Así como el comitente designa un inspector o técnico con
el propósito de dirigir, inspeccionar y tasar las obras, el em-
presario —por su parte— debe nombrar al representante téc-
nico. En verdad no es sólo un derecho sino básicamente un
deber del contratista porque el representante debe estar pre-
sente en el desarrollo de los trabajos y resolver las cuestiones
.C
técnicas en nombre de aquél.
(457) La ley de Mendoza ordena que “el contratista deberá estar perma-
nentemente representado en la obra por personal universitario o técnico habi-
litado… La Administración a su vez podrá ordenar la separación del represen-
tante técnico o cualquier persona que el contratista mantuviere en la obra. En
ninguno de ambos supuestos se podrán suspender los trabajos o disminuir el
ritmo de los mismos” (art. 39). Por su parte, la ley de la Provincia de San Luis
dispone que el contratista debe contar… con la presencia de un representante
técnico cuya capacidad determine el pliego de condiciones. La Administración
puede rechazar fundadamente el representante técnico, en cuyo caso debe ser
reemplazado” (art. 28).
OM
XI.8. El replanteo de las obras
.C
obra.
OM
ciones Particulares. Realizará el trazado, amojonamiento y
verificación de ejes de referencia, ejes lineales, líneas muni-
cipales y niveles de referencia. El suministro de los elementos
necesarios y los gastos que se originen en las operaciones de
replanteo, así como los provenientes del empleo de aparatos,
enseres, personal obrero, etc., serán por cuenta del contratista.
.C
La Inspección y/o Supervisión de Obra controlará y verificará
el replanteo de la obra que deberá realizar el contratista. Una
vez establecidos los puntos fijos por el contratista y aceptados
DD
por la Inspección y/o Supervisión de Obra, el contratista será
responsable de su inalterabilidad y conservación” (art. 43).
(458) La ley de la Provincia de Buenos Aires establece que “el plazo de eje-
cución empezará a correr desde la fecha de replanteo parcial o total según sea
pertinente, o cuando éste no corresponda, desde la oportunidad que fije el Plie-
go de Bases y Condiciones” (art. 29). Luego el artículo 63 completa el régimen en
tanto dispone que “el contratista tendrá derecho a rescindir el contrato en los
siguientes casos …c) cuando la Administración Pública no efectúe la entrega de
terrenos ni realice el replanteo cuando éste corresponda, dentro del plazo fija-
do en el contrato más una tolerancia de treinta (30) días, siempre que esta cir-
cunstancia impida la iniciación de la obra…”. La ley de la Provincia de Córdoba
señala que “el contratista tendrá derecho a rescindir el contrato en los siguien-
tes casos: e) Cuando la administración no efectúe la entrega de los terrenos o no
apruebe el replanteo de la obra dentro de los sesenta (60) días, a partir de la fir-
ma del contrato, salvo que la falta de aprobación esté motivada por errores del
contratista” (art. 68). Por su parte, la ley de la Provincia de Mendoza señala que
“el plazo de ejecución de los trabajos comenzará a computarse a partir de la fe-
cha del acta de replanteo de la obra u orden de iniciación de los mismos, según
correspondiere” (art. 37). Y “el replanteo de la obra se efectuará en el tiempo y
OM
nes estipuladas en el contrato. Es más, si no lo hace, el comiten-
te —según la gravedad del incumplimiento— puede imponerle
sanciones, ejecutarlas e incluso rescindir el contrato.
En igual sentido, el empresario debe ajustarse a las órdenes
de servicio dadas por el comitente, presumiéndose que éstas
.C
no modifican ni alteran el contrato ni tampoco sus obligacio-
nes.
Por otro lado, los trabajos no previstos pueden o no incluir-
DD
se en el contrato, según sus características.
El comitente —en ejercicio del ius variandi que luego estu-
diaremos— puede modificar el acuerdo, es decir, los trabajos
y consecuentemente el plan de trabajo, precio y plazos.
LA
OM
XI.9.2. La entrega del terreno
.C
durante el mismo período, el contratista tiene derecho a res-
cindir el acuerdo.
DD
XI.9.3. La provisión de los materiales
OM
materiales que debía proveer el empresario y ello altera —en
términos de disminución— en más de un veinte por cien-
to cualquier ítem o el valor total de las obras, éste tiene o no
derecho a rescindir el contrato —de conformidad con el inci-
so a) del artículo 53, LOP—. Por nuestro lado, creemos que sí
porque la decisión del comitente de sustituir los materiales es
.C
parte del ius variandi del Estado.
OM
formule observaciones, no exime de responsabilidad al con-
tratista por la mala calidad de las obras ejecutadas o por la
demora en terminarlas. Finalmente, las normas contractua-
les exigen que los materiales, equipamiento y accesorios a
utilizar deban ser de la mejor calidad existente en el mercado
entre los de su clase y los trabajos deban ejecutarse según las
.C
reglas del arte. En el caso de los elementos o materiales que
requieran elaboración previa, los pliegos prevén que el Estado
comitente pueda inspeccionarlos en los lugares donde se eje-
DD
cuten y si éste se encontrare alejado del lugar de ejecución de
los trabajos, el contratista debe hacerse cargo de los gastos de
traslado del personal de la Inspección.
OM
previstos en el contrato, su precio deberá ser previamente con-
venido… partiendo de los precios contractuales correspon-
dientes a trabajos análogos o semejantes”.
.C
trabajo, el precio será establecido mediante un análisis”. Fi-
nalmente, “aun en caso de no llegarse a un acuerdo previo so-
bre el precio, el contratista deberá proceder inmediatamente
a la ejecución de los trabajos si así lo ordenara la Inspección,
DD
dejando a salvo sus derechos… Sin perjuicio de lo estipulado
precedentemente, la Repartición podrá disponer que los tra-
bajos de que se trata se lleven a cabo directamente o por nue-
vo contrato” (art. 59).
LA
OM
usar el mismo precio con el propósito de calcular el valor de la
modificación. Si el precio unitario no resultare aplicable o si
la naturaleza del trabajo no se corresponde con los ítems exis-
tentes, el contratista puede proponer nuevos precios respecto
de los trabajos no previstos. Es más, si el precio propuesto por
el contratista no es razonable, el comitente puede ordenar la
.C
ejecución de los trabajos y fijar los precios aplicables basados
en sus propios cálculos. A su vez, los pliegos comúnmente
agregan que en caso de no llegarse a un acuerdo previo sobre
DD
el precio, el contratista debe ejecutar igualmente los trabajos
si así es ordenado por el comitente, sin perjuicio de dejar a
salvo sus derechos. De todos modos, y sin perjuicio de lo es-
tablecido en los puntos precedentes, el comitente puede dis-
poner que los trabajos se lleven a cabo directamente por él o
LA
XI.10. El plazo
OM
Luego, dice la ley que “las obras podrán recibirse parcial o
totalmente… la recepción total o parcial tendrá carácter pro-
visional hasta tanto se haya cumplido el plazo de garantía que
se hubiese fijado” (art. 40, LOP) y “la recepción definitiva se
llevará a efecto tan pronto expire el plazo de la garantía que se
hubiese fijado en el contrato…” (art. 41, LOP).
.C
El pliego usual establece que “la obra debe ser totalmente
realizada en el plazo fijado en la documentación integrante
del Contrato y en las prórrogas que hubieran sido acordadas,
DD
de acuerdo al plan de trabajos Vigente” (art. 79). A su vez, el
pliego usual dice que “si las obras contratadas no se termi-
naran dentro del plazo contractual y sus prórrogas otorgadas,
por causas no justificadas a juicio del comitente, el contratista
se hará pasible de una multa que será calculada en la forma
LA
OM
rá constituido en mora por el solo hecho del transcurso del o
de los plazos estipulados en el contrato y obligado al pago de
la multa aplicada…” (artículo 35, LOP). Finalmente, el artícu-
lo 50, LOP, prevé que la Administración nacional tendrá dere-
cho a la rescisión del contrato “cuando el contratista proceda
a la ejecución de las obras con lentitud… y a juicio de la Admi-
.C
nistración no puedan terminarse en los plazos estipulados”
podrá significar un reajuste del plazo contractual, el que debe ser fijado por la
Administración con la conformidad del contratista” (art. 54). La Ley de Obras
Públicas de San Luis dice que “las demoras incurridas en el cumplimiento de
los plazos contractuales, darán lugar a la aplicación a las penalidades que fije
la reglamentación de la presente Ley o los Pliegos de Condiciones, salvo que di-
chas demoras fueran motivadas por causa debidamente justificadas…” (art. 30).
La ley de la Provincia de Santa Fe establece que “las demoras en la iniciación,
ejecución y terminación de los trabajos darán lugar a la aplicación de las multas
o sanciones …. salvo que el contratista pruebe que se debieron a causas justifi-
cadas. El contratista quedará constituido en mora por el sólo hecho del trans-
curso del o de los plazos estipulados en el contrato …si el total de las multas
aplicadas alcanzare al quince por ciento del monto del contrato, la Administra-
ción podrá rescindirlo por culpa del contratista” (art. 53).
OM
XI.10.2. El inicio de los trabajos. El retraso en el inicio de las
obras
.C
Los trabajos deben iniciarse inmediatamente y “cuando el
contratista se exceda del plazo fijado en las bases de licitación
para la iniciación de las obras” por causas imputables a él, el
DD
Estado comitente puede aplicar sanciones o —en su caso—
rescindir el contrato (art. 50, inciso c).
Sin embargo, en caso de rescisión no cabe aplicar las con-
secuencias que prevé el artículo 51, LOP, esto es, “resuelta la
LA
OM
autorizada de los planos, presupuesto y demás documenta-
ción del proyecto.
En el acto del replanteo participan el comitente —por me-
dio de su representante, es decir, el inspector de obras— y el
empresario —a través de su representante técnico—. En el
.C
acta correspondiente sobre el replanteo —viabilidad de las
obras— las partes pueden hacer constar las observaciones y
reparos del caso.
DD
Como ya hemos dicho, el trámite de constatación del re-
planteo es una obligación del Estado contratante y paso pre-
vio imprescindible en el inicio de las obras, de modo que si el
Estado no cumple, no es posible ejecutar las obras por causas
imputables al propio Estado. En tal caso deben prorrogarse los
LA
OM
Si el Estado comitente no hiciese el replanteo y, particular-
mente, no constatase el replanteo con carácter previo al inicio
de los trabajos, igual que si no entregase los documentos téc-
nicos necesarios, entonces el contratista puede exigir el cum-
plimiento de estos extremos e incluso plantear la rescisión del
acuerdo en el marco del artículo 53 inciso c), LOP. Este pre-
.C
cepto dice textualmente que “el contratista tendrá derecho a
rescindir el contrato… cuando… se vea obligado a suspender
las obras… como consecuencia de la falta de cumplimiento
DD
en término, por parte de la Administración, de la entrega de
elementos o materiales a que se hubiera comprometido… o
cuando la Administración no efectúe la entrega de los terre-
nos ni realice el replanteo de la obra...”.
LA
OM
operaciones que le sean imputables (artículo 39, LOP).
.C
Cabe aclarar que —en principio— los plazos jurídicamen-
te relevantes son aquellos que establecen los pliegos y no el
plan de trabajos presentado por el empresario.
DD
Es decir, por un lado, el pliego fija los plazos de ejecución de
las obras y, por el otro, el empresario establece por medio del
plan de trabajo plazos menores sobre el avance de las obras
que debe ser aprobado por el comitente.
LA
OM
salvo que pruebe que se “debieron a causas justificadas y és-
tas sean aceptadas por autoridad competente” (art. 35 primer
párrafo).
Así, “las demoras en la terminación de los trabajos respec-
to a los plazos estipulados darán lugar a la aplicación de mul-
.C
tas o sanciones que serán graduadas por el Poder Ejecutivo de
acuerdo con la importancia del atraso”. El constructor queda
“obligado al pago de la multa aplicada, pudiéndosele descon-
tar de los certificados a su favor, de las retenciones para reparo
DD
o bien afectar la fianza rendida.”
Sin embargo, la ley no establece pautas claras respecto del
régimen sancionador por incumplimiento de los plazos con-
venidos. En efecto, la ley sólo dice que en el supuesto de atra-
LA
OM
te Pliego en el caso de configurarse la situación prevista en el
artículo 50, inciso b) de la ley 13.064 de Obras Públicas, sus
modificatorias y complementarias. En caso que en el Pliego de
especificaciones técnicas particulares se establecieran plazos
parciales para determinados trabajos, si ellos no estuvieran
terminados en el plazo fijado, entrarán en mora parcial y se le
.C
aplicará la multa que se establezca en el Pliego de condiciones
particulares” (art. 80).
Según el pliego aprobado “el contratista se hará pasible
DD
por demora en la terminación de las obras, de una multa cuyo
monto y forma de determinación se establecerá en las Cláusu-
las Especiales. Cuando el importe de la multa alcance al diez
por ciento (10%) del monto del contrato, la Repartición deberá
optar por su rescisión por culpa del contratista, o por la con-
LA
OM
imputables a él. Es decir, las suspensiones tienen dos conse-
cuencias jurídicas. Por un lado, la aplicación de multas o pe-
nalidades y, por el otro, la no aplicación del régimen de revi-
sión de los precios.
En el precedente “Tecba” la actora —por sí y en su carácter
.C
de cesionaria de los derechos y acciones de Norsbe Ingenie-
ría Eléctrica S.A. y Electrificaciones del Norte S.A.— promovió
demanda tendiente a obtener el resarcimiento de los daños y
perjuicios supuestamente ocasionados por la arbitraria reso-
DD
lución de los contratos celebrados con Segba S.A.
Dijo la Corte que “de los pliegos de condiciones de las ór-
denes de trabajo… surge que —por tratarse de obras de utili-
dad pública el plazo de entrega era una condición esencial del
LA
OM
lacionada con la rescisión de los contratos, resulta relevante
señalar, en primer término, que el poder de rescisión —aun
cuando no esté expresamente contemplado en el contrato—
constituye una prerrogativa que la Administración Pública
tiene igualmente por estar ínsita en todo contrato administra-
tivo. Mas la estipulación expresa no resulta enteramente su-
.C
perabundante, pues significa que en los casos que se determi-
nen en los acuerdos de voluntades la rescisión debe sujetarse
a lo establecido en ellos”.
DD
A su vez, “el intercambio postal habido entre las partes y
del que da exacta cuenta la sentencia en recurso, revela que
en reiteradas oportunidades Segba intimó fehacientemente al
contratista a dar cumplimiento a las obligaciones a su cargo;
le recordó que la obra se había pactado a plazo fijo y que, ante
LA
(462) CSJN, “Tecsa S.A. c. Segba S.A. s/ contrato obra pública”, sent. del 21
de diciembre de 1999, Fallos: 322:3139.
OM
que como consecuencia de ello, las partes celebraron un nue-
vo acuerdo. Según la Corte, “... las respectivas estipulaciones,
amén de la ampliación del término que consagraban, tendían
a superar los obstáculos que existían para ese momento; por lo
que este acto reviste singular importancia para la interpreta-
ción de la conducta observada por sus otorgantes”. Entre otras
previsiones, la actora “estimó que se hallaba en condiciones
.C
de proseguir con las obras y reactivarlas con la reincorpora-
ción de las maquinarias, equipo y personal de refuerzo (...) a
fin de que quede terminada en el plazo de sesenta (60) días,
DD
contado a partir de la fecha de la presente acta, salvo causa
justificada de prórroga…”. El Tribunal sostuvo que en “lo ati-
nente a la existencia de un plazo de prórroga en favor de la
contratista para llevar a cabo la terminación de la obra, plazo
que respondía a las necesidades previsibles para cumplir ese
LA
OM
tantes en un plazo de 90 días, con provisión de los materiales
por la misma firma… por un monto varias veces superior al
que debía pagarse a la actora...”.
.C
boración de YPF, quien pese a la gravitación que razonable-
mente podía tener sobre la proveedora no admitió la solución
propuesta y procedió sin más a rescindir el contrato...”. En
DD
conclusión, “toda vez que la demandada debía intimar a la
actora para hacer valer la facultad rescisoria y que no prestó
la colaboración debida, sumado a las restantes circunstancias
referidas, el tribunal concluye que la rescisión no importó el
ejercicio razonable de las facultades asignadas por los arts. 49
y ss. de la ley 13.064 y el contrato celebrado, hallándose vicia-
LA
OM
ocho días en tres ocasiones (art. 50, LPO).
.C
“tendrá derecho al beneficio que obtuviese en la continuación
de las obras con respecto a los precios del contrato rescindi-
do” (art. 51).
DD
Por último, debemos preguntarnos si en caso de incum-
plimiento de los plazos por el constructor, cabe acumular las
multas más la rescisión contractual o quizás el quiebre del
vínculo y sus consecuencias se subsumen en las multas apli-
cadas.
LA
(464) Por su parte la Procuración del Tesoro ha dicho que “este organis-
mo ha entendido que la multa por retardo en el contrato de obra pública tiende
a garantizar el cumplimiento en término de las obligaciones asumidas por el
contratista. La multa tiene por fin actuar en forma compulsiva sobre el contra-
tante, para compelerlo al más exacto acatamiento de sus obligaciones (Dictá-
menes 77:363). Desde esta perspectiva, no carece totalmente de sentido jurídico
considerar que la multa originariamente prevista en el pliego llegaba a conte-
ner elementos indemnizatorios, a los que se agregaban los daños y perjuicios.
Sin embargo —como he dicho— la solución establecida en el contrato parece
limitar sin sustento normativo ni de razonabilidad el derecho del comitente a
ser indemnizado por los perjuicios derivados del retardo. Una posible solución
OM
En principio, el incumplimiento es responsabilidad del
constructor que es quien está obligado a realizar las obras en
el plazo convenido. Sin embargo, en ciertos casos el incum-
plimiento del constructor está fundado en las faltas del Es-
tado comitente. Así, por ejemplo, la “falta de cumplimien-
.C
to en término, por parte de la Administración, de la entrega
de elementos o materiales a que se hubiera comprometido”
—artículo 53, inciso c)—. Otro tanto ocurre cuando es nece-
DD
sario suspender las obras y plazos por el ejercicio del ius va-
riandi (artículo 30) “las equivocaciones del presupuesto, en
cuanto a extensión o valor de las obras” (artículo 37) o “por
culpa de los empleados de la Administración” (art. 39, prime-
ra parte).
LA
añade que “en dicha acta se fijará el detalle y valor del plantel,
para este dilema sería que la cláusula contractual contemple una de estas dos
alternativas:
a) multas sin limitación, excluyendo otro resarcimiento, conteniendo en
una sola penalidad sanción conminatoria y reparación; o
b) multas limitadas, estrictamente conminatorias, pero con más la respon-
sabilidad por los daños y perjuicios que la demora irrogue. Me inclino a opinar
que una adecuación en ese sentido, devolvería sustento de razonabilidad a la
cláusula y haría posible superar el obstáculo señalado para su aceptación”. Dic-
támenes 217:115.
OM
que deberán serle certificados y abonados” (465).
.C
juicios” según los precios del contrato. Cabe aclarar que el ar-
tículo 34, LOP, se refiere a la suspensión de los trabajos por
causas imputables al Estado comitente y, por su parte, el ar-
DD
tículo 39, LOP, comprende el caso fortuito (hechos naturales y
hechos del príncipe) como causal de suspensión y recomposi-
ción contractual. Así, según el art. 39, LOP, “cuando esas pér-
didas, averías o perjuicios provengan de culpa de los emplea-
dos de la Administración, o de fuerza mayor o caso fortuito
LA
OM
2) el contratista deba suspender las obras por más de tres
meses, o reducir los trabajos en más de un cincuenta
por ciento por igual período como consecuencia de “la
falta de cumplimiento en término, por parte de la Ad-
ministración, de la entrega de elementos o materiales
.C
a que se hubiera comprometido”;
3) la Administración no entregue los terrenos o no reali-
ce el replanteo de las obras, dentro del plazo fijado en
DD
los pliegos especiales “más una tolerancia de treinta
días”.
A su vez, en caso de rescisión, las consecuencias son las
siguientes, a) liquidación a favor del contratista del importe
de los equipos y materiales que no quisiese retener; b) liqui-
LA
OM
tregase los terrenos sobre los cuales deban ejecutarse
las obras, y
2) las faltas del Estado comitente sean de tal gravedad
que impidan el cumplimiento de las obligaciones del
constructor, esto es, la aplicación del pacto comisorio
.C
(artículo 1204, CC) en el marco propio del derecho pú-
blico.
OM
rán obligatorios para el contratista…”. Si las alteraciones fue-
sen superiores a un veinte por ciento —en más o menos— de
algunos de sus ítems, las partes tienen derecho a fijar el nuevo
precio unitario de común acuerdo. Si no se alcanzase el acuer-
do, el Estado puede realizar las obras directamente o por nue-
vo contrato “sin derecho a reclamación alguna por parte del
contratista”.
.C
Sin perjuicio de ello, el constructor puede rescindir el con-
trato cuando las alteraciones modifiquen el valor total de las
DD
obras “en un veinte por ciento en más o en menos”.
OM
ejercicio del ius variandi, las consecuencias por las suspen-
siones deben subsumirse en el marco del quiebre del vínculo
contractual, aplicándose los artículos 53, inciso a, (“cuando las
modificaciones… alteren el valor total de las obras contratadas
en un veinte por ciento en más o en menos”) y 54 (“producida
la rescisión… ella tendrá las siguientes consecuencias”) (466).
.C
e) El incumplimiento de los plazos por caso fortuito o fuerza
mayor. En principio y según el derecho civil, el caso fortuito
es extintivo del contrato y de allí su distinción con la teoría de
DD
la imprevisión que simplemente torna más onerosas las pres-
taciones de las partes. Sin embargo, en el marco del contrato
de obra pública (LOP), el Legislador reconoce al caso fortuito
o fuerza mayor, y así ha sido interpretado por los tribunales,
como hechos extraordinarios e impresivibles de origen natu-
LA
OM
hechos suspensivos o extintivos, cuando son hechos natura-
les o del hombre (terceros) pero no económicos. Así, el factor
económico extraordinario y no previsible es encuadrado en la
teoría de la imprevisión, en cuyo caso las consecuencias son
distintas porque no se trata de reparar los daños a favor del
empresario por parte del Estado sino de recomponer el equili-
.C
brio originario del acuerdo, tal como veremos seguidamente.
f) El incumplimiento de los plazos por hechos extraordina-
rios e imprevisibles (teoría de la imprevisión). Otras de las cau-
DD
sales del incumplimiento de los plazos de los contratos son los
hechos económicos extraños a las partes siempre que resulten
extraordinarios e imprevisibles.
Cuando los hechos ajenos son simplemente ordinarios y
previsibles no constituyen entonces hechos impeditivos del
LA
OM
es el decreto 1186/84 que prevé como causal de justificación
del incumplimiento del plazo de ejecución de las obras, en el
marco del artículo 35, LOP, “la situación financiera de la plaza
sobrevinientes a la celebración del contrato”.
Claro que también puede plantearse el caso de desequili-
.C
brio por hechos extraordinarios e imprevisibles y recomposi-
ción contractual sin suspensión de las obras o, contrariamen-
te, desequilibrio más paralización de las obras. Entonces, ¿qué
DD
ocurre cuando se suspenden las obras y luego se recompone el
contrato en los términos del artículo 1198, CC? ¿Debe aplicar-
se el artículo 34, LOP, respecto del período de suspensión de
las obras y, una vez recompuesto el contrato, reanudarse las
obras? Creemos que no sino que las consecuencias jurídicas
por las suspensiones (gastos y perjuicios) deben subsumirse
LA
OM
zos estipulados, artículo 50, inciso a).
.C
sas imputables al Estado contratante, terceros o hechos extra-
ños e imprevisibles—. Sin perjuicio de ello, el contratista debe
continuar con el cumplimiento de sus obligaciones y el Estado
DD
puede o no suspender los plazos y otorgar o rechazar el pedido
de prórroga de éstos. Si el comitente en este contexto concede
la prórroga de los plazos, entonces, no cabe aplicar multas o
sanciones por “las demoras en la terminación de los trabajos”.
Es más, el empresario debe solicitar las prórrogas y denunciar
los hechos justificantes en los plazos que prevén los pliegos.
LA
OM
obras;
b) demora comprobada en la entrega de planos comple-
mentarios o de instrucciones sobre dificultades técni-
cas imprevistas;
.C
c) casos fortuitos o de fuerza mayor, entendiéndose como
tales los que prevé el artículo 39 de la Ley;
d) dificultades para conseguir mano de obra, materiales
DD
y transportes;
e) demoras imputables a otros contratistas, si los hubiere”.
OM
determinante de la demora le fuese imputable, sin necesidad
de la presentación previa del contratista. Luego, el comitente
—en caso de conceder las prórrogas— debe aprobar el ajuste
del plan de trabajos y la curva de inversión, según el nuevo
plazo.
.C
También es posible que las partes acuerden en términos
razonables, es decir, respetándose los principios propios de
las contrataciones públicas, suspender y prorrogar de común
acuerdo los plazos convenidos originariamente.
DD
Sin embargo es plausible que las partes convengan prorro-
gar los plazos —por errores en el proyecto o por otras razo-
nes— sin suspender las obras.
LA
OM
caso anterior, el límite debe apoyarse en el objeto y extensión
de éste y no en los plazos contractuales. En otros términos,
los límites son básicamente el respeto por los principios de las
contrataciones públicas (igualdad, concurrencia y transpa-
rencia), el respeto por el objeto (esto es, prohibición de desna-
turalizar el contenido del contrato) y, por último, las alteracio-
.C
nes del objeto en cuanto a su extensión.
OM
tación de las normas de mensura… El Contratista no podrá
suspender los trabajos —ni aún parcialmente— con el pretex-
to de que existan divergencias pendientes, bajo pena de apli-
cación de una multa…” (art. 35, LOP).
.C
Hemos visto en los puntos anteriores que el plazo en que
deben ejecutarse las obras puede suspenderse o paralizarse
DD
por circunstancias imputables a las partes o por cuestiones
ajenas a las mismas.
En particular, cuando la suspensión o paralización de los
plazos o la disminución del ritmo de las obras (es decir, las
obras avanzan pero a un ritmo más lento que las previsiones
LA
OM
de marzo del 2007. Por su parte la Procuración del Tesoro ha dicho que estos
gastos son aquellos que “se siguen originando aunque la obra no se realice (por
ejemplo el mantenimiento de los equipos y planteles, los gastos de administra-
ción, la conservación del obrador, limpieza de obra, etc.), asemejándose a los
gastos fijos de un emprendimiento. Y luego agregó que “tienen una naturaleza
jurídica distinta y un tratamiento diverso en el ordenamiento positivo, ya que
constituyen costos directos devengados durante los períodos de paralización
o semiparalización de la obra…”. Luego sostuvo que “el decreto 11.511/47 es-
.C
tableció en su artículo 31 que serán reconocidas a los contratistas las mayores
erogaciones debidas a paralizaciones totales o parciales de obras, producidas
por actos de gobierno, o por la situación de emergencia en que se funda la ley
12.910. Este reconocimiento representará una compensación por los gastos di-
rectos improductivos de las obras. A su vez, la ley 15.285 estableció en el ar-
DD
tículo 30 que el Poder Ejecutivo actualizará los montos de obra sobre los que
se aplicarán dichos porcentajes de gastos generales, para el reconocimiento de
los resarcimientos de los gastos improductivos, contemplados en el artículo 31
del decreto 11.511/47. El decreto 6927/61, reglamentario de la ley 15.285, en su
artículo 5°, sustituido por… decreto 4124/64, además de modificar la tabla vi-
gente a los efectos del reconocimiento de gastos improductivos, estableció que,
serían reconocidas a los contratistas las mayores erogaciones debidas a para-
LA
sione (v. Barra, Rodolfo C., Contrato de Obra Pública, t. 2, p. 847 y ss. Ed. Aba-
co, Bs. As., 1986). El decreto 2347/76…, en su artículo 5° dispuso que el acuerdo
emergente de la renegociación, que tendrá carácter de transacción, incluirá la
determinación de los gastos improductivos sufridos por el contratista a raíz de la
paralización de las obras sin sujeción a los porcentajes fijados en el artículo 2° del
decreto 4124/64. Tanto para las renegociaciones aquí contempladas como para
los casos que en el futuro se presenten, elimínase el importe máximo fijado en
dicho artículo para la liquidación de gastos improductivos. Merece señalarse que
en el último párrafo del Considerando del decreto 2347/76, se estableció que re-
sulta conveniente disponer que en el acto de la renegociación queden totalmente
definidos los derechos y obligaciones de las partes, emergentes de la paraliza-
ción sufrida por las obras, a cuyo efecto deberá darse la amplitud suficiente a las
facultades de la autoridad administrativa competente para determinar los gas-
OM
retomar los trabajos porque el acuerdo se extinguió con moti-
vo de la rescisión del contrato.
.C
gastos causados.
tos improductivos sin sujeción a los porcentajes fijados por el artículo 2° del de-
creto 4124/64 eliminándose, por haber perdido actualidad, el importe máximo
allí establecido, tanto para las renegociaciones aquí contempladas como para
casos que se presenten en el futuro. PTN, Dictámenes 239:547.
(470) Barra, ob. cit., t. 2, p. 847 y siguientes; Bezzi, ob. cit., p. 249.
OM
Los primeros están constituidos por las erogaciones afec-
tadas a la ejecución material de la obra (alquiler del obrador y
equipos y pago de seguros, entre tantos otros) y los segundos
—gastos indirectos de oficina— son aquellos vinculados con el
giro u operaciones habituales de las empresas constructoras
.C
(alquiler de oficinas, pago de servicios como electricidad, gas,
teléfono y salarios del personal administrativo) (471).
(471) Los autores y fallos judiciales más recientes, así como la Procuración
del Tesoro, sostienen que los gastos generales son parte de los gastos improduc-
tivos. Respecto de los gastos directos e indirectos, ver Barra, ob. cit., t. 2, p. 847
y siguientes; Bezzi, ob. cit., p. 249 y siguientes. CNContenciosoadministrativo
Federal, sala V, 31 de octubre de 2005, “Badner Sapirstein, Samuel c. Ministe-
rio de Economía de la Nación”; CNContenciosoadministrativo Federal, sala II,
“Iate c. Estado Nacional” del 27 de marzo de 2007. Dictámenes PTN 246:125. En
cuanto a la prueba de este tipo de gastos y dada su dificultad para acreditarlos
de modo fehaciente respecto de su incidencia concreta en una obra determina-
da, la ley 15.285 vigente en el marco del régimen de la ley 12.910, estableció que
a los fines de calcular el monto correspondiente a los gastos generales, debía
adicionarse sobre los importes resultantes de los gastos indirectos de obra, un
porcentaje del 10 % en relación con las obras de arquitectura y el 15 % respecto
de las obras de ingeniería.
OM
Por ello, todos los gastos y erogaciones que el contratista
debe hacer en estos casos, sin recibir contraprestación y por
causas que no le son imputables, reciben el nombre de gastos
improductivos (472).
.C
gastos improductivos como aquellos que se siguen produ-
ciendo sin tener su correspondiente contrapartida en la cer-
tificación de obra (473).
DD
(472) Mó define a los gastos improductivos como “… aquellos que deman-
dan el mantenimiento de equipos y planteles, gastos de administración, con-
servación del obrador, distintos tipos de intereses por fianzas, fondo de reparos,
etc. Estos gastos serán cargados por el comitente cuando el contrato se rescinde
por culpa de éste; ésta es la solución aceptada por la ley” (Régimen legal de las
LA
obras públicas, Buenos Aires, Depalma, 2ª ed., 1982, p. 397). Por su parte, Ba-
rra señala que con motivo de los “… gastos que se siguen devengando sin tener
su correspondiente contrapartida, en la certificación de la obra (ya que no se
ejecuta obra), se produce para el contratista un daño que está calificado con la
denominación de ‘gastos improductivos’. Este nombre es suficientemente re-
presentativo de lo que quiere significar, pues son gastos que no producen para
FI
OM
En efecto, el artículo 54, inciso e), LOP, dice que correspon-
de liquidar “a favor del contratista... los gastos improductivos
que probare haber tenido como consecuencia de la rescisión
del contrato” por causas imputables al Estado (475).
.C
procede el reconocimiento de los gastos improductivos —trá-
tese de extinción por decisión del empresario o el propio Esta-
do pero en cualquier caso por hechos ajenos—. Dice el art. 54,
último párrafo, que “en el caso del inciso d) del artículo 53
DD
[caso fortuito o fuerza mayor] no será de aplicación el inciso e)
tación” (art. 48). Según la ley de San Luis “serán reconocidas al contratista las
mayores erogaciones debidas a gastos improductivos que sean consecuencia de
paralizaciones totales o parciales de la obra, imputable o causadas por la Ad-
ministración” (art. 42). Y agrega que “cuando la mora de los pagos de la Admi-
nistración, lesione el presupuesto financiero previsto por el contratista para la
obra, éste tendrá derecho a solicitar se autorice la disminución del ritmo de los
trabajos, y ampliación del plazo del contrato, acompañando las pruebas nece-
sarias… En el caso que la Administración lo considere conveniente, podrá acor-
dar con el contratista el mantenimiento del ritmo de ejecución contractual, me-
diante el reconocimiento de las mayores erogaciones que por dicho motivo se le
originen” (art. 60). La ley de Santa Fe establece que “la Administración recono-
cerá los gastos improductivos debidos a paralizaciones totales o parciales que
sean producidas por actos del Poder Público o causa de fuerza mayor” (art. 59).
OM
el contrario, si el empresario es quien ejerce el derecho de res-
cisión, entonces no debe reconocerse el pago de los gastos im-
productivos. Disentimos con este criterio interpretativo que
estudiaremos en detalle más adelante.
A su vez, en los otros casos de rescisión del contrato por el
.C
empresario en ejercicio de sus derechos, es decir, por causas
imputables al Estado, sí deben liquidarse los gastos impro-
ductivos como ya explicamos (art. 54, LOP) (476).
DD
En tales supuestos, una vez concluido el contrato, los gas-
tos improductivos a reconocer y liquidar a favor del empresa-
rio son básicamente aquellos que éste pruebe haber realizado
con el propósito de cumplir con el contrato y cuya continui-
dad se frustró por causas atribuibles a la Administración con-
tratante.
LA
(476) La ley 13.064 no reconoce los gastos improductivos a favor del contra-
tista, cuando la rescisión del contrato por parte de éste obedezca a caso fortuito
o fuerza mayor que imposibilite el cumplimiento de las obligaciones emergen-
tes del contrato (art. 54, último párrafo).
OM
independientemente de que la orden de suspensión o
disminución de las tareas provenga o no de la Adminis-
tración comitente (arts. 35 y 39, LOP). Por ejemplo, los
casos que se originen en circunstancias sobrevinien-
tes en el curso de los contratos (caso fortuito: hechos
extraordinarios e imprevisibles o hechos del príncipe)
.C
o aquellas derivadas de los atrasos del comitente en
tanto el empresario pruebe que incide en el plazo con-
tractual (conforme el decreto 1186/84) (477);
DD
Entonces, existen ciertas causales expresamente previstas
en el propio texto de la LOP (arts. 34 y 39) sobre suspensión o
disminución del ritmo de las obras que no son imputables al
contratista. A su vez, el texto legal admite otras siempre que
sean razonables, se encuentren debidamente acreditadas y
LA
(477) Ver Crivelli, Julio César y Vega, Susana Elena, Digesto Régimen
OM
y reconocimiento de pérdidas, averías y perjuicios (art. 39, LOP).
A su vez, tal como explicamos, si se rescinde el acuerdo por es-
tas causales (art. 53 inc. d, LOP), los gastos improductivos que
sean consecuencia de ello no le serán reconocidos al empresario
(art. 54, último párrafo, LOP) ni tampoco el lucro cesante. Cabe
aclarar que, según los antecedentes parlamentarios de la ley
.C
13.064, es así en tanto no exista culpa concurrente de las partes
contratantes (480). Por nuestro lado, creemos que el caso fortuito
sólo debería regularse como un supuesto de extinción del vínculo;
sin embargo el criterio normativo es que este caso puede confi-
DD
gurar también un supuesto de suspensión del contrato (481).
b) Rescisión del contrato por el contratista, por causas atri-
buibles a la Administración Pública (art. 54, inc. e, ley 13.064
ya mencionado).
LA
OM
constituía una reparación acotada en su cuantía pero
que no requería la prueba de los gastos realizados,
aunque sí acreditar las circunstancias de hecho;
.C
jeta a la prueba estricta de los gastos sobre la base del
mandato de los artículos 34, 35 y 39, LOP (484).
dad (ley 23.928). En efecto, este texto prohibió las cláusulas in-
dexatorias, variaciones de costos y actualizaciones de deudas
y este criterio fue luego ratificado por la Ley de Emergencia
(ley 25.561) (487).
En sentido concordante, el decreto 1349/01 derogó expre-
OM
samente el decreto 3772/64 (reglamentario de la ley 12.910)
mediante el decreto 1349/01 (488). A su vez, la falta de actua-
lización de los importes previstos en la escala de cálculo de
las indemnizaciones implicó, en los hechos, que tales normas
perdiesen vigencia.
De tal modo, el régimen actualmente aplicable es la LOP,
.C
es decir, por un lado, los arts. 34, 35 y 39 y, por el otro, el art. 54
inc e).
DD
En cuanto a la prueba de estos gastos, y salvo excepcio-
nes en que los pliegos establezcan indemnizaciones tasadas,
el contratista debe alegar y probar todos los gastos con el fin
de obtener el reconocimiento y pago de los gastos improduc-
tivos. En igual sentido, los jueces exigen las pruebas de tales
gastos (489). En efecto, la Corte sostuvo que los gastos impro-
LA
(487) La última prórroga fue establecida por la ley 26.563 hasta el 31 de di-
ciembre del año 2011.
(488) El art. 1° del decreto 4124/64, al sustituir el art. 5° del decreto 6927/61,
remite al artículo 14 del decreto 3772/64 a los fines de determinar la paralización
total o parcial de las obras, pero este último decreto fue expresamente derogado.
(489) CNFed. Contenciosoadministrativo, sala V, “Badner, Sapirstein
Samuel A. c. Ministerio de Economía de la Nación” del 31 de octubre de 2005,
LA LEY, 2006-E, 319.
(490) CSJN, “Mantyc SRL c. Estado Nacional - Ejército Argentino y otros s/
contrato de obra pública”, sent. del 13 de octubre de 2009, Fallos: 332:2288.
OM
Finalmente, cabe recordar que en el marco de las emergen-
cias (por ejemplo, la ley 23.696), los contratos de obra públi-
ca ya celebrados fueron regulados con carácter de excepción
y, en particular, el capítulo sobre rescisión de los contratos y
gastos improductivos consecuentes. Así, la ley 25.344, en su
artículo 26 y bajo el capítulo de “Disposiciones Generales”
.C
dispuso expresamente que en el caso de revocaciones por ra-
zones de oportunidad, mérito o conveniencia de los contratos,
el empresario no tiene derecho a reclamar por gastos impro-
DD
ductivos (492).
XI.11. El precio
XI.11.1. Introducción
OM
establece que “las condiciones de pago se establecerán tam-
bién en los pliegos de condiciones generales y en los particu-
lares de cada obra” (art. 45).
.C
El precio es un elemento esencial del contrato, junto con el
plazo y la prestación (opus), creándose así un estrecho vínculo
e interacción entre dichos elementos durante todo el desarro-
DD
llo de las obras.
En tanto el contrato de obra pública es bilateral, conmuta-
tivo y oneroso, las partes tienen obligaciones a su cargo deter-
minadas o determinables fijadas desde el inicio del contrato.
LA
OM
cio básico siempre que se acrediten las circunstancias res-
pectivas (494).
Por ejemplo, el decreto 2347/76 establecía que el “precio
contractual” es el precio del contrato y, en su caso, los conve-
nidos por modificaciones de obra referidos a la fecha de ori-
.C
gen de la cotización. Con igual criterio, el mismo decreto esta-
blecía que los precios pactados a la fecha de la renegociación,
constituían los precios básicos a los efectos del régimen de va-
DD
riaciones de costos (495).
medio.
OM
El precio de la obra está dado por el valor de la oferta que se
conforma básicamente con el costo de los distintos ítems (en
especial, el costo de la mano de obra, los materiales a emplear,
los costos indirectos, los equipos, la amortización, los segu-
ros, los impuestos, los gastos generales y el costo financiero)
más la utilidad o beneficio empresario.
.C
Es decir, la suma de los costos de los distintos ítems más el
beneficio es básicamente el precio. Este concepto debe integrar-
se además con la cláusula prevista legalmente para reajustar el
DD
precio básico del contrato siempre que se cumplan las condi-
ciones y circunstancias exigidas por las normas aplicables.
En igual sentido, los jueces han sostenido que el precio se
compone por la “oferta más la cláusula de reajuste” (497) del pre-
cio, gozando de protección constitucional con sustento en el
LA
OM
la obra, en períodos preestablecidos, y conforme avan-
zan las mismas.
.C
nación de las obras.
(499) Ver artículo 86 del Pliego usual y artículo 62 del Pliego Aprobado.
(500) Salvo que el pliego de condiciones particulares establezca un plazo
menor; con lo cual debe estarse a dicho plazo.
OM
créditos y débitos entre las partes. Por ello, luego de
realizarse la liquidación, las partes no pueden hacerse
reclamos recíprocos por el pago del precio;
c) consecuentemente, hasta ese momento todos los pa-
gos realizados por el comitente al contratista son pro-
visionales y a cuenta.
.C
En efecto, los pagos anteriores son provisionales por
cuanto no tienen efecto cancelador en los términos de
los artículos 724 y 725, CC, y, consecuentemente, están
DD
sujetos a rectificaciones o variaciones que pueden pro-
ducirse hasta la medición final de todos los trabajos.
Esta medición ocurre con la recepción provisoria de
las obras.
LA
(501) El artículo 1636 del Código Civil establece con relación a la locación
de obra que ésta debe pagarse al hacerse la entrega, siempre que no haya plazos
estipulados en el contrato.
OM
XI.11.6. La inembargabilidad de los montos destinados al
pago de las obras
.C
Este mandato ya estaba incorporado en la anterior ley de
obras públicas (502) y, por su parte, la ley 13.064 repitió el con-
cepto y amplió los supuestos de excepción.
DD
Este criterio es razonable y coincide con el modelo y el sen-
tido legal. En efecto, el pago del precio de la obra se lleva a
cabo habitualmente en el desarrollo y avance de las obras por
medio de mediciones y certificaciones parciales permitiéndo-
le al empresario hacerse de los fondos necesarios con el objeto
LA
OM
Pero, ¿qué alcance tiene la expresión “obreros empleados
en la construcción”? Es decir, ¿el concepto se refiere sólo a los
trabajadores que construyen la obra o también a los emplea-
dos administrativos o al personal que desempeñe cualquier
otro tipo de tareas relacionadas con las obras?
.C
En general se ha interpretado que la posibilidad de embar-
go sobre las sumas debidas al contratista no es sólo estricta-
mente a favor de los obreros sino que debe hacerse extensivo
a los empleados administrativos que trabajan exclusivamente
DD
para la obra, pero no comprende a los otros dependientes del
empresario (503).
día el pago del personal que emplee en la obra, así como cum-
plir con las normas sobre la legislación del trabajo. Es más,
el incumplimiento de tales disposiciones impide, entre otros
efectos, el trámite y pago de los certificados.
FI
OM
recepción definitiva de la obra” (art. 47, segundo párrafo).
.C
XI.11.7. El fondo de reparos
OM
el comitente no debe pagar intereses por dichas retenciones.
.C
autoriza la sustitución y no sólo por el seguro de caución que
es el instrumento más utilizado sino por cualquier otra garan-
tía prevista en el pliego (506).
DD
XI.11.8. La medición de las obras
OM
formidad con las características y modalidades de éstas. Por
ejemplo “la medición de los trabajos y extensión de los certi-
ficados de obra correspondiente, será mensual y deberá pre-
sentarse en los formularios… Los gastos en concepto de mano
de obra, útiles, instrumentos, etc., que sea necesario utilizar
para realizar las mediciones parciales o definitivas, o verifica-
.C
ciones que la Inspección considere necesario realizar, serán
por cuenta exclusiva del contratista…” (507).
El proceso consiste básicamente en que tras finalizar cada
DD
mes, la Inspección procede a realizar la mensura y medición
de la obra ejecutada conforme a las pautas que prevén los plie-
gos de condiciones. Esta tarea es desarrollada con la partici-
pación del contratista a través de su representante técnico.
LA
naciones.
Luego, de conformidad con la base de la medición realiza-
da se confeccionan los certificados correspondientes, cuyos
montos deben abonarse al empresario en los plazos fijados
contractualmente.
OM
Así, por ejemplo, el pliego tipo de condiciones generales
(Pliego Aprobado y usual) establece que en caso de desacuerdo
en las mediciones de los trabajos debe extenderse igualmen-
te el certificado con los resultados obtenidos por la Inspec-
ción, haciéndose a posteriori, si correspondiese, la rectifica-
ción pertinente o difiriendo al tiempo de la liquidación final
.C
el ajuste de las diferencias.
OM
una causal de rescisión contractual por el Estado (509) o, en su
caso, el atraso en los pagos al contratista, sin derecho de éste
a reclamar por los intereses (510).
.C
En general se ha definido al certificado de obra pública
como una declaración del comitente sobre una relación de de-
recho público (contrato de obra pública) que tiene por objeto
reconocer un crédito a favor del contratista (511).
DD
Es entonces un acto administrativo dictado por el Estado
contratante con efectos jurídicos individuales y directos en
relación con el contratista (512). Más puntualmente el objeto de
dicho acto es el reconocimiento de deuda por el Estado a favor
LA
OM
XI.11.9.1. Los aspectos formales
.C
la totalidad de los datos de la obra y la empresa contratista, la
clase de certificado en cuestión, el número de certificado, el
período temporal al que corresponde, la medición realizada
DD
con una descripción detallada de los ítems de obra por unidad
de medida y cálculo total, las deducciones que eventualmente
pudiera corresponder por cualquier concepto y con el detalle
e identificación de éstas y, finalmente, la suma que en conse-
cuencia se reconoce al contratista.
LA
OM
En efecto, el empresario pueda hacerse de los fondos de su
acreencia en forma rápida a los efectos de recuperar su inver-
sión y proseguir con las obras.
Es razonable preguntarse si este reconocimiento por parte
de la Administración es una orden directa de pago y, además,
.C
un título ejecutivo. A pesar de que el reconocimiento de dicho
crédito implica que el monto allí consignado a favor del con-
tratista es una suma líquida, cierta y exigible, se ha considera-
do casi unánimemente que no constituye una orden de pago
DD
en los términos propios de un título ejecutivo (513).
De tal modo, el crédito resultante del certificado no puede
ser exigido judicialmente por el contratista por el proceso ju-
dicial ejecutivo.
LA
(513) Barra dice, respecto del certificado de obra, que es un acto decla-
rativo que “no constituye per se una orden de pago, ni siquiera una promesa de
pago en términos ejecutivos”, ob. cit., t. 3, p. 926. Ver también Druetta y Gu-
glielminetti, ob. cit., p. 356 y sus citas.
OM
XI.11.9.3. Las características del certificado de obra
.C
Gerente de Administración de la DNV, no constituye título ejecutivo en los tér-
minos del artículo 523 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Ape-
DD
lada luego la decisión, la Cámara Contencioso Administrativo Federal, sala III,
revocó la decisión de la jueza, sosteniendo básicamente la existencia de suma
líquida (liquidación aprobada por el Gerente de Administración) y exigible,
atento haberse cumplido el plazo que establece el artículo 22 de la ley 23.982
desde el reconocimiento del crédito. Sin embargo, en una segunda interven-
ción, señaló que la legitimación para ejecutar el crédito que ostentaba el actor
había perdido virtualidad, atento lo dispuesto por la ley 25.344 y su decreto re-
LA
a) El carácter provisional
OM
gar con la recepción provisoria de la obra.
Es decir, cualquier defecto, omisión, imprecisión y error del
certificado, incluso en el propio acto de liquidación o sobre las
sumas a abonarle al empresario, puede ser objeto de revisión,
modificación y rectificación en el marco del procedimiento
.C
certificatorio de la obra en sede administrativa.
Así, por ejemplo, si las sumas liquidadas fuesen mayores
al monto correspondiente, entonces el comitente puede de-
DD
ducir el importe excedente de las próximas certificaciones. A
su vez, si las sumas liquidadas fuesen inferiores a las que co-
rrespondiese, el comitente debe adicionar tales montos en las
certificaciones siguientes. Tales correcciones pueden hacerse
en todo momento hasta la firma del certificado final del cierre
de cuentas.
LA
b) El carácter a cuenta
Como consecuencia del aspecto anterior, las sumas liqui-
dadas en cada certificado son ‘a cuenta’ de lo que en más o
FI
OM
Asimismo, en tanto el pliego no establece en términos ex-
presos la obligatoriedad de hacer las reservas sobre la discon-
formidad con los certificados emitidos, su omisión no impide
de ningún modo reclamar posteriormente y eventualmente
obtener el resarcimiento correspondiente.
.C
d) El caso especial de las reservas en concepto de intereses
por mora
DD
Sin embargo, uno de los aspectos más controvertidos en el
terreno práctico y en relación con las reservas, es el caso de los
intereses debidos por el comitente en concepto de mora en los
pagos de los certificados.
1- Según lo establece el artículo 624 del Código Civil “el re-
LA
cibo del capital por el acreedor sin reserva alguna sobre los inte-
reses, extingue la obligación del deudor respecto de ello”.
OM
del art. 624 del mismo Código.
2- La Resolución 516/77 de la Secretaría de Hacienda esta-
bleció que el derecho a la actualización y reclamo de los inte-
reses no requiere acogimiento previo ni reserva alguna, salvo
con motivo de tratarse del certificado final, en cuyo caso sí
.C
debe hacerse la reserva del artículo 624, CC (518).
3- El decreto 1938/79 dictado como norma reglamentaria
de la ley 21.392, determinó que la percepción de importes en
DD
conceptos de desvalorización monetaria e intereses sin reser-
va alguna produce efectos extintivos liberando al comitente
respecto de estos rubros (519).
4- Finalmente, el pliego tipo de condiciones generales
(Pliego Aprobado) no dice nada sobre las reservas, aplicándo-
LA
tificados de obra”.
En conclusión, no es necesario formular reservas respecto
de los intereses, salvo que las normas establezcan en términos
expresos el criterio contrario. A su vez, el reclamo debe hacerse
(518) Cabe señalar que esta resolución fue dictada en el marco de la ley 21.392.
(519) La ley 21.392 determinó un régimen de actualización monetaria por
índices de precios mayoristas, con un interés del 5% anual vencido para los su-
puestos de mora en los pagos por parte de la Administración, cuando dicho
retraso excediese el término de quince días. Esta ley fue considerada implíci-
tamente derogada por el art. 7° de la ley 23.928 y la ley 25.561, en cuanto se esta-
blece la prohibición de cláusulas de actualización monetaria.
OM
ejecutados en un período determinado —generalmente men-
sual— y conforme el sistema de contratación convenido entre
las partes (520).
.C
precio de los materiales adquiridos por el contratista con el
objeto de incorporarlos a las obras.
OM
Cabe señalar que este certificado se emite liquidando las di-
ferencias que resulten en más o en menos y dentro de los diez
días de aprobada el Acta de Redeterminación de Precios. A su
vez, éste está sujeto al régimen de los certificados de obra.
e) Otros certificados. Sin perjuicio de los certificados men-
.C
cionados en los apartados anteriores y que son los más usua-
les en el marco de cualquier obra, es posible que se emitan
certificados por otros conceptos (522).
DD
Los certificados pueden clasificarse también en parciales
o definitivos (por ejemplo, el certificado definitivo de revisión
de precios). La diferencia central es que los certificados par-
ciales, dado su carácter de provisorios y a cuenta, pueden ser
objeto de rectificación o modificación durante el transcurso
LA
OM
go Aprobado— dice que los certificados constituyen en todos
los casos documentos provisionales para pagos a cuenta, su-
jetos a posteriores rectificaciones hasta tanto se produzca la
liquidación final y ésta sea aprobada por la autoridad compe-
tente (524).
.C
La liquidación final extingue el contrato de obra pública y
por ello se realiza en forma concomitante o posterior a la recep-
ción definitiva de las obras, cerrándose las cuentas pendientes
entre las partes. Por ello es común que se use el concepto “valor
DD
de cierre cero” (525) porque en la liquidación se fijan y cancelan
los créditos y débitos entre el Estado y el empresario.
Luego de la liquidación final las partes ya no pueden recla-
marse nada más ni bajo ningún concepto, salvo el caso de la
LA
OM
de cierre de cuentas es definitivo y extingue el contrato.
Finalmente, no debe confundirse el certificado final y par-
ticularmente sus efectos con el acto de recepción parcial o de-
finitiva de las obras porque constatan situaciones diferentes.
En el primer caso se contrastan débitos y créditos entre las
.C
partes y en los segundos (recepciones de obras) se comprue-
ba la correspondencia entre el trabajo realizado y el requeri-
miento contractual y, en particular, los posibles vicios de las
obras.
DD
XI.11.9.6. La impugnación de los certificados
plazo de caducidad.
OM
a un tercero la titularidad del certificado y su valor (art. 1434 y
siguientes del Código Civil). En este marco, se deben cumplir
las formalidades que prevé el Código para que la cesión tenga
plenos efectos jurídicos. En efecto, es necesaria la notificación
formal y fehaciente de la cesión al deudor cedido (Estado co-
mitente) porque el cesionario puede luego interponer todas
las acciones y reclamos que le correspondían al contratista
.C
originario a fin de perseguir el cobro del crédito reconocido
en el certificado cedido.
b) El descuento bancario. Este es el camino más usual de
DD
negociación de los certificados, transfiriéndolos a la entidad
bancaria (528).
Es decir, el contratista descuenta el importe del certificado
en las entidades bancarias, de modo que el banco le adelanta
LA
vor de ésta genera la cesión y subrogación (artículos 1434 y ss. del Código Civil).
En efecto, “negar en el caso, la legitimidad de la cesión hecha a favor de la insti-
tución bancaria actora, importaría privar a la empresa de los fondos necesarios
para realizar en tiempo los trabajos restantes a que se obligó”. También agregó
que “el certificado parcial por obra ejecutada importa el reconocimiento de un
crédito a favor del contratista, siendo extraña a la posibilidad de su cesión o
descuento en una institución bancaria, la circunstancia de que por hechos pos-
teriores, de imputabilidad incierta, pueda ser disminuido su importe…”. CSJN,
“Banco de San Juan c. Agua y Energía Eléctrica s/ cobro de pesos” de fecha 11 de
septiembre de 1972, Fallos: 283:345.
(529) En situaciones o momentos donde se evidencia la falta de pago por
parte del Estado, el descuento de certificados se torna más conflictivo atento a
que las entidades bancarias, conociendo este problema, presentan más reparos
OM
c) La prenda del certificado. El certificado puede ser obje-
to de prenda en garantía de operaciones comerciales como el
mutuo bancario, en cuyo caso se aplican las disposiciones de
los Códigos Civil y de Comercio (530).
.C
Los certificados deben ser abonados en el tiempo que es-
tablezcan los pliegos de condiciones de cada obra. Esta cons-
DD
tituye la obligación básica y más importante a cumplir por el
Estado comitente.
La falta de pago de los certificados en el tiempo previsto
contractualmente crea una de las principales causas de con-
flicto entre las partes e incide consecuentemente en la ejecu-
LA
a la hora de efectuar estas operaciones. Ver Crivelli, Julio César y Vega, Su-
sana Elena, “El problema del financiamiento de las obras públicas: la necesi-
dad de creación de la Boleta de Deuda”, RAP Nº 320, p. 63.
(530) Art. 580 y siguientes y art. 3204 y siguientes.
OM
cha en que, según contrato, deban hacerse, éste tendrá derecho
a reclamar intereses a la tasa fijada por el Banco de la Nación
Argentina, para los descuentos sobre certificados de obra”.
A su vez, en términos razonables, el Legislador dispone
que “si el retraso fuere causado por el contratista, debido a re-
clamaciones sobre mediciones u otras causas con motivo de
.C
la ejecución de la obra, y ellas resultasen infundadas, o se in-
terrumpiese la emisión o el trámite de los certificados u otros
documentos por actos del mismo, no tendrá derecho al pago
DD
de intereses” (art. 48, LOP).
Así las cosas, el Legislador distinguió claramente entre las
situaciones en que la demora en el pago es imputable al comi-
tente (art. 48, primer párrafo, LOP) y aquellas otras en que es
causada por el propio empresario (art. 48, segundo párrafo,
LA
(531) Crivelli, Julio César y Vega, Susana Elena, “El problema del fi-
nanciamiento de las obras públicas: la necesidad de creación de la Boleta de
Deuda”, RAP Nº 320, p. 63.
OM
desde la fecha de presentación de la documentación corres-
pondiente. A su vez, si en los pliegos de condiciones particu-
lares se fijasen plazos diferentes, se tomarán estos últimos.
Los pliegos también prevén un plazo —comúnmente de diez
días— para la aprobación de los certificados que debe contar-
se desde la presentación de éstos. Si el certificado fuese obser-
.C
vado, el plazo comenzará a computarse desde el momento en
que el contratista lo presente con las correcciones del caso. Si
el pago se hiciese después de vencido el término contractual y
DD
por causas no imputables al contratista, debe aplicarse el ar-
tículo 48, LOP, computándose el lapso a reconocer desde la
fecha de vencimiento del plazo hasta el efectivo pago (532).
cho a percibir intereses moratorios del tipo que para cada caso fije el Banco de
la Provincia sin necesidad de constituir en mora al Estado Provincial y formular
reserva alguna” (art. 54). Por su parte la ley de Córdoba dispone que los casos
de “mora en el pago de dos (2) certificados consecutivos por parte de la admi-
nistración, como así también los casos fortuitos o de fuerza mayor, deberán ser
denunciados dentro de los diez (10) días posteriores y producirá una amplia-
FI
ción en el plazo de ejecución de la obra en los términos y por los plazos que a
tal efecto establezca la reglamentación” (art. 44). La ley de la Provincia de Men-
doza dice que “el pago de los certificados se efectuará dentro del máximo de
sesenta (60) días corridos, contados desde el primer día posterior al del período
de ejecución de los trabajos o acopios. Vencido dicho plazo la Administración
OM
Además del pago de los intereses moratorios correspon-
dientes e incluso el reclamo por otros rubros, las otras conse-
cuencias por la mora en el pago son las siguientes:
a) la disminución de los trabajos y el incumplimiento de los
plazos pactados. Cabe agregar que ello es así siempre
.C
que estén presentes las circunstancias que prevén las
normas y sólo puede extenderse por el lapso temporal
de las demoras imputables al comitente (534);
DD
b) el empresario puede eventualmente rescindir el con-
trato por razones imputables al comitente.
Entonces, ¿es posible rescindir el contrato por falta de pago
de los certificados de obras? En los términos literales de la LOP
no, pero según el criterio judicial es posible siempre que el
LA
ta (60) días, contados a partir del último día del mes de realizado el trabajo. La
mora en el pago dará derecho al contratista a percibir, hasta el efectivo pago,
accesorios por mora…” (art. 71).
(533) El art. 8° de la Ley 21.392 suprimió, entre otras cuestiones, el término
“únicamente” de la redacción originaria. En efecto, el texto anterior decía que
“si los pagos al contratista se retardasen por más de 30 días a partir de la fecha
en que, según el contrato deban hacerse, éste tendrá derecho únicamente a re-
clamar intereses a la tasa fijada por el Banco de la Nación Argentina, para los
descuentos de certificados de obra…”.
(534) Ver el decreto 1186/84.
(535) La ley de la Provincia de Buenos Aires dice que “el contratista tendrá
derecho a rescindir el contrato en los siguientes casos… d) Cuando la Admi-
OM
XI.11.10.1. La tasa de interés y actualizaciones en el caso de de-
moras en los pagos
.C
nistración Pública demore la emisión o pago de algún certificado por más de
tres (3) meses después del término señalado en los artículos 43 y 45, sin per-
juicio del reconocimiento de intereses, establecidos en los artículos 45 y 46 ex-
cepto que mediara culpa o negligencia del contratista. En todos los casos el
DD
contratista intimará al Ministerio respectivo por intermedio de la repartición
correspondiente la que en el término que fije la reglamentación, deberá norma-
lizar la situación” (art. 63). La ley de Mendoza establece que “cuando la Admi-
nistración estuviere en mora en los pagos exigibles en forma tal que el monto
de los certificados vencidos superaren el veinte por ciento (20 %) del monto con-
tractual… o en caso de falta de pago de certificados que se encuentren en mora
por más de tres (3) meses, el contratista, previa intimación a la Administración
LA
para que dentro de los quince (15) días hábiles regularice el pago, tendrá dere-
cho a disminuir el ritmo de trabajo… También tendrá derecho a la ampliación
del plazo contractual y al reclamo de gastos improductivos…” (art. 65). En el
caso de San Luis “el contratista tendrá derecho a solicitar la rescisión del con-
trato en los siguientes casos… e) Cuando la Administración demore la emisión
o pago de uno o más certificados, que en conjunto superen el veinte por ciento
FI
(20 %) del monto contractual por más de tres (3) meses después del término se-
ñalado en artículo 57 sin perjuicio del reconocimiento de intereses. Esta causa
no podrá ser invocada cuando mediare culpa o negligencia del contratista, o
cuando se refiriese a trabajos o provisiones cuya certificación no haya sido rea-
lizada por no existir acuerdo de las partes. En este caso, los plazos comenzarán
a regir desde que exista resolución firme y definitiva al respecto. En todos los
OM
Las principales disposiciones son las siguientes:
a) El régimen de actualización de deudas. La ley 21.392
estableció un régimen de actualización de los valores de las
deudas que contrajese el Estado, aplicándose el índice general
de precios mayoristas (537).
.C
La actualización de deudas requería la acreditación de dos
extremos, a saber, que el lapso comprendido entre la fecha de
vencimiento y la del efectivo pago excediese los quince días
hábiles y que no fuese imputable al empresario (538).
DD
A su vez, la ley preveía dos supuestos. Los certificados ne-
gociados excluidos expresamente de la ley 21.392 (539), de modo
que debía aplicarse el art. 48 (LOP) y el decreto 2611/78 dictado
posteriormente. Por otro lado, los certificados no negociados
LA
(536) La tasa activa denota el precio del dinero que determinan las entida-
des financieras para sus préstamos, es decir, en sus operaciones de colocación
del capital.
(537) La Procuración del Tesoro de la Nación en su dictamen 150, del 9 de ju-
nio de 2006, realizó una reseña completa de las normas vinculadas con el art. 48
de la ley 13.064 y, a su vez, analizó la aplicación del régimen de la ley 21.392 y la
jurisprudencia de la Corte (“Emaco S.A. c. Banco Hipotecario s/ Cobro de Pesos”
del 29 de junio de 1982; “Sacoar S.A. c. Dirección Nacional de Vialidad” del 31 de
octubre de 1989; “Mackentor S.A. c. Dirección Nacional de Vialidad” del 20 de
mayo de 1986; “Balpalá Construcciones S.A. c. Dirección Nacional de Vialidad”
del 5 de diciembre de 1989; “Yacimientos Petrolíferos Fiscales c. Corrientes Pro-
vincia y Banco de Corrientes” del 3 de marzo de 1992; “Mandataria de Negocios
S.A. c. Dirección Nacional de Vialidad” del 7 de octubre de 2003).
(538) La aclaración de que se trataban de días hábiles fue efectuada por
decreto 2611/78.
(539) Art. 1°, segundo párrafo.
OM
b) La Ley de Convertibilidad y la prohibición de cláusulas
indexatorias y actualización monetaria. Tras la sanción de la
Ley de Convertibilidad, la ley 21.392 fue considerada implíci-
tamente derogada en tanto la ley 23.928 (540) y luego la ley 25.561
prohibieron las cláusulas de actualización monetaria.
En este nuevo contexto, se dictó el decreto 941/91 regla-
.C
mentario de la Ley de Convertibilidad y modificado luego por
el decreto 2289/92 que estableció que los intereses moratorios
que correspondan a los pagos que se hubiesen realizado fuera
DD
de término a partir del 1 de abril de 1991, se deben calcular
conforme al promedio de tasas de interés pasivas mensuales
para operaciones en pesos que publica el BCRA (541).
c) La Ley de Consolidación de Deudas del Estado (leyes
23.982 (542) y 25.344 (543)). Cabe entonces agregar las leyes de
LA
OM
público y se cumplió con el requisito de notificación al deudor
cedido. A su vez, se aplicó el índice que prevé el Anexo de la
resolución citada de modo que la tasa a aplicar es la tasa acti-
va capitalizable.
Si se trata de deudas consolidadas, pero respecto de certi-
.C
ficados no descontados, entonces se debe aplicar la tasa pre-
vista en el contrato y, en caso contrario, la tasa del art. 48 de
la LOP.
DD
Por su parte, la Corte sostuvo en el precedente “Cartello-
ne” que la aplicación de este tipo de tasas (Resolución 1516/93)
conduce en ciertos casos a resultados desproporcionados
e irrazonables (544). Es decir, el marco propuesto es inválido
LA
OM
que le produjo la mora del Estado, en cuyo caso se le deben
reconocer los intereses que tuvo que soportar por la falta de
disponibilidad del dinero así como también otros cargos (547).
Sin embargo, luego se sostuvo que en el marco de ciertos
procedimientos específicos la tasa del art. 48 de la ley 13.064
.C
si bien es activa no debe ser aplicada en forma capitalizable
sino lineal (548).
(547) Ver Barra, Rodolfo, ob. cit., t. 3. ps. 1022-1023; con cita de dictáme-
nes de la Procuración del Tesoro.
(548) En efecto, en el marco de un proceso específico de verificación de
créditos, la Dirección Nacional de Vialidad dictó una serie de Resoluciones
(365/97, 405/99 y 777/01) por las que reconoció adeudar a un grupo de empresas
determinados importes en concepto de intereses por mora en el pago de certi-
FI
ficados, aplicando a los fines de las respectivas liquidaciones, la tasa del art. 48
de la ley 13.064 capitalizable. Posteriormente, con motivo del fallo “Cartellone”,
la Procuración del Tesoro mediante dictamen 150 del 9 de Junio de 2006, sos-
tuvo que “…En cuanto a la aplicación de la Resolución ex MEOySP Nº 1516/93,
dada la circunstancia de haber sido dictada por delegación efectuada en los ar-
OM
un examen circunstanciado de la realidad económica que le
permitiese atender la intangibilidad del crédito y la expectati-
va del acreedor de conservación de su patrimonio (549).
.C
mora
dado que en tal supuesto no estaría sino recuperando los gastos en que debió
incurrir como consecuencia de la mora de su comitente…”. Ello motivó por par-
te de la entidad vial, el dictado de nueva Resolución 623/09, que dejó sin efec-
to su anterior 777/01, ordenando consecuentemente reajustar las liquidaciones
de modo de no capitalizar con aplicación de índices diarios, sin perjuicio de la
FI
23.982, las deudas corrientes son aquellas nacidas por la ejecución normal de
los contratos celebrados regularmente por los órganos o personas jurídicas que
tuvieran o hubiesen tenido ejecución presupuestaria. También son considera-
das como deudas corrientes a las derivadas de la ejecución anormal de los con-
tratos en curso de ejecución o por el desequilibrio de sus prestaciones cuando
dichos reconocimientos sean imprescindibles para posibilitar la continuidad
de las obras, suministros o servicios según resolución fundada. Por su parte,
similares previsiones contiene el artículo 4° del Anexo IV referido a Consolida-
ción de Deudas, en el marco de la ley 25.344 en tanto caracteriza a las deudas
corrientes como aquellas nacidas de acuerdo a las previsiones originales por la
ejecución normal de los contratos celebrados regularmente por cualquiera de
los organismos deudores que tuvieren o hubieren tenido ejecución presupues-
taria.
OM
pago de los certificados de obra pública respecto de los cuales
se devengaron los intereses reclamados. Es decir, “de acuer-
do a las previsiones originales por la ejecución normal de los
contratos celebrados regularmente por cualquiera de los ór-
ganos o personas jurídicas comprendidas en el artículo 2° de
la ley” que tuvieran o hubieran tenido ejecución presupues-
.C
taria (art. 2° inc. f) del decreto 2140/91 reglamentario de la ley
23.982 y artículo 4° inc. h) del Anexo IV del decreto 1116/00,
reglamentario de la ley 25.344) (551).
DD
Este criterio fue reiterado por la Cámara Federal, entre
otros, en las casos “Manzorro” (552), “Iglys” (553) y “Lavigne” (554)
con motivo del régimen específico del reconocimiento de in-
tereses por mora en el ámbito de la Dirección Nacional de Via-
lidad.
LA
OM
XI.11.10.3. La reserva por el pago de intereses
.C
XI.11.11. El costo financiero
(555) Crivelli, Julio César, El ajuste del precio de la locación de obra, ob.
cit., p. 79.
OM
1295/02 que derogó el anterior, incluyó el costo financiero ex-
presamente en la Tabla de Insumos y Ponderaciones (558).
Por su parte, la Corte siguió un criterio restrictivo res-
pecto del reconocimiento de los reclamos por “inequidad de
fórmula” (559), es decir, por variaciones en el costo financiero.
.C
Así, el Tribunal entendió básicamente en los casos “Dulca-
mara” (560) y “Tecnobra” (561) que sólo es posible modificar el método
contractual de variaciones de costos si las distorsiones (a) provie-
nen de hechos sobrevinientes e imprevisibles y (b) son signifi-
DD
cativas. Posteriormente, en el fallo “Calderas Salcor” (562), el voto
mayoritario reafirmó el criterio sustentado en “Tecnobra” (563).
Finalmente, cabe recordar que en el marco de otras normas, la
Corte hizo lugar al costo financiero en el precedente “Sapag” (564).
LA
comentario de Coviello, Pedro José Jorge, “El caso Tecnobra: un fallo con in-
teresantes planteos”.
(562) “Calderas Salcor Caren S.A. c. Comisión Nacional de Energía Atómi-
ca” del 24 de septiembre de 1996, Fallos: 324:2745.
(563) “Una adecuada hermeneútica de las normas citadas (Ley 12.910 y de-
cretos reglamentarios) conduce a admitir sólo la recomposición de aquellos des-
fasajes que además de desquiciar la economía general del contrato, deriven de
acontecimientos sobrevinientes e imprevisibles al tiempo de la firma del acuer-
do…” (considerando Nº 12) . Publicado en LA LEY, 1997-C, 782, con nota de Mer-
tehikian Eduardo, “El costo financiero en el contrato de obra pública”.
(564) “Sapag S.A. c. Dirección Provincial de Vialidad” del 2 de noviembre
de 2004, Fallos: 327:4723.
OM
XI.12. El régimen de revisión de precios en las obras públicas
.C
o reglamentarias que estableciesen o autorizasen la indexa-
ción de precios, actualización monetaria, variación de costos
o cualquier otra forma de repotenciación de deudas, impues-
DD
tos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios (art. 10).
De modo que en tal contexto se derogó, según nuestro crite-
rio, el régimen entonces vigente sobre variaciones de costos
de las obras públicas (ley 12.910) y sus normas reglamentarias
y complementarias (565).
LA
(565) Crivelli sostiene que “… los supuestos de hecho de las leyes 23.928 y
25.561 (indexación, actualización monetaria, variaciones de costos que causen
repotenciación) no se hallan presentes en la ley 12.910. Por ello la derogación,
que es la consecuencia jurídica de tales supuestos de hecho, es inaplicable a la
mencionada ley. De lo expuesto fluye con naturalidad la plena vigencia de la ley
12.910 y su complementaria 15.285” (El ajuste del precio en la locación de obra,
Buenos Aires, Abaco de Rodolfo Depalma, p. 102). Por su parte, Druetta y Gu-
glielminetti afirman que “[c]on posterioridad a la sanción de la ley 23.928 de
convertibilidad, el régimen tradicional e histórico de reconocimiento de varia-
ciones de costos que consagrara la ley 12.910 y sus disposiciones complemen-
tarias y reglamentarias, fue reemplazado por otro, denominado de redetermi-
nación de precios que guarda sustanciales diferencias conceptuales con aquél”
(ob. cit., p. 340).
OM
mente en su artículo 10. Asimismo advirtió que este mandato
prohibitivo no supuso alterar las reglas legales sobre determi-
nación de los precios en los diferentes contratos públicos.
En este contexto, cabe preguntarse en primer lugar, si el
sistema llamado de “redeterminación” de precios —según el
.C
propio texto del decreto— constituyó otro modelo y, por tanto,
diferente del régimen anterior de variaciones de costos de las
obras públicas y, en tal caso, analizar cuáles son las diferen-
cias sustanciales entre ambos. Un escenario plausible es que
DD
se trata de dos modelos distintos.
El otro camino interpretativo que es posible ensayar es el
siguiente. El sistema de redeterminación de precios es simple-
mente una de las especies sobre ajustes de precios dentro del
LA
OM
tivos.
2) La revisión de precios era anual, correspondiendo el
primer trámite de revisión luego de transcurrido el pri-
mer año desde la fecha de presentación de las ofertas.
3) El costo de los factores a considerar —siempre que se
.C
hubiese probado debidamente su incidencia en el pre-
cio de la prestación—, estaba taxativamente estableci-
do. En particular: a) el precio de los materiales y demás
bienes incorporados a las obras, b) el costo de la mano
DD
de obra para la construcción y c) la amortización de
equipos y sus reparaciones y repuestos.
4) La información de los precios a considerar era aquella
dada por el INDEC.
LA
OM
deducción de los montos.
9) El veinte por ciento del precio total del contrato debía
quedar fijo e inamovible durante toda su vigencia, in-
cluyéndose dentro de este porcentaje los beneficios o
utilidades, los gastos generales o indirectos, los costos
financieros o cualquier otro concepto que integrase el
.C
costo de producción, estableciéndose que éstos debían
quedar exclusivamente a costo y riesgo del contratista.
OM
XI.12.2. La Ley de Emergencia Económica (ley 25.561)
.C
Poder Ejecutivo. Esta ley —tal colmo explicamos en el capí-
tulo respectivo— fue prorrogada sucesivamente por las leyes
25.790, 25.820, 25.972, 26.077, 26.204, 26.339 y 26.456.
DD
La Ley de Emergencia dejó sin efecto el modelo de conver-
tibilidad entre el peso argentino y el dólar estadounidense en
tanto derogó en parte la Ley de Convertibilidad (ley 23.928).
En particular, la ley derogó, desde el 1 de abril de 1991, todas
las normas legales y reglamentarias que estableciesen o au-
LA
OM
1) dejar sin efecto las cláusulas de ajuste en dólares o en
otras divisas extranjeras y las de indexación basadas
en índices de precios de otros países y asimismo cual-
quier otro mecanismo de actualización de precios.
Consecuentemente, los precios y las tarifas previstos
.C
en los acuerdos quedaron convertidos en pesos con-
forme el equivalente entre pesos y dólares estadouni-
denses;
DD
2) autorizar al Poder Ejecutivo a renegociar los contratos
—entre ellos— los de obra pública;
3) fijar pautas especiales en relación con la renegociación
de los contratos de servicios públicos (569), pero no así
respecto de los contratos de obras públicas;
LA
OM
Más simple, el Legislador no le indicó al Ejecutivo cómo
negociar los contratos de obra pública entonces vigentes. En
otros términos, ambos contratos fueron regulados —en prin-
cipio— en términos conjuntos pero luego, en tanto el Legisla-
dor omitió fijar las bases de renegociación de los contratos de
.C
obra pública, los contratos siguieron caminos diferentes.
Así, los contratos de concesión de los servicios públicos y,
en particular, su proceso de renegociación fue regulado en
DD
términos especiales con procedimientos y reglas sustancia-
les propias. Por ejemplo, la “Comisión de Renegociación de
Contratos de Obras y Servicios Públicos” (decreto 293/02) sólo
se dedicó —más allá de su denominación— a renegociar los
contratos de concesión de los servicios públicos, excluyéndo-
LA
OM
y reemplazarlo por otro modelo con el propósito de continuar
con las obras en trámite y garantizar además la celebración
de nuevos contratos. El decreto 1312 estableció básicamente
—como ya explicamos— el trámite de revisión anual, el con-
gelamiento del veinte por ciento del precio global del contrato
y el no reconocimiento de los costos financieros.
.C
Así, y a pesar de estar vigentes las prohibiciones de indexa-
ción y variaciones de costos en los términos de la ley 25.561, el
Poder Ejecutivo dictó el decreto 214/02 que en su art. 8° previó
DD
expresamente el “reajuste equitativo del precio”. Es decir, se-
gún el criterio del Ejecutivo, el mandato legislativo antes men-
cionado debe interpretarse como prohibiciones de incorporar
sistemas de revisiones automáticas de los precios de las obras
pero no como negación de otros mecanismos de revisión que
LA
Veamos con mayor detalle las razones del dictado del de-
creto 1295/02. Así, el Poder Ejecutivo adujo que:
OM
rizaban la indexación de precios, actualización mo-
netaria, variación de costos o cualquier otra forma de
potenciación de deudas, impuestos, precios o tarifas
de los bienes, obras o servicios desde el 1 de abril de
1994, incluso respecto de los efectos de las relaciones
jurídicas existentes al momento de su dictado;
.C
3) en ese contexto, resultó necesario adecuar ciertas dis-
posiciones, en particular el decreto 1312/93 y su de-
rogación, con el propósito de restablecer el equilibrio
DD
económico-financiero de los contratos en curso de eje-
cución y otorgar un marco de certidumbre respecto de
las licitaciones en trámite y las contrataciones futuras;
4) el decreto persigue el objeto de reactivar el sector de la
construcción;
LA
contratos ya celebrados.
El considerando del decreto detallado es sumamente rele-
vante porque —más allá de nuestro criterio— dice que existió
una grave situación económico-financiera y que se produjeron
gravísimas consecuencias en el sector de la construcción y que
—además— este fenómeno fue de carácter imprevisible (573).
OM
nómico financiero de los contratos de obra pública. Por ello,
el nuevo decreto tuvo por objeto restablecer ese vínculo entre
las obligaciones de las partes contratantes. En otros términos,
ello permitió —de conformidad con el decreto bajo estudio—
continuar con los contratos y, especialmente, con las obras en
curso de ejecución y, a su vez, contratar nuevas obras.
.C
El nuevo decreto entonces —y según su considerando—
estableció un marco de certidumbres respecto de las obras
públicas, es decir, estabilidad y previsión en el plan de obras
DD
públicas.
OM
te supone revisar los precios en tanto el costo de los
factores principales de las obras, según el criterio que
prevé el decreto 1295/02, reflejen variaciones prome-
dio superiores al diez por ciento de los precios origi-
narios del contrato o del último trámite de revisión. A
su vez, el sistema se completó con una estructura de
insumos y ponderaciones que debe seguir el construc-
.C
tor. En síntesis, el régimen actual es más complejo y
controvertido que el anterior —decreto 1312/93—;
DD
b) eliminó la exclusión que el decreto anterior hizo del
rubro “costo financiero”, que sí está reconocido expre-
samente en el marco del decreto 1295/02;
c) redujo en un 10%, el porcentaje del precio total del con-
trato que debe mantenerse fijo e inamovible durante
LA
su vigencia;
d) modificó el carácter taxativo de los factores —y sus
costos— con el propósito de calcular los nuevos pre-
cios. Así, el decreto 1312/93 estableció los factores con
FI
OM
XI.12.3.3. Las bases del régimen jurídico específico del decre-
to 1295/02
.C
1) procede sólo a pedido del contratista, quien debe soli-
citar al comitente la revisión de los precios siempre que
acredite los extremos que el propio régimen establece;
DD
2) comprende solamente los contratos de obra pública
regidos por la ley 13.064, y no las concesiones con régi-
men propio y cobro directo al usuario, como tampoco
los contratos de concesión de obras y servicios, licen-
LA
cias y permisos;
3) sustituye los valores fijados en los análisis de precios
originales por los valores de los insumos actuales —en
este aspecto coincide con el régimen anterior—. A tales
FI
OM
promedio más del diez por ciento en relación con los
precios del contrato o aquellos que hubiesen surgido
del último trámite de revisión. Cabe aclarar que es-
tas variaciones son denominadas como “Variación de
Referencia” y definen cuál es el umbral de distorsión
a partir del cual el decreto autoriza el inicio del proce-
.C
dimiento de revisión y fijación de nuevos precios. Por
eso es conocido comúnmente como “cláusula gatillo”;
7) los nuevos precios deben certificarse desde el mes en
DD
que los costos de los factores principales hubiesen al-
canzado el nivel de variación del diez por ciento;
8) los precios deben redeterminarse ponderando los fac-
tores antes mencionados, según cuál fuese su inciden-
cia en el precio total de las prestaciones o ítems. Luego,
LA
OM
presentativos, en cuyo caso el decreto permite utilizar
los precios dados por otros organismos oficiales —por
ejemplo, SIGEN— o especializados y aprobados por el
comitente;
12) el procedimiento básicamente consiste en revisar el
precio de las obras mensualmente, es decir, comparar
.C
el valor total de las obras no ejecutadas con las estruc-
turas de insumos y ponderaciones y los precios de és-
tos. En tal caso, si los costos de los principales factores
DD
fuesen superiores al 10% de los precios originarios del
contrato o los del último trámite de revisión, entonces
el valor debe determinarse nuevamente. Si por el con-
trario, la distorsión fuese menor al diez por ciento, debe
continuarse con la ejecución de las obras sin reajuste
de los precios contractuales. Luego volveremos sobre
LA
estos aspectos;
13) el decreto también prevé el régimen de “redetermina-
ción excepcional” respecto de los contratos en ejecu-
ción celebrados con anterioridad al mes de enero del
FI
OM
Estructuras de Insumos y Ponderaciones;
15) el Acta de Redeterminación de precios supone renun-
ciar por el constructor a todo reclamo por mayores
costos, compensaciones, gastos improductivos o su-
puestos perjuicios de cualquier orden, motivados por
los cambios originados en la economía desde el mes de
.C
enero de 2002 a la fecha del acuerdo;
16) el régimen de redeterminación de precios es incorpo-
rado en los Pliegos de Condiciones como cláusula de
DD
ajuste de precios en las Obras Públicas Nacionales que
se liciten y sean financiadas con Fondos del Tesoro de
la Nación o de la Unidad de Coordinación de Fideico-
misos de Infraestrutura (UCCOFIN). Los contratos que
tienen financiamiento de organismos multilaterales
LA
nales;
17) el decreto prevé el control de la Sindicatura General de
la Nación (SIGEN) con carácter no vinculante;
18) el Poder Ejecutivo facultó al Ministerio de Economía y
a la ex Secretaría de Obras Públicas a crear una Comi-
sión encargada de realizar periódicamente el estudio y
seguimiento de las condiciones generales del mercado
de la construcción y de formación y evolución de los
OM
El régimen de revisión de precios (decreto 1295/02) se con-
formó con distintas normas reglamentarias y complementa-
rias dictadas con el propósito de facilitar su interpretación y
aplicación.
.C
Casi todas las disposiciones que integran este bloque jurí-
dico son resoluciones conjuntas del Ministerio de Economía y
la ex Secretaría de Obras Públicas (574) o resoluciones conjuntas
del Ministerio de Economía y el Ministerio de Planificación
DD
Federal, Inversión Pública y Servicios.
OM
cación —según las aclaraciones de las resoluciones— cuando
las obras no se hubieren ejecutado por causas exclusivamente
imputables a aquél.
.C
d) Precios no relevados por el INDEC. En tales casos, el con-
tratista debe proponer y el comitente aprobar el organismo
DD
que resulte idóneo, por caso, organismos oficiales o especia-
lizados e incluso requerir el asesoramiento de la Comisión de
Seguimiento.
OM
plimiento del Plan de Inversiones del respectivo contrato.
j) Adicionales y modificaciones de obra. Los precios resul-
tantes de los adicionales y modificaciones de las obras deben
ordenarse bajo el mismo marco de revisión de precios que los
contratos originales.
.C
k) Fuente de los precios de los insumos principales. En el
cálculo de variación de referencia deben utilizarse los valores
publicados por el INDEC correspondientes al mes inmediato
DD
posterior a aquel en que se calcule la variación referencial.
l) Garantía de contrato. En el término de treinta días corri-
dos desde la aprobación del acta de redefinición de precios, el
constructor debe integrar las garantías de cumplimiento del
contrato proporcional sobre los trabajos faltantes.
LA
OM
Presidencia de la Nación (aprobación de nueva tipología de
“Viviendas en altura” respecto del cálculo de la variación de
referencia);
e) Resolución Conjunta 238/2003 del Ministerio de Econo-
mía y 147/2003 de la ex Secretaría de Obras Públicas de la Pre-
.C
sidencia de la Nación (ampliación nuevamente del plazo ar-
tículo 12 del Anexo del decreto 1295/02);
f) Resolución Conjunta 272/2003 del Ministerio de Econo-
DD
mía y 175/2003 de la ex Secretaría de Obras Públicas de la Pre-
sidencia de la Nación (metodología de Redeterminación de
Precios en contratos financiados por el Banco Internacional
de Reconstrucción y Fomento);
LA
OM
relativos a los rubros “mano de obra”, “asfaltos”, “combusti-
bles y lubricantes” y “transporte” en las obras Viales. Autori-
zación de la Dirección Nacional de Vialidad para actuar como
organismo especializado en el proceso de relevamiento de los
precios de dichos insumos, hasta tanto el INDEC instrumente
el trámite correspondiente con el objeto de obtener los precios
.C
referenciales —entre otros—);
k) Resolución Conjunta 19/2009 del Ministerio de Planifica-
ción Federal, Inversión Pública y Servicios y 5/2009 del Ministe-
DD
rio de Economía y Finanzas Públicas (aprobación del régimen
específico sobre redeterminación de los precios correspon-
dientes a las obras ferroviarias).
LA
OM
tarias y reglamentarias antes mencionadas, surge el ámbito
de aplicación del modelo de redefinición de precios. Así, el ré-
gimen debe aplicarse en la Administración Pública centrali-
zada y descentralizada, invitándose a las Provincias (577) y a la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (578) a dictar normas análo-
gas en sus respectivas jurisdicciones.
.C
b) Los contratos incluidos en el régimen de redeterminación
OM
tado, estableciéndose que —en tales casos— debe aplicarse el
presente marco. En igual sentido, los contratos ya adjudica-
dos incluso sin principio de cumplimiento —antes del mes de
enero del año 2002— son objeto de igual trato.
.C
multilaterales de crédito de los cuales el Estado argentino es
parte deben regirse por sus respectivos contratos de présta-
mo, aplicándose supletoriamente el presente decreto.
DD
Sin embargo, cabe advertir que los organismos multilate-
rales de crédito (BID, BIRF, Banco Mundial) siguieron distin-
tos criterios. Por ejemplo, en el caso del Banco Internacional
de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y las obras públicas fi-
nanciadas por él, deben utilizarse fórmulas de ajuste especí-
LA
OM
cuando no surge de su texto— por disposición de la Resolu-
ción Conjunta 396/02 y 107/02 del Ministerio de Economía y
de la ex Secretaría de Obras Públicas.
d) La aplicación del régimen sobre los procedimientos licita-
torios en trámite
.C
El régimen bajo estudio comprende los procedimientos de
contratación en trámite y los que se realicen en el futuro.
DD
1- Licitaciones en curso
OM
sen abierto a la fecha del dictado del decreto 1295/02.
.C
sis de precios de cada uno de los ítems.
2- Licitaciones futuras
LA
OM
ciones de los respectivos contratos de préstamo y sólo suple-
toriamente por él.
.C
un proceso de discusión y acuerdo.
OM
aquellos publicados por el INDEC (581).
.C
sentadas después del mes de enero de 2002, obras con ofertas
OM
camente éstas deben prever que en caso de revisión de precios
se realizará una redeterminación provisoria sobre la base de
las variaciones de referencias según el tipo de obras de que se
trate (582).
.C
recibir un anticipo financiero del diez por ciento del monto
del contrato pendiente de ejecución al mes de junio del año
2002, redeterminado al mes en que se certificase dicho antici-
po y, además, garantizándose ese monto.
DD
(6) Aplicación de esta metodología a los contratos CREMA.
Respecto de estos acuerdos, la aplicación de la metodología se
debe realizar por documento separado (583).
LA
OM
(8) La intervención de la Sigen. La Comisión de Seguimien-
to excluyó la intervención de la SIGEN en el trámite de revisión
de los precios contractuales en tanto “los convenios de présta-
mo internacional en todos los casos establecen los sistemas de
control aplicables, motivo por el cual la ejecución de los fondos
.C
cuenta con las instancias de control respectivas” (584).
la intervención de la SIGEN tiene por objeto la revisión de los precios por parte
de un ente especializado e independiente de las partes, con carácter previo a la
incorporación de las modificaciones y a la finalización de los contratos que han
sido objeto de revisión de precios, siempre que no estuviese previsto al momen-
to de su suscripción o de la formulación de la oferta que le dio origen. En par-
OM
los siguientes casos:
.C
te de adjudicación, preadjudicadas o con ofertas eco-
nómicas abiertas y garantías vigentes y siempre que el
contrato se hubiese firmado dentro de los treinta días
corridos contados a partir de la vigencia del decreto.
DD
Este plazo fue luego prorrogado;
3) las licitaciones en curso cuya oferta económica hubie-
se sido presentada ante el organismo licitante con an-
terioridad al 6 de enero del 2002, aun cuando la aper-
LA
OM
Los aspectos centrales del trámite de revisión son los si-
guientes:
1- La redeterminación de los precios sobre las partes no eje-
cutadas. Según el régimen del decreto sólo deben redetermi-
.C
narse los precios correspondientes a la parte faltante de las
obras, certificándose según el mes en que se alcanzaron las
variaciones de referencia. Es decir, el modelo recae exclusiva-
DD
mente sobre los trabajos futuros, pues los precios que se rede-
terminan son los que corresponden a las cantidades de obra
faltantes.
2- Los períodos de precios fijos e inamovibles. El decreto es-
tablece que los precios permanecen ciertos, fijos e inamovi-
LA
bre el noventa por ciento del precio del contrato, de modo que
el diez por ciento restante permanece inalterable excluyéndo-
selo del trámite de revisión. En particular por resolución con-
junta 396/02 y 107/02 del Ministerio de Economía y la ex Se-
cretaría de Obras Públicas se estableció que el diez por ciento
debe computarse en cada revisión de precios respecto de las
OM
cantidades de obra faltante en ese momento (585).
4- Los aumentos o deducciones impositivas, aduaneras o
por cargas sociales. En este punto el decreto vigente sigue el
mismo criterio que el régimen anterior en tanto dispone que
los aumentos de las alícuotas impositivas, aduaneras o por
.C
cargas sociales que se trasladen en el consumidor final de-
ben ser reconocidas a favor del contratista desde la vigencia
de las normas que establezcan esos aumentos y siempre que
DD
se pruebe su incidencia. A su vez, y en sentido concordante,
las deducciones sobre tales alícuotas, deben ser deducidas del
precio a pagar.
OM
6- La suscripción del Acta de Adhesión. En el contexto de
este procedimiento es necesario que las partes suscriban el
Acta de Adhesión cuyos términos son los siguientes: a) com-
promiso del constructor de comenzar, continuar o reiniciar
las obras en un plazo no mayor de 10 días corridos desde la
fecha de la firma del Acta, en tanto se hubiese afectado el Plan
.C
de Trabajos y b) en caso de incumplimiento, debe estarse por
su nulidad (586).
OM
cación del presente régimen, es decir, el inicio del trámite.
Pero, ¿qué es la “variación de referencia”? Este criterio es un
porcentaje que define el umbral de distorsión a partir del cual
se le reconoce al contratista el derecho a revisar los precios
contractuales. Así, por debajo de ese porcentaje —esto es, el
diez por ciento—, las variaciones deben ser soportadas por el
.C
constructor. Este mecanismo es conocido comúnmente como
“cláusula gatillo”, pues sólo superado el porcentaje estableci-
do debe iniciarse el procedimiento y reconocerse las diferen-
DD
cias en los precios de los contratos.
OM
diez por ciento en términos comparativos con el valor de los
precios originales. Los precios a considerar no pueden ser su-
periores a aquellos informados por el INDEC o, en su caso, por
otros organismos oficiales —por ejemplo, la SIGEN— o espe-
cializados, y aprobados por el comitente (588).
.C
(587) En primer lugar, deben clasificarse las obras en distintos tipos y sub-
tipos (obras de arquitectura; obras viales; obras de vivienda; obras de sanea-
miento y agua potable y obras hidráulicas). Sin embargo, no es posible encua-
drar todas las obras en estos estándares preestablecidos de modo que entre las
DD
funciones de la Comisión de Seguimiento, tal como dispone la resolución con-
junta 396/02 y 107/02 del Ministerio de Economía y la ex Secretaría de Obras Pú-
blicas, se reconoce la potestad de analizar y proponer la incorporación de otros
tipos de obras a pedido de los comitentes en términos debidamente fundados.
Así, por ejemplo, respecto del tipo que prevé el decreto “Obras de Vivienda” se
incorporaron luego los subtipos “Viviendas en altura”. En otros casos, lisa y lla-
namente se agregaron nuevos tipos —”Obras ferroviarias”—. En segundo lugar,
LA
(588) En síntesis, primero, deben fijarse como tope máximo de los precios
de los insumos, los valores informados por el INDEC y, segundo, sólo subsidia-
riamente y en caso de ser necesario puede recurrirse a otros organismos oficia-
les o especializados, con aprobación del comitente. Pero, ¿en qué casos debe
interpretarse que “es necesario” acudir a otros organismos oficiales o especia-
lizados? Básicamente son dos los supuestos más usuales: a) cuando se trate de
precios no relevados por el INDEC o b) precios relevados por el INDEC, pero que
resulten no representativos de los precios del mercado. En el primer caso —pre-
cios no relevados por el INDEC— no surgieron conflictos interpretativos. En tal
sentido, la resolución conjunta 396/02 y 107/02 del Ministerio de Economía y la
ex Secretaría de Obras Públicas estableció que si los precios no fuesen releva-
dos por el INDEC, el constructor debe proponer y el comitente aprobar el orga-
OM
tante y proporcional ese vínculo. Es decir, el criterio normati-
vo no es simplemente sustituir los valores de los insumos que
son parte del análisis de los precios de las ofertas por los que
resulten del trámite de revisión sino que básicamente se res-
pete el vínculo originario entre el precio contractual y el del
mercado (589).
.C
10- El régimen de adecuación provisoria de los precios. El
régimen actual permite al comitente tramitar las “Adecuacio-
nes provisorias de precios”, autorizando así la certificación de
DD
las cantidades de trabajos ejecutados en los períodos corres-
pondientes con los precios ya adecuados, tomando como base
el cálculo de las variaciones de referencias que prevé el régi-
men general. Es decir, el presente régimen es un sistema de
LA
OM
La intervención de la Sindicatura General de la Nación en el
procedimiento de revisión de precios fue regulada en princi-
pio por el decreto 1295/02. En efecto, según el texto del de-
creto, debía darse vista a la SIGEN con carácter previo a la
suscripción del Acta con el objeto de que se expidiese en el
término de 15 días hábiles administrativos, considerándose
.C
que en caso de silencio, prestó su conformidad. Posteriormen-
te y como ya explicamos, el decreto 1953/02 circunscribió la
intervención de la Sindicatura a dos instancias particulares.
DD
En primer lugar, con carácter previo a la suscripción del Acta
de Redeterminación de Precios correspondiente al mes de ju-
nio del año 2002, es decir, los casos de revisión excepcional de
precios, debiendo expedirse en el plazo de quince días hábiles
administrativos. En segundo lugar, antes de la aprobación del
LA
OM
no vinculante. A su vez, el control específico en el trámite
de revisión de precios no inhibe los controles ordinarios que
debe realizar la SIGEN (593).
(592) Esta segunda intervención comprende también los contratos con re-
.C
determinaciones excepcionales de precios. En tal sentido, la Comisión de Se-
guimiento sostuvo que “…el sometimiento de las actuaciones correspondientes
a la redeterminación de precios a un procedimiento excepcional de control por
parte del Decreto Nº 1295/02 y su modificatorio el Decreto Nº 1953/02, tiene fun-
DD
damento en la aplicación de un procedimiento no previsto en el momento de for-
mularse las ofertas y/o firmarse los contratos de obra pública con anterioridad al
dictado del Decreto Nº 1295/02, motivo por el cual la documentación contractual
existente puede no contener todas las precisiones necesarias para la correcta apli-
cación del mecanismo de redeterminación de precios instituido por los decretos
citados y sus normas interpretativas… en tal sentido debe interpretarse que la in-
tervención de la SIGEN instituida por el Decreto Nº 1295/02 y modificada por el
LA
Decreto Nº 1953/02 en su artículo 7º, tiene alcance sólo para los contratos de obra
pública provenientes de procesos de selección comenzados antes de la vigencia
del régimen de redeterminación de precios instituido por el Decreto Nº 1295/02,
es decir antes del 19 de julio de 2002… Asimismo en aquellos contratos en los que
se opte por no realizar la redeterminación excepcional… la intervención del SI-
GEN debería tener lugar con carácter previo a la suscripción de la primer Acta
FI
OM
el estudio y seguimiento de las condiciones generales del mer-
cado de la construcción, así como la formación y evolución de
los precios de los factores principales en el precio de las obras.
La resolución conjunta 396/2002 y 107/2002 del Ministerio de
Economía y ex Secretaría de Obras Públicas creó la Comisión
de Seguimiento del Sector de la Construcción con integración
de carácter paritario —representantes del sector público y pri-
.C
vado— (594).
OM
rias. En particular, cabe destacar la función de la Comisión de
asesorar en caso de controversias —por pedido de cualquiera
de las partes, trátese de comitente o empresario— evitándose
así los reclamos administrativos y judiciales (595).
.C
tista y el comitente
OM
pagar los salarios de sus empleados y asegurar bienes y perso-
nas, entre otras obligaciones.
.C
de demoras en el pago de los certificados, conceder prórrogas
cuando así se justificase y recibir las obras.
En caso de incumplimiento de tales obligaciones sus con-
DD
secuencias son diversas. Es más, si el incumplimiento es
grave, la otra parte tiene derecho a rescindir el contrato. Por
ejemplo, el Estado comitente tiene ese derecho cuando el em-
presario transfiere en todo o en parte su contrato sin autoriza-
ción. Otro ejemplo, el empresario puede rescindir el acuerdo
LA
OM
pende de las circunstancias del caso si el incumplimiento es o
no causal de extinción del vínculo entre las partes.
En otros casos, esto es si el incumplimiento es menor, las
partes cumplidoras —si se tratase del Estado— puede aplicar
sanciones y, en el supuesto del empresario, exigir prórrogas
.C
contractuales o el pago de intereses.
OM
incumplimiento —trátese del supuesto de falta de pago o in-
cumplimiento de otras obligaciones— siempre el contratista
acreditase la imposibilidad de cumplir en términos razona-
bles con sus prestaciones.
Así, en el precedente “Cinplast” la Corte siguió este criterio
.C
pero advirtió que el actor no probó adecuadamente que la fal-
ta de pago por parte del Estado le hubiese impedido cumplir
con sus obligaciones contractuales, esto es, entregar los mate-
riales objeto del contrato (596).
DD
El mismo criterio fue adoptado en diversos pronuncia-
mientos por la Cámara Federal (597).
Por su parte, la LOP (art. 35) y, en particular, el decreto
1186/84 establece como causas justificadas del incumplimien-
LA
OM
de la obra —superior en más de un año al contractualmen-
te pactado— a la procedencia de su reclamo por flexibilidad
—cuya falta de pago por el Estado se invocó como causa prin-
cipal del retardo— y al no prosperar de modo favorable a la
actora esta última solicitud, aquella otra debe correr la misma
suerte”. Y luego agregó que “a tal fin debe tenerse en cuenta
.C
que la contratante se veía obligada a probar que la demora se
encontraba justificada (arts. 35, ley 13.064 y 15 del pliego de
cláusulas generales). En consecuencia, y en tanto la precitada
DD
pretensión condicionante resultó sustancialmente desestima-
da, debe concluirse de modo necesario que se torna improce-
dente —por vía de correlación— el reclamo vinculado con la
convalidación del plazo real de ejecución del contrato” (598).
LA
OM
se hará pasible por demora en la terminación de las obras,
de una multa cuyo monto y forma de determinación se esta-
blecerá en las Cláusulas Especiales. Cuando el importe de la
multa alcance al diez por ciento (10%) del monto del contrato,
la Repartición deberá optar por su rescisión por culpa del con-
tratista, o por la continuación del mismo sin que en el período
.C
restante hasta la terminación de la obra pueda hacérsele pasi-
ble de nuevas penalidades en virtud de la demora. Este límite
en la sanción por retardo no libera al contratista de su respon-
sabilidad por los daños y perjuicios…” (art. 66).
DD
A su vez, el pliego establece que las “multas por incum-
plimiento del plazo de ejecución y las establecidas por infrac-
ción a las disposiciones… serán aplicadas por la Repartición y
su importe podrá ser deducido: del primer certificado que el
LA
y el trámite recursivo (599).
(599) Por ejemplo, el Pliego del OCCOVI dice que los incumplimientos de
las condiciones previstas en la documentación contractual o de Ordenes de Ser-
OM
de mérito.
6) La Gerencia Económico Financiera del OCCOVI determinará el monto
de la multa Aplicable (art. 103). Luego el artículo 104 establece que contra el
acto administrativo sancionador procederán las medidas recursivas previs-
tas en la LPA y su decreto reglamentario. Finalmente, el importe de las multas
será descontado del primer certificado que se extienda después de aplicada la
sanción y, si el monto del certificado no fuera suficiente, de cualquier otro cré-
dito que por cualquier concepto tuviera el contratista contra el comitente. A
.C
su vez “la percepción de las multas se hará efectiva aun cuando la resolución
que impuso la sanción hubiese sido recurrida” (art. 105). La ley de la Provin-
cia de Buenos Aires establece que “las demoras en la iniciación, ejecución y ter-
minación de los trabajos, darán lugar a la aplicación de multas o sanciones…
salvo que el contratista pruebe que se debieron a causas justificadas. El con-
DD
tratista quedará constituido en mora por el solo hecho del transcurso del o de
los plazos estipulados en el contrato y obligado al pago de la multa… Cuando
el total de las multas aplicadas alcance al quince por ciento (15%) del monto
del contrato, la Administración Pública podrá rescindirlo por culpa del contra-
tista” (art. 37). En el caso de Santa Fe “las demoras en la iniciación, ejecución
y terminación de los trabajos darán lugar a la aplicación de las multas o san-
ciones… Si el total de las multas aplicadas alcanzare al quince por ciento del
LA
monto del contrato, la Administración podrá rescindirlo por culpa del contra-
tista” (art. 53). La ley de Mendoza dice que el “incumplimiento de las obligacio-
nes contractuales dará lugar a la aplicación de las penalidades que fijare esta
ley, su reglamentación y los pliegos, salvo que el mismo obedeciere a hechos
u omisiones imputables a la Administración, caso fortuito, fuerza mayor, acto
de los poderes públicos o hechos eximentes de responsabilidad debidamente
FI
tas, sin perjuicio de la resolución del contrato conforme al art. 81. Los recursos
contra las resoluciones que apliquen multas no tendrán efecto suspensivo”. La
ley de Córdoba dice que “la autoridad competente [puede] aplicar multas que
sancionen la falta de cumplimiento de las estipulaciones contractuales hasta
un máximo del diez por ciento (10%) del monto total del contrato actualiza-
do… Cuando se exceda este porcentaje por aplicación de sucesivas sanciones,
el organismo contratante podrá proceder a la rescisión del contrato (art. 70).
Finalmente, la ley de San Luis dispone que “las demoras incurridas en el cum-
plimiento de los plazos contractuales, darán lugar a la aplicación de las pena-
lidades… salvo que dichas demoras fueran motivadas por causa debidamente
justificadas. El contratista se constituirá en mora, por el solo vencimiento del o
de los plazos estipulados en el contrato y está obligado al pago de las multas que
correspondan y le sean aplicadas…” (art. 30).
OM
Sin embargo, otro camino plausible, tal como expusimos
anteriormente, es interpretar el cuadro sancionador no como
el ejercicio de poderes estatales sancionadores sino como fru-
to del acuerdo entre las partes.
.C
XI.16. La recepción de la obra. Provisoria y definitiva. Par-
cial y total. La habilitación de la obra por la Administración
OM
conservación y reparación de las obras por sus defectos —sal-
vo las faltas o imperfecciones resultantes del uso indebido de
éstas—. Es decir, el contratista debe conservarlas y —en caso
de defectos— corregirlos y repararlos.
.C
las obras no estuviesen ejecutadas con arreglo a las condicio-
nes del contrato, se podrá suspender la recepción provisional
hasta que se halle en ese estado”, sin perjuicio del derecho del
comitente de aplicar sanciones al empresario por las demoras
DD
en la realización de los trabajos o, en su caso, el derecho de
rescindir el acuerdo.
OM
la cual correrá el plazo de garantía… En caso de que el contra-
tista se negara a presenciar el acto o de que no contestara la in-
vitación —que deberá hacerse por telegrama colacionado— la
Repartición efectuará, por sí y ante sí, esa diligencia dejando
constancia de la citación y ausencia del contratista” (art. 68).
.C
A su vez, este pliego dice que “si al procederse a la recepción
provisional se encontrasen obras que no estuvieran ajustadas
con arreglo a las condiciones de contrato, se podrá suspender
dicha operación hasta que el contratista las coloque en la forma
DD
estipulada, a cuyos efectos la repartición fijará un plazo, trans-
currido el cual si el contratista no diera cumplimiento a las ob-
servaciones formuladas, podrá la Repartición ejecutarlas por sí
o con intervención de terceros, cargando los gastos al contratis-
ta, sin perjuicio de las sanciones que correspondiere”.
LA
ciones y defectos.
El pliego añade que “cuando se tratare de subsanar ligeras
deficiencias o de completar detalles que no afecten a la habi-
litación de la obra, podrá realizarse la recepción provisional,
OM
les definitivas” (art. 71). En general los pliegos establecen que
cuando se prevea el tratamiento por separado de diversas
partes de las obras y se fijen plazos individuales de ejecución
y garantía, debe hacerse respecto de cada parte la recepción
provisoria, definitiva y la devolución de las garantías en tér-
minos proporcionales.
.C
El pliego repite con mayores detalles las obligaciones del
empresario en el período que va desde las recepciones provi-
DD
sorias y las definitivas —ver artículo 41, LOP—. Así, “durante
el plazo de garantía que se determine en las Cláusulas Espe-
ciales, el contratista será responsable de la conservación de
las obras y de las reparaciones requeridas por los defectos o
desperfectos provenientes de la mala calidad o ejecución de-
ficiente de los trabajos. La responsabilidad del contratista in-
LA
OM
Los pliegos habitualmente usados por el Estado establecen
que el contratista debe notificar de modo fehaciente el mo-
mento en que se hayan concluido las obras y consecuentemen-
te éstas estén en condiciones de ser recibidas por el comitente.
Es decir, el empresario debe presentar un pedido de recepción
.C
provisional y acompañar un informe final del representante
técnico sobre el cumplimiento del contrato. Luego, el Inspec-
tor, en caso de no encontrar objeciones a la calidad y termi-
DD
nación de los trabajos, debe recibir las obras provisoriamente
y “ad referéndum” del comitente. En este contexto, las partes
deben labrar el acta respectiva y desde allí debe comenzar a
contarse el plazo de garantía siempre —claro— que el comi-
tente apruebe la recepción provisoria de las obras.
LA
OM
sanarlos por medio de terceros.
Por último, tal como prevén la LOP y el Pliego Aprobado, la
garantía de cumplimiento de contrato y el fondo de reparo, o
los saldos que hubiere de estos conceptos, deben ser devueltos
al contratista luego de aprobada la recepción definitiva de las
obras (600).
.C
(600) La ley de la Provincia de Buenos Aires dispone que “las obras podrán
recibirse parcial o totalmente conforme con lo establecido en el contrato, pero
DD
la recepción parcial también podrá hacerse cuando se considere conveniente
por la Repartición respectiva. La recepción total o parcial tendrá carácter pro-
visional hasta tanto se haya cumplido el plazo de garantía o conservación que
fije el contrato. Dentro de los treinta (30) días de solicitadas por el contratista, la
Repartición procederá a efectuar las recepciones pertinentes” (art. 49). A su vez
“si al procederse a la recepción provisional se encontrasen obras que no estu-
vieran ajustadas con arreglo a las condiciones de contrato, se podrá suspender
LA
podrá realizarse la recepción provisional…” (art. 50). Por otro lado, “la habilita-
ción total o parcial de una obra dispuesta por la Administración dará derecho
al contratista a tener por recibida provisionalmente la obra” (art. 51). La ley dice
luego que “la recepción definitiva se llevará a cabo al finalizar el plazo de con-
servación o garantía que se hubiere fijado en el contrato. El plazo mencionado
se empezará a contar a partir de la fecha del acta de recepción provisional. Si la
el plazo de garantía fijado en el contrato” (art. 53). “Si las obras no se ejecutaren
de acuerdo a las estipulaciones convenidas, se podrá suspender la recepción
OM
provisional hasta que se ajusten a las mismas …” (art. 56). La ley de la Provincia
de Mendoza dice que “las obras podrán ser recibidas parcial, total, provisional
o definitivamente, conforme con lo establecido en el contrato. La recepción to-
tal o parcial tendrá carácter provisional hasta tanto se haya cumplido el plazo
de garantía que fije el pliego, el que comenzará a contarse a partir de la fecha
operada la recepción provisional, total o parcial, en la forma que establezca el
decreto reglamentario, luego de lo cual se procederá a la correspondiente re-
cepción definitiva…” (art. 73). A su vez “vencido el plazo para efectuar las re-
cepciones, el contratista podrá intimar a la Administración, para que dentro
.C
del término de treinta (30) días proceda a efectuarlas. Transcurrido dicho tér-
mino sin que las hubiera realizado y no mediando causa justificada, las recep-
ciones se considerarán operadas automáticamente” (art. 74). Por otro lado, “si
al procederse a la inspección previa a la recepción provisional, se encontraren
DD
obras que no estuvieren ejecutadas con arreglo a las condiciones del contrato,
se suspenderá dicha recepción hasta que el contratista las ejecutare en la forma
estipulada… cuando se tratare de subsanar ligeras deficiencias o de completar
detalles que no afectaren la habilitación de la obra podrá realizarse la recep-
ción provisional dejándose constancia en el acta para que se subsanen dichos
inconvenientes, dentro del término que se fijare al efecto, durante el plazo de
garantía” (art. 75). “La recepción definitiva se realizará al finalizar el plazo de
LA
OM
la facultad resolutoria de la administración… la apelante no
advierte que el citado precepto faculta a suspender la recep-
ción provisional, pero no obliga a hacerlo. En consecuencia,
se puede recibir la obra en dichos términos, como se hizo, sin
que de ello se permita inferir —como pretende— la escasa en-
tidad de los trabajos pendientes (Fallos: 326:4071)”.
.C
Finalmente, el Tribunal adujo que “…la recurrente no jus-
tifica que fuese posible concluir las reparaciones durante el
plazo de garantía solucionando los problemas que señalan las
actas de recepción provisoria… En efecto, de la transcripción
DD
del peritaje que efectúa en apoyo de su postura… surge que
sólo existen comunicaciones de las empresas dando a cono-
cer la realización de trabajos incluidos en las observaciones
de las referidas actas, pero no hay constancias de aprobación
de los trabajos realizados por parte del Instituto de Vivienda
LA
OM
En cualquier caso, se trata de incumplimientos contrac-
tuales durante el desarrollo del vínculo contractual.
En síntesis, los vicios pueden reconocer diversas causas:
1) errores en el proyecto de las obras, presupuesto y plan
.C
de trabajo,
2) errores en los materiales y
DD
3) errores en la realización de los trabajos.
bajos?
1- El proyecto, presupuesto y plan de trabajo. En este estado,
es conveniente precisar cómo se distribuyen en principio las
responsabilidades entre las partes en razón de los principales
aspectos del contrato, esto es el proyecto, el presupuesto y el
plan de trabajos. En otros términos, en caso de errores respec-
to de estos documentos, cabe preguntarse cuál de las partes
es responsable y, consecuentemente, debe hacerse cargo de
sus consecuencias dañosas.
OM
el presupuesto. Es decir, en términos lógicos y secuenciales,
primero el Estado decide la realización de una obra y elabora
el proyecto respectivo, más adelante sobre la base de ese pro-
yecto define el presupuesto de la obra.
El proyecto está integrado por un conjunto de instrumen-
.C
tos o documentos que definen el objeto de la obra en términos
individuales y específicos, por ejemplo, las formas, dimensio-
nes y características de las obras a realizar así como el sistema
constructivo o modalidades técnicas de la construcción (re-
DD
glas de orden técnico y planos). Por ejemplo, si se tratase de la
construcción de un edificio con el propósito de destinarlo a la
instalación de un organismo público, el proyecto debe definir
las formas del edificio, sus dimensiones, su altura, los pisos y
el metraje por planta, entre otras tantas características.
LA
OM
e) pliegos de especificaciones técnicas. En este documento
se describen los materiales, procedimientos de ejecu-
ción y formas de medición de los ítems de las obras;
f) presupuesto de las obras.
.C
debe contar con el crédito legal respectivo, es la dotación fi-
nanciera del costo de toda la obra en base a los cálculos rea-
lizados por el personal técnico de la Administración, con la
DD
mayor precisión posible de cálculo y cómputo métrico de la
obra de que se trate. Sobre este cómputo métrico se debe pre-
parar el presupuesto en donde se debe estimar y precisar cuál
es el costo de cada ítem o trabajo (los ítems a su vez se agru-
pan en rubros) y así definir el costo del total de las obras.
LA
OM
Cabe aclarar que —en principio— el proyecto comprende
el estudio de los suelos sobre los que se asentarán las obras.
.C
hasta la terminación del contrato”.
comitente.
ciar el trabajo” (art. 26). Es más, el artículo 27, LOP, dispone que
“el contratista es responsable de cualquier reclamo o demanda
que pudiera originar… [los] sistemas de construcción…”.
OM
Es decir, el constructor —en su carácter de especialista y
experto en construcciones— debe conocer los vicios que pu-
diese presentar el proyecto y advertirlos al comitente en tiem-
po oportuno.
.C
Así, cuando el constructor pudo advertir los errores y no lo
hizo, entonces es responsable.
Por el contrario, si advirtió los vicios, se exime de respon-
DD
sabilidad y es el Estado quien debe responder por el proyecto
y sus errores.
Sin embargo, es posible que el Estado contrate con un ter-
cero la confección del proyecto en cuyo caso éste es el respon-
sable por sus vicios o defectos. Así, el artículo 4°, LOP, dice que
LA
OM
El proyectista y el constructor son solidariamente respon-
sables ante el comitente en los términos del artículo 1646 del
Código Civil cuando éste no advirtió sobre los vicios del pro-
yecto.
Además, el proyectista —más allá del proyecto en sí— es el
.C
principal responsable por el estudio de los suelos, sin perjuicio
de que el empresario debe estudiar las calidades del suelo y, en
su caso, advertir al comitente por los posibles vicios o errores.
DD
Por último, el plan de trabajos es básicamente el diagrama
técnico en donde se expresa de modo gráfico —claro que exis-
ten distintos métodos, más o menos complejos, según el tipo
de obra y el criterio del Estado contratante— el desarrollo o
ejecución de las obras, es decir, cómo y cuándo se realizarán
LA
las obras.
En otros términos, el plan es el desarrollo cronológico de
las tareas a realizar, especificando cada una de éstas y el tiem-
po que el empresario estima que le llevará ejecutarlas. Este
componente es sumamente relevante, además del presupues-
FI
to, con el objeto de definir por parte del Estado comitente cuál
es “la oferta más conveniente” porque cada oferente ofrece su
propio plan de trabajo y el Estado debe elegir aquel que le pa-
rece más conveniente.
OM
inversiones y las propias inversiones en términos concretos,
esto es, recursos humanos y equipos a utilizar). Por ejemplo,
es común que el empresario haga un detalle de los equipos a
utilizar en las obras e indique cuándo utilizará cada uno de
ellos. En este caso, la responsabilidad por los posibles errores
es claramente del empresario.
.C
Entonces, las partes deben hacerse cargo de los riesgos o
errores propios en la confección o —en ciertos casos— inter-
pretación de estos documentos, pero respecto de los riesgos
DD
exógenos —es decir, extraños respecto de las partes— de-
ben distribuirse según otros criterios que explicaremos en los
próximos capítulos.
OM
que “en todos los casos la contratación podrá hacerse con o
sin provisión de materiales por parte del Estado”.
Según el texto legal “cuando el contrato establezca que el
contratista debe aportar los materiales, éstos deberán ajus-
tarse estrictamente a las especificaciones que de los mismos
.C
haga el pliego de condiciones” (art. 32).
En general, los materiales son provistos por el empresario
y no por el comitente.
DD
Por su parte, el artículo 33, LOP, prevé un supuesto espe-
cial en el que el Estado provee los materiales. Así “cuando sin
hallarse estipulado en las condiciones del contrato, fuese con-
veniente emplear materiales pertenecientes al Estado, se des-
contará al contratista el importe que resulte del estudio equi-
LA
OM
de aquéllos en el marco de las obras a realizar. Si lo hace, se
exime de responsabilidad y, en caso contrario, esto es, no ha-
biéndole advertido pudiéndolo hacer, debe responder por sus
consecuencias dañosas.
Por su lado, el Código Civil dice en su artículo 1630 que
.C
“el que se ha obligado a poner su trabajo o industria, no pue-
de reclamar ningún estipendio si se destruye la obra… a no
ser que… la destrucción haya provenido de la mala calidad de
los materiales, con tal que haya advertido esta circunstancia
DD
oportunamente al dueño.” Y luego dispone que “si el material
no era a propósito para el empleo a que le destinaban, el obre-
ro es responsable del daño, si no advirtió de ello al propieta-
rio, si la obra resultó mala, o se destruyó por esa causa”. Sin
embargo el artículo 1646 del mismo cuerpo normativo esta-
LA
OM
mitente. Sin perjuicio de ello, el empresario puede luego re-
petir contra el proveedor por los errores en la elaboración o
provisión de los materiales.
En conclusión, el responsable por los vicios de los materia-
les es el que debe proveerlos según las condiciones convenidas
.C
en el contrato y —en caso de que fuese el propio Estado— el
constructor, en razón de su idoneidad profesional, es también
responsable si no advirtió —pudiéndolo hacer— los vicios de
los materiales.
DD
3- La ejecución de los trabajos. En este punto es claro que la
responsabilidad es del empresario y no del Estado comitente.
OM
apartados anteriores, por los defectos en el proyecto, el suelo
y los materiales.
Así, creemos que el criterio rector es que el empresario, en
razón de su compromiso contractual principal —construir y
entregar las obras— y de sus condiciones —idoneidad profe-
.C
sional— tiene el deber de advertir al comitente sobre las con-
diciones del suelo, la calidad de los materiales e incluso los
errores en el proyecto, siempre que ello fuere posible obrando
en condiciones razonables y diligentes.
DD
El empresario tiene básicamente el deber de dirigir, cons-
truir y controlar los trabajos. Este deber y, particularmente, su
incumplimiento le hace responsable, salvo que el error estu-
viese en el proyecto o materiales provistos por el Estado comi-
LA
OM
blica quién es el director de las obras? Es decir, ¿en qué térmi-
nos participa el Estado comitente en la dirección de las obras?
Es más, ¿cuál de las partes es responsable en el caso de errores
en la dirección y contralor del avance de las obras? Entende-
mos que el empresario es responsable, incluso cuando siguió
las instrucciones del Estado comitente por medio de las órde-
.C
nes de servicio, salvo que hubiese advertido sobre sus vicios
en cuyo caso debe liberárselo de responsabilidad.
estatal.
Así, el constructor es quien debe revisar el proyecto y los
suelos, proveer los materiales y supervisar las calidades de és-
tos —incluso cuando fuesen provistos por el Estado— y, bási-
FI
OM
Como ya explicamos en el punto anterior, los vicios y rui-
nas de las obras pueden ser causados por errores en el proyec-
to, el plano, el suelo, los materiales y la construcción propia-
mente dicha.
.C
En principio cabe aclarar que el suelo y el plano son parte
del proyecto y los materiales e interpretación de los documen-
tos integran el proceso de construcción de las obras.
DD
Así, consecuentemente y en principio, los errores en los
cálculos del suelo son errores del proyecto y, por su parte, los
defectos en los materiales y en la interpretación de los planos
son errores propios del proceso de construcción de las obras.
Es decir, ciertos vicios se subsumen en otros —por caso, los
LA
OM
les o totales—.
.C
En primer lugar, cabe señalar que el codificador no regu-
ló los vicios en el marco de los contratos de locación de obra
DD
sino en el capítulo sobre el contrato de compraventa. Así, el
artículo 2164 del Código Civil establece que “son vicios red-
hibitorios los defectos ocultos de la cosa, cuyo dominio, uso o
goce se transmitió por título oneroso, existentes al tiempo de
la adquisición, que la hagan impropia para su destino, si de tal
LA
OM
de vicios ocultos y aparentes, de modo que sólo cabe aquí pro-
fundizar sobre cuál es el marco jurídico y, particularmente,
las causales de exención de responsabilidad del empresario.
En principio, el empresario debe responder por las conse-
cuencias dañosas de los vicios (ocultos y aparentes) y por las
.C
ruinas de las obras.
Es posible comenzar preguntándonos si la recepción defi-
nitiva de las obras por el comitente libera al constructor por
DD
los vicios aparentes. El artículo 1647 bis, CC, dice que “recibi-
da la obra, el empresario quedará libre por los vicios aparen-
tes, y no podrá luego oponérsele la falta de conformidad del
trabajo con lo estipulado. Este principio no regirá cuando la
diferencia no pudo ser advertida en el momento de la entrega,
LA
(602) Dice Spota que “como el comitente, antes de recibir la obra, proce-
de a verificar si está conforme a lo pactado..., y si ello es así llega a aprobar lo
hecho..., la indicada recepción implica una importante consecuencia jurídica:
el vicio aparente, si existe, carece de relevancia a los ojos del comitente. El em-
presario… queda libre de responsabilidad contractual por esos vicios que asu-
men la condición de defectos comprobables en el momento de la recepción de
la obra, y ello ante un examen cuidadoso realizado con conocimientos técni-
cos”. Spota, Alberto, Instituciones de Derecho Civil - Contratos, Depalma, 1987,
vol. V, p. 457.
OM
recepción de las obras.
.C
aparentes—.
y la definitiva cubre los ocultos, ello será así siempre que estos
vicios no originen la aplicación del artículo 1646” (604).
(603) A. Spota interpreta que “lo dicho sobre esa renuncia a la indemniza-
FI
ción por los vicios aparentes en la recepción provisional, y de los vicios ocultos
en la recepción definitiva, lo es siempre que se tengan en cuenta dos excepcio-
nes: 1) que en caso de ruina de la obra los efectos jurídicos de estas recepciones
no se producen, porque el artículo 1646 es de orden público… 2) en caso de frau-
de o dolo del locador tampoco se produce el efecto liberatorio de estas recep-
ciones provisional o definitiva…”, ob. cit., p. 461. Por su parte, R. Lorenzetti,
OM
nable, toda vez que si se otorgan efectos liberatorios, es por-
que se entiende que se trata de una recepción voluntaria sin
error sobre la cosa; si, en cambio, el deudor no pudo advertir
defectos de la prestación, no puede admitirse que tenga efec-
tos liberatorios” (605).
.C
mitente: no puede ser compelido a la recepción de una obra
con diferencias aparentes; si recibe tal obra en forma defini-
tiva, no podrá luego quejarse de las diferencias aparentes. Tal
DD
es el efecto de la recepción definitiva que resulta del texto sub
examen” (606).
Así, “la recepción definitiva, sin reservas por parte del loca-
tario, ya sea que haya sido o no precedida de la recepción pro-
visoria, implica aceptación de la obra y libera al empresario de
LA
OM
no causen ese efecto. En el primer caso, el constructor es res-
ponsable aun cuando el comitente no hubiese advertido tales
vicios al momento de la recepción. Por el contrario, en el se-
gundo, el empresario sólo debe responder cuando el comiten-
te le advirtió sobre tales vicios oportunamente, es decir, antes
de la recepción definitiva de los trabajos. En otros términos,
.C
tal como adelantamos, la recepción definitiva libera al empre-
sario de los vicios aparentes.
DD
Finalmente, el artículo 1647 bis, CC —ya mencionado—,
establece, además, el régimen de los vicios ocultos en tan-
to dice que “este principio [liberación del constructor por la
recepción de las obras] no regirá cuando… los defectos eran
ocultos. En este caso, tendrá el dueño sesenta días para de-
nunciarlos a partir de su descubrimiento”.
LA
OM
aparentes u ocultos en el contrato de obra pública se constru-
ye recurriendo al cuadro de los vicios redhibitorios del Código
Civil —artículo 2164 y concordantes—. Sin embargo, ese pre-
cepto —art. 4041— sólo comprende los contratos de compra-
venta y no los otros contratos.
.C
En conclusión, y en razón de las dudas e interpretaciones
plausibles, creemos que debemos inclinarnos por la prescrip-
ción de diez años —conforme al artículo 4023, CC— porque
es el plazo general que sólo puede ser desplazado por dispo-
DD
siciones especiales, es decir, normas específicas y puntuales
y no por aplicaciones analógicas de otras reglas (608). A su vez,
el plazo de prescripción de las acciones por la reparación de
los daños causados por vicios ocultos debe contarse desde su
exteriorización. En efecto, el plazo de prescripción de las ac-
LA
OM
a) el vicio aparente que no cause ruina;
b) el vicio aparente que cause ruina;
c) el vicio oculto que no cause ruina y, por último,
.C
d) el vicio oculto que sí cause ruina.
OM
los párrafos anteriores— que cuando se considere que pudie-
ran existir vicios en trabajos no visibles, la Inspección puede
ordenar las demoliciones o desmontajes y las reconstruccio-
nes necesarias para constatar la existencia de los mismos. Si
los defectos fueran comprobados, los gastos originados por tal
motivo estarán a cargo del contratista. Sin embargo, en caso
.C
contrario, debe abonarlos el comitente. A su vez, si los vicios
se manifestasen en el plazo de garantía, el contratista debe
repararlos en el plazo que se le fije, a contar desde la fecha de
DD
su notificación. Luego de transcurrido ese plazo y en caso de
incumplimiento, dichos trabajos pueden ser ejecutados por
terceros, a costa de aquél, deduciéndose su importe del fondo
de reparo. La recepción definitiva de la obra no implicará la
pérdida del derecho del comitente de exigir el resarcimiento
de los gastos, daños o intereses que le produjera la reconstruc-
LA
las obras.
OM
ceden cuando éstas se consumaron o existen serias amenazas
que ello suceda (610). Si es posible la reconstrucción, el Estado
puede: a) reclamar la construcción de las obras o b) el resar-
cimiento en términos económicos.
.C
y según el marco normativo, el constructor. Cabe agregar que
éste es responsable aun cuando el Estado comitente hubiese
proveído los materiales o el terreno fuese de su propiedad por-
que el constructor debe advertirle sobre los vicios existentes
DD
que pudiesen causar daños en las obras.
art. 1699 italiano, que distingue entre la ruina total o parcial y el evidente peli-
gro de ruina; para el Código italiano, ruina y peligro de ruina son dos eventos
distintos, pero pues nuestra reforma, no obstante encontrar su fuente en dicho
dispositivo, no ha mentado al peligro de ruina, cabe concluir, argumentando
con la fuente, que no ha querido incluir el caso de peligro … por el segundo
párrafo del art. 1646 para que sea aplicable la responsabilidad deberá produ-
cirse la ruina dentro de los diez años. Ruina producida, no es peligro de ruina.
Según lo que precede, ruina es —a nuestro juicio— destrucción…”, López de
Zavalía, Fernando, Tratado de los Contratos, Zavalía, Buenos Aires, 1993, t. 4,
Parte especial. “También se incluye… lo que la doctrina ha denominado enve-
jecimiento prematuro, entendiéndose por tal el deterioro que sufre la obra que,
estando destinada a larga duración, a los pocos años de construida se deteriora,
no en sus partes estructurales… sino en su construcción general… de tal modo
que, no habiendo alcanzado el tiempo promedio de duración, su estado es el de
una cosa de una antigüedad notoriamente mayor...”. Nicolau, Noemí en Bue-
res, Alberto (dirección), Highton, Elena (coordinadora), Código Civil y nor-
mas complementarias. Análisis doctrinario y jurisprudencial, Hammurabi, 2003,
t. 4 A, p. 648.
OM
supuesto de responsabilidad contractual objetiva, puesto que
la promesa de una obra determinada impide eximirse pro-
bando la falta de culpa, y sólo es posible hacerlo mediante la
demostración del casus” (611). Es decir, el constructor sólo pue-
de eximirse de responsabilidad —como ya explicamos— por
caso fortuito o culpa del dueño o de un tercero por quien no
debe responder.
.C
En otras palabras, ¿puede liberarse el constructor si pro-
base que obró diligentemente? Hemos dicho que no, porque
DD
es un caso de responsabilidad de corte objetivo, de modo que
sólo puede eximirse por caso fortuito o por culpa de los otros
(propietario y terceros).
OM
lidad por una ruina total o parcial”.
.C
Los operadores del derecho civil consideran que este pre-
cepto normativo (art. 1646, CC) “no sólo [comprende] los edifi-
cios, sino también otras obras, como silos, puentes, pavimen-
DD
tos… Lo que interesa de manera especial es que se trate de
obras destinadas a larga duración” (612).
OM
la encargó, el constructor es responsable por su ruina total o
parcial, si ésta procede de vicio de la construcción, o de vicio
del suelo, o de la mala calidad de los materiales, haya o no el
constructor puesto los materiales, o hecho la obra en terreno
del locatario” (614).
.C
Finalmente, la responsabilidad del empresario cesa si la
ruina se produce luego de transcurrido el término de diez
años desde la recepción de las obras (causada por vicios apa-
rentes u ocultos) (615).
DD
que exceden el carácter de simples fisuras, o el hundimiento de techos o pisos
que conspiran seriamente contra cualquier propósito de aprovechamiento ra-
cional de la obra. No configurarían ruina, no obstante la amplitud del concep-
to, cualquier vicio subsanable o que no comprometa la solidez, estabilidad o
LA
OM
lo 1646, CC, dispone el plazo de prescripción de un año por
ruinas. ¿Qué plazo cabe aplicar en relación con las obras? El
plazo específico, esto es, el de un año desde que se produjo la
ruina de las obras —artículo 1646, CC—.
.C
obras
OM
por el constructor, el comitente puede hacerlas por sí o
por terceros con ejecución de las garantías y fondo de
reparos, es decir, a cargo del empresario;
d) rescindir el contrato —con ejecución de garantías
y fondo de reparos— en los términos del inc. a) del
.C
art. 50, LOP;
e) iniciar las acciones del caso por indemnizaciones
cuando las garantías y el fondo fuesen insuficientes
DD
o ya hubiese concluido el contrato aprobándose la re-
cepción definitiva.
OM
menor. Por último, el contrato de obra pública es concebido
como un acuerdo de cooperación entre las partes y no de con-
frontación y adversidad.
.C
texto de las emergencias públicas, en cuyo caso el Legislador
prevé la revisión y continuidad del contrato antes que su ex-
tinción y desaparición del mundo jurídico (617).
DD
(616) Según A. Spota, en el marco del derecho privado, el contrato de
obras es conmutativo pero “sin embargo, no es posible desconocer un cierto
grado de aleatoriedad que existen en el contrato de obra… Pero, precisamente,
la tesis de considerar aleatorio el contrato tiene el inconveniente de que se pue-
da estimar comprendida dentro de ese riesgo todas las referidas imprevisiones;
LA
de ahí que se haya sentido la necesidad de agregar que si bien el riesgo es uno
de los elementos del contrato de obra, no constituye, sin embargo, el elemento
esencial”. El mismo autor agrega más adelante que “los mayores costos y los tra-
bajos imprevisibles, dentro del límite establecido por el art. 6°, de la ley 12.910…
son absorbidos por la Administración, y, con ello, se comprueba ese sano pro-
pósito perseguido, elevando el contrato de obra pública a aquel tipo de negocio
FI
de cumplimiento, y de los efectos del caso fortuito (arts. 888 y 513, Cód. Civil). El
movimiento de reformas del siglo XX propuso la conservación del vínculo, por
la vía de revisar su contenido, introduciendo el distingo entre la imposibilidad
absoluta y la relativa… El razonamiento se orienta entonces hacia una secuencia
revisión-extinción fundada en la prioridad hermenéutica del principio de con-
servación del contrato. Esta preferencia se ha alejado de los condimentos subjeti-
vos, porque de lo que se trato no es de conservar lo que una de las partes tuvo en
mente. La revisión se funda en un criterio objetivo, es decir, que el contrato debe
ser reconstruido sobre la base de lo razonable, y no sobre la voluntad hipotética
de las partes.” Luego agrega que “el principio de conservación como regla priori-
taria es apropiado para un contrato de larga duración, y es sobre este supuesto
que la doctrina y la jurisprudencia han diseñado la revisión…”. R. Lorenzetti,
Tratado de los contratos. Parte General, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2004.
OM
XIII.1.1. Los distintos principios sobre distribución de los
riesgos
.C
e incluso de excepción. En este punto, entonces, es posible
ensayar como principio —y más allá del análisis de los casos
puntuales— varias respuestas.
DD
A) Por un lado, el principio de riesgo y ventura según el cual
el contratista debe cargar con los perjuicios eventuales y —a
su vez— le cabe beneficiarse con los menores costos en el trá-
mite de ejecución del contrato. Es decir, el riesgo es la posibili-
dad de daños contingentes respecto del precio pactado —esto
LA
es, más oneroso— y, por su parte, la ventura nos dice que cier-
tas cosas pueden suceder de modo casual y en términos más
favorables y menos costosos en relación con los intereses del
constructor. Así, los contratos a riesgo y ventura son aquellos
que “se celebran sometidos a influjo de suerte o evento, sin
FI
OM
mano, el locador bajo ningún pretexto puede pedir aumento
en el precio, cuando la obra ha sido contratada por una suma
determinada, salvo lo dispuesto en el artículo 1198” (619).
B) Por el otro, el sacrificio compartido entre las partes con-
tratantes. ¿Qué es la teoría del sacrificio compartido? Según
.C
este criterio los riesgos y sus consecuentes daños son reparti-
dos entre las partes. Este postulado puede relacionarse tam-
bién con la ecuación económico-financiera del contrato, es
decir, el equivalente económico entre las partes, pero —como
DD
luego veremos— no necesariamente es así.
En este supuesto, el principio de riesgo y ventura es reem-
plazado por este otro (sacrificio compartido). Un ejemplo pun-
tual es el texto de la ley 23.696 —que luego analizaremos con
LA
OM
que no. En efecto, es plausible que se convenga distribuir el
sacrificio pero no se logre recomponer el contrato en los mis-
mos términos que preveía el acuerdo originario.
.C
rios, sin compartirlos. Por eso, es posible que una de las partes
cargue con mayores consecuencias que su contraparte.
DD
Otro ejemplo de sacrificio compartido es el caso fortuito.
Así, por ejemplo, como veremos más adelante, el contrato de
obra pública atravesado por el caso fortuito debe recompo-
nerse o resolverse y —a su vez— el Estado debe cargar con los
daños, sin perjuicio de los matices del caso (por ejemplo, ex-
clusión de los gastos improductivos y lucro cesante en el su-
LA
OM
dulares que el contratista debe cumplir (obras) y el valor que
debe pagar el Estado por su realización (precio) (621).
D) También es cierto que estos criterios pueden mezclar-
se, de manera que en ciertos casos el Legislador se incline por
uno de ellos y, en otros casos, por otro. Por ejemplo, cuando se
trate de riesgos previsibles o imprevisibles. En el primer caso,
.C
el riesgo es propio del empresario y, en el segundo, es posible
compartirlo o quizás dárselo al Estado.
DD
E) Nuestro criterio es que el contratista debe cargar con el
riesgo propio de su actividad y los consecuentes daños y per-
juicios, salvo los desequilibrios causados por los hechos ajenos
e imprevisibles y por los hechos del propio Estado —contratan-
te o no contratante—. En otros términos, el empresario debe
responder:
LA
OM
ventura empresario, con ciertos matices en cuyo caso es nece-
sario reequilibrar el contrato distribuyendo los riesgos entre
las partes contratantes. Por ejemplo, el hecho del príncipe, el
caso fortuito, la teoría de la imprevisión y la revisión de los
precios constituyen casos de redistribución de riesgos como
excepciones al principio rector, es decir, el riesgo del empre-
sario.
.C
El principio es, entonces, el riesgo empresario. Así surge del
Código Civil y, en particular, de ciertas disposiciones de la ley
DD
13.064, tales como los artículos 30, 53 inc. d) y 54 incs. e) y f).
En tales supuestos, el riesgo debe ser soportado por el empre-
sario.
Por caso, el art. 30 —sobre las alteraciones del proyecto por
el Estado en ejercicio del ius variandi— dice que el contratista
LA
empresario.
Pero, además, el principio del riesgo debe apoyarse en otros
preceptos de la ley. Así, el art. 37 —ley 13.064— en el capítulo
sobre “las alteraciones de las condiciones del contrato” dice
que “el contratista no podrá bajo pretexto de error u omisión
de su parte, reclamar aumento de los precios fijados en el con-
trato” y el art. 39 del mismo texto establece que “el contratista
no tendrá derecho a indemnización por causas de pérdidas,
averías o perjuicios ocasionados por su propia culpa, falta de
OM
extraordinarios, imprevisibles y ajenos a las partes sino tam-
bién el análisis de otras circunstancias previsibles, aleatorias
y propias de las partes.
En este estado, cabe preguntarse si el riesgo sólo compren-
de los errores del empresario en el presupuesto ofertado —ade-
más de los errores en el plan de trabajo, materiales proveídos y
.C
cumplimiento de las obras— o también los errores propios del
proyecto. En otros términos, ¿los errores del proyecto son res-
ponsabilidad del Estado comitente o del empresario? En prin-
DD
cipio, es responsabilidad del Estado comitente salvo que el
pliego o demás documentación contractual establezca la res-
ponsabilidad del contratista (de modo directo o indirecto, por
ejemplo, la obligación del contratista de revisar el proyecto),
exima de responsabilidad al Estado comitente o el empresario
LA
no haya advertido sobre los errores de aquél (esto es, los vicios
o defectos del proyecto). El error sólo es excusable cuando el
empresario no pudo advertirlo obrando de modo diligente, es
decir, con prudencia y pleno conocimiento de las cosas según
su idoneidad.
FI
OM
de la zona de camino, una (1) perforación para obtención del
agua necesaria con el rendimiento y calidad adecuados para
la construcción de la misma. Si el rendimiento obtenido no
resulta el necesario para la construcción, el contratista debe-
rá prever, donde estime conveniente, las perforaciones adicio-
nales para obtener el rendimiento de extracción de agua ade-
.C
cuado, para la terminación de las obras en el plazo previsto y
no dará derecho a ampliación del plazo fijado para la obra por
esta circunstancia. La perforación que se ejecuta dentro de la
DD
zona de camino [...] quedará de propiedad de la Dirección Na-
cional de Vialidad…”.
Luego el Tribunal sostuvo que “de los términos de la referi-
da consulta… cabe concluir que la única inteligencia posible
de la referencia al lugar donde el contratista ‘estime conve-
LA
OM
hallarse prevista en las disposiciones aplicables”.
.C
nio, adoptando a ese efecto las diligencias apropiadas que exi-
gían las circunstancias de persona, tiempo y lugar (art. 512,
Cód. Civil; doctrina de Fallos: 300-273), y si incurrió en error
DD
en la interpretación de cláusulas contractuales —o de sus ins-
trumentos complementarios—, éste provendría de una negli-
gencia culpable que impide su invocación (arg. art. 929, Cód.
Civil; Fallos: 303-323 y 316-382).
OM
disponibilidad local de mano de obra… la demandante de-
bió, en todo caso, pedir aclaraciones a la comitente antes de
cotizar, … en particular, cuando el decreto 2728/77 permitió
trasladar la flexibilidad salarial a los costos a partir del 1 de
octubre de 1977, y la oferta fue presentada el 29 de noviembre
de 1978…”. El Tribunal concluyó entonces en los siguientes
.C
términos, “el error en la preparación de la oferta, no imputable
a la comitente, no puede sino ser soportado por la contratista
(art. 37, ley 13.064)” (623).
DD
Cabe advertir que si bien es cierto que el Legislador no esta-
bleció el criterio del riesgo empresario en términos expresos,
creemos que es plausible y razonable deducirlo de los manda-
tos normativos mencionados en los párrafos anteriores.
LA
lo advirtió el experto, una empresa que desea cotizar no sólo debe efectuar ins-
pecciones oculares y sondeos sino también consultas a organismos que hayan
desarrollado obras o estudios en el lugar… A lo señalado, debe agregarse lo in-
dicado en el… pliego… en cuanto se previó que el contratista debería tener en
cuenta las características particulares del terreno. Al respecto, se ha afirma-
OM
evidentemente el del riesgo empresario y así está dicho en el
primer párrafo del art. 39 de la LOP (esto es, los perjuicios oca-
sionados por su propia culpa, falta de medios o errores en las
operaciones siempre que le sean imputables).
.C
principios se cruzan unos con otros en el marco jurídico de
los contratos administrativos de modo que quizás sea irrele-
vante delinear el principio básico. En efecto, en ciertos casos
DD
el riesgo y sus consecuencias pesan sobre el empresario, en
otros sobre el Estado y —muchas otras veces— recaen sobre
las dos partes contratantes en distintas proporciones. El Le-
gislador siguió este último camino, de modo que cabe pre-
guntarse nuevamente si es relevante saber cuál es el principio
LA
OM
definir el principio en materia de riesgos. Así, si el principio es
el riesgo, el empresario es quien debe hacerse cargo de los da-
ños eventuales. Por el contrario, si el postulado desde el que
construimos el modelo dogmático es el sacrificio compartido,
entonces los perjuicios deben repartirse entre las partes (624).
.C
XIII.1.3. Las excepciones al principio del riesgo empresario.
La revisión de precios. Las situaciones de emergencia
DD
Sin perjuicio del principio que —según nuestro criterio—
siguió el Legislador —riesgo empresario—, cierto es también
que éste previó varias y marcadas excepciones.
OM
re el artículo 30, o por cualquier otra causa, se juzgase
necesario suspender el todo o parte de las obras con-
tratadas… el contratista tendrá derecho, en ese caso, a
que se le indemnice por todos los gastos y perjuicios que
la suspensión le ocasione…” (art. 34);
.C
4) “las equivocaciones del presupuesto, en cuanto a ex-
tensión o valor de las obras, se corregirán en cualquier
tiempo hasta la terminación del contrato…” (art. 37
—segundo párrafo—);
DD
5) “si en el contrato de obras públicas celebrado, la Ad-
ministración hubiera fijado precios unitarios y las mo-
dificaciones o errores a que se refieren los artículos 30
y 37 importasen en algún ítem un aumento o dismi-
LA
OM
A su vez, el Legislador mitigó los riesgos del empresario por
medio del instituto de revisión de los costos. Por ejemplo, la ley
12.910 y luego el decreto 1295/02 (625). En tal caso, los riesgos y
sus consecuentes daños por las variaciones de los precios de
los gastos e insumos recaen sobre el propio Estado comitente
y no sobre el constructor.
.C
En efecto, otro aspecto importante en el reparto de los ries-
gos entre las partes contratantes es la revisión de los precios
en razón de los mayores costos —cuestión actualmente regu-
DD
lada por el decreto 1295/02—. Así, según el régimen vigente,
las variaciones de costos son soportadas por el Estado. Cabe
recordar que el régimen anterior sobre revisión de precios
—esto es la ley 12.910— ordenaba que no debían reconocerse:
a) los mayores desembolsos por el rubro de gastos de admi-
LA
(625) Dice Spota que “nuestro legislador ha comprendido que las obras
OM
2017/76 y 359/76. Sin embargo, el constructor —disconforme
con el procedimiento empleado en la liquidación de los cer-
tificados de obra correspondientes al período enero/abril de
1979—, impugnó estas liquidaciones en sede administrativa
y, luego de su rechazo, inició la demanda judicial respectiva.
.C
En tales circunstancias, la Corte dijo que es evidente que
el planteo del actor “se dirige a obtener una combinación de
ambos sistemas: aplicar los coeficientes correctores adiciona-
les... pero desde un punto de partida diferente, con olvido de
DD
la conformidad prestada y sin demostrar razones que justifi-
quen el cambio. En estas condiciones, su pretensión no puede
prosperar…”.
Por otro lado, el actor también solicitó que se elimine el
LA
OM
resultado final, sí corresponde tener en cuenta que de confor-
midad con los principios señalados, el punto de equilibrio se
sitúa en aquel en que las correcciones alcanzan el nivel de los
mayores costos originalmente convenidos, de tal modo que la
aplicación del sistema de coeficientes nunca disminuya, unila-
teralmente, la remuneración pactada al inicio. Ello se explica
.C
porque si en un período determinado, posterior a la celebra-
ción del contrato, la situación es tan grave que se debe adicio-
nar un valor equivalente al porcentaje que resulta de la suma
DD
algebraica de los diferentes factores, al mejorar la situación de
plaza el máximo valor que se podrá descontar será igual al
que se agregó, pero nunca mayor (corrector = 0). Lo contrario
implicaría una modificación unilateral de los términos con-
tractuales”.
LA
su demanda” (627).
OM
quedó suficientemente acreditado que debido a la aplicación
de los referidos índices, la empresa contratista percibió me-
nos de lo que le hubiese correspondido por los certificados de
obras más las variaciones de costos, de lo que se concluye que
Vialidad Nacional modificó unilateralmente en este aspecto
los términos del contrato, razón por la cual corresponde man-
tener lo resuelto por el a quo sobre este tema y rechazar por
.C
ende, los agravios de dicho organismo” (628).
OM
repartirse en los siguientes términos: 1- adecuación del plan
de trabajos según los fondos del comitente; 2-aplicación de
factores de corrección sobre los certificados de variación de
costos que “incluyan por sí mismos o por separado un índi-
ce de reducción aplicable sobre las diferencias resultantes” a
los efectos de preservar el principio del sacrificio comparti-
.C
do; 3- refinanciación de la deuda en mora; 4- adecuación del
proyecto constructivo a las necesidades de ahorro efectivo de
recursos; 5- prórroga del plazo, “sin aplicación de penalidades
DD
ni congelamiento del reajuste de costos”; 6- renuncia del con-
tratista de su derecho a percibir gastos improductivos, ma-
yores gastos generales directos o indirectos o cualquier otra
compensación o indemnización y 7- renuncia del contratista
a reclamar otras compensaciones y créditos por variaciones
de costos no certificadas.
LA
OM
A su vez, en el marco de la crisis de fines del año 2001, el
Poder Legislativo aprobó la ley 25.561 sobre emergencia pú-
blica y reforma del régimen cambiario que declaró la emer-
gencia y autorizó al Poder Ejecutivo a renegociar los contratos
públicos, pero no estableció con qué alcance salvo en el caso
de los contratos que tuviesen por objeto la prestación de ser-
.C
vicios públicos.
cia comprobada” (629).
OM
Describamos brevemente los precedentes más relevantes
de la Corte.
Por caso, en el antecedente “Desaci”, los hechos fueron los
siguientes. Ferrocarriles Argentinos celebró un contrato —en
.C
el año 1979— con un grupo de empresas privadas cuyo objeto
fue la construcción de “instalaciones fijas, equipos, facilidades
conexas y obras de vías necesarias para la electrificación de
diversos tramos de los servicios suburbanos de la Línea Roca
DD
[de ferrocarriles]”. Luego, en el desarrollo del acuerdo, las em-
presas se acogieron al decreto 1618/86 que creó un régimen de
regularización de deudas respecto del período comprendido
entre septiembre de 1984 y mayo de 1985, sin embargo la Ad-
ministración no contestó este pedido de acogimiento.
LA
OM
sas estatales que se hallaban en esa situación estaban expues-
tos a ser demandados judicialmente por esos motivos… sobre
la base de las circunstancias enunciadas precedentemente,
dicho decreto estableció un régimen de reconocimiento de di-
ferencias sobre saldos de obligaciones en mora, en el que que-
daban comprendidas las deudas vencidas, es decir impagas,
.C
entre el 30 de septiembre de 1984 y el 31 de mayo de 1985...”.
Luego, el Tribunal relató que “el acogimiento por parte de
los contratistas comportaba la obligación de renunciar a la ac-
DD
ción y al derecho en cualquier acción administrativa o judicial
que persiguiera el cobro de los daños y perjuicios provocados
por la mora en el pago, así como a cualquier otro reclamo re-
ferente a los mecanismos de actualización por el mismo con-
cepto...”. Finalmente, “el monto total a reconocer, ajustado se-
LA
OM
fica, en consecuencia, que el contratista debe soportar la alea-
toriedad ordinaria que conlleva el cumplimiento del contrato
en las condiciones pactadas”.
.C
contrato y, en particular, los inherentes al funcionamiento de
la empresa contratista, creados en beneficio propio por su or-
ganización o actividad, entre los cuales como regla también
DD
corresponde computar los relativos al giro de la empresa y
a su financiación…”. Entre ellos y en particular, cabe incluir
que esa circunstancia configuraba una causal de fuerza mayor que habilitaba,
respecto de los contratos vigentes, a tenerlos por rescindidos o a negociar su re-
composición. Para el supuesto en que las partes decidieran negociar la recom-
posición del contrato, el art. 49 de la ley disponía que los acuerdos debían ins-
pirarse en el principio del sacrificio compartido por ambas partes contratantes
y que debían ser aprobados por el ministro competente en razón de la materia”.
A su vez, “…de las constancias de autos resulta que el actor solicitó su inclusión
en el régimen de recomposición contractual pero, posteriormente, no impulsó
el procedimiento… y esta circunstancia es determinante para el rechazo de su
reclamo. En tales condiciones, asiste razón al a quo en cuanto a que el actor no
tiene derecho a una compensación calculada según los factores de corrección
previstos en el art. 49 de la ley 23.696 y la resolución 249/89 del Ministerio de
Obras y Servicios Públicos” (Fallos: 332:585).
Sin embargo, los jueces —en el voto por sus propios funda-
mentos— explicaron también cuáles son las excepciones, es
OM
decir, los fenómenos que deben excluirse del riesgo empresa-
rio. Así, “las pérdidas derivadas del caso fortuito… sin perjui-
cio del derecho del contratista a la revisión de los precios y a
la recomposición del contrato, cuando circunstancias sobre-
venidas e imprevisibles ocasionen la ruptura del equivalente
económico del contrato, esto es, la relación entre prestación
.C
y contraprestación, de conformidad con el régimen de la ley
12.910 y sus decretos reglamentarios” (632).
OM
arreglo al principio de equidad... Y es precisamente dentro
del marco de esas posibilidades que la jurisprudencia de los
tribunales inferiores ha elaborado y empleado en forma ge-
neralizada la denominada doctrina del esfuerzo compartido
—que más recientemente ha sido receptada en las previsiones
del art. 6° de la ley 26.167— que postula la distribución pro-
.C
porcional entre las partes de la carga patrimonial originada
en la variación cambiaria” (634).
DD
XIII.1.5. Conclusiones
OM
el principio y, consecuentemente, el alcance del riesgo empre-
sario. Por eso, las excepciones deben interpretarse restrictiva-
mente y así —en caso de dudas— debe estarse por el principio
rector.
Sin embargo, es importante aclarar y precisar que el riesgo
.C
empresario —según las normas vigentes— no comprende las
variaciones de precios de los materiales e insumos que están
cubiertos por el marco jurídico de revisión de éstos, sino sólo
el acierto o error respecto del proyecto. Así, por ejemplo, si el
DD
empresario empleador debe aumentar los salarios por dispo-
sición del Gobierno, entonces puede trasladarlo al Estado co-
mitente por medio del sistema de revisión de los precios. Por
el contrario, si el constructor calculó erróneamente la canti-
dad de personal a emplear, entonces debe hacerse cargo de
LA
respectivo.
OM
exógenos
.C
teral, esto ocurre por ejemplo cuando el Estado resuelve por sí
solo alterar el objeto o prorrogar el plazo del contrato en ejer-
cicio de sus facultades exorbitantes. El propio texto legal prevé
DD
estas potestades y sus límites.
OM
provincial o municipal. ¿Qué ocurre respecto de las conduc-
tas de las autoridades públicas que pertenecen a otros órde-
nes jurídicos? En otros términos, ¿qué sucede cuando el acto
es dictado por un órgano o ente de otro orden jurídico? Por
ejemplo, en el marco de un contrato de obra pública celebra-
do por el Estado Nacional, cualquier Poder Ejecutivo provin-
.C
cial establece nuevas exigencias respecto del emplazamien-
to de las obras, causando mayores costos. Hemos dicho que,
conforme el criterio expuesto, tales conductas no constituyen
hecho del príncipe. Cabe entonces preguntarse si es plausible
DD
encuadrarlas como teoría de la imprevisión o caso fortuito.
Creemos que sí, según las circunstancias del caso.
A su vez, las medidas estatales (hechos del príncipe) re-
percuten directamente en el contrato causándole perjuicios
LA
OM
El hecho del príncipe —como ya adelantamos— debe inci-
dir de modo directo en el contrato y guardar relación con su
objeto y las obligaciones contractuales que asumió el empre-
sario.
¿El hecho del príncipe es necesariamente imprevisible? En
.C
efecto, el hecho del príncipe debe ser no sólo unilateral sino
además imprevisible. Por ejemplo, si el Congreso modificase
las cargas impositivas, el hecho es —en principio— previsible
siempre que se den ciertas condiciones. Por el contrario, el he-
DD
cho puede ser imprevisible si el Estado impone cargas irrazo-
nables o claramente excesivas.
¿Cuál es el fundamento de este instituto? El fundamento
es, según nuestro criterio, la responsabilidad del Estado por
LA
OM
ne derecho a la indemnización de las pérdidas y perjuicios
causados por caso fortuito o fuerza mayor y luego agrega que
“se considerarán casos fortuitos o de fuerza mayor: a) los que
tengan causa directa en actos de la Administración Pública,
no previstos en los pliegos de licitación...” —párrafo segundo,
art. 39—.
.C
¿Debe asimilarse entonces el hecho del príncipe con el caso
fortuito o fuerza mayor? ¿Acaso el hecho del príncipe es un su-
puesto, entre otros, de caso fortuito? Creemos que en princi-
DD
pio no es así. Sin embargo el Legislador equiparó este institu-
to con el caso fortuito, de conformidad con el art. 39 de la ley
13.064. Por ello, el hecho del príncipe debe subsumirse en el
caso fortuito. Es decir, el Legislador asimiló el hecho del prín-
cipe con el caso fortuito.
LA
OM
ser previsible en términos ordinarios. En otros términos, es
un hecho extraordinario y, por tanto, no previsible.
.C
nistración que esté previsto en el pliego.
OM
Estado debe reparar las pérdidas, averías y perjuicios ocasio-
nados.
.C
do el cumplimiento del acuerdo— reconvenir por resolución
contractual en razón de los hechos del príncipe. Cabe agregar
que el empresario sólo puede dejar de cumplir con sus com-
DD
promisos cuando el hecho bajo análisis torne sus obligaciones
de cumplimiento imposible.
OM
tos, por el cobro de las diferencias resultantes de ciertas obli-
gaciones fiscales que gravaron las obras. Por su parte, la Corte
dijo que “… las diferencias reclamadas a la Administración
General de Puertos, se originan en la incidencia del impues-
to al valor agregado que alcanzó a las obras ejecutadas por la
actora, toda vez que en el precio propuesto en la oferta, según
.C
los agravios expuestos, tuvo en cuenta el impuesto a las ven-
tas entonces vigente. La ley 20.631 no había sido reglamentada
aún, y entendía que para la determinación del costo fiscal de
las obras respectivas, no correspondía computar la alícuota
DD
del tributo en forma presunta”. Así, “…el tribunal a quo consi-
deró al respecto que la falta de reglamentación de dicha ley
en la oportunidad de presentarse la oferta, si bien era sus-
ceptible de crear dudas sobre si en las facturas debía discri-
minarse el impuesto, no pudo razonablemente originarlas,
LA
reglamentario 499/74…”.
La Corte agregó que “a quien contrata con la Adminis-
tración se impone un comportamiento oportuno, diligente
y activo, que obliga a poner de manifiesto las circunstancias
susceptibles de modificar las cláusulas contractuales, a los
(637) CSJN, “Cardiocorp S.R.L.”, sent. del 27 de diciembre del 2006, Fallos:
329:5976. Ver —en igual sentido— “Siper Aviación S.A.”, sent. del 13 de mayo de
2008.
OM
tuvo lugar con fecha 3 de octubre de 1974, o sea, después de la
publicación de la ley que instituyó el tributo al valor agrega-
do... y de su reglamentación...” (638).
El Tribunal también se refirió al hecho del príncipe, en-
tre otros precedentes, en los casos “Martínez Suárez de
.C
Tinayre” (639) y “Bustos” (640).
OM
distinguir y encuadrar los hechos bajo análisis en el marco de
los acontecimientos ordinarios o, en su caso, extraordinarios.
Por tanto el hecho imprevisible es aquel:
a) ajeno a las partes;
.C
b) extraordinario o anormal, es decir, no se trata de un
hecho ordinario que ocurre según el curso normal y
natural de las cosas, (642) y
DD
c) imprevisible, en tanto no sea previsible según criterios
razonables. Además, cabe agregar que en ciertos casos
—según las condiciones o cualidades de las partes—
un hecho imprevisible puede tornarse previsible (643).
LA
en primer lugar, el origen del evento, ya que debe tratarse de una causa ajena,
extraña a la conducta de las partes, como ocurre con las guerras, los actos gu-
bernamentales, la inflación, el cambio de moneda. En segundo lugar, la impre-
visibilidad… un hecho es imprevisible cuando las partes no han podido pre-
verlo empleando la debida diligencia”. Tratado de los contratos. Parte general,
p. 521.
(643) Cabe recordar que el artículo 902 del Código Civil establece que
“cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de
las cosas, mayor será la obligación que resulte de las consecuencias posibles de
los hechos…”. Dice R. Lorenzetti que “el artículo 1198 del Código Civil con-
templa los supuestos de acontecimientos (o circunstancias) extraordinarias e
imprevisibles que vuelvan excesivamente onerosa la prestación a cargo de una
de las partes. La excesiva onerosidad sólo es revisable cuando hay un aconte-
cimiento externo. Ello quiere decir que todo negocio causa ganancias o pérdi-
das, pero sólo son revisables cuando obedecen a un acontecimiento externo,
extraordinario e imprevisible. Las consecuencias económicas que se originan
por la ejecución del negocio son internas y soportadas por las partes en la pro-
porción que ellas previeron en el contrato, sin que ello sea revisable”. R. Loren-
OM
Pero, ¿la teoría de la imprevisión sólo comprende hechos
de la naturaleza o también acontecimientos humanos y eco-
nómicos, es decir, no estrictamente naturales? Creemos que
sí, por ejemplo los daños causados por las guerras o simple-
mente por actos de terceros. Ello es así, por aplicación de los
principios generales del derecho que no distinguen entre los
.C
hechos naturales, humanos y económicos (644).
zetti, Tratado de los Contratos. Parte General, Rubinzal Culzoni, 2004, p. 506 y
siguientes.
(644) “No obstante la asimilación conceptual, se advierte que los tribuna-
les tienden a emplear la noción de fuerza mayor para las hipótesis provenientes
del hecho del hombre, dejando la expresión caso fortuito para los hechos de la
naturaleza… [Así] el hecho del tercero —por el que no cabe responder— puede
asimismo constituir un caso fortuito, pudiendo configurarse concurriendo los
presupuestos enumerados…”. Código Civil Comentado —artículos 513/514—.
(645) Ver en tal sentido el decreto 1186/84 en tanto se refiere a “la situación
financiera de la plaza sobrevinientes a la celebración del contrato…”.
(646) “si bien la teoría clásica en el punto ha exigido que las circunstancias
anormales e imprevisibles sean posteriores a la celebración del contrato (Ma-
rienhoff …) … es posible que aunque el hecho se haya producido al momento de
la celebración del contrato, las consecuencias sean imprevisibles, con lo cual la
teoría podría aplicarse… aunque, ciertamente, una admisión así debe interpre-
tarse con carácter sumamente restrictivo….”. CNFed. Contenciosoadministra-
OM
Sin embargo, las partes morosas pueden invocar la imprevi-
sión siempre que su incumplimiento no hubiese incidido en
el hecho nuevo e imprevisible. En igual sentido, el contratista
que hubiese obrado con culpa no puede plantear imprevisión
siempre que las conductas culposas guardasen relación con el
hecho extraordinario.
.C
El primer antecedente sobre la aplicación de la teoría de
la imprevisión en el derecho público fue la ley 12.910 en tanto
sostuvo que “la Administración nacional, en todas las obras…
DD
actualmente contratadas y/o hayan sido ejecutadas durante el
transcurso de la guerra, tomará a su cargo, total o parcialmen-
te… las variaciones en más o en menos en el precio de los ma-
teriales, en transporte, la mano de obra, los combustibles, y de-
más elementos determinantes del costo de las obras derivadas
LA
tivo, sala I, “Estudios Construcciones c. Gas del Estado s/ obra pública”, sent. del
22 de mayo del 2003.
(647) Art. 1º. Por otro lado, cabe recordar que el art. 6 introdujo el criterio
de variación de costos en términos habituales y no extraordinarios. Así, el Le-
gislador estableció que “en el futuro el Poder Ejecutivo ordenará la inclusión en
las especificaciones para la construcción de obras, de un régimen de emergen-
cia que contemple en forma equitativa las posibles variaciones de costos concu-
rrentes a la realización”.
OM
Dicho en términos más precisos, ciertas obligaciones son más
onerosas.
Entonces, en los dos casos estamos ante acontecimientos
extraordinarios e imprevisibles; sin embargo, el caso fortuito
o fuerza mayor hace imposible el cumplimiento contractual,
.C
en tanto la imprevisión simplemente dificulta o imposibilita
la ejecución del acuerdo con carácter transitorio, de ahí que
en el primer caso sólo procede la extinción del vínculo y, en
el segundo, la recomposición o resolución del contrato según
DD
el caso. Si bien algunos operadores han marcado otras dife-
rencias entre estos institutos, entendemos que en el marco de
este análisis son irrelevantes (648).
¿Qué ocurre en el Derecho Público respecto de estos institu-
LA
tos?
La LOP reguló el caso fortuito como un supuesto no sólo de
rescisión sino también de suspensión y recomposición con-
tractual, de modo que no cabe aplicar aquí la distinción entre
FI
1ª edición, p. 449. Así, dice este autor que “en aquél (caso fortuito) existe una
imposibilidad jurídica de cumplir y, por lo contrario, en ésta la imposibilidad
es económica; 3. El caso fortuito se aplica a los ámbitos contractual y extracon-
tractual, en tanto la imprevisión sólo juega en el campo contractual, y en deter-
minados supuestos; 4. El caso fortuito es anterior al cumplimiento, mientras la
excesiva onerosidad puede surgir antes o después de satisfecha la prestación”.
Quizás convenga distinguir también entre los conceptos de imprevisión, nu-
lidades y revocación por razones de oportunidad. En el caso de las nulidades,
los vicios causantes del desequilibrio entre las partes son concomitantes con el
contrato y no posteriores. A su vez, el contrato viciado trae su nulidad y la im-
previsión la recomposición del contrato o su rescisión, de modo que sus efectos
son distintos. Respecto del instituto de la revocación, no existe aquí más onero-
sidad sino simplemente desinterés del Estado.
OM
responder por las pérdidas y perjuicios (art. 39, LOP) mientras
que en caso de imprevisión debe reequilibrarse el acuerdo de
conformidad con los términos originarios (art. 1198, CC).
Como ya dijimos la ley 13.064 no prevé el concepto de im-
previsión, pero el decreto delegado 1023/01 sí aunque en tér-
.C
minos de acontecimientos naturales.
blicas…”.
OM
1023/01—, debemos recurrir al Código Civil, con los matices o
salvedades del caso —como veremos más adelante— (650).
.C
tativos y en los unilaterales onerosos y conmutativos de eje-
cución diferida o continuada, si la prestación a cargo de una
de las partes se tornara excesivamente onerosa, por aconte-
cimientos extraordinarios e imprevisibles, la parte perjudica-
DD
da podrá demandar la resolución del contrato. El mismo prin-
cipio se aplicará a los contratos aleatorios cuando la excesiva
onerosidad se produzca por causas extrañas al riesgo propio
del contrato” (651).
LA
que le sean peculiares. Sólo en subsidio lo serán por las disposiciones de este
Código”.
(651) En el marco del derecho privado, la Corte reconoce obviamente
la teoría de la imprevisión, según —claro— las circunstancias del caso. Así,
por ejemplo, dijo el Tribunal que “el contrato de renta vitalicia celebrado en-
tre las partes es aleatorio (art. 2051 del Código Civil) pues las ventajas o pérdi-
das para ambas partes contratantes, o solamente para una de ellas, dependen
de un acontecimiento incierto y futuro… por un lado los extremos atinentes a
la excesiva onerosidad que se alega, en parte, se encuentran ínsitos entre las
contingencias inherentes a la entidad del contrato y, por ende, no pudieron ser
desconocidos por una empresa que desarrolla su actividad en el campo del se-
guro, en tanto en ese proceder rige la profesionalidad que impone el manejo de
los fondos destinados a la satisfacción del beneficio de índole previsional, que
se caracteriza por ser de tracto sucesivo. En virtud de lo señalado, el planteo
de la demandada carece de suficiencia para tener por configurados los extre-
mos indispensables que admiten la recomposición del contrato en los términos
del art. 1198 del Código Civil”. CSJN, “Benedetti, Estela Sara c. P.E.N. ley 25.561
dtos. 1570/01 y 214/02 s/amparo”, sent. del 16 de septiembre de 2008. Por su par-
OM
contrato, en los términos del artículo 1198, CC, sólo procede
cuando estén presentes los siguientes presupuestos:
a) hechos extraordinarios e imprevisibles, es decir, acon-
tecimientos no habituales según el curso normal de las
cosas o imposibles de prever —aun cuando el sujeto
.C
hubiese actuado de modo diligente—. Es decir, el he-
cho imprevisible no es propio del riesgo del contrato;
b) relaciones entre el hecho extraordinario e imprevisible
DD
y la excesiva onerosidad sobreviviente y, finalmente,
c) falta de mora o culpa de la parte perjudicada.
OM
esto es, la modificación contractual. ¿Por qué? Por el principio
de continuidad y conservación del convenio.
Además, en términos propios del derecho civil, no es ra-
zonable reconocer el derecho del contratante beneficiado de
aceptar la resolución o —en su caso— intentar recomponer
.C
el contrato y sólo reconocer el derecho del contratante per-
judicado de resolver el acuerdo y no así el de modificarlo o,
digámoslo con mayor precisión, demandar ante el juez la re-
composición del contrato (653).
DD
Hemos dicho que en el ámbito contractual administrativo es
aplicable la teoría de la imprevisión, pero ¿en qué términos y con
qué alcance debe aplicarse este instituto en el derecho público?
Por un lado, el régimen general de contrataciones seña-
LA
(653) “Hemos anticipado, una y otra vez, que la excesiva onerosidad sobre-
FI
viniente acuerda al deudor perjudicado una acción por revisión del contrato,
que puede conducir a su modificación o a su resolución, siendo susceptible de
esgrimirse por vía de excepción… Si bien es cierto que la ley habla de resolución
solamente, no niega la revisión o modificación y, más aún, se la concede al bene-
ficiado. La extinción del contrato, por la vía de la resolución, importa un remedio
mayor que debe, por lógica, encerrar otro menor, como es la modificación… Con-
OM
gado 1023/2001 sólo incluyó en términos literales el derecho
de recomposición. Sin embargo, el derecho de resolución del
acuerdo nace —según nuestro parecer y en el campo del de-
recho público— de un criterio hermenéutico integral del de-
creto. Así, el derecho de resolución del particular, en caso de
imprevisión, sólo es posible cuando el hecho extraordinario e
.C
imprevisible torne imposible la ejecución del contrato.
Creemos que la diferencia entre ambos regímenes (públi-
co/privado) es que el Estado cuando fuese parte perjudicada
DD
no debe recurrir judicialmente con el objeto de revisar —re-
componer— o resolver el contrato sino que puede hacerlo por
sí y ante sí. Por su parte, el particular debe recurrir ante el juez
solicitándole su recomposición o resolución.
LA
cumplidos” (656).
Pero, ¿qué ocurre en el derecho público respecto de la dis-
tribución del riesgo y sus daños consecuentes? ¿Es posible
OM
sino simplemente recomponer el equilibrio originario “ofre-
ciendo mejorar equitativamente los efectos del contrato”. Así,
las partes deben coparticipar los riesgos sobrevenidos y cau-
santes de la alteración del equilibrio económico del contrato
en términos tales de reequilibrar el acuerdo originario (657). La
regla básica es entonces que la parte favorecida debe asumir el
desequilibrio de las prestaciones con el objeto de mejorar equi-
.C
tativamente los efectos causados.
OM
¿Cualquiera de las partes —Estado y particular contratan-
te— puede invocar la teoría de la imprevisión? Creemos que
sí, según cuál sea el sentido o inclinación del desequilibrio
económico, con la salvedad —como ya dijimos— que el Es-
tado puede hacerlo por sí y ante sí, es decir, sin intervención
.C
judicial.
El Estado puede rescindir o recomponer el contrato sin el
acuerdo del contratista. A su vez, el empresario puede: a) re-
DD
clamar judicialmente la resolución, pero el Estado puede por
su parte reconvenir y recomponer el contrato y b) plantear la
recomposición del acuerdo.
Otro aspecto relevante en el marco de la teoría de la impre-
visión es que el interesado —esto es, el afectado por los hechos
LA
OM
En este punto quizás debamos preguntarnos si es posible
aplicar en el marco contractual del derecho público los con-
ceptos de lesión y abuso del derecho (659). ¿Por qué en este punto
nos desviamos de nuestro análisis? Porque la lesión constituye
un perjuicio respecto de cualquiera de las partes contratantes
en términos onerosos y excesivos y, por tanto, en este aspecto
.C
se superpone con el concepto de imprevisión que desarrolla-
mos en este apartado.
Sin embargo, cabe recordar que la lesión ocurre —en el
DD
marco del derecho privado— cuando una de las partes obtie-
ne ventajas desmedidas al momento de celebrarse el contrato
aprovechándose de su contraparte. Cabe aclarar varias cues-
tiones. Por un lado, el contratista del Estado es casi siempre
un empresario capacitado e idóneo de modo que difícilmente
pueda plantearse el caso de lesión de sus derechos y, además,
LA
OM
e imprevisibles (660). Dice R. Lorenzetti que “cuando este fe-
(660) La Corte sostuvo que “la actualización de las deudas fue admitida
por la fuerza de los hechos que imponían la preservación de ciertos derechos
amenazados por el proceso inflacionario… [y] en este proceso, que concluyó
con la aceptación generalizada de la actualización de las deudas mediante la
.C
aplicación de índices publicados por organismos oficiales, se destaca asimismo
otra particular variación de criterio. Tradicionalmente tanto esta Corte como
los distintos tribunales nacionales y provinciales, al hacer uso de la facultad
de fijación de intereses prevista en el art. 622 del Cód. Civil acudieron a la tasa
que cobrase el Banco de la Nación Argentina —o el provincial correspondien-
DD
te— en sus operaciones habituales de descuento… Por un lado, se entendía su-
ficiente para reparar las consecuencias inmediatas del incumplimiento de una
obligación dineraria… el pago de la comúnmente denominada en el mercado
financiero como ‘tasa activa’… cuando parecía que tal posición había quedado
definitivamente consolidada la realidad económica impuso el abandono de ese
rumbo. En efecto, no obstante haberse sostenido reiteradamente que ‘las tasas
de interés bancaria son comprensivas, asimismo, de la disminución del capital
LA
ocasionada por el deterioro del valor de la moneda’ (Fallos: 302:1570 y sus citas,
entre muchos otros), en rigor, en la práctica ello no sucedía. Por momentos, la
tasa inflacionaria superaba con creces la bancaria… [por ello] concluyeron en
la aplicación para todo el lapso de que se tratase de los diferentes índices de
actualización elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, en
reemplazo de la tasa antes referida… [sin embargo] esta Corte ha podido cons-
FI
OM
circunstancias existentes al momento de celebrarse el contra-
to. Es decir, si el proceso inflacionario es normal, habitual y
previsible, entonces no es posible encuadrarlo como impre-
visión y, por tanto, recomponer o rescindir el contrato por esa
causal (662).
.C
activa…”, CSJN, “Yacimientos Petrolíferos Fiscales c. Provincia de Corrientes y
otro” , sent. del 3 de marzo de 1992, Fallos: 315:158.
(661) Lorenzetti, Ricardo, Tratado de los contratos. Parte general, cit.,
DD
p. 543. Por su parte A. Spota entiende que “deben distinguirse la desvaloriza-
ción que sobreviene por actos del Estado —como ocurre en las innovaciones
que el P.E. nacional introduce inopinadamente en el régimen cambiario—, de
la depreciación monetaria que acaece por efecto de las leyes económicas. Mien-
tras la desvalorización a consecuencia de las leyes jurídicas resultan, por su
propia naturaleza, imprevisibles y extraordinarias a fin de impedir inconcebi-
bles y dañosas especulaciones para el cuerpo social, por el contrario, la depre-
LA
una desvalorización que no asume ese carácter, que es lo corriente en esta ma-
teria, debe ser estimada como imprevisible. Si, agregado a ello, resulta un even-
to extraordinario, porque no entre en el curso normal de las cosas tales podas
de la moneda, entonces se está ante un supuesto de aplicación de la teoría…”.
Tratado de locación de obra, Depalma, 3ª ed., 1989, t. III, p. 615.
OM
que rodeen el caso (663).
.C
rio reclamó el 120 % de aumento del precio. Dijo la Corte que
“el aumento de los costos de producción ocurrido como con-
secuencia de un proceso inflacionario desatado ya a la épo-
DD
ca de la celebración del contrato, no puede considerarse un
acontecimiento imprevisible. Desde muchos años antes de la
celebración del contrato que origina este juicio ha sido una
fenómeno inflacionario, lo que me lleva a aceptar que ese hecho provocó, ob-
LA
que debe tratarse de alteraciones de tal naturaleza que no se hayan podido pre-
ver por las partes, o bien de eventos que, de haberse conocido, hubieran deter-
minado la celebración del contrato en otras condiciones; y por ello la teoría de
la imprevisión no puede aplicarse para corregir agravaciones sustancialmente
previsibles de aquello a lo que las partes se obligaron, ya que el principio sigue
siendo siempre el cumplimiento estricto de lo pactado … la actora debió haber
previsto aquella contingencia en el costo inicial cotizado, pues se trataba de
una época en la que la inflación se reflejaba en los precios… Tampoco quedan
demostrados los presupuestos de la fuerza mayor, pues siendo la inflación un
hecho conocido, la actora pudo haber evitado o mitigado sus efectos, previén-
dolos dentro de los costos cotizados al momento de ofertar…”. CNFed. Conten-
ciosoadministrativo, sala III, “Ingeco S.A. c. Dirección Nacional de Vialidad s/
contrato de obra pública”, sent. del 11 de marzo del 2002.
OM
cunstancia especial, aducida por el actor, que debe ser con-
siderada. Sostiene que en 1958 se produjo una notable acen-
tuación de la curva inflacionaria con motivo de las medidas
cambiarias adoptadas por el Gobierno nacional. Ahora bien,
la aplicación al caso de los principios de la teoría de la impre-
visión exigiría distinguir cuánto del aumento debe imputar-
se a la influencia del proceso inflacionario normal y cuánto a
.C
la medida cambiaria del gobierno. Esta prueba, que estaba a
cargo de la actora, no se ha producido en autos…” (664).
DD
En el precedente “Intecar” los hechos fueron los siguien-
tes. El actor inició demanda por mayores costos en el marco
del contrato por provisión de bienes. Este contrato “que vin-
culó a las partes se remitía en todo lo no previsto en él, al ré-
gimen del Código Civil, de conformidad con las antedichas
LA
(664) CSJN, “Oks Hns. y Cía. S.A. c. Gobierno Nacional”, sent. del 19 de oc-
tubre de 1966, Fallos: 266:61.
OM
ceso inflacionario desatado ya a la época de la orden de com-
pra: mayo de 1971, no puede considerarse un acontecimiento
imprevisible, porque desde años atrás había sido continuo el
aumento de salarios e insumos industriales” (665).
.C
garantía real. “Sostuvo que, como consecuencia de una serie
de préstamos que le otorgó la demandada a partir de 1978, su
deuda con aquélla se incrementó —por efecto de las cláusulas
DD
‘indexatorias’ pactadas— en un grado desproporcionado con
el monto al que habría ascendido de haberse aplicado otras
pautas de ajuste. Fue así que en el año 1980 solicitó al BANA-
DE reconvertir en dólares estadounidenses todas las deudas
contraídas con esa institución. El Banco accedió al pedido y
LA
OM
tancias: A) El contrato, por el cual la empresa habría recibi-
do dólares, habría establecido a esa divisa como ‘moneda de
pago’ y no como ‘cláusula de reajuste’; B) Los hechos presen-
tados por la demandante como ‘extraordinarios’ e ‘imprevisi-
bles’ (art. 1198 cit.) no revestirían la condición de tales; C) El
BANADE habría intermediado entre un banco del exterior y la
actora, contrayendo con aquél una deuda en dólares que, de
.C
admitirse una reducción en la de ésta, consagraría una viola-
ción del principio de que a todo activo en divisas le correspon-
de un pasivo de igual condición”.
DD
En este contexto, el Tribunal sostuvo “en primer lugar, que
el instituto previsto en el art. 1198 del Cód. Civil está animado
por la idea según la cual no puede estarse a la literalidad de lo
pactado cuando la prestación se ha tornado, para una de las
LA
OM
la empresa formuló al BANADE tuvo como finalidad —admi-
tida por ambas partes— ‘reconvertir’ la deuda anterior, can-
celándola y creando una nueva, esta vez en la mencionada
divisa, fue necesario que el BANADE solicitara, a ese fin, los
U$S 10.000.000 a un banco del exterior (el ‘Toronto Dominion
Bank’ de Canadá), suma que, una vez facilitada a la actora, se
.C
aplicó inmediatamente a extinguir la deuda ‘vieja’, quedan-
do un remanente —pequeño en comparación al monto de la
operación— que se acreditó en la cuenta corriente de la com-
DD
pañía. De la cantidad principal —empleada a los fines cance-
latorios indicados— parte fue afectada a satisfacer créditos de
la ‘Banca Commerciale Italiana S.P.A.’… y el resto se destinó
a extinguir otros créditos anteriores del BANADE, dando na-
cimiento a un nuevo vínculo…”.
LA
OM
sión expuesta el argumento del a quo según el cual, puesto
que las gravosas consecuencias para la demandante han teni-
do origen en devaluaciones ordenadas por el Estado nacional,
resultaría ‘absurdo’ que este último ‘pudiera aprovechar las
consecuencias de una situación sólo por él generada’” (666).
.C
Posteriormente en el caso “Chediak” la Corte volvió a ex-
pedirse sobre el instituto de la imprevisión. Repasemos los
hechos del caso. La Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Contencioso Administrativo Federal rechazó la demanda por
DD
la que se perseguía la nulidad de las resoluciones de la Di-
rección de Infraestructura de la Fuerza Aérea y del Ministe-
rio de Defensa en cuanto denegaron al actor sus pedidos de
resarcimiento por los daños producidos en el cumplimiento
del contrato de ampliación de pista, plataforma y carreteos
LA
OM
tal naturaleza que no se hayan podido prever por las partes, o
bien de eventos que, de haberse conocido, hubieran determi-
nado la celebración del contrato en otras condiciones”.
“La cuestión se circunscribe, entonces, a determinar si la
falta de cemento portland que se habría verificado durante el
tiempo de la obra constituyó un hecho que reúna las caracte-
.C
rísticas señaladas, que son similares a las que deben concurrir
en los supuestos de caso fortuito y fuerza mayor… de las cons-
tancias de la causa surge que aquella circunstancia no resul-
DD
tó imprevisible para la empresa recurrente. En efecto, de la
documentación acompañada por el arquitecto… se evidencia
que con anterioridad a la celebración del contrato regían pre-
cios máximos en el mercado de la construcción, incluyendo
al cemento portland… como así también la grave crisis por
LA
OM
Corte sostuvo que “Al ser la actora una empresa especializada
en construcción de obras, lo cual le otorga un acceso induda-
ble a toda la información referida al rubro en el cual opera, no
podía desconocer la evolución del mercado y los signos de alto
riesgo que aquél presentaba con anterioridad a la celebración
del contrato. La magnitud de toda obra pública y de los inte-
.C
reses en ellas en juego, imponen a los contratistas actuar de
modo de prever cualquier eventualidad que pudiese incidir
negativamente sobre sus derechos (667).
DD
XIII.2.3. El caso fortuito o fuerza mayor
(667) CSJN, “J. J. Chediak S.A. c. Estado Nacional (Fuerza Aérea Argentina)
s/ nulidad de resolución”, 26 de agosto de 1996, Fallos: 319:1681.
OM
le ocasione”.
Por el otro, el artículo 39 prevé cuatro hipótesis diversas:
(a) culpa, falta de medios o errores del empresario; (b) culpa
de los empleados de la Administración; (c) actos de la Admi-
nistración Pública no previstos en los pliegos —caso fortui-
.C
to— y (d) acontecimientos de origen natural extraordinarios
—caso fortuito—.
A su vez, el art. 53 prevé el caso fortuito como causal de
DD
rescisión contractual y, por su parte, el artículo siguiente
—art. 54— establece cuáles son las consecuencias. Por ejem-
plo, no deben liquidarse los gastos improductivos.
Si se suspenden las obras por el ejercicio del ius variandi, la
LA
reparación del Estado debe ser plena (todos los gastos y perjui-
cios de conformidad con el art. 34, LOP). Igual solución corres-
ponde cuando la suspensión de las obras es por culpa de los
empleados de la Administración —sin perjuicio del derecho
de rescisión del contratista en los casos del art. 53 incisos b) y
FI
juicios en los términos del art. 39 y no del art. 34, LOP (todos
los gastos y perjuicios) (668).
OM
pensión le ocasione, los que deberán serle certificados y abo-
nados. Por su parte, el artículo 39 de la citada ley indica, en
lo que aquí interesa, que el contratista tendrá derecho a una
indemnización por causas de pérdidas y averías o perjuicios
ocasionados por culpa de los empleados de la administración
.C
o de fuerza mayor o caso fortuito… La situación en estudio está
comprendida en los artículos 34 y 39 de la ley 13.064, toda vez
que las paralizaciones de las obras se debieron a: a) hechos de
la administración (falta reiterada de pago por parte del orga-
DD
nismo comitente); y b) hechos extraordinarios o imprevisibles
(factores climáticos adversos y veda invernal), causas ellas
ajenas a la contratista… de la interpretación armónica de es-
tas normas puede concluirse que le corresponde al contratista
LA
legal adecuado para ese reconocimiento. Ello así, teniendo en cuenta que la re-
ferida norma determina que si por cualquier causa se juzgase necesario suspen-
der todo o parte de las obras contratadas, el contratista tendrá derecho a que se
lo indemnice por todos los gastos y perjuicios que la suspensión le ocasione, los
que deberán serle certificados y abonados… Sentado lo que antecede y, en aten-
FI
ción a que la ampliación del plazo contractual se otorgó para lograr un mejor
desenvolvimiento de las tareas encomendadas, es decir por una causa no impu-
table a la contratista, es pertinente el encuadre del reclamo en la causal de fuerza
mayor contemplada en el inciso a) del articulo 39 de la Ley 13.064, norma que
pone a cargo de la Administración Pública la reparación de las pérdidas, averías
o perjuicios que provengan de culpa de sus empleados… Cabe recordar que el ci-
tado artículo 39 de la Ley de Obras Públicas modifica los principios del derecho
común, poniendo a cargo de la Administración la reparación de los perjuicios
ocasionados al contratista en los casos en que ella taxativamente determina, es
decir, por actos de la propia comitente (inc. a) o, por acontecimientos de origen
natural o extraordinarios (inc. b) (Dictámenes 185:93;198:37)… En igual sentido
se ha pronunciado la Corte en el caso J. J. Chediak S.A. c. Estado Nacional (Fuer-
za Aérea Argentina) s/nulidad de resolución, agregando además, que la justifi-
cación de la reparación tiene por fundamento mantener el equilibrio financie-
ro del contrato… es preciso puntualizar que el reconocimiento que se efectuó
obedece a la indemnización de perjuicios sufridos y no al reconocimiento de
gastos improductivos originados como consecuencia de la suspensión o la pa-
ralización de las obras”. PTN Dictámenes 239:547.
OM
que se constituyese como hecho suspensivo y no extintivo del
contrato, debería encuadrárselo en la teoría de la imprevisión
y sus consecuencias (artículo 1198, CC). Sin embargo, éste no
es el escenario jurídico actual.
.C
debe cumplir con un procedimiento especial previsto por los
pliegos. Por ejemplo, a veces es necesario denunciar el hecho
extraordinario en un plazo determinado desde que el intere-
sado tomó conocimiento de aquél. ¿Qué ocurre cuando el em-
DD
presario no cumple con el procedimiento —plazo y trámite
previsto en los pliegos—? Creemos que en tal caso debe se-
guirse un criterio flexible, por ejemplo si se tratase de un he-
cho público y notorio. En igual sentido, proponemos interpre-
tar con un criterio amplio el momento a partir del cual debe
LA
hábiles contados a partir del día siguiente de producidos los hechos o en que
éstos hubiesen llegado a conocimiento de la adjudicataria, ésta deberá efec-
tuar una presentación ante la Auditoría denunciándolos en forma detallada y
exhaustiva, acompañando en esa oportunidad la prueba correspondiente. El
incumplimiento del plazo de presentación le hará incurrir en las consecuen-
cias y costos del caso fortuito o fuerza mayor alegados… De la lectura de estas
actuaciones y en concordancia con las cláusula contractuales, puede afirmar-
se que la adjudicataria no cumplió con el requisito de denunciar y acompañar
la prueba dentro del plazo previsto contractualmente… debe interpretarse que
ha existido un desistimiento tácito… Por todo lo señalado concluyo, que en el
caso, se ha operado la caducidad del plazo para efectuar la denuncia del hecho
generador del caso fortuito… Concluyó que, para el caso de no haber cumplido
la adjudicataria con las formalidades y plazos contractuales, sólo corresponde-
OM
actos administrativos dictados por la Subsecretaría de Comu-
nicaciones.
.C
básicos previstos para el cálculo de los mayores costos produ-
jo a Bricons S.A. un perjuicio económico que debía ser repa-
rado con arreglo —entre otras razones— a la jurisprudencia
DD
de esta Corte.
ría computar 10 días… Este Organismo Asesor ha señalado con relación a las
lluvias, que para que puedan considerarse como caso fortuito o fuerza mayor
sus características deben ser de proporciones extraordinarias y salir del orden
común, ya que cuando así no fuere, alteraciones atmosféricas semejantes son
perfectamente previsibles (Dictámenes 183:183)”. PTN, Dictámenes 234: 058.
OM
cuyos términos y alcances no se ha hecho cargo debidamente
la apelante— y el sistema de contratación elegido —ajuste al-
zado relativo en el que se encontraba incluido el rubro mano
de obra— quitan sustento a las impugnaciones fundadas en la
opinión —oportunamente controvertida por el Estado Nacio-
nal— del perito contador, y en la mera remisión a los decretos
.C
que dieron origen a la flexibilidad salarial, en tanto que tales
cláusulas deben ser interpretadas de consuno con la circuns-
tancia —tampoco controvertida— de que al tiempo de ofertar
en la licitación, la actora ya pagaba a sus dependientes flexi-
DD
bilidad salarial… Consecuentemente, y si la ‘... presentación de
la propuesta implica que los oferentes han estudiado exhausti-
vamente el pliego de licitación y que además conocen ... la dis-
ponibilidad local de mano de obra’ … la demandante debió, en
todo caso, pedir aclaraciones a la comitente antes de cotizar,
LA
OM
acuerdo con los planos, cómputos métricos, memoria descrip-
tiva y pliegos de condiciones y especificaciones que ha tenido a
la vista al presentar su propuesta… Dichos documentos… for-
maban ‘parte integrante’ de ese contrato. El contratista reali-
zó diversas perforaciones, siete de ellas en la ‘zona de camino’
y dos fuera de ella en el campo del Instituto Nacional de Tec-
nología Agropecuaria (INTA) —uno de los lugares contempla-
.C
dos en el pliego— sin haber hallado agua subterránea. Ante
esa circunstancia, optó por la utilización de represas, las que
tampoco suministraron el agua necesaria para la ejecución
DD
de la obra. Decidió, entonces, proveérsela del pozo del ferro-
carril de la estación Chamical, … causándole mayores gastos
de transporte de equipo y de mano de obra. En ese contexto,
la empresa solicitó la modificación de los medios de aprovi-
sionamiento de agua, la ampliación del plazo contractual y el
LA
puede significar ‘en cualquier lugar del país donde haya agua’.
A su vez, aclaró que no reclamó nuevos precios ni reajuste de
los pactados, sino mayores volúmenes representados por los
kilómetros de más que debió costear para proveerse del agua.
Y agregó, entre otros argumentos, que existe responsabilidad
del comitente en su carácter de proyectista de la obra (art. 4°,
ley 13.064)”.
El Tribunal afirmó que “las dificultades experimentadas
en la obtención del agua, lejos de haber sido provocadas por
OM
Debió exigirse a sí misma una mayor prudencia —propia de
la trayectoria y experiencia en el mercado que ella admitió—
de una magnitud que no autorizara la formulación de ningún
reproche acerca del cumplimiento del contrato (arg. arts. 512,
902 y 929, Cód. Civil)”.
.C
tensión que sustenta la recurrente se atentaría contra el prin-
cipio de igualdad de los oferentes que debe presidir toda con-
tratación administrativa (Fallos: 316:382). En efecto, Capdevila
DD
Empresa Constructora S.A. fue la única firma interesada que
previó en su oferta el costo del transporte tanto para el rega-
do como para la elaboración de hormigones, en tanto que la
empresa demandante —y otras cinco oferentes— tuvieron en
cuenta los equipos sólo para el regado sin haber considerado
LA
OM
Es decir, la teoría de la imprevisión se refiere a los hechos
económicos posteriores e imprevisibles y, por su parte, el con-
cepto de dificultades materiales comprende las circunstan-
cias que reúnen los siguientes caracteres: a) que sean anterio-
res al contrato, b) que resulten imprevisibles, es decir que las
partes no pudieron razonablemente preverlos y, finalmente,
.C
c) que alteren la ecuación económico-financiera del contrato
en perjuicio del contratista.
DD
Otros autores han sostenido que ambos son hechos de ca-
rácter económico, es decir, causados por circunstancias eco-
nómicas, pero el primero (teoría de la imprevisión) es perma-
nente y el otro (dificultades materiales) temporal (674).
LA
OM
de caso fortuito en los términos del art. 39, LOP, o el art. 1198,
CC, porque el hecho es anterior.
Sin embargo, es razonable equipararlo por vía analógica al
art. 39, LOP, por tratarse en ambos casos de hechos extraordi-
narios e imprevisibles.
.C
Por el contrario, si se tratase de un hecho previsible el Esta-
do comitente debe responder porque “la responsabilidad del
proyecto y de los estudios que le han servido de base, caen
DD
sobre el organismo que los realizó” (art. 4, LOP). En igual sen-
tido, como ya sabemos, el art. 39, primer párrafo, LOP, esta-
blece que el contratista tiene derecho a indemnización “cuan-
do esas pérdidas, averías o perjuicios provengan de culpa de
los empleados de la Administración…”. A su vez, si el hecho
LA
OM
do excede ciertos límites, el empresario tiene derecho a la re-
composición o extinción del contrato.
.C
1023/2001 establece que el Estado puede modificar el contra-
to. En igual sentido, el Estado puede también sustituir el con-
trato por otro (676). Es decir, las normas positivas reconocen ex-
presamente este poder estatal.
DD
¿Cuál es el fundamento del ius variandi? El carácter mutan-
te del interés público y la necesidad consecuente de adaptar
las conductas estatales. Así, el Estado, en ciertos casos, debe
modificar el objeto del contrato con el propósito de adaptarlo,
LA
(676) Ver artículo 12, inciso b), apartado segundo del decreto 1023/01.
OM
brar otros principios propios del proceso contractual estatal.
Por ejemplo, el principio de igualdad como ya mencionamos y
el de libre concurrencia entre los oferentes (677).
.C
o creación de nuevos ítem, que no excedan en conjunto del veinte por ciento
(20 %) del monto total del contrato, serán obligatorias para el contratista en las
condiciones que establece el artículo 34, abonándose en el primer caso el im-
porte del aumento sin que tenga derecho en el segundo a reclamar indemniza-
ción alguna por los beneficios que hubiese dejado de percibir. Si el contratis-
DD
ta justificase haber acopiado o contratado materiales o equipos para las obras
reducidas o suprimidas, se hará un justiprecio del perjuicio que haya sufrido
por tal causa, el que le será reconocido” (art. 33). Por su parte, la ley de Santa
Fe establece que “las modificaciones del proyecto que produzcan aumentos o
reducciones de ítem contratados o creación de nuevos ítem, que no excedan en
conjunto del veinte por ciento del monto total del contrato, serán obligatorias
para el contratista en las condiciones que establece el art. 62, abonándosele en
LA
el primer caso el importe del aumento, sin que tenga derecho en el segundo a
reclamar indemnización alguna por los beneficios que hubiere dejado de perci-
bir. Si el contratista justificare haber acopiado o contratado materiales, o equi-
pos para las obras reducidas o suprimidas, se hará un justiprecio...” (art. 61). La
ley de Mendoza ordena que “toda obra se ejecutará en las condiciones en que
fue contratada, tanto en lo que respecta a materiales como en cuanto a la forma
FI
ciento (20 %) del importe básico del contrato pudiendo importar agregados, su-
presiones, aumentos o disminuciones, sin que ello dé motivo a la rescisión del
contrato” (art. 49). Por su parte, la ley de Córdoba establece que “el contratis-
ta deberá realizar modificaciones en los trabajos siempre que fueren ordena-
dos por escrito por funcionarios competentes, sin que ello altere las bases del
contrato. Estas modificaciones no podrán exceder el veinte por ciento (20 %) de
cada ítem, salvo que cuente con acuerdo previo del contratista, en cuyo caso
no podrán superar el treinta por ciento (30%) del total de la obra…” (art. 40). La
Ley de Obras Públicas de la Provincia de San Luis dispone que “las alteracio-
nes que produzcan aumento o reducción de obra o provisión contratada, que
no excedan en conjunto del veinte por ciento (20 %) del monto básico contrac-
tual son obligatorias para el contratista en las condiciones que establece el ar-
tículo siguiente, abonándose en el primer caso el importe del aumento sin que
OM
La Corte en el antecedente “Stamei S.R.L.” sostuvo que la
nueva obra convenida entre las partes en el caso no puede
considerarse como una simple modificación del objeto origi-
nalmente pactado o una “compensación” tendiente a evitar-
le mayores perjuicios al Estado. Y agregó que “un examen de
.C
las disposiciones pertinentes de ambos documentos pone en
evidencia que tales bases han experimentado modificaciones
tan substanciales, que equivalen virtualmente a su alteración
DD
en los términos prohibidos por el pliego. En efecto, el art. 1°
del contrato suscripto el 22 de abril de 1974 dispone que el ob-
jeto del contrato consiste en la remodelación del ex Hospital
de Clínicas... para la Facultad de Filosofía y Letras… Asimis-
mo se advierte que en la sección 2 de las cláusulas comple-
mentarias del pliego se pone un particular énfasis en la ne-
LA
OM
13.064 a que se apela para sostener la continuidad del contra-
to original, ya que tales preceptos tienden, obviamente, a cu-
brir el amplio margen de variaciones que puede experimen-
tar un proyecto dentro de una misma obra pública pero no
fuera de ella. La interpretación que propone la empresa con-
duciría al paradójico resultado de que los fines que persiguen
.C
las leyes de obra pública y de contabilidad en lo que atañe a
un mejor control y rendimiento de los fondos públicos se ve-
rían desvirtuados, por efecto de la propia normativa que los
DD
instrumentan” (679).
En este punto creemos conveniente distinguir entre, por
un lado, las alteraciones o modificaciones contractuales y, por
el otro, la realización de trabajos nuevos.
LA
OM
sionase derechos adquiridos, el Estado debe reparar.
Por ejemplo, en el precedente “Marocco” la Cámara de
Apelaciones confirmó la sentencia que había hecho lugar a la
demanda, “condenando a la Dirección Nacional de Vialidad a
abonar a la actora las diferencias reclamadas en concepto de
.C
reajuste del certificado final de variaciones de costos corres-
pondientes a la cuarta modificación de la obra —construc-
ción de la ruta nacional—… así como los daños y perjuicios
DD
derivados del descuento que la comitente habría practicado
sin derecho sobre un certificado perteneciente a otra obra de
la misma contratista. La ejecución de los trabajos demandó
un tiempo considerablemente mayor que el plazo de 24 meses
previsto en dicho instrumento, ya que durante su transcurso
LA
modificación del proyecto, debe tenerse presente la distinción teórica entre adi-
cionales y modificaciones de las condiciones contractuales… ya que mientras
estas últimas comportan la ejecución de trabajos absolutamente ajenos a los
previstos por el contrato (implicando un nuevo acuerdo contractual), los adi-
cionales no alteran las alternativas contempladas originariamente en el con-
trato, sino que se presentan como una labor exigida para el completamiento o
satisfacción de las finalidades tenidas en mira al decidir la contratación (Conf.
Barra). Ello así, definidas como han sido estas prerrogativas, no deben sosla-
yarse las afirmaciones del perito señaladas al contestar la pregunta 3.1.15., en
cuanto a que de la comparación del plano que contenía datos planimétricos y
el que contenía datos planimétricos y altimétricos, surgía que en el segundo se
advertía el desplazamiento de una cámara de inspección en un total de 7 me-
tros aproximadamente, que no implicó —a su juicio— una modificación sus-
tancial del proyecto. Por otra parte, señaló que el plano de las bases licitarias no
contenía información necesaria para que de la comparación con el plano apro-
bado pueda determinarse que hubo una modificación del proyecto…”. CNFed.
Contenciosoadministrativo, sala I, “Coppar S.A. c. Gas del Estado s/ contrato de
obras públicas”, sent. del 3 de febrero de 2000.
OM
una seria discrepancia en cuanto a la estimación del saldo
acreedor que resultaba de dicho instrumento ya que el De-
partamento de Obras Nacionales consideró que los cálculos
debían rehacerse aplicando… el método de índices dispuesto
por Vialidad… y no la fórmula polinómica prevista en el plie-
go”. Cabe aclarar que la aplicación de este criterio —según la
opinión de la parte actora— importaba una modificación uni-
.C
lateral de lo convenido entre las partes.
OM
su negativa a reconocer el crédito que reclama la contratista
alegando los resultados más equitativos que se obtendrían si
se aplicara la especificación A 3 XIV 1 y no una sola fórmula po-
linómica general para toda la obra. El argumento supone admi-
tir que el método de reajuste pactado en la contratación conduce
a un resultado contrario a la naturaleza del reconocimiento de
.C
mayores costos, régimen que por principio tiende a mantener
la misma ecuación económico-financiera tenida en cuenta al
celebrar el contrato. En este sentido, el método contemplado en
DD
el pliego de la licitación preveía el ajuste con arreglo a fórmulas
matemáticas en las que se consignan los datos representativos
elegidos por los departamentos técnicos de Vialidad Nacional
para liquidar los mayores costos, destinando a cada elemen-
to un determinado porcentaje de incidencia en el reajuste.
LA
OM
Cabe finalmente agregar que en caso de suspensión de las
obras —“para llevar a cabo las modificaciones a que se refie-
re el artículo 30, o por cualquier otra causa”— el Estado debe
indemnizar todos los gastos y perjuicios (art. 34, LOP). Es de-
cir, este precepto prevé el caso de suspensión de las obras por
el ejercicio del ius variandi, entre otras razones imputables al
.C
Estado comitente. Por su parte, el art. 39 se refiere básicamen-
te a la suspensión de las obras por caso fortuito, esto es, he-
chos o acontecimientos ajenos a las partes contratantes.
DD
La Corte ha dicho que “la suspensión o paralización de
una obra realizada en los términos de la ley 13.064, puede te-
ner por causa tanto una decisión del órgano administrativo
contratante cuanto un hecho ajeno a las partes, generando
en tales hipótesis la responsabilidad civil de la administra-
LA
OM
cambios que ordene el agente competente siempre que
sean dados por escrito y no alteren las bases del acuer-
do (art. 29);
2) el contratista está obligado a aceptar los errores res-
pecto de la extensión o valor de las obras en el presu-
.C
puesto, en más o menos el veinte por ciento (art. 37);
3) el contratista debe también aceptar las modificaciones
del proyecto que produzcan aumentos o reducciones
DD
de trabajos. En el primer caso el Estado debe abonar
el aumento y en el segundo el contratista no tiene de-
recho a reclamar indemnización alguna por los bene-
ficios que dejó de percibir, sin perjuicio del pago por
parte del Estado comitente de los materiales o equipos
LA
inciso a);
5) si la alteración de cualquier ítem fuese superior a un
veinte por ciento, entonces las partes tienen derecho a
que se fije un nuevo precio unitario de común acuerdo.
OM
contrato, fuese conveniente emplear materiales per-
tenecientes al Estado, se descontará al contratista el
importe que resulte del estudio equitativo de valores,
cuidando que la provisión no represente una carga ex-
tracontractual para le contratista, y se le reconocerá a
éste el derecho de indemnización por los materiales
.C
acopiados y los contratados, en viaje o en construc-
ción, si probare fehacientemente la existencia de los
mismos” (art. 33) y
DD
8) “si para llevar a cabo las modificaciones a que se refie-
re el artículo 30 o por cualquier otra causa, se juzgase
necesario suspender el todo o parte de las obras con-
tratadas… El contratista tendrá derecho, en ese caso,
a que se le indemnice por todos los gastos y perjuicios
LA
OM
ítem de que se trate, en cuyo caso debe modificarse el precio,
pero el empresario no tiene derecho a rescindir el contrato.
A su vez, no existen límites cuantitativos en caso de acuer-
do entre las partes. Así, cuando el valor fuese superior al vein-
te por ciento del monto total de las obras, el empresario puede
.C
renegociar o rescindir el acuerdo.
Como ya dijimos, cuando:
DD
1) el Estado altere algún ítem en menos de un veinte por
ciento su cumplimiento por el empresario es obligato-
rio;
2) si el Estado altera un ítem en más de un 20 % —trátese
de aumentos o reducciones—, las partes tienen dere-
LA
OM
su vez nos lleva al art. 54 —consecuencias de la rescisión del
contrato—.
Si en tal contexto fuese necesario suspender las obras, en-
tonces, debe labrarse un acta con el detalle y valor del plantel,
material y personal que quedase a cargo de la obra. En este
.C
caso el Estado comitente debe indemnizar al contratista por
los gastos y perjuicios que fuesen consecuencia de la suspen-
sión de los trabajos. En efecto, “si para llevar a cabo las modi-
DD
ficaciones a que se refiere el artículo 30, o por cualquier otra
causa, se juzgase necesario suspender el todo o parte de las
obras contratadas… el contratista tendrá derecho… a que se le
indemnice por todos los gastos y perjuicios que la suspensión
le ocasione…” (art. 34).
LA
OM
El importe de los trabajos complementarios antedichos no ex-
cederá de los límites que fije el Poder Ejecutivo Nacional”.
.C
concepciones —ya expuestas anteriormente—. Por un lado, la
idea de que el contratista debe hacerse cargo de los riesgos pro-
pios del cumplimiento contractual y, por el otro, el criterio de
DD
colaboración entre Estado y empresario y, consecuentemente,
el concepto de que éstos deben compartir los riesgos de modo
de mantener el equilibrio económico del acuerdo (683).
OM
absolutos.
.C
A pesar de ello, existen ciertas excepciones que prevé la ley,
es decir, modificaciones del precio relativo. ¿Cuáles son esas
excepciones?
DD
(a) Si la alteración del contrato fuese superior, en más o
menos, al 20 % del valor de cualquier ítem por error en el pre-
supuesto o por modificaciones ordenadas por el Estado, las
partes tienen derecho a que se fije un nuevo precio unitario.
LA
OM
art. 34 de la ley. Tengamos presente —además— que el art. 38
parte de los supuestos de hecho que prevén los artículos 30 y
37, es decir, el ejercicio del ius variandi y los errores del Estado
comitente.
A su vez, los artículos 30 —modificaciones ordenadas por
el Estado—, 34 —suspensiones dispuestas por el Estado—, 37
.C
—errores del Estado en el proyecto— y 38 —alteraciones o su-
presiones dispuestas por el Estado— nos reenvían al art. 53
de la ley. De modo que es razonable que el Estado cargue con
DD
estas consecuencias.
(b) Otro caso de reestructuración del precio es, como ya
hemos visto, el supuesto de imprevisión por acontecimientos
extraordinarios e imprevisibles.
LA
(685) “La Administración nacional, en todas las obras que por intermedio
de sus organismos oficiales y reparticiones autónomas y autárquicas tiene ac-
tualmente contratadas y/o hayan sido ejecutadas durante el transcurso de la
guerra, tomará a su cargo, total o parcialmente, según los casos y dentro de los
límites que establece la presente ley, las variaciones en más o en menos en el
precio de los materiales, en transporte, la mano de obra, los combustibles, y de-
más elementos determinantes del costo de las obras derivadas de la situación
de emergencia consiguiente a la guerra y de los actos del Poder Público”.
OM
los contratos de obra pública, correspondientes a la parte fal-
tante de ejecutar, podrán ser redeterminados a solicitud de la
contratista cuando los costos de los factores principales que
los componen… hayan adquirido un valor tal que reflejen una
variación promedio de esos precios superior en un diez por
ciento (10 %) a los del contrato, o al precio surgido de la última
.C
redeterminación, según corresponda, conforme a la ‘Meto-
dología de Redeterminación de Precios de Contratos de Obra
Pública’ que como Anexo forma parte integrante del presen-
te decreto. Esta redeterminación será aplicable únicamente a
DD
los contratos de obra pública regidos por la ley 13.064 y sus
modificatorias, y no será de aplicación a las concesiones con
régimen propio y cobro directo al usuario, como así tampo-
co a los contratos de concesión de obra y servicios, licencias y
permisos” (artículo 2°).
LA
OM
dueño, pero si el cumplimiento del contrato exigiera esas al-
teraciones y ellas no pudieron preverse al tiempo en que se
concertó, deberá comunicarlo fehacientemente al propieta-
rio, expresando la modificación que importe sobre el precio
fijado. A falta de acuerdo, resolverá el juez sumariamente”
(artículo 1633 bis, CC).
.C
Por su parte, en el contrato de obra pública el Estado comi-
tente puede prorrogar los plazos. ¿Cuáles son las consecuen-
cias y quién debe cargas con éstas? Ello depende de cuál sea la
DD
razón de las prórrogas del plazo.
Así, por ejemplo, el ejercicio del ius variandi. En efecto, “si
para llevar a cabo las modificaciones a que se refiere el artícu-
lo 30, o por cualquier otra causa, se juzgase necesario suspen-
LA
OM
Por un lado —como ya explicamos— el Estado es básica-
mente responsable por los riesgos y consecuencias de sus pro-
pias conductas. Así:
A) “las equivocaciones del presupuesto, en cuanto a ex-
tensión o valor de las obras, se corregirán en cualquier
.C
tiempo hasta la terminación del contrato. En estos ca-
sos el contratista tendrá el derecho que le acuerdan
los artículos 38 y 53” (art. 37). Por ejemplo, el Estado
DD
es responsable si el empresario en el marco de un con-
trato cuyo objeto es el dragado de un río debe extraer
más materiales que aquellos que previó el proyecto
elaborado por el comitente. Otro caso ocurre cuando
las fórmulas por mayores costos convenidas entre las
LA
te por cuanto los mayores costos que debió afrontar debido a la inequidad de
la fórmula aceptada pudieron ser evitados de haber observado ella la actitud
diligente y cautelosa que el caso requería… o bien haber formulado reserva al
respecto… Esto es, la falta de adecuación de la fórmula fue conocida o debió ser
conocida por la actora desde un principio...”. CNFed. Contenciosoadministrati-
vo, sala I, “Estudios Construcciones c. Gas del Estado s/ obra pública”, sent. del
22 de mayo del 2003.
(688) “El reconocimiento de variación de costos para el rubro gastos finan-
cieros requiere cuanto menos por su parte, la prueba de que las mayores ero-
gaciones se han efectivamente producido respecto de las que se encontraban
contempladas dentro del precio del contrato… no puede entonces considerarse
probado un perjuicio… por inferencias sobre la demostración en general de la
OM
el proyecto o en los planos, deberá comunicarlo al fun-
cionario competente antes de iniciar el trabajo”. Sin
embargo, el pliego puede ordenar el criterio contrario,
esto es, el proyecto (presupuesto, planos, memorias y
cómputos) es simplemente informativo y que, por tan-
to, no compromete al comitente.
.C
B) “cuando esas pérdidas, averías o perjuicios provengan
de culpa de los empleados de la Administración... serán
soportados por la Administración Pública…” (art. 39); y
DD
C) “el contratista tendrá derecho a rescindir el contrato…
a) cuando… los errores a que se refiere el artículo 37 al-
teren el valor total de las obras contratadas en un vein-
te por ciento en más o en menos; b) cuando la Admi-
nistración Pública suspenda por más de tres meses la
LA
OM
establece el límite en los casos en que debe o no responder el
Estado. Así, si se tratase de “errores en las operaciones que le
sean imputables [al contratista]”, el Estado no debe responder.
Por el contrario, si se tratase de errores en el presupuesto, el
Estado sí debe hacerse cargo.
.C
Por otro lado, el art. 39 de la ley 13.064, como ya dijimos,
establece —además de los casos previstos en los apartados
anteriores— la culpa del empresario, la falta de medios y los
DD
errores en las operaciones imputables a éste. Por ejemplo, el
atraso en la ejecución de los trabajos (689).
OM
análisis de la zona en que se realizarán los trabajos), éste es
responsable cuando el error pudo ser reconocido en términos
diligentes y razonables. Este es el sentido del art. 37, LOP, sobre
“las equivocaciones del presupuesto, en cuanto a extensión o
valor de las obras”. En efecto, en tales supuestos los hechos
son previsibles pero no fueron debidamente previstos por el
.C
empresario porque no obró con el debido cuidado, de modo
que debe responder por tales circunstancias.
DD
Cabe recordar aquí que “las demoras en la terminación de
los trabajos respecto a los plazos estipulados darán lugar a la
aplicación de multas o sanciones (art. 35, LOP), salvo que exis-
tiesen causas justificadas (art. 35, LOP y decreto 1184/86).
2- Falta de medios. Esto ocurre cuando no se proveyesen
LA
XIV.1. Introducción
OM
sobre extinción de los contratos— que el Legislador utilizó los
siguientes conceptos, y en muchos casos de modo indistinto
y en un mismo texto legal, a saber, rescisión, resolución, res-
cate, caducidad y revocación como modos de extinción de los
contratos administrativos.
Repasemos los textos legales más relevantes. Por ejemplo,
.C
suspensión, resolución, rescisión y caducidad del contrato
(art. 11, decreto 1023/01); caducidad, rescisión y resolución del
contrato (art. 12, inc. a) del decreto 1023/01); revocación, mo-
DD
dificación y sustitución (art. 12, inc. b) del decreto 1023/01);
rescisión por culpa del contratista (art. 29, inc. 3) del decreto
1023/01). Por su parte, la Ley de Obras Públicas utiliza el con-
cepto de rescisión por culpa del contratista o de la Adminis-
tración (arts. 49 a 54 de la ley 13.064).
LA
OM
Por el otro, es claro que el Legislador usó el criterio de res-
cisión cuando el contrato se extingue por culpa de las partes.
Vale recordar en tal sentido el capítulo 8 de la ley 13.064 y, en
particular, los artículos 50 y 53 de su texto. Cierto es también
que el Legislador, en el marco de la Ley de Obras Públicas, uti-
.C
lizó el concepto de rescisión respecto del caso fortuito o fuerza
mayor, es decir, hechos ajenos a las partes (art. 53, inc. d) ley
13.064). Sin embargo, proponemos no seguir este camino por
razones metodológicas porque aquí las consecuencias jurídi-
DD
cas son sustancialmente distintas del supuesto de rescisión
por culpa de las partes.
Puede ocurrir también que las partes de común acuerdo
resuelvan extinguir el vínculo y, en tal caso, creemos que el
LA
(690) El artículo 1200 del Código Civil dispone que “las partes pueden por
mutuo consentimiento extinguir las obligaciones creadas por los contratos, y
retirar los derechos reales que se hubiesen transferido; y pueden también por
mutuo consentimiento revocar los contratos, por las causas que la ley autoriza”.
A. Alterini explica que “en la rescisión la extinción del contrato depende: 1. De
la voluntad de ambas partes; ó 2. De la voluntad de una sola de ellas, si así ha
sido previsto en el contrato mismo, o si tal surge de la ley… la revocación depen-
de de la declaración de una parte, y conserva resabios de su origen histórico, en
OM
notas peculiares de los regímenes empleados? Veamos: 1) ¿en
qué casos procede cada uno de estos modos de extinción del
vínculo?; 2) ¿quién puede declarar la extinción?; 3) ¿corres-
ponde o no indemnizar?; y 4) en su caso ¿cuál es el alcance de
la indemnización?
.C
XIV. 2. La finalización por cumplimiento del contrato
los que se refería exclusivamente a los actos unilaterales… la resolución del con-
trato se produce en diversas circunstancias a) condición resolutoria… b) pacto
comisorio… c) resolución potestativa…”, Contratos. Teoría General, p. 500.
(691) En igual sentido el decreto 436/2000 establece que la recepción de
las mercaderías tiene carácter provisional y que la recepción definitiva debe
otorgarse en el plazo que prevé el pliego. Luego, agrega que “en caso de silen-
cio, una vez vencido dicho plazo, el proveedor podrá intimar la recepción. Si la
dependencia contratante no se expidiera dentro de los diez días siguientes al de
la recepción de la intimación, los bienes o servicios se tendrán por recibidos de
OM
tinuidad son circunstancias imprevisibles, irresistibles y ex-
trañas a las partes (692).
.C
partes—. Cabe recordar que el artículo 902 del Código
Civil establece que “cuando mayor sea el deber de obrar
con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, ma-
DD
yor será la obligación que resulte de las consecuencias
posibles de los hechos y —a su vez— el artículo 909,
CC, añade que “para la estimación de los hechos vo-
luntarios, las leyes no toman en cuenta la condición
especial, o la facultad intelectual de una persona de-
LA
OM
cho fuese previo e imposible de ser conocido —en tér-
minos razonables y diligentes— por las partes.
.C
que “el deudor no será responsable de los daños e intereses
que se originen al acreedor por falta de cumplimiento de la
obligación, cuanto éstos resultaren de caso fortuito o fuerza
DD
mayor, a no ser que el deudor hubiera tomado a su cargo las
consecuencias del caso fortuito, o éste hubiere ocurrido por
su culpa, o hubiese ya sido aquel constituido en mora, que no
fuese motivada por caso fortuito, o fuerza mayor”. Asimismo
se “ha expresado… que, aunque el artículo 514 del Cód. Civil
LA
OM
carácter natural... de tal gravedad que tornen imposible la
ejecución del contrato” (695). Entonces, en el marco del decre-
to 1023/01, el caso fortuito y la fuerza mayor son “de carácter
natural”.
.C
como los acontecimientos de origen natural extraordinarios
que impidan al contratista la adopción de medidas necesarias
para prevenir sus efectos y, además, aquellos “que tengan cau-
DD
sa directa en actos de la Administración Pública, no previstos
en los pliegos de la licitación”.
A su vez, la LOP dispone que el empresario tiene derecho
a rescindir —según nuestro esquema resolver— el contrato
LA
OM
tonces, el Estado comitente debe indemnizar y su alcance es
el daño emergente con exclusión del lucro cesante. Así, cuan-
do el contrato deba ser resuelto por acontecimientos externos,
tal es el caso de la fuerza mayor o el caso fortuito, el Estado
debe hacerse cargo de los perjuicios pero éstos sólo compren-
den el daño emergente y no el lucro cesante ni tampoco los
.C
gastos improductivos.
Este criterio se aparta claramente del derecho civil porque
tras el caso fortuito se extingue el contrato y las partes se libe-
DD
ran de sus compromisos. Por el contrario, en el derecho pú-
blico el Estado comitente debe responder por las pérdidas y
perjuicios en caso de suspensión y por ciertas consecuencias
dañosas en el supuesto de rescisión del acuerdo.
LA
OM
clare que la causa que determinó la rescisión fue el casus —por
sí no imputable a las partes— y simultáneamente se considere
la conducta exteriorizada por la comitente de la obra pública
ante dicha contingencia [insistencia de la Dirección Nacional
de Vialidad en continuar los trabajos], a fin de precisar cómo
cada una de las partes habría de soportar las consecuencias
.C
del evento sobre las prestaciones recíprocas y, en definitiva,
el quantum de la compensación que por diversos conceptos
debería recibir la contratista, de conformidad con las disposi-
DD
ciones legales que se juzgaron aplicables (arts. 39, 53 inc. d, 54
y concordantes de la ley 13.064)”.
El Tribunal agregó que “...es precisamente la incidencia
de ese dato fáctico lo que tomó en cuenta el perito ingenie-
ro para explicar la configuración de los ítems concernientes
LA
OM
excluida esa imputación ya en sede administrativa, se la con-
sideró determinada por razones de fuerza mayor… y si bien es
cierto que la fuerza mayor no excluye la responsabilidad del
comitente de la obra pública —art. 39, ley 13.064— la Cáma-
ra declaró inaplicable al caso la norma invocada, señalando
—con acierto— que la rescisión del contrato con fundamento
en la fuerza mayor fue peticionada por la actora, lo que impide
.C
el resarcimiento de las pérdidas por lucro cesante con arreglo
a lo dispuesto por los arts. 53 y 54, inc. f), de la mencionada ley
de obras públicas, que excluyen, en estos casos, la indemniza-
DD
ción del beneficio sobre la obra no ejecutada” (699).
El Estado tampoco debe liquidar a favor del empresario los
gastos improductivos que pruebe haber tenido como conse-
cuencia de la rescisión del acuerdo. En efecto, el art. 54, úl-
LA
timo párrafo, LOP, dispone que “en el caso del inciso d) del
art. 53 [caso fortuito y fuerza mayor], no será de aplicación el
inciso e) del presente artículo [liquidación a favor del contra-
tista de los gastos improductivos].
FI
consecuencias dañosas (700).
OM
ción total o parcial de la obra pública por caso fortuito o fuer-
za mayor, debe absorberla el Estado. Puede afirmarse que en
el subsuelo de todo contrato de obra pública se contempla la
postura que analizamos, y si así no fuere, no habría empresa
que pudiere afrontar con un mínimo de seguridad su futuro
económico, sin riesgo de perderlo todo (…) Sin ese mínimo de
.C
garantía y respeto patrimonial, el Estado terminaría no con-
tando con oferentes para sus licitaciones” (701).
cir, en tales supuestos ¿el Estado debe hacerse cargo del lucro
cesante del empresario? Creemos que este camino interpre-
tativo no es razonable porque en el marco del caso fortuito
el contrato debe extinguirse por las circunstancias del caso,
más allá de las iniciativas de las partes.
Es más, esta situación respecto del caso fortuito —repara-
ción de alcance pleno cuando resuelve el Estado y sólo parcial
(701) Régimen legal de las obras públicas, Depalma, 2ª ed., 1982, p. 283.
OM
La Corte se expidió sobre esta causal en términos generales
—entre otros— en los precedentes “Cacik”, ya citado, “Che-
diak” y “Cartellone”.
En el antecedente “Chediak”, la Corte adujo que “el recu-
rrente intenta encuadrar su pretensión en el art. 39 de la ley
.C
13.064, norma que establece un régimen especial en esta ma-
teria, poniendo a cargo de la administración el perjuicio su-
frido por el contratista en los casos en que ella taxativamente
determina que son aquellos que provengan de fuerza mayor o
DD
caso fortuito, entendiéndose por tales; “a) los que tengan cau-
sa directa en actos de la administración pública, no previs-
tos en los pliegos de licitación”, y “b) los acontecimientos de
origen natural extraordinarios y de características tales que
impidan al contratista la adopción de las medidas necesarias
LA
trucción de la obra”.
Finalmente, concluyó que “al establecer el artículo 39 de
la ley 13.064 un régimen de excepción —modificatorio de los
principios del derecho común— éste debe ser interpretado en
forma restrictiva. Ello es así ya que, a diferencia de lo que su-
cede en el derecho civil, en el que el caso fortuito o la fuerza
mayor implican una situación jurídica en la cual, a pesar de
mediar inejecución, el deudor queda exento de responsabili-
dad por incumplimiento de sus obligaciones —artículo 513 del
OM
humano del hecho en sí, sino el carácter extraordinario e im-
previsible de éste.
Por último, en el precedente “Cartellone” ya explicado en
los apartados anteriores no se configuró el estándar de caso
fortuito o fuerza mayor. Así, el Tribunal señaló que “la falta
.C
de previsión, por parte de la apelante, del costo de transporte
de agua para la construcción resultó equivocada... error que
tiene encuadramiento en dos disposiciones que conducen a
desestimar su pretensión. De un lado, en el art. 22 del pliego
DD
complementario de condiciones, que asigna responsabilidad
exclusiva a los oferentes en la elección de las fuentes materia-
les que ‘usará en la obra, cuando realiza su oferta’... Y, de otro
lado, en el art. 39 de la ley 13.064, que desecha toda posibi-
lidad de indemnización al contratista cuando los perjuicios
LA
OM
en los casos fortuitos fue introducido por la LOP (art. 39) y se-
guido por las leyes de emergencia, separándose así del criterio
clásico —tal como surge del Código Civil entre nosotros— se-
gún el cual el caso fortuito es extintivo del acuerdo. A su vez,
en este contexto (suspensión y recomposición) el caso fortuito
se diferenció del concepto de imprevisión (artículo 1198, CC)
.C
porque este último sólo comprende los acontecimientos eco-
nómicos y aquél los hechos naturales.
Comencemos por el estudio de la Ley de Reforma del Es-
DD
tado del año 1989. El texto de la ley 23.696 dice que el minis-
tro competente puede declarar la rescisión de los contratos de
obra pública y consultoría “por razones de emergencia, que a
los efectos de esta ley se considera que constituyen causales
de fuerza mayor según el régimen previsto en los artículos 54
LA
OM
la celebración del contrato y hasta la fecha del acuerdo”.
.C
¿Qué ocurre en el derecho público? Por un lado, es claro
que el Estado puede resolver el contrato por sí y ante sí. Por el
DD
otro, el particular debe recurrir al juez, sin perjuicio de que no
esté obligado al cumplimiento de sus obligaciones contrac-
tuales cuando fuese imposible hacerlo por las circunstancias
del caso. En efecto, el empresario debe recurrir ante el juez.
OM
contratante (hecho del príncipe) o hechos naturales (impre-
visión)
.C
tratante estudiaremos el caso bajo el capítulo de rescisión del
acuerdo por causas imputables al Estado comitente.
DD
A su vez, cuando la resolución sea causada por cualquier
otro órgano, ente o poder estatal, entonces, el caso debe ubi-
carse como hecho del príncipe, esto es, impeditivo del cum-
plimiento de las obligaciones. El Estado debe indemnizar en
caso de resolución contractual por los hechos del príncipe,
pero ¿cuál es el alcance de la reparación? En tanto el hecho
LA
tal al lucro cesante? Creemos que no. ¿Por qué? Por un lado,
por aplicación del art. 54, LOP, ya citado y, por el otro, porque
cuando el Estado revoca por razones de interés público, el Le-
gislador sólo reconoció entre nosotros —en términos expre-
OM
conveniencia
.C
Estado no satisface el fin que éste tuvo en consideración en
ese momento (705).
DD
En tales casos, el contratista no tiene derecho a ser indem-
nizado por el lucro cesante.
del contrato, conocido por ambas partes… Deben distinguirse en este plano
los motivos determinantes que llevan a contratar, que son subjetivos, y el pro-
pósito práctico que es un elemento objetivo; la diferencia sustancial que puede
establecerse entre ambos es la recognoscibilidad, es decir si son reconocibles o
no por la otra parte. El instituto no está regulado en el Código Civil argentino,
pero ha sido recibido en la jurisprudencia y se ha propuesto su incorporación
FI
OM
tículo 17— no dice concretamente cuánto debe reparar el Es-
tado. En igual sentido, la LPA no establece cuál debe ser el cri-
terio en caso de revocación de los actos estatales por razones
de oportunidad (art. 18, LPA).
.C
so que cuando el Estado revoque un contrato por razones de
oportunidad, mérito o conveniencia “ya sean de obra, de ser-
vicios, de suministros o de consultoría, la indemnización que
DD
corresponda abonar al contratista no incluirá el pago de lucro
cesante ni gastos improductivos” (706).
(706) Art. 26, ley 25.344. En su momento surgió el interrogante de cómo in-
terpretar este precepto. Así, ¿el alcance parcial de la reparación sólo comprende
la revocación de los contratos durante el período de emergencia declarado por
el término de un año? ¿Acaso el citado artículo de la ley es de carácter común y,
en consecuencia, rige sin solución de continuidad? Vale recordar que el artícu-
lo 1, tercer párrafo, de la ley 25.344, siguió un criterio distinto de las anteriores
leyes de emergencia, distinguiendo entre las disposiciones de carácter común
y otras de carácter extraordinario. De modo que “las disposiciones de carácter
común de esta ley son permanentes y no caducarán en los plazos citados en el
párrafo anterior”. Sin embargo, este conflicto interpretativo fue salvado por el
decreto 1023/01 en tanto excluyó con alcance general el lucro cesante de entre
los rubros indemnizatorios.
OM
En el caso “Sánchez Granel” el objeto de debate fue la re-
vocación del contrato de obra pública —antes del inicio de su
ejecución— por razones de inoportunidad. Los jueces reco-
nocieron el lucro cesante entre los rubros indemnizatorios
por las siguientes razones:
.C
1) en caso de responsabilidad estatal por actividades líci-
tas, la indemnización debe ser plena, salvo razones de
fuerza mayor, estipulaciones contractuales o disposi-
ciones legales en sentido contrario;
DD
2) el art. 18, LPA, no dice cuál es el alcance de la indemni-
zación en caso de revocación de los actos estatales por
razones de inoportunidad, falta de mérito o inconve-
niencia, de modo que el camino interpretativo más ra-
LA
OM
go Civil. El Tribunal sostuvo que “la indemnización concedi-
da no implica una merma de la reparación debida ni un me-
noscabo al derecho de propiedad. Ello es así en virtud de la
recta interpretación que cabe asignar a la norma que sirve de
sustento a la indemnización que se persigue. En efecto, la ley
13.064 no prevé la rescisión del contrato por la Administra-
.C
ción sin culpa de la contratista, por lo que es aplicable suple-
toriamente el art. 1638 del Cód. Civil... Dicha norma, a partir
de la reforma introducida por la ley 17.711, establece la facul-
DD
tad de los jueces de reducir equitativamente la utilidad a re-
conocer si su aplicación estricta condujera a una notoria in-
justicia. En consecuencia, no corresponde aplicar ciegamente
la noción de la reparación plena, cuando ello conduce a situa-
ciones abusivas tales como la del locador que no ha sufrido el
LA
OM
lugar de la dirección de la obra— otros compromisos profe-
sionales que atenuaran el lucro cesante... Además, el contrato
de locación de obra intelectual celebrado entre las partes no
permite asimilar a la actora lisa y llanamente al supuesto de
hecho contenido en la norma citada, esto es, el contratista que
invierte su trabajo y su capital y organiza toda su actividad fu-
tura en función de la realización material de la obra” (708).
.C
En el precedente “El Jacarandá”, el actor titular de una li-
cencia para la explotación de una estación de radiodifusión
DD
demandó la nulidad de la decisión estatal que dejó sin efec-
to el acto de adjudicación. El Tribunal adujo que “en tanto el
daño resarcible satisfaga los requisitos enunciados en el con-
siderando precedente, no hay, como principio, fundamento
para limitarlo al daño emergente con exclusión del lucro ce-
LA
ción de resarcir los daños”. Dijo la Corte que “el artículo 18 del
contrato sujetaba la adquisición del sulfato por parte de Obras
Sanitarias a la condición de que, cada año fiscal, el Ministerio
de Economía aprobara las partidas presupuestarias corres-
pondientes. Por este motivo, la actora no tenía una expectati-
OM
no obtuviera aprobación presupuestaria para comprar sulfato
en los años siguientes. En tales condiciones, los perjuicios por
gastos y expectativas de ganancias reclamados sobre la base
de que el contrato seguiría vigente hasta el año 1995, no guar-
da un nexo de causalidad relevante con la rescisión anticipa-
da del contrato por parte del Estado Nacional”.
.C
Por tanto, “a partir de lo expuesto, corresponde rechazar
los rubros relativos a inversiones que no pudieron recuperar-
se o amortizarse, a la paralización de la actividad de la plan-
DD
ta, a las indemnizaciones laborales y por rescisión anticipada
de contratos de transporte y máquinas, y al lucro cesante más
allá del año 1993, porque ese fue el último año para el cual el
presupuesto fue aprobado”.
LA
sentencia…” (710).
Por último, cabe recordar que en el ámbito contractual del
derecho privado, las partes no pueden dejar de cumplir sus
obligaciones por su propio interés porque, en tal caso, la parte
cumplidora puede obligar y exigir a la otra —con intervención
OM
XIV.6. La revocación por razones de ilegitimidad
.C
ser extinguido y expulsado del mundo jurídico.
(711) Es posible advertir —en el marco del derecho privado— ciertas ex-
OM
hubiese sido notificado (acto regular), o estuviese firme y con-
sentido y hubiesen nacido derechos subjetivos que se estén
cumpliendo (acto irregular). En estos casos, el Estado debe
recurrir ante el juez planteando la invalidez del acto. ¿Cómo
debemos trasladar, entonces, estos postulados al campo con-
tractual?
.C
En principio, cabe aplicar el Título III de la LPA de modo
directo. Sin embargo, el art. 7°, última parte, LPA, dice que los
contratos se rigen por sus propias leyes, “sin perjuicio de la apli-
DD
cación directa de las normas del presente título” y agrega luego
que ello es así “en cuanto fueren pertinentes”. Por su parte, el
decreto 1023/01 en su artículo 11 describe cuáles son los actos
que deben dictarse en el procedimiento contractual “con los
requisitos establecidos en el artículo 7° de la ley 19.549”.
LA
OM
prevé la LPA.
En síntesis, el Estado puede rescindir el contrato por in-
cumplimiento de las obligaciones del contratante por sí y ante
sí, sin intervención judicial, pero no puede revocar el acuerdo
por razones de ilegitimidad cuando de éste hubiesen nacido
derechos subjetivos que se estén cumpliendo.
.C
Finalmente —en caso de revocación administrativa por
ilegitimidad o nulidad judicial del acuerdo—, las partes de-
ben restituirse las cosas que hubiesen recibido y, si ello no
DD
fuere posible, devolver el valor de aquéllas. En tal caso, el con-
tratista no tiene derecho alguno, salvo el supuesto de empo-
brecimiento suyo y consecuente enriquecimiento del Estado
comitente.
LA
OM
este caso por decisión del empresario— “cuando las obras se
encontraban virtualmente terminadas y en razón de la apa-
rente negativa de la Universidad de abonar los certificados”.
En este contexto, el empresario persiguió el pago de esos do-
cumentos, vinculados con el segundo proyecto, y la rescisión
del contrato por culpa de la Universidad más el pago de los
.C
daños y perjuicios derivados del incumplimiento.
una simple modificación en los términos del art. 9°, inc. c), de
la ley 13.064.
OM
Civil y 14 de la ley 19.549. No se trata del derecho a la indem-
nización pretendida con base en el presunto incumplimiento
de la comitente, cuestión que indudablemente se tornó abs-
tracta al declararse nulo el contrato cuya resolución se pedía
con miras a obtener aquélla, sino del derecho a la restitución
de lo que las partes ‘...han recibido o percibido en virtud o por
.C
consecuencia del acto anulado’ (art. 1052 citado). Esta Corte
ha señalado que la norma no es sino la recepción, en materia
de nulidades, de la teoría del enriquecimiento sin causa, y ha
admitido, por aplicación del principio, el derecho a reclamar
DD
el precio o el valor de lo ejecutado o entregado en beneficio de
la Administración (Fallos: 267:162; 275:106 y los allí citados)…
Conviene puntualizar, además, que el crédito que se reconoce
a la contratista por la obra realizada se calculó, precisamente,
sumando los montos consignados en esa primera serie de do-
LA
OM
pugna. Además, si se considera que el fondo de reparo no es
sino una retención que el comitente aplica a cada certificado
de obra que se emite, para garantizar la ejecución correcta del
trabajo, y que mantiene en custodia hasta la finalización del
trabajo, la distinción en que tanto hace hincapié la deman-
dada implica reconocer que quedaron en su poder los fondos
de reparo correspondientes a los certificados de obra del con-
.C
trato nulo, los cuales indudablemente deben reintegrarse a la
contratista en virtud de la nulidad decretada…” (713).
DD
Luego, en el antecedente “Ingeniería Omega” la Corte sos-
tuvo que “la validez y eficacia de los contratos administrativos
se supedita al cumplimiento de las formalidades exigidas por
las disposiciones legales pertinentes en cuanto a la forma y
procedimientos de contratación... la actora no ha invocado ni
probado la observancia de estas disposiciones, y la existencia
LA
OM
Cabe recordar que los jueces de Cámara habían rechazado la
demanda por cobro de insumos hospitalarios porque la con-
tratación había sido celebrada con omisión del procedimien-
to de licitación pública, pero condenaron al Estado comitente
por aplicación del artículo 1050 del Código Civil a restituir los
insumos oportunamente recibidos en virtud de la contrata-
.C
ción invalidada.
OM
En segundo lugar, señaló que “la condena a restituir en es-
pecie los insumos ya consumidos significaría que la Comuna
debería convocar a una nueva licitación pública con el único
objeto de adquirirlos de un tercero para restituírselos al ac-
tor, pues el principio de legalidad presupuestaria le impide
proceder de otra manera; vale decir, adquirirlos directamen-
.C
te para entregárselos. En tanto cabe presumir que el impor-
te consignado por el proveedor en las facturas presentadas al
cobro está integrado, cuanto menos en buena medida, por el
DD
costo (pérdida) que efectivamente tuvo para cumplir con la
prestación respectiva; excepto concreta alegación y prueba de
la existencia de sobreprecios. En tales condiciones correspon-
de que, sobre la base de los elementos de juicio obrantes en
el proceso, en cada caso los jueces de la causa determinen el
importe de lo que se debiera restituir para evitar que la Comu-
LA
tencia apelada (715).
del contratista
OM
Veamos cuáles son las causales de rescisión del acuerdo
imputables al empresario y las consecuencias jurídicas.
.C
1) actúe de modo fraudulento, con grave negligencia o
incumpla las obligaciones y condiciones contractua-
les. Por ejemplo, el incumplimiento de las obligaciones
laborales “podrá considerarse negligencia grave a los
DD
efectos de la rescisión del contrato por culpa del con-
tratista…” (art. 36, LOP);
rescindir el contrato;
(716) Art. 50, ley 13.064. La ley de la Provincia de Buenos Aires establece
OM
que “la Provincia tendrá derecho además a rescindir el contrato en los siguien-
tes casos: a) Cuando el contratista se haga culpable de fraude o grave negli-
gencia o contravenga las obligaciones y condiciones estipuladas en el contra-
to. b) Cuando el contratista se exceda sin causa justificada del plazo fijado en
las bases de licitación, para la iniciación de las obras. c) Cuando el contratista
no llegare a justificar las demoras en la ejecución de la obra, en caso de que
la parte ejecutada no corresponda al tiempo previsto en los planes de traba-
jos y a juicio de la Repartición no puedan terminarse en los plazos estipula-
.C
dos. d) Cuando el contratista infrinja a las leyes del trabajo en forma reitera-
da. d) Cuando se produzca el supuesto contemplado en el artículo 37 in fine.
Previamente, en los casos b) y c) deberá intimarse al contratista para que ini-
cie o acelere los trabajos hasta alcanzar el nivel contractual de ejecución, en
el plazo que a tales efectos se le fije” (art. 60). La Ley de Córdoba establece que
DD
“la Administración pública podrá rescindir el contrato en los casos siguientes:
a) Cuando el contratista obre con evidente y reiterada negligencia y/o mala fe
en el cumplimiento de las obligaciones y condiciones estipuladas en el contra-
to. b) Cuando el contratista sin causa justificada ejecute la obra sin observancia
de los términos previstos en los pliegos, de tal modo que no se pueda terminar
la obra en los plazos estipulados. c) Cuando el contratista deje pasar el plazo fi-
jado para la iniciación de la obra y no la comience antes de transcurrir quince
LA
haciente por el término de cinco (5) días. f) Por caso fortuito o de fuerza mayor
que imposibilite el cumplimiento de las obligaciones emergentes del contrato.
Según la ley de Mendoza “la Administración tendrá derecho a declarar la reso-
lución del contrato en los siguientes casos: a) Cuando el contratista obrare con
dolo o culpa grave o reiterada en el cumplimiento de sus obligaciones contrac-
OM
por su culpa (717).
tratista interrumpiere los trabajos por un plazo mayor de cinco (5) días hábiles
en más de tres (3) ocasiones o por un período mayor de un (1) mes; i) Cuando el
.C
contratista abandonare la obra; j) En los supuestos de los arts. 30 y 75” (art. 81).
La ley de San Luis establece que “la Administración tendrá derecho a rescindir el
contrato en los siguientes casos: a) Cuando el contratista obre con dolo o con gra-
ve y reiterada negligencia en el cumplimiento de sus obligaciones contractuales.
DD
b) Cuando el contratista sin causa justificada se exceda del plazo fijado en la
documentación contractual para la iniciación de la obra. En este caso la Ad-
ministración a pedido del contratista podrá conceder prórroga del plazo pero
si vencido éste tampoco dio comienzo los trabajos, la rescisión se declarará sin
más trámite. c) Cuando sin mediar causa justificada, el contratista no dé cum-
plimiento al plan de trabajo. Previamente la Administración lo intimará para
que, dentro del plazo que le fije, alcance el nivel de ejecución del plan previsto.
LA
mayores de ocho (8) días en más de tres (3) ocasiones o por un período mayor de
un mes” (art. 71). Finalmente, la ley de Obras Públicas de la Provincia de Santa
Fe dice que “la Administración tendrá derecho, además, a rescindir el contra-
to en los siguientes casos: a) Cuando el contratista proceda con dolo, fraude o
grave negligencia, o contravenga las obligaciones y condiciones estipuladas en
el contrato. b) Cuando el contratista se exceda sin causa justificada del plazo fi-
jado en las bases de licitación, para la iniciación de las obras. c) Cuando el con-
tratista no llegue a justificar las demoras en la ejecución de las obras, en caso de
que la parte a ejecutar no corresponda al tiempo previsto en los planes de traba-
jo, y a juicio de la repartición no puedan terminarse en los plazos estipulados.
d) Cuando el contratista infrinja las leyes del trabajo en forma reiterada. e) Cuan-
do se produzca el supuesto contemplado en el art. 53. f) Cuando el contratista
transfiera en todo o en parte su contrato, se asocie con otro para la construcción
o subcontrate sin previa autorización de la Administración. g) Cuando el con-
tratista abandone o interrumpa los trabajos sin causa justificada por un término
mayor de siete (7) días. En los casos contemplados en los incisos b), c), d), y g), la
Administración deberá intimar previamente al contratista” (art. 88).
(717) Artículo 39, primera parte, ley 13.064.
Veamos:
OM
tista sólo pierde las garantías por el cumplimiento del
contrato, debiendo liquidarse los trabajos efectuados
hasta la fecha de la cesación de los mismos;
b) el Estado puede tomar los equipos y materiales nece-
sarios para la continuación de la obra si así lo consi-
.C
dera conveniente y previa valuación convencional “sin
aumento de ninguna especie”. Sin embargo, los crédi-
tos que resulten a favor del contratista en virtud de los
DD
materiales, liquidación de partes de obras terminadas
y fondos de reparo, quedarán retenidos hasta tanto se
realice la liquidación final de los trabajos;
c) el contratista no tiene derecho, en ningún caso, al be-
neficio que hubiese obtenido con la continuación de la
LA
(718) “En caso de que rescindido el contrato por culpa del contratista la
Administración resolviera variar el proyecto que sirvió de base a la contrata-
ción, la rescisión sólo determinará la pérdida de la fianza, debiendo liquidar-
se los trabajos efectuados hasta la fecha de la cesación de los mismos”, art. 52,
ley 13.064.
(719) Por ejemplo, según la ley de la Provincia de Buenos Aires, las con-
secuencias son las siguientes: “a) El contratista responderá por los perjui-
cios que sufra la Administración a causa del nuevo contrato que celebre
para la continuación de las obras o por la ejecución de éstas por administra-
ción. b) La Administración dispondrá, si lo cree conveniente y previa valua-
ción de los equipos y materiales que se encuentran en obra necesarios para
la continuación de la misma. El contratista podrá pedir reconsideración de
dicha valuación. c) Los créditos que resulten por los materiales, equipos e
implementos que la Administración reciba, en el caso del inciso anterior, por la
liquidación de partes de obras terminadas y obras inconclusas que sean de reci-
bo, quedarán retenidas a la resulta de la liquidación final de los trabajos ejecu-
OM
tista, entre exigir el cumplimiento del acuerdo aplicando las
penalidades del caso más los daños y perjuicios o rescindir el
tados hasta el momento de la rescisión del contrato. d) Sin perjuicio de las san-
ciones dispuestas en esta ley, contratista incurso en fraude o grave negligencia
perderá los depósitos de garantía. Asimismo, se lo eliminará o suspenderá en el
.C
Registro de Licitadores por el término que fije la reglamentación y que no podrá
ser menor de un año. e) Cuando se opere la rescisión por imperio de lo dispues-
to en el inciso b) del artículo 60, el contratista perderá el depósito de garantía
de contrato. f) En todos los casos en que la responsabilidad del contratista ex-
cediera el monto de los depósitos de garantía podrá hacerse efectiva la misma
DD
sobre el equipo, el que se retendrá a este efecto pudiendo afectarse créditos de
la misma empresa con la Provincia. g) En los casos en que surja responsabili-
dad técnica, el Consejo respectivo aplicará las sanciones que correspondan al
representante técnico” (art. 62). La ley de Córdoba dice que “en ninguno de los
casos indicados precedentemente, el contratista tendrá derecho a indemniza-
ción alguna” (art. 63)… ”en el caso señalado en el inciso b) del artículo anterior,
podrá exigírsele al contratista que dentro del término improrrogable de cinco
LA
acordado, quedará rescindido el contrato” (art. 65) “…en los casos previstos en
los incisos a), b), c), d) y e) del Artículo 63 la rescisión dará lugar a la pérdida del
depósito de garantía. Cuando la rescisión haya sido causada por el contratista,
la administración podrá declarar la inhabilitación del mismo por el tiempo que
crea conveniente, la que se informará al Registro de Constructores de Obras”
(art. 66)… “dispuesta la rescisión del contrato, salvo el caso previsto en el inci-
so c), artículo 63, ella tendrá las siguientes consecuencias: a) La autoridad com-
petente, previa evaluación y si lo cree conveniente, tomará en arrendamiento o
propiedad, los equipos y materiales necesarios para la continuación de la obra.
b) Los créditos resultantes de la recepción de materiales o partes de obras ter-
minadas o inconclusas que estén en condiciones de recibirse, serán certifica-
dos, efectuándose las correspondientes retenciones en concepto de fondo de
reparo en el porcentaje y las condiciones establecidas en los pliegos. c) La va-
luación del equipo de que habla el inciso a) se hará en base al costo de compra
debidamente acreditado, bajo declaración jurada, descontando el monto que
corresponda al desgaste sufrido y en su caso a las reparaciones que fuera nece-
sario efectuar, quedando siempre a criterio de la administración, decidir sobre
la conveniencia o no de esta adquisición o arrendamiento” (art. 67).
OM
bra fraudulenta el contratista perderá la garantía, sin perjui-
cio de las sanciones determinadas por el artículo 51 de la ley.
Las causas de rescisión que a criterio de la Repartición sean
imputables al contratista, se le comunicarán a éste por nota
bajo recibo o telegrama colacionado. En igual forma procede-
rá el contratista cuando a su entender las causas fueron impu-
.C
tables a la Repartición” (art. 73).
OM
LPA— debe intimar previamente a su cumplimiento. Vale re-
cordar que este precepto dice que “la Administración podrá
declarar unilateralmente la caducidad de un acto administra-
tivo cuando el interesado no cumpliere las condiciones fijadas
en el mismo, pero deberá mediar previa constitución en mora
y concesión de un plazo suplementario razonable al efecto”.
.C
Por su parte, el artículo 1204, CC, también prevé la intimación
previa y el transcurso del plazo respectivo, antes de la resolu-
ción del contrato por incumplimiento de las obligaciones de
DD
la otra parte.
mora por el solo hecho del transcurso del o de los plazos esti-
pulados en el contrato” (art. 35, LOP).
OM
la obra, ‘quedando pendiente de tratamiento, evaluación y re-
solución’ otras… a tal efecto, prorrogaron los plazos de entre-
ga en la forma prevista en la cláusula primera, donde se esta-
bleció un término máximo de 45 (cuarenta y cinco) días para
la torre ‘B1’ y de 90 (noventa) para la torre ‘A’. La Corte sos-
tuvo que “en la causa ‘Empresa Constructora Indeco Crivelli
.C
S.R.L. s/nulidad de acto administrativo’…, la alzada, al revo-
car la sentencia de primera instancia, rechazó la demanda en-
derezada a obtener la declaración de nulidad de la rescisión
del contrato de locación de obra… dispuesta por acto admi-
DD
nistrativo… el a quo consideró que la rescisión se encontraba
justificada en razón de la demora en la entrega de la obra que,
además, fue incompleta”. El Tribunal adujo que “la existencia
de atrasos en la obra es una cuestión fuera de discusión, pues
ha sido reconocida por las partes y constatada por los peritos
LA
OM
en fisuras de diversos grados en los encuentros entre los men-
cionados elementos, la falta de instalación de tableros eléctricos
en departamentos, de colocación de puertas interiores, manijas
y bocallaves, así como falencias generales en las cuatro torres,
entre las que cabe destacar fisuras en los encuentros de mam-
posterías de distintos planos en las azoteas. De lo expuesto se
desprende que la obra no se encontraba en situación de cum-
.C
plir la finalidad que motivó la contratación, pues diversas uni-
dades no estaban en condiciones de ser habitadas”.
DD
Finalmente, concluyó que “en las condiciones señaladas,
resulta razonable el criterio adoptado por el Instituto de Vi-
vienda del Ejército al decidir el distracto frente al incum-
plimiento por la contratista de las obligaciones asumidas, de-
biendo tenerse en cuenta que, para ello, la comitente ponderó
LA
Estado
¿Qué dicen las normas? Por un lado, el art. 39, LOP, estable-
ce en términos generales que “cuando esas pérdidas, averías
(721) CSJN, “Instituto de Vivienda del Ejército c. Indeco S.A. y Crivelli S.R.L.
y otro”, sent. del 31 de marzo de 2009, Fallos: 332:674.
OM
tificados, entre otros incumplimientos.
.C
nes de las obras por menos de tres meses (723). El art. 34, LOP,
reconoce en sentido concordante el pago de “todos los gastos
y perjuicios” en caso de suspensiones imputables al Estado. En
DD
conclusión, cuando se plantee el caso que prevén los arts. 34
—suspensión imputable al comitente— o 39, LOP —culpa de
los empleados de la Administración— el Estado debe reparar.
El texto legal dispone más puntualmente en qué casos
procede la rescisión del contrato por actos del Estado contra-
LA
OM
b) cuando se suprima totalmente un ítem;
c) cuando la Administración suspenda por más de tres
meses la ejecución de las obras;
d) cuando la Administración no entregue los elementos
.C
o materiales a su cargo y como consecuencia de ello el
contratista deba suspender las obras por más de tres
meses o reducir el ritmo del trabajo durante ese tiem-
po en más de un cincuenta por ciento;
DD
e) cuando el Estado no cumpla con la entrega de los terre-
nos o el replanteo de la obra y hayan transcurrido trein-
ta días desde el vencimiento del plazo respectivo (725).
LA
mayor o caso fortuito. Esta norma modifica los principios del derecho común,
poniendo a cargo de la Administración la reparación de los perjuicios ocasio-
nados al contratista en los casos en que ella taxativamente determina, es decir,
por actos de la propia comitente (inc. a) o por acontecimientos de origen natural
o extraordinarios… También expresó, que por establecer el citado artículo 39
un régimen de excepción, debe ser interpretado en forma restrictiva. Ello así ya
FI
13.064, toda vez que las ampliaciones del plazo contractual tuvieron su origen
en hechos de la Administración (indefinición de ubicación de la obra, mayor
gasto por trabajos adicionales, cambio de la instalación de la calefacción, atra-
sos en la aprobación de un mayor gasto por la rescisión de la obra y sus conse-
cuencias). De la interpretación armónica de estas normas puede concluirse que
le corresponde al contratista la indemnización de los perjuicios efectivamente
sufridos, con los precios del contrato (art. 39 LOP)”. PTN, Dictámenes 234:174.
(725) De conformidad con la ley de la Provincia de Buenos Aires “el contra-
tista tendrá derecho a rescindir el contrato en los siguientes casos: a) Cuando por
causas imputables a la Administración Pública se suspenda por más de tres (3)
meses la ejecución de las obras. b) Cuando el contratista se vea obligado a redu-
cir el ritmo previsto en más de un cincuenta por ciento (50%) durante cuatro (4)
OM
dentro del plazo fijado en el contrato más una tolerancia de treinta (30) días,
siempre que esta circunstancia impida la iniciación de la obra. d) Cuando la
Administración Pública demore la emisión o pago de algún certificado por
más de tres (3) meses después del término señalado en los artículos 43 y 45, sin
perjuicio del reconocimiento de intereses, establecidos en los artículos 45 y 46
excepto que mediara culpa o negligencia del contratista. En todos los casos el
contratista intimará al Ministerio respectivo por intermedio de la repartición
correspondiente la que en el término que fije la reglamentación, deberá nor-
.C
malizar la situación” (art. 63). Según la ley de Córdoba, “el contratista tendrá
derecho a rescindir el contrato en los siguientes casos: a) Cuando las modifi-
caciones mencionadas en el Artículo 48 alteren el valor total de la obra contra-
tada en un treinta por ciento (30%) por lo menos. b) Cuando la administración
pública suspenda más de tres (3) meses la ejecución de la obra. c) Cuando el
DD
contratista se vea obligado a suspender la obra por más de tres (3) meses, o a
reducir el ritmo de avance de obra previsto en el contrato en más de un quince
por ciento (15%) durante el mismo período, debido a que la administración no
entregó en término los elementos que se comprometió a proveer. d) Por caso
fortuito o de fuerza mayor que imposibilite el cumplimiento de las obligaciones
emergentes del contrato. e) Cuando la administración no efectúe la entrega de
los terrenos o no apruebe el replanteo de la obra dentro de los sesenta (60) días,
LA
a partir de la firma del contrato, salvo que la falta de aprobación esté motivada
por errores del contratista” (art. 68). Por su parte, la ley de Mendoza dice que “el
contratista tendrá derecho a exigir la resolución del contrato en los siguientes
casos: a) Cuando la Administración no cumpliere con la entrega del bien en
que debiera realizarse la obra o no realizare el replanteo de la misma dentro
de los plazos y en las condiciones fijadas en el pliego, más una tolerancia de
FI
OM
y demás elementos necesarios para las obras que no
tenga interés en retener, previa valuación de común
.C
cia de la falta de cumplimiento por parte de la Administración en la entrega
de la documentación, elementos o materiales a que se hubiere comprometido
contractualmente. e) Cuando la Administración demore la emisión o pago de
uno o más certificados, que en conjunto superen el veinte por ciento (20 %) del
DD
monto contractual por más de tres (3) meses después del término señalado en
artículo 57 sin perjuicio del reconocimiento de intereses. Esta causa no podrá
ser invocada cuando mediare culpa o negligencia del contratista, o cuando se
refiriere a trabajos o provisiones cuya certificación no haya sido realizada por
no existir acuerdo de las partes. En este caso, los plazos comenzarán a regir
desde que exista resolución firme y definitiva al respecto. En todos los casos el
contratista intimará previamente a la Administración para que en el término
LA
de treinta (30) días corridos, normalice la situación. Vencido este término sin
que se haya normalizado la situación, el contratista tendrá derecho a solicitar a
la Administración, rescisión del contrato por culpa de ésta, la que debe pronun-
ciarse dentro del término de treinta (30) días corridos a contar desde la solici-
tud. Vencido este plazo sin que la Administración se pronunciare se entenderá
denegada la rescisión” (art. 72). La ley de Santa Fe dispone que “el contratista
FI
OM
la rescisión del contrato;
3) transferir los contratos celebrados para la ejecución de
las obras, sin pérdidas para él;
4) requerir la recepción provisional —en caso de que
haya ejecutado trabajos— y, luego de vencido el plazo
.C
de garantía, requerir la recepción definitiva y, por últi-
mo,
DD
5) no tiene derecho al cobro de suma alguna por los be-
neficios que hubiera podido obtener por las obras no
ejecutadas (726).
(726) Art. 54, ley 13.064. Según la ley de la Provincia de Buenos Aires, las
consecuencias son las siguientes: “a) Liquidación a favor del contratista del im-
porte de los materiales acopiados y los destinados a obra en viaje o en elabora-
ción que sean de recibo. b) Transferencia, sin pérdida para el contratista de los
contratos celebrados por el mismo para la ejecución de la obra o indemniza-
ción. c) Si hubiere trabajos ejecutados se efectuará la recepción provisional de-
biendo realizarse la definitiva una vez vencido el plazo de conservación fijado
cuando ésta corresponda. d) Liquidación a favor del contratista de los trabajos
realizados, a los precios de contrato reajustados. Este reajuste en los casos de
contratos por reajuste alzado, se hará aplicando el sistema establecido en el in-
ciso b) del artículo 34. e) Liquidación a favor del contratista de los gastos gene-
rales comprobados y beneficios correspondientes al monto de obra que ha de-
jado de ejecutar. f) No se liquidará a favor del contratista suma alguna por otros
conceptos que los especificados en este artículo” (art. 64).
OM
El pacto comisorio es “la cláusula en virtud de la cual se
estipula, por la voluntad de las partes, la posibilidad de reso-
lución del contrato por incumplimiento de una de ellas” (727).
Tengamos presente que el Código Civil, antes de la reforma de
la ley 17.711, establecía que “si no hubiere pacto expreso que
autorice a una de las partes a disolver el contrato si la otra no
.C
lo cumpliere, el contrato no podrá disolverse, y sólo podrá pe-
dirse su cumplimiento”.
El actual artículo 1204, CC, dice que “en los contratos con
DD
prestaciones recíprocas se entiende implícita la facultad de
resolver las obligaciones emergentes de ellos en caso de que
uno de los contratantes no cumpliera su compromiso”.
A su vez, “la parte que haya cumplido podrá optar por exigir
a la incumplidora la ejecución de sus obligaciones con daños y
perjuicios. La resolución podrá pedirse aunque se hubiese de-
mandado el cumplimiento del contrato; pero no podrá solici-
tarse el cumplimiento cuando se hubiese demandado por re-
OM
solución”. Este derecho del acreedor de requerir la resolución
del acuerdo aun cuando hubiese solicitado originariamente el
cumplimiento del contrato, es definido entre los operadores
del derecho civil como ius variandi.
.C
parte. En otras palabras, ¿qué ocurre ante el incumplimiento
de las obligaciones de cualquiera de las partes? Así, el cum-
plidor puede: a) oponerse al reclamo del otro que le exige el
DD
cumplimiento de sus obligaciones —excepción—, b) exigir el
cumplimiento, mediante intervención del juez, de las obliga-
ciones del incumplidor o c) resolver legalmente el contrato
—pacto comisorio—.
La Corte aceptó la aplicación del pacto comisorio en el mar-
LA
OM
Por último, es posible también que las partes convengan la
rescisión del contrato de común acuerdo, siempre —claro—
que no existan causales de rescisión contractual por razones
imputables al empresario.
.C
XV. La impugnación de los contratos
(730) Los juzgados de Primera Instancia fueron creados por ley 13.278 y la
determinación de la competencia fue fijada en 1950 por ley 13.998 y decreto-ley
1285/58.
OM
(ley 22.460). Por su parte, esta última ley ya preveía la compe-
tencia del tribunal arbitral en cuestiones de consultoría (731).
.C
árbitros debe mediar una cláusula o compromiso arbitral en-
tre las partes contratantes (733). Sin perjuicio de ello, el Tribunal
estableció expresamente que no existe obstáculo constitucio-
nal para que el Estado Nacional someta a jurisdicción arbitral
DD
sus controversias con particulares, siempre que una ley así lo
establezca.
A su vez, el decreto 1299/00, ratificado por ley 25.414, y los
decretos 966/05 y 967/05 prevén la posibilidad de someter a
LA
OM
por la ley 13.064 y a los contratos de locación de servicios y
servicios públicos que así lo establezcan en términos expre-
sos. El objeto es establecer un valor compensatorio del real in-
cremento del costo sufrido por proveedor.
Cabe agregar que la ley sobre el régimen de compras y con-
.C
trataciones regulado por la ley 2095 excluye, entre otros, a los
contratos de obra pública.
El Estado local dictó normas reglamentarias de la ley
DD
13.064, por caso, el decreto 2186/04 reglamenta diversos as-
pectos de la contratación de las obras. Por ejemplo, establece
que para el llamado a licitaciones privadas debe invitarse a
no menos de seis firmas y que la modalidad de contratación
directa sólo se admite en los casos previstos en el art. 9° de
LA
la LOP (art. 2°). Asimismo, exige que en todos los casos, los
oferentes presenten certificado expedido por el Registro Na-
cional de Constructores de Obras Públicas o del Registro que
oportunamente se cree en el ámbito de la Ciudad (art. 4°).
FI
OM
por la LOP, aunque modificada y complementada en ciertos
aspectos por normas locales.
uu
.C
DD
LA
FI
.C
públicas y concesión de servicios públicos.— II. El poder de ordena-
ción y regulación del concesionario respecto de los usuarios.— III. El
régimen normativo aplicable.— IV. La relación entre los actores del
modelo. Concedente, concesionario y usuario.— IV. La estructu-
DD
ra económico-financiera. El financiamiento. La remuneración del
concesionario. El peaje. La contribución de mejoras.— V. Los proce-
dimientos de contratación.— VI. Modalidades y plazo de concesión.
OM
Estado las solvente. En tal sentido, la ley 17.520, dictada en el
año 1967, justifica el uso de esta figura señalando que “nuestro
país requiere imperiosamente las obras públicas que posibili-
ten su desarrollo. Los recursos provenientes de los impuestos
(...) no permiten encarar con la rapidez que las circunstancias
.C
requieren este agudo problema nacional y nos obliga a buscar
nuevos mecanismos y fuentes de ingresos...”.
ejecución indirecta de una obra pública a través del cual el concesionario o de-
legado recibe del concedente o delegante el ejercicio de la competencia admi-
nistrativa de contratar con un tercero constructor la realización de esa obra pú-
blica y, por sí mismo o por un tercero, efectuar las operaciones necesarias para
el buen mantenimiento y explotación de la misma, quedando el pago de todas
las inversiones requeridas para la construcción, mantenimiento y explotación,
también delegado en el concesionario, quien recibe, asimismo, el cometido de
percibir los ingresos por la explotación de la obra, para destinarlos a amortizar
la inversión hecha y a satisfacer su beneficio empresario, que puede o no ser
participado con el delegante” (Contrato de obra pública, cit., t. I, ps. 306-307).
(2) Cabe aclarar, sin embargo, que la ley 17.520 admite también la posibili-
dad de que se realicen subvenciones estatales (art. 2°, inc. c, ley 17.520).
OM
limitándose a exigir una vinculación “física, técnica o de otra
naturaleza”. Los casos en que las obras se encuentren relacio-
nadas materialmente no parecen ofrecer mayores dificulta-
des. En cuanto al supuesto de vinculación técnica, se ha dicho
que ello es así cuando las obras se entrelazan constituyendo
un mismo sistema (3).
.C
Sin embargo la ley admite la posibilidad de que entre la
obra preexistente y el proyecto a financiar exista una vincu-
lación “de otra naturaleza”. Más allá de la laxitud de este con-
DD
cepto, ciertamente indeterminado, es indudable que debe
existir un vínculo razonable entre las obras.
(3) R. Barra, “La concesión de obra pública”, Prudentia Iuris nº XXIII, ene-
ro-junio 1990, p. 23.
OM
II. El poder de ordenación y regulación
del concesionario respecto de los usuarios
.C
concesionarios de las obras.
(4) Es del caso señalar que la Procuración del Tesoro de la Nación ha ad-
vertido que para que una ruta se considere sujeta a la jurisdicción nacional, no
basta con que mediante sucesivas conexiones de caminos locales pueda servir
o sirva de hecho al tráfico o tránsito interprovincial o internacional, sino que es
menester que forme parte de una red troncal, es decir que integre un “sistema”
(Dictámenes 209:212).
OM
yamos sobre los otros aspectos (regulación y control).
.C
incluye entre los deberes y atribuciones de aquéllas, “sancio-
nar las infracciones que cometan los usuarios y requerir el
auxilio del Organo de Control cuando fuera necesario, con-
DD
forme lo que se establezca en el Contrato y en el Régimen de
Infracciones y Sanciones…” (5).
exceso de carga.
OM
Nacional, de conformidad con la ley 24.449, modificada por la
ley 26.363, el decreto 516/07, y no está obligada a responder por
sus consecuencias. No obstante, ante la ausencia de agentes pú-
blicos que lleven a cabo dicha actividad, la Concesionaria adop-
tará las medidas preventivas necesarias para el ordenamiento
del tránsito y la circulación, debiendo formular de inmediato,
.C
según el caso, las denuncias pertinentes ante la autoridad com-
petente, así como requerir su inmediata presencia. En ningún
caso podrá responsabilizarse a la Concesionaria por los hechos
previstos en el artículo 1124 del Código Civil” (7).
DD
Cabe finalmente advertir que la falta de poder de los con-
cesionarios de ordenar el tránsito es interpretado por algunos
autores como argumento a favor de la exclusión de su res-
ponsabilidad por los accidentes ocurridos en las rutas conce-
LA
(6) Ver punto 10.7. del Contrato de Concesión de Obra Pública de corredo-
res viales nacionales (decreto 1615/08 y res. 1095/08 del Ministerio de Planifica-
ción Federal, Inversión Pública y Servicios).
(7) El art. 1124 del Código Civil establece que “El propietario de un animal,
doméstico o feroz, es responsable del daño que causare. La misma responsabi-
lidad pesa sobre la persona a la cual se hubiere mandado el animal para servir-
se de él, salvo su recurso contra el propietario”.
(8) “… los hechos delictuales penales constituyen un acontecimiento im-
previsible e inevitable de un tercero por quien la empresa concesionaria no tie-
ne que responder, ya que no cabe exigirle que se constituya en guardián del
orden social y sustituya la acción policial (Policía Federal, Provincial o even-
tualmente Gendarmería Nacional) en la prevención y represión de los delitos,
máxime cuando hay una atribución específica a tales entidades públicas” (Ló-
pez del Carril, Gonzalo, Responsabilidad Civil en Rutas, Autopistas y Vías
de Circulación - El rol de los Concesionarios Viales, Buenos Aires, La Ley, 1999,
p. 71; citado por Florián, Pablo, Concesión de Obra Pública, Buenos Aires, La
Ley, 2001, p. 40).
OM
El contrato de concesión de obra pública se encuentra re-
gulado básicamente por la ley 17.520, con las modificaciones
introducidas por los artículos 57 y 58 de la Ley de Reforma del
Estado (ley 23.696). Dichos artículos fueron reglamentados, a
su vez, por el decreto 1105/89.
.C
Asimismo, resulta aplicable el régimen general de las con-
trataciones (decreto 1023/01), toda vez que el contrato de con-
cesión de obra pública se encuentra expresamente alcanzado
(artículo 4°, inciso b). Finalmente, cabe recurrir a los tratados
DD
internaciones y demás normas estudiadas en el marco de la
teoría general de los contratos; entre ellos, los Códigos Civil y
de Comercio (9).
La ley 17.520 dispone que “en todos los casos deberán respe-
LA
OM
creto 1023/01 y, sólo si ello no fuese plausible, entonces debe
inclinarse por el marco especial (ley 17.520) y sólo aplicar el
decreto 1023 en términos supletorios. En segundo lugar, la ley
13.064 debe aplicarse respecto de las etapas constructivas sal-
vo que no fuere pertinente por disposiciones en sentido con-
trario.
.C
Por otro lado y con alcance complementario respecto del
marco jurídico antes detallado, cabe aplicar la ley 25.551 de
DD
Compre Nacional.
Finalmente, los contratos que el concesionario celebre con
terceros en el marco de ejecución de los trabajos relativos a
las obras concesionadas casi no están regulados. Por ejemplo,
cabe citar el decreto 1994/93, mediante el cual se aprobó el
LA
(11) A propósito del art. 4° de la ley 17.520, Barra dice que “... queda claro
que la relación concesionario-constructor quedará regida, básicamente, por la
legislación de obras públicas. Para sentar principios coherentes debe entender-
se que ello no es sólo ‘en cuanto a la etapa de construcción’, sino también, y ello
es de fundamental importancia, durante la etapa de selección de la empresa
OM
IV. La relación entre los actores del modelo.
Concedente, concesionario y usuario
.C
contrato particular.
OM
Así, según el Tribunal, no puede imputársele al concesionario
responsabilidad toda vez que éste no puede asumir frente al
usuario mayores deberes que aquellos que corresponden al
concedente. En igual sentido, la obligación establecida en el
Pliego de facilitar la circulación por el camino en condiciones
de absoluta normalidad, suprimiendo las causas que originen
.C
molestias, inconvenientes o peligrosidad para los usuarios del
camino sólo consiste en tareas de remodelación, conservación
y explotación del corredor vial enderezadas al mantenimiento
DD
y señalización de calzadas y banquinas, y la oferta de servi-
cios auxiliares al usuario (14).
Sin embargo, el juez Vázquez en su disidencia sostuvo que
“... el contenido y términos de la relación de derecho público
que existe entre el concedente o el concesionario no es opo-
LA
OM
dente por colisión con un animal suelto, cuando circulaba por
la ruta Nicolás Avellaneda. El juez de primera instancia y la
Cámara condenaron a la empresa VICOV S.A., en su carácter
de concesionario del servicio vial. Por su parte, la Corte en su
mayoría rechazó el recurso (15).
.C
Sin embargo, el voto minoritario sostuvo que aun cuando
el Estado, dentro del marco de la concesión, ejerce derechos
fundamentales, la vinculación entre el concesionario y el
usuario resulta comprensiva de derechos de naturaleza con-
DD
tractual de diversa entidad e intensidad en tanto aquél realiza
la explotación por su propia cuenta y riesgo, lo cual se corres-
ponde con la noción de riesgo y ventura inherente a todo con-
trato de concesión (16).
LA
(15) CSJN, “Ferreira, Víctor D. y otro c. V.I.C.O.V. S.A.”, sent. del 21 de marzo
de 2006, Fallos 329:646.
(16) Voto del juez Zaffaroni. A su vez agregó que en consonancia con el
riesgo asumido y la actuación que le es propia, cabe atribuirle la responsabili-
dad directa y personal por las consecuencias derivadas del cumplimiento del
contrato. La naturaleza de esa relación determina la responsabilidad objetiva
de la concesionaria, quien asume frente al usuario una obligación de seguri-
dad por resultado, consistente en que aquél debe llegar sano y salvo al final del
recorrido. Para eximirse de responsabilidad el concesionario debe acreditar el
acaecimiento de caso fortuito, culpa de la víctima o de un tercero por el que
no debe responder. Por último, la responsabilidad del concesionario no resulta
enervada por la que recae sobre el dueño o guardián del animal en los términos
del artículo 1124 del Código Civil, ya que la existencia de esta última no excluye
a la primera, en tanto se trata de un supuesto en el que, aun cuando concurran,
obedecen a un factor de imputación diverso.
OM
las personas. Y agregó que el ciudadano común que accede a
una ruta concesionada tiene una confianza fundada en que el
organizador se ha ocupado razonablemente de su seguridad.
Ello es así porque la prestación de servicios masivos presenta
un grado de complejidad y anonimato que resultan abruma-
dores para los ciudadanos que los reciben. El funcionamiento
.C
regular y el respaldo de las marcas y el Estado es lo que genera
una apariencia jurídica que simplifica su funcionamiento y lo
hace posible.
DD
Luego, concluyó que el vínculo que une al que contrata o
usa el servicio y el concesionario, es una relación de consumo
de la cual surge un deber de seguridad de fuente constitucio-
nal, sin perjuicio de que no es posible afirmar la existencia de
una garantía de resultado. Por su parte, el supuesto particu-
LA
OM
Por otro lado, la Corte entendió que la concesionaria sí era
responsable pues “en el derecho vigente a la época del evento
dañoso, el vínculo era contractual, regulado por el Código Ci-
vil, ya que no cabe duda alguna que la relación entre el conce-
sionario y el usuario es diversa a la que el primero tiene con el
.C
Estado, y que este último paga un precio o canon para el uso
de la ruta y los servicios consiguientes”.
Luego, “existiendo una relación contractual, cabe sostener
DD
que el concesionario no asume una obligación de dar el uso y
goce de una cosa, sino de prestar un servicio. Esta calificación
importa que hay una obligación nuclear del contrato, cons-
tituida por la prestación encaminada al mantenimiento de
la ruta en todos sus aspectos y, también, deberes colaterales
LA
sulten previsibles”.
No obstante, la Corte aclaró que “la apuntada previsibili-
dad de los riesgos que adjetiva a la obligación de seguridad a
OM
ciones abstractas y genéricas” (18).
Finalmente, el Tribunal concluyó que en “el supuesto par-
ticular de accidentes ocurridos con ocasión del paso de ani-
males por rutas concesionadas, es claramente previsible para
un prestador de servicios concesionados… y que, en la mano
que transitaban, estaba prevista la colocación de uno semejan-
.C
te [cartel que indicaba la presencia de animales sueltos]...”.
(18) CSJN, “Bianchi, Isabel del Carmen Pereyra de c. Buenos Aires, Provin-
cia de y Camino del Atlántico S.A. y/o quien pueda resultar dueño y/o guardián
de los animales causantes del accidente s/ daños y perjuicios”, sent. del 7 de no-
viembre del 2006, Fallos: 329:4944.
OM
puede ser desconocido en el contrato entre concesionario y
usuario.
.C
ocasionados por animales sueltos). Sin embargo, las decisio-
nes del Tribunal sobre este punto han seguido criterios disí-
miles.
DD
En efecto, cabe recordar que, en el ya citado precedente
“Colavita”, el Tribunal rechazó el reclamo de daños contra la
concesionaria sin abundar sobre la naturaleza de la relación
entre ésta y el usuario damnificado. El fallo destacó que el po-
der de policía de seguridad no resultaba fundamento suficien-
LA
(19) Art. 1° de la ley 24.240 (según ley 26.361): “Objeto. Consumidor. Equi-
paración. La presente ley tiene por objeto la defensa del consumidor o usuario,
entendiéndose por tal a toda persona física o jurídica que adquiere o utiliza bie-
nes o servicios en forma gratuita u onerosa como destinatario final, en beneficio
propio o de su grupo familiar o social (…) Se considera asimismo consumidor
o usuario a quien, sin ser parte de una relación de consumo, como consecuen-
cia o en ocasión de ella adquiere o utiliza bienes o servicios como destinatario
final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social, y a quien de cualquier
manera está expuesto a una relación de consumo”. Nótese que en su redacción
anterior, la norma consideraba consumidores o usuarios a “… las personas físi-
cas o jurídicas que contratan a título oneroso para su consumo final o beneficio
propio o de su grupo familiar o social…” (énfasis agregado).
OM
cruzado por fuertes trazos reglamentarios.
V. La estructura económico-financiera.
El financiamiento. La remuneración
del concesionario. El peaje.
.C
La contribución de mejoras
OM
También se ha desarrollado la idea de que en caso de gra-
tuidad de la concesión el contrato establezca el número de
usuarios y que si registrase una cantidad menor, el conceden-
te pague una subvención igual al monto que resulte de tales
diferencias. A su vez, si se registrase un número mayor, el con-
.C
cesionario debe pagar el canon equivalente (21).
OM
según los requerimientos del Pliego Especificaciones Técni-
cas Particulares, con la condición de que la Tasa Interna de
Retorno (TIR) no podrá superar el quince (15 %) por ciento no-
minal anual...” (23).
.C
que “el presente contrato es, a todos los efectos, un contrato
de riesgo, en el cual el Estado nacional no garantiza tránsi-
to ni beneficios” (24). En el mismo sentido, “si los ingresos por
DD
peaje resultaran inferiores a los de la oferta, la concesionaria
no tendrá derecho, en ningún caso, a reconocimiento algu-
no por la menor rentabilidad que dicha circunstancia pudiere
generar” (25).
LA
OM
tura económica del contrato presenta diferencias evidentes
porque la tarifa de peaje que percibe el concesionario tiene un
destino distinto. La ley 23.696 incorporó un segundo párrafo
aclaratorio al art. 1° de la ley 17.520, en el que se contempla ex-
presamente esta posibilidad. De este modo se han despejado
las dudas sobre la posibilidad de otorgar concesiones de obra
.C
“para la explotación, administración, reparación, ampliación,
conservación o mantenimiento de obras ya existentes, con la
finalidad de obtención de fondos para la construcción o con-
servación de otras obras que tengan vinculación física, técni-
DD
co o de otra naturaleza con las primeras, sin perjuicio de las
inversiones previas que deba realizar el concesionario. Para
ello se tendrá en cuenta la ecuación económico-financiera de
cada emprendimiento, la que deberá ser estructurada en or-
den a obtener un abaratamiento efectivo de la tarifa o peaje a
LA
obras.
OM
ción de otras obras, no necesariamente conlleva el sistema de
concesión para estas últimas” (27).
.C
Ejecutivo a crear sociedades anónimas mixtas con o sin ma-
yoría estatal, u otros tipos de personas jurídicas, para el cum-
plimiento de los fines de esa ley.
DD
Más recientemente y en igual sentido, se creó el Régimen de
Asociación Público-Privada (decreto 967/05) con el propósito
de articular fondos públicos y privados. En el considerando de
este decreto se señala que es “un modelo mediante el cual el
Sector Público se asocia con el sector privado para el desarro-
LA
OM
V.2. Las técnicas de financiamiento previo
.C
efecto, en el contrato de concesión de obra pública el Estado
no paga la obra y, por tanto, los recursos deben ser anticipados
por el concesionario o las entidades financieras.
DD
Este último camino es el más frecuente porque el conce-
sionario no ejerce comúnmente actividades financieras y,
además, estos emprendimientos exigen inversiones significa-
tivas. Es más, los créditos son otorgados muchas veces no por
una entidad crediticia sino por consorcios de bancos (es decir,
LA
préstamos sindicados).
A su vez, en ciertos casos, el concesionario otorga garantías
a los acreedores en términos de cesión de futuros flujos.
FI
OM
La responsabilidad del Estado concedente por las deudas
contraídas por el concesionario no es un aspecto controversial
si el Estado se constituyó como garante de tales obligaciones. Sí
cabe aclarar que el límite de la responsabilidad estatal respec-
to de los créditos de terceros es el monto que eventualmente
adeude al concesionario por las prestaciones ya realizadas. En
.C
igual sentido, el art. 1645 del Código Civil establece que “los
que ponen su trabajo o materiales en una obra ajustada en un
precio determinado, no tienen acción contra el dueño de ella,
DD
sino hasta la cantidad que éste adeuda al empresario”.
OM
broguen en los derechos del concesionario y por aplicación
analógica del art. 1196 del Código Civil (34). En tal caso, el Esta-
do no es responsable en términos directos y principales sino
por vías oblicuas.
A su vez, en relación con las garantías estatales cabe añadir
.C
que si el concesionario hubiese percibido las tarifas del peaje
por el período convenido contractualmente o, en su caso, los
subsidios del Estado, entonces no es razonable afirmar que el
Estado es el garante de las obligaciones del concesionario en
DD
su condición de propietario de las obras porque pagó el precio
consensuado en términos íntegros.
OM
públicas— fue incorporado en nuestro derecho desde mucho
antes de la sanción de la ley 17.520. En efecto, la ley 814 ya au-
torizaba al Poder Ejecutivo a licitar “... la construcción, recons-
trucción, mejora y conservación de los puentes y caminos na-
cionales, por empresas particulares, con facultad de cobrar
peaje...” (art. 1°) (37).
.C
La Corte se expidió sobre la constitucionalidad del peaje
en el fallo ya citado “Estado Nacional c. Arenera Libertador”
DD
(1991). En este precedente, el Estado Nacional reclamaba el
pago de derechos de peaje dispuestos por la ley 22.424 y las
resoluciones 53/82 y 565/82 del Ministerio de Economía, co-
rrespondientes al uso del Canal “Ingeniero Emilio Mitre” por
parte de buques de propiedad de Arenera El Libertador. La
pretensión fue acogida en primera y segunda instancia (sólo
LA
OM
discriminatoria.
.C
En este contexto, la Corte destacó que el cumplimiento de
las funciones del Estado origina gastos sobre cuya provisión
trata en particular el art. 4° de la Constitución. Dentro de los
DD
recursos comprendidos en este precepto constitucional se en-
cuentran las contribuciones. En este sentido señala que “el
peaje es constitucionalmente una contribución, caracteriza-
da por la circunstancia de que el legislador la asocia a un pro-
yecto suyo...”.
LA
OM
tido cuando de los hechos de la causa surja que su falta afecte
de modo efectivo la libertad de circular, lo que no se da por la
sola circunstancia de que ante la falta de tal vía el pago del tri-
buto resulte ineludible para el recurrente. Nunca se ha consi-
derado que el gravar el ejercicio de una actividad determina-
da constituya por sí sola una medida que la torne imposible.”
.C
Por su parte, los jueces Petracchi, Nazareno y Moliné
O’Connor, luego de distinguir entre el peaje y el impuesto al
DD
tránsito (éste último de carácter inconstitucional), sostuvie-
ron que las vías alternativas no son exigidas por la Constitu-
ción, sin perjuicio de que su existencia pueda incidir en los
eventuales planteos sobre la razonabilidad o confiscatoriedad
del monto del peaje. Así, el uso de la vía en la que se cobra pea-
LA
de los tributos (38).
OM
El carácter del peaje es un aspecto complejo y con conse-
cuencias jurídicas relevantes.
.C
terceros, es decir, los usuarios.
OM
V.4. El modelo de contribución de mejoras
.C
En general, este universo está integrado por los titulares de
inmuebles cercanos cuyas propiedades ven aumentado su va-
DD
lor por los trabajos realizados. En este caso la obra es transfe-
rida al Estado sin explotación por el concesionario (41).
OM
VI. Los procedimientos de contratación
.C
de capital estatal o (c) contratación con sociedades privadas o
mixtas. En particular, en este último caso se admite la presen-
tación de iniciativas privadas.
DD
Actualmente, el régimen de iniciativa privada aplicable a
los sistemas de contratación regidos por las leyes 13.064, 17.520
y 23.696 está regulado por el decreto 966/05 ya estudiado. En
efecto, aun cuando la ley 23.696 establece la posibilidad de la
iniciativa privada y el concurso de proyectos, estas alternati-
LA
OM
En nuestro criterio, este conflicto debe resolverse por inte-
gración de ambos textos normativos y la finalidad perseguida
en el marco de los contratos de concesión (marcada participa-
ción privada). Así, las contrataciones directas entre organis-
mos públicos deben interpretarse con el carácter más limita-
.C
do, esto es, conforme el texto del decreto 1023/01.
OM
tidad de usuarios de las obras. Sin embargo, esa situación es
distinta de aquella en la que ab initio se incluye la participa-
ción del concedente (Estado).
Por otra parte, si bien es razonable sostener que los ingre-
sos que excedan la rentabilidad a la que tiene derecho el con-
.C
cesionario no deben transformarse en beneficios adicionales
de éste, cabe plantearse cuál es el destino que el Estado debe
darle a esos fondos. Cabe recordar que el art. 3° de la ley es-
tablece que “el nivel medio de las tarifas no podrá exceder al
DD
valor económico medio del servicio ofrecido”.
El contrato gratuito es aquel en que el Estado no impone
contribuciones al concesionario ni participa en los beneficios
de éste. La ley 17.520 establece que bajo esta modalidad y tam-
LA
OM
la ley 17.520 incluye al plazo entre los elementos que necesa-
riamente deben definirse en el contrato de concesión (45).
uu
.C
DD
LA
FI
(45) Una de las posibilidades que considera Fanelli Evans para obviar el
riesgo consistente en la determinación por el concesionario de la cantidad de
usuarios que tendrá la obra es la fijación de un plazo incierto a la concesión ba-
sado en la cantidad de usuarios (“El riesgo en la concesión de obra pública”, LA
LEY, 1992-C, 1084).
.C
DD
LA
FI
.C
◆◆ Abregú, Martín, La aplicación del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos por los tribunales locales: una introducción,
DD
CELS, Buenos Aires, Editores del Puerto, 1998.
OM
Administrativa, Función Pública y Dominio Público., Buenos
Aires, RAP, 2005, p. 639.
.C
ruba”), El Derecho Administrativo, Buenos Aires, ED, 2000/2001,
p. 580.
OM
◆◆ Aspiazu, Daniel, Privatizaciones en la Argentina. La captura insti-
tucional del Estado, en Revista Realidad Económica, Nº 189.
.C
◆◆ Atienza, Manuel, Las razones del derecho. Sobre la justificación
de las decisiones judiciales, Isonomia, Revista de Teoría y Filosofía
del Derecho, 1, octubre de 1994.
DD
◆◆ Bacellar Filho, Romeu Felipe, El MERCOSUR y la importancia
del derecho comunitario emergente, Actualidad en el Derecho Pú-
blico, 7.
1991-D, 399.
−− Límites de la delegación legislativa, LA LEY, 2001-E, 913.
−− Reforma constitucional e instituciones políticas, Buenos Aires,
Ad-Hoc, 1994.
FI
OM
−− Sobre el control judicial de los entes reguladores de los servicios
públicos en Servicio Público, Policía y Fomento, Jornadas orga-
nizadas por la Facultad de Derecho de la Universidad Austral,
Ediciones RAP, 2004.
−− Sobre la habilitación de la instancia en el proceso contencioso
administrativo de la Ciudad de Buenos Aires, LA LEY, 2001-D,
.C
1161.
−− Sobre la legitimación en el proceso de amparo, La Ley, 2001-B,
1172.
DD
◆◆ Barr, Michael S. y Millar, Geoffrey, P., Global Administrative
Law: The View form Basel, European Journal of Internacional Law,
vol. 17, 2006.
1998-B, 1362.
−− El amparo por mora de la administración, ED, 59-797.
−− El nuevo Régimen de Contrataciones y la sustantividad del con-
trato administrativo, RAP, Régimen de Contrataciones y Compre
OM
◆◆ Barraza, Javier Indalecio, Recursos administrativos, Buenos
Aires, La Ley, 2010.
.C
◆◆ Benoit, Francis Paul, El derecho administrativo francés, IEA,
1977.
OM
Derecho, Ciencias de la Administración, 2000.
−− Las tarifas en los servicios públicos, ED, 183-981.
−− Objeciones regulatorias y constitucionales a los llamados “Cargos
Específicos” (a propósito del caso “Ulloa c. Enargas”), en LA LEY,
Suplemento Constitucional, María Angélica Gelli (dir.), del
28 de junio de 2010.
.C
−− ¿Qué son los entes reguladores? Apuntes en torno a la coherencia
interna de su régimen jurídico, ED, 186-677.
1997.
−− Rechazar de oficio la habilitación de la instancia judicial produce
indefensión, ED, 138-317.
−− Tratado elemental de Derecho Constitucional argentino, Buenos
FI
OM
◆◆ Boqué, Roberto, El dominio fiduciario y los derechos reales ad-
ministrativos. ¿Transmisión fiduciaria de las cosas del dominio
público?, Revista Derecho Administrativo Nº 61, julio/septiembre,
2007, Lexis Nexis.
.C
◆◆ Borda, Guillermo, Manual de Contratos, Buenos Aires, Perrot,
16ª ed., 1993.
−− Tratado de Derecho Civil, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1999
DD
−− Tratado de Derecho Civil. Parte General, 13ª ed., actualizado por
Borda, Guillermo J., Buenos Aires, La Ley, 2008
1951.
OM
−− Teoría General de la Responsabilidad Civil, Buenos Aires, Abe-
ledo-Perrot, 2004.
−− Una nueva teoría explicativa de la relación de causalidad, La
Ley, 1991-E, 1378.
◆◆ Bustelo, Ernesto, Desalojo de bienes del dominio público y privado
del Estado, en Cassagne, Juan Carlos (dir.), Tratado de Derecho
.C
Procesal Administrativo, Buenos Aires, La Ley, 2007.
◆◆ Buthler, Tomas, La Constitución Alemana.
DD
◆◆ Caiella, Pascual, Desafíos del derecho administrativo argentino en
la actualidad, Revista Argentina del Régimen de la Administración
Pública, Buenos Aires, vol. 361, p. 7.
◆◆ Calcagno, Alfredo Eric y Calcagno, Eric, El CIADI resulta in-
constitucional, diario Clarín del 22 de marzo de 2005.
LA
OM
◆◆ Caplán, Ariel, Dólar y tabú: el peso del dólar en los servicios públi-
cos, Lexis Nexis, JA del 28 de mayo de 2003.
.C
panorámica de sus principales cuestiones en la actualidad, en
Revista de Derecho Público, Ed. Jurídica Venezolana, vol. 117,
enero-marzo 2009.
DD
−− Responsabilidad del Estado. Sistematización y síntesis jurispru-
dencial, ediciones RAP, 2007.
OM
−− El fallo “Carman de Cantón”: un hito fundamental en la conso-
lidación de la vertiente garantística del derecho administrativo
argentino, La Ley, 2002-B, 21.
−− En torno al fundamento de la responsabilidad del Estado, ED,
99-937.
−− La apertura a prueba en los llamados recursos judiciales directos,
.C
La Ley, 1997-D, 667.
−− La categoría de los contratos de objeto privado de las empresas
del Estado, ED, 102-233.
DD
−− La Ley Nacional de Procedimientos Administrativos 19.549, ED,
42-835.
−− La responsabilidad extracontractual del Estado en la jurispru-
dencia de la Corte, ED, 114-215.
LA
OM
nacionales, Actualidad en el Derecho Público, 7.
.C
administrativo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, JA, 2003-I,
1167.
OM
de la ley 25.414, LA LEY, 2001-D, 1272.
.C
administrativa y responsabilidad del Estado por omisión, en Co-
madira, Julio Pablo (Coord.), Derecho administrativo: Libro en
homenaje al Profesor Doctor Julio Rodolfo Comadira, Buenos Aires,
DD
Ad-Hoc, 2009, p. 1219.
OM
−− La licitación pública. Nociones, principios, cuestiones, Lexis-
Nexis, 2ª ed., 2006.
−− La posición de la administración ante la ley inconstitucional, en
Revista de Derecho Administrativo, año 1, N° 1.
−− La responsabilidad del Estado por las obligaciones de sus entes
descentralizados (A propósito de un fallo sobre Ferrocarriles Ar-
.C
gentinos), ED, 145-380.
−− La responsabilidad del Estado por su actividad lícita o legítima.
Principio de juridicidad y responsabilidad del Estado, en Derecho
DD
Administrativo, Lexis-Nexis, 2003.
−− Las medidas cautelares en el proceso administrativo, con especial
referencia a la suspensión de los efectos del acto; Derecho Admi-
nistrativo. Acto administrativo. Procedimiento Administrativo.
Otros Estudios, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2003.
LA
OM
planteos, LA LEY, 1993-E, 487.
−− El Contrato Administrativo en la jurisprudencia de la Corte Supre-
ma de Justicia de la Nación, en Universidad Austral, Facultad de
Derecho, Jornadas Nacionales sobre Contratos Administrativos,
Ciencias de la Administración, 2000.
.C
−− La causa y el objeto del acto administrativo, en Acto adminis-
trativo y reglamento, Jornadas organizadas por la Universidad
Austral, Facultad de Derecho, Ediciones Rap, 2002.
DD
−− Las pautas jurisprudenciales para el control de las potestades
discrecionales, Suplemento de Derecho Administrativo, ED del
2 de octubre de 2006.
OM
dos “derechos sociales” en la jurisprudencia argentina, La Ley Supl.
Adm., 2010 (Agosto), p. 28.
−− La autolimitación del tribunal como criterio válido para deslindar
la competencia federal y local. Sus implicancias para la sentencia
definitiva o para su cumplimiento, LA LEY, 2002-D, 294.
.C
en España tras la Ley de Contratos del Sector Público del 30/10/2007,
en Revista de Derecho Administrativo 65, julio/septiembre 2008,
Juan Carlos Cassagne (dir.), Lexis Nexis.
DD
◆◆ de la Riva, Ignacio, El dominio público y los bienes afectados a la
prestación del servicio público, en Comadira, Julio Pablo (Coord.),
Derecho administrativo. Libro en homenaje al Profesor Doctor Julio
Rodolfo Comadira, Buenos Aires, Ad-Hoc, 2009, p. 891.
LA
febrero de 2007.
OM
Perrot, 2008.
.C
◆◆ Escola, Héctor J., El interés público como fundamento del derecho
administrativo, Buenos Aires, Depalma, 1989.
DD
−− Tratado integral de los contratos administrativos.
OM
Ley Supl. Adm. 2010 (agosto), p. 210.
.C
◆◆ Fenochietto, Carlos, Código Procesal Civil y Comercial, Buenos
Aires, Astrea.
OM
perfiles e interrogantes, LA LEY del 28 de junio de 1995.
.C
◆◆ Frallicciardi, Bartolomé, Interés legítimo e intereses difusos
(panorama actual), LA LEY, 1997-B, 1151.
DD
◆◆ Franco, Horacio J., El derecho administrativo y las sociedades anó-
nimas con simple participación estatal, LA LEY, 1991-E, 1123.
OM
en falso en materia de legitimación, LA LEY, 2000-E, 513.
.C
−− Tratado de lo contencioso administrativo, Hammurabi, 2004.
OM
Derecho Constitucional Administrativo, Buenos Aires, Ad-Hoc,
2007.
.C
◆◆ González Moras, Juan M., Procedimientos administrativos espe-
ciales en el marco de los ordenamientos públicos globales, Revista
Argentina del Régimen de la Administración Pública, Año XXXII,
DD
Nº 383, p. 327.
OM
misos, autorizaciones, licencias y concesiones, Depalma, 1992.
.C
−− Impugnación de disposiciones reglamentarias, Abeledo-Perrot,
1988.
−− Procedimiento Administrativo y Contratos Administrativos, en
Contratos Administrativos, Universidad Austral, junio 2000.
DD
−− Vías de hecho administrativas, La Ley, 1980-1203.
OM
taciones públicas financiadas con fondos provenientes de organis-
mos multilaterales de crédito: la selección basada en costo y calidad
como procedimiento preponderante, Revista de Derecho Público,
2007-2.
.C
1998-B, 1329.
−− La responsabilidad del Estado por el obrar de sus entidades
descentralizadas, Revista de Derecho Administrativo, N° 6,
DD
enero-abril 1991.
6ª ed., 1968.
OM
−− Ley nacional de procedimientos administrativos. Ley 19.549 co-
mentada, anotada y concordada con las normas provinciales,
Buenos Aires, Astrea, 1987.
−− Los daños producidos por el Estado, JUS Revista Jurídica de la
Provincia de Bs. As., N° 36, 1984, La Plata, LEP
−− Régimen de Procedimientos Administrativos Ley 19.549, 4ª ed.,
.C
Buenos Aires, Astrea, 1998.
OM
◆◆ Kingsbury, Benedict, Omnilateralism and Partial internacional
Communities: contributions of the emerging global administrative law.
104. Journal of International Law and Diplomacy (2005) J. Int.Ll.
◆◆ Kiper, Claudio M.- Lisoprawski, Silvio V., Teoría y práctica del
fideicomiso, Buenos Aires, Lexis Nexis-Depalma, 2004.
.C
−− Tratado de Fideicomiso, 2ª ed., Buenos Aires, Depalma, 2004.
◆◆ Kuhn, Thomas, La estructura de las revoluciones científicas, FCE,
1971.
DD
◆◆ Kurlat Aimar, José Sebastián, El exilio forzoso y sus vías repara-
torias, ED, suplemento del 12 de setiembre de 2007.
Nro. 8 (1975).
−− Concepto y definición de servicio público, Revista Argentina de
Derecho Administrativo, Nº 14.
OM
nal argentino, El Derecho Constitucional, Buenos Aires, ED, 2003,
p. 390.
.C
◆◆ Locke, John, Segundo Tratado sobre el gobierno civil, Ladosur,
2002.
OM
◆◆ Maiorano, Jorge Luis, Historia del Ombudsman, parte I, publicado
en el sitio de la Fundación Observatorio de los Derechos Humanos:
www.observatoriodelosderechoshumanos.org.
−− Responsabilidad del Estado por los errores judiciales: otra forma
de proteger los derechos humanos”, La Ley, 1984-D, Sección
doctrina.
.C
◆◆ Mairal, Héctor A., Algunas reflexiones sobre la utilización del dere-
cho extranjero en el derecho público argentino, en AA.VV., Estudios de
Derecho Administrativo II, Ciencias de la Administración, 2000.
DD
−− Control judicial de la Administración Pública, Depalma, 1984.
−− De la peligrosidad o inutilidad de una teoría general del contrato
administrativo, ED 179-655.
−− El concepto de servicio público en el derecho argentino actual, en
Servicio Público, Policía y Fomento, Jornadas organizadas por
LA
OM
−− Los vicios del acto administrativo y su recepción por la jurispru-
dencia, La Ley, 1989-C, 1014.
−− Nuevas ideas en materia de dominio público, en Organización
Administrativa, Función Pública y Dominio Público, jornadas
organizadas por la Facultad de Derecho de la Universidad Aus-
tral, Ediciones Rap, 2005.
.C
−− Sobre legitimación y ecología, La Ley, 1984-B, 779.
105-244.
−− El acto administrativo bilateral y la Corte Suprema de Justicia.
Lo atinente al contrato y al cuasi contrato administrativo, en
Revista del Derecho Comercial y de las Obligaciones”, Año 1978,
Nº 11.
−− El exceso de punición como vicio del acto jurídico de derecho
público, LA LEY, 1989-E, 963.
−− El lucro cesante en las indemnizaciones a cargo del Estado, ED,
114-953.
OM
−− Responsabilidad del Estado por su actividad legislativa, La Ley,
1983-B, 910.
−− Responsabilidad extracontractual del Estado por las consecuen-
cias de su actitud omisiva en el ámbito del Derecho Público,
Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2001.
.C
−− Revocación del acto administrativo por razones de oportunidad,
mérito o conveniencia, La Ley, 1980-B, 817.
−− Tratado de Derecho Administrativo, Buenos Aires, Abeledo-
DD
Perrot, 5ª ed., 2003.
OM
(dir.).
−− Las concesiones viales. Otro caso de marchas y contramarchas
en las políticas públicas, en Ensayos de Derecho Administrativo,
Buenos Aires, Rap, 2009.
−− Las vicisitudes del Compre Nacional, RAP, Suplemento Especial,
.C
febrero 2002.
−− Panorama del control sobre los entes reguladores, ED, Suplemento
de Derecho Administrativo, 30 de marzo de 2001.
DD
−− Régimen de los bienes en la concesión de servicios públicos, en
Contratos administrativos, Jornadas organizadas por la Univer-
sidad Austral, Facultad de Derecho, Ciencias de la Administra-
ción, Buenos Aires, 2000.
OM
lo que se había comprometido, La Ley, 1998-F, 303.
−− La responsabilidad pública. Análisis de la doctrina y la jurispru-
dencia de la Corte Suprema, Buenos Aires, Abaco, 2001.
−− Nuevas alternativas de financiación de la contratación adminis-
trativa (Acerca de la utilización de fideicomisos por el sector pú-
blico), Documentación Administrativa (DA) 267-268, septiembre
.C
2003-abril 2004, INAP.
−− Utilización de fideicomisos por el sector público y la ley Nº 26.095
que crea cargos específicos para la construcción de infraestructura
DD
energética, en Jornadas Rosarinas de Derecho Administrativo
en homenaje al doctor Antonio Pedro Chede, RAP Nº 339.
OM
−− La tutela de los intereses difusos en el derecho argentino. Legitima-
ción. Medidas cautelares, trámite y efectos del amparo colectivo,
Librería Editorial Platense, 1999.
.C
◆◆ Morello, Augusto y Stiglitz, Rubén, La doctrina del acto propio,
LA LEY, 1984-A, 865.
DD
◆◆ Morello, Augusto y Vallefín, Carlos, El Amparo. Régimen
Procesal, Librería Editora Platense, 4a edición, 2004.
OM
◆◆ Nikken, Pedro, La protección internacional de los derechos huma-
nos, su desarrollo progresivo, Civitas, IIDH, 1987.
◆◆ Nino, Carlos S., Etica y derechos humanos: un ensayo de funda-
mentación, Buenos Aires, Astrea, 1989.
−− Fundamentos de derecho constitucional: análisis filosófico, jurí-
.C
dico y politicológico de la práctica constitucional, Buenos Aires,
Astrea, 1992.
−− Introducción al análisis del derecho, Buenos Aires, Astrea, 2ª ed.,
DD
1980.
−− Un país al margen de la ley, Emecé, 1995.
OM
La protección de confianza en el Derecho Administrativo, Marcial
Pons, 1998.
.C
◆◆ Pérez Hualde, Alejandro, Decretos de necesidad y urgencia: lí-
mites y control en la doctrina, en la jurisprudencia y en la reforma
constitucional, Depalma, 1995.
−− El llamado a licitación en Contratos Administrativos, Farran-
DD
do (h.), Ismael (dir.), Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2002.
−− Fideicomiso Público, en Actualidad en el Derecho Público Nº 12,
Buenos Aires, Ad-Hoc, 2006.
−− Renegociación de contratos públicos, Buenos Aires, Lexis Nexis,
2002.
LA
OM
◆◆ Pirovano, Pablo, La delegación legislativa bajo la lupa de la justicia.
Un esperado límite al accionar del ejecutivo en materia tributaria,
LA LEY, 2010-C, 638.
.C
tado de las medidas cautelares.
1993-B, 424.
OM
◆◆ Reiriz, María Graciela, Autoridades Administrativas Indepen-
dientes para la regulación y control de servicios públicos, en AA.VV.,
Temas de derecho administrativo: en honor al profesor Agustín A.
Gordillo, Platense, 2003.
−− Responsabilidad del Estado, en AA.VV., El Derecho Administrati-
vo Argentino, Hoy, Jornadas presididas por el Profesor Dr. Miguel
.C
Marienhoff, Ciencias de la Administración División Estudios
Administrativos, 1996.
2000.
OM
ministrativo: La Defensa de los Derechos, Buenos Aires, Abeledo-
Perrot, 2009.
.C
Estado (iniciativa privada en la concesión de obra pública), LA LEY,
1991-A, 790.
OM
va, Revista Argentina del Régimen de la Administración Pública,
Año XXXI, Nº 370, p. 45.
.C
◆◆ Salcedo, Norma y Hubeñak, Juan Manuel, Actualidad de los
regímenes de Compre y Contrate Nacional, RAP, Número Especial,
febrero 2002.
DD
◆◆ Salomoni, Jorge Luis, Reforma del Estado y MERCOSUR, Actuali-
dad en el Derecho Público, 6.
−− Régimen de los bienes públicos en las concesiones o licencias de
servicios públicos (el caso de la explotación de la distribución de
gas natural), en El derecho administrativo argentino hoy, Cien-
LA
Derecho, 2002.
OM
−− Derecho de la función pública, Madrid, Tecnos, 1996, p. 319.
−− La participación del ciudadano en la administración pública.
Estudios de Administración, Centro de Estudios Constitucionales,
1980.
.C
Administrativo I, Centro de Estudios Ramón Areses, 1988.
−− Principio de Derecho Administrativo General, Madrid, 2ª edición,
Iustel.
DD
◆◆ Sarciat, Alberto Diego, La asimetría de la información, LA LEY,
2008-C, 616.
OM
◆◆ Soler, Sebastián, Derecho Penal Argentino, TEA, 1951.
.C
Nacional, LA LEY, 1995-D, 1360.
−− Instituciones de Derecho Civil. Contratos, Buenos Aires, Depal-
ma, 1974.
DD
−− Tratado de Derecho Civil, Buenos Aires, La Ley, 9ª ed., 2008.
−− Tratado de locación de obra, Buenos Aires, Depalma, 2ª ed.,
1952
OM
frente a los tratados de integración regional, LA LEY, 2000-F, 1208.
.C
◆◆ Uslenghi, Alejandro, Control de los entes reguladores, RAP Nº 273,
junio de 2001.
−− Lineamientos de la responsabilidad del Estado por actividad
ilícita, en Responsabilidad del Estado y del Funcionario Público.
DD
Jornadas organizadas por la Universidad Austral. Facultad de
Derecho, Ciencias de la Administración, 2001.
OM
◆◆ Weinberg, Inés, La defensa del consumidor de servicios domicilia-
rios, ED, 187-641.
◆◆ Williamson, John, What Washington Means by Policy Reform, en
www.iie.com.
◆◆ Zaffaroni, Eugenio Raúl; Alagia, Alejandro y Slokar, Alejan-
.C
dro, Derecho Penal. Parte General, 2ª ed., Ediar, 2002.
◆◆ Zaffaroni, Eugenio Raúl, Manual de Derecho Penal, Ediar,
1999.
DD
◆◆ Zeller, Norberto y Rivkin, Ana, Perfil actual del empleo público
del Estado Nacional argentino. Tres décadas de crisis y reformas,
Cuadernos de Doctrina RAP, XXVI-1.
◆◆ Zuleta, Hugo R., El control centralizado de constitucionalidad
LA
uu
FI
.C
DD
LA
FI
Capítulo I
.C
Las Bases del Derecho Administrativo.
La Génesis del Derecho Administrativo
Capítulo II
El Marco Constitucional
del Derecho Administrativo
Pág.
II.2. Las potestades del Poder Ejecutivo........................................... 61
II.2.1. Las competencias materialmente ejecutivas...... 61
II.2.2. Las competencias materialmente legislativas..... 62
II.2.3. Las competencias materialmente judiciales....... 62
II.3. Las potestades del Poder Judicial.............................................. 62
OM
II.3.1. Las competencias materialmente judiciales....... 62
II.3.2. Las competencias materialmente legislativas..... 63
II.3.3. Las competencias materialmente ejecutivas...... 63
II.4. Las potestades del Ministerio Público....................................... 63
II.4.1. Las competencias materialmente judiciales....... 63
II.4.2. Las competencias materialmente legislativas..... 64
.C
II.4.3. Las competencias materialmente ejecutivas...... 64
II.5. Conclusiones............................................................................... 64
II.6. Los casos más controvertidos y problemáticos del principio
DD
de división de poderes................................................................ 66
II.6.1. El control judicial sobre los otros poderes del
Estado. El caso particular del control judicial de
las leyes, los actos políticos, la discrecionalidad
de los poderes políticos y el control objetivo de
legalidad................................................................. 67
LA
Pág.
V. El principio constitucional de los derechos fundamentales. El otro
pilar básico........................................................................................... 112
V.1. El principio de autonomía de las personas............................... 114
V.2. El reconocimiento de los derechos civiles y políticos.............. 115
V.3. El reconocimiento de los derechos sociales. Los nuevos
OM
derechos....................................................................................... 117
V.4. El reconocimiento normativo de los derechos en nuestro país. 121
V.5. La exigibilidad de los derechos. En particular el caso de los
derechos sociales. El carácter operativo. La interdependencia
de los derechos. El carácter justiciable de los derechos sociales.
Las conductas estatales mínimas, progresivas, permanentes y
no regresivas................................................................................ 128
.C
V.6. El reconocimiento judicial de los derechos sociales y los nue-
vos derechos en nuestro país..................................................... 146
V.7. Conclusiones............................................................................... 162
VI. Los otros principios constitucionales................................................ 162
DD
VII. El nuevo paradigma del Derecho Administrativo............................. 169
Capítulo III
Pág.
I.13. ¿Cuál es el criterio en el sistema jurídico positivo de nuestro
país?.............................................................................................. 226
I.13.I. El régimen del procedimiento administrativo.... 227
I.13.2. Las contrataciones del Estado.............................. 229
I.13.3. El régimen de personal estatal.............................. 231
OM
I.13.4. Conclusión............................................................. 233
I.14. ¿Qué sucede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires? La
normativa local. El criterio mixto............................................... 234
I.15. ¿Cómo los jueces interpretaron el concepto de funciones ad-
ministrativas?.............................................................................. 240
I.15.1. El ejercicio de facultades materialmente judi-
ciales por el Poder Ejecutivo. El caso de los Tri-
.C
bunales Administrativos....................................... 241
I.15.2. El ejercicio de facultades materialmente admin-
istrativas del Poder Judicial................................... 250
Caso: “Rojas, Jorge c. Corte Suprema de Justicia de
DD
la Nación”.................................................................. 250
Caso: “A.H.F. c. Gobierno Nacional” ................... 251
Caso: “Villar de Puenzo, Leticia c. Provincia de
Buenos Aires”......................................................... 254
Caso: “Narvaiz, Pedro Pablo c. Corte Suprema de
LA
Pág.
Capítulo IV
OM
las personas................................................................................. 277
I.2. El Derecho Administrativo como derecho autónomo. La
relación entre el Derecho Administrativo y otras ramas del
Derecho. Los casos más relevantes. El Derecho Laboral y el
Derecho Penal............................................................................. 282
I.3. El Derecho Administrativo como derecho local....................... 284
.C
II. El Derecho Administrativo como instrumento jurídico necesario de
ejecución de políticas públicas. Su relación con la historia política
e institucional del país......................................................................... 292
III. Los mayores déficits de la dogmática jurídica en el ámbito del
DD
Derecho Administrativo...................................................................... 294
III.1. La relevancia del Derecho Constitucional en el ámbito de
nuestra materia. Un postulado jurídicamente obvio y, a veces,
ignorado....................................................................................... 294
III.2. La interpretación de la ley administrativa. Lagunas y ambigüe-
dades. Aplicación directa, subsidiaria o analógica del Derecho
LA
Pág.
VII. El Derecho Administrativo comunitario y global............................. 356
VIII. La codificación en el Derecho Administrativo.................................. 362
IX. ¿Hacia dónde va el Derecho Administrativo? El desafío del Derecho
Administrativo actual.......................................................................... 363
IX.1. La participación de las personas en la Administración
OM
Pública. Principio y técnicas............................................... 367
IX.2. La transparencia en el sector público................................ 376
IX.3. La eficiencia estatal. La informatización en el ámbito
administrativo. El expediente digital. La firma digital...... 380
IX.4. El nuevo Derecho Administrativo como mixtura del
Derecho Público y Privado................................................. 383
.C Capítulo V
Pág.
V.1. ¿Qué es la ley?.............................................................................. 474
V.2. ¿Qué es el reglamento?............................................................... 481
V.3. La potestad reglamentaria del Poder Ejecutivo........................ 484
V.4. Los tipos de reglamentos............................................................ 492
V.5. Los reglamentos autónomos. La zona de reserva de la Admi-
OM
nistración..................................................................................... 493
V.6. Los reglamentos internos........................................................... 502
V.7. Los reglamentos de ejecución.................................................... 504
V.8. Los reglamentos delegados........................................................ 522
V.8.1. La práctica de los decretos delegados antes de la
reforma constitucional.......................................... 524
.C
V.8.2. El criterio de los jueces sobre los reglamentos
delegados antes de 1994........................................ 526
Caso: “M. A. Delfino y Cía. c. Gobierno Nacio-
nal”.......................................................................... 530
DD
Caso: “Arpemar S.A.P.C. e I. y otros s/infracción
a la ley 19.359”........................................................ 537
Caso: “Cocchia, Jorge Daniel c. Estado Nacional
s/acción de amparo”............................................. 540
V.8.3. El nuevo marco normativo de los decretos delega-
dos........................................................................... 547
LA
Pág.
V.8.12. Las delegaciones previas a la reforma constitu-
cional...................................................................... 637
V.9. Los decretos de necesidad y urgencia....................................... 640
V.9.1. La práctica de los decretos de necesidad y urgen-
cia antes de la reforma constitucional................. 642
OM
V.9.2. El criterio de los jueces sobre los decretos de
necesidad antes de 1994....................................... 645
V.9.3. El nuevo marco normativo de los decretos de
necesidad y urgencia............................................. 648
V.9.4. El principio sobre los decretos de necesidad y
urgencia. Los requisitos constitucionales........... 652
V.9.5. Las materias excluidas.......................................... 669
.C
V.9.6. El órgano competente........................................... 677
V.9.7. El procedimiento constitucional.......................... 682
V.9.8. La Comisión Permanente..................................... 685
DD
V.9.9. El trámite ante las Cámaras del Congreso........... 692
V.9.10. El modo de expresión de la voluntad del Con-
greso........................................................................ 695
V.9.11. El plazo del trámite ante el Congreso................... 702
V.9.12. Los efectos del pronunciamiento del Congreso.. 703
V.9.13. El control judicial................................................... 709
LA
Pág.
X.4. La jurisprudencia........................................................................ 762
Capítulo VI
OM
de las Funciones Administrativas
.C
III.2. Las potestades discrecionales y regladas.................................. 776
III.3. El concepto mixto. El acto estatal como mixtura de aspectos
reglados y discrecionales............................................................ 782
IV. El criterio de potestades regladas o discrecionales según el desar-
DD
rollo de las reglas.................................................................................. 791
IV.1. El concepto de reglas: su redefinición....................................... 791
IV.2. La interpretación del derecho y el ejercicio de las potestades
discrecionales.............................................................................. 795
IV.3. El sentido de la distinción entre las potestades regladas y dis-
crecionales................................................................................... 799
LA
Pág.
Caso: “Centro Motor Gas” .................................................. 839
VI.5. El control judicial de los actos discrecionales. Análisis de casos
judiciales...................................................................................... 840
Caso: “Industria Maderera Lanín S.R.L.” .......................... 840
Caso: “Almirón”.................................................................... 841
OM
Caso: “Leiva”........................................................................ 843
Caso: “Comunidad Homosexual Argentina” .................... 844
Caso: “Astilleros Alianza S.A.”............................................. 847
Caso: “Consejo de Presidencia de la Delegación Bahía Blanca
de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos” ..... 848
Caso: “Emisiones Platenses S.A.” ....................................... 850
.C
Caso: “Solá”.......................................................................... 851
Caso: “Schnaiderman”........................................................ 853
Caso: “ALITT” ...................................................................... 854
Caso: “Editorial Río Negro S.A. c. Provincia de Neu-
DD
quén”...................................................................... 856
VI.6. Análisis crítico de los antecedentes judiciales.......................... 857
u
LA
Tomo II
Capítulo VII
FI
La Organización Administrativa
I. Introducción..................................................................................... 1
II. Breve reseña del fenómeno histórico de la personificación del
Estado................................................................................................ 2
Pág.
Caso: “Peso” ........................................................................ 33
Caso “Multicambio”............................................................ 34
Caso: “Sciammarella”.......................................................... 36
Conclusión........................................................................... 36
IV.3. La teoría de la especialidad................................................ 38
OM
Caso: “Marenco”.................................................................. 44
Caso: “Angel Estrada”.......................................................... 45
IV.4. Las cláusulas generales de apoderamiento....................... 48
IV.5. El criterio propuesto............................................................ 49
V. Los tipos de competencia................................................................ 50
VI. Los conflictos de competencias...................................................... 53
.C
VII. Breve distinción entre las personas jurídicas públicas y privadas.
Otro criterio: personas jurídicas públicas estatales y no estatales.. 55
VIII. Los modelos de organización estatal.............................................. 63
DD
IX. El modelo básico en nuestro país.................................................... 65
X. La distinción entre Gobierno y Administración............................. 67
XI. El desarrollo del modelo. Las estructuras estatales....................... 68
XII. Los órganos estatales........................................................................ 71
XII.1. El concepto de órgano........................................................ 71
LA
Pág.
XVI.4. El órgano Ministro. La relación entre el Jefe de Gabinete
y los Ministros...................................................................... 127
XVI.5. El acuerdo general de Ministros......................................... 130
XVII. Los entes descentralizados autárquicos. La crisis del modelo
clásico................................................................................................ 130
OM
XVIII. Los casos atípicos............................................................................. 134
XVIII.1. El ANSES.............................................................................. 134
XVIII.2.El Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados
y Pensionados (PAMI)......................................................... 136
XVIII.3. Los fondos fiduciarios......................................................... 137
XIX. Una nueva construcción dogmática sobre los entes descentrali-
.C
zados.................................................................................................. 138
XIX.1. Los entes autónomos en el modelo norteamericano....... 139
XIX.2. Los entes autónomos en el modelo europeo.................... 146
XX. El nuevo modelo de los entes descentralizados. Los entes autó-
DD
nomos................................................................................................ 150
XX.1. Los antecedentes históricos................................................ 153
XX.2. Los aspectos más relevantes de los entes autónomos. Las
potestades legislativas......................................................... 155
XX.3. Las potestades reglamentarias de los entes....................... 162
LA
Pág.
1. El caso Nucleoeléctrica Argentina S.A.......................... 222
2. El caso Polo Tecnológico Constituyentes S.A............... 222
3. El caso de los Bancos Bisel, Suquía y de Entre Ríos..... 223
4. El caso Líneas Aéreas Federales.................................... 224
5. El caso Servicio Oficial de Correo................................. 225
OM
6. El caso ENARSA.............................................................. 226
7. El caso AR-SAT................................................................ 229
8. El caso Agua y Saneamientos Argentinos..................... 230
9. El caso Aerolíneas Argentinas....................................... 231
Conclusiones........................................................................ 232
.C
XXII.4. La participación del Estado en las sociedades anónimas.. 242
1. El caso Aeropuertos Argentina 2000............................. 243
2. El caso del Anses............................................................ 243
XXII.5. Los casos atípicos................................................................ 244
DD
1. El caso Transporte Metropolitano y Belgrano Cargas... 244
2. El caso YCRT................................................................... 246
3. El caso Thales.................................................................. 246
4. El caso de Lockheed....................................................... 247
XXIII. La reforma del Estado y su incidencia en el campo de la organi-
LA
Capítulo VIII
I. Introducción..................................................................................... 265
II. Cuestiones previas en el ámbito del empleo público.................... 267
II.1. Consideraciones previas..................................................... 267
II.2. El carácter reglamentario o contractual del vínculo......... 268
III. Los regímenes de empleo público.................................................. 270
III.1. El régimen marco de empleo público................................ 270
III.2. Los convenios colectivos de trabajo................................... 278
III.3. La Ley de Contrato de Trabajo............................................ 283
III.4. El decreto 2345/08............................................................... 285
Pág.
III.5. Los estatutos especiales...................................................... 287
IV. El derecho a la estabilidad en la relación de empleo público. Otros
derechos y obligaciones................................................................... 287
V. La relación entre el Derecho Laboral y el Derecho Administrativo
en el empleo público........................................................................ 299
OM
VI. Los déficits del empleo público en nuestro país............................ 306
VI.1. La falta de planificación de políticas públicas.................. 306
VI.2. El problema del ingreso y ascenso..................................... 306
VI.3. Las contrataciones temporarias......................................... 309
VI.4. Los sistemas de perfeccionamiento................................... 314
VII. La responsabilidad de los agentes públicos. La responsabilidad
.C
penal, civil y administrativa............................................................. 318
Capítulo IX
DD
El Control de la Administración Pública
I. Introducción..................................................................................... 323
II. El control de legalidad y oportunidad de las conductas estatales. 324
II.1. Introducción........................................................................ 324
LA
Pág.
Capítulo X
OM
zamiento............................................................................................ 353
II. Regulación estatal, servicio público y fomento: su régimen cons-
titucional........................................................................................... 360
Capítulo XI
.C
de Derechos. El Poder de Regulación
Pág.
c) La determinación del precio.......................... 427
d) El proceso judicial en caso de desacuerdo
entre las partes................................................ 433
e) La expropiación irregular o inversa............... 436
X.6. Las sanciones administrativas............................................ 437
OM
X.6.1. La distinción entre delitos e infracciones............ 442
X.6.2. El poder competente para la regulación y aplica-
ción de las sanciones administrativas.................. 449
X.6.3. Los principios sustanciales aplicables. La legali-
dad. La tipicidad. La irretroactividad. La presun-
ción de inocencia. La culpabilidad. El non bis in
idem. La igualdad. La razonabilidad.................... 455
.C
X.6.4. Los sujetos responsables y las partes................... 480
X.6.5. La prescripción de las infracciones y sanciones. 481
X.6.6. El procedimiento sancionador. Los derechos y
garantías de las personas...................................... 482
DD
X.6.7. Las sanciones en el marco de las relaciones es-
peciales entre el Estado y particulares................. 489
X.7. La coacción estatal. El uso de la fuerza pública. El deco-
miso...................................................................................... 490
XI. Las excepciones al poder de policía estatal. Las vías de escape... 491
LA
Pág.
XIII. Los estados de excepción................................................................. 597
XIV. El poder de ordenación y regulación en el ámbito de la Ciudad
de Buenos Aires................................................................................ 599
OM
Capítulo XII
.C
blicos.................................................................................................. 609
III. El desarrollo histórico del concepto de servicio público. Los
elementos constitutivos. Su crisis. Su rescate: el reconocimiento
normativo.......................................................................................... 612
DD
IV. Los fundamentos del servicio público. Publicatio. Monopolio.
Public utilities. Servicios de interés general. Su relatividad.......... 621
V. El servicio público entre el contenido legal o esencial. Las bases
de su reconstrucción en términos dogmáticos.............................. 634
VI. El concepto de servicio público. Sus elementos más relevantes.. 637
LA
Pág.
XIII. Los marcos de regulación. El control de los servicios públicos
privatizados....................................................................................... 692
XIII.1. El marco de regulación........................................................ 693
XIII.2. Los entes reguladores.......................................................... 710
XIII.2.1. El concepto. Su creación. Estructura y organiza-
OM
ción......................................................................... 710
XIII.2.2. Los objetivos. El régimen jurídico. Los recursos. 718
XIII.2.3. Las competencias: las funciones legislativas, ju-
diciales y administrativas. El regreso del criterio
subjetivo................................................................. 719
XIII.2.4. El régimen sancionador........................................ 731
.C
XIII.2.5. La impugnación en sede administrativa de los
actos del ente. El agotamiento de las vías admi-
nistrativas............................................................... 734
XIII.2.6. El control político-institucional y judicial de los
DD
entes.......................................................................... 739
(A) La legitimación activa................................... 740
(B) El procedimiento de impugnación judicial. 745
(C) El alcance del control judicial...................... 754
XIV. Las concesiones de los servicios públicos...................................... 757
LA
(FFTEF)......................................................................... 791
(2) Fondo Fiduciario para Subsidios de Consumos Resi-
denciales de Gas........................................................... 792
(3) Fondo Fiduciario para Subsidios de Consumos Resi-
denciales de Gas Licuado de Petróleo (GLP)............. 793
Pág.
XV.2.La Ley de Defensa del Usuario y Consumidor, Ley de
Defensa de la Competencia y Ley de Lealtad Comercial.
Su interpretación armónica................................................ 812
XV.3. El régimen de participación................................................ 827
XVI. Los servicios estatales en la Ciudad de Buenos Aires.................... 833
OM
Capítulo XIII
.C
técnicas y regímenes. La dificultad de su sistematización............ 841
II. Los conceptos básicos. El régimen jurídico básico. La distorsión
de la competencia............................................................................. 853
DD
III. El carácter del vínculo entre las partes........................................... 861
IV. La distribución de competencias en el ámbito de la actividad de
intervención estatal.......................................................................... 862
V. El vínculo entre los subsidios y los fondos fiduciarios.................. 863
VI. Breve mención de otros regímenes especiales.............................. 866
VI.1. Los subsidios a favor de las empresas prestatarias de
LA
Capítulo XIV
Pág.
V. Los Poderes competentes para su regulación. Estado federal,
provincias y municipios................................................................... 888
VI. El uso de los bienes del dominio público....................................... 890
OM
Tomo III
Capítulo XV
.C
El Acto Administrativo y el Reglamento
I. Introducción..................................................................................... 1
II. El acto administrativo...................................................................... 2
DD
II.1. Concepto.............................................................................. 2
II.2. Los actos dictados por los otros poderes del Estado......... 14
II.3. Los actos jurisdiccionales del Poder Ejecutivo................. 17
II.4. Los actos dictados por otras personas públicas estatales
(entes descentralizados autárquicos)................................ 18
LA
Pág.
III.2.2.
Causa...................................................................... 51
III.2.3.
Objeto..................................................................... 53
III.2.4.
Procedimiento....................................................... 55
III.2.5.
Motivación............................................................. 58
III.2.6.
Finalidad................................................................ 69
OM
III.2.7.
Forma..................................................................... 71
III.2.8.
Los otros elementos del acto. La voluntad del
agente..................................................................... 73
III.3. Los elementos accesorios del acto..................................... 83
III.4. La notificación del acto....................................................... 86
IV. Los caracteres del acto administrativo........................................... 88
IV.1. La presunción de legitimidad............................................. 89
.C
IV.2. El carácter ejecutorio del acto............................................ 94
IV.3. El carácter no retroactivo.................................................... 109
V. Los modos de extinción del acto administrativo........................... 111
DD
V.1. La revocación del acto administrativo............................... 111
V.1.1. Los antecedentes judiciales.................................. 114
V.1.2. La revocación de actos ilegítimos (regulares e
irregulares) en la LPA............................................ 118
V.1.3. La revocación de los actos estatales por oportu-
nidad, mérito o conveniencia............................... 130
LA
Pág.
nulidades, al concepto de violación del orden
jurídico?.................................................................. 214
VI.3.10. El régimen jurídico de los actos nulos de nulidad
absoluta y actos anulables de nulidad relativa.... 215
VI.3.11. Los efectos de las nulidades.................................. 215
OM
VI.3.12. El saneamiento y conversión del acto adminis-
trativo...................................................................... 218
VI.3.13. El plazo de prescripción de las acciones.............. 220
VI.3.14. La indemnización al particular en los casos de
nulidades de las decisiones estatales................... 228
VI.3.15. El poder de las Provincias de regular sobre pres-
cripción de las acciones de nulidad..................... 229
.C
VI.4. Las nulidades manifiestas y no manifiestas...................... 231
VI.4.1. El régimen jurídico de las nulidades manifiestas
y no manifiestas..................................................... 233
VI.5. La distinción entre el Derecho Privado y Público............. 236
DD
VII. El hecho administrativo................................................................... 239
VIII. Las vías de hecho.............................................................................. 241
IX. El silencio y las omisiones estatales................................................ 244
X. El acto administrativo de alcance general...................................... 248
X.1. El concepto de acto administrativo de alcance general y
LA
Capítulo XVI
I. Introducción..................................................................................... 269
II. La legitimación. Los criterios clásicos. La doctrina. El Legislador.
La jurisprudencia.............................................................................. 271
Pág.
III. ¿Cuál es la relevancia del tema en debate?..................................... 282
IV. El derecho subjetivo como presupuesto del control judicial. Pre-
supuesto necesario pero insuficiente............................................. 286
V. La salida del modelo. Los efectos de las sentencias....................... 288
VI. La legitimación en el procedimiento administrativo.................... 292
OM
VII. La legitimación en el proceso judicial............................................ 293
VII.1. El criterio de los jueces sobre las situaciones jurídicas
subjetivas antes de 1994...................................................... 293
VII.2. La reforma constitucional de 1994 y su incidencia sobre
las situaciones jurídicas subjetivas.................................... 300
VII.3. El análisis de la jurisprudencia posterior a la reforma
.C
constitucional de 1994........................................................ 306
A) Los criterios restrictivos respecto de los afectados y
las asociaciones........................................................... 307
B) Los criterios amplios respecto de los afectados y las
DD
asociaciones................................................................ 327
C) Un precedente paradigmático: el caso “Halabi” ...... 362
D) La definición conceptual del derecho colectivo....... 367
E) La extensión del amparo respecto de las otras vías
procesales.................................................................... 368
LA
F) Conclusiones............................................................... 369
VII.4. El caso particular de los legisladores................................. 374
VII.5. El Defensor del Pueblo........................................................ 384
VII.6. Conclusión........................................................................... 404
VIII. El bloqueo de la legitimación amplia: el efecto relativo de las
FI
Pág.
B) Las asociaciones intermedias.................................... 443
C) El Defensor del Pueblo............................................... 448
IX.4. El nexo entre el objeto y el sujeto....................................... 449
IX.5. Las cuestiones procesales en el marco de los procesos
judiciales colectivos............................................................. 453
OM
X. Conclusiones..................................................................................... 453
XI. Las situaciones jurídicas subjetivas en el ámbito de la Ciudad de
Buenos Aires..................................................................................... 455
Capítulo XVII
El Procedimiento Administrativo
.C
I. El procedimiento administrativo. Introducción............................ 465
I.1. Concepto.............................................................................. 465
DD
I.2. El sentido del procedimiento administrativo.................... 468
I.3. El procedimiento y el proceso judicial............................... 471
I.4. El órgano competente para regular el procedimiento
administrativo...................................................................... 472
II. El procedimiento general. La ley 19.549 y el decreto reglamenta-
rio....................................................................................................... 474
LA
Pág.
IV.1.3. El principio del informalismo a favor del par-
ticular (inciso c). Las formas no esenciales. El
plazo. Las formas. El lugar. Sus diferencias con
el proceso judicial.................................................. 501
IV.1.4. El debido proceso adjetivo (inciso f). El derecho a
OM
ser oído. El patrocinio letrado. El derecho a ofrecer,
producir y controlar las pruebas. El derecho a una
decisión fundada. La teoría de la subsanación.... 507
IV.1.5. ¿Es posible incorporar otros principios en el
marco del procedimiento administrativo?.......... 512
IV.2. El órgano competente. Los casos de sustitución.............. 515
IV.3. El expediente administrativo.............................................. 519
.C
IV.3.1. El expediente administrativo, su inicio y las reglas
básicas de tramitación.......................................... 519
IV.3.2. La presentación de escritos en el trámite admi-
nistrativo................................................................. 521
DD
IV.3.3. La firma y el domicilio........................................... 523
IV.4. Las partes............................................................................. 524
IV.4.1. Las partes: capacidad y legitimación................... 524
IV.4.2. La pluralidad de partes......................................... 529
IV.4.3. La representación de las partes............................ 530
LA
trativo.................................................................................... 556
IV.8.1. Las vistas del expediente....................................... 556
IV.8.2. Las notificaciones.................................................. 558
IV.9. Las medidas cautelares en el marco del procedimiento.. 566
IV.9.1. Las razones de interés público............................. 568
IV.9.2. Los perjuicios graves al interesado....................... 570
IV.9.3. Las nulidades absolutas........................................ 571
IV.9.4. Conclusión............................................................. 572
IV.10. La conclusión del procedimiento. Los modos normales y
anormales. El desistimiento, la renuncia y la caducidad. 573
Pág.
V. Los procedimientos de impugnación de las decisiones estatales. 576
V.1. Introducción. Los principios en conflicto. El marco cons-
titucional. Su armonización. El régimen vigente.............. 576
V.2. El principio general del agotamiento de las vías adminis-
trativas. El reclamo administrativo previo. El régimen ac-
OM
tual y sus inconsistencias. Las otras vías de impugnación
(recursos y reclamos). Las excepciones (hechos, vías de
hecho y silencio). Los plazos.............................................. 583
V.3. El reclamo administrativo previo. Las excepciones. Su
objeto: las pretensiones de impugnación de las omisiones
estatales. Sus diferencias con el silencio del artículo 10,
LPA........................................................................................ 594
.C
V.4. Las pretensiones de impugnación de actos administrati-
vos de alcance particular.................................................... 608
V.4.1. El régimen general de los recursos. El marco legal.
Las pruebas. Los sujetos. El objeto. Los funda-
DD
mentos. Los plazos. Interrupción y suspensión.
La resolución.......................................................... 609
V.4.2. El recurso de reconsideración.............................. 616
V.4.3. El recurso jerárquico............................................. 620
V.4.4. El recurso de alzada............................................... 627
V.4.5. El recurso de queja................................................ 630
LA
cial........................................................................... 641
V.4.9. La impugnación de actos ilegítimos o vías de he-
cho junto con el reclamo por daños y perjuicios.
Diversidad de pretensiones.................................. 642
V.5. Las pretensiones de impugnación de los reglamentos. Las
Pág.
V.9.1.
Las vías de hecho................................................... 668
V.9.2.
El silencio estatal................................................... 671
V.9.3.
El reclamo autónomo por daños y perjuicios
causados por actos administrativos legítimos.... 674
V.9.4. El reclamo autónomo por daños y perjuicios
OM
causados por hechos administrativos.................. 677
V.9.5. La repetición.......................................................... 679
V.9.6. Los actos de la Administración cuyo objeto está
regido por el Derecho Privado.............................. 680
V.9.7. Los actos dictados por los órganos superiores.... 681
V.9.8. La acción declarativa de certeza........................... 681
.C
V.9.9. La acción de amparo............................................. 682
V.10. ¿Cuáles son las válvulas de escape del sistema de impug-
nación de los actos estatales?............................................. 683
VI. Los procedimientos de participación............................................. 684
DD
VII. El régimen del procedimiento en la Ciudad de Buenos Aires...... 685
Tomo IV
LA
Capítulo XVIII
Pág.
III.3.3. El plazo de caducidad........................................... 52
III.3.4. El cómputo del plazo de caducidad .................... 56
III.3.5. Los supuestos de suspensión e interrupción de
los plazos................................................................ 60
III.4. El plazo para oponer excepciones y contestar demanda... 63
OM
III.5. Las medidas cautelares....................................................... 66
III.5.1. El régimen jurídico de las medidas cautelares.... 69
III.5.2. Las medidas cautelares y su relación con el am-
paro y las rentas públicas ..................................... 79
III.5.3. Las medidas cautelares y el agotamiento de las
vías administrativas .............................................. 81
.C
III.5.4. La medida cautelar de suspensión de los actos
administrativos y su carácter innovador.............. 83
III.5.5. Las medidas cautelares y su coincidencia con la
pretensión principal ............................................. 84
DD
III.5.6. El carácter unilateral o bilateral de las medidas
cautelares............................................................... 85
III.5.7. Las contracautelas ................................................ 87
III.5.8. Las otras medidas cautelares. El embargo pre-
ventivo.................................................................... 88
III.5.9. Las medidas cautelares autónomas..................... 91
LA
Pág.
a previsión presupuestaria y plazos
máximos (consolidación y trámite or-
dinario) . ................................................. 110
III.6.3.4. El modelo de ejecución de sentencias
en el ámbito de previsión social............ 117
OM
III.6.3.5. La suspensión de ejecución de las sen-
tencias con previsión presupuestaria y
plazos máximos en los términos de las
leyes 23.982 y 24.624 .............................. 119
III.6.3.6. La suspensión de ejecución de sen-
tencias con previsión presupuestaria
y plazos máximos por consolidación.
.C
Subsistencia del régimen de las leyes
23.982 y 24.624 ....................................... 123
III.6.3.7. Un supuesto especial. La suspensión de
las sentencias en el marco de la crisis
DD
financiera del año 2001 y 2002 y la ley
de presupuesto 25.827 ........................... 125
III.7. Los efectos de las sentencias.............................................. 127
III.8. Otras cuestiones procesales ............................................... 127
III.8.1. La prueba............................................................... 127
III.8.2. La prejudicialidad.................................................. 131
LA
Pág.
VI.2.1.2. Pretensión de resarcimiento.................. 194
VI.2.1.3. Pretensión de cese de vías de hecho y
omisiones estatales................................ 195
VI.2.2. El plazo de caducidad........................................... 196
VI.2.3. El trámite de habilitación de la instancia............ 196
OM
VI.3. Las medidas cautelares....................................................... 198
VI.4. La ejecución de sentencias................................................. 202
Capítulo XIX
.C
I. Introducción. Antecedentes y evolución sobre la responsabilidad
del Estado. Las líneas y desafíos básicos ........................................ 205
II. Breve explicación sobre el criterio de la Corte respecto de la res-
DD
ponsabilidad estatal ........................................................................ 221
III. Los presupuestos de la responsabilidad del Poder Ejecutivo....... 222
III.1. El fundamento de la responsabilidad estatal ................... 224
III. 2. El factor de imputación de las conductas dañosas........... 225
III.3. El daño o lesión resarcible.................................................. 226
LA
Pág.
de la responsabilidad estatal. El caso
puntual de las omisiones en sus deberes
de seguridad vial..................................... 247
IV.1.1.7. Conclusiones........................................... 254
IV.1.2. El factor de imputación al Estado ........................ 255
OM
IV.1.2.1. El criterio del mandato............................ 256
IV.1.2.2. La teoría de la representación................ 259
IV.1.2.3. La relación entre el principal y el depen-
diente....................................................... 261
IV.1.2.4. La teoría del órgano ................................ 262
IV.1.2.5. El criterio de la Corte y su evolución
.C
sobre el factor de imputación en el
ámbito de la responsabilidad estatal. El
desarrollo de las distintas teorías.......... 263
IV.1.2.6. El criterio de la Corte sobre el límite en
la imputación de las conductas ............ 270
DD
IV.1.2.7. La teoría de la apariencia........................ 272
IV.1.3. El daño. Sus caracteres. La prueba. La lesión
resarcible................................................................ 274
IV.1.4. El nexo o relación de causalidad ......................... 280
IV.1.4.1. Las distintas teorías sobre la relación de
LA
causalidad............................................... 280
IV.1.4.2. El criterio del Legislador ........................ 286
IV.1.4.3. El criterio de la Corte sobre la relación
de causalidad.......................................... 288
IV.1.4.4. La ruptura de las relaciones de causali-
FI
Pág.
IV.1.5.4. El criterio más reciente de la Corte ....... 325
IV.1.5.5. La fractura del factor de atribución ....... 329
IV.1.5.6. Conclusiones........................................... 329
IV.2. Los actos y hechos estatales lícitos .................................... 330
IV.2.1. Fundamento .......................................................... 331
OM
IV.2.1.1. El criterio de la Corte sobre los funda-
mentos de la responsabilidad estatal
por sus actividades lícitas...................... 332
IV.2.1.2. El desarrollo de nuestro criterio............. 339
IV.2.2. Imputación al Estado. Daño ................................ 341
IV.2.3. La relación de causalidad..................................... 341
.C
IV.2.4. El factor de atribución .......................................... 342
IV.3. El acto normativo del Poder Ejecutivo —lícito e ilícito—. 346
IV.3.1. Fundamento........................................................... 346
DD
IV.3.2. Los otros presupuestos.......................................... 347
V. La responsabilidad del Estado por daños causados con las cosas
o por el vicio o riesgo de las cosas en su condición de propietario
o guardián......................................................................................... 347
V.1. Fundamento......................................................................... 348
V.1.1. El fundamento normativo..................................... 348
LA
Pág.
VI.4.3. El caso de los concesionarios de los servicios
públicos.................................................................. 370
VI.4.4. La responsabilidad del Estado por los actos de
las personas públicas no estatales........................ 372
VII. Otras cuestiones relacionadas con la responsabilidad del Estado. 373
OM
VII.1. El agotamiento de la vía administrativa y el plazo de ca-
ducidad................................................................................. 373
VII.2. El alcance de la indemnización. El daño emergente y el
lucro cesante. Los otros rubros........................................... 376
VII.2.1. El criterio en el Derecho Civil .............................. 376
VII.2.2. El alcance en los casos de responsabilidad por
actividades ilícitas . ............................................... 377
.C
VII.2.3. El alcance en los casos de responsabilidad por
actividades lícitas . ................................................ 377
VII.2.3.1. El marco normativo. El criterio de la
Corte en el ámbito contractual............ 378
DD
VII.2.3.2. El postulado de la reparación plena
(daño emergente más lucro cesante) . 381
VII.2.3.3. El postulado de la reparación parcial
(daño emergente)................................. 382
VII.2.3.4. El criterio de la Corte en el ámbito no
contractual............................................ 384
LA
Pág.
Capítulo XX
OM
I.2. El concepto de contrato administrativo............................. 446
I.2.1. El criterio del régimen jurídico............................. 448
I.2.2. El criterio normativo............................................. 449
I.2.3. El criterio de la Corte............................................. 451
I.2.4. Nuestro criterio...................................................... 453
I.2.5. El criterio del Legislador....................................... 454
.C
I.3. El régimen jurídico de los contratos administrativos....... 459
I.3.1. Cuestiones previas................................................. 459
I.3.2. Las cláusulas exorbitantes.................................... 461
DD
I.3.3. Las cláusulas exorbitantes en el marco normativo
vigente.................................................................... 465
I.3.4. El derecho aplicable.............................................. 466
I.4. Los contratos privados del Estado...................................... 469
I.5. El contrato administrativo y los actos bilaterales.............. 473
LA
Pág.
IV.3.2.2. La elección del procedimiento de selec-
ción.......................................................... 529
IV.3.2.2.1. Licitación o concurso público 532
IV.3.2.2.2. Licitación o concurso abre-
viado...................................... 537
OM
IV.3.2.2.3. Subasta pública.................... 539
IV.3.2.2.4. Contratación directa............ 540
IV.3.2.3. Las modalidades del procedimiento.... 544
IV.3.2.4. El llamado............................................... 547
IV.3.2.5. La presentación de las ofertas............... 547
IV.3.2.6. La apertura de las ofertas....................... 551
.C
IV.3.2.7. La preadjudicación................................. 553
IV.3.2.8. La adjudicación...................................... 554
IV.3.2.9. El perfeccionamiento del contrato........ 557
DD
IV.4. La causa y motivación de los contratos.............................. 558
IV. 5. La finalidad de los contratos............................................... 564
IV. 6. Las formas de los contratos................................................. 565
V. La ejecución de los contratos y sus efectos respecto de terceros.. 568
V.1. Las cláusulas exorbitantes en el trámite de ejecución de
los contratos. Criterios generales....................................... 568
LA
Pág.
V.8.1. El hecho del príncipe............................................ 593
V.8.2. La teoría de la imprevisión.................................... 596
V.9. La modificación del contrato por el Estado contratante
(ius variandi)....................................................................... 603
V.9.1. La modificación del objeto................................... 605
OM
V.9.2. La modificación de los precios............................. 608
V.9.3. La prórroga del plazo contractual........................ 612
VI. La extinción de los contratos........................................................... 614
VI.1. La resolución contractual por caso fortuito o fuerza
mayor.................................................................................... 617
VI.1.1. El concepto y el régimen normativo.................... 617
.C
VI.1.2. El criterio de la Corte............................................. 620
VI.1.3. ¿Es posible que el Estado modifique o negocie
nuevamente el contrato con el particular con el
propósito de salvar la resolución del acuerdo?... 622
DD
VI.1.4. ¿Es posible encuadrar las situaciones de emer-
gencia en el marco del caso fortuito o fuerza
mayor?.................................................................... 623
VI.1.5. ¿Es posible resolver el contrato sin intervención
judicial?.................................................................. 623
VI.2. La resolución del contrato por actos del Estado no con-
LA
contratista............................................................................. 636
VI.7. La rescisión del contrato por razones imputables al Es-
tado....................................................................................... 640
VI.8. El pacto comisorio en el derecho público......................... 643
VI.9. Las otras causales de extinción........................................... 647
VII. La impugnación de los contratos.................................................... 648
VIII. Los contratos típicos......................................................................... 655
VIII.1. Contrato de suministro....................................................... 655
VIII.1.1. Concepto y caracteres........................................... 656
VIII.1.2. El régimen jurídico................................................ 658
Pág.
VIII.1.2.1. El régimen de contrataciones de la
Administración Nacional.................... 658
VIII.1.2.2. Los supuestos excluidos..................... 661
VIII.1.2.3. Objeto y alcances................................. 662
VIII.1.3. El procedimiento de ejecución del contrato....... 663
OM
VIII.2. El contrato de consultoría................................................... 667
VIII.2.1. Concepto y caracteres........................................... 667
VIII.2.2. Régimen jurídico. El entramado de las leyes
22.460, el decreto delegado 1023/01 y el decreto
2345/08. Los contratos de consultoría con finan-
ciamiento internacional........................................ 670
.C
VIII.2.3. El objeto contractual y su alcance....................... 676
VIII.2.4. Los requisitos exigidos a las firmas consultoras
y consultores individuales................................... 677
VIII.2.5. El procedimiento de selección de los contratis-
DD
tas........................................................................ 679
VIII.2.6. Las condiciones de la contratación. La aplicación
del régimen del compre nacional........................ 682
VIII.2.7. El trámite de ejecución del contrato................... 683
VIII.2.8. Las responsabilidades de los consultores........... 686
LA
Pág.
Tomo V
Capítulo XXI
OM
I. El concepto básico de la obra pública............................................. 1
I.1. Los conceptos de obra y contrato de locación de obras... 1
I.2. El concepto de obra pública............................................... 3
I.2.1. Los conceptos teóricos.......................................... 5
I.2.2. La definición legal................................................. 7
.C
I.2.3. Las diferencias con el derecho privado............... 13
I.2.4. Nuestro criterio...................................................... 14
II. Las modalidades de ejecución de las obras................................... 15
DD
II.1. La ejecución de la obra pública por administración........ 16
II.2. La ejecución mediante el contrato de obra pública.......... 21
II.3. El contrato de concesión de obra pública......................... 21
II.4. El contrato de concesión de servicios públicos................ 23
II.5. Las obras ejecutadas por los concesionarios.................... 24
III. Los sistemas de financiamiento de las obras................................. 25
LA
Pág.
III.5.1. El sistema de concesión........................................ 72
III.5.2. Project Finance....................................................... 73
III.6. Otros mecanismos alternativos de financiación de pro-
yectos de infraestructura..................................................... 76
III.6.1. La emisión de títulos de deuda............................. 77
OM
III.6.2. La constitución de fideicomisos........................... 78
III.6.2.1. El fideicomiso público. Su aplicación en
el marco del financiamiento de infraes-
tructura.................................................... 80
III.7. El marco regulador del Banco Central sobre el financia-
miento del sector público no financiero............................ 90
III.8. La naturaleza tributaria de los cargos específicos. El ca-
.C
rácter de “contribuciones”.................................................. 92
III.9. Los fondos de inversión...................................................... 94
III.10. La constitución de garantías............................................... 94
DD
IV. El contrato de obra pública.............................................................. 95
IV.1. Los caracteres del contrato................................................. 97
V. Los contratos de obras públicas comprendidos en la ley 13.064.. 103
VI. Los contratos no alcanzados por la ley 13.064. La aplicación su-
pletoria de la LOP............................................................................. 106
VII. El bloque normativo de las obras públicas..................................... 115
LA
Pág.
VIII.1.5. La intervención de fideicomisos privados........... 160
VIII.1.6. El caso de los entes públicos no estatales............ 161
VIII.1.7. El comitente particular.......................................... 162
VIII.1.8. El empresario o locador........................................ 164
VIII.1.9. El Registro Nacional de Constructores de Obras
OM
Públicas.................................................................. 166
VIII.2. El objeto contractual........................................................... 171
VIII.2.1. El objeto material................................................... 171
VIII.2.1.1. El contrato de suministro.................... 172
VIII.2.1.2. El contrato de consultoría.................... 174
VIII.2.2. Las obligaciones contractuales............................. 176
.C
VIII.3. La causa y motivación......................................................... 179
VIII.3.1. El Sistema Nacional de Inversiones Públicas...... 180
VIII.3.2. La planificación o programación de las obras.... 186
DD
VIII.3.3. El crédito legal. Los aspectos técnicos, jurídicos
y económico-financieros. Consecuencias de su
falta de existencia previa al llamado a licitación. 187
VIII.3.4. El Pliego de bases y condiciones.......................... 194
VIII.3.5. El proyecto de la obra............................................ 195
VIII.4. La finalidad.......................................................................... 198
LA
Pág.
X.2. La elección del procedimiento. Licitación pública. Lici-
tación privada. Contratación directa................................. 233
X.3. La distinción entre la licitación y el concurso................... 238
X.4. Las diferencias entre la LOP y el decreto delegado 1023/01
en el marco de las contrataciones directas........................ 239
OM
X.5. Las diferencias entre los trámites de las licitaciones pú-
blicas, privadas y contrataciones directas......................... 241
X.6. El llamado............................................................................ 242
X.7. La presentación de las ofertas. La garantía de mante-
nimiento de ofertas.............................................................. 247
X.8. La apertura de las ofertas. Sistemas de selección de los
oferentes y evaluación de las ofertas.................................. 253
.C
X. 9. La preadjudicación.............................................................. 255
X.10. La adjudicación................................................................... 257
X.11. El perfeccionamiento del contrato. La garantía de cum-
DD
plimiento del contrato......................................................... 259
X.12. La garantía de defensa y el debido proceso durante el
procedimiento de selección................................................ 265
X.13. El régimen del Compre Nacional en el marco del proce-
dimiento de selección......................................................... 278
X.14. El proceso de selección en los contratos financiados con
LA
Pág.
XI.7. La dirección del contrato. La representación técnica. Las
órdenes de servicio y los pedidos del contratista.............. 335
XI.8. El replanteo de las obras..................................................... 343
XI.9. El inicio de los trabajos........................................................ 345
XI.9.1. La realización de los trabajos en las condiciones
OM
y términos pactados.............................................. 345
XI.9.2. La entrega del terreno........................................... 346
XI.9.3. La provisión de los materiales.............................. 346
XI.9.4. Los trabajos no previstos....................................... 348
XI.10. El plazo................................................................................. 350
XI.10.1. Consideraciones generales................................... 351
.C
XI.10.2. El inicio de los trabajos. El retraso en el inicio de
las obras.................................................................. 353
XI.10.3. El incumplimiento de los plazos de ejecución de
las obras.................................................................. 356
DD
XI.10.4. La suspensión, prórroga y recorte de los plazos.
Sus limitaciones..................................................... 371
XI.10.5. Los gastos improductivos..................................... 376
XI.11. El precio................................................................................ 388
XI.11.1. Introducción.......................................................... 388
LA
Pág.
XI.11.10. El pago del precio y su incumplimiento............. 411
XI.11.10.1. La tasa de interés y actualizaciones en
el caso de demoras en los pagos........ 415
XI.11.10.2. El carácter de deuda corriente de los
intereses por mora.............................. 420
OM
XI.11.10.3. La reserva por el pago de intereses.... 422
XI.11.11. El costo financiero................................................ 422
XI.12. El régimen de revisión de precios en las obras públicas.. 424
XI.12.1. Los antecedentes. Los decretos 131 y 1936/93.... 424
XI.12.2. La Ley de Emergencia Económica (ley 25.561)... 428
XI.12.3. Las bases del decreto de necesidad y urgencia
.C
1295/02 sobre el régimen de redeterminación de
los precios en los contratos de obras públicas.... 431
XI.12.3.1. Las causas del decreto.......................... 431
XI.12.3.2. Las principales diferencias entre el
DD
régimen creado por el decreto 1312/93
y el del decreto 1295/02....................... 433
XI.12.3.3. Las bases del régimen jurídico especí-
fico del decreto 1295/02....................... 435
XI.12.3.4. Las normas reglamentarias y comple-
mentarias.............................................. 439
LA
precios................................................... 453
XI.13. Los incumplimientos de las obligaciones del contratista
y el comitente....................................................................... 462
XI.14. La excepción de incumplimiento contractual.................. 464
Pág.
XII.2.2. La responsabilidad por la ruina de las obras....... 497
XII.3. Las consecuencias por los vicios o defectos de las obras. 502
XIII. Los riesgos en la ejecución de los contratos................................... 503
XIII.1. El principio de riesgo y ventura (el riesgo empresario).
El principio del sacrificio compartido. La recomposición
OM
contractual en términos originarios................................... 503
XIII.1.1. Los distintos principios sobre distribución de los
riesgos..................................................................... 505
XIII.1.2. El criterio legislativo. El principio a aplicar. El
alcance del concepto de riesgo en el marco con-
tractual.................................................................... 509
.C
XIII.1.3. Las excepciones al principio del riesgo empre-
sario. La revisión de precios. Las situaciones de
emergencia............................................................. 515
XIII.1.4. El criterio judicial sobre el principio en materia
DD
de riesgos................................................................ 523
XIII.1.5. Conclusiones.......................................................... 527
XIII.2. La modificación del contrato por razones ajenas a las par-
tes (revisión contractual). La distribución de los riesgos
exógenos............................................................................... 529
XIII.2.1. El hecho del príncipe............................................ 529
LA
precios.................................................................... 567
XIII.3. La modificación del contrato por el Estado contratante (ius
variandi). La potestad modificatoria. Discrecionalidad y
límites de su ejercicio.......................................................... 567
XIII.3.1. La modificación de las prestaciones.................... 576
Pág.
XIV.4. La resolución del contrato por actos del Estado no con-
tratante (hecho del príncipe) o hechos naturales (impre-
visión)................................................................................... 603
XIV.5. La revocación por razones de oportunidad, mérito o
conveniencia........................................................................ 604
OM
XIV.6. La revocación por razones de ilegitimidad........................ 610
XIV.7. La rescisión por incumplimiento de las obligaciones del
contratista............................................................................. 617
XIV.8. La rescisión del contrato por razones imputables al Esta-
do.......................................................................................... 626
XIV.9. El pacto comisorio............................................................... 632
XIV.10. Las otras causales de extinción del contrato..................... 633
.C
XV. La impugnación de los contratos.................................................... 634
XVI. Otros modos de resolución de los conflictos contractuales.......... 634
XVII. La obra pública en la Ciudad de Buenos Aires............................... 635
DD
Capítulo XXII
uu