Libro Vallone
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Introducción
Hacia el último cuarto del siglo XIX la Argentina se había organizado institucionalmente sobre la
base de una tradición jurídico liberal. Sin embargo, con el proceso de modernización del Estado
impulsado en ese tiempo, surge una serie heterogénea de prácticas y discursos anclados al paradigma
entredicho los presupuestos básicos del derecho liberal: el principio de libertad, el principio de
Este espacio de tensión, entre la tradición jurídica liberal del Estado y prácticas de control a partir
de las cuales se generalizan intervenciones directas sobre el cuerpo social, constituirá nuestro objeto de
estudio.
Nuestro análisis se situará entre dos puntos de inflexión respecto a una panorámica línea histórica:
país producen en la estructura social. Nos interesa indagar las determinaciones que la relación
Estado/sociedad civil adquirió en este tiempo, específicamente las políticas de control social operadas
Este proceso de organización y modernización implicó una nueva racionalidad basada en los
principios de orden y progreso; principios a partir de los cuales se forja el proyecto de la Argentina
moderna. Pero esta racionalidad, puesta en marcha, evidencia una realidad que emerge desde los
márgenes que ella misma genera. Es lo que se dio en llamar “los males del cuerpo social”, “lo
peligroso”; es decir, todo aquello que atenta contra el orden establecido, contra las libertades
bajo el concepto de la CUESTIÓN SOCIAL, pondrán en la encrucijada los ideales de orden y progreso
sostenidos por los grupos dirigentes de la época. De aquí en más, el debate por la cuestión social y las
respuestas a ella, implicará —para esta generación de reformistas liberales— el debate sobre los límites
de la intervención estatal1.
1
Por reformismo liberal entenderemos, como describe Zimmermann, la actitud de las élites intelectuales y políticas, de
predisposición a introducir cambios en las instituciones vigentes, que en materia de política social se traducía en una decisión
2
En consecuencia, las reformas institucionales de aquellos tiempos tendrá como preocupación central
En este contexto, ante una tradición jurídica que sostiene una definición liberal garantista del
Estado, irrumpe el discurso positivista que a partir de una nueva concepción del hombre y de la
sociedad, inaugura una nueva forma de concebir “lo peligroso”. Esto, en el entendimiento que el
individuo es una combinación de determinaciones biológicas y sociales las cuales conviven en su medio
Todo acto delictuoso es la resultante de causas, y el delincuente no puede eludir las causas
determinantes de su delito, pero ese criterio determinista no es la ley. Ningún hombre puede
peligrosidad…3
Es desde esta perspectiva que cobra importancia la noción de profilaxis y prevención con sus
aislamiento.
criminológico, introduce una nueva concepción del DELITO, de la PENA y del DELINCUENTE intentando dar
forma jurídica a estas concepciones con pretensiones científicas e instituyéndose como instancia crítica
Sin embargo, el discurso positivista quedó desarticulado de la dogmática jurídica, aunque no tardó
de abandonar los principios de laissez faire que habían caracterizado al liberalismo decimonónico… Cfr. E. ZIMMERMANN,
Los liberales reformistas, p.15. También N. BOTTANA y E. GALLO De la República posible a la República Verdadera,
p.79 y 121.
2
La expresión fue utilizada en Europa para explicar las tensiones y los conflictos de la sociedad industrial. En nuestro país, la
“cuestión social” fue la expresión acuñada por distintos autores de la época para denominar a los sectores obreros emergentes y
a los determinantes que hacían de ellos un factor problemático como las condiciones del trabajo urbano y las ideologías
extranjeras que portaban. Paulatinamente, esta denominación abarcará cuestiones de sanidad, de salud pública, de vivienda, de
criminalidad, de educación. Al respecto, puede verse la bibliografía utilizada.
3
J. INGENIEROS, Criminología, p.62.
3
prensa, en la práctica médica. Y desde el Estado, en el dispositivo penal, en la extensión del control
La población aparece en ese momento como problema biológico pero con efectos políticos y
económicos. Es por ello que en materia de profilaxis y prevención, se impulsó desde el Estado un
capilarmente el cuerpo social materializándose en los distintos niveles de la sociedad civil y del Estado.
Así, la Argentina de principios de siglo está atravesada por una serie de problemas definidos a la luz
emergentes, que, aunque no puedan ser remitidas a una instancia exterior a estas, la cual las proveería de
sentido, la inteligibilidad de las mismas estará dada por la posibilidad de ser articuladas al proyecto
En síntesis, nos proponemos indagar la modalidad específica que asumió, en el eje temporal
propuesto, la relación Estado/sociedad civil; particularmente, cómo este conjunto de políticas de control
social operadas desde el Estado, fundadas en principios disonantes a los liberales, contribuyeron al logro
de consenso en torno a un orden en el que el trabajo, la familia y la salud física y moral, se instituyeran
El espacio político, como campo de relaciones de fuerza, será pensado como un espacio de
articulación, y en este sentido, como espacio de posibilidad para pensar esta encrucijada desde una
5
noción de HEGEMONÍA en toda su amplitud, como capacidad de transformar, como construcción, como
algo que opera no sólo sobre la estructura económica y la organización política de la sociedad, sino
además, específicamente, sobre el modo de pensar, sobre las orientaciones teóricas, sobre el modo de
acceder al conocimiento.
Pensaremos este juego de políticas desde un planteo mucho más amplio —de estrategias de poder—
tal como es la construcción de hegemonía de la clase dirigente, a partir no sólo del poder efectivo y
4
Utilizamos el concepto “población” en el sentido que Michel Foucault lo recorre a lo largo de sus cursos. Del poder de
soberanía al poder sobre la vida, en: Genealogía del racismo (1976): un cuerpo múltiple… como problema biológico y como
problema de poder. La política de la salud en el siglo XVIII, en: Saber y verdad (1976): la población —con sus variables de
número, repartición espacial o cronológica, de longevidad y de salud— no sólo como problema teórico sino también como
objeto de vigilancia, de análisis, de intervenciones, de operaciones modificadoras. La gubernamentalidad, en: Espacios de
Poder (1978): como fin último de gobierno… Seguridad, territorio, población (1978): la población se presentará como una
realidad a la vez específica y relativa…
5
Tomamos la noción gramsciana de hegemonía a partir de una concepción ampliada del Estado, para indagar en los
mecanismos de la dominación y de su legitimación, en los de la coerción y producción de consenso. A. GRAMSCI, Notas
sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado Moderno.
4
material que ella detentaba, sino también de una base de consenso, activo o pasivo, de la mayoría de la
Con respecto al marco teórico-conceptual a partir del cual se construye nuestra mirada, y al lugar
desde el cual hemos sido interpelados por la problemática, tiene como punto de partida la siguiente
pregunta: ¿CÓMO, A PARTIR DE UNA CONCEPCIÓN LIBERAL GARANTISTA DEL ESTADO, FUE POSIBLE LA PUESTA EN
PRÁCTICA DE INTERVENCIONES DIRECTAS SOBRE EL CUERPO SOCIAL QUE INVADÍAN ÁMBITOS DEL DERECHO
PRIVADO? Será este interrogante el que nos hará indagar en nuevas formas de ejercicio del poder, en
nuevas formas de saber y, por lo tanto, en nuevos discursos desde los cuales será posible articular las
instituciones de derecho liberal a prácticas efectivas de control y vigilancia. Nuestra hipótesis es que el
positivismo criminológico ofrece en sus formulaciones los ejes sobre los cuales el discurso hegemónico
operará la estrategia que hará posible la articulación y legitimación de los procesos de intervención,
Ahora bien, la pregunta por el “cómo”, cómo hace posible… cómo articula… cómo se produce…
cómo opera la estrategia… cómo se desplaza… cómo se construye… cómo se ejerce…; será en
definitiva la pregunta que atraviese la trama del control social. Y a su encuentro, el encuentro del orden
social. Esta preposición será lo que nos haga circular y desplazarnos en ese espacio de tensión. Será el
lente que posibilitará descentrarnos de lo escrito, de la ley, del derecho, y, como diría Foucault,…captar
el poder en sus extremidades, en sus terminaciones, ahí donde se hace capilar… para poder entrever los
mecanismos, las mediaciones que se juegan en la producción del orden social …los efectos de verdad
que el poder produce y transmite, y que a su vez reproducen el poder. Entonces, un triángulo: poder,
derecho, verdad6.
Por lo tanto, nuestro propósito es recorrer la trama del control social, su organización, sus
procedimientos, sus aristas represivas y excluyentes, su letra; pero también, fundamentalmente, lo que
produce, lo que promueve, lo que sostiene y hace posible su existencia y hasta su legitimidad.
siempre ha estado ligado a una determinada visión/imagen del orden social, resulta pertinente reconocer
la impronta que “las visiones” del control social de Juan Pegoraro han dejado en nuestra mirada sobre el
concepto y las formas que reviste; pues Pegoraro lo define como la estrategia tendiente a naturalizar y
6
M. FOUCAULT, Genealogía del racismo, p.23.
5
normalizar un determinado orden social construido por las fuerzas sociales dominantes 7. Es en este
sentido que creemos que acercarse al tema del control social, es una forma de conocer la sociedad, lo
¿Qué implica abordar el análisis del orden social desde la perspectiva del control social y
específicamente a partir de una mirada sociológica? Y es que desde la sociología existe un conjunto de
temas y problemas, un repertorio de preguntas que constituyen nuestra mirada: las instituciones, las
ideologías, las relaciones de poder, cómo se construye socialmente la realidad y las subjetividades. Es
desde esta perspectiva que la temática del control social reviste cierta especificidad a la mirada
sociológica, en tanto preguntarnos por el control social de hecho es preguntarnos por el orden social. Un
orden que se construye socialmente y que constituye todo aquello que denominamos sociedad.
operando al interior de una estrategia política que tiene como objetivo la construcción del orden social,
mantener un “orden” no puede ser pensado sino en un campo de relaciones de fuerza, en un campo de
lucha por el poder. Es en este sentido, que planteamos como hipótesis la posibilidad de que el discurso
La dimensión efectiva del control social estará dada por las formas que lo revisten. Es decir, el
control social antes que nada es una POLÍTICA DE CONTROL SOCIAL, que reviste forma de represión (y
población9. De este modo y siempre, una política de control social tiende a homogeneizar a la sociedad
de acuerdo a valores imperantes, ya sea a través de la exclusión (cómo puede ser el extremo de la
política penal, el encierro), como así también a través de la integración/cooptación (como pueden ser las
7
La referencia al sociólogo Juan Pegoraro obedece a que ha sido un referente local de la temática en el campo de la reflexión
sociológica. Sobre todo, su contribución es haber instalado en las ciencias sociales el debate en torno a las relaciones entre
delito y el orden social …El delito y el poder de castigar ocupando un lugar, no marginal, en la descripción del orden social.
Cfr. Revistas de ciencias sociales Delito y Sociedad.
8
J. PEGORARO, Teoría social, control social y seguridad: el nuevo escenario de los '90, en: Cuadernos de posgrado p. 5.
9
Las nociones de normalización y normatividad resultan fundamentales para pensar “lo normal” y “lo anormal”. Es sobre este
eje que se construye tal dicotomía. Establecida la norma —un modelo óptimo en términos de Foucault— lo normal se define
por la adecuación a esa norma. Cfr. M. FOUCAULT, Seguridad, territorio, población p. 75 y 76.
6
Así la política de control social, en su diversidad y en su adversidad, se nos presenta como instancia
orden social y por lo tanto relaciones de poder que, aunque implican efectos de dominación —a través
Y es que, si lo que se juega en una política de control social es la reproducción del orden social, su
ejercicio se inscribe en un campo de posibilidad cuya estructuración no puede ser pensada sin una dosis
concepción del mundo y el ejercicio del control social, será uno de los nudos teóricos que se deslizará
El libro se ha organizado en cinco capítulos, a lo largo de los cuales, como telón de fondo, se pone
en resonancia el lugar que el discurso positivista ocupó en la configuración simbólica y material del
Estado Argentino.
En el primer capítulo, describimos las condiciones históricas que posibilitaron la emergencia del
positivismo en Argentina y cuya impronta trasciende en los estudios políticos y sociológicos de la época
urbano. LA CUESTIÓN SOCIAL, EN TODAS SUS EXPRESIONES, SERÁ EL OBJETO ESPECULAR DE UNA NUEVA LECTURA
POLÍTICA SOBRE LO SOCIAL; LECTURA QUE SE DESPRENDE DE UN ORDEN LIBERAL-CONSERVADOR PERO QUE, EN SU
adelante por la generación de los reformistas liberales, serán leídas en la intersección que supone el
10
J. PEGORARO, op.cit. p.3 y 4.
7
En el segundo capítulo, analizamos el POSITIVISMO CRIMINOLÓGICO. Recorremos las principales
sistematizaciones teóricas de la Escuela clásica de derecho penal italiana, Francisco Carrara y Cesare
criminológica positivista italiana (Cesare Lombroso, Enrico Ferri y Raffaele Garófalo), exponiendo
consiguientemente las críticas puntuales que esta última formulara a la Escuela Clásica liberal. En
Argentina, tomamos como punto de referencia la obra de José Ingenieros, Criminología, por ser
considerado el máximo representante de esta disciplina y cuya obra nos introduce en la criminología
A partir de aquí y con el fin de esclarecer los ejes temáticos y los nudos que los articulan, es que en
un tercer capitulo damos cuenta del recorrido transversal que nos permitió afirmar que el ESTADO
PELIGROSO y la DEFENSA SOCIAL SON DOS POLOS DE UNA MISMA GESTIÓN, dos extremos de desarrollos teóricos
diversos, dos dimensiones del abordaje de la Cuestión Social en sus puntas mas conflictivas. Y a la vez,
dar cuenta de cómo uno y otro paradigma sostienen el defensismo social como la racionalidad sobre la
Siguiendo este propósito, en los dos últimos capítulos analizamos la articulación del discurso
criminológico positivista a las instituciones del Estado liberal, y mostramos esta confluencia de
Políticas que tendrán como escenario privilegiado para su despliegue el espacio urbano; y como objeto
de intervención, a los sectores obreros, a los inmigrantes y a las prostitutas. Particularmente, nos
proponemos analizar cómo funcionaron dos dispositivos de poder, de gran envergadura en la época y
que, a nuestro juicio, constituyeron los aparatos de control más eficaces en los procesos de
política sanitaria basada en los principios del higienismo y cuyos campos de intervención se definen a
partir de lo que abarcaban los conceptos de la higiene pública, la higiene privada o individual y la
DEL ORDEN PÚBLICO, que tuvo como institución específica a la Policía y como instrumentos primordiales a
8
11
Hablamos de DISPOSITIVO , dispositivos de poder, dispositivos de control, dispositivos de
normalización, porque en el despliegue de una política, cualquiera sea su naturaleza, se pone en juego
un complejo de cosas heterogéneas en principio, pero susceptibles de ser puestas en una trama con un
interesa retratar justamente esta red, que implica discursos, instituciones, leyes, reglamentos,
instrumentos, enunciados científicos y morales, lo dicho y lo no dicho. Que en apariencia son distintos y
autónomos (la cárcel, el hospital, la policía, el medico higienista) pero que ejercen un mismo poder de
fuentes documentales que dan cuenta de políticas públicas, debates parlamentarios, reglamentos, leyes y
proyectos a nivel nacional (salvo excepciones, reglamentos específicos para Buenos Aires Capital). Para
ello, recurrimos por un lado, a fuentes documentales que nos permitan rastrear prácticas institucionales:
Archivos de psiquiatría y criminología, Anales del Departamento Nacional de Higiene, Memorias del
Departamento Nacional de Higiene, Memorias Policiales, edictos Policiales, diarios de sesiones del
Congreso (DSCD- DSCS), Revista Criterio, periódicos de la época. Por el otro, utilizamos los discursos
y debates parlamentarios a partir de los cuales fueron legitimadas esas prácticas de control. En este
sentido, traemos los escritos de enunciadores relevantes: José Ingenieros, Francisco de Veyga, J.M.
Ramos Mejía, Miguel Cané, Ernesto Quesada, Eduardo Wilde, Lucas Ayarragaray, J.V.Gonzalez,
11
En el sentido foucaultiano del término. Entre otros, cfr. El juego de Michel Foucault, en: M. FOUCAULT, Saber y verdad.
9
Capitulo I
social” puede ser rastreado desde mucho tiempo atrás, el pensamiento sociológico como intento de
aprehensión y comprensión de la realidad social, como teoría, como sistematización; en este sentido
puede decirse que es expresión de los intelectuales de fines del siglo XIX:
revelan todos cada vez más un fondo común de ideas que manifiestan una concepción del mundo
naturalista; desde 1.830 el vocablo ‘positivo’ se hace corriente en los escritos de los intelectuales
[…] Los pensadores argentinos comienzan a servirse de esta palabra para designar, por una parte,
lo que es objetivo, real, natural; y por otra, lo que es progresista en lo social y en lo político 13.
entre pensamiento y realidad, aunque aún no existía una sistematización teórica acabada; ya que el logro
científicamente. Se podría decir en general que la concepción biológica de la realidad como concepción
del mundo, la fe en la ciencia y en el triunfo de ésta sobre la religión, las mismas leyes naturales
rigiendo a los organismos vivos y al hombre, la adaptación al medio como causa del cambio, la estrecha
12
Algunas interpretaciones señalan las insuficiencias del método generacional para explicar y periodizar la vida argentina,
cuestionando la tendencia al encasillamiento de los movimientos intelectuales y políticos de la época. (Cfr. por ejemplo, a Hugo
Biagini: Cómo fue la generación del 80, (1980); La Generación del Ochenta, (1995). No desconocemos la discusión al
interior de la historiografía argentina acerca del origen de las ideas positivistas en nuestro país y las diferentes corrientes que
influyeron en los círculos intelectuales y políticos a lo largo del siglo XIX. Sin embargo, sostenemos esta afirmación en tanto el
positivismo representaba en ese momento la técnica, la ciencia y el progreso material con los cuales se identificaba la oligarquía
de los años 80. Sobre las variantes ideológicas del positivismo en nuestro país, puede verse Positivismo y Antipositivismo en
Argentina, de Berta Perelstein y El movimiento positivista argentino, AAVV, Hugo Biagini (compilador)
13
El concepto de pensamiento es tomado en el mismo sentido en que especifica Ricaurte Soler: el pensamiento como una
forma, como una modalidad particular del conocimiento, o si se quiere, una forma —desde el punto de vista sociológico—
especial del pensamiento. R. SOLER, El positivismo argentino, p 50.
14
Uno de los destacados en esta dirección fue Florentino Ameghino, quien en Filogenia (1882) se propuso hallar
demostraciones del transformismo o doctrina de la evolución de la especie a través del descubrimiento de animales fósiles y
vivientes, para reconstruir la serie animal. Más tarde, en la conferencia Mi credo (1906) expondría una serie de teorías
generales sobre toda la realidad, basándose en las leyes que él infiriera de sus estudios biológicos. José Ingenieros dirá sobre la
obra Filogenia: en la actualidad esta doctrina es la única explicación legítima del origen de las especie… Cfr. J.
INGENIEROS, Las Doctrinas de Ameghino, p. 20.
10
relación entre caracteres físicos y psíquicos, son algunos de los postulados fundamentales que
caracterizan los estudios sociológicos de los positivistas de fines de siglo XIX y principios del XX. El
pensamiento argentino se orientó en el sentido de una sociología biologista. Sin embargo, el debate
así, el debate intelectual de la época discurrió bajo el signo del positivismo: la fe en la ciencia y la
posibilidad de aplicar sus métodos al estudio de la actividad social y humana15. Es en este sentido que la
sociología es instituida como “la disciplina científica”. Interpretada como la ciencia general de la
más idóneo para guiar a los gobiernos en el diseño de políticas sociales, fue proclamada como la clave
época, resulta conveniente considerar dos aspectos: por un lado, el enriquecimiento teórico que sufre el
cuerpo conceptual hacia fines del siglo XIX y principio del XX por la influencia y el estudio de las
escuelas positivistas europeas17. Por el otro, aquello que caracterizará la orientación cientificista y
positiva de la temática sociológica de este período será la formación cultural, académica y universitaria,
Más allá de los márgenes indefinidos que supone el espacio teórico en que se debate
positivismo/antipositivismo en Argentina, por sobre las distintas corrientes del positivismo —de cuño
“en acción”, de credo pragmático— en sus diversas expresiones y aprehensiones; el positivismo tuvo
doctrinaria que se proyectaría a todos los campos del saber, erigiéndose en "alcance definitivo de la
15
Cfr. N. BOTANA Y E. GALLO. Las exposiciones más pertinentes al respecto son las de J. A. Ferreyra, Ernesto Quesada,
José Ingenieros, Miguel Cané, Paul Groussac y Juan B. Justo.
16
E. ZIMMERMANN, op.cit. p. 83-90. Así lo planteará, por ejemplo, Ernesto Quesada en su Primer curso de sociología
(1905): la solución de la cuestión social depende de la orientación sociológica y de las leyes que la nueva ciencia pueda
formular…, o José Ingenieros en Sociología argentina, cuando explica el método genético en sociología: la aplicación de
principios biológicos generales al estudio de la evolución social permitirá desentrañar sus leyes… (5ta ed. 1913).
17
En el ámbito de la filosofía y de la sociología del positivismo naturalista, hacemos referencia fundamentalmente a la escuela
positiva italiana en su desarrollo de un derecho penal positivo bajo un rígido determinismo biológico y una visión básicamente
antropológica: C. Lombroso, E. Ferri y R. Garófalo.
18
La generación post-independentista vinculada a la organización institucional-constitucional del país había determinado la
importancia social y política de los juristas. Tal es así, que hacia fines de siglo XIX los abogados eran el grupo de mayor
prestigio. Los hombres más sobresalientes de la generación del '80 eran egresados de la facultad de derecho y la mayoría
profesores o futuros profesores universitarios.
11
Aquel realismo social, aquella especie de positivismo histórico, aquellas sistematizaciones teóricas,
filosofía, en una metodología teórica. Sino que devienen en un programa de acción, en prácticas
efectivas, en un meticuloso proyecto operativo que irá generando a la vez nuevos espacios de discusión
teórica que arrojarán a la escena política y social nuevas figuras, nuevos conceptos y en consecuencia,
El positivismo en Argentina significó una nueva concepción del hombre y de la sociedad, un nuevo
lenguaje político de lo social. Desde la perspectiva que intentamos esbozar, cobra importancia la
resignificación conceptual que el discurso positivista opera sobre un conjunto de prácticas históricas
concretas. Nuevamente traemos aquí la posibilidad de pensar esta encrucijada desde una noción de
hegemonía en toda su amplitud, como capacidad de transformar, como construcción, como algo que
opera no sólo sobre la estructura económica y la organización política de la sociedad, sino además,
específicamente, sobre el modo de pensar, sobre las orientaciones teóricas, sobre el modo de acceder al
conocimiento.
La influencia en los estudios sociológicos de la escuela antropológica italiana evidenció, en las tesis
sociológicas argentinas, un claro origen jurídico. La vinculación del positivismo penal y la temática
sociológica argentina es indiscutida, siendo el primero el que da paso a la sociología como disciplina
positiva en la universidad. En 1883 se enseña por primera vez el positivismo penal en la Universidad de
Buenos Aires19. La influencia que más se hizo sentir en Argentina fue el positivismo penal de Cesare
Lombroso.
Francisco Ramos Mejía (1847-1893) fue uno de los que difundió las teorías jurídicas del
evolución política argentina adoptando como tesis el carácter biológico de la herencia social y la
También en los estudios de José Ramos Mejía (1849-1914) se encuentra la influencia de Lombroso.
Este médico psiquiatra orientó su actividad al desarrollo de estudios históricos, de este modo lo que
19
En 1897 Francisco de Veyga logró crear una cátedra de antropología y sociología criminal nueve años antes que en Italia. En
1902, De Veyga y José Ingenieros fundaron los Archivos de criminología, medicina legal y psiquiatría que determinaron
nuevas orientaciones en el campo disciplinar de las ciencias sociales argentinas.
12
intentaba era analizar las manifestaciones de la locura en la historia20. José Ingenieros respecto de su
obra comenta:
…se promiscuaban la medicina y la historia […] con él aparecían en nuestro medio los métodos
21
y las orientaciones que transformaron la frenología en psiquiatría y la historia en sociología .
sociológicas de la época.
Los estudios de Octavio Bunge (1875-1918) representan de alguna manera la continuación de las
investigaciones psico-sociales de José María Ramos Mejía. Bunge fue uno de los teóricos más
importantes del biologismo sociológico y del ambiente intelectual argentino de fines del siglo XIX y
comienzos del siglo XX. Fundamenta sus teorías en la herencia, en el principio de transformación,
adaptación y selección de las especies. La importancia de sus escritos está dada por la incorporación de
una dimensión psicológica en su análisis sobre las sociedades americanas; el objeto de su obra es
La psicología sociológica fue una disciplina que en Argentina se inicia con los estudios de José M.
La última sistematización importante del cientificismo sociológico argentino fue realizada por José
Ingenieros (1877-1925). Para este también los "factores" psicológicos, éticos, jurídicos, sociales, están
determinados por leyes biológicas, determinantes estas últimas de toda conducta humana. Sin embargo
necesidades materiales del hombre será el móvil de toda acción individual o colectiva a la vez que
20
J.M. RAMOS MEJÍA, La neurosis de los hombres célebres en la historia argentina (1878-1882). Fue uno de los
académicos reformistas que articularon sus ideas con la realidad social del momento en la configuración de instituciones
estatales dedicadas a distintas áreas de la reforma social. Fundó el Círculo Médico, en 1882 promovió junto a Emilio Coni, la
creación de la Asistencia Pública de la Ciudad de Bs.As., y entre 1893 y 1898 fue presidente y reorganizó el Departamento
Nacional de Higiene.
21
J. INGENIEROS, La personalidad intelectual de José M. Ramos Mejía, p.14.
22
O. BUNGE, Nuestra América. Ensayo de psicología social (1903), p.49.
23
J. INGENIEROS, Sociología argentina, p.19-21. Resulta oportuno destacar que para Ingenieros, el factor económico será
importante siempre y cuando éste sea comprendido como una función de adaptación dentro del marco de la lucha por la vida.
Dice: ...los factores económicos representan necesidades puramente biológicas, semejantes en cualquier especie viviente […]
el fenómeno social que preside toda la evolución social es uno: las necesidades que los agregados humanos tienen que
13
El origen jurídico del pensamiento de Ingenieros resulta más que evidente, sobre todo si atendemos
a su interés por incursionar en el estudio de las instituciones jurídicas y su transformación. Plantea que
tal transformación sucede al interior de una renovación en la cultura filosófica en la que las ciencias de
la naturaleza serían la base de toda concepción sistemática del mundo. Esta "renovación de la cultura
filosófica" que advierte Ingenieros influye en las instituciones jurídicas y demuestra su ineficacia,
fundamentalmente las del Derecho liberal clásico. Por lo tanto, la crisis de la legislación penal debería
entenderse en el marco de las nuevas concepciones positivistas. Sus investigaciones como médico
surgimiento de la criminología como disciplina científica, nos remite necesariamente a la figura de José
Ingenieros.
que tener en cuenta que “La simulación de la locura” fue una de las tesis que desarrolló en su
especialización en el campo de la alienación, y que será — junto con la elaboración de una rigurosa
teoría crítica del derecho penal vigente— uno de los núcleos más importantes de su planteo
criminológico). Aunque Ingenieros queda seducido con el positivismo penal de Lombroso y Ferri,
elaboró una compleja y minuciosa teoría que tenía en cuenta tanto factores sociales, jurídicos,
económicos y éticos como psicológicos; produciendo un discurso criminológico que excedía la relación
principios de siglo XX— de un conjunto de tecnologías destinadas al control social, tecnologías todas
que anclaban en prácticas de poder (las disciplinas) y técnicas de saber (las ciencias).
La influencia del positivismo en la Argentina posee caracteres muy particulares —dice Berta
Perelstein— puede afirmarse que nuestro país es el lugar donde el positivismo fue más vaciado de
contenido y donde sus fórmulas fueron más libremente modificadas para adaptarlas a los intereses
satisfacer para conservar la unidad del grupo en el espacio y su continuidad en el tiempo. La actividad económica es
simplemente su resultado […] la economía política es una aplicación a la especie humana de leyes biológicas que rigen la
lucha por la vida en todas las sociedades animales.
24
BERTA PERELSTEIN, Positivismo y antipositivismo en la Argentina, p.108.
14
Efectivamente. El positivismo no fue adoptado —más allá de los matices particulares que se fueron
imprimiendo en el país— sino que fue convenientemente adaptado a las necesidades de reorganización
principios del siglo XX, la significación cultural que el positivismo penal tuvo en las elites intelectuales
también como categoría sociológica; nos ofrecen algunos lineamientos para comprender la formación de
consolidar una posición dentro del sistema económico mundial de expansión capitalista, liderado por
entonces por Gran Bretaña y en el cual la Argentina ocupa el lugar de "granero del mundo" por su
importante actividad como proveedor de alimentos y materia prima. Argentina se convierte así en un
estado dependiente de intereses europeos, dando prioridad al sector agro-exportador al cual quedó
determinando paulatinamente la organización institucional del país a la vez que un acelerado proceso de
del ingreso, entre otros factores, contribuyeron a conformar un sistema territorial con centro en Buenos
Aires —reafirmado con su capitalización en 1884—, en el que surgirán poblados que se articulaban al
proceso de desarrollo económico imperante por sus ventajas comparativas. Pero este proceso también
dejó en el camino grandes extensiones territoriales y poblacionales que no pudieron adaptarse al nuevo
institucionales necesarias para el éxito del desarrollo económico, que abarcaba medidas como la
organización de los territorios nacionales, la ley de educación común (1420). No menos importante a los
fines de este proyecto fue la llamada campaña al desierto y la ley de premios militares en 1888 para
15
distribuir la tierra entre los expedicionarios según el grado y el mérito (ley relacionada con el origen de
En principio nos interesa mostrar cómo en este proceso amplio de modernización, se encuentran
imbricados la inmigración, los nuevos sectores sociales urbanos (los sectores medios, la clase
institucional del país. Organización que se va configurando en torno a un plan estratégico de desarrollo
económico, pero también a partir de la necesidad de poner en un marco de visibilidad los costados más
Nuevos actores…
Una de las variables más importantes en los orígenes de la cuestión social y en el desarrollo del
años— se inicia aproximadamente en 1860, el mayor aluvión inmigratorio se produce entre 1880 y
1930. Con esta política, la élite dirigente no sólo se proponía poblar el país, sino también modernizarlo
tomando como modelo las pautas económicas y culturales europeas. La civilización consistía en la
adopción de formas constitucionales liberales y del libre comercio; por lo que si la organización
institucional del país fue posible, esta se hizo bajo modelos extranjeros.
Bajo este ideal se forja el mito de europeizar el país, y en pos de ello, el fomento de la inmigración
se canaliza a través de leyes y disposiciones que dieron seguridad al extranjero y lo radicaron según las
nombró representantes en distintos países europeos (1869); la ley de inmigración y colonización (1876).
Pero las esperanzas puestas en aquellas flotas que arribaban al puerto, se fueron desvaneciendo. En
primer término, la oleada inmigratoria que desembarcó distaba mucho de lo que se esperaba. No eran ni
técnicos ni profesionales. Se trataba de exiliados y rezagados de sus países de origen, que no eran como
se pretendía, Francia e Inglaterra. En segundo lugar, a pesar de cierta flexibilidad que la legislación
otorgaba, estableciendo en alguna medida canales para el "ascenso social", existía una rígida estructura
tradicional en cuanto a la propiedad territorial; pues, la Argentina tuvo siempre una estructura
latifundista favorecida por los gobiernos conservadores. Ante una ineficiente política agraria de
16
colonización, la gran mayoría de los inmigrantes fueron arrojados por las circunstancias a las ciudades,
generando así, un desproporcionado proceso de urbanización. La poca absorción de mano de obra por la
marginales de las ramas secundarias y terciarias de la producción. (Hacia 1914, casi un tercio de la
población del país, el 29,8%, era extranjera). Paulatinamente se fue dando una ampliación del sector de
servicios y comercio como también del aparato administrativo del Estado, fenómeno que repercutió en
inserción de nuevos grupos en el proceso económico, grupos que conformaron los ESTRATOS MEDIOS y
que para 1914 representaban casi el 40% de la población activa del país. Muchos factores contribuyeron
a que surgieran estos estratos: auge de servicios, alfabetización, desarrollo de la industria, ferrocarriles,
inmigración. Aunque el poder formal del Estado era limitado por una estructura informal, compuesta por
grupos o familias que controlaban el aparato administrativo y el sistema de cooptación política; el poder
social e importancia numérica. No existían partidos políticos con una estructura institucional capaz de
canalizar las demandas de estos sectores; será en la revolución del 90 cuando aparecerá su potencial
político y los primeros signos preocupantes de quiebre del Régimen. Si bien la revolución fue
militarmente sofocada y, como señalan Gallo y Botana, la oposición no se dirigía a crear un ámbito
político público caracterizado por la presencia de ciudadanos activos en la defensa de sus derechos
civiles y políticos, sino más bien, las metas de la oposición en ese entonces fueron generar un clima
cívico y rechazar un modelo político que reivindicaba la desmovilización ciudadana. La revolución del
En efecto, con el cambio de siglo, los sectores medios conformados por grupos nativos y extranjeros
emergen poco a poco de los márgenes del sistema político-institucional. Grupos tradicionales
desplazados por el proceso económico, inmigrantes, grupos beneficiados que eran parte del sector
agropecuario, grupos que habían estado alineados al Régimen; todos ellos engrosan las filas de la
naciente "clase media argentina". Conformación heterogénea esta, así como la fuerza política que surge
de su seno: la Unión Cívica Radical, el primer partido político con una estructura formal que se erigirá
en custodio y representante de los intereses de los sectores medios. De lo que se trataba era de la
25
N. BOTANA Y E. GALLO, op. cit., p 38.
17
obtención de derechos políticos y civiles, en forma conjunta con la formación ciudadana y política,
necesarios para la defensa de intereses hasta entonces postergados por el sistema político vigente.
Aunque la mayor parte de los habitantes del país no participaba en la vida política, hacia finales de
siglo XIX eran numerosas las asociaciones y organizaciones integradas por sectores de la población
urbana. Así como los inmigrantes consolidaron formas de sociabilidad y solidaridad formando
asociaciones de “socorros mutuos de inmigrantes” que reunían a los extranjeros de una misma
nacionalidad o de determinada región del país de origen (gallegos, andaluces, calabreses, napolitanos);
incipiente industria que arrojará a escena a un nuevo actor social: el proletariado; que sumado a los
actividades agropecuarias, de la industria, de los servicios y aquellos sin ocupación fija que trabajaban
albañiles, estibadores portuarios, ferroviarios, obreros de los frigoríficos, formaron hacia fines de siglo
XIX, la naciente clase obrera. Estos “protagonistas anónimos”26, con una importante composición
extranjera, mostrarán gran capacidad organizativa para resolver en forma colectiva los problemas que
afectaban a sus condiciones de trabajo. Bajo el signo anarquista y socialista, la expresión institucional de
(FOA) en 1901 (de tendencia mayoritariamente anarquista y en la cual predominaban la huelga general,
el boicot, el sabotaje y la violencia como medios de lucha política), y que se convirtió después en la
Federación Obrera Regional Argentina (FORA) en 1904. Los conflictos ideológicos y metodológicos al
interior de estas organizaciones, hicieron que los gremios de tendencia socialista se retiraran y en 1902
conformaran la Unión General de Trabajadores (UGT); pues, desde su creación en 1894, el Partido
Socialista adhería a la lucha política dentro del marco institucional que la democracia liberal
26
Se ha tomado la expresión “protagonistas anónimos” del trabajo de E. CARDENAS y C. PAYA, En camino a la
democracia política (1904-1910).
27
En el Primer Manifiesto Electoral (1896) publicado por La Vanguardia (periódico fundado por el PS), presenta su programa
de reformas políticas. El programa del PS se nutría del pensamiento de la social democracia europea, cuya máxima expresión
había sido el Congreso de la Internacional Socialista de Paris en 1899. De ello se desprende sus propuestas de avanzada en el
ámbito legislativo, como por ejemplo, igual salario para hombre y mujer, protección del trabajo de la mujer y prohibición
trabajo niños menores de 14 años, impuesto directo sobre la renta, etc. Cfr. BOTANA Y GALLO, op. cit. p. 315-317.
18
La crisis del 90 ayudó a la consolidación de diversas tendencias en el movimiento obrero que
poseían diferentes métodos de lucha y objetivos específicos en sus reivindicaciones. No existió en esos
tiempos una sola expresión política que aglutinara los intereses de los trabajadores u obreros. Será el
radicalismo quien a través de una estrategia política y discursiva, y en el marco de una expresión
político-institucional, sabrá articular las interpelaciones populares a las demandas obreras. Sin
base social, la retórica radical apelaba al denominador común de vastos sectores de la sociedad, apelaba
a la recomposición del ámbito político como espacio público y ciudadano. A partir de esta invocación es
Nuevos conflictos…
Lo cierto es que en el contexto de surgimiento de los nuevos actores sociales en el mundo urbano,
los movimientos obreros constituyeron la principal amenaza para el gobierno conservador. Más allá de
sus diferencias, la huelga era el principal recurso para reclamar y protestar ante el Estado y los
patrones29. En 1901 y 1902 la dimensión del conflicto obrero adquiere dimensiones cuantitativa y
cualitativamente imprevisibles, coyuntura que se agrava hacia fines de 1902 cuando la FOA declara la
huelga general paralizando el transporte y la actividad portuaria, principales clivajes del sistema
agroexportador. La represión policial y el estado de sitio, fueron la reacción inmediata del gobierno,
pero a la larga, los gobiernos conservadores respondieron al conflicto obrero con una legislación que
extranjeros. La LEY DE RESIDENCIA de 1902 y la LEY DE DEFENSA SOCIAL de 1910, dejarán en claro la
correlación entre criminalidad e inmigración, y por efecto, la correlación entre criminalidad y obreros.
La ley de Residencia encuentra su antecedente en el proyecto del senador nacional Miguel Cané en
1899, sobre expulsión de extranjeros. Centrado más en reprimir al anarquismo que en propuestas
referencia a todo extranjero cuya conducta pueda comprometer la seguridad nacional, turbar el orden
28
Respecto a la composición de la base electoral de la UCR, y reafirmando lo mencionado sobre el apoyo de los sectores
urbanos al partido radical, se destaca la correlación entre el apoyo electoral al radicalismo y un índice de modernización que
medía niveles de alfabetización, urbanización y presencia de población extranjera. Cfr. E. ZIMMERMANN, op.cit. y E.
GALLO Y S. SIGAL La formación de los partidos políticos contemporáneos: la UCR (1880-1916).
29
De acuerdo al análisis de documentos sindicales entre 1891 y 1902, Ernesto Isuani muestra que, de las demandas obreras de
la época: salarios justos, disminución de la jornada de trabajo, abolición de trabajo nocturno, protección de trabajo de mujeres,
prohibición de ocupar menores, descanso semanal, seguro contra accidentes del trabajo; los salarios y jornada de 8 horas de
trabajo, fueron los motivos de más de ¾ partes del total de las huelgas. Cfr. E. ISUANI, Los orígenes de la seguridad social
argentina, p 42 y 43.
19
público o la tranquilidad social30. Los que apoyaban el proyecto, aducían que la ley no iba contra las
huelgas, sino mas bien dirigida a los “agitadores profesionales” o — en palabras de J.V. González — a
proteger esos gremios conmovidos, agitados […] arrastrados por la prédica subversiva del orden
jurídico y social…31 Para quienes se oponían al proyecto, esta ley era inconstitucional porque se
facultaba al Poder Ejecutivo para expulsar, deportar o prohibir la entrada al país de extranjeros, y esto,
implica dotarlo de poderes judiciales en tanto expulsar era una medida penal. Además, la ley no era más
que una respuesta acotada —a las huelgas— y efectista, ante un conflicto cuyo origen arraigaba en
cuestiones estructurales sobre las que el gobierno debía pronunciarse. Así, el diputado Belisario Roldán
(h), sostenía
…la ley ha sido dictada, en los países donde está en vigencia, después de haber fracasado una
prolija y copiosa legislación obrera; pero en un país como este, donde no se ha dictado una sola
palabra de legislación obrera […] me parece que es llegar al fin de camino sin haber recorrido una
32
sola de las jornadas indispensables para arribar a él .
vida de los trabajadores en los orígenes de la cuestión social. Mención que será utilizada por el diputado
Los interrogantes que dejó planteado el tratamiento de la ley en diversos ámbitos sobre su
efectividad en la resolución de la cuestión obrera, sumado a la evidencia de que los conflictos obreros
—con ley y sin anarquistas— no declinaban, hicieron que el gobierno ensayara paralelamente otras
alternativas.
El proyecto González, luego Ley Nacional del Trabajo de 1904, será un intento parcial de lograr
una legislación adecuada a los intereses de los trabajadores, o al menos, será una forma moderada de
encauzar el conflicto en un marco previsible de tratamiento y contención. La ley, con sus 14 títulos y
466 artículos, era un verdadero Código Obrero dirá José Ingenieros, quién dedica un análisis de casi 40
páginas en su obra Sociología Argentina, mostrando que la ley contempla casi todas las reformas
30
DSCS, Bs. As. 1899, p 134-135, M Cané, Expulsión de extranjeros. (Buenos Aires, Imprenta de J. Sarrailh, 1899).
31
DSCD, Debate sobre la ley de Residencial (1902), en: BOTANA Y GALLO, op.cit., p.479- 483.
32
En mayo de 1902, Belisario Roldán había presentado un proyecto de ley referente a accidentes de trabajo con el fin de
prevenir y reducir conflictos laborales. Tal proyecto no fue considerado por las Cámaras. Cuestión que pone en énfasis en
oportunidad de su discurso sobre la Ley de Residencia. DSCD, citado por E. ISUANI, op.cit., p. 45-49.
33
Conferencia de M. Cané “la obra del Dr. Carlos Pellegrini”, publicada en el periódico Sarmiento, abril/1904, en Archivo
Miguel Cané, Legajo N°13, Archivo General de la Nación, Sala VII. El discurso de A. Palacios en DSCD, Vol.I, p 198, 1904.
20
formuladas en el programa mínimo del Partido Socialista. Opinión que es compartida por Juan B. Justo
Mientras tanto, la conflictividad marcaba una curva ascendente, los reclamos obreros no eran
absorbidos por el Estado y además, el texto de la ley se concretaba en la acción: represión policial,
registros de reuniones y participantes. Profundizando aún más la conflictividad social entre los gremios
y sindicatos, y entre éstos con el gobierno, la onda expansiva de la violencia pretende ser nuevamente
encauzada por las vías más duras del control y la regulación social.
La ley de Defensa Social es sancionada con explícita pretensión de reprimir el anarquismo y toda
ley prohibía la entrada al país de los anarquistas y penaba con prisión y pena de muerte a quienes
hicieran uso de explosivos y protestas violentas. (la excepción de pena de muerte alcanzó a los menores
de 18 años, torciendo lo establecido por el Código Penal que establecía 22 años y a los diputados que
Desde diversos campos del conocimiento afirmaban una y otra vez los males que traía aparejada la
inmigración. Para Moyano Gacitúa, profesor de derecho penal y juez de la Suprema Corte,
…el industrialismo es uno de los buenos barómetros de la civilización más adelantada, y dentro
de él está la llamada clase obrera afectada por la cuestión social […] Esa cuestión social denuncia
y constata una forma especial de delincuencia […] y que viene agravada por el índice delincuente
36
que aquí aportan la nacionalidad de los propios gremios trabajadores .
desligaba la acción anarquista de toda cuestión social, tanto en su origen como en sus objetivos
la delincuencia anarquista no es obra del malestar social sino de la fermentación de los detritus
sociales […] ésta es una cuestión de higiene social entregada exclusivamente al cuidado de la
policía37.
En efecto, las leyes de Residencia y de Defensa Social respectivamente, ampliaron las facultades
policiales. La criminalidad anarquista será una cuestión de ahora en más, de la División de Orden
34
J. INGENIEROS, op.cit. p. 158 a 194.
35
El Proyecto de ley, presentado por el diputado Meyer Pellegrini, fue tratado al día siguiente (27 junio) de la explosión de una
bomba en el teatro colon (26 junio) y aprobado al otro día de su tratamiento (28 junio).
36
CORNELIO MOYANO GACITÚA, La delincuencia en la Argentina. Ante algunas cifras y teorías (1905), p.33-34.
37
Citado por E. ZIMMERMANN, op.cit., p.134.
21
Público de la policía; pero también, en el ámbito de la Higiene pública, la inmigración y el anarquismo
serán cuestiones pertinentes a las policías sanitarias. En 1909, el Jefe de la Policía Federal, Ramón
Falcón, al proponer que la ley defensa social fuera complementaria con la de residencia, escribía:
Esa ley de salud pública debe ser complementada, para que surta mejores y más saludables
efectos. Ley de circunstancias, con un tinte político definido […] no constituye un instrumento de
defensa social, con capacidad suficiente como para depurar a este organismo…38
Elemento degenerativo en nuestras tierras, los inmigrantes traerían no sólo el virus en la sangre,
como afirmaba Moyano Gacitúa, sino también el resentimiento de las luchas que acosaban a Europa:
Aquí no ha dividido una historia de luchas, odios de clases de siglos […] En Argentina hay ricos
y pobres pero estos últimos recién despiertan jurídicamente, sin haberse producido lucha de clase
alguna […] es por ello necesario crear organismos defensivos contra la criminalidad del
inmigrante.39
RESPUESTAS A ESTA CUESTIÓN, EN UNO U OTRO SENTIDO, DEBEN COMPRENDERSE A PARTIR DE LA SIGNIFICACIÓN
CULTURAL QUE ADQUIEREN LAS COORDENADAS DE ORDEN Y PROGRESO PARA EL REFORMISMO SOCIAL DE LA ÉPOCA.
Los anarquistas, los inmigrantes, los obreros, constituyen una amenaza al orden del gobierno, esto es,
una amenaza al orden natural, al orden económico, al orden público y —por sobre todo y de acuerdo al
La definición del fenómeno criminal —del estado peligroso, del delito, de la amenaza— es siempre
una definición relativa, configurada a partir de criterios —convenciones, juicios, valores, principios—
también relativos; y que son establecidos en función de lo que está en peligro, de lo que hay que
A la luz de los desarrollos conceptuales del positivismo criminológico, al amparo del derecho
liberal, y auspiciado por el reformismo social, este imperativo, la DEFENSA SOCIAL, era el fundamento que
habilitaba a los dispositivos represivos del Estado a operar en un marco de necesidad, de legitimidad, de
impunidad.
Nuevos escenarios…
ocupacional del país, tendrán implicancias en una problemática no menos preocupante en ese entonces:
38
Ramón Falcón, Memoria de la Policía de Buenos Aires, 1906 a 1909, en: J. SALESSI, op. cit. p.118.
39
C. MOYANO GACITUA, op.cit. p. 19.
22
LA URBANIZACIÓN, y en función de ella, la redefinición de los espacios públicos y el despliegue de
Esta intención proyectada en aras del disfrute igualitario de los beneficios que ofrece la
modernización, se evidencia sobre todo en la organización del espacio urbano como correlato del
proyecto hegemónico. Como el lugar público por excelencia donde afloran las virtudes y garantías de
una ciudad moderna y ordenada. Pero en donde también confluyen los conflictos, los desamparos, lo
clandestino. Es en el espacio urbano, en tanto escenario visible de aquel progreso, que recae toda una
indeseable
Todo elemento disgregador del organismo social debía ser individualizado y separado, con lo
cual inauguraba la categoría de la marginalidad como concepto sociológico que daba cuenta de
delincuencia y a la locura40.
uso, generar una nueva interpretación de lo real y de lo simbólico de acuerdo a los valores hegemónicos,
1.2.2. Los males de la modernización: la "mala vida" ...de prostitutas, obreros e inmigrantes.
Si bien la Constitución Nacional de 1.853 otorgaba formalmente los mismos derechos a extranjeros
y a nativos, tanto unos como otros sufrieron indistintamente la política liberal. La desigualdad
económica entre las provincias hace del nativo un emigrante en su país, arrojándolo a la ciudad
inmigrante, se ve sometido por una estructura de tenencia de la tierra que aseguraba la dominación de
sus dueños. Si es obrero de la incipiente industria verá como se desvanece el sueño de "hacerse la
Comienzan así, a configurarse los espacios marginales de contención de estos sectores. En las
bordes de la Argentina moderna aparece el arrabal, asociado al nativo; y el italiano y el español del
culturales del criollo a las del inmigrante y viceversa, conformarán, no siempre en forma pacífica, una
miseria, el alcoholismo, las enfermedades, la prostitución, aparecen como condición cultural de estos
40
B. RUBIAL, op. cit., p. 34.
23
grupos sociales. El lunfardo, el compadrito, el tango, se instituyen como las figuras arquetípicas del
submundo urbano, como estética desafiante a la ciudad civilizada y europea, como contraseña, como
El impacto del aluvión inmigratorio produjo un desequilibrio demográfico que repercutió no sólo en
también en el sistema de valores hegemónicos. Una vez más, los inmigrantes eran el sector al cual se
adjudicaba el surgimiento de la “mala vida” que avanzaba desde todos los rincones de la ciudad. Entre
los años 1860 y 1924, de acuerdo a lo publicado por la Dirección General de Inmigración ingresan al
Este desequilibrio demográfico se traducía en una desproporción sexual que alteraba los hábitos
tradicionales del sexo. El prostíbulo prolifera como el espacio concedido para aquellas prácticas no
concedidas y no concebidas en el encuadre marital. El prostíbulo constituye también ese ámbito que
escinde la sexualidad de la mujer y que reproduce el mito del varón potente y sexualmente insaciable;
varón que "necesita" entonces de dos mujeres: aquella con la cual satisface sus instintos, y aquella a la
Se establece toda una dinámica comercial alrededor del mercado del sexo, se importan prostitutas
de Europa (las francesas como las más cotizadas) marginando del mercado a la prostituta nacional. ¿Por
qué se prefería a la extranjera? Los positivistas aseguraban que las meretrices importadas (rusas,
polacas, húngaras, turcas, alemanas, francesas) eran las más aptas porque se las consideraba veteranas
prácticas en el oficio, acostumbradas al sistema de canje por dinero u otro objeto. A diferencia de la
prostituta criolla, tenían según los criminólogos una psicología distinta por más que existiera una lógica
El abogado jurista Eusebio Gómez, en La mala vida en Buenos Aires (1907), atribuía a la
prostituta criolla rasgos de nobleza que la extranjera era incapaz de tener, como también carecía de esa
obsesión de acumular dinero43. Pero esas cualidades dignificantes de la prostituta criolla —de acuerdo al
razonamiento positivista— deben ceder ante los rasgos que la condenan a ser inferior a la importada.
41
E. GOLDAR, La mala vida, p. 10-11. La tasa de masculinidad según el censo de 1895, para la ciudad de Buenos Aires, era
de 172,5% para extranjeros y 97% para nativos; y en 1914, 166,6% contra 99,6%. Diferencia que para 1914 daba 518.000 a
favor de varones sobre las mujeres.
42
Ibidem, p.18.
43
Eusebio Gómez fue también profesor universitario, juez, funcionario y ensayista. En su obra prevalece la
dimensión sociológica y antropológica sobre la jurídica. Sugestión, responsabilidad penal, multitud y gobierno,
ciudad son los temas que le inquietan. Autor de una prolífica producción textual, entre ellas: La multitud
delincuente; Pasión y delito; Sugestión y responsabilidad penal.
24
Este razonamiento devenía de los teóricos penalistas que, según Goldar, divisan una tendencia mayor
hacia el delito, hacia el alcohol, y cuando han ejercido el meretricio largo tiempo, sus modales se
tornan repugnantes. Contrariamente la extranjera, al ser sus movimientos vigilados por el empresario,
no podía permitirse conductas delictivas o viciosas. Ese mismo poder le obligaba a someterse a
"prácticas sexuales antinaturales" que la criolla sólo excepcionalmente aceptaba. Esto según Eusebio
Gómez, refiriéndose a la extranjera, era satisfacer a los deseos nacidos de las más repugnantes
Lo que intentamos describir es sólo una de las tantas caras de la "mala vida", a cuyos integrantes
Eusebio Gómez los definirá como sujetos que viven parasitariamente, llegando hasta las fronteras del
crimen para allí detenerse y ejercer todas las malas artes propias de las canallas…44 El arrabal en su
cotidianidad se constituía como una realidad desafiante al orden de la ciudad moderna y moral:
…el malevo orillero, la mendicidad, la infancia desamparada, los autores de delitos contra la
curanderas), los auxiliares de la delincuencia […] la mina, el cafishio, el giro […] Hablan una
jeringoza entrevesada y pintoresca, el 'lunfardo', idioma delictivo que se permite negar —desde el
¿Dónde deben rastrearse las causas de la prostitución, del malevaje y de todo lo que esto genera?
perversiones que hace de cada conciencia una pústula, arrastrándola a malvivir del vicio, de la
O tal vez como planteaba Moyano Gacitúa, en Argentina convergen todos los factores que se
conocen como provocación del delito y de la vida malsana… Lo cierto es que esta vida considerada
relajada y perniciosa, no sólo desestabilizaba aquel orden moral, sino que ponía en juego la capacidad y
procreación de indeseables, fantasías degeneradas, trata de blancas, comercio con menores, riñas
prostibularias).
En las Memorias policiales advertían indistintamente sobre los peligros y las enfermedades sociales:
44
E. GÓMEZ, La mala vida en Buenos Aires. p. 20.
45
E. GOLDAR, op.cit. p.14.
25
…nuestra masa obrera es la que principalmente contribuye en la suma total de esos enviciados
y por su misma deficiente constitución la que sufre con mayor vehemencia los azotes de temibles
debilitamiento de sus fuerzas físicas con la consiguiente pérdida de energía, aún más pronunciadas
en sus generaciones, acarrearía un grave problema que pondrá en peligro al sistema económico
46
nacional .
Moyano Gacitúa, por ejemplo, en su análisis sobre la influencia de las profesiones en el delito,
refiriéndose específicamente al gremio obrero, describe cómo las condiciones higiénicas a las que está
sujeto el obrero, determinan que sea uno de los gremios con más probabilidades de criminalidad:
La consideración de que el industrial trabaja generalmente en talleres en donde a menudo falta
la luz y el aire necesario dado el número de personas que contiene, lleva aparejado los
inconvenientes antihigiénicos de todas las aglomeraciones, la posibilidad de los contagios y la
influencia misma de la posición en que trabaja su cuerpo, que no está exento de inconvenientes en
los delitos respecto de los zapateros por ejemplo […] El industrial está además sometido a otras
tentaciones y estímulos delincuentes, como ser el excesivo contacto entre obrero y obrero,
susceptible sin duda de excitar rivalidades y riñas, y además el frecuente roce bisexual producidos
por las costumbres modernas del trabajo mixto en los talleres, tan susceptibles de aumentar los
delitos de adulterio, violación y estupro, etc. El alcoholismo y la vida servil y semi-esclava,
concurren a hacer del obrero un ser violento a veces, fraudulento otras, pero siempre más bajo que
altivo habitante de los campos […] La circunstancia de tratarse de un gremio numeroso, ineducado,
urbano y dado al alcoholismo, ofrece al menos para el futuro un peligro grave y mayor que otros,
47
mediante esa solidaridad que los vincula .
En síntesis, para el 1900, algunos mitos se habían deshecho o comenzaban a hacerlo. El modelo
agroexportador mostraba los primeros signos de agotamiento; el mito del ascenso social se derrumbaba
y los que en él habían creído se atrincheraban bajo diversas banderas exigiendo reivindicaciones y
amenazados por nuevos problemas. Por un lado, un proceso de rápida urbanización que arrastraba con él
las nuevas miserias de los centros urbanos: marginalidad, conventillos, miserias, enfermedades,
46
Revista de Policía 6/6/1912, citado por B. RUBIAL, op. cit., p. 27.
47
MOYANO GACITÚA, op. cit., p. 288-289.
26
delincuencia. Por el otro, la emergencia de nuevos sectores sociales que luchaban por ingresar sus
Esto resultaba incompatible con las viejas estructuras y atentaba contra la continuidad de la
oligarquía misma. Por lo tanto, el sistema de dominación político imperante como el proyecto
los principios forjadores de la Argentina moderna. Ello implicaba seguir dos direcciones que se
articularían a un mismo objetivo: primero, crear y reforzar aquellas instituciones que permitieran tal
control; segundo, legitimar discursivamente estos procedimientos. Como plantea Ruibal, sólo en este
marco es posible comprender el alcance del proyecto de nacionalización de las masas, pues de lo que se
trataba era de generalizar los valores de la producción y el progreso y sobre ellos, homogeneizar a la
sociedad. Esto implicaba reinstalar, aunque con distinto signo, la problemática de la civilización y la
barbarie48.
policial, nos permite mostrar, una vez más, ese juego de articulaciones del que intentamos dar cuenta. En
efecto, el discurso positivista, y más específicamente, el discurso criminológico, se presenta como ese
espacio capaz de articular las instituciones jurídicas del derecho liberal a un conjunto de prácticas
destinadas al control e intervención social. Serán las nociones de "peligrosidad", "factores potenciadores
del delito", "vulnerabilidad moral" —todas ellas vinculadas a la racionalidad de la defensa social— a
partir de las cuales será posible esta operación de articulación. Lo que desde el discurso jurídico liberal
El discurso sobre la ley de defensa social del diputado Lucas Ayarragaray, resulta categórico para
48
B. RUIBAL, op.cit., p.33.
27
cláusula inicial hasta la última de sus disposiciones, para poner en ejercicio todos los poderes —
los explícitos, los implícitos, los virtuales— para defender lo que constituye nuestra vida, nuestro
Nuevamente decimos, la definición del fenómeno criminal es a partir de la definición de lo que urge
defender. Comprender esto es importante para no perder de vista el CARÁCTER POLÍTICO DE LA POLÍTICA
CRIMINAL y del uso que hicieron las elites liberales del andamiaje conceptual positivista.
49
DSCD, junio de 1910, extraído de BOTANA Y GALLO, op. cit., p.530.
28
Capítulo II
características biológicas y psicológicas de los individuos establece una tipología, permitiendo una
predominaron entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. El surgimiento de esta nueva
disciplina (nueva en cuanto a la manera de abordar la criminalidad y la reacción penal a esta), poseedora
de un discurso propio (por el cual era posible clasificar a los individuos según señales antropológicas) y
de un objeto, el delincuente; debe ser comprendida en el marco de las prácticas judiciales y penales
vigentes de la Escuela liberal clásica de derecho, la cual se había constituido hegemónica en las
Por ESCUELA CLÁSICA hacemos referencia a las teorías desarrolladas en Europa entre el siglo XVIII y
principios del siglo XIX en el ámbito de la filosofía política liberal clásica. Frente a esta última, la
Escuela positivista criminológica se situaba como instancia crítica a sus concepciones teóricas y sus
consecuencias prácticas. Comprender en líneas generales los postulados de la Escuela clásica, nos
permitirá captar la dimensión crítica de la Escuela positivista, y hasta qué punto o en qué ámbito esta
Siguiendo a Alessandro Baratta en su Criminología crítica y crítica del derecho penal, respecto al
nacimiento de la moderna ciencia del Derecho Penal en Italia, podemos afirmar que la vasta producción
50
El desarrollo detallado del pensamiento de la Escuela liberal clásica y de la Criminología positivista tal como se dio en los
diversos países, sus tendencias y sus exponentes, excedería por demás nuestro objetivo. Nos limitaremos a presentar las
principales ideas de las respectivas escuelas en Italia; sin querer significar con esto, que el derecho penal italiano haya sido
fuente directa del derecho penal liberal argentino. Tal elección se justifica en que, como dice Baratta, ambas escuelas resultan
representativas de las posiciones teóricas, tanto positivistas como liberales. Hacemos referencia a Beccaria y Carrara como
exponentes principales de la Escuela Liberal Clásica, y a Lombroso, Garófalo y Ferri por la Escuela Criminológica Positivista.
La adopción de Alessandro Baratta se debe al valor crítico de sus posiciones. Cfr: A. BARATTA, Criminología crítica y
crítica del derecho penal.
29
de la Filosofía del derecho penal italiano, en sus diversas expresiones iluministas, racionalistas,
clásica), logra su condensación en la obra de Francisco Carrara, Programa del Corso di diritto
criminale (primera edición 1859). Su legado consistió en haber sentado las bases lógicas para una
La premisa más importante es la concepción estrictamente jurídica que Carrara tiene del delito: el
delito no es considerado un “ente de hecho” sino un “ente jurídico”, porque su esencia consiste en la
Carrara habla de derecho, no se refiere a las mudables legislaciones positivas, sino, y ahora citando a
Carrara, a una ‘ley que es absoluta, porque es constitutiva del único orden posible para la humanidad,
según las previsiones y voluntad del creador’. Esta concepción absoluta del derecho le permite concebir
una parte teórica y una parte práctica del derecho penal. El fundamento de una está dado por la verdad,
por la naturaleza de las cosas; y el de la otra, por la autoridad de la ley positiva. Es la primera, según
Carrara, ‘la ciencia que debemos estudiar abstrayéndonos de lo dictado en los volubles códigos
jurídica" y la "esfera moral", la consideración del delito como codificado bajo la luz del derecho, debe
ser puramente objetiva, primando esta visión por sobre una consideración subjetiva del sujeto
Por lo cual, siguiendo una actitud racionalista en la elaboración de la teoría de la pena, la función de
esta no es otra que la defensa social, concretamente la eliminación del peligro social dado por la
Fundamentalmente el eje de esta Escuela estaba dado por tres principios esenciales en el marco de
la filosofía política del liberalismo clásico: el pacto social, la libertad y la responsabilidad. Por ello, su
concepción del delito, del delincuente y de la pena tendrá su fundamento último en aquellos principios
articulados al ámbito del derecho penal. Veamos brevemente como juegan estos principios en la
51
Con Beccaria, Dei delitti e delle pene (1764), asistimos –dice Baratta- al proceso que va de una filosofía del derecho penal
a una fundamentación filosófica de la ciencia del derecho penal, es decir, de una concepción filosófica a una concepción
jurídica pero filosóficamente fundada, de los conceptos de delito, responsabilidad penal y pena. Los ejes argumentativos de su
obra están dados por el principio de la máxima utilidad para el mayor número, por la idea de contrato social en la base de la
autoridad del Estado, y por el criterio de medida de la pena deviniendo de la medida del delito que está en el daño social. Daño
social y defensa social, constituyen los elementos fundamentales de la teoría del delito y de la pena.
52
Francisco Carrara, citado por A. BARATTA, p. 29.
30
2.1.1. Delito, Pena y Delincuente en la Escuela clásica de Derecho
La Escuela liberal clásica no diferenciaba al delincuente de los demás individuos, tampoco suponía
sino que su punto de partida se centraba en la noción de delito entendido como concepto meramente
jurídico; es decir, trasgresión al derecho y quebrantamiento del pacto social constitutivo del Estado
liberal. El delito era un comportamiento entre otros, que surgía de la libre voluntad del individuo, por lo
que tal diferencia era suprimida bajo la supuesta idea que el hombre, dotado de conciencia, conocía el
Por lo tanto, el derecho penal y la pena eran considerados esencialmente un instrumento legal para
defender a la sociedad del crimen; la pena no tiene como fin modificar al delincuente, sino más bien
De manera sintética pero precisa, hemos dado cuenta de los elementos relevantes que nos permitirán
situarnos, de ahora en más, en esa instancia crítica que constituyó el positivismo criminológico frente a
los postulados de la Escuela clásica de derecho penal. Como ya hemos señalado, la criminología surge al
interior de la Escuela positivista, cuya producción teórica predominó entre fines del siglo XIX y
principios del siglo XX, en el ámbito de la filosofía y de la sociología del positivismo naturalista.
basado en la "objetividad del delito". Con la obra de Cesare Lombroso L'uomo delinquente (1876), en
la que predomina una visión antropológica, de Raffaele Garófalo Criminología (1905), con
preeminencia de factores psicológicos, y de Enrico Ferri Sociología criminal (1900), con preeminencia
de factores sociológicos; la escuela positiva cuestionaba dicho sistema penal, principalmente, algunos
53
Desde los comienzos de la criminología se señalaban en su literatura científica dos tendencias: una que atribuía toda la
etiología a los factores antropológicos; la otra casi exclusivamente a los sociales. La escuela antropológica italiana o
lombrosiana fue, para algunos, unilateral en sus comienzos, atribuyendo escasa importancia a los factores sociales. Para José
Ingenieros, su gran videncia fue que el delincuente desarrolla una actividad anormal, desde el doble punto de vista psicológico
y sociológico, y por ello, para demostrarlo, incurrió en minuciosidades morfológicas. Posteriormente, con Ferri se da paso a una
segunda etapa de la escuela positivista, consagrando la existencia de tres clases o factores en la etiología del delito:
antropológicos, físicos y sociales.
31
...abstraer el hecho del delito del contexto ontológico que lo liga, por una parte, a toda la
atravesado por un complejo de causas-efectos que determinaban su constitución. Esta doble abstracción,
es lo que autorizaba a la Escuela criminológica positivista a erigirse como discurso científico —ya que
en el cual la biología constituía una ciencia modélica. En efecto, la escuela positivista irrumpía con una
nueva forma de concebir el delito y consecuentemente una nueva concepción del delincuente y un nuevo
Para esta escuela, el delito también es un ente jurídico, pero de ninguna manera puede abstraerse la
acción del sujeto de su realidad natural y social. El contexto en el cual se produce tal acción no debería
ser tomado como mero dato ontológico, sino más bien, debe ser incorporado como parte constitutiva de
Este planteo implicaba una reacción contra el concepto de individuo sostenido por la Escuela
clásica: un concepto abstracto e inaprensible. Este era el origen de todos los males que aquejaban al
sistema de derecho penal. Su ineficacia, los errores judiciales, su descontextualización, eran el resultado
de un derecho que por sus mismos fundamentos tornaba al sistema ineficaz y hasta peligroso. Todo ello
condujo a la Escuela positivista a un planteo que iba más allá de la comprensión del delito como el
resultado espontáneo de un acto de libre voluntad. Esto significaba: CONCEBIR AL DELITO COMO
DETERMINADO POR UN COMPLEJO DE CAUSAS QUE ARRAIGAN EN ESA TOTALIDAD BIOLÓGICA Y SOCIAL EN LA QUE EL
responsabilidad moral sostenida por la Escuela clásica, un rígido determinismo donde nociones como
54
A. BARATTA, op.cit. p. 31.
55
Citado por BARATTA, op.cit. p. 32.
32
Desde esta perspectiva, el sistema penal se sustenta no sobre concepciones abstractas, sino sobre
una realidad concreta, observable y medible: EL SUJETO DELINCUENTE CLÍNICAMENTE OBSERVABLE. He aquí
la función específica de la criminología: estudiar, analizar las variables constitutivas del sujeto,
individualizar las causas que determinan el comportamiento criminal. Los nuevos métodos positivos —
observación, inducción, acumulación de datos— permitieron a la criminología operar bajo una nueva
modalidad: la clasificación tipológica de los individuos según su comportamiento, así como también de
Hay tres ejes fundamentales de la crítica positivista a la escuela clásica: el derecho, el principio de
argentina, tomamos la obra del médico alienista José Ingenieros, Criminología. Ingenieros se erigió en
el enunciador privilegiado del discurso criminológico argentino y, como tal, su desarrollo teórico
plasmado en esta obra, va a constituir el núcleo argumentativo de la crítica positivista al derecho penal.
Cuando las leyes no cumplen su función, el derecho está en crisis; los hechos nos dicen que la
legislación penal vigente es ineficaz y peligrosa, por sus mismos fundamentos […] Su reforma
básica no se presenta como el resultado de premisas teóricas o filosóficas, sino como una necesidad
56
práctica bien probada .
Es decir, los juicios de valor —la moral— socialmente aceptados son incorporados como "hábitos
mentales colectivos", como costumbres socialmente aceptadas que más tarde, en un grado mayor de
positivista afirmaba la existencia de un nuevo derecho que estaba en formación, que concebía a las
instituciones jurídicas como órganos de un organismo vivo, encargados de ejercer funciones evolutivas
en sociedades que también evolucionan. Estas instituciones son el resultado del conjunto de creencias y
hábitos mentales que el individuo adquiere en la experiencia social, y que socialmente consisten en
Las normas jurídicas son un desarrollo necesario del proceso evolutivo, es la moral formalizada en
normas legales. Pero como Ingenieros no hace referencia a "una Moral”, sino que cada agregado
biológico constituye su moral, según su evolución, el derecho penal no podía ser considerado como un
56
J. INGENIEROS, Criminología, p. 9-10.
57
La moral es definida por Ingenieros como el conjunto de creencias colectivas, es la representación del bien y el mal en la
mentalidad del grupo. Siendo una función psíquica, sólo puede observarse en un agregado de seres vivos, como una de tantas
adquisiciones de su evolución. Son formas colectivas de experiencias, fundadas en juicios de valor más o menos empíricos...
Cfr. INGENIEROS, p. 16 a 22.
33
conjunto de principios éticos y jurídicos intangibles, eternos; ni tampoco considerar a la pena como
castigo de la libre elección entre el bien y el mal. “La ciencia” había arrojado claridad sobre estos
asuntos: se reconoce que el acto delictivo es el producto de factores antropológicos; de este modo el
derecho penal se presenta como sistematización, condensación de la defensa colectiva contra individuos
inadaptados socialmente, dejando así de lado las primitivas reacciones de la defensa individual. La
abstractamente considerada. Por lo que entonces no existen principios inmutables y absolutos anteriores
a la experiencia.
En síntesis, el derecho penal como todas las instituciones, es una formación natural, es como puede
y debe ser en cada época y lugar conforme a la mentalidad del medio social en que se forma. Lo esencial
es que al derecho penal corresponde el ejercicio de todas las funciones de protección social frente al
delito
predominante en la sociedad. En él se coordinan bajo el amparo político del Estado, las funciones
58
defensivas contra los individuos antisociales...
Según Ingenieros no se puede ni se debe concebir el derecho sino como instrumento institucional
del sistema de defensa social, porque esta es su razón de ser, es —como veremos más adelante— su
sustento moral y simbólico. La negación del principio del libre albedrío que sustenta la criminología, no
es una premisa necesaria para enfrentarnos a la obviedad de los peligros y la ineficacia que entraña el
Para comprender la concepción que Ingenieros tenía del delincuente, o más específicamente, la
negación que hace del criterio de responsabilidad, nada más claro que su conclusión sobre una anécdota
Una familia fueguina se encuentra pescando para procurarse alimentos; uno de los hijos vuelca
el cesto con mariscos […] inmediatamente el padre tomó con brutalidad al niño y lo estrelló contra
las rocas, haciéndole trizas la cabeza. Ingenieros concluye con que no hubo raciocinio alguno, fue
una acción punitiva puramente refleja. El padre, al perder su medio de subsistencia, castigó al hijo
58
Con “criterio predominante" se refiere a la minoría dirigente que maneja a los grupos intrasociales, cada uno de los cuales
pretende representar los intereses de la sociedad. El que se adapta mejor a las condiciones de vida, en determinado momento,
impone su criterio en la organización jurídica de la sociedad entera. J. INGENIEROS, p. 41 a 44.
34
Haciendo un paralelismo biológico y zoológico, plantea que esta reacción es tan característica del
hombre como de los animales. Es decir, el hombre ataca las causas directas de su mal, reaccionando
instintivamente contra ellas, como el perro muerde al palo, o el niño golpea al escalón del cual cayó.
Aquí nacería la idea de responsabilidad, en atribuir el acto perjudicial a algún ser u objeto.
La CULPA fue considerada como el elemento esencial de la PENA, es decir que para ser castigado el
individuo-transgresor debía tener la intención, libertad, conciencia y voluntad de realizar el delito. Este
concepto moral —la culpa— que termina filtrándose en la ley penal y en la mentalidad de los juristas,
constituyó el eje principal de la teoría de la pena en el derecho penal vigente. Según Ingenieros esto
muestra como la fuerza institucional de las premisas morales y religiosas desvirtuaron la función misma
del derecho penal; en tanto este, en lugar de la defensa de la sociedad fue empleado para castigar la
voluntaria maldad del delincuente. Que el hombre nace con una conciencia dotada de dos facultades
esenciales: conocer el bien y el mal, y elegir libremente entre ellos; es el supuesto que adoptan todas las
legislaciones penales contemporáneas. Pero, para estos positivistas, en palabras de Eusebio Gómez: el
castigo tendría entonces una función social. Es la piedra angular, la idea fundamental que preside a la
función punitiva: el delincuente debe ser castigado por tener libre albedrío y ser responsable de sus
actos. Toda la legislación se encuentra bajo esta concepción, pero la ciencia, plantea Ingenieros, en su
evolución haría caducar esta falacia sostenida durante mucho tiempo. La ciencia arrojaría premisas
Esta era la concepción básica de los ordenamientos punitivos, y este es el nudo más fuerte de la
Ingenieros dar una vuelta más en su desarrollo del concepto de responsabilidad. Para este sociólogo
francés, el estado social como el estado hipnótico no es más que una forma del sueño, un sueño de
mando y un sueño de acción, por lo que creer que las ideas que habitan en nosotros guían nuestra
acción, tal es la ilusión del sonámbulo y también la del hombre social60. Tarde postula que hay dos
59
EUSEBIO GÓMEZ, Sugestión y responsabilidad penal. (1902), p.34.
60
GABRIEL TARDE, Las leyes de la imitación: estudio sociológico (1890), exponente de la escuela sociológica positivista
francesa. plantea que la responsabilidad de una persona ante otra supone que existe un grado de semejanza social entre ambas y
que la causante del daño, haya continuado idéntica a sí misma. En este sentido el criterio de responsabilidad —según
Ingenieros— evoluciona restringiéndose, tiende a excluir a cuantos no reúnen esa doble condición de ‘semejanza’ e ‘identidad’.
Cfr. INGENIEROS, op.cit., p.52-54.
35
requisitos para la existencia de "responsabilidad" por parte de un sujeto: el primero, ya mencionado, es
la culpa. El segundo, consiste en que el sujeto que comete un ilícito conserve su identidad personal, es
decir que "quien no quería hacerlo no debía considerarse responsable". Aceptar este planteo tardó siglos,
dice Ingenieros, porque implicaba que los juristas aceptaran la locura y sus formas como figura legal.
otros estados ponen al hombre en situación de no ser idéntico a sí mismo, haciéndole actuar en
ira o de intenso dolor, etc. Además ciertas anomalías o enfermedades especiales, que implican,
deficiencia o perturbación del aparato psíquico, ha sido asimilado, a las insuficiencias mentales
Estos serán los argumentos de Ingenieros cuando critica al Código Tejedor62, al que considera
primitivo y defectuoso, por estar inspirado en criterios como los de libre albedrío y voluntad.
científicas dentro del derecho penal, y además la aplicación de tales nociones hasta resultaría peligrosa.
El criterio científico de la criminología es inconciliable con el criterio "metafísico" en que se fundan los
códigos penales. He ahí el por qué de la cantidad de errores judiciales que los criminólogos
evidenciaban en sus largas horas de estudio en las cárceles. El derecho penal se ha tornado ajeno a la
realidad, por su carácter abstracto, y no responde ya a las necesidades reales. Por ello Ingenieros dirá
que, cuando el fundamento de la pena se torna equívoco y discutido —como sucede— su eficacia
concluye, no puede haber justicia equitativa cuando la medida para distribuirla deja de ser exacta63.
obtenidas a través de la verificación empírica conducían a que, desde la psicología se negara el libre
albedrío y desde la psiquiatría se negara la responsabilidad criminal. Ingenieros, como perito alienista,
es terminante en este sentido: la responsabilidad penal no existe y conviene despojarse de esta premisa
sea cual fuere el sentido que se le diera. La “defensa social” debería concebirse desde otro lugar: desde
el terreno de la “temibilidad del delincuente”. Reafirma su crítica al Código Tejedor cuando afirma que,
61
INGENIEROS, p.56.
62
El Código Penal argentino fue sancionado por Ley del 7 de diciembre de 1886, en la que se establecía que desde el 1º de
marzo de 1887 se observará como Ley de la República el proyecto de Código Penal redactado por el Dr. Carlos Tejedor. Como
la nación no sancionó este código de fondo hasta 1921, la mayoría de las provincias adoptaron este proyecto de código penal
vigente en sus territorios.
63
INGENIEROS, p. 57 a 60.
36
bajo el enunciado causas que eximen de pena, no es punible […] el que ha cometido el hecho en estado
"estado de locura", ya que no era posible precisar dicho concepto por ser una expresión indeterminada y
poco científica. Las gradaciones de las anomalías y de las anormalidades psíquicas son innumerables y,
seguramente, quedan fuera del alcance de la ley una serie de cuadros clínicos observables, que para
De este modo, lo que se plantea es una contradicción entre la ley penal y la criminología de los
peritos alienistas, contradicción que, además de nociva, genera confusión al posibilitar la irrupción de un
espacio al que escapan los controles penales por una vía totalmente legal: la simulación de la locura.
Argumento este último que le permite a la criminología afirmar la existencia de delitos naturales y de
delitos penales: aquellos no contemplados en la ley —delitos naturales— que afectan a la moral, que
mal predisponen al “agregado social”, pero que no resultan sancionables; y los delitos codificados,
tipificados en los códigos penales. Pero a los fines de la defensa social, uno como otro, son igualmente
A través de la crítica al derecho penal, por un lado, derecho desde el cual sólo era posible
preocuparse por la responsabilidad del delincuente, despejando así el camino a aquellos que
manifestaran "estado de locura" o algún otro "artilugio" al momento de cometer el hecho delictivo. Y
por el otro, mediante el minucioso estudio y clasificación de distintos estados patológicos, así como de
las causas bio-sociales que determinaban tales comportamientos; la criminología positivista arroja al
En suma, dentro de la ley penal vigente, para la criminología, no puede aplicarse el concepto
determinista, ya que
64
Ingenieros plantea que el desequilibrio entre las sanciones morales y las legales —entre la función que aparece (la ética), y el
órgano que se forma para ejercitarla (el derecho)— en su evolución, es la causa de la diferencia entre delito natural y delito
legal. Siendo el primero la mala acción que deviene de una mala vida, conducta antisocial respecto del criterio ético; el segundo
es el acto calificado especialmente en la ley. Cfr. Criminología, p. 27-28.
65
INGENIEROS, p.62.
37
…el fenómeno criminal era puesto como un dato ontológico preconstituido a la reacción social y
al derecho penal, la criminalidad podía, por tanto, devenir objeto de estudio en sus 'causas',
66
independientemente del estudio de las reacciones sociales y el derecho penal .
La negación del libre albedrío es posible para todos los delincuentes como para todos los honestos.
El hecho que la justicia se conduzca con criterios de responsabilidad produce que los delincuentes más
peligrosos sean considerados inimputables. Por ello, si el fin práctico de la justicia es asegurar la defensa
social, el criterio de la responsabilidad debe dar paso al de la temibilidad […] su mayor temibilidad
Entonces, metodológicamente los pasos estaban dados: primero, estudiar y resolver la cuestión caso
por caso determinando si el sujeto está más cerca de la locura que de la cordura. En consecuencia, hay
que INDIVIDUALIZAR LA PENA, PROPORCIONAL NO AL DELITO SINO A LAS CARACTERÍSTICAS MENTALES DEL
DELINCUENTE. Es así que se evitarían los errores en que incurre el derecho vigente. Siendo el delincuente
un individuo clínicamente observable, cada uno estará donde debe estar: el loco en el manicomio y el
Así como la ley biológica general dice que las transformaciones del medio modifican los caracteres
morfológicos y funcionales de los seres que viven en él adaptándolo a sus condiciones; el delincuente,
dice Ingenieros, estaría inserto y directamente influenciado por el medio ambiente jurídico, por lo que
sus medios de lucha —la simulación— van adaptándose a las transformaciones del sistema punitivo.
Todo lo que conforma este ambiente jurídico —policía, peritos, tribunal, juez— se presenta ante el
delincuente como figuras enemigas, ya que las instituciones jurídicas representan la "reacción social"
Jueces y peritos debieran marchar concordes para concebir una más alta finalidad de la
cárceles o manicomios, ya como obreros de un taller penitenciario o como enfermos de una clínica.
Pero en ningún caso la irresponsabilidad de un delincuente peligroso debe servir para ponerlo en
67
libertad .
¿Qué es lo que intenta demostrar Ingenieros, y en su figura, la escuela criminológica? Primero, que
el individuo aprovecha los puntos débiles del medio ambiente y lo jurídico como tal, es campo propicio
66
A. BARATTA, op. cit., p.34.
67
Cfr. INGENIEROS, p. 64 y 70 a 74.
38
¿Cuál sería entonces el camino señalado por la escuela criminológica? Una reforma penal sustantiva
y no puramente formal. Una reforma que abarque desde los fundamentos rectores del derecho, hasta la
…no faltará que los ignorantes crean que el naciente derecho penal tiende a abrir las cárceles,
fundándose en que jueces semicultos, abogados astutos y médicos inexpertos aplican su doctrina a
destiempo. La fórmula del derecho en formación es otra, más sencilla: asegurar la máxima defensa
contra los individuos peligrosos, permitiendo la máxima rehabilitación de los readaptables a la vida
social.
2.2.3. La Pena
criminológica positivista arremete contra la concepción clásica de la pena, entendida como venganza
colectiva o como castigo. Esta concepción, considerada anacrónica e injusta por los positivistas, suponía
admitir en quien delinque la conciencia y libre voluntad. Por ello se imponía la necesidad de reemplazar
las bases "anticientíficas" que sustentan al sistema punitivo por otras que han sido reveladas por la
práctica, por la experiencia, por los datos reales. Se propone entonces, un criterio más seguro de defensa
La pena es resignificada por la escuela criminológica. a)- Se la considera como una función de
defensa social o de reforma del individuo. Dejando atrás la arcaica concepción de la venganza social o
proporcionada al delito. La fórmula será "a tanto peligro, tanta secuestración", y no más "a tanto delito,
tanta pena". Con esto, se intenta la enmienda del individuo la reparación del perjuicio causado, o bien se
Pero lo concluyente es que LA DEFENSA SOCIAL ES LA BASE RACIONAL DE UN SISTEMA PUNITIVO CIENTÍFICO,
EXCLUSIVAMENTE PROPORCIONAL A LA TEMIBILIDAD DEL DELINCUENTE. Esto significa que las consideraciones
para determinar cuan peligroso resultaba un sujeto y, además, si este último era digno de modificación.
De este modo, la criminología científica aconsejaba qué medios represivos eran convenientes para cada
categoría de delincuente; ya que el concepto de desigualdad de los delincuentes conducía hacia una
39
desigualdad de las penas, aspecto este último que se relaciona con el objetivo de la reforma
En este apartado nos adentramos en la criminología, no sólo como una formulación teórica, sino
específicamente como programa de acción, como práctica efectiva, como método científico aplicado al
Ingenieros encuentra en el jurista y filosofo italiano Giandomenico Romagnosi el origen del delito
como hecho concreto, estableciendo tres causas del mismo: defectos de educación, defectos de
subsistencia, defectos de justicia. Aunque un tanto unilateralmente para Ingenieros, este rescataba un
La consigna de Lombroso, “hay que estudiar al delincuente y no al delito" será tomada por
Bajo la guía de las reglas del método científico —observación directa de los hechos, clasificación y
estudio de sus causas— la moderna criminología argentina, sentaría sus bases en el estudio del
delincuente. He aquí la importancia de una afirmación como la dada por Ingenieros: la medicina había
afirmado que no hay enfermedades, sino enfermos; la criminología pudo afirmar que no hay delitos,
sino delincuentes. De este modo la observación y la clasificación, serán las herramientas fundamentales
del delito todo lo que se refiere a la sociología, meteorología, antropología, psicología, estadística,
El propósito de estos estudios era poner de relieve las condiciones del medio social y de la
población criminal, a fin de evidenciar sus características y atender eficazmente al problema preventivo
68
Cfr. INGENIEROS, p. 220 a 225.
69
Giandomenico Romagnosi, Genesi del diritto penale (1791) y Filosofia del diritto (1825). Aunque parte de la existencia
originaria de la sociedad y no de la hipótesis utilitarista del pacto social (como en Beccaria), el fin de la pena, para este, es la
defensa social. En tal sentido, la pena funciona como contraestímulo del impulso criminal y esta función determina su medida.
Pero la pena no es el único medio de defensa social, el mayor esfuerzo de la sociedad debe dirigirse a la prevención del delito, a
través del mejoramiento de las condiciones de la vida social. Cfr: A. BARATTA, op. cit., p.27-28.
40
El Instituto no tiene funciones jurídicas, sino puramente científicas. Es un laboratorio y una
clínica, sin invadir las funciones de la justicia […] Es una brillante conquista de las tendencias
70
médicas que han renovado los fundamentos últimos del derecho penal .
evaluación que los especialistas hicieran se configurarían los demás eslabones del programa: la
clasificación y posterior destino de los delincuentes. Respecto a los factores determinantes enunciados
por Ingenieros, ninguno, por sí sólo, es suficiente para explicar la etiología del delito. La noción de
Confluyen en lo planteado dos grandes corrientes de la nueva ciencia del delito: la escuela
desde un campo de conocimiento específico: la psicología. Esto implicaba una relativización del factor
un “tipo” de delincuente, y esto no permitía ver que "el delincuente" formaba parte de una categoría más
amplia: la degeneración; ello se debía a que las características que Lombroso atribuía al delincuente,
70
Por decreto del 6 de junio de 1907, se funda en la Penitenciaría Nacional de Buenos Aires el Instituto de Criminología bajo la
dirección de José Ingenieros. Algunas de sus funciones eran: redactar un boletín médico-psicológico para cada uno de los
penados, examen y observación permanente de los presos que presenten síntomas de enajenación mental y de los que se
supongan epilépticos, alcoholistas o cualquier perturbación fisiopsicológica. Asesorar a la dirección de la penitenciaría en todo
lo que se refiere al tratamiento, educación moral e intelectual y trabajo de los penados. Cfr. EUSEBIO GÓMEZ, Criminología
argentina, p. 272 a 275.
41
Entonces, los caracteres morfológicos, si existen, son el marco exterior de las anormalidades del
funcionamiento psíquico. Para este médico y perito alienista, el estudio verdaderamente esencial y
específico de los delincuentes debía ser el de sus anomalías psicológicas:
La 'clínica psiquiátrica' y la 'clínica criminológica' permanecen distintas, aunque vinculadas
como ramas de un tronco común, cuyas raíces absorben sus savias nefastas en el mismo subsuelo de
71
la degeneración .
En función de todo esto, el PLAN DE DEFENSA SOCIAL de la Escuela criminológica positivista abarcaba
tres grandes campos de análisis, que a su vez constituyen tres campos de intervención para el trabajo
El primer campo es el más importante para cumplir el objetivo de la defensa social. La posibilidad
La aplicación de esta función preventiva sólo puede ser eficaz si se dirige a las causas mismas de la
inadaptación moral de los individuos. Sus medios son cuatro, tal cual lo enuncia Ingenieros:
1- Legislación social: Hace referencia a las reformas sociales que tienden a mejorar la situación
material y moral de las "clases menesterosas". La miseria siempre fue un factor de la criminalidad
apunta Ingenieros. A esto se le suma la intensificación de la lucha por la vida en las grandes ciudades…
La base de la profilaxia sería un conjunto de leyes sociales reclamadas por la clase obrera, y que son ya
el eje fundamental de la política contemporánea. El planteo apuntaba a mejorar el medio ambiente del
obrero debido a la influencia que ejercía sobre el mismo; pero no situaba su argumento en el eje de las
coordenadas políticas y económicas, no se refiere en este punto, a reformas que atendieran a las
reivindicaciones del gremio obreros respecto a la jornada de trabajo, el salario, la participación política.
2- Profilaxia de la inmigración: Ingenieros no escapa a la regla. La inmigración es un peligro, y por ello
se hace necesaria su selección y la efectivización de una serie de controles rigurosos.
Se impone evitar que ciertos grupos sociales endosen a otros su población criminal, es
indiscutible que cada Estado debe preocuparse de sanear su ambiente mediante una defensa social
bien organizada, y no descargando sobre otros sus bajos fondos degenerativos y antisociales […]
71
INGENIEROS, p.110.
42
Este problema debería ser incorporado al derecho penal internacional, debería instituirse una
oficina internacional de informaciones sobre procesos judiciales e identificación de criminales.
3- Educación social del niño: La ociosidad y la vagancia eran consideradas el camino del desamparado
Urge cuidar la planta desde la semilla, sin esperar que haya retoñado siniestramente […] La
infancia enfermiza, física o moralmente, es el lugar a donde deben converger los mayores esfuerzos
de protección social.
Sin duda que estos enunciados estaban en consonancia con el proyecto de ley que el médico, profesor
Luis Agote (diputado bonaerense por el partido conservador en ese entonces) presentara al parlamento
argentino para crear el Patronato de Menores. En el proyecto se asociaba la orfandad y el abandono con
la delincuencia, y preconizaba la reclusión de los menores de edad "en situación irregular" como método
de prevención de problemas sociales72. Transcribimos a continuación algunos de los ítems que fueron
- Leyes que hagan responsables a los padres por los daños cometidos por sus hijos.
- Aumento de plazas y centros de sana recreación, gimnasios y campos atléticos.
- Lecturas y conferencias a los padres tendientes como medio más sabio de preservar a los hijos de una
vida de ociosidad y vagancia.
- Contribución eficaz de la prensa y de los moralistas para guiar el sentimiento público.
- Instituciones separadas para niños con enfermedades mentales y que acusan tendencias peligrosas
desde el punto de vista moral. Para ello es propicia una investigación —con especialistas en psicología
peligrosas desde lo moral, y afectados de enfermedades mentales. En función de ello, serán dirigidos a:
establecimientos para niños anormales, reformatorios, tratamientos especiales, patronatos, etc.
4- Readaptación social del malviviente: Eran los que vivían en las fronteras del delito sin caer bajo la
acción penal. Afirmaba Ingenieros que
…los malvivientes representan una etapa de transición entre la honestidad y el delito, la ley no
los alcanza pero es necesario que la sociedad se defienda de ellos, pues en ese bajo fondo fermentan
los auxiliares de la criminalidad y se desarrollan todos los elementos de contagio y degeneración
moral que preparan la delincuencia futura.
Por lo cual se recomendaba un sistema de clasificación y de identificación de los vagos y mendigos, para
que sean objeto de una cuidadosa observación y estudio, según fueran:
a) - indigentes, inválidos o enfermos: asistencia
72
Casi diez años más tarde, en 1919, se sanciona en el Senado de la Nación la ley 10903 de patronato del Estado y se
mantendrá vigente hasta el año 2005.
43
b) - mendigos o vagos accidentales: internación en establecimientos donde el trabajo fuera obligatorio.
c) - mendigos o vagos profesionales: ser objeto de una represión más severa para impedir la reincidencia.
Las casas de trabajo eran una propuesta útil a estos fines. Según Ingenieros, allí se debía clasificar a
los detenidos para separar a los que requerían una disciplina especial, y crear una clase de los más
ser lo suficiente para producir un efecto de intimidación. Para la criminología, las instituciones
organizadas bajo estos criterios —profilaxia y prevención— serían más útiles a la defensa social que las
Pero sea cual fuere el sistema de delitos y penas vigentes, todos los establecimientos —y esto
Ingenieros lo deja muy claro— destinados a la reforma y a la secuestración de los delincuentes deben
La crítica que desde la criminología se efectuara a las bases teóricas del derecho penal clásico, no
"antisocial"; sino que las reformas que se intentaban introducir tenían por objetivo asegurar la eficacia
rechazaba toda premisa teórica preconcebida. De este modo aparecen un conjunto de procedimientos
asociados a la prevención y la profilaxis como formas más efectivas que la represión y el encierro.
73
INGENIEROS, p. 267.
44
Capitulo III
Peligrosidad y defensa social: dos polos de una misma gestión sobre la población
Ahora bien, cuál es el recorrido que nos permitió afirmar que el ESTADO PELIGROSO y la DEFENSA
SOCIAL son dos polos de una misma gestión, dos desarrollos teóricos diversos, dos dimensiones del
abordaje de la cuestión social en sus puntas mas conflictivas; y sin embargo, uno y otro paradigma
sostienen la defensa social como la racionalidad sobre la cual es posible las intervenciones para el
El discurso criminológico positivista atraviesa el andamiaje institucional del orden jurídico liberal y,
desde las instituciones del Estado liberal, se efectivizan políticas de control y de intervención sobre lo
que se denominó la cuestión social. Cuestión que pone en evidencia por un lado, una realidad marginal y
problemática para el proceso de modernización; y por otro, políticas de control social, que desde una
concepción positivista del hombre y de la sociedad, ponen de relieve a la población como problema
político pero también como problema biológico con efectos políticos y económicos.
Por lo tanto, la población problemática como los obreros, los inmigrantes, las prostitutas, los
mendigos, será objeto de intervenciones y controles que tienden a normalizar y normativizar a esta
esquemáticamente en qué momento del desarrollo argumentativo invocan a la defensa social como base
45
Concepción Intervenciones
liberal
Derecho Penal
Consideración
objetiva Tipificado en Dotado de Producto del Indeterminada Clínicamente
Códigos conciencia y determinismo proporcional a la observable
libre albedrío temibilidad del
delincuente
Disuasivo /
contramotivación Objeto de
Violación del estudio
derecho y del
Pacto Social
Proporcional al delito
Eliminación/
neutralización
ESTADO
Castigo PELIGROSO
Eliminación del
delito
Instrumento legal
SISTEMA Profilaxis y
SITEMA PENAL prevención
PENAL
Prácticas de
DEFENSA control social
SOCIAL
Normalización de la
población
46
Dijimos que el espacio de tensión que para nosotros representa sostener una tradición jurídica
liberal del Estado y prácticas de control a partir de las cuales se generalizan intervenciones directas
La hipótesis que presentamos es que el positivismo criminológico ofrece en sus formulaciones los
ejes sobre los cuales el discurso hegemónico operará la estrategia que hará posible la articulación y
74
fundada sobre un determinismo biologista del cual se desprende el ESTADO PELIGROSO de la persona y
penal liberal. Para la Escuela clásica la función de la pena es esencialmente la defensa social, su objetivo
delito por medio del sistema penal considerado un instrumento legal para la defensa de la sociedad.
Por otro camino distinto, la Escuela positivista afirmaba que el defensismo social es la razón de ser
del derecho penal, es la base sobre la que se sustenta todo sistema punitivo. Pero, como la criminología
era un saber fundado esencialmente en la experiencia, en los estudios empíricos realizados en cárceles y
alienistas, se daba paso a procedimientos de profilaxia y prevención más eficaces y efectivos que la
represión del delito. La profilaxis se dirige a las causas mismas de la inadaptación social; el sistema
penal actúa sobre su consecuencia, su respuesta es reactiva, cuando ya se ha producido el daño social.
Sin embargo, las nociones de estado peligroso o población peligrosa (fundamento positivista) y de
defensa social (fundamento del derecho liberal), constituyeron dos polos de una misma gestión sobre la
población. Sea por caminos diversos, el punto de sutura de las intervenciones sobre la población es la
74
El “estado peligroso” es la condición inevitable que reviste un individuo cuyo determinismo biológico hace de él un ser con
tendencias delictivas o un inadaptado social. La noción de estado peligroso se desprende de la teoría positivista del criminal
nato o del atavismo biológico que supone un determinismo hereditario y niega el principio de la responsabilidad penal como
fundamento de la pena. Desde esta perspectiva, la defensa social debe organizarse a partir de la temibilidad del delincuente y no
del delito como acto meramente jurídico.
75 El concepto de “Defensa Social” remite directamente al gran relato del pacto social. La filosofía de la elección racional del
delito que sustenta la Escuela Clásica, se forjó a partir de las ideas de la Ilustración que motorizaron los grandes cambios
sociales y políticos producidos en Europa entre el siglo XVIII y XIX. Especialmente importante para la Escuela Clásica será el
concepto de contrato social, que es inherente al paradigma criminológico liberal en tanto supone la existencia del consenso
entre los ciudadanos expresado en las leyes. Este esquema de pensamiento inauguraba una nueva concepción del orden social y
por lo tanto una manera diferente de interpretar los delitos, los modos de prevenirlos y de castigar a los delincuentes. El delito
es un acto jurídico, daña a la sociedad en tanto viola el pacto social. La pena será medida entonces en términos del daño social,
su función será defender a la sociedad del crimen, eliminar el delito provocando una contramotivación de su comisión.
47
defensa social. Y, como contracara en ambos, la criminalización de lo que no es sano, de lo que no es
la tesis positivista desde las instituciones penales, es afirmar entonces que NO HAY DELITOS SINO
métodos positivos, nos permite pensarla como ese espacio de articulación de discursos heterógeneos —
Anclada al sistema jurídico, la defensa social se nos presenta no como un "fin" en sí mismo; sino
como "medio" en su función legitimante de la práctica punitiva, conforme a las exigencias de mantener
un proyecto político y económico. En su nombre, la defensa social, lleva el objetivo: hay una POBLACIÓN
EN PELIGRO sin conflictos, sana y normal que hay que proteger; hay una POBLACIÓN PELIGROSA que hay que
¿Cuál fue entonces esa estrategia política que permitió articular una heterogeneidad de discursos a
intereses de un sujeto (clase, grupo), aunque articulable a los mismos; no diseñada de manera consciente
Ante ciertos conflictos sociales, se conservó un derecho liberal que auspiciaba prácticas de control e
intervención social que no se desprendían legítimamente de ese orden institucional, pero el fin declarado
seguía siendo la defensa de la sociedad. El discurso criminológico positivista ofrecía los elementos
Esto, claro está, es una parte del control social operando en el terreno de la criminalidad, del
educación por ejemplo, esta racionalidad punitiva que pivotea sobre la dicotomía normal/anormal, la
Lo importante es no perder de vista que, aunque hablemos del Departamento Nacional de Higiene o
48
obrero, como objetos de intervención; hablamos de PRÁCTICAS SOCIALES Y DEL PODER QUE LAS ATRAVIESA A
Por eso afirmamos que aunque el discurso criminológico positivista no se insertó en el ámbito
jurídico como un “nuevo derecho penal”, sí pudo hacerse efectivo en la operatividad del sistema en su
conjunto: policías, peritos, juristas, penitenciarías, legisladores, médicos, códigos, reglamentos. Diversos
Es aquí entonces que nos preguntarnos: ¿El discurso criminológico positivista fue elaborado a partir
de la necesidad de justificar un sistema punitivo que recayera sobre ciertos sectores sociales? ¿Fue
Si un sujeto está atravesado por una complejidad de causas y factores ajenos a su voluntad, ¿qué se
forja en la esperanza de su readaptación? ¿Con qué finalidad se predica tal posibilidad, cuando hay un
determinismo constitutivo que ni siquiera advierte quien lo porta? El positivismo criminológico buscaba
introducir reformas en el sistema penal que atendieran a los casos no contemplados en la ley; puesto que
eran los más proclives al delito y los más peligrosos por la impunidad que los amparaba. Estas reformas
distribución. Pero sabemos que el sistema penal es esencialmente reactivo, sólo interviene cuando se ha
cometido el acto delictivo o cuando se presume que hay delito. Entonces, ¿se puede hablar de
expresaba bajo formas diversas: asistencia, trabajo social, la política de salud, filantropía, higiene
puede sostenerse sólo a partir de la utilización de la respuesta estatal en su fase mas dura, la coerción
penal. Es por ello que, si bien nuestro análisis hace pie en el discurso penal, el recorrido por la
configuración del control social resulta necesariamente más abarcativo; en tanto el sustrato penal se
inserta en discursos o tramas discursivas más amplias que se explican en prácticas y lógicas
Cuando decimos que el discurso positivista recorrió el conjunto de la sociedad civil a través de
como ese espacio que articula, como ese fin que habilita; y sobre la cual fue posible la producción de un
orden social hegemónico. Pensamos en el ejercicio del poder, que en un mismo acto reprime y
promueve, excluye a la vez que incluye, que define y en el mismo acto crea su opuesto. Pensamos en la
PELIGROSIDAD y la DEFENSA SOCIAL, como dos polos de una misma gestión: el control y la normalización
sobre la población.
Defender a
la Sociedad
Daño Social de de Población peligrosa
(medida del delito) El hombre delincuente
Implica Implica
Respuesta Reactiva intervenciones dirigidas
Actúa sobre consecuencia a causas de inadaptación
social
A través del
Sistema Penal A través de políticas de
profilaxis y prevención
Instituciones liberales
Control y normalización
sobre la población
De ahora en más, nos proponemos mostrar esta gestión sobre la población. Cómo bajo la forma
ideológica de la defensa social se construye a la población peligrosa y los dispositivos de control que la
contienen.
Por un lado, mostrar CÓMO SE VA CONFIGURANDO EL OBJETO POBLACIÓN COMO PELIGRO BIOLÓGICO y en
consecuencia, la preocupación por sus condiciones de vida materiales y morales. Esta gestión pasará en
gran parte por lo que hemos denominado el dispositivo higienista. El higienismo, brazo tentacular del
positivismo vitalista, sienta las bases teóricas y conceptuales sobre las cuales se pone en marcha un
50
minucioso proyecto sanitario cuya prioridad es el saneamiento físico y moral de la sociedad a través de
sus formas fundamentales: prevención y vigilancia. Los mecanismos que entretejen la profilaxis tienen
como objetivo formar y conservar la fuerza de trabajo de acuerdo a un modelo de fuerza productiva
estimado como normal = sano = moral. La salud y la enfermedad no serán más que el correlato de lo
Por el otro lado, mostrar CÓMO SE VA CONFIGURANDO LA POBLACIÓN PELIGROSA EN TORNO A LOS
OBJETIVOS DE SEGURIDAD Y ORDEN PÚBLICO Y LOS DISPOSITIVOS QUE LOS SOSTIENEN. En este sentido,
destacamos los ejes sobre los cuales se construye esta imagen del peligro: la desafiliación social, la
actividad y ocupación laboral y un tercer eje dado por el vector pertenencia/ adherencia político-
ideológico. Respecto a los objetivos de seguridad y orden público, la gestión de control, normalización y
sistema contravencional del que hará uso de manera irrestricta. Y como sabemos que el estado peligroso
no es una figura legal, tipificada jurídicamente, el análisis del dispositivo policial nos encuentra con
formas de coerción penal que paradójicamente, nos obligan a descentrarnos de la ley y nos remiten
Estas dos dimensiones del control social puestas sobre la matriz positivista de lo NORMAL/ANORMAL,
proceso institucional que pone la atención en la cuestión social creando dispositivos de control, castigo y
sujeción. Pero que también, al mismo tiempo, dan cuenta de cierta capacidad del Estado para absorber
demandas sociales, articularlas a las estrategias de control e intervención y generar los mecanismos de la
cohesión social.
51
Capítulo IV
Un país vale lo que valen sus instituciones, nos decían los sociólogos y
juristas hasta hace poco; un país vale por lo que produce y construye, dicen
otros más recientes. Nosotros, médicos, decimos, por encima de jóvenes y
viejos: un pueblo vale lo que valen sus hombres, lo que vale su raza, lo que
hay en ella de fuerza, de salud y de virtud.
Francisco De Veyga
El higienismo, tal como fue planteado en nuestro país, se inscribe para nosotros en aquel proceso
específico, que Foucault describiera y diera en llamar del poder de soberanía al poder sobre la vida76.
Es decir, la aparición de un nuevo modo de ejercicio del poder que se hace cargo de la vida.
Desde esta perspectiva teórica intentaremos dar cuenta del dispositivo higienista, entendiendo a este
como aquella instancia de control social en la Argentina de principios de siglo XX, capaz de articular los
dos modos de ejercicio del poder en torno a los cuales se desarrolló la organización del poder sobre la
vida: una “anatomopolítica” del cuerpo, una tecnología disciplinaria del poder por la cual se aseguraba
totalidad de la vida y sus manifestaciones. Poder que recae sobre los procesos que dan vida, que
modifican la vida, que interrumpen la vida, que intervienen en la vida, que mejoran la vida, que alargan
La población emerge como objetivo específico del poder político. La noción de población —y las
variables ligadas a sus desplazamientos, a sus movimientos, a sus transformaciones— aparece, a la luz
de las nuevas relaciones de producción, como problema biológico con efectos políticos y económicos.
Los procesos como la natalidad, la mortalidad, las migraciones; las variables de medio ambiente, salud,
educación, edad, calidad de vida; las condiciones de fecundación, de gestación y de procreación; son
concebidos al interior de una lógica productivista la que en última instancia sustentaba las
76
MICHEL FOUCAULT, Genealogía del racismo, 171 a 189.
52
El higienismo, como PUNTO DE ARTICULACIÓN DE UN SABER MÉDICO Y DE UN PODER POLÍTICO, se presenta
como instancia efectiva de control social. Efectiva porque el dispositivo higienista atraviesa todo el
cuerpo social, se erige como un dispositivo que involucra a diversos discursos e instituciones, aparatos
de poder; construye, organiza y jerarquiza datos, variables, diagnósticos; genera canales de inclusión y
exclusión; garantiza el bienestar físico y moral de "todos", se instituye en proyecto moralizador que
disciplinamiento de la vida urbana pública y privada, no sólo determinó los objetivos de las políticas
estatales sanitarias y de salud, sino que el discurso higienista recorrió todo el entramado del cuerpo
social inaugurando una nueva manera de concebir "lo peligroso" (peligro biológico), resignificando
objetivos de la defensa social (bajo una concepción biológica cobra fuerza un imperativo: el individuo
…la higiene no admite el principio de que un individuo sea dueño de disponer de su persona o
propiedades hasta el punto de causar con ello perjuicios a la salud pública, ni que los poderes
77
locales procedan en materia sanitaria con independencia del poder central .
deseada de la política inmigratoria que la dirigencia política argentina llevara a cabo. Cada vez más
denso, más conflictivo y más permeable a los ilegalismos, el espacio urbano se configura como amenaza
La eficacia de una política higienista estaba dada por la posibilidad de intervención sobre lo
individualización y control de los cuerpos, así como también sobre las conductas; por su incumbencia en
la vida pública como en la vida privada. Al higienismo le era pertinente todo aquello que tuviera que ver
con la preservación de la raza, con la salud pública y la moral, con las generaciones actuales y futuras.
Pero además de la capacidad efectiva de intervención —que en parte nos remite al orden de lo
legal— LA EFICACIA DEL DISPOSITIVO HIGIENISTA DEBE SER ENTENDIDA A PARTIR DE LA PRODUCCIÓN DE SENTIDO
CON EL QUE LOS HIGIENISTAS DOTARON A LOS PROCEDIMIENTOS DE INTERVENCIÓN Y CONTROL. La apelación a
77
Anales Departamento Nacional de Higiene, Higiene Administrativa. Deberes y derechos de las autoridades sanitarias,
1.892, Vol. II, p 18-27.
53
una metáfora (el cuerpo-nación) a un fin supremo (la regeneración de la raza) a una amenaza (la
epidemia) a un objetivo patriótico (la defensa social) formó parte de la retórica higienista que habilitó y
legitimó estos procedimientos. Hay una dimensión simbólica y cultural que adquiere el hiegienismo
En esta dirección, los Anales del Departamento Nacional de Higiene (fundados por Emilio Coni en
1891), luego, Anales de Higiene Pública y Medicina Legal, constituyeron la estrategia fundamental para
la promoción y avance de una política ‘nacional’ mediante una práctica prolífica de la escritura,
Así, el auge de los preceptos higienistas determinó la orientación de las políticas públicas. Algunas
La higiene es tan antigua como el hombre. Es, a nuestro juicio, un instinto animal como el
instinto al hambre, a la sed […] el instinto que se dice de conservación, y que podría denominarse,
instinto de la higiene […] El objeto de la higiene no es otro que el de prolongar con comodidad la
vida media de los hombres; y para nosotros, los habitantes de Buenos Aires, obtener lo que han
obtenido otras ciudades higiénicas: diez años más de vida. (Rawson, 1874)
La niñez y la juventud deben ser educadas celosamente en el 'culto de la salud', desde el hogar a
la escuela […] y a las diversas manifestaciones de la vida de trabajo, estudio y sociedad. (Sagarna,
1927)
Salvar al germen, aquí está la parte eficiente de la obra preventiva. (De Veyga, 1938)
Necesitamos ciertamente población numerosa, pero la necesitamos ante todo sana, vigorosa,
civilizada, progresista, laboriosa […] capaces para el trabajo y aptos para darnos generaciones
fuertes, con las cuales, mediante la cultura física y moral adecuarlas a nuestras necesidades y a
nuestro progreso […] Para formar hombres necesitamos tener ante todo, el organismo sano y fuerte.
(Araoz Alfaro, 1929)
78
JORGE SALESSI, p.22 y subsig. El autor comenta que entre 1892 y 1898, cada volumen de los anales tenía alrededor de 700
páginas. Al final de cada suplemento mensual, había una sección de estadísticas que seguían en francés los movimientos de la
demografía y la aparición y desarrollo de distintas enfermedades en la población y el puerto de la ciudad. Luego, con la
expansión de la política higienista a nivel nacional incluye procedimientos y hechos públicos, sociales y legales, estudios de
casos, particularidades de cada provincia.
54
abrigar el anhelo de un desarrollo muscular perfecto y de una sana fibra mental y moral. (Fisher y
Lyman Fisk, 1927)
El proyecto sanitario higienista puede ser pensado a partir de un modo específico de entender y
practicar las relaciones de los hombres entre sí, con la naturaleza y con el conocimiento; cobra sentido al
interior de una lógica productivista que regula los proyectos de modernización puestos en vigencia en
nuestro país y como parte constitutiva de un proyecto moralizador desde el cual se trata de inculcar
valores sustentados por una moral que no era otra que "la moral" burguesa. Si "la moral" implicaba tanto
orden como trabajo, ahorro, familia y nación; lo "enfermo", lo "antihigiénico", lo "ilícito" subsistía en un
circunscribir tales prácticas bajo el imperativo del orden público y la moral pública. Emerge una
dirección de J.M. Ramos Mejía, se establece como prioridad la coordinación orgánica y funcional entre
todas las instituciones públicas, privadas y organismos municipales y nacionales, dedicados a la salud y
a la asistencia sanitaria. El objetivo era centralizar la administración del poder sanitario y así unificar,
jerarquizar y difundir los criterios de políticas higienistas en todo el territorio de la nación. Con este fin,
administración del Departamento, así como la autonomía financiera respecto del Congreso Nacional: La
institución a mi cargo requiere para su funcionamiento regular la centralización ejecutiva, pues así lo
requieren los altos intereses que dirijo… Más adelante, Ramos Mejía declaraba que el presidente del
departamento se entenderá directamente con el P.E. en todos los asuntos de la institución80. El avance
jurisdiccional alcanzado por esta institución (jurisdicción territorial y funcional), y el poder personal que
dimensión política que la disciplina de una higiene nacional tenía para los gobiernos de la época.
De hecho, aunque la legislación en materias de sanidad e higiene, entraba en conflicto con las
libertades individuales en algunos casos, y con el derecho de propiedad privada en otros; las
inspecciones y las intervenciones sanitarias eran reforzadas con la presencia policial para dirimir o
79
En este sentido, cobra importancia la vasta literatura higienista y la difusión de manuales -científicos y de alcance popular-
con fuerte impronta moral en todos sus contenidos. Desde la salud, la familia, pasando por la vivienda, hasta el alcoholismo y la
prostitución, eran temas corrientes en la bibliografía higienista. La educación moral y espiritual —decía Araoz Alfaro— debía
preceder a la educación técnica o a la mera instrucción: es en el hogar donde deben ponerse los cimientos inconmovibles de esa
educación. G. ARAOZ ALFARO, Educación y política, p.68.
80
Memoria del Departamento Nacional de Higiene, 1892-98, extraído de J. SALESSI, op.cit. p. 42-43.
55
neutralizar cualquier obstáculo en el procedimiento reglamentario. Aún así, el Departamento Nacional
de Higiene organizó sus propios dispositivos policiales como la policía sanitaria local, la policía
sanitaria del ganado, la policía de las aguas (observación y control de rutas marítimas, puertos y costas,
control del agua de consumo), la policía industrial, la policía mortuoria, la policía de los animales
domésticos, la policía sanitaria internacional.
Una muestra del alcance jurisdiccional, casi irrestricto de la disciplina de la higiene, es la acción de
la policía del ganado sobre los espacios de la clase ganadera/terrateniente argentina. Al respecto, Ramos
Mejía explicaba:
…la creación de esta policía ha servido para llenar este inmenso vacío tan perjudicial para
nuestra principal fuente de riqueza pública […] ligando así directamente la salud del pueblo con la
de los animales81.
Sin duda alguna, el higienismo y los higienistas, tuvieron un lugar privilegiado en la configuración
simbólica y material de la organización nacional. Algo de esto hemos esbozado. Y es que en este
entramado discursivo e institucional que fue el dispositivo higienista, en su amplitud y complejidad, con
sus aristas excluyentes, invasivas, xenófobas, burocráticas; EL PROYECTO HIGIENISTA FUE TAMBIÉN UNA
RESPUESTA ORGANIZADA QUE ARREMETIÓ CON LAS PUNTAS MÁS DELICADAS DE LA CUESTIÓN SOCIAL. En este
sentido, también IMPLICÓ EL INVOLUCRAMIENTO DEL ESTADO EN NUEVAS ÁREAS Y DISCIPLINAS DE LA MEDICINA
Es decir, sobre el supuesto indiscutido de todo lo que significó el orden público y el saneamiento de
la raza para el proyecto de modernización, el dispositivo higienista produjo mejoras sustanciales tanto en
la calidad de vida de la población como en las condiciones sanitarias y de infraestructura de las
ciudades. Por ejemplo, en Bs. As., la TASA DE MORTALIDAD c/1000hab. cayó del 22.98 en 89-98 a 16.6 en
99-08. La MORTALIDAD POR ENFERMEDADES INFECCIOSAS c/10.000hab. cayó de 44.8 en 69-78 a 41.6 en 88 y
24.8 en 98 y 10.7 al 1908. Demostrado para los higienistas la relación entre vivienda y salud, se tendió a
la promoción de CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDAS BARATAS por iniciativas públicas o privadas y con
financiamiento nacional o municipal. Hubo un gran impulso para la creación de INSTITUCIONES
INDUSTRIAL, la reglamentación sanitaria permitió identificar los principales problemas de salud en los
obreros (tuberculosis, neumonías, saturnismo), así como detectar los establecimientos y actividades más
81
Sobre las leyes de las policías higiénicas creadas por el DNHP, J. SALESSI, p.102 y 404. El texto de Ramos Mejía en
Memoria del Departamento Nacional de Higiene, 1892-98, citado por J. SALESSI, op. cit., p.46.
82
Anuario Estadístico de Buenos Aires de 1908; sobre proyectos de ley para construcción vivienda obrera en Diario de
Sesiones Cámara Diputados, 1912; sobre sistema de transporte, Censo Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, 1909.
Extraídos de E. ZIMMERMANN, op.cit., p. 101 a 106 y 118 a 120.
56
contaminantes del medio ambiente y sus efectos sobre la salud (por ejemplo, al principio de la epidemia
de 1871, una de las primeras medidas fue la suspensión de las faenas de los saladeros)83.
Respecto a la cuestión obrera, Dora Barrancos plantea:
En Argentina ese higienismo fue en cierta medida anticipatorio, pues solo para las vanguardias
organizadoras contaban los problemas de salud; para el conjunto de los trabajadores tales
problemas no estaban en el primer lugar de sus reivindicaciones […] Pero aún dentro de la masa
crítica del movimiento obrero, los aspectos sanitarios tenían como sujetos privilegiados a las
mujeres y los niños 84.
caracterizó a la generación de los reformistas liberales; las leyes de educación pública y las de registro y
lógica de la política estatal. Lógica promovida y abalada por los resultados que arrojaban los primeros
estudios demográficos, sobre los movimientos y desplazamientos de la población así como también
Por cierto que la definición de los ámbitos de la higiene pública se desprende de lo que se concibió
como salud pública; tan diversos, como la amplitud del concepto que los determina.
La salud pública, pareció convertirse en esa gran metáfora sobre la cual se monta el andamiaje
higienista a partir del cual, el discurso médico, queda incrustado en el aparato del Estado. La apreciación
que Hugo Vezzetti escribe al respecto, nos resulta clara y precisa para introducirnos a la temática:
Ese espacio de la higiene pública liga cierto imaginario destino médico al de los proyectos de
una reforma social radical, bajo la común ambición de reducir y controlar la totalidad de los
inmoralidad y el vicio se traza una línea continua que justifica la búsqueda de soluciones
Entre otras, las cuestiones que más preocupaban a los higienistas y por lo tanto, los ámbitos más
pertinentes a la higiene pública, lo constituían el ESPACIO URBANO (lugares públicos como las plazas, la
calle, las acequias, los cementerios, hasta los animales sueltos, los mendigos, los vagabundos formaban
parte de las inquietudes urbanas), la VIVIENDA OBRERA o vivienda popular (preocupaban cuestiones que
iban desde las condiciones materiales, de limpieza, hasta los hábitos y formas de convivencia de sus
83
Sobre las acciones de política sanitaria durante las epidemias, ver J. Salessi, op.cit., p. 29 a 56.
84
DORA BARRANCOS, Socialismo, higiene y profilaxis Social 1900-1930, en: Política Médicos y Enfermedades, Mirta
Zaida Lobato (editora), p. 122.
85
HUGO VEZZETTI, La locura en la Argentina, p.37.
57
habitantes), y la PROSTITUCIÓN (actividad que aglutina todo lo que era concebido como degeneración. Su
existencia constituye una amenaza para el vínculo familiar, para la productividad obrera y para la
descendencia genética; a la vez que pone en cuestión la eficacia de la regulación estatal sobre la delgada
El espacio urbano…
Como ya dijimos, la problemática urbana fue una de las caras de la cuestión social a principios de
siglo XX. Hubo toda una tentativa por organizar y regular el espacio urbano, desde la limpieza de calles,
acequias, desagües, instalación de redes hídricas, pavimentación; así como por establecer una serie de
normativas respecto de su uso y diagramación. Comenzó así una fiebre de limpieza y policía sanitaria,
ejercida por médicos, visitadores sociales e higienistas encargados de las inspecciones y relevamiento de
datos sobre las condiciones sanitarias de la ciudad. Medidas todas que tienden a especificar, en el
sobre establecimientos públicos como puertos, mataderos, saladeros, mercados públicos, cementerios,
hospitales generales, prisiones; se inspeccionan y reglamentan las casas de tolerancia, los comercios,
bares, casinos, los conventillos, inquilinatos y casas de vecindad. Se promueve todo un andamiaje
burocrático municipal en torno a las regulaciones, inscripciones y registros, tanto del uso, de la
En el espacio urbano, “la calle” era el espacio público privilegiado, escenario visible y accesible
para todos, lugar de tránsito y de intercambio, de flujos de personas y de cosas. Espacio paradójico la
calle, para algunos era el lugar del disfrute mientras que para otros representaba aquello que vulneraba
las orillas de la ciudad y al margen de toda política pública tendiente a mejorar las condiciones de vida.
Sin embargo, como cuestión de orden público, de seguridad y de salud general, “los miserables” serán el
Veyga, decía: la miseria es un cáncer en el organismo social, un mal corrosivo, que tiende a disolverlo
[…] la miseria trae el vicio y el desorden86. Por lo cual atender a los sectores miserables es ya una
86
F. de VEYGA, Degeneración y degenerados, p. 68.
58
Debe entender la clase dirigente: la única forma eficaz de asegurar fortuna y bienestar de los
que tienen, es asegurar el pan y bienestar de los que no tienen […] Mejorar las clases menesterosas
es asegurar las clases superiores. Este es el hecho utilitario y esto es obra de la defensa social.
Pero lo más importante y lo que más debiera preocupar según este médico, es que la miseria está
No todas las políticas higiénicas orientadas al espacio urbano fueron constrictivas y excluyentes. El
diseño de parques públicos, de plazas, la forestación, las arboledas, formaron parte de esta campaña y se
los consideró tan necesarios como la tarea de eliminar al antihigiénico rancho. Esta iniciativa, a la vez
que respondía a cierta pretensión estética enmarcada en un proyecto europeizante de país, obedecía a
uno de los preceptos higienistas que los recomendaba por ser física y mentalmente saludables; y, por qué
no, realizaba una función social: La gente pobre que vive en habitaciones reducidas, que no tiene
jardines en sus casas, debe aprovechar los parques y jardines públicos para disfrutar sus beneficios 88.
En el marco de una acción preventiva centrada en el cuidado de la salud y en evitar la propagación
asistencia médica para pobres, mendigos y vagabundos. Aquellos problemas asociados a la indigencia y
del Estado.
Aún así, sin desconocer los logros y las transformaciones que produjeron las políticas sanitarias en
esta época; la tentativa de una mayor calidad de vida y más duradera que el proyecto higienista preveía,
no modificaron las condiciones de existencia de los grupos más pobres. En general, reforzaron la
excepciones, este proyecto se efectivizó más a partir de la noción de “estado peligroso” (en el refuerzo
de los dispositivos de control social) que a partir de las necesidades reales y soluciones concretas que
La vivienda obrera
En la nueva diagramación del espacio urbano (pensemos en las reformas realizadas por el
sector obrero quedó sujeto a la precariedad de las condiciones materiales de vida que ofrecían los
márgenes de la ciudad. Así la cotidianidad, tanto del obrero como la del criollo, se fue construyendo en
87
Ibidem, p. 388 y 389
88
JULIO MENDEZ, Apuntes de Higiene médica, p.497.
59
lo que a principios de siglo XX se consideraba habitación o vivienda obrera: el conventillo, el
La percepción higienista sobre los sectores populares estuvo determinada, en parte, por los brotes
epidémicos que azotaban al país por esos años (principalmente, las epidemias de fiebre amarilla 1871 y
la de cólera en 1867/68 y 86/87), y que encontraban en las clases más pobres a sus víctimas.
En materia de higiene, la habitación era considerada una parte principal en el desarrollo de una vida
sana; es por ello que toda la literatura higienista aconsejaba, en forma insistente, sobre las condiciones
de habitabilidad de las casas en la vida moderna. La asociación directa de las enfermedades con la
vivienda era uno de los ejes sobre los que se montaría el proyecto de saneamiento de la población para
combatir las epidemias:
La habitación es tan importante en su rol de objeto contaminado, que para muchos autores la
tuberculosis es una enfermedad de habitación […] Para obtener la profilaxia es necesario la
89
construcción de casas higiénicas para obreros...
El prototipo de la vivienda obrera era el conventillo; y en los márgenes de la ciudad, el rancho, del
cual la prensa comentaba:
A pesar de los adelantos de la ciudad, todavía el rancho, primitivo, malsano y sucio afea la
estética edilicia y constituye un verdadero peligro social […] esta habitación antihigiénica y
primitiva, sólo es comparable a las chozas de los antiguos ilotas […] El rancho, a pesar de cuanto
90
quieran ennoblecerlo o idealizarlo los poetas populares, es una verdadera vergüenza nacional .
El rancho era considerado casi el último exponente de construcción de los antepasados respecto a la
tendencia moderna, representaba la casa del salvaje, habitación primitiva, construida sin reglas de
higiene, cuevas primitivas, representadas actualmente, entre nosotros, por los ranchos de los
paisanos91.
El conventillo, aunque era asociado a la figura del hombre civilizado, no por eso dejó de ser objeto
de expresiones degradantes, ya que representaba una verdadera "plaga", focos de infección constante por
la falta completa de higiene. Así, el médico higienista Julio Méndez en sus Apuntes de higiene médica
alertaba sobre estos peligros:
…podemos concretar los inconvenientes de los conventillos: la facilidad de la infección y del
contagio en las enfermedades infecciosas, difteria, tuberculosis, viruelas, etc., los grandes
92
inconvenientes de la vida en común, las peleas, los barullos, gritos, etc.
89
Ibidem, p. 498.
90
La vivienda obrera, en: Revista Criterio, Nº 3, 22 de marzo de 1928, p. 86.
91
J. MENDEZ, op.cit., p.76.
92
Ibidem, p.78.
60
... en mayor parte, están descuidados se vive en aglomeración y hay cuartos en que parecen que
viven cerdos y no cristianos, tal es la basura que se ve y de inercia sus moradores no quieren
limpiar… (Los Andes, 27/1/87)
La prensa contribuyó en gran medida a redefinir los espacios peligrosos de acuerdo al discurso
higienista:
De aquí resulta que las epidemias siempre se ceban en esa clase de personas, porque viven
entregadas a una vida relajada y llena de vicios […] Las autoridades deben preocuparse de
perseguir a esa clase de gente, obligándola a que se entregue al trabajo honrado y arrancarla de
esas pocilgas inmundas en que viven sin ser útiles para nadie. (Los Andes, 4/2/87)
Ocupando un lugar privilegiado, el logro principal de la prensa estuvo dado por el poder de modelar
y generar una "opinión pública" que se hiciera eco de los beneficios de los preceptos higienistas, y que
además, sus adeptos, supieran identificar los elementos amenazantes. En este sentido, el papel de la
prensa, fue controversial, ya que si bien daba lugar a una visión sesgada del problema, elitista y
oligárquica, e reclamaban mayor efectividad de la autoridad policial o municipal), fue el único medio a
través del cual, la situación de los sectores más pobres, era visibilizada y cobraba existencia —aunque
En efecto, las epidemias provocaron estragos entre los vecindarios más pobres, más hacinados y
más sucios; y, si algo dejó la experiencia de las pestes, fue la certeza de la asociación existente entre
vivienda y salud. Por lo que, traducido a la intervención profiláctica, para los higienistas, la certeza era
el vínculo VIVIENDA- SALUD, la ecuación era CONDICIONES DE VIDA OBRERA = ENFERMEDAD, el sujeto de
La campaña de sanidad moral y de higiene pública, recaerá más sobre las conductas y modos de
vida que sobre las condiciones materiales de existencia de los sectores populares. Para ello, la familia se
contención y sujeción del varón y de los hijos; en ella se concentra la fuerza de trabajo productiva y su
reproducción. De este modo, como dice Donzelot, la familia moderna no es tanto una institución como
un mecanismo93.
Así, las preocupaciones higienistas por moralizar las formas de la vida obrera, tendrán como
objetivo llegar a la mujer, madre y esposa, sostén afectivo y responsable del vínculo doméstico.
93
JACQUES DONZELOT, La policía de las familias, p 95.
61
En el marco de las preocupaciones sociales de los sectores dirigentes, la prostituta, las casas de
tolerancia y el prostíbulo representaban la materialización de todo aquello que era degeneración: vicio,
enfermedad, delincuencia. La prostitución era uno de los factores más graves desde la perspectiva
médico-higienista, ya que sus efectos se hacían sentir no sólo en la población actual, sino que también
- En primer término, una de las consecuencias era la difusión de enfermedades venéreas por el
contagio indiscriminado y consiguientemente, sus efectos en la descendencia genética (futuras
generaciones con taras y defectos físicos irrecuperables).
- En segundo término, la prostitución representaba una amenaza al vínculo familiar. En este sentido
—aunque paradójico— existía toda una prédica moral que resaltaba el papel de la mujer como soporte
principal de la institución familiar
…y no hay hogar si no hay en él una mujer en condiciones de darle lo mejor de sí misma […]
lanzada la mujer a la actividad pública, la vida del hogar se hace imposible por que se extingue la
llama sagrada […] que mantiene con delicadeza, su sencillez, su ternura, su sentido del orden, esa
94
intimidad recogida en que la vida recupera su ritmo natural y su profundidad…
Con nuestra era comenzó la redención de la mujer. Su condición de sierva quedó definitivamente
condenada, asegurando su puesto al lado del hombre (padre, esposo, hijo) en toda circunstancia de
95
la vida. Dejó de ser esclava para ser mujer .
A la mujer le era asignado el espacio doméstico como exclusivo, no por tradición sino por
verdadero, le era asignada la función de contener al varón y sustraerlo de las tentaciones callejeras,
asegurando de este modo la reproducción de la fuerza de trabajo sana y vigorosa:
La esfera de acción de la mujer es, esencialmente, la doméstica. En cambio el hombre se mueve
normalmente fuera de la familia; es el lazo de unión de este grupo humano con el social, más
amplio, a que el primero pertenece. Al distribuir el trabajo, a la mujer corresponde el del hogar, al
hombre, el de fuera del hogar, en el que consigue los medios necesarios para que aquel subsista
96
económicamente .
La mujer se convierte así, en el punto estratégico del control social en el complejo familiar.
- Por último y como tercera cuestión, se consideraba a la prostitución asociada al alcoholismo y
ambas prácticas asociadas decididamente a los sectores obreros, lo que implicaba un riesgo productivo
por malgastar sus ahorros, su tiempo y sus fuerzas. La policía consideraba que el alcohol era una de las
plagas más enraizadas en la clase obrera, y,
94
TOMÁS CASARES, La mujer y la vida pública, en: Revista Criterio, Nº 6, 12 de abril de 1928, p.175.
95
JOSÉ M. GARCIARENA, Emancipación de la mujer, en: Revista Criterio, Nº 8, 26 de abril de 1928, p.231.
96
J. M. GARCIARENA, La mujer obrera, en: Revista Criterio, Nº 14, 7 de junio de 1928, p.425.
62
…como se trata del elemento productivo por excelencia, el debilitamiento de sus fuerzas físicas
[…] aún más pronunciadas en sus generaciones […] pondrá en peligro al sistema económico
97
mundial .
afectaba por un lado, los procesos de reproducción de la fuerza de trabajo, por el otro, la "formación"
infancia) de la población. Desde esta perspectiva, resulta necesario hacer efectivo un conjunto de
mecanismos específicos de control que permitan localizar y regular aquellas prácticas peligrosas. De lo
que se trata es de circunscribir estas prácticas a los espacios de una legalidad útil y vigilada.
prostitución; aunque inmoral, la prostitución no es considerada una actividad delictiva. Sin embargo,
esto último puede ser relativizado. El régimen positivista había elaborado tres sistemas a partir de los
A - Declararla por sí mismo un delito, por sus caracteres inmorales; es decir, sistema de prohibición y castigo.
B - Estimarla como inmoralidad, imposible de suprimir, abandonándola a sus propios desenvolvimientos, sin
prejuicio de reprimir los delitos que puedan cometerse con ocasión de ella; es decir, sistema de libertad.
C - Considerarla como un mal necesario, que es preciso consentir y reglamentar, en bien de la salud y del orden
público; es decir, sistema de reglamentación.
El primero, en general, fue formalmente abandonado, ya que implicaba un atropello a las libertades
individuales y a la vida privada. Este procedimiento, a partir del cual se traza la ecuación prostitución =
delito, suponía la idea sostenida por Lombroso de ver en la prostitución el equivalente del delito en la
mujer: La prostitución —dice Jiménez de Asúa— es a las mujeres lo que el delito a los hombres,
porque las prostitutas tienen los mismos caracteres físicos y morales que el delincuente98.
En cuanto al sistema de libertad, denominado también sistema abolicionista, consideraba que la
prostitución no debía ser, de ningún modo, una actividad reglamentada. En nuestro país este sistema no
El tercer sistema fue por el que se optó en nuestro país. Este permite encuadrar al ejercicio de la
prostitución en un marco de visibilidad y legalidad, de modo tal que, admitida oficialmente, el estado
interviene —ejerciendo en pleno su poder de policía— para controlar y regular con fines de higiene,
Su efectividad residía en la posibilidad que este daba para intervenir sobre la población a través de un
conjunto de prácticas de control social como la inspección municipal, los controles médicos, la
determinación del área permitida para su ubicación, etc. Prácticas en las cuales anclaba la razón de la
defensa social y a las cuales se hallaba articulado el discurso higienista. Así, la reglamentación del
prostíbulo establecía:
funcionamiento de estos últimos. Los prostíbulos clandestinos serían clausurados y las mujeres no
inscriptas (las prostitutas clandestinas) se las consideraría enfermas y por lo tanto, remitidas al hospital
por ocho días sin perjuicio que luego se las inscribiera en el libro del dispensario municipal.
eran pocos los que argumentaban que el reglamento no provocaría un descenso de las infecciones
venéreas. Por el contrario, el reglamento no garantizaba la higiene de la vida sexual. Era sabido, que más
allá de las tentativas reglamentarias, detrás de la puerta de la casa la costumbre y la conveniencia
creaban su propia legalidad. Así por ejemplo, Benjamín Dupont en 1879 relataba como las regentes se
las ingeniaban para que las pupilas disimularan enfermedades venéreas en las visitas médicas
obligatorias, como por ejemplo,
99
Extractado de una recopilación de Ordenanzas de la Municipalidad de Buenos Aires del año 1898, citado por E. GOLDAR,
La mala vida, p. 28-30.
64
…ocultar bajo un pedacito de tafetán inglés engomado y coloreado con carmín los chancros
sifilíticos, o aquellas que sufrían de placas mucosas o ulceraciones bucales o faríngeas comían "por
100
descuido" chocolate antes de la visita .
Los que sostienen esta posición consideran que, desde un punto de vista moral (¿o legal?) este
sistema reglamentarista fomenta el tráfico de blancas y pervierte el sentido del Estado, haciendo creer
que todo lo que el Estado organiza y reconoce debe ser una necesidad pública.
Desde el mismo paradigma teórico, pero arribando a conclusiones más ajustadas a una hipótesis
prostitución sino a todo modo o forma de degeneración (recordemos que, según la tesis positivista, la
planteo es el escepticismo en cuanto al éxito de los medios preventivos e incluso represivos —dulces o
el control del Estado. Con la vigilancia del Estado, estos factores pierden su temibilidad. La filantropía,
la eugenesia, la esterilización, la reglamentación, la sustitución de juegos legales por los de mala ley,
obstaculizan el ritmo moral de la vida. Por lo cual la única medida eficaz sería la eliminación completa.
ni Dios, ni ley101.
De Veyga plantea que tanto las ordenanzas de policía en lo referente al expendio de bebidas, las
leyes y reglamentos sobre abuso de estupefacientes, los edictos policiales y leyes restrictivas del juego,
de la prostitución, constituyen algo ingenuo e irrisorio como medidas de prevención o de represión. La
solución entonces será: cerrar cafés y tabernas, suprimir loterías, cerrar casinos, hipódromos, perseguir
100
El trabajo de Benjamin Dupont, La pornografía en Buenos Aires, año 1879, citado por E. GOLDAR, op. cit., p.31 y 32.
101
F. de VEYGA, op.cit., p.275- 343.
65
reciamente a los agentes que lucran con el vicio. En sus palabras: de lo que se trata es de talar los
campos de amapola, ya que el Estado, a través de la recaudación de impuestos, se instituye en
empresario de esos vicios declarándolos monopolio oficial. De ahí que para de Veyga, el reglamento lo
desarma todo, es decir, todo plan integral necesario para combatir estos males sociales, ya que se debía
atacar simultáneamente y separadamente a todos los factores que entran en juego, en la medida en que la
medicina expone, vigila, aconseja, pero no actúa directamente, la autoridad ejecuta, constriñe, pero no
da reglas de vida, la escuela educa, enseña, encamina, sugiere, pero no obliga.
Para que la acción preventiva sea eficaz hay que cortar de raíz a aquellos factores potenciales, sobre
todo hoy que no existen o se han suprimido las vallas que separaban las diversas clases sociales; por lo
tanto, no sólo cerrar el cabaret, sino también encerrar al que lucra en él y con él. Sin embargo, de Veyga
también dice, y este es quizás el núcleo de la cuestión:
…el alcoholismo está en el cabaret […] agente provocador por excelencia del alcoholismo […]
pero restringir su producción con medidas que no comporten un atentado a la libertad personal, es
102
difícil .
Para finalizar, una tercera posición frente al reglamento de la prostitución, es la dada el Dr. Eduardo
Wilde en 1875, en relación con el estado público que adquirió la sanción del reglamento sobre las casas
públicas y el ejercicio de la prostitución103
Creemos que este asunto es un ramo de la higiene pública y que la autoridad debe influir en algo
sobre él, con el mismo derecho con que influye sobre todo lo que tiene conexiones con la salud del
pueblo. Las epidemias que germinan en un pueblo tienen un comienzo y un fin, según los designios
de la naturaleza; pero los males que genera el vicio de la prostitución tienen un principio pero no
un límite.
Aunque Wilde reconoce que se ha legislado sobre lo que no podía legislarse, ya que ...su
reglamento es contrario a la moral en algunos artículos y a la constitución en otros...; está convencido
que algo debía hacerse para evitarlo, pues ...ciertas arbitrariedades inteligentes, debían ser toleradas, en
vista del fin que se propone la autoridad. Concluye su artículo diciendo:
La cuestión para nosotros es la siguiente: ¿Es o no posible impedir la prostitución con los
medios de represión de que las sociedades disponen? no, contestan la ciencia y la experiencia. Si no
102
F. de VEYGA, p. 270,293 y 331
103
EDUARDO WILDE, Obras completas, 1923.
66
es posible impedirla ¿debe hacérsela en lo posible inocua, no ya para el alma, sino para el cuerpo?
104
si, contesta el sentido común .
centrales en las que quisiéramos detenernos. No obstante consideramos necesario hacer un par de
aclaraciones. Los argumentos esbozados acerca del reglamento de la prostitución no han sido elegidos
azarosamente, sino que intentan mostrar, aunque de manera esquemática, las tendencias en las opiniones
Citamos a un hombre que viene del derecho, Luis Jiménez de Asúa; a Francisco de Veyga, persona
importante del ambiente médico y sobresaliente por sus incursiones en la criminología; y por último a
Eduardo Wilde que, aunque también fue un hombre de la medicina, fue funcionario de gobierno. Así, el
intento de Wilde por justificar el reglamento de la prostitución "a pesar de" lo ubica, por decirlo de
alguna manera, en una posición conciliadora entre las instituciones que él defiende —un estado de
El otro punto que pretendemos aclarar es el por qué de nuestro interés en torno a la prostitución y su
reglamento.
sobre los cuerpos y, a través de ellos sobre la población. Constituye un lugar privilegiado en el cual
anclan diferentes estrategias de poder, objetos de saber, modos de control y vigilancia. De manera
REGULATORIO. Tal cual lo afirmáramos, todo aquello que bajo el derecho liberal no se podía legislar,
regular o controlar, el discurso positivista lo hacía posible. El objetivo propuesto no era otro que la
defensa social concepto que legitimaba discursivamente la intervención, los controles y la represión;
Ahora bien, la pregunta que nos formulamos tiene que ver en parte con lo dicho por Francisco de
Veyga, ...pero restringir su producción con medidas que no comporten un atentado a la libertad
personal, es difícil, y reconocido por Wilde en cuanto a que se ha legislado sobre lo que no podía
legislarse.
¿Cómo intervienen los aparatos de control del estado en ciertos ámbitos que pertenecen al derecho
privado, sin que represente una amenaza o un atropello a las libertades individuales formalmente
104
Ibidem, p.143-145
67
garantizadas? Qué elemento o qué mecanismo puede ser tan efectivo que permite mantener el estatuto
soberano de la ley, una concepción liberal del estado y ejercer a la vez, una acción invasiva y
represivos. ¿Qué hace tolerable una intervención autoritaria sin que ello signifique poner en juego el
Estos interrogantes nos remiten a pensar el ejercicio de un poder que toma a la vida para
administrarla como objeto de poder. Hablamos de una BIO-POLÍTICA que regula, corrige, distribuye,
interviene, individualiza, clasifica y homogeniza a la población. Por lo tanto un poder que interviene
incansablemente sobre la vida debe hacerse cargo de la aleatoriedad de los procesos de la población, de
PARA COMPRENDER LA ESTRATEGIA DE ESTE PODER NO BASTA REPARAR EN LA LEY COMO MANIFESTACIÓN
CENTRAL DE ESE PODER. Es preciso dejar de lado una perspectiva que reduce el campo de ejercicio del
las relaciones de poder y modos de ejercicio de poder. Es en este juego que la NORMA se presenta como
ese elemento a través del cual el poder estatal intervendrá y atravesará la diversidad de los procesos de la
vida.
prohibido/no prohibido y lo permitido/no permitido. ES SOBRE EL EJE PERMITIDO/NO PERMITIDO (LO NORMAL),
QUE SE ORGANIZÓ LA MORAL QUE ATRAVIESA LOS CONCEPTOS DE DEFENSA SOCIAL Y ESTADO PELIGROSO.
anormal, lo no permitido se define por oposición. Establecer, expandir y reproducir esta dicotomía es el
juego al que juega la norma. Su eficacia reside en que es un elemento que circulará de lo disciplinario, a
lo regulador. Se aplicará al cuerpo y población, permitirá controlar el orden disciplinario del cuerpo y
incompatible con el derecho liberal; si, más aún, fue criticado, tal como lo señalara en su momento de
Veyga y Jiménez de Asúa, ¿cuál es el provecho que este brinda? Desde nuestra perspectiva, el éxito del
reglamento consiste en que este daba la posibilidad de intervención efectiva sobre la población y sobre
105
M. FOUCAULT, Genealogía del racismo, p.181. Las nociones de normación y normalización están explícita o
implícitamente en la mayoría de los cursos de Foucault. Al respecto, especialmente, puede verse Seguridad, territorio,
población, p. 73 a 76.
68
los cuerpos, de clasificación y distribución de individuos y actividades en el mapa de los ilegalismos,
que a través de este resultaban, ahora sí, útiles y posibles de ser regulados.
Podemos circunscribir las problemáticas tratadas bajo la higiene pública en tanto, desde la
perspectiva de la época, los efectos que de ellas derivaban traerían consecuencias indeseables para la
población en general, afectarían al orden público, a la moral pública, a la salud pública. Pero estas
políticas higienistas, constituyen sólo una parte de lo que se dio a llamar "proyecto higienista".
El proyecto higienista estaba orientado fundamentalmente a cumplir una función educativa o mejor
dicho, una función moralizadora/normalizadora cuyo objetivo era encauzar o reencauzar las conductas,
moralizar/normalizar las costumbres, los hábitos, las prácticas, el pensamiento, los deseos. El objetivo
no es otro que el que persigue la técnica disciplinaria-educativa: hacer inconcientes las conductas
deseables. Esta parte del proyecto higienista es lo que se dio a llamar HIGIENE INDIVIDUAL y su forma
A través de las distintas formas de divulgación popular, se trataba de generalizar los preceptos
higienistas que recomendaban acerca de la vestimenta, de la correcta postura de asiento hasta la elección
En este sentido, la palabra autorizada y jerarquizada del médico higienista se erige en el nexo
articulador entre el proyecto higiénico social y la observancia a las reglas de higiene en el medio
doméstico. Así, esta palabra llegaba al interior del hogar a través de literatura recomendada, de la
prensa, del niño en la escuela, del varón en el taller, y sobre todo de la mujer encargada de velar por la
salud de su familia. Allí donde no llegaba la eficacia del proceso de escolarización, la literatura o la
prensa, accedía la estrategia moralizadora/normalizadora en su forma filantrópica, médico-higienista o
asistencia social; militancia perseverante tendiente a gestionar los objetivos del proyecto higiénico
social.
De esta forma, el discurso higienista se introdujo en las instituciones, en los establecimientos
industriales, en lo más íntimo de la vida familiar. El objetivo era instruir al individuo respecto a lo que
debe hacer para conservar su salud personal, en parte por espíritu público, en parte por defensa propia;
por lo cual nada iguala a la eficiencia para la defensa de la salud a la divulgación popular por todos los
medios y especialmente por el libro y la prensa, de las adquisiciones de la higiene y de la moderna
profilaxis 106.
106
G. ARAOZ ALFARO, op.cit., p.13.
69
La higiene se instituye como el paradigma eficaz para desterrar las enfermedades crónicas y las
epidemias. El ejercicio de la medicina que, durante siglos fue considerado como el "arte de curar", daba
paso a la “medicina social”, orientación que se imponía decididamente en el campo de la salud pública y
la medicina sanitaria. Su máxima expresión, la higiene, permitiría combatir los males que las nuevas
condiciones de la vida urbana traerían aparejadas. A partir de los nuevos estudios inaugurados por la
medicina social, en base a estadísticas, clasificación de datos, estimaciones demográficas, la eficacia del
proyecto higienista está dada por la posibilidad de prevenir más que curar. HE AQUÍ LA ESPECIFICIDAD DEL
Para los positivistas, la degeneración hereditaria es incurable, pero la degeneración adquirida, la que
viene del propio modo de ser, de vivir, de trabajar, puede reducirse, prevenirse por la profilaxis y la
represión. Si bien ambas degeneraciones son consideradas peligrosas, lo importante es que mediante la
cultura higiénica (cultura física y moral) podía pensarse en recuperar toda esa masa urbana considerada
"inútil y parasitaria". De allí la creencia que todo lo que importe disciplina, aplicación al trabajo,
degenerativas. Se tenía una fe ciega en la obra educativa del Estado, en la obra moralizadora de la
escuela, en la labor médico-higienista, en la prédica moral. Todo formaba parte de una estrategia política
nacional: una distribución espacial regulada, una demografía prolija, una población sana y trabajadora.
Comienzan a tener sentido enunciados como "la vitalidad nacional", "un pueblo fuerte", "el poder físico
A la educación —en el más amplio concepto del término— se confiaba el perfeccionamiento del
individuo y el aumento de su rendimiento como valor social; es decir, tenía el deber de cuidar a la vez, la
cultura física, la cultura intelectual y moral del niño. Pero el éxito de la instancia educativa no será tal si
esta recae sobre un cuerpo enfermo, una personalidad moralmente débil y una mente insana. He ahí la
importancia de la acción preventiva, disponer estratégicamente a la familia como marco de contención
higiénico y moral para el futuro desarrollo del niño. El higienista Araoz Alfaro decía al respecto:
El niño viene a la vida con cualidades físicas y mentales, con instintos y tendencias de origen
hereditario. Los educadores, los padres en primer término, deben desarrollar y favorecer unos,
107
corregir o suprimir otros, crear nuevos, en fin, haciendo entrar lo conciente en lo inconciente .
El médico se consideraba indicado para colaborar en esta tarea mucho antes que el maestro, porque
se suponía que el médico introducía a la madre en los conocimientos de la crianza. El saber médico y el
poder doméstico de la mujer recaen sobre un cuerpo pequeño e indefenso para hacer de él el resorte de
107
Ibidem, p. 67.
70
toda una infraestructura preventiva, pues esta alianza viene a exorcizar los peligros y defectos futuros
que tanto preocupaba a los médicos higienistas. Francisco De Veyga lo menciona repetidamente en su
obra: cuantos más niños se salven, menos hombres habrá que castigar o corregir108.
Así se intensifica la acción social en el seno de los hogares. Los dispensarios de lactantes para guiar
a las madres en la crianza, como las maternidades y hogares para niños y madres, como los cuerpos de
enfermeras —visitadoras que llevan a los hogares pobres los consejos prácticos de la higiene—; todo
este bloque de "medidas salvadoras" respecto a la infancia, constituyó lo que se denominó “trabajo
social”.
Pero para gran parte de la población infantil, aquella sin filiación, existe todo un complejo
interdisciplinario tendiente a tutelar a la población "en riesgo", a atenuar los efectos de los hogares
inconvenientes. Este dispositivo tutelar (médicos, asistente social, psicólogos, leyes, reglamentos,
policía, juez, tribunales, patronato), constituye a la infancia en objeto de saberes especializados, en un
"cuerpo" modelado y cercado por el ejercicio del poder disciplinario. La acción social se encamina en
este caso por los laberintos de lo correccional y de lo penal:
…la política criminal ha dado nacimiento y organización a un conjunto de instituciones
inspirando un movimiento legislativo de carácter protector que corrige, capacita, educa al menor
las clases productoras […] sirven así a los ideales e intereses de un patriotismo inteligente y
109
previsor .
De este modo, entendemos EL TRABAJO SOCIAL COMO EXTENSIÓN DE LAS REDES DE CONTROL en sus
diversas formas, interviniendo en los ámbitos de la vida privada restringiendo las libertades individuales.
Pero tolerado a su vez, por la apelación a un objetivo superior: el saneamiento físico y moral de la
población.
encauzar los cuerpos y las conductas a la vez que regular y organizar los procesos de población; el
preventiva. La lógica que sustenta la obra preventiva -en el marco específico del proyecto higienista- es
atacar, reducir, desarmar los factores causales de una defectuosa futura población. De allí que los
preceptos y manuales higienistas, abarcaran temas aparentemente tan diversos pero que a la vez
108
F. de VEYGA, op. cit., p.380.
109
ARTEMIO MORENO, Niñez abandonada y delincuente, p. 31-32.
71
Así, por ejemplo, se recomendaba desde el tipo de calzado higiénico, el color higiénico de la
vestimenta, la alimentación popular, hábitos normales en el comer, hasta las condiciones saludables de
moda", "la moderación del deseo", "norma ideal de conducta". También eran infaltables en la literatura
epidémicas (tuberculosis, paludismo, cretinismo, viruela, bocio endémico) así como también de
toxicomanías (alcohol, tabaco); adjuntando respectivamente las reglas de higiene para prevenirlas o
- Regla para la buena postura: la regla puede resumirse así: cabeza arriba, barba adentro, pecho
afuera y estómago adentro. Hay que empinarse […] la enseñanza de la postura adecuada de pie, de
marcha y de asiento, debería formar parte de toda disciplina escolar, como ocurre en los colegios
militares...
- La postura refleja el carácter: […] no sólo el respeto de sí mismo tiende naturalmente a enderezar los
hombros y la espalda del individuo, sino que, inversamente esa actitud tiende a producir cierto
enderezamiento moral. Los vagabundos y demás personas que han perdido el respeto de sí mismos,
adoptan casi invariablemente una postura abandonada, mientras que erguida acompaña habitualmente
a todo aquel que tiene conciencia de su responsabilidad.
- Infección sexual: Enseñanza de la higiene sexual: Estas enfermedades se evitarán mediante una vida
higiénica y limpia, no sólo de cuerpo sino también de mente y de corazón […] es indispensable que
llevemos una vida honesta para conservar la salud. La infección venérea es asunto especial
completamente desconocido por la mayoría […] prácticamente todas las prostitutas están enfermas
[…] Las pérdidas de vida que sufre el Estado por la influencia esterilizante de la gonorrea en la
energía prolífica y el efecto agotador y destructivo de la sífilis en la prole, plantean problemas
extremadamente serios de profilaxis.
- Evítese las representaciones y las lecturas morbosas: Las de buena ley, exentas de sugestiones
malsanas, son higiénicas si se gozan con moderación; pero en exceso pueden ahogar la expresión
personal. La comedia es en general más saludable que la tragedia, aún cuando ambas tienen lugar en
la educación de la mente y del carácter. Las lecturas adecuadas constituyen la mejor clase de recreo
[…] Convendrá mucho al individuo mediano evitar lecturas que traten de lo mórbido y lo patológico,
que describan y analicen condiciones psicológicas anormales. Esos estudios deben dejarse para los
alienistas. La literatura de sentimentalidad obscena, debe también prohibirse...
110
Estos "consejos" han sido tomados textuales de la obra de IRVING FISHER y LYMAN FISK, La vida sana y eficiente
(1927), ya que resultan ilustrativos de lo que generalmente puede encontrarse en la literatura higienista de la época. La obra,
valorada como referente científico y prologada por los higienistas argentinos Antonio Sagarna y G. Araoz Alfaro, es un
compendio de “normas de vida saludable” perteneciente al Instituto Pro-Longevidad de Nueva York.
72
- Higiene mental. El poder de la sugestión: El mejor modo de entender nuestro subconciente de modo
que consuene con nuestros supremos ideales concientes es la sugestión que exige poco o ningún
esfuerzo. Consiste en presentar a la subconciencia una imagen del rumbo que se quiere que siga. Por
ejemplo, la sugestión de ir a dormir puede inculcarse repitiendo perezosa, mecánica, suavemente las
palabras 'dormir, dormir, voy a dormir' una y otra vez […] La sugestión puede desarraigar todas las
desarmonías mentales, como el miedo, la excitación nerviosa, la preocupación […] El efecto
acumulativo de innumerosas sugestiones es lo que forja el hábito y el carácter […] la sugestión mental
es la clave de la higiene, porque sólo mediante ella podemos cambiar nuestros hábitos.
- El baile: Ciertas clases de baile asocian el ejercicio sano con los goces sociales y la adquisición de
gracia y de destreza, pero rara vez poseen alto valor higiénico, ya que tan a menudo se abusa de aquel
y se realiza comúnmente en locales mal ventilados y a costa de horas de sueño […] se han comprobado
los efectos nocivos del baile, como obstáculo principal para la eficiencia del trabajo. La mayoría de
los muchachos y mujeres de la fábrica, acostumbrados a bailar hasta muy entrada la noche, padecían
de fatiga crónica.
Estos enunciados dan cuenta del alcance estratégico de este proyecto de normalización que recorre
la multiplicidad del cuerpo social. Normalización de las relaciones familiares, del vínculo marital, de la
relación madre-niño, normalización de las conductas, del placer, de la relación del individuo con su
cuerpo, con su sexualidad y con los demás individuos. La vida como blanco del poder. Así, en términos
de Foucault, una sociedad normalizadora fue el efecto histórico de una tecnología del poder centrado
en la vida 111.
La higiene de la raza, Eugenesia o Eugenia, fue considerada la rama más importante del higienismo.
Generalmente se la circunscribió a los intereses de la higiene pública ya que su principal objetivo fue
cuidar “el germen de la raza”, y el proyecto era puesto en marcha en provecho de los "ciudadanos
presentes y futuros". Pero por otra parte, el discurso eugénico constituía a los sujetos como únicos e
111
M. FOUCAULT, Historia de la sexualidad. I. La voluntad de saber, p.175.
73
Desde esta perspectiva se la puede cicunscribir analíticamente, al campo de la higiene individual.
Podemos afirmar que esta posee una característica que nos permite distinguirla: la higiene de la raza es,
La disciplina eugénica, como disciplina científica y positiva, procura establecer las leyes y los
principios de la perfecta generación, de la generación sin taras, ni defectos físicos o mentales, del
nacimiento y crianza de seres humanos sanos de cuerpo, equilibrados de alma, claros de inteligencia.
Procura dirigir el futuro de la generación empezando por la selección de los padres, por la exclusión de
los que tienen defectos transmisibles, por asegurar a las madres el bienestar para un nacimiento y los
medios de una crianza perfecta e higiénica del niño; ya que ...la infancia es la reserva de la nación, su
Los higienistas creían fehacientemente que la salud individual dependía de dos factores principales:
el factor higiénico de vida social, del cuerpo social: MEDIO AMBIENTE y la HERENCIA o "naturaleza de la
progenie". Si bien ambos eran considerados fundamentales en la calidad constitutiva del individuo; era
esta última en definitiva la determinante: habrá personas que aunque practiquen lo que puede llamarse
el código normal del ser humano, podrán apenas evitar ciertas taras físicas y mentales. Por ello la
insistencia en la divulgación higienista sobre los reparos necesarios de la elección matrimonial ya que,
siguiendo esta lógica, de ella depende la afectación o no de la prole, dicho de otra forma de la clase de
combinaciones de caracteres germinales que se hacen en el matrimonio depende que reaparezca o no
en la prole, los favorables o los desfavorables113.
A partir de la posibilidad de descubrir las fuentes hereditarias conforme a las leyes que rigen a la
herencia de los rasgos, comienza a forjarse la idea que, mediante uniones adecuadas de individuos,
podría desterrarse por completo ciertos rasgos defectuosos en pocas generaciones. Se trataba entonces de
hacer posible que los defectos futuros fueran controlables. Así, se confeccionan una serie de reglas que
1- Aprenda a clasificar a las personas según sus rasgos hereditarios, físicos, mentales y morales
2- Distinga entre los rasgos socialmente nobles; entre el barniz social y educacional y la capacidad
genuina inherente al individuo
3- No espere hallar perfección física, mental ni moral en un individuo dado, sino busque
preponderancia de rasgos genuinos
4- Observe la presencia o ausencia de rasgos específicos en individuos de todas edades en la línea
recta y transversal en una estirpe familiar
112
ARAOZ ALFARO, op. Cit., p. 94.
113
FISHER y FISK, op.cit, p. 180- 181.
74
5- Aprenda a apreciar la heredabilidad de tales rasgos en una estirpe familiar, mediante cruzamiento
especial con otra estirpe
6- Al casarse, vincule la estirpe de su familia a otra que sea fuerte en los rasgos en que la propia es
débil.
A los fines de poner en práctica estos consejos, se detallaban a continuación las características que
obran en la herencia; una especie de "guía práctica" para el reconocimiento del ejemplar:
7- rasgos físicos: rasgos faciales, color de ojos, cabello y piel, estatura, peso, energía, resistencia,
viveza, defectos del sistema nervioso, sangre, sistema muscular, etc.
8- rasgos mentales: habilidad musical, artística, literatura, cálculo, memoria, ortografía, capacidad
de ganar dinero, talento militar, debilidad mental, epilepsia, etc.
9- rasgos morales: generosidad, industriosidad, fidelidad, etc.
114
10- rasgos inmorales: criminalidad, pauperismo, mentira, bohemia, provincianismo, etc.
profilaxis. Para de Veyga, la Eugenesia es una medida de carácter higiénico para evitar la procreación
de seres indeseables, proles enfermizas y cuidar el porvenir de la raza115; así nos señala el objetivo a
partir del cual el sexo se constituye en el punto de anclaje de las operaciones de dispositivos
disciplinarios y de regulación. La valorización médica de la sexualidad tiene que ver con esto.
La higiene de la raza es posible de ser pensada entonces a partir de la higiene del sexo y de sus
moralización del pudor. Una sexualidad pervertida, desordenada y clandestina engendra el peligro
biológico, es atentar contra la progenie, es subestimar el poder de la sangre; una valorización médica de
En este sentido, algunas medidas al respecto tuvieron una clara orientación eugénica: certificado
nupcial, inhabilitación para el matrimonio, los controles médicos de las prostitutas, la difusión de
técnicas anticonceptivas en los sectores populares, esterilizaciones; se impulsó una acción educativa en
pro de los ideales eugénicos, así como el fomento de una legislación sanitaria en lo referente a la
aprobaba el Reglamento de Inspectores de Sanidad que creaba las figuras de los “inspectores sanitarios
de navíos” y la de los “médicos inspectores sanitarios”, cuya función era la de examinar y clasificar a los
114
Ibidem, p. 180 a 184 y 522 a 526.
115
F. de VEYGA, op. cit. p. 271.
75
viajeros (“pasajeros” o “inmigrantes”, “limpios”, “sucios”, “enfermos” o “sospechosos”) con el fin de
En principio, la esterilización fue pensada como una práctica con fines terapéuticos, como un
recurso eugenésico aplicado generalmente a locos y a delincuentes. No hay certezas sobre la aplicación
sus propósitos eugénicos hayan permitido la esterilización o la flebotomía. Sin embargo, en los debates
eugenesia ocupó un lugar significativo; más aún por lo que había en ella de controversia moral.
cónyuges, tenía este sentido. Así mismo se creó una sección especial —dependiente de de la Oficina
Nacional de Higiene Pública— encargada de suministrar dichos certificados. Por la tanto, de ahí en más,
...no se podrá registrar ningún acta matrimonial sin que el cónyuge varón presente el certificado de no
padecer afecciones venéreas119.
Si bien la nueva disciplina de la eugenesia representaba la avanzada científica en cuanto al
pretendido perfeccionamiento de la raza; también representó, para algunos sectores, la expresión de un
concepto decididamente inmoral ya que atentaba contra la santidad del matrimonio y los fueros de la
moral natural. Crítica ligada a fuertes convicciones religiosas, limitada a cuestionar la licitud y la moral
de la contraconcepción pues, mientras algunos vaticinaban el "suicidio de la raza", en nuestro país la
116
Anales del Departamento Nacional de Higiene, 1893. Citado por J. SALESSI, op. cit., p. 93 a 98.
117
F. de VEYGA, op.cit., p. 271.
118
A. MORENO, op.cit., p.24-25.
119
FRANCISCO HARO GARCÍA, Eugenesia y matrimonio. El certificado médico prenupcial, p. 218-219.
76
contraconcepción, se convertía en un agente eugénico fomentador del mayor nacimiento de los capaces
y el menor nacimiento de los defectuosos. Los sectores más conservadores así lo expresaban:
La biología podrá indicarnos los procedimientos eficaces para producir un mejoramiento de la
raza humana; pero la biología —en razón de su método y objeto— no puede juzgar la licitud de
tales o cuales procedimientos en determinadas circunstancias. Ello incumbe a la moral.
Por lo cual, desde esta perspectiva, no se debía permitir que se prestigie con la autoridad de la
ciencia conceptos inmorales, ya que hablar de ‘moral científica’ es hablar de uno de los tantos
‘extravíos finiseculares’ de los hombres de ciencia120.
En síntesis, el debate sobre la eugenesia, alude a un contexto más amplio de discusión referido al
población, y de ser así, cómo hacerlo políticamente correcto. Por lo que, el debate sobre las prácticas
eugenésicas excedía a los criterios estrictamente científicos; y es que, en esa encrucijada, se juega
4.6. Repensar lo público y lo privado para pensar analíticamente los campos de la higiene.
Hablar de higiene pública e higiene privada supone la existencia de un ámbito público y un ámbito
privado previamente definidos, en los que intervendría el proyecto higienista en sus formas operativas.
Sin embargo adoptar una definición clásica de lo público y lo privado de acuerdo con el derecho liberal,
no nos permite pensar específicamente el tema de la higiene. Es decir, el punto sobre el cual se articulará
la relación público/privado desde el proyecto higienista no será la pertinencia del Estado en uno de los
ámbitos y la no-pertinencia en el otro; sino que, los campos de la higiene, tal como se nos presentan en
la literatura higienista de la época, nos permite pensar en otros elementos a partir de los cuales
podríamos delimitarlos.
era confiado o delegado a la filantropía o instituciones de carácter religioso, sobre todo aquello que era
120
CESAR PICO, Los excesos eugénicos, en: Revista Criterio, Nº 18, 5 Julio 1928.
77
¿Cómo podemos pensar analíticamente los campos de la higiene? o a partir de qué parámetros se
Para los higienistas, aquellos lugares, prácticas, comportamientos que engendren en su interior o
generen situaciones de riesgo o peligros concretos para la población serán considerados “asunto
público”. Argumento que permitió considerar por ejemplo, a las casas de tolerancia o a la vivienda
obrera y, con ella las condiciones materiales de existencia de la clase obrera, como una cuestión pública.
Desde nuestra perspectiva, esta intervención autoritaria era tolerada y legitimada si era eficaz. Por
normativo (visión por demás estrecha de lo significativo que fue en nuestro país), sino también en su
especificidad de obra preventiva y marcada orientación de servicio social, formando incluso parte
reconocer la existencia de demandas concretas por parte de la sociedad civil hacia el Estado; demandas
que serán articuladas al interior de una estrategia política, sirviendo estas necesidades como soporte a
procedimientos de intervención, a la vez que serán utilizadas para gestionar la cohesión de la sociedad
obligatoria, la institucionalización de la asistencia social, los servicios gratuitos de atención médica, por
En cuanto a la otra cuestión planteada, ¿es con referencia a la distinción entre lo público y lo
privado que se instituye la pertinencia de la higiene? Desde nuestra perspectiva, en tanto dispositivo, LOS
será sostener y preservar a una franja indigente de la población o, a ciertos sectores de la misma; sino
que su objetivo es la salud de todos, es la población en su totalidad. De este modo lo que va a definir sus
Por lo tanto pensar analíticamente los campos de la higiene nos remite a pensar el proyecto
higienista en sus distintas formas de intervención: la "norma" y el "consejo". Este último, desligado de
todo carácter normativo explícito —a diferencia de la norma— constituyó una forma operativa eficaz de
78
intervención, revestida esta última de un carácter fundamentalmente moralizador. El consejo ya no es
formulado desde la fuerza de "la institución", no es una orden ya que no manda ni obliga.
EL CONSEJO se presenta como instancia de poder efectivo que reproduce efectos de dominación; pero
también apela a la igualdad y a la libertad del sujeto de aceptarlo o no. El consejo es un elemento que
juega entre la manipulación y la filantropía; por un lado responde a quien quiere ejercer alguna
influencia sobre otro y, por el otro, se presenta como una actitud casi filantrópica. El consejo es la
palabra jerarquizada que señala lo más conveniente para el cuerpo y el alma, lo moral y lo inmoral.
Es a partir del modo de intervención que comienzan a dibujarse las esferas de lo público y lo
privado. De este modo, pensar por un lado en los distintos modos de intervención en el cuerpo social, en
distribución y asignación de lugares, pensar en las diversas técnicas que producen datos, variables, y
objetos de saber, en los instrumentos a través de los cuales se organiza una estrategia política de
gobierno; es pensar por el otro, en una multiplicidad de objetivos —específicos y generales— de este
Aquí reside la eficacia de una gestión de gobierno sobre la población. Se trata de llegar allí donde
no llega la ley, con técnicas disciplinarias o de regulación, con la norma o el consejo. Manejar, controlar,
reprimir, utilizar, producir, circunscribir "lo peligroso", es parte constitutiva de una gestión cuyo
objetivo será formar y conservar a "la población". Cada objetivo específico y particular (como la familia,
la infancia) será instrumento, medio de operaciones a su vez específicas, las que hacen a la eficacia de la
gobernabilidad del Estado, entendiendo por esta la posibilidad de que el gobierno lleve adelante
para gobernar de un modo “racional e inteligente”-como dice Foucault- debe dirigir procesos, disponer
121
Foucault dice: La constitución de un saber de gobierno es absolutamente indisociable de un saber acerca de todos los
procesos que se refieren a la población en sentido lato, saber que llamamos precisamente ‘la economía’. M. FOUCAULT, La
gubernamentalidad, en Espacios de poder. p. 23.
79
En este sentido, y en el caso particular del proyecto higienista, pensar analíticamente lo público y lo
80
Capítulo V
La posibilidad de establecer las normas que regulan el comportamiento de los miembros de una
sociedad de acuerdo a las expectativas que se forjan en torno a un modelo aspirado, no ha estado
determinada por la idea de una integración armónica según el modelo de la sociedad contractual; sino
que en realidad, el establecimiento de toda una estructura normativa está inserta a la vez que regida por
El desarrollo de la criminología a principios de siglo XX, pretende dar los lineamientos generales
sobre el modo en que el comportamiento humano debe ser dirigido y encauzado por pautas que lo
encuadran en un determinado orden que, posteriormente y desde una perspectiva crítica, se ha revelado
Nuestro objetivo en este capítulo es mostrar una serie de discursos anclados a prácticas específicas,
reguladas todas ellas por instituciones dedicadas al control social, tales como la policía, la justicia, el
sistema penal. Es lo que denominamos instancias oficiales de control, cuyo fin es regular el orden y
concretar la disciplina social. De lo que se trata es de dar cuenta de la lógica que recorre las distintas
esferas del control social penal puesto en marcha hacia fines de siglo XIX y principios del XX.
La defensa social era planteada como fin último y esencial del derecho, de las instituciones y de las
prácticas normativas y disciplinarias. Desde nuestra perspectiva, la ideología de la defensa social se nos
presenta como instancia legitimadora del control social que, ejercido desde instituciones liberales, era
sustentado por un discurso capaz de articular estas instituciones a prácticas efectivas de control,
vigilancia y disciplina.
Llegados a este punto, es conveniente dejar en claro algunos de los EJES EN TORNO A LOS CUALES SE
CONSTRUYE LA FIGURA DE ESTADO PELIGROSO. Nos interesa marcar sólo aquéllos sobre los cuales tendrá
injerencia la policía en tanto extensión del poder político y agente regulador del orden social.
Un primer eje será la DESAFILIACIÓN SOCIAL, situación que debe ser entendida en el marco de un
hegemónico de la época, aquellos que se encuentran desligados de todo lazo social —como la familia, el
81
trabajo, la territorialidad, la nación— constituyen un peligro en tanto se los considera también
desligados de todo sentimiento moral. Un individuo sin sujeción alguna es un individuo sin
obligaciones, despreocupado de toda responsabilidad para con él y para con la sociedad. Situación esta
que lo arrastra al malvivir, desvinculándolo de todo bloque de dependencia necesario para una adecuada
ubicación / localización en el entramado social. Como una primera instancia se construye entonces una
Un segundo eje en torno a la figura de estado peligroso está dado por la ACTIVIDAD QUE REALIZAN U
OCUPACIÓN LABORAL. El trabajo constituyó uno de los valores principales de acuerdo a la moral burguesa.
torno al trabajo que se disponen las técnicas correctivas y disciplinarias en los establecimientos de
reclusión. La mayor cantidad de tiempo de los presos era dedicada al trabajo, visto como un agente de
adaptación— y proporciona una herramienta para el futuro del penado en su reinserción social.
Como contrapartida a esta valoración del trabajo, existe una gran masa de población que quedó
desarticulada de toda estrategia laboral inserta en los circuitos de producción. Las nuevas reglas
ambulantes. Para la Institución Policial, algunos se dedicarán a cultivar el ocio y la vida fácil
usufructuando a otros (el pederasta, el cafiolo, la prostituta); otros se dedicarán a falsear su indigencia
(como el vago) o a vivir de la caridad (como el mendigo). Así caracterizados, la analogía de conceptos
para la policía es axiomática entre "Pobre" (no propietario) y "peligroso" o, como bien dice Marí: ...las
productor/parásito122.
Serán sus condiciones de existencia y sus formas de vida las que constituyen a esta población en
clase peligrosa, "débiles morales" puestos a delinquir en cualquier momento. Es a partir de ellos que
para Paz Anchorena, cobra sentido la idea de defensa social, que vislumbra el estado peligroso de los
degenerados que aún no han cometido ningún delito pero que lo cometerían si se los abandonara a sí
mismos. Plantea que la noción de estado peligroso estaría contemplada en el proyecto de Código de
1917: La legislación penal puede tomar una serie de precauciones partiendo siempre del peligro que
122
ENRIQUE MARÍ, José Ingenieros. El alienista, su loco y el delito, en: Revista Todo es Historia, p. 173.
82
represente el sujeto para la sociedad. Paz Anchorena sintetiza así el pensamiento positivista de la época:
…sería un progreso para la legislación penal declarar punibles las maneras de ser y las maneras de
vivir123.
IDEOLÓGICA, en tanto representa una amenaza a dos órdenes: el orden social y el ordenamiento jurídico-
político.
En torno al orden social, el peligro está dado por la organización de las agrupaciones obreras y
sindicales, las que a través de una serie de reclamos, ligados fundamentalmente al ámbito laboral,
vulneraban la disciplina y las jerarquías, poniendo en cuestión la propiedad privada como aquella
Por otra parte, existía un peligro aún mayor que amenazaba al ordenamiento jurídico-político:
determinados derechos, hoy llamados sociales, tampoco se intentaba ensanchar los límites del sistema
político; sino que el objetivo era terminar con las instituciones liberales —jurídicas, políticas,
económicas— que sustentaban el orden social vigente. Doble discurso recaía sobre estos grupos; por un
lado representaban ideas desestabilizadoras del orden social, comprometían la seguridad del estado y su
acción política ejercía e incitaba a la violencia. Por otro lado, su origen los había condenado de
antemano a engrosar las filas de una de las plagas sociales: la inmigración. El cosmopolitismo —decía
Moyano Gacitúa— implicaba la tolerancia, que no es más que el pasaporte del error comprobado y
sospechado125.
Es importante tener en cuenta que los escenarios en los que actuaba la policía, eran preconfigurados
también por el saber médico; médicos alienistas, higienistas, psiquiatras, concurrieron a la definición de
NACIONAL creado por José Ingenieros, fueron dos de los principales centros de análisis científicos del
123
J.M. PAZ ANCHORENA, El Estado peligroso del delincuente, en: Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina
Legal, V, p.133, Buenos Aires, 1918.
124
F. de VEYGA, op.cit., p. 55.
125
MOYANO GACITÚA, op.cit., p.399.
83
delito, del delincuente, de sus causas y modalidades a partir del cual se traza el perfil de la fisonomía
Podemos decir ahora quienes formaban parte de lo que la criminología dio a llamar "estado
peligroso" o población peligrosa: el mendigo, el vagabundo, la prostituta, el cafiolo, el vago, el que tiene
aspecto sospechoso126, el anarquista o como decía el Dr. Artemio Moreno, Jefe de instrucción en lo
criminal en Bs. As.
...allí donde había un prognatismo, unas cigomas abultadas, una frente deprimida, unas orejas
en asa, una sensibilidad retardada en sus reacciones, unos ojos vidriosos, allí existía un delincuente
127
nato .
Donde se los encuentra? En la calle. La calle los llama —escribe de Veyga—, es en donde éstos
pueden dar riendas libres a sus tendencias innatas. Para los criminólogos, cualquier estado de
degeneración aparece como extraño al medio (desafiliación social) ya sea el doméstico, el industrial o el
profesional; es un inadaptado o un desadaptado:
…no puede comprender las convenciones sociales o domésticas como el sano o el moral.
Tarde o temprano hay que mantenerlos, tutelarlos, suplirlos en el hogar y, para el Estado,
128
sostenerlos y vigilarlos .
La calle representa todo aquello que no es el trabajo, el hogar, el ahorro, la responsabilidad. Es, por
problema para la clase dirigente! Esta población en la calle era nada menos que el problema del delito,
de la conducta, del orden, del bienestar, de la seguridad general, es decir, el problema entero de la raza
129
.
En 1898, las regulaciones que apuntaban a las manifestaciones públicas, sobre todo obreras,
establecían: debe prohibirse que recorran las calles del municipio a pie o en carruajes, grupos de
personas tocando músicas, cantando, dando gritos y alterando la tranquilidad del vecindario. En 1906,
un edicto policial establecía como Orden del día:
…debe ordenarse que no se permita el estacionamiento de grupos en las calles pues aparte de
obstaculizar el tránsito, se presta para cometer actos ofensivos a la moral […] esta recomendación
126
El estereotipo del sospechoso sigue siendo aún hoy diseñado en función del aspecto físico y de la vestimenta. En el Manual
de Policía editado por el Gobierno de Mendoza en 1990 uno de sus títulos es cómo reconocer a un adolescente delincuente o
infractor, y el primer indicio es: el aspecto sucio, combinado con ropas raídas… y la exhibición de cicatrices y contusiones que
pueden sugerir un temperamento irritable y agresivo… Editado por Talleres de Diario Los Andes, para el período 1988-991,
Diario Los Andes, Mendoza, 1990.
127
A. MORENO, op.cit., p.19.
128
F. de VEYGA, op.cit., p.228-191- 255. Recordemos que para la criminología positivista esta población formaría parte
de una categoría más amplia que es la degeneración —como el loco, el criminal o el deformado físicamente— en el sentido de
una desviación anómala en cualquier orden.
129
Ibidem, p. 195.
84
debe observarse en todas las secciones […] a fin de evitar las reuniones y bailes que suelen
organizarse en la vía pública…130
sociedades de resistencia, traerán como consecuencia el reforzamiento por parte de la policía de sus
prácticas represivas, así como también la creación de una sección especial —División Orden Público de
conflictos obreros callejeros. Situación esta que viene a reforzar la Ley de Residencia (N° 4.144) de
1.902 y a complementar la Ley de Defensa Social (N° 7029) de 1910. A propósito de la primera, su
aplicación por parte de la policía dejaba al descubierto cierta arbitrariedad de la acción policial: según un
memorándum que el jefe de policía Francisco Beazley eleva al ministro del interior, consta que de una
acusación presentada era no tener oficio y, en todo caso, vivir del sindicato como representantes o
secretarios de las sociedades obreras131. Respecto a la aplicación de la Ley de Defensa Social y según la
Memoria del Ministerio del Interior 1910-1911 y las Memorias de la policía del la Capital entre 1911 y
1916, de los cientos de arrestos efectuados por la sección Orden Social de la policía en huelgas y
manifestaciones callejeras, sólo 10 fueron procesados por infracciones a la ley de defensa social132.
Ahora bien, por qué la calle? A partir de 1880 los procesos de modernización de la ciudad (desde la
hasta la disposición de negocios y mercados) se van concretando decididamente en torno a los principios
de orden y progreso. Son estos procesos los que otorgan a la calle un lugar central en la distribución
espacial. La calle ámbito de lo público por excelencia, es la que contacta, comunica, vincula y
homogeneiza los diferentes espacios. En la ciudad cosmopolita es donde se escuchan voces en distintos
idiomas, el lugar de exhibición de diferentes costumbres. La calle es el elemento articulante del espacio
urbano moderno.
130
Ordenanzas Generales de la Policía de Buenos Aires —Leyes, Sentencias, decretos, Ordenanzas Municipales. Edictos y
Resoluciones en vigor— 1880-1907. Citado por J. SALESSI, op.cit., p. 153.
131
E. ZIMMERMANN, op.cit., p.165. El Memorando de Francisco Beazley al ministro del Interior, J.V.González, 18/1/1904,
Archivo General de la Nación, citado en p.162 y 163.
132
Memorias del Ministerio del Interior 1910-11, Policía División Orden Público, p 201. Memoria de la policía 1915/16,
p21 a 26.
85
…ser modernos es encontrarnos en un medio ambiente que nos promete aventura, poder,
alegría, crecimiento, transformación de nosotros mismos y del mundo y que al mismo tiempo
amenaza con destruir todo lo que tenemos, lo que sabemos y lo que somos133.
Medio contradictorio el moderno; así también la calle es el lugar del conflicto, del disenso, del
control y la represión. Lugar igualitario en cuanto al acceso y a su disfrute, el carácter público de la calle
está dado también por la posibilidad de intervención de la autoridad para asegurar el orden y la moral
La calle se presenta como el complemento funcional para el ejercicio del poder disciplinario, como
lugar de vigilancia y castigo, el poder disciplinario tiene como función principal la de 'enderezar
conductas' […] 'encauza' las multitudes móviles, confusas, inútiles de cuerpo y de fuerzas...134; espacio
visible y de visibilidad, posibilita así, el ejercicio de dos formas principales del poder sobre la vida: las
del orden público, posibilitado tanto por el ejercicio de sus múltiples funciones administrativas y
represivas, como por su pertenencia respecto del Estado. Es en este sentido que la práctica policial debe
ser entendida como extensión del control social por parte del poder político. Hablar entonces de
profilaxis social desde la policía, nos enfrenta a un complejo engranaje de discursos y procedimientos en
el que confluyen el saber del criminólogo, del médico, del higienista; y el poder que le es asignado como
En las Memorias policiales, el Dr. Marcos Paz, jefe de policía e impulsor de la primera publicación
de la Revista policial en 1882, escribe respecto a las funciones del agente de seguridad: Nuestra policía
abarca innumerables funciones que pesan sobre el vigilante casi todas ellas; es política, es judicial, es
pública que hace cumplir las reglas y que también las crea; que investiga y localiza, que sanciona y
encierra, que expide documentos, protege e inculca sentimientos sociales. Su intervención en los
133
MARSHALL BERMAN, Brindis por la modernidad, p.67.
134
M. FOUCAULT, Vigilar y castigar, p.175.
135
Memorias Policiales, 1.880, p 7-8 y 24 -25. Revista de Policía, 07/1.888, n° 3, p 36. La Revista era específicamente
policial/profesional, sin avisos comerciales, contenía alguna que otra opinión, sugerencias, críticas, biografías de los
funcionarios de la época, estadísticas delictuales y contravencionales, leyes, decretos y resoluciones relacionadas con el
quehacer policial y colaboraciones del personal.
86
distintos ámbitos de la sociedad civil, puede entenderse a partir de sus atribuciones y funciones; el
Las atribuciones de la policía cada vez más amplias, implicarán en determinados momentos la
superposición funcional y jurisdiccional con otros organismos; por ejemplo, con el poder judicial (en lo
referente al Recurso de Habeas Corpus, que limitaba legalmente a la policía en su accionar) o con la
municipalidad (en lo referente al control de la moral y las costumbres en los vecindarios)136. Los ámbitos
en los que la policía intervenía y en los cuales, bajo su exclusiva jurisdicción, se constituía en brazo
operativo y auxiliar de la justicia, tenían que ver claramente con su operatividad. La policía podía llegar
allí a donde no llegaba el juez, a donde no llegaba la ley. En virtud de esto, es que la policía reclamará, y
tendrá, jurisdicción exclusiva sobre ciertas situaciones (problemáticas) que por su naturaleza, —
“peligrosas” pero no criminal— no podían ser encuadradas en lo penal. La mendicidad, los juegos de
azar, la adivinación, los clubes, tabernas, fondas, hoteles, casas de prostitución, vendedores ambulantes,
la infancia desamparada, caerán bajo la órbita del control policial137. La competencia de juzgar en todos
urbanización).
Se ampliaba así el espectro delincuencial. Era necesario entonces conjurar el peligro que
desestabilizaría el orden público. Era necesario recorrer el mapa de la delincuencia, conocer sus calles,
sus lugares, sus movimientos; convertir a la población peligrosa en objeto de saber, en objetivo del
control pero también, hacerla funcionar como medio, como instrumento a través del cual se organiza
La concepción del delito ligada a una serie de variables (sexo, edad, profesión, rasgos físicos), y el
auge de las técnicas positivas (estadística, demografía,) permitían cuantificar el delito y determinar el
136
Memorias Policiales 1.906-1.909. Cfr. B.Ruibal, op.cit., p. 49 50
137
Cfr. J. SALESSI, p.148 a 156 y a B. Rubial, p.50.
87
grado de criminalidad en los distintos sectores de la población. A su vez, permitían disponer de un
desempleados, pobres), de los ámbitos propensos a alterar el orden callejero y la moral pública (casinos,
A partir de esta lógica, cobran importancia los dos resortes de la eficacia policial: la INFORMACIÓN
que era capaz de obtener y la REPRESENTACIÓN que la sociedad civil tenía de ella. La primera hace
referencia al alcance operativo de la policía como aparato específico de control y vigilancia; la segunda,
La información que la policía manejaba no tenía otro fin que la localización de los elementos
peligrosos. Las técnicas estadísticas ofrecían datos cuantitativos y cualitativos, a la vez que un
diagnóstico de los focos degenerativos del cuerpo social. Las principales fuentes de información con que
peligrosos. Esto solía estar a cargo de lo que se dio a llamar la policía científica.
entraría en juego lo que para Foucault constituye "lo biográfico". Al comienzo del formulario contenido
Esta información tiene por objeto dejar claramente establecida la conducta del procesado, sus
condenación condicional…
A través del conocimiento de las formas de ser y de vivir del sujeto, se intenta identificar todo un
entorno de elementos similares. El interrogatorio se nos presenta así como instancia constitutiva del
La tercera fuente de información está dada por la delincuencia misma. Se trata de hacer útil a esta
población manteniéndola bajo una libertad vigilada a los fines de su permanente localización y control.
Esta quizás, es la estrategia de intervención/infiltración más eficaz que dispone la policía, mediada por
un juego —perverso— de información/negociación, relación que premia y castiga, que genera efectos
población.
88
La localización de los elementos peligrosos es la estrategia que permitirá el control efectivo de
respecto transcribimos parte de las disposiciones para la confección de "fichas para la estadística", las
cuales contenían información en cuanto a antecedentes, conducta y concepto del detenido. Con el fin de
proporcionar un criterio uniforme para su adecuada utilización el texto de instrucción policial explica:
Luego sigue:
La conducta se clasificará: buena, regular y mala, entendiéndose por la primera a la persona
asidua a su trabajo u ocupación que goza de buen concepto, por regular a los que sin desatender
sus obligaciones poseen algún vicio o no sean de hábitos normales, y mala los conocidos como
vagos, de malos antecedentes o sospechosos […] En la pregunta: ¿cuál fue su primer trabajo? debe
hacerse constar si ha sido vendedor de diarios, lustrador de botas, u otro trabajo ambulante de los
138
que se ejercen habitualmente en la vía pública .
El lugar que ocupa el individuo en el sistema de producción opera como variable determinante de su
distribución y clasificación; procesos estos últimos que posibilitan el diseño de una estrategia de
vigilancia efectiva y permanente. Sobre esta lógica se sostienen todos aquellos mecanismos tendientes a
separar los individuos útiles de los inútiles reformables, y a estos, de los irrecuperables. Desde esta
perspectiva podemos decir que estos procesos, estas estrategias y estos mecanismos recaen sobre los
La otra cuestión importante que planteamos es la representación que la sociedad civil tiene de la
institución policial, esto entendido en el marco de una creciente conflictividad social y la agudización de
los enfrentamientos entre sectores dirigentes y la oposición. Una serie de intervenciones directas de la
policía con carácter violento y agresivo, sumadas a su accionar político (por cuanto intervenía
reprimiendo toda manifestación contraria al régimen) generaban más que respeto, el temor y la
conflictividad que registraban las estadísticas y acusaba la prensa, motivaba el reclamo — por parte de
138
RAMÓN CORTÉS CONDE, Práctica policial. Texto de instrucción, 1927, p. 250- 251.
89
La apelación al principio de autoridad será uno de los ejes sobre el que reposará la relación entre la
sociedad civil y la policía. Esta preocupación por generalizar la idea de respeto hacia la autoridad
policial, se manifiesta en un proyecto que la misma policía elabora para incluir en los contenidos
escolares la enseñanza del principio de autoridad. Con el mismo fin, aparece la figura de "desacato a la
autoridad" como figura contravencional, cuyo objetivo era inculcar, a través de la sanción, el respeto y el
ejemplo. En este sentido, el uniforme como elemento simbólico, contribuiría a reforzar, para sí misma y
Así entonces,
...uno de los primordiales propósitos de la policía en su misión militaria, consiste en la
vinculación del pueblo con ella, especialmente de ese elemento que por el ambiente en que se
desarrolla, está más en contacto con la posibilidad de intervenciones y exige en consecuencia que
la acción institucional sea desenvuelta por quien con mayor autoridad y claro criterio, se halle en
condiciones de resolver los asuntos con la justicia y rapidez necesarias […] Es necesario persuadir
al público con los hechos, que deben considerar la casa de una Comisaría como casa amiga, que
guarda y vela constantemente por sus intereses y su tranquilidad […] También la intervención
oficiosa a que se hace referencia, es susceptible de encontrarla frecuentemente si los comisarios
recorriesen con asiduidad los lugares de sus respectivas jurisdicciones, donde se alberga la gente
más humilde de condición social, aparte de que sirve para conocer de visu, circunstancias
utilizables en cualquier momento para las investigaciones judiciales, pues en su seno se encontrarán
elementos que por la acción simpática de la policía, pueden cooperar expontáneamente a los fines
139
de la misión que les está encomendada .
El objetivo no es otro que encuadrar a la acción policial en su carácter institucional de custodio del
orden público. Este estatuto inscribe su accionar en un marco de legitimidad que le permitirá, a través de
social.
La policía en su carácter institucional de custodio público no sólo hará cumplir la regla sino que
creará nuevas reglas, lo que es decir nuevas figuras contravencionales. Esto hace directamente referencia
al marco formal en el que se encuadra la función y acción de la policía. Como ya sabemos, el estado
peligroso no era una figura jurídica contemplada en el derecho penal; entonces: ¿con qué instrumento
legal la policía podía aplicar sanciones sobre las contravenciones, es decir, sobre el comportamiento
139
Ibidem, p. 284 - 285.
90
desviado sin ser delictivo, sobre la conducta sospechosa sin ser criminal, sobre el vago o el mendigo que
sosteniendo que las contravenciones pertenecían al dominio de la policía, por lo que no se legislaba
sobre ellas. Las reformas incorporadas al código penal en 1903 consideraban delito o falta a toda acción
penada por la ley140. Así, las contravenciones no estaban legisladas aunque la policía podía sancionar
comportamientos antisociales, los agitadores del orden, serán las figuras contravencionales que más
preocupen a la institución policial. Serán las maneras de ser y los modos de vivir —como diría Paz
Si la problemática en torno a los edictos como los edictos mismos es una cuestión ya vieja en
nuestra historia, la vagancia y la mendicidad como problemas de orden lo son aún más. Siempre se trató
de la misma relación: orden/policía. En 1772 en un Bando Policial dictado por el virrey Vértiz
(organizador de los primeros servicios de policía a cargo de los alcaldes de barrio) se establecía la
represión del ejercicio de la mendicidad y de la vagancia:
…que todos los vagabundos y personas que no vivan de su trabajo ni tienen oficio ni señor,
salgan de esta ciudad dentro del tercer día y si pasado ese término se les aprehendiese se les
castigará con cuatro años de destierro en las Islas Malvinas y puestos antes públicamente a la
vergüenza, y por la segunda y tercera vez, aumentada esta pena según las leyes, incurriendo
141
también en ellas los que los abriguen o encubriesen sin dar cuenta a la justicia .
En 1823, Bernardino Rivadavia establecía por decreto la detención de todo aquel que ejerciera la
mendicidad sin previo certificado médico oficial que constatara la indigencia y la aptitud del detenido
para el trabajo. El certificado autorizado con la inscripción: “Policía, Mendigo Nº...” Debía ser portado
por el mendigo en forma fácilmente visible. Hacia fines de siglo XIX este decreto permanecía aún
vigente por las autoridades policiales. Las infracciones a estos decretos eran penadas con multas o con
trabajos públicos según el informe médico. En 1868 por reglamento de Policía, se le atribuye a la
autoridad policial la facultad de aplicar arrestos de hasta ocho días o multas de 500$ moneda corriente a
140
Cfr. B. RUIBAL, op. cit, p. 26.
141
Historia de la policía de la ciudad de Buenos Aires, extraído de RAFAEL GENTILLI, ...Me va a tener que acompañar, p.
11.
142
Tomo de decretos del año 1823. Citado por R. GENTILLI, p.11-13.
91
Con la sanción del Código Obarrio de procedimientos penales en 1889, el juzgamiento de todas las
faltas o contravenciones a las ordenanzas municipales o policiales, pasa a ser competencia de cada una
de estas administraciones respectivamente. Este Código, en su proyecto original, fue un intento para la
creación de una justicia contravencional que entendiera en el juzgamiento de los edictos policiales; pero,
los conflictos que originó con la Jefatura de Policía —ya que restaba poder a la misma— terminaron por
excluir el capítulo referenciado. Ese mismo año el Jefe de policía Gral. Capdevila, a la vez que ampliaba
el alcance de los edictos sobre portación de armas, ebriedad, desórdenes y escándalos, aumentaba las
penas correspondientes143. En 1889, el Jefe de policía Francisco Beazley, modificó sustancialmente la
reglamentación que en 1823 dictara Rivadavia. El objetivo era
…perseguir y castigar la mendicidad practicada por individuos hábiles para el trabajo y
cooperar a los fines de pública asistencia y decoro social que realiza el gobierno municipal respecto
a los que creciendo de recursos y siendo válidos, se ven obligados a pedir la caridad, medio para su
144
subsistencia .
La pena fijada para los que son hábiles para el trabajo pero mendigan, era de 100$ nacionales o 30
días de arresto en el depósito de contraventores.
En definitiva, esta es sólo una de las caras del sistema contravencional o, mejor dicho, del poder
policial. Como sea, un recorrido minucioso por los edictos policiales nos mostraría el lugar que han
que ciertas "problemáticas" han tenido para los proyectos político-económicos vigentes145. Pero también,
este recorrido daría cuenta de la complejidad del dispositivo policial, por el poder mismo que la
institución detenta. Es decir, distintos jefes de policía tuvieron la facultad para emitir edictos, modificar
los existentes, reformar los códigos de procedimientos, crear nuevas figuras contravencionales. El
sistema de edictos bajo el dominio de la institución policial, pone en relieve la dimensión de las
funciones y atribuciones de la policía, pues, la policía tiene intervención en primera instancia y el poder
judicial en general entiende en grado de apelación. La policía, durante más de un siglo ha reunido bajo
remite como ya lo hemos dicho a las preguntas por el orden, por las formas de producirlo, por los
resortes de la cohesión y coerción social, por la democracia y sus mecanismos de conjurar el desorden.
143
Ibidem, p. 12-13 y 43.
144
Orden del día 30 de mayo 1899. Citado por GENTILLI, p.14.
145
Por ejemplo, es sabido la gravitación que hoy tiene la prensa en la opinión pública, sobre todo en lo relativo a la seguridad o
al accionar policial. A propósito de ello, en el Manual de Policía de la Policía de Mendoza de 1990, en su capítulo octavo,
aconseja cómo actuar frente a “personas difíciles” y enumera acciones para: menores, adolescentes, mujeres, dementes, ebrios,
drogadictos y periodistas. Sobre estos últimos, el manual dedica un apartado sobre cómo actuar y de qué preservarse, similar a
la dedicada a un menor, a un drogadicto o a una mujer.
92
Podríamos decir que todo lo que escapa a la ley, cae bajo el dominio de la legislación
contravencional, decir esto, es decir que cae bajo la órbita policial. La constitucionalidad de los edictos
ha sido ampliamente discutida, y sin embargo, a más de un siglo, los edictos constituyen un instrumento
normativo efectivo y de importante alcance jurisdiccional, lo que pone al sistema de edictos en ventajas
prácticas con respecto al código penal. A pesar de los intentos de reformas de los códigos de
procedimientos, nunca —inclusive cuando se logró hacerlas— pudieron tocarse los puntos pertinentes a
Esto nos hace pensar al sistema de edictos, tal como plantea Eugenio Zaffaroni, como constituyendo
un derecho penal paralelo en función de la cantidad de casos que entran bajo su dominio como así
también por el tipo de conductas y personas que penaliza. Si bien la legislación contravencional es como
la hija menor o hermana desheredada de la coerción penal, su incidencia en la vida de los ciudadanos
comunes, su alcance a los ámbitos de la privacidad, hacen de ella un formidable instrumento de control
social que tiene incluso mas importancia practica que el código penal146. Además, como advierte
Zaffaroni, es importante tener en cuenta que el sistema contravencional puede gravitar de manera
negativa sobre los mecanismos de participación ciudadana tendientes a evitar la violencia y promover la
Respecto a esto último, sabemos que los edictos así como los distintos procedimientos de control
social penal, recaen sobre las personas “más por lo que son que por lo que hacen”; activando así, un
cuerpo conceptual sobre quienes son los peligrosos) y prácticas (mecanismos efectivos) que fomenta
canales de exclusión a la vez que refuerza los límites de contención de los sectores afectados. Así, como
la INCLUSIÓN / EXCLUSIÓN estaba dada sobre el eje NORMAL / PATOLÓGICO que introduce el positivismo
criminológico; este sistema tenía como correlato la relación PRODUCTIVO / IMPRODUCTIVO, por lo que no es
difícil deducir quienes caían —y quienes siguen cayendo— bajo el dominio de los edictos en su función
El carácter punitivo de los edictos contribuye también a diluir las diferencias entre los excluidos del
sistema y los que atentan contra el sistema. De este modo la cuestión se simplificaba: los individuos que
146
Cfr. EUGENIO ZAFFARONI, Sistemas Penales y Derechos Humanos en Latinoamérica, p.81 a 87.
93
La nocividad es lo primero que salta a la vista en el estudio del degenerado y con la nocividad la
agresividad, la constante y activa conspiración contra los suyos, contra la sociedad en que vive,
147
contra la moral y el orden colectivo .
Situación paradójica esta pues, el Estado, aún reconociendo una diferencia entre conducta desviada
e infracción penal, responde principalmente ante las conductas desviadas. El mismo funcionamiento del
sistema penal da cuenta, aún hoy, de esta paradoja en tanto la mayor cantidad de casos que entran al
sistema, son de orden contravencional, que como ya sabemos, dicho fenómeno es esencialmente un
problema de “desviación” que ha pretendido ser "curado" por vía penal. Esta visión indiscriminada
sobre las conductas, posibilita que el concepto de defensa social se constituya en esa instancia
Podemos ahora retomar los ejes que enunciamos al comienzo de este apartado y observar como, en
torno a ellos y a partir de ellos, se han podido construir los sistemas de inclusión y exclusión social.
Quizás no sea tan contradictorio pensar en un sistema de edictos funcionando al interior de una
concepción neo-liberal del Estado. En definitiva estos son, entre otros, mecanismos que participan como
parte de una estrategia de gobierno; no hacen más que a la eficacia y a la posibilidad de una
gobernabilidad de los distintos procesos de la población. No hacen más que llegar allí donde "la
libertad" puede resultar una amenaza, donde "el orden" puede volverse su contrario.
De este modo las nociones de “prevención del delito” y “seguridad pública” —núcleo del sistema
de edictos— abrirían la posibilidad de articular los edictos al sistema de garantías constitucionales y, por
pensados, los edictos se nos presentan no sólo como un sistema regulador de conflictos sino que
Hoy, a más de un siglo, este es el argumento declarado que aún sostiene su vigencia. Creemos que
plantear la discusión en estos términos es esquivar el debate sobre ¿por qué ciertas conductas o
El debate en torno a los edictos sólo ha cambiado de escenario, ya que la cuestión sigue siendo la
misma: quién debe tener la facultad de juzgar y/o crear edictos. No cabe duda que judicializar el sistema
sería un paso importante en lo que hace a las garantías del ciudadano, pero judicializar lo menos posible.
El sistema de legislación contravencional es parte importante del control social formal, aún cuando se
147
F. de VEYGA, op.cit. p 405.
94
quiera presentar como alternativa a la judicialización de casos o a la penalización. Esto no es así.
Cuando hablamos de una POLÍTICA CRIMINAL ALTERNATIVA pensada desde nuestras sociedades, NO
de ser y de vivir.
Mantener la ficción de los edictos como herramienta esencial para la prevención del delito (aún
siendo dominio exclusivo del aparato judicial) es mantener —bajo distinto signo— el argumento
positivista del estado peligroso y la defensa social. Y, como ya hemos dicho, detrás de toda política de
95
Conclusiones
La pregunta por el orden social es indisociable de la pregunta por el poder. Cómo se produce y se
sostiene el orden social implica, necesariamente, la pregunta acerca de cómo se ejerce el poder y qué
produce ese modo de ejercicio de poder. Esta fue mi perspectiva teórica y también metodológica, por
cuanto preguntarme por el “cómo” más que por el “quién” ejerce el poder, preguntarme por lo que
produce más que por lo que niega y extingue, es una toma de posición para mirar el objeto y para entrar
en la trama de ese objeto. Quiero decir, que por sobre los datos que un archivo puede dar cuenta, el
objetivo ha sido determinar qué tipo de relaciones pueden ser establecidas entre las distintas formas de
clasificación social; qué pasajes determinaron por ejemplo, que ciertas patologías clínicas configuraran
ciertas figuras jurídicas, sobre qué relaciones de poder se monta la eficacia de un edicto cuando la lógica
El marco interpretativo sobre el poder y las relaciones que determinan un campo de saber y de
Adelantándome en las conclusiones, y por sobre la multiplicidad de datos que hoy trazan el mapa de
la violencia y de la inseguridad en el país, mi mirada se dirige directamente a la pregunta por los resortes
que hoy sostienen un modelo de defensa social atado principalmente al sistema penal.
constituyó mediante la indagación en ciertas cuestiones vinculadas al sistema penal, a sus fundamentos,
a sus expresiones y a los dispositivos que operan en su interior. Si bien, el análisis estuvo centrado en la
configuración del control social y, dentro de este específicamente, en el control penal; su recorrido
implicó analizar las formas que se prolongan con distintos revestimientos sobre el cuerpo social,
encontrándome así con una interacción entre prácticas y discursos, entre mecanismos de controles
formales e informales, que de una u otra manera operaban sobre la normalización de la población.
conocimiento y un discurso sobre las cosas, porque un saber y un discurso se constituyen y se validan
como tal desde diversos campos, es que tomé la perspectiva foucaultiana del poder para mirar los
96
revestimientos del control penal, lo que se ha escrito, lo que se ha dicho y lo que se ha hecho sobre la
Es por esto también, que he tomado a la historia, no como fuente infinita de datos, no como una
sucesión de acontecimientos que guarda sentido en su descripción, sino en las relaciones que pueden ser
establecidas entre categorizaciones sociales. Por lo tanto, mi esfuerzo no estuvo particularmente dirigido
a profundizar en las variantes ideológicas que el positivismo adquirió en nuestro país, sino más bien a
repasar los núcleos duros sobre los que se posa el surgimiento de una ciencia criminológica argentina, y
Asimismo, no me propuse problematizar las diferentes teorías existentes acerca de lo penal (aunque
en el capítulo dos doy cuenta de ellas de manera sucinta). Mi atención estuvo dirigida a dar cuenta de los
modos específicos de articulación entre Estado y sociedad civil —en referencia a las políticas sanitarias
y de seguridad— en una coyuntura histórica precisa, en la cual, la población aparece como problema
biológico con efectos políticos y económicos. Y la organización institucional del Estado, se daba paso
entre un orden liberal garantista y discursos adversos, pero en definitiva, funcionales a ese orden.
Sumergirme en ese espacio de tensión entre un orden jurídico liberal y prácticas de control y lógicas
institucionales adversas a ese orden, entre lo que EL DERECHO PENAL DICE y lo que EL SISTEMA FINALMENTE
HACE; significó bucear en la genealogía de ese retrato de control social que se configuraba a partir de
políticas y tecnologías mas abarcativas que lo penal. Aunque, sin embargo, lo que intenté mostrar, es ese
sustrato penal que está inserto en tramas discursivas más amplias, como por ejemplo, en los debates en
torno a la cuestión social, en las políticas sanitarias, en las políticas de salud, en las políticas de
seguridad, en las estrategias para la prevención del delito y la consecución del orden público.
De esta manera, el espacio que emergía resultó ser un campo de relaciones de fuerza, y por lo tanto,
de articulación y de posibilidad; espacio político en el cual la producción del orden social —sus
meras máquinas sin rastros personales, sin sujetos que conduzcan, que se sometan o que resistan; se
sujeción. Es decir, que la definición de un campo problemático, la constitución de una esfera de atención
97
sobre cuestiones de la población por parte de los reformistas liberales, no sólo fue producto de la
preocupación de los hombres de gobierno; sino y principalmente fue el resultado del grado de visibilidad
que logran ciertos grupos sociales en su organización para obtener mejores condiciones de vida,
Si bien he señalado la eficacia de los dispositivos para normalizar a la población y lo innegable del
avance de las instituciones del Estado sobre la población —en especial las de control, de reforma y de
castigo—, cierto es también que no hubo una voluntad ideológica unívoca en el diseño y la
liberales. Este campo problemático, y por tal, de posibilidad, es en el entendimiento de una concepción
del poder que determina, manda, obliga, reprime, domina, pero que también crea, despliega y produce
capacidades reactivas, hacia el consenso o bien hacia el disenso y la coerción. Esta es la perspectiva
asumida.
Quisiera detenerme en dos cuestiones tratadas en este recorrido, que pueden ser pensadas hoy como
nudo teórico y político del sistema penal planteado como modelo de defensa social.
El punto de partida de la primera cuestión, está dado por el interrogante formulado acerca de la idea
de PREVENCIÓN COMO PRÁCTICA DEL SECTOR PENAL. En las reformas penales que la criminología positivista
posibilidad que abría la criminología de predecir, de prevenir las conductas delictivas fue ampliamente
receptada por aquellas instancias de control que tenían a su cargo la criminalidad (desde el psiquiatra
pasando por el policía y el juez y desde la cárcel, el manicomio, el asilo de menores). Mi inquietud
estaba dada por establecer la relación —confusa en principio— entre la idea de prevención y la práctica
del sistema penal, en tanto se supone que este interviene sólo reactivamente. Por lo que la pregunta fue
formulada en estos términos: ¿Se puede hablar de prevención desde el ámbito de lo penal?
Toda política de carácter preventivo lleva explícita o implícitamente un signo punitivo. En última
instancia y siempre, las agencias de control social que operan en el universo peligroso o criminal están
ordenadas judicialmente, desde la acción del asistente social hasta la acción de la policía en las calles. Al
98
Cómo continuar pretendiendo que la prevención no tiene nada que ver con el ejercicio de un
poder represivo cuando está judicialmente ordenada para penetrar en el santuario familiar, cuando
De hecho, existe la figura de “privación preventiva de la libertad” o “prisión preventiva”, los edictos
son definidos como herramientas esenciales para la prevención del delito, el complejo tutelar en el caso
de la minoridad, la aprehensión policial por averiguación de antecedentes, entre otras. Por lo tanto
Así entonces, entre las distintas formas de pensar el sistema penal, me pregunto si este busca
castigar o disciplinar a la sociedad. Como ya dije, toda política de control social tiene como objetivo
mantener y reproducir un determinado orden social y todo orden social está sujeto a un sistema de
premios y castigos. Preguntarnos si el sistema penal busca castigar o disciplinar a la sociedad, nos sitúa
ante la dimensión de un poder represivo que crea, que reproduce, que opera desplazamientos; es decir, la
política de control penal produce y reproduce al mismo tiempo individuos, normas, reacciones,
Pensar al sistema penal como un modelo de defensa social, implica construir subjetividades, crear
un campo de necesidades a través del cual legitimar la acción penal; volver necesario al sistema penal
implica reproducir aquello que haga necesaria la defensa social. Sostener esta perspectiva implica por
sobre todas las cosas, transitar los laberintos de un poder que más que castigar procura disciplinar a la
sociedad; un poder que inflige dolor pero fundamentalmente amenaza, que incapacita a los sectores que
toca, que aunque no toque está, un poder que produce miedo, que ejemplifica, que configura, que
interviene sobre la vida. En definitiva, la pregunta por la prevención desde el ámbito penal, reviste cierta
opacidad a nuestra mirada. Creo que en la trama de esta pregunta se juega gran parte de la ficción del
CRIMINAL", cuestión esta que remite necesariamente a la acción de un conjunto de instancias oficiales
productora y reproductora de desigualdades por excelencia. La ley, el aparato judicial, las instituciones
penales constituyen un sistema para la “gestión diferencial de la ilegalidad” (en términos de Foucault),
que implica la represión sobre ciertos sectores pero que tiene como contracara la tolerancia sobre otros.
148
J. DONZELOT, La policía de las familias, p.101.
99
De este modo, pensar una alternativa a la política de control penal tiene como primer obstáculo el mito
del derecho penal como derecho igualitario, es decir, el mito que está en la base de la ideología de la
defensa social.
En su nombre, la defensa social, lleva inscrito su objetivo: por un lado, defender y preservar a una
población en peligro; por el otro, una población peligrosa que hay que conocer, reformar o encerrar. Por
lo que si la defensa social fue concebida como "fin", en este análisis fue abordada como "medio" en su
función legitimante de una práctica diferencial del sistema penal. Digo entonces que no sólo las normas
del derecho penal se forman y aplican selectivamente, reflejando las relaciones de desigualdad
existentes; sino que el derecho penal ejerce de hecho una función activa de producción y reproducción
Por lo tanto nos encontramos frente a un proceso —la producción del delincuente— de gran
complejidad y de difícil sistematización, por cuanto la instancia de lo penal opera sobre un espacio de
poder preconfigurado por otras instancias del sistema; ya que se ponen en juego no sólo los valores
formalmente expresados en la norma penal, sino que confluye todo un conjunto de saberes, de discursos,
la entrada al mismo.
Claro que realizar un análisis desde esta perspectiva, significa adentrarse en los mecanismos de
funcionamiento del poder. Esto es, descentralizar la ley en el análisis del proceso de producción del
delincuente y reconstruir la estrategia política por la cual ciertos individuos o grupos sociales, desde
ciertas instituciones, ejercen un poder que clasifica, define y distribuye los hechos que deben ser
penados y los individuos que deben ser vigilados, sospechados y juzgados; ejerciendo de este modo el
Y en este análisis no puede ignorarse la lógica que atraviesa el ejercicio del poder de definición y de
distribución de los individuos en el entramado social. Lógica que está directamente relacionada con el
lugar que ocupa cada individuo en el sistema productivo. Establecida la moral burguesa, todo distinto se
define por oposición. De hecho, la regulación y el mantenimiento del orden burgués están codificados en
un código civil y la defensa de ese orden está codificado en el código penal. Mientras el primero cumple
una función de arbitraje para preservar los derechos personales en las relaciones civiles, las garantías en
las relaciones comerciales, la movilidad de bienes en la familia; el segundo contempla las conductas que
100
ponen en peligro los valores y garantías contenidos en el primero (los delitos contra la propiedad, contra
la seguridad y el orden y contra las personas). La norma penal no tiene otra función que preservar el
contrato social. Será sobre aquellos que se aparten del contrato, que recaerá el estigma del sistema penal.
Así, la gestión diferencial de la ilegalidad, tiene como correlato la gestión diferencial de la pena:
para unos la negociación, la multa, la fianza; para "otros" la privación de la libertad. De este modo, el
ciclo de construcción del delincuente no se cierra ni termina, sino que por el contrario, comienza149.
* *
He hablado hasta ahora de una modalidad específica de la política de control social ejercida desde el
sector penal. Afirmé que una política de control social tiende a la homogeneización de la sociedad de
acuerdo a valores y que esto es posible a través de procesos de exclusión, marginación, normalización o
neutralización. Entonces, el sistema penal se presenta como un camino a la exclusión cuyo punto
extremo es la cárcel. Creo efectivamente que la política penal actúa en este sentido.
Pero —como ya se ha mostrado— una política de control social operando al interior de una
estrategia política que trama un orden social, no puede ser pensada sino como operando políticamente,
esto es, generando los resortes de su legitimidad; y esto dependerá de la eficacia de la política de control.
Una intervención que limite o suponga un atropello a las libertades individuales, será tolerada y por
consiguiente efectiva, si esta ofrece una moneda de cambio que implique neutralizar o naturalizar el
conflicto. La eficacia entonces estará dada por un lado, por la CAPACIDAD DE ABSORCIÓN POR PARTE DEL
ESTADO DE DEMANDAS DE LA SOCIEDAD CIVIL. En este sentido las demandas serán articuladas a la estrategia
política que hará posible los procedimientos de intervención a la vez que, utilizando estas demandas
asegurará la cohesión de la sociedad. Por otro lado, estará dada por el GRADO DE INSTITUCIONALIZACIÓN DE
LAS NECESIDADES SOCIALES, esto es la incorporación a la dinámica del Estado de aquellos reclamos que,
población (como por ejemplo, los reclamos obreros, reconocidos en parte en la Ley Nacional del
Trabajo; los reclamos de seguridad de los sectores medios y altos y los reclamos de servicios, de salud,
Sin duda, que las políticas estatales de la época tendieron a la consolidación de la hegemonía de las
elites gobernantes y de su proyecto de modernización. Aún cuando es posible afirmar que hacia fines de
149
Cfr. VITTORIO COTESTA, Michel Foucault: de la arqueología de saber a la genealogía del poder (1976), en: Disparen
sobre Foucault, p. 60 a 64.
101
siglo XIX, el Estado fue más un instrumento de la oligarquía que un campo de relaciones de distintas
fuerzas sociales y políticas; este Estado, sea por liberal o sea por conservador, constituyó una
herramienta de negociación para afianzar el orden, para neutralizar conflictos y para conseguir el
consenso (sobre todo, en el marco de las perspectivas que se abrían a partir de la reforma electoral).
En efecto, si el Estado es todo el complejo de actividades prácticas y teóricas con las cuales los
grupos dirigentes sostienen su dominio, logran el consenso y por consiguiente legitiman sus acciones,150
competencia y de las formas de asegurar el orden social, se desliza por la trama que establece el Estado
con la sociedad civil. En esa trama se inscribe el control social y los modos que reviste. En esa trama se
definen los lugares de pertenencia (la población objeto/población sujeto), se instituyen los modelos de
Este fue el propósito enunciado, RECORRER LA TRAMA DEL CONTROL SOCIAL, SU ORGANIZACIÓN, SUS
QUE PRODUCE, LO QUE PROMUEVE, LO QUE SOSTIENE Y HACE POSIBLE SU EXISTENCIA Y HASTA SU LEGITIMIDAD.
consenso-coerción del que hablara al comienzo; en la disposición de una estrategia política de gobierno
Por ello resultó interesante incorporar el concepto de hegemonía y hacerlo jugar en el modelo
que nos permite encontrarnos con la noción de hegemonía para comprender el éxito de las
Sabemos que el concepto de hegemonía no admite un Estado como actor neutral, pero tampoco nos
sugiere una concepción del Estado sólo como instrumento opresivo de las clases dominantes, al menos
consiente la posibilidad del consenso y de la legitimidad. Las relaciones de fuerza se dan en la arena del
Estado, incluso las relaciones de fuerza de las clases dominadas se dan en los diversos aparatos del
150
ANTONIO GRAMSCI, Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado Moderno, p. 95-96. Haciendo
referencia al segundo momento que caracterizaría una “relación de fuerza”, Gramsci dice: el Estado es concebido como
organismo propio de un grupo, destinado a crear las condiciones favorables para la máxima expansión del mismo grupo; pero
este desarrollo y esta expansión son concebidos y presentados como la fuerza motriz de una expansión universal, de un
desarrollo de todas las energías ‘nacionales’, p. 58.
102
Estado151; entonces hay que construir consensos, ocupar lugares, validar discursos, ganar legitimidad,
incorporar los conflictos a un marco de visibilidad para así ser regulados. En este sentido es que pienso
que la construcción de hegemonía no se da desde “un lugar”, aún cuando hablamos de “el Estado”, no
hay un centro irradiador de voluntades políticas ni de generación de consensos; sino que hay
* * *
Por último, ¿Por qué elegir la política de control social penal como lugar para mirar la cuestión
social?
A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la CUESTIÓN SOCIAL en nuestro país fue tematizada a
partir de dos polos de gestión sobre la población: la PELIGROSIDAD y la DEFENSA SOCIAL. A más de un siglo
de aquellos desarrollos conceptuales, y ante una reconfiguración social que supone un nuevo repertorio
Elegir la política de control penal como lugar para mirar la cuestión social — y las intervenciones
estatales que esta supone— obedece al lugar particularmente relevante que dicha política ha tenido
a) la visualización del sistema penal como única barrera de contención ante la creciente
diagnóstico acerca de una sociedad que crea inseguridad y que pretende neutralizarla por medio del
control penal.
151
En esta afirmación dejo traslucir parte de las nociones planteadas por el teórico griego-francés Nicos Poulantzas, referentes
al Estado como el lugar de la condensación material de relaciones de fuerzas, como un terreno de lucha asimétrico,
desarrolladas en Estado, Poder y Socialismo: Las Luchas Políticas: El Estado, Condensación de una Relación de Fuerzas.
152
La crisis del Estado social en sus capacidades técnicas y jurídicas, y la transformaciones de las condiciones de trabajo,
implicaron nuevas formas de organización de la vida social y nuevos conflictos: desigualdades sociales, ofensiva sobre la
estabilidad laboral, desempleo, nuevas modalidades de consumo, formas emergentes de la violencia, cambios en la familia,
disolución de los espacios de referencia a lo colectivo, nuevas formas de exclusión social. Susana Torrado, registraba para la
Argentina de los años ’90 una disminución relativa del volumen de la clase media y su progresiva desalarización, una
disminución del peso relativo de la clase obrera estable y un acentuamiento de su desalarización y un aumento absoluto y
relativo del estrato marginal no asalariado. Todo ello en un contexto de empobrecimiento absoluto. Cfr. TORRADO, SUSANA
Notas sobre la estructura social argentina al comenzar los ’90. la dimensión de la pobreza, en: Política Social: la cuenta
pendiente.
103
Un ejemplo claro en este sentido es el debate en torno a la imputabilidad de niños y jóvenes. La
discusión de fondo no es sobre cómo generar políticas públicas inclusivas, sino sobre qué artilugios
encontrar para retener por más tiempo a los menores de edad en instituciones totales. Debemos
reconocer que existe una deuda pendiente con los jóvenes y adolescentes respecto a su involucramiento
en las políticas públicas en general, A menudo, los jóvenes constituyen el objeto de la preocupación,
cuando no del peligro, pero como población objeto, destinatarios, y no como sujeto activo de derechos.
La provincia de Mendoza avanza de manera sostenida en esta dirección. Al debate público en torno
de las exigencias para incorporar nuevos policías a la fuerza; se suman los proyectos de ley presentados
por el poder ejecutivo provincial que vienen a ensanchar el alcance del control formal: uno propone
ampliar las posibilidades de los allanamientos otorgándole a los fiscales el poder de dictar una orden de
allanamiento con posterior comunicación al juez de turno; otro pretende ampliar las facultades de los
Juzgados de Faltas para que también se desempeñen en lo Correccional; y por ultimo, la reciente ley que
endurece el régimen de excarcelaciones y avala a los jueces a dictar la prisión preventiva a aquellos
imputados reincidentes. A sabiendas que la legitimidad del Estado para disponer el encarcelamiento
preventivo antes de un fallo condenatorio es excepcional, y que esta norma es claramente violatoria de la
C.N. (Art. 18) y de la normativa internacional de DDHH, la misma fue aprobada por la gran mayoría de
Así entonces, analizar el sistema punitivo, como un fenómeno social que excede la sola
normatividad jurídica o sus fundamentaciones éticas, en la coyuntura actual, no es una tarea carente de
acción de los mecanismos penales y contravencionales), y/o repensar las condiciones de posibilidad que
153
La CIDH ha destacado que “La privación preventiva de la libertad, como medida cautelar y no punitiva, deberá además
obedecer a los principios de legalidad, presunción de inocencia, necesidad y proporcionalidad, en la medida estrictamente
necesaria en una sociedad democrática, que sólo podrá proceder de acuerdo con los límites estrictamente necesarios para
asegurar que no se impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones ni se eludirá la acción de la justicia, siempre que la
autoridad competente fundamente y acredite la existencia, en el caso concreto, de los referidos requisitos...” CIDH, Principios
y buenas prácticas sobre la protección de las personas privadas de libertad en las Américas, Resolución Nº1/08)
154
Respecto de la ley de excarcelaciones anteriormente comentada, el vicegobernador de la provincia de Mendoza señaló: era
lo que estaba esperando la ciudadanía de nosotros…Cumplimos con nuestra función que era darle la herramienta al poder
judicial contra la inseguridad porque los mendocinos no damos más con este problema, indicó en rueda de prensa. Además,
sostuvo que con estas medidas vamos a ser los garantes del principal derecho humano que es el derecho a la vida. Diarios de
la provincia, setiembre de 2008.
104
Cabe preguntarnos entonces si las políticas de control, de “mano dura”, de “ley y orden”, de
penalización, contribuyen o no, y hasta que punto, a la construcción de hegemonía por parte de los
sectores dirigentes; y en este sentido, preguntarnos por los modos bajo los cuales se generan consensos
modo una concepción estrecha y selectiva de seguridad que acota también a la política social; pues,
cuando la seguridad es entendida como seguridad de los derechos de las personas físicas, los límites
He aquí un punto difícil de zanjar en este asunto: asunto que podemos pensarlo desde la coyuntura
histórica aquí analizada, o desde la actualidad, en lo referente al hoy en boga paradigma de la seguridad
comunitaria.
Y es que, aunque dinámicas estatales diferentes, en uno u otro, el conflicto social se dirime, en
general, en ese filo entre política social y política de seguridad. Incluir en el corazón de las políticas
sociales — antes que en un marco de justicia penal— las políticas de seguridad pública (comunitaria en
este caso) puede evitar la estigmatización penal de los grupos más vulnerados. Pero si la política de
medida en que, son los sujetos vulnerables/vulnerados156 — población-objeto de las políticas sociales—
aquellos que reencuentra la política criminal ya no preocupada por su seguridad y sus derechos
(económicos, sociales), sino por los de sus potenciales víctimas, transformándose de este modo la
Entonces, ¿Qué se juega en este modo de intervenir sobre lo social? ¿Cuáles son sus riesgos?
Así como las tesis lombrosianas abrieron un debate científico en términos específicos, que permitió
tanto a sus seguidores como a sus detractores interesarse en nuevos modelos explicativos, y fue esta
metodología positivista la que dio paso al interés por el estudio científico de los factores sociales; la
criminología crítica y el nuevo paradigma de seguridad ciudadana, vienen a traer una mirada compleja y
155
Cfr. ALESSANDRO BARATTA, Política criminal: entre la política de seguridad y la política social, en: Delito y
seguridad de los habitantes, p.84.
156
Entendemos que la vulnerabilidad no es una condición ontológica de los sujetos, sino que se define como posición, esto es,
como proceso por el cual un sujeto se posiciona o es posicionado en la estructura social. En este sentido, para nosotros:
vulnerable pero vulnerado. Sobre el tema, cfr. ROBERT CASTEL, La metamorfosis de la cuestión social, p. 160-170.
157
Pero, dice Baratta, la política criminal los reencuentra como objetos, pero no sujetos, porque también esta vez, la finalidad
de los programas (subjetiva) de acción no es la seguridad de sus derechos, sino la seguridad de sus potenciales víctimas. Op.
cit. p.84
105
asimilar una concepción de la seguridad/inseguridad como fenómeno complejo y multidimensional, y
que lo que denominamos técnicamente delitos, es un epifenómeno de conflictos sociales y políticos más
profundos.
No hay dudas que este posicionamiento reivindica una posición política mas comprometida en el
abordaje de las problemáticas que afectan a nuestras sociedades como la marginación, la desigualdad y
Sin embargo, aquellos que estamos comprometidos con los procesos de reformas de los sistemas de
inquietamente, los riesgos que implican ciertas prácticas que la gestión extra penal puede llegar a
justificar. Sobre todo si tenemos en cuenta que el sistema contravencional, nos ha sido presentado
siempre, y aún hoy, como “la opción” a la penalización. El sistema de contravenciones es una parte
funcional y efectiva del control formal, pero de ninguna manera puede entenderse como opción. (Más
aún cuando los comportamientos socialmente dañosos, no incluidos en clasificaciones legales, forman
parte del objeto de la política criminal, considerada en su definición más amplia). Asumir esta opción,
no es más que abandonar el pensamiento crítico de la política criminal; por el contrario, es abrazar la
consigna desesperada de una criminalización alternativa. Este es, para mí, el riesgo mayor.
Una mirada compleja sobre la problemática de la inseguridad, es deseable en tanto sirve para
también advierto que extiende las posibilidades de intervención. Entonces, los ámbitos de la educación,
explicación causal del delito, cuando no, indicadores de peligrosidad. Así construidos, estos espacios
Cuando las intervenciones estatales, bajo las formas de la política social, no persiguen generar las
condiciones necesarias para la promoción y apropiación de derechos ciudadanos, sino que se justifican
106
Así, la política de seguridad parece pivotear entre una no diferenciación de problemas por un
lado158, y por intervenciones estatales diferenciadas por el otro: política criminal, política social.
Siguiendo la lógica, sabemos que la criminalización de la política social tendrá como correlato la
criminalización de la cuestión social. Pareciera ser que, tanto hoy como ayer, la criminalización de la
señalado Loïc Wacquant, a la atrofia deliberada del Estado social correspondiera la hipertrofia del
Estado penal159.
Definitivamente creo que pensar una alternativa a la política de control penal, implica el desafío de
trabajar sobre el relato que organiza la ideología de la defensa social, es decir, desarticular el mito del
derecho penal como derecho igualitario. En este sentido, ahondar en este último punto es fundamental.
Sobre el final, quizás deberíamos pensar acerca de la doble cara y el significado histórico de las
respuesta integradora de demandas de sectores hasta entonces excluidos de la vida social y política del
por la tecnología de la electrónica y el marketing, nos exigen pensar los efectos de este desplazamiento
desde el Estado hacia otros lugares. De las respuestas que demos a estos interrogantes dependerá la
distancia que media entre el mero mantenimiento del orden y un proceso específico de integración
social.
158
Por ejemplo, cuando la sensación de inseguridad de la población se superpone a la cuestión delictiva, la criminalización de
los jóvenes, el consumo de drogas ¿como cuestión penal o de salud?, el debate sobre la edad de imputabilidad a partir de una
mayor participación de niños y jóvenes en el delito, la asociación indiscriminada entre tiempo libre/vagancia/ delincuencia, la
doble escolarización y la educación informal como parte de un plan estratégico de seguridad, etc.
159
LOÏC WACQUANT, Las cárceles de la miseria, p.88.
107
Anexo
Cuadros murales publicados por el instituto de criminología - 1909
108
109
110
111
112
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WILDE, EDUARDO: Obras Completas. Vol. II. Bs.As., Talleres Peuser, 1923.
114
Indice
Introducción .................................................................................................................................................... 2
Capítulo 1: La emergencia del positivismo en Argentina. Modernización y conflictos sociales.................... 10
1.1. El positivismo en la Argentina
1.1.1 La influencia del positivismo italiano en los estudios sociológicos en Argentina
1.2. El proyecto de modernización.
1.2.1. Mundo Urbano
- Nuevos actores…
- Nuevos conflictos…
- Nuevos escenarios…
1.2.2. Los males de la modernización: la mala vida... de prostitutas, de obreros e inmigrantes
Capítulo I: El positivismo criminológico en la criminología argentina ……………………………………… 29
2.1. La Escuela Clásica de Derecho Penal. Sus principales sistematizaciones
2.1.1. Delito, pena y delincuente en la Escuela Clásica
2.2. La Escuela Criminológica Positivista, instancia crítica de las formulaciones de la Escuela Clásica..
2.2.1. Crítica y fundamento del derecho penal
2.2.2. Responsabilidad penal y libre albedrío
2.2.3. La pena
2.3. José Ingenieros. La criminología como práctica criminológica en el “universo peligroso”
2.3.1. Profilaxia y prevención
Capítulo III: Peligrosidad y Defensa Social: dos polos de una misma gestión sobre la población ……...…. 45
3.1. Esquema general del trabajo
3.2. Esquema de la pregunta que recorre la investigación
Capitulo IV. El higienismo como dispositivo de control y normalización sobre la población…….……..… 52
4.1. El higienismo, marco de referencia de las políticas sanitarias
4.2. El proyecto sanitario higienista en la Argentina
4.3. Los ámbitos de la higiene pública
- El espacio urbano
- La vivienda obrera
- La Prostitución, casas de tolerancia y prostíbulos
- Acerca del debate sobre el reglamento de la prostitución
4.4. Higiene individual
4.5. Higiene de la raza o Eugenia
4.6. Repensar lo público y lo privado. Una forma de pensar analíticamente los campos de la higiene
Capítulo V. La Policía, brazo armado de la justicia y extensión del poder político…………….….………. 81
5.1. La construcción de la figura de estado peligroso/población peligrosa
5.1.1. La población peligrosa y la "calle": ámbito de control de la policía
5.2. La Institución Policial
5.2.1. Operatividad y eficacia de la acción policial
5.2.2. De contravenciones y contraventores. De orden y de edictos.
Conclusiones ………………………………………………………………………………………………. 96
Anexo ..…………………………………………………………………….…… I – II – III - IV ………. 108
Bibliográfía ..........………………………………………………………………………………………… 113
115